Mientras que, como cada verano, el fuego convierte en cenizas parte de la masa forestal de un país que no está sobrado de árboles, una nueva enfermedad acaba de hacer su aparición en la península Ibérica amenazando con diezmar diversas especies, los almendros y olivos entre ellas, como antes sucedió con las palmeras, que hoy aparecen decapitadas por miles en nuestros paseos marítimos y jardines, y antes aún con los olmos, que desaparecieron en su totalidad por culpa de la grafiosis, incluido aquél al que el portugués Miguel Torga dedicó uno de sus más bellos poemas: “Na terra onde nascí há um só poeta / Os meus versos sâo folhas dos seus ramos…” (En la tierra donde nací sólo hay un poeta / Mis versos son hojas de sus ramas). La nueva enfermedad arboricida tiene un nombre pintoresco, xylella fastidiosa, pero de gracioso poco. Los agricultores y responsables de Agricultura de Alicante, que es donde se ha detectado el brote, están muy preocupados por cómo pueda afectar a sus diversas especies de árboles y los de Andalucía más: en la región de Apulia, en Italia, que es de donde procede el brote, tuvieron que arrancar más de dos millones de olivos por culpa de la enfermedad.
La afectación sucesiva de especies arbóreas por diferentes plagas y enfermedades preocupa a los agricultores pero no parece quitarle el sueño al resto de la población, la urbana en especial, para gran parte de la cual los árboles son sólo adornos o, en el mejor de los casos, una compañía agradable cuando el calor aprieta con fuerza y obliga a buscar la sombra. La gente se ha ido concienciando ya de la necesidad de proteger la fauna en peligro, pero no tanto de hacer lo mismo con nuestros bosques.
Y eso en un país donde el desierto avanza imparable día tras día no deja de ser una irresponsabilidad que habría que trasladar a cada uno de nosotros y no sólo a aquéllos que con su negligencia o acción delictiva provocan incendios o a los que con su analfabetismo paleto arrancaron del borde de las carreteras los miles de chopos que, como en Francia siguen haciendo, les daban sombra con el argumento de su peligrosidad. Porque todos somos responsables de que en España el árbol se siga considerando un adorno si no da fruto o dinero, como sucede con el paisaje en sí.
¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que comprendamos la dimensión de la frase del poeta francés Claude Bobin que yo le leí a otro poeta, mi paisano y amigo José Antonio Llamas: “Me gusta apoyar la mano en el tronco de un árbol no para asegurarme de su existencia sino de la mía”?
https://elpais.com/elpais/2017/07/12/opinion/1499881246_246173.html
lunes, 31 de julio de 2017
domingo, 30 de julio de 2017
La ONU se pronuncia sobre el desalojo de una familia con dos menores que vivía en una habitación de alquiler. La ONU condena al Estado español por la vulneración del derecho a la vivienda
Enric Llopis
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha condenado al Estado español por vulnerar el derecho a la vivienda, según establece un dictamen emitido el pasado 20 de junio. La ONU considera que las autoridades estatales (incluido el Gobierno de la Comunidad de Madrid) incumplieron con las obligaciones de garantizar una vivienda alternativa a una familia desahuciada, en octubre de 2013, en el barrio madrileño de Tetuán. Los cuatro miembros de la unidad familiar fueron desalojados de la habitación en alquiler donde residían, tras el proceso judicial iniciado por la arrendadora. En el apartado final de recomendaciones, Naciones Unidas recuerda que el Estado español tiene la obligación de proporcionar a los afectados una reparación efectiva. Así, tras evaluar la situación actual de las víctimas, en caso de que éstas no cuenten con una vivienda adecuada, tendrá que otorgarles una vivienda pública o adoptar una medida de similares características; y además, apunta el dictamen, concederles una compensación económica “por las violaciones sufridas”.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales implica obligaciones para los estados firmantes. Así, el Comité de la ONU insta al Estado español a garantizar que en los procesos judiciales por desahucio de inquilinos, los demandados puedan oponerse o presentar un recurso. Incluso va un punto más allá. Pide la adopción de medidas para que los desalojos de personas sin recursos sólo se ejecuten tras una consulta “genuina y efectiva” con los afectados; y de que el Estado haya “realizado todos los pasos indispensables, hasta el máximo de sus recursos disponibles”, para que las personas desahuciadas cuenten con una vivienda alternativa. El dictamen también exhorta a que el Gobierno desarrolle, en coordinación con las comunidades autónomas “y hasta el máximo de los recursos disponibles”, un plan que garantice el derecho a la vivienda adecuada de las personas con escasos recursos.
Los hechos evaluados por Naciones Unidas tienen como protagonistas a dos ciudadanos de nacionalidad española, Mohamed Ben Djazia; y argelina, Naquel Bellili, matrimonio que contaba con dos hijos de uno y tres años en el momento del desahucio (los dos tendrían derecho a una protección especial). Según la información que aportaron al Comité de la ONU los denunciantes, Mohamed Ben Djazia vivía en una habitación de alquiler en un piso de Madrid desde 1998, a la que se trasladó Naquel Belilli en 2009. Ambos abonaban la renta mensual del alquiler. Durante una década, el primero presentó trece solicitudes para acceder a una vivienda social del Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (IVIMA), sin resultado alguno. Además, hasta el 21 de junio de 2012 percibió el subsidio de desempleo. Pero al carecer de ingresos familiares, cesaron en el pago del alquiler durante los meses siguientes, de modo que la arrendadora les anunció que no prorrogaría el contrato. En ese momento (agosto de 2012), la familia no disponía de recursos ni alojamiento alternativo, por lo que permanecieron en la habitación.
En noviembre de 2012 la arrendadora presentó una demanda de juicio verbal de desahucio ante el Juzgado de Primera Instancia Número 37 de Madrid, que ordenó el desalojo el nueve de julio de 2013. Ante la orden de expulsión, la familia afectada pidió al juzgado que reiterara los oficios emitidos a los Servicios Sociales autonómicos y municipales; y se requiriera tanto al Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) como a la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) a que le proporcionaran una vivienda, después de más de una década de solicitudes. Las víctimas agotaron las vías legales. En septiembre de 2013 plantearon un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y una petición de medidas cautelares, además de una solicitud de medidas provisionales ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Según consta en el relato de los denunciantes, los dos tribunales rechazaron las peticiones. El tres de octubre de 2013 se produjo finalmente el desahucio. Los afectados pasaron entonces diez días en un albergue municipal, y otros cuatro en el automóvil familiar.
El caso fue denunciado ante Naciones Unidas por el Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES). Uno de los argumentos esgrimidos fue que mientras la Comunidad de Madrid desatendió las solicitudes de vivienda social de los afectados entre 1999 y 2011, redujo durante esos años el número de viviendas públicas, que incluso vendió a entidades privadas; de ese modo se produjo una disminución del parque disponible en un contexto de severa crisis económica, subraya el CAES, que se apoya en un el Informe de Amnistía Internacional “Derechos desalojados. El derecho a la vivienda y los desalojos hipotecarios en España” (junio de 2015). Así, la entidad argumenta que en 2012-2013 el IVIMA y otras entidades de la Comunidad de Madrid vendieron 2.935 casas y otras propiedades a sociedades-fondos de inversión privados; y lo hicieron supuestamente “por motivos de equilibrio presupuestario”. Otro de los razonamientos apunta a que el proceso judicial no respetó las debidas garantías.
En un comunicado conjunto emitido por el CAES y Amnistía Internacional, se resalta que el dictamen de Naciones Unidas “pone al descubierto la violación sistémica del derecho a la vivienda en España”. Ello ocurre cuando se produce un desalojo “sin garantizar alternativa habitacional”, señalan las dos entidades a partir del criterio seguido por la ONU. “Los desalojos no deberían dar lugar a que los afectados queden sin vivienda”, según las obligaciones contraídas por España como parte del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El CAES y Amnistía Internacional subrayan asimismo la especial atención que los estados deben prestar cuando los desahucios afectan a menores.
La Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) se ha pronunciado en términos similares, a través de un comunicado con el siguiente titular: “El estado español comete violaciones de derechos humanos con cada desahucio sin alternativa habitacional”. Además, destaca que la condena se refiere a un desahucio por extinción de contrato de alquiler. El hecho no resulta baladí, ya que, según explica la nota informativa, “el Gobierno de España alegó que los alquileres entre particulares son ajenos a la responsabilidad del Estado; y también negó cualquier tipo de vulneración, llegando a afirmar que el mercado de alquiler no está sometido a las normas internacionales de Derechos Humanos”.
La cuestión del alquiler no es ajena a la propuesta de Ley de Vivienda de la PAH, que los grupos antidesahucios impulsan en una campaña iniciada el pasado 22 de marzo. Presentado ante los diferentes grupos parlamentarios, el texto incluye cinco medidas “urgentes”: dación en pago retroactiva, moratoria de los desahucios, garantía de luz, agua y gas para todos los hogares, un incremento del parque público por la “movilización” de los pisos vacíos en manos de la banca y la regularización de los precios del alquiler, a partir de experiencias como las de París y Berlín. La batalla por materializar la propuesta coincide con el balance de desahucios del primer trimestre de 2017, presentado por el Consejo General del Poder Judicial: el número de lanzamientos aumentó un 2,2% respecto al mismo periodo de 2016, hasta alcanzar los 17.055; de esta cifra, la mayoría (9.612) se derivan de la Ley de Arrendamientos Urbanos, mientras que 6.372 corresponden a ejecuciones hipotecarias.
Por otro lado, la PAH subraya el apoyo recibido el pasado nueve de junio por la antigua relatora de Vivienda de la ONU, Raquel Rolnik, durante su visita a Barcelona. Rolnik, que desempeñó esta responsabilidad durante seis años, hasta 2014, grabó un vídeo en el que respaldaba la campaña por la Ley de la Vivienda de la PAH. En un informe publicado en agosto de 2012 la entonces relatora, arquitecta y urbanista brasileña afirmaba que el mercado inmobiliario “está sujeto a la lógica financiera, por lo que no ha generado soluciones adecuadas para los pobres”. En otro punto del documento advertía que la financiación de la vivienda en los mercados generalizó las “burbujas” en los precios inmobiliarios, lo que apenas contribuyó al acceso de los sectores empobrecidos a viviendas adecuadas y asequibles. Raquel Rolnik apuntaba asimismo que en el periodo 1997-2004 el precio medio de la vivienda se incrementó un 149% en España, un 139% en el Reino Unido, un 187% en Irlanda, un 112% en Australia, un 65% en Estados Unidos y un 227% en Sudáfrica. El colectivo antidesahucios hace hincapié en que, al frente del cargo en Naciones Unidas, Raquel Rolnik ya defendió la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) hipotecaria promovida por la PAH en 2013.
sábado, 29 de julio de 2017
Perú. La educación y la tragedia de los maestros.
Hernán de la Cruz Enciso
Son los tiempos. Para adueñarse de la riqueza de los países, los dueños del mundo ya no generan tantas matanzas como antes. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, con tanques y aviones, sino en la cabeza de las personas, con programas televisivos o mensajes especialmente diseñados para torcer las conciencias. Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros. Las balas ya no apuntan al cuerpo de las personas, sino a sus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas. Ahora lo importante es controlar mentes: es la guerra asimétrica. Y para controlar mentes, se debe intervenir en la formación de los cerebros y, sobre todo, decidir sobre el contenido de los cerebros. Es decir, para controlar países y, por consiguiente, decidir sobre sus recursos (naturales, humanos), se debe decidir sobre la alimentación, la salud y la educación de las personas. No es poderoso ni potencia, ni siquiera estable, aquel país que tiene oro y petróleo, menos millones de dólares en reservas. Al país que no invierta en educación, salud y alimentación, le espera la decadencia histórica.
Son los tiempos, decíamos. Tiempos de la guerra irrestricta, una contienda donde no hay reglas ni guerras declaradas, donde, por medio de ataques imperceptibles, se utiliza la táctica del socavamiento de la estructura de la Nación-objetivo, hasta lograr, paulatinamente, el control sobre sus recursos estratégicos y su economía. Alguien dijo alguna vez: “Es imposible ganarle una guerra armada a Estados Unidos: es más fácil destruir su juventud, dejándole sin futuro, introduciéndole drogas”. O esto otro: “Es difícil quebrar la voluntad del cholo terco; más fácil es buscar la derrota del pensamiento y de la voluntad mediante programas televisivos aberrantes. Antes se hacía con la religión, luego con el alcohol”. Esa es la guerra irrestricta, donde las armas son “amables”, armas que aparentemente entretienen o “alegran” pero que, sin matar, causan daños irreversibles en la conciencia de los individuos. ¿Es acaso casual que los canales de televisión estén llenos de travestis como los nuevos héroes y paradigmas de la sociedad?
EDUCACIÓN PERUANA
¿Y cómo andamos en educación en el Perú? Muy mal, ya lo dijimos en algún momento: 11% de analfabetismo; el 47% de los estudiantes de la zona rural se encuentra fuera del sistema educativo; el 90% de las escuelas de las zonas rurales son unidocentes o multigrado; el 78% de las escuelas pertenecen al Estado. Solo el 1.6% son de material noble, pero sin los servicios básicos ni con el mobiliario adecuado. El 10.4% se encuentra en situación desastrosa. Además, dos de cada de diez escuelas no cuentan con el servicio de agua y cuatro de cada diez no tienen desagüe. En siete de cada diez colegios los servicios higiénicos se encuentran en estado deficiente. Carencia de materiales educativos de calidad; una parte de esos materiales deben ser comprados, o por los padres de familia, o por los mismos maestros. Metodologías obsoletas: la educación basada en una metodología de transmisión de conocimientos y contenidos ha fracasado.
¿Y cómo andan los colegios? Hay 62 mil colegios en el país. El 15% de ese total requiere sustitución, 56% precisa de rehabilitación, 29% necesita mantenimiento, 30% no tiene energía eléctrica, 40% no tiene agua y 75% no tiene internet. Para resolver ese problema se requiere el 10% del PBI (63 mil millones de soles).
¿Qué más? Un magisterio mal pagado y desmotivado. Hay 320 mil profesores a nivel nacional, y el 40% de ellos debe completar sus ingresos con otras ocupaciones remuneradas. Los salarios de ahora son la tercera parte de lo que eran en los años sesenta. Y como han caído las remuneraciones, cayó el prestigio de la carrera docente, cayó la “dedicación exclusiva” y, por consiguiente, cayó la motivación de los jóvenes por la carrera de Educación. ¿Algo más? Contenidos desfasados frente a los desafíos de la realidad y frente al tiempo histórico. Todos los países tienen un Proyecto Histórico y ese proyecto gira alrededor del potencial humano. País que no invierte en educación –y que basa su economía solo en la enajenación de sus recursos naturales, como el Perú– está destinado a sucumbir igual que el África.
El otro problema grave es la desnutrición. Uno de cada dos niños de las zonas rurales sufre de desnutrición. Si no se ataca el problema de la desnutrición, no se puede hablar de una buena educación. El niño peruano nace con aproximadamente un coeficiente intelectual de 100 en la Escala de Wechsler. Si a ese niño le damos una pésima alimentación en los tres primeros años, su coeficiente se reducirá a 95. Si después le damos una pésima formación educativa (2 a 3% del PBI en educación), su coeficiente decrecerá en algunos casos a 90 y en otros a 85. Los periodistas César Aquije y Félix Dávila, en el artículo “Perú año 2000, generación de tarados”, advertían que “están convirtiendo a la mayoría de peruanos en mutantes al revés, en seres que estarán incapacitados para sobrevivir en un mundo altamente tecnificado, como no sea en la humillante condición de semovientes (burros y caballos), de virtual ganado industrial”.
INTROMISIÓN EXTRANJERA Y PRESUPUESTO
¿Cuánto es el presupuesto del sector Educación para el 2017? 26 mil millones de soles. Los países industrializados invierten alrededor del 3% del PBI en investigación, ciencia y tecnología. El Estado peruano solo invierte 0.15% del PBI en investigación. Otros países, principalmente los países del Primer Mundo, invierten en Educación alrededor del 8% de su PBI y, en otros casos como Israel, sumando el público con el privado sobrepasan el 11% del PBI. El Perú en los últimos diez años solo ha destinado entre 2% y 4% de su PBI. Los países inteligentes invierten más en la infancia, luego en los colegios, finalmente en la universidad. En Perú es al revés. Es decir, el que más necesita, recibe menos. En educación inicial, al 2011, Chile destinaba 1766 dólares por alumno al año, Argentina 1745, Uruguay 1200, Brasil 1044 y Perú 289.
¿Y por qué el Estado peruano destina solo el 4% del PBI a la educación y no, por ejemplo, el 10%? Por imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. Alberto Fujimori firmó, siendo presidente, una carta de intención con el FMI que prioriza el pago de la deuda externa, dejando de lado el gasto público (la educación, el agro y la industria nacionales). Dicha carta impone, asimismo, la privatización de los recursos naturales y de la salud y la educación. Los presidentes que siguieron a Fujimori (Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, PPK) también hicieron cumplir al pie de la letra ese acuerdo. ¿Y por qué el FMI nos impuso esa carta de intención? Supuestamente para que podamos pagar nuestra deuda externa (tenemos deuda de tipo bilateral y multilateral y con la banca comercial). Sin embargo, según los entendidos, estaríamos pagando puntualmente las moras de las moras y los intereses de los intereses de una deuda fraudulenta que ya se ha pagado múltiples veces. Por eso la deuda externa se ha convertido en un círculo vicioso, ya que por pagarla dejamos de invertir en salud y educación, atándonos al capricho de los capitales transnacionales. ¿Y cuál es el trasfondo de la carta de intención? Los países industrializados, que son dueños del Banco Mundial y del FMI (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Arabia Saudí y Canadá), quieren materias primas baratas para alimentar su industria. Debemos aclarar que el Perú no exporta ni una piedra. Son las empresas transnacionales las que extraen las materias primas y las exportan, dejando al país solo tres de cada cien soles que ganan (En Bolivia, los inversionistas solo se llevan 18 soles de cada cien soles que ganan, y los 82 soles restantes el gobierno lo ha destinado a la educación, elevando el gasto a 8% del PBI). (Por ejemplo de Apurímac se llevan a cinco dólares la tonelada de hierro esponja. Convierten esa tonelada de hierro en acero, cuyo valor alcanza los 500 dólares. Pero después, convertido en cuchara, esa tonelada de acero llega a costar cinco mil dólares. Las piedras que en la práctica les regalamos regresan al Perú valiendo miles de dólares). Y para asegurarse materias primas (asegurar el saqueo), estas entidades no solo nos han impuesto un mísero presupuesto a través de gobiernos pusilánimes y sin creatividad sino también nos han impuesto recetas educativas que apuntan a la dependencia. Invirtiendo 10% o 12% del PBI en Educación, en unos veinte años nos podríamos industrializar y dejar de regalarles nuestros recursos naturales y, de paso, les quitamos el mercado mundial.
LOS MAESTROS Y EL SUTEP
Aparte de los maestros, nadie pide en el Perú una buena educación para las nuevas generaciones. Nadie. Ni los padres de familia, ni los congresistas, ni el SUTEP. Esta vez han salido a las calles los maestros del Cusco (pronto lo harán todos los maestros del sur), pero dicha huelga es y será desconocida por el Estado pues, legalmente, los únicos representantes de los maestros a nivel nacional son los del SUTEP de Lima. Así lo dice el inciso 207-A del Decreto Supremo 013-2016-MINEDU del 2016: "El MINEDU no negociará con Sindicatos de Base o Sindicatos de Profesores que sean de competencia regional”.
Pero en los últimos años, tal y como denunció el semanario “Hildebrandt en sus Trece”, el SUTEP de Lima ha aprovechado cada huelga de los maestros para sus negociados. Eso lo podemos comprobar, por ejemplo, en el artículo 194 del mismo decreto, que dice: “La licencia con goce de remuneración por representación sindical se otorga a ocho (8) miembros de la Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores Docentes Nacional o Federación Magisterial Nacional, constituido para la defensa de los derechos e intereses del Magisterio Nacional, que se encuentren debidamente inscritos en el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos (ROSSP) correspondiente. Por cada Dirección Regional de Educación, o la que haga sus veces, corresponde otorgar licencia con goce de haber a dos (2) representantes de la Base del Sindicato Magisterial o Sindicato de Profesores debidamente inscrito en el ROSSP. La licencia es por el período de un (1) año, renovable hasta el período que dure el mandato del representante sindical, conforme lo establece el estatuto inscrito en el ROSSP”.En total son 60 licencias sindicales para la gente de Patria Roja.
¿Y cuál es la salida para que los maestros sean realmente interlocutores del gobierno? Simple: deben organizar un nuevo gremio nacional de los maestros, aunque sea regional. Ya no debe llamarse SUTEP porque ese nombre ya está patentado por Patria Roja, y los estatutos fueron escritos para que ningún maestro pueda tomar el control total del gremio aparte de Patria Roja. ¿Es difícil organizar otro gremio nacional? No. Es fácil. Y luego se registra con nombre propio en el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos (ROSSP) del Ministerio de Trabajo, y listo. Según la Ley de Relaciones Colectivas del Trabajo, “El Estado reconoce a los trabajadores el derecho a la sindicación, sin autorización previa, para el estudio, desarrollo, protección y defensa de sus derechos e intereses y el mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. La afiliación es libre y voluntaria. No puede condicionarse el empleo de un trabajador a la afiliación, no afiliación o desafiliación, obligársele a formar parte de un sindicato, ni impedírsele hacerlo”.
Es la única manera de hacer algo bueno por los maestros y por la educación peruana, la única manera de que los maestros sean realmente interlocutores de cualquier gobierno. De otro modo seguiremos viendo en las calles la misma tragedia de siempre: el primer día veinte mil maestros en marcha, cinco días después solo tres mil, siete días después solo mil, y así hasta que se cansan todos y vuelven al trabajo. Los maestros solo podrán saborear la victoria si se alejan del SUTEP y de Patria Roja.
Hernán de la Cruz Enciso. Escritor y periodista.
Blog del autor:http://www.tankaramaru.blogspo t.pe/
Son los tiempos. Para adueñarse de la riqueza de los países, los dueños del mundo ya no generan tantas matanzas como antes. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, con tanques y aviones, sino en la cabeza de las personas, con programas televisivos o mensajes especialmente diseñados para torcer las conciencias. Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros. Las balas ya no apuntan al cuerpo de las personas, sino a sus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas. Ahora lo importante es controlar mentes: es la guerra asimétrica. Y para controlar mentes, se debe intervenir en la formación de los cerebros y, sobre todo, decidir sobre el contenido de los cerebros. Es decir, para controlar países y, por consiguiente, decidir sobre sus recursos (naturales, humanos), se debe decidir sobre la alimentación, la salud y la educación de las personas. No es poderoso ni potencia, ni siquiera estable, aquel país que tiene oro y petróleo, menos millones de dólares en reservas. Al país que no invierta en educación, salud y alimentación, le espera la decadencia histórica.
Son los tiempos, decíamos. Tiempos de la guerra irrestricta, una contienda donde no hay reglas ni guerras declaradas, donde, por medio de ataques imperceptibles, se utiliza la táctica del socavamiento de la estructura de la Nación-objetivo, hasta lograr, paulatinamente, el control sobre sus recursos estratégicos y su economía. Alguien dijo alguna vez: “Es imposible ganarle una guerra armada a Estados Unidos: es más fácil destruir su juventud, dejándole sin futuro, introduciéndole drogas”. O esto otro: “Es difícil quebrar la voluntad del cholo terco; más fácil es buscar la derrota del pensamiento y de la voluntad mediante programas televisivos aberrantes. Antes se hacía con la religión, luego con el alcohol”. Esa es la guerra irrestricta, donde las armas son “amables”, armas que aparentemente entretienen o “alegran” pero que, sin matar, causan daños irreversibles en la conciencia de los individuos. ¿Es acaso casual que los canales de televisión estén llenos de travestis como los nuevos héroes y paradigmas de la sociedad?
EDUCACIÓN PERUANA
¿Y cómo andamos en educación en el Perú? Muy mal, ya lo dijimos en algún momento: 11% de analfabetismo; el 47% de los estudiantes de la zona rural se encuentra fuera del sistema educativo; el 90% de las escuelas de las zonas rurales son unidocentes o multigrado; el 78% de las escuelas pertenecen al Estado. Solo el 1.6% son de material noble, pero sin los servicios básicos ni con el mobiliario adecuado. El 10.4% se encuentra en situación desastrosa. Además, dos de cada de diez escuelas no cuentan con el servicio de agua y cuatro de cada diez no tienen desagüe. En siete de cada diez colegios los servicios higiénicos se encuentran en estado deficiente. Carencia de materiales educativos de calidad; una parte de esos materiales deben ser comprados, o por los padres de familia, o por los mismos maestros. Metodologías obsoletas: la educación basada en una metodología de transmisión de conocimientos y contenidos ha fracasado.
¿Y cómo andan los colegios? Hay 62 mil colegios en el país. El 15% de ese total requiere sustitución, 56% precisa de rehabilitación, 29% necesita mantenimiento, 30% no tiene energía eléctrica, 40% no tiene agua y 75% no tiene internet. Para resolver ese problema se requiere el 10% del PBI (63 mil millones de soles).
¿Qué más? Un magisterio mal pagado y desmotivado. Hay 320 mil profesores a nivel nacional, y el 40% de ellos debe completar sus ingresos con otras ocupaciones remuneradas. Los salarios de ahora son la tercera parte de lo que eran en los años sesenta. Y como han caído las remuneraciones, cayó el prestigio de la carrera docente, cayó la “dedicación exclusiva” y, por consiguiente, cayó la motivación de los jóvenes por la carrera de Educación. ¿Algo más? Contenidos desfasados frente a los desafíos de la realidad y frente al tiempo histórico. Todos los países tienen un Proyecto Histórico y ese proyecto gira alrededor del potencial humano. País que no invierte en educación –y que basa su economía solo en la enajenación de sus recursos naturales, como el Perú– está destinado a sucumbir igual que el África.
El otro problema grave es la desnutrición. Uno de cada dos niños de las zonas rurales sufre de desnutrición. Si no se ataca el problema de la desnutrición, no se puede hablar de una buena educación. El niño peruano nace con aproximadamente un coeficiente intelectual de 100 en la Escala de Wechsler. Si a ese niño le damos una pésima alimentación en los tres primeros años, su coeficiente se reducirá a 95. Si después le damos una pésima formación educativa (2 a 3% del PBI en educación), su coeficiente decrecerá en algunos casos a 90 y en otros a 85. Los periodistas César Aquije y Félix Dávila, en el artículo “Perú año 2000, generación de tarados”, advertían que “están convirtiendo a la mayoría de peruanos en mutantes al revés, en seres que estarán incapacitados para sobrevivir en un mundo altamente tecnificado, como no sea en la humillante condición de semovientes (burros y caballos), de virtual ganado industrial”.
INTROMISIÓN EXTRANJERA Y PRESUPUESTO
¿Cuánto es el presupuesto del sector Educación para el 2017? 26 mil millones de soles. Los países industrializados invierten alrededor del 3% del PBI en investigación, ciencia y tecnología. El Estado peruano solo invierte 0.15% del PBI en investigación. Otros países, principalmente los países del Primer Mundo, invierten en Educación alrededor del 8% de su PBI y, en otros casos como Israel, sumando el público con el privado sobrepasan el 11% del PBI. El Perú en los últimos diez años solo ha destinado entre 2% y 4% de su PBI. Los países inteligentes invierten más en la infancia, luego en los colegios, finalmente en la universidad. En Perú es al revés. Es decir, el que más necesita, recibe menos. En educación inicial, al 2011, Chile destinaba 1766 dólares por alumno al año, Argentina 1745, Uruguay 1200, Brasil 1044 y Perú 289.
¿Y por qué el Estado peruano destina solo el 4% del PBI a la educación y no, por ejemplo, el 10%? Por imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. Alberto Fujimori firmó, siendo presidente, una carta de intención con el FMI que prioriza el pago de la deuda externa, dejando de lado el gasto público (la educación, el agro y la industria nacionales). Dicha carta impone, asimismo, la privatización de los recursos naturales y de la salud y la educación. Los presidentes que siguieron a Fujimori (Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, PPK) también hicieron cumplir al pie de la letra ese acuerdo. ¿Y por qué el FMI nos impuso esa carta de intención? Supuestamente para que podamos pagar nuestra deuda externa (tenemos deuda de tipo bilateral y multilateral y con la banca comercial). Sin embargo, según los entendidos, estaríamos pagando puntualmente las moras de las moras y los intereses de los intereses de una deuda fraudulenta que ya se ha pagado múltiples veces. Por eso la deuda externa se ha convertido en un círculo vicioso, ya que por pagarla dejamos de invertir en salud y educación, atándonos al capricho de los capitales transnacionales. ¿Y cuál es el trasfondo de la carta de intención? Los países industrializados, que son dueños del Banco Mundial y del FMI (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Arabia Saudí y Canadá), quieren materias primas baratas para alimentar su industria. Debemos aclarar que el Perú no exporta ni una piedra. Son las empresas transnacionales las que extraen las materias primas y las exportan, dejando al país solo tres de cada cien soles que ganan (En Bolivia, los inversionistas solo se llevan 18 soles de cada cien soles que ganan, y los 82 soles restantes el gobierno lo ha destinado a la educación, elevando el gasto a 8% del PBI). (Por ejemplo de Apurímac se llevan a cinco dólares la tonelada de hierro esponja. Convierten esa tonelada de hierro en acero, cuyo valor alcanza los 500 dólares. Pero después, convertido en cuchara, esa tonelada de acero llega a costar cinco mil dólares. Las piedras que en la práctica les regalamos regresan al Perú valiendo miles de dólares). Y para asegurarse materias primas (asegurar el saqueo), estas entidades no solo nos han impuesto un mísero presupuesto a través de gobiernos pusilánimes y sin creatividad sino también nos han impuesto recetas educativas que apuntan a la dependencia. Invirtiendo 10% o 12% del PBI en Educación, en unos veinte años nos podríamos industrializar y dejar de regalarles nuestros recursos naturales y, de paso, les quitamos el mercado mundial.
LOS MAESTROS Y EL SUTEP
Aparte de los maestros, nadie pide en el Perú una buena educación para las nuevas generaciones. Nadie. Ni los padres de familia, ni los congresistas, ni el SUTEP. Esta vez han salido a las calles los maestros del Cusco (pronto lo harán todos los maestros del sur), pero dicha huelga es y será desconocida por el Estado pues, legalmente, los únicos representantes de los maestros a nivel nacional son los del SUTEP de Lima. Así lo dice el inciso 207-A del Decreto Supremo 013-2016-MINEDU del 2016: "El MINEDU no negociará con Sindicatos de Base o Sindicatos de Profesores que sean de competencia regional”.
Pero en los últimos años, tal y como denunció el semanario “Hildebrandt en sus Trece”, el SUTEP de Lima ha aprovechado cada huelga de los maestros para sus negociados. Eso lo podemos comprobar, por ejemplo, en el artículo 194 del mismo decreto, que dice: “La licencia con goce de remuneración por representación sindical se otorga a ocho (8) miembros de la Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores Docentes Nacional o Federación Magisterial Nacional, constituido para la defensa de los derechos e intereses del Magisterio Nacional, que se encuentren debidamente inscritos en el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos (ROSSP) correspondiente. Por cada Dirección Regional de Educación, o la que haga sus veces, corresponde otorgar licencia con goce de haber a dos (2) representantes de la Base del Sindicato Magisterial o Sindicato de Profesores debidamente inscrito en el ROSSP. La licencia es por el período de un (1) año, renovable hasta el período que dure el mandato del representante sindical, conforme lo establece el estatuto inscrito en el ROSSP”.En total son 60 licencias sindicales para la gente de Patria Roja.
¿Y cuál es la salida para que los maestros sean realmente interlocutores del gobierno? Simple: deben organizar un nuevo gremio nacional de los maestros, aunque sea regional. Ya no debe llamarse SUTEP porque ese nombre ya está patentado por Patria Roja, y los estatutos fueron escritos para que ningún maestro pueda tomar el control total del gremio aparte de Patria Roja. ¿Es difícil organizar otro gremio nacional? No. Es fácil. Y luego se registra con nombre propio en el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos (ROSSP) del Ministerio de Trabajo, y listo. Según la Ley de Relaciones Colectivas del Trabajo, “El Estado reconoce a los trabajadores el derecho a la sindicación, sin autorización previa, para el estudio, desarrollo, protección y defensa de sus derechos e intereses y el mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. La afiliación es libre y voluntaria. No puede condicionarse el empleo de un trabajador a la afiliación, no afiliación o desafiliación, obligársele a formar parte de un sindicato, ni impedírsele hacerlo”.
Es la única manera de hacer algo bueno por los maestros y por la educación peruana, la única manera de que los maestros sean realmente interlocutores de cualquier gobierno. De otro modo seguiremos viendo en las calles la misma tragedia de siempre: el primer día veinte mil maestros en marcha, cinco días después solo tres mil, siete días después solo mil, y así hasta que se cansan todos y vuelven al trabajo. Los maestros solo podrán saborear la victoria si se alejan del SUTEP y de Patria Roja.
Hernán de la Cruz Enciso. Escritor y periodista.
Blog del autor:http://www.tankaramaru.blogspo
viernes, 28 de julio de 2017
La corrupción en aforismos. El corrupto está convencido, en lo más secreto de su alma, de que bien se merece todo lo que logra
No es lo mismo acceder al estatus de corrupto que mantenerse en él. Las condiciones no son las mismas. Para llegar a serlo, el buen corrupto pervierte el significado de grandes valores como la confianza o la solidaridad. Pero para mantenerse como tal, el buen corrupto pervierte el significado de otros valores no menos nobles como la excelencia o la experiencia. Con lo primero se favorece un privilegio: acceder y gestionar los recursos públicos. Con lo segundo, el privilegio es otro: alejar a los competidores, es decir, dificultar que nadie más lo haga. Para evitar el abuso de confianza, por ejemplo, nada como huir de ciertos pregones (“necesito que tu confianza sea ciega o inquebrantable”). Para que no nos cuelen una falsa excelencia, otro ejemplo, nada como mantener el sentido crítico frente a ciertas proclamas (“de este proyecto solo se puede encargar un experto como yo con una experiencia previa como la mía”).
1. El corrupto está convencido, en lo más secreto de su alma, de que bien se merece todo lo que logra gracias a la originalidad de sus ideas y a la osadía de los riesgos que asume.
2. Un corrupto es una forma de psicópata social.
3. Al corrupto se le ven las plumas en su discurso cuando repite demasiado mucho palabras tales como confianza, solidaridad, lealtad o excelencia.
4. Banderas y divinidades dan luz a los corruptos y sombra a los corruptores.
5. El drama de la corrupción no está tanto en el dinero que se desvía por los caminos, sino en el talento que se desperdicia por las cunetas.
6. El argumento íntimo del corrupto se inspira en una ley de la física según la cual cualquier vacío es inexorable e inmediatamente ocupado: “Si no me corrompo yo, otro lo hará en mi lugar”.
7. El poder es la capacidad de hacer sufrir y la corrupción es la manera de lograrlo sin dejar de sonreír.
8. Liberalismo: iniciativa privada para beneficio privado; socialismo: iniciativa pública para beneficio público; socialdemocracia: iniciativa privada para beneficio público; y finalmente, iniciativa pública para beneficio privado:¡corrupción!
9. En el corrupto, corruptor o corrompido, criminal y cómplice se funden y confunden.
10. Propiedad reflexiva de la corrupción: todo corrupto es cómplice de sí mismo (aRa).
11. Propiedad transitiva de la corrupción: si un ciudadano a es cómplice de otro b y éste a su vez lo es de un ciudadano c, entonces el ciudadano a también es cómplice del ciudadano c (aRb, bRc => aRc).
12. Propiedad antisimétrica de la corrupción: si un ciudadano a tiene un cómplice b sin secretos en sus relaciones mutuas, entonces a y b son la misma persona (aRb, bRa => a=b).
13. Un corrupto puede serlo más que otro: las propiedades reflexiva, transitiva y antisimétrica de la corrupción permiten establecer una jerarquía de orden entre corruptos y, ésta a su vez, el levantamiento de auténticas tramas.
14. Hay pocos ciudadanos genéticamente inmunes a la corrupción, el resto necesitamos como mínimo cinco segundos de reflexión ética elemental delante de cada nueva oportunidad.
15. Todo colectivo humano tiene una parte productiva y creativa y otra corrupta y mediocre, y la proporción relativa determina si aquel funciona o no funciona.
16. Eliminar el dinero en metálico y los paraísos fiscales obligaría a innovaciones revolucionarias en el negocio de la corrupción.
17. En todo colectivo humano se instala la máxima corrupción posible compatible con la tolerancia de sus ciudadanos.
18. En una democracia sana persiste la corrupción que sus ciudadanos se merecen.
19. Menos de la mitad de la población humana vive en democracia, el resto vive en corrupción legal y crónica.
20. La exclamación clímax del creador es “¡Ya lo tengo!” (¡Eureka!), la del corrupto es “¡Ahora me toca a mí!”.
https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/03/babelia/1499094111_603780.html?rel=lom
1. El corrupto está convencido, en lo más secreto de su alma, de que bien se merece todo lo que logra gracias a la originalidad de sus ideas y a la osadía de los riesgos que asume.
2. Un corrupto es una forma de psicópata social.
3. Al corrupto se le ven las plumas en su discurso cuando repite demasiado mucho palabras tales como confianza, solidaridad, lealtad o excelencia.
4. Banderas y divinidades dan luz a los corruptos y sombra a los corruptores.
5. El drama de la corrupción no está tanto en el dinero que se desvía por los caminos, sino en el talento que se desperdicia por las cunetas.
6. El argumento íntimo del corrupto se inspira en una ley de la física según la cual cualquier vacío es inexorable e inmediatamente ocupado: “Si no me corrompo yo, otro lo hará en mi lugar”.
7. El poder es la capacidad de hacer sufrir y la corrupción es la manera de lograrlo sin dejar de sonreír.
8. Liberalismo: iniciativa privada para beneficio privado; socialismo: iniciativa pública para beneficio público; socialdemocracia: iniciativa privada para beneficio público; y finalmente, iniciativa pública para beneficio privado:¡corrupción!
9. En el corrupto, corruptor o corrompido, criminal y cómplice se funden y confunden.
10. Propiedad reflexiva de la corrupción: todo corrupto es cómplice de sí mismo (aRa).
11. Propiedad transitiva de la corrupción: si un ciudadano a es cómplice de otro b y éste a su vez lo es de un ciudadano c, entonces el ciudadano a también es cómplice del ciudadano c (aRb, bRc => aRc).
12. Propiedad antisimétrica de la corrupción: si un ciudadano a tiene un cómplice b sin secretos en sus relaciones mutuas, entonces a y b son la misma persona (aRb, bRa => a=b).
13. Un corrupto puede serlo más que otro: las propiedades reflexiva, transitiva y antisimétrica de la corrupción permiten establecer una jerarquía de orden entre corruptos y, ésta a su vez, el levantamiento de auténticas tramas.
14. Hay pocos ciudadanos genéticamente inmunes a la corrupción, el resto necesitamos como mínimo cinco segundos de reflexión ética elemental delante de cada nueva oportunidad.
15. Todo colectivo humano tiene una parte productiva y creativa y otra corrupta y mediocre, y la proporción relativa determina si aquel funciona o no funciona.
16. Eliminar el dinero en metálico y los paraísos fiscales obligaría a innovaciones revolucionarias en el negocio de la corrupción.
17. En todo colectivo humano se instala la máxima corrupción posible compatible con la tolerancia de sus ciudadanos.
18. En una democracia sana persiste la corrupción que sus ciudadanos se merecen.
19. Menos de la mitad de la población humana vive en democracia, el resto vive en corrupción legal y crónica.
20. La exclamación clímax del creador es “¡Ya lo tengo!” (¡Eureka!), la del corrupto es “¡Ahora me toca a mí!”.
https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/03/babelia/1499094111_603780.html?rel=lom
jueves, 27 de julio de 2017
Por qué Portugal es el único país al que aplauden la izquierda y el FMI por su exitoso plan económico. BBC
Al ministro de Finanzas portugués, Mario Centeno, le llaman "el Cristiano Ronaldo" de la burocracia económica europea.
Y no es para menos. La milagrosa recuperación económica de Portugal en los últimos dos años es un caso tan raro como esperanzador.
Observadores de todo el mundo están siguiendo con mucha atención la manera como este país llegó al borde del abismo de una catástrofe económica y se recuperó. Especialmente, notan que lo hizo con una receta de rechazo a la austeridad, que deja en entredicho muchos de los dogmas económicos tradicionales.
Hoy Portugal es encabezado por un gobierno minoritario socialista, que sobrevive en una coalición parlamentaria con la extrema izquierda, incluyendo a los comunistas.
Leer más: http://www.bbc.com/mundo/noticias-40627444
Y no es para menos. La milagrosa recuperación económica de Portugal en los últimos dos años es un caso tan raro como esperanzador.
Observadores de todo el mundo están siguiendo con mucha atención la manera como este país llegó al borde del abismo de una catástrofe económica y se recuperó. Especialmente, notan que lo hizo con una receta de rechazo a la austeridad, que deja en entredicho muchos de los dogmas económicos tradicionales.
Hoy Portugal es encabezado por un gobierno minoritario socialista, que sobrevive en una coalición parlamentaria con la extrema izquierda, incluyendo a los comunistas.
Leer más: http://www.bbc.com/mundo/noticias-40627444
_- Cómo es KiVa, el exitoso método creado en Finlandia para combatir el bullying que están empezando a usar en escuelas de América Latina
_- Da igual si son privadas o públicas, si están en barrios privilegiados o en zonas pobres, en China, Reino Unido o en Uruguay.
En la mayoría de las escuelas del mundo se generan -en mayor o menor medida- situaciones de bullying o acoso escolar. Finlandia -un país líder en temas de educación- no es una excepción a la regla.
Sin embargo, desde 2009, el acoso en las escuelas de ese país ha disminuido drásticamente gracias a un método revolucionario para combatir estas situaciones en las que un estudiante o un grupo de estudiantes hostiga de forma sistemática a un compañero.
Según un estudio en el que participaron 30.000 estudiantes de entre 7 y 15 años, este sistema desarrollado en la Universidad de Turku, en el suroeste de Finlandia, logró eliminar el acoso en cerca del 80% de las escuelas y lo redujo en el otro 20%.
El éxito de este programa bautizado KiVa (acrónimo de Kiusaamista Vastaan, que en finés significa en contra del bullying) no pasó desapercibido en Europa, donde cerca de 20 países decidieron implementarlo. Y, ahora, varias instituciones educativas en países de América Latina -entre ellos Argentina, Chile, Colombia y Perú- están empezando a usarlo.
El rol de los testigos
La clave de KiVa es que, a diferencia de las metodologías tradicionales, además de trabajar con las víctimas y los acosadores, "incorpora a los testigos", le dice a BBC Mundo Francisca Isasmendi, psicopedagoga y encargada del programa en el Colegio Santa María de Salta, una de las instituciones pioneras en la implementación de KiVa en Argentina.
Es decir, "toma en cuenta a las personas que se quedan calladas y sufren pasivamente el acoso".
"Porque si bien a nadie le gustar ser partícipe de una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima", añade Isasmendi.
Aunque los testigos no son los protagonistas obvios de la historia, con su silencio o sus risas refuerzan el poder del agresor. Incidencia del bullying en América Latina
32% estudiantes de secundaria reconocen haber sufrido la rotura de objetos llevados a la escuela
12% - 14% experimentó violencia verbal
10% dice haber sufrido amenazas de un compañero.
8% fue víctima de exclusión social
37,2% de los chicos de sexto grado dice haber sido insultado o amenazado.
CEPAL y Bullying Sin Fronteras (2014)
Si se trabaja con los observadores para que puedan tomar conciencia de su rol en esta situación y estos modifican su comportamiento, el agresor pierde su público.
"Y cuando el grupo lo deja de apoyar y se queda solo, el acosador para", explica la psicopedagoga. Una vez que se identifica en la clase una situación de acoso, un equipo entrenado trabaja siguiendo un protocolo específico con la víctima, el acosador y los testigos de forma individual, sin enfrentarlos.
Si bien a nadie le gustar ser partícipe en una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima
"El impacto del sistema se siente sobre todo en los acosadores, porque si cambian las actitudes de los demás, (acosar) ya no es tan divertido", le explica a BBC Mundo Tiina Mäkelä, directora del programa KiVa del Instituto Escalae en España y entrenadora del programa en los países de habla hispana.
Antes de que ocurra
Otro componente fundamental -en el que participan todos- es la prevención. "Esto incluye lecciones y actividades que se imparten dos veces al mes, durante 45 minutos, donde no se habla de casos particulares sino de conceptos generales", dice Tiina Mäkelä
Todas estas actividades apuntan a crear un ambiente amable, generoso y respetuoso con los demás. Se les enseña a los niños a diferenciar entre un conflicto entre pares (aceptable) y una situación de bullying, que no debe ser tolerada.
Iván Galindo, dueño y director del Colegio Erik Erikson en Querétaro, a dos horas de Ciudad de México, cuenta que actuar antes de que se desarrollen situaciones de bullying fue importante para mejorar el bienestar de los niños en su escuela.
"Nosotros antes actuábamos cuando nos dábamos cuenta de que algo estaba pasando, cuando la leche ya se había derramado", le dice a BBC Mundo.
"Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo, porque los niños ya saben de qué se trata" y cómo evitarlo, explica.
Antes actuábamos cuando la leche ya se había derramado. Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo que antes Iván Galindo, director del Colegio Erik Erikson
Isasmendi coincide con Galindo. "Los chicos saben ahora que si están en una situación en la que no se sienten cómodos o se sienten violentados pueden pedir ayuda", dice Isasmendi.
Y este trabajo de prevención y concientización alcanza también a los padres y a los docentes.
"Hay que cambiar la cultura, porque aquí el bullying se toma muchas veces como algo normal y dicen 'son cosas de chicos, que lo resuelvan entre ellos'. Y, como consecuencia, muchos chicos transitan toda su escolaridad sintiéndose mal", explica la psicopedagoga.
Isasmendi reconoce que es un trabajo lento pero que da resultados, aunque paradójicamente ahora, según su experiencia, parece haber más casos. No es porque antes no ocurriesen, aclara, sino que "ahora se ven más porque hay una mayor conciencia de que no es normal que esto pase".
De Finlandia a América Latina
¿Pero en qué medida un método creado para una cultura y una sociedad tan diferentes a la nuestra puede brindar los mismos resultados?
"Hay problemas básicos que son iguales en todos los países", dice Mäkelä, aunque reconoce que ciertos aspectos de la metodología requieren aquí más atención.
"Los docentes aquí necesitan más apoyo que en Finlandia, porque ellos allí tienen más autonomía y más tiempo para preparar sus clases".
Otro punto es la colaboración con las familias.
"Muchas veces en América Latina, en vez de colaborar se busca a los culpables: la familia culpa a la escuela y viceversa. En vez de buscar culpables hay que buscar soluciones", agrega Mäkelä.
En el caso de la escuela de Salta, involucrar a las familias ayudó a agilizar los cambios. "Nosotros necesitamos que las familias participaran porque notamos que cuando lo hacían, veíamos cambios muchos más rápidos", cuenta Isasmendi.
A poco más de un año de su implementación, todavía es temprano para cuantificar el impacto de KiVa en Argentina, pero a juzgar por los testimonios de alumnos y maestros, la mejoría en el ambiente escolar es evidente. "(Kiva) me hace sentir más seguro y más confiado. Las clases de KiVa me hicieron más empático y más social", dice un alumno de 4º del Colegio Erik Erikson.
"Ha motivado a los alumnos a mostrarse más reflexivos y a tomar más en cuenta al otro", comenta una coordinadora de la misma institución.
Para Isasmendi, se trata mucho más que de una herramienta válida para intervenir en un medio escolar. "Es más que un programa antibullying. Es una filosofía de vida que apunta al bienestar escolar, a crear un clima de trabajo donde los chicos puedan tener tolerancia y respeto".
http://www.bbc.com/mundo/noticias-39845405#
En la mayoría de las escuelas del mundo se generan -en mayor o menor medida- situaciones de bullying o acoso escolar. Finlandia -un país líder en temas de educación- no es una excepción a la regla.
Sin embargo, desde 2009, el acoso en las escuelas de ese país ha disminuido drásticamente gracias a un método revolucionario para combatir estas situaciones en las que un estudiante o un grupo de estudiantes hostiga de forma sistemática a un compañero.
Según un estudio en el que participaron 30.000 estudiantes de entre 7 y 15 años, este sistema desarrollado en la Universidad de Turku, en el suroeste de Finlandia, logró eliminar el acoso en cerca del 80% de las escuelas y lo redujo en el otro 20%.
El éxito de este programa bautizado KiVa (acrónimo de Kiusaamista Vastaan, que en finés significa en contra del bullying) no pasó desapercibido en Europa, donde cerca de 20 países decidieron implementarlo. Y, ahora, varias instituciones educativas en países de América Latina -entre ellos Argentina, Chile, Colombia y Perú- están empezando a usarlo.
El rol de los testigos
La clave de KiVa es que, a diferencia de las metodologías tradicionales, además de trabajar con las víctimas y los acosadores, "incorpora a los testigos", le dice a BBC Mundo Francisca Isasmendi, psicopedagoga y encargada del programa en el Colegio Santa María de Salta, una de las instituciones pioneras en la implementación de KiVa en Argentina.
Es decir, "toma en cuenta a las personas que se quedan calladas y sufren pasivamente el acoso".
"Porque si bien a nadie le gustar ser partícipe de una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima", añade Isasmendi.
Aunque los testigos no son los protagonistas obvios de la historia, con su silencio o sus risas refuerzan el poder del agresor. Incidencia del bullying en América Latina
32% estudiantes de secundaria reconocen haber sufrido la rotura de objetos llevados a la escuela
12% - 14% experimentó violencia verbal
10% dice haber sufrido amenazas de un compañero.
8% fue víctima de exclusión social
37,2% de los chicos de sexto grado dice haber sido insultado o amenazado.
CEPAL y Bullying Sin Fronteras (2014)
Si se trabaja con los observadores para que puedan tomar conciencia de su rol en esta situación y estos modifican su comportamiento, el agresor pierde su público.
"Y cuando el grupo lo deja de apoyar y se queda solo, el acosador para", explica la psicopedagoga. Una vez que se identifica en la clase una situación de acoso, un equipo entrenado trabaja siguiendo un protocolo específico con la víctima, el acosador y los testigos de forma individual, sin enfrentarlos.
Si bien a nadie le gustar ser partícipe en una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima
"El impacto del sistema se siente sobre todo en los acosadores, porque si cambian las actitudes de los demás, (acosar) ya no es tan divertido", le explica a BBC Mundo Tiina Mäkelä, directora del programa KiVa del Instituto Escalae en España y entrenadora del programa en los países de habla hispana.
Antes de que ocurra
Otro componente fundamental -en el que participan todos- es la prevención. "Esto incluye lecciones y actividades que se imparten dos veces al mes, durante 45 minutos, donde no se habla de casos particulares sino de conceptos generales", dice Tiina Mäkelä
Todas estas actividades apuntan a crear un ambiente amable, generoso y respetuoso con los demás. Se les enseña a los niños a diferenciar entre un conflicto entre pares (aceptable) y una situación de bullying, que no debe ser tolerada.
Iván Galindo, dueño y director del Colegio Erik Erikson en Querétaro, a dos horas de Ciudad de México, cuenta que actuar antes de que se desarrollen situaciones de bullying fue importante para mejorar el bienestar de los niños en su escuela.
"Nosotros antes actuábamos cuando nos dábamos cuenta de que algo estaba pasando, cuando la leche ya se había derramado", le dice a BBC Mundo.
"Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo, porque los niños ya saben de qué se trata" y cómo evitarlo, explica.
Antes actuábamos cuando la leche ya se había derramado. Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo que antes Iván Galindo, director del Colegio Erik Erikson
Isasmendi coincide con Galindo. "Los chicos saben ahora que si están en una situación en la que no se sienten cómodos o se sienten violentados pueden pedir ayuda", dice Isasmendi.
Y este trabajo de prevención y concientización alcanza también a los padres y a los docentes.
"Hay que cambiar la cultura, porque aquí el bullying se toma muchas veces como algo normal y dicen 'son cosas de chicos, que lo resuelvan entre ellos'. Y, como consecuencia, muchos chicos transitan toda su escolaridad sintiéndose mal", explica la psicopedagoga.
Isasmendi reconoce que es un trabajo lento pero que da resultados, aunque paradójicamente ahora, según su experiencia, parece haber más casos. No es porque antes no ocurriesen, aclara, sino que "ahora se ven más porque hay una mayor conciencia de que no es normal que esto pase".
De Finlandia a América Latina
¿Pero en qué medida un método creado para una cultura y una sociedad tan diferentes a la nuestra puede brindar los mismos resultados?
"Hay problemas básicos que son iguales en todos los países", dice Mäkelä, aunque reconoce que ciertos aspectos de la metodología requieren aquí más atención.
"Los docentes aquí necesitan más apoyo que en Finlandia, porque ellos allí tienen más autonomía y más tiempo para preparar sus clases".
Otro punto es la colaboración con las familias.
"Muchas veces en América Latina, en vez de colaborar se busca a los culpables: la familia culpa a la escuela y viceversa. En vez de buscar culpables hay que buscar soluciones", agrega Mäkelä.
En el caso de la escuela de Salta, involucrar a las familias ayudó a agilizar los cambios. "Nosotros necesitamos que las familias participaran porque notamos que cuando lo hacían, veíamos cambios muchos más rápidos", cuenta Isasmendi.
A poco más de un año de su implementación, todavía es temprano para cuantificar el impacto de KiVa en Argentina, pero a juzgar por los testimonios de alumnos y maestros, la mejoría en el ambiente escolar es evidente. "(Kiva) me hace sentir más seguro y más confiado. Las clases de KiVa me hicieron más empático y más social", dice un alumno de 4º del Colegio Erik Erikson.
"Ha motivado a los alumnos a mostrarse más reflexivos y a tomar más en cuenta al otro", comenta una coordinadora de la misma institución.
Para Isasmendi, se trata mucho más que de una herramienta válida para intervenir en un medio escolar. "Es más que un programa antibullying. Es una filosofía de vida que apunta al bienestar escolar, a crear un clima de trabajo donde los chicos puedan tener tolerancia y respeto".
http://www.bbc.com/mundo/noticias-39845405#
ESTAMPAS FINESAS
• Es el país con mayores niveles de democracia y el menos corrupto del mundo. Fue el primero en permitir que las mujeres fueran parlamentarias y el segundo en permitir el voto femenino.
• Dos de las profesiones públicas mejor pagadas son la de policía y de maestro.
• Está en el euro desde 2002 pero es uno de los seis miembros de la UE que no pertenecen a la OTAN.
Zizek. Liturgia del gurú. En el éxito de la prosa psicoanalítica y pedregosa de Zizek noto alguna huella de las abstracciones del Althusser que visitó Granada.
Cuando era muy joven, en 1976, presencié de cerca la llegada de un gurú al que se recibió entonces como he visto que se recibe ahora en Madrid al filósofo Zizek
Era en Granada, en una primavera excitante y convulsa, solo unos meses después de la muerte de Franco. Era el tiempo en el que la dictadura parecía que se debilitaba o se desmoronaba y en el que lo nuevo tardaba tanto en llegar que vivíamos en el aire, en suspenso, en un presente que se desprendía del pasado, pero que no tenía conexión con ningún porvenir verosímil. En Granada, el Hospital Real, entonces la sede de la Facultad de Letras, era un enclave casi extraterritorial de libertad insegura, de una sublevación afiebrada que sin embargo no solía extenderse más allá de los portones de la entrada, del jardín delantero del edificio. Por las calles de la ciudad seguían patrullando las mismas furgonetas grises de la policía. Las noticias sobre detenciones y palizas ahora escaseaban, pero no habían desaparecido. Tampoco había desaparecido el miedo. En Vitoria la policía había disparado a bocajarro contra una multitud de trabajadores en huelga y había matado a seis de ellos. Pero en la Facultad de Letras, el gran hospital con bóvedas góticas y patios renacentistas que venía de los tiempos de los Reyes Católicos, los muros estaban llenos de carteles y pancartas de todo tipo de organizaciones políticas radicales, y los días de clase eran más infrecuentes que los de huelgas o asambleas. El derecho de huelga y el derecho de reunión o manifestación no existían, pero los estudiantes abandonábamos las aulas para concentrarnos por centenares en los cruceros y en los patios. La policía observaba a una cierta distancia, las furgonetas grises aparcadas en calles laterales, los antidisturbios rondando el perímetro de la Facultad con los fusiles en la mano, las porras al cinto, las viseras de los cascos levantadas.
Cualquier clase se convertía de pronto en una asamblea. El derecho a fumar en todo momento se ejercía tan apasionadamente, tan sin fatiga ni tregua, como el de debatirlo todo: los programas de enseñanza en la universidad, la disolución inmediata de los cuerpos represivos, la proclamación de la III República, la transición no ya del fascismo a la democracia, sino del capitalismo al comunismo. El porvenir exigía ideas claras, decisiones rápidas, sentido común, concordia. Encerrados y protegidos hasta cierto punto en nuestra Facultad, nosotros vivíamos de abstracciones, repetíamos fantasías y cismas ideológicos de medio siglo atrás. Las diatribas más feroces no sucedían entre partidarios y detractores del régimen de Franco. La inquina mayor era la que se dedicaban entre sí los militantes del Partido Comunista y los de otros grupos más a la izquierda, trotskistas y maoístas. Trotskistas y maoístas estaban unidos en su odio a los “revisionistas” del PC, pero a su vez se detestaban entre sí. Había un sectarismo de catacumbas y de dogmas tan abstrusos como los del cristianismo primitivo, una necesidad idéntica de distinguir entre los puros y los herejes.
Unos y otros escrutaban las Sagradas Escrituras en busca de pasajes favorables que legitimaran sus anatemas y sus excomuniones. Las Escrituras eran el Manifiesto comunista, El capital, el Qué hacer de Lenin, etcétera; pero sobre todo los manuales divulgativos de la época. En 1976, el más leído y estudiado en las universidades española era Conceptos elementales del materialismo histórico, de Marta Harnecker, un breviario tan sencillo y rotundo como el catecismo, o como el Libro Rojo de Mao.
Luego estaba Althusser. Althusser era como un Padre de la Iglesia, un san Agustín o Tomás de Aquino de la Trinidad Sagrada, Marx, Engels, Lenin. Sus dos libros más cuantiosos estaban en los escaparates de todas las librerías: Para leer ‘El capital’, La revolución teórica de Marx. Se corrió la buena nueva de que Althusser venía a Granada a dar una conferencia; a Granada y a nuestra Facultad, donde enseñaban algunos de sus discípulos predilectos en España.
Nunca hubo tanta gente en ninguna asamblea del Hospital Real. Más de mil personas llenábamos uno de los claustros. Los pasillos estaban ocupados por gente de pie. El humo del tabaco acrecentaba el espesor del aire. Entró Althusser acompañado por sus discípulos y, después del gran aplauso, se puso a leer su conferencia. Era un hombre muy pálido, de expresión fúnebre. Leía inclinando la cara hacia el papel, sin levantar la voz, sin variar el tono. Leyó durante una hora una conferencia filosófica, muy abstracta, sin la oratoria de revuelta política que muchos de nosotros habíamos esperado. La conferencia, además, estaba en francés. Un rato antes del comienzo se había repartido unas fotocopias escasas con la traducción. Como una ola invisible, la adoración se convertía en estupor, aunque nadie tuviera la valentía de manifestarlo, de mostrar impaciencia, ni siquiera incomodidad. En un silencio que las bóvedas y los ventanales góticos volvían más eclesiástico, aquella voz mortecina seguía murmurando párrafos en francés que prácticamente ninguno de nosotros comprendía. De pronto, sin énfasis, sin variación de tono, la voz se apagó. Louis Althusser levantó la cara muy pálida, se quitó las gafas con un gesto de fatiga. El aplauso fue tan cerrado y tan sostenido que pareció que temblaba el suelo. Desfilábamos con las cabezas bajas hacia la salida, en un rumor respetuoso, los fieles con un arrobo de recién comulgados, los más o menos escépticos o aburridos eludiendo las miradas para no comprometernos, para no delatarnos.
Más de veinte años después, leyendo las memorias de Althusser, El porvenir es largo, encontré un pasaje en el que hablaba de aquella visita a Granada. El libro entero es una confesión terrible, un testimonio de exasperación y negrura. El gran experto en Marx reconocía haber leído El capital muy superficialmente, sin comprender gran cosa, disimulando su desconocimiento con palabrería, con vaguedades dogmáticas. Lo que recordaba de Granada sobre todo era una antigua sensación de impostura que acentuaban los años, la tiniebla uniforme de la depresión. Sus tratados de marxismo yo no llegué a leerlos nunca, sobre todo por pereza. En el éxito de la prosa compacta, psicoanalítica y pedregosa de Zizek noto alguna huella de las abstracciones de Althusser, quizás un síntoma de un revival más amplio de aquel espesor marrón de los años setenta, ahora amenizado con fuegos de artificio de las redes sociales. Igual que entonces, me intriga la propensión humana a erigir santones y gurús y a encontrar sentido hasta a sus exabruptos más oscuros.
https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/05/babelia/1499269822_607086.html?por=mosaico
Era en Granada, en una primavera excitante y convulsa, solo unos meses después de la muerte de Franco. Era el tiempo en el que la dictadura parecía que se debilitaba o se desmoronaba y en el que lo nuevo tardaba tanto en llegar que vivíamos en el aire, en suspenso, en un presente que se desprendía del pasado, pero que no tenía conexión con ningún porvenir verosímil. En Granada, el Hospital Real, entonces la sede de la Facultad de Letras, era un enclave casi extraterritorial de libertad insegura, de una sublevación afiebrada que sin embargo no solía extenderse más allá de los portones de la entrada, del jardín delantero del edificio. Por las calles de la ciudad seguían patrullando las mismas furgonetas grises de la policía. Las noticias sobre detenciones y palizas ahora escaseaban, pero no habían desaparecido. Tampoco había desaparecido el miedo. En Vitoria la policía había disparado a bocajarro contra una multitud de trabajadores en huelga y había matado a seis de ellos. Pero en la Facultad de Letras, el gran hospital con bóvedas góticas y patios renacentistas que venía de los tiempos de los Reyes Católicos, los muros estaban llenos de carteles y pancartas de todo tipo de organizaciones políticas radicales, y los días de clase eran más infrecuentes que los de huelgas o asambleas. El derecho de huelga y el derecho de reunión o manifestación no existían, pero los estudiantes abandonábamos las aulas para concentrarnos por centenares en los cruceros y en los patios. La policía observaba a una cierta distancia, las furgonetas grises aparcadas en calles laterales, los antidisturbios rondando el perímetro de la Facultad con los fusiles en la mano, las porras al cinto, las viseras de los cascos levantadas.
Cualquier clase se convertía de pronto en una asamblea. El derecho a fumar en todo momento se ejercía tan apasionadamente, tan sin fatiga ni tregua, como el de debatirlo todo: los programas de enseñanza en la universidad, la disolución inmediata de los cuerpos represivos, la proclamación de la III República, la transición no ya del fascismo a la democracia, sino del capitalismo al comunismo. El porvenir exigía ideas claras, decisiones rápidas, sentido común, concordia. Encerrados y protegidos hasta cierto punto en nuestra Facultad, nosotros vivíamos de abstracciones, repetíamos fantasías y cismas ideológicos de medio siglo atrás. Las diatribas más feroces no sucedían entre partidarios y detractores del régimen de Franco. La inquina mayor era la que se dedicaban entre sí los militantes del Partido Comunista y los de otros grupos más a la izquierda, trotskistas y maoístas. Trotskistas y maoístas estaban unidos en su odio a los “revisionistas” del PC, pero a su vez se detestaban entre sí. Había un sectarismo de catacumbas y de dogmas tan abstrusos como los del cristianismo primitivo, una necesidad idéntica de distinguir entre los puros y los herejes.
Unos y otros escrutaban las Sagradas Escrituras en busca de pasajes favorables que legitimaran sus anatemas y sus excomuniones. Las Escrituras eran el Manifiesto comunista, El capital, el Qué hacer de Lenin, etcétera; pero sobre todo los manuales divulgativos de la época. En 1976, el más leído y estudiado en las universidades española era Conceptos elementales del materialismo histórico, de Marta Harnecker, un breviario tan sencillo y rotundo como el catecismo, o como el Libro Rojo de Mao.
Luego estaba Althusser. Althusser era como un Padre de la Iglesia, un san Agustín o Tomás de Aquino de la Trinidad Sagrada, Marx, Engels, Lenin. Sus dos libros más cuantiosos estaban en los escaparates de todas las librerías: Para leer ‘El capital’, La revolución teórica de Marx. Se corrió la buena nueva de que Althusser venía a Granada a dar una conferencia; a Granada y a nuestra Facultad, donde enseñaban algunos de sus discípulos predilectos en España.
Nunca hubo tanta gente en ninguna asamblea del Hospital Real. Más de mil personas llenábamos uno de los claustros. Los pasillos estaban ocupados por gente de pie. El humo del tabaco acrecentaba el espesor del aire. Entró Althusser acompañado por sus discípulos y, después del gran aplauso, se puso a leer su conferencia. Era un hombre muy pálido, de expresión fúnebre. Leía inclinando la cara hacia el papel, sin levantar la voz, sin variar el tono. Leyó durante una hora una conferencia filosófica, muy abstracta, sin la oratoria de revuelta política que muchos de nosotros habíamos esperado. La conferencia, además, estaba en francés. Un rato antes del comienzo se había repartido unas fotocopias escasas con la traducción. Como una ola invisible, la adoración se convertía en estupor, aunque nadie tuviera la valentía de manifestarlo, de mostrar impaciencia, ni siquiera incomodidad. En un silencio que las bóvedas y los ventanales góticos volvían más eclesiástico, aquella voz mortecina seguía murmurando párrafos en francés que prácticamente ninguno de nosotros comprendía. De pronto, sin énfasis, sin variación de tono, la voz se apagó. Louis Althusser levantó la cara muy pálida, se quitó las gafas con un gesto de fatiga. El aplauso fue tan cerrado y tan sostenido que pareció que temblaba el suelo. Desfilábamos con las cabezas bajas hacia la salida, en un rumor respetuoso, los fieles con un arrobo de recién comulgados, los más o menos escépticos o aburridos eludiendo las miradas para no comprometernos, para no delatarnos.
Más de veinte años después, leyendo las memorias de Althusser, El porvenir es largo, encontré un pasaje en el que hablaba de aquella visita a Granada. El libro entero es una confesión terrible, un testimonio de exasperación y negrura. El gran experto en Marx reconocía haber leído El capital muy superficialmente, sin comprender gran cosa, disimulando su desconocimiento con palabrería, con vaguedades dogmáticas. Lo que recordaba de Granada sobre todo era una antigua sensación de impostura que acentuaban los años, la tiniebla uniforme de la depresión. Sus tratados de marxismo yo no llegué a leerlos nunca, sobre todo por pereza. En el éxito de la prosa compacta, psicoanalítica y pedregosa de Zizek noto alguna huella de las abstracciones de Althusser, quizás un síntoma de un revival más amplio de aquel espesor marrón de los años setenta, ahora amenizado con fuegos de artificio de las redes sociales. Igual que entonces, me intriga la propensión humana a erigir santones y gurús y a encontrar sentido hasta a sus exabruptos más oscuros.
https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/05/babelia/1499269822_607086.html?por=mosaico
miércoles, 26 de julio de 2017
Cómo el País Vasco se ha convertido en una potencia mundial de la educación. BBC
Siempre que se habla de las superpotencias en educación, los países que salen a relucir en la conversación suelen ser Finlandia, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, así como la municipalidad china de Shanghái.
Son los mismos nombres que encabezan la lista más reciente del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA, elaborada año por año por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un organismo de cooperación internacional compuesto por 34 estados.
Y también se suelen mencionar a Vietnam y Polonia, quienes escalan con rapidez en los rankings.
¿Pero alguna vez escucharon hablar del sistema del País Vasco como la nueva estrella del firmamento educativo?
Fuerte inversión
Esta comunidad autónoma de España, situada en el extremo nororiental de la Península Ibérica y que linda en el norte con Francia, cuenta con un porcentaje de alumnos de alto rendimiento comparable al de los países antes mencionados.
El mismo estatuto de autonomía que reconoce a esta comunidad como una nacionalidad histórica otorga al gobierno vasco varias competencias, entre ellas la de la educación.
Y ese es uno de los sectores en los que más fuertemente ha invertido el gobierno autónomo.
Tanto que, si en las clasificaciones sobre educación el País Vasco fuera considerado una nación en sí misma, solo Dinamarca y Austria lo superarían en gasto por alumno.
Casi el 48% de aquellos que están en edad laboral posee una titulación universitaria, un nivel similar al de Finlandia y Noruega.
Además, casi la mitad de estos- algo inusual- estudiaron una carrera relacionada con ciencia, matemáticas o ingeniería.
Como consecuencia, el porcentaje de la población dedicado a la investigación y al desarrollo es tan alto como el de Finlandia y Dinamarca.
Por ello, el perfil educativo del País Vasco parece más el de un territorio de Escandinavia que el de una región del sur de Europa.
Hasta expertos suecos, un país que ha visto perder puestos en las listas de los mejores sistemas educativos del mundo, han empezado a visitar escuelas vascas para aprender de sus lecciones.
¿Y cuáles son éstas?
Identidad nacional
Cristina Uriarte, la consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco -ministra del gobierno autónomo-, dice que el compromiso con la educación está fuertemente vinculado a la identidad nacional.
"La educación es la clave para preservar nuestra cultura", dice, refiriéndose a la cultura vasca.
La represión del gobierno de facto de Francisco Franco, un régimen que duró casi 40 años- desde la guerra civil española (1936-1939) hasta su muerte y sucesión en 1975-, no fue sólo política sino también lingüística y cultural.
El euskera o lengua vasca fue prohibida en el ámbito público, y se refugió en el ámbito familiar, fundamentalmente en zonas rurales, algo que se prolongó durante la posguerra.
Ese es el principal motivo, según los expertos, por el que de los poco más de dos millones de habitantes de la actual Comunidad Autónoma del País Vasco o Euskadi sólo el 37,6% hablan euskera, un idioma no indoeuropeo que no tiene relación conocida con ninguna otra lengua actual.
Y el porcentaje es aún menor en Navarra, una comunidad autónoma adyacente, y en los tres territorios de Francia, un conjunto al que se denomina comúnmente País Vasco-Francés.
Los consecutivos gobiernos vascos, tratando de escapar de esa larga sombra, se han servido de las transferencias de poder garantizadas por el estatuto de autonomía de 1979 para construir un sistema educativo que proteja el euskera, así como para desarrollar una autosuficiencia económica.
Así, el País Vasco supera a la mayoría de los países europeos en lo referente al presupuesto destinado a las escuelas y en cuanto al dinero que dirige a la investigación y al desarrollo de industrias de alta tecnología.
Menos desempleo
Con este enfoque la comunidad autónoma ha logrado desmarcarse del alto nivel de desempleo juvenil que sufre España.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del 2016, el 46,5% de los españoles menores de 25 años está en paro, así como el 19,7% de los ciudadanos entre 25 y 54 años.
Mientras, en la Comunidad Autónoma del País Vasco es el 31% de los jóvenes menores de 25 años el que no tiene empleo, y el 12,7% de los que tienen entre 25 y 54 años.
La consejera Uriarte, doctora en ciencias químicas, explica que lo que han hecho es tratar de descubrir aquello que ha funcionado en otros sistemas educativos de alto rendimiento, y ponerse para ello en contacto con Finlandia, Corea del Sur y Estonia.
También han experimentado con diferentes tipos de escuelas.
Pago compartido
La mitad de las escuelas vascas son una mezcla entre públicas y privadas.
Se llaman centros educativos concertados y son financiadas en parte por el estado, pero los padres de los alumnos también contribuyen.
Maritere Ojanguren es la directora de uno de estos centros, Lauaxeta Ikastola, situado en Amorebieta-Etxano, a unos 35 kilómetros de Bilbao.
La ikastola es gestionada por una cooperativa, constituida por 971 familias, y recibe el 60% de su presupuesto desde gobierno.
El resto proviene de la matrícula y las cuotas que pagan los padres de los alumnos, de entre 2 y 18 años. En total estos pagan hasta US$1.300 y los que no pueden permitírselo pueden acceder a ayudas.
Ojanguren asegura que este sistema de pago compartido hace que los padres se involucren más en la gestión de la escuela.
Aunque este esquema tiene sus detractores, quienes denuncian que lo que hace es potenciar la brecha social.
Hace apenas cuatro meses que un centenar de personas en representación de las familias de todos los colegios públicos de Vitoria y todos los sindicatos, entre otros agentes sociales, leyeron un manifiesto contra la "guetización" (marginación) de una veintena de centros públicos de la capital vasca.
"Se está produciendo un profundo desequilibrio entre las redes pública y concertada en Vitoria. Mientras la red pública está recibiendo de manera mayoritaria a la población más desfavorecida de la ciudad y particularmente a la población de origen extranjero, la red concertada se está convirtiendo en un refugio para muchas familias autóctonas de clase media y media-alta", dijeron el 15 de febrero los firmantes del manifiesto.
Según un informe enviado por la consejera Uriarte al Parlamento vasco en enero, 60 centros en Euskadi tienen aulas con más de un 50% de extranjeros y en Vitoria hay casos de colegios con más del 80%.
Entretanto, la red concertada mantiene porcentajes de foráneos muy bajos, especialmente en el caso de las ikastolas.
"Todas las escuelas y ambas redes, la pública y la concertada, deben responder al reto que les corresponde de cara a la cohesión social" porque todas ellas se financian con impuestos públicos, añadieron los manifestantes.
Sin embargo, los defensores del modelo concertado insisten en que éste refleja el espíritu empresarial de la cultura vasca.
Región próspera
Durante años el espacio que la prensa internacional le ha dedicado al País Vasco ha sido para hablar de las actividades de Euskadi Ta Askatasuna (ETA, País Vasco y Libertad), un grupo de ideología nacionalista vasca e independentista, designada como organización terrorista tanto por España como por Francia y responsable de la muerte de cientos de personas.
Desde que el 20 de octubre de 2011 ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armada, se encuentra inactiva.
Pero tantas noticias de esta naturaleza ocultaron otra realidad: la de que el País Vasco es uno de los territorios más prósperos de Europa.
Sólo Luxemburgo y Austria tienen una renta per cápita superior a esta comunidad autónoma.
Guillermo Dorronsoro, el decano de la escuela de negocios y economía de la Universidad de Deusto, de Bilbao, explica que el País Vasco tiene algunos de los factores clave para desarrollar un sistema educativo exitoso.
"Hay un fuerte sentido de identidad", lo que ayuda a crear un propósito común y un compromiso colectivo desde las escuelas, las familias y los políticos, dice.
El también vicepresidente ejecutivo del IK4, una alianza de centros tecnológicos del País Vasco, subraya que por su "historia" -en referencia al franquismo- los vascos tienen la capacidad de movilizarse y generar apoyo público.
"Cuando llegó la democracia todos estos sentimientos -de defensa de la cultura y la lengua vasca- se canalizaron en estas ideas e inversiones", asegura.
Y remarca que, si no hubiera adoptado esta estrategia educativa, el País Vasco estaría en una situación mucho más difícil.
"Propósito compartido"
Bilbao, la mayor ciudad del territorio, es ahora un importante imán turístico, gracias en parte por la espectacular arquitectura del museo Guggenheim.
Pero en su momento fue una ciudad en decadencia, caracterizada por el declive industrial.
El enfoque para regenerar la economía combinó la inversión en proyectos culturales con el apoyo a nuevas industrias relacionadas con la investigación científica.
Andreas Schleicher, el director de educación de la OCDE, reconoce que el País Vasco ha apoyado con fuerza la educación.
Pero también hace hincapié que esto ha tenido que ver en parte con la "enorme inversión en el proyecto político para promover la lengua vasca".
De acuerdo a Schleicher, las políticas educativas vascas han tenido como objetivo "diferenciar el País Vasco de otras regiones de España", midiéndose con estándares tanto internacionales como regionales.
Ante esto, Dorronsoro dice que la educación debe vincularse al sentido colectivo de un propósito compartido.
"La educación es una inversión a largo plazo y necesita una identidad", opina.
"Si no sientes que tienes una identidad, no haces el esfuerzo".
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-36550903
Son los mismos nombres que encabezan la lista más reciente del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA, elaborada año por año por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un organismo de cooperación internacional compuesto por 34 estados.
Y también se suelen mencionar a Vietnam y Polonia, quienes escalan con rapidez en los rankings.
¿Pero alguna vez escucharon hablar del sistema del País Vasco como la nueva estrella del firmamento educativo?
Fuerte inversión
Esta comunidad autónoma de España, situada en el extremo nororiental de la Península Ibérica y que linda en el norte con Francia, cuenta con un porcentaje de alumnos de alto rendimiento comparable al de los países antes mencionados.
El mismo estatuto de autonomía que reconoce a esta comunidad como una nacionalidad histórica otorga al gobierno vasco varias competencias, entre ellas la de la educación.
Y ese es uno de los sectores en los que más fuertemente ha invertido el gobierno autónomo.
Tanto que, si en las clasificaciones sobre educación el País Vasco fuera considerado una nación en sí misma, solo Dinamarca y Austria lo superarían en gasto por alumno.
Casi el 48% de aquellos que están en edad laboral posee una titulación universitaria, un nivel similar al de Finlandia y Noruega.
Además, casi la mitad de estos- algo inusual- estudiaron una carrera relacionada con ciencia, matemáticas o ingeniería.
Como consecuencia, el porcentaje de la población dedicado a la investigación y al desarrollo es tan alto como el de Finlandia y Dinamarca.
Por ello, el perfil educativo del País Vasco parece más el de un territorio de Escandinavia que el de una región del sur de Europa.
Hasta expertos suecos, un país que ha visto perder puestos en las listas de los mejores sistemas educativos del mundo, han empezado a visitar escuelas vascas para aprender de sus lecciones.
¿Y cuáles son éstas?
Identidad nacional
Cristina Uriarte, la consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco -ministra del gobierno autónomo-, dice que el compromiso con la educación está fuertemente vinculado a la identidad nacional.
"La educación es la clave para preservar nuestra cultura", dice, refiriéndose a la cultura vasca.
La represión del gobierno de facto de Francisco Franco, un régimen que duró casi 40 años- desde la guerra civil española (1936-1939) hasta su muerte y sucesión en 1975-, no fue sólo política sino también lingüística y cultural.
El euskera o lengua vasca fue prohibida en el ámbito público, y se refugió en el ámbito familiar, fundamentalmente en zonas rurales, algo que se prolongó durante la posguerra.
Ese es el principal motivo, según los expertos, por el que de los poco más de dos millones de habitantes de la actual Comunidad Autónoma del País Vasco o Euskadi sólo el 37,6% hablan euskera, un idioma no indoeuropeo que no tiene relación conocida con ninguna otra lengua actual.
Y el porcentaje es aún menor en Navarra, una comunidad autónoma adyacente, y en los tres territorios de Francia, un conjunto al que se denomina comúnmente País Vasco-Francés.
Los consecutivos gobiernos vascos, tratando de escapar de esa larga sombra, se han servido de las transferencias de poder garantizadas por el estatuto de autonomía de 1979 para construir un sistema educativo que proteja el euskera, así como para desarrollar una autosuficiencia económica.
Así, el País Vasco supera a la mayoría de los países europeos en lo referente al presupuesto destinado a las escuelas y en cuanto al dinero que dirige a la investigación y al desarrollo de industrias de alta tecnología.
Menos desempleo
Con este enfoque la comunidad autónoma ha logrado desmarcarse del alto nivel de desempleo juvenil que sufre España.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del 2016, el 46,5% de los españoles menores de 25 años está en paro, así como el 19,7% de los ciudadanos entre 25 y 54 años.
Mientras, en la Comunidad Autónoma del País Vasco es el 31% de los jóvenes menores de 25 años el que no tiene empleo, y el 12,7% de los que tienen entre 25 y 54 años.
La consejera Uriarte, doctora en ciencias químicas, explica que lo que han hecho es tratar de descubrir aquello que ha funcionado en otros sistemas educativos de alto rendimiento, y ponerse para ello en contacto con Finlandia, Corea del Sur y Estonia.
También han experimentado con diferentes tipos de escuelas.
Pago compartido
La mitad de las escuelas vascas son una mezcla entre públicas y privadas.
Se llaman centros educativos concertados y son financiadas en parte por el estado, pero los padres de los alumnos también contribuyen.
Maritere Ojanguren es la directora de uno de estos centros, Lauaxeta Ikastola, situado en Amorebieta-Etxano, a unos 35 kilómetros de Bilbao.
La ikastola es gestionada por una cooperativa, constituida por 971 familias, y recibe el 60% de su presupuesto desde gobierno.
El resto proviene de la matrícula y las cuotas que pagan los padres de los alumnos, de entre 2 y 18 años. En total estos pagan hasta US$1.300 y los que no pueden permitírselo pueden acceder a ayudas.
Ojanguren asegura que este sistema de pago compartido hace que los padres se involucren más en la gestión de la escuela.
Aunque este esquema tiene sus detractores, quienes denuncian que lo que hace es potenciar la brecha social.
Hace apenas cuatro meses que un centenar de personas en representación de las familias de todos los colegios públicos de Vitoria y todos los sindicatos, entre otros agentes sociales, leyeron un manifiesto contra la "guetización" (marginación) de una veintena de centros públicos de la capital vasca.
"Se está produciendo un profundo desequilibrio entre las redes pública y concertada en Vitoria. Mientras la red pública está recibiendo de manera mayoritaria a la población más desfavorecida de la ciudad y particularmente a la población de origen extranjero, la red concertada se está convirtiendo en un refugio para muchas familias autóctonas de clase media y media-alta", dijeron el 15 de febrero los firmantes del manifiesto.
Según un informe enviado por la consejera Uriarte al Parlamento vasco en enero, 60 centros en Euskadi tienen aulas con más de un 50% de extranjeros y en Vitoria hay casos de colegios con más del 80%.
Entretanto, la red concertada mantiene porcentajes de foráneos muy bajos, especialmente en el caso de las ikastolas.
"Todas las escuelas y ambas redes, la pública y la concertada, deben responder al reto que les corresponde de cara a la cohesión social" porque todas ellas se financian con impuestos públicos, añadieron los manifestantes.
Sin embargo, los defensores del modelo concertado insisten en que éste refleja el espíritu empresarial de la cultura vasca.
Región próspera
Durante años el espacio que la prensa internacional le ha dedicado al País Vasco ha sido para hablar de las actividades de Euskadi Ta Askatasuna (ETA, País Vasco y Libertad), un grupo de ideología nacionalista vasca e independentista, designada como organización terrorista tanto por España como por Francia y responsable de la muerte de cientos de personas.
Desde que el 20 de octubre de 2011 ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armada, se encuentra inactiva.
Pero tantas noticias de esta naturaleza ocultaron otra realidad: la de que el País Vasco es uno de los territorios más prósperos de Europa.
Sólo Luxemburgo y Austria tienen una renta per cápita superior a esta comunidad autónoma.
Guillermo Dorronsoro, el decano de la escuela de negocios y economía de la Universidad de Deusto, de Bilbao, explica que el País Vasco tiene algunos de los factores clave para desarrollar un sistema educativo exitoso.
"Hay un fuerte sentido de identidad", lo que ayuda a crear un propósito común y un compromiso colectivo desde las escuelas, las familias y los políticos, dice.
El también vicepresidente ejecutivo del IK4, una alianza de centros tecnológicos del País Vasco, subraya que por su "historia" -en referencia al franquismo- los vascos tienen la capacidad de movilizarse y generar apoyo público.
"Cuando llegó la democracia todos estos sentimientos -de defensa de la cultura y la lengua vasca- se canalizaron en estas ideas e inversiones", asegura.
Y remarca que, si no hubiera adoptado esta estrategia educativa, el País Vasco estaría en una situación mucho más difícil.
"Propósito compartido"
Bilbao, la mayor ciudad del territorio, es ahora un importante imán turístico, gracias en parte por la espectacular arquitectura del museo Guggenheim.
Pero en su momento fue una ciudad en decadencia, caracterizada por el declive industrial.
El enfoque para regenerar la economía combinó la inversión en proyectos culturales con el apoyo a nuevas industrias relacionadas con la investigación científica.
Andreas Schleicher, el director de educación de la OCDE, reconoce que el País Vasco ha apoyado con fuerza la educación.
Pero también hace hincapié que esto ha tenido que ver en parte con la "enorme inversión en el proyecto político para promover la lengua vasca".
De acuerdo a Schleicher, las políticas educativas vascas han tenido como objetivo "diferenciar el País Vasco de otras regiones de España", midiéndose con estándares tanto internacionales como regionales.
Ante esto, Dorronsoro dice que la educación debe vincularse al sentido colectivo de un propósito compartido.
"La educación es una inversión a largo plazo y necesita una identidad", opina.
"Si no sientes que tienes una identidad, no haces el esfuerzo".
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-36550903
Octubre rojo un siglo después
Higinio Polo
Un siglo después de su triunfo, la revolución bolchevique sigue suscitando furiosos ataques de la derecha política y de sus terminales ideológicos en la prensa y en las televisiones, en la investigación universitaria dirigida y subvencionada, y en los centros de elaboración ideológica liberal, que, sin embargo, apenas se interrogan sobre el infierno capitalista del que surgió la revolución: el barro y la muerte en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y la oprobiosa autocracia zarista que ahogaba al pueblo ruso y lo condenaba a la miseria y la explotación. Para los beneficiarios del capitalismo realmente existente y para los vendedores de mentiras, el socialismo soviético se resume en error y represión, en furia y crueldad, mientras que el horror causado por el capitalismo, en las dos guerras mundiales y en la esclavitud colonial, en las guerras imperiales y matanzas lanzadas desde entonces en cuatro continentes, en Vietnam y en Corea, en Indonesia y en Afganistán, en Yugoslavia y en Ucrania, en Brasil y en Argentina, en Angola y en Libia, en Siria y en Iraq, por citar sólo algunos ejemplos de la infamia, ese horror, se diluye en lejanas causas y décadas perdidas de las que, como por ensalmo, el capitalismo no es responsable.
Los marineros y milicianos que se lanzaron al asalto del Palacio de Invierno, que vemos en las imágenes recreadas de Eisenstein, no son un accidente de la historia; los obreros que se atrevieron a derribar el trono imperial, a convertir las iglesias en almacenes útiles, y a dispersar las sombras de la explotación, no eran una ráfaga transitoria de años convulsos, sino el rumor de siglos de protestas y de gritos de honestidad y trabajo proletario. En 1917, los bolcheviques supieron expresar el ansia de justicia de los rusos, la ambición de una vida digna que dejase atrás las argollas de la miseria y la opresión bajo los zares; supieron traducir el deseo de los trabajadores de terminar con la explotación en las fábricas. y de los campesinos de romper la soga que les ataba a una nobleza parasitaria y casi medieval. La exigencia de paz, en el matadero de la gran guerra, los gritos reclamando pan, los campesinos exigiendo la tierra, y los trabajadores las fábricas, resumen la decisión de Lenin y los bolcheviques protagonizando la revolución que cambió el mundo. Porque fue la aspiración a la igualdad y la justicia la que creó el poder soviético, la que levantó el socialismo en condiciones difícilmente imaginables hoy: suele olvidarse, pero la revolución bolchevique tuvo que construir el socialismo en un país que perdió, en un lapso de treinta años, a casi cuarenta millones de personas, víctimas de la guerra civil impuesta tras la revolución por veinte países capitalistas, y por las dos guerras mundiales desatadas por las rivalidades de esas mismas potencias. Sólo en la guerra de Hitler, la Unión Soviética vio morir a veintisiete millones de trabajadores y soldados.
Tras 1017, la revolución bolchevique se extendió por el mundo, y su voz llegó a los campesinos malayos y a los obreros de los frigoríficos argentinos, a los labradores chinos y a los trabajadores alemanes; desde entonces, las ideas y propuestas del socialismo y del comunismo han seguido galopando por el planeta, iluminando revoluciones, en China o en Vietnam, en Cuba o en Nicaragua, cambiando el mundo, aunque esa voz haya sufrido duras derrotas, como la matanza en Indonesia, los campos de la muerte de Oriente Medio, o la desaparición de la propia URSS y el retroceso social en Europa y América durante las dos últimas décadas. Pero, ni en Moscú ni en Madrid, la revolución bolchevique no se ha olvidado, y la historia no ha terminado.
Hoy, de forma abrumadora, los rusos siguen viendo a Lenin como un dirigente excepcional, que desempeñó un papel histórico trascendental, y siguen juzgándolo de manera positiva: apenas un 14 % de la población aceptaría retirar sus estatuas de las ciudades rusas, y una abrumadora mayoría lamenta la desaparición de la Unión Soviética. La popularidad de Lenin crece, y, según el centro Levada, en la última década ha aumentado de forma notable el número de ciudadanos rusos que consideran positiva su aportación al país y al mundo. Las estrellas rojas siguen coronando las torres del Kremlin moscovita, y la presencia de Lenin, aunque no se traduzca todavía en cambios políticos y sociales, no va a desaparecer, pese a los interesados augurios de la derecha.
Para conmemorar el centenario, el Partido Comunista ruso organizará una gran manifestación en Moscú, el 7 de noviembre, así como otros actos en la gran mayoría de las ciudades del país, y el gobierno de Putin también ha publicado un calendario de actividades para destacarlo, intentando atraer hacia el partido del poder las movilizaciones populares de celebración de la revolución de octubre, hasta el punto de que el comité gubernamental encargado de organizarlas está lleno de anticomunistas: el poder actual no puede obviar la importancia de la revolución bolchevique, ni tampoco las aportaciones de la Unión Soviética, como no puede ignorar el prestigio creciente de Lenin y del socialismo entre la población, por lo que se ve obligado a nadar entre dos aguas.
No será sólo en Rusia. En los cinco continentes habitados, se sucederán las celebraciones entre los trabajadores, acompañadas por la monótona y reiterada condena de los centros del poder capitalista, que busca arrojar a la hoguera el persistente susurro de décadas de la revolución bolchevique y del socialismo. De Bolivia a China, de Cuba a Alemania, de Venezuela a Vietnam, de Sudáfrica a Australia, ese centenario recorre durante este año conferencias y congresos, seminarios y libros, ondea en las banderas rojas de las manifestaciones y en las huelgas que siguen reclamando el fin de la explotación y un mundo mejor; se interroga por los excesos y errores cometidos, trabaja en los laboratorios que alumbran el progreso humano, y brilla en los ojos de las mujeres del mundo que contemplan la desventura y la marginación de la mitad del cielo sin renunciar a nada; se manifiesta en el esfuerzo de los campesinos por salvar la vida y el planeta, se escucha en el ruido de las cadenas de montaje y centellea en el parpadeo de las pantallas de ordenador, y se revela en la noche maltratada de los pobres, en las gargantas de los esclavos, en las lágrimas de los apátridas y en el sufrimiento de los inmigrantes perseguidos por el odio.
Un siglo después, el capitalismo se empeña en desacreditar la idea de una sociedad justa e igualitaria, y destruye paulatinamente las conquistas obreras; reduce salarios, convierte la seguridad en el trabajo en la precariedad de empleos temporales o de trabajadores autónomos, y mantiene legiones de operarios con empleos-basura, mientras sus terminales ideológicas y sus medios de comunicación siguen intentando demoler la razón socialista, destruir el recuerdo de la dignidad obrera y de las luchas por la emancipación social; al tiempo que los empresarios arrojan el socialismo y la revolución bolchevique a las tinieblas como un prescindible vestigio del pasado, y presentan a sindicatos y partidos obreros como herramientas inútiles superadas por la historia, atreviéndose a postularse a sí mismos como los creadores de la modernidad y del progreso, aunque tengan las manos sucias de la explotación y la mentira.
Sin embargo, la huella de la revolución bolchevique está ahí, y se encuentra en los territorios cotidianos conquistados por las mujeres y en las leyes que aseguraron los derechos de los trabajadores (en la reducción de las horas de trabajo diarias y en el derecho a vacaciones pagadas, en la asistencia sanitaria gratuita y en los permisos de maternidad, en el derecho a tener pensiones y en la jubilación a una edad antes impensable), como se encuentra en la derrota del monstruo nazi y en el proceso que dio inicio de la emancipación de las colonias que los países capitalistas oprimieron, y en los espacios de libertad contemporánea que se salvaron por el esfuerzo soviético de ser enterrados en la cal viva del nazismo.
Cien años después, el impulso de la revolución bolchevique no ha desaparecido, aunque los partidos comunistas vivan años de debilidad, que no les afecta sólo a ellos, sino a toda la izquierda. Ese agotamiento debe terminar con el abandono de cualquier esperanza de reforma capitalista y con la adopción de un programa radical que luche por el socialismo en todos los continentes, porque el capitalismo ahoga a millones de trabajadores, ensucia el mundo, aplasta a la humanidad, vende nuestro futuro, pero alberga también en su seno a quienes tienen el fermento de la revuelta, con la seguridad de que el comunismo y la revolución bolchevique son la juventud del mundo de la que nos habló Alberti, y la fraternidad que le dio a Neruda el verso tierno del comunismo chileno: un siglo después del octubre rojo, son los trabajadores que se manifestaron en la gigantesca huelga general de la India en 2016, son las manos que acarician a los niños en medio de las catástrofes con las que nos hace convivir el capitalismo, y las que se aferran a las alambradas de los campos de refugiados.
Un siglo después de su triunfo, la revolución bolchevique sigue suscitando furiosos ataques de la derecha política y de sus terminales ideológicos en la prensa y en las televisiones, en la investigación universitaria dirigida y subvencionada, y en los centros de elaboración ideológica liberal, que, sin embargo, apenas se interrogan sobre el infierno capitalista del que surgió la revolución: el barro y la muerte en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y la oprobiosa autocracia zarista que ahogaba al pueblo ruso y lo condenaba a la miseria y la explotación. Para los beneficiarios del capitalismo realmente existente y para los vendedores de mentiras, el socialismo soviético se resume en error y represión, en furia y crueldad, mientras que el horror causado por el capitalismo, en las dos guerras mundiales y en la esclavitud colonial, en las guerras imperiales y matanzas lanzadas desde entonces en cuatro continentes, en Vietnam y en Corea, en Indonesia y en Afganistán, en Yugoslavia y en Ucrania, en Brasil y en Argentina, en Angola y en Libia, en Siria y en Iraq, por citar sólo algunos ejemplos de la infamia, ese horror, se diluye en lejanas causas y décadas perdidas de las que, como por ensalmo, el capitalismo no es responsable.
Los marineros y milicianos que se lanzaron al asalto del Palacio de Invierno, que vemos en las imágenes recreadas de Eisenstein, no son un accidente de la historia; los obreros que se atrevieron a derribar el trono imperial, a convertir las iglesias en almacenes útiles, y a dispersar las sombras de la explotación, no eran una ráfaga transitoria de años convulsos, sino el rumor de siglos de protestas y de gritos de honestidad y trabajo proletario. En 1917, los bolcheviques supieron expresar el ansia de justicia de los rusos, la ambición de una vida digna que dejase atrás las argollas de la miseria y la opresión bajo los zares; supieron traducir el deseo de los trabajadores de terminar con la explotación en las fábricas. y de los campesinos de romper la soga que les ataba a una nobleza parasitaria y casi medieval. La exigencia de paz, en el matadero de la gran guerra, los gritos reclamando pan, los campesinos exigiendo la tierra, y los trabajadores las fábricas, resumen la decisión de Lenin y los bolcheviques protagonizando la revolución que cambió el mundo. Porque fue la aspiración a la igualdad y la justicia la que creó el poder soviético, la que levantó el socialismo en condiciones difícilmente imaginables hoy: suele olvidarse, pero la revolución bolchevique tuvo que construir el socialismo en un país que perdió, en un lapso de treinta años, a casi cuarenta millones de personas, víctimas de la guerra civil impuesta tras la revolución por veinte países capitalistas, y por las dos guerras mundiales desatadas por las rivalidades de esas mismas potencias. Sólo en la guerra de Hitler, la Unión Soviética vio morir a veintisiete millones de trabajadores y soldados.
Tras 1017, la revolución bolchevique se extendió por el mundo, y su voz llegó a los campesinos malayos y a los obreros de los frigoríficos argentinos, a los labradores chinos y a los trabajadores alemanes; desde entonces, las ideas y propuestas del socialismo y del comunismo han seguido galopando por el planeta, iluminando revoluciones, en China o en Vietnam, en Cuba o en Nicaragua, cambiando el mundo, aunque esa voz haya sufrido duras derrotas, como la matanza en Indonesia, los campos de la muerte de Oriente Medio, o la desaparición de la propia URSS y el retroceso social en Europa y América durante las dos últimas décadas. Pero, ni en Moscú ni en Madrid, la revolución bolchevique no se ha olvidado, y la historia no ha terminado.
Hoy, de forma abrumadora, los rusos siguen viendo a Lenin como un dirigente excepcional, que desempeñó un papel histórico trascendental, y siguen juzgándolo de manera positiva: apenas un 14 % de la población aceptaría retirar sus estatuas de las ciudades rusas, y una abrumadora mayoría lamenta la desaparición de la Unión Soviética. La popularidad de Lenin crece, y, según el centro Levada, en la última década ha aumentado de forma notable el número de ciudadanos rusos que consideran positiva su aportación al país y al mundo. Las estrellas rojas siguen coronando las torres del Kremlin moscovita, y la presencia de Lenin, aunque no se traduzca todavía en cambios políticos y sociales, no va a desaparecer, pese a los interesados augurios de la derecha.
Para conmemorar el centenario, el Partido Comunista ruso organizará una gran manifestación en Moscú, el 7 de noviembre, así como otros actos en la gran mayoría de las ciudades del país, y el gobierno de Putin también ha publicado un calendario de actividades para destacarlo, intentando atraer hacia el partido del poder las movilizaciones populares de celebración de la revolución de octubre, hasta el punto de que el comité gubernamental encargado de organizarlas está lleno de anticomunistas: el poder actual no puede obviar la importancia de la revolución bolchevique, ni tampoco las aportaciones de la Unión Soviética, como no puede ignorar el prestigio creciente de Lenin y del socialismo entre la población, por lo que se ve obligado a nadar entre dos aguas.
No será sólo en Rusia. En los cinco continentes habitados, se sucederán las celebraciones entre los trabajadores, acompañadas por la monótona y reiterada condena de los centros del poder capitalista, que busca arrojar a la hoguera el persistente susurro de décadas de la revolución bolchevique y del socialismo. De Bolivia a China, de Cuba a Alemania, de Venezuela a Vietnam, de Sudáfrica a Australia, ese centenario recorre durante este año conferencias y congresos, seminarios y libros, ondea en las banderas rojas de las manifestaciones y en las huelgas que siguen reclamando el fin de la explotación y un mundo mejor; se interroga por los excesos y errores cometidos, trabaja en los laboratorios que alumbran el progreso humano, y brilla en los ojos de las mujeres del mundo que contemplan la desventura y la marginación de la mitad del cielo sin renunciar a nada; se manifiesta en el esfuerzo de los campesinos por salvar la vida y el planeta, se escucha en el ruido de las cadenas de montaje y centellea en el parpadeo de las pantallas de ordenador, y se revela en la noche maltratada de los pobres, en las gargantas de los esclavos, en las lágrimas de los apátridas y en el sufrimiento de los inmigrantes perseguidos por el odio.
Un siglo después, el capitalismo se empeña en desacreditar la idea de una sociedad justa e igualitaria, y destruye paulatinamente las conquistas obreras; reduce salarios, convierte la seguridad en el trabajo en la precariedad de empleos temporales o de trabajadores autónomos, y mantiene legiones de operarios con empleos-basura, mientras sus terminales ideológicas y sus medios de comunicación siguen intentando demoler la razón socialista, destruir el recuerdo de la dignidad obrera y de las luchas por la emancipación social; al tiempo que los empresarios arrojan el socialismo y la revolución bolchevique a las tinieblas como un prescindible vestigio del pasado, y presentan a sindicatos y partidos obreros como herramientas inútiles superadas por la historia, atreviéndose a postularse a sí mismos como los creadores de la modernidad y del progreso, aunque tengan las manos sucias de la explotación y la mentira.
Sin embargo, la huella de la revolución bolchevique está ahí, y se encuentra en los territorios cotidianos conquistados por las mujeres y en las leyes que aseguraron los derechos de los trabajadores (en la reducción de las horas de trabajo diarias y en el derecho a vacaciones pagadas, en la asistencia sanitaria gratuita y en los permisos de maternidad, en el derecho a tener pensiones y en la jubilación a una edad antes impensable), como se encuentra en la derrota del monstruo nazi y en el proceso que dio inicio de la emancipación de las colonias que los países capitalistas oprimieron, y en los espacios de libertad contemporánea que se salvaron por el esfuerzo soviético de ser enterrados en la cal viva del nazismo.
Cien años después, el impulso de la revolución bolchevique no ha desaparecido, aunque los partidos comunistas vivan años de debilidad, que no les afecta sólo a ellos, sino a toda la izquierda. Ese agotamiento debe terminar con el abandono de cualquier esperanza de reforma capitalista y con la adopción de un programa radical que luche por el socialismo en todos los continentes, porque el capitalismo ahoga a millones de trabajadores, ensucia el mundo, aplasta a la humanidad, vende nuestro futuro, pero alberga también en su seno a quienes tienen el fermento de la revuelta, con la seguridad de que el comunismo y la revolución bolchevique son la juventud del mundo de la que nos habló Alberti, y la fraternidad que le dio a Neruda el verso tierno del comunismo chileno: un siglo después del octubre rojo, son los trabajadores que se manifestaron en la gigantesca huelga general de la India en 2016, son las manos que acarician a los niños en medio de las catástrofes con las que nos hace convivir el capitalismo, y las que se aferran a las alambradas de los campos de refugiados.
martes, 25 de julio de 2017
_- Federico García Lorca: La última entrevista.
_- La presente entrevista a Federico García Lorca fue publicada el 10 de junio de 1936 en el diario madrileño El Sol. Dos meses después, el 18 de agosto, García Lorca fue asesinado por un pelotón de fusilamiento en Víznar, pueblo de Granada, por lo que estamos ante la última entrevista que concedió.
Junto al poeta, también fueron “paseados” el maestro nacional de Paulinas (Granada), Dióscoro Galindo González, defensor de la escuela laica y popular, y dos banderilleros anarquistas, Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. Los dos eran miembros de la CNT-FAI, y se unieron a la resistencia antifascista granadina para hacer frente al golpe militar contra la República.
Los militares franquistas, la Guardia Civil y los paramilitares falangistas, acusaron al poeta de los más dispares “delitos”: ser socialista, anarquista, espía de la URSS, masón, haber sido secretario personal del dirigente socialista Fernando de los Ríos y por “práctica de homosexualismo y aberración”.
La entrevista se publicó en la sección: “Los diálogos de un caricaturista salvaje”. El “caricaturista salvaje” no era otro que un gran amigo de Federico García Lorca, el pintor y dibujante catalán Lluís Bagaría i Bou (1882-1940). De formación autodidacta, comenzó pintando jardines con el estilo de Santiago Rusiñol, del que sería amigo. Considerado uno de los mejores caricaturistas de su generación, comenzó dibujando para las revistas satíricas El Rector de Vallfogona, Cu-Cut! y Or i Grana.
Su reconocimiento por el mundillo artístico catalán le vino tras la exposición de noventa caricaturas en Terrassa (Barcelona) en 1907. Esto le abrió las puertas de las salas de exposiciones como la mítica Sala Parés, donde llegó a exponer junto Isidre Nonell.
Bohemio y modernista, sarcástico feroz en sus caricaturas, y un estilo a veces arabesco, y otras veces sintético, que le hacía capaz de extraer lo más característico del personaje con unas simples líneas, pronto llamó la atención allende de las fronteras ibéricas.
Entre los años 1907 y 1912, trabajó en México, Nueva York y Cuba. De regreso a España, colaboró con la revista Picarol y la francófila España. Aunque como caricaturista político y social descolló en las páginas del diario El Sol. Las más importantes revistas humorísticas europeas contaban con la firma de Lluís Bagaría, ese era el caso de la francesa Le Rire o la alemana Simplicissimus.
Durante la Guerra Civil, el artista utilizó el lápiz y el pincel para denunciar la guerra y el fascismo, en las páginas de la barcelonesa revista el Criticón y el diario La Vanguardia. Para salvar la vida, y gracias a la ayuda de otros colegas dibujantes, logró refugiarse en Francia en 1938. Al año siguiente se exilió en Cuba, donde murió un año después de arribar.
Agradecemos a María Torres, de “Búscame en el ciclo de la vida”, por la transcripción de esta entrevista conversación, conversación un tanto surrealista entre dos poetas, dos dibujantes.
Javier Coria.
“Los diálogos de un caricaturista salvaje”
Por: Lluís Bagaría i Bou.
Tú que has dado categoría lírica a la calabaza de Gil Robles y has visto el búho de Unamuno y el perro sin amo de Baroja, ¿me quieres decir el sentido que tiene el caracol en el paisaje puro de tu obra?
Me preguntas el por qué de esa predilección por los caracoles de mis dibujos. Pues muy sencilla: para mí, el caracol tiene un recuerdo sentimental de mi vida. Una vez, estando dibujando, se acercó mi madre, y al contemplar mis garabatos me dijo: “Hijo mío: Me moriré sin poder comprender cómo te puedes ganar la vida haciendo caracoles”. Desde entonces, yo a mis dibujos los bauticé así. Aquí tienes saciada tu curiosidad.
Poeta García Lorca, sutil y profundo, pues tu verso tenue y bello, verso con alas de acero bien templado, horada la entraña de la tierra: ¿Crees tú, poeta, en el arte por el arte o, en caso contrario, el arte debe ponerse al servicio de un pueblo para llorar con él cuando llora y reír cuando este pueblo ríe?
A tu pregunta, grande y tierno Bagaría, tengo que decir que este concepto del arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi. Ningún hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro, arte por el arte mismo. En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un ansia verdadera por comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad.
¿Crees tú que al engendrar la poesía se produce un acercamiento hacia un futuro más allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueños de la otra vida?
Esta pregunta insólita y difícil de la aguda preocupación metafísica que llena tu vida y que sólo los que te conocen comprenden. La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la Naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y el secreto del mundo. Quiero ser bueno, sé que la poesía eleva, y siendo bueno con el asno y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme en él. Pero el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas.
¿No crees, poeta, que sólo la felicidad radica en la niebla de una borrachera, borrachera de labios de mujer, de vino, de bello paisaje, y que al ser coleccionista de momentos de intensidad se crean momentos de eternidad, aunque la eternidad no existiera y tuviera que aprender de nosotros?
Yo no sé, Bagaría, en qué consiste la felicidad. Si voy a creer al texto que estudié en el Instituto, del inefable catedrático Ortí y Lara, la felicidad no se puede hallar más que en el cielo; pero si el hombre ha inventado la eternidad, creo que hay en el mundo hechos y cosas que son dignos de ella, y por su belleza y trascendencia, modelos absolutos para un orden permanente. ¿Por qué me preguntas estas cosas? Tú lo que quieres es que nos encontremos en el otro mundo y sigamos nuestra conversación bajo el techo de un prodigioso café de música con alas, risa y eterna cerveza inefable. Bagaría: no temas… ten la seguridad de que nos encontraremos.
Te extrañarás, poeta, de las preguntas de este caricaturista salvaje. Soy, como sabes, un ser con muchas plumas y pocas creencias, salvaje con dolorida materia; y piensa, poeta, que todo este equipaje trágico del vivir floreció en un verso que balbucieron los labios de mis padres. ¿No crees que tenía más razón Calderón de la Barca cuando decía “Pues el delito mayor del hombre es haber nacido” que el optimismo de Muñoz Seca?
Tus preguntas no me extrañan nada. Eres un verdadero poeta, que en todo momento pone la llaga en el dedo. Te contesto con verdadera sinceridad, con simpleza, y si no acierto y balbuceo, sólo es por ignorancia. Las plumas de tu salvajismo son plumas de ángel, y detrás del tambor que lleva el ritmo de tu danza macabra hay una lira rosa de las que pintaron los primitivos italianos. El optimismo es propio de las almas que tienen una sola dimensión; de las que no ven el torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que tienen remedio.
Sensible y humano poeta Lorca: seguimos hablando de cosas del más allá. Soy repetidor del mismo tema, porque también el tema se repite él mismo. A los creyentes que creen en una futura vida, ¿les puede alegrar encontrarse en un país de almas que no tengan labios carnales para poder besar? ¿No es mejor el silencio de la nada?
Bonísimo y atormentado Bagaría: ¿No sabes que la Iglesia habla de la resurrección de la carne como el gran premio a sus fieles? El profeta Isaías lo dice en un versículo tremendo: “Se regocijarán en el Señor los huesos abatidos”. Y yo vi en el cementerio de San Martín una lápida en una tumba ya vacía, lápida que colgaba como un diente de vieja del muro destrozado, que decía así: “Aquí espera la resurrección de la carne doña Micaela Gómez”. Una idea se expresa y es posible porque tenemos cabeza y manos. Las criaturas no quieren ser sombras.
¿Tú crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?
Fue un momento malísimo aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una “tierra del chavico”, donde se agita actualmente la peor burguesía de España.
¿No cree, Federico, que la patria no es nada, que las fronteras están llamadas a desaparecer? ¿Por qué un español malo tiene que ser más hermano nuestro que un chino bueno?
Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política. Amigo Bagaría: No siempre los entrevistadores van a preguntar. Creo que también tienen derecho los entrevistados. ¿A qué responde esta ansia, esta sed de más allá que te persigue? ¿Tienes verdaderamente deseos de sobrevivirte? ¿No crees que esto está ya resuelto y que el hombre no puede hacer nada, con fe o sin ella?
Conformes, desgraciadamente, conformes. Yo soy en el fondo un descreído hambriento de creer. Es tan trágicamente doloroso el desaparecer para siempre. ¡Salud, labios de mujer, vaso del buen vino que supiste hacer olvidar la trágica verdad: paisaje, luz que hiciste olvidar la sombra! En el trágico fin sólo desearía una perduración: que mi cuerpo fuera enterrado en una huerta: que por lo menos mi más allá fuese un más allá de abono.
¿Me quieres decir por qué tienen carne de rana todos los políticos que caricaturizas?
Porque la mayoría vive en las charcas.
¿En qué prado corta Romanones las inefables margaritas de su nariz?
Querido poeta: aludes a una de las cosas que llegan más al fondo de mi alma. ¡Nariz de Romanones, excelsa nariz! La de Cyrano era una nariz desaparecida al lado de la nariz de mis amores. Rostand gozó menos que yo con la mía. ¡Oh “paneaux” para mis visiones decorativas! Mis margaritas se fueron cuando las entregaron en una solitaria estación, camino de Fontainebleau. Nunca te habrán preguntado, porque ya no es moda, cuál es tu flor preferida. Como yo ahora he estudiado el lenguaje de las flores, te pregunto: ¿Cuál es la flor qué prefieres? ¿Te la has puesto alguna vez en la solapa?
Querido amigo: ¿Es que piensas dar conferencias como García Sanchíz para preguntar esas cosas?
¡Dios me libre! No aspiro a tocar mal el violoncelo.
¿A qué responde, querido Bagaría, el sentimiento humano que imprimes a los animales que pintas?
Querido Lorca: Según los católicos, los animales no tienen alma; tan sólo algunos animales enchufistas, como el perro de San Roque, el cerdo de San Antón, el gallo de San Pedro y el palomo de la divina carpintería; y yo he mirado de dar humanidad a los animales sin padrinos, dignificarlos con mi lápiz, para que sirvan de contraste con los hombres de animalidad pura. Querido Lorca: te voy a preguntar por las dos cosas que creo tienen más valor en España: el canto gitano y el toreo. Al canto gitano, el único defecto que le encuentro es que en sus versos sólo se acuerda de la madre; y al padre, que lo parta un rayo. Y eso me parece una injusticia. Bromas aparte, creo que este canto es el gran valor de nuestra tierra.
Muy poca gente conoce el canto gitano, porque lo que se da frecuentemente en los tablados es el llamado flamenco, que es una degeneración de aquél. No cabe en este diálogo decir nada, porque sería demasiado extenso y poco periodístico. En cuanto a lo que tú dices, con gracia de que los gitanos sólo se acuerdan de su madre, tienes cierta razón, ya que ellos viven un régimen de matriarcado, y los padres no son tales padres, sino que son siempre y viven como hijos de sus madres. De todos modos, hay en la poesía popular gitana admirables poemas dedicados al sentimiento paternal; pero son los menos.
El otro gran tema porque me preguntas, el toreo, es probablemente la riqueza poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo. Es el drama puro, en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y su mejor bilis. Es el único sitio adonde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza. ¿Qué sería de la primavera española, de nuestra sangre y de nuestra lengua si dejaran de sonar los clarines dramáticos de la corrida? Por temperamento y por gusto poético soy un profundo admirador de Belmonte.
¿Qué poetas te gustan más de la actualidad española?
Hay dos maestros: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El primero, en un plano puro de serenidad y perfección poética, poeta humano y celeste, evadido ya de toda lucha, dueño absoluto de su prodigioso mundo interior. El segundo, gran poeta turbado por una terrible exaltación de su yo, lacerado por la realidad que lo circunda, increíblemente mordido por cosas insignificantes, con los oídos puestos en el mundo, verdadero enemigo de su maravillosa y única alma de poeta.
Adiós, Bagaría. Cuando te vuelvas a tus chozas con las flores, las fieras y las torrentes, diles a tus compañeros salvajes que no se fíen de viajes de ida y vuelta a nuestras ciudades; a las fieras que tú has pintado con ternura franciscana, que no tengan un momento de locura y se hagan animales domésticos, y a las flores, que no galleen demasiado su hermosura, porque les pondrán esposas y las harán vivir sobre los vientres corrompidos de los muertos.
Tienes razón, poeta. Vuelvo a mi selva, a rugir con mis rugidos, más amables que las bellas palabras de los amigos, que a veces son blasfemias en baja voz.
Fuente: http://revistarambla.com/federico-garcia-lorca-la-ultima-entrevista/
Junto al poeta, también fueron “paseados” el maestro nacional de Paulinas (Granada), Dióscoro Galindo González, defensor de la escuela laica y popular, y dos banderilleros anarquistas, Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. Los dos eran miembros de la CNT-FAI, y se unieron a la resistencia antifascista granadina para hacer frente al golpe militar contra la República.
Los militares franquistas, la Guardia Civil y los paramilitares falangistas, acusaron al poeta de los más dispares “delitos”: ser socialista, anarquista, espía de la URSS, masón, haber sido secretario personal del dirigente socialista Fernando de los Ríos y por “práctica de homosexualismo y aberración”.
La entrevista se publicó en la sección: “Los diálogos de un caricaturista salvaje”. El “caricaturista salvaje” no era otro que un gran amigo de Federico García Lorca, el pintor y dibujante catalán Lluís Bagaría i Bou (1882-1940). De formación autodidacta, comenzó pintando jardines con el estilo de Santiago Rusiñol, del que sería amigo. Considerado uno de los mejores caricaturistas de su generación, comenzó dibujando para las revistas satíricas El Rector de Vallfogona, Cu-Cut! y Or i Grana.
Su reconocimiento por el mundillo artístico catalán le vino tras la exposición de noventa caricaturas en Terrassa (Barcelona) en 1907. Esto le abrió las puertas de las salas de exposiciones como la mítica Sala Parés, donde llegó a exponer junto Isidre Nonell.
Bohemio y modernista, sarcástico feroz en sus caricaturas, y un estilo a veces arabesco, y otras veces sintético, que le hacía capaz de extraer lo más característico del personaje con unas simples líneas, pronto llamó la atención allende de las fronteras ibéricas.
Entre los años 1907 y 1912, trabajó en México, Nueva York y Cuba. De regreso a España, colaboró con la revista Picarol y la francófila España. Aunque como caricaturista político y social descolló en las páginas del diario El Sol. Las más importantes revistas humorísticas europeas contaban con la firma de Lluís Bagaría, ese era el caso de la francesa Le Rire o la alemana Simplicissimus.
Durante la Guerra Civil, el artista utilizó el lápiz y el pincel para denunciar la guerra y el fascismo, en las páginas de la barcelonesa revista el Criticón y el diario La Vanguardia. Para salvar la vida, y gracias a la ayuda de otros colegas dibujantes, logró refugiarse en Francia en 1938. Al año siguiente se exilió en Cuba, donde murió un año después de arribar.
Agradecemos a María Torres, de “Búscame en el ciclo de la vida”, por la transcripción de esta entrevista conversación, conversación un tanto surrealista entre dos poetas, dos dibujantes.
Javier Coria.
“Los diálogos de un caricaturista salvaje”
Por: Lluís Bagaría i Bou.
Tú que has dado categoría lírica a la calabaza de Gil Robles y has visto el búho de Unamuno y el perro sin amo de Baroja, ¿me quieres decir el sentido que tiene el caracol en el paisaje puro de tu obra?
Me preguntas el por qué de esa predilección por los caracoles de mis dibujos. Pues muy sencilla: para mí, el caracol tiene un recuerdo sentimental de mi vida. Una vez, estando dibujando, se acercó mi madre, y al contemplar mis garabatos me dijo: “Hijo mío: Me moriré sin poder comprender cómo te puedes ganar la vida haciendo caracoles”. Desde entonces, yo a mis dibujos los bauticé así. Aquí tienes saciada tu curiosidad.
Poeta García Lorca, sutil y profundo, pues tu verso tenue y bello, verso con alas de acero bien templado, horada la entraña de la tierra: ¿Crees tú, poeta, en el arte por el arte o, en caso contrario, el arte debe ponerse al servicio de un pueblo para llorar con él cuando llora y reír cuando este pueblo ríe?
A tu pregunta, grande y tierno Bagaría, tengo que decir que este concepto del arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi. Ningún hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro, arte por el arte mismo. En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un ansia verdadera por comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad.
¿Crees tú que al engendrar la poesía se produce un acercamiento hacia un futuro más allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueños de la otra vida?
Esta pregunta insólita y difícil de la aguda preocupación metafísica que llena tu vida y que sólo los que te conocen comprenden. La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la Naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y el secreto del mundo. Quiero ser bueno, sé que la poesía eleva, y siendo bueno con el asno y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme en él. Pero el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas.
¿No crees, poeta, que sólo la felicidad radica en la niebla de una borrachera, borrachera de labios de mujer, de vino, de bello paisaje, y que al ser coleccionista de momentos de intensidad se crean momentos de eternidad, aunque la eternidad no existiera y tuviera que aprender de nosotros?
Yo no sé, Bagaría, en qué consiste la felicidad. Si voy a creer al texto que estudié en el Instituto, del inefable catedrático Ortí y Lara, la felicidad no se puede hallar más que en el cielo; pero si el hombre ha inventado la eternidad, creo que hay en el mundo hechos y cosas que son dignos de ella, y por su belleza y trascendencia, modelos absolutos para un orden permanente. ¿Por qué me preguntas estas cosas? Tú lo que quieres es que nos encontremos en el otro mundo y sigamos nuestra conversación bajo el techo de un prodigioso café de música con alas, risa y eterna cerveza inefable. Bagaría: no temas… ten la seguridad de que nos encontraremos.
Te extrañarás, poeta, de las preguntas de este caricaturista salvaje. Soy, como sabes, un ser con muchas plumas y pocas creencias, salvaje con dolorida materia; y piensa, poeta, que todo este equipaje trágico del vivir floreció en un verso que balbucieron los labios de mis padres. ¿No crees que tenía más razón Calderón de la Barca cuando decía “Pues el delito mayor del hombre es haber nacido” que el optimismo de Muñoz Seca?
Tus preguntas no me extrañan nada. Eres un verdadero poeta, que en todo momento pone la llaga en el dedo. Te contesto con verdadera sinceridad, con simpleza, y si no acierto y balbuceo, sólo es por ignorancia. Las plumas de tu salvajismo son plumas de ángel, y detrás del tambor que lleva el ritmo de tu danza macabra hay una lira rosa de las que pintaron los primitivos italianos. El optimismo es propio de las almas que tienen una sola dimensión; de las que no ven el torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que tienen remedio.
Sensible y humano poeta Lorca: seguimos hablando de cosas del más allá. Soy repetidor del mismo tema, porque también el tema se repite él mismo. A los creyentes que creen en una futura vida, ¿les puede alegrar encontrarse en un país de almas que no tengan labios carnales para poder besar? ¿No es mejor el silencio de la nada?
Bonísimo y atormentado Bagaría: ¿No sabes que la Iglesia habla de la resurrección de la carne como el gran premio a sus fieles? El profeta Isaías lo dice en un versículo tremendo: “Se regocijarán en el Señor los huesos abatidos”. Y yo vi en el cementerio de San Martín una lápida en una tumba ya vacía, lápida que colgaba como un diente de vieja del muro destrozado, que decía así: “Aquí espera la resurrección de la carne doña Micaela Gómez”. Una idea se expresa y es posible porque tenemos cabeza y manos. Las criaturas no quieren ser sombras.
¿Tú crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?
Fue un momento malísimo aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una “tierra del chavico”, donde se agita actualmente la peor burguesía de España.
¿No cree, Federico, que la patria no es nada, que las fronteras están llamadas a desaparecer? ¿Por qué un español malo tiene que ser más hermano nuestro que un chino bueno?
Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política. Amigo Bagaría: No siempre los entrevistadores van a preguntar. Creo que también tienen derecho los entrevistados. ¿A qué responde esta ansia, esta sed de más allá que te persigue? ¿Tienes verdaderamente deseos de sobrevivirte? ¿No crees que esto está ya resuelto y que el hombre no puede hacer nada, con fe o sin ella?
Conformes, desgraciadamente, conformes. Yo soy en el fondo un descreído hambriento de creer. Es tan trágicamente doloroso el desaparecer para siempre. ¡Salud, labios de mujer, vaso del buen vino que supiste hacer olvidar la trágica verdad: paisaje, luz que hiciste olvidar la sombra! En el trágico fin sólo desearía una perduración: que mi cuerpo fuera enterrado en una huerta: que por lo menos mi más allá fuese un más allá de abono.
¿Me quieres decir por qué tienen carne de rana todos los políticos que caricaturizas?
Porque la mayoría vive en las charcas.
¿En qué prado corta Romanones las inefables margaritas de su nariz?
Querido poeta: aludes a una de las cosas que llegan más al fondo de mi alma. ¡Nariz de Romanones, excelsa nariz! La de Cyrano era una nariz desaparecida al lado de la nariz de mis amores. Rostand gozó menos que yo con la mía. ¡Oh “paneaux” para mis visiones decorativas! Mis margaritas se fueron cuando las entregaron en una solitaria estación, camino de Fontainebleau. Nunca te habrán preguntado, porque ya no es moda, cuál es tu flor preferida. Como yo ahora he estudiado el lenguaje de las flores, te pregunto: ¿Cuál es la flor qué prefieres? ¿Te la has puesto alguna vez en la solapa?
Querido amigo: ¿Es que piensas dar conferencias como García Sanchíz para preguntar esas cosas?
¡Dios me libre! No aspiro a tocar mal el violoncelo.
¿A qué responde, querido Bagaría, el sentimiento humano que imprimes a los animales que pintas?
Querido Lorca: Según los católicos, los animales no tienen alma; tan sólo algunos animales enchufistas, como el perro de San Roque, el cerdo de San Antón, el gallo de San Pedro y el palomo de la divina carpintería; y yo he mirado de dar humanidad a los animales sin padrinos, dignificarlos con mi lápiz, para que sirvan de contraste con los hombres de animalidad pura. Querido Lorca: te voy a preguntar por las dos cosas que creo tienen más valor en España: el canto gitano y el toreo. Al canto gitano, el único defecto que le encuentro es que en sus versos sólo se acuerda de la madre; y al padre, que lo parta un rayo. Y eso me parece una injusticia. Bromas aparte, creo que este canto es el gran valor de nuestra tierra.
Muy poca gente conoce el canto gitano, porque lo que se da frecuentemente en los tablados es el llamado flamenco, que es una degeneración de aquél. No cabe en este diálogo decir nada, porque sería demasiado extenso y poco periodístico. En cuanto a lo que tú dices, con gracia de que los gitanos sólo se acuerdan de su madre, tienes cierta razón, ya que ellos viven un régimen de matriarcado, y los padres no son tales padres, sino que son siempre y viven como hijos de sus madres. De todos modos, hay en la poesía popular gitana admirables poemas dedicados al sentimiento paternal; pero son los menos.
El otro gran tema porque me preguntas, el toreo, es probablemente la riqueza poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo. Es el drama puro, en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y su mejor bilis. Es el único sitio adonde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza. ¿Qué sería de la primavera española, de nuestra sangre y de nuestra lengua si dejaran de sonar los clarines dramáticos de la corrida? Por temperamento y por gusto poético soy un profundo admirador de Belmonte.
¿Qué poetas te gustan más de la actualidad española?
Hay dos maestros: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El primero, en un plano puro de serenidad y perfección poética, poeta humano y celeste, evadido ya de toda lucha, dueño absoluto de su prodigioso mundo interior. El segundo, gran poeta turbado por una terrible exaltación de su yo, lacerado por la realidad que lo circunda, increíblemente mordido por cosas insignificantes, con los oídos puestos en el mundo, verdadero enemigo de su maravillosa y única alma de poeta.
Adiós, Bagaría. Cuando te vuelvas a tus chozas con las flores, las fieras y las torrentes, diles a tus compañeros salvajes que no se fíen de viajes de ida y vuelta a nuestras ciudades; a las fieras que tú has pintado con ternura franciscana, que no tengan un momento de locura y se hagan animales domésticos, y a las flores, que no galleen demasiado su hermosura, porque les pondrán esposas y las harán vivir sobre los vientres corrompidos de los muertos.
Tienes razón, poeta. Vuelvo a mi selva, a rugir con mis rugidos, más amables que las bellas palabras de los amigos, que a veces son blasfemias en baja voz.
Fuente: http://revistarambla.com/federico-garcia-lorca-la-ultima-entrevista/
lunes, 24 de julio de 2017
Reino de España: ¿Quién mide el impacto de las políticas públicas?
En un momento donde España sigue afrontando duros controles presupuestarios mientras la desigualdad, el desempleo y subempleo y la pobreza severa afectan a buena parte de la población, la necesidad de implementar programas públicos más útiles y eficientes es acuciante. Nos enfrentamos a situaciones donde las soluciones del pasado no parecen darnos la clave para solventar los problemas de hoy, y todavía existe una gran ausencia de enfoques innovadores en el diseño de políticas públicas.
Aunque se proponen alternativas viables para aumentar la experimentación de políticas y la toma de decisiones basadas en la evidencia científica, España aún tiene un gran déficit a la hora de obtener datos que ofrezcan luz sobre los cambios que están produciendo los programas públicos sobre la población, una pregunta esencial en el proceso político pero que no suele ser abordada de manera suficientemente rigurosa.
Evitar este tipo de situaciones debería ser labor de una agencia de evaluación de políticas, que mida los impactos y demuestre en base a datos, no opiniones ni intuición, que un programa está funcionando según lo esperado. La evaluación es un elemento esencial para mejorar la eficiencia de los programas públicos.
Desde 2007, en España existe la Agencia Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios (AEVAL), un organismo estatal dependiente del Ministerio de Hacienda cuya función es la de elaborar informes para favorecer el uso racional de los fondos públicos. Sin embargo, por varias razones -carencia de recursos, falta de personal preparado, falta de independencia y apoyo político, etc.- la Agencia no ha dado los resultados esperados.
La OCDE ha reclamado repetidamente la necesidad de reforzar la AEVAL, la publicación obligatoria de sus evaluaciones y la mejora de la coordinación entre ministerios e instituciones a nivel nacional y regional. La preocupante descoordinación entre instituciones y otras “serias deficiencias en los sistemas de gestión y control” han hecho perder a España más de €1.000 millones en fondos europeos para proyectos de transportes, energía, medio ambiente o investigación.
Es especialmente preocupante la ausencia casi total de información sobre evaluaciones de impacto en nuestro país. Este modelo de evaluación establece una relación causal basada en un conjunto de métodos experimentales y cuasi-experimentales como la asignación aleatoria (RCT) o la regresión discontinua. Las evaluaciones de impacto proporcionan información sobre los efectos que un programa puede tener sobre la población beneficiaria y conocer si dichos efectos son atribuibles a su intervención. Este uso de metodologías rigurosas son esenciales al contraponerse -o mejor, complementarse- con estudios de casos o anécdotas específicas, que solo pueden brindar información parcial y que quizá no sean representativos de los impactos generales del programa.
Por ejemplo, gracias a la evaluación de impacto podemos afirmar con certeza que las ayudas a la contratación incluidas en la última reforma laboral han sido inútiles para reducir el desempleo, pero esta evaluación no ha sido realizada por AEVAL sino por investigadores del Banco Central Europeo (BCE). De hecho, la Agencia no ha publicado ni una sola evaluación de impacto y la única mención en sus guías es para cuestionarlo como método de evaluación. Esta posición choca con la tendencia internacional que intenta formalizar este tipo de evaluación como elemento esencial de la experimentación de políticas públicas, que tiene el objetivo de probar modalidades de programas alternativos o innovaciones de diseño que permitan un mejor uso de los recursos.
Este uso de la metodología de la evaluación de impacto para dar con la forma más eficiente en la prestación de servicios, especialmente gracias a la economía del comportamiento, está haciéndose muy popular en otros países europeos. El modelo ha permitido a Finlandia experimentar con la Renta Básica Universal, a Reino Unido diseñar programas de empleo mucho más baratos y eficaces, o a Dinamarca mejorar la recolección de impuestos por medio del uso de nuevas tecnologías.
A la espera de una nueva agencia de evaluación
Los partidos políticos españoles tienen diferentes opiniones sobre el rol que debería jugar la evaluación de políticas, pero fallan en darle la prioridad necesaria como herramienta para mejorar la eficiencia del gasto público. El acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos de Febrero de 2016 señalaba la necesidad de reforzar la AEVAL como instrumento que ayudase a la regeneración política. Sin embargo, en el acuerdo posterior entre Ciudadanos y el PP para la investidura de Mariano Rajoy, esa exigencia se transformó radicalmente: En el punto 17 se apuesta por suprimir AEVAL y crear un instituto que, de forma “independiente, profesional y efectiva”, tenga competencias para evaluar la “eficacia y el coste” de las políticas y los programas sociales, incluyendo educación y sanidad. Es un cambio sustancial, aunque deja de lado temas como las políticas activas de empleo o de transportes, que también deberían ser evaluadas.
A principios de este año se publicaron varios artículos y editoriales reclamando la necesidad de formalizar este nuevo instituto de evaluación. Desde entonces el tema se ha estancado y no hay indicios de avance significativo, un elemento esencial si quieren que la nueva agencia sea funcional durante esta legislatura.
En el PSOE tampoco le han dado una gran prioridad entre sus reclamaciones. Durante las primarias, solo Patxi López mencionó levemente en su documento político la necesidad de “extender la auditoría de gasto y la evaluación de políticas y programas públicos para mejorar la eficacia, el impacto y la rentabilidad del gasto público”. Podemos también señalaba en su programa electoral la necesidad de crear un “Observatorio Ciudadano de Evaluación de Políticas Públicas y Rendición de Cuentas” vinculado al ciclo presupuestario, pero de forma igualmente escueta y sin especificar detalles esenciales sobre su diseño, metodología y función.
Del 5 al 9 de junio se desarrolló la Semana de la Evaluación en América Latina y el Caribe 2017, con gran apoyo de gobiernos de la región e instituciones internacionales, para presentar los últimos avances en evaluación de políticas públicas. España debería estar más atenta y dispuesta a aprender de sus colegas latinoamericanos, que nos llevan años de ventaja en esta materia: La independencia de la agencia de evaluación en México; la calidad econométrica de las evaluaciones de impacto en Colombia; la institucionalización del sistema de evaluación en Chile; o la elaboración de una Política Nacional de Evaluación en Costa Rica son elementos que deberían ser tomados en cuenta para mejorar la evaluación de políticas en España.
La creación de una institución autónoma que no tenga dependencia ministerial y que coordine todos los niveles de gobierno puede ser una buena idea, aunque no es un elemento único y esencial para el éxito de la agencia. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) demuestra que es posible desarrollar entidades independientes de manera exitosa en nuestro país, pero que será un proceso complejo que creará desconfianza desde el poder político. Por ello, la sociedad civil organizada a favor de la transparencia y la rendición de cuentas deberían hacer suyo este reclamo y darle el seguimiento necesario.
La alternativa es que los ciudadanos sigamos sin herramientas suficientes que nos permitan conocer la eficiencia de políticas financiadas con nuestros impuestos, más allá de la opinión subjetiva de unos políticos que tienen intereses particulares en fomentar la percepción del triunfo o fracaso de un programa, y que derogan o proponen nuevas reformas sin suficientes criterios técnicos.
En un momento de la historia donde algunas evidencias son ampliamente cuestionadas, se necesita mejorar el proceso de obtención de datos para mejorar la toma de decisiones y disipar dudas sobre la credibilidad y legitimidad del proceso político. Sin embargo, muchos en la Administración todavía ven la evaluación como un coste y no como una inversión. Hasta que esa mentalidad no cambie, difícilmente podremos mejorar la calidad del debate sobre políticas públicas en España.
Hugo Cuello. Especialista en evaluación de políticas públicas y M & E de programas y proyectos, con experiencia el sector público, privado y académico en varios países.
Fuente: http://agendapublica.elperiodico.com/quien-mide-impacto-las-politicas-publicas-espana/
Aunque se proponen alternativas viables para aumentar la experimentación de políticas y la toma de decisiones basadas en la evidencia científica, España aún tiene un gran déficit a la hora de obtener datos que ofrezcan luz sobre los cambios que están produciendo los programas públicos sobre la población, una pregunta esencial en el proceso político pero que no suele ser abordada de manera suficientemente rigurosa.
Evitar este tipo de situaciones debería ser labor de una agencia de evaluación de políticas, que mida los impactos y demuestre en base a datos, no opiniones ni intuición, que un programa está funcionando según lo esperado. La evaluación es un elemento esencial para mejorar la eficiencia de los programas públicos.
Desde 2007, en España existe la Agencia Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios (AEVAL), un organismo estatal dependiente del Ministerio de Hacienda cuya función es la de elaborar informes para favorecer el uso racional de los fondos públicos. Sin embargo, por varias razones -carencia de recursos, falta de personal preparado, falta de independencia y apoyo político, etc.- la Agencia no ha dado los resultados esperados.
La OCDE ha reclamado repetidamente la necesidad de reforzar la AEVAL, la publicación obligatoria de sus evaluaciones y la mejora de la coordinación entre ministerios e instituciones a nivel nacional y regional. La preocupante descoordinación entre instituciones y otras “serias deficiencias en los sistemas de gestión y control” han hecho perder a España más de €1.000 millones en fondos europeos para proyectos de transportes, energía, medio ambiente o investigación.
Es especialmente preocupante la ausencia casi total de información sobre evaluaciones de impacto en nuestro país. Este modelo de evaluación establece una relación causal basada en un conjunto de métodos experimentales y cuasi-experimentales como la asignación aleatoria (RCT) o la regresión discontinua. Las evaluaciones de impacto proporcionan información sobre los efectos que un programa puede tener sobre la población beneficiaria y conocer si dichos efectos son atribuibles a su intervención. Este uso de metodologías rigurosas son esenciales al contraponerse -o mejor, complementarse- con estudios de casos o anécdotas específicas, que solo pueden brindar información parcial y que quizá no sean representativos de los impactos generales del programa.
Por ejemplo, gracias a la evaluación de impacto podemos afirmar con certeza que las ayudas a la contratación incluidas en la última reforma laboral han sido inútiles para reducir el desempleo, pero esta evaluación no ha sido realizada por AEVAL sino por investigadores del Banco Central Europeo (BCE). De hecho, la Agencia no ha publicado ni una sola evaluación de impacto y la única mención en sus guías es para cuestionarlo como método de evaluación. Esta posición choca con la tendencia internacional que intenta formalizar este tipo de evaluación como elemento esencial de la experimentación de políticas públicas, que tiene el objetivo de probar modalidades de programas alternativos o innovaciones de diseño que permitan un mejor uso de los recursos.
Este uso de la metodología de la evaluación de impacto para dar con la forma más eficiente en la prestación de servicios, especialmente gracias a la economía del comportamiento, está haciéndose muy popular en otros países europeos. El modelo ha permitido a Finlandia experimentar con la Renta Básica Universal, a Reino Unido diseñar programas de empleo mucho más baratos y eficaces, o a Dinamarca mejorar la recolección de impuestos por medio del uso de nuevas tecnologías.
A la espera de una nueva agencia de evaluación
Los partidos políticos españoles tienen diferentes opiniones sobre el rol que debería jugar la evaluación de políticas, pero fallan en darle la prioridad necesaria como herramienta para mejorar la eficiencia del gasto público. El acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos de Febrero de 2016 señalaba la necesidad de reforzar la AEVAL como instrumento que ayudase a la regeneración política. Sin embargo, en el acuerdo posterior entre Ciudadanos y el PP para la investidura de Mariano Rajoy, esa exigencia se transformó radicalmente: En el punto 17 se apuesta por suprimir AEVAL y crear un instituto que, de forma “independiente, profesional y efectiva”, tenga competencias para evaluar la “eficacia y el coste” de las políticas y los programas sociales, incluyendo educación y sanidad. Es un cambio sustancial, aunque deja de lado temas como las políticas activas de empleo o de transportes, que también deberían ser evaluadas.
A principios de este año se publicaron varios artículos y editoriales reclamando la necesidad de formalizar este nuevo instituto de evaluación. Desde entonces el tema se ha estancado y no hay indicios de avance significativo, un elemento esencial si quieren que la nueva agencia sea funcional durante esta legislatura.
En el PSOE tampoco le han dado una gran prioridad entre sus reclamaciones. Durante las primarias, solo Patxi López mencionó levemente en su documento político la necesidad de “extender la auditoría de gasto y la evaluación de políticas y programas públicos para mejorar la eficacia, el impacto y la rentabilidad del gasto público”. Podemos también señalaba en su programa electoral la necesidad de crear un “Observatorio Ciudadano de Evaluación de Políticas Públicas y Rendición de Cuentas” vinculado al ciclo presupuestario, pero de forma igualmente escueta y sin especificar detalles esenciales sobre su diseño, metodología y función.
Del 5 al 9 de junio se desarrolló la Semana de la Evaluación en América Latina y el Caribe 2017, con gran apoyo de gobiernos de la región e instituciones internacionales, para presentar los últimos avances en evaluación de políticas públicas. España debería estar más atenta y dispuesta a aprender de sus colegas latinoamericanos, que nos llevan años de ventaja en esta materia: La independencia de la agencia de evaluación en México; la calidad econométrica de las evaluaciones de impacto en Colombia; la institucionalización del sistema de evaluación en Chile; o la elaboración de una Política Nacional de Evaluación en Costa Rica son elementos que deberían ser tomados en cuenta para mejorar la evaluación de políticas en España.
La creación de una institución autónoma que no tenga dependencia ministerial y que coordine todos los niveles de gobierno puede ser una buena idea, aunque no es un elemento único y esencial para el éxito de la agencia. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) demuestra que es posible desarrollar entidades independientes de manera exitosa en nuestro país, pero que será un proceso complejo que creará desconfianza desde el poder político. Por ello, la sociedad civil organizada a favor de la transparencia y la rendición de cuentas deberían hacer suyo este reclamo y darle el seguimiento necesario.
La alternativa es que los ciudadanos sigamos sin herramientas suficientes que nos permitan conocer la eficiencia de políticas financiadas con nuestros impuestos, más allá de la opinión subjetiva de unos políticos que tienen intereses particulares en fomentar la percepción del triunfo o fracaso de un programa, y que derogan o proponen nuevas reformas sin suficientes criterios técnicos.
En un momento de la historia donde algunas evidencias son ampliamente cuestionadas, se necesita mejorar el proceso de obtención de datos para mejorar la toma de decisiones y disipar dudas sobre la credibilidad y legitimidad del proceso político. Sin embargo, muchos en la Administración todavía ven la evaluación como un coste y no como una inversión. Hasta que esa mentalidad no cambie, difícilmente podremos mejorar la calidad del debate sobre políticas públicas en España.
Hugo Cuello. Especialista en evaluación de políticas públicas y M & E de programas y proyectos, con experiencia el sector público, privado y académico en varios países.
Fuente: http://agendapublica.elperiodico.com/quien-mide-impacto-las-politicas-publicas-espana/
domingo, 23 de julio de 2017
Una visión naíf del referéndum. Ser catalán y español no son conceptos antagónicos. No ser independentista no significa ser fascista ni de Ciudadanos ni del PP. Este es el momento de tender puentes, de solventar diferencias e injusticias con genuina voluntad de diálogo.
Ya digo de entrada que este texto me parece prescindible porque lo escribo con el ánimo del que construye una cometa y la intenta hacer volar una tarde de domingo en la que no sopla ni una gota de aire.
La situación que vivimos en Cataluña en estos últimos tiempos posee particularidades que a mí, y sospecho que a mucha más gente, me parecen especialmente dañinas. Aquí enumero algunas; siéntanse libres de tachar las que quieran y añadir las suyas.
Desde hace mucho tiempo se promueve y fomenta continuamente el desprecio hacia los otros territorios del Estado español. Esto es una especie de cansina vuelta al patio del colegio: ese es tonto; el de más allá, un vagazo. Como persona viajada que soy puedo dar fe de que la tontería y la pereza no son patrimonio exclusivo de ningún pueblo del mundo. Si así fuera, ya me tendrían pidiendo asilo en la tierra de los perezosos. La pereza está muy infravalorada.
Se anteponen, antes que cualquier debate sobre qué hacer para mejorar la vida de los ciudadanos, las ventajas de una mítica tierra de promisión que pasa indefectiblemente por la “desconexión” de España, que, según sus partidarios, es algo con lo que soñamos desde la más tierna infancia los ocho millones de catalanes, ya que vivimos esclavizados, amordazados y sojuzgados por el perverso Gobierno central.
Inciso: vamos a ver, el Gobierno central que tenemos se las trae y no voy a ser yo la que diga lo contrario. La torpeza que siguen demostrando hacia la situación en que estamos es solo comparable a la actitud de las avestruces ante los avances de una manada de pumas. Pero de ahí a hablar de esclavitud y sojuzgamiento hay un trecho. Y en un mundo donde tanta gente es esclavizada y sojuzgada de verdad, que desde el Govern se hable en esos términos es sonrojante.
Que existe en muchos sectores de la población un sentimiento genuinamente nacionalista es innegable y merece el máximo respeto. Personas como Puigdemont o Junqueras han confesado —y les creo— la enorme ilusión que les hace la existencia de un Estado independiente. Es cuando imponen sus aspiraciones, asumiendo que todos las compartimos, cuando empiezan los problemas. No se han molestado en averiguar qué pensamos y por qué los que no compartimos esa ilusión.
Si los partidos lo pactan y se establece un marco legal, se podrá hacer una consulta
A mí me resulta extremadamente difícil dirimir cuáles son las diferencias reales entre un partido centralista de derechas y otro catalanista y nacionalista. Ambos, con diferentes acentos y talantes, se han ocupado de crear el nefasto campo de cultivo de la corrupción institucionalizada. Que Ignacio González y uno de los Pujol junior compartan cárcel tiene algo de justicia poética, pero ahora necesitamos justicia de la más prosaica para salir de este callejón sin salida que amenaza con enquistarse para los restos.
El debate sobre las esencias patrias ha engullido el debate sobre qué clase de sociedad queremos. Con la independencia, esto va a ser una mezcla de Shangri-La, Legoland y Ganímedes. Todavía estoy esperando que alguien me cuente cómo va a ser la nueva república independiente catalana. Si alguien tiene pistas, por favor que las comparta. A mí Legoland me gusta mucho, pero no quiero vivir en ella, debe de ser incomodísimo.
El baile de cifras de las balanzas comerciales e impuestos que se baraja para convencer al votante de las bondades de la absoluta necesidad de la independencia porque “España nos roba”. Este concepto ha calado en un gran sector de la población que se siente genuinamente nacionalista y que quiere y necesita encontrar alguna explicación para la crisis económica y que, por razones que se me escapan, está convencida de que ser catalán es mucho mejor que ser español. Ante esto, déjenme que les dé una noticia en exclusiva: ninguna de las dos cosas es una bicoca, pero hay cosas bastante peores. Se me ocurren bastantes. Llegado este punto, honestamente yo ya no sé si España me roba más que Amazon, Zalando o el operario que me ha soplado 400 euros por arreglarme en cinco minutos el aire acondicionado. Yo, sinceramente, me he perdido en este debate de cifras y competencias.
Hay que dejar de estar absortos en nuestro ombligo y elevar la vista más allá de banderas y agravios
Lo peor: este estado de cosas, con amenazas apocalípticas constantes desde el Govern y el pétreo “no sabe, no contesta” desde el Gobierno, hace que no haya cabida para ningún tipo de reflexión o diálogo sereno. Los que no pensamos que la independencia sea la mejor de las ideas inmediatamente somos descalificados como fascistas, vendidos al Gobierno central y un sinfín de lindezas. O, en el mejor de los casos, somos invisibles y se nos barre del ágora pública. Otro notición: no ser independentista no significa ser fascista ni de Ciudadanos ni del PP. Significa simplemente que pensamos que ser catalán y ser español no son conceptos antagónicos. Respecto a la consulta, si los partidos políticos lo acuerdan, si se cambia la Constitución —que se puede cambiar— y se establece un marco legal, ¿por qué no?
Pero un referéndum convocado unilateralmente sin censo y sin ningún control, con el argumento de que basta la mitad más uno para declarar la independencia, no, gracias. Quiero recordar aquí que cuando se convocó el referéndum en Quebec, los porcentajes requeridos para una decisión de ese calibre fueron establecidos por la Corte Suprema con la premisa de que a partir de una clara y rotunda mayoría (no la mitad más uno) habría una obligación por parte del resto del país a renegociar el encaje de Quebec en Canadá.
Y ahora viene la coletilla definitivamente naíf (o buenista o ingenua o boba) de este texto, lo digo por si quieren abandonar ahora: este no es el momento de crear más fronteras, ni muros ni barreras. Este, quizás más que nunca en la historia, es el momento de tender puentes, de centrarnos en las cosas que tenemos en común, de solventar las diferencias y las injusticias con auténtica y genuina voluntad de diálogo, de enfrentarnos juntos, todos los europeos en un marco federal, sin distinciones de pasaportes, a los desafíos de un mundo descabezado, convulso, ardiente, complejo y terrible.
Es el momento de dejar de estar absortos en nuestro ombligo y de elevar la vista más allá de los límites de lo que consideramos nuestro, más allá de nuestras banderas —por mucho que las amemos—, nuestros agravios —por muchos que tengamos—, nuestro pasado. Yo no poseo demasiadas certezas, pero he vivido lo bastante para saber que construir, sumar y amar siempre es infinitamente mejor que destruir, restar y odiar.
Isabel Coixet es directora de cine.
https://elpais.com/elpais/2017/07/17/opinion/1500292963_456977.html
La situación que vivimos en Cataluña en estos últimos tiempos posee particularidades que a mí, y sospecho que a mucha más gente, me parecen especialmente dañinas. Aquí enumero algunas; siéntanse libres de tachar las que quieran y añadir las suyas.
Desde hace mucho tiempo se promueve y fomenta continuamente el desprecio hacia los otros territorios del Estado español. Esto es una especie de cansina vuelta al patio del colegio: ese es tonto; el de más allá, un vagazo. Como persona viajada que soy puedo dar fe de que la tontería y la pereza no son patrimonio exclusivo de ningún pueblo del mundo. Si así fuera, ya me tendrían pidiendo asilo en la tierra de los perezosos. La pereza está muy infravalorada.
Se anteponen, antes que cualquier debate sobre qué hacer para mejorar la vida de los ciudadanos, las ventajas de una mítica tierra de promisión que pasa indefectiblemente por la “desconexión” de España, que, según sus partidarios, es algo con lo que soñamos desde la más tierna infancia los ocho millones de catalanes, ya que vivimos esclavizados, amordazados y sojuzgados por el perverso Gobierno central.
Inciso: vamos a ver, el Gobierno central que tenemos se las trae y no voy a ser yo la que diga lo contrario. La torpeza que siguen demostrando hacia la situación en que estamos es solo comparable a la actitud de las avestruces ante los avances de una manada de pumas. Pero de ahí a hablar de esclavitud y sojuzgamiento hay un trecho. Y en un mundo donde tanta gente es esclavizada y sojuzgada de verdad, que desde el Govern se hable en esos términos es sonrojante.
Que existe en muchos sectores de la población un sentimiento genuinamente nacionalista es innegable y merece el máximo respeto. Personas como Puigdemont o Junqueras han confesado —y les creo— la enorme ilusión que les hace la existencia de un Estado independiente. Es cuando imponen sus aspiraciones, asumiendo que todos las compartimos, cuando empiezan los problemas. No se han molestado en averiguar qué pensamos y por qué los que no compartimos esa ilusión.
Si los partidos lo pactan y se establece un marco legal, se podrá hacer una consulta
A mí me resulta extremadamente difícil dirimir cuáles son las diferencias reales entre un partido centralista de derechas y otro catalanista y nacionalista. Ambos, con diferentes acentos y talantes, se han ocupado de crear el nefasto campo de cultivo de la corrupción institucionalizada. Que Ignacio González y uno de los Pujol junior compartan cárcel tiene algo de justicia poética, pero ahora necesitamos justicia de la más prosaica para salir de este callejón sin salida que amenaza con enquistarse para los restos.
El debate sobre las esencias patrias ha engullido el debate sobre qué clase de sociedad queremos. Con la independencia, esto va a ser una mezcla de Shangri-La, Legoland y Ganímedes. Todavía estoy esperando que alguien me cuente cómo va a ser la nueva república independiente catalana. Si alguien tiene pistas, por favor que las comparta. A mí Legoland me gusta mucho, pero no quiero vivir en ella, debe de ser incomodísimo.
El baile de cifras de las balanzas comerciales e impuestos que se baraja para convencer al votante de las bondades de la absoluta necesidad de la independencia porque “España nos roba”. Este concepto ha calado en un gran sector de la población que se siente genuinamente nacionalista y que quiere y necesita encontrar alguna explicación para la crisis económica y que, por razones que se me escapan, está convencida de que ser catalán es mucho mejor que ser español. Ante esto, déjenme que les dé una noticia en exclusiva: ninguna de las dos cosas es una bicoca, pero hay cosas bastante peores. Se me ocurren bastantes. Llegado este punto, honestamente yo ya no sé si España me roba más que Amazon, Zalando o el operario que me ha soplado 400 euros por arreglarme en cinco minutos el aire acondicionado. Yo, sinceramente, me he perdido en este debate de cifras y competencias.
Hay que dejar de estar absortos en nuestro ombligo y elevar la vista más allá de banderas y agravios
Lo peor: este estado de cosas, con amenazas apocalípticas constantes desde el Govern y el pétreo “no sabe, no contesta” desde el Gobierno, hace que no haya cabida para ningún tipo de reflexión o diálogo sereno. Los que no pensamos que la independencia sea la mejor de las ideas inmediatamente somos descalificados como fascistas, vendidos al Gobierno central y un sinfín de lindezas. O, en el mejor de los casos, somos invisibles y se nos barre del ágora pública. Otro notición: no ser independentista no significa ser fascista ni de Ciudadanos ni del PP. Significa simplemente que pensamos que ser catalán y ser español no son conceptos antagónicos. Respecto a la consulta, si los partidos políticos lo acuerdan, si se cambia la Constitución —que se puede cambiar— y se establece un marco legal, ¿por qué no?
Pero un referéndum convocado unilateralmente sin censo y sin ningún control, con el argumento de que basta la mitad más uno para declarar la independencia, no, gracias. Quiero recordar aquí que cuando se convocó el referéndum en Quebec, los porcentajes requeridos para una decisión de ese calibre fueron establecidos por la Corte Suprema con la premisa de que a partir de una clara y rotunda mayoría (no la mitad más uno) habría una obligación por parte del resto del país a renegociar el encaje de Quebec en Canadá.
Y ahora viene la coletilla definitivamente naíf (o buenista o ingenua o boba) de este texto, lo digo por si quieren abandonar ahora: este no es el momento de crear más fronteras, ni muros ni barreras. Este, quizás más que nunca en la historia, es el momento de tender puentes, de centrarnos en las cosas que tenemos en común, de solventar las diferencias y las injusticias con auténtica y genuina voluntad de diálogo, de enfrentarnos juntos, todos los europeos en un marco federal, sin distinciones de pasaportes, a los desafíos de un mundo descabezado, convulso, ardiente, complejo y terrible.
Es el momento de dejar de estar absortos en nuestro ombligo y de elevar la vista más allá de los límites de lo que consideramos nuestro, más allá de nuestras banderas —por mucho que las amemos—, nuestros agravios —por muchos que tengamos—, nuestro pasado. Yo no poseo demasiadas certezas, pero he vivido lo bastante para saber que construir, sumar y amar siempre es infinitamente mejor que destruir, restar y odiar.
Isabel Coixet es directora de cine.
https://elpais.com/elpais/2017/07/17/opinion/1500292963_456977.html
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