sábado, 22 de marzo de 2025

Un maestro de la segunda república. Antoni Benaiges, asesinado por milicias de Falange, se encuentra todavía desaparecido

Fuentes: Rebelión


Antoni Benaiges fue uno entre los numerosos maestros y maestras asesinados por los golpistas españoles. Los renovadores de las aulas, críticos de un orden social injusto y una cultura retrógrada, quedaron en la mira de las clases dominantes y sus aliados. 

 Durante la segunda república española los maestros y profesores se hicieron cargo de la enseñanza sobre bases como el laicismo y la coeducación de ambos sexos.

Y métodos de formación orientados a la constitución del espíritu crítico y la comprensión del mundo con una mirada desprejuiciada. La iglesia fue desplazada de su preeminencia en el campo educativo y se construyeron miles de nuevas escuelas.

De la iniciativa transformadora al fusilamiento.

Benaiges había nacido en Mont Roig del Camps, en la provincia de Tarragona, Cataluña, en 1903. Era un pueblo cerca del Mediterráneo, con varios miles de habitantes. Duro contraste con el poblado burgalés, en el corazón de la árida meseta castellana, en el que fue designado maestro de la escuela en 1934.
Apenas transcurrió un par de años en Bañuelos de Bureba, pueblito de alrededor de 250 habitantes en la provincia de Burgos. Ese tiempo bastó para que Benaiges dejara un rastro imborrable. Era un pueblo sin electricidad ni agua corriente. Y casi incomunicado, porque no había carreteras que pasaran por allí.

El maestro llevaba consigo ideas y prácticas innovadoras, junto con la imprenta y el gramófono, puestos al servicio de la enseñanza. Pronto se granjeó la antipatía del cura párroco y del alcalde,

Escribía también en periódicos de la zona para discutir y divulgar los nuevos métodos educativos. Era de ideas socialistas y estaba vinculado a la Casa del Pueblo de la vecina localidad de Briviesca.

El maestro, asesinado por milicias de Falange, (se cree que el 25 de julio de 1936) se encuentra todavía desaparecido. La provincia de Burgos quedó desde el comienzo en poder de los sediciosos.

Lo arrestaron apenas producida la sublevación, el 19 de julio. Denuncias efectuadas contra él caracterizaban su conducta como “antipatriota y antisocial y mal vista por las autoridades y padres de familia”.

Se supone que fue uno de los sepultados en la fosa común de Montes de la Pedraja, donde se han encontrado los restos de 135 personas. Sólo se identificaron hasta ahora algo más de 20 asesinados y entre ellos no está el maestro.

¿Cómo enseñaba Antoni?
Benaiges ponía en práctica un método pedagógico, llamado Freinet por el apellido de su creador, Célestin Freinet. Éste propiciaba un rol autónomo de los niños, con estímulo de la creatividad y de sus propias acciones, en una atmósfera de respeto y colaboración.

Se buscaba con ese método el desarrollo pleno de sus mejores actitudes, en un vínculo estrecho entre el pensamiento y la acción de niños y niñas. Autónomos y creativos, como autores de su propio aprendizaje.

Un objetivo del método se formulaba como “…que los niños aprendan haciendo y hagan pensando”. Se procuraba así combatir la tendencia a la enseñanza estática y memorística. Y el abandono de la idea de mantener a los niños “atados” a sus asientos en una actitud sumisa y sin otra voz que la concedida por sus maestros al interpelarlos o interrogarlos.

El uso de la imprenta era una de las facetas instrumentales del método Freinet, una herramienta fundamental del proceso de aprendizaje. El maestro catalán adquirió de su bolsillo la máquina y los insumos necesarios y los alumnos pasaron a tener un instrumento con el cual volcar sus búsquedas y reflexiones. Primaba la cooperación en el aula, el intercambio, incluso con niños de otras escuelas

Editaron su propia revista y también “cuadernos de vida” en los que daban a la luz sus experiencias y sentimientos. Creaban así sus propios textos para el trabajo en el aula, en lugar de depender sólo de escritos elaborados por adultos.

En uno de los cuadernos se dedicaron a preguntarse cómo sería el mar. Ninguno de esas niñas y niños criados en la meseta castellana lo conocía. Se titulaba El mar, visión de unos niños que no lo han visto nunca.

El maestro les prometió llevarlos a conocer el Mediterráneo, propósito que avanzó hasta ser truncado por la violencia asesina en julio de 1936.

Las vueltas de la memoria
Durante décadas el recuerdo de Antoni quedó en letargo. Sólo atesorado por familiares y ex discípulos en España y por integrantes del exilio republicano en México, que lo mencionaban en sus publicaciones. Ya en el siglo XXI, el cine de ficción y documental; el teatro y el libro; fueron canales para popularizar esa historia.

El pueblo de Bañuelos constituyó el 28 de diciembre de 2013 la Asociación Escuela Benaiges, desde la que se ha rehabilitado el edificio de la escuela, convirtiéndolo en museo pedagógico.

La historia del maestro catalán inspiró una película de austera belleza, que alcanzó elevada asistencia de público, El maestro que prometió el mar, estrenada en 2023.

La directora de la realización cinematográfica, Patricia Fon dijo al agradecer un premio en un certamen de Cataluña:. «esta historia no es de un pasado remoto, es de nuestras familias y es muy necesario explicarla…”

Y dedicó la película y los premios que obtuvo a “…todas las personas que buscan a sus familiares desaparecidos, a todas las personas que ayudan a buscar a esos familiares, a todos los maestros de la República, al maestro Antoni Benaiges y a todos los maestros que piensan igual que él».”

El coautor de un libro sobre el maestro de Bañuelos, Sergi Bernal ha escrito:

““No se puede hablar de Antoni Benaiges solamente por la cuestión educativa, este maestro no tuvo la oportunidad de envejecer porque lo asesinaron. Por lo tanto, este es un tema que entronca directamente con la recuperación de la memoria histórica y antifascista. Hay que dar a conocer historias reales de vida de la gente que fue asesinada durante este periodo tan oscuro”.

El franquismo había percibido el potencial cuestionador de las concepciones educativas que apuntaban a cuestionar el orden social, político y cultural existente y se lanzó sobre los maestros y maestras que las profesaban y ejercían.

En muchos casos se contentó con desplazarlos de sus cargos y apartarlos de la enseñanza, como resultado de un proceso administrativo de “depuración”. Muchos fueron encarcelados y hasta asesinados, como Antoni.

Pese a su asesinato, como las autoridades no reconocían su muerte, igual fue sometido al procedimiento de depuración y separado del cargo durante 1939. Un regodeo en la infamia.

Mantener la atención en la figura de Benaiges es al mismo tiempo una reivindicación colectiva de la memoria acerca de los represaliados por el franquismo. Y una defensa de uno de los mejores aspectos de la segunda república: su política educativa de orientación laica, popular, a menudo con proyección emancipatoria.

viernes, 21 de marzo de 2025

_- El flan parisién se pone de moda en Barcelona y asoma la cabeza en Madrid.

_- La cafetería TosTao fue de los primeros sitios en ofrecerlo al estilo clásico, pero en versión individual se encuentra en pastelerías como Hofmann, Morreig, Maxime Petit o Madeleine by Ferreries.

El flan ha regresado a las cartas de los restaurantes como uno de los postres tradicionales que están de vuelta. Pero hay otro tipo de flan que empieza a ponerse de moda, a pesar de ser un desconocido en la cocina dulce de aquí. Se trata del flan parisién, omnipresente en la vecina Francia, y que las pastelerías de Barcelona elaboran siguiendo la receta más clásica, una tarta a base de masa quebrada u hojaldrada rellena de crema pastelera, o haciendo variaciones respecto a la original.

Hace pocos meses que la prestigiosa Hofmann ha sacado su versión, mientras que en Morreig ya tienen dos propias (la clásica y la de crema de pistacho), igual que en Maxime Petit, que también va jugando con sabores y ahora lo vende de crema catalana. Pero fue Natsumi Mizumoto, la pastelera de la cafetería TosTao, la que puso de moda este dulce en la ciudad, donde lleva casi dos años ofreciéndolo en su versión más clásica, que se puede comprar a porciones. Pan y Cacao, en Madrid, también ha cogido el testigo y elabora este dulce en una versión individual.

En pocos meses, el flan parisién se está llevando muchas miradas en las vitrinas de las pastelerías y en el interminable aparador de las redes sociales. La nueva tentación, que viene directa de la pastelería francesa más clásica, se reconcilia con sabores tradicionales: el hojaldre, que vive un auténtico boom desde hace años, y la crema pastelera, que está volviendo poco a poco después de unos años en que la pastelería más innovadora la había apartado de los pasteles más creativos. Marc Fàbregas, responsable de bollería en la Hofmann lo tiene claro. “La pastelería moderna dejó un poco de lado la crema pastelera y se centró más en el chocolate y otras elaboraciones, pero aquí gusta mucho y creo que está volviendo”, apunta.

Marc Fàbregas elabora la crema pastelera para el flan parisién de la pastelería Hofmann.
Gianluca Battista

En la pastelería Hofmann se puede degustar una crema muy sabrosa y cremosa que va dentro de su nueva versión de flan parisién (4 euros). Es una pieza individual, elaborada a base de la masa de los cruasanes, a la que se le da una forma esférica. La crema pastelera que elaboran recuerda a la tradicional. “Podría ser la clásica crema, pero lleva un toque de mascarpone que le da más cremosidad”, apunta Fàbregas. Además, se termina con unos polvos de caramelo encima, de manera que una vez pasado por el horno recuerda ligeramente al caramelo quemado de la típica crema catalana.
Av. de Pau Casals, 5, Barcelona,

En Morreig, una tienda especializada en bollería y heladería que causa furor en Gràcia desde hace año y medio, trabaja Matthieu Atzenhoffer, un enamorado de las masas que lleva años profundizando en el arte del hojaldre. Cuenta que elaboran el flan parisién, también en versión individual (5,60 euros), con masa de cruasán laminada en muchas capas, que le dan un extra de crujiente. De manera que consiguen un bollo que realmente crepita a cada mordisco y a la vez es muy cremoso por dentro, con un intenso gusto a vainilla. “A la crema le hemos quitado el huevo porque queríamos darle un sabor muy limpio a vainilla”, cuenta. A él le parece más interesante la versión individual porque es más crujiente. En Morreig también elaboran una versión de flan parisién con crema de pistacho (7,50 euros), el ingrediente de moda en pastelería.

Carrer de Verdi, 25, Gràcia, 08012 Barcelona Teléfono: 613 01 84 46

Al revés le pasa a Natsumi Mizumoto, que apuesta por el formato original porque prefiere dar más protagonismo a la crema. En la cafetería TosTao, en el hotel Casa Bonay, siempre luce en el mostrador un flan parisién de lo más clásico, que se corta por porciones (6 euros). Ella se enamoró de esta receta cuando vivió en Francia, mientras trabajaba en una pastelería de Versalles. Recuerda que siempre que tenía el día libre iba a París, a la famosa Ladurée. “Es muy conocida por los macarons, pero para mí su bollería es mucho mejor y el flan parisién que elaboran es mi preferido”, cuenta esta pastelera japonesa que se formó en Tokio y ha trabajado en restaurantes como Etxebarri o Dos Palillos. Mizumoto elabora la masa de hojaldre de forma invertida, es decir, que invierte el orden de la masa y la mantequilla a la hora de hacer los pliegues. Para la crema, mezcla huevos, nata, leche, maicena y vainilla. “Mucha vainilla”, remarca.

La versión más clásica de flan parisién que elabora Natsumi Mizumoto en la cafetería Tostao de Barcelona.

Gianluca Battista
Casa Bonay
Dirección: Gran Via de les Corts Catalanes, 700, L'Eixample, 08010 Barcelona
Teléfono: 682 50 63 40

Otro pastelero francés que ha traído esta tradición a Barcelona es Maxime Petit, que abrió su propia pastelería hace año y medio delante del recinto Modernista de Sant Pau, después de haberse encargado de la partida dulce del restaurante Moments. De momento no tienen bollería, sino que centran todos los esfuerzos del obrador en una fina pastelería con muchas elaboraciones francesas, como los éclairs, que tienen de diferentes sabores. Su carta cambia constantemente, y ya ha ofrecido diferentes versiones de este flan que también está en su imaginario desde bien pequeño. Ahora mismo, en su vitrina se encuentra un flan parisién de crema catalana (6,5 euros). Lo presenta en formato individual, con una masa sucrée (quebrada y azucarada) que, al llevar almendra, le da un toque muy crujiente, y relleno de una crema pastelera al estilo del postre catalán, con limón y canela infusionados. También espolvorea un poco de caramelo por encima para darle ese toque de sabor que recuerda a la tradición catalana.

En Madeleine by Ferrieres, una pastelería de origen francés que tiene obrador y tienda en Barcelona, en el barrio del Poblenou, también han sacado su fórmula de flan parisién individual los fines de semana. Felipe de Santa Cruz, jefe del obrador, cuenta que su primera apuesta fue el clásico flan parisién cortado a porciones, pero no acabó de cuajar entre los clientes. “Seguramente por desconocimiento, en la tienda de Francia (que tienen en el municipio de Ferrières-en-Brie) lo elaboran a toneladas”, apunta. Así que probaron un formato individual más pequeño, hecho con la masa del cruasán y la crema pastelera, y cada vez tiene más salida, pero por ahora solo lo trabajan el fin de semana. De la Cruz cree que otro producto francés que cada vez es más conocido y apreciado aquí es el canelé. Carrer de Llull, 145, Sant Martí, 08005 Barcelona Teléfono: 613 31 95 62

En Madrid, hay alguna pastelería que ya se ha animado con el flan parisién como es el caso de Pan y Cacao. Cada día puede encontrarse una versión individual (3 euros) en su mostrador. Al frente de este negocio está Miguel Moreno, que tiene treinta años de experiencia en el sector. Trabajó en Fauchon París, formó parte de la reconocida pastelería Mallorca y es miembro de la Asociación Relais Dessert International compuesta por 80 pasteleros de prestigio de todo el mundo. No hay duda de que poco a poco el flan parisién va introduciéndose en el imaginario pastelero de todos y estas nuevas versiones individuales facilitan su expansión. Dirección: C. de Clara del Rey, 51, Chamartín, 28002 Madrid Teléfono: 918 39 70 45

jueves, 20 de marzo de 2025

Cómo desprenderte de objetos con valor sentimental

Hay objetos que producen cierta alegría, pero otros solo ocupan espacio, física y emocionalmente. Aquí algunos consejos para deshacerte de lo que no necesitas.

A Kim Allen no le gusta acumular cosas. Pero cuando se trata de algunos de sus objetos más sentimentales, le cuesta desprenderse de ellos.

El primero de la lista es una criatura de cerámica que hizo su hija hace años. Tiene un solo ojo, la lengua suelta y un mechón de pelo azul. La colocó en un lugar destacado, cerca del lavabo, porque siempre la hace sonreír.

Pero hay otros recuerdos que no le producen la misma alegría, como los recuerdos y las obras de arte que le han heredado sus parientes, y que solo ocupan espacio, física y emocionalmente.

“Con suerte me jubilaré a los 67 años”, dijo Allen, quien tiene 52 años y vive en Sherrill, Nueva York. “¿Realmente quiero ocuparme de todo este exceso de cosas entonces? No, quiero estar divirtiéndome con mis amigos y mi familia, disfrutando de la vida que tanto me ha costado construir.“

Y, sin embargo, durante mucho tiempo, Allen se sintió incómoda con la idea de desechar las reliquias familiares.

Estanterías que contienen diferentes objetos aleatorios que Shuer ha ido coleccionando a lo largo del tiempo, incluyendo una caja de clavos y una máscara decorativa.

Los tesoros de Shuer incluyen objetos que pertenecieron a su abuelo. La máscara decorativa y la piraña disecada son algunas de las favoritas de Shuer. “Crecí viéndolas y despertaron mi imaginación”, dijo.Credit...Tony Luong para The New York Times

Filas de cucharas de plata están alineadas en un mantel.

Kim Allen es descendiente de la comunidad Oneida, una comuna religiosa creada a mediados del siglo XIX que floreció durante 30 años antes de disolverse. La presión para mantener los objetos históricos dentro de la familia, como estas cucharas plateadas, era fuerte, dijo.Credit...

Los objetos sentimentales están entre las pertenencias de las que más cuesta desprenderse. Los recuerdos pueden sentirse entrelazados con nuestra identidad, sobre todo si una vez nos proporcionaron consuelo o pertenecieron a un ser querido. Deshacerse de ellos puede indicar que ciertos capítulos de nuestras vidas se han cerrado, dijo Selena Jones, terapeuta de duelo y trauma de Ontario, quien instruye a personas mayores en el arte de la limpieza.

“La gente teme que, si se deshace de algo sentimental, olvidará el recuerdo”, dijo. Pero nuestros recuerdos viven dentro de nosotros, añadió, no en nuestras cosas.

Si quieres reducir algunos de tus objetos más significativos, los expertos en limpiezas a fondo te proponen algunas formas suaves de empezar.

Desarrolla tu “músculo” de la limpieza
Para iniciar el proceso, reflexiona sobre el motivo por el que quieres ordenar, dijo Carolyn Rodriguez, experta en el trastorno de acumulación y profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Stanford Medicine.

El “por qué” te servirá de motivación. Por ejemplo, tal vez quieras evitar dejar atrás un montón de objetos para que tus hijos los clasifiquen cuando mueras. Quizá simplemente quieras que una habitación o un espacio sean más funcionales.

Para Lee Shuer, de 50 años, que padece síntomas de trastorno de acumulación, tomar la decisión de recortar sus objetos sentimentales fue un enorme reto al principio.

Su afán por coleccionar cosas empezó en la infancia. Cuando consiguió su propio espacio, las cosas llenaban su casa de Northampton, Massachusetts, desbordándose por el porche y asfixiando los pasillos. Con el tiempo se dio cuenta de que se aferraba a cosas que le recordaban a personas, lugares y experiencias de su pasado.

“Quería hacer sitio para mi futuro”, dijo Shuer. Imaginaba un espacio acogedor para los amigos, la familia y, con el tiempo, una pareja. Ahora, ayuda a la gente a ordenar sus casas y dirige talleres, que él mismo ayudó a desarrollar, para quienes padecen el trastorno de acumulación.

Una vez que tengas clara tu motivación, Rodriguez aconseja abordar el objetivo más sencillo: las zonas comunes que utilizas a diario.

Si te centras en ordenar la sala y el cuarto de baño, por ejemplo, tus esfuerzos serán inmediatamente visibles y gratificantes, dijo Rodriguez.

Luego ve subiendo hasta los objetos que te resulten más difíciles de desechar.

Prioriza los objetos que “amplifican la alegría”
Después de que murió su madre, Joshua Fields Millburn, presentador del pódcast Los Minimalistas, aprendió que cuantos menos objetos sentimentales tenía, más valor les sacaba.

“Porque si todo es sentimental, entonces nada es sentimental”, dijo.

Así que, en lugar de ponerlo todo en un “mausoleo de desorden”, dijo, elige las pocas cosas que amplifican tu alegría y considera la posibilidad de exponerlas, aconsejó.

Pregúntate también si volverías a pagar dinero por un objeto determinado. Si no es así, es señal de que deberías dejarlo ir, dijo Millburn. Si crees que querrás volver a verlo, considera la posibilidad de hacer una foto y guardarla en la nube o en una carpeta especial de tu computadora.

Allen, que ha conseguido reducir algunos de sus objetos más sentimentales, se enfrentó a un reto más difícil al considerar las prendas usadas de sus parientes fallecidos, pero al final tuvo que admitir que ni ella ni su hija las querían.

Al principio se sintió culpable.

Este tipo de emociones “nos atascan y pueden llevarnos a dejar las cosas para después”, dijo.

Hazlo poco a poco, pero con constancia
Para no agobiarte, Jones sugirió hacer la tarea lo más pequeña posible. Puedes elegir una habitación; un tipo de objeto, como una gran pila de papeles; o un intervalo de tiempo, como todos los sábados a las 3 p. m. Luego, mantén la disciplina. Aunque solo dediques 10 minutos cada vez a ordenar, verás avances.

Kim Allen sentada al borde de un escenario vacío en la Mansión Comunitaria de Oneida, donde ha donado muchos de sus objetos. Allen en la Oneida Community Mansion House, donde encontró un hogar para los recuerdos que le habían regalado sus familiares.Credit...Amrita Stuetzle para The New York Times

Susan Litt, de 49 años, de Richmond, Virginia, está continuamente ordenando las obras de arte que acumuló de sus dos hijos. “No puedes tener 10 contenedores con cosas de tus hijos”, dijo. “Es abrumador”.

Ahora que sus hijos son adolescentes, les pide su opinión sobre lo que tiene significado y lo que puede desaparecer. También evita intentar ordenarlo todo de una vez: “eso es demasiado drástico para mí”, dijo. En lugar de eso, vuelve al mismo montón de cosas dentro de unos meses.

Prueba estas técnicas de toma de decisiones Si no tienes certeza de por dónde empezar, sugirió Rodriguez, coge un objeto y hazte dos preguntas: 1) ¿Qué te viene a la mente cuando sostienes este objeto? 2) ¿Qué pasaría si te deshicieras de él?

A menudo resulta útil compartir tus respuestas con un amigo o familiar, añadió Rodriguez. Hablar simplemente del objeto y del periodo de tiempo que representa puede ayudar a la gente a desprenderse de él, añadió.

También puedes pedir a un amigo o vecino que guarde durante una semana algo de lo que estés pensando en desprenderte, sugirió Shuer. Después, comprueba cómo te sientes al cabo de la semana. ¿Ha sido tan difícil como esperabas?

Steve Wobrak, de 67 años, de Latrobe, Pensilvania, dijo que esta estrategia le ayudó a deshacerse por fin de una de las muchas figuritas de elefantes de su hija, años después de que muriera.

“Se me saltaron algunas lágrimas”, dijo. Desprenderse de un objeto sentimental hizo que deshacerse de otros fuera un poco más fácil. Pronto se dio cuenta de que los recuerdos no desaparecían, aunque los objetos sí lo hicieran.

“No pasa nada si tienes vínculos emocionales”, dijo Rodriguez. “Simplemente no puedes quedarte con todas las cosas”.

miércoles, 19 de marzo de 2025

_- No solo fue el terror: los nazis ganaron la batalla cultural en un año casi sin críticas

Quema de libros en la Alemania nazi de 1933.
_- Quema de libros en la Alemania nazi de 1933.

Para los nacionalsocialistas todo era política: convirtieron desde el teatro hasta el cine la pintura o la literatura en instrumentos de propaganda y antisemitismo.

En el delirio de la destrucción de Europa tuvo su peso un relato de tipo etnográfico de finales del siglo I, escrito por Cornelio Tácito y titulado Origine et situ Germanorum (Sobre el origen y la situación de los alemanes, conocido popularmente como Germania). Empieza así: “Germania en su conjunto está separada de los galos, los recios y los panonios por los ríos Rin y Danubio, de los sármatas y los dacios por el mutuo miedo y las montañas: lo demás lo rodea el Océano, abrazando extensas penínsulas e inmensos espacios de islas, habiendo sido conocidos hace poco ciertas gentes y sus reyes, a los que la guerra puso al descubierto”.

Ese viejo cuaderno de tiempos de los romanos se convirtió en “el talismán del Tercer Reich”, según Christopher Whitton, profesor de Clásicas de Cambridge. Con la apropiación cultural de un elemento tan concreto como los escritos de Tácito, los nazis se arrogaron el derecho a reconvertir la débil Alemania que surgió de los escombros de la Primera Guerra Mundial en la tercera reencarnación del Sacro Imperio Romano Germánico (el primer Reich fue en el siglo X, y el segundo surgió en 1871).

Ya en 1928, de la mano del ideólogo Alfred Rosenberg, los nacionalsocialistas fundaron una “Liga de Combate para la Cultura Alemana”, que preparó el camino de control de la cultura cuando los nazis llegaran al poder. Y así fue. A partir del 30 de enero de 1933, el presidente alemán Paul von Hindenburg nombró canciller de Alemania a Adolf Hitler, él y sus acólitos pusieron en marcha una especie de blitzkrieg (ataque relámpago) propagandístico para irradiar su ideología a través de todos y cada uno de los estamentos culturales y artísticos del país.

Berlin'The Eternal Jew', una exposición antisemita en Berlín, en 1938. Bettmann (Bettmann Archive)
 
De hecho, una de las primeras víctimas mortales del nazismo fue un actor de teatro, un tipo guapo, popular y comunista llamado Hans Otto. Al poco de que el partido de Hitler controlara el Gobierno central, se dio orden de no renovarle el contrato en el Teatro Estatal Prusiano, de manera que Otto pasó a la clandestinidad hasta que fue arrestado por las tropas de asalto en un pequeño café del barrio de Schönenberg, en Berlín. De allí se lo llevaron al cuartel general de la SA y la Gestapo, donde le golpearon y después lo tiraron por una ventana. Así lo explica Michael H. Kater en La cultura en la Alemania nazi (Siglo XXI, 2025).

Kater, profesor emérito de la universidad de York en Toronto, demuestra que los primeros pasos del gobierno nazi en el campo de la cultura estaban claramente planificados. Sus objetivos fueron diluir y aniquilar toda influencia de la República de Weimar (1918-1933) y presentar y extender la cosmovisión nacionalsocialista por todos los rincones del país. Se organizaron para hacerlo, además, en forma de distracción y entretenimiento para la ciudadanía y sin alarmar al resto de países europeos.

Y lo consiguieron. Para Kater, la verdadera institución de la nueva cultura se inició en verano del 33, cuando un cambio legislativo mandó crear una “liga de la cultura judía” para controlar y erradicar parcialmente lo que se consideraba cultura “judía” anterior a 1933. A la literatura racista anterior a ese año, en cambio, se le permitió continuar, y de hecho se fomentó, especialmente tras la puesta en marcha de una Cámara de Cultura del Reich bajo el mando del ministro de Propaganda Joseph Goebbels, que controló las principales actividades culturales y artísticas. “A partir de entonces, los creadores culturales alemanes tuvieron que dejarse guiar por la censura estatal y la autocensura”, explica Kater en conversación por correo electrónico.

Adolf Hitler


En Berlín de 1933, los viandantes saludan a Hitler, mientras da el discurso de victoria de las elecciones de 1933. Photo 12 (Universal Images Group via Getty Images)

Un nuevo imaginario

El mandato de Goebbels fue expandir la gran “cultura”, una suerte de elixir vital de la Volksgemeinschaft (la comunidad nacional). Dentro de ese marco, “los contenidos podían ser verdades, verdades a medias o francas mentiras, según conviniera a la política nazi”, explica Kater, autor de otros libros como Las juventudes hitlerianas (Kailas, 2016).

Pero para que ese nuevo tipo de cultura arraigara debía liquidarse primero las formas culturales anteriores, y la consigna fue purgar todo rastro de Weimar. Esto es, todo rastro del movimiento Bauhaus, del expresionismo, cubismo o dadaísmo, descolgando de los museos las pinturas de Paul Klee, de Kandinsky, y desprogramando películas como Berlín, sinfonía de una gran ciudad o Metrópolis, obras de teatro de Bertolt Brecht, o conciertos de Kurt Weill.

Adolf Hitler

Adolf Hitler saluda en 1933 a las juventudes sajonas a las afueras de Erfurt, Alemania. Hulton Archive (Getty Images)

Tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, “se culpó a los judíos de haber causado la decadencia nacional, lo que la extrema derecha alemana asoció cada vez más con el auge del modernismo (”Cultura de Weimar”), reflexiona Haker.

Así, el nuevo imaginario cultural despreciaba lo relacionado con lo urbano y lo industrial, repudiando lo complejo, lo ambiguo o lo abstracto, un verdadero trabajo de demolición contra las formas, colores y sonidos de Weimar y su impronta experimental, de libertad y tolerancia, según Kater.

La nueva cultura, en cambio, llamaba a celebrar la pureza y la belleza clásica, impulsando lo nítido, lo simple, el imaginario del campo y la aldea, el aire limpio de las montañas —entre los nazis se vivió una auténtica obsesión con los Alpes— y las muy diversas representaciones de la virtud, el idílico pasado, la fuerza de la familia, la humildad y la laboriosidad.

Esos nuevos valores se vieron pronto reflejados en libros con títulos como La voz de la conciencia, Los últimos jinetes, Rebeldes por honor o La vida sencilla. Una de las novelas de mayor éxito en 1933 fue El pueblo sin espacio, de Hans Grimm, publicada años atrás, en la que se narra los riesgos de la mezcla racial. “La lectura de textos que hablaban de vecinos extranjeros supuestamente hostiles pasó a ser un pasatiempo habitual entre los alemanes”, subraya Kater.

Joseph Goebbels

Joseph Goebbels da un mitin durante la ceremonia de quema de libros en la casa de la ópera de Berlín, el 11 de mayo de 1933. ullstein bild Dtl. (ullstein bild via Getty Images)

Para la élite nazi, todo producto cultural tenía valor político, fuera el teatro, el cine, la pintura, la escultura, la arquitectura, la literatura, la música o el baile. En los estamentos culturales se fue suprimiendo la representación de la población judía y se alentó la lealtad por delante de cualquier otra virtud, sincronizando todas las organizaciones culturales y artísticas bajo su ideología. De esa manera, los contratos, las subvenciones y la financiación estatal llovían —o no— en función de la fidelidad al nuevo Gobierno.

El control fue férreo. Se intentó imponer una nueva moda social haciendo circular piezas bailables alemanas con instructores de danza, con la ayuda de músicos de las tropas de asalto nazi. Y también se creó un nuevo tipo de música —lo más alejada posible de la locura negra del jazz que triunfó en la época de Weimar— fomentada a base de concursos de jóvenes que animaban a componer melodías que “se pudieran silbar por la calle”. Así fue como, por ejemplo, surgió la canción Alta noche de estrellas claras, compuesta por Hans Baumann, el bardo de las Juventudes Hitlerianas.

La obsesión artística venía de lejos y tenía tintes personales. Hitler tenía una cierta querencia por las artes, de joven trató de ser pintor, adoraba el cine, que le gustaba ir al teatro y le encantaba verse rodeado de actores y actrices. Pero en el campo de la literatura era otra cosa: en su biblioteca abundaban sobre todo historias de detectives o relatos de escenario rústico “como las aparatosas narraciones sobre el Salvaje Oeste estadounidense que había escrito el autor alemán Karl May, nacido en Sajonia”, relata Kater.

Berlin

Hitler muestra el arte "purgado" de Alemania, en una exposición nacional de arte alemán, a los jefes de misiones extranjeras en Berlín y a su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels (izquierda), en 1939. Bettmann (Bettmann Archive)

Calendario de opresión

De forma fulminante, a lo largo de 1933 se aprobaron diversas iniciativas legislativas para acabar con todo vestigio de democracia y libertad en las actividades sociales, culturales y artísticas del país. Para empezar, tras arder en llamas el Parlamento el 27 de febrero, se declaró el estado de emergencia, se suspendió la libertad de expresión, de prensa y de derecho de reunión, y se arrogó el poder de arrestar opositores políticos sin cargo alguno, disolver organizaciones y censurar periódicos.

El 23 de marzo se aprobó la Ley para la rectificación de la Nación y el Reich —más conocida como Ley Habilitante—, que permitió a Hitler proponer y firmar leyes sin consultar al parlamento. El 7 de abril se firmó la Ley de restauración del Servicio Civil Profesional Civil que promulgaba que se podía despedir a los funcionarios de orientación política dudosa, judíos o carentes de “inclinaciones correctas”. Se trataba de marginar a los artistas sospechosos empleados por distintas instituciones estatales del nivel municipal, regional o nacional.

En junio, Hitler otorgó al Ministerio de Propaganda de Goebbels facultades de supervisión adicionales que se arrebataron de las carteras de Exteriores o Interior, mientras los críticos literarios se apuntaron a suprimir las obras de comunistas, socialdemócratas o cristianos confesionales como Karl Marx, Sigmund Freud o Erich Maria Remarque. También se destruyeron libros que se referían a la emancipación de las mujeres, el pacifismo o la sexualidad (en diciembre de 1933 ya habían desaparecido de la circulación 1.000 títulos).

Hitler and Joseph Goebbels

Hitler y Joseph Goebbels viendo una pintura robada a los italianos. Photo 12 (Universal Images Group via Getty Images)

El 14 de julio se promulgó la Ley de Cinematografía del Reich y se inició el control temático y organizativo de las películas. Se fundó además una nueva Academia de Cine bajo la dirección de un actor llamado Wolfgang Liebeneiner, descrito por Goebbels como “joven, moderno, resuelto y fanático”.

En septiembre se puso en marcha una organización centralizada de artistas, escritores, periodistas en cámaras o Kammern específicas para cada disciplina: literatura, periodistas, trabajadores radiofónicos, artistas de teatro, músicos y personas dedicadas a las artes visuales. Con el tiempo, la afiliación a estas cámaras se volvió obligatoria y a los judíos se les prohibió inscribirse. Y en octubre se aprobó una nueva ley para regular la prensa en la que se impuso un registro de editores y reporteros “racialmente puros”, prohibiendo a los periódicos publicar información que pudiera debilitar la fuerza del Reich.

“Jungla darwinista”

Kater subraya que en este meteórico proceso de “recambio” cultural tuvo un papel importante el ultranacionalista Rosemberg y su Liga, que a finales de la década de los años veinte ya entablaba una lucha abierta contra la literatura de Weimar y contra los contenidos liberales de la prensa urbana como Frankfurter Zeitung.

Y esa escalada salvaje de recorte de libertades a favor del autoritarismo y el matonismo tuvo su reflejo en la competitiva pugna entre Rosenberg y Goebbels por conseguir el título de líder cultural máximo (ganando este último la contienda).

La cultura en la Alemania nazi recoge lo que Ian Kershaw, catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Sheffield, revela en Hitler. La biografía definitiva (Península, 2019): la manera de gobernar personalizada de Hitler fomentaba las iniciativas radicales que provenían de abajo, ofreciéndoles respaldo siempre que estuvieran de acuerdo con las metas que él antes había definido a grandes rasgos.

Nazis

Quema de libros en la Alemania nazi de 1933. Universal History Archive (Universal Images Group via Getty Images) 

Así, se promovía una competencia feroz en todos los niveles del régimen, entre instituciones nazis, entre grupos rivales, entre bandos de estos mismos grupos y, finalmente, entre los individuos de esos bandos. En esa “jungla darwinista” del Tercer Reich, el salvaje camino hacia el poder y el ascenso consistía en prever la voluntad del Führer y, sin esperar indicaciones, tomar la iniciativa para impulsar los presuntos objetivos y deseos de Hitler.

De esa manera se propulsó un proceso de radicalización en espiral, imposible de detener. Una radicalización que, según Kershaw, tuvo su expresión extrema durante la guerra en diversos aspectos: la escalada de terror en el ámbito judicial, la rapidez de las primeras victorias relámpago, la ferocidad infundida por los nazis en la campaña oriental, la sórdida brutalidad con la que se trató a los prisioneros de guerra soviéticos, y, sobre todo, la persecución de los judíos.

Kater, autor de otras obras como The Nazi Party (1983), Doctors Under Hitler (1989) o Composers of The Nazi Era (2000), explica que una de las cosas que más le ha sorprendido en sus investigaciones “es la aparentemente fácil conversión de los medios culturales en instrumentos de propaganda, y la ausencia de cualquier crítica contemporánea al respecto”.

martes, 18 de marzo de 2025

Max Planck, el padre de la teoría cuántica que intentó convencer a Hitler de que permitiera trabajar a los científicos judíos

Max Planck

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Pie de foto,Planck fue galardonado en 1918 con el Premio Nobel de Física "por su papel en el avance de la física debido al descubrimiento de la teoría cuántica".

Cuando a Max Planck le llegó el momento de decidir qué estudiar en la universidad, el entonces adolescente dudaba entre física u otras disciplinas.

Consultó a un profesor de física, quien le respondió que en esa disciplina "lo esencial ya estaba descubierto" y le recomendó que se dedicara a otra área de estudio.

El joven señaló que no le interesaba hacer nuevos descubrimientos sino comprender los fundamentos, y optó por la física.

Fue una decisión afortunada para el futuro de la ciencia, ya que Planck se convirtió en el padre de la teoría cuántica y recibió por sus descubrimientos el Premio Nobel de Física.

En BBC Mundo recordamos el aporte del físico alemán, que nació un 23 de abril, y la tragedia personal que marcó su vida.

Doctorado a los 21

Planck nació el 23 de abril de 1858 en la ciudad de Kiel, en una familia de gran trayectoria académica ya que sus antepasados habían enseñado teología en la Universidad de Gotinga.

Planck tocando el piano

Planck tocando el piano

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Pie de foto,

El físico mostró desde niño su talento para la música. Los conciertos en su casa de Berlín eran un lugar de encuentro de científicos y filósofos.

Desde niño mostró un gran interés y talento por la música y tocaba tanto el piano como el órgano y el cello.

El joven se matriculó en la Universidad de Múnich, bajo la tutela del mismo profesor que había intentado disuadirlo, Philipp von Jolly.

Planck se doctoró en física en Múnich. Su tesis de doctorado, que presentó con 21 años, se tituló "Sobre el segundo principio de la termodinámica".

El científico fue más tarde profesor de física en la Universidad de Múnich, cargo que ejerció luego en las universidades de Berlín y Kiel.

Mecánica cuántica

En 1900, Planck descubrió la constante fundamental que lleva su nombre, que es utilizada para calcular la energía de un fotón.

El físico descubrió que la radiación no es emitida ni absorbida en forma continua, sino en pequeñas cantidades a las que denominó cuantos.

Max Planck y Albert Einsteihn

Max Planck y Albert Einsteihn

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Pie de foto,

Einstein fue profesor de física en la Universidad de Berlín cuando Planck era decano de la institución.

Poco después descubrió la ley de la radiación electromagnética emitida por un cuerpo a cierta temperatura, denominada ley de Planck, que sentó una de las bases de la mecánica cuántica.

El trabajo del físico alemán, que fue verificado posteriormente por otros científicos, permitió el nacimiento de un campo totalmente nuevo en la física.

A pesar de cierta resistencia inicial, Albert Einstein y luego muchos otros científicos adoptaron las ideas de Planck para explicar que las ondas de luz se comportan también como una corriente de partículas, y que los electrones son simultáneamente partículas y ondas.

Planck fue galardonado en 1918 con el Premio Nobel de Física "por su papel en el avance de la física debido al descubrimiento de la teoría cuántica".

Gracias a los descubrimientos de Planck y su teoría cuántica, fue posible aplicar la física al mundo de lo infinitamente pequeño, un mundo muy diferente al de lo visible regido por la física tradicional.

En el mundo cuántico, un electrón ocupa simultáneamente diferentes puntos en su órbita y al saltar de una órbita a otra su trayectoria no puede predecirse.

Como señaló el físico Niels Bohr, quien usó la teoría cuántica para describir el átomo, "si nada de esto te parece desconcertante, es porque no lo has entendido".

La pérdida de su hijo Erwin

Planck tuvo una distinguida carrera académica. Fue secretario de la Academia Prusiana de Ciencias y presidió la Sociedad del emperador Guillermo para el Avance de la Ciencia.

Pero en su vida personal el científico debió afrontar numerosas tragedias.

Su hijo Erwin Planck fue asesinado por los nazis el 3 de enero de 1945, acusado de participar en un plan para asesinar a Hitler.

Planck intentó convencer a Hitler de que permitiera a los científicos judíos seguir trabajando, pero sus peticiones fueron en vano.

Planck en su biblioteca

Planck en su biblioteca

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Pie de foto,
La casa de Planck en Berlín fue arrasada en un bombardeo aéreo en 1944.

Einstein había sido uno de los pocos científicos que no tardaron en reconocer la importancia de la teoría cuántica y trabó una fuerte amistad con Planck.

Einstein fue profesor de física en la Universidad de Berlín mientras Planck era decano de la institución.

En 1944, la casa de Planck en Berlín, con sus invaluables manuscritos y biblioteca, fue arrasada en un bombardeo aéreo.

Rescatado por tropas estadounidenses

Planck y su esposa se habían refugiado de la guerra en Rogätz, un pequeño pueblo sobre el Río Elba, hasta que el sitio también se convirtió en campo de batalla.

Tras la rendición alemana, el matrimonio Planck huyó escondiéndose en bosques y establos hasta encontrar un nuevo refugio en una granja.

El célebre científico tenía entonces 87 años.

Planck fue rescatado por tropas estadounidenses y trasladado a Gotinga dos años antes de su muerte. 

El físico alemán fue finalmente hallado por tropas estadounidenses, que lo rescataron ante el avance inminente de las tropas rusas.

Planck fue trasladado a Gotinga, donde el padre de la teoría cuántica falleció el 4 de octubre de 1947 a los 89 años.

Entre los soldados estadounidenses estaba el astrónomo Gerard Kuiper, quien buscó denodadamente el paradero de Planck para salvar la vida del célebre físico que se había opuesto a los nazis, y era tan respetado en Alemania como en el resto de Europa y en Estados Unidos.



lunes, 17 de marzo de 2025

¿Qué hacer ante los cambios de personalidad de un ser querido con demencia?

Los expertos recomiendan algunas estrategias que pueden ayudar tanto a cuidadores como a las personas cercanas a su cargo.

Susan Hirsch visitaba a su padre en el hospital, donde se recuperaba de una caída, y se sorprendió al verlo —porque durante mucho tiempo le tuvo devoción a su madre— coqueteando con una enfermera como si tuviera “17 años y estuviera de nuevo en la Marina”, dijo.

Hirsch, una educadora en cuidados de la memoria de 67 años de Palmyra, Pensilvania, regañó a su padre. Pero la reprimenda solo enfureció al hombre de 93 años; ella recuerda que le dijo, “con palabras nada agradables”, que saliera de su habitación mientras ella se alejaba corriendo.

Más de 11 millones de adultos en Estados Unidos cuidan de personas diagnosticadas con alzhéimer y otras formas de demencia. Además de la pérdida de memoria, la mayoría de las personas con demencia experimentan cambios de humor y comportamiento, como agresividad, apatía, desorientación, depresión, deambulación, impulsividad y delirios.

Muchos cuidadores describen los cambios de humor y personalidad como los síntomas más molestos. Aunque a menudo se utilizan medicamentos antipsicóticos y sedantes para controlar los problemas de ánimo relacionados con la demencia, su eficacia es limitada.

Nathaniel Chin, geriatra y profesor asociado del departamento de Medicina de la Universidad de Wisconsin-Madison, dijo que, para controlar los cambios de humor y sentirse menos sobrepasados por ellos, es útil que los cuidadores recuerden que esos cambios se deben a alteraciones cerebrales.

“No son culpa de nadie”, dijo, y reconocerlo puede ayudarte a “sentirte menos enfadado con tu ser querido”.

Aquel día en el hospital, por ejemplo, la enfermera siguió a Hirsch hasta el pasillo y le explicó amablemente que su padre, quien ya había mostrado síntomas más leves de demencia, no estaba actuando a propósito. “No me regañó y eso fue muy útil”, dijo Hirsch; la conversación la ayudó a sobrellevar los cambios de humor de su padre hasta que él murió tres meses después.

Comprende por qué se producen los cambios de humor

Los cambios de personalidad y de humor suelen deberse al deterioro de partes del cerebro que controlan la atención, el aprendizaje, los sentimientos y otras facultades. Por ejemplo, una persona que ha perdido células en el lóbulo frontal, que controla la atención y el comportamiento, puede volverse más pasiva al disminuir su capacidad de planificación, según el Centro de Memoria y Envejecimiento de la Universidad de California, campus San Francisco; la persona también puede arremeter contra los demás al disminuir el control de sus impulsos.

Además, las personas con demencia tienen menos energía cerebral para procesar y adaptarse a las sensaciones (como el dolor o la fatiga) y a los estímulos ambientales, dijo Chin. Muchos expertos coinciden también en que las personas con demencia tienen umbrales de estrés más bajos de lo que tenían antes y pueden llegar a sentirse abrumadas con mayor rapidez. Este es el momento en que una persona con demencia puede ponerse repentinamente agitada o combativa, o empezar a “gritar y vociferar”, dijo.

A medida que la enfermedad avanza, las personas pierden habilidades lingüísticas y se comunican más a través del comportamiento, dijo Fayron Epps, profesora de enfermería del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio. Por ejemplo, una persona puede necesitar ir al baño, pero no puede transmitirlo verbalmente, y puede golpear algo para expresar su frustración, explicó Epps. “Como cuidador, tienes que investigar realmente de dónde procede ese estado de ánimo”, dijo.

Usa el DICE para los comportamientos desafiantes

Helen Kales, psiquiatra geriátrica y directora del departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de California, campus Davis, realizó una investigación con otros colegas y descubrió que los cuidadores que disponen de un sistema para abordar los síntomas del comportamiento experimentan menos estrés que otros cuidadores.

Desarrollaron un programa educativo para cuidadores, conocido como enfoque DICE, que significa: describir, investigar, crear y evaluar. El enfoque enseña a los cuidadores a describir detalladamente los cambios de humor (tomando nota de cuándo, dónde e incluso con quién se producen), investigar por qué pueden estar ocurriendo, crear reacciones informadas y evaluar su éxito.

Kales describió un caso en el que unos cuidadores formados en DICE asistieron y calmaron a una mujer de una residencia de ancianos que deambulaba todos los días a una hora determinada. Tras investigar las posibles causas y enterarse de que solía ser una ávida jardinera, los cuidadores empezaron a llevar a la mujer al patio de la residencia una vez al día y a ayudarla a “meter las manos en la tierra”. Esta dosis de “jardinería” diaria detuvo su deambulación, dijo Kales.

El DICE también puede ayudar a los cuidadores con el agobio personal. Aprendiendo a observar quién está en la habitación o qué ponen en la tele cuando aparecen los síntomas, los cuidadores pueden convertirse en expertos en detectar pautas, ver los problemas desde la perspectiva de sus cuidadores y crear planes para reducir o eliminar los síntomas. Esto podría incluir poner un video de cocina en YouTube en lugar de las noticias de las 5 p. m. o bañarse con menos frecuencia si hacerlo a diario es un punto álgido, dijo Kales.

Y si la persona a la que cuidas se vuelve violenta, es importante tener un plan de salida, aconsejaron los expertos. Hirsch recomendó llevar contigo el teléfono si tienes que salir de casa, para poder pedir ayuda y mantener a salvo a ti y a tu ser querido.

Enfatiza el tono por encima de la verdad

Puede que las personas con demencia no entiendan exactamente lo que les estás comunicando, pero comprenderán tu tono y tu lenguaje corporal, dijo William Haley, profesor de estudios sobre el envejecimiento en la Universidad del Sur de Florida, quien aconsejó hacer todo lo posible por hablar con calma, con la cara y la postura relajadas.

Y, dijo, no te obsesiones demasiado con los hechos. Decirle a una persona con demencia de forma malhumorada y correctiva que es miércoles, no jueves, podría ponerla más nerviosa. Y recordarle a alguien una desgracia mayor que ha olvidado —por ejemplo, que su cónyuge ya ha muerto— puede ser devastador, dijo Haley.

En lugar de eso, si tu ser querido pregunta por alguien que ya no vive, dile simplemente que crees que esa persona está bien y cambia de tema, sugirió. “No es una mentira duradera”, dijo. “Y para mí, es mejor que enfrentarte a ellos con una horrible verdad que solo les causará pena y dolor”.

Es una filosofía empleada por Martin Schreiber, autor de My Two Elaines, un libro sobre su experiencia cuidando a su esposa, que vivió con Alzheimer durante más de 15 años. Algunos cuidadores se resisten a mentir, pero torcer la verdad puede ser una forma de “unirte a ellos en su mundo” y aliviar también tu propio estrés, dijo Schreiber, quien también es exgobernador de Wisconsin.

En lugar de discutir con Elaine si le pedía un vaso de vino poco después del desayuno, acabó aprendiendo “que ‘No’ no era la respuesta”, dijo. “La respuesta es: ‘¿Quieres vino tinto o vino blanco? ¿Quieres un vaso más grande o más pequeño? ¿Y lo tomamos con los vecinos? Y quizá mientras pensamos en eso, tomemos una taza de café’”.

“No puedes enfrentarte con éxito a esta enfermedad”, dijo, pero decir mentiras piadosas y redirigir son dos estrategias útiles que él y muchos otros cuidadores han utilizado para proporcionar consuelo y apoyo.

Aprovecha la luz

Asegurarse de que las personas con demencia se exponen regularmente a la luz natural y a otras formas de luz brillante puede mejorar su sueño y su estado de ánimo, según ha descubierto Kales en algunas de sus investigaciones. Y dormir bien por la noche puede reducir el llamado “síndrome del ocaso”, las crisis que pueden producirse con la demencia a última hora del día, o en cualquier momento del día, cuando se ha acumulado suficiente estrés y fatiga.

Dar un paseo matutino o realizar otra actividad al aire libre puede beneficiarlos a ambos, dijo Kales. Pero si no es posible salir al aire libre, entre las buenas alternativas está hacer que tu ser querido se siente frente a una ventana o delante de una caja de fototerapia (un aparato que imita la luz del día) durante unos 30 minutos, añadió.

Reduce el aburrimiento si es posible

Dado que el aburrimiento puede provocar cambios de humor, Kales y sus colegas crearon una lista de 96 actividades que las personas con demencia pueden hacer solas o con sus cuidadores. Haley también ha oído hablar de personas con demencia para las que doblar toallas, barrer un largo camino de entrada y, en el caso de una maestra jubilada, “corregir trabajos” (marcar una pila de correos electrónicos impresos que le proporciona su cuidador) se han convertido en pasatiempos favoritos que les proporcionan satisfacción y un sentimiento de orgullo, dijo.

Epps señaló que ver “pequeños sermones” en internet —servicios eclesiásticos abreviados diseñados específicamente para personas con demencia— puede ser reconfortante para las personas religiosas que ya no pueden asistir a la iglesia en persona.

Pero hay muchas otras formas en que los cuidadores pueden adaptar las experiencias. Charlie Kotovic, de 62 años, se dio cuenta de que su mujer, Kathryn, de 64, a quien diagnosticaron alzhéimer en fase inicial hace cuatro años, se ponía nerviosa en los viajes de larga distancia. Así que desechó sus planes de viajar más lejos.

Ir en coche a la cabaña familiar, a un par de horas de su casa de Minneapolis, se ha convertido en su nueva escapada favorita, familiar para ella y manejable para él, dijo Kotovic. Y escuchar viejas canciones mientras van de camino ayuda a evitar los ocasionales “momentos de tristeza descendente” de su mujer, dijo.

Mientras Kathryn crecía, su madre ponía a menudo viejas canciones de Broadway. “Esa música la transporta a su pasado”, dijo Kotovic. “Es su lugar feliz”.

domingo, 16 de marzo de 2025

Cómo cuidar a un ser querido con demencia: 5 consejos de expertos

Una mano sujeta a otra que descansa en el regazo de una persona.
Unos siete millones de estadounidenses padecen alzhéimer, un tipo de demencia, y sus familiares suelen ayudar a cuidarlos a medida que avanza la enfermedad.Credit...Maansi Srivastava/The New York Times
Gene Hackman estuvo al cuidado de su esposa, Betty Arakawa, en sus últimos años. La inesperada muerte de ella revela el trabajo esencial y desafiante de quien cuida a alguien con alzhéimer.

Puede que nunca se conozcan los detalles de los últimos días de Gene Hackman. Pero las autoridades de Santa Fe, Nuevo México, dijeron el viernes que, al parecer, Hackman, quien padecía alzhéimer avanzado, además de una enfermedad cardiaca, había pasado aproximadamente una semana solo después de que su esposa, que era su cuidadora, muriera en casa a causa de una infección vírica inusual.

Hackman, de 95 años, puede haber sido una de las estrellas de cine más famosas del siglo XX, pero sus circunstancias apuntan a un problema común, según los expertos en demencia y cuidados familiares. Como Hackman, unos siete millones de estadounidenses padecen la enfermedad de Alzheimer, un tipo de demencia, y sus familiares, como su esposa, Betsy Arakawa, de 65 años, a menudo ayudan a cuidarlos a medida que avanza su condición.

Laura N. Gitlin, científica del comportamiento de la Universidad de Drexel que investiga formas de apoyar a los cuidadores, dijo que cuando a un paciente se le diagnostica demencia, sus seres queridos rara vez reciben toda la información que necesitan.

“Nadie explica realmente a la familia cómo puede ser el curso de la enfermedad, cómo prepararse”, dijo. “Nadie está pendiente del cuidador”.

Saber cómo prepararse para esta situación puede ayudar a mejorar la calidad de vida no solo de los pacientes, a medida que se adaptan a la vida con la enfermedad, sino también de quienes se dedican a atender sus necesidades. A continuación, presentamos cinco consejos que debes tener en cuenta si te conviertes en cuidador de un ser querido con demencia.

Mantén una vida social

Las personas con demencia pueden sentirse incómodas o ansiosas ante rostros que no reconocen, y el estigma puede llevar a algunas familias a retirarse de la vida social. Pero volverse reclusivo puede empeorar la enfermedad, dijo Helen Kales, psiquiatra geriátrica de la Universidad de California, campus Davis. El aislamiento es capaz de acelerar el deterioro cognitivo e incluso expone a los cuidadores a un mayor riesgo de desarrollar demencia ellos mismos.

Por esa razón, Kales recomienda que los pacientes y sus seres queridos sigan asistiendo a eventos sociales y probando cosas nuevas. Una pareja con la que trabajó empezó a practicar square dance cuando uno de los dos estaba en las primeras fases de la demencia.

“Si hay como ojos frescos para una situación y un respiro, eso beneficia a todos”, dijo.

Organiza un equipo de cuidadores

Muchos cuidadores principales se sienten reacios a imponer responsabilidades, y otros familiares y amigos pueden no saber cómo ayudar, dijo Gitlin. Para solucionarlo, sugiere organizar una reunión y asignar papeles. Por ejemplo, un hermano podría planear llamar cada mañana o cada noche para preguntar cómo está la situación. Si el familiar con demencia no contesta, podría solicitar que se realice un control de bienestar.

Nancy Goode, directora ejecutiva del Margaret Jo Hogg Alzheimer’s Outreach Center de Albany, Georgia, que ofrece servicios de atención diurna para adultos y apoyo a los cuidadores, dijo que les recomienda a los cuidadores que tengan al menos cinco personas a las que puedan llamar para pedir asistencia en caso de emergencia o para ayudar regularmente. Podría tratarse de un amigo que acepte hacer una visita todos los miércoles durante unas horas para que el cuidador pueda hacer diligencias.

Busca la ayuda de un experto

Cuando a un familiar le diagnostican demencia, es difícil prever cómo cambiarán las necesidades del paciente a medida que avance la enfermedad, dijo Gitlin. Por eso recomienda a los cuidadores que se reúnan con un experto, como un trabajador social geriátrico o un enfermero geriátrico, quien puede evaluar la seguridad del hogar del paciente y valorar cuánto apoyo necesitará.

Este tipo de asesoramiento no viene con el diagnóstico, dijo, por lo que las familias tienen que buscarlo y pagarlo.

“Parece sencillo”, dijo, “pero a nadie se le dan los conocimientos y habilidades que se necesitan”.

Considera utilizar tecnología que pueda ayudar a vigilar a tu ser querido 

Las cámaras domésticas y los sensores de movimiento pueden ayudar a los parientes que viven lejos a controlar a los familiares con demencia. Por ejemplo, puede colocarse un dispositivo en el refrigerador o nevera para que haga sonar una alarma si no se abre la puerta durante algún tiempo; otro aparato pueden llevarlo consigo los pacientes para que envíe una alerta si se caen. Gitlin dijo que es importante debatir los problemas de privacidad y seguridad de los datos al considerar este tipo de herramientas, que cada vez son más avanzadas y están más disponibles.

“No queremos que todo esto sean bombos y platillos”, dijo Kales, “pero sí creo que queremos utilizar la tecnología como un complemento para ayudar a las personas en su camino”.

Cuida de ti

Las exigencias de atender a una persona con demencia pueden consumir tanto que muchos cuidadores descuidan su propia salud, dijo Goode.

“Están agotados”, dijo. “Están totalmente agotados”.

Goode dijo que los cuidadores suelen asumir todas las responsabilidades de ayudar a sus pacientes, y los anima a pedir ayuda para poder dedicar tiempo a sus propias citas médicas, al descanso y al bienestar.

“Si no estás sano”, dijo Goode, “no puedes cuidar de ellos”.

sábado, 15 de marzo de 2025

_- "Estamos en una era dominada por formas extremas de crueldad, que además no están ocultas y se reciben con cierto nivel de alegría"

Henry A. Giroux.

_- Henry A. Giroux.

El video en la cuenta oficial de la Casa Blanca en la red social X que muestra a deportados siendo esposados de manos y pies y encadenados.

Las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump con las que anuncia la ampliación del centro de detención de migrantes en la base de Guantánamo para recibir "a los peores extranjeros ilegales criminales".

Para el académico Henry A. Giroux todo ello forma parte de lo que él ha denominado la "cultura de la crueldad".

Teórico fundador de la pedagogía crítica y director de Centro para la Investigación del Interés Público de la Universidad McMaster (Hamilton, Ontario, Canadá), Giroux lleva años ahondando en el concepto.

"La crueldad parece ser el principio organizador central de la política hoy", le dice el estadounidense-canadiense a BBC Mundo, refiriéndose también a la idea de que EE.UU. pueda llegar a asumir la "propiedad" de Gaza para levantar allí "la Riviera de Oriente Medio", o la reducción a su mínima expresión de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), una de las mayores organizaciones de ayuda humanitaria del mundo.

Pero no solo en EE.UU., también cada vez más a nivel global, subraya.

En BBC Mundo hablamos con este intelectual de izquierda que tilda a Trump de "testaferro de una oligarquía".

El título de tu artículo más reciente es "El teatro de la crueldad de Trump". Podría haber descrito su recién estrenada presidencia de distintas formas. ¿Por qué eligió definirla así?

La elegí porque es una palabra muy poderosa que, de cierta forma, apunta a un cambio importante en la política de EE.UU.

Es que de repente nos encontramos en una era dominada por lo que yo llamaría formas extremas de crueldad, formas que además no están ocultas y que parecen ser recibidas con cierto nivel de alegría, por no decir un rechazo abyecto a reconocer cuán malvadas son estas políticas.

Y en cierta forma creo que se han convertido en el centro mismo de la política. La crueldad parece ser el principio organizador central de la política.

Pero la crueldad no es una novedad en la historia política de EE.UU. No hay más que remontarse a las leyes Jim Crow de segregación racial, por poner un ejemplo. ¿Qué hay de distinto o nuevo hoy?

EE.UU. tiene, efectivamente, un largo historial de crueldad. Podríamos empezar hablando de la eliminación de la población indígena, o la esclavitud, o el internamiento de los japoneses (en campos de concentración)...

Todo eso está ahí, ese es el legado, aunque en muchos casos parece oculto. La gente trata de no recordar esos momentos de la política estadounidense.

Lo que creo que estamos viendo con Trump no es un incidente aislado de crueldad, un momento específico basado en racializaciones o en una forma específica de nativismo, como en la época de la Segunda Guerra Mundial.

Lo que estamos viendo es un principio de crueldad que afecta todos los aspectos de la vida estadounidense, ya sea en forma de ataques a las escuelas, a los inmigrantes indocumentados o a las personas transgénero.

Pero según usted, ¿es un tiempo más cruel sólo en la forma, en el lenguaje que se utiliza, que es más obvio y menos pudoroso, o es una cuestión más de fondo?

Hoy la crueldad no solo emerge en forma de un lenguaje deshumanizador. También emerge en las políticas.

Y para hablar de la naturaleza histórica de esta crueldad y de dónde proviene, me parece que hay que remontarse a la década de 1980.

¿Qué pasó en los 80?

Surge el neoliberalismo y empieza un proceso de divorcio del concepto de responsabilidad social. Lo que importa son las ganancias, todo lo demás es visto como una forma de debilidad.

El concepto de la política como la posibilidad de comunidad empieza a morir, como también empieza a morir cualquier noción viable de lo social.

El presidente Donald Trump firma una orden ejecutiva en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 14 de febrero de 2025 en Washington, DC. (Foto de Andrew Harnik/

El presidente Donald Trump firma una orden ejecutiva en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 14 de febrero de 2025 en Washington, DC.  (Foto de Andrew Harnik/Getty Images)

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Pie de foto,
Según Henry A. Giroux, el presidente de EE.UU., Donald Trump, es la cabeza visible de una oligarquía. 

Y la crueldad de la que habla, según usted ¿es un método? ¿Una estrategia política? ¿Un mecanismo de unión, como apuntan algunos analistas? Hay expertos que incluso dicen que es un fin en sí mismo.

Es una gran pregunta. Yo creo que es un principio organizador central.

Lo vemos en el lenguaje deshumanizador que usa Trump, pero también en sus políticas: en la decisión de enviar deportados a Guantánamo, un símbolo absoluto de la tortura que ahora está resucitando; lo vemos en sus políticas en lo referente a los programas de diversidad, equidad e inclusión (diseñados para fomentar la igualdad en ámbitos laborales y educativos, especialmente para comunidades históricamente marginadas, y que quiere eliminar); ya vimos lo que hizo con USAID…

Es un principio central, una forma de hacer política que se nutre de odio y de intolerancia. Y no es casual ni es un rasgo de la personalidad.

Lo que estamos viendo ahora es una fusión de crueldad y política de maneras nunca antes vistas y celebradas, una crueldad que emerge en el día a día.

¿Cómo definiría la forma de gobernar de Donald Trump? ¿Qué tipo de presidencia es la suya?

Lo definiría como un gobierno fascista. La prensa establecida no lo está llamando así, aunque a veces se habla de autoritarismo. Pero Joe Biden, al dejar la presidencia, advirtió que Trump era fascista, algo que también dijeron en su momento generales retirados como John Kelly.

(En sendas entrevistas con The New York Times y The Atlantic en octubre, y después de años de compartir sus críticas hacia Trump con los reporteros de manera más moderada, Kelly, quien fue jefe de gabinete de la Casa Blanca y secretario del Departamento de Seguridad Nacional de Trump, advirtió del presunto peligro que suponía para la democracia estadounidense que el republicano fuera reelegido.

En declaraciones sin precedentes para un exfuncionario estadounidense de alto nivel, Kelly dijo que Trump encaja en la definición de fascista. "Ciertamente el expresidente está en el área de la extrema derecha, ciertamente es un autoritario, admira a dictadores, él mismo lo ha dicho. Así que ciertamente cabe en la definición general de fascista, eso seguro", le dijo a The New York Times).


Si se puede o no aplicar ese término a Trump genera debate entre historiadores y analistas prácticamente desde su primera campaña presidencial en 2016, y hay quienes advierten que es políticamente imprudente tildarlo así.

El suyo es un gobierno fascista, y te diré por qué.

Lo es porque no cree en el estado de derecho, porque cree que el poder y la violencia son fundamentales para la política, pero, sobre todo, es fascista porque está organizado en torno al nacionalismo cristiano blanco. Y ese es el núcleo del fascismo.

Se define un país de una manera muy limitada y exclusiva, y se pone en marcha una política de lo desechable. Comienza con el lenguaje deshumanizante, sigue con las políticas de expulsión de personas, luego se mete a los críticos y a otros en las cárceles…

Un inmigrante guatemalteco indocumentado, encadenado por ser acusado como criminal, se prepara para abordar un vuelo de deportación a la Ciudad de Guatemala, Guatemala, en el Aeropuerto Phoenix-Mesa Gateway el 24 de junio de 2011 en Mesa, Arizona. (Foto de John Moore/Getty Images)

Un inmigrante guatemalteco indocumentado, encadenado por ser acusado como criminal, se prepara para abordar un vuelo de deportación a la Ciudad de Guatemala, Guatemala, en el Aeropuerto Phoenix-Mesa Gateway el 24 de junio de 2011 en Mesa, Arizona. (Foto de John Moore/Getty Images)

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Pie de foto,
Un inmigrante guatemalteco espera esposado y encadenado el momento de abordar un avión que lo deportará a su país de origen. 

En su artículo más reciente sobre la actual presidencia de EE.UU. subraya que "Trump no gobierna solo", sino que es "el testaferro de una oligarquía que abandonó incluso la pretensión misma de una democracia". Sin embargo, gobierna con el apoyo de la mayoría de los estadounidenses. En las elecciones de noviembre ganó el voto popular, algo que ningún republicano había logrado desde 2004. ¿Qué nos dice eso?

Nos dice algo que hemos ignorado durante mucho tiempo: que la educación es central en la política.

La educación puede ser no sólo una herramienta de emancipación, también de enorme opresión. Puede inculcar nociones de odio, resentimiento e intolerancia, entre otros.

Y lo que tenemos hoy por hoy en EE.UU. es un aparato cultural que básicamente se ha convertido en un tsunami de odio e intolerancia dirigido por multimillonarios tecnológicos.

Lo que hemos visto desde la década de 1980, dado el control corporativo de los medios de comunicación, es una maquinaria cultural y de enseñanza que ha tenido un éxito enorme a la hora de producir lo que yo llamo ignorancia fabricada.

¿Ignorancia fabricada?

No puedes tener una democracia, ni siquiera una débil, sin un público informado.

Y lo que la derecha ha aprendido es que, si se controlan los medios de comunicación y de educación, no hacen falta ejércitos. Lo que se necesita son modos potentes de persuasión y el control de los sistemas de información.

Ahora, con las redes sociales, estamos en un periodo muy difícil en lo referente a ser crítico y hacer que el poder rinda cuentas.

Y todos los elementos del fascismo que vemos surgir en Hungría, en Argentina, en Italia no son nuevos, pero se están sucediendo a una escala que me parece casi inédita.

Es un fenómeno que va más allá de EE.UU: partidos extremistas que ganan terreno, la polarización del discurso, candidatos que hablan abiertamente de crueldad… Un líder regional del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), Björne Höcke, declaró abiertamente que se necesita "una crueldad bien afinada" para expulsar a migrantes y refugiados de Alemania.

Es un fenómeno global, efectivamente. Pero una cosa es eso y otra es que el país más poderoso del mundo ahora tome la delantera a la hora de reforzar la afirmación de (el presidente de Hungría, Viktor) Orbán de que la democracia es demasiado débil. Esto no tiene precedentes.

Si esto hubiera surgido en los años 70, incluso a principios de los 80, la gente diría: "Es un movimiento marginal". Pero ya no lo es. Es un movimiento en el centro de la política de EE.UU. y en el de la política global.

De hecho, algunos ideólogos como Curtis Yarvin, invitado habitual de medios conservadores y a cuyas ideas ha hecho referencia el vicepresidente JD Vance, argumenta que en EE.UU. la democracia debería sustituirse por una "monarquía" encabezada por lo que él llama un CEO, una especie de director ejecutivo. ¿Qué diría a los que, como él, defienden que tener a un "CEO eficiente" al frente del gobierno es mejor para la gente?

Es el clásico ejemplo del tipo de discurso que moriría en una democracia vibrante. El hecho de que se le dé una plataforma a alguien con esas ideas es impactante.

¿Qué dirías a alguien que defiende que la democracia está muerta y que lo que realmente necesitamos es acostumbrarnos a las dictaduras porque funcionan, y que deben estar encabezadas por gente como Elon Musk?

Usted ha escrito desde hace años, sobre la "cultura de la crueldad". Y afirma que "prospera cuando los miedos compartidos sustituyen a las responsabilidades compartidas". ¿Cuáles son esos miedos y qué responsabilidades compartidas sustituyen?

Las responsabilidades que sustituyen son aquellas que se toman en serio los derechos sociales, políticos y económicos, y los valores compartidos como la compasión, el cuidado del otro, el sentido de comunidad, el reconocimiento del sufrimiento ajeno y la necesidad de abordarlo y acabar con él; la necesidad de eliminar los cimientos del sufrimiento y la violencia.

Desde el surgimiento del neoliberalismo en la década de 1980, ese argumento es visto como una debilidad, y la bondad es vista como la virtud de los tontos.

Debemos preguntarnos qué pasó con esos principios, con esas virtudes y valores como la compasión, la confianza, la amabilidad, el cuidado del otro, la justicia, la igualdad y la inclusión, si están o no siendo destruidos, por quién y en interés de quién.

A lo largo de la historia política estadounidense, presidentes de uno u otro partido han hecho hincapié en la idea de la autoridad moral de EE.UU., en que debe servir de ejemplo para el mundo. ¿Sigue siendo así?

No. En ese sentido EE.UU. se traicionó a sí mismo, cayó en una forma de autosabotaje.

Aunque nunca fue un país verdaderamente democrático: se construyó sobre las espaldas de los esclavos, a las mujeres se les negó el derecho al voto durante mucho tiempo, y continuamente ha reinventado una forma de colonialismo que exhibe el nombre de Destino Manifiesto o excepcionalismo estadounidense.

Hoy no hay más que ver lo que ocurre en Gaza. ¿Cómo se puede tomar en serio esta noción del excepcionalismo estadounidense?

Una mujer y un niño caminan de la mano entre los edificios destruidos por ataques israelíes en Beit Lahia, una ciudad del norte de la Franja de Gaza, el 18 de febrero de 2025. (Foto: Abd Khaled/Anadolu vía Getty Images) 
Una mujer y un niño caminan de la mano entre los edificios destruidos por ataques israelíes en Beit Lahia, una ciudad del norte de la Franja de Gaza, el 18 de febrero de 2025.  (Foto: Abd Khaled/Anadolu vía Getty Images)

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Pie de foto,
La idea de levantar una "Riviera de Medio Oriente" sobre los escombros de Gaza forma parte de la "cultura de la crueldad", según Henry A. Giroux.

Es de sobra conocido que el lema de Trump es "Volver a EE.UU. grande de nuevo" (Make America Great Again, MAGA). ¿Qué cree que significa la grandeza en este contexto?

Creo que significa "volver EE.UU. blanco de nuevo", además de eliminar todos aquellos derechos que desde la década de 1950 se fueron consiguiendo para las mujeres, el colectivo LGBTQ, etcétera, y revertirlos.

Sin embargo, aunque el voto blanco fue su voto más fuerte, Trump obtuvo un avance histórico en lo que respecta al apoyo latino en las urnas, sobre todo entre los hombres hispanos.

Se debe a varios factores.

Por una parte, lo democrático como alternativa al fascismo dejó de ser atractivo para muchos. La democracia no significa nada cuando no tienes comida, una atención médica adecuada, un cuidado infantil adecuado. Y en ese estado de ansiedad absoluta, muchos inmigrantes votaron por Trump.

Y por otra parte, el lenguaje del miedo y la intolerancia ha tenido un éxito tal en la esfera mediática de Trump que creo que la gente básicamente terminó internalizándolo.

El problema no es que van a venir otros a quitarles el trabajo. El problema en EE.UU. es una enorme desigualdad y la concentración del poder en pocas manos, lo que desemboca en menos servicios públicos, la destrucción del estado de bienestar y la criminalización de los problemas sociales.

La noción de comunidad se vuelve vacía porque vives en una sociedad que te dice que el individualismo lo es todo, que todos los problemas son individuales.

Así que temes a la horda de invasores. Es el lenguaje del poder y la gente acaba comprando el discurso.

Pero también parece que hay una especie de retroalimentación en bucle. Cuanto más polarizado es el discurso, más amplia parece ser la base de quienes lo apoyan, y viceversa. ¿Es solo una percepción?

No, es así, absolutamente.

¿Y cómo se contrarresta la escalada?

Primero que nada, hay que nombrar el problema. No podemos simplemente decir que Trump y su administración son neofascistas.

Eso es cierto, pero de lo que realmente tenemos que hablar es de la forma en la que se ha subvertido la democracia y empezar a detallar en el lenguaje de la vida cotidiana en qué impacta esto: malas escuelas, inflación, precios más altos de los alimentos, intolerancia...

Necesitamos resucitar el lenguaje de la democracia en términos de valores que la gente pueda compartir y con los que pueda identificarse.

También necesitamos un movimiento de clase trabajadora multirracial y amplio. Los movimientos aislados no sirven. Y una demostración masiva de resistencia colectiva.

¿Cree que es algo que está tomando forma?

No veo que vaya a suceder en las próximas dos semanas, pero (la administración Trump) está trabajando a una velocidad tal para imponer un grado de fascismo en este país, que creo que los resultados van a ser abrumadores en los próximos seis meses y, ciertamente, en los próximos dos años.

Esto generará una enorme cantidad de resentimiento y la gente va a despertar. Y el grupo que más va a despertar es el de los jóvenes, jóvenes que se sienten alejados de la política de Trump y que se dan cuenta que están siendo excluidos del guion de la democracia.

Todo es venganza. Es la política de la venganza, el odio, la crueldad y el racismo.