jueves, 5 de julio de 2018

El gran fiasco del AVE España y Europa necesitan una red ferroviaria integrada, más que una Alta Velocidad gestionada como un premio político

Estación de trenes de Atocha.
El Tribunal Europeo de Cuentas ha difundido un informe desolador sobre la red ferroviaria de Alta Velocidad en Europa (AVE) que no extrañará a nadie que haya seguido el proceso de aprobación y construcción de las líneas en España.

El informe viene a definir el AVE europeo como un gran fiasco con razones poderosas: sobrecostes descomunales tanto en la proyección como en la construcción, fracaso en el objetivo de captar clientes e incapacidad absoluta para conectar la alta velocidad con otros medios de transporte, como el aéreo. En España el sobrecoste de la línea Madrid-Barcelona llega al 38,5%, pero en el resto de los trazados examinados supera el 30%, aunque la palma se la lleva la línea Sttutgart-Múnich, donde llega al 622%. En Europa, el AVE es un conjunto sin coordinación entre los países, con sistemas aislados y deficitarios.


No hay más que examinar el caso de España para entender el fracaso del AVE. La Alta Velocidad no ha vertebrado la estructura integral del transporte porque las líneas se han considerado como premio político o prenda de intercambio antes que un servicio justificado por el volumen de pasajeros o el coste-beneficio de los tramos. Las líneas deficitarias revelan una grave negligencia política. No es aceptable que después de recibir 14.000 millones de fondos comunitarios para el AVE, la línea Madrid- Barcelona ni siquiera conecte con los aeropuertos de ambas ciudades ni sea capaz de unirse al espacio europeo a través de Francia.

El informe debe servir al menos de experiencia. La red de ferrocarriles tiene que estructurarse de forma orgánica, teniendo en cuenta el coste-beneficio de los tramos, reformando las líneas tradicionales e integrando todos los transportes. El AVE, con un coste histórico de 25 millones por kilómetro, en pocas ocasiones es la mejor opción. La cuestión ahora es si los responsables públicos actuarán en consecuencia y aplicarán políticas más sensatas.

https://elpais.com/elpais/2018/07/01/opinion/1530457524_754803.html

EL AUTÉNTICO DESPILFARRO DE LA DERECHA A COSTA DE LOS MÁS HUMILDES.
 La derecha gobernante del PP, que acusaba, una y otra vez, con una táctica goebbeliana -esa de una mentira dicha mil veces equivale a una verdad-, a los trabajadores de vivir por encima de sus posibilidades. ¿Os acordáis? Sobre todo, cuando los desahuciaban de sus casas porque la crisis de las empresas los habían enviado al paro. (Y los bancos mientras recibieron subvenciones multimillonarias pero ellos seguían quitando las casas a las victimas de la crisis que no habían creado. Y las volvian a vender continuando cobrándoles las deudas hipotecarias, -terrible corrupción de trapicheo hipotecario pagado por todos- y, hasta ahora, parece que perdonadas. El único país de Europa que ha ocurrido esto).

Aquí comprobamos, con este informe, que quienes realmente han vivido, viven y pretenden seguir viviendo, por encima de sus posibilidades son ellos. ¿Podrian mantener sus colegiós privados sin los conciertos? Seguro que una mayoría no. ¿Podrían viajar en AVE sin las subvenciones? Si, afirmado por un ingeniero expresidente de RENFE, por cada 100€ de un billete del AVE el estado aporta 200€. Incluso los campos de golf tan abundantes, más de uno cerraría, y sin mencionar las subvenciones indirectas por el gasto y despilfarro de agua, del que tantas veces "se hace la vista gorda",...

En fin somos un Gran País, donde los ricos reciben multitud de subvenciones directas e indirectas (excepción de impuestos, amnistias fiscales,...) del dinero aportado por los trabajadores. Y cuanto más pobres más contribuyen a mantener, en proporción a sus sueldos -mediante el injusto IVA ( del que hicieron una celebre y vergonzosa campaña de que nunca subirían), entre otras cosas-, ese nivel de vida, esta vez si, de verdad, por encima de sus posibilidades.

¿Ha despilfarrado España en obras públicas? Según los geógrafos, 26.240 millones solo en el AVE
Un informe de este colectivo sobre las dos últimas décadas considera excesivas inversiones en ferrocarriles, aeropuertos, carreteras y desaladoras

miércoles, 4 de julio de 2018

Matteo Salvini, contra su pasado. El líder de la Liga quiere vencer a las élites de Europa en las elecciones de 2019. El encuentro anual del partido en Pontida certifica su cambio de rumbo hacia un trumpismo mediterráneo.

Un desangelado descampado junto a la carretera nacional 342 de Bérgamo sintetiza la mitología heroica de la Liga de Matteo Salvini. Pontida, un pequeño pueblo de 3.230 habitantes en el Bergamasco, es el lugar donde supuestamente se celebró el 7 de abril de 1167 el juramento de la Liga Lombarda, un ejército capaz de enfrentarse y derrotar al invasor Federico I Barbarroja. No hay una sola prueba de ello. Pero en 1990 el partido proclamó oficialmente este solar como su “prado sagrado”. Aquí se izó la bandera de la Padania, otro territorio ficticio sobre el que Umberto Bossi —fundador del partido, condenado por robarle a su propia criatura— proclamó una falsa independencia. Fue mucho antes de que la Liga Norte se despojase de su apellido, se convirtiera en un artefacto nacional y alertase de otra invasión sin que cuadrasen los datos. Viejos nuevos tiempos. Sucedió hace solo un par de años.

Pontida, donde este domingo se juntaron 75.000 militantes, es la prueba del algodón. Aquí la Liga Norte, en medio del olor a polenta, cerveza y chuletas de cerdo cantó contra el sur, contra Nápoles, contra el Mediterráneo. La escoria se encontraba bajo esa serpenteante línea que trazaba el río Po, la frontera imaginaria de la Padania. El propio Salvini, que entonces era comunista, coreó aquello de “Roma ladrona” y bramó lo de “ya huele, llegan napolitanos”. No hay un lugar que recuerde más a los militantes que ellos no son la “mierda del sur” de la que siempre se distinguieron: los despreciables terroni. “En el norte han entendido que nos necesitan”, se reconforta Paolo, napolitano del barrio de Forcella, con dos cervezas en la mano en la zona de caravanas y tiendas de campaña. Junto a él han llegado otros 300 paisanos unidos por la causa contra la “invasión de inmigrantes”. Un formidable pegamento para la histórica brecha entre el norte y el sur. Nada menos que un botín de 140.000 votos del sur en las pasadas elecciones generales.

La rave de Pontida, con una dosis de excentricidades considerable y un presentador que fue ultra del Atalanta y hoy es diputado (Daniele Bellotti), es un punto de inflexión. Cuando Salvini cogió las riendas del partido, la formación no superaba el 5% de los votos y estaba al borde del derribo. Ahora le reciben con un tenor cantando el aria Nessun Dorma del Turandot de Puccini, y un vídeo que recuerda como su gran hazaña que no dejó entrar al Aquarius, el barco con 629 migrantes que terminó atracando en Valencia. Habla durante una hora. Chistes sobre la izquierda, repaso al programa y oración a ritmo de gaitas por Gianluca Buonanno, un eurodiputado muerto en un accidente de tráfico. Poco más del pasado. Ni de las viejas glorias. “El mundo es el que ha cambiado, no la Liga”, lanza al final de su intervención, con un rosario en la mano, para justificar el tremendo viraje. Y tanto. Su partido ahora gobierna, se ha adueñado de la bandera tricolor —que siempre despreció— y apela al sentido común. “Primero los italianos”, puede leerse bien grande en la entrada del recinto.

Pontida siempre midió las fuerzas de un partido residual, los bárbaros del norte. Hoy harían falta 20 descampados como este para descifrar su éxito. La última encuesta, publicada el sábado por el Corriere della Sera le da ya casi un 31% de los votos, 14 puntos más de lo que obtuvo el 4 de marzo, suficiente para certificar el sorpasso al Movimiento 5 Estrellas, su socio de gobierno. De modo que la Liga, como se encargaron de recordar todos los ministros que subieron al escenario, ya no es un reducto de frikis disfrazados de vikingo (aunque este domingo no faltasen). Es el partido con más apoyo de Italia, un proyecto trumpista con aroma mediterráneo que planifica ya su expansión por Europa. “Pienso en una Liga de ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos”, ha señalado mientras saludaba las banderas independentistas de Cataluña en la primera fila y de Rusia. “Visitaré las capitales, no sólo las europeas, para crear una alternativa a esta Europa fundada sobre la explotación, las finanzas y la inmigración en masa”, anunció.

Unos 75.000 seguidores de la Liga asistieron al encuentro de Pontida. LUCA BRUNO AP Salvini, selfie mediante, citó a todos los enemigos: Bruselas, George Soros, Saviano —“un antimafia de boquilla”—, la izquierda radical chic, Matteo Renzi. Básico y efectivo. Como el nuevo ministro de Agricultura, Gian Marco Centinaio: “Los productos italianos son los mejores. No esa basura que provoca cáncer que nos mandan de fuera”. O el discurso del ministro de Familia, el homófobo Lorenzo Fontana: “No quiero el apoyo de las multinacionales, sino el del pueblo”.

El cocktail que la nueva Liga sirvió en Pontida tiene una parte de nacionalismo, autonomismo, bajada de impuestos (en la montaña una enorme pancarta pedía la tarifa única de IRPF), eslóganes antiestablishment. Un malabarismo al que tocaba añadir a los viejos rockeros de siempre, algo molestos con tanto cambio. En la primera fila está Luca Bresciano, con una bandera independentista catalana. “Queremos la libertad de nuestros hermanos catalanes”, dice mientras en el escenario amenazan con quitarle las subvenciones a las asociaciones LGTBI. Salvini le saluda. Y Empiezan a oírse las críticas a las ONG. De hecho, el hit entre el abundante merchandising salviniano era la camiseta azul con la cara del ministro del Interior y su celebre frase contra los migrantes: “Se acabó la buena vida”. Lorenzo, de 17 años, con su madre y su tía, la llevaba orgulloso.

El fenómeno Liga tiene algo de hipnótico. Es capaz incluso de seducir a quienes son objeto de desprecio. Agron Kolthi, un albanés que llegó en autobús desde Albania para buscarse la vida lleva a cuestas un enorme retrato enmarcado que le ha pintado a Salvini. Es jardinero y apenas habla italiano. Pero cree que la cosa va solo con los africanos. “Me gusta Salvini porque es un líder fuerte. Es lo que necesitamos. También en Albania”. A su lado, Mirella A., 42 años y su perro tatuado en el brazo, confirma que el problema ya no es el sur —“nos necesitamos”. Hasta que, como dice Salvini, el mundo vuelva a cambiar.

UNA LIGA DE LIGAS EN EUROPA Matteo Salvini y la Liga van sobrados en Italia. Lo dicen las encuestas (le dan ya el 31% de estimación de voto) y el apoyo ciudadano. Este domingo el líder de la Liga, convertido en una estrella del rock en el encuentro anual de Pontida, se dio un baño de multitudes. Encarrilada la batalla doméstica, el ministro del Interior tiene la vista puesta en Europa y en crear una nueva plataforma internacional populista. El domingo fue lo que más repitió durante su discurso y dejó claro cuáles son sus planes para los próximos meses. “Pienso en una Liga de ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos”, señaló mientras saludaba las banderas independentistas de Cataluña en la primera fila y de Rusia. “Visitaré las capitales, no sólo las europeas, para crear una alternativa a esta Europa fundada sobre la explotación, las finanzas y la inmigración de masa”, anunció.

Con la vista puesta en las próximas elecciones europeas en 2019, el líder ultraderechista, en el Gobierno con el Movimiento Cinco Estrellas, avisó de que “el próximo muro que se derribará será el de Bruselas”. “Las elecciones europeas del año próximo serán un referéndum entre la Europa de las élites, de las bancas, de las finanzas, de la inmigración y la precariedad, y la Europa de los pueblos y del trabajo. Nos han ofrecido un futuro de precariedad y miedo, donde un contrato indefinido o tener pensión es un sueño”.

La plataforma europea, fácil de conectar en Francia con Marine Le Pen —aquí se entiende parte de la guerra que Salvini mantiene con el presidente de Francia, Emmanuel Macron—, forma parte también de la estrategia del exasesor de Donald Trump Steve Bannon. El estratega ultraconservador pasó varios días en Roma después de las elecciones y asesoró a la Liga sobre cómo ampliar horizontes electorales.

https://elpais.com/internacional/2018/07/01/actualidad/1530465032_091792.html

_- Ciudadanos (C’s): un peligro oculto para la sociedad

_- Antonio José Gil Padilla

En el marco de un modelo político desgastado, la aparición de Ciudadanos en el panorama político de este país supone un tremendo peligro para la clase trabajadora, aunque su éxito, como señalaremos más abajo, se deba, en gran medida, al apoyo de amplios sectores del pueblo llano. Sectores sociales sin ideales, sin conciencia de clase, víctimas de la indiferencia y, por lo general, con débil dotación intelectual, así que la mentira y la falsedad encuentran fácil encaje en un terreno fértil, a la vista del posible aumento electoral de este nuevo grupo. Son aquellas y aquellos que, por la creencia en la “maldad” de las ideologías, se sienten neutrales en sus decisiones políticas y se ubican en una posición de un centro inexistente. De ello se aprovechan esos grupos antipopulares que se esconden tras una máscara sin dejar ver sus verdaderas intenciones. Qué dirán aquellos que les apoyen, después, si alguna vez ganan, cuando se vean, nos veamos todos, sometidos a un mayor deterioro de lo público, al incremento de la desigualdad, a la más acusada pérdida de algunas conquistas conseguidas a lo largo de tantos años.

Previo
El día 5 de mayo de 2015 decía: “Se potencia a un grupo político como Ciudadanos que, como hemos visto, ha crecido en las elecciones andaluzas, y sigue creciendo en intención de voto, a una velocidad mayor que lo hizo PODEMOS después de las europeas. El crecimiento de Ciudadanos, en intención de voto, se corresponde con una significativa pérdida de PODEMOS.

La jugada está casi resuelta. A Ciudadanos le han camuflado bajo una falsa apariencia de partido descafeinado aunque, en realidad, cabe ubicarle, según terminología clásica, en la extrema derecha, dispuesto a seguir defendiendo los mismos intereses que los otros grupos que se han alternado hasta la fecha, es decir, los del gran capital.

¿Cuáles son los mecanismos que emplea el poder real para manipular y determinar la práctica política? Se nos antoja que, al margen de todo lo que se mueva en las cloacas, son los medios de comunicación y las subvenciones de los bancos y entidades financieras las herramientas que permiten aupar a un grupo político sin apenas significación política en el ámbito estatal. Por otra parte, los que mandan conocen muy bien el estado intelectual y emocional de amplios sectores de esta sociedad nuestra, manipulables sin límites”.

Y un poco más adelante señalaba: “Ciudadanos (C’s), o el invento político más descarado de la oligarquía, es un grupo creado desde arriba con una doble intención: a) hacer de puente entre PP y PSOE para mantener la plutocracia que sufrimos desde hace tantos años; b) sustituir, poco a poco, a una formación (PP) controlada por personas desgastadas y mayores, inmersas en la corrupción. Pero podría ser que fracasaran en ambos objetivos. UPyD ya intentó algo parecido, y ahora ya son pasado. Por si esto lo leyera algún despistado o a alguna despistada, que no lo creo, remarcar que el centro es un ambiguo y tramposo refugio. Como he dicho en otras ocasiones, C’s, por sus acciones, y por las actitudes de sus dirigentes, habría que ubicarles en la extrema derecha, por utilizar términos corrientes”.

Ciudadanos ahora
Desde esas fechas, han ocurrido nuevos acontecimientos en política, pero en lo básico, este grupo sigue siendo el mismo engendro, aunque quiero hacer algunos matices. Ahora me doy cuenta de que Ciudadanos no es lo que se conoce como un partido político al uso. C´s es un producto de marketing. Un producto light, elaborado, como dije entonces, desde arriba, con un éxito aplastante de la operación. Han conseguido hacerse un hueco en el inexistente centro político, en un esquema clásico de izquierda-derecha. Pero, como he dicho en varias ocasiones, el centro no existe. La izquierda se ha caracterizado por su defensa de los intereses de las clases populares, aunque, hay que decir, que, salvo en raras excepciones (Frente Popular en España, por ejemplo), esa izquierda real no ha gobernado nunca. La derecha clásica, el PP de ahora, se nutre básicamente de las reminiscencias fascistas de la anterior Dictadura y de la iglesia católica y sus feligreses, procediendo sus votantes, en muchos casos, de ambos colectivos a la vez, sectores que se van reduciendo poco a poco. Por eso, conforme pasa el tiempo, decrece el apoyo.

Pero ahí está Ciudadanos para reemplazarle. Después de una política reaccionaria y de corrupción del PP, puede ocurrir que la pérdida de votos de ese partido, dé lugar al crecimiento de Ciudadanos de tal manera que le permita alcanzar ciertas cotas de poder y nos arrastre, si es que llegaran a gobernar el país, a un estado pseudonazi y carpetovetónico.

C´s no tiene ideología, ni proyecto programático, ni criterio propio. Son una máquina descaradamente manejada desde el poder real. No son en absoluto fiables. Son capaces de cambiar en un solo día su posición política. Sus declaraciones son poco creíbles para mentes sólidas y limpias.

Su éxito está basado en el apoyo y el “cocinado” desde arriba, y, como he señalado al comienzo, en la incultura política, la ignorancia y la ingenuidad de la masa. En el significativo salto hacia arriba en las encuestas se debe a la capitalización del voto anticatalanista de la masa cuyo perfil hemos dibujado antes. Los nacionalistas, con su acreditada torpeza, son los causantes del protagonismo que está adquiriendo C’s. Han puesto al descubierto ese anticatalanismo visceral de amplios sectores del resto del Estado.

Es ahora el momento de aclarar algo más lo que entendemos por la ignorancia y la ingenuidad, rémora del progreso, a las que tantas veces hemos hecho referencia.

La ignorancia la he definido con anterioridad como la debilidad intelectual de la especie sobre la que se asienta la práctica política actual, y la ingenuidad como la ignorancia en menor grado. En ambos casos está en juego la inmadurez intelectual.

Hablar de ignorancia o inmadurez intelectual nada tiene que ver con la formación reglada de cada cual. Haber cursado estudios universitarios, por ejemplo, no inviste de intelectualidad a los individuos. Menos con una práctica educativa como la que sufrimos en este país.

Cuando tacho de falta de capacidades me refiero al común de la especie, ausente de conciencia como para saber cuáles son sus verdaderos enemigos de clase, a los que votan en las elecciones. Por el contrario, hay muchas personas que, como autodidactas, alcanzan altos niveles de madurez intelectual. No cabe duda de que en sociedades como esta nuestra existen grupos –grupos, por supuesto, abiertos- de mujeres y hombres con ideas avanzadas y con una conciencia suficiente como para caminar hacia mayores cotas de igualdad, solidaridad y fraternidad. Personas que sufren porque comprueban que las tácticas alienantes del poder real triunfan y consiguen fomentar en las masas la indiferencia, el egoísmo y la ambición. Miserias propias, como tantas veces digo, de un sistema injusto, irracional, inhumano y cruel.

Nota:
El día 10 de mayo de 2018, nos anuncian que Rivera, el jefe de Ciudadanos, es considerado como una joven promesa por el Foro de Davos, el foro de los ricos. Muestra inequívoca de qué intereses defiende y defenderá si alguna vez gobierna.

martes, 3 de julio de 2018

El Estado se gasta 100 millones de euros al año en pagar el sueldo a profesores de Religión

Laura Galaup
eldiario.es

El Ministerio de Educación se ha gastado 100 millones de euros de media cada año en profesores de Religión de Infantil y Primaria durante los últimos nueve años. Aunque el número de docentes se ha reducido, los fondos públicos destinados a estos profesores han ido de los 106 millones de 2009 a los más de 98 del año pasado.

Si en 2009-2010 el Gobierno central abonó el sueldo a 3.271 docentes que imparten esta asignatura, durante este último curso esa cifra se redujo a 2.916. El mayor descenso se ha producido entre los profesores de religión católica, el número de profesionales que imparten otras confesiones, muy residuales, se ha mantenido estable. En el periodo escolar 2017-2018 el Ministerio abonó el salario de los 68 profesionales que impartieron religión evangélica, los 50 que dieron clase de religión islámica y los 2.798 de religión católica.

eldiario.es desveló hace un par de meses un conflicto con estos docentes en Andalucía. En esa región el Ministerio de Educación, que es quien contrata a los profesores de Religión de Infantil y Primaria, llevaba tres años pagando a maestros que no dan clases, pero siguen acudiendo a su centro y cobrando. Antes del cambio de Gobierno, el Ejecutivo de Susana Díaz envió al ministro del PP Íñigo Méndez de Vigo un informe donde se revelaba esta situación.

Según contesta el Ministerio de Educación, tras una petición de eldiario.es al portal de transparencia, el Ejecutivo tiene competencias para contratar a profesores de Religión que, no perteneciendo a los cuerpos de funcionarios docentes, imparten la asignatura en centros públicos de educación Infantil y Primaria en Andalucía, Aragón, Cantabria, Canarias, así como de todos los niveles educativos de Ceuta y Melilla y de los centros educativos nacionales en el extranjero. En estas comunidades autónomas es el Gobierno central quien les abona directamente las retribuciones salariales a los profesores.

Curva descendente
Desde el año 2009 el gasto en estos docentes se ha ido reduciendo, pero suma casi mil millones de euros. En 2010 el Gobierno pasó a abonar 105,6 millones por retribuciones y seguridad social a estos profesores; en 2011, 103,2 millones; en 2012, 94,3 millones; en 2013, 96,9 millones; en 2014, 98,8 millones; en 2015, 99,8 millones y en 2016, 100,1 millones. En total, Educación ha destinado en estos nueve años 903,6 millones.

Durante este periodo, en 2012 este gasto alcanzó su pico más bajo. Disminuyó el número de profesores, pero también influyó que las retribuciones se redujesen por la supresión de la paga extraordinaria del mes diciembre al personal del sector público. En estos nueve años los docentes contratados se han ido reduciendo anualmente. Por ejemplo, en el curso 2010-2011 el Gobierno abonó el sueldo a 3.274 docentes; en 2013-2014 a 3.063; y en 2016-2017 a 2.935.

Andalucía es la comunidad autónoma en la que más dinero se invierte para pagar el salario de estos docentes. En el curso 2017-2018, el 69% del total de los docentes que recibieron su sueldo del Gobierno central impartían esta materia en esa región. De los 2.028 profesionales que trabajaban en colegios andaluces, 1.950 pertenecían a la confesión católica, 56 a la evangélica y 22 a la islámica. En total, en 2017 sus salarios supusieron 68 millones de euros.

Tras Andalucía, según la respuesta de Transparencia, Canarias es la comunidad en la que más profesores se contrataron para impartir Religión en Infantil y Primaria durante el curso 2017-2018. El Ministerio destinó 15 millones de euros en esta comunidad autónoma en 2017 para hacer frente al sueldo de 461 profesionales; de ellos, solo dos eran evangélicos y uno musulmán. Por su parte, Aragón tuvo 253 docentes (nueve evangélicos y tres islámicos) y recibió 7,3 millones y Cantabria contrató a 102 profesionales, que supusieron 3,4 millones a las arcas públicas.

Colectivo feminizado
Como el Ministerio de Educación tiene las competencias de enseñanza de Ceuta y Melilla, abonó el sueldo de los 31 y 30 docentes que dan clase de religión no solo en Primaria e Infantil también en Secundaria y Bachillerato, en cada una de las ciudades autónomas. Para hacer frente a esos salarios pagó alrededor de 1,5 millones de euros en cada una de estas localizaciones. El coste de los docentes en centros dependientes del Ministerio en el extranjero fue de 223.00 euros y Madrid recibió 63.773 euros para hacer frente a las 43 horas que imparte a cargo de las arcas del Gobierno central.

De los datos que ha facilitado Educación se desprende que la docencia de la Religión es una profesión feminizada. Analizando las cifras del último curso, de los 2.916 profesores que impartieron religión, 2.522 eran mujeres. Solo en el caso de los docentes de religión islámica hay más hombres que féminas, 29 frente a 21.

Fuente:
http://www.eldiario.es/sociedad/Ministerio-Educacion-millones-profesores-Religion_0_788471969.html

La victoria de López Obrador lleva al poder a la izquierda en México. El líder de Morena obtiene un 53% de los votos, según el conteo rápido, 30 puntos más que Ricardo Anaya y José Antonio Meade, que reconocen su derrota antes de conocer los datos oficiales.

Andrés Manuel López Obrador, sí, AMLO, será presidente de México.



Andrés Manuel López Obrador en el escenario del Zócalo de la Ciudad de México saluda a sus seguidores.Por primera vez, un político curtido como líder social, que mira hacia la izquierda, gobernará el país de habla hispana más grande del mundo, la segunda economía de América Latina, el vecino del sur de la gran potencia universal. Según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral, logró entre el 53% y 53,8% de los votos, por delante de Ricardo Anaya (22%-22,8%) y José Antonio Meade (15,7%-16,3%). Más claro: López Obrador es el presidente con mayor respaldo de la historia de México. No hizo falta, en cualquier caso, esperar a tener resultados oficiales. Tras conocerse las encuestas de salida, sus dos rivales, reconocieron la derrota y felicitaron al ganador. México no solo ha elegido presidente, también un futuro distinto. La victoria supone un tsunami político. Morena, el partido de López Obrador, gobernará también la Ciudad de México y obtiene el poder en varias gobernaciones. Si hace 18 años el país decidió poner fin a la hegemonía del PRI después de 70 años, ahora exige una transición, un cambio de régimen tras dos décadas de alternancia entre los partidos tradicionales.

El triunfo de López Obrador es la constatación de que el país exige a gritos un cambio. El hartazgo y el enojo con el sistema actual han podido más que cualquier otro factor. México le brinda la oportunidad a quien se lo había denegado en dos ocasiones. A los 64 años, el líder de Morena promete una transformación a la altura de la Independencia, la Reforma y la Revolución. A partir de ahora ya las grandilocuentes propuestas deberán ser aterrizadas. López Obrador deberá concretar cómo acabará con la corrupción más allá de la honestidad que promulga y tendrá que definir un plan para reducir los niveles de violencia.

México ha dado en las urnas la espalda al legado de Enrique Peña Nieto, encarnado en José Antonio Meade y ha rechazado el cambio que proponía Ricardo Anaya. Lo ha hecho de manera abrumadora en una jornada democrática como se recuerdan pocas: sin apenas incidentes que resaltar; sin acusaciones de fraude de ida y vuelta. Una tranquilidad pasmosa, comparada con el turbulento día a día que azota el país.

Uno de los mayores desafíos de López Obrador desde esta noche hasta el 1 de diciembre que asuma la presidencia - cinco largos meses de transición- será abordar la forma de superar la polarización generada durante una campaña repleta de crispación. Su figura, pese a contar con un respaldo mucho mayor del que tuvo en sus dos primeros intentos, sigue siendo motivo de confrontación. El líder de Morena ha sabido incorporar a críticos a su proyecto, pero sigue teniendo furibundos detractores, que no confían en él. Consideran que la aparente moderación de su discurso es una fachada. Si para la elección consiguió despejar la idea de que es un peligro para México, a partir de ahora deberá alejar los fantasmas que lo consideran un autoritario y que gobernará para todos los mexicanos. En su primera intervención tras la victoria, López Obrador llamó "a la reconciliación de todos los mexicanos", al tiempo que lanzó un mensaje de tranquilidad para los inversores y el sector empresarial.

La contundente victoria de López Obrador pone patas arriba el sistema tradicional de partidos de México. Desde 1988, la política mexicana ha girado principalmente en torno al partido hegemónico PRI; el conservador PAN y el progresista PRD. Todo eso puede quedar reducido a cenizas. Tan significativa es la victoria del líder de Morena como la derrota del resto de partidos. La irrupción de Morena, la formación creada ad hoc por López Obrador, como principal fuerza en el Congreso, pone a la izquierda ante un reto ingente, en la medida en que el triunfo lo ha logrado en coalición con un partido, Encuentro Social. En el polo ideológico opuesto, la formación evangélica se prepara para tener en el Congreso un peso que jamás había soñado.

Más incierto será el camino para el PRI y el PAN. En el caso del tricolor, no solo abandonará el Gobierno el próximo 1 de diciembre. Al mal resultado de Meade se suma, a falta de resultados concretos, la más que previsible pérdida de poder a nivel local, lo que obliga al partido que está en el imaginario de todos los mexicanos desde hace décadas a iniciar una travesía en el desierto. Nunca antes el PRI se ha visto ante este escenario. La apuesta por Meade, un tecnócrata con amplia trayectoria en el Gobierno con el que Peña Nieto pretendía contener el desgaste de su administración y del partido, resultó un fiasco. La losa era demasiado pesada. Además, las fracturas internas volvieron inviable una campaña condenada al fracaso desde el inicio.

El final del sexenio plagado de violencia y corrupción, junto a los resultados de esta elección, complican sobremanera la imagen del presidente –durará cinco meses aún en el cargo- y deja muy tocado al grupo que le ha apoyado todo este tiempo. Entre muchos dirigentes del denominado viejo PRI cunde la preocupación de que, de no lograr una transición rápida en el poder del partido, la estructura se pueda ver absorbida por el ascenso de Morena.

El futuro de la derecha tampoco es nada halagüeño. El PAN se ve ahora envuelto en una encrucijada. Ricardo Anaya entregó su caudal político al éxito del Frente, una alianza con la izquierda, que propició desde la presidencia del partido conservador. La apuesta, no obstante, generó una división en el PAN. Los detractores del candidato consideran que, de haber ido en solitario, el tradicional partido opositor mexicano hubiese tenido más opciones de enfrentarse a López Obrador. Los gestos contra Anaya se han multiplicado desde el mismo momento de su designación. También la dirigencia del PAN ha movido ficha al respecto. Horas antes de la elección, la formación expulsó a varios dirigentes con peso antaño, una señal que muchos interpretaron como la aceptación de la derrota por anticipado, un intento por contener una crisis que se antoja inevitable.

México afronta desde este lunes una nueva era. Un desafío que trasciende a un país de 120 millones de personas, que ha decidido abrir la puerta del poder a la izquierda.

https://elpais.com/internacional/2018/07/02/mexico/1530496335_470433.html?rel=lom

Claudia Sheinbaum arrasa en la capital mexicanaLa candidata del partido de López Obrador vence a su principal rival, Alejandra Barrales (del Frente) y logra un triunfo histórico: que el Ejecutivo federal y el de la Ciudad de México estén controlados por la misma formación.

Karl Marx (1818-1883). En el bicentenario de su nacimiento (XX) De nuevo sobre la dialéctica

Salvador López Arnal (editor)
Rebelión


La conferencia “La noción de ciencia en Marx y su trabajo científico” fue impartida en la Fundación Miró de Barcelona el 9 de noviembre de 1978. Fue corregida su transcripción por el propio Sacristán y publicada por vez primera en mientras tanto 1980; 2: 61-96 (posteriormente reimpresa en Sobre Marx y marxismo. Panfletos y materiales I, Icaria, Barcelona, 1983 pp.317-367). Se trata de uno de los ensayos filológicos y filosóficos marxianos más brillantes del autor de El orden y el tiempo. Aquí nos centramos en una parte del interesante coloquio que siguió a la conferencia (resumo las preguntas), en sus reflexiones sobre la noción de dialéctica y asuntos cercanos de metodología.

Se le pregunto ya de entrada sobre la supuesta metodología marxiana, “sobre la ausencia de una exposición sistemática de las características de ese método”, así como sobre la presencia creciente de la idea de globalidad en la obra de Marx y de ese supuesto método dialéctico en sus análisis económicos e históricos. Su respuesta

Era difícil responder. Se debería desmenuzar “un poco la cosa”. Por de pronto, él tenía la impresión de que lo mejor que había dicho Marx sobre cuestiones de método lo habçia publicado.

Quiero decir, me parece mucho mejor y más claro, por ejemplo, la página y media o las dos páginas del epílogo a la segunda edición del libro primero, a la que me he referido antes, que las casi cinco páginas largas en la Nueva MEGA del punto 3 de la “Introducción” inédita del 57. A mí me parece que cuando quiere profundizar más es cuando es más estéril en cuestiones de método.

En cambio, cuando brevemente y con espontaneidad contaba lo que había hecho le salíatextos bastante claros como fue el caso del epílogo deEl Capital. En cambio, sus desarrollos en borrador le parecían larguísimos forcejeos en los que iba obstaculizado por dos cosas: “una, por ser demasiado filósofo, por saberse muy bien a Hegel y por llevar en la cabeza el esquema este del método dialéctico, que es un equívoco en mi opinión, y luego, en el otro caso, por defecto”. Quería decir lo siguiente.

A mí me parece, argumentarlo sería muy largo y casi habría que argumentar a contrario, que la expresión “método dialéctico” es una expresión impropia, a menos que “método” se convierta en una palabra amplísima. Pero por método, ¿qué entendemos normalmente? Por método normalmente entendemos un conjunto de operaciones seriado, repetible, ordenadas y repetidas. Cuando decimos “método de los mínimos cuadrados” o, aunque no sea teórico, “método de las cámaras de plomo para la obtención de ácido sulfúrico”o estamos refiriéndonos a un sucesión de operaciones muy bien definidas que todo profesional en la materia puede repetir exactamente igual. O el método de multiplicar o de dividir o de sacar raíces cuadradas.

Cuando se hablaba del “método dialéctico” no se estaba hablando de eso. Por ejemplo

el método dialéctico se basaría en un uso de la negación. Bueno, pero absolutamente todo marxista de los que recogen este léxico hegeliano tal cual, a través de Marx, desde Gramsci hasta Althusser, todos ellos nos cuentan, empezando por Engels, que ahí negación quiere decir una cosa muy especial, no es una negación cualquiera. Es, como dice Althusser, surdeterminé, o como dice Gramsci, me parece que dice a veces cualificada o determinada, no lo sé... pero más o menos le ponen un calificativo a negación. ¿Qué negación es esa que no es simplemente el valor negativo? ¿Qué negar es ese que no es simplemente la verdad de una proposición que cuando es afirmada sea falsa o la falsedad de la proposición negada? ¿Qué negación es esa? Es una negación que no puedo yo utilizar como los demás. No es una negación truco aprendible, por así decirlo. Entonces método ahí no está usado en el sentido de conjunto ordenado de operaciones repetible por cualquiera. Está usado en otro sentido. Entonces no es método en el mismo sentido en que decimos método normal.

Este equívoco pesaba eternamente, enopinión de Sacristán, en Marx y, sobre todo, en los hegelianos. Estaban intentando poner a punto un método que no era propiamente un método sino una filosofía. Lo que querían era conseguir un conocimiento global, sistemático, en un sentido que tenía cierto parentesco con la teoría de sistemas contemporánea. Estaban llamando método a algo que era “un estilo mental que busca un determinado objetivo, con los métodos de cualquiera, con los trucos aprendibles por cualquiera”. Este equívoco era la causa -por exceso- de que no existiera un texto metodológico marxiano, sistemático y largo, que fuera “bueno, mientras que, en cambio, hay trocitos buenos cuando no pretende hacer un desarrollo largo”.

Había también una causa por defecto en su opinión: la falta de instrumentos, de métodos en sentido estricto, de técnicas, de trucos aprendibles.

Hay pocas cosas más angustiosas que ir pasando página tras página de cálculos torpes, equivocados, en los Grundrisse o en las Teorías, o en otros manuscritos de Marx, en los que se le ve intentando hacerse la mano para dominar con cálculos, con técnicas, con métodos, en sentido trivial, un problema. Hay una desproporción tal entre la amplitud, y ya que soy muy crítico en otras cosas déjame decir aquí palabras positivas, entre la genialidad de la visión y los instrumentos de que dispone, que aquí se produce me parece a mi una causa por defecto de su escasa clarificación metodológica.

No era una contestación muy global pero le parecía que había dicho algo que “creo poder decir con seguridad sobre tu cuestión”.

Sobre otra cosa creía poder opinar con cierta convicción, sobre si la razón de que no llegara a terminar nada fue el ir globalizando más cada vez. No estaba muy seguro. A élle parecía que cada vez Marx fue globalizando menos.

Quiero decir, que el camino intelectual de Marx es una reducción temática; que él, de joven, cuando intenta editar con el editor Leske, todavía piensa que puede escribir acerca del mundo entero y de algo más si cabe, mientras que poco a poco va reduciendo porque va descubriendo las dimensiones de los temas. Es decir, parece claro que hacia 1874, 1875, había renunciado definitivamente a escribir nada que no fuera intentar aclararse sobre su problema económico. A mí me parece que ha ido reduciendo la globalidad.

No en su ideal de conocimiento, que seguramente seguía siendo el mismo, pero sí en su trabajo real, en su práctica científica cotidiana. También creía que le había inhibido globalmente para todo, “igual para terminar los manuscritos económicos que para cualquier otra cosa”, una cierta percepción de que debíaa volver a empezar sobre la base de datos americanos y rusos.

Otro asistente destaca un error en los temas de las diferentes conferencias del ciclo. Sostiene que no se puede criticar a Marx como economista o como sociólogo porque lo que había hecho había sido “aplicar el método hegeliano invertido a la economía, a la sociología o a cualquier otra ciencia social”. Si acaso, se le podía criticar por la aplicación del método dialéctico a esos ámbitos. La pregunta formulada a Sacristán; qué opinaba de lo que había dicho. Citaba finalmente a Lukács como otro ejemplo de aplicación del método en Historia y consciencia de clase.

Sacristán empezó señalando que le acababa de dar su opinión.

Es un disparate lo que acabas de decir [...] La idea de alguien que tiene un método y lo aplica esto es la negación de cualquier actividad científica y Marx ha sido un gran científico. Un método no es un aparato con el que él lo aplica. A mí me parece que, en cambio, en tu primera fase, sí que hay una cosa vital para la comprensión de Marx, no para la comprensión de la filosofía de la ciencia o de la economía de Marx, para la comprensión global de Marx.

Efectivamente, Marx como científico era siempre redundante, nunca quedaba cogido en una ciencia. La motivación de su trabajo intelectual había sido manifiestamente una motivación filosófica y política, no una motivación científica. Una comprensión plena de Marx era necesariamente una comprensión global. Eso no quitaba que desde luego, una comprensión global que entendiera, que no fuera un disparate de pura palabrería, tenía por fuerza que entrar en cada detalle. No se podía aspirar es a comprender el todo sin conocer nunca ninguna de las partes.

Otro asistente preguntó si las dudas metodológicas de Marx se podían interpretar como un intento de buscar una nueva noción de ciencia por su parte, una ciencia que no fuera únicamente una ciencia descriptiva sino también una ciencia transformadora

En su opinión, no se podía interpretar así. Marx sabía perfectamente que la ciencia no era transformadora en cuanto a conocimiento, sino en cuanto a fuerza productiva.

Claro que Marx quiere transformar el mundo, pero como científico a quien pone la ciencia al servicio de algo le llama canalla, literalmente. No, esos son los marxistas de cierta clase. Los que hace esa confusión; Marx, no. Marx sabe que la ciencia como conocimiento transforma sólo al sujeto. Así, indirectamente, puede transformar al mundo. Marx sabe, además, que él no es sólo un científico. Él es la cabeza de un movimiento revolucionario. Esto es lo que no hay que confundir. Pero, como científico, sabe muy bien que 2 y 2 son 4 aunque eso sirva a la burguesía. Eso lo sabe perfectamente. Son sólo los malos ideólogos pseudomarxistas los que no lo saben.

De todos modos, añadía, lo que sí era un hecho, lo que sí estaba absolutamente justificado era aplicar constantemente la crítica a la ciencia existente. Quería decir: uno, ante la ciencia normal, no podía tener una actitud de pura pasividad, tenía que tener una actitud crítica. Ante cada producto de esa ciencia. Un producto científico no era nunca primariamente ciencia. Era primariamente un bien de uso y también un valor de cambio: “es un libro, es una publicación en una revista; es decir, lo que llamamos ciencia en sentido institucional y sociológico es un trozo de vida social que puede estar cargado de ideología, de política”. La ciencia en el otro sentido, la ciencia en el sentido en el que imperan sólo los valores lógicos era un contenido de ese producto cultural al que llamamos ciencia en sentido sociológico.

Se le preguntó de nuevo sobre el “método dialéctico” y la concepción de algunos economistas marxistas que ven la dialéctica como un procedimiento formalizable. Existían elementos para saber qué actitud tendrían hoy, Marx y Engels, ante la lógica formal.

No lo sabía. Marx fue un entusiasta de la matematización de la teoría económica. El juicio de Maurice Godelier “sobre que el pensamiento de Marx desemboca naturalmente, por lo menos el pensamiento de lo que Marx llamaba economía pura, en la matematización, no hay duda”.

La pregunta sobre la lógica era muy anacrónica verdad. Si se reformulaba históricamente, él opinaba que quizá Marx no hubiera sido capaz de darse cuenta de que las publicaciones de Boole eran una cosa importante.

Lo dudo porque ahí habría pesado, me parece, bastante, por el lado malo, Hegel. Ya he dicho antes que, en mi opinión, el peso fundamental de Hegel sobre Marx es positivo, es lo que le convierte en un científico, pero tiene sus resabios, como también he indicado. Y uno de ellos se refiere a dar como cosa obvia, trivial, sin ningún interés la lógica formal. Lo que repercute en escaso cultivo. Por ejemplo, hay cuestiones que Marx trata largamente como delicados problemas de pensamiento económico que son pura y simplemente cuestiones de lógica elemental. Toda la discusión, ahora no sé si los economistas se van a indignar y me van a atribuir la soberbia de filósofo, pero, en mi opinión, todos las largas discusiones críticas sobre que todos confunden, por lo menos Smith exotérico, el que no es esotérico, confunde capital variable con capital circulante, el constante con el fijo, etc. y eso páginas y páginas de texto en mi opinión innecesariamente profundo, yo creo que es una elementalísima cuestión de discusión de lo que los lógicos ya medievales llamaban fundamentum divisionis. Se podía liquidar en un párrafo que dijera: mis predecesores cambian el fundamento de su división cuando hablan de capital constante, porque unas veces usan como principio de la división algo referente a la circulación y otras veces usan algo referente a la organización. Por tanto, cambian de principio de división. Punto. Basta. Con sólo con que no hubiera despreciado tanto la lógica formal tradicional le bastaba un párrafo para esto y, sin embargo, son páginas.

Era verdad que siempre se era injusto cuando se criticaba a Marx el haber usado tantas páginas para una cosa simple. Había que tener en cuenta que en la mayoría de los casos lo que nosotros leemos eran borradores que Marx no había editado.

Lo más sensato y apreciable de las muchas contribuciones de Althusser es, en mi opinión, su manera de subrayar que una cosa es un texto editado por un autor y otra cosa es un borrador que se le ha quedado en el cajón, y que, en el mejor de los casos, según nos ha legado su hija, una de sus hijas -ahora no recuerdo cual, supongo que la mayor- eran papeles con los que Engels “ya haría algo”, que es una frase realmente no muy valoradora de los propios borradores verdad. Entonces es injusto criticar estos textos de Marx porque no son textos editados por un autor. Son unos papeles que él tenía y de los que al final, moribundo, dijo a su hija pues dile al General que haga algo con esto, que es todo lo que dice. Pero, en fin, salvada esta injusticia, yo creo que muchos largos desarrollos de Marx se podían reducir a pocas líneas con solo que hubiera admitido usar un truco aprendible en vez de la dialéctica de Hegel.

Un asistente le preguntó: ¡y por qué no lo hizo? Respuesta: “Por la convicción ideológica de tener con la visión de Hegel la clave de la comprensión del mundo. Lo cual es…!

El mismo asistente: Estábamos en la cuestión de antes. No se estaba queriendo hacer economía; lo que estaba queriendo hacer era aplicar su método. La respuesta: “Esto es, perdona que te diga, es una frase sin sentido. Porque aplicar método empieza por no tener sentido si no hay ni siquiera método”.

El mismo asistente: Sí, había método. Respuesta:

No hay una serie de operaciones ahí. Nadie puede saber cómo tiene que negar en la dialéctica hegeliana. Tú haz el siguiente ejercicio para darte cuenta de que el llamado “método dialéctico” no es un método. Tú coge y lee una página de Hegel y antes de pasar intenta adivinar lo que va a deducir en la página siguiente. Y antes contrata un psiquiatra, porque no vas a acertar nunca a menos que ya lo hayas leído, a menos que ya lo hayas leído no vas a acertar nunca. En cambio, si tú estás siguiendo una argumentación metódica de cualquier modesta ciencia, cuando pasas páginas sabes de qué más o menos por dónde va a ir.

El llamado método dialéctico no era un método, era algo mucho más importante que un método, era nada menos que una visión del mundo, no un método. Una visión del mundo no se aplicaba. “Una visión del mundo se realiza, se concreta. Para eso hay que trabajar, hay que trabajar de verdad. Es decir, no hay que decir el método se aplica. No, hay que trabajar”.

Mismo asistente: Era lo que hacía Marx, intentar aplicar el método. Por eso jamás Marx lo explicaba. Respuesta: “Pero hombre no te das cuenta que al decir eso incluso dices más de un absurdo, varios. Por ejemplo, anulas. Claro. Por ejemplo, dices el siguiente absurdo de anular la aportación de contenido de Marx. Es ridículo. Si economistas no marxistas y de calidad consideran que ahí no sólo hay un método sino contenido material importante de conocimiento, ¿cómo vas reducir sólo a método? No tiene sentido”.

Sigue el diálogo: La aportación venía como consecuencia de la aplicación del método. Qué diferencia a Marx de otros economistas le preguntaba a Sacristán. A ver qué les diferencia, le respondió. La respuesta: la aplicación del método (sentía volver al principio). La nueva respuesta de Sacristán: “Pero vamos a ver. Todo científico utiliza métodos, absolutamente todo científico”. El interlocutor: “¿Y cuál utiliza Marx?”

Sacristán, que entendió mal la última consideración, respondió:

Igual que utiliza Marx. En cambio, lo que le caracteriza no es los métodos, que esos son los mismo para todo el mundo. Lo que le caracteriza es la inserción de su trabajo en un punto de vista dialéctico que engloba mucho más campo y busca además una explicación añadida a la explicación de método. [Con] la utilización de métodos corrientemente en ciencia tú consigues: localizar los hechos de un campo de investigación y enlazarlos entre sí. Eso lo ha conseguido Ricardo, por ejemplo, y Marx coge esos hechos, más otros que él investiga, y los podría explicar como Ricardo. Hace la explicación que les da Ricardo, ahora estoy simplificando mucho, pero luego le añade otra explicación más, le añade una exposición más. Esa exposición más no es nada que uno pueda repetir mecánicamente como se puede repetir en principio un método. Eso es algo mucho más inspirado, mucho más artístico, mucho más filosófico, por así decirlo, es una visión del mundo social.

No era simplemente ciencia, era más que ciencia, con los riesgos de todo lo que es más que ciencia. !Como la religión es más que ciencia, todo eso es más que ciencia”. La ciencia era una cosa en realidad muy modesta, “sólo que es de una modestia muy peculiar que hace que los que estamos a favor de ella suframos mucho el disparate”.

Conviene seguir con esta categoría tan marxiana, tan hegeliana, tan filosófica.

lunes, 2 de julio de 2018

"Hay que convencer a la sociedad de que exija un mundo sin armas nucleares”. La directora de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, premio Nobel de la Paz en 2017, aboga por la prohibición mundial de las bombas atómicas

Cuando Beatrice Fihn recibió la llamada del Comité Noruego del Nobel el pasado octubre creyó que alguien le estaba tomando el pelo. La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), plataforma de ONG que dirige Fihn, fue galardonada en diciembre en Oslo por su infatigable labor contra las bombas atómicas. Fihn (Gotemburgo, 1982) comenzó a trabajar en la no proliferación y el desarme con una beca en la rama sueca de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad. Después se trasladó a Ginebra para convertirse en la directora ejecutiva de ICAN, cargo en el que cumplió cuatro años este domingo.

El proyecto principal de ICAN gira en torno al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, aprobado en julio de 2017 en la ONU con el voto favorable de 122 de los 193 Estados. El camino de la firma y la ratificación es más complejo. Hasta la fecha, 59 países lo han suscrito y solo diez (entre ellos México, Cuba y Venezuela) lo han ratificado. “El proceso es lento y complejo, pero tendremos las 50 ratificaciones necesarias para que el tratado entre en vigor”, explica Fihn durante entrevista celebrada este miércoles en Madrid, donde se reunió con algunos diputados y fue recibida por la alcaldesa de la ciudad, Manuela Carmena.

Pregunta: ¿Cómo puede funcionar un tratado que rechazan las nueve potencias nucleares?
Respuesta: Puede funcionar con o sin ellas. El mundo ha aceptado que cinco Estados tengan armas nucleares legalmente [EE UU, China, Rusia, Francia y Reino Unido] y otros cuatro de forma tácita [Israel, Corea del Norte, India y Pakistán]. El primer paso es crear la normativa que prohíba su existencia, como se ha hecho con las minas o las bombas de racimo. Luego será absolutamente necesaria la presión social para exigir la destrucción de las armas nucleares.

P: Sus defensores aseguran que su capacidad disuasoria ha evitado durante siete décadas cualquier enfrentamiento militar a gran escala entre los países que las poseen.
R: Que no haya habido una guerra entre las potencias nucleares no es evidencia de nada. La ONU ha tenido un papel fundamental en el mantenimiento de la paz. La capacidad disuasoria es un argumento que debemos rechazar por completo. Además del riesgo de que un Trump actúe instintivamente, no podemos olvidar la posibilidad de un accidente.

P: Jeremy Corbyn [líder laborista británico] ha sido un firme defensor de ICAN. ¿Sería algo distinto si él hubiera ganado las elecciones del año pasado?
R: No podemos esperar a un Corbyn, no podemos fiar el cambio a una persona o a un partido. Tenemos que llegar a todo el espectro ideológico y convencer a la sociedad globalmente de la necesidad de exigir un mundo libre de armamento nuclear.

P: Un estudio de la Universidad de Stanford reveló que el 60% de los estadounidenses estaría a favor de matar a dos millones de iraníes con un ataque nuclear para salvar a 20.000 marines.
R: La mayoría de los ciudadanos de EE UU cree en la doctrina de que la posesión de armas nucleares les convierte en más seguros por ignorancia; ni siquiera son conscientes de los miles de norteamericanos que han padecido las consecuencias de los cientos de ensayos realizados en Nevada. Necesitamos un movimiento similar al que despertó la matanza de Parkland [tiroteo en un instituto de Florida], pero ojalá que no sea un accidente o un ataque nuclear su germen.

P: Austria ratificó en mayo el tratado convirtiéndose en el único país de la UE y de Europa, junto al Vaticano, en hacerlo. ¿Cómo se logró?
R: Es un país con una fuerte tradición pacifista y antinuclear. El nuevo Gobierno [del conservador Sebastian Kurz] nos ha apoyado en todo momento. Esto no es asunto de derechas o izquierdas.

P: ¿Cómo se fuerza el cambio en Rusia o en China?
R: En esos países nuestros equipos trabajan más en el ámbito académico. Creemos que es el primer paso.

P: ¿Y en Israel, que ni siquiera reconoce oficialmente su capacidad nuclear?
R: Nuestra función principal allí es sacar a la luz la información. Los israelíes tienen derecho a saber qué armas se almacenan en su territorio y el riesgo que implica poseerlas. Las posibilidades de catástrofe se han multiplicado en los últimos años con el terrorismo o las armas cibernéticas.

P: ¿Tiene alguna fe en la desnuclearización de Corea del Norte anunciada por Trump? ¿Cómo podría llegar a verificarse?
R: No, no creo que mucho en la hoja de ruta de Trump, pero seguro que es mejor que estar amenazando con una destrucción sin precedentes. Existe un protocolo con todos los mecanismos necesarios para verificar la desnuclearización de un país, no necesitamos un proceso ad hoc creado por Trump.

P: Todos los miembros de la Alianza Atlántica han rechazado por completo el tratado. ¿Tiene alguna esperanza de que España se adhiera?
R: España ya fue valiente al rechazar [en 1986] la instalación y almacenamiento de armas nucleares. Es hipócrita que no apoye la prohibición de estas en todo el mundo. Los miembros de la OTAN no pueden pretender ser el adalid de los derechos humanos mientras apoyen el actual statu quo.

Fuente:
https://elpais.com/internacional/2018/07/01/actualidad/1530452832_925923.html

Conozcan a la "Docente del año", a quien la Casa Blanca no quiere que escuchemos

Mientras miles de docentes de varios estados del país se encuentran en huelga en reclamo de salarios justos y financiamiento adecuado para sus escuelas, una maestra, Mandy Manning, fue invitada a la Casa Blanca la semana pasada para recibir de manos del presidente Donald Trump el Premio 2018 a “Docente del año”. Si bien la prensa pudo escuchar las declaraciones de Trump, no se le permitió presenciar el discurso de aceptación de Manning. Lo poco que sabemos sobre lo que sucedió en el evento es gracias a una de las amistades de la docente, que grabó el discurso con un teléfono celular. En sus comentarios, Trump no mencionó que Manning enseña matemáticas e inglés a jóvenes inmigrantes y refugiados en el Centro de recién llegados de la escuela secundaria Joel E. Ferris ubicada en Spokane, Washington. Si el presidente lograra su cometido, muchos estudiantes como los que asisten a las clases de Manning ya no podrían ingresar a Estados Unidos.

En el histórico Salón Este de la Casa Blanca, bajo la atenta mirada de la multimillonaria secretaria de Educación Betsy DeVos y del secretario de Trabajo Alex Acosta, Manning expresó: “Me siento muy honrada de ser el vehículo para que mis alumnos puedan contar sus historias. Estoy aquí por David, un futuro especialista en tecnología que espera poder asistir a la universidad algún día. Estoy aquí por Tamara, que actualmente estudia el preparatorio de medicina en la Universidad de Eastern Washington. Estoy aquí por Safa y Tara, ambas futuras maestras de primaria. Estoy aquí por Solomon y Gafishi, quienes creen que Estados Unidos es el lugar donde han encontrado el centro de sus vidas, donde pueden tener sueños y la esperanza de ser alguien”.

Estas son algunas de las palabras de Mandy Manning que la Casa Blanca no quiso transmitir. No sabemos por qué no se permitió que la prensa estuviera en la sala. Tal vez no querían que los periodistas vieran los seis prendedores que Manning ostentaba en su vestido. Los prendedores de la docente incluían pins de la Marcha de la Mujer 2017, la bandera de la diversidad y el eslogan “¡Igualdad trans ya!”. Otro mostraba la frase “La vida comienza al final de tu zona de confort”.

Manning le llevó a Trump cartas escritas por sus alumnos especialmente para él. En una entrevista para Democracy Now!, la docente contó: “Tuve la oportunidad de entregarle las cartas de mis alumnos al presidente. También le pregunté si estaría dispuesto a visitar Spokane y conocer a mis estudiantes inmigrantes y refugiados, para ver lo asombrosos, dedicados y enfocados que son, y cuán productivos son como miembros de nuestra comunidad, como futuros ciudadanos de nuestro Estados Unidos”.

En la entrevista que nos brindó desde Spokane, Mandy Manning también leyó una de las cartas de sus estudiantes: “Estimado presidente Trump: Mi nombre es Yusif y soy de Irak. En enero de 2017 usted ganó la presidencia. [En ese entonces] yo debería haber llegado a Estados Unidos; sin embargo, como usted firmó la prohibición de inmigración, tuve que esperar hasta marzo. Mi madre ya estaba aquí en Spokane, Washington y no la había visto en cuatro años. Cuando egrese de la universidad seré un disc jockey, y si quiere saber más sobre mí y la historia de mi madre, puede ver nuestro video en YouTube. Busque ‘Maha Al’Majidi’ y haga clic en el video titulado ‘Refugiada iraquí se reúne con su hijo’. Atentamente, Yusif”.

Según trascendió, en enero, el presidente Trump habría comentado en la Oficina Oval: “¿Por qué vienen todas estas personas de estos países de m***?”. Los alumnos de Mandy Manning son ejemplos del por qué, y así lo explica la maestra: “Todos los estudiantes que vienen a mi clase tienen tres cosas en común. Están aprendiendo inglés, han escapado del trauma para buscar una nueva vida en nuestra nación y están enfocados y decididos a ser ciudadanos productivos de nuestro Estados Unidos. Y, lo más importante: les va bien”.

No es la Casa Blanca la que elige al "Docente del año", sino el Consejo de Directivos de Escuelas Estatales, una organización sin fines de lucro y sin afiliación partidista. Manning expresó: “A lo largo del año próximo, quiero que todos mis estudiantes sepan que estoy aquí por los estudiantes refugiados, por los estudiantes inmigrantes, por los estudiantes de la alianza gay-hetero y por todas las niñas a las que he educado a lo largo de los años; para darles el mensaje de que son queridos, de que son amados, de que son personas plenas y que ellos importan”.

En esta era de muros fronterizos y de prohibiciones de ingreso a los refugiados, en esta era de creciente rebelión docente de costa a costa, tenemos la suerte de tener a una luchadora como Mandy Manning, que defiende los derechos de los estudiantes de las poblaciones más vulnerables del país. Es posible que la Casa Blanca no haya querido que los medios oyeran su discurso, pero esperemos que el presidente Trump apague el televisor, se tome un descanso de los tuits y lea las cartas que ella le entregó.

© 2018 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.s

Fuente:
https://www.democracynow.org/es/2018/5/11/conozcan_a_la_docente_del_ano

domingo, 1 de julio de 2018

Cómo el apego puede moldear la personalidad de tu bebé.

En Pediatría, el apego es la conexión emocional que se desarrolla entre un niño pequeño y sus padres o cuidadores.

La teoría del apego fue desarrollada a mediados del siglo XX por el psiquiatra británico John Bowlby, cuya crianza como parte de la clase alta británica incluyó la pérdida de su amada niñera y su traslado al internado a una edad muy temprana.

Mary Ainsworth, su estudiante y futura colaboradora, ideó lo que se conoce como el procedimiento de la situación extraña, que consiste en separar brevemente a un niño de un año de edad de su padre, su madre o cuidador, y después reunirlos de nuevo, para poder observar de cerca su comportamiento durante cada reunión.

Estos experimentos en los que el bebé se estresa durante un corto tiempo, pero luego se elimina el estrés de manera inmediata, se relacionaron con observaciones en casa de relaciones padres-hijo, y de esta forma los investigadores crearon una especie de taxonomía del apego, donde se interpreta el comportamiento del bebé durante la situación extraña como un indicador de la calidad del vínculo con el padre.

“La situación extraña es muy importante porque investigaciones previas y repetidos estudios mostraron que lo que hacen los padres en casa o en situaciones diversas predice cómo se comportarán los niños en la situación extraña”, dijo Virginia M. Shiller, profesora clínica adjunta en el Centro de Estudios Sobre el Niño en la Universidad de Yale y autora del libro The Attachment Bond: Affectional Ties Across the Lifespan.

Un niño con un sentimiento generalizado de que es muy probable que el padre lo atienda, va a exigir su atención cuando el padre regrese. El niño puede estar molesto, pero se calmará rápidamente, consolado por su padre, y de esta manera manifiesta lo que se denomina “apego seguro”.

El apego, dice Susan Berger, psicóloga del desarrollo y profesora adjunta de Pediatría en el Hospital Pediátrico de Chicago Ann y Rober H. Lurie, consiste en “estar atento a tu hijo en los momentos de estrés para que sepa que, si está molesto, lastimado o enojado, alguien acudirá y hará que se sienta mejor para que pueda superarlo y pueda regresar a su mundo”.

Por otro lado, los niños que no han aprendido a esperar consuelo y alivio cuando están estresados manifestarán lo que se considera apego inseguro.

“Cuando la mamá o el papá regresan, los niños se dan la vuelta; se van gateando a otro lado o casi no miran a su mamá o a su papá”, dijo Shiller. Sin embargo, eso no es porque estén tranquilos. Los estudios han demostrado que estos niños también sienten el estrés por la separación, por su ritmo cardiaco acelerado y sus elevados niveles de hormona del estrés.

En otras palabras “aunque alguien podría decir: ‘Bueno, este es un niño independiente’, tenemos otros datos que muestran que el niño está estresado y está diciendo: ‘Voy a manejar esto por mi cuenta de alguna manera’”.

Este tipo de comportamiento independiente se ha denominado “inseguro-evitativo” en las investigaciones sobre el apego, mientras que a un tercer grupo de niños difíciles de tranquilizar que a veces exigen consuelo de modo agresivo o empujan con enojo a los padres se les ha clasificado como “inseguros-resistentes”.

Finalmente, sobre todo en niños que han experimentado estrés severo, cuidado institucional e incluso abuso, los investigadores identificaron un patrón que han nombrado “desorganizado”, pues los niños no parecen tener una estrategia consistente para responder a las separaciones y reuniones.

El apego en el desarrollo infantil y en la crianza no es lo mismo que la “crianza con apego”, la cual a menudo enfatiza la proximidad física literal de padres e hijos, y la importancia de evitar el más mínimo estrés o separación. “Para tener un apego seguro con tu hijo y que sepa que estás disponible no necesitas estar físicamente conectado a tu hijo cada minuto del día y la noche”, dijo Berger.


https://www.nytimes.com/es/2017/07/11/la-importancia-de-la-conexion-emocional-de-un-bebe-con-sus-padres/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es&action=click&contentCollection=estres&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=4&pgtype=collection

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XIII). “Una elite revolucionaria con pocos privilegios materiales sería un gran avance pero no puede ser el objetivo”

Salvador López Arnal
Rebelión

Profesor de Historia de Europa y de Teoría de la Historia en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), Ariel Petruccelli ha publicado numerosos ensayos y artículos de marxismo, política y teoría de la historia. Es miembro del consejo asesor de la revista Herramienta. En esta conversación nos centramos en su libro Ciencia y utopía, Buenos Aires, Ediciones Herramienta y Editorial El Colectivo, 2016. Se define como “marxista libertario con una amplia participación política en el movimiento estudiantil (en tiempos ya lejanos) y sindical docente”. Ha cultivado el humor político en un colectivo de agitadores culturales (El Fracaso) que editó a lo largo de más de una década dos publicaciones satírico-revolucionarias: La Poronguita y El Cascotazo.

***

Tras una extensa reflexión, comentaba usted que al llegar a este punto era ineludible regresar al meollo de la pregunta efectiva, que, añadía, “puedo reformular, sin perder sustancia, creo, como el interrogante sobre la posibilidad de una vida política no profesionalizada, no burocratizada”. En esto estamos.

La idea, tan arraigada en el seno de la izquierda, de un partido de revolucionarios profesionales tiene un contenido elitista anti-democrático. También tiene un contenido realista: es difícil imaginar cómo se podría desarrollar una acción política a gran escala sin personal dedicado exclusivamente a tales tareas. Hay aquí una tensión. La política, y sobre todo la política socialista, debería ser cosa de todos. Pero la existencia de profesionales de la política establece una divisoria entre una elite y las masas. Sin embargo, insisto, es difícil ver cómo se podría desarrollar una labor eficaz, en las complejas sociedades en que vivimos, sin compañeros dedicados full time a tareas de política y organización. El fantasma y la realidad de la burocracia ha sido omnipresente en los sindicatos obreros, en los partidos socialistas (revolucionarios o no) y en los estados pos-revolucionarios mitológicamente llamados “obreros”. Ahora bien, ¿podemos prescindir de militantes full time, de maquinarias de personal rentado para tareas políticas antes y sobre todo luego de acceder al poder? Yo creo que no, lo cual no implica hacer la apología de esta necesidad. Que sea necesario no quiere decir que sea un bien.Es, en todo caso, un mal necesario. Pero pienso que cierta retórica obrerista y clasista tiende a ocultar esta problemática. Yo prefería llamar al pan pan y al vino vino. Creo que lo mejor es asumir un radicalismo intelectual incompatible con fantásticas imágenes consoladoras. Pero este radicalismo intelectual debería, a mi juicio, convivir con cierto “pragmatismo” político.

Nos explica esta convivencia.
En el caso concreto que venimos analizando, yo creo que hay que decir sin medias tintas que la clase obrera no ejercerá directamente el poder en los estados revolucionarios … pero esto no para hacer la apología de la burocracia (ni tampoco para abandonar las expectativas revolucionarias luego de comprender la imposibilidad de una igualdad completa), sino para extremar los alertas ante ella en lo que será sin duda un lento, complejo, ambiguo e incierto proceso de transición.

El mal necesario de la burocracia es de una naturaleza tal, que entiendo que es ilusorio pensar que podemos solucionarlo con el acceso de algunos o muchos obreros a posiciones de liderazgo o dirigencia. Y digo esto porque un obrero que se transforma en militante rentado, en secretario general de alguna organización sindical, en ministro, en diputado, etc., deja de facto de trabajar de obrero. Ciertamente era un problema el que los líderes socialistas mayoritariamente no provinieran de la clase obrera; pero aun cuando provinieran de ella, el hecho de convertirse en líderes comenzaba a despegarlos de la vida obrera. No sucede lo mismo en el caso de los intelectuales (al menos de muchos de ellos). Como dirigentes siguen dedicándose a escribir y hablar, que es lo que caracteriza a al menos buena parte de los intelectuales. Pero, en cualquier caso, la divisoria entre dirigente y dirigidos, militantes profesionales y ciudadanos comunes es un problema para el que no se avizoran soluciones fáciles. Podremos hablar todo lo que queramos de la dictadura del proletariado, el estado obrero, el poder para el pueblo y por el pueblo, etc., etc., pero, ¿cómo evitamos la entronización, consolidación y reproducción de una elite política? Y todos vemos cómo estas elites políticas se perpetúan incluso entre minúsculos partidos que carecen casi de influencia y riqueza. ¡Imagínate cuando tomen el poder!

Pero usted conoce las reflexiones que se han hecho sobre esta temática en la tradición...
Desde luego que conozco las recetas históricas: revocatoria de mandato, rotación en los cargos, que no ganen más que un metalúrgico, etc. Pero desgraciadamente también conozco lo insuficiente que han sido estas recetas en los partidos, en los sindicatos y en los estados pos-revolucionarios. Esa ley de hierro de la burocracia de la que hablaba Michels. Esa tendencia de las organizaciones políticas y sindicales obreras a desarrollar burocracias auto-perpetuadas es una cosa seria. Su magnitud y universalidad deberían alertarnos. Tiene causas profundas, muy profundas, y sería ingenuo pensar que las mismas desaparecerán fácilmente poco después de la revolución. Por supuesto que es muy seductor pensar que construiremos un estado obrero, y que en él cualquier obrero o empleada podrá ser un funcionario dirigente. Pero desgraciadamente las cosas no son tan sencillas (como bien prueba el abismo entre lo previsto por Lenin en El estado y la revolución y la realidad del estado soviético). De hecho, la idea misma de que una clase explotada sea una clase dominante es un contrasentido, aún con la cautela y el carácter provisional en que lo planteó Marx. Hay muchos problemas aquí. Pero me concentro en uno, que me parece central.

Adelante con ese problema central.
Cualquier miembro de una clase explotadora puede ejercer el dominio político (directo) sin que ello implique grandes cambios en su condición social. Un terrateniente o un capitalista puede ser presidente, ministro, diputado, intendente o senador sin dejar de ser capitalista o terrateniente. Sigue poseyendo sus mismos medios de producción y percibiendo sus mismos ingresos privados. El acceso a cargos políticos ni siquiera tiene por qué alterar significativamente sus ingresos o su forma de vida. No sucede lo mismo con un obrero. La esencia del capitalista no se modifica si conoce cada detalle de la fábrica de la que es dueño o si jamás en su vida la ha visitado. Pero un obrero no es tal sin trabajar de obrero. Y al ocupar un cargo político deja de hacerlo. Imaginemos que no se modifica su ingreso, que cobra lo mismo que cobraba en la fábrica. Ello no significa que no se produzcan grandes cambios en su forma y condiciones de vida: ahora tiene que tomar decisiones de una magnitud y de un tipo imposibles en la línea de montaje; se relaciona con personas antes inimaginables; se encuentra en una posición en la que ya no tiene que obedecer órdenes superiores, sino que por el contrario empieza dar sus propias órdenes; aunque no se quede personalmente con un centavo, por sus manos pasan verdaderas fortunas, sobre las que él tiene un gran capacidad para definir su destino, etc., etc. Podríamos pensar que rotando estas responsabilidades entre todos los trabajadores la cosa se solucionaría. ¡Pero cuán difícil es esa rotación!!!! Incluso para las simples tareas de un sindicato (en comparación con las de un estado revolucionario), ya podemos ver lo difícil que resulta aplicar el principio de rotación y alternancia. Desde luego que el principio es válido, y habrá que defenderlo. Pero deberíamos ser cuidadosos de lo que podemos esperar de él. Para mí sirve para limitar y controlar a las elites políticas (inclusos las elites revolucionarias); mas no para eliminarlas.

Nada de lo dicho implica necesariamente, a mi juicio, una mirada benevolente de la burocracia o de las élites dirigentes.
No creo que se colija de lo que ha señalado ningún juicio o mirada benevolente .

Se trata de realismo para entender su necesidad; no de aprobación apologética. Por consiguiente, la asunción realista de la imposibilidad de eliminarlas debe ir de la mano con los máximos esfuerzos por limitar sus privilegios, poderes y cristalización temporal. Al mismo tiempo, como conducta personal de los revolucionarios (pero no como exigencia a la totalidad de los funcionarios) se debe preconizar cierto ascetismo, renuncia a los privilegios, desarrollo de trabajo manual voluntario, etc. En mi opinión, la mayoría de los partidos de izquierda toleran y hacen la vista gorda ante formas y niveles de burocratización allí donde el fenómeno es evitable (por ejemplo en su propio seno), al tiempo que se muestran a mi juicio increíblemente ingenuas sobre lo que sucederá bajo el socialismo. Yo creo que hay que hacer lo contrario: combatir con mayor firmeza a la burocratización allí donde no es indispensable, sin ser ingenuos en cuanto a la posibilidad de eliminar a las elites y a la burocracia a cierta escala.

Incluso en una economía colectivizada es difícil ver cómo el obrero manual podría estar efectivamente en pie de igualdad con los trabajadores intelectuales, los profesionales o con los cuadros dirigentes. La experiencia de los estados revolucionarios de tipo soviético es más bien triste al respecto. Y aunque yo creo que serían posibles modelos sensiblemente mejores y más democráticos de socialismo, a esta altura me resulta difícil creer que en su seno no habrá diferencias sociales importantes.

¿Diferencias de clase?
Si tales diferencias serán diferencias de clases es una cuestión que en buena medida depende de la definición de clase que se tome. Hay mucho escrito al respecto, desde los clásicos de Trotsky sobre la burocracia como estrato privilegiado y la “nueva clase de Djilas”, hasta las más recientes conceptualizaciones de explotación de status o explotación por cualificaciones, sobre las que han escrito Roemer o Wright. Pero se trate o no de diferencias de clase, se tratará sin duda de diferencias y desigualdades importantes, que mal haríamos en ignorar cuando se dieran, y mal haremos ahora en no prever. Victor Serge dijo proféticamente en relación en los primeros inicios de la deriva burocrática de la revolución rusa: “el peligro están en nosotros”. Fue así, sigue siendo así, y creo que seguirá siéndolo. Nosotros los intelectuales, nosotros los revolucionarios profesionales, llevamos el virus.

¿Y tiene cura, podemos superar ese virus?
Es un virus para el que no se conoce cura todavía, pero del que se sabe la vertiginosa capacidad expansiva que tiene. Las experiencias de Rusia, China, Yugoslavia, Cuba, Nicaragua, Venezuela si querés, dicen mucho al respecto. Para no hablar de la facilidad con que el movimiento obrero produjo burocracias sindicales, y la increíble dificultad con que las contrarresta. Seguir hablando de estados obreros, de la abolición del estado, del objetivo de la disolución de la política por medio de una auto-organización espontánea de las masas sin institucionalización, etc. puede servir para la crítica de los órdenes existentes, pero no para la elaboración de propuestas viables alternativas. Se trata, a mi juicio, de una crítica irrealista; que nos dispone (y está bien) a los cuestionamientos de las burocracias y las élites, pero nos desarma respecto de las vías concretas por medio de las cuales podemos combatirlas. Y si mi hipótesis es correcta, si estamos realmente ante una plaga que no podemos aniquilar, entonces se impone buscar la manera de limitar sus alcances y sus efectos nocivos (dejando de soñar con su desaparición lisa y llana).

Claro, una élite revolucionaria con algunos privilegios simbólicos y pocos privilegios materiales sería un gran avance respecto de una sociedad de clases como el capitalismo. Pero no puede ser el objetivo, no es un bien; todo lo más será un mal necesario. Pero me cuesta ver cómo podríamos, en cualquier socialismo hoy imaginable, evitar la emergencia de este tipo de elites. Por eso prefiero bajar el tono sobre el socialismo y la clase obrera. El obrero de la línea de montaje no ejercerá directamente el poder: lo ejercerán funcionarios (de diferentes orígenes sociales) elegidos por ese y otros obreros. Lo cual no es lo mismo.

Desde luego, las palabras son palabras, y cada quien las puede usar como quiera. Perfectamente se podría argumentar que en un estado socialista (digamos, ya sin burguesía) toda la población es trabajadora y percibe un salario, con lo cual es legítimo hablar de estado obrero o de estado de los trabajadores. El punto, en todo caso, es que esto puede ser y ha sido usado como un mecanismo ideológico para ocultar los privilegios y el dominio de las burocracias. Y yo no creo que sea tan simple evitar a las burocracias, ni mucho menos creo que un estado socialista sea (como creyó Marx) un estado que propugna extinguirse a sí mismo y se encamine a hacerlo en un lapso más o menos breve. Por eso prefiero evitar los eufemismos o las fórmulas rituales consoladoras.

Me surgen mil preguntas sobre lo que ha señalado pero no puedo abusar de usted. Mi “explotación”, la que practico sobre usted y su tiempo, también tiene sus límites.

Habla usted de la imposición de una agricultura mecanizada y colectivista, “cuando los campesinos defendían la pequeña propiedad”. Me ha hecho pensar en Chevengur y en mi padre, un campesino, un jornalero agrícola, que aspiraba a la pequeña propiedad que nunca tuvo. ¿Es tan malo aspirar a la pequeña propiedad? ¿Hizo bien el gobierno bolchevique defendiendo esa agricultura mecanizada-colectivista a la que hace referencia? ¿Qué tipo de colectivismo era ese colectivismo impuesto? ¿Qué podía surgir de esa imposición?

Como socialista, estoy comprometido con formas colectivas de propiedad. Puede que no sea malo, o tan malo, en ciertos contextos, aspirar a la propiedad (privada); pero no es mi ideal. Pero la defensa de un ideal de propiedad colectiva no significa que uno acepte cualquiera de sus formas. La colectivización forzada del agro soviético fue deleznable. Y sus consecuencias sociales y económicas bastante perjudiciales.

¿Y si fuera un ideal contradictorio, o inconsistente, o poco eficaz, o de muy difícil praxis?
Creo que todos los ideales son en parte contradictorios, o al menos están atravesados por tensiones; y todos son de difícil praxis: ¿han sido menos contradictorios o más sencillamente establecidos los ideales liberales, nacionalistas, cristianos, etc.?

Seguramente no. Francisco Fernández Buey también solía llamar la atención sobre esas otras contradicciones o tensiones, no siempre reconocidas.

Habla usted en una nota a pie de página de las influencias populistas en el pensamiento de Lenin. Discute usted con las tesis de S. Clarke. ¿Qué aspectos de la tradición populista rusa serían heredados o incorporados por Lenin en su pensamiento político? ¿Fue buena o mala esa influencia?

Puede ser una discusión de nunca acabar.
Haga lo que pueda.
Hay muchas maneras de interpretar al populismo y al marxismo. En todo caso, Clarke creo que exagera las influencias populistas en Lenin; así como cree tener muy en claro qué sería ser auténticamente marxista. Yo diría, para no escapar por la tangente, que Lenin rechazó de los populistas (o, mejor dicho, de algunos de ellos) la táctica del terrorismo y la expectativa en emplear las tradiciones comunales como base de un socialismo agrario. Tomo de ellos (de algunos de ellos) la idea de un partido clandestino centralizado formado por revolucionarios profesionales íntegramente dedicados a la causa.

La dictadura del proletariado de la que también nos habla en este apartado, ¿llegó a existir en algún momento en la URSS?

Quizá en los primeros meses; pero rápidamente fue evolucionando hacia un régimen represivo. El contexto de guerra civil, claro, no favorecía a la dictadura del proletariado, entendida como una amplia democracia de los explotados.

La última pregunta de hoy: el socialismo revolucionario del siglo XXI, ¿debe ser hablando y vindicando la dictadura del proletariado? Si fuera que sí, ¿cómo debería concebirse y formularse para no generar incomprensiones y rápidos alojamientos a la velocidad de la luz en el vacío?

Habría que pensar en dos niveles analíticos, en una doble dimensión. La dimensión de los conceptos en su contenido empírico; y la de las resonancias simbólicas de los mismos. El sentido empírico original del concepto “dictadura del proletariado” suponía una amplia democracia de trabajadores, en el entendimiento de que sería un régimen todavía de clases, y que todo régimen de clase es en el fondo una dictadura (aún cuando tenga formas “democráticas”). El sentido contemporáneo y las sensibilidades actuales son diferentes. De tal cuenta, yo sería partidario de emplear otra terminología. De todos modos cuáles serían las formas posibles de una democracia de los productores es una incógnita histórica.

***

Nota de edición. 
Entrevistas anteriores:

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (I). "La perspectiva materialista en los términos de Marx que asumo puede sintetizarse en la sentencia: ‘el ser social determina la conciencia social'" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238338

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (II). "El socialismo como la organización de los productores libremente asociados nunca vio la luz, salvo a pequeña escala o por momentos fugaces" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238571

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía en Marx y en la tradición marxista (III). "Sobre el marxismo sin ismos de Paco Fernández Buey tengo la mejor de las opiniones. En realidad la tengo del conjunto de su obra" (*) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238794

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (IV). "Antoni Domènech ha realizado un estudio histórico magistral del concepto de fraternidad" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239177

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (V). "Intento mostrar que Marx tuvo -hasta finales de los sesenta del XIX- una concepción relativamente ingenua del proceso de expansión capitalista" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239526

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VI). "Para Marx las cosas verdaderamente valiosas son las que constituyen un fin en sí mismas y no un mero medio para otra cosa" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239785

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VII), "La concepción usual de la dialéctica en la tradición marxista se basa en generalidades como la negación de la negación" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240133

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VIII). "La pasión política es tomar la política como una necesidad vital, como un fin en sí mismo y en el que se juegan las convicciones" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240735

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (IX). "Marx, en sus últimos años, corrige algunas concepciones suyas de años anteriores; pero no veo una ruptura total o completa". http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241240

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (X). “Engels solía ser más perspicaz que Marx en muchas cuestiones históricas, y en asuntos científicos, por no hablar de los militares” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241504

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XI). “Plajanov es un exponente del determinismo tecnológico: una concepción que yo no comparto” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242601

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XII). “No hay ningún vínculo necesario entre clase obrera y socialismo” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242899

sábado, 30 de junio de 2018

Problemas de moral: entre Cifuentes e Hiroshima


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Vivimos en un mundo en el que las estructuras son mucho más inmorales que las personas. Eso genera, lógicamente, mucho desconcierto moral y jurídico. Y también político

El video de Cifuentes robando en un supermercado y su dimisión inmediata es una excelente ilustración para retomar una de las reflexiones morales más profundas e interesantes que se plantearon en el siglo XX. Este grotesco episodio es la perfecta inversión del caso Eatherly, en el que intervino el filósofo Günther Anders y sobre el que publicó su libro Más allá de los límites de la conciencia. Claude R. Eartherly fue uno de los pilotos que arrojaron la bomba atómica sobre Hiroshima. Apretó un botón y un minuto después, habían muerto abrasadas 200.000 personas. Nadie puede representar lo que significa una cifra de cadáveres de esa magnitud. El ser humano tiene algo de toscamente limitado: podemos llorar profundamente la muerte de una persona, de dos o de cinco, pero no estamos constituidos para sentir la muerte de doscientosmil. El mundo entero, por ejemplo, se conmovió ante la foto del niño de tres años Aylan Kurdi, tirado en la playa muerto tras haber naufragado su patera, pero es más difícil intentar sentir algo al recordar que eso está ocurriendo todos los días y que hay decenas de millares de personas en el fondo de Mediterráneo que han sido víctimas de la misma tragedia.

Eartherly era un voluntario de guerra, piloto de la aviación americana. Tras arrojar la bomba en Hiroshima fue considerado como un héroe de guerra, pero él se vio afectado por síntomas de insomnio y ansiedad que nunca le abandonaron. El primer diagnóstico que le dieron fue “battle fatigue”, “cansancio originado por el combate”, Efectivamente, tras haber causado la muerte de doscientas mil personas, debía de sentirse algo cansado. Era más bien un síntoma de normalidad, como no cesó de explicar Anders. Pero fue tratado como un neurótico, sobre todo cuando empezó a hacer cosas extrañas, como atracar pequeños comercios, oficinas de correos, hurtos menores de delincuente aficionado. Normalmente no se llevaba nada y, cuando lo hacía, era para enviar el dinero a una cuenta de familiares de víctimas de Hiroshima. Clamaba por ser castigado, por ser encarcelado, porque se le reconociera su papel de criminal y se le despojara de su fama de héroe de guerra. Pero había ahí un abismo irremontable, entre la magnitud de Hiroshima y los robos de los supermercados, aunque él hubiera sido, inexplicablemente, protagonista de las dos cosas. A Günther Anders le interesó especialmente esta enorme desproporción entre lo que había hecho en tanto que pieza de una maquinaria de guerra armada con bombas atómicas y lo que era capaz de hacer en tanto que aprendiz de delincuente.

Entendemos bien la responsabilidad individual que tiene una persona que mata o que roba. Nuestra imaginación moral está conformada a esa escala. Pero no hay manera de explicitar el tipo de responsabilidad que tenemos con las estructuras de un sistema económico y político que roba y mata masivamente de forma ciega y anónima. Hay aquí una desproporción radical. Una desproporción que –decía Günther Anders– nos ha convertido en analfabetos emocionales y en indigentes morales. Podemos sentir emocional y moralmente lo que significa robar un banco, pero no lo que significa tener un banco o que, sencillamente, existan los bancos. Lo que significa que muera un niño de hambre, pero no lo que significa que los alimentos básicos del planeta coticen en la Bolsa de Chicago. Lo único que alcanzamos a decir es que eso son cosas del sistema en el que estamos metidos. Pero uno se sorprende entonces de que eso de ser antisistema no esté demasiado bien visto, ni sea tampoco especialmente mayoritario.

El Partido Popular, además de ser, como se está demostrando, un nido de corrupción y probablemente –a tenor del tipo de mensaje que han enviado a Cifuentes– una organización de tipo mafioso, está muy orgulloso de no ser antisistema. Su inolvidable presidente Jose María Aznar estaba incluso muy orgulloso de codearse de igual a igual con los más poderosos defensores de este sistema. Con ellos fue con los que declaró la guerra a Iraq, alegando que ese país contaba con armas de destrucción masiva que no solamente no existían, sino que se sabía perfectamente que no existían. Fue una declaración terrorista a causa de la cual murieron centenares de miles de personas y otros millones están aún sufriendo las consecuencias. Pero en estos asuntos la desproporción de la que hablaba Anders acude en auxilio de la conciencia del votante del PP. Emocionalmente es imposible sentir nada cuando se habla de millones de muertos. Y moralmente no hay ahí manera de orientarse. La cosa es demasiado grande para la imaginación humana. De modo que algunos jueces, por ejemplo, prefieren gastar sus energías en perseguir a los que hacen chistes sobre Carrero Blanco.

Eartherly robaba tiendas para que se le considerara culpable, ya que nadie parecía dispuesto a plantear ninguna responsabilidad moral ni política en el asunto de Hiroshima. Acabó internado en un manicomio. La desproporción entre una cosa y otra era demasiado grande para que se captara el mensaje. En el caso de Cifuentes ocurre lo mismo. Ha dimitido porque la han pillado robando en una tienda. Sus otras responsabilidades, como las del Partido Popular al que pertenece, son demasiado grandes para la justicia y demasiado complejas para interpelar a la conciencia moral. A la espera de un Kant que reformule los principios del derecho con arreglo a este chocante desnivel, es lógico que el poder judicial navegue a la deriva dando palos de ciego.

Vivimos en un mundo en el que las estructuras son mucho más inmorales que las personas. Eso genera, lógicamente, mucho desconcierto moral y jurídico. Y también político, como se vio, por ejemplo, cuando el Ayuntamiento de Cádiz se vio obligado a elegir entre los puestos de trabajo de los astilleros y los derechos humanos, aceptando finalmente fabricar barcos de guerra para Arabia Saudí. Kichi, el alcalde de Podemos, tuvo la valentía –poco común entre nuestros políticos– de explicarlo a las claras en un artículo.

Este tipo de problemas debería haber interpelado muy directamente al pensamiento ético del siglo XX, que, sin embargo, estaba a otras cosas, intentando resolver el asunto del dilema del prisionero (algo así como que si todo el mundo se comporta como un miserable egoísta mentiroso, sorprendentemente el resultado no es siempre el mejor de los posibles). Lo plantearon, eso sí, los teólogos de la liberación, que sacaron a colación el concepto de “pecado estructural”. Pusieron así sobre la mesa el problema de que la responsabilidad moral no puede indagarse mirando en nuestro interior, sino mirando al interior de las estructuras que vertebran el sistema de este mundo, y preguntando si se puede o no hacer algo por cambiarlas. Lo planteó, también, Jean Paul Sartre, que no había cesado de insistir en que la moral no podía resumirse en elegirse a sí mismo como bueno, sino en elegir un mundo bueno. Las máximas morales se envenenan fácilmente en un mundo en el que ser bueno es la mejor coartada para permitir que todo siga siendo igual de malo. Lo mismo que hay paraísos fiscales, en este mundo existen los paraísos morales. En ellos vivimos los que nos podemos permitir ser buenos porque jamás necesitamos ser malos, al menos mientras siga en pie la valla de Melilla que nos protege del abismo de tercer mundo, invisibilizando incómodos cadáveres en el fondo del Mediterráneo.

Hay que decir, entre paréntesis, que en el momento actual, quien está llevando la voz cantante es el Papa Francisco, que es al que más se oye hablar del terrorismo estructural sobre el que se levanta nuestro sistema capitalista. Desde luego que Podemos, si realmente ha buscado y busca una transversalidad hegemónica, debería haber viajado más a menudo al Vaticano, pues esta casual posible alianza con el catolicismo no era algo a despreciar.

Y, por supuesto, el problema de fondo lo planteó también, Günther Anders, cuyas tendencias políticas sufrieron al final de sus días una evolución bastante pintoresca, como puede comprobarse en su libro Estado de necesidad y legítima defensa (se trata en verdad de un conjunto de entrevistas en torno a un libro que estaba escribiendo). Hasta los años ochenta, Anders había sido uno de los más eminentes representantes del pacifismo alemán. Sin embargo, en sus últimos textos veía las cosas desde otro punto de vista. A su entender, la situación en la que habíamos desembocado era tan sumamente grave que podía darse por declarado el estado de excepción a nivel mundial, de modo que la resistencia violenta quedaba amparada por la forma legal de la legítima defensa. “El estado de excepción legitima la defensa: la moral está por encima de la legalidad. Creo innecesario justificar esta regla doscientos años después de Kant. El que a los kantianos de hoy se nos acuse de amigos del caos, no nos tiene que inmutar, pues no es más que una muestra del analfabetismo moral de los que nos etiquetan así”. El pacifismo, decía, “no ha asegurado la paz”, solo nos ha traído “buena conciencia”. “Y no hay nada tan hipócrita como evitar el mal sólo porque se desea tener una buena conciencia”. El siguiente texto del anciano pacifista alemán, habría levantado hoy todas las alarmas de la ley mordaza: “No queda otra que intimidar de verdad a los que nos amenazan. Eso significa no sólo devolver las amenazas verbales –lo que no les preocupa lo más mínimo– sino que, de vez en cuando, hay que poner en práctica esas amenazas para que no crean que nos vamos a limitar a un puro teatro festivo. (…) Y eso significa, de la forma más imprevisible, de la manera más imponderable: hoy le podría tocar a éste y mañana a aquel. (…) Como nueva arma utilizaremos su propia ignorancia, su propio no saber si les tocará a ellos o a otros”. No basta, continuaba, con hacer pedazos las armas del enemigo, tienen muchas “de reserva”. “Sin embargo, no existe una vida de reserva. Por esta razón, la amenaza contra la vida es la única amenaza seria”. Estas citas pueden servir de muestra de hasta qué punto, al final de sus días, este gran filósofo consideraba la gravedad de nuestros dilemas morales contemporáneos. Todo un reto que tenemos por delante los estudiosos de la filosofía.

Carlos Fernández Liria es filósofo. Su último libro es En defensa del populismo (Los libros de la Catarata).

Fuente: http://ctxt.es/es/20180425/Firmas/19264/moral-cifuentes-robo-hiroshima.htm