domingo, 4 de abril de 2021

_- Víctimas de una guerra civil. El Estado democrático tiene que corregir una anomalía derivada de la propia historia y tratar con igual respeto a los “paseados” por uno u otro bando. Y cumplir así una resolución del Parlamento Europeo

_- La guerra civil española de 1936-1939, como otras similares antes o después, no estalló de improviso como un fenómeno natural ni por la acción malévola de minorías aisladas y sin arraigo social profundo. Es un error considerarla mero producto de la rebelión militar de un puñado de traicioneros “generales facciosos” o entenderla como acción preventiva para anular “un complot comunista” inminente. Con independencia de sus causas (más complejas de lo que pretende el maniqueísmo especular filofranquista o prorrepublicano), la contienda fue un cataclismo colectivo que partió por la mitad a la sociedad española y abrió las puertas a un aterrador infierno de violencia y sangre: en torno a 200.000 muertos en combate, más de 350.000 muertos por penurias alimentarias y carencias sanitarias y una cifra de víctimas mortales por represión política de no menos de 130.000 personas a manos franquistas (la mayoría en guerra y unas decenas de miles en posguerra) y poco más de 55.000 a manos republicanas (estas solo durante la guerra).

En el fragor del combate
Esa última categoría, las víctimas como sujetos de daño mortal por acción de otros al margen de operaciones bélicas, son siempre parte definitoria de esa violencia salvaje contra el “enemigo interno”. Son la máxima expresión de toda guerra civil porque revela la combinación letal de odio y miedo que es previa condición de posibilidad del estallido de un conflicto donde los enemigos hablan el mismo idioma, residen en los mismos lugares y pueden incluso ser familiares o conocidos y por eso odiados y temidos de manera personalizada. En esas guerras, la violencia contra ellos tiene carácter estratégico (anula su resistencia por eliminación física o intimidación moral ante el castigo ejemplar) y por eso anegó de sangre ambas retaguardias, sobre todo en los primeros meses testigos del “terror caliente” de 1936 (casi el 70% de esos represaliados perdieron la vida en ese lapso temporal).

El perfil de las víctimas en España es contrastado, desde luego, como corresponde a una guerra que fue combinación de lucha de clases sociales por las armas, pugna de ideologías políticas enfrentadas, choque entre mentalidades religioso-culturales contrapuestas, enfrentamiento de sentimientos nacionales mutuamente incompatibles. En la zona sublevada, truncado el objetivo de triunfo rápido y total, la represión alentada por los mandos militares pretendía “limpiar” de escoria el cuerpo social de la nación católica mediante la liquidación de las autoridades institucionales adversas (militares y civiles), así como de los dirigentes socio-políticos de los partidos y sindicatos de izquierda y de sus militantes más activos, desafectos o peligrosos.

En la zona republicana, impotente su Gobierno legal ante un proceso revolucionario amorfo, eliminaba obstáculos a la transformación social a través de las vidas de militares hostiles, líderes políticos derechistas, patronos opuestos al sindicalismo obrero y, sobre todo, clérigos de la Iglesia católica, erigida en símbolo culpable del mal acumulado durante siglos.

Esa dinámica violenta y fratricida generó víctimas y verdugos en ambos bandos, como en toda guerra civil previa o posterior. Y por eso, puestos a usar los muertos como arma arrojadiza del presente, nadie saldría ganando de manera diáfana e inmaculada. Sin entrar en primacías temporales o grados de vesania criminal, por cada “paseado” como Federico García Lorca o el alcalde de Granada a manos de militares sublevados siempre cabe citar otro “paseado” como Pedro Muñoz Seca o el tribuno Melquíades Álvarez a manos de milicianos revolucionarios. Por cada muerto inocente y vulnerable registrado tras la ocupación franquista de la ciudad de Badajoz en agosto de 1936 (fueran los 530 registrados por estudios locales o los más de 3.000 apuntados por otras fuentes), siempre cabe recordar otro muerto inocente y vulnerable enterrado por milicias revolucionarias en las fosas de Paracuellos del Jarama (entre 2.200 y 2.500, según las fuentes).

En todo caso, es innegable que la violencia insurgente (luego franquista) fue más efectiva por organizada y progresivamente centralizada, además de superior en número porque empezó aplicándose a media España pero logró expandirse al compás de sus avances militares y extenderse temporalmente más allá de la victoria. Es algo lógico que confirman otras guerras civiles (el que gana mata más) y que se aprecia tanto en la cuantificación general como en la esfera microhistórica. Un ejemplo sin pretensiones, pero ilustrativo: el famoso por conflictivo pueblo pacense de Castilblanco (3.000 habitantes), que estuvo en poder republicano toda la contienda, registró 10 víctimas derechistas entre 1936 y 1939 frente a 45 víctimas izquierdistas entre 1939 y 1942.

Esta es la triste realidad histórica de la represión, fueran víctimas inocentes, culpables o mezcla de ambas cosas en algún momento o caso. Por eso, en términos cívico-democráticos, los crímenes de lesa humanidad cometidos por reaccionarios insurgentes en un lado no legitiman ni anulan los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terror revolucionario impuesto en el otro lado. No se trata de ninguna “equidistancia” moral (absurda porque ese concepto geométrico nunca invalidaría la necesaria imparcialidad de juicio que reclama la historia si no quiere ser mitología propagandística). Se trata de evidencia imborrable que nutre la mirada histórica atenta a la complejidad del fenómeno y trituradora de consoladores mitos maniqueos deformadores por ignorancia o cerrazón ideológica. ¿Acaso la “imparcialidad” en la historia es ahora delito en vez de ser obligación deontológica y debe reemplazarse por flagrante “parcialidad”? ¿Acaso ocultar los crímenes de unos para ensalzar la enormidad exclusiva de los crímenes de otros es hacer “buena Historia”?

Todo lo contrario. Y sin que ello sea óbice para que el Estado democrático corrija una anomalía derivada de la propia historia y trate a todas las víctimas con igual respeto. Porque mientras que durante mucho tiempo unas tuvieron lugares honorables de reposo y a sus herederos reconocidos y gratificados, las otras sufrieron la vergüenza de permanecer en fosas comunes y carecieron de amparo para sus deudos. Así estaríamos cumpliendo la resolución del Parlamento Europeo sobre “memoria histórica europea” de abril de 2009 que pide recordar “con dignidad e imparcialidad” a “todas las víctimas de los regímenes totalitarios y antidemocráticos en Europa”, considerando “irrelevante qué régimen les privó de su libertad o les torturó o asesinó por la razón que fuera”.

Enrique Moradiellos es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura y Premio Nacional por Historia mínima de la Guerra Civil (Turner).

sábado, 3 de abril de 2021

_- Por qué debes dejar de pensar que "no naciste para las matemáticas"


_- Hay estudios que derrumban la idea de que nacemos (o no) con cierta afinidad hacia las matemáticas.

En 2013, tres investigadores italianos acompañaron a 120 niñas de 6 años que cursaban el primer grado de la escuela primaria.

Los científicos percibieron que las niñas que pensaban que las matemáticas no son para las mujeres tenían un desempeño peor en la disciplina que las demás alumnas.

Unos años antes, en 2007, un estudio realizado en Estados Unidos con 373 estudiantes (hombres y mujeres) de séptimo grado descubrió que los estudiantes que creían que "no podían cambiar mucho sobre la inteligencia que tenían" no sobresalían en matemáticas, a diferencia de los estudiantes que entendieron que su inteligencia era maleable.

Estos son algunos de los estudios que, en los últimos años, han tratado de anular la idea de que la afinidad por las matemáticas es algo con lo que se nace o no.

En lugar de eso, el "cerebro matemático" parece estar construido en gran medida por nuestras percepciones sobre nuestras habilidades y esfuerzos y, sobre todo, por la forma en que nos enseñan las matemáticas en la escuela.

"Hay algunas razones por las que creemos que somos malos en matemáticas, y la primera es la idea errónea de que uno nace con un 'cerebro matemático' o que no tiene esa aptitud", le dijo a BBC Brasil Jo Boaler, investigadora de la Universidad de Stanford en EE.UU.

"Mucha gente cree esto, y la primera vez que se encuentran con problemas piensan que simplemente no son aptos para las matemáticas y desde entonces consolidan una visión negativa de sí mismos".

Otra razón, piensa Boaler, es que las matemáticas a menudo se enseñan "de una manera increíblemente aburrida" y eso aleja a la gente. "Esta combinación (de percepciones personales y modelo de enseñanza) ha hecho mucho daño", dice la investigadora.

Apreciar los errores
Boaler argumenta que las matemáticas tienen más sentido si se enseñan visualmente (con dibujos, cubos, cuerdas), con creatividad y trabajo en equipo y exaltando los errores cometidos en lugar de condenarlos.

Y dice, además, que muchas clases de matemáticas tradicionales enfatizan demasiado la rapidez con la que los estudiantes resuelven los ejercicios, lo que desalienta a aquellos que no pueden seguir ese ritmo.

Por qué es importante que los niños aprendan matemáticas desde la guardería "Muchos niños que podrían tener un gran futuro en matemáticas piensan que no son lo suficientemente rápidos", señala Boaler.

"Otro descubrimiento liberador de la neurociencia es que nuestro cerebro crece más cuando cometemos errores, aunque la sensación (durante este proceso) sea mala".
Una investigadora de la Universidad de Stanford sugiere diseñar ejercicios colaborativos para potenciar la enseñanza de las matemáticas.

Muchas veces la noción de que los ejercicios matemáticos deben aprenderse con rapidez perjudican a los estudiantes que no pueden seguir ese ritmo.

En 2017, Boaler y su equipo aplicaron estas técnicas de enseñanza a 84 estudiantes entre 11 y 13 años en California.

Los jóvenes participaron en 18 clases en el proyecto Youcubed, aprendiendo matemáticas de una manera más colaborativa. El resultado, según la Universidad de Stanford, es que durante este período aumentaron su conocimiento matemático en el equivalente a 2,4 años de educación escolar.

El truco matemático para hacer cálculos más fácilmente que se hizo viral (y que nadie nos enseñó en la escuela) Sin embargo, esto no significa que las matemáticas sean fáciles o que el aprendizaje no sea frustrante.

Ayuda desde casa
Jo Boaler considera que en el entorno familiar se pueden potenciar las aptitudes matemáticas de los estudiantes y por eso sugiere que los padres "den un mensaje positivo" a sus hijos.

"Incluso si odias las matemáticas, sé un entusiasta del aprendizaje, aunque lo finjas", recomienda.

"Los juegos también son geniales, por ejemplo, dados. Solo les pido que tengan cuidado con los juegos que requieren velocidad. Es más importante fomentar la creatividad y la flexibilidad. Un cálculo matemático puede hacerse de muchas maneras".

BBC


viernes, 2 de abril de 2021

_- 3 ecuaciones que gobiernan nuestra sociedad (y cómo puedes usarlas para "retomar el control de tu vida")

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El comportamiento humano está gobernado por una serie de ecuaciones, asegura el matemático y autor británico David Sumpter. 

El mundo de hoy puede parecer caótico e impredecible pero detrás del aparente desorden hay una serie de fórmulas matemáticas que gobiernan nuestra vida en sociedad, desde nuestras relaciones hasta nuestras finanzas.

Eso asegura el británico David Sumpter, profesor de matemáticas aplicadas en la Universidad de Uppsala, en Suecia.

En octubre pasado Sumpter —quien ha escrito una serie de obras sobre las matemáticas y su aplicación en la vida real, incluyendo una sobre fútbol, llamado Soccermatics— publicó un libro sobre estas reglas.

Se titula The Ten Equations that Rule the World: And How You Can Use Them Too ("Las diez ecuaciones que gobiernan el mundo: y cómo tú también puedes usarlas").

Según el autor, no se trata de fórmulas secretas que utilizan oscuros organismos supranacionales para controlar al mundo, como creen algunos seguidores de teorías conspirativos.

Son —asegura Sumpter— ecuaciones que conocen los matemáticos pero que, por su complejidad, no son accesibles para la mayoría de la población.

"Están escondidas a plena vista", afirmó el académico durante una charla con el Royal Institution de Londres, tras presentar su libro.

Sin embargo, resaltó que algunos de los hombres más poderosos del mundo, como Jeff Bezos de Amazon, Bill Gates de Microsoft, Elon Musk de Tesla, Mark Zuckerberg de Facebook y los creadores de Google, Serguei Brin y Larry Page, utilizan estas fórmulas para hacer su fortuna.

Uno de ellos incluso patentó una de las ecuaciones (ya te contaremos más sobre esto).

Según Sumpter, comprender cómo funcionan te permitirá "entender mejor qué pasa tanto en el mundo como en tu vida" y podría ayudarte a "ser más feliz, a ser una mejor persona, e incluso a ser más rico o exitoso".

El libro de Sumpter se publicó en octubre de 2020.

Aquí te contamos sobre tres de las ecuaciones que, de acuerdo con el autor, te permitirán "retomar el control de tu vida".

"Las matemáticas son generalmente enseñadas y por ende percibidas como abstractas y aburridas, pero nacieron para resolver problemas reales"

1. La ecuación del la apuesta
Es la primera de The Ten ("Los diez"), como Sumpter llama a las 10 ecuaciones que aparecen en su libro.

Se trata de una fórmula desarrollada por diversos matemáticos —incluyéndolo a él— con la intención de hacer dinero en el mundo de las apuestas.

Todo comenzó en 2018, antes de la Copa del Mundo de Rusia, cuando dos jóvenes noruegos, Marius Norheim y Jan Runo, contactaron a Sumpter para ver si podían utilizar las matemáticas para descifrar y dominar el mundo de las apuestas.

Juntos, desarrollaron una fórmula que terminó teniendo éxito, y Norheim y Runo lograron amasar una fortuna de más de un millón de dólares.

Durante su investigación, Sumpter descubrió que ya otros matemáticos habían develado la misma ecuación.

Uno, llamado William Benter, se hizo millonario en la década de 1990 gracias a un programa informático que desarrolló, usando el algoritmo, para tener éxito en el mercado de las apuestas de carreras de caballo.

Pero Sumpter no recomienda esta ecuación para que todos nos hagamos ricos apostando.

De lo que se dio cuenta es que lo que hace exitosa a esta fórmula también es aplicable a otras áreas de la vida, desde buscar pareja a empezar negocios.

En esencia, consiste de dos claves: "pensar de forma probabilística" y tratar de "encontrar sesgos en las probabilidades".

Esta ecuación ha sido usada exitosamente en el mundo de las apuestas, pero sirve para buscar el éxito en cualquier ámbito de la vida, asegura el autor.

El secreto, dice el matemático, no es tratar de descifrar quién ganará algo y apostar una fortuna a ese presunto ganador. En lugar de eso, afirma, tendrás muchas más chances de hacer dinero si apuestas poco, pero muchas veces, a quienes creas tengan una leve ventaja sobre otro.

Da el caso de Norheim y Runo como ejemplo. "Ganaron 838.000 euros (unos US$450.000) haciendo más de 100.000 apuestas de 100 euros (US$119). Sus ganancias eran de menos de 1% por apuesta", explica. Pero a la larga, hicieron una fortuna.

Sumpter cree que esta ecuación "sirve para repensar cómo imaginamos el éxito".

"Creemos que tendremos éxito si tenemos una gran idea y pasamos mucho tiempo tratando de tener esa gran idea. Pero no funciona así", explicó en la charla del Royal Institution.

Para mejorar tus probabilidades, aconseja, debes probar una idea detrás de otra, aunque no funcionen.

"Este debería ser tu enfoque en la vida: si pruebas muchas cosas diferentes, una de ella eventualmente funcionará".

El matemático afirma que también sirve para las relaciones.

"Sé por la gente más joven que es muy estresante eso del Tinder y estarte mensajeando con mucha gente, pero al final eso es lo que debes hacer: tienes que aprender de todas las experiencias negativas que has tenido y un día tendrás esta experiencia positiva donde las cosas finalmente funcionan".

"Aunque suene como algo kármico, no solo es una visión kármica de la vida, también es una forma matemáticamente correcta de encarar la vida", aseguró.

2. La ecuación de la recompensa
Esta ecuación tiene que ver con nuestros hábitos y Sumpter dice que usarlo nos puede ayudar a decidir si queremos mantenerlos o cambiarlos.

La ecuación de la Recompensa podría ayudarte a decidir si te conviene seguir mirando esa serie que empezaste y ya no te convence tanto.

"Aplica a cualquier cosa que hagamos, desde ir al gimnasio, hasta encontrarte con amigos o mirar una serie en Netflix", explicó durante otra charla con alumnos del London School of Economics (LSE).

En esencia, el objetivo es usar esta ecuación —que, por cierto, existe desde los años 1950— para evitar que sigamos haciendo cosas por inercia, aunque realmente no nos aporten mucho.

La clave de la fórmula es aplicar lo que Sumpter llama una "variable de seguimiento".

Se trata de "un número que describe cuánto disfrutas de esa actividad", señaló.

Para explicar cómo funciona, pone como ejemplo una serie que estamos mirando, y que no sabemos si valdrá la pena seguir hasta el final, habiendo tantas otras cosas en oferta.

"Ponle una puntuación del 0 al 10 a cada capítulo", indica. Cada vez que miras un nuevo capítulo, le pones su puntuación, sumas el total y lo divides por la cantidad de capítulos que has visto.

Esa ecuación te indicará si vale la pena seguir mirando.

El académico recomienda dejar de mirar "si la variable de seguimiento es menor a 7".

"La ecuación de la Recompensa es ampliamente utilizada por los medios sociales, que la usan para decidir qué tipo de recompensas e información darnos", señala.

"Si descubren que algo nos gusta mucho, nos darán más de esas cosas, por lo que seguiremos haciendo click en esa red".

Sabiendo esto, Sumpter recomienda "aplicar ingeniería inversa" y usar esta fórmula para monitorear tu uso de estas y otras aplicaciones, para ver si realmente aportan a tu felicidad.

Puedes usar la ecuación de la recompensa para monitorear tu uso de las redes sociales y otras apps, usando la misma fórmula que ellos usan contigo.

Su consejo: "Utiliza la ecuación de la recompensa para crear un enfoque más equilibrado de las redes sociales".

3. La ecuación del 'influencer'
Esta ecuación también tiene que ver con las redes sociales y cómo pueden distorsionar la realidad y manipularnos.

Se trata del algoritmo utilizado por Instagram, Facebook, Google y otras empresas para hacer un ranking de cuán importantes son diferentes personas en internet.

Según Sumpter, la fórmula ha generado "una visión muy exagerada" de la popularidad.

Básicamente, así como la ecuación de la recompensa hace que te ofrezcan cosas parecidas a las que ya te gustan, la ecuación del Influencer hace que las personas populares se hagan más populares.

Al destacar los perfiles de las personas con más seguidores, generan que más personas vean esos perfiles y los sigan.

Así, "en las redes sociales la popularidad se retroalimenta, haciendo que muchas veces resulte exagerada", explica el autor.

La popularidad de algunas de las celebridades más famosas, como Kim Kardashian, es exagerada por la ecuación del influencer, dice Sumpter.

No solo pasa con personas, advierte. "Lo mismo pasa en Amazon con la compra de ciertos artículos".

"Y una de las cosas más importantes es que también pasa con las noticias", resalta.

"Las historias, como el covid, el Brexit, o Trump, se convierten en historias exageradas", dice.

"Claro que son historias importantes, pero hay muchas noticias pasando en el mundo. Por cómo funcionan los medios sociales, ciertas noticias despegan".

La matemática detrás de este fenómeno es muy vieja, asegura Sumpter. "Puedes encontrar la ecuación del Influencer en documentos que tienen más de 100 años".

Sin embargo, revela que Larry Page, de Google, patentó la ecuación en una de las licencias del famoso buscador.

Su consejo, en particular para quienes anhelan la popularidad online, es que usemos esta información "para poner en perspectiva nuestro propio lugar en las redes sociales".

jueves, 1 de abril de 2021

_- Las radicales propuestas de la "economía de la dona" (y cómo quieren transformar el mundo)

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Carlota Sanz Ruiz es la cofundadora del Doughnut Economics Action Lab, el laboratorio de ideas encargado de llevar a la práctica este nuevo modelo.

Ámsterdam, Bruselas y Copenhague. No es casualidad que las ciudades ricas hayan sido las primeras en abrazar el nuevo modelo de "economía de la dona", también conocida como "economía dónut" o doughnut en inglés. Tienen capacidad para actuar más rápido.

La propuesta, ideada por la economista Kate Raworth (Londres, 1970), publicada por primera vez en 2012 y convertida en un exitoso libro después (Doughnut Economics: Seven Ways to Think Like a 21st-Century Economist), ofrece una visión de lo que significa para la humanidad prosperar hoy y los pasos necesarios para lograrlo.

La premisa central es simple: el objetivo de la actividad económica debe ser satisfacer las necesidades básicas de todos y hacerlo en equilibrio con el planeta.

Hay quien ha descrito a Raworth como la "John Maynard Keyenes del siglo XXI", por considerar que sus ideas "redefinen los fundamentos de la economía" y su planteamiento no tardó en llamar la atención internacional: fue presentada como un documento de trabajo para Oxfam en 2012, tomó protagonismo en la Asamblea General de la ONU y fue un referente para el movimiento social Occupy London.

Tuvo tanta repercusión que las ideas se expandieron más allá de las páginas de un libro para dar vida a Doughnut Economics Action Lab, un proyecto que se encarga de proporcionar herramientas y equipar a todo aquel que quiera poner en práctica este modelo de economía, ya sea un barrio, una aldea o una ciudad entera.

El libro de Kate Raworth en el que usa una dona para explicar un modelo de economía circular pero con varias capas.

La economista española Carlota Sanz es cofundadora de ese espacio, encargado de llevar a la práctica las ideas de Raworth.

"Muchas personas creen que no hay alternativa al modelo económico actual, pero la economía es una ciencia social hecha por personas y las personas pueden cambiarla", le dice en una entrevista a BBC Mundo.

"El hemisferio sur todavía tiene las oportunidad de hacer las cosas diferentes", añade.

Y es que no se trata de un simple debate teórico. Los datos empíricos indican que el capitalismo a su ritmo actual no es sostenible, subraya.

El modelo "consta de dos anillos concéntricos: una base social, para garantizar que nadie se quede corto en las necesidades básicas, y un techo ecológico, para garantizar que la humanidad no sobrepase los límites de la Tierra", explica.

"Entre estos dos conjuntos de límites se encuentra un espacio en forma de rosquilla, o dona, que es ecológicamente seguro y socialmente justo. Este es el espacio en el que la humanidad puede prosperar".

Lo que sigue es un extracto de la conversación que la economista mantuvo con BBC Mundo en la que repasa qué dinámicas económicas hemos heredado, por qué no funcionan y cómo podemos cambiarlas para alcanzar la prosperidad.



2px presentational grey line Infografía de la economía dona 

DOUGHNUT ECONOMICS ACTION LAB

La "economía la dona" es circular, como el popular dulce de repostería. En el interior están las necesidades básicas mientras que en el exterior los límites del planeta. El del medio es el espacio seguro donde la humanidad puede prosperar.

¿En que se quedan obsoletas, según ustedes, las grandes teorías económicas desarrolladas en el siglo XX?

Las teorías económicas más ortodoxas de siglo pasado se centraron únicamente en el valor que genera el mercado y en el papel que juega luego el estado en provisionar bienestar.

Hasta hace muy poquito, la narrativa predominante era la lucha entre el mercado y el Estado, y la dicotomía entre ellos.

La propuesta de la "economía de la dona" va mucho más allá: entiende la economía como algo que está por encima de ese debate.

Lo que proponemos es que hay que levantar la cabeza y ver que además estos dos, hay más agentes que generan valor, como el de los hogares, el de la economía doméstica tradicionalmente a cargo de las mujeres, pero también el valor que se crea en los comunes, o sea, en tu barrio.

Y de hecho, creo que esta visión más amplia de lo que es la economía ha quedado completamente en evidencia ahora con la pandemia.

¿Entonces, al hablar de las teorías económicas obsoletas, están hablando del capitalismo?

El capitalismo es una palabra muy grande.

Yo ahora mismo no estoy hablando ni de capitalismo ni de otros sistemas.

Me estoy refiriendo a las dinámicas del sistema capitalista que se han quedado obsoletas.

Una de ellas es este sistema industrial degenerativo.

Esa dinámica de tomar, hacer, gastar y perder, es lo que está provocando que ya estemos excediendo los límites que tiene nuestro planeta vivo.

¿A qué se refiere con industria degenerativa?

Al sistema de producción que tenemos en general.

Usamos plásticos, metales, vidrio, producimos cosas y luego las desechamos.

Eso tiene impacto en los océanos y lagos de todo el mundo. Y vemos residuos electrónicos en los vertederos de los barrios más pobres del mundo.

Las consecuencias de todo esto van desde el cambio climático a niveles de pérdida de biodiversidad catastróficos, o niveles de conversión de tierra que son excesivos.

También hemos heredado, a través de este sistema, unas dinámicas divisivas que centralizan el valor que se genera en una economía en las manos de unos pocos.

La forma en la que hemos estructurado las empresas, la forma en la que se ha desarrollado la ley, las tecnologías, provoca la centralización del poder y que la riqueza estén concetrados.

Y eso es lo que hace que ahora mismo el 1% más rico de la población mundial acapare el 50% de la riqueza global o que en la última década el número de millonarios en todo el mundo haya aumentado de 1.000 a 2.000.

Asistimos a una concentración no solo del valor, sino también de las oportunidades.

"La economía está rota y el planeta lo está pagando", dice el libro de Raworth.

¿En qué fallaron las teorías del siglo pasado, según ustedes?

Yo creo que es un poco todo.

Al final hemos heredado un sistema donde el progreso tiene una forma de crecimiento indefinido y exponencial medido por el Producto Interior Bruto (PIB).

Tenemos economías que dependen estructuralmente de la expansión, sin importar que se esté traduciendo en una prosperidad real de las personas o que se tenga en cuenta el planeta en el que vivimos y del que dependemos.

A día de hoy, tenemos economías que son más ricas que nunca y, sin embargo, todavía creemos que prosperar significa una expansión ilimitada de una cifra económica como es el PIB.

¿No cree que eso sea así?

Yo creo que no es así.

Esto tiene implicaciones muy grandes en los países del hemisferio sur donde el crecimiento tiene cabida. Pero en los países ricos del hemisferio norte, hay que ver hasta qué punto una economía que ya está creciendo puede seguir expandiéndose indefinidamente.

Bajo mi punto de vista, el debate no es si una economía crece o no, lo importante es qué tipo de crecimiento tiene.

Pero además, hay que reconocer que tenemos países y economías que están creciendo, sin importar que estén prosperando o no.

Para definir qué significa prosperar, tenemos que pensar qué progreso buscamos en el siglo XXI.

La crisis financiera de 2008 reveló las grietas del sistema económico.

Este siglo hemos visto repetidas crisis, como la Gran Crisis Financiera de 2008, la crisis del colapso climático que estamos viviendo o la pandemia mundial.

Y te das cuenta de que precisamente muchas crisis económicas surgen como consecuencia de esos sistemas que hemos heredado.

Y de que son sistemas que se han creado por las personas y que, por tanto, las personas los pueden cambiar.

¿Qué cambios necesitan las sociedades actuales con respecto a estos problemas?

Hay que cambiar ese sistema degenerativo a uno que sea regenerativo y circular por diseño. Uno que funcione dentro de los ciclos de la biosfera y el planeta.

Necesitamos una economía que esté basada en la energía renovable, en la que el principio más importante sea que la basura de un proceso se convierte en combustible para el siguiente proceso.

(Requerimos de) una economía que pueda ser modular por diseño; es decir, donde los objetos, los productos que compramos, puedan desmontarse fácilmente para ser reparados, y así no utilizarlos y desecharlos continuamente a la biosfera.

Pero para que una economía funcione es necesario consumir. Si alguien me repara el tostador significa que no voy a comprar un tostador nuevo y que la marca venderá menos, la fábrica producirá menos, tendrá que despedir trabajadores...

Es verdad. La economía, tal y como está diseñada, depende de que consumamos productos nuevos.

Y lo que plantea la "economía de la dona" es que habría que cambiar el diseño de esa economía hacia una regenerativa y distributiva.

Esto significa que la renta y la riqueza generada por terceros se reparte de forma mucho más equitativa.

He hablado de esa expansión indefinida que de hecho está muy ligada con tu pregunta del consumismo.

O sea, necesitamos consumir, porque si no la economía no crece y entonces no funciona.

Lo que planteamos en nuestro modelo económico es que en lugar de una economía que dependa de esa expansión indefinida, lo que se necesita son economías donde el progreso sea un equilibrio entre lo que las personas necesitan para satisfacer sus necesidades y preservar sus derechos en el marco de los recursos que tiene el planeta.

Estamos tratando de una forma muy distinta el concepto de progreso.

Está implícito en casi todos los discursos económicos que el bien es una curva exponencial, creciente, pero nosotros hablamos de un equilibrio nuevo.

Y este equilibrio tiene una forma distinta. Y en ese en este caso concreto, nosotros lo simbolizados con la forma de la dona (doughnut).

¿Puede explicar, con ejemplos concretos, cómo una economía degenerativa puede convertirse en regenerativa?

El primer ejemplo que me viene a la cabeza es de Ámsterdam, una ciudad que ha adoptado el modelo de la "economía de la dona" para guiar su recuperación social y económica tras la pandemia de covid-19.

En un barrio a las afueras de la ciudad se está construyendo un edificio que se ajusta completamente a los principios de construcción de nuestra propuesta.

Está hecho de materiales recuperados como madera o aluminio, es eficiente energéticamente y tiene un diseño modular.

Los muros no están pegados o cementados, sino que están atornillados y recortados para que se puedan desenlazar y desechar si hay partes que necesitan reparación.

Hoy en día, Ámsterdam está exigiendo a sus contratistas unos mínimos en cuanto a materiales y formas de producción para los edificios públicos.

Estas son medidas que están llevando a que la ciudad se convierta cada vez más en regenerativa por diseño.

Otro ejemplo que me gusta contar es el de la ciudad india de Bangalore, donde se están extendiendo los cafés de reparación. También pasa en Seúl o en ciudades de Ghana. Mitad café, mitad taller, tienen un elemento de comunidad.

Puedes ir con tu tostador y te enseñan a repararlo. O con ropa, muebles, electrodomésticos, bicicletas, vajillas, juguetes.

Por un lado, tienes más conexión comunitaria y por otro la gente está ahorrando dinero. Y, al mismo tiempo, se habilita una vía para reducir el volumen de basura y de residuos que se generaría si en lugar de reparar estuvieses comprando.

En la ciudad india de Bangalore hay un auge de cafeterías donde uno puede ir a reparar sus electrodomésticos.

¿Y cómo hacemos que la economía no sea divisiva, que las oportunidades y la riqueza no estén siempre en el mismo lado de la mesa y se repartan de forma mucho más equitativa?

La energía es un buen ejemplo.

En India, una comunidad ha instalado microrejillas comunitarias de energías renovables.

Es una red local y descentralizada de generación y distribución, donde la energía fluye alrededor de una comunidad de acuerdo con la demanda.

Esto permite que millones de personas, especialmente en zonas rurales, consigan acceso a la electricidad y hay un uso más eficiente, ya que la transmisión no es centralizada.

Pero es que además, con este sistema se beneficia más gente.

Hay más población que ve cubiertas sus necesidades. Los beneficios se reparten de forma más igualitaria.

La propiedad de esa energía no esté en manos de una multinacional, que al final responde a la maximización de beneficios de los accionistas a corto plazo, sino que se distribuye.

Es un modelo completo que integra las necesidades de la gente con el planeta Tierra.

¿Cómo pueden las empresas sumarse a esta forma de pensar y de relacionarse con la comunidad?

Poniendo en marcha políticas que incluyan esa visión de economía más distributiva, como tener en cuenta a los empleados, asignar unos salarios dignos o establecer prácticas éticas a través de toda la cadena de producción.

También con compromisos fiscales.

La cadena de cosméticos Lush es una de las marcas comprometida con el fair tax pledge: pagar la cantidad de impuestos justa en el país donde se debe pagar y en el momento correcto.

Esta política contrasta con la de muchas empresas, que lo que están haciendo es lo contrario.

Es decir, emplean mucho esfuerzo y recursos en no pagar lo que tiene que ser y al país que debe ser.

Los paneles solares en lugares remotos permiten satisfacer las necesidades energéticas de muchas personas.

¿Por qué cree que el pensamiento económico actual y las políticas económicas no está consiguiendo dar respuesta a los cambios sociales?

Creo que es porque estamos estancados.

A día de hoy la transformación que hace falta requiere un cambio muy profundo de mentalidad, de paradigma y de valores.

Se está viendo cada vez, sobre todo a pie de calle.

Hay un movimiento y hay interés por cambiar que se traduce en administraciones un poco más radicales e innovadoras en su forma de abordar los problemas ciudadanos.

Al final también es un tema de intereses y poderes, y de quién tiene poder para cambiar las cosas. Tenemos que pasar a tener un equilibrio.

La esperanza está ahí, en la escuela, en los profesores que se ponen en contacto con el Doughnut Economics Action Lab por que quieren enseñarle a sus alumnos otro tipo de economía.

Hay profesores de universidad que están intentando cambiar currículums, introducir nuevas ideas, introducir nuevos contenidos, explorar nuevos planteamientos.

Creo que también en muchos casos, no solamente va a depender de esperar a que el gobierno o que la jefa de turno dé los pasos.

Mucha de la presión va a venir por el movimiento de abajo, por una red a pie de calle que va a impulsar esos cambios.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-56283169

miércoles, 31 de marzo de 2021

¿Existe un proyecto de Europa social?


“Contra los gobiernos de izquierdas, en los países débiles y dependientes de la zona euro, la táctica de la presión financiera resultó eficaz. El proyecto del Eurogrupo basado en la disciplina económica y política, se impuso” (Adam Tooze, 2018) [i]

Las cúpulas sindicales europeas habían asistido, desarmadas y desunidas, al sacrificio ritual del gobierno y el pueblo griego[ii]. Nada podían sacar los trabajadores europeos del triunfo de la Austeridad, y parecía demostrarse que la Confederación de Sindicatos Europeos estaba perdiendo la capacidad de influir en Bruselas. En 2016, el Observatorio Social Europeo, en el marco del proyecto “Fiscal Austerity and Welfare Reforms”, promovió un estudio sobre el impacto de las políticas de austeridad en cinco países de la UE, Irlanda, Italia, Finlandia, Alemania y la República Checa, representativos de los diversos tipos de capitalismo existentes en la Unión Europea: anglosajón, bienestar meridional, socialdemocracia nórdica, corporativismo del bienestar, neoliberalismo con apoyo popular. Varios en el seno del euro (3) y otros no asociados al euro (2)[iii].

Las conclusiones del estudio confirmaban las aprensiones sindicales. Los dos países bajo sospecha, por la magnitud de su crisis bancaria, Irlanda e Italia, fueron sometidos a una fuerte devaluación salarial y de sus estándares de bienestar. La República Checa, fuera del euro, se libró por la devaluación monetaria, con menos cifras de desempleo alcanzó idénticas consecuencias. Descontando Finlandia, los países habían abandonado la negociación laboral colectiva, excepto Alemania, donde la unificación de los dos estados ya había provocado, en 2003, una devaluación salarial y del bienestar.

Como dijo Philip Lambert, del Grupo Verde Europeo, el problema con la doctrina económica oficial es que nos enfrenta con una religión[iv]. Es difícil rebatir a los funcionarios de Bruselas, porque presentan sus dictámenes como si fueran dogmas. Además, como todas las religiones oficializadas, procura adaptarse al poder dominante: los salarios deben soportar los gastos de bienestar, vía impuestos indirectos y sobre las rentas del trabajo, porque son sus beneficiarios. La devaluación salarial, beneficia al país porque aumentan las exportaciones; una reflexión mercantilista que favorece la acumulación de riqueza. Pero ignora la pobreza, que es su contrapartida, pues deprime la demanda de consumo; aumenta las cifras del desempleo y las del paro juvenil, y, además, la austeridad amplía la deuda pública. El mercantilismo, además, favorece a países insolidarios, como Irlanda, que son pequeños y practican el dumping fiscal, manteniendo su deuda en niveles manejables porque atraen los impuestos de las grandes corporaciones, y a Finlandia, Alemania y otros estados del norte, que se han afirmado como acreedores. Conclusión, la crisis financiera dañó la solidaridad inter-europea, repercutiendo, además, en la unidad y solidaridad entre los trabajadores y los sindicatos de la Unión.

El nacionalismo sindical acaba dañando incluso a sus defensores.
A partir de 2016, aprovechando que la Comisión había iniciado en 2015, conversaciones para proponer un acuerdo-declaración del “Pilar Europeo de los derechos sociales”, los sindicatos volvieron a presentarse, unidos, a las conversaciones con Bruselas. El Brexit facilitó la aprobación del “Pilar” en enero de 2017, y éste fue proclamado el 17 de noviembre del mismo año. El European Trade Union Council (ETUC) retomó la unidad de acción y encargó a su Instituto (ETUI) la celebración de una conferencia, cuya finalidad era actualizar la estrategia sindical, para hacer frente a una recuperación de la recesión que no creaba empleo.

Durante tres días de junio de 2018 se discutieron cuatro conjuntos de temas correlacionados, que la dirección de la ETUC consideraba prioritario presentar en las negociaciones con la Unión, los gobiernos que la integran y las empresas de sus países: a) el libre movimiento de capitales y sus consecuencias sobre los mercados y el empleo; b) el cambio climático y la transición energética; c) la transición demográfica y los sistemas de seguridad social; y, por último, d) la digitalización de la economía y sus efectos disruptivos sobre los procesos de producción y el empleo.

En el discurso inaugural, el director de ETUI advertía a los convocados la complejidad del reto: “Tenemos solo un futuro juntos, por lo tanto, no tiene sentido afrontar por separado los cuatro ejes de este futuro, e ignorar sus interrelaciones. Todos los temas en discusión están conectados”. Luca Visentini, secretario general de la ETUC, señaló el entramado de instituciones que, desde su punto de vista, deben construir el futuro de Europa: los sindicatos, la sociedad civil y las instituciones de la Unión Europea. Y añadía, los sindicatos “no podemos oponernos al cambio, debemos tener una estrategia para ponerlo al servicio de la mejora de la vida de los ciudadanos. No podemos caer en la trampa de convertirnos en un movimiento de oposición al cambio” [v].

Los líderes políticos y sindicales intervinientes invocaron el “Pilar Social” de 2017, como base de las negociaciones con Bruselas. Los representantes de la “International Trade Union Confederation” (ITUC), saludaron los tópicos de la conferencia: “Los sindicatos estamos llamando a una transición justa, lo que incluye pensiones seguras, ingresos que soporten el nivel de vida, e inversión que crea empleos.[vi]”. E insistieron en que el mundo necesita el compromiso de Europa con el “Pilar europeo de derechos sociales”, integrándolo en el pacto de la UE. Resaltando la importancia que se concede al bienestar europeo en el mundo sindical global, como ejemplo de convivencia social.

El representante de la Comisión, Andrus Ansip, se dirigió a los sindicatos europeos, recalcando la necesidad de ver en la automatización una herramienta de ayuda al trabajo: “La innovación digital es una herramienta clave para la promoción del avance socioeconómico, y para el desarrollo de los países emergentes. El avance tecnológico continuará con o sin nosotros (la UE), aunque las personas que corren el riesgo de perder su empleo a causa de la digitalización necesitan y les debemos nuestra ayuda”. La respuesta corrió a cargo de los conferenciantes jóvenes, que reprocharon al comisario la ausencia de programas de formación y recualificación, y denunciaron la falta de congruencia entre los problemas concretos, y las herramientas disponibles en la mayoría de los países europeos y en los programas de ayudas de la Unión Europea.

La digitalización impregnó los debates, con las habilidades de adaptación al cambio: “Las habilidades digitales son esenciales para entrar y afirmarse en el mercado laboral y en la vida diaria, y si no asumimos el problema las personas se convierten en marginales digitales, tanto en el mercado laboral como en la sociedad”[vii].

Al cierre, la Sra. Jacki Davis, resumió la conferencia en cinco mensajes:
1) Los sindicatos tienen, lo primero, que imaginar el futuro, y considerar lo que realmente está ocurriendo; no trazar límites entre cada uno de los problemas, y valorar, al mismo tiempo, cómo afectan a los viejos derechos que siempre se han defendido.

2) Encauzar el reto de la diversidad y fragmentación, no conocida anteriormente, de la fuerza de trabajo. Ya no hay un mundo del trabajo, hay mundos del trabajo.

3) Entender cómo cambian los términos de la negociación laboral a causa de las trasformaciones en los mundos del trabajo, enfocarlos a nivel local, nacional y europeo, y saber qué tópicos enfrentan desde cada nivel. Sabiendo cuan trascendente es para el futuro social de todos los europeos la concertación entre los sindicatos de la Unión.

4) Identificar las interconexiones entre los problemas, en cada negociación. “Las cuestiones de gobernanza, políticas sociales e industriales, políticas familiares y del mercado laboral, deben ser discutidas conjuntamente”. La experiencia de las derrotas que han llevado al debilitamiento sindical actual, lo confirman sin ninguna duda.

5) Desmitificar los tópicos, como: una política solo de cualificación de los trabajadores, y que proporcione nuevos empleos digitales o verdes, resolverá todos los problemas, o que la innovación beneficia a todo el mundo. Aprender y afirmar las verdades que, dolorosamente, se han aprendido en la recesión: “la formación para mejorar las habilidades es solo parte de la respuesta”. “No todos los empleos verdes y digitales son buenos empleos”. “La educación y la capacitación son clave, pero no suficiente”. “La digitalización proporciona nuevas oportunidades, pero no a todo el mundo.”

Cerró la Conferencia con la siguiente reflexión: “Necesitamos evitar que nos lleven a la aceptación de soluciones simplistas que no contemplan los riesgos reales y los desafíos que los trabajadores de hoy deben afrontar” (p. 56).
Más Europa. El papel de los sindicatos europeos en la construcción de la Unión
Como esperaban los dirigentes sindicales europeos, la Comisión europea no atendió las demandas de la Conferencia de la ETUC, por la sencilla razón de la debilidad sindical demostrada en 2010 y 2015. Como dice un comunicado sindical de 2017, la retórica europeísta del “Pilar europeo de derechos sociales” no es suficiente, y el gobierno de Jean-Claude Junker no ha realizado ningún esfuerzo por ir más allá de lo declarativo. Los sindicatos son conscientes de que para influir en la Comisión necesitan reponer sus fuerzas debilitadas, lo cual es muy difícil, sin neutralizar la competencia entre empresas que se apoyan en el dumping fiscal y social. La clave está en conseguir que la legislación comunitaria armonice los impuestos y los derechos sociales. Para promover esos fines, se necesita una estrategia de democracia en el trabajo, que rompa el círculo vicioso que impide llegar a la Comisión con la opinión sindical. La extensión al conjunto de Europa de la cogestión alemana, bien argumentada, aportaría el potencial movilizador necesario.

Los sindicatos europeos han vivido los dos años posteriores a la conferencia continental, hasta la llegada de los acontecimientos dramáticos de la pandemia, con un sentimiento de frustración, que no solo proviene de la escasa atención otorgada a sus demandas. Una vez finalizados los discursos de julio de 2018, cada central nacional volvió a sus cuarteles, negociado con sus gobiernos, defendido la viabilidad de sus empresas nacionales, e intentado que los vientos de recuperación de finales de la década tuvieran un reflejo en lo social. Especialmente duros, fueron los recortes al bienestar europeo provocados por la racionalización capitalista de las entidades bancarias, han dañado la cobertura social para los trabajadores desplazados por la crisis; provocado la reestructuración de los sistemas de pensiones de los mayores y el abandono de los jóvenes a la precariedad de los nuevos empleos en plataformas (Kowalsky, 2019).

Agobiados por la baja afiliación sindical, las cúpulas nacionales han dejado que se deteriorara la calidad de la negociación con el poder político principal, la Comisión[viii]. Una de las políticas sindicales estrella, diseñada para Europa, la democracia en el trabajo, más concretamente, la ampliación de los derechos de cogestión al conjunto de los países de la Unión, y su obligatoriedad, ha quedado relegada a simples peticiones, en pliegos redactados por el grupo de delegados y técnicos del ETUC en Bruselas. En esta cuestión, perciben el estancamiento de Europa, ensimismada en su autocomplacencia y perpleja por el Brexit. La nueva Ley de Sociedades europea, que se quería negociar junto a la democracia en el trabajo, ha pasado por Bruselas, sin mención a la cogestión obrera.

El capitalismo, como es lógico, no tiene interés en la democracia del trabajo, al contrario, su preocupación es evitarla y, si puede, revertir las islas existentes en Alemania y los países nórdicos. Los asesores y líderes sindicales, presentes en Bruselas, temen que el capitalismo autoritario conquiste a los países del este. Ven el repliegue en el frente nacional de los sindicatos, en esas circunstancias, muy peligroso. Mientras Bruselas favorece los contratos basura y el desarrollo empresarial de plataformas de subcontratación de falsos autónomos, lo cual, para ellos, es incompatible con la democracia. La competencia de China, junto a la falta de respuesta social europea, fortalece el Thatcherismo del “no hay alternativa”. Al mismo tiempo, vemos que la reacción a la pérdida de derechos alimenta el populismo, haciendo que el proyecto europeo sea cada vez más estrecho y falto de sentido social. (Kowalsky, 2019).

Los poderes europeos crecen, pero se alejan de la democracia, y se dirigen hacia áreas donde no hay posibilidad de interferencia democrática. El poder de la Comisión creció en 2011, y las elites tecnocráticas no dejan margen a las fuerzas pro-europeas para hacer oír su voz en temas controvertidos. No discuten, evaden el discurso sindical, que proclama en el vacío, que el principal problema para el avance de la democracia es la falta de democracia en el trabajo. Un asunto que aparece en varias directivas, todas ellas anteriores a la austeridad de 2010:

Directiva 2002/14/EC (European Community): procedimientos de consulta e información a los representantes de los trabajadores. Recast Directive 2009/38/EC sobre derecho a la consulta e información en las compañías trasnacionales europeas. Directiva 2001/86EC sobre representación de los trabajadores en el comité de dirección de las compañías europeas y Directiva 2005/56/EU sobre absorción europea de compañías y respeto a los derechos de información, consulta y representación de los trabajadores.

Todas esas directivas, junto a la Creación del European Works Council en 1994, debían haber sido incorporadas en 2018 a la revisión de la normativa de la compañía europea, pero tal cosa no ocurrió. Las grandes empresas europeas han encontrado un territorio de ambigüedad suficiente para burlar las normas, por medio de adquisiciones, absorciones o, simplemente, convirtiendo las empresas nacionales que ya son continentales en compañías europeas. De esta forma, Bruselas ha cerrado la ventana de oportunidad, de la revisión legal de la compañía europea, y los sindicatos asisten impotentes al frenazo de los avances, negociados en la primera década del siglo por la EC y ETUC: no existe la tasa sobre transacciones financieras, ni la Agencia de rating europea, ni los impuestos sobre los oligopolios digitales[ix]. Tampoco se avanza en la participación de los trabajadores en los comités de dirección de las compañías europeas.

Tampoco avanza la democracia parlamentaria europea. La discrepancia entre los procedimientos de los Estados y los de la Unión es “chocante”. La Comisión no responde ante el Parlamento Europeo, y éste no legisla, solo recomienda. En enero de 2013, el Parlamento europeo aprobó una resolución de recomendación para la Comisión, sobre la obligación de consulta e información a los trabajadores, previa a los acuerdos empresariales de reestructuración: En 2016, la ETUC presentaba su propuesta de participación en los comités de dirección de las empresas, cuyo fin era ampliar al conjunto de la Unión Europea el derecho de cogestión. Dejaba claro, en primer lugar, que los derechos reclamados son de control y supervisión, cuyo ámbito alcanza a la formulación estratégica y al derecho de veto sobre las decisiones que dañen los derechos de los trabajadores. En ningún caso se solicita la participación en las decisiones del día a día de los negocios, y se mantiene el comité de empresa para la negociación laboral.

La propuesta de modificación de la ley de sociedades, presentaba una composición de participación en el comité directivo, basada en el tamaño de las empresas: Pequeñas empresas (50-250 empleados), dos o tres representantes; medianas (250 a mil empleados), participación sindical de un tercio de los miembros del comité; grandes compañías con más de mil empleados, paridad entre la representación laboral y la de los accionistas.

En marzo de 2018, se reunió la conferencia de expertos de la UE sobre legislación y derechos laborales (ECE), sin que se llegara a ningún acuerdo. Ni tan siquiera se discutió la homologación de derechos laborales entre los estados de la Unión. La posición expresada por los principales partidos de la Unión fue un conjunto de propósitos, vacíos de contenido sustancial (ETUC 2018). La Comisión no ha hecho ningún esfuerzo, desde la aprobación del Pilar Social Europeo, para avanzar en la democracia económica. El resultado es que “las propuestas legislativas concernientes a empresas y negocios son genuinamente europeas”. “Sin embargo, las propuestas relacionadas con los derechos de los trabajadores son meras extensiones de las normas nacionales”, el país de origen marca el derecho a la democracia en las empresas. El resultado es una presión creciente para dejarlo reducidos al marco nacional, sin afectar a la actividad contratista de las empresas fuera de éste (Kowalsky, 2019). El no avance de la democracia europea, para los trabajadores y sus sindicatos, se convierte así en el corolario de la falta de progreso de la democracia económica en el continente, y en cada país. Así consta en la carta que el Comité del ETUC envió a la comisaria Thyssen y al presidente Junker en junio de 2018.

Claramente, el movimiento sindical europeo es muy débil para enfrentarse en solitario a una política que daña, irremediablemente, la percepción democrática de Europa. Cierto que algún líder, de uno de los grandes partidos europeos, apoya la posición marcada por ETUC, como Jéremy Corbin, pero el Brexit desdibuja la posición laborista. También la comparten Bernie Sander, Elizabeth Warren y Tammy Baldwin, pero todos ellos están en USA. En la actual Unión Europea, los Verdes de Alemania se manifestaron en 2019 a favor de ampliar los derechos de cogestión obrera en su país y defienden, además, que la democracia económica es la formula idónea para el desarrollo del Modelo Social Europeo. En enero de 2019, el Parlamento Europeo, a instancia de la ETUC, volvió a recomendar el paquete escalado (número de representantes laborales en la dirección, según tamaño de las compañías) para las Compañías europeas; pero la oposición de la Comisión y los Gobiernos fue suficiente. El rol de la ETUC es crítico para el logro de estas metas. Sin una acción coordinada de sindicatos y gobiernos de izquierdas, en toda Europa, las posiciones conquistadas por las fuerzas conservadoras durante la recesión no cederán, y aún así no será fácil. Por lo tanto, el principal reto para el movimiento sindical europeo es la consecución de la hegemonía suficiente, para la construcción de una visión alternativa y sostenible de la empresa y la democracia europea. Con ese objetivo, las centrales obreras necesitan ganar apoyos en la sociedad civil para el fortalecimiento de los derechos de representación laboral en la gobernanza de las empresas de Europa, en la perspectiva de la construcción de una democracia del trabajo, o económica.[x]

Notas:
[i] Tooze, A (2018) Crash, Cómo una década de crisis financieras ha cambiado el mundo. Critica-Planeta, Barcelona
[ii] J. Habermas, declaraciones a The Guardian 16 julio 2015.
[iii] “Balancing protection and investment: structural reforms in five countries” 2008-2014 (Agostini et als., 2016).
[iv] Lambert llamó a la Comisaria Malström, de Comercio, sacerdote neoliberal. The world(s) of work in transition (2018) ETUI Conference. ETUI, aisbl, Bruselas.
[v] The world(s) of work in transition (2018) ETUI Conference…
[vi] Sharan Burrow, secretaria ITUC, p. 11 The world(s) of work….(2018)
[vii] Zornitsa Roussinova, ministra de trabajo de Bulgaria, p. 25 The world(s) of work…
[viii] The world(s) of work in transition (2018) ETUI Conference… p. 49
[ix] Kowalsky (2019: p. 35)
[x] Kowalsky, 2019. Ver Sara Lafuente, https://fsc.ccoo.es/963338df0700e2a2215b2d177484bf32000050.pdf
José Candela Ochotorena, Doctor en Economía y en Historia Contemporánea, es miembro de Economistas Frente a la Crisis.

Fuente: https://economistasfrentealacrisis.com/existe-un-proyecto-de-europa-social/

martes, 30 de marzo de 2021

Aprender a amar a una madrastra a través del lenguaje de las flores. Me encantó el arduo trabajo, el olor de la tierra removida mientras plantaba una semilla y aprender de ella cómo cultivar una planta a lo largo de su ciclo de vida.

El día que conocí a Carole, estaba decidido a odiarla.

Es difícil abrazar a una madrastra, más difícil aún seguir adaptándose si tu padre, como el mío, se casó muchas veces. Carole fue su quinta esposa; su matrimonio le otorgó el ingrato título de mi cuarta madrastra.

Tenía 22 años. Mi madre había sido la primera esposa de mi padre. Al contrario de Carole, mamá era una mujer frágil que se encerraba en su habitación para escribir y nunca salía de casa sin aretes y sombrero. Cuando tenía 7 años, mis padres se divorciaron y papá nos dejó en Nueva York para mudarse a California. Mientras mamá nos crió a mi hermana y a mí, él se convirtió en el director fundador del Museo de Arte de Berkeley. Se casó y se divorció tres veces más. Cuando me gradué de la escuela secundaria, entre las esposas No. 3 y No. 4, me llamó, "Ven a la universidad en California".

No era el reencuentro de padre e hija que había imaginado. Un desfile constante de sus novias fluyó por nuestras vidas. Cuando llegó Carole, estaba harta de que las mujeres se mudaran a su casa con sus gatos y muebles acogedores, queriendo ser mi "amiga". Tan pronto como su relación con papá se derrumbaba, desaparecían, junto con cualquier apariencia de amistad.

Las esposas anteriores de papá habían renovado la cocina. Carole se concentró en el patio delantero lleno de rocas donde papá y yo habíamos intentado cultivar agave y planta de hielo. "Las plantas de hielo atraen babosas y caracoles", declaró mientras arrancaba las flores rosa neón. "Podemos hacerlo mejor."

Carole tenía que ver con la renovación. Se ofreció como voluntaria para la Comisión de Parques y Recreación de Berkeley. Ella dirigió un proyecto de cuencas hidrográficas cuya misión era reabrir arroyos y arroyos que se encuentran debajo de las calles de la ciudad de Berkeley. No quería ser otro proyecto de restauración.

Estaba acostumbrada a correr salvajemente. Mi padre tenía reglas laxas. La mayoría de los fines de semana, antes de que papá se casara con Carole, conducía dos horas hacia el norte, con mi grupo de amigos de la Universidad de Santa Cruz, donde asistí a la universidad, hasta su casa en las colinas de Berkeley. Bebimos su vino y festejamos en su sala de estar. Mientras no interfiriera con su vida amorosa, no le importaba si me desmayaba en el sofá. A Carole no le gustó este arreglo. Quería que la llamara antes de llegar. Ella quería que yo "estuviera a salvo" cuando salía por la noche.

"No eres mi madre", espeté. Lo último que quería era que me cuidara alguien de quien estaba segura que pronto se iría.

"No, pero soy tu madrastra, y ahora estás es mi casa", respondió Carole con calma.

Era su hogar y lo transformó. Después de graduarme de la universidad, me fui por un año al extranjero. Cuando regresé, el patio delantero yermo estaba adornado con enredaderas de buganvillas y árboles de flores princesa, un árbol de hoja perenne subtropical con flores de color púrpura oscuro tan suaves como el terciopelo. Donde una vez la planta de hielo fluorescente había luchado por echar raíces, florecieron lanzas de lavanda perfumada, tomillo lanudo y rastros de romero. En la cena, Carole me envió afuera con unas tijeras de podar a cortar cebolletas para la ensalada. No pude evitar estar impresionada.

Tres años después de casados, mucho más allá de la época en que las esposas anteriores, frustradas con el mujeriego de papá, habían desaparecido, Carole se quedó. Cuando se enojaba, salía a dar un paseo, pero siempre regresaba. Triste, desanimada, pero no derrotada. Mientras la veía mantenerse firme sin importar el caos que mi padre le lanzara, mi resentimiento contra ella se desvaneció. Reconocí la angustia de ser tentada y luego ignorada por mi padre.

Un día me encontró llorando sentada en los escalones de la entrada. Acababa de romper con un novio infiel. "¿Cómo puedes soportarlo?" Sollocé, queriendo decir infidelidad.

"A veces no puedo", admitió Carole. Luego me entregó una paleta. "Cavar. Ayudará." Tenía una caja de especies de tulipanes para plantar. "No son tan llamativos como los tulipanes híbridos", dijo, colocando un bulbo en la tierra. “Pero son confiables. Todos los años regresan y se multiplican ”.

Para entonces, vivía en San Francisco, trabajando como recepcionista. Odiaba contestar un teléfono en una oficina congestionada. La jardinería con Carole se convirtió en mi liberación de fin de semana. Me encantó el arduo trabajo, el olor de la tierra removida mientras plantaba una semilla y aprender de Carole cómo cuidar una planta a lo largo de su ciclo de vida.

Después de que Carole comenzó un negocio de jardinería y se dio cuenta de que yo era inmune al roble venenoso, me convertí en su persona a quien acudir para limpiar propiedades. Me compró unas tijeras de podar y un cinturón de jardinería para llevar alrededor de mi cintura con bolsas para mis herramientas. Subiendo y bajando por las laderas de Berkeley, me pavoneé junto a Carole con botas pesadas mientras recitaba los nombres botánicos de cada planta que encontrábamos. Rosemary era del género Salvia. La lavanda era la fácil Latinate Lavandula, y el glorioso árbol de la flor de la princesa era Tibouchina urvilleana. "Es originario de Brasil". dijo Carole, "pero le va bien aquí".

“¿Por qué te preocupas por saber todos los nombres?" pregunté.

Se detuvo junto a un Helleborus adornado con flores color burdeos. “Me sentía sola”, dijo. “Pero una vez que aprendí los nombres de las plantas, dondequiera que fuera, reconocía cosas que sabía. Vi amigos".

Carole podría haber parecido tan robusta como el tronco de un árbol. De hecho, estaba plagada de las mismas inseguridades que me atormentaban. En esa nueva casa, con una hijastra contenciosa y un marido impulsivo, a menudo estaba enojada. Estaba sola y perdida. Las plantas eran sus señales en un paisaje extraño. La consolaron y le ayudaron a orientarse y navegar. Los eléboros de floración temprana significaban que había llegado la primavera; una Tibouchina púrpura indicaba que el clima era templado; y aunque un Agave floreciente presagiaba la desaparición de la planta, también significaba que la suculenta se había preparado para la muerte al propagar "cachorros" en su base.

A diferencia de Carole, nunca más volví a elegir a un compañero infiel como mi padre, pero estoy agradecida de que el compromiso de Carole con nosotros perdurará. Ella era la Tulipa confiable, la especie de tulipán en nuestra tumultuosa vida hogareña. Ella no era solo mi cuarta madrastra; ella fue mi última madrastra, su matrimonio con papá duró 36 años. Ahora está muerto y Carole sufre de Alzheimer en etapa tardía, la misma enfermedad que acabó con la vida de mi madre en 2010. Sin embargo, Carole persiste.

Separada por este último año debido al Covid, finalmente pude visitarla nuevamente. La llevé en silla de ruedas por las calles de Berkeley. Aunque Carole ya no recordaba los nombres de sus amadas plantas, yo sí. Inclinándome, le acerqué una ramita de romero a la nariz. “Salvia rosmarinus,” dije. Inhalando, sonrió al reconocerlo. 

Gabrielle Selz es escritora, crítica de arte y autora de las memorias "Unstill Life" y la próxima biografía "Light on Fire". NYT.

lunes, 29 de marzo de 2021

_- El experimento en el Gran Colisionador de Hadrones que puede cambiar las leyes que rigen el Universo

_- El Gran Colisionador de Partículas es un laboratorio donde se experimentan con partículas subatómicas.

Los físicos han descubierto una potencial falla en una teoría que explica cómo se comportan los componentes básicos del Universo.

El Modelo Estándar (ME) es actualmente la mejor teoría que sirve para explicar la manera en que funciona el mundo a nuestro alrededor.

Pero también sabemos desde hace algún tiempo que el ME es solo un escalón para una comprensión más completa del cosmos.

Ahora, un aparente comportamiento inexplicable de una partícula subatómica llamada en inglés "beauty quark" o "bottom quark" (quark fondo, en español) ha expuesto las grietas en las bases de esta teoría.

Los hallazgos surgieron de una recolección de datos que hicieron los investigadores que trabajan en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), ubicado en las instalaciones de Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés), en Suiza.

El LHC es una estructura gigantesca con forma de túnel circular que está ubicada bajo tierra en la frontera entre Suiza y Francia, por la que viajan partículas de protones, que chocan entre ellas para sondear los límites de la física tal como la conocemos.

El comportamiento misterioso del "beauty quark" que ahora registraron los científicos podría ser el resultado de la intervención de una partícula subatómica no descubierta aún y que podría ser, de acuerdo con los expertos, una "nueva fuerza de la naturaleza".

Pero los físicos que entregaron los datos también señalaron que necesitan más información para confirmar los resultados.

"En realidad estábamos temblando cuando miramos los resultados por primera vez, estábamos tan emocionados. Nuestros corazones comenzaron a latir más rápido", le dijo a la BBC Mitesh Patel, investigador del Imperial College de Londres, quien trabaja en el LHC.

"Es demasiado pronto para decir si esto realmente es una desviación del ME, pero las posibles implicaciones son tales que estos resultados son lo más emocionante que he hecho en 20 años. Ha sido un largo viaje hasta llegar aquí", agregó.

En el modo en que está construido nuestro mundo, existen bloques fundacionales que son incluso más pequeños que el átomo.

Algunas de esas partículas subatómicas están hechas de materiales aún más pequeños, mientras que otras no se pueden dividir y convertirse en otra cosa. A estas últimas se las conoce como las partículas elementales.

El ME describe todas las partículas elementales que constituyen el Universo, además de las fuerzas que interactúan en él.

La ambición del nuevo colisionador de hadrones que será 4 veces más largo y 10 veces más potente que el actual Pero lo que no puede explicar son algunos de los grandes misterios de la física moderna, como la materia oscura o la naturaleza de la gravedad.

Los físicos saben que este modelo debe ser reemplazado por uno más avanzado.

Cuál es el proceso
El LHC fue construido para describir cómo funciona la física más allá del ME. Entonces, si los resultados del LHC se confirman, estos representarían un descubrimiento muy importante.

El CERN, en Suiza, es uno de los mayores centros para la investigación científica del mundo.

Ahora, el LHC produce estas partículas subatómicas que los científicos han llamado "beauty quarks", que no se encuentran usualmente en la naturaleza pero sí se pueden ver en el LHC.

Estas partículas subatómicas se someten a un proceso conocido como desintegración, en el que una partícula se transforma en varias, que a su vez son menos masivas.

De acuerdo al ME, estos quarks deberían desintegrarse en un número equivalente de electrones y partículas de muones.

Pero en vez de eso, el proceso de desintegración dentro de este laboratorio ha dejado más electrones que muones.

Una explicación plausible es que una partícula aún no descubierta (sólo descrita en la física teórica) y conocida como leptoquark estaría involucrada en el proceso, lo que explicaría que se produjeran electrones con mayor facilidad.

Una de las científicas líderes de este proyecto, Paula Álvarez Cartelle, de la Universidad de Cambridge, señaló que "este nuevo resultado ofrece indicios de la presencia de una nueva partícula o fuerza fundamental que interactúa de manera diferente con estas partículas".

"Cuanta más información tenemos, más sólido se ha vuelto este resultado. Esta medición es la más significativa de una serie de resultados del LHC de la última década que parecen coincidir, y todos apuntarían hacia una explicación común", agregó Álvarez Cartelle.

La científica señala que los resultados de las investigaciones no han cambiado, pero que las incertidumbres sobre el tema se han reducido, "aumentando nuestra capacidad para ver posibles diferencias con el Modelo Estándar".

Partículas diminutas
En la física de partículas, el estándar de oro para un descubrimiento es el nivel de cinco veces la desviación típica, en el que hay una probabilidad entre 3,5 millones de que los resultados sean solo una casualidad.

La medida que tiene ahora el LHC sobre este tema es de tres veces la desviación típica, lo que significa que hay una probabilidad en 1.000 de que los resultados sean una coincidencia estadística.

Por eso, señalan los investigadores, debemos esperar antes de sacar conclusiones.

"Puede que estemos en el camino hacia una nueva era de la física, pero si lo estamos, todavía es relativamente temprano en ese camino en este punto. Ya antes hemos visto resultados de esta importancia ir y venir, así que debemos ser cautelosos además de mostrarnos emocionados", le dijo a la BBC Chris Parkes, de la Universidad de Manchester.

Pero si se confirma con más análisis y datos cuando el LHC se reinicie el próximo año, podríamos estar frente a uno de los mayores descubrimientos recientes en física, según Konstantinos Petridis, físico de la Universidad de Bristol.

"El descubrimiento de una nueva fuerza en la naturaleza es el santo grial de la física de partículas. Nuestro conocimiento actual de los componentes del Universo es notablemente limitado: no sabemos de qué está hecho el 95% del Universo o por qué hay un desequilibrio entre materia y antimateria", anotó.

Los resultados se han presentado para su publicación en la revista Nature Physics. B.BC

domingo, 28 de marzo de 2021

Gloriosa entrepierna la del PP: le cabe todo

Publicado en La VozdelSur.es el 8 de marzo de 2021. Ganas de Escribir

El Partido Popular tiene mérito. Lo tiene, porque no es fácil decir una cosa y hacer lo contrario constantemente sin venirse abajo. Porque afirmar algo y prácticamente al mismo tiempo defender una tesis distinta sin inmutarse requiere mucha autoestima y sangre fría. Tiene mucho mérito el ser capaz de mantener durante tantos años, como hizo de nuevo José María Aznar hace unos días en televisión, lo que es manifiestamente contrario a lo que los demás han podido comprobar con sus propios ojos que no es así.

Hay que tener una gran habilidad para desplegar unos cuantos papeles sin enseñar su contenido delante de los periodistas, como hizo en su día Casado, para decir que con ellos demostraba la rigurosidad de sus títulos universitarios sabiendo que allí no podía haber nada escrito que demostrase la mentira que sobre ellos había urdido durante años. O para proporcionar datos falsos un día tras otro en la tribuna de oradores del Parlamento, donde se recoge literalmente y para siempre todo lo que se dice, como ha hecho tantas veces y ha quedado demostrado. Hay que tener mucho aplomo y capacidad para dejar a un lado, en esos casos, la vergüenza y no perder la mirada ni volver la cara.

En fin, hay que reconocer abiertamente que el PP ha hecho cierto lo que decía Emil Cioran: la mentira es una forma de talento.

Un talento, eso sí, que emponzoña España y destroza la convivencia entre los españoles, en beneficio de los mismos que se han apropiado de ella siempre.

Mentir y convertir la realidad en una circunstancia meramente acomodaticia a lo que conviene decir en cada momento tiene una causa que es a la vez consecuencia: establecer un estado de cosas en donde todo vale. Lo que anhela cualquier bandido.

El Partido Popular se presenta siempre como el gran valedor de la Constitución, el cofre sagrado donde descansan los valores de la libertad y la democracia, la garantía de que nuestras instituciones más valiosas se respeten y conserven. Pero se salta a la torera la Constitución cuando le conviene, se financia y actúa al margen de las leyes democráticas, cercena libertades elementales de los demás cuando gobierna y solo respeta las instituciones cuando las controla mientras que las boicotea cuando no tiene en ellas suficiente mayoría.

Una de las manifestaciones más vergonzosas de esa infamia se viene dando en la negativa del PP a negociar la renovación del Consejo Superior del Poder Judicial, donde jueces de su confianza y a su servicio le proporcionan seguridad y protección jurídica a la hora de hacer frente a los diversos procesos que tiene abiertos por sus prácticas corruptas. Un «fraude constitucional«, en palabras de Javier Pérez Royo, cometido por quien dice ser el máximo y más sincero defensor de la Constitución.

El PP no solo está permitiendo que miembros de ese Consejo cuyo mandato ya ha cesado sigan tomando decisiones, sino que se está beneficiando de ello.

En Andalucía, sin embargo, hace lo contrario. Aquí lo que boicotea no es la prórroga de la Cámara de Cuentas, pues ahora que disfruta de mayoría le conviene que se realice cuanto antes, sino su funcionamiento. Niega lo que hace y dice en Madrid y defiende que no es legítimo que el órgano tome decisiones si hay alguna interinidad.

El comportamiento del PP y sus monagos en Andalucía no se justifica por un simple criterio formal. Da la casualidad de que el bloqueo a la Cámara de Cuentas se produce cuando se iba a emitir un informe que podría poner de relieve que el gobierno del Partido Popular tiene sobre sus espaldas los mismos cargos y defectos que criticó con inusitada virulencia al gobierno del PSOE. Parece que al PP no le gusta que se sepa que su gobierno ha mantenido un volumen muy elevado de facturas sin pagar, como suele decirse, escondidas en los cajones. Seguramente, no porque haya deseado hacerlo así, como tampoco lo desearía el PSOE, sino porque gobernar sin recursos suficientes y en la precariedad permanente impide hacer las cosas como uno quisiera o, en este caso, pagar todo lo que se debe en el momento preciso.

Lo criticable, en justicia, no es que el PP no haya tenido más remedio que actuar como el PSOE, apurando al máximo el dinero disponible pero sin poder solucionar o pagar todo lo que se pone por delante. Lo deleznable es la doble vara, la moral de goma del Partido Popular que le permite azotar sin piedad a los demás y mentir para ocultar que cuando le toca hace exactamente lo mismo que critica en la oposición.

Todo eso se puede hacer porque en España no disponemos de ningún mecanismo que obligue a nuestros gobernantes y representantes a rendir cuentas de lo que hacen y dicen. Se afirma que las rinden cuando se presentan de nuevo a las elecciones pero no es cierto que esa sea una forma de hacerlo que pueda evitar que tantos políticos conviertan a la mentira y el cinismo en su instrumento cotidiano. A las pruebas me remito.

La democracia -por muy limitada que sea- es el mejor sistema que conocemos para que se revelen las preferencias de la población. Por eso es incompatible con el engaño y la doble moral que constantemente practica el Partido Popular porque entonces se falsea la percepción y la expresión de las preferencias ciudadanas.

Tiene mucho mérito, como decía al principio, que a los dirigentes del Partido Popular no les cruja la cara cada vez que mienten o al hacer lo mismo, cuando gobiernan, que lo que critican con tan mala sangre cuando están en minoría. Causa admiración que su entrepierna sea un arco del triunfo de tamaña desmesura, capaz de que pasen limpiamente bajo él tantos carros y carretas. Pero es triste que se esté pasando por ahí a la Constitución que dice defender, a media España y a la democracia.

Juan Torres López   

sábado, 27 de marzo de 2021

El oncólogo español Josep Baselga ha fallecido este domingo a los 61 años víctima de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakobs, una dolencia neurodegenerativa poco frecuente de la que había sido diagnosticado recientemente. El facultativo, natural de Barcelona, era un referente internacional en oncología y había sido director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. Una investigación de The New York Times reveló en 2018 que había ocultado cobros millonarios de farmacéuticas sobre las cuales escribía artículos de investigación y precipitó su salida del prestigioso centro sanitario neoyorquino. En 2019, el oncólogo fichó por la farmacéutica AstraZeneca como responsable del área de investigación y desarrollo frente al cáncer.

Josep Baselga dirigirá la investigación contra el cáncer de AstraZeneca
Baselga ha sido una de las figuras más importantes de la oncología médica a nivel mundial en los últimos años e impulsor de la medicina personalizada en el cáncer. Fue jefe del servicio de Oncología de Vall d’Hebron (1996-2010) y puso a andar en 2006 el VHIO, uno de los centros de investigación oncológicos más potentes de España. “Baselga hizo una revolución muy importante en la manera como tratábamos a los enfermos con cáncer. Desde que pude formar parte de su equipo en 1997, la revolución consistió en hacer equipos multidisciplinares de profesionales que abordaran todos los aspectos de los pacientes con cáncer y, a la vez, promocionar un programa de investigación clínica aplicada. Esto supuso una gran transformación”, ha explicado el oncólogo Josep Tabernero, amigo de Baselga y actual director del VHIO.

En 2010, el oncólogo dejó Barcelona y se trasladó a Boston (Estados Unidos) como jefe de Hematología y Oncología y director adjunto del Centro de Cáncer del Hospital General de Massachusetts (2010-2013). También fue profesor de Medicina en la Escuela de Medicina de Harvard. En 2013 asumió uno de los cargos más importantes de su carrera, como director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, punta de lanza de la investigación oncológica en el mundo.

Las mayores sombras de su carrera saltaron en 2018, cuando una investigación periodística reveló que había omitido cobros de miles de dólares por parte de industrias farmacéuticas de las que luego escribía artículos de investigación. Según la investigación de The New York Times, Baselga no comunicó en sus artículos los conflictos de interés que tenía con farmacéuticas relacionadas con la investigación oncológica.

Tras la revelación de esta información, el médico aseguró que esas omisiones no fueron intencionadas. “Reconozco que ha habido inconsistencias, pero eso es lo que es”, dijo, y se comprometió a corregir en 17 artículos sus informes de conflicto de intereses, incluidos aquellos en revistas científicas como The New England Journal of Medicine, The Lancet y la publicación que editaba, Cancer Discovery. “Aunque he sido inconsistente con las revelaciones, y lo reconozco, eso está muy lejos de comprometer mis responsabilidades como médico, científico y líder clínico”, apuntó entonces.

La polémica, sin embargo, precipitó su salida del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York y, cuatro meses después, fichó por el área de investigación oncológica de AstraZeneca. “Es un líder científico fuera de serie”, afirmaba Pascal Soriot, consejero delegado de la farmacéutica tras su fichaje. “Su investigación y sus logros clínicos han llevado al desarrollo de varias medicinas innovadoras y es un líder internacional en el pensamiento sobre la atención al cáncer”, añadía el responsable de AstraZeneca.

El legado científico de Baselga será, no obstante, su contribución al avance de las terapias personalizadas contra el cáncer y su compromiso “con que los avances en investigación llegaran lo antes posible a los pacientes”, señalaba la Sociedad Española de Oncología Médico en su cuenta de Twitter. El VHIO también ha puesto en valor que “gracias a una forma diferente de entender la medicina”, Baselga puso en marcha el departamento de Oncología de Vall d’Hebron “en el que se integró la asistencia a pacientes con un programa de investigación básica, clínica y traslacional, para así poder trasladar a los enfermos de cáncer los avances que se realizaban en el laboratorio, de la forma más rápida posible”. “Su visión y tenacidad por avanzar en la medicina personalizada en el tratamiento del cáncer fue decisiva para que muchos medicamentos se hayan introducido en la práctica clínica habitual, ayudando a mejorar la expectativa de curación y la calidad de vida de muchos pacientes”, ha recordado el VHIO en un comunicado.

También el responsable de AstraZeneca ha enviado sus condolencias a la familia y ha recordado el trabajo del oncólogo dentro de la compañía. “Josep deja un legado duradero en la comunidad científica (...). Lideró un equipo para acelerar otra ciencia nueva y emocionante con anticuerpos conjugados, terapia celular, epigenética y nuevos tratamientos contra el cáncer”, ha apuntado Soriot a través de un comunicado. 

viernes, 26 de marzo de 2021

_- Grupos franquistas preparan otro acto en Madrid. Así garantiza España el libre enaltecimiento de la dictadura.

_- Durante 2020 hubo al menos 50 actos de enaltecimiento del franquismo en distintos puntos del país, sin que sus organizadores enfrentasen trabas de ningún tipo. El próximo domingo 28 está convocado un mitin para celebrar la caída de Madrid en manos de los sublevados, algo impensable en otros países europeos.

El autobús franquista vuelve a ponerse en marcha. El próximo día 28, el Movimiento Católico Español (MCE) hará un tour por Madrid para celebrar su «liberación», término empleado por este grupo ultraderechista para referirse a la caída de la capital en manos de la dictadura. Este nuevo acto de apología de los crímenes del franquismo correrá la misma suerte que los otros 50 que se celebraron en 2020: no habrá ninguna actuación del Estado para impedir una nueva afrenta a las víctimas del franquismo.

«13.00: Acto de exaltación nacional en el Arco de la Victoria. Poesías, himnos, banderas y discursos«, dice la convocatoria lanzada por el MCE de cara al día 28. También figura una misa en el Valle de los Caídos a las 11.00 y, para rematar, se concentrarán ante el panteón donde están los restos del dictador Francisco Franco en el cementerio de Mingorrubio.

Fuentes de la Delegación de Gobierno en Madrid han confirmado a Público que los organizadores han presentado la comunicación oficial de los actos públicos, aunque lo han hecho con trampa: en el expediente presentado indican que será una protesta «contra la ley de memoria histórica», mientras que en los carteles dejan claro que se tratará de una jornada para conmemorar el «Día de la Victoria» y la «liberación de Madrid».

La comunicación registrada por los convocantes indica además que se prevé que participen unas 50 personas y que se cumplirán las medidas sanitarias vigentes. Este periódico hizo llegar a la Delegación de Gobierno los materiales colgados en internet por el MCE para publicitar dicho acto, en los que aparecen banderas franquistas y se especifican los verdaderos motivos del evento, que implicará una nueva apología de la dictadura.

De momento, las autoridades solo se limitarán a fijar «los operativos de seguridad acordes» al acto comunicado, y nada más. De esta manera, el MCE podrá volver a celebrar un acto de enaltecimiento del golpe de estado y de la dictadura en plena calle, con abundante simbología del franquismo.

«A veces las delegaciones de gobierno favorecen o tienen más facilidad para legalizar actos fascistas que antifascistas», afirma Emilio Silva, portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). «Nadie lo entendería en el caso del terrorismo, donde sí hay una persecución de quienes lo reivindican. Aquí, en cambio, nos saltamos todo: aún tenemos títulos nobiliarios a grandes criminales de guerra, torturadores condecorados o el colmo de la apología, que es la Fundación Francisco Franco, todavía consentida», sostiene. A su juicio, se trata de «un ejercicio de doble moral».

En efecto, en la hemeroteca de Euskadi existe un amplio listado de manifestaciones que fueron prohibidas porque se consideraba que podrían incurrir en actos de enaltecimiento del terrorismo, algo perseguido en el Código Penal. En Navarra, la Delegación de Gobierno llegó a impedir en septiembre de 2018 que se celebrase un acto en recuerdo a los cinco últimos fusilados por el franquismo que había organizado una asociación de memoria histórica.

Ese mismo año, Julen Ibarrola, un joven de la localidad alavesa de Amurrio, ingresó en prisión acusado de haber dibujado el símbolo de ETA con un rotulador en la pared de una vivienda en Lesaka (Navarra) junto a la siguiente frase: «Estamos orgullosos de vuestra lucha, viva vosotros, el pueblo está con vosotros».

Diferentes criterios
Según coinciden en señalar distintos juristas, la elaboración de un cartel en el que apareciese el anagrama de ETA provocaría la inmediata suspensión de la manifestación, algo que no ocurre si en su lugar hay banderas franquistas. «El terrorismo de Estado no está reconocido en nuestra legislación y las víctimas de la dictadura no tienen protección jurídica alguna, a diferencia de lo que acontece con las víctimas del terrorismo que no solo tienen una ley integral sino que también tienen la protección penal recogida entre otros en el artículo 578 del Código Penal», afirma el abogado Jacinto Lara, quien representa a las víctimas del franquismo en la querella impulsada en Argentina.

La jueza Garbiñe Biurrun, presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, habla precisamente de ese inmenso agravio comparativo. «No es lo mismo una organización terrorista que un Estado criminal, ni siquiera en el volumen, cantidad y cualidad de los crímenes: es muchísimo más grave un Estado criminal que una organización terrorista, y no porque a mí no me haya parecido mal el terrorismo de ETA, que me merece todos los calificativos que se le puedan poner», señala.

En tal sentido, la magistrada subraya que «el enaltecimiento del terrorismo no exige expresamente que se incite a la violencia, sino que se enaltezca o justifiquen los delitos o sus autores, o se menosprecie o humille a las víctimas», algo que «no existe en absoluto con relación al franquismo». «Estamos hablando de un tratamiento absolutamente desigual de unos actos y otros», apunta.

«Cueste lo que cueste»
Solo durante 2020 –un año especialmente marcado por la pandemia y las restricciones en materia de concentraciones públicas– hubo al menos 50 actos de enaltecimiento franquista en España, desde misas en memoria del dictador hasta concentraciones en la calle o frente a símbolos que aún perviven de la dictadura en distintos puntos del país. En varios casos, los mítines buscaban realzar las «liberaciones» de ciudades al caer en manos de las tropas franquistas, unos hechos que estuvieron seguidos de persecuciones y matanzas.

En esos actos no faltaron las declaraciones de apoyo y lealtad al régimen, e incluso augurios de «lucha» franquista en plena democracia. «En tiempos de persecución y mordaza, de confinamiento y prohibiciones, cuando el totalitarismo se vuelve más intenso, nosotros continuaremos la lucha en estos lugares o donde la vida nos sitúe, sea en la cárcel o al pie de una fosa para ser fusilados, con la confianza en Cristo Rey que conduce la lucha hasta la victoria final», afirmó en un acto celebrado en septiembre pasado en Belchite el líder del MCE, José Luis Corral.

Un mes después, ese mismo dirigente franquista aprovechó un mitin celebrado frente al Arco de la Victoria –el mismo lugar donde prevén concentrarse el día 28– para llamar a «hacer frente al desafío» que a su juicio «presentan las fuerzas del mal», contra las cuales invitó a «luchar con fe y esperanza, con ilusión y coraje, cueste lo que cueste». «No importa el número ni el éxito momentáneo, sino vivir ese fuego de nuestros ideales que ha de prender en toda tierra, como Cristo nos enseña que ha venido a prender fuego a la tierra y no espera sino que arda», agregó.

«Es increíble que en España se puedan hacer todo este tipo de actos. Tenemos además muchos monumentos como ese arco en Madrid que conmemora la entrada franquista», advierte Mirta Núñez Díaz-Balart, historiadora y profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En tal sentido, destaca que el acto que los franquistas celebrarán el día 28 será para conmemorar «el asedio a una ciudad que fue bombardeada en forma inmisericorde por parte de los golpistas con ayuda de sus aliados». «Lo que se conmemora es el inicio de la venganza«, denunció.

El proyecto de ley de memoria democrática que impulsa el Gobierno introducirá un régimen sancionador para quienes exalten la dictadura franquista, al tiempo que prevé ilegalizar la Fundación Francisco Franco. De momento, los adoradores del franquismo no encuentran trabas de ningún tipo para realizar actos como el convocado por el MCE para reivindicar la caída de Madrid en manos de los franquistas.

«Actualmente no existe sanción similar para el enaltecimiento del franquismo como la que se contempla en el artículo 578 del Código Penal respecto al enaltecimiento del terrorismo», subraya Biurrun. Por su parte, el politólogo e investigador de la UCM David Lerín destaca que en España «están permitidos los homenajes, lemas y banderas salvo que se pueda demostrar que hay un delito de odio».

Alemania lo prohíbe
Lerín destaca que España se sitúa así por detrás de sus socios europeos, principalmente de aquellos que también sufrieron en el pasado reciente oleadas de crímenes cometidos por dictaduras. «En Italia, Francia, Alemania y Austria está prohibido este tipo de apología al fascismo», afirma. El caso más claro es Alemania, donde «se persigue sacar una bandera nazi o el saludo con el brazo en alto». «En Francia, mostrar un uniforme o emblema está prohibido, y en Italia se prohíbe la apología del fascismo», añade Lerín.

«En Alemania el señor Corral habría pasado ya por prisión», afirma Emilio Silva en relación al organizador del acto de exaltación franquista que tendrá lugar el día 28. Más al norte, en Noruega, también tendría problemas: allí se persigue la exhibición de símbolos nazis. En España, la bandera franquista y la exaltación de los crímenes cometidos en su nombre no encuentran trabas de ningún tipo. 

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jueves, 25 de marzo de 2021

_- ¿Por qué no puede Gran Bretaña afrontar la verdad sobre Winston Churchill?

_- Un torvo silencio acompaña a una de las figuras más comentadas de la historia británica. Se puede entusiasmar uno perpetuamente por cómo Winston Churchill derrotó a Hitler “sin ayuda de nadie”. Pero si se mencionan sus puntos de vista sobre la raza o sus políticas coloniales, se ve inmediatamente ahogado en un vitriolo feroz y orquestado.

En un mar de biografías de Churchill aduladoramente reverenciales, apenas hay libros que examinen en serio su bien documentado racismo. No se puede permitir, parece ser, hacer más complicado, y no digamos ya mancillar, el mito nacional de un héroe impecable: un ídolo que “salvó a nuestra civilización”, como pretende Boris Johnson, o “a la humanidad en su conjunto”, como afirmó David Cameron. Hágase una incómoda observación sobre sus opiniones acerca de la supremacía blanca, y la gente como Piers Morgan preguntará: “¿Por qué vive usted en este país?”

No todo el mundo se contenta con no decir nada porque hoy “hablaría alemán”, de no haber sido por Churchill. Mucha gente quiere saber más acerca de las figuras históricas que se les pide que admiren sin criticarlas. Las protestas de Black Lives Matter de junio pasado – durante las cuales la palabra “racista” se pintó con aerosol en letras rojas en la estatua de Churchill en la Plaza del Parlamento –, se vieron acompañadas de exigencias de una mayor formación en cuestiones como la raza, el imperio y las figuras cuyas estatuas salpican nuestros paisajes.

Pero proporcionar una imagen más completa se hace difícil. Se trata desdeñosamente a aquellos investigadores que exploran los lados menos gloriosos de Churchill. Tomemos el ejemplo del Churchill College, en Cambridge, en el que imparto clases.

En respuesta a las apelaciones a una mayor información sobre su fundador, el colegio organizó una serie de actos sobre Churchill, el imperio y la raza. Recientemente presidí la segunda mesa redonda sobre “Las consecuencias raciales del señor Churchill”.

Antes incluso de que tuviera lugar, se denunció repetidas veces el debate en los tabloides y las redes sociales como algo “idiota”, una “difamación de su persona” destinada a “despedazar” al gran hombre. Indignadas cartas dirigidas al colegio afirmaban que esto era llevar la libertad académica demasiado lejos, y que debería cancelarse el acto. Los ponentes y yo, todos investigadores de color, nos hemos visto sujetos a agresivos mensajes de odio, insultos y amenazas racistas. Se nos acusó de traición y calumnias. Una de las personas que escribió advertía que se había remitido mi nombre al oficial al mando de la base de la RAF cercana a mi casa.

El colegio está recibiendo fuertes presiones para dejar de celebrar estos actos. Tras la reciente mesa redonda, el grupo derechista de expertos Policy Exchange, influyente en círculos del gobierno – y que afirma abanderar la libertad de expresión y las opiniones controvertidas en los campus – publicó una “reseña” del acto. El prólogo, escrito por el nieto de Churchill, Nicholas Soames, declaraba que tenía la esperanza de que esa reseña “impediría que se organizara un acto tan intelectualmente deshonesto en el Churchill College en el futuro...o, esperémoslo, en cualquier otro lugar”.

Tiene su ironía. El gobierno y los medios nos dicen que la “cultura de la cancelación” es una imposición de la izquierda académica. Pero aquí se trata en realidad de la verdadera “cultura de la cancelación” que impide un verdadero compromiso con la historia británica. Churchill fue un admirado líder en tiempos de guerra que supo ver a tiempo la amenaza de Hitler y desempeñó un papel crucial en la victoria aliada. Tendría que ser posible admitir esto sin dejar de glosar su lado menos benigno. Los investigadores académicos del acto de– Madhusree Mukerjee, Onyeka Nubia y Kehinde Andrews – llamaron la atención sobre la obstinada defensa de Churchill del dominio colonial británico, su papel participante en la desastrosa hambruna de 1943 en Bengala, en la que murieron de modo evitable millones de personas, su interés por la eugenesia, y sus opiniones, profundamente retrógradas hasta para su época, sobre la raza.

Hay constancia de que Churchill alabó el “linaje ario” e insistió en que era correcto que “una raza más fuerte, una raza de mayor rango” ocupara el lugar de los pueblos indígenas. No pensaba, según se sabe, que “la gente negra fuera tan capaz o eficiente como la blanca”. En 1911, Churchill prohibió los combates de boxeo interraciales, de modo que no pudiera verse perder a boxeadores blancos frente a otros negros. Insistía en que Gran Bretaña y los EE.UU. compartían una “superioridad anglo-sajona”. Describió a los activistas anticoloniales como “salvajes armados de ideas”.

Hasta sus contemporáneos encontraban chocantes sus puntos de vista raciales. En el contexto de la línea dura de Churchill en contra de suministrar ayuda para aliviar la hambruna de Bengalas, el secretario de Colonias, Leo Amery, subrayó: “En la cuestión de la India, Winston no está del todo en sus cabales…No he visto mucha diferencia entre su opinión y la de Hitler”.

Que Hitler fuera racista no significa que Churchill no pudiera serlo. Gran Bretaña entró en guerra, al fin y al cabo, porque se enfrentaba a una amenaza existencial, y no primordialmente porque discrepara de la ideología nazi. Advirtiendo afinidades entre el pensamiento racial colonial y el de los nazis, los líderes africanos y asiáticos cuestionaron el doble rasero de Churchill consistente en rechazar firmemente la autodeterminación de los súbditos coloniales que luchaban también contra Hitler.

Vale la pena recordar que el culto incuestionado que hoy se tributa a Churchill no lo compartían muchos británicos en 1945, cuando votaron por dejarlo fuera del poder antes incluso de que hubiera terminado del todo la guerra. Muchas comunidades de clase trabajadora de Gran Bretaña, de Dundee al sur de Gales, sentían una intensa animosidad hacia Churchill por su disposición a movilizar fuerzas militares durante los conflictos laborales. En fecha tan reciente como 2010, el consejo municipal de Llanmaes se opuso a rebautizar una base militar como Churchill Lines.

La valoración crítica no supone “difamación de su persona”. Gracias al pensamiento de grupo de “el culto de Churchill”, el difunto primer ministro se ha convertido en una figura mitológica antes que histórica. Restar importancia a las implicaciones de las opiniones de Churchill sobre la raza – o sugerir absuradamente, como sugiere Policy Exchange, que sus declaraciones racistas significaban “otra cosa distinta de su definición” – nos habla de una profunda falta de honestidad y valor.

Esta falta de valor va ligada a una aversión mayor a analizar el imperio británico de manera veraz, quizás por miedo a lo que pudiera decirnos hoy de Gran Bretaña. El diálogo nacional que se precisa sobre Churchill y el imperio con el que se sentía tan comprometido es una de las formas necesarias para romper este inaceptable silencio.

Priyamvada Gopal es profesora de Estudios Postcoloniales en el Churchill College (del que ha sido decana) de la Universidad de Cambridge. Nacida en la India, se licenció en la Universidad de Delhi, doctorándose en la de Cornell (EE.UU). Es autora de "Insurgent Empire: Anticolonial Resistance and British Dissent".

Fuente:
The Guardian, 17 de marzo de 2020
Traducción:Lucas Antón.