Mabel Lozano (Villaluenga, Toledo, 1967) medía 1,80 y llevaba el pelo corto en su pueblo, donde sólo le gustaba jugar al fútbol. La "machirulo" o “chicote”, como le decían entonces allí, llegó a Madrid a estudiar y vio que en Joy Eslava había un desfile con un regalo de unos jeans por participar como modelo. Se presentó allí, exuberante, y una agencia la contrató de modelo; vivió en Japón dos años, París, Milán. De vuelta a Madrid le ofrecieron televisión y se convirtió rápidamente en un rostro popular. En esta historia deslumbrante faltaba algo: la vocación. “Yo era una actriz mediocre. ¿Qué podía aportar a la interpretación? Hoy veo a Bárbara Lennie o a Maribel Verdú: ¡ellas son actrices, son artistas! En el rodaje de Los ladrones van a la oficina veía a Fernando Fernán Gómez antes y después de la cámara, y aquello era otra galaxia. ¿Qué pintaba yo con él?”. La vocación llegó tras estudiar cine y convertirse en documentalista. La bomba que explotó en su vida fue otra: en 2007 conoció a Irina.
¿Quién es Irina?
Una chica rusa que había sido rescatada por el Proyecto Esperanza. Estudiaba Medicina en su país, le dijeron allí que en un año trabajando de camarera en España podría pagarse el resto de la carrera y aprender el idioma. Ella se lo creyó. Y yo también me lo habría creído. ¿A alguien se le pasa por la cabeza que te van a secuestrar, violar y vender? No son tontas, son personas empoderadas y valientes, que salen de su país para buscar una oportunidad.
Rompe el tópico.
Rompe un tópico muy peligroso que dice que las víctimas de trata son ignorantes. Hay un único perfil que afecta a todas: son pobres, guapas y con carga familiar. Las más vulnerables.
Usted hasta entonces…
A mí hasta entonces la trata me sonaba a algo fronterizo. Jamás había pensado que en una sociedad como la nuestra hubiese mujeres que son esclavas. Pregúntele a un chaval a ver qué le responde a la pregunta de si hay esclavas en España. Le dirá que está zumbado.
¿Cómo se sobrevive?
El lugar de supervivencia es el silencio: se sobrevive callada. Nunca escuchas a una víctima de trata. Me escuchas a mí, pero yo no soy víctima. Hablo de ellas en tercera persona, pero a ellas no las ves. No sientes empatía por ellas. ¿Por qué no hablan? Porque son víctimas de exclusión social y legal, y el único lugar en el que pueden resistir es el silencio. Por el miedo a las represalias y por el estigma de la “puta”. Hace muchos años se hacían controles de sanidad a mujeres que se dedican a la prostitución. ¿Sabe por qué? Para tenerlas fichadas.
Se señala a la víctimas y se normaliza a los culpables.
La prostitución se percibe como algo natural que lleva aquí desde siempre. Todo el mundo tiene claro que la trata está en la prostitución, pero también se acepta: al estar normalizada la prostitución, se normaliza la trata. Yo soy de un pueblo pequeñísimo de Toledo: cuando era niña no había ni cabina de teléfono ni buzón de correos, pero sí un puticlub que se llamaba La Ponderosa.
Usted entiende que se está normalizando el delito.
Siempre que hablamos de trata lo llevamos a un territorio en el que aparecen términos como moral y ética. Es más fácil: es un delito. ¿Se atrevería a decir del narcotráfico que no es ético o moral? ¿O de un asesinato? “No me parece ético que se haya matado a éste o aquel”. Claro que no lo es, pero por encima de todo es un delito: empecemos por ahí. Y la trata es un mercado ilícito, compraventa de mujeres para esclavizarlas y prostituirlas. No hay que dejar de hacerlo por valores, por moral o por principios: hay que dejar de hacerlo porque es un delito, el que lo comete es un delincuente y al delincuente se le persigue, se le juzga y se le condena.
Como todo negocio, se sostiene por la demanda.
Demanda de carne fresca: un consumidor de sexo de pago que acude siempre al mismo piso va exigiendo mujeres diferentes. Hoy una brasileña, mañana una paraguaya y pasado una nigeriana. Cada vez más joven. Eso exige más captación, más movimiento, más negocio.
Usted es especialmente combativa con los medios.
Yo reprocho a los medios de comunicación muchas cosas, pero algo por encima de todo: cuando hay que hablar de trata, cuando se informa de redadas o detenciones, ahí está la fotografía del tanga y el tacón con una tía medio en bolas. Lo que vende, se aprovecha. ¿Por qué no sacamos a los proxenetas o los demandantes? ¿Por qué no ponemos cara a los que cometen el delito, y nos dejamos de enredar con las víctimas?
¿El perfil de consumidor de sexo de pago ha variado con el tiempo?
Un chaval hoy hace botellón y puede irse de putas. ¿A dónde? En Colonia Marconi en Madrid te encuentras a rumanas impresionantes que a última hora venden su cuerpo por cinco euros. Cuando tu cuerpo vale cinco euros, tu vida no vale nada. A los chavales les resulta divertido, muy fácil y barato. Porque no saben lo que hay detrás, no tienen ni idea. No llegamos a ellos, sus ventanas son otras.
¿Políticamente qué encuentra?
Una laxitud impresionante. Sólo hay que ver el presupuesto destinado a combatir el narcotráfico y el destinado a la trata: una diferencia abismal. En España y en medio mundo. Tanto presupuestos como leyes.
Después de conocer a Irina y de interesarse por la trata de mujeres, su trabajo se volcó a la dirección de documentales relacionados con los derechos humanos. Sobre la trata ha rodado Voces contra la trata de mujeres y, hace dos años, Chicas Nuevas 24 Horas. ¿Le ha causado problemas?
Si le digo que sí, usted titula con eso y apartamos el foco. Lo desplazamos de mujeres sin derechos para ponerlo sobre mí, como si fuese víctima de algo. El valor lo tienen ellas. A mí por dirigir estos trabajos [el último, Tribus de la Inquisición con el periodista Roberto Navia] me han dicho: qué valiente. Yo no soy valiente. Valiente es Yandí, que en Perú me dijo que la habían explotado sus padres; yo recojo su testimonio y me vuelvo a Madrid, y ella se queda allí, en el círculo de los que la han explotado. Valiente es la familia de Isabel Antezana, que me contó cómo a sus hijos los habían quemado delante de ella. Isabel y su marido los vieron arder vivos con pistolas apuntándoles en la cabeza, y no podían hacer nada porque tenían cinco hijos más. Cuando yo me fui y salió el documental, envenenaron a sus animales.
…
Cuando estrenamos Tribus de la Inquisición en Bolivia, nos boicotearon la copia y los periódicos nos insultaron; la diferencia es que yo cojo un avión, y Roberto Navia, que es un periodista impresionante capaz de denunciar estos linchamientos salvajes en Bolivia, se quedó allí. Eso es valentía. Yo me vengo a España, a mi zona de confort, qué voy a ser valiente. Valiente es el fiscal boliviano que nos habla de la corrupción en su país o la falta de interés del Estado en asuntos como una pira con seis chavales en una plaza pública; él se queda allí después del estreno, y sufre pintadas y amenazas. ¿Yo qué te voy a contestar sobre si recibo amenazas? No importa nada. No sé si tengo el valor de la gente que ha denunciado esto en mis documentales, que se han sacrificado de tal forma para que el mundo conozca la realidad en la que viven.
https://politica.elpais.com/politica/2017/09/15/actualidad/1505489017_385394.html?id_externo_rsoc=FB_CM
lunes, 25 de septiembre de 2017
domingo, 24 de septiembre de 2017
¿Por qué hablamos de seis millones de muertos en el Holocausto? Nunca se podrá precisar el número de judíos asesinados por los nazis. Los expertos manejan una cifra entre cinco y seis millones
Raul Hilberg, el gran historiador del Holocausto, consideraba que siempre se había tratado de contar la Shoah a través de los relatos de los supervivientes, cuando sólo se puede narrar a través de los muertos. La mayoría de víctimas del genocidio nazi fueron asesinadas nada más bajar de un vagón en cámaras de gas de lugares que resuenan en la memoria como Auschwitz, pero también en otros de los que apenas quedan restos, como Treblinka, Belzec o Sobibor.
El diario israelí Haaretz se preguntaba en agosto de dónde sale la cifra que mide universalmente ese horror (seis millones de judíos muertos) y por qué es tan difícil precisar un número de víctimas. La respuesta apunta a esa inmediatez: los muertos no dejaron testimonios, pero tampoco muchos documentos, pues nunca fueron censados. Tampoco los fusilados masivamente en la URSS desde junio de 1941. Otra respuesta es la magnitud de los crímenes nazis, imposible de imaginar y, por ello, de medir.
Los dos principales centros de documentación de la Shoah, el Yad Vashem de Jerusalén y el Museo del Holocausto de Washington, emplean los canónicos seis millones. Este último dedica un detallado análisis a las cifras, aunque recuerda que ningún documento nazi cifra el número de judíos, ni de otros grupos, asesinados entre 1933, cuando Hitler llega al poder, y 1945, final de la II Guerra Mundial. Las estadísticas se basan en todo tipo de censos e investigaciones posteriores. Los números de esta institución se reflejan en el gráfico.
Auschwitz (un millón de muertos, de ellos 870.000 gaseados nada más llegar), Treblinka (925.000) y la actuación de los Einsatzgruppen (unidades móviles de exterminio) en la URSS (1,3 millones) concentran más de la mitad de víctimas judías. Los guarismos de Treblinka resultan especialmente espeluznantes: tenía unas instalaciones muy pequeñas, un andén de llegada y cámaras de gas, destruidas por los nazis cuando terminaron de usarlas. Estuvo operativo de julio de 1942 a noviembre de 1943. Sus restos nunca se han terminado de investigar.
Hilberg (1926-2007) dedicó toda a su vida a estudiar el Holocausto, conocimiento que plasmó en su insoslayable La destrucción de los judíos europeos (Akal). En su epílogo, explica la cifra de seis millones y ofrece su propio recuento: 5,1 millones. Llegó a esta conclusión en 1985, antes de caer la URSS, y es posible que hubiese cambiado datos de haber podido seguir estudiando.
Atribuye la cifra de seis millones a William Höttl, un antiguo SS, quien declaró en 1945 que fue usada por Adolf Eichmann, el arquitecto de la solución final, en agosto de 1944: habló de “dos millones de fusilados y cuatro millones en los campos de exterminio”. En cambio, el propio Eichmann habló a otros jerarcas nazis de cinco millones, la misma que citó en su juicio en Jerusalén en 1961. Hilberg recuerda que fue el oficial de las SS que manejaba más estadísticas.
Tierras de sangre
En junio de 1945, el Instituto de Asuntos Judíos de Nueva York situó el total entre 5.659.600 y 5.673.100, de ellos 1.250.000 asesinados en la URSS. En 1946, el Congreso Mundial Judío apuntó 5.978.000, 1,5 millones en la URSS.
Hilberg desgrana todo el papeleo administrativo del terror para llegar a los 5,1 millones repartidos así: campos de exterminio, más de 3.000.000 de muertos; fusilamientos por los Einsatzgruppen, 1.300.000, y guetos y privaciones, 800.000.
Otro gran historiador de la Shoah, Saul Friedländer (Praga, 1924), superviviente él mismo del Holocausto, cuyos padres fueron asesinados en Auschwitz, explica en El Tercer Reich y los judíos (Galaxia Gutenberg) que “pese a diversos cómputos, no es posible la estimación exacta del número de víctimas”. Maneja el dato de Hilberg y el de otro experto, Wolfgang Benz: un mínimo de 5.290.000 y un máximo justo por encima de los seis millones.
En Tierras de sangre, Timothy Snyder (Ohio, 1969) ofrece una estadística atroz que ilustra la dimensión de los totalitarismos que asolaron Europa a partir de los años treinta. Cifra en 14 millones las “víctimas políticas directas deliberadas” del nazismo y el comunismo —no cuenta las víctimas de la guerra— en lo que llama Tierras de Sangre: los países dominados por la URSS o Alemania —no incluye Estados donde hubo atrocidades como Rumania o Yugoslavia—. Sus cifras son: 3,3 millones de soviéticos muertos de hambre en Ucrania; 700.000 víctimas del Gran Terror de Stalin; 200.000 polacos ejecutados entre 1939 y 1941 por la URSS; 4,2 millones de soviéticos muertos de hambre bajo la ocupación nazi; 5,4 millones de judíos gaseados o fusilados; 700.000 civiles asesinados por los alemanes en represalias.
Cada uno es una historia, alguien arrancado a la vida en un torbellino de horror. Una cifra de Friedländer puede resumir la dimensión de la catástrofe: más de millón y medio de los judíos asesinados tenían menos de 14 años.
https://politica.elpais.com/politica/2017/09/13/sepa_usted/1505304165_877872.html?autoplay=1
El diario israelí Haaretz se preguntaba en agosto de dónde sale la cifra que mide universalmente ese horror (seis millones de judíos muertos) y por qué es tan difícil precisar un número de víctimas. La respuesta apunta a esa inmediatez: los muertos no dejaron testimonios, pero tampoco muchos documentos, pues nunca fueron censados. Tampoco los fusilados masivamente en la URSS desde junio de 1941. Otra respuesta es la magnitud de los crímenes nazis, imposible de imaginar y, por ello, de medir.
Los dos principales centros de documentación de la Shoah, el Yad Vashem de Jerusalén y el Museo del Holocausto de Washington, emplean los canónicos seis millones. Este último dedica un detallado análisis a las cifras, aunque recuerda que ningún documento nazi cifra el número de judíos, ni de otros grupos, asesinados entre 1933, cuando Hitler llega al poder, y 1945, final de la II Guerra Mundial. Las estadísticas se basan en todo tipo de censos e investigaciones posteriores. Los números de esta institución se reflejan en el gráfico.
Auschwitz (un millón de muertos, de ellos 870.000 gaseados nada más llegar), Treblinka (925.000) y la actuación de los Einsatzgruppen (unidades móviles de exterminio) en la URSS (1,3 millones) concentran más de la mitad de víctimas judías. Los guarismos de Treblinka resultan especialmente espeluznantes: tenía unas instalaciones muy pequeñas, un andén de llegada y cámaras de gas, destruidas por los nazis cuando terminaron de usarlas. Estuvo operativo de julio de 1942 a noviembre de 1943. Sus restos nunca se han terminado de investigar.
Hilberg (1926-2007) dedicó toda a su vida a estudiar el Holocausto, conocimiento que plasmó en su insoslayable La destrucción de los judíos europeos (Akal). En su epílogo, explica la cifra de seis millones y ofrece su propio recuento: 5,1 millones. Llegó a esta conclusión en 1985, antes de caer la URSS, y es posible que hubiese cambiado datos de haber podido seguir estudiando.
Atribuye la cifra de seis millones a William Höttl, un antiguo SS, quien declaró en 1945 que fue usada por Adolf Eichmann, el arquitecto de la solución final, en agosto de 1944: habló de “dos millones de fusilados y cuatro millones en los campos de exterminio”. En cambio, el propio Eichmann habló a otros jerarcas nazis de cinco millones, la misma que citó en su juicio en Jerusalén en 1961. Hilberg recuerda que fue el oficial de las SS que manejaba más estadísticas.
Tierras de sangre
En junio de 1945, el Instituto de Asuntos Judíos de Nueva York situó el total entre 5.659.600 y 5.673.100, de ellos 1.250.000 asesinados en la URSS. En 1946, el Congreso Mundial Judío apuntó 5.978.000, 1,5 millones en la URSS.
Hilberg desgrana todo el papeleo administrativo del terror para llegar a los 5,1 millones repartidos así: campos de exterminio, más de 3.000.000 de muertos; fusilamientos por los Einsatzgruppen, 1.300.000, y guetos y privaciones, 800.000.
Otro gran historiador de la Shoah, Saul Friedländer (Praga, 1924), superviviente él mismo del Holocausto, cuyos padres fueron asesinados en Auschwitz, explica en El Tercer Reich y los judíos (Galaxia Gutenberg) que “pese a diversos cómputos, no es posible la estimación exacta del número de víctimas”. Maneja el dato de Hilberg y el de otro experto, Wolfgang Benz: un mínimo de 5.290.000 y un máximo justo por encima de los seis millones.
En Tierras de sangre, Timothy Snyder (Ohio, 1969) ofrece una estadística atroz que ilustra la dimensión de los totalitarismos que asolaron Europa a partir de los años treinta. Cifra en 14 millones las “víctimas políticas directas deliberadas” del nazismo y el comunismo —no cuenta las víctimas de la guerra— en lo que llama Tierras de Sangre: los países dominados por la URSS o Alemania —no incluye Estados donde hubo atrocidades como Rumania o Yugoslavia—. Sus cifras son: 3,3 millones de soviéticos muertos de hambre en Ucrania; 700.000 víctimas del Gran Terror de Stalin; 200.000 polacos ejecutados entre 1939 y 1941 por la URSS; 4,2 millones de soviéticos muertos de hambre bajo la ocupación nazi; 5,4 millones de judíos gaseados o fusilados; 700.000 civiles asesinados por los alemanes en represalias.
Cada uno es una historia, alguien arrancado a la vida en un torbellino de horror. Una cifra de Friedländer puede resumir la dimensión de la catástrofe: más de millón y medio de los judíos asesinados tenían menos de 14 años.
https://politica.elpais.com/politica/2017/09/13/sepa_usted/1505304165_877872.html?autoplay=1
sábado, 23 de septiembre de 2017
Uno de cada cuatro profesores es interino, la cifra más alta de la crisis. 130.000 docentes de la enseñanza pública no universitaria trabajan sin una plaza fija en las aulas y cambian de centro hasta varias veces al año
140 kilómetros al día para dar clase. Helena Pereda, maestra de Primaria interina (sin plaza fija) de Madrid, se pasó un curso entero yendo y viniendo del municipio de Alcorcón al de Pedrezuela, en la Comunidad de Madrid, para dar clases a los alumnos de 5º y 6º y hacer labores de despacho porque sustituía a la jefa de estudios. Esta maestra, de 30 años, lleva desde 2013 en situación de interinidad, lo que supone cambiar cada año de alumnos, de clase y de centro hasta más de una vez. En cuatro cursos ha pasado por seis colegios distintos y se prepara para entrar en el séptimo. Este jueves –siete días después de que los niños madrileños volvieran al aula- le han llamado para decirle cuál será su destino para el curso. “No puedes avanzar ni personal ni profesionalmente”, explica al teléfono. Su situación, cree, es perjudicial también para sus alumnos. “Cuando cubres una sustitución de dos meses, no puedes cambiar nada en el aula porque puede no gustarle al titular que viene después”.
Como ella, otros 130.030 profesores son interinos en España. Es la cifra absoluta más alta y también el porcentaje mayor desde el año 2009. Representa un 26,01% en 2017, lo que supone que uno de cada cuatro maestros y profesores de la educación pública no universitaria está en esta situación, según el informe del inicio del curso escolar de CC OO.
La cifra, con enormes variaciones por comunidades, se ha disparado en estos últimos años después de que el Gobierno aprobara un decreto que reducía a un 10% la tasa de reposición, es decir, por cada 10 profesores funcionarios que se jubilaran solo podía ser sustituido uno. El 27% de los interinos, 35.775 profesores, trabajan con contratos a jornada parcial, que puede ser desde la mitad a una cuarta parte de la jornada, es decir, entre 10 horas semanales de clase y cinco, el equivalente a una hora al día.
"Cronificación" de los recortes
El incremento de la tasa de temporalidad docente es uno de los datos que revisa el informe de Comisiones, que denuncia que mientras el Gobierno señala que hay síntomas de una remisión de la crisis, “los recortes en educación permanecen y corremos el riesgo de que se cronifiquen”, señala el secretario general de Enseñanza del sindicato, Francisco García.
El estudio -que analiza datos del Ministerio de Educación, el INE y el Ministerio de Hacienda- destaca la bajada del gasto público educativo mientras aumentó la partida destinada a la educación concertada o cómo han descendido de forma vertiginosa las partidas destinadas a la atención a la diversidad -desde alumnos con discapacidades o con problemas de aprendizaje, estudiantes con altas capacidades que precisan de un currículo adaptado a ellos o extranjeros que precisan de atención para integrarse por completo en el aula a su llegada- o las de compensatoria, los apoyos para alumnos en situación de desventaja social.
En algunas regiones, como la Comunidad de Madrid, el nombramiento de puestos vacantes en Madrid ha sido “en orden” para la Consejería de Educación y “un caos” para los sindicatos. El Gobierno regional asegura haber cubierto todas las plazas antes del 1 de septiembre, como se comprometió, y estar ahora haciendo los últimos “ajustes”. Mientras que según CCOO el miércoles faltaban 745 nombramientos en primaria y 775 en secundaria, más otras 600 plazas de nueva constitución. En total, a la espera de destino hay 2.100 docentes, informa Elisa Silió.
A la espera de la negociación de las oposiciones
Después de que el Gobierno prometiera en marzo la mayor oferta de empleo público en los próximos años, la negociación sobre cómo hacerlo sigue abierta. CC OO estima que se necesitan 151.227 plazas nuevas de profesores en cinco años, entre 2018 y 2020 para alcanzar el compromiso de rebajar las tasas de interinidad al 8%. Antes del verano, Educación mantuvo reuniones con las comunidades autónomas y con los sindicatos para planificar algunos aspectos de las oposiciones que organizan las autonomías y ver cómo reconoce el trabajo previo de los interinos en las pruebas, con parte de la plantilla de no fijos que llevan más de una década en esa situación. Quieren que su experiencia tenga más peso en la puntuación final en lugar de abrir un procedimiento exclusivo para ellos pero aún no han cerrado cómo hacerlo ni ha habido novedades desde los encuentros de mayo. “Invitamos al ministerio para una negociación del modelo extraordinario”, añade José María Ruiz, responsable de Enseñanza Pública no Universitaria de CC OO.
La reducción de presupuesto educativos supone que “se ha quebrado la igualdad de oportunidades”, añade Francisco García. El informe Panorama de la Educación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), presentado el lunes, recogía cómo el gasto educativo español ha perdido peso respecto al gasto educativo total durante la crisis. Informe tras informe, el organismo internacional señala cómo España no alcanza la media de los países industrializados en sus partidas educativas. Entre 2009 y 2016, este gasto ha pasado de representar el 4,95 al 4,26% del Producto Interior Bruto (PIB). Mientras la partida general de gasto público ha descendido más del 13% hasta 46.313 millones, la destinada a conciertos ha aumentado un 1,53% hasta 5.918 millones.
La igualdad de oportunidades
No todas las comunidades se han comportado igual en este periódico. Según el informe, que analiza desde 2009 hasta 2015, el Ministerio de Educación ha reducido más de la mitad el presupuesto de educación preuniversitaria, de 1.374 millones a 675.359. La autonomía que más ha subido el gasto en ese periodo es Aragón –con un 19,7% más hasta 1.080 millones- y la que más lo ha bajado Castilla La Mancha, con un 22,7% menos hasta 1.345.
Entre las partidas que han bajado están algunas de las destinadas a los alumnos con más dificultades, las de compensatoria y la de atención a la diversidad. “Ha habido un recorte especialmente significativo a los fondos que atienden a la equidad”, explica Miguel Recio, responsable de estudios de CC OO. El presupuesto para atención a la diversidad ha caído un 65% en el caso del Ministerio de Educación, que destinaba 72 millones en 2015. También en este caso hay una ampliación grande
Tres comunidades (Baleares, Asturias y Cantabria) aumentaron su presupuesto por encima del 50%. Donde más cayó, por encima del 20%, ha sido en Castilla La Mancha, Extremadura, Galicia, Cataluña, País Vasco y Aragón (ver gráfico).
https://politica.elpais.com/politica/2017/09/14/actualidad/1505406500_692287.html
Como ella, otros 130.030 profesores son interinos en España. Es la cifra absoluta más alta y también el porcentaje mayor desde el año 2009. Representa un 26,01% en 2017, lo que supone que uno de cada cuatro maestros y profesores de la educación pública no universitaria está en esta situación, según el informe del inicio del curso escolar de CC OO.
La cifra, con enormes variaciones por comunidades, se ha disparado en estos últimos años después de que el Gobierno aprobara un decreto que reducía a un 10% la tasa de reposición, es decir, por cada 10 profesores funcionarios que se jubilaran solo podía ser sustituido uno. El 27% de los interinos, 35.775 profesores, trabajan con contratos a jornada parcial, que puede ser desde la mitad a una cuarta parte de la jornada, es decir, entre 10 horas semanales de clase y cinco, el equivalente a una hora al día.
"Cronificación" de los recortes
El incremento de la tasa de temporalidad docente es uno de los datos que revisa el informe de Comisiones, que denuncia que mientras el Gobierno señala que hay síntomas de una remisión de la crisis, “los recortes en educación permanecen y corremos el riesgo de que se cronifiquen”, señala el secretario general de Enseñanza del sindicato, Francisco García.
El estudio -que analiza datos del Ministerio de Educación, el INE y el Ministerio de Hacienda- destaca la bajada del gasto público educativo mientras aumentó la partida destinada a la educación concertada o cómo han descendido de forma vertiginosa las partidas destinadas a la atención a la diversidad -desde alumnos con discapacidades o con problemas de aprendizaje, estudiantes con altas capacidades que precisan de un currículo adaptado a ellos o extranjeros que precisan de atención para integrarse por completo en el aula a su llegada- o las de compensatoria, los apoyos para alumnos en situación de desventaja social.
En algunas regiones, como la Comunidad de Madrid, el nombramiento de puestos vacantes en Madrid ha sido “en orden” para la Consejería de Educación y “un caos” para los sindicatos. El Gobierno regional asegura haber cubierto todas las plazas antes del 1 de septiembre, como se comprometió, y estar ahora haciendo los últimos “ajustes”. Mientras que según CCOO el miércoles faltaban 745 nombramientos en primaria y 775 en secundaria, más otras 600 plazas de nueva constitución. En total, a la espera de destino hay 2.100 docentes, informa Elisa Silió.
A la espera de la negociación de las oposiciones
Después de que el Gobierno prometiera en marzo la mayor oferta de empleo público en los próximos años, la negociación sobre cómo hacerlo sigue abierta. CC OO estima que se necesitan 151.227 plazas nuevas de profesores en cinco años, entre 2018 y 2020 para alcanzar el compromiso de rebajar las tasas de interinidad al 8%. Antes del verano, Educación mantuvo reuniones con las comunidades autónomas y con los sindicatos para planificar algunos aspectos de las oposiciones que organizan las autonomías y ver cómo reconoce el trabajo previo de los interinos en las pruebas, con parte de la plantilla de no fijos que llevan más de una década en esa situación. Quieren que su experiencia tenga más peso en la puntuación final en lugar de abrir un procedimiento exclusivo para ellos pero aún no han cerrado cómo hacerlo ni ha habido novedades desde los encuentros de mayo. “Invitamos al ministerio para una negociación del modelo extraordinario”, añade José María Ruiz, responsable de Enseñanza Pública no Universitaria de CC OO.
La reducción de presupuesto educativos supone que “se ha quebrado la igualdad de oportunidades”, añade Francisco García. El informe Panorama de la Educación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), presentado el lunes, recogía cómo el gasto educativo español ha perdido peso respecto al gasto educativo total durante la crisis. Informe tras informe, el organismo internacional señala cómo España no alcanza la media de los países industrializados en sus partidas educativas. Entre 2009 y 2016, este gasto ha pasado de representar el 4,95 al 4,26% del Producto Interior Bruto (PIB). Mientras la partida general de gasto público ha descendido más del 13% hasta 46.313 millones, la destinada a conciertos ha aumentado un 1,53% hasta 5.918 millones.
La igualdad de oportunidades
No todas las comunidades se han comportado igual en este periódico. Según el informe, que analiza desde 2009 hasta 2015, el Ministerio de Educación ha reducido más de la mitad el presupuesto de educación preuniversitaria, de 1.374 millones a 675.359. La autonomía que más ha subido el gasto en ese periodo es Aragón –con un 19,7% más hasta 1.080 millones- y la que más lo ha bajado Castilla La Mancha, con un 22,7% menos hasta 1.345.
Entre las partidas que han bajado están algunas de las destinadas a los alumnos con más dificultades, las de compensatoria y la de atención a la diversidad. “Ha habido un recorte especialmente significativo a los fondos que atienden a la equidad”, explica Miguel Recio, responsable de estudios de CC OO. El presupuesto para atención a la diversidad ha caído un 65% en el caso del Ministerio de Educación, que destinaba 72 millones en 2015. También en este caso hay una ampliación grande
Tres comunidades (Baleares, Asturias y Cantabria) aumentaron su presupuesto por encima del 50%. Donde más cayó, por encima del 20%, ha sido en Castilla La Mancha, Extremadura, Galicia, Cataluña, País Vasco y Aragón (ver gráfico).
https://politica.elpais.com/politica/2017/09/14/actualidad/1505406500_692287.html
viernes, 22 de septiembre de 2017
Por qué te tienes que apuntar a este curso en septiembre. Razones para aprender con los programas abiertos gratuitos (MOOC) que ofrecen las mejores universidades del mundo
Aunque cada vez se habla más de los MOOC, todavía hay algunas cosas sobre lo que son (y lo que no) que no terminan de estar claras. Por esa razón, aún son muchos los que todavía no se han lanzado, y siguen buscando respuestas a preguntas como: ¿son tan buenos como dicen? Pero, ¿de verdad no tienen coste? Y, sinceramente, ¿hacerlos vale para algo? Por ello, hay que explicar que es exactamente un MOOC, dado que conocer su naturaleza (y, sobre todo, su propósito) permitirá entender mucho mejor los porqués de todas las respuestas…
El término MOOC es el acrónimo de Massive Open Online Course, lo que traducido al castellano sería algo así como Cursos en Línea Masivos y Abiertos. De esta forma, estamos hablando de cursos de formación a los que todos podemos acceder desde casa y que por lo general no tienen coste aunque la calidad que ofrecen es, casi siempre, de un nivel altísimo. Dicho lo cual, vayamos a por nuestras tres preguntas:
¿Son tan buenos como dicen?
¿Alguna vez soñaste con poder estudiar en Harvard? ¿En el famoso MIT? ¿O en las universidades de Stanford y Oxford? Todas ellas entre las diez más prestigiosas del mundo, con unas matrículas de coste muy elevado a las que, históricamente, tan solo podían acceder los bolsillos de unos pocos privilegiados…
Hoy, afortunadamente, algo así ya es historia gracias a los MOOC, disponibles en plataformas como Coursera (de la Universidad de Stanford), edX (del MIT, Harvard, Berkeley, entre otras), Udacity, Khan Academy (la primera, creada por un ex alumno del MIT) o Miriada X, con quienes todas ellas (y muchos otras miles de universidades de todo el mundo) han abierto, por fin, sus puertas.
No obstante, confieso que soy plenamente consciente de que lo lógico, al leer algo así, es que surja la desconfianza: ¿Qué puede llevar a ese tipo de instituciones a poner una parte de su oferta formativa al alcance de todos? ¿A enfrentarse a los costes de este tipo de proyectos y a un posible riesgo de “canibalización” con sus programas de pago?
La respuesta es francamente sencilla: a todas ellas les compensa porque los MOOC son una herramienta de marketing muy (muy) eficaz que permite dar a conocer la institución, el estilo y la forma de impartir la formación. Es la razón por la que no podrían arriesgarse a hacer algo de baja calidad que no generase matrículas y que, por si fuera poco, pusiera en riesgo la reputación de la institución. De hecho, puedo asegurar que, tras haber hecho ya unos cuantos, al acabar sientes algo tan familiar que te apetece seguir estudiando, allí, en “tu casa” y con tu gente.
¿De verdad no tienen coste?
Debo matizar que muchas de las instituciones que se lanzan a este tipo de proyectos lo hacen también con fines sociales, en particular, para garantizar el acceso al aprendizaje de una mayor parte de la sociedad, lo que explica que en muchos de los casos se trate de formación gratuita.
No obstante, también es frecuente encontrar universidades y escuelas de negocios que solicitan una cantidad “simbólica” para cubrir (al menos en una pequeña parte) el coste del desarrollo y de la impartición de las clases dado que, como es lógico, por detrás hay una inversión que alguien tiene que asumir.
Estamos hablando de cantidades que no suelen superar los 50 euros y, aunque me consta que para muchos bolsillos algo así puede ser un mundo, me he permitido el calificativo de “simbólico” por la comparación con las varias decenas de miles de euros que puede llegar a costar un programa convencional en sus instalaciones.
Cargar algún tipo de importe es una tendencia actual y creciente. en el mundo de los MOOC. Una modalidad es ofrecer el curso gratis y cobrar cuando se solicita la certificación (y se supera una prueba de conocimientos). Otra es implantar suscripciones temporales, al estilo Netflix.
Aunque cueste creérselo, se trata de un pago que suele repercutir positivamente sobre la motivación del alumno, y el esfuerzo para terminarlo, dado que este pago incluye el acceso al certificado oficial, y como dice la sabiduría popular: “Lo que no se paga no se valora”. Lo que explica las enormes tasas de abandono que tienen estos programas (en torno al 90%).
¿Hacerlos vale para algo?
Llegamos así al momento de hablar de los diplomas, certificados que acreditan que un estudiante ha terminado el curso, habiendo adquirido, como mínimo, los conocimientos básicos del programa. Pues bien, aquí las cosas funcionan como en la educación “de siempre”, lo que explica la metodología utilizada para este tipo de programas.
En pocas palabras, si aprendes y lo demuestras te puedes llevar el título a casa mientras que si, por el contrario, durante la explicación, te dormiste en los laureles y necesitas el certificado, te tocará repetir y tendrás que volver a empezar. Por esa razón, los MOOC se imparten a través de una plataforma que incorpora el material audiovisual que permite observar y escuchar al profesor mientras explica la lección, herramienta a la que se le añaden, entre otros, aplicaciones como foros y (o) pruebas de validación de conocimientos, lo que permite asegurar tanto la transmisión del conocimiento como que este llega, como se espera, al receptor.
Por todo ello, cuando un alumno aprueba un MOOC, este puede pedir un certificado oficial que acredite la formación, en cuyo caso la institución podría requerirle el pago de las tasas, práctica habitual en “el mundo tradicional” porque la preparación y entrega del diploma tiene un coste del que alguien debe hacerse cargo.
Y llegamos así a la pregunta: ¿vale la pena el esfuerzo (en tiempo, dinero, etcétera)? La respuesta es un rotundo “sí” retomando las respuestas a los puntos anteriores. Estamos hablando de formación de alta calidad, pero sujeta a unas tasas de abandono enormes, lo que habla muy bien de todos aquellos que consiguen llegar al final y, en particular, de su interés por estar al día y su capacidad de esfuerzo.
Y sabiendo todo esto, ¿alguien sigue teniendo dudas sobre si merecen o no la pena? Yo ya llevo ocho y pronto iré a por el noveno…
https://elpais.com/elpais/2017/09/12/talento_digital/1505217430_427077.html?id_externo_rsoc=FB_CM
El término MOOC es el acrónimo de Massive Open Online Course, lo que traducido al castellano sería algo así como Cursos en Línea Masivos y Abiertos. De esta forma, estamos hablando de cursos de formación a los que todos podemos acceder desde casa y que por lo general no tienen coste aunque la calidad que ofrecen es, casi siempre, de un nivel altísimo. Dicho lo cual, vayamos a por nuestras tres preguntas:
¿Son tan buenos como dicen?
¿Alguna vez soñaste con poder estudiar en Harvard? ¿En el famoso MIT? ¿O en las universidades de Stanford y Oxford? Todas ellas entre las diez más prestigiosas del mundo, con unas matrículas de coste muy elevado a las que, históricamente, tan solo podían acceder los bolsillos de unos pocos privilegiados…
Hoy, afortunadamente, algo así ya es historia gracias a los MOOC, disponibles en plataformas como Coursera (de la Universidad de Stanford), edX (del MIT, Harvard, Berkeley, entre otras), Udacity, Khan Academy (la primera, creada por un ex alumno del MIT) o Miriada X, con quienes todas ellas (y muchos otras miles de universidades de todo el mundo) han abierto, por fin, sus puertas.
No obstante, confieso que soy plenamente consciente de que lo lógico, al leer algo así, es que surja la desconfianza: ¿Qué puede llevar a ese tipo de instituciones a poner una parte de su oferta formativa al alcance de todos? ¿A enfrentarse a los costes de este tipo de proyectos y a un posible riesgo de “canibalización” con sus programas de pago?
La respuesta es francamente sencilla: a todas ellas les compensa porque los MOOC son una herramienta de marketing muy (muy) eficaz que permite dar a conocer la institución, el estilo y la forma de impartir la formación. Es la razón por la que no podrían arriesgarse a hacer algo de baja calidad que no generase matrículas y que, por si fuera poco, pusiera en riesgo la reputación de la institución. De hecho, puedo asegurar que, tras haber hecho ya unos cuantos, al acabar sientes algo tan familiar que te apetece seguir estudiando, allí, en “tu casa” y con tu gente.
¿De verdad no tienen coste?
Debo matizar que muchas de las instituciones que se lanzan a este tipo de proyectos lo hacen también con fines sociales, en particular, para garantizar el acceso al aprendizaje de una mayor parte de la sociedad, lo que explica que en muchos de los casos se trate de formación gratuita.
No obstante, también es frecuente encontrar universidades y escuelas de negocios que solicitan una cantidad “simbólica” para cubrir (al menos en una pequeña parte) el coste del desarrollo y de la impartición de las clases dado que, como es lógico, por detrás hay una inversión que alguien tiene que asumir.
Estamos hablando de cantidades que no suelen superar los 50 euros y, aunque me consta que para muchos bolsillos algo así puede ser un mundo, me he permitido el calificativo de “simbólico” por la comparación con las varias decenas de miles de euros que puede llegar a costar un programa convencional en sus instalaciones.
Cargar algún tipo de importe es una tendencia actual y creciente. en el mundo de los MOOC. Una modalidad es ofrecer el curso gratis y cobrar cuando se solicita la certificación (y se supera una prueba de conocimientos). Otra es implantar suscripciones temporales, al estilo Netflix.
Aunque cueste creérselo, se trata de un pago que suele repercutir positivamente sobre la motivación del alumno, y el esfuerzo para terminarlo, dado que este pago incluye el acceso al certificado oficial, y como dice la sabiduría popular: “Lo que no se paga no se valora”. Lo que explica las enormes tasas de abandono que tienen estos programas (en torno al 90%).
¿Hacerlos vale para algo?
Llegamos así al momento de hablar de los diplomas, certificados que acreditan que un estudiante ha terminado el curso, habiendo adquirido, como mínimo, los conocimientos básicos del programa. Pues bien, aquí las cosas funcionan como en la educación “de siempre”, lo que explica la metodología utilizada para este tipo de programas.
En pocas palabras, si aprendes y lo demuestras te puedes llevar el título a casa mientras que si, por el contrario, durante la explicación, te dormiste en los laureles y necesitas el certificado, te tocará repetir y tendrás que volver a empezar. Por esa razón, los MOOC se imparten a través de una plataforma que incorpora el material audiovisual que permite observar y escuchar al profesor mientras explica la lección, herramienta a la que se le añaden, entre otros, aplicaciones como foros y (o) pruebas de validación de conocimientos, lo que permite asegurar tanto la transmisión del conocimiento como que este llega, como se espera, al receptor.
Por todo ello, cuando un alumno aprueba un MOOC, este puede pedir un certificado oficial que acredite la formación, en cuyo caso la institución podría requerirle el pago de las tasas, práctica habitual en “el mundo tradicional” porque la preparación y entrega del diploma tiene un coste del que alguien debe hacerse cargo.
Y llegamos así a la pregunta: ¿vale la pena el esfuerzo (en tiempo, dinero, etcétera)? La respuesta es un rotundo “sí” retomando las respuestas a los puntos anteriores. Estamos hablando de formación de alta calidad, pero sujeta a unas tasas de abandono enormes, lo que habla muy bien de todos aquellos que consiguen llegar al final y, en particular, de su interés por estar al día y su capacidad de esfuerzo.
Y sabiendo todo esto, ¿alguien sigue teniendo dudas sobre si merecen o no la pena? Yo ya llevo ocho y pronto iré a por el noveno…
https://elpais.com/elpais/2017/09/12/talento_digital/1505217430_427077.html?id_externo_rsoc=FB_CM
jueves, 21 de septiembre de 2017
_- La ONU critica a España por mantener "un patrón de impunidad" sobre las desapariciones del franquismo. El Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas considera que España ha hecho "pocos avances en la implementación de las recomendaciones".
_- Sofía Pérez Mendoza
eldiario.es
El informe subraya que el Estado "no ha asumido un rol de liderazgo", lo que mantiene a los familiares "librados a su propia suerte"
La ONU vuelve a tirar de las orejas al Gobierno español por seguir ignorando las recomendaciones que le hizo el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias cuando visitó España en 2013. En un informe, fechado en 7 de septiembre, los expertos se muestran "preocupados" al "constatar que la mayoría de las recomendaciones para que los familiares de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura puedan tener acceso a la verdad, a la justicia y a reparaciones no han sido plenamente implementadas", lo que mantiene a los descendientes de las víctimas "librados a su propia suerte".
"Se observa con preocupación la permanencia de un patrón de impunidad [...] contrario a los principios que emergen de las obligaciones internacionales de España", dice el informe, que critica la falta de acción de los tribunales españoles en este sentido. Asegura la ONU en el documento de seguimiento remitido al Gobierno que no solo el Estado está faltando en su obligación de investigar las desapariciones forzadas sino que, además, se dan " constantes obstrucciones al procedimiento judicial excepcional llevado a cabo por la justicia argentina".
La jueza María Servini de Cubría dictó en 2014 una orden internacional de detención preventiva y extradición contra el exministro franquista Rodolfo Martín Villa –y otros 19 imputados por crímenes durante la dictadura– que hoy, tres años después, no se ha hecho efectiva. A este bloqueo judicial, dice el informe, ha contribuido el Estado español con decisiones como la que tomada por la Audiencia Nacional cuando denegó un exhorto diplomático librado el 23 de junio de 2016 para interrogar a varios encausados –entre ellos Martín Villa– sobre un "pliego de preguntas". De hecho, el exministro franquista ha logrado finalmente su propósito de e ir a declarar a Buenos Aires sin riesgo de ser detenido.
El grupo de trabajo, que lleva comunicándose con España desde 2002, enfoca las críticas más duras al Ejecutivo de Mariano Rajoy por no "actuar con la debida urgencia y celeridad" ni "asumir un rol de liderazgo para asegurar una política de Estado en este tema como se había recomendado en el informe de visita". Se refiere concretamente, y no es la primera vez, a la financiación de exhumaciones y procesos de identificación de los restos para que "estos no dependan exclusivamente de algunas comunidades autónomas, así como de particulares o asociaciones privadas".
Desde que Rajoy llegó al Gobierno en 2011, los presupuestos generales del Estado no han destinado ni un euro a cuestiones relacionadas con Memoria Histórica, pese a que hay unas obligaciones recogidas en la ley de 2007, cuya existencia recuerda el informe de la ONU. Entre las medidas puestas en marcha por el Gobierno socialista precedente sin suerte de continuación está el mapa de las fosas comunes, que lleva desde 2011 sin actualizarse. Este registro contabilizaba 2.000 sin abrir, aunque estos datos son les parecen optimistas a las asociaciones de víctimas. La lista que recibió Baltasar Garzón para estudiar si era competente o no para investigar los crímenes franquistas alcanzaba los 130.000 desaparecidos.
El informe hace mención expresa al Valle de los Caídos y "lamenta" que el Estado haya hecho caso omiso a las "recomendaciones contenidas en el informe de la Comisión de Expertos para el Valle de los Caídos de 29 de noviembre de 2011". El Congreso de los Diputados instó en mayo al Gobierno a exhumar de allí los restos de Francisco Franco con la oposición del PP y ERC. El Ejecutivo no ha movido ficha desde entonces, y tampoco tiene obligación de hacerlo porque se trata de una iniciativa no vinculante que precisa, además, de dotación presupuestaria.
También se refiere el grupo de expertos a la reforma del Código Penal. "La tipificación de la desaparición forzada incluida por la reforma no es plenamente compatible con la Convención para la protección de todas las personas forzadas". Se refiere a la imprescriptibilidad de este delito, no incorporada a la reforma, y convertida en uno de los argumentos en los que se ampara la justicia para rechazar denuncias de particulares. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Soria se negó por este motivo a investigar el caso de Abundio Andaluz, fusilado en 1936.
90 días para presentar un cronograma
El documento de recomendaciones que emitió el mismo grupo de trabajo en 2013 tras la visita del grupo de trabajo a España urgía a "eliminar los obstáculos jurídicos de orden interno" que impiden investigar y juzgar estos crímenes o "asumir sus obligaciones internacionales y comprometerse de manera más activa y urgente en la determinación del paradero de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura", poniendo especial énfasis en la "urgencia y celeridad" debido a "la edad avanzada de muchos de los familiares y testigos".
Cuatro años después, la situación es la misma. Y ante este incumplimiento, el informe da un plazo de 90 días al Estado para que "presente un cronograma actualizado en el que se indiquen las medidas que se llevarán a cabo para implementar las recomendaciones aún pendientes y las fechas previstas para cada una de ellas".
Fuente:
http://www.eldiario.es/sociedad/ONU-impunidad-desapariciones-franquismo-Espana_0_685582224.html
eldiario.es
El informe subraya que el Estado "no ha asumido un rol de liderazgo", lo que mantiene a los familiares "librados a su propia suerte"
La ONU vuelve a tirar de las orejas al Gobierno español por seguir ignorando las recomendaciones que le hizo el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias cuando visitó España en 2013. En un informe, fechado en 7 de septiembre, los expertos se muestran "preocupados" al "constatar que la mayoría de las recomendaciones para que los familiares de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura puedan tener acceso a la verdad, a la justicia y a reparaciones no han sido plenamente implementadas", lo que mantiene a los descendientes de las víctimas "librados a su propia suerte".
"Se observa con preocupación la permanencia de un patrón de impunidad [...] contrario a los principios que emergen de las obligaciones internacionales de España", dice el informe, que critica la falta de acción de los tribunales españoles en este sentido. Asegura la ONU en el documento de seguimiento remitido al Gobierno que no solo el Estado está faltando en su obligación de investigar las desapariciones forzadas sino que, además, se dan " constantes obstrucciones al procedimiento judicial excepcional llevado a cabo por la justicia argentina".
La jueza María Servini de Cubría dictó en 2014 una orden internacional de detención preventiva y extradición contra el exministro franquista Rodolfo Martín Villa –y otros 19 imputados por crímenes durante la dictadura– que hoy, tres años después, no se ha hecho efectiva. A este bloqueo judicial, dice el informe, ha contribuido el Estado español con decisiones como la que tomada por la Audiencia Nacional cuando denegó un exhorto diplomático librado el 23 de junio de 2016 para interrogar a varios encausados –entre ellos Martín Villa– sobre un "pliego de preguntas". De hecho, el exministro franquista ha logrado finalmente su propósito de e ir a declarar a Buenos Aires sin riesgo de ser detenido.
El grupo de trabajo, que lleva comunicándose con España desde 2002, enfoca las críticas más duras al Ejecutivo de Mariano Rajoy por no "actuar con la debida urgencia y celeridad" ni "asumir un rol de liderazgo para asegurar una política de Estado en este tema como se había recomendado en el informe de visita". Se refiere concretamente, y no es la primera vez, a la financiación de exhumaciones y procesos de identificación de los restos para que "estos no dependan exclusivamente de algunas comunidades autónomas, así como de particulares o asociaciones privadas".
Desde que Rajoy llegó al Gobierno en 2011, los presupuestos generales del Estado no han destinado ni un euro a cuestiones relacionadas con Memoria Histórica, pese a que hay unas obligaciones recogidas en la ley de 2007, cuya existencia recuerda el informe de la ONU. Entre las medidas puestas en marcha por el Gobierno socialista precedente sin suerte de continuación está el mapa de las fosas comunes, que lleva desde 2011 sin actualizarse. Este registro contabilizaba 2.000 sin abrir, aunque estos datos son les parecen optimistas a las asociaciones de víctimas. La lista que recibió Baltasar Garzón para estudiar si era competente o no para investigar los crímenes franquistas alcanzaba los 130.000 desaparecidos.
El informe hace mención expresa al Valle de los Caídos y "lamenta" que el Estado haya hecho caso omiso a las "recomendaciones contenidas en el informe de la Comisión de Expertos para el Valle de los Caídos de 29 de noviembre de 2011". El Congreso de los Diputados instó en mayo al Gobierno a exhumar de allí los restos de Francisco Franco con la oposición del PP y ERC. El Ejecutivo no ha movido ficha desde entonces, y tampoco tiene obligación de hacerlo porque se trata de una iniciativa no vinculante que precisa, además, de dotación presupuestaria.
También se refiere el grupo de expertos a la reforma del Código Penal. "La tipificación de la desaparición forzada incluida por la reforma no es plenamente compatible con la Convención para la protección de todas las personas forzadas". Se refiere a la imprescriptibilidad de este delito, no incorporada a la reforma, y convertida en uno de los argumentos en los que se ampara la justicia para rechazar denuncias de particulares. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Soria se negó por este motivo a investigar el caso de Abundio Andaluz, fusilado en 1936.
90 días para presentar un cronograma
El documento de recomendaciones que emitió el mismo grupo de trabajo en 2013 tras la visita del grupo de trabajo a España urgía a "eliminar los obstáculos jurídicos de orden interno" que impiden investigar y juzgar estos crímenes o "asumir sus obligaciones internacionales y comprometerse de manera más activa y urgente en la determinación del paradero de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura", poniendo especial énfasis en la "urgencia y celeridad" debido a "la edad avanzada de muchos de los familiares y testigos".
Cuatro años después, la situación es la misma. Y ante este incumplimiento, el informe da un plazo de 90 días al Estado para que "presente un cronograma actualizado en el que se indiquen las medidas que se llevarán a cabo para implementar las recomendaciones aún pendientes y las fechas previstas para cada una de ellas".
Fuente:
http://www.eldiario.es/sociedad/ONU-impunidad-desapariciones-franquismo-Espana_0_685582224.html
miércoles, 20 de septiembre de 2017
PROFESOR DE STANFORD ASEGURA QUE SI ELIMINAS ESTAS DOS FRASES DE TU VOCABULARIO TENDRÁS MÁS ÉXITO. La forma de hablar y las palabras que una persona usa no solo afectan la forma en la que los demás la perciben, sino que también tienen el potencial para incidir en su comportamiento, señala un profesor de Stanford.
Cambiar una palabra por otra podría ayudarte a lograr tus objetivos.
Así lo asegura Roth profesor de ingeniería de la Universidad Stanford y director académico del Instituto de Diseño Hasso Plattner de Stanford.
En su nuevo libro, The Achievement Habit Roth sugiere algunos cambios lingüísticos que pueden ayudarte a tener más éxito. He aquí los dos más sencillos:
1. Cambia ‘pero’ por ‘y’.
Es probable que en alguna ocasión te sientas tentado a decir: “quiero ir al cine, pero tengo que trabajar”.
En su lugar, Roth sugiere que digas: “quiero ir al cine, y tengo que trabajar”.
Escribió: “Cuando utilizas la palabra pero creas un conflicto, a veces una razón, que en realidad no existe”. En otras palabras, es posible ir al cine y también hacer tu trabajo, solo tienes que encontrar una solución.
En cambio, cuando utilizas la palabra y, “estás obligando a tu cerebro a procesar ambas partes de la frase”, explicó Roth. Quizá veas una película más corta o tal vez delegues parte de tu trabajo.
2. Cambia ‘tengo que hacer’ por ‘quiero hacer’.
Roth recomienda un ejercicio sencillo: la próxima vez que pienses ‘tengo que’, cambia tengo por quiero.
“Este ejercicio es muy efectivo para que las personas tomen consciencia de que lo que hacen en su vida, incluso las cosas que encuentran desagradables, es porque lo han elegido”, comentó.
Por ejemplo, uno de los estudiantes de Roth sintió que tenía que matricularse en los cursos de matemáticas que requería su programa de posgrado, a pesar de que los odiaba. Después de terminar el ejercicio, se percató que realmente quería tomar las clases ya que el beneficio de completar los cursos era mayor que la incomodidad de asistir a las clases que no disfrutaba.
Ambos cambios se basan en un componente clave de la estrategia de resolución de problemas llamada pensamiento de diseño. Cuando utilizas esta estrategia, desafías a tu forma automática de pensar y puedes percibir las cosas como realmente son.
Cuando utilizas un lenguaje diferente puedes percatarte de que un problema no es tan difícil de resolver como parece y que tienes más control sobre tu vida de lo que realmente crees.
http://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/2017/02/profesor-de-stanford-asegura-que-si.html
Así lo asegura Roth profesor de ingeniería de la Universidad Stanford y director académico del Instituto de Diseño Hasso Plattner de Stanford.
En su nuevo libro, The Achievement Habit Roth sugiere algunos cambios lingüísticos que pueden ayudarte a tener más éxito. He aquí los dos más sencillos:
1. Cambia ‘pero’ por ‘y’.
Es probable que en alguna ocasión te sientas tentado a decir: “quiero ir al cine, pero tengo que trabajar”.
En su lugar, Roth sugiere que digas: “quiero ir al cine, y tengo que trabajar”.
Escribió: “Cuando utilizas la palabra pero creas un conflicto, a veces una razón, que en realidad no existe”. En otras palabras, es posible ir al cine y también hacer tu trabajo, solo tienes que encontrar una solución.
En cambio, cuando utilizas la palabra y, “estás obligando a tu cerebro a procesar ambas partes de la frase”, explicó Roth. Quizá veas una película más corta o tal vez delegues parte de tu trabajo.
2. Cambia ‘tengo que hacer’ por ‘quiero hacer’.
Roth recomienda un ejercicio sencillo: la próxima vez que pienses ‘tengo que’, cambia tengo por quiero.
“Este ejercicio es muy efectivo para que las personas tomen consciencia de que lo que hacen en su vida, incluso las cosas que encuentran desagradables, es porque lo han elegido”, comentó.
Por ejemplo, uno de los estudiantes de Roth sintió que tenía que matricularse en los cursos de matemáticas que requería su programa de posgrado, a pesar de que los odiaba. Después de terminar el ejercicio, se percató que realmente quería tomar las clases ya que el beneficio de completar los cursos era mayor que la incomodidad de asistir a las clases que no disfrutaba.
Ambos cambios se basan en un componente clave de la estrategia de resolución de problemas llamada pensamiento de diseño. Cuando utilizas esta estrategia, desafías a tu forma automática de pensar y puedes percibir las cosas como realmente son.
Cuando utilizas un lenguaje diferente puedes percatarte de que un problema no es tan difícil de resolver como parece y que tienes más control sobre tu vida de lo que realmente crees.
http://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/2017/02/profesor-de-stanford-asegura-que-si.html
martes, 19 de septiembre de 2017
Ha muerto Antoni Domènech
Nota:
Antoni Domènech, editor general de Sin Permiso, murió el domingo, 17 de septiembre de 2017. A partir de las 17h. del martes, estará en el tanatorio de Sant Gervasi (Barcelona). El funeral y acto de despedida serán el miércoles 20 de septiembre a las 12:45h en el mismo tanatorio.
Ver más:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231697
Más: http://www.elviejotopo.com/autor/antoni-domenech/
Antoni Domènech, editor general de Sin Permiso, murió el domingo, 17 de septiembre de 2017. A partir de las 17h. del martes, estará en el tanatorio de Sant Gervasi (Barcelona). El funeral y acto de despedida serán el miércoles 20 de septiembre a las 12:45h en el mismo tanatorio.
Ver más:
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231697
Más: http://www.elviejotopo.com/autor/antoni-domenech/
_- Cata de quesos.
_- De los creadores de Los supervinos llegan Los superquesos, una selección de 140 piezas que se pueden encontrar en los supermercados en cantidades perfectas para llevar a la mesa y que han sido elegidos tras un cuidado proceso de cata: visual, táctil, olfativa, bucal y final (el gusto que queda después de comerlo). La guía la firman Isaac Fernández Savisens, periodista especializado en vinos y gastronomía, y Laura Martí Subirà, "perteneciente a la tercera generación de una familia dedicada a la venta de quesos y embutidos en el emblemático mercado de Santa Catalina, en Barcelona", según anuncia la contraportada. "Se han incluido en la guía los 140 con una mejor puntuación [de una a cinco estrellas, que marcaremos antes del nombre; también hay medias estrellas y las pondremos entre paréntesis]", afirman los autores. Han dividido las categorías por quesos frescos, blandos, semiblandos, semiduros, duros y azules, y detallan —como en el caso de Los supervinos— dónde se puede comprar cada recomendación. El precio citado corresponde a la medida media que suele venderse en el supermercado (250 gramos). Abrimos boca con un pequeño adelanto.
1. Quesos frescos
"Son siempre húmedos, con un contenido de agua del 60-80%", explica esta guía que no es solo una lista de quesos, sino también un manual didáctico para iniciarse en su cata.
***Flor de Burgos, 7 euros/kilo; 1,75 la tarrina de 250 gr. "Desprende un aroma dominante a leche fresca con matices afrutados y de nueces". La textura, añaden, deja sentir el grano de la cuajada y los autores lo aconsejan para platos fríos, postres e incluso para hacer a la plancha.
***Galbani Mascarpone, 7,96 euros/kilo; 1,99€/250gr. El mascarpone se elabora más parecido al yogur que al resto de quesos que se obtienen de la cuajada de la leche. "En boca es ligero, tipo mousse, y muy agradable al paladar, aunque está hecho para degustarse como ingrediente de platos, tanto salados como dulces".
***(*)Flor de Esgueva, 10,76€/kilo; 2,69€/250 gr. De oveja."Es innovador por la leche que utiliza [la mayoría de los frescos son de vaca y unos pocos de cabra]". En boca "es sabroso, con una textura agradable al paladar y no demasiado húmedo".
****Zanetti Mozzarella di Bufala Campana D.O.P., 12€/kilo; 1,5€/250 gr. Un exterior "fibroso" y un interior "más cremoso". "Estas dos texturas se unen en boca, donde el queso se disuelve poco a poco
2. Quesos blandos
La guía de Los superquesos no solo explica qué tipo entra dentro de cada categoría, sino qué precauciones se han de tomar para consumirlos, cuál es su proceso específico de producción y qué cuchillo es el mejor para cada clase, algo que en el caso de los blandos es de vital importancia si no queremos rompen las porciones.
***De nuestra tierra Arzúa-Ulloa D.O.P., 9,65€/kilo. "Su presentación es inequívocamente artesanal [...]. Ofrece una pasta de textura fundente y aromas lácticos de yogur, con un punto de acidez muy equilibrado en boca".
****Président Brie, 13,20€/kilo. "Este brie es un verdadero placer para el paladar. Catado en su mejor punto de afinación, prácticamente se deshace en la boca". Otro punto a favor, dicen, "es la complejidad de aromas que ofrece: frutas cítricas y un final de nueces".
***Chaumes, 15,9€/kilo. "Es de pasta blanda, con una textura elástica y cremosa, y un aroma intenso. Ofrece más de lo que cabe esperar a simple vista".
*****E. Graindorge Camembert au lait cru, 15,96€/kilo; 3,99€/250 gr. De leche cruda, "logra situarse al más alto nivel de los superquesos blandos, gracias a una receta que aúna complejidad e intensidad a un precio más que razonable".
****(*)Renard Gillard Brie de Meaux A.O.P., 21,25€/kilo. "Es un queso serio y elegante, así como un hermano mayor para gran parte de los brie del mercado".
3. Quesos semiblandos
El provolone, nata de Cantabria o el queso de tetilla son algunos de los que pertenecen a esta categoría:
****Ruta Xacobea Queixo Tetilla D.O.P, 5,22€/kilo; 3,55€/680 gramos. "Su corteza dura y de color amarillo deja paso a un interior blanco y muy cremoso. La textura es también muy cremosa en boca, con una resonancia notablemente láctica y un buen punto de acidez que lo convierten en un queso muy fresco".
***(*)Leerdammer original, 10,85€/kilo. "Nació en Holanda cuando unos cuantos maestros queseros se preguntaron qué surgiría de la unión de un gouda y un emmental". ¿El resultado? "Un queso ligeramente cremoso, con aroma de yogur y frutales, y un sabor suave, casi dulce".
***(*)Petit Breton l'Authéntique, 13€/kilo; 3,9€/300 gr. "Una de sus características principales es su aroma, no muy pronunciado pero sí complejo, con notas especiadas y hierbas aromáticas (romero, tomillo)". A diferencia del Petit Breton l'Onctueux, su textura "es blanda, sin llegar a ser cremosa".
****(*)Emmentaler Switzerland A.O.P Doux, 24,75€/kilo. "Se trata de un queso excepcional, con un aroma intenso de frutos secos y notas lácticas. Su textura es firme y compacta".
*****Tête de Moine A.O.P, 26,95€/kilo. "El principal secreto del sabor del Tête de Moine reside en su corte... o, mejor dicho, en no cortarlo. Para que la pieza cilíndrica desprenda sus aromas más característicos hay que rasparla en lugar de cortarla".
4. Quesos semiduros
Aparte de los famosos gruyère y gouda, esta categoría cuenta con quesos tan especiales como el idiazabal, el majorero o el murcia al vino.
****Auchan de oveja de leche cruda en aceite, 13,99€/kilo. "Bajo la marca blanca Auchan y con una extraordinaria relación calidad-precio, se esconde esta interesante joya quesera elaborada en la Finca Cuarto Perea, en Villarrobledo (Albacete).
****(*)García Baquero. La Cava Barus, 15,95€/kilo. "Se elabora con una mezcla de leches termizadas, es decir, que no son crudas ni pasteurizadas". El resultado es "un queso con una notable complejidad de aromas, entre los que cuentan los lácticos, los afrutados, las nueces y los hongos".
***(*)Appenzeller Switzerland Classic, 24,75€/kilo. "Hecho con leche termizada de vacas de los Alpes, incluye una combinación de hierbas locales cuya receta no conocen más que un par de personas de cada quesería. En boca es mantecoso, intenso, astringente y con un punto picante".
5. Quesos duros
La única precaución importante que se debe tener en cuenta en estos quesos es "conservar las superficies cortadas cubiertas con papel de aluminio".
****Canal Viejo, 12,9€/kilo. "El adverbio 'muy' se hace más necesario que nunca para matizar algunos de los adjetivos que lo definen: intenso, animal, picante, persistente...".
****(*)Flor de Esgueva Carácter, 16,95€/kilo. "En nariz despliega un abanico aromático muy particular, en el que dominan las notas animales características de los quesos de oveja".
***El Pastor Vasco Etxegarai, 17,64€/kilo; 4,41€/250 gr. "Elaborado con leche cruda de oveja, madura un mínimo de tres meses para posteriormente pasar el proceso de ahumado (someter el queso a la acción del humo producido por leña fresca, ya sea de haya, cerezo o manzano, entre otras)".
****(*)Vega Sotuélamos, gran reserva, 18,95€/kilo. "En algunos momentos puede llegar a recordar al sabor de las galletas de mantequilla. [...] Un queso original, complejo y lleno de matices".
***(*)Zanetti Parmigiano Reggiano D.O.P., 22€/kilo. "Es en boca donde más seduce: sabroso, intenso, amplio, astringente y muy, muy persistente".
6. Quesos azules
Aquellos con una consistencia blanda y fundente son ideales para untar con una espátula ancha; "para el resto conviene fijarse en las recomendaciones de cuchillo especificadas en las secciones de los quesos de su consistencia".
***(*) Queso de hoja, 12,9€/kilo. "Reúne todas las cualidades de un azul con solera. Tiene un aroma intenso de hongos, una textura cremosa e incluso fundente y un sabor en boca muy intenso, acre, picante, mohoso y persistente".
***(*) Ballarini Gorgonzola D.O.P., 13,99€/kilo. "Tiene un sabor complejo y muy bien equilibrado, donde se mezclan acidez, amargor con notas picantes y un toque de hierbas".
**** Papillon Rouge, Roquefort A.O.P., 27,9€/kilo. "Papillon ha conseguido poner en los lineales de los supermercados este roquefort a un precio razonable, habida cuenta de que su calidad es más que interesante. Su pasta de color blanco presenta una gran profusión de cavidades de color azul verdoso".
**** TGT Cabrales D.O.P., 28,9€/kilo; 2,89€/100 gr. "Es un queso muy potente, intenso y con un final persistente y largo. Para degustarlo, no hay más que untarlo en pan tostado y también se puede mezclar con un chorrito de sidra u orujo".
Fuente: El País.
1. Quesos frescos
"Son siempre húmedos, con un contenido de agua del 60-80%", explica esta guía que no es solo una lista de quesos, sino también un manual didáctico para iniciarse en su cata.
***Flor de Burgos, 7 euros/kilo; 1,75 la tarrina de 250 gr. "Desprende un aroma dominante a leche fresca con matices afrutados y de nueces". La textura, añaden, deja sentir el grano de la cuajada y los autores lo aconsejan para platos fríos, postres e incluso para hacer a la plancha.
***Galbani Mascarpone, 7,96 euros/kilo; 1,99€/250gr. El mascarpone se elabora más parecido al yogur que al resto de quesos que se obtienen de la cuajada de la leche. "En boca es ligero, tipo mousse, y muy agradable al paladar, aunque está hecho para degustarse como ingrediente de platos, tanto salados como dulces".
***(*)Flor de Esgueva, 10,76€/kilo; 2,69€/250 gr. De oveja."Es innovador por la leche que utiliza [la mayoría de los frescos son de vaca y unos pocos de cabra]". En boca "es sabroso, con una textura agradable al paladar y no demasiado húmedo".
****Zanetti Mozzarella di Bufala Campana D.O.P., 12€/kilo; 1,5€/250 gr. Un exterior "fibroso" y un interior "más cremoso". "Estas dos texturas se unen en boca, donde el queso se disuelve poco a poco
2. Quesos blandos
La guía de Los superquesos no solo explica qué tipo entra dentro de cada categoría, sino qué precauciones se han de tomar para consumirlos, cuál es su proceso específico de producción y qué cuchillo es el mejor para cada clase, algo que en el caso de los blandos es de vital importancia si no queremos rompen las porciones.
***De nuestra tierra Arzúa-Ulloa D.O.P., 9,65€/kilo. "Su presentación es inequívocamente artesanal [...]. Ofrece una pasta de textura fundente y aromas lácticos de yogur, con un punto de acidez muy equilibrado en boca".
****Président Brie, 13,20€/kilo. "Este brie es un verdadero placer para el paladar. Catado en su mejor punto de afinación, prácticamente se deshace en la boca". Otro punto a favor, dicen, "es la complejidad de aromas que ofrece: frutas cítricas y un final de nueces".
***Chaumes, 15,9€/kilo. "Es de pasta blanda, con una textura elástica y cremosa, y un aroma intenso. Ofrece más de lo que cabe esperar a simple vista".
*****E. Graindorge Camembert au lait cru, 15,96€/kilo; 3,99€/250 gr. De leche cruda, "logra situarse al más alto nivel de los superquesos blandos, gracias a una receta que aúna complejidad e intensidad a un precio más que razonable".
****(*)Renard Gillard Brie de Meaux A.O.P., 21,25€/kilo. "Es un queso serio y elegante, así como un hermano mayor para gran parte de los brie del mercado".
3. Quesos semiblandos
El provolone, nata de Cantabria o el queso de tetilla son algunos de los que pertenecen a esta categoría:
****Ruta Xacobea Queixo Tetilla D.O.P, 5,22€/kilo; 3,55€/680 gramos. "Su corteza dura y de color amarillo deja paso a un interior blanco y muy cremoso. La textura es también muy cremosa en boca, con una resonancia notablemente láctica y un buen punto de acidez que lo convierten en un queso muy fresco".
***(*)Leerdammer original, 10,85€/kilo. "Nació en Holanda cuando unos cuantos maestros queseros se preguntaron qué surgiría de la unión de un gouda y un emmental". ¿El resultado? "Un queso ligeramente cremoso, con aroma de yogur y frutales, y un sabor suave, casi dulce".
***(*)Petit Breton l'Authéntique, 13€/kilo; 3,9€/300 gr. "Una de sus características principales es su aroma, no muy pronunciado pero sí complejo, con notas especiadas y hierbas aromáticas (romero, tomillo)". A diferencia del Petit Breton l'Onctueux, su textura "es blanda, sin llegar a ser cremosa".
****(*)Emmentaler Switzerland A.O.P Doux, 24,75€/kilo. "Se trata de un queso excepcional, con un aroma intenso de frutos secos y notas lácticas. Su textura es firme y compacta".
*****Tête de Moine A.O.P, 26,95€/kilo. "El principal secreto del sabor del Tête de Moine reside en su corte... o, mejor dicho, en no cortarlo. Para que la pieza cilíndrica desprenda sus aromas más característicos hay que rasparla en lugar de cortarla".
4. Quesos semiduros
Aparte de los famosos gruyère y gouda, esta categoría cuenta con quesos tan especiales como el idiazabal, el majorero o el murcia al vino.
****Auchan de oveja de leche cruda en aceite, 13,99€/kilo. "Bajo la marca blanca Auchan y con una extraordinaria relación calidad-precio, se esconde esta interesante joya quesera elaborada en la Finca Cuarto Perea, en Villarrobledo (Albacete).
****(*)García Baquero. La Cava Barus, 15,95€/kilo. "Se elabora con una mezcla de leches termizadas, es decir, que no son crudas ni pasteurizadas". El resultado es "un queso con una notable complejidad de aromas, entre los que cuentan los lácticos, los afrutados, las nueces y los hongos".
***(*)Appenzeller Switzerland Classic, 24,75€/kilo. "Hecho con leche termizada de vacas de los Alpes, incluye una combinación de hierbas locales cuya receta no conocen más que un par de personas de cada quesería. En boca es mantecoso, intenso, astringente y con un punto picante".
5. Quesos duros
La única precaución importante que se debe tener en cuenta en estos quesos es "conservar las superficies cortadas cubiertas con papel de aluminio".
****Canal Viejo, 12,9€/kilo. "El adverbio 'muy' se hace más necesario que nunca para matizar algunos de los adjetivos que lo definen: intenso, animal, picante, persistente...".
****(*)Flor de Esgueva Carácter, 16,95€/kilo. "En nariz despliega un abanico aromático muy particular, en el que dominan las notas animales características de los quesos de oveja".
***El Pastor Vasco Etxegarai, 17,64€/kilo; 4,41€/250 gr. "Elaborado con leche cruda de oveja, madura un mínimo de tres meses para posteriormente pasar el proceso de ahumado (someter el queso a la acción del humo producido por leña fresca, ya sea de haya, cerezo o manzano, entre otras)".
****(*)Vega Sotuélamos, gran reserva, 18,95€/kilo. "En algunos momentos puede llegar a recordar al sabor de las galletas de mantequilla. [...] Un queso original, complejo y lleno de matices".
***(*)Zanetti Parmigiano Reggiano D.O.P., 22€/kilo. "Es en boca donde más seduce: sabroso, intenso, amplio, astringente y muy, muy persistente".
6. Quesos azules
Aquellos con una consistencia blanda y fundente son ideales para untar con una espátula ancha; "para el resto conviene fijarse en las recomendaciones de cuchillo especificadas en las secciones de los quesos de su consistencia".
***(*) Queso de hoja, 12,9€/kilo. "Reúne todas las cualidades de un azul con solera. Tiene un aroma intenso de hongos, una textura cremosa e incluso fundente y un sabor en boca muy intenso, acre, picante, mohoso y persistente".
***(*) Ballarini Gorgonzola D.O.P., 13,99€/kilo. "Tiene un sabor complejo y muy bien equilibrado, donde se mezclan acidez, amargor con notas picantes y un toque de hierbas".
**** Papillon Rouge, Roquefort A.O.P., 27,9€/kilo. "Papillon ha conseguido poner en los lineales de los supermercados este roquefort a un precio razonable, habida cuenta de que su calidad es más que interesante. Su pasta de color blanco presenta una gran profusión de cavidades de color azul verdoso".
**** TGT Cabrales D.O.P., 28,9€/kilo; 2,89€/100 gr. "Es un queso muy potente, intenso y con un final persistente y largo. Para degustarlo, no hay más que untarlo en pan tostado y también se puede mezclar con un chorrito de sidra u orujo".
Fuente: El País.
lunes, 18 de septiembre de 2017
_- Los inesperados beneficios de la dieta de hace un millón de años. El autor pasó tres días comiendo como un 'hazda', uno de los últimos grupos cazadores-recolectores que quedan en África
_- Cada vez más pruebas indican que cuanto más rica y diversa sea la comunidad microbiana del intestino, menor será el riesgo de enfermar. La dieta es clave para conservar la diversidad, como quedó demostrado de manera asombrosa cuando un estudiante de grado siguió una dieta de McDonald’s durante 10 días, y al cabo de cuatro nada más experimentó un descenso significativo de la cantidad de microbios beneficiosos. Diversos estudios de amplio alcance sobre humanos y animales han arrojado resultados similares.
El microbioma del intestino es una comunidad enorme formada por millones de bacterias que tiene una influencia decisiva en el metabolismo, el sistema inmunitario y el estado de ánimo. Estos hongos y bacterias habitan hasta el último recoveco del tracto gastrointestinal. La mayoría de este “órgano microbiano”, que pesa entre uno y dos kilos, está situado en el colon (el tramo principal del intestino grueso).
Normalmente, los mayores cambios microbianos se observan en personas con mala salud y un microbioma poco diverso e inestable. Lo que ignorábamos era si un microbioma intestinal sano y estable podía mejorar en tan solo unos días. La ocasión de comprobarlo se presentó de manera poco corriente cuando mi compañero Jeff Leach me invitó a hacer un viaje de estudio a Tanzania, donde él había vivido y trabajado con los hadzas, uno de los últimos grupos cazadores-recolectores que quedan en África.
Actualmente mi microbioma está considerablemente sano, y mi diversidad intestinal –un parámetro que refleja el número y la abundancia de las diferentes especies y constituye la mejor medida general de una buena salud– era la más alta de las 100 primeras muestras que analizamos dentro del proyecto MapMyGut. Una diversidad alta se asocia con un riesgo bajo de sufrir obesidad y muchas enfermedades. Los hadzas tienen una de las diversidades más ricas del planeta.
Jeff trazó el plan de investigación. Me propuso que, durante mi estancia en el campamento del proyecto, pasase tres días comiendo todo lo que pudiese como un cazador-recolector. Tenía que medir los microbios de mi intestino antes de salir para Tanzania, mientras estaba con los hadzas, y después de mi regreso a Reino Unido. No me estaba permitido lavarme ni usar toallitas con alcohol, y se esperaba de mí que cazase y recolectase con los hadzas lo más posible, lo cual incluía entrar en contacto con las heces sueltas de niños hadzas y de babuinos rondando por ahí.
Para ayudarnos a grabar el viaje me acompañaba Dan Saladino, el intrépido presentador y productor del espacio The Food Programme de la cadena BBC Radio 4, que estaba preparando un especial sobre los microbios de los hadzas.
Tras un largo y agotador vuelo al aeropuerto monte Kilimanjaro de Tanzania, pasamos la noche en Arusha, una ciudad del norte del país. Antes de ponernos en camino a la mañana siguiente, produje mi muestra de heces de referencia.
Después de ocho horas de viaje en Land Rover por pistas llenas de baches, llegamos a nuestro destino. Jeff nos llamó por señas para que subiésemos a lo alto de una roca enorme y presenciásemos el más maravilloso de los atardeceres sobre el lago Eyasi. Allí, a un tiro de piedra del famoso yacimiento paleontológico de la garganta de Olduvai y con la imponente llanura del Serengueti al fondo, Jeff nos explicó que nunca estaríamos tan cerca de nuestro hogar en cuanto miembros del género Homo como en el lugar en el que nos encontrábamos en ese momento.
Una dieta de un millón de años
Los hadzas salen a buscar los mismos animales y las mismas plantas que los humanos han cazado y recolectado durante millones de años. Cabe destacar que el baile de microbios humanos que se interpretó en esas tierras durante miles de millones de años probablemente determinó ciertos aspectos de nuestro sistema inmunitario y nos hizo ser como somos en el presente. La importancia de estar en el país de los hadzas no se me escapaba.
A diferencia de los miembros de esta tribu, que duermen alrededor de una hoguera o en cabañas, a mí me dieron una tienda y me dijeron que cerrase bien la cremallera porque había escorpiones y serpientes. Si tenía que salir de noche a hacer pis debía tener cuidado en dónde pisaba. Tras una noche de sueño interesante pero inquieto, me habían recogido un buen montón de vainas de baobab para el desayuno.
El fruto del baobab constituye la base de la dieta hadza. Rebosa vitaminas, sus semillas contienen grasas y, por supuesto, tiene importantes cantidades de fibra. Estábamos rodeados de baobabs que se extendían en la distancia hasta donde me alcanzaba la vista. Sus frutos tienen una cáscara dura, parecida a la del coco, que se rompe con facilidad dejando ver una carne blanquecina que envuelve una semilla rica en contenido graso. Los altos niveles de vitamina C le dan un intenso e inesperado sabor cítrico.
Los hadzas mezclaron los trozos blancuzcos con agua y lo removieron todo enérgicamente con un palo durante dos o tres minutos hasta que se convirtió en unas gachas densas y lechosas que filtraron –o algo parecido– en un tazón para mi desayuno. La bebida era sorprendentemente agradable y refrescante. Como no estaba seguro de qué más iba a comer el primer día, me bebí dos tazones, y de repente me sentí saciado.
Mis siguientes tentempiés fueron las bayas silvestres que crecían en muchos de los árboles que rodeaban el campamento. Las más abundantes eran los pequeños kongorobi. Estos refrescantes frutos, ligeramente dulces, tienen 20 veces más fibra y polifenoles que las variedades cultivadas, lo cual constituía un poderoso alimento para mi microbioma intestinal. Almorcé tarde unos cuantos tubérculos ricos en fibra que las recolectoras habían desenterrado con la ayuda de un palo afilado y habían echado al fuego. En este caso costaba más esfuerzo comerlos. Se parecían a un apio duro y terroso. No repetí ni me quedé con hambre, seguramente debido a la cantidad de fibra del desayuno. Nadie parecía preocupado por la cena.
Al cabo de unas horas nos pidieron que nos uniésemos a una batida de caza en busca de un puercoespín, una delicia poco frecuente. Ni siquiera Jeff había probado esa criatura en sus cuatros años de trabajo de campo.
Los hadzas habían seguido la pista a dos puercoespines nocturnos de 20 kilos hasta su sistema de galerías en el interior de un termitero. Tras unas cuantas horas de cavar y abrir túneles –evitando cuidadosamente las espinas, afiladas como una hoja de afeitar–, finalmente atravesaron a un par de animales con las lanzas y los sacaron a la superficie. Encendieron una hoguera. Las espinas, la piel y los órganos valiosos fueron separados con mano experta, y el corazón, los pulmones y el hígado cocinados e ingeridos sin demora.
El resto de la carcasa, con su abundante grasa, se transportó de vuelta al campamento para una comida comunal. Su sabor se parecía mucho al del lechón. Los dos días siguientes el menú fue similar. El plato principal incluía damán, un extraño ungulado de espeso pelaje y unos cuatro kilos de peso, parecido al cuy y –precisamente él entre todas las criaturas– emparentado con el elefante.
El postre, recogido de lo alto de un baobab, consistió en la mejor miel dorada que habría podido imaginar jamás, con el añadido de un panal repleto de las grasas y las proteínas aportadas por las larvas. La combinación de grasas y azúcares hacía de nuestro postre el alimento con mayor concentración de energía de la naturaleza, capaz de competir con el fuego en lo que respecta a su importancia para la evolución.
En el país de los hadzas nada se desperdicia ni se mata si no es necesario, pero se come una increíble variedad de especies de plantas y animales (alrededor de 600, la mayoría de ellos pájaros) comparado con lo que comemos en Occidente. La otra cosa que se me quedó grabada fue el poco tiempo que dedicaban a conseguir el alimento. Parecía que no les llevaba más de unas horas al día. Era algo tan sencillo como recorrer un supermercado grande. Caminases en la dirección que caminases, había comida: arriba, encima, y debajo de la tierra.
Aumento de la diversidad del microbioma
Veinticuatro horas después, Dan y yo estábamos de vuelta en Londres, él con sus preciadas cintas de audio y yo con mis queridas muestras de heces. Después de producir unas cuantas más, las envié al laboratorio para que las analizasen.
Los resultados mostraron claras diferencias entre la muestra inicial y las tomadas al cabo de tres días de dieta recolectora. La buena noticia fue que la diversidad microbiana de mi intestino había aumentado ni más ni menos que un 20%, y que incluía algunos microbios africanos totalmente novedosos, como los del filo de los sinergistetes.
La mala noticia fue que, transcurridos unos días, los microbios habían vuelto prácticamente al mismo punto en que estaban antes del viaje. Pero habíamos aprendido una cosa importante: por buenas que sean tu dieta y la salud de tu intestino, no son ni de lejos tan buenas como las de tus ancestros. Todo el mundo debería hacer el esfuerzo de mejorar su salud intestinal volviendo a asilvestrar su dieta y su forma de vida. Ser más atrevidos en la cocina diaria y volver a conectarnos con la naturaleza y con la vida microbiana que la acompaña puede ser lo que todos necesitamos.
Tim Spector es catedrático de Epidemiología Genética del King’s College de Londres.
Jeff Leach es investigador visitante del King’s College de Londres.
Cláusula de divulgación: Tim Spector es cofundador de Map My Gut Ltd, una empresa dedicada a realizar pruebas de microbioma. Además, recibe subvenciones del Consejo de Investigación Médica, el Instituto Nacional para la Investigación de la Salud, la Fundación para la Investigación de las Enfermedades Crónicas, y Alzheimer’s Research UK, y es autor de El mito de las dietas: Lo que dice la ciencia sobre lo que comemos.
Jeff Leach es fundador de Human Food Project, cofundador de Map My Gut LTd, y autor de ReWild.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la web The Conversation.
Traducción de News Clips.
https://elpais.com/elpais/2017/07/13/ciencia/1499947417_255308.html?rel=lom
El microbioma del intestino es una comunidad enorme formada por millones de bacterias que tiene una influencia decisiva en el metabolismo, el sistema inmunitario y el estado de ánimo. Estos hongos y bacterias habitan hasta el último recoveco del tracto gastrointestinal. La mayoría de este “órgano microbiano”, que pesa entre uno y dos kilos, está situado en el colon (el tramo principal del intestino grueso).
Normalmente, los mayores cambios microbianos se observan en personas con mala salud y un microbioma poco diverso e inestable. Lo que ignorábamos era si un microbioma intestinal sano y estable podía mejorar en tan solo unos días. La ocasión de comprobarlo se presentó de manera poco corriente cuando mi compañero Jeff Leach me invitó a hacer un viaje de estudio a Tanzania, donde él había vivido y trabajado con los hadzas, uno de los últimos grupos cazadores-recolectores que quedan en África.
Actualmente mi microbioma está considerablemente sano, y mi diversidad intestinal –un parámetro que refleja el número y la abundancia de las diferentes especies y constituye la mejor medida general de una buena salud– era la más alta de las 100 primeras muestras que analizamos dentro del proyecto MapMyGut. Una diversidad alta se asocia con un riesgo bajo de sufrir obesidad y muchas enfermedades. Los hadzas tienen una de las diversidades más ricas del planeta.
Jeff trazó el plan de investigación. Me propuso que, durante mi estancia en el campamento del proyecto, pasase tres días comiendo todo lo que pudiese como un cazador-recolector. Tenía que medir los microbios de mi intestino antes de salir para Tanzania, mientras estaba con los hadzas, y después de mi regreso a Reino Unido. No me estaba permitido lavarme ni usar toallitas con alcohol, y se esperaba de mí que cazase y recolectase con los hadzas lo más posible, lo cual incluía entrar en contacto con las heces sueltas de niños hadzas y de babuinos rondando por ahí.
Para ayudarnos a grabar el viaje me acompañaba Dan Saladino, el intrépido presentador y productor del espacio The Food Programme de la cadena BBC Radio 4, que estaba preparando un especial sobre los microbios de los hadzas.
Tras un largo y agotador vuelo al aeropuerto monte Kilimanjaro de Tanzania, pasamos la noche en Arusha, una ciudad del norte del país. Antes de ponernos en camino a la mañana siguiente, produje mi muestra de heces de referencia.
Después de ocho horas de viaje en Land Rover por pistas llenas de baches, llegamos a nuestro destino. Jeff nos llamó por señas para que subiésemos a lo alto de una roca enorme y presenciásemos el más maravilloso de los atardeceres sobre el lago Eyasi. Allí, a un tiro de piedra del famoso yacimiento paleontológico de la garganta de Olduvai y con la imponente llanura del Serengueti al fondo, Jeff nos explicó que nunca estaríamos tan cerca de nuestro hogar en cuanto miembros del género Homo como en el lugar en el que nos encontrábamos en ese momento.
Una dieta de un millón de años
Los hadzas salen a buscar los mismos animales y las mismas plantas que los humanos han cazado y recolectado durante millones de años. Cabe destacar que el baile de microbios humanos que se interpretó en esas tierras durante miles de millones de años probablemente determinó ciertos aspectos de nuestro sistema inmunitario y nos hizo ser como somos en el presente. La importancia de estar en el país de los hadzas no se me escapaba.
A diferencia de los miembros de esta tribu, que duermen alrededor de una hoguera o en cabañas, a mí me dieron una tienda y me dijeron que cerrase bien la cremallera porque había escorpiones y serpientes. Si tenía que salir de noche a hacer pis debía tener cuidado en dónde pisaba. Tras una noche de sueño interesante pero inquieto, me habían recogido un buen montón de vainas de baobab para el desayuno.
El fruto del baobab constituye la base de la dieta hadza. Rebosa vitaminas, sus semillas contienen grasas y, por supuesto, tiene importantes cantidades de fibra. Estábamos rodeados de baobabs que se extendían en la distancia hasta donde me alcanzaba la vista. Sus frutos tienen una cáscara dura, parecida a la del coco, que se rompe con facilidad dejando ver una carne blanquecina que envuelve una semilla rica en contenido graso. Los altos niveles de vitamina C le dan un intenso e inesperado sabor cítrico.
Los hadzas mezclaron los trozos blancuzcos con agua y lo removieron todo enérgicamente con un palo durante dos o tres minutos hasta que se convirtió en unas gachas densas y lechosas que filtraron –o algo parecido– en un tazón para mi desayuno. La bebida era sorprendentemente agradable y refrescante. Como no estaba seguro de qué más iba a comer el primer día, me bebí dos tazones, y de repente me sentí saciado.
Mis siguientes tentempiés fueron las bayas silvestres que crecían en muchos de los árboles que rodeaban el campamento. Las más abundantes eran los pequeños kongorobi. Estos refrescantes frutos, ligeramente dulces, tienen 20 veces más fibra y polifenoles que las variedades cultivadas, lo cual constituía un poderoso alimento para mi microbioma intestinal. Almorcé tarde unos cuantos tubérculos ricos en fibra que las recolectoras habían desenterrado con la ayuda de un palo afilado y habían echado al fuego. En este caso costaba más esfuerzo comerlos. Se parecían a un apio duro y terroso. No repetí ni me quedé con hambre, seguramente debido a la cantidad de fibra del desayuno. Nadie parecía preocupado por la cena.
Al cabo de unas horas nos pidieron que nos uniésemos a una batida de caza en busca de un puercoespín, una delicia poco frecuente. Ni siquiera Jeff había probado esa criatura en sus cuatros años de trabajo de campo.
Los hadzas habían seguido la pista a dos puercoespines nocturnos de 20 kilos hasta su sistema de galerías en el interior de un termitero. Tras unas cuantas horas de cavar y abrir túneles –evitando cuidadosamente las espinas, afiladas como una hoja de afeitar–, finalmente atravesaron a un par de animales con las lanzas y los sacaron a la superficie. Encendieron una hoguera. Las espinas, la piel y los órganos valiosos fueron separados con mano experta, y el corazón, los pulmones y el hígado cocinados e ingeridos sin demora.
El resto de la carcasa, con su abundante grasa, se transportó de vuelta al campamento para una comida comunal. Su sabor se parecía mucho al del lechón. Los dos días siguientes el menú fue similar. El plato principal incluía damán, un extraño ungulado de espeso pelaje y unos cuatro kilos de peso, parecido al cuy y –precisamente él entre todas las criaturas– emparentado con el elefante.
El postre, recogido de lo alto de un baobab, consistió en la mejor miel dorada que habría podido imaginar jamás, con el añadido de un panal repleto de las grasas y las proteínas aportadas por las larvas. La combinación de grasas y azúcares hacía de nuestro postre el alimento con mayor concentración de energía de la naturaleza, capaz de competir con el fuego en lo que respecta a su importancia para la evolución.
En el país de los hadzas nada se desperdicia ni se mata si no es necesario, pero se come una increíble variedad de especies de plantas y animales (alrededor de 600, la mayoría de ellos pájaros) comparado con lo que comemos en Occidente. La otra cosa que se me quedó grabada fue el poco tiempo que dedicaban a conseguir el alimento. Parecía que no les llevaba más de unas horas al día. Era algo tan sencillo como recorrer un supermercado grande. Caminases en la dirección que caminases, había comida: arriba, encima, y debajo de la tierra.
Aumento de la diversidad del microbioma
Veinticuatro horas después, Dan y yo estábamos de vuelta en Londres, él con sus preciadas cintas de audio y yo con mis queridas muestras de heces. Después de producir unas cuantas más, las envié al laboratorio para que las analizasen.
Los resultados mostraron claras diferencias entre la muestra inicial y las tomadas al cabo de tres días de dieta recolectora. La buena noticia fue que la diversidad microbiana de mi intestino había aumentado ni más ni menos que un 20%, y que incluía algunos microbios africanos totalmente novedosos, como los del filo de los sinergistetes.
La mala noticia fue que, transcurridos unos días, los microbios habían vuelto prácticamente al mismo punto en que estaban antes del viaje. Pero habíamos aprendido una cosa importante: por buenas que sean tu dieta y la salud de tu intestino, no son ni de lejos tan buenas como las de tus ancestros. Todo el mundo debería hacer el esfuerzo de mejorar su salud intestinal volviendo a asilvestrar su dieta y su forma de vida. Ser más atrevidos en la cocina diaria y volver a conectarnos con la naturaleza y con la vida microbiana que la acompaña puede ser lo que todos necesitamos.
Tim Spector es catedrático de Epidemiología Genética del King’s College de Londres.
Jeff Leach es investigador visitante del King’s College de Londres.
Cláusula de divulgación: Tim Spector es cofundador de Map My Gut Ltd, una empresa dedicada a realizar pruebas de microbioma. Además, recibe subvenciones del Consejo de Investigación Médica, el Instituto Nacional para la Investigación de la Salud, la Fundación para la Investigación de las Enfermedades Crónicas, y Alzheimer’s Research UK, y es autor de El mito de las dietas: Lo que dice la ciencia sobre lo que comemos.
Jeff Leach es fundador de Human Food Project, cofundador de Map My Gut LTd, y autor de ReWild.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la web The Conversation.
Traducción de News Clips.
https://elpais.com/elpais/2017/07/13/ciencia/1499947417_255308.html?rel=lom
domingo, 17 de septiembre de 2017
Entrevista a Emmanuel Dockès, profesor de derecho en la Universidad París Ouest Nanterre y especialista en Derecho del Trabajo. ”Destruir las protecciones del trabajo no crea empleos”
Reporterre
Las discusiones sobre la reforma del Código del Trabajo han comenzado el 10 de julio en la Asamblea Nacional. Los diputados tuvieron hasta el 17 de julio para adoptar el “Proyecto de ley de habilitación para adoptar por ordenanzas las medidas de reforzamiento del diálogo social”. El procedimiento acelerado debería permitir al gobierno firmar sus ordenanzas para otoño. La oposición se organiza. Francia Insumisa (France insoumise fue el nombre de la candidatura encabezada por J.L. Melenchon en las elecciones presidenciales de abril de 2017, ndt) organizó una concentración el miércoles el 12 de julio y el “Frente social” y sindical llamó a manifestarse el viernes siguiente.
Para comprender este texto y la visión del trabajo que incorpora, Reporterre ha entrevistado a Emmanuel Dockès, profesor de derecho en la Universidad París Ouest Nanterre y especialista en Derecho del Trabajo. Ha coordinado el proyecto alternativo Propuesta de Código del Trabajo. Es también el autor de Voyage en misarchie, essai pour tout reconstruire (ed. del Détour).
Reporterre.¿Que piensa de la opción gubernamental de utilizar las ordenanzas para reformar el Código del Trabajo?
Emmanuel Dockès. Hay un problema desde hace muchos años: la acumulación de estratos sucesivos de textos que se acumulan al Código del Trabajo, formando una legislación pletórica de bastante mala calidad. La idea de aumentar la cantidad de textos vía ordenanzas garantiza mala calidad y un gran volumen.
¿Y qué piensa del método desde el punto de vista político?
Las señales enviadas son de bastante brutales. Por ejemplo, la comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Nacional votó por unanimidad un texto que no ha sido modificado ni una coma. Es alucinante, inusitado, ¡jamás se había visto cosa igual! Habitualmente, las y los diputados presentan enmiendas, se discuten y hay numerosas modificaciones. Actualmente, la mayoría comienza actuando como un ultra-rodillo. Son muestras de disciplina y de no negociación.
Análogamente, están previstas reuniones con las organizaciones sindicales, pero ninguna con el texto en mano de las ordenanzas. Van a ser redactadas en el mayor secreto por el Ministerio de Trabajo. Incluso han bloqueado los ordenadores, como si fuese una actividad secreta de defensa. Ello es la muestra de un golpe de fuerza.
¿Qué evoca el título del proyecto de ley, que anuncia “la mejora del diálogo social”?
Es un discurso para la galería. Como todo discurso publicitario, el mensaje va en sentido inverso del contenido. Se dice que quiere mejorar el diálogo social mientras que una serie de medidas van en su contra.
¿Por ejemplo?
Numerosas medidas refuerzan el poder del empresario, con el objetivo de que tenga menos obligaciones legales. Por ejemplo, el texto introduce la posibilidad para el empleador de obviar a las organizaciones sindicales mediante referéndum. Es un medio suplementario de presión mediante la amenaza de desautorizar a los sindicatos en la empresa. El gobierno quiere también reducir de forma drástica el número de representantes del personal y el número de informaciones que estarán a su disposición.
Actualmente, a nivel de sector, empleadores y asalariados pueden negociar convenios colectivos de obligado cumplimiento. Con las ordenanzas de Macron, salvo algunas excepciones, se les negará esa facultad. Quienes negocian a nivel de sector no podrán impedir que sus acuerdos sean invalidados empresa a empresa. Ello va a crear necesariamente una forma de dumping entre las empresas y podrá desestabilizar las profesiones.
¿Qué visión del trabajo expresa este proyecto del gobierno?
Su visión es que todos nos vamos a convertir todos en “freelanceurs” (independientes, autónomos) muy competentes, muy dinámicos, muy flexibles, que cambian todo el tiempo de empleador y efectúan misiones puntuales y muy bien pagadas. Es una imagen mítica del trabajo, que corresponde a una fracción de la población extremadamente limitada. Pero esa representación aparece poco en este texto, salvo en las disposiciones relativas a la precariedad en el trabajo. Se simplifica el contrato de duración indefinida, se favorece la posibilidad de despedir.
Haciendo esto, el gobierno comete el error de repetir banalidades como es el que hay que dar confianza a los grandes dirigentes de empresa o de recursos humanos, como lo fue la Ministra de Trabajo. Esas personas gestionan a decenas de miles de personas asalariadas y mantienen un discurso creíble a primera vista: os dicen, “Yo tengo 50 000 asalariados a mis órdenes, yo sé bien por qué contrato y despido”.
El error es el siguiente: ese grupo social considera, de buena fe por otra parte, que sus intereses se corresponden con el interés general. Dicen, “si contratamos será bueno para la mayoría”. Sin embargo, los intereses de la gran patronal no coinciden forzosamente con el interés general. Globalmente, no se contrata pero los dividendos aumentan.
Así pues, ¿esa política no funciona?
No, ¡disponemos de montones de estudios que demuestran su ineficacia! Por ejemplo, cuando se destruye la protección al empleo, no se crea empleo. Al contrario, ello aumenta un poco el desempleo. La OIT (Organización Internacional del Trabajo) publicó un estudio sobre 111 países que desarrollaron políticas para facilitar el despido. El estudio concluye que cuando se destruyen las garantías contra el despido tiene lugar un ligero aumento del desempleo.
Se pueden presentar este tipo de documentos a quienes toman esas decisiones, pero no hacen caso. ¡Su razonamiento banal es más fuerte que los estudios científicos!
¿Por qué se sigue esta lógica desde hace treinta años?
La matriz de las ordenanzas que se preparan se basa en la idea de que es necesario que el trabajo sea más flexible y que los convenios colectivos de empresa sustituyan a la obligaciones legales. Esas dos ideas han sido desarrolladas, teorizadas y reivindicadas por el CNPF (Consejo Nacional de la patronal francesa, precursor del Medef –patronal francesa creada en 1998, ndt-). La ley Seguin, en 1986, fue la primera gran ley de implementación de este programa. Después se han aprobado una cincuentena de leyes; todas ellas en el mismo sentido. Las ordenanzas Macron no son originales. Son un programa que se ha podido verificar cincuenta veces: no ha creado empleos.
En sentido inverso, junto a un colectivo de juristas proponéis un Código de Trabajo simplificado, cuatro veces más reducido que el actual y protector. ¿Cómo conciliar los dos aspectos? Actualmente, el Derecho del Trabajo es tan espeso y complejo que nadie es capaz de conocerlo, lo que plantea un verdadero problema democrático. Nosotros hemos querido crear protección mediante la simplicidad.
Se parte de una idea a contracorriente, que es que todos los niveles del derecho son importantes: internacional, constitucional, legal, convenio de sector, de empresa y contratos individuales. Por ejemplo, se desea mantener el carácter obligatorio de la ley sobre las cinco semanas de vacaciones pagadas, el salario mínimo, los horarios máximos de trabajo, etc. Eso es crucial, ya que si todo se decide a nivel la empresa, van a aumentar las desigualdades y el número de gente trabajadora pobre. Eso es lo más significativo que ha pasado en el Reino Unido o en Alemania tras la destrucción de los derechos sociales. Ahora hay más de un quinto, incluso un cuarto, de gente asalariada que es pobre, mientras que en Francia la tasa es del orden del 8 %.
En el mundo de la ecología, una idea defendida a menudo es la de la reducción del tiempo de trabajo, especialmente para un mejor reparto del trabajo.
¿Qué dice sobre ello vuestro Código de Trabajo alternativo?
Macron persigue la idea de trabajar más, especialmente a través de la desfiscalización de las horas extraordinarias. Supone una incitación a concentrar el trabajo sobre unos, aunque sea quitándoselo a otros. Este dispositivo será a la vez destructor de empleo pero también productor de sobrecarga para quienes tengan la suerte de tener uno. Sin embargo, en una época que ve incrementar la robotización, la reducción y el reparto del tiempo de trabajo son la única solución si se quiere evitar una fractura social en diez años. Porque compartir el tiempo de trabajo es también compartir el tiempo libre. Un tiempo que permite cualquier tipo de actividad indispensable para la sociedad: asociativa, militante, familiar, educativa, artística, de economía gratuita, como Wikipedia... Así pues, conviene: (1) acordar más tiempo libre para todos y todas de forma que puedan participar en actividades del tiempo libre; y (2) proteger el tiempo libre.
Actualmente se han multiplicado los casos en los que el empleador puede anticipar el tiempo libre de sus asalariados, sin que ellos puedan rechazarlo. Se cambian los horarios con plazos de preaviso cada vez más cortos, lo que destruye toda posibilidad de organizar el tiempo libre. No se tiene la posibilidad de programar una asamblea general de asociación o una barbacoa en familia. Así pues, la flexibilidad del tiempo de trabajo es también un empobrecimiento muy profundo de la sociedad. Por ello en nuestra propuesta de Código del Trabajo se ponen en marcha dispositivos que permitan la previsibilidad del tiempo libre.
¿Y para la reducción del tiempo de trabajo?
Actualmente mucha gente no tiene empleo: quienes no encuentran trabajo, la gente mayor que deja de trabajar pronto, las mujeres en el hogar, etc. Si se considera que todo el mundo trabaje un poco, os daréis cuenta que incluso sin disminuir el número total de horas trabajadas, éstas se pueden reducir, aproximadamente, a 16-20 horas por persona y semana. Si se pone en práctica un sistema en el que las primeras horas estén mejor remuneradas que las siguientes y las siguientes más tasadas que las precedentes, obtendremos una reducción masiva del tiempo de trabajo. Ello permitiría dar solución al desempleo y reforzar la igualdad.
Una propuesta que ha provocado debate durante la campaña presidencial es el ingreso universal ¿Qué pensáis sobre ello?
El ingreso universal es factible desde un punto de vista práctico y yo encuentro que tiene muchos aspectos simpáticos: una relación diferente con el tiempo libre, la liberación de la obligación de trabajar para vivir, etc. Pero estoy opuesto al ingreso universal porque si se crea, se van a ver rápidamente dos categorías de personas: las que ejercen actividades productivas, lucrativas, remuneradas. Y las que no las ejercen y obtienen sus ingresos del ingreso universal. La primera categoría se encontrará en posición de fuerza en relación con la segunda, ya que realizará las funciones económicas mejor valoradas financieramente. El resultado es que habrá una categoría de población con una capacidad mayor de incordio, por ejemplo si acude a la huelga.
En las teorías del ingreso universal todo el mundo es simpático. Sin embargo, a mi entender la naturaleza humana es tal que cuando unos tienen más poder que otros están inclinados a abusar del mismo. Los fuertes van a aplastar a los débiles, van a decir que los que no tienen actividad lucrativa son holgazanes, viven de la asistencia, etc. Y los que se hayan acostumbrado a vivir con el ingreso universal estarán reducidos a un estado de relativa miseria.
Fuente original:
https://reporterre.net/Emmanuel-Dockes-Detruire-les-protections-du-travail-ne-cree-pas-d-emplois Traducción: viento sur
Las discusiones sobre la reforma del Código del Trabajo han comenzado el 10 de julio en la Asamblea Nacional. Los diputados tuvieron hasta el 17 de julio para adoptar el “Proyecto de ley de habilitación para adoptar por ordenanzas las medidas de reforzamiento del diálogo social”. El procedimiento acelerado debería permitir al gobierno firmar sus ordenanzas para otoño. La oposición se organiza. Francia Insumisa (France insoumise fue el nombre de la candidatura encabezada por J.L. Melenchon en las elecciones presidenciales de abril de 2017, ndt) organizó una concentración el miércoles el 12 de julio y el “Frente social” y sindical llamó a manifestarse el viernes siguiente.
Para comprender este texto y la visión del trabajo que incorpora, Reporterre ha entrevistado a Emmanuel Dockès, profesor de derecho en la Universidad París Ouest Nanterre y especialista en Derecho del Trabajo. Ha coordinado el proyecto alternativo Propuesta de Código del Trabajo. Es también el autor de Voyage en misarchie, essai pour tout reconstruire (ed. del Détour).
Reporterre.¿Que piensa de la opción gubernamental de utilizar las ordenanzas para reformar el Código del Trabajo?
Emmanuel Dockès. Hay un problema desde hace muchos años: la acumulación de estratos sucesivos de textos que se acumulan al Código del Trabajo, formando una legislación pletórica de bastante mala calidad. La idea de aumentar la cantidad de textos vía ordenanzas garantiza mala calidad y un gran volumen.
¿Y qué piensa del método desde el punto de vista político?
Las señales enviadas son de bastante brutales. Por ejemplo, la comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Nacional votó por unanimidad un texto que no ha sido modificado ni una coma. Es alucinante, inusitado, ¡jamás se había visto cosa igual! Habitualmente, las y los diputados presentan enmiendas, se discuten y hay numerosas modificaciones. Actualmente, la mayoría comienza actuando como un ultra-rodillo. Son muestras de disciplina y de no negociación.
Análogamente, están previstas reuniones con las organizaciones sindicales, pero ninguna con el texto en mano de las ordenanzas. Van a ser redactadas en el mayor secreto por el Ministerio de Trabajo. Incluso han bloqueado los ordenadores, como si fuese una actividad secreta de defensa. Ello es la muestra de un golpe de fuerza.
¿Qué evoca el título del proyecto de ley, que anuncia “la mejora del diálogo social”?
Es un discurso para la galería. Como todo discurso publicitario, el mensaje va en sentido inverso del contenido. Se dice que quiere mejorar el diálogo social mientras que una serie de medidas van en su contra.
¿Por ejemplo?
Numerosas medidas refuerzan el poder del empresario, con el objetivo de que tenga menos obligaciones legales. Por ejemplo, el texto introduce la posibilidad para el empleador de obviar a las organizaciones sindicales mediante referéndum. Es un medio suplementario de presión mediante la amenaza de desautorizar a los sindicatos en la empresa. El gobierno quiere también reducir de forma drástica el número de representantes del personal y el número de informaciones que estarán a su disposición.
Actualmente, a nivel de sector, empleadores y asalariados pueden negociar convenios colectivos de obligado cumplimiento. Con las ordenanzas de Macron, salvo algunas excepciones, se les negará esa facultad. Quienes negocian a nivel de sector no podrán impedir que sus acuerdos sean invalidados empresa a empresa. Ello va a crear necesariamente una forma de dumping entre las empresas y podrá desestabilizar las profesiones.
¿Qué visión del trabajo expresa este proyecto del gobierno?
Su visión es que todos nos vamos a convertir todos en “freelanceurs” (independientes, autónomos) muy competentes, muy dinámicos, muy flexibles, que cambian todo el tiempo de empleador y efectúan misiones puntuales y muy bien pagadas. Es una imagen mítica del trabajo, que corresponde a una fracción de la población extremadamente limitada. Pero esa representación aparece poco en este texto, salvo en las disposiciones relativas a la precariedad en el trabajo. Se simplifica el contrato de duración indefinida, se favorece la posibilidad de despedir.
Haciendo esto, el gobierno comete el error de repetir banalidades como es el que hay que dar confianza a los grandes dirigentes de empresa o de recursos humanos, como lo fue la Ministra de Trabajo. Esas personas gestionan a decenas de miles de personas asalariadas y mantienen un discurso creíble a primera vista: os dicen, “Yo tengo 50 000 asalariados a mis órdenes, yo sé bien por qué contrato y despido”.
El error es el siguiente: ese grupo social considera, de buena fe por otra parte, que sus intereses se corresponden con el interés general. Dicen, “si contratamos será bueno para la mayoría”. Sin embargo, los intereses de la gran patronal no coinciden forzosamente con el interés general. Globalmente, no se contrata pero los dividendos aumentan.
Así pues, ¿esa política no funciona?
No, ¡disponemos de montones de estudios que demuestran su ineficacia! Por ejemplo, cuando se destruye la protección al empleo, no se crea empleo. Al contrario, ello aumenta un poco el desempleo. La OIT (Organización Internacional del Trabajo) publicó un estudio sobre 111 países que desarrollaron políticas para facilitar el despido. El estudio concluye que cuando se destruyen las garantías contra el despido tiene lugar un ligero aumento del desempleo.
Se pueden presentar este tipo de documentos a quienes toman esas decisiones, pero no hacen caso. ¡Su razonamiento banal es más fuerte que los estudios científicos!
¿Por qué se sigue esta lógica desde hace treinta años?
La matriz de las ordenanzas que se preparan se basa en la idea de que es necesario que el trabajo sea más flexible y que los convenios colectivos de empresa sustituyan a la obligaciones legales. Esas dos ideas han sido desarrolladas, teorizadas y reivindicadas por el CNPF (Consejo Nacional de la patronal francesa, precursor del Medef –patronal francesa creada en 1998, ndt-). La ley Seguin, en 1986, fue la primera gran ley de implementación de este programa. Después se han aprobado una cincuentena de leyes; todas ellas en el mismo sentido. Las ordenanzas Macron no son originales. Son un programa que se ha podido verificar cincuenta veces: no ha creado empleos.
En sentido inverso, junto a un colectivo de juristas proponéis un Código de Trabajo simplificado, cuatro veces más reducido que el actual y protector. ¿Cómo conciliar los dos aspectos? Actualmente, el Derecho del Trabajo es tan espeso y complejo que nadie es capaz de conocerlo, lo que plantea un verdadero problema democrático. Nosotros hemos querido crear protección mediante la simplicidad.
Se parte de una idea a contracorriente, que es que todos los niveles del derecho son importantes: internacional, constitucional, legal, convenio de sector, de empresa y contratos individuales. Por ejemplo, se desea mantener el carácter obligatorio de la ley sobre las cinco semanas de vacaciones pagadas, el salario mínimo, los horarios máximos de trabajo, etc. Eso es crucial, ya que si todo se decide a nivel la empresa, van a aumentar las desigualdades y el número de gente trabajadora pobre. Eso es lo más significativo que ha pasado en el Reino Unido o en Alemania tras la destrucción de los derechos sociales. Ahora hay más de un quinto, incluso un cuarto, de gente asalariada que es pobre, mientras que en Francia la tasa es del orden del 8 %.
En el mundo de la ecología, una idea defendida a menudo es la de la reducción del tiempo de trabajo, especialmente para un mejor reparto del trabajo.
¿Qué dice sobre ello vuestro Código de Trabajo alternativo?
Macron persigue la idea de trabajar más, especialmente a través de la desfiscalización de las horas extraordinarias. Supone una incitación a concentrar el trabajo sobre unos, aunque sea quitándoselo a otros. Este dispositivo será a la vez destructor de empleo pero también productor de sobrecarga para quienes tengan la suerte de tener uno. Sin embargo, en una época que ve incrementar la robotización, la reducción y el reparto del tiempo de trabajo son la única solución si se quiere evitar una fractura social en diez años. Porque compartir el tiempo de trabajo es también compartir el tiempo libre. Un tiempo que permite cualquier tipo de actividad indispensable para la sociedad: asociativa, militante, familiar, educativa, artística, de economía gratuita, como Wikipedia... Así pues, conviene: (1) acordar más tiempo libre para todos y todas de forma que puedan participar en actividades del tiempo libre; y (2) proteger el tiempo libre.
Actualmente se han multiplicado los casos en los que el empleador puede anticipar el tiempo libre de sus asalariados, sin que ellos puedan rechazarlo. Se cambian los horarios con plazos de preaviso cada vez más cortos, lo que destruye toda posibilidad de organizar el tiempo libre. No se tiene la posibilidad de programar una asamblea general de asociación o una barbacoa en familia. Así pues, la flexibilidad del tiempo de trabajo es también un empobrecimiento muy profundo de la sociedad. Por ello en nuestra propuesta de Código del Trabajo se ponen en marcha dispositivos que permitan la previsibilidad del tiempo libre.
¿Y para la reducción del tiempo de trabajo?
Actualmente mucha gente no tiene empleo: quienes no encuentran trabajo, la gente mayor que deja de trabajar pronto, las mujeres en el hogar, etc. Si se considera que todo el mundo trabaje un poco, os daréis cuenta que incluso sin disminuir el número total de horas trabajadas, éstas se pueden reducir, aproximadamente, a 16-20 horas por persona y semana. Si se pone en práctica un sistema en el que las primeras horas estén mejor remuneradas que las siguientes y las siguientes más tasadas que las precedentes, obtendremos una reducción masiva del tiempo de trabajo. Ello permitiría dar solución al desempleo y reforzar la igualdad.
Una propuesta que ha provocado debate durante la campaña presidencial es el ingreso universal ¿Qué pensáis sobre ello?
El ingreso universal es factible desde un punto de vista práctico y yo encuentro que tiene muchos aspectos simpáticos: una relación diferente con el tiempo libre, la liberación de la obligación de trabajar para vivir, etc. Pero estoy opuesto al ingreso universal porque si se crea, se van a ver rápidamente dos categorías de personas: las que ejercen actividades productivas, lucrativas, remuneradas. Y las que no las ejercen y obtienen sus ingresos del ingreso universal. La primera categoría se encontrará en posición de fuerza en relación con la segunda, ya que realizará las funciones económicas mejor valoradas financieramente. El resultado es que habrá una categoría de población con una capacidad mayor de incordio, por ejemplo si acude a la huelga.
En las teorías del ingreso universal todo el mundo es simpático. Sin embargo, a mi entender la naturaleza humana es tal que cuando unos tienen más poder que otros están inclinados a abusar del mismo. Los fuertes van a aplastar a los débiles, van a decir que los que no tienen actividad lucrativa son holgazanes, viven de la asistencia, etc. Y los que se hayan acostumbrado a vivir con el ingreso universal estarán reducidos a un estado de relativa miseria.
Fuente original:
https://reporterre.net/Emmanuel-Dockes-Detruire-les-protections-du-travail-ne-cree-pas-d-emplois Traducción: viento sur
sábado, 16 de septiembre de 2017
Entrevista a Recce Jones, geógrafo y autor de "Violent Borders". “El poder usa las fronteras para limitar el acceso de los pobres a salarios más altos”.
Álvaro Guzmán Bastida
Ctxt
¿Por qué se han convertido en cementerios las fronteras del mundo? Tan incómoda pregunta rondaba la mente del geógrafo Reece Jones (Virginia, 1976) cuando escribía su penúltimo libro. Tras quince años estudiando el fenómeno migratorio, Jones terminaba un trabajo sobre tres fronteras concretas --las que separan EE.UU. de México, Israel de Palestina e India de Bangladesh-- cuando se percató de que las muertes en esos y otros puntos fronterizos no paraban de aumentar. Decidió investigar por qué. El resultado, Violent Borders, es una demoledora radiografía de la violencia en las fronteras de todo el mundo. A través de un minucioso análisis histórico, jurídico, sociológico y económico, trufado de historias personales de los migrantes que tratan de cruzar esas fronteras, Jones dibuja un siniestro panorama en el que las políticas diseñadas para limitar la migración fracasan en ese propósito, y en cambio desvían los flujos migratorios hacia rutas más violentas, llenando las fronteras marítimas y terrestres de cadáveres. Jones, profesor de geografía en la Universidad de Hawaii, atiende por Skype a CTXT para detallar las causas y consecuencias de la violencia fronteriza y exponer su propuesta para solucionarla: abrir las fronteras a las personas y ponerle coto al capital.
Dedica gran parte del libro a examinar las causas y efectos de la migración a nivel global. ¿Qué ha descubierto acerca de los motivos que llevan la gente a emigrar?
Varían mucho según el lugar de origen y las circunstancias. Por un lado, existe un gran grupo de sirios y eritreos que cruzan a Europa huyendo de la violencia o la represión estatal. Por otro, hay otra mucha gente que emigra por motivos económicos, al escasear el trabajo y las oportunidades en los lugares donde viven y existir estos en otros países. Por ejemplo, los sirios han sido mayoría entre quienes viajaban a Europa en los últimos años, pero hasta el momento en 2017 el país de donde más gente cruza el Mediterráneo es Bangladesh, donde no hay una guerra sino necesidad económica, y gente que toma la decisión de salir en busca de oportunidades.
Uno de los asuntos centrales de su trabajo es la erosión del derecho a la libre circulación de las personas. ¿Cómo se ha limitado ese derecho?
Existe una larga historia de Estados y gente en posiciones de poder que usan las restricciones a la libre circulación de las personas para limitar el acceso de los pobres a salarios más altos. En el libro, trazo una conexión entre el sistema actual y la esclavitud, la servidumbre, el feudalismo y las leyes de pobres, vagos y maleantes. Todos eran mecanismos para limitar la capacidad de los pobres de desplazarse para buscar salarios más altos y para obligarles a seguir viviendo en una zona concreta, y así acceder a su mano de obra y explotarla para lucrarse. Hoy en día vemos un proceso similar a mayor escala. Lo que antes sucedía dentro de cada país ahora sucede entre países, de modo que los pobres hoy están ‘contenidos’ por fronteras, pasaportes o el concepto de ciudadanía, produciendo una relación muy parecida a la de antaño. Desde hace cien años se está erosionando el derecho a la libre circulación. En EE.UU., por ejemplo, no hubo ninguna restricción sobre quién podía entrar en el país hasta la década de 1880, con la Ley de Exclusión China. Hasta 1924, el país no tuvo un sistema universal que regulase quién podía entrar en él o convertirse en ciudadano, y muchos de los pobres de Europa pudieron hacerlo a finales del XIX.
Dedica el primer capítulo del libro a la que llama “la frontera más mortífera del mundo”, en referencia a la que rodea a la UE. ¿Cómo pasó Europa de desmantelar las fronteras nacionales hace un par de décadas a convertirse en una fortaleza, y por qué es la frontera más letal del planeta?
En cierto modo, la narrativa de que la UE ha eliminado las fronteras es falsa. Más bien las movió de sitio. Aunque es cierto que la UE eliminó las divisiones entre sus países miembros, nunca deshizo las fronteras externas. Todo lo contrario. En los últimos veinte años, mientras aumentaba el número de migrantes, la UE ha dedicado gran empeño a restringir el movimiento, en especial en el Mediterráneo. España, por ejemplo, permitió el libre movimiento desde el Norte de África hasta que se unió al Tratado Schengen, en los noventa. Francia permitía sin restricciones reales la inmigración de África durante los ochenta. Tanto en la frontera Sur de EE.UU. como en las de la UE, se observa una tendencia clara: mientras se levantan muros, se endurecen los controles migratorios, se destinan más agentes a patrullar los espacios fronterizos, no se consigue el objetivo de frenar la inmigración, pero sí que se disparen las muertes. En 2017, mueren dos personas de cada cien que intenta cruzar el Mediterráneo. Esa cifra era de 0,3 en 2015. Hay muchísimos más barcos patrullando, y se han construido muros, por ejemplo en los Balcanes, cerrando una ruta de acceso relativamente fácil a la UE. Todo este endurecimiento empuja a la gente hacia rutas realmente peligrosas y hace que muera mucha más gente en los viajes.
Al describir la frontera entre México y EE.UU., relata una sorprendente historia: dicha frontera no se marcó con piedras hasta 1890, y no se empezó a patrullar hasta 1924.
La Patrulla Fronteriza de EE.UU. se creó en 1924, que fue el mismo año en el que se aprobó por primera vez una ley migratoria nacional. Ambos hechos están íntimamente relacionados. Había policía patrullando las zonas limítrofes antes de eso. No cabe duda de que hubo un proyecto coordinado de ‘anglicanización' de esos espacios, de expulsar a los nativos americanos y a lo antiguos ciudadanos mexicanos que se habían quedado en Texas. Pero la línea fronteriza en sí misma no se patrullaba. La gente podía cruzarla libremente.
Describe cómo esa misma frontera se militarizó tras el 11-S. ¿Que llevó a su militarización y cuáles fueron las consecuencias de la misma?
Son tendencias que se remontan a finales de los noventa, pero que se aceleran tras el 11-S, cuando empiezan a llover los fondos gubernamentales. Entra una gran cantidad de dinero en la Patrulla Fronteriza y el Departamento de Seguridad Nacional, que lleva a la militarización de la frontera. Cuando hablo de militarización, me refiero a varias cosas. En primer lugar, al reciclado de tecnologías bélicas desarrolladas para Iraq o Afganistán, utilizadas ahora en la frontera. Luego está el creciente número de veteranos de esas guerras, que al dejar el ejército ingresan en la Patrulla Fronteriza. Hay una ley en el Congreso ahora mismo, impulsada por John McCain, que pretende agilizar ese proceso al facilitar la contratación de veteranos de guerra para hacer de guardas fronterizos. Luego está el cambio de mentalidad de los propios agentes. En los setenta y ochenta eran muy parecidos a la policía: buscaban a gente que infringía la ley migratoria o de tráfico de personas, a los que arrestaban y mandaban de vuelta a México. Desde el 11-S, se reimaginó la frontera como un lugar en el que detener el terrorismo, los agentes fronterizos hoy en día piensan, y actúan, en la frontera como la primera línea de batalla contra el terrorismo. Una vez que se produce ese cambio de mentalidad, cambia la manera en la que interactúan con la gente. Tienden a pensar en las personas como potenciales terroristas, y a recurrir a la violencia como primera opción, en lugar de respetar la presunción de inocencia.
Ha mencionado antes el papel de las fronteras para controlar el movimiento de los pobres. ¿Qué influencia tienen las diferencias de clase y el desarrollo desigual en la configuración de las políticas fronterizas?
Durante su campaña presidencial, Trump hablaba mucho sobre las fronteras, y su discurso se centraba en el impacto negativo de la globalización y la conexiones económicas transfronterizas en la clase trabajadora estadounidense. Pero esa narrativa obvia algo fundamental: que el mismo impacto negativo se ha producido al otro lado de la balanza. Lo que ha hecho la globalización ha sido abrir las fronteras para el capital. Se han levantado las barreras para las corporaciones mediante todos los acuerdos de libre comercio que permiten que las grandes empresas operen en múltiples jurisdicciones, buscando los salarios más bajos, pero no se han abierto esas barreras para los trabajadores, que se ven contenidos en bancos de mano de obra barata. También se ha levantado las barreras regulatorias. Las grandes multinacionales acceden a diferentes regímenes regulatorios en los que no hay salario mínimo, ni protecciones medioambientales ni laborales, lo que permite que las corporaciones se queden con todos los beneficios. La globalización ha producido esa competencia a la baja, que ha perjudicado a los trabajadores de EE.UU. y Europa, pero también a los del otro extremo del mundo. Los beneficios resultantes han ido a parar a las corporaciones, lo que exacerba las desigualdades.
En su relato, las fronteras realmente no sirven para proteger a las sociedades, sino que generan no solo desigualdad, sino violencia hacia las personas y el medioambiente. Escribe que “el endurecimiento de las fronteras es una fuente de violencia, no una respuesta a la misma”. ¿De qué manera generan violencia las fronteras?
Crear una frontera es un acto inherentemente violento, porque tras dibujar una línea en un mapa, uno tiene que imponer esa división sobre el terreno, estableciendo que un grupo de personas controla los recursos, la tierra y a la gente en ese espacio geográfico, lo que por definición excluye a otra gente del derecho a trasladarse a ese lugar. La única manera de imponer eso es, en último término, mediante el uso de la violencia. La violencia es producto de la frontera, no del movimiento de la gente.
Sobre su respuesta a la retórica de la campaña de Trump, y su argumento de que los controles fronterizos contribuyen a la desigualdad: ¿Cómo hacen las fronteras que aumenten las desigualdades?
Déjame que le dé la vuelta a la pregunta. Un gran número de economistas ha demostrado que la manera más fácil de aumentar la riqueza de la gente en zonas pobres es eliminar restricciones a su libre movimiento, porque esto les permite acceder a los salarios más altos trasladándose a donde están esos salarios. Es una forma de encuentro entre el capital y los trabajadores más eficiente. El actual sistema retiene a los trabajadores en ciertos lugares y permite que el capital se mueva libremente para aprovecharse de las concentraciones de mano de obra barata. Una de las formas más claras de ponerle freno a eso es abrir las fronteras al libre movimiento, permitiendo que los trabajadores se desplacen. Aunque parezca lo contrario, los estudios demuestran que el movimiento de las personas traspasando las fronteras resulta beneficioso a ambos lados de la balanza: no solo para los trabajadores que se trasladan, sino para las economías que los reciben. En EE.UU., por ejemplo, la inmigración ha tenido un impacto neto positivo en la economía del país.
Hemos hablado de Europa y EE.UU., pero la realidad de estas fronteras, y su militarización, se ha expandido por todo el planeta, desde Israel a Australia. Leyendo su libro aprendemos que la frontera entre India y Bangladesh es en la que más gente matan las fuerzas de seguridad, y que India es el país del mundo con más kilómetros de vallas y muros. Si los muros tienen que ver con la preservación de la riqueza y el privilegio, ¿cuál es su papel en el Sur del planeta?
Un colega francés y yo hemos cruzado el PIB per cápita de diversos países con los datos sobre dónde se construyen nuevos muros. La correlación es clarísima: se levantan muros allá donde hay un país más pobre que otro que hacen frontera. El PIB per cápita de la India es mucho más alto que el de Bangladesh, y hay veinte millones de bengalíes trabajando en India. El aspecto económico está clarísimo.
A menudo escuchamos a los gobiernos occidentales echar la culpa de las muertes de refugiados y migrantes a los traficantes. Y sin embargo, usted defiende que esas muertes son parte integral del régimen fronterizo, y que la responsabilidad última corresponde a los estados. ¿Qué hace que muera tanta gente en las fronteras?
Si la gente tuviera una forma segura de viajar de un país a otro, no recurriría a los traficantes. Les cuesta cinco, seis o siete mil dólares viajar de Bangladesh a Europa. Un billete de avión se consigue por mil. El que no existan vías seguras para el viaje arroja a los migrantes a los brazos de los traficantes. Su negocio se basa en esas restricciones fronterizas. La verdadera culpa recae en la UE y los gobiernos que implementan las políticas que obligan a la gente a tomar rutas cada vez más peligrosas.
Al analizar la actual crisis de los refugiados, dedica bastante espacio a examinar la Paz de Westfalia. ¿Qué papel juegan las fronteras del pasado en el desplazamiento de los refugiados del presente?
Un papel enorme. La historia del colonialismo pasa por el expolio de recursos de otras regiones para cimentar la riqueza de Europa y EE.UU. Y entonces, cuando termina el colonialismo tras la Segunda Guerra Mundial, las fronteras que quedaron habían sido dibujadas por las potencias europeas, a menudo los británicos. Esas fronteras no representan entidades políticas históricas, ni estados coloniales. Son fronteras coloniales superpuestas a los diferentes grupos culturales, lingüísticos, étnicos, que trajeron consigo grandes conflictos, porque los diferentes grupos pasan a competir por el control de esos espacios. Esa violencia luego hace que la gente cruce las fronteras camino de Europa. La gente que intenta entrar en Europa hoy huye en realidad de fronteras que dejó tras de sí el colonialismo europeo.
También escribe sobre la progresiva disolución de la barrera entre los Estados que controlan sus fronteras y el negocio privado que penetra un nuevo mercado. Por ejemplo, cita estudios que proyectan que la industria de las seguridad fronteriza alcanzará un astronómico volumen de ciento siete mil millones de dólares de facturación para 2020. ¿Cómo ha emergido esa industria y qué efecto tiene su desarrollo?
Toda esta industria ha surgido en los últimos treinta años. La gente a menudo piensa en el complejo industrial-militar, pero existe un nuevo complejo de seguridad-industrial, en el que toda una serie de empresas --a menudo de armas-- produce equipamiento y tecnología orientada hacia el mercado de la seguridad fronteriza. Esto despegó de verdad tras el 11-S. Al tiempo que el terrorismo pasaba a ser la prioridad de los espacios fronterizos, toda una serie de empresas se lanzaron a aprovecharse de todo ese influjo de dinero público dirigido hacia las fronteras. Se creó un ciclo en el cual las empresas tienen grandes ingresos, que utilizan para hacer lobby y conseguir que los gobiernos gasten más dinero en seguridad fronteriza, aumentando sus ingresos. Cada vez que se produce un atentado terrorista, el miedo que se produce se canaliza en más gasto en medidas de seguridad, a menudo en las fronteras. Ha emergido todo un mercado para la seguridad en las fronteras, del mismo modo que emergió el complejo militar-industrial en los cincuenta, después de la Segunda Guerra Mundial. Y luego está la privatización directa, como ha sucedido con los centros de detención de inmigrantes en EEUU.
En el plano político, tanto el Brexit como la elección de Trump llegaron de la mano de un renovado énfasis en el control fronterizo. Lo mismo sucede con el avance de la extrema derecha en Occidente. ¿Qué le sugiere el que las llamadas a aumentar el control fronterizo movilicen a una parte tan importante del electorado? ¿Que espera la gente que logren las fronteras?
Tanto el Brexit como Trump se basaron en un miedo muy real entre el electorado. Lo hemos hablado antes: muchos trabajadores han perdido empleos estables, bien pagados y con planes de pensiones o acceso sanitario por culpa de la globalización. Se han deslocalizado a otros países, y no se han sustituido por puestos de trabajo con condiciones similares. Fue muy efectivo políticamente defender que una manera de mejorar su situación era cerrar las fronteras y crear la idea histórica de una América separada del resto del mundo. El segundo factor es que el racismo es una fuerza muy potente. Desgraciadamente, el miedo al otro, a la amenaza de una supuesta invasión de gente de otras culturas, de creencias diferentes o con otro color de piel, es una forma muy eficaz de lograr apoyos para estas políticas excluyentes.
Y, sin embargo, usted defiende que las fronteras no son eficaces para atajar los problemas reales que moviliza el racismo.
En absoluto. Pero son una narrativa muy potente. Trump fue capaz de crear una serie de símbolos --como la construcción del muro-- que evocaban soluciones que la gente podía entender. Lo mismo sucede con el cierre de fronteras al comercio. Es un símbolo poderoso, que parece resolver problemas reales de la gente, pero en realidad no los solucionará.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, escribe, había sólo cinco muros fronterizos en el mundo. En 1990, tras la caída del Muro de Berlín, había quince, y hoy hay casi setenta. Si los muros son tan dañinos e ineficaces como ha descrito, ¿por qué no dejan de proliferar?
Hay un buen número de factores. Por un lado, el símbolo poderoso del que acabo de hablar: demuestran que el país está haciendo algo para resolver los problemas de la gente. Luego está la proliferación de esta industria, que presiona para que los Estados gasten más en seguridad. Una vez que se han construido unos cuantos muros, necesitan que se erijan más.
En su conclusión, reclama la apertura de fronteras para permitir la libre circulación de personas, y el establecimiento de una serie de condiciones laborales y protecciones medioambientales globales. ¿Cómo sería un mundo sin fronteras?
Es difícil de imaginar, porque aún no lo hemos probado. Pero lo fundamental es que esas medidas tienen que darse a la vez. No basta con abrir las fronteras. Aunque las abramos y permitamos la libre circulación de personas, si mantenemos las diferencias de derechos según la nacionalidad, los que tienen plenos derechos en un lugar concreto podrán abusar de quienes no los tienen. Se trata de abrir fronteras, pero también de generar igualdad de derechos en los territorios. También sugiero la idea de un salario mínimo global, que no sería el mismo en todo el mundo, sino más bien una serie de mínimos dependiendo de las circunstancias, que disminuyan los incentivos que tienen las grandes corporaciones para desplazar el empleo a los lugares con el menor salario posible. Si tuviéramos todo eso -igualdad de derechos en diferentes lugares, libertad de circulación entre esos lugares, un salario mínimo y regulaciones laborales similares a escala global- mejoraríamos drásticamente las condiciones de trabajo a ambos lados de la balanza. Sería bueno para los trabajadores de Europa y EE.UU., y también para los de los países pobres. La única parte que saldría perdiendo serían las corporaciones transnacionales, porque perderían la capacidad de aprovecharse de las divergencias en regulaciones y salarios.
Fuente:
http://ctxt.es/es/20170823/Politica/14632/Ctxt-Reece-Jones-fronteras-violencia-entrevista.htm
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¿Por qué se han convertido en cementerios las fronteras del mundo? Tan incómoda pregunta rondaba la mente del geógrafo Reece Jones (Virginia, 1976) cuando escribía su penúltimo libro. Tras quince años estudiando el fenómeno migratorio, Jones terminaba un trabajo sobre tres fronteras concretas --las que separan EE.UU. de México, Israel de Palestina e India de Bangladesh-- cuando se percató de que las muertes en esos y otros puntos fronterizos no paraban de aumentar. Decidió investigar por qué. El resultado, Violent Borders, es una demoledora radiografía de la violencia en las fronteras de todo el mundo. A través de un minucioso análisis histórico, jurídico, sociológico y económico, trufado de historias personales de los migrantes que tratan de cruzar esas fronteras, Jones dibuja un siniestro panorama en el que las políticas diseñadas para limitar la migración fracasan en ese propósito, y en cambio desvían los flujos migratorios hacia rutas más violentas, llenando las fronteras marítimas y terrestres de cadáveres. Jones, profesor de geografía en la Universidad de Hawaii, atiende por Skype a CTXT para detallar las causas y consecuencias de la violencia fronteriza y exponer su propuesta para solucionarla: abrir las fronteras a las personas y ponerle coto al capital.
***
Dedica gran parte del libro a examinar las causas y efectos de la migración a nivel global. ¿Qué ha descubierto acerca de los motivos que llevan la gente a emigrar?
Varían mucho según el lugar de origen y las circunstancias. Por un lado, existe un gran grupo de sirios y eritreos que cruzan a Europa huyendo de la violencia o la represión estatal. Por otro, hay otra mucha gente que emigra por motivos económicos, al escasear el trabajo y las oportunidades en los lugares donde viven y existir estos en otros países. Por ejemplo, los sirios han sido mayoría entre quienes viajaban a Europa en los últimos años, pero hasta el momento en 2017 el país de donde más gente cruza el Mediterráneo es Bangladesh, donde no hay una guerra sino necesidad económica, y gente que toma la decisión de salir en busca de oportunidades.
Uno de los asuntos centrales de su trabajo es la erosión del derecho a la libre circulación de las personas. ¿Cómo se ha limitado ese derecho?
Existe una larga historia de Estados y gente en posiciones de poder que usan las restricciones a la libre circulación de las personas para limitar el acceso de los pobres a salarios más altos. En el libro, trazo una conexión entre el sistema actual y la esclavitud, la servidumbre, el feudalismo y las leyes de pobres, vagos y maleantes. Todos eran mecanismos para limitar la capacidad de los pobres de desplazarse para buscar salarios más altos y para obligarles a seguir viviendo en una zona concreta, y así acceder a su mano de obra y explotarla para lucrarse. Hoy en día vemos un proceso similar a mayor escala. Lo que antes sucedía dentro de cada país ahora sucede entre países, de modo que los pobres hoy están ‘contenidos’ por fronteras, pasaportes o el concepto de ciudadanía, produciendo una relación muy parecida a la de antaño. Desde hace cien años se está erosionando el derecho a la libre circulación. En EE.UU., por ejemplo, no hubo ninguna restricción sobre quién podía entrar en el país hasta la década de 1880, con la Ley de Exclusión China. Hasta 1924, el país no tuvo un sistema universal que regulase quién podía entrar en él o convertirse en ciudadano, y muchos de los pobres de Europa pudieron hacerlo a finales del XIX.
Dedica el primer capítulo del libro a la que llama “la frontera más mortífera del mundo”, en referencia a la que rodea a la UE. ¿Cómo pasó Europa de desmantelar las fronteras nacionales hace un par de décadas a convertirse en una fortaleza, y por qué es la frontera más letal del planeta?
En cierto modo, la narrativa de que la UE ha eliminado las fronteras es falsa. Más bien las movió de sitio. Aunque es cierto que la UE eliminó las divisiones entre sus países miembros, nunca deshizo las fronteras externas. Todo lo contrario. En los últimos veinte años, mientras aumentaba el número de migrantes, la UE ha dedicado gran empeño a restringir el movimiento, en especial en el Mediterráneo. España, por ejemplo, permitió el libre movimiento desde el Norte de África hasta que se unió al Tratado Schengen, en los noventa. Francia permitía sin restricciones reales la inmigración de África durante los ochenta. Tanto en la frontera Sur de EE.UU. como en las de la UE, se observa una tendencia clara: mientras se levantan muros, se endurecen los controles migratorios, se destinan más agentes a patrullar los espacios fronterizos, no se consigue el objetivo de frenar la inmigración, pero sí que se disparen las muertes. En 2017, mueren dos personas de cada cien que intenta cruzar el Mediterráneo. Esa cifra era de 0,3 en 2015. Hay muchísimos más barcos patrullando, y se han construido muros, por ejemplo en los Balcanes, cerrando una ruta de acceso relativamente fácil a la UE. Todo este endurecimiento empuja a la gente hacia rutas realmente peligrosas y hace que muera mucha más gente en los viajes.
Al describir la frontera entre México y EE.UU., relata una sorprendente historia: dicha frontera no se marcó con piedras hasta 1890, y no se empezó a patrullar hasta 1924.
La Patrulla Fronteriza de EE.UU. se creó en 1924, que fue el mismo año en el que se aprobó por primera vez una ley migratoria nacional. Ambos hechos están íntimamente relacionados. Había policía patrullando las zonas limítrofes antes de eso. No cabe duda de que hubo un proyecto coordinado de ‘anglicanización' de esos espacios, de expulsar a los nativos americanos y a lo antiguos ciudadanos mexicanos que se habían quedado en Texas. Pero la línea fronteriza en sí misma no se patrullaba. La gente podía cruzarla libremente.
Describe cómo esa misma frontera se militarizó tras el 11-S. ¿Que llevó a su militarización y cuáles fueron las consecuencias de la misma?
Son tendencias que se remontan a finales de los noventa, pero que se aceleran tras el 11-S, cuando empiezan a llover los fondos gubernamentales. Entra una gran cantidad de dinero en la Patrulla Fronteriza y el Departamento de Seguridad Nacional, que lleva a la militarización de la frontera. Cuando hablo de militarización, me refiero a varias cosas. En primer lugar, al reciclado de tecnologías bélicas desarrolladas para Iraq o Afganistán, utilizadas ahora en la frontera. Luego está el creciente número de veteranos de esas guerras, que al dejar el ejército ingresan en la Patrulla Fronteriza. Hay una ley en el Congreso ahora mismo, impulsada por John McCain, que pretende agilizar ese proceso al facilitar la contratación de veteranos de guerra para hacer de guardas fronterizos. Luego está el cambio de mentalidad de los propios agentes. En los setenta y ochenta eran muy parecidos a la policía: buscaban a gente que infringía la ley migratoria o de tráfico de personas, a los que arrestaban y mandaban de vuelta a México. Desde el 11-S, se reimaginó la frontera como un lugar en el que detener el terrorismo, los agentes fronterizos hoy en día piensan, y actúan, en la frontera como la primera línea de batalla contra el terrorismo. Una vez que se produce ese cambio de mentalidad, cambia la manera en la que interactúan con la gente. Tienden a pensar en las personas como potenciales terroristas, y a recurrir a la violencia como primera opción, en lugar de respetar la presunción de inocencia.
Ha mencionado antes el papel de las fronteras para controlar el movimiento de los pobres. ¿Qué influencia tienen las diferencias de clase y el desarrollo desigual en la configuración de las políticas fronterizas?
Durante su campaña presidencial, Trump hablaba mucho sobre las fronteras, y su discurso se centraba en el impacto negativo de la globalización y la conexiones económicas transfronterizas en la clase trabajadora estadounidense. Pero esa narrativa obvia algo fundamental: que el mismo impacto negativo se ha producido al otro lado de la balanza. Lo que ha hecho la globalización ha sido abrir las fronteras para el capital. Se han levantado las barreras para las corporaciones mediante todos los acuerdos de libre comercio que permiten que las grandes empresas operen en múltiples jurisdicciones, buscando los salarios más bajos, pero no se han abierto esas barreras para los trabajadores, que se ven contenidos en bancos de mano de obra barata. También se ha levantado las barreras regulatorias. Las grandes multinacionales acceden a diferentes regímenes regulatorios en los que no hay salario mínimo, ni protecciones medioambientales ni laborales, lo que permite que las corporaciones se queden con todos los beneficios. La globalización ha producido esa competencia a la baja, que ha perjudicado a los trabajadores de EE.UU. y Europa, pero también a los del otro extremo del mundo. Los beneficios resultantes han ido a parar a las corporaciones, lo que exacerba las desigualdades.
En su relato, las fronteras realmente no sirven para proteger a las sociedades, sino que generan no solo desigualdad, sino violencia hacia las personas y el medioambiente. Escribe que “el endurecimiento de las fronteras es una fuente de violencia, no una respuesta a la misma”. ¿De qué manera generan violencia las fronteras?
Crear una frontera es un acto inherentemente violento, porque tras dibujar una línea en un mapa, uno tiene que imponer esa división sobre el terreno, estableciendo que un grupo de personas controla los recursos, la tierra y a la gente en ese espacio geográfico, lo que por definición excluye a otra gente del derecho a trasladarse a ese lugar. La única manera de imponer eso es, en último término, mediante el uso de la violencia. La violencia es producto de la frontera, no del movimiento de la gente.
Sobre su respuesta a la retórica de la campaña de Trump, y su argumento de que los controles fronterizos contribuyen a la desigualdad: ¿Cómo hacen las fronteras que aumenten las desigualdades?
Déjame que le dé la vuelta a la pregunta. Un gran número de economistas ha demostrado que la manera más fácil de aumentar la riqueza de la gente en zonas pobres es eliminar restricciones a su libre movimiento, porque esto les permite acceder a los salarios más altos trasladándose a donde están esos salarios. Es una forma de encuentro entre el capital y los trabajadores más eficiente. El actual sistema retiene a los trabajadores en ciertos lugares y permite que el capital se mueva libremente para aprovecharse de las concentraciones de mano de obra barata. Una de las formas más claras de ponerle freno a eso es abrir las fronteras al libre movimiento, permitiendo que los trabajadores se desplacen. Aunque parezca lo contrario, los estudios demuestran que el movimiento de las personas traspasando las fronteras resulta beneficioso a ambos lados de la balanza: no solo para los trabajadores que se trasladan, sino para las economías que los reciben. En EE.UU., por ejemplo, la inmigración ha tenido un impacto neto positivo en la economía del país.
Hemos hablado de Europa y EE.UU., pero la realidad de estas fronteras, y su militarización, se ha expandido por todo el planeta, desde Israel a Australia. Leyendo su libro aprendemos que la frontera entre India y Bangladesh es en la que más gente matan las fuerzas de seguridad, y que India es el país del mundo con más kilómetros de vallas y muros. Si los muros tienen que ver con la preservación de la riqueza y el privilegio, ¿cuál es su papel en el Sur del planeta?
Un colega francés y yo hemos cruzado el PIB per cápita de diversos países con los datos sobre dónde se construyen nuevos muros. La correlación es clarísima: se levantan muros allá donde hay un país más pobre que otro que hacen frontera. El PIB per cápita de la India es mucho más alto que el de Bangladesh, y hay veinte millones de bengalíes trabajando en India. El aspecto económico está clarísimo.
A menudo escuchamos a los gobiernos occidentales echar la culpa de las muertes de refugiados y migrantes a los traficantes. Y sin embargo, usted defiende que esas muertes son parte integral del régimen fronterizo, y que la responsabilidad última corresponde a los estados. ¿Qué hace que muera tanta gente en las fronteras?
Si la gente tuviera una forma segura de viajar de un país a otro, no recurriría a los traficantes. Les cuesta cinco, seis o siete mil dólares viajar de Bangladesh a Europa. Un billete de avión se consigue por mil. El que no existan vías seguras para el viaje arroja a los migrantes a los brazos de los traficantes. Su negocio se basa en esas restricciones fronterizas. La verdadera culpa recae en la UE y los gobiernos que implementan las políticas que obligan a la gente a tomar rutas cada vez más peligrosas.
Al analizar la actual crisis de los refugiados, dedica bastante espacio a examinar la Paz de Westfalia. ¿Qué papel juegan las fronteras del pasado en el desplazamiento de los refugiados del presente?
Un papel enorme. La historia del colonialismo pasa por el expolio de recursos de otras regiones para cimentar la riqueza de Europa y EE.UU. Y entonces, cuando termina el colonialismo tras la Segunda Guerra Mundial, las fronteras que quedaron habían sido dibujadas por las potencias europeas, a menudo los británicos. Esas fronteras no representan entidades políticas históricas, ni estados coloniales. Son fronteras coloniales superpuestas a los diferentes grupos culturales, lingüísticos, étnicos, que trajeron consigo grandes conflictos, porque los diferentes grupos pasan a competir por el control de esos espacios. Esa violencia luego hace que la gente cruce las fronteras camino de Europa. La gente que intenta entrar en Europa hoy huye en realidad de fronteras que dejó tras de sí el colonialismo europeo.
También escribe sobre la progresiva disolución de la barrera entre los Estados que controlan sus fronteras y el negocio privado que penetra un nuevo mercado. Por ejemplo, cita estudios que proyectan que la industria de las seguridad fronteriza alcanzará un astronómico volumen de ciento siete mil millones de dólares de facturación para 2020. ¿Cómo ha emergido esa industria y qué efecto tiene su desarrollo?
Toda esta industria ha surgido en los últimos treinta años. La gente a menudo piensa en el complejo industrial-militar, pero existe un nuevo complejo de seguridad-industrial, en el que toda una serie de empresas --a menudo de armas-- produce equipamiento y tecnología orientada hacia el mercado de la seguridad fronteriza. Esto despegó de verdad tras el 11-S. Al tiempo que el terrorismo pasaba a ser la prioridad de los espacios fronterizos, toda una serie de empresas se lanzaron a aprovecharse de todo ese influjo de dinero público dirigido hacia las fronteras. Se creó un ciclo en el cual las empresas tienen grandes ingresos, que utilizan para hacer lobby y conseguir que los gobiernos gasten más dinero en seguridad fronteriza, aumentando sus ingresos. Cada vez que se produce un atentado terrorista, el miedo que se produce se canaliza en más gasto en medidas de seguridad, a menudo en las fronteras. Ha emergido todo un mercado para la seguridad en las fronteras, del mismo modo que emergió el complejo militar-industrial en los cincuenta, después de la Segunda Guerra Mundial. Y luego está la privatización directa, como ha sucedido con los centros de detención de inmigrantes en EEUU.
En el plano político, tanto el Brexit como la elección de Trump llegaron de la mano de un renovado énfasis en el control fronterizo. Lo mismo sucede con el avance de la extrema derecha en Occidente. ¿Qué le sugiere el que las llamadas a aumentar el control fronterizo movilicen a una parte tan importante del electorado? ¿Que espera la gente que logren las fronteras?
Tanto el Brexit como Trump se basaron en un miedo muy real entre el electorado. Lo hemos hablado antes: muchos trabajadores han perdido empleos estables, bien pagados y con planes de pensiones o acceso sanitario por culpa de la globalización. Se han deslocalizado a otros países, y no se han sustituido por puestos de trabajo con condiciones similares. Fue muy efectivo políticamente defender que una manera de mejorar su situación era cerrar las fronteras y crear la idea histórica de una América separada del resto del mundo. El segundo factor es que el racismo es una fuerza muy potente. Desgraciadamente, el miedo al otro, a la amenaza de una supuesta invasión de gente de otras culturas, de creencias diferentes o con otro color de piel, es una forma muy eficaz de lograr apoyos para estas políticas excluyentes.
Y, sin embargo, usted defiende que las fronteras no son eficaces para atajar los problemas reales que moviliza el racismo.
En absoluto. Pero son una narrativa muy potente. Trump fue capaz de crear una serie de símbolos --como la construcción del muro-- que evocaban soluciones que la gente podía entender. Lo mismo sucede con el cierre de fronteras al comercio. Es un símbolo poderoso, que parece resolver problemas reales de la gente, pero en realidad no los solucionará.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, escribe, había sólo cinco muros fronterizos en el mundo. En 1990, tras la caída del Muro de Berlín, había quince, y hoy hay casi setenta. Si los muros son tan dañinos e ineficaces como ha descrito, ¿por qué no dejan de proliferar?
Hay un buen número de factores. Por un lado, el símbolo poderoso del que acabo de hablar: demuestran que el país está haciendo algo para resolver los problemas de la gente. Luego está la proliferación de esta industria, que presiona para que los Estados gasten más en seguridad. Una vez que se han construido unos cuantos muros, necesitan que se erijan más.
En su conclusión, reclama la apertura de fronteras para permitir la libre circulación de personas, y el establecimiento de una serie de condiciones laborales y protecciones medioambientales globales. ¿Cómo sería un mundo sin fronteras?
Es difícil de imaginar, porque aún no lo hemos probado. Pero lo fundamental es que esas medidas tienen que darse a la vez. No basta con abrir las fronteras. Aunque las abramos y permitamos la libre circulación de personas, si mantenemos las diferencias de derechos según la nacionalidad, los que tienen plenos derechos en un lugar concreto podrán abusar de quienes no los tienen. Se trata de abrir fronteras, pero también de generar igualdad de derechos en los territorios. También sugiero la idea de un salario mínimo global, que no sería el mismo en todo el mundo, sino más bien una serie de mínimos dependiendo de las circunstancias, que disminuyan los incentivos que tienen las grandes corporaciones para desplazar el empleo a los lugares con el menor salario posible. Si tuviéramos todo eso -igualdad de derechos en diferentes lugares, libertad de circulación entre esos lugares, un salario mínimo y regulaciones laborales similares a escala global- mejoraríamos drásticamente las condiciones de trabajo a ambos lados de la balanza. Sería bueno para los trabajadores de Europa y EE.UU., y también para los de los países pobres. La única parte que saldría perdiendo serían las corporaciones transnacionales, porque perderían la capacidad de aprovecharse de las divergencias en regulaciones y salarios.
Fuente:
http://ctxt.es/es/20170823/Politica/14632/Ctxt-Reece-Jones-fronteras-violencia-entrevista.htm
viernes, 15 de septiembre de 2017
Cuando crece la desigualdad. La participación del factor trabajo disminuye en la renta nacional desde hace tres décadas. Se asocia a un deterioro de los indicadores de igualdad y de distribución de la renta y viene explicado por el progreso tecnológico y la globalización.
La literatura económica se ocupa del análisis de la distribución de la renta desde, al menos, tres ópticas diferentes: la personal, la espacial y la factorial. Atendiendo a la dimensión personal, se puede estudiar cómo evoluciona la renta de hogares e individuos en función del nivel de formación, la edad, el sexo y la relación con la actividad (ocupados, parados, inactivos), entre otros aspectos económica y sociológicamente relevantes. En España, la encuesta de condiciones de vida (ECV-INE) proporciona información útil en este sentido, no sólo caracterizando los flujos de rentas que atienden a estos aspectos sino también estimando indicadores como el riesgo de pobreza y la carencia material.
Desde un punto de vista espacial, se analiza la distribución de la renta entre países o regiones, o entre categorías geográficas fundamentales como, por ejemplo, las zonas urbanas frente al medio rural. La orografía, la climatología, la facilidad de acceso a recursos naturales o la proximidad a rutas de comercio marítimo son, junto a aspectos históricos e institucionales, factores que explican no sólo por qué unas economías son más prósperas que otras sino cómo se distribuyen los flujos de renta en un mundo globalizado.
Finalmente, la dimensión factorial reviste singular importancia porque atañe a la distribución primaria de la renta entre los factores productivos, capital y trabajo. Permite analizar cómo el sistema productivo distribuye el valor añadido, previamente a la intervención de las Administraciones públicas que, en una amplia casuística de políticas fiscales, distorsiona las decisiones de los distintos agentes económicos con una finalidad a la vez regulatoria y redistributiva. En tanto que distribución primaria de la renta, la distribución factorial está ligada directamente al conflicto entre eficiencia y equidad, cuestión fundamental en la historia del pensamiento económico desde Smith en el siglo XVIII a Piketty en el siglo XXI, pasando por Ricardo, Veblen, Marx, Schumpeter y Keynes, entre otros muchos autores.
La disminución de la participación del factor trabajo en la renta nacional es un fenómeno que se viene observando en las economías desarrolladas desde hace tres décadas. Está asociado a un deterioro de los indicadores de igualdad, de distribución de la renta, y viene explicado, fundamentalmente, por el progreso tecnológico y la globalización. Si la remuneración del trabajo crece sistemáticamente menos que la productividad, la remuneración del capital incrementa su participación en la renta nacional. Puesto que el capital tiende a concentrarse en hogares con un mayor nivel de renta, la menor participación de los salarios en la renta nacional aumenta la desigualdad.
La remuneración de los asalariados ha disminuido su peso en los diez últimos años
La evolución de la economía española los últimos años se ha caracterizado por un incremento de la productividad por hora trabajada (derivado del ajuste de plantillas durante la fase más aguda de la crisis) y por una notable devaluación competitiva operada a través de la moderación salarial. La reducción de la masa salarial ha supuesto una reducción de la participación del factor trabajo en las empresas no financieras. En efecto, la distribución primaria de la renta aporta conclusiones relevantes: aproximadamente el 80% del incremento experimentado por el PIB de la economía española entre el primer trimestre de 2007 y el primero de 2017 ha remunerado el capital, frente al 20% al factor trabajo. Como resultado, el peso de los salarios en el conjunto de la economía ha disminuido aproximadamente un punto porcentual de PIB en los últimos diez años. Si nos circunscribimos al perímetro de las sociedades no financieras, como preconiza la literatura, la remuneración de los asalariados ha disminuido su peso en 6,9 puntos sobre el VAB empresarial en los diez últimos años. Este cambio sustancial en la distribución primaria de la renta ha facilitado el desapalancamiento empresarial, saneando parte del tejido productivo de la economía española, y ha proporcionado ganancias de competitividad que tienen su reflejo en la intensa corrección del desequilibrio en la balanza por cuenta corriente. No obstante, también está en el origen de un sustantivo deterioro de la distribución personal de la renta y en el retroceso en la convergencia real, en renta por habitante, con las economías más avanzadas de Europa.
Según la última encuesta de condiciones de vida (ECV-INE), el índice Gini para España ha pasado de 32,9 en 2008 a 34,5 en 2015 (a mayor valor, peor distribución de la renta). A pesar de que la crisis ha provocado un incremento en la desigualdad en otros países de nuestro entorno, España sigue figurando entre las economías europeas con mayor concentración de rentas, sólo superada por algunos países de la Europa del Este.
España sigue figurando entre las economías europeas con mayor concentración de rentas
La misma encuesta estima que la tasa de riesgo de pobreza, que no mide la pobreza en términos absolutos sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población, ha pasado del 19,8% en 2008 al 22,3% en 2015. Por categoría de edad, el incremento de la desigualdad afecta de manera especialmente relevante a la población comprendida entre 16 y 29 años, cuyo riesgo de pobreza ha pasado del 18,3% en 2008 al 29,6% en 2015. Asimismo, la relación entre la renta disponible del 20% de la población con ingresos más elevados y la del 20% con ingresos más bajos ha pasado de una proporción de 5,9 en 2008 a 6,6 en 2015, poniendo de manifiesto el incremento de la concentración de rentas desde el inicio de la crisis.
Ese deterioro en los hogares de menor renta ha coexistido con un proceso de desendeudamiento que no será más costoso cuando el BCE inicie la retirada de sus estímulos excepcionales. No ha de extrañar, por tanto, la menor aportación del consumo de los hogares a la demanda agregada, unos 30.000 millones de euros por debajo del nivel observado a mediados de 2008, cuando la economía española alcanzó el PIB que ahora recupera. Conviene señalar a este respecto que, siendo la remuneración de asalariados la primera fuente de ingresos de los hogares (75% de la renta bruta disponible), el número de empleos equivalentes a tiempo completo en el primer trimestre de este año es 2,1 millones inferior al de entonces. El resto de partidas de la demanda interna, fundamentalmente la inversión en equipo y el gasto en consumo final de las Administraciones, vienen a representar casi diez años después aproximadamente la misma proporción que a mediados de 2008.
Conclusiones como las anteriores renuevan la vigencia de la tensión tradicional entre eficiencia y distribución, y con ella la necesidad de adopción de medidas de política económica e incentivos adecuados que permitan revertir una dinámica que se aleja del óptimo económico, pero también social y político.
https://elpais.com/elpais/2017/07/26/opinion/1501065051_471976.html
Desde un punto de vista espacial, se analiza la distribución de la renta entre países o regiones, o entre categorías geográficas fundamentales como, por ejemplo, las zonas urbanas frente al medio rural. La orografía, la climatología, la facilidad de acceso a recursos naturales o la proximidad a rutas de comercio marítimo son, junto a aspectos históricos e institucionales, factores que explican no sólo por qué unas economías son más prósperas que otras sino cómo se distribuyen los flujos de renta en un mundo globalizado.
Finalmente, la dimensión factorial reviste singular importancia porque atañe a la distribución primaria de la renta entre los factores productivos, capital y trabajo. Permite analizar cómo el sistema productivo distribuye el valor añadido, previamente a la intervención de las Administraciones públicas que, en una amplia casuística de políticas fiscales, distorsiona las decisiones de los distintos agentes económicos con una finalidad a la vez regulatoria y redistributiva. En tanto que distribución primaria de la renta, la distribución factorial está ligada directamente al conflicto entre eficiencia y equidad, cuestión fundamental en la historia del pensamiento económico desde Smith en el siglo XVIII a Piketty en el siglo XXI, pasando por Ricardo, Veblen, Marx, Schumpeter y Keynes, entre otros muchos autores.
La disminución de la participación del factor trabajo en la renta nacional es un fenómeno que se viene observando en las economías desarrolladas desde hace tres décadas. Está asociado a un deterioro de los indicadores de igualdad, de distribución de la renta, y viene explicado, fundamentalmente, por el progreso tecnológico y la globalización. Si la remuneración del trabajo crece sistemáticamente menos que la productividad, la remuneración del capital incrementa su participación en la renta nacional. Puesto que el capital tiende a concentrarse en hogares con un mayor nivel de renta, la menor participación de los salarios en la renta nacional aumenta la desigualdad.
La remuneración de los asalariados ha disminuido su peso en los diez últimos años
La evolución de la economía española los últimos años se ha caracterizado por un incremento de la productividad por hora trabajada (derivado del ajuste de plantillas durante la fase más aguda de la crisis) y por una notable devaluación competitiva operada a través de la moderación salarial. La reducción de la masa salarial ha supuesto una reducción de la participación del factor trabajo en las empresas no financieras. En efecto, la distribución primaria de la renta aporta conclusiones relevantes: aproximadamente el 80% del incremento experimentado por el PIB de la economía española entre el primer trimestre de 2007 y el primero de 2017 ha remunerado el capital, frente al 20% al factor trabajo. Como resultado, el peso de los salarios en el conjunto de la economía ha disminuido aproximadamente un punto porcentual de PIB en los últimos diez años. Si nos circunscribimos al perímetro de las sociedades no financieras, como preconiza la literatura, la remuneración de los asalariados ha disminuido su peso en 6,9 puntos sobre el VAB empresarial en los diez últimos años. Este cambio sustancial en la distribución primaria de la renta ha facilitado el desapalancamiento empresarial, saneando parte del tejido productivo de la economía española, y ha proporcionado ganancias de competitividad que tienen su reflejo en la intensa corrección del desequilibrio en la balanza por cuenta corriente. No obstante, también está en el origen de un sustantivo deterioro de la distribución personal de la renta y en el retroceso en la convergencia real, en renta por habitante, con las economías más avanzadas de Europa.
Según la última encuesta de condiciones de vida (ECV-INE), el índice Gini para España ha pasado de 32,9 en 2008 a 34,5 en 2015 (a mayor valor, peor distribución de la renta). A pesar de que la crisis ha provocado un incremento en la desigualdad en otros países de nuestro entorno, España sigue figurando entre las economías europeas con mayor concentración de rentas, sólo superada por algunos países de la Europa del Este.
España sigue figurando entre las economías europeas con mayor concentración de rentas
La misma encuesta estima que la tasa de riesgo de pobreza, que no mide la pobreza en términos absolutos sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población, ha pasado del 19,8% en 2008 al 22,3% en 2015. Por categoría de edad, el incremento de la desigualdad afecta de manera especialmente relevante a la población comprendida entre 16 y 29 años, cuyo riesgo de pobreza ha pasado del 18,3% en 2008 al 29,6% en 2015. Asimismo, la relación entre la renta disponible del 20% de la población con ingresos más elevados y la del 20% con ingresos más bajos ha pasado de una proporción de 5,9 en 2008 a 6,6 en 2015, poniendo de manifiesto el incremento de la concentración de rentas desde el inicio de la crisis.
Ese deterioro en los hogares de menor renta ha coexistido con un proceso de desendeudamiento que no será más costoso cuando el BCE inicie la retirada de sus estímulos excepcionales. No ha de extrañar, por tanto, la menor aportación del consumo de los hogares a la demanda agregada, unos 30.000 millones de euros por debajo del nivel observado a mediados de 2008, cuando la economía española alcanzó el PIB que ahora recupera. Conviene señalar a este respecto que, siendo la remuneración de asalariados la primera fuente de ingresos de los hogares (75% de la renta bruta disponible), el número de empleos equivalentes a tiempo completo en el primer trimestre de este año es 2,1 millones inferior al de entonces. El resto de partidas de la demanda interna, fundamentalmente la inversión en equipo y el gasto en consumo final de las Administraciones, vienen a representar casi diez años después aproximadamente la misma proporción que a mediados de 2008.
Conclusiones como las anteriores renuevan la vigencia de la tensión tradicional entre eficiencia y distribución, y con ella la necesidad de adopción de medidas de política económica e incentivos adecuados que permitan revertir una dinámica que se aleja del óptimo económico, pero también social y político.
https://elpais.com/elpais/2017/07/26/opinion/1501065051_471976.html
jueves, 14 de septiembre de 2017
EL ENEMIGO EN CASA. ¿Quién no ha sentido alguna vez cómo se pone en marcha en su interior esa bola de nieve de la inseguridad que amenaza con arrasarlo todo?
EL HIJO DE una amiga (he emborronado un poco los datos para que no lo reconozcan) está atravesando momentos amargos. Tiene 22 años y es un genio; bilingüe en inglés y español, fue número uno en selectividad y premio extraordinario de bachillerato. Tras empezar la carrera en Madrid, consiguió una prestigiosa beca internacional para continuar sus estudios en Estados Unidos. Se incorporó este curso a la universidad estadounidense y, de pronto, las cosas empezaron a torcerse. Fue enhebrando enfermedades una detrás de otra, gripe, bronquitis, gastritis; al final sufría mareos, taquicardias. Por primera vez en toda su vida obtuvo malas notas y cada día fueron empeorando. Le diagnosticaron depresión y ansiedad y volvió a casa sin terminar las clases. Aún podría regresar en septiembre y, haciendo un esfuerzo, salvar el año y la beca. Pero se siente incapaz: “No conseguía ni siquiera entender lo que me decían. Era como si no supiera hablar inglés”.
He aquí el maldito enemigo interior haciendo de las suyas. Qué extrañas, enfermas criaturas somos los humanos: por si la vida no bastara para aporrearnos; por si no tuviera ya toda existencia su cuota de conflictos, de sufrimiento, de adversarios tocapelotas y envidiosos malignos, resulta que además nos las solemos apañar muy bien para convertirnos en la peor compañía para nosotros mismos. Es lo que se llama la tentación del fracaso, una oscura atracción por el daño y la derrota, un resbaladizo coqueteo con los abismos. Como dice mi amiga la violinista Mirari: “Es eso que hace que, justo el día que te tienes que levantar a las seis, te acuestes la noche anterior a las dos de la madrugada”.
El enemigo en casa. Convivimos con un tirano íntimo que nos lo hace todo mucho más difícil. Y además actúa de una manera capciosa, de modo que muchas personas se pasan la existencia ignorando que son ellas mismas quienes se están saboteando. Por ejemplo, rechazan determinadas promociones laborales porque dicen preferir una vida más sencilla, cuando lo cierto es que el reto les aterra; o bien aseguran que en realidad no les gusta tanto escribir, o hacer teatro, o dedicarse a las carreras de motos; que sólo son aficiones juveniles y que prefieren ser, por ejemplo, abogados, cuando lo que sucede es que se mueren de miedo de probar y no valer, de querer y no llegar.
Por no hablar del terreno sentimental, en el que el autosabotaje llega a alcanzar niveles grandiosos. Y así, puede haber quien se queje amargamente de su mala suerte amorosa, sin advertir que siempre escoge al amante inadecuado: el que vive muy lejos, el que ya está emparejado y carece de futuro. Y luego está ese clásico que consiste en forzar una ruptura por miedo a que la otra persona rompa contigo, o porque estás demasiado bien con ella y, como esa dicha tendrá que acabarse algún día, prefieres, antes de sufrir más, pegarte un hachazo en el corazón ahora mismo. El miedo a la felicidad y la tentación del fracaso son las dos caras roñosas de la misma moneda.
Sé bien que no todo el mundo es igual de autodestructivo, pero ¿quién no ha sentido alguna vez cómo se ponía en marcha en su interior esa bola de nieve que poco a poco amenazaba con arrasarlo todo? Basta con ser demasiado perfeccionista, basta con fallar en algo que te interese mucho, basta con sentir tu propia fragilidad y no saber asumirla para que empieces a boicotearte, para que cada vez seas más incapaz de hacer las cosas bien, para desear salir corriendo hacia el precipicio, que el final sea rápido, morir ya para no tener que seguir soportando la agonía de la lucha, alcanzar la pasividad final de los vencidos, la congelada paz de los cementerios. Me encantaría poder decirle al hijo de mi amiga que su inseguridad se arregla con el tiempo, pero la verdad es que creo que esa línea de sombra nos acompaña siempre. Eso sí, podemos aprender a convivir con ella, a desdramatizar nuestros dramatismos, a no darle tanta importancia a las derrotas. Nadie fracasa en todo, de la misma manera que nadie triunfa en todo. La frustración forma parte de la vida, los miedos son siempre más grandes que las heridas reales y desde luego nadie tiene tan mala opinión de ti como tu maldito enemigo interior.
http://elpaissemanal.elpais.com/columna/rosa-montero-enemigo-en-casa/?rel=cx_articulo#cxrecs_s
He aquí el maldito enemigo interior haciendo de las suyas. Qué extrañas, enfermas criaturas somos los humanos: por si la vida no bastara para aporrearnos; por si no tuviera ya toda existencia su cuota de conflictos, de sufrimiento, de adversarios tocapelotas y envidiosos malignos, resulta que además nos las solemos apañar muy bien para convertirnos en la peor compañía para nosotros mismos. Es lo que se llama la tentación del fracaso, una oscura atracción por el daño y la derrota, un resbaladizo coqueteo con los abismos. Como dice mi amiga la violinista Mirari: “Es eso que hace que, justo el día que te tienes que levantar a las seis, te acuestes la noche anterior a las dos de la madrugada”.
El enemigo en casa. Convivimos con un tirano íntimo que nos lo hace todo mucho más difícil. Y además actúa de una manera capciosa, de modo que muchas personas se pasan la existencia ignorando que son ellas mismas quienes se están saboteando. Por ejemplo, rechazan determinadas promociones laborales porque dicen preferir una vida más sencilla, cuando lo cierto es que el reto les aterra; o bien aseguran que en realidad no les gusta tanto escribir, o hacer teatro, o dedicarse a las carreras de motos; que sólo son aficiones juveniles y que prefieren ser, por ejemplo, abogados, cuando lo que sucede es que se mueren de miedo de probar y no valer, de querer y no llegar.
Por no hablar del terreno sentimental, en el que el autosabotaje llega a alcanzar niveles grandiosos. Y así, puede haber quien se queje amargamente de su mala suerte amorosa, sin advertir que siempre escoge al amante inadecuado: el que vive muy lejos, el que ya está emparejado y carece de futuro. Y luego está ese clásico que consiste en forzar una ruptura por miedo a que la otra persona rompa contigo, o porque estás demasiado bien con ella y, como esa dicha tendrá que acabarse algún día, prefieres, antes de sufrir más, pegarte un hachazo en el corazón ahora mismo. El miedo a la felicidad y la tentación del fracaso son las dos caras roñosas de la misma moneda.
Sé bien que no todo el mundo es igual de autodestructivo, pero ¿quién no ha sentido alguna vez cómo se ponía en marcha en su interior esa bola de nieve que poco a poco amenazaba con arrasarlo todo? Basta con ser demasiado perfeccionista, basta con fallar en algo que te interese mucho, basta con sentir tu propia fragilidad y no saber asumirla para que empieces a boicotearte, para que cada vez seas más incapaz de hacer las cosas bien, para desear salir corriendo hacia el precipicio, que el final sea rápido, morir ya para no tener que seguir soportando la agonía de la lucha, alcanzar la pasividad final de los vencidos, la congelada paz de los cementerios. Me encantaría poder decirle al hijo de mi amiga que su inseguridad se arregla con el tiempo, pero la verdad es que creo que esa línea de sombra nos acompaña siempre. Eso sí, podemos aprender a convivir con ella, a desdramatizar nuestros dramatismos, a no darle tanta importancia a las derrotas. Nadie fracasa en todo, de la misma manera que nadie triunfa en todo. La frustración forma parte de la vida, los miedos son siempre más grandes que las heridas reales y desde luego nadie tiene tan mala opinión de ti como tu maldito enemigo interior.
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