sábado, 20 de enero de 2024

Qué es la navaja de Ockham, la idea de un monje que ha guiado a mentes brillantes desde el Medioevo

Navaja

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Hay varias navajas filosóficas, y la de Ockham es una de las más utilizadas. 

En igualdad de condiciones, la solución más sencilla suele ser, también, la más probable.

Con esa y otras frases similares se ha popularizado el principio planteado por un monje franciscano del siglo XIV que se ha aplicado en una variedad de campos, de la ciencia a la lógica, y sigue vigente.

Ese monje, uno de los más grandes filósofos de la Europa medieval, se llamaba William, o Guillermo, en español, y como nació en la pequeña aldea de Ockham, en el sur de Inglaterra, pasó a la historia como Guillermo de Ockham.

Sus ideas sobre la libertad y la naturaleza de la realidad influyeron en el filósofo político Thomas Hobbes y ayudaron a impulsar la Reforma protestante.

Durante su carrera logró ofender al Canciller de la Universidad de Oxford, discrepar de su propio orden eclesiástico y ser excomulgado por el Papa.

Declaró que la autoridad de los gobernantes deriva del pueblo que gobiernan, siendo uno de los primeros en hacerlo.

Y que la Iglesia y el Estado debían estar separados.

Insistió, además, en que la ciencia y la religión nunca deberían mezclarse, porque la ciencia se basa en la razón, mientras que la religión deriva de la fe.

Acorde con eso, provocó una gran ira por utilizar la lógica científica para refutar las cinco pruebas racionales de la existencia de Dios de Tomás de Aquino.

De ahí su entonces transgresora afirmación: "La existencia de Dios no puede deducirse sólo por la razón".

Pero por turbulenta que haya sido su vida, e interesante y valiosa su obra, su nombre se siguió mentando más que todo por su asociación con ese principio del que hablábamos.

Su idea era que los argumentos filosóficos deben mantenerse lo más simples posible, algo que él mismo practicó severamente con sus teorías y las de sus predecesores.

Siglos después, cuando ya había sido aplicado por varias mentes brillantes, a esa idea se le daría el nombre de la navaja de Ockham u Occam.

Guillermo de Ockham

Guillermo de Ockham

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Pluralitas non est ponenda sine necessitate”, que significa “la pluralidad no debe postularse sin necesidad” fue literalmente lo que dijo Ockham.



Un atajo mental

Una navaja filosófica es un atajo mental que puede ayudar a llegar a mejores explicaciones de un fenómeno al descartar hipótesis innecesariamente complejas o poco probables.

Y hay muchas, como la de Hitchens, "Aquello que se afirma sin evidencia se puede rechazar sin evidencia", o la de Hanlon, "Nunca atribuyas a la malicia aquello que puede ser explicado adecuadamente por la estupidez".

Ockham expresó la suya de una manera algo opaca, pero existen versiones de otros autores que dan una idea más clara.

Entre las varias, hay incluso una mucho anterior a Ockham, escrita nada menos que por Aristóteles, en "Segundos analíticos":

"Podemos asumir la superioridad, en igualdad de condiciones, de la demostración que se deriva de menos postulados o hipótesis".

O quizás prefieras...

"Es vano hacer con más lo que se puede hacer con menos",
"Una explicación de los hechos no debe ser más complicada de lo necesario"
o, ante una encrucijada, "la solución más simple suele ser la más acertada".
Pero si te da curiosidad saber cuál fue la de Ockham, la dio cuando estaba reflexionando sobre lo que estaba más allá de la Tierra.

“Me parece... que la materia en los cielos es del mismo tipo que la materia aquí abajo. Y esto se debe a que la pluralidad nunca debe postularse sin necesidad”.

Esos cielos también estaban en la mente de uno de los primeros en adoptar su navaja: Nicolás Copérnico.

En Commentariolus, de 1543, declaró que la "monstruosa" complejidad de la idea dominante de que los cuerpos astronómicos giraban alrededor de la Tierra "podría resolverse con menos construcciones y mucho más simples".

El modelo geocéntrico del universo que prevaleció desde la época de los antiguos griegos se había vuelto cada vez más engorroso.

Observaciones de los movimientos de los planetas habían requerido que se hicieran retoques, como agregar epiciclos sobre epiciclos y alejar ligeramente la Tierra del centro de las órbitas de todos los demás cuerpos.

Buscando simplicidad, Copérnico llegó al modelo de planetas que orbitan alrededor del Sol, que seguía siendo algo complicado pero nada como el anterior.

La cosmología heliocéntrica de Copérnico en este diagrama de su "De Revolutionibus".

La cosmología heliocéntrica de Copérnico en este diagrama de su "De Revolutionibus".

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La cosmología heliocéntrica de Copérnico en este diagrama de su "De Revolutionibus".



Curiosamente, Claudio Ptolomeo, el matemático, astrónomo y geógrafo griego del siglo II famoso por su teoría geocéntrica que Copérinco derrocó, había afirmado algo similar a la navaja de Ockham:

"Consideramos un buen principio explicar los fenómenos mediante la hipótesis más simple posible".

En cualquier caso, Copérnico no fue el único de los devotos renombrados de la navaja.

En 1632, Galileo Galilei, al realizar una comparación detallada de los modelos ptolemaico y copernicano del Sistema Solar, sostuvo que “la naturaleza no multiplica las cosas innecesariamente; utiliza los medios más fáciles y sencillos para producir sus efectos; no hace nada en vano...”.

Isaac Newton, por su parte, hizo del principio de Ockham una de sus tres "Reglas de razonamiento en filosofía" al comienzo del Libro III de "Principia Mathematica" (1687):

Regla I: No debemos admitir más causas de las cosas naturales que las que sean verdaderas y suficientes para explicar sus apariencias.

“La naturaleza -añadió- se complace con la simplicidad".

Un siglo después, en su "Crítica de la razón pura", Immanuel Kant citó la máxima de que “los rudimentos o principios no deben multiplicarse innecesariamente” y sostuvo que se trataba de una idea reguladora de la razón pura que subyacía a las teorizaciones de los científicos sobre la naturaleza.

La historia está llena de historias similares de científicos que dejaron que la simplicidad los guiara hacia una mejor comprensión de la realidad.

Pero cerremos este recuento con Albert Einstein, quien escribió:

"El gran objetivo de toda ciencia... es cubrir el mayor número posible de hechos empíricos mediante deducciones lógicas a partir del menor número posible de hipótesis o axiomas".

Precaución

No y Sí en burbujas
No y Sí en burbujas

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Con la navaja de Ockham se corre el riesgo de eliminar la complejidad, y frustar facetas tan importantes como la imaginación.


La navaja de Ockham, entonces, insta a elegir las explicaciones más simples para cualquier fenómeno que observemos.

Si ves una luz moviéndose en el firmamento, antes de sospechar que es un platillo volador, piensa que es más probable que sea un avión o un satélite, o que tuviste la suerte de ver una estrella fugaz.

Siguiendo ese principio, a los estudiantes de medicina les aconsejan: “cuando escuches el ruido de los cascos, piensa en caballos, no en cebras”, para guiarlos a buscar primero el diagnóstico más simple que explique los síntomas de sus pacientes.

Esta navaja es, en muchos sentidos, la precursora de la teoría de la probabilidad moderna, y ha servido en campos tan diversos como la física, la economía, la filosofía y el diseño.

Los científicos la siguen invocando en temas que van desde los orígenes del covid hasta la materia oscura cósmica.

Pero como cualquier navaja, hay que usarla con precaución.

La de Ockham es considerada usualmente como un principio heurístico, es decir, una regla general que con la experiencia ha mostrado ser una herramienta útil pero sin una base lógica o teórica firme.

No es una ley.

Escoger ciegamente explicaciones por el mero hecho de que son más sencillas implicaría, por ejemplo, deshacerse de teorías como la de la evolución, a pesar de la evidencia científica que la sostiene.

En comparación, la teoría no científica del creacionismo, de que toda la vida surgió como es hoy gracias a un creador sobrenatural, es más simple.

Pero no por eso necesariamente correcta.

Parafaseando algo que Einstein dijo en una conferencia en 1933, todo debe hacerse lo más simple posible, pero no más simple.

Eliminar cualquier aparente complejidad, además, puede frustrar líneas de investigación o restringir la imaginación.

Fuera del mundo de la ciencia, en ámbitos como la política o la opinión pública, donde la navaja de Ockham ha encontrado un espacio, esta puede ser en ocasiones limitante, alertan algunos pensadores.

A menudo, las cuestiones sociales son más complicadas de lo que los discursos políticos y las opiniones estridentes reflejan en los medios o las redes sociales.

Los puntos de vista aparentemente simples e inequívocos seducen, pues parecen ofrecer claridad.

Sin embargo, para tener realmente claridad sobre un tema a menudo es vital comprender su complejidad.

Y, puede sorprender cuánto más simples se tornan tras examinarlos más detenidamente.

Así que el truco está en aprender a usar la navaja de Ockham de manera reflexiva y estratégica para poder entender bien la realidad.

https://www.bbc.com/mundo/articles/cd1p0x21696o

Los coleccionistas de ceros

En el aeropuerto de Barajas compré hace unos días un pequeño librito titulado “Los coleccionistas de ceros”. Un libro cuya lectura dura el tiempo del trayecto aéreo de Madrid a Málaga. Es decir, un poquito menos de una hora. Su autora es Eva Escudero Fraile, profesora de primaria. He de decir que se nota que quien escribe tiene muy pegado a sus zapatos el barro de la práctica. La obra ha sido ganadora del II Premio Hortensia Roig de Literatura Infantil 2023.Siempre insisto en mis clases y conferencias a profesores en la necesidad y la importancia de escribir. Por eso me sumo al aplauso que supone un premio. Con sencillez y meridiana claridad aborda la autora un profundo problema que afecta a la evaluación. Me refiero al problema de la actitud estricta que algunos profesores (afortunadamente pocos) tienen a gala exhibir a la hora de evaluar los aprendizajes de sus alumnos y alumnas. Digo exhibir porque, frecuentemente, alardean de los pésimos resultados que los aprendices consiguen en su asignatura. En este caso, de matemáticas. Piensan de sí mismos que son profesores excelentes porque con ellos solo aprueban los que realmente saben. Y esos son muy pocos.

El libro cuenta el caso de Tomás Zurdo, un profesor de matemáticas cuyas evaluaciones, una tras otra, muestran un fracaso generalizado. La inmensa mayoría de sus alumnos son coleccionistas de ceros. Solo hay una excepción que le sirve al profesor como argumento para demostrar que lo que exige se puede alcanzar. Una niña que se llama Helena. Y de ella dice el señor Zurdo (como le gusta que le llamen) a sus estudiantes “que bastante desgracia tiene la pobre con ser vuestra compañera, que estáis coartando sus posibilidades”.

El hilo argumental de la historia de este grupo es Ana, una niña daltónica, con estupendas cualidades artísticas pero especialmente negada para las matemáticas, según su severo profesor.

La comprobación que este docente realiza viene a decir que no han aprendido nada de lo que pretendía enseñar. (En realidad no deberían pagarle un sueldo, porque le pagan para que sus alumnos aprendan y él certifica en cada evaluación que la mayoría no ha aprendido nada). Y ahora viene el segundo y decisivo problema: la atribución. ¿Por qué no han aprendido? El profesor atribuye el cien por cien de la responsabilidad del fracaso a sus alumnos y, por consiguiente, él no tiene nada que revisar, que modificar o que cuestionarse. Ni en la forma de enseñar ni en la forma de evaluar. Y, lo que es más grave, ni en las concepciones que tiene sobre estos procesos y sobre la capacidad y disposición de quienes aprenden.

Curiosa e interesada forma de analizar la realidad. Porque esos mismos niños y niñas van bien en otras asignaturas y, en este caso, se evidencia el error del profesor cuando cambian los resultados y el clima del aula con la nueva maestra. Incluso tienen una comprobación externa incontestable del éxito al ganar un certamen de matemáticas organizado por varias escuelas.

El primer párrafo del libro dice así “El día que Tomás Zurdo, tutor y profesor de matemáticas, se dio de baja por ansiedad, todo comenzó a cambiar en la clase de 4ª B del Colegio Marie Curie”. Cuando aquella tarde la directora anuncia la baja del profesor de matemáticas, Ana “sintió una felicidad tan grande que, al salir, invitó a sus amigos a cruasanes de mantequilla en la pastelería de al lado, a modo de celebración”.

Al señor Zurdo le sustituye una joven profesora interina llamada Diana Cortés. Y ya el primer día les sorprende colocando las mesas para trabajar en equipo. Con su predecesor cada uno, desde su pupitre, seguía de forma aislada las explicaciones del profesor, realizaba las tareas y hacía los exámenes.

“Diana llegaba cada día cargando al hombro con varias bolsas de tela repletas de materiales quesolo ella sabía para qué y cuando iba a utilizar”.

El rumbo y la actitud del grupo cambia radicalmente. Se interesan por la asignatura, aprenden de forma cooperativa, se sienten valorados por la maestra y, como es lógico, mejoran las calificaciones. Se acabaron los ceros. Las matemáticas ya eran hermosas, divertidas y útiles. El grupo, que antes era considerado nefasto, ahora tiene la etiqueta de magnífico.

Un buen día, Ana va a buscar a su maestra porque han descubierto una noticia importante. Un certamen que lleva por lema “Calculo, luego existo. Categoría infantil”. El anuncio seguía diciendo: “Participa con tu clase y gana jugosos premios Porque todos llevamos un pequeño genio dentro”. Movidos por los premios prometidos y por el deseo de demostrar a su maestro lo equivocado que estaba, deciden presentarse al certamen. Esa decisión provoca un compromiso entusiasta con el entrenamiento para poder competir.

Diana inscribió a la clase en el Certamen y les empezó a preparar: “A partir de mañana quiero que cada uno de vosotros me redacte en el cuaderno de mates una situación que deseéis resolver y que pueda lograrse con números o lógica. Pensadlo bien. Las pondremos en común y trataremos de encontrar la solución”.

Andrés planteó el siguiente problema: “Si voy a casa de mi padre los miércoles y el fin de semana y el resto e los días estoy con mi madre, ¿cuánto tiempo paso con cada uno de ellos al año? ¿Con quién de los dos estoy más tiempo?”.

Para controlar las respuestas, Diana utilizaba un cronómetro. Era preciso cuidar el rigor y también la rapidez. Porque ambas cosas se tendrían en cuenta en el certamen. Por eso la maestra dijo:

¡Tres, dos, uno! ¡Tiempo!
Al cabo de unos minutos, antes de que sonase el cronómetro para indicar el final de la prueba, Helena dijo:

– ¡Lo tenemos!

“Si un año tiene 52 semanas, calculando dos días de finde por 52 y sumando un día por cada una de esas semanas, todo sería igual a 156 días al año con tu padre. Y, si restamos a los 365 días del año los 156 que pasas con él, obtenemos los 209 días que pasas con tu madre”.

La historia que nos cuenta Eva Escudero nos muestra un encuentro fortuito de un grupo de alumnos entre los que no podía faltar su antigua alumna Ana con el señor Zurdo acompañado de su madre. Él sigue aferrado a sus concepciones, a sus estereotipos, a su frialdad emocional. Por lo que, cuando le dicen que van a participar en el XXXV Certamen “Calculo, luego existo”, les dice:

– Pues mucha suerte, la vais a necesitar.

Llegó el día del certamen. 25 alumnos, 8.30 horas, 5000 euros de premio. Comenzaron las pruebas. Helena, abrió el sobre y, con voz temblorosa, leyó para su equipo: “El día 3 de marzo de 2013 nació Hugo. En ese momento, su hermano Juan tenía 8 años y su hermana Sara 6. Si el día 3 de marzo del año 2023, su padre tiene 50 años, ¿cuántos años les saca a todos ellos en la actualidad? ¿En qué año nacieron Juan y Sara?”.

Y siguieron los ejercicios., que fueron realizando con la mayor premura.

Para su sorpresa vieron que el señor Zurdo estaba entre el público, con una media sonrisa que venía a decir: he venido para ver cómo sufrís un irremediable fracaso.

Los antiguos coleccionistas de ceros empezaron a anotar los datos y a calcular con rapidez las edades que les pedían. Lo cierto es que 4º B del colegio Marie Curie pasó a la gran final y la ganó justamente para orgullo y regocijo de los antiguos coleccionistas de ceros.

La tesis del pequeño libro nos muestra una realidad vívida y aleccionadora. Una buena parte del éxito en el aprendizaje radica en la calidad del maestro: en su cercanía emocional, en la concepción que tiene de su tarea, en su capacidad didáctica, en las expectativas que tiene sobre sus alumnos, en su creatividad innovadora, en el amor a lo que enseña y a los que enseña. Pero hay tres efectos secundarios de la actitud del señor Zurdo que no se suelen tener muy en cuenta y que yo considero de gran importancia. Uno se refiere a la repercusión que este persistente fracaso tiene en el autoconcepto de los alumnos: “soy incapaz”, “soy torpe”, “no valgo”… Otro se refiere a la actitud hacia la asignatura: “no me gusta”, “es muy difícil”, “no quiero estudiar matemáticas”… O, peor aún, no quiero estudiar nada. El tercero tiene que ver con el vínculo profesor/alumno, que se debilita o se destruye ante el persistente fracaso y la actitud hostil. Cualquier otro tipo de influencia beneficiosa se hace casi imposible.

Está muy claro en esta historia y en la vida. Con un buen maestro el clima se transforma, la motivación se aviva, el aprendizaje se produce, la felicidad aparece y nunca se va. Qué importante es un buen docente.

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2024/01/13/los-coleccionistas-de-ceros/

viernes, 19 de enero de 2024

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS. “Sé que si quedo con amigos me tomo ocho cervezas”: el enero en que los jóvenes decidieron dejar de beber.

La generación Z es la más abstemia de la historia, según varios estudios, y gran parte de los que beben se plantean la posibilidad de dejarlo o hacer parones para que su cuerpo respire (especialmente tras los excesos navideños) 

Quedaban todos los domingos a tomar el aperitivo. Era un grupo de madrileños veinteañeros, algunos se conocían de toda la vida, y otros, como Oliva Alonso, se habían unido más tarde. Juntaban varias mesas en un bar de San Bernardo, y se quedaban ahí hasta que se iba la luz. 

Todo ese tiempo lo pasaban bebiendo: vermú, un doble, después una copa. Un día, su amigo Dani dejó de ir. Al principio no dio explicaciones, pero al final confesó que era incapaz de aguantar ese ritmo de beber, dijo que estaba harto de empezar cada semana con resaca. “Nos dimos cuenta de que a todos nos estaba pasando un poco lo mismo”, recuerda Alonso. “Y ahora intentamos hacer planes distintos que no impliquen beber”.

–Como ir al Jardín Botánico. Ya sé que suena un poco a Alcohólicos Anónimos, pero también es un planazo. Cada vez son más los jóvenes que reducen su consumo de alcohol o incluso dejan de beber. Según un estudio de Statista realizado en Estados Unidos, que incluyó a 10.000 ciudadanos de entre 18 y 64 años, la Generación Z —aquellos nacidos entre finales de los noventa y principios de los 2000— es la más sobria de la historia. Además, un estudio internacional de HBSC, respaldado por la Organización Mundial de la Salud, indica que solo el 8% de los adolescentes consume alcohol semanalmente, una cantidad significativamente menor comparada con la de sus coetáneos en 2006. Esta tendencia se refleja en la popularidad de iniciativas como Dry January (enero seco), que surgió en el Reino Unido en 2013, y anima a los participantes dejar de consumir alcohol durante el primer mes del año como respuesta a los excesos navideños. "Guillermo González, de 25 años, afrontó este reto entre mayo y junio del año pasado. “La verdad es que no escogí el mejor mes”, afirma, haciendo referencia a la sed que habitualmente acompaña a la llegada del buen tiempo. 

Venía de una temporada intensa de viajes, con mucho plan social, y una elevada ingesta etílica. “Terminé hecho una porquería”, resume. No recuerda si alguien le habló del reto, o lo leyó en algún sitio. “Probablemente me apareció en Instagram”, comenta. “Tenía muy claro que necesitaba un break, así que decidí probarlo como un desafío personal”. Lo primero que notó fue una “clara mejoría” en su rendimiento físico. De pronto le daba menos pereza ir al gimnasio y, en general, se sentía menos cansado. 

Sus planes sociales siguieron exactamente igual, lo que cambió fue su disposición a permanecer en ellos. “Debí salir unas tres veces de fiesta y, obviamente, no aguanté tanto. Ves a la peña completamente mamada, oyes música que ni siquiera te apetece escuchar... al final te vas antes” 

Una encuesta de la Universidad de Sussex de 2019 reveló que el 59% de los participantes bebían menos en el mes de junio (comparado con los índices del año anterior) que antes de iniciar el reto en el mes enero. En el otro extremo, un 11% había experimentado un efecto rebote y bebían más que antes. Esto sucedía, principalmente, entre los que no habían logrado completar los 31 días sin alcohol. 

El doctor Jon Díez Alcántar señala que incluso un corto período de abstinencia puede beneficiar la salud, mejorando aspectos como la calidad del sueño, la reducción de síntomas psicológicos como ansiedad y depresión, la mejora en la calidad de la piel y la pérdida de peso. Sin embargo, un artículo en la revista Nature sugiere que esta campaña no es recomendable para bebedores crónicos debido al riesgo de síndrome de abstinencia y que períodos cortos de abstinencia no impiden los efectos a largo plazo del consumo excesivo de alcohol. Aitana Oliveros, de 24 años, empezó muy pronto a salir de fiesta. No le costaba aguantar hasta que cerrara la discoteca, ni quedarse demañaneo en un polígono, escuchando música en los altavoces de un coche. Hace dos años se apuntó a clases de. Al principio iba un par de veces por semana. Hacía tiempo que había perdido la costumbre de hacer ejercicio. Empezó a disfrutar cada vez más de los entrenamientos. Sin darse cuenta, se acostumbró a programar su despertador a las seis de la mañana para arrancar la jornada en el box, haciendo sentadillas y “Me empezó a dar más pereza la fiesta. Dejé de soportar encontrarme mal al día siguiente, saltarme el entreno o ahogarme porque me había fumado dos paquetes en una noche”, explica. El cambio conllevó dejar atrás a ciertos grupos de amigos a los que relacionaba directamente con la fiesta. 

“Hay gente a la que dejé de hablar. Algunos amigos se enfadaron conmigo por no ir a sus cumpleaños y cosas así, pero sinceramente prefería estar tranquila que ir a esos planes que ya sabía cómo iban a terminar”. Ahora, salvo en ocasiones excepcionales, ha limitado su vida social entre semana, lo que ha llevado a una reducción significativa en su consumo de alcohol. “Sé que si quedo con alguien me voy a terminar bebiendo ocho cervezas, o que si digo que me voy pronto, me van a mirar mal, o van a decir que soy una aburrida”. España es el segundo país de la Unión Europea en cuanto a frecuencia de consumo de alcohol, superado tan solo por Portugal. El 13% de los españoles beben alcohol cada día. La cerveza y el vino actúan como lubricante social obligado en fiestas, charangas, verbenas, cenas o barbacoas de todos los rincones del país. En algunos ambientes, el abstemio se convierte en una especie de apestado, continuamente requerido a dar explicaciones por no beber. Sergio Paredes, de 26 años, estuvo seis meses sin probar una sola gota de alcohol. “Me sentaba en el bar, me pedía un Aquarius, y siempre las mismas preguntitas: ‘Ah, ¿pero tú no bebes?’ o ‘¿Qué te pasa, está malo?’. Lo mismo al salir de fiesta. Yo no veo que a nadie le pregunten por qué se ha pedido una cerveza”, sostiene. Su periodo de abstinencia se extendió de enero a julio de 2023. “De los siete días de la semana, bebía en cinco o seis, no excesivamente, pero me di cuenta de que no podía hacer ningún plan sin alcohol”, cuenta. Al igual que Aitana Oliveros, encontró en el ejercicio físico una forma de reorganizar sus prioridades. “A mí me gusta mucho correr y estaba viendo que esto era contraproducente, hasta me empezaba a notar barriga de tanto beber alcohol. Me preguntaba: ¿de qué sirve levantarme temprano y pasar frío si luego lo arruino por la tarde?”. 

Su abstinencia alcohólica se interrumpió poco después de mudarse a Chile para un programa de intercambio, y está considerando de nuevo dejar o al menos reducir su consumo de alcohol. ”Por ejemplo, en Nochebuena empecé con un vaso de agua y ya durante la cena me bebí una o dos copas de vino”. Beber lento requiere tener una personalidad fuerte o unos nervios de acero, como el personaje de Brad Pitt en la película El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik, 2007), que tardaba varias horas en acabar una jarra de cerveza, tras lo cual declaraba sentirse completamente borracho. A la periodista inglesa Rosamund Dean se le adjudica la creación del término mindful drinking (beber de forma consciente). En 2017 publicó un libro, Mindful drinking: cómo moderar el consumo de alcohol cambiará tu vida, en el que explicaba sus estrategias para dejar de entender el consumo de alcohol como un hábito y una obligación social. Esta práctica implica ser consciente de los efectos del alcohol en uno mismo y buscar un equilibrio más saludable, en lugar de beber por hábito o presión social. El objetivo es controlar y sentirse cómodo con el consumo etílico, optando por una moderación en lugar de la abstinencia total. No es necesario una existencia ascética. Una alegre moderación es compatible con disfrutar de los placeres que ofrece la bebida. En esta filosofía se ubica Paula Mira, de 25 años, que el 1 de enero dejó el tabaco, pero no renunció al alcohol. “Aunque es probable que también tome menos cerveza; muchas veces bebía por no echarme un piti en seco”. Para esta joven madrileña, los inviernos están hechos para hibernar, y quedarse en casa, y los veranos para pasar el día fuera. “Todos pasamos por rachas en cuanto a beber y salir de fiesta, aunque yo creo que en mi caso hay una tendencia, siento que viene otra etapa de la vida, que en todos los sentidos me está pidiendo la necesidad de algo nuevo. Y ese cambio también va de la mano de eso: no beber todos los findes, no salir todo el rato”. 

 –¿Nos hemos cansado de la fiesta? 
 –No sé, igual es que nos hacemos mayores. 


Coronavirus. Las grandes obras que Shakespeare, Munch y Boccaccio crearon en cuarentena



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A veces, las glorias del pasado generan expectativas difícilmente alcanzables y, cuando se trata de cuarentenas, el listón está definitivamente alto.

Isaac Newton, por ejemplo, durante su aislamiento por la peste en 1665, descubrió la idea clave para la teoría de la gravedad, escribió los documentos que serían la base del cálculo y desarrolló sus teorías sobre óptica mientras jugaba con prismas en su habitación.

"¡Seguro no tenía que cuidar niños!", fue un grito colectivo por las redes sociales cuando alguien lo mencionó.

Y es que tratar de estar a la altura cuando te estás preocupando por conseguir papel higiénico, tener todo y a todos desinfectados, alimentados, entretenidos, mientras evitas acercarte a otros seres humanos y atiendes las exigencias de todas las redes sociales, parece imposible.

El mapa que muestra el número de infectados y muertos en el mundo por el nuevo coronavirus Pero si bien es cierto que Newton no tenía que ocuparse de cuestiones tan mundanas cuando la Gran Peste llegó a su puerta y se vio obligado a retirarse en la casa de la familia en Woolsthorpe, Inglaterra, donde experimentó su annus mirabilis, eso difícilmente le resta mérito.

Además, lo podemos usar de inspiración.

No sólo a él sino a varios otros que, como los siguientes tres artistas, aprovecharon sus cuarentenas para desplegar sus talentos... ¡y qué talentos!

Giovanni Boccaccio

En 1348, la Peste Negra, la epidemia más devastadora de la historia europea, se extendió por todo el continente.

En Florencia y sus alrededores, se estima que el 60% de la población murió.

"Cuando todas las tumbas estuvieron llenas, se cavaron enormes fosas en los cementerios de las iglesias, en las que cientos de recién llegados fueron colocados capa por capa como mercancías en barcos, cada uno cubierto con un poco de tierra, hasta que se llegaba a ras de suelo", escribió un florentino, que perdió a su padre y a su madrastra.

Retrato del siglo XIV de Giovanni Boccaccio 

Retrato del siglo XIV de Giovanni Boccaccio (1313-1375)

 Era el poeta y escritor Giovanni Boccaccio, quien sobrevivió refugiándose en la campiña toscana, donde escribió una obra en la que contó "cien novelas, o fábulas o parábolas o historias, como las queramos llamar" ficticiamente narradas por "siete mujeres y tres jóvenes, en los pestilentes tiempos de la pasada mortandad". 

Compuesta para entretener particularmente a las damas afligidas por el amor pues "obligadas por los deseos, los gustos, los mandatos de los padres, de las madres, los hermanos y los maridos, pasan la mayor parte del tiempo confinadas en el pequeño circuito de sus alcobas", en tiempos pestilentes o no,   En la historia, los diez jóvenes deciden aislarse juntos en el campo durante dos semanas y acuerdan una rutina: por la mañana y por la tarde, harán caminatas, cantarán canciones y comerán comidas exquisitas, con buenos vinos, dorados y tintos. 

Pero también, en los días que no estén dedicados a cuestiones personales o religiosas, se sentarán juntos y cada uno contará una historia sobre un tema establecido para el día: generosidad, magnanimidad, inteligencia, etc. 

Los jóvenes del Decamerón escuchando un cuento



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Si ya no sabes qué hacer con tu tiempo, puedes seguir la rutina de los 10 jóvenes del Decamerón: caminar, cantar, comer y contar cuentos.

En 10 días, cada uno de los diez jóvenes cuentan historias, de manera que al final hay 100 relatos que, con las introducciones y comentarios del autor, comprenden "El Decamerón", un producto genial de la cuarentena de un genio.

William Shakespeare
La vida de Shakespeare estuvo marcada por la peste.

Su vida comenzó en el apogeo del primer gran brote isabelino en 1563-4, cuando la enfermedad acabó con una cuarta parte de la población de Stratford-upon-Avon, su lugar de nacimiento.

En febrero de 1564, probablemente por primera vez en la historia de Inglaterra, fueron prohibidas las representaciones de obras de teatro debido a la epidemia.

Londres, la ciudad a la que Shakespeare se mudó de la década de 1580, fue arrasada repetidamente por brotes de pestilencia, y las normas dictaban que cuando las muertes llegaran a 30 por semana, las funciones de teatro cesaban.

William Shakespeare



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Pie de fotoLa industria del teatro se paralizada cada vez que había un nuevo brote de pestilencia, y hubo muchos. Al verse repentina y repetidamente sin un trabajo estable y mucho tiempo libre, Shakespeare escribía.Para quienes habitaban el mundo teatral en esa la peste bubónica era un riesgo no sólo existencial, sino también, profesional, y entre 1603 y 1613, por ejemplo, los teatros londinenses estuvieron cerrados por un total de 78 de esos 120 meses, más del 60% del tiempo.

El brote de 1603 fue el más grave en Inglaterra desde la Peste Negra del siglo XIV.

A Shakespeare, quien para entonces ya era un actor profesional, dramaturgo y accionista de una empresa teatral, como a todos sus colegas, le quedaba poca opción más que salir de gira para recorrer las provincias, tratando de llegar antes que la plaga a lugares donde se pudieran presentar.

O escribir.

Y no sorprende que en las obras que escribió después de ese terrible brote, las metáforas de la enfermedad abunden.

Grabado de escena del Rey Lear, obra de Ford Madox Brown.
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Para el dramaturgo irlandés Bernard Shaw, "Ningún hombre escribirá una tragedia mejor que Lear". Para el escritor ruso Leo Tolstoi, sin embargo, la trama "exagerada" y su "lenguaje pomposo y sin carácter".

Pero la cuarentena por el brote de 1606 fue especialmente memorable, pues dice la leyenda que creó nada menos que tres de sus tragedias cumbre.

Honestamente, es difícil tener certeza: hay muchos vacíos e imprecisiones en la biografía del Bardo de Avon.

Sin embargo, sabemos que "El rey Lear" -al que sus intrigantes hijas Regan y Goneril le roban su poder y cordura, mientras que su tercera hija, la amable Cordelia, sufre trágicas consecuencias- fue presentada el 26 de diciembre de 1606 frente al rey Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, y también que la fuente de inspiración fue una obra titulada "La verdadera historia del rey Leir y sus tres hijas", que había sido publicada en 1605.

La historia de la relación "Antonio y Cleopatra", desde la época de la campaña parta hasta el suicidio de la reina de Egipto que se desarrolla en la sensual Alejandría y la pragmática Roma, también estuvo en escena a fines de 1606.

Y, como si fuera poco, según algunos expertos Shakespeare también tuvo tiempo de escribir una de sus más potentes y emocionalmente intensas obras: la historia de un general escocés al que unas brujas le dicen que va a ser rey y mata para hacer realidad ese vaticinio.

Él es Macbeth, pero quien ha sido recordada por muchos en estos tiempos de coronavirus es su esposa, Lady Macbeth, por aquello de que se lavaba las manos constantemente, aunque ella lo hacía para tratar de limpiar su conciencia por su participación en el asesinato del rey Duncan.

De hecho, su inquietante soliloquio se ha convertido en un meme en el que en el famoso póster del Organización Mundial de la Salud aparecen las palabras de Shakespeare para ayudarte a completar la duración adecuada del lavado de manos.


Pie de foto,Circula en inglés, pero aquí está en español, por si ya te cansaste de cantar "Happy birthday" al lavarte las manosEl poster con instrucciones de cómo lavarse las manos con el soliloquio de Lady Macbeth. Pie de foto,
Circula en inglés, pero aquí está en español, por si ya te cansaste de cantar "Happy birthday" al lavarte las manos.

Cabe anotar que, si bien el jabón incapacita al virus covid-19, a Lady Macbeth no le ayudaba a mitigar el sentimiento de culpa, pues aunque "se restregaba las manos" por "un cuarto de hora", todavía podía oler en ellas la sangre del monarca asesinado.

Edvard Munch y Schiele

Al final de la Primera Guerra Mundial, 20 millones de personas habían muerto y el mundo estaba agotado.

Pero pronto un nuevo horror empezó a arrasar, un virus aterrador que mataría a entre 50 y 100 millones de personas: la pandemia de gripe de 1918, también conocida como la gripe española.

En Viena, Austria, un acongojado artista llamado Egon Schiele pintó a una de esas víctimas, en su lecho de muerte: su ídolo, mentor y amigo  Gustav Klimt, el pintor simbolista y líder del movimiento modernista de la secesión vienesa.

Ese mismo año, por la pandemia, Schiele perdió también a su esposa Edith, que estaba embarazada de su primer hijo.

Aunque desesperadamente enfermo y afligido, Schiele trabajó en una pintura que representaba a una familia que nunca llegaría a existir: la suya.

Su obra "La familia", que no pudo terminar pues murió a los 28 años pocos días después de su esposa, es considerada por muchos como un conmovedor testimonio de la crueldad de la enfermedad.

"La familia" de Egon Schiele



FUENTE DE LA IMAGEN,FOTO: JOHANNES STOLL © BELVEDERE, VIENNA

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Schiele con su esposa y el hijo que nunca pudo nacer.

Así como en Austria, en otras partes del mundo, grandes artistas, músicos, escritores murieron, algo de lo que el noruego Edvard Munchn  no solo fue testigo.

Munch, a quien probablemente conoces por su icónica obra "El grito", contrajo la enfermedad a principios de 1919.

Tan pronto como se sintió físicamente capaz, tomó sus pinceles y pinturas y comenzó a capturar su estado físico.

Su "Autorretrato con gripe española" lo muestra con la cara demacrada sentado frente a su cama de enfermo sin hacer.

Envuelto en una bata y una manta, rodeado de tonalidades de un amarillo enfermizo, ilustra una sensación de aislamiento en esa lucha personal, mientras su boca abierta le da un aspecto cadavérico.

"Autorretrato con gripe española"


FUENTE DE LA IMAGEN,NASJONALMUSEET

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Esto hizo Edvard Munch durante su cuarentena, cuando todavía estaba enfermo... ¿te animas? (Autorretrato con gripe española)

Más tarde ese año pintó una secuela, "Autorretrato después de la gripe española", en la que, atormentado y ojeroso, se asoma desde el cuadro como mostrando lo que es ser víctima del virus asesino.

En el retrato plasma la desesperación y el aislamiento del enfermo, la opresión, la debilidad, el malestar y hasta la falta de aire libre.

Afortunadamente Munch no fue una de las víctimas mortales de la virulenta gripe española: sobrevivió y continuó creando grandes obras de arte.

A su muerte en 1944, a la edad de 80 años, las autoridades descubrieron en su casa, tras unas puertas cerradas con llave, una colección de más de 1.000 pinturas y poco menos de 4.500 dibujos y 15.400 grabados, entre otras cosas.

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jueves, 18 de enero de 2024

Una gran biografía sobre un revolucionario imprescindible


Fuentes: Rebelión [Imagen: El doctor Oramas recibiendo de manos de la viuda de Neto la Orden Sagrada Esperanza en el Memorial dedicado a Agostinho Neto en Luanda. Créditos: Gobierno de Cuba]

Por mucho que nos empeñemos nunca valoraremos y agradeceremos suficientemente el esencial y heroico papel desempeñado por Cuba en las luchas de liberación anti-coloniales de muchos países africanos. Este libro es testimonio de ello.

Para el doctor Oramas Oliva, Agostinho Neto fue un hombre de todos los tiempos. «El colosal empeño social y de redención humana» que significó la independencia de Angola solo fue posible culminarlo «con una voluntad inconmovible como la que caracterizó a Neto» . «Dejar constancia de mi admiración» , señala el autor de esta magnífica biografía en comunicación personal, «es un deber para un cubano que apreció su talento, liderazgo, firmeza y visión precisa del contexto histórico de su época. Pocos dirigentes africanos se comparan con su proeza y apoyo a la liberación de otros pueblos africanos» .

El espíritu del anterior comentario baña todas las páginas de Doctor António Agostinho Neto, un hombre excepcional de su tiempo, un ensayo, basado en la propia experiencia del autor, como señala Milton Díaz-Cantor en su prólogo de obligada lectura, que nuestro diplomático y escritor ha estructurado así: 0. Prólogo. 1. Introducción. 2. Los orígenes. 3. El nacionalista (Angola y Neto, MPLA: de Movimiento a Partido político). 4. Fidel, Raúl y Neto: encuentros fraternales (Pensamiento y obra literaria). 5. El viaje a la inmortalidad. 6. Bibliografía.

Para el doctor Oramas «el estudio de la vida y obra de Antonio Agostinho Neto es una necesidad histórica, avalado por la situación de Angola, colonia de Portugal después de cuatro siglos…» . Dos de sus objetivos como autor: 1. «Brindar conocimientos sobre la actuación del hombre que fue el arquitecto de una obra tan noble y que estuvo al frente con mano tan certera liderando al pueblo que lo acompañó al precio de grandes sacrificios» . 2. «Es también homenaje a los internacionalistas cubanos caídos en la lucha de liberación de Angola, al valor de aquellos seres humanos que ofrendaron sus vidas por el sagrado derecho a la libertad para todos, y en primer lugar, para el glorioso general de brigada Raúl Díaz-Argüelles» (murió en combate en Angola «cuando su vehículo explotó por una mina puesta por los invasores sudafricanos» días después de haberse proclamado la independencia del país).

Numerosas son las razones que justifican la recomendación de lectura de esta sentida biografía sobre el revolucionario angoleño. Les señalo algunas de las más importantes:

1. La personalidad y calado histórico de Oscar Oramas Oliva, doctor en ciencias históricas, diplomático (en enero de 1976, fue designado embajador cubano en República Popular de Angola), escritor, amigo personal del biografiado (que en 1957, fue proclamado Preso Político del año), figura clave en la esencial, admirable e inolvidable política cubana en las luchas de liberación anti-colonial de muchos países africanos. Lo pueden comprobar leyendo complementariamente: Encrucijadas de un archivo diplomático (I y II) (disponible en https://espai-marx.net/?p=11919).

2. Las magníficas, cuidadas e informadas notas al pie de página históricas y cultuales que Oramas nos regala a lo largo de las páginas del libro. ¡No hay que saltárselas!

3. Las hermosas e impactantes fotografías (esta vez sí: ¡algunas imágenes, muchas en este caso, valen más que 100 palabras!) que se han introducido en la edición (pp. 49-64, 113-128, 145-160), más que probablemente por requerimiento del autor.

4. Las penetrantes reflexiones que Oramas va dejando a lo largo de las páginas del libro. Un ejemplo: «El colonialismo o el llamado por algunos, museo del olvido, pues cada día que pasa se escribe y habla menos sobre esa nefasta etapa de la historia de la humanidad, en la que unos hombres, en nombre de una supuesta obra o misión civilizadora, explotan a otros seres humanos cosificándolos, forzándolos a grandes penurias, despersonalizándolos y sometiéndolos a grandes humillaciones» .

5. La mirada equilibrada del autor, nada simplista, sobre el biografiado: «Una mirada crítica sobre A.A. Neto permite concluir que no fue seducido por los métodos de dominación cultural de Portugal aunque conoció y estudió dicha cultura, en él prevaleció su apego a los valores africanos, a los aprendidos en el hogar, junto a sus padres… Comprendió lo que significaba la otredad y la necesidad de ser angolano. Lo anterior no es óbice para decir que Neto bebió y conoció los valores de la cultura portuguesa y de su noble pueblo» .

6. El recuerdo y el homenaje a combatientes esenciales en la historia de África y de la Humanidad como Patricio Lumumba o Amílcar Cabral.

7. La decisiva importancia de la solidaridad internacionalista en las luchas de liberación africanas (o de otros pueblos).

8. El recuerdo crítico de las prácticas criminales de las potencias coloniales. «Portugal utilizó todos los medios para acabar con la guerrilla, como lo evidencia el informe de la PIDE, al señalar que la fuerza área portuguesa utilizaba el agente naranja y otros defoliantes para afectar la producción agrícola en aquellas zonas donde operaban las guerrillas del MPLA» .

9. La reproducción íntegra del discurso de Neto del 11 de noviembre de 1975: «Conquistada la Independencia Nacional, el MPLA y el pueblo angoleño agradecen conmovidos la ayuda prestada por todos los pueblos y países amigos a nuestra heroica lucha por la liberación nacional… La República Popular de Angola, país comprometido en la lucha antiimperialista, tendrá como aliados naturales a los países africanos, a los países socialistas y a todas las fuerzas progresistas del mundo» . Y días antes de ese discurso: «No vengan a decirnos que por el hecho de ser ayudados por países socialistas estamos obligados a continuar su política. No es nada de eso. En el MPLA siempre seguiremos una política de no alienación. Ningún país en el mundo puede decir que dicta y orienta la política del MPLA» .

10. Las sentidas páginas que el doctor Oramas dedica a sus encuentros con el presidente Neto. «Después de presentar mis cartas credenciales como primer embajador de Cuba en Angola –en los primeros meses de 1976, una vez que lo habían hecho el colega de la República del Congo, Benjamín Boukoulu–, tuve la oportunidad de ver con cierta frecuencia al presidente, siempre para examinar asuntos puntuales o abordar alguna consulta…. Recuerdo que un día Neto nos había ofrecido un barco con miles de toneladas de café para ayudar a Cuba, y cuando lo informé, Fidel contestó que, con delicadeza, declináramos la oferta, pues Angola necesitaba ese recurso para la lucha y nosotros estábamos allí sin ninguna condición«.


Fidel Castro con Agosthino Neto en la Isla de la Juventud el 26 de julio de 1976. Créditos: web Fidel: soldado de las ideas

11. Los más que interesantes comentarios del doctor Oramas sobre la obra poética de Neto. «La poesía de Neto exponiendo estéticamente las angustias y enfados de la gente de los musseques, analizando socialmente la situación histórica, refiriéndose a las aspiraciones, el deseo de cambio y la esperanza de ese pueblo, presupone la existencia de condiciones objetivas para la formación de un movimiento popular de liberación nacional, como organización superior de lucha. ¡Muy buenos poemas de Agostinho Neto, llenos de alegría y esperanza por un mundo nuevo y mejor! Poesía, que en su momento el gran poeta universal Federico García Lorca, calificó de fuego, el prometeico, el de la hora de los hornos, para fundir a los hombres angolanos en una patria propia, aquella que la codicia de los hombres intentó arrebatarles. Poesía escrita con emociones y con palabras, que también fuera utilizada por Neto como instrumento de lucha por la liberación de su tierra… Los poemas escritos por Agostinho Neto constituyen un factor de movilización de las conciencias. Obras escritas con mirada africana y, por tanto, con aportes de singular importancia a la cultura angolana y, en especial, al fortalecimiento de la personalidad y la conciencia africana» .

12. Las sabias y sentidas páginas que el autor dedica al fallecimiento y al legado de Neto en el último apartado del libro «El viaje a la inmortalidad» , pp. 161-172.

Copio para finalizar esta sucinta aproximación a un libro de lectura apasionada que no les decepcionará, las palabras de cierre de su texto del prologuista Milton Díaz-Cánter: «Para conocer a un digno exponente de la grandeza humana, de sensibilidad desmedida hacia el dolor de su pueblo; al poeta, al hombre culto; al revolucionario íntegro, como otros próceres, adelantado en su tiempo, la consulta de la obra del africanista Oscar Oramas Oliva: Doctor António Agostinho Neto, un hombre excepcional de su tiempo, deviene paso ineludible para descifrar con certeza el quehacer de un auténtico ícono africano» .

«Paso ineludible«, no es expresión exagerada. En absoluto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Cuál es el origen del infierno cristiano (y cómo es su versión en otras religiones)

Diablo en medio de las llamas

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"Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada, yo fui creado por el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor, y no hubo nada que existiera antes que yo, abandona la esperanza si entras aquí".

Esta inscripción se encuentra en la parte alta de la puerta que da entrada al infierno de acuerdo al relato imaginario de Dante Alighieri en su obra cumbre, "Divina Comedia".

Y es que el relato del famoso poeta italiano hacia finales del siglo XV es la expresión culmen del concepto cristiano de que el infierno era un lugar horrible donde se castiga de manera severa a los pecadores.

Lo más curioso es que en la Biblia el infierno, como lugar de castigo y tortura, es apenas mencionado.

En cambio, el concepto del infierno tal y como lo conocemos es una combinación de distintas tradiciones y leyendas que van desde la visión del más allá que tenían los egipcios, a la concepción del Hades de los griegos e incluso los mitos fundacionales de los babilónicos.

“El infierno como lugar lleno de fuego y demonios que castigan a los pecadores es un concepto exclusivo de la tradición judeocristiana, pero se forma a partir de la sistematización de relatos e ideas que surgieron en lo que conocemos como el Creciente fértil”, le dijo a BBC Mundo Juan David Tobón Cano, historiador y teólogo de la Universidad San Buenaventura de Colombia.

Para Tobón el infierno es un concepto que se identifica también en otras religiones o culturas, pero con interpretaciones muy distintas a la que se conoce en el Occidente cristiano.

“Para los muiscas, por ejemplo, que vivieron en Colombia, el inframundo era un lugar bello, de hecho lo describen como un lugar 'tan verde como el color de las esmeraldas’”, explica el teólogo.

Por supuesto, el concepto del infierno se ha ido modificando a través de los años y sigue reescribiéndose.

Tanto que uno de los ejercicios de reflexión del actual papa Francisco, cabeza de la Iglesia Católica, ha sido la revisión teológica de esa noción.
 
Nubes amarillas y negras

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Nubes amarillas y negras.

El sheol es para los judíos es un lugar donde van las personas después de muertas. Pero no se específica si hay castigo o sufrimiento.

“Lo cierto es que las almas no son castigadas. Aquellos que se arrepienten obtienen el perdón de Dios y van a las filas de quienes lo contemplan (a Dios)", dijo Francisco en 2018 en diálogo con el periodista Eugenio Scalfari.

Y añadió: “Pero aquellos que no se arrepienten y no pueden ser perdonados, desaparecen. No existe el infierno, sino la desaparición de las almas pecaminosas".

Sin embargo, el Vaticano señaló que el sumo pontífice había sido “mal citado” por el periodista y no eran las palabras precisas que había utilizado.

Una construcción de milenios
“La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, ‘el fuego eterno’".

De este modo define el Catecismo de la Iglesia Católica al infierno.

Pero, ¿cómo se llega a la idea del lugar donde se sufre el “fuego eterno”?

Para Tobón, la idea del infierno se origina cuando el ser humano comienza a experimentar el mundo que habita y no puede explicar el caos.

“En la observación del Universo comenzaron a encontrarse fenómenos que eran comprensibles -tormentas, terremotos, etcétera- y a eso comenzaron a vincularlo con el inframundo”, señala Tobón.

Todas esas ideas terminan en una combinación de creencias en el más allá dentro de las civilizaciones egipcia y mesopotámica, que adoptan los primeros hebreos
 
Hades griego.

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Hades griego. 

El hades o el inframundo para los griegos era el lugar donde iban las almas tras morir.

“En las primeras versiones de la Biblia hebrea esos conceptos de un lugar donde van los muertos tiene un nombre: Sheol. Pero es un lugar donde van los muertos, no pasa nada más”, le explica a BBC Mundo Sean McDonough, profesor del Nuevo Testamento del Instituto Teológico Gordon-Conwell, en Massachusetts, Estados Unidos.

McDonough anota que a este concepto se une otra idea: la espacio del Gehena. Y una importante partición.

“Poco a poco el concepto absoluto del Sheol va cambiando. De ser un lugar para los muertos, pasó a ser considerado un lugar temporal”, dice el académico.

Y añade: “Tras un tiempo allí, los muertos que hubieran sido justos y cumplidores de la ley iban a la presencia de Dios, mientras que los no cumplidores de la ley iban a un lugar lleno de fuego purificador, conocido como Gehena”,

Este punto resulta clave para explicar cómo se originan las diferencias respecto a las otras percepciones sobre el inframundo y el más allá.

“Una de las grandes diferencias del judaísmo con las otras religiones es que dicen que Dios hace una alianza con ellos y la hace a través de una ley, que son los 10 mandamientos”, explica Tobón.

Y esto entraña dos consecuencias: “Crea el concepto de premio y castigo ‘divino’. Los que cumplen la ley serán recompensados y los que no, castigados. Algo que no era tan evidente en otras culturas”.

Para McDonough, el personaje que hace más énfasis en el infierno como lugar de castigo es el propio Jesús, que en un par de ocasiones menciona del Gehena.

“Jesús también hace mención del ‘horno ardiendo’ donde los malvados sufrirán tristeza y desesperación y donde habrá ‘llanto y crujir de dientes’”, señala McDonough.

Diablo

Diablo

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Los demonios están presentes en el relato del infierno.

“Esas palabras serán fundacionales para el concepto del infierno que veremos en el Medioevo y que llegará hasta nuestros días”.

Dante, el infierno total
Los expertos son claros en que la palabra latina “infierno” comienza a aparecer en las primeras traducciones del hebreo y el griego al latín, donde se utiliza para reemplazar términos como Sheol y Hades, que son clara referencia al inframundo.

Tobón aclara que los primeros cristianos comienzan a involucrar el pensamiento griego en la nueva religión que iba surgiendo.

“Un elemento que incorporan es el concepto platónico de que el ser humano se compone de cuerpo y alma y esto será el principio de que las almas tienen que ir a algún lugar tras la muerte”, dice.

Entonces comienza una discusión teológica en la que, hacia el siglo VI, se afianza la idea de que el infierno es un lugar donde las almas que no se arrepintieron sufren el castigo por toda la eternidad.

“Hay que dejar claro que para los teólogos el principal castigo es no estar ante la presencia de Dios, lo del fuego y la tortura es algo más simbólico”, señala McDonough.

Y esa visión de un lugar lleno de horrores termina universalizándose cuando el poeta italiano Dante Alighieri publica en el siglo XIV su “Comedia”.

“No es que Dante defina cómo es el infierno, sino que reúne de una forma magistral todos los conceptos que había en ese tiempo sobre este lugar y digamos que establece un lugar común: un sitio donde se sufre eternamente”, señala Tobón.

Con el tiempo, y a raíz de la reacción de los fieles y de la influencia de distintas corrientes teológicas, la definición del infierno se ha transformado.

“La idea actual es que es estar alejado de Dios, de no contar con la presencia de Dios, más que un lugar de castigo eterno y de sufrimiento”, anota.

InfiernoFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY Pie de foto,
Infierno

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El infierno que fue retratado por Dante en la Divina Comedia reunió las visiones medievales que había sobre este concepto.

En otras religiones
Para los académicos las versiones del inframundo en otras religiones y culturas están más relacionadas con un lugar donde reposan las almas, más que un sitio de castigo.

Por ejemplo, en el budismo hay un lugar conocido como el Naraka -es uno de los seis reinos del samsara que son los estados del alma tras la partida terrenal- es considerado el inframundo, un lugar de tormento.

Pero no son lugares definitivos, es un espacio transitorio.

En el islam, el Corán señala un “lugar de fuego” en distintas ocasiones y está la tradición de que las almas infieles irán al Yahannam, que es como se conoce el infierno.

Cenote en México

Cenote en México

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Los cenotes, enormes pozos que existen en México, eran considerados los lugares de entrada al inframundo maya.

“Por lo general las culturas en Occidente han adquirido esta idea de lugar de castigo donde habita el demonio, pero hay otras versiones Los egipcios, los aztecas, los muiscas tenían otras concepciones”, señala Tobón.

Pone el ejemplo del Xibalbá, el inframundo maya al que se llega a través de unos pozos enormes de agua conocidos como cenotes.

“Es el inframundo, donde hay tormento, pero no es un castigo por cinumplir con la ley de un dios, es el lugar al que van todos los hombres después de la muerte”, explica.