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jueves, 22 de febrero de 2024

_- "Sienta un nuevo precedente" Papa Francisco. El papa Francisco nunca había desalojado antes a un alto jerarca de la Iglesia. Aun así, la medida "no tiene precedentes en la era de Francisco", declaró a la BBC Christopher White, un observador del Vaticano que escribe para el National Catholic Reporter.

El cardenal Raymond Burke.

_- "Por lo general, los cardenales retirados continúan residiendo en Roma después de dejar sus cargos, y a menudo permanecen activos en las liturgias papales y deberes ceremoniales", explicó White.

En este sentido, indicó que “desalojar a alguien de su apartamento en el Vaticano sienta un nuevo precedente”.

papa Francisco

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El Papa mantiene un tenso pulso con los eclesiásticos más radicales.

White apuntó que la decisión podría "provocar una reacción significativa" y profundizar las divisiones entre el Vaticano y la Iglesia estadounidense, donde ya hay "fragmentación".

El cardenal Burke aún no se ha pronunciado sobre el tema y la BBC se ha puesto en contacto con su oficina para solicitar comentarios.

El Papa reveló su intención de tomar medidas contra el cardenal en una reunión con jefes de oficinas del Vaticano la semana pasada.

Tensión máxima en la Iglesia


Papa Francisco

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El Papa mantiene un tenso pulso con los eclesiásticos más radicales.

La frustración de Francisco con sus detractores estadounidenses que adoptan una visión más tradicional o conservadora sobre varios temas parece estar llegando a su nivel máximo.

A principios de este mes despidió a Joseph Strickland, un obispo conservador de Texas que había criticado sus intentos de llevar a la Iglesia a posiciones más progresistas sobre el aborto, los derechos de las personas transgénero y el matrimonio entre personas del mismo sexo. La destitución se produjo tras una investigación de la Iglesia sobre la gestión de la diócesis.

Unos meses antes, el Papa comunicó a los miembros de la orden religiosa jesuita en Portugal que existía "una actitud muy fuerte, organizada y reaccionaria” en la Iglesia estadounidense, a la que calificó de "atrasada", según The Guardian.

Las tensiones con el cardenal Burke, nombrado por el papa Benedicto XVI, han estado latentes durante casi una década.

"La situación del cardenal Burke parece provenir de su alejamiento gradual del Papa", interpretó White.

"Al parecer, el Papa percibe que Burke promueve un culto a la personalidad centrado en el tradicionalismo o las ideas regresivas. Su acción parece dirigida a limitar la influencia de Burke, cortando sus vínculos con Roma".

Michael Matt, columnista del periódico católico conservador The Remnant, escribió que la reciente acción contra el cardenal Burke muestra que Francisco está "cancelando a prelados fieles que ofrecen cobertura jerárquica a los de línea dura pro-vida, pro-familia, pro-tradición".

Acusó al pontífice de someter a sus críticos a un "aislamiento forzado".

Quién es el cardenal Burke
Cardenal Burke Burke representa a la facción más conservadora de la Iglesia católica.

Raymond Leo Burke es uno de los más activos opositores al Papa dentro de la Iglesia católica.

Riguroso seguidor de las directrices del catolicismo, Burke llegó a decirle al exsecretario de Estado de EE.UU. John Kerry cuando era candidato presidencial que no podía recibir la comunión porque previamente había expresado su apoyo al aborto.

El cardenal ha dedicado gran parte de su vida a estudiar las leyes de la Iglesia y quiere asegurarse de que se apliquen a rajatabla.

Cree que este Papa está jugando peligrosamente con la tradición cristiana de 2.000 años e incluso amenazó con emitir un "acto de corrección" contra Francisco.
Esa sería una medida muy osada, extremadamente inusual, algo que no ha sucedido en siglos.

El cardenal vive en un apartamento grande en las cercanías de la Plaza de San Pedro en Roma.

Desde ese lugar, del que el Papa quiere desalojarle, lidera su operación para promover lo que llama "claridad doctrinal".

Ambos chocaron hace seis años en torno al despido del líder de los Caballeros de Malta, una congregación religiosa del siglo XI, después de que se descubriera que la rama benéfica de la orden había distribuido preservativos en Myanmar.

Burke se unió a sus pares conservadores en la publicación de una "declaración de verdades" en 2019, que describía a la Iglesia católica como desorientada y confusa bajo el liderazgo del papa Francisco, con el argumento de que se había alejado de las enseñanzas fundamentales sobre el divorcio, la anticoncepción, la homosexualidad y el género.

Además, se mostró en desacuerdo con que Francisco promoviera las vacunas contra la covid.

Más recientemente, el mes pasado, el cardenal celebró una conferencia llamada La Babel sinodal en Roma en vísperas del sínodo -o reunión de obispos- del Papa.

El Papa ha ido degradando al cardenal Burke dentro de la jerarquía eclesiástica y reubicándolo en puestos con menor influencia a lo largo de los años.

sábado, 18 de diciembre de 2021

_- Yolanda y Francisco

_- Por Gorka Larrabeiti | 13/12/2021 | Opinión
Fuentes: Ctxt [Foto: Reunión del papa Francisco con la vicepresidenta segunda del Gobierno español Yolanda Díaz,11 de diciembre de 2021 (Vatican Media)]

Es para celebrarlo. Esa pareja feliz es una noticia muy buena y muy rara. Es muy rara porque el debate político y la agenda mediática, como repite siempre Steven Forti, bailan desde hace tiempo al compás de los escándalos y las provocaciones de la extrema derecha global. Hoy, en cambio, en la prensa ha sonado un discreto, emotivo y elegante tango gallego, y han sido las redes de extrema derecha las que han bailado a un ritmo que les es ajeno soltando coces. Y es muy buena porque en esa pareja feliz vemos el manual de instrucciones que propone Steven Forti para combatir la extrema derecha 2.0 llevado sencillamente a la práctica.

Son tiempos de revival nacional católico y de regreso a la teología de la Reconquista. Reconquête se llama, de hecho, el movimiento de un Eric Zemmour que viaja a Armenia a lanzar un “mensaje de esperanza a todos los cristianos de Oriente abandonados hoy día por un Occidente que pierde el hilo de su civilización” y que quiere salvar la catedral de Notre-Dame, “centro de gravedad de la cristiandad francesa y símbolo de nuestra Nación”, de la “deconstrucción”. Que Notre-Dame vuelva a ser Notre-Dame, escribe Zemmour. Integrismo y antimodernidad. Volviendo a este lado de los Pirineos, recordemos que Vox suele empezar sus campañas electorales “Por España” en Covadonga “con espíritu de Reconquista”.

“Definir un fenómeno es el primer paso para poder entenderlo”, escribe Forti en el primer capítulo de Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla. Tras enjundiosas páginas sobre las razones, los momentos y las características del populismo y el fascismo, Forti los descarta como términos válidos para definir el fenómeno global actual. Giustissimo. El libro resulta particularmente útil cuando Forti detecta y describe el papel de las nuevas tecnologías en la propaganda del amplio espectro de formaciones políticas objeto de análisis. Bravissimo. Acierta otra vez al indicar los mínimos comunes denominadores de la extrema derecha 2.0: “marcado nacionalismo, identitarismo o el nativismo, la recuperación de la soberanía nacional, una crítica profunda al multilateralismo – y en Europa, un alto grado de euroescepticismo –, la defensa de los valores conservadores, la defensa de la ley y el orden, la islamofobia, la crítica al multiculturalismo y las sociedades abiertas, el antiintelectualismo y la toma de distancia formal de las pasadas experiencias de fascismo” (p. 85). Es la primera vez en el libro que aparece la palabra “islamofobia”. Aún no ha aparecido la palabra “cristiano”, ni tampoco “católico”. Raro. Forti vuelve a acertar cuando dice que estos partidos no quieren “crear una religión política” (p. 81). Y no es eso.

Ahora bien: si hay un punto en el que Forti, a mi modo de ver, ha fallado –más por prisa que por otra cosa– es al no otorgar a la religión el papel central que juega en la extrema derecha 2.0. No es que el tema no aparezca en el libro, no. Al contrario, lo atraviesa físicamente, como un elefante. Se denuncian los colmillos de la financiación integrista católica; los conceptos “valores” o “identitarismo” van apareciendo con el extraño swing que tienen la probóscide o la cola de los paquidermos. Pero no basta.

Muchos miembros de esta extrema derecha se autodefinen “cristianos”. Yo-soy-Giorgia Meloni se dice “cristiana” antes incluso que “italiana”; Salvini se decía “orgulloso de llevar el rosario en el bolsillo”; en el artículo 3 del estatuto del partido europeo Identidad y Democracia se lee que los miembros del grupo ID “reconocen el legado grecorromano y cristiano como pilares de la civilización europea”. Abundan los ejemplos y hay estudios sobre por qué esta extrema derecha explota el cristianismo. En el libro de Forti se señalan agudamente la centralidad de las guerras culturales y el gramscismo de derecha, que instrumentaliza la religión a fin de hacerse con la hegemonía cultural. Sin embargo, se echa de menos un punto de vista fundamental, a mi modo de ver: la teología política. Sin ella, digamos que se disipan –borrosos– los perfiles del elefante. Sin la giusta teología política, ni se entiende de dónde nace eso que el cardenal Spadaro y Marcelo Figueroa acuñaron como “ecumenismo del odio”, ni se comprende la labor antifascista que emana del Vaticano, ni se comprende, en fin, por qué Francisco es el blanco de mucho de ese odio global.

Las izquierdas, escribe Forti, “han ido abandonando la batalla cultural, sobre todo tras el final de la Guerra Fría” (p. 178). Añadiría que la izquierda que tanto cita a Gramsci le ha regalado a la derecha la Iglesia, como si fuera un terreno ajeno a la hegemonía cultural. Persiste rancia la tesis clásica de la izquierda ilustrada: “la teología clerical es el mayor obstáculo a la promoción del pueblo”. Lo escribía el jesuita Álvarez Bolado en el brillante El experimento del nacional-catolicismo (1939-1975) culpando de ello a una Iglesia de derecha.

Creo que las cosas han cambiado. Hoy hay una Iglesia muy preocupada por el avance de esta extrema derecha 2.0. Hoy hay una izquierda consciente de que, como reza el manual de instrucciones para combatirla, “toca elaborar una respuesta poliédrica” y que “necesitamos un enfoque holístico que considere soluciones a largo plazo, basado en una alianza de sectores y partidos políticos diferentes”, que “Nada sobra, nada es inútil. Todo suma”. En definitiva, que la izquierda “tiene que superar bloqueos mentales para llegar a pactos con las derechas clásicas”.

No sé qué pensará Forti, pero a mí esa pareja feliz me parece que transmite un buen programa político contra las extremas derechas y que, en definitiva, constituye la mejor reseña imaginable de su libro.

Fuente: https://ctxt.es/es/20211201/Firmas/38141/yolanda-diaz-papa-vaticano-religion-extrema-derecha-gorka-larrabeiti.htm

jueves, 2 de marzo de 2017

Conversación con Yayo Herrero, militante incansable del ecologismo social. "Igual caminamos hacia el colapso, pero yo lo hago acompañada de la mejor gente que hay en el mundo"


El Salmón Contracorriente


En los últimos días, Yayo Herrero [1] ha estado dando charlas en Barcelona, Bilbao, Lanzarote y Palencia. Después de una semana agotadora para cualquier mortal, Yayo hace hueco en su agenda para tomar algo en el barrio y charlar sobre el colapso y las necesarias transiciones. Nos citamos en uno de esos clásicos bares del centro de Madrid que se ha ido reconvirtiendo en una mezcla de galería de arte retro y taberna castiza a la vez. Yayo llega con la sonrisa puesta, con las pilas cargadas y derrochando alegría. Hablamos de la vida, del ecologismo y otros cotilleos.

“Hemos perdido un tiempo precioso”.
Es una de las frases con las que empieza el libro La Gran Encrucijada. Hace cuatro décadas que se publicó el informe del Club de Roma, Los límites del crecimiento y, hoy, hemos conseguido que importantes figuras e instituciones de las más diversas procedencias, como el Papa Francisco, Naciones Unidas u Obama reconozcan el desafío ecológico, energético y climático que supone este cambio de ciclo histórico. Hace cuatro décadas, también nacía el ecologismo social organizado en AEDEN, la Asociación de Estudio y Defensa de la Naturaleza. No es comparable, por supuesto. La sociedad organizada ha hecho más por la preservación del planeta que muchas figuras políticas. Empezamos hablando de las alternativas creadas desde abajo.

Alternativas para transitar: ¿Cómo, quiénes y para qué?
Ya sabemos que el colapso está a la vuelta de la esquina. La acuciante escasez de materiales, el pico del petróleo, la pérdida de biodiversidad, el ciclo del agua; tenemos un problema con el incremento de los residuos, y con su gestión, ¡ya ni te cuento! La calidad de vida en las ciudades es cada vez peor... y cada vez más insostenible. ¿Sabías que en 2050 la población urbana se multiplicará por dos y podemos llegar a ser más de 8.000 millones de personas viviendo en entornos urbanos? Calla, calla.

Con todo esto que sabemos, tenemos la certeza que debemos transitar hacia otro modelo y pensar otras formas de organizarnos como sociedad. Hay gente que ya se ha puesto manos a la obra y a día de hoy, disponemos de una gran cantidad de alternativas: “Existen los grupos de consumo y diferentes formas de producción agroecológica; iniciativas que tienen que ver con los cuidados compartidos, tanto de pequeños y pequeñas, como residencias o espacios en los que los mayores comparten su vida. Han surgido diferentes medios de comunicación con fórmulas organizativas muy distintas. Hay todo un abanico de posibilidades con todo el tema de la financiación ética, muy importante para ver como podemos financiar las transiciones”. Y un largo etcétera.

En el campo de las alternativas, digamos, está todo inventado y las tenemos desde hace tiempo.
Sin embargo, la activista ecofeminista profundiza en el análisis: “Yo creo que donde puede haber una dimensión diferente es en procesos de alianza entre iniciativas pequeñas que dialogan para aumentar la escalabilidad”. Para escalar, la clave no es imitar el modelo de la economía convencional sino “crecer por multiplicación donde múltiples iniciativas están conectadas y cada una de ellas, bien contextualizada en el territorio”. Otro ingrediente de la receta de la escalabilidad para Yayo es “ir copando diferentes dimensiones del ciclo de vida de la economía: No podemos conformarnos con tener solo iniciativas en la producción primaria. Necesitamos iniciativas productivas locales metidas dentro del ciclo de distribución, producción y consumo capitalista”.

Precisamente, Yayo conoce bien el entorno cooperativista porque ella es socia fundadora de Garúa, una cooperativa orientada a la educación, la investigación y la intervención, social y ambiental, desde 2006. Pero, ¿es esa la mejor fórmula jurídica para impulsar las transiciones?
“A mí, personalmente, la forma legal que más me seduce es la cooperativa. Ha sido la estructura donde yo he podido vivir la profundidad de construir verdadera democracia en la economía y en la forma de producir. He sentido Garúa como una estructura donde nos hemos preocupado porque cada una de las integrantes, además de tener un salario, creciera personalmente y que hubiera un espacio de apoyo mutuo donde satisfacer esas otras necesidades que no se pueden medir en términos monetarios”.

Desde el año 2012, es directora de una fundación consolidada como institución educativa y con una larga trayectoria en investigación en temas ecosociales. Es la primera mujer que ocupa este cargo en los más de 50 años de historia de esta institución. Sin embargo, para Yayo, la forma de fundación no es un formato que le guste especialmente: “Es una fórmula antidemocrática. Hay un patronato que se elige a sí mismo y que marca las líneas, muchas veces, con poca participación. En el caso de FUHEM, yo lo llevo bien porque es un patronato muy alineado y trabaja en colaboración estrecha con los equipos operativos que existen. Pero no me parece una buena fórmula, aunque haya fundaciones que hagan un papel excelente”.

Nos empieza a convencer de que la clave no es la fórmula jurídica sino la naturaleza de la actividad qué se hace y cómo se generan los excedentes sociales. “Incluso he conocido algunas iniciativas que tienen forma de Sociedad Limitada pero están metidas dentro de los mercados sociales, trabajan bajo los criterios de la economía social y solidaria y su trabajo puede jugar un papel importante en las transiciones”. Continúa hablando de su trayectoria profesional: “No puedo decir lo mismo de las empresas de corte transnacional donde el propósito de tu tarea como trabajadora está centrada en generar beneficios. Ahí dejas de preguntarte si lo que estás haciendo contribuye a mejorar el mundo o a dejarlo bastante peor”.

Yayo comenzó su carrera en la gran empresa formando parte del cuerpo ejecutivo de Indra. Desmonta el mito de la eficiencia de la empresa privada; recuerda cómo muchos medios cargos se convirtieron en verdaderos capataces; cómo los ritmos extenuantes de trabajo rayaban la explotación en muchos casos, y otras tantas experiencias que le han hecho ser quien es hoy. Pero, sobre todo, recuerda a un compañero suyo en la sección sindical: Bernardo Díaz Petrel, una de las personas que más le ha marcado en la vida. “Yo era muy jovencita y pensaba: «Yo quiero ser como Bernardo. Quiero ser una persona íntegra, coherente, profesional, honesta y buena. Una persona súper querida». Y claro, eso no cuadraba con la finalidad de mi trabajo, que era muy poco coherente con las cosas que yo creía que se debían hacer”.

Convencidas del todo, concluimos que si hay democracia económica y se hace algo que no destruye a las personas ni el medioambiente, nos vale casi cualquier fórmula. “¡Espera!” Como no podía ser de otra manera, Yayo sigue profundizando en el análisis y emerge la perspectiva ecofeminista:

¿Y las iniciativas que no tienen ni siquiera forma legal?
“Claro. Los centros sociales autogestionados no tienen fórmula jurídica -ni aspiran a tenerla- y para mí son centros productores de bienes y servicios imprescindibles que generan un bienestar social enorme. ¡Y los hogares! Tampoco tienen una forma empresarial... Bueno, a veces se sostienen en una fórmula legal bastante discutible en muchas cosas -hablo del vínculo del matrimonio, entendido como ese contrato social del patriarcado-. Pero son estructuras que se rigen por otra lógica y son núcleos de producción de bienes y servicios esenciales, como los cuidados”.

No es problema de fórmula sino de propósito; de ver a qué está orientada la actividad y cómo se realiza. Lo que está claro es que para llegar a esta conclusión hemos tenido que integrar en el análisis la dimensión de cuidados y la corporeidad de la vida humana. Yayo ha dedicado una gran parte de su tiempo a teorizar y descubrirnos el ecofeminismo. Gracias a integrar estas tesis en el ecologismo, tenemos constancia del problema de separación entre cultura y naturaleza. “En ese abismo que han creado las sociedades occidentales, las únicas personas que han establecido ese puente constante y permanente entre cultura y naturaleza han sido las mujeres y decir esto, no es esencialista; es profundamente materialista”. Para Yayo, sin la visión del ecofeminismo no es posible realizar un análisis material completo del sistema. Y añade: “Cuando no miras la corporeidad de la vida humana te olvidas de que es inmanente y tenemos que construir comunidades cohesionadas que, de forma corresponsable, traten de mitigar esa vulnerabilidad de la vida individual”. La idea de que todo lo personal es político, es una idea central del feminismo y, además, según la activista “ayuda a colocar bien las prioridades de lucha”.

Cuidados, territorios y municipalismos
Los resultados de las elecciones municipales de 2014 han supuesto un cambio del panorama político español. Nueve importantes ciudades del país están siendo gobernadas por plataformas ciudadanas (en alianza con algunos partidos) lo que supone un éxito sin precedentes. Le preguntamos a Yayo qué pintan los nuevos municipalismos en la transición hacia ciudades más sostenibles y, con cierta pesadumbre, comenta que lo que se puede hacer en el marco de las instituciones se está revelando limitado. “Aunque no diría que es inútil, pero la institución tiene una lógica extraordinariamente lenta y conflictiva, por los ataques de medios de comunicación y otras posiciones políticas. Por otro lado, los propios movimientos de corte político que están impulsando esos cambios parece que son ollas a presión en sus propios interiores. La lógica del conflicto está muy instalada dentro”.

Se basa en su experiencia personal:
“Estoy participando en un proyecto del Ayuntamiento de Madrid que se llama “Ciudad de los cuidados”, impulsado por el delegado de Seguridad, y después de estar meses trabajando en él y una vez presentados una serie de documentos, no tenemos respuesta ni se sabe nada de cómo vamos a seguir”. Con este proyecto, el Ayuntamiento de la capital pretende trabajar sobre los ejes de la salud y sus determinantes sociales para aplicar una política que, entre otras cosas, dinamice en los barrios estructuras comunitarias corresponsables con el cuidado. ¿Por qué? Yayo explica que los hogares, y en especial, las mujeres, son las que han amortiguado las consecuencias de la crisis: “Y esto ha ocurrido porque un eje importante de la seguridad y bienestar de las personas lo proporciona un actor que hoy está muy debilitado en la ciudad: el barrio”. Prosigue con el análisis: “La sostenibilidad de la vida humana debería articularse en torno al primer eslabón que es la naturaleza; luego, la familia; después, la comunidad; el cuarto eslabón, el Estado y el quinto, lo privado. Pero del terreno de los hogares, estamos pasando directamente al terreno de lo público o al mundo mercantil. Y, sin embargo, la escala comunitaria está vacía”.

A pesar de esto, España está siendo un punto de mira interesante para muchos movimientos sociales europeos porque es de los pocos países donde no está surgiendo una fuerza fascista organizada y esto tiene que ver con una tremenda red de solidaridad en el territorio.
¿Algún ejemplo? “Plataformas como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o como la Red de Solidaridad Popular (RSP) han sabido ver que es necesario coser la política pública con el activismo social, la protesta y la organización en la base más local”. Sin embargo, para Yayo, el movimiento ecologista no ha conseguido conectar con las preocupaciones de las clases más empobrecidas que están siendo literalmente expulsadas del sistema: “En EE.UU., el movimiento de justicia climática sí que ha conectado con estos sectores desfavorecidos porque las causas directas del cambio climático están impactando en población muy empobrecida y están siendo más conscientes de que la destrucción de la base material física tiene una correlación directa con el empobrecimiento de las personas. Eso aquí no lo hemos conseguido”. Y propone aprender de la pedagogía que ha hecho la RSP visibilizando la relación entre la degradación de la naturaleza y la destrucción de las condiciones de vida de las mayorías sociales. “Tengo la sensación de que teniendo tan claro en lo teórico la importancia de la relocalización de la economía, tenemos menos instrumentos para relocalizar la política, y Ecologistas en Acción tiene experiencia en resistir y defender los ecosistemas locales pero deberíamos trabajar también sobre la militancia en el entorno local para ayudar a conectar esas luchas”.

Y termina con una advertencia:
“Se nos plantea el mayor reto que hemos tenido nunca. Ya no vamos a tener que pegarnos con el negacionismo ni contra el reconocimiento de la crisis ecológica. Tenemos que pelear para mostrar que las soluciones no son soluciones de capitalismo verde ni meramente tecnológicas, sino que las soluciones pasan por una redistribución radical de la riqueza y del acceso a la misma. Que las soluciones pasan por establecer mecanismos de vida más austeros para todas, no solo para las personas más desposeídas. Un ecologismo social en el que nos merezca la pena invertir nuestro esfuerzo es un ecologismo que tiene que ir de la mano con las luchas de la gente más desposeída y precaria”.

¿Cómo hacemos frente a esta gran encrucijada?
La activista acaba de publicar el libro La Gran Encrucijada con Alicia Torrego y Fernando Prats, en el marco del Foro Transiciones. Un libro sobre la crisis ecosocial y el cambio de ciclo histórico cuyo diagnóstico no aporta nada nuevo, según comenta Yayo, pero que recoge el mejor conocimiento científico que tenemos ahora mismo con un estilo narrativo que conecta con personas a las que no estábamos siendo capaces de llegar. “Nos han dicho muchas veces «basta ya de diagnósticos, vamos a las soluciones», pero creo que hay que seguir insistiendo porque aún no se ha conseguido un relato universal sobre lo que está pasando. Es necesario salir de nuestros núcleos para atraer a capas de la sociedad más amplias a este empeño por transitar hacia sociedades ecologistas, justas e igualitarias. Con este libro estamos conectando con entornos más socialdemócratas o de corte más neokeynesiano o de economía verde”.

Es necesario abrir los debates más polémicos de las transiciones y debatir con cuantos más sectores de la opinión pública, mejor. Por ejemplo, si hablamos de transitar hacia renovables, habrá que estudiar cómo se financia para que dé cobertura a las necesidades de las mayorías sociales, y por otro lado, habrá que planificar esa transición, ya que la fabricación de generadores y placas solares supone la emisión de gases de efecto invernadero y la utilización de materiales escasos. Para Yayo, esta dinámica de planificación requiere “autoorganización en lo local y políticas macro que cuenten cuántas toneladas de materiales, cuánto gasto energético y cuántas emisiones se pueden generar con estos procesos sin empeorar las dinámicas de colapso”.

En la parte de propuestas sí hay novedades.
El libro establece estrategias, dinámicas y planes sectoriales sobre qué hacer con los residuos, el agua, la energía, etc. Más allá de participar en construir alternativas locales, también piensa en cómo desde la política pública o de lo común podemos tratar de generar procesos ilusionantes de transición. “Si se quisiera, podría haber toda una batería de políticas públicas bien pensadas que podrían empujar esas dinámicas de autoorganización en lo local. Visibilizar eso es muy importante porque ahora mismo se percibe un salto enorme entre esas iniciativas autorganizadas y la percepción que tiene mucha gente de que no nos ayudan a frenar las dinámicas de apisonadora o de doctrina del shock”.

No existe una receta con sus ingredientes y tiempos de cocción exactos que nos hagan transitar con éxito.
Pero al menos, tenemos claro qué queremos. ¿Cuál es el aceite que permitirá cocinar las necesarias transiciones? “El lubricante para mí sería la construcción de poder ciudadano. La disputa de la hegemonía cultural que nos conduzca a la disputa de la hegemonía política. Construir un tejido social que pueda impulsar, sostener y apoyar a aquellas instituciones que quieran ir por el camino de las transiciones socioecológicas y que pueda forzar a otras instituciones a que se sumen a la dinámica”. Para Yayo, la clave es conseguir que estos temas sean una preocupación generalizada.

¿Cómo involucrar a más gente en este cambio cultural?
Dice Manuel Castells que la lucha de poder fundamental es la batalla por la construcción de significados en las mentes. En el libro hay un capítulo titulado “Sin reconfigurar los imaginarios sociales no será posible el cambio”.

¿Cómo hacemos eso y qué nos falta?
Empezamos con la autocrítica. “Nos ha fallado el no haber sabido conectar con la gente normal”, dice Yayo con rotundidad. Añade que la eclosión de Podemos nos tendría que proporcionar algunos elementos para el aprendizaje: “Hay muchas cosas de Podemos que ni comparto ni me gustan, pero hay que reconocer que supo aprovechar las grietas que dejaba el modelo hegemónico para colarse ahí. Utilizó algunas nuevas categorías como lo de la “casta” y la idea de “los de arriba y los de abajo”, conceptos del 15M, que consiguieron amplificar el mensaje a otros públicos. Nosotros no hemos sabido aprovechar esas grietas”. ¿Por qué? “Creo que no acabamos de encontrar fórmulas o no terminamos de atrevernos a pisar ciertos espacios”.

Desde hace unos meses, Yayo participa en las tertulias del programa radiofónico “A vivir” de la Cadena Ser: “El programa dura unos 45 minutos, a repartir entre unas 6 tertulianas. No es mucho tiempo y explicar la dimensión de la crisis ecológica requiere de un buen rato. Pues a pesar de eso, lo hago y me llegan comentarios muy positivos de gente a quien he hecho reflexionar a raíz de participar en espacios tan pequeños de alta audiencia”. Y añade que tampoco hemos tenido fuerzas, ni estrategia ni capacidad para meternos en asociaciones de vecinas o en los barrios cuando hablamos del activismo ecologista en ciudades grandes como Madrid. “Estamos muy alejadas de la vida cotidiana de la gente”.

Entonces, ¿cómo nos acercamos a la gente?
Dependiendo a quién queramos llegar, debemos pensar en un mensaje o en otro y en cuál es la forma más eficaz para comunicarlo. Vamos a la práctica. “Por ejemplo, con personas mayores es fácil empezar hablando de austeridad porque lo tienen aún en su marco de referencia cultural. Son personas que, en su mayoría, se han educado en pueblos donde todo se aprovechaba. Entonces, cuando te diriges a esas personas puedes empezar por ahí”. Sin embargo, desde hace unos años, se ha ridiculizado a muchos de estos perfiles austeros estereotipándolos como tacaños, atrasados o poco modernos. Tal ha sido el cambio que, cuando te diriges a personas entre 45 y 65 años, la estrategia cambia. “Generalizando enormemente, estos perfiles adultos que han vivido el despliegue del crecimiento económico, la llegada del «progreso» y la cultura del usar y tirar, es mucho más difícil empezar por las alternativas porque estas pasan por la reducción drástica del consumo material. Si no lo pones en relación con el problema al que ha llevado vivir como si no hubiera limites, a la gente le cuesta entender porque presentamos estas medidas tan radicales que van en contra del confort y la buena vida, entendida esta a través del consumo”.

Es decir, la deconstrucción de falsa idea de confort requiere de la fase de diagnóstico. “No es el caso de los mayores, como contaba, o cuando son pequeños, que antes de ser poseídos por el consumo ven las cosas con una claridad y una nitidez increíble. No es lo mismo la gente que vive en lo rural o en ámbito insular, que ven en su territorio los límites. No nos vale una receta de comunicación única para todos los lugares y perfiles. Nos falta mucho en el terreno de comunicar la alternativa y, como digo, hay que construirla de forma distinta dependiendo del territorio y el contexto de cada lugar”.

Además, hay que comunicar la alegría.
Si algo caracteriza las charlas de Yayo es la energía con la que sales de ellas. A pesar de contar una realidad crudísima, tras escuchar las palabras de Yayo, tienes ganas de pasar a la acción. ¿Cuál es el truco? “He tenido la suerte de encontrar y poder conectar con la mejor gente del mundo que es, precisamente, la que quiere cambiar las cosas. Cuando voy a dar una charla me encuentro gente que me cuida, que me acoge, gente bien articulada, gente que piensa como darle la vuelta a las cosas, gente solidaria que se preocupa por quien no tiene cómo pagar la luz... Vivir al lado de esta gente es la caña. Y yo eso, lo comunico y lo digo mucho en Ecologistas en Acción: Igual caminamos hacia el colapso pero no es lo mismo caminar sola y rodeada de hostilidad que hacerlo acompañada de la mejor gente que hay en el mundo”.

¿Cómo conciliar vida privada, activismo y trabajo?
“Con alegría”. La pregunta es sencilla. “Yo me río mucho en el curro, me río mucho en Ecologistas en Acción, con mis amigos... Esa posibilidad de reírse con la gente y de disfrutar es lo que te da fuerza para poder seguir haciendo cosas”. Acude a su trayectoria vital: “Cuando trabajaba en la gran empresa, tenía la sensación de que una parte de mi vida la tenía dedicada a algo que no me importaba en el fondo. Entonces cuando tuve la posibilidad de dar el salto en el vacío, dejar el curro y empezar a explorar el mundo del cooperativismo y otras cosas, a mí se me produjo una armonización de repente entre las cosas que me preocupaban, lo que me parecía importante y con lo que me ganaba la vida, y eso te genera una salud mental impresionante”.

¿Y cuando hay momentos en los que no puedes más?
“Hay momentos de cansancio, pero creo que es un momento en el que necesitamos mucho activismo y para mí la solución no está en restarle tiempo a la militancia. La cuestión está en crear espacios que sean gratos, que te refuercen y te hagan sentirte muy bien. A mí me parece difícil cuidarme a mí misma si no genero esa estructura de cuidado en los espacios en los que yo quiero estar y estoy”.

El problema es cuando los espacios activistas son hostiles.
“A veces, se reproducen muchas lógicas del mundo público o de la empresa privada o de la familia, donde hay relaciones de subordinación, de poder y de jerarquía, y a veces nos tratamos mal. Igual que existe un homo economicus alejado de la vida, creo que también existe un hommo militantus”. Tenemos que superar a esos antiguos militantes que decían «Yo no he venido aquí a hacer amigos» o «Aquí lo importante es que cambiemos el mundo», comenta Yayo.

Ella es partidaria de dedicar tiempo y energía a las organizaciones: “a resolver conflictos, a hablar las cosas y a generar formas de tratarnos que haga que la gente se sienta bien”. Y para eso, las organizaciones tienen que regenerarse y “dar cancha” a otras personas más jóvenes o nuevas. Una de las cosas que valora de Ecologistas en Acción es que las personas con una trayectoria larga y cierta responsabilidad en la organización saben retirarse sin dejar de estar. “A veces, por haber ocupado espacios de decisión, tu opinión tiene un peso distinto al de las demás y eso es un problema. Aunque seas abierta y democrática, terminas teniendo un peso que, aunque jerárquicamente ya no te corresponde, el grupo te lo concede”.

Yayo Herrero dejó la Coordinación y luego la Secretaría, pero no ha dejado de participar en Ecologistas en Acción, ya sea pintando una pancarta o viajando al punto que sea de la geografía española para mediar en un conflicto. Siempre a disposición de las personas y de las transiciones. Hay teorías conspiratorias que dicen que en realidad, Yayo no es solo una, sino que hay dos y por eso ella puede estar en todas partes. Se van turnando, dicen las malas lenguas. Después de muchos años de militancia en el ecologismo social, quienes la conocen saben que Yayo Herrero, no hay más que una; solo que es... mucha Yayo.

Nota:
[1] Esta entrevista ha sido originalmente publicada y escrita en la revista Ecologista que publica Ecologistas en Acción.

Fuente:
http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Igual-caminamos-hacia-el-colapso

jueves, 3 de diciembre de 2015

París, el encuentro del siglo. La Cumbre del Clima medirá la capacidad de encarar retos existenciales



La Cumbre del Clima que se abrió ayer (1-12) en París, con la participación de 150 jefes de Estado y de gobierno y entre grandes medidas de seguridad, añade un punto de urgencia y ansiedad sin análogos en anteriores reuniones globales.

Desde que el consenso científico estableciera hace unos años que la actividad humana se ha convertido en factor de cambio geológico, el antropoceno, las cumbres sobre el clima, estrenadas en Río de Janeiro en 1992, podrían ser reconocidas por un observador marciano como el evento global humano de mayor importancia. Una especie de clave para medir la capacidad humana de asumir los retos del siglo. Un siglo que pide una nueva civilización para ser viable. Desde entonces, las emisiones globales han aumentado más de un 40% y el consenso científico avisa que la humanidad está en el umbral de cambios globales irreversibles sin precedentes históricos.

El tope de 2 grados de aumento de la temperatura media global para fin de siglo, con respecto a la época preindustrial, que debe situar los riesgos en un nivel teóricamente manejable, tiene que lograrse después de que el planeta haya batido, en 2014, “todos los récords en materia de temperaturas registradas, concentración de CO2 y número de fenómenos climáticos extremos”, dijo el Presidente francés, François Hollande, anfitrión del evento en una capital traumatizada por un reciente atentado yihadista planeado en Siria que ha dejado 130 muertos en la ciudad de la luz.

“Somos la primera generación que siente los efectos del calentamiento global, y la última que puede hacer algo para remediarlo”, dijo el Presidente Barack Obama, líder de la nación más poderosa y más emisora (per cápita) del mundo.

Reimagining our world’s energy future will take a shared sense of urgency—from countries, companies, cities, and all of us - learn more from National Geographic at natgeo.com/climate #EarthToParis
Posted by United Nations Foundation on Thursday, November 19, 2015

Anteriores cumbres alcanzaron acuerdos que no fueron suscritos (Kioto, 1997), o idearon conceptos cuya principal virtud era eludir responsabilidades y compromisos claros y concretos. La cumbre de París es heredera de ambas cosas. Con todos sus problemas cuenta con una mayor determinación declarativa hacia ese “acuerdo ambicioso” del que hablan EE.UU y China, los dos principales. Pero esa “estrategia de equilibrios en la cuerda floja ya no sirve”, dijo el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en su solemne discurso inaugural.

Desde principios de los años noventa, cuando concluyó el mundo bipolar y arrancaron las cumbres de la Tierra, el petróleo está en el centro de la irracional crematística del beneficio que precisa de una caótica e irresponsable geopolítica belicista para sobrevivir. Países enteros han sido, o están siendo, destruidos por el pulso imperial por esos recursos y sus rutas de transporte, y han sido convertidos en agujeros negros; Afganistán, Iraq, Libia, Yemen, Siria… Realizada bajo la sombra del Estado Islámico, la cumbre del clima París tiene que ver con la más básica seguridad y viabilidad de este mundo petrolero, que a diferencia del anterior en el que se formaron las actuales mentalidades, está repleto de armas y recursos de destrucción masiva, lo que convierte sus pulsos y conflictos en algo parecido a una ruleta rusa.

“El calentamiento anuncia conflictos, como las nubes traen tormentas”, dijo Hollande en su discurso. “No es una coincidencia que justo antes de la guerra civil en Siria, el país registrara la peor sequía jamás vivida en el país”, ha dicho el secretario de Estado John Kerry. Esa sequía produjo un enorme desplazamiento de población del norte al sur, en un país multiétnico y multiconfesional en el que la estrategia occidental indujo un nuevo y fatal proyecto de cambio de régimen, que se suma a los que han producido más de un millón de muertos en la región desde la primera guerra de Iraq.

El rápido retroceso de los glaciares del Himalaya anuncia grandes emergencias. Alimentan los grandes ríos de Asia Oriental (Ganges, Amarillo, Yangtzé, Brahmaputra, Irrawady, Mekong…) y garantizan su caudal en época seca. Sin su aporte esos ríos de civilización se convertirían en estacionales: solo con gran caudal en época de lluvias. Y eso cuando el 80% de la cosecha china y el 60% de la India dependen de la irrigación. Siendo China e India los dos primeros productores mundiales de grano, es obvio que las consecuencias serían globales.

William R. Cline, un especialista en contabilidad agraria espera bruscas disminuciones “del 20% o 30%” atribuidas al cambio global en la productividad agrícola de regiones como el Magreb, México, Etiopía o Paquistán, país éste que es una potencia nuclear en tensión con su vecino. El actual escenario de Siria, que incluye tensiones y tanteos entre grandes potencias, puede ser fácilmente superado por otros en el siglo del cambio global. Se impone, dijo ayer en su discurso el Presidente chino, Xi Jinping, “reflexionar sobre el futuro de la gobernanza mundial, sobre la construcción de una comunidad humana con un futuro compartido”. Un acuerdo sobre el clima, jurídicamente vinculante y mínimamente realista en términos de la diferente responsabilidad histórica de unos y otros, se inscribiría en eso y sería un óptimo precedente para los demás retos del siglo, entre ellos la desigualdad global y la proliferación de recursos de destrucción masiva.

“Desde la cumbre de Copenhague de 2009 el coste de la energía solar ha disminuido un 50%”, explica Keya Chatterjee, portavoz de Uscan, una de las muchas organizaciones no gubernamentales que participan en la cumbre. En su prodigiosa encíclica del 24 de mayo (Laudato si) el papa Francisco se puso muy por delante de los políticos al reconocer la “deuda ecológica” entre el Norte y el Sur y relacionar la situación del clima con, “un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”. La conciencia social y la economía avanzan junto con las emisiones y los riesgos. ¿Botella medio llena, o medio vacía?

“Respecto a Kioto, hemos cambiado de dimensión”, dice Valérie Masson-Delmotte, coopresidenta del grupo encargado de establecer los hechos científicos sobre causas y evoluciones del cambio climático (GIEGC). Mucho depende de si en esta cumbre se alcanza un acuerdo jurídicamente vinculante que obligue a los contaminadores a realizar profundos recortes en sus emisiones y en el que los más ricos y responsables financien esa “responsabilidad común pero diferenciada” que comunica al Norte con el Sur. En París hay mucho en juego.
La Vanguardia
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/11/30/paris-el-encuentro-del-siglo-47300/

domingo, 23 de agosto de 2015

Visita del papa Francisco: Luis Espinal, el jesuita al que dieron 12 tiros "por decir verdades" en Bolivia

Era casi medianoche cuando lo secuestraron en La Paz. Luis Espinal Camps volvía del cine a pie y le faltaba una cuadra para llegar a su casa, pero lo montaron en un jeep.

Al sacerdote jesuita le esperaban horas de tortura entre culatazos, golpes y quemaduras con plancha antes de ser rematado con más de 12 tiros en un matadero de reses, como consta en reportes policiales y periodísticos de la época.
Quiso la accidentada historia de América Latina que Espinal y el obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero fueran asesinados con un margen de dos días: el primero el 22 y el segundo el 24 de marzo de 1980.
"La muerte los hermanó", dijo a BBC Mundo Xabier Albó, sacerdote jesuita español y amigo de Espinal.
"Cuando retornábamos del cementerio, nos enteramos que a más de 4.000 kilómetros de distancia (en El Salvador) habían asesinado a Óscar Arnulfo Romero. Las causas son las mismas".
Este miércoles, otro jesuita, el papa Francisco, homenajeará en Bolivia a este religioso que llegó desde Barcelona a principios de los 70 para dedicarse al cine, al periodismo y, en el proceso, denunciar los abusos de gobiernos militares que se turnaban el poder en aquellos años.
Y mientras Romero ha sido recientemente beatificado, los seguidores de Espinal aprovecharán la parada del Papa frente a los cerros donde fue hallado su cuerpo para activar el proceso que permita que el jesuita sea reconocido como mártir de la iglesia.

Paralelos con Romero
"El salvadoreño murió por defender los derechos de los pobres en su país en medio de una masacre y a Luis Espinal lo mataron por decir verdades y tomar partido por los indefensos", aseguró Albó a BBC Mundo.

El Papa hará una oración en el lugar donde encontraron el cuerpo de Espinal a las afueras de La Paz, Allí fue construido un monumento en su honor.
Xavier Albó apunta que la muerte su colega se debió a la opción "preferencial por los pobres" que Espinal tomó en aquellos años, al igual que lo hizo Óscar Arnulfo Romero.
Hoy, colegios, avenidas, organizaciones juveniles y brigadas de trabajo comunitario bolivianos llevan el nombre del jesuita, un activista de los derechos de los ciudadanos.
El día de su primera posesión presidencial, en 2006, Evo Morales mencionó a Espinal cuando pidió un minuto de silencio por varios luchadores sociales bolivianos.
En 2007 el mandatario decretó la fecha de su secuestro como el día del cine boliviano.
Cada año, en la madrugada del 22 de marzo, niños y jóvenes de colegios católicos realizan romerías hasta el lugar en el que Espinal fue encontrado sin vida.
Albó apunta otro elemento común entre ambos: Romero pasaba cada semana su homilía por radio mientras que su amigo usaba la prensa y el cine como medio favorito para "aplicar su vivencia evangélica a favor de la gente".

Crimen impune
En 1979 Espinal fundó el semanario "Aquí", un periódico autogestionado que en 1980 alertó sobre la inminencia de un nuevo golpe de Estado en Bolivia, algo que se hizo realidad cuatro meses después del asesinato del jesuita.
El cineasta y periodista Alfonso Gumucio, quien fue su alumno y cofundador de "Aquí", recuerda que conoció a Espinal en unos cursos de cine que brindaba el sacerdote poco después de su llegada a Bolivia en 1970.

La Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó la anterior semana la creación de la condecoración al mérito "Luis Espinal Camps". Será entregada por primera vez al Papa Francisco el miércoles.
Después se rencontró con el cura, cuando éste participó en la multitudinaria huelga de hambre de 1978 que acorraló al gobierno de facto de Hugo Banzer (1971-1978) y desembocó en una convocatoria a elecciones con amnistía irrestricta para presos y exiliados.

"El semanario "Aquí" demostró que Lucho (como se le conocía popularmente) estaba decidido a llegar hasta las últimas consecuencias en su compromiso con Bolivia. Él tenía muy claro que su vida terminaría en Bolivia y por ello decidió consagrarla a la lucha por la democracia", relató a BBC Mundo Gumucio.
"Me impresionó mucho la decisión de Luis de hacerse boliviano y quedarse aquí para siempre", dijo Gumucio, quien presentó hace poco una reedición de su libro "Luis Espinal y el cine".

En 1986, en el llamado "Juicio a la dictadura" (1986) que juzgó los abusos cometidos durante el gobierno de facto instaurado del general Luís García Meza (1980-1981) se condenó a paramilitares, policías y militares por violaciones de derechos humanos.
Sin embargo, no se juzgó el caso de Espinal, porque muerte se produjo antes del golpe de Estado y por tanto no quedó entre las causas presentadas.
Hasta el momento, el crimen del padre jesuita quedó impune, algo que lamentan grupos de derechos humanos.

Una oración para Lucho
La agenda difundida en Bolivia señala que Francisco llegará al aeropuerto internacional de El Alto (La Paz) alrededor de las 16:15 del miércoles. Allí hará un saludo acompañado del presidente Morales.
A las 17:15 está prevista una parada para que el sumo pontífice realice una oración y una bendición para Luis Espinal.

Luis Espinal nació en España en 1932.
Además de ser sacerdote jesuita era cineasta.
En ese punto, durante todo el día se realizarán actividades preparadas por la comunidad jesuita junto a otras organizaciones y artistas que se sumaron al homenaje.
"Francisco dejará un símbolo de partida para reconocer a Luis como mártir formal en la Iglesia", afirma Albó.
Morales le otorgará al sumo pontífice la Orden al Mérito "Padre Luis Espinal Camps", un reconocimiento creado por el congreso boliviano en las semanas previas a la llegada del jefe de la iglesia Católica.
Será una de las pocas actividades del sumo pontífice en sus cuatro horas en La Paz, el resto de la agenda boliviana se realizará en Santa Cruz hasta el viernes.
Francisco clausurará el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, que reúne a organizaciones sociales y comunitarias de cuatro continentes, quienes harán un último homenaje a Espinal
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150702_bolivia_espinal_papa_jesuita_cch

sábado, 1 de noviembre de 2014

Encuentro mundial de movimientos populares: una jornada histórica en el Vaticano. En presencia del presidente Evo Morales

El martes 28 de octubre ha sido una jornada histórica.

Primero porque no es frecuente que el Papa convoque, en el Vaticano, a un Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el que participan organizaciones de excluidos y marginados de los cinco continentes, y de todos orígenes étnicos y religiosos: campesinos sin tierras, trabajadores informales urbanos, recicladores, cartoneros, pueblos originarios en lucha, mujeres reclamando derechos, etc... En suma, una Asamblea mundial de los pobres de la Tierra. Pero de los pobres en lucha, no resignados.

Segundo, es menos frecuente aun que el Papa se dirija directamente a ellos, en el Vaticano, diciéndoles que quiere "escuchar la voz de los pobres" porque "los pobres no se conforman con padecer la injusticia sino que luchan contra ella" y que él (el Papa) "los quiere acompañar en esa lucha". También ha dicho Francisco que "los pobres ya no esperan de brazos cruzados por soluciones que nunca llegan; ahora los pobres quieren ser protagonistas para encontrar ellos mismos una solución a sus problemas" pues "los pobres no son seres resignados, sino protestan" y su protesta « molesta ». Ha dicho que espera que "el viento de la protesta se convierta en vendaval de la esperanza". Asimismo ha afirmado el Papa: "La solidaridad es una forma de hacer historia". Y por eso se une al pedido de los pobres que reclaman "tierra, techo y trabajo", Y ha añadido: "Cuando pido para los necesitados tierra, techo y trabajo, algunos me acusan de que 'el papa es comunista'! No entienden que la solidaridad con los pobres es la base misma de los Evangelios."

También ha afirmado Francisco: "La reforma agraria es una necesidad no sólo política sino moral!" Y ha acusado (sin nombrarlo) al neoliberalismo de ser la causa de muchos de los males de hoy: "Todo esto ocurre -ha afirmado- cuando se saca al ser humano del centro del sistema y que en ese centro está ahora el dinero." "Por eso hay que alzar la voz", ha repetido. Y ha recordado que "los cristianos tenemos un programa que me atreveria a calificar de revolucionario: las bienaventuranzas del 'Sermon de la Montaña' del Evangelio según San Mateo."

Un discurso fuerte, valiente que se inscribe en el filo directo de la Doctrina Social de la Iglesia que el papa ha reivindicado explícitamente. Y en la opción preferencial por los pobres. Hacia mucho tiempo que un Papa no pronunciaba un discurso tan social, tan "progresista" sobre un tema, el de la solidaridad con los pobres, que constituye la base misma de la doctrina cristiana.

Tercero. Todo esto ha sido tanto mas importante cuanto que este discurso, el Papa lo ha pronunciado en presencia del Presidente de Bolivia Evo Morales, icono de los movimientos sociales y líder de los pueblos originarios. Un momento màs tarde, el Presidente Morales, muy aplaudido, ha tomado la palabra ante el mismo auditorio de movimientos populares en lucha para explicar, con muchos ejemplos, que "el capitalismo que todo lo compra y todo lo vende ha creado una civilización despilfarradora". Ha insistido en que "hay que refundar la democracia y la politica, porque la democracia es el gobierno del pueblo y no el gobierno de los capitales y de los banqueros". También ha puesto el acento en que "hay que respetar a la Madre Tierra" y oponerse a que "los servicios básicos sean privatizados".

Ha sugerido a todos los Movimientos Populares aquí reunidos que creen "una gran alianza de los excluidos" para defender los "derechos colectivos".

El sentimiento general de los participantes, en este inédito Encuentro, es que estas dos intervenciones confirman el enorme liderazgo político y moral, a escala internacional, del Presidente Evo Morales; y el nuevo rol histórico del Papa Francisco, como abanderado solidario de las luchas de los pobres de América Latina y de los marginados del mundo.
autor: Ignacio Ramonet