El lingüista Noam Chomsky
NO elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios.(1)
It’s a fake. I don’t know the source. Some of it is drawn from, or similar to, things I’ve said. But it is not mine. —Noam Chomsky
En una bonita versión ilustrada del famoso texto, realizada por Germán Ferrero ("Ger"), este artista gráfico nos cuenta que, después de ilustrar el Decálogo, entró en contacto con el propio Chomsky, quien desmintió rotundamente ser el autor. Chomsky le indicó además que, a pesar de su insistencia en desmentir la autoría, se la siguen atribuyendo. Escribe Ger en el prólogo de su versión ilustrada: Como me dijo Noam, 'una vez que algo está en Internet parece imposible de erradicar'.
Chomsky con Jean Bricmont, durante una conferencia conjunta en Bruselas, en marzo de 2011
En octubre de 2010, uno de los colaboradores europeos más habituales de Noam Chomsky, el físico belga de ideología anarquista, Jean Bricmont, decidió escribir un artículo para desmentir la falsa autoría, al ver que el error continuaba propagándose por la Red. Aunque Bricmont era ya una figura conocida en los círculos de la izquierda crítica, tanto por sus escritos como por su activismo y colaboraciones con Chomsky, adquirió especial notoriedad tras la publicación en 2005 de su obra Impérialisme humanitaire. Droits de l’homme, droit d’ingérence, droit du plus fort? (4), cuyo extenso prólogo de 40 páginas es de Noam Chomsky (5). Bricmont también publicó diferentes obras con Chomsky (6), además de artículos. Esta cercanía a Chomsky, el conocimiento de su obra y pensamiento y la amistad que les unía, condujo a Bricmont a publicar el 11 de octubre de 2010 un artículo destinado a zanjar la polémica sobre la falsa autoría. Dicho artículo, que llevaba por título A propos des « dix stratégies de manipulation de masses » attribué à Noam Chomsky, fue publicado en Le Grand Soir, Journal Militant d'Information Alternative.
En dicho artículo, Bricmont recoge las palabras de Chomsky sobre la atribución de autoría en relación con el polémico Decálogo:
Como este texto parece ser una simplificación y distorsión de su pensamiento [se refiere al de Chomsky], y como además no pude encontrar su equivalente en inglés, para llegar al fondo de la cuestión le pregunté a él por el texto. Ésta fue su respuesta: "No tengo ni idea de dónde salió eso. Yo no hice esa compilación (...). Supongo que quien lo hizo podría argumentar que son interpretaciones de lo que yo escribí aquí y allá, pero desde luego no de esa forma ni esa lista" (7)
Aunque no hubiesen existido estos desmentidos y otros que no hemos mencionado, es difícil llegar a entender que se haya llegado a dar tanta credibilidad a esta falsa autoría. Como mencionaba Bricmont en su artículo, el hecho de que en inglés la autoría a Chomsky esté mucho menos extendida y sea relativamente reciente, de entrada debiera hacernos sospechar.
Que no exista referencia alguna en la bibliografía oficial de Chomsky (ver www.chomsky.info), ni en las bibliografías oficiosas y que nadie fuese capaz de citar la fuente original, también habría sido suficiente para darnos cuenta que estábamos ante un fake. Como nos recuerda Naief Yehya en alguno de sus comentarios en revistareplicante.com, el hecho de que el Decálogo no apareciera en los websites que suelen publicar los textos de Chomsky, cuando menos habría aconsejado una mínima contrastación de la fuente.
Lo anterior es de aplicación incluso para aquellos que no llegan a ser expertos en la obra política de Chomsky. Ya entrando en contenidos, es verdad que para los no versados, resulta más complicado saber que algunos de los diez principios del Decálogo no encajan ni con calzador en el pensamiento del profesor emérito del MIT. Lo mismo es aplicable al estilo simplista de las 10 estrategias, que tiene nada que ver con el estilo de los trabajos de Chomsky. Como dice Bricmont en el artículo antes citado:
El aparente éxito de este texto, ilustra la incomprensión que, sobre el pensamiento de Chomsky en relación con la "manipulación", existe tanto entre algunos de sus partidarios como entre sus opositores.
Bricmont ilustra como ejemplo más visible del hecho anterior, la "10ª estrategia de manipulación". Nos dice:
El décimo principio refleja también por otra parte, fantasías comunes en la extrema izquierda, sobre el conocimiento que el "sistema" tendría del individuo medio gracias a "la biología, la neurobiología y la psicología aplicada", que es muy diferente de lo que piensa Chomsky, quien sabe que el conocimiento (verdadero) científico del ser humano es extremadamente limitado.
No obstante, la prueba más definitiva de que Chomsky no es el autor, la tenemos en algo tan sencillo como que el copyright del texto y el nombre del autor real, están perfectamente establecidos sin margen de error. Esto convierte en un ejercicio de irresponsabilidad intelectual la difusión de la falsa autoría. Injustificable y con un plus de gravedad en el caso de aquellos docentes universitarios e investigadores académicos que también han difundido el error, ya que en el caso de estos, más que nadie, están obligados a contrastar fuentes en base a los procedimientos universales establecidos por la praxis científica.
1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosaspara guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar, e inculto…
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
(1) Según Wikipedia: Chomsky, en cambio, no es el autor de “las 10 estrategias de manipulación mediática”, texto que se ha convertido en un fenómeno viral en Internet. El verdadero autor es el francés Sylvain Timsit. El documento fue publicado por primera vez en francés, en el año 2002, con el título original “Stratégies de manipulation”, en la web syti.net. El copyright del texto es de esa fecha y de dicho lugar y el texto todavía se encuentra en el sitio web de origen. El origen de la falsa atribución a Chomsky, estaría en el error que en su día cometió la agencia Pressenza, según ha manifestado Timsit.
https://lanaveva.wordpress.com/2012/03/10/estrategias-de-manipulacion/