“El nacionalismo de los de arriba sirve a los de arriba. El nacionalismo de los de abajo sirve también a los de arriba. El nacionalismo cuando los pobres lo llevan dentro, no mejora, es un absurdo total”. Bertold Brecht
Desde el principio se sabía que el famoso “derecho a decidir” era un hábil eufemismo con el fin de enmascarar el inexistente, en condiciones de países democráticos, derecho de autodeterminación de “los pueblos”. Este derecho tiene una larga historia que merece algunas reflexiones.
Es conocido que la socialdemocracia internacional reconoció este derecho ya en 1896, en un Congreso celebrado en Londres, en el sentido de que se trataba de un derecho político a la independencia o secesión de la nación o imperio opresores. Este criterio lo adoptaron casi todos los partidos pertenecientes a la 2ª Internacional, incluyendo el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, del que emanaría el partido bolchevique de Lenin.
Con el triunfo de la revolución de 1917 —de la que se conmemoran los 100 años—, la libre autodeterminación y la posibilidad de formar un Estado separado se recogió en la declaración de Derechos de los Pueblos de Rusia y, después, en la Constitución de 1924. No obstante, esta posición no fue nada pacífica en los debates de la época. Mientras Lenin, Trotsky, Kautsky y otros defendieron con ardor la consigna autodeterminista, otros como Rosa Luxemburgo, Bujarin y los llamados bolcheviques de izquierda se opusieron con igual empeño. Los primeros, argumentaban que el nacionalismo era una fuerza revolucionaria en la época de las colonias y de los imperios, “cárceles de pueblos”, mientras que los segundos sostenían que en la era de los imperialismos modernos era una antigualla defender las fronteras nacionales y, sobre todo, que el nacionalismo había estado en el origen de la espantosa guerra del 14, cuando incluso una parte de la izquierda había votado los créditos de guerra, costándole la vida al socialista francés Jean Jaurès al oponerse a ellos.
Prevalecieron entonces las tesis de Lenin y de otros dirigentes de la izquierda, pues era cierto que la libre determinación tenía sentido en el proceso de descolonización e, igualmente, la independencia de naciones sojuzgadas por los imperios que fueron derrotados en aquella carnicería: el austro-húngaro; el de los zares; el otomano y el del káiser Guillermo. Quedaron en pie el británico y el francés que durarían unos años. En el fondo, las teorías de Luxemburgo y Bujarin se compadecían más con las de Marx, que en su análisis del desarrollo del capitalismo veía más conveniente para la causa de los trabajadores la federación de las naciones con el fin de lograr entidades políticas más fuertes.
Cuando concluyó la Gran Guerra llegó a París el presidente Wilson con sus no menos famosos 14 puntos, entre ellos el derecho de autodeterminación, sobre todo de las naciones que conformaban el imperio de los Habsburgo. Wilson procedía de la tradición anticolonial de EE UU, no le gustaban los imperios europeos y tampoco le interesaba dejar esa bandera en manos de un bolchevique como Lenin. A París fueron en peregrinación todos los nacionalismos irredentos con la finalidad de que el presidente americano les diera su bendición. Aun así, se cuenta que cuando se trató, también, el caso de Cataluña, el presidente francés Clemenceau se limitó a decir “pas des bêtises” (nada de tonterías) y ahí acabó la discusión. El resultado de todo ello fue que el mapa de Europa quedó cual manta escocesa, surgieron múltiples pequeñas naciones y en especial en los Balcanes, origen de múltiples conflictos.
En la actualidad, las condiciones han cambiado radicalmente y sería trágico que la izquierda no se diera cuenta de lo que eso significa. Comprendo que, a veces, no es fácil entender los vericuetos de la dialéctica de los procesos, pero este es un ejemplo de cómo un derecho progresista o liberador, en una fase histórica, se puede transformar en su contrario en otra etapa diferente. Esta es la razón por la cual Naciones Unidas —donde no sé si abundan los dialécticos— ha concretado su doctrina sobre este tema señalando que debe respetarse la libre determinación sólo en los casos de dominio colonial o en supuestos de opresión, persecución o discriminación, pero en ningún caso para quebrantar la unidad nacional en países democráticos.
En las condiciones creadas por la globalización, con mercados y multinacionales globales, inmersos en la revolución digital, cuando ya no existen situaciones coloniales generalizadas ni imperios “cárceles de pueblos”, el derecho de autodeterminación es una reivindicación reaccionaria, impropia de partidos o sindicatos de izquierda. Todavía más involucionista si cabe en el supuesto de los países pertenecientes a la Unión Europea, inmersa en un proceso de integración cada vez mayor, imprescindible para poder medirse, desde la democracia, con los grandes poderes económicos y tecnológicos. Una transformación de actuales regiones o autonomías en Estados independientes haría inviable el futuro de una unión política europea.
Es verdad que durante el periodo de los movimientos anticoloniales, véase la posición contra la guerra de África del PSOE de Iglesias, o durante la última dictadura franquista, la reivindicación de la libre autodeterminación tenía un sentido y así se recogía en los programas de los partidos y sindicatos de izquierda españoles; eso sí, siempre en aquel contexto y supeditado a la unidad de los trabajadores. Pero en condiciones de democracia, en la mundialización y la construcción europea no hay nada más contrario a los intereses de los trabajadores que romper un país. Ese acto profundamente insolidario —en especial cuando los que quieren romper son de los más ricos— divide a los sindicatos; quiebra la caja única de la Seguridad Social, garantía de las pensiones; parte la unidad de los convenios colectivos y el sistema de relaciones laborales, en un espacio de mercado único que, de quebrarse, dejaría a la intemperie a trabajadores y empresas.
En consecuencia, los partidos y sindicatos de izquierda deberían revisar esta cuestión, superar viejas inercias y concluir que en las condiciones actuales lo que antaño era progresista hogaño es retrógrado y antisocial, propio de fuerzas nacionalistas radicales y/o populistas que no tienen nada que ver con los intereses de las mayorías sociales.
Nicolás Sartorius es vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas.
https://elpais.com/elpais/2017/10/23/opinion/1508760641_669330.html
viernes, 10 de noviembre de 2017
jueves, 9 de noviembre de 2017
13 preguntas para hacerle a tu pareja antes de casarte.
Cuando se trata del matrimonio, lo que no sabes sí puede hacerte daño.
Ya sea por vergüenza, falta de interés o el deseo de conservar el misterio del romance, las parejas no se hacen algunas preguntas difíciles que, según los expertos en relaciones, pueden ayudar a construir la base de un matrimonio estable.
Además de buscar a alguien con quien quieran tener hijos y construir una vida segura, quienes piensan en matrimonio ahora esperan que sus parejas también sean sus mejores amigos y confidentes. Puede ser difícil estar a la altura de semejantes expectativas, que en parte son culpa de Hollywood.
Claro, hay muchas preguntas que las parejas se pueden hacer al inicio de una relación para estar seguros de que son el uno para el otro, pero seamos honestos: la mayoría no lo hace.
“Si no te ocupas de un problema antes del matrimonio, te tocará cuando estás casado”, dijo Robert Scuka, el director ejecutivo del National Institute of Relationship Enhancement. Puede ser difícil mantener secretos década tras década, y reservarse cierta información antes de la boda puede provocar decepciones más adelante.
Las siguientes preguntas, íntimas y a veces incómodas, están diseñadas para iniciar conversaciones honestas y posiblemente darle a las parejas la oportunidad de revelar sus secretos antes de que sea demasiado tarde.
1. ¿Tu familia tiraba platos, discutía los problemas con calma o se bloqueaba cuando surgían desacuerdos?
El éxito de una relación está basado en cómo se resuelven las diferencias, dijo Peter Pearson, fundador del Couples Institute. Ya que todos estamos moldeados a partir de la dinámica de nuestra familia, dijo, la respuesta a esta pregunta les ayudará a entender si su pareja terminará imitando los patrones de resolución de conflictos que aprendió de sus padres o los evitará.
2. ¿Tendremos hijos?
Y si lo hacemos, ¿cambiarás pañales? Con la cuestión de los niños, es importante que no solo digas lo que crees que tu pareja quiere escuchar, dice Debbie Martinez, una terapeuta de divorcio y relaciones. Antes de casarse, las parejas deberían discutir honestamente si quieren tener hijos. ¿Cuántos quieren? ¿En qué momento quieren tenerlos? ¿Y cómo se imaginan que serán sus papeles como padres? Hablar de métodos anticonceptivos antes de planear un embarazo también es importante, según Marty Klain, un terapeuta sexual y matrimonial.
3. ¿Las experiencias con nuestros ex nos ayudarán o serán un obstáculo?
Bradford Wilcox, el director del National Marriage Project en la Universidad de Virginia, señaló investigaciones financiadas por su organización que indican que haber tenido muchas relaciones serias puede presentar un riesgo de divorcio y disminuir la calidad del matrimonio. Plantear estos problemas a comienzos de la relación puede ayudar, dijo el Dr. Wilcox. El Dr. Klein dijo que la gente “titubea al hablar explícitamente sobre su pasado” y puede sentirse retroactivamente celosa o tener prejuicios. “La única manera de tener una conversación íntima, productiva y amorosa es aceptar que la otra persona tenía una vida antes de estar en pareja”, comentó.
4. ¿Qué tan importante es la religión? ¿Cómo celebraremos las festividades religiosas, si es que lo hacemos? Si dos personas tienen religiones distintas, ¿cada quien seguirá su afiliación religiosa?
El Dr. Scuka, director ejecutivo del National Institute of Relationship Enhancement, ha trabajado con parejas para animar discusiones honestas sobre este tema. Además, es mucho más probable que las parejas experimenten conflictos en torno a las tradiciones religiosas cuando los niños son parte de la ecuación, dice el Dr. Wilcox. Si deciden tener hijos, deben preguntarse cómo manejarán la educación religiosa de los niños. Es mejor tener un plan, agregó.
5. ¿Tu deuda es mi deuda? ¿Estarías dispuesto a sacarme de apuros?
Es importante saber cómo se siente tu pareja frente a la autosuficiencia financiera y si espera que los recursos se separen, dijo Frederick Hertz, un abogado especialista en divorcios. Ser honesto sobre las deudas es muy importante. De igual forma, si hay una discrepancia importante entre tus ingresos y los de tu pareja, el Dr. Scuka recomendó crear un presupuesto básico de acuerdo con los ingresos proporcionales. Muchas parejas no son capaces de hablar sobre las finanzas aunque es algo crucial, comentó.
6. ¿Cuánto es lo máximo que estarías dispuesto a gastar en un auto, un sofá o un par de zapatos?
Las parejas deberían ver si están en sintonía en cuanto a la cautela financiera o la imprudencia. Comprar un auto es un gran indicador, de acuerdo a Hertz. Las parejas también pueden poner en contexto esta pregunta al hacerla sobre las cosas en las que podrían gastar cantidades exorbitantes de dinero, dijo.
7. ¿Puedes soportar que haga cosas sin ti?
Al formar un matrimonio, algunas personas esperan conservar su independencia en ciertas áreas de su vida mientras van construyendo una relación de pareja, según Seth Eisenberg, el presidente de Pairs (Aplicación práctica de habilidades en relaciones íntimas, por sus siglas en inglés). Esto significa que puede que no estén dispuestos a compartir pasatiempos o amigos, y eso puede provocar tensión y sentimientos de rechazo si no se habla del tema. Las parejas también podrán tener expectativas diferentes en cuanto a lo que significa la “privacidad”, agregó Klein, y eso también debe discutirse. El Dr. Wilcox sugirió preguntarle a tu pareja cuál es el momento en que más necesita estar a solas.
8. ¿Nos caen bien nuestros padres?
Mientras tú y tu pareja sean un frente unido, tener una mala relación con los suegros puede ser manejable, dijo el Dr. Scuka, pero si una pareja no está dispuesta a hablar del tema con sus padres, puede ser un mal presagio para la salud de la relación. Al mismo el Dr. Pearson dijo que considerar las fuerzas y debilidades de tus padres puede esclarecer futuros patrones de apego o desapego en la relación.
9. ¿Qué tan importante es el sexo para ti?
Actualmente, las personas esperan que su pareja los excite sexualmente durante un periodo prolongado, una expectativa que no existía en el pasado, según Eisenberg. Una relación saludable incluirá conversaciones sobre lo que cada uno disfruta del sexo, así como la frecuencia esperada, dijo el Dr. Klein. Si las personas están buscando una experiencia diferente mediante el sexo , tal vez se hará necesaria una negociación para asegurar que ambos estén satisfechos.
10. ¿Qué tan lejos podemos llegar al coquetear con otras personas? ¿Está bien ver pornografía?
El Dr. Klein dijo que las parejas deberían hablar de sus actitudes y expectativas frente a la pornografía, el coqueteo y la exclusividad sexual. El acuerdo de una pareja en estos temas puede cambiar a lo largo del tiempo, y es muy probable que lo haga, pero es importante plantear el tema rápido. Lo ideal es que la exclusividad sexual se discuta de la misma manera que otras preocupaciones del día a día para que así los problemas puedan enfrentarse antes de que alguien se enoje, comentó. El Dr. Pearson sugirió preguntarle a tu pareja directamente cuáles son sus opiniones sobre la pornografía. Algunas personas, por temerosas, evitan este tema al principio de una relación, pero Klein dice que se puede convertir en un punto de tensión más adelante.
11. ¿Sabes de cuántas maneras digo “Te amo”?
El libro de Gary Chapman, “The 5 Love Languages” (1992), introdujo esta forma de categorizar las expresiones de amor para fortalecer el matrimonio. Martinez le da a sus clientes que están a punto de casarse una lista con los cinco lenguajes del amor: la afirmación, el tiempo de calidad, recibir regalos, los actos de servicio y el contacto físico. Les pide que marquen sus lenguajes primarios y secundarios y también que digan cuáles creen que son los de su pareja para después discutirlos. Eisenberg dijo que una pareja necesita resolver cómo nutrir la relación de una manera específica a ellos.
12. ¿Qué admiras de mí y cuáles son las cosas que más te molestan? ¿Puedes imaginar que los retos alguna vez superen la admiración? Si es así, ¿qué harías?
Anne Klaeysen, líder del New York Society for Ethical Culture, dijo que las parejas rara vez consideran esa segunda pregunta. Idealmente, el matrimonio es un compromiso para toda la vida, comentó, y no es suficiente “hacer clic”. Un matrimonio debe ir más allá del “clic” y de la química inicial.
13. ¿Cómo nos ves en 10 años?
Tener en mente la respuesta a esta pregunta puede ayudar a que la pareja enfrente un conflicto mientras trabaja hacia las metas definitivas de la relación, según Eisenberg.
El Dr. Wilcox dijo que también podría ser una oportunidad para plantear la pregunta de si alguno consideraría el divorcio en caso de que la relación se deteriore, o si esperan que el matrimonio sea de por vida, pase lo que pase.
https://www.nytimes.com/es/2016/03/31/13-preguntas-para-tu-pareja-antes-de-casarte/?smid=fb-espanol&smtyp=cur
Las 36 preguntas que llevan al amor.
Ya sea por vergüenza, falta de interés o el deseo de conservar el misterio del romance, las parejas no se hacen algunas preguntas difíciles que, según los expertos en relaciones, pueden ayudar a construir la base de un matrimonio estable.
Además de buscar a alguien con quien quieran tener hijos y construir una vida segura, quienes piensan en matrimonio ahora esperan que sus parejas también sean sus mejores amigos y confidentes. Puede ser difícil estar a la altura de semejantes expectativas, que en parte son culpa de Hollywood.
Claro, hay muchas preguntas que las parejas se pueden hacer al inicio de una relación para estar seguros de que son el uno para el otro, pero seamos honestos: la mayoría no lo hace.
“Si no te ocupas de un problema antes del matrimonio, te tocará cuando estás casado”, dijo Robert Scuka, el director ejecutivo del National Institute of Relationship Enhancement. Puede ser difícil mantener secretos década tras década, y reservarse cierta información antes de la boda puede provocar decepciones más adelante.
Las siguientes preguntas, íntimas y a veces incómodas, están diseñadas para iniciar conversaciones honestas y posiblemente darle a las parejas la oportunidad de revelar sus secretos antes de que sea demasiado tarde.
1. ¿Tu familia tiraba platos, discutía los problemas con calma o se bloqueaba cuando surgían desacuerdos?
El éxito de una relación está basado en cómo se resuelven las diferencias, dijo Peter Pearson, fundador del Couples Institute. Ya que todos estamos moldeados a partir de la dinámica de nuestra familia, dijo, la respuesta a esta pregunta les ayudará a entender si su pareja terminará imitando los patrones de resolución de conflictos que aprendió de sus padres o los evitará.
2. ¿Tendremos hijos?
Y si lo hacemos, ¿cambiarás pañales? Con la cuestión de los niños, es importante que no solo digas lo que crees que tu pareja quiere escuchar, dice Debbie Martinez, una terapeuta de divorcio y relaciones. Antes de casarse, las parejas deberían discutir honestamente si quieren tener hijos. ¿Cuántos quieren? ¿En qué momento quieren tenerlos? ¿Y cómo se imaginan que serán sus papeles como padres? Hablar de métodos anticonceptivos antes de planear un embarazo también es importante, según Marty Klain, un terapeuta sexual y matrimonial.
3. ¿Las experiencias con nuestros ex nos ayudarán o serán un obstáculo?
Bradford Wilcox, el director del National Marriage Project en la Universidad de Virginia, señaló investigaciones financiadas por su organización que indican que haber tenido muchas relaciones serias puede presentar un riesgo de divorcio y disminuir la calidad del matrimonio. Plantear estos problemas a comienzos de la relación puede ayudar, dijo el Dr. Wilcox. El Dr. Klein dijo que la gente “titubea al hablar explícitamente sobre su pasado” y puede sentirse retroactivamente celosa o tener prejuicios. “La única manera de tener una conversación íntima, productiva y amorosa es aceptar que la otra persona tenía una vida antes de estar en pareja”, comentó.
4. ¿Qué tan importante es la religión? ¿Cómo celebraremos las festividades religiosas, si es que lo hacemos? Si dos personas tienen religiones distintas, ¿cada quien seguirá su afiliación religiosa?
El Dr. Scuka, director ejecutivo del National Institute of Relationship Enhancement, ha trabajado con parejas para animar discusiones honestas sobre este tema. Además, es mucho más probable que las parejas experimenten conflictos en torno a las tradiciones religiosas cuando los niños son parte de la ecuación, dice el Dr. Wilcox. Si deciden tener hijos, deben preguntarse cómo manejarán la educación religiosa de los niños. Es mejor tener un plan, agregó.
5. ¿Tu deuda es mi deuda? ¿Estarías dispuesto a sacarme de apuros?
Es importante saber cómo se siente tu pareja frente a la autosuficiencia financiera y si espera que los recursos se separen, dijo Frederick Hertz, un abogado especialista en divorcios. Ser honesto sobre las deudas es muy importante. De igual forma, si hay una discrepancia importante entre tus ingresos y los de tu pareja, el Dr. Scuka recomendó crear un presupuesto básico de acuerdo con los ingresos proporcionales. Muchas parejas no son capaces de hablar sobre las finanzas aunque es algo crucial, comentó.
6. ¿Cuánto es lo máximo que estarías dispuesto a gastar en un auto, un sofá o un par de zapatos?
Las parejas deberían ver si están en sintonía en cuanto a la cautela financiera o la imprudencia. Comprar un auto es un gran indicador, de acuerdo a Hertz. Las parejas también pueden poner en contexto esta pregunta al hacerla sobre las cosas en las que podrían gastar cantidades exorbitantes de dinero, dijo.
7. ¿Puedes soportar que haga cosas sin ti?
Al formar un matrimonio, algunas personas esperan conservar su independencia en ciertas áreas de su vida mientras van construyendo una relación de pareja, según Seth Eisenberg, el presidente de Pairs (Aplicación práctica de habilidades en relaciones íntimas, por sus siglas en inglés). Esto significa que puede que no estén dispuestos a compartir pasatiempos o amigos, y eso puede provocar tensión y sentimientos de rechazo si no se habla del tema. Las parejas también podrán tener expectativas diferentes en cuanto a lo que significa la “privacidad”, agregó Klein, y eso también debe discutirse. El Dr. Wilcox sugirió preguntarle a tu pareja cuál es el momento en que más necesita estar a solas.
8. ¿Nos caen bien nuestros padres?
Mientras tú y tu pareja sean un frente unido, tener una mala relación con los suegros puede ser manejable, dijo el Dr. Scuka, pero si una pareja no está dispuesta a hablar del tema con sus padres, puede ser un mal presagio para la salud de la relación. Al mismo el Dr. Pearson dijo que considerar las fuerzas y debilidades de tus padres puede esclarecer futuros patrones de apego o desapego en la relación.
9. ¿Qué tan importante es el sexo para ti?
Actualmente, las personas esperan que su pareja los excite sexualmente durante un periodo prolongado, una expectativa que no existía en el pasado, según Eisenberg. Una relación saludable incluirá conversaciones sobre lo que cada uno disfruta del sexo, así como la frecuencia esperada, dijo el Dr. Klein. Si las personas están buscando una experiencia diferente mediante el sexo , tal vez se hará necesaria una negociación para asegurar que ambos estén satisfechos.
10. ¿Qué tan lejos podemos llegar al coquetear con otras personas? ¿Está bien ver pornografía?
El Dr. Klein dijo que las parejas deberían hablar de sus actitudes y expectativas frente a la pornografía, el coqueteo y la exclusividad sexual. El acuerdo de una pareja en estos temas puede cambiar a lo largo del tiempo, y es muy probable que lo haga, pero es importante plantear el tema rápido. Lo ideal es que la exclusividad sexual se discuta de la misma manera que otras preocupaciones del día a día para que así los problemas puedan enfrentarse antes de que alguien se enoje, comentó. El Dr. Pearson sugirió preguntarle a tu pareja directamente cuáles son sus opiniones sobre la pornografía. Algunas personas, por temerosas, evitan este tema al principio de una relación, pero Klein dice que se puede convertir en un punto de tensión más adelante.
11. ¿Sabes de cuántas maneras digo “Te amo”?
El libro de Gary Chapman, “The 5 Love Languages” (1992), introdujo esta forma de categorizar las expresiones de amor para fortalecer el matrimonio. Martinez le da a sus clientes que están a punto de casarse una lista con los cinco lenguajes del amor: la afirmación, el tiempo de calidad, recibir regalos, los actos de servicio y el contacto físico. Les pide que marquen sus lenguajes primarios y secundarios y también que digan cuáles creen que son los de su pareja para después discutirlos. Eisenberg dijo que una pareja necesita resolver cómo nutrir la relación de una manera específica a ellos.
12. ¿Qué admiras de mí y cuáles son las cosas que más te molestan? ¿Puedes imaginar que los retos alguna vez superen la admiración? Si es así, ¿qué harías?
Anne Klaeysen, líder del New York Society for Ethical Culture, dijo que las parejas rara vez consideran esa segunda pregunta. Idealmente, el matrimonio es un compromiso para toda la vida, comentó, y no es suficiente “hacer clic”. Un matrimonio debe ir más allá del “clic” y de la química inicial.
13. ¿Cómo nos ves en 10 años?
Tener en mente la respuesta a esta pregunta puede ayudar a que la pareja enfrente un conflicto mientras trabaja hacia las metas definitivas de la relación, según Eisenberg.
El Dr. Wilcox dijo que también podría ser una oportunidad para plantear la pregunta de si alguno consideraría el divorcio en caso de que la relación se deteriore, o si esperan que el matrimonio sea de por vida, pase lo que pase.
https://www.nytimes.com/es/2016/03/31/13-preguntas-para-tu-pareja-antes-de-casarte/?smid=fb-espanol&smtyp=cur
Las 36 preguntas que llevan al amor.
miércoles, 8 de noviembre de 2017
_- Por la abolición de las armas nucleares
_- El Premio Nobel de la Paz, otorgado a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), una coalición de cientos de ONG de decenas de países, pone de manifiesto la irresponsabilidad de los Estados al tratar de disuadir mediante el terror. Lejos de garantizar la paz, se extiende el riesgo de una catástrofe monstruosa, como lo ejemplifica la crisis coreana.
«El mundo es lo que es, es decir, poca cosa. Es lo que todos sabemos desde ayer». Así comienza el editorial del diario Combat (leer aquí el texto íntegro en francés), del 8 de agosto de 1945, escrito por su redactor jefe, Albert Camus. Dos días antes, el 6 de agosto, una bomba atómica lanzada desde un avión de la US Air Force había destruido la ciudad japonesa de Hiroshima y segado la vida de al menos 70.000 personas, antes de que una segunda, lanzada el 9 de agosto, en la ciudad de Nagasaki, provocase, según las cifras más optimistas, 40.000 muertes; el historiador norteamericano Howard Zinn cree que el número total de víctimas ascendió a 250.000.
En la soledad más absoluta, Camus fue uno de los pocos que no aplaudió a pesar de dirigir un diario salido de la Resistencia; quería desde luego la capitulación de Japón, aliado de la Alemania nazi, pero veía más allá del hecho inmediato y de la complacencia ciega por un progreso destructor que, en los medios de comunicación de la época, se imponía sobre cualquier otra consideración. «Nosotros lo resumiremos en una frase: la civilización mecánica acaba de alcanzar su último grado de salvajismo. Será preciso elegir, en un futuro más o menos próximo, entre el suicidio colectivo o la utilización inteligente de las conquistas científicas», escribirá.
En claro contraste, para ser conscientes de la audacia de Camus frente al espíritu de la época, baste con recordar la edición de Le Monde, de ese mismo 8 de agosto de 1945, fríamente aséptica en su primera, pero adornada con un antetítulo que resume la inconsciencia colectiva frente a las técnicas mortíferas: «Una revolución científica».
Nos separan 72 años de este editorial de Combat y, sin embargo, su conclusión parece una profecía más de actualidad que nunca: «Nosotros nos rehusamos a sacar de una noticia tan grave otra conclusión que no sea la decisión de abogar más enérgicamente aún a favor de una verdadera sociedad internacional, en la que las grandes potencias no tengan derechos superiores a los de las pequeñas y medianas naciones, en la que la guerra, azote hecho definitivo por el solo efecto de la inteligencia humana, no depende más de los apetitos o de las doctrinas de tal o cual Estado. Ante las perspectivas aterradoras que se abren a la humanidad, percibimos aún mejor que la paz es la única lucha que vale la pena entablar. No es ya un ruego, sino una orden que debe subir de los pueblos hacia los gobierno, la orden de elegir definitivamente entre el infierno y la razón».
Esta orden acaba de renovarla el Comité Nobel al distinguir, con el Premio de la Paz 2017, a la ICAN (International Campaign to Abolish Nuclear Weapons). «Vivimos en un mundo en el que el riesgo de que se empleen armas nucleares es más elevado de lo que lo ha sido en mucho tiempo», señaló la presidenta del comité noruego, Berit Reiss-Andersen. «Algunos países modernizan sus arsenales nucleares y el peligro de que más países se doten de armas nucleares es real, como ha demostrado Corea del Norte». Acto seguido, instó a las potencias nucleares a entablar «negociaciones serias» para acabar con sus arsenales.
Al destacar una campaña internacional que surge de la sociedad civil, el Nobel interpela a la ceguera colectiva de un mundo en el que la potencia establecida tiene como sinónimo la destrucción potencial. Esta ceguera también es el de cada uno de nosotros, incapaces de imaginar que lo peor pueda surgir de la modernidad científica más completa y, al mismo tiempo, la más perversa, la inteligencia humana que ha conseguido inventar el arma capaz de exterminar a nuestra propia especie mediante la destrucción de todos los seres vivos del planeta.
El mantenimiento de la bomba nuclear, su producción y su proliferación, pone de evidencia, hasta lo absurdo, el estado un mundo cuyo orden aparente no es sino un desorden persistente. Del mismo modo que son los cinco primeros compradores de armas del mundo –que alimentan con su comercio guerras que la ONU, en teoría, ha de hacer frente–, los cinco Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que disponen de un derecho de veto, fueron las primeras naciones en dotarse de esta arma definitiva de destrucción masiva: Estados Unidos, Rusia (después de la URSS), Reino Unido, Francia y China.
Después se sumarían otras cuatro potencias nucleares: India, Pakistán, Israel, Corea del Norte, que se inscriben en zonas geopolíticas de conflictos de larga duración, donde su desarrollo es tan incierto como incontrolables pueden pasar a ser sus actores algún día. Y vendrán otros inevitablemente mañana en un mundo definitivamente transnacional, de conexión y de redes, como ha demostrado el papel activo de un científico pakistaní, Abdul Qadeer Khan, héroe nacional de su país donde es considerado el padre de la bomba atómica, en la proliferación internacional sobre todo hacia Corea del Norte.
Ayer consistía en un presunto argumento de equilibrio durante una guerra fría de dos ejes, americano y soviético –«La disuasión contiene la extrema violencia», resumía Raymon Aron–, las armas nucleares ahora se sueltan en un mundo multipolar, cuyos interventores tienen sus propias lógicas de supervivencia y protección, fuera del juego de las antiguas grandes potencias. Su posesión se ha convertido en el comodín de las dictaduras de naciones pobres, pequeñas o frágiles, frente a la arrogancia dominadora y predadora de las democracias de los países ricos.
Por peligrosa que sea para la paz del mundo, sobre todo frente a Estados Unidos país dirigido por el imprevisible Donald Trump, la actitud de la Corea del Norte de Kim Jong-un es racional, desde el punto de vista de su propio poder totalitario y de su propia supervivencia. Las caídas violentas de Sadam Hussein en Irak y después de Gadafi en Libia, provocadas por intervenciones militares extranjeras que han sumido a sus respectivos países en el caos, lo han convencido evidentemente, lo mismo que ellas convencerán mañana a otros tiranos opresores de sus pueblos, de que la posesión de armas nucleares es el único seguro de vida de su reino y de su persona.
De modo que la imprevisión y la irresponsabilidad están del lado de las viejas potencias que se apoyan en una estrategia de disuasión que ya no controlan en la medida en que su corolario, la no proliferación de armas nucleares, cada vez es más aleatorio. Por el contrario, el realismo y la lucidez están del lado de la ICAN, coalición formada por casi 500 ONG que actúan en más de cien países. Nacida en 2007, en diez años ha sabido llevar hasta la ONU un tratado de prohibición de las armas nucleares, aprobado en julio pasado por 122 países y sometido a ratificacióndesde el 20 de septiembre (el texto está disponible aquí y la presentación del ICAN aquí). Como las otras grandes potencias del Viejo Mundo, Francia se opone, por voz de sus gobernantes sin imaginación ni visión, definitivamente sordos a la llamada de Camus a elegir entre el infierno y la razón.
El Tratado de prohibición o la victoria de Günther Anders
Como sucede a menudo, las sociedades son más inteligentes que los Estados que fingen regentarlos. Lo mismo que con las minas antipersonas o las bombas de racimo –gracias a las campañas de opinión, hay convenciones internacionales que las prohíben desde 1997 y 2008–, la movilización ciudadana ha permitido paliar la incapacidad de las potencias a la hora de poner en marcha sus propios compromisos. El Tratado de No Proliferación Nuclear, de 1968, dice, en su artículo 6, que los Estados firmantes se comprometían «de buena fe a iniciar negociaciones sobre medidas eficaces relativas al cese de la carrera de armamentos nucleares en fecha cercana y al desarme nuclear y sobre un tratado de desarme general y completo bajo estricto y eficaz control internacional».
Ha ocurrido exactamente lo contrario. El número de potencias nucleares casi se ha duplicado, el privilegio del terror que se cernía sobre las primeras de entre ellas ha sido cuestionado cada vez más. Según un informe reciente del Senado francés, nueve Estados poseían, a principios de 2016, alrededor de 15.395 armas nucleares. La proliferación de estas armas de destrucción masiva es una realidad tangible, cinco naciones europeas, además de Francia, tienen, según la ICAN, bombas atómicas en el marco de los acuerdos de la OTAN. Y, siempre según la coalición internacional, los países que tienen armas nucleares gastan cada año al menos 105.000 millones de dólares para el mantenimiento y la modernización de sus arsenales, una suma increíble que podría ser destinada de forma útil al servicio del bien común de los respectivos pueblos, en sanidad, educación, equipamiento, etc. Y, por último, el audaz discurso de Barack Obama en 2009 en Praga instando a «un mundo sin armas nucleares» quedó en papel mojado.
Con este argumentario, tan concreto como pertinente, la ICAN consiguió imponer un tratado de prohibición de las armas nucleares, igual que existe con las armas biológicas y químicas. Dicho de otro modo, prohibir las armas de destrucción masiva cuyo uso amenaza el género humano y supone un crimen contra la humanidad. El artículo 1 de tratado dice que estará prohibido «en cualquier circunstancia desarrollar, probar, producir, fabricar, comprar, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos». Además, prohíbe también las políticas de disuasión y recuerda que es una pedagogía desastrosa del miedo: «Tal y como recoge la Carta de Naciones Unidas, los Estados deben abstenerse, en sus relaciones internacionales, de recurrir a la amenaza o al empleo de la fuerza», los firmantes del tratado deberán comprometerse a «no emplear nunca, ni amenazar con emplear, nunca, en ninguna circunstancia, armas nucleares».
Günther Anders ya no está en este mundo para ver el punto en que se encuentra el que fue su compromiso vital. Llamado en realidad Günther Stern (1902-1992), primer marido de otra gran figura de la intelectualidad del siglo pasado, Hannah Arendt, fue el primer filósofo de la era atómica y más esencialmente un pensador de la catástrofe. Conocido por el gran público, a comienzo de los 60, por su diálogo con Claude Eatherly, presentado como «el piloto de Hiroshima», es en realidad el hombre que transmitió a la tripulación del bombardeo la luz verde ("Go ahead") del presidente norteamericano y que vivió desde entonces lleno de remordimientos. Esta correspondencia, recientemente recuperada en la obra Hiroshima est partout, es una ilustración pedagógica –como lo será en 1988 su formidable Nous, fils Eichmann, interpelación del hijo arrepentido del artífice del exterminio de los judíos de Europa– de su reflexión decisiva sobre el significado de la bomba atómica, más allá mismo de su monstruosidad.
Para Anders, abruma un mundo prisionero de la técnica, de su eficacia a corta vista y de su irresponsabilidad más esencial, un mundo deshumanizado que ya no sabe imaginar, y sobre todo la posibilidad de la catástrofe, ni sentir, y especialmente el aumento de los peligros. Nuestra alienación, no dejó de repetir, es no llegar a pensar en la repetición, no conseguir entrever «que lo que se había producido una vez podía producirse una segunda vez e incluso con menos inhibición». Lo que llamaba «el síndrome Nagasaki», esta repetición a menudo eclipsada, «desenvuelta, irreflexiva, desmotivada», insistía, de la destrucción de Hiroshima. Basta con leer las reacciones oficiales francesas a la campaña de la ICAN –«El contexto internacional no permite ninguna debilidad», se deleitó el Ministerio de Asuntos Exteriores –para comprender cómo el pensamiento de Anders resuena aún como una saludable provocación.
En su obra principal, iniciada en los años 50, L’Obsolescence de l’homme, no duda en afirmar que «los señores de la bomba son nihilistas activos». Porque el que admite que el efecto de su acto pueda ser el aniquilamiento de la humanidad deberá ser considerado como culpable de nihilismo destructor a escala planetaria. «Cualquier hombre tiene los principios de la cosa que posee», enuncia Anders: por tanto, poseer la bomba atómica, es aceptar la posibilidad de la destrucción de la humanidad y de los seres vivos por parte de los hombres. En la era atómica, concluye, «existimos cual muertos vivientes. Y es verdaderamente la primera vez».
Mientras Donald Trump amenazaba, en la última asamblea general de Naciones Unidas, con «destruir totalmente» Corea del Norte, antes de evocar recientemente su enigmático «calma antes de la tempestad», seguido de un misterioso «una sola cosa funcionará». Francia socio de Estados Unidos y de Reino Unido, ha acabado con el tratado de prohibición de la bomba atómica al afirmar que «desprecia claramente las realidades del entorno de seguridad mundial». ¡Como si las armas nucleares nos fuesen de alguna ayuda frente a las inestabilidades del mundo que nutren injusticias económicas, negaciones democráticas, desordenes guerreros y cambios climáticos!
Como si, sobre todo Francia, no tuviese que meditar esta obstinación nuclear que, con la presidencia de François Mitterrand, promotor del mayor número de ensayos nucleares en el Pacífico, la cegó al nuevo mundo multipolar que venía. No es casualidad si Paul Quilès, ministro de Defensa socialista en 1985 fue testigo del desastre del caso Greenpeace, ese atentado ocurrido en Nueva Zelanda fruto de la arrogancia nuclear francesa, es hoy el político más comprometido con el desarme nuclear (ver aquí su blog). Como el piloto de Hiroshima, meditó la ceguera humana de una potencia basada en el dominio de los asesinatos masivos. Es hora de elegir entre el infierno y la razón.
Versión española : Mariola Moreno, infoLibre, socio editorial de Mediapart.
Edición Irene Casado Sánchez.
Edwy Plenel Periodista francés, antiguo militante de la LCR, director de la redacción de Le Monde de 1996 a 2004, fue despedido por divergencias en la dirección del periódico. Actualmente es director de Mediapart, el principal órgano informativo de la izquierda francesa en internet.
Fuente:
https://www.mediapart.fr/es/journal/international/171017/por-la-abolicion-de-las-armas-nucleares?onglet=full
Organizaciones por la paz y contra las armas nucleares:
http://www.icanw.org/campaign/partner-organizations/
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Nobel de la Paz
martes, 7 de noviembre de 2017
_- La Revolución de Octubre: Diez días que transformaron el mundo
_- Poco antes de las 10 de la noche del día 7 de noviembre de 1917 (el 25 de octubre según el calendario juliano vigente en Rusia en ese momento), apenas transcurrida una hora desde que se había inaugurado el II Congreso de los Soviets (asambleas) de Diputados Obreros y Soldados, la Guardia Roja -después de escuchar la señal esperada: un cañonazo del acorazado Aurora-, tomaba al asalto el pazo de Invierno, sede del gobierno provisional ruso, procediendo a la detención de varios ministros, aunque el primer ministro Kerenski pudo abandonar la ciudad de Petrogrado. Horas más tarde, sobre las 5 de la madrugada del día 8 (26), después de tensos debates en los que participaron principalmente los mencheviques y bolcheviques, el Congreso de los Soviets ‘toma el poder en sus manos’.
En el transcurso de ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario desarrolló una intensa actividad legal para garantizar el orden público (se persiguieron la especulación y cualquier acto delictivo…) y el funcionamiento de la administración (se ordenó al funcionariado que permaneciera en sus puestos de trabajo…), se liberó a todos los presos políticos que el Gobierno presidido por Kerenski había mantenido o metido en la cárcel y se abolió la pena de muerte.
Paralelamente, el Congreso nombró un Gobierno interino presidido por Lenin, que inmediatamente puso en marcha las primeras medidas revolucionarias:
Anunció una propuesta de ‘paz justa y democrática’, que comunicó sobre las 10 de la noche de ese día 8 de noviembre, que no llegó a fructificar, por lo que el Gobierno soviético se vio obligado a negociar un armisticio al margen de las potencias beligerantes con las que estaba aliada y que continuaron la guerra.
Aprobó, en la madrugada del día 9, dos decretos fundamentales:
Sobre la tierra, mediante el cual se abolía la propiedad de la tierra, por lo que –en consecuencia-, se suprimían los latifundios en manos del Estado, la Corona, la Iglesia y la aristocracia, que pasaban a ser patrimonio de todo el pueblo para que la trabajase en régimen de usufructo.
Sobre la constitución del poder, que establecía la constitución de un gobierno provisional para todas las Rusias: el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin e integrado, entre otros, por Leon Trotski (Negocios Extranjeros), Anatoli Lunacharski (Instrucción Pública), Stalin (Asuntos de las Nacionalidades) o Alexandra Kollontai (Asistencia Social), que de ese modo se convirtió en la primera mujer en la historia en ocupar un cargo ministerial.
Según ese decreto, el nuevo Gobierno de Comisarios del Pueblo tendría que trabajar en estrecha alianza con las organizaciones obreras, campesinas, de soldados y de empleados públicos… y tendría por misión ejecutar el programa de Gobierno aprobado por el Congreso de los Soviets.
Así, si el Gobierno revolucionario había sido fiel a sus consignas en las primeras horas de la Revolución con el anuncio de la paz y el decreto de la tierra, en los siguientes días desplegó una intensa actividad revolucionaria, que se concretó en la aprobación de los siguientes decretos:
Sobre prensa (10 de noviembre), por el cual el Estado se hacía con el control de las imprentas –eliminando de esa forma la dependencia de la publicidad y el capital privado-, cuyo uso se cedía al propio Estado, a los partidos de acuerdo con su apoyo ciudadano y en último lugar a los ciudadanos que lo demandasen siempre que tuviesen alguna proyección social. Asimismo, la prensa estaba obligada a informar de los objetivamente (por lo que se cerraron cabeceras que deformaban deliberadamente los hechos) y se prohibieron las publicaciones que instigasen a la resistencia o a la desobediencia.
Sobre milicia (10 de noviembre), mediante el cual se constituía una milicia popular puesta a las órdenes de los soviets.
Seguro social (11 de noviembre), que benefició a todos los obreros y a todas las obreras que perdieran su capacidad para trabajar por enfermedad, mutilación, vejez, desempleo…
Educación (11 de noviembre), estableciendo la educación obligatoria, por lo que se pusieron en marcha las primeras campañas de alfabetización y de escolarización de la población.
Control democrático de las fábricas (16 de noviembre), por el cual se establecía que las fábricas pasaban a estar en manos de un comité de obreros que se encargaría de garantizar la producción, de revisar las cuentas de la empresa y del mantenimiento del orden, la disciplina y la protección de los bienes dentro de las fábricas.
Algunos días después tomaron forma otras demandas históricas de las clases populares:
Se estableció la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.
Se estableció la separación de la Iglesia y el Estado, por lo que la religión quedaba completamente excluida del ámbito público y estatal -incluido el escolar y sanitario-, se reconocían, entre otros, el derecho al matrimonio civil, al divorcio, al aborto o a la homosexualidad –que no se incluyó como delito en el Código Penal de 1926-. No obstante, con el tiempo, algunos de esos derechos (aborto, homosexualidad…) serían prohibidos…
Se estableció una equiparación salarial entre el funcionariado y el proletariado, por lo que además se fijaba un salario máximo en relación al salario mínimo.
Se abolieron los antiguos tribunales de tradición aristocrática y se crearon tribunales populares.
Se estableció una banca pública al servicio de los intereses de las clases populares. Y entre otras medidas,
Se reconoció el derecho a la autodeterminación y a la igualdad de todos los pueblos de Rusia, cuya Declaración de Derechos se proclamó el 27 de noviembre, poniendo fin a siglos de opresión étnica y cultural de al menos 100 minorías étnicas que de ese modo vieron reconocido su derecho a la existencia.
Ya a principios de 1918 se aprobó la Declaración de Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado, en la que se recogían los derechos al trabajo, a educación, a reunión, a libertad de expresión y conciencia… que se incorporarían en la Constitución de la nueva República soviética (10 de julio de 1918) y se firmó el Tratado de Brest-Litovks (3 de marzo de 1918) con los imperios centrales (Austría-Hungría y Alemania) en condición de potencia ‘perdedora’, lo que supuso el reconocimiento de la independencia de Polonia, Finlandia, Ucrania, Georgia y Azerbaiyán, así como la renuncia a los Estados bálticos (Estonia, Lituania y Letonia) y a Besarabia. En definitiva, la pérdida del 26% de la población, el 27% de las tierras fértiles, el 75% del carbón, del hierro y del acero, el 26% de las vías férreas y el 40% del proletariado industrial. Un duro golpe para la naciente república soviética...
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=233730
En el transcurso de ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario desarrolló una intensa actividad legal para garantizar el orden público (se persiguieron la especulación y cualquier acto delictivo…) y el funcionamiento de la administración (se ordenó al funcionariado que permaneciera en sus puestos de trabajo…), se liberó a todos los presos políticos que el Gobierno presidido por Kerenski había mantenido o metido en la cárcel y se abolió la pena de muerte.
Paralelamente, el Congreso nombró un Gobierno interino presidido por Lenin, que inmediatamente puso en marcha las primeras medidas revolucionarias:
Anunció una propuesta de ‘paz justa y democrática’, que comunicó sobre las 10 de la noche de ese día 8 de noviembre, que no llegó a fructificar, por lo que el Gobierno soviético se vio obligado a negociar un armisticio al margen de las potencias beligerantes con las que estaba aliada y que continuaron la guerra.
Aprobó, en la madrugada del día 9, dos decretos fundamentales:
Sobre la tierra, mediante el cual se abolía la propiedad de la tierra, por lo que –en consecuencia-, se suprimían los latifundios en manos del Estado, la Corona, la Iglesia y la aristocracia, que pasaban a ser patrimonio de todo el pueblo para que la trabajase en régimen de usufructo.
Sobre la constitución del poder, que establecía la constitución de un gobierno provisional para todas las Rusias: el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin e integrado, entre otros, por Leon Trotski (Negocios Extranjeros), Anatoli Lunacharski (Instrucción Pública), Stalin (Asuntos de las Nacionalidades) o Alexandra Kollontai (Asistencia Social), que de ese modo se convirtió en la primera mujer en la historia en ocupar un cargo ministerial.
Según ese decreto, el nuevo Gobierno de Comisarios del Pueblo tendría que trabajar en estrecha alianza con las organizaciones obreras, campesinas, de soldados y de empleados públicos… y tendría por misión ejecutar el programa de Gobierno aprobado por el Congreso de los Soviets.
Así, si el Gobierno revolucionario había sido fiel a sus consignas en las primeras horas de la Revolución con el anuncio de la paz y el decreto de la tierra, en los siguientes días desplegó una intensa actividad revolucionaria, que se concretó en la aprobación de los siguientes decretos:
Sobre prensa (10 de noviembre), por el cual el Estado se hacía con el control de las imprentas –eliminando de esa forma la dependencia de la publicidad y el capital privado-, cuyo uso se cedía al propio Estado, a los partidos de acuerdo con su apoyo ciudadano y en último lugar a los ciudadanos que lo demandasen siempre que tuviesen alguna proyección social. Asimismo, la prensa estaba obligada a informar de los objetivamente (por lo que se cerraron cabeceras que deformaban deliberadamente los hechos) y se prohibieron las publicaciones que instigasen a la resistencia o a la desobediencia.
Sobre milicia (10 de noviembre), mediante el cual se constituía una milicia popular puesta a las órdenes de los soviets.
Seguro social (11 de noviembre), que benefició a todos los obreros y a todas las obreras que perdieran su capacidad para trabajar por enfermedad, mutilación, vejez, desempleo…
Educación (11 de noviembre), estableciendo la educación obligatoria, por lo que se pusieron en marcha las primeras campañas de alfabetización y de escolarización de la población.
Control democrático de las fábricas (16 de noviembre), por el cual se establecía que las fábricas pasaban a estar en manos de un comité de obreros que se encargaría de garantizar la producción, de revisar las cuentas de la empresa y del mantenimiento del orden, la disciplina y la protección de los bienes dentro de las fábricas.
Algunos días después tomaron forma otras demandas históricas de las clases populares:
Se estableció la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.
Se estableció la separación de la Iglesia y el Estado, por lo que la religión quedaba completamente excluida del ámbito público y estatal -incluido el escolar y sanitario-, se reconocían, entre otros, el derecho al matrimonio civil, al divorcio, al aborto o a la homosexualidad –que no se incluyó como delito en el Código Penal de 1926-. No obstante, con el tiempo, algunos de esos derechos (aborto, homosexualidad…) serían prohibidos…
Se estableció una equiparación salarial entre el funcionariado y el proletariado, por lo que además se fijaba un salario máximo en relación al salario mínimo.
Se abolieron los antiguos tribunales de tradición aristocrática y se crearon tribunales populares.
Se estableció una banca pública al servicio de los intereses de las clases populares. Y entre otras medidas,
Se reconoció el derecho a la autodeterminación y a la igualdad de todos los pueblos de Rusia, cuya Declaración de Derechos se proclamó el 27 de noviembre, poniendo fin a siglos de opresión étnica y cultural de al menos 100 minorías étnicas que de ese modo vieron reconocido su derecho a la existencia.
Ya a principios de 1918 se aprobó la Declaración de Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado, en la que se recogían los derechos al trabajo, a educación, a reunión, a libertad de expresión y conciencia… que se incorporarían en la Constitución de la nueva República soviética (10 de julio de 1918) y se firmó el Tratado de Brest-Litovks (3 de marzo de 1918) con los imperios centrales (Austría-Hungría y Alemania) en condición de potencia ‘perdedora’, lo que supuso el reconocimiento de la independencia de Polonia, Finlandia, Ucrania, Georgia y Azerbaiyán, así como la renuncia a los Estados bálticos (Estonia, Lituania y Letonia) y a Besarabia. En definitiva, la pérdida del 26% de la población, el 27% de las tierras fértiles, el 75% del carbón, del hierro y del acero, el 26% de las vías férreas y el 40% del proletariado industrial. Un duro golpe para la naciente república soviética...
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=233730
Héroes, obreros y máquinas: el innovador e imaginativo arte que inspiró la Revolución Rusa hace 100 años
Renombrados artistas como Marc Chagall o Vasili Kandinski vieron de cerca la revolución bolchevique de 1917, que acabó con tres siglos de dominio de los zares y sacudió las bases de la sociedad rusa.
En medio del tumulto sociopolítico, el mundo de la cultura comenzó a debatir qué forma debería tener el "arte del pueblo", lo que dio origen a una rica etapa de experimentación e innovación estética.
Así, entre 1917 y 1932, cuando las posibilidades parecían ilimitadas, el arte ruso floreció en múltiples formatos y estilos: desde pinturas abstractas y con composiciones dinámicas hasta originales fotografías y piezas de porcelana.
La revolución, sus líderes, los trabajadores y las máquinas fueron los temas dominantes.
Sin embargo, esta era de optimismo no duraría mucho: a fines de 1932 el brutal régimen de José Stalin cerró la cortina a la libertad creativa. En BBC Mundo te presentamos algunas de las mejores obras de aquella época de oro, que formaron parte de una exhibición de la Royal Academy of Arts en Londres.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-40645115
4 ideas de Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa, que siguen vigentes a pesar del fracaso del comunismo.
¿Es el autor de "El manifiesto comunista" y "El capital" relevante hoy en día?
¿Qué ideas del ideólogo de la Revolución Rusa, de la que se cumple un siglo este año, siguen vigentes a pesar de la estrepitosa caída de la Unión Soviética?
En BBC Mundo escogimos algunas con la ayuda de expertos.
¿Es Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa -de la que se cumple un siglo este año-, relevante hoy en día? Aunque el filósofo alemán vivió y escribió en el siglo XIX, una época muy diferente a la nuestra, es indiscutible que dos de sus escritos, "El manifiesto comunista" (éste junto a Federico Engels) y "El capital", tuvieron en un momento determinado de la historia una gran influencia política y económica en muchos países y en millones de personas.
El surgimiento de la Unión Soviética tras la Revolución Rusa fue un ejemplo de ello. Nadie niega que el bloque socialista marcó buena parte de la historia del siglo XX.
Sin embargo, también es cierto que el comunismo no se materializó tal cual lo plantearon Marx y Engels, y terminó convirtiéndose en un proyecto fallido. Al final, el bloque soviético se desmoronó y el capitalismo se impuso en casi todo el planeta.
¿Pero puede decirse que el pensamiento de Marx quedó obsoleto? ¿O acaso pueden rescatarse algunas de sus ideas que se volvieron realidad y siguen vigentes hasta nuestros días?
1. El activismo político
En el "Manifiesto comunista" y otros trabajos, Marx describe la lucha de clases en la sociedad capitalista y cómo el proletariado acabará arrebatándoles el poder a las élites dominantes en todo el mundo.
"El capital", su obra cumbre, es un intento de apuntalar esas ideas con hechos verificables y análisis científico. Fue un mensaje poderoso en un mundo en el que abundaba la opresión y la inequidad.
"La experiencia personal de alienación de Marx, quien vivió en la pobreza, le dio una gran intensidad a su análisis, el cual cobró la estatura de filosofía contra el monstruo capitalista que esclavizaba a los seres humanos", le explica a la BBC uno de sus más reconocidos biógrafos, el británico Francis Wheen.
Durante el siglo XX, las ideas de Marx inspirarían revoluciones en Rusia, China, Cuba y muchos otros países donde el grupo dominante fue derrocado y los trabajadores se apoderaron de la propiedad privada y los medios de producción.
El marxismo fue incluso más allá y se convirtió en una manera de interpretar el mundo en general: la simple idea de que la historia es una lucha de clases antagónicas también influyó en la literatura, el arte y la educación.
"Hoy en día Marx sigue siendo relevante como filósofo político. Generación tras generación, muchos buscan inspiración en él para sus propias luchas", le dice a BBC Mundo Albrecht Ritschl, historiador alemán especializado en marxismo y jefe del Departamento de Historia Económica de la London School of Economics en Reino Unido.
"Se sigue hablando de los temas que habló Marx -añade el experto-. Por ejemplo, la globalización. Marx fue uno de los primeros críticos de la internacionalización de los mercados. También se refirió a la inequidad, al advertir sobre la creciente desigualdad en el mundo".
"Podría decirse que Marx continúa siendo atractivo y forma parte del discurso político actual", concluye Ritschl. Si bien la caída de la Unión Soviética en diciembre de 1991 significó un fuerte golpe para la teoría marxista (por un tiempo los partidos de izquierda y las universidades le dieron menos importancia), la crisis financiera global de 2007-8 volvió a darle relevancia. Ese colapso fue un ejemplo clásico de las recurrentes crisis del capitalismo que había pronosticado el pensador alemán. Desde entonces las ventas de "El manifiesto comunista" y "El capital" no han dejado de crecer en todo el mundo.
2. La recurrencia de las crisis económicas.
Marx cuestionó la idea de que el capitalismo se autorregulaba.
Para él no había una "mano invisible" que ponía en orden las fuerzas del mercado, como había postulado Adam Smith -el "padre" del capitalismo- en "La riqueza de las naciones".
En cambio, Marx sostenía que el sistema estaba condenado a periodos de crisis recurrentes (hoy los economistas hablarían de recesiones) que eran inherentes a él.
"Si bien él no fue el único que hablaba de ello, su idea original era que cada turbulencia llevaría a otra peor, y así sucesivamente hasta la destrucción del capitalismo", le explica a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.
El crash bursátil de 1929 y las subsecuentes crisis alcanzaron su punto culminante en 2007-8, cuando el mundo vivió un colapso financiero nunca antes visto en cuanto a su gravedad, impacto y persistencia.
"Es cierto que los aspectos no resueltos del capitalismo llevan a nuevas crisis, pero la idea determinista de Marx de que el sistema se derrumbaría por sus defectos intrínsecos ha sido desacreditada", advierte Ritschl.
"No obstante, hoy estamos más alertas que nunca ante las turbulencias y somos más cuidadosos frente a ellas, en parte gracias a él". Aunque, al contrario de lo que predijo él, las crisis no han ocurrido en la industria pesada, sino en el sector financiero, aclara el experto.
3. Ganancias desmedidas y monopolios
Un aspecto importante de la teoría de Marx es la llamada plusvalía: el valor que un trabajador crea por encima del valor de su fuerza laboral. El problema, según el pensador alemán, es que los dueños de los medios de producción se adueñan de la plusvalía e intentan maximizar sus ganancias a expensas del proletariado.
Así, el capital tiende a concentrarse y centralizarse en unos pocos acaudalados y, como contrapartida, conduce al desempleo y a una depreciación de los salarios de los trabajadores.
Esto puede verse hasta nuestros días. Por ejemplo, un reciente análisis de la revista británica The Economist muestra que mientras que en las últimas dos décadas el sueldo de los trabajadores en países como Estados Unidos se ha estancado, el salario de los máximos ejecutivos ha aumentado significativamente: han pasado de cobrar 40 veces más que el promedio a embolsarse 110 veces más.
"La crítica de Marx a la acumulación es válida aún hoy, porque continúa siendo uno de sus puntos débiles del capitalismo", le comenta a BBC Mundo Ritschl.
"Hoy lo vemos claramente en la acumulación desmedida de poder por parte de grandes compañías internacionales y también en la conformación de monopolios y duopolios. Marx nos alertó sobre los riesgos de todo esto".
4. La globalización y la inequidad
Biógrafos de Marx como Francis Wheen y otros estudiosos de su obra coinciden en que el filósofo se equivocó con su idea determinista de que el capitalismo se sepultaría a sí mismo al crear sus propios enterradores.
Más bien ocurrió lo contrario: con la caída del comunismo, el capitalismo no sólo se fortaleció sino que además se extendió por todo el mundo. Nadie expresa mejor esta ironía de la historia que el pensador marxista Jacques Rancière, profesor de filosofía de la Universidad de París VIII.
"El proletariado, lejos de enterrar el capitalismo, lo mantiene con vida -escribe-. Trabajadores explotados y mal pagados, liberados de la mayor revolución socialista de la historia (China), son llevados al borde del suicidio para que Occidente pueda seguir jugando con sus iPads. Mientras tanto, el dinero chino financia a un Estados Unidos que de otra manera estaría en bancarrota".
Pero si Marx falló en esta predicción, no erró en sus agudas críticas a la internacionalización del capitalismo.
En el "Manifiesto comunista" plantea que la expansión global del capitalismo se convertirá en la principal fuente de inestabilidad del sistema internacional, como lo demostrarían una serie de crisis financieras en el siglo XX y XXI.
"La necesidad de expandir constantemente mercados para sus productos persigue a la burguesía sobre toda la superficie del globo -sostienen Marx y Engels-. Debe anidar en todas partes, establecerse en todas partes, establecer conexiones en todas partes. Obliga a todas las naciones, so pena de extinción, a adoptar el modo burgués de producción".
Por eso, el marxismo ha sido rescatado -y reivindicado- en el actual debate sobre los problemas de la globalización.
"Hoy hay en el mundo mucha gente preocupada por la destrucción de mercados locales, la inseguridad laboral y la pérdida de empleos", le comenta a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.
"La globalización, por ejemplo, fue uno de los grandes temas en las últimas elecciones en Estados Unidos, en las que dominó una pregunta que podría haberse planteado en muchas otras partes del planeta: ¿qué hacemos con los que han perdido con ella?".
Está claro que a pesar de sus vaticinios fallidos y sus ideas caducas, Marx planteó en el siglo XIX varios temas de debate sobre política y economía que siguen vigentes más de un siglo después.
QUIÉN ERA CARLOS MARX
Carlos Enrique Marx nació el 5 de mayo de 1818 en la ciudad de Tréveris, en el oeste de Alemania. Era hijo de un exitoso abogado de origen judío. Estudió leyes en Bonn y Berlín y en aquel momento se interesó en la filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Ludwig Andreas von Feuerbach, que con su dialéctica y materialismo histórico, respectivamente, tendrían una gran influencia en el marxismo.
En 1841, a los 23 años, recibió el doctorado en filosofía de la Universidad de Jena, en el este de Alemania.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen y se mudó a París, en aquel momento un semillero del pensamiento radical. Allí se volvió un revolucionario y trabó amistad con quien sería su colaborador toda la vida: Federico Engels.
Tras ser expulsado de Francia por su activismo, Marx residió dos años en Bruselas, donde profundizó su amistad con Engels.
En 1848 ambos publicaron "El manifiesto comunista", en el que plantean que la historia de la humanidad es una historia de lucha de clases y que los estratos sociales acabarán despareciendo con la victoria del proletariado.
En 1849, Marx se mudó a Londres, donde residiría hasta su muerte. Allí vivió durante muchos años en la pobreza. Pudo subsistir gracias a la ayuda económica del adinerado Engels.
En la capital británica, Marx produjo su trabajo más importante, "El capital", considerado "la Biblia de las clases trabajadoras". Esta obra es, básicamente, una descripción de cómo funciona el sistema capitalista y cómo, según él, se destruirá a sí mismo por causa de sus defectos. El primer volumen lo publicó en vida. Los otros dos tomos los hizo imprimir Engels tras la muerte de su amigo.
Marx y Jenny von Westphalen tuvieron siete hijos (cuatro mujeres y tres varones), pero debido a las condiciones en las que vivió la familia en Londres sólo tres de ellos llegaron a la vida adulta.
El filósofo pasó sus últimos años aquejado por problemas de salud y el dolor por las muertes de su esposa y sus hijos.
Falleció el 14 de marzo de 1883, a los 65 años, y fue enterrado en el Cementerio de Highgate, en Londres, donde hoy se puede visitar su tumba. El epitafio dice: "Trabajadores del mundo, uníos".
http://www.bbc.com/mundo/noticias-40611669
¿Qué ideas del ideólogo de la Revolución Rusa, de la que se cumple un siglo este año, siguen vigentes a pesar de la estrepitosa caída de la Unión Soviética?
En BBC Mundo escogimos algunas con la ayuda de expertos.
¿Es Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa -de la que se cumple un siglo este año-, relevante hoy en día? Aunque el filósofo alemán vivió y escribió en el siglo XIX, una época muy diferente a la nuestra, es indiscutible que dos de sus escritos, "El manifiesto comunista" (éste junto a Federico Engels) y "El capital", tuvieron en un momento determinado de la historia una gran influencia política y económica en muchos países y en millones de personas.
El surgimiento de la Unión Soviética tras la Revolución Rusa fue un ejemplo de ello. Nadie niega que el bloque socialista marcó buena parte de la historia del siglo XX.
Sin embargo, también es cierto que el comunismo no se materializó tal cual lo plantearon Marx y Engels, y terminó convirtiéndose en un proyecto fallido. Al final, el bloque soviético se desmoronó y el capitalismo se impuso en casi todo el planeta.
¿Pero puede decirse que el pensamiento de Marx quedó obsoleto? ¿O acaso pueden rescatarse algunas de sus ideas que se volvieron realidad y siguen vigentes hasta nuestros días?
1. El activismo político
En el "Manifiesto comunista" y otros trabajos, Marx describe la lucha de clases en la sociedad capitalista y cómo el proletariado acabará arrebatándoles el poder a las élites dominantes en todo el mundo.
"El capital", su obra cumbre, es un intento de apuntalar esas ideas con hechos verificables y análisis científico. Fue un mensaje poderoso en un mundo en el que abundaba la opresión y la inequidad.
"La experiencia personal de alienación de Marx, quien vivió en la pobreza, le dio una gran intensidad a su análisis, el cual cobró la estatura de filosofía contra el monstruo capitalista que esclavizaba a los seres humanos", le explica a la BBC uno de sus más reconocidos biógrafos, el británico Francis Wheen.
Durante el siglo XX, las ideas de Marx inspirarían revoluciones en Rusia, China, Cuba y muchos otros países donde el grupo dominante fue derrocado y los trabajadores se apoderaron de la propiedad privada y los medios de producción.
El marxismo fue incluso más allá y se convirtió en una manera de interpretar el mundo en general: la simple idea de que la historia es una lucha de clases antagónicas también influyó en la literatura, el arte y la educación.
"Hoy en día Marx sigue siendo relevante como filósofo político. Generación tras generación, muchos buscan inspiración en él para sus propias luchas", le dice a BBC Mundo Albrecht Ritschl, historiador alemán especializado en marxismo y jefe del Departamento de Historia Económica de la London School of Economics en Reino Unido.
"Se sigue hablando de los temas que habló Marx -añade el experto-. Por ejemplo, la globalización. Marx fue uno de los primeros críticos de la internacionalización de los mercados. También se refirió a la inequidad, al advertir sobre la creciente desigualdad en el mundo".
"Podría decirse que Marx continúa siendo atractivo y forma parte del discurso político actual", concluye Ritschl. Si bien la caída de la Unión Soviética en diciembre de 1991 significó un fuerte golpe para la teoría marxista (por un tiempo los partidos de izquierda y las universidades le dieron menos importancia), la crisis financiera global de 2007-8 volvió a darle relevancia. Ese colapso fue un ejemplo clásico de las recurrentes crisis del capitalismo que había pronosticado el pensador alemán. Desde entonces las ventas de "El manifiesto comunista" y "El capital" no han dejado de crecer en todo el mundo.
2. La recurrencia de las crisis económicas.
Marx cuestionó la idea de que el capitalismo se autorregulaba.
Para él no había una "mano invisible" que ponía en orden las fuerzas del mercado, como había postulado Adam Smith -el "padre" del capitalismo- en "La riqueza de las naciones".
En cambio, Marx sostenía que el sistema estaba condenado a periodos de crisis recurrentes (hoy los economistas hablarían de recesiones) que eran inherentes a él.
"Si bien él no fue el único que hablaba de ello, su idea original era que cada turbulencia llevaría a otra peor, y así sucesivamente hasta la destrucción del capitalismo", le explica a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.
El crash bursátil de 1929 y las subsecuentes crisis alcanzaron su punto culminante en 2007-8, cuando el mundo vivió un colapso financiero nunca antes visto en cuanto a su gravedad, impacto y persistencia.
"Es cierto que los aspectos no resueltos del capitalismo llevan a nuevas crisis, pero la idea determinista de Marx de que el sistema se derrumbaría por sus defectos intrínsecos ha sido desacreditada", advierte Ritschl.
"No obstante, hoy estamos más alertas que nunca ante las turbulencias y somos más cuidadosos frente a ellas, en parte gracias a él". Aunque, al contrario de lo que predijo él, las crisis no han ocurrido en la industria pesada, sino en el sector financiero, aclara el experto.
3. Ganancias desmedidas y monopolios
Un aspecto importante de la teoría de Marx es la llamada plusvalía: el valor que un trabajador crea por encima del valor de su fuerza laboral. El problema, según el pensador alemán, es que los dueños de los medios de producción se adueñan de la plusvalía e intentan maximizar sus ganancias a expensas del proletariado.
Así, el capital tiende a concentrarse y centralizarse en unos pocos acaudalados y, como contrapartida, conduce al desempleo y a una depreciación de los salarios de los trabajadores.
Esto puede verse hasta nuestros días. Por ejemplo, un reciente análisis de la revista británica The Economist muestra que mientras que en las últimas dos décadas el sueldo de los trabajadores en países como Estados Unidos se ha estancado, el salario de los máximos ejecutivos ha aumentado significativamente: han pasado de cobrar 40 veces más que el promedio a embolsarse 110 veces más.
"La crítica de Marx a la acumulación es válida aún hoy, porque continúa siendo uno de sus puntos débiles del capitalismo", le comenta a BBC Mundo Ritschl.
"Hoy lo vemos claramente en la acumulación desmedida de poder por parte de grandes compañías internacionales y también en la conformación de monopolios y duopolios. Marx nos alertó sobre los riesgos de todo esto".
4. La globalización y la inequidad
Biógrafos de Marx como Francis Wheen y otros estudiosos de su obra coinciden en que el filósofo se equivocó con su idea determinista de que el capitalismo se sepultaría a sí mismo al crear sus propios enterradores.
Más bien ocurrió lo contrario: con la caída del comunismo, el capitalismo no sólo se fortaleció sino que además se extendió por todo el mundo. Nadie expresa mejor esta ironía de la historia que el pensador marxista Jacques Rancière, profesor de filosofía de la Universidad de París VIII.
"El proletariado, lejos de enterrar el capitalismo, lo mantiene con vida -escribe-. Trabajadores explotados y mal pagados, liberados de la mayor revolución socialista de la historia (China), son llevados al borde del suicidio para que Occidente pueda seguir jugando con sus iPads. Mientras tanto, el dinero chino financia a un Estados Unidos que de otra manera estaría en bancarrota".
Pero si Marx falló en esta predicción, no erró en sus agudas críticas a la internacionalización del capitalismo.
En el "Manifiesto comunista" plantea que la expansión global del capitalismo se convertirá en la principal fuente de inestabilidad del sistema internacional, como lo demostrarían una serie de crisis financieras en el siglo XX y XXI.
"La necesidad de expandir constantemente mercados para sus productos persigue a la burguesía sobre toda la superficie del globo -sostienen Marx y Engels-. Debe anidar en todas partes, establecerse en todas partes, establecer conexiones en todas partes. Obliga a todas las naciones, so pena de extinción, a adoptar el modo burgués de producción".
Por eso, el marxismo ha sido rescatado -y reivindicado- en el actual debate sobre los problemas de la globalización.
"Hoy hay en el mundo mucha gente preocupada por la destrucción de mercados locales, la inseguridad laboral y la pérdida de empleos", le comenta a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.
"La globalización, por ejemplo, fue uno de los grandes temas en las últimas elecciones en Estados Unidos, en las que dominó una pregunta que podría haberse planteado en muchas otras partes del planeta: ¿qué hacemos con los que han perdido con ella?".
Está claro que a pesar de sus vaticinios fallidos y sus ideas caducas, Marx planteó en el siglo XIX varios temas de debate sobre política y economía que siguen vigentes más de un siglo después.
QUIÉN ERA CARLOS MARX
Carlos Enrique Marx nació el 5 de mayo de 1818 en la ciudad de Tréveris, en el oeste de Alemania. Era hijo de un exitoso abogado de origen judío. Estudió leyes en Bonn y Berlín y en aquel momento se interesó en la filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Ludwig Andreas von Feuerbach, que con su dialéctica y materialismo histórico, respectivamente, tendrían una gran influencia en el marxismo.
En 1841, a los 23 años, recibió el doctorado en filosofía de la Universidad de Jena, en el este de Alemania.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen y se mudó a París, en aquel momento un semillero del pensamiento radical. Allí se volvió un revolucionario y trabó amistad con quien sería su colaborador toda la vida: Federico Engels.
Tras ser expulsado de Francia por su activismo, Marx residió dos años en Bruselas, donde profundizó su amistad con Engels.
En 1848 ambos publicaron "El manifiesto comunista", en el que plantean que la historia de la humanidad es una historia de lucha de clases y que los estratos sociales acabarán despareciendo con la victoria del proletariado.
En 1849, Marx se mudó a Londres, donde residiría hasta su muerte. Allí vivió durante muchos años en la pobreza. Pudo subsistir gracias a la ayuda económica del adinerado Engels.
En la capital británica, Marx produjo su trabajo más importante, "El capital", considerado "la Biblia de las clases trabajadoras". Esta obra es, básicamente, una descripción de cómo funciona el sistema capitalista y cómo, según él, se destruirá a sí mismo por causa de sus defectos. El primer volumen lo publicó en vida. Los otros dos tomos los hizo imprimir Engels tras la muerte de su amigo.
Marx y Jenny von Westphalen tuvieron siete hijos (cuatro mujeres y tres varones), pero debido a las condiciones en las que vivió la familia en Londres sólo tres de ellos llegaron a la vida adulta.
El filósofo pasó sus últimos años aquejado por problemas de salud y el dolor por las muertes de su esposa y sus hijos.
Falleció el 14 de marzo de 1883, a los 65 años, y fue enterrado en el Cementerio de Highgate, en Londres, donde hoy se puede visitar su tumba. El epitafio dice: "Trabajadores del mundo, uníos".
http://www.bbc.com/mundo/noticias-40611669
Cómo triunfa la oligarquía: Lecciones de la Antigua Grecia
Hace unos cuantos años, mientras investigaba para un libro acerca de cómo afecta la desigualdad económica a la democracia, un colega mío preguntó si Norteamérica corría verdaderamente el riesgo de convertirse en una oligarquía. Nuestro sistema político, afirmaba, es una democracia. Si la gente no quiere verse gobernada por élites opulentas, podemos votar para echarlas.
El sistema, dicho de otro modo, no se puede “amañar” para que funcione en favor de los ricos y poderosos, a no ser que la gente esté como mínimo dispuesta a aceptar un gobierno de los ricos poderosos. Si la opinión pública en general se opone al gobierno de las élites económicas, ¿cómo es, entonces, que los opulentos controlan tanto del gobierno?
La pregunta era buena y si bien yo tenía mis propias explicaciones, no disponía de una respuesta sistemática. Afortunadamente, dos libros recientes sí la proporcionan. La oligarquía funciona, en una palabra, gracias a las instituciones. En su fascinante y perpicaz libro, Classical Greek Oligarchy, Matthew Simonton nos lleva de vuelta al mundo antiguo, en el que se acuñó el término oligarquía. Una de las amenazas primordiales consistía en que los oligarcas llegaran a dividirse y que alguien de entre sus filas desertara, se pusiera al frente del pueblo y derribara a la oligarquía.
Para impedir que esto ocurriera, las élites de la antigua Grecia desarrollaron instituciones y prácticas para mantenerse unidas. Entre otras cosas, aprobaban leyes suntuarias, que impedían extravagantes demostraciones de su riqueza que pudieran atizar la envidia, y utilizaban el voto secreto y las prácticas de creación de consenso para garantizar que las decisiones no condujeran a a un mayor conflicto dentro de sus cuadros.
De modo adecuado para un especialista académico en los clásicos, Simonton se centra en detalle en estas antiguas prácticas concretas. Pero su intuición clave estriba en que a las élites en el poder les hace falta solidaridad si desean permanecer en el poder. La unidad podía provenir de relaciones personales, de la confianza, de las prácticas de votación, o bien – como es más probable en la sociedad meritocrática de hoy – de la homogeneidad de cultura y valores que resulta de deambular por los mismos círculos limitados.
Si bien la clase dominante debe permanecer unida para que la oligarquía permanezca en el poder, la gente tiene asimismo que estar dividida, de modo que no pueda derribar a sus opresores. Los oligarcas de la antigua Grecia utilizaban por tanto una combinación de coacción y cooptación para mantener a raya a la democracia. Concedían recompensas a los informantes y encontraban ciudadanos maleables que desempeñaran cargos en el gobierno.
Esos colaboradores legitimaban el régimen y le proporcionaban cabezas de puente para llegar hasta el pueblo. Por añadidura, los oligarcas controlaban los espacios públicos y los medios de vida para impedir que la gente se organizara. Echaban a la gente de las plazas ciudadanas: una población difusa en el campo se veía incapaz de protestar y derrocar a un gobierno de un modo tan efectivo como un grupo urbano concentrado.
Trataban también de mantener la dependencia de la gente común de oligarcas individuales concretos para su supervivencia económica, de modo semejante a cómo los jefes de la mafia de las películas mantienen relaciones paternalistas con el vecindario. Leyendo el relato de Simonton, resulta difícil no pensar en cómo la fragmentación de nuestras plataformas de medios de comunicación constituye una ejemplificación moderna de división de la esfera pública, o de cómo a empleados y trabajadores se les disuade de expresarse.
La discusión más interesante se centra en cómo los antiguos oligarcas utilizaban la información para preservar su régimen. Combinaban el secreto en la gobernación con mensajes selectivos dirigidos a públicos determinados, de un modo no muy distinto del de nuestros modernos asesores y consultores de comunicación. Proyectaban poder mediante rituales y procesiones.
Al mismo tiempo, trataban de destruir los monumentos que eran símbolos del éxito democrático. En lugar de proyectos de obras públicas, dedicados nominalmente al pueblo, se atenían a lo que podemos entender como filantropía para sostener su poder. Los oligarcas financiaban la creación de un nuevo edificio o el embellecimiento de un espacio público. Resultado: la gente apreciaba el gasto de la élite en esos proyectos y la clase alta, que quedara memoria de su nombre para todos los tiempos. Al fin y al cabo, ¿quién podía estar en contra de oligarcas que demostraban tal generosidad?
Profesor ayudante de Historia en la Universidad del Estado de Arizona, Simonton recurre abundantemente a los conocimientos de las ciencias sociales y los aplica bien para diseccionar antiguas prácticas. Pero si bien reconoce que las antiguas oligarquías salían de entre los opulentos, una limitación de su trabajo es que se centra primordialmente en cómo perpetuaban su poder político los oligarcas, no su poder económico.
Para comprender eso, debemos pasar a un clásico inmediato de hace solo unos años, Oligarchy, de Jeffrey Winters. Winters sostiene que la clave de la oligarquía estriba en que un conjunto de élites dispone de suficientes recursos materiales para gastarlos en asegurar su estatus e intereses. A esto lo llama “defensa de la riqueza”, y lo divide en dos categorías. “Defensa de la propiedad” implica protección de la propiedad existente: en los viejos tiempos esto significaba construir castillos y muros, hoy implica el imperio de la Ley. La “defensa de la renta” se refiere a proteger las ganancias; en nuestro tiempo, significa abogar por impuestos reducidos.
El desafío de observar cómo opera la oligarquía, afirma Winters, es que normalmente no pensamos en el dominio de la política y el de la economía como algo fusionado. En su núcleo central, la oligarquía entraña concentrar poder económico y utilizarlo para fines políticos. La democracia se hace vulnerable a la oligarquía porque los demócratas se centran tanto en garantizar la igualdad política que pasan por alto la amenaza indirecta que surge de la desigualdad económica.
Winters sostiene que existen cuatro clases de oligarquías, cada una de las cuales persigue la defensa de la riqueza por medio de diferentes instituciones. Estas oligarquías se categorizan basándose en si el dominio de los oligarcas es personal o colectivo, y en si los oligarcas recurren a la coacción.
Las oligarquías guerreras, como los señores de la guerra, son personales y están armadas. Las oligarquías de dominio como la mafía son colectivas y están armadas. En la categoría de las oligarquías desarmadas, las oligarquías de sultanato (como la Indonesia de Suharto) se gobiernan por medio de conexiones personales. En las oligarquías civiles, la gobernación es colectiva y se aplica mediante leyes, en lugar de serlo por medio de las armas.
Equipado con esta tipología, Winters declara que Norteamérica es ya una oligarquía civil. Por usar el lenguaje de campañas políticas recientes, nuestros oligarcas tratan de amañar el sistema para defender su riqueza. Se centran en rebajar impuestos y reducir regulaciones que protegen a trabajadores y ciudadanos de las fechorías empresariales.
Erigen un sistema legal que está distorsionado para que obre a su favor, de manera que su comportamiento ilegal rara vez resulta castigado. Y sostienen todo esto mediante la financiación de campañas y un sistema de cabildeo que les permite influir de modo indebido en la política. En una oligarquía civil, estas acciones se sostienen no a partir del cañón de un fusil o por la palabra de un hombre, sino mediante el imperio de la Ley.
Si la oligarquía funciona gracias a que sus dirigentes institucionalizan su poder mediante la ley, los medios de comunicación, los rituales políticos, ¿qué hacer? ¿Cómo puede tomar la delantera la democracia? Winter hace notar que el poder político depende del poder económico. Esto sugiere que la única solución consiste en crear una sociedad más económicamente igualitaria.
El problema, por supuesto, estriba en que si son los oligarcas los que están al mando, no queda claro por qué iban a aprobar leyes que redujeran su riqueza e hicieran más igualitaria la sociedad. Mientras puedan mantener dividida a la sociedad, tienen poco que temer de la ocasional revuelta o protesta.
Ciertamente, algunos comentaristas han sugerido que la igualdad económica de finales del siglo XX resultó excepcional porque dos guerras mundiales y una Gran Depresión liquidaron las propiedades de los extremadamente opulentos. A este respecto, no es mucho lo que podemos hacer sin una catástrofe global de envergadura.
Simonton ofrece otra solución. Sostiene que la democracia derrotó a la oligarquía en la antigua Grecia debido a la “descomposición oligárquica”. Las instituciones oligárquicas están sometidas a la corrosión y el derrumbe, como cualquier otra clase de instituciones. Conforme la solidaridad y las prácticas de los oligarcas comienzan a descomponerse, aparece la oportunidad de la democracia de devolver al pueblo el gobierno.
En ese momento, el pueblo podría unirse durante un tiempo suficiente para que sus protestas lo llevaran al poder. Con todas las sacudidas de la política de hoy, resulta difícil no pensar que este es un momento en el que el futuro del sistema político podría estar más al alcance de lo que ha estado durante generaciones.
La cuestión estriba en saber si surgirá la democracia de esta descomposición, o si los oligarcas reforzaran su control de las palancas del gobierno.
Ganesh Sitaraman profesor de la Facultad de Derecho de la universidad norteamericana de Vanderbilt. (en Nashville, estado de Tennessee). Autor de The Crisis of the Middle-Class Constitution, fue director de política de la campaña al Senado de Elizabeth Warren, una de las líderes del ala izquierda del Partido Demócrata.
http://www.sinpermiso.info/textos/como-triunfa-la-oligarquia-lecciones-de-la-antigua-grecia
El sistema, dicho de otro modo, no se puede “amañar” para que funcione en favor de los ricos y poderosos, a no ser que la gente esté como mínimo dispuesta a aceptar un gobierno de los ricos poderosos. Si la opinión pública en general se opone al gobierno de las élites económicas, ¿cómo es, entonces, que los opulentos controlan tanto del gobierno?
La pregunta era buena y si bien yo tenía mis propias explicaciones, no disponía de una respuesta sistemática. Afortunadamente, dos libros recientes sí la proporcionan. La oligarquía funciona, en una palabra, gracias a las instituciones. En su fascinante y perpicaz libro, Classical Greek Oligarchy, Matthew Simonton nos lleva de vuelta al mundo antiguo, en el que se acuñó el término oligarquía. Una de las amenazas primordiales consistía en que los oligarcas llegaran a dividirse y que alguien de entre sus filas desertara, se pusiera al frente del pueblo y derribara a la oligarquía.
Para impedir que esto ocurriera, las élites de la antigua Grecia desarrollaron instituciones y prácticas para mantenerse unidas. Entre otras cosas, aprobaban leyes suntuarias, que impedían extravagantes demostraciones de su riqueza que pudieran atizar la envidia, y utilizaban el voto secreto y las prácticas de creación de consenso para garantizar que las decisiones no condujeran a a un mayor conflicto dentro de sus cuadros.
De modo adecuado para un especialista académico en los clásicos, Simonton se centra en detalle en estas antiguas prácticas concretas. Pero su intuición clave estriba en que a las élites en el poder les hace falta solidaridad si desean permanecer en el poder. La unidad podía provenir de relaciones personales, de la confianza, de las prácticas de votación, o bien – como es más probable en la sociedad meritocrática de hoy – de la homogeneidad de cultura y valores que resulta de deambular por los mismos círculos limitados.
Si bien la clase dominante debe permanecer unida para que la oligarquía permanezca en el poder, la gente tiene asimismo que estar dividida, de modo que no pueda derribar a sus opresores. Los oligarcas de la antigua Grecia utilizaban por tanto una combinación de coacción y cooptación para mantener a raya a la democracia. Concedían recompensas a los informantes y encontraban ciudadanos maleables que desempeñaran cargos en el gobierno.
Esos colaboradores legitimaban el régimen y le proporcionaban cabezas de puente para llegar hasta el pueblo. Por añadidura, los oligarcas controlaban los espacios públicos y los medios de vida para impedir que la gente se organizara. Echaban a la gente de las plazas ciudadanas: una población difusa en el campo se veía incapaz de protestar y derrocar a un gobierno de un modo tan efectivo como un grupo urbano concentrado.
Trataban también de mantener la dependencia de la gente común de oligarcas individuales concretos para su supervivencia económica, de modo semejante a cómo los jefes de la mafia de las películas mantienen relaciones paternalistas con el vecindario. Leyendo el relato de Simonton, resulta difícil no pensar en cómo la fragmentación de nuestras plataformas de medios de comunicación constituye una ejemplificación moderna de división de la esfera pública, o de cómo a empleados y trabajadores se les disuade de expresarse.
La discusión más interesante se centra en cómo los antiguos oligarcas utilizaban la información para preservar su régimen. Combinaban el secreto en la gobernación con mensajes selectivos dirigidos a públicos determinados, de un modo no muy distinto del de nuestros modernos asesores y consultores de comunicación. Proyectaban poder mediante rituales y procesiones.
Al mismo tiempo, trataban de destruir los monumentos que eran símbolos del éxito democrático. En lugar de proyectos de obras públicas, dedicados nominalmente al pueblo, se atenían a lo que podemos entender como filantropía para sostener su poder. Los oligarcas financiaban la creación de un nuevo edificio o el embellecimiento de un espacio público. Resultado: la gente apreciaba el gasto de la élite en esos proyectos y la clase alta, que quedara memoria de su nombre para todos los tiempos. Al fin y al cabo, ¿quién podía estar en contra de oligarcas que demostraban tal generosidad?
Profesor ayudante de Historia en la Universidad del Estado de Arizona, Simonton recurre abundantemente a los conocimientos de las ciencias sociales y los aplica bien para diseccionar antiguas prácticas. Pero si bien reconoce que las antiguas oligarquías salían de entre los opulentos, una limitación de su trabajo es que se centra primordialmente en cómo perpetuaban su poder político los oligarcas, no su poder económico.
Para comprender eso, debemos pasar a un clásico inmediato de hace solo unos años, Oligarchy, de Jeffrey Winters. Winters sostiene que la clave de la oligarquía estriba en que un conjunto de élites dispone de suficientes recursos materiales para gastarlos en asegurar su estatus e intereses. A esto lo llama “defensa de la riqueza”, y lo divide en dos categorías. “Defensa de la propiedad” implica protección de la propiedad existente: en los viejos tiempos esto significaba construir castillos y muros, hoy implica el imperio de la Ley. La “defensa de la renta” se refiere a proteger las ganancias; en nuestro tiempo, significa abogar por impuestos reducidos.
El desafío de observar cómo opera la oligarquía, afirma Winters, es que normalmente no pensamos en el dominio de la política y el de la economía como algo fusionado. En su núcleo central, la oligarquía entraña concentrar poder económico y utilizarlo para fines políticos. La democracia se hace vulnerable a la oligarquía porque los demócratas se centran tanto en garantizar la igualdad política que pasan por alto la amenaza indirecta que surge de la desigualdad económica.
Winters sostiene que existen cuatro clases de oligarquías, cada una de las cuales persigue la defensa de la riqueza por medio de diferentes instituciones. Estas oligarquías se categorizan basándose en si el dominio de los oligarcas es personal o colectivo, y en si los oligarcas recurren a la coacción.
Las oligarquías guerreras, como los señores de la guerra, son personales y están armadas. Las oligarquías de dominio como la mafía son colectivas y están armadas. En la categoría de las oligarquías desarmadas, las oligarquías de sultanato (como la Indonesia de Suharto) se gobiernan por medio de conexiones personales. En las oligarquías civiles, la gobernación es colectiva y se aplica mediante leyes, en lugar de serlo por medio de las armas.
Equipado con esta tipología, Winters declara que Norteamérica es ya una oligarquía civil. Por usar el lenguaje de campañas políticas recientes, nuestros oligarcas tratan de amañar el sistema para defender su riqueza. Se centran en rebajar impuestos y reducir regulaciones que protegen a trabajadores y ciudadanos de las fechorías empresariales.
Erigen un sistema legal que está distorsionado para que obre a su favor, de manera que su comportamiento ilegal rara vez resulta castigado. Y sostienen todo esto mediante la financiación de campañas y un sistema de cabildeo que les permite influir de modo indebido en la política. En una oligarquía civil, estas acciones se sostienen no a partir del cañón de un fusil o por la palabra de un hombre, sino mediante el imperio de la Ley.
Si la oligarquía funciona gracias a que sus dirigentes institucionalizan su poder mediante la ley, los medios de comunicación, los rituales políticos, ¿qué hacer? ¿Cómo puede tomar la delantera la democracia? Winter hace notar que el poder político depende del poder económico. Esto sugiere que la única solución consiste en crear una sociedad más económicamente igualitaria.
El problema, por supuesto, estriba en que si son los oligarcas los que están al mando, no queda claro por qué iban a aprobar leyes que redujeran su riqueza e hicieran más igualitaria la sociedad. Mientras puedan mantener dividida a la sociedad, tienen poco que temer de la ocasional revuelta o protesta.
Ciertamente, algunos comentaristas han sugerido que la igualdad económica de finales del siglo XX resultó excepcional porque dos guerras mundiales y una Gran Depresión liquidaron las propiedades de los extremadamente opulentos. A este respecto, no es mucho lo que podemos hacer sin una catástrofe global de envergadura.
Simonton ofrece otra solución. Sostiene que la democracia derrotó a la oligarquía en la antigua Grecia debido a la “descomposición oligárquica”. Las instituciones oligárquicas están sometidas a la corrosión y el derrumbe, como cualquier otra clase de instituciones. Conforme la solidaridad y las prácticas de los oligarcas comienzan a descomponerse, aparece la oportunidad de la democracia de devolver al pueblo el gobierno.
En ese momento, el pueblo podría unirse durante un tiempo suficiente para que sus protestas lo llevaran al poder. Con todas las sacudidas de la política de hoy, resulta difícil no pensar que este es un momento en el que el futuro del sistema político podría estar más al alcance de lo que ha estado durante generaciones.
La cuestión estriba en saber si surgirá la democracia de esta descomposición, o si los oligarcas reforzaran su control de las palancas del gobierno.
Ganesh Sitaraman profesor de la Facultad de Derecho de la universidad norteamericana de Vanderbilt. (en Nashville, estado de Tennessee). Autor de The Crisis of the Middle-Class Constitution, fue director de política de la campaña al Senado de Elizabeth Warren, una de las líderes del ala izquierda del Partido Demócrata.
http://www.sinpermiso.info/textos/como-triunfa-la-oligarquia-lecciones-de-la-antigua-grecia
lunes, 6 de noviembre de 2017
Entrevista al sociólogo y documentalista francés, Quentin Ravelli. ‘Ladrillos’ (Bricks): Un vistazo francés al momento español
La Vanguardia
Investigador del CNRS francés y también autor de dos novelas, Quentin Ravelli, nacido en París hace 35 años, publicó hace dos un ensayo sobre la industria farmacéutica (La strategie de la bactérie). El procedimiento fue examinar la concepción y comercialización de los medicamentos ingresando como empleado en una gran empresa del sector. Con Bricks (Ladrillos en inglés), Historias de una España en crisis, este polifacético sociólogo ha hecho su primera película. El método ha sido similar; documentar, mediante una inmersión, el paisaje social de la burbuja inmobiliaria desde las mismas fábricas de ladrillos de Castilla, hasta la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH).
Bricks, que se estrenó ayer (18-10-17) en París, es un buen documental sobre las realidades de los movimientos sociales en España y de sus tan ibéricos latidos, antes de que el país -y con él quizás sus movimientos- se enfundara en banderas nacionales. El documental ha venido acompañado de un pequeño libro-reportaje y es resultado de tres años de viajes a España, uno de ellos fijo en Madrid. Ravelli se muestra fascinado por el movimiento social español. En esta entrevista, en un bar del distrito XX de París, se reflejan analogías y comparaciones entre los momentos francés y español.
Seguir leyendo:
http://www.lavanguardia.com/cultura/20171019/432179224241/quentin-ravelli-bricks-francia-espana.html
domingo, 5 de noviembre de 2017
El héroe de tu infancia. Los cuentos despertaron en nuestra niñez la imaginación, la creatividad y la fantasía. ¿Por qué no volver a ellos para adentrarnos en nuevos desafíos?
Érase una vez…
Cuando oímos estas palabras, algo se despierta en nuestro interior. Una conexión con aquellas ganas de saber qué pasará, a qué desafíos tendrán que enfrentarse los protagonistas. Pero hay más. También conectamos con la infancia, cuando conseguimos crecer más que en cualquier otra etapa de nuestra vida. Era un tiempo en el que teníamos expectativas, todo estaba por hacer y nada de lo que queríamos parecía imposible. Poco a poco, sin grandes lecciones, sino a través de la emoción de las aventuras, fuimos capaces por primera vez de experimentar los grandes sentimientos que nos definen como personas: justicia, valentía, lealtad, heroísmo, amor…
Con estos compañeros fuimos capaces de interiorizar valores positivos. A fuerza de querer actuar como ellos, algo de su esencia nos ayudó a formarnos. Porque, tal y como asegura Bruno Bettelheim, autor de Psicoanálisis de los cuentos de hadas, el relato infantil “al mismo tiempo que divierte al niño, le ayuda a comprenderse y alienta el desarrollo de su personalidad. Le brinda significados a diferentes niveles y enriquece su existencia de muy distintas maneras”. El famoso psiquiatra infantil nos advierte de la importancia de los cuentos de hadas en la educación, ya que ejercen una función liberadora a la vez que forman nuestra mentalidad, proporcionándonos herramientas morales, emocionales y relacionales. Es decir, ese equipo de supervivencia que necesitábamos para enfrentarnos al mundo y sus desafíos.
Si es así, ¿por qué no recuperarlos? ¿Por qué no regresar a ellos para seguir creciendo? Si lo hacemos, seguro que nos sorprenderemos y descubriremos que, como afirma G. K. Chesterton, “los cuentos de hadas son más que reales; no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos enseñan que se puede vencer a los dragones”. ¿Y quién no tiene dragones en su vida para vencer?
Joseph Campbell, en su libro El héroe de las mil caras, describió la estructura narrativa de los cuentos populares y de toda narración épica. Según el mitógrafo norteamericano, puede variar la historia, los personajes y las circunstancias, pero el esqueleto sigue siendo el mismo. Da igual que se trate de las aventuras de Simbad el Marino, o de Pinocho, o de Blancanieves; todos tienen los elementos e ingredientes del esquema de Campbell, conocido como el viaje del héroe. Y no solo ellos. Incluso La guerra de las galaxias los tiene. Y es que George Lucas fue el primer autor en reconocer que se había basado en el viaje del héroe para crear, en 1974, la más famosa saga de la historia del cine. Y en parte fue gracias a este esquema que Lucas consiguió realizar lo que muchos analistas reconocen como el cuento de hadas de nuestros días. Una narración que ha cautivado a niños de cualquier edad y que, como las grandes historias, tiene una frase mágica de entrada, que en este caso no es “Érase una vez…”, sino “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”.
Así, teniendo presente la estructura del héroe, podemos usarla a nuestro favor. Podemos ver por las fases por las que debe pasar todo protagonista de un cuento que merezca la pena ser contado. Tal vez no habrá emperadores galácticos ni brujas que se miran al espejo preguntándose quién es la más bonita del reino, pero habrá un desafío que nos preocupa, que nos paraliza, que nos impide avanzar. Un villano, pero en forma de jefe, de falso amigo, de relación tóxica, de nuevo negocio… Y sea como sea, deberemos emprender este viaje, no renunciar a la aventura que nos propone la vida y convertirnos en el héroe de nuestra propia existencia. Es decir, estar más cerca de la persona que queríamos ser cuando escuchábamos esas historias antes de ir a dormir.
• El mundo ordinario.
Así empieza el esquema del viaje del héroe de Campbell; es decir, con nuestra vida tal y como es antes de emprender nuestra búsqueda. La realidad en la que estamos y de la que nos va a costar salir. Nos sentimos, a pesar de todo, cómodos y seguros. Es lo conocido y rutinario.
• La llamada de la aventura.
Es cuando nos damos cuenta de que en nuestro tranquilo mundo hay algo que ya no funciona. Algo se ha colado en la tranquilidad del día a día. Se empieza a plantear un desafío, un reto, una aventura. Puede ser, por ejemplo, que, sin saber muy bien por qué, empecemos a no sentirnos realizados en nuestro trabajo o consideremos la necesidad de más responsabilidades y nuevos horizontes profesionales. O que aparezca una nueva vocación en nuestro interior, o las ganas de cambiar de sector. Cualquier cosa que avecine nubes en el despejado cielo de nuestro día a día. Cada uno tendrá su llamada y cada uno sabrá que no es algo pasajero, una incomodidad que se despejará sola. Es algo que reconocemos como que necesitamos probar.
• El rechazo.
Intentamos convencernos de que se trata de nubes de paso. En esta etapa aparecen pensamientos del tipo “Estoy bien en mi trabajo, cobro un buen sueldo y tengo un horario cómodo”, “Esto no va conmigo, yo ya no tengo edad”, “A mí no me pasan estas cosas”. Seguro que todos hemos tenido esos pensamientos que pretenden salvar nuestro mundo ordinario. Nos resistimos a abandonar nuestra zona de comodidad porque tenemos miedo a lo desconocido.
• Maestro, mentor o ayuda sobrenatural.
Aquí, en este punto de la historia, aparece el maestro. Puede tener muchas formas. A veces es simplemente una influencia positiva que da alas a nuestros sueños. Puede tratarse de un business angel, en el caso de un emprendedor, o de un head hunter, si estamos buscando trabajo. O de un amigo que nos brinda un buen consejo. Puede tener forma, incluso, de “ayuda sobrenatural”, que llevado fuera del cine debemos entenderlo como aquel cúmulo de casualidades inexplicables que ocurren cuando estamos en la fase de búsqueda.
• Cruzar el umbral.
En las cinco anteriores etapas aún nos encontramos, según el esquema de Campbell, en nuestro mundo ordinario. Ahora sí. Decidimos cruzar. Salir de nuestra zona de comodidad. Hemos aceptado esa llamada que ha crecido en nuestro interior, ya sea perseguir esa vocación, o presentarnos a esa oposición, o aspirar a ese ascenso, o lanzarnos a esa relación amorosa que nos atemorizaba. Da igual. Lo cierto es que hemos decidido cruzar el umbral y adentrarnos en un nuevo mundo.
• Pruebas, aliados y enemigos.
Imaginemos que hemos decidido convertirnos en emprendedores. Aquí, en este punto, aparecen las primeras pruebas, conocemos a gente que se convierte en nuevos amigos, en inesperados compañeros del viaje. Pero todo tiene su reverso, así que también conoceremos enemigos y adversarios. Aparecerán nuevos problemas que requerirán de nuevas soluciones.
• Acercamiento.
Las nuevas circunstancias y las cosas que ya hemos vivido consiguen que estrechemos lazos con nuestros nuevos aliados. Crecemos con ellos, compartimos momentos de aprendizaje y vulnerabilidad. Poco a poco nos vamos sintiendo preparados para afrontar los desafíos que se presentan en el horizonte. Y, sobre todo, para la primera gran prueba del viaje. Todo ha sido una preparación que nos lleva hasta el próximo punto de nuestra propia historia.
• La gran prueba.
Es ese momento para el que nos hemos estado preparando. Es esa presentación a unos inversores, es ese leer el primer capítulo de la novela delante de nuestros compañeros de taller literario, es lo que sea, pero es una prueba que nos enfrentará a nuestros propios miedos y a nosotros mismos.
• Tesoro.
Nos hemos enfrentado a la gran prueba y a nosotros mismos, y salimos reforzados y recompensados. Conseguimos algo importante, un tesoro personal que nos indica que estamos avanzando. Ya no somos los mismos que decidieron abandonar la zona de confort. Podría parecer que aquí acaba la aventura. Pero no es así. Aún faltan tres pasos para completar nuestro viaje.
• Regreso.
Hay un momento en el que deberemos regresar a nuestro mundo ordinario e incorporar nuestras nuevas vivencias en él. En el camino de vuelta nos encontraremos con nuevos desafíos y una prueba final que nos hará dudar. Es el primer fracaso. Una derrota que hará que nos tambaleemos.
• Resurrección del héroe.
El héroe que hemos despertado en nosotros saldrá victorioso de la última gran prueba. Es la victoria final. Esto no significa que no habrá más derrotas, más piedras en el camino o más dificultades. Significa que ya tenemos las herramientas necesarias para seguir avanzando, que ya hemos incorporado todo lo necesario para que miremos los desafíos con confianza. Hemos ampliado nuestra área de comodidad.
• Regreso con el elixir.
Volvemos a nuestro mundo ordinario. Ya no somos los mismos. Ahora debemos compartir con los demás todo lo que hemos aprendido. Porque no hay mejor manera de seguir aprendiendo que enseñar a los demás lo que ya sabemos.
PARA SABER MÁS
El héroe de tu infancia ANNA PARINI
Libros
El héroe de las mil caras Joseph Campbell (Fondo de Cultura Económica)
En él descubriremos el viaje del héroe y cómo este esquema subyace en los relatos épicos de las más diversas culturas.
Psicoanálisis de los cuentos de hadas Bruno Bettelheim (Planeta)
Es una obra que nos revelará la importancia que tienen los cuentos populares en el desarrollo del niño y, por extensión, de nosotros mismos.
Fábulas de Esopo (Anaya)
Tenemos una buena manera de reconectar con aquello que escuchábamos en nuestra infancia y sacar nuevas lecciones para nuestro día a día.
https://elpais.com/elpais/2015/11/04/eps/1446649030_381033.html
Cuando oímos estas palabras, algo se despierta en nuestro interior. Una conexión con aquellas ganas de saber qué pasará, a qué desafíos tendrán que enfrentarse los protagonistas. Pero hay más. También conectamos con la infancia, cuando conseguimos crecer más que en cualquier otra etapa de nuestra vida. Era un tiempo en el que teníamos expectativas, todo estaba por hacer y nada de lo que queríamos parecía imposible. Poco a poco, sin grandes lecciones, sino a través de la emoción de las aventuras, fuimos capaces por primera vez de experimentar los grandes sentimientos que nos definen como personas: justicia, valentía, lealtad, heroísmo, amor…
Con estos compañeros fuimos capaces de interiorizar valores positivos. A fuerza de querer actuar como ellos, algo de su esencia nos ayudó a formarnos. Porque, tal y como asegura Bruno Bettelheim, autor de Psicoanálisis de los cuentos de hadas, el relato infantil “al mismo tiempo que divierte al niño, le ayuda a comprenderse y alienta el desarrollo de su personalidad. Le brinda significados a diferentes niveles y enriquece su existencia de muy distintas maneras”. El famoso psiquiatra infantil nos advierte de la importancia de los cuentos de hadas en la educación, ya que ejercen una función liberadora a la vez que forman nuestra mentalidad, proporcionándonos herramientas morales, emocionales y relacionales. Es decir, ese equipo de supervivencia que necesitábamos para enfrentarnos al mundo y sus desafíos.
Si es así, ¿por qué no recuperarlos? ¿Por qué no regresar a ellos para seguir creciendo? Si lo hacemos, seguro que nos sorprenderemos y descubriremos que, como afirma G. K. Chesterton, “los cuentos de hadas son más que reales; no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos enseñan que se puede vencer a los dragones”. ¿Y quién no tiene dragones en su vida para vencer?
Joseph Campbell, en su libro El héroe de las mil caras, describió la estructura narrativa de los cuentos populares y de toda narración épica. Según el mitógrafo norteamericano, puede variar la historia, los personajes y las circunstancias, pero el esqueleto sigue siendo el mismo. Da igual que se trate de las aventuras de Simbad el Marino, o de Pinocho, o de Blancanieves; todos tienen los elementos e ingredientes del esquema de Campbell, conocido como el viaje del héroe. Y no solo ellos. Incluso La guerra de las galaxias los tiene. Y es que George Lucas fue el primer autor en reconocer que se había basado en el viaje del héroe para crear, en 1974, la más famosa saga de la historia del cine. Y en parte fue gracias a este esquema que Lucas consiguió realizar lo que muchos analistas reconocen como el cuento de hadas de nuestros días. Una narración que ha cautivado a niños de cualquier edad y que, como las grandes historias, tiene una frase mágica de entrada, que en este caso no es “Érase una vez…”, sino “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”.
Así, teniendo presente la estructura del héroe, podemos usarla a nuestro favor. Podemos ver por las fases por las que debe pasar todo protagonista de un cuento que merezca la pena ser contado. Tal vez no habrá emperadores galácticos ni brujas que se miran al espejo preguntándose quién es la más bonita del reino, pero habrá un desafío que nos preocupa, que nos paraliza, que nos impide avanzar. Un villano, pero en forma de jefe, de falso amigo, de relación tóxica, de nuevo negocio… Y sea como sea, deberemos emprender este viaje, no renunciar a la aventura que nos propone la vida y convertirnos en el héroe de nuestra propia existencia. Es decir, estar más cerca de la persona que queríamos ser cuando escuchábamos esas historias antes de ir a dormir.
• El mundo ordinario.
Así empieza el esquema del viaje del héroe de Campbell; es decir, con nuestra vida tal y como es antes de emprender nuestra búsqueda. La realidad en la que estamos y de la que nos va a costar salir. Nos sentimos, a pesar de todo, cómodos y seguros. Es lo conocido y rutinario.
• La llamada de la aventura.
Es cuando nos damos cuenta de que en nuestro tranquilo mundo hay algo que ya no funciona. Algo se ha colado en la tranquilidad del día a día. Se empieza a plantear un desafío, un reto, una aventura. Puede ser, por ejemplo, que, sin saber muy bien por qué, empecemos a no sentirnos realizados en nuestro trabajo o consideremos la necesidad de más responsabilidades y nuevos horizontes profesionales. O que aparezca una nueva vocación en nuestro interior, o las ganas de cambiar de sector. Cualquier cosa que avecine nubes en el despejado cielo de nuestro día a día. Cada uno tendrá su llamada y cada uno sabrá que no es algo pasajero, una incomodidad que se despejará sola. Es algo que reconocemos como que necesitamos probar.
• El rechazo.
Intentamos convencernos de que se trata de nubes de paso. En esta etapa aparecen pensamientos del tipo “Estoy bien en mi trabajo, cobro un buen sueldo y tengo un horario cómodo”, “Esto no va conmigo, yo ya no tengo edad”, “A mí no me pasan estas cosas”. Seguro que todos hemos tenido esos pensamientos que pretenden salvar nuestro mundo ordinario. Nos resistimos a abandonar nuestra zona de comodidad porque tenemos miedo a lo desconocido.
• Maestro, mentor o ayuda sobrenatural.
Aquí, en este punto de la historia, aparece el maestro. Puede tener muchas formas. A veces es simplemente una influencia positiva que da alas a nuestros sueños. Puede tratarse de un business angel, en el caso de un emprendedor, o de un head hunter, si estamos buscando trabajo. O de un amigo que nos brinda un buen consejo. Puede tener forma, incluso, de “ayuda sobrenatural”, que llevado fuera del cine debemos entenderlo como aquel cúmulo de casualidades inexplicables que ocurren cuando estamos en la fase de búsqueda.
• Cruzar el umbral.
En las cinco anteriores etapas aún nos encontramos, según el esquema de Campbell, en nuestro mundo ordinario. Ahora sí. Decidimos cruzar. Salir de nuestra zona de comodidad. Hemos aceptado esa llamada que ha crecido en nuestro interior, ya sea perseguir esa vocación, o presentarnos a esa oposición, o aspirar a ese ascenso, o lanzarnos a esa relación amorosa que nos atemorizaba. Da igual. Lo cierto es que hemos decidido cruzar el umbral y adentrarnos en un nuevo mundo.
• Pruebas, aliados y enemigos.
Imaginemos que hemos decidido convertirnos en emprendedores. Aquí, en este punto, aparecen las primeras pruebas, conocemos a gente que se convierte en nuevos amigos, en inesperados compañeros del viaje. Pero todo tiene su reverso, así que también conoceremos enemigos y adversarios. Aparecerán nuevos problemas que requerirán de nuevas soluciones.
• Acercamiento.
Las nuevas circunstancias y las cosas que ya hemos vivido consiguen que estrechemos lazos con nuestros nuevos aliados. Crecemos con ellos, compartimos momentos de aprendizaje y vulnerabilidad. Poco a poco nos vamos sintiendo preparados para afrontar los desafíos que se presentan en el horizonte. Y, sobre todo, para la primera gran prueba del viaje. Todo ha sido una preparación que nos lleva hasta el próximo punto de nuestra propia historia.
• La gran prueba.
Es ese momento para el que nos hemos estado preparando. Es esa presentación a unos inversores, es ese leer el primer capítulo de la novela delante de nuestros compañeros de taller literario, es lo que sea, pero es una prueba que nos enfrentará a nuestros propios miedos y a nosotros mismos.
• Tesoro.
Nos hemos enfrentado a la gran prueba y a nosotros mismos, y salimos reforzados y recompensados. Conseguimos algo importante, un tesoro personal que nos indica que estamos avanzando. Ya no somos los mismos que decidieron abandonar la zona de confort. Podría parecer que aquí acaba la aventura. Pero no es así. Aún faltan tres pasos para completar nuestro viaje.
• Regreso.
Hay un momento en el que deberemos regresar a nuestro mundo ordinario e incorporar nuestras nuevas vivencias en él. En el camino de vuelta nos encontraremos con nuevos desafíos y una prueba final que nos hará dudar. Es el primer fracaso. Una derrota que hará que nos tambaleemos.
• Resurrección del héroe.
El héroe que hemos despertado en nosotros saldrá victorioso de la última gran prueba. Es la victoria final. Esto no significa que no habrá más derrotas, más piedras en el camino o más dificultades. Significa que ya tenemos las herramientas necesarias para seguir avanzando, que ya hemos incorporado todo lo necesario para que miremos los desafíos con confianza. Hemos ampliado nuestra área de comodidad.
• Regreso con el elixir.
Volvemos a nuestro mundo ordinario. Ya no somos los mismos. Ahora debemos compartir con los demás todo lo que hemos aprendido. Porque no hay mejor manera de seguir aprendiendo que enseñar a los demás lo que ya sabemos.
PARA SABER MÁS
El héroe de tu infancia ANNA PARINI
Libros
El héroe de las mil caras Joseph Campbell (Fondo de Cultura Económica)
En él descubriremos el viaje del héroe y cómo este esquema subyace en los relatos épicos de las más diversas culturas.
Psicoanálisis de los cuentos de hadas Bruno Bettelheim (Planeta)
Es una obra que nos revelará la importancia que tienen los cuentos populares en el desarrollo del niño y, por extensión, de nosotros mismos.
Fábulas de Esopo (Anaya)
Tenemos una buena manera de reconectar con aquello que escuchábamos en nuestra infancia y sacar nuevas lecciones para nuestro día a día.
https://elpais.com/elpais/2015/11/04/eps/1446649030_381033.html
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sábado, 4 de noviembre de 2017
Un riñón de récord. En España se han realizado casi 100.000 trasplantes durante los 25 años de liderazgo mundial en este tipo de operaciones
“La situación es incompatible con la vida”. Cuando María Jesús Fernández, de 55 años, escuchó estas palabras tenía 26 y su día a día dio un giro radical. Dejó un trabajo, a sus amigos, volvió a su pueblo y empezó a acudir a diálisis. Tenía una insuficiencia renal terminal. Este mes, Fernández está de aniversario. Se cumplen 25 años desde que se le realizó un trasplante de riñón. Los mismos que hace que España es líder mundial en este tipo de operaciones, con casi 100.000 intervenciones durante este periodo.
“Tenía que estar pendiente de una máquina. Hay veces que no volvía bien de la diálisis y tenía que acostarme y renunciar al resto de actividades que pudiera hacer”, recuerda Fernández, que ahora trabaja como telefonista para el SESCAM, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Una rutina condicionada por las visitas al hospital que dista mucho de las idas y venidas, los viajes y las caminatas de ahora. Viendo la energía con la que Fernández habla y se mueve cuesta creer que alguna vez su vida dependiera de una máquina. “Antes tenía energía, pero ahora más. No es solamente un órgano que te han puesto, es algo que se siente dentro”, afirma. Los trasplantes de riñón como el suyo son los que más se realizan en España, seguidos de los hepáticos, cardiacos y pulmonares.
Si hay un momento grabado a fuego en la memoria de los trasplantados es el de la aparición de un posible donante. Para Fernández, la llamada llegó una madrugada después de tres años de espera. “No lograban localizarme y vinieron a buscarme. Mi vecina me dijo: María Jesús, hay un hombre dando voces preguntando por ti. Era mi cuñado. Yo le dije: ¡Abre que es el trasplante!”, recuerda, consciente de que, en aquel momento, las opciones de recibir un órgano eran mucho menores que ahora. En 1992, se realizaron alrededor de 1.500 trasplantes renales frente a los casi 3.000 de 2016. “Pensaba que no me iba a tocar a la primera”, asegura.
https://politica.elpais.com/politica/2017/10/19/actualidad/1508431443_997597.html
EL ÉXITO DEL 'MODELO ESPAÑOL'
Los expertos atribuyen los buenos resultados del sistema de donaciones y trasplantes en España principalmente al denominado como 'modelo español'. Beatriz Domínguez, presidenta de la Organización Nacional de Trasplantes, destaca, además, la solidaridad de las familias y la preparación del personal médico. “Están perfectamente formados para identificar posibles donantes y transformarlos en trasplantes”, señala.
El sistema público de salud, la ley de trasplantes de 1979 y la triple coordinación a nivel nacional, autonómico y hospitalario son las piedras angulares del modelo que Rafael Matesanz puso en marcha en 1989. Desde entonces y hasta 2016, el número de donantes se ha incrementado en un 267%, (de 550 a 2018) y los trasplantes en un 287% (de 1.244 a 4.818).
Sin embargo, a pesar de las cifras récord, Domínguez asegura que aún hay margen para la mejora. “Estamos trabajando en la colaboración con las unidades de urgencias. Pensamos que tiene más recorrido”, explica. De momento, los números registrados en los primeros meses del año apuntan a que 2017 será otro año de récord: entre enero y mayo, los trasplantes aumentaron un 11,5%, según datos de la ONT.
“Tenía que estar pendiente de una máquina. Hay veces que no volvía bien de la diálisis y tenía que acostarme y renunciar al resto de actividades que pudiera hacer”, recuerda Fernández, que ahora trabaja como telefonista para el SESCAM, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Una rutina condicionada por las visitas al hospital que dista mucho de las idas y venidas, los viajes y las caminatas de ahora. Viendo la energía con la que Fernández habla y se mueve cuesta creer que alguna vez su vida dependiera de una máquina. “Antes tenía energía, pero ahora más. No es solamente un órgano que te han puesto, es algo que se siente dentro”, afirma. Los trasplantes de riñón como el suyo son los que más se realizan en España, seguidos de los hepáticos, cardiacos y pulmonares.
Si hay un momento grabado a fuego en la memoria de los trasplantados es el de la aparición de un posible donante. Para Fernández, la llamada llegó una madrugada después de tres años de espera. “No lograban localizarme y vinieron a buscarme. Mi vecina me dijo: María Jesús, hay un hombre dando voces preguntando por ti. Era mi cuñado. Yo le dije: ¡Abre que es el trasplante!”, recuerda, consciente de que, en aquel momento, las opciones de recibir un órgano eran mucho menores que ahora. En 1992, se realizaron alrededor de 1.500 trasplantes renales frente a los casi 3.000 de 2016. “Pensaba que no me iba a tocar a la primera”, asegura.
https://politica.elpais.com/politica/2017/10/19/actualidad/1508431443_997597.html
EL ÉXITO DEL 'MODELO ESPAÑOL'
Los expertos atribuyen los buenos resultados del sistema de donaciones y trasplantes en España principalmente al denominado como 'modelo español'. Beatriz Domínguez, presidenta de la Organización Nacional de Trasplantes, destaca, además, la solidaridad de las familias y la preparación del personal médico. “Están perfectamente formados para identificar posibles donantes y transformarlos en trasplantes”, señala.
El sistema público de salud, la ley de trasplantes de 1979 y la triple coordinación a nivel nacional, autonómico y hospitalario son las piedras angulares del modelo que Rafael Matesanz puso en marcha en 1989. Desde entonces y hasta 2016, el número de donantes se ha incrementado en un 267%, (de 550 a 2018) y los trasplantes en un 287% (de 1.244 a 4.818).
Sin embargo, a pesar de las cifras récord, Domínguez asegura que aún hay margen para la mejora. “Estamos trabajando en la colaboración con las unidades de urgencias. Pensamos que tiene más recorrido”, explica. De momento, los números registrados en los primeros meses del año apuntan a que 2017 será otro año de récord: entre enero y mayo, los trasplantes aumentaron un 11,5%, según datos de la ONT.
viernes, 3 de noviembre de 2017
_- 36 horas en Madrid
_- Se puede decir que nunca había sido mejor momento para visitar Madrid: la crisis política y económica de la década pasada han ayudado a que haya un torrente de creatividad y emprendimiento en la dorada capital de España. Los madrileños, con la mira en la experimentación, le han dado vida a los antiguos mercados y convirtieron muchas fábricas abandonadas en florecientes centros de arte. Los jóvenes que generan la cultura y los fiesteros continúan congregándose en los populares centros de vida nocturna y compras como Malasaña, mientras reavivan barrios que se están poniendo de moda como el elegante y moderno Conde Duque y el multicultural Lavapiés.
Viernes, 15:00
Un bocadillo, dos opciones
Quizá no haya otro platillo más emblemático de Madrid que el bocadillo de calamares, la sencilla combinación entre el pan crujiente y el calamar frito en aceite de oliva que, cuando se hace bien, puede ser extremadamente gratificante. Busca un lugar donde pararte en la barra de uno de los bares cercanos a la majestuosa Plaza Mayor para disfrutar una versión clásica de un sándwich que costará menos de 3 euros (unos 3,60 dólares) y acompáñalo con una caña, o vasito de cerveza. O puedes optar por un bocadillo de jamón ibérico de bellota con un vaso de champán bien frío, una combinación que se ha venido ganando los corazones de los amantes locales de la gastronomía, en Bocadillo de Jamón y Champán en el barrio Alonso Martínez.
17:00
El barrio bohemio
Las Salesas, en el arbolado barrio central de la ciudad, es una de las zonas comerciales más actuales de Madrid y se extiende desde Chueca hasta Salamanca. La tienda de diseño Do Design ofrece objetos de diseño, moda y arte, en tanto que la poco convencional Cacto-Cacto solo tiene, como su nombre lo dice, cactus. No olvides visitar la elegante La Duquesita Pastelería —que tiene un siglo de antigüedad— y a finales de 2015 fue totalmente renovada, así como la pequeña boutique que acaba de abrir hace tres años, Jápines (happiness, pero con acento español), donde la diseñadora local María Beltrán Joyas conjugó un surtido ecléctico pero refinado de accesorios, velas, perfumes y joyería, en su mayoría de diseño propio.
22:00
Las tapas de la nueva ola
Celso y Manolo es uno de los mejores bares de tapas de reciente apertura, que ha sabido bien qué actualizar y qué dejar como estaba. Me refiero a su estilizado interior, con su barra de la década de los cincuenta y pisos de azulejo, así como al menú, que incluye clásicos revisitados como el churrasco de costilla de ternera cantábrica orgánica a la parrilla con chimichurri (10 euros) o el chuletón de tomate de Huesca con seis cosas ricas: aguacate, papaya, mango, cebolla roja, tomate, aceite “eco” de Siruana y hierbas frescas (10 euros).
23:30
Los espíritus de la vieja ola
Hay algunas cosas que no necesitan actualizarse como la selección de jerez de La Venencia, con una barra color sepia, gratamente mohosa, que frecuentaba Hemingway y que casi no ha cambiado en setenta años. Las propinas y las fotos siguen estando estrictamente prohibidas —en recuerdo de la época en que el bar fue el lugar favorito de los republicanos durante la Guerra Civil Española— y la única bebida en el menú es el jerez: delicado, de tonos miel y vertido directamente de protuberantes barricas de madera de roble, tal como siempre ha sido.
Otra reliquia frecuentada por los madrileños, el Bar Cock, ha estado abierto desde 1921 en el sitio que antes fue un burdel cavernoso con varios niveles al estilo de un club inglés de caballeros. Con sus cocteles bien servidos, su interior agradablemente efectista y sus aires de libertinaje, es fácil ver por qué ha sido un lugar que todos han frecuentado a altas horas de la noche, desde Frank Sinatra a Pedro Almodóvar o Francis Bacon, quien según una leyenda del bar fue a tomar ahí su último martini.
Sábado, 11:00
Ladrillos y benedictinos
Tras una campaña de revitalización de principios de siglo, el multiétnico Lavapiés, el barrio sureño alguna vez conocido por sus abarrotados edificios de apartamentos con alquileres bajos, se ha transformado en uno de los distritos de moda en Madrid. El pasado abril, en un pequeño taller de ladrillos rojos, Pum Pum Café abrió sus puertas y cobró popularidad entre los lugareños a los que atrae su aire bohemio, quienes se congregan aquí los fines de semana atraídos por las opciones para el almuerzo. Prueba el Club Mix: huevos benedictinos pum pump (con aguacate), una medialuna del día, granola orgánica con frutas y yogur, una mimosa con zumo de naranja recién hecho y un café exprés o de filtro artesanal, todo por 10 euros.
13:00
Lo viejo se vuelve nuevo
La Casa Encendida —uno de los diversos y vibrantes proyectos de reúso del barrio de Lavapiés— presenta exposiciones, conciertos y conferencias en un grandioso edificio estilo neomudéjar de principios del siglo XX. Un poco más lejos, en la misma calle, el Mercado de San Fernando, que alguna vez fue un mercado cubierto tradicional, se ha transformado en un animado centro moderno donde vendedores, artistas y chefs locales ofrecen de todo, desde vino andaluz hasta lecciones de tango o sushi.
No olvides ver qué habrá después en La Tabacalera de Lavapiés, un espacio cultural y centro social de uso mixto en una abandonada fábrica de tabaco de varios pisos. Hoy, la estructura salpicada de murales tiene un bar, una biblioteca, una cocina, un jardín comunitario y un patio.No olvides ver qué habrá después en La Tabacalera de No olvides ver qué habrá después en La Tabacalera de Lavapiés, un espacio cultural y centro social de uso mixto en una abandonada fábrica de tabaco de varios pisos. Hoy, la estructura salpicada de murales tiene un bar, una biblioteca, una cocina, un jardín comunitario y un patio. Lavapiés, un espacio cultural y centro social de uso mixto en una abandonada fábrica de tabaco de varios pisos. Hoy, la estructura salpicada de murales tiene un bar, una biblioteca, una cocina, un jardín comunitario y un patio
17:30
Arte de gran altura, sin pago mínimo
Ningún viaje a Madrid está completo sin una visita a uno de los museos de arte más importantes de Europa. Si sabes administrar bien tu tiempo y te apegas a un plan estricto, podrás disfrutar buena parte del museo sin pagar un centavo. Los sábados la entrada es gratuita de 18:00 a 20:00 en el Museo del Prado, con su extensa colección de obras de El Greco, Velázquez, Rubens y, sobre todo, Goya (no te pierdas la sorprendente galería subterránea dedicada a las evocadoras Pinturas Negras que constituyen unas de sus últimas obras), y también es gratuita de 19:00 a 21:00 en el Museo Reina Sofía, donde se encuentra el Guernica de Picasso, entre otras muchas obras maestras.
21:00
En las alturas, la última y nos vamos
Tal vez sea un cliché de Madrid, pero no hay como tomarse una copa antes de la cena mientras observas el atardecer en la ciudad desde la terraza en el techo panorámico del Círculo de Bellas Artes, un bello edificio con arquitectura de los años veinte. La entrada cuesta 4 euros, al igual que la copa de vino o una cerveza.
22:00
Cena en una selva tropical
Desde su apertura durante el verano pasado en el elegante barrio de Salamanca, Amazónico, un opulento restaurante inspirado en la selva propiedad del dúo de la gastronomía que es dueño de El Paraguas y Ten con Ten, se ha convertido en el lugar al que hay que ir a cenar en la ciudad. Las palmas colgantes, los exuberantes grabados selváticos y la barra circular de sushi coronado con frutas exóticas y un luminoso pavorreal disecado —obra del diseñador catalán de interiores Lázaro Rosa-Violán— crean un telón de fondo extravagante para potentados y debutantes de Madrid, mientras el menú del chef Sandro Silva viaja desde su natal Brasil hasta Japón, con escalas en Argentina, India, China y Perú.
El resultado son creaciones como el poke de atún rojo y el tartar estilo hawaiano con sésamo, piña y anacardo tostado, y el yarkiahua de carabinero crudo marinado en limón y salsa yuzu con choclo morado, además de carnes a la parrilla y cócteles que contienen pitaya y flor de sauco. El costo de cena y bebidas para dos va a partir de los 200 euros.
23:30
La noche eléctrica
Después de un bajón que duró toda una década, la escena nocturna de Madrid vuelve a ser de las mejores de Europa, con un puñado de lugares poco conocidos, como los clubes privados El Sótano y Cha Chá, que requieren conexiones o algún truco para entrar. Los no iniciados pueden ir a Goya Social Club, un ajetreado bar subterráneo inspirado en Berlín con un sistema de sonido Funktion One (entrada: 15 euros), o a la Sala el Sol, un bastión del la Movida de los años ochenta que ahora es sede cada sábado de una de las mejores noches de música electrónica de la ciudad (entrada: 15 euros, incluye una bebida de cortesía).
Domingo, 10:00
La resaca de chocolate
Ya sea que te acabes de levantar o que vayas saliendo del bar, vuelve a la vida con una dosis de azúcar como lo han hecho generaciones de madrileños con un chocolate con churros —un chocolate espeso, oscuro y caliente con churros recién hechos—, una especialidad que se sirve desde el interior cubierto de madera pintada de verde de la Chocolatería San Ginés, abierta desde 1894 (una taza de chocolate caliente y seis churros cuestan 4 euros).
11:00
A seguir el rastro
El Rastro, el mercado de pulgas más grande de España, se ha ido desplegando a lo largo del barrio de La Latina durante medio milenio. Su nombre se debe al camino de sangre que dejaba el ganado sacrificado que se llevaba a las curtidurías. El mercado, que por lo general está lleno de gente, tiene todo tipo de productos, desde abrigos de piel de época hasta antigüedades y cubiertos de plata que no hacen juego, artesanías, curiosos objetos de segunda mano, vestidos sintéticos de flamenco y muebles modernistas de mediados del siglo XX.
La multitud también llama la atención porque está compuesta de gente de todo tipo, entre visitantes y lugareños, que recorren la gran colina de La Ribera de Curtidores, echando un vistazo a los puestos y agrupándose en torno a bandas kelzmer de músicos gitanos y tamborileros subsaharianos.
23:30
Paren las prensas
Camina por La Latina hasta que llegues a El Imparcial, un restaurante, bar y tienda de diseño en una elegante mansión de dos pisos donde alguna vez se encontraron las oficinas del periódico que inspira su nombre. El almuerzo del domingo de 20 euros incluye fruta fresca con yogur y granola, chorizos y quesos regionales, una canasta de pan con tomate, mermelada y mantequilla, y un plato principal a elegir, acompañado de café o zumo de frutas.
Hospedaje
Ubicado en el barrio central Alonso Martínez, Urso Hotel and Spa es un elegante hotel boutique que se encuentra en un palacio restaurado de principios del siglo XX con escaleras de mármol, una balaustrada de hierro forjado y ventanas de vitrales. El costo de las habitaciones dobles va a partir de 170 euros.
Desde que se mudó al elegante barrio de Salamanca a finales del año pasado, Tótem se ha convertido rápidamente en uno de los hospedajes más codiciados de Madrid. Su decoración inspirada en los años veinte incluye macetones de palmas, sofás de terciopelo azul y un restaurante mediterráneo inspirado en Los hermosos y malditos, de F. Scott Fitzgerald. El costo de las habitaciones dobles va a partir de 154 euros.
Fuente:
https://www.nytimes.com/es/2017/10/18/36-horas-en-madrid/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es
Viernes, 15:00
Un bocadillo, dos opciones
Quizá no haya otro platillo más emblemático de Madrid que el bocadillo de calamares, la sencilla combinación entre el pan crujiente y el calamar frito en aceite de oliva que, cuando se hace bien, puede ser extremadamente gratificante. Busca un lugar donde pararte en la barra de uno de los bares cercanos a la majestuosa Plaza Mayor para disfrutar una versión clásica de un sándwich que costará menos de 3 euros (unos 3,60 dólares) y acompáñalo con una caña, o vasito de cerveza. O puedes optar por un bocadillo de jamón ibérico de bellota con un vaso de champán bien frío, una combinación que se ha venido ganando los corazones de los amantes locales de la gastronomía, en Bocadillo de Jamón y Champán en el barrio Alonso Martínez.
17:00
El barrio bohemio
Las Salesas, en el arbolado barrio central de la ciudad, es una de las zonas comerciales más actuales de Madrid y se extiende desde Chueca hasta Salamanca. La tienda de diseño Do Design ofrece objetos de diseño, moda y arte, en tanto que la poco convencional Cacto-Cacto solo tiene, como su nombre lo dice, cactus. No olvides visitar la elegante La Duquesita Pastelería —que tiene un siglo de antigüedad— y a finales de 2015 fue totalmente renovada, así como la pequeña boutique que acaba de abrir hace tres años, Jápines (happiness, pero con acento español), donde la diseñadora local María Beltrán Joyas conjugó un surtido ecléctico pero refinado de accesorios, velas, perfumes y joyería, en su mayoría de diseño propio.
22:00
Las tapas de la nueva ola
Celso y Manolo es uno de los mejores bares de tapas de reciente apertura, que ha sabido bien qué actualizar y qué dejar como estaba. Me refiero a su estilizado interior, con su barra de la década de los cincuenta y pisos de azulejo, así como al menú, que incluye clásicos revisitados como el churrasco de costilla de ternera cantábrica orgánica a la parrilla con chimichurri (10 euros) o el chuletón de tomate de Huesca con seis cosas ricas: aguacate, papaya, mango, cebolla roja, tomate, aceite “eco” de Siruana y hierbas frescas (10 euros).
23:30
Los espíritus de la vieja ola
Hay algunas cosas que no necesitan actualizarse como la selección de jerez de La Venencia, con una barra color sepia, gratamente mohosa, que frecuentaba Hemingway y que casi no ha cambiado en setenta años. Las propinas y las fotos siguen estando estrictamente prohibidas —en recuerdo de la época en que el bar fue el lugar favorito de los republicanos durante la Guerra Civil Española— y la única bebida en el menú es el jerez: delicado, de tonos miel y vertido directamente de protuberantes barricas de madera de roble, tal como siempre ha sido.
Otra reliquia frecuentada por los madrileños, el Bar Cock, ha estado abierto desde 1921 en el sitio que antes fue un burdel cavernoso con varios niveles al estilo de un club inglés de caballeros. Con sus cocteles bien servidos, su interior agradablemente efectista y sus aires de libertinaje, es fácil ver por qué ha sido un lugar que todos han frecuentado a altas horas de la noche, desde Frank Sinatra a Pedro Almodóvar o Francis Bacon, quien según una leyenda del bar fue a tomar ahí su último martini.
Sábado, 11:00
Ladrillos y benedictinos
Tras una campaña de revitalización de principios de siglo, el multiétnico Lavapiés, el barrio sureño alguna vez conocido por sus abarrotados edificios de apartamentos con alquileres bajos, se ha transformado en uno de los distritos de moda en Madrid. El pasado abril, en un pequeño taller de ladrillos rojos, Pum Pum Café abrió sus puertas y cobró popularidad entre los lugareños a los que atrae su aire bohemio, quienes se congregan aquí los fines de semana atraídos por las opciones para el almuerzo. Prueba el Club Mix: huevos benedictinos pum pump (con aguacate), una medialuna del día, granola orgánica con frutas y yogur, una mimosa con zumo de naranja recién hecho y un café exprés o de filtro artesanal, todo por 10 euros.
13:00
Lo viejo se vuelve nuevo
La Casa Encendida —uno de los diversos y vibrantes proyectos de reúso del barrio de Lavapiés— presenta exposiciones, conciertos y conferencias en un grandioso edificio estilo neomudéjar de principios del siglo XX. Un poco más lejos, en la misma calle, el Mercado de San Fernando, que alguna vez fue un mercado cubierto tradicional, se ha transformado en un animado centro moderno donde vendedores, artistas y chefs locales ofrecen de todo, desde vino andaluz hasta lecciones de tango o sushi.
No olvides ver qué habrá después en La Tabacalera de Lavapiés, un espacio cultural y centro social de uso mixto en una abandonada fábrica de tabaco de varios pisos. Hoy, la estructura salpicada de murales tiene un bar, una biblioteca, una cocina, un jardín comunitario y un patio.No olvides ver qué habrá después en La Tabacalera de No olvides ver qué habrá después en La Tabacalera de Lavapiés, un espacio cultural y centro social de uso mixto en una abandonada fábrica de tabaco de varios pisos. Hoy, la estructura salpicada de murales tiene un bar, una biblioteca, una cocina, un jardín comunitario y un patio. Lavapiés, un espacio cultural y centro social de uso mixto en una abandonada fábrica de tabaco de varios pisos. Hoy, la estructura salpicada de murales tiene un bar, una biblioteca, una cocina, un jardín comunitario y un patio
17:30
Arte de gran altura, sin pago mínimo
Ningún viaje a Madrid está completo sin una visita a uno de los museos de arte más importantes de Europa. Si sabes administrar bien tu tiempo y te apegas a un plan estricto, podrás disfrutar buena parte del museo sin pagar un centavo. Los sábados la entrada es gratuita de 18:00 a 20:00 en el Museo del Prado, con su extensa colección de obras de El Greco, Velázquez, Rubens y, sobre todo, Goya (no te pierdas la sorprendente galería subterránea dedicada a las evocadoras Pinturas Negras que constituyen unas de sus últimas obras), y también es gratuita de 19:00 a 21:00 en el Museo Reina Sofía, donde se encuentra el Guernica de Picasso, entre otras muchas obras maestras.
21:00
En las alturas, la última y nos vamos
Tal vez sea un cliché de Madrid, pero no hay como tomarse una copa antes de la cena mientras observas el atardecer en la ciudad desde la terraza en el techo panorámico del Círculo de Bellas Artes, un bello edificio con arquitectura de los años veinte. La entrada cuesta 4 euros, al igual que la copa de vino o una cerveza.
22:00
Cena en una selva tropical
Desde su apertura durante el verano pasado en el elegante barrio de Salamanca, Amazónico, un opulento restaurante inspirado en la selva propiedad del dúo de la gastronomía que es dueño de El Paraguas y Ten con Ten, se ha convertido en el lugar al que hay que ir a cenar en la ciudad. Las palmas colgantes, los exuberantes grabados selváticos y la barra circular de sushi coronado con frutas exóticas y un luminoso pavorreal disecado —obra del diseñador catalán de interiores Lázaro Rosa-Violán— crean un telón de fondo extravagante para potentados y debutantes de Madrid, mientras el menú del chef Sandro Silva viaja desde su natal Brasil hasta Japón, con escalas en Argentina, India, China y Perú.
El resultado son creaciones como el poke de atún rojo y el tartar estilo hawaiano con sésamo, piña y anacardo tostado, y el yarkiahua de carabinero crudo marinado en limón y salsa yuzu con choclo morado, además de carnes a la parrilla y cócteles que contienen pitaya y flor de sauco. El costo de cena y bebidas para dos va a partir de los 200 euros.
23:30
La noche eléctrica
Después de un bajón que duró toda una década, la escena nocturna de Madrid vuelve a ser de las mejores de Europa, con un puñado de lugares poco conocidos, como los clubes privados El Sótano y Cha Chá, que requieren conexiones o algún truco para entrar. Los no iniciados pueden ir a Goya Social Club, un ajetreado bar subterráneo inspirado en Berlín con un sistema de sonido Funktion One (entrada: 15 euros), o a la Sala el Sol, un bastión del la Movida de los años ochenta que ahora es sede cada sábado de una de las mejores noches de música electrónica de la ciudad (entrada: 15 euros, incluye una bebida de cortesía).
Domingo, 10:00
La resaca de chocolate
Ya sea que te acabes de levantar o que vayas saliendo del bar, vuelve a la vida con una dosis de azúcar como lo han hecho generaciones de madrileños con un chocolate con churros —un chocolate espeso, oscuro y caliente con churros recién hechos—, una especialidad que se sirve desde el interior cubierto de madera pintada de verde de la Chocolatería San Ginés, abierta desde 1894 (una taza de chocolate caliente y seis churros cuestan 4 euros).
11:00
A seguir el rastro
El Rastro, el mercado de pulgas más grande de España, se ha ido desplegando a lo largo del barrio de La Latina durante medio milenio. Su nombre se debe al camino de sangre que dejaba el ganado sacrificado que se llevaba a las curtidurías. El mercado, que por lo general está lleno de gente, tiene todo tipo de productos, desde abrigos de piel de época hasta antigüedades y cubiertos de plata que no hacen juego, artesanías, curiosos objetos de segunda mano, vestidos sintéticos de flamenco y muebles modernistas de mediados del siglo XX.
La multitud también llama la atención porque está compuesta de gente de todo tipo, entre visitantes y lugareños, que recorren la gran colina de La Ribera de Curtidores, echando un vistazo a los puestos y agrupándose en torno a bandas kelzmer de músicos gitanos y tamborileros subsaharianos.
23:30
Paren las prensas
Camina por La Latina hasta que llegues a El Imparcial, un restaurante, bar y tienda de diseño en una elegante mansión de dos pisos donde alguna vez se encontraron las oficinas del periódico que inspira su nombre. El almuerzo del domingo de 20 euros incluye fruta fresca con yogur y granola, chorizos y quesos regionales, una canasta de pan con tomate, mermelada y mantequilla, y un plato principal a elegir, acompañado de café o zumo de frutas.
Hospedaje
Ubicado en el barrio central Alonso Martínez, Urso Hotel and Spa es un elegante hotel boutique que se encuentra en un palacio restaurado de principios del siglo XX con escaleras de mármol, una balaustrada de hierro forjado y ventanas de vitrales. El costo de las habitaciones dobles va a partir de 170 euros.
Desde que se mudó al elegante barrio de Salamanca a finales del año pasado, Tótem se ha convertido rápidamente en uno de los hospedajes más codiciados de Madrid. Su decoración inspirada en los años veinte incluye macetones de palmas, sofás de terciopelo azul y un restaurante mediterráneo inspirado en Los hermosos y malditos, de F. Scott Fitzgerald. El costo de las habitaciones dobles va a partir de 154 euros.
Fuente:
https://www.nytimes.com/es/2017/10/18/36-horas-en-madrid/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es
jueves, 2 de noviembre de 2017
Ken Loach: La derecha trata a los pobres como si fuesen culpables de serlo
"Hay una tendencia de la derecha, por toda Europa, de tratar a las personas pobres como si fuesen culpables de serlo", manifestó el realizador en una entrevista difundida hoy por la radio "France Inter".
"I, Daniel Blake" ("Yo, Daniel Blake"), vencedor de la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes, se estrena el 26 de octubre en las pantallas de Francia y su director aprovechó para relacionar la temática de la película con la actualidad política y social de Europa.
"El Gobierno incita al suicidio de los parados", denunció el veterano autor, en alusión de la diatriba de su protagonista, un enfermo del corazón de 59 años al que obligan a buscar empleo para no ser sancionado.
"Se trata de una humillación calculada y organizada para mostrar que, si no trabajas o si estás enfermo, es tu culpa. Tu pobreza te la has labrado tú mismo. Si no tienes empleo, eres un paria", expuso.
Ken Loach, conocido por sus posturas de izquierda, volvió a elogiar al líder laborista británico, Jeremy Corbyn, y atacó al actual Ejecutivo de la conservadora Theresa May.
"La nueva primera ministra comienza citando a San Agustín y, después, se dedica a aniquilar a las personas", señaló Loach, quien consideró que este Gobierno británico "parece estar aún más a la derecha" que en el anterior de David Cameron.
https://www.efe.com/efe/espana/gente/ken-loach-la-derecha-trata-a-los-pobres-como-si-fuesen-culpables-de-serlo/10007-3068093
miércoles, 1 de noviembre de 2017
_- Wisława Szymborska, poeta polaca.
_- Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
Son “Las tres palabras más extrañas”. Hay más.
Wislawa Szymborska.
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
Son “Las tres palabras más extrañas”. Hay más.
Wislawa Szymborska.
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