miércoles, 24 de abril de 2024

La apuesta de US$665 entre dos magnates de la minería que hace dos siglos revolucionó el mundo del transporte terrestre

Personas bajándose de un tren en Londres.

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Pie de foto,La manera cómo millones de personas se transportan hoy en día en todo el mundo nació en un en un sitio para nada concurrido y casi desconocido para muchos.

No fue en la ajetreada Londres ni en la bulliciosa Berlín y tampoco en la concurrida Tokio: los viajes matutinos al trabajo no nacieron en una ciudad importante.

Todo comenzó en lo alto de un valle de Gales (uno de los cuatro países que forman el Reino Unido) cuando los Elon Musk y Mark Zuckerberg del siglo XIX apostaron sobre si se podía lograr que una máquina de vapor se moviera por sí misma.

En 1804 se hizo historia cuando un motor desarrollado por el inventor británico Richard Trevithick se desplazó por sus propios medios sobre rieles.

"Fue un momento que cambió el mundo para siempre", afirma el historiador Dan Snow.

Cuadro que retrata la primera locomotora  

Cuadro que retrata  la primera locomotora

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La primera locomotora desarrollada por el británico Richard Trevithick no se parece mucho a las que utilizamos hoy.

El punto de partida 

Los orígenes del Expreso de Oriente, del Transiberiano, del Hogwarts Express y Thomas The Tank Engine (Thomas y sus amigos) se remontan a la modesta locomotora de Trevithick, considerada por los expertos como la primera del mundo.

"Hasta ese momento, casi todo el mundo vivía y moría en un radio de 18 kilómetros de donde nacieron y lo más rápido que cualquiera podía ir era la velocidad de un caballo a galope", añade Snow.

"Mire el mundo ahora. Muchos tienen familias en otras regiones, la gente se casa con personas de diferentes partes del mundo y trabajamos junto a personas de todo el planeta. Los trenes, autobuses, automóviles e incluso aviones nos llevan a trabajar”, apunta.

"Fue un momento extraordinario para la raza humana, un avance tecnológico masivo. Esa revolución comenzó en (el pueblo galés de) Merthyr Tydfil”, agrega.

"Lo mejor es que esto ocurrió en respuesta a una apuesta entre los empresarios ricos, los Elon Musk y Mark Zuckerberg de la época", dice Snow.

Imagen del Hogwarts Express 
Imagen del Hogwarts Express

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Famosos ferrocarriles como el Hogwarts Express deben su nacimiento al inventor británico Trevithick.

¿Cuál fue la primera locomotora ferroviaria?

Trevithick ya había sido pionero en máquinas de vapor fijas para la minería y la industria. Por su parte, el empresario siderúrgico galés Samuel Homfray compró las patentes de sus invenciones y las llevó a sus fábricas en Gales.

"Trevithick ya había creado una locomotora llamada Puffing Devil (El diablo hinchado) en 1801, que era básicamente un tren de vapor para carreteras que se movía por sus propios medios”, recuerda Snow.

"Pero se incendió y quedó destruida, así que eso realmente no funcionó. Tenía máquinas de vapor estáticas funcionando, pero soñaba con hacer que los vehículos se movieran sin caballos", narró.

Homfray animó a Trevithick a colocar una máquina de vapor sobre una locomotora que pudiera viajar por los rieles de un tranvía recién instalado en la zona, el cual comunicaba sus fábricas con un muelle, a 16 kilómetros de distancia, para facilitar la salida del hierro.

Richard Crawshay, un magnate rival del hierro, puso en duda que la idea pudiera llevarse a cabo, por lo que él y Homfray hicieron una apuesta de 500 guineas (unos US$665, que entonces era el ingreso estimado de una persona en toda su vida) sobre si funcionaría.

La reina Isabel III viendo la replica de la primera locomotora. 

La reina Isabel III viendo la replica de la primera locomotora.

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Pie de foto,La fallecida reina Isabel II visitó en 1985 la replica de la primera locomotora, la cual se conserva en un museo de Gales.
¿Cuándo funcionó?

Después de aproximadamente 12 meses de construcción, la innovadora locomotora de cinco toneladas sin nombre de Trevithick se puso en funcionamiento el 21 de febrero de 1804 y transportó a 70 personas y 10 toneladas de hierro a lo largo de las orillas del río Taff (a unos 250 kilómetros al oeste de Londres).

"Seguimos nuestro viaje con la máquina... la máquina, mientras funcionaba, avanzaba casi cinco millas por hora (8 kilómetros por hora). No se puso agua en la caldera desde el momento en que empezamos hasta el final de nuestro viaje. El carbón consumido fue de dos quintales (200 kilogramos)", afirmó luego el inventor.

En el viaje de regreso, un perno de lo que hoy se conoce como locomotora Penydarren se rompió, lo que provocó una fuga en la caldera.

El incendio tuvo que ser sofocado, por lo que la máquina no regresó hasta el día siguiente.

La innovadora locomotora también rompió los rieles, ya que era muy pesada y luego se convirtió en una locomotora estacionaria que impulsaba un martillo de forja en la fábrica de Homfray.

"Trevithick demostró que una locomotora no sólo podía moverse por sí misma, sino que podía arrastrar una carga a una distancia significativa", dice la curadora principal del Museo de Gales, Jennifer Protheroe-Jones.

"También silenció a los escépticos que sentían que las ruedas de hierro liso no serían capaces de agarrarse a pistas de hierro liso. Trevithick demostró que sí podía”, agrega.

"Realmente fue el comienzo de una revolución en el transporte ferroviario. La locomotora Penydarren es la bisabuela de todos los trenes, ya que aquellos comienzos primitivos fue donde comenzó todo", remató.

Retrato de Richard Trevithick 

Retrato de Richard Trevithick

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El inventor Richard Trevithick soñaba con construir una máquina que fuera capaz de moverse sin caballos para transportar personas y cargas

¿Por qué apareció en Gales?

Gales es considerada una de las primeras naciones industriales del mundo y el sur del territorio fue un centro de innovación, pues de sus valles se extraía carbón que era enviado a todo el mundo.

"Algo extraordinario estaba sucediendo en Gales hace 200 años, cuando básicamente se convirtió en la primera región del mundo en industrializarse, y eso cambiaría el mundo", dice Snow.

"La forma en que todos vivimos ahora: en nuestras fábricas, nuestros desplazamientos, nuestras vidas mecanizadas, trabajando en industrias globalizadas, todo comienza en Gales y en (la región inglesa de) West Midlands", sentencia.

Merthyr Tydfil era el centro de producción de hierro y, a principios del siglo XIX, era la ciudad más poblada de Gales.

Trabajadores de todo el mundo, incluido Trevithick, vinieron a trabajar a la industria siderúrgica y minera.

"Gales fue uno de los grandes crisoles de la Revolución Industrial, que arrasó Europa y más tarde el mundo", añade Protheroe-Jones.

"Gales era el centro mundial de la producción de hojalata y hierro, por lo que aquí estaban sucediendo grandes cosas y los inventores venían a desarrollar sus ideas. Gales, en ese momento, era uno de los grandes centros del avance tecnológico", remata.

Fotografía en blanco y negro de Gales en el siglo XIX 
Fotografía en blanco y negro de Gales en el siglo XIX

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A principios del siglo XIX Gales era un importante centro económico y tecnológico, debido a los minerales que guardaba en sus entrañas.

¿Quién construyó la primera locomotora?

Aunque Trevithick inventó la primera locomotora de ferrocarril del mundo, George Stephenson es ampliamente considerado como el padre del ferrocarril.

Stephenson construyó la primera locomotora de vapor para transportar pasajeros en una línea ferroviaria pública (el ferrocarril de Stockton y Darlington) en 1825, antes de abrir la primera línea pública interurbana del mundo, el ferrocarril de Liverpool y Manchester 1830, cinco años después.

"Stephenson perfeccionó la idea de un ferrocarril, de principio a fin", dice Snow.

"No sólo inventó el motor, sino que inventó las vías, las señales, los protocolos: inventó los viajes en tren interurbanos”, agrega.

"Por eso se le recuerda como el padre de los ferrocarriles, pero Trevithick es sin duda el abuelo", aclara.

Un tren bala entrando a París

Un tren bala entrando a París

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Pie de foto,Los trenes actuales no se asemejan en nada a la primera locomotora, la cual tuvo sus orígenes en una máquina para la industria minera.

Trevithick, hijo de un gerente de mina, no tenía formación académica, pero mostró un talento de ingeniería intuitivo que ha hecho que los historiadores lo describan como un inconformista.

"Trevithick no tuvo tan buena publicidad como Stephenson, que era excelente auto promocionándose", asegura Protheroe-Jones.

"Pero su logro supera al de Stephenson porque demostró que una locomotora de vapor era un artilugio viable y podía ser económicamente útil”, razona.

"Los desarrollos de Stephenson y todas las demás innovaciones ferroviarias descansan sobre los hombros de Trevithick, quien inventó la primera máquina de vapor que podía moverse sola y arrastrar una carga", zanja.

Pese a sus muchos inventos Trevithick, quien tuvo seis hijos, no tuvo suerte en el mundo de los negocios y murió sin un centavo a la edad de 62 años en 1833.

Y terminó enterrado en una tumba anónima.

Si discutes mucho con tu pareja, estas 4 frases pueden ayudarte. Hay que hacer una pausa y plantear un momento para hablar. La brevedad es la clave, dicen los expertos.

photo illustration of a hand holding a pin; the pin is about to pop a big thought bubble mylar balloon and three successive smaller ones
Credit...Pablo Delcan

El fin de semana pasado, mientras limpiaba un desastre en la cocina, mi marido estaba en la sala, absorto en su teléfono.

Le pedí ayuda. Silencio. Volví a preguntar. Nada. Mientras metía platos y tazones en el lavavajillas, caí en una vieja costumbre: imaginé una burbuja de pensamiento sobre su cabeza.

“La vida es buena”, decía. “¡Me relajo mientras mi mujer lo hace todo! Mi tiempo es más valioso que el de ella”.

Esta práctica que sabotea las relaciones recibe muchos nombres: algunos la llaman “la historia que me estoy inventando” o “la historia que me estoy contando ahora mismo”. Terrence Real, terapeuta familiar y autor de Nosotros: más allá de ti y de mí, cómo construir una relación de pareja fuerte, lo llama “narración inconsciente”, y ocurre cuando imaginas lo que tu pareja está pensando o sintiendo.

Estas suposiciones pueden agravar una discusión y distorsionar el problema, dice Real. En su lugar, aconseja a las personas que compartan los desaires percibidos utilizando una herramienta terapéutica conocida como “la rueda de la retroalimentación”. Este sencillo método de cuatro frases —adaptado, según Real, del trabajo de la terapeuta Janet Hurley— ayuda a parejas, parientes y amistades a compartir los agravios de manera que se acelere el proceso de reparación.

Cuando estés en una espiral narrativa, haz una pausa y recuerda que te importa la persona que te ha molestado, dice Real. Luego pregúntale si es un buen momento para hablar.

Si la otra persona está dispuesta a escuchar tus frustraciones, utiliza estas cuatro afirmaciones:

1. ‘Esto es lo que vi’ o ‘escuché’
Describe lo ocurrido en una frase, dijo Real. “Comparte solo los hechos, los que podría grabar una cámara”, dijo. La clave de esta declaración, y de la realimentación en general, es su brevedad, dijo Real.

2. ‘Esto es lo que me he inventado al respecto’
Explicar tu punto de vista “actúa como un disyuntor”, que rompe el circuito dijo Alexandra Solomon, profesora de psicología de la Universidad Northwestern y autora de Loving Bravely: Twenty Lessons of Self-Discovery to Help You Get the Love You Want. No solo disminuye la tensión de la otra persona, dijo, sino que te obliga a examinar tus propias emociones. “Las historias que nos contamos se basan en nuestro paisaje interno de heridas, puntos sensibles, traumas y patrones”, afirma.

Usar esta frase ayuda a reconocer que podrías estar equivocado. “Es asumir la responsabilidad de que esta es tu percepción”, dijo Real.

3. ‘Así me sentí’
Tómate un momento para concentrarte en tus emociones. Luego descríbelas a tu pareja de manera concisa, dijo Real. Podrías decir que estás asustado, dolido o enfadado, explicó. “Solo sentimientos”, dijo, “no pensamientos ni creencias”. Compartir tus sentimientos te ayuda a salir de las “partes reactivas de tu cerebro”, dijo Real, y a entrar en lo que él llama “el adulto sabio”.

4. ‘Esto me ayudaría a sentirme mejor’
Esta última afirmación, según Real, la omite la mayoría de la gente. Pero dejar claras tus necesidades es un paso necesario porque “no puedes quejarte de no obtener lo que nunca pediste”, dijo.

Al compartir la historia que te has inventado, tus sentimientos y tus necesidades, dijo Real, pasas del enojo a la vulnerabilidad. Dices “lo que hay que decir”, añadió Real, pero con respeto.

Lo ideal, según Solomon, es que “la otra persona responda sintiéndose agradecida por la vulnerabilidad de su pareja, en vez de culpabilizada o a la defensiva”.

Utilizar estas afirmaciones con mi marido ha cambiado las reglas del juego: a veces mis interpretaciones de su comportamiento son tan erróneas que, cuando se lo digo, nos reímos… y se rompe la tensión.

En el caso de los platos, acabé por irrumpir en el salón y contarle a mi marido que me había inventado una historia en la que él me ignoraba deliberadamente y daba prioridad a su tiempo libre sobre el mío.

“Perdona, ¿qué?”, dijo quitándose los auriculares.

martes, 23 de abril de 2024

Menopausia: hábitos y tratamientos para potenciar la sexualidad

Una mujer mayor acostada sobre una cama.

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 Al hablar de menopausia, lo primero que se nos viene a la cabeza es el declive sexual.

Pero este proceso por el que pasan todas las mujeres no debería interpretarse así, sino como una nueva etapa por descubrir, un tiempo de transición y de autocuidado.

Eso no implica que no sea interesante contar con tratamientos para mantener la función sexual, como veremos a continuación.

Una pausa en el camino
La menopausia, el cese del sangrado de menstruación durante un período continuo de al menos 12 meses, se origina por la reducción de hormonas ováricas, en particular de estrógeno y progesterona.

En ocasiones, también la puede desencadenar precozmente algún procedimiento médico, como la extirpación quirúrgica de los ovarios o la radioterapia dirigida a la región pélvica.

El cambio hormonal provoca modificaciones no solo en la anatomía genital, sino también a nivel mental y emocional. En los genitales, es evidente la pérdida de elasticidad y la sequedad vaginal debido a la reducción del flujo sanguíneo. Las mujeres pueden observarse estos cambios con ayuda de un espejo.

También hay modificaciones no detectables a simple vista. La microbiota de la vagina, formada por microorganismos que protegen de infecciones, disminuye y altera el ph vaginal, que es la principal causa de candidiasis (infección por hongos) repetitiva.

El deseo o libido también se ve afectado, probablemente por las dificultades en la penetración. Síntomas como la sequedad, la irritación o el ardor forman un círculo vicioso de dolor.

Al conjunto de estos cambios y molestias genitales, junto con las alteraciones miccionales, se les denomina "síndrome genitourinario de la menopausia", y deterioran la calidad de vida de las mujeres afectadas.
 
Una pareja de personas mayores en un gesto de complicidad

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La menopausia ofrece la oportunidad de explorar nuevas formas de autocuidado y función sexual.

Entonces, ¿la vida sexual tiene fecha de caducidad?

¡Claro que no!

El mayor problema es la ausencia de tratamientos, porque se requiere conocer los síntomas y las repercusiones en la calidad de vida de las afectadas.

Hasta el presente año, los profesionales no disponían de un cuestionario de evaluación de los síntomas vaginales que provocan alteraciones sexuales.

Con el fin de paliar este problema, profesoras de la Facultad de Fisioterapia y Enfermería de la UCLM hemos diseñado un instrumento de evaluación para medir las alteraciones en la penetración vaginal.

El objetivo es que los sanitarios puedan valorar y hacer tratamientos específicos para cada mujer en particular.

Una vez detectado el problema ¿qué hacemos?

Comencemos por algunos hábitos sencillos que pueden ayudar a dar la vuelta a los síntomas:

Cuidar la higiene íntima. Es vital. La zona perineal se debe lavar solo con agua o utilizando algún jabón íntimo con ph ácido. Este tipo de productos contienen el mismo ph que debería tener la vulva, factor que evita el aumento de la sequedad y el prurito o la picazón. En cualquier caso, hay que descartar el jabón de higiene corporal.

Vestir con comodidad. La ropa interior de algodón permite que no se acumule la humedad en la vulva y favorece la estabilidad de la microbiota.

Usar lubricante vaginal. Su principal función es disminuir la fricción poducida por la sequedad vaginal, lo que puede aliviar el dolor y la irritación. El ph del lubricante siempre debe estar entre 3,8 y 4,5, y la osmolaridad (concentración de partículas disueltas en la solución), por debajo de los 370 mOsm/kg.

Una doctora atendiendo a una mujer mayor

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Los médicos deben conocer los síntomas para diseñar tratamientos específicos que permitan potenciar la vida sexual

Dos terapias innovadoras

También existen tratamientos no invasivos que están demostrando cambios efectivos y a largo plazo en la salud sexual de las mujeres con menopausia. Destacan dos de ellos:

Láser de CO₂ vaginal. 
Se ha revelado como una opción revolucionaria. Sus resultados se deben a la microablación, procedimiento médico que destruye de forma controlada el tejido de las paredes vaginales. Esta técnica estimula la producción de colágeno y ayuda a la regeneración del tejido, provocando un auténtico "efecto antienvejecimiento" en la vagina.

Estudios recientes han demostrado que el láser puede restaurar el epitelio vaginal, y también se han observado mejoras en la flora vaginal, lo que favorece la reducción de la sequedad. Existe una limitación: de momento, su elevado coste impide que sea accesible para todas las mujeres.

Radiofrecuencia no ablativa. 
Es administrada con un dispositivo que emite ondas electromagnéticas que generan calor. Cuando la temperatura alcanza los 40 °C-41 ºC, se activan unas células llamadas fibroblastos para producir más colágeno.

Esta técnica es menos invasiva que el láser de CO₂ vaginal. En la actualidad, se están estudiando los prometedores resultados de este tratamiento, administrado por fisioterapeutas especializados en salud pélvica.

Para no olvidar

Recordémoslo: la menopausia no es sinónimo de declive en la vida sexual. Conocer los síntomas para diseñar tratamientos específicos es la clave que nos permiten potenciarla. En cualquier caso, esta etapa de la vida femenina ofrece la oportunidad de explorar nuevas formas de autocuidado y función sexual.

Las razones por la que los habitantes de la isla griega de Icaria viven hasta los 100 años

Icaria

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Icaria es una de las cinco "Zonas Azules" designadas del mundo.

La pequeña isla griega en el Egeo oriental tiene tasas más bajas de enfermedades crónicas que muchos otros lugares, y sus más de 8.000 residentes de tiempo completo tienen una de las esperanzas de vida más largas del mundo.

De hecho, un tercio de los icarianos viven más de 90 años, y se cree que factores como los fuertes vínculos sociales y familiares, el ejercicio integrado en la vida diaria y las siestas frecuentes son la razón por la que los habitantes de esta isla a menudo llegan a ser centenarios.

Otro factor importante que contribuye es lo que comen.

Al igual que la dieta mediterránea, la dieta de Icaria incluye grasas saludables, mucha fibra y alimentos integrales ricos en nutrientes.

Es altamente vegetal, con frutos secos, cereales, papas, legumbres, verduras y semillas, y el aceite de oliva es la principal fuente de grasa añadida.

El yogur y el queso, el pescado, las aves y el vino tinto se consumen con moderación, mientras que la carne roja se limita a unas pocas veces al mes.

Se ha demostrado que comer de esta manera reduce los factores de riesgo de enfermedades como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes, colesterol alto, obesidad y presión arterial alta.

En su nuevo libro de cocina, The Ikaria Way (La manera de Icaria), la chef greco-estadounidense Diane Kochilas ofrece un “plan” para las personas que desean incorporar en sus vidas aspectos de la dieta mediterránea, inspirados en la forma en que comen los residentes de la isla.

Para ella, el libro se centra en dos cuestiones: cómo ser bueno con tu cuerpo "sin ser malo con tu mente" y cómo cocinar" con el espíritu de una isla relajada y curativa donde el ritmo de la vida es lento y fácil y donde la gente se conecta a través de la comida alrededor de una mesa".

Destaca platos para comidas ligeras, meriendas, cenas para grupos más grandes o medianos, con recetas como sopa de yogur, pepino y nueces; melocotones asados y ensalada de rúcula con queso feta; habas picantes estofadas en vino tinto; y arroz pilaf con pistachos y grosellas, entre muchos otros.

"Creo que una de las cosas que siempre me sorprende es el nivel de estrés que acepta la gente", dice.

"En Estados Unidos, el estrés es muy perjudicial y la mayor parte está en nuestras propias cabezas y patrones de pensamiento".

Diane Kochilas

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Diane Kochilas ofrece un plan para las personas que desean incorporar aspectos de la dieta de la "Zona Azul" de Icaria en sus vidas

Su libro tiene como objetivo ayudar a las personas a ser más conscientes de cómo se cuidan a sí mismas, y Kochilas quiere mostrarles que "la comida también es amor".

El secreto de los frijoles

Además de escribir varios otros libros de cocina y presentar el programa de cocina My Greek Table (Mi mesa griega) en la cadena pública estadounidense PBS, Kochilas dirige una escuela de cocina en Icaria, de donde es originaria su familia y donde vive durante la mitad del año.

Fue durante una de sus clases de una semana que se inspiró para las 100 recetas a base de plantas que incluye en su nuevo libro de cocina.


Escribe: "Tuve dos invitados de Montana que se quedaron desconcertados en la encimera de la cocina el tercer día de clase y confesaron que no sólo comían carne tres veces al día en casa, sino que además nunca imaginaron que la cocina basada en plantas, que es principalmente (pero no todo) lo que hacemos durante nuestra semana juntos en la isla, podría ser muy satisfactorio, variado y real".

Icaria

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Un tercio de los icarianos viven más de 90 años

Los alimentos vegetarianos que se encuentran en Icaria no sólo son saludables y sustanciosos, sino también prácticos.

Por un lado, en la isla, como en otras partes de Grecia, algunas personas todavía siguen el calendario de ayuno de la Iglesia Ortodoxa Griega y, por tanto, no comen carne en determinadas épocas del año, como durante la Cuaresma.

Los ingredientes que se encuentran en el libro de cocina de Kochilas también abundan en Icaria, incluidos yogur, frutos secos, miel, sal marina, aceite de oliva, nueces, hierbas frescas, cereales, ajo y una variedad de legumbres, pero señala que deberían estar disponibles productos similares en la mayoría de los supermercados.

Los frijoles ocupan un lugar destacado en The Ikaria Way y Kochilas los convierte en protagonistas de platos como las habas frescas al limón con alcachofas, tahini y yogur; guiso de habas secas; frijoles rojos con hojuelas de pimiento picante y hierbas frescas; y frijoles gigantes caramelizados con cúrcuma, hinojo y lechuga romana, solo por nombrar algunos.

Dieta vegetal

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Los alimentos vegetarianos que se encuentran en Icaria no sólo son saludables y sustanciosos, sino también prácticos.

Según Kochilas, "el consumo de frijoles ayuda a la salud del corazón al reducir el colesterol porque los frijoles son ricos en fibra soluble, que se adhiere a las partículas de colesterol y las elimina del cuerpo".

También afirma que son “paliativos a la hora de controlar e incluso prevenir la diabetes tipo 2”.

Explica cómo "comer frijoles y vivir más tiempo" se ha convertido en un mantra para los defensores de comer como lo hace la gente en una Zona Azul, una frase acuñada originalmente por Dan Buettner, miembro de National Geographic y experto en longevidad, quien afirma que "comer una taza de frijoles cada día puede prolongar la vida de una persona cuatro años".

Kochilas también ofrece muchas recetas de frijoles en el libro, ya que son versátiles, se pueden usar en sopas, ensaladas o platos principales, y la gente puede "encontrar buenos frijoles en cualquier lugar", afirma.

De su receta de guiso de frijoles blancos con berenjena, tomate y queso feta, Kochilas escribe que "este plato sencillo es una de las muchas formas en que combinamos frijoles y legumbres con verduras en la cocina griega".

Un cocinero en casa puede utilizar frijoles enlatados para la receta, que debería proporcionar una comida sustanciosa, nutritiva y equilibrada para quienes decidan prepararla.

Kali orexi es como los griegos se desean mutuamente buen provecho, y quizás esta frase también se convierta en parte del habla de los comensales cuando preparen esta receta, así como otras que Kochilas ofrece en The Ikaria Way.

_- Basta un justo para salvar el mundo del abismo.

_- Escribo estas líneas, las más difíciles de mi carrera como periodista, mientras mi esposa brasileña está con su cuerpo destrozado por el ataque de tres perros feroces.

Abro el ordenador para escribir el artículo más difícil de mi medio siglo de periodismo. Lo escribo mientras mi esposa brasileña, Roseana Murray, que ha dedicado toda su vida con sus publicaciones y sus encuentros con las escuelas públicas de las periferias pobres de Brasil a los problemas de la educación, está entre la vida y la muerte con su cuerpo destrozado en plena calle por tres perros feroces.

No iba a escribir hoy. Creí que no podría. Pero pensando en su entrega a los demás hasta cuando se arrastraba enferma hasta las escuelas, he decidido hacerlo. Sé que hago un pecado periodístico, pero el haber pasado el Rubicón de los 90 años me libera de todos los esquemas.

En este momento recuerdo que semanas atrás, ante la avalancha de noticias dramáticas de violencia que inundan las redes y medios de comunicación mundiales escribí aquí una columna preguntándome si es que en el mundo en el que resuenan ya las campanas lúgubres de nuevos miedos a una nueva posible guerra mundial, no existe alguna noticia positiva que rescate nuestra esperanza. La columna fue traducida y publicada también aquí en Brasil, símbolo de la sed de una bocanada de oxígeno de esperanza que el mundo está necesitando.

El dolor y el miedo que en este momento me inunda ante la posible pérdida de mi mujer está siendo aliviado por una inesperada ola de solidaridad hasta de personas que no conozco. Me abrazan y lloran conmigo. Me ofrecen toda su ayuda. Entre esa ola de solidaridad, me conforta y emociona de un modo particular la de mis compañeros del periódico, muchos que ni conozco personalmente. Con otros hacía más de 30 años que no nos comunicábamos. Mi experiencia y mi edad me hacen discernir entre la solidaridad falsa y la verdadera. La de ellos está siendo auténtica.

¿Por qué me está hasta chocando esa ola de cariño de mis compañeros? Porque estoy cansado de oír y leer que en los campos de trabajo suele crecer la hierba de la envidia y hasta las traiciones sin espacio para la amistad y los sentimientos. Que son campos áridos de solidaridad. Hoy puedo desmentirlo sin mentir.

Mientras escribo me viene a la memoria la historia bíblica, de antigua sabiduría, donde se dice que basta un justo para salvar el mundo del caos. Lo fue Noé en los tiempos de destrucción del diluvio. Y hoy estoy convencido de que el mundo, con sus traumas y sus crueldades, que forma parte de su existencia, seguirá en pie, se salvará porque en él no sólo existe un justo. Son legiones. La mayor parte anónimos, los más abandonados a su destino, que con su fuerza interior y su entereza, sostienen las columnas que ningún nuevo Sansón será capaz de derribar.

He sido siempre un enamorado y estudioso de las palabras que fueron las que crearon el universo. Sé que existen las crueles, las de muerte, pero también las salvadoras, escudo contra la iniquidad. Entre ellas resaltan la de la amistad y el perdón, las más sagradas del diccionario porque entrañan el misterio de lo sublime e imperecedero. La amistad es la palabra más divinizada en toda la literatura desde el inicio del mundo. Es el amor más puro porque todo lo da y nada exige. Como se lee en un poema: “Cuando las cenizas del sentimiento y las hojas marchitas visten de luto al sol, de las manos del amigo, nacen flores. Los amigos son alas de mariposa donde posar los pies cansados del desamor”.

En este momento, me siento acosado por los abrazos de tantas personas, muchas anónimas, sobre todo de los brasileños que encarnan un fuerte sentimiento religioso y que me ofrecen oraciones. Ellos me recuerdan la fuerza de Dios. No sé en estos momentos si soy creyente o no, si es verdad que la fe religiosa salva o aliena. Sí creo en la fe en Dios de los desvalidos que sin ella sucumbirían a sus tragedias. Es esa fe la que sostiene las convulsiones del mundo. Es el dios del poeta: “Esbozo de misterio en las telas grises de la espera”.

Sé que no es fácil creer en algún dios cuando inundan nuestros ojos las imágenes de las madres de Gaza impotentes con sus hijos muertos en sus brazos por falta de comida. Quizás no exista infierno peor en el mundo.

¡Gracias, amigos, conocidos y desconocidos! Sí, en este mundo a veces cruel y a veces rayando lo divino, existen no sólo los huracanes del miedo, del desamor y de la indiferencia a las lágrimas y pesares ajenos. Existe también la lluvia mansa y fecunda de la esperanza que se alimenta de silencio y anonimato. Del amor gratuito.

Un profesor de teología de mi juventud, en Roma, el sabio y santo Garrigou Lagrange, me confiaba que para él, que estaba ya más cerca del más allá que en esta tierra, que de las tres grandes virtudes cristianas de la fe, la esperanza y la caridad, la que más le costó cultivar en su larga vida fue la de la esperanza.

Hoy querría decirle, desde mi nueva experiencia existencial, que la esperanza no sólo sigue viva. Es la que sostiene, y seguirá haciéndolo, los fundamentos del mundo. ¿Ingenuo? Quizás, pero sin esa esperanza y en este momento cruel, no hubiese podido escribir esta página.


Juan Arias.

lunes, 22 de abril de 2024

MEMORIA HISTÓRICA. Un niño sin nombre entre los fusilados del barranco de Víznar.

A la izquierda, el cráneo del niño con el orificio de una bala. A la derecha bala, goma de borraz y restos de un lápiz.
A la izquierda, el cráneo del niño con el orificio de una bala. A la derecha bala, goma de borraz y restos de un lápiz.

El equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada muestra su conmoción por el hallazgo de un pequeño de entre 11 y 14 años en una fosa común. Tenía dos impactos de bala en la cabeza, un lápiz y una goma de borrar.

Entre más de una decena de esqueletos en una fosa común en el barranco de Víznar (Granada), los arqueólogos han encontrado los restos de un niño de entre 11 y 14 años fusilado en la Guerra Civil. Le pegaron dos tiros: una bala atravesó y rompió el cráneo; la otra se encontraba todavía dentro. Junto a los huesos, apareció un lápiz de dibujar y una goma de borrar. “Estamos muy impactados. Nos ha tocado fuerte”, explica Paco Carrión, profesor de Arqueología de la Universidad de Granada, que dirige desde 2021 los trabajos de búsqueda de desaparecidos en este paraje, próximo al lugar donde fue asesinado el poeta Federico García Lorca. “Pensaba que podía ser mi nieto, me imaginaba un ser tan indefenso a punto de ser ejecutado. Fue el último cuerpo que encontramos, es decir, que lo habían matado el primero”. Tenía 14 cuerpos más encima.
 
Los restos del menor localizados en la fosa.Los restos del menor localizados en la fosa.

Los restos del menor localizados en la fosa. Los restos del menor localizados en la fosa. UNIVERSIDAD DE GRANADA

El pequeño no tiene nombre. “Desconocemos su identidad porque en ninguna fuente de las que hemos consultado y que manejan los historiadores que trabajan en el proyecto hablaban de un niño fusilado”, explica Carrión. “La hipótesis que barajamos es que una de las otras 14 víctimas que hemos encontrado en la fosa es su padre. Lo sabremos cuando se realicen los análisis genéticos en los laboratorios de la Universidad de Granada”. Nadie lo reclamaba. Si no logran encontrar familiares, los restos serán reinhumados en un memorial con los otros fusilados que no cuentan con parientes vivos. “De momento, hemos recuperado los restos de 124 personas, 34 de ellas mujeres, en 17 fosas en el barranco de Víznar. Creemos que puede haber unos 200 en total. Hemos llegado tarde, porque hasta hace apenas diez años no había fondos para realizar estos trabajos de manera científica, y ahora es difícil encontrar a todas las familias”. Medio centenar de hijos, nietos y bisnietos sigue pendiente de las identificaciones.
Los restos de la fosa.
Los restos de la fosa.  UNIVERSIDAD DE GRANADA

Es habitual que los esqueletos recuperados en fosas del franquismo correspondan a gente joven, pero no tanto. En 2010, el actor Javier Bardem puso voz a Francisco Escribano, un chaval de 18 años cuyos restos fueron recuperados en febrero de 2006 de una fosa en Fontanosas (Ciudad Real) con los de otras seis personas: su padre, dos de sus tíos y un primo suyo. Uno de los asesinos había escrito en 2004 una carta anónima al Ayuntamiento en la que confesaba el crimen y señalaba el lugar donde habían enterrado los cuerpos una madrugada de julio de 1941. La misiva, redactada a máquina y enviada desde Barcelona, explicaba que una de las víctimas “era menor de 15 años”. Los expertos determinaron, cuando exhumaron la fosa, que eran unos pocos más y correspondían al hermano de José Escribano, cabrero, al igual que el resto de hombres ejecutados de su familia.

Los trabajos en el barranco de Víznar cuentan con la financiación del Gobierno central y la colaboración de la Junta de Andalucía, presidida por Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP. “A diferencia de otros lugares, donde gobiernan con Vox”, celebra Carrión, “aquí jamás nos han puesto un problema. Al contrario. No puedo comprender lo que están haciendo en otros territorios, derogando las leyes autonómicas de memoria y prestándose al revisionismo histórico de la extrema derecha. Esto es un tema de derechos humanos”.

"Oppenheimer": Joseph Rotblat, el único científico que abandonó el Proyecto Manhattan por motivos morales (y ganó el Nobel de la Paz)

 Joseph Rotblat en su biblioteca

"¿Una historia sobre el dilema ético de las armas nucleares que recauda US$1.000 millones?", bromeó el actor Robert Downey Jr. cuando ganó su Globo de Oro al mejor actor de reparto en la película "Oppenheimer".

Ciertamente, sobre el papel, la idea no debió haber sonado muy atractiva.

Sin embargo, la epopeya sobre el padre de la bomba atómica, J. Robert Oppenheimer, no sólo ha sido la estrella en la temporada de galardones de la industria y llega a los premios Oscar con nominaciones en 13 categorías, sino también un éxito de taquilla.

La cerebral película de Christopher Nolan sobre un físico teórico torturado animó al público a acudir a los cines en masa para conocer más sobre ese crucial momento histórico y político.

Y, por supuesto, para saber más de la ciencia detrás de la bomba; después de todo el objetivo del Proyecto Manhattan que Oppenheimer dirigió fue fusionar los conocimientos y talento de las mentes científicas más brillantes de la época para producir un arma de destrucción masiva aprovechando el incomparable poder del átomo.

Varios de los muchos cientos de científicos asociados con el proyecto desfilan por la pantalla durante las tres horas que dura el filme, pero inevitablemente hay grandes ausencias.

Una de ellas es la de Joseph Rotblat, un físico que se distinguió por hacer lo que ningún otro de los renombrados científicos del Proyecto Manhattan hizo: abandonarlo por razones éticas.
Póster de la película Oppenheimer

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 "Oppenheimer" tiene lo que gusta en los premios Oscar: mérito artístico y éxito comercial.

Vida marcada por las guerras

Joseph Rotblat nació en Varsovia, Polonia, en el seno de una próspera familia judía.

Su infancia fue "idílica" hasta el gobierno decomisó los caballos del negocio de transporte de su padre cuando empezó la Primera Guerra Mundial, contó en conversación con la BBC en 1998.

"Casi de un día para el otro, pasó a la penuria absoluta".

La pobreza le quitó la comida, el calor, la salud y la posibilidad de estudiar.

"Dejó una marca indeleble en mí. Nunca volví a comer patatas, pues su sabor me trae recuerdos escalofriantes de ese entonces".

"Fue en ese entonces que empecé a pensar que la guerra no debía existir, y a creer que la ciencia y la tecnología eran la solución para prevenirla", recordó.

A pesar de no contar con educación secundaria formal, perseveró y logró un magistrado en ciencia de la Universidad Libre de Polonia en 1932, y un doctorado en física nuclear de la Universidad de Varsovia seis años después.

En 1938 aceptó una oferta para trabajar en la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, con el premio Nobel James Chadwick, el físico que probó la existencia del neutrón.

Allá estaba cuando, en diciembre de 1938, la fisión, la base de la bomba atómica, fue inesperadamente descubierta en la Alemania nazi menos de un año antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial por los radioquímicos Otto Hahn y Fritz Strassmann. (olvidan a Lise Meiner)

En agosto de 1939, Rotblat volvió a Polonia para llevarse a su esposa a Inglaterra, pero ella no pudo viajar por problemas de salud.

Tuvo que irse, con el plan de que ella iría cuando mejorara.

No sabía que tomaría uno de los últimos trenes que salieron de Polonia antes que Alemania invadiera el 1 septiembre y estallara la guerra.

Tampoco sabía que nunca volvería a ver a su esposa, quien murió en el Holocausto, a pesar de sus esfuerzos por salvarla. A él, estar en Liverpool le salvó la vida.

"Todos mis colegas fueron exterminados en las cámaras de gas... la física polaca fue destruida".

Bomba

Bomba

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Trinity fue el nombre en clave de la primera detonación de un dispositivo nuclear, realizada por el ejército (Proyecto Manhattan) de Estados Unidos hace 75 años.

Sin propósito

Tras el descubrimiento de la fisión, como a muchos científicos, le había quedado claro que si bien ésta podía producir una gran cantidad de energía para generar calor y electricidad, una reacción desenfrenada podría crear una explosión de enorme fuerza... una bomba atómica.

"Nunca se me ocurrió que trabajaría para crear un arma, menos una de destrucción masiva", señaló.

Sin embargo, también como muchos otros científicos, lo hizo por miedo. 
Temía que otros científicos no fueran tan escrupulosos, particularmente los alemanes.

"Me pareció que la única manera de prevenir que Hitler usara la bomba contra nosotros era tener también la bomba y amenazar con usarla como represalia".

Era lo que después se conocería como el principio de destrucción mutua asegurada (o MAD, por sus siglas en inglés), estrechamente relacionado con la teoría de disuasión.

"Mi propósito era trabajar en la bomba para que esta no fuera usada por nadie".

Y estaba en el lugar indicado.

"Los primeros fundamentos científicos de la bomba se desarrollaron en Birmingham y en Liverpool, en el laboratorio de Chadwick".

Sabía, no obstante, que era imposible que Reino Unido la pudiera lograr durante la guerra, "pues la separación de isótopos requería una inversión de fondos que el país no podía permitirse".

Con la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial en 1941 y la posterior decisión de desarrollar la bomba atómica, pronto se encontró en el centro del Proyecto Manhattan en Los Álamos, Nuevo México.

Sin embargo, apenas escuchó la confirmación, proporcionada por informes de inteligencia científica a finales de 1944, de que los científicos alemanes habían desestimado su programa de bomba atómica, decidió abandonarlo. 

"Mi propósito ya no era válido".

 Sospechoso de espionaje

Klaus Fuchs
 
Klaus Fuchs

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En Los Álamos, la CIA sospechó que había un espía, pero no era Rotblat sino el físico alemán Klaus Fuchs (en la imagen), quien le pasó información a la URSS durante y después de la guerra.

Cuando Chadwick le informó al jefe de inteligencia en Los Álamos de la renuncia de Rotblat, le mostraron un expediente con pruebas que aparentemente lo señalaban como espía.

Como había tomado lecciones de vuelo, creían que su plan era lanzarse en paracaídas sobre la Polonia ocupada por los soviéticos y entregarles los secretos de la bomba atómica.

Afortunadamente, el expediente podía ser fácilmente refutado, y se le permitió marcharse, pero bajo amenaza de arresto si revelaba sus motivos para irse o establecía contacto con sus colegas del Proyecto.

Mantuvo su silencio hasta que en agosto de 1945, estando de vuelta en Liverpool, se enteró del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.

"Fue un shock terrible. Pero no fue sólo shock, sino temor por el futuro de la humanidad, porque yo sabía que la bomba atómica era apenas el primer paso, y que ya se estaba trabajando en un arma mil veces más poderosa: la bomba de hidrógeno".

"Sabía que apenas EE.UU. demostrara su enorme poderío militar, la URSS iba a tratar de tener su propia bomba, y eso dispararía la carrera armamentista".

En su mente retumbaba el eco de una conversación que escuchó en 1944 en Los Álamos, mucho antes de que la bomba fuera una realidad. 

 "El general Leslie Groves, quien comandaba todo el Proyecto Manhattan, en una conversación casual remarcó: 'Son conscientes, por supuesto, de que el propósito principal del proyecto es dominar a los rusos'. 

 "¡Yo pensando que estábamos en guerra con Hitler y los nazis! Los rusos eran nuestros aliados, miles estaban muriendo a diario... ¡y me dicen que todo el proyecto es contra ellos!... nunca lo olvidé". 

 La utopía 

Rotblat en una reunión organizada por la Asociación de Científicos Atómicos en Londres, 1948.

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Rotblat en una reunión organizada por la Asociación de Científicos Atómicos en Londres, 1948.

Lo ocurrido en Japón le obligó a cambiar su vida "por completo", le dijo Rotblat a la BBC.

"Cambié la dirección de mi trabajo de investigación y me dediqué a la física médica y a esforzarme para hacer que los científicos tomaran conciencia de los peligros que pueden resultar del desarrollo de la ciencia". Para él, era una cuestión de responsabilidad.

"Todos somos responsables de nuestros actos, pero eso se aplica particularmente a la ciencia, debido al papel dominante que desempeña en todos los ámbitos de la vida. Nos afecta a cada uno individualmente y determina el destino de las naciones. Por lo tanto, los científicos tienen que ser responsables.

"A menudo pueden prever con mucha más antelación que otros grupos de la sociedad cuáles podrían ser las consecuencias de su trabajo.

"No necesitamos hacer todo en la ciencia... Hay mucho que hacer sin cubrir ciertos campos que pueden ser perjudiciales".

Respecto a las armas de destrucción masiva, revaluó el argumento de la disuasión nuclear que había sido su justificación para colaborar en la creación de la bomba atómica.

Concluyó que el concepto era fundamentalmente erróneo.

"No funciona con personas irracionales, y hasta la gente razonable se comporta de forma irracional en la guerra, especialmente si se enfrenta a la derrota".

Sin embargo, las opiniones de alguien calificado de traidor por abandonar el Proyecto Manhattan no habrían hecho mella de no haber sido por su incansable labor de divulgación y la fundación de foros como la Asociación Británica de Científicos Atómicos (1946) o la Campaña por el Desarme Nuclear (1958).

Y, sobre todo, por su crucial contribución a la creación de la Conferencia Pugwash sobre Ciencia y Asuntos Mundiales. 

 No hay victoria en una guerra nuclear 

Bertrand Russell leyendo el Manifiesto Russell-Einstein

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Bertrand Russell leyó ante la prensa en julio de 1955 el Manifiesto Russell-Einstein, que este último había firmado al final de su vida. 

 Había conocido al renombrado matemático y filósofo Bertrand Russell cuando ambos aparecieron en un programa de la BBC sobre la bomba de hidrógeno.

Russell quedó tan perturbado por lo que Rotblat dijo que, convencido de que eran los científicos quienes debían intentar prevenir la guerra nuclear, contactó a Albert Einstein para que lo apoyara, y redactó el famoso Manifiesto Einstein-Russell.

Rotblat presidió el lanzamiento del documento en 1955, firmado por Einstein dos días antes de su muerte, y por otros nueve científicos de fama mundial.

Afirmando que nadie salía victorioso de una guerra nuclear, planteaba una elección ineludible: "¿Acabaremos con la raza humana o la humanidad renunciará a la guerra?" y les pedía que los científicos del mundo que se reunieran "para evaluar los peligros surgidos como resultado del desarrollo de armas de destrucción masiva".

Ese llamado a los científicos al diálogo constructivo fue respondido.

El industrial canadiense Cyrus Eaton, admirador de Russell y pacifista, ofreció los fondos necesarios para una conferencia internacional a cambio de que se celebrara en el pueblo de sus antepasados: Pugwash, ​​en Nueva Escocia.

A partir de 1957, aproximadamente una vez al año se celebraban conferencias, organizadas por Rotblat, quien fue secretario general de Pugwash y luego su presidente a nivel mundial.

Acudían hasta 100 participantes de la crema y nata de la ciencia internacional de ambos lados de la Cortina de Hierro.

Aunque no asistían como representantes de gobiernos, para poder hablar libre e informalmente, eran tan eminentes que influían en las decisiones políticas.

Paz, escrita en un farol
Paz, escrita en un farol

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Un mundo libre de guerra, afirmaba, no es una utopía.

En 1995, el Premio Nobel de la Paz fue otorgado conjuntamente a Rotblat y a la Conferencia Pugwash "por sus esfuerzos para disminuir el papel desempeñado por las armas nucleares en la política internacional y, a largo plazo, eliminarlas".

En su discurso de aceptación, Rotblat dejó ver el alcance de su visión, compartida por Russell, Einstein y los otros signatarios del Manifiesto 40 años antes.

"Por el bien de la humanidad, debemos deshacernos de todas las armas nucleares", clamó, pero añadió que no era suficiente.

"Si bien eso eliminaría la amenaza inmediata, no brindará seguridad permanente.

"Las armas nucleares no se pueden desinventar. El conocimiento de cómo hacerlas no se puede borrar. Hasta en un mundo libre de armas nucleares, si alguna de las grandes potencias se involucrara en una confrontación militar, se sentiría tentada a reconstruir sus arsenales nucleares (...) El peligro de la catástrofe definitiva seguiría ahí.

"La única manera de evitarla es abolir la guerra por completo".

Admitió que eso "será visto por muchos como un sueño utópico."

"No es utópico. Ya existen en el mundo grandes regiones, por ejemplo la Unión Europea, en las que la guerra es inconcebible".

Y citó un pasaje del Manifiesto Russell-Einstein:

"Hacemos un llamado, como seres humanos, a los seres humanos: recuerden su humanidad y olviden el resto. Si puedes hacerlo, el camino está abierto para un nuevo paraíso; si no, se alza ante nosotros el riesgo de la muerte universal".

"La búsqueda de un mundo libre de guerras tiene un propósito básico: la supervivencia", subrayó.

Y fantaseó con que "si en el proceso aprendemos cómo lograrlo mediante el amor en lugar del miedo, la bondad en lugar de la compulsión; combinando lo esencial con lo placentero, lo conveniente con lo benévolo, lo práctico con lo bello, esto será un incentivo extra para embarcarnos en esta gran tarea".

Una tarea "aparentemente utópica" que nos dejó para este siglo, como escribió en un artículo para Physics World.