viernes, 3 de noviembre de 2023

_- La huella del maltrato infantil: “Mi padre me decía que no servía para nada”.

_- Miles de niños padecen abusos constantes que cada vez son más visibles, aunque es un fenómeno difícil de cuantificar. 

 Alejandro —nombre ficticio— sufrió todos los días los insultos, gritos y palabras hirientes de su padre. Durante casi 18 años, tuvo que oír, una y otra vez, la misma frase, que se ha quedado grabada en su memoria: “No sirves para nada”. A sus 27 años, Alejandro reconoce que aunque “el maltrato lo tiene más cicatrizado”, hay días en los que confiar en sí mismo se le hace cuesta arriba: “Me ha afectado en mi autoestima y en la confianza en mí mismo”. La violencia que vivió toda su infancia y adolescencia no es un hecho aislado, sino que representa la realidad de miles de niños, niñas y adolescentes, aunque es un fenómeno difícil de cuantificar.

“Cuando hablamos de maltrato, se tiende a pensar en los golpes, en situaciones extremas. Pero hay un tipo de maltrato, el emocional, que tiene que ver con situaciones mucho más sutiles. Y, a veces, ni siquiera con insultos, sino con invalidar al niño, con no hacerse cargo de sus emociones, con limitar su autonomía o aislarlo”, explica la psicóloga clínica María Marín. Muchos de estos comportamientos están normalizados en las familias.

Cristina Sanjuán, especialista en protección a la infancia de Save The Children, confirma que una de las características del maltrato infantil es que se legitima y normaliza la violencia como forma de corrección y disciplina. “Se percibe a los niños y niñas como propiedad de sus padres y no se hace un enfoque de la infancia como sujeto de derechos”, dice Sanjuán.

El maltrato infantil en España es una lacra cuya extensión resulta difícil de calibrar. Una de las formas de abordarlo es a través de las denuncias: según los últimos datos del Ministerio del Interior, en 2021 se registraron 55.000 denuncias por comportamientos presuntamente delictivos que tenían como víctima a niños y adolescentes. Un año antes, coincidiendo con el periodo de confinamientos más estrictos de la pandemia, la cifra alcanzaba las 35.778 denuncias. El Ministerio de Derechos Sociales cuenta, por su parte, con el Registro Unificado de Maltrato Infantil (RUMI), en el que se incluyen los avisos realizados por profesores o familiares advirtiendo de la posibilidad de que un niño esté siendo maltratado. En 2021 dicho registro recogió 21.521 notificaciones; un año antes, fueron 15.688, y en 2019, 15.365.

¿Están aumentando las agresiones o existe menos tolerancia social ante este tipo de violencia? “Sospechamos que se están sacando a la luz más casos que antes estaban ocultos”, afirma la directora general de derechos de la infancia y de la adolescencia del Ministerio de Asuntos Sociales, Lucía Losoviz. Por su parte, el director de la Plataforma de la Infancia —una alianza de ONG del sector—, Ricardo Ibarra, admite que es imposible saber si la evolución responde a que existe una mayor sensibilización o si es están aumentando los delitos.

Lo más doloroso es que los menores que son víctimas de violencia la viven a menudo a diario. Alejandro recuerda, con un “nudo en la garganta”, los insultos que recibía de su padre por no encajar en el estereotipo de chico bueno en deportes. “Mi padre buscaba un chico ‘normal’, al que le gustara el fútbol, el baloncesto… y yo era muy torpe. Me insultaba y me decía inútil y que no valía para nada”. Otras veces, su padre se enfadaba y le gritaba o le daba una colleja. “Desde siempre, desde muy pequeño, fui maltratado por mi padre. Mi hogar no era un espacio seguro”, relata. Para Alejandro, estar en casa era una verdadera pesadilla: “Llegaba y no recibía ningún beso, ninguna caricia. Me encerraba en mi cuarto y lloraba solo, sin que nadie me escuchara. Si mi padre me veía llorar, me decía que era un maricón”.

Como Alejandro, la violencia contra la infancia forma parte de la cotidianidad de muchos niños, niñas y adolescentes. El director técnico y portavoz de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, dice que de los casi 5.500 casos de maltrato reportados en su teléfono de ayuda, en más de la mitad (55%) la frecuencia de la violencia contra la infancia era diaria y en un 56% se describían situaciones que duran más de un año, lo que aumenta la gravedad de las secuelas: “Estamos hablando de traumas más complejos. No es lo mismo vivir la experiencia un día, que te impacte y haga daño, que estar viviéndolo diariamente”. Ballesteros añade: “Llega un momento en el que muchos menores lo normalizan. Cuando hablan con nosotros lo justifican y hasta piensan que son merecedores de ese tipo de violencia”.

Los expertos coinciden en que al ser sus padres quienes les maltratan se genera una ambivalencia afectiva: por un lado, son figuras de referencia que deberían cuidarles y, por otro, les están haciendo daño. Eso provoca un proceso de normalización, de interiorización de la violencia, también como una forma de resolver conflictos o problemas. “Al final el niño crece con esa imagen de sí mismo, que no es válido, con que se merece el castigo y que el amor va ligado a la violencia. Con la idea de que si alguien me cuida, también está legitimado para agredirme”, señala la psicóloga María Marín.

Esa normalización tiene entre sus efectos que las víctimas, con frecuencia, tarden en revelar lo que les sucede. Alejandro nunca contó a nadie lo que vivió durante años. “Me lo quedaba todo para mí. Tanto en secundaria como en primaria. De hecho, creo que nadie sabe lo que viví”, dice. Marín asegura que cuando son pequeños “tienen miedo de contarlo porque no hay una persona fiable en el entorno” y se sienten culpables. Otras veces, añade, los niños no saben que no está bien: “Todos estos comportamientos de maltrato, que ejercen las figuras primarias, se revisten de cariño con frases como: ‘Lo hago por tu bien’, o: ‘Mira lo que me haces hacer’”. Ricardo Ibarra, de la Plataforma de la Infancia, tercia: “Muchos casos se denuncian años después, precisamente, porque el niño ha entendido, cuando ha sido adulto, lo que ha sufrido y lo que ha vivido. Estamos viendo la punta del iceberg”.

Las secuelas a largo plazo

El abuso emocional que Alejandro vivió durante más de una década ha dejado huellas en su vida. Muchas veces es “bastante negativo” consigo mismo y tiene una baja autoestima: “Cuando no me sale algo enseguida, me sale el pensamiento negativo de: soy un inútil, no valgo para nada. Esa frase sigo teniéndola, es verdad que con menos intensidad que cuando era pequeño, pero no se ha ido, sigue ahí”.

María Marín resalta que el maltrato en la infancia afecta a todo el desarrollo, tanto físico como emocional. “Vemos que un porcentaje nada desdeñable de adultos que están en las consultas de salud mental, han sufrido maltrato en su infancia”, explica. En otros casos, si no se trata el problema a tiempo, dice la especialista en protección Cristina Sanjuán, se puede perpetuar el círculo de la violencia.

El maltrato que sufrió Alejandro cesó cuando sus padres se separaron. Él tenía 18 años. Desde entonces, no ha vuelto a hablar con su padre. Alejandro lleva cuatro meses en terapia psicológica y ha logrado gestionar mejor sus emociones. “La psicóloga me ha dicho que tengo bloqueo emocional con ciertas etapas de mi vida”, relata. Ha encontrado sus “lugares seguros” en su pareja, madre y amigos. Y en un cuadernillo donde escribe todos sus recuerdos felices. “Cuando estoy pocho o me siento mal, tomo la libreta, lo leo y hace que me sienta mejor. Me reconforta”.

jueves, 2 de noviembre de 2023

_- Occidente, matar las palabras

_- Fuentes: La Jornada - Imagen: Madre palestina sostiene el cuerpo de su hijo asesinado por un bombardeo israeli, 23 de octubre de 2023. Fuente: Al Jazeera.


La organización Save the Children denunció que cada 15 minutos un menor de edad muere en Gaza por culpa de los bombardeos indiscriminados que lleva a cabo Israel, por lo que los niños representan un tercio del total de muertes en el enclave palestino

Al mismo tiempo, el ejército israelí advierte públicamente que no tiene ninguna intención de respetar los hospitales y amenaza con destruir el de Al Quds, como ya hizo, de acuerdo con varias versiones de los hechos, con el nosocomio cristiano de Al-Ahli, donde fueron masacradas más de 500 personas.

Pese a esto y muchas otras señales incontestables de que a estas alturas las operaciones bélicas de Tel Aviv no tienen nada que ver con su derecho a la autodefensa ni con el combate a grupos extremistas, sino con una limpieza étnica y un genocidio contra el pueblo palestino, gobiernos y corporaciones de Occidente censuran cualquier crítica a la política del premier Benjamin Netanyahu, así como todo llamado a la solidaridad con las víctimas.

Desde el comienzo de las represalias israelíes en respuesta al ataque llevado a cabo por la facción fundamentalista Hamas el 7 de octubre, los grandes medios de comunicación occidentales han reforzado la narrativa que desvía cualquier culpa de Israel y hace pasar como verdugos a los millones de palestinos que subsisten apiñados en campos de refugiados o encerrados en la franja de Gaza, y que en Cisjordania cada día se encuentran sometidos a controles draconianos, además de sufrir el riesgo constante de ser expulsados de sus hogares por la construcción de nuevos asentamientos ilegales para colonos israelíes ultranacionalistas. En la prensa escrita o digital, así como en las plataformas de redes sociales basadas en Estados Unidos o sus aliados, se oculta de manera sistemática que la situación actual es producto, en gran medida, de la histórica violación por parte de Tel Aviv de todas las resoluciones de la ONU que lo conminan a permitir la existencia de los palestinos, de su política de exterminio y del obtuso cierre de cualquier salida negociada a los diferendos en torno a las tierras donde en 1948 se impuso el Estado de Israel.

La mordaza va más allá de los medios: en estas semanas, toda figura pública que expresa algún asomo de crítica hacia la matanza que tiene lugar en Gaza ha sido castigada con el rompimiento de vínculos laborales o contractuales por parte de empleadores, socios o patrocinadores, lo que ha impuesto una censura que poco se diferencia de las que caracterizan a los regímenes totalitarios. La asfixia económica y el ostracismo alcanzan a deportistas, miembros del mundo del espectáculo e incluso a la comunidad cultural, presunto baluarte de las libertades de las que presume Occidente; por ejemplo, la Feria Internacional del Libro de Fráncfort suspendió la entrega del Premio LiBeraturpreis a la escritora palestina Adania Shibli en plena solidaridad con Israel, una atrocidad que fue criticada por 600 autores y editores. Berlín, Londres y París han prohibido por completo las manifestaciones de apoyo a Palestina, mientras Washington ha detenido a centenares de personas por participar en protestas contra lo que algunos integrantes de la propia comunidad judía no titubean en calificar de genocidio.

En suma, el conflicto en Medio Oriente ha vuelto a desnudar la hipocresía de las grandes potencias occidentales, cuyos gobernantes y magnates se arrogan la facultad de dictar al resto del planeta cómo conducir sus asuntos internos, así como de extender o retirar certificaciones en materia de respeto a los derechos humanos, mientras asesinan a la libertad de expresión para proteger los intereses de sus cómplices. Hoy queda más claro que nunca: cuando se habla del conflicto palestino-israelí, se requiere un enorme valor y un inquebrantable compromiso ético para decir la verdad.

Fuente: 

_- Demasiados paseos nocturnos al baño: qué es la nocturia y cómo puede atajarse

Mujer desvelada

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Pie de foto,

_- Las interrupciones durante la noche afecta nuestro descanso y calidad de vida.

Ana Isabel Cobo Cuenca y Antonio Sampietro Crespo
El otro día, los padres de una amiga se quejaban de que no duermen bien. Al hecho de ser mayores se suma que se despiertan muchas veces para ir al baño, y por la mañana se levantan bastante cansados.

Estas quejas son más comunes de lo que pensamos y tienen un nombre: nocturia del adulto. Según la Sociedad Internacional de Continencia, se define exactamente como la necesidad de despertarse para orinar al menos dos veces por la noche.

Este problema, que afecta al sueño y a la calidad de vida, es más frecuente según envejecemos. Se estima que tres de cada cinco personas mayores de 70 años la sufren, aunque también se puede dar en edades más tempranas. Y afecta por igual a hombres y mujeres.

Un amplio abanico de causas Dos causas pueden dar origen a la nocturia: la disminución de la capacidad de la vejiga y/o una mayor producción de orina, lo que se conoce como poliuria.

En el primer caso, hablamos de un órgano con una capacidad de entre 300-600 ml, que puede verse reducida a su vez por dos factores:

Una alteración anatómica. En hombres, lo más común es que se deba a una hipertrofia benigna de la próstata, y en mujeres, a la obesidad y el prolapso de órganos pélvicos.

Problemas funcionales como síndrome de vejiga hiperactiva, cistitis, infecciones…

En lo que se refiere a la poliuria, la producción nocturna de orina suele disminuir por la acción de la hormona antidiurética, pero a medida que cumplimos años, la liberación de esta sustancia se reduce por la noche.

Esta es una de las principales causas, aunque también pueden precipitarla diversas enfermedades –diabetes, estados edematosos producidos por insuficiencia venosa o insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial…–, el aumento de la ingesta de líquidos por la tarde-noche y el consumo de cafeína, alcohol o tabaco.

Con la edad se agudiza el problema, pero no es exclusivo de gente mayor.

Además, hay medicamentos cuyos efectos secundarios pueden aumentar la producción de orina o alterar la función de la vejiga. Los más comunes son:

Diuréticos: se usan para tratar la retención de líquidos y reducir la presión arterial.

Anticolinérgicos: suelen utilizarse para tratar el síndrome de vejiga hiperactiva. Pueden interferir con las señales nerviosas que controlan este órgano y causar un aumento en la frecuencia urinaria, incluida la nocturia.

Medicamentos para la hipertensión arterial, como los antagonistas de los canales de calcio y los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina.

Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonia, que bloquean la acción de la hormona antidiurética.

El litio, un fármaco utilizado para tratar el trastorno bipolar.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas que toman estos medicamentos experimentarán nocturia como efecto secundario.

Si alguien sospecha que tiene este efecto o está preocupado por dicho síntoma, es importante que hable con su médico o médica, para que le proporcionen alternativas o ajusten el tratamiento.

Cinco medidas para atajarla

El manejo de la nocturia debe plantearse individualmente, ya que influyen muchos factores. He aquí algunos consejos elementales.

1. Cambios en el estilo de vida: reducir el consumo de líquidos 4-6 horas antes de acostarse, evitar el alcohol y la cafeína por la noche, dejar de fumar y perder peso si hay sobrepeso. También es aconsejable orinar antes de acostarse y hacer ejercicios de suelo pélvico. Y si sufre retención de líquidos en piernas, conviene elevarlas unas horas antes de que llegue la noche.

Tres elementos que son mejor evitar: café, alcohol y tabaco.

2. Si la nocturia es causada por una dolencia, como diabetes o enfermedad cardíaca, tratarla adecuadamente puede reducir los síntomas. Es importante seguir los controles con los profesionales de salud de atención primaria.

3. Modificar horarios de tratamientos farmacológicos, diuréticos e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina. Se debe consultar primero con los profesionales de la salud para que puedan ajustar el tratamiento y minimizar los efectos secundarios.

4. El tratamiento de suelo pélvico y el entrenamiento de la vejiga con fisioterapeutas puede ser útil para enseñar a controlar mejor la micción.

5. A veces, tras una valoración individual, el médico o la médica pueden prescribir medicamentos para tratar la poliuria nocturna: diuréticos (administrados a media tarde), análogos de la hormona antidiurética y antidepresivos tricíclicos, que aumentan la producción de dicha hormona.

En resumen, aunque la nocturia es muy común en personas mayores, no deja de afectar al sueño y, por consiguiente, al descanso y a la calidad de vida.

Es conveniente consultarlo con los profesionales de Atención Primaria, que harán una valoración individualizada, teniendo en cuenta desde los hábitos de vida hasta la revisión de medicaciones y otras patologías.

*Ana Isabel Cobo Cuenca es profesora titular en la Universidad de Castilla la Macha (UCLM). Grupo IMCU, Universidad de Castilla-La Mancha. Antonio Sampietro Crespo es médico especialista en Urología, Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.


MERCADO LABORAL. Trabajar a doble jornada y no llegar a fin de mes: Jóvenes trabajando en un campo de cultivo de manzanas al norte de Grecia.

 La reforma laboral de Grecia condena a la precariedad

La norma que acaba de aprobar Grecia deroga el límite de la jornada laboral de ocho horas hasta ahora vigente y lo extiende hasta un máximo de 13 horas
Jóvenes trabajando en un campo de cultivo de manzanas al norte de Grecia
Jóvenes trabajando en un campo de cultivo de manzanas al norte de Grecia

Konstantinos Zafeiris repasa su tesis en un ordenador apoyado en la barra de un bar. Le queda un día para defenderla ante un tribunal y ser doctor en antropología por la Universidad de Egeo, en la isla griega de Lesbos. Konstantinos, de 33 años, tiene el ordenador en la barra porque es el camarero y aprovecha que a las dos de la tarde el establecimiento no está muy concurrido para estudiar. No puede hacerlo en sus ratos libres porque no tiene. Compagina ser camarero con las prácticas en la universidad; y con un tercer empleo para una importante fundación del sector cultural. Ninguna de sus tres ocupaciones le basta para cubrir el mínimo vital, por lo que asume con resignación que su jornada laboral habitual se acerque a las 14 horas.


La reforma laboral que acaba de aprobar Grecia deroga el límite de la jornada laboral de ocho horas hasta ahora vigente y posibilita que un empleado tenga dos contratos, con dos empresas diferentes, hasta un máximo de 13 horas al día. La reforma fue aprobada gracias a la mayoría absoluta de los conservadores de Nueva Democracia, que cuenta con 158 de los 300 escaños del Parlamento. La oposición votó en contra en bloque: desde los comunistas del KKE a la extrema derecha, pasando por la izquierda de Syriza, aunque los socialistas del Pasok votaron a favor de algunos artículos de menor importancia que consideraban obligatorios para armonizar la legislación helena a la comunitaria.

Para trabajadores como Konstantinos estar 13 horas en el tajo no es una novedad. El ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, defiende la medida con el argumento de que ya no lo harán en la economía sumergida. “Si los empresarios quieren”, puntualiza el antropólogo, “porque el gobierno en ningún momento ha manifestado que quiera aumentar las inspecciones laborales, y pone la responsabilidad en los trabajadores, en vez de en los empresarios”. El doctorando opina que el objetivo de la reforma es recaudar más vía impuestos, en ningún caso mejorar las condiciones de trabajo.

Gracias a sus tres empleos, Konstantinos gana aproximadamente 1.100 euros mensuales. Es prácticamente el mínimo que necesita para vivir de forma independiente. Si cobrara menos tendría que compartir casa porque no podría cubrir el alquiler. Con dos trabajos solo llegaba a los 800 euros, por eso buscó el tercero. A menudo, si queda con algún amigo, lo hace en el propio bar donde trabaja. No solo porque apenas tiene tiempo libre, sino porque así no gasta. “Los jefes lo saben y les parece bien que ocasionalmente invite a mis amigos, porque este tipo de favores les permiten pagarnos menos sin que nos quejemos”, dice con media sonrisa. No tiene familia. “Apenas me puedo permitir tener perro y me pienso mucho cuándo le llevo al veterinario”, lamenta.

Masoud Soleymaniilkhechi tiene la misma edad que Konstantinos. Es iraní y reside en Lesbos desde hace cinco años. Hace tres que trabaja con contrato y siempre ha metido más horas que las que marcaba la ley hasta la reforma. Por las mañanas, de 9.00 a 13.30, es traductor en una ONG que ayuda a otros refugiados como él. De 14.00 a 20.00 coordina los turnos de una clínica gestionada por otra ONG. Le pagan 300 y 600 euros mensuales respectivamente; parte del sueldo en b. Dice que son 100 euros menos de lo que necesitaría para vivir sin ahogos. Es ingeniero informático, pero no tiene esperanzas de trabajar en su sector. La única alternativa a su alcance es la hostelería. “Sinceramente, esto es peor que en Irán, pero en Grecia, a diferencia de allí, se puede empezar de cero”, cuenta con un toque de optimismo.

En Lesbos, donde viven Konstantinos y Masoud, los empleos más comunes son, por este orden, profesor de primaria o secundaria, militar y funcionario del Servicio de Asilo dependiente del Ministerio de Migraciones. Los trabajadores de los tres sectores son mileuristas. Según Masoud, lo peor del pluriempleo es el agotamiento físico y la imposibilidad de tener días completos libres, por la dificultad de librar en los dos puestos en el mismo día. Casi nunca come platos cocinados por él, porque no le da tiempo. “La reforma debería garantizar sueldos dignos, en vez de impulsar que tengamos varios trabajos”, se queja. Tiene novia, pero no se plantea casarse y tener hijos porque no sabría cómo afrontarlo con su sueldo.

Reforma del derecho a huelga
La ampliación de la jornada laboral no es el único punto polémico de la ley. Los sindicatos se oponen a un nuevo sistema que informatiza el conteo de horas trabajadas porque aumenta el control sobre los trabajadores, mientras el Gobierno lo defiende como la mejor manera de medir la productividad. Se aumenta el plazo de prueba de los contratos indefinidos hasta los 12 meses, en los cuales el despido es libre, sin preaviso y sin indemnización. Se crea una nueva modalidad de contratos de cero horas por el que una empresa puede tener en guardia a una persona durante días o meses, sin garantizar que en ese tiempo le vaya a contratar en algún momento. Y fija que el trabajador estará obligado a aceptar el horario decidido unilateralmente por la empresa cuando su jornada sea “imprevisible”.

Para Nikos Bosinakos, funcionario y delegado sindical en el Ministerio de Trabajo, “la ley manda un mensaje a los empresarios que se resume en ‘podéis hacer lo que queráis”. Katerina Yanoula, que también es delegada sindical pero en otro ministerio, el de Desarrollo Rural, cree que la nueva regulación es muy perjudicial, pero no es sino la continuación de revisiones anteriores aprobadas por gobiernos de Nueva Democracia, pero también Syriza, especialmente en lo relativo al punto que más escuece a los sindicatos: la modificación del derecho de huelga y la criminalización de los piquetes.

El diputado de Nueva Democracia, Thanos Plevris, representante del ala más dura del partido gobernante, fue el encargado de defender la reforma en el hemiciclo. “Nosotros no representamos a los sindicalistas profesionales que nunca han trabajado y lo único que saben hacer es cortar carreteras”, exclamó dirigiéndose a la bancada de la izquierda, antes de añadir que “en todas las regiones que ustedes llaman obreras, populares o rurales, quien gana las elecciones es Nueva Democracia”. La derecha cree que la penalización de los piquetes es la vía para acabar con “la dictadura de los comunistas”.

La ley califica la actividad de los piquetes como “violencia psicológica” contra los trabajadores que no quieren secundar la huelga y decreta penas de prisión de “al menos seis meses”, sin fijar un máximo, para los participantes en dicha actividad o para quien intervenga en ocupaciones de empresas. Bosinakos cree que esto no detendrá a las secciones sindicales “más combativas”, pero sí provocará dudas, reservas e inacción en las más moderadas. Yanoula considera que la respuesta social a la reforma laboral no ha estado a la altura. Entiende que el paro no tuvo un seguimiento masivo como convocatorias anteriores y culpa a los sindicatos que convocaron la huelga “tarde” y con apenas días de antelación al debate parlamentario. “Nadie quiere perder días de sueldo si cree que la batalla está perdida”, señala esta ingeniera agrónoma.

Konstantinos advierte de que la continua precarización de las condiciones de trabajo puede provocar, a medio plazo, falta de mano de obra: “Muchos jóvenes de mi generación se han acostumbrado tanto a los trabajos de temporada y a los trabajos inseguros que se han dado cuenta de que es mejor irse a Noruega a pasar el verano que quedarse a malvivir aquí”.

https://elpais.com/economia/2023-10-08/trabajar-a-doble-jornada-y-no-llegar-a-fin-de-mes-la-reforma-laboral-de-grecia-condena-a-la-precariedad.html

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Gaza alumbra en todas las mentes y corazones antiimperialistas

Hoy estamos aquí demostrando nuestro apoyo, con nuestras almas y corazones apoyamos a nuestros hermanos nuestro pueblo palestino, quienes han sufrido lo peor de la humanidad. Nicaragua es como nuestra segunda patria y siempre confiamos en ustedes por su apoyo están a nuestro lado y comparten nuestra historia de lucha. Palabras de Hamad Shehab en un encuentro de solidaridad con Palestina en Managua (Nicaragua).

Si la crisis del imperio es prueba evidente de su fracaso como sistema, y como solución pretendió emplearse en su deseo de acabar con Rusia para luego enterrar a China y alimentarse con los despojos, su enfermedad crónica la ha agudizado él solo, la inmensa mayoría se ha apartado y, ahora, el yanqui en armas busca con urgencia hacerlo olvidar a sus lacayos y conduciéndolos a “la solución final”, esa tan programada por sus sionazis.

Recuérdese que el vínculo programático ucronazi y sionazi es un único programa, invasión, ocupación, limpieza étnica, robo, genocidio, envuelto en celofán de agresión siempre por el que es objetivo de EEUU, de ahí que las aparentes dos partes, creación del “estado profundo” visionario estadounidense, hiciese que el fracaso en Europa lo recondujesen al segundo frente abierto: los genocidas yanquis quieren una victoria ante el mundo, ya ves, sobre la empobrecida y torturada Gaza. La provocación a los países que le ponen freno se ha destapado hasta límites que hacen pensar si el final de los que forman el grupo de strusianos, de su final imperial, no lo ven o lo ven y quieren el final del mundo antes que caer ellos.

La ciudadanía estadounidense empieza a temer lo que hacen sus dirigentes políticos y militares, ya hay gritos en las calles de numerosas ciudades, dimisiones y críticas entre los que sustentan el sistema. Son mucho más rápidos en su accionar los criminales, ansían el gas y el petróleo de Gaza y que su genocidio conduzca a una guerra contra Irán, Siria, y en esa dirección Rusia termine entrando, de esta manera encontrarían lo que buscaban, armando a Ucrania, en Medio Oriente.

Por de pronto una serie de sionazis europeos lacayos, Macron, Scholz, Sumak, Meloni, Mitsotakis, han ido sosteniendo la cola del traje del baboso Biden para comprometer sus servicios a Netanyahu y sus degenerados generales. ¿Habrá un tribunal internacional para todos ellos?

La unidad árabe que tanto se deseaba por los antiimperialistas se acelera en estos momentos, las fuerzas de la Resistencia Palestina y las de vecinos como Líbano prometen sumarse, y con ellos declaran que se ponen a su lado los gobiernos de la región, sus pueblos ya lo manifiestan diariamente movilizándose hasta las fronteras.

Desde los túneles de la Casa Blanca se mira a Irán, la provocación que el mundo oscuro sionazi de EEUU ya ha empezado a lanzar para que entre el país persa y le puedan culpar los regímenes europeos y sus batallones de escribientes para cubrir la espalda al imperio, no parece contar con que su imagen se ha caído y los psicópatas yanquis se han aislado, con ello su envenenamiento de la ciudadanía europea empieza a dejar de tener efecto con la lección criminal que han dado en Gaza.

Aun así la señal de desamparo que les crece a los genocidas no parece que les detenga, es posible que apuesten a la destrucción del mundo, por eso es fundamental la unión práctica antiimperialista con la máxima urgencia.

Irán tiene el Estrecho de Ormuz y el petróleo dejará de alimentar a los mercaderes financieros estadounidenses sionazis, a eso hay que añadir el petróleo de Arabia y sus vecinos que ya han declarado su posición respecto a Gaza: el crack de los juegos especulativos, los casinos bolsísticos yanquis, ingleses y europeos tiemblan. Gaza es el centro de la lucha geoestratégica y los criminales sionazis quieren realizar su proyecto supremacista colonial de invasión, ocupación, limpieza étnica y robo llevados de la mano del estado profundo gringo y su complejo militar industrial y financiero; ahí estan sus sucesivos boicots a la paz apoyada en la ONU por la inmensa mayoría, quieren ahogarnos en sangre para seguir siendo hegemónicos. Pero el mundo viene cambiando.

En el Mediterráneo y en el Mar Negro tenemos las fuerzas principales de un posible enfrentamiento, pero los yanquis consideran que poseen la bendición de su dios que es el programa para resolver su crisis en todos los niveles. Las fuerzas de Medio Oriente tienen de su parte además a China, cuyos amparos en busca de un orden mundial equilibrado da oxígeno a los resistentes al monstruo rabioso que alimentó la guerra “hasta el último ucraniano” y que ahora quiere tapar su debacle martirizando al centro cardinal del mundo, el pueblo de Gaza, el que alumbra todas las mentes y corazones.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Internacionalista e integrante de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Cuán rica llegó a ser realmente Argentina y cómo y cuándo comenzó su desplome económico

Imagen del obelisco y la avenida 9 de Julio en Buenos Aires

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Buenos Aires fue apodada "La París de Sudamérica" a principios del siglo XX.


"La Argentina arrancó el siglo XX siendo el país más rico del mundo, y hoy tiene 40% de pobres y 10% de indigentes".

Esta frase, repetida varias veces durante la campaña presidencial por el economista "libertario" Javier Milei -el candidato que lidera las encuestas para los comicios de este domingo- reproduce un concepto que subyace en el inconsciente de los argentinos: que esta nación, sumida desde hace décadas en sucesivas crisis económicas, supo alguna vez ser una superpotencia.

Son varios los motes que rememoran ese pasado glorioso. El más famoso es "el granero del mundo", una referencia al poderoso modelo agroexportador que llevó a Argentina a ser rica hace un siglo, y hoy sigue siendo su principal sustento económico.

También está "la París de Sudamérica", una alusión a la bella arquitectura de estilo europeo de la capital argentina, que hoy desentona con la realidad de un país en el que el 56% de los niños son pobres.

Estas nostálgicas frases son recuerdos de una época dorada que muchos en el país idealizan. Y que algunos políticos, como Milei, prometen revivir.

"Argentina puede volver a ser una potencia mundial", dice una y otra vez el economista ultraliberal.

"Si aplicamos todas las reformas promercado, en los primeros 15 años nos podríamos parecer a Italia o Francia; en 20 años a Alemania; en 35 a Estados Unidos", asegura, haciendo referencia a algunos de los países con los que la nación sudamericana se codeaba a principios de siglo.

No es el primer político que ilusiona a los votantes con volver a ese pasado próspero.

El expresidente Mauricio Macri (2015-2019) -cuyo espacio está representado en estas elecciones por Patricia Bullrich- propuso en su momento convertir a Argentina en una "nueva Australia", un país que en la primera parte del siglo XX tuvo una trayectoria económica paralela a la de Argentina, pero que logró mantener la senda del desarrollo, algo que muchos argentinos toman como ejemplo de lo que tendría que haber hecho su nación.

Pero ¿fue realmente Argentina el país más rico del mundo?

Y ¿cómo pasó de estar entre las naciones más acaudaladas a ser uno de países con mayor inflación del planeta?

Una mano entregando a otra billetes de 1000 y 500 pesos argentinos 
Una mano entregando a otra billetes de 1000 y 500 pesos argentinos

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Argentina tiene una inflación interanual del 138%, y eliminó 13 ceros de su moneda en el último medio siglo.



¿El #1?

Comparar la riqueza de distintos países es complejo, pero la mayoría de los expertos considera que la mejor forma de hacerlo es medir el Producto Interno Bruto por habitante (PIB per cápita o PIBpc).

Dado que el PIB de países periféricos, como Argentina, empezó a medirse oficialmente recién a mediados del siglo XX, los datos anteriores a ese período deben ser tomados con pinzas.

No obstante, economistas de diversas ideologías coinciden en que la fuente más confiable es la base de datos del 56, que utiliza diversas estadísticas económicas históricas para estimar el PIBpc desde el comienzo de la civilización.

En 2018, esa serie estadística -creada por el economista británico Angus Maddison y luego mantenida, hasta la actualidad, por la Universidad de Groninga, en Países Bajos- estimó que Argentina había sido el país más rico del mundo en el año 1896, y que luego se mantuvo entre los más acaudalados en las primeras décadas del siglo XX.

Sin embargo, la metodología utilizada fue cuestionada por muchos historiadores económicos, llevando a la publicación de una nueva serie estadística en 2020 que le quitó la corona de #1 al país sudamericano, relegándolo al sexto puesto en 1896.

No obstante, esa edición -que sigue siendo la más actual- confirma que Argentina empezó el siglo XX siendo una de las naciones más ricas del mundo, una prosperidad que lo llevó a estar en el "top 10" de naciones acaudaladas antes de la Primera Guerra Mundial (1914-18), posición de la que iría descendiendo hasta alcanzar el puesto 66 hoy.

¿Cuán rica llegó a ser Argentina?

En 1913, antes de que estallara la Gran Guerra, el PIBpc argentino era de US$6.052 (a precio de dólar de 2011), según los cálculos del Proyecto Maddison.

Eso era menos del PIBpc de Estados Unidos (US$10.108), Reino Unido (US$8.212) y Australia (US$8.220).

Pero era el doble que el de su excolonizador España (US$3.067), del que se había independizado casi un siglo atrás, y superior al de Alemania (US$5.815), Francia (US$5.555) e Italia (US$4.057), entre otras naciones europeas.

También era muy superior al ingreso de países asiáticos que hoy dominan la economía, como China (US$985) y Japón (US$2.431).

Pero no se trataba de un fenómeno regional, como muestran los índices de sus vecinos y otros países latinoamericanos como Uruguay (US$4.838), Chile (US$4.836), México (US$2.004) y Brasil (US$1.046).

Entonces, ¿cuándo empezó Argentina a perder su lugar privilegiado en el mundo y por qué?

"100 años de decadencia"

Si uno mira cómo evolucionó el PIB por habitante en el mundo en el último siglo puede ver que la posición de Argentina en el ranking mundial fue descendiendo de manera sostenida a lo largo de los últimos cien años.

Es decir: aunque la riqueza de todos los países -incluyendo Argentina- fue aumentando con el paso del tiempo, la nación sudamericana arrancó el siglo XX teniendo ingresos de un país rico y lentamente fue quedando cada vez más relegado en la tabla internacional.

Muchos llaman al fenómeno "los 100 años de decadencia argentina" y aseguran que este es el único ejemplo que existe de un país que pasó de ser desarrollado a estar en vías de desarrollo.

Algunos incluso usan el caso argentino para aleccionar sobre qué no hacer.

Así lo hizo la revista económica británica The Economist, que en 2014 publicó una famosa nota de portada titulada "La parábola de Argentina", en la que explicaba "lo que otros países pueden aprender de un siglo de declive".

La portada de The Economist del 15 de febrero de 2014.
La portada de The Economist del 15 de febrero de 2014.

El artículo apuntaba claramente a un culpable por esa caída: el peronismo, el movimiento político fundado en por Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Duarte ("Evita"), que desde 1946 fue la principal fuerza que gobernó Argentina.

Según la revista de tendencia conservadora, el peronismo generó "una sucesión de populistas económicamente analfabetos" que llevaron a Argentina "a la ruina".

Se trata de una opinión muy difundida entre los sectores liberales en el país sudamericano.

Pero ¿es verdad?

El peronismo

El economista Fausto Spotorno es el vicepresidente de la Fundación Norte y Sur, dedicada a temas de desarrollo, y compiló las estadísticas económicas de Argentina desde su fundación en 1810 hasta 2018.

Spotorno señaló a BBC Mundo que "los datos muestran que el crecimiento económico argentino se empezó a frenar a partir de 1930", cuando el país sudamericano sufrió un embate doble: los impactos de la crisis internacional, por la caída de la bolsa de Wall Street, y su primer golpe de Estado militar.

No obstante, remarcó: "Está claro en los números que a partir del peronismo la cosa se empezó a complicar".

"Argentina se pareció a una economía desarrollada, por nivel de vida, por ingreso per cápita y por tasa de crecimiento, hasta 1946", detalló. Es decir: hasta la llegada de Perón.

Juan Domingo Perón y su primera esposa, "Evita"

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Juan Domingo Perón y su primera esposa, "Evita", fundaron un movimiento popular que gobernó durante 40 de los últimos 78 años.


"Ahí es cuando empieza a aparecer la inflación", señaló, en referencia al problema más persistente que ha tenido Argentina.

Si bien el país había tenido aumentos de precios antes, aclaró, a partir de ese momento escalaron por primera vez por encima del 20%.

¿Por qué empezó a subir la inflación? "Porque aumentó mucho el gasto", explicó el economista, quien señaló que "Argentina tenía un gasto público del 8,5% del PIB y en la segunda mitad de la década de 1940 aumentó al 12%".

Sin embargo, Spotorno aclaró que muchos de los problemas que enfrentó Perón habían surgido antes de su llegada, y se agravaron por el contexto internacional desfavorable que trajo la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Los países europeos a los que Argentina exportaba su agricultura retaceaban los pagos, afirmó. Y el país, que por décadas había tenido superávit primario -es decir, más ingresos que egresos- "empezó a tener déficit en la década de 1940".

Este agujero no podía ser resuelto -como habían hecho gobiernos anteriores- con financiación externa, también por culpa de la guerra, dijo el experto.

Pero esas limitaciones no frenaron a Perón, quien, a pesar del contexto, elevó fuertemente el gasto social.

"Argentina aumentó los gastos sin poder financiarlos", señaló Spotorno. "Perón nacionalizó el Banco Central para poder imprimir dinero, lo que disparó la inflación".

Ese problema (gastar más de lo que se tiene) fue escalando con cada gobierno sucesivo, explicó el economista.

Y la solución que encontraron todos -ya sea emitir más dinero o pedir más deuda- fue lo que llevó a que Argentina se convierta en uno de los países con más inflación y más defaults (o cesación de pagos de la deuda) en el mundo.


Los militares

Pero también es cierto que hay muchos que sostienen que es injusto decir que Argentina "perdió el rumbo" por culpa del peronismo.

Después de todo, esas potencias con las que se codeaba el país a comienzos de siglo tuvieron el beneficio del Plan Marshall, que después de la Segunda Guerra les permitió retomar la senda del desarrollo.

En cambio, Argentina, que se había tardado en declararle la guerra a Alemania y Japón, fue excluida de los mercados europeos.

Respecto a la inflación, recuerdan que Perón había logrado reducirla a menos del 4% antes de ser derrocado por un golpe de Estado en 1955.

Y observan que, después de ese evento, el peronismo quedó proscrito por más de 18 años.

Académicos como Eugenio Díaz Bonilla, economista y profesor de la George Washington University, han resaltado que si uno contrasta el trayecto económico de Argentina con el de Australia -que sufrió los mismos embates internacionales y tampoco estuvo incluido en el Plan Marshall- puede ver que el verdadero desplome del país sudamericano no ocurrió con el surgimiento del peronismo sino décadas más tarde, con la llegada del último régimen militar, que aplicó políticas neoliberales.

"Si uno compara a ambos países tomando como punto de referencia su distancia respecto al ingreso per capita de Estados Unidos, ve que la relación se mantiene pareja desde 1900 hasta 1975. El cambio se da con el golpe de 1976", señaló a BBC Mundo Díaz Bonilla tras la polémica que generó The Economist.

Emilio Massera (izq), Jorge Rafael Videla y Orlando Ramon Agosti, los líderes de la Junta militar que tomó el poder el 24 de marzo de 1976
Emilio Massera (izq), Jorge Rafael Videla y Orlando Ramon Agosti, los líderes de la Junta militar que tomó el poder el 24 de marzo de 1976

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Muchos académicos sostienen que el verdadero descalabro económico sucedió con el régimen militar, hace 40 años.

El historiador argentino Ezequiel Adamovsky concluyó lo mismo: "En los treinta años posteriores a 1945 la Argentina duplicó su ingreso per cápita y amplió su producto a ritmos superiores a los de EE.UU. y también a los del Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda (aunque fueron superados por los de algunos países de Europa)", observó en una columna de opinión en El Diario AR.

"Con todos sus problemas, la economía argentina crecía entonces a un ritmo más veloz que el de las principales potencias occidentales", señaló.

"Es recién en 1975 que la economía local sufre una caída abrupta y pierde terreno por comparación no sólo con los países más avanzados, sino prácticamente con todo el mundo. Desde 1975 sí, puede decirse que el país sufre un declive", escribió en referencia a un período que estuvo signado por crisis de hiperinflación.

Un problema de base

Pero hay algo en lo que coinciden analistas de diversas ideologías: más allá de las culpas de gobiernos particulares, el problema de fondo que afectó a Argentina es una inestabilidad institucional que llevó a que en el siglo XX hubiera seis golpes de Estado, y que recién este año el país esté celebrando, por primera vez, 40 años ininterrumpidos de democracia.

Una investigación realizada por el profesor de Economía de la Universidad de Ljubljana Rok Spruk resaltó que esta debilidad surgió desde el comienzo.

"En comparación con EE.UU., Canadá y Australia, Argentina nunca completó la transición a una democracia abierta sustentada en el Estado de derecho", escribió Rok en un paper titulado "El ascenso y la caída de Argentina", publicado en 2019 en el Latin American Economic Review.

"Cuando los militares rompieron formalmente el orden constitucional en 1930, Argentina se embarcó en el camino de un desarrollo institucional inestable y frecuentes transiciones de ida y vuelta entre dictadura y democracia".

"En lugar de emprender el camino hacia un desarrollo institucional sostenido, Argentina sufrió un tumultuoso fraude electoral con una casi erosión del sistema de controles y contrapesos que precipitó el ascenso de líderes populistas".

La debilidad institucional de la democracia argentina provocó muchos quiebres durante el último siglo.

Spotorno dice que esa inestabilidad democrática hizo que Argentina perdiera el atractivo que había tenido a finales del siglo XIX y comienzos del XX.

"Si tenés un golpe de Estado cada dos por tres y se violan las instituciones obviamente las inversiones empiezan a flaquear", señaló.

Para el economista, Argentina empezó a sufrir un declive “cuando se dejaron de respetar dos cosas: las instituciones y la básica relación entre ingresos y gastos del Estado".

"No tener instituciones permitió a los gobiernos siempre buscar atajos, en vez de hacer las cosas bien, y eso terminó en sucesivas crisis fiscales".

"El país tuvo un momento de orden, entre 1860 hasta 1930, donde todos estaban enfocados para el mismo lado", resume. "Después de eso todo fue buscar atajos y gastar de más".

Como un péndulo

Hay un factor más que resaltan varios expertos y que ayuda a entender la dificultad que ha tenido Argentina para despegar económicamente en el último siglo.

Y es que el país no solo ha sido un péndulo desde lo político, oscilando entre democracias y gobiernos de facto.

También ha ido y venido con sus políticas económicas, pasando -sin escalas- del nacionalismo al neoliberalismo, del proteccionismo al libre mercado, de la ortodoxia a la heterodoxia… un vaivén interminable que se ha dado incluso en distintos gobiernos de un mismo partido.

Las investigadoras Valeria Arza y Wendy Brau, del Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit), analizaron en 2021 “el péndulo argentino en números” -es decir, cuántas veces viró la política económica- y encontraron que en las seis décadas entre 1955 y 2018 hubo más de 30 cambios de rumbo, de los cuales 16 fueron “cambios radicales”.

También revelaron otra evidencia de la falta de continuidad de la política económica argentina: “en promedio, los ministros de economía duraron 13 meses en su cargo” durante ese período.

“El rasgo dominante de la política económica es la oscilación extrema”, sintetizó Adamovsky en la revista Anfibia.

Pocos ejemplos pueden ser tan claros de este rasgo como la noción sobre el rol del Estado en la economía que tienen los tres candidatos con más posibilidades el próximo domingo.

Sergio Massa, el tercer ministro de Economía del actual gobierno peronista, compite por la presidencia con promesas de mantener un Estado fuerte, mientras que Patricia Bullrich promete achicarlo y Javier Milei amenaza con arrasarlo.


"Actualmente, el riesgo de una detonación nuclear por malas interpretaciones y malos cálculos es altísimo": Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz

Primer plano de Carlos Umaña

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Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz 2017 junto con la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés)

Aunque nació en un país sin poder militar, el médico costarricense Carlos Umaña sabe mucho armas nucleares que hay actualmente en el mundo. Y de los peligros, no solo de que sean usadas, sino de que sean activadas por accidente, error humano o hackeo.

De hecho, Umaña es uno de los grandes referentes en la lucha para eliminar los arsenales nucleares, un camino que para él pasa por estigmatizarlos y concientizar sobre el riesgo de la retórica actual.

"Jugar al más valiente con armas nucleares es algo increíblemente peligroso que nos tiene absolutamente a todo el mundo al borde de un precipicio", afirma.

Copresidente de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (que ganó el Premio Nobel de la Paz en1985), él mismo obtuvo ese galardón en 2017 junto a ICAN, la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, a la que pertenece.

BBC Mundo habló con él en el contexto de su participación en el HAY Festival de Querétaro.

La invasión de Rusia a Ucrania ha reavivado los temores de una destrucción masiva, en un mundo cada vez más conectado y vulnerable. ¿Es la vez que más próximos hemos estado de una guerra nuclear?

Son varios los expertos que concuerdan con este análisis.

El hecho más famoso sería el Reloj del Apocalipsis del Boletín de Científicos Atómicos, que este año y debido a esta guerra está apuntando a menos 90 segundos de la medianoche, es decir, es el riesgo más alto de la historia.

Este es un reloj que mide el riesgo de una destrucción catastrófica en manos humanas y ha variado en la historia. Mientras más cerca de la medianoche, mayor el peligro.

En 1963, a consecuencia de la crisis de los misiles en Cuba, estuvo en menos 7 minutos. Luego en 1983 estuvo a menos 2 minutos, y al final de la Guerra Fría a menos 14 minutos.

Imagen del Reloj del Juicio Final

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El Reloj del Apocalipsis llegó este año al punto más cercano a la medianoche, la hora simbólica en el que la humanidad llega a su fin.

En un momento en el que la retórica y las amenazas de uso de armas nucleares por parte de Rusia han hecho saltar todas las alarmas... ¿Cree que los líderes son conscientes de las consecuencias que tendría un conflicto nuclear?
Son conscientes, pero a la vez hay un juego al que están habituados.

Las consecuencias serían sin duda devastadoras para el mundo.

Se habla, por ejemplo, de una sola detonación de un arma nuclear como algo táctico o estratégico, como si una bomba fuera algo pequeño, pero en realidad no hay armas nucleares pequeñas.

Si un arma nuclear táctica de unos 100 kilotones -que sería de una potencia de unas cinco o seis bombas de Hiroshima-, detonara en una gran ciudad, tendría el potencial de aniquilar de forma inmediata a cientos de miles de personas y de dejar heridas a muchísimas más.

Y cuando hablamos de heridas, estamos hablando del síndrome de radiación aguda, que es una descomposición de los órganos y los sistemas vitales, uno de los padecimientos más dolorosos por los que puede pasar cualquier ser vivo.

¿Y si ocurriera más de una detonación?
Si hablamos de una guerra nuclear a gran escala, además de los decenas de millones de muertos y heridos, también se generarían muchísimo hollín y escombros que subirían a la estratosfera y bloquearían la luz solar.

Ese bloqueo provocaría a su vez una oscuridad y un descenso drástico y súbito de la temperatura en un promedio de unos 25 °C.

Esto es lo que se denomina el invierno nuclear.

De esta manera, lo que hubiese sobrevivido a la devastación y la radiación tendría que hacer frente a este frío extremo y a esta ausencia de la luz solar.

¿Cuál es el riesgo de que esto pase?
Ese es el gran meollo aquí.

Actualmente el riesgo de malas interpretaciones y malos cálculos es altísimo.

Hemos visto que solamente en Estados Unidos ha habido ya más de 1.000 accidentes con arsenales nucleares y hemos estado en seis ocasiones, que se sepa públicamente, al borde de una guerra nuclear a gran escala, no en época de guerra, sino en época entre comillas de paz.

¿Qué ocurre? Que de las 12.500 ojivas que tienen los arsenales nucleares mundiales hay aproximadamente unas 2.000 que están en estado de alerta máxima, es decir, están listas para ser detonadas en un lapso de unos 6 a 15 minutos.

Estos sistemas responden a quien da la orden de detonarlos, y dependen de sistemas de alerta máxima, que son vulnerables a ciberataques, a errores técnicos, a errores humanos y han confundido cosas banales como una nube de tormenta, una tormenta solar, una banda de gansos o un globo meteorológico, con una amenaza nuclear.

Las personas que están detrás de estos sistemas tienen que interpretar estas falsas alarmas como verdaderas o como falsas.

Esto quiere decir que en un contexto de guerra, donde hay amenazas nucleares explícitas, y donde se han cruzado ya varias líneas rojas, el riesgo de que se dé un mal cálculo o una mala interpretación es bastante más alto.

Entonces, ¿la guerra nuclear más probable no es una intencional, sino una accidental?
Sí, hay un componente accidental definitivamente bastante fuerte aquí y también tenemos que considerar otra cosa.

Cuando la gente habla de que la guerra nuclear es algo poco probable, porque ningún líder estaría tan loco, tenemos que tener en cuenta que estamos ante personas emocionales y todas las personas piensan de forma distinta cuando están ante una crisis.

De hecho, los simulacros que se han hecho con los tomadores de decisiones en estos entornos al final escalan la guerra, porque es lo que hay que hacer, porque es lo que manda el protocolo, es decir, si me atacan con armas nucleares, tengo que devolver el ataque con armas nucleares, y así sucesivamente.

Es la destrucción mutua asegurada. Es mejor que se destruya todo a que solo me destruyan a mí.

Ese es el pensamiento actual de los líderes y en el contexto de un accidente es muy peligroso.

Desfile militar en Moscú 

Desfile militar en Moscú

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Actualmente hay nueve países con armamento nuclear: Rusia, Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, Pakistán, India, Israel y Corea del Norte.

La aceptación de un orden internacional en el que algunos países cuentan con armas de destrucción masiva mientras que están prohibidas para los demás es vista ya por muchos expertos como insostenible. ¿Cuán inestable es esta situación?

Hay una contradicción aquí, porque en los años 60, después de la Crisis de los Misiles en Cuba, se dieron dos tratados muy importantes: el de Tlatelolco, que se firmó en 1967 y entró en vigor en el 69, en virtud del cual toda Latinoamérica y el Caribe es una zona libre de armas nucleares.

Y el de No Proliferación de Armas Nucleares, que se negoció en el 69 y entró en vigor en 1970, que tiene tres pilares: el desarme nuclear, la no proliferación y el uso pacífico de la energía nuclear como derecho inalienable.

En ese momento, había cinco estados nucleares: Estados Unidos, la Unión Soviética, ahora Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, que se comprometían al desarme nuclear en un plazo de 25 años.

En el segundo punto los denominados no nucleares se comprometían a no adquirir armas nucleares, y el tercero era que todos los países tienen derecho a desarrollar energía nuclear.

Obviamente, el desarme no ocurrió en 1995, y la idea de que las armas nucleares son solo para unos cuantos envía el mensaje al resto de la comunidad internacional de que las armas nucleares son necesarias y dan privilegio, y debilita el régimen de no proliferación.

La no proliferación depende de progresos, de avances verdaderos en el desarme y es algo que los países nucleares, ahora nueve (se han sumado Pakistán, India, Israel y Corea del Norte) no están dispuestos a ceder.

Carlos
Si todas las fichas van bien, digamos que en unos diez años se podría lograr una eliminación de las armas nucleares"

Carlos Umaña
Miembro directivo de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) 

Pero entonces, ¿cómo hacer frente a la oposición al TPAN, que es el primer acuerdo que impulsa una prohibición universal de las armas nucleares para absolutamente todos los países? ¿Cree que conseguirá su objetivo?

Este tratado trae algo nuevo: es una prohibición universal que lo que hace es fortalecer el sistema multilateral y estigmatizar las armas nucleares.

Tenemos que analizar el fenómeno de las armas nucleares, qué es lo que lo causa, qué es lo que hace que los países quieran tenerlas.

Se trata de ver su verdadera cara, porque las armas nucleares no son armas prácticas, están hechas para causar una destrucción masiva y matar a la mayor cantidad de civiles de una forma atroz.

No respetan fronteras y es prácticamente imposible detonar una bomba nuclear sin que alguien más detone otra en contra de uno. Entonces usarlas sería un acto suicida.

Los países que las tienen son conscientes de que no las pueden usar. El poder de las armas nucleares es en virtud de la amenaza de su uso, del poder simbólico que representa el ser un Estado nuclear. Es un símbolo de disuasión.

Este componente de estigmatización es un fenómeno que hemos visto con otras armas de destrucción masiva como las químicas, las biológicas, las minas terrestres y las municiones en racimo.

Hoy en día no hay ningún país que se jacte de ser una potencia química o de tener armas biológicas.

Esto es porque hay una normativa internacional fuerte y hay un clima mundial de condena moral que hace que esto sea un tabú.

¿Cuán lento puede ser ese proceso de estigmatización de las armas nucleares?

Depende de varios factores y es un poco difícil predecir. La prohibición es un cambio de paradigma.

Por un lado, la gente debe ser consciente de las consecuencias de las armas nucleares, y por otro lado, eso debe generar presión, activismo tanto de la calle, como a nivel político y diplomático.

Y eso requiere su tiempo.

Si todas las fichas van bien, digamos que en unos diez años se podría lograr una eliminación de las armas nucleares, aunque claro está que puede ser antes o después.

En este momento en el que estamos al borde del precipicio, lo más importante es alejarnos un poquito de él, e ir hacia atrás hasta lograr eliminarlas por completo.

Hasta que no lo hagamos no vamos a estar libres del virus: o acabamos con las armas nucleares o ellas terminan con nosotros.

Imagen de despegue de un misil 

Imagen de despegue de un misil

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El TPAN, que entró en vigor en enero de 2021, es el primer acuerdo internacional a nivel mundial que prohíbe las armas nucleares e incluye disposiciones para su total eliminación.

Y en este momento de amenazas, ¿dónde queda el Manifiesto Russell-Einstein firmado en 1955, que entre otras cosas decía: “Apelamos, como seres humanos a seres humanos: recuerden su humanidad y olviden el resto”? ¿Hemos olvidado nuestra humanidad?
Es complicado, porque no es una cuestión de la cultura humana en general.

Es un sistema en el que se prima la competencia de algunos miembros, una competencia que los hace miopes al progreso real y a las necesidades tanto de de su población como de toda la humanidad.

Si cambiamos de esquema mental, si pensamos en utilizar las herramientas que ahora tenemos de interconectividad para fomentar el diálogo, la cooperación, podemos llegar a ese diálogo de humanos con humanos.

Hay que dejar de pensar en los otros como algo diferente e inferior sobre los que tenemos que imperar, algo que a lo largo de la historia toma diferentes formas.

Por ejemplo, en la cultura popular se utilizan armas nucleares en las películas de Marvel para acabar con los alienígenas, que son feos, malos y quieren destruir a la humanidad, y la única forma es matándolos a todos.

En los años 40, los alienígenas eran los japoneses. Era una forma de justificar ese homicidio masivo que se hizo en Hiroshima y Nagasaki.

El sufrimiento de ellos no importaba porque todos eran copartícipes de las decisiones de su cúpula militar. Todos merecían que les cayera la bomba atómica porque también eran otros, eran malos, eran distintos.

Es el discurso de otredad que también se maneja en los regímenes totalitarios que justifican la guerra y que hacen que se estigmatice una población entera y que se justifique el ataque mi+

Según la inteligencia estadounidense, Rusia tiene unas 2.000 armas nucleares tácticas, es decir, pequeñas ojivas nucleares con sistemas de lanzamientos destinados a usarse en el campo de batalla o en un ataque limitado.

Hablando de Japón, la película sobre "Oppenheimer" ha rescatado la historia de este tipo de armamento. ¿Cómo ve su evolución desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora? ¿Cree que la humanidad no ha aprendido de sus errores?

Es muy interesante, porque hay que conocer la historia, pero la historia verdadera. Ha habido mucha tergiversación.

Cuando se dieron los ataques de Hirosima y Nagasaki se escondieron las consecuencias humanitarias de forma activa, por parte no solo del gobierno estadounidense, sino también del japonés.

A los hibakusha, que son los sobrevivientes de los ataques nucleares, se les censuraban las cartas, las fotografías, incluso el arte o hasta los poemas.

No querían que el mundo supiera lo que estaban sufriendo a causa de la radiación. Querían que se celebraran las armas nucleares sin ver el drama humano que causaban.

La crisis en la que ahora estamos es precisamente por la retórica que se ha manejado en torno a las armas nucleares, y a cómo mucha gente las ve como un mal necesario. Cómo se han entronizado dentro de las doctrinas de seguridad y es precisamente por ese mal manejo de la información.

Por eso, lo primero que tenemos que hacer es informar bien de cuáles son los riesgos.

Carlos Umaña Getty
Es prácticamente imposible detonar una bomba nuclear sin que alguien más detone otra en tu contra. Usarlas sería un acto suicida"

Carlos Umaña
Ganador -como miembro de las organizaciones premiadas- de dos Premios Nobel de la Paz

Yo sí creo en la bondad inherente del ser humano, que es algo que se desaprende, según nuestro contexto cultural, y es algo que necesitamos fomentar.

Y dejar de someternos sin cuestionar a una violencia sistémica estructural patriarcal, a un sistema en el que se gobierna por imposición, donde el más fuerte es el que manda.

El error ha sido no buscar la cooperación, no buscar el entendimiento, creer que siempre tiene que haber alguien inferior a nosotros del que poder abusar o explotar.

Es algo que estamos haciendo tanto con los otros seres humanos como con otras especies o la misma naturaleza.

Debemos dejar de ignorar nuestra humanidad, nuestro impulso, y resaltar a parte de convivencia, la parte de la paz.

BBC Mundo habló con Carlos Umaña en el marco del Hay Festival Querétaro, que se celebra entre el 7 y el 10 de septiembre en esa ciudad mexicana.