lunes, 10 de agosto de 2015

Decenas de medallistas olímpicos, bajo sospecha de dopaje. Un informe de la Federación de Atletismo filtrado a la prensa cuestiona a más de 800 atletas, 55 de ellos ganadores de títulos en los Juegos

12.000 análisis de sangre de 5.000 atletas. Es la base de datos de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo, en sus siglas inglés) a la que ha tenido acceso la cadena de televisión alemana ADR y el periódico británico The Sunday Times. Una bomba que puede estallar hasta convertirse en el mayor escándalo de dopaje, a dos semanas del comienzo de los Mundiales de Atletismo de Pekín. Los datos a los que han tenido acceso los dos medios de comunicación han sido analizados, previo consejo de las mismas personas que se los filtraron, por dos de los mejores expertos en temas antidopaje, los científicos Robin Parisotto y Michael Ashenden. Este último asegura que muestran que el atletismo está en la misma “posición diabólica” que el ciclismo durante la época de Lance Armstrong, cuando, según las autoridades estadounidenses, el equipo de este “puso en marcha el programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que el deporte haya conocido en su historia”.

La base de datos revela que un tercio de las medallas de los Juegos y Mundiales disputados entre 2001 y 2012 fueron conseguidas por atletas cuyos análisis hemáticos muestran valores sospechosos. Es decir, apuntan al posible consumo de sustancias ilegales para mejorar su rendimiento. Las medallas que están bajo sospecha son 146, 55 de ellas de oro. Los datos también revelan que más de 800 atletas tienen valores “altamente sospechosos de dopaje o cuanto menos anormales”. Entre ellos no figuran Usain Bolt y Mo Farah, este último recientemente ha sido sometido a un interrogatorio por miembros de la agencia antidopaje de EE UU debido a su relación con el entrenador Alberto Salazar, en la diana de diversas investigaciones por suministrar presuntamente sustancias prohibidas.

Los datos divulgados apuntan a que 10 de las medallas de los Juegos de Londres fueron logradas por atletas con valores hemáticos dudosos. Rusia, según las informaciones periodísticas, se convierte en el epicentro mundial de las sospechas ya que más del 80% de sus atletas habrían ganado medallas de forma dudosa. El diario británico señala que 415 de los sospechosos son atletas rusos y 77 kenianos. Las federaciones de ambos países han negado las acusaciones, que atribuyen a una “campaña de difamación”. Hay un incremento, siempre según el informe, de las transfusiones de sangre y de la utilización de mini-dosis EPO para aumentar la cantidad de los glóbulos rojos, los que transportan el oxigeno y permiten así aumentar la resistencia.

Una fuente de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) ha confirmado a este periódico que la IAAF tenía conocimiento desde hace años que en la base de datos había valores hemáticos anormales pero que no actuó. Y que ahora, siempre según la misma fuente, se escuda en que la mayoría de esos datos son anteriores al pasaporte biológico. Este es obligatorio desde el 1 de diciembre de 2009; mientras que los datos hacen referencia a un periodo de tiempo más amplio (2001-2012).

Pasaporte biológico
Fuentes próximas a la IAAF explicaron que la base de datos fue utilizada para las investigaciones que permitieron poner en marcha el pasaporte biológico. Y que una vez que este entró en vigor, los análisis facilitaron destapar algunos casos de dopaje. El pasaporte biológico, que recoge y almacena todos los datos sobre las propiedades y las variables en la sangre de los atletas, fue introducido, precisamente, para determinar los valores hemáticos naturales y no tener que esperar que apareciera una anomalía para sospechar de la conducta de los atletas.

La IAAF admite la veracidad de los informes difundidos, pero señala que se trata de “datos médicos confidenciales y privados que han sido obtenidos sin consentimiento”, por lo que amenaza con acciones legales. La federación, con todo, se declara “consciente de que se han formulado graves acusaciones sobre la integridad y competencia de su programa antidopaje”. El presidente de la AMA, Craig Reedie, mostró su alarma ante el escándalo. "Estas acusaciones requieren un análisis exhaustivo para determinar si ha habido incumplimientos en virtud del Código Mundial Antidopaje y, si es así, qué acciones tomar por la AMA o por otros organismos", aseguró Reedie. Sebastian Coe, presidente del comité organizador de los Juegos de Londres y candidato a presidir la IAAF, dijo: "Sé que la IAAF se toma muy en serio este tipo de acusaciones y habrá una respuesta detallada sobre este asunto".
http://deportes.elpais.com/deportes/2015/08/02/actualidad/1438514432_064182.html?rel=lom

Un documental alemán ya apuntó en esa dirección

La cadena de televisión alemana ADR emitió el pasado mes de diciembre un documental sobre métodos de dopaje y prácticas corruptas alrededor de la recogida de muestras y la gestión de los resultados. Se apuntaba a la ineficaz tramitación de procesos antidopaje que implicaban a Rusia, la IAAF, atletas, entrenadores, médicos, así como al laboratorio acreditado con sede en Moscú y a la Agencia Antidopaje de Rusia (Rusada). Eso condujo a la formación de una Comisión Independiente, presidida por el presidente de fundación de la AMA, Dick Pound, para investigar la veracidad de las revelaciones.
“Dada la naturaleza de las acusaciones, que son una continuación de otras realizadas en diciembre de 2014 por la misma cadena televisiva, vamos a enviar el documental a una Comisión Independiente de la AMA para una investigación en profundidad”, afirmó ayer Reedie, presidente de la AMA, a través de un comunicado. De la anterior investigación independiente para investigar las acusaciones no se ha sabido nada.

Nagasaki, víctima olvidada del horror. El impacto de la bomba sobre Hiroshima ensombrece el recuerdo del segundo ataque.



Japón  aún estaba conmocionado Habían pasado tan solo tres días desde que la primera bomba atómica de la trágica historia de las guerras  estallase sobre la ciudad de HiroshimaPero a las 11.02 del 9 de agosto de 1945, en el extremo sur del país, en Nagasaki, el avión estadounidense B-29 Boxcar pilotado por el general Charles W. Sweeney lanzó la segunda bomba, de plutonio y con una carga incluso mayor que la anterior. Con la misma carga emocional que hace tres días, pero con un mensaje al Gobierno nipón mucho más directo contra el abandono del pacifismo en la Constitución, Japón conmemoró ayer el 70 aniversario de aquel trágico día, aún presente en la memoria de sus ciudadanos.

Hiroshima, la primera ciudad en recibir el ataque atómico, y la que padeció un mayor número de víctimas —140.000 en 1945— ha centrado las miradas. Nagasaki, que perdió 70.000 ciudadanos, ha pasado en general más desapercibida.

A su ceremonia en recuerdo de las víctimas y en exigencia de la paz mundial acudió, como el 6 de agosto a Hiroshima, el primer ministro japonés, Shinzo Abe. Frente a la mirada de las autoridades locales y algunos de los supervivientes de los bombardeos nucleares —los hibakusha— reiteró su llamamiento al fin absoluto de las armas nucleares, su mensaje habitual en estas conmemoraciones. Sí tuvo buen cuidado, a diferencia de hace tres días, en subrayar el respeto a los principios pacifistas, una mención habitual en otras ocasiones y que omitió hace tres días, algo que le valió numerosos reproches.

La opinión pública nipona se encuentra profundamente dividida ante la reinterpretación constitucional que promueve el Gobierno de Abe. Una serie de proyectos de ley, ya aprobados por la Cámara Baja y pendientes solo del visto bueno de la Cámara Alta, consagrarán una mayor participación de las fuerzas armadas japonesas en misiones en el exterior. Aunque el Ejecutivo insiste en que el papel de sus militares será muy limitado y siempre en ayuda de aliados en peligro, sus críticos le acusan de abandonar un pacifismo consagrado en la Carta Magna vigente desde la posguerra y que ha sido una de las señas de identidad del país desde entonces.

El alcalde de Nagasaki se hizo eco de ese sentir: “Mucha gente se pregunta si el principio pacifista de Japón, que nos impide involucrarnos en ninguna guerra, está siendo erosionado por esta iniciativa”, manifestó en la ceremonia Tomihisa Taue. “Nunca debemos abandonar este principio, sobre el que se ha construido la prosperidad del Japón actual. No podemos olvidar los recuerdos trágicos que nos dejó la guerra”, prosiguió.

La orografía como escudo
El impacto de Fat Man —como se llamó a esa segunda la bomba atómica— en Nagasaki segó la vida de más de 74.000 personas. El daño, a diferencia de lo que sucedió tres días antes en Hiroshima, fue mitigado sin embargo por la orografía de la ciudad, rodeada de valles y colinas. El pronóstico meteorológico también ayudó: la proximidad de nubes hizo que la bomba se arrojara contra un barrio periférico, en lugar del centro. Cuando la bomba cayó sobre la ciudad, Estados Unidos ya conocía el horror que había ocasionado en Hiroshima. Tras esos impactos, más la declaración de guerra rusa el 8 de agosto, la participación de Japón en la guerra tenía las horas contadas.

Seis días después de Nagasaki, el 15 de agosto, el emperador Hirohito, con cierta oposición en las Fuerzas Armadas, difundió un comunicado radiofónico en el que anunciaba la capitulación de su país  frente a Estados Unidos.

MÁS INFORMACIÓN


http://internacional.elpais.com/internacional/2015/08/10/actualidad/1439158023_587177.html

domingo, 9 de agosto de 2015

Jean Baptiste Huynh te muestra el videojuego con el que puedes aprender álgebra en un par de horas


Siendo profesor de matemáticas en un instituto (un profesor de los buenos, de los que tienen vocación y entrega, de esos que en sus ratos libres investigan para intentar aportar más a sus alumnos), Jean-Baptiste Huynh se dio cuenta de algo terrible: no importaba lo que hiciera ni lo que contara, ni tan siquiera era importante que los chicos que le escuchaban lo hicieran con cierta simpatía, porque lo cierto es que se aburrían mortalmente.

Sin embargo, a pesar de que sus esfuerzos resultaban baldíos, Jean-Baptiste siempre estuvo firmemente convencido de que todos los alumnos que pasaban por sus manos eran brillantes e imaginativos. Y que la mente humana, en esos primeros años de formación, tiene suficientes recursos como para aprender con facilidad si se ponen a su alcance las herramientas adecuadas. Por eso, en lugar de frustrarse como profesor o darse por vencido arguyendo que los jóvenes actuales son unos zotes más interesado en el reguetón que en estudiar, hizo lo que todo buen pedagogo debería: escuchó, observó, reflexionó e inventó un nuevo método para enseñar matemáticas.

Su primer aprendizaje fue que si pretendía aportar algo a los chicos tenía que ponerse a su nivel para poder entrar en su mundo. Un mundo de diversión, de juegos, de color e imaginación. Un mundo bastante alejado de la imagen clásica de las aulas. De este aprendizaje y de la pasión de Jean-Baptiste por la enseñanza nació WeWantToKnow, el estudio que ha desarrollado DragonBox, un videojuego que permite a los alumnos aprender álgebra básica en algunas horas jugando desde su smartphone o desde su tablet. Revistas especializadas y periódicos en todo el mundo han saludado la aplicación como un avance revolucionario en la educación para niños y adolescentes. Pero los elogios no han modificado la perspectiva de Jean-Baptiste, que continúa considerando imprescindible que los países inviertan en la formación de sus jóvenes. Porque WeWantToKnow no quiere limitarse a crear juegos de éxito; su objetivo es mucho más grande: quieren cambiar el mundo a través de la educación.
Jean-Baptiste Huynh
CEO de y creador de DragonBox

25 verdades del economista Thomas Piketty sobre la deuda griega

Salim Lamrani
Al Mayadeen

El autor del libro El capital en el siglo XXI denuncia la hipocresía de la troika y del Fondo Monetario Internacional sobre la cuestión de la deuda. [1]

1. En el pasado, las deudas públicas fueron mucho más importantes que la actual deuda de Grecia. Esta se eleva a 312.000 millones de euros y representa el 170% de la producción anual del país. La deuda de Grecia en realidad es irrisoria, pues la economía del país sólo representa el 2% del PIB de la zona euro. Por lo tanto la deuda apenas representa el 3% del PIB de la zona euro y no constituye un peligro para el equilibrio económico de Europa.

2. Las grandes potencias europeas como Francia, Alemania y el Reino Unido también tuvieron en el pasado, particularmente en el siglo XIX y el siglo XX, una deuda superior al 200% de su PIB. Cada vez que ocurrió, se encontró una solución.

3. “En el siglo XX, Francia y Alemania son los dos países por excelencia que nunca rembolsaron su deuda pública”.

4. “Hay algo irónico” en exigir a Grecia un rembolso imperativo de su deuda olvidando que “Europa se construyó después de la Segunda Guerra Mundial sobre ciertos principios, particularmente la cancelación de las deudas del pasado para invertir en el porvenir”.

5. Así, en 1953, Europa decidió colectivamente cancelar toda la deuda exterior de Alemania pues había “elegido el porvenir”.

6. Existen varios métodos frente al problema de la deuda. El método lento e ineficiente, que se aplica actualmente a Grecia, consiste en pedir a la nación que acumule excedentes presupuestarios (recaudaciones tributarias superiores a los gastos públicos) y los dedique al rembolso de los créditos. Tiene el defecto de durar a veces más de un siglo, socavar el crecimiento económico y tener un costo social muy elevado.

7. “Cuando se supera cierto nivel de deuda pública hay que utilizar métodos más rápidos”. Existen tres que se usaron en el pasado: la inflación moderada, los impuestos excepcionales sobre los patrimonios privados y sobre todo la cancelación de las deudas.

8. “Hubo cancelaciones de deudas en la pasado y habrá otras en el futuro”.

9. “Los gobiernos no tienen el valor de poner [el tema de la cancelación de la deuda] en la mesa”, lo que de todas formas es inevitable si se quiere salir de la crisis y “cuanto antes mejor”.

10. Se presenta al pueblo griego como que vive por encima de sus recursos. No obstante en la actualidad, bajo el gobierno de Alexis Tsipras, el presupuesto de Grecia está en equilibrio sin contar el servicio de la deuda. Incluso hay “un leve excedente primario” equivalente al 1% del PIB, lo que representa 1.830 millones de euros. El rembolso de la deuda se vuelve insostenible, sobre todo si se toma en cuenta el hecho de que los bancos privados concedieron a Grecia préstamos con tasas usurarias que podían alcanzar el 18%, convirtiendo los créditos en algo matemáticamente impagable.

11. Las instituciones financieras internacionales exigen a Grecia, en virtud de los acuerdos impuestos en 2012, que dedique el 4% de su PIB al rembolso de la deuda durante los 30 próximos años. “El presupuesto total de todo el sistema de la enseñanza superior griego representa menos del 1% del PIB. Significa entonces que se le pide al contribuyente griego que dedique, durante los próximos 30 años, cuatro veces más de dinero a rembolsar la deuda del pasado que todo lo que se invierte en la formación superior del país. ¿Acaso es la mejor forma de preparar el porvenir? Desde luego ¡no! Entonces es absurdo”.

12. “Jamás se pidió, afortunadamente, a Alemania, Francia y a los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial que hicieran eso. Se procedió a cancelaciones de las deudas y ello permitió la reconstrucción de Europa en los años siguientes. Pudimos librarnos del peso de la deuda e invertir los recursos públicos en las infraestructuras, la educación y el crecimiento”.

13. “Europa, mediante el Tratado Presupuestario de 2012, eligió el método británico del siglo XIX, de la penitencia durante décadas y décadas, en vez del método europeo de la posguerra, que consistió en proyectarse en el porvenir”.

14. “Hay una amnesia histórica extremadamente grave. La ignorancia histórica por parte de nuestros dirigentes es algo que consterna en absoluto”.

15. “El Gobierno francés tiene una responsabilidad muy grande” en esta situación al no oponerse a la intransigencia de Alemania. El presidente “Hollande debe tomar sus responsabilidades y decir que la restructuración de la deuda es ahora”.

16. Sin un gesto firme hay un riesgo de “prolongar el periodo de incertidumbre”, que tiene un gran impacto en el crecimiento, y “volver a hundir a Grecia en la recesión, lo que es extremadamente grave”.

17. “El problema de la deuda en Europa no es más importante que en Japón o en Estados Unidos”.

18. “Hay mucha hipocresía en todo esto, pues los bancos franceses y alemanes están muy contentos de ver los activos financieros de los griegos ricos que se transfieren a esos mismos bancos y por supuesto no se transmite la información a la Hacienda griega”, privando así al Estado helénico de fuentes de ingresos fundamentales y haciéndose cómplices del fraude fiscal a gran escala.

19. Desde 2010, las instituciones financieras internacionales han cometido “enormes errores en Grecia”. “Incluso el FMI reconoció haber subestimado las consecuencias de las medidas de austeridad en términos de recesión”.

20. Esas medidas de austeridad “llevaron a un aumento desmesurado de la deuda” griega pues el PIB cayó un 25 % entre 2010 y 2015. “Esta fue la razón de la explosión de la deuda hasta un 170% del PIB mientras que sólo representaba un 110%”.

21. “Me ubico en el punto de vista de las jóvenes generaciones griegas. ¿Acaso son responsables de los actos del [primer ministro] Papandreu en 2000 y 2002? No son más responsables de esos errores que los jóvenes alemanes de los años 1950 o 1960 de los errores precedentes. Dios sabe sin embargo que los gobiernos alemanes hicieron cosas mucho más graves que los gobiernos griegos”.

22. “Todas las deudas de la zona euro deben reestructurarse. Hace falta cancelar una parte como siempre ocurrió en la historia”.

23. “Hace seis meses que el Gobierno griego pide una reestructuración de la deuda” y cada vez recibe el rechazo obstinado del Eurogrupo.

24. No obstante en 2012 Europa “prometió a los griegos que cuando el país estuviera en situación de excedente se renegociaría el importe de la totalidad de la deuda”. Hoy Europa se niega a cumplir su promesa.

25. “Los charlatanes que pretenden que se va a expulsar a un miembro de la Unión Europea para disciplinar a los demás son sumamente peligrosos. El ideal europeo está a punto de ser destruido por las decisiones de esos charlatanes”.

Nota:
[1] Thomas Piketty, «C’est à vous», France 5, 23 de junio de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=VIzv3peNLFk (sitio consultado el 9 de julio de 2015); Thomas Piketty, «Il faudra parler de la restructuration de la dette grecque», Europe 1, 29 de junio de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=e6SUVZmCxgM (sitio consultado el 9 de julio de 2015).

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, the Media, and the Challenge of Impartiality, New York, Monthly Review Press, 2014, con un prólogo de Eduardo Galeano. http://monthlyreview.org/books/pb4710/ Contacto: [email protected] ; [email protected] Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel

Fuente: http://espanol.almayadeen.net/Study/Suaxbsfy_0q97qTpAG2_Rg/25-verdades-del--economista-del-a%C3%B1o--thomas-piketty-sobre-la

Adelgazar caminando: ¿a partir de cuántos pasos se pierden kilos? Según los expertos, el número de zancadas, los kilómetros recorridos y la velocidad son factores clave del 'power walking'. También en la playa

Parece que se nos está bajando la fiebre del running. No es que estemos viviendo el declive de una moda pasajera, ni mucho menos, pero sí es cierto que está perdiendo fuelle en favor del power walking. Y es que, aunque correr es una de las actividades físicas más completas, "su práctica tiene un inconveniente con un claro poder disuasorio: el impacto reiterado que sufre el cuerpo", explica Helena Olsson, entrenadora personal de Prorunners. Este obstáculo es una de las principales razones por las que poco a poco caminar le está restando adeptos al running. Ya que, "el impacto es mucho menor, debido a que el centro de masas no asciende tanto como al correr y a que la velocidad es inferior", apunta Olsson.

Así que, si a esta ventaja le sumamos la posibilidad de adelgazar sin el esfuerzo que supone correr, muchos habrán encontrado, por fin, el ejercicio que buscaban para estar en forma y, al mismo tiempo, perder esos dos kilos de los que querían deshacerse desde hace tiempo.

 Camine como si tuviera prisa
 Aunque caminar pueda ser la respuesta a las plegarias de muchos, es una respuesta con matices. Y en este caso, dos de ellos son fundamentales: el número de pasos y la cadencia con que se dan. Así, el National Center for Biotechnology Information fija en 10.000 pasos el mínimo exigible para que esta actividad física se traduzca en beneficios significativos para la salud. Lo que se traduce, dependiendo de la zancada de cada uno (la media está en 75 cm), en aproximadamente 8 Km. Pero, además de recorrer esa distancia o caminar 10.000 pasos, si queremos adelgazar, deberíamos hacerlo a un ritmo moderado, que según el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM), para un adulto sería entre los 4,8 Km/h y los 6,4 Km/h.

De este modo, ya se puede empezar a hablar de estar quemando calorías. Pero, ¿cuántas? Según Olsson, la respuesta no es sencilla, ya que "cualquier actividad física tiene un gasto calórico que varía en función de varios factores: la intensidad, el sexo y la condición física del que la practica, el peso o la masa magra, entre otros". Sin embargo, a modo orientativo podemos tener en cuenta los datos que revela un estudio elaborado por el ACSM, en el que se dice que un hombre que recorre 1.600 metros quema entre 124 y 88 calorías, mientras que una mujer, entre 105 y 74.

¿Bajar peso o eliminar masa grasa?
Aunque lo parezca, no es lo mismo. La entrenadora nos recuerda que "es posible perder dos kilos en una misma sesión de entrenamiento. Sin embargo, serán en su mayor parte líquido, el cual repondremos rápidamente con una correcta hidratación. Por eso, lo mejor sería hablar de pérdida de un porcentaje de masa grasa corporal y no de peso".

Puestos los puntos sobre las íes, para perder esos kilos, Olsson aconseja hacerlo "de forma progresiva y controlada, sin olvidar una dieta equilibrada y una buena hidratación". Para ello, es imprescindible caminar con regularidad (tres o cuatro veces por semana) y combinar esta actividad con ejercicios de fuerza general donde los gestos sean amplios y controlados. Y es que, "si queremos consumir más calorías en un mismo margen de tiempo, tendremos que realizar cambios de ritmo en nuestra marcha o incorporar algunos ejercicios donde se implique la mayor musculatura posible", apunta.

Por la arena, máximo 10 minutos
Una buena forma de hacer que intervengan más músculos es caminando sobre la arena de la playa, lo cual "es una actividad que tonifica mucho más que andar sobre el asfalto o la tierra, ya que es más exigente a nivel muscular", asegura Soraya Casla, doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Sin embargo, si ha pensado en aprovechar estos días de vacaciones en la costa para "dar el primer paso" en esto del power walking, tenga en cuenta que "si no está acostumbrado, es mejor comenzar con 5 o 10 minutos y combinar la arena con el asfalto para que los músculos no se sobrecarguen y evitar lesiones", advierte la experta.

En cuanto a si es mejor caminar descalzo o con zapatillas, Casla asegura que "hacerlo descalzo es muy bueno para fortalecer la planta del pie. Sin embargo, al estar acostumbrados a llevar el pie completamente protegido, puede resultar muy agresivo para la musculatura". Razón por la cual, "lo ideal es no caminar más de 10 minutos sobre la arena seca, 20 minutos en el caso de la arena mojada y no más de 30 sobre el césped", concluye.

Sume pasos mientras hace la compra
Según la American Heart Association caminar al menos 10.000 pasos diarios comporta numerosos beneficios para nuestra salud cardiovascular. Motivo suficiente para empezar a contar. Pero, ¿cómo llevar la cuenta? Si pudiera contabilizar sus pasos desde que pone un pie en el suelo, se dirige a la oficina, camina por el supermercado, callejea y vuelve a casa, se percataría de cómo hay multitud de desplazamientos con los que uno no cuenta y que pasan a engrosar nuestro cómputo particular de pasos diarios. Una tediosa tarea que millones de personas han delegado en los podómetros: artilugios electrónicos o aplicaciones para móviles que ofrecen mucho más que datos, ya que la mayoría de ellos son capaces de monitorizar totalmente nuestra actividad física, recopilando información, pero también analizándola y proponiendo objetivos y planes de acción. Actualmente podemos encontrar en el mercado muchos en forma de pulsera, como la popular Jawbone que permite monitorizar el ejercicio físico que se realiza, fijar metas o registrar lo que se come o las horas que se duerme. Por su parte, Fitbit informa durante el día sobre la distancia recorrida, los pasos dados y las calorías quemadas y, por la noche, controla la calidad del sueño.

Si prefiere que sea su teléfono móvil el que lleve la cuenta, una de las aplicaciones más descargadas es Endomondo, utilizada por más de 25 millones de personas en todo el mundo. Y es que esta app no solo recopila y almacena información sobre su actividad, también analiza su rendimiento, propone desafíos y publica los progresos en las redes sociales. Por su parte, Runtastic Pedometer es otra de las app mejor valoradas. Ambas están disponibles para Android y iPhone.
http://elpais.com/elpais/2015/07/30/buenavida/1438263043_959659.html

sábado, 8 de agosto de 2015

Más de 1,2 millones de trabajadores llevan cuatro años o más en paro. El colectivo de desempleados de más larga duración no deja de crecer



Los que llevan más tiempo en paro todavía no se benefician de la recuperación económica. Según la encuesta de población activa (EPA), hay 1,2 millones de trabajadores que no han tenido empleo alguno en los últimos cuatro años o más. Desde que ha comenzado la crisis, este colectivo, el que tiene más difícil volver a reengancharse al mercado de trabajo, se ha multiplicado por 12. La situación es especialmente dramática para 180.000 de ellos, ya que viven en hogares que no reciben ningún tipo de ingreso, ni de ellos ni de otros familiares.

El paro tocó su techo histórico al comienzo de 2013, casi 6,3 millones de trabajadores sin empleo. Desde entonces ha caído en más de un millón. Prácticamente todos los colectivos se han beneficiado, menos uno: los trabajadores que llevan cuatro años o más sin una ocupación. 1.201.459 personas, según la última encuesta de población activa, no han tenido un empleo desde, al menos, el comienzo del verano de 2011.

Esta evolución dice mucho de cómo es la crisis en España y su duración. También ilustra perfectamente las dificultades que tienen los desempleados cuanto más tiempo pasan así para volver a reengancharse al empleo. Y esto se ve más en la distribución del colectivo de desempleados en diferentes momentos de la crisis. Cuando comenzó la primera recesión, a mitad de 2008, el 77% de quienes no tenían empleo estaban un año o menos en esa situación, sumaban 1,8 millones. Los que se encontraban en el extremo opuesto apenas representaban el 7,3%, 115.229.

Todavía al principio de la segunda recesión, en 2011, y pese a haber sumado 290.000 personas más, el colectivo de trabajadores que llevaban más de cuatro años en paro no llegaba al 6% del total, como consecuencia del mayor incremento de trabajadores que llevaban menos tiempo en el paro.

El paso del tiempo y la falta de oportunidades han cambiado radicalmente la situación. Ahora, en los microdatos de la encuesta de población activa del segundo trimestre de 2015, desagregados por Enrique Negueruela, investigador de la Fundación Primero de Mayo, de CC OO, se aprecia que casi uno de cada cuatro parados (23,4%) lleva cuatro años o más sin trabajar.

“La probabilidad de entrar en el empleo es más alta para quien está un día parado que para quien está dos. Esto es ley”, explica Florentino Felgueroso, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Tanto Felgueroso como Negueruela apuntan que las cifras infravaloran el problema porque un parado que en este periodo haya trabajado una semana o un mes no está en mejor situación que el que no ha trabajado nada en este tiempo, pero, en cambio, no aparece en la estadística.

La gravedad de esta situación también se aprecia en cifras desagregadas, como las de la edad. Dos tercios de este grupo tienen entre 30 y 54 años, casi 800.000 personas.

“La idea de que volvemos a crecer y así las opciones llegarán a todos no es cierta del todo. No llegan a todos por igual. Los que llevan cuatro años sin trabajo, hasta que no haya un crecimiento muy sostenido no saldrán de esta situación”, apunta Felgueroso, que señala que en la penúltima gran crisis que vivió España, la de los años noventa, el paro de larga duración comenzó a reducirse dos años más tarde que entre el resto de desocupados.

Entre 30 y 54 años de edad
Otro punto que muestra que, pese a la recuperación del mercado laboral, todavía está muy lejos la salida de la crisis es el número de personas que, habiendo estado sin trabajar más de cuatro años, viven en alguno de los 774.500 hogares en los que no entra ningún tipo de ingreso. Son 180.836 personas, de las que la inmensa mayoría, concretamente 135.707, tienen entre 30 y 54 años, personas sobre las que suelen concentrarse las cargas familiares.

Para afrontar la situación, Negueruela propone “políticas de empleo muy potentes y mucha inversión”. Señala que se ha perdido mucho tiempo en los últimos años y que las políticas activas “son inexistentes” y que en ellas se invierte el dinero de forma equivocada. “Se han destruido más de 1,5 millones de puestos de trabajo en la construcción. Hay muchos parados procedentes de este sector y todavía hay cursos para formar a albañiles desde cero. No tiene sentido, se tira el dinero. ¿Cómo puede ser que todavía se hagan talleres de empleo en Ayuntamientos para formar albañiles cuyo verdadero objetivo es arreglar algo del patrimonio local?”, lamenta.

También Felgueroso reclama políticas activas. Propone un abanico amplio de instrumentos para los servicios públicos de empleo que, en su opinión, debe comenzar por tener orientadores profesionales. Los siguientes puntos de la receta son: “un perfilado potente que detecte las características de los parados, su capital humano, sus estudios, luego programas de formación, orientación, empleo público, contratación con ayudas...”.

Entre tanto, como el problema no se solucionará de la noche a la mañana, Negueruela defiende aumentar la protección a los parados con más subsidios. “Solo uno de cada cinco parados que no ha trabajado en los últimos cuatro años recibe alguna ayuda. Ahí es donde están las bolsas de pobreza”, analiza
http://economia.elpais.com/economia/2015/08/02/actualidad/1438541164_733483.html

Ayudas escasas y al final de la legislatura

El último gran acuerdo que firmó el Gobierno con sindicatos y patronal fue el que daba luz verde a una ayuda específica (426 euros durante seis meses) para todos los parados de larga duración (un año o más sin trabajo) que hubiesen agotado todas las prestaciones. Se rubricó en diciembre de 2014, pero sus múltiples requisitos han limitado sus beneficiarios: los sindicatos contaban con llegar hasta los 450.000, las cifras de Empleo hasta junio no pasaban de 70.000.
El reparto autonómico de fondos para políticas activas de empleo tiene en cuenta desde este año los resultados en mejorar las oportunidades de parados de larga duración. El Gobierno pondrá su granito de arena, pero en el Presupuesto de 2016, condicionado por las elecciones generales: reservará 129 millones a un programa de atención personalizada a parados de larga duración entre 30 y 55 años.

Los hombres, más protegidos

Poco más del 21% de trabajadores que está cuatro años o más sin trabajar cobra algún tipo de ayuda: 261.982 de 1,2 millones. Pero esta media esconde una importante brecha de género. Los parados de muy larga duración están mucho más protegidos que las paradas. Un 28,3% de ellos percibe algún tipo de prestación o subsidio del Ministerio de Empleo; frente al 14,9% de ellas.
En todos los segmentos de edad se aprecia la mayor protección de los hombres. Especialmente entre los más mayores, de 55 a 64 años. La de ellos supera por poco el 60%; en el de ellas, el 28,2%.
La tasa de parados que reciben ayudas de Empleo crece conforme la edad. Entre quienes tienen entre 15 y 24 años la tasa cae al 2,2%, algo lógico puesto que el seguro de desempleo suele estar vinculado a haber trabajado antes. En cambio, entre los más mayores, de 55 a 64 años, el porcentaje aumenta hasta el 45,6% de los desempleados.

Bajar los impuestos o reducir la pobreza
España vive una situación que se puede calificar de emergencia social

Hace falta más empleo estable. La ocupación sigue creciendo, pero deberían revisarse los incentivos para crear puestos de trabajo permanentes


La evolución del mercado laboral en el segundo trimestre, medida en términos de Encuesta de Población Activa (EPA), ratifica que ya no hay marcha atrás en la creación de empleo y en la reducción del número de parados. Entre abril y junio se han generado casi 412.000 empleos, la tasa de paro ha caído 1,34 puntos (hasta el 22,37%) y el número de parados ha descendido en 295.000. Una mezcla de tenacidad en el crecimiento y el drástico abaratamiento de los costes laborales causado por la Reforma Laboral está drenando la inundación de paro, que llegó en el momento peor de la recesión a superar los 6 millones y que ahora refluye lentamente hacia la marca de los 5 millones.

El análisis estadístico, que sólo es un reflejo de la realidad del cual se espera que se extraigan decisiones políticas, muestra también signos leves de mejora en algunos parámetros significativos. Hay una caída trimestral (que no anual) de los hogares sin renta; y se está frenando el crecimiento del empleo a tiempo parcial. Si estos apuntes se confirmaran en los próximos trimestres podría insinuarse una mejora en la calidad estructural del mercado. Dígase lo anterior con grandes precauciones, porque el empleo temporal sigue creciendo y algunos analistas detectan que ya no se crea empleo al mismo ritmo que en 2014.

Habrá que esperar a la EPA del tercer trimestre para colocar en su exacta medida la buena evolución del segundo. Pero el gobierno debería recordar al menos dos cosas: la primera, que el empleo poco estable no puede fundamentar una recuperación sostenida, como se le ha recordado en varias ocasiones. La segunda, que sería útil revisar los incentivos económico-legales a la creación de empleo estable. Han demostrado muy poca eficacia; y o bien no convencen a las empresas o bien las asesorías laborales olvidan sistemáticamente su existencia. También podría ser que fueran insuficientes o engorrosos; en cualquier caso, merecen una revisión.
http://elpais.com/elpais/2015/07/23/opinion/1437668980_448975.html

viernes, 7 de agosto de 2015

Lo mejor de Cesarea Evora


Singer Cesaria Evora is the cultural ambassador and greatest star of her native country, Cape Verde, a former Portuguese colony off the Northwestern coast of Africa. She excels at the highly stylized and emotionally intense ballad style known as the "morna," a melodramatic, mournful romantic music that is much like the Portuguese fado, full of beautiful, melancholy guitars and impassioned lyrics of love lost and life both savored and endured. The music is all heavenly, a selection of favorites drawn from several albums, including sleek ballads such as "Sodade," "Miss Perfumado," and "Angola." Hovering behind Cesaria are images of Cape Verde's hills, beaches and towns, while onstage, some of the country's finest musicians strum out gorgeous melodies. The one trouble with this video is the editing: the French producers seem to favor montages, including crossfades and overlays of the rear-projected images and the musicians onstage. This technique quickly becomes intrusive and detracts from the beauty of the performance -- personally, I would have preferred a few more lingering close-ups of the singer and her guitarists as they sank into the melancholy depths of the music. But still, this is a lovely glimpse at one of world music's great modern divas.
Música
"Moda Bo", de Lura (Google Play • iTunes)
Categoría
Gente y blogs
Licencia
Licencia de YouTube estándar
Vídeos originales
Ver atribuciones

¿Por qué sufrimos ansiedad? Es un mecanismo de defensa frente al peligro pero puede volverse contra nosotros

"Conducir, hablar en público, relacionarse con un grupo de personas conocidas, apuntarse a un curso de formación interesantísimo, ir al médico, salir de compras, educar a los hijos, presentarse a un examen, ligar, estar a gusto en una sobremesa con amigos, ver una película en el cine, montar en metro o tranvía, salir a correr o hacer un viaje de ocio. Se trata de situaciones cotidianas, en las que podría disfrutar y aprender, pero que se convierten en un auténtico reto, incluso martirio, para las personas que sufren ansiedad", así empieza uno de los artículos más vistos de la sección de Psicología de EL PAÍS SEMANAL.

Vencer la ansiedad

Respire, tómese un momento de calma, y lea a continuación cómo ganarle el partido a la ansiedad. Aplicando los siguientes consejos, aprenderá a ponerla en el sitio que le corresponde. 
foto

Cuando te come la ansiedad, por Elvira Lindo

El ansioso no suele compartir sus crisis con nadie porque, por un lado, se siente algo avergonzado de generarse a sí mismo tal cantidad de síntomas y, por otro, ni él mismo entiende que sus diversos males sean provocados por la agitación mental.
foto

El eterno miedo a suspender

Un 20,84% de los estudiantes universitarios sufre ansiedad durante las pruebas académicas. Planificar el estudio o practicar técnicas de relajación puede ayudar
foto

Stop ansiedad: consejos para acabar con ella

La práctica habitual de meditación es una herramienta magnífica para reconectar con el momento presente. Nos hace más conscientes y nos prepara para ver las situaciones de la vida como son, no como nosotros pensamos que son.

foto

Estamos ansiosos perdidos, por Luz Sánchez Mellado

Elena se despierta sobresaltada. No ha tenido pesadillas, o no las recuerda. Mira el reloj: las cuatro y cuarenta y cinco de la madrugada. La misma hora que ayer, y antes de ayer, y todas las noches desde hace una semana. Así empieza este reportaje de Luz Sánchez Mellado

Científicos contra robots armados. Un millar de expertos critican las armas autónomas porque carecen de criterios éticos.

La inteligencia artificial está llegando a un desarrollo tan intenso que inquieta incluso a sus investigadores por el mal uso que se puede hacer de ella. Más de 1.000 científicos y expertos en inteligencia artificial y otras tecnologías han firmado una carta abierta contra el desarrollo de robots militares que sean autónomos y prescindan de la intervención humana para su funcionamiento. El físico Stephen Hawking, el cofundador de Apple, Steve Wozniak, y el de PayPal, Elon Musk, figuran entre los firmantes del texto, que se presentó ayer en Buenos Aires en la Conferencia Internacional de Inteligencia Artificial, un congreso donde se presentan más de 500 trabajos de esta especialidad y a la que acuden varios de los firmantes del manifiesto.

El documento no se refiere a los drones ni misiles comandados por humanos, sino a armas autónomas que dentro de pocos años podrá desarrollar la tecnología de inteligencia artificial y que supondrían una “tercera revolución en las guerras, después de la pólvora y el armamento nuclear”.

Los expertos reconocen que existen argumentos a favor de los robots militares, como el hecho de que reducirían las bajas humanas en conflictos bélicos. A diferencia de las armas nucleares, las autónomas no requieren altos costes ni materias primas difíciles de obtener para su construcción, según los firmantes. Por eso advierten de que es “solo cuestión de tiempo” que esta tecnología aparezca en el “mercado negro y en manos de terroristas, dictadores y señores de la guerra”. “Son ideales para asesinatos, la desestabilización de naciones, el sometimiento de poblaciones y crímenes selectivos de determinadas etnias”, alertan los científicos, que proponen que la inteligencia artificial se use para proteger a los humanos, en especial a los civiles, en los campos de batalla. “Empezar una carrera militar de armas de inteligencia artificial es una mala idea”, advierten. Comparan esta tecnología con las bombas químicas o biológicas.

“No se trata de limitar la inteligencia artificial, sino de introducir límites éticos en los robots, lograr que sean capaces de vivir en sociedad y, eso sí, rechazar de forma clara las armas autónomas sin control humano”, explica Francesca Rossi, presidenta de la conferencia internacional y una de las firmantes del texto. “Con la carta queremos tranquilizar a la gente que desde fuera de este mundo mira la inteligencia artificial con una preocupación a veces exagerada. A nosotros también nos interesan los límites éticos. Queremos reunir no solo a expertos en este asunto, sino a filósofos y psicólogos para lograr límites éticos en los robots similares a los de los humanos”, señala.

El peligro de reprogramar
El argentino Guillermo Simari, de la Universidad Nacional del Sur, organizador del congreso, comparte la filosofía de la carta. “Las máquinas pueden tomar decisiones con las que el humano no está de acuerdo. Los hombres tenemos filtros éticos. Se puede programar un filtro ético a la máquina, pero es muy fácil quitarlo”. Simari cree que el gran problema es la facilidad con la que puede reprogramarse una máquina. “Para hacer una bomba atómica uno necesita uranio enriquecido, que es muy difícil de conseguir. Para reprogramar una máquina militar basta con alguien con un ordenador escribiendo software”.

En el congreso también hay quien se sitúa en contra de la filosofía de la carta. “Aquí estamos los que creemos que hay que seguir desarrollando la inteligencia artificial y que puede ser controlada”, explica Ricardo Rodríguez, profesor de la Universidad de Buenos Aires y organizador del encuentro. El debate entre los científicos está vivo y ahora pasará a toda la sociedad.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/28/actualidad/1438078885_287962.html

José Manuel Rodríguez Gordillo, historiador del tabaco y de Sevilla. Era una autoridad eminente en la historia de las relaciones comerciales entre España y sus antiguas colonias

Jose Manuel Rodríguez Gordillo, fallecido el último día del mes pasado a los 73 años, fue uno de esos historiadores e intelectuales de carácter que rompen los moldes del academicismo al uso y que trascienden más allá de las aulas universitarias por sus dotes humanistas y por su enorme sociabilidad. Hermano del pintor Luis Gordillo y perteneciente a una familia muy arraigada en Sevilla, aunque de orígenes paternos vallisoletanos, su obra intelectual quedará ligada para siempre a la historia especializada del tabaco –curiosamente nunca fumó- del que fue uno de los grandes especialistas mundiales y al papel que jugó la Fábrica de Sevilla en la Carrera de Indias, el complejo entramado comercial entre España y sus antiguas colonias.

El tabaco no tardó mucho en ser una práctica habitual entre los europeos emigrados al Nuevo Mundo. Apenas transcurridas unas décadas desde su hallazgo en los primeros días del Descubrimiento, ya lo consumían muchos de los recién llegados – “el uso placentero del tabaco”- y, de forma desmedida, según todos los testimonios, los esclavos negros llevados desde África por los colonizadores. De ahí pasó a convertirse -como José Manuel escribió en muchos de sus textos- en uno de los principales ingresos del Estado en régimen de estanco o monopolio, circunstancia que se mantuvo desde 1636 hasta 1986, cuando el ingreso de nuestro país en la comunidad europea hizo inviable su mantenimiento. El tabaco, en resumidas cuentas, ha sido un producto que generó una importantísima actividad económica, fue fuente imprescindible de recursos para el Estado y de modo destacado fue un elemento principal en la vertebración del Imperio atlántico español con la metrópoli. Estas tres razones, escribió Rodríguez Gordillo, justifican el interés historiográfico de su estudio.

José Manuel Rodríguez Gordillo fue un pionero en el tratamiento y conservación de las fuentes documentales, en este caso las referidas a la Renta del tabaco, recuperando y conservando sus papeles con la creación del Archivo Histórico del Tabaco en Sevilla, desgraciadamente hoy desaparecido, aunque sus fondos bien catalogados puedan consultarse en el Archivo Histórico Provincial Hispalense. Pero, sobre todo, José Manuel fue un gran historiador, primero en solitario, durante los años setenta y ochenta; en una segunda etapa liderando el Grupo de Estudios del Tabaco (GRETA) que agrupó a un conjunto de investigadores de varias universidades españolas entre 1998-2012, con el apoyo de la Fundación Tabacalera y de la Fundación Altadis, pilotadas por Alberto Sanjuanbenito e Inés Cassín; y, finalmente, a partir de 2012, embarcándose junto a historiadores españoles y portugueses, en un proyecto más amplio de analizar el sistema atlántico del tabaco ibérico. En esta última etapa, le sobrevino una rápida enfermedad que ha privado a su familia, a sus amigos y a la comunidad científica de su gratificante presencia. De su obra publicada en solitario queremos destacar, sin ánimo de ser exhaustivos, el Diccionario histórico del tabaco (1993), La difusión del tabaco en España. Diez estudios (2002), La creación del estanco del tabaco en España (2002), Historia de la Real Fábrica de tabacos de Sevilla (2005). Junto a ellos su numerosísima participación en libros colectivos durante estos últimos veinte años.

Pero, José Manuel fue un hombre entregado a la ciudad de Sevilla y a sus mitos. Además de haber sido comisario e impulsor de numerosas exposiciones y actividades culturales, queremos cerrar esta breve nota recordando dos de sus grandes pasiones, muy unidas, por otro lado, a la ciudad en la que vivió y disfrutó toda su vida. Don Juan y Carmen la cigarrera. Del personaje creado por Tirso de Molina nos brindó la magnífica exposición Visiones de Don Juan (Sevilla 10 de diciembre de 2009-14 de febrero de 2010). En el también esplendido catálogo, que ha quedado de aquel acontecimiento, un joven galán sale al encuentro de la muerte, en el cuadro de Pedro Camprobín, como ahora se ha encontrado con ella nuestro querido historiador, con la cara descubierta. El otro gran hito de su quehacer intelectual fue Carmen. Biografía de un mito (2012), que mereció el premio Antonio Domínguez Ortiz de biografías 2010. Descanse en paz nuestro amigo José Manuel.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/08/03/actualidad/1438636524_492126.html

jueves, 6 de agosto de 2015

70 ANIVERSARIO DE HIROSHIMA » Un superviviente de Hiroshima: “Un ejército de fantasmas vino hacia mí”. En el 70 aniversario de la bomba atómica de Hiroshima, los supervivientes reviven sus recuerdos para que no se repita su experiencia.

El lunes 6 de agosto de 1945, a las 8 de una soleada mañana en Hiroshima, Takashi Teramoto, de 10 años, era el niño más feliz del mundo. Su madre se había dejado convencer y se lo había traído de vuelta a casa tras pasar meses evacuado en un refugio infantil. Aquella noche, el pequeño había dormido en su casa por primera vez en más de tres meses. “Qué cómodo me sentí. Es uno de mis recuerdos más intensos”, musita. A las 7.30, después de que se levantara una alerta antiaérea, había salido a jugar con dos amigos. Su madre le hizo entrar a eso de las 8.10 para prepararse para el médico. Cinco minutos más tarde, a las 8.15, estalló el infierno.

Takashi nunca volvería a ser plenamente feliz. En medio de un cielo completamente despejado, el Enola Gay, un B-29 estadounidense pilotado por Paul Tibbets, había lanzado la primera bomba atómica, llamada Little Boy.

De unos tres metros de largo y 4 toneladas de peso, llevaba 50 kilos de uranio. A 600 metros de altura sobre el centro de la ciudad y 43 segundos después de su lanzamiento, su explosión causó una bola de fuego de 28 metros de diámetro, con una temperatura de 30.000 grados centígrados. Una zona de dos kilómetros de radio se convirtió en mera tierra quemada. 70.000 de los cerca de 350.000 habitantes de Hiroshima, que hasta entonces no había sido bombardeada en la guerra, murieron inmediatamente tras el ataque. Otras 70.000 personas fallecerían antes de que terminara el año víctimas de sus heridas o de la radiación.

“Vi de reojo un gran destello azul. Y oí un gran estruendo. Luego, ya no vi nada más. La tierra temblaba y no paraban de caerme cosas encima. Finalmente, vi un poco de luz y salí a la calle”, donde una vecina se hizo cargo de él. “Mi madre aún estaba dentro de la casa, yo no quería marcharme, pero los vecinos me dijeron que se ocuparían de ella. Cuando empezó a caer lluvia ácida, gotas de agua negra, la vecina me tapó con un trozo de hojalata, porque me escocía la cara. Ella murió meses después, enferma por la radiación. Yo estoy convencido de que le debo la vida”, recuerda Teramoto.

Minoru Yoshikane también vio el destello de reojo. A sus 18 años, estaba terminando secundaria y aspiraba a convertirse en profesor de inglés, entusiasta de la literatura y las canciones en esa lengua. Había sido reclutado, como el resto de los estudiantes de secundaria, para trabajar en el esfuerzo de guerra, y se encontraba en una fábrica esperando órdenes. Al estallar la bomba, él y sus compañeros se refugiaron en el sótano. “Un par de horas más tarde, uno de nuestros profesores nos dijo que nuestra escuela corría peligro y teníamos que ir a echar una mano, así que nos dirigimos al centro”.

Nunca olvidará lo que vio. No quedaban casas en pie. El 90% de los edificios de Hiroshima quedaron destruidos por la explosión o los incendios que le siguieron. “Vi lo que parecía un ejército de fantasmas venir hacia mí. Decenas de heridos, quemados, con las caras destrozadas, no parecían humanas. La piel se les caía a jirones. También había muertos, muchos muertos. Me asusté muchísimo”.

Hiroshi Hara, de 13 años, estaba en una isla cercana buscando comida para su tío enfermo cuando ocurrió la explosión. Al día siguiente intentó llegar a su escuela, en el centro de Hiroshima. “El río estaba lleno de cuerpos. Muchos heridos, quemados, con las orejas derretidas. Imploraban agua, algo de beber. Al ver que yo era estudiante, me preguntaban a qué escuela iba, si conocía a su hijo o a su hija. En el momento de la explosión, muchos niños, agrupados por edades y escuelas, estaban en el centro trabajando en fábricas o construyendo cortafuegos… Miles y miles de ellos murieron”.

En su huida hacia el campo, el pequeño Takashi también había encontrado a otros de esos graves, que escapaban como podían. Reconoció a uno de ellos, con la cara quemada y que caminaba con los brazos extendidos, para evitar que la piel que le colgaba a tiras de los brazos tocara el suelo: era uno de los amigos con los que había estado jugando antes de la explosión, y que moriría a los pocos días. El otro había fallecido en el acto, según supo después.

Tres días más tarde, el 9 de agosto a las 11.02 de la mañana, otro B-29, Bockscar, lanzaba otra bomba, esta vez de plutonio, contra Nagasaki. Fat Man, de una onda explosiva mucho mayor -equivalente a 22.000 toneladas de trilita, frente a las 15.000 de Little Boy- cayó sobre un barrio periférico. Cerca de 70.000 personas murieron en el acto o en los meses que transcurrieron hasta fin de año. El 15 de agosto Japón capitulaba. Ese día, la madre de Takashi murió de sus heridas.

El infierno no había acabado para las víctimas. Takashi, como muchos otros residentes, vio cómo perdía el pelo por el efecto de la radiación. Sangraba por las encías y le salieron puntos negros en la piel. Tuvo que guardar cama hasta diciembre. Según cuenta, ver a la gente vomitar sangre se convirtió en algo normal en aquellos meses. Su hermano acabó muriendo años después de un cáncer que cree causado por la bomba. "Mucha gente continúa sufriendo aún hoy".

Para los hibakusha, como se conoce en Japón a los supervivientes de la bomba atómica, “ha sido un camino difícil” desde entonces, apunta Yasuyoshi Komizo, de la Fundación para la Cultura de la Paz de Hiroshima. Han tenido que vivir la censura inicial de EEUU sobre los bombardeos, y la discriminación de sus propios compatriotas que temían los posibles efectos de la radiación. Algunos ocultaron que habían estado allí. “Como cualquier ser humano, al principio lo que sentían era odio y ganas de venganza. No cambiaron de opinión de una manera fácil. Pero con el tiempo han concluido que continuar el odio carece de sentido, que la paz es algo que corresponde a cada ser humano, y quieren dar testimonio, para que nunca más vuelva a repetirse otro ataque nuclear”.

MÁS INFORMACIÓN


http://internacional.elpais.com/internacional/2015/08/05/actualidad/1438781224_790907.html

70 aniversario del bombardeo atómico sobre Japón



“Como único pueblo atacado por una bomba nuclear, tenemos la misión de conseguir un mundo sin armas nucleares”. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, renovaba así el compromiso de su país contra ese armamento, en la ceremonia para conmemorar el 70 aniversario del lanzamiento contra Hiroshima de la primera bomba atómica. Alrededor de 55.000 personas, según las cifras oficiales, habían acudido a rendir homenaje a las cerca de 140.000 víctimas de aquel ataque y participar en un llamamiento para la paz mundial. Frágiles, algunos de ellos en silla de ruedas, decenas de hibakusha -supervivientes de la bomba- habían desafiado al fuerte calor para recordar el peor día de su historia y rendir homenaje a sus padres, hermanos, familiares o amigos que perdieron la vida aquel 6 de agosto de 1945 o en los días y meses que le siguieron.

A las 8.15, los sonidos de una campana marcaron el momento preciso en que estalló la bomba. Los participantes, entre los que se encontraban representantes de un centenar de países, y dignatarios como el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, guardaron un minuto de silencio, solo roto por el silencio de las cigarras. El homenaje había comenzado con una ofrenda de agua recolectada en 17 puntos de la ciudad, en recuerdo de las víctimas que, con terribles quemaduras, murieron suplicando algo de beber.

En su intervención, Abe anunció que su país presentará una nueva propuesta de resolución ante la Asamblea General de la ONU en los próximos meses sobre la abolición de las armas nucleares, y dar un nuevo empuje a la idea como anfitrión el año próximo de la cumbre anual del G7. “Es nuestra tarea dar a conocer la inhumanidad de las armas nucleares, sin barreras generacionales ni fronterizas”, afirmó el primer ministro.

Su llamamiento contra las armas nucleares tenía este año un contexto especial. Abe se encuentra en pleno proceso para lograr la aprobación en el Parlamento de una serie de leyes que permitirán que, por primera vez y en determinadas circunstancias, este país pueda participar en misiones de combate fuera de su territorio para ayudar a aliados en peligro. Para el Gobierno nipón, la reinterpretación de la Constitución pacifista vigente desde la posguerra es algo necesario que permitirá al país una relación militar más equilibrada con sus aliados, principalmente con Estados Unidos. Para sus críticos, representa una iniciativa anticonstitucional que pone al país más cerca de verse implicado en un conflicto bélico tras 70 años de paz ininterrumpida.

Entre las voces más críticas se encuentran, precisamente, la de los hibakusha. “Es algo anticonstitucional”, afirma Hiromi Hasai, catedrático jubilado de Física Nuclear en la Universidad de Hiroshima y superviviente del ataque atómico, que se hace eco de la opinión que ya han expresado algunos catedráticos de Derecho nipón. “Abe quiere estar del lado de los ganadores, pero en una guerra nunca hay ganadores. Nosotros decimos no a la guerra, no a que las cosas se decidan mediante el uso de la fuerza”. Un grupo de hibakusha, Nihon Hydankyo, criticó duramente al Gobierno después de que la Cámara baja aprobara los proyectos de ley el mes pasado.

Los que vivieron la guerra temen también que el primer ministro intente rebajar el próximo día 15, en su discurso de conmemoración de fin de la II Guerra Mundial, las disculpas que han repetido Gobiernos previos.

Esta semana, el ministro de Defensa, Gen Nakatani, reavivó la polémica al admitir que en teoría los proyectos de ley que se debaten, y a los que la Cámara baja ya ha dado su visto bueno, podrían permitir que Japón transportara armas nucleares para sus aliados. Inmediatamente, no obstante, se apresuró a precisar que se trataría de un supuesto muy improbable.

Abe fue reelegido en las elecciones anticipadas del pasado diciembre pero su popularidad ha caído progresivamente desde entonces y se encuentra por debajo del 40%, según las encuestas. El primer ministro no aludió en absoluto a la polémica durante su breve discurso en Hiroshima. Sí se oyeron gritos aislados entre el público, cuando el jefe de Gobierno terminó su intervención, de “¡no queremos guerra!”.

El resto de participantes se ciñó también al mensaje pro abolición de las armas nucleares.“Para coexistir debemos abolir el mal absoluto y la total inhumanidad que representan las armas”, señaló el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui. Pero, a diferencia de Abe, Matsui sí pareció aludir a la polémica sobre la nueva actitud más militarista del Gobierno japonés. “Trabajar con paciencia y perseverancia (para lograr sistemas de seguridad que permitan eliminar la amenaza nuclear) será vital, y requerirá que promovamos por todo el mundo el camino a la paz verdadera revelado por el pacifismo de la Constitución japonesa”, subrayó Matsui.

Y Hiroshima hizo explotar el periodismo humano. Al cumplirse 70 años del estallido de la bomba atómica en Japón, Debate reedita ‘Hiroshima’, de John Hersey, traducido al español por el colombiano Juan Gabriel Vázquez.

Además de casas y edificios, en Hiroshima había gente. Es obvio, pero aquel agosto de 1945, a excepción de los japoneses, casi nadie pareció darse cuenta. La mayor parte de lo que se dijo y se escribió inmediatamente después del estallido de la bomba atómica giraba en torno a la política, las estrategias militares y, desde luego, al inminente fin de la Segunda Guerra Mundial. Por eso, cuando al año siguiente apareció un reportaje sobre “el factor humano” de la tragedia, con más imágenes textuales que datos, la comunidad internacional dio un giro en su visión sobre lo ocurrido. El texto se llama Hirosima, lo escribió John Hersey y, cuando se cumplen 70 años de uno de los principales acontecimientos del siglo XX, lo ha reeditado Debate, traducido al español por el escritor colombiano Juan Gabriel Vázquez.

John Hersey era hijo de una pareja estadounidense de misioneros protestantes que se encontraban en china cuando el futuro periodista nació en 1914. La familia regresó a Estados Unidos cuando Hersey era un niño de diez años. Creció siendo un aficionado al fútbol americano y, en 1937, el escritor Sinclair Lewis, el primer estadounidense que ganó el Premio Nobel de Literatura (1930), lo contrató como asistente. Permaneció poco tiempo a su lado porque, un día, escribió una carta al director de Time especificándole las deficiencias de la revista y, lejos de ningunear al aprendiz de escritor, decidieron integrarlo a la redacción. En los comienzos de la Segunda Guerra Mundial realizó sendas crónicas sobre las acciones de las tropas de Estados Unidos en Europa y, basado en esa experiencia, comenzó a escribir novelas. Luego lo nombraron corresponsal en Asia y se fue a vivir a Shangai (China), desde donde hacía también algunas colaboraciones para The New Yorker.

En la primavera de 1946, cuando estaba por cumplirse el primer aniversario del estallido nuclear, William Shaw y Harold Ross, los editores de la mítica publicación neoyorkina, se pusieron en contacto con él para pedirle que fuera a Hiroshima con el fin de averiguar las repercusiones de la bomba atómica en la vida de la gente, algo en lo que, hasta entonces, nadie parecía haberse fijado. Al llegar a la ciudad japonesa leyó el testimonio de un sacerdote jesuita que había sobrevivido a la hecatombe. Lo buscó y éste le presentó a otros sobrevivientes. El periodista pasó el mes de mayo de aquel año haciendo su investigación en la ciudad, recolectando historias humanas y no tanto sobe los daños a las infraestructuras urbanas, y se fue a Nueva York con mucho material y dispuesto a encerrarse para escribir.

Hersey entregó 150 páginas a sus editores en las que, a través de seis sobrevivientes (un sacerdote, una costurera, dos médicos, un ministro y una empleada de una fábrica), mostraba la dimensión humana de lo ocurrido. Con precisión y detalles, pero alejado del sentimentalismo, Hiroshima cuenta cómo vivieron el momento en que el Enola Gay arrojó la bomba y cómo sobrevivieron los primeros instantes y los primeros días posteriores. Era, sobre todo, un trabajo periodístico y no un panfleto de activista. “Se trata de un libro distante y frío, y traducirlo al español, que es por naturaleza y por música solemne y cálido, equivale a falsear algo en el texto. Tan importantes son la distancia y la frialdad en Hiroshima, que Gore Vidal solía lapidar a Hersey con el argumento de que sus artículos enseñaban sólo el cómo de las cosas, nunca el por qué; al dogmático Vidal le habría gustado que Hersey se acercara al debate sobre si era o no necesario usar semejante arma, siendo que Japón ya estaba mostrando intenciones de rendirse”, dice Juan Gabriel Vázquez en el prólogo de la obra en español.

Después de la exhaustiva revisión de los editores Shaw y Ross, Hersey hizo algunas correcciones y volvió a entregar su extenso texto. El dilema era ahora si debía cortarse o publicarse en varias partes. Al final, se tomó una decisión excepcional: publicarlo completo. Así que en la edición de The New Yorker del 31 de agosto de 1946, cuya portada era un jardín veraniego, un solo texto ocupó casi todas las páginas de la revista (sólo se respetó el sitio destinado a la cartelera teatral). Y todo mundo empezó a comentar su contenido. Y cambió el punto de vista sobre lo ocurrido. Y se tradujo a varios idiomas y luego se publicó en forma de libro, el cual se convirtió en paradigma del buen periodismo.

Casi 40 años después del estallido de la bomba atómica, John Hersey volvió a Hiroshima para ver, ahora, las consecuencias (físicas y psicológicas) a largo plazo en la gente. Pero esta vez, el texto dejaba claro que, pese a los tremendos daños causados en los japoneses, narrados en su reportaje, la carrera armamentística nuclear no había dejado de desarrollarse.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/08/05/actualidad/1438752836_785610.html?rel=ult

Las heridas de Hiroshima. Japón afronta sus contradicciones en el 70º aniversario de la bomba. El país, que nunca hizo un debate sincero sobre su imperialismo, quiere recuperar el uso de la fuerza militar

Cada año, el 6 de agosto, Japón conmemora el aniversario de la destrucción de Hiroshima por la bomba atómica estadounidense que arrasó la ciudad, en un abrir y cerrar de ojos, y se llevó por delante las vidas de decenas de miles de personas.

Sin duda, el 70º aniversario, que se cumple este año, se conmemorará con ganas. En esta ocasión la palabra clave es paz. La ceremonia tendrá lugar en el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, construido en 1954 cerca del punto donde estalló la bomba. A las 8.15, hora en que tuvo lugar el bombardeo, el primer ministro, Shinzo Abe, y otros dignatarios se unirán a los ciudadanos de a pie en oraciones silenciosas. Seguirá el repique de las “campanas de la paz”, la lectura de una “declaración de paz”, y se echarán a volar palomas al cielo que un día cubrió la nube en forma de hongo.

La paz es, por sí misma, una condición difícil de objetar. Puede actuar como el mínimo común denominador que une a personas con convicciones políticas dispares e incluso antiguos enemigos. Las plegarias por la paz, que aluden sobre todo al abrumador sufrimiento infligido a las víctimas de las bombas de Hiroshima y Nagasaki (atacada el 9 de agosto), también permiten a muchos japoneses eludir una tarea aún más difícil: reconciliar las interpretaciones opuestas sobre las causas que llevaron a la guerra y desencadenaron la mayor hecatombe nuclear de la historia.

Es fácil olvidar que, en 1945, las armas nucleares eran vistas como una prolongación natural de las preferencias estratégicas de un país para enfrentarse al enemigo. Bajo la doctrina de la guerra total, los civiles que estaban en la retaguardia, incluidas las mujeres y los niños, también eran considerados combatientes. El bombardeo alemán de Gernika de 1937 conmocionó al mundo, pero con el tiempo todas las potencias aceptaron la idea de que las víctimas civiles formaban parte integrante de aquella guerra total, bien porque los bombardeos de precisión contra objetivos militares se consideraban demasiado complejos, bien porque convertir a los civiles en un blanco se consideraba una estrategia desmoralizadora eficaz, o bien, y cada vez más a medida que la guerra se prolongaba, por ambas razones.

Japón se anticipó al Blitz [el bombardeo continuado de Reino Unido por parte de la Alemania nazi] y fue uno de los primeros países en lanzar bombas sobre civiles, en particular en Chongqing, adonde Chang Kai-shek había trasladado la capital china, desde finales de 1938. Cuando las fuerzas aliadas también empezaron a hacerlo, lo llevaron hasta sus últimas consecuencias en Hamburgo, Berlín y otros muchos lugares de Alemania, alcanzando su punto culminante con el lanzamiento de bombas incendiarias sobre ciudades japonesas. Tokio sufrió el mayor ataque aéreo del 9 al 10 de marzo de 1945 (entre 80.000 y 100.000 muertos en una noche).

Cuando Tokio se rindió, el 15 de agosto de 1945, más de 200 ciudades japonesas habían sido bombardeadas. Los que vivían en los centros urbanos huían en masa al campo, echando por tierra la idea de los planificadores de la guerra total de que todos y cada uno de los japoneses lucharían hasta el final. Okinawa había caído, y a la población civil se la dejó morir de hambre debido a una red de minas submarinas sembradas por Estados Unidos que impedían el transporte de los ya escasos suministros de alimentos. Sobre todo, la entrada de la Unión Soviética en la guerra el 9 de agosto convirtió la invasión desde dos frentes, el soviético y el estadounidense en una perspectiva aterradora para los líderes japoneses.

Es posible que las bombas atómicas precipitasen el ritmo de los acontecimientos, pero el temor a la Unión Soviética e incluso a una situación revolucionaria en Japón eran motivos convincentes para que el país se rindiese.

El Japón más conservador cree que mientras se hable de paz se evitará el examen de sus propias agresiones

Así pues, nació el nuevo Japón, con una Constitución pacifista en la que renunciaba a la guerra. El borrador fue redactado por Estados Unidos, si bien gran parte de la burocracia de los tiempos de guerra permaneció intacta, y algunos de los líderes de esa época no tardaron en volver a ocupar cargos públicos. Sobre todo llama la atención que el emperador Hirohito, en cuyo nombre se libró la guerra, se convirtiese en símbolo de la paz. Las autoridades estadounidenses de ocupación temían, tal vez injustificadamente, que sin él se produjesen disturbios, y más tarde necesitaban a Japón como aliado estable en la época de la Guerra Fría. Con el emperador de la guerra aún en el trono, se convirtió en imposible discutir abiertamente las fuentes de la responsabilidad de las autoridades japonesas durante la época bélica (con atrocidades cometidas en China, Vietnam o Indonesia a raíz del afán imperialista del régimen, pero también las consecuencias brutales que tuvo para el pueblo japonés entrar en la guerra).

En todo caso, Japón demostró ser un valioso aliado de Estados Unidos, y con la ayuda de una rápida recuperación económica, pronto sintió la tentación de olvidar el oscuro pasado bélico. No es de extrañar que en el país no haya habido el equivalente a la “genuflexión” de Willy Brandt, cuando el canciller de la República Federal de Alemania se arrodilló espontáneamente ante el monumento al levantamiento del gueto de Varsovia en una demostración inequívoca del arrepentimiento alemán.

El Japón más conservador y oficialista, todavía dominado por la extrema derecha, continúa dando por sentado que, mientras se siga hablando de paz, podrá evitar hacer un examen de otros aspectos más sórdidos de su historia agresiva e imperialista, dicho sea sin perjuicio de algunas admirables iniciativas civiles, periodísticas, artísticas y académicas emprendidas a lo largo del tiempo para dar pie a un debate público sincero. Existe una clara división entre aquellos que consideran la guerra como un noble, aunque fallido, intento de defender los intereses del país y los que la ven como un trágico error.

El uso frívolo de un lenguaje pacifista tiene sus riesgos. El 15 de julio, el Gobierno de Shinzo Abe impuso en el Congreso un nuevo proyecto de ley de seguridad que permitiría a Japón enviar ayuda militar a sus aliados como parte de la seguridad colectiva. Esto ha hecho caer en picado el índice de aprobación del primer ministro. Ante el temor de que la normativa pueda involucrar a Japón en el uso de la fuerza militar activa que el país ha rechazado como una cuestión de identidad nacional de la época de posguerra, alrededor de 150 intelectuales, entre ellos un premio Nobel de física y una conocida académica feminista, se han opuesto conjuntamente a la legislación calificándola de equivocada y despótica. Al mismo tiempo, decenas de miles de personas han salido a las calles en una imagen que recuerda a las manifestaciones antinucleares que siguieron al desastre de Fukushima.

La triple catástrofe del terremoto, el tsunami y la explosión de los reactores nucleares que sacudió el noreste de Japón en marzo de 2011 es profundamente relevante para la actual retórica popular, ya que sirvió como llamada de atención para muchos japoneses, a los que con frecuencia se acusa de pasividad fatalista e indiferencia ante la política. Puede que los dos primeros fuesen desastres naturales, pero el tercero fue claramente causado por la mano del hombre, consecuencia de años de mala gestión y de la decidida presión del régimen conservador a favor de la energía nuclear desde mediados de la década de 1950.

En tiempos más ingenuos, el Gobierno casi había convencido a los ciudadanos de que la energía nuclear era “segura”, y de que Japón, siendo como era el único país de la historia víctima de un bombardeo nuclear, mostraría al resto del mundo cómo emplearla con un fin pacífico. El fiasco de Fukushima puso de manifiesto que lo que tanto tiempo se había calificado de “seguro” no lo era en absoluto. Y cuando se trata del uso de la fuerza militar, muchos japoneses también ponen objeciones a la versión de la paz del Gobierno de Abe. Por lo tanto, es posible que los que este año pronunciarán una oración por la paz en Hiroshima aparentemente unidos, al fin y al cabo no lo estén tanto.

Eri Hotta es historiadora japonesa y autora de Japón 1941 / El camino a la infamia: Pearl Harbor (Galaxia Gutenberg, 2015).