Escribir no es difícil, lo difícil es no escribir. L. Tolstói (1828-1910). Saber no es suficiente tenemos que aplicarlo. Querer no basta tenemos que hacerlo. Goethe (1749-1832). No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad. Beethoven (1770-1827). Ni lamentar ni detestar, sino comprender. Spinoza (1632-1677). La única soledad es la ignorancia. Shakespeare (1582-1616). Nada tan vil como ser altivo con el humilde. Séneca (4 a. C. - 65 d. C.).
"No es perfecta. Puede utilizarse mal. Es sólo una herramienta. Pero sin duda es la mejor herramienta que tenemos, se autocorrige, progresa y se puede aplicar a todo. Tiene dos reglas. Primero: no hay verdades sagradas; toda presunción debe ser examinada críticamente; los argumentos de autoridad no tienen valor. Segundo: lo que sea inconsistente con los hechos debe ser desechado o revisado. Debemos comprender el cosmos como es, y no confundir lo que es con lo que quisiéramos que fuera. Lo obvio es a veces falso, lo inesperado es a veces cierto".
Carl Sagan en Cosmos (1980), a propósito de la ciencia.
Bernard de Chartres afrmó en el siglo XII que somos enanos a hombros de gigantes.
Más de medio milenio más tarde, Isaac Newton utilizó esta misma expresión para mostrar su modestia ante los elogios recibidos por parte de su par Robert Hooke: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”, le dijo. Actualmente la expresión es bien conocida, e incluso se ha convertido en el eslogan de uno de los motores de búsqueda de literatura científico-académica más utilizados. No obstante, su significado está abierto a interpretaciones, variando en función de qué agentes consideremos que entran dentro de la categoría de “gigantes”. Aplicándolo al caso concreto de la ciencia, la frase podría tener dos significados principales. El primero, más elitista, nos llevaría a interpretar que el conocimiento científico avanza gracias al legado que nos han otorgado los grandes genios de la ciencia (los “gigantes”). El segundo, de carácter más horizontal, tomaría a esos “gigantes” como una metáfora del esfuerzo conjunto aportado por toda la comunidad científica; un esfuerzo gracias al cual las grandes figuras han podido elevarse a la hora de generar nuevo conocimiento.
El objetivo de A Tale of Seven Scientists and a New Philosophy of Science es precisamente defender la última de las interpretaciones anteriormente presentadas. Situando su narrativa en los comienzos del siglo XX, en el contexto de la disputa acerca de la configuración electrónica de los átomos, Eric R. Scerri (1953, Malta) trata de mirar “beyond all the apparent diversity in scientific work and the many contributions by numerous individuals in order to present a unifed picture of the underlying forces at play” (p. xxiv-xxv); las fuerzas emanadas de los “científicos de a pie” (the “little people”) a los que la historia de la ciencia no les ha brindado el crédito merecido. De este modo, y a través del estudio de caso de siete científicos “olvidados”, la obra nos ilustra cómo el conjunto de la ciencia evoluciona de manera más continuada de lo que habitualmente creemos. De forma similar a como lo hacen las entidades biológicas, la ciencia avanzaría guiada por una racionalidad o naturaleza “orgánica” cuya fuente motriz y primigenia es el trabajo realizado por todos los científicos y científicas de “a pie”; incluyendo aquellos que, aun habiendo aportado su dosis de ciencia, no han recibido el don del reconocimiento. Esta tesis vendría en última instancia a reforzar la necesidad de reflexionar sobre el modo en que se (re)construye y comunica la historia de la ciencia, así como de reconsiderar la oportunidad de desarrollar una “nueva” filosofía de la ciencia.
El libro se inicia con dos breves prólogos y una pequeña introducción a la biografía de su autor. Mientras que los prólogos ofrecen dos breves análisis del contenido general de la obra, la introducción autobiográfica nos sitúa ante el proceso de descubrimiento y de andadura académica del propio Scerri por la Historia de la Química y la Filosofía de la Ciencia. Seguidamente, y conformando el núcleo central del trabajo, nos encontramos con nueve capítulos: uno introductorio, siete dedicados al estudio de siete autores “olvidados” y un capítulo final en el que se extraen las principales conclusiones. Dentro de la categoría de “autores olvidados” entrarían todos aquellos científicos cuya contribución al conocimiento resultó de gran importancia a la hora de que las grandes figuras de la ciencia (tales como Niels Bohr, Wolfgang Pauli o Henry Moseley) lograsen llegar a las conclusiones que les reservaron un lugar privilegiado dentro de la historia. Los siete “eslabones perdidos” de la historia de la ciencia (“missing links”) en quienes Scerri decidió focalizar su análisis son: John Nicholson, Anton van den Broek, Richard Abegg, Charles Bury, John D. Main Smith, Edmund Stoner y Charles Janet. Más allá del interés histórico que la obra puede suscitar, convendría centrar nuestra atención en los principios que definen la filosofía general de la ciencia que en ella se nos presenta y en la metodología empleada para su fundamentación.
Dos son las hipótesis principales respecto a la actividad científica que se hayan presentes en el transcurso del trabajo: (i) que el avance de la ciencia puede -y debe- ser entendido desde una perspectiva orgánica o “evolutiva”, y (ii) que los aportes realizados por los científicos menos (re)conocidos resultan de especial relevancia para el avance de la ciencia, tan importantes como el de las grandes figuras.
Desde el punto de vista metodológico, el hecho de que tanto (i) como (ii) sean extraídas y pretendidamente ilustradas a partir del análisis de los casos específicos de los siete científicos anteriormente mencionados, nos sitúa ante el primer punto crítico destacable del trabajo: el gran salto inferencial realizado a partir de una muestra considerablemente limitada. A pesar de que los hallazgos provenientes de la Historia, así como otras disciplinas empíricas que tienen como objeto la ciencia (como la Sociología o la Psicología) son un recurso que ha de ser tenido en cuenta a la hora de reflexionar sobre los aspectos filosóficos de la actividad científica, cabría considerar las limitaciones de los juicios universales realizados a partir de ellos. En este sentido, cabría cuestionarse primeramente de qué manera estos siete casos son una muestra significativa de lo que sucedió no ya sólo dentro del campo específico de la Química y/o de la Física del siglo XX, sino también y más bien en otros periodos de la historia de la ciencia y en el resto de disciplinas.
En su libro The Other Slavery, Reséndez, mexicano afincado en California, desgrana la historia de la esclavitud, sus raíces económicas desde el desembarco de Colón en La Española en 1492
Estados Unidos abolió por ley la esclavitud en 1865, con la aprobación de la decimotercera enmienda constitucional. Lo hizo tras una guerra civil en la que las oligarquías sureñas pelearon hasta la extenuación por el mantenimiento del trabajo forzoso. Pero, según detalla el historiador Andrés Reséndez, hubo en el continente americano otra esclavitud, taciturna y olvidada, que precedió a la de los negros traídos de África, y sobrevivió con mucho a la abolición de la misma: la de los indígenas americanos a manos de los colonos españoles. En su libro The Other Slavery, Reséndez, mexicano afincado en California, desgrana la historia de la esclavitud, sus raíces económicas desde el desembarco de Colón en La Española en 1492, y la sorprendente pugna que desató entre los intereses empresariales de todo el Imperio, desde Chile a Filipinas, y una Corona incapaz de hacer valer su autoridad ante estos. Reséndez, nominado por su trabajo al prestigioso Premio Nacional del Libro, rescata del silencio las vidas de cinco millones de esclavos en su propia tierra, las triquiñuelas legales que permitieron cuatrocientos años de sometimiento, y el inacabable mercado que los devoró.
Uno de los aspectos más interesantes que plantea es la cuestión de la visibilidad. Cuando uno habla de esclavitud en América, se piensa siempre en los esclavos africanos. Pero como demuestra su libro, la presencia de esclavos indígenas no es algo anecdótico. Habla de cinco millones de esclavos, desde el desembarco de Colón hasta el siglo XIX. ¿A qué se debe esa invisibilidad?
Bueno, esa es una muy buena pregunta. Por un lado, se debe a la documentación. En el caso de los africanos tenemos documentos muy buenos, primero porque la esclavitud de africanos era legal, y segundo, porque tienen que cruzar el Atlántico, por lo que se puede consultar toda la documentación portuaria. En el caso de los nativos americanos, tenemos menciones más o menos vagas sobre expediciones para traer a esclavos. A pesar de que no tenemos una documentación exacta, sabemos que éste fenómeno ocurrió en todas partes de la actual América Latina y que se mantuvo esto desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, como mencionas. El segundo problema es quizá la dispersión. Muchos de los esclavos africanos iban a plantaciones muy visibles, donde había concentraciones importantes. En el caso de los esclavos indios hay una dispersión muy notable. Cuando pones todas las regiones en un listado, te das cuenta de la magnitud del fenómeno.
Por seguir con esa comparación, usted señala que los nativos americanos sufrieron una merma en su población incluso mayor en términos relativos que los africanos durante el período de la esclavitud. La historia oficial a ambos lados del Atlántico culpa de esa merma a las enfermedades que portaban los europeos. ¿Es eso cierto?
La respuesta contundente a esa pregunta es probable que nunca la vayamos a saber. De entrada, porque no sabemos exactamente cuál es el número de nativos americanos que había en 1492. Pero lo que sí podemos ver es la dinámica poblacional en las primeras tierras colonizadas por los españoles. Y conocemos el trabajo de demógrafos como Massimo Livi Bacci, quien estudia sobre todo la viruela, que es la que supuestamente mata a un mayor número de indígenas. Y sin embargo, la viruela no llegó inmediatamente al nuevo mundo porque el viaje desde España hasta el Caribe en el siglo XVI tardaba cuatro o cinco semanas. Alguien que hubiera sido infectado se hubiera muerto en tránsito. Las primeras menciones innegables de viruela son de 1518, veintiséis años después de la llegada de Colón. Y sin embargo, antes de 1518 tenemos indicios muy claros de que la población de la isla Española va en franco declive y no lo podemos atribuir a la viruela. La documentación que tenemos es muy clara en el sentido de que las guerras iniciales, la falta de comida y la explotación en las minas de oro fueron responsables de esa merma inicial, antes de que tengamos indicios de viruela. Es un caso importante para entender los otros factores, los humanos, que llevaron a la despoblación en este caso del Caribe.
En el libro cuenta que la colonización elevó a la práctica a lo que ahora entenderíamos como tráfico de seres humanos ¿Con qué se encontraron los conquistadores y qué prácticas desarrollaron?
Antes de la llegada de los españoles, había prácticas de esclavitud en toda América. Estas prácticas se daban en patrones culturales muy circunscritos a distintas regiones. Por ejemplo, en el centro de México lo que tenemos son cautivos que eran sacrificados en las pirámides, como bien sabes. En la zona del actual Nueva York tenemos prácticas de traer cautivos de grupos vecinos para reemplazar a los muertos del propio grupo o para vengarse en caso de guerras. En el Pacífico noreste, lo que tenemos son prácticas de dar cautivos para finalizar matrimonios entre familias de élite de los grupos nativos. Con la llegada de los españoles estas prácticas especializadas se fueron uniformizando, monetizando y comercializando, en un proceso que llevó su tiempo.
Sorprende de su relato el ansia por la esclavización que acompañó el proyecto colonizador desde el principio, incluyendo al propio Colón. ¿Qué se encontró Colón en el Caribe, en particular, y cómo reaccionó a su hallazgo?
Lo que me parece interesante de Colón es, primero, que había visitado San Jorge de la Mina, el dominio portugués en el Golfo de Guinea, un enclave importantísimo desde donde se embarcaban esclavos de África. Colón tenía esa experiencia previa. Y cuando descubrió estas nuevas tierras de América eso fue lo primero que propuso a los reyes españoles como forma de sustentar este proyecto. Hay numerosas cartas que explican que trata de ir más allá con este proyecto, y lo justifica apoyándose en algunas ideas de la época, en el sentido de que las gentes que vivían en las zonas cálidas eran más inteligentes y podrían ser muy adecuados como esclavos.
Usted describe que Colón veía su proyecto como un negocio, y que le pareció que una de las mejores maneras de sacarle beneficio era aprehender esclavos y venderlos.
Exactamente, y esto en el contexto de haber encontrado un poco de oro, pero no demasiado, y de no haber encontrado especias, que era lo que estaba buscando desde el principio. Era una manera de mantener viva su esperanza en el proyecto.
Y, sin embargo, Colón se encontró con dos obstáculos para su proyecto esclavista: por un lado la riqueza natural del propio Caribe, en el sentido de que hacía falta gente, indígenas, para extraer y explotar esas riquezas. Y, por otro, la oposición de la Corona española. ¿En qué se basaba esa oposición? Y, si era tal, ¿cómo pudo persistir la esclavitud en América, contra la voluntad de la más alta esfera del Imperio?
La esclavitud era una institución bien establecida en Europa, especialmente en la Europa Mediterránea, desde antes de las conquistas en América. Se vendían esclavos de las Islas Canarias, de África, de la zona del Mediterráneo del este. Y sin embargo, para que estos fueran legítimamente esclavizados, había que demostrar que eran enemigos del cristianismo y de las coronas europeas. Entonces, en el caso por ejemplo de los africanos, muchos de ellos profesaban el Islam, y era muy fácil demostrar que eran enemigos del cristianismo. En el caso de los indígenas, que eran paganos, esto era más difícil de demostrar y desde luego, demostrar que estaban haciendo una guerra contra España era imposible, porque, bueno [ríe], la realidad era la contraria. En términos legales, era mucho más difícil justificar la esclavitud de los indígenas que la de los africanos. Por otro lado, tenemos figuras extraordinarias, como la Reina Isabel, que desde el principio se opuso. Hubo distintos matices y distintos niveles de oposición a la esclavitud de indígenas, y esto fue variando con el tiempo.
Esa resistencia llevó, en primer término, a una prohibición explícita de la esclavitud, al menos sobre el papel. Pero luego las reglas se fueron relajando, incluyéndose excepciones. ¿Qué consecuencias tuvo ese régimen variable en la manera en la que se desarrolló la esclavitud en América?
Efectivamente, la esclavitud fue permitida en ciertas circunstancias, a principios del siglo XVI. Por ejemplo, en el caso de esclavos que habían sido esclavizados por otros indígenas y que eran vendidos a los españoles, o los que eran caníbales, o los que habían sido obtenidos en “guerras justas”, era legal conseguir y mantenerlos como esclavos. Las excepciones a la regla hicieron que básicamente la prohibición no tuviera mucho efecto, y llevaron a la promulgación de las nuevas leyes que en 1542 prohibieron absolutamente la esclavización de indígenas. Esta era una iniciativa de la Corona muy loable, y muy ambiciosa, pero al mismo tiempo era imposible de hacerlo en el nuevo mundo, porque todos los negocios y toda la actividad económica dependían de la labor de los indígenas. Entonces, la esclavitud de indígenas se volvió clandestina, y se utilizaron eufemismos y todo tipo de fórmulas para mantener la esclavitud de los indios... Sin llamarlo esclavitud.
Otro personaje importante en el relato es Hernán Cortés, a quien describe como un hombre vigoroso, decidido a desarrollar un proyecto basado en la esclavitud. ¿Cuál fue su papel?
Hernán Cortés es efectivamente una figura increíble en términos de su ambición y su vigor, en especial en su actividad económica. Por ejemplo, es uno de los pioneros en el desarrollo de la industria minera en México. Está en mejor posición que nadie para llevar a cabo estos negocios, porque tiene las encomiendas más grandes. Entonces obtiene todo tipo de alimentos de sus indios encomendados, lo cual le permite alimentar a trabajadores. Y los trabajadores que busca para estas minas son esclavos, tanto indígenas como negros, así como algunos trabajadores asalariados. En ese momento, en la década de 1520, 1530, las minas se venden con esclavos, y él es uno de los principales compradores de minas, y se convierte también en uno de los principales dueños de esclavos indios, quizá el mayor de la Nueva España.
El sistema de esclavitud que describe, ya a mediados del siglo XVI, es complejo, con diferentes escalafones, empezando por el rey. Sitúa a un hombre llamado Luis Carvajal en el centro de ese esquema. ¿Quién era y qué papel cumplió? ¿Cómo se fue abriendo camino en ese sistema?
Luis Carvajal de la Cueva es una figura interesantísima, porque formó parte de un sindicato esclavista en la costa oeste de África primero, y de ahí se transfirió a la costa del Golfo de México. Ahí se enfrentaron, en los comienzos de la guerra Chichimeca, grupos del norte de México y los colonos europeos. Desde su origen, surge un debate teológico y moral sobre la forma en que se puede llevar a cabo esta guerra y cuáles van a ser sus límites. La Corona española había prohibido la esclavitud de indios, y surge entonces un sistema donde se da la esclavitud de facto, con castigos, con crímenes… Y Carvajal es un hombre versado en estas lides, que se entrenó en África en esto, y que lleva esta tecnología al norte de México, convirtiéndose en un gran traficante de esclavos.
Al tiempo que se producía esa explosión de la minería, basada en la esclavitud, se dio una suerte de tira y afloja entre la Corona española y los esclavistas, en el que entraron en juego prácticas lobistas que nos recuerdan al presente. ¿En qué se manifestó y a quiénes enfrentó esa disputa? ¿Y cómo es posible que la Corona, insisto, no pudiera hacer valer sus postulados respecto de la prohibición de la esclavitud?
Es muy interesante. La disputa de la que hablas nos deja muy claros los límites del poder de la Corona española en el Nuevo Mundo. Los bandos son muy claros: Felipe IV, por sus escrúpulos morales, inicia una cruzada anti esclavista a lo largo de las Américas y hasta Filipinas. Fue sucedido por su esposa la Reina Mariana y por su hijo Carlos II, El Hechizado.Los tres estaban muy interesados en tratar de mejorar la situación de los indígenas. En contra de ellos tenemos a todos los beneficiarios del trabajo de los indios, en el Nuevo Mundo. Y como bien señalas, hubo distintas trayectorias, en algunos casos, por ejemplo en el Caribe, lo que encontramos es que los oficiales españoles, básicamente, acatan las órdenes que vienen de Madrid, y soportan todas las críticas locales de los que han sido despojados de sus esclavos indios. En otros casos, como en el del norte de México, especialmente en la zona de Sinaloa, tenemos unos oficiales de la corona inicialmente dispuestos a pelear pero que, finalmente, son derrotados por los intereses esclavistas. Y en otros casos, como en el caso de Chile y Filipinas, el peso relativo de los intereses esclavistas es tal que los edictos de la Corona son rechazados muy rápidamente, y las liberaciones de esclavos son muy escasas, si es que las hubo.
Esos intereses esclavistas, ¿tenían a los esclavos para trabajar en las minas? ¿O en sus propias casas?¿Por qué eran tan poderosos?
En todo. En algunos lugares habían minas y los usaban en las minas, muchos de los esclavos los usaban en sus propias casas, en haciendas productoras agrícolas. En el caso de Chile, por ejemplo, a principios del siglo XVII hubo una revuelta por la cual la Corona hizo una excepción y permitió la esclavización de indios por su carácter hostil. Durante gran parte del siglo, la esclavización de indios fue legal y en ese sentido lo que tenemos es toda una serie de mecanismos que vinculan íntimamente al gobierno de Chile con estos intereses esclavistas. De ahí que la oposición a liberar a los esclavos sea mayor que en otras partes.
Según avanza en el tiempo, el libro va trasladando el foco del Sur y el centro de América hacia el Norte ¿Cómo se fue expandiendo la esclavitud, hasta llegar a los actuales Estados Unidos?
Estas minas de plata nunca llegaron hasta lo que ahora es el suroeste de los Estados Unidos. Pero la necesidad de trabajadores en estas minas llevó a los esclavistas a meterse en Nuevo México, a irse hasta California, a irse hasta Texas. También se dio el fenómeno contrario. En el caso de Nuevo México tenemos comerciantes locales que no han encontrado plata y la única manera en la que pueden comerciar con las regiones más ricas, que están al sur, es vendiendo, bien esclavos que ellos mismos llevan a vender a Parral, o bien productos que son hechos con mano de obra esclava. Entonces, por ejemplo, llevan textiles desde Nuevo México hasta Parral, y los hacen con trabajadores indígenas que han capturado en la zona y tienen en talleres. Más allá de la crueldad de ciertos individuos, lo que me parece más importante resaltar es que la razón por la que ellos podían hacer esto es porque había un mercado para todos estos esclavos. Lograban asentarse en zonas donde los indios se congregaban, por ser ricas en términos de pescado y de aves. En el momento en que pueden controlar esa zona, pueden explotar a esta población.
Otra trama en su relato es la historia de los Comanches y cómo la introducción de los caballos y las armas de fuego en su cultura permitió que se convirtieran ellos también en esclavistas en Nuevo México. ¿Hasta qué punto la apertura del mercado esclavista y las tecnologías europeas facilitaron que los indígenas esclavizasen a otros indígenas?
Muy buena pregunta. Como habíamos dicho, había esclavitud antes de la llegada de los españoles y con esta, algunos indígenas se convirtieron en aliados de los españoles y algunos de ellos participaron en las actividades esclavistas desde el principio, pero siempre subordinados al poder militar español, que tenía caballos y armas de fuego. Cuando estos grupos lograron hacerse con caballos y armas, empezaron a cobrar más fuerza y se hicieron proveedores independientes de esclavos. Es el caso de los Comanches y los Yutas, que básicamente se vuelven depredadores de otros grupos que tienen menos acceso a estos caballos y a estas armas de fuego. Y así es como crean un modo de vida, digamos.
También habla, a través del trabajo de un periodista de investigación estadounidense, de la expansión de la esclavitud en las últimas décadas del siglo XIX en México, mucho después de conseguirse la independencia. ¿Qué descubrió ese periodista?
Se llama John Kenneth Turner, y es un periodista muy ingenioso que va a Yucatán cuando se está viviendo un momento de crisis económica. Haciéndose pasar por un inversionista norteamericano, va a las plantaciones de Neken, de los Yucatecos, le abren las puertas y le platican sobre el sistema de las plantaciones, le enseñan a comprar trabajadores Mayas y en algunos casos indios Yaquis, que han sido traídos desde un extremo del país hasta el otro. Hay esclavos que vienen desde Corea. Y bueno, le dicen que por ese precio puede obligarlos a trabajar, que no pueden salir de su plantación porque están endeudados. Además les daban una cartilla con la fotografía de ese trabajador, así que en caso de que huyera, simplemente, llevaban esta cartilla a las autoridades, que perseguirán al trabajador fugado y se lo regresaban. Se trata de un sistema de esclavización en todo menos en nombre.
En el oeste americano, la esclavitud la lanzaron primero, según cuenta, los rancheros mexicanos, pero luego fue expandida por los estadounidenses hasta la frontera de California. Cuenta también que convivía en el tiempo con la de los negros en el Sur. ¿Qué particularidades tenía cada esclavitud?
La demografía de las dos esclavitudes es bien distinta. En conjunto, los esclavos africanos en su mayoría son adultos y hombres y varones. En el caso de los esclavos indios, en su mayoría son mujeres y niños. En algunas de estas minas había esclavos negros, había esclavos indígenas, había trabajadores, o sea, asalariados indígenas, todos ellos coexistiendo en el mismo lugar. En California, México prohibió la esclavitud de africanos en 1828, entonces para los años treintas o cuarentas no había esclavos. Por lo menos legalmente no se podía tener esclavos africanos; pero sí se podían tener estos peones indígenas, y muchos de los inmigrantes americanos, angloamericanos que llegan a California adoptan este sistema de peonaje que aprendieron de los rancheros mexicanos o que introdujeron ellos mismos. En el caso del sur de Estados Unidos es muy interesante porque, después de la guerra civil, al prohibir la esclavitud en el Sur, los poseedores de esclavos del sur trataron de introducir los mecanismos que se habían introducido en México o en el resto de América Latina durante siglos, que era criminalizar actividades, como por ejemplo la vagancia y de esta manera mantener el control sobre la población afroamericana.
Es de sobra conocido el final de la esclavitud de los negros en América, con el movimiento abolicionista primero y la guerra civil americana después. ¿Cómo terminó el régimen de esclavitud para los indígenas? ¿Qué tumbó a un sistema que, según describe, tuvo en contra desde su origen intereses poderosos, empezando por la propia Corona española?
Sencillamente, decayó hasta casi cero a fines del siglo XIX, principios del siglo XX, por razones económicas. Pero en realidad nunca desapareció. De alguna manera las formas contemporáneas de esclavización y de tráfico tienen sus raíces en este tipo de esclavitud que experimentaron los indios durante cuatrocientos años. Más que hacia la esclavitud de africanos que, de alguna manera es excepcional en el sentido de que hoy por hoy la esclavitud está prohibida, hay que buscarle vueltas a la ley de la misma manera que la prohibición que hizo la Corona en el siglo XVI: hizo que los esclavistas le buscaran la vuelta a la ley. Esa es la conclusión un tanto apabullante de mi libro: esos son los antecedentes del tipo de esclavitud que ha perdurado hasta la fecha.
"Desarrollar un cerebro se parece mucho a construir una casa: hace falta una buena base", dice Merle Davies, directora del Centro para el Desarrollo Temprano del Niño, en la ciudad inglesa de Blackpool.
Su trabajo allí, al frente del programa "Blackpool better start" se ha convertido en una referencia en Reino Unido y por eso la BBC habló con ella sobre cuáles son las mejores maneras de ayudar al desarrollo del cerebro de un bebé o un niño pequeño.
Estas son sus respuestas, resumidas en 7 consejos.
1. Interactúa "como en el tenis"
El desarrollo cerebral es un proceso interactivo y cualquier actividad de tipo "sacar y devolver" puede ayudar en ese proceso.
Se trata de una estrategia de desarrollo temprano inspirada en esas dos acciones de un partido de tenis, conocida en inglés como "serve and return": por ejemplo, respondiéndole a un bebé cuando empieza a balbucear emitiendo sonidos como "gu gu" o "ga ga", o aceptando y diciéndole "gracias" si te pasa un pañuelo.
Según el Centro del Desarrollo del Niño de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, "cuando un bebé o un niño pequeño balbucea, hace un gesto o llora, y un adulto le responde atentamente con contacto visual, palabras o un abrazo, se establecen y fortalecen en el cerebro del niño conexiones neuronales que van a apoyar el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas".
2. Lee, lee, lee
"Tenemos evidencias de que los niños a los que les leen sus padres o cuidadores tienen más éxito en la escuela. También tienen una mayor autoestima, establecen mejores relaciones con otros niños y con frecuencia demuestran un mejor comportamiento", dice Merle Davies.
En su Centro para el Desarrollo Temprano del Niño recomiendan leerle al menos 15 minutos al día: eso sí que marca una diferencia en su desarrollo.
3. Háblale desde el principio
Cuando los adultos interactúan con el niño o hablan sobre lo que el niño les dice, por ejemplo haciendo preguntas, dando ejemplos, o compartiendo rimas y canciones, entonces los niños empiezan a desarrollar esas herramientas y habilidades cognitivas que necesitan para prosperar.
Incluso cuando el pequeño está balbuceando o diciendo algo que no es particularmente inteligible, Davies recomienda iniciar una conversación con el niño para hacerle saber que vas a interactuar con él así, charlando.
4. Controla el nivel de estrés
Quienes cuidan al niño deberían estar alerta sobre el tipo de ambiente en el que el pequeño está, ofrecerle consuelo cuando están disgustados y ayudarles a calmar sus emociones.
Esto es particularmente importante para los niños que crecen en ambientes crónicamente estresantes, vulnerables a la violencia, el abuso o la negligencia, ya que el conocido como "estrés tóxico" puede causar retrasos en el desarrollo y problemas de salud hasta en la edad adulta.
Según el Centro del desarrollo del niño de la Universidad de Harvard establecer una relación de apoyo estable con adultos involucrados en el bienestar del niño a una edad lo más temprana posible puede prevenir o revertir los efectos dañinos del estrés tóxico.
5. Responde con atención y en sintonía
La relación que se establece entre un bebé o un niño de menos de dos años y su principal cuidador es clave para su desarrollo físico, emocional e intelectual.
Estos niños más pequeños necesitan sentirse seguros, protegidos y cuidados por sus adultos de referencia.
Una madre, padre o cuidador que es poco receptivo o indiferente puede alimentar la aparición de dificultades sociales, emocionales o de comportamiento, que pueden afectar al desarrollo físico y emocional del pequeño.
6. Mucho juego y al aire libre
"Jugar es esencial para el aprendizaje y el bienestar de un niño", dice Merle Davies, como también lo es una rutina estable del sueño.
Además, la actividad física diaria, de 60 a 90 minutos activos al día, ayuda al desarrollo cerebral, fortaleciendo distintas habilidades motoras, de equilibrio y de visión.
Hacerlo al aire libre es vital para el desarrollo cerebral, y además puede aliviar el estrés de las familias, sobre todo si viven en un espacio reducido.
Los expertos coinciden en que animar a los niños a jugar en el exterior puede ayudar a reducir el riesgo de tener miopía y también hay estudios que evidencian que al jugar en el exterior la miopía infantil puede progresar a un ritmo más lento.
7. Una dieta balanceada
Una dieta pobre puede impactar negativamente sobre el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso de un niño, dice Merle Davies.
Al principio la leche materna es muy buena desde el punto de vista nutritivo, porque la leche del cuerpo de la mamá cambia todos los días para darle al niño exactamente lo que necesita.
Después, con la introducción progresiva de alimentos sólidos, lo que importa es que sean variados y que respondan a las necesidades nutricionales del niño.
Según un video testimonial dado a conocer por la organización Roots Action, las razones de los suicidios de los veteranos de las guerras estadounidenses no se deben al trastorno producido por el estrés postraumático sino que al sentido de culpabilidad de matar a otros seres humanos.
Las declaraciones del ex capitán del Cuerpo de Marines (grupo tipo comando del ejército estadounidense) Matthew Hoh, echan abajo el mito de que lo suicidios son productos del trauma que sufren los soldados después de una guerra. Hoh dijo que desde 1990 el Ministerio de Veteranos tiene conocimiento que la culpabilidad de matar a seres humanos es el principal pronosticador de suicidio.
De alguna forma, decir esto podría ser considerado como una actitud en contra de los veteranos. Pero según Hoh, los veteranos, como se les conoce a los ex soldados participantes en las múltiples guerras lanzadas por los Estados Unidos, se suicidan porque se sienten culpables de lo que han hecho.
De acuerdos a cifras del Ministerio de Veteranos, en el 2010, los veteranos (que son el 9.7% de la población estadounidense) representaban el 22% de todos los suicidios. Un informe del mismo ministerio publicado en el 2016 y que analizó 55 millones de registros de veteranos desde 1979 hasta 2014, indicó que un promedio de 20 veteranos se suicidan diariamente .
Matthew Hoh dio su testimonio en un evento público en Londres. Hoh tiene 12 años de experiencia en guerras con el Cuerpo de Marines, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Estado. Desde su puesto con el Departamento de Estado en Afganistán en 2009, Hoh renunció en protesta por el incremento de la guerra y en el 2010, fue reconocido con el Premio Ridenhour por Decir la Verdad.
Roots Action ha informado que Hoh ha luchado contra variados problemas de salud, incluido el estrés postraumático, lesiones cerebrales, la drogadicción y la culpabilidad. “Él sabe de lo que habla y su interés es ayudar a otros veteranos” concluyó Roots Action.
Roots Action es una organización estadounidense que ayuda y protege a las personas que han ocupado puestos importantes en el gobierno u otras instituciones y se han decidido a denunciar los secretos y las acciones ilegales. El video con la declaraciones de Hoh en inglés se puede encontrar en esta conexión.
Por mucho que ahora consideremos que los cincuenta de hoy eran los 30 de antes, y que constatemos que, en la actualidad, a los 70 muchas personas están en plena forma, el tiempo transcurre cobrándose su factura biológica. “El envejecimiento es un proceso natural en el que el organismo sufre unos cambios fisiológicos que no son indicativos de ninguna enfermedad, pero que alteran determinadas funciones neurológicas”, explica el neurólogo Jesús Porta-Etessam, director de la Fundación del Cerebro, dedicada a la divulgación y concienciación de los problemas y enfermedades que afectan a este órgano. Pero ¿qué le pasa al cerebro cuando envejece? “Desde una aproximación estructural, va perdiendo neuronas y sinapsis [comunicación neuronal], lo que ocasiona una menor capacidad de reacción refleja. En cambio, la reacción aprendida, que es espontánea, como por ejemplo la que ejercemos al mecanografiar, se conserva más tiempo porque responde a la capacidad del cerebro de actuar de forma adelantada, lo que llamamos anticipación”, precisa el especialista. También existe un descenso en la plasticidad neuronal que dificulta el aprendizaje, aunque se puede suplir con la experiencia y recursos previos. Por otro lado, la pérdida de neuronas en estructuras como el cerebelo merman la agilidad, y la reducción de las encargadas de controlar el tono muscular, reduce los reflejos osteotendinosos, que son contracciones musculares involuntarias provocadas por el estiramiento de un músculo tras el golpe de un tendón, lo que sucede en la consulta cuando el médico golpea su rodilla con un martillo. Este proceso mengua la masa muscular o sarcopenia y, por tanto, la fuerza física”.
Sin embargo, la minuta del tiempo es muy distinta para unos y otros, lo que depende de varios factores. La buena noticia es que muchos de ellos son manejables y podemos revertirlos para conseguir que los costes físicos sean los estrictamente inevitables. ¿El objetivo? Alcanzar esa etapa cada vez más larga con plenitud, luz mental y con un proyecto ilusionante por delante del que disfrutar de un día a día liberado, por fin, de un sinfín de obligaciones.
El neurocientífico Francisco Mora, catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid , y autor del libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro? (Alianza), ha estudiado en profundidad cómo retrasar el deterioro de la mente y no dejan lugar a dudas de que se puede, y mucho. Desde luego, el elixir de la eterna juventud no existe, pero ralentizar la vejez sí es posible, y, si la suerte y la genética nos acompañan, no hay que cruzar siete mares para conseguirlo. Esa valiosa pócima está en un sitio exclusivo en el interior de nuestra cabeza. Con un peso de casi 1,5 kilos, el cerebro contiene unos 86.000 millones de neuronas que establecen entre sí un extraordinario cableado cuyo mantenimiento depende, en gran parte, de nuestro estilo de vida. “En general, en un cerebro sano las neuronas no mueren. Así se creía en los años cincuenta pero ha sido posteriormente descartado gracias a nuevas técnicas de medición”, precisa Mora. “Pero para mantenerlas en buen estado son muy importantes los hábitos y conductas, así como la actividad física y mental que hayamos realizado en las etapas anteriores a la vejez. Eso es lo que genera una suerte de reserva cognitiva, un almacén de potencia mental que podrá ser utilizado en etapas posteriores, cuando las demandas intelectuales lleguen a ser superiores a las capacidades cerebrales que tengamos”, añade el neurocientífico, que propone cinco medidas para automantenernos en plena forma mental:
1. Coma como un pajarito (o un boquerón)
La primera medida para disfrutar de una lucidez plena durante muchos años tiene que ver con comer. Hay que hacerlo más bien poco. Una de las razones es que la obesidad afecta a la función cognitiva. Lo dice un estudio llevado a cabo por investigadores de las Universidades Carnegie Mellon y de Pittsburgh (EE UU) y dirigido por el psicólogo Timothy Verstynen, en base a una serie de resonancias magnéticas realizadas a una treintena de cerebros de personas adultas. Al observar las imágenes de los sujetos con sobrepeso, se detectó una hiperconectividad. La presión sanguínea más alta de lo normal y la inflamación derivada del exceso de peso dificultan las conexiones neuronales, lo que repercute negativamente en las funciones cognitivas, en especial, en las áreas cerebrales desde las que se controlan los comportamientos impulsivos. Además, “comer un 30% menos de lo habitual logra, entre otras muchas cosas, un descenso en la generación de radicales libres, esas moléculas que afectan lentamente a la producción de energía necesaria para desarrollar las funciones celulares de forma óptima y, además, reduce y ralentiza la actividad de ciertos genes que destruyen neuronas”, continúa el catedrático.
Por si fuera poco, comer menos despierta otros genes beneficiosos para el cerebro. Se ha comprobado en animales que los que ingieren un 30% menos de lo acostumbrado viven entre un 20% y un 50% más que los que lo hacen sin restricción, reduciendo además a la mitad su tasa de cánceres y enfermedades vasculares. Pero no es necesario reducir la ingesta a diario: si lo hacemos día sí día no, también funciona, aunque lo que restemos sea del orden del 20%.
Encontrar un tentempié para calmar su estómago mientras trabaja no será tan sencillo. Si es dulce, sentimos decirle que el azúcar impide pensar bien. Comer fruta mientras se trabaja afecta la capacidad de la insulina en su tarea de ayudar a las células cerebrales a transformar los azúcares en la energía necesaria para pensar. Y si es salado, atento: las grasas saturadas entorpecen la motivación. Ingerir demasiadas obstaculiza la función de la dopamina en el cerebro, un neurotransmisor esencial para mantener viva nuestra motivación. Así lo demuestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal: la alimentación con alto contenido en grasa puede causar deficiencias en los circuitos cerebrales, que incide en los trastornos del estado de ánimo, empuja a comer más cantidad y favorece las toxicomanías. A más grasas saturadas –como sucede con las drogas–, más ganas de comer mayores cantidades. En lugar de fructosa (el azúcar de la fruta) o de patatas fritas, tome ácidos omega 3, como por ejemplo pescado azul o semillas de chía y de calabaza, ya que contrarrestan esa interrupción protegiendo las sinapsis. Ciertamente las células necesitan glucosa, “pero mucha, en un plazo corto de tiempo, es contraproducente”, afirma la nutricionista Sarah Brewer, formada en la Universidad de Cambridge y autora de numerosos libros sobre salud y nutrición.
2. Nada de footing: haga sprints o levante pesas
Esa dieta, sana y sin excesos, ha de ir acompañada de la práctica diaria de deporte. “El ejercicio físico aeróbico moderado es una de las conductas más efectivas que existen para mantener la salud de todo el organismo y del cerebro en particular”, puntualiza Francisco Mora. El declive neuronal se retrasa y todo indica que el ejercicio actúa como antioxidante. Es decir, reduce la oxidación celular y los niveles de radicales libres, mantiene sanos los vasos sanguíneos cerebrales y mejora el estado físico en general. A largo plazo, disminuye los síntomas de la depresión y la ansiedad y se estima que previene el alzhéimer. Sin embargo, la mayor parte de nuestros conciudadanos –siete de cada diez– afirman no practicar ningún ejercicio físico diario. Pero nunca es tarde. Se ha demostrado que incluso empezando a practicarlo a una edad de entre 60 y 85 años, al poco tiempo mejoran las funciones mentales de aprendizaje, memoria y velocidad de procesamiento.
¿Otro ejemplo? Durante un estudio se observó a tres grupos de personas de 65 años: el primero no se jubiló y siguió trabajando; el segundo se retiró, pero inició un programa de ejercicio físico diario; y el tercero optó por hacer… más bien nada. Pues bien, los test cognitivos que les realizaron a lo largo de cuatro años evidenciaron que los del tercer grupo adolecieron de un descenso constante y significativo del flujo sanguíneo cerebral, algo que no sucedió en los otros dos. Es incuestionable que el ejercicio anaeróbico alimenta esa reserva cognitiva, esa especie de pila que nos permitirá conservar una alta actividad mental durante un periodo más largo de tiempo.
3. Disfrute de Facebook si quiere, pero desactive las notificaciones
Detenerse, vitalmente hablando, es otro detonante del declive mental. Mantener la mente ocupada a través de actividades enriquecedoras –sea el desarrollo de hobbies, de relaciones sociales satisfactorias, leer, viajar o jugar al ajedrez– es sin duda esencial. Pero además de todas esas ocupaciones, Mora propone un par de actividades especialmente eficaces para ejercitar el cerebro: aprender un idioma nuevo o tocar un instrumento, porque ambas detonan un proceso muy completo que engloba aprender, memorizar, socializar… y, en definitiva, sorprenderse a uno mismo y también a los demás. Viajar también genera un gran aprendizaje. Es una fuente continua de estrés bueno, porque despierta emociones nuevas, hace trabajar a la mente, conlleva descubrimientos y nos mantiene vivos, despiertos y pendientes de los acontecimientos.
Pero además, el ser humano necesita vivir en interacción social permanente. El aislamiento es una de las causas principales de muchas enfermedades mentales y está probado que las personas con sentido de pertenencia a un grupo o comunidad están más protegidas contra la demencia o el alzhéimer. Eso sí, rodéese de personas con las que pueda mantener un diálogo y un vínculo emocional positivo, si no, el resultado será contraproducente: un estrés crónico de tipo social que no hace sino provocar la atrofia de las neuronas. Adaptarse a los cambios sociales es también un requisito importante. Actualice su sistema operativo, no se quede atrás, tecnológicamente hablando, manténgase informado: el mundo no para de transformarse.
Otra cuestión esencial es utilizar su memoria. Según la psicóloga Betsy Sparrow de la Universidad de Columbia, la era de Internet ha cambiado la manera de funcionar. Ahora recordamos mejor dónde hemos guardado una información que la información en sí, pues utilizamos la Red como almacén de recuerdos. Según Microsoft, hace 15 años nuestra capacidad de atención continuada (mientas navegamos en la red) era de 12 segundos. Hoy solo es de ocho.
4. Piense en cómo vivían nuestros abuelos
¿Cómo lleva lo de dormir? ¿Respeta usted su ritmo circadiano? Soñar lo suficiente y trabajar (solo) en horario solar es esencial para un buen funcionamiento de la mente. Las personas que no lo hacen acaban padeciendo impactos en el comportamiento. El psicólogo Lance Kriegsfeld, profesor de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), estudió el efecto de los desfases horarios de seis horas con hámsteres, de forma equivalente a los que nos afectan, por ejemplo, en un vuelo Nueva York a París; comprobó que, a posteriori, sufrían déficit de atención incluso un mes después de haber recuperado la normalidad. Además, los animales desfasados presentaron, en comparación con los que habían dormido bien, la mitad de nuevas neuronas en el hipocampo a lo largo de ese mes. Es decir, la llamada neurogénesis cayó en picado. No es probable que se produjeran menos neuronas, sino que una de dos: o muchas nuevas células no acometieron su tarea con normalidad o murieron de forma prematura.
En España, la mayoría de urbanitas únicamente ve el 10% de las estrellas del cielo, frente a más del 30% que perciben los habitantes de pequeños núcleos o zonas rurales no aisladas. La contaminación lumínica nos invade casi sin darnos cuenta, impidiendo que liberemos la melatonina suficiente. Conocida como la hormona de la oscuridad, la melatonina es un poderoso antioxidante –presente en varios alimentos, como cebollas, fresas, moras, cerezas, plátanos, cereales, nueces, vino y té verde– que actúa por la noche, en ausencia de luz, en casi todas las células y tejidos del organismo. Sin embargo, la luminosidad detiene su secreción, interrumpiendo su función reparadora. De nuevo, los radicales libres campan a sus anchas deteriorando la maquinaria bioquímica productora de la energía que necesita.
5. Y siéntase joven hasta el final
Apagar la luz al ir a dormir es una idea excelente, en cambio haga lo posible para que no se apague su capacidad de desear… Estar motivado alimenta nuestra capacidad para sentir emociones, una palabra que procede del latín emotio y que significa movimiento o impulso, aquello que nos mueve. “La emoción es lo que nos motiva a querer seguir estando vivos”, subraya Mora. Por eso, cuando una persona opta por no querer salir de casa o no participar en ninguna actividad, puede ser un síntoma de que esa hoguera interior empieza a apagarse, y que a menudo representa el principio del fin. Es fácil detectar esa postura vital en las residencias para ancianos donde frecuentemente las personas se dejan morir sin tener ningún problema fisiológico previo: es lo que se denomina apagón emocional.
Cultivar intereses y relaciones es vital para evitarlo. Como también sentirse útil, esforzarse por no depender de los demás, ayudar al prójimo en lo posible, ser agradecido con la vida y con el día a día, y disfrutar sin más de las pequeñas cosas. Sin duda, llegar a ser viejo, sano y tener la mente clara es todo un privilegio, recalca el neurocientífico, quien recuerda las sabias palabras de Platón: “(…) a medida que van debilitándose otros placeres físicos, van creciendo mis necesidades y goces por las cosas del espíritu (…). La vejez provoca un inmenso sentimiento de paz y liberación. Una vez que la tensión de los deseos llega a su fin (…) se confirman las palabras de Sófocles: viene a ser como despedirse de innumerables dueños. ¡La felicidad completa!”.
Ya saben, lo dijo Einstein hace más de un siglo: el tiempo es relativo. Y no hay duda de que, aunque pasa igual para todos, unos lo encajan, asimilan y aprovechan mucho mejor que otros. Lleno está el mundo de jóvenes con mentes caducas y, cada vez más, de viejos en estupenda forma física y mental. Los genes influyen, las circunstancias ambientales, también. Pero todo lo demás, corre de nuestra cuenta. Mantener la mente joven no es solo una forma de vivir más y mejor, también es un acto de responsabilidad hacia uno mismo y hacia los demás. Ser independientes, cuanto más tiempo mejor, debería ser un estímulo para todos. Como dijo alguien, "no olvide que hoy es lo más joven que usted será nunca y lo más viejo que ha sido jamás". Así que, maneje bien su tiempo porque nadie lo hará por usted.
CADA VEZ VIVIMOS MÁS
Gracias a los avances de la medicina, la esperanza de vida en los países desarrollados ha aumentado considerablemente. En España, más de 40 años en el último siglo, cifra que se ha duplicado en cuatro generaciones. Somos uno de los países con más longevos entre su población, con una esperanza de vida media de 82,8 años (80,1 para los hombres, 85,5 las mujeres), tras Japón (83,7 años), Suiza (83,4) y Singapur (83,1). Una buena noticia, sin duda, que está cambiando de forma radical la percepción que hasta hace poco teníamos de la denominada tercera edad. Ojo al dato: si en 2006 había unas 6.000 personas centenarias en España, en 2050 se estima que serán alrededor de 50.000. Esta prolongación de la existencia va ligada a un deterioro físico progresivo que aumenta al cerebro.
Una tarde de invierno de 1972, el sociólogo Jean-Pierre Garnier recibió una llamada del Elíseo. El presidente Georges Pompidou le invitaba a comer para charlar, algo bien extraño teniendo en cuenta que Garnier era un marxista y Pompidou, como Macron, un liberal exejecutivo de la Banca Rothschild. La cita fue en un restaurante de la rive gauche. En un reservado del segundo piso, con la escolta presidencial tomando el piso de abajo. Pompidou quería escuchar la tesis de Garnier sobre el mayo del 68.
Garnier era discípulo del filósofo marxista Michel Clouscard (1918-2009), un crítico acérrimo de Louis Althusser muy hostil al estructuralismo. Para Clouscard, el 68 había sido una contrarrevolución liberal-libertaria encaminada a ocultar la lucha de clases detrás de las cuestiones de género e identidad. Un movimiento que expresaba el ascenso de un nuevo estrato “ilustrado” que, en coalición con la moderna burguesía tecnocrática representada por Pompidou acabaría desplazando del poder a la coalición difusa de resistentes burgueses-conservadores y comunistas que gobernó bajo De Gaulle los “treinta gloriosos” y que había dado lugar al programa del Consejo Nacional de la Resistencia de marzo de 1944, un programa que hoy sería tachado de “izquierda radical”.
Según Clouscard había sido la alianza de aquellas dos Francias la que había dado lugar a la excepción francesa. El 68 la destronaría en beneficio de un nuevo orden de capas medias con desarrollo del sector servicios, de la capa ilustrada y eclosión de la sociedad de consumo. Todo había empezado con el Plan Marshall, decía Clouscard, con la entrada de la ideología made in USA por la vía del consumo, el entretenimiento, la música y el cine, destinado a diluir en la posguerra el poder de los partidos comunistas en países como Francia e Italia, con apoyos del 20% y el 30%, respectivamente. Países con comunistas armados tras su papel en la resistencia y conviviendo con burguesías debilitadas y desprestigiadas por su colaboracionismo.
Música binaria de repetición (rock) matando al jazz, la música popular más sabia; la música pop, que es lo mismo en todos lados, como lo contrario de la música popular; la cultura de masas como lo opuesto a la cultura popular, fabricada desde arriba para el consumo de las clases populares con miras a apuntalar el conformismo, una sociedad permisiva hacia el consumidor y represiva hacia el productor en la que todo está permitido pero nada es posible.
En el 68, Pompidou era primer ministro de De Gaulle. Le explicó a Garnier que el general quería apelar al ejército para desalojar la Sorbonne. Con ese objeto, el 30 de mayo De Gaulle había tanteado al General Jacques Massu, comandante en jefe de las tropas franceses en Alemania en una visita relámpago que le hizo a su cuartel general en Baden-Baden. Pompidou se oponía a toda intervención del ejército. En la comida con Garnier de 1972 el entonces ya presidente escuchó con atención la tesis de Garnier de que reemplazar la lucha de clases por “el combate de los hombres contra las mujeres, los negros contra los blancos, los jóvenes contra los viejos, los hutus contra los tutsi y los corsos contra los franceses” era algo mucho más conveniente para el capital.
“La nueva capa ilustrada quedaba fuera del poder y en mayo de 1968 reclamaba su lugar. Los más excitados crean partidos de extrema izquierda, grupúsculos trotskistas, maoístas, anarquistas y se meten con el gobierno y la V República, los más radicales hasta con el propio capitalismo”, explicaba Garnier. “Cuando les hablé de la irresistible ascensión de la pequeña burguesía intelectual, me dijeron 'es el mismo análisis que hicimos nosotros cuando había que decidir si teníamos que desalojar la Sorbonne por el ejército'”. Pompidou y sus fontaneros tecnócratas explicaron a De Gaulle que aquello no sería una solución realista, que todos aquellos excitados que enarbolaban banderas rojas, hoces y martillos y retratos del Che eran "la futura élite de nuestro país y que no debía dispararse sobre nuestra futura élite….”
Contemplando nuestro actual panorama definitivamente americanizado, en el que todo parece reducirse a género e identidad, con lo social y lo económico tan eclipsado pese a los retrocesos en curso y el avance en explotación, ese balance da que pensar.
Tiene razón Josep Fontana cuando observa que “todos los movimientos iniciados en aquel año acabaron en el fracaso: el intento de establecer un socialismo de rostro humano en Praga, los movimientos estudiantiles en Alemania, Italia, Francia y Polonia, las protestas contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos…”. De todos ellos, el más trágico fracaso –porque era el más consistente– me parece el de Praga. Si el bloque del Este (socialismo + dictadura) hubiera disminuido su segundo componente logrando hacerse más atractivo, habría creado serios problemas a su síntesis adversaria en Europa (capitalismo + democracia). Al lado de las simplezas sobre la playa bajo los adoquines, aquello habría sido algo más que poesía.
Respecto al peligro de que las ideas liberadoras de los estudiantes prendieran en movimientos sociales de masas, rápidamente se encontraron maneras de conjurarlas. Una de ellas fue la violencia. El asesinato de sus líderes, Martin Luther King y Robert Kennedy en Estados Unidos, el atentado que eliminó a Rudi Dutschke en Alemania, así como la aparición de toda una serie de sospechosos “grupos armados” fuertemente infiltrados, si no propiciados desde el principio por la policía (la tesis sugerida por Boby Baumann, fundador del menos demencial de ellos, el Movimiento 2 de junio), particularmente en Alemania (Fracción del Ejército Rojo) e Italia (Brigadas Rojas).
En todos esos países el sistema se comió el 68 juvenil (nunca en el mundo la mayoría de la población había sido tan joven) mientras la sociedad de consumo se frotaba las manos ante la aparición de la juventud como grupo social independiente, lo que hizo el agosto en ramas enteras de la industria; discografía, higiene, moda, cosmética… Como explica Hobsbawm, el resultado general de toda aquella “revolución cultural” fue el triunfo de lo individual sobre lo social.
Al mismo tiempo, por más que en la conmemoración del 68 el establishment mediático francés haya puesto por delante toda la ambigüedad de aquella “revolución de las costumbres”, no hay que olvidar lo que se ha querido ocultar con ello: la mayor huelga general de la historia de Francia, que paralizó el país y obligó al gobierno y al empresariado a negociar con el resultado de un incremento del 30% del salario mínimo, un aumento salarial general del 10%, acuerdo interprofesional sobre la seguridad en el empleo, sobre formación profesional, cuatro semanas de vacaciones pagadas, subvenciones de maternidad, límites a la duración máxima del trabajo, prejubilaciones con el 70% del salario, derecho de los emigrantes a participar en las elecciones profesionales, prohibición del trabajo clandestino, refuerzo del subsidio de paro, derecho a la actividad sindical en la empresa…. Mucho de todo eso está siendo destruido ahora por Macron.
Como ha explicado Thomas Guénolé, insistiendo en la “revolución de las costumbres” se oculta la lección básica de todo aquello: si mañana nuestras élites dejan de trabajar, no pasa nada, se puede cambiar de élite. En cambio, si la mayoría social, si el pueblo, deja de trabajar y se pone en huelga, una huelga masiva y general, las élites no pueden cambiar de pueblo, así que tienen que negociar y aceptar lo que se les exige.
Si bien no está claro si el autoascendido a Mariscal de Campo Khalifa Haftar, de 74 años, ha muerto en una clínica de París, a donde fue trasladado desde Jordania tras sufrir un derrame cerebral, o si alguna de las potencias occidentales que operan en Libia desde 2011 ha decidido sacarlo del juego, lo cierto es que desde el miércoles 11, toda la información sobre él es muy confusa.
Khalifa Haftar retornó a Libia en 2011, tras un exilio en Estados Unidos de 20 años, para participar de la guerra que no solo terminó con la vida del Coronel Gadafi, sino que demolió el país; paulatinamente se convirtió en el hombre fuerte de Libia, gracias al apoyo incondicional de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos y de un modo más discreto de Catar, Turquía y Arabia Saudita. Llegó a controlar la unidad armada más poderosa del país, el Ejército Nacional Libio, (ENL) con sede en la ciudad de Tobruk, al este del país, a escasos 100 kilómetros de la frontera egipcia, siendo finalmente recibido en París, Moscú y Roma, donde discutió tres cuestiones fundamentales: el fin de la guerra civil, el control de la ola de refugiados que desde puertos libios intentan llegar a Europa (se calcula que hay más de un millón esperando su oportunidad) y por último estabilizar la producción petrolera, ya que son muchas las empresas occidentales con importantes intereses en los yacimientos libios, los más importantes de África.
El “Mariscal”, que nunca ha reconocido el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Trípoli impuesto por las Naciones Unidas y que encabeza Fayez al-Sarraj, era el candidato con mayores posibilidades de triunfar en las elecciones que, con el apoyo de Emmanuel Macron, en julio pasado, se acordaron en Paris para realizarse este año.
La posible muerte de Haftar no solo afectará a la pacificación y la industria petrolera, sino que profundizará la violencia, que asola al país desde comienzos de 2011 y en la que participan un sinnúmero de organizaciones armadas, entre ellas, al-Qaeda y Dáesh.
Sin Haftar, su ejército, con profundas divisiones internas, no tiene un candidato firme a sucederlo, por lo que se espera que la pugna por alcanzar la jefatura se dirima con más violencia. Esto, para los intereses occidentales es sumamente grave ya que el ELN controla lo que se conoce como la media luna de petróleo del Golfo de Sirte, que cuenta con los cuatro puertos principales por donde sale la mayor parte de las exportaciones de petróleo, que cuentan con la protección de Haftar. La producción petrolero alcanzó el millón de barriles diarios, luego de que, al comienzo de la guerra, disminuyó a unos 300.000.
El petróleo representa casi la única fuente de financiación del país, de los aproximadamente 6 millones de habitantes, casi la mitad se encuentra debajo del umbral de la pobreza.
La posible debilitación de la defensa de los campos petroleros, tras un enfrentamiento interno del ENL, podría acarrear a una situación en la que tanto el Dáesh como otros grupos armados intenten posicionarse para trastornar las exportaciones de crudo. Esto afectará los mercados internacionales, sumándose la también la posible crisis con Irán tras la potencial anulación del acuerdo nuclear en mayo próximo.
El hasta ahora desaparecido general, que tiene ciudadanía estadounidense, cuenta con una larga lista de pecados, fue el responsable de la derrota en la intermitente guerra con Chad (1978-1987) por lo que partió a su exilio estadounidense, donde se incorporó a la CIA, la que durante años lo preparó para derrocar a Gadafi.
En mayo de 2014, Haftar inició la Operación Karama (dignidad), destinada a eliminar a los grupos rivales, tomando el control en torno a ciudades de Tobruk y Benghazi y combatió durante cerca de un año por desplazar al Dáesh de Sirte, llegando a controlar aproximadamente el 60 % del país.
En esta guerra, Haftar no escatimó ningún recurso y en sus operaciones abundaron todo tipo de crímenes por lo que la Corte Penal Internacional (CPI) ordenó la detención de varios comandantes de las fuerzas de ENL, entre ellos la de Mahmoud Mustafa Busayf al-Werfalli, de la brigada al-Saiqa, acusado de la ejecución de prisioneros, incluso por su propia mano. Un equipo de abogados presentó pruebas a la CPI donde se acusa a Haftar y sus fuerzas de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Existen registros en las arengas de Haftar a su tropa en octubre de 2015, donde llama a no tomar prisioneros, no importa su edad, ni condición.
Una sucesión sangrienta
De confirmarse la desaparición física o política de Haftar se espera una sucesión conflictiva, ya que el viejo agente de la CIA solo confiaba en un círculo muy pequeño y cerrado, entre ellos sus hijos Khaled y Saddam, cada uno al mando de poderosos regimientos. Otro posible aspirante al poder es Awn al-Forjani, un alto jefe de la tribu de los al-Forjani, a la que pertenece los Haftar, aunque se cree que padece una grave enfermedad que lo sacaría de la carrera. Además, está el general Abdessalam al-Hassi, también miembro de la tribu, quién se desempeña como jefe de operaciones y quien, durante la invasión de 2011, fungió como oficial de enlace con la OTAN, lo que le podría haber generado excelentes contactos con occidente. En la pugna también hay que anotar al general Abdelrazak al-Nadouri, el militar de más alto rango después del mariscal. Es jefe de la región de Darna-Ben Jawad, que incluye la media luna de petróleo, por orden del propio Haftar dirige el asedio “asfixiante” a la ciudad portuaria de Darna desde hace meses, donde la falta de víveres, de nafta, medicinas y de atención médica, está poniendo en riesgo la vida de miles de personas. El último de los militares que podría aspiran es el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Sakr al-Jarrouchi. Mientras el único civil anotado es Fadhel al-Dib, asesor político de Hafter y responsable de la reunión con Fayez al-Sarraj, por lo que podría contar con la bendición francesa.
Sin saber si está vivo o muerto el autodenominado Mariscal, la guerra por su sucesión ya está en marcha. El jefe del Estado Mayor del ejército libio oriental, el general Abdelrazak al-Nadouri, sufrió un atentado el miércoles 18 a las afueras de la ciudad de Benghazi. Un coche bomba estalló al paso de su caravana cuando se dirigía a una base militar en Marj. La explosión mató a varios miembros de su escolta e hirió a otros dos, aunque Nathouri salió ileso. Benghazi, fue reconquista por el ENL, en julio último, después de tres años de sitio y fuertes combates.
Por otra parte, de llegar a concretarse las elecciones, la desaparición de Haftar, pondría al hijo del Coronel Gadafi, Saif al-Islam, en una inmejorable posición para triunfar en la contienda aunque la pacificación del país es una cuestión mucho más que distante.
La muerte o desaparición forzada o consensuada de Haftar, más que un réquiem por él, llama a realizarlo por la propia Libia, que ya en el abismo, solo parece encontrar un camino: el de caer todavía en uno más profundo.
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.
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La subjetividad, la praxis y la ética.
Como ha sido señalado por otros autores (1), la obra de Georg Lukács es un intento por recuperar la dimensión subjetiva que subyace al proyecto de transformación del mundo propio del marxismo. Esto debe entenderse en un doble sentido que, por un lado, implica la amplificación de la problemática sobre la subjetividad en el seno de la teoría marxista y, por otro lado, las tareas que el marxismo mismo debe asumir para fecundar la subjetividad humana con un carácter eminentemente revolucionario o, siendo más explícitos, una subjetividad comprometida radicalmente con la construcción de una sociedad más justa y digna, compromiso y radicalidad que se expresarían en la coherencia del pensamiento y la acción.
Ahora, si la subjetividad asume una importancia capital en la transformación de la realidad, siendo esta última no sólo el resultado del desarrollo inercial de unas leyes históricas, el sentido que aquélla asuma será determinante para llevar a cabo la tarea transformadora en un sentido emancipatorio. En otras palabras, dado que la historia no está preestablecida por ninguna entidad trascendente, la acción humana concreta y la voluntad que sostiene dicha acción se vuelven fundamentales para empujar el desenvolvimiento de la historia. Esto desemboca inevitablemente en preocupaciones morales y éticas atinentes tanto a la filosofía como a la política y, por ello, de necesario abordaje teórico y práctico.
Sin embargo, es sabido que Lukács no publicó ni ejecutó -hasta donde se sabe- alguna reflexión sistemática sobre ética, más allá de algunos escritos breves. En tal sentido, el propósito de este escrito es sondear “arqueológicamente” algunas obras de Lukács y resaltar de ellas los elementos rudimentarios de un proyecto ético inconcluso; elementos que no carecen de utilidad a pesar de ser vestigios de algo inacabado, pues la construcción de una ética marxista sistemática es una tarea aún pendiente (2). En ese sentido, se exploran dos categorías que son fundamentales para la ética: la subjetividad y la praxis como columnas sobre las que habrá de tejerse posteriormente un determinado marco axiológico.
Los vestigios de una ética posible.
Para el marxismo entendido como una filosofía que debe hacerse cargo de la historia desde el sitio de las clases dominadas, en condiciones adversas y con una perspectiva emancipatoria, resulta contraproducente vaciar su aspiración teórica y política en la demostración positiva de unas leyes históricas. Tales leyes desembocan casi de forma ineluctable en la sustitución del sujeto histórico por un sujeto abstracto o trascendente (dios, el espíritu absoluto, la historia). Asumir la tarea de transformación de la historia que ya pregonaba Marx en las Tesis sobre Feuerbach, implica dimensionar y valorizar dos instancias fundamentales: la subjetividad y la praxis (3). Estos a su vez son elementos que pueden formar parte de una ética sistemática en la medida en que permitirían reflexionar sobre el comportamiento humano concreto, en el plano de realidades históricas determinadas y de cara a la emancipación humana, es decir, de los elementos comportamentales que hacen de la emancipación humana un hecho realizable. Como se adelantó en la introducción, una reflexión de ese tipo no fue llevado a cabo por la Lukács y de hecho es un campo de relativa poca exploración desde una perspectiva marxista; no obstante, es posible relevar algunos puntos sobre las categorías de subjetividad y praxis atinentes al campo de la ética.
Subjetividad.
Puede decirse que es Lukács uno de los primeros teóricos que rehabilitan en el seno del marxismo la noción de subjetividad. Ya Marx había sostenido, frente al materialismo de Feuerbach, que el idealismo filosófico se encontraba un paso adelante en la asunción del sujeto como entidad hacedora de la historia. No obstante el pensamiento de Marx, la versión oficialista del marxismo que se fraguó al amparo de la Segunda Internacional hasta consolidarse en la Tercera Internacional, recreó las falencias filosóficas y políticas que Marx había combatido. La subjetividad, en dicho planteamiento, estaba subsumida a la operación de las leyes históricas, por lo que su influencia sobre los procesos sociales, políticos, económicos, entre otros, estaba ya determinado por dichas leyes.
Sin embargo, Lukács sostiene que en el marco de operación de las leyes históricas, es decir, de las cotas que el desenvolvimiento histórico impone a la actividad de los seres humanos, estos son individuos libres que a través de sus acciones o, más precisamente a través de su praxis, hacen la historia. La subjetividad, entendida como el ímpetu y la voluntad del individuo, no es sólo una forma de manifestación de la historia, sino un ámbito que posee la capacidad de intervenir sobre la historia. La dialéctica así entendida no es sólo la forma en que la historia, como un ente abstracto, se niega a sí misma, sino la forma en que las fuerzas individuales, subjetivas, se convierten en palanca de negación de un momento histórico y, por ello, en fuerza motriz de la transformación.
La ética que se desprendería de una recuperación de la subjetividad, opone al carácter instrumental del ser humano propio de la absolutización de las leyes históricas, la noción de sujeto libre y consciente y, por ello, llamado a responsabilizarse de la realidad y de sí mismo. Este individuo está vinculado a los otros, a su clase, a su momento histórico, entre otros, como instancias de realidad de las que debe hacerse responsable. Es decir, a pesar del reconocimiento del individuo como una de las fuentes del quehacer histórico, éste no es reivindicado como un ente sin responsabilidad por su realidad, de ahí que propenda hacia la prescripción moral.
Praxis.
Por otro lado, la praxis, como luego desarrollarán pensadores marxistas como Gramsci, Kosík o Sánchez Vázquez, es el eje sobre el que se estructura la especificidad del ser humano, lo cual es válido tanto en un sentido ontológico como epistemológico y ético; de ahí que la categoría de praxis trasvase cada uno de esos campos filosóficos y pueda servir para fundamentar una opción teórica y política enraizada en el mejor conocimiento del ser humano y de la historia. La categoría de praxis en Lukács sirve de asidero a la subjetividad. Con esto se quiere decir que la subjetividad entra en la historia precisamente porque es con su práctica que puede modificar la realidad, en la medida en que ello sea posible en las diferentes instancias de realidad que se presentan ante la subjetividad humana. Ello supone, a su vez, que el desenvolvimiento histórico no es una entelequia metafísica, que se suceda por la interacción de sustancias abstractas, sino que se desarrolla por las acciones eminentemente materiales de los individuos.
Pese al reconocimiento de la praxis como un eje constitutivo del ser humano, nuestra valoración es que no existe en Lukács un análisis sistemático de esta categoría, de cara a fundamentar su importancia filosófica para el marxismo. Ello no desdice la importancia capital que sus escritos tuvieron en la formación de un marxismo crítico, frente al dogmatismo del marxismo oficial de la URSS, pues es sobre esta base teórica que se remontan los aportes de Gramsci, por mencionar sólo uno de los más prolíficos teóricos del marxismo crítico o Sánchez Vázquez, que ha dedicado muchas de sus obras al esclarecimiento de la praxis como pieza fundamental del marxismo.
Conclusión
Como se ha tratado de señalar, las categorías de subjetividad y de praxis son fundamentales para comprender las tareas que el marxismo asume frente a la realidad y los fines que persigue. Pero además, estas categorías ayudan a reflexionar sobre la acción del ser humano en su situación histórica y en su desenvolvimiento cotidiano, por ello, son esenciales en el trasfondo de toda construcción ética hecha en el marco del pensamiento crítico. Estas categorías se encuentran presentes, aunque no expresamente bajo una premisa ética, a lo largo de la obra de Georg Lukács. Tal presencia indica la actualidad que el pensamiento de Lukács puede tener para el quehacer teórico y político de izquierdas.
Para Lukács la subjetividad es imprescindible para comprender -y apuntalar- los procesos históricos. Esto sin desmedro de las condiciones objetivas, supone reconocer en la dialéctica de la subjetividad y la objetividad uno de los motores del desenvolvimiento histórico. La forma en que el individuo entra en la historia, está en la historia y hace la historia, sólo amplifica y complejiza la operación de las condiciones objetivas, pero no niega estas condiciones ni las anula. Si la subjetividad es primordial para hacer avanzar la historia –pese a cualquier mediación-, la ética se convierte en una reflexión necesaria para comprender la justeza de los códigos morales de cara al proyecto de realización humana.
Por su parte, la praxis como categoría que resume el carácter eminentemente interactuante del ser humano con la realidad, establece en el plano de la ética el ámbito sobre el cual todo comportamiento debe interpretarse. Es decir, no es sobre la base de una axiología abstracta y apriorística sino en el plano de las condiciones reales del ser humano, de sus necesidades de emancipación y de sus posibilidades de actuar libertariamente desde donde se deben pensar, comprender y juzgar los códigos morales que delimitan el contenido de los comportamientos humanos. En tal sentido, la praxis es tanto el vehículo de materialización de una ética prescriptiva como también el trasfondo de toda ética descriptiva que pretenda interpretar la moral.
No resulta extraño, a la luz de dicha rehabilitación de la subjetividad, que para Lukács la “ortodoxia marxista” sea más bien una cuestión de método y no un decálogo de principios inamovibles y mucho menos incuestionables que deban ser asumidos. Es este marxismo un marxismo abierto que, girando en torno a la totalidad de la realidad histórica, entiende que tanto el ámbito de la objetividad como el de la subjetividad interaccionan y van creando el desenvolvimiento de dicha realidad y que, por ello, no es atribuible a ninguno de esos ámbitos la exclusividad en la determinación de la dialéctica histórica. Más bien, es de la compleja interrelación de esos dos ámbitos que la dinámica de la historia va conformándose.
La conformación de una ética de corte marxista es una labor aún en curso. A pesar de los aportes que han avanzado diversos autores en este campo, quedan aún espacios que no han sido satisfactoriamente llenados por la reflexión materialista histórica y, sobre todo, hace falta también mellar sobre el pensamiento hegemónico desde una praxis que sea consecuente con tal ética marxista y que debe, por su misma naturaleza, estar asentada sobre las premisas más universales posibles de justicia e igualdad, tener su asidero en la diversidad que hoy conforman las clases oprimidas por los diversos esquemas de dominación vigentes y reconocer en el crisol de esas clases oprimidas al sujeto histórico de la emancipación humana.
Bibliografía
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Disponible en: https://goo.gl/3sH8qq. Rec. el 25-05-2017.
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Lukács, G. La crisis de la filosofía burguesa. Versión digitalizada de Ediciones elaleph.com. 2000.
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Sánchez Vázquez, A. Ética. Editorial Crítica. Barcelona, España. 1981.
Shishkin, F. Ética marxista. Ediciones pueblo. 1972.
2. De hecho, la ética y la estética –ambas preocupaciones lukacsianas- han sido los campos de la filosofía menos trabajadas desde el marxismo. Una de las primeras exposiciones sistemáticas fue la Ética marxista de Shishkin, aunque muy preñada del esquematismo propio del dogmatismo soviético; un planteamiento mucho más rico y abierto es el de Sánchez Vázquez en sus libros Ética, El valor del socialismo y Ética y política, Entre la realidad y la utopía, entre otros.
3. Precisamente estas dos instancias son cruciales en las Tesis sobre Feuerbach. La subjetividad, por un lado, denunciada por Marx como abandonada por el materialismo filosófico y los planteamientos mecanicistas y la praxis, por otro lado, como elemento que permite en última instancia la incidencia del ser humano sobre todos los ámbitos de la realidad social que constituyen la historia y, como tal, el puente de comunicación entre la mera objetividad y la subjetividad.
Alberto Quiñónez. Miembro del Colectivo de Estudios de Pensamiento Crítico.
En la naturaleza que inspira las películas de Disney se pueden encontrar también los más espeluznantes relatos de terror. Una de las mejores fuentes de ese tipo de historias son las relaciones entre parásitos y huéspedes en el mundo de los insectos. Millones de años de evolución han permitido la aparición de sofisticados mecanismos de algo parecido al control mental en el que las víctimas entregan sus vidas para beneficio del organismo que les ha infectado. Animales que se suicidan para que los parásitos puedan alcanzar su objetivo o insectos que se quedan velando por la seguridad de las crías de su asesino mientras estas le devoran por dentro despiertan el interés de la neuroparasitología, una rama que trata de comprender las bases biológicas de estas prácticas despiadadas.
En un artículo que se ha publicado en Frontiers in Psychology,
un grupo de investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Negev, en Israel, ofrece algunos ejemplos de manipulación del sistema nervioso de la víctima y los esfuerzos que se están realizando para explicarlos.
Uno de los usos que los parásitos hacen de sus víctimas es el de emplearlos como medio para reproducirse y dispersarse. Es el caso del Dicrocoelium dendriticum, que comienza su ciclo en el hígado de animales como las ovejas. Allí ponen huevos que después son expulsados a través de las heces y pasan a infectar a caracoles que se alimentan de ellas. A continuación, los caracoles producen unas mucosidades que atraen a las hormigas y acaban infectadas por los parásitos. Mientras la mayoría de los parásitos se queda en el hemolinfo, la sangre de las hormigas, uno solo de los parásitos migra hasta la cabeza del insecto y, se cree, comienza a segregar algún tipo de sustancia química que sirve para controlar su comportamiento.
Una vez infectada, la hormiga sigue comportándose como una más de su colonia, pero cuando cae la tarde y el aire se enfría, abandona al grupo y se sube a lo alto de una brizna de hierba. “Una vez allí, se sujeta mordiendo con fuerza y espera a que algún animal la devore”, explican los autores del trabajo, liderado por Frederic Libersat. Si cuando amanece, la hormiga ha salvado la vida, regresa a su colonia y se comporta normalmente hasta que vuelve a anochecer. En ese momento, el parásito toma el control de nuevo y regresa a una brizna de hierba a la espera de acabar en el hígado de un animal en el que el parásito pueda completar su ciclo.
Otro tipo de manipulación mental entre insectos es el que permite controlar a las víctimas para que cuiden de las crías que les han inoculado. Esto se ha observado en varias relaciones entre avispas y orugas. Las avispas (Glyptapanteles), por ejemplo, inyectan con un picotazo sus huevos en las orugas (Thyrinteina leucocerae). Ya con los parásitos dentro, el animal se recupera rápido y continúa alimentándose. En su interior, hasta 80 larvas crecen durante dos semanas antes de perforar su cuerpo y salir al exterior. Una o dos larvas permanecen dentro de la oruga y, por un mecanismo desconocido, lo convierten en una especie de espantapájaros. Tomando el control de su organismo, le provocan unos espasmos que sirven para mantener alejados a los depredadores que podrían atacar a sus hermanas. Según los autores, este tipo de comportamiento supone una reducción importante de la mortalidad de las pequeñas avispas.
Las interacciones parasitarias se pueden complicar aún más. Existe un tipo de oruga (Maculinea rebeli) capaz de infiltrarse en las colonias de las hormigas Myrmica schencki. Imitando la química de la superficie de estos insectos el gusano es capaz de evitar sus defensas. Y no solo eso. Su imitación de los sonidos de la hormiga reina, le hacen ganarse las atenciones que solo esta tiene dentro de su colonia. De hecho, parece que es la propia hormiga reina la única consciente de la farsa y la única que trata a la oruga como si fuese el enemigo.
Pero estos astutos gusanos no están a salvo de otros parásitos con capacidades de control mental. La abeja Ichneumon eumerus encuentra a su futura víctima buscando colonias de hormigas. Cuando encuentra una, se acerca y, de repente, azuzadas por las sustancias químicas que recubren el cuerpo de la avispa, las hormigas que deberían defender su hogar de la intrusa comienzan a atacarse entre ellas. Aprovechando la confusión, la avispa se interna en la colonia y ataca a la oruga que se estaba haciendo pasar por reina de las hormigas.
Este tipo de comportamientos, frecuente entre insectos, tiene un ejemplo bien estudiado entre los mamíferos.
La toxoplasmosis, provocada por el parásito Toxoplasma gondii,
produce un efecto en los ratones parecido al de los Dicrocoelium dendriticum que hacen trepar a las hormigas a lo alto de briznas de hierba para esperar a ser devoradas. Los roedores infectados, a diferencia de lo que tienen por costumbre, se sienten atraídos por el olor de la orina de los gatos. De esa forma, el parásito logra pasar de ratones a gatos para completar su ciclo vital. Los parásitos producen este cambio de comportamiento produciendo quistes en el cerebro de los animales que producen una enzima que limita los niveles de dopamina. Con un exceso de este neurotransmisor en el organismo, los roedores se vuelven temerarios, algo que se ha observado en algunos humanos infectados por toxoplasmosis. Aunque la hipótesis aún plantea dudas, hay quien plantea que ese efecto es el recuerdo de una época en la que nuestros ancestros también eran comida para grandes felinos y los parásitos trataban de controlar nuestra mente para satisfacer sus necesidades vitales.
El fin de las políticas de estímulo promulgadas por el Banco Central Europeo amenaza con devolver a la población perjudicada por la crisis a una situación peor que la de 2012, cuando la institución de Draghi "ganó tiempo" y los poderes de la UE impusieron una política de reformas que el PP ha dirigido
Desde la crisis financiera desencadenada en el año 2007, la política de desmantelar los servicios públicos es una tendencia que parece imparable. En este artículo se trata el caso del Estado español. Primero se trata su origen, en segundo lugar se analiza la situación actual de calma chicha propiciada por el dinero prestado por el Banco Central Europeo y en tercer lugar las consecuencias que tendrá previsiblemente el enorme endeudamiento que está acumulando el estado español.
El origen: la crisis de 2007
Tras la introducción del euro en el año 2002, la banca europea apostó por el crecimiento infinito del sector residencial y turístico del Sur de Europa. Sin embargo, el estallido de la burbuja en 2007 provocó que la banca mediterránea se fuese desmoronando como un castillo de naipes. Debido a la magnitud de lo que los inversionistas europeos habían invertido en nuestro país, la quiebra del sistema financiero español les hubiese arrastrado hacia su propio hundimiento.
Quizá este fue el motivo por el que las instituciones internacionales presionaron para que el Estado asumiese la deuda bancaria. De esta manera, la sociedad española ha asumido el coste de salvar el sistema financiero francés, alemán u holandés. Este salvamento se ha hecho mediante la subida de impuestos, los recortes en el gasto social y el incremento desmesurado de la deuda pública.
Tras la quiebra de Grecia, los mercados comenzaron a sembrar dudas sobre la capacidad del Estado español para devolver la deuda que este había ido acumulando por haber asumido una quiebra bancaria tras otra. Esta política de despilfarro, que todavía no ha tocado a su fin, generó los ataques especulativos del año 2012, en el que se hizo famosa la prima de riesgo, concepto usado como medida de presión política.
Los países más expuestos a los ataques especulativos, entre los que comenzaba a asomarse Francia, forzaron la bajada de los tipos de interés del Banco Central Europeo a prácticamente el 0% y otro tipo de medidas. Entre ellas, el rescate financiero y la intervención de la Unión Europea en el estado español que tuvieron lugar durante 2012.
Aunque tales medidas fueron efectivas para terminar con los ataques especulativos, no fueron eficaces para la sociedad en su conjunto: la economía seguía instalada en la deflación y las cifras de paro eran superiores al 20% en España o en Grecia. La inestabilidad política llegó a su punto álgido en la primavera de 2015 con el referéndum promovido por Syriza y con la victoria de las candidaturas populares en las principales ciudades españolas.
Se manifestó así una tendencia política capaz de acceder al gobierno del estado español si no se aliviaba la virulencia de la crisis. Por lo tanto, algo tenían que hacer los poderes de la Unión Europea para preservar el orden político. Con este fin la Unión intervino a través de una de sus principales instituciones: el Banco Central Europeo. Así la Unión Europea optó por una medida que beneficiase a las élites como la expansión cuantitativa o quantitative easing, en su traducción inglesa (QE), que es el motivo de la calma chicha actual.
La expansión cuantitativa o el aluvión de dinero barato para España
El interés de un préstamo depende del riesgo de que el deudor no lo devuelva. Por tanto, cuanto mayor sea el riesgo de que el deudor no devuelva el préstamo, mayor será el interés con el que el banco compensará este riesgo. Para rebajar el riesgo, y por tanto el interés, el Banco Central Europeo decidió comprar a la banca los préstamos concedidos a las administraciones públicas y también a determinadas entidades privadas mediante el programa de expansión cuantitativa (QE).
Estas decisiones de compra se han tomado con total opacidad por el Banco de España, en quien el BCE delegó la selección de los beneficiarios para su territorio. En este sentido, solo se publica la identidad del beneficiario pero no la cantidad, a pesar de que estas compras distorsionan el mercado, ya que alteran la competencia en favor de las entidades beneficiadas.
Entre las empresas beneficiadas hay dieciséis españolas, la mayoría provenientes de las privatizaciones de los noventa. Estos datos quizá se oculten porque revelarían asuntos turbios, por ejemplo las compras de deuda de Redexis Gas, S.A. empresa que era propiedad de Goldman Sachs, entidad plenipotenciaria de la que el propio Mario Draghi fue vicepresidente en Europa.
El objetivo de los QE era inundar el sistema financiero de dinero, ya que la banca al liberarse de los préstamos concedidos a las administraciones públicas y a otras compañías, supuestamente, concedería nuevos créditos al sector privado. Del mismo modo, ya no sería tan atractivo prestar dinero a las administraciones públicas porque los intereses fijados eran artificialmente bajos.
El crecimiento de los precios de la vivienda y la —endeble— recuperación de la economía española desde 2015 provienen de esta política monetaria, por la que el Banco Central Europeo a través del banco de España ha comprado 235.000 millones de euros de deuda pública española.
El fin del dinero barato
Una de las promesas de Trump era reflotar la industria de EE UU Para ello ha devaluado el dólar. Con un dólar más barato los productos made in USA resultan más económicos y por tanto, EE UU vende más fuera de sus fronteras al tiempo que reduce sus importaciones.
A su vez, el petróleo se comercializa en dólares, por lo que si baja el dólar, los países productores de petróleo deben subir el precio al que venden el petróleo para mantener sus ingresos. Ingresos que son necesarios para preservar la estabilidad política en sus países, muy dependientes de las importaciones. La subida de precios del petróleo conlleva un incremento generalizado de los precios en Europa, porque esta es su principal fuente de energía y tiene que importarla casi en su totalidad.
Por su parte, los QE también hacen que suban los precios, ya que la banca dispone de más dinero para conceder préstamos. Esto se produce porque al incrementarse los préstamos, se incrementan los precios ya que hay más compradores. Este fenómeno se plasma perfectamente en el sector de la vivienda, donde se puede constatar la aparición de una nueva burbuja.
La suma de estos factores provoca la subida general de los precios, es decir, la inflación. La inflación hace que la banca pierda capacidad adquisitiva porque si hay inflación resulta más barato para los deudores devolver los préstamos contraídos con interés fijo, afectando también a los préstamos con interés variable y, por tanto, perjudicando gravemente a la banca. Y la Unión Europea ha demostrado que puede tolerar cualquier cosa menos esa.
Por lo tanto, y teniendo en cuenta por un lado que el principal acreedor europeo son las entidades financieras alemanas y, por el otro, que Europa poco puede hacer para bajar el precio del petróleo, podemos estar seguros de que nos encontramos cerca del fin del dinero barato proporcionado a la economía española a través de los QE.
¿Cómo nos afectará el fin de los QE?
Sabine Lautensläger representante de Alemania en el comité ejecutivo del Banco Central Europeo manifestó acerca de los QE que “han servido para comprar tiempo, pero no han arreglado las causas estructurales de una recuperación económica endeble”. Y es que, durante este tiempo prestado por la Unión Europea con el fin de acometer reformas estructurales, el estado español se ha endeudado de manera masiva mientras la sociedad ha estado mirando hacia otro lado.
La deuda pública ha pasado de 440.000.000.000 de euros en 2007 a 1.158.379.000.000 en febrero de 2018. Es decir, casi se ha triplicado en una década. Para hacernos a la idea, hoy cada residente en España tocaría a una media de 25.000 euros de deuda pública, sea menor de edad, pensionista o directivo de Amazon.
Esto sin contar las enormes deudas de las empresas españolas, en particular, de las multinacionales (2,5 veces el PIB) ni los préstamos que haya contraído cada cual.
Les pido que hagan un ejercicio muy simple: cuando salgan a la calle, observen a las personas con las que se crucen y, tras ello, plantéense si esta deuda se puede devolver. A mí me parece que no, lamentablemente.
Por otro lado, la recuperación ficticia de la economía española depende del petróleo y del dinero barato. Por lo tanto, conforme vaya subiendo el precio del petróleo, cualquier subida de los tipos de interés del BCE, por nimia que pueda parecer, tendría unos efectos devastadores para la economía española.
Por esto, está previsto que la eliminación de los QE se haga teniendo en cuenta que la recuperación económica ha sido meramente artificial. Una subida brusca de los tipos de interés llevaría a los actores de la economía española a la posibilidad de no poder afrontar el pago de sus deudas y, por tanto, a otra crisis grave. En este sentido, Draghi ha manifestado que la eliminación de los QE se haría conforme se vaya incrementando la inflación hasta llegar el 2%. En otras palabras, que la eliminación de los QE será paulatina e irá acompasada a la subida de los precios del petróleo.
El futuro: las consecuencias del fin del dinero barato para el estado español
La subida de los intereses está al caer. Desde los centros de poder de la Unión Europea se considera que ya se ha concedido el tiempo suficiente para que las economías de los países mediterráneos hayan implantado las reformas que consideraban necesarias. Pero, a pesar de la propaganda oficial, la deuda de España no ha hecho sino aumentar irresponsablemente durante el gobierno de Rajoy. Este ha optado por hipotecar el futuro del país para consolidar la posición de un partido atenazado por la corrupción.
Por otro lado, el marco legal europeo no deja lugar a dudas: en 2011 se consagró la primacía de los acreedores frente a la democracia mediante la reforma del artículo 135 de la Constitución. Son ellos quienes tienen la prioridad de cobrar por encima de las necesidades y de las decisiones de la ciudadanía.
Por lo tanto, cuando esta subida de tipos de interés se produzca, el gobierno tendrá que equilibrar sus cuentas bajo la presión de los fondos especulativos. Quienes con certeza desencadenarán otra tormenta en la que aumentarán los intereses de las deudas españolas.
En este punto aparece Ciudadanos, un partido aupado por las élites financieras a través de algunos medios de comunicación que manejan a su antojo. A este respecto, conviene tener en cuenta que el Partido Popular cuenta con una importante autonomía que proviene de la victoria de sus ancestros en la Guerra Civil, verdadero hecho constituyente del régimen español, lo que le permite controlar los poderes del estado.
Su autonomía puede llevarle a no adoptar medidas impopulares que demanden las élites financieras, cuando las consideren perjudiciales para sus intereses electorales. Un ejemplo de esto sería la rebaja de las pensiones de jubilación, a la que el Partido Popular es renuente. Sin embargo, en el caso de Ciudadanos su posición sería mucho más endeble, puesto que es evidente que las élites podrían defenestrar a este partido del mismo modo que lo han promovido.
Nos encontramos ante una encrucijada en la que se está jugando el desmantelamiento del estado del bienestar. Debido al endeudamiento que se ha alcanzado y a los límites en la política económica establecidos por la Unión Europea, la única alternativa para evitar la descomposición del sistema público es una subida importante de los ingresos fiscales cuya aportación debería provenir de quienes tengan más capacidad para ello.
Las instituciones neoliberales han fomentado la evasión fiscal, verdadera clave de la globalización. Por ejemplo, la Unión Europea, diga lo que diga, promueve esta evasión, pues de otra manera no se explicaría su connivencia con que algunos de sus miembros como Luxemburgo u Holanda hayan establecido regímenes fiscales mediante los que las multinacionales eluden sistemáticamente el pago de impuestos.
El resultado de esta política neoliberal en España es un sistema fiscal regresivo, basado en la recaudación sobre las rentas del trabajo y sobre el consumo. Esto es, el IVA, que paradójicamente no ha dejado de aumentar durante los últimos años, a pesar de la bajada del consumo y, por tanto, del incremento del paro. Sin un sistema fiscal progresivo, donde quienes más ganen o tengan sean quienes más aporten, el estado de bienestar no puede tener lugar.
Es así de simple. Pero, como dice el inspector de hacienda Raúl Burillo, la política la fiscal ha sido única en España durante el bipartidismo; daba lo mismo quien gobernara, y así, salvo ligeros matices, con todos los ejes de las estructuras económicas del país.
Dado que el principal partido de la izquierda, Podemos, parece irremediablemente instalado en la banalidad, sería más necesario que nunca que alguien enunciase un proyecto político solvente que sea capaz de preservar el estado social, dado que para su desmantelamiento ya han sido designados los ejecutores.
"No se escribe para ser escritor, ni se lee para ser lector. Se escribe y se lee para comprender el mundo. Nadie, pues, debería salir a la vida sin haber adquirido esas habilidades básicas". J. J. Millás.
"Nada curo llorando y nada empeoraré si gozo de la alegría" (Arquílaco).
Tome color. El año pasado, los investigadores alemanes hallaron que sólo echando un vistazo a los tonos de verde pueden impulsar la creatividad y la motivación. No es difícil adivinar por qué: asociamos colores verdes con vegetación, alimentos - tonos que prometen alimento. Esto podría explicar en parte por qué las vistas de paisajes desde la ventana, en programas de investigación, puede acelerar la recuperación del paciente en los hospitales, ayuda al aprendizaje en las aulas y estimula la productividad en el lugar de trabajo.
Esta lluvia amiga... A la tierra la volvió jardín, dicen que el campo se cubrió de verde, el color más bello, el color de la esperanza. Y la isla de mi corazón en pocos días es tempestad que ya viró a bonanza. (De la canción Regreso, de Cesarea Evora).
Joan Manuel Serrat. Aquellas pequeñas cosas,...Uno se cree/que las mató /el tiempo y la ausencia. /Pero su tren/ vendió boleto/ de ida y vuelta./ Son aquellas pequeñas cosas,/que nos dejó un tiempo de rosas/en un rincón,/en un papel/ o en un cajón./Como un ladrón/te acechan detrás/de la puerta./Te tienen tan/a su merced/como hojas muertas/que el viento arrastra/ allá o aquí,/que te sonríen tristes y...
Violeta Parra.
Gracias a la vida (Thanks to the life)
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, ...
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro al fruto del cerebro humano
Cuando miro al bueno tan lejos del malo
cuando miro al fondo de tus ojos claros.
...
Volver a los 17.
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo ...
"Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica". Albert Einstein (1879-1955)
Libros
50 Cosas que hay que saber sobre Física, 2009. Joanne Baker
50 Cosas que hay que saber sobre Matemáticas, 2009. Tony Crilly
50 cosas que hay que saber sobre psicología, 2008 Adrian Furnham
A Física en Banda Desenhada. 2005. Larry Gonick e Art Huffman
Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler. Philip Ball. 2014
Ángel González
Antología, Federico García Lorca
As Pequenas Memórias, José Saramago
Belén Gopegui, El lado frío de la almohada
Blas de Otero
Campos de Castilla, Antonio Machado
Canto General, Pablo Neruda
Cantos Iberos, Gabriel Celaya
Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
De Arquímedes a Einstein. 2007. Manuel Lozano Leyva
Einstein et la relativité, Jean Eisenstaedt
El enigma cuántico. Encuentros entre la física y la conciencis. B. Rosenblum y F. Kuttner. Tusquets, 2010.
El factor humano, John Carlin
El libro de las matemáticas. 250 hitos de la historia de las matemáticas, 2011. Clifford A. Pickover. Ilus Books.
El olvido de la razón, Juan José Sebreli
El PCE y el PSOE en (la) transición, Juan A. Andrade Blanco, 2012. Siglo XXI.
El Prisma y el péndulo, Robert Crease
El Quijote, Miguel de Cervantes
El romancero gitano, Federico G.Lorca
Emma. 2001. Howard Zinn.
Eric J. Hobsbawm, Política para una izquierda racional
Eternidades, Juan Ramón Jiménez
Evaluación de la lengua escrita y dependencia de lo literal. 2009. Maite Ruíz Flores
Feynman, Richard P. El carácter de la ley Física
Geometría para turistas. 2009. Claudi Alsina
Giles Macdonogh. Después del Reich. Crimen y castigo en la posguerra alemana. 2011. Galaxia Gutenberg
Hacemos ciencia en la escuela. 2009. Grao
Imperialismo Humanitario. 2008. Jean Bricmont
Imposturas intelectuales, A. Sokal y J. Bricmont
José Hierro
Kosovo. La coartada humanitaria. Isaac Rosa y otros
L`Etat démantelé. 2010. L. Bonelli et W. Pelletier. La Découverte.
La Alemania nazi, Enzo Collotti
La CIA y la guerra fría cultural. Frances Stonor Saunders. Edt. Debate. 2001
La cocina de Menorca, Josep Borrás
La disciplina en la conciencia: Las Brigadas Internacionales, Mirta Núñez
La educación Lenta, 2009. Joan Domenech Francesch
La poesía española de 1935 a 1975. II de la poesía existencial a la poesía social 1944-50
La resistencia Alemana contra Hitler 1933-1945. 2005. Barbara Koehn
Las Ciencias en la escuela, M. Catalá, R. Cubero y otros
Las leyes del caos. Ilya Prigogine. Critica. Drakontos bolsillo, 2008
LEONARDO DA VINCI Walter Isaacson. 2018
Los caminos cuánticos. Feynman. J. Navarro Faus. Nivola, 2007
Los versos del capitán, Pablo Neruda
Marinero en Tierra, Rafael Alberti
Más allá de las imposturas intelectuales. Ciencia, filosofía y cultura. 2009. Alan Sokal
Momentos estelares de la ciencia, 2008. Isaac Asimov
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Qué significa todo eso. Reflexiones de un científico ciudadano. Richard P. Feynman. Crítica. Drakontos, 2010
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