Estaba yo tan ricamente leyendo los Consejos a los cazadores de víboras, el librito del naturalista y gran ornitólogo William Henry Hudson que es un extraño canto de amor a esas ponzoñosas serpientes, cuando, en junguiana conexión, José Luis Copete me envió una simpática foto de un adulto de Bothrops atrox (la temida víbora americana Fer-de-Lance, barba amarilla o mapanare) zampándose un agutí, un roedor considerable que llega a pesar cinco kilos. El fin de semana se animaba.
Hudson recuerda en su libro el mito de Melampos, que salvó a unas jóvenes serpientes por lo que estas, agradecidas, le concedieron el poder de entender a los animales lamiéndole las orejas. En realidad uno no dejaría que una víbora le lamiera las orejas ni aunque ello le permitiera entender, como el tal Melampos, a las termitas, escapando así del derrumbe de una viga.
Conocedor de mi interés por las serpientes que raya en lo morboso, José Luis , que acaba de regresar de una de sus maratones de observación de aves (finalizó con 211 especies, incluido el mochuelo boreal), me habló de su colega Peter Boesman, que, precisamente, "perdió la pierna por la mordedura de una Fer-de-Lance… Se la amputaron, aunque salvó la vida. El tío sigue en activo, aunque va por ahí con una pierna de plástico".
El tema me interesó muchísimo. Mi abuelo me relató de niño la ocasión en que, de expedición en la selva venezolana, a uno de los porteadores indios lo mordió en el pie una mapanare. Sin pensárselo, el hombre apoyó la extremidad en un tocón de árbol y ¡zas!, se la cortó con el machete.
El belga Boesman es un experto mundial en vocalizaciones de pájaros (además de excelente pianista) que lleva 25 años registrando cantos en los lugares más remotos. Así, no es de extrañar que se topara un desdichado día en la selva peruana con una de las serpientes más peligrosas del mundo, no una Fer-de-Lance sino, como me ha explicado él mismo, una Bushmaster (Lachesis muta muta), una cascabel muda, también llamada surucucú, shushupe y ya con gran sentido dramático (pero sin faltar a la verdad) matabueyes y "el silencioso hado de los trópicos americanos".
La rara, secreta y temida lachesis, de legendario estatus, es un pedazo de bicho, la víbora más larga, que puede llegar a los 3,6 metros y cuya mordedura, según un estudio en Costa Rica, provoca la muerte en un 80 % de los casos, incluso con antídoto. Afortunadamente es un animal difícil de ver. Prima de las cascabeles posee una espina córnea al final de la cola que vibra cuando la molestan, aunque no suena (de ahí lo de muda). Su nombre científico hace referencia a Láquesis, una de las Moiras griegas que controlaban el hilo de la vida de los seres humanos. Una delicia, vamos.
Boesman me ha explicado que no vio a la que le mordió hasta después del ataque. "Fue mientras caminábamos en fila por un sendero en la selva. Yo iba el segundo. Algo debió provocar a la serpiente. Tras morderme se apartó y se puso en posición de alerta". ¿Duele que te muerda la muerte muda? "La mordedura misma es un doloroso y breve impacto. Unos segundos después empiezas a no notar la pierna. Obviamente luego los efectos son muy dolorosos". ¿Miedo? "Nunca he sido muy aficionado a las serpientes, siempre he mantenido las distancias; eso no ha cambiado después de la mordedura". Pero el incidente le habrá provocado algo de fobia. "Puede que temporalmente tuviera menos confianza al caminar en la jungla. Pero después de un tiempo regresó el comportamiento racional".
Da que pensar que alguien se pueda tomar con tanta flema el ataque de una serpiente que te cuesta una pierna. No vamos a juzgar las dotes de contador de historias de Boesman, pero quede aquí constancia de su indudable valor
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/05/10/actualidad/1462894850_748954.html
martes, 7 de junio de 2016
Giros del español
Estos giros son particularmente abundantes en español; no en vano, los alemanes usan "das kommt mir Spanisch vor" (me suena a español) en vez de nuestro "me suena a chino". Así pues, hemos recopilado algunas de esas expresiones a fin de facilitar, solo un poco, el conocimiento de la lengua de Cervantes a los sufridos extranjeros.
Dorar la píldora
Antes de que la mayoría de las píldoras tuvieran el recubrimiento insípido con el que cuentan hoy en día, los farmacéuticos las doraban con sustancias dulces que dejaban una costra exterior mucho más apetecible. De ahí su significado de adornar o edulcorar una situación.
La ocasión la pintan calva
Las oportunidades nada tienen que ver con la cabellera, pero lo cierto es que Fidias, el escultor griego, representó calva a la diosa Ocasión, aunque solo en la zona de la nuca. Era una forma de expresar que si se aprovechaba el momento -de frente- se la podía coger de los cabellos pero una vez pasada ya no era posible.
Ponerse las botas
Se refiere normalmente a comer copiosamente o a realizar alguna cosa de una manera opulenta. Su origen tiene que ver directamente con el calzado ya que las botas, normalmente hechas de piel, solo estaban al alcance de las clases más ricas, así que su posesión se ha relacionado con la abundancia.
Hay ropa tendida
Aparte de una situación habitual y eterna en todo piso de estudiantes que se precie, la referencia a la ropa tendida se hace cuando puede haber alguien que no debería escuchar una conversación. Era una expresión habitual en las prisiones para avisar de la presencia de carceleros.
A palo seco
Aunque esta locución se usa normalmente en el ámbito culinario cuando algo viene sin acompañamiento ni artificios, su origen se encuentra en el terreno naval. Así se llamaba a navegar con las velas recogidas en medio de un temporal de viento.
Otro gallo cantaría
Expresión habitual de toda madre o abuela que se precie destinada a hacer ver que las cosas podrían ser de otra forma, tener otras consecuencias. Suele iniciarse con un condicional, aquello que tu bendita progenitora cree que deberías haber hecho. Y su origen se encuentra en la mayor fabrica de instrucciones vitales: la religión. Si Pedro no hubiera negado a Jesucristo tres veces, otro gallo cantaría.
Meterse en camisa de once varas
O en un marrón. O en un berenjenal. Viene a significar meterse en problemas que, normalmente, no nos incumben. Como bien dicho español lo de las once varas es una exageración aunque en el fundamento del modismo la camisa existía. Se usaba en la Edad Media como rito a la hora de adoptar un niño. El padre metía al niño por la manga de una camisa grande y lo sacaba por el cuello. Al besarlo justo después dejaba claro que aceptaba la paternidad.
Salvarse por los pelos
Aunque no lo parezca, esta expresión sí tiene un significado literal que se ha perdido con el tiempo. En la actualidad, se refiere a salvarse por poco. Sin embargo, los marineros que no sabían nadar se la tomaban al pie de la letra ya que su cabellera podía servir de asidero si caían al agua.
Estar en Babia
Sí, Babia existe: es una comarca y está en León. Allí era donde los reyes de León tenían una residencia estival y donde pasaban largas temporadas para relajarse y olvidar sus regios problemas. De ahí se quedó el estar en Babia como encontrarse absorto.
El quinto pino
Lo cierto es que el quinto pino también existe, o a menos existía en lo que hoy es el madrileño Paseo de Recoletos. Y, como se presupone, había cinco. El primero era el que se encontraba más cerca y el quinto, como habrán supuesto sagazmente, era el más alejado. Así que quedar en el quinto pinto era quedar lejísimo, incluso para un madrileño.
No hay tu tía
No es que en español haya un vínculo secreto entre esta relación de parentesco y la falta de oportunidades. Es más un caso de deformación del lenguaje. La expresión original era “no hay atutía”, un ungüento medicinal hecho con óxido de zinc que con el tiempo llegó a conocerse como sinónimo de remedio para todo.
Hacer la pelota
Una práctica tan española que podría considerarse como deporte patrio, aunque no tenga que ver con ningún balón ni elemento esférico. Se trata de adular a alguien buscando el beneficio propio y es una locución importada de nuestros vecinos galos para los que una pelota es una prostituta. El chulo tiraba de elementos de márketing y les encargaba fidelizar clientes o lo que, traducido en este contexto, sería halagarles y camelarles para que volvieran a requerir sus servicios.
Montar un pollo
No se trata de cabalgar sobre el ave más numerosa del planeta y, aunque la RAE lo admite oficialmente con ‘ll’, su origen tiene más que ver con el “poyo”, el banco de piedra que se encuentra en el exterior de muchas casas. Esta palabra a su vez deriva del latín ‘podium’, el podio en el que se subían los oradores en las plazas para dar discursos y que podían causar verdaderos escándalos.
Sanseacabó
No hay un criterio único sobre el origen de este santo dado a finiquitar cosas; la más obvia es la que atribuye la expresión precisamente a un imaginario beato San se acabó que se usaría coloquialmente para dar por terminada una acción. O lo que es lo mismo, y en términos más gastronómicos que eclesiásticos, con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
El País.
http://elpais.com/elpais/2016/05/03/icon/1462269209_967007.html
Tirar la casa por la ventana
Dorar la píldora
Antes de que la mayoría de las píldoras tuvieran el recubrimiento insípido con el que cuentan hoy en día, los farmacéuticos las doraban con sustancias dulces que dejaban una costra exterior mucho más apetecible. De ahí su significado de adornar o edulcorar una situación.
La ocasión la pintan calva
Las oportunidades nada tienen que ver con la cabellera, pero lo cierto es que Fidias, el escultor griego, representó calva a la diosa Ocasión, aunque solo en la zona de la nuca. Era una forma de expresar que si se aprovechaba el momento -de frente- se la podía coger de los cabellos pero una vez pasada ya no era posible.
Ponerse las botas
Se refiere normalmente a comer copiosamente o a realizar alguna cosa de una manera opulenta. Su origen tiene que ver directamente con el calzado ya que las botas, normalmente hechas de piel, solo estaban al alcance de las clases más ricas, así que su posesión se ha relacionado con la abundancia.
Hay ropa tendida
Aparte de una situación habitual y eterna en todo piso de estudiantes que se precie, la referencia a la ropa tendida se hace cuando puede haber alguien que no debería escuchar una conversación. Era una expresión habitual en las prisiones para avisar de la presencia de carceleros.
A palo seco
Aunque esta locución se usa normalmente en el ámbito culinario cuando algo viene sin acompañamiento ni artificios, su origen se encuentra en el terreno naval. Así se llamaba a navegar con las velas recogidas en medio de un temporal de viento.
Otro gallo cantaría
Expresión habitual de toda madre o abuela que se precie destinada a hacer ver que las cosas podrían ser de otra forma, tener otras consecuencias. Suele iniciarse con un condicional, aquello que tu bendita progenitora cree que deberías haber hecho. Y su origen se encuentra en la mayor fabrica de instrucciones vitales: la religión. Si Pedro no hubiera negado a Jesucristo tres veces, otro gallo cantaría.
Meterse en camisa de once varas
O en un marrón. O en un berenjenal. Viene a significar meterse en problemas que, normalmente, no nos incumben. Como bien dicho español lo de las once varas es una exageración aunque en el fundamento del modismo la camisa existía. Se usaba en la Edad Media como rito a la hora de adoptar un niño. El padre metía al niño por la manga de una camisa grande y lo sacaba por el cuello. Al besarlo justo después dejaba claro que aceptaba la paternidad.
Salvarse por los pelos
Aunque no lo parezca, esta expresión sí tiene un significado literal que se ha perdido con el tiempo. En la actualidad, se refiere a salvarse por poco. Sin embargo, los marineros que no sabían nadar se la tomaban al pie de la letra ya que su cabellera podía servir de asidero si caían al agua.
Estar en Babia
Sí, Babia existe: es una comarca y está en León. Allí era donde los reyes de León tenían una residencia estival y donde pasaban largas temporadas para relajarse y olvidar sus regios problemas. De ahí se quedó el estar en Babia como encontrarse absorto.
El quinto pino
Lo cierto es que el quinto pino también existe, o a menos existía en lo que hoy es el madrileño Paseo de Recoletos. Y, como se presupone, había cinco. El primero era el que se encontraba más cerca y el quinto, como habrán supuesto sagazmente, era el más alejado. Así que quedar en el quinto pinto era quedar lejísimo, incluso para un madrileño.
No hay tu tía
No es que en español haya un vínculo secreto entre esta relación de parentesco y la falta de oportunidades. Es más un caso de deformación del lenguaje. La expresión original era “no hay atutía”, un ungüento medicinal hecho con óxido de zinc que con el tiempo llegó a conocerse como sinónimo de remedio para todo.
Hacer la pelota
Una práctica tan española que podría considerarse como deporte patrio, aunque no tenga que ver con ningún balón ni elemento esférico. Se trata de adular a alguien buscando el beneficio propio y es una locución importada de nuestros vecinos galos para los que una pelota es una prostituta. El chulo tiraba de elementos de márketing y les encargaba fidelizar clientes o lo que, traducido en este contexto, sería halagarles y camelarles para que volvieran a requerir sus servicios.
Montar un pollo
No se trata de cabalgar sobre el ave más numerosa del planeta y, aunque la RAE lo admite oficialmente con ‘ll’, su origen tiene más que ver con el “poyo”, el banco de piedra que se encuentra en el exterior de muchas casas. Esta palabra a su vez deriva del latín ‘podium’, el podio en el que se subían los oradores en las plazas para dar discursos y que podían causar verdaderos escándalos.
Sanseacabó
No hay un criterio único sobre el origen de este santo dado a finiquitar cosas; la más obvia es la que atribuye la expresión precisamente a un imaginario beato San se acabó que se usaría coloquialmente para dar por terminada una acción. O lo que es lo mismo, y en términos más gastronómicos que eclesiásticos, con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
El País.
http://elpais.com/elpais/2016/05/03/icon/1462269209_967007.html
Tirar la casa por la ventana
5 CONSEJOS PARA NAVEGACIÓN SEGURA EN WEB Y MÓVIL POR EDWARD SNOWDEN
ROLANDO VARGAS·MIÉRCOLES, 18 DE MAYO DE 2016
NUNCA ESTÁ DE MÁS REVISAR ALGUNOS CONSEJOS DE UNO DE LOS ANALISTAS DE SEGURIDAD INFORMÁTICA MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO.
Si a estas alturas no eres consciente de que todo lo que haces, dices o publicas en línea tiene valor para alguien, quien a su vez capitaliza tus likes, preferencias e incluso aversiones, probablemente vives en el pasado. Internet dejó de ser una herramienta para convertirse en una forma de socialización extendida, por lo que las agencias de inteligencia tanto como las corporaciones publicitarias buscan más y más hacerse de tu información; en ocasiones no lo buscan con fines maliciosos, pero si te interesa seguir gozando de los privilegios de la privacidad tal y como la conocíamos antes de la revelación de PRISM por parte de Edward Snowden, existen formas de conseguirlo.
No te vamos a mentir: tendrás que salir de tu zona de confort y aprender un par de cosas que tal vez no sepas, pero no es cosa del otro mundo y finalmente todo va evolucionando. No basta con que los bancos y las páginas te remitan a su "aviso de privacidad" para saber que tu información está a salvo, es preciso hacerlo "manualmente", o con un poco de ayuda de estas apps y proyectos a favor de tu seguridad.
1. Protección de SMS
Signal es una app que encripta tus mensajes de texto, siempre y cuando la persona a la que llamas o escribes también tenga la app. Está disponible para iOS y Android. (Aquí también una guía de cómo encriptar tu disco duro).
2. Utiliza autenticación en dos pasos
Muchos servicios en línea te permiten poner un grado extra de seguridad al enviarte un código de seguridad a un dispositivo que solamente tú puedas ver. De esta manera no sólo se necesita una contraseña para entrar a tus cuentas, sino también el dispositivo físico. Redes y servicios popularse como Facebook, Twitter, Gmail y Dropbox lo tienen incluido y sólo necesitas activarlo.
3. Un administrador de contraseñas
El robo de información no siempre le ocurre a personas aisladas: a veces los hackers descargan u obtienen bases de datos enteras, por lo que según Snowden, "si un servicio que dejaste de usar en 2007 es hackeado, y la contraseña que usaste para ese sitio es la misma que usas para tu cuenta de Gmail", entonces tal vez estés en problemas. Hay apps como KeePassX que permiten diversificar tus contraseñas a través de todas tus cuentas, de modo que si una de ellas se ve "comprometida" (para utilizar el eufemismo de "hackeada") las demás permanezcan protegidas.
4. Usa Tor
Tor es probablemente una de las opciones más seguras para navegar en Internet; su interfaz no es muy distinta a la de un navegador convencional, pero permite navegar con un aceptable grado de anonimidad por la Red, impidiendo que se conozca tu ubicación física e identidad.
5. Instala un adblock
El navegador Tor ya tiene integrado un bloqueo de JavaScript, pero existen otras alternativas para bloquear los anuncios en Internet según el tipo de navegador que utilices. Además de que sentirás que navegas con un chaleco antibalas, según Snowden "todos deberían utilizar un software de bloqueo de publicidad, incluso desde una perspectiva de seguridad".La privacidad como concepto no puede ser negociable, y cada vez más empresas de software están haciéndose conscientes al respecto. Podremos ver un cambio en la forma en que las páginas tratan a sus usuarios solamente con un cambio en el paradigma del propio usuario como administrador experto de su privacidad.
Si a estas alturas no eres consciente de que todo lo que haces, dices o publicas en línea tiene valor para alguien, quien a su vez capitaliza tus likes, preferencias e incluso aversiones, probablemente vives en el pasado. Internet dejó de ser una herramienta para convertirse en una forma de socialización extendida, por lo que las agencias de inteligencia tanto como las corporaciones publicitarias buscan más y más hacerse de tu información; en ocasiones no lo buscan con fines maliciosos, pero si te interesa seguir gozando de los privilegios de la privacidad tal y como la conocíamos antes de la revelación de PRISM por parte de Edward Snowden, existen formas de conseguirlo.
No te vamos a mentir: tendrás que salir de tu zona de confort y aprender un par de cosas que tal vez no sepas, pero no es cosa del otro mundo y finalmente todo va evolucionando. No basta con que los bancos y las páginas te remitan a su "aviso de privacidad" para saber que tu información está a salvo, es preciso hacerlo "manualmente", o con un poco de ayuda de estas apps y proyectos a favor de tu seguridad.
1. Protección de SMS
Signal es una app que encripta tus mensajes de texto, siempre y cuando la persona a la que llamas o escribes también tenga la app. Está disponible para iOS y Android. (Aquí también una guía de cómo encriptar tu disco duro).
2. Utiliza autenticación en dos pasos
Muchos servicios en línea te permiten poner un grado extra de seguridad al enviarte un código de seguridad a un dispositivo que solamente tú puedas ver. De esta manera no sólo se necesita una contraseña para entrar a tus cuentas, sino también el dispositivo físico. Redes y servicios popularse como Facebook, Twitter, Gmail y Dropbox lo tienen incluido y sólo necesitas activarlo.
3. Un administrador de contraseñas
El robo de información no siempre le ocurre a personas aisladas: a veces los hackers descargan u obtienen bases de datos enteras, por lo que según Snowden, "si un servicio que dejaste de usar en 2007 es hackeado, y la contraseña que usaste para ese sitio es la misma que usas para tu cuenta de Gmail", entonces tal vez estés en problemas. Hay apps como KeePassX que permiten diversificar tus contraseñas a través de todas tus cuentas, de modo que si una de ellas se ve "comprometida" (para utilizar el eufemismo de "hackeada") las demás permanezcan protegidas.
4. Usa Tor
Tor es probablemente una de las opciones más seguras para navegar en Internet; su interfaz no es muy distinta a la de un navegador convencional, pero permite navegar con un aceptable grado de anonimidad por la Red, impidiendo que se conozca tu ubicación física e identidad.
5. Instala un adblock
El navegador Tor ya tiene integrado un bloqueo de JavaScript, pero existen otras alternativas para bloquear los anuncios en Internet según el tipo de navegador que utilices. Además de que sentirás que navegas con un chaleco antibalas, según Snowden "todos deberían utilizar un software de bloqueo de publicidad, incluso desde una perspectiva de seguridad".La privacidad como concepto no puede ser negociable, y cada vez más empresas de software están haciéndose conscientes al respecto. Podremos ver un cambio en la forma en que las páginas tratan a sus usuarios solamente con un cambio en el paradigma del propio usuario como administrador experto de su privacidad.
lunes, 6 de junio de 2016
Valer para estudiar
Belén Gopegui
Diagonal
El escritor Antonio Muñoz Molina ha publicado una carta en El País dirigida a su maestro de la niñez. Allí cuenta que cuando tenía once o doce años su padre pensó en sacarle de la escuela, pero su maestro le dijo que no lo hiciera porque el niño "valía para estudiar". Me interesan poco los argumentos ad hominem y si cito al escritor es por aclarar las fuentes y porque su carta ha sido leída como si lo que expresa fuese al mismo tiempo conmovedor y lógico.
No se trata de juzgar la reacción del maestro en aquel tiempo: ante la situación social de muchos niños –y qué decir de las niñas– a quienes se les impediría seguir estudiando, amparar a los que la tarea –carente, por cierto, de valor alguno en sí misma– de resumir o memorizar temas resultaba más llevadera y fácil.
Sí sobresalta que cincuenta años después no haya habido por parte de quien escribe la carta siquiera un instante de reflexión sobre lo que conlleva la idea "valer para estudiar" incluso a los once años: el simétrico "no valer" y el probable ingreso precoz en un tiempo donde la necesidad de sobrevivir suele devorar la de vivir. Una declaración, en fin, de fracaso sin ambages del país y del sistema educativo.
Si en algún momento empiezan a perfilarse con nitidez aptitudes y dificultades, la labor del sistema debería ser estimular las aptitudes y contribuir a paliar las dificultades, entendiendo que el estudio tiene mucho más que ver con la curiosidad desinteresada por el mundo –y qué niño o niña no la tiene– que con la docilidad, la repetición y el empaquetamiento de información que será luego desempaquetada en el examen.
Escribe una persona dedicada desde hace décadas a la enseñanza pública: "Cualquier alumno o alumna que deje la escuela sin terminar es un fracaso para el profesorado y el sistema. Quien crea saber el futuro de su alumnado es bastante ignorante. El Bachillerato nocturno está lleno de alumnado que fracasó (se le echó o no tuvo las mismas oportunidades) y a pesar de sus pesares sigue con ganas de seguir aprendiendo y saca sus estudios por la tarde-noche, a menudo después de su jornada laboral matinal. ¿Quién vale para estudiar?".
En nombre de una siempre cuestionable valía personal, algunas expresiones terminan justificando que se arrebate a millares de niñas y niños el tiempo de la calma y la curiosidad, el tiempo que debiera detener la ley de la selva, el tiempo que está esperando por ti.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/30332-valer-para-estudiar.html
Diagonal
El escritor Antonio Muñoz Molina ha publicado una carta en El País dirigida a su maestro de la niñez. Allí cuenta que cuando tenía once o doce años su padre pensó en sacarle de la escuela, pero su maestro le dijo que no lo hiciera porque el niño "valía para estudiar". Me interesan poco los argumentos ad hominem y si cito al escritor es por aclarar las fuentes y porque su carta ha sido leída como si lo que expresa fuese al mismo tiempo conmovedor y lógico.
No se trata de juzgar la reacción del maestro en aquel tiempo: ante la situación social de muchos niños –y qué decir de las niñas– a quienes se les impediría seguir estudiando, amparar a los que la tarea –carente, por cierto, de valor alguno en sí misma– de resumir o memorizar temas resultaba más llevadera y fácil.
Sí sobresalta que cincuenta años después no haya habido por parte de quien escribe la carta siquiera un instante de reflexión sobre lo que conlleva la idea "valer para estudiar" incluso a los once años: el simétrico "no valer" y el probable ingreso precoz en un tiempo donde la necesidad de sobrevivir suele devorar la de vivir. Una declaración, en fin, de fracaso sin ambages del país y del sistema educativo.
Si en algún momento empiezan a perfilarse con nitidez aptitudes y dificultades, la labor del sistema debería ser estimular las aptitudes y contribuir a paliar las dificultades, entendiendo que el estudio tiene mucho más que ver con la curiosidad desinteresada por el mundo –y qué niño o niña no la tiene– que con la docilidad, la repetición y el empaquetamiento de información que será luego desempaquetada en el examen.
Escribe una persona dedicada desde hace décadas a la enseñanza pública: "Cualquier alumno o alumna que deje la escuela sin terminar es un fracaso para el profesorado y el sistema. Quien crea saber el futuro de su alumnado es bastante ignorante. El Bachillerato nocturno está lleno de alumnado que fracasó (se le echó o no tuvo las mismas oportunidades) y a pesar de sus pesares sigue con ganas de seguir aprendiendo y saca sus estudios por la tarde-noche, a menudo después de su jornada laboral matinal. ¿Quién vale para estudiar?".
En nombre de una siempre cuestionable valía personal, algunas expresiones terminan justificando que se arrebate a millares de niñas y niños el tiempo de la calma y la curiosidad, el tiempo que debiera detener la ley de la selva, el tiempo que está esperando por ti.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/30332-valer-para-estudiar.html
La estrategia equivocada del PSOE
En las elecciones generales del 26-J, todo parece indicar, que se va a reafirmar la superación del bipartidismo y el mapa de las cuatro principales formaciones políticas y, especialmente, consolidar la nueva coalición de Unidos Podemos con sus confluencias. Ello significa que no va a haber mayorías absolutas y que la garantía del cambio real reposa en un deseable acuerdo entre el PSOE y Unidos Podemos y sus aliados. Al igual que el 20-D, un Gobierno de Progreso, compartido y con un programa intermedio o negociado pero claramente de avance para la gente, puede tener mayores apoyos parlamentarios que un Gobierno continuista de las derechas (PP-Ciudadanos) y, desde luego, que un Gobierno de Gran Centro (C’s-PSOE) con un continuismo de las principales políticas y solo un recambio de élites gubernamentales.
Pues bien, la dirección socialista ha diseñado una estrategia errónea para su campaña electoral que consiste en bloquear un Gobierno de Progreso, un acuerdo entre las fuerzas progresistas para impulsar el necesario cambio sustantivo de las políticas socioeconómicas, en favor de las capas populares, y la democratización y regeneración institucional y política. Su apuesta sigue siendo el pacto con Ciudadanos, con una política económica y europea subordinada al gran consenso liberal-conservador y otra política territorial e institucional continuista y dependiente de las derechas. Todo ello con algunos retoques, particularmente retóricos y solo con el recambio de élites gubernamentales.
Pero esa estrategia, aplicada a tope en estos meses, le ha conducido al fracaso. Gran parte de la ciudadanía considera que siendo posible un Gobierno de cambio y progreso, el PSOE ha renunciado a él y es responsable del bloqueo institucional. No ha calado su campaña de culpabilizar a Podemos, al que le exigía una completa subordinación a su hegemonía y su plan continuista. Así, no han conseguido doblegarlo ni dividirlo. Y según las encuestas ese acoso mediático socialista contra Podemos tampoco les ha generado mayor simpatía electoral.
Además, el PSOE tiene difícil crecer por sus dos lados. Por la parte del electorado de centro derecha, aunque baje algo más el PP, fruto de su inmovilismo, sus políticas regresivas y su corrupción, Ciudadanos, al que trata con guante blanco, constituye un tapón para el trasvase de esos votos hacia ellos. Por la parte de los votantes auto-ubicados en el centro progresista y la izquierda, la nueva coalición Unidos Podemos (y confluencias) refuerza y da más solidez y credibilidad a una alternativa de cambio real y no cosmético y dificulta su intención de quitarles millón y medio de votos.
No obstante, la dirección del Partido Socialista se reafirma en su estrategia equivocada. Para ella su fracaso no derivaría de su orientación política que necesita una reflexión autocrítica y un giro progresista y democrático. El problema sería la tozuda realidad de Podemos y sus aliados a la que hay que cambiar… como sea. La cuestión es que esa tesis y ese proyecto socialista, continuista y sectario, parte de unos presupuestos falsos y les lleva a una actitud fanática y a utilizar unos mecanismos cada vez más irreales y prepotentes.
Ya hemos comentado la falsedad de su crítica hacia Podemos y sus aliados sobre su supuesta pinza con el PP para bloquear el (re)cambio, que representaría Pedro Sánchez. Esa idea no tiene credibilidad social y su insistencia la convierte en manipulación interesada. La evidencia pública ha sido la renuncia socialista a un acuerdo (único) posible para un Gobierno auténtico del cambio, desalojando al PP y sus políticas autoritarias y de austeridad y del que el más firme partidario era Pablo Iglesias.
Por un lado, el actual eslogan socialista de un Sí por el cambio pretende obscurecer su responsabilidad por el bloqueo del cambio. Por otro lado, vuelve a emplazar a las fuerzas reales del cambio a que renuncien a él y se subordinen al continuismo programático del pacto PSOE-C’s y la prepotencia del propio Sánchez para decidir los planes y composición gubernamentales. Una completa tergiversación del lenguaje que sigue sin convencer (ni siquiera, ya que se nota el cinismo) a los suyos ni tampoco a Rivera que no termina de fiarse de sus intenciones.
El cerco hacia Unidos Podemos se resquebraja
Ese agresivo ataque contra Unidos Podemos y confluencias se complementa con otros discursos descalificatorios que pretenden quitarles más de un millón de votos del total de seis recibidos. Las tergiversaciones del aparato socialista para desacreditar la dinámica del cambio y ensanchar sus posibilidades electorales son: La radicalización (izquierdista, populista y/o independentista, según convenga); la indefinición política (o los ambiguos u obscuros intereses que defiende, en versión venezolana ya que no existe el peligro del comunismo internacional y la asociación con la extrema derecha europea es demasiado burda); la división interna (o su fragilidad, centralismo e inexperiencia); y como colofón de todos ellos el denostado liderazgo de Pablo Iglesias que reuniría todos los males: radical, demagogo y autoritario. Desde el punto de vista democrático, debemos estar preparados ya que parece que hay un gran consenso tripartito (PP, C’s y PSOE) para frenar a Podemos y sus aliados sin juego limpio ni debate sosegado y con argumentos.
La descalificación de radical, izquierdista… pretende alejar a Podemos y sus aliados de las mayorías sociales progresistas. No tiene fundamentos, más allá de algunos pequeños errores de excesos retóricos. Lo principal de su estrategia ha sido lo contrario; han ganado en realismo, concreción y madurez (no estrictamente en moderación). La alternativa institucional principal, el gobierno de progreso, cambio y de coalición con el PSOE (a la valenciana) era justa y fácilmente justificable ante la mayoría ciudadana. Se adecua a los equilibrios existentes y se modifica el objetivo precedente (irreal) de ganar y gobernar solos y frente a la ‘casta’, admitiendo el carácter ambivalente y de posible socio del Partido Socialista.
Ahora bien, desde el Comité Federal socialista del 28 de diciembre y más desde su pacto con Ciudadanos, la renuncia del PSOE a un Gobierno de Progreso estaba clara. Así, la determinación de Podemos (y aliados) de no apoyar un plan continuista era coherente con el proyecto de cambio y el compromiso con su electorado y no síntoma de radicalización. Tampoco fructificó la brecha inducida con Compromís e IU a los que mediáticamente se les tildaba entonces de dialogantes y moderados.
Las propuestas programáticas de Podemos, particularmente las más distantes con el PSOE, las políticas socioeconómicas y sobre la cuestión catalana, derivan del continuismo inmovilista de ellos y su dependencia de C’s. Sin embargo, las primeras alternativas son ‘socialdemócratas’ y las pueden comprender y apoyar más del 60% de la ciudadanía, aunque necesitan de una posición firme y con temple ante la Unión Europea. Y las segundas, de carácter básicamente democrático y de reconocimiento de la plurinacionalidad, tienen un altísimo apoyo en las nacionalidades históricas y, según distintas encuestas de opinión, son aceptadas en el resto de España sin pérdida electoral para Podemos.
Las fortalezas de Unidos Podemos
Está claro el perfil de Unidos Podemos y confluencias como defensores de las capas populares, de los sectores desfavorecidos, de los de abajo… frente a las oligarquías. Su defensa de los derechos sociales y laborales, así como de las libertades civiles y políticas es innegable. En todo ello gana a las tres fuerzas (PP, C’s y PSOE) defensoras del poder establecido y el consenso europeo y comprometidas con las políticas de austeridad y una gestión autoritaria frente a las demandas populares y democráticas.
Igualmente, su planteamiento global cabe dentro de los parámetros (como dice Pablo Iglesias) de una nueva socialdemocracia. Es secundaria la etiqueta, la cuestión es rechazar las que son tergiversadoras o marginadoras. Lo principal es construir un proyecto identificador, con un discurso y una práctica de carácter democrático-igualitario, defensor de la mayoría social. Luego llegará el símbolo y la nominación. Y ese perfil progresivo lo ha ido adquiriendo Podemos y sus aliados, tiene una bases sólidas en la experiencia popular, y lo ha ido perdiendo el Partido Socialista.
Además, el fenómeno Podemos (al igual que se decía del movimiento de protesta en torno al 15-M) no es una burbuja que puede estallar en cualquier momento y desaparecer. Está asentado en la amplia y prolongada experiencia ciudadana, de más de un lustro, de pugna sociopolítica contra los recortes sociales y la prepotencia institucional de las élites gobernantes, con la reafirmación cívica en la cultura democrática y de justicia social. Ese amplio y diverso movimiento popular contra las injusticias sociales y por la democracia constituye los fundamentos del electorado indignado que Podemos (junto con IU y las confluencias) ha sabido encauzar y consolidar.
La ciudadanía activa española es progresista. La desafección hacia el PSOE, de cerca de seis millones de votos ya se inició hace seis años y continuó el 20-D. Los intentos sucesivos de comunicación y retórica no han impedido ese declive. Se han distanciado algo (por el paso del tiempo y la falta de ocasión) de la responsabilidad gubernamental directa. Pero cuando han tenido una nueva oportunidad para un nuevo plan de Gobierno, han preferido la alianza con la derecha de Ciudadanos y han vuelto a reafirmarse en una estrategia continuista y prepotente. Es dudoso que incrementen su credibilidad sin un giro consecuente de su orientación y su práctica política.
El electorado socialista (según Metroscopia) está envejecido (media de edad de 55 años, poco más de un millón de jóvenes -18 a 34 años-) y en las zonas rurales. Mientras, el de Podemos y sus aliados está en zonas y sectores más dinámicos, grandes áreas urbanas, clases trabajadoras, nuevas clases medias-profesionales e ilustradas y entre jóvenes (unos dos millones, el 35% de su electorado cuando la media es el 21%).
¿Qué le queda al Partido Socialista para remontar su pérdida de credibilidad entre sectores progresistas, particularmente jóvenes? Su respuesta es acentuar la garantía del continuismo y, sobre todo, intentar el aislamiento y descrédito hacia Unidos Podemos y su líder. Esa pose de dar apariencia de hegemonía representativa conlleva la nostalgia del bipartidismo, pero después de la pérdida de casi seis millones de votantes, la mitad de su electorado, no es realista y da poca seguridad a su base social actual. Esa opción es difícil que dé esos resultados e impide el cambio institucional sin generar nuevas expectativas a su propia base electoral.
También tiene otro efecto contraproducente: no les garantiza un deseable incremento de su voto de centro-derecha en disputa con Ciudadanos y el propio PP, para asegurar, en todo caso, que no alcancen ambas derechas la mayoría parlamentaria. Es decir, esa estrategia socialista de, sobre todo, asegurar el recambio de su élite gobernante, neutralizar el auténtico cambio y sin cambiar las políticas de fondo no tiene fundamentos políticos ni credibilidad ciudadana. De ahí que se tenga que basar en la manipulación comunicativa y en el sectarismo hacia las fuerzas del cambio.
Su penúltimo relato divisorio consiste en su apuesta por su deseado fracaso del ‘radicalismo’ de Pablo Iglesias para confiar en la ‘moderación’ de Iñigo Errejón que, en último extremo, garantizaría con la abstención o una posición subordinada la investidura de Sánchez con un similar esquema programático y de pacto con Ciudadanos. O sea, que al final, la ansiada estabilidad de un gobierno continuista de PSOE-C’s, tras el 26-J, dependería del descrédito de Pablo Iglesias y el ensalzamiento de Iñigo Errejón para que se haga con el control (o la escisión) de Podemos y avale a Pedro Sánchez. Ésa, la división y descalabro de Podemos y sus aliados, sería la base de la supuesta confianza y seguridad socialista en acceder a la Presidencia del nuevo Gobierno y, tal como ha confirmado el líder socialista al empresariado catalán, garantice la estabilidad gubernamental sin terceras elecciones.
No obstante, ante el incumplimiento de esa profecía, la actual dirección socialista intentará adjudicar su causa a la malignidad de Podemos. Así, volviendo sobre sus pasos y con la correspondiente catarsis y nuevo liderazgo, podría justificar esa estabilidad por la vía del apoyo (abstención) socialista a un gobierno continuista de las derechas. Con esos mimbres tan irreales, prepotentes y de bajos vuelos, de la vieja política, el equipo de Sánchez no se hace acreedor de ninguna legitimidad ciudadana para liderar un Gobierno de Progreso. El ciclo del declive representativo del PSOE continuaría.
Los obstáculos para el desarrollo de ese plan continuista con reales. Unidos Podemos y las confluencias tienen fortalezas con las que resistir esa ofensiva de cerco político o cordón sanitario. Aunque tienen gran diversidad ideológica y dinámicas organizativas perfectibles, existe un alto grado de unidad política en torno a las alternativas políticas fundamentales. No hay riesgos de rupturas. Es más, existe la potencialidad de una mejora integradora con las distintas confluencias y, particularmente, con las fuerzas de Izquierda Unidad-Unidad Popular. Por otro lado, Pablo Iglesias sigue siendo su referente principal pero dentro de un liderazgo más colectivo y plural y, sobre todo, una organización más estructurada y flexible.
En definitiva, la estrategia de la dirección socialista les puede llevar al fracaso de sus propios objetivos, su papel institucional preponderante. También a un debilitamiento representativo más o menos lento y profundo, con un alejamiento respecto del PP y un adelantamiento de Unidos Podemos (y confluencias), junto con una evidente crisis interna y de liderazgo. No obstante, la consecuencia negativa principal es que esa operación neutraliza la dinámica del cambio, de un Gobierno de Progreso en torno a unas políticas fundamentales de justicia social y mayor democracia. Por tanto, afecta a la mayoría de la sociedad que, probablemente, le exigirá responsabilidades. El reto inmediato para las fuerzas del cambio es impedir un gobierno continuista de las derechas y garantizar un Gobierno de progreso y de cambio. Ése es el desempate principal, abrir un ciclo político-institucional que favorezca los avances progresivos y democráticos en favor de la mayoría ciudadana.
En resumen, el PSOE, de entrada, no está por la labor del cambio real y lleva una estrategia equivocada. Las fuerzas del cambio todavía son insuficientes y dependen de la colaboración socialista. La prioridad son los intereses de la gente, dejar atrás esta etapa autoritaria y de austeridad. Hay que insistir en los argumentos para llegar a un acuerdo razonable y compartido y desarrollar una campaña con la mano tendida y sin crispación.
Pero el deseado giro en la actitud socialista va a depender, fundamentalmente, de los hechos: comprobar la amplitud y firmeza de las demandas populares de cambio a través de la ampliación del apoyo electoral a Unidos Podemos y confluencias. Desde otra perspectiva: evaluar la demostración cívica de los costes para el Partido Socialista, en el caso de persistir en su estrategia equivocada, con el continuado debilitamiento de su representatividad. Es el elemento que puede condicionar su cambio de actitud para iniciar una nueva etapa de acuerdo gubernamental de progreso.
El PSOE, en su ambivalencia, tiene un aparato dependiente y colaborador con los poderosos y su obcecación puede provocar el bloqueo del cambio. Será necesario enfrentarse a esa situación con un plan B, para evitar la frustración social y seguir haciendo camino al andar. De momento, el plan A es ganar las elecciones generales al PP, dejar en minoría a las derechas y reforzar las fuerzas del cambio.
Antonio Antón
Antonio Antón. Profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid. Autor de Movimiento popular y cambio político. Nuevos discursos (ed. UOC).
Pues bien, la dirección socialista ha diseñado una estrategia errónea para su campaña electoral que consiste en bloquear un Gobierno de Progreso, un acuerdo entre las fuerzas progresistas para impulsar el necesario cambio sustantivo de las políticas socioeconómicas, en favor de las capas populares, y la democratización y regeneración institucional y política. Su apuesta sigue siendo el pacto con Ciudadanos, con una política económica y europea subordinada al gran consenso liberal-conservador y otra política territorial e institucional continuista y dependiente de las derechas. Todo ello con algunos retoques, particularmente retóricos y solo con el recambio de élites gubernamentales.
Pero esa estrategia, aplicada a tope en estos meses, le ha conducido al fracaso. Gran parte de la ciudadanía considera que siendo posible un Gobierno de cambio y progreso, el PSOE ha renunciado a él y es responsable del bloqueo institucional. No ha calado su campaña de culpabilizar a Podemos, al que le exigía una completa subordinación a su hegemonía y su plan continuista. Así, no han conseguido doblegarlo ni dividirlo. Y según las encuestas ese acoso mediático socialista contra Podemos tampoco les ha generado mayor simpatía electoral.
Además, el PSOE tiene difícil crecer por sus dos lados. Por la parte del electorado de centro derecha, aunque baje algo más el PP, fruto de su inmovilismo, sus políticas regresivas y su corrupción, Ciudadanos, al que trata con guante blanco, constituye un tapón para el trasvase de esos votos hacia ellos. Por la parte de los votantes auto-ubicados en el centro progresista y la izquierda, la nueva coalición Unidos Podemos (y confluencias) refuerza y da más solidez y credibilidad a una alternativa de cambio real y no cosmético y dificulta su intención de quitarles millón y medio de votos.
No obstante, la dirección del Partido Socialista se reafirma en su estrategia equivocada. Para ella su fracaso no derivaría de su orientación política que necesita una reflexión autocrítica y un giro progresista y democrático. El problema sería la tozuda realidad de Podemos y sus aliados a la que hay que cambiar… como sea. La cuestión es que esa tesis y ese proyecto socialista, continuista y sectario, parte de unos presupuestos falsos y les lleva a una actitud fanática y a utilizar unos mecanismos cada vez más irreales y prepotentes.
Ya hemos comentado la falsedad de su crítica hacia Podemos y sus aliados sobre su supuesta pinza con el PP para bloquear el (re)cambio, que representaría Pedro Sánchez. Esa idea no tiene credibilidad social y su insistencia la convierte en manipulación interesada. La evidencia pública ha sido la renuncia socialista a un acuerdo (único) posible para un Gobierno auténtico del cambio, desalojando al PP y sus políticas autoritarias y de austeridad y del que el más firme partidario era Pablo Iglesias.
Por un lado, el actual eslogan socialista de un Sí por el cambio pretende obscurecer su responsabilidad por el bloqueo del cambio. Por otro lado, vuelve a emplazar a las fuerzas reales del cambio a que renuncien a él y se subordinen al continuismo programático del pacto PSOE-C’s y la prepotencia del propio Sánchez para decidir los planes y composición gubernamentales. Una completa tergiversación del lenguaje que sigue sin convencer (ni siquiera, ya que se nota el cinismo) a los suyos ni tampoco a Rivera que no termina de fiarse de sus intenciones.
El cerco hacia Unidos Podemos se resquebraja
Ese agresivo ataque contra Unidos Podemos y confluencias se complementa con otros discursos descalificatorios que pretenden quitarles más de un millón de votos del total de seis recibidos. Las tergiversaciones del aparato socialista para desacreditar la dinámica del cambio y ensanchar sus posibilidades electorales son: La radicalización (izquierdista, populista y/o independentista, según convenga); la indefinición política (o los ambiguos u obscuros intereses que defiende, en versión venezolana ya que no existe el peligro del comunismo internacional y la asociación con la extrema derecha europea es demasiado burda); la división interna (o su fragilidad, centralismo e inexperiencia); y como colofón de todos ellos el denostado liderazgo de Pablo Iglesias que reuniría todos los males: radical, demagogo y autoritario. Desde el punto de vista democrático, debemos estar preparados ya que parece que hay un gran consenso tripartito (PP, C’s y PSOE) para frenar a Podemos y sus aliados sin juego limpio ni debate sosegado y con argumentos.
La descalificación de radical, izquierdista… pretende alejar a Podemos y sus aliados de las mayorías sociales progresistas. No tiene fundamentos, más allá de algunos pequeños errores de excesos retóricos. Lo principal de su estrategia ha sido lo contrario; han ganado en realismo, concreción y madurez (no estrictamente en moderación). La alternativa institucional principal, el gobierno de progreso, cambio y de coalición con el PSOE (a la valenciana) era justa y fácilmente justificable ante la mayoría ciudadana. Se adecua a los equilibrios existentes y se modifica el objetivo precedente (irreal) de ganar y gobernar solos y frente a la ‘casta’, admitiendo el carácter ambivalente y de posible socio del Partido Socialista.
Ahora bien, desde el Comité Federal socialista del 28 de diciembre y más desde su pacto con Ciudadanos, la renuncia del PSOE a un Gobierno de Progreso estaba clara. Así, la determinación de Podemos (y aliados) de no apoyar un plan continuista era coherente con el proyecto de cambio y el compromiso con su electorado y no síntoma de radicalización. Tampoco fructificó la brecha inducida con Compromís e IU a los que mediáticamente se les tildaba entonces de dialogantes y moderados.
Las propuestas programáticas de Podemos, particularmente las más distantes con el PSOE, las políticas socioeconómicas y sobre la cuestión catalana, derivan del continuismo inmovilista de ellos y su dependencia de C’s. Sin embargo, las primeras alternativas son ‘socialdemócratas’ y las pueden comprender y apoyar más del 60% de la ciudadanía, aunque necesitan de una posición firme y con temple ante la Unión Europea. Y las segundas, de carácter básicamente democrático y de reconocimiento de la plurinacionalidad, tienen un altísimo apoyo en las nacionalidades históricas y, según distintas encuestas de opinión, son aceptadas en el resto de España sin pérdida electoral para Podemos.
Las fortalezas de Unidos Podemos
Está claro el perfil de Unidos Podemos y confluencias como defensores de las capas populares, de los sectores desfavorecidos, de los de abajo… frente a las oligarquías. Su defensa de los derechos sociales y laborales, así como de las libertades civiles y políticas es innegable. En todo ello gana a las tres fuerzas (PP, C’s y PSOE) defensoras del poder establecido y el consenso europeo y comprometidas con las políticas de austeridad y una gestión autoritaria frente a las demandas populares y democráticas.
Igualmente, su planteamiento global cabe dentro de los parámetros (como dice Pablo Iglesias) de una nueva socialdemocracia. Es secundaria la etiqueta, la cuestión es rechazar las que son tergiversadoras o marginadoras. Lo principal es construir un proyecto identificador, con un discurso y una práctica de carácter democrático-igualitario, defensor de la mayoría social. Luego llegará el símbolo y la nominación. Y ese perfil progresivo lo ha ido adquiriendo Podemos y sus aliados, tiene una bases sólidas en la experiencia popular, y lo ha ido perdiendo el Partido Socialista.
Además, el fenómeno Podemos (al igual que se decía del movimiento de protesta en torno al 15-M) no es una burbuja que puede estallar en cualquier momento y desaparecer. Está asentado en la amplia y prolongada experiencia ciudadana, de más de un lustro, de pugna sociopolítica contra los recortes sociales y la prepotencia institucional de las élites gobernantes, con la reafirmación cívica en la cultura democrática y de justicia social. Ese amplio y diverso movimiento popular contra las injusticias sociales y por la democracia constituye los fundamentos del electorado indignado que Podemos (junto con IU y las confluencias) ha sabido encauzar y consolidar.
La ciudadanía activa española es progresista. La desafección hacia el PSOE, de cerca de seis millones de votos ya se inició hace seis años y continuó el 20-D. Los intentos sucesivos de comunicación y retórica no han impedido ese declive. Se han distanciado algo (por el paso del tiempo y la falta de ocasión) de la responsabilidad gubernamental directa. Pero cuando han tenido una nueva oportunidad para un nuevo plan de Gobierno, han preferido la alianza con la derecha de Ciudadanos y han vuelto a reafirmarse en una estrategia continuista y prepotente. Es dudoso que incrementen su credibilidad sin un giro consecuente de su orientación y su práctica política.
El electorado socialista (según Metroscopia) está envejecido (media de edad de 55 años, poco más de un millón de jóvenes -18 a 34 años-) y en las zonas rurales. Mientras, el de Podemos y sus aliados está en zonas y sectores más dinámicos, grandes áreas urbanas, clases trabajadoras, nuevas clases medias-profesionales e ilustradas y entre jóvenes (unos dos millones, el 35% de su electorado cuando la media es el 21%).
¿Qué le queda al Partido Socialista para remontar su pérdida de credibilidad entre sectores progresistas, particularmente jóvenes? Su respuesta es acentuar la garantía del continuismo y, sobre todo, intentar el aislamiento y descrédito hacia Unidos Podemos y su líder. Esa pose de dar apariencia de hegemonía representativa conlleva la nostalgia del bipartidismo, pero después de la pérdida de casi seis millones de votantes, la mitad de su electorado, no es realista y da poca seguridad a su base social actual. Esa opción es difícil que dé esos resultados e impide el cambio institucional sin generar nuevas expectativas a su propia base electoral.
También tiene otro efecto contraproducente: no les garantiza un deseable incremento de su voto de centro-derecha en disputa con Ciudadanos y el propio PP, para asegurar, en todo caso, que no alcancen ambas derechas la mayoría parlamentaria. Es decir, esa estrategia socialista de, sobre todo, asegurar el recambio de su élite gobernante, neutralizar el auténtico cambio y sin cambiar las políticas de fondo no tiene fundamentos políticos ni credibilidad ciudadana. De ahí que se tenga que basar en la manipulación comunicativa y en el sectarismo hacia las fuerzas del cambio.
Su penúltimo relato divisorio consiste en su apuesta por su deseado fracaso del ‘radicalismo’ de Pablo Iglesias para confiar en la ‘moderación’ de Iñigo Errejón que, en último extremo, garantizaría con la abstención o una posición subordinada la investidura de Sánchez con un similar esquema programático y de pacto con Ciudadanos. O sea, que al final, la ansiada estabilidad de un gobierno continuista de PSOE-C’s, tras el 26-J, dependería del descrédito de Pablo Iglesias y el ensalzamiento de Iñigo Errejón para que se haga con el control (o la escisión) de Podemos y avale a Pedro Sánchez. Ésa, la división y descalabro de Podemos y sus aliados, sería la base de la supuesta confianza y seguridad socialista en acceder a la Presidencia del nuevo Gobierno y, tal como ha confirmado el líder socialista al empresariado catalán, garantice la estabilidad gubernamental sin terceras elecciones.
No obstante, ante el incumplimiento de esa profecía, la actual dirección socialista intentará adjudicar su causa a la malignidad de Podemos. Así, volviendo sobre sus pasos y con la correspondiente catarsis y nuevo liderazgo, podría justificar esa estabilidad por la vía del apoyo (abstención) socialista a un gobierno continuista de las derechas. Con esos mimbres tan irreales, prepotentes y de bajos vuelos, de la vieja política, el equipo de Sánchez no se hace acreedor de ninguna legitimidad ciudadana para liderar un Gobierno de Progreso. El ciclo del declive representativo del PSOE continuaría.
Los obstáculos para el desarrollo de ese plan continuista con reales. Unidos Podemos y las confluencias tienen fortalezas con las que resistir esa ofensiva de cerco político o cordón sanitario. Aunque tienen gran diversidad ideológica y dinámicas organizativas perfectibles, existe un alto grado de unidad política en torno a las alternativas políticas fundamentales. No hay riesgos de rupturas. Es más, existe la potencialidad de una mejora integradora con las distintas confluencias y, particularmente, con las fuerzas de Izquierda Unidad-Unidad Popular. Por otro lado, Pablo Iglesias sigue siendo su referente principal pero dentro de un liderazgo más colectivo y plural y, sobre todo, una organización más estructurada y flexible.
En definitiva, la estrategia de la dirección socialista les puede llevar al fracaso de sus propios objetivos, su papel institucional preponderante. También a un debilitamiento representativo más o menos lento y profundo, con un alejamiento respecto del PP y un adelantamiento de Unidos Podemos (y confluencias), junto con una evidente crisis interna y de liderazgo. No obstante, la consecuencia negativa principal es que esa operación neutraliza la dinámica del cambio, de un Gobierno de Progreso en torno a unas políticas fundamentales de justicia social y mayor democracia. Por tanto, afecta a la mayoría de la sociedad que, probablemente, le exigirá responsabilidades. El reto inmediato para las fuerzas del cambio es impedir un gobierno continuista de las derechas y garantizar un Gobierno de progreso y de cambio. Ése es el desempate principal, abrir un ciclo político-institucional que favorezca los avances progresivos y democráticos en favor de la mayoría ciudadana.
En resumen, el PSOE, de entrada, no está por la labor del cambio real y lleva una estrategia equivocada. Las fuerzas del cambio todavía son insuficientes y dependen de la colaboración socialista. La prioridad son los intereses de la gente, dejar atrás esta etapa autoritaria y de austeridad. Hay que insistir en los argumentos para llegar a un acuerdo razonable y compartido y desarrollar una campaña con la mano tendida y sin crispación.
Pero el deseado giro en la actitud socialista va a depender, fundamentalmente, de los hechos: comprobar la amplitud y firmeza de las demandas populares de cambio a través de la ampliación del apoyo electoral a Unidos Podemos y confluencias. Desde otra perspectiva: evaluar la demostración cívica de los costes para el Partido Socialista, en el caso de persistir en su estrategia equivocada, con el continuado debilitamiento de su representatividad. Es el elemento que puede condicionar su cambio de actitud para iniciar una nueva etapa de acuerdo gubernamental de progreso.
El PSOE, en su ambivalencia, tiene un aparato dependiente y colaborador con los poderosos y su obcecación puede provocar el bloqueo del cambio. Será necesario enfrentarse a esa situación con un plan B, para evitar la frustración social y seguir haciendo camino al andar. De momento, el plan A es ganar las elecciones generales al PP, dejar en minoría a las derechas y reforzar las fuerzas del cambio.
Antonio Antón
Antonio Antón. Profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid. Autor de Movimiento popular y cambio político. Nuevos discursos (ed. UOC).
domingo, 5 de junio de 2016
118 años de nacimiento de Federico García Lorca
El cinco de junio de 1898 nacía Federico García Lorca camino de Viznar a Alfacar (Granada). 118 años después desconocemos dónde está enterrado pero sí sabemos que su legado es y será eterno y que como diría Neruda, “podrán cortar las flores pero no podrán detener la primavera”. Así, el 18 de agosto de 1936 Lorca moría asesinado por los franquistas. Su condición de republicano y su orientación sexual que, aunque por todos hoy conocida, no ocurrió lo mismo con sus compañeros de Generación y se vio sometido a una dura crítica social.
Su poesía y teatro nos muestran esta conflictividad constante entre su amor “oscuro” y los impedimentos que le ponía la sociedad, como se observa en “El Maleficio de la Mariposa” o “La Casa de Bernarda Alba”. Así como en diversos poemarios y poemas. También, su intensa pasión y dedicación a la poesía tradicional y al Folclore, así lo demuestran sus poemas dedicados a los gitanos o el “poema de Cante Jondo”. De la misma manera que nos acerca a los mejores años de la historia de España, la República, y cómo las vanguardias penetraron en nuestro país y se mezclaron con toda la tradición literaria.
No hay que olvidar tampoco su labor social, pues gracias a él por los pueblos corrió la literatura y el teatro. También gracias a Alejandro Casona, exiliado y huido pero no olvidado. La Institución libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes, desgraciadamente hoy olvidada y casi abandonada, un edificio que representó el avance artístico y científico de la edad de Plata española.
Nos quitaron a Lorca pero una cosa es clara vivirá eternamente porque su poesía y teatro sigue siendo el aliento del pueblo.
Fuente: http://www.vozpartisana.info/2016/06/118-anos-con-lorca/
Su poesía y teatro nos muestran esta conflictividad constante entre su amor “oscuro” y los impedimentos que le ponía la sociedad, como se observa en “El Maleficio de la Mariposa” o “La Casa de Bernarda Alba”. Así como en diversos poemarios y poemas. También, su intensa pasión y dedicación a la poesía tradicional y al Folclore, así lo demuestran sus poemas dedicados a los gitanos o el “poema de Cante Jondo”. De la misma manera que nos acerca a los mejores años de la historia de España, la República, y cómo las vanguardias penetraron en nuestro país y se mezclaron con toda la tradición literaria.
No hay que olvidar tampoco su labor social, pues gracias a él por los pueblos corrió la literatura y el teatro. También gracias a Alejandro Casona, exiliado y huido pero no olvidado. La Institución libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes, desgraciadamente hoy olvidada y casi abandonada, un edificio que representó el avance artístico y científico de la edad de Plata española.
Nos quitaron a Lorca pero una cosa es clara vivirá eternamente porque su poesía y teatro sigue siendo el aliento del pueblo.
Fuente: http://www.vozpartisana.info/2016/06/118-anos-con-lorca/
El FMI admite que el neoliberalismo es un fracaso. Después de haber dado poder al 1 por ciento y empobrecido a millones...
La semana pasada un departamento de investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo público un informe en el que admite que el neoliberalismo ha sido un fracaso. El informe, titulado Neoliberalism: Oversold? (¿se han exagerado los meritos del neoliberalismo?), es una esperanzadora señal de la muerte de esa ideología. El FMI está atrasado solo unos 40 años. En relación con el informe, Naomi Klein tuiteó: “Entonces, los multimillonarios creados [por la ideología] devolverán el dinero, ¿no es así?”. Muchos de los hallazgos del informe que sacude el centro mismo de la ideología neoliberal se hacen eco en lo que sus críticos y víctimas vienen diciendo desde hace varias décadas.
“En lugar de promover el crecimiento”, dice el informe, las políticas de austeridad propiciadas por el neoliberalismo han hecho que se reduzcan las regulaciones para limitar el movimiento de capitales y que, de hecho, “aumente la desigualdad”. Esta desigualdad “podría por sí misma debilitar el crecimiento...”. Por lo tanto, señala el informe, “los responsables políticos deberían estar mucho más abiertos a la redistribución [de la riqueza] de lo que lo están”.
Sin embargo, el informe omite mencionar algunos aspectos notables de la historia y el impacto del neoliberalismo.
El FMI sugiere que el neoliberalismo ha sido un fracaso, pero ha funcionado muy bien para el 1 por ciento de la población mundial, algo que ha sido siempre el propósito del FMI y el Banco Mundial. Tal como informó Oxfam a principios de este año, el 1 por ciento más rico del mundo posee tanta riqueza como el resto de la población del planeta (del mismo modo, la periodista de investigación Dawn Paley ha comprobado en su libro Drug War Capitalism (la guerra capitalista contra la droga) que la guerra contra la droga, lejos de ser un fracaso, ha sido un éxito enorme para Washington y las corporaciones multinacionales).
El informe del FMI ha elegido a Chile como caso de estudio del neoliberalismo, pero no menciona ni una sola vez que allí se aplicaron sus puntos de vista económicos durante la dictadura de Pinochet –respaldada por Estados Unidos–, una omisión muy importante de los investigadores, que no ha sido casual. Es un conocido tópico que en toda América latina, el neoliberalismo y el terrorismo de Estado han ido siempre de la mano.
En 1977, en su Carta abierta a la Junta Militar Argentina, el valiente periodista argentino Rodolfo Walsh denunció la represión de ese régimen, una dictadura que organizó el asesinato y la desaparición de más de 30.000 personas.
“No obstante, estos acontecimientos, que conmueven la conciencia del mundo civilizado, no constituyen el mayor sufrimiento infligido al pueblo argentino, tampoco la peor violación de los derechos humanos que ustedes han cometido”, escribió Walsh respecto de la tortura y los asesinatos. “Es en la política económica de este gobierno donde uno advierte no solo la explicación de los crímenes, sino una gigantesca atrocidad que castiga a millones de seres humanos: la miseria planificada... No tienen más que darse una vuelta de unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que esa política ha convertido la ciudad en una ‘Villa Miseria’ de 10 millones de personas.”
Tal como lo demuestra vívidamente Noami Klein en su Shock Doctrine, esta “miseria planificada”, formaba parte de la agenda que el Fondo Monetario Internacional ha impulsado durante décadas.
Un día después de que Walsh enviara por correo la carta a la Junta, fue capturado por el régimen, asesinado, quemado y su cadáver arrojado a un río, es decir, una víctima más de los millones de ellas que el neoliberalismo se llevó por delante.
Benjamin Dangl ha trabajado como periodista en América latina, ocupándose durante más de una década de los movimientos sociales y la política en el continente. Es autor de Dancing with Dynamite: Social Movements and States in Latin America y de The Price of Fire: Resource Wars and Social Movements in Bolivia. Hoy día, Dangl está cursando un doctorado en Historia de América latina en la McGill University; es editor de UpsideDownWorld.org, un sitio web sobre activismo y política en América latina, y hace el mismo trabajo en TowardFreedom.com, una mirada progresista de los acontecimientos mundiales.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2016/06/01/after-empowering-the-1-and-impoverishing-millions-imf-admits-neoliberalism-a-failure/
Benjamin Dangl Counterpounch Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García.
“En lugar de promover el crecimiento”, dice el informe, las políticas de austeridad propiciadas por el neoliberalismo han hecho que se reduzcan las regulaciones para limitar el movimiento de capitales y que, de hecho, “aumente la desigualdad”. Esta desigualdad “podría por sí misma debilitar el crecimiento...”. Por lo tanto, señala el informe, “los responsables políticos deberían estar mucho más abiertos a la redistribución [de la riqueza] de lo que lo están”.
Sin embargo, el informe omite mencionar algunos aspectos notables de la historia y el impacto del neoliberalismo.
El FMI sugiere que el neoliberalismo ha sido un fracaso, pero ha funcionado muy bien para el 1 por ciento de la población mundial, algo que ha sido siempre el propósito del FMI y el Banco Mundial. Tal como informó Oxfam a principios de este año, el 1 por ciento más rico del mundo posee tanta riqueza como el resto de la población del planeta (del mismo modo, la periodista de investigación Dawn Paley ha comprobado en su libro Drug War Capitalism (la guerra capitalista contra la droga) que la guerra contra la droga, lejos de ser un fracaso, ha sido un éxito enorme para Washington y las corporaciones multinacionales).
El informe del FMI ha elegido a Chile como caso de estudio del neoliberalismo, pero no menciona ni una sola vez que allí se aplicaron sus puntos de vista económicos durante la dictadura de Pinochet –respaldada por Estados Unidos–, una omisión muy importante de los investigadores, que no ha sido casual. Es un conocido tópico que en toda América latina, el neoliberalismo y el terrorismo de Estado han ido siempre de la mano.
En 1977, en su Carta abierta a la Junta Militar Argentina, el valiente periodista argentino Rodolfo Walsh denunció la represión de ese régimen, una dictadura que organizó el asesinato y la desaparición de más de 30.000 personas.
“No obstante, estos acontecimientos, que conmueven la conciencia del mundo civilizado, no constituyen el mayor sufrimiento infligido al pueblo argentino, tampoco la peor violación de los derechos humanos que ustedes han cometido”, escribió Walsh respecto de la tortura y los asesinatos. “Es en la política económica de este gobierno donde uno advierte no solo la explicación de los crímenes, sino una gigantesca atrocidad que castiga a millones de seres humanos: la miseria planificada... No tienen más que darse una vuelta de unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que esa política ha convertido la ciudad en una ‘Villa Miseria’ de 10 millones de personas.”
Tal como lo demuestra vívidamente Noami Klein en su Shock Doctrine, esta “miseria planificada”, formaba parte de la agenda que el Fondo Monetario Internacional ha impulsado durante décadas.
Un día después de que Walsh enviara por correo la carta a la Junta, fue capturado por el régimen, asesinado, quemado y su cadáver arrojado a un río, es decir, una víctima más de los millones de ellas que el neoliberalismo se llevó por delante.
Benjamin Dangl ha trabajado como periodista en América latina, ocupándose durante más de una década de los movimientos sociales y la política en el continente. Es autor de Dancing with Dynamite: Social Movements and States in Latin America y de The Price of Fire: Resource Wars and Social Movements in Bolivia. Hoy día, Dangl está cursando un doctorado en Historia de América latina en la McGill University; es editor de UpsideDownWorld.org, un sitio web sobre activismo y política en América latina, y hace el mismo trabajo en TowardFreedom.com, una mirada progresista de los acontecimientos mundiales.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2016/06/01/after-empowering-the-1-and-impoverishing-millions-imf-admits-neoliberalism-a-failure/
Benjamin Dangl Counterpounch Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García.
sábado, 4 de junio de 2016
Fallece Mohamed Abdelaziz, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui. InfoLibre
El Polisario anunció 40 días de luto y precisó que el sucesor de Abdelaziz, que llevaba desde 1976 en el cargo, será elegido en un congreso extraordinario
Según precisó la Secretaría Nacional del Frente Polisario, Abdelaziz falleció con 68 años tras una larga enfermedad
El presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz, falleció este martes, según informó el Frente Polisario, del que era secretario general.
Según precisó la Secretaría Nacional del Frente Polisario en un comunicado recogido por la agencia saharaui SPS, Abdelaziz, de 68 años, falleció "tras una larga enfermedad".
El Polisario anunció 40 días de luto y precisó que el sucesor de Abdelaziz, que llevaba desde 1976 en el cargo, será elegido en un congreso extraordinario que se celebrará al término del periodo de luto.
Hasta que esto ocurra, el presidente del Consejo Nacional del Polisario, Jatri Aduh, según Jeune Afrique. Aduh fue reelegido el pasado 19 de marzo para un tercer mandato al frente del Consejo Nacional, el Parlamento saharaui.
Abdelaziz tomó las riendas del Frente Polisario en un congreso extraordinario celebrado en agosto de 1976, tras la muerte en combate de su secretario general El Luali Mustafa Sayed, y había sido uno de sus miembros fundadores en 1973.
Posteriormente, en octubre de ese mismo año, fue elegido en el Congreso del Polisario presidente de la RASD, cargo en el que fue reelegido de forma sucesiva desde entonces.
La RASD, que forma parte de la Unión Africana, fue reconocida hasta la fecha por 85 países, en su mayoría africanos y latinoamericanos.
Fuente:
http://www.infolibre.es/noticias/mundo/2016/05/31/fallece_mohamed_abdelaziz_lider_del_frente_polisario_presidente_republica_arabe_saharaui_50588_1022.html
Según precisó la Secretaría Nacional del Frente Polisario, Abdelaziz falleció con 68 años tras una larga enfermedad
El presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz, falleció este martes, según informó el Frente Polisario, del que era secretario general.
Según precisó la Secretaría Nacional del Frente Polisario en un comunicado recogido por la agencia saharaui SPS, Abdelaziz, de 68 años, falleció "tras una larga enfermedad".
El Polisario anunció 40 días de luto y precisó que el sucesor de Abdelaziz, que llevaba desde 1976 en el cargo, será elegido en un congreso extraordinario que se celebrará al término del periodo de luto.
Hasta que esto ocurra, el presidente del Consejo Nacional del Polisario, Jatri Aduh, según Jeune Afrique. Aduh fue reelegido el pasado 19 de marzo para un tercer mandato al frente del Consejo Nacional, el Parlamento saharaui.
Abdelaziz tomó las riendas del Frente Polisario en un congreso extraordinario celebrado en agosto de 1976, tras la muerte en combate de su secretario general El Luali Mustafa Sayed, y había sido uno de sus miembros fundadores en 1973.
Posteriormente, en octubre de ese mismo año, fue elegido en el Congreso del Polisario presidente de la RASD, cargo en el que fue reelegido de forma sucesiva desde entonces.
La RASD, que forma parte de la Unión Africana, fue reconocida hasta la fecha por 85 países, en su mayoría africanos y latinoamericanos.
Fuente:
http://www.infolibre.es/noticias/mundo/2016/05/31/fallece_mohamed_abdelaziz_lider_del_frente_polisario_presidente_republica_arabe_saharaui_50588_1022.html
Podemos y el PSOE
Isidoro Moreno
El 26J habrán pasado más de seis meses en que la actividad política, tanto del gobierno en funciones del PP como de los otros partidos, y también buena parte de la actividad de los movimientos sociales han sido sustituidas por escenificaciones y discursos electoralistas. Baste como ejemplo la paralización de la Junta de Andalucía, abstraída su señora presidenta en la cuestión de si el día 27 cogerá o no el AVE a Madrid para quedarse allí y hacerse cargo de la secretaría general de su partido.
En realidad, este casi paréntesis de medio año, y el gasto de más de 130 millones que costarán las nuevas elecciones, sólo se explica por un objetivo: justificar el apoyo o aceptación del PSOE a un gobierno del PP, probablemente con la participación de Ciudadanos, con la acusación a Podemos de impedir un “gobierno de progreso”. Esto mismo se podría haber hecho el 21 de diciembre pasado pero no se consideró a los votantes preparados para ello. Todo lo ocurrido desde entonces ha sido con el fin de prepararlos. El desenlace supondrá la salida de Pedro Sánchez e incluso, si fuera necesario, también de Rajoy, porque para el régimen político de la segunda Restauración Borbónica es esencial que PP-Ciudadanos-PSOE lleguen a un acuerdo. Evidentemente, Susana Díaz, o quien encabece su partido en julio, no va a fotografiarse con Rivera y con Rajoy (o quien sustituya a este) pero sí va a aceptar que gobiernen ambos (ya lo está haciendo ella aquí en Andalucía gracias a un pacto con el primero). Y tratará de vender esta aceptación (este apoyo) como un ejercicio de responsabilidad política, como un sacrificio para garantizar la gobernabilidad y cohesión de España.
De todos modos, el PSOE sólo habrá conseguido prolongar unos meses el momento de su debacle; una debacle que no es resultado solamente de la falta de consistencia de sus últimos secretarios generales, barones y baronesas sino de que se ha quedado sin lugar ideológico-político: el espacio socialdemócrata ya no existe, porque, al igual que el keynesianismo, no es posible dentro del capitalismo globalizado neoliberal. Aquí, y en todas partes, los otrora partidos socialdemócratas, más allá de su palabrería electoral, son ya socioliberales.
Como si no supieran que esto es así, los máximos dirigentes de Podemos repiten ahora que, para que sea posible “el cambio”, es necesario un gobierno entre ellos y el PSOE. Lo que no sólo les obliga a olvidar una de las más celebradas frases del 15M: “el PSOE y el PP la misma m… es”, rehusando a su inicial crítica a la “casta política”, sino incluso a calificar a aquel como un “partido de progreso” (Errejón dixit,) aún señalando que sus líderes son proclives a tener “inconsecuencias”. Si con este planteamiento pretenden provocar un trasvase de votos desde el electorado socialista, considero que la táctica es equivocada, porque legitimar al PSOE como “progresista” puede ayudar a tranquilizar la conciencia de muchos de sus votantes y despejarles las dudas para seguir votándolo. Es hacer algo parecido a lo que casi siempre ha hecho el PCE-IU aunque el objetivo pueda ser distinto.
Si ahora Unidos Podemos, incluso adelantando en votos al PSOE, no lograra superar a este en número de diputados, Sánchez estaría en condiciones de poder presionar a Pablo Iglesias para que le dé su apoyo esgrimiendo su propio argumento de que ambos son partidos “del cambio” y deberían formar gobierno con un programa viable (léase aceptable por la Troika y los poderes fácticos económicos), para impedir que siga gobernando Rajoy. Sería una especie de OPA hostil, que es también la que persiguen, a la inversa, los líderes de Podemos tratando de poner al PSOE en la tesitura de optar por ellos o por el PP, para que elija por sí mismo su forma de suicidio.
A nivel del Estado, el 26J podríamos estar ante la confirmación del fin del bipartidismo turnista. Pero, ¿y en Andalucía? Aquí no ha habido bipartidismo sino monopartidismo. El cambio necesario consiste no en desalojar al PP sino en desmontar el régimen clientelar, corrupto y demagógico del psocialismo. Pero si el PSOE es definido por Iglesias, Errejón, etc. como un partido “de progreso”, con el que hay que compartir gobierno, ¿cómo podría hacerse esto? Evidentemente, saltan a primer plano las contradicciones entre la estrategia de un partido estatal y la que respondería a los intereses andaluces. Y también las limitaciones de un proyecto político que pretende, a la vez, ser de ruptura democrática y gobernar junto a una de las dos columnas del régimen que afirma querer sustituir.
Isidoro Moreno. Catedrático emérito de Antropología
Publicado el 31/05/2016 en Diario de Sevilla y otros diarios andaluces del Grupo Joly.
El 26J habrán pasado más de seis meses en que la actividad política, tanto del gobierno en funciones del PP como de los otros partidos, y también buena parte de la actividad de los movimientos sociales han sido sustituidas por escenificaciones y discursos electoralistas. Baste como ejemplo la paralización de la Junta de Andalucía, abstraída su señora presidenta en la cuestión de si el día 27 cogerá o no el AVE a Madrid para quedarse allí y hacerse cargo de la secretaría general de su partido.
En realidad, este casi paréntesis de medio año, y el gasto de más de 130 millones que costarán las nuevas elecciones, sólo se explica por un objetivo: justificar el apoyo o aceptación del PSOE a un gobierno del PP, probablemente con la participación de Ciudadanos, con la acusación a Podemos de impedir un “gobierno de progreso”. Esto mismo se podría haber hecho el 21 de diciembre pasado pero no se consideró a los votantes preparados para ello. Todo lo ocurrido desde entonces ha sido con el fin de prepararlos. El desenlace supondrá la salida de Pedro Sánchez e incluso, si fuera necesario, también de Rajoy, porque para el régimen político de la segunda Restauración Borbónica es esencial que PP-Ciudadanos-PSOE lleguen a un acuerdo. Evidentemente, Susana Díaz, o quien encabece su partido en julio, no va a fotografiarse con Rivera y con Rajoy (o quien sustituya a este) pero sí va a aceptar que gobiernen ambos (ya lo está haciendo ella aquí en Andalucía gracias a un pacto con el primero). Y tratará de vender esta aceptación (este apoyo) como un ejercicio de responsabilidad política, como un sacrificio para garantizar la gobernabilidad y cohesión de España.
De todos modos, el PSOE sólo habrá conseguido prolongar unos meses el momento de su debacle; una debacle que no es resultado solamente de la falta de consistencia de sus últimos secretarios generales, barones y baronesas sino de que se ha quedado sin lugar ideológico-político: el espacio socialdemócrata ya no existe, porque, al igual que el keynesianismo, no es posible dentro del capitalismo globalizado neoliberal. Aquí, y en todas partes, los otrora partidos socialdemócratas, más allá de su palabrería electoral, son ya socioliberales.
Como si no supieran que esto es así, los máximos dirigentes de Podemos repiten ahora que, para que sea posible “el cambio”, es necesario un gobierno entre ellos y el PSOE. Lo que no sólo les obliga a olvidar una de las más celebradas frases del 15M: “el PSOE y el PP la misma m… es”, rehusando a su inicial crítica a la “casta política”, sino incluso a calificar a aquel como un “partido de progreso” (Errejón dixit,) aún señalando que sus líderes son proclives a tener “inconsecuencias”. Si con este planteamiento pretenden provocar un trasvase de votos desde el electorado socialista, considero que la táctica es equivocada, porque legitimar al PSOE como “progresista” puede ayudar a tranquilizar la conciencia de muchos de sus votantes y despejarles las dudas para seguir votándolo. Es hacer algo parecido a lo que casi siempre ha hecho el PCE-IU aunque el objetivo pueda ser distinto.
Si ahora Unidos Podemos, incluso adelantando en votos al PSOE, no lograra superar a este en número de diputados, Sánchez estaría en condiciones de poder presionar a Pablo Iglesias para que le dé su apoyo esgrimiendo su propio argumento de que ambos son partidos “del cambio” y deberían formar gobierno con un programa viable (léase aceptable por la Troika y los poderes fácticos económicos), para impedir que siga gobernando Rajoy. Sería una especie de OPA hostil, que es también la que persiguen, a la inversa, los líderes de Podemos tratando de poner al PSOE en la tesitura de optar por ellos o por el PP, para que elija por sí mismo su forma de suicidio.
A nivel del Estado, el 26J podríamos estar ante la confirmación del fin del bipartidismo turnista. Pero, ¿y en Andalucía? Aquí no ha habido bipartidismo sino monopartidismo. El cambio necesario consiste no en desalojar al PP sino en desmontar el régimen clientelar, corrupto y demagógico del psocialismo. Pero si el PSOE es definido por Iglesias, Errejón, etc. como un partido “de progreso”, con el que hay que compartir gobierno, ¿cómo podría hacerse esto? Evidentemente, saltan a primer plano las contradicciones entre la estrategia de un partido estatal y la que respondería a los intereses andaluces. Y también las limitaciones de un proyecto político que pretende, a la vez, ser de ruptura democrática y gobernar junto a una de las dos columnas del régimen que afirma querer sustituir.
Isidoro Moreno. Catedrático emérito de Antropología
Publicado el 31/05/2016 en Diario de Sevilla y otros diarios andaluces del Grupo Joly.
“La oposición intenta desestabilizar la democracia venezolana” El eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso cree que el Gobierno de Maduro está siendo escrupuloso con las garantías democráticas
A diferencia de sus socios electorales de Podemos, que han censurado los ataques del presidente venezolano Nicolás Maduro contra España, Izquierda Unida pone el foco en la oposición venezolana, a la que acusa de tratar de "desestabilizar la democracia venezolana". El eurodiputado de la federación de izquierdas Javier Couso asegura que Maduro no trata de obstaculizar su revocatorio, y defiende que el estado de excepción que ha decretado en el país es procedente. Cree que el Gobierno venezolano está siendo escrupuloso con las garantías democráticas.
Pregunta. ¿Qué reflexión hace Izquierda Unida de los últimos acontecimientos en Venezuela?
Respuesta. Siempre hemos mantenido una petición de normalidad multilateral en el marco del Estado de Derecho y de la Carta de Naciones Unidas, que taxativamente habla de la no injerencia en asuntos internos. No se ha informado bien sobre Venezuela. Hay que recordar algunos hitos: el golpe de 2002, apoyado, como dijo el exministro Moratinos, por personal del Gobierno de Aznar, el paro petrolero… La operación Jericó, sobre la que incluso Samper [Ernesto Samper, secretario general de la UNASUR] dio muestras de que había veracidad de intento golpista. Por lo tanto, pedimos que se llame a la calma y que no se intente desestabilizar, dentro del marco de la Constitución votada por todos los venezolanos, con la misma legitimidad que reconocieron en las urnas que las gobernaciones de [Henrique] Capriles o Leopoldo López, o la misma con la que se ha ganado en las últimas elecciones la Asamblea. El Gobierno de Maduro ha llamado varias veces a la negociación. Llamamos a una vía de entendimiento y de respeto a los poderes constitucionales de Venezuela.
P. ¿Da veracidad a la tesis de que hay un intento de golpe de Estado en Venezuela?
R. Está habiendo un desconocimiento por parte de la oposición de que hay diferentes poderes en Venezuela. Están desconociendo los contrapesos. En la Constitución venezolana hay cinco pilares, diferentes a los tres que tenemos en Europa, y se debe respetar la institucionalidad. Cuando hay poderes que intentan ponerse por encima de los otros podemos estamos hablando de no normalidad. Estamos hablando de una desestabilización democrática, por supuesto. Me gustaría que los medios de comunicación de mi país hicieran un poco de investigación. Porque es curioso, al igual que sucede en el Parlamento Europeo, con ocho recientes resoluciones acerca de Venezuela, más que en ningún otro país de la zona, no veo la misma intencionalidad en los medios para echar las culpas al Gobierno cuando, por ejemplo, el Gobierno mexicano de Calderón tiene 24.000 desaparecidos. No veo a los medios de comunicación españoles llamando al derrocamiento del Gobierno mexicano. Y exactamente igual con el golpe de Estado de Honduras. Ahora tenemos un golpe de Estado legal contra Dilma Roussef, estamos en un momento de tensionamiento. Nosotros queremos llamar a la calma.
P. ¿Pero hay un intento de golpe de Estado en Venezuela ahora mismo?
R. Hay un intento de no respetar la institucionalidad que marca la Constitución venezolana al intentar que el legislativo esté por encima de otros contrapoderes que son exactamente igual de legítimos, así que estamos hablando de una desestabilización democrática por supuesto. Por desgracia lo que está es desestabilizando una democracia con muchos problemas como tienen muchas otras. Estamos muy preocupados por si se pueden producir hechos golpistas, la llamada de Capriles [Henrique Capriles, líder opositor] al Ejército para elegir entre la Constitución o el presidente, que es un presidente constitucional, me parece una llamada que en nuestro país debería ser investigada por derrocamiento violento del poder democrático. Podemos estar ante delitos penales, y en Venezuela pasará lo mismo.
P. ¿La desestabilización democrática solo es responsabilidad de la oposición?
R. Absolutamente. El presidente Maduro está intentando negociar en el marco de figuras internacionales para negociar y llegar a acuerdos con la oposición. En 2002, con actores parecidos, la oposición venezolana participó en un golpe de Estado. Por lo tanto, no me fío de esta oposición.
P. ¿Debería Nicolás Maduro someterse al revocatorio?
R. El revocatorio tiene unas normas clarísimas en la Constitución, que tiene que desarrollar el poder electoral, y el poder electoral tiene que verificar las firmas. Ese millón y pico de firmas deben de ser verificadas, si se cumplen los plazos nadie puede negar que haya revocatorio. Lo que no puede haber es un revocatorio ad hoc que quiere la oposición.
P. ¿Maduro no trata de obstaculizarlo, de evitarlo?
R. No, obstaculizarlo es lo que hace la oposición, el poder electoral tiene que comprobar si esas firmas son veraces o no. Y tiene unos tiempos taxativamente marcados. Si tienen demasiada prisa, pues se tendrán que esperar.
P. ¿Es legítimo y procedente el estado de excepción decretado por Maduro?
R. Es legítimo porque el poder presidencial lo puede hacer, es exactamente igual que la ley de Amnistía, que era una ley que pretendía amnistiar delitos de utilización de menores, posesión de armas explosivos, utilización de medios violentos, tráfico de drogas, que el Tribunal Supremo no consideró legitima, otro de los poderes del Estado. Hollande [François Hollande, presidente francés] acaba de prorrogar el estado de alarma en Francia, está dentro del derecho, dentro de una situación en la cual se ha combinado una guerra económica... Porque la historia es memoria, y existió contra Allende [Salvador Allende, expresidente chileno]. Está en documentos desclasificados, no es paranoia, existen por desgracia este tipo de acciones desestabilizadoras, como existió el golpe de estado en 2002. Ante la combinación de eso con la sequía, con violencia paramilitar en la frontera, etcétera, está en la legitimidad de cualquier Gobierno dentro del marco de su Constitución.
P. ¿El Gobierno venezolano está siendo escrupuloso en el respeto de las garantías democráticas, entonces?
R. No tengo yo por qué juzgarlo. Ante una oposición que no acepta el poder constituido, y ante antecedentes de maniobras violentas… Que las dos fuerzas asuman su papel y se entiendan. La oposición no ha tenido nunca la intención de respetar las elecciones.
P. Está juzgando a la oposición, le pregunto también por lo que hace el Gobierno venezolano. ¿Es escrupuloso con el respeto a las garantías democráticas?
R. Hasta ahora, los poderes legítimos de Venezuela, como las atribuciones presidenciales que marca la Constitución pues sí, creo que ha sido adecuadas. Y sobre todo unidos al llamamiento al diálogo que no ha aceptado la oposición.
http://politica.elpais.com/politica/2016/05/18/actualidad/1463600853_839666.html
Pregunta. ¿Qué reflexión hace Izquierda Unida de los últimos acontecimientos en Venezuela?
Respuesta. Siempre hemos mantenido una petición de normalidad multilateral en el marco del Estado de Derecho y de la Carta de Naciones Unidas, que taxativamente habla de la no injerencia en asuntos internos. No se ha informado bien sobre Venezuela. Hay que recordar algunos hitos: el golpe de 2002, apoyado, como dijo el exministro Moratinos, por personal del Gobierno de Aznar, el paro petrolero… La operación Jericó, sobre la que incluso Samper [Ernesto Samper, secretario general de la UNASUR] dio muestras de que había veracidad de intento golpista. Por lo tanto, pedimos que se llame a la calma y que no se intente desestabilizar, dentro del marco de la Constitución votada por todos los venezolanos, con la misma legitimidad que reconocieron en las urnas que las gobernaciones de [Henrique] Capriles o Leopoldo López, o la misma con la que se ha ganado en las últimas elecciones la Asamblea. El Gobierno de Maduro ha llamado varias veces a la negociación. Llamamos a una vía de entendimiento y de respeto a los poderes constitucionales de Venezuela.
P. ¿Da veracidad a la tesis de que hay un intento de golpe de Estado en Venezuela?
R. Está habiendo un desconocimiento por parte de la oposición de que hay diferentes poderes en Venezuela. Están desconociendo los contrapesos. En la Constitución venezolana hay cinco pilares, diferentes a los tres que tenemos en Europa, y se debe respetar la institucionalidad. Cuando hay poderes que intentan ponerse por encima de los otros podemos estamos hablando de no normalidad. Estamos hablando de una desestabilización democrática, por supuesto. Me gustaría que los medios de comunicación de mi país hicieran un poco de investigación. Porque es curioso, al igual que sucede en el Parlamento Europeo, con ocho recientes resoluciones acerca de Venezuela, más que en ningún otro país de la zona, no veo la misma intencionalidad en los medios para echar las culpas al Gobierno cuando, por ejemplo, el Gobierno mexicano de Calderón tiene 24.000 desaparecidos. No veo a los medios de comunicación españoles llamando al derrocamiento del Gobierno mexicano. Y exactamente igual con el golpe de Estado de Honduras. Ahora tenemos un golpe de Estado legal contra Dilma Roussef, estamos en un momento de tensionamiento. Nosotros queremos llamar a la calma.
P. ¿Pero hay un intento de golpe de Estado en Venezuela ahora mismo?
R. Hay un intento de no respetar la institucionalidad que marca la Constitución venezolana al intentar que el legislativo esté por encima de otros contrapoderes que son exactamente igual de legítimos, así que estamos hablando de una desestabilización democrática por supuesto. Por desgracia lo que está es desestabilizando una democracia con muchos problemas como tienen muchas otras. Estamos muy preocupados por si se pueden producir hechos golpistas, la llamada de Capriles [Henrique Capriles, líder opositor] al Ejército para elegir entre la Constitución o el presidente, que es un presidente constitucional, me parece una llamada que en nuestro país debería ser investigada por derrocamiento violento del poder democrático. Podemos estar ante delitos penales, y en Venezuela pasará lo mismo.
P. ¿La desestabilización democrática solo es responsabilidad de la oposición?
R. Absolutamente. El presidente Maduro está intentando negociar en el marco de figuras internacionales para negociar y llegar a acuerdos con la oposición. En 2002, con actores parecidos, la oposición venezolana participó en un golpe de Estado. Por lo tanto, no me fío de esta oposición.
P. ¿Debería Nicolás Maduro someterse al revocatorio?
R. El revocatorio tiene unas normas clarísimas en la Constitución, que tiene que desarrollar el poder electoral, y el poder electoral tiene que verificar las firmas. Ese millón y pico de firmas deben de ser verificadas, si se cumplen los plazos nadie puede negar que haya revocatorio. Lo que no puede haber es un revocatorio ad hoc que quiere la oposición.
P. ¿Maduro no trata de obstaculizarlo, de evitarlo?
R. No, obstaculizarlo es lo que hace la oposición, el poder electoral tiene que comprobar si esas firmas son veraces o no. Y tiene unos tiempos taxativamente marcados. Si tienen demasiada prisa, pues se tendrán que esperar.
P. ¿Es legítimo y procedente el estado de excepción decretado por Maduro?
R. Es legítimo porque el poder presidencial lo puede hacer, es exactamente igual que la ley de Amnistía, que era una ley que pretendía amnistiar delitos de utilización de menores, posesión de armas explosivos, utilización de medios violentos, tráfico de drogas, que el Tribunal Supremo no consideró legitima, otro de los poderes del Estado. Hollande [François Hollande, presidente francés] acaba de prorrogar el estado de alarma en Francia, está dentro del derecho, dentro de una situación en la cual se ha combinado una guerra económica... Porque la historia es memoria, y existió contra Allende [Salvador Allende, expresidente chileno]. Está en documentos desclasificados, no es paranoia, existen por desgracia este tipo de acciones desestabilizadoras, como existió el golpe de estado en 2002. Ante la combinación de eso con la sequía, con violencia paramilitar en la frontera, etcétera, está en la legitimidad de cualquier Gobierno dentro del marco de su Constitución.
P. ¿El Gobierno venezolano está siendo escrupuloso en el respeto de las garantías democráticas, entonces?
R. No tengo yo por qué juzgarlo. Ante una oposición que no acepta el poder constituido, y ante antecedentes de maniobras violentas… Que las dos fuerzas asuman su papel y se entiendan. La oposición no ha tenido nunca la intención de respetar las elecciones.
P. Está juzgando a la oposición, le pregunto también por lo que hace el Gobierno venezolano. ¿Es escrupuloso con el respeto a las garantías democráticas?
R. Hasta ahora, los poderes legítimos de Venezuela, como las atribuciones presidenciales que marca la Constitución pues sí, creo que ha sido adecuadas. Y sobre todo unidos al llamamiento al diálogo que no ha aceptado la oposición.
http://politica.elpais.com/politica/2016/05/18/actualidad/1463600853_839666.html
viernes, 3 de junio de 2016
La teoría de la equidistancia --fragmento de La Guerra Civil como moda literaria
[…] en numerosos casos se aplica en las novelas sobre la Guerra Civil la teoría de la equidistancia, entendida esta como la proyección de «la imagen de los dos bandos enfrentados, repetida con buenas o malas intenciones a lo largo de los años, [que] alude al odioso postulado de la simetría entre las dos caras de una moneda o entre las dos bordas –las dos bandas– de un barco»[1]. Pero, en efecto, y como sugería Carmen Negrín en las IX Jornadas sobre la cultura de la República, celebradas durante el mes de abril de 2011 en la Universidad Autónoma de Madrid y dirigidas por el profesor Julio Rodríguez Puértolas, «Bando: ¿dos bandos? Un gobierno no es un bando»[2]. La novela española actual, sin embargo, contribuye a reforzar la idea de que el Gobierno legítimo republicano sea considerado un bando, situándolo en una posición de simetría con respecto al bando –ahora sí es de rigor el uso del sustantivo– franquista. No es casualidad encontrar en las novelas afirmaciones encaminadas a apuntalar la idea de que en ambos lados y por igual se cometieron todo tipo de atrocidades.
La teoría de la equidistancia está muy presente en la narrativa española actual y se pone en práctica, por ejemplo, en Soldados de Salamina de Javier Cercas (Tusquets, 2001), cuando sitúa en posición simétrica la muerte de Antonio Machado y el frustrado fusilamiento del escritor y falangista Rafael Sánchez Mazas desde el principio mismo de la novela:
Un día de principios de febrero de 1999, el año del sesenta aniversario del final de la guerra civil, alguien del periódico sugirió la idea de escribir un artículo conmemorativo del final tristísimo del poeta Antonio Machado, que en enero de 1939, en compañía de su madre, de su hermano José y de otros cientos de miles de españoles despavoridos, empujado por el avance de las tropas franquistas huyó desde Barcelona hasta Collioure, al otro lado de la frontera francesa, donde murió poco después. El episodio era muy conocido, y pensé con razón que no habría periódico catalán (o no catalán) que por esas fechas no acabara evocándolo, así que ya me disponía a escribir el consabido artículo rutinario cuando me acordé de Sánchez Mazas y de que su frustrado fusilamiento había ocurrido más o menos al mismo tiempo que la muerte de Machado, solo que del lado español de la frontera. Imaginé entonces que la simetría y el contraste entre esos dos hechos terribles –casi un quiasmo de la historia– quizá no era casual y que, si conseguía contarlos sin pérdida en un mismo artículo, su extraño paralelismo acaso podía dotarlos de un significado inédito [...]. El resultado fue un artículo titulado «Un secreto esencial»[3].
Obsérvese el modo en que Cercas utiliza, de buen seguro de forma intencionada, la palabra «simetría» para establecer un paralelismo entre la muerte de Antonio Machado y el fusilamiento fallido del poeta falangista.
La teoría de la equidistancia coloca en simétrica posición a las víctimas y a sus verdugos, como si a ambas partes del conflicto hubiera que atribuirle la misma responsabilidad. No resulta difícil localizar en las novelas que sobre la Guerra Civil se escriben en la actualidad sentencias del tipo «en esta guerra y posguerra se han cometido muchas atrocidades por ambos bandos. Repito: por ambos bandos», extraída de la novela Donde nadie te encuentre de Alicia Giménez Bartlett[4]; o en Dime quién soy de Julia Navarro: «¿Asesinos? Sí, en este país hay y ha habido muchos asesinos, pero no solo los nacionales, no, también los otros han matado a muchos inocentes»[5]. También Javier Marías habla en Tu rostro mañana de que el terror era el «mismo en ambas zonas, en siniestra simetría demente»[6]. Pero igualar a los verdugos con las víctimas supone falsear la historia por medio de su descripción equidistante, como, contrariamente, el propio Marías afirma en otro lugar de su novela, cuando el protagonista le pregunta a su padre los motivos por los cuales nunca pensó en vengarse de la persona que le delató y que, por culpa de la misma, no solo sufrió años de cárcel, sino que también fue privado del ejercicio de la docencia durante el periodo que duró la dictadura franquista:
…le habría dado una especie de justificación a posteriori, un falso asidero, un motivo anacrónico para su acción. Ten en cuenta que en el conjunto de una vida lo cronológico va perdiendo importancia, no se distingue tanto lo que vino antes de lo que vino luego, ni los actos de sus consecuencias, ni las decisiones de lo que desencadenan. Él habría podido pensar que al fin y al cabo yo le había hecho algo, qué más daba cuándo, y haberse ido a la tumba más conforme consigo mismo[7].
El paso del tiempo en efecto termina borrando las huellas de la Historia, difumina las diferencias, altera la cronología y acaso contribuye a la confusión de las causas y los efectos, como imprime la metáfora de las tres casas distintas pero igualadas con los años en Soldados de Salamina de Javier Cercas:
Sesenta años atrás habrían sido sin duda tres casas muy distintas, pero el tiempo las había igualado, y su aire común de desamparo, de esqueletos en piedra entre cuyos costillares descarnados gime el viento en las tardes de otoño, no contenía una sola sugestión de que alguien, alguna vez, hubiera vivido en ellas[8].
El tiempo borra las huellas y dificulta la tarea de discernir entre las causas y los efectos, entre las víctimas y sus verdugos. Parece que la novela española actual que convierte la Guerra Civil en materia novelable participa de dicha confusión equidistante. La inculpación y la exigencia de responsabilidad a «los unos y los otros» por la tragedia desatada es un tema recurrente en nuestra literatura guerracivilista. El historiador Francisco Espinosa Maestre, en su ensayo El fenómeno revisionista o los fantasmas de la derecha, donde desmonta las teorías construidas por la historiografía revisionista actual sobre la Guerra Civil, saca a colación el modo en que la teoría de la equidistancia es empleada por Lorenzo Silva, autor de Carta blanca (Espasa, Calpe, 2004), cuando el novelista dice, en relación con la ocupación de Badajoz, que su novela «refleja el heroísmo y la infamia de los dos bandos. Los republicanos fusilaron, por ejemplo, a jubilados; y la represión nacional fue inhumana; pero entre sus filas hubo quien se jugó el tipo». Ante una proposición de este tipo, Espinosa Maestre no puede sino apuntar:
Ahora resulta que los republicanos fusilaron a jubilados y que los fascistas se jugaron el tipo [...]. Y ya como colofón, y tras decir que en el palacio de congresos que se ha construido en lo que fue la plaza de toros de Badajoz, convendría que «haya un recuerdo de lo que significó aquello», Silva el ecuánime repite: «También vi que en el baluarte de Trinidad hay un monumento a los héroes de la Legión. Esto está bien porque fue gente que se dejó el pellejo; pero cabría colocar otro monumento a los carabineros que lucharon por la República en la ciudad». Parece que no importa nada que unos se dejaran el pellejo defendiendo la democracia y otros el fascismo. Por lo visto el tiempo todo lo iguala. Por esta regla de tres Europa estaría cuajada de monumentos a los nazis que se dejaron el pellejo... [9]
Ante reconstrucciones del pasado de este tipo, es de rigor esgrimir que situar en el mismo plano de responsabilidad a un gobierno legítimo y a los golpistas que atentan contra su legalidad responde, como afirma Serge Salaün, a una insidiosa maniobra revisionista:
Desde hace algunos años se propaga una nueva manera de enfocar la literatura y la cultura de la guerra de España, alrededor del dogma de la «equidistancia». El punto de partida se sitúa a mediados de los años ochenta cuando, después de la Transición y asentada la democracia, se pretende enfocar la historia de la guerra hacia perspectivas menos partidarias, menos doctrinarias y, sobre todo, menos maniqueas. Como si el fantasma de la guerra o de la dictadura fuera ya inofensivo, como si la visión supuestamente primitiva y drástica entre «buenos» y «malos» necesitara matizarse o suavizarse, hacia unas posiciones más humanas de perdón, reconciliación u olvido de un pasado que se quiere superado[10].
Más adelante señala Salaün que la teoría de la equidistancia no solamente produce y legitima «cierta reescritura sesgada de la Historia, o ciertas omisiones»[11] debido a que «la doctrina del “justo medio” encaja mal con la realidad social, ideológica y política»[12]; pero además, advierte sobre la peligrosidad política que conllevan este tipo de lecturas (o de reescrituras) de la Historia al señalar que «suele ser el terreno abonado para empresas ideológicas solapadas de rehabilitación de este pasado dictatorial, presentado como ominoso durante más de una década»[13]. […]
Resulta innegable la existencia de una violencia desmesurada y descontrolada en la zona republicana –producida sobre todo durante los primeros meses de la contienda– que la literatura fascista se apresuró en calificar de «terror rojo». Y acaso es de rigor no mirar hacia otro lado. Pero para comprender en su completa dimensión histórica este episodio dramático de nuestra guerra, tiene que entenderse, en primer lugar, que la violencia fue desencadenada por –o mejor: fue una reacción lógica de– la violencia que se inició tras el golpe de Estado. Y, como apunta José Luis Ledesma, «el atronador y dramático contexto en el que las matanzas tuvieron lugar no disculpa, pero sin él nada resulta inteligible»[14]. En segundo lugar, también es de rigor señalar que, si bien es incuestionable la veracidad de este episodio histórico perteneciente a la Guerra Civil española, también es cierto que la violencia registrada en la zona republicana fue inmediatamente atajada por las instituciones gubernamentales republicanas en un intento de enderezar el rumbo y recuperar el mando de la situación. El papel que asume el Estado republicano frente a la violencia cometida en su zona, en su intento de limitar la violencia espontánea, constituye el rasgo distintivo que hace que medie un abismo entre el denominado «terror rojo» y el «terror blanco» producido en las zonas conquistas por los rebeldes. De esta opinión es Paul Preston:
Naturalmente, las atrocidades no se limitaron a la zona rebelde. Especialmente a principios de la guerra, hubo oleadas de asesinatos de curas y sospechosos de ser simpatizantes fascistas [...]. Sin embargo, si hubo una diferencia en los asesinatos en las dos zonas, esta yace en el hecho de que las atrocidades republicanas solían ser obra de elementos incontrolables, en unos días en que se habían sublevado las fuerzas del orden[15].
Del mismo modo, Herbert R. Southworth afirma:
Sabemos que los líderes de la República condenaron la violencia de sus partidarios, y en algunos casos lograron limitarla. También sabemos [...] que, al revés que en el campo republicano, la matanza se convirtió en la España de Franco en una forma de vida durante toda la guerra y muchos años después [...]. Contra estas matanzas, ningún falangista levantó la voz de protesta, ni un requeté, ni un general franquista, ni un sacerdote, ningún abad mitrado, obispo, cardenal o nuncio se indignaron[16].
Y más adelante sostiene el historiador norteamericano lo que sigue:
Los asesinatos se perpetraron en la España republicana cuando los hombres que había jurado defender la ley y el orden renegaron de su palabra, abandonaron al Estado y se alzaron para fomentar una rebelión, dejando las calles a una multitud vengativa y furiosa cargada de razón [...]. Por el contrario, las matanzas en la zona rebelde [...], fueron organizadas con método, firmadas por los militares y bendecidas por la Iglesia, y fueron mucho más numerosas[17].
En definitiva, y como afirma Ángel Viñas en su libro:
Si en la zona republicana el Estado apenas si existió de facto en los primeros meses de la guerra, aunque nunca se desplomó totalmente, una de las claves sobre las que se asentó el proceso de recuperación paulatina de su autoridad fue, con el ejército y la economía, el «orden público». Esto se reflejó en la voluntad de retirar la administración de la violencia a los micropoderes y grupos armados que la aplicaban a su aire [...]. La correspondencia entre la progresiva reconstrucción del Estado y el descenso de las atrocidades es, a mi entender, incuestionable por más que se manifestara con distinta velocidad[18].
Dicho lo cual, no es de recibo seguir sosteniendo una visión de la Guerra Civil española desde una perspectiva equidistante. Tratar de igualar y de situar en el mismo nivel de responsabilidad a quienes atacaron a un sistema legítimo y democrático y a quienes, por el contrario, sufrieron la agresión de un golpe militar fascista no puede sino tildarse de tergiversación –consciente o inconsciente– de la Historia. En este sentido, hacemos nuestras las palabras de Alberto Reig Tapia:
Una violencia era de signo defensivo ante el asalto al poder legítimamente establecido y, la otra, era de carácter ofensivo empezando por poner en peligro uno de los principios esenciales de toda sociedad civilizada: la seguridad jurídica. Conviene, además, recordar que todo código penal admite eximentes en caso de legítima defensa y agravantes en caso de agresión indiscriminada. Se trata de una cuestión cualitativa fundamental en torno a la cual giran todas las demás, pero de la que no puede prescindirse[19].
David Becerra Mayor // "La teoría de la equidistancia", La Guerra Civil como moda literaria, Madrid, Clave Intelectual, 2015, págs. 203-229.
[1] Andrea GREPPI, «Los límites de la memoria y las limitaciones de la Ley. Antifascismo y equidistancia», en José Antonio Martín Pallín y Rafael Escudero Alday, Derecho y memoria histórica, Madrid, Trotta, 2008, p. 107.
[2] Carmen NEGRÍN, «La memoria revisitada», en Julio Rodríguez Puértolas (coord.), La República y la cultura, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2012, p. 124.
[3] Javier CERCAS, Soldados de Salamina, Barcelona, Tusquets, 2001, p. 23.
[4] Alicia GIMÉNEZ BARTLETT, Donde nadie te encuentre, Barcelona, Destino, 2011, p. 96.
[5] Julia NAVARRO, Dime quién soy, Barcelona, Plaza & Janés, 2010, p. 418.
[6] Javier MARÍAS, Tu rostro mañana. Fiebre y lanza, Madrid, Alfaguara, 2002, p. 175.
[7] Ibid., p. 186.
[8] Javier CERCAS, Op. cit., 2001, p. 71.
[9] Francisco ESPINOSA MAESTRE, El fenómeno revisionista o los fantasmas de la derecha, Cáceres, Del Oeste, 2005, p. 60. Los fragmentos de Lorenzo Silva están extraídos de El Periódico de Extremadura (2 de junio de 2004).
[10] Serge SALAÜN, «Romances y romanceros de la guerra», en Manuel Aznar Soler et al. (eds.), València, Capital cultural de la República (1936-1937). Congrès Internacional, Universitat de València, 2008, p. 304.
[11] Ibid., p. 304.
[12] Ibid., p. 305.
[13] Ibid., p. 304.
[14] José Luis LEDESMA, «Una retaguardia al rojo. Las violencias en la zona republicana», en Francisco ESPINOSA MAESTRE (ed.), Violencia roja y azul, Barcelona, Crítica, 2010, p. 231.
[15] Paul PRESTON, La Guerra Civil española, Barcelona, Random House Mondadori, 2000, pp. 91-92.
[16] Herbert R. SOUTHWORTH, El mito de la cruzada de Franco, Madrid, Debolsillo, 2008, pp. 232-233.
[17] Ibid., p. 310.
[18] Ángel VIÑAS, La soledad de la República, Barcelona, Crítica, 2006, p. 183.
[19] Alberto REIG TAPIA, Violencia y terror, Madrid, Akal, 1990, pp. 14-15.
La teoría de la equidistancia está muy presente en la narrativa española actual y se pone en práctica, por ejemplo, en Soldados de Salamina de Javier Cercas (Tusquets, 2001), cuando sitúa en posición simétrica la muerte de Antonio Machado y el frustrado fusilamiento del escritor y falangista Rafael Sánchez Mazas desde el principio mismo de la novela:
Un día de principios de febrero de 1999, el año del sesenta aniversario del final de la guerra civil, alguien del periódico sugirió la idea de escribir un artículo conmemorativo del final tristísimo del poeta Antonio Machado, que en enero de 1939, en compañía de su madre, de su hermano José y de otros cientos de miles de españoles despavoridos, empujado por el avance de las tropas franquistas huyó desde Barcelona hasta Collioure, al otro lado de la frontera francesa, donde murió poco después. El episodio era muy conocido, y pensé con razón que no habría periódico catalán (o no catalán) que por esas fechas no acabara evocándolo, así que ya me disponía a escribir el consabido artículo rutinario cuando me acordé de Sánchez Mazas y de que su frustrado fusilamiento había ocurrido más o menos al mismo tiempo que la muerte de Machado, solo que del lado español de la frontera. Imaginé entonces que la simetría y el contraste entre esos dos hechos terribles –casi un quiasmo de la historia– quizá no era casual y que, si conseguía contarlos sin pérdida en un mismo artículo, su extraño paralelismo acaso podía dotarlos de un significado inédito [...]. El resultado fue un artículo titulado «Un secreto esencial»[3].
Obsérvese el modo en que Cercas utiliza, de buen seguro de forma intencionada, la palabra «simetría» para establecer un paralelismo entre la muerte de Antonio Machado y el fusilamiento fallido del poeta falangista.
La teoría de la equidistancia coloca en simétrica posición a las víctimas y a sus verdugos, como si a ambas partes del conflicto hubiera que atribuirle la misma responsabilidad. No resulta difícil localizar en las novelas que sobre la Guerra Civil se escriben en la actualidad sentencias del tipo «en esta guerra y posguerra se han cometido muchas atrocidades por ambos bandos. Repito: por ambos bandos», extraída de la novela Donde nadie te encuentre de Alicia Giménez Bartlett[4]; o en Dime quién soy de Julia Navarro: «¿Asesinos? Sí, en este país hay y ha habido muchos asesinos, pero no solo los nacionales, no, también los otros han matado a muchos inocentes»[5]. También Javier Marías habla en Tu rostro mañana de que el terror era el «mismo en ambas zonas, en siniestra simetría demente»[6]. Pero igualar a los verdugos con las víctimas supone falsear la historia por medio de su descripción equidistante, como, contrariamente, el propio Marías afirma en otro lugar de su novela, cuando el protagonista le pregunta a su padre los motivos por los cuales nunca pensó en vengarse de la persona que le delató y que, por culpa de la misma, no solo sufrió años de cárcel, sino que también fue privado del ejercicio de la docencia durante el periodo que duró la dictadura franquista:
…le habría dado una especie de justificación a posteriori, un falso asidero, un motivo anacrónico para su acción. Ten en cuenta que en el conjunto de una vida lo cronológico va perdiendo importancia, no se distingue tanto lo que vino antes de lo que vino luego, ni los actos de sus consecuencias, ni las decisiones de lo que desencadenan. Él habría podido pensar que al fin y al cabo yo le había hecho algo, qué más daba cuándo, y haberse ido a la tumba más conforme consigo mismo[7].
El paso del tiempo en efecto termina borrando las huellas de la Historia, difumina las diferencias, altera la cronología y acaso contribuye a la confusión de las causas y los efectos, como imprime la metáfora de las tres casas distintas pero igualadas con los años en Soldados de Salamina de Javier Cercas:
Sesenta años atrás habrían sido sin duda tres casas muy distintas, pero el tiempo las había igualado, y su aire común de desamparo, de esqueletos en piedra entre cuyos costillares descarnados gime el viento en las tardes de otoño, no contenía una sola sugestión de que alguien, alguna vez, hubiera vivido en ellas[8].
El tiempo borra las huellas y dificulta la tarea de discernir entre las causas y los efectos, entre las víctimas y sus verdugos. Parece que la novela española actual que convierte la Guerra Civil en materia novelable participa de dicha confusión equidistante. La inculpación y la exigencia de responsabilidad a «los unos y los otros» por la tragedia desatada es un tema recurrente en nuestra literatura guerracivilista. El historiador Francisco Espinosa Maestre, en su ensayo El fenómeno revisionista o los fantasmas de la derecha, donde desmonta las teorías construidas por la historiografía revisionista actual sobre la Guerra Civil, saca a colación el modo en que la teoría de la equidistancia es empleada por Lorenzo Silva, autor de Carta blanca (Espasa, Calpe, 2004), cuando el novelista dice, en relación con la ocupación de Badajoz, que su novela «refleja el heroísmo y la infamia de los dos bandos. Los republicanos fusilaron, por ejemplo, a jubilados; y la represión nacional fue inhumana; pero entre sus filas hubo quien se jugó el tipo». Ante una proposición de este tipo, Espinosa Maestre no puede sino apuntar:
Ahora resulta que los republicanos fusilaron a jubilados y que los fascistas se jugaron el tipo [...]. Y ya como colofón, y tras decir que en el palacio de congresos que se ha construido en lo que fue la plaza de toros de Badajoz, convendría que «haya un recuerdo de lo que significó aquello», Silva el ecuánime repite: «También vi que en el baluarte de Trinidad hay un monumento a los héroes de la Legión. Esto está bien porque fue gente que se dejó el pellejo; pero cabría colocar otro monumento a los carabineros que lucharon por la República en la ciudad». Parece que no importa nada que unos se dejaran el pellejo defendiendo la democracia y otros el fascismo. Por lo visto el tiempo todo lo iguala. Por esta regla de tres Europa estaría cuajada de monumentos a los nazis que se dejaron el pellejo... [9]
Ante reconstrucciones del pasado de este tipo, es de rigor esgrimir que situar en el mismo plano de responsabilidad a un gobierno legítimo y a los golpistas que atentan contra su legalidad responde, como afirma Serge Salaün, a una insidiosa maniobra revisionista:
Desde hace algunos años se propaga una nueva manera de enfocar la literatura y la cultura de la guerra de España, alrededor del dogma de la «equidistancia». El punto de partida se sitúa a mediados de los años ochenta cuando, después de la Transición y asentada la democracia, se pretende enfocar la historia de la guerra hacia perspectivas menos partidarias, menos doctrinarias y, sobre todo, menos maniqueas. Como si el fantasma de la guerra o de la dictadura fuera ya inofensivo, como si la visión supuestamente primitiva y drástica entre «buenos» y «malos» necesitara matizarse o suavizarse, hacia unas posiciones más humanas de perdón, reconciliación u olvido de un pasado que se quiere superado[10].
Más adelante señala Salaün que la teoría de la equidistancia no solamente produce y legitima «cierta reescritura sesgada de la Historia, o ciertas omisiones»[11] debido a que «la doctrina del “justo medio” encaja mal con la realidad social, ideológica y política»[12]; pero además, advierte sobre la peligrosidad política que conllevan este tipo de lecturas (o de reescrituras) de la Historia al señalar que «suele ser el terreno abonado para empresas ideológicas solapadas de rehabilitación de este pasado dictatorial, presentado como ominoso durante más de una década»[13]. […]
Resulta innegable la existencia de una violencia desmesurada y descontrolada en la zona republicana –producida sobre todo durante los primeros meses de la contienda– que la literatura fascista se apresuró en calificar de «terror rojo». Y acaso es de rigor no mirar hacia otro lado. Pero para comprender en su completa dimensión histórica este episodio dramático de nuestra guerra, tiene que entenderse, en primer lugar, que la violencia fue desencadenada por –o mejor: fue una reacción lógica de– la violencia que se inició tras el golpe de Estado. Y, como apunta José Luis Ledesma, «el atronador y dramático contexto en el que las matanzas tuvieron lugar no disculpa, pero sin él nada resulta inteligible»[14]. En segundo lugar, también es de rigor señalar que, si bien es incuestionable la veracidad de este episodio histórico perteneciente a la Guerra Civil española, también es cierto que la violencia registrada en la zona republicana fue inmediatamente atajada por las instituciones gubernamentales republicanas en un intento de enderezar el rumbo y recuperar el mando de la situación. El papel que asume el Estado republicano frente a la violencia cometida en su zona, en su intento de limitar la violencia espontánea, constituye el rasgo distintivo que hace que medie un abismo entre el denominado «terror rojo» y el «terror blanco» producido en las zonas conquistas por los rebeldes. De esta opinión es Paul Preston:
Naturalmente, las atrocidades no se limitaron a la zona rebelde. Especialmente a principios de la guerra, hubo oleadas de asesinatos de curas y sospechosos de ser simpatizantes fascistas [...]. Sin embargo, si hubo una diferencia en los asesinatos en las dos zonas, esta yace en el hecho de que las atrocidades republicanas solían ser obra de elementos incontrolables, en unos días en que se habían sublevado las fuerzas del orden[15].
Del mismo modo, Herbert R. Southworth afirma:
Sabemos que los líderes de la República condenaron la violencia de sus partidarios, y en algunos casos lograron limitarla. También sabemos [...] que, al revés que en el campo republicano, la matanza se convirtió en la España de Franco en una forma de vida durante toda la guerra y muchos años después [...]. Contra estas matanzas, ningún falangista levantó la voz de protesta, ni un requeté, ni un general franquista, ni un sacerdote, ningún abad mitrado, obispo, cardenal o nuncio se indignaron[16].
Y más adelante sostiene el historiador norteamericano lo que sigue:
Los asesinatos se perpetraron en la España republicana cuando los hombres que había jurado defender la ley y el orden renegaron de su palabra, abandonaron al Estado y se alzaron para fomentar una rebelión, dejando las calles a una multitud vengativa y furiosa cargada de razón [...]. Por el contrario, las matanzas en la zona rebelde [...], fueron organizadas con método, firmadas por los militares y bendecidas por la Iglesia, y fueron mucho más numerosas[17].
En definitiva, y como afirma Ángel Viñas en su libro:
Si en la zona republicana el Estado apenas si existió de facto en los primeros meses de la guerra, aunque nunca se desplomó totalmente, una de las claves sobre las que se asentó el proceso de recuperación paulatina de su autoridad fue, con el ejército y la economía, el «orden público». Esto se reflejó en la voluntad de retirar la administración de la violencia a los micropoderes y grupos armados que la aplicaban a su aire [...]. La correspondencia entre la progresiva reconstrucción del Estado y el descenso de las atrocidades es, a mi entender, incuestionable por más que se manifestara con distinta velocidad[18].
Dicho lo cual, no es de recibo seguir sosteniendo una visión de la Guerra Civil española desde una perspectiva equidistante. Tratar de igualar y de situar en el mismo nivel de responsabilidad a quienes atacaron a un sistema legítimo y democrático y a quienes, por el contrario, sufrieron la agresión de un golpe militar fascista no puede sino tildarse de tergiversación –consciente o inconsciente– de la Historia. En este sentido, hacemos nuestras las palabras de Alberto Reig Tapia:
Una violencia era de signo defensivo ante el asalto al poder legítimamente establecido y, la otra, era de carácter ofensivo empezando por poner en peligro uno de los principios esenciales de toda sociedad civilizada: la seguridad jurídica. Conviene, además, recordar que todo código penal admite eximentes en caso de legítima defensa y agravantes en caso de agresión indiscriminada. Se trata de una cuestión cualitativa fundamental en torno a la cual giran todas las demás, pero de la que no puede prescindirse[19].
David Becerra Mayor // "La teoría de la equidistancia", La Guerra Civil como moda literaria, Madrid, Clave Intelectual, 2015, págs. 203-229.
[1] Andrea GREPPI, «Los límites de la memoria y las limitaciones de la Ley. Antifascismo y equidistancia», en José Antonio Martín Pallín y Rafael Escudero Alday, Derecho y memoria histórica, Madrid, Trotta, 2008, p. 107.
[2] Carmen NEGRÍN, «La memoria revisitada», en Julio Rodríguez Puértolas (coord.), La República y la cultura, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2012, p. 124.
[3] Javier CERCAS, Soldados de Salamina, Barcelona, Tusquets, 2001, p. 23.
[4] Alicia GIMÉNEZ BARTLETT, Donde nadie te encuentre, Barcelona, Destino, 2011, p. 96.
[5] Julia NAVARRO, Dime quién soy, Barcelona, Plaza & Janés, 2010, p. 418.
[6] Javier MARÍAS, Tu rostro mañana. Fiebre y lanza, Madrid, Alfaguara, 2002, p. 175.
[7] Ibid., p. 186.
[8] Javier CERCAS, Op. cit., 2001, p. 71.
[9] Francisco ESPINOSA MAESTRE, El fenómeno revisionista o los fantasmas de la derecha, Cáceres, Del Oeste, 2005, p. 60. Los fragmentos de Lorenzo Silva están extraídos de El Periódico de Extremadura (2 de junio de 2004).
[10] Serge SALAÜN, «Romances y romanceros de la guerra», en Manuel Aznar Soler et al. (eds.), València, Capital cultural de la República (1936-1937). Congrès Internacional, Universitat de València, 2008, p. 304.
[11] Ibid., p. 304.
[12] Ibid., p. 305.
[13] Ibid., p. 304.
[14] José Luis LEDESMA, «Una retaguardia al rojo. Las violencias en la zona republicana», en Francisco ESPINOSA MAESTRE (ed.), Violencia roja y azul, Barcelona, Crítica, 2010, p. 231.
[15] Paul PRESTON, La Guerra Civil española, Barcelona, Random House Mondadori, 2000, pp. 91-92.
[16] Herbert R. SOUTHWORTH, El mito de la cruzada de Franco, Madrid, Debolsillo, 2008, pp. 232-233.
[17] Ibid., p. 310.
[18] Ángel VIÑAS, La soledad de la República, Barcelona, Crítica, 2006, p. 183.
[19] Alberto REIG TAPIA, Violencia y terror, Madrid, Akal, 1990, pp. 14-15.
jueves, 2 de junio de 2016
El primer telescopio se presentó hace 407 años. El invento de Galileo Galilei cambió el rumbo de la astronomía.
Las astrónomos están de fiesta, (se refiere al 25 agosto de 2009). Se cumplieron los 400 años desde la presentación oficial del primer telescopio ante el senado de Venecia, un invento con el que el científico italiano Galileo Galilei (1564-1642) cambió el rumbo de la astronomía. Este descubrimiento suponía poder ver el aspecto que los cielos ofrecían cuando se observaban con un original instrumento que aproximaba y agrandaba los objetos lejanos.
Este instrumento, un tubo con dos lentes, se había convertido, en manos de un hombre de ingenio, quizá en el más revolucionario instrumento de todos los tiempos. Todo comenzó en el inicio de 1609, cuando el genio italiano recibe noticias de la existencia de un instrumento maravilloso capaz de "acercar" los objetos. Galileo construyó su primer telescopio en el verano de aquel año y en diciembre se lanzó a observar el firmamento con instrumentos de una calidad adecuada.
Aquel invento fue también el comienzo de los quebraderos de cabeza para Galileo. La Inquisición le puso en el punto de mira porque defendía la teoría heliocéntrica: el Sol era el centro del universo y la Tierra giraba a su alrededor. El 24 de febrero de 1616 una comisión de teólogos consultores de la Inquisición censuró la teoría heliocéntrica y reafirmó la "inmovilidad" de la Tierra.
Francisco Gálvez, astrónomo de la Sociedad Malagueña de Astronomía, explica lo que supuso para aquella época poder observar el cielo. "Se descubrió que la Tierra no era el centro del universo, como se pensaba en aquella època, sino que había otros planetas en torno a los cuales giraban los objetos celestes". Recuerda que se descrubrió que existían más estrellas que las que se apreciaban a simple vista y que la Luna "no era tan perfecta como se pensaba", sino que tenía valles, montañas y montes escarpados". "Se dieron cuenta de que la Luna se parecía a la Tierra", asegura Gálvez.
Lo que vio Galileo
La Inquisición no pudo detener el avance de la ciencia. Galileo descubrió, que la Luna no era lisa, pues mostraba montañas y valles, muchas y nuevas estrellas aparecían donde antes sólo había oscuridad, la Vía Láctea no era una mancha lechosa, sino un conjunto casi infinito de pequeños puntos luminosos, y el planeta Júpiter ya no estaba sólo, sino acompañado por cuatro pequeños puntos que giraban a su alrededor.
En 1633, Galileo fue condenado, a pesar de la protección de los Medici, por los inquisidores y forzado a abjurar, de rodillas y bajo amenaza de torturas, de la teoría de Copérnico.
Precisamente semanas antes del aniversario del primer objeto que acercaba los objetos del cielo al ojo humano, otro telescopio mucho más sofisticado, el Spitzer ha detectado los restos del choque de dos incipientes planetas en torno a una estrella. La ciencia no para. Se trata de un "hecho muy poco frecuente y de corta duración pero crucial en la formación de planetas", señaló Carey Lisse, científico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins. Y es que en la ciencia de la astronomía, la tecnología está ligada siempre con cualquier descubrimiento.
Google también lo celebra
El buscador Google, siempre tan cercano a la actualidad, ha celebrado el cumpleaños de la presentación del primer telescopio lanzando una versión de su logo customizado que recuerda este aniversario.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2009/08/25/actualidad/1251151202_850215.html?rel=lom
Este instrumento, un tubo con dos lentes, se había convertido, en manos de un hombre de ingenio, quizá en el más revolucionario instrumento de todos los tiempos. Todo comenzó en el inicio de 1609, cuando el genio italiano recibe noticias de la existencia de un instrumento maravilloso capaz de "acercar" los objetos. Galileo construyó su primer telescopio en el verano de aquel año y en diciembre se lanzó a observar el firmamento con instrumentos de una calidad adecuada.
Aquel invento fue también el comienzo de los quebraderos de cabeza para Galileo. La Inquisición le puso en el punto de mira porque defendía la teoría heliocéntrica: el Sol era el centro del universo y la Tierra giraba a su alrededor. El 24 de febrero de 1616 una comisión de teólogos consultores de la Inquisición censuró la teoría heliocéntrica y reafirmó la "inmovilidad" de la Tierra.
Francisco Gálvez, astrónomo de la Sociedad Malagueña de Astronomía, explica lo que supuso para aquella época poder observar el cielo. "Se descubrió que la Tierra no era el centro del universo, como se pensaba en aquella època, sino que había otros planetas en torno a los cuales giraban los objetos celestes". Recuerda que se descrubrió que existían más estrellas que las que se apreciaban a simple vista y que la Luna "no era tan perfecta como se pensaba", sino que tenía valles, montañas y montes escarpados". "Se dieron cuenta de que la Luna se parecía a la Tierra", asegura Gálvez.
Lo que vio Galileo
La Inquisición no pudo detener el avance de la ciencia. Galileo descubrió, que la Luna no era lisa, pues mostraba montañas y valles, muchas y nuevas estrellas aparecían donde antes sólo había oscuridad, la Vía Láctea no era una mancha lechosa, sino un conjunto casi infinito de pequeños puntos luminosos, y el planeta Júpiter ya no estaba sólo, sino acompañado por cuatro pequeños puntos que giraban a su alrededor.
En 1633, Galileo fue condenado, a pesar de la protección de los Medici, por los inquisidores y forzado a abjurar, de rodillas y bajo amenaza de torturas, de la teoría de Copérnico.
Precisamente semanas antes del aniversario del primer objeto que acercaba los objetos del cielo al ojo humano, otro telescopio mucho más sofisticado, el Spitzer ha detectado los restos del choque de dos incipientes planetas en torno a una estrella. La ciencia no para. Se trata de un "hecho muy poco frecuente y de corta duración pero crucial en la formación de planetas", señaló Carey Lisse, científico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins. Y es que en la ciencia de la astronomía, la tecnología está ligada siempre con cualquier descubrimiento.
Google también lo celebra
El buscador Google, siempre tan cercano a la actualidad, ha celebrado el cumpleaños de la presentación del primer telescopio lanzando una versión de su logo customizado que recuerda este aniversario.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2009/08/25/actualidad/1251151202_850215.html?rel=lom
miércoles, 1 de junio de 2016
Cómo el crecimiento de las desigualdades causó la Gran Recesión
Vicenç Navarro – Consejo Científico de ATTAC España
Este artículo señala que una causa de la enorme crisis económica y financiera que ha ocurrido a los dos lados del Atlántico Norte se debe al crecimiento de las desigualdades causado por la imposición de las políticas neoliberales y que ha originado un enorme daño a las clases populares de estos países.
Una de las causas más importantes de que ocurriera la Gran Recesión y de que esta fuera tan larga, fue el gran crecimiento de las desigualdades, resultado de la aplicación de las políticas públicas que se conocen como políticas neoliberales. Tales políticas públicas incluyeron, por un lado, las reformas laborales que tenían como objetivo la reducción de los salarios, y por el otro, la aplicación de la ortodoxia liberal encaminada a reducir los déficits públicos mediante medidas de austeridad y reducción del gasto público. Ambas políticas determinaron el enorme problema de la falta de demanda doméstica y, como consecuencia, el escaso crecimiento económico. Por otra parte, la reducción de la capacidad adquisitiva de la población causó el elevado endeudamiento de las familias trabajadoras y de las medianas y pequeñas empresas, con la consiguiente expansión e hipertrofia de la banca (caso muy claro en España, donde el tamaño del sector es tres veces más grande –en términos proporcionales– que en EEUU), que invirtió predominantemente en actividades especulativas (debido a la menor rentabilidad de la economía productiva, resultado del escaso crecimiento económico) que ha consumido recursos que podrían haberse aplicado a fines más productivos y necesarios que los especulativos que han dominado, como he indicado, el comportamiento de tal sector financiero.
Esta situación podía prevenirse, pero el establishment político-mediático no lo permitió
La evidencia empírica y científica que apoya la tesis expuesta en el párrafo anterior es abrumadora y contundente, lo cual explica que incluso un gran número de organismos internacionales, responsables de haber promovido tales políticas, como el Fondo Monetario Internacional o la OCDE, estén, por fin, cuestionando la aplicación de tales medidas neoliberales, que todavía se reproducen y promueven en la mayoría de países de la Eurozona. En España tal cuestionamiento no ha ocurrido todavía, en parte debido a la muy limitada diversidad ideológica de los mayores medios de información y persuasión. La enorme falta de diversidad ideológica de estos grandes medios (claramente influenciados por la banca -cuyos créditos los sostienen-) explica que en España todavía la sabiduría convencional esté estancada en tal pensamiento. Es extraordinario que aún hoy los gurús económicos mediáticos de clara orientación neoliberal (con chaquetas llamativas, o sin ellas) continúen siendo promovidos en aquellos medios, cuando la falsedad de sus teorías es tan fácil de ver mirando la realidad que nos rodea.
Los datos, fácilmente accesibles, están ahí para todo aquel que quiera verlos. En la gran mayoría de países en Norteamérica y en la Unión Europea, las desigualdades han crecido enormemente. Las rentas del trabajo (de las que deriva la mayoría de la demanda) han ido bajando como porcentaje de la renta total de los países, mientras que las rentas del capital han ido subiendo, un fenómeno generalizado, como acabo de indicar, en los países a los dos lados del Atlántico Norte (EEUU y la Eurozona), pero con especial intensidad en los del sur de Europa, incluyendo España. La continuidad en la aplicación de estas políticas explica el escaso impacto que las medidas tomadas por los Estados, y promovidas por el establishment europeo (el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Eurogrupo) y el Banco Central Europeo, han tenido en recuperar el buen funcionamiento de la economía de la Eurozona. En realidad, tales medidas (el deterioro del mercado de trabajo y la austeridad del gasto público) han aumentado todavía más las desigualdades y han retrasado todavía más la recuperación económica de estos países.
Las medidas monetarias: la falsa solución de los neoliberales
En su mayor parte, las intervenciones de tales establishments europeos han sido de tipo monetario. Es decir, el Banco Central Europeo ha imprimido mucho y mucho dinero y lo ha distribuido a través del sistema financiero, que quiere decir predominantemente a través de los bancos, a unos intereses bajísimos, creyendo que el mayor problema de la economía era que no había suficiente dinero para que la población comprara y aumentara la demanda. Pero esta estrategia ignoraba que los canales que utilizaba para distribuir tal dinero –es decir, la banca privada- no compartían el mismo objetivo, puesto que su mayor objetivo era aumentar sus beneficios, y no necesariamente resolver los problemas de las familias o de las pequeñas y medianas empresas.
La banca utilizó tal dinero (además de para aumentar sus propios beneficios) para especular, comprando, por ejemplo, deuda pública, con la confianza que, en caso de que las burbujas creadas por tales comportamientos (como las burbujas inmobiliarias y las de deuda pública) explotaran, el Estado la rescataría, como así ha ocurrido. Las fuerzas conservadoras y liberales, que siempre critican las intervenciones del Estado para garantizar el bienestar de la ciudadanía, aplaudieron y dieron apoyo al mayor acto de beneficencia pública que haya ocurrido en el siglo XXI: la beneficencia a la banca, conocido como “el rescate a la banca”.
El BCE, consciente de que sus medidas de imprimir dinero no repercutían en el ciudadano, estimuló la banca, proveyéndola con incluso más beneficio si aseguraba la disponibilidad de crédito, asumiendo que el problema para las empresas era su dificultad para poder conseguir dinero prestado. Y aun cuando había un elemento de verdad en esta interpretación del bajo crecimiento económico, el mayor problema no era este para las pequeñas y medianas empresa (que es la que produce mayor empleo). En realidad, si los empresarios no creaban empleo era, en gran medida, porque no había suficiente demanda de sus productos y servicios. Y ahí estaba y continúa estando el problema. En realidad, la deflación (el fenómeno de que los precios estén bajando por debajo del nivel considerado aconsejable) también es consecuencia de esta falta de capacidad adquisitiva de la gran mayoría de la población, que adquiere sus rentas a partir de su trabajo.
¿La “conversión” del Sr. Draghi del Banco Central Europeo?
De ahí que incluso ahora el Sr. Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, comience a preocuparse y haya comenzado a proponer a los Estados y al Eurogrupo que se establezcan políticas fiscales para estimular la economía, aceptando las limitaciones que las políticas monetarias tienen para conseguir tal estímulo. Por políticas fiscales se entienden aquellas intervenciones que expanden el consumo y la demanda, bien a través del aumento del gasto público, bien a través de la rebaja de impuestos.
Predeciblemente, los neoliberales, como el Sr. Draghi, se centran primordialmente en esta última medida (que, por regla general, es la preferida por los partidos liberales y conservadores, como el PP, Ciudadanos y Convergència), ignorando con ello la abrumadora evidencia de que esta medida (estimular la economía a través de la reducción de impuestos) es poco eficaz para estimular la economía, mucho menos eficaz que la inversión pública encaminada a crear empleo, medida que por lo general es desfavorecida por tales partidos, aunque la evidencia muestra que es la más eficaz para estimular la economía.
Y ahí está precisamente la solución que ni el PP, ni Ciudadanos (ni tampoco el PSOE) consideran, pues están estancados en el dogma neoliberal promovido por el gobierno alemán que está creando tanto dolor y sufrimiento entre las clases populares de los países de la Eurozona. Que el PP y Ciudadanos lo hagan es coherente con su ideología neoliberal promovida por el sector financiero. Pero la conversión del PSOE a este dogma ha sido la causa de su bajón electoral, como ha ocurrido con la socialdemocracia en Europa. El apoyo a la austeridad ha sido el austericidio de la socialdemocracia.
La rebaja de impuestos que estos partidos favorecen tiende a favorecer a las rentas superiores (que pagan más impuestos) que a las rentas inferiores (que pagan menos). De ahí que estas medidas suelan incrementar todavía más las desigualdades, causa del problema económico. Lo que debería hacerse es una mayor redistribución de los recursos mediante políticas impositivas de carácter redistributivo e inversiones públicas (encaminadas a crear buen empleo, estable y bien pagado), en la infraestructura social, energética y física del país. Fue así como la Administración Roosevelt sacó a EEUU de la Gran Depresión. Fue así también como los gobiernos de la Europa Occidental salieron de la gran crisis económica que existía en Europa al terminar la II Guerra Mundial (estimulados por el Plan Marshall), y debería ser así como tendríamos que salir de la crisis ahora. La solución es fácil de ver. Y en cambio se está continuando con las mismas políticas neoliberales que han sido un auténtico desastre.
Y la pregunta que debe hacerse es ¿por qué tales políticas continúan aplicándose? Podría argumentarse que parte del problema es la incompetencia de los llamados expertos económicos neoliberales. Pero tal explicación es insuficiente. La causa real es que tales políticas, aunque perjudican enormemente al bienestar de las clases populares, beneficia enormemente a los componentes de lo que en EEUU se llama la Corporate Class, la clase de los propietarios y gestores de las grandes empresas (equivalente en cada país al IBEX-35), que dominan la vida económica, política y mediática del país. Como he indicado en un párrafo anterior, en todos estos países donde se han estado aplicando estas políticas, el porcentaje de las rentas derivadas del capital ha incrementado a costa de que las rentas derivadas del trabajo hayan disminuido. Hoy el mundo empresarial está consiguiendo lo que siempre soñó. Y ello como consecuencia de las políticas neoliberales que ha estado promoviendo, y que han sido impuestas (y digo impuestas, pues no estaban en su programa electoral) por partidos gobernantes a la población, claramente influenciados por aquel mundo empresarial con el cual tales partidos tienen una complicidad preocupante. Hasta que no se rompa esta complicidad, España (incluyendo Catalunya) no saldrá de la Gran Recesión. Así de claro.
Publicado en Público.es vnavarro.org
ATTAC España no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.
Este artículo señala que una causa de la enorme crisis económica y financiera que ha ocurrido a los dos lados del Atlántico Norte se debe al crecimiento de las desigualdades causado por la imposición de las políticas neoliberales y que ha originado un enorme daño a las clases populares de estos países.
Una de las causas más importantes de que ocurriera la Gran Recesión y de que esta fuera tan larga, fue el gran crecimiento de las desigualdades, resultado de la aplicación de las políticas públicas que se conocen como políticas neoliberales. Tales políticas públicas incluyeron, por un lado, las reformas laborales que tenían como objetivo la reducción de los salarios, y por el otro, la aplicación de la ortodoxia liberal encaminada a reducir los déficits públicos mediante medidas de austeridad y reducción del gasto público. Ambas políticas determinaron el enorme problema de la falta de demanda doméstica y, como consecuencia, el escaso crecimiento económico. Por otra parte, la reducción de la capacidad adquisitiva de la población causó el elevado endeudamiento de las familias trabajadoras y de las medianas y pequeñas empresas, con la consiguiente expansión e hipertrofia de la banca (caso muy claro en España, donde el tamaño del sector es tres veces más grande –en términos proporcionales– que en EEUU), que invirtió predominantemente en actividades especulativas (debido a la menor rentabilidad de la economía productiva, resultado del escaso crecimiento económico) que ha consumido recursos que podrían haberse aplicado a fines más productivos y necesarios que los especulativos que han dominado, como he indicado, el comportamiento de tal sector financiero.
Esta situación podía prevenirse, pero el establishment político-mediático no lo permitió
La evidencia empírica y científica que apoya la tesis expuesta en el párrafo anterior es abrumadora y contundente, lo cual explica que incluso un gran número de organismos internacionales, responsables de haber promovido tales políticas, como el Fondo Monetario Internacional o la OCDE, estén, por fin, cuestionando la aplicación de tales medidas neoliberales, que todavía se reproducen y promueven en la mayoría de países de la Eurozona. En España tal cuestionamiento no ha ocurrido todavía, en parte debido a la muy limitada diversidad ideológica de los mayores medios de información y persuasión. La enorme falta de diversidad ideológica de estos grandes medios (claramente influenciados por la banca -cuyos créditos los sostienen-) explica que en España todavía la sabiduría convencional esté estancada en tal pensamiento. Es extraordinario que aún hoy los gurús económicos mediáticos de clara orientación neoliberal (con chaquetas llamativas, o sin ellas) continúen siendo promovidos en aquellos medios, cuando la falsedad de sus teorías es tan fácil de ver mirando la realidad que nos rodea.
Los datos, fácilmente accesibles, están ahí para todo aquel que quiera verlos. En la gran mayoría de países en Norteamérica y en la Unión Europea, las desigualdades han crecido enormemente. Las rentas del trabajo (de las que deriva la mayoría de la demanda) han ido bajando como porcentaje de la renta total de los países, mientras que las rentas del capital han ido subiendo, un fenómeno generalizado, como acabo de indicar, en los países a los dos lados del Atlántico Norte (EEUU y la Eurozona), pero con especial intensidad en los del sur de Europa, incluyendo España. La continuidad en la aplicación de estas políticas explica el escaso impacto que las medidas tomadas por los Estados, y promovidas por el establishment europeo (el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Eurogrupo) y el Banco Central Europeo, han tenido en recuperar el buen funcionamiento de la economía de la Eurozona. En realidad, tales medidas (el deterioro del mercado de trabajo y la austeridad del gasto público) han aumentado todavía más las desigualdades y han retrasado todavía más la recuperación económica de estos países.
Las medidas monetarias: la falsa solución de los neoliberales
En su mayor parte, las intervenciones de tales establishments europeos han sido de tipo monetario. Es decir, el Banco Central Europeo ha imprimido mucho y mucho dinero y lo ha distribuido a través del sistema financiero, que quiere decir predominantemente a través de los bancos, a unos intereses bajísimos, creyendo que el mayor problema de la economía era que no había suficiente dinero para que la población comprara y aumentara la demanda. Pero esta estrategia ignoraba que los canales que utilizaba para distribuir tal dinero –es decir, la banca privada- no compartían el mismo objetivo, puesto que su mayor objetivo era aumentar sus beneficios, y no necesariamente resolver los problemas de las familias o de las pequeñas y medianas empresas.
La banca utilizó tal dinero (además de para aumentar sus propios beneficios) para especular, comprando, por ejemplo, deuda pública, con la confianza que, en caso de que las burbujas creadas por tales comportamientos (como las burbujas inmobiliarias y las de deuda pública) explotaran, el Estado la rescataría, como así ha ocurrido. Las fuerzas conservadoras y liberales, que siempre critican las intervenciones del Estado para garantizar el bienestar de la ciudadanía, aplaudieron y dieron apoyo al mayor acto de beneficencia pública que haya ocurrido en el siglo XXI: la beneficencia a la banca, conocido como “el rescate a la banca”.
El BCE, consciente de que sus medidas de imprimir dinero no repercutían en el ciudadano, estimuló la banca, proveyéndola con incluso más beneficio si aseguraba la disponibilidad de crédito, asumiendo que el problema para las empresas era su dificultad para poder conseguir dinero prestado. Y aun cuando había un elemento de verdad en esta interpretación del bajo crecimiento económico, el mayor problema no era este para las pequeñas y medianas empresa (que es la que produce mayor empleo). En realidad, si los empresarios no creaban empleo era, en gran medida, porque no había suficiente demanda de sus productos y servicios. Y ahí estaba y continúa estando el problema. En realidad, la deflación (el fenómeno de que los precios estén bajando por debajo del nivel considerado aconsejable) también es consecuencia de esta falta de capacidad adquisitiva de la gran mayoría de la población, que adquiere sus rentas a partir de su trabajo.
¿La “conversión” del Sr. Draghi del Banco Central Europeo?
De ahí que incluso ahora el Sr. Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, comience a preocuparse y haya comenzado a proponer a los Estados y al Eurogrupo que se establezcan políticas fiscales para estimular la economía, aceptando las limitaciones que las políticas monetarias tienen para conseguir tal estímulo. Por políticas fiscales se entienden aquellas intervenciones que expanden el consumo y la demanda, bien a través del aumento del gasto público, bien a través de la rebaja de impuestos.
Predeciblemente, los neoliberales, como el Sr. Draghi, se centran primordialmente en esta última medida (que, por regla general, es la preferida por los partidos liberales y conservadores, como el PP, Ciudadanos y Convergència), ignorando con ello la abrumadora evidencia de que esta medida (estimular la economía a través de la reducción de impuestos) es poco eficaz para estimular la economía, mucho menos eficaz que la inversión pública encaminada a crear empleo, medida que por lo general es desfavorecida por tales partidos, aunque la evidencia muestra que es la más eficaz para estimular la economía.
Y ahí está precisamente la solución que ni el PP, ni Ciudadanos (ni tampoco el PSOE) consideran, pues están estancados en el dogma neoliberal promovido por el gobierno alemán que está creando tanto dolor y sufrimiento entre las clases populares de los países de la Eurozona. Que el PP y Ciudadanos lo hagan es coherente con su ideología neoliberal promovida por el sector financiero. Pero la conversión del PSOE a este dogma ha sido la causa de su bajón electoral, como ha ocurrido con la socialdemocracia en Europa. El apoyo a la austeridad ha sido el austericidio de la socialdemocracia.
La rebaja de impuestos que estos partidos favorecen tiende a favorecer a las rentas superiores (que pagan más impuestos) que a las rentas inferiores (que pagan menos). De ahí que estas medidas suelan incrementar todavía más las desigualdades, causa del problema económico. Lo que debería hacerse es una mayor redistribución de los recursos mediante políticas impositivas de carácter redistributivo e inversiones públicas (encaminadas a crear buen empleo, estable y bien pagado), en la infraestructura social, energética y física del país. Fue así como la Administración Roosevelt sacó a EEUU de la Gran Depresión. Fue así también como los gobiernos de la Europa Occidental salieron de la gran crisis económica que existía en Europa al terminar la II Guerra Mundial (estimulados por el Plan Marshall), y debería ser así como tendríamos que salir de la crisis ahora. La solución es fácil de ver. Y en cambio se está continuando con las mismas políticas neoliberales que han sido un auténtico desastre.
Y la pregunta que debe hacerse es ¿por qué tales políticas continúan aplicándose? Podría argumentarse que parte del problema es la incompetencia de los llamados expertos económicos neoliberales. Pero tal explicación es insuficiente. La causa real es que tales políticas, aunque perjudican enormemente al bienestar de las clases populares, beneficia enormemente a los componentes de lo que en EEUU se llama la Corporate Class, la clase de los propietarios y gestores de las grandes empresas (equivalente en cada país al IBEX-35), que dominan la vida económica, política y mediática del país. Como he indicado en un párrafo anterior, en todos estos países donde se han estado aplicando estas políticas, el porcentaje de las rentas derivadas del capital ha incrementado a costa de que las rentas derivadas del trabajo hayan disminuido. Hoy el mundo empresarial está consiguiendo lo que siempre soñó. Y ello como consecuencia de las políticas neoliberales que ha estado promoviendo, y que han sido impuestas (y digo impuestas, pues no estaban en su programa electoral) por partidos gobernantes a la población, claramente influenciados por aquel mundo empresarial con el cual tales partidos tienen una complicidad preocupante. Hasta que no se rompa esta complicidad, España (incluyendo Catalunya) no saldrá de la Gran Recesión. Así de claro.
Publicado en Público.es vnavarro.org
ATTAC España no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)