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lunes, 15 de junio de 2015

“En Alemania, nadie pidió perdón a los supervivientes de los campos”. El director Christian Petzold pone la mirada sobre las consecuencias del nazismo con 'Phoenix'

Una cantante judía superviviente de los campos de concentración nazis que sale de ese tormento con el rostro desfigurado. Al acabar la guerra, la mujer se somete a una operación para que le reconstruyan el rostro. Ya es otra persona. Un fantasma que decide plantarse frente a esa angustiosa realidad y, en lugar de huir de su pasado, se queda en Alemania para saber porqué le pasó lo que le pasó. Y sale en busca de su marido, un soldado, del que sospecha que fue quien le traicionó, pero también de su vida anterior. “Cuando estaba en el campo me agarré a imágenes y recuerdos para protegerme y ahora quiero recuperarlos, quiero regresar al paraíso de los recuerdos”, dice esta mujer.


El director alemán Christian Petzold se propuso hace diez años ordenar su vida, cinematográfica y vital, y realizar dos trilogías, una sobre la opresión y otra sobre el amor. Craso error. Phoenix, un filme, contundente y poderoso, estrenado esta semana en España y que se presentó en el último Festival de Cine de San Sebastián, donde obtuvo el premio de la crítica (Fipresci), es al mismo tiempo una historia de opresión pero también de amor. “Mi vida está desordenada otra vez”, confiesa el realizador de 54 años. “El amor no lo salva todo, el amor no sobrevive a la opresión, en contra de lo que nos quieren hacer ver todas esas películas y novelas ñoñas”, dice Petzold, un devoto del cómic, en el que se refugia para buscar la soledad.


Phoenix, interpretada por Nina Hoss, una habitual en el cine de Petzold (Bárbara fue el último filme estrenado en España), surge de la necesidad de mirar en el pasado, de abrir las puertas cerradas, de levantar el velo de silencio que cubre el pasado nazi de Alemania. “Cuando tenía 13 o 14 años, en la escuela vi la película documental de Alain Resnais Noche y niebla [realizada en 1955 a partir de material fotográfico y cinematográfico incautado a los nazis] y me impactó tremendamente. Todavía hoy me sigue provocando una angustia terrible. Siempre he querido hacer algo sobre el pasado nazi. En Alemania hay magníficos museos y libros acerca del holocausto, pero curiosamente no hay mucho cine. En Italia, por ejemplo, hay toda una cinematografía que trata de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial o en Estados Unidos que después de Vietnam rodaron cantidad de películas sobre ello. Creo que el objetivo de mi cine, de alguna manera, es todo un intento de tapar ese agujero, pero Phoenix es la primera que va directamente al grano”.


¿Se puede olvidar y perdonar? La pregunta planteada en el filme no tiene respuesta clara por parte de su realizador. “No lo sé”, responde, “es verdad que Phoenix plantea esta pregunta pero no estoy en posición de responder. Lo que más me duele de Alemania es que nadie volvió su mirada hacia los supervivientes de los campos de concentración. Nadie les pidió perdón. Eso es lo más doloroso. ¿Cómo van a perdonar ellos si nadie les pidió perdón? El informe que se redactó sobre Auschwitz donde hay miles de declaraciones de alemanes, nadie dice ni siquiera un triste ‘lo siento’ o ‘lo sentimos”, se lamenta este realizador que compara su cine de fantasmas con el que realizó Carlos Saura durante la dictadura de Franco. “Recuerdo que muchos de esos personajes eran como fantasmas que hablaban detrás de las cortinas y las paredes”. Una metáfora de la propia Alemania, según Petzold, una tierra poblada de fantasmas.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/04/actualidad/1433430347_894478.html

viernes, 29 de mayo de 2015

El colectivo Anemoi en el 70 aniversario de la victoria sobre el nazismo en París

En estos tiempos de incertidumbre y confusión, de ascenso de viejos y nuevos fascismos, el recuerdo de nuestros héroes -la Memoria Histórica- es el mejor modo de luchar contra la amnesia que quieren imponernos las fuerzas de la reacción y de la equidistancia, de mostrar el camino esforzado y valeroso que siguieron nuestros mayores en su lucha contra la agresión nazi-fascista.

Hubo víctimas y verdugos. La Shoah fue uno de los hechos más terribles de la barbarie nazi en el siglo pasado. Seis millones de judíos murieron deportados en los guetos y en los campos de exterminio. También lo fue el olvido... países abandonados a su suerte por las potencias occidentales, pueblos ibéricos que continuaron bajo el yugo de dos feroces dictaduras fascistas apoyadas por el llamado "mundo libre".

El dictador Francisco Franco, que destruyó militarmente la II República española y hundió a nuestro país en un mar de sangre, lo fue ante la pasividad de las potencias occidentales. Después envió sus tropas -la llamada División Azul- en apoyo de Adolf Hitler para reforzar su frente del Este. Franco no solo murió en la cama, torturando y matando hasta el final, sino que muchos años antes había recibido el "espaldarazo" de uno de los pretendidos artífices de la victoria: el general estadounidense Eisenhower. Como contrapartida el "amigo americano" instaló bases militares extranjeras en nuestro territorio desde las que hoy se agrede a otros pueblos con la complicidad del régimen borbónico.

En los actos convocados para la conmemoración del 70 aniversario de la victoria sobre el nazismo tuve el honor de acudir invitado por el "Mouvement Contre le Racisme et pour l'Amitié entre les Peuples" MRAP como representante de los "Amis des Républicains Espagnols de la Région Parisienne" ARE RP y del Colectivo Anemoi.

Entre las personalidades asistentes al acto se encontraba Claire Role-Tanguy, Secretaria General de ACER e hija del legendario Coronel Enri Rol-Tanguy, dirigente de la Resistencia en Francia, ante quien se rindió el general alemán general Dietrich Von Choltitz en el París ocupado. Anteriormente fue oficial de las Brigadas Internacionales en la España republicana, herido en combate en el frente del Ebro. En el inolvidable film ¿Arde París? su papel fue interpretado por Bruno Cremer. En él se rememora la rebelión de París dirigida por la Resistencia, en la que también combatían republicanos españoles en la clandestinidad. Pocos días después llegaba “La Nueve” -perteneciente a la división blindada del general Leclrerc- en apoyo de la Resistencia, liberando Paris. Los blindados de La Nueve, con nombres tan sugerentes como 'Madrid', 'Guernica' o 'Guadalajara' iban tripulados por combatientes republicanos españoles.

Tuve el honor de posar junto a Claire Role-Tanguy (en el centro de la foto) y Rosa Sánchez, miembro de ARE RP, durante la ceremonia en las que ambas depositaron conjuntamente flores ante la placa conmemorativa de La Nueve al borde del Sena.

A continuación transcribo la traducción en castellano de mi intervención durante el acto:

Queridas amigas y amigos:
Tengo el honor de tomar hoy la palabra para honrar a los combatientes de La Nueve que junto a sus compañeros de la Resistencia francesa contribuyeron a la liberación. Lo hago en nombre de los "Amis des Républicains Espagnols en région parsienne" y también del Colectivo Anemoi del que soy miembro. Agradezco a nuestros amigos del MRAP su invitación a este acto y a nuestros amigos de la ACER su presencia.

El Colectivo Anemoi, heredero histórico de los combatientes republicanos españoles, agrupa a militares en activo, en la reserva o retirados, que luchan activamente por la recuperación de los valores destruidos en mi país por la agresión nazi-fascista. Lo hacemos junto a un creciente movimiento de emancipación de los pueblos de España que también luchan por esa misma recuperación.

Parte de esa tarea de regeneración histórica es la investigación y condena de los crímenes del franquismo. Sin ello las pretendidas libertades democráticas españolas son simplemente una burla a todo lo que honramos hoy en este día.

El régimen monárquico de Juan Carlos I y de Felipe VI se está oponiendo al cumplimiento de las órdenes de búsqueda, captura y extradición cursadas por la Juez argentina Servini contra un grupo de presuntos criminales franquistas. La Juez se fundamenta en el principio de Justicia Universal. Esta obstrucción del régimen borbónico a la Justicia era de esperar. Tanto Juan Carlos I como su hijo Felipe VI son herederos y beneficiarios directos del golpe militar de 1936 contra la Republica española. Fue la primera fase de la agresión nazifascista contra los pueblos de Europa que derivó en la Segunda Guerra Mundial. La reciente invitación del rey a los actos de homenaje a la Nueve es un oxímoron, un esperpento histórico que nos avergüenza e indigna a todos los republicanos españoles. Corresponde a una estrategia mediática de manipulación cuyo fin es la consolidación de una monarquía fiel reflejo de la corrupción del sistema.

Deseo recordar en este acto, en el que honramos a los heroicos combatientes de La Nueve y de la Resistencia francesa, a su Coronel Rol-Tanguy, que también combatió en las Brigadas Internacionales en la Guerra de España, y cuya hija Claire nos honra hoy con su presencia. Tampoco puedo dejar de mencionar a Daniel Serrano, entrañable combatiente republicano, decano de nuestro grupo de amigos, y a tantos otros que no pudieron estar hoy con nosotros.

Sirva también este acto para alertar a todos los demócratas sobre el creciente riesgo de una nueva Guerra Mundial que podría derivar en un holocausto de proporciones definitivas: la aniquilación de nuestra especie. Estados Unidos y la OTAN atizan un peligroso conflicto en Ucrania, intentando arrastrar a la Unión Europea a un suicida enfrentamiento con Rusia. No olvidemos nunca que los pueblos eslavos pagaron el más alto tributo en vidas humanas que hizo posible la victoria que hoy celebramos.

Finalizo mi breve intervención honrando la memoria de todos los combatientes que lucharon heroicamente junto a sus compañeros franceses contra el nazismo. Son nuestro ejemplo.

¡Viva la fraternidad entre los pueblos!

¡No pasaran!

París, 8 de mayo de 2015
Manuel Ruiz Robles

Nota:
Apoyaron el acto las siguientes organizaciones:

MRAP, ACDA (Agir pour le Changement et la Démocratie en Algérie), ACER (Amis des Combattants en Espagne Républicaine), ADTF (Association Démocratique des Tunisiens en France, AMF (Association des Marocains en France), APCV (association de promotion des cultures et du voyage), ARE de la RP (Amis des Républicains Espagnols de la région parisienne), Colectivo Anemoi, ATF (Association des tunisiens en France) et associations affiliées en Ile de France (Espace Farabi, IDEAL92, ATF-75), ATMF, (Association des Travailleurs Marocains en France), Femmes Plurielles, FETAF, (Fédération des Travailleurs Africains en France), FTCR (Fédération des Tunisiens pour une Citoyenneté des Deux Rives), IDD (Immigration, Développement, Démocratie) et d'autres associations du FALDI (Forum des Associations des Luttes Démocratiques de l'Immigration), Manifeste des Libertés, UTIT (Union des Travailleurs Immigrés Tunisiens), REMCC (Réseau Euro-Maghrébin Citoyenneté et Culture), Sortir du Colonialisme.

Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada (r)
En twitter: @colectivoanemoi

viernes, 10 de abril de 2015

Europa tras la II Guerra Mundial. Callaron las armas y continuó el infierno. Keith Lowe describe en ‘Continente salvaje’ el horror vivido en los años posteriores por mucho de los pueblos europeos.

Bajó el telón de la II Guerra Mundial, pero los cuatro jinetes del apocalipsis no dejaron de galopar. En Europa, en un mundo devastado por cinco años de contienda, la gente se las prometía muy felices al firmarse la paz y sin embargo lo que siguió fue un espanto. En un continente devuelto a una condición casi medieval, inmerso en un completo caos, con destrucciones sin cuento, las instituciones colapsadas y la sed de venganza a la orden del día, el desastre humano y moral era absoluto. A mostrar ese siniestro panorama que fue el envenenado legado de la contienda ha dedicado Keith Lowe (Londres, 1970), uno de los más destacados de la nueva generación de historiadores británicos, su libro Continente salvaje, Europa después de la Segunda Guerra Mundial (Galaxia Gutenberg), un libro que se lee con el corazón en un puño especialmente ante la suma de nuevos horrores y vejaciones que tuvieron que aguantar los supervivientes en una cruel nueva vuelta de tuerca de la historia sobre sus víctimas.

¿Fue peor la posguerra que la guerra? “No llegaría yo tan lejos como a afirmar eso”, responde Lowe. “En algunas áreas quizá, aunque en general no. Pero mientras en algunos lugares el fin de la guerra se celebraba con fiestas, en otros continuaba la violencia, e incluso eran parte de las celebraciones la muerte y la vergüenza de otros. Cientos de miles de personas fueron asesinadas o se las dejó morir después de la guerra”. El historiador recalca que es una falsa idea la de que en 1945 todo volvió a la normalidad. “Hizo falta una transición que estuvo llena en muchos sitios, cuanto más al Este peor, de injusticias, atropellos y crueldad, fue una época sin ley”.

El libro muestra que las democracias podían ser muy vengativas. “No tanto como los regímenes totalitarios pero sí, la venganza forma parte de la naturaleza humana, es algo innato y difícil de controlar, y hubo una gran ola de venganza en toda Europa”. Continente salvaje presenta casos —menos conocidos que los de las acusadas de colaboracionismo en Francia rapadas (¡20.000!)— como el de las mujeres y niños marginados y privados de derechos en Noruega, las primeras por ser parejas de soldados alemanes y los segundos por ser el fruto de esas uniones. Lowe explica que el 10 % de las noruegas de entre 15 y 30 años tuvieron novios alemanes durante la guerra. Se tachaba a esas mujeres de traidoras a la nación, aunque ellas y otras en su mismo caso en otros países de Europa consideraban sus relaciones un asunto privado, como la actriz francesa Arletty que, cuenta el historiador, durante su juicio en París por su affaire con un oficial alemán exclamó: “Mi corazón pertenece a Francia, pero mi vagina es mía”.

En cuanto a los niños, Lowe apunta que los soldados alemanes engendraron entre uno y dos millones en la Europa ocupada. En 1945 un diario noruego consideraba a los del país escandinavo “una minoría bastarda peligrosa” susceptible de convertirse en el futuro en “una quinta columna entre la población noruega pura”.

Una de las tragedias que sobrevino con la paz fue la de la deportación forzosa de poblaciones desplazadas a lugares en los que les aguardaban duros castigos. “Los británicos y estadounidenses entregamos a los soviéticos a millares de refugiados y prisioneros de guerra procedentes de Europa oriental, como 70.000 cosacos y al ejército de Vlásov, sabiendo que les esperaba en muchos casos la muerte (los que caían en manos del Ejército Rojo tenían 90 veces más probabilidades de morir que los que apresaban los aliados occidentales)”.

Lo que ocurrió con los judíos fue terrible. “Sobre todo porque tenemos la idea de que el Holocausto generó una gran empatía con los judíos tras la guerra y ese no fue el caso. En muchos lugares se reavivó el antisemitismo. Los judíos supervivientes volvían a sus casas sin nada y tuvieron que luchar para recuperar sus propiedades. En ese conflicto, no hubo compasión con las víctimas". Lowe recoge casos como los de la judía holandesa superviviente de los campos a la que un conocido la recibió diciendo: "Tienes suerte de no haber estado aquí, ¡no sabes el hambre que hemos pasado!". En Hungría, Eslovaquia y Polonia hubo verdaderos pogromos. Al menos 500 judíos fueron asesinados en Polonia entre la rendición alemana y el verano de 1946”.

Lowe, que inauguró en Barcelona el proyecto Espacio de Humanidades. Mediterráneo y Europa, en el Palau Macaya de la Obra Social La Caixa, está de acuerdo en la comparación de la Europa de 1945 con la de la Guerra de los Treinta Años. “Todas las estructuras de la sociedad cayeron, las cosechas se perdieron, incluso las que pudieron recogerse no había manera de transportarlas, todo estaba destruido: el hambre fue peor que durante la guerra”. Había huérfanos por todas partes, señala el historiador, cientos de miles sino millones que se habían quedado sobre todo sin padre. Y muchos niños perdidos; 35.000 solo en Berlín en verano del 45. "Los niños eran el futuro para construir una nueva sociedad pero muchos estaban profundamente traumatizados. Hay muchos testimonios de niños a los que aterrorizaba la simple visión de un hombre en uniforme. Toda una generación se quedó sin referentes masculinos, con los padres muertos o prisioneros durante largos años". Muchos pueblos se quedaron sin hombres, lo que tuvo un efecto traumático en toda una generación de mujeres. "Los hombres se convirtieron en un bien muy preciado". En la URSS había al final de la guerra 13 millones más de mujeres que de hombres.

A Lowe le cuesta decir qué es lo que le conmueve más de todos los dramas de su libro. "Pero con lo que tengo pesadillas es con lo que se hizo a los civiles alemanes en los campos de prisioneros. Algunos guardias trataron de imitar lo que habían hechos los nazis en nombre de la venganza. No digo que algunos alemanes no merecieran castigo pero eso no es excusa para la brutalidad que se ejerció sobre ellos, lo que les hicieron”.

Para el historiador lo más importante es que la nueva Europa, la nuestra, se forjó en medio de "esa época violenta y vengativa", y fue entonces cuando "muchas de nuestras aspiraciones, de nuestros prejuicios y rencores cobraron forma”.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/17/actualidad/1424208186_419351.html

miércoles, 8 de abril de 2015

Grecia cifra la deuda de Alemania por la invasión nazi en 279.000 millones. La cantidad comprendería los préstamos concedidos y el valor de las piezas expoliadas

El Gobierno griego ha plasmado finalmente en la cifra de 279.000 millones de euros la demanda de reparaciones por la ocupación nazi de Grecia durante la Segunda Guerra Mundial. La comisión del Parlamento griego sobre el tema que comenzó a funcionar la semana pasada busca reclamar las reparaciones, pero también la devolución de los préstamos concedidos por el Gobierno griego títere impuesto por los invasores y de las piezas arqueológicas expoliadas. Atenas hace público este informe precisamente en una semana clave de negociación con sus acreedores, en la que deberá afrontar un pago al FMI, una subasta de Letras del Tesoro, además de prepararse para el desembolso de salarios y pensiones el próximo día 15.

Durante su comparecencia ante esta comisión, el viceministro de Finanzas, Dimitris Mardas, ha explicado que Berlín debe 278.700 millones de euros según los cálculos de la Oficina General Contable del Estado. Los créditos suman de por sí 10.300 millones de euros. La reivindicación de las reparaciones de guerra ha tenido más repercusión en los últimos años, coincidiendo con la crisis y los sucesivos rescates griegos de la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea) que suman un total de 240.000 millones de euros.

Alemania en cambio rechaza las reclamaciones griegas y asegura que ha cumplido con todas sus obligaciones y recuerda el abono a Grecia de 115 millones de marcos alemanes a Grecia en 1960.

Por otra parte, el Gobierno ha asegurado que no se incluirá una subida del IVA en la lista de reformas presentada a los acreedores internacionales, según el portavoz del Gobierno, Gavriil Sakellaridis, que ha realizado declaraciones a la emisora de radio privada Real FM.

"Por parte del Gobierno griego no hay incremento del IVA para ninguna isla en la lista de reformas presentada", ha afirmado. "Pero el debate está abierto", ha advertido. En cuanto a la reunión del domingo en Estados Unidos entre el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, Sakellaridis ha destacado que se produjo a petición del ministro griego.

"Varoufakis tenía un viaje a Washington previsto para entrevistarse con cargos del Ministerio de Finanzas estadounidense, reuniones que se producirán hoy, y como estaba de visita en Washington, pedimos esta reunión con la señora Lagarde", ha explicado. En la reunión se abordó en conjunto el programa de reformas planteado por el Gobierno griego. "Hubo un debate de fondo sobre el marco de las reformas", ha asegurado Sakellaridis.

Este mismo lunes, fuentes del Gobierno griego han asegurado que Lagarde no pidió a Varoufakis, ...
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/04/07/actualidad/1428400924_433682.html

jueves, 12 de marzo de 2015

La batalla interior de los físicos del nazismo. Philip Ball indaga en la compleja relación entre ciencia y política bajo el Tercer Reich

La física fue la gran ciencia de la primera mitad del siglo pasado, la especialidad capaz de los mayores honores y los peores horrores. También fue el campo de acción de los mayores héroes y villanos, del desarrollo de usos de las radiaciones para curar y para matar. ¿Dónde estaba cada uno? ¿Cómo sobrevivieron al nazismo los que se quedaron en Alemania? ¿Cómo hablaban de relatividad sin Einstein? ¿Era posible asomarse al nuevo mundo despreciando la ciencia judía, teniendo en cuenta que una cuarta parte de los físicos alemanes eran, en 1933, oficialmente “no arios”?

Philip Ball indaga en este libro sobre la batalla en el alma de los físicos alemanes bajo el Tercer Reich, al menos según el título original. Y lo hace con profundidad pero sin sesgos, sin apriorismo y con un análisis riguroso y equilibrado. Dejando claro, también, que no hay ciencia sin política. Es el retrato de un momento científico apasionante —es poco probable que veamos nunca nada igual, el descubrimiento, literalmente, de un universo desconocido— y de un momento político excepcional.

Y no es fácil, desde luego, mantener el equilibrio cuando se conoce, por ejemplo, el trato que recibió Lise Meitner, judía, mujer, ninguneada por su jefe —ni siquiera la mencionó cuando recogió el Nobel que ella merecía— y que pudo escapar de Alemania gracias a Peter Debye, uno de los personajes clave para el autor. Precisamente Ball, divulgador científico y editor durante veinte años de la revista Nature, rescata del lugar de los apestados en el que han colocado algunos biógrafos a Debye y, de hecho, este es en cierta medida el hilo conductor, pese a haber sido considerado “un premio Nobel con las manos sucias”.

Peter Debye, que trabajó “en una de las áreas menos glamurosas de la ciencia: la fisicoquímica”, fue acusado (en enero de 2006) de connivencia con los nazis, pese a que nunca quiso adoptar la nacionalidad alemana, lo que hubiera supuesto perder la holandesa, y que fue, de hecho, quien hizo posible la huida de Meitner. Pero se movió en una zona gris en algunas ocasiones, entre el fervor por el conocimiento y el acatamiento de normas claramente racistas. Precisamente en esa zona gris es donde Ball trata de explicar, y de entender, los comportamientos de los protagonistas de esta historia, el gran Planck, Heisenberg y todas las lumbreras del momento.

En el proceso de nazificación de Alemania distingue Ball a los convencidos y a quienes viven lo que pasa viendo un país deshecho que comienza a levantarse y ven con buenos ojos que se restaure “el honor nacional. Eso no significa que Heisenberg recibiera con beneplácito el ascenso de Hitler, pero, como a muchos alemanes de familias de clase media alta, lo predispuso favorablemente hacia algunos aspectos de las políticas nacionalsocialistas, entre ellos su truculencia militarista”.

Se trata, en fin, de entender cómo los físicos alemanes se comportaron, en palabras de Planck, “como un árbol frente al viento”. O, dicho de otra manera, cómo unas personas tan inteligentes se acomodaron a una situación en la que “lo que antes había sido impensable se volvió de repente factible”.

Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler. Philip Ball. Traducción de José Adrián Vitier. Turner. Madrid, 2014. 354 páginas. 24 euros.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/10/babelia/1423567411_709762.html

martes, 17 de febrero de 2015

Últimos testigos de Mauthausen. El periodista Carlos Hernández reconstruye la historia de los 9.000 republicanos españoles internados en campos nazis con la aquiescencia de Franco


Durante años Sigfried Meier fue muchas cosas en la vida para tratar de ocultar aquella que le habían obligado a ser contra su voluntad: un superviviente del nazismo. Judío de Fráncfort, Meier llegó de niño a Auschwitz, donde vio morir a su padre y afinó al máximo dos armas: el afán de supervivencia y el espíritu de rebeldía. Cuando entró en Mauthausen, trasladado en un convoy de la muerte sin ninguna noción de estar vivo, llevaba consigo tanta rabia que se atrevió a gritarle a los nazis que intentaron raparle. Y así fue, gracias a sus gritos y a su impecable perfil ario, cómo el capo de turno lo puso en manos de Saturnino Navazo, el preso español que organizaba partidos de fútbol en Mauthausen y que le adoptó como un hijo. Meier se emociona cada vez que recuerda a Saturnino. José Alcubierre lo hace cada vez que recuerda a su padre, asesinado a golpes en el campo de Gusen.

Ambos son algunos de los protagonistas de Los últimos españoles de Mauthausen (Ediciones B), el libro donde el periodista Carlos Hernández de Miguel rastrea la historia de los 9.000 deportados a campos nazis, con un doble objetivo: “Darles voz a las víctimas e identificar a los culpables”.

Meier y Alcubierre se cruzaron una vez en Mauthausen y no volvieron a hacerlo hasta el lunes, cuando coincidieron en Madrid para arropar la presentación de la obra. Ellos custodian de las pocas memorias aún vivas de la deportación, aunque su relación con aquel pasado ha diferido. Alcubierre nunca quiso olvidar. Meier luchó casi toda su vida por hacerlo: “No me gusta contarlo, preferiría que nunca hubiera existido. No es mi título de gloria, fue como una violación... yo viví todo esto como un niño, no podía entender por qué estaba allí”.

Alcubierre fue uno de los ocupantes del tren que partió hace 75 años de la estación de Angulema (Francia) cargado con 925 mujeres, hombres y niños españoles que ignoraban que su destino era Mauthausen. Aquel agosto de 1940 se consumaba la definitiva trapacería contra los republicanos refugiados en Francia, que habían sido movilizados —voluntariamente o no— para luchar contra Alemania sin obtener por ello ningún reconocimiento. “Los trabajadores españoles capturados en Francia durante la guerra son por lo tanto prisioneros civiles”, recogía un documento del Estado Mayor del Ejército francés en mayo de 1942, citado en el libro.

No era un simple formalismo: los alemanes trataron a los combatientes del ejército enemigo con arreglo a ciertas convenciones internacionales. Ser clasificado como civil sin patria reconocida dejó a miles de españoles desarbolados. Porque si la Francia de Pétain se despreocupó, la España de Franco los echó directamente en las fauces de los leones. “Franco fue un cómplice activo. Si acaban en los campos de concentración fue por orden de Franco”, denuncia el periodista Carlos Hernández de Miguel.

Alcubierre sobrevivió a cinco años de cautiverio en Mathausen, incluso al terrible dolor de recibir la noticia de la muerte de su padre a golpes, y fue uno de los artífices del salvamento de las fotografías que luego se usaron en los juicios de Núremberg. “Llevábamos el triángulo azul con el símbolo de los apátridas”, recuerda Alcubierre, que sigue viviendo en Angulema. “Ahora Francia nos respeta, nos ha dado una pensión. El Gobierno español no nos ha dado nada”, compara.

También Carlos Hernández lamenta la dejación de España con las víctimas de los campos nazis, como Alcubierre y Meier, el niño que renegó del alemán y de sus congéneres. “He aprendido que no se puede confiar en el ser humano, que un pueblo tan cultural como el alemán haya podido hacer lo que hizo... En Auschwitz no había ni una pizca de ayuda, cada uno iba a lo suyo, a vivir un día más, a robar aunque eso le pudiese costar la vida a otro, estas cosas fueron mi universidad… Yo podía haber terminado en la cárcel porque solo sabía robar y engañar. Me salvó Navazo… solo tengo una referencia. No creo en la bondad de la gente. Siempre hay un interés detrás. No soy amargo pero en general soy pesimista”.

Fuente:
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/26/actualidad/1422295851_665791.html

martes, 25 de noviembre de 2014

Derechos nacionales en Israel

Siendo niño, he vivido y luego escapado de un país, la Alemania nazi, donde por ser judíos éramos privados de los derechos nacionales que tenían los demás. Hoy me entero de que hay otro país, Israel, donde está en marcha un proyecto de ley según el cual los que se verán privados de esos derechos serán los no judíos. Visto lo que viene sucediendo desde hace más de un siglo, la coincidencia no me sorprende. Lo que sí me sorprende e indigna es que la democrática Unión Europea no sólo mantenga relaciones con ese país sino que le otorgue especiales privilegios económicos.— Madrid 25 NOV 2014 -

domingo, 8 de abril de 2012

Historiadores contra revisionistas. Una treintena de especialistas en el siglo XX participan en una obra que enmienda el sesgo ideológico del polémico "Diccionario Biográfico Español"

Presentar En el combate por la historia (Ediciones Pasado y Presente) como un contradiccionario, una réplica corregida de las fallidas reseñas del siglo XX incluidas en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia (RAH), es un astuto ardid comercial, pero le hace un flaco favor a la causa que les animó a todos, editor e historiadores, a sumarse al proyecto.

Sin quererlo, fomenta esa visión de que la historia española del siglo XX puede ser contada desde dos puntos de vista y que los historiadores están parcelados en los mismos bandos que en la Guerra Civil. Y en verdad los únicos bandos posibles son obvios: historiadores buenos e historiadores malos.

La mayoría de los 33 especialistas reunidos para este proyecto llevan años investigando el siglo XX y gozan de reconocimiento. Hay, además, algunos que participaron en el Diccionario como Fernando Puell o Carlos Barciela. “Yo no estoy ni con unos ni con otros, pero lo que no puedes es justificar el golpe de Estado. Un golpe es un golpe y no el Glorioso Alzamiento, y tampoco puedes llamar solo ‘bando nacional’ a unos porque igual de nacionales eran unos que otros. El problema de aquella obra es que unas cuantas voces han contaminado el resto, es un libro que salió tarado”, sostiene Fernando Puell, profesor de Historia Militar en el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado de la UNED y coronel retirado, que aportó 40 biografías a la colección de la RAH y que analiza las operaciones militares durante la Guerra Civil y el papel del Ejército durante el régimen franquista en el libro de Pasado y Presente.

A Carlos Barciela, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Alicante, le disgusta la etiqueta de contradiccionario. “Yo no he hecho contrainvestigación nunca. He hecho investigación y lo que se va a publicar es la labor de muchos años de trabajo”, puntualiza. Aportó al Diccionario unas 200 biografías de ingenieros agrónomos, recopiladas durante ocho años, y dos entradas para En el combate por la historia. En la que dedica a la reforma agraria demuestra que fue un aspecto capital para los sublevados: “Resulta llamativo que desde agosto de 1936 empiezan a promulgar decretos que tienen como finalidad paralizar la reforma agraria de la República y devolver las tierras a sus propietarios”.

El sesgo ideológico y el escaso rigor que impregnaban algunas biografías sobre el siglo XX encargadas por la Real Academia de la Historia indignaron el año pasado a Gonzalo Pontón, histórico editor de Crítica que ahora ha fundado la editorial Pasado y Presente. Le pidió a Ángel Viñas que coordinase una obra que sintetizase con rigor lo ocurrido entre 1931 y 1975, con la actualización de lo investigado en los últimos años, y que ha derivado en un volumen de casi 1.000 páginas. “Aquí hay una escuela historiográfica muy sólida y sensata, y no podíamos permitir que los historiadores españoles fuesen los representados por la RAH”, expone Viñas.

Casi nadie le dijo no. Entre los 33 firmantes figuran algunos de los máximos especialistas en ese periodo: Paul Preston, Julio Aróstegui, Julián Casanova, Enrique Moradiellos, Ricardo Miralles, José-Carlos Mainer, Josep Fontana y Eduardo González Calleja. “Están representadas tres generaciones: una de mayores como Elorza o Fontana; la intermedia con gente como Casanova y la más joven que está haciendo un trabajo muy riguroso como Jorge Marco, Gutmaro Gómez Bravo o José Luis Ledesma”, afirma el coordinador de la obra, que arremete contra el revisionismo —y algunos exponentes del mismo— en un duro epílogo.

El volumen incluye las biografías de 12 protagonistas del periodo ...
...señala Josep Fontana, catedrático de Historia Económica y autor de una treintena de obras. “Personalmente, cuando se desataron las iras por el Diccionario, tampoco acepté criticar la obra en conjunto. Lo que es imperdonable es que se haya montado sin control y que una parte anule la validez de la obra entera. Yo espero que este libro sea una ayuda para poner las cosas en su sitio”, confía Fontana.

Franco, por Paul Preston...
Decir que Franco fue una figura mediocre no explica cómo llegó al poder absoluto (...) al compararle con Hitler y Mussolini, y tuvo mucho en común con ambos, se tropieza con el hecho de que Franco tenía la afición de jugar a las quinielas y que ganaba de vez en cuando.

La falta de escrúpulos en bombardear pueblos asturianos y el uso de mercenarios marroquíes revelaron que Franco sentía por los obreros de izquierdas el mismo desprecio racista que le habían despetado las tribus del Rif.

Llevó a cabo una guerra de terror, en la que la matanza de tropas contrarias se vería acompañada de una represión despiadada de la población civil. Se propuso realizar una inversión en terror para establecer los cimientos de un régimen duradero.

A partir de 1953, empezó a forjar una nueva imagen: la de padre del pueblo. Fue el momento en que en la práctica se retiró del puesto de Jefe del Ejecutivo (...) se quedó con obligaciones rutinarias que cumplía al estilo de un monarca.

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Y aquí sobre el libro de Preston.

viernes, 17 de febrero de 2012

El profundo error del Gobierno alemán de la República de Weimar: los orígenes del nazismo

El gobierno alemán está proponiendo (en realidad imponiendo) políticas de austeridad a todos los países de la Eurozona, forzándoles a que recorten de una manera muy marcada su gasto público, incluyendo el gasto público social. La Sra. Angela Merkel cree erróneamente que tales políticas ayudarán a los países de tal zona monetaria a salir de su enorme recesión. La evidencia histórica, incluida la existente en el propio pasado de Alemania, muestra lo profundamente equivocada que está Angela Merkel. En un interesante artículo, el politólogo y economista alemán Fabian Lindner (“European Austerity. Is this 1931 all over again?”) detalla la génesis del nazismo en Alemania, mostrando los preocupantes paralelismos entre la situación actual en gran parte de los países de la Eurozona y la existente en los años veinte y treinta del siglo pasado en Alemania y en Europa. Fabian Lindner señala que la economía alemana se colapsó en 1931 como resultado de las políticas de gran austeridad realizadas por el gobierno alemán. Como ahora, el dogma oficial había afirmado que había que recortar el déficit del Estado como condición indispensable para permitir la recuperación económica. El canciller Heinrich Brüning, sabiendo lo impopular de tales medidas de austeridad, que incluían reducciones salariales (tanto en el sector público como privado), gobernó por decreto, saltándose el Parlamento Alemán.

Alemania tenía una enorme deuda pública, que debía sobre todo a Francia y Gran Bretaña, como reparaciones a los vencedores en la I Guerra Mundial, donde había sido derrotada. Para pagar su deuda pública, Alemania tuvo que pedir dinero, sobre todo de EE.UU, que exigía ser pagado en dólares. Y para pagar esta deuda, Brüning redujo el 30% del gasto público, afectando sobre todo a los salarios públicos y a la Seguridad Social. Después del crash de la bolsa de NY del 29, los bancos americanos retiraron el dinero de Alemania. Como consecuencia, el PIB bajó un 8% en 1931 y un 33% en 1932, causando un enorme crecimiento del desempleo, que alcanzó el 30%. La gente entró en pánico y el dinero depositado en los bancos dejó el país rápidamente (los parecidos con la situación actual de Grecia son enormes). El sistema bancario se colapsó, y el crédito desapareció. Dos años más tarde, el 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller, por el presidente Hindenburg (no salió elegido porque no tuvo mayoría absoluta) en el Parlamento alemán, al que suprimió más tarde. Hitler siguió políticas keynesianas (keynesianismo militar) que sacó Alemania de la depresión.
Los paralelismos entre la Alemania de los años treinta y lo que está ocurriendo en Grecia, Portugal y pronto en España e Italia, son preocupantemente altos. Es un profundo error que el gobierno alemán esté imponiendo aquellas políticas de austeridad a estos países. Fue precisamente la parálisis económica de los años 1931 y 1932, creada por las políticas de austeridad, la que determinó, junto con el apoyo de las clases dominantes (banqueros, industriales, terratenientes, militares) la subida del nazismo al poder.

Una última apostilla. Después de la segunda derrota, la II Guerra Mundial, (rendición incondicional cuya firma exigieron los rusos a los mandos del ejercito -la Wehrmacht-, ya que la firma del Tratado de Versalles por los políticos -socialdemócratas- y la inhibición de los militares, había sido la base del mito de "la puñalada por la espalda" que explotaron tanto los nazis para acusar de la derrota alemana a la traición de los políticos de Weimar) Alemania tenía una enorme deuda, de nuevo con los países vencedores del conflicto. Los aliados le perdonaron la mitad de la deuda y además se vieron, a partir de 1947 con el cambio de politica de Truman y el inicio de la guerra fría, beneficiados por el Plan Marshall. Sin esta medida, Alemania no se habría recuperado. ¿Tan poca memoria tiene la Sra. Merkel? 18/diciembre/2011.
Vicenç Navarro.

URL al artículo: http://www.elplural.com/2011/12/18/el-profundo-error-del-gobierno-aleman-los-origenes-del-nazismo/
https://global.britannica.com/biography/Walther-Rathenau