miércoles, 5 de abril de 2017

_--Un mundo sin Tesla

_--El genio y extravagante visionario de la revolución eléctrica se ha convertido en personaje de novela e icono de la cultura pop.

Todos los genios incomprendidos, con perdón por la redundancia, merecerían la segunda oportunidad que el ángel concedió a James Stewart en Qué bello es vivir: mostrarle cómo sería el mundo si él no hubiera existido. No para impedir que se tiren por un puente, como en la película de Frank Capra, sino para que se mueran sabiendo que tenían razón. Después de una vida entera aguantando a los beocios, esa tiene que ser la mejor versión para genios del descanse en paz al que todos aspiramos.

El ángel de Capra tuvo que hilar fino con el personaje de Stewart, que al fin y al cabo era un banquero y había arruinado a medio pueblo, con perdón otra vez por la redundancia. Su trabajo habría sido mucho más fácil con los genios de verdad. Cervantes y Shakespeare, Galileo y Newton, Van Gogh y Picasso nunca destacaron por su modestia, ciertamente, pero hasta ellos se quedarían boquiabiertos si pudieran ver lo que significan para nosotros, si pudieran saber que sin ellos la literatura, la ciencia y el arte no solo serían muy distintos, sino también mucho peores.

Con ninguno, sin embargo, lo habría tenido el ángel más fácil que con Nikola Tesla, inventor de la bobina de inducción que inauguró la era de la radio, artífice del sistema de transmisión que nos lleva la energía eléctrica a casa, descubridor de un principio extraordinariamente simple, eficaz y versátil -como todas las grandes ideas- en el que se basan nuestros motores eléctricos y casi cualquier otra cosa que lleve un enchufe. No hace falta un ángel para imaginar un mundo sin Tesla. Basta un apagón. De los gordos.

Todo el mundo ha oído hablar de Edison, aunque solo sea porque inventar la bombilla es una metáfora casi automática de tener una idea luminosa. Los seguidores de Tesla son más raros. Escasos y raros: tycoons de Silicon Valley, visionarios verdes del coche eléctrico, artistas de la vanguardia australiana, bandas de culto del más estricto tecno-pop, adictos a los videojuegos, teóricos de la conspiración, avistadores de ovnis y Thomas Pynchon. No me interpreten mal, yo adoro a Pynchon, pero no creo que sea la vía para entender el genio de Tesla, ni ninguna otra cosa. El último en incorporarse al club de fans, el novelista francés Jean Echenoz, es seguramente el más normal de la lista, por extraño que les pueda resultar ese adjetivo a sus lectores. Y su última novela, Relámpagos (Anagrama), es sin duda la mejor forma de introducirse en el universo del gran innovador de origen serbio.

El libro de Echenoz no es una biografía novelada de Tesla. Es mucho mejor que eso. Por ejemplo, un biógrafo nunca escribiría: "Temible, temido por su poder y su endiablado mal genio, John Pierpont Morgan lo es también por su clarividencia". Un biógrafo podría cargarse a Edison en 50 páginas, pero no en una frase, ni desde luego por "ir siempre embutido en batas de algodón beige confeccionadas por su mujer". Vale, ya sabemos que ese no es Edison, sino un personaje de ficción que se llama igual. Muy bien. Quien quiera rigor que se lea las 50 páginas del biógrafo. Yo me quedo con la bata beige.

Siempre hemos estado fascinados por los genios. Y siempre hemos tendido a exagerar sobre ellos. No nos basta que Arquímedes penetrara en los secretos de la esfera, descubriera el principio del empuje hidrostático -el "momento eureka" por antonomasia- y fuera uno de los mayores matemáticos de la historia. Además queremos que destruyera la flota romana quemando sus velas con un ingenioso sistema de espejos que concentraban la poderosa luz del sol del Mediterráneo, y que esa genialidad le costara la vida. Una bella y dramática historia que, a diferencia de las fórmulas de la esfera, tiene todas las papeletas para ser mentira, pues los intentos modernos de reproducir la hazaña no han logrado quemar ni un pañuelo a esa distancia.

Lo mismo pasa con Tesla. Sus grandes aportaciones a la tecnología de la electricidad, citadas arriba, no les deben parecer suficientes a sus admiradores, que además quieren ver al inventor como un alma de cántaro, un altruista obsesionado por ayudar a la humanidad, "el genio al que robaron la luz", el Prometeo moderno que sufrió el eterno castigo del olvido por haber arrebatado la energía electromagnética a las oscuras fuerzas del poder y la industria para entregársela al pueblo llano libre de todo costo, el descubridor de los nexos ocultos entre la física y la psique y la clave secreta de todas las conspiraciones y contubernios de los que se pueda conversar en un taxi. Historias no solo falsas, sino tan feas como Edison. La realidad es mucho más interesante que todo eso.

El descubrimiento esencial que disparó la revolución de la energía eléctrica no fue obra de Tesla, ni pudo serlo, pues ocurrió exactamente 25 años antes de su nacimiento. Su nombre técnico no carece de cierto lirismo -inducción magnética-, y es uno de los mayores hitos no solo de la tecnología, sino también de la ciencia, pues permitió entender el fenómeno de la electricidad y el magnetismo con una profundidad y elegancia matemática que la ciencia no había conocido desde la teoría gravitatoria de Newton, y que no volvería a conocer hasta la teoría de la relatividad de Einstein. La historia demuestra que ese tipo de entendimiento profundo precede a todas las revoluciones tecnológicas.

En 1831, Michael Faraday, que pese a ser un científico aficionado sin educación formal ha pasado a la historia como el mejor experimentalista de todos los tiempos, descubrió que un campo magnético cambiante es capaz de crear una corriente eléctrica en un cable. Podía hacerlo moviendo un imán cerca de un cable, o moviendo el cable cerca del imán. En cualquier caso, la corriente eléctrica era siempre más fuerte cuanto más rápido fuera el movimiento. Este simple hecho mostró que la electricidad y el magnetismo no eran dos cosas, sino dos formas de mirar a una sola. Todos los grandes saltos en la comprensión científica del mundo se basan en unificaciones de ese tipo. Nuevos nexos ocultos entre conceptos dispares. Literalmente, nuevas metáforas.

Tesla tampoco inventó las aplicaciones tecnológicas de ese avance del conocimiento puro. El descubrimiento de Faraday sugería de inmediato una forma de convertir la energía mecánica -los movimientos del imán- en energía eléctrica, y no había pasado ni un año cuando el primer generador eléctrico se presentó en París. Hacia la mitad del siglo, con Tesla aún sin nacer, varios países fabricaban ya generadores eléctricos comerciales. El descubrimiento de Faraday también indicaba la posibilidad contraria: convertir la energía eléctrica en energía mecánica, es decir, construir un motor eléctrico. Tampoco fue Tesla, sino de nuevo Faraday, quien descubrió la corriente alterna.

Tesla fue más bien el Steve Jobs de la revolución eléctrica, el visionario con mentalidad emprendedora, y el más hábil para llevar a la práctica las ideas científicas de otros, y muy en particular las del propio Faraday.

La otra parte del mito, o del Tesla que protagoniza los tebeos y los videojuegos, es la del genio incomprendido, el innovador altruista "al que le robaron la luz". Este cliché tiene unos fundamentos tan endebles como el primero, pero también sirve para ilustrar la íntima, fructífera y turbulenta relación de la innovación con las finanzas.

En 1885, solo un año después de desembarcar en el puerto de Nueva York con una libreta llena de cálculos, unos cuantos poemas y cuatro centavos en el bolsillo, Tesla encontró justo lo que había ido a buscar a América: un empresario interesado en sus ideas. George Westinghouse se interesó en la gran idea del inventor, el motor de corriente alterna, e hizo lo que suelen hacer los empresarios en esos casos: comprarle los derechos de patente. Westinghouse no estaba robando las ideas de Tesla, sino permitiéndolas entrar en el juego. Y justo a tiempo.

Su archienemigo Edison estaba empezando a comercializar los motores eléctricos de corriente continua, y hasta había convencido ya a algunos Gobiernos europeos, entre ellos el alemán, para que adoptaran ese sistema. El motor de corriente alterna ideado por Tesla era -y sigue siendo- mucho más eficaz que el de Edison, pero nunca habría podido competir con él sin la audacia y el dinero de Westinghouse. La lucha fue larga y feroz, pero los motores de Tesla y Westinghouse se acabaron imponiendo, y con ellos los sistemas de distribución de corriente alterna se usan en todo el mundo.

El estilo vehemente y efectista del inventor ha contribuido a alimentar el mito, y el cliché. Cuando la poderosa corriente alterna empezó a suscitar temores en una parte del público y la prensa, organizó una demostración pública en la que su propio cuerpo sirvió de conductor para encender un deslumbrante panel de bombillas. Convenció a Westinghouse para instalar sus primeros sistemas en las cataratas del Niágara. Inventó el primer aparato dirigido por control remoto -un barco de juguete- y lo presentó en público con una demostración en el Madison Square Garden de Nueva York. Encendió 200 lámparas desde una distancia de 40 kilómetros, produjo rayos de 40 metros, aseguró que había inventado un rayo capaz de destruir 10.000 aviones enemigos y, para colmo de delicias entre sus fans, anunció haber recibido señales de una civilización extraterrestre.

Si Tesla no hubiera existido, la gente se lo hubiera inventado de todas formas. Un trabajo fácil para el ángel de Capra.

-Relámpagos. Jean Echenoz. Traducción de Javier Albiñana. Anagrama. Barcelona, 2012. 160 páginas. 15,90 euros (electrónico: 11,99). 
-Yo y la energía. Nikola Tesla. Presentación de Miguel Á. Delgado. Traducción de Cristina Núñez Pereira. Turner. Madrid, 2011. 312 páginas. 19,90 euros. 
-Nikola Tesla: el genio al que le robaron la luz. Margaret Cheney. Traducción de Gregorio Cantera. Turner. Madrid, 2010. 424 páginas. 28 euros. 
-Nikola Tesla. Vida y descubrimientos del más genial inventor del siglo XX. Massimo Teodorani. Sirio. Málaga, 2011. 136 páginas. 11,95 euros.

http://elpais.com/diario/2012/02/04/babelia/1328317960_850215.html

martes, 4 de abril de 2017

PLACERES Y TÓPICOS GENIALES. La naturaleza del genio creativo.

La investigación psicológica ha estado últimamente muy interesada en explorar la naturaleza del genio creativo. Es lógico, pues la influencia de estas mentes adelantadas en la historia del conocimiento, y por tanto en la historia sin más, ha sido de una magnitud apabullante. Pese a la insistencia pelmaza en que los genios individuales son cosa del pasado, y en que la ciencia moderna es una tarea colectiva y organizada, los hechos no se avienen. Lo ha vuelto a demostrar el reciente caso de Grisha Perelman, el genio ruso que demostró la conjetura de Poincaré y resolvió así un problema endemoniado que se les había resistido a las mentes más brillantes durante cien años. El logro de Perelman tuvo tan poco que ver con la organización de las tareas colectivas que sus colegas no podían ni creérselo cuando lo publicó en la Red, y necesitaron varios años de trabajos forzados para comprobar que era correcto. Fiel a los tópicos sobre el genio científico, Perelman rechazó la medalla Fields que le otorgó una asombrada comunidad matemática, pasó del millón de dólares que un mecenas había prometido por el hallazgo y se fue a vivir con su madre en San Petersburgo.

Es uno de los tópicos sobre los genios que ha confirmado la psicología experimental, y hay más. Las mentes más creativas pertenecen casi siempre a individuos autónomos e inconformistas con cierta alergia a aceptar acríticamente el conocimiento recibido que todos sus colegas dan por hecho. Si el común de los mortales disfruta del orden y la simetría, el genio parece obtener placer de todo lo contrario. Sus estímulos se encuentran allí donde el mundo, o las teorías sobre el mundo, empiezan a formar turbulencias y deshacerse en la frontera del caos. Parece sentir que las paradojas marcan el camino hacia el descubrimiento, y a menudo tiene razón en eso.

También en consonancia con el tópico, los genios suelen ser solitarios e introvertidos, y se fían más de su intuición que de las opiniones convencionales de los demás, sobre todo si provienen de las autoridades de su campo académico. Tienen un rasgo de carácter que los psicólogos denominan novelty seeking, o búsqueda de novedades, una especie de compulsión por lo insólito que comparten con la gente que hace puenting y con la que tiende a experimentar con las drogas.

Los genios son muy inteligentes, pero eso no basta, porque hay gente muy inteligente que no es creativa. Los teslas y los perelmans parecen moverse en el filo de un difícil equilibrio entre la razón y la intuición, la percepción consciente y la imaginación onírica, lo abstracto y lo concreto y, ya en el colmo de la confirmación del tópico, en la difusa frontera entre el genio y la locura.

Su imaginación mueve el mundo, pero poca gente se iría de cañas con ellos. Dejadles trabajar en paz y morir sabiendo que tenían razón. No piden más.
Javier Sampedro.

http://elpais.com/autor/javier_sampedro/a/

TENERIFE UNKNOWN from FilmSpektakel on Vimeo.

lunes, 3 de abril de 2017

Un matemático ha creado un método de enseñanza que está demostrando que no hay estudiantes malos en matemáticas

Las matemáticas son un tema notoriamente difícil para muchos niños y adultos. 
Hay una brecha de género, una brecha de carreras, y sólo un mal desempeño en general en muchos países.

John Mighton, un dramaturgo canadiense, autor y profesor de matemáticas que luchó con las matemáticas, ha diseñado un programa de enseñanza que tiene algunos de los estudiantes de matemáticas con el peor desempeño que se desempeñan bien y realmente disfrutan de las matemáticas. Cada vez hay más pruebas de que el método funciona para todos los niños de todas las habilidades.

Su programa, JUMP (Junior Undiscovered Math Prodigies) Math, está siendo utilizado por 15.000 niños en ocho estados de los Estados Unidos (está alineado con el Núcleo Común), más de 150.000 en Canadá y alrededor de 12.000 en España. El Departamento de Educación de los Estados Unidos encontró lo suficientemente prometedor como para dar una subvención de $ 2.75 millones en 2012 a Tracy Solomon y Rosemary Tannock, científicos cognitivos del Hospital for Sick Children y la Universidad de Toronto, para llevar a cabo un ensayo controlado aleatorio con 1.100 niños y 40 aulas . Los resultados, a finales de este año, esperan confirmar el trabajo anterior realizado por los dos en el 2010, que mostró que los estudiantes de 18 aulas usando JUMP progresaron dos veces más rápido en una serie de pruebas de matemáticas estandarizadas que los que recibieron instrucción estándar en otras 11 aulas. "Sería difícil atribuir estas ganancias a cualquier cosa menos a la instrucción, porque nos esforzamos mucho para asegurarnos de que los maestros y los estudiantes fueran tratados de manera idéntica, excepto por la instrucción que recibieron", dijo Salomón.

Cómo funciona
Mighton ha identificado dos problemas importantes en cómo enseñamos matemáticas. Primero, sobrecargamos el cerebro de los niños, moviéndonos demasiado rápido del concreto al abstracto. Eso pone demasiado énfasis en la memoria de trabajo. En segundo lugar, dividimos las clases por habilidad, o "flujo", creando jerarquías que desactivan a los más débiles mientras que no benefician a los mejores.

Mighton sostiene que en la última década, Estados Unidos y Canadá han pasado a un enfoque de "descubrimiento" o "investigación" basado en las matemáticas, por el cual los niños están diseñados para descubrir muchos conceptos por sí solos. El ejemplo que ofrece en este artículo de Scientific American es el siguiente:

"Las lecciones basadas en el descubrimiento tienden a centrarse menos en los problemas que pueden resolverse siguiendo una regla general, un procedimiento o una fórmula (como" encontrar el perímetro de un rectángulo de cinco metros de largo y cuatro de ancho ") y más sobre problemas complejos basados ​​en Ejemplos reales que se pueden abordar de más de una manera y tener más de una solución ("usar seis azulejos cuadrados, hacer un modelo de un patio que tenga el menor perímetro posible") " Solomon dijo que este enfoque -o también llamado aprendizaje basado en problemas- significa que el papel de los maestros no es proporcionar instrucción directa, sino dejar que los niños colaboren para encontrar soluciones a problemas complejos y realistas que tengan múltiples enfoques y respuestas. Pero demasiados niños no tienen los bloques de construcción para descubrir las respuestas. Se sienten frustrados, y luego se fijan en la creencia de que no son "gente de matemáticas".

Un problema clave con este método es que requiere que los niños tengan demasiadas cosas en su cerebro al mismo tiempo. "Esto es muy difícil para los maestros", dijo Solomon, y "es muy difícil para los niños".

Mighton piensa-y ofrece investigación sobre el cerebro (pdf) para apoyarlo- que los niños tengan más éxito con las matemáticas cuando se divide en pequeños componentes que se explican cuidadosamente y luego se practican continuamente.

Para explicar el concepto a mí, él tomó una pregunta básica-¿qué es 72 dividido por 3? Me mostró varias maneras de hacerlo, incluyendo decir que tres amigos quieren compartir siete monedas de diez centavos y dos monedas de un centavo. Cuando me detengo, incluso por un segundo, Mighton se disculpa y dice que claramente no lo ha explicado bien, y toma otra punzada en él de una manera diferente. Los críticos argumentarían que todos los buenos maestros abordan problemas como este, desde múltiples ángulos. Pero muchos maestros luchan con su propia ansiedad matemática, y la investigación muestra que luego transmiten esta ansiedad a sus estudiantes. (Eso sucede con los padres también, por desgracia.)

Y Nikki Aduba, quien ayudó a probar el método de Mighton en las escuelas de la ciudad londinense de Lambeth, dijo que Mighton ha desglosado los pasos tan cuidadosamente que casi todo el mundo podría captar. Muchos maestros, dijo, acogieron con beneplácito este enfoque. "Muchos pensaron, está bien pasar de A a B hay estos tres pasos, pero resulta que hay realmente cinco o seis", dijo.
Cuando Solomon condujo el programa piloto en JUMP, dijo que eran los pasos pequeños e incrementales que hicieron que la matemática fuera accesible para todos los estudiantes y permitió que algunos de ellos experimentaran el éxito en matemáticas por primera vez. "Porque pueden dominar los incrementos, están consiguiendo los cheques y construyendo la mentalidad que sus esfuerzos pueden llegar a ser algo. Esa experiencia los motiva a continuar ", dijo. Al continuar, practican más matemáticas, obtienen más habilidades y se convierten en la gente de matemáticas que creían que no podían ser.

Mighton dice que los pequeños pasos son críticos. "No voy a mover hasta que todos puedan hacer esto", dijo. "Las matemáticas son como una escalera, si te pierdes un paso, es difícil seguir adelante. Hay un conjunto de secuencias. "Ha llamado su método" micro descubrimiento "o" descubrimiento guiado ". Hay otras pruebas de su éxito. Cuando la Escuela Charter de Manhattan pilotó el programa en 2013-14 con sus estudiantes de cuarto grado, experimentó el mayor aumento en los puntajes de matemáticas en toda la ciudad de Nueva York. Ahora todas las clases de la escuela lo utilizan.

El programa se utilizó en Lambeth, una de las zonas más pobres de Londres, con más de 450 de sus estudiantes con peores resultados. En el momento en que comenzaron, el 14% estaban realizando a nivel de grado: cuando los niños tomaron sus exámenes de grado 6 (llamados exámenes de Key Stage 2 en el Reino Unido), el 60% pasó. Aduba dijo que funcionó "brillantemente", especialmente para los niños que habían estado luchando.

"Lo más importante del programa JUMP es que comienza pequeño y progresa en pasos muy pequeños hasta un nivel muy sofisticado en un período relativamente corto de tiempo", dijo. "Restauró la confianza en los niños que pensaban que" no puedo hacer matemáticas. "De repente, para poder hacer cosas, aumentó su confianza".

El mayor problema
El problema más grande que Mighton ve son las jerarquías. Los maestros tienden a asumir que en la mayoría de las aulas hay una curva en forma de campana -una amplia distribución de habilidades- y enseñar en consecuencia. Esto significa que el 20% de la clase obtiene un desempeño inferior, el 60% está en el medio y el 20% supera el desempeño, lo que da lugar a un rango de habilidades de dos o tres grados dentro de un salón de clases.

"Cuando la gente habla de mejorar la educación quieren mover la media más alta. No hablan de endurecer la distribución", dijo Mighton.

La razón por la que esto importa es que, como muestra la investigación (pdf), los niños se comparan entre sí desde el principio y deciden si son o no "personas de matemáticas". Los niños que deciden que no son personas de matemáticas corren el riesgo de desarrollar algo. Carol Dweck llama una mentalidad "fija": ellos piensan que sus talentos son innatos y no pueden ser mejorados. Treinta años de investigación de la mentalidad demuestran que los niños con una mentalidad fija toman menos riesgos y desempeño inferior a aquellos que piensan que su esfuerzo importa.
Dweck ha examinado JUMP y dice que fomenta una mentalidad de "crecimiento": la creencia de que sus habilidades pueden mejorar con sus esfuerzos. "Los niños se mueven a un ritmo emocionante; Parece que debe ser difícil, pero no es difícil, tienen este sentimiento de progreso, que [pueden] ser buenos en esto", dijo en una conferencia de matemáticas.

Mighton dice que el problema con la curva de la campana es que todo el mundo se preocupa por los niños en la parte superior se aburren. "Nuestros datos muestran que si se enseña a toda la clase, toda la clase lo hace mejor", dice. Y, al moverse juntos y tener tantos niños experimentan el éxito en las matemáticas, experimentan lo que Durkheim llama "efervescencia colectiva", la alegría de saber que pueden hacerlo, en lugar de la alegría de simplemente obtener una alta calificación.

A medida que los distritos escolares se alejan de los editores educativos más comercialmente asiduos a programas basados en evidencia apropiada -un cambio que ha estado ocurriendo durante la década pasada, aunque lentamente- programas como JUMP probablemente tendrán más éxito. Hasta que ganó el premio al empresario del año de Schwab en 2015, Mighton -que lleva 15 años trabajando en JUMP- no ha tenido equipo de marketing y ha invertido todo su presupuesto en probar y refinar los materiales (JUMP es una organización sin fines de lucro y Sus recursos docentes están disponibles en su sitio web). Pearson, a modo de contraste, es una empresa de 5.300 millones de libras esterlinas (6.600 millones de dólares) con tentáculos en todos los rincones del mercado de la educación. Mientras que muchas personas tratan de pintar sus métodos como nuevos, Mighton es el primero en admitir que lo que está enseñando es antiguo. Él cree que las matemáticas han sido exageradas tan duro, y todo lo que los estudiantes y los profesores necesitan es que las cosas se desglosen adecuadamente. Muchos han apodado estos sencillos pasos como "perforar y matar". Pero dice que los pasos pueden ser divertidos, como rompecabezas.

Los matemáticos "tienen grandes egos, por lo que no le han dicho a nadie que las matemáticas son fáciles", dijo en el Foro Económico Mundial de Davos el mes pasado. "Los lógicos probaron hace más de 100 años que pueden ser divididos en pasos simples".

https://qz.com/901125/a-mathematician-has-created-a-method-of-teaching-that-is-proving-there-is-no-such-thing-as-a-bad-math-student/

Más de lo mismo en este blog aquí.

domingo, 2 de abril de 2017

La renta básica universal sería el mayor logro del capitalismo”. El pensador holandés propone repartir dinero gratis y la jornada laboral de 15 horas para acabar con la desigualdad.

El historiador Rutger Bregman (Westerschouwen, Holanda, 1988) irrumpió en el debate ideológico de su país hace ya tres años con la publicación de su ensayo Utopía para realistas. El texto se divulgó primero en Internet, en la web The correspondent. La industria editorial se sumó más tarde al fenómeno, que llega ahora a España de la mano de Salamandra. Colaborador en medios como The Washington Post o The Guardian, Bregman cree viable sacudir el capitalismo con propuestas como la renta básica universal, reducir las jornadas laborales a 15 horas semanales o abrir fronteras para acabar con la desigualdad.

Pregunta. En el sur de Europa el debate ahora se centra en cómo seguir financiando el Estado del bienestar. ¿Ve viable añadir al sistema una renta básica universal?
Respuesta. La renta básica es un complemento de las partes fundamentales de la sociedad del bienestar que debería añadirse a la salud y la educación pública. Pero hay cosas que esta renta podría reemplazar, en especial a subsidios como el de paro, que se ha convertido en un sistema increíblemente burocrático y paternalista y que no funciona.

P. ¿Entonces los ciudadanos dejarían de cobrar cuando estuvieran desempleados?
R. La renta básica es la planta cero de la distribución y es incondicional. La obtendrían todos: ricos y pobres.

P. ¿Y cómo se financiaría?
R. Como he dicho, reemplazaría algunas partes de la sociedad del bienestar. Pero la renta básica es una inversión. Hay muchas pruebas científicas que demuestran de que la pobreza es enormemente cara: genera más delincuencia, peores resultados académicos, enfermedades mentales… Sería mucho más económico erradicar la pobreza que combatir los síntomas que provoca.

P. Critica al Estado por “supervisor” o “paternalista”, ¿pero no cree que debe controlarse de algún modo cómo se emplean los recursos públicos?
R. Los pobres son los auténticos expertos en sus propias vidas. Creo en la libertad individual y la gente sabe qué debe hacer con su vida, pero ahora vivimos de lleno en una sociedad de burócratas y paternalistas. Las investigaciones demuestran que lo mejor es dar directamente el dinero directamente a quien lo necesita en lugar de destinarlo a inspectores y burocracia. A mucha gente le preocupa que la renta básica se derroche en drogas o alcohol, pero en el pasado ha habido experiencias que concluyen que ha funcionado sobradamente bien.

P. ¿Esa no es la actitud que esta semana ha mostrado el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, cuando en referencia a los países del sur de Europa decía que uno no podía gastarse dinero en mujeres y alcohol y luego pedir dinero?
R. Me gustaría disculparme en nombre de mi país por ello. La buena noticia es que probablemente él pronto ya no trabajará en ese sitio. Sí, es un gran ejemplo de la falta de confianza que las grandes instituciones tienen en la gente normal. Todo ese dinero, en realidad, no fue a los bolsillos ni de los basureros ni de los limpiadores ni de los profesores, sino de los banqueros. En el libro trato de expresar una idea más optimista de lo que podemos conseguir como sociedad. Mi generación está harta de políticos como Dijsselbloem, que ponen a los ciudadanos en contra de otros ciudadanos.

P. En el libro es muy crítico con la izquierda socialdemócrata por su discurso "perdedor". ¿Cómo debe renovarlo?
Los socialdemócratas han sido completamente aplastados en las últimas elecciones generales en Holanda. Han perdido el rumbo y no tienen ideas para aportar. Dijsselbloem es el mejor ejemplo del tecnócrata y de esa percepción de que los hombres con traje saben mejor lo que nos conviene. Y esa idea ha desembocado en la irrupción del populismo de derechas. La tecnocracia y el populismo están convencidos que solo hay una receta que va a funcionar, y lo que nos conviene es el pluralismo. El problema de la izquierda hoy es que solo sabe a qué se opone. Se ha quedado en una noción muy paternalista, de ayudar a quien lo necesita. Debemos darle la vuelta a ese discurso por completo. Por ejemplo, reivindicar la meritocracia. Si nos la tomamos en serio, muchos maestros deberían cobrar más y muchos banqueros tener incluso un sueldo negativo por destruir riqueza. Ese es el discurso que necesitamos para combatir la desigualdad.

P. Pero en el libro su crítica es general, se queja de que su generación carece de nuevas ideas…
R. Pero ya hay algunos síntomas para la esperanza. Yo escribí el libro por primera vez en holandés en 2014 y por aquel entonces nadie tenía ni la más remota idea de qué era la renta básica. Ahora solo en Holanda hay 20 ciudades que han implantado un plan para implementarla, se está experimentando en Finlandia y está a punto de hacerse también en Canadá. Eso demuestra que es una idea que va conquistando el mundo.

P. Aboga por una jornada laboral de 15 horas semanales. Esa idea ya la puso sobre la mesa John Maynard Keynes y no parece que nos hayamos acercado mucho. ¿Por qué cree que ahora es posible?

R. Durante décadas mucha y mucha gente pensó que tendríamos jornadas más cortas. Keynes no fue el único. En los años setenta la mayoría de los economistas y sociólogos estaban convencidos de ello. Pero en los ochenta eso cambió y empezamos a trabajar mucho más. Hoy estamos sobrepasados por el trabajo. Hay dos razones. El primero es el consumismo: compramos cosas que no nos hacen falta para impresionar a gente que no nos gusta. El problema de esa explicación está en que la mayor parte de las cosas que compramos y no necesitamos están producidos por robots y en el Tercer Mundo, lo que ha hecho que la mayoría trabajamos en el sector servicios. Eso nos hace buscar otro motivo, y es que en los últimos 30 años hemos asistido a un crecimiento disparatado del nivel de trabajos basura.

P. ¿En qué sentido son basura?
R. Un trabajo basura es un empleo que es calificado como inútil por la persona que lo desempeña. A menudo son trabajos muy bien pagados, pero pueden consistir en mandar correos electrónicos o escribir informes que nadie va a leer. No estoy hablando ni de basureros, ni profesores ni enfermeras. Y hay trabajo increíblemente útil que no se paga, como el cuidado de los niños o ancianos o el voluntariado. Si todos ellos dejaran de trabajar, sí tendremos problemas de verdad.

P. ¿Y qué mecanismo usaría para asignar los salarios?
R. La renta básica sería fundamental, porque por primera vez en la historia permitiría a la gente que pudiera decir no a trabajos que realmente no quiere hacer. Hoy ese es un privilegio solo al alcance de los más ricos, pero en el caso de que se implantara la renta básica sería un derecho al alcance de todo el mundo. A los niños se les dice que deben estudiar algo que les dé dinero. Con la renta básica, podrán hacer lo que quieran en la vida.

P. Habla de que habrá menos empleo por la tecnología. ¿No puede ser que en lugar de eso se creen nuevas categorías de empleo?
R. Hemos subestimado la extraordinaria capacidad del capitalismo para generar nuevos trabajos inútiles. Hoy tal vez el 30% de los empleos son inútiles, pero el capitalismo puede convertir esa cifra en el 40%, 50% o 60%. A menos que introduzcamos la renta básica o redefinamos el concepto de trabajo.

P. Uno podría encasillarlo como antisistema, pero en el libro defiende el capitalismo al afirmar que es un “motor de prosperidad”…
R. La renta básica universal sería el logro más importante del capitalismo. No es una idea absurda, es una plataforma sobre la que arrancar y le concederá a todo el mundo una herramienta para arriesgarse y emprender. Y en eso consiste el capitalismo.

P. Los críticos con la renta básica dicen que esos ingresos desincentivarían el trabajo. ¿Qué opina?
R. Invierto tres capítulos en hablar de experiencias que se han llevado a cabo para demostrar que cuando la gente recibe dinero gratis ni lo malgasta ni se lo bebe. Las investigaciones demuestran que todos queremos conseguir nuestro sueño. Y el gran desperdicio de nuestros días son los millones de personas que están atrapados en la pobreza o en un trabajo inútil.

P. Usted propone la apertura de fronteras en un contexto en el que el mundo parece ir en dirección contraria. ¿Es la parte más utópica de su argumento?
R. Sin duda, es la más radical. Pero tenemos pruebas de que la inmigración es un arma contundente contra la pobreza. Un país con un patriotismo fuerte debería estar orgulloso de abrir sus puertas a emigrantes y refugiados, porque todo gran país en la historia de la humanidad se ha fundado sobre ellos.

P. Esa propuesta requiere de un consenso internacional. Viendo el papel de la Unión Europea en la crisis de los refugiados, ¿le parece viable conseguirlo?
R. Todo empieza por contar una historia distinta. Lo mismo sucede con la renta básica. A menudo me dicen que la gente está en contra, pero en el siglo XVII la mayoría también estaba en contra de la democracia.

http://economia.elpais.com/economia/2017/03/23/actualidad/1490287072_800265.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s

sábado, 1 de abril de 2017

Catorce ‘apps’ que pueden ayudar a tratar la ansiedad y la depresión. Un estudio muestra que los usuarios de estas aplicaciones gratuitas mostraron reducciones importantes de los síntomas de ambas patologías

Un equipo de científicos ha desarrollado un conjunto de 14 aplicaciones para ayudar a personas que sufren ansiedad y depresión. Para comprobar la utilidad de estas apps, los científicos también han elaborado un estudio con un centenar de participantes y los resultados, publicados en la revista Journal of Medical Internet Research, indican una reducción significativa de los síntomas de ansiedad y depresión en los participantes. El éxito de las aplicaciones, según los investigadores, se debe a que son muy fáciles de usar y están pensadas para utilizarse con frecuencia pero en periodos de tiempo cortos. Todas las aplicaciones están disponibles en inglés en la Play Store de Android de forma gratuita. El equipo está trabajando en el próximo lanzamiento de las aplicaciones para el sistema operativo iOS previsto para el mes que viene, mientras recauda fondos para ofrecerlas en otros idiomas, como el español.

Intellicare es un conjunto de 14 aplicaciones en total. La llamada Hub actúa como la matriz desde la que se puede interactuar con el resto de apps, gestionar las notificaciones y descargar otras aplicaciones recomendadas mediante un algoritmo desarrollado por los científicos. En un principio estas recomendaciones se hacían de forma aleatoria, pero ahora los investigadores están trabajando para que el sistema aprenda del usuario para hacer el servicio más personalizado en función de sus necesidades. No es necesario descargar las 14 aplicaciones y se pueden usar de forma independiente.

Cada app ofrece distintos ejercicios desarrollados por médicos y psiquiatras para eliminar el estrés, reducir la preocupación o eliminar la autocrítica, como Worry Knot o Day to Day. Otras aplicaciones ofrecen métodos para ayudar a fomentar prácticas positivas o estrategias para dormir bien durante toda la noche, como My Mantra o Slumber Time. “Todas las apps han sido diseñadas por un desarrollador tecnológico y un científico de la conducta. Además, tras su lanzamiento hemos tenido en cuenta los comentarios de los usuarios para mejorar algunos aspectos”, explica David Mohr, autor principal del estudio y director del Centro de Tecnologías de Intervención Conductual (CBITs) de la Universidad del Noroeste, en EE UU. Los investigadores esperan poder recabar información del usuario de forma confidencial y mediante autorización para poder diseñar nuevas estrategias y aplicaciones para tratar la depresión y la ansiedad.

El objetivo de los científicos es que las aplicaciones apoyen a los millones de personas que sufren estas patologías, pero que no pueden recibir el tratamiento adecuado por diferentes motivos. Las apps están disponibles en la tienda digital de Android desde 2014, pero el estudio para comprobar la utilidad de estas aplicaciones se ha hecho a lo largo de 2016. En el estudio se inscribieron 99 participantes iniciales y 90 completaron todas las evaluaciones a lo largo de las ocho semanas que duró el ensayo. En ese periodo, los participantes contaron con la ayuda de un entrenador que les hizo un seguimiento mediante llamadas de teléfono y mensajes de texto. El entrenador debía tener al menos una licenciatura en psicología o formación similar y recibió a su vez un entrenamiento previo.

http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2017/01/11/actualidad/1484137256_613682.html?rel=mas

viernes, 31 de marzo de 2017

No salir de casa en todo el fin de semana rebaja la ansiedad e ilumina la mente. Atrincherarse entre las cuatro paredes de su morada ya no es de muermos, sino la última tendencia de moda: el ‘nesting’

Nuestras vidas están tan ocupadas, y el mundo a veces puede parecer tan espantoso por las preocupaciones económicas, políticas y ecológicas, que la casa se está volviendo un lugar donde realmente poder relajarnos, un antídoto. Y permanecerá así durante muchos años”. Quien habla es Lisa White, directora del departamento de Lifestyle & Interiors de la consultoría internacional WGSN, que ya en 2015 apuntó al housewarming (algo así como “calentarse en casa”), como una corriente de largo recorrido en la que los consumidores buscan redescubrir el arte de vivir el momento, de gozar de su espacio y de los seres que lo habitan o son bienvenidos a él. Fue el sector de la decoración el primero en clamar sobre esta tendencia sociológica, en la que la necesidad imperiosa de un refugio seguro en el el mundo occidental, empuja a reivindicar el papel acogedor y reconfortante de la casa. Y a disfrutarlo, sea esta fija o temporal. Gemma Riberti, experta en adecuación de viviendas de la misma compañía, anunció con estas palabras una tendencia relacionada para 2017 en una conferencia anual del sector en Hong Kong, el grounded living (“estar conectado a la tierra”): “La gente quiere sentirse en casa allá donde esté. Ha dejado de ser un lugar, es un sentimiento. Y el objetivo de su diseño es crear un espacio calmo al que siempre guste volver”. Y cueste mucho abandonar.

Hacer bizcochos o trasplantar macetas le hará más feliz (?)
En este contexto, la actitud FOMO (miedo a perderse cualquier ocasión social) está siendo sustituida por el JOMO (la alegría de perderse) y el FOGO (el temor a salir), un recogimiento que, fundamentalmente, contribuye a potenciar un organismo más saludable. “Somos una máquina biológica, pero a diferencia de las electrónicas o mecánicas, no disponemos de recambios para su reparación o renovación”, explica el doctor Vicente Saavedra, de la clínica Medicina Integral de Barcelona: “Nuestras células y órganos necesitan del descanso para repararse. Un cierto grado de diversión es necesario. Pero si se vuelve una forma de vida es absolutamente insano, física y mentalmente. Cada persona tiene su propio punto de equilibrio. Para encontrarlo es necesario el autoconocimiento, pero la sociedad actual (con valores cada vez más alienantes y materialistas, de consumismo y prisas), no nos encamina a desarrollar la propia responsabilidad sobre nuestra salud. Somos infelices y ansiosos”.

http://elpais.com/elpais/2017/03/22/buenavida/1490183687_382361.html?rel=lom

Crítica en Público. http://www.publico.es/tremending/2017/03/28/la-prensa-seria-si-eres-pobre-el-pais-te-da-consejos-para-tomartelo-con-humor/

jueves, 30 de marzo de 2017

Un hallazgo casual en una fotocopiadora culmina con el ‘nobel’ de las matemáticas. El francés Yves Meyer gana el premio Abel por desarrollar una técnica que permite ver cine digital.

Un día de 1984, el matemático Yves Meyer se encontraba en la cola de la fotocopiadora en la Escuela Politécnica de Palaiseau, cerca de París. Uno de sus colegas de edificio, un físico, estaba imprimiendo un estudio sobre una nueva técnica para descomponer las señales sísmicas complejas registradas en los terremotos. Meyer se quedó fascinado. Cogió el primer tren a Marsella para conocer a sus autores. Hoy, aquella técnica, la teoría de las ondículas, es una de las aportaciones matemáticas que más ha transformado la sociedad: permite desmontar imágenes y sonidos en paquetes de información más sencillos que facilitan su manejo. Gracias a las ondículas podemos ver nuestro páncreas en un hospital, disfrutar de una película digital o comprimir nuestras fotografías de las vacaciones en formato JPEG-2000. Y, por desarrollar esta teoría, Yves Meyer ha ganado hoy el premio Abel, dotado con 675.000 euros y considerado el Nobel de las matemáticas.

Meyer nació en 1939 y se crió en el Túnez colonial francés. Aquello marcó su carácter a la hora de investigar. “De niño, me obsesionaba el deseo de traspasar las fronteras entre los diferentes grupos étnicos”, afirmó en una entrevista en 2011. Cuando se encontró en la fotocopiadora con la teoría de las ondículas, él era un matemático de 43 años experto en teoría de números, pero decidió saltar de disciplina. En aquel primer viaje a Marsella, conoció a Ingrid Daubechies, Alex Grossmann y Jean Morlet, tres de los pioneros de las ondículas. “Fue como un cuento de hadas. Sentí que por fin había encontrado mi hogar”, explicaba Meyer.

La Academia Noruega de Ciencias y Letras, que concede el premio Abel, aplaude en un comunicado el “papel clave [de Meyer] en el desarrollo de la teoría matemática de las ondículas”. El investigador francés combinó los estudios fundacionales observados en la fotocopiadora con el trabajo del matemático argentino Alberto Calderón, pionero del análisis armónico. “Se sintió fascinado por esta relación inesperada entre teorías de naturaleza tan diversa. A mediados [de la década de 1980] dio forma a esta interconexión, dando una visión unificada de la teoría”, destaca en un comunicado el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), en Madrid, donde Meyer fue miembro del comité científico.

El matemático francés, profesor emérito de la Universidad París-Saclay, hace un llamamiento a los grandes expertos de cualquier disciplina para cambiar de campo de investigación una vez que han agotado el suyo. “Yo no soy más listo que mis colegas con carreras más estables”, señala. “Siempre he sido un nómada, intelectual e institucionalmente”, remata.

Sus avances en la teoría de las ondículas también permiten la eliminación de ruido en señales complejas. Por ejemplo, en 2015, el trabajo de Meyer fue clave en la detección por primera vez de las ondas gravitacionales predichas por el físico Albert Einstein un siglo antes. El experimento LIGO, llevado a cabo por dos observatorios en EE UU, fue capaz de captar la deformación del espacio y el tiempo provocada por una onda gravitacional formada por el choque de dos agujeros negros hace 1.300 millones de años. El próximo 23 de mayo, Meyer recibirá el premio Abel en una ceremonia con el rey Harald de Noruega

  elpais.com/elpais/2017/03/21/ciencia/1490102988_761922.html

martes, 28 de marzo de 2017

"Miguel Hernández es uno de los nuestros”. Las fachadas de un barrio humilde de Orihuela presentan 150 pinturas y versos que mantienen viva la memoria del poeta, fallecido en la cárcel hace 75 años.

No somos un barrio marginal, como injustamente se dice. Toda la vida hemos sido pobres, pero honestos, y Miguel es uno de los nuestros”. Miguel es el poeta Miguel Hernández, fallecido hoy hace 75 años, y quien habla es Ana Tizón, líder vecinal del barrio de San Isidro, en Orihuela (Alicante). “Seguro que traía a sus cabras a pastar por ahí, porque por esa ladera se llega muy fácil donde vivía su familia”, explica la mujer, señalando la montaña que da cobijo a la población en la que nació el autor de El rayo que no cesa, a medio centenar de kilómetros de donde murió, joven y tuberculoso, en la cárcel de Alicante, preso por el régimen franquista.

No llegó a cumplir 32 años, pero tuvo tiempo de dejar una huella indeleble tanto por sus versos como por su personalidad. Las numerosas biografías y exposiciones sobre su vida y obra, las nuevas reediciones y los estudios de sus libros dan testimonio de esa estima, pero también las fachadas de las casas entre las que pasea Tizón. Atesoran más de 150 murales, con pinturas, dibujos y versos. Es el Museo Hernandiano al aire libre.

Empezó a pintarse en 1976. Ana Tizón tenía entonces 11 años: “Me acuerdo de toda la policía y la Guardia Civil, ahí, en la ladera... Llevaban incluso metralletas. Y mi padre, que les decía, ‘pero por qué no nos dejan pintar”.

Cinco meses después de la muerte del dictador, una oleada de gente venida de distintas ciudades españolas, formada por una mayoría de artistas, se puso a pintar y escribir en las fachadas bajo la estela de los versos del Viento del pueblo de Miguel Hernández en un acto de reivindicación de la libertad, organizado por el PCE. “Lo recuerdo todo muy bien. Se respiraban aires de libertad por todos los sitios. La gente no tenía miedo, pero hubo muchos palos de la policía, tirando a la gente al suelo. Yo iba con mi marido”, rememora por teléfono Lucía Izquierdo, nuera del poeta, que se casó con Manuel Miguel Hernández, ya fallecido, el segundo de los hijos del escritor. El primero murió al poco de nacer e inspiró el poema Hijo de la luz y de la sombra —que empieza con “Eres la noche, esposa: la noche en el instante / mayor de su potencia lunar y femenina”. “La policía coaccionaba para que no se pintara y no se escribieran los versos. El PCE no estaba ni legalizado. Recuerdo cómo se pintaba la cara de Miguel con los colores de la bandera republicana. Fue una explosión de libertad”, comenta el piloto de aviación Pepe Rayos, ya retirado, que pintó entonces y ha vuelto, como Lucía Izquierdo, a participar en ediciones recientes.

Porque aquella primera experiencia política, social y literaria de 1976 fue retomada en 2012 por iniciativa del Ayuntamiento de Orihuela, gobernado por una coalición de izquierdas. Se lucieron las fachadas, se restauraron los murales de entonces, como la icónica Paloma atada de Pepe Azorín o el estilizado Ícaro de Joan Castejón, y se realizaron muchos más. Las profesoras Ana Mas, a la sazón concejal socialista, y Amparo Pomares fueron artífices de la recuperación del proyecto, que ha tenido continuidad con la actual corporación de la ciudad, conservadora y confesional, que comparte con Alicante cabeza de diócesis, y que vuelve a gobernar desde 2015 el PP, ahora con el apoyo de Ciudadanos.

“No hay un museo así”
Entre versos inscritos en los muros —tan conocidos como “Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida”, que popularizó Serrat—, entre recreaciones abstractas y árboles de la vida, entre reproducciones del famoso retrato de Miguel Hernández que trazó en prisión su amigo Antonio Buero Vallejo o dibujos que aluden a sus Nanas de la cebolla, Ana Mas explica cómo el patriarca gitano del barrio se comprometió a intentar evitar que los niños o los grafiteros incontenibles pintaran sobre los murales.

Los vecinos la reconocen, como Vanesa González, que trabaja en el bar del mismo nombre. Ella ayuda a su hijo con los poemas y las obras de teatro de Hernández que aprende en la escuela, y asegura estar encantada con las visitas, incluso “de extranjeros de Suecia”.

“No hay un museo así en España. Los murales han conseguido que la gente del barrio se sienta orgullosa y participe en su conservación”, señala Antonio Carlos, el director del Jesús María, en la puerta del colegio. Se ha implicado dentro y fuera de las aulas en un museo que volverá a renovarse el próximo fin de semana con la participación de decenas de artistas, vecinos, escolares y voluntarios en memoria de un poeta del pueblo, Miguel Hernández.

“¿CÓMO NO VA A SER ACTUAL CON ESTA DESIGUALDAD?”
La nuera de Miguel Hernández, Lucía Izquierdo, pasa página a las diferencias que tuvo con el Ayuntamiento de Elche, donde reside con los nietos del poeta. Al no llegar a un acuerdo en 2012 con el entonces Gobierno municipal del PP, el legado del escritor acabó en Jaén, donde nació su mujer, Josefina Manresa.

La Diputación de Jaén puso unos tres millones de euros. Izquierdo asegura que ahora todo el mundo se está volcando con el poeta “que sigue muy vivo”. “¿Cómo no va a ser actual con tanta desigualdad que hay?”, se pregunta. También el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, del PP, destaca sus valores “universales de solidaridad y libertad”. Y rechaza de plano que el PP tenga problemas con la figura del republicano y comunista: “Soy del PP y me he criado cantando las canciones de Serrat y leyendo sus poemas”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/03/27/actualidad/1490645479_056811.html?rel=lom


Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

No lo explique, ¡cuéntelo! Saber narrar historias puede ser la mejor arma para conseguir un trabajo o relacionarse con los demás. Solo hay que tener claro cuál es el mensaje y dejarse llevar.

ANNA PARINI

Cuando no existían las empresas, ni las marcas, ni los psicólogos, y solo había hogueras y humanos alrededor, ya hacíamos uso del arte de la narración para transmitir valores, ideas o proyectos.

Es lo que ahora se conoce como storytelling (narración, en inglés). Y si este arte ha permanecido, por más que algunas cosas hayan cambiado tanto, es porque nuestro cerebro se implica de forma diferente cuando explicamos una historia que cuando nos limitamos a enumerar acontecimientos. Por ejemplo, al leer simples datos se activan en nuestro cerebro solamente las partes del lenguaje encargadas de descifrar su significado. Sin embargo, cuando esas mismas referencias forman parte de un relato o de una metáfora que va más allá de la mera descripción, también se activan las partes que el cerebro usa cuando estamos viviendo una experiencia real.

Las historias consiguen involucrarnos, nos emocionan, desarrollamos una mayor empatía, así como habilidades sociales complejas. Además, consiguen que el mensaje perdure, se entienda mejor e incluso que se esté más dispuesto a actuar.

Estos valores nos pueden ayudar, por ejemplo, en una entrevista de trabajo donde tenemos que explicar nuestra trayectoria y convencer de que somos el candidato ideal para el puesto. También pueden ser útiles para aconsejar a un buen amigo o para liderar un grupo de trabajo. Sea como sea, el arte del storytelling es un arma poderosa.

El marketing ha descubierto los beneficios de contar historias. En un mundo saturado de mensajes y clichés, el poder de un cuento es algo que las empresas no están dispuestas a desperdiciar. La ciencia, además, ha corroborado que las palabras son muy parecidas a la magia. Tal vez por eso los conjuros y los hechizos se construyen con palabras. Y tal vez por eso también debemos saber usarlas, combinarlas e hilarlas para que digan lo que queremos decir. Para que nos ayuden a explicarnos y a ser entendidos.

Puede que el nombre de Andrew Stanton no nos suene demasiado. Sin embargo, si decimos que es el guionista de las tres entregas de Toy Story y de Wall-E, entre otras maravillas del cine de animación, seguro que despierta en usted una gran simpatía. Stanton ha sido uno de los responsables de actualizar la narrativa actual. Es difícil escapar del embrujo que generan algunas de las obras maestras de la factoría Pixar. De repente, el cine infantil conectó no solo con los niños, sino con la infancia que espera agazapada dentro de cualquier persona. Y si pudieron conseguirlo fue por esa manera tan original de contar las historias de siempre.

La fórmula secreta de Pixar permaneció bien guardada hasta que en 2012 Stanton dio una conferencia en una charla TED (tecnología, entretenimiento y diseño) titulada Las claves de una gran historia. En aquella exposición, el cineasta compartió su manera de ver el storytelling. En síntesis, Stanton explicaba los caminos para mantener a la tribu alrededor de la hoguera, atentos y con ganas de saber qué pasará después. Nosotros, en nuestro día a día, también podemos usar algunas de las técnicas del guionista estadounidense. Porque a todos nos gusta contar lo que nos ha pasado en el trabajo. O la anécdota que acabamos de vivir en el autobús. O que nuestro jefe tenga en cuenta nuestros puntos de vista… Lo importante es que cuando tengamos que explicar algo, con la intención que sea, no lo expliquemos.
Contémoslo. Para que nuestras historias cuenten para los demás, es bueno seguir algunos consejos.

Un principio y un final.
Narrar es como contar un chiste. Para que tenga gracia, hay que tener claro cómo se empieza y cómo se acaba. Es posible dejarse llevar durante el desarrollo, pero el principio y el final no se improvisan. Hay que tenerlos en mente y estar preparados para provocar el efecto deseado.

Empiece con una promesa.
Porque todo relato es una esperanza. No se trata de mentir ni de exagerar, sino de extraer lo excepcional que encierra cualquier acontecimiento para que el interlocutor nos preste algo tan valioso que nunca se da: su atención.

Haga que le importe.
Esta es una de las reglas de oro de Pixar. Andrew Stanton nos anima diciendo: “Quizá sea el mandamiento más grande de la narrativa. Por favor, ¡haz que me importe! En lo emocional, en lo ­intelectual, lo estético…, haz que me importe. Y todos sabemos qué es lo que no nos ­importa”. Al final, no somos tan distintos. Si miramos dentro de cada uno de nosotros, sabremos ver no solo qué es interesante explicar y qué no, sino cómo sería interesante contarlo.

2+2 es muy distinto que 4.
Es decir, hay que involucrar al otro, y para ello es necesario ir dejando espacio a su inteligencia. No es conveniente resolver todo el misterio de golpe.

Use lo que sabe. O lo que vive.
Todos tenemos a nuestro alrededor personas que siempre tienen algo que contar. En la gran mayoría de los casos no es que hayan vivido más, simplemente han estado más atentos a las cosas. Si hacemos lo mismo, nuestra vida será un pozo sin fondo de historias de todo tipo.

Además de pensar lo que se quiere narrar y darle una estructura interna al relato, para convertirse en un gran contador de historias hay que usar todos los recursos que tenemos a nuestro alcance.

El cuerpo. Tiene su propio lenguaje.
Si no se usa más, sobre todo al hablar en público, es porque es fácil cohibirse. ¡Fuera complejos! Dejémonos llevar por la narración. El cuerpo rea­ccionará por sí mismo y será capaz de completar las sutilezas que a veces se le escapan a las palabras.

Los ojos.
Hay que mirar a los demás. La expresión de la cara se ilumina con una mirada cargada de intención.

El tono de voz.
Básico para darle valor a las palabras. Alzarlo o bajarlo. Acelerarlo o ralentizarlo. Lo ideal es cambiarlo cuando aparezcan nuevos personajes en nuestro relato. Le podemos poner intensidad o, simplemente, interrumpir con un silencio. Un excelente relato acompañado por una buena interpretación de tono es un artefacto infalible.

Si se tienen en cuenta todas estas cosas, es más que probable que descubramos el increíble poder de conexión que hay en las narraciones. “Cada una de ellas confirma alguna verdad que profundiza nuestra comprensión de lo que somos como humanos. Nos encantan las historias. Nacimos para esto. Las historias afirman quiénes somos. Todos queremos confirmar que nuestras vidas tienen sentido. Y nada nos reafirma más que conectarnos mediante historias. Porque pueden atravesar las barreras del tiempo: pasado, presente y futuro; y nos permiten experimentar las similitudes entre nosotros y con los demás, reales e imaginarias”, sostiene Stanton.

Hay que empezar a comunicarse a través de historias. Dejar de explicar meros hechos, más o menos aburridos. Da igual que los relatos puedan ser escritos o hablados. Lo importante es que sean de verdad. Que hablen de nosotros y que, al hacerlo, nos hablemos a nosotros mismos. Pero también es fundamental escuchar los cuentos de los demás. Ya sea en directo, leyendo un libro, frente a la pantalla de la televisión o en una sesión de cine. Llenarse de buenas narraciones. De cuentos. De fábulas. Hacer un esfuerzo para estar cerca de los buenos narradores y dejarse llevar. Escuchar como lo hacíamos cuando éramos niños. Con los oídos, pero con los ojos también. Con todo el cuerpo.

Si hemos tenido la fortuna de estar en una sesión de cuentacuentos y nos hemos fijado en los niños, entenderemos que esa es la única manera de estar atentos a un relato. Con los ojos tan abiertos como si realmente fueran ventanas para que entre aire fresco.

El storytelling puede salvarle la vida Sherezade sabe que el sultán, después de pasar la noche en palacio, le cortará la cabeza. Pero ella tiene un plan. Empieza a contar un cuento fascinante que interrumpe justo al alba, con la promesa de desentrañarle el final durante la noche siguiente. Velada tras velada, Sherezade va enlazando historias: Aladino y la lámpara mágica, Simbad el marino, Alí Babá y los 40 ladrones… Así es como salva su vida y consigue su final feliz. Este clásico de la literatura universal ya nos advierte tanto de la importancia de saber contar cuentos como de la fascinación e influencia que son capaces de ejercer a todo tipo de personas.

PARA SABER MÁS
Libros
¡Será mejor que lo cuentes!
Antonio Núñez López (Empresa Activa)
Explica la técnica del storytelling. Aprenderá que su éxito personal depende de cómo cuente la realidad.
Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes
Christian Salmon (Península) Desvela cómo una buena historia es la nueva arma de distracción que los políticos utilizan para vender sus mensajes. Conocer su poder también es una buena manera de protegerse de él.

Películas
Trilogía Toy Story (Pixar)
Obra maestra del cine de animación para grandes y pequeños.

lunes, 27 de marzo de 2017

Las mentiras del PP sobre el impuesto de sucesiones

Juan Torres López – Consejo Científico de ATTAC España

Hace unos meses, cuando pasaba por delante del Ayuntamiento de Sevilla me abordó una señora que formaba parte de un grupo situado junto a un stand de propaganda del Partido Popular. Me pidió amablemente que firmara para “acabar” con el impuesto de sucesiones en Andalucía y cuando le dije que era imposible que se acabara con él solo en Andalucía, por la razón que señalaré más abajo, me siguió dando una serie de argumentos que fui rebatiendo lo más educadamente que pude. Cuando ya no tuvo ninguno adicional se limitó a decirme que había que suprimirlo porque “Susana es una ladrona que se queda con el dinero de los andaluces”.

Ante semejante “argumento” decidí que era mejor no seguir y me alejé de uno de los muchos grupos de militantes del PP que han difundido en toda Andalucía una campaña magníficamente programada y muy eficaz contra el impuesto sobre sucesiones.

Digo que ha sido una campaña muy eficaz porque me consta que ha convencido a miles de personas de que el impuesto sobre sucesiones es injusto, muy elevado, que solo lo pagan la generalidad de las clases  medias y trabajadoras y, para colmo, que Andalucía es el único territorio en donde se utiliza “para robar” a la gente. Algo sorprendente si se tiene en cuenta que este impuesto es centenario, que existe desde hace muchos años en los países más avanzados del mundo y que siempre se ha considerado como uno de los instrumentos más efectivos de la historia para luchar contra los privilegios de cuna y para hacer que las sociedades sean más equitativas y las economías más eficientes. De hecho, el propio Partido Popular ha realizado varias reformas fiscales con mayoría absoluta y, a pesar de que podría haberlo eliminado o modificado, lo ha mantenido siempre.

Nadie puede censurar que un partido critique la política fiscal de un gobierno y yo no tendría nada que objetar a esta campaña del PP (y de algunos de sus economistas de referencia) si no fuera porque está plagada de mentiras que deberían hacer enrojecer y sentir vergüenza de decirlas en una sociedad mínimamente culta y democrática y en la que se pidiera rendición de cuentas a los representantes políticos y a los personajes públicos.

Voy a señalar a continuación las mentiras más importantes y las que he podido comprobar que han servido para engañar a muchas personas de buena fe que no están al día de las leyes fiscales y de lo que de verdad ocurre con los impuestos. Y me voy a referir a las mentiras económicas, dejando a un lado las mucho más burdas y vergonzosas que el PP ha difundido a la hora de convocar los actos de protesta. Sirva de ejemplo la diferente redacción de la convocatoria de una manifestación que muestro en el recuadro de abajo y en el que, además de las mentiras económicas, se comprueba el impresionante ejercicio de demagogia que supone convocarla solo para para protestar por el impuesto (en los grupos de personas de más alto nivel adquisitivo) o mezclando las churras del impuesto con las merinas del recibo de la luz (en los que están personas que se sabe tienen caso  de menor nivel económico).

LAS MENTIRAS DEL PP

“El impuesto sobre sucesiones que hay en Andalucía es un impuesto antiguo que no existe en otros lugares”.

Es falso. El impuesto existe en 27 de los 34 países más ricos del mundo (OCDE).

“El impuesto sobre sucesiones afecta a todos los andaluces”.

Es falso. En 2016, solo 3 de cada 100 andaluces tuvieron que hacer la autodeclaración de este impuesto. Es decir, 255.009 personas de los 8,4 millones que residimos en Andalucía.

“El impuesto sobre sucesiones “confisca como los impuestos de la Edad Media” la riqueza de los andaluces”.

Es falso. En 2016, solo 2,2 andaluces de cada 1.000 tuvieron que pagar algo por este impuesto (19.136 de los 8,4 millones). Y de los que presentaron declaración solo pagó el 7,5%. Y serán muchos menos a partir de 2017 con la nueva reforma que ha elevado el mínimo exento.

Hay que tener, por tanto, muy poca vergüenza para decir, como dijo el vicesecretario de Coordinación Política del PP-A, Toni Martín, que “Susana Díaz, a través de este impuesto, se está incautando de los frutos del trabajo de toda una vida de cientos de miles de andaluces” (aquí).

“El impuesto sobre sucesiones obliga a que los hijos andaluces paguen por disponer de la riqueza de sus padres”.

Es falso. En 2016, sólo 5.426 andaluces pagaron por heredar algo de sus padres. Es decir, solamente un andaluz de cada 1.500 pagó algo por recibir esa herencia, o uno de cada 47 declarantes (el 2,1%).

“El impuesto sobre sucesiones lo pagan en Andalucía las clases medias y trabajadoras”.

Es falso. Ya he dicho que en 2016 solo pagaron 19.136 personas. Las clases medias y trabajadoras son obviamente mucho más numerosos y, en su generalidad, no pagan por este impuesto. Lógicamente, puede haber personas de esa condición que tuvieran que pagarlo (en función de sus circunstancias personales, pero no puede decirse que las clases medias en su generalidad sean quienes cargan el impuesto sobre sus espaldas. ¿Qué familia de clase media con dos hijos, por ejemplo, tiene un patrimonio superior a un millón de euros que es más o menos el límite para empezar a pagar, a partir de 2017 en Andalucía?

“Andalucía tiene un tipo 1.000 veces más alto que la Comunidad de Madrid”.

Es falso. Madrid bonifica el 99% de la cuota para descendientes directos. En este caso sería de 100 veces. Lo que pagan los herederos más alejados no es más alto en Andalucía, pues se paga prácticamente igual en todas las comunidades autónomas.

“Con herencias de más de 800.000 euros los hijos pierden casi toda la herencia de sus padres”.

Es falso. Con la reforma andaluza que entró en vigor el 1 de enero de 2017, incluso si se tratara de una herencia de 1.000.000 de euros del padre o la madre de un matrimonio en régimen de gananciales y dos hijos, éstos dos no tendrían que pagar nada. Y, en todo caso, no se pierde, sino que se tributa por un considerable incremento en la riqueza.

“El impuesto sobre sucesiones lo impone en su totalidad la Junta de Andalucía y debe eliminarlo”.

Es falso. El impuesto es estatal y está cedido a las comunidades autónomas. Andalucía no podría eliminar nunca ese impuesto. Como dije antes, podría haberlo hecho el PP en todos los años en que ha tenido mayoría absoluta y no lo ha hecho. Como tampoco ha querido impedir que haya unas diferencias tan grandes y absurdas entre las comunidades autónomas: al revés, legisló de forma que se pudieran dar.

Afirmar, como hace el PP en su página web, que “aboga por la eliminación del Impuesto de Sucesiones para que heredar no sea una ruina para las clases medias” (aquí) no solo es un acto de demagogia gigantesca (porque Andalucía no puede eliminar un impuesto estatal y porque cuando pudo eliminarlo el PP no lo ha eliminado) sino una mentira porque no lo pagan esos sectores sociales, como ya he señalado.

“Entre 7.000 y 8.000 familias (40.000 al año) se mudan a Madrid para evitar el impuesto de sucesiones”.

Es falso. Esa cifra que han popularizado los dirigentes del PP (aquí) es el doble de las personas que pagan el impuesto. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2015, migraron a Madrid unos 12.500 andaluces (lógicamente no todas ellas por razones fiscales) y 8.000 de Madrid a Andalucía.

“Las familias que no tienen liquidez en ese momento no pueden recibir la herencia de sus padres o familiares”.

Es falso. La ley contempla plazos para poder vender la herencia. Es verdad que está ocurriendo a menudo que es difícil vender pero por causa de la crisis y no del impuesto.

“El impuesto sobre sucesiones tan elevado en Andalucía es la causa de que muchos andaluces tengan que renunciar a la herencia de sus padres”.

Es una media verdad. Es cierto que en Andalucía hay más renuncias que en otros lugares en términos proporcionales y eso es lógico si se paga más. Pero es completamente falso y contradice el sentido común que todas las renuncias se deban al tipo más alto: entonces en Madrid no habría renuncias y, sin embargo, en 2016 hubo allí 4.120.

Una causa fundamental (si no la principal) de renuncia a las herencias es que muchas van acompañadas de deudas elevadas (sobre todo hipotecarias) que a veces no se pueden soportar por los herederos. Y también, que la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria dificulta o incluso impide vender las propiedades. Prueba de ello es que, como acabo de decir, en Madrid (donde los descendientes directos no pagan nada) se produjeran en 2015, 4.120 renuncias, es decir, muy pocas menos que en Andalucía (6.829) si se comparan con la población total (6,4 renuncias por cada 10.000 madrileños y 8,12 por cada 10.000 andaluces). Y además es en cierta medida lógico que se produzcan más renuncias en Andalucía si se tiene en cuenta que su renta per capita (17.131 euros en 2015) es mucho más baja que la de la Comunidad de Madrid (31.691).

Lo que se recauda por el impuesto sobre sucesiones se lo traga la Junta de Andalucía o “lo roba Susana”.

Es falso. Se puede estar de acuerdo o no con este impuesto o con otros, pero no se puede ocultar para qué sirve. En este caso, el impuesto sobre sucesiones lo cede el Estado para que las comunidades autónomas financien la sanidad, la educación y otros servicios públicos y a eso se dedica lo que se ingresa con él en Andalucía. Lo que precisamente ocurre es que las comunidades que tienen privilegios de financiación o son más ricas pueden permitirse renunciar a una parte de los ingresos que genera mientras que las que resultan perjudicadas (como Andalucía) han de forzar mucho más sus figuras tributarias propias.

“El impuesto sobre sucesiones solo lo defienden las izquierdas”.

Es falso. Afirmar eso es fruto de la mentira o de una total incultura económica y fiscal. Este impuesto ha sido siempre defendido por personas e investigadores de muy diferente ideología que simplemente tratan de evitar la concentración de la riqueza en porcentajes cada vez más pequeños de la población y de favorecer la meritocracia frente a los privilegios de cuna porque se sabe que las herencias ha sido siempre una de las fuentes más importantes de la desigualdad de oportunidades En los muchos países del mundo donde se aplica lo han establecido partidos y gobiernos de todas las corrientes políticas.

En 2001, 120 multimillonarios estadounidenses encabezados por Warren Buffet, Bill y Melinda Gates, varios miembros de la familia Rockefeller, George Soros y otros más hicieron pública una carta en la que decían: “Eliminar el impuesto sobre sucesiones sería negativo para nuestra democracia, nuestra economía y nuestra sociedad, conduce a una aristocracia de la riqueza que transmitirá a sus descendientes el control sobre los recursos de la nación… y dañará a las familias que a duras penas llegan a fin de mes” (la noticia aquí).

“El impuesto sobre sucesiones obliga a pagar dos veces porque quien deja la herencia ya pagó a lo largo de su vida por lo que deja”.

Es falso. Se puede estar de acuerdo o no con este impuesto, pero decir que grava lo ya gravado anteriormente es totalmente incierto e incorrecto. Este impuesto grava un hecho que no ha sido gravado antes (la recepción de unos determinados bienes y el incremento de riqueza que supone en quien lo recibe) y a personas que, lógicamente, nunca antes habían pagado por la riqueza que ahora llega a sus manos (los herederos).

Esta afirmación es tan absurda como decir que no debe establecerse un impuesto como el IVA porque grava una renta con la que se compra algo que ya ha sido gravada antes (por el IRPF, por ejemplo).

– (La Junta de Andalucía) “valora un inmueble muy encima del valor de mercado”.

Es falso. Esta idea que han difundido algunos economistas anarcocapitalistas como Daniel Lacalle (en un video que puede verse aquí) no responde a la verdad. Es la ley (estatal y no andaluza) del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones la que establece que los bienes inmuebles que son objeto de transmisión deben ser declarados por su valor real y la Ley General Tributaria determina los diversos criterios de valoración que se pueden utilizar. En Andalucía, y en otras comunidades, se utilizan los Coeficientes Multiplicadores del Valor Catastral (CMVC) que tienen gran rigor técnico y no pueden dar lugar a un valor superior al del mercado (salvo en algún caso verdaderamente excepcional) y que, precisamente para que eso no ocurra, disponen de un procedimiento de garantía bastante riguroso. Es fácil comprobar con números que lo que afirma Daniel Lacalle no sucede en la realidad.

“El impuesto lleva a la ruina”.

Esta es una frase también de Daniel Lacalle en el mencionado video que es una falsa y disparatada exageración. Nadie puede arruinarse por una herencia puesto que siempre tendrá a su alcance la posibilidad de no aceptarla o de hacerlo a beneficio de inventario (es decir, sin poner en peligro su propio patrimonio).

– Según el impuesto “a un hijo único de padres divorciados y de 15 años le valoran el piso en 300.000 euros y debe pagar 80.655 euros”.

Este es un ejemplo que pone el economista Daniel Lacalle en el mismo video para criticar el impuesto. Habría que conocer el caso concreto pero resulta absolutamente improbable por no decir imposible que eso haya ocurrido según las tarifas existente del impuesto. Actualmente, en una familia de dos hijos el patrimonio tendría que ser mayor a 700.000 euros para estar bonificado. Y la prueba de que esos casos son muy minúsculos es que en 2016 solo hubo en Andalucía 459 casos (entre 8,4 millones de personas o entre los 255.009 declarantes) con una base imponible superior a los 800.000 euros.

“La Junta de Andalucía se convierte en una enorme agencia inmobiliaria cuando los ciudadanos rechazan la herencia porque no pueden pagar el impuesto”.

Esta nueva afirmación de Daniel Lacalle en el mismo video es igualmente falsa porque los inmuebles que formaran parte de una herencia rechazada pasan al gobierno central y no a la Junta de Andalucía.

El impuesto sobre sucesiones “no tiene ningún efecto redistributivo ni de igualdad”.
Esta es una idea que difunden los economistas ultraliberales (y concretamente Daniel Lacalle en el video) para legitimar las políticas del Partido Popular engañando a la gente. Puede discutirse sobre si el impuesto tiene mucho o poco efecto redistributivo o si se da siempre o solo en determinadas circunstancias, pero afirmar que no tiene efecto ninguno es una exageración deshonesta porque está desmentida por docenas de estudios empíricos que pueden consultarse en cualquier publicación mínimamente especializada.

Un conocido informe sobre la reforma de la imposición directa encabezado por el Premio Nobel J. E. Meade, decía “el patrimonio heredado debe sufrir una mayor imposición tanto por razones de justicia como a causa del tema de los incentivos económicos. El ciudadano que por su esfuerzo y trabajo haya acumulado una fortuna merece un mejor tratamiento fiscal que el ciudadano que por la suerte de su nacimiento posee el mismo patrimonio; gravar al primero menos que al segundo crearán un obstáculo menor al esfuerzo y el trabajo”. Y, a pesar de las deficiencias que pueda tener en su diseño actual, la Comisión de expertos para la reforma del sistema tributario español nombrada en su día por el Partido Popular concluyó proponiendo “mantener el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones para mejorar la igualdad de oportunidades y favorecer la equidad del sistema”.

“La sociedad actual es más igualitaria y no necesita un impuesto como el de sucesiones”.

Es falso. En Francia, por ejemplo, se está demostrando que las herencias tienen en Francia casi el mismo efecto sobre la desigualdad que en los tiempos de la revolución de 1789 y en ese país, no muy diferente al nuestro, la desigualdad por razones de patrimonio es mucho mayor que la de renta: la renta que acumulan el 10% de las familias más ricas es 4,6 veces mayor que las rentas del 10% de menos ingreso, pero el patrimonio de las primeras es 139 veces mayor. Y también está ocurriendo que las personas de más edad acumulan cada vez más patrimonio (En Francia las personas que están en los treinta años tienen en 2014 3,5 veces menos patrimonio del que tenían en 1986, y eso en parte se debe porque se hereda mucho más tarde que antes (Alternatives Economiques, nº 366, p. 27).

Es lamentable que un partido con tanta responsabilidad como el Partido Popular lleve a cabo una campaña política basada en mentiras y en engañar a la población con un propósito que no puede ser otro que el de dinamitar a un gobierno al que no puede vencer con los votos. No es un juicio de intenciones por mi parte, sino la pura realidad: si el PP de verdad quisiera que no hubiera impuesto sobre sucesiones lo habría eliminado al gobernar con mayoría absoluta. ¿A qué viene, entonces, mentir ahora de esta manera?

Incluso la crítica que se hace a Andalucía no es justa. No es verdad que la Junta de Andalucía haya subido el tipo del impuesto, sino que el gobierno de la comunidad mucho más rica como la de Madrid lo bonificó, como he dicho, casi al 100% en su territorio. Las necesarias reformas del impuesto

¿Es necesario que haya un impuesto sobre las sucesiones?
Como he explicado en mi libro Economía para no dejarse engañar por los economistas, no hay una respuesta objetiva a esa pregunta: depende de las preferencias de cada persona y por eso lo deseable es que haya suficiente y auténtica democrática para que la sociedad en su conjunto pueda decidir con libertad lo mejor para todos. Y por eso no se puede aceptar que unos u otros impongan su preferencia individual o de grupo al resto de la sociedad. Y menos, a base de mentiras.

Pero, con independencia de ello y de señalar las mentiras del PP y de algunos economistas de ideología ultraliberal y anarco-capitalista que se han puesto de moda en los últimos años para legitimar sus políticas, no se puede olvidar que, efectivamente, el impuesto sobre sucesiones en España tiene algunas deficiencias importantes que habría que corregir. Una cosa es que se acepte que exista un determinado impuesto y otro que no se diseñe adecuadamente para cumplir los fines que la sociedad le encomiende.

La más evidente, sin duda, es su falta de armonización en las diferentes comunidades autónomas que lleva a producir desigualdades injustificables y aberrantes. Una barbaridad que se podría evitar muy fácilmente.

En segundo lugar, algunos problemas a la hora de valorar las herencias o de aplicar reducciones, unas veces demasiado prolijas y otras excesivamente generales, que pueden dar lugar a situaciones de inequidad.

En tercer lugar, una consideración más cercana a la realidad de los nuevos modelos de familias y a las condiciones reales de las personas, en las que no siempre coincide la posibilidad de disponer de un patrimonio relativamente importante con suficiente liquidez (algo, por cierto, que está ocurriendo en gran parte por culpa de las políticas neoliberales del PP que hacen que las nuevas generaciones vivan peor que las de sus padres).

En cuarto lugar, la inequidad que puede producir el “salto” cuando se superan los límites establecidos.

Por último, algunas deficiencias relativas a la transmisión de negocios familiares que pueden verse en peligro si no se ajusta bien el tratamiento fiscal y si no se dan facilidades para que se mantenga en las mejores condiciones posibles la actividad productiva.

Sin embargo, ninguna de ellas justifica la campaña a base de mentiras y claramente demagógica (porque estuvo en su mano resolver lo que critica) que viene orquestando el Partido Popular, especialmente en las comunidades gobernadas por el Partido Socialista. No conviene engañarse: lo que hay detrás de estas es la estrategia de desmantelamiento de las estructuras del bienestar (sanidad, educación, pensiones públicas) que el PP ya ha puesto en marcha en comunidades donde gobierna o ha gobernado, como la valenciana o la de Madrid.

Las derechas económicas saben perfectamente que esos servicios públicos son muy queridos y necesitados por la población e incluso por sus propios votantes. Por eso no proponen directamente su sustitución por los negocios privados (cuyas desventajas siempre ocultan) sino que llevan a cabo una estrategia inteligente pero taimada: ir dejándolos poco a poco sin financiación (sobre todo reduciendo impuestos que alivian la carga de las grandes fortunas y empresas) para que funcionen peor y, cuando esto va ocurriendo, salir a la calle a decir que funcionan mal por culpa…. no por culpa de sus propias decisiones sino ¡de quienes los defienden!

Publicado en eldiario.es Ganas de escribir http://www.juantorreslopez.com/7842-2/

domingo, 26 de marzo de 2017

Frente a la impunidad del mayor crimen de la historia. El descubrimiento de antiguos criminales nazis recuerda que miles de perpetradores del Holocausto no tuvieron castigo.

El Holocausto es el crimen por antonomasia de la historia de la humanidad. Lamentablemente, también es el crimen cuyos principales perpetradores y responsables, tanto inspiradores políticos como organizadores y asesinos directos, menos han pagado sus culpas ante un tribunal. Y si esa apreciación vale para los escalones más altos en la cadena de implicación, se multiplica casi exponencialmente cuando se piensa en los miles de implicados a pie de obra en el exterminio, imprescindibles para que el mecanismo funcionase.

Solo en los campos de concentración, unos 60.000 “si no más” hombres y mujeres sirvieron en algún momento, como recuerda Nikolaus Wachsmann en KL, su monumental historia del mundo concentracionario. Súmense los varios miles que pasaron por los cuatro Einsatzgruppen (unidades móviles de matanza) desplegados en el frente oriental y que arrancaron en 1941 con 2.990 miembros. Los miles de miembros de la Policía del Orden, las Totenkopfverbände y otras unidades de las SS que cometieron o ayudaron a cometer asesinatos, fundamentalmente en el Este. Los miles de soldados de la Wehrmacht o las Waffen SS que facilitaron el trabajo de los perpetradores. Los miles de burócratas —lo que nunca dejó de ser Eichmann—, de colaboradores.

Súmense a los alemanes o austriacos los ucranianos, lituanos, letones, croatas, bielorrusos… que se apuntaron de forma entusiasta a la hora estelar de los asesinos. Una cifra incalculable —en el sentido de que no existe ningún cálculo hecho—, pero no menos de "varios cientos de miles", como los cifra el historiador británico Max Hastings.

“La lista completa de perpetradores llenaría varias guías telefónicas (…) Pero no hay informe de posguerra sobre la gran mayoría. Algunos huyeron a Sudamérica, Australia o el Oriente Próximo árabe. Algunos se mantuvieron completamente en silencio y pasaron desapercibidos. A la mayoría simplemente los pasaron por alto. No habían vivido según la ley. No murieron por la ley”. La frase de Raul Hilberg en su imprescindible La destrucción de los judíos europeos simboliza bien lo que ocurrió ya en los primeros años, cuanto más a medida que iba pasando el tiempo. “La falta de voluntad política para llevar a los criminales de guerra nazis a los tribunales y/o castigarlos sigue siendo el principal obstáculo para lograr justicia, especialmente en la Europa del Este poscomunista”, enfatiza uno de los últimos informes del Centro Simon Wiesenthal.

Un cálculo del Centro Simon Wiesenthal apunta que desde los juicios de Nuremberg unos 106.000 nazis han sido acusados de crímenes de guerra, de los que cerca de 13.000 han sido hallados culpables, y más o menos la mitad, sentenciados. Sin salir, por ejemplo de las SS, la organización del aparato nazi más íntimamente implicada en el Holocausto, la mayoría de sus líderes “fueron tratados con una magnanimidad considerable”, en palabras del historiador y periodista Heinz Höhne. Dicha cifra puede parecer alta, pero hay que tener en cuenta, por ejemplo, que solo en los primeros años cuarenta el número de miembros estimados de las SS ascendía a unos 800.000 y una cifra similar en sus unidades de combate (las Waffen SS).

¿Quedan grandes criminales nazis vivos que pudieran ser capturados y llevados ante un tribunal? No. Quizá los dos últimos casos más relevantes —y ninguno de ellos juzgado— hayan sido los de Alois Brunner, muerto en 2001 en un sótano de Damasco, según la investigación más reciente, y Aribert Heim, declarado en 2012 oficialmente muerto —muy probablemente falleció en Chile— por un tribunal alemán. ¿Y criminales nazis sin más? Sí, pero no solo cada vez menos por el paso del tiempo, sino —y hay que resignarse— en niveles más bajos —o muy bajos— que medios de la escala de responsabilidad, con dificultades para que se pueda armar en un tribunal un caso que lleve a su condena, con papeles auxiliares y, en ocasiones, ajenos a lo que específicamente sería la maquinaria del Holocausto. El más reciente episodio conocido, el del carpintero de Minneapolis, Michael Karkoc, lo muestra: la única causa de la que se tienen testigos presenciales en su contra es el asesinato de 44 personas en una localidad polaca (Claniow) en 1944 en una operación de represalia. ¿Criminal de guerra si se llega a demostrar su culpa? Sí, muy probablemente ¿Relacionado directamente con el Holocausto? No (en ese caso concreto al menos). Es importante la diferenciación. Muchos (y notables) criminales de guerra nazis, no tuvieron relación con el crimen específico que fue el Holocausto. Oradour-sur-Glane, Lidice, las Fosas Ardeatinas son tan infames como Treblinka o Auschwitz, pero etiológicamente —y numéricamente— diferentes.

Uno de los últimos —y más interesantes, léase o reléase a Gitta Sereny— casos llegados a los tribunales —y no una sola vez— fue el de John Demjanjuk y se le acusaba, primero en Israel, de ser uno de los operarios de las cámaras de gas de Treblinkay luego en Alemania de ser un guardia auxiliar en Sobibor, otro de los campos de exterminio de la Operación Reinhard.

El lugar en la cadena no resta relevancia a los nuevos casos que se puedan descubrir. Y no solo por recordar a las víctimas —cada nombre importa—, sino por recordar cuántos hombres corrientes —los “hombres grises”, los “ordinarymen” de Christopher R. Browning, de cuyo libro homónimo son estas palabras—“llevaron a cabo por voluntad propia el mayor genocidio de la historia de la humanidad”. Solo en el campo de exterminio de Treblinka, fueron asesinadas entre finales de julio de 1942 y mediados de octubre de 1943, el plazo en que estuvo en funcionamiento, entre 870.000 y 925.000 personas, según los dos principales museos del Holocausto. Ajustando las fechas, suponen entre 1.916 y 2.037 asesinatos diarios. Cada día. Uno tras otro. Sin parar. Es ocioso decir que no lo cometieron solos Eber, Stangl y Franz, sus sucesivos comandantes. La mayoría de los oficiales, suboficiales y clases de tropa de las SS y los auxiliares, en su mayoría ucranianos y polacos, que actuaron en campos de la Operación Reinhard (Belzec, Sobibor y Treblinka) nunca fueron llevados a juicio. Esos tres campos de exterminio son comparativamente los peores mataderos de la historia: en ellos fueron asesinados (fundamentalmente en las cámaras de gas) 1,7 millones de personas, en su inmensa mayoría judíos. Hubo solo alrededor de 120 sobrevivientes. Y además Auschwitz, Majdanek, los asesinatos en masa en el Este, las muertes en los guetos…

En virtud de ambos recuerdos, esta es la última relación de criminales de guerra nazis más relevantes elaborada, a fecha de 2016, por el Centro Simon Wiesenthal. Varios de ellos están localizados e incluso ha habido intentos de llevarlos ante la justicia:

1. Helma Kissner. De 92 años, y pendiente de proceso, sirvió como operadora de radio en Auschwitz. Acusada de complicidad en 260.000 asesinatos.

2. Helmut Oberlander, de 93. Sirvió en el Einsatzkommando 10A, parte del Einstazgruppe D, que asesinó a unos 23.000 judíos.

3. Hubert Zafke, de 94 años. Médico en Auschwitz durante 1943 y 1944. Complicidad en 3.681 asesinatos.

4. Alfred Stark, de 93. Participó en el asesinato masivo en septiembre de 1943 de 120 oficiales italianos en la isla griega de Cefalonia.

5. Helmut Rasbol, de 91 En 1942 y 1943 sirvió como guardia en el gueto de Bobruisk, en Bielorrusia. Casi todos internos del campo fueron ejecutados o murieron.

6. Aksel Andersen. El mismo caso del anterior.

7. Johann Robert Riss, de 93. Participó en el asesinato de 184 civiles en Padule di Fucecchio (Italia) el 23 de agosto de 1944.

8. Algimantas Dailide, de 96. Sirvió en la Saugumas (la policía de seguridad lituana) en Vilna. Arrestó a judíos y polacos ejecutados por los nazis y sus colaboradores en Lituania.

9. Jakob Palij, de 93. Fue guardia en el campo de Trawniki, de donde salieron muchos de los auxiliares que actuaron en los campos de la Operación Reinhard.

En diciembre pasado, el centro listó otros ocho casos: cinco miembros del Einsatzgruppe A, cuya zona de actuación fueron los Estados del Báltico, (identificados como Alfreds B., Anton K., Rudolf L, Andreas L. y Siegfried R.) y otros tres de Einsatzgruppe C, que actuó en Ucrania (Kurt. G., Karl o Wilhem H. y Herbert W.).

¿Merece la pena seguir persiguiendo a estos ancianos? Responde en el mismo texto el autor del informe, Efraim Zuroff, quien coordina las investigaciones del centro sobre criminales de guerra nazis en todo el mundo: "Durante los últimos 15 años, se han logrado al menos 103 condenas contra criminales de guerra nazis, se han presentado al menos 102 nuevas acusaciones y se han abierto más de 3.600 nuevas investigaciones. Pese a la premisa de que es demasiado tarde para llevar a los asesinos nazis a la justicia, las cifras demuestran claramente lo contrario”.

Fuente: El País

sábado, 25 de marzo de 2017

_--¿Trama? ¿Qué trama?

_--El Marqués de Villar Mir, en su despedida de la presidencia de OHL, declaraba: “Podemos no cabe en un gobierno, sería un desastre”. El neomarqués sabía bien lo que decía porque conoce bien nuestro objetivo: desarticular la trama para tener un país más justo y democrático.

¿Quiere usted saber qué es la trama? Lea el libro de Rubén Juste “Ibex 35. Una historia herética del poder en España”. Pero si 300 páginas le parecen mucho, le propongo que lea estas breves 700 palabras.

Para acercarse a la trama abra el grifo de su casa. Es probable que el agua que salga sea distribuida por Aqualia; Aqualia pertenece a la constructora FCC; FCC ya no es de las Koplowitz, ahora es de Carlos Slim, magnate mexicano que ha sabido hacer negocios en España gracias a su amigo Felipe González. ¿Quiere que el agua salga caliente? Entonces dependerá usted de las empresas de energía, responsables de que en España la factura de la luz y del gas sean de las más caras de Europa. Todas ellas tienen políticos en sus consejos de administración. Unos ejemplos rápidos: Miquel Roca, de Convergencia y abogado de la infanta Cristina, está en Endesa; Cristina Garmendia, ministra de Zapatero, en Gas Natural; Ángel Acebes, ministro de interior de Aznar durante el 11M, en Iberdrola.

¿Quiere usted saber más de la trama? Escuche a Francisco Correa, jefe de la Gürtel, diciendo que las constructoras OHL y ACS fueron las más beneficiadas en la era Aznar gracias, según él, a los pagos que hacían al PP. ACS fue además récord de España 2013 en número de filiales en paraísos fiscales (171 nada menos). OHL hasta hace unos meses estaba presidida por el Marqués de Villar Mir (nació sin sangre azul, pero Juan Carlos I le concedió el marquesado en 2011). El neomarqués de niño estudió en Colegio El Pilar y de mayor fue ministro de Hacienda antes de que en España se pudiera votar

¿Sigue usted queriendo saber qué es la trama? Acuérdese de las casi 3000 viviendas del IVIMA entregadas por Ignacio González, heredero de Esperanza Aguirre (condesa de Bornos), a Goldman Sachs por debajo del precio de mercado ¿Sabe quién trabaja para Goldman Sachs? Claudio Aguirre, primo de la condesa ¿Sabe quién asesora a Goldman Sachs para sus compras en España? La consultora Aguirre-Newman de la que es director de Investment Management Fernando Ramírez de Haro Aguirre (sí, el hijo de la condensa).

¿Quiere saber más de la trama? Recuerde aquel email que escribió José María Aznar Botella a Miguel Blesa en 2009: “Con los pelos que se ha dejado (mi padre) por ti, es impresentable lo que has hecho”. El hijo de Aznar y Botella quería vender a Caja Madrid una colección de pinturas por 54 millones, pero la caja la había tasado en solo 3. Aznar Botella tiene también entre sus méritos haber facilitado los negocios en España del fondo americano Cerberus (liderado por destacados miembros del Partido Republicano y del clan Bush, viejos amigos de su padre) pero no fue el primero en hacerlo ¿Quiere saber quién introdujo a este fondo en España? Oleguer Pujol (sí, el hijo de Jordi Pujol) que les facilitó que compraran la sede madrileña de PRISA (sí, del grupo PRISA) en Gran Vía 32.

¿Aún quiere saber más? Acuérdese de Botín librándose de 38 delitos fiscales porque la fiscalía no le acusó de nada (el Tribunal Supremo llamó a esto “doctrina Botín", otros lo llaman “mafia del canapé”). Botín siempre tuvo buen rollo con ZP. Tan bueno que ZP indultó a su consejero delegado Alfredo Sáenz. ¿Sabe usted quién es primer accionista del Santander? Blackrock. No le suena ¿verdad? Se trata de la mayor empresa de activos financieros del mundo. Son expertos en opacidad. Tanto que el New York Times los llama “el gigante silencioso”. Son también el primer accionista del BBVA y de Telefónica. Están también en Mediaset, Aena, Repsol, Iberdrola, Acerinox y hasta en los supermercados DIA. También asesoran gobiernos. Su presidente Larry Fink llegó a decir: “Hay que educar a la población europea para que vote al líder correcto que tome las medidas correctas”.

Por último ¿Quiere de verdad saber qué es la trama? El 21 de junio de 2016, a pocos días de que se votara en España, el Marqués de Villar Mir, en su despedida de la presidencia de OHL que dejaba a su hijo, declaraba: “Podemos no cabe en un gobierno, sería un desastre”. El neomarqués sabía bien lo que decía porque sabe que la trama es un bloque de poder que para mantener sus privilegios necesita que la mayor parte la población siga cargando con los costes de esos privilegios. El neomarqués sabía bien lo que decía porque conoce bien nuestro objetivo: desarticular la trama para tener un país más justo y democrático.

http://www.eldiario.es/tribunaabierta/Trama-trama_6_621597851.html

viernes, 24 de marzo de 2017

_--Kenneth Frampton: “Los rascacielos no son arquitectura, solo dinero”.

_--El británico, autor de una obra fundamental sobre la edificación moderna, asegura que un libro como el suyo no se acaba nunca. Tras sucesivas revisiones, prepara una nueva edición no eurocéntrica.

2111visionario04

CON 50 AÑOS, el arquitecto británico Kenneth Frampton (Woking, In­glaterra, 1930) firmó un libro fundamental que ordenaba su disciplina. Lo curioso de su Historia crítica de la arquitectura moderna (Gustavo Gili, 1980), que continúa publicándose traducida a 11 idiomas, es que han sido las sucesivas revisiones las que han dado solidez al análisis. En la primera, este catedrático de la Universidad de Columbia, donde todavía da clase de urbanismo, acuñó un término que convulsionó la propia modernidad de su título: regionalismo crítico. Se trataba de dar voz a los avances desde otras tradiciones: la modernidad intrínseca en la arquitectura mediterránea o la modernidad orgánica –más cercana al paisaje que a la abstracción– de la escandinava. “Un libro de referencia que busca resumir que el conocimiento no se acaba nunca”, declara Frampton en el paraninfo de la Universidad Politécnica de Madrid. Todavía lleva la toga y el birrete. Acaba de ser investido doctor honoris causa, el tercer arquitecto en recibir este reconocimiento tras Félix Candela y Norman Foster.

Frampton, que lleva más de medio siglo asentado en Nueva York, señala que a veces es la vida la que cambia y obliga a corregir el contenido de un libro. Como cuando la arquitectura indagó en el deconstructivismo o como cuando ha reflejado la lógica de la sostenibilidad para no dañar el planeta. Sin embargo, admite que en otras ocasiones las enmiendas vienen motivadas por la autocrítica. “En la última revisión [que prepara para este año] no quiero presentar un mundo eurocéntrico: la arquitectura de China, India o África forma parte del planeta”.

¿Cómo decide un arquitecto abandonar su profesión para escribir su historia? “Cuando te das cuenta de que en esa historia hay muchos profesionales mejores que tú”, contesta sin rodeos. Fue Robin Middleton, editor de Thames & Hudson, quien le hizo el encargo de su vida. Recuerda que comenzó a publicarla por entregas, como las novelas del siglo XIX, porque cada capítulo aparecía en la revista World of Art.

Middleton le dio dos consejos ­fundamentales: “No necesitas una frase sobre algo que ya has dicho. Y no necesitas un adjetivo que no añada nada”. Hoy Frampton piensa que simplificar no es siempre positivo: “Mi historia necesita un lector atento. Los libros sin retórica requieren más atención”.

Con 86 años, articula la mayor autocrítica a su libro: “Nos dejamos a una gran parte del mundo. Que no conozcas algo no quiere decir que no exista”. ¿Cómo se completa entonces una visión planetaria? ¿Cuánta distancia se necesita para escribir la historia de una disciplina? “Es necesario el convencimiento de que has visto cosas que merecen ser contadas. Y la humildad para dejar claro que lo que cuentas no es nunca la historia. Es tu historia”.

El catedrático cuenta que ha procurado conocer todos los edificios de los que habla (“los que no, los he estudiado”) y admite que lo más fascinante son las casualidades. “Cuando visité al arquitecto de Bangladés Kashef Chowdhury, conocí el talento de su exmujer, Marina Tabassum. La historia de la arquitectura moderna está llena de uniones de gente con gran talento que acaban en divorcio. La atención se ha concentrado en uno solo de los lados, pero ha llegado el momento de revindicar a muchas de esas mujeres”, sostiene. Insiste en que urge prestar atención a quienes hicieron las cosas posibles, como Muzharul Islam, un arquitecto bangladesí que introdujo la modernidad en esa región de Asia. Llevó a Louis Kahn a construir el Parlamento en Daca y luego fundó allí la Escuela de Arquitectura. O Gregori Warchavchik, el emigrante ruso que llevó la modernidad a Brasil y levantó en São Paulo la primera casa moderna. Le Corbusier llegó 10 años más tarde.

Como su propio libro, Frampton considera que la modernidad es un proyecto inacabado. “Y más un sinónimo de progreso que del despotismo del que se la ha acusado”. ¿Asistimos a la dubaización del mundo? “En Nueva York se construye un rascacielos tras otro. Y son construcciones anodinas. Irrelevantes culturalmente. Solo representan al mercado. No hay significado ni simbolismo. Se llama especulación y es la reina de nuestros días. No sé cuándo parará. Pero me niego a aceptar que eso sea una herencia del Movimiento Moderno. No es arquitectura. Es solo dinero”.

Fuente: http://elpaissemanal.elpais.com/confidencias/kenneth-frampton/

Anatxu Zabalbeascoa
La periodista e historiadora Anatxu Zabalbeascoa escribe sobre arquitectura y diseño en El País y en libros como ‘The New Spanish Architecture’, ‘Las casas del siglo’, ‘Minimalismos’ o ‘Vidas construidas, biografías de arquitectos’.