martes, 15 de noviembre de 2022

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD. ¿La escuela debe dar ayuda extra a los niños de familias pobres? Para Navarra, sí, y por eso tiene muchos más alumnos con necesidades de apoyo

La comunidad considera que un 30% de sus estudiantes requiere atención especial por discapacidad, trastornos de aprendizaje o su situación socioeconómica, un porcentaje muy superior al del resto de autonomías

El 30% del alumnado de Navarra tiene necesidades específicas de apoyo, un 16% más que hace tres años. Es la comunidad con un mayor censo de este estudiantado, muy por delante de Baleares, que es la segunda con un 20%, y muy lejos de Madrid y País Vasco, con el 8%, y Aragón, con un 5%, las autonomías que ocupan el otro extremo de la estadística. La llamativa diferencia se debe a la disparidad de criterios utilizados por unas y otras administraciones a la hora de identificar a unos escolares para los que, según la ley, las administraciones deben “asegurar los recursos necesarios” para su éxito educativo. Por ejemplo, la vulnerabilidad socioeconómica. Navarra sí tiene en cuenta a todos aquellos menores socialmente desfavorecidos, que son 13.048, prácticamente la mitad de todos los 27.471 con necesidades de apoyo. En el caso navarro, hay otros perfiles de alumnos en este colectivo, que son los que únicamente tienen en cuenta en la mayoría de autonomías: aquellos con dificultades de aprendizaje (35%), con necesidades educativas especiales por algún tipo de discapacidad o trastorno (10%) y con altas capacidades intelectuales (3%). Son datos de un informe publicado por la Cámara de Comptos de Navarra, que analiza no solo la detección de este alumnado, sino la respuesta y el seguimiento que les dispensa el departamento. Este estudio se refiere al alumnado inscrito en los centros ordinarios, no a aquellos con discapacidades de mayor grado, que están matriculados en centros específicos de educación especial.

Save the Children lleva mucho tiempo reclamando que el alumnado socioeconómicamente vulnerable sea incluido como colectivo con necesidad de apoyo. De acuerdo con las investigaciones de la ONG sobre la tasa de repetición de curso en España —una de las más altas de Europa, pese a la mejoría del dato durante la pandemia—, “el alumnado socialmente desfavorecido tiene menos oportunidades culturales y sus familias menos capacidad para ofrecer ayuda directa, proporcionar un entorno académicamente estimulante o disponer de gastos privados en forma de actividades de refuerzo y enriquecimiento en horario extraescolar”, explica Álvaro Ferrer, especialista en equidad educativa de la organización.

Sin embargo, no está ocurriendo, añade Ferrer, a pesar de que ese criterio está claramente incluido en la ley (la Lomloe) desde 2020. Y lo sostiene con cifras: mientras “el indicador de pobreza o exclusión social llega a más del 30%”, y al menos un 9% sufre carencias materiales, el porcentaje medio nacional de identificación de alumnado con necesidades de refuerzo educativo apenas supone el 2,7% en primaria y el 2,9% en secundaria, detalla. Las consecuencias, señala Ferrer, son muy graves, puesto que, si no se detecta a este estudiantado, es difícil hacer políticas de escolarización equilibrada y garantizar el seguimiento pedagógico de estos alumnos.

Para el especialista, uno de los grandes problemas es que la ley “no hace una definición concreta de qué es la vulnerabilidad socioeducativa”. Hay excepciones, como Navarra o Cataluña, que identifican claramente esa necesidad de un refuerzo educativo con el riesgo de pobreza y exclusión. En el caso de Navarra, para poder identificar a un alumno como socialmente vulnerable, en ocasiones es necesario que los servicios sociales emitan un informe constatándolo, pero en otras basta con que sean beneficiarios de ayudas al comedor o para la adquisición de material, o que muestran dificultades evidentes para pagar las cuotas o las actividades extraordinarias, como las excursiones.

En Cataluña, los criterios son parecidos, pero además entran directamente en esta categoría de alumnado todos aquellos cuyas familias estén por debajo del indicador de renta de suficiencia que cada año fija la Generalitat (en 2022 es 569,12 euros al mes). Según un informe de 2021 del Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo catalán), la mitad de los alumnos con necesidad específica de apoyo educativo en Cataluña lo son por presentar “situaciones socioeconómicas y/o socioculturales desfavorecidas”, categoría que incluye en este caso a los que se incorporan tardíamente al sistema. En Navarra, los alumnos de familias económicamente desfavorecidas y de incorporación tardía suponen dos tercios del total.

Un programa para evitar la segregación
La red educativa navarra se sirve del sistema informático EDUCA para registrar el seguimiento y la atención a estos menores, lo que luego facilita la elaboración anual del Índice de Escolarización. El objetivo de esta herramienta, aplicada por vez primera este curso y novedosa en el territorio nacional, es distribuir de una manera más equitativa al alumnado con necesidad de refuerzo entre los diferentes centros, sean públicos o concertados. Un objetivo que también contempla la ley: las administraciones “atenderán a una adecuada y equilibrada distribución entre los centros escolares del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo”.

Una necesidad evidente en Navarra, si nos fijamos en las conclusiones del informe de Comptos, que, si bien no habla directamente de segregación escolar o concentración de alumnado vulnerable (los términos que se emplean en investigación educativa), sí detalla que tres de cada cuatro estudiantes navarros con estas necesidades están matriculados en centros públicos, y eso que la red concertada navarra acoge casi al 36% de los escolares. El desequilibrio, detalla el informe, “está básicamente en el alumnado socialmente desfavorecido, muy mayoritario en los centros públicos”. Y va más allá: la mitad de los centros públicos y el 73% de los concertados podrían acoger más alumnado con necesidad de refuerzo educativo. Otras comunidades, detalla Ferrer, como Cataluña o País Vasco, tienen índices similares.

Es preciso señalar la apreciación que hace este estudio en lo relativo a la financiación de la red pública y concertada, según el informe de Comptos, que calcula un déficit de 2.000 horas de profesorado especialista en la red privada subvencionada.

Modelos lingüísticos y altas capacidades
Por otra parte, Comptos ahonda en una característica que se repite en buena parte de los territorios con lengua propia: la distribución desigual de este alumnado en función del modelo lingüístico. Navarra está dividida en zonas lingüísticas (vascófona, mixta y no vascófona), lo que dificulta el análisis, pero Comptos señala que una media del 92% de los centros que imparten el modelo D (en euskera) pueden atender a más alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, frente al 43% de los centros que la imparten solo en castellano. De acuerdo con el análisis de Save the Children, en el caso de Euskadi, “el modelo en castellano suele atraer a más alumnado inmigrante y de bajo nivel socioeconómico que las escuelas en euskera por la dificultad añadida que supone la escolarización en una lengua distinta”. No obstante, se trata de un problema que trasciende las lenguas cooficiales, según Ferrer, que apunta que en la Comunidad de Madrid está sucediendo lo mismo con el inglés: “En las escuelas que no son bilingües, que son en castellano, se está acumulando el alumnado inmigrante y de bajo nivel económico. Si no hay medidas correctoras, es un patrón que se da con mucha claridad. En general, los modelos lingüísticos influyen en la segregación escolar”.

Volviendo al informe de Comptos, más allá de la situación de vulnerabilidad socioeconómica o de la discapacidad que pueda padecer un alumno, Navarra ha mejorado notablemente en la detección del alumnado de altas capacidades. El número de censados se ha duplicado en los últimos cuatro cursos, un incremento que se ha debido, en gran medida, a la elaboración y puesta en marcha de una guía de evaluación y protocolos de detección precoz y de actuación. Sin embargo, el informe señala que en este ámbito existe una identificación muy inferior a la realidad: solo el 1% del alumnado escolarizado cumple estas características, mientras que las estimaciones a nivel mundial apuntan a que el 10% de la población mundial tiene altas capacidades. Es decir, solo se identifica a una décima parte de estas personas. Aun así, la media de detección en la comunidad foral es notablemente más alta que la del resto de comunidades, un 0,88%, frente al 0,57%. Otra cifra llamativa: casi 6 de cada 10 alumnos con altas capacidades están matriculados en centros concertados. También para este estudiantado faltan recursos, pues el informe constata que tan solo una minoría tiene asignada alguna hora de pedagogía terapéutica.

lunes, 14 de noviembre de 2022

_- Marta Fernández: “Shakespeare ha sido el escritor más mentiroso”

_- La periodista y escritora publica un libro en el que recoge historias reales de grandes embaucadores de la historia

La periodista y escritora Marta Fernández, en el Madrid de los Austrias, el viernes 28 de octubre. CLAUDIO ÁLVAREZ

Impostores, embaucadores, troleros… El nuevo libro de la periodista y escritora Marta Fernández (Madrid, 49 años), titulado La mentira (HarperCollins), es una selección de sonados engaños cometidos por aprovechados en la historia reciente de la humanidad. Como el tipo que le vendió la torre Eiffel a un empresario de la chatarra recién llegado a París, el joven que dijo haber encontrado una obra perdida de Shakespeare o la publicación del diario de Hitler que no era tal. A ninguno de los elegidos por Fernández le creció la nariz por mentir, como al pobre Pinocho, aunque casi nunca sus embustes no tuvieron un final feliz.

Pregunta. ¿Por qué le ha atraído contar estas historias de mentirosos?
Respuesta. Se nos ha dicho mucho que vivimos la época de la posverdad y las fake news, cuando la hemos vivido siempre. Adán y Eva con la serpiente o el caballo de Troya eran fake news, así que creo que era el momento de reivindicar a grandes impostores, que los ha habido muy divertidos.

P. ¿Qué criterio ha seguido para escogerlos?
R. Casi todos los elegidos me caían bien, por ser muy pícaros o brillantes o malvados, y quería también que no fueran muy modernos.

P. ¿Cuál es su favorito?
R. Me gustan mucho los impostores literarios, como William Henry Ireland, que falsificó una obra de Shakespeare para ganarse el amor de su padre. Sin embargo, quedó como el mayor fracaso del teatro inglés porque no llegó ni a terminarse la primera representación en Londres [abril de 1796] de lo mala que era, hasta el actor principal se reía.

P. ¿Por qué dice en su libro que la ficción es la mentira más hermosa?
R. Porque es la escapatoria para hacer la mentira respetable, tanto como autores o si somos lectores. Los mitos en los que están creadas las sociedades son grandes mentiras fundacionales, aunque seamos conscientes de que nos están mintiendo.

P. ¿Qué escritor ha sido especialmente mentiroso en sus obras?
R. Precisamente, Shakespeare es el mejor mentiroso. Además, era un plagiador consumado de sus contemporáneos, y la mentira está en el corazón de sus obras, con comedias de engaño, el travestismo…

P. ¿Ha llegado a alguna conclusión de por qué soltamos tantas bolas?
R. Hablando con [el paleontólogo] Juan Luis Arsuaga me dijo que sin la mentira no existiríamos como sociedad. Me interesaba saber por qué nos creemos historias rocambolescas, pero los mentirosos no existirían sin los crédulos. Creemos tantas cosas porque la vida es así más fácil, sería horrible dudar de todo desde que salimos de casa.

P. ¿Cómo debe ser una buena mentira?
R. Las que triunfan son las que parten de una semilla de verdad. Victor Lustig es el santo patrón de los estafadores, vendió la torre Eiffel a un empresario de la chatarra gracias al rumor en el París de los años veinte del pasado siglo de que el monumento se iba a desmontar porque era efímero.

P. ¿Hay muchas no verdades en la prensa?
R. Es la paradoja del periodista. Queremos descubrir dónde está la verdad, pero hay mentiras que llegan a los medios por nuestros propios errores. Por ejemplo, la historia de que la retransmisión de Orson Welles de La guerra de los mundos causó el pánico en todo EE UU no es verdad. Lo inventó la prensa porque quería desprestigiar a un medio nuevo y gratuito, la radio.

P. Hasta el célebre semanario alemán Stern publicó unos supuestos diarios de Hitler que eran falsos.
R. Fue un escándalo que obligó a intervenir al Gobierno alemán. Documentándome para ese capítulo, vi cómo habían sido las reuniones de redacción y te dabas cuenta de que algunos periodistas no intentaban descubrir la verdad. Querían tener la mayor exclusiva del siglo y la verdad no iba a estropeárselo.

P. ¿Y qué mentira gorda le han soltado y se la ha creído?
R. Por estar en paz con mi pasado, a veces prefiero olvidar la verdad y quedarme con la mentira que me contaron.

P. ¿Puede contar alguna mentirijilla suya?
R. Es habitual que cuando te encuentras con un compañero de la facultad que hace mucho que no ves le digas que está estupendo y que a ver si nos vemos para tomar unas cañas.

P. Hay caras de buena persona, ¿hay una fisonomía del embaucador?
R. Lo que es común a ellos es que saben escuchar muy bien. Son seductores porque conocen lo que quieres oír. Hay estudios que dicen que los niños que más mienten tienen de mayores más capacidades sociales.

P. La mayoría de casos que recoge son de EE UU y Reino Unido. ¿Se engaña más en el mundo anglosajón?
R. Había que deshacer eso de que los latinos somos especialmente mentirosos. Además, tengo afinidad por el mundo anglosajón y el acceso a fuentes documentales en bibliotecas públicas de esos países es más fácil.

P. Cita un estudio de la Universidad de Massachusetts según el cual dos extraños se pueden mentir hasta tres veces en 10 minutos. Nosotros llevamos casi 20 charlando…
R. [Risas] Ese estudio indicaba además que se mentía sin ninguna finalidad, aunque no fuera una entrevista de trabajo o una cita para seducir al otro. Basta encontrar a alguien con el que queramos agrandar nuestros logros.

domingo, 13 de noviembre de 2022

_- ¿Puede una novela de 1933 sobre el nazismo advertirnos sobre el auge de los totalitarismos en 2022?

_- ‘Los hermanos Oppermann’, de Lion Feuchtwanger, un libro fundamental sobre el nazismo, se convierte en un fenómeno editorial en Estados Unidos



Quema de libros por los nazis en 1933. Las obras de Lion Feuchtwanger estaban entre las que fueron condenadas a la hoguera.
BETTMANN (BETTMANN ARCHIVE)

Lion Feuchtwanger (Múnich, 1884-Los Ángeles, 1958) fue uno de los muchos alemanes que vieron cómo su mundo se caía a pedazos con el ascenso del nazismo y la llegada de Hitler al poder. En los años treinta ya era un escritor famoso —sobre todo por su novela El judío Süß, una denuncia del antisemitismo—, conocido por su pacifismo. Judío, izquierdista, antimilitarista, escritor inteligente y libre: era la encarnación de aquello que los nazis odiaban a muerte. En 1933 inició un largo y peligroso exilio —se refugió en el sur de Francia y tuvo que huir de nuevo tras la invasión alemana de 1940—. Acabó instalándose en la costa oeste de Estados Unidos, donde siguió trabajando con Bertolt Brecht que, como él (y Thomas Mann), había escogido Los Ángeles para su refugio.

La obra que le situó en el punto de mira de los nacionalsocialistas, que enviaron sus libros a la hoguera, fue Los hermanos Oppermann, la historia de una familia judía alemana, publicada en 1934, que logró una enorme repercusión: fue traducida casi inmediatamente a 10 lenguas y vendió 250.000 ejemplares. El Gobierno ya había comenzado a desplegar sus políticas antisemitas e inaugurado el primer campo de concentración —Dachau—(marzo 1933), y las persecuciones de socialdemócratas y comunistas eran moneda corriente. Pero muchos gobiernos dudaban de que fuese tan malo porque consideraban que el comunismo era una amenaza mayor. De hecho, en 1936 se celebraron unos Juegos Olímpicos en Berlín con una nutrida participación internacional. En 1933, muchos alemanes pensaban que todavía podrían controlar a Hitler. El libro de Feuchtwanger dejaba claro que no: que nadie estaba a salvo de la locura homicida del nuevo régimen.

Leído ahora resulta estremecedora la lucidez con la que describe cómo el nazismo acaba por meterse en todos los rincones de la vida. La conclusión del libro es que nadie que trate de pensar por su cuenta podrá vivir en Alemania. También deja claro que la persecución de los judíos nunca se detendrá: pocas obras intuyen de una forma tan clara el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. En una de las muchas tramas del libro, un estudiante de la familia protagonista lee una disertación en clase en la que defiende que “no hay duda de que la traducción de la Biblia de Lutero y los inventos de Gutenberg fueron mucho más importantes para Alemania y su prestigio en el mundo que la batalla del Teutoburgo” [victoria ante las legiones romanas en el siglo I]. Un profesor simpatizante de los nazis (a los que Feuchtwanger llama “los populares”) le denuncia ante el director del instituto, de origen francés, que defiende a su alumno.

Oppermann no es un “buen alemán”, ni podrá serlo nunca, es uno de los argumentos que utiliza el profesor. No voy a adelantar mucho la trama, pero cuando Hitler llega al poder, el director tiene que elegir entre su puesto de trabajo y la pobreza —en el mejor de los casos— o recibir una paliza y acabar en un campo de concentración —en el peor y más probable— o abandonar a su suerte a un alumno que considera excelente y que cree que tiene razón.

“Lo que había aprendido de la historia es que era asombroso que los amenazados en cada momento pensaran en ponerse a salvo demasiado tarde”, explica el narrador. En el fondo, ese es el tema central del libro: cuándo es demasiado tarde, cuándo los que van a ser perseguidos se dan cuenta de que ya no pueden escapar, cuándo los que creían vivir en una democracia ven como están sometidos a una dictadura y ya no pueden esperar más que terror por parte de un Estado que debería defenderles. Y, aunque nada es comparable al nazismo, ese debate tiene ecos contemporáneos demasiado evidentes: ¿hubiese seguido siendo una democracia Brasil si Bolsonaro llega a lograr un segundo mandato? ¿Lo será Estados Unidos si Trump consigue presentarse y ganar en 2024? ¿Lo son Hungría y Polonia? ¿Sobrevivirá intacta la democracia italiana a Meloni? ¿Se respetarán los derechos de las minorías que mayor protección necesitan?


Lion Feuchtwanger y Bertolt Brecht, en 1935. FRED STEIN ARCHIVE (GETTY IMAGES)

La última edición española de esta novela data de 2015, por Edaf, en una traducción de Carlos Fortea, que había publicado antes Alianza Editorial. Sin embargo, en EE UU acaba de ser reeditada con un prólogo de Joshua Cohen, ganador del premio Pulitzer por su novela Los Netanyahus. El libro ha abierto un debate sobre si lo que Feuchtwanger escribió en 1933 puede aplicarse al presente, sobre si aquel novelista judío exiliado trata de advertirnos desde los años treinta sobre lo que estamos viviendo en la actualidad, donde fuerzas antidemocráticas avanzan con paso decidido por Europa y Estados Unidos, mientras creemos que las democracias son demasiado fuertes para ser derrotadas desde dentro.

Los Oppermann”, escribe Cohen en su prólogo, “también demuestra que una obra destinada a alertar puede tener un eco más allá de la emergencia del momento en el que fue publicada, si está escrita con honestidad, una gran habilidad dramática y un profundo sentimiento hacia los seres humanos”. Lo inquietante es que, cuanto más se avanza en el libro, más cercano resulta todo. Por ejemplo, así describe un mundo, como el de Vladímir Putin o Daniel Ortega, en el que lo verdadero y lo falso dejan de tener importancia: “Las nieblas de la mentira se espesaban cada vez más sobre Alemania, entregada a las mentiras que los populares esparcían día tras día en millones de formas, desde los altavoces hasta el papel impreso. Había fundado un ministerio especial con este fin. Con todos los medios técnicos más modernos, se sugería a los hambrientos que estaban saciados, a los oprimidos que eran libres, a los amenazados por la creciente indignación del mundo entero que el mundo entero los envidiaba por su energía y gloria”.

https://elpais.com/cultura/2022-11-03/puede-una-novela-de-1933-sobre-el-nazismo-advertirnos-sobre-el-auge-de-los-totalitarismos-en-2022.html

sábado, 12 de noviembre de 2022

Qué era el Colegio Invisible y cómo allanó el camino a la ciencia experimental moderna

Un colegio, no para estudiantes, sino para eruditos como Christopher Wren.

A mediados de la década de 1640, un grupo de filósofos naturales comenzaron a reunirse en Inglaterra para promover el conocimiento del mundo natural a través de la observación y la experimentación, eso que ahora llamamos ciencia.

Si estás pensando que aquello de observar y experimentar ya se hacía desde hacía mucho tiempo y en muchos lugares, tienes razón, pero recuerda que hay épocas en las que la superstición y la magia gobiernan la razón, los dogmas religiosos silencian a muchos y las lealtades políticas pueden arruinar las carreras hasta de los más brillantes.

Todo eso era cierto en esos momentos en varios sitios de Europa, y el Reino de Inglaterra además vivía el enfrentamiento feroz de realistas y parlamentarios en la Guerra Civil inglesa (1642-51).

Pero ese mismo siglo XVII fue un momento crucial para la historia del pensamiento; grandes filósofos como Francis Bacon y René Descartes alentaron el escepticismo, cambiando el debate del ¿qué es verdad? del Medioevo a ¿de qué puedo estar seguro?

No era un paso fácil: hay gran consuelo en la idea de tener creencias basadas en la "verdad".

Sin embargo, el cuestionamiento -y el autocuestionamiento- es tan indispensable como la curiosidad para el avance del conocimiento, y a eso se dedicaron 12 hombres del Colegio Invisible, que poco después daría a luz a la que hoy es la más antigua sociedad nacional científica del mundo.

El grupo incluía filósofos naturales (hoy llamados científicos) como Robert Boyle -considerado como el primer químico moderno- y Robert Hooke -el primero en visualizar un microorganismo-, y al arquitecto Christopher Wren, también anatomista, astrónomo, geómetra y matemático-físico.

Su lema era Nullius in verba, que literalmente significa "las palabras de nadie" pero se entiende como "no creas nada de meras palabras" o "no tomes la palabra de nadie".

Expresaba la determinación de sus miembros de resistir el dominio de la sabiduría establecida y verificar todas las afirmaciones apelando a hechos determinados por experimentación.

Pero ¿Qué hacían exactamente?
Su nombre, Colegio Invisible, ya había sido usado antes, pero fue adoptado por ese grupo de intelectuales que se encontraban periódicamente para promover lo que por aquel entonces se llamaba "filosofía experimental" o "nueva filosofía" para investigar los secretos de la naturaleza.

Un edificio fantástico sobre ruedas, con alas, nubes, puentes y más

La idea del Colegio Invisible ya estaba plasmada en esta ilustración emblemática, obra de 1618 de Theophilus Schweighardt.

Era particularmente apropiado por ser una institución sin paredes, sin domicilio fijo ni identidad declarada: los miembros se mantenían unidos como grupo a través de cartas y reuniones en Londres y más tarde en Oxford.

Así que era invisible, pero además sus relaciones eran colegiadas, pues operaban con un sentido de interés mutuo y respeto por el trabajo de los demás.

Tras sus impalpables muros, estaba prohibido hablar de la divinidad y de la política.

Tampoco estaba permitido hablar sin claridad o transparencia.

Y era indispensable compartir,
pues el conocimiento es un bien acumulativo:

Si tú tienes un palo, y alguien más tiene un palo, y cada uno le da el palo que tiene al otro, el resultado es que ambos tienen un palo.

Si tú tienes un conocimiento, y alguien más tiene un conocimiento, y ambos se dan su conocimiento, el resultado es que ambos tienen dos conocimientos.


Mucho de esto puede sonar a sentido común, pero la mejor forma de apreciar cuán importante fue su contribución es quizás la alquimia.

El gran acierto
Durante siglos, la gran precursora de la química tuvo un progreso, digamos, irregular.

Por el contrario, el Colegio Invisible puso la química sobre una base sólida en cuestión de un par de décadas.

Retrato grabado en color del físico y químico británico nacido en Irlanda Robert Boyle (1627 - 1691) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Aunque practicó alquimia, a Boyle se le considera como un padre de la ciencia moderna, racional, empírica y experimental.

¿Qué tenían los colegiados invisibles que a los alquimistas les faltaba?

La voluntad de compartir.
"El problema con la alquimia no era que los alquimistas no hubieran logrado convertir el plomo en oro; nadie podía hacer eso", dice Clay Shirky, de la Universidad de Nueva York.

Desde su perspectiva moderna, el experto en redes sociales afirma que "el problema, más bien, era que los alquimistas habían fallado informativamente".

"Eran oscurantistas. Registraban su trabajo a mano y raramente se lo mostraban a nadie más que sus discípulos".

Efectivamente, como grupo, los alquimistas eran notablemente aislados; por lo general, trabajaban solos, guardaban en secreto sus métodos y sus resultados, las descripciones de los experimentos solían ser incompletas y vagas y rara vez aportaban evidencia.

Boyle mismo describió los escritos de los alquimistas como "libros herméticos que tienen oscuridades tan complicadas que pueden compararse con los acertijos escritos en código.

"Pues después de que un hombre ha superado la dificultad de descifrar las palabras y los términos, encuentra una dificultad nueva y mayor para descubrir el significado de expresiones aparentemente simples".

Su quehacer era algo que se atesoraba.

Eso no permitía que otros replicaran los experimentos e impedía que se acumulara el saber, erradicando errores y confirmando aciertos.

En contraste, en las reuniones del Colegio Invisible, los miembros no solo anunciaban los resultados de sus experimentos sino que explicaban claramente cómo los habían llevado a cabo.

Así, sus pares podían comprobarlos y cumplir con lo que en el siglo XX Karl Popper llamaría "la condición de falsabilidad o refutabilidad", afirmando que el saber no se prueba ni se desaprueba, sino que se convierte en conocimiento cada vez más confiable a través de un proceso que somete las afirmaciones a prueba.

Un siglo transformador
El primer número de la revista Transacciones filosóficas, de la Royal Society, la revista científica de publicación continua más antigua del mundo.

El primer número de la revista Transacciones filosóficas, de la Royal Society, la revista científica de publicación continua más antigua del mundo.

En unos pocos años, varios miembros del Colegio Invisible habían producido avances en química, biología, astronomía y óptica, y habían desarrollado o mejorado una serie de herramientas experimentales seminales, incluidas bombas neumáticas, microscopios y telescopios.

Su insistencia en la claridad del método hizo que su trabajo y su comunidad fueran colaborativos, y los nuevos métodos e ideas se convirtieron rápidamente en insumos para aún más avances.

Su obra se cimentó en la fundación de la Royal Society, o Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural, luego de que, en noviembre de 1660, anunciaran formalmente la formación de un "Colegio para la Promoción del Aprendizaje Experimental Físico-Matemático", que se reuniría semanalmente para discutir sobre ciencia y realizar experimentos.

En la segunda reunión, Sir Robert Moray anunció que el rey les había dado el visto bueno y el 15 de julio de 1662 se firmó una carta real que creó la Royal Society of London.

Se convirtió en una red internacional para la investigación práctica y filosófica del mundo físico que, desde sus inicios, ha tenido más de 8.000 miembros, entre ellos más de 280 premios Nobel, con eminencias que van de Isaac Newton, Albert Einstein y Charles Darwin a Dorothy Hodgkin, Alan Turing y Stephen Hawking, por nombrar unos pocos. Todo gracias a que esos colegiales invisibles resolvieron poner minuciosa, metódica y constantemente en práctica las revolucionarias ideas de un siglo que transformó la ciencia.

viernes, 11 de noviembre de 2022

NAZISMO “¡Mamá quiere ahorcarnos!”: en el final del III Reich se suicidaba más la gente corriente con sus hijos que los militares y los altos cargos nazis

El historiador Florian Huber investiga la masiva epidemia de muertes autoinfligidas en la Alemania de 1945 en ‘Prométeme que te pegarás un tiro’

En general se asocian los suicidios de la Alemania nazi sobre todo con los de los altos cargos del régimen que se quitaron la vida al final del Tercer Reich (Hitler, Himmler, Goebbels y Goering), y los de los mandos militares derrotados o caídos en desgracia, entre ellos los mariscales Model, Rommel y Kluge, y los conspiradores más directos del golpe del 20 de julio —la operación Valkiria—, como Tresckow y Beck. El estereotipo más frecuente en el imaginario popular es el de alguien con uniforme descerrajándose un tiro con la pistola de reglamento, como mostraba recurrentemente la película El hundimiento, con el Führerbunker, el último refugio del líder nazi, devenido en abril de 1945 una orgía de autoliquidación. Y, sin embargo, la verdad es muy distinta. Al pensar en los suicidios en el ensangrentado ocaso de la Alemania nacionalsocialista deberíamos visualizar a un ama de casa ahogando a sus hijos pequeños y ahorcándose a continuación, o a una familia matándose todos juntos, ingiriendo veneno.

Porque los suicidios de civiles se dieron en una cantidad muy superior a los de los militares o los jerarcas del partido. De hecho, constituyeron una verdadera epidemia, un fenómeno de locura colectiva en el que confluyeron el pavor a la venganza de los soldados soviéticos y la desesperanza, entre otros factores, y que alcanzó proporciones pasmosas, de decenas de miles de casos. Lo revela en un libro estremecedor, Prométeme que te pegarás un tiro, la historia de los suicidios en masa al final del Tercer Reich (Ático de los Libros, 2022), el historiador alemán Florian Huber (Núremberg, 55 años) que ha investigado documentación inédita sobre este terrible y bastante ignorado capítulo de la II Guerra Mundial.

Huber, productor de diversos documentales de historia sobre temas contemporáneos ganadores de premios internacionales, arranca su libro con un caso paradigmático, el de la pequeña ciudad de Demmin, en Pomerania Occidental. Allí se produjo una asombrosa oleada de suicidios, más de 700 personas, el 10% de la población, ante el avance de las tropas soviéticas y la toma de la localidad, el 1 de mayo. Se suicidaron personas de todas las edades, profesiones y clases sociales. Y se llevaron a la tumba con ellas a bebés y niños. “Era como si las ganas de morir se hubieran apoderado de todo el mundo”, escribe Huber.

La joven esposa de un teniente de la Wehrmacht puso una cuerda alrededor del cuello de su hijo de tres años y lo estranguló para luego ahorcarse ella misma. Un gerente de seguros médicos de 71 años se colgó también con su esposa y su hija después de matar de igual manera a sus nietos de dos y nueve años. En la casa de la familia de comerciantes Günther murieron 12 personas: envenenadas, cortándose las venas, o de los disparos con un rifle de caza. Una testigo recordó el horrible espectáculo de una procesión de mujeres violadas por los soldados soviéticos (hasta dos millones de alemanas fueron forzadas sexualmente al final de la guerra) dirigiéndose tambaleantes hasta el río Tollense para arrojarse a la corriente y ahogarse. Algunas llevaban a sus niños de la mano y muchas con piedras en bolsillos, bolsos y mochilas, como una multiplicación de virginias woolf pomeranas.

Son solo algunos de los casos que describe en su libro el autor. Al preguntarle cuál es para él la peor imagen, la que le ha afectado más personalmente, responde: “En la lista que encontré en la que el jardinero del cementerio de Demmin anotó los muertos que llegaban esos días críticos, cientos y cientos de nombres de hombres, mujeres y niños, con los datos de la edad y la causa de muerte, una lista de horror escrita a mano, figuraba el caso número 135 de una niña de apenas un año, fallecida el 1 de mayo de 1945, ‘estrangulada por su abuelo’. Me afectó de una manera tan fuerte que no pude ni siquiera mencionarlo en el libro. Y todavía sigue persiguiéndome”.

El funcionario del Ayuntamiento de Leipzig Ernst Kurt Lisso junto a su mujer Renate Stephanie y su hija Regina Lisso tras cometer suicidio los tres con cianuro en abril de 1945.
ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE ARCHIVOS Y REGISTROS DE ESTADOS UNIDOS (NARA)

Tras el tabú de las violaciones masivas de mujeres alemanas por parte especialmente de las tropas soviéticas (tabú a cuyo final contribuyeron libros como Berlin, la caída, de Antony Beevor), quedaba el de los suicidios en masa. “Fueron completamente tabú durante décadas en nuestro país. Primero en la comunista Alemania del Este, porque las historias habrían arrojado una sombra sobre el glorificado Ejército Rojo. Más tarde, porque esa gente no entraba en el esquema oficial de los alemanes bajo el Tercer Reich, dado que no eran ni villanos ni víctimas. Como resultado, han permanecido olvidados hasta que publiqué mi libro”. ¿De cuántas personas estamos hablando? “Mi investigación sugiere claramente que el número debe estar por encima de las decenas de miles, de toda Alemania. Sin embargo, en el caótico final de la guerra, las estadísticas oficiales, la documentación o los informes médicos casi cesaron de existir. Por tanto, es imposible dar una cifra exacta”.

Sorprende que el suicidio se dio más entre los civiles y la gente ordinaria que entre los militares. 
“Uno de los resultados más impactantes de mi estudio es el hecho de que el fenómeno no estuvo en absoluto circunscrito a los nazis duros que realmente tenían mucho que temer. No, eran hombres, mujeres y niños por igual, jóvenes y viejos, trabajadores y empresarios, enfermeras y doctores, un caleidoscopio de la sociedad alemana. Podía golpear a cualquiera. Por lo tanto, cuando hablamos de esas epidemias de suicidios, no se trata en absoluto de un fenómeno nazi exclusivo, sino de un sentimiento generalizado de fatalidad a través de toda la sociedad alemana”.

La psicología de masas del nazismo
Una parte del libro está consagrada a explicar la psicología de masas del nazismo que conducía inexorablemente, de producirse una derrota, al suicidio. ¿Cuáles eran los pasos de ese proceso? “No debemos olvidar que durante el Tercer Reich, los alemanes habían sido mantenidos en un estado permanente de emergencia y excitación durante 12 años. En los años previos de paz, todo fue esperanza y gloria, fe y amor al Führer. En el primer estadio de la guerra, llegó un sentimiento de orgullo, poder, superioridad y odio. En los años finales, todo era dolor, miedo, desesperación e incluso autodesprecio. Este proceso culminó en la devastadora experiencia de la sagrada Alemania al borde de ser aniquilada”.

Huber explica que hubo muchos más suicidios en la Alemania invadida por los soviéticos que en la que entraron los otros Aliados, a pesar de que —él mismo lo destaca— uno de los casos más conocidos de suicidio múltiple es de la alcaldía de Leipzig, ciudad que conquistaron los estadounidenses. “Durante años y años, la propaganda nazi había clavado a martillazos el miedo a los ‘monstruos mongoles’ en el corazón del pueblo. Y cuando el Ejército Rojo finalmente cruzó las fronteras alemanas en el Este, los soldados soviéticos de hecho cometieron incontables atrocidades entre los civiles. Así que no hay duda de que en las partes invadidas por los soviéticos se produjeron muchos más suicidios que en otras partes. De nuevo sin poder dar cifras exactas, calculo que la proporción debe ser al menos de 20 a 1. En cuanto a Leipzig, es cierto que las más impresionantes y por el otro lado extremadamente raras fotos de suicidas alemanes son las tomadas allí. Con las tropas, como explico en el libro, iban dos mujeres fotógrafas de guerra, Lee Miller y Margaret Bourke-White, que tomaron esas inolvidables imágenes de alemanes, incluidas familias enteras que se habían matado ellos mismos justo minutos antes. Es remarcable que las mejores fotos de ese fenómeno de masas hayan sido tomadas por dos mujeres”.

La epidemia de suicidios invita a reflexionar sobre lo fácil que parece matarse. ¿Cómo pudo tanta gente afrontar esa decisión psíquica y sobre todo materialmente? “Cometer suicidio nunca es fácil y quien lo hace debe estar en un estado mental extremo”, acota Florian Huber. “En Alemania en 1945 muchos factores se juntaron para crear dicho estado: miedo a la violencia, miedo de la venganza rusa, sentimiento de culpa y de complicidad, pérdida del sentido de la vida, pérdida del hogar y de los seres queridos, y una cierta atmósfera contagiosa: cuando más y más gente a tu alrededor se matan, tiendes a hacer lo mismo”. Como observó un testigo de aquellos días oscuros, “la muerte ha perdido su majestuosidad, y se ha convertido en algo cotidiano”.

El mayor de la Volkssturm Walter Doenicke yacía en el suelo del Ayuntamiento de Leipzig tras suicidarse.  ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE ARCHIVOS Y REGISTROS DE ESTADOS UNIDOS (NARA)

Respecto a qué medios se emplearon para el suicidio, dice: “La gente usó cualquier manera disponible para darse muerte: ahorcándose, disparándose, acuchillándose, cortándose las venas, envenenándose o ahogándose ellos mismos. Muchos incluso mataron a sus hijos antes”.

Huber admite que su libro se centra deliberadamente en los alemanes ordinarios, no en los militares o el mundo político. “Pero por supuesto hubo muchos oficiales de alto rango que se suicidaron también. Una estadística contaba 53 generales del Ejército de Tierra, 14 de la fuerza aérea y 11 almirantes. Hay que tener en cuenta que esta lista solo incluye los altos mandos”.

IN ENGLISH  The mass suicides by ordinary citizens in the last days of Nazi Germany

En El hundimiento se mostraba con todo detalle el horror de la muerte de la familia Goebbels, con Magda Goebbels, esa Medea del hitlerismo, envenenando a sus hijos. “Algunos nazis se suicidaron cuando supieron que Hitler había muerto, incluso entonces quisieron seguir al Führer a dondequiera que fuera. Pero, aparte de eso, el suicidio de Adolf Hitler no tuvo nada que ver con ese fenómeno de masas. Primero, porque a muchos alemanes había dejado de importarles el líder. Segundo, porque las noticias de la radio sobre su muerte no dijeron que se había suicidado, sino que había caído luchando heroicamente. De modo que Hitler murió con una última gran mentira”.

Al preguntarle por otros episodios similares en la historia al del suicidio masivo de alemanes, el historiador menciona la muerte autoinfligida en el año 73 del millar de habitantes de la fortaleza judía de Masada en la guerra contra los romanos, y la de multitud de civiles japoneses, incluidas familias enteras, durante la batalla de Okinawa, también en 1945. Y hoy, ¿se pueden producir fenómenos semejantes? “No veo en la actualidad ningún conflicto en el que una reacción a esa escala pueda suceder. Las circunstancias en las que Alemania tuvo que ser testigo de su propio hundimiento en 1945 fueron excepcionales y es improbable que se repitan”. 


jueves, 10 de noviembre de 2022

‘Sin novedad en el frente’: formidable versión de la novela antibélica de Remarque sobre la Primera Guerra Mundial

La representante alemana al Oscar a mejor película internacional, producción de Netflix, añade matices políticos a la historia original

“¿Qué harán nuestros padres si un día nos levantamos y les pedimos cuentas? ¿Qué esperan que hagamos cuando llegue una época en la que no haya guerra? Durante años enteros nuestra tarea ha sido matar; este ha sido el primer oficio de nuestras vidas. Nuestro conocimiento de la vida se reduce a la muerte. ¿Qué más puede suceder después de esto? ¿Y qué será de nosotros?”, escribió Erich Maria Remarque en la parte final de Sin novedad en el frente, clásico de la literatura antimilitarista, retrato de la cotidianidad de la Primera Guerra Mundial, del absurdo de la contienda, que vivió de primera mano como combatiente en el bando del káiser alemán Guillermo II.

‘Unicorn Wars’: la nueva joya de la animación para adultos es una guerra sórdida de ositos amorosos contra unicornios La vigencia de este pasaje, y de otros muchos de lenguaje poderoso, sinceridad aplastante y poética del desastre, no admite duda. En un tiempo en el que relativamente cerca de donde el novelista vivió en el filo se sigue luchando pueblo a pueblo, por apenas un palmo de terreno, las reflexiones de Remarque siguen en pie, palabras mayores. Quizá por ello el cine antibélico tiene más sentido que nunca, o puede que el mismo sentido de siempre. Sin novedad en el frente, formidable tercera adaptación de la novela, y primera producida en Alemania, llega a Netflix tras uno de esos estrenos técnicos en los cines, en un puñado de salas y durante tiempo limitado.

Publicada en el año 1929, Sin novedad en el frente tardó muy poco en ser llevada al cine. En 1930, desde Hollywood, Lewis Milestone compuso una poderosa obra de arte, ganadora del Oscar a la mejor película en la tercera edición de los premios. Junto a una espectacular labor de montaje en las secuencias de tralla y metralla, con la cámara atravesando trincheras y sobrevolando las cabezas de los soldados, el director estadounidense mostró con crudeza la vileza de ciertos discursos patrióticos, el cuestionamiento de la institución militar, el incapacitante dolor de la posguerra y las motivaciones y ambiciones ocultas en los altos mandos y en los gobiernos.

La segunda adaptación del libro la realizó para la televisión Delbert Mann, uno de los integrantes de la llamada, precisamente, generación de la televisión (la de Lumet, Pakula, Pollack y Frankenheimer, entre otros), aunque no durante la incipiente de los años cincuenta, antes de que empezaran a dar el salto hacia el cine, sino ya a finales de los setenta, en 1979. Con menos medios, pero con su innato sentido de la narración, Mann logró el Globo de Oro al mejor telefilme y siete candidaturas a los Emmy (el filme se puede ver en Amazon y en Filmin; la versión de Milestone no está en plataformas).

Daniel Brühl, en primer plano, en la adaptación alemana de 'Sin novedad en el frente'. NETFLIX

Adaptación libre
Un sentido del relato que también recupera el desconocido para casi todos Edward Berger, fogueado en la televisión alemana y con dirección de capítulos de series estadounidenses, que con apenas tres largometrajes anteriores al presente (solo uno, Jack, estrenado en España, y notable), de corte más intimista, sorprende con una película de admirable sentido de la ética y de la estética. Una adaptación muy libre, y no solo porque cambie no pocas cosas de la historia de Remarque, manteniendo su sentido antibélico, sino sobre todo porque a partir de su núcleo central añade relevantes matices políticos con una subtrama alrededor de las conversaciones de paz, rendición y armisticio entre Alemania y Francia. Unas secuencias comandadas, tras la caída del káiser, por Mathias Erzberger (interpretado por Daniel Brühl), político y economista antimilitarista, apodado como El Opuesto durante la contienda, que con desgracia consecuente con sus ideas y su trabajo, acabó siendo asesinado por dos militares nacionalistas pocos años después.

Berger abre su obra, seleccionada por su país para aspirar el Oscar a mejor película internacional, con una impresionante secuencia que lo resume todo: el absurdo de la guerra, el dolor físico, el miedo mental, la parálisis y la furia; todo fusionado, espectacular en las formas y sin música, solo con el silencio y el ruido de la muerte. A partir de ahí, ya punteada por una exquisita banda sonora en la que sobresale su eficaz tema principal, apenas tres notas sostenidas y repetidas hasta el impacto, con vientos y cierto matiz electrónico, la película no deja de mostrar el desamparo físico y el ocaso personal. La inutilidad de la guerra de trincheras, luchar por unos metros de terreno, morir por nada, tan característica de la primera contienda mundial, y expresada en otros portentosos títulos, como Senderos de gloria y Gallipoli, se muestra aquí con una crudeza salvaje. A los soldados, si no los mata la guerra, los mata también el hambre. La desolación, el desangrado de los cuerpos y la incomprensión de los soldados, muchos de ellos nada más que críos indefensos.

Una imagen de 'Sin novedad en el frente'.
NETFLIX

Elegante, expresiva, y nunca gratuita en la violenta belleza de sus planos, no exenta de un realismo atroz de barro y hachazos, Sin novedad en el frente, en versión alemana, es un sorprendente triunfo. “Solo un hospital muestra lo que verdaderamente es la guerra”, escribió Remarque. Berger, director revelación, ni siquiera tiene que hacer hincapié en las calamidades clínicas. Le basta con la aspereza de la última mirada, un instante antes del óbito. El del enemigo o el propio. Comprobar que el oponente no es más que otro hombre como tú. Terror, desconcierto. El oficio de matar, y la búsqueda de la piedad.

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE
Dirección: Edward Berger.

Intérpretes: Felix Kammerer, Albrecht Schuch, Sebastian Hülk, Daniel Brühl.

Género: bélico. Alemania, 2022.

Duración: 147 minutos.

Plataforma: Netflix.

Estreno: 28 de octubre.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

_- EMOCIONES. Si le sonríes a la vida, la vida te devolverá la sonrisa (pero poco)

_- Un trabajo internacional pone a prueba la hipótesis de que sonreír, aunque sea de una manera forzada, mejora el bienestar emocional de quien lo hace

“Algunas veces la alegría es la fuente de tu sonrisa y otras veces la sonrisa es la fuente de tu alegría”, decía el monje budista Thích Nhất Hạnh. “Sonríele a la vida y la vida te devolverá esa sonrisa”, se lee en algunos carteles de Mr Wonderful, la empresa del positivismo ñoño por antonomasia. “Uno no puede evitar que la gente tenga razón por motivos equivocados”, se defendía Arthur Koestler cuando lo criticaban por coincidir con los nazis en sus críticas a Stalin.

La psicología positiva, adaptando enseñanzas filosóficas ancestrales en libros de autoayuda o convirtiendo en merchandising todo tipo de frases motivacionales, es parte de un negocio enorme. La idea de que levantarse por la mañana con la voluntad de comerse el mundo hará que te lo meriendes por la tarde tiene mucho predicamento y uno de los fundamentos de esa filosofía de vida es el poder de la sonrisa. Si sonríes, incluso contra tu voluntad, la vida y tus congéneres serán más amables contigo.

En la psicología académica, la que intenta separar realidad de ilusión y que busca tener razón por los motivos adecuados, la posibilidad de que activar algunos músculos de la cara pueda producir una reacción emocional se estudia con la mayor seriedad desde hace décadas. La llamada hipótesis de retroalimentación facial ya fue propuesta por Charles Darwin en 1872 cuando decía que la expresión exterior de una emoción “la intensifica” o que “incluso la simulación de una emoción hace que esa emoción se despierte en nuestra mente”. William James, uno de los padres de la psicología, planteó en la misma época que, frente a la creencia popular de que experimentar una emoción lleva a producir una expresión física como la sonrisa o el llanto, en realidad sucedía más bien lo contrario. Nos sentimos tristes porque lloramos y no lloramos porque estamos tristes. James, que tenía una fe fanática en la voluntad, creía que si uno se negaba a expresar un sentimiento, ese sentimiento moría.

Ahora, un grupo internacional de investigadores, superando una controversia de décadas, ha mostrado que, aunque no necesariamente por los motivos correctos, los monjes budistas y los carteles de Mr Wonderful tienen algo de razón. Sonreír de forma mecánica mejora el estado de ánimo, aunque solo un poco.

En un trabajo publicado en la revista Nature Human Behaviour se explica cómo se puso a prueba la posibilidad de que la sonrisa tenga un efecto sobre nuestro ánimo con distintas pruebas. Por un lado, se hicieron experimentos en los que los participantes eran conscientes de que estaban sonriendo, acercando la comisura de los labios hacia sus orejas o mirando fotografías de personas sonrientes e imitándolas. Pero también se intentó averiguar si un movimiento muscular inconsciente propio de una sonrisa tiene efectos emocionales. Esto se logra con un experimento clásico que a través de los años ha obtenido resultados controvertidos. Los voluntarios fuerzan la sonrisa sin ellos saberlo mordiendo un lápiz o ponen una cara triste tratando de sujetarlo con los labios, un gesto que los obliga a fruncir el ceño.

Después de analizar los datos de 3.878 participantes en 19 países, los autores, liderados por Nicholas Coles, de la Universidad Stanford (EE UU), observaron que tanto los que imitaban las sonrisas de las fotos como los que las forzaban por su cuenta notaban cierto incremento de su felicidad. Sin embargo, los que sonreían con ayuda del lápiz no experimentaron esa emoción. “Este estudio muestra que para tener ese efecto de ponernos alegres porque generamos la sonrisa es necesario que seamos conscientes de estar sonriendo”, explica José Antonio Hinojosa, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del trabajo.

“Lo que vimos es que sonreír mejora ligeramente el ánimo, aumenta el nivel de felicidad, pero es un efecto parecido al que tendría ver imágenes de perritos o de bebés”, apunta Pedro Montoro, investigador de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en Madrid, que también firma el estudio. “La escala que utilizamos es de uno a siete y los valores se encuentran un poco por encima del tres. Es una subida estadísticamente significativa, pero a la mayoría de los autores les parece que esto no sería útil como terapia”, continúa.

Los autores confirman que la hipótesis de la retroalimentación facial tiene sentido y se inclinan por pensar que existe una relación bidireccional, cuando uno está contento, sonríe, pero también “es interesante ver que hay un efecto de retroalimentación de lo muscular a la sensación subjetiva”, indica Montoro. Nicholas Coles también apunta a que, al menos en parte, “la experiencia consciente de la emoción se debe basar en las sensaciones corporales”. Hasta cierto punto, nos sentimos tristes porque lloramos y felices porque sonreímos. Coles considera que este tipo de estudios son fundamentales para conocer en profundidad la naturaleza de algo tan esencial para la humanidad como las emociones, pero que ese conocimiento es aún incipiente. Mientras se sigue avanzando, será necesario seguir gestionando las emociones, esperando hacerlo de la forma correcta, aunque no acertemos por los motivos adecuados.

martes, 8 de noviembre de 2022

EDUCACIÓN Los niños que leen en casa con sus padres llevan medio curso de ventaja respecto a los que no lo hacen

La diferente comprensión lectora forjada en el entorno familiar sobre los ocho o nueve años va abriendo una brecha que estalla en secundaria, advierten los expertos

Los niños de cuarto de primaria, de ocho y nueve años, cuyos padres leen con ellos en casa llevan medio curso de ventaja en comprensión lectora respecto a los que no lo hacen. El acompañamiento familiar abre una brecha entre el alumnado en materia de comprensión lectora similar (de hecho, un poco superior) al que generan las diferencias en el nivel socioeconómico de los progenitores, aunque ambos factores están frecuentemente relacionados. De las intervenciones que pueden realizarse en el hogar, la implicación de los padres en la lectura es una de las que tiene efectos más positivos. Se sitúa por detrás, en eficacia, de otra más sutil, las expectativas académicas que los progenitores tienen en sus hijos. Pero muy por delante, por ejemplo, de la supervisión de los deberes de los hijos, una actuación que parece dar pocos frutos, y que no hay que confundir con otra, que según las evidencias disponibles sí es más útil, que consiste en “establecer reglas y rutinas sobre dónde, cuándo y cómo han de realizar los deberes”, todo ello según la recopilación de datos, procedentes entre otras fuentes de las evaluaciones internacionales de Pisa y Pirls, realizada recientemente por la Fundación Bofill.

La entidad, con sede en Barcelona y dedicada al estudio de las políticas educativas desde la perspectiva de la equidad, acaba de lanzar un programa para incrementar el acompañamiento lector en casa, con la advertencia de que se trata de un problema grave. Entre el 20% y el 23,2% de los alumnos españoles tienen bajos niveles de comprensión lectora en cuarto de primaria y cuarto de secundaria respectivamente, lo cual suele ser un predictor de fracaso escolar. Las investigaciones apuntan a que los niños de entornos desfavorecidos que consiguen un alto rendimiento escolar son buenos lectores, con competencias lectoras por encima de la media, lo que según la fundación indica que estas pueden “resultar cruciales para superar el riesgo de exclusión social y generar un alumnado resiliente”. Su campaña Las familias, aliadas de la lectura se dirige a ofrecer a centros educativos, bibliotecas y entidades sociales metodología y recursos prácticos para que puedan llevar a cabo sus propias “acciones de capacitación” de las familias en acompañamiento lector.

Juan Mata, pedagogo y profesor durante 40 años de la Universidad de Granada, ha estudiado a fondo el fenómeno: “A veces parece que la lectura corresponda solo a un ámbito especial, la escuela, pero no es así. La escuela tiene un papel importante, pero el ámbito primario es la familia. El niño o la niña se van impregnando a medida que crecen de lo que encuentran a su alrededor. Y gran parte de lo que la familia ya tiene adquirido, sea en la lectura, en relaciones sociales, en hacer deporte o en bailar, condiciona lo que serán sus gustos y sus inclinaciones”.

Ese proceso, en el caso de la lectura, empieza antes de que el niño ponga un pie en la escuela, y continúa después, señala Mata. Está hecho de lecturas en voz alta antes de irse a dormir, de conversaciones familiares en torno a libros, de visitas con sus padres a las librerías, de la presencia de libros, periódicos o revistas en su casa, de regalos que consisten en cuentos, cómics o novelas. “Ese ecosistema del libro es decisivo, y lamentablemente, lo digo con dolor, con ello empieza una curva que va separando a los niños que entran con naturalidad en el mundo de la lectura y los que no”. La comprensión lectora tiene repercusiones en casi todas las asignaturas, indica Mata, de la Fundación Bofill: “Si no somos capaces de entender el enunciado de un problema matemático, difícilmente lo podremos resolver”.

Se produce, además, una paradoja sobre la que advierte Juan Mata. Y es que la escuela, la mejor arma de la que disponen los alumnos de hogares desfavorecidos para compensar su desventaja inicial, tiende a agrandar, “sin darse cuenta”, esa desigualdad de origen. “Los libros de texto están pensados para niños que sepan leer con fluidez. Los conceptos están pensados para niños con un vocabulario determinado, en cuya formación influye mucho su ámbito familiar o social, determinado. Y así, lentamente, casi desde el principio, empieza una separación entre los niños que comienza con el diferente dominio de la lectura y estalla años después en secundaria”.

Quim, leyendo con su padre, Luis Rivera, en su casa de Valencia.
Quim está a punto de cumplir seis años y todas las noches antes de dormirse, su padre, Luis Rivera, lee con él en su casa de Valencia. Cuando era un bebé, Luis y su pareja, Helga, le leían páginas de sus propios libros en voz alta mientras él se iba quedando dormido en la cama entre los dos. Después le leyeron cuentos clásicos, como Hansel y Gretel. Y ahora suelen ir a la biblioteca a elegirlos juntos, y la lectura en voz alta ha empezado a ser compartida. “Es un momento de mucha complicidad. A veces estamos partiéndonos de risa un rato, porque algunos libros tienen puntos de humor tanto para niños como para adultos”, comenta Luis. Quim dice que le gusta mucho leer con su padre, y sus cuentos favoritos son últimamente “La colla dels 11, Perro apestoso y [Así es] mi corazón”.

Carmen Cañabate, maestra durante décadas en colegios públicos de Almería, buena parte de su carrera en centros de alta complejidad, ha observado las desigualdades que afrontan unos y otros niños en el terreno de la comprensión lectora. “Los niños que crecen en familias que tienen un ambiente cultural rico, que no suele limitarse a los libros, tienen unas experiencias que se notan muchísimo”. Cañabate reivindica el papel de los centros educativos, las bibliotecas escolares y las municipales como elementos que pueden ayudar a paliar dichas diferencias.

La ausencia de acompañamiento lector familiar suele tener una raíz social. Hay progenitores, señala Juan Mata, que no pueden hacerlo, por ejemplo, porque sus jornadas laborales no se lo permiten. Otras, afirma Silvia Blanch, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, “tienen una autoestima baja en cuanto a su capacidad lectora, y no se ven capaz de acompañarlos, y otras piensan que no es asunto suyo, sino de la escuela”. Blanch es coautora de la guía del programa Las familias, aliadas de la lectura de la Fundació Bofill. Aunque las indicaciones que contienen resultan útiles en general, la también investigadora explica que han sido diseñadas pensado especialmente en aquellas familias que habitualmente no leen con los niños. Blanch tuvo la experiencia, con un programa anterior, de otro efecto paradójico: “Cuando en el aula había diversidad de familias a nivel sociocultural y económico, las que se enganchaban eran muchas veces las que ya acompañaban a sus hijos. De modo que el punto de partida de estos niños ya era más elevado, y como además hacían el programa, al final había todavía más distancia entre ellos y los que no lo hacían”. Además de proponer títulos para leer conjuntamente y técnicas para potenciar la comprensión de lo leído, la iniciativa de la Fundació Bofill propone a los progenitores estrategias sencillas, que según Blanch también sirven para impulsar sus competencias, como hacer juegos de palabras mientras se va por la calle o en el metro.

Juan Mata cree que el problema de la comprensión lectora y de la desigualdad entre las posibilidades de los niños de recibir el acompañamiento es tan importante, que debería convertirse en una prioridad que trascendiera a la escuela e implicara al conjunto de la sociedad. Y el nuevo programa de la Fundació Bofill va en paralelo a otro, que lleva una década en marcha, en la que son voluntarios (hasta 1.800) que hacen acompañamiento lector, en catalán y en castellano, a niños que no lo reciben en sus casas, en las bibliotecas públicas y en los centros educativos. Uno de estos voluntarios es Mario Armengou, de 76 años, que empezó a participar en el proyecto hace una década, después de jubilarse tras 40 años trabajando en climatización industrial. “Yo no tengo nietos, y hago por estos niños lo que haría si los tuviera, ayudarlos. Da mucha alegría ver cómo se les abren los ojos conforme mejoran”. Alejandra, que es de origen chileno y vive en Barcelona, apuntó a su hija al programa porque no podía ayudarla a leer en catalán y en realidad tampoco en castellano por la atención que requiere su otro hijo, que tiene un trastorno del espectro autista. La niña, que estudia primaria, empezó el curso pasado con el programa, que le ha servido, cuenta, para sentirse más segura en clase: “Me ha ayudado para escribir y también para leer. Antes de apuntarme me costaba mucho leer, y ahora leo más fluidamente, de verdad”, explica la niña.
https://elpais.com/educacion/2022-10-28/los-ninos-que-leen-en-casa-con-sus-padres-llevan-medio-curso-de-ventaja-respecto-a-los-que-no-lo-hacen.html

lunes, 7 de noviembre de 2022

_- Miguel Hernández, tras las huellas del pastor poeta en Orihuela. Su casa, su colegio, el lugar donde se reunía con amigos y la cárcel donde estuvo preso. La vida y obra del escritor alicantino se sienten en cada rincón de esta localidad junto a la Vega Baja del Segura que impregnó de campo sus versos


_ - Por la tarde el sol enciende en ocre y azul las fachadas de la calle de Arriba, en Orihuela (Alicante). A la sombra de los aleros hay sillas donde charlan los vecinos y dos críos juegan con un mirlo que no puede volar; lo manosean y lo lanzan hacia lo alto, y el pobre pájaro dice en la lengua de los mirlos: “Socorro”. Cruzando un arco, en la plaza que aparece señalada en los mapas turísticos como Rincón Hernandiano, se encuentra la casa museo de Miguel Hernández, donde vivió el poeta campesino desde los cuatro años hasta que, en 1934, se fue a Madrid por segunda vez. 

Es una sencilla construcción de una planta que se restauró en 1985 recreando la vida de la familia: el salón comedor con su alacena donde hay siempre limones y cebollas, la habitación de sus padres y la de sus hermanas Elvira y Encarna, y el dormitorio que compartía con su hermano Vicente presidido por una cama que perteneció al poeta y varios originales de los dibujos con los que ilustró algunos de sus versos. Desde la cocina se accede al patio con el cobertizo para las cabras que pastoreó el adolescente Miguel cuando empezó a ir mal la economía familiar y al huerto donde abre sus brazos la higuera que perfumó sus versos: “Mi carne, contra el tronco, se apodera / en la siesta del día / de la vida, del peso de la higuera”.

En el Centro de Visitantes se exponen primeras ediciones y manuscritos, fotografías con compañeros del colegio y de la palabra como Alberti, Lorca, Carmen Conde, Salinas, María Zambrano, Aleixandre o los Panero, y también se puede oír su voz temblorosa, desgranando la Canción del esposo soldado en la única grabación que se conserva de las que le hizo Alejo Carpentier en su estudio de París.


Habitación del poeta Miguel Hernández en Orihuela, ahora convertida en la casa museo del poeta.
UNIVERSAL HISTORY ARCHIVE (UNIVERSAL IMAGES GROUP VIA GETTY)

Desde el patio de la casa de Miguel Hernández se veía el campanario cuadrado del Colegio Diocesano de Santo Domingo, donde estudió algunos años becado por los jesuitas y se hizo inseparable del escritor Ramón Sijé. En este edificio colosal, que incorpora elementos góticos, renacentistas y barrocos, al que llaman “El Escorial de Levante”, se fundó una de las universidades españolas más antiguas y fue, además, la primera Biblioteca Pública Nacional en el siglo XIX. En su interior alberga una importante pinacoteca y joyas arquitectónicas como sus dos claustros y la suntuosa nave de su iglesia barroca.

Muy cerca de allí una placa señala la casa del canónigo Luis Almarcha, fundador del diario El Pueblo de Orihuela, que le prestó una máquina de escribir, alentó su formación con su magnífica biblioteca y publicó algunos poemas del joven Miguel. Esta es una ciudad de tradición eclesiástica; tiene decenas de iglesias y conventos apuntalando el cielo con sus campanarios. Azorín la describía así en una de sus crónicas: “Hay una diminuta catedral, una microscópica obispalía, vetustos caserones con la portalada redonda y zaguanes sombríos, conventos de monjas, conventos de frailes. A la entrada de la ciudad, lindando con la huerta, los jesuitas anidan en un palacio plateresco; arriba, en lo alto del monte, dominando el poblado, el seminario muestra su inmensa mole”. En los sótanos del seminario de San Miguel, que fueron cárceles franquistas, estuvo preso el poeta en 1939. Junto a él se recortan los restos del castillo medieval de Orihuela, cuyos vestigios muestra el Museo de la Muralla de la ciudad.



Interior del convento de Santo Domingo, en Orihuela, Alicante. BRUCE YUANYUE BI (GETTY IMAGES)


En la calle de Miguel Hernández, una sencilla placa indica el portal que ocupaba la tahona de Carlos Fenoll, el panadero poeta. Aquí se reunía el Grupo de Orihuela: Ramón Sijé, Jesús Poveda, Antonio Gilabert, Manuel Molina, Miguel Hernández o el propio Fenoll, que en 1931 le animaron a marcharse a Madrid en busca de gloria. Bajando por la calle de Santa Lucía está la plaza de Ramón Sijé, donde en abril de 1936 el poeta leería un emotivo manifiesto en memoria del amigo muerto. En el palacio del Portillo, que entonces era el Círculo Católico y hoy un banco, recitó sus primeros versos. Frente al palacio se levanta la catedral del Salvador y Santa María, con dos puertas góticas y una renacentista, hermosas rejerías y un órgano barroco. Detrás destaca la austera fachada barroca del palacio episcopal con el Museo Diocesano de Arte Sacro, que exhibe La tentación de Santo Tomás de Aquino, de Velázquez. Justo al lado vivía Sijé, ya cerca del río Segura, y cruzando el Puente Viejo se llega enseguida a la plaza Nueva, en cuyos bancos charlaba el poeta con Josefina Manresa cuando eran novios. En el ateneo del Casino Orcelitano, un precioso edificio modernista decorado con vidrieras y azulejos, recitó Miguel Hernández en 1933 la Elegía media del toro.

Este año se conmemora el 80º aniversario de la muerte del poeta, que nació en el otoño de 1910. En 1976 se rindió en Orihuela un Homenaje de los Pueblos de España a Miguel Hernández, al que se sumaron poetas y cantantes, y artistas como Castejón, Genovés o Ibarrola pintaron murales para reivindicar su figura en las fachadas del barrio de San Isidro. En 2012 se recuperó la iniciativa restaurando y añadiendo más de 200 murales de artistas y colectivos, que han convertido el barrio en una colorida galería llena de versos. Cada año hay una convocatoria para valorar nuevas propuestas y una feria donde artistas y artesanos ofrecen sus creaciones.


Mural en homenaje a Miguel Hernández en una calle del barrio de San Isidro, en la localidad alicantina de Orihuela. ALAMY STOCK PHOTO
Al abrigo de la sierra, el Palmeral de Orihuela es el segundo más grande de Europa; tiene forma de media luna surcada por una acequia y conserva los bancales y cauces del primitivo sistema de regadío islámico que alimentaba desde el suelo tres capas de cultivo: hortalizas, frutales y palmeras. A sus pies se dilata la Vega Baja del Segura que impregnó de campo los versos de Miguel Hernández: “Aquí la vida es pormenor: hormiga, / muerte, cariño, pena, / piedra, horizonte, río, luz, espiga, / vidrio, surco y arena”.

Los amantes de la bici tienen multitud de recorridos que parten de Orihuela y se adentran en el paisaje hernandiano: por el casco histórico y los sotos del río, por el embalse de la Pedrera hasta las playas, por el Camino del Cid hasta Elche, o la gran ruta del Corredor Verde del Segura, que viene desde Guardamar y llega hasta Murcia. Para los andariegos, la Senda del Poeta es una ruta hasta Alicante en tres etapas que pasa por Redován, donde nació su padre, y por Cox, donde vivió un tiempo tras casarse con Josefina en 1937. En su boda vestía el uniforme del ejército popular y el reloj de oro que le regaló Vicente Aleixandre, a quien años atrás había escrito para que le enviara un ejemplar de La destrucción o el amor. Y aunque entonces empezaba a ser un poeta reconocido, firmó la carta como “Miguel Hernández, pastor de Orihuela”.

Ana Esteban es autora del libro de relatos ‘Peces de charco’ (editorial Baile del Sol).

domingo, 6 de noviembre de 2022

_- El instituto donde las ciencias se aprenden bailando. El Oriol Martorell de Barcelona es uno de los 11 centros de España donde los alumnos combinan los estudios convencionales con los artísticos

_- Al cruzar la puerta del instituto escuela Oriol Martorell de Barcelona, enseguida se percibe que no se está en un centro cualquiera. El barullo habitual lo sustituye el sonido del piano; algunos alumnos no cargan a sus espaldas una mochila escolar, sino la funda de un violoncelo, y otros cambian el outfit típico de la edad por un maillot y unas mallas. No es un centro habitual, porque de hecho es el único en toda Cataluña —y uno de los 11 similares que hay en toda España— que integra los estudios de primaria y secundaria convencionales con los estudios profesionales de música y danza; en resumen, ir al instituto y al conservatorio a la vez.

La clase de 2º de ESO (13 años) trabaja estos días un proyecto STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) centrado en la acústica y la construcción de un ecosistema sonoro. Mientras un grupo toma medidas de la clase para construir unos plafones que eviten la reverberación, otro grupo se concentra en el auditorio para poner en práctica lo aprendido mediante la expresión corporal, con la danza. Según el sonido que emite el saxo que carga Bernat, y represente un sonido limpio o uno que rebota, el resto de alumnos, colocados en círculo a su alrededor, mueven su cuerpo al unísono.

El Oriol Martorell cuenta con 610 alumnos de primaria y secundaria —no hay educación infantil— y 148 profesores, la mayoría especialistas y de instrumento. Aquí llegan alumnos de toda Cataluña, pero para acceder al centro, de titularidad pública, no son válidos los requisitos del resto de institutos, sino hay que pasar una prueba de acceso. “En primaria se les valora habilidades como la flexibilidad, el ritmo, la entonación, la creatividad…”, explica la directora, Montse Guri. Si se accede a secundaria, las pruebas son como las de acceso a un conservatorio. Los alumnos pagan un precio público que oscila entre los 420 euros en danza y 630 euros en música anuales.

20-10-2022. Barcelona. Instituto Oriol Martorell que integra estudios normales de musica y danza. CRISTÓBAL CASTRO

En 1º y 2º de primaria (seis y siete años) prueban las diferentes disciplinas, y en 3º ya deben elegir entre la rama de música y la de danza. Aquí los preparan para ser músicos o bailarines y algunos de ellos ya han empezado a hacer pinitos en musicales como Billy Elliot o en películas. Tienen orquesta de cuerda y otra de viento, una big band —tanto en primaria como en secundaria—, además de un coro, un octeto de chelos, un grupo de guitarras y de otro de piano. En la otra especialidad, tienen un grupo de danza clásica y otra de contemporánea.

Pero ello sin olvidar la educación convencional con clases de lenguas, Historia o Filosofía. Si en los centros habituales elaborar los horarios es complejo, aquí es un auténtico galimatías, teniendo en cuenta que hay que encajar las clases individuales de instrumento. Además, los alumnos cursan más horas lectivas: si en primaria lo habitual son 25 horas semanales, aquí llegan a 31 en música y 36 en danza; en secundaria oscilan entre un máximo de 36 en música y 44 en danza —las horas varían según el curso—, cuando los centros ordinarios imparten 30. El aumento no es muy notable porque se intenta sacar el máximo provecho del horario de base: “Aprovechamos las optativas de ESO y Bachillerato para encajar las materias artísticas y también la educación física la convertimos en trabajo físico y danza”, detalla la directora.

Este modelo de instituto es lo que oficialmente se conoce como centro integrado de enseñanzas artísticas profesionales y de enseñanzas de régimen especial. Este tipo de centros están regulados por la Ley de Educación de 2006, la LOE, pero existen desde mucho antes: el Oriol Martorell está a punto de cumplir 25 años. Actualmente, según datos del Ministerio de Educación, hay 11 centros integrados en España —seis públicos y cinco privados—, repartidos en Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana y Madrid.

Para los alumnos interesados en estudios profesionales de música o danza, este tipo de centro es una ventaja, primero porque ganan tiempo. Bernat, con su saxo, explica que antes de entrar en este instituto estudiaba en un centro convencional por las mañanas y en el conservatorio por las tardes. “Acababa muy tarde y apenas tenía tiempo para nada más, solo vivía para estudiar. Ahora acabo a las 5 y me quedan horas para mí”.

También lo es a nivel social y emocional, en una edad complicada. “En mi antiguo cole no entendían que un chico le gustara la danza clásica, lo veían extraño, aquí me siento más comprendido”, tercia Ot, de 2º de ESO, que ha llegado a participar en musicales como Billy Elliot. En este punto coincide su compañera de disciplina Helena, que ha entrado este curso en el Oriol Martorell. “Hasta ahora, seguir una carrera artística lo veía difícil porque los profesores y orientadores de mi antiguo instituto me decían que me quitara la idea de la cabeza, que no iba a lograr nada, que no valía la pena y que eligiera otro tipo de profesión. Hace poco más de un mes que estoy aquí, pero estoy enamorada del centro, me han acogido, estoy con compañeros con los mismos intereses, nos entendemos, y los estudios están enfocados en aquello que quieres hacer. Aquí la música o la danza no son una extraescolar, estamos entrenando duro, como deportistas de élite”.

Cuando finalizan el 2º de Bachillerato, además del título habitual de este nivel, los alumnos salen con el Grado profesional en música o danza. Algunos continúan el camino y optan por estudios superiores de estas disciplinas artísticas, pero otros encaminan su futuro hacia otras profesiones. Es el caso de María, en 2º de Bachillerato, que desea estudiar Medicina. “Entré aquí hace cinco años, me gustaba cantar y bailar, hasta que probé el piano y me gustó. Pero no me quiero dedicar a ello, es demasiada presión hacer exámenes y conciertos, yo solo quiero tocar por placer”, asegura haciendo una pausa en una pieza de Mendelssohn. Y explica sobre su decisión de estudiar Medicina. “Me gustan las ciencias y pensar que puedo curar a las personas. Pero no dejaré el piano o la danza. De hecho, me veo haciendo musicoterapia”, puntualiza.

Los alumnos hacen una doble escolaridad —convencional y la artística—, lo cual les permite desarrollar habilidad

Alumnos de 2º de ESO del instituto escuela Oriol Martorell de Barcelona.
CRISTÓBAL CASTRO

des como el esfuerzo, la concentración, el hábito de escuchar, la autonomía (se quedan a estudiar solos antes o después de clase) y una multitud de inteligencias (la motora, la interpersonal…), la capacidad de trabajar en grupo o el compromiso de dar lo mejor de ellos para que el conjunto funcione. “Cuando acabo un concierto y me ha salido bien, veo que ha valido la pena estudiar y que el esfuerzo tiene una recompensa”, declara David, de 2º de ESO. “El arte te aporta una manera de ver el mundo y la sociedad. Te cambia la mentalidad, te da una mente más abierta y te ayuda a despertar la curiosidad y encontrar el significado profundo de las cosas. La música nos influye y nos une a nuestras emociones”, añade María.

Xesca Casagran, jefa de estudios de danza, repasa una lista de valores añadidos que ofrece este arte a sus alumnos. “La danza te hace madurar porque tienes que superar pruebas para ir subiendo peldaños. Es una disciplina que requiere esfuerzo, pero también saber gestionar la presión y la frustración. No como ahora, que las recompensas son inmediatas. Además, aprenden la aceptación del propio cuerpo, porque cada uno tiene el que tiene”.

Con todo, la directora reclama a las administraciones que se valore este tipo de estudios y se integren de forma transversal en los currículos. “Las enseñanzas artísticas no deberían ser una extraescolar, deberían ser una materia estructural. Con ellas desarrollas unas habilidades que, si no las practicas, no las tienes. Y te hace más culto. Es otro modelo de ciudadano”.

Sin duchas y sin insonorizar
No obstante, entre tanta singularidad, el instituto escuela Oriol Martorell funciona en unas condiciones que no son óptimas. “Nos trajeron a este edificio, que es muy antiguo y nos dijeron que nos lo arreglarían, pero no ha sido así. El edificio no es adecuado para los estudios que impartimos”, lamenta la directora. Y enumera la lista de agravios: falta insonorizar las aulas; espacios específicos para las orquestas (ahora ensayan en el comedor); más aulas para las clases de instrumento, que son individuales (ahora hasta ocupan el despacho de la directora); más vestuarios; más duchas (solo hay dos); arreglar las canalizaciones (cuando corre el agua del lavabo se siente en el auditorio, donde se celebran conciertos)… Pero, especialmente, también piden un decreto propio que regule su especificidad y que les pueda aportar un currículo propio, un organigrama e igualar en las mismas condiciones los diferentes cuerpos de profesorado que tienen.

sábado, 5 de noviembre de 2022

MEMORIA HISTÓRICA. El Gobierno reclama a la Hermandad de La Macarena que exhume a Queipo de Llano “a la mayor brevedad”

El hermano mayor asegura que la entidad “trabaja en la ejecución de lo que la ley establece” y que ya “ha realizado acciones” para sacar al general golpista de la basílica sevillana.

El Gobierno de España, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, ha dirigido una carta a la Hermandad de la Macarena de Sevilla en la que le insta a que inicie “a la mayor brevedad posible los trámites necesarios para la exhumación y traslado de los restos de Gonzalo Queipo de Llano” que están enterrados en su basílica. “Es obligado poner fin a esta situación”, se indica en el texto. El hermano mayor de la entidad, José Antonio Fernández Cabrero, explicó a este diario el viernes pasado, el día en que entraba en vigor la ley de Memoria Democrática, que estaba esperando “la notificación del Gobierno” para comenzar los trabajos.

Este lunes pasadas las cuatro de la tarde, el hermano mayor ha emitido un comunicado en el que indica que la entidad “trabaja en la ejecución de aquello que la nueva ley establece” y que “ya había realizado determinadas acciones para tal fin, que serán completadas a partir de ahora con las oportunas que se desprendan de esta comunicación”. El hermano mayor explica que ha trasladado “su buena voluntad de cumplir escrupulosamente” con la Ley de Memoria Democrática al secretario de Estado a través de una conversación telefónica.

Esa notificación, que ha adelantado El Diario.es y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, ya ha llegado. La carta del Gobierno se suma a una primera petición que el mismo viernes realizó la Plataforma Gambogaz, en la que también se solicitaba la exhumación de los restos del general golpista Queipo de Llano, responsable de la sublevación militar en Andalucía, en la que fallecieron 45.000 personas, según los cálculos realizados por el historiador Paul Preston.

En la carta se recuerda que “desde 1951, los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, reposan bajo el camarín de la Virgen de la Basílica de la Esperanza Macarena” y se alude a lo controvertido de esta situación: “Durante los últimos años, la paradoja que supone esta presencia en un recinto religioso destinado al culto y la oración ha sido objeto de un amplio debate social, del que se han hecho eco numerosos medios informativos y publicaciones nacionales e internacionales”.

El secretario de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, reconoce también que el hermano mayor siempre se ha mostrado dispuesto a cumplir con la ley y, en ese sentido, le agradece “su buena disposición para facilitar al máximo y a la mayor brevedad posible la realización de los trámites necesarios para la exhumación y traslado de los restos de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra” y pone a disposición su departamento para resolver “cualquier duda o consulta que tengan a bien formular” para cumplir con la nueva ley de Memoria Democrática. >

La Hermandad de la Macarena matiza que el traslado de los restos de Queipo de Llano debe aún ser ratificado

En la conversación que mantuvo el viernes con este diario, Fernández reiteró su disposición a cumplir con la nueva ley, aunque reconoció que la retirada de los restos de Queipo de Llano de la basílica no contaba con la aprobación de todos los hermanos. “Entre los 17.000 hermanos hay distintas sensibilidades, pero todos coinciden en que hay que cumplir la ley”. El hermano mayor también aseguró que había mantenido conversaciones con la familia del general golpista y que “tiene la mejor predisposición” para que se trasladen sus restos mortales.

Del viernes hasta este lunes, además de la llegada de dos peticiones para que la Hermandad cumpla con la nueva Ley de Memoria Democrática, algo sí ha cambiado en la basílica en torno a Queipo de Llano. Sobre las lápidas del general golpista y su mujer, Genoveva Martí, que yacen en una camarilla a la salida de la iglesia, bajo una imagen de San José y el niño, se han instalado dos filas de bancos que las tapan por completo. Es casi imposible leer las inscripciones con sus nombres. Los visitantes los ocupan para ver a la Virgen del Rosario, que está en el centro del templo sobre un paso, porque salió el domingo en procesión.

El Ejecutivo no quiere que la exhumación de Queipo de Llano de la basílica de La Macarena genere el mismo conflicto que la salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos y en la carta reconoce la influencia de la Hermandad en Sevilla, un poder fáctico que ha provocado que en los últimos años los Gobiernos municipales y regionales consideraran la presencia del general golpista en el templo un problema “sensible”.

El secretario de Estado invoca los artículos 35.5 y 38.3 de la nueva ley, que aluden a la obligación de los titulares de los “edificios de carácter privado o religioso” donde hubiera elementos contrarios a la memoria democrática a “retirarlos o eliminarlos” y a la prohibición de que “los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936″ puedan “ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio”, respectivamente, para argumentar la solicitud de la exhumación del general franquista.

El Gobierno, como en el caso de la Plataforma Gambogaz, no solo pide la exhumación de los restos de Queipo de Llano, también exige la retirada de los de Francisco Bohórquez Vecina, auditor de guerra, y quien rubricaba con su firma todas las sentencias de muerte. Como el general franquista, también es uno de los hermanos mayores perpetuos de la hermandad. En su epitafio se destaca “la firmeza de su carácter y exacto cumplimiento de sus deberes”. Murió cuatro años y medio después de Queipo y está enterrado en el antepresbiterio de la basílica. La lápida se encuentra siempre tapada por una alfombra.

Descargue aquí la carta del Gobierno a la Macararena">

PD.: Ya ha sido trasladado. Un día extraño y muy tarde, pero al fin ha ocurrido.

Feijóo, sobre la exhumación de Queipo de Llano: “La política debe dejar a los muertos en paz”

El líder de Vox, Santiago Abascal, acusa al Gobierno de “profanar sepulturas y perturbar el descanso de los muertos”

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha manifestado su oposición al traslado de los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano que reposaban en un lugar destacado de la basílica de La Macarena de Sevilla y que ha sido ejecutado en la madrugada de este jueves. “A mí me gusta más hablar de los vivos que de los muertos. Creo que la política debe centrarse en los vivos y dejar a los muertos en paz, pero allá cada uno con sus prioridades. Me preocupa mucho la situación económica de mi país y yo no voy a hacer política con los muertos, porque no creo que esa sea la prioridad de los ciudadanos en este momento”, ha dicho en un acto del partido en Guadalajara.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, también ha criticado, en su cuenta de Twitter, el traslado de los restos: “Estos días en los que tantos españoles acuden a los cementerios para recordar y honrar a sus difuntos... los aprovechan Sánchez y sus secuaces para profanar sepulturas y perturbar el descanso de los muertos”.

La Macarena exhuma los restos del golpista Queipo de Llano
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha replicado que este jueves “España se ha levantado más digna, con una democracia mejor” tras la exhumación y ha preguntado a “los que dicen que derogarán la Ley de Memoria Democrática” si devolverían “a los pies de La Macarena los restos de un genocida que mandó fusilar a 45.000 personas”.

El general Gonzalo Queipo de Llano es autor de un bando militar del 24 de julio de 1936 que anunciaba: “Serán pasadas por las armas, sin formación de causa, las directivas de las organizaciones marxistas o comunistas que en el pueblo existan, y en el caso de no darse con tales directivas, serán ejecutados un número igual de afiliados arbitrariamente elegidos”. También son suyas estas declaraciones a Radio Sevilla: “¿Qué haré? Pues imponer un durísimo castigo para callar a esos idiotas congéneres de Azaña. Por eso faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen a uno de esos sujetos, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré”. “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos, que ahora, por fin, han conocido hombre de verdad y no castrados milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará”.

El traslado de los restos de Queipo se ha realizado en cumplimiento de la nueva Ley de Memoria Democrática, que establece que los dirigentes franquistas no pueden permanecer inhumados en lugares preeminentes de acceso público distintos a un cementerio. Desde la entrada en vigor de la norma, el pasado 21 de octubre, también se ha suprimido el marquesado de Queipo de Llano, al igual que otros 32 títulos nobiliarios concedidos entre 1948 y 1978. El objetivo de estas medidas es impedir cualquier exaltación, enaltecimiento o apología de los perpetradores de crímenes de lesa humanidad condenados por el Consejo de Europa en marzo de 2006 y evitar el menosprecio o humillación de las víctimas del franquismo y sus familiares.

Feijóo es, en este caso, coherente con sus propias declaraciones en el pasado y con la postura de su predecesor, Pablo Casado, quien encargó a Adolfo Suárez Illana un proyecto alternativo a la ley de memoria, que pretendía derogar, como el expresidente gallego, si llegaba a gobernar. Durante su etapa en el Gobierno, Mariano Rajoy la mantuvo, pero la dejó sin efecto al eliminar las partidas presupuestarias para su aplicación. En 2019, el PP ya se opuso en el Parlamento andaluz al traslado de los restos de Queipo de Llano.

El exvicesecretario de comunicación del PP, Pablo Montesinos, se ha mostrado este jueves a favor. “Hoy es un buen día para la salud democrática de nuestro país. No casaba que una persona que había hecho auténticas barbaridades estuviera en un templo y en un lugar tan destacado de Sevilla”, ha declarado en La Sexta. En el caso de la exhumación de los restos de Franco en el Valle de Cuelgamuros, los populares se abstuvieron en la votación del Congreso en septiembre de 2018. El traslado se llevó finalmente a cabo con el aval de los tres poderes del Estado: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.

A lo largo de casi 15 años de debates sobre las políticas de memoria, el PP ha mantenido, no obstante, distintos argumentos para oponerse a este tipo de leyes que, según recuerda el comisionado de la ONU Pablo de Greiff, “no son un invento de España o de un partido político, sino asuntos de Estado que responden a obligaciones internacionales”. Los populares han calificado la ley de “revanchista”, “revisionista”, “voladura de la Transición y del espíritu constitucional”, “ejemplo de totalitarismo”, y “rupturista con la convivencia”, pese a que desde la entrada en vigor de la primera norma de memoria en 2007, no ha habido enfrentamientos y pese a que el texto legal incluye loas a la Transición, un periodo definido en la norma como “la base de la época de mayor esplendor y prosperidad que ha conocido el país”.

Al poco de llegar a la presidencia del PP, Casado se burló de “los carcas que están todo el día con la guerra del abuelo, con la fosa de no sé quién”. Isabel Díaz Ayuso ha calificado la ley de “sectaria y autoritaria” y ha asegurado que “se ha pactado para blanquear al entorno de ETA”. El expresidente José María Aznar ha llegado a decir que es “un disparate hecho por terroristas”. La norma no alude al terrorismo, cuyas víctimas tienen su propia legislación, pero la presidenta madrileña, como el PP al completo, la vincula a la banda porque Bildu votó a favor de la ley de memoria. El PP ha votado lo mismo que la formación abertzale, por ejemplo, el ingreso mínimo vital en 2020, que no se considera por ello el ingreso mínimo vital de ETA.

Tanto Feijóo, como Ayuso y Almeida, fueron invitados por el Gobierno al primer acto de Estado de homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, celebrado este lunes en el Auditorio Nacional de Música, en Madrid. Ninguno de ellos asistió. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, se excusó de esta manera: “Para mí había asuntos bastante importantes para la ciudad de Madrid, para el futuro de la ciudad. Había motivos de agenda. Mi posición es de absoluto respeto y consideración a las víctimas de la Guerra Civil, de todos los bandos, y también de la dictadura, pero no voy a blanquear a Pedro Sánchez con sus pactos con Bildu, no voy a ser cómplice de una ley sectaria, revanchista, que impugna lo mejor que hemos hecho los españoles, la Transición y la Constitución española”. El día que la ley fija para homenajear a las víctimas es precisamente el 31 de octubre, en conmemoración de la aprobación en las Cortes de la Constitución española de 1978.

https://elpais.com/espana/2022-11-03/feijoo-sobre-la-exhumacion-de-queipo-de-llano-la-politica-debe-dejar-a-los-muertos-en-paz.html?rel=buscador_noticias

viernes, 4 de noviembre de 2022

_- Nueva "Ley de Nietos" permite a más personas de América Latina acceder a la ciudadanía española

_- La ley, publicada el pasado jueves en el Boletín Oficial del Estado de España, se denomina oficialmente Ley de Memoria Democrática, pero la mayoría de los diarios latinoamericanos que se hicieron inmediatamente eco de la noticia la llaman en sus portadas 
"Ley de Nietos".

La razón de esta curiosa denominación es simple: la nueva legislación amplía el acceso a la nacionalidad española a miles de descendientes de españoles que nacieron en el extranjero.

La nueva normativa amplía así lo estipulado por la ley aprobada en España en 2007, que ya no está vigente, que establecía la posibilidad de adquirir la nacionalidad para aquellos que tuvieran un padre o madre español de origen, y que era aplicable a sus hijos, siempre y cuando fueran menores.

Aunque el objetivo general de la ley es resarcir a las víctimas de la Guerra Civil Española y del posterior gobierno militar de Francisco Franco, lo que ha llamado la atención de la prensa latinoamericana es la disposición adicional octava, que facilita la obtención de un pasaporte español para tres nuevos grupos: Los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española. Los hijos e hijas nacidos en el exterior de mujeres españolas que perdieron su nacionalidad por casarse con extranjeros antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978.

Los hijos e hijas mayores de edad de aquellos españoles a quienes les fue reconocida su nacionalidad de origen en virtud del derecho de opción de acuerdo a lo dispuesto en la presente ley o en la disposición adicional séptima de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre

El documento especifica que este trámite deberá formalizarse en el plazo de dos años desde la entrada en vigor de la presente ley.

"Al terminar este plazo, el Consejo de Ministros podrá acordar su prórroga por un año", concluye la disposición adicional octava.

Sin plazo preparatorio
La nueva ley consiguió el aval del Senado español tras haber obtenido 128 votos positivos, 113 negativos y 18 abstenciones.

Hasta su aprobación, los nietos de españoles cuyos padres -nacidos fuera de España- habían obtenido la nacionalidad tenían las siguientes restricciones de edad para acceder a la ciudadanía española.

Haber nacido antes de enero

de 1985 y que el padre o madre, nacido fuera de España, haya obtenido la nacionalidad antes de que el interesado naciera.

Ser menor de 21 años y que el padre o madre, nacido fuera de España, haya adquirido la nacionalidad antes de que el interesado naciera.

Ser menor de 20 años y el padre o madre, nacido fuera de España, haya adquirido la nacionalidad después de que el interesado naciera y antes de sus 18 años.

Medios latinoamericanos, como el diario Clarín de Argentina, destacan que a diferencia de la ley de 2007, que establecía un plazo tramitar la nacionalidad española, hasta que las dependencias oficiales espa ir las nuevas solicitudes, la actual legislación no establece ningún período de tiempo preparatorio.