El miércoles 25 fui en taxi hasta El Morro, fortaleza situada a la entrada de la bahía de La Habana, desde donde se divisa una bella panorámica de la ciudad.
Destaca el Capitolio y se aprecian multitud de edificios altos que el taxista me iba enumerando. En la misma dirección del Capitolio algo a la izquierda desde nuestra posición y casi dando al mar está la embajada de España, un magnífico edificio, sin duda el mejor edificio de todas las embajadas, que en su mayoría se encuentran en el barrio de Miramar, zona residencial alejada del centro.
Tomé varias fotos de todo el panorama, hacia la derecha se divisa el malecón de unos 7 km de largo y donde se pueden apreciar varios altos edificios, el que más destaca por su altura es un hospital, después hay hoteles y edificios de apartamentos. Para llegar a la fortaleza del Morro, se pasa por un túnel que cruza debajo de la bahía, construido en los años 50 por una empresa francesa. En el paseo por el malecón hacia la Habana Vieja se encuentra un edificio protegido por guardias que es la Oficina de Intereses Norteamericanos. Al lado, hay todo un terreno donde se hacen manifestaciones antiamericanas en los momentos tensos de las relaciones Cuba-USA.
El viaje desde mi hotel en Miramar hasta el Morro, con espera y explicaciones y vuelta a la Habana Vieja cuesta 15 €.
Una vez en la Habana Vieja, entré de nuevo por la Plaza de la Catedral y me dirigí a la Plaza Vieja, donde tomé una cerveza de producción propia en la Taberna "La Muralla" acompañado por una especie de tapa-ración de langosta que costó 4,5 pesos y la jarra de cerveza de 1/2 litro 2 pesos. La cantidad de langosta era abundante, el sabor era soso y le faltaba aliño, aunque ponen como una cucharada de mahonesa. La cuestión es que con ello se "come", pues viene con la típica ensalada de coles, judías verdes y zanahoria y con el bochorno debido a la humedad que hay no se tiene, tampoco, muchas ganas de comer. Después seguí hasta la calle Brasil también llamada del Teniente Rey, que desemboca en la Plaza del Santo Cristo del Buen Viaje, en una de cuyas esquinas -con la calle Bernaza- se encuentra un pequeño restaurante, el Hanoi, donde ponen comida criolla a buen precio, platos a 3.95 a base de cerdo, pollo, pescado o vacuno -ropa vieja, carne de vaca en finos trozos con tomate-. Una cerveza de medio litro nacional cuesta 1.40 €, el mojito 2 € (en la Bodeguita de en Medio cuesta 4€) y una mariscada 12 €, después de comer, tomar una cerveza y escuchar música, continué hasta la plaza del Capitolio, donde tomé un descapotable que me llevó al hotel. El descapotable es incomodo y con el calor que hace más el viento llega uno más cansado al hotel. No hay nada como un buen aire acondicionado,...
¿Y qué hacemos esta noche en La Habana?
(Fuente: El País) En la Casona de Línea (Línea entre D y E), el genial Ray Fernández hace menearse al público con la depurada ironía de sus canciones. Es una noche calurosa y la capital cubana acoge una amplia variedad de expresiones culturales. En apenas unos centenares de metros a la redonda, la calle Línea y la calle 23 acogen conciertos, salas de cine, teatros y espacios musicales al mismo tiempo.
La Habana es una de esas ciudades donde la cultura forma parte fundamental de su rutina. Además de las dos casas de la Música (la de Miramar, en la calle 35 y 20; y la de Centro Habana, en Galiano y Neptuno), los museos, galerías, el universal Ballet Nacional de Alicia Alonso (Parque Central) y el Teatro Nacional (Paseo y 39), son decenas los espacios donde la música, el teatro y otras expresiones artísticas campan en la ciudad a precios muy asequibles, cuando no gratuitos.
El Centro Cultural Bertolt Bretch (13 esquina I) ofrece un sinfín de planes casi a diario en sus dos salas, con un ambiente juvenil; el Pabellón Cuba, en La Rampa (23 entre M y N), ha acogido este verano un festival de música de trovadores; las escalinatas de la Universidad de La Habana es un espacio habitual para conciertos como el que recientemente ofreció el cantante X-Alfonso, igual que la plaza de la calle D, a la altura de Malecón o el parque Villalón de Vedado.
Y así se van hilvanando multitud de eventos en varios rincones de la ciudad donde la afluencia es numerosa. La feria del libro es, probablemente, la máxima expresión en este sentido, donde lo literario se mezcla con lo social, lo musical y, en fin, lo cultural.
Las exposiciones y conferencias de espacios como la Casa de las Américas (Malecón y G) o la Casa del Alba (Línea y D), los grupos teatrales y de ballet que llenan los teatros Raquel Revuelta (Línea y B) o Trianón (Línea entre Paseo y A), los cines que ocupan los dos lados de la carretera desde el Hotel Nacional hasta el imponente cementerio Colón o las salas de teatro de Centro Habana, como Lázaro Peña (San Carlos esquina Peñalver), donde el mes pasado cantó Pablo Milanés –a 30 pesos, un euro, la mejor entrada–, configuran un panorama que desborda los locales más turísticos de la agitada vida cultural de La Habana.
Combinar recintos conocidos como La Zorra y el Cuervo (23 entre N y 0) o El Gato Tuerto (O entre 17 y 19), donde diferentes grupos actúan con vistas al extranjero, con otros lugares donde tomar el pulso al fervor cultural local es imprescindible para conocer esta ciudad desde dentro. Quizá el mayor desafío sea poder enterarse de todas las actividades diseminadas por la ciudad; se soluciona encendiendo la televisión, escuchando la radio y, sobre todo, preguntando.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
domingo, 5 de septiembre de 2010
Rebajas de otoño
Si los españoles quieren salir de la crisis, tienen que rebajar los salarios, dicen los economistas. Si los palestinos quieren la paz, tienen que renunciar a la justicia, dice un diplomático laborista israelí. Si los países emergentes quieren prosperar, tienen que olvidarse de los daños al planeta; es decir, que las conquistas sociales, la justicia o la salud del planeta son los verdaderos problemas.
No parece lógico porque si desmantelan la seguridad social, habría una crisis social de dimensiones imprevisibles. Y una paz sin justicia sería pan para hoy y hambre para mañana. Y si rematamos al planeta, vivir será sobrevivir.
Lo realmente llamativo en los tiempos que corren es el abismo entre lo que los hechos dan a entender y lo que les hacemos decir. Juan Goytisolo recordaba aquí recientemente la de sufrimientos que han sido necesarios para entender, por ejemplo, que matar a alguien por una idea, no es defender una doctrina, sino asesinar a un ser humano. Así de simple. El Nobel de Economía, Paul Krugman, daba un paso más en esta guerra hermenéutica cuando analizaba la ofensiva estadounidense contra la seguridad social. Él, que sabe de números, dice que los de los críticos "no cuadran y en realidad su hostilidad no tiene nada que ver con dólares y céntimos, sino más bien con ideología". Sus cuentas son una "contabilidad de mala fe", cercana a "un juego de trilero" o al "timo de la estampita". Si la falsificación de los datos es tan burda, ¿por qué darles tanta importancia? Pues porque muchas personas importantes se lo creen y han empezado a diseñar las políticas de futuro a partir del supuesto de la inviabilidad de la seguridad social.
Aquí hay dos guerras: la de los hechos y la de su interpretación. La decisiva es la segunda. Gracias a la interpretación de la esclavitud hemos podido tener esclavos hasta el siglo XIX. Hace un par de meses el aeropuerto de Lanzarote parecía un lugar de peregrinación para solidarizarse con la causa saharaui de Aminatu Haidar pero hace poco más de un siglo, los católicos parisinos iban después de misa en La Trinité a comprar bolsos de mano hechos con piel de jóvenes africanas. Habíamos decidido que solo valían para eso.
Pues bien, en pleno siglo XXI se hacen políticas en base a ideas que declaran al Estado de bienestar una rémora para la competitividad de la economía, a la justicia un obstáculo para la paz y a la ecología una manía de exaltados. Es verdad que siempre ha habido de esto. Hay que ver los argumentos que usaba Ginés Sepúlveda, contra Las Casas, para justificar la conquista de América: que si la evangelización, que si la superioridad cultural europea, que si la violencia de los nativos. Hoy dan risa, pero durante siglos los españoles nos los hemos creído.
No parece lógico porque si desmantelan la seguridad social, habría una crisis social de dimensiones imprevisibles. Y una paz sin justicia sería pan para hoy y hambre para mañana. Y si rematamos al planeta, vivir será sobrevivir.
Lo realmente llamativo en los tiempos que corren es el abismo entre lo que los hechos dan a entender y lo que les hacemos decir. Juan Goytisolo recordaba aquí recientemente la de sufrimientos que han sido necesarios para entender, por ejemplo, que matar a alguien por una idea, no es defender una doctrina, sino asesinar a un ser humano. Así de simple. El Nobel de Economía, Paul Krugman, daba un paso más en esta guerra hermenéutica cuando analizaba la ofensiva estadounidense contra la seguridad social. Él, que sabe de números, dice que los de los críticos "no cuadran y en realidad su hostilidad no tiene nada que ver con dólares y céntimos, sino más bien con ideología". Sus cuentas son una "contabilidad de mala fe", cercana a "un juego de trilero" o al "timo de la estampita". Si la falsificación de los datos es tan burda, ¿por qué darles tanta importancia? Pues porque muchas personas importantes se lo creen y han empezado a diseñar las políticas de futuro a partir del supuesto de la inviabilidad de la seguridad social.
Aquí hay dos guerras: la de los hechos y la de su interpretación. La decisiva es la segunda. Gracias a la interpretación de la esclavitud hemos podido tener esclavos hasta el siglo XIX. Hace un par de meses el aeropuerto de Lanzarote parecía un lugar de peregrinación para solidarizarse con la causa saharaui de Aminatu Haidar pero hace poco más de un siglo, los católicos parisinos iban después de misa en La Trinité a comprar bolsos de mano hechos con piel de jóvenes africanas. Habíamos decidido que solo valían para eso.
Pues bien, en pleno siglo XXI se hacen políticas en base a ideas que declaran al Estado de bienestar una rémora para la competitividad de la economía, a la justicia un obstáculo para la paz y a la ecología una manía de exaltados. Es verdad que siempre ha habido de esto. Hay que ver los argumentos que usaba Ginés Sepúlveda, contra Las Casas, para justificar la conquista de América: que si la evangelización, que si la superioridad cultural europea, que si la violencia de los nativos. Hoy dan risa, pero durante siglos los españoles nos los hemos creído.
El problema no es la presencia de argumentos abusivos en favor de los poderosos. Lo preocupante es la naturalidad con la que los asumimos. El brío con el que, desde la II Guerra Mundial, se defendió el Estado de bienestar por parte de la socialdemocracia y de la doctrina social de la Iglesia, suena hoy a exceso doctrinario. Es verdad que eran tiempos en los que existía el comunismo y se hablaba de marxismo, con lo que el Estado de bienestar bien podía entenderse como una zona de seguridad en zona capitalista. Lo cierto es que en países demoliberales era un concepto intocable.
Ahora dicen que es caro de mantener, aunque los que saben de cuentas explican que no es cuestión de números sino de ideas. Sabemos muy bien que el poder de las ideas poco tiene que ver con la verdad que contengan. Su poder depende de quienes las apadrinen. Para que una modesta idea se imponga no basta que tenga razón, tiene que cargarse de razones. "Cuántas lágrimas", decía Flaubert, "fueron necesarias para liberar Cartago". Por un momento pensamos que quizá esta vez sí sería posible repensar el sistema. Fue cuando al inicio de la gran crisis, Obama, el presidente, habló de egoísmo y Almunia, desde la Unión Europea, de avaricia, referidos uno y otro al capitalismo financiero. Apuntaban en la buena dirección pero fue un espejismo. El problema, por lo visto, son los sueldos y por ahí van las políticas de los políticos mientras los demás callamos.
Hay un episodio en Primo Levi que viene a cuento. Los nazis han capturado a un prisionero que quería escapar. Deciden colgarle en la plaza del campo ante todos los deportados. Cuando va a subir al patíbulo, arenga a los compañeros: "Ánimo, que yo soy el último". Pero los compañeros bajaron los ojos acobardados. El campo había acabado con su capacidad de resistencia. Claro, aquello era un campo y esto no o eso dicen. En el breve espacio de una generación la crítica ha perdido mansamente su capacidad de decir basta.
Leer el artículo de Reyes Mate, en "El País" todo aquí.
miércoles, 25 de agosto de 2010
1. Lunes 23 de agosto, desde La Habana, Cuba
Salimos de Madrid aproximadamente a las 15:20 (pasada la hora indicada de salida 15:05) y a las 16:50 sobrevolamos Lisboa y entramos en el Atlántico, según explicó el piloto volábamos a unos 9.000 m y a algo más de 800 km/h, nos dirigimos al sur de las Azores y de ahí a las Bermudas, cerca de Nassau para llegar a La Habana, Cuba, a la 7:20 hora local, después de unas 10 horas de vuelo.
Previsión que se cumplió. Durante el vuelo (con Air Europa en un Boeing 767-300 de dos motores) ha habido muy poca turbulencia, solo dos inicios en el que se han encendido los indicadores del cinturón, pero nada importante. El vuelo se hace pesado a partir de las 6 horas y muy pesado a partir de las 8 horas. Nos pusieron una, llamada, comida y casi al llegar una merienda (bocadillo de York y queso con una bebida).
El cielo al aterrizaje -perfecto- está muy cubierto, el aeropuerto Internacional José Martí de la Habana tenía una temperatura de 24º C y se apreciaba que había llovido mucho. Pasamos los trámites de entrada sin problemas. Se aprecia organización y seguridad muy alta, para ser un país no desarrollado. Nos esperaba una guía -una mujer muy agradable, culta y bien preparada, sabiendo hacer y conociendo su oficio- de la empresa mayorista y nos llevaron en un autobús (Yutong, de fabricación china) que nos fue repartiendo por los respectivos hoteles a los distintos pasajeros,empezando por la Habana Vieja, el primero el hotel Sevilla. Después los del barrio del Vedado y por último los de Miramar, que es donde está el Panorama, más de una hora en total, pero nos iban describiendo y comentando las distintas zonas y monumentos por los que pasábamos, con lo cual fue como una primera presentación panorámica de la Habana, con especial atención a sus mejores hoteles. Llegué muy tarde a la habitación y me fui a descansar. Se notó la diferencia horaria (jet land). El lunes 23 tomé un taxi hasta la Habana Vieja, 10 pesos convertibles, visité la Plaza de la Catedral, paseé por sus calles, tomé un zumo de mango, un mojito en la Bodeguita del Medio (que tiene una fama a nivel mundial que, en mi opinión, se merece algo menos, por lo pequeña e incomoda, pero goza de la fama que le dejó Ernest Hemingway, Nobel de literatura en 1954, asiduo parroquiano durante sus estancias en la isla) donde tocaba un conjunto cubano, de esos que hay en muchos sitios, y sonaba bien, muy bien como todos los que oí y te hacen recuperar y revivir unos sonidos ya perdidos en nuestros países y que son magníficos. Después de pasear por la calle del Obispo, recorrer su mercadillo de artesanía y comer en "El Patio", en la Plaza de la Catedral, una brocheta de langosta con verduras (calabazas, judías verdes, cebolla, pimientos, zanahoria y patatas) y una salsa algo insípida, con generosos trozos de langosta, parece que toda la cola, una cerveza cubana, Cristal de ½ litro y un café con leche, oyendo música cubana muy bien cantada e interpretada; un teclado, el requinto, el contrabajo, las maracas, y algún que otro instrumento como los palos y timbales como percusión, cantaron: ¡¡Ay Candela!!; Guantanamera; Chan-Chan; Quizás, quizás; El manicero... y muchas más, casi todas conocidas pero casi olvidadas.
Después de volver al hotel para descansar un rato y comprobar que todos los taxis oficiales, incluidos los “coco car” cobraban 10 pesos convertibles, lo que en euros significa algo menos de 10 € (casi un 12% menos) pero caro, pues volver de la Habana, ir al centro otra vez, supone en total 40 euros mal contado al día en transporte, lo cual es muy caro. Con ese dinero se puede comer y cenar abundantemente y bien. Así que traté de informarme de otras vías más baratas, los cubanos no podían pagar eso,... era evidente. ¿Qué tal los autobuses? Desaconsejados, por lo complejo de las líneas, los posibles robos, lo llenos que van, etc., después de mucho hablar, pues no daban soluciones alternativas, me hablaron de los taxis privados, esos modelos antiguos, principalmente americanos, Ford, Chevroles, Cadillac, de los años 60 o menos, con matrícula amarilla que los identifica como coche privado, mientras que los oficiales la tienen azul. Los privados tienen unas claves que solo entienden los cubanos, así se extiende el brazo y desde Miramar, el barrio a 14 km del centro y lleno de embajadas, se les grita, cuando se acercan a la acera, en la Avenida, ¡¡Habana!! y sin llevar nada encima que pudiera delatar fácilmente nuestra condición de turistas; no hablar nada para no descubrirnos, mejor que poco, no llevar libro-guía, ni, por supuesto, la típica cámara, no vestir, en lo posible, ropa muy distinta de la llevada por los cubanos, no poner "cara de turista", y, a pesar de todo, creo con toda seguridad, que se dan cuenta que no somos cubanos, aunque aprecian el esfuerzo, siguen el juego y hacen como que no lo saben. El ruido de esos coches es un poema, sus frenos y frenazos, sus traqueteos a punto de caerse en pedazos,... los cubanos cruzando las calles a su aire, a punto de ser atropellados, la gente en el coche no habla, indican el lugar y después permanecen callados. Te dejan en el Capitolio como parada final. Al volver, se toman cerca del Capitolio también, al inicio del Paseo del Prado, o de Martí, que partiendo del Capitolio baja hasta el Malecón. Total el recorrido cuesta 1 peso, es decir 10 veces menos. Así que de 40 al día se pasa a 4. La vuelta por ese medio la he hecho hoy y la indicación es; séptima, 30, que es la indicación del cruce de calles que queda en Miramar cerca del hotel. Supone una aventura, pero es un método para conocer otras vistas y otras gentes. (No lo utilicé mucho, pues un día me hicieron cambiar de "carro" y no sabía por donde estaba, lo cual unido a que no se hablaba nada me impedía conversar y conocer a las personas que viajábamos juntas, y perdía interés humano, aunque lo siguiera teniendo económico)
Terminé, después de tomar agua en la terraza del H. Inglaterra y escuchar a otro grupo de soneros allí, paseando por el Prado llegué al Malecón y al oscurecer me vine en un Coco-car, que no deja de ser otra aventura también, su motor de 125 cc de una Vespa tienen “más ruidos que nueces”, y sus saltos y giros para evitar los baches, es todo un riesgo, que al final te sale por otros 10 pesos como si hubieses venido en un taxi normal.
Hoy 24, fui al Museo de la Revolución, que estaba en restauración y pintura. Hay algunos documentos y materiales interesantes. Compré en un mercado una botella grande de agua y me vine a la aventura en otro Ford de la década de los 50, a descansar unas horas al hotel.
Conclusiones de estos primeros días:
1. No se puede ir a un hotel lejos del centro pues al final sale muchísimo más caro, casi el doble de caro que le cuesta al que se aloja en el centro. Por lo tanto nada del barrio de Miramar, ni el Panorama, donde me alojé ni el Meliá de esa zona, aunque tengan buenas instalaciones, desde piscina a centros de negocio, parada de taxis, etc., a no ser que vaya uno con la idea de pasarse en la piscina todo el día. En La Habana Vieja, la primitiva ciudad que estaba rodeada de murallas de las que sólo quedan unos metros cerca del puerto, y de calles estrechas trazadas a cordel en direcciones que se cortan a 90º con numerosas plazas muy bellas; la de la Catedral, de San Francisco, la Plaza Vieja, la del Santo Cristo del buen Viaje -donde juegan los niños a las canicas o bolas- y algunas más, tiene casas particulares con aire acondicionado y pequeños hoteles u hostales como el de los Frailes, totalmente recomendables. (comercial@habaguanexhfrailes.co.cu). Si se aloja uno ahí puede ir paseando a casi todos los lugares históricos importantes.
2. En Cuba hace una temperatura entre 24º y 34º grados en verano, aproximadamente, menos en el norte que dan a las aguas del Atlántico, como La Habana, y más en el sur que da a las aguas del Caribe, auténtico caldo caliente. Ahora bien, esas temperaturas para un español del sur, son normales, pero la humedad es lo que no es normal para nosotros, es un clima subtropical. Ha llovido en forma de tormenta tropical, durante una media hora a una hora en total, casi todas las tardes, debido a que esa humedad y calor crea nubes de desarrollo vertical, cúmulos-nímbus, que terminan en tormentas de agua y rayos. La humedad nos hace transpirar y sudamos bastante, siendo la sensación de calor mayor que en España y las ganas de sentarse al fresco y dedicarse sólo a contemplar, muy grandes. Hacer trabajar a los nativos, en esas circunstancias, tuvo que ser, a la fuerza, muy cruel y violento, seguramente por eso desaparecieron, ayudados también por las nuevas enfermedades y después con el tráfico de esclavos, la violencia y el mal trato fue con los negros (en su mayor parte procedentes de la actual Nigeria), pues, de lo contrario, evidentemente, no trabajaban, así que el mal trato y la violencia era un círculo vicioso.
3. Cuba es un país del Caribe y subdesarrollado económicamente. Nosotros, España, pertenecemos al primer mundo, aunque algunos, muchos, al parecer por los comentarios no ya inexactos o erróneos sino impertinentes, oídos a algunos españoles, parezcan olvidarlo. Así que los parámetros para juzgar o comparar a Cuba, no pueden ser igual a los nuestros, sino a lo de los países de su entorno, desde Haití a Honduras, Guatemala, El Salvador, México o Jamaica. A ello hay que agregarle el factor histórico de su origen y evolución, la historia de las invasiones, guerras y matanzas ocurridas en la Isla, junto a la desaparición o genocidio de los indígenas y la cruel trata de esclavos, apoyado en la ideología racista que ha imperado en el Caribe. No deberíamos ignorar tampoco, a pesar de todo, que "UNICEF confirma que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil". La existencia en el mundo en desarrollo de 146 millones de niños menores de cinco años bajos de peso, contrasta con la realidad de los infantes cubanos, reconocidos internacionalmente por estar ajenos a ese mal social. Y la educación es otro logro reconocido mundialmente tanto en calidad de la educación recibida como en extensión y generalización a toda la población de esa educación de buena calidad, lo que se nota en todos los cubanos con los que nos relacionamos, en su conversación y en su trato educado y culto. Curiosamente las evaluaciones internacionales (Tipo Pisa) no registran los logros cubanos, los ignoran y Cuba no suele aparecer en ellas...
Uno de los principales logros de Cuba estaría en la escolarización del 100% de los niños hasta 9º grado, es decir, una educación Primaria y Secundaria universal, pública, gratuita y de calidad.
4. Cuba no deja indiferente a casi nadie. Como ya hemos mostrado en este blog y, desde luego, recomiendo absolutamente el viaje a Cuba, les va a gustar mucho y, sobre todo, su gente. Es lo mejor de Cuba, hablan un español con una cadencia y musicalidad muy dulce, con un vocabulario muy amplio y exacto, conservan palabras que ya hemos olvidado o dejado de usar y que me recordaban a mi abuelo sevillano y son ocurrentes, ingeniosos, simpáticos, muy cultos, agradables, entablan rápidamente conversación y los españoles nos sentimos muy bien acogidos. También te puedes encontrar algo de la típica picaresca española, pero muy leve; a veces, intentan venderte algo y sacar unos pesos de más, no es difícil darse cuenta y puedes decidir hacerle el juego o negarte, no son pesados. Lo que si presencié fue la no correspondencia, ni respeto, por parte de más de algún español, hacia el pueblo cubano, pero bueno "hay gente para todo" y muchos españoles van de "nuevos ricos" en su trato hacia mujeres y hombres cubanos... una pena y que no muestra nada positivo a favor de esos españoles,
Cuba globalmente es una maravilla y, si te gusta la música, ya no te cuento; encontrarás músicos por todas partes y con muy buena formación, buen trato y seguridad como en ningún país de su entorno, serán unas vacaciones de ensueño, inolvidables, te las recomiendo.
No olvidéis el texto escrito en un pequeño cuadro colgado de una pared alejada del paso, en el aeropuerto de Baracoa, que dice: "Las palabras rendición y derrota están borradas totalmente de nuestra terminología".
Fotos del autor: 1. La Plaza Vieja, en La Habana Vieja. 2. El Malecón -desde un autobús-. 3. El Capitolio desde la calle Brasil de la Habana Vieja. Un patio en la Plaza Vieja.
Previsión que se cumplió. Durante el vuelo (con Air Europa en un Boeing 767-300 de dos motores) ha habido muy poca turbulencia, solo dos inicios en el que se han encendido los indicadores del cinturón, pero nada importante. El vuelo se hace pesado a partir de las 6 horas y muy pesado a partir de las 8 horas. Nos pusieron una, llamada, comida y casi al llegar una merienda (bocadillo de York y queso con una bebida).
El cielo al aterrizaje -perfecto- está muy cubierto, el aeropuerto Internacional José Martí de la Habana tenía una temperatura de 24º C y se apreciaba que había llovido mucho. Pasamos los trámites de entrada sin problemas. Se aprecia organización y seguridad muy alta, para ser un país no desarrollado. Nos esperaba una guía -una mujer muy agradable, culta y bien preparada, sabiendo hacer y conociendo su oficio- de la empresa mayorista y nos llevaron en un autobús (Yutong, de fabricación china) que nos fue repartiendo por los respectivos hoteles a los distintos pasajeros,empezando por la Habana Vieja, el primero el hotel Sevilla. Después los del barrio del Vedado y por último los de Miramar, que es donde está el Panorama, más de una hora en total, pero nos iban describiendo y comentando las distintas zonas y monumentos por los que pasábamos, con lo cual fue como una primera presentación panorámica de la Habana, con especial atención a sus mejores hoteles. Llegué muy tarde a la habitación y me fui a descansar. Se notó la diferencia horaria (jet land). El lunes 23 tomé un taxi hasta la Habana Vieja, 10 pesos convertibles, visité la Plaza de la Catedral, paseé por sus calles, tomé un zumo de mango, un mojito en la Bodeguita del Medio (que tiene una fama a nivel mundial que, en mi opinión, se merece algo menos, por lo pequeña e incomoda, pero goza de la fama que le dejó Ernest Hemingway, Nobel de literatura en 1954, asiduo parroquiano durante sus estancias en la isla) donde tocaba un conjunto cubano, de esos que hay en muchos sitios, y sonaba bien, muy bien como todos los que oí y te hacen recuperar y revivir unos sonidos ya perdidos en nuestros países y que son magníficos. Después de pasear por la calle del Obispo, recorrer su mercadillo de artesanía y comer en "El Patio", en la Plaza de la Catedral, una brocheta de langosta con verduras (calabazas, judías verdes, cebolla, pimientos, zanahoria y patatas) y una salsa algo insípida, con generosos trozos de langosta, parece que toda la cola, una cerveza cubana, Cristal de ½ litro y un café con leche, oyendo música cubana muy bien cantada e interpretada; un teclado, el requinto, el contrabajo, las maracas, y algún que otro instrumento como los palos y timbales como percusión, cantaron: ¡¡Ay Candela!!; Guantanamera; Chan-Chan; Quizás, quizás; El manicero... y muchas más, casi todas conocidas pero casi olvidadas.
Después de volver al hotel para descansar un rato y comprobar que todos los taxis oficiales, incluidos los “coco car” cobraban 10 pesos convertibles, lo que en euros significa algo menos de 10 € (casi un 12% menos) pero caro, pues volver de la Habana, ir al centro otra vez, supone en total 40 euros mal contado al día en transporte, lo cual es muy caro. Con ese dinero se puede comer y cenar abundantemente y bien. Así que traté de informarme de otras vías más baratas, los cubanos no podían pagar eso,... era evidente. ¿Qué tal los autobuses? Desaconsejados, por lo complejo de las líneas, los posibles robos, lo llenos que van, etc., después de mucho hablar, pues no daban soluciones alternativas, me hablaron de los taxis privados, esos modelos antiguos, principalmente americanos, Ford, Chevroles, Cadillac, de los años 60 o menos, con matrícula amarilla que los identifica como coche privado, mientras que los oficiales la tienen azul. Los privados tienen unas claves que solo entienden los cubanos, así se extiende el brazo y desde Miramar, el barrio a 14 km del centro y lleno de embajadas, se les grita, cuando se acercan a la acera, en la Avenida, ¡¡Habana!! y sin llevar nada encima que pudiera delatar fácilmente nuestra condición de turistas; no hablar nada para no descubrirnos, mejor que poco, no llevar libro-guía, ni, por supuesto, la típica cámara, no vestir, en lo posible, ropa muy distinta de la llevada por los cubanos, no poner "cara de turista", y, a pesar de todo, creo con toda seguridad, que se dan cuenta que no somos cubanos, aunque aprecian el esfuerzo, siguen el juego y hacen como que no lo saben. El ruido de esos coches es un poema, sus frenos y frenazos, sus traqueteos a punto de caerse en pedazos,... los cubanos cruzando las calles a su aire, a punto de ser atropellados, la gente en el coche no habla, indican el lugar y después permanecen callados. Te dejan en el Capitolio como parada final. Al volver, se toman cerca del Capitolio también, al inicio del Paseo del Prado, o de Martí, que partiendo del Capitolio baja hasta el Malecón. Total el recorrido cuesta 1 peso, es decir 10 veces menos. Así que de 40 al día se pasa a 4. La vuelta por ese medio la he hecho hoy y la indicación es; séptima, 30, que es la indicación del cruce de calles que queda en Miramar cerca del hotel. Supone una aventura, pero es un método para conocer otras vistas y otras gentes. (No lo utilicé mucho, pues un día me hicieron cambiar de "carro" y no sabía por donde estaba, lo cual unido a que no se hablaba nada me impedía conversar y conocer a las personas que viajábamos juntas, y perdía interés humano, aunque lo siguiera teniendo económico)
Terminé, después de tomar agua en la terraza del H. Inglaterra y escuchar a otro grupo de soneros allí, paseando por el Prado llegué al Malecón y al oscurecer me vine en un Coco-car, que no deja de ser otra aventura también, su motor de 125 cc de una Vespa tienen “más ruidos que nueces”, y sus saltos y giros para evitar los baches, es todo un riesgo, que al final te sale por otros 10 pesos como si hubieses venido en un taxi normal.
Hoy 24, fui al Museo de la Revolución, que estaba en restauración y pintura. Hay algunos documentos y materiales interesantes. Compré en un mercado una botella grande de agua y me vine a la aventura en otro Ford de la década de los 50, a descansar unas horas al hotel.
Conclusiones de estos primeros días:
1. No se puede ir a un hotel lejos del centro pues al final sale muchísimo más caro, casi el doble de caro que le cuesta al que se aloja en el centro. Por lo tanto nada del barrio de Miramar, ni el Panorama, donde me alojé ni el Meliá de esa zona, aunque tengan buenas instalaciones, desde piscina a centros de negocio, parada de taxis, etc., a no ser que vaya uno con la idea de pasarse en la piscina todo el día. En La Habana Vieja, la primitiva ciudad que estaba rodeada de murallas de las que sólo quedan unos metros cerca del puerto, y de calles estrechas trazadas a cordel en direcciones que se cortan a 90º con numerosas plazas muy bellas; la de la Catedral, de San Francisco, la Plaza Vieja, la del Santo Cristo del buen Viaje -donde juegan los niños a las canicas o bolas- y algunas más, tiene casas particulares con aire acondicionado y pequeños hoteles u hostales como el de los Frailes, totalmente recomendables. (comercial@habaguanexhfrailes.co.cu). Si se aloja uno ahí puede ir paseando a casi todos los lugares históricos importantes.
Havana City Guide [Cuba] from julien widmer on Vimeo.
2. En Cuba hace una temperatura entre 24º y 34º grados en verano, aproximadamente, menos en el norte que dan a las aguas del Atlántico, como La Habana, y más en el sur que da a las aguas del Caribe, auténtico caldo caliente. Ahora bien, esas temperaturas para un español del sur, son normales, pero la humedad es lo que no es normal para nosotros, es un clima subtropical. Ha llovido en forma de tormenta tropical, durante una media hora a una hora en total, casi todas las tardes, debido a que esa humedad y calor crea nubes de desarrollo vertical, cúmulos-nímbus, que terminan en tormentas de agua y rayos. La humedad nos hace transpirar y sudamos bastante, siendo la sensación de calor mayor que en España y las ganas de sentarse al fresco y dedicarse sólo a contemplar, muy grandes. Hacer trabajar a los nativos, en esas circunstancias, tuvo que ser, a la fuerza, muy cruel y violento, seguramente por eso desaparecieron, ayudados también por las nuevas enfermedades y después con el tráfico de esclavos, la violencia y el mal trato fue con los negros (en su mayor parte procedentes de la actual Nigeria), pues, de lo contrario, evidentemente, no trabajaban, así que el mal trato y la violencia era un círculo vicioso.
3. Cuba es un país del Caribe y subdesarrollado económicamente. Nosotros, España, pertenecemos al primer mundo, aunque algunos, muchos, al parecer por los comentarios no ya inexactos o erróneos sino impertinentes, oídos a algunos españoles, parezcan olvidarlo. Así que los parámetros para juzgar o comparar a Cuba, no pueden ser igual a los nuestros, sino a lo de los países de su entorno, desde Haití a Honduras, Guatemala, El Salvador, México o Jamaica. A ello hay que agregarle el factor histórico de su origen y evolución, la historia de las invasiones, guerras y matanzas ocurridas en la Isla, junto a la desaparición o genocidio de los indígenas y la cruel trata de esclavos, apoyado en la ideología racista que ha imperado en el Caribe. No deberíamos ignorar tampoco, a pesar de todo, que "UNICEF confirma que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil". La existencia en el mundo en desarrollo de 146 millones de niños menores de cinco años bajos de peso, contrasta con la realidad de los infantes cubanos, reconocidos internacionalmente por estar ajenos a ese mal social. Y la educación es otro logro reconocido mundialmente tanto en calidad de la educación recibida como en extensión y generalización a toda la población de esa educación de buena calidad, lo que se nota en todos los cubanos con los que nos relacionamos, en su conversación y en su trato educado y culto. Curiosamente las evaluaciones internacionales (Tipo Pisa) no registran los logros cubanos, los ignoran y Cuba no suele aparecer en ellas...
Uno de los principales logros de Cuba estaría en la escolarización del 100% de los niños hasta 9º grado, es decir, una educación Primaria y Secundaria universal, pública, gratuita y de calidad.
4. Cuba no deja indiferente a casi nadie. Como ya hemos mostrado en este blog y, desde luego, recomiendo absolutamente el viaje a Cuba, les va a gustar mucho y, sobre todo, su gente. Es lo mejor de Cuba, hablan un español con una cadencia y musicalidad muy dulce, con un vocabulario muy amplio y exacto, conservan palabras que ya hemos olvidado o dejado de usar y que me recordaban a mi abuelo sevillano y son ocurrentes, ingeniosos, simpáticos, muy cultos, agradables, entablan rápidamente conversación y los españoles nos sentimos muy bien acogidos. También te puedes encontrar algo de la típica picaresca española, pero muy leve; a veces, intentan venderte algo y sacar unos pesos de más, no es difícil darse cuenta y puedes decidir hacerle el juego o negarte, no son pesados. Lo que si presencié fue la no correspondencia, ni respeto, por parte de más de algún español, hacia el pueblo cubano, pero bueno "hay gente para todo" y muchos españoles van de "nuevos ricos" en su trato hacia mujeres y hombres cubanos... una pena y que no muestra nada positivo a favor de esos españoles,
Cuba globalmente es una maravilla y, si te gusta la música, ya no te cuento; encontrarás músicos por todas partes y con muy buena formación, buen trato y seguridad como en ningún país de su entorno, serán unas vacaciones de ensueño, inolvidables, te las recomiendo.
No olvidéis el texto escrito en un pequeño cuadro colgado de una pared alejada del paso, en el aeropuerto de Baracoa, que dice: "Las palabras rendición y derrota están borradas totalmente de nuestra terminología".
Fotos del autor: 1. La Plaza Vieja, en La Habana Vieja. 2. El Malecón -desde un autobús-. 3. El Capitolio desde la calle Brasil de la Habana Vieja. Un patio en la Plaza Vieja.
sábado, 21 de agosto de 2010
"Quien no viaja no conoce el valor de los hombres", reza un proverbio árabe
"Quien no viaja no conoce el valor de los hombres", reza un proverbio árabe que el escritor británico Bruce Chatwin cita en su libro "Los trazos de la canción".
Mañana parto de viaje, algo más de una semana, 10 días para ser exactos. Intentaré, conocer, aprender, disfrutar, informar y colgar fotos del mismo, aunque esto último depende de las conexiones,...
Mañana parto de viaje, algo más de una semana, 10 días para ser exactos. Intentaré, conocer, aprender, disfrutar, informar y colgar fotos del mismo, aunque esto último depende de las conexiones,...
viernes, 20 de agosto de 2010
¿Por qué los matemáticos españoles no ganan medallas Fields?
Las medallas Fields son el galardón más importante que concede la Unión Matemática Internacional (IMU) cada cuatro años desde 1936, el sueño de cualquier matemático. ¿Por qué parecen las Fields concentrarse en algunos países más que en otros? ¿Por qué Francia tiene 11 medallistas Fields -dos, Cèdric Villani y el franco-vietnamita Ngô Bao Châu, anunciados ayer- y España ninguno? ¿Cuál es la receta para la Fields? Estas son impresiones de matemáticos españoles que asisten al Congreso Internacional de Matemáticos ICM2010 en la ciudad india de Hyderabad, donde se han anunciado las Fields.
Nadie esperaba una Fields española: la comunidad matemática española se sabe aún muy lejana de la arraigada tradición francesa. Pero para los jóvenes matemáticos españoles ya es habitual trabajar fuera de España y colaborar con colegas en otros continentes. Investigadores como Pablo Mira e Isabel Fernández, ambos de menos de 35 años y los únicos españoles invitados a presentar sus resultados en el ICM en la India, dicen no sentirse distintos de sus coetáneos franceses o alemanes; la escuela de geometría a la que pertenecen, nacida en la Universidad de Granada, es una referencia en todo el mundo. ¿Despegan definitivamente las matemáticas españolas gracias a ellos?
"Aún nos queda mucho para una Fields", dice Manuel de León, único matemático español en el Comité Ejecutivo de la IMU y que acaba de ser reelegido. "Necesitamos destinar recursos a la investigación y, sobre todo, gestionarlos bien para generar investigación excelente".
Sus colegas están, en general, de acuerdo. Aunque aparezcan discrepancias al especificar cómo se consigue la excelencia. Luis Vega, de la Universidad del País Vasco, apuesta en este sentido por programas de doctorado de gran calidad, destinados específicamente a los jóvenes más brillantes. Y esta es, efectivamente, una queja común: el sistema español prepara a la media, pero descuida la élite. No sabe aprovechar, y estimular, a los mejores.
La falta de tradición histórica, en cualquier caso, no se suple sólo con recursos. "Las matemáticas nacen y se hacen. La ciencia no se improvisa", dice Santos González, de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), que en 2011 celebra su centenario. Hacen falta medidas a largo plazo, y entre ellas muchos incluyen "una estructura más flexible que permita atraer a gente buena de fuera", apunta Enrique Fernández Cara, de la Universidad de Sevilla...
Artículo tomado de "El País" 20/08/10. Más aquí.
Leer, además, "Nobel" de matemáticas, Francia se impone. París "puede considerarse ahora el centro de las matemáticas", ha declarado Louis Nirenberg, considerado a sus 95 años uno de los matemáticos vivos más influyentes. Entrevista a la nueva presidenta Ingrid Daubechies aquí.
Y ¿Qué deberíamos hacer para mejorar en matemáticas?
Nadie esperaba una Fields española: la comunidad matemática española se sabe aún muy lejana de la arraigada tradición francesa. Pero para los jóvenes matemáticos españoles ya es habitual trabajar fuera de España y colaborar con colegas en otros continentes. Investigadores como Pablo Mira e Isabel Fernández, ambos de menos de 35 años y los únicos españoles invitados a presentar sus resultados en el ICM en la India, dicen no sentirse distintos de sus coetáneos franceses o alemanes; la escuela de geometría a la que pertenecen, nacida en la Universidad de Granada, es una referencia en todo el mundo. ¿Despegan definitivamente las matemáticas españolas gracias a ellos?
"Aún nos queda mucho para una Fields", dice Manuel de León, único matemático español en el Comité Ejecutivo de la IMU y que acaba de ser reelegido. "Necesitamos destinar recursos a la investigación y, sobre todo, gestionarlos bien para generar investigación excelente".
Sus colegas están, en general, de acuerdo. Aunque aparezcan discrepancias al especificar cómo se consigue la excelencia. Luis Vega, de la Universidad del País Vasco, apuesta en este sentido por programas de doctorado de gran calidad, destinados específicamente a los jóvenes más brillantes. Y esta es, efectivamente, una queja común: el sistema español prepara a la media, pero descuida la élite. No sabe aprovechar, y estimular, a los mejores.
La falta de tradición histórica, en cualquier caso, no se suple sólo con recursos. "Las matemáticas nacen y se hacen. La ciencia no se improvisa", dice Santos González, de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), que en 2011 celebra su centenario. Hacen falta medidas a largo plazo, y entre ellas muchos incluyen "una estructura más flexible que permita atraer a gente buena de fuera", apunta Enrique Fernández Cara, de la Universidad de Sevilla...
Artículo tomado de "El País" 20/08/10. Más aquí.
Leer, además, "Nobel" de matemáticas, Francia se impone. París "puede considerarse ahora el centro de las matemáticas", ha declarado Louis Nirenberg, considerado a sus 95 años uno de los matemáticos vivos más influyentes. Entrevista a la nueva presidenta Ingrid Daubechies aquí.
Y ¿Qué deberíamos hacer para mejorar en matemáticas?
El Museo contra la Guerra de Berlín o Italo Calvino en el “rojo” Wedding
“Quien haya visto un campo de batalla moderno y lo haya sufrido en carne propia o también quien sólo conozca las fotografías de este espanto internacional, fotografías que la mala conciencia de los oficiales y similares laboriosamente quiere ocultar a la opinión pública, quien conozca el amasijo de cuerpos que yacen en las fosas comunes y los horribles muñones de los mutilados sobrevivientes (…): quien no se estremezca ante ello, quien no quiera evitarlo con todos los medios a su alcance, quien no quiera blindar herméticamente a las nuevas generaciones, no es un ser humano, es un patriota”.
Kurt Tucholsky, “Wofür?”, recopilado en Das Grosse Lesebuch, Fischer Verlag, Frankfurt, 2010, pp 303-304
Pocos escritores se han servido tan magistralmente de la fantasía para realizar una crítica de la realidad tan certera y tierna a la vez como Italo Calvino. En su cuento, Un general en la biblioteca, Calvino sitúa en un país imaginario una comisión militar que tiene que investigar si en las bibliotecas nacionales anidan libros que atacan al ejército.
Así, un grupo de generales va a la biblioteca y se pone manos a la obra. Al principio, los militares estudian minuciosamente los libros, intentando localizar eventual propaganda subversiva. Poco a poco, sin embargo, empiezan a cogerle gusto a la lectura, llegando a admirar la elegancia de los autores subversivos. A continuación, perciben que no es sólo buen estilo literario, sino que los ataques al ejército están más que justificados.
Finalizada la misión, redactan su informe. En él, llegan a la conclusión de que en las bibliotecas hay libros que no sólo denigran al ejército y a sus gloriosas gestas, sino también al resto de instituciones nacionales que durante siglos se han considerado sagradas, y que cualquier persona mínimamente informada y honesta no puede menos que darles la razón. Al final, la sinceridad del informe les cuesta el puesto, pero una vez degradados los antiguos militares pueden ir a la biblioteca a seguir estudiando.
Existe un museo en Berlín, que está completamente impregnado de este espíritu de Calvino. Se trata del Museo contra la guerra, ubicado en el “rojo” Wedding, un histórico barrio proletario con una larga historia de combatividad.
Su director, Tommy Spree, es un profesor jubilado de inglés, educación física e historia. Tommy es un hombre fuerte y tranquilo, con una energía interior enorme. A principios de los ochenta, ante el despliegue de misiles con cabezas nucleares por parte de la OTAN en territorio de la RFA, Tommy y un grupo de voluntarios decidieron instalar un museo que recordase a las jóvenes (y no tan jóvenes) generaciones lo que significa una guerra. El museo contra la guerra consta de una sala con documentación, fotografías y objetos de la primera guerra mundial, de un refugio antiaéreo que reproduce aquellos en los que se cobija la población civil ante bombardeos desde el aire y de otra sala con textos de pensadores pacifistas como, Jesús de Nazaret, Gandhi, León Tolstoi, John Ruskin o Carl von Ossietzky.
Este museo es heredero del museo homónimo que fuera fundado también en Wedding por un gran pacifista alemán, Ernst Friedrich, el abuelo de Tommy Spree.
La vida de Friedrich es verdaderamente admirable. Actor de teatro, sus giras por el frente le familiarizan con los horrores de la guerra. Allí se convencerá de que la guerra es una empresa que sólo beneficia a especuladores y a burócratas, mientras que el pueblo es enviado al matadero, por lo que se embarca en una campaña activa anti militarista que le conducirá a la cárcel. Terminada la guerra, Friedrich no cejará en su activismo, que no tardará en despertar las iras de organizaciones paramilitares y de una judicatura intensamente reaccionaria.
En 1933, tras la ascensión de Hitler a la cancillería, Friedrich es arrestado y su museo clausurado. Una ola de protestas internacionales permite su liberación, pero, siendo vigilado muy estrechamente por los nazis, decide exiliarse, primero a Bélgica y luego a Francia, donde se enrolará en la resistencia, desempeñando labores de enlace.
Con la victoria aliada, Friedrich se instala definitivamente en Francia. Allí ingresará en el Partido Socialista e intentará establecer un centro internacional de organizaciones pacifistas, la Isla de la Paz. Friedrich morirá en 1967. Leer más.
Dirección del Museo en español.
Anti-Kriegs-Museum e.V.
Bruesseler Str. 21
D-13353 Berlin
Fon: 0049 030 45 49 01 10
open daily 16.00 - 20.00 (also sundays and holidays)
For group visits call also 0049 030 402 86 91
Kurt Tucholsky, “Wofür?”, recopilado en Das Grosse Lesebuch, Fischer Verlag, Frankfurt, 2010, pp 303-304
Pocos escritores se han servido tan magistralmente de la fantasía para realizar una crítica de la realidad tan certera y tierna a la vez como Italo Calvino. En su cuento, Un general en la biblioteca, Calvino sitúa en un país imaginario una comisión militar que tiene que investigar si en las bibliotecas nacionales anidan libros que atacan al ejército.
Así, un grupo de generales va a la biblioteca y se pone manos a la obra. Al principio, los militares estudian minuciosamente los libros, intentando localizar eventual propaganda subversiva. Poco a poco, sin embargo, empiezan a cogerle gusto a la lectura, llegando a admirar la elegancia de los autores subversivos. A continuación, perciben que no es sólo buen estilo literario, sino que los ataques al ejército están más que justificados.
Finalizada la misión, redactan su informe. En él, llegan a la conclusión de que en las bibliotecas hay libros que no sólo denigran al ejército y a sus gloriosas gestas, sino también al resto de instituciones nacionales que durante siglos se han considerado sagradas, y que cualquier persona mínimamente informada y honesta no puede menos que darles la razón. Al final, la sinceridad del informe les cuesta el puesto, pero una vez degradados los antiguos militares pueden ir a la biblioteca a seguir estudiando.
Existe un museo en Berlín, que está completamente impregnado de este espíritu de Calvino. Se trata del Museo contra la guerra, ubicado en el “rojo” Wedding, un histórico barrio proletario con una larga historia de combatividad.
Su director, Tommy Spree, es un profesor jubilado de inglés, educación física e historia. Tommy es un hombre fuerte y tranquilo, con una energía interior enorme. A principios de los ochenta, ante el despliegue de misiles con cabezas nucleares por parte de la OTAN en territorio de la RFA, Tommy y un grupo de voluntarios decidieron instalar un museo que recordase a las jóvenes (y no tan jóvenes) generaciones lo que significa una guerra. El museo contra la guerra consta de una sala con documentación, fotografías y objetos de la primera guerra mundial, de un refugio antiaéreo que reproduce aquellos en los que se cobija la población civil ante bombardeos desde el aire y de otra sala con textos de pensadores pacifistas como, Jesús de Nazaret, Gandhi, León Tolstoi, John Ruskin o Carl von Ossietzky.
Este museo es heredero del museo homónimo que fuera fundado también en Wedding por un gran pacifista alemán, Ernst Friedrich, el abuelo de Tommy Spree.
La vida de Friedrich es verdaderamente admirable. Actor de teatro, sus giras por el frente le familiarizan con los horrores de la guerra. Allí se convencerá de que la guerra es una empresa que sólo beneficia a especuladores y a burócratas, mientras que el pueblo es enviado al matadero, por lo que se embarca en una campaña activa anti militarista que le conducirá a la cárcel. Terminada la guerra, Friedrich no cejará en su activismo, que no tardará en despertar las iras de organizaciones paramilitares y de una judicatura intensamente reaccionaria.
En 1933, tras la ascensión de Hitler a la cancillería, Friedrich es arrestado y su museo clausurado. Una ola de protestas internacionales permite su liberación, pero, siendo vigilado muy estrechamente por los nazis, decide exiliarse, primero a Bélgica y luego a Francia, donde se enrolará en la resistencia, desempeñando labores de enlace.
Con la victoria aliada, Friedrich se instala definitivamente en Francia. Allí ingresará en el Partido Socialista e intentará establecer un centro internacional de organizaciones pacifistas, la Isla de la Paz. Friedrich morirá en 1967. Leer más.
Dirección del Museo en español.
Anti-Kriegs-Museum e.V.
Bruesseler Str. 21
D-13353 Berlin
Fon: 0049 030 45 49 01 10
open daily 16.00 - 20.00 (also sundays and holidays)
For group visits call also 0049 030 402 86 91
miércoles, 18 de agosto de 2010
Silencios ominosos, condenas inmisericordes
La Iglesia católica del siglo XX, que legitimó tantas dictaduras y mantuvo en secreto la pederastia de algunos de sus miembros, ha sido implacable con aquellos teólogos de honestidad intachable que se atrevieron a disentir.
Silencios ominosos y condenas inmisericordes. Esa ha sido la actitud del Vaticano y de buena parte de la jerarquía católica durante los últimos 70 años. Silencios ominosos ante masacres y crímenes contra la humanidad y sus responsables. Condenas inmisericordes contra teólogos y teólogas, sacerdotes, obispos, filósofos, escritores -cristianos o no- por ejercer la libertad de expresión y atreverse a disentir; condenas todas ellas contra toda lógica jurídica, que establece que "el pensamiento no delinque". Silencios ominosos sobre personas sanguinarias, ideologías totalitarias y dictaduras militares con las manos manchadas de sangre. Condenas inmisericordes a hombres y mujeres de manos limpias, de honestidad intachable, de ejemplaridad de vida.
El más grave de esos silencios fue, sin duda, el de Pío XII ante los seis millones de judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales, transexuales, gaseados y llevados a las piras crematorias de los campos de concentración del nazismo. Ya antes, siendo secretario de Estado del Vaticano firmó, en nombre de Pío XI, el Concordato Imperial con la Alemania nazi bajo el Gobierno de Hitler. Ahí comenzó su complicidad con el nazismo. Uno de los intelectuales más madrugadores en la denuncia de tamaño y tan ominoso silencio fue el dramaturgo alemán Hochulth en su obra de teatro El Vicario, estrenada en 1963.
En 1953 Pío XII firmó un Concordato con Franco, legitimando la dictadura, mientras guardaba silencio sobre la represión franquista después de la guerra civil, que costó decenas de miles de muertos.
Un año más tarde hacía lo mismo con el dictador Rafael Trujillo, presidente de la República Dominicana, sin condenar sus abusos de poder y sus crímenes de Estado.
En la década de los cuarenta del siglo pasado, el cardenal Emmanuel Célestin Suhard, arzobispo de París, autorizó a algunos sacerdotes y religiosos a trabajar en las fábricas. El dominico Jacques Loew lo hizo como descargador de barcos en el puerto de Marsella. Monseñor Alfred Ancel, obispo auxiliar de Lyon, fue cura-obrero durante cinco años. La experiencia fue inmortalizada por Gilbert Cesbron en la novela Los santos van al infierno. Pero pronto se frustró. Los sacerdotes obreros fueron acusados de comunistas y subversivos, cuando lo que hacían era dar testimonio del Evangelio entre la clase trabajadora alejada de la Iglesia y descreída, compartiendo su vida y sus penalidades, identificándose con sus luchas, ganando el pan con el sudor de su frente. En vez de hacer oídos sordos a las acusaciones, Pío XII las dio por ciertas y pidió a los sacerdotes que abandonaran el trabajo en las fábricas y se reintegraran en el trabajo pastoral en las parroquias y a los religiosos que se incorporaran a sus comunidades, al tiempo que ordenaba a los obispos franceses que enviaran a los sacerdotes obreros a los conventos para ser "reeducados".
Silencios ominosos y condenas inmisericordes. Esa ha sido la actitud del Vaticano y de buena parte de la jerarquía católica durante los últimos 70 años. Silencios ominosos ante masacres y crímenes contra la humanidad y sus responsables. Condenas inmisericordes contra teólogos y teólogas, sacerdotes, obispos, filósofos, escritores -cristianos o no- por ejercer la libertad de expresión y atreverse a disentir; condenas todas ellas contra toda lógica jurídica, que establece que "el pensamiento no delinque". Silencios ominosos sobre personas sanguinarias, ideologías totalitarias y dictaduras militares con las manos manchadas de sangre. Condenas inmisericordes a hombres y mujeres de manos limpias, de honestidad intachable, de ejemplaridad de vida.
El más grave de esos silencios fue, sin duda, el de Pío XII ante los seis millones de judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales, transexuales, gaseados y llevados a las piras crematorias de los campos de concentración del nazismo. Ya antes, siendo secretario de Estado del Vaticano firmó, en nombre de Pío XI, el Concordato Imperial con la Alemania nazi bajo el Gobierno de Hitler. Ahí comenzó su complicidad con el nazismo. Uno de los intelectuales más madrugadores en la denuncia de tamaño y tan ominoso silencio fue el dramaturgo alemán Hochulth en su obra de teatro El Vicario, estrenada en 1963.
En 1953 Pío XII firmó un Concordato con Franco, legitimando la dictadura, mientras guardaba silencio sobre la represión franquista después de la guerra civil, que costó decenas de miles de muertos.
Un año más tarde hacía lo mismo con el dictador Rafael Trujillo, presidente de la República Dominicana, sin condenar sus abusos de poder y sus crímenes de Estado.
En la década de los cuarenta del siglo pasado, el cardenal Emmanuel Célestin Suhard, arzobispo de París, autorizó a algunos sacerdotes y religiosos a trabajar en las fábricas. El dominico Jacques Loew lo hizo como descargador de barcos en el puerto de Marsella. Monseñor Alfred Ancel, obispo auxiliar de Lyon, fue cura-obrero durante cinco años. La experiencia fue inmortalizada por Gilbert Cesbron en la novela Los santos van al infierno. Pero pronto se frustró. Los sacerdotes obreros fueron acusados de comunistas y subversivos, cuando lo que hacían era dar testimonio del Evangelio entre la clase trabajadora alejada de la Iglesia y descreída, compartiendo su vida y sus penalidades, identificándose con sus luchas, ganando el pan con el sudor de su frente. En vez de hacer oídos sordos a las acusaciones, Pío XII las dio por ciertas y pidió a los sacerdotes que abandonaran el trabajo en las fábricas y se reintegraran en el trabajo pastoral en las parroquias y a los religiosos que se incorporaran a sus comunidades, al tiempo que ordenaba a los obispos franceses que enviaran a los sacerdotes obreros a los conventos para ser "reeducados".
(de JUAN JOSÉ TAMAYO, 14/08/2010) Leer más
Unos días en Lisboa
martes, 17 de agosto de 2010
Así montaron la prostitución
La primera modalidad de la explotación sexual infantil y femenina se organizó en nombre de las deidades. Los guardianes de fe sumerios se aprovechaban de sus ingenuas fieles y les exigían placeres corporales a beneficio del templo, reservándose el derecho de pernada. Hoy en Ghana los sacerdotes confiscan a las niñas de las familias pecadoras y endeudadas y tras nombrarlas trokosis “esposas de dios”, les someten a todo tipo de abusos durante años.
En su categoría profana y una vez aparecida la propiedad privada, los hombres acordaron comprar mujeres para tener el derecho exclusivo y vitalicio sobre su cuerpo y alma, y mantener a otras (tras deshonrarlas y acusarlas del exceso libidinoso) para su uso colectivo en régimen de alquiler.
Las religiones semíticas sentenciaron que “la mujer es el reposo del hombre” y legitimaron incluso el acceso gratuito a ellas cuando son “botín de la guerra”. Precisamente, las guerras han sido la principal cantera del negocio del sexo. Con derrotadas, violadas y secuestradas han abarrotado durante siglos harenes y burdeles. Los niños y jóvenes varones tampoco se salvaban: también eran destinados al gozo masculino.
Hoy hay que distinguir entre la prostitución tradicional a pequeña escala, fruto de las desigualdades económicas y la violencia del sistema patriarcal, del tráfico transnacional de seres humanos para la industria de sexo. Este crimen organizado que engulle o escupe a millones de mujeres y niños del mundo para convertirlos en mercancía que, como otra materia prima, circula en un solo sentido, de sur a norte o de este a oeste, resulta más rentable y menos arriesgado que el tráfico de droga, ya que para funcionar sólo necesita de un cuerpo, que además rinde decenas de veces al día.
A sus pies existe toda una tupida red internacional de extorsionadores, transportistas, autoridades corruptas, hostales, clubes y clientes que ahogan las miserias de su vida conyugal en las lágrimas de las esclavas sexuales, quienes han sufrido indecibles torturas. Sin esa demanda, se acabaría el negocio.
Hay que proteger a la prostituida y no a la prostitución. La penalización del reclamo de servicios sexuales y la prohibición de los burdeles y negocios vinculados es un imperativo. ¿Quién cree posible dignificar la esclavitud o llamarla “trabajo”? (Nazanín Amirian, en Público) Más aquí.
Más en la BBC.
En su categoría profana y una vez aparecida la propiedad privada, los hombres acordaron comprar mujeres para tener el derecho exclusivo y vitalicio sobre su cuerpo y alma, y mantener a otras (tras deshonrarlas y acusarlas del exceso libidinoso) para su uso colectivo en régimen de alquiler.
Las religiones semíticas sentenciaron que “la mujer es el reposo del hombre” y legitimaron incluso el acceso gratuito a ellas cuando son “botín de la guerra”. Precisamente, las guerras han sido la principal cantera del negocio del sexo. Con derrotadas, violadas y secuestradas han abarrotado durante siglos harenes y burdeles. Los niños y jóvenes varones tampoco se salvaban: también eran destinados al gozo masculino.
Hoy hay que distinguir entre la prostitución tradicional a pequeña escala, fruto de las desigualdades económicas y la violencia del sistema patriarcal, del tráfico transnacional de seres humanos para la industria de sexo. Este crimen organizado que engulle o escupe a millones de mujeres y niños del mundo para convertirlos en mercancía que, como otra materia prima, circula en un solo sentido, de sur a norte o de este a oeste, resulta más rentable y menos arriesgado que el tráfico de droga, ya que para funcionar sólo necesita de un cuerpo, que además rinde decenas de veces al día.
A sus pies existe toda una tupida red internacional de extorsionadores, transportistas, autoridades corruptas, hostales, clubes y clientes que ahogan las miserias de su vida conyugal en las lágrimas de las esclavas sexuales, quienes han sufrido indecibles torturas. Sin esa demanda, se acabaría el negocio.
Hay que proteger a la prostituida y no a la prostitución. La penalización del reclamo de servicios sexuales y la prohibición de los burdeles y negocios vinculados es un imperativo. ¿Quién cree posible dignificar la esclavitud o llamarla “trabajo”? (Nazanín Amirian, en Público) Más aquí.
Más en la BBC.
lunes, 16 de agosto de 2010
Pensar desde la izquierda
... es cierto que los partidos de izquierda abandonaron las pretensiones de transformar la sociedad y se contentaron con gestionar el tránsito a la democracia. Pero ¿qué más podía hacerse? ¿Cuál era la alternativa? Claro está que yo no tenía entonces respuestas a estas preguntas. Pensaba que, cuando menos, debían haber mantenido un mínimo de aquellos principios por los que muchos hombres y mujeres se habían jugado la libertad, y hasta la vida, en la lucha antifranquista. Es casi seguro que por este camino los comunistas españoles habrían acabado en la decadencia y el olvido, como les ha ocurrido por la vía del compromiso; pero por lo menos lo habrían hecho con cierta dignidad.
Respeto a quienes optaron por dedicarse limpiamente a la tarea de reconstruir una sociedad más libre, aunque me cueste disculparles por ciertas renuncias. Pero ello no me obliga a respetar también a la partida de sinvergüenzas que se dedicaron al travestismo político para sacar provecho: recuérdese, por poner un solo ejemplo, que Aznar pudo armar todo un Gobierno con una partida de rojos reconvertidos que se vendieron a bajo precio.
Como frentepopulista que soy, lo que más me inquieta es la perspectiva de un futuro inmediato en que parece ser que los votos de la mayoría van a devolver el poder a los herederos del franquismo. Y tengo claro que la culpa de que pueda ocurrir esto no será de los votantes. Hace unas semanas Paul Krugman publicó un artículo en el que advertía contra la tentación de criticar a los votantes por su ignorancia. La gente que “tiene cuentas que pagar e hijos que criar”, decía, no puede dedicarse a los estudios y las estadísticas, sino que forma sus opiniones políticas en función de “lo que ven en sus propias vidas y en las vidas de aquellos que les rodean”.
El drama de nuestra izquierda es que no tiene hoy programas que el hombre y la mujer de la calle puedan identificar con sus necesidades de acuerdo con “lo que ven en sus propias vidas”. Como el actual Gobierno de una “izquierda realmente existente” no ha sido capaz de conservar los puestos de trabajo, y recorta los derechos sociales, es comprensible que muchos de los que le votaron reaccionen ahora en su contra, por instinto de supervivencia, y busquen refugio en una derecha que se alimenta de sus miedos y les promete por lo menos estabilidad.
No será hasta después de haberle cedido el poder que descubrirán que han empeorado su suerte, no sólo porque lo propio de la derecha es preservar el beneficio de la gran empresa y recortar el gasto social, sino porque está claro además que la nuestra es incompetente: que no tiene ni una sola idea para hacer frente a los problemas actuales de la sociedad española. ¿Puede haber algo más patético que ver al señor Rajoy pregonando la vieja y desacreditada doctrina del “santo temor al déficit”, que es una garantía segura de una política económica que lleva al descalabro?
La expresión la acuñó hace más de un siglo Echegaray, que fue un buen matemático y un mal hacendista, y que ganó el Premio Nobel de Literatura con engendros como El gran galeoto, un drama en verso que resulta hoy ilegible, pero que puede resultar útil para comprender al PP, cuyas ideas parecen corresponder a aquella época. Y es que nuestra derecha –de Fraga a Rajoy, pasando por las bodas escurialenses de la familia Aznar– es muy, muy antigua.
¿Qué puede hacer la izquierda para evitar el desastre anunciado? Muy poco que pueda resultar efectivo a corto plazo; pero debe aprender que si quiere movilizar en el futuro a unos votantes que cada vez tienen menos fe en un sistema que sólo rinde cuentas una vez cada cuatro años, y encima lo hace mal, como lo demuestra su incapacidad para enfrentarse a la corrupción, ha de proponerles un programa que aborde sus problemas básicos, como son los del trabajo, la vivienda y los servicios sociales, pero que contenga también algo que vaya más allá de ese horizonte de cuatro años en el que viven inmersos nuestros políticos: que se atreva a plantear alguna esperanza de mejora de una sociedad que sigue siendo demasiado desigual y demasiado injusta. Que en lugar de anunciarle que debe resignarse a perder sus derechos, sea capaz de plantearle otros nuevos por los que merezca la pena seguir luchando. Porque cuando se renuncia a cambiar el mundo, se está renegando de lo que ha sido siempre la razón de ser de la izquierda. ...Necesitamos recuperar la esencia misma de lo que los hombres de comienzos del siglo XIX definieron como socialismo, que respondía a un programa de lucha contra los males del capitalismo que les explotaba, para reformularla de acuerdo con lo mucho que hay que combatir de un capitalismo muy distinto, como es el del siglo XXI.
No va a ser una tarea fácil, porque tendremos en contra a la Iglesia, que sigue en su negocio de ofrecer la felicidad en otra vida a cambio de resignación en ésta, y a unos medios de comunicación que están al servicio de sus propietarios y de sus anunciantes en la tarea de moldear la opinión colectiva.
Pero es mucho peor rendirse. (de Josep Fontana, historiador) Leer más
Respeto a quienes optaron por dedicarse limpiamente a la tarea de reconstruir una sociedad más libre, aunque me cueste disculparles por ciertas renuncias. Pero ello no me obliga a respetar también a la partida de sinvergüenzas que se dedicaron al travestismo político para sacar provecho: recuérdese, por poner un solo ejemplo, que Aznar pudo armar todo un Gobierno con una partida de rojos reconvertidos que se vendieron a bajo precio.
Como frentepopulista que soy, lo que más me inquieta es la perspectiva de un futuro inmediato en que parece ser que los votos de la mayoría van a devolver el poder a los herederos del franquismo. Y tengo claro que la culpa de que pueda ocurrir esto no será de los votantes. Hace unas semanas Paul Krugman publicó un artículo en el que advertía contra la tentación de criticar a los votantes por su ignorancia. La gente que “tiene cuentas que pagar e hijos que criar”, decía, no puede dedicarse a los estudios y las estadísticas, sino que forma sus opiniones políticas en función de “lo que ven en sus propias vidas y en las vidas de aquellos que les rodean”.
El drama de nuestra izquierda es que no tiene hoy programas que el hombre y la mujer de la calle puedan identificar con sus necesidades de acuerdo con “lo que ven en sus propias vidas”. Como el actual Gobierno de una “izquierda realmente existente” no ha sido capaz de conservar los puestos de trabajo, y recorta los derechos sociales, es comprensible que muchos de los que le votaron reaccionen ahora en su contra, por instinto de supervivencia, y busquen refugio en una derecha que se alimenta de sus miedos y les promete por lo menos estabilidad.
No será hasta después de haberle cedido el poder que descubrirán que han empeorado su suerte, no sólo porque lo propio de la derecha es preservar el beneficio de la gran empresa y recortar el gasto social, sino porque está claro además que la nuestra es incompetente: que no tiene ni una sola idea para hacer frente a los problemas actuales de la sociedad española. ¿Puede haber algo más patético que ver al señor Rajoy pregonando la vieja y desacreditada doctrina del “santo temor al déficit”, que es una garantía segura de una política económica que lleva al descalabro?
La expresión la acuñó hace más de un siglo Echegaray, que fue un buen matemático y un mal hacendista, y que ganó el Premio Nobel de Literatura con engendros como El gran galeoto, un drama en verso que resulta hoy ilegible, pero que puede resultar útil para comprender al PP, cuyas ideas parecen corresponder a aquella época. Y es que nuestra derecha –de Fraga a Rajoy, pasando por las bodas escurialenses de la familia Aznar– es muy, muy antigua.
¿Qué puede hacer la izquierda para evitar el desastre anunciado? Muy poco que pueda resultar efectivo a corto plazo; pero debe aprender que si quiere movilizar en el futuro a unos votantes que cada vez tienen menos fe en un sistema que sólo rinde cuentas una vez cada cuatro años, y encima lo hace mal, como lo demuestra su incapacidad para enfrentarse a la corrupción, ha de proponerles un programa que aborde sus problemas básicos, como son los del trabajo, la vivienda y los servicios sociales, pero que contenga también algo que vaya más allá de ese horizonte de cuatro años en el que viven inmersos nuestros políticos: que se atreva a plantear alguna esperanza de mejora de una sociedad que sigue siendo demasiado desigual y demasiado injusta. Que en lugar de anunciarle que debe resignarse a perder sus derechos, sea capaz de plantearle otros nuevos por los que merezca la pena seguir luchando. Porque cuando se renuncia a cambiar el mundo, se está renegando de lo que ha sido siempre la razón de ser de la izquierda. ...Necesitamos recuperar la esencia misma de lo que los hombres de comienzos del siglo XIX definieron como socialismo, que respondía a un programa de lucha contra los males del capitalismo que les explotaba, para reformularla de acuerdo con lo mucho que hay que combatir de un capitalismo muy distinto, como es el del siglo XXI.
No va a ser una tarea fácil, porque tendremos en contra a la Iglesia, que sigue en su negocio de ofrecer la felicidad en otra vida a cambio de resignación en ésta, y a unos medios de comunicación que están al servicio de sus propietarios y de sus anunciantes en la tarea de moldear la opinión colectiva.
Pero es mucho peor rendirse. (de Josep Fontana, historiador) Leer más
domingo, 15 de agosto de 2010
Apostasía
... Lo que me gusta del verano es que, con la modorra, se reduce la actividad social y uno se encuentra, de repente, con bastante tiempo para leer. Acabo de terminar, con algo de retraso, el ensayo que publicó Umberto Eco sobre la fealdad (Historia de la fealdad, Lumen 2007) y, más allá de los méritos que pueda tener el texto, me ha llamado la atención el que no ha quedado resaltado con suficiente fuerza algo que para mí es una evidencia: que se puede considerar al conjunto del arte contemporáneo, con muy pocas excepciones, como una apología de la fealdad.
Lo que supone el arte contemporáneo es, básicamente, una inversión radical de valores estéticos; un repetir, con las brujas de Macbeth, lo que es feo es bello, lo que es bello es feo (la frase también se cita en el libro). Si alguien tiene alguna duda, no tiene más que entrar en cualquier museo consagrado al arte contemporáneo y hacerse esta pregunta: ¿cuántas de las obras aquí presentes puedo considerar realmente bellas?
Eso nos llevaría a un cuestionamiento sobre la propia noción de belleza que todos los defensores de lo contemporáneo retorcerán hasta convertirla en su contrario. Pero no, no valen bellezas convulsas, ni tampoco bellezas diferentes. Por una vez me refiero sencillamente a ese ideal clásico, forjado por valores como la armonía, la simetría y la economía de medios, que siempre ha guiado al buen gusto. Y la respuesta, si uno es sincero consigo mismo, será finalmente: muy pocas o prácticamente ninguna.
...No pretendo hacer valoraciones, sino establecer una evidencia: que hoy en día el sentido de la belleza está prácticamente ausente de la producción de la mayoría de los artistas.
Una vez aclarado esto, uno puede echar un vistazo a su alrededor y constatar que el panorama es absolutamente desolador. La transgresión, que puede ser una virtud cuando la norma impera, acaba siendo mera tontería y mero sinsentido cuando se convierte en la norma. Y para constatar que es así, no hace falta irse muy lejos. Casi todos los artistas en cualquier coloquio repiten hoy en día el credo posmoderno: que hay que alejarse de los cánones clásicos; que el rol del creador es innovar y romper tabúes.
Pero, ¿qué queda por hacer de nuevo, que no se haya intentado ya mil veces? ¿Y qué tabúes quedan por romper que no hayan sido rotos? La respuesta, una vez más, es que prácticamente ninguno. Y yo, que por otra parte soy el primero en defender que el arte debe ser un territorio de libertad absoluta, me encuentro últimamente hastiado y aburrido por esta imperante normativa artística que nos impele a ser cuanto más asquerosos y más hirientes y transgresores mejor.
En definitiva, creo que ha llegado el momento de cambiar de rumbo. Yo no sé si lo podré hacer, y seguramente la mayor parte de la gente que ha crecido conmigo en este caldo ideológico/estético finisecular tampoco; y desde luego no animaré a quien tenga el odio metido en el cuerpo a no dar rienda suelta a sus pulsiones más destructivas, si eso le ayuda como terapia (el arte, a fin de cuentas, tiene que estar al servicio en primer lugar de los artistas). Pero sí animo a los creadores jóvenes a tomar conciencia de la nueva situación y a posicionarse, con pleno conocimiento de causa, en el panorama actual. Y sobre todo, en unos momentos como estos, a no repetir como papagayos las cada vez más manidas premisas posmodernas.
Antes de escribir una Historia de la fealdad, Eco escribió una Historia de la belleza. Y estoy convencido de que, al final de sus días, hasta un posmoderno incorregible como él, cuando mire atrás preferirá recordar todo lo que encontró hermoso, y no todas las fealdades contemporáneas. Leer más. José Ángel Mañas, Babelia 14/08/2010
Lo que supone el arte contemporáneo es, básicamente, una inversión radical de valores estéticos; un repetir, con las brujas de Macbeth, lo que es feo es bello, lo que es bello es feo (la frase también se cita en el libro). Si alguien tiene alguna duda, no tiene más que entrar en cualquier museo consagrado al arte contemporáneo y hacerse esta pregunta: ¿cuántas de las obras aquí presentes puedo considerar realmente bellas?
Eso nos llevaría a un cuestionamiento sobre la propia noción de belleza que todos los defensores de lo contemporáneo retorcerán hasta convertirla en su contrario. Pero no, no valen bellezas convulsas, ni tampoco bellezas diferentes. Por una vez me refiero sencillamente a ese ideal clásico, forjado por valores como la armonía, la simetría y la economía de medios, que siempre ha guiado al buen gusto. Y la respuesta, si uno es sincero consigo mismo, será finalmente: muy pocas o prácticamente ninguna.
...No pretendo hacer valoraciones, sino establecer una evidencia: que hoy en día el sentido de la belleza está prácticamente ausente de la producción de la mayoría de los artistas.
Una vez aclarado esto, uno puede echar un vistazo a su alrededor y constatar que el panorama es absolutamente desolador. La transgresión, que puede ser una virtud cuando la norma impera, acaba siendo mera tontería y mero sinsentido cuando se convierte en la norma. Y para constatar que es así, no hace falta irse muy lejos. Casi todos los artistas en cualquier coloquio repiten hoy en día el credo posmoderno: que hay que alejarse de los cánones clásicos; que el rol del creador es innovar y romper tabúes.
Pero, ¿qué queda por hacer de nuevo, que no se haya intentado ya mil veces? ¿Y qué tabúes quedan por romper que no hayan sido rotos? La respuesta, una vez más, es que prácticamente ninguno. Y yo, que por otra parte soy el primero en defender que el arte debe ser un territorio de libertad absoluta, me encuentro últimamente hastiado y aburrido por esta imperante normativa artística que nos impele a ser cuanto más asquerosos y más hirientes y transgresores mejor.
En definitiva, creo que ha llegado el momento de cambiar de rumbo. Yo no sé si lo podré hacer, y seguramente la mayor parte de la gente que ha crecido conmigo en este caldo ideológico/estético finisecular tampoco; y desde luego no animaré a quien tenga el odio metido en el cuerpo a no dar rienda suelta a sus pulsiones más destructivas, si eso le ayuda como terapia (el arte, a fin de cuentas, tiene que estar al servicio en primer lugar de los artistas). Pero sí animo a los creadores jóvenes a tomar conciencia de la nueva situación y a posicionarse, con pleno conocimiento de causa, en el panorama actual. Y sobre todo, en unos momentos como estos, a no repetir como papagayos las cada vez más manidas premisas posmodernas.
Antes de escribir una Historia de la fealdad, Eco escribió una Historia de la belleza. Y estoy convencido de que, al final de sus días, hasta un posmoderno incorregible como él, cuando mire atrás preferirá recordar todo lo que encontró hermoso, y no todas las fealdades contemporáneas. Leer más. José Ángel Mañas, Babelia 14/08/2010
viernes, 13 de agosto de 2010
El error de la austeridad
Este artículo cuestiona los argumentos que se están utilizando para reducir el gasto público (incluido el gasto público social), mostrando que no existe evidencia científica que apoye los supuestos sobre los cuales se construyen tales argumentos. El artículo también detalla políticas públicas propuestas por el prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington, DC para salir de la crisis en España, alternativas a las existentes. Leer más aquí.
La movilidad entre clases se ha estancado en España desde los años sesenta
El origen familiar es aún determinante y los cambios son de corto alcance.
Sergio acaba de cumplir 32 años. Cada mañana coge la bicicleta para llegar a su trabajo en la Universidad Centroeuropea, en Budapest. Es investigador, uno de los pocos que trabaja en Europa en el campo de la pobreza energética. Largo camino desde que terminó la carrera de Ciencias Ambientales en la Universidad de Alcalá. Pero más largo aún desde que su abuelo se marchara a trabajar en una fábrica de Baviera de gastarbeiter -como llamaban los alemanes a los jornaleros extranjeros- y su padre comenzara de ayudante de fontanero a los 14 años, mientras vivía en el Pozo del Tío Raimundo, un barrio madrileño de chabolas que acogió a muchos emigrantes que venían a buscarse la vida desde toda España.
Una sociedad abierta es aquella sociedad ideal en la que los orígenes de los padres no determinan el destino de sus hijos. La historia de Sergio podría ser un ejemplo del camino hacia este horizonte final. Pero la realidad es diferente. En España, las posibilidades de remontar de clase social son las mismas que durante la industrialización de los sesenta, según una reciente investigación de los sociólogos Ildefonso Marqués y Manuel Herrera, publicada en el último número de la revista del Centro de Investigaciones Sociológicas. Se trata del tercer gran estudio sobre la cuestión que se hace en el ámbito nacional y el primero que se centra en las generaciones que adquirieron su madurez laboral desde 1965 en adelante.
A pesar de los profundos cambios estructurales de las últimas décadas -paso de una sociedad agrícola a una industrial y luego a otra posindustrial- no hay un mayor grado de apertura: "Por supuesto que en la España de hoy en día hay un mayor número de directivos y funcionarios y menos campesinos y obreros que en la mitad del siglo XX. Pero, si en los ochenta había cuatro plazas de directivos, estas venían ocupadas por tres hijos de las élites y solo una por alguien de una clase más baja. Ahora hay ocho plazas y la relación es de seis a dos; en este sentido España es un país inmóvil, no ha aumentado la igualdad", explica Marqués.
En las antípodas de Sergio se encuentra Julián, que también tiene 32 años. Su padre dejó los abruptos barrancos de una zona agrícola de Tenerife para mudarse a La Laguna a buscar un futuro mejor. Ahí terminó de asalariado en una empresa de seguros y viviendo en uno de los barrios obreros de la ciudad. Julián, que acabó la secundaria, pasa ahora los días intentando lidiar con la crisis y trabajando de forma precaria en la compraventa de repuestos de coche. Su situación académica y laboral es muy similar a la de sus padres, como le ocurre al 32,9% de los españoles. "Si no tienes estudios universitarios no hay nada que hacer. Llevo trabajando desde los 16 años porque mis padres no podían pagarme nada y 15 años después las perspectivas son iguales o peores", según Julián...
La situación en España se encuentra en el entorno de la media europea, según la European Social Survey sobre el periodo 2002-2006. Mejor que Italia o Portugal. Pero aún lejos de los países escandinavos o Gran Bretaña. En este último país, por ejemplo, la posibilidad de que el hijo de un obrero poco cualificado llegue a ser directivo es mayor que la que tiene el hijo de un trabajador español. "En España se produce un ejemplo marcado de lo que Max Weber llama cierre de clase. Las élites intentan mantener sus privilegios subiendo los requisitos para entrar en ellas", dice Marqués...
Photo Cube Generator
Desde Budapest, Sergio no cree que su éxito profesional se deba exclusivamente a una cuestión de esfuerzo personal. Los procesos sociales y políticos que ocurrieron en el Pozo de Tío Raimundo cambiaron la vida de su familia: la llegada en los años cincuenta del cura José María Llanos, que luego fundó la Escuela Profesional 1º de Mayo, permitió que mucha gente sin recursos pudiera estudiar. De ayudante de fontanero, su padre pasó a trabajar en una pequeña imprenta y consiguió sacarse allí el graduado escolar. "Gracias a eso, mi padre no fue albañil, sino trabajador cualificado y a largo plazo yo también he salido beneficiado", relata Sergio. Para él, lo que ocurrió en su barrio durante los años sesenta y setenta fue mucho más allá de lo económico: "La educación siempre fue fundamental. Pero además, se formó un capital social y cultural para que la gente tuviera un aprecio por todo lo que va más allá de lo material e inmediato"... "La búsqueda de los intereses personales tiene mucho más sentido cuando se expresa dentro de la lucha de los derechos colectivos".
Leer más aquí.
Sergio acaba de cumplir 32 años. Cada mañana coge la bicicleta para llegar a su trabajo en la Universidad Centroeuropea, en Budapest. Es investigador, uno de los pocos que trabaja en Europa en el campo de la pobreza energética. Largo camino desde que terminó la carrera de Ciencias Ambientales en la Universidad de Alcalá. Pero más largo aún desde que su abuelo se marchara a trabajar en una fábrica de Baviera de gastarbeiter -como llamaban los alemanes a los jornaleros extranjeros- y su padre comenzara de ayudante de fontanero a los 14 años, mientras vivía en el Pozo del Tío Raimundo, un barrio madrileño de chabolas que acogió a muchos emigrantes que venían a buscarse la vida desde toda España.
Una sociedad abierta es aquella sociedad ideal en la que los orígenes de los padres no determinan el destino de sus hijos. La historia de Sergio podría ser un ejemplo del camino hacia este horizonte final. Pero la realidad es diferente. En España, las posibilidades de remontar de clase social son las mismas que durante la industrialización de los sesenta, según una reciente investigación de los sociólogos Ildefonso Marqués y Manuel Herrera, publicada en el último número de la revista del Centro de Investigaciones Sociológicas. Se trata del tercer gran estudio sobre la cuestión que se hace en el ámbito nacional y el primero que se centra en las generaciones que adquirieron su madurez laboral desde 1965 en adelante.
A pesar de los profundos cambios estructurales de las últimas décadas -paso de una sociedad agrícola a una industrial y luego a otra posindustrial- no hay un mayor grado de apertura: "Por supuesto que en la España de hoy en día hay un mayor número de directivos y funcionarios y menos campesinos y obreros que en la mitad del siglo XX. Pero, si en los ochenta había cuatro plazas de directivos, estas venían ocupadas por tres hijos de las élites y solo una por alguien de una clase más baja. Ahora hay ocho plazas y la relación es de seis a dos; en este sentido España es un país inmóvil, no ha aumentado la igualdad", explica Marqués.
En las antípodas de Sergio se encuentra Julián, que también tiene 32 años. Su padre dejó los abruptos barrancos de una zona agrícola de Tenerife para mudarse a La Laguna a buscar un futuro mejor. Ahí terminó de asalariado en una empresa de seguros y viviendo en uno de los barrios obreros de la ciudad. Julián, que acabó la secundaria, pasa ahora los días intentando lidiar con la crisis y trabajando de forma precaria en la compraventa de repuestos de coche. Su situación académica y laboral es muy similar a la de sus padres, como le ocurre al 32,9% de los españoles. "Si no tienes estudios universitarios no hay nada que hacer. Llevo trabajando desde los 16 años porque mis padres no podían pagarme nada y 15 años después las perspectivas son iguales o peores", según Julián...
La situación en España se encuentra en el entorno de la media europea, según la European Social Survey sobre el periodo 2002-2006. Mejor que Italia o Portugal. Pero aún lejos de los países escandinavos o Gran Bretaña. En este último país, por ejemplo, la posibilidad de que el hijo de un obrero poco cualificado llegue a ser directivo es mayor que la que tiene el hijo de un trabajador español. "En España se produce un ejemplo marcado de lo que Max Weber llama cierre de clase. Las élites intentan mantener sus privilegios subiendo los requisitos para entrar en ellas", dice Marqués...
Photo Cube Generator
Desde Budapest, Sergio no cree que su éxito profesional se deba exclusivamente a una cuestión de esfuerzo personal. Los procesos sociales y políticos que ocurrieron en el Pozo de Tío Raimundo cambiaron la vida de su familia: la llegada en los años cincuenta del cura José María Llanos, que luego fundó la Escuela Profesional 1º de Mayo, permitió que mucha gente sin recursos pudiera estudiar. De ayudante de fontanero, su padre pasó a trabajar en una pequeña imprenta y consiguió sacarse allí el graduado escolar. "Gracias a eso, mi padre no fue albañil, sino trabajador cualificado y a largo plazo yo también he salido beneficiado", relata Sergio. Para él, lo que ocurrió en su barrio durante los años sesenta y setenta fue mucho más allá de lo económico: "La educación siempre fue fundamental. Pero además, se formó un capital social y cultural para que la gente tuviera un aprecio por todo lo que va más allá de lo material e inmediato"... "La búsqueda de los intereses personales tiene mucho más sentido cuando se expresa dentro de la lucha de los derechos colectivos".
Leer más aquí.
jueves, 12 de agosto de 2010
El futuro de la economía mundial
Cinco enigmas de la economía mundial
Esta semana el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, advirtió que la recuperación económica está en peligro y el miércoles, en el Reino Unido, el titular del Banco Central, Mervyn King, disminuyó sus proyecciones de crecimiento.
Hoy por hoy la economía mundial es una mezcla de luces y sombras.
El optimismo que surge con las naciones emergentes se corta con interrogantes sobre la sostenibilidad de la expansión china, mientras que Alemania aumenta sus exportaciones pero la Unión Europea (UE) sigue empantanada.
Desde el estallido de la crisis en septiembre de 2008, los economistas especulan sobre qué tipo de recuperación definirá los próximos años que incluye la V (caída en picada seguida por fuerte recuperación), W (doble recesión) y U (caída, meseta y lenta recuperación).
Los ocho meses próximos serán clave.
BBC Mundo investigó cinco enigmas sobre la economía mundial:
Ajuste fiscal y deuda soberana
La economía mundial evitó una depresión al estilo de los años 30 gracias a la intervención estatal que estabilizó el sistema financiero y estimuló la producción.
Este estímulo se está agotando y, con la excepción de Estados Unidos, nadie considera la posibilidad de renovarlo.
En la UE, Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, España, Portugal y Grecia anunciaron fuertes programas de ajuste para lidiar con su deuda, los cuales todavía no han impactado de lleno en la economía porque están en una fase inicial de aplicación.
Este giro de la política económica de los países desarrollados plantea varias preguntas.
En el caso de las naciones europeas no se sabe si el megaajuste solucionará o empeorará el problema de la deuda soberana y qué profundo será el impacto en la economía del continente y mundial.
En otras palabras, ¿pueden los países desarrollados evitar una segunda recesión sin el oxígeno fiscal?
O, lo que es lo mismo, ¿está la inversión privada en condiciones de sustituir a la pública como motor económico? Lo que nos lleva al segundo enigma. Confianza de consumidores e inversores
La confianza es uno de los factores más sutiles y elusivos de la economía.
Los datos de las encuestas de consumidores y empresas son fluctuantes y contradictorios.
"Nadie sabe lo que puede pasar con la confianza de consumidores o inversores. Pretender lo contrario es absurdo", le dijo recientemente al diario británico Financial Times Nicholas Stern, catedrático de la London School of Economics (LSE).
Una cosa queda clara: si los consumidores no consumen y las empresas no invierten, la economía caerá en una nueva recesión.
Economías emergentes
Mucho se ha hablado de la fortaleza de las economías emergentes y del impulso que le están dando a la economía mundial.
Mientras la eurozona crecerá un 0,7% este año, según el Banco Mundial, Asia superará el 8% y América Latina se situará en un 4,5%.
China es el motor de esta expansión de las economías emergentes, pero los últimos datos señalan que su demanda de materias primas (petróleo, cobre, aluminio, hierro) cayó en julio.
La demanda de materias primas ha sido fundamental en el crecimiento de América Latina y apunta a la desaceleración que está experimentando China que, por primera vez en meses, crecerá menos de un 10%.
Al mismo tiempo, hay que recordar que el mundo desarrollado conforma un 70% del producto bruto mundial: su gravitación global sigue siendo fundamental.
Si algo demostró la recesión es que los países emergentes no pueden escapar a un vendaval económico como el que azotó al primer mundo. El riesgo de una crisis sistémica global sigue presente.
Contracción crediticia La contracción crediticia de 2007 puso fin a la era del dinero fácil que había sostenido el crecimiento de muchos países desarrollados.
Desde entonces los bancos, rescatados por el fisco, han vuelto a mostrar unos balances espectaculares, pero los préstamos siguen sin fluir.
"Si el crédito no vuelve a fluir, la economía no podrá sostener su recuperación"
El anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos, el martes, de que lanzará una nueva flexibilización cuantitativa, es decir, inyectará dinero en el sistema financiero, es un reconocimiento de esta situación.
En el Reino Unido, a instancias del gobierno y del Banco Central, las seis principales entidades financieras formaron esta semana un grupo de trabajo para buscar estrategias que descongelen el crédito.
Si el crédito no vuelve a fluir, la economía no podrá sostener su recuperación.
Además, el sistema financiero internacional sigue teniendo sus propias interrogantes internas, como se puede ver en el quinto enigma.
Crisis ocultas
El septiembre dramático de 2008 fue la explosión en cadena de una burbuja financiera que había crecido en las sombras y que pocos habían notado. Algunas voces sobre la economía mundial
* Ben Bernanke: "Intervendremos si no vemos una mejora".
* Nigel Roubini, economista estadounidense: "Para algunos países será muy difícil evitar una segunda recesión"
* Mervyn King: "La recuperación será turbulenta".
* Nicholas Stern, LSE: "Nadie sabe lo que va a pasar con la confianza de los consumidores e inversores".
La crisis de deuda soberana en los países europeos que dominó la primera mitad de este año volvió a tomar a todos por sorpresa.
El vendaval amainó en las últimas semanas, pero muchos gigantes bancarios europeos tienen sus arcas llenas de bonos del Estado que, en caso de cesación de pagos, podrían provocar estragos en sus balances.
En la reciente prueba de resistencia de los bancos europeos sólo siete de las 91 entidades examinadas no pudieron resistir una hipotética recesión económica, pero el ensayo no contempló la posibilidad de una cesación de pagos soberana.
Por el momento, parecería que los llamados activos tóxicos -deuda difícilmente cobrable- ligados a las hipotecas subprime están bajo control. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el negocio de uno de los instrumentos financieros detrás de la crisis, los derivados, supera holgadamente el millón de millones de dólares.
Según el economista británico Will Hutton, entre el 40 y 60% de las ganancias de los grandes bancos británicos proviene de los derivados.
La posibilidad de nuevas sorpresas está a la vuelta de la esquina.
Marcelo Justo. BBC Mundo.
Esta semana el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, advirtió que la recuperación económica está en peligro y el miércoles, en el Reino Unido, el titular del Banco Central, Mervyn King, disminuyó sus proyecciones de crecimiento.
Hoy por hoy la economía mundial es una mezcla de luces y sombras.
El optimismo que surge con las naciones emergentes se corta con interrogantes sobre la sostenibilidad de la expansión china, mientras que Alemania aumenta sus exportaciones pero la Unión Europea (UE) sigue empantanada.
Desde el estallido de la crisis en septiembre de 2008, los economistas especulan sobre qué tipo de recuperación definirá los próximos años que incluye la V (caída en picada seguida por fuerte recuperación), W (doble recesión) y U (caída, meseta y lenta recuperación).
Los ocho meses próximos serán clave.
BBC Mundo investigó cinco enigmas sobre la economía mundial:
Ajuste fiscal y deuda soberana
La economía mundial evitó una depresión al estilo de los años 30 gracias a la intervención estatal que estabilizó el sistema financiero y estimuló la producción.
Este estímulo se está agotando y, con la excepción de Estados Unidos, nadie considera la posibilidad de renovarlo.
En la UE, Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, España, Portugal y Grecia anunciaron fuertes programas de ajuste para lidiar con su deuda, los cuales todavía no han impactado de lleno en la economía porque están en una fase inicial de aplicación.
Este giro de la política económica de los países desarrollados plantea varias preguntas.
En el caso de las naciones europeas no se sabe si el megaajuste solucionará o empeorará el problema de la deuda soberana y qué profundo será el impacto en la economía del continente y mundial.
En otras palabras, ¿pueden los países desarrollados evitar una segunda recesión sin el oxígeno fiscal?
O, lo que es lo mismo, ¿está la inversión privada en condiciones de sustituir a la pública como motor económico? Lo que nos lleva al segundo enigma. Confianza de consumidores e inversores
La confianza es uno de los factores más sutiles y elusivos de la economía.
Los datos de las encuestas de consumidores y empresas son fluctuantes y contradictorios.
"Nadie sabe lo que puede pasar con la confianza de consumidores o inversores. Pretender lo contrario es absurdo", le dijo recientemente al diario británico Financial Times Nicholas Stern, catedrático de la London School of Economics (LSE).
Una cosa queda clara: si los consumidores no consumen y las empresas no invierten, la economía caerá en una nueva recesión.
Economías emergentes
Mucho se ha hablado de la fortaleza de las economías emergentes y del impulso que le están dando a la economía mundial.
Mientras la eurozona crecerá un 0,7% este año, según el Banco Mundial, Asia superará el 8% y América Latina se situará en un 4,5%.
China es el motor de esta expansión de las economías emergentes, pero los últimos datos señalan que su demanda de materias primas (petróleo, cobre, aluminio, hierro) cayó en julio.
La demanda de materias primas ha sido fundamental en el crecimiento de América Latina y apunta a la desaceleración que está experimentando China que, por primera vez en meses, crecerá menos de un 10%.
Al mismo tiempo, hay que recordar que el mundo desarrollado conforma un 70% del producto bruto mundial: su gravitación global sigue siendo fundamental.
Si algo demostró la recesión es que los países emergentes no pueden escapar a un vendaval económico como el que azotó al primer mundo. El riesgo de una crisis sistémica global sigue presente.
Contracción crediticia La contracción crediticia de 2007 puso fin a la era del dinero fácil que había sostenido el crecimiento de muchos países desarrollados.
Desde entonces los bancos, rescatados por el fisco, han vuelto a mostrar unos balances espectaculares, pero los préstamos siguen sin fluir.
"Si el crédito no vuelve a fluir, la economía no podrá sostener su recuperación"
El anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos, el martes, de que lanzará una nueva flexibilización cuantitativa, es decir, inyectará dinero en el sistema financiero, es un reconocimiento de esta situación.
En el Reino Unido, a instancias del gobierno y del Banco Central, las seis principales entidades financieras formaron esta semana un grupo de trabajo para buscar estrategias que descongelen el crédito.
Si el crédito no vuelve a fluir, la economía no podrá sostener su recuperación.
Además, el sistema financiero internacional sigue teniendo sus propias interrogantes internas, como se puede ver en el quinto enigma.
Crisis ocultas
El septiembre dramático de 2008 fue la explosión en cadena de una burbuja financiera que había crecido en las sombras y que pocos habían notado. Algunas voces sobre la economía mundial
* Ben Bernanke: "Intervendremos si no vemos una mejora".
* Nigel Roubini, economista estadounidense: "Para algunos países será muy difícil evitar una segunda recesión"
* Mervyn King: "La recuperación será turbulenta".
* Nicholas Stern, LSE: "Nadie sabe lo que va a pasar con la confianza de los consumidores e inversores".
La crisis de deuda soberana en los países europeos que dominó la primera mitad de este año volvió a tomar a todos por sorpresa.
El vendaval amainó en las últimas semanas, pero muchos gigantes bancarios europeos tienen sus arcas llenas de bonos del Estado que, en caso de cesación de pagos, podrían provocar estragos en sus balances.
En la reciente prueba de resistencia de los bancos europeos sólo siete de las 91 entidades examinadas no pudieron resistir una hipotética recesión económica, pero el ensayo no contempló la posibilidad de una cesación de pagos soberana.
Por el momento, parecería que los llamados activos tóxicos -deuda difícilmente cobrable- ligados a las hipotecas subprime están bajo control. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el negocio de uno de los instrumentos financieros detrás de la crisis, los derivados, supera holgadamente el millón de millones de dólares.
Según el economista británico Will Hutton, entre el 40 y 60% de las ganancias de los grandes bancos británicos proviene de los derivados.
La posibilidad de nuevas sorpresas está a la vuelta de la esquina.
Marcelo Justo. BBC Mundo.
martes, 10 de agosto de 2010
Gazpacho, el plato andaluz, español, y ya universal, favorito para estas calores.
Ingredientes para 6 personas:
1/4 Kg. a 100 gr de miga de pan (a gusto del consumidor)
1,5 Kg. de tomates rojos
125 c.c. de aceite de oliva
3 dientes de ajo
1/2 a 1 pepino
2 pimientos (otros 2 picados en trozos menudos para guarnición)
1,5 Lts. de agua fría
vinagre y sal al gusto.
Modo de hacerlo:
Se remoja la miga de pan hasta que esté tierna -las tendencias últimas reducen mucho el pan, incluso no se pone, aunque ha sido un ingrediente original y principal- en un recipiente se añaden los tomates troceados, dos pimientos, los ajos, el pan, aceite, vinagre y sal. Si no caben todos a la vez se puede hacer por partes. Pasar por la batidora hasta obtener una mezcla homogénea (para los más técnicos, se trata de una suspensión coloidal, como la mayonesa). Luego pasar la mezcla por un colador o chino o un colador normal. Añadiendo el agua fría progresivamente. Se sirve en cuencos, junto a la guarnición en una bandeja con cebolla -el original andaluz no llevaba-, pimiento, pepino y tomate troceados muy menudamente, que añadirán los comensales según sus preferencias. Ocasionalmente, se puede añadir, como ingrediente en la bandeja, huevo duro.
Modo tradicional a la antigua usanza:
El origen del gazpacho ha sido, como tantas veces en la cocina, el ingenio popular, ese que es capaz de hacer de un trozo de pan duro de unos días y unos tomates maduros, con un poco de aceite de oliva, algún diente de ajo, un pimiento, agua, vinagre y sal, un plato universal. Naturalmente las dosis de aceite, sal y vinagre son esenciales para darles el sabor acertado. Hoy se hacen muchas variaciones pero lo que maravilla es la bondad del plato con ingredientes, en principio, tan pobres. Hoy, el aceite de oliva no es alimento barato y los ingredientes no son de "lo que hay", si bien los platos tienen mucho de memoria, sobre todo de memoria de la infancia, por eso comemos, a veces, una comida "memorable", ya que nos trae a la memoria ¡¡tantas cosas!! Y es que el gazpacho en verano, ¡¡Está buenísimo!!
Primero se hace un majado en el fondo con el ajo, la sal gorda, el pimiento y el tomate. Se añade el pan duro escurrido, se sigue majando y vamos vertiendo agua fría, según demande la masa para quedar suelta. Llega el aceite de oliva, poco a poco y repartido. Por último el vinagre, con cuidado (hay muy distintos grados de intensidad), probando, porque dará el punto final. Debe servirse muy frío. Aunque no hay razón que lo desaconseje, no deben echarse cubos de hielo. Debe el comensal servirse la guarnición a su gusto sobre el gazpacho ya en su plato.
Variaciones locales:
En la Lantejuela (Sevilla) se toma migado con pan, en La Luisiana (Sevilla) se toma con uvas, en Morón (Sevilla) se cambia el vinagre por limón. En Los Corrales (Sevilla) se añade como guarnición exclusivamente pepino. En Constantina (Sevilla) hierbabuena, por eso le llaman "verde". En cambio, en Cazalla de la Sierra (Sevilla) le dicen "blanco", también con hierbabuena, pero además con huevo frito, mucho ajo, vinagre e hígado de conejo frito.
En la región de Murcia se toma añadiendo taquitos de jamón. Para reducir el efecto ácido producido por el tomate, se puede añadir en el momento de batir los ingredientes, un par de zanahorias, las cuales, además, contribuyen a mejorar el aspecto visual del gazpacho.
Otra receta aquí.
Aquí podemos ver otra.
1/4 Kg. a 100 gr de miga de pan (a gusto del consumidor)
1,5 Kg. de tomates rojos
125 c.c. de aceite de oliva
3 dientes de ajo
1/2 a 1 pepino
2 pimientos (otros 2 picados en trozos menudos para guarnición)
1,5 Lts. de agua fría
vinagre y sal al gusto.
Modo de hacerlo:
Se remoja la miga de pan hasta que esté tierna -las tendencias últimas reducen mucho el pan, incluso no se pone, aunque ha sido un ingrediente original y principal- en un recipiente se añaden los tomates troceados, dos pimientos, los ajos, el pan, aceite, vinagre y sal. Si no caben todos a la vez se puede hacer por partes. Pasar por la batidora hasta obtener una mezcla homogénea (para los más técnicos, se trata de una suspensión coloidal, como la mayonesa). Luego pasar la mezcla por un colador o chino o un colador normal. Añadiendo el agua fría progresivamente. Se sirve en cuencos, junto a la guarnición en una bandeja con cebolla -el original andaluz no llevaba-, pimiento, pepino y tomate troceados muy menudamente, que añadirán los comensales según sus preferencias. Ocasionalmente, se puede añadir, como ingrediente en la bandeja, huevo duro.
Modo tradicional a la antigua usanza:
El origen del gazpacho ha sido, como tantas veces en la cocina, el ingenio popular, ese que es capaz de hacer de un trozo de pan duro de unos días y unos tomates maduros, con un poco de aceite de oliva, algún diente de ajo, un pimiento, agua, vinagre y sal, un plato universal. Naturalmente las dosis de aceite, sal y vinagre son esenciales para darles el sabor acertado. Hoy se hacen muchas variaciones pero lo que maravilla es la bondad del plato con ingredientes, en principio, tan pobres. Hoy, el aceite de oliva no es alimento barato y los ingredientes no son de "lo que hay", si bien los platos tienen mucho de memoria, sobre todo de memoria de la infancia, por eso comemos, a veces, una comida "memorable", ya que nos trae a la memoria ¡¡tantas cosas!! Y es que el gazpacho en verano, ¡¡Está buenísimo!!
Primero se hace un majado en el fondo con el ajo, la sal gorda, el pimiento y el tomate. Se añade el pan duro escurrido, se sigue majando y vamos vertiendo agua fría, según demande la masa para quedar suelta. Llega el aceite de oliva, poco a poco y repartido. Por último el vinagre, con cuidado (hay muy distintos grados de intensidad), probando, porque dará el punto final. Debe servirse muy frío. Aunque no hay razón que lo desaconseje, no deben echarse cubos de hielo. Debe el comensal servirse la guarnición a su gusto sobre el gazpacho ya en su plato.
Variaciones locales:
En la Lantejuela (Sevilla) se toma migado con pan, en La Luisiana (Sevilla) se toma con uvas, en Morón (Sevilla) se cambia el vinagre por limón. En Los Corrales (Sevilla) se añade como guarnición exclusivamente pepino. En Constantina (Sevilla) hierbabuena, por eso le llaman "verde". En cambio, en Cazalla de la Sierra (Sevilla) le dicen "blanco", también con hierbabuena, pero además con huevo frito, mucho ajo, vinagre e hígado de conejo frito.
En la región de Murcia se toma añadiendo taquitos de jamón. Para reducir el efecto ácido producido por el tomate, se puede añadir en el momento de batir los ingredientes, un par de zanahorias, las cuales, además, contribuyen a mejorar el aspecto visual del gazpacho.
Otra receta aquí.
Aquí podemos ver otra.
Otra receta:
Ingredientes del gazpacho andaluz para 6 personas
1 kg de tomates maduros
1 pimiento verde italiano
100 g de pepino
1 diente de ajo
50 ml de aceite de oliva virgen extra
25 ml de vinagre de vino blanco
70 g de pan del día anterior
300 ml de agua fría
6 g de sal fina
Para el acompañamiento (opcional):
Tomates cherry
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
Pepino cortado en daditos
Cebolla cortada en daditos
Unos picatostes
lunes, 9 de agosto de 2010
Hoy, 9 de agosto, se cumplen 65 años de la bomba atomica lanzada sobre Nagasaki
El espíritu del rechazo a las pruebas nucleares es el espíritu de la ignorancia. Estoy encantado de violarlo. No creo que lo estemos violando lo suficiente. Edward Teller (1)
A 65 años de los únicos bombardeos nucleares de la historia Hiroshima y Nagasaki, omnipresentes
Hasta el 6 de agosto de 1945, la amenaza nuclear era todavía una abstracción. Después de la devastación provocada en Hiroshima y Nagasaki por la explosión de una bomba de uranio y otra de plutonio respectivamente, esas dos ciudades japonesas pasaron a ser símbolos del horror, de las consecuencias de las verdaderas armas de destrucción masiva. Hoy un puñado de países controla 22.000 cabezas nucleares...
A las 02.15 horas del 6 de agosto de 1945, los 12 miembros de la tripulación del poderoso bombardero B-29 Enola Gay partían de la isla de Tiniaii, en el Pacífico, a 2.500 kilómetros al sureste de Tokio, en busca de su objetivo. Las opciones eran Nagasaki, Kotura o Hiroshima, y se decidiría en vuelo en función del análisis metereológico que hiciera el avión de reconocimiento que había partido tres cuartos de hora antes. Sólo el coronel Paul Tebbits, comandante del Enola Gay, conocía que transportaban una bomba atómica. Se sabían importantes, habían sido elegidos para una misión histórica, ordenada por el propio presidente Harry S.Truman. Este mandatario del Partido Demócrata había sustituido poco antes del ataque en el cargo al fallecido Benjamin Delano Roosevelt.
En su carácter de vicepresidente, había previsto con Roosevelt usar la bomba contra Berlín, pero el derrumbe del nazismo se produjo antes de que pudieran terminarla. Japón sería elegido como objetivo sustituto de Alemania. EEUU sabía que con ello no sólo obligaría a capitular al imperio nipón, sino que lanzaba una clara advertencia a la URSS , cuando ya se avecinaba el reparto de buena parte del mundo entre las dos potencias.
Roosevelt y Truman desoyeron la opinión de científicos como Albert Einstein de que no se utilizara ...la bomba nuclear...
Y llegó el Día H.
El Enola Gay -Tibbets, el comandante del B-29 grabó el nombre de su madre en el fuselaje— iniciaba su misión llevando en sus entrañas a Little Boy (muchacho), la bomba de 4.000 kilogramos con un núcleo de uranio enriquecido, de tres metros de longitud y 70 centímetros de diámetro...
En su diario (que en 1971 vendió orgulloso por 37.000 dólares), el copiloto, Robert Lewis, recordaba cuan escuetamente el comandante les anunció finalmente el objetivo en vuelo: “07.24 horas. Tibbets conecta el intercomunicador para hablar con la tripulación. Sólo dice dos palabras: Es Hiroshima; 08.14.
El coronel nos ordena que nos coloquemos las gafas especiales Polaroid contra el fogonazo; 08.15, las compuertas del compartimento de bombas del Enola Gay se abrieron y la primera bomba atómica se libera del anclaje».
Lewis prosiguió con sus anotaciones: «08.16. A los 43 segundos del lanzamiento y tras casi seis millas de caída, la bomba detonó sobre Hiroshima».
Según Truman, el objetivo fue una base militar japonesa. En realidad, la bomba, amarrada por tres paracaídas especiales, explosionó a 500 metros del suelo, en pleno centro de Hiroshima, una ciudad que tenía 250.000 habitantes.
“Un punto de luz purpúrea se expande hasta convertirse en una enorme y cegadora bola de fuego”, escribió Lewis. “La temperatura del núcleo es de 50 millones de grados. A bordo del avión, nadie dice nada. Casi podía saborear el fulgor de la explosión, tenía el sabor del plomo. La cabina de vuelo se iluminó con una extraña luz. Era como asomarse al infierno. A continuación llegó la onda de choque, una masa de aire tan comprimida que parecía sólido. Cuando la onda de choque alcanzó el avión, Tibbets y yo nos aferramos a los mandos. (…) El hongo alcanza una milla de altura y su base es un caldero burbujeante, un hervidero de llamas. La ciudad debe de estar debajo de eso”.
«Sólo fue otro trabajo más”, diría Lewis. “Hicimos de este mundo un lugar más seguro. Desde entonces nadie ha osado lanzar otra bomba atómica. Desearía ser recordado como el hombre que contribuyó a hacerlo posible”.
En Hiroshima las cosas se vivieron de una manera muy distinta. La onda expansiva, con sus 6.000 grados de temperatura, calcinó a más de 70.000 personas de forma inmediata. Los edificios y árboles quedaron carbonizados en 120 kilómetros a la redonda. La lluvia radiactiva despedida por el hongo atómico mató en las horas posteriores a varios miles de personas más, dejando también miles de heridos y mutilados. El uranio enriquecido acababa con los glóbulos blancos. Antes de que finalizara 1945 habían muerto ya 140.000 habitantes de Hiroshima. Con los años decenas de miles de más morirían de cáncer y miles de niños nacerían con graves deformaciones.
... el presidente Truman... tres días después ordenaba repetir la experiencia en Nagasaki. A las 11.02 horas, otro bombardero B-29, el Bockscar, arrojaba sobre esa ciudad una bomba con núcleo de plutonio. Cuarenta mil personas murieron de inmediato. Miles más morirían posteriormente. Miles de niños nacerían con malformaciones.
Los poco más de 200.000 supervientes de esos genocidios, los hibakusha, que sufrieron graves deformaciones, deterioro genético y cáncer, esperan todavía que EEUU se disculpe por ese genocidio. Nunca lo hizo.
Por primera vez, el pasado viernes 6, al celebrarse los actos por el 65º aniversario del ataque contra Hiroshima, asistió un representante norteamericano, el cónsul; y por primera vez también, asistió el secretario general de la ONU. (artículo de Roberto Montoya) Ver aquí sobre el mito de "la guerra buena" de Jacques Pauwels.
A 65 años de los únicos bombardeos nucleares de la historia Hiroshima y Nagasaki, omnipresentes
Hasta el 6 de agosto de 1945, la amenaza nuclear era todavía una abstracción. Después de la devastación provocada en Hiroshima y Nagasaki por la explosión de una bomba de uranio y otra de plutonio respectivamente, esas dos ciudades japonesas pasaron a ser símbolos del horror, de las consecuencias de las verdaderas armas de destrucción masiva. Hoy un puñado de países controla 22.000 cabezas nucleares...
A las 02.15 horas del 6 de agosto de 1945, los 12 miembros de la tripulación del poderoso bombardero B-29 Enola Gay partían de la isla de Tiniaii, en el Pacífico, a 2.500 kilómetros al sureste de Tokio, en busca de su objetivo. Las opciones eran Nagasaki, Kotura o Hiroshima, y se decidiría en vuelo en función del análisis metereológico que hiciera el avión de reconocimiento que había partido tres cuartos de hora antes. Sólo el coronel Paul Tebbits, comandante del Enola Gay, conocía que transportaban una bomba atómica. Se sabían importantes, habían sido elegidos para una misión histórica, ordenada por el propio presidente Harry S.Truman. Este mandatario del Partido Demócrata había sustituido poco antes del ataque en el cargo al fallecido Benjamin Delano Roosevelt.
En su carácter de vicepresidente, había previsto con Roosevelt usar la bomba contra Berlín, pero el derrumbe del nazismo se produjo antes de que pudieran terminarla. Japón sería elegido como objetivo sustituto de Alemania. EEUU sabía que con ello no sólo obligaría a capitular al imperio nipón, sino que lanzaba una clara advertencia a la URSS , cuando ya se avecinaba el reparto de buena parte del mundo entre las dos potencias.
Roosevelt y Truman desoyeron la opinión de científicos como Albert Einstein de que no se utilizara ...la bomba nuclear...
Y llegó el Día H.
El Enola Gay -Tibbets, el comandante del B-29 grabó el nombre de su madre en el fuselaje— iniciaba su misión llevando en sus entrañas a Little Boy (muchacho), la bomba de 4.000 kilogramos con un núcleo de uranio enriquecido, de tres metros de longitud y 70 centímetros de diámetro...
En su diario (que en 1971 vendió orgulloso por 37.000 dólares), el copiloto, Robert Lewis, recordaba cuan escuetamente el comandante les anunció finalmente el objetivo en vuelo: “07.24 horas. Tibbets conecta el intercomunicador para hablar con la tripulación. Sólo dice dos palabras: Es Hiroshima; 08.14.
El coronel nos ordena que nos coloquemos las gafas especiales Polaroid contra el fogonazo; 08.15, las compuertas del compartimento de bombas del Enola Gay se abrieron y la primera bomba atómica se libera del anclaje».
Lewis prosiguió con sus anotaciones: «08.16. A los 43 segundos del lanzamiento y tras casi seis millas de caída, la bomba detonó sobre Hiroshima».
Según Truman, el objetivo fue una base militar japonesa. En realidad, la bomba, amarrada por tres paracaídas especiales, explosionó a 500 metros del suelo, en pleno centro de Hiroshima, una ciudad que tenía 250.000 habitantes.
“Un punto de luz purpúrea se expande hasta convertirse en una enorme y cegadora bola de fuego”, escribió Lewis. “La temperatura del núcleo es de 50 millones de grados. A bordo del avión, nadie dice nada. Casi podía saborear el fulgor de la explosión, tenía el sabor del plomo. La cabina de vuelo se iluminó con una extraña luz. Era como asomarse al infierno. A continuación llegó la onda de choque, una masa de aire tan comprimida que parecía sólido. Cuando la onda de choque alcanzó el avión, Tibbets y yo nos aferramos a los mandos. (…) El hongo alcanza una milla de altura y su base es un caldero burbujeante, un hervidero de llamas. La ciudad debe de estar debajo de eso”.
«Sólo fue otro trabajo más”, diría Lewis. “Hicimos de este mundo un lugar más seguro. Desde entonces nadie ha osado lanzar otra bomba atómica. Desearía ser recordado como el hombre que contribuyó a hacerlo posible”.
En Hiroshima las cosas se vivieron de una manera muy distinta. La onda expansiva, con sus 6.000 grados de temperatura, calcinó a más de 70.000 personas de forma inmediata. Los edificios y árboles quedaron carbonizados en 120 kilómetros a la redonda. La lluvia radiactiva despedida por el hongo atómico mató en las horas posteriores a varios miles de personas más, dejando también miles de heridos y mutilados. El uranio enriquecido acababa con los glóbulos blancos. Antes de que finalizara 1945 habían muerto ya 140.000 habitantes de Hiroshima. Con los años decenas de miles de más morirían de cáncer y miles de niños nacerían con graves deformaciones.
... el presidente Truman... tres días después ordenaba repetir la experiencia en Nagasaki. A las 11.02 horas, otro bombardero B-29, el Bockscar, arrojaba sobre esa ciudad una bomba con núcleo de plutonio. Cuarenta mil personas murieron de inmediato. Miles más morirían posteriormente. Miles de niños nacerían con malformaciones.
Los poco más de 200.000 supervientes de esos genocidios, los hibakusha, que sufrieron graves deformaciones, deterioro genético y cáncer, esperan todavía que EEUU se disculpe por ese genocidio. Nunca lo hizo.
Por primera vez, el pasado viernes 6, al celebrarse los actos por el 65º aniversario del ataque contra Hiroshima, asistió un representante norteamericano, el cónsul; y por primera vez también, asistió el secretario general de la ONU. (artículo de Roberto Montoya) Ver aquí sobre el mito de "la guerra buena" de Jacques Pauwels.
jueves, 5 de agosto de 2010
Olof Palme
El arte, el arte de verdad, es fuerte, indomable, testarudo. Es como el amor, nunca se puede aniquilar y puede vivir incluso en tiempos difíciles y en condiciones primitivas. Por eso el hombre en todas las épocas ha logrado crear arte, ha tenido la fuerza para escribir en tiempos de guerra, ha podido cantar en la desgracia. (Olof Palme, México, febrero 1984)
Olof Palme: una vida ejemplar, una muerte anunciada. Comentario enviado al blog de la lectura indicada: "Después de leer este texto se comprende mejor porqué la narrativa literaria sueca actual, tan en boga en nuestros días incluso con adaptaciones cinematográficas, tiene como uno de sus principales argumentos los poderes “ocultos” que mueven los hilos de la sociedad y sus tejemanejes… La propia realidad contemporánea de Suecia supera a la ficción tomando como ejemplo las oscuras circunstancias del asesinato de Olof Palme y, más recientemente, el de su camarada Anna Lindh, “dirigente socialdemócrata sueca opuesta a la invasión estadounidense de Iraq en 2003 asesinada el 11 de septiembre [11-S] de ese mismo año”, como se dice aquí. Curiosa la coincidencia en las fechas elegidas, aunque en este caso el móvil de los ‘autores intelectuales’ se nos muestra con absoluta claridad."
Más sobre Olof Palme.
Aquí una página con un test que evalúa nuestros conocimientos de los pintores de 20 cuadros conocidos. Y aquí otro test sobre más cuadros conocidos. Un juego de arte.
Olof Palme: una vida ejemplar, una muerte anunciada. Comentario enviado al blog de la lectura indicada: "Después de leer este texto se comprende mejor porqué la narrativa literaria sueca actual, tan en boga en nuestros días incluso con adaptaciones cinematográficas, tiene como uno de sus principales argumentos los poderes “ocultos” que mueven los hilos de la sociedad y sus tejemanejes… La propia realidad contemporánea de Suecia supera a la ficción tomando como ejemplo las oscuras circunstancias del asesinato de Olof Palme y, más recientemente, el de su camarada Anna Lindh, “dirigente socialdemócrata sueca opuesta a la invasión estadounidense de Iraq en 2003 asesinada el 11 de septiembre [11-S] de ese mismo año”, como se dice aquí. Curiosa la coincidencia en las fechas elegidas, aunque en este caso el móvil de los ‘autores intelectuales’ se nos muestra con absoluta claridad."
Más sobre Olof Palme.
Aquí una página con un test que evalúa nuestros conocimientos de los pintores de 20 cuadros conocidos. Y aquí otro test sobre más cuadros conocidos. Un juego de arte.
martes, 3 de agosto de 2010
Ajoblanco, una deliciosa receta para el cálido verano.
Ajoblanco
Ingredientes para 4-6 personas:
1 litro de agua fresca.
100 gr. de almendra sin tostar.
2 dientes de ajo.
150 gr. de miga de pan.
100 ml. de aceite de oliva virgen extra.
30 ml. de vinagre de vino blanco.
un poco de sal.
Elaboración:
Poner a remojo el pan si es que lo tenemos duro. Ponemos un par de rebanadas de pan de payés en agua fría para que la miga se ablande. Cuando esté maleable, la apartamos de la corteza y la reservamos.
Mientras, habremos puesto a hervir una olla con agua. Cuando hierva, ponemos las almendras en un colador y les echamos por encima dos o tres cucharas de agua hirviendo. Dejamos enfriar unos minutos y las pelamos.
La forma tradicional de elaboración del ajoblanco es majando en un mortero los ajos y las almendras con un poco de sal. Luego añadimos el pan mojado y hacemos una pasta a la que le vamos añadiendo el aceite para que ligue. Se le añade entonces el vinagre y finalmente el agua bien fresca.
Otra opción, más actual, es poner en un vaso de batidora las almendras bien peladas y batirlas con los dos dientes de ajo y un poco de agua fría que tendremos en la nevera. Batimos bien, le añadimos la miga de pan, el aceite y el vinagre y seguimos batiendo. Finalmente acabamos de poner el agua necesaria, rectificamos de sal y dejamos enfriar en la nevera.
Se suele servir sólo o con uvas o tacos de melón. El contraste agrio (del vinagre) dulce (de las frutas) es un manjar para los aficionados a estos sabores.
Ingredientes para 4-6 personas:
1 litro de agua fresca.
100 gr. de almendra sin tostar.
2 dientes de ajo.
150 gr. de miga de pan.
100 ml. de aceite de oliva virgen extra.
30 ml. de vinagre de vino blanco.
un poco de sal.
Elaboración:
Poner a remojo el pan si es que lo tenemos duro. Ponemos un par de rebanadas de pan de payés en agua fría para que la miga se ablande. Cuando esté maleable, la apartamos de la corteza y la reservamos.
Mientras, habremos puesto a hervir una olla con agua. Cuando hierva, ponemos las almendras en un colador y les echamos por encima dos o tres cucharas de agua hirviendo. Dejamos enfriar unos minutos y las pelamos.
La forma tradicional de elaboración del ajoblanco es majando en un mortero los ajos y las almendras con un poco de sal. Luego añadimos el pan mojado y hacemos una pasta a la que le vamos añadiendo el aceite para que ligue. Se le añade entonces el vinagre y finalmente el agua bien fresca.
Otra opción, más actual, es poner en un vaso de batidora las almendras bien peladas y batirlas con los dos dientes de ajo y un poco de agua fría que tendremos en la nevera. Batimos bien, le añadimos la miga de pan, el aceite y el vinagre y seguimos batiendo. Finalmente acabamos de poner el agua necesaria, rectificamos de sal y dejamos enfriar en la nevera.
Se suele servir sólo o con uvas o tacos de melón. El contraste agrio (del vinagre) dulce (de las frutas) es un manjar para los aficionados a estos sabores.
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