martes, 6 de agosto de 2013

Las batallas perdidas. Manuel Vázquez Montabán y otros periodistas de trinchera

Javier Morales. El Diario.es

Se cumple una década de la desaparición del escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán. El autor reivindica su figura y escritura. También recuerda a otros periodistas de trinchera como Pedro Sorela y Manuel Chaves Nogales. Cuando el oficio de periodista se encuentra amenazado por unos medios cada vez más esclavos del dinero y el poder, repasamos a los protagonistas de una época dorada que será difícil recuperar.

Han transcurrido diez años de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán y cuando llega el fin de semana aún tengo la inercia de pensar que el lunes me encontraré con su columna en el diario El País, cuando El País era otra cosa. Renovador de la poesía (fue uno de los nueve novísimos de Castellet), de la novela (el auge del género negro en España hubiera sido impensable de no haber existido Pepe Carvalho) y del ensayo (lean su Manifiesto subnormal) sería imposible entender la segunda mitad del siglo XX en España sin el periodista Manuel Vázquez Montalbán. Gracias a Debate tenemos la oportunidad de leer o de releer su obra periodística, desde los inicios en los años sesenta hasta su muerte, que la editorial ha reunido en tres volúmenes: La construcción del columnista (1960-1973), Del humor al desencanto (1974-1986) y Las batallas perdidas (1987-2003). Manuel Vázquez Montalbán concibió el periodismo como una trinchera. Su columna era algo así como un speakers´corner particular. “El periodismo es poder intervenir cuando pasa algo. El periodista reacciona inmediatamente, lo pone por escrito y en poco tiempo está publicado. En las épocas en que no he podido dar mi opinión, he tenido de verdad el mono de participar, un mono que también he sentido cuando he pasado de una sección diaria a una semanal o mensual. Cuando más he disfrutado es cuando he escrito cada día”, explicó en 1992 a la revista Capçalera. Víctima del Franquismo (esa caspa que aún no hemos conseguido eliminar en este país, incluso diría que se ha espesado en los últimos años), dotado de una cultura portentosa, ningún tema le era ajeno al escritor barcelonés. Aunque no siempre estaba de acuerdo con su postura, sus artículos siempre fueron para mí una referencia ineludible y creo que hoy, más que nunca, deberían ser de lectura obligatoria para entender el presente. En 2002, en plena crisis del Prestige, escribe: `Mientras en Europa aseguran estar hartos, hartos de mareas negras, Mariano Rajoy sobrevuela el desastre en helicóptero canturreando negra sombra, negra sombra…”.

Pedro Sorela, otro potente narrador todoterreno, nos habla del oficio de periodista en El sol como disfraz (Alfaguara). Con una prosa certera y con una ironía no exenta de ternura, Sorela nos relata el auge y la caída de un director que llega a un periódico con la aviesa intención de ponerle unas gafas nuevas. Desde hace tiempo La Crónica del Siglo mira la realidad con un ojo vago y la cuenta con el otro, que no anda muy allá. Picasso, el nuevo director, quiere que los periodistas de La Crónica del Siglo observen la realidad con una mirada que se aleje de los tópicos, el cáncer del periodismo y de la literatura. Y para conseguirlo deberá transformar la redacción, un microcosmos donde anidan la vanidad, la envidia, las rencillas sentimentales y la lucha por el poder, aunque sea el de escribir un titular. Un lugar donde se entierran los sueños demasiado pronto porque el tiempo, en los periódicos, corre el doble y envejece el triple.

Sorela sabe bien que, al fin y al cabo, lo que distingue a un buen escritor y a un buen periodista es su mirada. La que tenía Manuel Chaves Nogales. Como redactor de El Heraldo de Madrid, Chaves Nogales inició en agosto de 1928 un viaje en avión por Europa para contar de primera mano y a pie de calle lo que estaba ocurriendo en algunos países, como la Alemania prehitleriana o la Rusia soviética. Los reportajes -ampliados y restauradas las partes amputadas por la censura- se publicaron en forma de libro: La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Lo podemos leer ahora gracias a la editorial Libros del Asteroide, a quien debemos agradecer la reedición de una buena parte de su obra, tanto periodística como literaria.

Ya en el prólogo nos previene el escritor sevillano: “Este libro, de naturaleza exclusivamente periodística, no aumentará en nada el acervo de la cultura contemporánea…El autor, periodista, se ejercita en la técnica para la que se cree más apto, y acepta satisfecho las limitaciones que le impone su oficio, ese oficio que Trotsky llamó, certera y despiadadamente, oficio de “desnatadores de cultura”. El prólogo es un alegato a favor del periodismo que, ya entonces, como hoy mismo, era despreciado por las élites y por la clase media, en un país donde el treinta por ciento de la población era analfabeta. De ahí que la democracia no acabe de cuajar nunca del todo en España.

Lo meritorio de los brillantes reportajes de Chaves Nogales -quien enseguida descubrió las posibilidades que la técnica puede ofrecer al periodista- reside no tanto en que acertara o no en su diagnóstico (“Hoy existe una Alemania republicana que impedirá siempre una recaída en el militarismo”, dice a su paso por el país germano), sino en la verdad que respiran sus palabras, nacidas de la reflexión y del contacto con la vida cotidiana. Un contacto desprejuiciado y sin anteojeras, donde pesa más la comprensión y la empatía humana que el juicio político (impresionante el relato de su encuentro con Ramón Casanellas, asesino de Eduardo Dato). Más que para confirmar sus ideas, Chaves Nogales viaja para descubrir. Y lo que descubre a veces le sorprende.

Valga como ejemplo la síntesis –“seguramente arbitraria”, dice- que este “pequeño burgués” hace de su viaje por la Rusia soviética, diez años después del triunfo bolchevique, cuando Stalin había comenzado a liberarse de sus compañeros de viaje. “Después de haber recorrido Rusia y de haber buscado afanosamente cuanto en pro o en contra de la revolución se ha escrito, yo me atrevo a creer que la postura del hombre auténticamente civilizado no es la de ser comunista o anticomunista, sino la de estar atento al desenvolvimiento de los hechos, pesando y sopesando las responsabilidades de cada uno de los factores que han intervenido en la terrible experiencia que se está haciendo en la carne viva de un pueblo de ciento cuarenta millones de habitantes, sin desechar la posibilidad del alumbramiento de una nueva humanidad, pero sin perder de vista al mismo tiempo que puede haberse errado la senda”.

Creo que en ese “estar atentos” reside la fuerza de su magisterio, lo que debería guiar el trabajo de quienes aún nos asombramos con lo que sucede a nuestro alrededor y sentimos la necesidad de contarlo, de quienes creemos que el periodismo, a pesar de todo, es uno de los oficios más hermosos del mundo y, en ningún caso, una batalla perdida.
¡Nos vemos en septiembre!
Fuente: http://elasombrario.com/2013/08/03/las-batallas-perdidas/
Foto; propia, al paso de la carrera de caballos por delante de la casa de verano de este año.

El accidente de tren y una carta de una madre a su hija muerta en dicho accidente.

...se publicaba en un diario gallego una carta de Carolina Besada [1]. Estaba dirigida a su hija fallecida en el accidente de Santiago. También a todos nosotros... y a quien corresponda:

Soy la madre de Carolina Besada Garrido, escribe la señora Garrido, madre de la la joven que falleció a los 18 años en el accidente de tren de Santiago. “Me gustaría hacerles llegar este escrito y les agradecería que le diesen la máxima difusión. Mi hija siempre me dijo que se sentía orgullosa de que fuese una luchadora y sé que no le hubiese gustado que me quedase callada. Esto es en homenaje a ella. A todas aquellas personas que ayudaron a nuestros seres queridos y a nosotros mismos en esos duros momentos quiero decirles que cada uno de sus gestos llenan de calor nuestra alma. Los que se sintieron conmocionados por lo ocurrido han de saber que su empatía nos da fuerza. Todos nos habéis recordado que el mundo está lleno de seres excepcionales. A los que, como nosotros, sienten dolor por su pérdida, les envío un abrazo sincero y todo mi cariño. Pensemos que están en paz y dejemos que el tiempo nos ayude a que su recuerdo nos inunde de amor. Gracias por todos los abrazos, besos y palabras de ánimo sincero que hemos recibido, incluso de personas a las que no conocíamos, anónimas o con "cargos".

Por último, prosigue la madre de la joven fallecida, “quiero dirigirme a los que se creen "importantes" y desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras, con sus trajes y uniformes, para "hacerse ver", cuando llevábamos doce horas de angustia, sin saber si podríamos volver a abrazar a los nuestros. También al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso pésame porque su cargo o su partido se lo "exigía" (que sepáis que eso se transmite; habríais demostrado alguna compasión quedándoos en vuestros lujosos despachos). A los que cedieron a las presiones "de arriba" y nos torturaron prometiendo información que luego no nos daban. A los que prefieren "recortar" vidas a tener que renunciar a su coche oficial. Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón, pero que quizá no sea demasiado tarde para que rectifiquéis y colaboréis en hacer de este mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas.

Va por ti, mi niña.”

Se entiende, es comprensible, la referencia al maquinista del tren accidentado.

La anterior es una carta de una mujer luchadora que habla a su hija también luchadora -“va por ti, mi niña”-, una carta en la que habla de seres excepcionales y de otros muchos que desfilan, que simplemente desfilan y posan ante las cámaras...
[1] http://www.farodevigo.es/galicia/2013/07/30/nina/853411.html

lunes, 5 de agosto de 2013

Los purasangre galopan en Sanlúcar. Las playas del Bajo Guadalquivir, escenario de la carrera de caballos más antigua del país, desde 1845.

Las miles de personas que acudieron este viernes a las playas de Sanlúcar de Barrameda volvieron a sentir el temblor del suelo bajo los cascos de los caballos. Los animales galopaban sobre la arena mojada de la bajamar a orillas del Guadalquivir, con el Coto de Doñana como telón de fondo sobre el que se ponía el sol del ocaso. Es una de esas estampas imprescindibles del verano gaditano que se repite desde hace más de 150 años. Desde 1845, 168 años.

Con el comienzo del primer ciclo de las Carreras de Caballos de Sanlúcar, la competición hípica más antigua de cuantas se celebran en España, se abrió la edición número 168 de esta prueba tan particular. Hasta este domingo, la franja de costa que forman las playas de Bajo de Guía, La Calzada y Las Piletas, acogerá hasta 11 pruebas distintas, a las que acuden lo más granado de turf nacional, tanto en jockeys como en cuadras y monturas. Vienen caballos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Irlanda, Holanda, Portugal, España y algún otro país. El espectáculo es impresionante por el escenario, la hora -la puesta de sol- el paisaje con el río y el mar y el Coto de Doñana enfrente, las miles de personas que acuden, la mayoría en familia, como a una fiesta única de tradición centenaria a la que venían sus abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y ahora ellos con sus hijos y nietos. Aparte de la gracia del habla de los andaluces, se ven detalles curiosos como las casetas de apuestas infantiles (20 céntimos máximo) que ya forman parte de la tradición y se apuesta al caballo que pasa primero por una raya en esa zona de la caseta.  Han sido declaradas de Interés Turístico Internacional.

Las competiciones se celebran entre las siete de la tarde y las nueve de la noche, aprovechando los días de las mareas bajas vespertinas que coinciden con fines de semana del mes de agosto. La retirada del agua, en estas playas de la desembocadura del Guadalquivir, permite formar un hipódromo natural en la orilla, sobre la que galopan entre cuatro y 12 purasangre por mangas que recorren distancias que van de los 1.400, 1.600 y hasta los 1.800 metros. El cajón de salida se coloca cercano a Bajo de Guía, y la llegada, en la zona de Las Piletas. Allí es donde la Sociedad Carreras de Caballos de Sanlúcar, organizadora del evento, erige unas carpas que sirven para distintas feria de muestra y de recinto acotado para que los numerosos patrocinadores de las pruebas agasajen a sus invitados. “Es un espectáculo único”, presume el presidente de la sociedad, Rafael Hidalgo.

Pero en el brazo de arena seca, en bañador, tras las mallas de seguridad que coloca la Guardia Civil, es donde se viven con más intensidad las carreras. Allí es donde centenares de niños de la localidad colocan sus casetas de apuestas. Se trata de tenderetes de plástico, madera o cartón, cada vez más elaborados, ya que hay un concurso municipal, donde los niños y adultos pueden apostar céntimos de euro por caballo. Y la tensión es mayor porque el ejemplar que gana no es el que antes llega a la meta, sino el primero que pasa a la altura de la caseta donde se ha apostado. Los debates cuando pasa un grupo apretado de caballos forma también parte de la salsa de esta fiesta.

Por supuesto, al ser una competición dentro del circuito hípico nacional, también hay apuestas oficiales y grandes bolsas para las yeguadas y jinetes vencedores. Este año la organización entregará un total de 150.000 euros en premios en los dos ciclos de carreras. El segundo tendrá lugar los días 16, 17 y 18 de agosto, que será cuando se corran los tres Grandes Premios de esta temporada.

Este fin de semana el Estado y el Ayuntamiento despliegan un dispositivo que integra a unas 200 personas para velar por la seguridad del evento. Se calcula que cada día entre 25.000 y 35.000 aficionados contemplan las competiciones, que este viernes han recibido el premio Andalucía de los Deportes 2012 que concede la Junta. Fuente: El País.Y propia.

El suicidio de la izquierda italiana (1991-2013)

Jordi Córdoba

La izquierda comunista italiana de los años setenta y ochenta, heredera de Antonio Gramsci y de Palmiro Togliatti, fue la más poderosa de toda Europa occidental, con un Partido Comunista (PCI) que, bajo la dirección de Enrico Berlinguer, se aproximaba al 35% de los votos en 1976, mientras el Partido Socialista de Bettino Craxi apenas superaba el 10-15%, y otros grupos socialdemócratas y de la izquierda revolucionaria como Democracia Proletaria estaban también presentes en el Parlamento.

Sin embargo, en 1991, Achille Occhetto, entonces secretario general del PCI, promovió la renuncia al marxismo, la disolución del partido y la creación del nuevo Partido Democrático de la Izquierda (Partito Democratico della Sinistra, PDS), que se integró en el grupo socialista del Parlamento Europeo y en la Internacional Socialista, organismo donde, según Massimo d'Alema, sucesor de Occhetto al frente del partido, se producía "la auténtica innovación de la izquierda" (sic). En la práctica, el PDS cayó en un reformismo más cercano al Partido Laborista de Tony Blair que a la socialdemocracia nórdica o incluso mediterránea, optando por un programa de carácter claramente social-liberal. El PDS dejó de ser una alternativa de transformación social desde la izquierda, como había sido el PCI, para convertirse en una máquina electoral preparada para conquistar, por fin, la mayoría parlamentaria y llegar al gobierno, lo que se produjo durante diferentes periodos a partir de 1996.

No es extraño que, en esta situación, una parte del disuelto PCI no aceptara esta vía y, junto con la Democracia Proletaria y otros grupos menores formara, el mismo año 1991, el Partido de la Refundación Comunista (Rifondazione Comunista), liderado inicialmente por Fausto Bertinotti y Armando Cossutta, que llegaría al 8,5% de votos y 69 diputados en 1996, y encabezaría la fundación del nuevo Partido de la Izquierda Europea.

En 1998, el PDS evolucionó hacia la nueva formación Demócratas de Izquierda (Democratici di Sinistra, DS) acercándose, primero con Walter Veltroni y después con Piero Fassino, a los centristas de Romano Prodi (Democrazia è Libertà - La Margherita), para acabar constituyendo juntos en 2007 el nuevo Partido Democrático (Partito Democratico, PD) que ya no se consideraba ni siquiera de izquierdas, tal y como afirmó el propio Veltroni ("no somos de izquierdas, somos progresistas"). En los últimos tiempos, el PD del recientemente dimitido Pier Luigi Bersani, cada vez más en la línea del Partido Demócrata estadounidense, ya no forma parte de la Internacional Socialista ni del Partido de los Socialistas Europeos, y tan solo se ha integrado en el grupo parlamentario europeo a condición de que adoptara el nombre de Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. El historial del propio Enrico Letta, hasta hace poco vicesecretario del partido y nuevo presidente del gobierno italiano, no es precisamente el de una persona de izquierdas: antiguo miembro de la Democracia Cristina, ex secretario general de los jóvenes del Partido Popular Europeo o ex vicesecretario del Partido Popular Italiano, entre otros cargos. Por tanto, los pactos de gobierno con el centra-derecha de Mario Monti y la derecha pura y dura de Sílvio Berlusconi están muy lejos de ser un acuerdo entre la izquierda, la derecha y el centro, como han afirmado algunos medios, una interpretación que no se ajusta en absoluto a la realidad.

Lamentablemente, la izquierda comunista ha ido sufriendo diferentes rupturas que, junto con los antidemocráticos cambios de la ley electoral por parte de Berlusconi, han provocado su desaparición del arco parlamentario, a pesar de la constitución de diferentes coaliciones como la de La Izquierda (La Sinistra - El Arcobaleno) en 2007, encabezada aún por Bertinotti, o la más reciente de Revolución Civil (Rivoluzione Civile), liderada por Antonio Ingroia y formada por Refundación Comunista, liderada actualmente por Paolo Ferrero, el Partido de los Comunistas, de Oliviero Diliberto, Italia de los Valores, del juez Antonio Di Pietro, los Verdes y otros grupos menores, y que tampoco ha logrado representación parlamentaria, a pesar de obtener más de 750.000 votos. En de la izquierda propiamente dicha, sólo Izquierda, ecología y libertad (Sinistra, ecología e libertà), liderada por Nichi Vendola, ha podido llegar al Parlamento, a pesar de no superar la barrera del 4% los votos, gracias a formar parte de una más que cuestionable coalición con Bersani y el Partido Democrático.

Deuda, austeridad y devastación. Llegó el turno de Europa

Susan George
Transnational Institute (TNI)
Traducido por Beatriz Martínez para Transnational Institute.

Al igual que la peste en el siglo XIV, el azote de la deuda ha ido migrando paulatinamente del Sur al Norte. La Yersinia pestis del siglo XXI no se propaga a través de las ratas infestadas de pulgas, sino del letal fundamentalismo neoliberal, infestado de ideología. Antes, sus adalides tenían nombres como Thatcher o Reagan; ahora suenan más bien a Merkel o Barroso. Pero el mensaje, la mentalidad y la medicina prescrita son básicamente los mismos. La devastación provocada por ambas plagas también es similar. Sin duda, se registran menos muertes relacionadas con la deuda en Europa hoy en día que en África hace tres décadas, pero seguramente se está causando un daño más permanente a lo que en su día fueron las prósperas economías europeas.

Los fieles –y más veteranos– lectores de la revista New Internationalist recordarán la temida expresión ‘ajuste estructural’. ‘Ajuste’ era el eufemismo para el paquete de recetas económicas impuestas por los ricos países acreedores del Norte a otros menos desarrollados en lo que entonces llamábamos ‘el Tercer Mundo’. Una gran parte de estos países había pedido prestado demasiado dinero para demasiados fines improductivos. A veces, los líderes se limitaban a ingresar los créditos en sus cuentas privadas (recordemos a Mobutu o Marcos) y endeudar aún más a sus países. Devolver los préstamos en pesos, reales, cedis u otras ‘monedas raras’ era inaceptable; los acreedores querían dólares, libras esterlinas y marcos alemanes.

Además, los líderes del Sur habían suscrito los préstamos a tipos de interés variable, que al principio eran bajos pero que subieron a niveles astronómicos a partir de 1981, cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos puso fin a la era del dinero barato. Cuando países como México amenazaron con no pagar la deuda, cundió el pánico entre los ministros de Economía de los países acreedores, los grandes banqueros y los burócratas internacionales, que se pasaron unos cuantos fines de semanas sin dormir, alimentándose con comida para llevar e improvisando planes de emergencia.

Plus ça change, plus c’est la même chose.* Pasadas unas décadas, aún se suceden las reuniones de crisis, esta vez en Bruselas y, pese a algunas variaciones, la respuesta es idéntica: solo consigues un rescate si te comprometes a seguir una serie de estrictas exigencias. En su día, estas se hacían eco del neoliberal ‘consenso de Washington’; ahora se denominan, más acertadamente, ‘paquetes de austeridad’, pero ambas requieren las mismas medidas. Firme aquí, por favor, con sangre.

Para el Sur, los contratos rezaban: ‘Limiten la producción de alimentos y dedíquense a cultivos comerciales rentables. Privaticen las empresas estatales y abran actividades lucrativas a las compañías transnacionales extranjeras, sobre todo en el sector de las materias primas y las industrias extractivas, la silvicultura y la pesca. Reduzcan drásticamente el crédito, y eliminen los subsidios y las prestaciones sociales. Presenten propuestas para el pago de la salud y la educación. Economicen y obtengan divisas fuertes a través del comercio. Su principal responsabilidad es para con los acreedores, no para con su pueblo’.

Ahora llegó el turno de Europa. A los países del sur de Europa y a Irlanda no se les deja de repetir: ‘Han estado viviendo por encima de sus posibilidades. Ahora les toca pagar’. Los Gobiernos aceptan órdenes dócilmente y sus ciudadanos y ciudadanas suelen asumir que deben pagar la deuda de inmediato porque la deuda de un Estado soberano es exactamente igual que la deuda de una familia. Pero no lo es; un Gobierno acumula deuda emitiendo bonos en los mercados financieros. Esos bonos son adquiridos fundamentalmente por inversores institucionales, como bancos, que reciben un pago anual de intereses: bajo cuando el riesgo de impago es bajo y alto cuando dicho riesgo también lo es. Es totalmente normal, deseable e incluso necesario que un país tenga una deuda que plantee cero problemas y que genere muchos beneficios si el dinero se invierte con prudencia y a largo plazo en actividades productivas como educación, salud, prestaciones sociales, infraestructuras sólidas y similares.

En efecto, cuanto mayor es el porcentaje de gasto público en el presupuesto de un Gobierno, más elevado es el nivel de vida y más empleos se crean, incluido en el sector privado. Esta norma se ha visto confirmada sin falta desde que se apuntó a la correlación entre la inversión pública y el bienestar nacional por primera vez, a fines del siglo XIX.

Lógicamente, el dinero prestado también se puede derrochar y gastar sin ton ni son, y los beneficios pueden repartirse injustamente. La gran diferencia entre el presupuesto de una familia y el de un Estado es que los Estados no desaparecen sin más, como una compañía en bancarrota. Las inversiones productivas y bien gestionadas que se financian con el dinero que toman prestado los Gobiernos deberían entenderse, en general, como algo bueno.

Los números mágicos
En 1992, los países europeos votaron ciegamente ‘sí’ al Tratado de Maastricht, que debido a la insistencia de Alemania incluía dos números mágicos: el 3 y el 60. Nunca dejes que tu déficit presupuestario supere el tres por ciento; nunca contraigas una deuda pública que supere el 60 por ciento de tu producto interior bruto ( PIB ).** ¿Por qué no el 2 o el 4 por ciento, o el 55 y el 65? Nadie lo sabe, salvo quizá algún vetusto burócrata que andaba por allí, pero estos números se han convertido en las Tablas de la Ley.

En 2010, dos famosos economistas anunciaron que, por encima del 90 por ciento del PIB , la deuda acarrearía problemas a un país y su PIB se contraería. Es algo que suena lógico porque el pago de los intereses se comería un porcentaje mayor del presupuesto. Sin embargo, en abril de 2013, un estudiante de doctorado norteamericano intentó replicar sus resultados y se encontró con que no podía. Usando las mismas cifras, obtenía un resultado positivo para el PIB, que aún seguiría aumentando en más de un dos por ciento al año. El tándem de economistas famosos –y ahora también avergonzados– tuvo que admitir que había sido víctima del Excel y que habían colocado mal una coma.

Incluso el Fondo Monetario Internacional ha confesado errores parecidos, esta vez sobre el tema de los recortes y las medidas de austeridad. Ahora sabemos –porque el Fondo ha sido lo bastante sincero como para explicárnoslo–, que los recortes perjudicarían al PIB dos o tres veces más de lo previsto en un principio. Europa debería tomárselo con calma, dice el FMI y no ‘conducir la economía pisando el freno’. El límite mágico del 60 por ciento del PIB en la deuda es ahora más sagrado que el límite del tres por ciento para el déficit; las políticas, sin embargo, siguen siendo las mismas, ya que los halcones neoliberales aprovechan cualquier atisbo de prueba dudosa que parezca promover su causa.

Nos enfrentamos a dos preguntas básicas. La primera sería por qué aumentó la deuda de los países europeos de forma tan pronunciada después de que estallara la crisis en 2007. En apenas cuatro años, entre 2006 y 2010, la deuda se disparó en más de un 75 por ciento en Gran Bretaña y Grecia, un 59 por ciento en España y una cifra récord del 276 por ciento en Irlanda, donde el Gobierno anunció que se haría responsable de todas las deudas de todos los bancos privados del país. El pueblo irlandés, por lo tanto, asumiría la falta de responsabilidad de los banqueros irlandeses. Gran Bretaña hizo lo mismo, aunque en menor medida. Los beneficios se privatizan y las pérdidas se socializan.

Así pues, los ciudadanos y las ciudadanas deben pagar por la austeridad, mientras que los banqueros y otros inversores que adquirieron los bonos del país o productos financieros tóxicos no aportan nada. Después de la crisis de 2007, el PIB de los países europeos cayó un promedio del cinco por ciento y los Gobiernos tuvieron que compensar. El incremento de los fracasos empresariales y el desempleo masivo significaban también más gastos para los Gobiernos justo en el momento en que estaban recaudando menos a través de los impuestos.

La nueva moralidad
El estancamiento económico sale caro. El aumento de los gastos y la bajada de los ingresos se traduce en una única respuesta: solicitar más préstamos. Rescatar a los bancos y asumir las consecuencias de la crisis que estos crearon son el principal motivo de la crisis de la deuda y, por lo tanto, de la dura austeridad que se impone hoy en día. La gente no estaba ‘viviendo por encima de sus posibilidades’, pero es evidente que el lema de la nueva moralidad es ‘castiguemos a los inocentes y recompensemos a los culpables’.

Esto no es una defensa de las políticas ineptas ni corruptas, como las que permitieron que se inflara la burbuja inmobiliaria en España o que la clase política griega contratara a un gran número de nuevos funcionarios después de cada elección. Los griegos tienen un presupuesto militar hinchado y se niegan, inexcusablemente, a gravar a los grandes magnates navieros y a la Iglesia, la mayor titular de propiedades del país. Pero si la bañera pierde agua y la pintura del salón se está cayendo, ¿qué haces? ¿Quemas toda la casa o arreglas las tuberías y vuelves a pintar?

Las consecuencias humanas de la austeridad son ineludibles y bien conocidas: los jubilados rebuscan en los contenedores de basura a mitad de mes esperando encontrar algo que llevarse a la boca; los y las jóvenes de talento y con formación de Italia, Portugal y España huyen de su país mientras la tasa de desempleo para su grupo de edad alcanza el 50 por ciento; a las familias se les impone una carga insoportable; la violencia contra las mujeres aumenta con el incremento de la pobreza y la angustia; los hospitales carecen de fármacos básicos y de personal; las escuelas y los servicios públicos se deterioran o desaparecen. A la naturaleza también se le pasa factura: no se invierte nada en revertir la crisis climática ni en poner fin a la destrucción del medio ambiente. Es demasiado caro. Como sucede con todo lo demás, ahora no nos lo podemos permitir.

Conocemos bien las repercusiones, el resultado de lo que la canciller alemana Angela Merkel denomina políticas de ‘austeridad expansionista’. Según esta teoría neoliberal, los mercados ‘se tranquilizarán’ con políticas estrictas y volverán a invertir en los países disciplinados. Pero esto no ha sucedido. Y por todo el sur de Europa están empezando a aparecer imágenes de Merkel decoradas con esvásticas.

Muchos alemanes piensan que están ayudando a Grecia y quieren dejar de hacerlo. En realidad, casi todo el dinero del rescate está siguiendo un circuito cerrado: las aportaciones de los Gobiernos de la UE realizadas a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad se han vuelto a canalizar a través del Banco Central y los bancos privados de Grecia hacia bancos británicos, alemanes y franceses que habían adquirido eurobonos griegos para obtener un rendimiento más alto. Sería más sencillo entregar el dinero de los contribuyentes europeos directamente a los bancos, si no fuera porque los contribuyentes podrían darse cuenta del truco. ¿Por qué montar un drama psicológico en torno al dos por ciento (Grecia) o al 0,4 por ciento (Chipre) de la economía europea? Un cínico podría contestar: ‘Muy sencillo. Para asegurar la reelección de la señora Merkel en septiembre’.

La segunda pregunta básica es por qué seguimos aplicando políticas que son perjudiciales y no funcionan. Esta catástrofe de creación propia puede verse desde dos puntos de vista. Economistas laureados y de renombre como Paul Krugman o Joseph Stiglitz opinan que los líderes europeos sufren de encefalograma plano, muestran una total ignorancia en materia de economía y están abocados a un innecesario suicidio económico. Otros analistas apuntan que los recortes se ajustan perfectamente a los deseos de entidades como la Mesa Redonda Europea de Industriales y BusinessEurope: recortar salarios y prestaciones, debilitar a los sindicatos, privatizar todo lo que se ponga a tiro, etcétera. A medida que han ido aumentando las desigualdades, a las elites no les ha ido nada mal. En estos momentos, hay más ‘particulares con un elevado patrimonio neto’ y con una fortuna colectiva mucho mayor que en el punto álgido de la crisis en 2008. Hace cinco años, se contabilizan en todo el mundo 8,6 millones de particulares de este tipo, con una liquidez conjunta valorada en 39 billones de dólares estadounidenses. Hoy en día, este grupo llega a los 11 millones de personas, con activos por valor de 42 billones de dólares. Las pequeñas empresas caen en tropel, pero las grandes compañías disponen de ingentes sumas de efectivo y están sacando el mayor partido posible de los paraísos fiscales. No ven ningún motivo para dejarlo ahí.

Esta crisis no está afectando a todo el mundo y los líderes europeos no son más necios que sus homólogos en otros países. Si que están, no obstante, totalmente sometidos a los deseos de las grandes finanzas y las grandes corporaciones. Sin duda, la ideología neoliberal desempeña un papel clave en su programa, pero sirve especialmente para emitir densas cortinas de humo y falsas explicaciones y justificaciones, con el fin de que las personas crean que ‘no hay alternativa’. No es cierto: los bancos se podrían haber socializado y transformado en servicios públicos, del mismo modo que cualquier otro organismo que funciona con dinero público. Se podrían haber cerrado los paraísos fiscales, aplicado impuestos a las transacciones financieras y adoptado muchas otras medidas. Pero estas propuestas, a ojos del neoliberalismo, son una herejía (aunque 11 países de la eurozona empezarán a gravar las transacciones financieras a partir de 2014).

Soy una ferviente europea y deseo que Europa prospere, pero esto no es Europa. En contra de nuestra voluntad, se nos ha arrastrado a una guerra de clases. La única respuesta que le queda a la ciudadanía está en el conocimiento y la unidad. Lo que ha impuesto el 1 por ciento puede ser revocado por el 99 por ciento. Pero más vale que nos demos prisa: el tiempo se está agotando.

* ‘Cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual.’
** La deuda pública es dinero que un Gobierno debe en forma de préstamos obtenidos en los mercados financieros más que mediante otras modalidades de empréstito. Fuente: http://www.tni.org/es/article/deuda-austeridad-y-devastacion

domingo, 4 de agosto de 2013

Divertirse es re-crearse. El juego es fundamental para el aprendizaje y la empatía

Si somos capaces de recuperarlo, encontraremos el camino del desarrollo personal y el bienestar emocional

Hasta hace muy poco, un adulto con tendencia a tomarse las cosas como cuando nos divertíamos de niños estaba mal visto, siendo acusado de irresponsable e inmaduro. Las cosas han cambiado. Los estudios científicos avalan las propiedades de las actividades lúdicas y su repercusión positiva en el desarrollo personal, tanto a nivel emocional como creativo. Incluso se ha acuñado el término “déficit de juego” para aquellas personas que debido a las rutinas, las responsabilidades y el ambiente laboral sufren por no poder jugar sin otra finalidad que la diversión. Esta actitud es la manera más eficaz de combatir el estrés, de entrar en armonía con nosotros mismos y de liberarnos de las tensiones, dejando lugar a la recreación. Y es que hacerlo es re-crearse, es decir, evolucionar y recargarse de energía.

Pero no solo se han detectado estos efectos positivos en las personas, también se han estudiado los beneficios en las empresas que lo incluyen como parte de sus políticas. Hoy día, las empresas modernas y adaptadas a la competitividad del mercado saben de la importancia de generar un ambiente de trabajo que no esté reñido con la diversión y el entretenimiento. Conseguirlo es poder contar con una plantilla motivada, inspirada y capaz de generar ideas que aporten la innovación y la creatividad.

Todos sabemos jugar porque todos hemos crecido haciéndolo. El secreto está en recordar de qué manera lo hacíamos; dejarse y abandonarse a una actividad que no tenga otra finalidad que la actividad misma. Hagamos la prueba. Levantemos por un momento la mirada de este artículo y busquemos a nuestro alrededor un objeto que empieza, por ejemplo, por la letra P. Sin más. Solo eso.

El sabio no compite, por eso no puede ser vencido”
(Proverbio taoísta)
Bien. Aquellos que se hayan sumado al pequeño juego verán que no les ha llevado más de medio minuto encontrar la solución, y sin embargo, en ese breve espacio de tiempo han pasado cosas maravillosas: Hemos superado la vergüenza que nos produce jugar a algo tan infantil, rompiendo la barrera que nos separa del niño que llevamos dentro y del que aún tenemos muchas cosas que aprender. Incluso hemos empezado a hacerlo con media sonrisa de satisfacción en los labios.

Nos hemos conectado con el entorno de una manera nueva y creativa. Incluso puede que nos hayamos fijado en objetos que de otra manera hubieran pasado inadvertidos.

Hemos enfocado nuestra atención para descubrir qué hay a nuestro alrededor que empiece con la P.

Hemos usado el pensamiento lógico tratando simplemente de nombrar las cosas que nos rodean.

Si el pensamiento lógico no ha dado resultado, habremos pasado al pensamiento lateral. Es decir, tal vez hemos visto un balón de fútbol y lo hemos descartado, pero tal vez luego nos hemos dado cuenta de que al balón también se le llama pelota. Pensamiento lateral en todo su esplendor.

Hemos sentido la satisfacción de haber resuelto el pequeño desafío, lo que nos ha producido, aunque sea fugazmente, un placer infantil indescriptible.

Todas estas cosas han sucedido en menos de medio minuto con un entretenimiento de lo más simple. No hemos competido contra nadie. Por un instante, hemos jugado, nos hemos re-creado. Imaginemos si llevamos esta actitud a todos los ámbitos de nuestra vida…

Podemos estar corriendo el maratón de Nueva York y estar divirtiéndonos, disfrutando alegremente del ambiente y de la autosuperación. Pero también podemos sufrir por ver cómo nos adelantan otros corredores. Nos podemos tomar el maratón como un divertimento o como una competición. Y es que jugar no es una actividad concreta, es una actitud.

Stuart Brown y Christopher Vaughan en su libro ¡A jugar! definen el juego como aquello que hacemos para divertirnos de forma voluntaria. Es agradable por sí mismo, y entretenido y absorbente. Nos ayuda a improvisar, porque dentro de sus parámetros se producen siempre situaciones inesperadas que nos desafían. Además, es algo que deseamos siempre, debido al placer que nos produce. A los aficionados a los maratones les gusta participar en ellos. Simplemente. No hay más explicación que esa. Nosotros podemos tomarnos cualquier actividad de la vida con la actitud del juego o con la de la pugna. Paradójicamente, seremos mucho más competitivos si en lugar de combatir nos divertimos.

Brown y Vaughan nos explican el proceso que seguimos durante el juego, descrito por Scott Eberle, historiador de esta materia:

Anticipación, espera ansiosa, preguntándonos qué ocurrirá, llenos de curiosidad. Sorpresa ante un descubrimiento, una nueva sensación o idea, o un cambio de perspectiva. Placer ante una nueva situación que nos abre nuevas posibilidades en el esquema del juego. Comprensión en la adquisición de un nuevo conocimiento de una nueva faceta que tal vez desconocíamos. Fuerza como la reconfortante sensación de haber superado el desafío o habernos enfrentado a él. Estos pasos hacen que una actitud de juego ante cualquier actividad de la vida nos produzca un placer y un bienestar muy superior, ya sea en nuestro trabajo, ya sea en una salida con nuestra pareja o un domingo de lluvia con nuestros hijos.

Si buscamos en Internet “oficinas google suiza”, veremos unas fotografías espectaculares y nos preguntaremos si se trata de un lugar de trabajo o de un parque infantil. ¡Hasta veremos un tobogán! ¡Y unas hamacas! Sí, efectivamente, en las oficinas de Google en Suiza hay toboganes, hamacas, billares y acuario. Todo para crear un espacio que invite a la creatividad y a la innovación.

Desde sus inicios, la empresa más famosa de la Red ha impulsado un ambiente de juego en todas sus sedes, llevándolo hasta las últimas consecuencias, como por ejemplo permitir a sus trabajadores que dediquen un 20% de su tiempo laboral a actividades que les diviertan y les motiven, tengan o no tengan que ver con su trabajo. La apuesta les ha salido redonda, y rentable. Y es que, por ejemplo, el popular Google Maps nació de un trabajador que invirtió ese tiempo de recreo, de re-creación, en crear esta tecnología.

viernes, 2 de agosto de 2013

_- ONG para crear historias. Seis organizaciones ofrecen talleres gratuitos de escritura creativa para escritores juveniles

_- Las edades de los futuros autores oscilan entre los ocho y los dieciocho años

Ella trazó una línea. Él dibujó otra, paralela. Ella volvió a coger el lápiz, y esbozó el comienzo de una flor. Y él lo completó, con todos sus pétalos. Entonces Francesca Frediani se levantó y dejó que su jovencísimo colega siguiera con el trabajo. “Era un niño chino que llevaba cuatro meses en un colegio y sus maestros ni sabían aun si entendía el italiano. Al principio no interactuaba, ni escribía, así que se me ocurrió empezar un dibujo para que él hiciera lo mismo”, cuenta la educadora italiana. El pequeño debió de comprenderle muy bien, ya que Frediani volvió a los 10 minutos y se encontró con una revolución copernicana: “En el papel había casas, personas. Un mundo. Había abierto la caja de Pandora”.

En el fondo, lo hace cada día. La italiana es la responsable de La grande fabbrica delle parole, una suerte de ONG de la escritura creativa que abrió en 2009 en Milán. Y que tiene cinco hermanos esparcidos por Europa, del Ministry of Stories de Londres a VoxPrima en Barcelona, pasando por Berattarministeriet en Estocolmo.

Todas comparten la misma fórmula: un ejército de voluntarios, algunos de ellos escritores de renombre, ofrece talleres gratuitos de creación literaria a miles de jóvenes —sobre todo clases de colegios— de entre ocho y 18 años. Se trata de un antídoto, sostienen desde las cuatro esquinas del continente, contra el dominio imperante de la televisión y un sistema educativo que ha sepultado la creatividad bajo la caza frenética al resultado y al examen. “Nuestra misión es inspirar una nueva nación de contadores de historias en Reino Unido”, reza el lema de Ministry of Stories.

De los pioneros de Fighting words en Irlanda al neonato Buch-Piloten austriaco, cada clase comienza de la misma, irresistible manera. “Les decimos a los niños: ‘Estáis aquí porque creemos que vais a escribir historias maravillosas. En las próximas dos horas lo haréis. Y todas saldrán publicadas”, relata Lucy Macnab, cofundadora de Ministry of Stories junto con el célebre escritor Nick Hornby y Ben Payne. De ahí que lo primero sea una masiva tormenta de ideas a bases de brazos levantados, griterío e imaginación.

Tras el paso del huracán, queda un comienzo de historia. Algo así como “en una isla en el cielo vivía una princesa a la que le gustaba mucho practicar el kárate”, como arranca el cuento que la clase 1ª D de la escuela Pertini Verga de Milán escribió en La grande fabbrica delle parole. Aunque unos párrafos más abajo, tras gusanos que bailan break dancey caracoles hiperrápidos, surge un problema: la princesa se muere de ganas de derrotar al lagarto que hace kung-fu. Ya pero “¿y cómo?”.

“A partir de ahí los niños empiezan a crear el final de la historia, solos o en grupos de dos”, cuenta Roser Ballesteros, encargada de VoxPrima, la representante española de esta lucha continental por la fantasía. En su caso, primero piden a los jóvenes un dibujo que ilustre el epílogo. Y, luego, que conviertan trazos y colores en palabras. La conclusión, que se repite idéntica en los seis países, es un libro impreso por cada pequeño autor. Ya no hay niños tímidos o inseguros. Solo quedan escritores.

“Una vez que les ayudas a arrancar no hay nadie que no haya podido crear su propia historia”, relata Sean Love, responsable de Fighting words. Y no solo: tras un comienzo únicamente literario, la organización irlandesa ha ampliado su frente de batalla. Ahora también trabaja con adultos discapacitados, y sus alumnos producen guiones cinematográficos, periódicos, discos y hasta obras que han llegado al Abbey Theatre de Dublín. Además, lo que empezó con talleres de un solo encuentro ha alcanzado colaboraciones de hasta un año de duración.

De ahí que no sorprenda que Fighting words reciba cinco veces la cantidad de demandas que puede atender. “Vienen escuelas de todo el país, incluso de Irlanda del Norte. De hecho, nos estamos planteando abrir otro centro en Belfast”, asegura Love. La esperanza, en realidad, es llegar más lejos aún, hasta inundar un continente entero de narradores.

“Entre todas las organizaciones queremos crear una asociación a nivel europeo que nos permita también recibir subvenciones de la UE”, defiende Love. El exdirector de Amnistía Internacional en Irlanda fue el primero en creer en este proyecto. En concreto, pelea por las palabras desde enero de 2009. Aunque para el origen auténtico de esta historia hay que volver todavía más atrás en el tiempo.

Érase una vez un famoso novelista irlandés, Roddy Doyle, que en 2007 promocionaba su último libro por EE UU. De paso por San Francisco, su amigo y también escritor Dave Eggers le invitó a conocer su nueva ocurrencia: se llamaba 826 Valencia y era un centro de escritura creativa gratuito para jóvenes. Doyle se quedó fulgurado. “Tenemos que hacer algo parecido en Dublín”, le dijo a su colega Love al regresar.

Así, se pusieron manos a la obra. Y, tras un año de estudio, por fin llegó el debut. Y un acelerón que aún no ha parado: cuatro años después han trabajado con unos 40.000 niños y cuentan con 500 voluntarios —sobre todo escritores y maestros, pero no solo—. “Hay cámaras, ingenieros, técnicos de sonido, cineastas o artistas visuales”, cuenta Love. Por cierto, cualquiera con ganas de ayudar puede apuntarse, siempre y cuando supere una entrevista y sus referencias sean convincentes.

Tras el pistoletazo de salida, Fighting words llamó la atención de varios prosélitos. Y, junto con el futuro de la literatura irlandesa, fue acogiendo extranjeros curiosos. Hornby, Frediani, Ballesteros: todos pasaron por Dublín antes de estrenar su versión autóctona de la idea. Aunque, al trasladar el proyecto a otro país, cada uno ha querido darle su toque distinto.

La organización de Milán, por ejemplo, apuesta sobre todo por las escuelas “con una tasa alta de multiculturalidad”, incluso donde el italiano es para muchos niños L2, es decir segundo idioma. Y la fórmula española, activa desde comienzos de 2011, le da un rol privilegiado a la ilustración a la vez que busca la colaboración de bibliotecas e instituciones culturales locales. En Londres, Ministry of Stories intenta avanzar de la mano de su vecindario. “Es un proyecto muy enfocado hacia el barrio, tenemos un área geográfica cerrada. Queremos juntar la comunidad creativa y profesional que vive por aquí con los niños”, explica Lucy Macnab.

La elección de Ministry of Stories es en parte obligada. Por mucho que las organizaciones sueñen con no tener límites y ser abiertas a todo aprendiz de escritor, los recursos son los que son. “Confiamos en que en los próximos años haya más Ministry of Stories por todo Reino Unido”, asegura Macnab. De hecho, hasta ofrecen cursos de formación para aspirantes imitadores. Mientras, sin embargo, atender a toda la nación sigue siendo una utopía. Sí hay campamentos de verano o iniciativas de un fin de semana dirigidas a cualquiera, pero en general la selección acaba recayendo en unas cuantas escuelas.

Eso sí, los afortunados escogidos jamás abren la cartera. “No pagamos nada ni recibimos dinero. Si cobráramos sería una forma de exclusión e iría en contra de nuestra misión principal. Queremos ayudar sobre todo a quien posiblemente no tenga nunca la opción de intentar escribir algo”, sentencia Love. Y la misma música se repite en los otros rincones del continente, aunque con un matiz. La española VoxPrima sí cobra una cifra “simbólica”, como la define Ballesteros: unos 20 euros por niño. Eso sí, de momento y a la espera de otros métodos de financiación.

Más allá de la solución catalana, cada proyecto busca como puede fondos para mantenerse a flote. La mayoría proceden de privados y fundaciones, tanto que para Fighting words representan casi la totalidad del presupuesto. “No queríamos fondos públicos, para ser libres y llevar el proyecto de la manera que creemos correcta”, agrega Love. Sí cuenta con el apoyo del Gobierno británico Ministry of Stories, que debe a Downing Street un 18% de su presupuesto. Otro 15% la organización londinense lo saca de una tienda que acoge en su sede y donde vende sus creaciones.

Entre ellas, pronto habrá un disco, que saldrá en unos meses con las canciones compuestas por algunos pequeños talentos. En el establecimiento se pueden adquirir también varios dibujos de monstruos. Uno en particular lo ha diseñado un niño del que Lucy Macnab todavía se acuerda. “Vino con su clase y decía que él no podía hacerlo, que era demasiado difícil”. Al final, sin embargo, el pequeño visitaba la tienda cada dos por tres para enseñarles a sus padres y a los maestros la criatura horrible que había sido capaz de concebir.

Otro monstruo, que escupía fuego de la boca, se dirigía una vez a visitar el zoológico de Londres la noche de Halloween. Y se encontró con cuatro fantasmas. Todos juntos decidieron ir a espantar a los animales. Pero esta es otra historia. Fruto, cómo no, de otro pequeño narrador.
(fotos, de El País. Portada de una antología publicada con Fighting words por los estudiantes de la escuela secundaria Newpark de Dublín. La escritora italiana Emanuela Bussolati (centro) participa en un taller de La grande fabbrica delle parole. / THOMAS POLOLI

Se ve como antídoto a un sistema educativo centrado en los resultados
Una vida diferente

Fighting words, en Dublín, fue el proyecto pionero en Europa. Arrancó en enero de 2009, siguiendo el modelo de la organización estadounidense 826 Valencia.
El mismo año nació La grande fabbrica delle parole, en Milán.
En Londres, en 2010, echó a andar Ministry of Stories. El escritor Nick Hornby es uno de sus cofundadores.
Desde principios de 2011 es activa en Barcelona VoxPrima, que ya ha colaborado con más de 700 pequeños escritores.

Berattarministeriet, en Estocolmo, y Buch-piloten, en Viena, son los dos proyectos más recientes. Fuente: El País. Tommaso Koch, 29 de julio 2013.
Enlaces a otras páginas de este blog relacionadas con el tema: escritura y bondad.
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10 Pautas para educar.

Mentiras y medios en el acccidente del tren de Santiago

Errores y mentiras en los medios sobre el accidente de tren en Santiago
 imagen 1evening sun ANTONIO MAESTRE | 28/07/2013 | 46 El 15 de abril de 1912,

la mañana después del hundimiento del Titanic, el Baltimore Evening Sun publicó un reportaje en portada que titulaba “A salvo todos los pasajeros del Titanic”. La realidad fue que murieron en el naufragio más de 1.500 personas.

A la hora de cubrir tragedias, la prensa ha cometido numerosos errores de este tipo a lo largo de la historia. Y los seguirá cometiendo. En ocasiones, el medio reconoce el error. En otras, no; y pasan a convertirse en informaciones falsas. Algunas, intencionadamente.

La tragedia del accidente de tren en Santiago de Compostela del pasado 24 de julio ha dejado en evidencia una cobertura de los hechos cuanto menos cuestionable, por parte de algunos medios. Analizamos el caso más llamativo, el del periódico ABC.

La construcción del relato del “maquinista culpable”

El código deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) incluye en su punto 5 lo siguiente:

“El periodista debe asumir el principio de que toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario y evitar al máximo las posibles consecuencias dañosas derivadas del cumplimiento de sus deberes informativos. Tales criterios son especialmente exigibles cuando la información verse sobre temas sometidos al conocimiento de los Tribunales de Justicia”.

Si bien es cierto que el respeto a la presunción de inocencia es un problema muy habitual de los medios de comunicación, en el caso que nos ocupa, el incumplimiento de este mandato ha sido especialmente grosero.

Múltiples medios, intentando preservar impoluta la imagen de la Alta Velocidad Española (AVE) como joya de la Corona de la depauperada Marca España, vieron la posibilidad de volcar toda la responsabilidad sobre el maquinista. Es importante señalar que esto se produce en un momento en el que un consorcio de 11 empresas, entre las que se encuentran ADIF y RENFE, opta a un contrato de 12.000 millones de euros en Brasil para la construcción de una línea de Alta Velocidad entre Rio de Janeiro y Sao Paulo. La concesión del contrato se falla el 19 de septiembre.

El fallo humano del maquinista, que circulaba a 190 kilómetros por hora cuando la velocidad de paso por A Grandeira era de 80, es posible. E, incluso, pudiera ser que sí, que fuera el único responsable de la tragedia, al margen del resto de posibles fallos y problemas. Pero lo cierto es que no está probado, que el maquinista no ha declarado ante el juez, que las cajas negras todavía no han mostrado su contenido a los investigadores, que los peritos e ingenieros no han dado un informe sobre las verdaderas causas del accidente.

Nada de esto ha importado en los últimos días para que ciertos medios hayan condenado al maquinista frente a la opinión pública, no sólo con datos verificados, sino incluso con manipulaciones, falsedades y, lo que es más grave, mentiras.

ABC y la foto de Facebook

El diario ABC publicó una noticia el día siguiente del accidente con una foto de la cuenta de Facebook del maquinista, en la que se veía el velocímetro de un tren que circulaba a 200 kilómetros por hora. Fue, sin duda, el punto clave en el que el relato del “maquinista culpable” alcanzó su cúspide.

El rotativo hacía así noticia de un hecho de dudoso carácter informativo, con la intención de hacer responsable al maquinista del accidente. Un tren circulando a 200 km/h es algo muy normal. A los maquinistas de alta velocidad se les paga por conducir a esas velocidades. De hecho, en el tramo previo al accidente, según marca la hoja de ruta, el tren debe circular a 220 km/h. Por eso se llama “Alta Velocidad”. El diario ignoró además un comentario de la misma foto el maquinista que señalaba que no podía ir a más velocidad porque si no le multaban.

Falseo de un entrecomillado
Lo más grave de esta noticia fue la manipulación del entrecomillado en el titular:

“Qué gozada hacer saltar el radar a la Guardia Civil. Menuda multa para RENFE”.

En realidad, el maquinista había escrito en una conversación en su cuenta de Facebook lo siguiente:

“QUE GOZADA SERIA IR EN PARALELO CON LA GUARDIA CIVIL Y PASARLES HACIENDO SALTAR EL RADAR JEJE MENUDA MULTA PARA RENFE JEJE”. Un entrecomillado debe recoger literalmente lo dicho por el maquinista y no se puede hacer ninguna modificación que cambie el significado y la intención del declarante. El hecho de cambiar el tiempo verbal del condicional al presente es sintomático de la intencionalidad que se buscaba en el titular. Convertir algo que jamás se produjo en un hecho. Insinuar la culpabilidad del maquinista por un hecho pasado independiente y sin relación con la tragedia.

El periodista David Randall, en su manual sobre periodismo El periodista Universal, dice al respecto de las citas entrecomilladas:

“Dos pequeñas marcas en los extremos opuestos de una serie de palabras indican que lo que hay entre ellas es una reproducción literal de lo que se dijo. No una versión editada, una exposición pasada a limpio o resumida. Tampoco lo que alguien quiso decir, o habría dicho si hubiera sido suficientemente culto como para emplear frases gramaticales correctas. Se trata de una reproducción exacta, palabra por palabra y sílaba por sílaba, de lo dicho”.

El Manual de estilo de El País recoge:
“Las comillas deben emplearse sólo para encerrar frases reproducidas textualmente”.

El de La Voz de Galicia:
“En los textos se usarán comillas para indicar que lo que comprenden es una cita textual”.

En el caso de ABC, no se puede concluir que se tratase de un error. La periodista que redactó la noticia defendió su trabajo: “No hay nada manipulado. Está el literal de la captura de una red pública”. Algo que a la luz de los hechos es claramente falso.

Muchos otros medios recogieron la dudosa noticia de la foto del Facebook del maquinista, pero no falsearon sus declaraciones.

Además, ABC no sólo recogió la cita falseada de Facebook. Horas después, la portada de la edición en papel del mismo periódico -a pesar de haberlo podido corregir- incluyó el mismo titular entrecomillado falso haciendo al maquinista culpable de la tragedia.

La detención ordenada por el juez
Otro de los casos de errores manifiestos en la información sobre el maquinista del Alvia accidentado se dio en el momento de su detención.

A las 21:52 horas del 25 de julio, ABC titulaba en su página web: “El juez ordena la detención del maquinista del convoy siniestrado en Galicia”. El texto incidía en la orden que el juez instructor había dado para que se detuviese al maquinista. El texto estaba publicado casi una hora después de que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSTG) hubiese mandado un comunicado que posteriormente fue publicado en la web del Poder Judicial, en el que negaba taxativamente que el juez hubiese ordenado detención alguna.

Extraña mucho que ABC no tuviese el comunicado del TSJG que negaba la detención del maquinista por parte del juez. El hecho es que, después, el titular y el cuerpo de la noticia fueron modificados, incluyendo, entonces sí, que la detención fue realizada por la Policía, no por el juez.

Pudiera parecer un error menor, si no tenemos en cuenta que el cuerpo de policía forma parte del Ministerio del Interior y el juez instructor no, circunstancia de unas connotaciones políticas nada desdeñables.

Las causas de un accidente de este tipo son vitales para la construcción del relato y la historia que ayude al lector a comprender un hecho de este tipo, tanto las inmediatas y particulares, como las generales. El problema es que conocer las causas de un evento de este calado suele llevar mucho tiempo, un tiempo que los medios de comunicación no respetan. En su manual de periodismo, David Randall incide en que no hay que tener prisas en asignar culpas.

Lamentablemente, ABC tiene experiencia en la asignación de culpas prematuras. El 28 de noviembre de 2009, en su portada de la edición de papel, llevaba la foto de Diego P.V. acompañado del siguiente texto: “La mirada del asesino de una niña de tres años. Tenerife llora la muerte de Aitana, que no superó las quemaduras y los golpes propinados por el novio de su madre”.

Diego fue puesto en libertad a los pocos días y la autopsia reveló que su muerte se debió a una caída accidental desde un columpio. El diario ABC destrozó la vida de un joven por no respetar la presunción de inocencia. Algunos creyeron que aquella portada cambiaría el modo en que algunos medios y periodistas realizan su trabajo. El tiempo ha demostrado que la ignominia es perenne.

Marius Roman says:
29/07/2013 at 09:09
Si, de acuerdo, los medios de comunicación españoles no hacen su trabajo bien, por decir algo suave. Pero el maquinista es culpable. Es hermoso el mundo este que nos hemos montado en el que al final nadie se hace responsable de nada. Si el tren entro en la curva a esa velocidad es por culpa del maquinista, si no habría pedido ayuda o habría pruebas de ello. De hecho el mismo lo admite.
Es el mundo real: alguien tiene que hacerse responsable de las cosas.
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Victor says:
29/07/2013 at 10:50 EL MAQUINISTA NO ES CULPABLE 100%!!! INFORMATE BIEN!! NO SE PUEDE DEJAR LA RESPONSABILIDAD DE UN TREN DE ALTA VELOCIDAD EN UNA SOLA PERSONA!! LOS SISTEMAS DE SEGURIDAD NO EXISTIAN EN 4 KM ANTES DE LA CURVA!! LO ACABA DE RECONOCER EL SINDICATO FERROVIARIO EN TV HACE UN RATO!!

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Valeria says:
29/07/2013 at 08:54
Sensacionalismos y mentiras aparte, el papel de la prensa en el tratamiento de la tragedia tiene un reverso claro en el tratamiento de la noticia.
Ha juzgado al maquinista absolviéndolo, ha dado explicaciones sobre esa absolución que ponen en cuestión la existencia de los códigos penales, opiniones como pobrecillo bastante tiene él,en algunas noticias se ha omitido la referencia al exceso de velocidad.
Cualquier periodista informba sobre la alta velocidad, los sistemas de frenado y sobre cuestiones técnicas sin tener ni la menor idea al respecto.
Cuando se aludía a que la caja negra no estaba aún abierta,se argumentaba en contra pero no a favor. Efectivamente, no estaba abierta pero ni para ellos, ni para tí. Quiero decir que todx su parafernalia técnica sobraba. El exceso de velocidad parece ser un despiste en este accidente, pero no lo fue por ejemplo en el caso de Ortega Cano y otros muchos, como el reciente indulto del gobierno a un conductor de Valencia… La demagogia y la falta de rigor periodístico son preocupantes.
Claro que la prensa ha hecho un juicio, ha fallado la absolución del maquinista, claro que sí.
Me gustaría saber si todxs estos habrían escrito lo mismo si hubieran sido padres, madres, etc de las víctimas.
Porque esa es otra, ni siquiera habéis podido esperar a que se abriera la caja negra por respeto a las víctimas.
El periodismo español está en crisis profunda. No se puede dar opinión por información y esto es todo.
Por cierto, soy de izquierdas y mucho.
Defiendo la libertad, la igualdad y la solidaridad. Y la verdad por encima de todo.

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Toni Cañabate says:
29/07/2013 at 10:55 Caramba Valeria, debemos leer la prensa de diferentes países.
El artículo que yo he citado más abajo no lo escribe “Cualquier periodista” informando a su criterio, sino que se basa en fuentes con cierta experiencia en el tema: “Adif reconoce…”, “Esta información fue confirmada el sábado por un portavoz oficial de Adif …”, “Ingenieros de caminos que han participado en la construcción de varias líneas de alta velocidad y en la adaptación de algunas convencionales confirmaron, …”, “Estas fuentes indicaron que no existe en toda la red española otro tramo…”, “Los ingenieros citados han asegurado que…”

Por otra parte, no tengo ni idea cómo reaccionaría yo en este tema si tuviese la desgracia de que un familiar mío hubiese fallecido en el tren, seguramente como la mayoría. Seguramente los periodistas que escriben en la prensa también están hechos de la misma materia o el juez, el fiscal o los abogados de la defensa. Muy comprensible por cierto.

Pero sería muy peligroso que encargásemos los artículos de prensa o nombrásemos jueces, fiscales y abogados de la defensa a las víctimas de cualquier accidente del que se derivasen responsabilidades. Muy objetivos seguro que no serían. En el ámbito jurídico, ese detalle, o implicaciones más leves, descalificaría automáticamente a la persona para ejercer de juez, fiscal o abogado.

Imagina por un momento que te llamas Diego P.V., tienes una novia separada con una hijita y la niña muere tras una caída accidental en el columpio del parque. Entonces, ABC publica esa portada que has visto con tu foto y nombran forense a la abuela paterna de la niña y juez al padre al que además no le caías muy bien porque, según él, fuiste la razón de su ruptura con su esposa y su alejamiento de su hijita y ahora encima la has asesinado. ¿Eso es lo que estás proponiendo? Vaya con la gente de izquierdas y mucho.

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Antonio says:
29/07/2013 at 08:48
Magnífico artículo. Sólo hay una cosa en la que difiero: no me parece buena idea reproducir la portada de ABC con “la mirada del asesino”, es tan impactante que aún en un contexto que la justifica como ejemplo de mal periodismo parece convincente. Máxime si hay gente que no termina de leer este artículo. Al final lo que queda es esa foto y ese titular acusando a un inocente. Un saludo.

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Jaume says:
29/07/2013 at 08:42 Me parce que nadie ha hecho alusión a la portada de “La Vanguardia”. Debajo de la foto en que un policía y un voluntario acompañan a una víctima, se puede leer: “He descarrilat, què hi farem!” Un maquinista confessa per telèfon el que va passar; ell i el seu company, il·lesos

Supongo que en la versión castellana: “He descarrilado, qué le vamos a hacer” Un maqunista confiesa por teléfono lo que ocurrió; él y su compañero, ilesos.

Gracias por el artículo

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Ruben Villar says:
29/07/2013 at 02:58
Quizas no tengan ningun titulo de periodistas los vecinos que auxiliaron a el Maquinista el cual expreso su culpa del descarrilamiento publicamente, quizas su testimonio no es valido, quizas no tengan ningun curso de gallego aprobado, quizas no sean validas sus declaraciones y si las de todos los demas. Pero por que tanta defensa del Maquinista, el mismo se declaro culpable es que es tan dificil entender eso. nadie lo esta acusando, se le esta dando valor a sus palabras.

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Toni Cañabate says:
29/07/2013 at 10:34
Rubén, nadie está defendiendo al maquinista. Se está defendiendo 1) la presunción de inocencia como principio jurídico básico para el maquinista y para cualquiera y 2) que la prensa se atenga a unos mínimos códigos éticos e informe y no avance juicios que corresponden al juez.
Yo puedo entender perfectamente que la gente de a pie se haga su opinión, e incluso se forme su juicio sin las pruebas adecuadas, pero no me parece nada bien que la prensa haga eso encima con técnicas demagógicas y poco éticas y que, por otra parte, no diga ni mu de las más que probables responsabilidades de algunos cargos de ADIF que no me extrañaría que fuesen amigos o familiares del ministro o secretario de estado de turno en el momento de su nombramiento.

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Toni Cañabate says:
29/07/2013 at 02:29
Estar tan seguro de que el maquinista es culpable es ignorar las posibilidades, que las hay, de que el maquinista no pudiese frenar el tren por algún motivo que está por investigar aun. Evidentemente que hay también muchas posibilidades de que le maquinista sea culpable, pero no hay aun, ni mucho menos, la certeza. Por tanto de bien nacido es otorgarle el derecho a la presunción de inocencia. Recordemos que el maquinista iba a bordo del tren y por su profesión y experiencia debía ser muy consciente de que a 190 el tren descarrilaría en ese tramo. Quienes dan tan por cierto que el maquinista es culpable deberían pensar un ratito si no es un poco raro que una persona que sabe perfectamente que va a descarrilar dejaría que el tren descarrilase a 190 viajando él a bordo. Que algunos tengan tan claro que el maquinista es culpable y no hagan esa mínima reflexión es una prueba del poder de manipulación que tienen los medio y que tiene su fundamento en la falta de raciocinio crítico de buena parte de la población que parece tener las neuronas en modo standby.
Por otra parte, me llama mucho la atención que ningún medio haya apuntado a las más que posibles responsabilidades de algún directivo de ADIF. Alguien tiene que ser responsable de la seguridad en la red y debe tomar decisiones. En este artículo http://www.eldiario.es/sociedad/Alvia-Adif-Renfe-Asfa-Digital_0_158184435.html destacan que “En toda la red no hay otro punto que obligue a bajar la velocidad de 200 a 80 km/h en cuatro kilómetros con la única ayuda del Asfa Analógico que data de los años 60” y que la instalación de un sistema más moderno que hubiese reducido drásticamente la posibilidad de accidente tiene un coste de 12.000 €. Una minucia comparado con 79 vidas y más de 100 heridos de diversa gravedad.
Infinitamente menos que el coste de más de una estación de AVE que casi nadie utiliza y que casualmente ha beneficiado a los intereses inmobiliarios de algún familiar de alguna expresidenta de CCAA. Un maquinista puede desmayarse o sufrir algún percance que lo inutilice para gobernar un tren con más de 200 pasajeros a velocidades de vértigo. El o los responsables de la seguridad de la red ferroviaria en ADIF están obligados a identificar estos riesgos y a tomar las decisiones oportunas para minimizarlos, máxime cuando en este caso concurren un tramo especialmente peligroso y un coste muy bajo para el sistema de prevención. Si no lo hacen, en mi opinión, son presuntamente culpables de negligencia que, en este caso en concreto, se traduce en homicidio negligente múltiple que puede conllevar pena de varios años de cárcel. Lo dicho, me llama mucho la atención que el juez no haya notificado a estas personas que tiene que quedar para aclarar unas cositas y que la prensa no haya señalado este hecho.

Reply
Susana S. says:
29/07/2013 at 02:21
Periodista corporativista, di el nombre de tu colega, la que quiere cargarse al maquinista, se llama Cruz Morcillo, Morcillo, espero que pronto vaya al paro y nadie la llame, la muy z…

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Victor says:
29/07/2013 at 01:37
Lo que ocurre aqui es lo siguiente: en un video explicativo sobre los sistemas de seguridad de la Alta Velocidad he visto que explicaban que sea cual sea la velocidad de un tren, se DEBERIA haber activado un sistema automatico de FRENADO del tren que tendria que haber funcionado perfectamente. Es decir, que la Alta Velocidad tiene mecanismos para detener el tren ante la fatidica curva sea cual sea la velocidad anterior. QUE PASA? Que lo que ha fallado es el MANTENIMIENTO DE LAS INFRAESTRUCTURAS!! POR FALTA DE DINERO TAL VEZ?? Lo que pasa es que ahora se inventaran una falsa comision de investigacion con los tipicos enchufados de adif, renfe, el ministerio de fomento o la madre que los pario y nos haran creer que la culpa ha sido del maquinista y no de los responsables de las infraestructuras de seguridad de las vias. COMO SIEMPRE! COMO EN EL ACCIDENTE DE METRO DE VALENCIA!!! CERO RESPONSABLES!!

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Isaías says:
29/07/2013 at 01:28
Independientemente de las acusaciones y todo el bulo que le rodea, un maquinista al igual que un conductor de autobús, un médico, o un piloto de avión, son profesionales que tienen en sus manos la vida de muchas personas, y muchos de ellos no son conscientes, o no realizan su trabajo tan profesionalmente como deberían, y luego pasan cosas similares a éstas. Normalmente muchos de los funcionarios se acomodan en sus trabajos creyendo que por haber aprobado unas oposiciones lo tienen todo hecho, sino mirad a vuestro alrededor.
Para mí, el maquinista es culpable de homicidio imprudente, aunque tenemos que dar por hecho que el mantenimiento de las infraestructuras es lamentable.

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Victor says:
29/07/2013 at 10:53
lamentable no, es patetico e insuficiente como han reconocido el sindicato de ferroviarios. Simplemente NO habia dispositivo de frenado del tren en 4 km antes de la curva. Basta ya de culpabilizar a una persona y prestemos mas atencion en todo lo que hay detras!! intereses politicos, falta de mantenimiento en infraestructuras porque cuestan dinero… etc

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Navarrés says:
29/07/2013 at 01:16
Es cierto que alardeaba el maquinista de la velocidad, como también es cierto que se alardea de la velocidad del AVE, hasta en el telediario, es su razón de ser, la velocidad.

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Hugo says:
29/07/2013 at 00:47
Veo que aqui hay opiniones de todo tipo y eso es bueno para abrir un debate. Ahora bien, yo solo voy hacer una pregunta ya que todos juzgamos. EL primero que me la responda antes que los datos de las cajas negras y de la declaracion del maquinista podre decir que es un ser supremo, ahi va ¿EL TREN DESCARRILO A 190 POR QUE EL MAQUINISTA ALARDEABA DE VELOCIDAD O POR QUE SE DIO CUENTA DE ALGO IBA MAL Y NO CONSIGUIÓ FRENARLO? Solo eso. POR FAVOR SERIEDAD CON EL TEMA.

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Victor says:
29/07/2013 at 10:55
Bravo!! por fin alguien inteligente!! efectivamente, el maquinista no pudo frenar porque el tren lo deberia haber frenado un sistema de frenado de emergencia que deberia haber estado en el tramo de 4 km antes de la curva. PERO NO EXISTIA. Asi que dejemos de ser como borregos en masa a culpar directamente al maquinista…

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Roscow says:
29/07/2013 at 00:33
Vamos a ver, para empezar NO HA SIDO UN AVE, ha sido un Alvia.
Segundo, el tren en esa zona no funciona solo, ni es automático ni nada similar, no se conduce solo, es decir hay alguien que lo conduce, un ser llamado maquinista, que iba mucho más rápido de lo que debería e hizo descarrilar el tren. Si os informáis de cómo funcionaba el tren en sitios especializados y no de periodicuchos sensacionalistas sabríais que pasó. El sistema que utiliza en ese tramo funciona de manera que alerta al piloto, si el piloto no pudiera darle al botón de “hombre vivo” el tren se para, es decir el piloto confirmó el sistema ASFA.
Tercero hay un vídeo de el tren, con un simple cálculo matemático, cualquiera puede adivinar que iba +0- a 190km/h.
Es como pretender echar la culpa a un constructor de carretera con limite a 50, porque un tío en autobús iba a 200 y se estrelló.
Dejar de demonizar por que sí.
Por otro lado el sensacionalismo de la prensa con este tema y con cualquiera prejuzgando da asco. Pero esta vez lo único que salvaría al maquinista de la quema serian una serie muy, muy, incompresible de fallos de seguridad, en los cuales él no pudiera hacer nada. Vamos como si al autobús le explotase una rueda, se le rompiera el volante, se quedara sin frenos y un pájaro se estrellara contra el cristal todo a la vez.

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Victor says:
29/07/2013 at 10:57
Bravo!! por fin alguien coherente! FALTA DE MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE SEGURIDAD!!

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Angelus says:
28/07/2013 at 23:48
El primer error periodístico es llamarle “de alta velocidad” (hasta 350km/h) a un tren que no es AVE (menos de 200 Km/h). El segundo error periodístico es llamarle “de alta velocidad” a un tramo de la vía que no es de alta velocidad. La línea de alta velocidad acaba antes del túnel por donde salió antes de la curva, ya que comienza el acceso a centro urbano (igual que pasa en Atocha). El tercer error periodístico es no esperar a la declaración del maquinista ante el juez, haciendo de especuladores informativos. El cuarto error periodístico es no esperar a saber qué a registrado la caja negra del tren, haciendo de especuladores informativos. El quinto error periodístico es no esperar al estudio de los restos del tren siniestrado, haciendo de especuladores informativos. Y no sigo…
Vivimos en la generación Twitter, donde hay que saber las causas y el/los culpable/s al segundo. Dónde ha quedado la paciencia.

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Nonito says:
28/07/2013 at 23:43
En ESPAÑA estos medios y los políticos a los que defienden, tienen chupado inocular mierda y falsedad en la gente. España está llena de fascistas y obreros que votan al PP con un nivel intelectual patético.

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frabato says:
28/07/2013 at 23:15
Osea que si un conductor se duerme, desmaya, o le da por ir excesivamente rápido, las consecuencias serán las mismas que si lo hacía un conductor hace 100 años? 15 millones de euros x km, para hacerlo igual o peor que hace 100 años? Si (como es obvio) estas infraestucturas estan hechas con el culo, que no habrán costado realmente ni 1 mill. x km, donde están los 14 mill. restantes x km? Ah, claro es verdad, los sobres de Rajoy y la Cospedal, y compañía.
Sí, la culpa es del conductor “solo”, claro. Pero ahora sabemos que NO hay ninguna medida de seguridad, si un conductor se duerme, desmaya, o se le cruzan los cables. Si la causa es el conductor, y nada más se cambia: volverá a pasar.
También tiene gracia que según el gobierno, lo que allí pasó fue un terremoto. Luego al sr Feijó, que no le dio la gana de abrir las unidades y quirofanos cerrados del hospital al lado del accidente.
Solo si quieren masacrar a su población, como hace el gobierno español, y los regionales, del pp, sólo si eso quieren, solo así contratarán en Brasil la alta velocidad española. Porqué, como nosotros, iban a querer pagar 12.000 millones de euros, por un sistema ferroviaro, como el primero que hubo hace 100 años? La reducción de inversiones en mantenimiento en un 70% de RENFE, eso puede ser una causa también? Con lo del Prestige y ahora esto, se nota que a los gallegos les va el sado, con la barbaridades que hacen al ir a votar. Por eso yo digo, por mucho que no gusto: Ni culpa del conductor, ni del gobierno, de LOS VOTANTES. Sarna con gusto no pica. No fueron unos “hilitos” o noseque? Pues ala, gallegos, ara no os quejéis, por un “terremoto” de nada.

Conclusión: puede que el conductor fuera demasiado rápido, pero está claro que ABC se lleva parte del dinero que era para los sistemas de seguridad de las vías, que luego no están ahi o no funcionan, aunque SI se cobran a los contribuyentes. ¿Por que, sinó, ABC omite la noticia: los sistemas de seguridad, eran los mismos que había en el primer trayecto de tren de la historia? Me pregunto cual es la parte que se lleva ABC, dentro de esta mafia. (cosa obvia, al silenciarlo)

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Hardrada says:
28/07/2013 at 21:20
Lo que me parece mas grave y peligroso de todo, es que la mayoria de gente, dejando a un lado los periodicos y medios de comunicacion que tambien lo hacen, es que la gente esta condenando al maquinista pero con saña, es decir, no estan condenandole por imprudencia si no por homicidio. La gente parece arder en deseos de ver una voluntad, una intencion por parte del maquinista de estrellar el tren y eso me asusta un poco.

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Pedro says:
28/07/2013 at 23:51
“Homicidio imprudente”… Una “imprudencia” que tenga como resultado una muerte es un “homicidio”. Un “homicidio” NO es lo mismo que un “asesinato”. El “asesinato” es la acción voluntaria de matar, mientras que el “homicidio” es una acción u omisión que sin intención tiene como resultado la muerte de otra persona. El “homicidio” (por eso de dar info completa) puede ser voluntario o involuntario. Es voluntario si la acción que desencadena la muerte una persona ha sido voluntaria (como por ejemplo ir a 200 por la autopista), e involuntaria si la propia acción desencadenante ha sido involuntaria (alguien se apoya en una maceta inestable que cae desde un tercero y mata a alguien). Ambos son homicidio, y probablemente el conductor sea acusado de homicidio en tanto que su comportamiento, bien por ir a una velocidad indebida por evitar el retraso (voluntario), bien por despiste (involuntario), ha desencadenado muertes. Un saludo.

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Anónimo says:
28/07/2013 at 20:31
Venga ya, me estas diciendo que por quitar un ”jeje” en el titular de un periódico, ¿¿se cambia el significado de lo que dice??
No sé qué ha pasado, lo único que sé es que han muerto 80 personas y que el maquinista alardeaba por internet sobre la velocidad a la que iba… No sé cómo te tomarás tú eso, pero yo me lo tomo mal.
Además en televisión explicaron por qué no saltó el sistema de seguridad que hace parar el tren y otras posibles causas, cierto es que la investigación no ha finalizado, pero está claro que el maquinista ha sido un inconsciente. Las pruebas ya dirán lo que pasó, mientras tanto, en vez de escribir (y, sobre todo, en vez de escribir mal)acerca de lo que unos dicen sin saber, espérate tú a saber también.

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Osiris says:
28/07/2013 at 20:56
El maquinista sacó una foto en 2012 (no esta semana) en la que conducía un AVE a la velocidad que DEBE IR e hizo comentarios inocentes que SÓLO SON de mal gusto con la óptica de ahora. Pero NO son de ahora.

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Hardrada says:
28/07/2013 at 21:07
Vamos a ver como se abren los ojos de un ciego:
1- Titular del periodico: “Qué gozada hacer saltar el radar a la Guardia Civil. Menuda multa para RENFE”.
2- texto del facebook: “QUE GOZADA SERIA IR EN PARALELO CON LA GUARDIA CIVIL Y PASARLES HACIENDO SALTAR EL RADAR JEJE MENUDA MULTA PARA RENFE JEJE”.

No se a ti pero yo veo algo mas que un “jejeje” de diferencia. Igual la lectura comprensiva no es lo tuyo, pero al menos respeta a los que si poseen ese talento.

Respecto a alardear de velocidad, creo que un señor que trabaja conduciendo un vehículo al que se le permite alcanzar grandes velocidades puede alardear de ello dado que no esta haciendo nada raro o es que deberíamos meter en la cárcel a un piloto de avión, o uno de formula 1 si tiene un accidente?
Por último no parece muy lógico que un señor que trabaje con ese tipo de vehículos decida tomar una curva de 80 km/h a 190 km/h estando el dentro a menos que sea subnormal profundo, más que nada porque no hay que ser catedrático de física para saber el resultado de semejante acción.

Si careces de lectura comprensiva y además careces de los conocimientos de física de un chimpancé lobotomizado, adelante, sigue con ese tipo de argumentos mientras no haya pruebas de ningún tipo.

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Laura3886 says:
29/07/2013 at 02:03
Completamente de acuerdo contigo Hardrada, y con tu permiso matizo, por si algún lumbreras sigue sin entender la hironía del comentario de facebook: si pasas por delante de un radar de la guardia civil a gran velocidad (pero permitida para este transporte en concreto) salta, chis, plas….. y he ahí la gracia del chiste. Punto, nada que ver con lo ocurrido ahora. Y no me repito, por que ya ha dicho Hardrada lo que yo también opino.

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Selene says:
28/07/2013 at 23:38
Tu sigue creyendo todo lo que te ponen en la televisión. Así va el país…

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pepe says:
29/07/2013 at 08:48
pues claro que un entrecomillado cambia el sentido de una frase todo el mundo sabe que el ABC es un periódico bien mandado y genuflexo; que ha destrozado la verdad en muchas ocasiones sin importarle las consecuencias. Su razón de ser es resucitar a Franco.

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anto says:
28/07/2013 at 20:15
Al rato, ya estaba en otros medios…

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/25/espana/1374751101.html

http://www.publico.es/459629/el-maquinista-presumio-en-facebook-de-circular-a-200-kilometros-por-hora-en-2012

http://www.que.es/ultimas-noticias/sucesos/201307251616-maquinista-jacta-facebook-kilometros-hora-cont.html

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/maquinista-exhibia-facebook-velocidad-2532530

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Lu says:
28/07/2013 at 19:57
Si fueran sólo algunos medios… pero es que fueron todos. Yo me paseé por distintas ediciones digitales y es que no había ninguno que no condenara al maquinista. Vamos, en El País se limpiaron el culo son su manual de estilo. Ahora, coincido que el peor de todos fue el ABC, sin duda alguna.

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Carlos Belizón says:
28/07/2013 at 18:10
Deberías completar el artículo con la falta de ética periodística de La Razón publicando la vivienda del maquinista del tren.
http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/3129828/la-razon-en-casa-del-conductor-no-me-diga#.UfVB8I30F8F

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Antonio says:
28/07/2013 at 17:55
En TVE pude ver dos ejemplos claros de manipulación en un informativo de la tarde:
1 – El presidente de Renfe, afirmando que todos los sistemas funcionaron sin fallo, cuando eso es algo que solo podrá afirmar la comisión de investigación, que ni siquiera se ha formado aún.
2 – Bajo la secuencia de imágenes del momento del accidente, aparece un subtítulo diciendo que el maquinista tomó la curva a 190Km/h. Obviamente no fue el maquinista, sino el tren, el que tomó la curva probablemente a velocidad excesiva. Las causas de esto es lo que deberá investigar la comisión. Esos subtítulos inculpan injustamente al maquinista.

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Carbonero says:
28/07/2013 at 18:59
Claro, claro, el tren iba a 190km/h pero el maquinista iba más despacio,... O quizá era el tren el que gobernaba al maquinista y no al revés,... como lo de piedra-papel-tijera-maquinista-tren, donde piedra aplasta tijera y tren desautoriza a maquinista. Desde luego.

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Hardrada says:
28/07/2013 at 21:14
Gracias Sara.
(por si acaso no lo entiendes no es una enhorabuena precisamente)

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Noel says:
28/07/2013 at 17:50
Lo del facebook está claro que es asqueroso por parte del ABC (y no digamos ya de otros medios que justo es no hacerles ni mención).
Lo que no comprendo es la avalancha de defensas a este hombre cuando ha confesado que iba a 190 km/h en un tramo de 80 km/h diciendo que ojalá no hubiera muertes porque caerían en su conciencia.
Y aparte de eso ya se pueden buscar más motivos secundarios, pero este hombre es el responsable directo por negligencia de la muerte de 80 personas (que por supuesto lo decidirá un juez, y no yo) pero no es un pobrecito que haya tenderle el brazo como muchos estáis haciendo.

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Héctor says:
28/07/2013 at 18:57
Al parecer existen testimonios que afirman que el maquinista dice eso (que iba a 190), pero desde luego él aún no lo ha dicho en el único lugar donde corresponde decirlo y tiene valor: declarando ante el juez.

Y en todo caso, que fuese a 190 no significa que intencionalmente fuese a 190. Quizás fallaron frenos, alarmas, sistemas,… lo que fuese. Él podría haber dicho que iba a 190 pero también puede significar que no fue capaz de frenar a tiempo. De hecho sí se aprecia en el vídeo que frenó el tren, pero tarde. ¿Por qué no lo hizo a tiempo? Eso tendrá que explicarlo y después sacar conclusiones. Precipitarte a considerarle responsable como tú haces sobra.

Además cuando se supone que afirmó eso lo hizo estando en shock y habiendo sufrido traumatismos. No me parece que cualquier cosa que se diga en ese estado y no sea confirmada posteriormente pueda tomarse como prueba de nada.

No solo no ha declarado, es que aún no se ha abierto la caja negra, que indicará si realmente iba a 190 o no, cuándo intentó frenar, etc. Lo que no se entiende es que tú quieras condenarle ya cuando aún no se ha accedido a la más elemental prueba.

Respecto a lo de su conciencia, es algo que puede decir cualquiera incluso aunque no se considere responsable del accidente.

Por último, tu comentario es contradictorio: afirmas que tendrá que ser el juez quien decida si el maquinista es o no responsable, pero al mismo tiempo tú ya emites una sentencia.

Yo suelo tender a mi brazo a todos los perseguidos por Torquemadas que corren peligro de ser quemados en hogueras cuando la investigación sobre su presunta culpabilidad está aún en pañales. ¿Tú prefieres ser uno de esos Torquemadas? Pues tú mismo.

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Carbonero says:
28/07/2013 at 22:42
Eso mismo le pasó a Ortega Cano

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Héctor says:
29/07/2013 at 08:29
Lo que los Torquemadas estáis haciendo es lo que le pasó a Dolores Vázquez.
¿Ahora qué? ¿Tú citas a Ortega Cano con la esperanza de que ese caso inconexo te sirva como prueba de cargo contra el maquinista? Pues yo cito otro caso de linchamiento público y mediático en el que la acusada terminó siendo completamente inocente. ¿Eso me da la razón?

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Miguel Rodríguez says:
28/07/2013 at 14:34
Mi más sincera enhorabuena a Antonio Maestre por este pedazo de artículo. Esto es lo que se conoce por periodismo.

Reply
León rojo says:
28/07/2013 at 14:31
Muy buen artículo, Antonio.
Solo un detalle puramente editorial. Hay un enlace que da error, al menos a mí. Me refiero al vínculo sobre la noticia del reaccionario y amarillo “ABC”, el de “una noticia”.
Saludos.

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Alberto López Marín says:
28/07/2013 at 14:02
Magnífico y necesario contenido, aunque duela leerlo.

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ant49 says:
28/07/2013 at 13:34
Excelente artículo, del mismo modo que ABC hace este tipo de barbaridades, por eso mismo y no sólo nombrando al periódico deberías poner el nombre de él o la periodista que ha hecho el artículo y que se sepa que tal sr ó sra del periódico ABC ha hecho ese reportaje manipulador y dañido

Reply
Héctor says:
28/07/2013 at 13:48
Quien firma eso (me niego a usar ‘periodista’) se llama Cruz Morcillo, y tanta responsabilidad como ella (o más) tiene quien dirige el periódico, Bieito Rubido.

Fuente: La marea. http://www.lamarea.com/2013/07/28/errores-y-mentiras-en-los-medios-sobre-el-accidente-de-tren-en-santiago/

jueves, 1 de agosto de 2013

La oposición pide a Rajoy que dimita o asuma responsabilidades. PSOE, IU, UPyD, BNG y Esquerra exigen al presidente que se vaya. Duran, el más tibio, dice "que no es momento de dimisiones"


Rajoy a Rubalcaba: “Ni voy a dimitir ni voy a convocar elecciones generales”

Tras la intervención de Rubalcaba, toda la oposición en bloque ha considerado insuficientes las explicaciones ofrecidas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esta mañana en un pleno extraordinario para responder por el caso Bárcenas. Pero la crítica ha ido de la más tibia del portavoz de CiU, Duran Lleida, a la más bronca de los grupos minoritarios.

Fuente: El País.