James Petras
Rebelión
Traducido del inglés para rebelión por J. M.
Introducción
Durante casi una década, Washington ha tratado de silenciar, encarcelar y eliminar al periodista de investigación más destacado del mundo, Julian Assange (JA) y su equipo de colaboradores en WikiLeaks (WL).
Nunca han sido tan desacreditados los medios de comunicación masiva como con la publicación de los documentos oficiales que contradicen directamente la propaganda oficial, articulada por los líderes políticos y repetida por "destacados" periodistas.
Washington tiene la intención particular de capturar a JA porque sus revelaciones han tenido un impacto particularmente poderoso en el público estadounidense, los críticos políticos, los medios alternativos y los grupos de derechos humanos al enfrentarlos contra las guerras estadounidenses en el Medio Oriente, el sur de Asia, África y América Latina.
Continuaremos discutiendo lo que JA y WL lograron y por qué la particular e "innovadora" forma de informar perturbó al Gobierno.
Luego analizaremos los conflictos "en curso" y el fracaso de la Casa Blanca para obtener una victoria decisiva, como factores que han llevado a Washington a intensificar sus esfuerzos para hacer de JA un "ejemplo" para otros periodistas, exigiendo que se “pongan en forma” o pagarán las consecuencias, incluido el encarcelamiento.
El contexto para la denuncia de irregularidades
Al final de una década de guerra, la oposición a la participación de Estados Unidos en Irak y Afganistán se había extendido a sectores militares y civiles. Se filtraron documentos y se alentó a los críticos a entregar informes que revelaban crímenes de guerra y el número de víctimas en vidas humanas. WL, bajo el liderazgo de Assange, fue el receptor de cientos de miles de documentos provenientes de analistas militares, contratistas y funcionarios civiles disgustados por las mentiras de los medios de comunicación oficiales y de masas que perpetraron y encubrieron crímenes de guerra.
A medida que avanzaban las guerras y se lanzaban otras nuevas en Libia y Siria, los congresistas liberales eran impotentes y no estaban dispuestos a exponer las mentiras de los regímenes Obama/Clinton y las falsificaciones que acompañaban al asesinato del presidente Gadafi. WikiLeaks y JA publicaron documentos que revelaron cómo los EE. UU. planearon, implementaron y fabricaron las guerras humanitarias para "salvar a la gente…" ¡bombardeándola!
Los documentos de WL desacreditaron a las principales redes y a la prensa de prestigio, que seguían la línea oficial.
El Pentágono, la CIA, la presidencia y sus simpatizantes en el Congreso entraron en pánico cuando sus actividades secretas salieron a la luz. Recurrieron a varios movimientos desesperados, todos dirigidos a silenciar la libertad de expresión. Acusaron a los periodistas de investigación de "espionaje", de trabajar para Rusia, de terroristas islámicos o simplemente de "traidores por dinero".
A medida que el mensaje de WL ganó legitimidad, Washington recurrió al poder judicial en busca de fallos para asfixiar a sus críticos. La libertad de expresión fue criminalizada. Pero WL continuó. Nuevos y más denunciantes críticos llegaron a la escena, Chelsea Manning, Edward Snowden, William Binney y otros proporcionaron nuevas pruebas devastadoras de las grandes distorsiones y falsificaciones de Washington en relación con las muertes de civiles.
A los ojos del Pentágono, Julian Assange era el enemigo porque se negó a ser comprado o intimidado. WL despertó con éxito la desconfianza de los medios de comunicación y la desconfianza entre el público de la difusión de las noticias oficiales de guerra.
El Pentágono, la Casa Blanca y el aparato de inteligencia buscaron a los “espías” internos que proveían los documentos a WL. Se tomó como objetivo el arresto de Julian Assange bajo la creencia de que "decapitar" al líder intimidaría a otros periodistas de investigación. JA huyó para salvar por su vida y buscó y recibió asilo en la Embajada de Ecuador en el Reino Unido.
Después de siete años de presión EE.UU. Logró que el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, viole la constitución de su propio país y permita a la policía británica capturar a JA, encarcelarlo y prepararlo para la extradición a Washington, donde el régimen encontrará la configuración judicial adecuada para condenarlo a cadena perpetua o... peor.
Conclusión
Los crímenes de guerra cometidos por Washington son de tal dimensión que han erosionado el espíritu pasivo y sumiso de sus servidores públicos. Habiendo perdido la confianza, el Gobierno se basa en amenazas, expulsiones y juicios penales.
Los periodistas de investigación están bajo la presión del coro de prostitutas de prensa y enfrentan juicios criminales.
Hoy la libertad de expresión significa "libre" para seguir al Estado.
La próxima prueba de Julian Assange es más que la libertad de expresión. Se trata de la capacidad de Washington para continuar con las guerras globales, aplicar sanciones ilegales contra países independientes y reclutar estados vasallos sin oposición. Washington, sin la conciencia pública, podrá iniciar guerras comerciales y calumniar a los competidores con impunidad. Una vez que los informantes son silenciados y/o encarcelados, todo vale.
En los tiempos actuales, muchos periodistas han perdido su capacidad de decir la verdad al poder, y los jóvenes escritores que buscan salidas y modelos a seguir, enfrentan la amenaza de la censura impuesta por un castigo atroz. La Casa Blanca busca convertir al país en una cámara de eco de mentiras para las guerras "humanitarias" y los golpes "democráticos".
Hoy el Gobierno de los Estados Unidos libra una guerra contra Venezuela. El Tesoro se apodera de sus recursos y riqueza y el Estado designa a su presidente en nombre de los "valores democráticos". El régimen de Trump está matando de hambre al pueblo venezolano para someterlo en nombre de una misión humanitaria, una estrategia contra la cual solo forcejean algunos periodistas de los medios alternativos.
Washington está encarcelando a JA para garantizar que los crímenes contra Venezuela continúen con impunidad.
domingo, 28 de abril de 2019
Julian Assange y la agenda para la guerra global
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jueves, 25 de abril de 2019
Brecht y Piscator: Un legado teatral y político
Juan Antonio Hormigón y César de Vicente, en la presentación en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León Javier Dámaso
Valladolid
Domingo, 15 de Diciembre de 2013
La relación entre teatro y política constituye uno de los aspectos más ricos de la dimensión social del teatro. Erwin Piscator y Bertold Brecht son con seguridad los representantes más cualificados del uso político, expreso y deliberado, del teatro. Que todo teatro es político, en el sentido de que manifiesta una visión determinada del poder y una lógica sobre el poder, es incuestionable, pero la utilización del teatro como instrumento de expresión de la crítica social y de combate político es otra cosa.
El pasado 10 de diciembre se presentaron en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León dos libros editados por la Asociación de Directores de Escena de España sobre Bertold Brecht y Edwin Piscator: El legado de Brecht, de Juan Antonio Hormigón (donde recoge sus estudios sobre Bertold Brecht desde 1966) y Piscator: Teatro, política y sociedad, una selección de textos de este autor, traducidos por Cristina Díez Pampliega, con edición a cargo de César de Vicente Hernando.
A la presentación acudieron Juan Antonio Hormigón, autor del primero de los libros, director teatral y Secretario General de la Asociación de Directores de Escena de España y César de Vicente Hernando, responsable de la edición del segundo libro y filólogo, investigador y director de escena.
El legado de Brecht
A mi juicio, el libro de Juan Antonio Hormigón es un libro necesario, por Bertold Brecht y por el propio Juan Antonio Hormigón. Por Brecht, porque su obra y su método siguen siendo actuales. Su humor, su acidez, su frialdad, son como cuchillos, cortantes, impactantes. Brecht construye un método y puede utilizarse y jugarse con él. Un espectáculo de plena actualidad y de éxito en nuestro país como “Siglo de Oro, siglo de ahora (Folía)”, de la compañía española Ron Lalá, donde hay una ácida crítica social y se advierten técnicas de distanciamiento, es heredero del método brechtiano. Brecht está vivito y coleando y se pasea por los escenarios.
Y es un libro necesario por Juan Antonio Hormigón, porque como investigador teatral ha demostrado una fidelidad brechtiana encomiable, de la que este libro hace prueba. Recoger su obra brechtiana en un conjunto de textos que abarcan más de cuarenta años da como resultado observar una mirada de enorme lucidez, fruto del manejo de la teoría teatral. Y es que la teoría teatral constituye una verdadera “teoría de la acción humana”, con la intención de comprenderla, de determinar sus fines e intenciones. Otras disciplinas del conocimiento ofrecen también su propia teoría de la acción humana, como la Economía (en aras a interpretarla desde y conducirla hacia un fin lucrativo) o el Derecho Penal (con objeto de determinar su carácter delictivo, a través de los tipos penales). Pero a diferencia de esos campos del conocimiento que interpretan la acción humana desde una finalidad concreta y la tiñen de una intencionalidad específica, reduciéndola a sus parámetros, la teoría teatral persigue desvelar sus intenciones, sus interrelaciones, y poder representarla de modo reconocible (“verosímil”) por otros humanos. El interés por descubrir la lógica de poder de la acción humana, su dimensión política, hace de la teoría teatral un valioso instrumento de análisis político y de lucidez política. Y ese ha sido uno de los intereses más claros y de los quehaceres que Juan António Hormigón muestra en este volumen, de forma que la recopilación permite observar todo el elenco de trabajos en perspectiva.
Para mí, subjetiva y personalmente, el libro tiene el valor sentimental de contener, entre el listado de obras de Brecht representadas en España, una referencia al montaje que, con la Compañía Aristófanes, dirigí en 1984 de la pieza Romántico Cabaret, que recogía textos de Bertold Brecht. Fue un espectáculo que me produjo, a mis veinte años, mucha alegría montar, pero enormes disgustos después, entre ellos el enfado de algunos familiares que se personaron en el estreno y se escandalizaron ante las escenificaciones procaces, con la prostituta Jenny, de la “Balada de la tiranía del sexo” y de la “Balada del rufián”, en un ambiente de chulos y prostíbulos. Y es que Brecht en su retrato social se muestra descarnado. En ese caso, exhibiendo de forma desnuda el apetito sexual y la doble moral de ciertos sectores de la sociedad.
Brecht sigue siendo incómodo, hoy lo es sin duda si se ponen sobre la escena sus obras donde denuncia hasta dónde es capaz de llegar la codicia de la banca y de los empresarios (el mercado de la carne de Santa Juana de los Mataderos). El distanciamiento brechtiano es también eso, la muestra descarnada de la acción: “ahí lo tienes”. El teatro épico contiene la intencionalidad de controlar los efectos de la acción sobre el público. Hacer que el espectador tome conciencia de lo que ve. Pero Brecht sabe que el teatro es arte y su “teatro épico”, como decía Walter Benjamin, avanza a empellones, a través del shock, como el cinematógrafo.
Piscator: Teatro político
Si para la dogmática teatral Brecht es el “teatro épico”, el “teatro dialéctico”, Piscator es, propiamente dicho, el “teatro político”. A mi juicio, a diferencia de Brecht, Piscator muestra una evolución menos tabulada, mucho más orgánica, más flexible. Una evolución que se manifiesta con toda claridad en los textos del libro: Piscator parte del Teatro Proletario (en el que comparte las ideas con Lunacharski del arte proletario), pasa por el AGITPROP (agitación y propaganda), para ir a los escenarios del teatro burgués, para conseguir proyectar su mensaje, y se anticipa en los años 60 a las posiciones de Pasolini, al proponer como destinatarios de su teatro a unas clases medias inquietas e intelectuales. Piscator se plantea el problema de la producción: ¿quién es el destinatario del teatro? Para concluir que la sociedad, los elementos más avanzados de la sociedad, tras haber intentado un teatro para el proletariado.
Lo cierto es que Brecht eclipsó a Piscator. Éste se inicia con un “arte de partido” para ir hacia un arte social. En la primera fase del Teatro Proletario de los años veinte fue de fracaso en fracaso (“Llevo mis deudas como Göring llevaba sus medallas”, decía). Brecht trabajó en la “oficina dramatúrgica” de Piscator (en palabras de Alfonso Sastre) y Piscartor, sin ningún resentimiento, terminó diciendo que él había inventado el teatro épico en la escena y Brecht en el drama.
El punto de partida de Piscator será el “teatro-documento”, en la intención de “traer a primer plano los fondos”, aunque, al tratarse de arte, con un “ingrediente lírico emotivo”. Desde esa perspectiva del documento, a diferencia de Brecht (que se pregunta “¿Cuál es la historia?”), Piscator manifiesta una tendencia antifabulista.
Su actualidad es plena. Él defendía que no había cabida a los clásicos sin transformarlos, sin hacer que su mensaje tuviera eficacia en la sociedad del presente. Esto se ha convertido ya en un lugar común del teatro actual. El modelo de El Tartufo de Marsillach, en nuestro país, es una buena muestra. Aunque desde hace años me pregunto cuándo se dejará de montar “El avaro” de Moliére como una farsa inane, cuando en su época fue una ácida crítica social. La existencia en nuestra época de sujetos como Bernard Madoff, capaces de vender a su familia por su codicia, muestran que el mensaje de Moliére tiene posibilidades de hablar del presente y no ser una cáscara vacía.
“¡Nada queda fuera de la política!”, decía Piscator. Y así es hoy en día con rabiosa actualidad. ¿Hay algo que en España quede fuera de la crisis? Y la crisis es política, o “no-política”, como bien sabemos, por la cesión de poder de los políticos al “mercado”. El último Festival de Teatro Clásico de Olmedo dio buena muestra de que nada quedaba fuera de la política y muchos de sus espectáculos constituían verdaderos discursos sobre el poder y la crisis. El Rey Lear del Centre Teatral de la Generalitat de Valencia constituia una manifestación plural de la avidez del poder, que finalizaba, significativamente, con un texto de Tiqqun, los herederos del situacionismo: “Alzarse. Alzar la cabeza. Por elección o por necesidad. Mirarse a los ojos y decir que volvemos a comenzar”.
Arte político y arte de Partido
Con todo, a mi juicio, lo que peor ha envejecido de ambos autores es la actitud que de un modo u otro, más en unas épocas que en otras, tuvieron como artistas de Partido, o como “compañeros de viaje”. Aquello de Brecht de “Quien lucha por el comunismo no tiene virtudes salvo una: que lucha por el comunismo”, o aquello otro de “El individuo tiene dos ojos, el partido tiene mil”. La estructura del poder del partido ha hecho no pocas veces que los “mil ojos” sirvan a los intereses del aparato y no a los intereses de la gente.
Es cierto que Brecht no se afilió al Partido Comunista y en su época de la RDA fue ambiguo e incluso se mantuvo en ocasiones en una prudente distancia de las autoridades. Piscator, por su parte, fue tomando otros derroteros y es sintomático que su etapa de 1951 a 1966 discurriese en la RFA.
Las relaciones entre las organizaciones políticas y la creación artística no siempre son fáciles. Contaré una anécdota personal. En 1989, siendo coordinador del Área de Cultura de Izquierda Unida de Valladolid (permanecí en IU hasta 1997), contactó conmigo un director de un grupo de teatro de la ciudad, pues ponían en escena Santa Juana de los Mataderos de Brecht y querían que promoviésemos que fueran a ver la obra, como expresión del Teatro Político, los afiliados y simpatizantes de la organización. La decepción y el fiasco fue enorme. El espectáculo era gratuito y la actriz protagonista se pasaba la mitad de la función desnuda sobre el escenario. Ella era una belleza, pero la obra era una estafa. Una estafa artística y una estafa política. Yo sentí vergüenza por el espectáculo que vi. Si el director quería ver a la primera actriz desnuda, seguramente tenía otras vías para lograrlo. Un vanguardismo gratuito desenfocaba completamente el sentido de la obra. Cualquier mensaje, no sólo el político, se había quedado por el camino.
Anécdotas aparte, los dos libros, como expresión de dos experiencias teatrales de una enorme consistencia, muestran que la relación entre teatro y política es fructífera y que el teatro no puede dejar de tener una función crítica en la sociedad. El teatro político y el teatro épico siguen vivos y de plena actualidad. Lo dejaron muy claro en Valladolid Juan Antonio Hormigón y César de Vicente Hernando.
http://anterior.ultimocero.com/articulo/brecht-y-piscator-legado-teatral-y-pol%C3%ADtico
Valladolid
Domingo, 15 de Diciembre de 2013
La relación entre teatro y política constituye uno de los aspectos más ricos de la dimensión social del teatro. Erwin Piscator y Bertold Brecht son con seguridad los representantes más cualificados del uso político, expreso y deliberado, del teatro. Que todo teatro es político, en el sentido de que manifiesta una visión determinada del poder y una lógica sobre el poder, es incuestionable, pero la utilización del teatro como instrumento de expresión de la crítica social y de combate político es otra cosa.
El pasado 10 de diciembre se presentaron en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León dos libros editados por la Asociación de Directores de Escena de España sobre Bertold Brecht y Edwin Piscator: El legado de Brecht, de Juan Antonio Hormigón (donde recoge sus estudios sobre Bertold Brecht desde 1966) y Piscator: Teatro, política y sociedad, una selección de textos de este autor, traducidos por Cristina Díez Pampliega, con edición a cargo de César de Vicente Hernando.
A la presentación acudieron Juan Antonio Hormigón, autor del primero de los libros, director teatral y Secretario General de la Asociación de Directores de Escena de España y César de Vicente Hernando, responsable de la edición del segundo libro y filólogo, investigador y director de escena.
El legado de Brecht
A mi juicio, el libro de Juan Antonio Hormigón es un libro necesario, por Bertold Brecht y por el propio Juan Antonio Hormigón. Por Brecht, porque su obra y su método siguen siendo actuales. Su humor, su acidez, su frialdad, son como cuchillos, cortantes, impactantes. Brecht construye un método y puede utilizarse y jugarse con él. Un espectáculo de plena actualidad y de éxito en nuestro país como “Siglo de Oro, siglo de ahora (Folía)”, de la compañía española Ron Lalá, donde hay una ácida crítica social y se advierten técnicas de distanciamiento, es heredero del método brechtiano. Brecht está vivito y coleando y se pasea por los escenarios.
Y es un libro necesario por Juan Antonio Hormigón, porque como investigador teatral ha demostrado una fidelidad brechtiana encomiable, de la que este libro hace prueba. Recoger su obra brechtiana en un conjunto de textos que abarcan más de cuarenta años da como resultado observar una mirada de enorme lucidez, fruto del manejo de la teoría teatral. Y es que la teoría teatral constituye una verdadera “teoría de la acción humana”, con la intención de comprenderla, de determinar sus fines e intenciones. Otras disciplinas del conocimiento ofrecen también su propia teoría de la acción humana, como la Economía (en aras a interpretarla desde y conducirla hacia un fin lucrativo) o el Derecho Penal (con objeto de determinar su carácter delictivo, a través de los tipos penales). Pero a diferencia de esos campos del conocimiento que interpretan la acción humana desde una finalidad concreta y la tiñen de una intencionalidad específica, reduciéndola a sus parámetros, la teoría teatral persigue desvelar sus intenciones, sus interrelaciones, y poder representarla de modo reconocible (“verosímil”) por otros humanos. El interés por descubrir la lógica de poder de la acción humana, su dimensión política, hace de la teoría teatral un valioso instrumento de análisis político y de lucidez política. Y ese ha sido uno de los intereses más claros y de los quehaceres que Juan António Hormigón muestra en este volumen, de forma que la recopilación permite observar todo el elenco de trabajos en perspectiva.
Para mí, subjetiva y personalmente, el libro tiene el valor sentimental de contener, entre el listado de obras de Brecht representadas en España, una referencia al montaje que, con la Compañía Aristófanes, dirigí en 1984 de la pieza Romántico Cabaret, que recogía textos de Bertold Brecht. Fue un espectáculo que me produjo, a mis veinte años, mucha alegría montar, pero enormes disgustos después, entre ellos el enfado de algunos familiares que se personaron en el estreno y se escandalizaron ante las escenificaciones procaces, con la prostituta Jenny, de la “Balada de la tiranía del sexo” y de la “Balada del rufián”, en un ambiente de chulos y prostíbulos. Y es que Brecht en su retrato social se muestra descarnado. En ese caso, exhibiendo de forma desnuda el apetito sexual y la doble moral de ciertos sectores de la sociedad.
Brecht sigue siendo incómodo, hoy lo es sin duda si se ponen sobre la escena sus obras donde denuncia hasta dónde es capaz de llegar la codicia de la banca y de los empresarios (el mercado de la carne de Santa Juana de los Mataderos). El distanciamiento brechtiano es también eso, la muestra descarnada de la acción: “ahí lo tienes”. El teatro épico contiene la intencionalidad de controlar los efectos de la acción sobre el público. Hacer que el espectador tome conciencia de lo que ve. Pero Brecht sabe que el teatro es arte y su “teatro épico”, como decía Walter Benjamin, avanza a empellones, a través del shock, como el cinematógrafo.
Piscator: Teatro político
Si para la dogmática teatral Brecht es el “teatro épico”, el “teatro dialéctico”, Piscator es, propiamente dicho, el “teatro político”. A mi juicio, a diferencia de Brecht, Piscator muestra una evolución menos tabulada, mucho más orgánica, más flexible. Una evolución que se manifiesta con toda claridad en los textos del libro: Piscator parte del Teatro Proletario (en el que comparte las ideas con Lunacharski del arte proletario), pasa por el AGITPROP (agitación y propaganda), para ir a los escenarios del teatro burgués, para conseguir proyectar su mensaje, y se anticipa en los años 60 a las posiciones de Pasolini, al proponer como destinatarios de su teatro a unas clases medias inquietas e intelectuales. Piscator se plantea el problema de la producción: ¿quién es el destinatario del teatro? Para concluir que la sociedad, los elementos más avanzados de la sociedad, tras haber intentado un teatro para el proletariado.
Lo cierto es que Brecht eclipsó a Piscator. Éste se inicia con un “arte de partido” para ir hacia un arte social. En la primera fase del Teatro Proletario de los años veinte fue de fracaso en fracaso (“Llevo mis deudas como Göring llevaba sus medallas”, decía). Brecht trabajó en la “oficina dramatúrgica” de Piscator (en palabras de Alfonso Sastre) y Piscartor, sin ningún resentimiento, terminó diciendo que él había inventado el teatro épico en la escena y Brecht en el drama.
El punto de partida de Piscator será el “teatro-documento”, en la intención de “traer a primer plano los fondos”, aunque, al tratarse de arte, con un “ingrediente lírico emotivo”. Desde esa perspectiva del documento, a diferencia de Brecht (que se pregunta “¿Cuál es la historia?”), Piscator manifiesta una tendencia antifabulista.
Su actualidad es plena. Él defendía que no había cabida a los clásicos sin transformarlos, sin hacer que su mensaje tuviera eficacia en la sociedad del presente. Esto se ha convertido ya en un lugar común del teatro actual. El modelo de El Tartufo de Marsillach, en nuestro país, es una buena muestra. Aunque desde hace años me pregunto cuándo se dejará de montar “El avaro” de Moliére como una farsa inane, cuando en su época fue una ácida crítica social. La existencia en nuestra época de sujetos como Bernard Madoff, capaces de vender a su familia por su codicia, muestran que el mensaje de Moliére tiene posibilidades de hablar del presente y no ser una cáscara vacía.
“¡Nada queda fuera de la política!”, decía Piscator. Y así es hoy en día con rabiosa actualidad. ¿Hay algo que en España quede fuera de la crisis? Y la crisis es política, o “no-política”, como bien sabemos, por la cesión de poder de los políticos al “mercado”. El último Festival de Teatro Clásico de Olmedo dio buena muestra de que nada quedaba fuera de la política y muchos de sus espectáculos constituían verdaderos discursos sobre el poder y la crisis. El Rey Lear del Centre Teatral de la Generalitat de Valencia constituia una manifestación plural de la avidez del poder, que finalizaba, significativamente, con un texto de Tiqqun, los herederos del situacionismo: “Alzarse. Alzar la cabeza. Por elección o por necesidad. Mirarse a los ojos y decir que volvemos a comenzar”.
Arte político y arte de Partido
Con todo, a mi juicio, lo que peor ha envejecido de ambos autores es la actitud que de un modo u otro, más en unas épocas que en otras, tuvieron como artistas de Partido, o como “compañeros de viaje”. Aquello de Brecht de “Quien lucha por el comunismo no tiene virtudes salvo una: que lucha por el comunismo”, o aquello otro de “El individuo tiene dos ojos, el partido tiene mil”. La estructura del poder del partido ha hecho no pocas veces que los “mil ojos” sirvan a los intereses del aparato y no a los intereses de la gente.
Es cierto que Brecht no se afilió al Partido Comunista y en su época de la RDA fue ambiguo e incluso se mantuvo en ocasiones en una prudente distancia de las autoridades. Piscator, por su parte, fue tomando otros derroteros y es sintomático que su etapa de 1951 a 1966 discurriese en la RFA.
Las relaciones entre las organizaciones políticas y la creación artística no siempre son fáciles. Contaré una anécdota personal. En 1989, siendo coordinador del Área de Cultura de Izquierda Unida de Valladolid (permanecí en IU hasta 1997), contactó conmigo un director de un grupo de teatro de la ciudad, pues ponían en escena Santa Juana de los Mataderos de Brecht y querían que promoviésemos que fueran a ver la obra, como expresión del Teatro Político, los afiliados y simpatizantes de la organización. La decepción y el fiasco fue enorme. El espectáculo era gratuito y la actriz protagonista se pasaba la mitad de la función desnuda sobre el escenario. Ella era una belleza, pero la obra era una estafa. Una estafa artística y una estafa política. Yo sentí vergüenza por el espectáculo que vi. Si el director quería ver a la primera actriz desnuda, seguramente tenía otras vías para lograrlo. Un vanguardismo gratuito desenfocaba completamente el sentido de la obra. Cualquier mensaje, no sólo el político, se había quedado por el camino.
Anécdotas aparte, los dos libros, como expresión de dos experiencias teatrales de una enorme consistencia, muestran que la relación entre teatro y política es fructífera y que el teatro no puede dejar de tener una función crítica en la sociedad. El teatro político y el teatro épico siguen vivos y de plena actualidad. Lo dejaron muy claro en Valladolid Juan Antonio Hormigón y César de Vicente Hernando.
http://anterior.ultimocero.com/articulo/brecht-y-piscator-legado-teatral-y-pol%C3%ADtico
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miércoles, 24 de abril de 2019
_- Albert Einstein. Constructor de Universos
_- Vicenzo Barone
El Viejo Topo
Nota de edición: Tal día como hoy [18.04] en 1955 moría Albert Einstein. Además de haber provocado una revolución trascendental en la Física, Einstein fue un científico particularmente sensible ante los problemas sociopolíticos de su época y un librepensador humanista.
El 7 de noviembre de 1919 Gran Bretaña se disponía a celebrar el primer aniversario del armisticio que había puesto fin a la Primera Guerra Mundial. Aquél día, los artículos del Times de Londres estaban en gran parte dedicados a recordar los acontecimientos del año anterior y a honrar a los soldados de Su Majestad caídos en combate. Pero uno de los titulares destacaba entre todos los demás anunciando con énfasis una Revolución en la ciencia, y añadiendo de modo perentorio: Demolidas las ideas de Newton. Fue precisamente este aspecto de la noticia el que atrajo la atención de los lectores: ¿quién osaba destronar al mayor científico inglés de todos los tiempos? Podemos fácilmente imaginar la turbación de quien, al avanzar en la lectura del artículo, descubría que quien había cometido el increíble sacrilegio había sido un representante de la nación enemiga, un alemán llamado Albert Einstein.
El artículo se refería a una reunión de la Royal Society en la que se habían discutido las observaciones de dos grupos de astrónomos británicos que habían medido un fenómeno cuantitativamente pequeñísimo pero de una importancia extraordinaria: la desviación de la luz estelar por parte del Sol. Cuando los rayos luminosos procedentes de estrellas lejanas pasan cerca del Sol, este hace que se desvíen con su fuerza de gravedad. Las mediciones efectuadas durante la primavera de 1919 habían puesto de manifiesto que el efecto contradecía la teoría newtoniana y que concordaba, en cambio, con una nueva teoría, elaborada por Einstein unos años antes (en plena guerra) y denominada “relatividad general”, según la cual el Sol y todos los astros curvan el espacio circundante, como hace una esfera pesada depositada sobre un tapete elástico.
Rayos de luz que se desviaban y espacios curvos: conceptos tan misteriosos como fascinantes, capaces de proyectar la relatividad (que, como escribieron entonces los periódicos, solo podían comprender una docena de expertos en todo el mundo) en el imaginario del hombre común. En 1919 Einstein tenía cuarenta años. Era ya muy conocido en los ambientes científicos, pero su fama entre el gran público se inició precisamente entonces, y creció vertiginosamente en los años sucesivos. También fue, en cierta medida, una consecuencia de la guerra que acababa de terminar: por todas partes se sentía la necesidad de nuevas figuras de referencia, de héroes no de las armas sino del intelecto, capaces de infundir optimismo y confianza en la capacidad humana de poner orden en el cosmos. El personaje Einstein era, en este sentido, perfecto: muy pronto se convirtió en una celebridad mundial, reverenciado por reyes y hombres de Estado.
Respondiendo a una invitación del matemático Federigo Enriques, en octubre de 1921 Einstein visitó Italia durante unos cuantos días. Conocía bien el país porque había pasado largos períodos en él durante la adolescencia y la primera juventud. La hija de Enriques, Adriana, fue a recibirlo a la estación de Bolonia. Desconociendo qué aspecto tenía, al principio trató de identificarlo entre los pasajeros de primera y segunda clase. Cuando vio bajar de un vagón de tercera clase a un hombre de aspecto “imponente”, con un sombrero de artista de ala ancha y con los cabellos cubriéndole las orejas, no tuvo dudas: “Era él, solo podía ser él […] Llevaba escrita en la frente la marca del genio.”
La impresión referida por Adriana Enriques era la misma que provocaba Einstein en todos los que tenían ocasión de conocer al nuevo gran protagonista de la ciencia mundial. Por aquel entonces Einstein estaba en camino de convertirse en lo que todavía es hoy: el icono indiscutible del genio científico y una de las figuras más famosas, y más reconocibles, de todos los tiempos. Cualquiera que piensa en un científico, piensa en primer lugar en él, y tiene ante los ojos aquellos rasgos inconfundibles que nos han transmitido un sinnúmero de imágenes, sobre todo del período de su vejez: el rostro bondadoso de abuelo sabio, el cabello alborotado, el jersey descosido. Las características que solemos asociar a la figura arquetípica del genio –el anticonformismo, la impaciencia ante la autoridad y el rechazo de las convenciones sociales– tienen su origen precisamente en uno de los aspectos dominantes de la personalidad de Einstein, su espíritu rebelde e irreverente, magníficamente representado por la célebre instantánea en la que se le ve sacando la lengua al malaventurado (¿o afortunado?) fotógrafo.
Cuando, a finales de 1999, la revista americana Time eligió a la “persona del siglo” para inmortalizar la última portada del siglo XX, el nombre de Einstein se impuso al de todos los grandes protagonistas del siglo apenas transcurrido: gigantes del calibre de Roosevelt, Churchill o Gandhi. Puede resultar extraño que este reconocimiento fuese a parar a un hombre que no había desempeñado nunca ningún rol de responsabilidad pública, ni había tenido en sus manos el destino de un pueblo, ni había influido directamente en la existencia de los demás: “un constructor de universos, no de imperios”, como lo definió en cierta ocasión George Bernard Shaw.
Y sin embargo, la elección del Times fue del todo apropiada. En efecto, nadie ha encarnado como Einstein los dos rasgos característicos del siglo apenas transcurrido: el extraordinario progreso de la ciencia y la batalla contra los totalitarismos y por los derechos civiles. Einstein fue el campeón indiscutible de la ciencia del siglo XX: no la que produce efectos inmediatos, sino la ciencia pura, abstracta, incomprensible a la mayoría pero que encuentra el modo de llegar al hombre de la calle y dar forma al sentido común para plasmar –sin que apenas nos demos cuenta de ello– nuestra visión del mundo. Al mismo tiempo, estuvo siempre en primera fila –en el campo en el que se sentía más a gusto, el del intelecto– en la lucha por la libertad y la justicia, y por la desaparición de toda forma de opresión. Convertido de improviso en una celebridad universal, supo comprender que la fama comportaba la asunción de responsabilidades respecto al mundo. Y no se echó atrás: depositario de un saber para pocos, se comprometió sin descanso a favor de toda la humanidad.
La que contaremos en las páginas que siguen es la historia de este personaje grandioso y complejo, de una vida pública inspirada en los más nobles ideales, y una vida privada muy agitada; la historia de un científico humanista cuya aguda mirada abarcó desde las profundidades de la materia hasta el universo infinito, pero sin olvidarse jamás de mostrarse solidario con el mundo trágico de los hombres.
Introducción del libro de Vincenzo Barone Albert Einstein. Constructor de Universos.
Fuente:
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/albert-einstein-constructor-de-universos/
El Viejo Topo
Nota de edición: Tal día como hoy [18.04] en 1955 moría Albert Einstein. Además de haber provocado una revolución trascendental en la Física, Einstein fue un científico particularmente sensible ante los problemas sociopolíticos de su época y un librepensador humanista.
El 7 de noviembre de 1919 Gran Bretaña se disponía a celebrar el primer aniversario del armisticio que había puesto fin a la Primera Guerra Mundial. Aquél día, los artículos del Times de Londres estaban en gran parte dedicados a recordar los acontecimientos del año anterior y a honrar a los soldados de Su Majestad caídos en combate. Pero uno de los titulares destacaba entre todos los demás anunciando con énfasis una Revolución en la ciencia, y añadiendo de modo perentorio: Demolidas las ideas de Newton. Fue precisamente este aspecto de la noticia el que atrajo la atención de los lectores: ¿quién osaba destronar al mayor científico inglés de todos los tiempos? Podemos fácilmente imaginar la turbación de quien, al avanzar en la lectura del artículo, descubría que quien había cometido el increíble sacrilegio había sido un representante de la nación enemiga, un alemán llamado Albert Einstein.
El artículo se refería a una reunión de la Royal Society en la que se habían discutido las observaciones de dos grupos de astrónomos británicos que habían medido un fenómeno cuantitativamente pequeñísimo pero de una importancia extraordinaria: la desviación de la luz estelar por parte del Sol. Cuando los rayos luminosos procedentes de estrellas lejanas pasan cerca del Sol, este hace que se desvíen con su fuerza de gravedad. Las mediciones efectuadas durante la primavera de 1919 habían puesto de manifiesto que el efecto contradecía la teoría newtoniana y que concordaba, en cambio, con una nueva teoría, elaborada por Einstein unos años antes (en plena guerra) y denominada “relatividad general”, según la cual el Sol y todos los astros curvan el espacio circundante, como hace una esfera pesada depositada sobre un tapete elástico.
Rayos de luz que se desviaban y espacios curvos: conceptos tan misteriosos como fascinantes, capaces de proyectar la relatividad (que, como escribieron entonces los periódicos, solo podían comprender una docena de expertos en todo el mundo) en el imaginario del hombre común. En 1919 Einstein tenía cuarenta años. Era ya muy conocido en los ambientes científicos, pero su fama entre el gran público se inició precisamente entonces, y creció vertiginosamente en los años sucesivos. También fue, en cierta medida, una consecuencia de la guerra que acababa de terminar: por todas partes se sentía la necesidad de nuevas figuras de referencia, de héroes no de las armas sino del intelecto, capaces de infundir optimismo y confianza en la capacidad humana de poner orden en el cosmos. El personaje Einstein era, en este sentido, perfecto: muy pronto se convirtió en una celebridad mundial, reverenciado por reyes y hombres de Estado.
Respondiendo a una invitación del matemático Federigo Enriques, en octubre de 1921 Einstein visitó Italia durante unos cuantos días. Conocía bien el país porque había pasado largos períodos en él durante la adolescencia y la primera juventud. La hija de Enriques, Adriana, fue a recibirlo a la estación de Bolonia. Desconociendo qué aspecto tenía, al principio trató de identificarlo entre los pasajeros de primera y segunda clase. Cuando vio bajar de un vagón de tercera clase a un hombre de aspecto “imponente”, con un sombrero de artista de ala ancha y con los cabellos cubriéndole las orejas, no tuvo dudas: “Era él, solo podía ser él […] Llevaba escrita en la frente la marca del genio.”
La impresión referida por Adriana Enriques era la misma que provocaba Einstein en todos los que tenían ocasión de conocer al nuevo gran protagonista de la ciencia mundial. Por aquel entonces Einstein estaba en camino de convertirse en lo que todavía es hoy: el icono indiscutible del genio científico y una de las figuras más famosas, y más reconocibles, de todos los tiempos. Cualquiera que piensa en un científico, piensa en primer lugar en él, y tiene ante los ojos aquellos rasgos inconfundibles que nos han transmitido un sinnúmero de imágenes, sobre todo del período de su vejez: el rostro bondadoso de abuelo sabio, el cabello alborotado, el jersey descosido. Las características que solemos asociar a la figura arquetípica del genio –el anticonformismo, la impaciencia ante la autoridad y el rechazo de las convenciones sociales– tienen su origen precisamente en uno de los aspectos dominantes de la personalidad de Einstein, su espíritu rebelde e irreverente, magníficamente representado por la célebre instantánea en la que se le ve sacando la lengua al malaventurado (¿o afortunado?) fotógrafo.
Cuando, a finales de 1999, la revista americana Time eligió a la “persona del siglo” para inmortalizar la última portada del siglo XX, el nombre de Einstein se impuso al de todos los grandes protagonistas del siglo apenas transcurrido: gigantes del calibre de Roosevelt, Churchill o Gandhi. Puede resultar extraño que este reconocimiento fuese a parar a un hombre que no había desempeñado nunca ningún rol de responsabilidad pública, ni había tenido en sus manos el destino de un pueblo, ni había influido directamente en la existencia de los demás: “un constructor de universos, no de imperios”, como lo definió en cierta ocasión George Bernard Shaw.
Y sin embargo, la elección del Times fue del todo apropiada. En efecto, nadie ha encarnado como Einstein los dos rasgos característicos del siglo apenas transcurrido: el extraordinario progreso de la ciencia y la batalla contra los totalitarismos y por los derechos civiles. Einstein fue el campeón indiscutible de la ciencia del siglo XX: no la que produce efectos inmediatos, sino la ciencia pura, abstracta, incomprensible a la mayoría pero que encuentra el modo de llegar al hombre de la calle y dar forma al sentido común para plasmar –sin que apenas nos demos cuenta de ello– nuestra visión del mundo. Al mismo tiempo, estuvo siempre en primera fila –en el campo en el que se sentía más a gusto, el del intelecto– en la lucha por la libertad y la justicia, y por la desaparición de toda forma de opresión. Convertido de improviso en una celebridad universal, supo comprender que la fama comportaba la asunción de responsabilidades respecto al mundo. Y no se echó atrás: depositario de un saber para pocos, se comprometió sin descanso a favor de toda la humanidad.
La que contaremos en las páginas que siguen es la historia de este personaje grandioso y complejo, de una vida pública inspirada en los más nobles ideales, y una vida privada muy agitada; la historia de un científico humanista cuya aguda mirada abarcó desde las profundidades de la materia hasta el universo infinito, pero sin olvidarse jamás de mostrarse solidario con el mundo trágico de los hombres.
Introducción del libro de Vincenzo Barone Albert Einstein. Constructor de Universos.
Fuente:
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/albert-einstein-constructor-de-universos/
martes, 23 de abril de 2019
lunes, 22 de abril de 2019
_- En nuestro siglo los grandes disidentes ya son los de Occidente por rafaelpoch
_- El destino de Julian Assange, aplastado por una máquina implacable y rodeado de difamación, es más trágico que el de los opositores soviéticos de los años setenta
La imagen del bello Julian Assange sacado en volandas, feo y envejecido, de su largo y duro encierro con un libro de Gore Vidal en las manos que narra la historia del Estado de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, es antológica. Informa de que los grandes disidentes del Siglo XXI son occidentales. Resume las circunstancias de un hombre valeroso implacablemente perseguido y acosado por todos los medios humanos y técnicos de una máquina total, que no conoce fronteras. Capaz de filmarte cagando en el retrete de la rara sede diplomática en la que has encontrado refugio en el intento de eludir el riesgo de un encarcelamiento en condiciones inhumanas y quizá de la eliminación física. De bloquear tus cuentas bancarias y comunicaciones. De presionar a gobiernos y amigos reticentes a colaborar en tu acoso. De meterse contigo en la cama y de fabricar cualquier tipo de acusaciones desde alguna de las “WikiLeaks War Room” del Pentágono, del Departamento de Estado, o de cualquier otra institución imperial.
Y todo eso rodeado por un coro mediático de inquisidores formateados por el conformismo y bien pagados para aceptar automáticamente las acusaciones y patrañas fabricadas por esa máquina todopoderosa e inapelable.
En esas circunstancias, el libro es una señal, sorda y desesperada, que quiere indicar por dónde van las cosas y por dónde hay que buscar la explicación de la detención.
Habíamos visto escenas así en la tiranía soviética. Disidentes. Hombres solos enfrentados a la maquinaria de un Estado absoluto. Aquellos, por lo menos tenían el consuelo de saber que en el otro campo, “alla” (tam, como se decía en la URSS), alguien recogería la señal lanzada, se crearía un eco y se alcanzaría un efecto. Lo de hoy es mucho más total. Un mensaje dentro de una botella a merced de las corrientes marinas. Apenas quedan Estados soberanos capaces de crear cierto espacio de abrigo alternativo para las grandes causas de la libertad. Sin contar al Imperio, lo que queda de soberanía estatal en el mundo de hoy puede contarse con los dedos de una mano y aún sobran dedos; China, Rusia, India…, pero ¿van estos a proteger a Julian Assange? El único “allá” que hoy existe a efectos de libertades es la ciudadanía, un recurso potencial sin marcos territoriales.
El Imperio se cobra su cuenta
El Imperio se cobra su cuenta. Una nueva victoria de Goliath que los quitavergüenzas de los medios de comunicación del establishment, castrados para todo informe independiente, han adornado convenientemente para convencer al público de que dos más dos, son cinco: de que los verdaderos criminales son los que exponen los crímenes y no quienes los cometen.
Cualquiera que publique un documento oficial y secreto de Estados Unidos, aunque sea la prueba de un delito en guerras que han costado la vida a varios millones de seres humanos desde el año 2001, puede ser detenido en cualquier parte del mundo y encarcelado en Estados Unidos. Una victoria ejemplarizante de la extraterritorialidad imperial destinada a evitar ulteriores desafíos por parte de periodistas valientes.
Geoff Morrell, secretario de prensa del Pentágono explicó hace años el funcionamiento de una de esas “WikiLeaks War Room”: 120 personas, analistas, agentes, trabajando 24 horas sobre 24, siete días a la semana para destruir la red que osó explicar lo que Noam Chomsky define como, “cosas que la gente debe saber sobre quienes están en el poder”. Hay miles de profesionales, y miles de millones de dólares, trabajando en esta operación de venganza imperial.
Una labor de años
Llevaban siete años lanzando mentiras para reducir a Julian Assange a una especie de delincuente sexual, colaborador de la Rusia de Putin y valedor de la extrema derecha. Un turbio personaje narcisista (el diagnóstico del infame juez Michael Snow tras un contacto de 15 minutos con Assange) que se metió en la embajada de Ecuador en Londres para “evitar ser extraditado a Suecia”, que ha sido detenido por la policía británica “por haber quebrantado su libertad provisional”. Un “tonto”, “personaje repelente” “descortés y amenazante hacia sus anfitriones”, “herramienta de Vladimir Putin”, aliado de Trump… (Todo eso consigue meter uno de estos esbirros en apenas dos párrafos de su artículo. Su colega de Madrid explica en titular la detención como resultado de que a Ecuador, “se le acabó la paciencia”.
Desde Washington, Londres y Moscú, los corresponsales de la prensa establecida se suman al coro disciplinadamente. Hasta la prensa, pretendidamente alternativa de este país, cuya dimensión internacional es lamentable, practica un gallináceo término medio entre la realidad, es decir el castigo por la divulgación de fechorías imperiales, y toda la campaña de descrédito que ha preparado el terreno al desenlace del 11 de abril. No hay mejor prueba que esta de la victoria de Goliath y ello nos obliga a repetir lo más banal: que Assange no está siendo perseguido por el Reino Unido, ni por violar su condicional, ni por la fantasmada de aquellas relaciones sin condón, sino por su labor periodística, y que su extradición implica un peligro de muerte. ¿O acaso no recuerdan las palabras de la Secretaria de Estado?: “¿No podríamos simplemente matarlo con un dron?” (Can´t we just drone this guy?”).
Omnipotencia
“Estados Unidos harán claramente saber que no tolerarán a ningún país, y en particular a los aliados de la OTAN, que se ofrezca refugio a los criminales que ponen en peligro la vida de las fuerzas de la OTAN”, advertía hace años, Marc Thiessen, funcionario del aparato imperial. “Con las apropiadas presiones diplomáticas, esos gobiernos deben cooperar para llevar a Assange ante la justicia, pero si se niegan Estados Unidos podría detenerle en su territorio sin su conocimiento ni aprobación”.
Es decir, el Imperio podía hacer lo que viene haciendo con centenares de personas de todo el mundo desde 2001: secuestrar a Assange, ponerle una bolsa de plástico negra en la cabeza, embarcarlo en un avión hacia un agujero negro y torturarle en alguna base secreta, pero no fue necesario llegar tan lejos porque los estados vasallos cooperaron. Suecia, ahí está la patraña de su investigación por delitos sexuales clausurada en secreto y que ahora podría reabrir si conviene, Ecuador, cuyo solícito nuevo Presidente vuelve al redil, reabre bases militares y recibe un crédito del FMI, y, naturalmente, el Reino Unido, viejo perrito faldero, cuya cámara parlamentaria acogió con aplausos la noticia de la detención de Assange.
El disidente burló la maniobra sueca refugiándose en la embajada ecuatoriana y rompiendo su libertad condicional inglesa, lo que el diario The Guardian define como “self-imposed retreat” en un editorial que es todo un modelo de hipocresía liberal. El juez lo ha encarcelado por “violar aquella libertad condicional”, delito castigado con hasta doce meses de cárcel. Pero entonces Assange es verdaderamente tonto: ¿se ha pasado siete años para evitar doce meses? “La causa de la detención ha sido, “un cambio en la actitud de Ecuador”, dice The Guardian, pulcramente contrario a una extradición. “Publicó cosas que no siempre debían ser publicadas”, pero, “no será ni seguro ni correcto extraditarle”, sentencia. Por el camino se ha perdido la memoria del veredicto de aquel grupo de expertos de la ONU que dictaminó como arbitraria la amenaza de detención británica contra el disidente.
Si con los estados y sus medios de comunicación el asunto es casi de rutina, ¿qué decir de los individuos? Nada más fácil que reducir sus voluntades y solidaridades. Jacob Appelbaum un colaborador de Assange refugiado en Berlín en busca de mayor seguridad, lo que no impedía su sospecha de que funcionarios americanos registraban su apartamento en su ausencia, explicaba -¡hace seis años!- que después de julio de 2010 le comenzaron a detener en los aeropuertos: “Me metían en una habitación especial, me registraban, me colocaban contra la pared, confiscaban mi ordenador, denegaron el acceso a un abogado y cuando procedieron al interrogatorio en suelo americano estaba siempre presente un miembro del ejército. Me dieron a entender que si no cooperaba sería agredido sexualmente en la cárcel….”
El libro de Gore Vidal agarrado por Assange es la señal indicadora de que el círculo minuciosamente organizado y preparado desde hace años se está cerrando. No se trata de la “paciencia de Ecuador” por embadurnar con sus excrementos las paredes de la embajada, ni por “chantajear” a su indigno presidente, no se trata de Suecia ni de la libertad condicional del Reino Unido, ni de la personalidad de Assange, como escriben todos esos necios. De lo que se trata es de la “Seguridad Nacional de Estados Unidos”, principal amenaza a la paz mundial (Oskar Lafontaine, dixit) y a las libertades. Se trata del Imperio, de su venganza y disciplina. El siguiente capítulo será la extradición.
Hacia la extradición
¿Alguien duda de ella? Por el mismo motivo por el que se negó a Pinochet, El Reino Unido la concederá en el caso de Assange. Por disciplina. Si es necesario el Imperio buscará a alguien que tuvo relaciones sin condón con el juez encargado. El Estado de la Seguridad Nacional no admite derechos.
“No tiene la menor posibilidad de un juicio con garantías”, dice Daniel Ellsberg, un Assange de los años sesenta que se atrevió a filtrar los crímenes de la guerra de Vietnam. “Cuando mi abogado me preguntaba por qué filtré aquellos documentos, el tribunal declaró la pregunta improcedente”, recuerda.
Ellsberg solo se salvó de treinta años de prisión porque el movimiento contra la guerra de Vietnam dominaba en la calle. Aún así, ha sido un apestado de por vida en EE.UU. Assange lo tiene peor. Sin una fuerte presión popular será tragado por el agujero negro del Gulag local. Su destino más probable en Estados Unidos, si no se suicida antes, será la cárcel Admax de Florence, en Colorado. El régimen de la prisión consiste en 23 horas diarias encerrado en una caja de cemento con una ventana de cuatro pulgadas, seis inspecciones de cama al día, con una séptima los fines de semana, una hora de ejercicio en un recinto exterior de cemento, duchas breves y registros e intimidaciones según la voluntad y capricho de los guardias, resume The Intercept. Todo eso de por vida, a menos que confiese para reducir pena que mantuvo sexo sin preservativo con Vladimir Putin o cualquier cosa que le pida el Imperio. Si el personaje hubiera sido un ruso o un chino víctima de esos países, se estaría fraguando ya una candidatura al Premio Nobel de la Paz. Por lo menos.
(Publicado en Ctxt)
La imagen del bello Julian Assange sacado en volandas, feo y envejecido, de su largo y duro encierro con un libro de Gore Vidal en las manos que narra la historia del Estado de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, es antológica. Informa de que los grandes disidentes del Siglo XXI son occidentales. Resume las circunstancias de un hombre valeroso implacablemente perseguido y acosado por todos los medios humanos y técnicos de una máquina total, que no conoce fronteras. Capaz de filmarte cagando en el retrete de la rara sede diplomática en la que has encontrado refugio en el intento de eludir el riesgo de un encarcelamiento en condiciones inhumanas y quizá de la eliminación física. De bloquear tus cuentas bancarias y comunicaciones. De presionar a gobiernos y amigos reticentes a colaborar en tu acoso. De meterse contigo en la cama y de fabricar cualquier tipo de acusaciones desde alguna de las “WikiLeaks War Room” del Pentágono, del Departamento de Estado, o de cualquier otra institución imperial.
Y todo eso rodeado por un coro mediático de inquisidores formateados por el conformismo y bien pagados para aceptar automáticamente las acusaciones y patrañas fabricadas por esa máquina todopoderosa e inapelable.
En esas circunstancias, el libro es una señal, sorda y desesperada, que quiere indicar por dónde van las cosas y por dónde hay que buscar la explicación de la detención.
Habíamos visto escenas así en la tiranía soviética. Disidentes. Hombres solos enfrentados a la maquinaria de un Estado absoluto. Aquellos, por lo menos tenían el consuelo de saber que en el otro campo, “alla” (tam, como se decía en la URSS), alguien recogería la señal lanzada, se crearía un eco y se alcanzaría un efecto. Lo de hoy es mucho más total. Un mensaje dentro de una botella a merced de las corrientes marinas. Apenas quedan Estados soberanos capaces de crear cierto espacio de abrigo alternativo para las grandes causas de la libertad. Sin contar al Imperio, lo que queda de soberanía estatal en el mundo de hoy puede contarse con los dedos de una mano y aún sobran dedos; China, Rusia, India…, pero ¿van estos a proteger a Julian Assange? El único “allá” que hoy existe a efectos de libertades es la ciudadanía, un recurso potencial sin marcos territoriales.
El Imperio se cobra su cuenta
El Imperio se cobra su cuenta. Una nueva victoria de Goliath que los quitavergüenzas de los medios de comunicación del establishment, castrados para todo informe independiente, han adornado convenientemente para convencer al público de que dos más dos, son cinco: de que los verdaderos criminales son los que exponen los crímenes y no quienes los cometen.
Cualquiera que publique un documento oficial y secreto de Estados Unidos, aunque sea la prueba de un delito en guerras que han costado la vida a varios millones de seres humanos desde el año 2001, puede ser detenido en cualquier parte del mundo y encarcelado en Estados Unidos. Una victoria ejemplarizante de la extraterritorialidad imperial destinada a evitar ulteriores desafíos por parte de periodistas valientes.
Geoff Morrell, secretario de prensa del Pentágono explicó hace años el funcionamiento de una de esas “WikiLeaks War Room”: 120 personas, analistas, agentes, trabajando 24 horas sobre 24, siete días a la semana para destruir la red que osó explicar lo que Noam Chomsky define como, “cosas que la gente debe saber sobre quienes están en el poder”. Hay miles de profesionales, y miles de millones de dólares, trabajando en esta operación de venganza imperial.
Una labor de años
Llevaban siete años lanzando mentiras para reducir a Julian Assange a una especie de delincuente sexual, colaborador de la Rusia de Putin y valedor de la extrema derecha. Un turbio personaje narcisista (el diagnóstico del infame juez Michael Snow tras un contacto de 15 minutos con Assange) que se metió en la embajada de Ecuador en Londres para “evitar ser extraditado a Suecia”, que ha sido detenido por la policía británica “por haber quebrantado su libertad provisional”. Un “tonto”, “personaje repelente” “descortés y amenazante hacia sus anfitriones”, “herramienta de Vladimir Putin”, aliado de Trump… (Todo eso consigue meter uno de estos esbirros en apenas dos párrafos de su artículo. Su colega de Madrid explica en titular la detención como resultado de que a Ecuador, “se le acabó la paciencia”.
Desde Washington, Londres y Moscú, los corresponsales de la prensa establecida se suman al coro disciplinadamente. Hasta la prensa, pretendidamente alternativa de este país, cuya dimensión internacional es lamentable, practica un gallináceo término medio entre la realidad, es decir el castigo por la divulgación de fechorías imperiales, y toda la campaña de descrédito que ha preparado el terreno al desenlace del 11 de abril. No hay mejor prueba que esta de la victoria de Goliath y ello nos obliga a repetir lo más banal: que Assange no está siendo perseguido por el Reino Unido, ni por violar su condicional, ni por la fantasmada de aquellas relaciones sin condón, sino por su labor periodística, y que su extradición implica un peligro de muerte. ¿O acaso no recuerdan las palabras de la Secretaria de Estado?: “¿No podríamos simplemente matarlo con un dron?” (Can´t we just drone this guy?”).
Omnipotencia
“Estados Unidos harán claramente saber que no tolerarán a ningún país, y en particular a los aliados de la OTAN, que se ofrezca refugio a los criminales que ponen en peligro la vida de las fuerzas de la OTAN”, advertía hace años, Marc Thiessen, funcionario del aparato imperial. “Con las apropiadas presiones diplomáticas, esos gobiernos deben cooperar para llevar a Assange ante la justicia, pero si se niegan Estados Unidos podría detenerle en su territorio sin su conocimiento ni aprobación”.
Es decir, el Imperio podía hacer lo que viene haciendo con centenares de personas de todo el mundo desde 2001: secuestrar a Assange, ponerle una bolsa de plástico negra en la cabeza, embarcarlo en un avión hacia un agujero negro y torturarle en alguna base secreta, pero no fue necesario llegar tan lejos porque los estados vasallos cooperaron. Suecia, ahí está la patraña de su investigación por delitos sexuales clausurada en secreto y que ahora podría reabrir si conviene, Ecuador, cuyo solícito nuevo Presidente vuelve al redil, reabre bases militares y recibe un crédito del FMI, y, naturalmente, el Reino Unido, viejo perrito faldero, cuya cámara parlamentaria acogió con aplausos la noticia de la detención de Assange.
El disidente burló la maniobra sueca refugiándose en la embajada ecuatoriana y rompiendo su libertad condicional inglesa, lo que el diario The Guardian define como “self-imposed retreat” en un editorial que es todo un modelo de hipocresía liberal. El juez lo ha encarcelado por “violar aquella libertad condicional”, delito castigado con hasta doce meses de cárcel. Pero entonces Assange es verdaderamente tonto: ¿se ha pasado siete años para evitar doce meses? “La causa de la detención ha sido, “un cambio en la actitud de Ecuador”, dice The Guardian, pulcramente contrario a una extradición. “Publicó cosas que no siempre debían ser publicadas”, pero, “no será ni seguro ni correcto extraditarle”, sentencia. Por el camino se ha perdido la memoria del veredicto de aquel grupo de expertos de la ONU que dictaminó como arbitraria la amenaza de detención británica contra el disidente.
Si con los estados y sus medios de comunicación el asunto es casi de rutina, ¿qué decir de los individuos? Nada más fácil que reducir sus voluntades y solidaridades. Jacob Appelbaum un colaborador de Assange refugiado en Berlín en busca de mayor seguridad, lo que no impedía su sospecha de que funcionarios americanos registraban su apartamento en su ausencia, explicaba -¡hace seis años!- que después de julio de 2010 le comenzaron a detener en los aeropuertos: “Me metían en una habitación especial, me registraban, me colocaban contra la pared, confiscaban mi ordenador, denegaron el acceso a un abogado y cuando procedieron al interrogatorio en suelo americano estaba siempre presente un miembro del ejército. Me dieron a entender que si no cooperaba sería agredido sexualmente en la cárcel….”
El libro de Gore Vidal agarrado por Assange es la señal indicadora de que el círculo minuciosamente organizado y preparado desde hace años se está cerrando. No se trata de la “paciencia de Ecuador” por embadurnar con sus excrementos las paredes de la embajada, ni por “chantajear” a su indigno presidente, no se trata de Suecia ni de la libertad condicional del Reino Unido, ni de la personalidad de Assange, como escriben todos esos necios. De lo que se trata es de la “Seguridad Nacional de Estados Unidos”, principal amenaza a la paz mundial (Oskar Lafontaine, dixit) y a las libertades. Se trata del Imperio, de su venganza y disciplina. El siguiente capítulo será la extradición.
Hacia la extradición
¿Alguien duda de ella? Por el mismo motivo por el que se negó a Pinochet, El Reino Unido la concederá en el caso de Assange. Por disciplina. Si es necesario el Imperio buscará a alguien que tuvo relaciones sin condón con el juez encargado. El Estado de la Seguridad Nacional no admite derechos.
“No tiene la menor posibilidad de un juicio con garantías”, dice Daniel Ellsberg, un Assange de los años sesenta que se atrevió a filtrar los crímenes de la guerra de Vietnam. “Cuando mi abogado me preguntaba por qué filtré aquellos documentos, el tribunal declaró la pregunta improcedente”, recuerda.
Ellsberg solo se salvó de treinta años de prisión porque el movimiento contra la guerra de Vietnam dominaba en la calle. Aún así, ha sido un apestado de por vida en EE.UU. Assange lo tiene peor. Sin una fuerte presión popular será tragado por el agujero negro del Gulag local. Su destino más probable en Estados Unidos, si no se suicida antes, será la cárcel Admax de Florence, en Colorado. El régimen de la prisión consiste en 23 horas diarias encerrado en una caja de cemento con una ventana de cuatro pulgadas, seis inspecciones de cama al día, con una séptima los fines de semana, una hora de ejercicio en un recinto exterior de cemento, duchas breves y registros e intimidaciones según la voluntad y capricho de los guardias, resume The Intercept. Todo eso de por vida, a menos que confiese para reducir pena que mantuvo sexo sin preservativo con Vladimir Putin o cualquier cosa que le pida el Imperio. Si el personaje hubiera sido un ruso o un chino víctima de esos países, se estaría fraguando ya una candidatura al Premio Nobel de la Paz. Por lo menos.
(Publicado en Ctxt)
domingo, 21 de abril de 2019
_- Toda guerra es una guerra contra los niños
_- Kathy Kelly
Counterpunch
Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
En los Estados Unidos, todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad y las inmensas consecuencias de la guerra, mientras desarrollamos, almacenamos, vendemos y usamos armas espantosas. El número de niños asesinados está aumentando.
A las 9:30 de la mañana del 26 de marzo, la entrada a un hospital rural en el noroeste de Yemen, que cuenta con el apoyo de Save the Children, estaba llena de pacientes que esperaban ser atendidos y los empleados llegaban al trabajo. De repente, los misiles de un ataque aéreo golpearon el hospital y mataron a siete personas, cuatro de ellas niños.
Jason Lee, de Save the Children, dijo a The New York Times que la coalición liderada por Arabia Saudita, ahora en su quinto año de guerra en Yemen, conocía las coordenadas del hospital y podría haber evitado el ataque. Llamó a lo que sucedió "una grave violación del derecho humanitario".
El día anterior, Save the Children informó de que los ataques aéreos llevados a cabo por la coalición liderada por Arabia Saudita mataron al menos a 226 niños yemeníes e hirieron a 217 más en los últimos doce meses. "De estos niños", señaló el informe, "210 estaban dentro o cerca de una casa cuando sus vidas fueron destrozadas por bombas que habían sido vendidas a la coalición por gobiernos extranjeros".
El año pasado, un análisis publicado por Save the Children estimó que 85.000 niños menores de cinco años probablemente murieron de inanición o enfermedad desde la escalada de la guerra en Yemen de la coalición liderada por Arabia Saudita en 2015.
"Los niños que mueren de esta manera sufren enormemente a medida que las funciones de sus órganos vitales se desaceleran y finalmente se detienen", dijo Tamer Kirolos, Directora en Yemende Save the Children. “Sus sistemas inmunológicos son tan débiles que son más propensos a las infecciones y son incapaces de llorar por falta de fuerzas. Los padres tienen que presenciar cómo sus hijos se van consumiendo, incapaces de hacer nada por ellos”. Kirolos y otros que han informado continuamente sobre la guerra en Yemen creen que estas muertes son totalmente prevenibles. Exigen una suspensión inmediata de la venta de armas a todas las partes en conflicto, el fin de los bloqueos que impiden la distribución de alimentos, combustible y ayuda humanitaria y la aplicación de una presión diplomática total para poner fin a la guerra.
Estados Unidos, un importante partidario de la coalición liderada por Arabia Saudita, ha sido culpable de matar a pacientes inocentes y trabajadores de hospitales al bombardear un hospital. El 3 de octubre de 2015, los ataques aéreos de los Estados Unidos destruyeron un hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán, y mataron a 42 personas. "Los pacientes se quemaron en sus camas", informó MSF, "el personal médico fue decapitado y perdió extremidades, y otros recibieron disparos desde el aire mientras huían del edificio en llamas".
Más recientemente, el 23 de marzo de 2019, ocho niños se encontraban entre los catorce civiles afganos muertos por un ataque aéreo estadounidense también cerca de Kunduz.
Las atrocidades de la guerra se acumulan horriblemente. Nosotros en los Estados Unidos todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad ni de las inmensas consecuencias de la guerra. Continuamos desarrollando, almacenando, vendiendo y usando armas horribles. Nos robamos a nosotros mismos y a otros los recursos necesarios para satisfacer las necesidades humanas, incluida la lucha contra las terribles realidades del cambio climático.
Debemos prestar atención a las palabras y acciones de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children hace un siglo. En respuesta al bloqueo británico de la posguerra de Alemania y Europa del Este, Jebb participó en un grupo que intentaba entregar alimentos y suministros médicos a los niños que se morían de hambre.
Eglantyne Jebb
En Trafalgar Square, en Londres, distribuyó un folleto que mostraba a los niños demacrados y declaraba: "Nuestro bloqueo ha causado esto, millones de niños mueren de hambre". Fue arrestada, procesada, condenada y multada. Pero el juez del caso se conmovió por su compromiso con los niños y pagó la multa. Su generosidad fue la primera donación a Save the Children.
"Toda guerra", dijo Jebb, "es una guerra contra los niños.
Kathy Kelly es coordinadora de Voces para la No Violencia Creativa y ha trabajado en estrecha colaboración con los Jóvenes Voluntarios Afganos por la Paz. Es autora de Other Lands Have Dreams, publicado por CounterPunch / AK Press. Puede ser contactada en: Kathy@vcnv.org
Fuente:
https://www.counterpunch.org/2019/03/29/every-war-is-a-war-against-children/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a l traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.
Counterpunch
Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
En los Estados Unidos, todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad y las inmensas consecuencias de la guerra, mientras desarrollamos, almacenamos, vendemos y usamos armas espantosas. El número de niños asesinados está aumentando.
A las 9:30 de la mañana del 26 de marzo, la entrada a un hospital rural en el noroeste de Yemen, que cuenta con el apoyo de Save the Children, estaba llena de pacientes que esperaban ser atendidos y los empleados llegaban al trabajo. De repente, los misiles de un ataque aéreo golpearon el hospital y mataron a siete personas, cuatro de ellas niños.
Jason Lee, de Save the Children, dijo a The New York Times que la coalición liderada por Arabia Saudita, ahora en su quinto año de guerra en Yemen, conocía las coordenadas del hospital y podría haber evitado el ataque. Llamó a lo que sucedió "una grave violación del derecho humanitario".
El día anterior, Save the Children informó de que los ataques aéreos llevados a cabo por la coalición liderada por Arabia Saudita mataron al menos a 226 niños yemeníes e hirieron a 217 más en los últimos doce meses. "De estos niños", señaló el informe, "210 estaban dentro o cerca de una casa cuando sus vidas fueron destrozadas por bombas que habían sido vendidas a la coalición por gobiernos extranjeros".
El año pasado, un análisis publicado por Save the Children estimó que 85.000 niños menores de cinco años probablemente murieron de inanición o enfermedad desde la escalada de la guerra en Yemen de la coalición liderada por Arabia Saudita en 2015.
"Los niños que mueren de esta manera sufren enormemente a medida que las funciones de sus órganos vitales se desaceleran y finalmente se detienen", dijo Tamer Kirolos, Directora en Yemende Save the Children. “Sus sistemas inmunológicos son tan débiles que son más propensos a las infecciones y son incapaces de llorar por falta de fuerzas. Los padres tienen que presenciar cómo sus hijos se van consumiendo, incapaces de hacer nada por ellos”. Kirolos y otros que han informado continuamente sobre la guerra en Yemen creen que estas muertes son totalmente prevenibles. Exigen una suspensión inmediata de la venta de armas a todas las partes en conflicto, el fin de los bloqueos que impiden la distribución de alimentos, combustible y ayuda humanitaria y la aplicación de una presión diplomática total para poner fin a la guerra.
Estados Unidos, un importante partidario de la coalición liderada por Arabia Saudita, ha sido culpable de matar a pacientes inocentes y trabajadores de hospitales al bombardear un hospital. El 3 de octubre de 2015, los ataques aéreos de los Estados Unidos destruyeron un hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán, y mataron a 42 personas. "Los pacientes se quemaron en sus camas", informó MSF, "el personal médico fue decapitado y perdió extremidades, y otros recibieron disparos desde el aire mientras huían del edificio en llamas".
Más recientemente, el 23 de marzo de 2019, ocho niños se encontraban entre los catorce civiles afganos muertos por un ataque aéreo estadounidense también cerca de Kunduz.
Las atrocidades de la guerra se acumulan horriblemente. Nosotros en los Estados Unidos todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad ni de las inmensas consecuencias de la guerra. Continuamos desarrollando, almacenando, vendiendo y usando armas horribles. Nos robamos a nosotros mismos y a otros los recursos necesarios para satisfacer las necesidades humanas, incluida la lucha contra las terribles realidades del cambio climático.
Debemos prestar atención a las palabras y acciones de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children hace un siglo. En respuesta al bloqueo británico de la posguerra de Alemania y Europa del Este, Jebb participó en un grupo que intentaba entregar alimentos y suministros médicos a los niños que se morían de hambre.
Eglantyne Jebb
En Trafalgar Square, en Londres, distribuyó un folleto que mostraba a los niños demacrados y declaraba: "Nuestro bloqueo ha causado esto, millones de niños mueren de hambre". Fue arrestada, procesada, condenada y multada. Pero el juez del caso se conmovió por su compromiso con los niños y pagó la multa. Su generosidad fue la primera donación a Save the Children.
"Toda guerra", dijo Jebb, "es una guerra contra los niños.
Kathy Kelly es coordinadora de Voces para la No Violencia Creativa y ha trabajado en estrecha colaboración con los Jóvenes Voluntarios Afganos por la Paz. Es autora de Other Lands Have Dreams, publicado por CounterPunch / AK Press. Puede ser contactada en: Kathy@vcnv.org
Fuente:
https://www.counterpunch.org/2019/03/29/every-war-is-a-war-against-children/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a l traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.
sábado, 20 de abril de 2019
Assange entre la gratitud y la traición
Manuel E. Yepe
Por Esto!
Julian Assange fue arrestado en Inglaterra el jueves 11 de abril y se teme que puede ser extraditado a Estados Unidos para afrontar cargos por acciones suyas durante el gobierno de Obama.
Según un editorial del Washington Post en 2011, tal condena “causaría también daños colaterales a las libertades de los medios de comunicación estadounidenses por lo que Washington no debe intentarlo con Julian Assange”.
El editorial del Post de hace años sigue siendo relevante, dado que Assange sería juzgado por un “delito” de hace casi una década. Lo que ha cambiado desde entonces es la percepción pública sobre Assange y, en suprema ironía, la de Donald Trump, quien en un momento de su demagogia se había proclamado fanático amante twitter de WikiLeaks, ha quedado ahora como máximo beneficiario del apoyo público por iniciar un proceso que el gobierno de Barack Obama dudó en impulsar cuando él era Presidente.
La acusación actual es la extensión de un esfuerzo de años, anterior a Trump, por construir un argumento legal contra quienes liberan secretos embarazosos para el gobierno.
Pero gran parte de la ciudadanía estadounidense ve ahora al arrestado fundador de WikiLeaks a través del lente de las elecciones de 2016, luego de haber sido denunciado como un aliado ruso a favor de la elección de Trump.
El Fiscal General de Barack Obama, Eric Holder, dijo que ya en 2010 el fundador de WikiLeaks fue el centro de una “activa y continua investigación criminal”. En aquellos momentos Assange había ganado, o próximo a ganar, variosa premios de periodismo por publicar información clasificada vergonzosa sobre muchos gobiernos, incluyendo el video "Collateral Murder" entregado por Chelsea Manning que mostraba un ataque con helicóptero en Irak que causó la muerte de dos reporteros ingleses.
Se conoce que en la acusación se dice que “es parte de la conspiración que Assange y Manning tomaron medidas para ocultar a Manning como la fuente de la revelación”, en tanto que la defensa argumentará que los reporteros tienen relaciones extremadamente complicadas con las fuentes, especialmente con denunciantes como Manning, que a menudo se encuentran bajo un estrés extremo y son emocionalmente vulnerables.
La acusación presentada ahora contra Assange es apenas un tecnicismo: una acusación por un intento (aparentemente fallido) de ayudar a Chelsea Manning a descifrar una contraseña del gobierno. El abogado de Assange, Barry Pollock, dijo que las acusaciones “se reducen a alentar a una fuente a que le proporcione información y a tomar medidas para proteger la identidad de esa fuente”.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) declaró que: “Cualquier enjuiciamiento por parte de Estados Unidos de Assange por las operaciones de publicación de WikiLeaks carecería de precedentes, sería inconstitucional, y abriría la puerta a investigaciones criminales de otras organizaciones de noticias”.
El caso de Assange, y los muy serios problemas que plantea, se verán afectados por cosas que ocurrieron mucho después de los supuestos delitos como el papel de Assange en la eleccion de 2016.
No sólo este caso no tuvo nada que ver con Russiagate, sino que en uno de los detalles no reportados más extraños de la investigación del Asesor Especial Robert Mueller, nunca entrevistó ni intentó entrevistar a Assange. De hecho, parece que ninguna de las 2.800 citaciones, 500 entrevistas a testigos y 500 órdenes de allanamiento en la investigación Mueller apuntaban a Assange o a WikiLeaks.
En cuanto al caso de Assange, la cobertura por parte de un cuerpo de prensa nacional que lo acogió en el momento de estos delitos -y que repitió ampliamente sus filtraciones- probablemente se centrará en el tema de la piratería informática, como si no se tratara realmente de reducir el periodismo legítimo.
"La debilidad de la acusación de EEUU contra Assange es chocante", dijo Edward Snowden en Twitter. "La acusación de que intentó ayudar a descifrar una contraseña durante su mundialmente famoso reportaje ha sido pública durante casi una década: es el conde que el Departamento de Justicia de Obama se negó a acusar, diciendo que ponía en peligro el periodismo".
En realidad, sería difícil encontrar un ejemplo más extremo de cuán profundo es el consenso bipartidista para ampliar la vigilancia de las filtraciones.
Ambas cosas sucedieron, sin embargo, y deberíamos dejar de sorprendernos por ellas, incluso cuando Donald Trump da el último paso de este viaje comenzado por Barack Obama.
Blog del autor:
http://manuelyepe.wordpress.com/
Manuel E. Yepe
Por Esto!
Julian Assange fue arrestado en Inglaterra el jueves 11 de abril y se teme que puede ser extraditado a Estados Unidos para afrontar cargos por acciones suyas durante el gobierno de Obama.
Según un editorial del Washington Post en 2011, tal condena “causaría también daños colaterales a las libertades de los medios de comunicación estadounidenses por lo que Washington no debe intentarlo con Julian Assange”.
El editorial del Post de hace años sigue siendo relevante, dado que Assange sería juzgado por un “delito” de hace casi una década. Lo que ha cambiado desde entonces es la percepción pública sobre Assange y, en suprema ironía, la de Donald Trump, quien en un momento de su demagogia se había proclamado fanático amante twitter de WikiLeaks, ha quedado ahora como máximo beneficiario del apoyo público por iniciar un proceso que el gobierno de Barack Obama dudó en impulsar cuando él era Presidente.
La acusación actual es la extensión de un esfuerzo de años, anterior a Trump, por construir un argumento legal contra quienes liberan secretos embarazosos para el gobierno.
Pero gran parte de la ciudadanía estadounidense ve ahora al arrestado fundador de WikiLeaks a través del lente de las elecciones de 2016, luego de haber sido denunciado como un aliado ruso a favor de la elección de Trump.
El Fiscal General de Barack Obama, Eric Holder, dijo que ya en 2010 el fundador de WikiLeaks fue el centro de una “activa y continua investigación criminal”. En aquellos momentos Assange había ganado, o próximo a ganar, variosa premios de periodismo por publicar información clasificada vergonzosa sobre muchos gobiernos, incluyendo el video "Collateral Murder" entregado por Chelsea Manning que mostraba un ataque con helicóptero en Irak que causó la muerte de dos reporteros ingleses.
Se conoce que en la acusación se dice que “es parte de la conspiración que Assange y Manning tomaron medidas para ocultar a Manning como la fuente de la revelación”, en tanto que la defensa argumentará que los reporteros tienen relaciones extremadamente complicadas con las fuentes, especialmente con denunciantes como Manning, que a menudo se encuentran bajo un estrés extremo y son emocionalmente vulnerables.
La acusación presentada ahora contra Assange es apenas un tecnicismo: una acusación por un intento (aparentemente fallido) de ayudar a Chelsea Manning a descifrar una contraseña del gobierno. El abogado de Assange, Barry Pollock, dijo que las acusaciones “se reducen a alentar a una fuente a que le proporcione información y a tomar medidas para proteger la identidad de esa fuente”.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) declaró que: “Cualquier enjuiciamiento por parte de Estados Unidos de Assange por las operaciones de publicación de WikiLeaks carecería de precedentes, sería inconstitucional, y abriría la puerta a investigaciones criminales de otras organizaciones de noticias”.
El caso de Assange, y los muy serios problemas que plantea, se verán afectados por cosas que ocurrieron mucho después de los supuestos delitos como el papel de Assange en la eleccion de 2016.
No sólo este caso no tuvo nada que ver con Russiagate, sino que en uno de los detalles no reportados más extraños de la investigación del Asesor Especial Robert Mueller, nunca entrevistó ni intentó entrevistar a Assange. De hecho, parece que ninguna de las 2.800 citaciones, 500 entrevistas a testigos y 500 órdenes de allanamiento en la investigación Mueller apuntaban a Assange o a WikiLeaks.
En cuanto al caso de Assange, la cobertura por parte de un cuerpo de prensa nacional que lo acogió en el momento de estos delitos -y que repitió ampliamente sus filtraciones- probablemente se centrará en el tema de la piratería informática, como si no se tratara realmente de reducir el periodismo legítimo.
"La debilidad de la acusación de EEUU contra Assange es chocante", dijo Edward Snowden en Twitter. "La acusación de que intentó ayudar a descifrar una contraseña durante su mundialmente famoso reportaje ha sido pública durante casi una década: es el conde que el Departamento de Justicia de Obama se negó a acusar, diciendo que ponía en peligro el periodismo".
En realidad, sería difícil encontrar un ejemplo más extremo de cuán profundo es el consenso bipartidista para ampliar la vigilancia de las filtraciones.
Ambas cosas sucedieron, sin embargo, y deberíamos dejar de sorprendernos por ellas, incluso cuando Donald Trump da el último paso de este viaje comenzado por Barack Obama.
Blog del autor:
http://manuelyepe.wordpress.com/
viernes, 19 de abril de 2019
El sociólogo Marcos Roitman publica “Por la razón o la fuerza. Historia y memoria de los golpes de Estado en América Latina” (Siglo XXI) Latinoamérica frente a la bota del golpismo
El coronel Castillo Armas entró en Ciudad de Guatemala el 3 de julio de 1954; derrocó al presidente Jacobo Arbenz, en un golpe militar apoyado por la CIA. En Honduras, país con un peso decisivo de la United Fruit Company y con unas fuerzas armadas vinculadas al Pentágono, se producen golpes de Estado militares en 1956 y 1963. Otro ejemplo es el de Costa Rica, en 1948: el anticomunista José Figueres Ferrer se alzó con el respaldo de la oligarquía contra el presidente Teodoro Picado; en Paraguay, el general Stroessner accederá al poder por la vía militar en 1954 y se mantendrá hasta 1989. Y también en Perú el general Manuel Odría (1948-1956), que ilegaliza el partido comunista, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y las organizaciones antiimperialistas.
Los levantamientos militares se bautizan en ocasiones de modo singular; en Argentina, la “revolución libertadora” encabezada por Lonardi derrocó a Perón en 1955; otro golpe condujo a la presidencia del general Onganía en 1966 (“revolución argentina”) y en marzo de 1976 se inicia en el país la época de las juntas militares (“proceso de reorganización nacional”). El bombardeo del Palacio de la Moneda avanza la dictadura de Pinochet en Chile (1973-1990), a la que se suman las de Uruguay (1973-1985) y en Bolivia las de Hugo Bánzer (1971-1980) y García Meza (1980-1981). El profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman, analiza estos procesos en el libro “Por la razón o la fuerza”, subtitulado “Historia y memoria de los golpes de Estado, dictaduras y resistencias en América Latina” (Siglo XXI, 2019).
El texto de 382 páginas revisa y actualiza uno anterior publicado por Akal en 2013, “Tiempos de oscuridad”. En el listado de golpes y dictaduras ocupa un lugar preeminente Brasil. Además del derrocamiento del presidente Goulart, en 1964, y los gobiernos de generales hasta 1985, “toma cuerpo la Doctrina (militar) de la Seguridad Nacional vinculada a combatir la amenaza exterior y el enemigo interno, visualizados como la Unión Soviética, el comunismo y la subversión; los militares actuaron en Brasil en perfecta sintonía con terratenientes, oligarcas y la burguesía local”, destaca Roitman.
Eran tiempos -en plena Guerra Fría- de alianzas estratégicas, suma de intereses y agregación de actores internacionales contra el “comunismo”. El sociólogo chileno apunta, entre los numerosos ejemplos, la invasión de la República Dominicana por los marines estadounidenses, en 1965, en la que la potencia norteamericana “utilizó” el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), la Organización de Estados Americanos (OEA) y una Fuerza Interamericana de Paz para legitimar la intervención. La Doctrina de la Seguridad Nacional se extendió a Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Los planes de estudio de la Escuela de las Américas (USARSA), ubicada en Fort Gulick (zona del Canal de Panamá), incluían las Operaciones de Contrainsurgencia; “en octubre de 1973 más de 170 graduados eran jefes de gobierno (entre otros Hugo Bánzer, Ríos Montt o Videla), ministros, generales o jefes de inteligencia de sus países”, detalla Roitman. De este modo se expresaba el Secretario de Defensa, Robert McNamara, ante el Congreso de Estados Unidos en 1967: “Nuestro objetivo en Latinoamérica es ayudar, donde sea necesario, al continuo desarrollo de las fuerzas militares y paramilitares nativas capaces de proporcionar, en unión a la policía y otras fuerzas de seguridad, la necesaria seguridad interna”.
También se internacionalizó el terror contra los militantes de izquierda; Forjada en Santiago de Chile (1975) y con el respaldo del secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, en la “Operación Cóndor” participaron los Estados de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay con este balance: 50.000 personas asesinadas, 30.000 desaparecidas y más de 400.000 torturadas o presas (una modalidad específica de crimen fueron los llamados “vuelos de la muerte”). El presidente Reagan también utilizó las estrategias de despliegue rápido de tropas (invasión de la Isla de Granada, en 1983) o la creación de fuerzas contrarrevolucionarias (tras el triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua, en 1979).
El autor de “Democracia sin demócrata y otras invenciones” (2008) e “Indignados: el rescate de la política” (2011) expone casos más recientes; “En Bolivia el presidente Evo Morales denunció varias asonadas entre 2010 y 2018”, apunta Marcos Roitman; al igual que Chile nacionalizó el cobre en 1971, el gobierno del MAS decretó en 2006 la nacionalización de los hidrocarburos, “recuperó” en 2008 la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), que controlaba Telecom-Italia; y en 2012 nacionalizó la Empresa Transportadora de Electricidad (TDE), filial de Red Eléctrica Española (REE), entre otras iniciativas de reversión.
Rafael Correa presidió Ecuador durante una década, hasta 2017, inspirándose en los principios de la Revolución Ciudadana y el Socialismo del Siglo XXI; en septiembre de 2010 Correa estuvo secuestrado durante unas horas en un hospital de Quito, y denunció un golpe de estado (fallido) en el que participó el expresidente y exmilitar Lucio Gutiérrez. En mayo de 2017 Lenin Moreno accedió, tras su triunfo electoral, a la presidencia de Ecuador; “ha lanzado una campaña apoyada en jueces corruptos y el legislativo contra Rafael Correa, es la estrategia para evitar la victoria posterior de una alternativa progresista”, valora Marcos Roitman.
“Son versiones más elaboradas del golpe de estado”, subraya el sociólogo chileno. En Argentina y Brasil se han promovido “cordones sanitarios” para frenar a líderes que congreguen el apoyo popular; en ese contexto se insertan los procesos judiciales y la persecución mediática contra Cristina Fernández de Kircher, hoy senadora y presidenta de Argentina entre 2007 y 2015; o la condena judicial a Lula da Silva, en prisión desde abril de 2018; debido a la sentencia condenatoria, el Tribunal Superior Electoral vetó la candidatura de Lula da Silva por el Partido de los Trabajadores (PT) a los comicios presidenciales, celebrados en octubre de 2018 (en el momento de producirse la inhabilitación, el exmandatario encabezaba las encuestas). Otro ejemplo de los llamados golpes “blandos” o “institucionales” es el “impeachment” por el que el Congreso y el Senado de Brasil destituyeron en 2016 a Dilma Roussef; de ese modo concluyeron 13 años de gobiernos del PT.
En Paraguay, el Congreso destituyó al presidente Fernando Lugo en Junio de 2012. Lugo denunció un “golpe de estado exprés”, en forma de juicio político con el pretexto del llamado “caso Curuguaty”. Marcos Roitman atribuye la maniobra a “la derecha, en connivencia con las fuerzas armadas y el poder legislativo y judicial”. En 2013 ganó las elecciones presidenciales el banquero y terrateniente Horacio Cartes, del Partido Colorado; así, “Paraguay retomó la deriva neoliberal y Estados Unidos dio por concluido el golpe de estado”, resume el autor de “Por la razón o la fuerza”. En junio de 2009, soldados del ejército de Honduras detuvieron por orden del Tribunal Supremo al presidente Mel Zelaya, que fue trasladado a Costa Rica; Zelaya, del Partido Liberal, había planteado una consulta popular para la reforma de la Constitución, que el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia declararon ilegal; además denunció, en la cadena TeleSur, la participación de Estados Unidos en el golpe. En un informe de 2015, la ONG Global Witness calificó a Honduras como “el país más peligroso del mundo para los defensores del territorio y el medio ambiente” (entre 2002 y 2014 murieron asesinados en el país 111 activistas).
Marcos Roitman dedica en el texto un apartado específico a Venezuela: “De Chávez a Maduro, 20 años de sedición golpista”. En el libro “Los 7 pecados capitales de Hugo Chávez” (Vadell, 2012), el periodista Michael Collon escribe sobre el golpe de abril de 2002: “Estados Unidos (George W. Bush) y España (José María Aznar) reconocieron al nuevo régimen en un tiempo récord y enviaron a sus embajadores ante el golpista Carmona, presidente de la patronal (…). Y cuando el golpe de 2002 derroque a Chávez, será la gente la que le salve: millones de mujeres y hombres en la calle”; “la televisión se convirtió en un instrumento decisivo del golpe de estado”, añade Collon, que cita a medios de comunicación privados como Venevisión, Globovisión, RCTV, Televen, El Universal y El Nacional; el diario El País publicó un editorial titulado “Golpe a un caudillo”. En 2019, con Maduro en la presidencia, se trata de “viabilizar un gobierno provisional al mando de Juan Guaidó avalado por Estados Unidos y sus cómplices internacionales”, concluye Roitman.
Los levantamientos militares se bautizan en ocasiones de modo singular; en Argentina, la “revolución libertadora” encabezada por Lonardi derrocó a Perón en 1955; otro golpe condujo a la presidencia del general Onganía en 1966 (“revolución argentina”) y en marzo de 1976 se inicia en el país la época de las juntas militares (“proceso de reorganización nacional”). El bombardeo del Palacio de la Moneda avanza la dictadura de Pinochet en Chile (1973-1990), a la que se suman las de Uruguay (1973-1985) y en Bolivia las de Hugo Bánzer (1971-1980) y García Meza (1980-1981). El profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman, analiza estos procesos en el libro “Por la razón o la fuerza”, subtitulado “Historia y memoria de los golpes de Estado, dictaduras y resistencias en América Latina” (Siglo XXI, 2019).
El texto de 382 páginas revisa y actualiza uno anterior publicado por Akal en 2013, “Tiempos de oscuridad”. En el listado de golpes y dictaduras ocupa un lugar preeminente Brasil. Además del derrocamiento del presidente Goulart, en 1964, y los gobiernos de generales hasta 1985, “toma cuerpo la Doctrina (militar) de la Seguridad Nacional vinculada a combatir la amenaza exterior y el enemigo interno, visualizados como la Unión Soviética, el comunismo y la subversión; los militares actuaron en Brasil en perfecta sintonía con terratenientes, oligarcas y la burguesía local”, destaca Roitman.
Eran tiempos -en plena Guerra Fría- de alianzas estratégicas, suma de intereses y agregación de actores internacionales contra el “comunismo”. El sociólogo chileno apunta, entre los numerosos ejemplos, la invasión de la República Dominicana por los marines estadounidenses, en 1965, en la que la potencia norteamericana “utilizó” el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), la Organización de Estados Americanos (OEA) y una Fuerza Interamericana de Paz para legitimar la intervención. La Doctrina de la Seguridad Nacional se extendió a Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Los planes de estudio de la Escuela de las Américas (USARSA), ubicada en Fort Gulick (zona del Canal de Panamá), incluían las Operaciones de Contrainsurgencia; “en octubre de 1973 más de 170 graduados eran jefes de gobierno (entre otros Hugo Bánzer, Ríos Montt o Videla), ministros, generales o jefes de inteligencia de sus países”, detalla Roitman. De este modo se expresaba el Secretario de Defensa, Robert McNamara, ante el Congreso de Estados Unidos en 1967: “Nuestro objetivo en Latinoamérica es ayudar, donde sea necesario, al continuo desarrollo de las fuerzas militares y paramilitares nativas capaces de proporcionar, en unión a la policía y otras fuerzas de seguridad, la necesaria seguridad interna”.
También se internacionalizó el terror contra los militantes de izquierda; Forjada en Santiago de Chile (1975) y con el respaldo del secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, en la “Operación Cóndor” participaron los Estados de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay con este balance: 50.000 personas asesinadas, 30.000 desaparecidas y más de 400.000 torturadas o presas (una modalidad específica de crimen fueron los llamados “vuelos de la muerte”). El presidente Reagan también utilizó las estrategias de despliegue rápido de tropas (invasión de la Isla de Granada, en 1983) o la creación de fuerzas contrarrevolucionarias (tras el triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua, en 1979).
El autor de “Democracia sin demócrata y otras invenciones” (2008) e “Indignados: el rescate de la política” (2011) expone casos más recientes; “En Bolivia el presidente Evo Morales denunció varias asonadas entre 2010 y 2018”, apunta Marcos Roitman; al igual que Chile nacionalizó el cobre en 1971, el gobierno del MAS decretó en 2006 la nacionalización de los hidrocarburos, “recuperó” en 2008 la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), que controlaba Telecom-Italia; y en 2012 nacionalizó la Empresa Transportadora de Electricidad (TDE), filial de Red Eléctrica Española (REE), entre otras iniciativas de reversión.
Rafael Correa presidió Ecuador durante una década, hasta 2017, inspirándose en los principios de la Revolución Ciudadana y el Socialismo del Siglo XXI; en septiembre de 2010 Correa estuvo secuestrado durante unas horas en un hospital de Quito, y denunció un golpe de estado (fallido) en el que participó el expresidente y exmilitar Lucio Gutiérrez. En mayo de 2017 Lenin Moreno accedió, tras su triunfo electoral, a la presidencia de Ecuador; “ha lanzado una campaña apoyada en jueces corruptos y el legislativo contra Rafael Correa, es la estrategia para evitar la victoria posterior de una alternativa progresista”, valora Marcos Roitman.
“Son versiones más elaboradas del golpe de estado”, subraya el sociólogo chileno. En Argentina y Brasil se han promovido “cordones sanitarios” para frenar a líderes que congreguen el apoyo popular; en ese contexto se insertan los procesos judiciales y la persecución mediática contra Cristina Fernández de Kircher, hoy senadora y presidenta de Argentina entre 2007 y 2015; o la condena judicial a Lula da Silva, en prisión desde abril de 2018; debido a la sentencia condenatoria, el Tribunal Superior Electoral vetó la candidatura de Lula da Silva por el Partido de los Trabajadores (PT) a los comicios presidenciales, celebrados en octubre de 2018 (en el momento de producirse la inhabilitación, el exmandatario encabezaba las encuestas). Otro ejemplo de los llamados golpes “blandos” o “institucionales” es el “impeachment” por el que el Congreso y el Senado de Brasil destituyeron en 2016 a Dilma Roussef; de ese modo concluyeron 13 años de gobiernos del PT.
En Paraguay, el Congreso destituyó al presidente Fernando Lugo en Junio de 2012. Lugo denunció un “golpe de estado exprés”, en forma de juicio político con el pretexto del llamado “caso Curuguaty”. Marcos Roitman atribuye la maniobra a “la derecha, en connivencia con las fuerzas armadas y el poder legislativo y judicial”. En 2013 ganó las elecciones presidenciales el banquero y terrateniente Horacio Cartes, del Partido Colorado; así, “Paraguay retomó la deriva neoliberal y Estados Unidos dio por concluido el golpe de estado”, resume el autor de “Por la razón o la fuerza”. En junio de 2009, soldados del ejército de Honduras detuvieron por orden del Tribunal Supremo al presidente Mel Zelaya, que fue trasladado a Costa Rica; Zelaya, del Partido Liberal, había planteado una consulta popular para la reforma de la Constitución, que el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia declararon ilegal; además denunció, en la cadena TeleSur, la participación de Estados Unidos en el golpe. En un informe de 2015, la ONG Global Witness calificó a Honduras como “el país más peligroso del mundo para los defensores del territorio y el medio ambiente” (entre 2002 y 2014 murieron asesinados en el país 111 activistas).
Marcos Roitman dedica en el texto un apartado específico a Venezuela: “De Chávez a Maduro, 20 años de sedición golpista”. En el libro “Los 7 pecados capitales de Hugo Chávez” (Vadell, 2012), el periodista Michael Collon escribe sobre el golpe de abril de 2002: “Estados Unidos (George W. Bush) y España (José María Aznar) reconocieron al nuevo régimen en un tiempo récord y enviaron a sus embajadores ante el golpista Carmona, presidente de la patronal (…). Y cuando el golpe de 2002 derroque a Chávez, será la gente la que le salve: millones de mujeres y hombres en la calle”; “la televisión se convirtió en un instrumento decisivo del golpe de estado”, añade Collon, que cita a medios de comunicación privados como Venevisión, Globovisión, RCTV, Televen, El Universal y El Nacional; el diario El País publicó un editorial titulado “Golpe a un caudillo”. En 2019, con Maduro en la presidencia, se trata de “viabilizar un gobierno provisional al mando de Juan Guaidó avalado por Estados Unidos y sus cómplices internacionales”, concluye Roitman.
miércoles, 17 de abril de 2019
_- Una manipulación política que Sevilla no debe permitirse. El fajín de Franco en la Semana Santa.
_- Isidoro Moreno
Diario de Sevilla
Apoyo totalmente la denuncia a la Fiscalía, por parte del Grupo de Juristas 17 de Marzo, contra la junta de gobierno de la cofradía del Baratillo que se propone sacar el fajín de Franco sobre la saya de la Virgen de la Caridad el próximo Miércoles Santo. Parece que la hija del dictador lo regaló, en 2000, a un conocido abogado miembro de esa hermandad, como premio a sus servicios. Y este año (¿porque estamos en días de campaña electoral?) se le ha colocado a la imagen. Aparte de constituir un delito por transgredir leyes vigentes, como explican dichos juristas, el hecho es execrable por lo que significa de insulto a decenas de miles de familias sevillanas que tienen todavía a antepasados en fosas comunes tras su asesinato por los golpistas que encabezó Franco.
Y supone, también, una muy grave manipulación política de la Semana Santa sevillana, que no debe permitirse. Deberían intervenir, para impedirlo, los propios miembros de la hermandad (que estoy seguro que mayoritariamente no apoyan esta utilización ideológico-partidista de la Virgen de su devoción) y, si ello no fuera suficiente, el Consejo General de Cofradías, el Arzobispado, el Ayuntamiento o la Subdelegación del Gobierno (que es la que, en última instancia, autoriza o no los actos en lugares públicos y debe velar por la legalidad). Mirar hacia otro lado equivale, en este caso, a complicidad.
Hace ya años, la Hermandad de la Macarena retiró el fajín de Queipo a la Esperanza en su salida de la madrugada del Viernes Santo. En Málaga, la del Cautivo ("el Señor de Málaga") rehusó el acompañamiento de los Regulares y, este año, la de Mena ha pedido a Casado, Rivera y Abascal que no vayan al traslado de su Cristo, como tenían previsto para renovar la foto de la Plaza de Colón (aunque sigue teniendo pendiente eliminar la presencia de la Legión con armas). Y, ahora, salta la noticia de que la Hermandad del Baratillo quiere sacar el fajín del propio dictador adornando a su Virgen y enalteciendo su figura. Poniéndolo bajo palio, como tantas veces en vida, entró en las catedrales. Indignante. Inaceptable. Cabe preguntarse si esa cofradía no está siendo manipulada por alguno/s de sus miembros como parte de la campaña de Vox para las elecciones municipales.
Incluso si el objetivo no fuera este último, no puede permitirse que Franco sea paseado triunfalmente por Sevilla, este Miércoles Santo, representado en su fajín de "generalísimo". Además de una burla a tantos sevillanos que aún no tienen donde llevar flores a sus muertos, sería un baldón para esa cofradía, un escarnio para esa Virgen, y una agresión a todos aquellos -sean creyentes, agnósticos, de derechas o de izquierdas...- que participan, cada quién a su manera y por muy diversas razones, en la fiesta mayor de la ciudad. Que constituye un valioso patrimonio tanto material como inmaterial de Sevilla que es necesario proteger de manipulaciones ideológico-partidistas. Y ésta lo es, y en muy alto grado. Se han pasado veinte pueblos. Rectifiquen o háganles rectificar.
Isidoro Moreno.
Catedrático Emérito de Antropología
Diario de Sevilla
Apoyo totalmente la denuncia a la Fiscalía, por parte del Grupo de Juristas 17 de Marzo, contra la junta de gobierno de la cofradía del Baratillo que se propone sacar el fajín de Franco sobre la saya de la Virgen de la Caridad el próximo Miércoles Santo. Parece que la hija del dictador lo regaló, en 2000, a un conocido abogado miembro de esa hermandad, como premio a sus servicios. Y este año (¿porque estamos en días de campaña electoral?) se le ha colocado a la imagen. Aparte de constituir un delito por transgredir leyes vigentes, como explican dichos juristas, el hecho es execrable por lo que significa de insulto a decenas de miles de familias sevillanas que tienen todavía a antepasados en fosas comunes tras su asesinato por los golpistas que encabezó Franco.
Y supone, también, una muy grave manipulación política de la Semana Santa sevillana, que no debe permitirse. Deberían intervenir, para impedirlo, los propios miembros de la hermandad (que estoy seguro que mayoritariamente no apoyan esta utilización ideológico-partidista de la Virgen de su devoción) y, si ello no fuera suficiente, el Consejo General de Cofradías, el Arzobispado, el Ayuntamiento o la Subdelegación del Gobierno (que es la que, en última instancia, autoriza o no los actos en lugares públicos y debe velar por la legalidad). Mirar hacia otro lado equivale, en este caso, a complicidad.
Hace ya años, la Hermandad de la Macarena retiró el fajín de Queipo a la Esperanza en su salida de la madrugada del Viernes Santo. En Málaga, la del Cautivo ("el Señor de Málaga") rehusó el acompañamiento de los Regulares y, este año, la de Mena ha pedido a Casado, Rivera y Abascal que no vayan al traslado de su Cristo, como tenían previsto para renovar la foto de la Plaza de Colón (aunque sigue teniendo pendiente eliminar la presencia de la Legión con armas). Y, ahora, salta la noticia de que la Hermandad del Baratillo quiere sacar el fajín del propio dictador adornando a su Virgen y enalteciendo su figura. Poniéndolo bajo palio, como tantas veces en vida, entró en las catedrales. Indignante. Inaceptable. Cabe preguntarse si esa cofradía no está siendo manipulada por alguno/s de sus miembros como parte de la campaña de Vox para las elecciones municipales.
Incluso si el objetivo no fuera este último, no puede permitirse que Franco sea paseado triunfalmente por Sevilla, este Miércoles Santo, representado en su fajín de "generalísimo". Además de una burla a tantos sevillanos que aún no tienen donde llevar flores a sus muertos, sería un baldón para esa cofradía, un escarnio para esa Virgen, y una agresión a todos aquellos -sean creyentes, agnósticos, de derechas o de izquierdas...- que participan, cada quién a su manera y por muy diversas razones, en la fiesta mayor de la ciudad. Que constituye un valioso patrimonio tanto material como inmaterial de Sevilla que es necesario proteger de manipulaciones ideológico-partidistas. Y ésta lo es, y en muy alto grado. Se han pasado veinte pueblos. Rectifiquen o háganles rectificar.
Isidoro Moreno.
Catedrático Emérito de Antropología
Enriquecer a los ricos y asfixiar a los pobres
El programa fiscal del PP es una provocación a quienes aún sufren las secuelas sociales de los recortes
XAVIER VIDAL-FOLCH
15 ABR 2019.
En síntesis apretadísima, el programa fiscal del PP consiste en bajar los impuestos a los ricos y reducir los ingresos de los pobres. En resumen menos apretado, eso se traduce en bajar el impuesto de sociedades (por debajo del 20%), suprimir al 99% el de sucesiones (herencias) y al 100% el de patrimonio, podar a fondo el impuesto sobre la renta (40% el tipo máximo), rebajar el salario mínimo (a 850 euros) y pegar un hachazo a las pensiones. ¡Mientras el FMI aconseja aumentar impuestos a los ricos!
Es una provocación a quienes aún sufren las secuelas sociales de los recortes tras la Gran Recesión. El alma social de este PP no es la centroderechista de Mariano. Es simple ignorancia, cruel y ultra, del dolor social. No es conservadurismo social, sino incitación a la rebelión de las masas. Amén de una gravísima irresponsabilidad política para un partido de los de gobierno, atenta contra la viabilidad económica del Estado, cuyos ingresos fiscales son un 7% inferiores a la media europea.
A no ser que alguien se crea las paparruchas del parlanchín Arthur Laffer. Este —maestro de Daniel Lacalle, el consejero económico de Pablo Casado— fue quien engañó a Ronald Reagan asegurándole (vía Dick Cheney y otros tristes patriotas carniceros) que una rebaja fiscal general, incondicional e inmediata relanzaría la economía. Acabó provocando uno de los peores fiascos presupuestarios (disparo del déficit y de la deuda) de toda la historia americana posterior a la Gran Recesión.
Algunas de las medidas resumidas se aplican en autonomías de la derecha, son clásicas en el programa pepero. Las peores han sido anunciadas oralmente, y claro, luego reinterpretadas y lanzadas contra los mensajeros, acusándoles de tergiversación. Da igual. Ahí están, en el fondo del armario Casado-Lacalle.
Preguntado el primero si desharía la subida del salario mínimo, dijo que sí, pero con el típico circunloquio. “Lo que haré es cumplir la negociación a la que llegó el Gobierno” de Rajoy, “para subir a 850 euros el salario mínimo en 2020”. O sea, hoy, bajarlo. Avisado de su pifia, la disfrazó con que primero escucharía a patronal y sindicatos. Pero hay que agradecerle su sinceridad inicial. Sabemos lo que piensa de verdad, en el fondo.
Lo mismo le pasó a Lacalle tras declarar a El Economista (31 de marzo) que el debate de las pensiones españolas “no es cuánto se revalorizan, sino cuánto se recortan, un 20%, un 30% o un 40%”. También dijo, donde dije digo, digo Diego. Gracias, sincero.
Fuente:
https://elpais.com/elpais/2019/04/14/opinion/1555244562_311678.html
XAVIER VIDAL-FOLCH
15 ABR 2019.
En síntesis apretadísima, el programa fiscal del PP consiste en bajar los impuestos a los ricos y reducir los ingresos de los pobres. En resumen menos apretado, eso se traduce en bajar el impuesto de sociedades (por debajo del 20%), suprimir al 99% el de sucesiones (herencias) y al 100% el de patrimonio, podar a fondo el impuesto sobre la renta (40% el tipo máximo), rebajar el salario mínimo (a 850 euros) y pegar un hachazo a las pensiones. ¡Mientras el FMI aconseja aumentar impuestos a los ricos!
Es una provocación a quienes aún sufren las secuelas sociales de los recortes tras la Gran Recesión. El alma social de este PP no es la centroderechista de Mariano. Es simple ignorancia, cruel y ultra, del dolor social. No es conservadurismo social, sino incitación a la rebelión de las masas. Amén de una gravísima irresponsabilidad política para un partido de los de gobierno, atenta contra la viabilidad económica del Estado, cuyos ingresos fiscales son un 7% inferiores a la media europea.
A no ser que alguien se crea las paparruchas del parlanchín Arthur Laffer. Este —maestro de Daniel Lacalle, el consejero económico de Pablo Casado— fue quien engañó a Ronald Reagan asegurándole (vía Dick Cheney y otros tristes patriotas carniceros) que una rebaja fiscal general, incondicional e inmediata relanzaría la economía. Acabó provocando uno de los peores fiascos presupuestarios (disparo del déficit y de la deuda) de toda la historia americana posterior a la Gran Recesión.
Algunas de las medidas resumidas se aplican en autonomías de la derecha, son clásicas en el programa pepero. Las peores han sido anunciadas oralmente, y claro, luego reinterpretadas y lanzadas contra los mensajeros, acusándoles de tergiversación. Da igual. Ahí están, en el fondo del armario Casado-Lacalle.
Preguntado el primero si desharía la subida del salario mínimo, dijo que sí, pero con el típico circunloquio. “Lo que haré es cumplir la negociación a la que llegó el Gobierno” de Rajoy, “para subir a 850 euros el salario mínimo en 2020”. O sea, hoy, bajarlo. Avisado de su pifia, la disfrazó con que primero escucharía a patronal y sindicatos. Pero hay que agradecerle su sinceridad inicial. Sabemos lo que piensa de verdad, en el fondo.
Lo mismo le pasó a Lacalle tras declarar a El Economista (31 de marzo) que el debate de las pensiones españolas “no es cuánto se revalorizan, sino cuánto se recortan, un 20%, un 30% o un 40%”. También dijo, donde dije digo, digo Diego. Gracias, sincero.
Fuente:
https://elpais.com/elpais/2019/04/14/opinion/1555244562_311678.html
Lo que El País oculta
Antonio Campuzano Rebelión
En Colombia, cada 48 horas es asesinado un activista. Esto lo tiene que saber El País, porque la cadena líder de radio colombiana, Radio Caracol, es de su mismo grupo y también una cadena de televisión. Es curioso que con tanto aparato informativo en este país, apenas informa sobre él.
El diario de PRISA está tan centrado en defender los intentos de golpe de Estado norteamericano en Venezuela y en demonizar a su Gobierno, que no tiene espacio para hablar de Colombia.
Según cifras de la ONU durante 2018 fueron asesinados 113 líderes sociales en el país, mientras que en lo que va de 2019 se han denunciado 29 homicidios. (Público 13/04/19)
A PRISA le van bien los negocios en Colombia y, a pesar de que en este país llevan muchos años de conflictos e injusticias sociales, El País raramente las menciona porque le interesa llevarse bien con sus gobiernos.
Así es el periodismo de los medios privados: primero el negocio, después la verdad.
Blog del autor:
http://antoniocampuzano.es/2019/04/15/lo-que-el-pais-oculta/
martes, 16 de abril de 2019
Libertad inmediata para Julian Assange
Pronunciamiento de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales En Defensa de la Humanidad
¡Libertad inmediata para Julian Assange!
ALAI
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad expresa su más solidario respaldo al periodista Julian Assange, destacado miembro de la REDH, quien ha dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión y el acceso a la información de interés público. Por sus extraordinarias contribuciones ha sido galardonado por The Economist, Amnistía Internacional UK, Premio Ars Electrónica, Premio Sam Adams, Medalla de Oro de la Fundación Sydney para la Paz -por su coraje excepcional e iniciativa en la defensa de los derechos humanos-, personaje del año 2010 elegido por lectoras/es de la revista Time, entre otros.
Expresamos honda preocupación por el proceder del gobierno ecuatoriano que, violando la institución del asilo, ha entregado a Julian Assange al gobierno británico, con un altísimo riesgo de extradición a Estados Unidos donde su vida corre peligro. Rechazamos los pretextos utilizados por el gobierno de Ecuador para justificarse, tales como la acusación de haber “intervenido en asuntos internos de otros Estados”, e incluso de una presunta intromisión en “intentos de desestabilización de Ecuador” imputada a Wikileaks.
Nos preocupa que el gobierno de Lenín Moreno aduzca precautelar la protección nacional, “evitar que el país se convierta en un centro de delitos informáticos”, mientras que, como parte de una acción que deja nefastos precedentes, él mismo emitió en 2018 un Protocolo Especial de Visitas, Comunicaciones y Atención Médica, que sometió al asilado a una serie de restricciones de sus libertades fundamentales y coartó su derecho a la comunicación, suprimiéndo hasta el acceso a la conectividad, a la información y a la expresión.
Recordamos que los siete años de asilo de Julian Assange –convertidos en reclusión en los dos últimos- obedecen a persecución política, a represalia por la difusión de materiales que Wikileaks liberó y difundió, al amparo de la transparencia de la información. Las informaciones y datos sobre política internacional y geopolítica, pusieron en evidencia crímenes de guerra y prácticas injerencistas de los gobiernos de varios países y grupos de poder, principalmente de los Estados Unidos, país que aspira a lograr una pronta extradición y juzgamiento.
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, organización mundial defensora de los derechos humanos y del Derecho a la información y la Libertad de Expresión, hace un llamado vigoroso al gobierno del Reino Unido a mantener una observancia estricta de los principios e instrumentos de derechos humanos, que en el caso incluyen una ‘protección especial’, como estipula el Informe de la Organización de Naciones Unidas sobre Assange (Opinion No.54/2015 concerning Julian Assange) y la Opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esta protección debe excluir cualquier escenario de extradición a los Estados Unidos, toda vez que Scotland Yard ha reconocido que la detención obedece a un pedido con ese propósito, formulado por ese país.
Llamamos a la Organización de las Naciones Unidas, a su Asamblea General y a todos los mecanismos de defensa de los Derechos Humanos, a hacer respetar la protección referida en sus ‘Informes Especiales’ -A/HRC/WGAD/2015/54-, y proteger la vida del periodista Julian Assange, perseguido político, que merece un tratamiento humanitario, con apego estricto e incondicional a la legislación internacional.
Convocamos a los gremios de periodistas, organismos defensores de la libertad de expresión y del derecho a la comunicación, a los movimientos sociales y populares, a las entidades defensoras de los derechos humanos y otras organizaciones, a movilizarse para exigir al Reino Unido la libertad de Assange, pues las acusaciones fraguadas que pesaban sobre él ya fueron desvanecidas y no subsiste ninguna acusación fundada.
¡Libertad inmediata para Julian Assange!
11 de abril 2019
Secretaria Ejecutiva
Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad
Fuente:
http://www.alainet.org/es/articulo/199276 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=254751
Washington acusa a Assange de una filtración que no ocurrió
Exigimos la libertad inmediata del periodista Julian Assange
¡Libertad inmediata para Julian Assange!
ALAI
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad expresa su más solidario respaldo al periodista Julian Assange, destacado miembro de la REDH, quien ha dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión y el acceso a la información de interés público. Por sus extraordinarias contribuciones ha sido galardonado por The Economist, Amnistía Internacional UK, Premio Ars Electrónica, Premio Sam Adams, Medalla de Oro de la Fundación Sydney para la Paz -por su coraje excepcional e iniciativa en la defensa de los derechos humanos-, personaje del año 2010 elegido por lectoras/es de la revista Time, entre otros.
Expresamos honda preocupación por el proceder del gobierno ecuatoriano que, violando la institución del asilo, ha entregado a Julian Assange al gobierno británico, con un altísimo riesgo de extradición a Estados Unidos donde su vida corre peligro. Rechazamos los pretextos utilizados por el gobierno de Ecuador para justificarse, tales como la acusación de haber “intervenido en asuntos internos de otros Estados”, e incluso de una presunta intromisión en “intentos de desestabilización de Ecuador” imputada a Wikileaks.
Nos preocupa que el gobierno de Lenín Moreno aduzca precautelar la protección nacional, “evitar que el país se convierta en un centro de delitos informáticos”, mientras que, como parte de una acción que deja nefastos precedentes, él mismo emitió en 2018 un Protocolo Especial de Visitas, Comunicaciones y Atención Médica, que sometió al asilado a una serie de restricciones de sus libertades fundamentales y coartó su derecho a la comunicación, suprimiéndo hasta el acceso a la conectividad, a la información y a la expresión.
Recordamos que los siete años de asilo de Julian Assange –convertidos en reclusión en los dos últimos- obedecen a persecución política, a represalia por la difusión de materiales que Wikileaks liberó y difundió, al amparo de la transparencia de la información. Las informaciones y datos sobre política internacional y geopolítica, pusieron en evidencia crímenes de guerra y prácticas injerencistas de los gobiernos de varios países y grupos de poder, principalmente de los Estados Unidos, país que aspira a lograr una pronta extradición y juzgamiento.
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, organización mundial defensora de los derechos humanos y del Derecho a la información y la Libertad de Expresión, hace un llamado vigoroso al gobierno del Reino Unido a mantener una observancia estricta de los principios e instrumentos de derechos humanos, que en el caso incluyen una ‘protección especial’, como estipula el Informe de la Organización de Naciones Unidas sobre Assange (Opinion No.54/2015 concerning Julian Assange) y la Opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esta protección debe excluir cualquier escenario de extradición a los Estados Unidos, toda vez que Scotland Yard ha reconocido que la detención obedece a un pedido con ese propósito, formulado por ese país.
Llamamos a la Organización de las Naciones Unidas, a su Asamblea General y a todos los mecanismos de defensa de los Derechos Humanos, a hacer respetar la protección referida en sus ‘Informes Especiales’ -A/HRC/WGAD/2015/54-, y proteger la vida del periodista Julian Assange, perseguido político, que merece un tratamiento humanitario, con apego estricto e incondicional a la legislación internacional.
Convocamos a los gremios de periodistas, organismos defensores de la libertad de expresión y del derecho a la comunicación, a los movimientos sociales y populares, a las entidades defensoras de los derechos humanos y otras organizaciones, a movilizarse para exigir al Reino Unido la libertad de Assange, pues las acusaciones fraguadas que pesaban sobre él ya fueron desvanecidas y no subsiste ninguna acusación fundada.
¡Libertad inmediata para Julian Assange!
11 de abril 2019
Secretaria Ejecutiva
Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad
Fuente:
http://www.alainet.org/es/articulo/199276 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=254751
Washington acusa a Assange de una filtración que no ocurrió
Exigimos la libertad inmediata del periodista Julian Assange
-Entrevista a Sally Burch
La herida del pasado fascista aún sangra en Croacia.
Serbios, judíos y antifascistas boicotean la ceremonia oficial en memoria de las víctimas de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial en denuncia del creciente revisionismo
Jasenovac (Croacia) 15 ABR 2019 -
Ceremonia alternativa a la oficial en recuerdo de las víctimas del campo de concentración de Jasenovac, este viernes. FOTO: NIKOLA SOLIC (AP)
En esta pradera donde solo se oye el azote del viento y el murmullo del río Sava que separa Croacia y Bosnia, al menos 83.000 personas fueron asesinadas durante la Segunda Guerra Mundial por los ustasha, los aliados croatas de los nazis, en el campo de concentración que aquí se alzaba. Croacia ha homenajeado este domingo a las víctimas, pero, por cuarto año consecutivo, lo ha hecho prácticamente sin sus representantes. Serbios, judíos y antifascistas han boicoteado la ceremonia en denuncia del creciente revisionismo de aquellos años oscuros y celebran dos días antes una extraoficial a la que también acuden los romaníes. Dos actos para una memoria dolorosa sobre la que pesan demasiados "sí, pero...".
La disonancia entre el espacio vacío de Jasenovac hoy y el horror de hace ocho décadas parece una metáfora sobre la dificultad de Croacia para lidiar con su pasado. La gran escultura en forma de flor donde este domingo se depositan los ramos de flores domina el centro de un complejo con ocho subcampos levantado en 1941 que albergaba hasta 4.000 prisioneros, aunque —como reconocían en un documento confidencial sus responsables en alusión a su función exterminadora— “podría aceptar un número ilimitado”. El lago ubicado a pocos metros proporcionaba el agua para la fabricación de ladrillos a la que estaban forzados los reclusos y las vías de ferrocarril que aún recorren el espacio sirvieron para transportar a parte de los presos. En el bucólico río colindante, una lancha de la policía croata vigila la frontera con la otra orilla, ya en la entidad serbia de Bosnia, en la que los ustasha asesinaban a los presos. Les obligaban a cavar una fosa para luego degollarles, dispararles o tirarles al agujero de un martillazo en la cabeza.
Si nada queda nada del campo es precisamente por el episodio que se recuerda cada año en abril. En 1945, unos 600 reclusos intentaron una huida masiva. 91 lo lograron; el resto fue abatido por los guardas. Ante el avance partisano, los guardas intentaron borrar las huellas del campo, ya vacío (asesinaron al casi medio millar que no había tratado de escapar): excavaron algunas fosas comunes para quemar los cadáveres e hicieron volar los barracones con explosivos. Dos años más tarde, el Gobierno yugoslavo permitió a los vecinos usar los cascotes para sus viviendas.
El cálculo de los muertos está muy politizado, incluido un reciente rifirrafe diplomático entre Croacia y Serbia. Tras la guerra, el Ejecutivo de Tito los cifró en 700.000, un cálculo que el consenso académico considera hoy inflado para negociar las reparaciones alemanas de guerra. Los cálculos han bailado de los desestimados 2.238 de una comisión del Parlamento croata al 1,1 millones de un historiador bosnio, es decir, tantos como en Auschwitz, pero sin cámaras de gas.
"Es prácticamente imposible saber el número total", admite Ivo Pejakovic, director del espacio en su memoria, junto a una instalación de vidrio en el museo de Jasenovac con los nombres y apellidos de los identificados. Actualmente son 83.145 (20.000 de ellos menores de 14 años), pero probablemente se trata de 100.000, cifra que manejan el Museo del Holocausto de Washington y el centro Simon Wiesenthal de Israel. Casi la mitad eran serbios —la principal diana del odio ustasha— y un cuarto, judíos y romaníes. El resto, militantes antifascistas y otros reclusos políticos.
Algunos de estos elementos —la demolición del complejo, la ausencia de una cifra cerrada de muertos o la fábrica de ladrillos— son justamente los que han alimentado las variopintas tesis negacionistas (como que era un campo de trabajo con muertes puntuales o que fue usado luego por Tito para asesinar ustasha) que han llevado al Departamento de Estado de EE UU a mostrar su preocupación, al Consejo de Europa a advertir de las crecientes alabanzas entre los jóvenes a la ideología ustasha y al Proyecto de Recuerdo del Holocausto a sacar “tarjeta roja” a Croacia el pasado enero por sus niveles de revisionismo, los mayores de la UE junto con Polonia, Hungría y Lituania.
“El caso croata es muy complejo. Por un lado, no quiere ser conocido como un país que niegue o revise el Holocausto, pero por otro no puede asumir lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial. Es muy difícil encontrar gente que sea completamente inequívoca. Es siempre un ‘sí, los ustasha fueron horribles, pero…’. El revisionismo no es tan explícito y flagrante como en Ucrania o Polonia, pero está ahí, es mainstream”, asegura el historiador británico Rory Yeomans, del Institute for Advanced Study de Princeton y autor de un libro sobre el fascismo en el país entre 1941 y 1945.
Hrvoje Klasic, profesor de la Universidad de Zagreb especializado en historia europea del siglo XX, cree que algunos comportamientos “se han hecho más evidentes en los últimos cuatro años". “Se ha vuelto en cierto modo normal decir Za dom Spremni [“Por la patria, listos”, el saludo ustasha]. Por eso, cuando llegaron las acusaciones de Europa o EE UU, hay quien pensó: ‘¿por qué ahora está prohibido, si no lo estaba hace 20 o 25 años?’. En Alemania, tras 1945, estaba muy claro qué personas y símbolos estaban prohibidos, pero en Yugoslavia no hizo falta. Era una zona gris que aún hoy es utilizada”, señala en su despacho.
El boicot a la ceremonia oficial en Jasenovac comenzó en 2016, año en que salió a la venta el ensayo Jasenovac, campo de trabajo, y su autor, Igor Vukic, fue entrevistado en la televisión pública. El entonces ministro de Cultura, Zlatko Hasanbegovic, que en los noventa había llamado a los ustasha “héroes y mártires”, asistió a la inauguración de un documental con la misma tesis y aplaudió que aborde "numerosos temas tabú". A esto se sumó otro libro y documental de un derechista esloveno sobre el “mito” del campo de concentración. Ese año, su superviviente más longevo pidió que no se leyese su carta en la conmemoración oficial, pero se hizo igual.
Otros gestos han alimentado la sensación de agravio. Una placa en recuerdo de combatientes croatas muertos en la guerra de los noventa que incluía en el escudo el saludo ustasha fue erigida en 2016 junto a Jasenovac. Tras meses de negociaciones, fue reubicada a 10 kilómetros. “Ahora está cerca de un cementerio en el que están enterrados partisanos que liberaron el campo”, critica Aneta Vladimirov, responsable del Departamento Cultural del Consejo Nacional Serbio, que representa a esta minoría.
Tres años antes, en un partido internacional, el futbolista Joe Simunic cogió un micrófono y gritó cuatro veces desde el campo el inicio del saludo ustasha (“Por la patria”). “¡Listos!”, respondieron miles de aficionados. Fue multado y sancionado con 10 partidos por la FIFA. “Las opiniones sobre el saludo cambian a diario. Un día está bien; otro, no. Y no solo entre los ciudadanos de a pie, también entre destacados políticos”, señala el diputado Veljko Kajtazi, en la sede de la representación de la comunidad romaní, Kali Sara, que él preside.
La presidenta del país, Kolinda Grabar-Kitarovic, del histórico partido conservador católico HDZ, ha condenado en varias ocasiones las masacres. “Sin ninguna reserva”, escribió en 2018 en el libro de visitas de Jasenovac, al que acude cada año por su cuenta —la última, este sábado— para no “intensificar las divisiones ideológicas”. “Va a Auschwitz de forma pública y a Jasenovac de forma privada”, lamenta Vladimirov.
La presidenta ha levantado, sin embargo, más de una ceja al afirmar que Za dom Spremni era “un antiguo saludo croata” o al manifestar su pasión por la música de Thompson, cantante conocido para glorificar a los ustasha que actuó en la celebración de la medalla de plata en el pasado Mundial de fútbol. “La ceremonia oficial en Jasenovac es el único momento en el que nuestros políticos hablan de lo que sucedió en la Segunda Guerra Mundial. Los 364 días restantes se comportan de forma diferente”, explica Sanja Tabakovic, representante de la comunidad judía en el Ayuntamiento de Zagreb.
La sensación es que por, cada una de cal, hay otra de arena. El pasado febrero, el Ministerio de Educación eliminó El diario de Anna Frank de su lista de lecturas recomendadas para los colegiales, poco después de que un centro vetase una exposición sobre el libro porque incluía paneles sobre los crímenes ustasha. Ese mismo mes, en cambio, el Ministerio recomendó a los colegios visitar Jasenovac, algo que en 2018 hicieron solo 16.000 personas. A diferencia de los desplazamientos a Vukovar, la ciudad símbolo de la agresión serbia en los noventa, el viaje no está subvencionado. "Depende principalmente de si los padres están dispuestos a pagarlo", admite el director del espacio. El año pasado lo visitaron quince grupos escolares. Hay más de 900 centros de primaria en el país. Según una investigación de varias ONG croatas publicada en 2015, un 22% de los alumnos de secundaria cree que el Estado Independiente de Croacia de los ustasha no fue una creación fascista y un 48% no está seguro.
Las raíces de este empuje revisionista están, según el historiador Klasic, en la desintegración de Yugoslavia, época en que un grupo paramilitar croata recuperó el saludo. “Tras la Segunda Guerra Mundial, muchos nazis o colaboracionistas franceses huyeron a América Latina, pero ellos y sus descendientes siguen viviendo allí. En ningún otro lugar en Europa pasó lo que en Croacia: que volvieron y tomaron el poder. Y con una narrativa: que el Estado independiente de Croacia no fue fascista, sino el Estado croata. Es desde ese momento que hay un fuerte revisionismo”.
Una idea en la que abunda Yeomans: “Si no puedes afrontar lo que pasó en los cuarenta, no puedes tener un debate honesto sobre los noventa, porque hay una conexión: convertir la historia de Croacia en mucho menos problemática de lo que realmente es”.
MÁS INFORMACIÓN
lunes, 15 de abril de 2019
Rivera en Errenteria: “Estamos aquí para darle batalla al cáncer de España, el nacionalismo”
El presidente de Ciudadanos anuncia leyes para impedir homenajes a etarras y para que puedan votar los amenazados que tuvieron que huir
Ha tenido que levantar la voz para que se le oiga. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha llegado a la plaza de los Fueros de Errenteria (Gipuzkoa), convertida en una olla a presión, sitiada por varios centenares de personas que no han dejado de gritar y de insultar durante todas las intervenciones, pero especialmente en la suya. En el centro de un espacio que había sido decorado por sus críticos con enormes lazos amarillos en todas las fachadas y resguardado por un considerable dispositivo de la Ertzaintza y de seguridad privada, ha asegurado que su objetivo principal es "darle la batalla al nacionalismo porque es el auténtico cáncer de España y de Europa".
Rivera no ha tenido ni un segundo de tregua durante su discurso. Los gritos arreciaban cuando se refería a ETA, a las víctimas o a los asesinos de ETA, en un pueblo que ha sufrido el terrorismo como pocos con 19 asesinatos y 27 ataques a la Casa del Pueblo del PSE. "Euskadi no es vuestro, sino de todos los españoles, como Cataluña tampoco es de Puigdemont y Torra. Allí en Cataluña nos echaron lejía, que pena que vosotros no fuisteis valientes en su día para echar lejía a los asesinos de ETA", ha espetado a quienes desde la calle y de los balcones le insultaban.
ETA y las consecuencias de sus asesinatos han sido la línea argumental de su discurso, salvo una referencia a que en estas elecciones hay que elegir entre "Pedro Sánchez y los independentistas, o los constitucionalistas". Tampoco se ha centrado en los recortes del autonomismo o la eliminación del Concierto Económico. El objetivo de su presencia, de la del filósofo Fernando Savater, y de la candidata al Parlamento Europeo, Maite Pagazaurtundua que le han precedido "es devolver la libertad a pueblos como Errenteria".
Ha tenido que levantar la voz para que se le oiga. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha llegado a la plaza de los Fueros de Errenteria (Gipuzkoa), convertida en una olla a presión, sitiada por varios centenares de personas que no han dejado de gritar y de insultar durante todas las intervenciones, pero especialmente en la suya. En el centro de un espacio que había sido decorado por sus críticos con enormes lazos amarillos en todas las fachadas y resguardado por un considerable dispositivo de la Ertzaintza y de seguridad privada, ha asegurado que su objetivo principal es "darle la batalla al nacionalismo porque es el auténtico cáncer de España y de Europa".
Rivera no ha tenido ni un segundo de tregua durante su discurso. Los gritos arreciaban cuando se refería a ETA, a las víctimas o a los asesinos de ETA, en un pueblo que ha sufrido el terrorismo como pocos con 19 asesinatos y 27 ataques a la Casa del Pueblo del PSE. "Euskadi no es vuestro, sino de todos los españoles, como Cataluña tampoco es de Puigdemont y Torra. Allí en Cataluña nos echaron lejía, que pena que vosotros no fuisteis valientes en su día para echar lejía a los asesinos de ETA", ha espetado a quienes desde la calle y de los balcones le insultaban.
ETA y las consecuencias de sus asesinatos han sido la línea argumental de su discurso, salvo una referencia a que en estas elecciones hay que elegir entre "Pedro Sánchez y los independentistas, o los constitucionalistas". Tampoco se ha centrado en los recortes del autonomismo o la eliminación del Concierto Económico. El objetivo de su presencia, de la del filósofo Fernando Savater, y de la candidata al Parlamento Europeo, Maite Pagazaurtundua que le han precedido "es devolver la libertad a pueblos como Errenteria".
Dia de mitines en elecciones generales
La Ertzaintza ha tenido que cargar contra algunos de los manifestantes contra Ciudadanos. La Ertzaintza ha tenido que cargar contra algunos de los manifestantes contra Ciudadanos.
EFE
La campaña ha arrancado fuerte, muy fuerte. El primer fin de semana ha sido más que intenso con todos los candidatos a las elecciones generales 2019 echados a la carretera y dando mítines, algunos con doblete al día, en medio de recibimientos caldeados y muy tensos en la calle.
Los cabezas de cartel recorren España y algunos se están encontrando con acogidas poco cariñosas. El de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dado este domingo su mitin en Rentería (Gipuzkoa) entre gritos de "fascista" e "hijo de puta", pitos, caceroladas y rodeado de balcones repletos de lazos amarillos y símbolos independentistas. La Ertzainta ha tenido que cargar ya finalizado el mitin contra los que protestaban por la presencia de Cs.
Para todos los públicos Rivera defiende la "libertad" entre insultos, gritos y símbolos independentistas en Renteríareproducir video 00.40 min Rivera defiende la "libertad" entre insultos, gritos y símbolos independentistas en Rentería Muy tenso fue también el recibimiento al candidato de Vox, Santiago Abascal, en Bilbao, este sábado con cinco detenidos, siete contusionados, daños materiales y cargas policiales tras el lanzamiento de piedras, botellas y bengalas por parte de concentrados convocados por Ernai, la organización juvenil de la izquierda abertzale.
Para todos los públicos Tensión en Alsasua durante la celebración de un acto de la plataforma España Ciudadanareproducir video 01.18 min Tensión en Alsasua durante la celebración de un acto de la plataforma España Ciudadana El jueves, en el mismo día del arranque de la campaña, la número dos de Barcelona por el PP, Cayetana Álvarez de Toledo, sufrió el acoso de un grupo de jóvenes a su entrada a la Universidad de Barcelona que protestaban por su presencia.
Banderas y símbolos usados como arma arrojadiza
Cada mitin está cargado de banderas, las que se ondean en los actos y de las que se habla. Durante el fin de semana se han visto banderas españolas, muchas; pero también esteladas, ikurriñas y banderas navarras en los mítines del País Vasco, epicentro este domingo de la campaña con actos de Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal.
El mitin de Unidas Podemos, en Eibar (Gipuzkoa), ha estado inundado de banderas republicanas, con motivo del aniversario de la proclamación de la II República, modelo de Estado que ha defendido el líder de Podemos junto con el de IU, Alberto Garzón. Precisamente, Iglesias ondeó este sábado la bandera tricolor canaria, un emblema que fue símbolo de las aspiraciones independentistas de las islas, lo que le ha costado críticas.
Para todos los públicos Iglesias ondea la bandera independentista canaria en un mitin patrióticoreproducir video 00.38 min Iglesias ondea la bandera independentista canaria en un mitin patriótico
Y siguiendo con las imágenes simbólicas, Casado dio un mitin este sábado junto a su número dos, Adolfo Suárez Illana, junto a la estatua del expresidente Suárez en Ávila, una de las figuras que más reivindica el 'popular'.
Duros reproches a rivales y posibles aliados futuros
En los primeros mítines de esta campaña recién iniciada los candidatos están cargando duramente contra rivales naturales pero también contra posibles aliados futuros.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no pierden ocasión para lanzar feroces críticas contra lo que definen como el "trío de Colón", los "tres temores", el "trifachito", la "derecha de las tres siglas" y "los tres pianistas de José María Aznar". Este domingo Iglesias ha añadido una nueva fórmula a las múltiples ideadas por la izquierda para citar al bloque formado por PP, Cs y Vox: "Híbrido extraño entre Don Pelayo y Margaret Thatcher".
El candidato socialista ha llegado a citar a Blas Piñar, de Fuerza Nueva, para comparar este partido con Vox, además de insistir en que "la ultraderecha marca el paso de la derecha", en la que incluye a Cs y a su líder, al que acusa de "chaquetero". Tanto Sánchez como Iglesias reprochan a estos partidos apropiarse de la bandera española con un "patriotismo falso".
Entre Sánchez e Iglesias de momento, no hay ataques muy duros, aunque Iglesias ha insistido este domingo en preguntar al presidente si va a pactar con Cs- en lo que sería, a su juicio, un gobierno "de derechas". Sánchez, de momento, no menciona a Unidas Podemos ni a su líder en los mítines, aunque insiste en la necesidad de aglutinar en torno al PSOE el voto contra PP, Cs y Vox.
En el bloque de la derecha, por su parte, la temperatura va subiendo. La batalla también ha comenzado por ese lado con un aumento de los dardos entre Rivera y Casado, que en precampaña se ofrecieron cargos y ahora pelean por ver quien lidera para repetir en España el modelo andaluz. Eso sí, las críticas más potentes van, por parte de ambos, a Sánchez: "Enemigo de la patria", "peligro para España" y "el zorro cuidando de las gallinas" son algunos de los 'piropos' dedicados al socialista.
El candidato de Vox casi ataca con la misma virulencia a PSOE que al PP de Casado, al que define como "traidor a la patria" y acusa de "arrodillarse ante Otegi".
Cerrado el primer fin de semana de campaña, los candidatos, sin descanso, afrontan una Semana Santa en la que no pararán, aunque sí reducirán los actos y mítines sobre todo en los días festivos.
Fuente RTVE
EFE
La campaña ha arrancado fuerte, muy fuerte. El primer fin de semana ha sido más que intenso con todos los candidatos a las elecciones generales 2019 echados a la carretera y dando mítines, algunos con doblete al día, en medio de recibimientos caldeados y muy tensos en la calle.
Los cabezas de cartel recorren España y algunos se están encontrando con acogidas poco cariñosas. El de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dado este domingo su mitin en Rentería (Gipuzkoa) entre gritos de "fascista" e "hijo de puta", pitos, caceroladas y rodeado de balcones repletos de lazos amarillos y símbolos independentistas. La Ertzainta ha tenido que cargar ya finalizado el mitin contra los que protestaban por la presencia de Cs.
Para todos los públicos Rivera defiende la "libertad" entre insultos, gritos y símbolos independentistas en Renteríareproducir video 00.40 min Rivera defiende la "libertad" entre insultos, gritos y símbolos independentistas en Rentería Muy tenso fue también el recibimiento al candidato de Vox, Santiago Abascal, en Bilbao, este sábado con cinco detenidos, siete contusionados, daños materiales y cargas policiales tras el lanzamiento de piedras, botellas y bengalas por parte de concentrados convocados por Ernai, la organización juvenil de la izquierda abertzale.
Para todos los públicos Tensión en Alsasua durante la celebración de un acto de la plataforma España Ciudadanareproducir video 01.18 min Tensión en Alsasua durante la celebración de un acto de la plataforma España Ciudadana El jueves, en el mismo día del arranque de la campaña, la número dos de Barcelona por el PP, Cayetana Álvarez de Toledo, sufrió el acoso de un grupo de jóvenes a su entrada a la Universidad de Barcelona que protestaban por su presencia.
Banderas y símbolos usados como arma arrojadiza
Cada mitin está cargado de banderas, las que se ondean en los actos y de las que se habla. Durante el fin de semana se han visto banderas españolas, muchas; pero también esteladas, ikurriñas y banderas navarras en los mítines del País Vasco, epicentro este domingo de la campaña con actos de Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal.
El mitin de Unidas Podemos, en Eibar (Gipuzkoa), ha estado inundado de banderas republicanas, con motivo del aniversario de la proclamación de la II República, modelo de Estado que ha defendido el líder de Podemos junto con el de IU, Alberto Garzón. Precisamente, Iglesias ondeó este sábado la bandera tricolor canaria, un emblema que fue símbolo de las aspiraciones independentistas de las islas, lo que le ha costado críticas.
Para todos los públicos Iglesias ondea la bandera independentista canaria en un mitin patrióticoreproducir video 00.38 min Iglesias ondea la bandera independentista canaria en un mitin patriótico
Y siguiendo con las imágenes simbólicas, Casado dio un mitin este sábado junto a su número dos, Adolfo Suárez Illana, junto a la estatua del expresidente Suárez en Ávila, una de las figuras que más reivindica el 'popular'.
Duros reproches a rivales y posibles aliados futuros
En los primeros mítines de esta campaña recién iniciada los candidatos están cargando duramente contra rivales naturales pero también contra posibles aliados futuros.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no pierden ocasión para lanzar feroces críticas contra lo que definen como el "trío de Colón", los "tres temores", el "trifachito", la "derecha de las tres siglas" y "los tres pianistas de José María Aznar". Este domingo Iglesias ha añadido una nueva fórmula a las múltiples ideadas por la izquierda para citar al bloque formado por PP, Cs y Vox: "Híbrido extraño entre Don Pelayo y Margaret Thatcher".
El candidato socialista ha llegado a citar a Blas Piñar, de Fuerza Nueva, para comparar este partido con Vox, además de insistir en que "la ultraderecha marca el paso de la derecha", en la que incluye a Cs y a su líder, al que acusa de "chaquetero". Tanto Sánchez como Iglesias reprochan a estos partidos apropiarse de la bandera española con un "patriotismo falso".
Entre Sánchez e Iglesias de momento, no hay ataques muy duros, aunque Iglesias ha insistido este domingo en preguntar al presidente si va a pactar con Cs- en lo que sería, a su juicio, un gobierno "de derechas". Sánchez, de momento, no menciona a Unidas Podemos ni a su líder en los mítines, aunque insiste en la necesidad de aglutinar en torno al PSOE el voto contra PP, Cs y Vox.
En el bloque de la derecha, por su parte, la temperatura va subiendo. La batalla también ha comenzado por ese lado con un aumento de los dardos entre Rivera y Casado, que en precampaña se ofrecieron cargos y ahora pelean por ver quien lidera para repetir en España el modelo andaluz. Eso sí, las críticas más potentes van, por parte de ambos, a Sánchez: "Enemigo de la patria", "peligro para España" y "el zorro cuidando de las gallinas" son algunos de los 'piropos' dedicados al socialista.
El candidato de Vox casi ataca con la misma virulencia a PSOE que al PP de Casado, al que define como "traidor a la patria" y acusa de "arrodillarse ante Otegi".
Cerrado el primer fin de semana de campaña, los candidatos, sin descanso, afrontan una Semana Santa en la que no pararán, aunque sí reducirán los actos y mítines sobre todo en los días festivos.
Fuente RTVE
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