Pues verás. Lo primero que debes saber es que las frases que repetimos a los niños una y otra vez durante la infancia se quedan grabadas en su cerebro como circuitos que se activan una y otra vez durante su adolescencia y su vida adulta. Por decirlo de otra manera; la forma en la que hablas a tus hijos se acaba transformando en su voz interior.
Es posible que tu tengas grabadas frases que escuchaste de pequeña y que te repites una y otra vez como por ejemplo: “Eres un desastre”, “No seas pesada”, “Hazlo bien”, “Lo puedes hacer mejor” o “No puedo más”. La verdad es que todos tenemos frases grabadas en nuestra mente. Y aunque es inevitable tenerlas lo que sí podemos hacer es aprovechar esa tendencia natural de nuestro cerebro a repetir las frases que escuchamos en nuestra infancia para dejar mensajes que en lugar de exigir, preocupar, minusvalorar o poner presión sobre nuestros hijos les den fuerza y libertad.
Por eso, precisamente desde la educación y disciplina positiva buscamos utilizar frases que tengan un impacto positivo en el desarrollo del niño.
Puede ser difícil
Y es precisamente esa forma en la que nosotros hemos sido educados la que hace que nosotros mismos tengamos dificultades como:
Baja autoestima
Poca seguridad a la hora de educar
Tendencia a sentir culpa o vergüenza
Enfado o resentimiento hacia los demás
No tener claridad sobre cómo debemos actuar con nuestros hijos
Por eso, es tan frecuente que, en muchas situaciones nuestro primer impulso a la hora de educar a nuestros hijos sea un impulso negativo. Un impulso que nos invita a “regañar”, “culpar”, “hacer sentir mal” , gritar, amenazar o castigar.
Hay otra manera de actuar
Por eso en este post te he querido traer 10 frases de disciplina positiva que te pueden ayudar a hacerte una idea de cómo se educa en positivo. Es importante que entiendas que estas frases reflejan los valores de la disciplina positiva pero que, en la mayoría de los casos es esencial que los padres se formen para desarrollar un estilo de educación positiva.
La formación permite a los padres entender realmente los principios de la disciplina positiva y les ayuda a aprender realmente estrategias y técnicas que les ayuden. Recuerda que la formación lleva unas pocas horas de tu tiempo y se queda contigo para siempre.
Frases para que haga sus tareas
Es frecuente que los niños pequeños olviden sus tareas. La manera más rápida de ayudar a un niño a cumplir con sus tareas es desarrollar rutinas, como explico en este otro post sobre tabla de rutinas disciplina positiva.
Sin embargo, es importante complementar este enfoque basado en rutinas con frases de disciplina positiva que le van a ayudar a darse cuenta de lo que tiene que hacer sin regañar o recriminar.
Por ejemplo:
Si no se está acordando o no le apetece hacer los deberes de la escuela…
Podemos utilizar una frase negativa como:
“¡Llevo media hora esperando a que empieces tus tareas!” o “¡Sólo te interesa jugar al fútbol!”
O elegir frases de disciplina positiva como:
– “¿Cómo crees que te vas a sentir cuando mañana en clase tu profesora te pida tus tareas y no las tienes hechas?”
– “Pues creo que me sentiría mal, mamá”
– “¿Y qué crees que puedes hacer ahora para no sentirte mal mañana?”
Ahora imagina que una tarde Diego no se está acordando de recoger sus juguetes antes de ir a la bañera.
Puedes decirle una frase que le haga sentir vergüenza como por ejemplo:
“Siempre te olvidas de recoger tus juguetes”
O utilizar una frase de disciplina positiva que le ayude a prestar atención:
– “Diego ¿Te has fijado que tus dinosaurios están todos por el suelo?”
– “¡Ay, no! Voy a recogerlos, mamá!!”
Frases para mejorar su autoestima
De hecho, esa es una de las razones por las que cada día miles de padres se interesan por la educación en positivo. Veamos otro ejemplo.
Imagina que tu hija pequeña está saltando bien a la comba.
Puedes darle un comentario positivo que puede ayudarle a sentirse bien, pero también le hará buscar la aprobación de los demás como:
“¡Qué bien saltas!”
O elegir una frase de disciplina positiva que le ayuda a darse valor por si misma como:
“¿Cómo crees que lo estás haciendo?”
Por ejemplo si tu hijo ha decidido meterse en la bañera sin que le tengas que perseguir por toda la casa..
Puedes elegir un comentario clásico (aunque algo recriminatorio) como:
“Muy bien. Así me gusta…no como los otros días”
O una frase de disciplina positiva que le ayudará a entender el valor de cuidar a otras personas:
“Me he sentido muy bien de que hayas venido tan pronto. ¡Hoy el baño contigo ha sido muy fácil y divertido!”
Frases para mejorar su confianza
La confianza es la capacidad del niño para sentirse seguro con sus decisiones y su forma de actuar y, al igual que ocurre con la autoestima es algo en lo que los padres podemos influir mucho.
Imagina que tu hija Lucía ha recogido su plato después de cenar sin que nadie le dijera nada:
Puedes decirle una frase sin contenido como:
“Muy bien Lucía”
O utilizar una frase de disciplina positiva dirigida simplemente a describir lo que el niño ha hecho para que se dé crédito por sus acciones:
– “¡He visto que has recogido tu plato, Lucía!”
– “Sí. Es que ya soy mayor!”
Ahora imagina que tu hijo Mateo acaba de pedir perdón a un niño al que le había dado un empujón sin querer:
Puedes decirle una fase de aprobación como:
“Muy bien. Has pedido perdón al otro niño. Así me gusta”
O elegir una frase de disciplina positiva que de valor a su acción:
– “Mateo. Creo que eso que acabas de hacer es muy difícil. No todos los niños saben pedir perdón”
– ¡Ah! Sí. ¡A mi no me cuesta nada!”
Todos los padres, todos, hasta los más hippies o despreocupados tenemos que corregir a nuestros hijos varias veces al día. Es simplemente parte del trabajo como padres o madres. Por ese motivo, porque es parte inherente de nuestro trabajo, me gusta decir a los padres que conviene que aprendan a hacerlo de una forma positiva lo antes posible.
Imagina que tu hijo está pegando a su hermano:
Podemos utilizar el estilo clásico que habrían utilizado nuestros padres y decir:
“Pedro. ¡Muy mal! ¡Siempre estás pegando a tu hermano! ¡Me tienes harto”, aunque de esta manera lo que estaréis consiguiendo es que Pedro se sienta culpable y que su mayor temor (sentirse rechazado por sus padres a consecuencia de su hermano pequeño) se confirme.
O elegir una frase positiva que le ayude a buscar alternativas como:
– “Pedro. Quiero hablar contigo. Sé que a veces te enfadas con tu hermano pequeño pero yo no puedo dejar que le pegues porque te tengo que cuidar. Y cuidarte quiere decir que no puedo dejar hacer daño a otros niños. ¿Qué crees tu que puedes hacer la próxima vez que tu hermano te moleste?”
– ¿Puedo avisarte a ti?
– “Sí. Claro. Eso está mucho mejor. Avisar a un adulto siempre es una buena idea cuando tu no sepas resolver un problema por tí mismo”
Ahora imagina que Alejandra ha tirado el vaso de leche por toda la alfombra.
Podemos utilizar una frase clásica y culpabilizadora
“Siempre tiras todo. ¡A ver si te fijas por donde vas!”
O elegir una frase más positiva que le ayude a reflexionar antes de actuar como:
– “Alejandra, se te ha caído la leche en la alfombra. Vamos a coger la bayeta y limpiarla la alfombra pero antes de eso quiero que me respondas una cosa:
¿Qué podríamos haber hecho distinto para que esto no ocurriera?”
– “Podría haberme tomado la leche en la cocina”
– “Si. Porque además es la norma que tenemos en casa para no manchar con comida en otros sitios”
Como decíamos al principio de este post educar es una tarea dura, pero puede ser mucho más ligera para ti y para tus hijos si educas en positivo. Como puedes ver las herramientas de la disciplina y sobre todo su enfoque centrado en el niño y las necesidades tanto de los padres como de los niños son muy eficaces y positivas para su autoestima y confianza. La realidad es que todos los padres pueden aprender a educar de forma positiva si deciden invertir un poco de su tiempo y dinero en formarse.
De la misma forma que invertimos en ropa, comida de calidad o medicinas para nuestros hijos, afortunadamente cada vez hay más padres y madres que deciden invertir un poco de su tiempo y dinero en aprender una nueva forma de educar. Una forma de educar que hace las cosas fáciles a los padres y ayuda a los niños a aprender de una forma positiva para su confianza y autoestima. Recuerda que la formación de educación y disciplina positiva lleva unas pocas horas de tu tiempo y se queda contigo para siempre.
O utilizar una frase de disciplina positiva dirigida simplemente a describir lo que el niño ha hecho para que se dé crédito por sus acciones:
– “¡He visto que has recogido tu plato, Lucía!”
– “Sí. Es que ya soy mayor!”
Ahora imagina que tu hijo Mateo acaba de pedir perdón a un niño al que le había dado un empujón sin querer:
Puedes decirle una fase de aprobación como:
“Muy bien. Has pedido perdón al otro niño. Así me gusta”
O elegir una frase de disciplina positiva que de valor a su acción:
– “Mateo. Creo que eso que acabas de hacer es muy difícil. No todos los niños saben pedir perdón”
– ¡Ah! Sí. ¡A mi no me cuesta nada!”
Frases para corregirlo sin dañarlo
Todos los padres, todos, hasta los más hippies o despreocupados tenemos que corregir a nuestros hijos varias veces al día. Es simplemente parte del trabajo como padres o madres. Por ese motivo, porque es parte inherente de nuestro trabajo, me gusta decir a los padres que conviene que aprendan a hacerlo de una forma positiva lo antes posible.
Imagina que tu hijo está pegando a su hermano:
Podemos utilizar el estilo clásico que habrían utilizado nuestros padres y decir:
“Pedro. ¡Muy mal! ¡Siempre estás pegando a tu hermano! ¡Me tienes harto”, aunque de esta manera lo que estaréis consiguiendo es que Pedro se sienta culpable y que su mayor temor (sentirse rechazado por sus padres a consecuencia de su hermano pequeño) se confirme.
O elegir una frase positiva que le ayude a buscar alternativas como:
– “Pedro. Quiero hablar contigo. Sé que a veces te enfadas con tu hermano pequeño pero yo no puedo dejar que le pegues porque te tengo que cuidar. Y cuidarte quiere decir que no puedo dejar hacer daño a otros niños. ¿Qué crees tu que puedes hacer la próxima vez que tu hermano te moleste?”
– ¿Puedo avisarte a ti?
– “Sí. Claro. Eso está mucho mejor. Avisar a un adulto siempre es una buena idea cuando tu no sepas resolver un problema por tí mismo”
Ahora imagina que Alejandra ha tirado el vaso de leche por toda la alfombra.
Podemos utilizar una frase clásica y culpabilizadora
“Siempre tiras todo. ¡A ver si te fijas por donde vas!”
O elegir una frase más positiva que le ayude a reflexionar antes de actuar como:
– “Alejandra, se te ha caído la leche en la alfombra. Vamos a coger la bayeta y limpiarla la alfombra pero antes de eso quiero que me respondas una cosa:
¿Qué podríamos haber hecho distinto para que esto no ocurriera?”
– “Podría haberme tomado la leche en la cocina”
– “Si. Porque además es la norma que tenemos en casa para no manchar con comida en otros sitios”
Todos los padres pueden aprender
Como decíamos al principio de este post educar es una tarea dura, pero puede ser mucho más ligera para ti y para tus hijos si educas en positivo. Como puedes ver las herramientas de la disciplina y sobre todo su enfoque centrado en el niño y las necesidades tanto de los padres como de los niños son muy eficaces y positivas para su autoestima y confianza. La realidad es que todos los padres pueden aprender a educar de forma positiva si deciden invertir un poco de su tiempo y dinero en formarse.
De la misma forma que invertimos en ropa, comida de calidad o medicinas para nuestros hijos, afortunadamente cada vez hay más padres y madres que deciden invertir un poco de su tiempo y dinero en aprender una nueva forma de educar. Una forma de educar que hace las cosas fáciles a los padres y ayuda a los niños a aprender de una forma positiva para su confianza y autoestima. Recuerda que la formación de educación y disciplina positiva lleva unas pocas horas de tu tiempo y se queda contigo para siempre.
ÁLVARO BILBAO
Soy Álvaro Bilbao, doctor en psicología y neuropsicólogo, pero, sobre todo, padre de 3 niños. Me he formado en el Hospital Johns Hopkins y el Kennedy Krieger Institute. He colaborado con entidades como la OMS y el Chidren Center de Nueva York. Soy también autor del bestseller "El cerebro del niño explicado a los padres" (traducido a 14 idiomas) y del curso online "Educar en positivo".
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