_- Niños austriacos en el estado español, una historia de solidaridad
Enric Llopis
Rebelión
Los desastres de la guerra. A finales de 2017 ACNUR informó que 68,5 millones de personas fueron desplazadas a la fuerza en todo el mundo como consecuencia de los conflictos, la violencia y las persecuciones, cifra record de la que 25,4 millones eran personas refugiadas. El próximo once de noviembre se cumplirá un siglo del Armisticio de Compiègne, que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Salvo en la Unión Soviética, apunta el historiador Eric Hobsbawm en “Historia del Siglo XX” (Crítica, 1995), “el número de bajas de la Primera Guerra Mundial (10 millones de muertos) tuvo un impacto más fuerte que las víctimas mortales de la segunda (54 millones)”. En la Gran Guerra no sólo fueron derrotados el imperio ruso, alemán, austrohúngaro y otomano, sino que -recuerda Hobsbawm- se produjeron entre cuatro y cinco millones de refugiados (periodo 1914-1922).
Las repercusiones del conflicto se hicieron visibles, por ejemplo, en la República de Austria, que se estrenó con dos partidos mayoritarios –el socialdemócrata y el socialcristiano- y la nueva constitución de 1920. Pero en marzo de 1919 se había proclamado la República Soviética Húngara, dirigida por el comunista Béla Kun, que duró unos meses; el levantamiento obrero de enero de 1919 en Berlín fue sofocado por el gobierno de la República de Weimar y terminó con el asesinato de los líderes “espartaquistas”, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Durante el periodo 1918-1919 en Austria, escribe el historiador Steven Beller, “las huelgas e incluso los disturbios eran frecuentes, a menudo dirigidos por asambleas de trabajadores y soldados que tenían su paralelo con los ‘soviets’ rusos” (“Historia de Austria”, Akal, 2009).
Beller explica que la democracia austriaca se iniciaba con una crisis económica singularmente grave, caracterizada por el hambre, las enfermedades –como los efectos de la pandemia de gripe de 1918- y una inflación disparada; muchos menores de Austria se enfrentaban a un panorama de desnutrición, raquitismo y tuberculosis, describe la investigadora Lourdes Cortés Braña en su tesis doctoral “Ayuda humanitaria a los niños europeos víctimas de la Primera y Segunda Guerra Mundial” (2016); además Lourdes Cortés hace referencia a la crisis demográfica: escuelas elementales de Viena se vieron forzadas a cerrar en 1921 debido a la falta de escolares. Por esta razón, a la ayuda alimentaria internacional que llegaba al país se sumaron otras iniciativas. La investigación de Pau Figueras Bartés “Elfi Stadler. Vivències de l’acolliment de les nenes austríaques a Terrassa el 1949” señala, a partir de estadísticas oficiales, que 247.000 niños austriacos realizaron estancias entre 1919 y 1923 en diferentes países europeos; éstas duraron entre un mes y dos años, y tuvieron como destino principal Holanda y Suiza. Por otra parte, el diario ABC informó en la edición del 13 de marzo de 1920 que 2.634 niños austriacos fueron trasladados a otros países, de los que 954 se hallaban en Italia.
Los boletines esperantistas dieron cuenta de la acogida de menores austriacos en España. Informa Bulteno, órgano oficial de la Sociedad Barcelonesa de Esperanto, destacaba en abril de 1922 el valor de la Campaña pro Niños Austriacos, que había proporcionado albergue en el estado español a “algunos centenares de niños víctimas inocentes de la guerra europea”, en concreto a 330 en once provincias del estado español; la mayoría fueron distribuidos por Aragón, Cataluña, Madrid, Asturias y el País Valenciano; así, Zaragoza, Vic y Manlleu (Barcelona), Olot (Gerona) y Cheste (Valencia) fueron importantes municipios de acogida. País neutral durante la Primera Guerra Mundial, España tuvo que afrontar -a partir de 1919- el incremento del paro, la reducción de las ventas al exterior (que habían aumentado durante la Gran Guerra) y la caída de los precios.
La iniciativa solidaria con los “niños austriacos hambrientos” (según los definía Informa Bulteno) tuvo como entidad promotora al Grupo Esperantista de Graz y como figura destacada a Karl Bartel, presidente de la sociedad. Los esperantistas de esta ciudad situada al este de Austria, capital del estado de Estiria, pidieron en enero de 1920 apoyo a los grupos de Esperanto del estado español y estos respondieron de manera favorable. Trabajaron en el proyecto el comité esperantista de Zaragoza, ciudad en la que se centralizó la acción y formó un Patronato para impulsarla, y también los subcomités de Barcelona, Valencia, Gerona, Huesca, Valladolid, Asturias, Teruel, Cheste, Manlleu, Olot, Sabadell, Tarrasa o Vich, todos ellos “constituidos por entusiastas esperantistas”, informó el periódico de la Sociedad Barcelonesa de Esperanto. Se trataba de encontrar a cerca de 300 familias voluntarias para acoger a infantes de entre 10 y 14 años por un periodo no inferior a un año.
El primer contingente de menores austriacos arribó al puerto de Barcelona el 10 de octubre de 1920, “después de innumerables gestiones y sacrificios de todo tipo del Patronato a lo largo de seis meses, no sólo ante nuestras autoridades sino también ante las extranjeras”, recuerda el escritor esperantista Antonio Marco Botella, autor de “Un siglo de Esperanto en Aragón” (2000); diez días después llegó a España el segundo grupo de niños. Lurdes Cortés menciona estas dificultades en la investigación “Els nens austríacs acollits a Osona (1920-1923)” (Patronat d’Estudis Osonencs, 2011); el Gobierno de Austria tenía un plan propio y por esta razón no ayudó a los esperantistas; además el proyecto oficial era el respaldado por la iglesia católica y los diferentes estados. La investigadora añade que organizaciones humanitarias como Cruz Roja o Save The Children también se implicaron en acciones solidarias con los niños centroeuropeos, de manera que se produjo una “concurrencia por la caridad”.
¿Qué ocurrió con los niños austriacos que llegaron a España por el tesón de los esperantistas? En las familias acogedoras “han hallado el alimento, vestido y cuidados que en su nación les faltaban”, resumía Informa Bulteno en el número de mayo de 1922, un mes después que regresara a Austria la tercera expedición de menores en el vapor Re Vittorio; algunos de los niños permanecieron el resto de su vida en el estado español. En la jornada de despedida estuvo presente el abogado esperantista Emilio Gastón Ugarte, organizador del acogimiento en España, presidente del Patronato para los Niños Austriacos y uno de los fundadores en 1908 de la sociedad aragonesa de esperanto Frateco; Marco Botella lo caracteriza, además, como “político federalista republicano” y difusor de las aspiraciones autonomistas de Aragón.
En el Fórum de Debats de la Universitat de Valencia, el historiador José Vicente Castillo ha explicado que la organización del viaje en Austria contó con mecanismos de selección y un programa de preparación a los menores, que incluía la enseñanza del esperanto. Dos tercios de los elegidos procedían de la ciudad de Graz, y un tercio de otros lugares de Estiria. Entre los criterios de clasificación figuraba si los niños eran o no católicos, si eran huérfanos, la “buena conducta”, el estrato social y profesión de la familia (para que los hogares de acogida fueran de condición similar) y el conocimiento del esperanto.
Tras superar unas negociaciones complicadas -Italia y el Imperio Austro-Húngaro fueron adversarios durante la Primera Guerra Mundial-, los niños austriacos se embarcaron en buques desde Génova y Trieste con dirección a Barcelona; desde la capital catalana fueron distribuidos por las ciudades españolas, apunta José Vicente Castillo. En el País Valenciano destaca el caso de Cheste, municipio del interior de la provincia de Valencia actualmente con 8.000 habitantes. A Cheste llegaron siete niñas y siete niños de Estiria, que permanecieron en acogimiento familiar durante 17 meses. La obra solidaria fue posible gracias a Franciso Máñez, fundador del centro esperantista chestano. Una muestra de la relación entre la lengua internacional y la localidad valenciana es el artículo del periodista José Rico de Estasen en la revista Estampa, en 1932, titulado “Un pueblo español cuyos ocho mil vecinos hablan Esperanto”; el texto califica a Francisco Máñez como “infatigable propagandista” del idioma, que aprendió de manera autodidacta. En Cheste desarrolla su actividad hoy un grupo esperantista, Llum Radio.
La Federación Española de Esperanto difunde en su página Web una cronología con los hitos del idioma internacional. Los orígenes datan de 1887, cuando el médico Ludwik Lejzer Zamenhof (1857-1917) editó en Varsovia el primer libro sobre esta lengua con el pseudónimo de “Doktoro Esperanto”; un año después el periodista Leopold Einstein fundó en Alemania el primer grupo esperantista; en 1914 se suspendió el X Congreso de Esperanto debido al inicio de la Primera Guerra Mundial; un acontecimiento relevante se produjo en 1922, cuando la Tercera Asamblea de la Sociedad de las Naciones -institución constituida tras “la guerra del 14” y precedente de la ONU- aceptó un informe que reconocía el Esperanto como “lengua viva de fácil aprendizaje”. En el artículo “El internacionalismo práctico del esperanto” (Instituto Catalán Internacional para la Paz, 2015), Xavier Alcalde sostiene que, si se hubiera celebrado, “el congreso mundial de Esperanto de París de 1914 habría sido la mayor concentración de pacifistas de toda la historia”; y señala ejemplos como los del escritor y médico eslovaco Albert Skarvan, amigo de Tolstoy y objetor de conciencia arrestado en diferentes ocasiones, la última en 1915 hasta el fin de la Gran Guerra; o Priscilla Peckover, cuáquera y miembro de la Internacional Peace Bureau (IPB).
Fuente de las imágenes: Páginas contra el olvido.
viernes, 4 de enero de 2019
El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Lucidez y nostalgia reaccionaria.
Jesús María Montero Barrado
Rebelión
La novela de un aristócrata
“Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie”. Se trata de una frase originaria de la novela El gatopardo*, escrita por Giuseppe Tomasi de Lampedusa y publicada en 1958. También aparece en la película homónima con la que en 1963 Luchino Visconti adaptó magistralmente la novela. La frase, en fin, ha sido utilizada en la ciencia política como una forma de comportamiento humano en contextos de cambio. Encierra de modo sintético una de las claves del funcionamiento de las sociedades -en las que su componente dinámico conlleva la simultaneidad de elementos de continuidad y de cambio- y de determinados comportamientos de los individuos dentro de lo que normalmente se denomina oportunismo.
La novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, Príncipe de Lampedusa y Duque de Palma di Montechiaro, es el testimonio de un miembro de la vieja clase aristocrática en extinción, resignado por lo que está aconteciendo, pero orgulloso de su estirpe y de su condición. La narración se centra en la figura de Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, principal aristócrata de la isla de Sicilia y directamente vinculado con la casa de los borbones que reinó en Nápoles y Sicilia hasta 1860, momento en que se suma -resignado, eso sí- al proceso de unificación italiano que culminaría diez años después. El narrador omnisciente es el alter ego de don Fabrizio, que no es otro que el propio Lampedusa, descendiente directo del personaje histórico Giulio Fabrizio Tomasi, bisabuelo del escritor.
La novela está situada en Sicilia, que hasta 1860 formó parte junto con Nápoles del reino de las Dos Sicilias, y transcurre en su mayor parte entre 1860 y 1862. La presencia de los camisas rojas de Giuseppe Garibaldi en la isla, bajo el manto del reino de Piamonte, fue el factor decisivo para el levantamiento de parte de la población contra el monarca napolitano y su adhesión a la guerra de unificación. En 1860 se había iniciado una nueva fase en el proceso de unificación de los territorios dispersos que en 1861 dio lugar al reino de Italia, con capital en Turín, y que en 1870 culminó con la conquista de Roma. Los dos últimos capítulos del libro se desarrollan posteriormente: en 1883, año en que muere el príncipe don Fabrizio, y 1910, momento en que se produce el desenlace de la trama novelesca trazada por el autor. El protagonista principal es el citado don Fabrizio, príncipe de Salina, que se encuentra presente a lo largo de la obra como personaje y prácticamente en toda la narración.
La nobleza frente a la nueva realidad
La novela tiene entre los personajes principales a Tancredi Falconeri, sobrino del príncipe don Fabrizio. Pese a su militancia dentro del movimiento unificador y más concretamente en las huestes de Garibaldi, su tío siente por él una gran simpatía. La suficiente para disculpar como puede sus andanzas políticas, cosa que hasta el propio monarca llega a reprenderle, al principio con sutileza y luego con dureza:
“-Salina, ven aquí. Me han dicho que en Palermo andas en malas compañías. Ese sobrino tuyo, Falconeri… ¿qué esperas para apretarle las clavijas?
-Pero Majestad, le aseguro que a Tancredi sólo le interesan las mujeres y los naipes.
Y el rey perdió la paciencia:
-Salina, Salina, déjate de tonterías. El responsable eres tú, su tutor. Dile que mire lo que hace. Adiós” (18).
De la boca de Tancredi sale precisamente la famosa frase, aunque no como una expresión aislada, sino con un claro sentido dentro del contexto histórico que están viviendo:
“Por el rey, sí, ¿pero qué rey? Si nosotros no participamos también, esos tipos son capaces de encajarnos la república. Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie. ¿Me explico?” (27).
Tancredi, perteneciente a la nobleza, si bien de una rama colateral y menor a la de su tío, es consciente del horizonte que tiene delante para conseguir un hueco de relieve en el régimen político que se está alumbrando y en la nueva sociedad. Por eso se une a las filas garibaldinas, donde confluyen los sectores políticos más radicalizados del movimiento de unificación e integrados en gran medida por los sectores populares.
Resulta evidente que Tancredi no es un garibaldino puro, en la medida que está desmarcándose del ideal republicano que el héroe italiano más popular defiende para su país. Su actitud es una forma de oportunismo, para lo que utiliza las posibilidades que le ofrecen las fuerzas más dinámicas del momento y poder de esa manera acomodarse en una situación nueva y en proceso de crecimiento: el liberalismo político, que se expresa desde el nacionalismo, en comunión con las aspiraciones de una clase social en ascenso que no es otra que la burguesía.
Desde el momento en que Tancredi pronuncia la famosa frase, la simpatía de don Fabrizio hacia su sobrino empieza a tornarse en admiración, que el narrador la califica de inteligencia. Así aparece en un pasaje de la obra cuando el narrador dice “según él” que la actitud de Tancredi supone “aquella capacidad para adaptarse con rapidez, aquella perspicacia mundana, aquel dominio innato del matiz que le permitía utilizar el lenguaje demagógico en boga” (55).
¿Es también oportunismo político lo que hace y dice don Fabrizio? De entrada la respuesta ha de ser afirmativa. Posee la inteligencia suficiente para saber leer el momento histórico que está viviendo. Pero difiere del oportunismo de su sobrino no sólo por la posición relevante que ha tenido en la sociedad que está feneciendo, sino también por lo que va descubriendo de la que está naciendo, en la que acaba instalándose desde una resignada y prudente distancia.
¿Amor noble frente amor burgués?
Dentro de la trama no falta la correspondiente historia de amor y que hace de nudo gordiano entre varios personajes. Se basa en el triángulo formado por el propio Tancredi, su prima Concetta y Angelica. Dos muchachas jóvenes de distinta condición y con futuros diferentes. Angelica es la hija de don Calogero, antiguo campesino enriquecido y prototipo de burgués y liberal, que además es el alcalde de Donafugatta, el pueblo donde la familia Salina pasa los veranos.
Durante una cena en que están presentes las dos familias, Tancredi queda deslumbrado por la belleza de Angelica. Y es a través de un episodio que cuenta, cuando en cierta ocasión entró en un convento de Palermo durante una acción militar, cómo el narrador nos presenta la barrera que se interpone entre un Tancredi inmaduro y anticlerical y una Concetta inocente y ferviente católica.
La ambigüedad aparece en su plenitud cuando al día siguiente la familia Salina visita el convento de la beata Corbèra, haciendo uso del privilegio que le corresponde. Tancredi desea hacerlo también y así lo hace saber:
“-Tío, ¿no podrías conseguir que yo también entrase? Al fin y al cabo, la mitad de mi sangre es de Salina, y nunca he estado aquí” (66).
La petición encierra, sin embargo, un misterio: ¿entrar en el convento o entrar en la familia a través del matrimonio con Concetta? Quien le responde, sin embargo, es la prima, que lo hace entre la ironía y el rechazo. Es, sin duda, su venganza, dolida por la peripecia contada por su primo la noche anterior y que interpretó desde su visión religiosa rigorista. Una postura vengativa que acaba cerrando las puertas de un matrimonio con su primo:
“-No le hagas caso, papá, bromea; al menos ya ha conseguido entrar en un convento; que se conforme, pues; no es justo que entre el nuestro” (67).
Se inicia entonces un doble distanciamiento. El anímico, de Concetta, y el físico, de Tancredi, que se ve obligado a ir de nuevo al la guerra. Desde ese momento Tancredi busca en su tío la persona que medie con don Calogero para que le comunique su amor hacia Angelica y el deseo de casarse con ella. Cuando su tía Maria Stella, la mujer del príncipe, conoce el contenido de la carta escrita por Tancredi, su reacción resulta muy sintomática del cúmulo de sensaciones que está viviendo la vieja clase aristocrática:
“Es un traidor, como todos los liberales de su calaña; ¡primero traicionó al rey, ahora nos traiciona a nosotros! ¡Él, con su cara falsa, con sus palabras llenas de miel y sus actos cargados de veneno! ¡Eso es lo que sucede cuando se trae a casa gente que tiene sangre extraña mezclada con la propia!” (74).
En su respuesta el marido, sin embargo, intenta poner un poco de cordura, consciente de los tiempos que se están viviendo:
“Stellucina, estás diciendo demasiadas tonterías; además no sabes lo que dices (…). [Tancredi] no es un traidor: sabe adaptarse a las circunstancias, tanto en política como en la vida privada” (75).
Es de nuevo el narrador el que pone orden al cúmulo de situaciones que se están dando. Manifiesta en boca y pensamiento del príncipe una clara conciencia de que los cambios que se están dando suponen pérdidas graves, pero no ponen en peligro la existencia como clase. Es la traducción a la realidad de la frase alusiva a que todo cambie para que todo siga igual:
“los grandes intereses del reino (de las Dos Sicilias), los intereses de su clase, sus propios privilegios, habían sufrido, sí, graves lesiones, pero los acontecimientos no habían puesto en peligro su supervivencia” (83).
Cuando se produce el rito de la entrega de la mano de Angelica por parte de don Calogero, éste, después de hacer una relación de sus bienes e informarle de la dote que va a recibir su hija, trasmite a don Fabrizio algo que guardaba como una sorpresa:
“también los Sedàra son nobles”.
Una alusión a la tradicional compra de títulos nobiliarios por parte de la burguesía, que tenía como fin lustrar su condición, pero tan mal vista desde los círculos de la aristocracia. De ahí que el narrador, lleno de un evidente desprecio de clase, escriba al respecto:
“nos limitaremos a decir que aquella salida heráldica de don Calogero le deparó al príncipe el incomparable goce estético de asistir a la encarnación perfecta de un tipo, y que la risa contenida endulzó tanto su boca que llegó a sentir náuseas” (97).
La burguesía en el poder
A medida que se van precipitando los acontecimientos políticos, una nueva conversación entre el príncipe don Fabrizio y su sobrino Tancredi resulta muy reveladora del carácter van tomando. Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar y la conocida frase de Tancredi sigue ganando sentido:
“-¿Así que vosotros, los garibaldinos, ya no lleváis la camisa roja?”
(…) -¿De qué garibaldinos nos hablas, tiazo? ¡Eso ya pasó!” (109).
En pleno rumbo dirigido a consolidar la construcción del nuevo estado liberal y unificado, don Fabrizio recibe la propuesta de ser nombrado senador, lo que le trasmite un funcionario piamontés, en cuyo reino se está gestando el núcleo de la nueva Italia. La respuesta del príncipe no deja lugar a dudas:
“Escuche, Chevalley: si se hubiera tratado de un nombramiento honorífico, un mero título para poner en la tarjeta de visita, lo habría aceptado con todo gusto” (129).
Para más tarde concluir rotundo:
“(…) pero no puedo aceptar. Soy un representante de la vieja clase y me siento por fuerza comprometido con el régimen borbónico al que me liga el sentido de la decencia, ya que no el afecto” (132).
En este momento el narrador nos muestra a un don Fabrizio que se encuentra a la vez seguro y resignado. Por eso, argumentando su negativa a aceptar el nombramiento de senador, le dice al señor Aimone Chevalley:
“hace un momento usted me hablaba de una joven Sicilia que se asoma a las maravillas del mundo moderno; a mí, en cambio, me parece más bien una centenaria a quien pasean en silla de ruedas por la Exposición Universal de Londres y no comprende nada ni le importan un comino las acerías de Sheffield y las hilanderías de Manchester” (129-130).
Una clara muestra de la idea que tiene del mundo concreto en que vive, una Sicilia agraria y atrasada, a la que ve incapaz -ni le interesa- de ponerse a la altura de los avances económicos que tienen en Inglaterra el epicentro del mundo. Una manifestación, en fin, de la preeminencia de clase que siente: frente al pueblo, al que desprecia por inmaduro, y frente a la burguesía, a la que desprecia por vulgar.
En la confrontación entre lo viejo y lo nuevo, don Fabrizio siente un claro apego por su mundo, que, aunque agonizante, lo considera superior desde su condición de miembro de una clase a la que otorga las mejores virtudes. La seguridad antes referida es también orgullo e incluso superioridad moral. No tiene ninguna duda, aunque el narrador deja que lo sepamos a través de lo que el príncipe piensa para sí:
“Todo esto –pensaba- no debería durar; sin embargo, durará, durará siempre: el “siempre” humano, desde luego, un siglo, dos siglos…; luego será distinto, pero peor. Nosotros hemos sido los Gatopardos; los leones; quienes ocupen nuestro lugar serán los pequeños chacales, las hienas; y todos, gatopardos, chacales y ovejas seguiremos creyéndonos la sal de la tierra” (135).
¿Sólo liberalismo y burguesía?
No le falta a la novela una alusión a algo más nuevo todavía que el propio ascenso social de la burguesía y el acceso al poder político. Don Fabricio apunta en su conversación con Chevalley algunos de los nuevos ingredientes sociales y políticos, a los que ven con cierta preocupación:
“Ahora aquí andan diciendo, para acatar lo que han escrito Proudhon y un judío alemán cuyo nombre no recuerdo, que la culpa de que todo vaya mal, aquí y en otras partes, la tiene el feudalismo; es decir, yo, para el caso” (134).
El anarquismo y el socialismo que están entrando en el nuevo escenario, el mismo que Karl Marx, el “judío” alemán, ya había anunciado ex aequo con Friedrich Engels en 1848, unos años antes de iniciarse la guerra de unificación italiana, con su conocido arranque del opúsculo El manifiesto comunista: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”.
Los ecos del pasado
Lo que va quedando de la novela es todo un canto a la actitud del príncipe, elevada a dignidad, y que el narrador pone en boca de otros personajes. Así lo hace con los hermanos Schirò, campesinos de la zona, y con Pietrino, un humilde herbolario, que se encuentran temerosos con los acontecimientos y se quejan de las medidas que está tomando el nuevo ayuntamiento y que afectan a sus bolsillos:
“Los hermanos Schirò y el herbolario ya empezaban a sentir las voracidad del fisco; en un caso habían sido contribuciones extraordinarias y aumento en los impuestos; en el otro (…), si no pagaba veinte liras cada año, no le permitirían seguir vendiendo sus hierbas” (139).
Pietrino quiere saber qué piensan los señores y el propio príncipe, dando muestras de ansiedad:
“Pero, padre, tú que vives entre la “nobleza”, dime qué piensan los “señores” de todo este jaleo. ¿Qué dice el príncipe Salina, que es tan fuerte, tan irascible, tan altivo?” (140).
Y el padre Pirrone intenta calmar esa ansiedad con un discurso que conoce muy bien, inspirado en lo que el propio don Fabrizio le ha repetido tantas veces, y que pretende que sea inteligible, pero que acaba siendo una verdadera para el herbolario:
“Pobrecillo, de tanto leer se ha vuelto loco” (141).
El cura, no obstante, tiene muy claro lo que ha representado la aristocracia hasta ese momento, pues no en vano lleva asistiendo espiritualmente al príncipe desde hace muchos años:
“Viven en un mundo propio, que no ha creado Dios directamente, sino ellos mismos a lo largo de muchos siglos de experiencias singulares, entre penas y alegrías muy distintas de las nuestras; tienen una memoria colectiva tan privilegiada que se inquietan o se alegran por cosas que a usted y a mí nos importan un comino pero que para ellos son fundamentales porque están relacionadas con ese patrimonio de recuerdos, esperanzas y temores propios de su clase” (140).
Todo un canto al servilismo, que corresponde en el caso de Pierrone a un miembro del clero que ha ido secularmente de la mano del poder terrenal y en el de Pietrino a un humilde hombre de campo, dibujado por el narrador como la inocencia personificada de los súbditos:
“¡Pero entonces, padre, se irán todos al infierno!” (141).
O, dicho desde otra perspectiva, la alienación ideológica de una clase supeditada secularmente a su antagónica, pero a la que no ven como tal. El narrador nos transmite que sienten el peso de los nuevos impuestos, pero no menciona el mundo de relaciones feudales en el que se mezclaban impuestos, diezmos y la gran variedad de rentas feudales que llevaban siglos pagando. Por lo demás, nada nuevo. Esa mentalidad es la que alimentó al campesinado vandeano durante la revolución francesa o al carlismo que en España campeó durante un siglo.
En todo caso, el canto a la clase aristocrática la completa Lampedusa con estas palabras del padre Pirrone:
“Pues bien, ¿no le parece a usted que esa humanidad que sólo se preocupa por las camisas o por el protocolo es una humanidad feliz y, por tanto, superior?” (141).
Todo acabó siendo igual
Cuando se produce la muerte del príncipe don Fabrizio el narrador no duda decir, a modo de corolario, que
“el último Salina era él, el escuálido gigante que en aquel momento estaba agonizando en el balcón de un hotel. Porque un linaje noble sólo existe mientras perduran las tradiciones, mientras se mantienen vivos los recuerdos; y él era el único que tenía recuerdos originales, distintos de los que se conservaban en otras familias” (176).
Y como toda novela que se ajusta a una estructura al uso del planteamiento, trama y desenlace, una vez muerto también Tancredi, las dos mujeres por las que optó se convierten en el centro de la narración. Una, Angélica, con la serenidad que le da el paso de los años, es consciente del papel que le tocó jugar dentro de un matrimonio sin amor y por intereses. Típicamente burgués, pero en nada diferente del de la nobleza, pese a los intentos reiterados del narrador por presentarlos como distintos. La otra mujer, Concetta, ya conocedora del desgraciado malentendido que la llevó a rechazar el matrimonio con su primo. Y, ante todo, las dos, cómplices a través de uno de los sobrinos, Fabrizietto, que habría de desfilar por las calles de Salina en honor de los héroes de la nueva Italia:
“Un Salina rendirá homenaje a Garibaldi: una fusión entre la vieja y la nueva Sicilia” (189).
La alianza entre la nobleza y la burguesía, por fin, sellada. Y como símbolo, el más popular de los héroes de la unificación italiana. El mismo al que utilizaron al principio para extender la revolución frente al antiguo régimen y al que después abandonaron para hacerla a la medida de la nueva clase. En fin, que todo cambiara para que todo acabara siendo igual.
* G. Tomasi di Lampedusa (1999). El Gatopardo . Madrid, Unidad Editorial.
Rebelión
La novela de un aristócrata
“Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie”. Se trata de una frase originaria de la novela El gatopardo*, escrita por Giuseppe Tomasi de Lampedusa y publicada en 1958. También aparece en la película homónima con la que en 1963 Luchino Visconti adaptó magistralmente la novela. La frase, en fin, ha sido utilizada en la ciencia política como una forma de comportamiento humano en contextos de cambio. Encierra de modo sintético una de las claves del funcionamiento de las sociedades -en las que su componente dinámico conlleva la simultaneidad de elementos de continuidad y de cambio- y de determinados comportamientos de los individuos dentro de lo que normalmente se denomina oportunismo.
La novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, Príncipe de Lampedusa y Duque de Palma di Montechiaro, es el testimonio de un miembro de la vieja clase aristocrática en extinción, resignado por lo que está aconteciendo, pero orgulloso de su estirpe y de su condición. La narración se centra en la figura de Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, principal aristócrata de la isla de Sicilia y directamente vinculado con la casa de los borbones que reinó en Nápoles y Sicilia hasta 1860, momento en que se suma -resignado, eso sí- al proceso de unificación italiano que culminaría diez años después. El narrador omnisciente es el alter ego de don Fabrizio, que no es otro que el propio Lampedusa, descendiente directo del personaje histórico Giulio Fabrizio Tomasi, bisabuelo del escritor.
La novela está situada en Sicilia, que hasta 1860 formó parte junto con Nápoles del reino de las Dos Sicilias, y transcurre en su mayor parte entre 1860 y 1862. La presencia de los camisas rojas de Giuseppe Garibaldi en la isla, bajo el manto del reino de Piamonte, fue el factor decisivo para el levantamiento de parte de la población contra el monarca napolitano y su adhesión a la guerra de unificación. En 1860 se había iniciado una nueva fase en el proceso de unificación de los territorios dispersos que en 1861 dio lugar al reino de Italia, con capital en Turín, y que en 1870 culminó con la conquista de Roma. Los dos últimos capítulos del libro se desarrollan posteriormente: en 1883, año en que muere el príncipe don Fabrizio, y 1910, momento en que se produce el desenlace de la trama novelesca trazada por el autor. El protagonista principal es el citado don Fabrizio, príncipe de Salina, que se encuentra presente a lo largo de la obra como personaje y prácticamente en toda la narración.
La nobleza frente a la nueva realidad
La novela tiene entre los personajes principales a Tancredi Falconeri, sobrino del príncipe don Fabrizio. Pese a su militancia dentro del movimiento unificador y más concretamente en las huestes de Garibaldi, su tío siente por él una gran simpatía. La suficiente para disculpar como puede sus andanzas políticas, cosa que hasta el propio monarca llega a reprenderle, al principio con sutileza y luego con dureza:
“-Salina, ven aquí. Me han dicho que en Palermo andas en malas compañías. Ese sobrino tuyo, Falconeri… ¿qué esperas para apretarle las clavijas?
-Pero Majestad, le aseguro que a Tancredi sólo le interesan las mujeres y los naipes.
Y el rey perdió la paciencia:
-Salina, Salina, déjate de tonterías. El responsable eres tú, su tutor. Dile que mire lo que hace. Adiós” (18).
De la boca de Tancredi sale precisamente la famosa frase, aunque no como una expresión aislada, sino con un claro sentido dentro del contexto histórico que están viviendo:
“Por el rey, sí, ¿pero qué rey? Si nosotros no participamos también, esos tipos son capaces de encajarnos la república. Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie. ¿Me explico?” (27).
Tancredi, perteneciente a la nobleza, si bien de una rama colateral y menor a la de su tío, es consciente del horizonte que tiene delante para conseguir un hueco de relieve en el régimen político que se está alumbrando y en la nueva sociedad. Por eso se une a las filas garibaldinas, donde confluyen los sectores políticos más radicalizados del movimiento de unificación e integrados en gran medida por los sectores populares.
Resulta evidente que Tancredi no es un garibaldino puro, en la medida que está desmarcándose del ideal republicano que el héroe italiano más popular defiende para su país. Su actitud es una forma de oportunismo, para lo que utiliza las posibilidades que le ofrecen las fuerzas más dinámicas del momento y poder de esa manera acomodarse en una situación nueva y en proceso de crecimiento: el liberalismo político, que se expresa desde el nacionalismo, en comunión con las aspiraciones de una clase social en ascenso que no es otra que la burguesía.
Desde el momento en que Tancredi pronuncia la famosa frase, la simpatía de don Fabrizio hacia su sobrino empieza a tornarse en admiración, que el narrador la califica de inteligencia. Así aparece en un pasaje de la obra cuando el narrador dice “según él” que la actitud de Tancredi supone “aquella capacidad para adaptarse con rapidez, aquella perspicacia mundana, aquel dominio innato del matiz que le permitía utilizar el lenguaje demagógico en boga” (55).
¿Es también oportunismo político lo que hace y dice don Fabrizio? De entrada la respuesta ha de ser afirmativa. Posee la inteligencia suficiente para saber leer el momento histórico que está viviendo. Pero difiere del oportunismo de su sobrino no sólo por la posición relevante que ha tenido en la sociedad que está feneciendo, sino también por lo que va descubriendo de la que está naciendo, en la que acaba instalándose desde una resignada y prudente distancia.
¿Amor noble frente amor burgués?
Dentro de la trama no falta la correspondiente historia de amor y que hace de nudo gordiano entre varios personajes. Se basa en el triángulo formado por el propio Tancredi, su prima Concetta y Angelica. Dos muchachas jóvenes de distinta condición y con futuros diferentes. Angelica es la hija de don Calogero, antiguo campesino enriquecido y prototipo de burgués y liberal, que además es el alcalde de Donafugatta, el pueblo donde la familia Salina pasa los veranos.
Durante una cena en que están presentes las dos familias, Tancredi queda deslumbrado por la belleza de Angelica. Y es a través de un episodio que cuenta, cuando en cierta ocasión entró en un convento de Palermo durante una acción militar, cómo el narrador nos presenta la barrera que se interpone entre un Tancredi inmaduro y anticlerical y una Concetta inocente y ferviente católica.
La ambigüedad aparece en su plenitud cuando al día siguiente la familia Salina visita el convento de la beata Corbèra, haciendo uso del privilegio que le corresponde. Tancredi desea hacerlo también y así lo hace saber:
“-Tío, ¿no podrías conseguir que yo también entrase? Al fin y al cabo, la mitad de mi sangre es de Salina, y nunca he estado aquí” (66).
La petición encierra, sin embargo, un misterio: ¿entrar en el convento o entrar en la familia a través del matrimonio con Concetta? Quien le responde, sin embargo, es la prima, que lo hace entre la ironía y el rechazo. Es, sin duda, su venganza, dolida por la peripecia contada por su primo la noche anterior y que interpretó desde su visión religiosa rigorista. Una postura vengativa que acaba cerrando las puertas de un matrimonio con su primo:
“-No le hagas caso, papá, bromea; al menos ya ha conseguido entrar en un convento; que se conforme, pues; no es justo que entre el nuestro” (67).
Se inicia entonces un doble distanciamiento. El anímico, de Concetta, y el físico, de Tancredi, que se ve obligado a ir de nuevo al la guerra. Desde ese momento Tancredi busca en su tío la persona que medie con don Calogero para que le comunique su amor hacia Angelica y el deseo de casarse con ella. Cuando su tía Maria Stella, la mujer del príncipe, conoce el contenido de la carta escrita por Tancredi, su reacción resulta muy sintomática del cúmulo de sensaciones que está viviendo la vieja clase aristocrática:
“Es un traidor, como todos los liberales de su calaña; ¡primero traicionó al rey, ahora nos traiciona a nosotros! ¡Él, con su cara falsa, con sus palabras llenas de miel y sus actos cargados de veneno! ¡Eso es lo que sucede cuando se trae a casa gente que tiene sangre extraña mezclada con la propia!” (74).
En su respuesta el marido, sin embargo, intenta poner un poco de cordura, consciente de los tiempos que se están viviendo:
“Stellucina, estás diciendo demasiadas tonterías; además no sabes lo que dices (…). [Tancredi] no es un traidor: sabe adaptarse a las circunstancias, tanto en política como en la vida privada” (75).
Es de nuevo el narrador el que pone orden al cúmulo de situaciones que se están dando. Manifiesta en boca y pensamiento del príncipe una clara conciencia de que los cambios que se están dando suponen pérdidas graves, pero no ponen en peligro la existencia como clase. Es la traducción a la realidad de la frase alusiva a que todo cambie para que todo siga igual:
“los grandes intereses del reino (de las Dos Sicilias), los intereses de su clase, sus propios privilegios, habían sufrido, sí, graves lesiones, pero los acontecimientos no habían puesto en peligro su supervivencia” (83).
Cuando se produce el rito de la entrega de la mano de Angelica por parte de don Calogero, éste, después de hacer una relación de sus bienes e informarle de la dote que va a recibir su hija, trasmite a don Fabrizio algo que guardaba como una sorpresa:
“también los Sedàra son nobles”.
Una alusión a la tradicional compra de títulos nobiliarios por parte de la burguesía, que tenía como fin lustrar su condición, pero tan mal vista desde los círculos de la aristocracia. De ahí que el narrador, lleno de un evidente desprecio de clase, escriba al respecto:
“nos limitaremos a decir que aquella salida heráldica de don Calogero le deparó al príncipe el incomparable goce estético de asistir a la encarnación perfecta de un tipo, y que la risa contenida endulzó tanto su boca que llegó a sentir náuseas” (97).
La burguesía en el poder
A medida que se van precipitando los acontecimientos políticos, una nueva conversación entre el príncipe don Fabrizio y su sobrino Tancredi resulta muy reveladora del carácter van tomando. Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar y la conocida frase de Tancredi sigue ganando sentido:
“-¿Así que vosotros, los garibaldinos, ya no lleváis la camisa roja?”
(…) -¿De qué garibaldinos nos hablas, tiazo? ¡Eso ya pasó!” (109).
En pleno rumbo dirigido a consolidar la construcción del nuevo estado liberal y unificado, don Fabrizio recibe la propuesta de ser nombrado senador, lo que le trasmite un funcionario piamontés, en cuyo reino se está gestando el núcleo de la nueva Italia. La respuesta del príncipe no deja lugar a dudas:
“Escuche, Chevalley: si se hubiera tratado de un nombramiento honorífico, un mero título para poner en la tarjeta de visita, lo habría aceptado con todo gusto” (129).
Para más tarde concluir rotundo:
“(…) pero no puedo aceptar. Soy un representante de la vieja clase y me siento por fuerza comprometido con el régimen borbónico al que me liga el sentido de la decencia, ya que no el afecto” (132).
En este momento el narrador nos muestra a un don Fabrizio que se encuentra a la vez seguro y resignado. Por eso, argumentando su negativa a aceptar el nombramiento de senador, le dice al señor Aimone Chevalley:
“hace un momento usted me hablaba de una joven Sicilia que se asoma a las maravillas del mundo moderno; a mí, en cambio, me parece más bien una centenaria a quien pasean en silla de ruedas por la Exposición Universal de Londres y no comprende nada ni le importan un comino las acerías de Sheffield y las hilanderías de Manchester” (129-130).
Una clara muestra de la idea que tiene del mundo concreto en que vive, una Sicilia agraria y atrasada, a la que ve incapaz -ni le interesa- de ponerse a la altura de los avances económicos que tienen en Inglaterra el epicentro del mundo. Una manifestación, en fin, de la preeminencia de clase que siente: frente al pueblo, al que desprecia por inmaduro, y frente a la burguesía, a la que desprecia por vulgar.
En la confrontación entre lo viejo y lo nuevo, don Fabrizio siente un claro apego por su mundo, que, aunque agonizante, lo considera superior desde su condición de miembro de una clase a la que otorga las mejores virtudes. La seguridad antes referida es también orgullo e incluso superioridad moral. No tiene ninguna duda, aunque el narrador deja que lo sepamos a través de lo que el príncipe piensa para sí:
“Todo esto –pensaba- no debería durar; sin embargo, durará, durará siempre: el “siempre” humano, desde luego, un siglo, dos siglos…; luego será distinto, pero peor. Nosotros hemos sido los Gatopardos; los leones; quienes ocupen nuestro lugar serán los pequeños chacales, las hienas; y todos, gatopardos, chacales y ovejas seguiremos creyéndonos la sal de la tierra” (135).
¿Sólo liberalismo y burguesía?
No le falta a la novela una alusión a algo más nuevo todavía que el propio ascenso social de la burguesía y el acceso al poder político. Don Fabricio apunta en su conversación con Chevalley algunos de los nuevos ingredientes sociales y políticos, a los que ven con cierta preocupación:
“Ahora aquí andan diciendo, para acatar lo que han escrito Proudhon y un judío alemán cuyo nombre no recuerdo, que la culpa de que todo vaya mal, aquí y en otras partes, la tiene el feudalismo; es decir, yo, para el caso” (134).
El anarquismo y el socialismo que están entrando en el nuevo escenario, el mismo que Karl Marx, el “judío” alemán, ya había anunciado ex aequo con Friedrich Engels en 1848, unos años antes de iniciarse la guerra de unificación italiana, con su conocido arranque del opúsculo El manifiesto comunista: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”.
Los ecos del pasado
Lo que va quedando de la novela es todo un canto a la actitud del príncipe, elevada a dignidad, y que el narrador pone en boca de otros personajes. Así lo hace con los hermanos Schirò, campesinos de la zona, y con Pietrino, un humilde herbolario, que se encuentran temerosos con los acontecimientos y se quejan de las medidas que está tomando el nuevo ayuntamiento y que afectan a sus bolsillos:
“Los hermanos Schirò y el herbolario ya empezaban a sentir las voracidad del fisco; en un caso habían sido contribuciones extraordinarias y aumento en los impuestos; en el otro (…), si no pagaba veinte liras cada año, no le permitirían seguir vendiendo sus hierbas” (139).
Pietrino quiere saber qué piensan los señores y el propio príncipe, dando muestras de ansiedad:
“Pero, padre, tú que vives entre la “nobleza”, dime qué piensan los “señores” de todo este jaleo. ¿Qué dice el príncipe Salina, que es tan fuerte, tan irascible, tan altivo?” (140).
Y el padre Pirrone intenta calmar esa ansiedad con un discurso que conoce muy bien, inspirado en lo que el propio don Fabrizio le ha repetido tantas veces, y que pretende que sea inteligible, pero que acaba siendo una verdadera para el herbolario:
“Pobrecillo, de tanto leer se ha vuelto loco” (141).
El cura, no obstante, tiene muy claro lo que ha representado la aristocracia hasta ese momento, pues no en vano lleva asistiendo espiritualmente al príncipe desde hace muchos años:
“Viven en un mundo propio, que no ha creado Dios directamente, sino ellos mismos a lo largo de muchos siglos de experiencias singulares, entre penas y alegrías muy distintas de las nuestras; tienen una memoria colectiva tan privilegiada que se inquietan o se alegran por cosas que a usted y a mí nos importan un comino pero que para ellos son fundamentales porque están relacionadas con ese patrimonio de recuerdos, esperanzas y temores propios de su clase” (140).
Todo un canto al servilismo, que corresponde en el caso de Pierrone a un miembro del clero que ha ido secularmente de la mano del poder terrenal y en el de Pietrino a un humilde hombre de campo, dibujado por el narrador como la inocencia personificada de los súbditos:
“¡Pero entonces, padre, se irán todos al infierno!” (141).
O, dicho desde otra perspectiva, la alienación ideológica de una clase supeditada secularmente a su antagónica, pero a la que no ven como tal. El narrador nos transmite que sienten el peso de los nuevos impuestos, pero no menciona el mundo de relaciones feudales en el que se mezclaban impuestos, diezmos y la gran variedad de rentas feudales que llevaban siglos pagando. Por lo demás, nada nuevo. Esa mentalidad es la que alimentó al campesinado vandeano durante la revolución francesa o al carlismo que en España campeó durante un siglo.
En todo caso, el canto a la clase aristocrática la completa Lampedusa con estas palabras del padre Pirrone:
“Pues bien, ¿no le parece a usted que esa humanidad que sólo se preocupa por las camisas o por el protocolo es una humanidad feliz y, por tanto, superior?” (141).
Todo acabó siendo igual
Cuando se produce la muerte del príncipe don Fabrizio el narrador no duda decir, a modo de corolario, que
“el último Salina era él, el escuálido gigante que en aquel momento estaba agonizando en el balcón de un hotel. Porque un linaje noble sólo existe mientras perduran las tradiciones, mientras se mantienen vivos los recuerdos; y él era el único que tenía recuerdos originales, distintos de los que se conservaban en otras familias” (176).
Y como toda novela que se ajusta a una estructura al uso del planteamiento, trama y desenlace, una vez muerto también Tancredi, las dos mujeres por las que optó se convierten en el centro de la narración. Una, Angélica, con la serenidad que le da el paso de los años, es consciente del papel que le tocó jugar dentro de un matrimonio sin amor y por intereses. Típicamente burgués, pero en nada diferente del de la nobleza, pese a los intentos reiterados del narrador por presentarlos como distintos. La otra mujer, Concetta, ya conocedora del desgraciado malentendido que la llevó a rechazar el matrimonio con su primo. Y, ante todo, las dos, cómplices a través de uno de los sobrinos, Fabrizietto, que habría de desfilar por las calles de Salina en honor de los héroes de la nueva Italia:
“Un Salina rendirá homenaje a Garibaldi: una fusión entre la vieja y la nueva Sicilia” (189).
La alianza entre la nobleza y la burguesía, por fin, sellada. Y como símbolo, el más popular de los héroes de la unificación italiana. El mismo al que utilizaron al principio para extender la revolución frente al antiguo régimen y al que después abandonaron para hacerla a la medida de la nueva clase. En fin, que todo cambiara para que todo acabara siendo igual.
* G. Tomasi di Lampedusa (1999). El Gatopardo . Madrid, Unidad Editorial.
jueves, 3 de enero de 2019
_- Discurso del Premio Nobel de la Paz 2018
_- Discurso del Premio Nobel de la Paz 2018
Denis Mukwege
Umoya
Nadia Murad y Denis Mukwege reciben el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la violencia sexual
Oslo 10 de diciembre de 2018
En la noche trágica del 6 de octubre de 1996, unos rebeldes atacaron nuestro hospital de Lemera, en República Democrática del Congo (RDC). Más de 30 persona fueron asesinadas. Los pacientes fueron abatidos en su lecho a quemarropa. El personal, que no pudo huir, fue matado a sangre fría. Yo no podía imaginar que aquello no era más que el comienzo.
Obligados a abandonar Lemera, en 1999 creamos el hospital de Panzi, en Bukavu, donde sigo trabajando como ginecólogo-obstetra. La primera paciente ingresada era una víctima de violación que había recibido un disparo en sus órganos genitales.
La violencia macabra no conocía límite alguno.
Esta violencia no ha parado nunca. Un día, como otros, el hospital recibió una llamada. Al otro lado del teléfono un colega en lágrimas imploraba: “Por favor, enviadme rápidamente una ambulancia. Por favor, daos prisa”. Enviamos una ambulancia como habitualmente lo hacemos. Dos horas más tarde, la ambulancia regresó. En el interior, una pequeña de 18 meses. Sangraba abundantemente y fue llevada inmediatamente a la sala de operaciones. Cuando llegué, las enfermeras estaban anegadas en lágrimas. La vejiga de la bebé, su aparato genital, su recto, estaban gravemente dañados. Por penetración de un adulto. Rezamos en silencio: Dios mío, decidnos que lo que vemos no es verdad. Decidnos que se trata de un mal sueño. Decidnos que al despertar todo irá bien. Pero, no se trataba de un mal sueño. Era la realidad. Se ha convertido en nuestra nueva realidad en RDC.
Cuando llegó otro bebé, comprendí que este problema no podía encontrar solución en el quirófano; que era preciso batirse contra las causas profundas de estas atrocidades. Me dirigí al pueblo de Kavumu para hablar con los hombres: ¿por qué no protegéis a vuestros bebés, a vuestras niñas, a vuestras mujeres? ¿Dónde están las autoridades? Con gran sorpresa por mi parte, los del pueblo conocían al sospechoso. Todos le temían porque era miembro del Parlamente provincial y gozaba de un poder absoluto sobre la población. Desde hacía varios meses, su milicia aterrorizaba el pueblo entero. Habían instalado el miedo matando a un defensor de los derechos humanos que había tenido el coraje de denunciar los hechos. El diputado se libró sin consecuencias. Su inmunidad parlamentaria le permitía abusar con total impunidad.
A estos dos bebés los siguieron decenas de otros niños violados. Cuando alcanzamos la cifra de 48 víctimas, estábamos desesperados. Con otros defensores de los derechos humanos, alertamos al tribunal militar. Finalmente, estas violaciones fueron perseguidas judicialmente y juzgadas como crímenes contra la humanidad. Las violaciones de bebés en Kavumu cesaron, lo mismo que las llamadas al hospital de Panzi. Pero el futuro psicológico, sexual y genésico de estos bebés ha quedado hipotecado.
Lo que sucedió en Kavumu, que sigue produciéndose en numerosos otros lugares, como las violaciones y masacres en Beni o Kasai, ha sido posible por la ausencia de un Estado de derecho, por el derrumbamiento de los valores tradicionales y por el reino de la impunidad, especialmente en las esferas y personas en el poder.
La violación, las masacres, la tortura, la inseguridad difusa y la flagrante falta de educación, crean una espiral de violencia sin precedentes.
El balance de este caos perverso y organizado ha significado la violación de cientos de miles de mujeres, más de 4 millones de personas desplazadas en el interior del país, la pérdida de 6 millones de vidas humanas. Imaginen ustedes el equivalente de toda la población de Dinamarca diezmada. Los guardianes de la paz y los expertos de las Naciones Unidas no han quedado a salvo; varios han encontrado la muerte cuando cumplían su mandato. La Misión de las Naciones Unidas en RDC sigue presente hasta hoy día a fin de que la situación no degenera todavía más. Se lo agradecemos.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, esta tragedia humana prosigue sin que los responsables de la misma sean perseguidos. Solo la lucha contra la impunidad puede quebrar la espiral de las violencias. Todos tenemos el poder de cambiar el curso de la Historia cuando las convicciones por las que luchamos son justas.
Majestades, Altezas, Excelentísimos señores y señoras, Distinguidos miembros del Comité Nobel, querida Señora Nadia Muran, Señoras y Señores, Amigos de la Paz.
Es en nombre del pueblo congoleño como acepto el premio Nobel de la Paz. Lo dedico a todas las víctimas de las violencias sexuales que se cometen a través del mundo. Me presento ante ustedes con humildad para llevarles la voz de las víctimas de las violencias sexuales en los conflictos armados y para expresarles las esperanzas de mis compatriotas. Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los que durante estos años han apoyado nuestro combate. Pienso especialmente en las organizaciones e instituciones de países amigos, en mis colegas, en mi familia y en mi querida esposa Madeleine.
Me llamo Denis Mukwege. Vengo de uno de los países más ricos del planeta. Sin embargo, el pueblo de mi país está entre los más pobres del mundo. La turbadora realidad es que la abundancia de nuestros recursos naturales – oro, coltan, cobalto y otros minerales estratégicos – alimenta la guerra, fuente de la extrema violencia y de la pobreza abyecta del Congo.
Nos gustan los hermosos automóviles, las joyas, los artilugios. Yo mismo tengo un Smartphone. Estos objetos contienen minerales que se encuentran en mi país. A menudo son extraídos en condiciones inhumanas por muchachos, víctimas de intimidación y de violencias sexuales. Cuando conduzcan ustedes un coche eléctrico, cuando utilicen un Smartphone o admiren sus joyas, reflexionen un instante sobre el coste humano de la fabricación de esos objetos. En cuanto consumidores, lo menos que podemos hacer es insistir en que esos productos estén fabricados en el respeto de la dignidad humana. Cerrar los ojos ante este drama es ser cómplice. No son solamente los autores de las violencias los que son responsables de sus crímenes; lo son también quienes optan por mirar a otro lado.
Mi país es sistemáticamente saqueado con la complicidad de personas que pretenden ser nuestros dirigentes. Saqueado por su poder, por su riqueza y por su gloria. Saqueado a costa de millones de hombres, mujeres y niños inocentes abandonados en una extrema miseria… mientras los beneficios de nuestros minerales terminan en las cuentas opacas de una oligarquía depredadora.
Hace ya veinte años, días tras días, que en el hospital de Panzi yo veo las desgarradoras consecuencias del mal gobierno del país. Bebés, niñas, jóvenes muchachas, madres, abuelas, y también hombres y muchachos, violados de manera cruel, a veces en público y colectivamente, insertando plástico ardiente o introduciendo objetos contundentes en sus partes genitales. Les ahorro a ustedes los detalles.
El pueblo congoleño es humillado, maltratado y masacrado desde hace más de dos décadas a la vista y con conocimiento de la comunidad internacional. Hoy, gracias a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ya nadie puede decir: no sabía.
Con este premio Nobel de la Paz, llamo al mundo para que sea testigo y les exhorto a ustedes a unirse con nosotros para poner fin a este sufrimiento que avergüenza a nuestra común humanidad.
Los habitantes de mi país tienen desesperadamente necesidad de paz. Pero: ¿Cómo construir la paz sobre fosas comunes? ¿Cómo construir la paz sin verdad ni reconciliación? ¿Cómo construir la paz sin justicia y reparación? En el momento mismo en que les hablo, un informe se está enmoheciendo en el cajón de una oficina de Nueva York. Ha sido redactado tras una investigación profesional y rigurosa sobre los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos perpetrados en el Congo.
Esta investigación nombra explícitamente víctimas, lugares, fechas, pero elude a los autores. Este Informe del Proyecto Mapping, establecido por el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, describe no menos de 617 crímenes de guerra y contra la humanidad y, quizás incluso, crímenes de genocidio. ¿Qué espera el mundo para que sea tomado en consideración? No hay paz duradera sin justicia. Ahora bien, la justicia no se negocia. Tengamos la valentía de echar una mirada crítica e imparcial sobre los hechos que desde hace demasiado tiempo hacen estragos en la región de los Grandes Lagos. Tengamos el coraje de revelar los nombres de los autores de crímenes contra la humanidad para evitar que sigan enlutando esta región. Tengamos la valentía de reconocer nuestros pasados errores. Tengamos la valentía de decir la verdad y de efectuar el trabajo de la memoria.
Queridos compatriotas congoleños, tengamos el coraje de tomar nuestro destino en nuestras manos. Construyamos la paz, construyamos el futuro de nuestro país y juntos construyamos un mejor futuro para África. Nadie lo hará en nuestro lugar.
Señoras, señores, amigos de la Paz,
El cuadro que yo les he presentado ofrece una siniestra realidad, pero permítanme que les cuente la historia de Sara. Sara nos fue transferida al hospital en un estado crítico. Su aldea había sido atacada por un grupo armado que había masacrado a toda su familia, dejándola sola. Tomada como rehén fue conducida a la selva. Atada a un árbol. Desnuda. Todos los días, Sara sufría violaciones colectivas hasta perder el conocimiento.
El objetivo de estas violaciones como armas de guerra era la destrucción de Sara, de su familia, de su comunidad. En una palabra, destruir el tejido social.
Cuando llegó Sara al hospital, no podía caminar ni tenerse de pié. No podía retener la orina ni las heces. A causa de sus heridas genitales-urinarias y digestivas, con una añadida infección, nadie podía imaginar que un día ella sería capaz de volver a ponerse de pié. Sin embargo, cada día que transcurría, el deseo de seguir viviendo brillaba en los ojos de Sara. Cada día, era ella la que animaba al personal sanitario a no perder la esperanza. Cada día, Sara se batía por su supervivencia.
Hoy, Sara es una mujer hermosa, sonriente, fuerte y encantadora. Se ha comprometido a ayudar a las personas supervivientes de una historia similar a la suya. Ha recibido 50 dólares americanos, una ayuda que nuestra casa de tránsito Dorcas acuerda a las mujeres deseosas de reconstruir su vida en el plano socioeconómico. Sara dirige hoy su pequeña empresa. Ha comprado un terreno. La Fundación Panzi la ha ayudado con unas chapas onduladas para el techo. Ha podido construir una casa. Es autónoma y está orgullosa. Su historia muestra que incluso si una situación es difícil y parece desesperada, con determinación, siempre hay esperanza al final del túnel. Si una mujer como Sara no se da por vencida, ¿quiénes somos nosotros para hacerlo?
Todo esto es la historia de Sara. Sara es congoleña. Pero hay muchas Saras en República Centroafricana, en Colombia, en Bosnia, en Nyamar, en Irak y en tantos otros países en el mundo en los que hay conflictos.
En Panzi, nuestro programa de cuidados holísticos, que comprende un apoyo médico, psicológico, socioeconómico y jurídico, muestra que, aunque el camino de la curación sea largo y difícil, las víctimas poseen el potencial para transformar su sufrimiento en poder. Puede convertirse en autoras de un cambio positivo en la sociedad. Es el caso ya citado de la Ciudad de la Alegría, nuestro centro de rehabilitación en Bukavu, donde las mujeres son apoyadas para que retomen su destino en sus manos. No obstante, ellas no pueden lograrlo solas y nuestra función es la de escucharlas, del mismo modo que hoy escuchamos a la Sra. Nadia Murad.
Querida Nadia, tu valentía, tu audacia, tu capacidad para darnos esperanza, son una fuente de inspiración para el mundo entero y para mí personalmente.
El premio Nobel que nos es otorgado hoy no tendrá valor real más que si puede cambiar correctamente la vida de las víctimas de las violencias sexuales en el mundo y llevar la paz a nuestros países.
Así pues, ¿Qué podemos hacer nosotros? ¿Qué pueden hacer ustedes?
En primer lugar, asumir que es nuestra responsabilidad que actuemos todos. Actuar es una elección. Actuar:
– Para detener la violencia contra las mujeres.
– Para crear una masculinidad positiva que promueva la igualdad de sexos, tanto en tiempo de paz como de guerra.
– Es una opción
* Apoyar o no a una mujer
• Protegerla o no
• Defender o no sus derechos.
• Batirse o no a su lado en los países asolados por conflictos
– Es una opción construir o no la paz en los países en guerra
Actuar es rechazar la indiferencia. Si hay que hacer la guerra, que sea contra la indiferencia que corroe nuestras sociedades.
En segundo lugar, todos somos deudores ante esas mujeres y sus familias; debemos apropiarnos de su combate; también los Estados que deben cesar de acoger a los dirigentes que han tolerado, o peor, que han utilizado la violencia sexual para acceder al poder. Los Estados deben cesar de recibirlos con una alfombra roja y deben, más bien, trazar una línea roja contra la utilización de la violación como arma de guerra.
Una línea roja que sería sinónimo de sanciones económicas, políticas y de persecución judicial. Realizar un acto justo no es difícil; es cuestión de voluntad política. En tercer lugar, debemos reconocer los sufrimientos de las supervivientes de todas las violencias sexuales perpetradas contra las mujeres en los conflictos armados y apoyarlas de manera holística en su proceso de sanación. Insisto en las reparaciones, en las medidas que les den compensación y satisfacción y les permitan comenzar una nueva vida. Se trata de un derecho humano.
Hago un llamamiento a los Estados para que apoyen la iniciativa de la creación de un Fondo global de reparación para las víctimas de violencias sexuales en conflictos armados.
En cuarto lugar, en nombre de todas las viudas, de todos los viudos y de los huérfanos de las masacres cometidas en RDC y en nombre de todos los congoleños deseosos de paz, hago un llamamiento a la comunidad internacional para que consideren el Informe del Proyecto “Mapping” y sus recomendaciones.
Que se haga justicia. Ello permitiría al pueblo congoleño que por fin sean llorados sus muertos, hagan su duelo, perdonen a los verdugos, superen sus sufrimientos y miren serenamente hacia el futuro.
Finalmente, tras 20 años de efusión de sangre, de violaciones y de desplazamientos masivos de poblaciones, el pueblo congoleño espera desesperadamente la aplicación de la responsabilidad de proteger las poblaciones civiles cuando su gobierno no puede o no quiere hacerlo. Espera avanzar en el camino de una paz duradera. Esta paz pasa por unas elecciones libres, transparentes, creíbles y en un clima de apaciguamiento.
“¡Pongámonos a trabajar, pueblo congoleño!”. Edifiquemos un Estado en el que el gobierno esté al servicio de su población. Un Estado de derecho, emergente, capaz de generan un desarrollo duradero y armonioso, no solamente en RDC sino en toda África. Construyamos un Estado en el que todas las acciones políticas, económicas y sociales se centren en el ser humano y en el que la dignidad de los ciudadanos sea restaurada.
Majestades, Distinguidos miembros del Comité Nobel, Señoras, señores, Amigos de la Paz, El desafío es claro; está a nuestro alcance. En nombre de las Saras, de las mujeres, hombres y niños del Congo, les lanzo a ustedes un llamamiento urgente de que no nos den solamente el Premio Nobel de la Paz sino que se pongan ustedes de pié y digan todos juntos y en voz alta: “¡Basta ya de violencia en RDC! ¡Ya es demasiado! ¡La Paz, ahora!”
¡Muchas gracias!
Denis Mukwege
Copyright © The Nobel Foundation 2018
Traducción del francés: Ramón Arozarena
Fuente:
https://umoya.org/2018/12/16/discurso-de-denis-mukwege-premio-nobel-de-la-paz-2018/
Umoya
Nadia Murad y Denis Mukwege reciben el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la violencia sexual
Oslo 10 de diciembre de 2018
En la noche trágica del 6 de octubre de 1996, unos rebeldes atacaron nuestro hospital de Lemera, en República Democrática del Congo (RDC). Más de 30 persona fueron asesinadas. Los pacientes fueron abatidos en su lecho a quemarropa. El personal, que no pudo huir, fue matado a sangre fría. Yo no podía imaginar que aquello no era más que el comienzo.
Obligados a abandonar Lemera, en 1999 creamos el hospital de Panzi, en Bukavu, donde sigo trabajando como ginecólogo-obstetra. La primera paciente ingresada era una víctima de violación que había recibido un disparo en sus órganos genitales.
La violencia macabra no conocía límite alguno.
Esta violencia no ha parado nunca. Un día, como otros, el hospital recibió una llamada. Al otro lado del teléfono un colega en lágrimas imploraba: “Por favor, enviadme rápidamente una ambulancia. Por favor, daos prisa”. Enviamos una ambulancia como habitualmente lo hacemos. Dos horas más tarde, la ambulancia regresó. En el interior, una pequeña de 18 meses. Sangraba abundantemente y fue llevada inmediatamente a la sala de operaciones. Cuando llegué, las enfermeras estaban anegadas en lágrimas. La vejiga de la bebé, su aparato genital, su recto, estaban gravemente dañados. Por penetración de un adulto. Rezamos en silencio: Dios mío, decidnos que lo que vemos no es verdad. Decidnos que se trata de un mal sueño. Decidnos que al despertar todo irá bien. Pero, no se trataba de un mal sueño. Era la realidad. Se ha convertido en nuestra nueva realidad en RDC.
Cuando llegó otro bebé, comprendí que este problema no podía encontrar solución en el quirófano; que era preciso batirse contra las causas profundas de estas atrocidades. Me dirigí al pueblo de Kavumu para hablar con los hombres: ¿por qué no protegéis a vuestros bebés, a vuestras niñas, a vuestras mujeres? ¿Dónde están las autoridades? Con gran sorpresa por mi parte, los del pueblo conocían al sospechoso. Todos le temían porque era miembro del Parlamente provincial y gozaba de un poder absoluto sobre la población. Desde hacía varios meses, su milicia aterrorizaba el pueblo entero. Habían instalado el miedo matando a un defensor de los derechos humanos que había tenido el coraje de denunciar los hechos. El diputado se libró sin consecuencias. Su inmunidad parlamentaria le permitía abusar con total impunidad.
A estos dos bebés los siguieron decenas de otros niños violados. Cuando alcanzamos la cifra de 48 víctimas, estábamos desesperados. Con otros defensores de los derechos humanos, alertamos al tribunal militar. Finalmente, estas violaciones fueron perseguidas judicialmente y juzgadas como crímenes contra la humanidad. Las violaciones de bebés en Kavumu cesaron, lo mismo que las llamadas al hospital de Panzi. Pero el futuro psicológico, sexual y genésico de estos bebés ha quedado hipotecado.
Lo que sucedió en Kavumu, que sigue produciéndose en numerosos otros lugares, como las violaciones y masacres en Beni o Kasai, ha sido posible por la ausencia de un Estado de derecho, por el derrumbamiento de los valores tradicionales y por el reino de la impunidad, especialmente en las esferas y personas en el poder.
La violación, las masacres, la tortura, la inseguridad difusa y la flagrante falta de educación, crean una espiral de violencia sin precedentes.
El balance de este caos perverso y organizado ha significado la violación de cientos de miles de mujeres, más de 4 millones de personas desplazadas en el interior del país, la pérdida de 6 millones de vidas humanas. Imaginen ustedes el equivalente de toda la población de Dinamarca diezmada. Los guardianes de la paz y los expertos de las Naciones Unidas no han quedado a salvo; varios han encontrado la muerte cuando cumplían su mandato. La Misión de las Naciones Unidas en RDC sigue presente hasta hoy día a fin de que la situación no degenera todavía más. Se lo agradecemos.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, esta tragedia humana prosigue sin que los responsables de la misma sean perseguidos. Solo la lucha contra la impunidad puede quebrar la espiral de las violencias. Todos tenemos el poder de cambiar el curso de la Historia cuando las convicciones por las que luchamos son justas.
Majestades, Altezas, Excelentísimos señores y señoras, Distinguidos miembros del Comité Nobel, querida Señora Nadia Muran, Señoras y Señores, Amigos de la Paz.
Es en nombre del pueblo congoleño como acepto el premio Nobel de la Paz. Lo dedico a todas las víctimas de las violencias sexuales que se cometen a través del mundo. Me presento ante ustedes con humildad para llevarles la voz de las víctimas de las violencias sexuales en los conflictos armados y para expresarles las esperanzas de mis compatriotas. Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los que durante estos años han apoyado nuestro combate. Pienso especialmente en las organizaciones e instituciones de países amigos, en mis colegas, en mi familia y en mi querida esposa Madeleine.
Me llamo Denis Mukwege. Vengo de uno de los países más ricos del planeta. Sin embargo, el pueblo de mi país está entre los más pobres del mundo. La turbadora realidad es que la abundancia de nuestros recursos naturales – oro, coltan, cobalto y otros minerales estratégicos – alimenta la guerra, fuente de la extrema violencia y de la pobreza abyecta del Congo.
Nos gustan los hermosos automóviles, las joyas, los artilugios. Yo mismo tengo un Smartphone. Estos objetos contienen minerales que se encuentran en mi país. A menudo son extraídos en condiciones inhumanas por muchachos, víctimas de intimidación y de violencias sexuales. Cuando conduzcan ustedes un coche eléctrico, cuando utilicen un Smartphone o admiren sus joyas, reflexionen un instante sobre el coste humano de la fabricación de esos objetos. En cuanto consumidores, lo menos que podemos hacer es insistir en que esos productos estén fabricados en el respeto de la dignidad humana. Cerrar los ojos ante este drama es ser cómplice. No son solamente los autores de las violencias los que son responsables de sus crímenes; lo son también quienes optan por mirar a otro lado.
Mi país es sistemáticamente saqueado con la complicidad de personas que pretenden ser nuestros dirigentes. Saqueado por su poder, por su riqueza y por su gloria. Saqueado a costa de millones de hombres, mujeres y niños inocentes abandonados en una extrema miseria… mientras los beneficios de nuestros minerales terminan en las cuentas opacas de una oligarquía depredadora.
Hace ya veinte años, días tras días, que en el hospital de Panzi yo veo las desgarradoras consecuencias del mal gobierno del país. Bebés, niñas, jóvenes muchachas, madres, abuelas, y también hombres y muchachos, violados de manera cruel, a veces en público y colectivamente, insertando plástico ardiente o introduciendo objetos contundentes en sus partes genitales. Les ahorro a ustedes los detalles.
El pueblo congoleño es humillado, maltratado y masacrado desde hace más de dos décadas a la vista y con conocimiento de la comunidad internacional. Hoy, gracias a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ya nadie puede decir: no sabía.
Con este premio Nobel de la Paz, llamo al mundo para que sea testigo y les exhorto a ustedes a unirse con nosotros para poner fin a este sufrimiento que avergüenza a nuestra común humanidad.
Los habitantes de mi país tienen desesperadamente necesidad de paz. Pero: ¿Cómo construir la paz sobre fosas comunes? ¿Cómo construir la paz sin verdad ni reconciliación? ¿Cómo construir la paz sin justicia y reparación? En el momento mismo en que les hablo, un informe se está enmoheciendo en el cajón de una oficina de Nueva York. Ha sido redactado tras una investigación profesional y rigurosa sobre los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos perpetrados en el Congo.
Esta investigación nombra explícitamente víctimas, lugares, fechas, pero elude a los autores. Este Informe del Proyecto Mapping, establecido por el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, describe no menos de 617 crímenes de guerra y contra la humanidad y, quizás incluso, crímenes de genocidio. ¿Qué espera el mundo para que sea tomado en consideración? No hay paz duradera sin justicia. Ahora bien, la justicia no se negocia. Tengamos la valentía de echar una mirada crítica e imparcial sobre los hechos que desde hace demasiado tiempo hacen estragos en la región de los Grandes Lagos. Tengamos el coraje de revelar los nombres de los autores de crímenes contra la humanidad para evitar que sigan enlutando esta región. Tengamos la valentía de reconocer nuestros pasados errores. Tengamos la valentía de decir la verdad y de efectuar el trabajo de la memoria.
Queridos compatriotas congoleños, tengamos el coraje de tomar nuestro destino en nuestras manos. Construyamos la paz, construyamos el futuro de nuestro país y juntos construyamos un mejor futuro para África. Nadie lo hará en nuestro lugar.
Señoras, señores, amigos de la Paz,
El cuadro que yo les he presentado ofrece una siniestra realidad, pero permítanme que les cuente la historia de Sara. Sara nos fue transferida al hospital en un estado crítico. Su aldea había sido atacada por un grupo armado que había masacrado a toda su familia, dejándola sola. Tomada como rehén fue conducida a la selva. Atada a un árbol. Desnuda. Todos los días, Sara sufría violaciones colectivas hasta perder el conocimiento.
El objetivo de estas violaciones como armas de guerra era la destrucción de Sara, de su familia, de su comunidad. En una palabra, destruir el tejido social.
Cuando llegó Sara al hospital, no podía caminar ni tenerse de pié. No podía retener la orina ni las heces. A causa de sus heridas genitales-urinarias y digestivas, con una añadida infección, nadie podía imaginar que un día ella sería capaz de volver a ponerse de pié. Sin embargo, cada día que transcurría, el deseo de seguir viviendo brillaba en los ojos de Sara. Cada día, era ella la que animaba al personal sanitario a no perder la esperanza. Cada día, Sara se batía por su supervivencia.
Hoy, Sara es una mujer hermosa, sonriente, fuerte y encantadora. Se ha comprometido a ayudar a las personas supervivientes de una historia similar a la suya. Ha recibido 50 dólares americanos, una ayuda que nuestra casa de tránsito Dorcas acuerda a las mujeres deseosas de reconstruir su vida en el plano socioeconómico. Sara dirige hoy su pequeña empresa. Ha comprado un terreno. La Fundación Panzi la ha ayudado con unas chapas onduladas para el techo. Ha podido construir una casa. Es autónoma y está orgullosa. Su historia muestra que incluso si una situación es difícil y parece desesperada, con determinación, siempre hay esperanza al final del túnel. Si una mujer como Sara no se da por vencida, ¿quiénes somos nosotros para hacerlo?
Todo esto es la historia de Sara. Sara es congoleña. Pero hay muchas Saras en República Centroafricana, en Colombia, en Bosnia, en Nyamar, en Irak y en tantos otros países en el mundo en los que hay conflictos.
En Panzi, nuestro programa de cuidados holísticos, que comprende un apoyo médico, psicológico, socioeconómico y jurídico, muestra que, aunque el camino de la curación sea largo y difícil, las víctimas poseen el potencial para transformar su sufrimiento en poder. Puede convertirse en autoras de un cambio positivo en la sociedad. Es el caso ya citado de la Ciudad de la Alegría, nuestro centro de rehabilitación en Bukavu, donde las mujeres son apoyadas para que retomen su destino en sus manos. No obstante, ellas no pueden lograrlo solas y nuestra función es la de escucharlas, del mismo modo que hoy escuchamos a la Sra. Nadia Murad.
Querida Nadia, tu valentía, tu audacia, tu capacidad para darnos esperanza, son una fuente de inspiración para el mundo entero y para mí personalmente.
El premio Nobel que nos es otorgado hoy no tendrá valor real más que si puede cambiar correctamente la vida de las víctimas de las violencias sexuales en el mundo y llevar la paz a nuestros países.
Así pues, ¿Qué podemos hacer nosotros? ¿Qué pueden hacer ustedes?
En primer lugar, asumir que es nuestra responsabilidad que actuemos todos. Actuar es una elección. Actuar:
– Para detener la violencia contra las mujeres.
– Para crear una masculinidad positiva que promueva la igualdad de sexos, tanto en tiempo de paz como de guerra.
– Es una opción
* Apoyar o no a una mujer
• Protegerla o no
• Defender o no sus derechos.
• Batirse o no a su lado en los países asolados por conflictos
– Es una opción construir o no la paz en los países en guerra
Actuar es rechazar la indiferencia. Si hay que hacer la guerra, que sea contra la indiferencia que corroe nuestras sociedades.
En segundo lugar, todos somos deudores ante esas mujeres y sus familias; debemos apropiarnos de su combate; también los Estados que deben cesar de acoger a los dirigentes que han tolerado, o peor, que han utilizado la violencia sexual para acceder al poder. Los Estados deben cesar de recibirlos con una alfombra roja y deben, más bien, trazar una línea roja contra la utilización de la violación como arma de guerra.
Una línea roja que sería sinónimo de sanciones económicas, políticas y de persecución judicial. Realizar un acto justo no es difícil; es cuestión de voluntad política. En tercer lugar, debemos reconocer los sufrimientos de las supervivientes de todas las violencias sexuales perpetradas contra las mujeres en los conflictos armados y apoyarlas de manera holística en su proceso de sanación. Insisto en las reparaciones, en las medidas que les den compensación y satisfacción y les permitan comenzar una nueva vida. Se trata de un derecho humano.
Hago un llamamiento a los Estados para que apoyen la iniciativa de la creación de un Fondo global de reparación para las víctimas de violencias sexuales en conflictos armados.
En cuarto lugar, en nombre de todas las viudas, de todos los viudos y de los huérfanos de las masacres cometidas en RDC y en nombre de todos los congoleños deseosos de paz, hago un llamamiento a la comunidad internacional para que consideren el Informe del Proyecto “Mapping” y sus recomendaciones.
Que se haga justicia. Ello permitiría al pueblo congoleño que por fin sean llorados sus muertos, hagan su duelo, perdonen a los verdugos, superen sus sufrimientos y miren serenamente hacia el futuro.
Finalmente, tras 20 años de efusión de sangre, de violaciones y de desplazamientos masivos de poblaciones, el pueblo congoleño espera desesperadamente la aplicación de la responsabilidad de proteger las poblaciones civiles cuando su gobierno no puede o no quiere hacerlo. Espera avanzar en el camino de una paz duradera. Esta paz pasa por unas elecciones libres, transparentes, creíbles y en un clima de apaciguamiento.
“¡Pongámonos a trabajar, pueblo congoleño!”. Edifiquemos un Estado en el que el gobierno esté al servicio de su población. Un Estado de derecho, emergente, capaz de generan un desarrollo duradero y armonioso, no solamente en RDC sino en toda África. Construyamos un Estado en el que todas las acciones políticas, económicas y sociales se centren en el ser humano y en el que la dignidad de los ciudadanos sea restaurada.
Majestades, Distinguidos miembros del Comité Nobel, Señoras, señores, Amigos de la Paz, El desafío es claro; está a nuestro alcance. En nombre de las Saras, de las mujeres, hombres y niños del Congo, les lanzo a ustedes un llamamiento urgente de que no nos den solamente el Premio Nobel de la Paz sino que se pongan ustedes de pié y digan todos juntos y en voz alta: “¡Basta ya de violencia en RDC! ¡Ya es demasiado! ¡La Paz, ahora!”
¡Muchas gracias!
Denis Mukwege
Copyright © The Nobel Foundation 2018
Traducción del francés: Ramón Arozarena
Fuente:
https://umoya.org/2018/12/16/discurso-de-denis-mukwege-premio-nobel-de-la-paz-2018/
miércoles, 2 de enero de 2019
_- Entrevista al periodista Ernesto Ekáizer, autor de El libro negro. La crisis de Bankia y las cajas. Enric Llopis
_- “Rodrigo Rato fue el paradigma de las puertas giratorias”
Enric Llopis
Rebelión
El fiscal Ferdinand Pecora acuñó el término “Banksters” en los años 30 del siglo pasado, cuando investigaba las prácticas de los banqueros que condujeron al crack de Wall Street. El periodista Ernesto Ekáizer hizo uso del vocablo en un artículo publicado en el diario El País, en abril de 2016, sobre el expresidente de Banesto, Mario Conde, y también durante la presentación de “El libro negro. La crisis de Bankia y las cajas” (Espasa, 2018) en el Centre La Nau de la Universitat de València. El libro de 744 páginas se subtitula “Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. El actual gobernador del banco central supervisor, Pablo Hernández de Cos, ha declarado que el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactado por el Gobierno del PSOE y Podemos – de 735 a 900 euros mensuales- castigará la creación de empleo. Hernández de Cos, que también ha alertado contra la “actualización” de las pensiones públicas respecto al IPC, percibe un sueldo mensual de más de 12.000 euros brutos.
Con independencia de las cifras oficiales, Ekáizer señala que las ayudas públicas para rescatar el sistema financiero podrían sumar 300.000 millones de euros (cerca de un tercio del PIB español). Pero hoy la situación parece distinta. Con los datos de las entidades financieras, los seis principales bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter- han obtenido entre enero y septiembre unas ganancias de 13.229 millones de euros, un 12% más que el año anterior.
-El 26 de noviembre comenzó en la Audiencia Nacional el juicio por la salida a bolsa de Bankia; están acusadas 31 personas, entre ellas el expresidente de la entidad Rodrigo Rato (actualmente en prisión por el escándalo de las ‘tarjetas black’) y el exvicepresidente José Luis Olivas, para quienes la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado piden cinco y cuatro años de prisión respectivamente, por presunta estafa a los inversores. Asimismo está acusada la auditora externa Deloitte. En el libro cargas las tintas contra los organismos (públicos) reguladores…
No es que yo cargue las tintas, el libro se titula así:
“El libro negro. Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. Trata del papel del Banco de España, que es el organismo regulador, autor de las normas contables y supervisor; y también de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en relación con la salida a bolsa de Bankia. Estas instituciones no desempeñaron su función de controlar, supervisar el mercado y velar por el cumplimiento de las normas. Por el contrario, lo que hizo el Banco de España fue diseñar las llamadas fusiones “frías” de las cajas de ahorro y la salida a bolsa de estas entidades. Resultó un fracaso notable.
-El Banco de España reconoce que, desde 2009, la “ayuda” pública directa (“apoyo de capital”) para el rescate de las entidades financieras suma 54.353 millones de euros, de los que sólo se habían recuperado 4.477 millones a finales de 2017.
Sólo el rescate de BFA-Bankia supuso 24.000 millones de euros. ¿En qué términos se produjo este fracaso?
No se trata de un fracaso “in vigilando”, lo que podría haber ocurrido. El problema radica en que el Banco de España impulsó una política de expansión crediticia, entre 2000 y 2006, cuando desempeñaba el cargo de gobernador Jaime Caruana. Su sucesor,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, continuó a partir de 2006 con esta política expansiva que alimentaba la “burbuja” inmobiliaria.
Ya cuando hubo síntomas de crisis en Europa en 2007 –la suspensión de la cotización en los fondos de inversión de la banca BNP Paribas en Francia o la crisis bancaria en Inglaterra-, pero también de las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos,
el Banco de España permaneció impasible.
Cuando estalló la crisis, la “burbuja” se pincha porque el mercado bancario internacional ya no presta más, ni renueva los préstamos a los bancos y cajas españoles.
El Banco de España diseña –para encubrir el fracaso de su política de expansión de los créditos- una “salida” que consiste en fusionar entidades, y además rebaja las exigencias de la normativa contable; la fusión más emblemática es la de las siete cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia, que salió a bolsa en julio de 2011 para ampliar capital.
-Sostienes que los máximos organismos reguladores no sólo “enmascararon” el sistema de contabilidad y “maquillaron cadáveres”, sino que también se guiaron por “intereses de camarilla”.
¿En qué consistieron?
Necesitaban ganar tiempo, pensaban que iban a recoger dinero en el mercado y que ello les permitiría capear el temporal mientras las cosas se aclaraban; pero partían de una idea equivocada: la crisis no era una recesión clásica, sino la más importante tras la “gran depresión” de 1929.
Cuando empecé a trabajar sobre la cuestión en mi libro “Indecentes. Crónica de un atraco perfecto” (2012), calificaba la situación como una especie de homicidio por negligencia, temerario, por la política de expansión crediticia del Banco de España; pero cuando idean la salida a bolsa con entidades que no están saneadas, ya no se trata de negligencia sino de una política consciente de encubrimiento.
El folleto informativo de la salida a bolsa de Bankia no reflejaba la totalidad de las cuentas ni el auténtico patrimonio de la entidad.
-Por otra parte,
¿consideras a Rodrigo Rato, ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno con José María Aznar, un ejemplo de las llamadas “puertas giratorias”?
Rato es el paradigma de las “puertas giratorias”, aunque no el único.
En 2003 Aznar decide que sea Rajoy, y no Rato, el aspirante a la presidencia del Gobierno. En junio de 2004 asumió el cargo de director gerente del FMI, responsabilidad a la que renuncia en 2007 antes de que venciera el mandato. Regresó a España y en 2008 fichó como presidente del consejo asesor de Criteria, holding industrial de La Caixa. También estuvo en el banco de inversión Lazard y en el consejo asesor internacional del Banco Santander (en enero de 2013 Telefónica también contrató al exdirigente del PP como consejero asesor en América Latina y Europa. Nota del entrevistador).
-Además de a Rato, en otros libros has investigados las figuras de Ruiz Mateos -“José maría Ruiz-Mateos, el último magnate” (1983)- y Mario Conde: “Banqueros de rapiña” (1994), Vendetta (1996) y “El farol. La primera condena de Mario Conde” (1997).
¿Qué similitudes hay entre los tres financieros?
Son personajes muy diferentes, que encarnan épocas distintas. A través de los 18 bancos de Rumasa, Ruiz-Mateos representa una época de expansión del crédito, de gran competencia en el mercado bancario por los depósitos; entonces había que subir los tipos de interés para atraer a los clientes. El accionista principal del holding Rumasa tenía algunos puntos en común con Mario Conde; para afirmar el dominio de Banesto en el mercado, Conde remuneró los depósitos entrando en competencia con el Banco Santander, pero se vio que no tenía fuelle. Sin embargo, Rato encarna otra historia. Es muy difícil separarlo del papel del Banco de España. Rodrigo Rato accedió a la presidencia de Caja Madrid en 2010 por decisión de Rajoy, quién optó por él en lugar de por Ignacio González. El entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apoyó a Rato para la presidencia de Caja Madrid.
-Julio Rodríguez López, miembro de Economistas frente a la Crisis y del Consejo Científico de ATTAC, recuerda que las antiguas cajas de ahorro están hoy integradas o han sido absorbidas por la banca; pero en 2007 representaban una dimensión equivalente a la mitad del sistema bancario español, a lo que se añadía la Obra Benéfico-Social (“El sistema Financiero español: de la crisis a una normalización gradual”, septiembre 2017).
¿Fue la crisis una coartada para que los bancos privados se hicieran con el “pastel” de las cajas?
La crisis no fue sólo de las cajas, sino del sistema financiero. La prueba está en que
CaixaBank (La Caixa convertida en banco, en 2011) adquiere Banca Cívica y, sobre todo, compra el Banco de Valencia por un euro después que esta entidad fuera saneada con miles de millones de euros de dinero público; la razón es que La Caixa necesitaba apoyos por la “puerta trasera”.
En 2011 el Banco Sabadell se quedó por un euro con Caja Mediterráneo (CAM), después que esta entidad tuviera unos saneamientos impresionantes. La razón es que el Banco Sabadell tampoco estaba en buena situación.
¿Y por qué “cae” el Banco Popular en junio de 2017? Fue un banco muy importante en el sistema financiero español, uno de los mejores bancos en los años 70, 80 y primeros 90 del siglo pasado. Los periodistas que cubríamos el sector financiero lo llamábamos el “Lamborghini” de la banca, todo el mundo quería fusionarse con el Banco Popular. Era un banco mediano, pero con una maquinaria extraordinaria en el área de la captación de depósitos. Además no se trataba de un banco de inversión, no hacía negocios raros.
¿Por qué “cae” el Banco Popular si el sistema financiero español era, como dijo Zapatero en 2008, el más sólido del mundo?
-En mayo de 2012 Rodrigo Rato dimitió como presidente de Bankia, y propuso como máximo responsable de la sociedad a José Ignacio Goirigolzarri -actual presidente de Bankia-, quien a su vez cesó como consejero delegado del BBVA, en 2009, con una pensión vitalicia de 69 millones de euros. ¿Cómo se fraguó la renuncia de Rato en Bankia?
Precipitaron su “caída” en una operación muy calculada y controlada. Quien se ocupó de ello fue el exministro de Economía, Luis de Guindos. Rato se convirtió en presidente de Caja Madrid – después, de Bankia- porque se trataba de una persona muy conocida internacionalmente y, para sacar la entidad a bolsa, se necesitaba a alguien de estas características. Pero éste va a ser también el motivo de su “caída”. Porque si uno elimina a alguien como Rato, del PP, y que ha sido vicepresidente económico con Aznar, le está demostrando a los mercados financieros, al BCE y al FMI, que es independiente y no defiende a los suyos. El Gobierno de Rajoy estaba entonces, a mediados de 2012, muy atemorizado ante la posibilidad de un rescate “completo” de la economía española. Y en este punto hay una leyenda.
-¿En qué sentido?
En el caso de España nunca se planteó un “rescate completo” al estilo de Grecia, Portugal o Irlanda, ya que se hubieran necesitado 500.000 millones de euros. Es lo que afirma Luis de Guindos en su libro “España amenazada” (2016). Nadie estaba dispuesto a poner esa cantidad. La versión oficial del Gobierno de Rajoy es que sí hubo un “rescate” bancario, en junio de 2012. Si se hubiera producido el “rescate completo”, puede que hubieran tenido que “rescatar” después a Italia, ya que seguramente los mercados habrían apuntado contra este país. En abril de 2012 el FMI publicó un informe en el que señalaba los problemas de diez bancos españoles (la mayoría de ellos habían recibido ayudas públicas), y especialmente de Bankia. Es entonces cuando se precipita la “caída” de Rato y de Bankia. Fue la manera de hacer un “rescate” (bancario) a medida.
-En los test publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en noviembre, se menciona que el Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Banco Sabadell mostraron “un grado de resistencia considerable, con niveles de capital satisfactorios en escenarios adversos”. ¿Son rigurosas estas pruebas? ¿Es real la situación atribuida al Banco Santander y el BBVA?
Son bancos básicamente sanos, aunque tienen sus problemas. El día que se suspendió la cotización de las acciones del Banco Popular (junio de 2017), el valor de la acción se situaba en 30 céntimos de euro, lo que suponía una valoración del banco en bolsa de más de mil millones de euros; sin embargo, con el informe que hizo la auditora Deloitte, se lo vendieron al Santander por un euro, lo que fue un regalo.
Esto significa que el Banco Santander también tenía alguna necesidad.
¿Los “stress test”?
En el caso de Bankia describieron una situación que no existía, como después se demostró (“Ninguna entidad española requiere aumentar su capital como consecuencia de las pruebas de resistencia de la EBA”, sostenía una nota informativa del Banco de España, de julio de 2011. Nota del entrevistador).
-Por último,
¿qué aspecto destacarías de la nacionalización de Bankia (el estado controla actualmente el 61% del accionariado)?
El inspector de cabecera del Banco de España en Bankia antes y durante la salida a bolsa de la entidad, José Antonio Casaus, explicó a las autoridades del banco central supervisor que la operación de salida a bolsa de Bankia resultaría un fracaso y terminaría en una nacionalización de pérdidas; tendría que hacerse algo distinto, buscar una entidad nacional o extranjera para que absorbiera o se fusionara con Bankia pues, de lo contrario, seríamos los contribuyentes quienes acabaríamos pagando.
Pero el jefe del grupo de inspectores del Banco de España en Bankia, Pedro Comín (que llegaría a ser director general adjunto de Supervisión del Banco de España), elevó un informe a la Comisión Ejecutiva del banco central en la que sostenía que no pasaba nada, que debía apoyarse la salida a bolsa.
Enric Llopis
Rebelión
El fiscal Ferdinand Pecora acuñó el término “Banksters” en los años 30 del siglo pasado, cuando investigaba las prácticas de los banqueros que condujeron al crack de Wall Street. El periodista Ernesto Ekáizer hizo uso del vocablo en un artículo publicado en el diario El País, en abril de 2016, sobre el expresidente de Banesto, Mario Conde, y también durante la presentación de “El libro negro. La crisis de Bankia y las cajas” (Espasa, 2018) en el Centre La Nau de la Universitat de València. El libro de 744 páginas se subtitula “Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. El actual gobernador del banco central supervisor, Pablo Hernández de Cos, ha declarado que el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactado por el Gobierno del PSOE y Podemos – de 735 a 900 euros mensuales- castigará la creación de empleo. Hernández de Cos, que también ha alertado contra la “actualización” de las pensiones públicas respecto al IPC, percibe un sueldo mensual de más de 12.000 euros brutos.
Con independencia de las cifras oficiales, Ekáizer señala que las ayudas públicas para rescatar el sistema financiero podrían sumar 300.000 millones de euros (cerca de un tercio del PIB español). Pero hoy la situación parece distinta. Con los datos de las entidades financieras, los seis principales bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter- han obtenido entre enero y septiembre unas ganancias de 13.229 millones de euros, un 12% más que el año anterior.
-El 26 de noviembre comenzó en la Audiencia Nacional el juicio por la salida a bolsa de Bankia; están acusadas 31 personas, entre ellas el expresidente de la entidad Rodrigo Rato (actualmente en prisión por el escándalo de las ‘tarjetas black’) y el exvicepresidente José Luis Olivas, para quienes la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado piden cinco y cuatro años de prisión respectivamente, por presunta estafa a los inversores. Asimismo está acusada la auditora externa Deloitte. En el libro cargas las tintas contra los organismos (públicos) reguladores…
No es que yo cargue las tintas, el libro se titula así:
“El libro negro. Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. Trata del papel del Banco de España, que es el organismo regulador, autor de las normas contables y supervisor; y también de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en relación con la salida a bolsa de Bankia. Estas instituciones no desempeñaron su función de controlar, supervisar el mercado y velar por el cumplimiento de las normas. Por el contrario, lo que hizo el Banco de España fue diseñar las llamadas fusiones “frías” de las cajas de ahorro y la salida a bolsa de estas entidades. Resultó un fracaso notable.
-El Banco de España reconoce que, desde 2009, la “ayuda” pública directa (“apoyo de capital”) para el rescate de las entidades financieras suma 54.353 millones de euros, de los que sólo se habían recuperado 4.477 millones a finales de 2017.
Sólo el rescate de BFA-Bankia supuso 24.000 millones de euros. ¿En qué términos se produjo este fracaso?
No se trata de un fracaso “in vigilando”, lo que podría haber ocurrido. El problema radica en que el Banco de España impulsó una política de expansión crediticia, entre 2000 y 2006, cuando desempeñaba el cargo de gobernador Jaime Caruana. Su sucesor,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, continuó a partir de 2006 con esta política expansiva que alimentaba la “burbuja” inmobiliaria.
Ya cuando hubo síntomas de crisis en Europa en 2007 –la suspensión de la cotización en los fondos de inversión de la banca BNP Paribas en Francia o la crisis bancaria en Inglaterra-, pero también de las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos,
el Banco de España permaneció impasible.
Cuando estalló la crisis, la “burbuja” se pincha porque el mercado bancario internacional ya no presta más, ni renueva los préstamos a los bancos y cajas españoles.
El Banco de España diseña –para encubrir el fracaso de su política de expansión de los créditos- una “salida” que consiste en fusionar entidades, y además rebaja las exigencias de la normativa contable; la fusión más emblemática es la de las siete cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia, que salió a bolsa en julio de 2011 para ampliar capital.
-Sostienes que los máximos organismos reguladores no sólo “enmascararon” el sistema de contabilidad y “maquillaron cadáveres”, sino que también se guiaron por “intereses de camarilla”.
¿En qué consistieron?
Necesitaban ganar tiempo, pensaban que iban a recoger dinero en el mercado y que ello les permitiría capear el temporal mientras las cosas se aclaraban; pero partían de una idea equivocada: la crisis no era una recesión clásica, sino la más importante tras la “gran depresión” de 1929.
Cuando empecé a trabajar sobre la cuestión en mi libro “Indecentes. Crónica de un atraco perfecto” (2012), calificaba la situación como una especie de homicidio por negligencia, temerario, por la política de expansión crediticia del Banco de España; pero cuando idean la salida a bolsa con entidades que no están saneadas, ya no se trata de negligencia sino de una política consciente de encubrimiento.
El folleto informativo de la salida a bolsa de Bankia no reflejaba la totalidad de las cuentas ni el auténtico patrimonio de la entidad.
-Por otra parte,
¿consideras a Rodrigo Rato, ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno con José María Aznar, un ejemplo de las llamadas “puertas giratorias”?
Rato es el paradigma de las “puertas giratorias”, aunque no el único.
En 2003 Aznar decide que sea Rajoy, y no Rato, el aspirante a la presidencia del Gobierno. En junio de 2004 asumió el cargo de director gerente del FMI, responsabilidad a la que renuncia en 2007 antes de que venciera el mandato. Regresó a España y en 2008 fichó como presidente del consejo asesor de Criteria, holding industrial de La Caixa. También estuvo en el banco de inversión Lazard y en el consejo asesor internacional del Banco Santander (en enero de 2013 Telefónica también contrató al exdirigente del PP como consejero asesor en América Latina y Europa. Nota del entrevistador).
-Además de a Rato, en otros libros has investigados las figuras de Ruiz Mateos -“José maría Ruiz-Mateos, el último magnate” (1983)- y Mario Conde: “Banqueros de rapiña” (1994), Vendetta (1996) y “El farol. La primera condena de Mario Conde” (1997).
¿Qué similitudes hay entre los tres financieros?
Son personajes muy diferentes, que encarnan épocas distintas. A través de los 18 bancos de Rumasa, Ruiz-Mateos representa una época de expansión del crédito, de gran competencia en el mercado bancario por los depósitos; entonces había que subir los tipos de interés para atraer a los clientes. El accionista principal del holding Rumasa tenía algunos puntos en común con Mario Conde; para afirmar el dominio de Banesto en el mercado, Conde remuneró los depósitos entrando en competencia con el Banco Santander, pero se vio que no tenía fuelle. Sin embargo, Rato encarna otra historia. Es muy difícil separarlo del papel del Banco de España. Rodrigo Rato accedió a la presidencia de Caja Madrid en 2010 por decisión de Rajoy, quién optó por él en lugar de por Ignacio González. El entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apoyó a Rato para la presidencia de Caja Madrid.
-Julio Rodríguez López, miembro de Economistas frente a la Crisis y del Consejo Científico de ATTAC, recuerda que las antiguas cajas de ahorro están hoy integradas o han sido absorbidas por la banca; pero en 2007 representaban una dimensión equivalente a la mitad del sistema bancario español, a lo que se añadía la Obra Benéfico-Social (“El sistema Financiero español: de la crisis a una normalización gradual”, septiembre 2017).
¿Fue la crisis una coartada para que los bancos privados se hicieran con el “pastel” de las cajas?
La crisis no fue sólo de las cajas, sino del sistema financiero. La prueba está en que
CaixaBank (La Caixa convertida en banco, en 2011) adquiere Banca Cívica y, sobre todo, compra el Banco de Valencia por un euro después que esta entidad fuera saneada con miles de millones de euros de dinero público; la razón es que La Caixa necesitaba apoyos por la “puerta trasera”.
En 2011 el Banco Sabadell se quedó por un euro con Caja Mediterráneo (CAM), después que esta entidad tuviera unos saneamientos impresionantes. La razón es que el Banco Sabadell tampoco estaba en buena situación.
¿Y por qué “cae” el Banco Popular en junio de 2017? Fue un banco muy importante en el sistema financiero español, uno de los mejores bancos en los años 70, 80 y primeros 90 del siglo pasado. Los periodistas que cubríamos el sector financiero lo llamábamos el “Lamborghini” de la banca, todo el mundo quería fusionarse con el Banco Popular. Era un banco mediano, pero con una maquinaria extraordinaria en el área de la captación de depósitos. Además no se trataba de un banco de inversión, no hacía negocios raros.
¿Por qué “cae” el Banco Popular si el sistema financiero español era, como dijo Zapatero en 2008, el más sólido del mundo?
-En mayo de 2012 Rodrigo Rato dimitió como presidente de Bankia, y propuso como máximo responsable de la sociedad a José Ignacio Goirigolzarri -actual presidente de Bankia-, quien a su vez cesó como consejero delegado del BBVA, en 2009, con una pensión vitalicia de 69 millones de euros. ¿Cómo se fraguó la renuncia de Rato en Bankia?
Precipitaron su “caída” en una operación muy calculada y controlada. Quien se ocupó de ello fue el exministro de Economía, Luis de Guindos. Rato se convirtió en presidente de Caja Madrid – después, de Bankia- porque se trataba de una persona muy conocida internacionalmente y, para sacar la entidad a bolsa, se necesitaba a alguien de estas características. Pero éste va a ser también el motivo de su “caída”. Porque si uno elimina a alguien como Rato, del PP, y que ha sido vicepresidente económico con Aznar, le está demostrando a los mercados financieros, al BCE y al FMI, que es independiente y no defiende a los suyos. El Gobierno de Rajoy estaba entonces, a mediados de 2012, muy atemorizado ante la posibilidad de un rescate “completo” de la economía española. Y en este punto hay una leyenda.
-¿En qué sentido?
En el caso de España nunca se planteó un “rescate completo” al estilo de Grecia, Portugal o Irlanda, ya que se hubieran necesitado 500.000 millones de euros. Es lo que afirma Luis de Guindos en su libro “España amenazada” (2016). Nadie estaba dispuesto a poner esa cantidad. La versión oficial del Gobierno de Rajoy es que sí hubo un “rescate” bancario, en junio de 2012. Si se hubiera producido el “rescate completo”, puede que hubieran tenido que “rescatar” después a Italia, ya que seguramente los mercados habrían apuntado contra este país. En abril de 2012 el FMI publicó un informe en el que señalaba los problemas de diez bancos españoles (la mayoría de ellos habían recibido ayudas públicas), y especialmente de Bankia. Es entonces cuando se precipita la “caída” de Rato y de Bankia. Fue la manera de hacer un “rescate” (bancario) a medida.
-En los test publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en noviembre, se menciona que el Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Banco Sabadell mostraron “un grado de resistencia considerable, con niveles de capital satisfactorios en escenarios adversos”. ¿Son rigurosas estas pruebas? ¿Es real la situación atribuida al Banco Santander y el BBVA?
Son bancos básicamente sanos, aunque tienen sus problemas. El día que se suspendió la cotización de las acciones del Banco Popular (junio de 2017), el valor de la acción se situaba en 30 céntimos de euro, lo que suponía una valoración del banco en bolsa de más de mil millones de euros; sin embargo, con el informe que hizo la auditora Deloitte, se lo vendieron al Santander por un euro, lo que fue un regalo.
Esto significa que el Banco Santander también tenía alguna necesidad.
¿Los “stress test”?
En el caso de Bankia describieron una situación que no existía, como después se demostró (“Ninguna entidad española requiere aumentar su capital como consecuencia de las pruebas de resistencia de la EBA”, sostenía una nota informativa del Banco de España, de julio de 2011. Nota del entrevistador).
-Por último,
¿qué aspecto destacarías de la nacionalización de Bankia (el estado controla actualmente el 61% del accionariado)?
El inspector de cabecera del Banco de España en Bankia antes y durante la salida a bolsa de la entidad, José Antonio Casaus, explicó a las autoridades del banco central supervisor que la operación de salida a bolsa de Bankia resultaría un fracaso y terminaría en una nacionalización de pérdidas; tendría que hacerse algo distinto, buscar una entidad nacional o extranjera para que absorbiera o se fusionara con Bankia pues, de lo contrario, seríamos los contribuyentes quienes acabaríamos pagando.
Pero el jefe del grupo de inspectores del Banco de España en Bankia, Pedro Comín (que llegaría a ser director general adjunto de Supervisión del Banco de España), elevó un informe a la Comisión Ejecutiva del banco central en la que sostenía que no pasaba nada, que debía apoyarse la salida a bolsa.
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martes, 1 de enero de 2019
Periodismo de investigación y en defensa de la verdad
La verdad merece la pena.
Asegurar una entrevista más.
Verificación de hechos
Escuchando voces inauditas.
Fuente de triple selección.
Valiente intimidación.
Informes desde múltiples ángulos.
Asegurando que los números se suman
Haciendo las preguntas correctas
Yendo 1.000 millas extra
Siguiendo la historia completa.
Entendiendo el mundo
La verdad vale la pena.
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Securing one more interwiew
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Listening to unheard voices.
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Braving intimidation.
Reporting from multiple angles.
Ensuring the numbers add up
Asking the right questions
Going an extra 1,000 miles
Following the full story.
Undestanding the world
The truth is worth it
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lunes, 31 de diciembre de 2018
La "vía serbia" y el nacionalismo español
Carlos Taibo
Nuevo Desorden
El fenómeno se reveló por vez primera al calor de la declaración de independencia de Kosova, a principios de 2008. Muchos de quienes, entre nosotros, y en las dos décadas anteriores, se habían entregado a la demonización más burda de las políticas desplegadas en Serbia por Slobodan Milošević pasaron a ver en éste el afortunado defensor de la Yugoslavia unida. No se trata, hablando en propiedad, de que defendiesen las políticas de Milošević. Para defenderlas, como para criticarlas, era preciso conocerlas, y esto no parecía al alcance de las entendederas, y de la voluntad, de estos nacionalistas españoles, expertos sobrevenidos en asuntos balcánicos.
La farsa ha reaparecido estos días al amparo de la supuesta "vía eslovena" enunciada por el señor Torra. Llamativo ha resultado que las discusiones sobre la legalidad del referendo esloveno de 1990, inequívocamente complejas, rara vez se hayan hecho acompañar, entre dirigentes políticos y todólogos, de consideración alguna en lo que hace a lo que ocurrió, fundamentalmente en Serbia, en los años anteriores. Desde la Serbia de Milošević se articuló una agresión en toda regla contra un Estado federal frágil y maltrecho. Asumió formas varias: despliegue franco de discursos demonizadores de unos u otros grupos étnicos, asentamiento de un nacionalismo de inocultada base étnica, apuesta por una progresiva "serbianización" del ejército popular yugoslavo, abolición de la condición de provincias autónomas de la que disfrutaban, dentro de Serbia, la Vojvodina y Kosova, establecimiento de un régimen de apartheid en este último territorio, adulteración de los equilibrios más elementales en la presidencia colectiva del Estado federal, apoyo a la creación, en Croacia y en Bosnia, de regiones autónomas serbias y, en fin, y al cabo, un obsceno uso de la fuerza.
Describir a Milošević, un genuino anti-Tito, como el garante de la unidad yugoslava es olvidar que el dirigente serbio fue, antes bien, y en colaboración estrecha, poco después, con el presidente croata Franjo Tuđman, el dinamitador mayor de esa unidad. A Milošević, dicho sea de paso, la independencia de Eslovenia, en donde apenas había serbios, le trajo siempre al pairo, como en realidad, pero esto es harina de otro costal, y bien que con reglas diferentes, sucedió con la de Croacia. El referendo de autodeterminación y la declaración de independencia eslovenos, legales o no -¿cuáles eran las credenciales, por cierto, de quienes se atribuían el derecho a decidir al respecto?- , no surgieron, en cualquier caso, de la nada. Y la política de Alemania, la de la UE, la de EEUU o la del FMI en nada rebajan la responsabilidad de las elites dirigentes en Serbia y en Croacia.
Quienes en estas horas prefieren jugar al olvido o, más aún, exaltan una figura tan lamentable como la de Milošević nos están trasladando un mensaje inquietante. No les preocupa la condición de dirigentes y políticas siempre y cuando unos y otras apunten -o al menos eso parezca- a preservar la unidad patria. Tanto que hasta Milošević les parece una opción razonable y respetable. La conclusión parece servida: el uso de la fuerza en modo alguno les resulta desdeñable, al amparo de lo que algún lanzado bien podría llamar -en franco olvido de los muchos serbios que pelearon por la convivencia y plantaron cara al capitalismo mafioso y a las razzias étnicas asestadas por Milošević- la "vía serbia" . Qué ilustrativo resulta que en un proyecto como ése se den la mano muchos de los nacionalistas de Estado, el naufragio de nuestra izquierda zorrocotroca y la patética y connivente censura que ejercen muchos de los medios de incomunicación españoles.
Fuente: http://www.carlostaibo.com/articulos/texto/index.php?id=566
Nuevo Desorden
El fenómeno se reveló por vez primera al calor de la declaración de independencia de Kosova, a principios de 2008. Muchos de quienes, entre nosotros, y en las dos décadas anteriores, se habían entregado a la demonización más burda de las políticas desplegadas en Serbia por Slobodan Milošević pasaron a ver en éste el afortunado defensor de la Yugoslavia unida. No se trata, hablando en propiedad, de que defendiesen las políticas de Milošević. Para defenderlas, como para criticarlas, era preciso conocerlas, y esto no parecía al alcance de las entendederas, y de la voluntad, de estos nacionalistas españoles, expertos sobrevenidos en asuntos balcánicos.
La farsa ha reaparecido estos días al amparo de la supuesta "vía eslovena" enunciada por el señor Torra. Llamativo ha resultado que las discusiones sobre la legalidad del referendo esloveno de 1990, inequívocamente complejas, rara vez se hayan hecho acompañar, entre dirigentes políticos y todólogos, de consideración alguna en lo que hace a lo que ocurrió, fundamentalmente en Serbia, en los años anteriores. Desde la Serbia de Milošević se articuló una agresión en toda regla contra un Estado federal frágil y maltrecho. Asumió formas varias: despliegue franco de discursos demonizadores de unos u otros grupos étnicos, asentamiento de un nacionalismo de inocultada base étnica, apuesta por una progresiva "serbianización" del ejército popular yugoslavo, abolición de la condición de provincias autónomas de la que disfrutaban, dentro de Serbia, la Vojvodina y Kosova, establecimiento de un régimen de apartheid en este último territorio, adulteración de los equilibrios más elementales en la presidencia colectiva del Estado federal, apoyo a la creación, en Croacia y en Bosnia, de regiones autónomas serbias y, en fin, y al cabo, un obsceno uso de la fuerza.
Describir a Milošević, un genuino anti-Tito, como el garante de la unidad yugoslava es olvidar que el dirigente serbio fue, antes bien, y en colaboración estrecha, poco después, con el presidente croata Franjo Tuđman, el dinamitador mayor de esa unidad. A Milošević, dicho sea de paso, la independencia de Eslovenia, en donde apenas había serbios, le trajo siempre al pairo, como en realidad, pero esto es harina de otro costal, y bien que con reglas diferentes, sucedió con la de Croacia. El referendo de autodeterminación y la declaración de independencia eslovenos, legales o no -¿cuáles eran las credenciales, por cierto, de quienes se atribuían el derecho a decidir al respecto?- , no surgieron, en cualquier caso, de la nada. Y la política de Alemania, la de la UE, la de EEUU o la del FMI en nada rebajan la responsabilidad de las elites dirigentes en Serbia y en Croacia.
Quienes en estas horas prefieren jugar al olvido o, más aún, exaltan una figura tan lamentable como la de Milošević nos están trasladando un mensaje inquietante. No les preocupa la condición de dirigentes y políticas siempre y cuando unos y otras apunten -o al menos eso parezca- a preservar la unidad patria. Tanto que hasta Milošević les parece una opción razonable y respetable. La conclusión parece servida: el uso de la fuerza en modo alguno les resulta desdeñable, al amparo de lo que algún lanzado bien podría llamar -en franco olvido de los muchos serbios que pelearon por la convivencia y plantaron cara al capitalismo mafioso y a las razzias étnicas asestadas por Milošević- la "vía serbia" . Qué ilustrativo resulta que en un proyecto como ése se den la mano muchos de los nacionalistas de Estado, el naufragio de nuestra izquierda zorrocotroca y la patética y connivente censura que ejercen muchos de los medios de incomunicación españoles.
Fuente: http://www.carlostaibo.com/articulos/texto/index.php?id=566
domingo, 30 de diciembre de 2018
_- Contigo en la distancia
_- No existe un momento del día
En que pueda apartarme de ti
El mundo parece distinto
Cuando no estás junto a mi
No hay bella melodía
En que no surjas tú
Ni yo quiero escucharla
Si no la escuchas tú
Es que te has convertido
En parte de mi alma
Ya nada me consuela
Si no estás tú también
Más allá de tus labios
Del sol y las estrellas
Contigo en la distancia
Amada mía,… Estoy
LAm RE7 SOL VOZ NO EXISTE UN MOMENTO DEL DIALAm RE#dim SOL EN QUE PUEDA APARTARME DE TISI SI7 MIm7 EL MUNDO PARECE DISTINTOLA LA7 DO#dim DOdim RE7 CUANDO NO ESTAS JUNTO A MIDO#dimm LAm RE7 SOL CAMBIO NO HAY BELLA MELODIA EN QUE NO EXISTAS TUMIm7 LAm RE7 SOL NI YO QUIERO ESCUCHARLA SI NO LA ESCUCHAS TUSI SI7 MIm FA#7 SIm ES QUE TE HAS CONVERTIDO EN PARTE DE MI ALMAMI MI7 LAm RE#dimm RE7 SOL7 YA NADA ME CONSUELA SI NO ESTAS TU TAMBIENMI7 LAm LA#dim RE SIm MAS ALLA DE TUS LABIOS, DEL SOL Y LAS ESTRELLASMIm7 LAm RE#dimm RE7 SOL CONTIGO EN LA DISTANCIA , AMADA MIA, ESTOY ES QUE TE HAS CONVERTIDO EN PARTE DE MI ALMAMI MI7 LAm RE#dimm RE7 SOL7 YA NADA ME CONSUELA SI NO ESTAS TU TAMBIENMI7 LAm LA#dim RE SIm MAS ALLA DE TUS LABIOS, DEL SOL Y LAS ESTRELLASMIm7 LAm RE#dimm RE7 SOL CONTIGO EN LA DISTANCIA , AMADA MIA, ESTOY
sábado, 29 de diciembre de 2018
El Programa de Vox
Desproteger a las vivas y utilizar a las muertas para conseguir nuevos votos. Así de sencillo. Ni más ni menos.
Ahora utiliza la equidistancia. Unos piensan así y otros de diferente forma. Los dos tiene sus razones...
O utiliza "la objetividad". Son iguales, unos tiene unas ideas y otros otras... Los dos tienen sus derechos.
O "la relatividad". Todo es relativo según se mire, unos ven las cosas de una manera y otros de otras... Ambos tienen razón, la verdad no es única, o la verdad absoluta no existe, o todo vale según su relato.
Y así podíamos seguir...
Como dice Chomsky, "la gente ya no cree en los hechos" se deja llevar por las emociones ... (Recuerda aquello de "la Inteligencia Emocional"?. A tí te gusta? Eres feliz con ello? Yo lo que quiero es que mi hijo sea feliz. Pues adelante... Y no te metas en más. Todo argumento en pocas palabras)
Todos son relatos, lo mismo una teoría científica que una leyenda de una tribu cualquiera para explicarse el mundo. No hay uno que sea más explicativo que el otro. La "pachamama" es tan válida como la astronomía... O la Astronomía como la Astrología,...
IMG-20181228-WA0061.jpg
viernes, 28 de diciembre de 2018
Contigo en la distancia
Luis Miguel
No existe un momento del día
En que pueda apartarme de ti
El mundo parece distinto
Cuando no estás junto a mi
No hay bella melodía
En que no surjas tú
Ni yo quiero escucharla
Si no la escuchas tú
Es que te has convertido
En parte de mi alma
Ya nada me consuela
Si no estás tú también
Más allá de tus labios
Del sol y las estrellas
Contigo en la distancia
Amada mía, estoy
En parte de mi alma
Ya nada me consuela
Si no estás tú también
Más allá de tus labios
Del sol y las estrellas
Contigo en la distancia
Amada mía, estoy
Compositores: Cesar Portillo De La Luz https://youtu.be/u5ms5JZOPJ0
Luis Miguel
No existe un momento del día
En que pueda apartarme de ti
El mundo parece distinto
Cuando no estás junto a mi
No hay bella melodía
En que no surjas tú
Ni yo quiero escucharla
Si no la escuchas tú
Es que te has convertido
En parte de mi alma
Ya nada me consuela
Si no estás tú también
Más allá de tus labios
Del sol y las estrellas
Contigo en la distancia
Amada mía, estoy
En parte de mi alma
Ya nada me consuela
Si no estás tú también
Más allá de tus labios
Del sol y las estrellas
Contigo en la distancia
Amada mía, estoy
Compositores: Cesar Portillo De La Luz https://youtu.be/u5ms5JZOPJ0
jueves, 27 de diciembre de 2018
miércoles, 26 de diciembre de 2018
Pedro Navaja
Rubén Blades,
Willie Colón
Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar
Con el tumbao' que tienen los guapos al caminar
Las manos siempre en los bolsillos de su gabán
Pa' que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal
Usa un sombrero de ala ancha de medio lao
Y zapatillas por si hay problemas salir volao'
Lentes oscuros pa' que no sepan qué está mirando
Y un diente de oro que cuando rie se ve brillando
Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer
Va recorriendo la acera entera por quinta vez
Y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar
Que el día está flojo y no hay clientes pa' trabajar
Un carro pasa muy despacito por la avenida
No tiene marcas pero toos' saben ques' policia uhm
Pedro Navaja las manos siempre dentro el gabán
Mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar
Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina
No se ve un alma está desierta toa' la avenida
Cuando de pronto esa mujer sale del zaguán
Y Pedro Navaja aprieta un puño dentro 'el gabán
Mira pa' un lado mira pal' otro y no ve a nadie
Y a la carrera pero sin ruido cruza la calle
Y mientras tanto en la otra acera va esa mujer
Refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer
Mientras camina del viejo abrigo saca un revolver, esa mujer
Iba a guardarlo en su cartera pa' que no estorbe
Un treinta y ocho esmithanhueson del especial
Que carga encima pa' que la libre de todo mal
Y Pedro Navaja puñal en mano le fue pa' encima
El diente de oro iba alumbrando
Toa' la avenida, se le hizo fácil
Mientras reía el puñal le hundía sin compasión
Cuando de pronto sonó un disparo como un cañón
Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía, a esa mujer
Que revolver en mano y de muerte herida ahí le decía
Yo que pensaba hoy no es mi día estoy salá
Pero pedro navaja tu estas peor, no estas en na
Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió
No hubo curiosos, no hubo preguntas nadie lloró
Sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó
Cojio el revolver, el puñal, los pesos y se marchó
Y tropezando se fue cantando desafinao'
El coro que aqui les traje y da el mensaje de mi cancion
La vida te da sorpresas. sorpresas te da la vida ay dios
Pedró Navajas matón de esquina
quien a hierro mata, a hierro termina
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida ay dios
Valiente pescador, al anzuelo que tiraste
En vez de una sardina, un tiburón enganchaste
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Ocho millones de historias tiene la ciudad de Nueva York
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Como decía mi abuelita
El que último rie, se rie mejor
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Cuando lo manda el destino
No lo cambia ni el mas bravo
Si necesitas un martillo del cielo te caen los clavos
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
De barrio cuidao en la acera
Cuidao cámara que no corre vuela
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Como en una novela de caca
El borracho doblo por el callejón
La vida te da
Rubén Blades,
Willie Colón
Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar
Con el tumbao' que tienen los guapos al caminar
Las manos siempre en los bolsillos de su gabán
Pa' que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal
Usa un sombrero de ala ancha de medio lao
Y zapatillas por si hay problemas salir volao'
Lentes oscuros pa' que no sepan qué está mirando
Y un diente de oro que cuando rie se ve brillando
Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer
Va recorriendo la acera entera por quinta vez
Y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar
Que el día está flojo y no hay clientes pa' trabajar
Un carro pasa muy despacito por la avenida
No tiene marcas pero toos' saben ques' policia uhm
Pedro Navaja las manos siempre dentro el gabán
Mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar
Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina
No se ve un alma está desierta toa' la avenida
Cuando de pronto esa mujer sale del zaguán
Y Pedro Navaja aprieta un puño dentro 'el gabán
Mira pa' un lado mira pal' otro y no ve a nadie
Y a la carrera pero sin ruido cruza la calle
Y mientras tanto en la otra acera va esa mujer
Refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer
Mientras camina del viejo abrigo saca un revolver, esa mujer
Iba a guardarlo en su cartera pa' que no estorbe
Un treinta y ocho esmithanhueson del especial
Que carga encima pa' que la libre de todo mal
Y Pedro Navaja puñal en mano le fue pa' encima
El diente de oro iba alumbrando
Toa' la avenida, se le hizo fácil
Mientras reía el puñal le hundía sin compasión
Cuando de pronto sonó un disparo como un cañón
Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía, a esa mujer
Que revolver en mano y de muerte herida ahí le decía
Yo que pensaba hoy no es mi día estoy salá
Pero pedro navaja tu estas peor, no estas en na
Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió
No hubo curiosos, no hubo preguntas nadie lloró
Sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó
Cojio el revolver, el puñal, los pesos y se marchó
Y tropezando se fue cantando desafinao'
El coro que aqui les traje y da el mensaje de mi cancion
La vida te da sorpresas. sorpresas te da la vida ay dios
Pedró Navajas matón de esquina
quien a hierro mata, a hierro termina
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida ay dios
Valiente pescador, al anzuelo que tiraste
En vez de una sardina, un tiburón enganchaste
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Ocho millones de historias tiene la ciudad de Nueva York
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Como decía mi abuelita
El que último rie, se rie mejor
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Cuando lo manda el destino
No lo cambia ni el mas bravo
Si necesitas un martillo del cielo te caen los clavos
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
De barrio cuidao en la acera
Cuidao cámara que no corre vuela
La vida te da sorpresas
Sorpresas te da la vida, ay dios
Como en una novela de caca
El borracho doblo por el callejón
La vida te da
martes, 25 de diciembre de 2018
_- Romance de la zapatera. De la obra "La Zapatera prodigiosa" de Federico García Lorca.
_- Romance de la zapatera
En un cortijo de Córdoba / entre jarales y adelfas,
vivía un talabartero / con una talabartera.
Ella era mujer arisca, / él hombre de mucha paciencia,
ella giraba en los veinte / él pasaba de cincuenta.
¡Santo Dios, cómo reñían! / Miren ustedes la fiera,
burlando al débil marido / con los ojos y la lengua.
Cabellos de emperadora / tiene la talabartera,
y una carne como el agua / cristalina de Lucena.
Cuando movía sus faldas / en tiempo de primavera
olía toda su ropa / a limón y yerbabuena.
¡Ay, que limón, limón / de la limonera!
Qué apetitosa / talabartera!
Ved como la cortejaban / mocitos de gran presencia
en caballos relucientes / llenos de borlas de seda.
Gente cabal y garbosa / que pasaba por la puerta
haciendo brillar, alegre / las onzas de sus cadenas.
La conversación a todos / daba la talabartera
y ellos caracoleaban / sus jacas sobre las piedras.
Miradla hablando con uno / bien peinada y bien compuesta,
mientras el pobre marido / clava en el cuero / la lezna.
Un lunes por la mañana / a eso de las once y media,
cuando el sol deja sin sombra / los juncos y madreselvas,
y van cayendo las verdes / hojas de las madroñeras,
regaba sus alhelíes / la arisca talabartera.
Llegó su amigo trotando / una jaca cordobesa
y le dijo entre suspiros:
Niña, si tu lo quisieras, / cenaríamos mañana
los dos solos / en tu mesa.
¿Y qué harás de mi marido? / -Tu marido no se entera.
¿Qué piensas hacer? /- Matarlo.
Es ágil. Quizás no puedas. / ¿Tienes revolver? -¡Mejor!
¡Tengo navaja barbera! / ¿Corta mucho? -Más que el frío.
Y no tiene ni una mella. /-¿No has mentido? -Le daré
diez puñaladas certeras / en esta disposición,
que me parece estupenda: / cuatro en la región lumbar,
una en la tetilla izquierda, / otra en semejante sitio
y dos en cada cadera. / ¿Lo matarás enseguida?
Esta noche cuando vuelva / con el cuero y con las crines
por la curva de la acequia.
Esposo viejo y decente / casado con joven tierna,
qué tunante caballista / roba tu amor en la puerta.
En un cortijo de Córdoba / entre jarales y adelfas,
vivía un talabartero / con una talabartera.
Ella era mujer arisca, / él hombre de mucha paciencia,
ella giraba en los veinte / él pasaba de cincuenta.
¡Santo Dios, cómo reñían! / Miren ustedes la fiera,
burlando al débil marido / con los ojos y la lengua.
Cabellos de emperadora / tiene la talabartera,
y una carne como el agua / cristalina de Lucena.
Cuando movía sus faldas / en tiempo de primavera
olía toda su ropa / a limón y yerbabuena.
¡Ay, que limón, limón / de la limonera!
Qué apetitosa / talabartera!
Ved como la cortejaban / mocitos de gran presencia
en caballos relucientes / llenos de borlas de seda.
Gente cabal y garbosa / que pasaba por la puerta
haciendo brillar, alegre / las onzas de sus cadenas.
La conversación a todos / daba la talabartera
y ellos caracoleaban / sus jacas sobre las piedras.
Miradla hablando con uno / bien peinada y bien compuesta,
mientras el pobre marido / clava en el cuero / la lezna.
Un lunes por la mañana / a eso de las once y media,
cuando el sol deja sin sombra / los juncos y madreselvas,
y van cayendo las verdes / hojas de las madroñeras,
regaba sus alhelíes / la arisca talabartera.
Llegó su amigo trotando / una jaca cordobesa
y le dijo entre suspiros:
Niña, si tu lo quisieras, / cenaríamos mañana
los dos solos / en tu mesa.
¿Y qué harás de mi marido? / -Tu marido no se entera.
¿Qué piensas hacer? /- Matarlo.
Es ágil. Quizás no puedas. / ¿Tienes revolver? -¡Mejor!
¡Tengo navaja barbera! / ¿Corta mucho? -Más que el frío.
Y no tiene ni una mella. /-¿No has mentido? -Le daré
diez puñaladas certeras / en esta disposición,
que me parece estupenda: / cuatro en la región lumbar,
una en la tetilla izquierda, / otra en semejante sitio
y dos en cada cadera. / ¿Lo matarás enseguida?
Esta noche cuando vuelva / con el cuero y con las crines
por la curva de la acequia.
Esposo viejo y decente / casado con joven tierna,
qué tunante caballista / roba tu amor en la puerta.
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lunes, 24 de diciembre de 2018
_- Villancico flamenco de Jerez. "Por los montes de Judea"
_- Por los Montes de Judea (Bis)
Unos pastores bajaban
diciendo fuera de aquí
a unos pobres que allí estaban.
Los pobres lloraban y así les decían;
también pa los pobres
ha venido el Mesías
Pastor ¿qué le llevas tú,
a ese divino clavel?
Una olla de manteca
y un tarro de rica miel,
pavos y gallinas
chorizos y huevos
nueces y castañas
y muchos buñuelos
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha parido María
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha parido María
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha nacido El Mesías
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha nacido El Mesías
Unos pastores bajaban
diciendo fuera de aquí
a unos pobres que allí estaban.
Los pobres lloraban y así les decían;
también pa los pobres
ha venido el Mesías
Pastor ¿qué le llevas tú,
a ese divino clavel?
Una olla de manteca
y un tarro de rica miel,
pavos y gallinas
chorizos y huevos
nueces y castañas
y muchos buñuelos
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha parido María
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha parido María
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha nacido El Mesías
Fueran las penas, viva la alegría
porque esta noche ha nacido El Mesías
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