jueves, 16 de mayo de 2013

Diez pautas para educar

La mayoría de los padres consideran que educar es una tarea difícil, si se me permite, yo diría compleja más que difícil.

La educación del comportamiento de los hijos exige, sobre todo, perseverancia, persistencia y unas técnicas básicas de disciplina

Menos obligaciones y más ilusiones, más entusiasmo.

Carloooos! Que te he dicho que te duches, te sientes a la mesa y recojas tu cuarto… ¡YA! No entiendo por qué no me haces caso a la primera, siempre tengo que gritarte y ni por esas, me tienes hartísima. Cuando venga tu padre, se lo digo. Me desesperas. Si es que no puedo contigo, un día de estos te voy a dar un bofetón”.

Después de esta escena, algunas madres se van y dan un portazo, incluso las hay que lloran de desesperación. No entienden que su hijo no haga lo que se le pide a la primera. La explicación que dan es que el niño es (muy) desobediente, malo, y que no hay nada que hacer por conseguir la paz en casa. Terminan por juzgarse como malas madres e ineficaces y que no sirven en la educación de sus hijos.

En la escena podemos destacar varios errores para que Carlos no obedezca:
-Dar voces,
-Impartir órdenes contradictorias,
-Declararse vencida al comunicarle que ha perdido la batalla -o ha tirado la toalla-
-Y mostrarse impotente (“puedes conmigo, me desesperas”)
-Por fin al amenazarle con hablar con su padre le muestra que su autoridad es nula.

La mayoría de padres ve la tarea de educar como algo (muy) difícil, acepto y considero que es una labor compleja y con frutos a medio y largo plazo, (son muy raros que se produzcan a corto plazo o de forma inmediata) esto sin duda, normalmente dependerá más de nuestros hábitos y ejemplos de actuación y comportamiento el que lo transformemos en algo difícil. Y, sobre todo, si anticipa todo lo que puede fallar, que su hijo no estudiará, se relacionará con amigos que le "perjudiquen", no comerá bien… esto le desesperará y caerá en la profecía autocumplida "no sirvo o no soy buena madre y es lo que veo".

Lo más importante en la educación es, además del amorestablecer unas reglas razonables que no se salte ni usted. Trabaje para que se cumplan desde edad temprana. A partir de los seis meses los niños entienden muchas cosas; no se expresan, pero empiezan a diferenciar entre “esto sí se puede hacer y esto no”.

No trate de educar de un día para otro, a un chaval de 15 años al que lleva consintiendo todo ese tiempo, será bastante tarde y por ello más difícil. Educar es un proceso, un camino o método, no solo una meta.

Cuanto antes sepan sus hijos que hay normas, que los premios van asociados al cumplimiento de responsabilidades, que todos tienen que colaborar, antes conseguirá tener hijos educados, responsables y con autonomía.

Ser padre para el profesor Frank MaCourt  es más duro que ser profesor, pues esta es una tarea pasajera, temporal. "Ser padre es algo que dura todos los días, durante todo el día y todo el tiempo."

La mejor prevención en educación es la intervención temprana. Los padres, sobre todo, los primerizos, están incluso asustados ante la enorme responsabilidad que se les viene encima. Muchos padres se quejan de que "los niños no vienen con un manual bajo el brazo", pero si siguen "estas reglas básicas", seguramente le allanarán el camino que supone la compleja labor de educar.

Primero. Volumen y tono de voz conversacionales. La entonación tiene mucha importancia, es lo primero que entiende un bebé. Usar su nombre con el tono adecuado nos facilita la mitad de la tarea. Conseguir que le hagan caso no es cuestión de hablar alto, modular bien la voz, su volumen, su tono, el énfasis que ponemos es fundamental, si usamos bien la voz, una madre o una maestra tiene hecho la mitad del camino, por el contrario la inadecuada utilización de la voz crea, desobediencia, desorden, incumplimiento y mal clima para educar en el respeto mutuo, el bienestar y la felicidad que mejora el aprendizaje, las actitudes y valores. El poder está más que en lo que se dice, en el tono y las consecuencias que conllevará no hacerlo a la primera, en la coherencia y en ser muy disciplinado con las rutinas. Si quiere que sus hijos le respeten, empiece por respetarles a ellos. Nadie quiere obedecer a alguien que no se muestra seguro y relajado.

Segundo. No dé órdenes contradictorias. Si le dice a su hijo que se duche, que recoja su cuarto y que se siente a la mesa, sin indicarle el orden, igual lo bloquea. Dígale lo primero que tiene que hacer, y cuando haya finalizado, lo segundo. Si su hijo tiene edad para memorizar varias órdenes, enuméreselas, dígale cuál es su prioridad. No espere que él la sepa, porque tiene las suyas propias.

Tercero. Imaginación. Humor. Haga un concurso por semana para que jueguen “a hacer lo que deben”; puede ser sobre cualquier comportamiento a corregir. Los domingos lo puede anunciar: “A partir de mañana, se celebra el fantástico concurso de ‘Quién tiene la dentadura más limpia’. Las bases son estas: limpiarse los dientes tres veces al día y pasar revista. Las puntuaciones de papá y mías se sumarán, y el viernes anunciaremos ganador”. Si quiere que los niños se lo tomen en serio, haga lo mismo. Y tenga paciencia, hasta que se convierta en rutina necesita tiempo. El juego y el humor -muy importante el sentido del humor y la alegría- genera un ambiente relajado en el que apetece más aprender y obedecer.

5 consejos para que tus hijos colaboren en las tareas de casa.

Cuarto. No quiera modificar en su hijo/a todo lo que le molesta de una vez y menos de forma inmediata. Si se pasa el día diciéndole lo que hace mal, terminará por cargarse su autoestima. Elija una conducta a modificar y céntrese en ella siguiendo las pautas de este artículo. Cuando lo consiga, siga con otra.

Quinto. Cuando corrija o muestre su enfado con ellos, no los ningunee, ni ridiculice, ni haga juicios de valor. Si lo hace, terminarán por comportarse conforme a las expectativas que se han puesto en ellos y les afectará a la autoestima. Es mejor decir: “No me gusta ver tu cuarto desordenado; por favor, guarda los juguetes en las cajas”, a decirles: “Eres un guarro, qué asco de dormitorio”. No consiga que se cumpla la profecía autocumplida. Si les transmite que no confía en ellos y que no espera nada, puede que se cumpla.

Sexto. Sea constante. Aquello muy importante, basta con que lo argumente una vez, no busque más razonamientos porque su hijo no los necesita. Simplemente busca ganar tiempo para no hacer lo que debe. Dígale: “Esto no es negociable; cuanto antes empieces, antes podrás disfrutar de lo que más te gusta”. Negocie lo que sea negociable y no siente precedente con lo que no lo es. En los casos más complejos de conductas desafiantes ver estas orientaciones y la técnica de los tres cestos, aquí y, además, la relación positiva entre educación de la inteligencia emocional y disminución de la agresividad en la página del Equipo de Orientación Badajoz-2. Educación emocional, cómo hacerlo.

Séptimo. Paciencia y calma. Las personas que transmiten con paciencia son más creíbles y generan un ambiente cálido y relajado. Cuando introduce cambios en la manera de educar, al principio los niños reaccionan con incertidumbre: “¿Qué significa que mi madre/padre ahora están calmados y no me gritan?”. Deles tiempo, necesitan acostumbrarse a esta nueva forma de comunicarse. Los gritos crean un mal clima propicio a no obedecer que a su vez generan más gritos...

Octavo. No se contradiga con su pareja. Los niños tienen que saber que la filosofía y la escala de valores parten de los dos. Si no, estarán chantajeando a uno y a otro, fomentando el engaño para conseguir lo que quieren. Terminará por tener muchas discusiones con su pareja por eso. No se descalifiquen, ni ridiculicen, ni contradigan delante de ellos. Todo aquello en lo que no estén de acuerdo, háblenlo en la intimidad y dialoguen y negocien, hasta llegar a acuerdos comunes que mantendrán y cumplirán sin excusa.

Noveno. Nunca levante los castigos. Si bien hay que decir que no se debe castigar en pleno enfado pues después vemos las cosas de otra manera y tendemos a perdonar. Es preferible pensarlo bien y considerar que el tiempo para un niño va muy lento, mucho más que para nosotros, y cuanto más pequeños esta regla es más importante, una hora a los cinco años es mucho tiempo. Preferible es aplazarlo, pero que sea efectivo y lo cumpla, que imponer uno muy duro fruto de la ira y que luego levantará convirtiéndose en alguien a quien se puede chantajear. Dígale: “Esto merece un castigo, ya te diré qué va a pasar”. Sin dejar tampoco pasar mucho tiempo, el suficiente para que reflexionemos bien.

Décimo. Siempre es mejor el refuerzo que el castigo. Significa prestar atención a lo que hace bien, cualquier cambio, y decírselo alabándolo. Si continuamente centra la atención en lo que hace mal y le corrige y se enfada, su hijo aprenderá que esta es la manera de llamar su atención. Todo lo que se refuerza, se repite. Al niño le gusta que sus padres estén orgullosos de él, pero tiene que decirle de qué se siente usted orgulloso, porque él no lo va a adivinar. Educar en positivo I: alternativas al no

Recuerde lo más fundamental: hasta la adolescencia, no hay figuras más importantes que los padres. Si trata de educar en una dirección, pero se comporta en otra, será inútil. Los hijos copian, son esponjas. Educar con acciones, con el ejemplo, tiene mucho más impacto que con palabras.

A veces buenos padres pueden tener malos hijo, no siempre hay que culparse por ello. Ver aquí en español

“Educad a los niños, y no tendréis que castigar a los hombres” (Pitágoras)

Lecciones con arte
La película
– "El club de los poetas muertos", del director Peter Weir.

Las frases
– “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”,  (Inmanuel Kant).
“El propósito de la educación es lograr que los niños quieran hacer lo que deben hacer” (Howard Gardner).

Canciones
– "Lecciones de urbanidad", con ironía de lo que no se debe hacer, de Serrat.

Hoy puede ser un gran día
https://youtu.be/-KPcE0qTdNM
 
De vez en cuando la vida

Algunos casos excepcionalmente difíciles, de niños más violentos y sin empatía, el llamado "Síndrome del Emperador".  Más sobre este síndrome aquí.

También existen programas de éxito en el proceso de ayudar a controlar las emociones, principalmente agresivas en adolescentes, mediante escritura creativa.
También puede ayudar a crear historias escritas.
Y no olvide que educar es principalmente crear, divertirse, re-crearse. El juego, la bondad, la compasión y el sentido del humor son fundamentales para el aprendizaje y la empatía, para educar.

Fuentes: El País. Aportaciones varias y de experiencias propias, como maestro, psicólogo y padre de 4 hijos (2 mujeres y 2 hombres) y 8 nietos muy diferentes.

DESPRECIO DEL GOBIERNO ESPAÑOL, a los republicanos muertos en Mauthausen.

El pasado fin de semana se celebró en Mauthasuen (Austria) la conmemoración del 68 aniversario de la liberación de este antiguo campo de concentración nazi donde murieron 7.000 republicanos españoles, de los cuales 274 eran republicanos extremeños -216 de la provincia de Badajoz y 56 de la provincia de Cáceres. Fueron conducidos allí tras ser capturados por las tropas alemanas en Francia, país en el se habían exiliado en 1939 huyendo de la represión franquista tras el fin de la Guerra Civil española, y pasaron a formar parte de la enorme lista de víctimas que perecieron en aquel lugar.

Únicamente asistió una delegación de la asociación "Amical de Mauthasuen" que contó con la presencia de profesores y estudiantes de los Institutos Ramón Berenguer IV de Santa Coloma de Gramanet, y de los Pius Font Quer y Lluís de Peguera de Manresa, coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor manresano Joaquim Amat-Piniella.

Pero la única representación institucional fue la concejala de Santa Coloma, Laia Tordera, y el concejal de Manresa, Joan Calmet, sin que hubiera ninguna representación, ni del gobierno de España, con la excepción del consejero de la embajada de España en Austria, ni de ninguna Comunidad Autónoma; como ha venido siendo habitual desde el año 2005, precisamente fue el presidente Zapatero el primer y único presidente español que ha asistido alguna vez a ese acto, y fue el 8 de mayo de 2005.

La ausencia de representantes del Gobierno español sorprendió incluso al embajador francés que hizo la ofrenda al monumento español cuando no había ninguna autoridad.

Además, es habitual que todas las delegaciones asistan con representantes de sus respectivas fuerzas armadas como muestran las fotos. La delegación española es la única sin ningún miembro del Ejército.

Los republicanos, en cambio, recibieron el homenaje de checos, polacos, judíos, franceses, austriacos, húngaros en el monumento erigido a su memoria, depositando ofrendas y rindiendo honores militares.

Una vez más, como ya ocurrió hace unas semanas en Buchenwald, los participantes en los homenajes internacionales han constatado el contraste que significa la ausencia de nuestros gobiernos, ante la participación de autoridades de todos los países europeos.

La ARMHEX sin faltar al deber de memoria y compromiso, quiere denunciar y lamentar actitudes políticas que muestran , una vez más, la singularidad de nuestro país y el desprecio por las victimas republicanas.

Quizá los republicanos deportados a los campos nazis todavía no merecen en su país el reconocimiento como primeros luchadores antifascistas, mientras que para las otras naciones europeas merecen el reconocimiento de héroes.
 
José Manuel Corbacho 16 de mayo de 2013, ARMHEX.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Lo que vale tu oficio. De la valeur ignorée des métiers. El valor ignorado de los oficios. (colgado en el 2010, marzo y vuelto a traer)

Alimenté par la récession, les frasques de la City et la perspective des élections législatives du printemps, le débat sur les inégalités s’installe au Royaume-Uni. Une recherche dévoile la face cachée du système de rémunération.


A force d’évaluer toutes choses et toutes gens à l’aune de leur rendement monétaire — que rapportez-vous aux actionnaires? —, il était fatal qu’on retournât un jour la question aux évaluateurs, mais posée d’un autre point de vue : que rapportez-vous à la société ?

C’est à un tel renversement de perspective qu’invite une étude publiée en décembre dernier sous l’égide de la New Economic Foundation . Eilis Lawlor, Helen Kersley et Susan Steed, trois chercheuses britanniques, y abordent non sans malice la question des inégalités, en comparant la rémunération de certains métiers, sélectionnés aux deux extrémités de l’échelle des revenus, à la «valeur sociale» qu’engendre leur exercice.

Dans le cas d’un ouvrier du recyclage, payé 6,10 livres sterling de l’heure (environ 7 euros), les auteures estiment que « chaque livre dépensée en salaire générera 12 livres de valeur » pour l’ensemble de la collectivité. En revanche, « alors qu’ils perçoivent des rétributions comprises entre 500 000 et 10 millions de livres, les grands banquiers d’affaires détruisent 7 livres de valeur sociale pour chaque livre de valeur financière créée ». Ainsi le bilan collectif des activités les mieux rétribuées s’avère-t-il parfois négatif, ce que suggérait déjà la tempête financière déchaînée depuis 2008…

Baptisée «retour social sur investissement», la méthode utilisée pour quantifier la valeur générée par un emploi prend la théorie économique standard à son propre piège. Les hauts salaires refléteraient l’apport des cadres supérieurs à l’entreprise. «La pensée orthodoxe dit que notre utilité dérive de l’argent, soulignent les chercheuses. Plus on en gagne, plus on est utile. Il s’ensuit que pour maximiser le bien-être collectif, il faut accroître le revenu total.»

Pareille vision du monde conduit notamment à n’attribuer aucune valeur au travail domestique, très majoritairement dévolu aux femmes. Et à perdre de vue que le processus économique s’étend en deçà et au-delà de l’échange monétaire. Car la production et la consommation de biens et de services provoquent des répercussions (…)

La version intégrale de cet article dans Le Monde diplomatique actuellement en kiosques. Marz de 2010

Alimentado por la recesión, los imprevistos de la City y la perspectiva de las elecciones legislativas de primavera, el debate sobre la desigualdad se instala en el Reino Unido. Una investigación desvela la cara oculta del sistema de remuneración.

A fuerza de evaluar todas las cosas y a todas las gentes en relación con su rendimiento monetario - ¿Qué ofrece usted a los accionistas?- Estaba cantado que un día la cuestión volviese a los evaluadores, pero propuesta desde otro punto de vista: ¿Qué ofrece usted a la sociedad?


Lo que supone un cambio de perspectiva al que invita un estudio publicado en diciembre ultimo bajo la dirección de la New Economic Foundation. Eilis Lawlor, Helen Kersley y Susan Steed, tres investigadores británicos, abordan, no sin malicia, la cuestión de las desigualdades, comparando la remuneración de ciertos oficios o profesionales, seleccionados en las dos extremidades de la escala de ingresos, al “valor social” que produce su ejercicio.

En el caso de un obrero del reciclaje, pagado a 6,10 libras esterlinas por hora (alrededor de 7 euros), los autores estiman que «cada libra dispensada en salario genera 12 libras de valor» para el conjunto de la colectividad. En revancha, «mientras que ellos perciben retribuciones comprendidas entre 500.000 y 10 millones de libras, los grandes banqueros de negocios destruyen 7 libras de valor social por cada libra de valor financiero creado». Así el balance colectivo de las actividades mejor retribuidas se muestran, a veces, negativo, lo que sugiere ya la tempestad financiera desencadenada desde 2008.

Bautizado «retorno social sobre inversión», el método utilizado para cuantificar el valor generado por un empleo toma la teoría económica estándar, tiene su propia trampa. Los altos salarios reflejarán la relación de cuadros superiores de la empresa. «El pensamiento ortodoxo dice que nuestra utilidad deriva del dinero, subrayan los investigadores. Cuanto más se gana, más útil se es. De ello se sigue que para maximizar el bienestar colectivo, es necesario acrecentar el ingreso total.»

Semejante visión del mundo conduce claramente a no atribuir ningún valor al trabajo doméstico, muy mayoritariamente desempeñado por las mujeres. Solo perdiendo de vista que el proceso económico se extiende más allá del intercambio monetario. Porque la producción y el consumo de bienes y de servicios provocan repercusiones (…)

El artículo continua... por ejemplo: El método permite así mismo establecer que un consejero fiscal cuyo trabajo consiste en privar a la sociedad de parte de los impuestos, destruye cuarenta y siete veces más de valor que crea, contrariamente a la empleada de guardería que, por la educación prodigada a los niños y el tiempo liberado a los padres, rinde a la sociedad 9,43 veces lo que ella percibe en salario. Estos número ponen en evidencia una cosa aberrante. "No buscamos la precisión en los cálculos" dicen los autores. "Algunos aspectos del valor puede que probablemente se nos hayan escapado. Se trata de llamar la atención sobre el problema". De oponer la creación de valor para la sociedad a la creación de valor para el accionariado; de sugerir el cambio de un modo de remuneración que valoriza sobrepagando las profesiones más inútiles y simétricamente desanima a las profesiones más útiles para la mayoría... Y continúa con datos muy interesantes que deshacen las falsas ideas con las que nos han machacado para justificar, y que aceptemos, las injustas diferencias de ingresos a favor de los que ocupan puestos de poder, pero que no necesariamente sirven a la mayoría social ni su trabajo repercute en el bienestar social.


La versión integra del artículo en Le Monde Diplomatique en los quioscos en marzo de 2010. Y el trabajo original integro en inglés de donde proviene la información nos lo podemos descargar gratis desde aquí, o desde aquí.

En formato PDF, tiene 44 páginas y está colgado en la página Web http://www.neweconomics.org/

Walter Benjamin y el capitalismo como religión

1. Hay signos de los tiempos que, aunque obvios, los hombres, que escrutan las señales en los cielos, no llegan a percibir. Cristalizan en eventos que anuncian y definen la época, es decir, eventos que pueden pasar inadvertidos y no alterar en nada, o casi nada, la realidad en la que encajan y que, sin embargo, y precisamente por esto tienen valor de signo, de indicio histórico: semeia ton kairon . Uno de estos eventos tuvo lugar el 15 de agosto de 1971, cuando el gobierno de EE.UU., bajo la presidencia de Richard Nixon declaró que la convertibilidad del dólar quedaba suspendida. Si bien esta afirmación ponía fin, de hecho, a un sistema que había vinculado durante mucho tiempo el valor de la moneda a una base áurea, la noticia, que saltó en plenas vacaciones de verano, provocó menos debate del que era razonable esperar.

Sin embargo, desde ese momento, la inscripción que todavía se puede leer en muchos billetes de banco (por ejemplo, en los de la libra esterlina o la rupia, pero no en los del euro): “ Me comprometo a pagar al portador la suma de ...” refrendada por el gobernador del banco central, perdió definitivamente su sentido. Esta frase pasó a significar que a partir de ese momento a cambio del billete el banco central correspondiente haría entrega a quien lo solicitara (si alguien era lo suficientemente tonto como para hacerlo) no una cierta cantidad de oro (para el dólar, 1/35 de onza) sino un billete exactamente igual. El dinero había quedado desprovisto de cualquier valor que no fuera el puramente autorreferencial. Tanto más sorprendente fue la facilidad con que fue aceptado el acto del soberano estadounidense, que equivalía a cancelar el patrimonio de oro del dueño del dinero. Y si, como se ha sugerido, el ejercicio de la soberanía monetaria de un Estado consiste en su capacidad para inducir a los participantes del mercado a emplear sus obligaciones como dinero, en ese momento las obligaciones perdieron toda consistencia real, se habían convertido en puro papel.

El proceso de desmaterialización de la moneda se había iniciado muchos siglos antes, cuando las necesidades del mercado llevaron a añadir a la moneda metálica, necesariamente escasa y engorrosa, letras de cambio, billetes bancarios, juros , goldsmith’s notes, etcétera. Todas estas monedas de papel son en realidad títulos de crédito, por cuya razón se conoce como moneda fiduciaria. La moneda metálica, en cambio, valía –o hubiera debido valer– su contenido de metales preciosos (cuestión, como se sabe, insegura: el caso extremo fue el de las monedas de plata acuñadas por Federico II, que apenas usadas dejaban a la vista el rojo de cobre). Sin embargo, Schumpeter (que vivió, es cierto, en un momento en el papel moneda había desbordado la moneda metálica), pudo afirmar no sin razón que, en última instancia, todo el dinero es sólo crédito. Después del 15 de agosto de 1971, habría que añadir que el dinero es un crédito basado sólo en sí mismo y que no refleja nada más que a sí mismo.

2. El capitalismo como religión es el título de uno de los más penetrantes fragmentos póstumos de Walter Benjamin.

Que el socialismo era algo parecido a una religión fue observado con frecuencia (entre otros por Schmitt: “El socialismo pretende dar vida a una nueva religión que para los hombres de los siglos XIX y XX tuvo el mismo significado que el cristianismo para los hombres de hace dos mil años.”) Según Benjamin, el capitalismo no es sólo, como afirma Weber, una secularización de la fe protestante, sino que él mismo es esencialmente un fenómeno religioso, que se desarrolla como parásito a partir del cristianismo. Como tal, como religión de la modernidad, se define por tres características:

1.- Es una religión de culto, tal vez la más extrema y absoluta que ha existido jamás. Todo en ella tiene significado sólo con referencia al cumplimiento de un culto, no con un dogma o una idea;

2.- Es un culto permanente, es “la celebración de un culto sans trève et sans merci ”. No es posible aquí distinguir entre días festivos y días laborables, sólo hay un único e ininterrumpido día de fiesta-trabajo en el que el trabajo coincide con la celebración del culto;

3.- El culto capitalista no remite a la redención o la expiación de la culpa, sino a la culpa misma: “El capitalismo es quizás el único caso de un culto no expiatorio sino culpabilizador… Una monstruosa conciencia culpable que no conoce la redención se convierte en culto, no para expiar en éste su culpa sino para hacerla universal ... y para atrapar al final a Dios mismo en la culpa ... Dios no ha muerto, sino que se ha incorporado al destino del hombre.”

Precisamente porque tiende con todas sus fuerzas no a la redención sino a la culpa, no a la esperanza sino a la desesperación, el capitalismo como religión no tiende a la transformación del mundo sino a su destrucción. Y su dominio es en nuestro tiempo tan completo que los tres grandes profetas de la modernidad (Nietzsche, Marx y Freud) conspiran, según Benjamin, con él, son solidarios, de alguna manera, con la religión de la desesperanza. “Este paso del planeta hombre por la casa de la desesperación, en la soledad absoluta de su recorrido es el ethos que define Nietzsche. Este hombre es el superhombre , es decir el primer hombre que comienza a darse cuenta conscientemente de la religión capitalista.” Pero también la teoría freudiana pertenece al sacerdocio del culto capitalista: “Lo reprimido, la representación pecaminosa ... es el capital, sobre el cual el infierno del inconsciente paga intereses.” Y, en Marx, el capitalismo “con los intereses simples y compuestos, que son función de la culpa ... se transforma inmediatamente en socialismo”.

3. Vamos a tratar de tomar en serio y desarrollar la hipótesis de Benjamín. Si el capitalismo es una religión, ¿cómo podemos definirlo en términos de fe?, ¿en qué cree en el capitalismo? ¿qué implica, en lo que respecta a esta fe, la decisión de Nixon?

David Flüsser, gran estudioso de la ciencia de las religiones –hay también una disciplina con este extraño nombre– estaba trabajando sobre la palabra pistis, palabra griega que Jesús y los apóstoles utilizaban para “fe”. Un día se encontraba en una plaza de Atenas y en un momento dado, al levantar los ojos, vio escrito en grandes caracteres ante él Trapeza tes pisteos . Aturdido por la coincidencia, miró mejor y después de unos segundos se dio cuenta de que simplemente estaba ante un banco: trapeza tes pisteos significa en griego “banco de crédito”. He aquí el significado de la palabra pistis, que llevaba meses tratando de averiguar: pistis, “fe” no es más que el crédito de que gozamos ante Dios y del que la palabra de Dios goza en nosotros desde el momento en que creemos en él. Por esta razón Pablo puede afirmar en una famosa definición que “la fe es la sustancia de las cosas esperadas”: es lo que da credibilidad a la realidad y a lo que no existe todavía, pero en lo que creemos y tenemos fe, en lo que hemos puesto en juego nuestro crédito y nuestra palabra. Creditum es el participio pasado del verbo latino credere: es aquello en lo que creemos, en lo que ponemos nuestra fe, cuando establecemos una relación de confianza con alguien tomándolo bajo nuestra protección o prestándoles dinero, confiándonos a su protección o tomando dinero prestado. En la pistis paulina pervive, es decir, la antiquísima institución indoeuropea que Benveniste ha reconstruido, la “fidelidad personal”: “El que detiene la fides puesta en él por un hombre tiene en su poder a este hombre ... En su forma primitiva, esta relación implica una reciprocidad: poner nuestra fides en alguien procuraba, a su vez, su garantía y su ayuda.”

Si esto es cierto, entonces la hipótesis de Benjamin de una estrecha relación entre capitalismo y cristianismo recibe una confirmación ulterior: el capitalismo es una religión basada enteramente en la fe, una religión cuyos seguidores viven sola fide (sólo por medio de la fe). Y como, según Benjamin, el capitalismo es una religión en la que el culto se ha emancipado de todo objeto y la culpa de todo pecado y, por lo tanto, de toda posible redención, así, desde el punto de vista de la fe, el capitalismo no tiene objeto: cree en el hecho puro de creer, en el puro crédito ( believes in pure belief ), es decir: en el dinero. El capitalismo es, por ello, una religión en la cual la fe –el crédito– ha sustituido a Dios. En otras palabras, en tanto que la forma pura del crédito es dinero, es una religión cuyo dios es el dinero.

Esto significa que el banco, que no es más que una máquina de fabricar y manejar crédito, ha tomado el lugar de la iglesia y, mediante la regulación del crédito, manipula y administra la fe –la escasa e incierta confianza– que nuestro tiempo todavía tiene en sí mismo.

4. ¿Qué ha significado para esta religión la decisión de suspender la convertibilidad en oro? Ciertamente, algo así como una aclaración de su propio contenido teológico, comparable a la destrucción mosaica del becerro de oro o al establecimiento de un dogma conciliar. En cualquier caso, un paso decisivo hacia la purificación y cristalización de su propia fe. Ésta –en forma de dinero y crédito–se emancipa ahora de todo referente externo, cancela su nexo de idolatría con el oro y se afirma en su carácter absoluto. El crédito es un ser puramente inmaterial, la parodia más perfecta de esa pistis , que no es sino “la sustancia de lo que se espera.” La fe –así rezaba la famosa definición de la Carta a los Hebreos– es sustancia – ousia , término técnico por excelencia de la ontología griega– de lo que se espera. Lo que Pablo quiso decir es que el que tiene fe, el que ha puesto su pistis en Cristo, toma la palabra de Cristo como si se tratara de la cosa, el ser, la sustancia. Pero es precisamente este “como si” lo que la parodia de la religión capitalista elimina. El dinero, el nuevo pistis , es ahora inmediatamente y sin residuos sustancia. El carácter destructivo de la religión capitalista, de la que hablaba Benjamin, aparece aquí en plena evidencia. La “cosa esperaba,” ya no existe, ha sido destruida, y tiene que serlo porque el dinero es la esencia misma de la cosa, su ousia en el sentido técnico. Y, de esta manera, se quita de en medio el último obstáculo a la creación de un mercado de la moneda, a la transformación integral del dinero en mercancía.

5. Una sociedad cuya religión es el crédito, que sólo cree en el crédito, está condenada a vivir a crédito. Robert Kurz explicó la transformación del capitalismo del siglo XIX, todavía basado en la solvencia y la desconfianza respecto al crédito, en el capitalismo financiero contemporáneo. “Para el capital privado del siglo XIX, con sus propietarios personales y sus respectivos clanes familiares, eran todavía válidos los principios de honorabilidad y solvencia, a la luz de los cuales el incremento del uso del crédito era casi obsceno, como un comienzo del fin. Las novelas por entregas de la época están llenas de historias donde las familias numerosas se arruinan a causa de su dependencia; en algunos pasajes de Los Buddenbrook , Thomas Mann llegó a crear un tema de Premio Nobel. El capital productivo sujeto al pago de intereses era, por supuesto, esencial para el sistema desde el primer momento de su formación, pero todavía no tenía un papel decisivo en la reproducción capitalista global. Los negocios de capital “ficticio” se consideraban típicos de los ambientes de estafadores y personas deshonestas, al margen del capitalismo real ... Incluso Henry Ford se negó durante mucho tiempo al uso del crédito bancario, obstinándose en su decisión de financiar sus inversiones sólo con su propio capital.” (R.Kurz, El fin de la política y la apoteosis de dinero , Roma, 1997; Die Himmelfahrt des Geldes , en “Krisis”, 1995).

Durante el siglo XIX, esta concepción patriarcal se disolvió completamente y el capital empresarial recurrió cada vez más al capital monetario, tomado del sistema bancario. Esto significa que las empresas, con el fin de seguir produciendo, deben, por así decirlo, hipotecar por anticipado cantidades crecientes de trabajo y de futura producción. El capital productor de mercancías se alimenta ficticiamente de su propio futuro. La religión capitalista, de acuerdo con la tesis de Benjamin, vive de un endeudamiento permanente, que no puede ni debe extinguirse. Pero no son sólo las empresas las que viven, en este sentido, sola fide , a crédito (o a débito). También los individuos y las familias, que recurren cada vez más al mismo, están análogamente tan implicados en este continuo y generalizado este acto de fe en el futuro. Y la Banca es el sumo sacerdote que administra a los fieles el único sacramento de la religión capitalista: el crédito-débito.
Giorgio Agamben lostraniero.net
Traducido para Rebelión por S. Seguí.
Fuente: http://www.lostraniero.net/archivio-2013/152-maggio-2013-n-155/803-un-commento-oggi.html

martes, 14 de mayo de 2013

¿Montoro es tonto?

“Solo sé que no sé nada”  es una famosa máxima de Socrates que Cristobal Montoro ha decidido hacer suya.

A este señor le debemos reconocer un mérito importante en la breve historia de nuestra joven democracia: Montoro ha puesto, por una vez, a todos los ciudadanos de nuestro país de acuerdo. Porque casi todos los ciudadanos  reconocemos su ineptitud, incluso muchos de los que fueron sus votantes. Claro que hay algunos que no la reconocen: esos espectadores de Gandía Shore que no saben ni cómo se llama el ministro de Hacienda.

Pero el primero que reconoce su ineptitud, en público, es el mismo Montoro, como demostraré en este artículo.

Le debemos también a Montoro estas bonitas perlas dialécticas que sin duda pasarán a los anales de las Grandes Frases Políticas de este país.

Ahí van:
“Que caiga España que ya la levantaremos nosotros”. Cuando alguna periodista estupefacta le preguntó si de verdad había dicho semejante salvajada no sólo negó las palabras, sino que explicó que en ese momento “trabajaba en una alternativa”.

“Si no sube la recaudación estamos en riesgo de no pagar las nóminas y“No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios”. Sí señor, no hay estrategia mejor para generar confianza en los mercados que anunciar a bombo y platillo que somos más pobres que un ratón de iglesia.

“No sé a lo que llaman grandes fortunas”. Se lo explico yo mismo, señor Montoro: Para mí, por ejemplo, 22 millones de euros ya es un fortunón.

“Si el IVA se pagara más, no habría que subirlo tanto”. Viniendo de un Ministro de Hacienda, la frase es como para enmarcarla. Si su Ministerio  hubiera hecho bien su trabajo y hubiera perseguido a los defraudadores (y de paso, no los hubiera amnistiado) no haría falta castigar a los que SI cumplen religiosamente con sus impuestos. Es decir, nuestro Ministro de Hacienda reconoce públicamente su incompetencia. Ergo: Es tonto.

¿Se puede ser más injusto?
Señor Montoro: Si usted se reconoce incapaz de cumplir con su obligación de eliminar la evasión del impuestos por parte de los ciudadanos deshonestos que NO cumplen con su obligación de pagar impuestos , no les cargue los costes de su ineptitud a los ciudadanos honestos que SI cumplen con su obligación de pagar impuestos. Porque no es justo hacerles pagar a los honestos más ya que los deshonestos no pagan. Esto es, por lógica, premiar a los deshonestos.

Recordamos a nuestra selecta concurrencia que Cristóbal Montoro era el ideólogo económico del ala liberal del PP. Como tal, fue el encargado de diseñar y escribir la parte económica y fiscal del programa electoral del Partido Popular.

En sus discursos, se atacaba duramente la subida del IVA. Porque el IVA, según propias palabras de Montoro, era ” el más injusto de los impuestos” y que ” la subida del IVA solo traerá más paro y una situación más compleja y más difícil”

Véase aquí:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=gxfzrtvagqc
Montoro, cabeza pensante del PP, predicaba que si subían los tipos impositivos (o sea, si subía el IVA, por ejemplo) se dañaba tanto la actividad económica que la recaudación final de los impuestos acababa bajando.

Por eso el PP repitió hasta la saciedad durante la campaña electoral que para reducir el déficit lo que había que hacer era no subir, no, sino bajar los impuestos. Luego el PP ganó las elecciones y… ¡tachán!
¡subió inmediatamente el IRPF y el IVA!

¿Donde estaba don Cristóbal Montoro?
Pues escudándose detrás de otra perla dialéctica:
“El déficit era mucho mayor de lo que esperábamos!”
¡Señor ministro!, ¿es usted tonto?
Si para aumentar la recaudación lo que se necesita es bajar el IRPF, la lógica indica que cuando usted descubre un déficit “mucho más grande de lo esperado” lo que tiene que hacer es “bajar los impuestos mucho más de lo esperado”

Sigamos con otras tontunas:
No es que les haya quitado a los funcionarios la paga de diciembre, no...
Es que el “retraimiento de la paga de diciembre que queda postergada a su inclusión en el fondo de pensiones”.

Sí señor, Montoro. Sólido argumento. “No, señor juez, yo no robé el banco, sólo provoqué un retraimiento de su dinero”. Pero es que además el susodicho fondo de pensiones, que sepamos, no existe.

¿Y saben aquel que diú “no ha habido subida de IVA en material escolar porque que los libros escolares no suben, y lo que subirá será otro tipo de material difícilmente clasificable como escolar, como un cuaderno para escribir”? ¿Un cuaderno de escribir no es material escolar? Entonces ¿qué es? ¿maquillaje? ¿Y dónde quiere usted que haga sus deberes mi hija? ¿En una tablilla de cera? ¿Un pergamino?
Pero, por si dudábamos que el señor Montoro era un incompetente, tenemos el tema de la evasión fiscal para confirmarlo.
Porque para lo que contó en su comparecencia y nada, lo mismo podíamos haber traído a Tip y Coll y nos reíamos un rato.
A ver, señor Montoro, si no existe conexión alguna entre las cuentas del PP y la cuenta de los 22 millones de Bárcenas…
¿me explica por qué durante la campaña electoral de 2008, cuando Bárcenas era aún tesorero y manejaba los fondos de campaña, Bárcenas ingresaba en las cuentas suizas 9 millones de euros?
Si usted considera “ruin” y ”muy impertinente” que se le pregunte por las informaciones publicadas sobre el pago sistemático en negro de sueldos y comisiones…
¿Por qué el PP NO ha iniciado  acciones legales  contras quienes  han publicado la noticia? Si usted “desconoce” si Luis Bárcenas se ha podido acoger a la amnistía fiscal a través de alguna sociedad de su propiedad, tal y como aseguran sus abogados…
¿Usted es ministro de Hacienda o se pasa las tardes jugando al dominó?
Pero el gran momento llega cuando el ministro remarca en su comparecencia que la "amnistía fiscal" que llevó a cabo el Gobierno el año pasado “no encubre el delito cometido”.

Por lo menos ahora el señor Montoro reconoce que en España hay amnistía fiscal, porque parece que no se había enterado.
Estimado señor ministro: bajo el rococó e historiado eufemismo de “medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas” se encubría el perdón a los defraudadores, que sólo con pagar el 10% al fisco podían hacer aflorar su dinero negro. Menos de dos semanas después, y en la primera sesión de control al Gobierno tras la aprobación de los Presupuestos en Consejo de Ministros, Montoro demostró seguir aferrado al eufemismo:
“No hay ninguna amnistía fiscal. En el proyecto de ley del Gobierno lo que hay es una regularización de rentas y de activos, que es una figura bien distinta, y, además, es una medida excepcional para un tiempo excepcional”.
Pero esa misma mañana otro compañero de Gabinete, Luis de Guindos, no había tenido problema en reconocerlo:
”Sí que hay amnistía fiscal aunque no sea plato de gusto para ningún gobierno”

Lo dicho: Alguien por aquí no rige.
Ya, cuando escucho que la amnistía fiscal no encubre ningún delito, me quedo de piedra. ¿Quéeeeeeeeeeeeeeee?
Los graves casos de corrupción conocidos esta semana demuestran que la amnistía fiscal se puede estar utilizando para blanquear dinero obtenido de forma presuntamente ilícita. Y no es que lo diga yo,  que lo dice la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE).

Señor Montoro: Si usted NO garantiza el acceso a la información de la Amnistía Fiscal a los órganos encargados de combatir el fraude fiscal, la corrupción y el blanqueo de capitales (como son la Inspección de Hacienda, el Ministerio Fiscal, los Jueces y Tribunales y el SEPBLAC)…
…¿tiene usted la cara dura de decirme que no están encubriendo delitos?
La amnistía fiscal aprobada por el Gobierno en marzo pasado no sólo ha permitido que muchos defraudadores fiscales vean perdonadas sus culpas pagando una cuantía simbólica de impuestos. De paso está sirviendo, presuntamente, para blanquear capitales obtenidos ilícitamente.
Ya había advertido reiteradamente la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), que para acogerse a la amnistía fiscal no había que demostrar, ni siquiera manifestar, cuál era el origen del dinero que se pretendía amnistiar.
Por otra parte, tampoco se establecieron mecanismos para controlar el origen de la pasta. Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.

Dada la oscuridad de la declaración, ya ha habido varios casos de personas que estaban siendo objeto de investigación penal, que se han acogido a la amnistía fiscal.
La intención de estas personas era reintroducir en el circuito legal fondos obtenidos de forma presuntamente ilegal… En cristiano: blanquear dinero.
Repito, y van dos: Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Si la amnistía fiscal favorece el blanqueo de capitales, favorece, en consecuencia, la corrupción, Porque permite que los presuntos corruptos puedan disfrutar del dinero obtenido ilícitamente.
Para minimizar en lo posible el daño causado, deberían investigarse sistemáticamente el origen de los fondos acogidos a la Amnistía Fiscal.
Pero no se puede porque… Porque los Inspectores de Hacienda no pueden acceder a estos datos.

Repito, y van tres: Si esto no es encubrir delitos, que venga Dios y lo vea.
Además, sería necesario que la Fiscalía, los Jueces y Tribunales tuviesen acceso a esta información, como dispone el artículo 95 de la Ley General Tributaria.
Y ya de paso, debería tener acceso también el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales, dependiente del Banco de España.
Pero como ni inspectores, ni Fiscalía, ni Jueces ni Tribunales ni el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales tienen acceso a esta información, pues lo lógico es pensar que la amnistía fiscal sirve para encubrir delitos.
Y solo un tonto pensaría lo contrario.

Seguimos:
El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas daba publicidad a la situación fiscal de un contribuyente, Luis Bárcenas, manifestando que no se había acogido a la Amnistía Fiscal.
Pero luego más tarde Montoro dice que “desconoce” si se ha acogido o no. ¿En qué quedamos?

En cualquier caso, si se supone que la información de la amnistía fiscal no se debe hacer pública ¿por qué la hacen pública en este caso?
La información de la Amnistía Fiscal deba ser utilizada en la lucha contra la corrupción, no significa que deba ser pública. En la actualidad, toda la información facilitada a la Agencia Tributaria es confidencial y no se puede hacer pública. Si el Gobierno quiere que parte de ella sea pública debe cambiar las leyes, empezando por el artículo 95 de la Ley General Tributaria.
O sea el Ministro de Hacienda, contraviniendo lo que explícitamente establecen las leyes, ha hecho pública la falta de presentación de una declaración.
Pues ya que el el Ministro de Hacienda considera que algunos datos de los defraudadores acogidos a la Amnistía Fiscal deben ser públicos… ¡que todos lo sean! ¡Denos los datos de los defraudadores!
Lo que es absolutamente inadmisible es que solo se hagan públicos los que convengan a los intereses de su partido.
Porque la Agencia Tributaria debería configurarse como un ente independiente del poder político. Y el Ministerio de hacienda jamás debería servir a intereses partidistas. Por último, la obsesión de Cristobal Montoro de echar mano a los recursos de los ciudadanos más vulnerables mientras sigue cubriendo las espaldas a las corporaciones y grandes fortunas que, paradójicamente, son los principales defraudadores fiscales, no es muy comprensible.

Desde luego, no es muy ética.
Según los informes del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda “el 72% del fraude fiscal lo hacen grandes empresas, un asunto que hace que el Estado pierda 90.000 millones de euros al año”.

En el 2103, uno de cuatro españoles estará en paro.
En este contexto ¿Montoro es tonto o irresponsable?
Fuente: http://allegramag.es/wp/montoro-es-tonto/

El dogma neoliberal ha causado y continúa causando tanto daño con la falaz idea de que el capital crea, por sí solo, riqueza.

Da pena ver a los incipientes historiadores (y filólogos) ir a protestar, contra las políticas neoliberales, cuando en las aulas universitarias, algunos con disfraz de científicos, les inoculan el pensamiento neoliberal, a través de las metodologías posmodernas, que les presentan a sus estudiantes como la última novedad. El profesor traiciona así al alumno, al presentar tales metodologías como desligadas de la política, cuando en realidad no es así.

Después del “boom” neoliberal en los 80 y 90, y dentro de una necesidad sistémico-capitalista por elevar la tasa global de ganancia, el capitalismo financiero tomó una fuerza sorprendente como la solución propuesta por los neoliberales ante tal problemática, bajo la falaz idea de que el capital crea, por sí solo, riqueza.

"Tal ideología, que ha alcanzado la categoría de dogma, ha dominado la sabiduría convencional de los establishments financieros (es decir, la banca, las compañías de seguros, los fondos de inversión de alto riesgo y otros instrumentos) que han influenciado en gran manera a las instituciones mediáticas y políticas del país. Tal influencia se ha realizado a través de fundaciones, instituciones, grupos académicos financiados por tales establishments, y economistas (con chaquetas llamativas o normales) promocionados en los mayores medios de mayor difusión del país. En realidad, la banca tiene una enorme influencia en la cultura académica económica (financiando congresos, trabajos de investigación económica -con claro contenido ideológico-, revistas económicas y un largo etcétera, siendo su influencia sobre el conocimiento económico semejante al que tiene la industria farmacéutica en el conocimiento médico). Y se encuentra por todas partes. Desde FEDEA a muchos departamentos de Economía Universitarios y Colegios de Economistas en este país. Todos ellos han estado reproduciendo el dogma neoliberal que ha causado y continúa causando tanto daño.

Y es muy fácil ver por qué han hecho tanto daño. Estas políticas neoliberales causaron las crisis y ahora dificultan la salida de ella. La desregulación financiera (característica del dogma neoliberal) fue la causa de la crisis bancaria causada por las actividades especulativas de la banca. Y las políticas fiscales regresivas aumentaron enormemente las desigualdades de renta y propiedad (con disminución de las rentas del trabajo), que facilitaron una pérdida de la capacidad adquisitiva de la población, causa de su enorme endeudamiento. Cuando este endeudamiento no pudo continuarse debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, se creó un enorme problema de demanda, paralizando la economía y disminuyendo con ello los ingresos al Estado (ya insuficientes por la regresividad de la política fiscal), disparándose el déficit.

La política de reducir el déficit a base de recortes de gasto público empeoró y continúa empeorando la situación, pues en un momento de parálisis de la demanda doméstica en el sector privado, lo que se requiere es un estímulo económico a base de aumentar el gasto público, invirtiendo en áreas de creación de empleo. Si en lugar de hacer esto se recorta tal gasto, se está empeorando todavía más la situación. Esto lo saben los estudiantes de primer año de Políticas Económicas y Políticas Públicas que no hayan recibido ya un lavado de cerebro por los economistas neoliberales."
(Vincenç Navarro) — con Juán Mármol.

lunes, 13 de mayo de 2013

Lo que debemos saber sobre las empresas que dominan las cadenas alimentarias, los alimentos.

Entrevista a Harald Schumann, periodista de investigación alemán sobre la eurocrisis

“En la zona euro aún se piensa en términos nacionales, y los peores en eso son los alemanes”

Rafael Poch
La Vanguardia

Hace años que el periodista alemán Harald Schumann se ocupa de la crisis financiera. A él se deben algunas de las revelaciones más interesantes e incisivas sobre los secretos de la banca alemana. Schumann se pasa semanas sin escribir una línea, investigando y leyendo, un privilegio, dice, pero cuando escribe uno se entera de cosas interesantes. Aunque ni siquiera estudió economía, la crisis le ha convertido en un experto en finanzas nacional, explica en su pequeño despacho de la redacción del berlinés Der Tagesspiegel.

P-Una de las cosas más interesantes de la crisis inmobiliaria española ha sido la revelación de que algunos ministros españoles conocían la bomba de relojería sobre la que reposaba el “España va bien” de Aznar. ¿Qué nivel de conciencia existía en el sector financiero y en el gobierno alemán sobre los riesgos bancarios antes de la crisis?
R- No había ninguna conciencia. Si la hubiera habido no se habría enviado dinero a manos llenas a España….

P- …Pero un informe del Handelsblatt dio cuenta en 2003 de una reunión de los directivos de la banca alemana con el canciller Schröder y su ministro de finanzas en el año 2000 para, textualmente, “estudiar la creación de un banco malo que sirviera para empaquetar los malos créditos y volverlos a vender”.
R- Aquella reunión no hizo referencia especial a los países europeos. Ni siquiera se habló de ellos. Se trataba de los malos activos que la banca alemana tenía en Europa del Este y en Estados Unidos…

P- …pero lo de Estados Unidos también era inmobiliario, como en España.
R- Desde 2005 había informes en la prensa económica sobre los riesgos del mercado inmobiliario en Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y España, pero no se tomaba muy en serio. Antes del 2008 no había una conciencia sobre el tema. Mire (muestra un gráfico rampante hasta 2008 de inversiones alemanas en España), esto se refiere solo a bancos, sin contar las empresas de gestión de patrimonios etc.: hasta 2008 el flujo de capital sube sin cesar. Si hubiera habido alguna conciencia del riesgo no habría ocurrido…

P- En España algunos ministros y altos funcionarios confesaban la inviabilidad del asunto, pero no informaban, o si lo hacían el pastel era demasiado gordo como para que los políticos se atrevieran a hacer algo…
R- Es como un conjuro: si no hablamos de ello, no ocurrirá. Demasiado dinero atonta. Había una euforia colectiva, todos pensaban que iba a continuar para siempre. Si uno ha ganado muchísimo dinero durante unos años, ¿por qué parar?, ¿solo porque algunos economistas críticos dicen que no es sostenible? Así no funciona la naturaleza humana.

P-Entre 2008 y 2009 el gobierno alemán rescató a sus bancos con casi medio billón de euros, ¿qué papel jugó el Bundestag en el proceso?
R- Cuando estalló la crisis todos estaban abrumados. El ministro de finanzas Peer Steinbrück no tenía ni idea de lo que ocurría. Estaba allí personalmente y lo recuerdo: el jueves dijo ante el Bundestag, “no hará falta salvar a la banca como en Estados Unidos porque el sistema alemán es robusto”, y al día siguiente comenzaban las negociaciones para salvar al Hypo Real Estate (HRE) con 100.000 millones. Si el ministro no entendía nada, los diputados aún menos. Se dijo que si se dejaba quebrar al HRE caería todo el sistema financiero alemán y la economía nacional se pararía, así que había que hacerlo. El Bundestag no solo fue arrollado, también fue desposeído de todo poder, pero como formalmente se exigía un control parlamentario, se formó una comisión secreta de nueve diputados de todas las fuerzas políticas. La comisión no tenía ningún poder, no podía exigir declaración ni documentos, solo podía invitar a miembros del gobierno o del fondo de rescate y entrevistarlos. Si algo no les gustaba no podían hacerlo público, ni siquiera informar a sus colegas de grupo parlamentario….Fue tan democrático como el papel de La Asamblea Nacional del Pueblo de Corea del Norte.

P- ¿Cómo pudieron aceptar los diputados y los medios de comunicación una situación tan kafkiana: dar cantidades de dinero del contribuyente con los ojos cerrados…?
R- Por el miedo, se decía que la alternativa era un hundimiento. Por ignorancia. Y también por lo que se había visto en Estados Unidos, donde el gobierno ya había puesto 750.000 millones por lo de Lehman, que al final fue mucho más. Pensaron, “si se asustan los americanos….” Pero para mí lo más extraordinario no fue la frenética reacción del gobierno o que el Bundestag se dejara pisotear: lo que más me estremeció fue la pasividad de la población ante, por ejemplo, el caso del Commerzbank: pusimos 18.000 millones de dinero público en un banco que en la bolsa no valía más de 3000 millones y ni siquiera el Estado se quedó con todo el banco, solo con el 25%. Ocurrió con nocturnidad, entre Navidad y Año nuevo, sin ningún control parlamentario. Se hizo para proteger de las pérdidas a Allianz, el verdadero poder financiero de Alemania, ríase usted del Deutsche Bank, quien cuenta es Allianz. El jefe de Commerzbank, Blessing podía haber dicho en octubre que no compraba el Dresdner Bank, porque estaba lleno de valores americanos y era un pozo sin fondo, pero lo hizo. Steinbrück, y esto lo sé de buena fuente, le dijo a Blessing que si salía mal el contribuyente apoyaría… Fue un proceso demente y opaco. Imagínese, con los intereses eran 20.000 millones.

P- ¿Cómo consiguió la lista de los bancos salvados en el rescate al Hypo Real State que costó 100.000 millones al contribuyente?
R- Había una comisión de investigación en el Bundestag. Esas omisiones no tienen muchos derechos, pero pueden ver todos los documentos. Los grupos parlamentarios que consiguieron que la comisión se formara fueron los Verdes la Izquierda y los Liberales. Hablé con los tres y puede confeccionar mi lista.

P- Pero no es una lista pública.
R- No, está hecha sobre documentos que el Bundesbank da al gobierno gracias a que alguien dijo, “ya que damos tanto dinero, queremos saber quienes son los beneficiarios”, pero todo era secreto. Cada documento que se entregaba a un diputado llevaba un sello distinto de “Secreto” para identificar la filtración en cualquier fotocopia.

P- ¿Qué sentido tiene mantener esa información en secreto?
R- Evitar el debate sobre quienes son los beneficiarios, a quien se protege de pérdidas. Es lo que pasa ahora en Irlanda y en España.

P- O sea, tiene sentido para las instituciones implicadas…
R- …y también para el gobierno. Se quiere evitar ese debate. Si en el momento de tomar la decisión se conociera la lista de a quiénes se salva con ella, no habría habido mayoría en el parlamento. Estoy seguro de que el parlamento español no habría votado a favor si hubiera sabido quien tenía cuentas que cobrar en Bankia…

P- Permítame dudarlo…
R- …o habrían dicho, “vale, lo hacemos pero luego nos cobramos el dinero de los beneficiarios de una u otra forma”. Hasta el día de hoy desconocemos quiénes son los acreedores no garantizados de Bankia.

P- ¿Cómo se supo que el Deutsche Bank tenía 12600 millones atrapados en la quiebra de la aseguradora americana AIG?
R- Porque el Senado de Estados Unidos le exigió a la Reserva Federal la publicación de los datos de las transferencias. Cuando consiguen liberarse de los intereses creados que financian sus campañas, los diputados americanos son increíblemente fuertes. ¿Ha leído los informes del Senado sobre la crisis financiera? Son una fuente increíble. El papel del Deutsche Bank en Estados Unidos nunca se hubiera descubierto sin el Senado de EE.UU!.

P- ¿Y qué le habría pasado al Deutsche Bank si AIG no hubiera sido rescatada por el gobierno de Estados Unidos?
R- Se habría hundido: 12.000 millones era casi la mitad del capital propio del banco. El año se habría cerrado con pérdidas y eso habría costado tanto dinero que el Deutsche Bank no habría podido cumplir las reglas de la supervisión bancaria.

P- …lo que no impidió al jefe del Deutsche Bank, Josef Ackermann, alardear de que su banco no había necesitado dinero público...
R- Una mentira, y no solo por la AIG. El Deutsche Bank se benefició de todas las demás operaciones de rescate, por ejemplo recibió más de 2000 millones en la salvación del Hypo Real Estate.

P- Todos esos rescates y los rescates de países son, en realidad rescates de bancos interrelacionados por el casino internacional, ¿cómo se ha conseguido mantener a la opinión pública al margen de esta obviedad?
R- ¡Vaya pregunta!. La mayoría de los periodistas no se ven como ilustradores del público, sino como meros transmisores de informaciones que dan otros. El problema aparece cuando la mayoría de las instituciones implicadas están de acuerdo en no explicar lo que está pasando.

P- ¿Cómo consiguió la lista de los beneficiarios de la salvación bancaria de Irlanda?
R- En Irlanda se debatía la cuestión de la identidad de los que estaban endeudados con la banca irlandesa. El ministro de finanzas dijo que no lo sabía porque los bonos se negociaban en mercados anónimos. Era una mentira flagrante. Un insider le dio a un blogger irlandés en Londres – no se fiaba de la prensa irlandesa- la lista de los propietarios de bonos del Anglo Irish Bank, uno de los bancos en quiebra con una deuda de 30.000 millones. La lista solo contaba a partir de grandes acreedores, pero ahí ya se podía ver que la mayoría de los acreedores eran de Alemania, Francia e Inglaterra. En la lista de 80 direcciones de acreedores de la deuda de Irlanda, 50 eran alemanas o francesas.

P- ¿Y en España, qué bancos alemanes están más expuestos?
R- Sabemos que entre 2005 y 2008 bancos alemanes y franceses colocaron 320.000 millones en España, gran parte en inmobiliaria. Juan Rodríguez, ex jefe de Caja Granada me explicó lo fácil que era recibir dinero en Alemania, donde viajó varias veces. “Prestaban dinero sin preguntar a donde iba”, me dijo. Lo mismo me dijo el directivo de Caja Madrid, Tierno Galván: “las ofertas llovían por todas partes”. La gente ni preguntaba lo que se iba a hacer con el dinero, solo les interesaba si podría cobrar un 1,5% de interés más que en casa. Es obvio que en un negocio loco la responsabilidad es tanto de quien pide dinero como de quien lo da sin mirar. Los nombres de los acreedores alemanes no se publican, son secreto.

P- Usted sondeó al ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, sobre la cuestión de la responsabilidad en España, ¿qué respondió?
R- No entendió la pregunta. Nunca había oído que en la contratación de un crédito la responsabilidad está en los dos lados, el que lo recibe y el que lo da. Me dijo, “no obligamos a los españoles a aceptar nuestro dinero por la fuerza de las armas”. Schäuble es abogado, pero para un banquero la pregunta es obvia. A de Guindos, como banquero, esa misma pregunta no le pareció tan rara, pero le incomodó más. Dijo que la lista de los tenedores de la deuda de Bankia, “no es una información esencial, aunque sabemos que la mayoría son inversores extranjeros”. De Guindos reconoció que los inversores tienen responsabilidad, pero dijo, “no nos podemos permitir exigirles que la asuman porque se perdería la confianza en España”. Jörg Asmussen, directivo del BCE, fue el único que admitió que aunque esas listas son secreto empresarial, en el momento en que entra en escena dinero público para rescatar la gente tiene derecho a conocer los datos. De todos los entrevistados fue el más constructivo, quizá porque ya no es político.

COMUNIZAR (SOCIALIZAR) DEUDAS

P – ¿Qué se debería hacer en Europa para remediar el desbarajuste bancario de una manera decente?
R- Habría que hacer una unión bancaria europea, pero solo podría funcionar si también se creara una garantía de depósitos europea en la que los países se responsabilizaran conjuntamente de que el cliente de un banco no tenga perjuicio si el banco quiebra. Debería haber un sistema europeo para lidiar con los bancos en quiebra financiado por el propio sector financiero. Por un lado el impuesto sobre transacciones financieras y por otro un impuesto adicional sobre bancos. Si se realizara de manera consecuente sería un programa racional.

P ¿Y el problema de los desequilibrios entre países?
R- Lo primero sería que las empresas italianas o españolas no tuvieran que pagar un 3% o un 4% más de interés por el mismo crédito que una empresa alemana, como ocurre pese al mercado único, la moneda común y la ausencia de fronteras. El problema es que en la zona euro se sigue pensando en términos nacionales y los peores en esto, hay que decirlo honestamente, están siendo los alemanes. La vía correcta sería comunizar las deudas de Estado que sobrepasen el 60% del PIB para acabar con las diferencias de tasas de interés. Ahí vienen los alemanes y dicen, “pero entonces nosotros tendríamos que pagar más interés”. Pues claro que sí, lo contrario es perverso y absurdo. Según el cálculo del Instituto de Economía Mundial de Kiel, si Alemania hubiera tenido los mismos intereses promedio que tuvo hasta 2007, entre 2008 y 2012 habría pagado 80.000 millones más. Es decir con la crisis Alemania ya se ha ahorrado 80.000 millones. Lo mínimo sería devolver ese dinero a los estados en crisis, no de golpe, pero sí paulatinamente. Es injusto aprovecharse de los beneficios sin hablar de ellos y decir a los otros que tienen que mejorar. Que Alemania tenga éxito porque los demás se endeudaron, es algo que no puede funcionar. Tiene que haber un equilibrio, sino la eurozona se romperá.

P- ¿Puede cambiar Merkel?
R- Lo trágico es que su popularidad se debe a una política equivocada. Cuando empezó lo de Grecia no lo entendió y metió al gobierno y al electorado en una vía equivocada de la cual no sabe salir. Si cambia el rumbo ahora perdería las elecciones, así que tiene que aguantar por lo menos hasta otoño.

P – ¿Y después de las elecciones?
R- La única esperanza es que dé un giro de 180 grados, como hizo con la energía nuclear.

P- Pero para eso tuvo que ocurrir Fukushima…
R- La situación europea no es menos crítica que aquello. Estoy seguro de que habrá nuevas elecciones en Italia y acabará habiendo un plante ante Alemania. Merkel es tan popular que tiene fuerza para realizar un giro, de lo contrario es el fin de la eurozona. No veo otra salida.

Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/berlin/en-la-zona-euro-aun-se-piensa-en-terminos-nacionales-y-los-peores-en-eso-son-los-alemanes-97472

Reseña de "¿Dónde están los intelectuales?". de Enzo Traverso

Bien conocido por los lectores hispanos, el historiador Enzo Traverso acaba de publicar un nuevo libro, dedicado en esta ocasión a los intelectuales. El asunto preocupa en general por todas partes y, como es sabido, interesa en particular a los franceses, que es donde ha aparecido la obra. Así, por ejemplo, el portal nonfiction le dedica una amplia reseña, en Mediapart le entrevistan y en Les Grands Débats se sirven del volumen para proponer un debate a tres bandas entre los historiadores Pascal Ory y Michel Winock y el periodista y escritor Pierre Assouline. Este último es quien abre el fuego, con un resumen de la entrada que apareció en su blog La République des livres. Nos quedamos con esta última.

En primer lugar, ¿qué es un intelectual? No mucho, a la luz del desarrollo de la noción. Pasado el momento de estupor ante la incongruencia de la pregunta, la respuesta parece obvia, y no hay nada mejor para animar un debate o reanimar una conversación. Los malentendidos y las peleas están garantizadas desde el principio, unos tratando de definir el adjetivo y otros, el sustantivo. Où sont passés les intellectuels ? (Textuel) viene a guiarnos a través del laberinto de interpretaciones. El autor, Enzo Traverso, historiador italiano (Piamonte, 1957), que enseñó ideas políticas en la Universidad de Picardie, antes de ser nombrado profesor de romance studies en la Universidad de Cornell (Nueva York), ha dedicado sus investigaciones al fenómeno totalitario, el antisemitismo, las violencias contemporáneas y la guerra civil europea. Su ensayo es de una claridad notable, lo que puede ser debido a su forma: una conversación con Régis Meyran.

Enzo Traverso ha optado por empezar no refiriéndose a un libro, ni siquiera a un pensador, sino a una fotografía de la Agencia France-Presse datada en el año 2000. Muestra a un intelectual palestino, Edward Said (Jerusalén, 1935-Nueva York, 2003), profesor de literatura comparada en Columbia, lanzando piedras contra un puesto de control israelí en la frontera libanesa. Un gesto de protesta al que se abstiene de tomar por cualquier tipo de heroísmo, viendo más bien la revelación de una “postura”. Nada de peyorativo hay en esta observación, en tanto Traverso, recordando lo que la musicología debe a Said (véase su ensayo Du style tardif que acaba de ser publicado en Actes Sud), se sirve de ello para presentarlo como un intelectual de la disonancia y el contrapunto, prefiriendo el contraste frente a la armonía. Para los franceses, pero no sólo para ellos, todo parte del caso Dreyfus. Por un lado, el “Yo acuso” de Zola en L’Aurore de Clemenceau, por otro, la campaña de Action française contra los espíritus decadentes, cosmopolitas, cerebrales, abstractos, trascendidos por Maurice Barrès en Les Déracinés. Es cierto que el intelectual se inscribe en la tradición ilustrada, aunque vívamente combatida, y con qué perseverancia, por los nacionalistas.

Dicho sea de paso, Traverso pone las cosas en claro, en cuanto a cómo los intelectuales franceses han interpretado a veces a los pensadores alemanes antes de instrumentalizarlos. Pensamos en Heidegger, por supuesto; él piensa sobre todo en Nietzsche, de quien Michel Onfray, después de Gilles Deleuze, ha querido hacer un uso libertario cuando era un reaccionario, como mucho un “gran crítico conservador de la modernidad”. Del mismo modo, Enzo Traverso anticipa, en la escritura de la historia, una tendencia de pretensiones posideológicas que juzga nefasta: el humanitarismo con el que algunos quisieran que analizáramos la Segunda Guerra Mundial (resistencia en Italia, Guerra Civil española, resistencia y colaboración en Francia, etcétera) a través del prisma exclusivo de los derechos del hombre.

Así que, ¿cómo definir en adelante a este intelectual cuyo estatuto ha vivido tantos avatares y para el que la fórmula de Sartre (“El que se mete en lo que no le concierne”) ya no es suficiente, si es que alguna vez lo fue? En un ensayo de próxima publicación sobre la historia de los intelectuales italianos (Belles Lettres), Frédéric Attal ha preferido un subtítulo específico: “Profetas, filósofos y expertos”. Digamos que eso es Italia … En el último número de Débat (173, enero-febrero de 2013), Sylvie Laurent desmonta el mito según el cual el intelectual de izquierdas habría desaparecido en los Estados Unidos; está en realidad bien vivo, aunque transformado, pero siempre dispuesto a cumplir su misión, la que había fijado … Edward Said: “El intelectual es aquel que, a contrapelo de su tiempo, elucida las condiciones de ejercicio de un poder a veces invisible”. Digamos que eso es América … Michel Foucault aportó su piedra a este edificio conceptual al proponer esta distinción

* El intelectual específico, a menudo un académico, involucrado en los asuntos de la ciudad haciendo valer su conocimiento.

* El intelectual universal analizando y juzgando sobre la base de valores humanistas.

Fue en los años 70. después, las cosas no son exactamente lo mismo. Clasificamos como …

* Por un lado, el científico o filósofo platónico-rey de la ciudad ideal (espantoso)

* Por otra parte, el consejero del príncipe o el filósofo de la corte (dócil)

* Entre los dos, el intelectual crítico del poder (sin visibilidad)

Al consejero del príncipe, el que ahora mismo lleva la delantera, Traverso lo rebautiza como “experto”: que no se compromete en defender los valores, sino en practicar sus competencias, poniendo de relieve una supuesta neutralidad. Los casos mismos de Traverso y Said lo ilustran: el intelectual no es un escritor ni un periodista, sino un universitario, incluso aunque de alguna manera haya sido desposeído de su mansión por los expertos. Rápidamente comprendemos que el intelectual del tercer tipo, el crítico del poder, es el preferido por el autor, pero su estado es tan precario que es difícil de sopesar. Lo prefiere al específico como lo exaltaba Foucault porque, incluso aunque se presentara como un experto crítico, han pasado cuarenta años y el experto se asemeja a un “técnico gubernamental”, función de la quese sabe que aniquila toda crítica.

Esta evolución, ¿explica que apelemos a la ausencia, la desaparición, la muerte o, con más optimismo, al eclipse de los intelectuales en lo que queda del debate de las ideas? Traverso tiene una explicación: “su aniquilación por el poder de los medios de comunicación”, confiscando el debate intelectual, como fue el caso de la reciente controversia en torno a Freud lanzada por Michel Onfray y su editorial con un perfecto dominio de las herramientas de comunicación. En realidad, no es su tipo. El intelectual conforme a su deseo sería más bien un investigador específico y crítico. ¿Existe eso? ¿Y dónde ubicaríamos, pues, a Marcel Gauchet, Pierre Rosanvallon, Jean-Claude Milner, Alain Finkielkraut y otros? ¿En la subcategoría “Variétés“? Nombres y más nombres! El autor cita muchos filósofos (Jacques Rancière, Alain Badiou, Giorgio Agamben, Nancy Fraser, Toni Negri, Slavoj Zizek), un historiador (Perry Anderson), un geógrafo (David Harvey), un sociólogo (Philippe Corcuff), un escritor (Tariq Ali), teóricos (Homi Bhabha, G.C. Spivak ), que no sabemos que sean ajenos al mundo despiadado de los medios de comunicación, la mayoría sutuados en la extrema izquierda (¿no hay realmente investigadores-específicos-y-críticos si se busca bien?) al tiempo que reconoce: “la ruptura entre los intelectuales críticos y movimientos sociales sigue siendo considerable”. Incluso es un eufemismo expresar así que la distancia que les separa es, en muchas áreas, intransitable. Es en principio a la generación que menciona a la que le correspondería inventar o, al menos, proponer nuevas utopías; sin embargo, parece paralizada, lo que se traduce en una extraña atonía de la protesta cuando los desarreglos de la época deberían, por el contrario, estimularla.

“Ella (la parálisis) sale de la confluencia entre la derrota histórica de las revoluciones del siglo XX y el advenimiento de una crisis del capitalismo igualmente histórica, que priva a una generación de su futuro. Los más sensibles a las injusticias de la sociedad son los jóvenes precarizados que han pasado por la universidad y han tenido acceso a la cultura. Se cumplen las condiciones para una explosión social, pero no hay ninguna mecha para encender la pólvora”.

Se entiende que no haya expectativas -lo que debería ser una preocupación para todos, no sólo para algunos.
Anaclet Pons. clionauta.wordpress.com
Fuente: http://clionauta.wordpress.com/2013/05/03/donde-estan-los-intelectuales/

domingo, 12 de mayo de 2013

Una nueva biografía retrata a una joven Merkel como activa comunista

Cuando en noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín, Angela Merkel prefería una Alemania del Este autónoma, socialista y democrática a una reunificación. La canciller no fue una disidente pasiva, una silenciosa opositora al régimen que no participaba en política como pretende la narración oficial, sino una colaboradora, conformista y ambiciosa. Así lo afirma una nueva biografía de Merkel que sale a la venta en Alemania la próxima semana.

Titulada La primera vida de Angela M., esta obra, firmada por dos periodistas de medios de la derecha, Günther Lachmann, de Die Welt, y Ralph Georg Reuth, del Bild, podría infligir ciertos daños de imagen. En cuatro meses habrá elecciones generales. Merkel, que ayer visitaba a las tropas alemanas en Afganistán, recurso típicamente preelectoral, espera lograr cómodamente en ellas su tercer mandato.

Sobre la primera vida de la mujer del Este que dirige Alemania desde el 2005 no se sabe gran cosa. Los archivos de la policía de Estado del Este, la célebre Stasi, han sido objeto de una utilización tan intensa como selectiva. Pese a las proclamas de transparencia, hay capítulos enteros de esos archivos -sobre todo los relativos a la información sobre el Oeste- que permanecen inaccesibles. Por eso, que en ellos no se haya encontrado nada comprometedor sobre Merkel, hija de un pastor protestante, es al final una cuestión de fe. Lachmann y Reuth dicen haber encontrado muchos datos y testimonios que no concuerdan con las versiones habituales, según las cuales Merkel era una científica que no se metía en política pero que suspiraba en la intimidad por la unificación alemana y el sistema de mercado.

"Estaba más próxima al sistema de la RDA de lo que se ha dicho hasta ahora y podemos demostrarlo", dicen los autores, según los cuales Merkel no era una disidente pasiva sino una "comunista reformadora" que se ilusionó con los discursos de Gorbachov sobre glasnost y perestroika, que seguía puntualmente comprando el diario soviético Pravda. "No era partidaria de la reunificación, sino de un socialismo democrático y de una RDA autónoma", señala Reuth.

La revelación puede no ser muy sensacional si se tiene en cuenta la cambiante atmósfera del año 1989 en el bloque del Este y en la RDA en particular, donde las cosas sucedían a una velocidad meteórica. Mucho más significativo es el punto de ambos autores presentando a Merkel como un cuadro comunista en el Instituto de la Academia de Ciencias en el que trabajaba.

Merkel fue "secretaria de agitación y propaganda de las Juventudes Comunistas (FDJ) desde el año 1981", afirman Reuth y Lachmann. Más aún, formaba parte de la dirección sindical, dicen, algo que va mucho más allá de la mera adhesión ritual. En cualquier caso, Merkel niega tal compromiso, pero la canciller no ha querido someterse a las preguntas de los periodistas. Su portavoz declinó las peticiones de los autores alegando falta de tiempo.

Merkel ingresó en la organización cívica Demokratisches Aufbruch en diciembre de 1989, algo parecido a apuntarse a la resistencia a las doce menos cinco de la victoria aliada, pero la canciller nunca ha hecho alarde de lo que no fue. La gente que, como ella, se apuntó a la protesta en el último segundo, cuando el derrumbe del régimen estaba más que claro, es conocida con ironía en medios de Alemania del Este como "los revolucionarios de noviembre". El libro sostiene que ni siquiera entonces era Merkel una partidaria de la anexión.
Rafael Poch. La Vanguardia
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20130511/54373392690/una-nueva-biografia-retrata-joven-merkel-activa-comunista.html

La lengua de los amos

Joaquín Rodríguez Burgos

Uno de los adiestramientos básicos que todo esclavo debía superar era el del manejo mínimo del idioma de su amo para poder así cumplir las órdenes de éste y sus capataces con un nivel de competencia aceptable. Junto con la lengua llegaban también valores culturales e ideológicos. Hoy en día, en que la esclavitud ha sido sustituida por el trabajo asalariado, no nos encontramos ante un panorama muy disímil. La diferencia fundamental quizá radique en que los explotadores, la burguesía, extienden o tienden a extender su área de influencia a todo el planeta, pues el sistema capitalista es expansivo de por sí, y con ella la lengua que ha adaptado como propia: el inglés, el idioma de los dos grandes y últimos imperios capitalistas, el británico y el estadunidense. Por su parte, las burguesías locales ligadas al sistema capitalista imperial, fieles cumplidores de los designios de sus jefes, han ido implantando poco a poco su enseñanza en los sistemas educativos en diferentes grados y ritmos; en paralelo, la presencia social de la lengua inglesa, su socialización, se ha ido extendiendo a diversos y cada vez más numerosos ámbitos, fundamentalmente en el campo de la industria cultural y comunicativa. A salvo, y no del todo, quedaron en su momento los países socialistas y algún que otro capitalista con ciertas peculiaridades que aplicaron políticas educativas y culturales protectoras del idioma propio. Entre estos últimos se hallaba España, gobernada por una élite reaccionaria cuyo nacionalismo extremo era una seña de identidad irrenunciable y para la que la protección de la lengua castellana suponía, al menos sobre el papel, una de sus políticas identificativas, protección que se encarnó no sólo frente a la que se estaba convirtiendo en la lengua del imperio, sino también en diversas ofensivas contra el uso social de las lenguas españolas minoritarias i.

Muerto el general Franco y reformado el sistema político nacido en 1936, la burguesía española modifica las estrategias de dominación cultural para adaptarlas a los nuevos planes liberalizadores del capitalismo español, herederos y continuadores de aquellos nacidos de los tecnócratas franquistas del Opus: la inserción plena y sin traba del sistema productivo capitalista propio al internacional, inserción que suponía reconocer para España una función subordinada y cuasi-periférica. Para ello, se profundiza la liberalización a todos los niveles, proceso aún más intenso si cabe hoy en día; las fronteras se abren al capital foráneo y con la entrada de España en la Comunidad Europea se ofrece a bajo precio la industria nacional y los servicios públicos al capital multinacional, en un proceso de abandono de la soberanía económica cuya evidencia se muestra crudamente en la crisis actual. A este proceso le acompaña la dinámica lingüístico-cultural, reflejando en este ámbito el puesto supeditado que en el plano económico y político le corresponde a España, encaramándose a la cúspide de la preeminencia la cultura yanqui y la lengua inglesa, integrando así al país en el proyecto de uniformización cultural y lingüística consustancial a la imposición uniformadora económica, política e ideológica. Este allanamiento cultural cumple un objetivo bien claro: optimizar la explotación y con ello, la obtención de plusvalía y el incremento de la tasa de ganancia de la burguesía. Es imprescindible subrayar que en el concepto de uniformización cultural debemos integrar la ideológica y sociológica, hablar de cultura en el sentido más fuerte y amplio de la palabra; y para ello el idioma imperial es un instrumento imprescindible. Las burguesías de las diversas periferias, y la española entre ellas, se adhieren e impulsan, por su propio interés, y en la medida que les corresponde dentro de la escala jerárquica en la que están insertas, este proyecto uniformizador, y han adoptado, en buena lógica, el idioma inglés como herramienta propia.

En un artículo anterior, titulado ‘El proceso de "aculturación" del Estado español’, publicado en “Rebelión” ii ya mentaba la utilidad que tiene el aprendizaje del idioma imperial para la burguesía. Decía entonces “que los ejércitos culturales del imperialismo desarrollan su última ofensiva, concretada en convertir en pocas generaciones (¿dos, tres, cuatro?) a la mayoría de la población española (y de todos los pueblos de Europa occidental) en bilingüe, o por lo menos en conocedora de lo que llamaré el “inglés imperial”, más que una lengua, el rudimento de una lengua lo bastante comprensible como para que el dominador capitalista y burgués (local o foráneo), que hace tiempo adoptó como lengua propia internacional de dominación de clase, pueda comunicarse con la clase trabajadora de todo occidente con mayor facilidad y a un coste mucho menor./ De esta manera puede inocular sus valores de clase de forma más lubricada y además establecer de modo más eficaz una relación jerárquica directa y excluyente entre los diferentes pueblos y el centro del poder capitalista, privándoles no sólo del conocimiento de la propia cultura, sino también del resto de las culturas sometidas a este mismo proceso. Haciendo un paralelismo histórico, las “grandes” culturas europeas están viviendo a nivel internacional un proceso similar de aculturación al que se llevó a cabo (con mayor o menor éxito) con las pequeñas culturas del viejo continente (vasca, catalana, occitana, irlandesa, bretona…) cuando la burguesía capitalista edificó sus “estados-naciones” como unidades de explotación económica y de clase y necesitaron (o creyeron necesitar) una uniformidad completa, incluyendo la cultural y lingüística.” Ahora tocaría edificar, o seguir edificando, después de la desaparición de la URSS, no el estado nación, sino el imperio capitalista global o planetario, por lo que le correspondería, siguiendo el paralelismo con el anterior proceso, una lengua y una cultura unificadoras.

Este proceso de imposición de ellas es, de momento, incontestable, y como en todo proceso de dominación cultural e ideológica, el objeto de la explotación, en este caso la masa asalariada, ha adoptado en diferente grado los valores ideológicos y culturales del dominador. Así, son los trabajadores mismos, o una parte importante de ellos, fundamentalmente los situados en la escala social más cercana a la pequeña burguesía (y por supuesto y sobre todo los componentes de esta última), arrebatados por coloridos anhelos de alcanzar un estrato superior que les permita a ellos y a sus vástagos un bienestar material, un escalón de cierto mando y una ilusión de independencia dentro de la jerarquía social, los que están aplaudiendo este proceso, al que se suman con entusiasmo. Esta adhesión la ha conseguido la burguesía merced a diversas, incesantes e invisibles ofensivas ideológicas a través de sus medios de control social (prensa, cine, televisión, industria cultural, etc.), utilizando un argumentario falaz pero simple y eficaz, repetido hasta la saciedad, presentado en unos envoltorios edulcorados, simpáticos, sin posibilidad aparente de ser refutados.

Los argumentos y estrategias dialécticos son sencillos. El primero es identificar a todos los niveles el comprensible y enriquecedor ansia cultural de conocer uno o varios idiomas ajenos, con la premiosidad, cuando no la obligatoriedad, de conocer fundamentalmente un único idioma: el inglés. Este paso es muy importante porque esta falsa equiparación condiciona, si no determina, la interpretación engañosa del resto de los razonamientos. Así, se llega incluso por parte de los medios de control social y de los propios gobiernos burgueses a desdeñar y descartar el estudio de otros idiomas, máxime si no son de un país del centro capitalista. Siguiendo su senda razonadora, que ya ha partido en falso, se nos obliga a proseguir hasta su segunda premisa, que intenta presentar el desconocimiento de una lengua extranjera (que ya ha sido identificada, merced a la tergiversación anteriormente señalada, con el idioma del emperador) como un signo de desdoro cultural y de atraso educativo, no sólo a nivel individual sino también (y quizá sobre todo) a nivel colectivo, social. Estrechando más el cerco, el discurso ataca con un tercer argumento, presentando el estudio de esa lengua como una necesidad, por no decir inexcusabilidad, para conseguir un trabajo, o al menos para encontrar un buen trabajo; el cuarto es comparativo y se dirige a cotejar, siempre para desdoro, en este caso de los españoles, el nivel de competencia de idiomas extranjeros (reitero, a pesar de poder parecer repetitivo, que se intenta identificar el conocimiento de idiomas con el conocimiento de inglés), con el nivel en otros países europeos. Hay otros muchos alegatos pero los principales suelen ser estos.

A pesar de que puedan parecer incontestables, creo sin embargo que no lo son. Comenzando por el trastrueque del estudio de un idioma ajeno (¿por qué obligatoriamente extranjero?) por el del inglés no hace falta extenderse demasiado, pues ya he insistido anteriormente. Este sencillo trile, combinado con los otros juicios, trabaja para echar en cara el desconocimiento del inglés a todo aquel que rechace el estudio de otro idioma distinto del materno, ya que, efectivamente, no es fácil mantener, en un mundo ampliamente interconectado, la inconveniencia de una segunda lengua. Pero es tan simple la táctica que se ha convertido en transparente y creo muy necesario incidir en romper esa identificación, no sólo por mentirosa y deformante, sino porque interesa dejar claro que, una vez quebrada, se debe defender e impulsar el conocimiento de uno o más idiomas no maternos, incluido por supuesto el inglés (por no mencionar los idiomas nacionales minoritarios y el que un día pudo haber sido el código de comunicación internacional de la clase trabajadora: el esperanto).

Siguiendo con el ideario burgués, lo que es un poco menos defendible es que la ignorancia de un segundo instrumento de comunicación lingüística sea un signo de incultura o de retraso educacional. A veces, más bien, puede ocurrir lo contrario, como bien podrían certificar algunos profesores de los colegios bilingües madrileños. Así, por ejemplo, la Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid tiene publicado un breve pero acertado análisis en el que se incide en la mala formación recibida por los alumnos de estos programas. Por un lado, el texto informa de la poca preparación de los profesores “bilingües” para dar las materias asignadas, pues no cumplen ningún requisito pedagógico para ser seleccionados, salvo el manejo del idioma en cuestión. Por otro, continúa el artículo, los conocimientos de inglés de los niños no son suficientes para entender una clase dada en ese idioma, por lo que no queda más remedio que bajar los contenidos curriculares de las materias, descendiendo con ello el nivel cultural, “hasta aspectos ínfimos”, según este colectivo. “Así, los alumnos que vayan a estos centros recibirán necesariamente menos contenidos, pues el instrumento para los mismos será más deficitario por su bajo conocimiento frente al español. Sin embargo, y esto es la clave, saldrán sin duda sabiendo más inglés, un saber instrumental”. Ese saber instrumental es precisamente el que interesa a la burguesía pues su objetivo no es más que dotar a las clases trabajadores de una herramienta de comunicación útil a la generación de plusvalía. Siguiendo la línea argumental del artículo diremos que al capitalismo no le interesa un modelo educativo que prime la formación integral de la persona sino uno que ofrezca al sistema productivo mano de obra (mejor o peor) preparada iii.

En cuanto a lo que concierne al ámbito laboral no hay más que girar la cabeza 360º y observar el triste panorama español de hoy en día: una tasa de más del 27% de paro y una de más del 50% entre los más jóvenes, precisamente la población con más conocimientos de inglés que ha habido en los últimos años. Imaginemos que todos esos millones de jóvenes, y no tan jóvenes, hablaran perfectamente inglés; ¿se acabaría así el desempleo? Respóndanse ustedes mismos. Y a la contra. ¿Es que el 73% de la población activa que hoy trabaja sabe inglés? Pregúntense a ustedes mismos y a los que les rodean, a los que tienen trabajo y a los que no: amigos, conocidos, familiares, compañeros… Evidentemente el idioma inglés es necesario para muchos trabajos, pero sólo para una minoría de ellos. Satisfaciendo a los amigos de los datos y citas me remitiré a la encuesta elaborada por la Dirección General de Educación y Cultura de la Unión Europea titulada “Los europeos y las lenguas: una encuesta especial de Eurobarómetro“, en que se establece que el principal uso de los segundos idiomas tiene lugar durante las vacaciones en países extranjeros, no en el mundo laboral. Esto ocurre tanto para el inglés, como para el francés, el alemán, el castellano y el italiano. Pero en lo que concierne al inglés, su segundo uso es la visión de películas, el tercero la navegación por internet y sólo en cuarto lugar las conversaciones en el trabajoiv. Que es más necesario el inglés que cualquier otro idioma, en términos generales, es una evidencia innegable, entre otras razones por lo que se está exponiendo en este artículo, pero que hay sectores en que otros idiomas son más necesarios es otra evidencia, idiomas cuyo estudio no suele ser fomentado, ni siquiera contemplado, por los medios de control social burguesesv, en una estrategia de ocultamiento afín a este proyecto uniformador.

Y en cuanto a la última maniobra, comparar los niveles de conocimiento de idiomas entre los países, para impulsar/azuzar a los rezagados a alcanzar el nivel “ideal” (de inglés, por supuesto), es casi hasta infantil, si no estuviera basada igualmente en cierta deformación y ocultación de la realidad. En lo que atañe a España son continuas las referencias de la prensa flagelando a la sociedad española por sus bajos conocimientos de idiomas foráneos, comparándola para ello con los países cuyos porcentajes son mayores, o con la media de la Unión Europea. Pero constatamos que según una encuesta reciente, del año 2012, la diferencia existente entre las capacidades y conocimientos lingüísticos de los españoles y los de los europeos es bastante pequeña. El 54 % de los comunitarios son capaces de mantener una conversación al menos en un idioma extranjero frente al 46% de los españoles. Y el 18% de éstos al menos con dos idiomas, frente al 25% de los europeos vi. Pero no solamente esto, es que este mismo estudio revela que en los últimos años el conocimiento de idiomas ha disminuido en un buen número de países europeos, entre los cuales no figura España, pero sí otros como Bélgica, Hungría, Polonia o Portugal vii. En todo caso, esa táctica del latigazo no demuestra más que el ansia que aflora en los escribas del capital para que el pueblo trabajador español presente sus tareas aplicadamente al día ante el amo angloparlante.

Mas a pesar de ello, sirviéndose y justificándose en esta tenaz y eficaz campaña, siguen con sus esfuerzos para inculcar en las conciencias obreras el instrumento comunicativo que han adoptado como suyo sus explotadores: expansión de los colegios bilingües, aumento de las horas de clase del idioma inglés, a veces en detrimento de las lenguas minoritarias españolas, uso abusivo e innecesario de anglicismos en los medios de comunicación y académicos, tanto de palabras como de locuciones, que tienen como efecto directo el empobrecimiento de vocabulario y expresión tanto del hablante como de la propia lengua castellana (y del resto de las lenguas españolas), carencia de traducciones en mensajes televisivos, cinematográficos viii o publicitarios, largas citas en inglés sin traducción en estudios académicos y universitarios, programas y canales de televisión “educativos” de aprendizaje del idioma inglés, mensajes en ese idioma en la megafonía de los trenes de cercanías, fragmentos o secciones en periódicos escritos en inglés… Todo ello unido con otro fenómeno tan o más importante, a saber: el olvido, desconocimiento, desinterés, desdén, cuando no simple rechazo de ciertas manifestaciones de la cultura propia, particularmente las relacionadas de alguna manera con el idioma: música, folclore, cine, literatura, etc., acompañados de una ponderación y sobreestimación de la tradición estético-cultural estadunidense ix.

Lamentablemente la respuesta a esta estrategia parece no ser prioritaria entre los grupos que luchan en estos momentos en el seno del debilitado movimiento obrero. De igual manera han caído en el olvido tanto la necesidad de teorizar sobre cuestiones culturales como las aportaciones del que quizá haya sido el más importante lidiador en esta plaza, el pensador marxista Antonio Gramsci, cuyas teorías deberían ser recuperadas y adaptadas a las necesidades actuales de la lucha. En cualquiera de los casos es manifiesto que la cultura, y la lengua dentro de ella, siempre ha sido elegida por el burgués como un campo de pugna privilegiado mientras que sus oponentes no siempre lo han considerado así. Por tanto, defiendo la urgente obligación de hacer frente a la ofensiva burguesa en el ámbito cultural y lingüístico, transitando el camino del reforzamiento de las tradiciones culturales propias (lo cual no significa desdeñar por supuesto influencias ajenas, incluida la estadunidense), y de la recuperación de las teorías culturales anticapitalistas y antiimperialistas, sin desdeñar propuestas pretéritas como la del movimiento esperantista, que impulsó en su día un medio de comunicación internacional entre las clases trabajadoras, respetuoso hacia las culturas y las lenguas de todo el mundo.

Notas:
i Este papel “protector” frente a los idiomas extranjeros, y en particular frente al inglés, tuvo lugar principalmente en la etapa más “falangista” del régimen. Con la derrota del Eje y el consiguiente arrinconamiento político del fascismo, la llegada de los opusdeístas liberales y la firma de los tratados hispano-yanquis, la impermeabilidad a la influencia de la lengua inglesa comenzó a resquebrajarse.

ii http://www.rebelion.org/noticia.php?id=150437

iii Mesa García, P.: “Centros educativos bilingües (No, I don´t)”. El artículo, que no tiene desperdicio, aborda además el aspecto socio-ideológico del problema cuando sostiene que el idioma inglés ha servido para reforzar la doble y discriminadora vía del sistema educativo español, intentando “asimilar” los colegios públicos bilingües a la vía “privilegiada” de la educación concertada y dejar la pública “monolingüe” para las clases trabajadoras más pobres, a las que se las destina a mano de obra de menor cualificación y precio. Ver http://www.profesoresfilosofia.es/articulo2.htm.

iv Esta encuesta fue realizada en el año 2000 y publicada un año después. Está accesible en internet en la siguiente dirección: http://ec.europa.eu/education/languages/archive/policy/consult/ebs_es.pdf

v Un ejemplo: según un despacho de Europa Press de 1 de febrero de 2013 el rumano fue el idioma más demandado (y con él sus intérpretes) en los juzgados de la Comunidad Autónoma de Madrid durante el segundo semestre de 2012, según la empresa que provee de traductores e intérpretes a esta Administración. El segundo, el árabe y el tercero el chino mandarín. Sólo en cuarto lugar aparecía el inglés como idioma solicitado para ser traducido en la Administración Madrileña de justicia.

vi http://ec.europa.eu/languages/documents/eurobarometer/e386-factsheets-es_en.pdf. Este enlace conduce a unas tablas del Eurobarómetro referido en la nota siguiente.

vii “Eurobarómetro especial nº 386. Los europeos y sus lenguas-RESUMEN”, publicado por la Comisión Europea en junio de 2012: http://ec.europa.eu/languages/documents/eurobarometer/e386summary_es.pdf

viii Desde hace años los distribuidores cinematográficos ya ni se molestan en traducir los títulos ingleses de un gran número de películas estrenadas en España. Lo que se ahorran en cartelería y promoción engrosa sus bolsillos. De igual manera, desde la implantación de la Televisión Digital Terrestre, muchos títulos de programas de televisión (la inmensa mayoría provenientes de EE.UU.), tampoco son traducidos, ante el silencio más absoluto de los dóciles espectadores.

ix Capítulo aparte merecería el deslumbramiento, por no decir papanatismo, de buena parte de la “crítica”, o mejor dicho del gacetillerismo, cultural de este país hacia todo lo proveniente de los EE.UU. y de su órbita anglosajona; papanatismo que, unido al desdén hacia buena parte de las tradiciones culturales españolas e hispanoamericanas, ha dado como resultado un proceso de sustitución en el imaginario colectivo de la tradición propia por otra ajena, cuyas claves íntimas y profundas se es incapaz de entender, interpretar, sentir, comunicar ni reproducir. Ciertos estudiosos, de manera aislada y hasta tímida, ya han comenzado a interesarse por este fenómeno del desprecio de la crítica hacia la cultura propia, cuya causa y consecuencia es el desconocimiento de la misma. Esta multiplicadora combinación de desprecio-rechazo a lo hispano con sobreestimación deslumbrada de lo anglosajón que se ha dado en la intelectualidad más “chic”, es decir la más, no por casualidad, influyente, ha sido, como no podía ser de otra manera, comunicada a la mayoría de la sociedad española, tanto a su fracción más desarmada cultural y educacional, las clases más proletarizadas, como a las aristocracias obreras y a la pequeña burguesía, cuyos miembros, en una buena parte y sobre todo en las generaciones más jóvenes, pueden tatarear las melodías de un Porter o un Lloyd Webber, pero no las de un Vives o un Solozábal, las canciones de los hermanos Everly o de los Ramones, pero no las de Joaquín Díaz, Oskorri o Sánchez Ferlosio, conocer cada detalle de la película “La guerra de las galaxias” o de cualquiera de las de la serie de “Harry Potter”, pero no los de “Surcos”, “Amanecer en Puerta Oscura” o “El mundo sigue”. En el mismo paquete de inserción de la cultura yanqui en el imaginario mental hispano se encuentran las referencias históricas. Así, un adolescente sabrá con cierto nivel de detalle avatares biográficos básicos de un Lincoln o un Kennedy, pero se quedará un tanto pasmado al mencionarle a Pi y Margall, Juan Negrín o a Juan Peiró. A este respecto no sobra recordar que no es inocente ideológicamente la elección de los referentes culturales yanquis impulsados por la burguesía. Ella nos azotará con Michel Jackson y nos privará de Paul Robeson, nos intentará convencer de las virtudes de un Spielberg pero tratará de ocultarnos la perseguida obra de un Biberman.