domingo, 17 de febrero de 2019

_- Aviso. Casado y Rivera sólo están dispuestos a gobernar juntos y, si hace falta, con Abascal.

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Pablo Casado progresa adecuadamente. La “anti-España” se le resiste, pero ya ha dicho que la alternativa del 28 de abril consiste en votar al PP o al Frente Popular. Conviene recordar, una vez más, que el Frente Popular fue una coalición legal de partidos legales, que ganó limpiamente unas elecciones para formar un gobierno legítimo, al que puso fin un golpe de Estado militar que desencadenó una guerra civil. A estas alturas, ninguna persona sensata e informada ignora que los culpables de aquella guerra fueron los golpistas. El Frente Popular, como la democracia, como la II República Española, fueron sus víctimas. Que Casado no cuide sus palabras significa que no le importa asumir unos delirios guerracivilistas que contrastan groseramente con su continua presentación del PP como partido centrado y moderado. Albert Rivera, siempre más moderno, emplea una retórica diferente para llegar más o menos al mismo sitio. Se ha apresurado a decir que no pactará con el PSOE y que solo aislará con un cordón sanitario a quienes quieren romper su país. Es un argumento defectuoso, porque vamos a unas elecciones anticipadas, precisamente, por la negativa independentista a aprobar los Presupuestos del Gobierno, pero tiene la virtud de clarificar el campo de juego mucho antes de que empiece la campaña electoral. A mí se me ocurren muchas maneras de romper España, y casi todas tienen un lugar en el programa de Vox, pero es evidente que, para Rivera, la soberanía es una cuestión de kilómetros cuadrados y no de la dignidad de las personas. En cualquier caso, tanto Casado como Rivera, han hablado y es útil resumir lo que han dicho.

Solo están dispuestos a gobernar juntos y, si hace falta, con Abascal.

Están todos ustedes avisados.

El tripartito andaluz, un mes de laboratorio

Amado cardenal: “Gloria no tengo otra sino ser yo tu esclava” La investigadora Patricia Marín Cepeda descubre en una remota abadía italiana medio millar de cartas amorosas entre damas españolas y un alto clérigo del siglo XVI

“Gloria no tengo otra sino ser yo tu esclava (...) y saber por momentos de ti”, escribe en una carta una mujer española que se oculta bajo el seudónimo de Henarda, Pastora del Henares. Y otra, muerta de celos, que se hace llamar Ninfa Castalia: “La señora la consada (sic) (...) te quiere más que a su vida y a su alma (…) pero más rabias se haga porque conoce su señoría que a tus ojos no hay otra como tu duquesa”. Lo interesante es que el destinatario, aparte de que no es prometido ni marido de ninguna de las dos, es un alto clérigo, el cardenal Ascanio Colonna, miembro de una poderosa familia italiana, que vivió en España cuando era estudiante, en torno a 1580. Fue cuando conoció a las autoras de las efusivas misivas, aunque la relación, por lo que se ve en los escritos, se mantuvo después de ser ordenado.

Pero no eran solo dos las damas que amaban al cardenal. Hay constancia de que el clérigo se estuvo carteando de forma paralela entre 1586 y 1608 con al menos cinco mujeres españolas, posiblemente nobles casadas o incluso puede que alguna de ellas fuera religiosa. Todas firmaban con seudónimos extraídos de las novelas pastoriles, muy populares en esa época: Dórida, Lisarda, Marfira, Ninfa Castalia y Henarda, Pastora del Henares. Y él a todas contestaba con igual fervor. “Ámame y cree que ordena Dios no nos tratemos, porque de mí sé que, ausente y sin haberos gozado en este infierno que vivo de ausencia, casi que no conozco otra gloria”, le escribe a Dórida en 1588. Y a esta misma, en otra misiva fechada en 1588, también con celos: “Por pagaros en la mesma moneda la relación que me distes del deseo de vuestro nuevo galán, sabed, mi amiga, que visitando una dama que ahí se tuviera por igual vuestra, a la despedida me rogó mucho favoreciese a una criada casada de mi madre (...) Vine a casa y tuve un recado de esta mujer, mi criada, que tenía necesidad de hablarme. Díjele que viniese y concluyó que aquella dama (...) quería venir a dormir en la mía”.

“Gloria no tengo otra sino ser yo tu esclava (...) y saber por momentos de ti”, escribe en una carta una mujer española que se oculta bajo el seudónimo de Henarda, Pastora del Henares. Y otra, muerta de celos, que se hace llamar Ninfa Castalia: “La señora la consada (sic) (...) te quiere más que a su vida y a su alma (…) pero más rabias se haga porque conoce su señoría que a tus ojos no hay otra como tu duquesa”. Lo interesante es que el destinatario, aparte de que no es prometido ni marido de ninguna de las dos, es un alto clérigo, el cardenal Ascanio Colonna, miembro de una poderosa familia italiana, que vivió en España cuando era estudiante, en torno a 1580. Fue cuando conoció a las autoras de las efusivas misivas, aunque la relación, por lo que se ve en los escritos, se mantuvo después de ser ordenado.

Pero no eran solo dos las damas que amaban al cardenal. Hay constancia de que el clérigo se estuvo carteando de forma paralela entre 1586 y 1608 con al menos cinco mujeres españolas, posiblemente nobles casadas o incluso puede que alguna de ellas fuera religiosa. Todas firmaban con seudónimos extraídos de las novelas pastoriles, muy populares en esa época: Dórida, Lisarda, Marfira, Ninfa Castalia y Henarda, Pastora del Henares. Y él a todas contestaba con igual fervor. “Ámame y cree que ordena Dios no nos tratemos, porque de mí sé que, ausente y sin haberos gozado en este infierno que vivo de ausencia, casi que no conozco otra gloria”, le escribe a Dórida en 1588. Y a esta misma, en otra misiva fechada en 1588, también con celos: “Por pagaros en la mesma moneda la relación que me distes del deseo de vuestro nuevo galán, sabed, mi amiga, que visitando una dama que ahí se tuviera por igual vuestra, a la despedida me rogó mucho favoreciese a una criada casada de mi madre (...) Vine a casa y tuve un recado de esta mujer, mi criada, que tenía necesidad de hablarme. Díjele que viniese y concluyó que aquella dama (...) quería venir a dormir en la mía”.

“Me recuerdo atravesando las montañas en pleno invierno, sin muchas esperanzas de encontrar algo sobre Cervantes que no estuviera ya trillado, pero después quedarme maravillada por aquella abadía preciosa y su enorme biblioteca: nada menos que 20.000 cartas de Ascanio Colonna había allí, entre otros muchos papeles. Y de pronto, me llamó la atención que un grupo de aquellas misivas, unas 500, estuvieran catalogadas aparte”, relataba ayer la investigadora por teléfono a este periódico. Al examinarlas, entendió por qué: eran cartas de amor, algo que en teoría no podía permitirse un alto cargo eclesiástico, al menos de forma pública. Estaban escritas en español y muchas, no las que remitía el cardenal sino las que estaban firmadas con seudónimos de mujer, tenían una letra endemoniada.

¿Es que las mujeres escribían peor que los hombres en el Siglo de Oro? “En general, la grafía femenina de la época es más difícil de entender. Hay que recordar que no recibían formación, no estaba bien visto que las mujeres fueran duchas en la escritura porque podían usarla para responder a galanteos indebidos. Los escritos de la princesa de Éboli, por ejemplo, son casi ilegibles, los investigadores nos dejamos los ojos para intentar descifrarlos”, dice Marín Cepeda.

En aquel momento Marín Cepeda no pudo estudiar a fondo esas cartas, pues no aportaban nada a su investigación sobre Cervantes, pero se le quedaron rondando en la cabeza. Diez años después, ha conseguido una de las codiciadas becas Leonardo, que concede la Fundación BBVA, para dedicar el próximo año y medio de su vida a descifrarlas una por una. “Espero poco a poco descubrir detalles de aquellas relaciones, averiguar quiénes eran exactamente esas mujeres, cómo era su vida privada y también la del cardenal, pues en el archivo se conservan copias de todas las que enviaba él”, explica.

La investigadora espera contribuir también a los estudios sobre la escritura femenina en el pasado, un tema ignorado por los eruditos hasta hace bien poco. El título de su proyecto es una declaración de intenciones, Mujer de amarillo escribiendo una carta, que es también el nombre de una pintura de Vermeer que representa a una mujer en el acto transgresor de tomar la pluma en el XVII.

INTERCAMBIO DE REGALOS

Algo que hace muy valiosas las cartas halladas por Patricia Marín Cepeda, investigadora becada por la Fundación BBVA, es que no son literatura, sino que expresan sentimientos reales de mujeres reales del Siglo de Oro. “No hay documentadas muchas, primero porque las mujeres escribían poco y segundo porque generalmente lo que escribían no salía de su esfera más íntima”, explica Marín Cepeda. “Es cierto —añade— que están muy influidas por la literatura amorosa de la época, todos esos tópicos de las novelas de caballería y pastoriles que tanto les gustaban, pero entre esos tropos estoy segura que voy a encontrar expresiones más genuinas y personales”. La correspondencia también servía para hacerse intercambios de regalos. Todo lo que pudiera entrar en un sobre era susceptible de convertirse en presente. Así el cardenal reclama en una de sus cartas el mechón de pelo que le prometió Dórida. Y en otra le agradece la cruz que recibió en pago del rosario que le envió. “Era también frecuente que se enviaran pequeños retratos portátiles pintados al óleo, con forma de medallón, lo que sería una especie de selfie actual”, apunta Marín Cepeda. Ya se ve que la vida en la España de la Inquisición bullía no solo en las comedias de capa y espada.

sábado, 16 de febrero de 2019

Luigi Di Maio: “La carnicería social que pide la UE no es posible” El vicepresidente del Ejecutivo de Italia y líder del Movimiento 5 Estrellas, abre la puerta al diálogo con Europa pero sin tocar los puntos cardinales del presupuesto

Luigi Di Maio
(Avellino, 1986) es ministro de Trabajo y Desarrollo Económico de Italia, también uno de sus dos vicepresidentes y el líder del partido más votado en las últimas elecciones, el Movimiento 5 Estrellas (M5S). Tiene 32 años y es su primera experiencia en la gestión política. Pero su indiscutible instinto político le ha convertido en uno de los dos pilares sobre los que se apoya el Gobierno italiano en uno de los momentos más convulsos de los últimos tiempos. Cuando la Comisión ha abierto un procedimiento inédito de infracción a Italia por el presupuesto expansivo que ha firmado junto a su socio de gobierno, Matteo Salvini, recibe a EL PAÍS en su despacho del Ministerio de Trabajo en la Via Véneto de Roma. Vienen curvas, pero a Di Maio se le ve tranquilo y asegura que no tocarán los puntos básicos de las cuentas italianas que tanto preocupan en Bruselas. Los próximos días serán cruciales para el país y el futuro de la coalición que lo gobierna.

Pregunta. La Comisión Europea ha iniciado un proceso de infracción sobre Italia en una decisión histórica. ¿Hasta dónde llegarán en este choque?
Respuesta. Nunca lo hemos vivido como un choque. Pero la opinión pública italiana no entenderá cómo se activa un proceso así contra unos presupuestos que, entre otras cosas, ponen a salvo a cinco millones de personas sin trabajo e indemnizarán a todos los estafados por los bancos; una ley que ayudará a las empresas con la flat tax. España, por ejemplo, alcanzó un año el 11% de déficit; hubo tiempos en los que se hicieron presupuestos expansivos y Francia también superó los límites. Alemania va más allá del superávit comercial y, en cambio, el proceso de infracción se hace contra el Gobierno italiano.

P. ¿Por qué cree que van contra Italia?
R. Es algo ligado a la naturaleza política de este Gobierno. Al hecho de estar en un momento histórico en el que algunas fuerzas políticas no sobrevivirán a las elecciones europeas: los ciudadanos darán una señal de cambio a todo el establishment europeo en mayo. Si quieren activar ese procedimiento, están en su derecho. Pero nosotros no podemos renunciar a las medidas propuestas.

P. ¿Y cómo piensa hacerlo?
R. Quiero dialogar con la UE en términos de recortar el despilfarro, aumentar la venta de inmuebles y activos de la administración pública, incorporar cláusulas para garantizar que no superamos el 2,4% de déficit. Pero tiene que quedar claro que en Italia no habrá otra carnicería social. Los italianos hemos pasado en 10 años por reformas laborales, aumento del IVA, reforma de las pensiones, subida de impuestos a las empresas... Y todos los políticos decían que lo había pedido Europa. Yo creo en una UE solidaria que lleve adelante sus principios, pero la carnicería que nos piden no es posible. Dialogaremos sin renunciar a más derechos para los italianos
R. Quiero dialogar con la UE en términos de recortar el despilfarro, aumentar la venta de inmuebles y activos de la administración pública, incorporar cláusulas para garantizar que no superamos el 2,4% de déficit. Pero tiene que quedar claro que en Italia no habrá otra carnicería social. Los italianos hemos pasado en 10 años por reformas laborales, aumento del IVA, reforma de las pensiones, subida de impuestos a las empresas... Y todos los políticos decían que lo había pedido Europa. Yo creo en una UE solidaria que lleve adelante sus principios, pero la carnicería que nos piden no es posible. Dialogaremos sin renunciar a más derechos para los italianosR. Quiero dialogar con la UE en términos de recortar el despilfarro, aumentar la venta de inmuebles y activos de la administración pública, incorporar cláusulas para garantizar que no superamos el 2,4% de déficit. Pero tiene que quedar claro que en Italia no habrá otra carnicería social. Los italianos hemos pasado en 10 años por reformas laborales, aumento del IVA, reforma de las pensiones, subida de impuestos a las empresas... Y todos los políticos decían que lo había pedido Europa. Yo creo en una UE solidaria que lleve adelante sus principios, pero la carnicería que nos piden no es posible. Dialogaremos sin renunciar a más derechos para los italianos

Italia no habrá otra carnicería social. Los italianos hemos pasado en 10 años por reformas laborales, aumento del IVA, reforma de las pensiones, subida de impuestos a las empresas... Y todos los políticos decían que lo había pedido Europa. Yo creo en una UE solidaria que lleve adelante sus principios, pero la carnicería que nos piden no es posible. Dialogaremos sin renunciar a más derechos para los italianos.

P. Su problema no es solo la Comisión, las agencias de rating, o el FMI. Los mercados han disparado la prima hasta más de 333 puntos esta semana.
Seguir aquí: https://elpais.com/internacional/2018/11/22/actualidad/1542901896_187902.html

viernes, 15 de febrero de 2019

_- Entrevista a Molly Scott Cato, eurodiputada británica por el Partido Verde. La matemática política de la infamia.

_- Renán Vega Cantor
Rebelión

Lo que viene acontecido alrededor de Venezuela, aparte de todos las consecuencias que trae sobre lo que se entiende por justicia, libertad, democracia, igualdad, soberanía, injerencia, respeto al derecho ajeno también tiene otra derivación que se desprende de los múltiples disparates que se difunden a diario, que bien podríamos denominar como el naufragio de las matemáticas más elementales. Claro, no se le pueden pedir peras al olmo, y no podemos suponer que personajes de la catadura e “inteligencia” de Iván Duque, Mauricio Macri, Pedro Sánchez, Jair Bolsonaro Emmanuel Macron y de los halcones sanguinarios del imperio (Donald Trump, John Bolton, Marco Rubio, Elliott Abrams, Mike Pence, Mike Pompeo) se distingan por su precisión y rigor, y los embustes, mentiras y engaños que propalan, en compañía de falsimedia, tengan el más mínimo sustento. El democracimetro imperialista no da para tanto, no requiere ningún esfuerzo mental, simplemente basta repetir como loros parlanchines las mentiras que son necesarias para generar odio emocional, sin que prime ningún tipo de razonamiento.

Un breve recorrido por algunas de las grandes mentiras sobre Venezuela nos muestra cual es el alcance de la matemática política de la infamia. Veamos:

Valen más 97 mil votos que seis millones: Hasta el hastío se repite que la elección de Nicolás Maduro fue fraudulenta, una premisa que con antelación inventó la falsa oposición y sus amos de Estados Unidos, junto con sus lacayos de Colombia y otras latitudes, para no reconocer que iban a ser derrotados electoralmente, como en efecto lo fueron. En las elecciones presidenciales de mayo de 2018 el ganador obtuvo un poco más de 6 millones, que corresponden al 67.84% del total, cuando se presentaron 3 candidatos de la oposición que obtuvieron en conjunto un 33% de los votos y no desconocieron el resultado. Pero los votos de Maduro no valen nada, hasta el punto que cuentan más los precarios 97.492 que obtuvo Juan Guaidó como candidato a la Asamblea Nacional en 2015, en el Estado de Vargas. Los seis millones no son votos democráticos y por lo tanto no cuenta, mientras que los 97 mil del fantoche si valen y tienen que ser aceptados, para que este y sus amos lo proclamen como “presidente legítimo”.

Cuando una elección vale más que veintidós: En Venezuela se han realizado 23 elecciones en los últimos veinte años, en su orden 5 elecciones presidenciales, 4 elecciones parlamentarias, 6 elecciones regionales, 4 elecciones municipales, 4 referéndum constitucionales, y una consulta nacional. De esas el chavismo perdió dos (y ha reconocido su derrota), una de ellas la de 2015 a la Asamblea Nacional –en la que fue elegido, entre otros, Juan Guaidó. Esa elección fue realizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que reconoció el triunfo de la oposición. Ese mismo órgano electoral ha realizado las otras 22 elecciones, incluyendo la presidencial de 2018, pero ninguna de ellas vale, sencillamente porque no ha ganado la oposición anti-popular y proimperialista. En esa extraña lógica matemática uno vale más que veintidós.

La “comunidad internacional” (es decir, los delincuentes que encabeza Estados Unidos, entre ellos los de las sendas Pandillas de Lima y la Unión Europea) tienen más importancia que el resto del mundo: Esta típica arrogancia imperial (en realidad significa que Estados Unidos “vale” más que todo el planeta, por aquello de que son la “nación imprescindible”), conduce a que se desconozca que en la posesión de Nicolás Maduro el 10 de enero estuvieron presentes delegaciones de 94 países de todos los continentes. Pero claro, esas delegaciones no tienen importancia, porque en la singular matemática de Estados Unidos y sus lacayos solo cuenta la autodenominada “comunidad internacional”, un embeleco de truhanes, criminales y asesinos, encabezados por la mafia cubano-estadounidense que dirige nuevamente la política exterior de los Estados Unidos.

Valen más 20 millones de dólares de “ayuda humanitaria” que los 23 mil millones de dólares que Estados Unidos y compañía le han robado al tesoro venezolano: En la campaña demagógica y con fines golpistas que adelanta Estados Unidos se ha difundido la portentosa y desinteresada “ayuda humanitaria” de 20 millones de dólares, una cifra tan ridícula que es la misma en que hoy se compra o se vende un futbolista medianamente cotizado en el mercado mundial de las piernas masculinas. Pero la cifra es todavía más vergonzosamente ofensiva si se compara con lo que se le está robando a Venezuela, por parte de Estados Unidos y sus sirvientes: 23 mil millones de dólares. En la alquimia imperial (que no aritmética) tenemos entonces que 20 millones de dólares que vienen del norte imperial valen más que los 23 mil millones que le han extraído al erario venezolano. Esa ridícula cifra equivale al insignificante 0.087% de lo que se han robado. Para sopesar la dimensión de este robo, algunos han calculado que con ese monto Venezuela podría comprar medicamentos durante los próximos 20 años y financiar todas sus importaciones durante un año.

Vale más lo que diga Luis Almagro, Secretario General de la OEA (el Ministerio de Colonia de los Estados Unidos) que la mayoría de sus miembros: Otro elemento de propaganda mediática rabiosa se centra en las estupideces que dice cada vez que abre la boca Luis Almagro, peón de brega de los Estados Unidos contra Venezuela. Y en esa dirección se afirma que la OEA se opone a Nicolás Maduro y reconoce como presidente al títere Juan Guaidó, que es lo que dice la Pandilla de Lima. Pero que la opinión de un personaje de dudosas calidades morales e intelectuales valga más que la mayoría del organismo, que incluso es proclive a las órdenes de Washington, va contra las intuiciones más elementales, porque la OEA no pudo aprobar por mayoría lo que dijo y quería su Secretario General. Hasta el punto que los países del CARICON, compuesto por quince países del Caribe, le reclamaron airados a Almagro por haberse tomado la vocería de ellos, y atreverse a decir que él (como marioneta de Estados Unidos) hablaba a nombre de todos los países del continente.

Cuando el Petróleo=Democracia y Minerales=Derechos Humanos (las ecuaciones de los derechos del capitalismo y del saqueo imperialista): Hasta el cansancio repiten los Estados Unidos y todos sus sirvientes que lo que ellos buscan imponer en Venezuela es la Democracia y los Derechos Humanos, pero las experiencias indican que tras el derrocamiento de gobiernos donde hay riquezas minerales se imponen las más brutales dictaduras proyanquis, que se las entregan en bandeja de plata. Eso ha sucedió recientemente en Irak y Libia, y el caso de Venezuela no es diferente, en la medida que cuenta con importantes reservas de petróleo y minerales: las primeras a nivel mundial en petróleo y las octavas en gas, posee también importantes acervos de oro, diamantes, hierro y coltán y además agua dulce. De tal manera, que en el álgebra de la injustica mundial, en realidad cuando Estados Unidos y sus peones hablan de democracia y derechos humanos están señalando su afán por apropiarse de las riquezas mencionadas.

Las elecciones son libres cuando ganan los candidatos de Estados Unidos y sus socios, pero no cuando ganan a los que considera como sus enemigos: El democracimetro imperial, con una inmediata y sorprendente precisión matemática, indica qué tipo de elecciones son libres y cuáles no. Indistintamente, como si se tratase de una ley de la gravitación social, cuando triunfan los candidatos neoliberales y neoconservadores (no importa si se hace con fraudes, muertos, mentiras, como en Egipto, Brasil, Colombia, Honduras, Paraguay y un interminable etcétera) son presentados como “reformadores”, “demócratas”, “defensores de la libertad”, “audaces y emprendedores” y mil calificativos por el estilo. En contravía, si los que ganan no les simpatizan a Estados Unidos, de inmediato son calificados como “déspotas”, “dictadores”, “enemigos del libre mercado”… y contra ellos cae el peso de la calumnia y la mentira y se comienza una campaña para derrocarlos. Eso lo demuestra el caso de Salvador Allende en Chile, luego de cuya elección (en 1970) el criminal de guerra Henry Kissinger, funcionario del gobierno de Richard Nixon, dijo: "No veo por qué tenemos esperar y permitir que un país se vuelva comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo".

En Venezuela no se respetan los derechos humanos, ni hay libertad de expresión, pero en Colombia, Estados Unidos sí que se respetan: Es imposible que en otro país del mundo suceda lo que está pasando en Venezuela, y que esto sea aceptado y tolerado: que un fantoche se autoproclame presidente, clame por un golpe de Estado, reciba financiación de gobiernos extranjeros (Estados Unidos, Unión Europea, Canadá, a través de sus mensajeros de Colombia, Argentina, Perú….) y además de declaraciones públicas a través de los grandes medios de desinformación. Algo así es inconcebible en los propios Estados Unidos, donde si Bernie Sanders o cualquiera otro se autoproclamara presidente sería capturado, juzgado y condenado a cadena perpetua o a muerte. Para no hablar del caso de Colombia, donde si algo de eso llegase a suceder, como que, por ejemplo, Gustavo Petro luego de una manifestación se auto-designase como Presidente y llamara a efectuar un golpe de Estado, a los diez minutos como máximo de él no quedaría nada (literalmente hablando) porque sería asesinado por las fuerzas del orden o sus innumerables servidores paramilitares.

Entre otras cosas, en esa extraña aritmética política del odio, no sorprende que los voceros del régimen de Duque (y su numerosa comitiva de comentaristas de prensa, entre ellos académicos y escribidores de quinta categoría) aplaudan por no dejar entrar funcionarios venezolanos ni cantantes como Omar Enrique, porque son violadores de los derechos humanos. Con la gran autoridad moral que se tienen en Colombia para hablar del respeto a los derechos humanos, cuando a diario se asesina a aquellas personas que piensan y actúan distinto, que lideran algún proyecto popular, y la cifra sigue en aumento y alcanza los miles en los últimos 35 años. En Colombia donde se han implementado métodos bestiales de muerte y tortura, como el uso de la motosierra para desmembrar vivos a los “enemigos” del régimen, que gran autoridad se tiene para hablar del respeto a los derechos humanos. O el país donde se mata con cianuro a ciertos personajes incomodos de la élite se puede dar el lujo de dar lecciones a otros sobre la materia de derechos humanos, con solvencia y autoridad criminales, como lo hace la tropa de funcionarios uribistas del sub-presidente Duque, como Francisco Santos, Carlos Holmes Trujillo, Marta Lucia Ramírez….

Cuando un tipo de injerencia es aceptable y otras no: En Venezuela sucede lo inverosímil (tanto que frente a ello queda pequeña la imaginación de grandes literatos como Gabriel García Márquez): un fantoche luego de una manifestación de sus simpatizantes se sube a un asiento y se auto-proclama presidente y de manera inmediata es reconocido por ese club de delincuentes que se nombra como “comunidad internacional”, y ese fantoche empieza a designar embajadores en otros países, y a llamar a los militares a que den un golpe de Estado y pide la intervención a grito herido de los marines de Estados Unidos y afirma que no le teme a una guerra civil. Ese tenebroso personaje es reconocido por gobiernos como el de Emmanuel Macron en Francia, como ejemplo de una brutal intervención en la soberanía y autodeterminación de Venezuela –como si todavía Francia fuera un imperio colonial-. Al respecto Macrón ha dicho: "Los venezolanos tienen el derecho de expresarse libremente y democráticamente. Francia reconoce a Juan Guaidó como 'presidente encargado' para implementar un proceso electoral". Por lo visto, la libertad y la democracia a lo Macron pasa por pisotear la decisión mayoritaria del pueblo venezolano.

En esa misma Francia desde hace semanas está en marcha una insurgencia social de los chalecos amarillos, contra el gobierno neoliberal de Macron. Pero hete aquí lo increíble: el vicepresidente del Gobierno italiano, Luigi Di Maio, se reunió con un grupo de "chalecos amarillos", a quienes instó a persistir en su lucha. Esto provocó de inmediato la reacción de Francia, que en este caso si pide el respeto a su soberanía, la misma que no respeta cuando se trata de Venezuela. Sus argumentos son de lo más llamativos: considera como una provocación esa reunión, y pidió a Roma que no se entrometa en asuntos exclusivos e internos de Francia, y el Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó con altisonancia: "Todos estos actos crean una situación grave que cuestiona las intenciones del Gobierno italiano de cara a su relación con Francia". Además, con un tono de dignidad hipócrita en un gobierno que apoya a los golpistas de Venezuela y a los torturadores de Arabia Saudita y Egipto, sostiene que las injerencias de Italia "violan el respeto debido a la elección democrática hecha por un pueblo amigo y aliado y el respeto que gobiernos democrática y libremente elegidos se deben entre ellos".

Vaya, vaya, vamos viendo que el gobierno Francés no acepta ninguna injerencia y reclama respeto y autodeterminación, las mismas que viola y pisotea cuando apoya a un títere golpista en Venezuela. Un típico ejemplo, entre miles, de la matemática injerencista que puede resumirse en este axioma: no intervengan nunca en lo mío, pero yo si tengo todo el derecho de meter las narices en cualquier otro país, porque somos los dueños del mundo. Parece ser que los tiempos coloniales, en los que Francia masacro a pueblos enteros, tiene entre sus nostálgicos al “joven” presidente Francés, tan joven y reaccionario como Juan Guaidó o Iván Duque, los títeres de Washington en su patio trasero.

jueves, 14 de febrero de 2019

El amor es ciego. cuento de Mario Benedetti

Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:

– ¿Jugamos al escondite?

La Intriga se levantó con los ojos fruncidos, y la Curiosidad sin poder contenerse preguntó:

– ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?

Es un juego – explicó la Locura – en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo se halló secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso la Apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, La Verdad prefirió no esconderse; ¿para qué? Si al final siempre le hallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y La Cobardía prefirió no arriesgarse.

– Uno, dos, tres…. comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.

La Generosidad, casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿qué si un lago cristalino? ¡Es ideal para la Belleza!; ¿Qué si la rendija de un árbol? ¿Perfecto para la Timidez; ¿qué si el vuelo de una mariposa? ¡Lo mejor para la Voluptuosidad!; ¿qué si una ráfaga de viento? ¡Magnífico para la Libertad! Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo… eso sí, sólo para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris); y La Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes, el Olvido …¡se me olvidó donde se escondió!… pero no es lo importante.

Cuando la Locura contaba 999.999, el Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

– ¡Un millón! – contó la Locura y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.

En un descuido encontró a la Envidia, y claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco iris… (¡Mentira, ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.

La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas… Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al Amor y la Locura no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra,

El amor es ciego y la locura siempre, siempre le acompaña.

Fuente: cuento de Mario Benedetti

miércoles, 13 de febrero de 2019

Mali, la guerre

Mali, la guerre n’a rien réglé

Traversant la Méditerranée au péril de leur vie, les migrants africains défient l’Union européenne dans ses valeurs proclamées. Ils fuient la misère, mais aussi l’insécurité qui gagne l’ensemble du Sahel en dépit de l’émergence de coopérations militaires régionales. Au Mali, où se profile l’élection présidentielle fin juillet, l’effondrement de l’État fait le jeu des groupes djihadistes.

par Rémi Carayol
Le Monde diplomatique Au Mali, la guerre n’a rien réglé↑

Fred Dufour. — Habitant de Mopti à son domicile, muni d’une machette en cas d’attaque de groupes islamistes maliens, janvier 2013 © Fred Dufour / AFP
La nuit venue à Konna, près de Mopti, au centre du Mali, des dizaines d’hommes vêtus d’un gilet jaune et d’un pantalon multipoche se retrouvent devant la maison des jeunes. Ils se répartissent en groupes de huit ou neuf, s’arment d’un bâton, d’un coupe-coupe, se distribuent des talkies-walkies, puis se séparent pour patrouiller à moto dans les rues ensablées de la ville jusqu’à l’aube. Près de cinq cents volontaires, jeunes pour la plupart, forment la « brigade ». Le groupe s’est mis en tête de sécuriser la ville, que les gendarmes ont abandonnée il y a neuf mois et que l’armée, stationnée à cinquante kilomètres, ne visite qu’en de rares occasions. Sa crainte : une attaque de bandits armés qui grouillent dans la région.

La brigade est née de la frustration des habitants, impuissants devant la recrudescence des vols et des assassinats et irrités par l’inaction des forces de l’ordre, bien avant que la gendarmerie ne soit désertée. « Le 23 mars 2016, un marabout a été tué en plein centre-ville. Le lendemain, c’est un commerçant qui a été assassiné dans sa boutique, explique M. Yaya Traoré, l’un des dirigeants de la brigade, également premier adjoint au maire de la commune. Les gendarmes n’ont rien fait. C’est à ce moment-là qu’on a décidé de prendre les choses en main. »

M. Traoré assure que l’initiative porte ses fruits : « Quand ils attrapent un voleur, nos hommes l’amènent à notre quartier général de la maison des jeunes, et, le lendemain, on l’envoie à la justice, où on lui dit de ne plus revenir. » « Les voleurs ont compris le message, pense-t-il. Ils se font plus rares. » Les combattants islamistes aussi. « Ils ont peur de nous, donc ils ne viennent pas », assure-t-il. Selon lui, c’est grâce à la brigade que les trois écoles de Konna accueillent toujours les enfants. Ce que l’on ne peut pas dire des villages voisins, où les établissements ont été fermés les uns après les autres sous la pression des djihadistes.

Depuis la bataille de Konna (du 10 au 17 janvier 2013), qui marqua le début de l’intervention française au Mali (opération « Serval »), cette cité de quinze mille habitants située sur l’axe reliant Bamako à Gao devait être un symbole du renouveau de l’État malien. Elle ne fait qu’illustrer sa faillite. Les voitures calcinées jonchent toujours ses rues. Les bâtiments détruits par les bombes françaises sont restés en l’état.

Après la reconquête du Nord, menée par la France, les forces armées maliennes et une coalition d’armées africaines, les habitants pensaient en avoir fini avec les groupes djihadistes.

Et le spectre d’une dislocation du pays semblait écarté. Largement élu à la tête du pays en août 2013, M. Ibrahim Boubacar Keïta (surnommé « IBK ») leur avait promis le retour d’un État fort. Cinq ans plus tard, alors qu’il se présente pour un second mandat à l’élection présidentielle du 29 juillet, rien ne dit que le scrutin pourra se tenir sur l’ensemble du territoire : il dirige un pays en lambeaux.
Certes, les principales villes du Nord (Gao, Tombouctou, Kidal, Tessalit) ont été reprises aux groupes armés touaregs et aux groupes djihadistes qui les contrôlaient depuis 2012 ; la Mission multidimensionnelle intégrée des Nations unies pour la stabilisation du Mali (Minusma) quadrille le terrain ; un accord de paix a été signé à Bamako en juin 2015 entre le Mali et la Coordination des mouvements de l’Azawad, qui regroupe les rebelles touaregs et arabes du nord du pays (1) ; des gouverneurs ont été nommés dans les régions ; et l’armée malienne se relève petit à petit. Mais ces avancées se révèlent théoriques, à l’image de l’accord de paix, qui n’est toujours pas appliqué. Un temps désorganisés, les groupes armés islamistes se sont reconstitués. En mars 2017, Al-Qaida au Maghreb islamique (AQMI), Ansar Dine, la katiba Macina et la katiba Al-Mourabitoune ont annoncé leur fusion au sein du Jamaat Nosrat Al-Islam Wal-Mouslimin (Groupe de soutien à l’islam et aux musulmans, GSIM). Ce mouvement armé dirigé par un Touareg malien, M. Iyad Ag Ghali, harcèle quotidiennement civils et militaires.

Un immense territoire livré à lui-même
Si l’armée malienne dispose de bases à Tombouctou et à Gao, elle n’est toujours pas revenue à Kidal, et de nombreuses zones du Nord restent hors de sa portée. L’État est encore un mirage pour beaucoup de Maliens. Selon l’Organisation des Nations unies (ONU), moins d’un fonctionnaire sur trois affectés dans le Nord occupait son poste en décembre 2017. Le nombre d’agents déployés a même diminué l’année dernière — ce qui nourrit l’inquiétude de M. António Guterres, le secrétaire général de l’ONU : « Il faut à tout prix éviter l’effondrement du centre du Mali, il faut à tout prix [y] rétablir la sécurité et la normalité », a-t-il insisté lors d’une visite sur place, le 30 mai 2018.

L’insécurité gagne du terrain. L’épicentre des violences ne se situe plus à Kidal ou à Tombouctou, mais dans les cercles les plus enclavés des régions de Mopti et de Ségou, plus au sud. En 2017, l’ONU a recensé 63 attaques des groupes qualifiés de « terroristes » contre les forces armées malienne, française et onusienne, dont une majorité dans la région de Mopti. Durant le premier trimestre 2018, la Minusma a comptabilisé 85 événements «majeurs violents» ayant provoqué la mort d’au moins 180 civils dans le centre du pays.

Le centre du Mali est un immense territoire livré à lui-même. « Mopti-Sévaré, ça va. Mais, dès qu’on en sort, on est en danger », constate, amer, M. Oumar Bathily, ancien maire de Mopti. Une digue, qui traverse des marais inondés durant la saison des pluies, relie ces deux villes distantes d’une dizaine de kilomètres, seul îlot de stabilité dans la zone. Mopti, magnifique cité posée au confluent du fleuve Niger et du Bani, a perdu son lustre d’antan. La « Venise du Mali » accueillait des milliers de touristes chaque année ; on n’en voit plus guère. Sous le soleil brûlant du mois de mars, le port d’où partaient des croisières en direction de Tombouctou, au nord, est désert. Quelques femmes font la lessive sous l’œil de piroguiers apathiques, condamnés au chômage. Tout près de là, à l’hôtel Kanaga, qui donne sur le fleuve, les employés attendent. « Quatre-vingts chambres, sept suites, zéro client. La situation est catastrophique, déplore M. Amassome Dolo, le directeur. Les autres hôtels ont fermé. Nous, on tient parce qu’on a un groupe derrière nous. » Après la reconquête du Nord en 2013, M. Dolo espérait que l’activité reprendrait. Mais les choses n’ont fait qu’empirer. « Plus personne ne va à Tombouctou, au pays des Dogons ou à Djenné. Trop dangereux. Mais, au moins, les gens pourraient venir ici. Mopti ne risque pas d’être attaqué. » Ce qui reste à démontrer : les djihadistes se trouvent tout près, dit-on, de l’autre côté du fleuve asséché, que l’on peut traverser à gué.

Sévaré, qui abrite un aéroport stratégique, paraît plus sûr. Ce village est devenu l’un des lieux les mieux protégés du Mali, avec une présence renforcée de l’armée malienne, un poste de commandement et une force d’intervention rapide de quatre cents hommes de la Minusma, ainsi que le quartier général du G5 Sahel (lire « Une coopération régionale pour s’émanciper de la France »). Les hôtels regorgent d’hommes en treillis, de « consultants » aux gros bras et de diplomates de passage. La seule agence de voyages possédant un bureau est Echo Flight, le service de l’Union européenne qui gère les convois aériens dans les zones de guerre. La plupart des immeubles sont loués aux forces militaires et transformés en bunkers. « Les commerçants et les propriétaires se frottent les mains. On vit d’une économie de crise. Mais tous ceux qui sont en dehors de la ville sont abandonnés », constate M. Bathily.

L’irruption de la guerre dans cette région du centre du pays a surpris nombre de Maliens. C’était il y a un peu plus de trois ans. Le 5 janvier 2015, des hommes à moto portant haut le drapeau noir du djihad attaquent le camp militaire de Nampala et tuent onze soldats. Puis s’emparent durant quelques heures de la ville, située tout près de la frontière mauritanienne. L’histoire de Nampala que raconte son maire, M. Sékou Bah, un pharmacien élu en 2016, symbolise l’abandon dans lequel avait été laissée la région pendant des années. « En 2012, quand les djihadistes ont pris le contrôle du Nord, ils ne sont pas venus ici, mais l’État n’y était pas non plus, dit-il. Les fonctionnaires avaient déserté leurs postes. En 2013, lors de la reconquête française, l’armée malienne est revenue. Mais, quand les vols de bœufs se sont multipliés, nous avons en vain demandé l’aide des militaires. Certains éleveurs ont décidé de s’armer pour se défendre. La situation s’est calmée ensuite. Après l’attaque du 5 janvier, l’armée et les fonctionnaires ont fui à nouveau. » Depuis, le moindre conflit villageois se règle à coups de fusil.

Brigandage ou règlements de comptes
Après la reprise de Nampala, d’autres villes ont été attaquées, des fonctionnaires tués, des élus menacés. Durant les premiers mois, l’État n’a pas réagi, incapable de donner un nom aux assaillants. Dans le Macina, région inondée en saison des pluies, on les appelle simplement « les hommes à moto ». Eux-mêmes se présentent comme « les hommes de la brousse » (yimbé laddé en fulfulde, la langue peule). Certains, éparpillés en divers campements, se réclament de M. Hamadoun Koufa, le chef de la katiba Macina, et disent vouloir imposer la charia. « Ils sont à peine quelques centaines, dispersés, précise un officier de l’armée malienne. Ils se cachent dans les forêts, se font passer pour des bergers, s’infiltrent dans les villages. Leur motivation n’est pas religieuse. » D’autres affirment défendre les éleveurs peuls face aux exactions de l’armée ou des communautés sédentaires. Mais les revendications politiques cachent parfois des motivations moins avouables : brigandage ou règlements de comptes sur fond de rivalités communautaires.
Tout est flou dans ce Centre qui est longtemps resté obscur, tant pour le colonisateur français que pour l’administrateur malien, après l’indépendance, en 1960. « Cette région ne s’est jamais rebellée, elle a donc été ignorée, contrairement au Nord, qui a capté toute l’attention, explique un diplomate européen en poste à Bamako. Ce que l’on sait, c’est que l’on ne peut pas parler d’un seul conflit dans le Centre, mais d’une multitude de microconflits sur lesquels le terrorisme est venu se greffer. » Au XIXe siècle, la région de Mopti était « l’eldorado » du pays, selon les mots d’Adam Thiam, journaliste malien. « C’était une région très prospère grâce à son agriculture. Aux premières années de l’indépendance, on en parlait comme du poumon économique du pays. Elle représentait plus de 30 % de ses recettes d’exportation. Puis les vagues de sécheresse des années 1970 ont lourdement frappé l’économie régionale. En 1985, la zone a été classée en insécurité alimentaire. Et, dès 1986, un rapport évoquait le risque d’une rébellion si les pouvoirs publics ne faisaient rien. »

Les politiques de développement de l’agriculture sédentaire, décidées à Bamako par ce que Thiam appelle « le pouvoir mandingue », méprisant à l’égard des nomades, et accompagnées d’une colonisation des terres, ont bouleversé les équilibres locaux, déjà fragiles, entre éleveurs (pour la plupart des Peuls ou des Touaregs), cultivateurs (des Bambaras ou des Dogons) et pêcheurs (des Bozos). Depuis des décennies, ceux-ci se soumettaient à des codes et à des maîtres (du pâturage, des eaux, de la terre) afin de coexister, parfois difficilement, sur une terre fertile et disputée. Les conflits récurrents, parfois violents, étaient rapidement réglés par les notables locaux. Mais, au fil des ans, l’État a démantelé cette cohabitation ancestrale au nom de la modernisation. Les hiérarchies ont été bouleversées. En 1995, avant même que l’insécurité ne se développe dans le Nord, la région de Mopti était déjà la plus pauvre du Mali. Il y a trois ans, elle affichait les taux les plus faibles en matière d’électrification des ménages (7,1 %, contre 22,9 % de moyenne nationale) ou de scolarisation (41,9 % dans le premier cycle, contre 72,3 %) (2).

Lorsque la guerre éclate dans le Nord, cette région livrée à elle-même est encore plus négligée. Et quand l’État revient en 2013, il fait comme si rien ne s’était passé. Au « pas d’État » succède un « mal État ». L’armée, notamment, ne fait pas dans la dentelle. Son retour dans la région s’accompagne d’exactions contre des populations locales, ce qui « creuse un peu plus le déficit de confiance entre les populations, en particulier des Peuls, et les forces de sécurité », souligne l’organisation non gouvernementale International Crisis Group. Plusieurs associations dénoncent des atteintes graves aux droits humains.

L’armée et le gouvernement sont désormais accusés de jouer sur les rivalités entre communautés pour gagner la « guerre contre le terrorisme ». Dans un rapport publié en avril, le Centre Simon Skjodt pour la prévention des génocides évoque même la possibilité que ces conflits intercommunautaires aboutissent à des « atrocités de masse (3) ». Plusieurs personnalités proches du président Keïta ou de l’état-major sont soupçonnées d’avoir armé des milices dozos (chasseurs traditionnels) dans le Centre pour traquer les djihadistes. En mars 2018, près de trente personnes ont été tuées en pays dogon au cours de heurts opposant des Peuls à des Dogons rassemblés dans un groupe d’autodéfense équipé d’armes de guerre. Beaucoup pensent, y compris au sein de la Minusma, que celles-ci viennent des stocks de l’armée. Des villages peuls ont été incendiés, des hommes ont été tués, du bétail a été volé. En représailles, des villages dogons ont été attaqués. Dans le cercle de Koro, les heurts sont quotidiens. « C’est un cercle vicieux de la vengeance qui prend une tournure ethnique, déplore un élu local. Le problème du djihadisme est venu se superposer à de vieux conflits résiduels. »

Les écoles dites « françaises » sont ciblées
Nommé en décembre 2017, le premier ministre Soumeylou Boubèye Maïga choisit Mopti pour premier déplacement officiel. Il y annonce un plan de développement et le retour de l’État malien. Pour rassurer la population, une vaste offensive mobilise près de trois mille soldats dans les zones les plus reculées des régions de Mopti et de Ségou. Ancien ambassadeur du Mali en Guinée-Équatoriale, le général Ismaïla Cissé dénonce cependant des erreurs de jugement : « Pour les militaires, tous les Peuls sont des djihadistes. C’est un amalgame dangereux. » De même, interdire la circulation des deux-roues au prétexte que les islamistes se déplacent à moto ne peut, selon lui, qu’envenimer la situation. « Dans ces contrées, tout le monde se déplace à deux-roues ! Les interdire revient à interdire les déplacements des pasteurs et des commerçants. Beaucoup de foires ne fonctionneront plus si on ne revient pas sur cette interdiction. Si l’État tue l’économie, les honnêtes gens vont se tourner vers les djihadistes. » Une étude menée auprès de soixante-trois jeunes ex-recrues de ceux-ci révèle que, dans la plupart des cas, l’engagement n’est « pas l’aboutissement d’un processus d’endoctrinement religieux », mais est « guidé par le besoin de protéger leur famille, leur communauté et leurs activités génératrices de revenus » (4).

Le vide laissé par l’administration favorise les progrès des mouvements extrémistes. L’association Delta Survie, sise à Sévaré, qui œuvre pour l’éducation dans les zones les plus risquées du centre du Mali, le constate au quotidien. « Il devient de plus en plus difficile de se déplacer, déplore son président, M. Ibrahima Sankaré. Les djihadistes sont dans tous les villages, et ce sont eux qui administrent. Ils lèvent des impôts, disent la justice, interdisent aux femmes de se laver dans la nature ou de sortir sans le voile. Ils prohibent les manifestations de baptême ou de mariage. Ils s’attaquent aux griots. » Et ça prend ! « Entre obliger leurs femmes à porter le voile intégral ou perdre leur troupeau, les pasteurs ont vite choisi », résume-t-il. Car les djihadistes ont apporté aux éleveurs une forme d’ordre et de sécurité que l’État ne leur assurait pas. M. Sankaré témoigne aussi de ses démarches pendant des années pour inciter l’administration à prendre en compte les réalités nomades. Son association a lancé des écoles mobiles qui suivent les éleveurs au gré de leurs déplacements. « J’ai obtenu des financements étrangers, pas de l’État malien. En 2012, on en comptait une centaine. Il n’en reste plus que cinq... »

Les écoles dites « françaises » sont particulièrement ciblées. Selon l’ONU, en mars 2018, 715 d’entre elles étaient fermées en raison de l’insécurité. Près de 215 000 enfants étaient privés de scolarité. Chaque jour, M. Daouda Doumbia, directeur adjoint de l’académie d’enseignement de Mopti, accueille des enseignants au chômage technique, qui ont fui les menaces. Certains sont affectés ailleurs. La plupart se mettent à l’abri. C’est le cas d’Ibrahim, qui vit à Sévaré chez sa famille depuis que l’école qu’il dirigeait a fermé. Un jour de novembre, dix bandits sont arrivés à moto, armés de kalachnikovs. « Ils ont regroupé les élèves dans la cour et ont tiré en l’air. Les enfants étaient terrorisés, ils pleuraient. Ils ont pris toutes nos affaires, tiré sur les fenêtres et ont dit : “Si nous revenons et que nous vous trouvons ici, ça va mal tourner.” » L’école se trouve à quelques dizaines de mètres de la route qu’empruntent chaque jour des convois militaires...

Regain d’insécurité au Mali
Cécile Marin aperçu
Au fur et à mesure que leur influence s’étend, les groupes djihadistes cherchent à saper la légitimité de l’État en s’en prenant à ceux qui le représentent, tout en proposant, par la force ou la séduction, une solution de rechange. Ainsi promeuvent-ils les écoles coraniques lorsqu’ils imposent la fermeture d’une école publique. Ou s’en prennent-ils aux fonctionnaires jugés corrompus. L’un des principaux coups d’éclat des hommes de la katiba Macina fut le rapt, en novembre 2017, du président du tribunal de Niono, une ville située à une heure de route de Ségou.

« Avant, explique Adam Thiam, un fonctionnaire, un juge par exemple, se faisait nommer dans le Centre dans le but de s’enrichir. C’est une zone où les conflits locaux sont très nombreux. Il y a eu une inflation de procès. Pour les gagner, il fallait payer. » Or, dans les zones qu’ils contrôlent, les djihadistes s’attachent à rendre une justice que beaucoup trouvent, sinon équilibrée, du moins honnête et surtout gratuite. « De plus en plus de gens se tournent vers eux, et non plus vers l’État, pour régler leurs conflits », constate M. Sékou Bah, le maire de Nampala. Certains parlent même de la justice des djihadistes comme d’une « cour d’appel »...

À Bamako, cette évolution inquiète bien plus que la guerre qui sévit toujours dans le Nord. D’abord parce que « le Centre, c’est le ciment de notre pays », explique M. Ali Nouhoum Diallo, ancien président de l’Assemblée nationale devenu porte-parole officieux de la communauté peule du Mali. Ensuite, et peut-être surtout, parce que ce qui se passe dans cette région relève moins d’une guerre pour le pouvoir que d’une « révolte sociale » face à une administration jugée prévaricatrice, qui témoigne des failles abyssales de l’État malien. Le 20 juin dernier, le ministre de la défense a dû reconnaître l’implication des forces armées maliennes et ouvrir une enquête après la mort de vingt-cinq personnes à Nantaka et Kobaka, dans la région de Mopti. « Nous ne sommes pas en train de rebâtir nos forces armées pour en faire une armée qui serait ignorante du droit humanitaire des conflits. Ce serait un recul fabuleux », a concédé le président Keïta (5).

« Le président n’a plus aucune légitimité »
« Le président n’a plus aucune légitimité, assure, sans mâcher ses mots, M. Cheick Oumar Diarrah, éphémère ministre de la réconciliation nationale et du développement des régions du nord en 2013. Le pouvoir politique n’a pas pris la mesure de la crise de 2012. » Cet ancien diplomate, qui fut un proche conseiller de M. Keïta, estime qu’il aurait fallu « inventer un contrat social ». « Nous sommes en présence de populations qui rejettent l’injustice et l’absence de solidarité. C’est facile de les appeler “djihadistes”, cela nous dispense de réfléchir à ce qu’elles sont vraiment et au mal qui gangrène notre pays. » Selon M. Diarrah, le mélange de bureaucratie et d’affairisme, apparu lors de la démocratisation politique au début des années 1990, qui a connu son paroxysme sous la présidence de M. Amadou Toumani Touré (2002-2012), perdure.

Dans ce contexte, organiser des élections relève du théâtre politique. L’opposition s’en inquiète d’autant plus que les scrutins locaux, qui devaient se tenir en décembre 2017, puis en avril 2018, ont été renvoyés aux calendes grecques. « Comment peut-on prétendre organiser une élection dans un pays dont on ne contrôle pas la moitié du territoire ?, s’interroge l’opposant marxiste Oumar Mariko. Le gouvernement a informé que, dans la région de Kidal, ce seraient les rebelles qui assureraient la sécurité du scrutin. N’est-ce pas la preuve de son échec ? »

Rémi Carayol
Journaliste.

(1) Lire Daniel Bertrand, «Conjurer la fragmentation au Mali», Le Monde diplomatique, juillet 2015.

(2) « Enquête modulaire et permanente auprès des ménages », Institut national de la statistique du Mali, Bamako, août 2014.

(3) « Régions en danger. Prévention d’atrocités de masse au Mali » (PDF), rapport d’alerte précoce par pays, Centre Simon Skjodt pour la prévention des génocides, Washington, DC, avril 2018.

(4) « Enseignements africains sur le terrorisme », Institut d’études et de sécurité, 18 septembre 2017.

(5) Agence France-Presse, 20 juin 2018.

martes, 12 de febrero de 2019

Noam Chomsky explica qué esconden las “Ayudas Humanitarias”


VTV

El concepto de ayuda humanitaria es casi todo acto agresivo realizado por cualquier potencia que, desde el punto de vista del agresor es una ayuda humanitaria, pero no desde el punto de vista de las víctimas, explica el filósofo Noam Chomsky. Según el también lingüista y politólogo, Estados Unidos lo reconoce públicamente y se entiende en el terreno del imperio tradicional.

Primer ejemplo de ayuda humanitaria: El bombardeo a Serbia en 1999

Fuerzas de Albania cometían ataques terroristas en territorio serbio para provocar una respuesta de su Gobierno que le sirviera como justificación a la OTAN (alianza militar intergubernamental Organización del Tratado del Atlántico Norte ), para entrar al país, es decir, una intervención de Estados Unidos. Las pérdidas estimadas fueron altas en ambos lados: dos mil víctimas.

Cuando asumieron la invasión, el general estadounidense a cargo, Wesley Clark, le informó a Washington que el resultado del ataque de EE.UU. intensificaría las atrocidades, porque Serbia no era capaz de responder militarmente bombardeando a los EE.UU., Serbia respondió por tierra, expulsando de Kosovo a los albaneses terroristas, justo después del bombardeo de EE.UU.

Pero la gran cobertura mediática fue la de Slobodan Milošević (expresidente serbio) llevado a la Corte Penal Internacional por una acusación sobre crímenes masivos, todos con una sola excepción, fueron después del bombardeo que ejecutó Estados Unidos contra su población.

Todo lo narrado anteriormente fue una intervención humanitaria, apunta Chomsky.

¿Son legales las intervenciones por ayudas humanitarias?

La Asamblea General de las Naciones Unidas tiene una resolución sobre la responsabilidad de proteger, que dice explícitamente que no puede ejecutarse un acto no militar a menos que esté autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Se utiliza para asegurarse de que los gobiernos no repriman a sus propias poblaciones.

No obstante, el activista estadounidense explica que hubo otra comisión, presidida por el exprimer ministro australiano Garreth Evans, que debatió sobre la “responsabilidad de proteger”, muy parecida a la versión de la ONU, pero con una diferencia, “que así el Consejo de Seguridad no esté de acuerdo en autorizar una intervención, agrupamientos regionales pueden intervenir a la fuerza por su cuenta, ¿qué agrupamiento regional es capaz de una intervención? Hay uno solo y se llama OTAN”.

La “responsablidad de proteger” es legal porque la Asamblea General de la ONU lo autorizó, pero lo que rige actualmente es la versión autorizada de Evans, un buen ejemplo de cómo funciona una propaganda en un sistema poderoso, agrega Chomsky y que además se puede ver en los medios de comunicación.

Otro ejemplo de ayuda humanitaria: El bombardeo a Libia en 2011

Una resolución de la ONU en 2011 hizo un llamado a la creación de una zona de exclusión aérea en Libia, a excepción de aquellos cuyos fines sean “humanitarios”, que pasó a términos diplomáticos para solucionar el problema, y que Muamar Gadafi aceptó, declarando un cese el fuego contra fuerzas opositoras a su Gobierno.

Finalmente Washington optó por apoyar una resolución mucha más amplia que la de la simple zona de exclusión aérea, y apostó por una ocupación militar del país.

“Reino Unido, Francia y Estados Unidos se convirtieron en la fuerza aérea de la oposición. Uno de sus ataques terminó sepultando a Gadafi y matando a 10 mil personas, dejó a Libia en lo que es hoy día, en manos de milicias”, recuerda Noam Chomsky.

A partir de ese momento, hubo un gran flujo de yihadistas armados en Asia occidental y África occidental, lo que se convirtió en la fuente principal de terrorismo radical en el mundo, “una consecuencia de la mal llamada intervención humanitaria en Libia”.

El poder de EE.UU. ahora, con Donald Trump como presidente

Chomsky también explicó que la sociedad debe repensar lo que significa el poder. Estados Unidos, a su juicio, sigue siendo supremo. Su poder es dañino, pero desde el punto de vista de la oligarquía, ese poder les da todo lo que piden, asevera el filósofo. Solo en términos militares, esta nación maneja el 25 por ciento de la economía mundial, y también está mucho más avanzado en tecnología que el resto del mundo.

Agrega que pese a que en economía han estado en declive, sería un error pensar en que han perdido su dominio.

“La multinacionales estadounidenses son dueñas de la mitad del mundo, están integradas con el Estado, tienen todos los sectores: industria, venta, comercio, finanzas”.

Explica que desde su elección como presidente, no solo es Trump quien representa el peligro, sino el liderazgo republicano completo, que niegan el fenómeno del calentamiento global, por mencionar solo un problema.

“El partido republicano es una de las organizaciones más peligrosas en la historia de la humanidad, suena escandaloso, pero pensemos al respecto por un momento, Hitler no quería destruir el futuro de la existencia humana, nadie tenía la intención”, se lamenta y agrega que no son personas ignorantes ni fundamentalistas religiosos, sino las mejores educadas y apoyadas del mundo, quienes ponen a la sociedad en peligro.

Según Chomsky, las políticas más peligrosas apenas se discuten, son amenazas existenciales que enfrentamos, esta generación tiene que decidir si la existencia humana continuará, no es un chiste, es el calentamiento global o una guerra nuclear y las acciones de Trump empeoran ambas.

Fuente: vtv.gob.ve/noam-chomsky-ayudas-humanitarias/

lunes, 11 de febrero de 2019

Saber comunicar, el sueño del Sultán.

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.

El sabio dijo:
– ¡Qué desgracia, Mi Señor!
– Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra Majestad

.. y el sultán gritó enfurecido:
– ¡Qué insolencia!
– ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa?
– ¡Fuera de aquí! ¡Que le den cien latigazos!

Más tarde el sultán ordenó que le trajesen a otro sabio para aconsejarle sobre lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
– ¡Excelso Señor!
– Gran felicidad os ha sido reservada.
– El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.

Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro al sabio.

Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo sorprendido:
– ¡No es posible!
– La interpretación que has hecho del sueño es la misma que el primer sabio.
– No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

El segundo sabio respondió:
– Amigo mío, todo depende de la forma en que se dice.

domingo, 10 de febrero de 2019

Reencuentro, euforia y tragedia de los trillizos desconocidos. Un documental relata la increíble historia de tres hermanos separados al nacer que descubrieron haber sido víctimas de un experimento liderado por un científico.

Su amigo no paraba de sacudir el periódico, arriba y abajo. David seguía sin creérselo. “¡Eres tú!”, le insistía aquel. El artículo no ofrecía muchos datos, pero la foto bastaba. Salían dos tipos abrazados, risueños y absolutamente idénticos. No solo entre ellos: también eran iguales que David. “Era imposible”, recuerda este por teléfono. ¿De dónde habían salido esos tales Robert y Eddy? ¿Y por qué se parecían tanto a él? Finalmente, David logró el número de la madre de Eddy y llamó. Poco después, ya estaba en la carretera. Había vivido 19 años sin saber nada de sus dos hermanos trillizos. Ni tan siquiera que existían.

Los otros dos, como muestra el documental Tres idénticos desconocidos, se habían llevado la sorpresa poco antes. Quiso el destino o la casualidad que, en 1980, Robert Shafran acudiera a la Universidad de Sullivan, en Nueva York. La pisaba por primera vez, pero recibió una acogida calurosa. Le sonreían, le saludaban, le preguntaban qué tal las vacaciones. Aunque lo más raro es que le llamaran “Eddy”. El misterio acabó desvelado y Robert se sentó, básicamente, frente al espejo. “Sus ojos eran mis ojos”, rememora sobre el encuentro. Compartían demasiado para dos desconocidos: rostro, fecha y lugar de nacimiento —el 12 de julio de 1961, en un hospital de Long Island—, o el hecho de ser adoptados. Llegaron el entusiasmo, las entrevistas. Y David. “De alucinante, pasó a increíble”, afirma en el filme el redactor de un diario local.

“Me dedico a seleccionar ideas para una productora. Te acabas volviendo duro, piensas a menudo: ‘Esto ya lo he visto’. Pero cuando me la contaron supe que esta era la mejor historia que había escuchado”, asegura el director del documental, Tim Wardle. Al principio, sospechó que su colaborador exagerara. Ahora, tras un lustro y una película, que se estrena hoy en España, cree que quizás se quedaba corto. “Decidí contarlo desde la perspectiva de los trillizos, y que el espectador fuera conociendo la información al mismo ritmo al que ellos la descubrieron”, explica Wardle. Porque el reencuentro fue solo el inicio de un relato lleno de locura, felicidad y drama, donde se mezclan rabia, experimentos con ecos nazis, debates éticos e informes censurados. Por absurdo que resulte, “es 100% real”. Palabra de Shafran. Y de cientos de documentos.

“Parece un relato de Disney”, suelta un periodista en el documental. “Es mucho más oscuro”, le corrige una de las implicadas. En efecto, en la primera mitad del filme, al igual que en la vida de los trillizos, reina la euforia: se volvieron estrellas, se mudaron juntos y hasta abrieron un restaurante, Triplets. Salían en la televisión moviéndose a la vez, completando uno las frases del otro y subrayando que amaban los Marlboro, la lucha libre o las mismas mujeres. Protagonizaron incluso un cameo en Buscando a Susan desesperadamente, junto a Madonna. Hasta que las diferencias también emergieron. Y, con ellas, las sombras.

UN RELATO, DOS PELÍCULAS
La historia de Tres idénticos desconocidos ha atraído a cine, literatura y periodismo, desde que Lawrence Wright (que aparece en el documental) abrió la veda en 1995, en The New Yorker. Tras su filme, Tim Wardle ahora es también productor ejecutivo de una versión de ficción que se rodará en Hollywood, con “un gran guionista”, según él, y el consentimiento de los trillizos. “En un documental, queda lo que dices. En este caso, nuestro control se limita a escoger a las personas apropiadas. Pero no sabemos quién la protagonizará o cómo será contada”, explica David Kellman.

En EE UU, la historia es conocida. En el resto del mundo, Wardle recomienda acercarse a ella desde la ignorancia. Basta saber que la agencia de adopción, Louise Wise Services, separó adrede a los chicos y lo omitió también a sus nuevos padres. Peter B. Neubauer, un científico ya fallecido, llevaba desde las sombras las riendas del proyecto, en busca de una respuesta al eterno dilema sobre la influencia del ADN y la educación en el desarrollo humano.

Por todo ello, el documental se encontró con mucha resistencia. “No confiaban, eran hostiles”, rememora Wardle. “Desde luego, no nos lanzamos a ello. Hacía tiempo que tampoco hablábamos entre nosotros. Y no sabíamos qué querían hacer”, explica David Kellman. Durante cuatro años, no se filmó ni un minuto de metraje. Solo llamadas, vuelos de la producción (británica) a EE UU y encuentros. “No queríamos que explotaran la historia o la trataran con sensacionalismo. Ya bastante tiene de alegría y tragedia. Necesitábamos fiarnos”, dice Shafran.

Para Wardle, fue una de las grandes dificultades. “Me preguntaba por qué nadie había filmado esta historia. Y descubrí que sí lo habían intentado, hasta tres veces. En los noventa, llegaron a terminarla. Pero, de golpe, fueron obligados a retirarla”, relata sobre el otro problema. Para algunos, era mejor el olvido. Tres idénticos desconocidos sufrió en su piel la desaparición repentina de algún financiador, a la vez que Wardle tuvo que insistir: “Los inversores me preguntaban cómo terminaría el filme. Ni yo lo sabía”.

Lo cierto es que el relato aún no ha acabado. La película se estrenó en Sundance en 2018, cayó a un paso de los Oscar y el domingo opta a los Bafta. Pero, mientras, los trillizos han podido al fin acceder a material secreto sobre su infancia. Y el caso sigue abierto. Las mellizas Michele Mordkoff y Allison Kanter se han conocido a raíz de la película. “Hemos sido contactados por otra pareja. Y creemos que hay al menos 23 afectados”, cuenta Wardle. Tal vez algunos ya se estén buscando.

sábado, 9 de febrero de 2019

Exigencia

Un canal público fuerte e independiente garantiza la democracia de manera mucho más contundente que todas las poses conocidas

Para apreciar el debate que ha precedido el nombramiento de Rosa María Mateo como administradora puente de RTVE es necesario remontarse en el tiempo. La naturalidad con la que el presidente Rajoy se cargó los avances democráticos que había impuesto el Gobierno de Zapatero en la elección de la cúpula del canal público delataba el desinterés de los españoles por sus instituciones democráticas. A fuerza de vapuleos, han entendido que quien gana las elecciones se hace con la banca, cambia las reglas de juego y coloca a los suyos con una normalidad pasmosa. Toda esa gente que habla de democracia en realidad trabaja por cargársela pero que se note lo menos posible. Ese desprecio no podría desarrollarse sin el desinterés general.

Sin embargo, RTVE es la espina dorsal del país. Su función es diversa, pero sería imposible sin su acción explicarse del todo por qué la música en nuestro país parece reducida a un concurso de jóvenes talentosos a los que se dota de un repertorio ajeno, por qué cada noticia sangrienta adquiere un rango de esencia filosófica, por qué algunos famosos ni siquiera tienen oficio conocido, por qué funcionan las listas negras, los vetos, los favoritismo, la ignorancia de personajes de valía y una esfera de corrupción establecida con una normalidad apabullante. La cadena pública debería ser desafío y refutación de muchas inclinaciones de las privadas, debería asumir su valor de ventana de país, pero en manos de los políticos quiere reducirse a sus funciones más básicas de manipulación y fabricación de zoquetes.

En Rosa María Mateo se busca la veta de autenticidad y honestidad que aún sostienen algunos de sus profesionales valiosos. El proceso parlamentario no ha sido fino, pero venimos de un auténtico lodazal. El anterior mandatario de la tele pública aparecía en los papeles de Bárcenas y presumía de ello con esa impunidad desgraciada de los últimos años. El futuro que nos espera solo está en manos de una ciudadanía exigente, que no transija con las listas de amiguetes, los nombramientos a dedo de compis de cole. Un canal público fuerte e independiente garantiza la democracia de manera mucho más contundente que todas las poses conocidas. No es que sea valioso, es que es esencial. Imaginen el Reino Unido sin la BBC, en manos de sus líderes de medios sensacionalistas. Si pese a ese tótem se dejan seducir por la basura xenófoba y alarmista, sin él la pesadilla en la que vivimos de resurgencias nacionalistas habría llegado para quedarse y reinar. La democracia nos concede un mecanismo de riesgo y rectificación, pero solo gracias a sus instituciones poderosas e independientes.

https://elpais.com/elpais/2018/07/30/opinion/1532939756_927372.html

viernes, 8 de febrero de 2019

Una ola de asesinatos vuelve a poner patas arriba el académico y cerrado Oxford. El escritor Guillermo Martínez retoma el escenario y los personajes de su novela más popular con ‘Los crímenes de Alicia’, una historia policiaca que se asoma al lado más oscuro de Lewis Carroll.

El escritor argentino Guillermo Martínez pasó dos años en la ciudad inglesa de Oxford (de 1993 a 1995) como estudioso de las matemáticas. De aquella experiencia nació Los crímenes de Oxford (2004), una novela policiaca que, traducida a 40 idiomas y llevada al cine por Álex de la Iglesia, es seguramente el título más popular de este autor, aunque haya destacado en otros ámbitos como el ensayo —con Borges y la matemática (2003), por ejemplo— y la narración con voluntad experimental —Yo también tuve una novia bisexual (2011)—.

Reproducción del manuscrito original de 'Alicia bajo tierra', precursor de 'Alicia en el País de las Maravillas', de Lewis Carroll.Ahora, acaba de ganar el último premio Nadal con Los crímenes de Alicia (Destino), una novela que recupera los personajes de aquel gran éxito, un estudiante y un profesor de Matemáticas que investigan, esta vez, una serie de asesinatos que parecen basarse en pasajes de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.

Y retoma con ellos el escenario, conveniente porque continúa la trama de la primera entrega —la acción se produce un año después— y porque ese ambiente académico sigue siendo un lugar perfecto para una historia policiaca: “Es una comunidad muy cerrada. Y hay algo en Oxford, ya de por sí, que hace que todos se sientan parte de algo superior; hay un cierto sentido de superioridad y me parecía que eso contribuía a la arrogancia que tienen algunos personajes. No podía ser un intercambio internacional, tenía que ser algo restringido en el que yo pudiera reunir a todos en un cuarto de un college", explicaba Martínez este martes —el mismo día que salía la novela a la venta— en un encuentro con periodistas de varios medios en Madrid.

Además, se trata de la ciudad donde vivió toda su vida Lewis Carroll, autor, entre otros, de Alicia a través del espejo y en torno a cuya controvertida figura —sobre la que ha habido durante décadas una sombra por su posible pedofilia— gira la novela de Martínez. La historia arranca a partir de un hecho real, el descubrimiento por parte de una estudiosa de un documento que describe el contenido de una de las páginas arrancadas de los diarios de Carroll. A partir de ahí, el autor argentino imagina una trama sobre ese descubrimiento —que podría arrojar luz sobre la relación de Carroll con la niña que inspiró Alicia y su hermana mayor— y la serie de crímenes que se desencadena en el seno de una sociedad de estudiosos del clásico escritor británico.

“Es una novela que tiene dos enigmas: uno sobre cómo pensar en la época actual la figura de Lewis Carroll y el otro sobre quién está detrás de los crímenes”, explica Martínez. De ese modo, dentro de una trama que huye de tópicos fáciles, la obra reflexiona sobre los límites que impiden descifrar con ojos de hoy la verdadera naturaleza de la relación del autor con las niñas, si realmente se trataba de pedofilia y, en todo caso, si esta llegó a convertirse en pederastia. “La figura de Carroll tiene muchas aristas y yo quería que aparecieran todas a lo largo de la novela”, señala Martínez.

También explica que, como nunca pensó en escribir una novela policiaca, cuando lo hizo —fue Los crímenes de Oxford— decidió matar al personaje principal nada más empezar. Por eso, para continuarla ahora con Los crímenes de Alicia, la mejor opción que encontró fue situar la acción solo un año después de la de la primera, en 1994. Y todavía prevé escribir una más con los mismos personajes, adelanta.

https://elpais.com/cultura/2019/02/06/actualidad/1549484823_759276.html?rel=lom

jueves, 7 de febrero de 2019

Una subversión fuera de sospecha


La rebelión empieza en una biblioteca, dice alguien en Libro de las máscaras, de Javier Vela, volumen de pensamientos que algunos considerarán inclasificable

La rebelión empieza en una biblioteca, dice alguien en Libro de las máscaras, de Javier Vela, volumen de pensamientos que algunos considerarán inclasificable y al que preferiría situar simplemente al lado de maravillas como Sur plusieurs beaux sujects (Wallace Stevens), o A Certain World (Auden), dos fascinantes commonplace books, es decir, cuadernos de citas forjados por poetas, creados como cuadernos de trabajo a los que fueron trasladando pasajes de obras ajenas relativos a sus propios intereses.

Una subversión fuera de sospechaLos intereses de Javier Vela en Libro de las máscaras (Pre-Textos) son los del misterioso poeta vasco Juan Iturbe o, mejor dicho, los de su hija Valeria Iturbe, que, según se nos informa en la inicial “advertencia al lector”, retó a Vela a atreverse a espigar, de entre el sinfín de archivos y cuadernos que emborronó su padre, “apenas un puñado de aforismos en los que había venido trabajando justo en los meses previos a su muerte, a fin de compilarlos en un pequeño volumen”.

Sospecho que pronto hubo de trocarse a los ojos de Vela el aparente desorden de las numerosas citas recogidas por Iturbe en un orden secreto, un orden fundado en la misma aparatosidad de la confusión, como si las palabras del cuaderno no estuvieran más que subrayando estas de Edmond Jabès: “Una vez concebido por el hombre, el Todo se abismó en la Nada, y la Nada era el vocablo y el vocablo era el libro y el libro era la confusión. De esa confusión, ¿conoceremos alguna vez el alcance?”.

De conocer ese alcance o no trata esta antología, que no solo explora las fronteras entre poesía, ficción y pensamiento, sino también cómo pueden incluirse entre los aforismos reales y los sospechosos, entre las relativas verdades y el doble de esas relativas verdades, algunos aforismos del propio autor de la antología. Porque lo cierto es que Vela parece construir su subversiva poética —alejada de cualquier sospecha, precisamente por lo sospechosa que es— con aforismos ajenos, incluidos algunos que nunca fueron escritos, y por tanto ni tan siquiera trasladados por Iturbe a su cuaderno de citas, como si en el confuso espejo que determina nuestra noción de verdad lo real no tuviera sitio.

Parece que aún hay mitómanos que siguen hoy en día dispuestos a aceptar sin reservas ciertas imposturas, anota Vela al comienzo del libro. Y antes de abandonar él mismo, sutilmente, su propio yo, y de escapar como quien sale huyendo de una frase, o de un amor, o de un sueño, o de un país, añade. “Lo que es más: casi toda la obra del misterioso Iturbe, y sin duda el librito que ahora presentamos, parece preguntarse si tales subterfugios, tan comunes en siglos precedentes, lo son acaso menos en este”. Y es curioso pero, por raro que parezca, el país abandonado al que pertenece este libro podría ser el nuestro. Un país en el que lo que no está, no falta, solo se echa de menos. Y en el que, entre lo que hemos olvidado, se encuentra lo que dice O’Sullivan: “Bajo el soberanista puede no haber un patriota; bajo el cosmopolita al menos hay soberanamente un apátrida”.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Estados Unidos intervino tras la Segunda Guerra Mundial en Corea, Filipinas, Indochina, Italia, Grecia o Guatemala

_- La “injerencia” rusa en la política de Estados Unidos, un doble rasero

Enric Llopis
Rebelión

Es la primera condena por la llamada “trama rusa” de apoyo al candidato Trump en las elecciones de 2016. George Papadopoulos, exasesor en Política Exterior del actual presidente de Estados Unidos, fue condenado el cinco de septiembre a 14 días de prisión. En mayo de 2017 el exdirector del FBI, Robert Mueller, fue designado Fiscal Especial para la investigación del denominado “Rusiagate”; Mueller ha imputado a 12 agentes de la Inteligencia rusa por el presunto “pirateo” de la red informática de la campaña electoral del Partido Demócrata.

El Secretariado del Comité Nacional Demócrata (DNC) presentó el pasado 20 de abril una demanda en un tribunal federal de Nueva York contra Trump, el Gobierno de la Federación Rusa y WikiLeaks por las supuestas “interferencias”. “Rusia lanzó un asalto total a nuestra democracia y encontró un socio voluntario y activo en la campaña de Trump”, afirmó Tom Pérez, líder del Partido Demócrata. Los medios informativos han dado cuenta de estas “conexiones”; por ejemplo, “Los nexos del secretario de Comercio de Estados Unidos, con amigos de Putin y PDVSA” (petrolera estatal venezolana), tituló en noviembre de 2017 la edición española de The New York Times.

Una perspectiva diferente puede hallarse en una entrevista del economista y politólogo C. J. Polychroniou a Noam Chomsky en el libro “Optimismo contra el desaliento. Sobre el capitalismo, el imperio y el cambio social” (Ediciones B, 2017). Según el lingüista y activista estadounidense, “tras la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos se dedicó a restaurar el orden conservador tradicional (…); a veces la tarea requería una considerable brutalidad”. Chomsky menciona el ejemplo de Corea del Sur, donde las fuerzas de seguridad dirigidas por Estados Unidos asesinaron a cerca de 100.000 personas a finales de la década de 1940, antes del inicio de la Guerra de Corea (1950-1953).

Así, el Gobierno Militar de Estados Unidos en Corea (USAMGIK) constituyó la autoridad principal entre septiembre de 1945 y el verano de 1948; su hombre fuerte para la parte sur de la península era el político derechista Syngman Rhee, “quien utilizó a la nueva policía para aplastar por la fuerza a la izquierda; las detenciones arbitrarias, extorsión, tortura y represión de las manifestaciones en la calle se convirtieron en moneda común”, escribió la activista Kim Bullimore (Red Flag, agosto 2018). El Informe de la Comisión de las Naciones Unidas para Corea (1949) señaló que -de acuerdo con la ley de seguridad nacional- 89.710 personas fueron detenidas entre septiembre de 1948 y abril de 1949; además, la represión de las insurrecciones populares en la provincia de Cholla Namdo y la isla de Jeju se saldó con decenas de miles de muertos.

Imagen: blog de El Viejo Topo El investigador William Blum dedica a Filipinas un capítulo del libro “Asesinando la esperanza: intervenciones de la CIA y el ejército de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial” (Oriente, 2005 y Blog del Viejo Topo, 2016). El ejército estadounidense desembarcó en las islas en 1944; mientras las fuerzas norteamericanas combatían la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, “desarmaron numerosas unidades huks (apócope de Hukbalahap: “Ejército del Pueblo contra Japón”, en Tagalo), quitaron las autoridades locales que habían establecido los huks y arrestaron y encarcelaron a muchos de sus altos dirigentes, al igual que a los líderes del Partido Comunista Filipino”; en la acción represiva, Estados Unidos se apoyó en terratenientes, grandes propietarios y oficiales de la policía que habían colaborado con los ocupantes.

Los huks fueron unas guerrillas organizadas en 1942 -a iniciativa básicamente del Partido Comunista- para enfrentarse a la ocupación nipona y cuya reivindicación principal era la reforma agraria. En las elecciones presidenciales de 1946 resultó vencedor Manuel Roxas, del Partido Liberal de Filipinas, quien contaba con el apoyo de Estados Unidos; tras los comicios, subraya William Blum, se produjo la destrucción de aldeas, más de 500 campesinos y sus dirigentes fueron asesinados y cerca de 1.500, desaparecidos, encarcelados o torturados. En enero de 1946, The New York Times informó que Estados Unidos estaba entrenando y equipando a 50.000 soldados filipinos; “un acuerdo de 1947 proporcionaba localizaciones para 23 bases militares (norteamericanas) en el país”, añade el historiador y periodista independiente.

Otro ejemplo es el de Indochina (tres regiones de Vietnam, además de los protectorados de Laos y Camboya) cuya primera guerra de independencia concluyó con la derrota del imperialismo francés -en 1954- ante el ejército del Viet Minh. “Las guerras de Indochina son el caso más extremo, el crimen más atroz posterior a la Segunda Guerra Mundial”, afirma Noam Chomsky. Militante de la IV Internacional y autor del libro “Communisme et nationalisme Vietnamien”, Pierre Rousset subraya que la intervención de Estados Unidos fue –en el contexto de la Guerra Fría- anterior a la derrota francesa en la batalla de Dien Bien Phu.

En el artículo “Sobre la importancia de la guerra estadounidense en Indochina” (Europe Solidaire y Viento Sur, 2015), Rousset destaca que Vietnam se convirtió, tras el triunfo de la Revolución China, en 1949, y el revés al colonialismo francés en 1954, en uno de los ejes de la geopolítica mundial. Estados Unidos promovió una “guerra total” en Indochina durante dos décadas (1955-1975); menciona como ejemplo el uso del Napalm, los defoliantes y las bombas de fragmentación; “los bombarderos gigantes B52 operaban, devastadores, desde gran altura; se arrojaron contra el territorio indochino el doble de toneladas de bombas que las lanzadas por el conjunto de los aliados en todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial”, concluye el autor de “Le Parti Communiste Vietnamien”.

Las “interferencias” se extendieron por todo el planeta. El historiador suizo Daniele Ganser ha investigado las injerencias estadounidenses en Europa. Publicó el libro de 388 páginas “Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa Occidental” (El Viejo Topo, 2010 y Red Voltaire en Internet), que dedica capítulos a la guerra secreta en Italia, Francia, Grecia, España, Portugal, Bélgica, Alemania, Dinamarca y Noruega, entre otros países. Sobre Italia, afirma este autor, “el ejército Gladio, dirigido por los servicios secretos italianos, participó activamente en esa guerra no declarada, con la complicidad de los terroristas de extrema derecha; a falta de invasor soviético, las unidades paramilitares anticomunistas entrenadas por la CIA se dedicaron a realizar operaciones internas para influir en la vida política nacional”.

El magistrado Felice Casson reveló la existencia de la red Gladio durante la investigación, en 1984, de un atentado con bomba perpetrado 12 años antes en la localidad de Peteano, que causó la muerte de tres carabineros y el gobierno atribuyó a las Brigadas Rojas. “El juez Casson logró probar que el explosivo utilizado en Peteano era el C4, la sustancia explosiva más poderosa de aquel entonces y que también formaba parte del arsenal de las fuerzas de la OTAN”, explica Ganser; además el magistrado descubrió que, tras el auto-atentado, se hallaban grupúsculos de extrema derecha –Ordine Nuovo- y los servicios secretos del ejército (SID).

En 1990, una resolución del Parlamento Europeo sobre el asunto Gladio protestaba por el hecho de que determinados “ámbitos militares estadounidenses del SHAPE (Cuartel General de las Fuerzas Aliadas en Europa) y la OTAN” hubieran promovido en el continente esta “estructura clandestina de información y actuación”. Por otra parte, en el contexto de la guerra civil griega y la proclamación de la doctrina Truman (1947), Daniele Ganser destaca que Grecia se convirtió en el primer país invadido por Estados Unidos durante la Guerra Fría; el precedente griego se extendería a Corea, Irán, Cuba, Camboya y Panamá, entre otros países.

En “Cómo funciona el mundo. Conversaciones con David Barsamian” (Katz y Clave Intelectual, 2012), Chomsky menciona un documento de la CIA de 1952 sobre Guatemala, que describe la coyuntura del país como “adversa a los intereses estadounidenses” por la “influencia comunista (…) basada en la militancia por la reforma social y las políticas nacionalistas”; el informe advertía que las políticas “revolucionarias y nacionalistas”, que incluían la “persecución de los intereses económicos extranjeros, sobre todo en el caso de la United Fruit Company” contaban con apoyo popular. La Revolución de Octubre de 1944 en Guatemala terminó con la dictadura del general Jorge Ubico Castañeda, en el poder desde 1931. Al triunfo del movimiento revolucionario, en el que participaron maestros, universitarios, obreros y militares, siguió la convocatoria de elecciones presidenciales libres (diciembre de 1944) y la aprobación de la Constitución de 1945. Entre los logros del primer presidente electo, Juan José Arévalo, figura la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y el Código de Trabajo.

En 1950 ganó las elecciones Jacobo Arbenz, uno de los jóvenes oficiales que lideró la Revolución de Octubre. Arbenz impulsó una Ley de Reforma Agraria que pretendía la “liquidación de la propiedad feudal en el campo” (Prensa Libre, mayo 1952). El informe “Guatemala, Memoria del Silencio” (1999) de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) resalta que en 1954 se habían beneficiado de la reforma agraria más de 138.000 familias campesinas, la mayoría indígenas; a la compañía United Fruit Company, que mantenía sin cultivar el 85% de sus 220.000 hectáreas, se le expropiaron 156.000 hectáreas (el 64% de su superficie). El documento de la CEH añade que, en agosto de 1953, “J. C. King, jefe de la CIA para el hemisferio occidental, informó al presidente Eisenhower sobre el plan PBSUCCESS, que consistía en desplegar una enorme operación de propaganda anticomunista en la que también se llevaría a cabo una invasión armada de Guatemala”. Un golpe de estado orquestado por la CIA forzó la renuncia -en junio de 1954- de Jacobo Arbenz y elevó a la presidencia a Castillo Armas, que derogó la Ley de reforma agraria.

“Si tienes un hijo con altas capacidades, no te queda más remedio que cambiar tu modelo de autoridad”. Los psicólogos Olga Carmona y Alejandro Busto reprochan al sistema educativo su incapacidad para detectar y alentar el desarrollo de los niños superdotados.

ALTAS CAPACIDADES
La psicología era su segunda opción. Y aun así le han dedicado los últimos 20 años de su vida. Olga Carmona (Madrid, 1968) y Alejandro Busto (Montevideo, 1966) estudiaron en la UNED y se conocieron en un congreso de psicología en Barcelona. “El debate entonces era si se podría llegar a hacer terapia en Internet, algo que hoy hacemos”, cuenta Busto riéndose. Después, en el año 2000, llegó Ceibe, el centro de psicología en el que atienden a padres desconcertados por el diagnóstico de alta capacidad de sus hijos, donde les orientan para superar “el miedo” que les da la detección. “No lo viven de un modo optimista, a pesar de que lo que les estamos diciendo es que sus hijos tienen un gran potencial”. Esa y otras enseñanzas las han plasmado en El genio que llevas dentro (Ediciones B), un libro con el que han querido romper el paradigma de la inteligencia académica como la única relevante. “Queremos que los padres empiecen a ver a sus hijos desde un lugar más sano a través del conocimiento de las inteligencias múltiples, comenta Carmona. Y avisan: “Todos los niños tienen esas inteligencias en mayor o menor medida”.

Esta pareja, con dos hijos de altas capacidades, pretende desterrar la idea de que “un niño que académicamente no es bueno no es inteligente”. Y quiere que padres e hijos descubran que se puede ser listo de múltiples maneras. Hay hasta ocho formas, según apuntó en 1983 el psicólogo Howard Gardner de la Universidad de Harvard. La inteligencia espacial, la musical, la corporal, la interpersonal, la lingüística, la lógico-matemática, la naturalista y la intrapersonal. “Y todas están bien, no hay ninguna mejor que otra”, cuenta Carmona. “Parece que los niños que son buenos músicos o buenos deportistas no son inteligentes, y lo son, aunque de otra manera”. No querían que el libro “fuera un tostón”, por eso apostaron por reinos, metáforas, juegos y referentes como Leo Messi o Jane Goodall para que padres e hijos recorran juntos el camino de las inteligencias múltiples.

El problema viene con la gestión de las altas capacidades.  Según estos psicólogos, los menores superdotados ya saben desde muy pronto que son diferentes, porque “se dan cuenta de que sus intereses no tienen nada que ver con los del resto”. Y en ese punto, avisan, es importante que los padres sean capaces de decirle qué es exactamente lo que le está pasando, “porque, si no, lo entienden como algo malo. Pueden llegar a decir que están enfermos porque les interesan los dinosaurios y no pueden dejar de pensar en ellos”.

Los padres también tienen que reeducarse, porque piensan que cuando su hijo ingresa en la alta capacidad su educación “está hecha” y exigen sobresalientes. Pero esas notas, sostienen, “dependen del sistema educativo, del tipo de examen y hasta de que le interese la materia o no al crío”. Por eso, continúan, los padres tienen que cambiar el paradigma. “Si tienes un hijo con alta capacidad no te queda más remedio que cambiar tu modelo de autoridad”. Ambos han constatado en estos años la desesperación que alcanzan algunos. "Llegan y te dicen: nada funciona. Los premios no sirven. Los castigos tampoco. No hay nada de lo que yo sé hacer o de lo que a mí me han enseñado a hacer que funcione”.

Y a los profesores, explican, tampoco se les ha enseñado a manejar esto. “Solo identifican como sobredotados a quienes obtienen sobresalientes, pero estos no son el prototipo. El superdotado es un cuestionador, Y claro, los profesores viven eso como un desafío a su autoridad. Además, les hacen caer en inseguridades”. Carmona y Busto lamentan que la respuesta de los centros educativos a la superdotación sea, por norma general, “horrorosa”, y que esta vaya “desde me da igual, a la negación: ‘No, no tiene altas capacidades por más que lo ponga en el informe’”. Ambos se quejan de que “un niño pueda ser alta capacidad en Murcia y no en Madrid, porque los criterios de detección son distintos”.

Carmona y Busto, que esperan una revolución en la forma de enseñar, quieren que el modelo educativo se sensibilice y permita integrar las necesidades de este tipo de alumnos. “Sabemos que en el Ministerio de Educación hay un grupo de profesionales muy sensibilizados. No solo con las altas capacidades, sino con la competencia general”. Ambos autores han escudriñado cuáles van a ser las competencias del siglo XXI que se van a tener que adquirir en la escuela. Y sostienen que muchas de ellas no están ligadas para nada a las enseñanzas tradicionales. “Estamos educando a niños del siglo XXI en una escuela del siglo XX con metodología del siglo XIX”, zanja Carmona.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/02/08/mamas_papas/1549614653_788005.html

Señales de altas capacidades en bebés