Kohlberg presentaba dilemas morales para estudiar e investigar el estadio evolutivo de las personas, de acuerdo con su teoría de que tanto las ideas como los comportamientos morales evolucionan en el hombre siguiendo unos estadios. Estos estadios van desde el "egoismo" y el "ojo por ojo", hasta una moral de valor universal en la que se respetan los derechos de los demás y la igualdad ante la ley de todos los humanos. Una ley construida y fundamentada sobre la justicia fraternal, lejos de la venganza. En las respuestas obtenidas y en su argumentación se manifiesta, según Kohlberg, claramente el estadio de desarrollo moral de las personas preguntadas. Uno de los ejemplos más conocidos es el «dilema de Heinz».
Es este:
«Una mujer se está muriendo de un extraño cáncer. Hay un fármaco que, al parecer de los médicos, puede salvarla, una forma de radio que un farmacéutico de la ciudad ha descubierto recientemente. Pero el farmacéutico cobra cuatrocientas cincuenta mil pesetas por una pequeña dosis, un precio muchas veces superior al coste del fármaco. El marido de la enferma, Heinz, pide dinero a amigos y familiares, pero no consigue sino la mitad del precio de la medicina. Heinz suplica al farmacéutico que le venda a precio más bajo o que le deje pagar más adelante. El farmacéutico se niega recordando que con mucho esfuerzo ha descubierto el fármaco y ahora quiere sacar beneficio. Finalmente, Heinz, en un ataque de desesperación, entra a la fuerza en la farmacia y roba la medicina que su señora necesitaba».
Heinz ha robado la medicina. Pero, ¿debía o no robarla? Se te ofrecen diferentes respuestas a este dilema. Señala a qué estadio de desarrollo moral corresponde cada una de ellas. (Para contestar al cuestionario automatizado y saber más sobre los estadios de desarrollo moral visita la página aquí)
Respuestas:
a) No, porque la ley es para todo el mundo; las leyes nos dicen qué está bien y qué no, la ley puede dar más importancia a la propiedad que a la vida.
b) No, porque se convertirá en un ladrón y, si le detienen, irá a prisión.
c) No, porque sus amigos no esperan de él un comportamiento de esta naturaleza.
d) No, porque los quebraderos de cabeza que tendrá no le convienen de ninguna manera.
e) No, porque hay unos acuerdos sociales y aunque ella tenga derecho a la vida, el farmacéutico tiene derecho a la libertad.
f) Sí, porque todo ser racional acepta que hay derechos que están por encima de todo: el derecho a la vida es más valioso que el derecho a la propiedad.
Ver la página original aquí. Y responde al cuestionario para conocer, de forma inmediata, tu estadio de evolución moral, según Kohlberg.
viernes, 27 de enero de 2012
jueves, 26 de enero de 2012
La segunda última oportunidad para juzgar a los cómplices del Holocausto
La principal organización que busca nazis cree que sólo le quedan cinco años antes de que prácticamente todos hayan desaparecido.
“Creo que dentro de cinco años ya no se podrá juzgar a nadie”. Con el realismo que da saber que el tiempo es inexorable, Efraim Zuroff director del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén apunta la fecha en que podrá darse por concluido el que tal vez sea el mayor esfuerzo realizado nunca, por amplitud y duración, para tratar de llevara ante la justicia a quienes cometieron un crimen concreto contra la humanidad. Los hombres y mujeres que, amparados y espoleados por el régimen nazi, participaron en el asesinato de seis millones de judíos. Un crimen que marcó el siglo XX y que hoy se conmemora en todo el mundo en el Día de la Memoria del Holocausto.
Al final ha sido el tiempo el mejor aliado de miles de cómplices del Holocausto y la lucha por localizar a los culpables se ha convertido en una carrera contra el reloj. Hace poco más de un mes, el Centro Simon Wiesenthal lanzó la Operación Última Oportunidad II, una especie de tiempo de descuento en búsqueda de la justicia. El último minuto —la Operación Última Oportunidad— comenzó en 2002. “Recibimos más de 4.000 llamadas fiables”, explica Zuroff, quien subraya que “no valía con llamar y decir ‘tengo un vecino de unos 90 años con acento alemán que podría haber estado implicado”. Las informaciones eran filtradas y contrastadas. “Cada llamada tenía que pasar un triple filtro: la información debía ser fiable, el sospechoso tenía que estar en condiciones físicas y mentales de ser sometido a juicio y además no debía haber sido procesado antes por los mismos hechos”, explica.
Los resultados fueron sorprendentes. En nueve años, fueron localizados casi 600 sospechosos firmes, de los cuales, tras reunir pruebas, un centenar fue acusado ante las autoridades de los países en los que residían. “La verdad es que tuvimos mucha colaboración de las autoridades locales por ejemplo en Italia, Alemania, Francia o EE UU”.
Pero desde el fin de la II Guerra Mundial uno de los mayores problemas para jueces y fiscales ha sido probar que los acusados por el Holocausto estaban directamente implicados en los crímenes. Hay multitud de ejemplos, como el de Erich Lachman, un albañil reconvertido en guardián del campo de concentración de Sobibor (en Polonia) acusado de colaborar en la muerte de 150.000 judíos, pero absuelto por falta de pruebas. “Eso cambió completamente con el caso Demjanjuk”, indica Zuroff. En mayo de 2011, Ivan Demjanjuk, quien entre marzo y septiembre de 1943 ejerció como guardián voluntario del campo de Sobibor fue condenado en Múnich a cinco años de cárcel, pese a no haberse probado su relación directa con un crimen concreto. Para el tribunal bastó la pertenencia a los grupos de guardianes de un lugar donde la muerte era algo rutinario. Allí murieron exterminados 250.000 judíos. “Esta sentencia cambia todo”, recalca Zuroff en cuya opinión todavía quedan docenas de casos que pueden ser llevados ante los tribunales, especialmente de Alemania. El caso Demjanjuk ha supuesto esa prórroga añadida en la búsqueda de culpables a la que Simon Wiesenthal, superviviente de Mauthausen, dedicó su vida.
¿Y después de esos cinco años? “Ya nos estamos dedicando a otras actividades sobre todo combatir el antisemitismo desde la educación”, afirma Zuroff, que añade. “Diría que estamos pasando de las aulas del juzgado a las aulas de la escuela”.
“Creo que dentro de cinco años ya no se podrá juzgar a nadie”. Con el realismo que da saber que el tiempo es inexorable, Efraim Zuroff director del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén apunta la fecha en que podrá darse por concluido el que tal vez sea el mayor esfuerzo realizado nunca, por amplitud y duración, para tratar de llevara ante la justicia a quienes cometieron un crimen concreto contra la humanidad. Los hombres y mujeres que, amparados y espoleados por el régimen nazi, participaron en el asesinato de seis millones de judíos. Un crimen que marcó el siglo XX y que hoy se conmemora en todo el mundo en el Día de la Memoria del Holocausto.
Al final ha sido el tiempo el mejor aliado de miles de cómplices del Holocausto y la lucha por localizar a los culpables se ha convertido en una carrera contra el reloj. Hace poco más de un mes, el Centro Simon Wiesenthal lanzó la Operación Última Oportunidad II, una especie de tiempo de descuento en búsqueda de la justicia. El último minuto —la Operación Última Oportunidad— comenzó en 2002. “Recibimos más de 4.000 llamadas fiables”, explica Zuroff, quien subraya que “no valía con llamar y decir ‘tengo un vecino de unos 90 años con acento alemán que podría haber estado implicado”. Las informaciones eran filtradas y contrastadas. “Cada llamada tenía que pasar un triple filtro: la información debía ser fiable, el sospechoso tenía que estar en condiciones físicas y mentales de ser sometido a juicio y además no debía haber sido procesado antes por los mismos hechos”, explica.
Los resultados fueron sorprendentes. En nueve años, fueron localizados casi 600 sospechosos firmes, de los cuales, tras reunir pruebas, un centenar fue acusado ante las autoridades de los países en los que residían. “La verdad es que tuvimos mucha colaboración de las autoridades locales por ejemplo en Italia, Alemania, Francia o EE UU”.
Pero desde el fin de la II Guerra Mundial uno de los mayores problemas para jueces y fiscales ha sido probar que los acusados por el Holocausto estaban directamente implicados en los crímenes. Hay multitud de ejemplos, como el de Erich Lachman, un albañil reconvertido en guardián del campo de concentración de Sobibor (en Polonia) acusado de colaborar en la muerte de 150.000 judíos, pero absuelto por falta de pruebas. “Eso cambió completamente con el caso Demjanjuk”, indica Zuroff. En mayo de 2011, Ivan Demjanjuk, quien entre marzo y septiembre de 1943 ejerció como guardián voluntario del campo de Sobibor fue condenado en Múnich a cinco años de cárcel, pese a no haberse probado su relación directa con un crimen concreto. Para el tribunal bastó la pertenencia a los grupos de guardianes de un lugar donde la muerte era algo rutinario. Allí murieron exterminados 250.000 judíos. “Esta sentencia cambia todo”, recalca Zuroff en cuya opinión todavía quedan docenas de casos que pueden ser llevados ante los tribunales, especialmente de Alemania. El caso Demjanjuk ha supuesto esa prórroga añadida en la búsqueda de culpables a la que Simon Wiesenthal, superviviente de Mauthausen, dedicó su vida.
¿Y después de esos cinco años? “Ya nos estamos dedicando a otras actividades sobre todo combatir el antisemitismo desde la educación”, afirma Zuroff, que añade. “Diría que estamos pasando de las aulas del juzgado a las aulas de la escuela”.
_--Aguas de Abril flores en mayo
_-- https://youtu.be/hJAJ2gpsje0
No sé de qué compás te deslizaste,
ni en qué estación de metro te perdí.
No vi llegar al lobo y me avisaste,
las tiendas "se han cerrao pa'mi"
Aguas Abril, flores en Mayo
beso una estatua de sal
Se fue mi tren, también el barco,
solo en mi puerto de mar...
Me visto de terraza sin licencia,
me lo hago de vuelo sin motor
De aquí pallá como el inspector Gadget
persigo algún indicio de tu amor
Aguas Abril, flores en Mayo,
camino solo por Madrid,
se acerca Junio y cumplo años
soy un extraño para ti
Estoy como Neptuno cuando hiela,
mi horóscopo me dice "precaución"
Que tú eres Cáncer y hoy es luna llena
y aún tengo que hacer otra canción
Aguas Abril, flores en Mayo,
aunque sonría no soy feliz
Junio me quema y llueve en Julio
quizás me vaya a San Fermín
No sé de qué compás te deslizaste,
ni en qué estación de metro te perdí.
Tampoco oí "Pastor, que viene el lobo",
las tiendas se han cerrado para mí
Aguas Abril, flores en mayo
beso una estatua de sal,
se fue mi tren, también el barco
solo en mi puerto de mar...
Luis Pastor.
No sé de qué compás te deslizaste,
ni en qué estación de metro te perdí.
No vi llegar al lobo y me avisaste,
las tiendas "se han cerrao pa'mi"
Aguas Abril, flores en Mayo
beso una estatua de sal
Se fue mi tren, también el barco,
solo en mi puerto de mar...
Me visto de terraza sin licencia,
me lo hago de vuelo sin motor
De aquí pallá como el inspector Gadget
persigo algún indicio de tu amor
Aguas Abril, flores en Mayo,
camino solo por Madrid,
se acerca Junio y cumplo años
soy un extraño para ti
Estoy como Neptuno cuando hiela,
mi horóscopo me dice "precaución"
Que tú eres Cáncer y hoy es luna llena
y aún tengo que hacer otra canción
Aguas Abril, flores en Mayo,
aunque sonría no soy feliz
Junio me quema y llueve en Julio
quizás me vaya a San Fermín
No sé de qué compás te deslizaste,
ni en qué estación de metro te perdí.
Tampoco oí "Pastor, que viene el lobo",
las tiendas se han cerrado para mí
Aguas Abril, flores en mayo
beso una estatua de sal,
se fue mi tren, también el barco
solo en mi puerto de mar...
Luis Pastor.
miércoles, 25 de enero de 2012
Algo que cualquiera puede ver
El juicio que se desarrolla en la Sala II del Tribunal Supremo contra el juez Baltasar Garzón por un posible delito cometido durante su instrucción del caso Gürtel es una buena ocasión para repasar cuál es el marco general de los casos de prevaricación judicial en España.
Los juicios por prevaricación judicial son extraordinariamente infrecuentes: se puede calcular que en los últimos ocho años se han reconocido, como máximo, 20 resoluciones judiciales "prevaricadoras", incluidas las de algunos jueces de paz, algo así como una por cada siete millones de resoluciones. Por eso, asombra que a un solo juez se le hayan abierto tres juicios por tres posibles delitos de prevaricación, muy diferentes entre sí, y en muy pocos meses.
En el caso que se enjuició esta semana, determinados aspectos de la instrucción del caso Gürtel, la Sala II del Tribunal Supremo no debía decidir si las actuaciones de Garzón fueron correctas o no (ya fueron consideradas erróneas y revocadas por otras instancias), sino si las adoptó sabiendo que eran injustas o por una ignorancia increíble. Se trataba de decidir si Garzón cometió en este caso un delito de los llamados de "infracción del deber", es decir, un delito que lesiona la confianza de la ciudadanía en el ejercicio de la función judicial. Según jurisprudencia del propio Tribunal Supremo (sentencias de 1996 y 1998), para decidir si existió prevaricación es necesario que la ilegalidad sea tan evidente que revele "por sí" la injusticia, el abuso, con el plus de la antijuricidad, por supuesto. Es decir, que exista una "absoluta notoriedad de la injusticia", "que se vea clara y patente, que no permita duda alguna al respecto". Más aún, dice la sentencia de 1996, que "sea tan patente y grosera que pueda ser observada por cualquiera".
A la vista de la situación actual, no parece que la ciudadanía sienta lesionada su confianza en la justicia por culpa de la actuación errónea del juez Garzón. Tampoco que la injusticia eventualmente cometida por el juez sea tan grosera que sea observada por todo el mundo, desde el mismo momento en que los fiscales no la apreciaron y que existe polémica al respecto dentro del propio estamento judicial.
Las encuestas demuestran que existe efectivamente una gran desconfianza en la Administración de Justicia, pero que está motivada por otras razones. Por ejemplo, por el hecho de que un juez condenado por cohecho pueda volver a ejercer, porque, según el Tribunal Supremo, tener antecedentes penales impide el acceso a la carrera judicial, pero no la permanencia en ella. Tampoco ayudan jueces que mantienen en la cárcel a personas que ya deberían estar en libertad, que insultan a ciudadanos de distinta sexualidad o creencias o que tardan meses en escribir sus sentencias. Probablemente muchas de esas casi cinco mil causas presentadas en estos años contra jueces corresponden a casos en los que mantuvieron actitudes injustificadas o dictaron resoluciones erróneas.
¿Quién no se acuerda del escándalo que provocó en 2004 la Sala de lo Civil del propio Tribunal Supremo al condenar a 11 magistrados del Tribunal Constitucional a pagar, cada uno, 500 euros en concepto de responsabilidad civil por la no admisión "arbitraria" de un recurso de un abogado? En aquella ocasión, el Tribunal Constitucional reprochó al Supremo actuar con desconocimiento del ordenamiento jurídico: era inexcusable saber que las resoluciones del Constitucional en casos de recurso de amparo no pueden ser enjuiciadas por ningún otro órgano judicial. Todo el mundo sabía que detrás de la alocada decisión de Tribunal Supremo latía una cuestión fundamental: un serio debate sobre ámbitos de competencia. Pero una cosa es diferir sobre esos aspectos (o sobre el modelo ideal de juez) y otra transformar esa irritación en nada menos que una condena del Tribunal Constitucional (o de un juez que no es ni corrupto, ni incompetente).
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ El País, 22/01/2012
Según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial, entre 1995 y 2009 se presentaron en España 4.962 causas contra jueces, magistrados y fiscales (obviamente, no todas por prevaricación, dado que los fiscales no pueden cometer ese delito y que existen otras posibles acusaciones, como malversación o apropiación de fondos).
En cualquier caso, de esas casi cinco mil causas, el 97,88% no fueron admitidas o fueron archivadas antes de llegar a juicio oral por los órganos competentes, es decir, los Tribunales Superiores de Justicia. Y del resto, solo un 1,55%, terminó en una sentencia condenatoria.
Los juicios por prevaricación judicial son extraordinariamente infrecuentes: se puede calcular que en los últimos ocho años se han reconocido, como máximo, 20 resoluciones judiciales "prevaricadoras", incluidas las de algunos jueces de paz, algo así como una por cada siete millones de resoluciones. Por eso, asombra que a un solo juez se le hayan abierto tres juicios por tres posibles delitos de prevaricación, muy diferentes entre sí, y en muy pocos meses.
En el caso que se enjuició esta semana, determinados aspectos de la instrucción del caso Gürtel, la Sala II del Tribunal Supremo no debía decidir si las actuaciones de Garzón fueron correctas o no (ya fueron consideradas erróneas y revocadas por otras instancias), sino si las adoptó sabiendo que eran injustas o por una ignorancia increíble. Se trataba de decidir si Garzón cometió en este caso un delito de los llamados de "infracción del deber", es decir, un delito que lesiona la confianza de la ciudadanía en el ejercicio de la función judicial. Según jurisprudencia del propio Tribunal Supremo (sentencias de 1996 y 1998), para decidir si existió prevaricación es necesario que la ilegalidad sea tan evidente que revele "por sí" la injusticia, el abuso, con el plus de la antijuricidad, por supuesto. Es decir, que exista una "absoluta notoriedad de la injusticia", "que se vea clara y patente, que no permita duda alguna al respecto". Más aún, dice la sentencia de 1996, que "sea tan patente y grosera que pueda ser observada por cualquiera".
A la vista de la situación actual, no parece que la ciudadanía sienta lesionada su confianza en la justicia por culpa de la actuación errónea del juez Garzón. Tampoco que la injusticia eventualmente cometida por el juez sea tan grosera que sea observada por todo el mundo, desde el mismo momento en que los fiscales no la apreciaron y que existe polémica al respecto dentro del propio estamento judicial.
Las encuestas demuestran que existe efectivamente una gran desconfianza en la Administración de Justicia, pero que está motivada por otras razones. Por ejemplo, por el hecho de que un juez condenado por cohecho pueda volver a ejercer, porque, según el Tribunal Supremo, tener antecedentes penales impide el acceso a la carrera judicial, pero no la permanencia en ella. Tampoco ayudan jueces que mantienen en la cárcel a personas que ya deberían estar en libertad, que insultan a ciudadanos de distinta sexualidad o creencias o que tardan meses en escribir sus sentencias. Probablemente muchas de esas casi cinco mil causas presentadas en estos años contra jueces corresponden a casos en los que mantuvieron actitudes injustificadas o dictaron resoluciones erróneas.
¿Quién no se acuerda del escándalo que provocó en 2004 la Sala de lo Civil del propio Tribunal Supremo al condenar a 11 magistrados del Tribunal Constitucional a pagar, cada uno, 500 euros en concepto de responsabilidad civil por la no admisión "arbitraria" de un recurso de un abogado? En aquella ocasión, el Tribunal Constitucional reprochó al Supremo actuar con desconocimiento del ordenamiento jurídico: era inexcusable saber que las resoluciones del Constitucional en casos de recurso de amparo no pueden ser enjuiciadas por ningún otro órgano judicial. Todo el mundo sabía que detrás de la alocada decisión de Tribunal Supremo latía una cuestión fundamental: un serio debate sobre ámbitos de competencia. Pero una cosa es diferir sobre esos aspectos (o sobre el modelo ideal de juez) y otra transformar esa irritación en nada menos que una condena del Tribunal Constitucional (o de un juez que no es ni corrupto, ni incompetente).
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ El País, 22/01/2012
"Todos prometen y nadie cumple. Vote por nadie". El capitalismo en Davos
A pesar de los mayas, no parece que el mundo vaya a acabarse en 2012. Y a pesar de la crisis, tampoco el capitalismo tiene visos de correr esa misma suerte: "El capitalismo tiene los siglos contados", decía al principio de esta larguísima Gran Recesión un político italiano, Gianni Ruffulo, a propósito de la mala salud de hierro, del extraordinario instinto de supervivencia del sistema. Davos (Suiza) es un buen lugar para tomarle el pulso al sistema; y al antisistema. La reunión del Foro Económico Mundial, con los primeros espadas de la política, las finanzas y las grandes multinacionales en liza, empieza hoy con un lema grandilocuente, La gran transformación. Y con el habitual juego de contrastes: mientras los superricos juegan al polo sobre la nieve, un puñado de jóvenes ha construido iglús en los aledaños del archivigilado palacio de congresos, en la versión alpina del Ocupa Wall Street o del 15-M. "Davos apesta"; "Destruye el Foro", dicen pintadas,... Leer aquí http://www.elpais.com/articulo/economia/capitalismo/tiene/siglos/contados/elpepieco/20120125elpepieco_9/Tes
Entrevista a Eric Hobsbawm; “Marx fue un profeta sin armas”
Con la crisis global, el pensamiento De Eric Hobsbawm ha vuelto a estar en boga. Aquí, habla sobre el interés de los financieros por las ideas de Marx, opina sobre el comunismo en China y afirma que en América Latina se siente “como En casa” porque todavía se habla el lenguaje del socialismo. Su libro “Cómo cambiar El mundo” será publicado próximamente.
Traduccion: Cristina Sardoy.
Hampstead Heath, en la zona arbolada del norte de Londres, se enorgullece del papel destacado que tuvo en la historia del marxismo. Es aquí donde los domingos Karl Marx llevaba a su familia hasta Parliament Hill, recitando en el camino a Shakespeare y a Schiller, para pasar una tarde de picnic y poesía. Los días de semana, se reunía con su amigo Friedrich Engels, que vivía cerca, para hacer una caminata a paso ligero por el monte, donde los “viejos londinenses”, como se los conocía, reflexionaban sobre la Comuna de París, la Segunda Internacional y la naturaleza del capitalismo.
Hoy, sobre una calle lateral que sale del monte, la ambición marxista sigue viva en la casa de Eric Hobsbawm. Nacido en 1917 (en Alejandría, bajo el protectorado británico de Egipto) a más de 20 años de la muerte de Marx y Engels, no conoció personalmente a ninguno de esos dos filósofos, por supuesto. Pero al hablar con Eric en la espaciosa sala de estar, llena de fotos familiares, honores académicos y toda una vida de objetos culturales, se percibe una sensación casi tangible de conexión con estos hombres y su memoria.
La última vez que entrevisté a Eric, en 2002, su brillante autobiografía Años interesantes –la crónica de un joven en la Alemania de Weimar, el amor de toda su vida por el jazz y la forma en que realizó la transformación del estudio de la historia en Gran Bretaña– acababa de salir y había recibido críticas elogiosas. También coincidió con otro ataque cíclico de los medios a la pertenencia de Eric al Partido Comunista, tras la publicación del libro de Martin Amis contra Stalin, Koba el temible. En ese entonces, el “profesor marxista” explicó que no buscaba, tal como escribió, “acuerdo, aprobación o simpatía” sino más bien, comprensión histórica para una vida en el siglo XX moldeada por la lucha contra el fascismo.
La crisis neoliberal
Las cosas cambiaron desde entonces. La crisis global del capitalismo, que causa estragos en la economía mundial desde 2007, transformó los términos del debate.
De pronto, resurgió la crítica que hace Marx acerca de la inestabilidad del capitalismo. “Ha vuelto”, proclamó el London Times en el otoño de 2008 cuando las bolsas se desplomaban, los bancos eran nacionalizados en forma sumaria y Sarkozy, el presidente de Francia, era fotografiado hojeando Das Kapital (cuyas ventas aumentaron al punto de llegar a las listas alemanas de libros más vendidos). Hasta el papa Benedicto XVI se vio obligado a elogiar la “gran habilidad analítica” de Marx. Karl Marx, el gran ogro del siglo XX, había sido resucitado en las universidades, los encuentros de debate y las oficinas editoriales.
Parecería ser, pues, el momento ideal para que Eric Hobsbawm reúna sus ensayos más celebrados sobre Marx en un solo volumen, junto con material nuevo sobre el marxismo a la luz del colapso económico. Para Hobsbawm, el deber continuo de abordar a Marx y sus múltiples legados –entre otras cosas, en este libro, algunos nuevos capítulos excelentes sobre el significado de Gramsci– sigue siendo fuerte.
El propio Eric, empero, cambió. Sufrió una fea caída en Navidad y ya no puede eludir las limitaciones físicas de sus 93 años. El humor y la hospitalidad tanto suyos como de su esposa, Marlene, así como su intelecto, su agudeza política y su amplitud de visión, continúan no obstante maravillosamente intactos. Con un Financial Times sobre la mesa de café, Eric pasó sin contratiempos de los sondeos sobre Lula, el presidente saliente de Brasil, a las dificultades ideológicas que afronta el Partido Comunista en Bengala Occidental o las convulsiones en Indonesia que siguieron a la caída económica global de 1857.
La sensibilidad global y la ausencia total de provincianismo, siempre tan sólidas en su obra, siguen configurando su política y su historia.
Y después de una hora hablando sobre Marx, el materialismo y la lucha continua por la dignidad humana frente a los chubascos del libre mercado, uno se va de la terraza de Hobsbawm en Hampstead –cerca de los senderos por los que solían caminar Karl y Friedrich– con el sentimiento de haber pasado por un seminario vertiginoso con una de las grandes mentes del siglo XX. Una mente resuelta, además, a mantener una mirada crítica sobre el XXI.
¿En el núcleo de este libro hay una idea de reivindicación? ¿De que aun cuando las ideas propuestas en su momento por Karl Marx no sean ya relevantes, él hacía las preguntas correctas sobre la naturaleza del capitalismo y que el capitalismo que surgió en los últimos 20 años se parecía mucho a lo que Marx pensaba allá por el año 1840?
Sí, sin duda. El redescubrimiento de Marx en esta época de crisis capitalista se debe a que en 1848 predijo más que ningún otro el mundo moderno. Es, creo, lo que ha atraído hacia su obra la atención de una serie de nuevos observadores, paradójicamente, en primer lugar gente de negocios y comentaristas de negocios más que de la izquierda. Recuerdo haberlo observado justamente en la época del 150° aniversario de la publicación de El manifiesto comunista, cuando en la izquierda no se estaban haciendo muchos planes para celebrar. Descubrí para mi gran asombro que los editores de la revista que daban en el avión de United Airlines decían que querían publicar algo sobre El Manifiesto.
Al poco tiempo, estuve almorzando con el financiero George Soros que me preguntó: “¿Qué piensa usted de Marx?” Aunque no coincidíamos en muchas cosas, me dijo: “Ese tipo definitivamente algo tenía”...
¿Y ese discurso de “un fin de la expansión y contracción” y salir del ciclo económico?
Exactamente. Lo que pasó a partir de los años 1970, primero en las universidades, en Chicago y el resto, y finalmente, desde 1980 con Thatcher y Reagan fue, supongo, una deformación patológica del principio de libre mercado que propicia el capitalismo: la economía de mercado pura y el rechazo del Estado y de la acción pública que no creo que ninguna economía del siglo XIX haya puesto en práctica realmente, ni siquiera los Estados Unidos. Y estaba en conflicto, entre otras cosas, con la forma en que el capitalismo había funcionado en su época más exitosa, entre 1945 y comienzos de los 70...
Y usted considera que el renovado interés por Marx también se debió al fin de los Estados marxistas/leninistas. ¿La sombra leninista desapareció y usted pudo volver a la naturaleza original de la escritura de Marx?
Con la caída de la Unión Soviética, los capitalistas dejaron de tener miedo y en ese sentido tanto ellos como nosotros pudimos analizar el problema de una manera mucho más equilibrada, menos distorsionada por la pasión que antes. No obstante, yo creo que fue más la inestabilidad de esta economía neoliberal globalizada la que empezó a ser muy notable al final del siglo. ...
Cómo cambiar el mundo es un relato de lo que hizo fundamentalmente el marxismo en el siglo XX, en parte a través de los partidos socialdemócratas que no derivaron directamente de Marx y de otros partidos –los partidos laboristas, los partidos de los trabajadores, etc.– que subsisten como gobierno y como partidos potenciales en el gobierno en todas partes.
Y segundo, a través de la Revolución rusa y todas sus consecuencias. El precedente de Karl Marx, un profeta sin armas, inspirador de grandes cambios, es innegable. De manera muy deliberada, no digo que haya perspectivas equivalentes en este momento. Lo que digo ahora es que los problemas básicos del siglo XXI requerirían soluciones que ni el mercado puro, ni la democracia progresista pura pueden resolver adecuadamente.
Y en ese sentido, habría que pensar una combinación diferente, una mezcla diferente de público y privado, de acción y control del Estado y libertad. Cómo se llamará eso, no lo sé. Pero podría perfectamente no ser capitalismo, ciertamente no en el sentido en el que lo hemos conocido en este país y en los Estados Unidos. Tritram Hunt Clarín.
Leer toda la entrevista aquí.
Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/historia/Marx-Eric_Howsbaum_0_434356568.html
Traduccion: Cristina Sardoy.
Hampstead Heath, en la zona arbolada del norte de Londres, se enorgullece del papel destacado que tuvo en la historia del marxismo. Es aquí donde los domingos Karl Marx llevaba a su familia hasta Parliament Hill, recitando en el camino a Shakespeare y a Schiller, para pasar una tarde de picnic y poesía. Los días de semana, se reunía con su amigo Friedrich Engels, que vivía cerca, para hacer una caminata a paso ligero por el monte, donde los “viejos londinenses”, como se los conocía, reflexionaban sobre la Comuna de París, la Segunda Internacional y la naturaleza del capitalismo.
Hoy, sobre una calle lateral que sale del monte, la ambición marxista sigue viva en la casa de Eric Hobsbawm. Nacido en 1917 (en Alejandría, bajo el protectorado británico de Egipto) a más de 20 años de la muerte de Marx y Engels, no conoció personalmente a ninguno de esos dos filósofos, por supuesto. Pero al hablar con Eric en la espaciosa sala de estar, llena de fotos familiares, honores académicos y toda una vida de objetos culturales, se percibe una sensación casi tangible de conexión con estos hombres y su memoria.
La última vez que entrevisté a Eric, en 2002, su brillante autobiografía Años interesantes –la crónica de un joven en la Alemania de Weimar, el amor de toda su vida por el jazz y la forma en que realizó la transformación del estudio de la historia en Gran Bretaña– acababa de salir y había recibido críticas elogiosas. También coincidió con otro ataque cíclico de los medios a la pertenencia de Eric al Partido Comunista, tras la publicación del libro de Martin Amis contra Stalin, Koba el temible. En ese entonces, el “profesor marxista” explicó que no buscaba, tal como escribió, “acuerdo, aprobación o simpatía” sino más bien, comprensión histórica para una vida en el siglo XX moldeada por la lucha contra el fascismo.
La crisis neoliberal
Las cosas cambiaron desde entonces. La crisis global del capitalismo, que causa estragos en la economía mundial desde 2007, transformó los términos del debate.
De pronto, resurgió la crítica que hace Marx acerca de la inestabilidad del capitalismo. “Ha vuelto”, proclamó el London Times en el otoño de 2008 cuando las bolsas se desplomaban, los bancos eran nacionalizados en forma sumaria y Sarkozy, el presidente de Francia, era fotografiado hojeando Das Kapital (cuyas ventas aumentaron al punto de llegar a las listas alemanas de libros más vendidos). Hasta el papa Benedicto XVI se vio obligado a elogiar la “gran habilidad analítica” de Marx. Karl Marx, el gran ogro del siglo XX, había sido resucitado en las universidades, los encuentros de debate y las oficinas editoriales.
Parecería ser, pues, el momento ideal para que Eric Hobsbawm reúna sus ensayos más celebrados sobre Marx en un solo volumen, junto con material nuevo sobre el marxismo a la luz del colapso económico. Para Hobsbawm, el deber continuo de abordar a Marx y sus múltiples legados –entre otras cosas, en este libro, algunos nuevos capítulos excelentes sobre el significado de Gramsci– sigue siendo fuerte.
El propio Eric, empero, cambió. Sufrió una fea caída en Navidad y ya no puede eludir las limitaciones físicas de sus 93 años. El humor y la hospitalidad tanto suyos como de su esposa, Marlene, así como su intelecto, su agudeza política y su amplitud de visión, continúan no obstante maravillosamente intactos. Con un Financial Times sobre la mesa de café, Eric pasó sin contratiempos de los sondeos sobre Lula, el presidente saliente de Brasil, a las dificultades ideológicas que afronta el Partido Comunista en Bengala Occidental o las convulsiones en Indonesia que siguieron a la caída económica global de 1857.
La sensibilidad global y la ausencia total de provincianismo, siempre tan sólidas en su obra, siguen configurando su política y su historia.
Y después de una hora hablando sobre Marx, el materialismo y la lucha continua por la dignidad humana frente a los chubascos del libre mercado, uno se va de la terraza de Hobsbawm en Hampstead –cerca de los senderos por los que solían caminar Karl y Friedrich– con el sentimiento de haber pasado por un seminario vertiginoso con una de las grandes mentes del siglo XX. Una mente resuelta, además, a mantener una mirada crítica sobre el XXI.
¿En el núcleo de este libro hay una idea de reivindicación? ¿De que aun cuando las ideas propuestas en su momento por Karl Marx no sean ya relevantes, él hacía las preguntas correctas sobre la naturaleza del capitalismo y que el capitalismo que surgió en los últimos 20 años se parecía mucho a lo que Marx pensaba allá por el año 1840?
Sí, sin duda. El redescubrimiento de Marx en esta época de crisis capitalista se debe a que en 1848 predijo más que ningún otro el mundo moderno. Es, creo, lo que ha atraído hacia su obra la atención de una serie de nuevos observadores, paradójicamente, en primer lugar gente de negocios y comentaristas de negocios más que de la izquierda. Recuerdo haberlo observado justamente en la época del 150° aniversario de la publicación de El manifiesto comunista, cuando en la izquierda no se estaban haciendo muchos planes para celebrar. Descubrí para mi gran asombro que los editores de la revista que daban en el avión de United Airlines decían que querían publicar algo sobre El Manifiesto.
Al poco tiempo, estuve almorzando con el financiero George Soros que me preguntó: “¿Qué piensa usted de Marx?” Aunque no coincidíamos en muchas cosas, me dijo: “Ese tipo definitivamente algo tenía”...
¿Y ese discurso de “un fin de la expansión y contracción” y salir del ciclo económico?
Exactamente. Lo que pasó a partir de los años 1970, primero en las universidades, en Chicago y el resto, y finalmente, desde 1980 con Thatcher y Reagan fue, supongo, una deformación patológica del principio de libre mercado que propicia el capitalismo: la economía de mercado pura y el rechazo del Estado y de la acción pública que no creo que ninguna economía del siglo XIX haya puesto en práctica realmente, ni siquiera los Estados Unidos. Y estaba en conflicto, entre otras cosas, con la forma en que el capitalismo había funcionado en su época más exitosa, entre 1945 y comienzos de los 70...
Y usted considera que el renovado interés por Marx también se debió al fin de los Estados marxistas/leninistas. ¿La sombra leninista desapareció y usted pudo volver a la naturaleza original de la escritura de Marx?
Con la caída de la Unión Soviética, los capitalistas dejaron de tener miedo y en ese sentido tanto ellos como nosotros pudimos analizar el problema de una manera mucho más equilibrada, menos distorsionada por la pasión que antes. No obstante, yo creo que fue más la inestabilidad de esta economía neoliberal globalizada la que empezó a ser muy notable al final del siglo. ...
Cómo cambiar el mundo es un relato de lo que hizo fundamentalmente el marxismo en el siglo XX, en parte a través de los partidos socialdemócratas que no derivaron directamente de Marx y de otros partidos –los partidos laboristas, los partidos de los trabajadores, etc.– que subsisten como gobierno y como partidos potenciales en el gobierno en todas partes.
Y segundo, a través de la Revolución rusa y todas sus consecuencias. El precedente de Karl Marx, un profeta sin armas, inspirador de grandes cambios, es innegable. De manera muy deliberada, no digo que haya perspectivas equivalentes en este momento. Lo que digo ahora es que los problemas básicos del siglo XXI requerirían soluciones que ni el mercado puro, ni la democracia progresista pura pueden resolver adecuadamente.
Y en ese sentido, habría que pensar una combinación diferente, una mezcla diferente de público y privado, de acción y control del Estado y libertad. Cómo se llamará eso, no lo sé. Pero podría perfectamente no ser capitalismo, ciertamente no en el sentido en el que lo hemos conocido en este país y en los Estados Unidos. Tritram Hunt Clarín.
Leer toda la entrevista aquí.
Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/historia/Marx-Eric_Howsbaum_0_434356568.html
martes, 24 de enero de 2012
¡Boicot a HuffPost, Facebook y Twitter también! Andy Robinson
Hubo algún momento en la euforia del obamismo y la revolución digital en el que los new media de redes sociales güais, blogueros con causa y zapatillas New Balance y periodistas ciudadanos, parecían ofrecer una alternativa a los escleróticos viejos medios de comunicación del consenso fabricado y del poder corporativo.
Huffington Post, por ejemplo. Cuando Arianna Huffington se presentó a las primarias demócratas del 2004 como la cara griego californiana de la izquierda anti Bush, exigiendo la salida de Iraq en su gracioso blog de blogs de diseño casero, a muchos nos entraban ganas de sumarnos a su causa y escribir gratuitamente para HuffPost. Periodistas comprometidos con el progreso y los nuevos medios. ¡Mas vale ser esclavo por la causa que un hack profesional vendido a un grupo multinacional de comunicaciones!
Luego, llegaron las redes sociales, Facebook o Twitter, los nuevos medios del pueblo global y del YOU como lo definía Time magazine en el 2006. Nuevos vehículos de protesta y revolución, según David Kirkpatrick, periodista del Daily Beast y el autor del Facebook effect. “Facebook convierte a cada ciudadano en un medio de comunicación y un posible activista”, me dijo el año pasado en la cumbre de Davos del Foro Económico Mundial (WEF), el club de la elite empresarial globalizada.
Ahora que toca otra vez ir a Davos y escuchar a los pioneros de los nuevos medios y sus financieros desde Palo Alto y Wall Street, eché un vistazo a la página web del WEF, y lo primero que apareció era este post de Huff Post. No es ninguna novedad comprobar en Davos el cínico greenwashing de las multinacionales, desde BP a Iberdrola, paladines de un planeta limpio siempre que no perjudique su cotizacion brusatil. Hasta he visto en Davos al presidente de Coca Cola, principal embotellador de agua, hacer un llamamiento conmovedor a conservar los recursos acuíferos bebiendo agua del grifo. No hay límites a la hipocresía de Davos. Pero ver a nuestro querido HuffPost, nuestro compañero de viaje en las campañas contra el lobby petrolero de Bush y el Pentagono, verlo allí prostituido en el WEF de Davos me pareció un punto de inflexión en esta nueva historia de asimilación de la crítica. El blog de blogs del nuevo movimento ya es complice de la manipulación empresarial de los seudo filántropos (Bono, Bill Gates), emprendedores sociales (Paulo Coelho) y las relaciones públicas de sonrisa corporativa de las multinacionales de Davos.
Pero claro, HuffPost ahora es un solo ejemplo – aunque quizas el más descarado- de los intentos de las grandes corporaciones y medios de comunicación por secuestrar a los movimientos de protesta, arrancar su corazón caliente, extraer el valor bursátil de su compromiso. Arianna ya desató la ira de muchos de sus blogueros voluntarios de izquierdas en febrero del año pasado cuando vendió el Huffington Post a AOL por 315 millones de dólares. Ahora la empresa va globalizándose, firmando acuerdos empresariales con el grupo español re-made en USA, Prisa, L’Espresso italiano, y Le Monde. ¿Por qué tanto interés en un medio creado por pobres blogueros con causa? Pues precisamente porque los viejos grupos de comunicación, todos en apuros financieros, necesitan, más que nunca, ser percibidos como parte de un “nuevo mundo “que nace en la red y en las calles y plazas desde Egipto a Nueva York. Esos son los consumidores de información del futuro. Los magnates de los viejos medios no quieren que ningún Bob Dylan de la era digital les diga a la cara: “Something is happening but you don’t know what it is, do you, Mr Jones?” O Mr Cebrian. Asi que hay que comprarlos. De lo que no se dan cuenta los grupos de comunicación corporativos es que en cuanto tocan este “something happening”, deja de serlo. Cuando el jefe es AOL ya no hay voluntad de cambiar el mundo sino de buscar publicidad gratuita para tu propio proyecto empresarial (de algo hay que vivir en el mundo de blogueros esclavos). El colmo de la degeneración de HuffPost es la decisión de nombrar a Anne Sinclair como directora de la edición francesa. La mujer cuya ambición insaciable le hace compartir una cama hasta con DSK, tal y como explica Miguel Mora en El País.
Pero no es solo Huffington Post. Ya hice, en algun post anterior, un llamamiento patético a boicotear Facebook, después de la decisión de Goldman Sachs a entrar en su capital. Confirmó mis dudas al respecto la noticia de que Coca Cola tiene más seguidores que nadie en Facebook y que basa sus estrategias de marketing en redes sociales en Lady Gaga, amiga del filosofo marxista Slavoj Zizec.
Quizás Twitter sea un vehículo menos contaminado para periodistas críticos en busca de nuevos medios. Pero el príncipe saudita Al Walid Bin Talal (accionista de Citigroup y propietario del edificio mas alto de Riad) acaba de hacerse con una participación en Twitter por valor de 300 millones de dólares. La entrada de los reaccionarios jeques feudales de la Casa Saud en el capital de Twitter es el perfecto desenlace para la historia de las redes sociales en las movilizaciones de la Primavera Arabe. Kirkpatrick dijo con gran acierto en Davos que “la comunicación viral que vale para el ámbito político y las revoluciones en Tunez y Egipto, vale también para el ámbito comercial, de marketing; por eso, empresas como Coca Cola y Starbucks tienen ya sus páginas, con millones de seguidores, en Facebook”. Pero invitaría a todo informador adicto a estos dos nuevos medios de comunicación y las orgias de autopromoción que fomentan a preguntarse tras escribir su enésimo twit de la mañana, si quiere trabajar gratis para el banco “calamar chupasangre” (Matt Taibi dixit) o para el príncipe de una dinastía fundamentalista, que se mantiene en el poder gracias al terror, misógina.
Ahora, quizás el ejemplo mas chocante de cómo el gran capital está tratando de asimilar y secuestrar a un embrionario movimiento de resistencia es la multinacional Time Warner y su medio CNN. Tras responder inicialmente con escepticismo y chistes cínicos a las primeras manifestaciones en Wall Street en el otoño del 2011, ahora los periodistas de CNN y Time se presentan como si fueran los reporteros activistas del movimiento Occupy! con un blog dedicado y un número de la revista Time que elogia al manifestante, la “persona del año” con dibujo en portada de un street fighting man. Time Home Entertainment (sic) ha editado un libro What is occupy? (la acampada convertida en entretenimiento madriguero). Lo puedes bajar en tu Ipad.
Andy Robinson, nacido en las afueras de Liverpool (1960), ha vivido en Londres, Sabadell, Barcelona, Nueva York y Madrid. Es licenciado por la London School of Economics en Ciencias Económicas y Sociología y en Periodismo por El País UAM. Ha sido corresponsal de La Vanguardia en Nueva York. Ha trabajado en España para Cinco Días, Business Week, The Guardian, The New Statesman, Ajo Blanco. Ahora escribe para La Vanguardia y The Nation ( Nueva York). En este blog -una especie de "Up in the air" periodístico- sigue a los flujos globales de capitales que desestabilizan el mundo desde Reikiavik a Los Angeles, La Paz a Dubai y descubre que -como dice el geógrafo marxista David Harvey- "el capitalismo jamás resuelve sus problemas; se limita a desplazarlos a otros lugares". La Vanguardia. Fuente original: http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/?p=753
Huffington Post, por ejemplo. Cuando Arianna Huffington se presentó a las primarias demócratas del 2004 como la cara griego californiana de la izquierda anti Bush, exigiendo la salida de Iraq en su gracioso blog de blogs de diseño casero, a muchos nos entraban ganas de sumarnos a su causa y escribir gratuitamente para HuffPost. Periodistas comprometidos con el progreso y los nuevos medios. ¡Mas vale ser esclavo por la causa que un hack profesional vendido a un grupo multinacional de comunicaciones!
Luego, llegaron las redes sociales, Facebook o Twitter, los nuevos medios del pueblo global y del YOU como lo definía Time magazine en el 2006. Nuevos vehículos de protesta y revolución, según David Kirkpatrick, periodista del Daily Beast y el autor del Facebook effect. “Facebook convierte a cada ciudadano en un medio de comunicación y un posible activista”, me dijo el año pasado en la cumbre de Davos del Foro Económico Mundial (WEF), el club de la elite empresarial globalizada.
Ahora que toca otra vez ir a Davos y escuchar a los pioneros de los nuevos medios y sus financieros desde Palo Alto y Wall Street, eché un vistazo a la página web del WEF, y lo primero que apareció era este post de Huff Post. No es ninguna novedad comprobar en Davos el cínico greenwashing de las multinacionales, desde BP a Iberdrola, paladines de un planeta limpio siempre que no perjudique su cotizacion brusatil. Hasta he visto en Davos al presidente de Coca Cola, principal embotellador de agua, hacer un llamamiento conmovedor a conservar los recursos acuíferos bebiendo agua del grifo. No hay límites a la hipocresía de Davos. Pero ver a nuestro querido HuffPost, nuestro compañero de viaje en las campañas contra el lobby petrolero de Bush y el Pentagono, verlo allí prostituido en el WEF de Davos me pareció un punto de inflexión en esta nueva historia de asimilación de la crítica. El blog de blogs del nuevo movimento ya es complice de la manipulación empresarial de los seudo filántropos (Bono, Bill Gates), emprendedores sociales (Paulo Coelho) y las relaciones públicas de sonrisa corporativa de las multinacionales de Davos.
Pero claro, HuffPost ahora es un solo ejemplo – aunque quizas el más descarado- de los intentos de las grandes corporaciones y medios de comunicación por secuestrar a los movimientos de protesta, arrancar su corazón caliente, extraer el valor bursátil de su compromiso. Arianna ya desató la ira de muchos de sus blogueros voluntarios de izquierdas en febrero del año pasado cuando vendió el Huffington Post a AOL por 315 millones de dólares. Ahora la empresa va globalizándose, firmando acuerdos empresariales con el grupo español re-made en USA, Prisa, L’Espresso italiano, y Le Monde. ¿Por qué tanto interés en un medio creado por pobres blogueros con causa? Pues precisamente porque los viejos grupos de comunicación, todos en apuros financieros, necesitan, más que nunca, ser percibidos como parte de un “nuevo mundo “que nace en la red y en las calles y plazas desde Egipto a Nueva York. Esos son los consumidores de información del futuro. Los magnates de los viejos medios no quieren que ningún Bob Dylan de la era digital les diga a la cara: “Something is happening but you don’t know what it is, do you, Mr Jones?” O Mr Cebrian. Asi que hay que comprarlos. De lo que no se dan cuenta los grupos de comunicación corporativos es que en cuanto tocan este “something happening”, deja de serlo. Cuando el jefe es AOL ya no hay voluntad de cambiar el mundo sino de buscar publicidad gratuita para tu propio proyecto empresarial (de algo hay que vivir en el mundo de blogueros esclavos). El colmo de la degeneración de HuffPost es la decisión de nombrar a Anne Sinclair como directora de la edición francesa. La mujer cuya ambición insaciable le hace compartir una cama hasta con DSK, tal y como explica Miguel Mora en El País.
Pero no es solo Huffington Post. Ya hice, en algun post anterior, un llamamiento patético a boicotear Facebook, después de la decisión de Goldman Sachs a entrar en su capital. Confirmó mis dudas al respecto la noticia de que Coca Cola tiene más seguidores que nadie en Facebook y que basa sus estrategias de marketing en redes sociales en Lady Gaga, amiga del filosofo marxista Slavoj Zizec.
Quizás Twitter sea un vehículo menos contaminado para periodistas críticos en busca de nuevos medios. Pero el príncipe saudita Al Walid Bin Talal (accionista de Citigroup y propietario del edificio mas alto de Riad) acaba de hacerse con una participación en Twitter por valor de 300 millones de dólares. La entrada de los reaccionarios jeques feudales de la Casa Saud en el capital de Twitter es el perfecto desenlace para la historia de las redes sociales en las movilizaciones de la Primavera Arabe. Kirkpatrick dijo con gran acierto en Davos que “la comunicación viral que vale para el ámbito político y las revoluciones en Tunez y Egipto, vale también para el ámbito comercial, de marketing; por eso, empresas como Coca Cola y Starbucks tienen ya sus páginas, con millones de seguidores, en Facebook”. Pero invitaría a todo informador adicto a estos dos nuevos medios de comunicación y las orgias de autopromoción que fomentan a preguntarse tras escribir su enésimo twit de la mañana, si quiere trabajar gratis para el banco “calamar chupasangre” (Matt Taibi dixit) o para el príncipe de una dinastía fundamentalista, que se mantiene en el poder gracias al terror, misógina.
Ahora, quizás el ejemplo mas chocante de cómo el gran capital está tratando de asimilar y secuestrar a un embrionario movimiento de resistencia es la multinacional Time Warner y su medio CNN. Tras responder inicialmente con escepticismo y chistes cínicos a las primeras manifestaciones en Wall Street en el otoño del 2011, ahora los periodistas de CNN y Time se presentan como si fueran los reporteros activistas del movimiento Occupy! con un blog dedicado y un número de la revista Time que elogia al manifestante, la “persona del año” con dibujo en portada de un street fighting man. Time Home Entertainment (sic) ha editado un libro What is occupy? (la acampada convertida en entretenimiento madriguero). Lo puedes bajar en tu Ipad.
Andy Robinson, nacido en las afueras de Liverpool (1960), ha vivido en Londres, Sabadell, Barcelona, Nueva York y Madrid. Es licenciado por la London School of Economics en Ciencias Económicas y Sociología y en Periodismo por El País UAM. Ha sido corresponsal de La Vanguardia en Nueva York. Ha trabajado en España para Cinco Días, Business Week, The Guardian, The New Statesman, Ajo Blanco. Ahora escribe para La Vanguardia y The Nation ( Nueva York). En este blog -una especie de "Up in the air" periodístico- sigue a los flujos globales de capitales que desestabilizan el mundo desde Reikiavik a Los Angeles, La Paz a Dubai y descubre que -como dice el geógrafo marxista David Harvey- "el capitalismo jamás resuelve sus problemas; se limita a desplazarlos a otros lugares". La Vanguardia. Fuente original: http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/?p=753
35 aniversario de la matanza de los Abogados de Atocha
El 24 de enero de 1977 hace ya 35 años, un grupo de pistoleros de extrema derecha irrumpieron en el despacho de abogados laboralistas de CCOO y del PCE situado en el número 55 de la calle Atocha y ametrallaron a las nueve personas presentes.
Fallecieron los abogados, Javier Sauquillo, Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y el sindicalista Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Alejandro Ruiz Huertas, Mª Dolores González, Luís Ramos y Miguel Sarabia. A lo largo de estos años desde CCOO se ha impulsado, entre otras muchas cuestiones, actos y propuestas para dar a conocer lo que ha supuesto la lucha de estos compañeros por la libertad y por la democracia.
Fruto de estas propuestas, es el hecho de que cerca de 30 pueblos de nuestra comunidad incluido Madrid capital, tienen un reconocimiento, -un parque, una calle, una plaza, un monumento, un centro de formación, etc.- dedicado a estas víctimas del terrorismo. Por ello, cada año que pasa los que militamos en CCOO nos sentimos más orgullosos de haberlos tenido como compañeros.
Actos conmemorativos del 35 Aniversario, el martes 24 de enero:
- A partir de las 8,45 horas, visita a los cementerios de Carabanchel y San Isidro
- 10,00 horas Ofrenda de coronas en el portal de Atocha 55 y minuto de silencio en la Plaza de Antón Martín, al lado de el monumento de "El Abrazo" de Juan Genovés
- 11,00 horas, en el Auditorio “Marcelino Camacho”, Lope de Vega 40. Entrega de los premios Abogados de Atocha por parte del patronato de la Fundación Abogados de Atocha. En esta su octava edición se propone premiar a José Luis Sampedro (Escritor, humanista y economista) y a la Fiscalía General de Guatemala.
Fallecieron los abogados, Javier Sauquillo, Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y el sindicalista Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Alejandro Ruiz Huertas, Mª Dolores González, Luís Ramos y Miguel Sarabia. A lo largo de estos años desde CCOO se ha impulsado, entre otras muchas cuestiones, actos y propuestas para dar a conocer lo que ha supuesto la lucha de estos compañeros por la libertad y por la democracia.
Fruto de estas propuestas, es el hecho de que cerca de 30 pueblos de nuestra comunidad incluido Madrid capital, tienen un reconocimiento, -un parque, una calle, una plaza, un monumento, un centro de formación, etc.- dedicado a estas víctimas del terrorismo. Por ello, cada año que pasa los que militamos en CCOO nos sentimos más orgullosos de haberlos tenido como compañeros.
Actos conmemorativos del 35 Aniversario, el martes 24 de enero:
- A partir de las 8,45 horas, visita a los cementerios de Carabanchel y San Isidro
- 10,00 horas Ofrenda de coronas en el portal de Atocha 55 y minuto de silencio en la Plaza de Antón Martín, al lado de el monumento de "El Abrazo" de Juan Genovés
- 11,00 horas, en el Auditorio “Marcelino Camacho”, Lope de Vega 40. Entrega de los premios Abogados de Atocha por parte del patronato de la Fundación Abogados de Atocha. En esta su octava edición se propone premiar a José Luis Sampedro (Escritor, humanista y economista) y a la Fiscalía General de Guatemala.
La doctrina del Shock. Naomi Klein.
Basado en el libro de Naomi Klein: "La doctrina del Shock", narra la forma en la que los llamados "Chicago boys" de Milton Friedman, utilizaron el descubrimiento de los electroshock de la psicología para borrar los recuerdos y regresar al sujeto a un estado infantil, y poder reescribir su historia, lo trasladan al contexto socio económico de los países en vías de desarrollo, para propinar shocks económicos (alza de impuestos, eliminación de subsidios y políticas sociales, aumento de precios, etc.) y así, permitir mejor saquear los recursos naturales y enriquecer a las trasnacionales.
Observadores internacionales acudirán al segundo juicio contra Garzón
"El mundo entero tiene los ojos puestos en las represalias que se están aplicando a Garzón", asegura Human Rights Watch.
La organización advierte, junto a Amnistía Internacional y la Comisión Internacional de Juristas del "enorme daño" a la imagen de España.
Observadores internacionales acudirán a partir de mañana al segundo juicio contra el juez Baltasar Garzón, este por abrir una investigación por los crímenes del franquismo. Así lo han confirmado esta mañana tres organizaciones internacionales: Human Rights Watch, AmnistÍa Internacional y la Comisión Internacional de Juristas, que han prometido vigilar muy de cerca el proceso. "El mundo entero tiene los ojos puestos en este juicio y en las represalias que se están aplicando a Garzón", ha asegurado el consejero jurídico y portavoz de Human Rights Watch, Reed Brody.
A Human Rights Watch le preocupa el "efecto intimidación a nivel internacional" que este juicio pueda tener sobre otros jueces que investigan violaciones de derechos humanos."Garzón se ha hecho muchos enemigos. Es un juez que molesta, que incomoda, que violenta. El mundo necesita jueces que molesten, que incomoden, como él, es la esencia de un Estado democrático. No queremos jueces que digan sí señor frente al poder. Garzón es un juez con valor, de ahí la reacción internacional. Si le estuvieran juzgando por hacer su trabajo borracho, como se ve que hay algunos jueces que lo hacen en España, no estaríamos aquí", ha añadido Brody, para quien una condena causaría un "enorme daño" a la imagen de España: "La justicia española se está haciendo daño a sí misma".
"Abandonar a un juez que aplica el derecho internacional en auxilio de las víctimas de graves violaciones de derechos humanos es atentar contra uno de los pilares del Estado de derecho", ha asegurado Pedro Nikken, presidente de la Comisión Internacional de Juristas, y ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. "Es extremadamente preocupante que al juez Garzón se le amenace con el castigo por abrir una investigación. Sentaría un precedente muy peligroso en la justicia española". "Hay gente que lo critica por aparecer mucho en la prensa, pero todo eso no tiene nada que ver y si es eso lo que se está pretendiendo escarmentar aquí, es inaceptable".
Martín Pallín: "Esto nunca debería haber ocurrido".
El magistrado retirado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, miembro también de la Comisión Internacional de Juristas, ha defendido el intento de Garzón por investigar los crímenes del franquismo y atacado su procesamiento por ello. "He resuelto más de 1.000 casos de competencia entre jueces. Ser competente o no no es un delito. Por cierto, el Tribunal Supremo tiene desde hace dos años metido en una carpeta el asunto de la competencia sobre los crímenes del franquismo después de que dos jueces, de Granada y El Escorial, declararan que no eran competentes al tratarse de delitos de jurisdicción universal. Esto nunca debería haber ocurrido».
La organización advierte, junto a Amnistía Internacional y la Comisión Internacional de Juristas del "enorme daño" a la imagen de España.
Observadores internacionales acudirán a partir de mañana al segundo juicio contra el juez Baltasar Garzón, este por abrir una investigación por los crímenes del franquismo. Así lo han confirmado esta mañana tres organizaciones internacionales: Human Rights Watch, AmnistÍa Internacional y la Comisión Internacional de Juristas, que han prometido vigilar muy de cerca el proceso. "El mundo entero tiene los ojos puestos en este juicio y en las represalias que se están aplicando a Garzón", ha asegurado el consejero jurídico y portavoz de Human Rights Watch, Reed Brody.
A Human Rights Watch le preocupa el "efecto intimidación a nivel internacional" que este juicio pueda tener sobre otros jueces que investigan violaciones de derechos humanos."Garzón se ha hecho muchos enemigos. Es un juez que molesta, que incomoda, que violenta. El mundo necesita jueces que molesten, que incomoden, como él, es la esencia de un Estado democrático. No queremos jueces que digan sí señor frente al poder. Garzón es un juez con valor, de ahí la reacción internacional. Si le estuvieran juzgando por hacer su trabajo borracho, como se ve que hay algunos jueces que lo hacen en España, no estaríamos aquí", ha añadido Brody, para quien una condena causaría un "enorme daño" a la imagen de España: "La justicia española se está haciendo daño a sí misma".
"Abandonar a un juez que aplica el derecho internacional en auxilio de las víctimas de graves violaciones de derechos humanos es atentar contra uno de los pilares del Estado de derecho", ha asegurado Pedro Nikken, presidente de la Comisión Internacional de Juristas, y ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. "Es extremadamente preocupante que al juez Garzón se le amenace con el castigo por abrir una investigación. Sentaría un precedente muy peligroso en la justicia española". "Hay gente que lo critica por aparecer mucho en la prensa, pero todo eso no tiene nada que ver y si es eso lo que se está pretendiendo escarmentar aquí, es inaceptable".
El magistrado retirado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, miembro también de la Comisión Internacional de Juristas, ha defendido el intento de Garzón por investigar los crímenes del franquismo y atacado su procesamiento por ello. "He resuelto más de 1.000 casos de competencia entre jueces. Ser competente o no no es un delito. Por cierto, el Tribunal Supremo tiene desde hace dos años metido en una carpeta el asunto de la competencia sobre los crímenes del franquismo después de que dos jueces, de Granada y El Escorial, declararan que no eran competentes al tratarse de delitos de jurisdicción universal. Esto nunca debería haber ocurrido».
Continuar aquí en El País.
Garzón vuelve al banquillo, ahora por investigar los crímenes franquistas
La defensa pedirá que se le aplique la 'doctrina Botín' para que no siga el juicio.
El juez Baltasar Garzón volverá mañana al Palacio del Tribunal Supremo para ocupar por segunda vez el banquillo de los acusados y ser sometido a juicio por su investigación de los crímenes del franquismo. Esta vez se enfrenta a la pena máxima prevista para el delito de prevaricación, 20 años de inhabilitación que pide para él el pseudosindicato Manos Limpias, del ultraderechista Miguel Bernard.
El juicio arrastra muchas pasiones y las organizaciones de la Memoria Histórica están decidas a respaldar a Garzón y a hacerse notar con concentraciones y movilizaciones de protesta contra el juicio. Amnistía Internacional (AI) se anticipó el pasado viernes con un comunicado en el que considera "escandaloso" que se juzgue por prevaricación una "investigación de violaciones de derechos humanos".
Garzón tendrá que volver al banquillo sin conocer la sentencia de las escuchas Gürtel, que puede tardar todavía en hacerse pública. Según fuentes del Supremo, el juicio de las escuchas le ha salido a Garzón mejor de lo esperado. Salió indemne y hasta reforzado del interrogatorio de la acusación; los policías de la brigada antiblanqueo respaldaron su versión de que las escuchas eran la única manera de evitar el blanqueo desde la prisión a través de determinados abogados y de que dio instrucciones para preservar el derecho de defensa. Por añadidura, la calidad jurídica de los informes de los fiscales Antolín Herrero y Pilar Fernández Valcárcel y el discurso del abogado defensor, Francisco Baena, van a obligar a los magistrados a tener que aquilatar...
seguir aquí. En "El País"
El juez Baltasar Garzón volverá mañana al Palacio del Tribunal Supremo para ocupar por segunda vez el banquillo de los acusados y ser sometido a juicio por su investigación de los crímenes del franquismo. Esta vez se enfrenta a la pena máxima prevista para el delito de prevaricación, 20 años de inhabilitación que pide para él el pseudosindicato Manos Limpias, del ultraderechista Miguel Bernard.
El juicio arrastra muchas pasiones y las organizaciones de la Memoria Histórica están decidas a respaldar a Garzón y a hacerse notar con concentraciones y movilizaciones de protesta contra el juicio. Amnistía Internacional (AI) se anticipó el pasado viernes con un comunicado en el que considera "escandaloso" que se juzgue por prevaricación una "investigación de violaciones de derechos humanos".
Garzón tendrá que volver al banquillo sin conocer la sentencia de las escuchas Gürtel, que puede tardar todavía en hacerse pública. Según fuentes del Supremo, el juicio de las escuchas le ha salido a Garzón mejor de lo esperado. Salió indemne y hasta reforzado del interrogatorio de la acusación; los policías de la brigada antiblanqueo respaldaron su versión de que las escuchas eran la única manera de evitar el blanqueo desde la prisión a través de determinados abogados y de que dio instrucciones para preservar el derecho de defensa. Por añadidura, la calidad jurídica de los informes de los fiscales Antolín Herrero y Pilar Fernández Valcárcel y el discurso del abogado defensor, Francisco Baena, van a obligar a los magistrados a tener que aquilatar...
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domingo, 22 de enero de 2012
Lula: Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo
"El expresidente de Brasil contó durante su visita a Colombia detalles de la política social que hoy es ejemplo en el mundo.
Le recomendó a Colombia no dejar en manos de intermediarios la administración de los recursos públicos.
A Luiz Inácio Lula da Silva no se le olvida que lo que hizo el primer día de su gestión como presidente de Brasil fue reunir a todos sus ministros, subirlos a un avión y llevarlos a los lugares más pobres del país.
Quería que el presidente del Banco Central o su ministro de Hacienda “vieran a ese país que no se queja, que no hace manifestaciones, pero que está ahí, que es real y verdadero. Eso quizá haya ayudado a cambiar las cosas”.
Da Silva conocía muy bien esos sectores. Salió de una de esas zonas donde es común que los niños vayan a la cama sin comer o pasen un domingo sin almuerzo. “Conocí el pan por primera vez a los 7 años –recordó el exmandatario–. Hasta esa edad, el café que me tomaba por la mañana era con harina de yuca. Sé que es la desesperación de una madre que está delante de un fogón sin gas y sin lo más elemental para hacer una comida para sus hijos”.
Durante su visita al país, el expresidente de Brasil compartió no sólo su historia de vida, sino los resultados de su política social que sacó a 28.000.000 de brasileros de la pobreza y que redujo drástricamente los niveles de desnutrición y desescolarización de los niños y jóvenes de su país.
Brasil es una de las diez economías más importantes del mundo, pero para Lula esto de poco ayuda si no hay democracia ni políticas de distribución del crecimiento para evitar que el dinero siga en manos de pocos “y el pueblo siga pobre y desnutrido”.
“Cuando empecé mi gobierno, el 10 por ciento de la población más rica cogía la mitad del dinero del país y le dejaban a los más pobres apenas el 10 por ciento”, recordó el exmandatario quien logró cambiar estas cifras aumentando el salario mínimo en un 62 por ciento en cinco años, aún con voces en contra que le advertían que lo único que lograría era el crecimiento de la inflación.
“Y la inflación no aumentó”, dice ahora con satisfacción. Esta sola decisión sacó a millones de brasileros de la pobreza.
Es más, asegura que con la crisis del 2008 Brasil salió adelante gracias a esta población. “El consumo creció siete veces más, sobre todo en los sectores populares. Los pobres comenzaron a ser tratados como ciudadanos”. Para Luiz Inácio Lula da Silva hubo varias estrategias clave para conseguir los resultados. Una fue bancarizar la población pobre: en un año 45.000.000 de brasileros tenían cuentas bancarias activas, y esto ayudó a hacer viable la segunda estrategia: no dejarles a intermediarios la administración ni la entrega de estos recursos públicos.
“No creo que deba existir la figura del intermediario, porque la mitad de la plata se queda con él.
En Brasil las personas que reciben beneficios del gobierno no tienen contacto con intermediarios. Reciben una tarjeta magnética con la que puede ir al banco y sacar el dinero. Eso es sagrado”, recalcó el expresidente.
Y una tercera estrategia que garantiza el éxito es tener registros de calidad y hacer seguimiento a los programas y beneficiarios. Equipos del gobierno viajaron a lugares remotos en donde encontraron habitantes que ni siquiera tenían actas de nacimiento; eran ciudadanos que no existían. Ellos son hoy beneficiarios del programa bolsa familia, que entrega tarjetas a las mujeres del hogar para que cuenten con el dinero para la alimentación y la educación de su familia.
“Son 13 millones de tarjetas. Las personas van al banco y no les deben favores a alcaldes ni a gobernadores ni al presidente.
Me decían que estaba desperdiciando el dinero, que estaba creando vagabundos que no trabajaban. Había personas que criticaban que los pobres compraran lápices o zapatos para los niños y no comida.
Eso es fácil decirlo para alguien que los tiene, pero no para los que nunca lo han tenido.
Quienes nunca han pasado hambre ni necesidades no saben qué son 80 dólares en manos de una madre de familia”.
Combatir el hambre fue una prioridad del gobierno de Lula da Silva, al punto de crear un ministerio dedicado exclusivamente para esta tarea. En seis años la desnutrición de Brasil se redujo un 73 por ciento y la mortalidad infantil en un 45 por ciento.
La política es ejemplo en el mundo. Esta apuesta incluye restaurantes populares, programas de lactancia materna, promoción de la agricultura familiar, distribución de alimentos a los más pobres, la entrega de microcréditos y fomento de la economía local a través de la compra al pequeño productor para abastecer los programas de alimentación del gobierno, entre otros.
“La garantía para la buena alimentación de la población debería ser la prioridad de todos los hombres públicos y de los ciudadanos de buena voluntad. No es normal –dijo– que un gobernante del mundo no ponga la lucha contra el hambre como una prioridad de sus presupuestos, así como en sus políticas”.
La generación de millones de empleos formales para padres de familia buscó reducir el trabajo infantil y por el contrario, llevar a estos niños y jóvenes a las 214 escuelas de educación básica nuevas, así como a las 14 universidades federales construidas durante su periodo. Hoy hijos de albañiles estudian carreras como medicina en estas universidades.
Estos resultados, aseguró, son una muestra de que “no hay nada más barato que invertir en los pobres” y deja atrás la teoría de que hay que esperar al desarrollo para ser inclusivos. En el caso de Brasil, la inclusión llevó al desarrollo. “Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo”, dijo.
“Hasta le pagamos la deuda el Fondo Monetario Internacional. Después de dos años de gobierno le devolvimos 16.000 millones de dólares que le debíamos. Hoy el FMI nos debe 14.000 millones de dólares que les prestamos para ayudar a la crisis de los países ricos”.
Le recomendó a Colombia no dejar en manos de intermediarios la administración de los recursos públicos.
A Luiz Inácio Lula da Silva no se le olvida que lo que hizo el primer día de su gestión como presidente de Brasil fue reunir a todos sus ministros, subirlos a un avión y llevarlos a los lugares más pobres del país.
Quería que el presidente del Banco Central o su ministro de Hacienda “vieran a ese país que no se queja, que no hace manifestaciones, pero que está ahí, que es real y verdadero. Eso quizá haya ayudado a cambiar las cosas”.
Da Silva conocía muy bien esos sectores. Salió de una de esas zonas donde es común que los niños vayan a la cama sin comer o pasen un domingo sin almuerzo. “Conocí el pan por primera vez a los 7 años –recordó el exmandatario–. Hasta esa edad, el café que me tomaba por la mañana era con harina de yuca. Sé que es la desesperación de una madre que está delante de un fogón sin gas y sin lo más elemental para hacer una comida para sus hijos”.
Durante su visita al país, el expresidente de Brasil compartió no sólo su historia de vida, sino los resultados de su política social que sacó a 28.000.000 de brasileros de la pobreza y que redujo drástricamente los niveles de desnutrición y desescolarización de los niños y jóvenes de su país.
Brasil es una de las diez economías más importantes del mundo, pero para Lula esto de poco ayuda si no hay democracia ni políticas de distribución del crecimiento para evitar que el dinero siga en manos de pocos “y el pueblo siga pobre y desnutrido”.
“Cuando empecé mi gobierno, el 10 por ciento de la población más rica cogía la mitad del dinero del país y le dejaban a los más pobres apenas el 10 por ciento”, recordó el exmandatario quien logró cambiar estas cifras aumentando el salario mínimo en un 62 por ciento en cinco años, aún con voces en contra que le advertían que lo único que lograría era el crecimiento de la inflación.
“Y la inflación no aumentó”, dice ahora con satisfacción. Esta sola decisión sacó a millones de brasileros de la pobreza.
Es más, asegura que con la crisis del 2008 Brasil salió adelante gracias a esta población. “El consumo creció siete veces más, sobre todo en los sectores populares. Los pobres comenzaron a ser tratados como ciudadanos”. Para Luiz Inácio Lula da Silva hubo varias estrategias clave para conseguir los resultados. Una fue bancarizar la población pobre: en un año 45.000.000 de brasileros tenían cuentas bancarias activas, y esto ayudó a hacer viable la segunda estrategia: no dejarles a intermediarios la administración ni la entrega de estos recursos públicos.
“No creo que deba existir la figura del intermediario, porque la mitad de la plata se queda con él.
En Brasil las personas que reciben beneficios del gobierno no tienen contacto con intermediarios. Reciben una tarjeta magnética con la que puede ir al banco y sacar el dinero. Eso es sagrado”, recalcó el expresidente.
Y una tercera estrategia que garantiza el éxito es tener registros de calidad y hacer seguimiento a los programas y beneficiarios. Equipos del gobierno viajaron a lugares remotos en donde encontraron habitantes que ni siquiera tenían actas de nacimiento; eran ciudadanos que no existían. Ellos son hoy beneficiarios del programa bolsa familia, que entrega tarjetas a las mujeres del hogar para que cuenten con el dinero para la alimentación y la educación de su familia.
“Son 13 millones de tarjetas. Las personas van al banco y no les deben favores a alcaldes ni a gobernadores ni al presidente.
Me decían que estaba desperdiciando el dinero, que estaba creando vagabundos que no trabajaban. Había personas que criticaban que los pobres compraran lápices o zapatos para los niños y no comida.
Eso es fácil decirlo para alguien que los tiene, pero no para los que nunca lo han tenido.
Quienes nunca han pasado hambre ni necesidades no saben qué son 80 dólares en manos de una madre de familia”.
Combatir el hambre fue una prioridad del gobierno de Lula da Silva, al punto de crear un ministerio dedicado exclusivamente para esta tarea. En seis años la desnutrición de Brasil se redujo un 73 por ciento y la mortalidad infantil en un 45 por ciento.
La política es ejemplo en el mundo. Esta apuesta incluye restaurantes populares, programas de lactancia materna, promoción de la agricultura familiar, distribución de alimentos a los más pobres, la entrega de microcréditos y fomento de la economía local a través de la compra al pequeño productor para abastecer los programas de alimentación del gobierno, entre otros.
“La garantía para la buena alimentación de la población debería ser la prioridad de todos los hombres públicos y de los ciudadanos de buena voluntad. No es normal –dijo– que un gobernante del mundo no ponga la lucha contra el hambre como una prioridad de sus presupuestos, así como en sus políticas”.
La generación de millones de empleos formales para padres de familia buscó reducir el trabajo infantil y por el contrario, llevar a estos niños y jóvenes a las 214 escuelas de educación básica nuevas, así como a las 14 universidades federales construidas durante su periodo. Hoy hijos de albañiles estudian carreras como medicina en estas universidades.
Estos resultados, aseguró, son una muestra de que “no hay nada más barato que invertir en los pobres” y deja atrás la teoría de que hay que esperar al desarrollo para ser inclusivos. En el caso de Brasil, la inclusión llevó al desarrollo. “Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo”, dijo.
“Hasta le pagamos la deuda el Fondo Monetario Internacional. Después de dos años de gobierno le devolvimos 16.000 millones de dólares que le debíamos. Hoy el FMI nos debe 14.000 millones de dólares que les prestamos para ayudar a la crisis de los países ricos”.
jueves, 19 de enero de 2012
Por encima de las posibilidades ¿de quién?
Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, nos pide a los españoles "un esfuerzo más". Alberto Fabra Part, presidente de la Generalitat Valenciana, dice que los valencianos "vivíamos por encima de nuestras posibilidades".
Trabajo desde hace 14 años en I+D y desde hace 10 años lo compatibilizo con unas horas semanales de profesor en la universidad. Me esforcé de niño y adolescente en intentar aprender, sacar buenas notas y pasarlo bien. Me esforcé en la universidad para sacar la carrera y pasarlo bien. Me esforcé luego dando clases particulares y continúo ahora esforzándome en mis dos trabajos. Hace 10 años, junto a mi pareja, compramos un piso que entraba dentro de nuestras posibilidades. Ahora, tras 10 años de esfuerzo, hemos ahorrado el dinero suficiente para pagar lo que nos queda de hipoteca. Llevo años esforzándome y nunca he vivido por encima de mis posibilidades. Podía permitirme coches más caros pero no los he comprado, nunca he pedido un crédito para irme de vacaciones, reformé mi piso cuando tuve dinero para hacerlo. Me esfuerzo en educar a mis hijos lo mejor posible, los llevo a la escuela pública y me esfuerzo en la asociación de padres para ayudar a mejorarla. Cuando mis hijos enferman los llevo a la sanidad pública y si me queda jarabe en casa le digo al médico que no me haga una receta que no necesito.
Ahora estoy a punto de quedarme sin trabajo gracias a los que han vivido "por encima de nuestras posibilidades". Ahora me piden "un esfuerzo más". Yo siempre he pagado puntualmente la hipoteca y lo sigo haciendo así que no he hundido a la banca. Yo no he hecho bajar la Bolsa, no he hundido los mercados, no he inflado la economía, no he especulado con la vivienda, no he organizado carreras de coches en mi ciudad, no necesito un aeropuerto sin aviones, no tengo yate para ver la salida de la Copa América, no he ido nunca a ver la ópera en el Palau de les Arts. Yo no he deteriorado la escuela ni la sanidad públicas, no he tenido becas ni subvenciones, no he cobrado nunca el paro ni he provocado déficit al Estado, la autonomía ni la Seguridad Social. Yo no conozco a Moody's, Fitch ni Standard & Poor's pero sí conozco a los que vivieron por encima de mis posibilidades. Yo no les voté, a mí no me representan.
Soraya, el esfuerzo se lo pides a ellos.
FRANCISCO PASTOR GUZMÁN - Castellón - El País, 17/01/2012
Trabajo desde hace 14 años en I+D y desde hace 10 años lo compatibilizo con unas horas semanales de profesor en la universidad. Me esforcé de niño y adolescente en intentar aprender, sacar buenas notas y pasarlo bien. Me esforcé en la universidad para sacar la carrera y pasarlo bien. Me esforcé luego dando clases particulares y continúo ahora esforzándome en mis dos trabajos. Hace 10 años, junto a mi pareja, compramos un piso que entraba dentro de nuestras posibilidades. Ahora, tras 10 años de esfuerzo, hemos ahorrado el dinero suficiente para pagar lo que nos queda de hipoteca. Llevo años esforzándome y nunca he vivido por encima de mis posibilidades. Podía permitirme coches más caros pero no los he comprado, nunca he pedido un crédito para irme de vacaciones, reformé mi piso cuando tuve dinero para hacerlo. Me esfuerzo en educar a mis hijos lo mejor posible, los llevo a la escuela pública y me esfuerzo en la asociación de padres para ayudar a mejorarla. Cuando mis hijos enferman los llevo a la sanidad pública y si me queda jarabe en casa le digo al médico que no me haga una receta que no necesito.
Ahora estoy a punto de quedarme sin trabajo gracias a los que han vivido "por encima de nuestras posibilidades". Ahora me piden "un esfuerzo más". Yo siempre he pagado puntualmente la hipoteca y lo sigo haciendo así que no he hundido a la banca. Yo no he hecho bajar la Bolsa, no he hundido los mercados, no he inflado la economía, no he especulado con la vivienda, no he organizado carreras de coches en mi ciudad, no necesito un aeropuerto sin aviones, no tengo yate para ver la salida de la Copa América, no he ido nunca a ver la ópera en el Palau de les Arts. Yo no he deteriorado la escuela ni la sanidad públicas, no he tenido becas ni subvenciones, no he cobrado nunca el paro ni he provocado déficit al Estado, la autonomía ni la Seguridad Social. Yo no conozco a Moody's, Fitch ni Standard & Poor's pero sí conozco a los que vivieron por encima de mis posibilidades. Yo no les voté, a mí no me representan.
Soraya, el esfuerzo se lo pides a ellos.
FRANCISCO PASTOR GUZMÁN - Castellón - El País, 17/01/2012
Efectos de la crisis en Gran Bretaña. Medio millón de chicos pobres
Un estudio señala que el ingreso promedio de las familias británicas con niños, que disminuyó en un 4,2 por ciento en 2010/2011, seguirá cayendo en picada. Sobre todo para familias con tres o más niños, menores de cinco años.
El drástico plan de ajuste de la coalición Conservadora-Liberal Demócrata tiene un resultado claro y cuantificable. Según el estudio conjunto de dos prestigiosas fundaciones británicas, el Family and Parenting Institute (FPI) y el Fiscal Studies Institute (FSI), la reducción de beneficios sociales y el aumento del IVA, entre otras medidas, arrojará a medio millón de menores a la pobreza absoluta. La OCDE (Organización de la Cooperación y el Desarrollo) tiene otra manera de decirlo: el Reino Unido es la sociedad más desigual de las naciones ricas.
El estudio del FPI y el FSI señala que el ingreso promedio de las familias británicas con niños, que disminuyó en un 4,2 por ciento en 2010/2011, seguirá cayendo en picada. En 2015, último año de gobierno de la coalición, este tipo de familias experimentará un recorte en sus ingresos de unos dos mil dólares anuales. El impacto es particularmente marcado para familias con tres o más niños, menores de cinco años y para los que reciban ayuda para pagar alquileres privados. “Los recortes van a impactar mucho más a las familias con niños que a los jubilados y el resto de los trabajadores”, señaló Katherine Rake del FPI.
Los recortes sancionados por la coalición en octubre de 2010 y profundizados desde entonces para “lidiar con el déficit fiscal” y “dar tranquilidad y previsibilidad de cara a los mercados financieros” incluyen un congelamiento salarial para los empleados estatales y el cierre masivo de servicios sociales, entre ellos los clubes juveniles, cuya ausencia se hizo sentir en los disturbios que asolaron Inglaterra en agosto pasado. El impacto es especialmente devastador para las familias más pobres. La ley de Pobreza Infantil de 2010 define la pobreza absoluta como un 60 por ciento de ingresos por debajo del promedio nacional. En base a esta medida, el FPI y el FSI calculan que medio millón de niños caerán debajo de esta línea: unos 300 mil menores de cinco años.
En un comunicado, el gobierno reconoció las dificultades que están viviendo muchas familias, pero señaló que estaban tomando medidas correspondientes. “Hay medidas para ayudar a estas familias, como el congelamiento de los impuestos al alquiler estatal o la introducción del impuesto universal”, señala el comunicado. Según el FPI, la mayoría de estas medidas son apenas un parche que beneficia a algunos sectores o que recién tomarán lugar en 2018 como el impuesto universal. Peor aún, como el resto de los ajustes en la Unión Europea (UE), el británico comete el peor de los pecados: infligir un sufrimiento en vano. Lejos de disminuir, el déficit está creciendo. A fines de 2011, la deuda total británica se incrementó a casi un billón de libras o 62,8 por ciento del Producto Bruto Interno. “Como resultado de su política, el gobierno ha tenido que endeudarse más de 158 mil millones de libras que lo calculado”, señala Rachel Reeves, portavoz de temas fiscales de la oposición laborista.
Un informe del Centre for Economic and Business Research (CEBR) señala que el Reino Unido entrará en recesión este año y que habrá 3 millones de desempleados el año próximo. Como con la famosa frase de Shakespeare, el draconiano ajuste británico parece un “cuento contado por un idiota”: la exigencia de austeridad está condenando no sólo al Reino Unido sino a los países de la Eurozona al escaso crecimiento económico y a un mayor déficit fiscal. “Los países imponen la austeridad que les exigen los mercados financieros, que luego los castigan y critican porque la economía no crece como resultado de la austeridad”, señalaba este lunes Jenni Russell, comentarista del conservador vespertino Evening Standard.
En los últimos cuatro años, el nivel de vida de los británicos cayó en un 28 por ciento, la peor disminución sostenida desde la posguerra. Como es de esperar, esto no está sucediendo de manera igualitaria. Según la OCDE, el Reino Unido tiene el nivel de desigualdad más alto entre los países considerados ricos que forman parte de la organización. El 10 por ciento con más ingresos gana hoy 12 veces más que el 10 por ciento con menos ingresos: en 1985, la proporción era ocho a uno. La medición se vuelve más abismal cuando se mira a los superricos. El 1 por ciento de mayores ingresos pasó de llevarse un 7,1 por ciento de la torta en 1970 a un 14,3 por ciento en 2005.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-185692-2012-01-18.html
Marcelo Justo. Página 12.
El drástico plan de ajuste de la coalición Conservadora-Liberal Demócrata tiene un resultado claro y cuantificable. Según el estudio conjunto de dos prestigiosas fundaciones británicas, el Family and Parenting Institute (FPI) y el Fiscal Studies Institute (FSI), la reducción de beneficios sociales y el aumento del IVA, entre otras medidas, arrojará a medio millón de menores a la pobreza absoluta. La OCDE (Organización de la Cooperación y el Desarrollo) tiene otra manera de decirlo: el Reino Unido es la sociedad más desigual de las naciones ricas.
El estudio del FPI y el FSI señala que el ingreso promedio de las familias británicas con niños, que disminuyó en un 4,2 por ciento en 2010/2011, seguirá cayendo en picada. En 2015, último año de gobierno de la coalición, este tipo de familias experimentará un recorte en sus ingresos de unos dos mil dólares anuales. El impacto es particularmente marcado para familias con tres o más niños, menores de cinco años y para los que reciban ayuda para pagar alquileres privados. “Los recortes van a impactar mucho más a las familias con niños que a los jubilados y el resto de los trabajadores”, señaló Katherine Rake del FPI.
Los recortes sancionados por la coalición en octubre de 2010 y profundizados desde entonces para “lidiar con el déficit fiscal” y “dar tranquilidad y previsibilidad de cara a los mercados financieros” incluyen un congelamiento salarial para los empleados estatales y el cierre masivo de servicios sociales, entre ellos los clubes juveniles, cuya ausencia se hizo sentir en los disturbios que asolaron Inglaterra en agosto pasado. El impacto es especialmente devastador para las familias más pobres. La ley de Pobreza Infantil de 2010 define la pobreza absoluta como un 60 por ciento de ingresos por debajo del promedio nacional. En base a esta medida, el FPI y el FSI calculan que medio millón de niños caerán debajo de esta línea: unos 300 mil menores de cinco años.
En un comunicado, el gobierno reconoció las dificultades que están viviendo muchas familias, pero señaló que estaban tomando medidas correspondientes. “Hay medidas para ayudar a estas familias, como el congelamiento de los impuestos al alquiler estatal o la introducción del impuesto universal”, señala el comunicado. Según el FPI, la mayoría de estas medidas son apenas un parche que beneficia a algunos sectores o que recién tomarán lugar en 2018 como el impuesto universal. Peor aún, como el resto de los ajustes en la Unión Europea (UE), el británico comete el peor de los pecados: infligir un sufrimiento en vano. Lejos de disminuir, el déficit está creciendo. A fines de 2011, la deuda total británica se incrementó a casi un billón de libras o 62,8 por ciento del Producto Bruto Interno. “Como resultado de su política, el gobierno ha tenido que endeudarse más de 158 mil millones de libras que lo calculado”, señala Rachel Reeves, portavoz de temas fiscales de la oposición laborista.
Un informe del Centre for Economic and Business Research (CEBR) señala que el Reino Unido entrará en recesión este año y que habrá 3 millones de desempleados el año próximo. Como con la famosa frase de Shakespeare, el draconiano ajuste británico parece un “cuento contado por un idiota”: la exigencia de austeridad está condenando no sólo al Reino Unido sino a los países de la Eurozona al escaso crecimiento económico y a un mayor déficit fiscal. “Los países imponen la austeridad que les exigen los mercados financieros, que luego los castigan y critican porque la economía no crece como resultado de la austeridad”, señalaba este lunes Jenni Russell, comentarista del conservador vespertino Evening Standard.
En los últimos cuatro años, el nivel de vida de los británicos cayó en un 28 por ciento, la peor disminución sostenida desde la posguerra. Como es de esperar, esto no está sucediendo de manera igualitaria. Según la OCDE, el Reino Unido tiene el nivel de desigualdad más alto entre los países considerados ricos que forman parte de la organización. El 10 por ciento con más ingresos gana hoy 12 veces más que el 10 por ciento con menos ingresos: en 1985, la proporción era ocho a uno. La medición se vuelve más abismal cuando se mira a los superricos. El 1 por ciento de mayores ingresos pasó de llevarse un 7,1 por ciento de la torta en 1970 a un 14,3 por ciento en 2005.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-185692-2012-01-18.html
Marcelo Justo. Página 12.
miércoles, 18 de enero de 2012
Carta de Jean-Luc Mélenchon y Oskar Lafontaine a los trabajadores europeos
Durante años han estado dando cada vez más poder al sector financiero con un balance catastrófico: han sacrificado el medio ambiente, el paro se ha multiplicado, los trabajadores están cada vez más explotados y empobrecidos, los bancos han secuestrado a la economía real.
Ahora, con la excusa de la crisis que ellos mismos han provocado, los gobiernos europeos quieren proseguir y empeorar las políticas de austeridad. Presionados por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, han decidido redactar un nuevo tratado que robaría definitivamente a los pueblos europeos el derecho a decidir libremente su presupuesto y supondría la imposición de la austeridad. No entra dentro de sus planes consultar a los pueblos europeos su opinión sobre un texto tan fundamental. Se trata de una huida hacia delante, hacia la Europa de la austeridad. Europa no puede construirse sin los pueblos ni contra los pueblos. Por ello, exigimos la convocatoria de un referéndum sobre este tratado en nuestros países.
Sarkozy y Merkel quieren aplicar en toda Europa la desastrosa Agenda 2010 que ha degradado tan cruelmente la situación de los trabajadores alemanes. Su objetivo consiste en incrementar la competencia entre los trabajadores europeos para armonizar a la baja los derechos que habían convertido a Europa en la región más avanzada socialmente. Esta estrategia enfrenta de forma deliberada a los pueblos europeos. Sarkozy y Merkel no han dudado en echar más leña al fuego del nacionalismo y la xenofobia, a pesar del riesgo que esto conlleva de reabrir nuevas heridas. Los amigos de Merkel hablan de obligar a los griegos a vender sus islas. Sarkozy califica de caramelos envenenados a los nuevos miembros de la Zona Euro. Estas provocaciones buscan un chivo expiatorio para desviar la atención de los trabajadores, para que no culpen de la crisis a sus verdaderos responsables: los bancos, el sector financiero y los gobernantes que han cedido su poder a los mercados. Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores para que se resistan con todas sus fuerzas a este retroceso de la civilización europea.
Os pedimos que no caigáis en la trampa que amenaza la paz en Europa. Mantenernos todos juntos, y en concreto conservar la amistad entre el pueblo alemán y el francés, es una condición indispensable para salvaguardar la paz en toda Europa.
Pero, ¿cómo garantizar la paz en Europa ? La paz no se declara por decreto: se construye mediante la cooperación entre los pueblos, al servicio de todas las personas. La paz no es compatible con el arrogante dominio de dos jefes de gobierno europeos sobre todos los demás. La paz tiene que basarse en una política al servicio del interés general europeo. Ha llegado la hora de gobernar para satisfacer las necesidades y las aspiraciones de la mayoría de la población, los trabajadores europeos: reparto de la riqueza, defensa y ampliación del derecho a la jubilación, recuperación de los servicios públicos, erradicación de la precariedad, lucha implacable contra la pobreza y las desigualdades, transición ecológica...
Trabajadores europeos: ¡no os resignéis! El sector financiero no puede enfrentarse a los pueblos que luchan. La verdadera riqueza es fruto del trabajo humano. Si se movilizan, los trabajadores europeos pueden acabar con las orgías financieras y comenzar a construir por fin un mundo más justo y humano.
Traducido por Elvira Hdez.
Fuente: http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article1023
Ahora, con la excusa de la crisis que ellos mismos han provocado, los gobiernos europeos quieren proseguir y empeorar las políticas de austeridad. Presionados por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, han decidido redactar un nuevo tratado que robaría definitivamente a los pueblos europeos el derecho a decidir libremente su presupuesto y supondría la imposición de la austeridad. No entra dentro de sus planes consultar a los pueblos europeos su opinión sobre un texto tan fundamental. Se trata de una huida hacia delante, hacia la Europa de la austeridad. Europa no puede construirse sin los pueblos ni contra los pueblos. Por ello, exigimos la convocatoria de un referéndum sobre este tratado en nuestros países.
Sarkozy y Merkel quieren aplicar en toda Europa la desastrosa Agenda 2010 que ha degradado tan cruelmente la situación de los trabajadores alemanes. Su objetivo consiste en incrementar la competencia entre los trabajadores europeos para armonizar a la baja los derechos que habían convertido a Europa en la región más avanzada socialmente. Esta estrategia enfrenta de forma deliberada a los pueblos europeos. Sarkozy y Merkel no han dudado en echar más leña al fuego del nacionalismo y la xenofobia, a pesar del riesgo que esto conlleva de reabrir nuevas heridas. Los amigos de Merkel hablan de obligar a los griegos a vender sus islas. Sarkozy califica de caramelos envenenados a los nuevos miembros de la Zona Euro. Estas provocaciones buscan un chivo expiatorio para desviar la atención de los trabajadores, para que no culpen de la crisis a sus verdaderos responsables: los bancos, el sector financiero y los gobernantes que han cedido su poder a los mercados. Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores para que se resistan con todas sus fuerzas a este retroceso de la civilización europea.
Os pedimos que no caigáis en la trampa que amenaza la paz en Europa. Mantenernos todos juntos, y en concreto conservar la amistad entre el pueblo alemán y el francés, es una condición indispensable para salvaguardar la paz en toda Europa.
Pero, ¿cómo garantizar la paz en Europa ? La paz no se declara por decreto: se construye mediante la cooperación entre los pueblos, al servicio de todas las personas. La paz no es compatible con el arrogante dominio de dos jefes de gobierno europeos sobre todos los demás. La paz tiene que basarse en una política al servicio del interés general europeo. Ha llegado la hora de gobernar para satisfacer las necesidades y las aspiraciones de la mayoría de la población, los trabajadores europeos: reparto de la riqueza, defensa y ampliación del derecho a la jubilación, recuperación de los servicios públicos, erradicación de la precariedad, lucha implacable contra la pobreza y las desigualdades, transición ecológica...
Trabajadores europeos: ¡no os resignéis! El sector financiero no puede enfrentarse a los pueblos que luchan. La verdadera riqueza es fruto del trabajo humano. Si se movilizan, los trabajadores europeos pueden acabar con las orgías financieras y comenzar a construir por fin un mundo más justo y humano.
Traducido por Elvira Hdez.
Fuente: http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article1023
Alemania, examinada críticamente por filólogos y expertos. Se está repitiendo la ridiculización de las personas buenas, lo que ya practicaba el jefe de la propaganda nazi Joseph Goebbels en los años treinta.
La trivialización de los asesinatos nazis de emigrantes, el "buenismo" y la "democracia acorde con el mercado" de Merkel, examinadas críticamente por filólogos y expertos
La Sociedad de la Lengua Alemana (GfdS), veterana organización financiada por el ministerio de cultura y dedicada al cuidado y la investigación del idioma, divulgó ayer su "palabra del año 2011". El rito, con más de treinta años de historia, elige críticamente una palabra o concepto considerado característico del año transcurrido. Este año el concepto seleccionado ha sido el término "Döner-Morde", o "asesinatos del döner-kebab", referido a esa popular especialidad turca que en Alemania se vende en forma de bocadillo de carne asada.
Durante muchos años esos "asesinatos del kebab" designaron, o más bien trivializaron, la cadena de nueve asesinatos en serie contra emigrantes turcos, frecuentemente empleados de puestos callejeros como los que expenden kebab, entre 2000 y 2007. En 2011 se desveló que aquella serie, atribuida a ajustes de cuentas entre emigrantes, fue obra de un grupo terrorista neonazi que también mató a una policía, cometió muchos atracos y puso dos bombas, que ocasionaron 23 heridos en barrios de gran concentración de emigrantes.
El veredicto de la GfdS resalta el "tenor racista de la expresión" que se impuso por completo en el lenguaje hasta que se descubrió como, "una cadena de asesinatos terroristas que había sido etiquetada como estereotipo folclórico", con lo que las víctimas "fueron discriminadas por su origen emigrante".
Otras palabras que llamaron la atención de la mencionada sociedad como características en el lenguaje del año, fueron el término "Gutmensch", literalmente "buen hombre", es decir el sujeto de lo que en su acepción sustantivada se traduce en castellano como "buenismo", un concepto acuñado por el jefe de la propaganda nazi Joseph Goebbels en los años treinta, que fue desempolvado por el discurso "neocon" en Estados Unidos y Europa, donde es de uso corriente.
El jurado, en el que figura el ex secretario general de la CDU de Angela Merkel, Heiner Geissler, considera que ese término, "ataca el ideal ético de la buena persona de una forma mezquina" con el fin de, "difamar rutinariamente a quienes piensan diferente sin examinar sus argumentos, menospreciándolos como ingenuos".
Otras palabras que han sido examinadas este año fueron "Stresstest" ("prueba de esfuerzo"), la fraudulenta prueba que pretendió medir el estado de salud de las entidades bancarias, y también "Merkozy", aplicada a la igualmente frágil y engañosa alianza entre el presidente francés, Nikolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, en el manejo de la eurocrisis. Un concepto de Merkel, el de "democracia conforme con el mercado", también ha llamado la atención del jurado como ejemplo de, "relativización muy inadecuada del principio según el cual la democracia es una norma absoluta incompatible con cualquier conformidad".
El año pasado el término seleccionado fue "Wutbürger" ("ciudadano irritado") inspirado en la protesta de los vecinos de Stuttgart contra una faraónica nueva estación ferroviaria, que contribuyó a hacer caer un gobierno pero no el proyecto en sí.
En 2009 la palabra seleccionada fue "Abwrackprämie", el "subsidio de desguace", una de las medidas del gobierno para capear la caída de ventas de coches, mediante el subsidio a quien se deshiciera de su coche antiguo para hacerse con uno nuevo. También se mencionó la expresión "kriegsänhliche Zustände", algo así como "situación semejante a la de una guerra", acuñada por un ministro de defensa para describir la guerra de Afganistán, después de que la muerte de más de un centenar de civiles afganos en una sola acción militar desencadenada por el ejército alemán complicara el discurso oficial según el cual, la mencionada guerra es algo parecido a una campaña internacional de ayuda humanitaria.
Rafael Poch, La Vanguardia.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120118/54245025335/alemania-examinada-criticamente-filologos-expertos.html
La Sociedad de la Lengua Alemana (GfdS), veterana organización financiada por el ministerio de cultura y dedicada al cuidado y la investigación del idioma, divulgó ayer su "palabra del año 2011". El rito, con más de treinta años de historia, elige críticamente una palabra o concepto considerado característico del año transcurrido. Este año el concepto seleccionado ha sido el término "Döner-Morde", o "asesinatos del döner-kebab", referido a esa popular especialidad turca que en Alemania se vende en forma de bocadillo de carne asada.
Durante muchos años esos "asesinatos del kebab" designaron, o más bien trivializaron, la cadena de nueve asesinatos en serie contra emigrantes turcos, frecuentemente empleados de puestos callejeros como los que expenden kebab, entre 2000 y 2007. En 2011 se desveló que aquella serie, atribuida a ajustes de cuentas entre emigrantes, fue obra de un grupo terrorista neonazi que también mató a una policía, cometió muchos atracos y puso dos bombas, que ocasionaron 23 heridos en barrios de gran concentración de emigrantes.
El veredicto de la GfdS resalta el "tenor racista de la expresión" que se impuso por completo en el lenguaje hasta que se descubrió como, "una cadena de asesinatos terroristas que había sido etiquetada como estereotipo folclórico", con lo que las víctimas "fueron discriminadas por su origen emigrante".
Otras palabras que llamaron la atención de la mencionada sociedad como características en el lenguaje del año, fueron el término "Gutmensch", literalmente "buen hombre", es decir el sujeto de lo que en su acepción sustantivada se traduce en castellano como "buenismo", un concepto acuñado por el jefe de la propaganda nazi Joseph Goebbels en los años treinta, que fue desempolvado por el discurso "neocon" en Estados Unidos y Europa, donde es de uso corriente.
El jurado, en el que figura el ex secretario general de la CDU de Angela Merkel, Heiner Geissler, considera que ese término, "ataca el ideal ético de la buena persona de una forma mezquina" con el fin de, "difamar rutinariamente a quienes piensan diferente sin examinar sus argumentos, menospreciándolos como ingenuos".
Otras palabras que han sido examinadas este año fueron "Stresstest" ("prueba de esfuerzo"), la fraudulenta prueba que pretendió medir el estado de salud de las entidades bancarias, y también "Merkozy", aplicada a la igualmente frágil y engañosa alianza entre el presidente francés, Nikolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, en el manejo de la eurocrisis. Un concepto de Merkel, el de "democracia conforme con el mercado", también ha llamado la atención del jurado como ejemplo de, "relativización muy inadecuada del principio según el cual la democracia es una norma absoluta incompatible con cualquier conformidad".
El año pasado el término seleccionado fue "Wutbürger" ("ciudadano irritado") inspirado en la protesta de los vecinos de Stuttgart contra una faraónica nueva estación ferroviaria, que contribuyó a hacer caer un gobierno pero no el proyecto en sí.
En 2009 la palabra seleccionada fue "Abwrackprämie", el "subsidio de desguace", una de las medidas del gobierno para capear la caída de ventas de coches, mediante el subsidio a quien se deshiciera de su coche antiguo para hacerse con uno nuevo. También se mencionó la expresión "kriegsänhliche Zustände", algo así como "situación semejante a la de una guerra", acuñada por un ministro de defensa para describir la guerra de Afganistán, después de que la muerte de más de un centenar de civiles afganos en una sola acción militar desencadenada por el ejército alemán complicara el discurso oficial según el cual, la mencionada guerra es algo parecido a una campaña internacional de ayuda humanitaria.
Rafael Poch, La Vanguardia.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120118/54245025335/alemania-examinada-criticamente-filologos-expertos.html
martes, 17 de enero de 2012
Indignados en EE.UU. conmemoran el nacimiento de Martin Luther King
El movimiento Ocupar Wall Street (OWS) realiza hoy en todo el país vigilias para conmemorar el nacimiento de Martin Luther King, cuyo sueño de igualdad racial y económica es enarbolada también por los llamados indignados.
En su portal web, integrantes de OWS llamaron a sus seguidores a reunirse e iluminar viviendas, centros de trabajo, plazas y lugares públicos este domingo a fin de compartir un mensaje de promoción de un mundo más equitativo.
Indicaron que en otras naciones se realizarán acciones similares a las previstas en Nueva York, Nueva Orleáns, y otras urbes estadounidenses, para recordar el aniversario 83 del natalicio del luchador social.
Nos uniremos para dar fuerza a un gran sueño global, que todos hemos soñado durante miles de años.
Cantaremos porque las canciones por la libertad son el alma de este movimiento; juntos haremos que el sueño de King sea realidad, indicaron en un comunicado.
En días recientes, los indignados volvieron a acaparar la atención mediática después que unos 300 integrantes de OWS en Nueva York retornaron al Parque Zuccotti, en el sur de Manhattan, el sitio donde iniciaron las protestas de los pacifistas. Prensa Latina, Fuente, http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=468225&Itemid=1
En su portal web, integrantes de OWS llamaron a sus seguidores a reunirse e iluminar viviendas, centros de trabajo, plazas y lugares públicos este domingo a fin de compartir un mensaje de promoción de un mundo más equitativo.
Indicaron que en otras naciones se realizarán acciones similares a las previstas en Nueva York, Nueva Orleáns, y otras urbes estadounidenses, para recordar el aniversario 83 del natalicio del luchador social.
Nos uniremos para dar fuerza a un gran sueño global, que todos hemos soñado durante miles de años.
Cantaremos porque las canciones por la libertad son el alma de este movimiento; juntos haremos que el sueño de King sea realidad, indicaron en un comunicado.
En días recientes, los indignados volvieron a acaparar la atención mediática después que unos 300 integrantes de OWS en Nueva York retornaron al Parque Zuccotti, en el sur de Manhattan, el sitio donde iniciaron las protestas de los pacifistas. Prensa Latina, Fuente, http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=468225&Itemid=1
Nadie entiende la deuda
En 2011, como en 2010, Estados Unidos experimentaba una recuperación técnica, pero seguía sufriendo un desempleo desastrosamente alto. Y a lo largo de la mayor parte de 2011, como en 2010, casi todas las conversaciones en Washington giraban en torno a otra cosa: el problema supuestamente urgente de reducir el déficit público.
Los países con Gobiernos estables y responsables han sido capaces de vivir con niveles de deuda elevados Este enfoque inapropiado dice mucho sobre nuestra cultura política, en concreto sobre lo desconectado que está el Congreso del sufrimiento de los estadounidenses de a pie. Pero también revela algo más: cuando la gente en Washington habla de déficits y deuda, la inmensa mayoría no tiene ni idea de lo que está hablando, y la gente que más habla es la que menos entiende.
Lo más evidente es quizá que los "expertos" económicos en los que confía gran parte del Congreso han estado totalmente equivocados una y otra vez sobre los efectos a corto plazo de los déficits públicos. La gente que obtiene sus análisis económicos de instituciones como la Fundación Heritage lleva esperando desde que el presidente Obama asumió el cargo a que el déficit público disparase los tipos de interés. El día menos pensado.
Y mientras ha estado esperando, esos tipos han descendido hasta mínimos históricos. Se podría pensar que esto llevaría a los políticos a cuestionar su elección de expertos (es decir, se podría pensar eso si no supiéramos nada sobre la política posmoderna no basada en hechos).
Pero Washington no se confunde solo en lo que respecta al corto plazo; también está confundido acerca del largo plazo. Porque aunque la deuda pueda ser un problema, la forma en que nuestros políticos y lumbreras piensan en la deuda es incorrecta y exagera el tamaño del problema.
Los que se preocupan por el déficit retratan un futuro en el que nos vemos empobrecidos por la necesidad de devolver el dinero que hemos tomado prestado. Ven a EE UU como una familia que pidió una hipoteca demasiado alta y que se ve en apuros para pagar las cuotas mensuales. Sin embargo, esta es una analogía realmente mala por lo menos en dos sentidos.
En primer lugar, las familias tienen que devolver su deuda. Los Gobiernos, no; todo lo que tienen que hacer es asegurarse de que la deuda aumenta más lentamente que su base imponible. La deuda de la II Guerra Mundial nunca se devolvió; sencillamente, se fue volviendo cada vez más irrelevante, a medida que la economía estadounidense crecía, y con ella, la renta sometida a tributación.
En segundo lugar, y esto es lo que nadie parece entender, una familia excesivamente endeudada debe dinero a otra persona; la deuda estadounidense es, en gran medida, dinero que nos debemos a nosotros mismos.
Esto era claramente cierto en el caso de la deuda en que incurrimos para ganar la Segunda Guerra Mundial. Los contribuyentes asumieron la responsabilidad de una deuda que era significativamente más elevada, como porcentaje del PIB, que la deuda actual; pero los titulares de esa deuda también eran los contribuyentes, como la gente que compraba bonos de ahorro. De modo que la deuda no hizo más pobre a los Estados Unidos de la posguerra. En concreto, la deuda no impidió que la generación de la posguerra experimentara el mayor aumento de la renta y el nivel de vida en la historia de nuestra nación.
Pero esta vez es diferente, ¿no? No tanto como creen.
Es verdad que ahora los extranjeros poseen grandes intereses en EE UU, entre ellos una buena cantidad de deuda pública. Pero cada dólar de participaciones extranjeras en Estados Unidos se ve igualado por 89 céntimos de participaciones estadounidenses en el extranjero. Y como los extranjeros tienden a hacer sus inversiones en Estados Unidos en activos seguros y de baja rentabilidad, EE UU gana en la práctica más por sus activos en el extranjero de lo que paga a los inversores extranjeros. Si se han hecho la idea de que es un país profundamente endeudado con los chinos, les han informado mal. Y tampoco estamos avanzando rápidamente en esa dirección.
Claro que el hecho de que la deuda federal no implique ni mucho menos que el futuro de Estados Unidos esté hipotecado no quiere decir que la deuda no sea perjudicial. Para pagar los intereses hay que recaudar impuestos, y no hay que ser un ideólogo de derechas para reconocer que los impuestos suponen algún coste para la economía, aunque solo sea porque apartan los recursos de las actividades productivas y los desvían hacia la elusión y la evasión de impuestos. Pero estos costes son mucho menos trágicos de lo que la analogía de la familia excesivamente endeudada podría dar a entender.
Y esa es la razón por la que los países con Gobiernos estables y responsables -o sea, Gobiernos que están dispuestos a elevar moderadamente los impuestos cuando la situación lo exige- han sido por regla general capaces de vivir con niveles de deuda mucho más elevados de lo que la opinión convencional nos induciría a pensar. Gran Bretaña, en concreto, ha tenido una deuda superior al 100% del PIB durante 81 de los últimos 170 años. Cuando Keynes escribía sobre la necesidad de gastar para salir de una depresión, Gran Bretaña estaba más endeudada que cualquier país desarrollado hoy en día, con la excepción de Japón.
Naturalmente, EE UU, con su movimiento conservador furibundamente antiimpuestos, podría no tener un Gobierno que sea responsable en ese sentido. Pero en ese caso, la culpa no es de la deuda, sino nuestra.
De modo que, sí, la deuda es importante. Pero en estos momentos hay cosas más importantes. Necesitamos más, no menos, gasto público para sacarnos de la trampa del desempleo. Y la terca y desinformada obsesión con la deuda se interpone en el camino.
Paul Krugman. Sin Permiso
Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008.
Fuente, http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4655
Los países con Gobiernos estables y responsables han sido capaces de vivir con niveles de deuda elevados Este enfoque inapropiado dice mucho sobre nuestra cultura política, en concreto sobre lo desconectado que está el Congreso del sufrimiento de los estadounidenses de a pie. Pero también revela algo más: cuando la gente en Washington habla de déficits y deuda, la inmensa mayoría no tiene ni idea de lo que está hablando, y la gente que más habla es la que menos entiende.
Lo más evidente es quizá que los "expertos" económicos en los que confía gran parte del Congreso han estado totalmente equivocados una y otra vez sobre los efectos a corto plazo de los déficits públicos. La gente que obtiene sus análisis económicos de instituciones como la Fundación Heritage lleva esperando desde que el presidente Obama asumió el cargo a que el déficit público disparase los tipos de interés. El día menos pensado.
Y mientras ha estado esperando, esos tipos han descendido hasta mínimos históricos. Se podría pensar que esto llevaría a los políticos a cuestionar su elección de expertos (es decir, se podría pensar eso si no supiéramos nada sobre la política posmoderna no basada en hechos).
Pero Washington no se confunde solo en lo que respecta al corto plazo; también está confundido acerca del largo plazo. Porque aunque la deuda pueda ser un problema, la forma en que nuestros políticos y lumbreras piensan en la deuda es incorrecta y exagera el tamaño del problema.
Los que se preocupan por el déficit retratan un futuro en el que nos vemos empobrecidos por la necesidad de devolver el dinero que hemos tomado prestado. Ven a EE UU como una familia que pidió una hipoteca demasiado alta y que se ve en apuros para pagar las cuotas mensuales. Sin embargo, esta es una analogía realmente mala por lo menos en dos sentidos.
En primer lugar, las familias tienen que devolver su deuda. Los Gobiernos, no; todo lo que tienen que hacer es asegurarse de que la deuda aumenta más lentamente que su base imponible. La deuda de la II Guerra Mundial nunca se devolvió; sencillamente, se fue volviendo cada vez más irrelevante, a medida que la economía estadounidense crecía, y con ella, la renta sometida a tributación.
En segundo lugar, y esto es lo que nadie parece entender, una familia excesivamente endeudada debe dinero a otra persona; la deuda estadounidense es, en gran medida, dinero que nos debemos a nosotros mismos.
Esto era claramente cierto en el caso de la deuda en que incurrimos para ganar la Segunda Guerra Mundial. Los contribuyentes asumieron la responsabilidad de una deuda que era significativamente más elevada, como porcentaje del PIB, que la deuda actual; pero los titulares de esa deuda también eran los contribuyentes, como la gente que compraba bonos de ahorro. De modo que la deuda no hizo más pobre a los Estados Unidos de la posguerra. En concreto, la deuda no impidió que la generación de la posguerra experimentara el mayor aumento de la renta y el nivel de vida en la historia de nuestra nación.
Pero esta vez es diferente, ¿no? No tanto como creen.
Es verdad que ahora los extranjeros poseen grandes intereses en EE UU, entre ellos una buena cantidad de deuda pública. Pero cada dólar de participaciones extranjeras en Estados Unidos se ve igualado por 89 céntimos de participaciones estadounidenses en el extranjero. Y como los extranjeros tienden a hacer sus inversiones en Estados Unidos en activos seguros y de baja rentabilidad, EE UU gana en la práctica más por sus activos en el extranjero de lo que paga a los inversores extranjeros. Si se han hecho la idea de que es un país profundamente endeudado con los chinos, les han informado mal. Y tampoco estamos avanzando rápidamente en esa dirección.
Claro que el hecho de que la deuda federal no implique ni mucho menos que el futuro de Estados Unidos esté hipotecado no quiere decir que la deuda no sea perjudicial. Para pagar los intereses hay que recaudar impuestos, y no hay que ser un ideólogo de derechas para reconocer que los impuestos suponen algún coste para la economía, aunque solo sea porque apartan los recursos de las actividades productivas y los desvían hacia la elusión y la evasión de impuestos. Pero estos costes son mucho menos trágicos de lo que la analogía de la familia excesivamente endeudada podría dar a entender.
Y esa es la razón por la que los países con Gobiernos estables y responsables -o sea, Gobiernos que están dispuestos a elevar moderadamente los impuestos cuando la situación lo exige- han sido por regla general capaces de vivir con niveles de deuda mucho más elevados de lo que la opinión convencional nos induciría a pensar. Gran Bretaña, en concreto, ha tenido una deuda superior al 100% del PIB durante 81 de los últimos 170 años. Cuando Keynes escribía sobre la necesidad de gastar para salir de una depresión, Gran Bretaña estaba más endeudada que cualquier país desarrollado hoy en día, con la excepción de Japón.
Naturalmente, EE UU, con su movimiento conservador furibundamente antiimpuestos, podría no tener un Gobierno que sea responsable en ese sentido. Pero en ese caso, la culpa no es de la deuda, sino nuestra.
De modo que, sí, la deuda es importante. Pero en estos momentos hay cosas más importantes. Necesitamos más, no menos, gasto público para sacarnos de la trampa del desempleo. Y la terca y desinformada obsesión con la deuda se interpone en el camino.
Paul Krugman. Sin Permiso
Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008.
Fuente, http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4655
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