miércoles, 2 de diciembre de 2015

Le llaman democracia (en España, incluyendo Catalunya) pero no lo es.

En las últimas elecciones autonómicas en Catalunya, los partidos independentistas consiguieron una mayoría parlamentaria que presentan como prueba de que “tienen un mandato del pueblo catalán” para independizarse y separarse de España, y ello a pesar de que la mayoría del voto expresado en las urnas aquel día no fue para partidos independentistas, sino para partidos no independentistas. Ni que decir tiene que los primeros consiguieron un voto minoritario muy elevado, pero, a pesar de ser muy elevado, no fue la mayoría del pueblo catalán. Tenemos así una situación en la que las opciones políticas hoy mayoritarias en el Parlamento catalán no tienen el apoyo de la mayoría del electorado catalán para alcanzar su principal promesa programática –la independencia de Catalunya-. Su constante énfasis en que sí que tienen un mandato mayoritario no se apoya en lo que los catalanes votaron en aquellas elecciones. En realidad, consiguieron una mayoría parlamentaria como consecuencia de que la ley electoral catalana (que es prácticamente idéntica a la española) es de las menos proporcionales que existen en Europa, realidad que he estado denunciando desde hace tiempo. Tanto en España como en Catalunya, los gobiernos constantemente aplican leyes aduciendo un mandato popular que no se corresponde con los deseos de la mayoría de la población.

Uno de los muchos indicadores del enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen sobre el Estado es precisamente el sesgo antidemocrático de las leyes electorales, que discriminan claramente a favor de unos territorios y de unas clases sociales a costa de otros territorios y otras clases sociales, discriminando a las ciudades (a favor de las zonas rurales) y a la clase trabajadora (a favor de otras clases sociales). Y un ejemplo de ello son las últimas elecciones en Catalunya. La mayoría de los no independentistas reside en las grandes ciudades de Catalunya, y muy en especial en los barrios obreros. Y ahí están las bases del diferencial entre voto y escaños parlamentarios. El punto débil del independentismo es su limitado atractivo entre las clases trabajadoras en Catalunya debido, en parte, a la mayor identificación con España entre estos sectores de la población y también al hecho de que el movimiento independentista está liderado por un gobierno liberal que ha apoyado las medidas (como la reforma laboral y los recortes de gasto público) que han perjudicado con mayor intensidad a las clases populares.

El sesgo de la ley electoral española (y de la catalana) tenía y continúa teniendo el propósito de discriminar a la clase trabajadora

Este sesgo antidemocrático no es casualidad, pues el objetivo de dicha ley electoral fue precisamente este: el de frenar al Partido Comunista (cuya base electoral era mayoritariamente de clase trabajadora), condición que impuso la asamblea del Movimiento Nacional en las últimas etapas de la dictadura antes de disolverse. Tal condición era el establecimiento de una ley electoral que discriminara a las zonas urbanas a costa de favorecer a las zonas rurales, de claro cariz conservador. El hecho de que incluso hoy se requieran casi 49.000 votos para conseguir elegir a un parlamentario en Barcelona, y solo 21.000 votos en Lleida, se debe a esta decisión política. Otro tanto ocurre en el resto de España.

Esta motivación en el diseño de la ley electoral ha sido reconocido por dirigentes de la derecha española que jugaron un papel clave en la Transición, como el Sr. Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, y el que fue presidente del mayor partido de derechas (que se definía como de centro, como las derechas siempre se han definido en España) durante aquel periodo, el Sr. Leopoldo Calvo Sotelo. Este último, el mismo año de su fallecimiento, subrayó que el diseño de la ley electoral (que se inició en las últimas fases de la dictadura) tuvo como objetivo la intención de frenar la presencia del Partido Comunista en las instituciones que llamaron representativas, forzando un sistema que tuvo poco de representativo.

Una consecuencia de ello es que, como he documentado en varias ocasiones (ver mi artículo “Cuestionando algunos de los análisis que se han hecho sobre las elecciones del 9 de marzo”, El Viejo Topo, julio-agosto 2008), en todas las elecciones generales durante el período democrático desde 1977 a 2008, la suma de votos a partidos de izquierdas en España había dado una cifra superior a los partidos de derechas (excepto en 1977, las primeras elecciones democráticas, en 1979, y en 2000, debido a la enorme abstención). Otros estudios más recientes confirman este análisis de la situación. En un excelente artículo de la ley electoral española aparecido en la revista El Siglo (“Una democracia por mejorar”, 09.11.15) se muestra que la ventaja de los votos de izquierda sobre los votos de derecha fue de más de dos millones y medio en 1982, de casi dos millones y medio en 1986, de menos de dos millones en 1989 y en 1992, de más de un millón en 1996, de menos de dos millones en 2004, y de casi un millón y medio en 2008. A pesar de ello, las izquierdas han gobernado con mayoría parlamentaria solo durante el periodo de 1982 a 1993 y el periodo de 2004 a 2008.

Muchas son las consecuencias de esta realidad, desde el enorme subdesarrollo y subfinanciación del Estado del Bienestar español (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2006), hasta el enorme fraude fiscal y las regresivas políticas tributarias. Añádase a esta situación de escasa calidad democrática, la escasísima diversidad ideológica de los medios de información que sistemáticamente discriminan a las izquierdas (ver mi artículo “El ‘New York Times’ lleva razón: no existe pluralidad en los medios”, Público, 19.11.15), siendo el gran apoyo de los mayores medios al nuevo partido de derechas Ciudadanos (la esperanza de las derechas) frente a la gran hostilidad hacia el nuevo partido Podemos y hacia IU, un indicador de ello.

Y la escasa proporcionalidad del sistema electoral se ha ido acentuando con añadidos y modificaciones a la ley electoral que hacen más difícil el ejercicio del voto. Un caso claro es la reforma del año 2011 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (aprobada por el gobierno Zapatero con el apoyo del PP, de CiU y del PNV) que tuvo como consecuencia aumentar la dificultad para votar a los ciudadanos españoles que viven en el extranjero (1.875.272 ciudadanos españoles que viven o están fuera de España del total de 36,5 millones de personas que tienen derecho al voto en España). Es un ejemplo más de clara manipulación mediática del gobierno conservador-neoliberal de la Generalitat de Catalunya, que acusó al gobierno central del partido conservador-neoliberal español de dificultar las votaciones de los catalanes que vivían o estaban en el extranjero, cuando, en realidad, ambos partidos –el español y el catalán- habían dificultado, con la nueva ley, el ejercicio de tal derecho.

Las muy insuficientes reformas del supuesto sistema democrático
La gran mayoría de reformas que se están proponiendo por parte de los partidos políticos se basan en deseados cambios en la gestión de los partidos, lo cual es importante, pero muy insuficiente. Que los partidos políticos españoles (incluyendo los catalanes) son partidos con escasa vocación democrática, queda ilustrado en el estudio Ranking 2015 sobre la calidad democrática de los partidos políticos españoles, que muestra que solo dos partidos (ambos de izquierda), Podemos y el Bloque Nacionalista Gallego, pueden ser considerados como partidos -en términos comparativos con los existentes en el Reino Unido y Alemania- merecedores de ser considerados partidos con democracia interna. Ni que decir tiene que incluso estos dos partidos tienen todavía un largo recorrido para alcanzar los niveles de democracia que deberían exigirse. Pero están claramente en la dirección de alcanzarlo. No así en el resto de partidos.

Ahora bien, otro tema esencial para que el sistema electoral pudiera definirse como democrático, sería conseguir que todo ciudadano tuviera la misma potestad de configurar la gobernanza del país (es decir, conseguir la representatividad proporcional). Esta es una reforma urgente y necesaria y que tendría un enorme impacto en la vida política del país. Pero se requeriría otra reforma igualmente necesaria y urgente, que es el establecimiento de formas de democracia directa, como los referéndums, a todos los niveles del Estado, desde el central, al autonómico y municipal. Y ahí estamos en pañales.

Existe una oposición antidemocrática por parte de los establishments político-mediáticos –lo que se define como la casta- hacia el ejercicio del derecho a decidir a todos los niveles. La oposición a que el pueblo catalán pueda ejercer tal derecho -que la mayoría de la población en Catalunya apoya- es un ejemplo de ello. La derecha española, PP y Ciudadanos, y la dirección del PSOE (de escasa vocación democrática), se oponen a dicho ejercicio. El PP y el PSOE, los máximos beneficiarios del sistema bipartidista, bases del Estado español, han sido los que se han opuesto más a la democratización del Estado. Ambos partidos de baja calidad democrática, se oponen al ejercicio de estas formas de democracia directa, que debilitarían su protagonismo. Y Ciudadanos se opone también, aunque por motivos diferentes. Su oposición al derecho a decidir es porque desea conseguir rentabilidad política de su supuesta defensa de la “unidad de España” (aunque el ejercicio de tal derecho resolvería precisamente las tensiones artificiales creadas por los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, y también por CDC en Catalunya, pues tal deseo mostraría que la voluntad de la mayoría de los catalanes es permanecer en España, desmontando así los argumentos independentistas). Son precisamente estos partidos (PP, PSOE y Ciudadanos) –que Pablo Iglesias ha definido correctamente como el búnquer- los que están incrementando el hastío y frustración en Catalunya hacia el Estado central, aumentando el independentismo.

Esta breve crítica del sistema llamado democrático aparece con plena evidencia en la nula diversidad ideológica que existe en los mayores medios de información (tanto públicos como privados) españoles, instrumentalizados por los poderes económicos y financieros y por los gobiernos, y que no ofrecen la pluralidad, veracidad y rigor que un sistema democrático exige. El artículo del New York Times que ha creado un gran revuelo en España no descubre nada que la mayoría de la población no conociera ya en España, pero que los medios continúan negando. Tanto los medios televisivos como la prensa en papel carecen de credibilidad en España, otro tema que he estado denunciando por mucho tiempo. En el último programa de Salvados, los dirigentes de los medios entrevistados atribuyeron el resultado de una encuesta realizada en Europa (que mostraba que la ciudadanía española era la que desconfiaba más de sus medios) a que los ciudadanos españoles tienen una vocación más crítica que los ciudadanos de otros países. No aceptaron –a pesar de la enorme evidencia de lo contrario- que el problema mayor era la abusiva instrumentalización de los medios por el poder financiero (la banca) con el cual están endeudados, y por los partidos gobernantes. Hoy, tales medios son un enorme obstáculo para el pleno desarrollo democrático de España. En realidad, el programa La Sexta Noche es un programa que –sin quererlo y sin ser su intención- muestra claramente el bajo nivel de democracia existente en España. Lo que se presenta como un debate, es una sarta de insultos, mezquindades, gritos y un largo etcétera (procedentes en su mayoría de los tertulianos de derechas) que muestra muy bien, por desgracia, la escasa calidad democrática existente en España. Así de claro.
Vicenç Navarro. Autor de Ataque a la democracia y al bienestar (Anagrama, 2015)

Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2015/11/23/le-llaman-democracia-en-espana-incluyendo-catalunya-pero-no-lo-es/

Público.es

martes, 1 de diciembre de 2015

¿Bombardear o no bombardear? El debate en Reino Unido acerca de los ataques en Siria está al rojo vivo, se espera que el Parlamento vote



El debate sobre qué hacer con el ISIS agita a medio mundo pero está al rojo vivo en Reino Unido, donde se espera un voto parlamentario la semana que viene para decidir si los británicos se incorporan a la campaña de bombardeos que están llevando a cabo los franceses, rusos y estadounidenses contra las bases terroristas del Estado Islámico en Siria.

Hay una gran diversidad de opiniones pero los que dicen no a la guerra y sí a la guerra tienen dos cosas en común: poca ciencia en su análisis, con lo cual proponen pocas soluciones prácticas; en el fondo, su motivación, cada cual según sus valores o principios, es poder acostarse de noche con la conciencia tranquila.

Lo que sigue es un repaso a los argumentos que se oyen a favor y en contra de bombardear, y algunas posibles opciones intermedias en las que las dos partes quizá podrían ponerse de acuerdo

Argumentos a favor de bombardear:

1. Solidaridad con Francia, cuyo presidente declaró la guerra al ISIS tras las recientes masacres en París. El ministro de defensa francés, el socialista Jean-Yves Le Drian, hizo un apasionado llamamiento a los británicos a unirse a la campaña aérea en un artículo en The Guardian el jueves. “El enemigo de Francia”, recordó, “es también el enemigo de Reino Unido”.

2. El antiguo y casi irresistible impulso humano de responder a la violencia con más violencia. No podemos poner la otra mejilla y quedarnos de brazos cruzados cuando nos atacan. Si nos dolió a nosotros, que les duela a ellos más. Tenemos que mostrar firmeza viril.

3. Debilitar militarmente al ISIS acelerará su deseado fin.

4. Decir que se provocarán más atentados terroristas en Europa es absurdo y cobarde porque ya estamos en el punto de mira del ISIS, que atacará igual.

Argumentos en contra:

5. Razones humanitarias: inevitablemente morirán niños y adultos (ya han muerto demasiados bajo las bombas de la extraña alianza de facto Rusia / OTAN), gente cuya única conexión con el ISIS es que les tocó vivir donde les tocó vivir. Destruir los pozos de petróleo con los que el ISIS financia su guerra (vendiéndolo en las partes de Siria controladas por su enemigo, Bachar el Asad) significaría también más pobreza para los habitantes de sus zonas y más frío en invierno.

6. Razones estratégicas: el ISIS se fortalecerá con más reclutas y mayor apoyo ideológico/religioso; más refugiados huirán a Europa; el beneficiado podría ser El Asad, tan tirano con la población civil como el ISIS.

7. Incluso el primer ministro británico probombardeos, David Cameron, reconoce que no habrá una victoria final sin tropas de infantería sobre el terreno que hoy controla el ISIS. Ni Reino Unido, ni Francia, ni Estados Unidos ni Rusia, ni nadie ajeno a la región demuestra la más mínima intención de lanzarse a otra aventura de la magnitud que tuvo la operación Tormenta del Desierto en Irak en 2003. Y aunque esta actitud cambiase, ¿se quedarían las tropas de Occidente durante años y años en Oriente Próximo? Difícil.

8. La ley de las consecuencias no intencionales: con tantos aviones de guerra de tantos países sobrevolando Siria existe la posibilidad de que se repita el incidente del avión ruso derribado esta semana por un misil turco, incluso con mayores posibilidades de una escalada de máximo peligro en caso de un accidente involucrando a un avión ruso y uno estadounidense.

9. Recurrir al bombardeo es un gesto político, o emocional, más que una intervención militar fríamente calculada.

10. No se puede “vencer” en una guerra contra al terrorismo igual que no se puede ganar la guerra contra el crimen, o la pobreza, o —hasta hoy— el cáncer o la malaria. Habrá más víctimas inocentes.

Opciones intermedias:

11. Intentar reducir el riesgo de atentados terroristas en Europa con medidas de contención internas, lo cual exigiría coartar en ciertos casos la libertad del individuo frente al Estado. Por ejemplo, ampliando la capacidad de vigilancia de los servicios de seguridad, siempre y cuando operen bajo la ley; reforzando las fronteras.

12. Intervenciones quirúrgicas por parte de las fuerzas especiales, acciones de máximo riesgo para los atacantes pero que minimizan la posibilidad de que haya víctimas civiles, como el asalto de tropas de Estados Unidos en un octubre a una cárcel del ISIS que logró la liberación de 70 presos a punto de ser ejecutados.

13. Alianzas con el diablo —con Putin o con El Asad— para intentar acordar aunque sea una tregua parcial en la guerra civil siria y sentar las bases para un eventual acuerdo negociado, posibilidad remota hoy en día.

Conclusiones tentativas:

14. Para intentar limitar el poderío terrorista del ISIS en Europa habrá que adulterar la pureza de ciertos valores democráticos. Curiosamente, un artículo el viernes en The Guardian, el diario británico más pacifista, fue acompañado por un anuncio de publicidad de MI5, el servicio de inteligencia interno de Reino Unido, solicitando candidatos a espías.

15. No hay final feliz a la vista para el dilema que presenta el ISIS. Es difícil imaginar un acuerdo si no va acompañado de una severa presión militar sobre el ISIS. Cualquiera que ofrezca una solución hoy que pretenda ser viable miente o se engaña a sí mismo. El fanatismo salvaje del ISIS y la complejidad de la guerra que se libra en Siria han servido hasta la fecha como un baño de humildad para Rusia y las potencias de Occidente, por más que lo quieran negar. Lo que predomina en el debate es mucho ruido y mucha especulación sobre lo que Donald Rumsfeld, el antiguo secretario de defensa de Estados Unidos, llamaba “hechos desconocidos conocidos”.
Fuente:
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/27/actualidad/1448650444_359735.html

Café con el arquitecto de las “revoluciones 2.0”

Unai Aranzadi

Para El Libertador/ Belgrado (Serbia)

Belgrado es una ciudad hermosa pero gris, en la cual aún se pueden advertir las heridas abiertas por los bombardeos de la OTAN. Demasiado alejada de Rusia para encontrar cobijo en brazos de su gran hermano eslavo, y marginada por una Unión Europea de hegemonía germana, Serbia está hoy aislada. Desde el desmembramiento de Yugoslavia y los posteriores años del nefasto presidente Slodoban Milosevic, la nación no acaba de ubicarse políticamente en la Europa actual. Los problemas socioeconómicos no se han corregido desde el cese de la floreciente era socialista del Mariscal Tito, ni tampoco tras los últimos conflictos étnicos de la población serbokosovar arrinconada al norte de la proalbanesa República de Kosovo.

Fruto de esta larga zozobra y con las condiciones objetivas listas para precipitar un cambio, en el año 2000 nació el movimiento estudiantil OTPOR (“resistencia” en serbio), el cual fue artífice, en gran medida, de la caída del presidente Milosevic. Con cacerolas, rodeando el parlamento y cerrando las calles del centro de Belgrado, miles de jóvenes articulados por universitarios de clase media como Srdja Popovic, pasaron a la primera plana internacional como “los chicos que pueden tumbar un gobierno”. Captados de forma flagrante por los tentáculos de las agencias de inteligencia estadounidenses, se dedicaron a exportar aquello que hoy se conoce como “golpe suave” o “revolución de colores”.

Si bien los “opositores” de Venezuela, Hong Kong y varios de los “activistas” que protagonizaron las llamadas “primaveras árabes” forman ya parte de su haber como “experiencias de apoyo a los activistas revolucionarios”, el mayor interés de Popovic y su nuevo sello, CANVAS (Centro para las Estrategias de No Violencia Aplicada), se encuentra en la esfera de los estados que rodean a la actual Federación Rusa.

Cauteloso, pero abierto a la confrontación verbal, Popovic tuvo a bien recibirme en su oficina de Belgrado. Con tres secretarias como únicas empleadas pero con una gran presencia en el mundo del activismo liberal, la nueva organización guarda nexos importantes con universidades de Estados Unidos interesadas en sus técnicas de “guerra psicológica”, las cuales vienen heredadas de su mentor, el profesor estadounidense Gene Sharp, quien dirige junto al coronel retirado Robert Helvey el Instituto Albert Einstein en la ciudad de Boston (Estados Unidos).

Muy a pesar de que unas nuevas informaciones vertidas por WikiLeaks volvían a poner el descubierto que Popovic y sus “revoluciones” cuentan con el apoyo de empresas de inteligencia estadounidenses que proveen “servicios especiales” a la CIA, el director de CANVAS sigue participando como ejemplo del buen hacer democrático en docenas de foros “por los derechos humanos” celebrados en países occidentales. Del mismo modo, continúa siendo laureado por toda esa industria de los “derechos humanos” que, a través de organizaciones no gubernamentales y fundaciones, da cuerpo “humanitario” a los intereses geoestratégicos de la OTAN en el mundo entero.

Enjuto, con camisa y sorbiendo café latte, Popovic es atento y quiere agradar. Se diría que una de las formas de romper con lo opaco de su financiación y motivaciones es desplegar -inocentemente- cantidad de papeles y cuadernos de notas abiertos por todos los rincones de este laboratorio sociopolítico en el que se decide, de alguna manera, cómo alterar el destino de los pueblos que caen su diana. “¿Has descargado alguno de nuestros manuales gratuitos?”, pregunta curioso. “Los tenemos en multitud de idiomas”, afirma satisfecho haciendo gala de sus recursos.

Ya centrado en su butaca, pues no para quieto ni un instante, Popovic disculpa su “etapa política”, aquella que inició terminada su campaña contra el Gobierno de Milosevic. “Fue mi aventura”, y sonríe, en referencia a sus años como diputado en la Asamblea Nacional por el Partido Demócrata, relevo social-liberal del socialdemócrata Partido Democrático, en auge durante el periodo de entreguerras. “Tras esa etapa y algunos viajes, decidí volver a aquello que sabía hacer mejor. Pensé que exportar todas las técnicas que aprendí durante el derrocamiento de Milosevic sería una buena forma de contribuir a la democracia global”. Bielorrusia fue una de sus primeras paradas, “aunque no funcionó”. Pero sí resultó todo un éxito la que vino después: Georgia.

El Gobierno del corrupto Eduard Shevardnadze sufrió “un desplazamiento de Poder” en el año 2003, o dicho más claramente, un golpe de Estado. Popovic y sus asesores formaron cuadros locales en el país caucásico, y mediante la “revolución de las rosas” no sólo tumbaron el Gobierno, sino que gracias a la llegada del nuevo presidente Mikheil Saakashvili, incluyeron a Georgia en la órbita atlantista, alejándola definitivamente de su vecina Rusia.

Preguntado por su (¿casual?) fijación en los países de la antigua Unión Soviética, Popovic pone tierra de por medio, asegurando que ellos han formado “a grupos” en varios continentes, no sólo alrededor de los países de población eslava, aunque sí admite que “tras la caída de la URSS, la población de esas repúblicas ha demandado sistemas democráticos y nosotros sólo hemos ido a ayudarles en esa labor. Nunca obligamos a nadie a hacer nada que no quiera”.

Popovic y su instituto CANVAS (oficialmente codirigido con Slobodan Dinovic, prócer de las telecomunicaciones serbias) tienen como referentes ideológicos (que él prefiere llamar “éticos”) al sudafricano Nelson Mandela (en su etapa de preso y presidente, no en la de dirigente del combativo Umkhonto we Sizwe ), al estadounidense Martin Luther King, y al polaco Lech Walesa, de quien recuerda que “distanció a los rusos del país y acercó Polonia a la Unión Europea”. También, y como no podría ser de otra manera, Gandhi es otro de sus grandes referentes pacifistas, aunque en relación a éste le recuerdo que el abogado nacionalista indio sí facilitaba la violencia de varias formas. Por ejemplo, mediante su estoica pasividad permitía que las fuerzas coloniales británicas infligieran una brutal violencia sobre su cuerpo y el de sus acólitos. “Sí, es verdad”, responde, “pero nos quedamos con su idea de ser muy activos en la protesta sin ser activamente violentos en esta”, y esgrime como prueba de su efectividad un estudio académico llevado a cabo por dos investigadoras estadounidenses, Erica Chenoweth y Maria Stephan. En dicho trabajo analizaron 323 campañas militares llevadas a cabo de principios del Siglo XX a esta parte, y la conclusión, tanto para ellas como para el serbio, “revela que los conflictos llevados a cabo tanto por métodos de resistencia no violenta han sido mucho más duraderos y efectivos que los violentos o de guerra”.

Respecto al “método de lucha no violenta”, los activistas de CANVAS aplican “un plan de tres niveles” al que con inspiración cristiana llaman, “la santísima trinidad”. Tal y como explica Popovic valiéndose de sus ágiles manos, “en el primer nivel se encuentra la unidad”, recalcando que en países donde la fe es importante los de CANVAS han hecho uso de la religión “como elemento cohesionador del colectivo de activistas”. En segundo lugar, habla de “la movilización” con dos estrategias diferentes. “En el caso de los países democráticos pero corruptos la apatía es lo que hace a la gente inactiva, y en las dictaduras es el miedo lo que inmoviliza”. Se busca, como plantea su maestro estadounidense Gene Sharp, “cambiar el referente de autoridad”, sea en una democracia como la de Venezuela o sea en una dictadura como la egipcia.

Para romper los límites establecidos por la Ley y la idiosincrasia propia de cada país, se altera o reemplaza la “piedra de toque” que designa lo que es correcto o no. De este modo, la protesta en sí, junto a sus protagonistas, se convierte en el nuevo actor fundamental, liderando acontecimientos, engendrando un nuevo orden y forzando una narrativa de los hechos que precipita el debilitamiento del Estado y las normas de conducta social dadas hasta la fecha. Así, venido el caso, se presentan valores religiosos indeterminados frente a valores constitucionales no desarrollados o fallidos. También se presenta una ilusión de mayoría a través de las redes sociales y calles frente a la percepción de minoría que en sentido estético tiene un solo mandatario o parlamento, sea electo o no. De alguna forma, Gene Sharp y su discípulo Srdja Popovic, han aprendido de las revoluciones de la izquierda y han subvertido su naturaleza, reproduciendo y simulando aspectos de los movimientos populares pero cambiando el contenido por sus ideas neoliberales. Y a menudo funciona. “Usados correctamente, son mas eficaces que un escuadrón de bombarderos”, advierte uno de los correos de Stratfor filtrados por WikiLeaks.

Si bien es cierto que Twitter y Facebook han sido canales fundamentales para la puesta en práctica de estas revueltas, también lo es que sus métodos funcionaron antes de la aparición de estas herramientas. Sea hoy a través de las redes sociales, o antes gracias al “boca a boca” en los círculos de estudiantes, el caso es que nos encontramos a ante un movimiento que hace suya la máxima de “el medio es el mensaje”, ya que de Libia a Ucrania, pasando por Venezuela o Serbia, se han dedicado a tratar de tumbar gobiernos sin presentar una propuesta política mínimamente concretada. Desde los megáfonos, en convocatorias o sosteniendo pancartas, se han mostrado vagas ideas de justicia e interés por “un futuro mejor”, pero siempre sin programa concreto. “Se trata de sumar al máximo número de gente”. Emociones y espectáculo colectivo, pero, ¿hacia qué modelo de estado?.

“We want freedom”, clama una muchacha ucraniana, hongkonesa o venezolana en Youtube. “Esos videos en la red son muy poderosos”, resalta Popovic. No cabe duda. ¿Quién puede estar en contra de un angelical discurso a favor de la paz y justicia en boca de una entrañable muchacha?. Es la esencia de la doctrina norteamericana de Edward Bernays en pos de la guerra mundial. Se trata de dejar de lado los hechos y asaltar lo más intimo de nuestras emociones. Más coacción que convicción.

Pero estos videos son parte de la narrativa exterior, y no para la población del lugar donde se dan las protestas. Fabricados ad hoc para la opinión pública occidental, por medio de estas producciones audiovisuales se espera que los Gobiernos de los países influyentes muevan ficha, bien a través de la industria “humanitaria”, bien a través de diplomacia. Para Popovic la valoración que en las potencias atlantistas tengan de esas “revoluciones” es un factor decisivo, porque sin esos estados de lo que él llama “el mundo libre” no se puede dar el consenso sociopolítico necesario para llevar a cabo “cambios radicales”, los cuales -aunque él no lo diga- hoy son tristemente conocidos: intervenciones políticas, castigos económicos o soluciones militares.

En esto, Venezuela es presentado como “un país donde hay elecciones pero la gente ya no confía en elites políticas”, por lo que los activistas formados por CANVAS allí “son gente que quiere actuar por sí misma y sin duda va a seguir adelante”. Escuchándole, me viene a la memoria una imagen que vi recientemente durante un viaje a Caracas, en la que se podía apreciar a un manifestante “opositor” luciendo una camiseta con el símbolo de Otpor y un cóctel molotov prendido en la mano. Pero el gurú serbio se desentiende de los actos violentos llevados a cabo por la oposición golpista durante todo el año pasado. “La prueba no es concluyente”, y continúa, eludiendo decir qué hacen exactamente en Venezuela.

La luz del día va cayendo y con ésta el tiempo de nuestra cita. Por la relevancia que tiene su gran despacho frente al pequeño espacio que tienen sus asistentes, se deduce que esta organización es en realidad sólo él, y bueno, quienes le financian. En Serbia la economía está bajo mínimos, tanto en las arcas públicas como en el sector privado. Sin embargo, coincidir ingenuamente con los intereses del capital atlantista ayuda a prosperar. Tal y como –en tono jocoso- señala otro de los correos de Stratfor filtrados por WikiLeaks, los de CANVAS “intervienen justamente allá donde tiene intereses el departamento de Estado. Están enganchados a su financiación”. En realidad esta conclusión no necesita recurrir a secretos revelados por ningún whistlerblower. Uno de los padres de la estrategia de las fundaciones iniciada por Ronald Reagan en los ochenta, reconoció sin complejos que “mucho de lo que hacemos ahora abiertamente antes lo hacia la CIA clandestinamente”. A Popovic tampoco le ruboriza reconocer quien se ha ocupado de cubrir muchos gastos. “Recibimos financiación de Estados Unidos, no veo problema en ello”. Es más, la pregunta le ha debido de parecer indignante. “¡La gente no sabe lo caro que resulta mantener una estrategia de no violencia por diez años!”· Y de un sorbo se termina la visita y su café latte. Popovic se despide cordialmente. Él siempre sonríe, es atento, un gran comunicador y educado. Quizás sólo veamos fantasmas donde no los hay. Quizás algún día organice una revolución a favor de los negros en Estados Unidos, de los oprimidos de México, Honduras y Palestina. Quién sabe.

lunes, 30 de noviembre de 2015

La Universitat de València presenta el documental “The troublemaker”, de Roberto Salinas. Miguel d’Escoto, el sacerdote que quiso revolucionar la ONU.

Enric Llopis

El año 2008 fue el de la quiebra de Lehman Brothers y el del inicio de la crisis global. También el último en el que George W. Bush gobernó el mundo. Pero fue asimismo un año fundamental en la historia de Naciones Unidas, en el que un cura sandinista y suspendido en el sacerdocio por el Vaticano, Miguel d’Escoto Brockmann, que había ejercido durante más de una década como ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno revolucionario de Nicaragua, llegó a la ONU con la idea de transformarla. Miguel d’Escoto fue presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas durante un año, y su labor –una lucha denodada contra los elementos políticos, económicos y mediáticos- aparece resumida en el documental “The Troublemaker”, de 82 minutos, producido en 2014 por el director de cine italo-nicaragüense Roberto Salinas.

“El cargo de presidente de la Asamblea General de la ONU tiene rango de jefe de estado, pero le quieren cortar las alas; uno no recibe un sueldo ni una casa, y sólo tiene un año para realizar cosas significativas”, se lamenta el padre d’Escoto en el documental presentado en el Fórum de Debats de la Universitat de València. El audiovisual está basado en el libro “El año en que vivimos atrevidamente”, del periodista Enrique Yeves, quien fue en 2008 portavoz del sacerdote en la ONU y actualmente ejerce como director de comunicación de la FAO. Además, ha escrito libros como “La Contra. Una guerra sucia”.

La conclusión del cura que quiso revolucionar Naciones Unidas, después de un año en el cargo, fue que la ONU no podía reformarse, había que “reinventarla” y preguntarse por la función de este organismo en el siglo XXI. Pero sus planteamientos eran “radicales”, “utópicos”, para lo que se acostumbraba en la institución. “D’Escoto pensaba que había un problema serio con la diplomacia, pues se utilizaba un lenguaje vacío y oscuro para no molestar a los poderosos; estas declaraciones las hizo ya en la primera asamblea que presidió”, recuerda el director general de Le Monde Diplomatique, Ferran Montesa, quien ha participado en el acto de presentación del documental. Esta valoración sobre el uso de las palabras no la hacía cualquiera. La asamblea que presidía d’Escoto era un foro donde estaban representados 192 países, más democrático que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde cinco países todavía cuentan con derecho de veto para las grandes decisiones.

Explica Montesa que en la Asamblea General de la ONU los representantes de los países votaban, pero el problema era la falta de mecanismos para hacer cumplir las resoluciones. Se llega hasta el punto de que cada año todos los países representados en Naciones Unidas –salvo Estados Unidos e Israel- votan a favor de levantar el embargo estadounidense contra Cuba, pero la resolución no va más allá. Por eso en la Carta de Naciones Unidas que el religioso nicaragüense dejó como propuesta pedía una ampliación de los poderes de la Asamblea General. A todo esto se añadían dificultades como la de un presupuesto raquítico, “menor que el de la ONG de un país que no fuera rico”.

Enrique Yeves, que pasó un año muy cerca de Miguel d’Escoto en la ONU, coincide en que éste no quería que se plantearan los asuntos “de manera diplomática”. “Hay que llamar a las cosas por su nombre y utilizar el lenguaje como arma”, reiteraba el sacerdote. Esta idea tan sencilla y radical “ya supuso una pequeña revolución”, opina el periodista, en un contexto como el “palacio de cristal” que representaba la sede de Naciones Unidas en Nueva York. También coincide en señalar la precariedad de recursos en la que, deliberadamente, se dejaba a la Asamblea General de la ONU, sobre todo en comparación con el Consejo de Seguridad, que contaba con más trabajadores y medios económicos.

El año de mandato de d’Escoto, ese cura que se inspiraba en Tolstoi, Gandhi y Martin Luther King, fue también el del golpe de estado contra Mel Zelaya en Honduras. Por primera vez en la historia de Naciones Unidas se invitaba a parlamentar en esta institución internacional a un presidente derrocado, y se aprobó una resolución en la que se pedía la “inmediata e incondicional” restitución de Zelaya como presidente “legítimo y constitucional” de Honduras. Además, ante el estallido de la crisis económica y financiera global la ONU impulsó una Cumbre con la participación de economistas como Joseph Stiglitz, en la se planteaban medidas innovadoras, por ejemplo, la de una “cesta” de divisas para el comercio internacional que representara una alternativa al dólar. Los grandes medios de comunicación ridiculizaron la propuesta. También se decía que Naciones Unidas no contaba con recursos, medios ni experiencia y que esa idea habían de materializarla las grandes instituciones económicas internacionales. Pero d’Escoto insistió, pues no entendía cómo los responsables de la crisis iban a encontrar la respuesta adecuada. Era como “poner la zorra a cuidar de las gallinas”, afirmaba. Ante los ataques cruentos e indiscriminados del ejército de Israel sobre la franja de Gaza, en 2008, Miguel d’Escoto se esforzó por poner freno a la barbarie y abogó por la unidad entre Hamas y la Autoridad Nacional Palestina.

La gran cuestión es, si pasados los años, la ONU se ha convertido en una institución inane, sin facultades operativas, o por el contrario su existencia impide males mayores en el mundo. “Naciones Unidas es la única institución global que puede afrontar los retos del siglo XXI, como la paz o el hambre, y además es la única que tenemos”, explica Yeves. Por otra parte, si se analiza el entramado institucional de la ONU, “no realizan la misma función ACNUR (Agencia para los Refugiados) o la FAO que el Consejo de Seguridad”. Precisamente el gran problema de Naciones Unidas es hoy el Consejo de Seguridad, según muchos analistas, que representa la geopolítica de 1945 y mantiene con derecho de veto a cinco potencias, de manera que resultan excluidos los países africanos o de América Latina. “Habría que reformarlo y dotarlo de una representatividad mucho mayor”, opina el periodista. Una nota positiva, según el actual director de comunicación de la FAO, es que el pasado mes de septiembre los 193 países de la ONU llegaron a un acuerdo sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En un mundo que produce el doble de lo necesario para abastecer a su población total (7.000 millones de habitantes), mientras una de cada nueve personas (800 millones de habitantes) están subalimentadas y cada día mueren de hambre 40.000 personas en el planeta.

Después de dos décadas como profesional del periodismo, a Enrique Yeves le sorprendió la cobertura informativa que los grandes medios (Le Monde, The New York Times o El País) hacían de la presidencia de d’Escoto. Al corresponsal de The New York Times le dijo que donde él (Yeves) estudió Periodismo –en el Campus de Bellaterra en Barcelona- habría suspendido. “Ponían muchísimos adjetivos en las entradillas”, apunta. Las noticias comenzaban diciendo “El radical sandinista revolucionario sancionado por el Vaticano dada su condición de militante radical afirmó ayer…” y a continuación se ridiculizaban las propuestas del sacerdote. Aunque la respuesta de éste era adaptar una consigna de Gandhi: “Primero te ridiculizan, después se ríen de ti… y terminamos ganando”.

En el documental aparece Reagan profiriendo amenazas contra el gobierno sandinista, también asegurando que Nicaragua iba a convertirse en una base militar soviética en el “patio trasero” de Estados Unidos. Se señala asimismo el apoyo de la CIA en los años 80 a la “contra” nicaragüense. O las admoniciones de Juan Pablo II a Miguel d’Escotto, a quien suspendió en el ejercicio del sacerdocio en 1984, en plena “guerra fría”; el papa Francisco le levantó el veto en 2014 y al año siguiente d’Escoto ofició su primera misa en tres décadas. El religioso nicaragüense reivindicaba la palabra “economía” en su sentido etimológico, entendida como la administración de las cosas domésticas. El audiovisual muestra una simpática conversación entre Miguel d’Escoto y Fidel Castro, donde éste revela su fascinación por las nuevas tecnologías, que en cinco minutos permitían obtener la misma información que antiguamente en un mes. “Nuestro mundo está enfermo, hace más de un siglo Tolstoi ya habló del egoísmo demencial”, afirmaba d’Escoto. “Unos pocos estados toman las decisiones y los pobres pagan las consecuencias”. Estas aseveraciones las hacía a su manera, con autenticidad: “Yo voy a hablar de la manera en que yo lo hago, el formato rígido es el rigor mortis”, decía.

Carta de una ama de casa a Albert Rivera

Apreciado Sr. Rivera:

Mi familia y yo le hemos visto por televisión en un bar de Nou Barris, y le escribo para decirle que nos ha impresionado su apostura y su confianza en sí mismo, la seguridad de sus argumentos, el aroma de éxito fácil que se le sale por los ojos. La agresividad de sus interrupciones, la confianza ciega en que las hojas de cálculo van a sacarnos de la crisis, la camisa remangada como el lobo que se untaba la pata peluda de harina apetitosa para entrar al saqueo

Sabe, Sr Rivera, a usted se le nota que se ha quitado la corbata que siempre lleva puesta. No sé cómo explicarlo, como si las corbatas de los poderosos fueran indelebles y cuando uno las lleva luego se le nota el esfuerzo de parecer normal. Nos hemos dado cuenta de que no era apostura, sino impostura, cuando aseguró que antes de repartir había que generar la riqueza, porque eso sí que ya lo hemos oído antes, en todas las negociaciones de salario llevamos años oyendo que tenemos que trabajar aún un poquito más pero que ahí, a la vuelta de la esquina, digamos en la próxima legislatura, nos va a llover riqueza casi sin que la pidamos, porque va a haber para todas y nadie va a seguir enriqueciéndose a nuestra costa.

Lamento decirle, señor Rivera, que las hojas de cálculo no nos las creemos, porque tragan con todo lo que una les meta, porque son mucho más falsas que las promesas electorales de la derecha, porque las de abajo estamos bien abajo pero no por idiotas, sino porque otros y otras como usted están arriba. Ustedes están detrás del mostrador del banco, nosotras estamos detrás de la barra que les sirve el café, detrás del delantal y del uniforme que a alguien preocupado por la imagen corporativa le parezca bien ponernos. Señor Rivera, su modo campechano nos resulta truculento: debajo de la harina con la que unta su patita asoman los pelos negros del liberalismo feroz.

Sandra Incoherente
Twitter: @Sandracoherente

domingo, 29 de noviembre de 2015

India. Kerala. Exitosa rebelión de trabajadoras del té

K. S. Harikrishnan
IPS

Lissie Sunny no era un nombre conocido en India. Pero eso cambió cuando esta mujer, que trabaja desde hace más de 25 años arrancando hojas de té en las laderas montañosas del sur de este país, se cansó y arremetió contra una de las compañías de té más poderosas del mundo.

La delgada Sunny, de 47 años y trabajadora de la localidad de Munnar, en el austral estado de Kerala, realizó junto a 6.000 compañeras más varias manifestaciones por sus derechos y contra la explotación que aseguran haber sufrido durante años.

La política sindical nacional, dominada históricamente por dirigentes varones que excluían a las mujeres, estaba a punto de cambiar.

Sunny lideró las semanas de protestas en las plantaciones Kanan Devan Hills, controladas por la empresa trasnacional india Tata, donde las jornaleras no solo enfrentaban la represión ante el creciente malestar por la explotación sufrida sino también la discriminación de género en el sector del té en general.

Sunny ayudó a formar la organización de trabajadoras Unidad de la Mujer, más conocida como Pompilai Orumai (PO), que incluso se presentó a las elecciones locales a principios de este mes y ganó tres escaños. Tras los comicios, la líder fue elegida formalmente como presidenta de PO.

Aunque la extraordinaria rebelión de las mujeres de Munnar inicialmente se dirigió contra la decisión del sindicato de reducir la bonificación anual que reciben las recolectoras de té, la revuelta tiene raíces más profundas.

“Los sindicatos han estado engañando a los trabajadores durante generaciones. Tienen un arreglo mutuo con los jerarcas de la compañía del té. Los dirigentes (sindicales) llevan una vida extravagante. Reciben casas de la compañía en las que viven de manera gratuita. Sus hijos obtienen una buena educación y empleos gracias a los dueños de las plantaciones”, denunció Sunny.

La industria del té, que utiliza mucha mano de obra, es notoria por los salarios bajos y las condiciones de explotación. Los trabajadores reciben menos de 3,50 dólares por jornada de trabajo, que se extiende desde las ocho de la mañana hasta el anochecer.

“Eso es la mitad de lo que recibe un obrero asalariado en Kerala. Las trabajadoras viven en condiciones infrahumanas, duermen en chozas de una sola cama, sin aseos ni otros servicios básicos", explicó a IPS.

Las trabajadoras acusan a los dirigentes sindicales de ignorar los derechos y beneficios de las mujeres, mientras se aseguran buenos empleos y beneficios financieros para sus familiares y dependientes.

Meenu Ammal, una trabajadora analfabeta, afirma que una mafia sindical controla las plantaciones de té y recibe grandes cantidades de dinero de los propietarios.

“La mayoría de los trabajadores varones hacen un mal uso de sus ingresos sin tener en cuenta la educación de los niños y las necesidades médicas de sus familias. Los sindicatos no han hecho nada para impedir que los hombres beban alcohol”, sostuvo.

“Además, los dirigentes siempre se las arreglan para mantener sus puestos de trabajo cuando algunos propietarios abandonaron sus plantaciones tras el colapso de los precios del té hace unos años”, destacó.

Activistas de derechos humanos denominaron a la movilización la “Revolución del Jazmín” – por el té al que se agregan flores de esa planta – en el sector de las plantaciones de India, que todavía padece las secuelas de la época colonial.

Sahadevan, un conocido activista de Kerala, dijo a IPS que se está formando una nueva tendencia entre las mujeres, que reclaman mejores salarios y buscan asegurar otros derechos de las trabajadoras.

“En los últimos tiempos hubo una serie de huelgas lideradas por mujeres. Los sindicatos establecidos no tuvieron que ver. La mayoría de estas luchas tuvieron éxito aplicando estrategias de movilización innovadoras y con apoyo externo de los círculos sindicales tradicionales. Las mujeres están perdiendo la fe en los dirigentes sindicales patrocinados por los partidos políticos”, aseguró.

Los investigadores en estudios de género dicen que la rebelión de las trabajadoras debe estudiarse junto con la condición de la mujer en Kerala, donde los índices de desarrollo, como la alfabetización, son muy altos en comparación con otras partes del país.

Sreelekha Nair, una investigadora de estudios de la mujer en Thiruvananthapuram, opinó que la huelga de las trabajadoras del té es una lucha histórica que debe ser reconocida por su aspecto de género.

“La insurrección es apenas un indicio de la fuerza de trabajo femenina apropiándose de la lucha por sus derechos. Es cierto que existe un espacio en Kerala para que la fuerza de trabajo unida entre en huelga. Este espacio fue creado por la cultura sindical establecida y por una especie de visión progresista hacia los trabajadores”, comentó.

“Y cuando este espacio es reclamado por un grupo (de mujeres), resulta ser un shock para el régimen y los dispositivos existentes que se ocupan de las huelgas. Esa es la razón por la cual… el gobierno tiene que ir a toda marcha para encontrar una manera nueva de lidiar” con el fenómeno, explicó Nair.

Desde Nueva Delhi, los observadores comentan que la inédita rebelión femenina en Munnar ha desconcertado a los sindicatos y a los expertos en gestión de todo el país, y despertó gran interés en los trabajadores del té de los estados de Assam, Bengala Occidental, Tamil Nadu y Karnataka.

Siva Prasad, un experto en leyes laborales, dijo que los sindicatos establecidos en el país son dirigidos por hombres que no velan por las mujeres trabajadoras, estén en sectores sindicalizados o no.

“Los trabajadores no sindicalizados reciben bajos salarios y trabajan en condiciones deplorables. La lección que nos enseña la huelga (de Munnar) es que la lucha unida por los derechos beneficiará a las mujeres en general, y que no será fácil que las trabajadoras sean engañadas por los dirigentes sindicales con respaldo político”, vaticinó.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net
Traducción de Álvaro Queiruga*

sábado, 28 de noviembre de 2015

El crimen lastra la economía mundial. La delincuencia produce unas pérdidas equivalentes a tres veces la riqueza española

La delincuencia produce unas pérdidas equivalentes a tres veces la riqueza española

Durante 50 años, Meyer Lansky fue el hombre que gestionó las finanzas del crimen organizado en Estados Unidos. Inspiración del personaje de Hyman Roth en la segunda parte de El Padrino, Lansky era indiscutiblemente un genio para los negocios, tanto los suyos como los ajenos. Un agente del FBI afirmó, no sin admiración: “Si hubiera sido honesto, podría haber sido el consejero delegado de General Motors”.

La historia de Lansky permite aventurar dos conclusiones. Primero, que el delito es un negocio global que mueve miles de millones de euros; segundo, que el crimen es un perjuicio para el resto de la economía: sea por negocios que se dejan de hacer, sea por los gastos que obliga a realizar o, como en el caso del mafioso estadounidense, por talento que podría haber tenido un mejor uso.

Pero ¿cuánto le cuesta al planeta el crimen? Es un problema tan multifacético y con tantos factores ocultos que hasta los mayores expertos tienen sus dudas. “Si uno empieza a sumar, resulta en un porcentaje importante del PIB, y es imposible cuantificarlo todo”, explica por teléfono Alys Willman, especialista del equipo de prevención de la violencia y cohesión social del Banco Mundial. “El efecto del crimen en la economía solo ha empezado a considerarse desde hace poco. Hace 15 años nadie pensaba en calcular lo que costaba la violencia. Pero está creciendo una conciencia de que esto es un asunto importante para el desarrollo”.

El que más se aventura es el Instituto para la Economía y la Paz (IEP, en sus siglas en inglés), una organización no gubernamental fundada por un empresario de la informática, el australiano Steve Killelea. En su último informe, el IEP estima que en 2014 el planeta perdió 3,3 billones de dólares (un 4,2% del PIB global) en combatir la inseguridad interna: dos billones en pérdidas por los efectos del crimen y otros 1,3 billones en gastos de seguridad no militar.

Ante la dificultad de generalizar los datos, la mayoría de los estudios sobre el tema son regionales o sectoriales. Un análisis de 2010 del think tank Center for American Progress calculaba que solo en Estados Unidos, los costes directos de cuatro delitos (asesinato, violación, agresión y robo) sumaban 42.000 millones de dólares (34.000 millones de euros), 137 dólares por cada estadounidense. En Tailandia, una investigación estimaba que cada caso de violencia suponía alrededor de 65 euros en costes directos para el sistema de salud pública —lo que se acumula hasta sumar el equivalente al 4% del presupuesto sanitario del país asiático— y cerca de 700 euros en productividad perdida.

De los 10 países con mayor tasa de homicidios del mundo, según el Banco Mundial, ocho están en el continente americano. En todos ellos los índices de muerte violenta son homologables a los de países en conflicto civil. “En ella [América Latina y el Caribe] vive menos del 9% de la población mundial, pero se registran el 33% de los homicidios en todo el mundo”, explica un informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el pasado octubre.

“Y, lo que es más preocupante (…), es la única región donde la violencia sigue siendo alta y ha seguido aumentando desde 2005”, continúa el informe. “De hecho, en la mayoría de los países [de la región], los niveles de violencia son tan altos que el aumento de la violencia se compara con el de una epidemia según los estándares internacionales”. No es de extrañar que los esfuerzos para desentrañar las consecuencias económicas del crimen se centren en América Latina. El propio IEP ha realizado varios informes referidos exclusivamente a México. “Nosotros estimamos que en 2014 la violencia le costó a México tres billones de pesos [165.000 millones de euros]”, explica Killelea. “Un 77% de esa cifra deriva del homicidio y el crimen violento y organizado”.

Cuanto más específicos son los estudios, más claros pueden apreciarse los efectos del crimen. En 2010, la Asociación Mexicana de Promotores Inmobiliarios (AMPI) afirmó que solo ese año la violencia había evitado inversiones por valor de 240.000 millones de pesos (14.650 millones de euros), el equivalente a un 30% del mercado inmobiliario y un 1,6% del PIB. La propia AMPI señala que durante los años más duros de la violencia en el norte del país, las rentas inmobiliarias habían caído un 30%.

Pocas compañías quieren hablar del efecto de la criminalidad en sus resultados

“Hay tres formas de contabilizar los efectos de la violencia en la economía”, apunta Killelea por teléfono. “Los costes directos son los de policía, la Administración de justicia o gastos médicos. Los costes indirectos incluyen las pérdidas de salario o de productividad para las víctimas de un delito”. Y pone un ejemplo con los homicidios, que suponen más de 450.000 personas al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud. “La mayoría de los asesinados están en la veintena. Eso son aproximadamente 40 años de salarios que pierde la economía”. No hace falta haber sufrido el delito de primera mano para ser víctima. “La familia, los amigos sufren el trauma del crimen”, considera Killelea. “Su mente vuelve una y otra vez a su sufrimiento, y esto, sin duda, afecta a su productividad laboral”.

Golpe a las empresas
El efecto directo de la violencia se refleja en las empresas que operan en los países con mayores tasas de criminalidad. Pocas quieren hablar del alcance que tiene el delito en sus negocios, incluso las que se dedican a la seguridad. Las que lo hacen, piden discreción. “Vivir en un país como este te chupa la energía”, explica un empresario español del sector energético afincado en Centro­américa. “Hay una permanente tensión, porque te pueden matar por usar un teléfono móvil”. No es el único problema. “Es muy difícil encontrar crédito, porque a los bancos les asusta la criminalidad”, recuerda. “Es más fácil recurrir a fuentes de financiación multilaterales, aunque, claro, dependes de los intereses que te cobren”.

Pero para muchas empresas el principal problema es atraer el talento. “A un chaval le dices de trabajar en Brasil, o incluso en México, y se va encantado”, sigue explicando el empresario. “Pero le dices Honduras o Guatemala…, y no tanto. Si acepta venir, te pedirá un 50% más que en una expatriación normal. Y al final te acabas dando cuenta de que estás de paso, no te traes a la familia, terminas el proyecto y te vas”. “Los que somos de aquí tenemos asumida la violencia”, confirma la responsable de una empresa venezolana dedicada a los automóviles. “Pero para quien viene de fuera siempre es más complicado”.

La respuesta de los poderes públicos ante las crisis de seguridad ciudadana suele ser la de hacer grandes inversiones en policía a pesar de la austeridad que muchos de esos mismos Gobiernos predican. En 2015, México presupuestó más de 8.000 millones de euros en seguridad ciudadana; el Gobierno colombiano ha invertido 2.800 millones de dólares entre 2013 y 2015; en El Salvador, el Estado destinó en 2010 un 3,5% del PIB, el doble del porcentaje promedio de la Unión Europea. No obstante, en muchos casos, más dinero no quiere decir más efectividad, sino más oportunidades para prosperar a costa de las arcas públicas.

Y la ciudadanía es consciente: según el Barómetro Global de la Corrupción de Transparencia Internacional, elaborado en 2013 con datos de 107 países, la policía es la segunda institución que se percibe más corrupta a nivel global, tras los partidos políticos. Según una encuesta de Gallup, el 45% de los mexicanos se fían de la policía local, frente al 70% de España o el 91% de Suiza.

Esa desconfianza en la policía obliga igualmente a mirar con circunspección las cifras de criminalidad. Muchos delitos se quedan sin denunciar, lo que se conoce como subnotificación. “Es un problema incluso en los países desarrollados”, explica Rodrigo R. Soares, profesor de la brasileña Fundación Getulio Vargas y coautor del estudio del BID. “Los homicidios pueden ser un referente más preciso del nivel de criminalidad, aunque solo sea porque son una estadística de salud pública y no de la policía”.

Las encuestas de victimización, en las que se pregunta a la ciudadanía si ha vivido algún delito, son más precisas, pero también más caras y menos abundantes. “Hasta hace 15 años no se hacían”, explica Soares. “Afortunadamente, cada vez somos más conscientes de su importancia”.

Los Gobiernos hacen grandes inversiones en policía a pesar de la austeridad
Aun así, hay que tomarse estas encuestas de victimización con prudencia. Uno de los motivos que complican la comparación entre países son las distintas clasificaciones que un mismo crimen violento puede tener en un código penal u otro. Lo que una encuesta elaborada por el instituto Demoscopia en Costa Rica y Honduras clasifica por separado como “vandalismo en la casa”, “ruptura de rejas, portones y llavines” y “robo e invasión de la vivienda” (diferenciando entre con o sin la presencia de la familia), un sondeo en Chile lo engloba en un —relativamente— genérico “robo con fuerza a la vivienda”.

La relación entre violencia, miedo y corrupción genera un círculo vicioso. “Pasado un nivel de corrupción, es más probable que las actividades de la policía aumenten la criminalidad a que la disminuyan”, considera Killelea. “Eso hace que se rompa la confianza y que se informe de menos crímenes”. A veces, la solución a un problema puede generar otro. “Hay países muy corruptos que no tienen un alto nivel de violencia”, apunta James Shaw, analista de UNICRI, la agencia de Naciones Unidas dedicada a la investigación sobre temas de criminalidad. “Paradójicamente, cuando en estos casos se empiezan a establecer mecanismos para luchar contra la corrupción, la presión aumenta, los criminales la empiezan a notar y reaccionan ante esa presión con más violencia. Es por eso que la respuesta ha de ser integral”.

Ante el recelo con las fuerzas (dícese) del orden, las empresas de seguridad privada como Prosegur o G4S (antes Securicor), la mayor del mundo, ven enormes posibilidades de negocio. Según un estudio de 2012 de la empresa de investigación Freedonia, el sector tiene previsto crecer un 7,4% anual hasta llegar a los 244.000 millones de dólares (220.000 millones de euros) en 2016. La misma consultora apunta a EE UU y Brasil como los dos mayores mercados, y China e India, como los más prometedores.

Pero la experiencia demuestra que no es bastante. “Poner un policía en cada cuadra no parece ser la mejor forma de asignar los recursos de la sociedad”, apunta Laura Jaitman, editora del informe del BID. La investigación del IEP coincide: “No hay una correlación entre número de policías y seguridad”, señala en su último informe. “La mayoría de los gastos utilizados en contener la violencia no generan beneficios de productividad adicionales”, expone Killelea. “Construir una cárcel puede costar 200 millones de dólares, y mantenerla, 20 millones de dólares más al año. Si ese dinero se hubiera gastado en innovación o en transporte, habría beneficios adicionales para la economía. Nosotros estimamos que cada dólar gastado en violencia reduce la actividad económica en otro dólar”.

La ineficacia de las “guerras” contra la criminalidad obliga a mirar más allá. “No hay una bala mágica contra la violencia”, explica Shaw. “Si la hubiera, muchos países ya la habrían adoptado hace años. Hace falta un abordaje integral, y no solo es la policía: también es necesario involucrar a otros funcionarios, como las aduanas, por ejemplo. Y, por supuesto, hace falta una implicación de la sociedad civil”.

Reducir la pobreza puede ser un primer paso. Un estudio de la Unidad de Desarrollo Empresarial del Banco Mundial sobre 12.000 empresas en 27 países emergentes apreció que un incremento del 1% de la renta por habitante real se traducía en un 0,3% menos de pérdidas por culpa del crimen, una estadística más relevante en las pymes (-0,33%) que en las grandes empresas (-0,21%). “Hay evidencia de que los pobres son los más afectados por el crimen”, explica Jaitman, “puesto que tienen menor capacidad de protegerse y menor acceso a la justicia. Por lo que proveer de seguridad a los sectores más vulnerables de la población debe ser una prioridad”.
http://economia.elpais.com/economia/2015/11/05/actualidad/1446721438_679771.html?rel=lom

blackfriday


Manifiesto | "No en nuestro nombre" "Nos negamos a participar en el falso mercadeo entre derechos y seguridad", dice un manifiesto contra la guerra que pide no intervenir en Siria tras los atentados del pasado 13 de noviembre en el centro de París

Llamamiento 'No en nuestro nombre'

Los brutales atentados perpetrados en París el pasado 13 de noviembre buscaban instaurar un clima y un régimen de terror entre la población, levantando muros de sospecha y odio entre vecinos, quebrando la vida en comunidad e instaurando la política del miedo en nuestro día a día. Si la respuesta a la barbarie pasa por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria del terrorismo será total. Si al dolor por las víctimas inocentes se responde provocando más dolor a otras también inocentes, la espiral será imparable. Si buscamos culpables entre nuestros vecinos y vecinas por el simple hecho de vestir o pensar diferente, si criminalizamos a quienes huyen precisamente de ese mismo horror, estaremos contribuyendo a apuntalar los mismos muros que el fanatismo quiere crear. No podemos permitirlo.

El fanatismo terrorista del Daesh (ISIS) es funcional y retroalimenta al fanatismo racista europeo, mientras nuestros Gobiernos practican recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos indiscriminados, que se han demostrado ineficaces. Nos negamos a participar en el falso mercadeo entre derechos y seguridad. Aquí, en París, en Iraq o en Siria, son los pueblos los que ponen las muertes mientras unos y otros trafican con influencias, armas e intereses geoestratégicos. El odio fanático de unos no puede esgrimirse como justificación para nuevos odios. Nos negamos a ser rehenes del odio, el terror y la intolerancia, eso sería claudicar ante el terrorismo.

Las y los abajo firmantes creemos que la democracia, los Derechos Humanos y la aspiración a una paz con justicia no son un camino ni una moneda de cambio para nada, sino que constituyen en sí mismos el camino y el horizonte, además de la mejor respuesta contra quienes quieren acabar con ellos. Por eso nos oponemos drásticamente a cualquier respuesta al odio que implique más odio, más intolerancia, más muertes de inocentes y menos derechos y libertades.

Desde el convencimiento de que en estos momentos la ciudadanía no solo no puede esconderse, sino que debe ser protagonista y liderar la respuesta contra el terror, nos convocamos el sábado 28 de noviembre a las 12:00 en la Puerta del Sol de Madrid para mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, nuestra repulsa a los bombardeos contra la población civil siria, nuestra repulsa a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por el Trío de las Azores (Bush-Blair-Aznar). Invitamos al resto de municipios a sumarse a esta iniciativa impulsando convocatorias ciudadanas similares.

Contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras.

Ni los recortes de libertades ni los bombardeos nos traerán la seguridad y la paz.

NO en nuestro nombre.

Firmantes

Ada Colau - Alcaldesa Barcelona

Chechu Monzón “Wyoming” - presentador de TV
 Pilar Bardem – Actriz
 Alberto San Juan – Actor
 Yayo Herrero – Activista Ecologista
 Juan Diego Botto - Actor
 Pepe Viyuela – Actor
 Sukeina Aali-Taleb - Periodista y escritora saharaui
 Xulio Ferreiro - Alcalde de A Coruña
 Belen Gopegui – Escritora 
Pilar Manjón – Presidenta Asociación 11-M Afectados del Terrorismo
 Antonio Segura – Abogado Asociación 11-M Afectados del Terrorismo 
Carlos Bardem – Actor
 Aitana Sánchez Gijón - Actriz
 Jose María Gonzalez “Kichi” - Alcalde de Cádiz
 Emma Suárez - Actriz
 Enrique Villalobos – Presidente FRAVM (Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid)
 Pedro Santiesteve - Alcalde de Zaragoza
 Andrés Lima - Director de teatro
 Antonio de la Torre - Actor y periodista
 Amparo Climent – Actriz
 Pedro del Cura - Alcalde de Rivas
 Marta Sanz – Escritora
 Gerardo Pisarello - Jurista y activista de los derechos humanos
 Isaac Rosa – Escritor
 Saliha ahouari al-lal - Trabajadora social
 Montxo Armendáriz - Cineasta
 Daniel Bernabé – Escritor
 Eduardo Jover – Actor
 Rosana Torres Reinés – Periodista
 Bahia Mahmud Awah - Escritor saharaui
 Liman Boicha - Escritor saharaui
 Ali Salem Iselmu - Activista saharaui
 Mohamed Salem Abdelfatah - Activista saharaui
 Berta Ojea López – Actriz
 Mohamed Said Alilech - Presidente de la asociación jóvenes musulmanes de España
 Esther García - Productora ejecutiva de El deseo
 María Luz Olier Arenas – Actriz
 Mohamed Merabet - Activista
 Pablo Telatko – Trabajador ONCE
 Puy Oria – Productora
 Javier Ceballo – Médico
 Miguel Ángel Alcántara – Productor teatro
 Carlos Olalla – Actor
 Aquilina Blanco Huertas – Enfermera 
Jorge Montes Salguero – Historiador del Derecho UNED
 Marta Simón Alonso – Periodista
 Alejandro Pannocchia Alonso – Operador, Teatro Real
 Mª Pilar Cuesta – Actriz
 José Manuel Seda – Actor
 José María Alfaya – cantautor
 Daniel Martorell – Actor, Cantante, Músico
 José Sarrión – Profesor
 Javi Couso – Activista Anti Guerra
Justa Montero - Activista feminista
Pablo Moreno – Grimey Rafael Anguis – Grimey Orlis Pineda – Cantautor Eduardo Velasco Querino – Actor Raquel Varela Conde – Actriz Luciano Federico – Actor Alfonso Noval Sánchez – Actor Shangay Lily –Artivista, feminista, escritor Marisa Tejada – Directora La Fábrica Ángeles Ramírez - Profesora de la UAM Roberto Montoya - Escritor y periodista Cristina Maristany - Escritora Manolo Garí – Activista ecologista-pacifista María Eugenia Rodríguez Palop - Profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III Javier Laso - Corresponsal RTVE Pedro Ibarra - Catedrático jubilado de Ciencia Política UPV-EHU Natividad Corral - Psicoanalista Juan Domingo Sánchez Estop - Escritor y filósofo Lago Martínez - Editor de Luzes COLECTIVOS Asociacion marroquí de derechos humanos(AMDH) Asociacion de Refugiados palestinos en España Centro Amani Vía Democrática (marruecos) Frente Democrático para la liberacion de palestina Colectivo Paraguay Resiste

"No se vence al terror con más terror, no se apaga el fuego con más fuego", ha enfatizado, ahora como entonces, Teresa Rodríguez.

No en nuestro nombre muestra su “repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, a los bombardeos contra la población civil siria, a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y a la política exterior belicista iniciada por el Trío de las Azores (Bush-Blair-Aznar)”. “Contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras. Ni los recortes de libertades ni los bombardeos nos traerán la seguridad y la paz. No en nuestro nombre”, reza el texto del llamamiento, promovido también por Pilar Manjón, presidenta de la principal asociación de vícitmas del 11-M, el escritor Isaac Rosa y por actores como Pilar y Carlos Bardem, Aitana Sánchez-Gijón, Emma Suárez, Juan Diego Botto o Chechu Monzón, Wyoming.
http://politica.elpais.com/politica/2015/11/28/actualidad/1448713173_691172.html


se habla de la suerte"

Los intelectuales y la guerra

Con una diferencia de horas han desaparecido dos símbolos cercanos a nosotros. Abrieron heridas que no están cerradas sino en carne viva. El 9 de noviembre, lunes, fallecía uno de los iconos de esa fantasmagoría que empezó en Mayo del 68; cuando en la batalla que aún domina nuestro mundo implacable, un cándido escribió “debajo de los adoquines está la playa”. El muerto se llamaba André Glucksmann y figura como uno de los nuevos filósofos desde el momento que dejó de ser lo uno y lo otro. Se hizo conservador, en franca deriva hacia el reaccionarismo, y apenas filosofó nada de fuste que no fuera orientar a la derecha de Sarkozy en Francia y a la de José María Aznar en España, donde ejerció de gurú en lugar tan condensado de talento como la FAES.

Su aspecto de eterno joven airado, sus amistades, sus promotores –había sido ayudante de Raymond Aron–, su audacia de persona educada para mandar, surgida en el seno de una familia bien asentada. Todo, en fin, ayudó a esta nueva fórmula de la inteligencia llamada mediática. Era un mandarín de los debates televisivos y recurso obligado para cualquier opinión que le exigieran los medios de comunicación. Escribió pocos libros, recordaré siempre el precioso título de uno, La cocinera y el devorador de hombres (1975), pero confieso que no me acuerdo de nada de su contenido.

Su actividad como revolucionario nada convencional durante Mayo del 68 la desarrollaba en una organización cuyo enunciado haría desternillarse de risa incluso a sus amigos barceloneses de Bandera Roja, aquellos feroces denunciadores de reformistas y revisionistas de la verdadera senda del marxismo-leninismo, la que conducía, tras algunos vericuetos biográficos, al servicio del Poder. El partido guía de Glucksmann se llamaba Izquierda Proletaria. Si la memoria no me falla eran los tiempos que sustituyeron el Kempis y el Camino de Escrivá de Balaguer, por el Libro rojo de Mao (yo conservo un ejemplar de entonces).

La ruptura con aquel mundo de ensueño radical, sin precedentes en la historia de la intelectualidad ni siquiera en el periodo staliniano, mucho más brutal y menos exotérico, dio pie a documentos tan extraordinarios como el de la exquisita revista Tel Quel, la cima de lo que hoy llamaríamos cool, que dedicó un número, casi un libro, a Mao y a su revolución cultural. Esa ruptura se produjo, mediados los años setenta. En España se retrasó porque vivía Franco, que era capaz de parar los relojes de la historia.

Estábamos, pues, en los años setenta y curados de cualquier veleidad izquierdista y menos aún proletaria. André Glucksmann y los denominados “nuevos filósofos” dan un giro copernicano. Las dictaduras, o son de izquierdas o no son. Cuestión que gracias a las lecturas de Carl Schmitt, antiguo residente en España después de pasar un proceso y unos años de prisión acusado de proveedor ideológico del nazismo recalcitrante, cambió. Carl Schmitt, ya recuperado, facilitará primero en Francia y luego en Italia la reconversión de los dogmáticos de izquierda en dogmáticos de derecha; una cuestión que para los ejercitantes del derecho político apenas va más allá de un ejercicio académico.

Si Glucksmann fallecía el lunes, el martes desaparecía un hombre de muy distinto signo y hasta edad, Helmut Schmidt, pero que también su influencia le sitúa en los aparentemente tranquilos setenta, los años quizá más brutales y menos estudiados de la época. Helmut Schmidt, moría a los 96, con su arrogancia de siempre y su desdén por lo que pudieran pensar de él en época no electoral. Fue ministro de casi todo en la RFA, incluso canciller, donde se mostró casi siempre como un halcón. Y es curioso como este hamburgués, rígido, rigorista, implacable en sus sarcasmos, fumador hasta la víspera de que le metieran en la caja, sería capaz conforme pasaban los años de desarrollar un agudo sentido del humor y una displicencia absoluta hacia el pasado que él había vivido en primera persona del que no se cansaba de ironizar.

Tenemos, pues, a un izquierdista de salón convertido en tigre del intervencionismo, Glucksmann, que pasó de el Libro rojo de Mao a la más agresiva disposición a intervenir allí donde creía en peligro la democracia imperial, ya fuera Iraq, Serbia, Afganistán, Siria y sobre todo Libia. En condiciones normales de una democracia abierta, como defendían sin ningún sentido de reciprocidad los orientadores de estos reaccionarios venidos de las conspiraciones parisinas, hombres como Bernard Henry-Levi y su colega Gluksmann deberían ser juzgados por la opinión pública, ya no digo por tribunales internacionales, por haber incitado a la guerra en países de los que no tenían ni zorra idea y de cuyas consecuencias nos lamentamos todos los días. Libia, por ejemplo. La liquidación de Gadafi, como la destrucción de Iraq, o la ofensiva contra Al-Asad en Siria, han dejado un río de sangre y lo que es aún más inquietante, una ausencia de futuro. Al estilo de los viejos colonialistas: yo mato al jefe de la tribu, me hago dueño de sus pertenencias y que la población se las apañe.

Helmut Schmidt asumió asuntos que exigirían un desarrollo para valorar su personalidad y su papel político. Bastarían dos. La liquidación hasta el exterminio del terrorismo en la Alemania Federal, la RAF (siglas megalómanas de la Fracción del Ejército Rojo), más conocida como Banda Baader-Meinhof. Con un sentido del Estado implacable, la liquidó y dejó que se murieran o se mataran en una cárcel inolvidable, Stammheim. La leyenda dice que los mataron. No era necesario. Entraron allí para que murieran, lo de menos es la forma que adquirió su muerte. En eso consistía el riguroso servidor del Estado Helmut Schmidt. Setenta años de matrimonio con Loki, una modelo que luego se descubrió que tenía demasiadas lagunas. Todo lo explicó tarde, hasta sus antecedentes judíos.

Pocos como Schmidt pelearon por la instalación de misiles de largo alcance en Europa que apuntaran a la URSS. Ganó la batalla e incluso la guerra, lo que le permitió escribir uno de los libros de memorias más interesantes del siglo XX. Los políticos en general no escriben memorias, sino justificaciones. Schmidt demostró lo contrario. Un tipo peculiar al que cabía odiar pero nunca despreciar. Tuvo la chulería durante sus últimos años de no dejar de fumar en público, y los alemanes, gente muy especial en lo que se refiere a sus grandes hombres, hacían como si no se enteraban y le admiraban por su desparpajo. No tenía ya nada que perder.

A este propósito, yo siempre cuento la anécdota de Goethe sobre el árbol del vecino que le limitaba la contemplación del paisaje. Cuando el barón propietario de la finca se enteró lo hizo cortar inmediatamente, para gozo del gran Goethe. En España, de seguro y desde el conde-duque de Olivares si no antes, el dueño de la finca hubiera plantado dos arbustos más para joder al poeta ese que dice que un árbol de su finca le quita el placer matutino. Somos civilizaciones a las que sólo une el que un día bajamos de los árboles y unos se adaptaron a la tierra y otros siguieron pensando en volver a subirse a él.

Los años setenta los fueron uniendo a todos. Había cambiado el ciclo. Aún guardo en mi memoria lo que años después significaría en París el aniversario de la gran revolución de 1789. Daba una cierta pena, aquellos funcionarios del Estado, catedráticos, pensadores institucionales, pedagogos de la reacción formados en el Libro rojo de Mao, cómo se referían a lo que antes había sido intocable y menos aún referible a la gente, exhibiendo las vergüenzas sin el mínimo respeto hacia aquella barbarie que había cambiado el mundo, su mundo, puesto que sin él apenas hubieran pasado de empleados palaciegos.

Lo que son las cosas. Guardo un mejor recuerdo de aquel Schmidt, arrogante y provocador, que de estos señoritos que inauguraron la intelectualidad mediática aseverando con pompa y circunstancia, que había que arrasarlo todo para que la democracia se estableciera, allí donde lo que había era hambre y ganas de vivir.

Aún guardo en mi memoria lo que años después significaría en París el aniversario de la gran revolución de 1789.
La Vanguardia
Fuente original:
http://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia/20151121/282248074465441/TextView

viernes, 27 de noviembre de 2015

NEUMONÍA. Un niño muere cada 35 segundos en el mundo a causa de esta enfermedad. Médicos Sin Fronteras señala a Pfizer y GSK por el elevado coste de la vacuna contra la neumonía.

A pesar de que existe una vacuna eficaz contra la neumonía, ésta sólo llega al 25% de los niños que en el mundo la necesitan. Cerca de un millón de niños mueren anualmente por esta enfermedad (uno cada 35 segundos), mientras las dos únicas empresas que producen la vacuna contra la neumonía –Pfizer y GlaxoSmithKline (GSK)- “mantienen un precio desproporcionado”, ha informado la delegada de Médicos Sin Fronteras en la Comunidad Valenciana (MSF), Mila Font en rueda de prensa celebrada hoy en el Colegio Mayor Rector Pesset Alexandre de la Universitat de València.

Hasta el momento las dos compañías se han negado a una bajada de precios, subraya MSF. De hecho, la organización humanitaria tuvo que abonar más del doble del precio más bajo, es decir, el precio financiado mediante subvenciones del GAVI (alianza global para la vacunación) para los países con menos recursos, en la campaña de vacunación para niños refugiados en Sudán del Sur de 2013. Mientras, las compañías Pfizer y GSK han ingresado unos 26.000 millones de euros en cinco años por las ventas de la vacuna neumocócica (llamada así por el nombre del germen de la neumonía).

El pasado 12 de noviembre Médicos Sin Fronteras inició una campaña de recogida de firmas con el fin de que las dos multinacionales redujeran a de 18 a 4,35 euros el precio por niño de las tres dosis contra la neumonía (la enfermedad más mortífera actualmente entre los menores), en todos los países del Sur y para las ONG. La intención de la organización humanitaria es entregar a los presidentes de las dos compañías medio millón de firmas (hasta el momento se han recogido 36.000). Además, MSF instó a los ciudadanos de todo el mundo a enviar mensajes por twitter a las dos compañías con el mismo fin, y el 12 de noviembre –Día Mundial de la Neumonía- activistas de la ONG trataron de entregar al presidente de Pfizer, Ian Read, 17 millones de dólares falsos, cantidad que la empresa gana diariamente con la comercialización de la vacuna. A estas acciones se agrega la resolución aprobada por Naciones Unidas el 27 de mayo que pide vacunas más accesibles y una transparencia mayor en la fijación de precios.

El director de la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF, Manica Balasegram, ha subrayado recientemente que la vacuna contra la neumonía es la más vendida en el mundo. “Sólo el año pasado Pfizer obtuvo más de 4.400 millones de dólares en ventas por este producto; ponen un precio tan elevado a la vacuna contra la neumonía que muchos gobiernos y ONG no pueden adquirirla”, concluye. El importante margen de beneficios es una de las razones que han llevado a las organizaciones humanitarias a pedir a las multinacionales la reducción de precios. Tanto Pfizer como GlaxoSmithKline (GSK) han ofrecido, en donaciones puntuales, la vacuna de manera gratuita, “pero ello no representa una solución a largo plazo”, apunta Mila Font, ni para los países que requieren las vacunas ni para la población refugiada de países como Jordania, Líbano o Turquía.

Médicos Sin Fronteras ya inició en 2006 una campaña de protesta contra otra multinacional, la suiza Novartis, que presentó una querella en los tribunales de India contra la Ley de Patentes de este país, principalmente contra el apartado que establecía una salvaguarda para impedir que fueran objeto de patente los nuevos usos y presentaciones de medicamentos ya existentes. La querella de Novartis, denunció MSF, podría tener un “devastador impacto para el acceso a medicamentos asequibles y de calidad por parte de millones de pacientes en los países en desarrollo”. Por esta razón, la ONG instó a Novartis a abandonar la batalla judicial. “Médicos Sin Fronteras no recibe financiación del sector farmacéutico”, ha recordado Mila Font.

La ONG ha presentado hoy en Valencia la campaña “Pon una vacuna” con el fin de informar de que más de 1,5 millones de niños mueren al año por enfermedades prevenibles con una vacuna, como las diarreas, el sarampión o el tétanos. Sin embargo, alerta la organización humanitaria, el precio de la vacunación “integral” a un menor se ha multiplicado por 68 (de 0,57 euros a 39,25) entre 2001 y 2014. Y se da la situación “irracional” de que vacunas como la de la neumonía resulte más cara en países como Túnez que en otros del Norte, como Francia. Dentro de esta disparidad de precios, MSF constata que el coste de las vacunas para Sudáfrica triplica el de Brasil. “Una de las razones por las que la vacunación se ha encarecido tanto es la falta de información disponible sobre los precios, lo que obliga a muchos países del Sur y ONG a negociar con las farmacéuticas desde una posición muy débil”, explica Mila Font. Además de solicitar apoyo económico para los programas y recordar las dificultades que sobre el terreno afrontan las organizaciones humanitarias, MSF recuerda en la iniciativa “Pon una vacuna” que en 2014 la ONG vacunó a 1,5 millones contra el sarampión y a 75.000 contra la meningitis.

“¿Por qué existiendo una medida tan sencilla como la inmunización mueren diariamente cuatro mil niños por diferentes enfermedades?”, se ha preguntado Mila Font. Por ejemplo, la campaña contra el sarampión implicó que gracias a las vacunas se redujera el impacto de esta enfermedad un 75% entre 2000 y 2013, lo que supuso evitar la muerte de 15,6 millones de personas. A pesar de que la mortalidad por el sarampión se ha reducido significativamente y la inmunización se ha mantenido en torno al 85% en los últimos cuatro años, sólo la mitad de los niños del mundo recibe la segunda dosis necesaria para la vacunación completa. En países como la República Democrática del Congo, sólo el 77% de los niños menores de un año han recibido la vacuna contra el sarampión (en este país, donde ha habido más de 200.000 casos de sarampión desde 2010, sólo hay 11 facultativos por cada 100.000 personas).

Pese a que la cobertura global de inmunización (respecto al conjunto de enfermedades) alcanzó el 84% en 2013, el número de muertes infantiles continúa siendo muy elevado. A la carestía de medicamentos y vacunas (con precios que se fijan de modo poco transparente) se añaden las dificultades sobre el terreno. La ingeniera y colaboradora de MSF durante 2015 en Sudán del Sur y Sierra Leona, Mónica Teruel, afirma que se aprecia de manera muy notable la falta de adecuación de las vacunas a los medios de que disponen los países del Sur. Una de las dificultades más graves es garantizar que durante el transporte y el almacenamiento las vacunas se mantengan a una temperatura entre 2 y 8 C, es decir, que se conserven en frío. “Donde hay problemas con la energía eléctrica, hay que hacer uso de camiones con hielo para refrigerar”. Por otro lado, hay lugares de acceso muy complicado para suministrar las dosis, a los que hay que llegar en moto, barca o burros.

Mónica Teruel lamenta que la mayor parte de las vacunas sean inyectables y en consecuencia “haga falta contratar a médicos de los que seguramente no se dispone” (un país como Níger cuenta con un profesional sanitario por cada 10.000 personas). “Las vacunas orales, como la de la polio, permitirían llegar a más niños a través de parches o sistemas sin agujas”. En muchos casos el suministro de la vacuna implica también que el receptor tenga que desplazarse a centros sanitarios, que pueden ubicarse a muchas horas de camino o en zonas de riesgo. La responsabilidad del traslado recaería principalmente en madres que trabajan en el campo con varios hijos a su cargo. A ello se agrega que para cumplir con el calendario básico de vacunación recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y quedar así el niño inmunizado, debe acudir al centro sanitario cinco veces antes de cumplir un año. La dificultad se eleva, explica la voluntaria, con la población desplazada por razones de violencia, y en todos los casos “hay muchos problemas para que tengan eco las campañas informativas”.

La ingeniera recuerda que las vacunas llegan a los países dependientes en viales (frasco pequeño con medicamentos inyectables) de 10 y 20 dosis, que no se abren si no se garantiza que al menos se va a administrar una decena, pues de lo contrario se desaprovecharía el resto y se trata de medicamentos caros. Muchos Ministerios de Salud de países del Sur sólo reciben vacunas para suministrar a los niños hasta los 12 meses de edad. Otros problemas señalados por MSF tienen un carácter estructural, y están relacionados con la agenda de prioridades. Por ejemplo, el hecho de que las investigaciones y el desarrollo de vacunas se centren en cepas de enfermedades que se dan en los países del Norte.
Enric Llopis

jueves, 26 de noviembre de 2015

Entrevista a Pedro Páez. “Discutamos si se puede forzar a un país a priorizar el pago de deuda"

Pedro Páez Pérez es Superintendente de Control del Poder de Mercado en Ecuador. En 2007 fue nombrado ministro de Política Económica de Ecuador en el Gobierno de Rafael Correa y ha sido presidente de la Comisión Técnica Presidencial Ecuatoriana para el diseño de la Nueva Arquitectura Financiera Regional-Banco del Sur. Páez fue uno de los impulsores de la reforma de la Ley de Hidrocarburos de la República de Ecuador, que aumentó la participación del Estado en la renta petrolera de las compañías internacionales


Eres uno de los impulsores de la arquitectura financiera en latinoamérica, ¿en qué consiste?
La propuesta de la nueva arquitectura regional es parte de un esfuerzo que se hace desde América Latina desde condiciones precarias, pero que ha resultado muy exitoso a nivel mundial. Replanteamos la relación entre finanzas y producción. Partimos de la idea de que hay que someter la finanza a los intereses de la sociedad y es en ese sentido por donde ha tomado cuerpo, de forma desigual y a pesar del poco acompañamiento de la academia.

Se plantean tres pilares fundamentales que han sido firmados ya por siete presidentes, los de Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Esta arquitectura se basa en la creación del Banco del Sur, en la construcción de una red de seguridad financiera alternativa al FMI (el Fondo del Sur) y una moneda común. No única como la locura del euro, pero sí unitaria, que permita uniformizar el proceso de integración social. Es necesario movilizar monedas nacionales y generar monedas regionales, como el SUCRE y hay que establecer redes de seguridad financiera que rompan con la trampa de la necesidad de acumular reservas financieras internacionales.

¿Qué diferencia hay entre esta nueva arquitectura financiera y la vieja?
La vieja arquitectura financiera provoca políticas de austeridad y niega recursos a la gente que quiere trabajar, que quiere cultura o desarrollo, porque se lo da a bancos que, a su vez, encuentran contraproducente hacer inversiones productivas porque asistimos a una crisis de sobreproducción.

A estas alturas de desarrollo, en las que incluso se paga a agricultores para que no siembren, hay más de mil millones de personas, concentradas sobre todo en África, muriendo de hambre. Esta situación es solucionable a corto plazo si se destinase a su resolución una mínima parte de lo que se ha pagado a los bancos más importantes del mundo.

Los dirigentes económicos suelen recurrir a eso de que "no hay dinero para todo"...

Es un cuento ese asunto de que no hay plata, aunque no se sabe a ciencia cierta cuánto se ha entregado a los bancos. ¿En qué se ha mejorado? Esa entrega de dinero ha servido para empeorar la situación de especulación y para distorsionar precios fundamentales (por ejemplo, el del petróleo). Todo está basado en las manipulaciones de los grandes bolsillos, que son los mismos círculos que desde la incompetencia, la inoperancia y la corrupción han llevado al mundo a esta crisis y que, aun así, siguen recibiendo cantidades ilimitadas de recursos

¿Cómo se plantean estas medidas alternativas al FMI?
El Banco del Sur nace como alternativa al Banco Mundial, tratando de hacer una crítica constructiva que nos permita trabajar conjuntamente. Es necesaria una nueva banca de desarrollo, pero que sea también una banca para nuevo tipo de desarrollo.

El despliegue y la recuperación de la banca de desarrollo local, provincial, regional y nacional tiene que ser replanteada en términos de grandes proyectos que sometan la lógica del capital especulativo a las necesidades de la sociedad y no sacrifique las soberanías nacionales, sino que las fortalezca.

Planteamos la soberanía continental en alimentación, salud, energía, conocimiento, recursos naturales e infraestructura para la construcción de mercados domésticos y la implantación de otras lógicas productivas al margen del capital. Por ejemplo, con la economía popular y solidaria, el autoempleo, las empresas recuperadas... que no respondan a la eficiencia, pero sí a las necesidades y al trabajo digno.

¿Es posible adaptar este modelo al funcionamiento de la Unión Europea?
No estamos inventando el agua tibia. Hay elementos nuevos, pero se recuperan algunos que forman parte de la experiencia europea anterior a la locura del Tratado de Maastrich. La Revolución científico-tecnológica en la que estamos inmersos se puede adaptar peligrosamente fácil a este nuevo sistema, pero las innovaciones son suprimidas por el interés de una oligarquía especulativa. Es un modelo perfectamente adaptable en cualquier sitio o lugar, no hablamos de nada de otro mundo. Gurús de la economía y facultades no discuten estos temas, que ya se han planteado en los más altos foros internacionales -Asamblea de las Naciones Unidas-. Se suprime el debate. Nadie tiene el monopolio de la verdad ni de las soluciones, pero tiene que existir un debate que plantee opciones a problemáticas ya definidas.

En esta soberanía de la que hablo, la posibilidad de alianzas entre Europa y América Latina -que replantee las relaciones norte-sur- se puede hacer desde una perspectiva pragmática que favorezca a las dos partes, el ganar-ganar.

Es posible evitar la desestabilización social abriendo puertas que faciliten un despliegue productivo en tecnología e innovación que ahora está bajo siete candados por la mezquindad de una oligarquía cada vez más minúscula y la miopía de unas élites políticas cada vez más inservibles. Vivimos una situación anómala con respecto a la propia historia del capitalismo: es el esfuerzo en frenar la difusión de nuevas tecnologías a través de leyes de propiedad intelectual o de patentes de copyright en perjuicio de la sociedad.

En América Latina hay vientos frescos, lo digo sin ningún tipo de dogmatismo, no venimos a dar lecciones a nadie. Pero es en este momento de crisis de sobreproducción cuando se hace necesario que los pueblos empiecen a dialogar. Hay que poner el debate encima de la mesa y superar ciertos callos mentales que podrían evitar que Europa caiga en una depresión como la de Japón.

Este modelo económico, sin embargo, es criticado por algunos sectores de la sociedad europea y medios de comunicación, que tratan de descalificarlo...

Estas descalificaciones evidencian la decadencia política en buena parte del mundo occidental, que les está llevando a un suicidio histórico, porque todo lo que Europa ha logrado desde que venció al fascismo ha sido gracias a la lucha de los pueblos. Y es ahora la ciudadanía quien tiene que ver que lo conquistado no es gratis.

Estamos a las puertas de una degradación civilizatoria de larga duración si la agenda sigue basada en la especulación y en el expediente fácil, pero muy rentable, de provocar conflictos o guerras y jugar en el casino con los dados cargados, endeudando a los puntos en conflicto para luego obligarles a vender armas y adjudicarse después los contratos de reconstrucción. La gente tiene que reaccionar ante esto y ver que la solución la tenemos aquí y ahora y que existe un horizonte de posibilidades más allá de las ideologías.

¿Qué crees que podemos aprender de esta crisis?
La crisis aún no ha terminado. Es ineludible el compromiso y la movilización de los pueblos del mundo para ejercer un control ciudadano sobre el poder que las grandes empresas tienen sobre los mercados. Hay que sacudirse imposibilidades que nos hemos autoimpuesto y definir las prioridades de la sociedad.

En Ecuador se auditó la deuda externa y en España se empieza a plantear esta opción desde movimientos ciudadanos y algunos partidos políticos, ¿es necesaria?

¿Quién puede oponerse a esto?, más allá de cualquier ideología, esto no es un tema de izquierda o derecha...¿quién está opuesto a que se transparenten los contratos públicos que generan deudas públicas?, ¿quién se opone a que se sepa dónde va el dinero que han recibido los bancos centrales? Que los políticos pongan la cara y digan por qué están a favor de ocultar. Que algunos economistas digan por qué están en contra de la auditoría.

Primero estudiemos los términos de esa auditoría, transparentemos ante quién responden los bancos centrales...en Europa hay muchos bancos centrales que son privados, ¿cómo es esto posible? Discutamos si esto debería seguir así y el rol que FMI, Banco Mundial, Banco Central Europeo, transnacionales y gobiernos deben adoptar y discutamos si se puede forzar a un país a priorizar el pago de deuda por encima, por ejemplo, de la defensa de la salud nacional

¿Qué ocurre si no se paga esta deuda?
En la historia han sido frecuentes los episodios de no pago. Una de las necesidades de la modernidad capitalista ha sido la de eliminar la prisión por deudas, porque es necesario el reciclaje del cliente y constituye parte de la vitalidad del sistema.

Asistimos al abandono de la primacía del capital productivo en favor del capital especulativo y de la usura. Es el retorno a prácticas rentistas y tributarias y ese predominio de una lógica parasitaria implica el fomento de la guerra de clases y la asfixia del capital productivo. La Europa continental tendría que reflexionar en torno a esto, más allá de cualquier ideología. Europa tiene un sitio en el mundo en base a la producción de tecnología punta, pero es irrelevante en un escenario definido desde la especulación y la deuda externa, el ajuste, la deslocalización, la reducción de salarios y el desmantelamiento del Estado del Bienestar. En el marco de esta crisis de sobreproducción, asfixiar los mercados no será nunca una solución

¿Cuál es el peso de la Economía Social y Solidaria en Ecuador y cómo se fomenta desde el Gobierno?
Es un tema muy complejo. La economía popular, a través un gigantesco trabajo no reconocido en el mercado, está alcanzado altas cotas de resiliencia como forma de supervivencia. Se trata de una fuerza de trabajo que ha sido expulsada de la lógica del mercado -basada en la eficiencia- y que busca la forma de ganarse la vida porque no tiene forma de entrar en el llamado “capital formal”. Ir contra la dinámica del gran capital y la globalización es ser un salmón contracorriente y desde el Gobierno se hacen grandes esfuerzos, pero no deja de ser ir contracorriente.

En Ecuador funciona la Agencia de Regulación Antimonopólica, que acaba de emitir un manual de uso obligatorio para los supermercados que los obliga, entre otras cosas, a destinar el 15% de sus estanterías a productos procedentes de la economía popular y solidaria, para que también tengan presencia los pequeños y medianos productores del país y no sólo las grandes marcas.

Es, sin embargo, un reto enorme que tiene una doble vertiente. Por un lado, hay que huir del paternalismo y trabajar colectivamente para que esos productores afronten los retos de calidad y cantidad para facilitar la entrada de los productores en el mercado. Por otro, es necesario que la población adopte la conciencia de consumidor responsable. Que entendamos que comprar por moda lo que viene importado genera un problema de puestos de trabajo. Que entendamos que consumir comida chatarra no sólo nos cuesta un problema de salud a nivel individual, sino un problema de salud pública, igual que sucede con el consumo de determinados alimentos prefabricados.

A la hora de consumir, hay que saber que una decisión tomada con conciencia y responsabilidad social puede definir un nuevo horizonte de posibilidades. Que no nos dejemos manipular, no somos autómatas al servicio de las grandes multinacionales. Seamos soberanos de nuestra decisiones, más allá de cualquier ideología o de cálculos electorales.

¿Qué más puedes contarnos acerca de ese Manual de Buenas Prácticas?
Es parte de un proceso que nos involucra a todos. Además, estamos muy optimistas con la posibilidad de ir más allá y firmar con grandes cadenas y proveedores un código de ética.

Rompiendo con determinados esquemas establecidos se pueden conseguir cosas, defendiendo y exigiendo al consumidor. Defendiendo a los proveedores, que se quejaban de que se les pagaba tarde, mal y nunca y de que eran víctimas de prácticas casi mafiosas por parte de cadenas de supermercados. La situación se ha ido transformando, hemos encontrado una excelente apertura por parte de las cadenas, que parecen haberse dado cuenta de que hay que establecer ciertas líneas rojas.

Tratamos de proteger a los proveedores, crear conciencia en el consumidor y abrir las puertas a productores que nunca tuvieron oportunidad de colocar sus productos en grandes superficies. Hablamos de cómo ser mejores seres humanos y decidir el tipo de sociedad que queremos.

Para finalizar, recomiéndanos un libro
Estoy leyendo ahora mismo el último de Jean Luc Mélenchon, “L’Ere du peuple”. Habla del principio de incertidumbre y trata temas filosóficos muy importantes... Es formidable, hay que leerlo despacio porque está lleno de reflexiones. Es muy refrescante el hecho de que el debate en sectores progresistas tenga ese nivel. Plantea ejercicio de la política con sólidos fundamentos y un proceso de cambio con rigor y responsabilidad. Lo que se esta viviendo en Europa, aunque aquí tengan una visión pesimista, está lleno de posibilidades y arma una cuestión muy esperanzadora. Demuestra que vivimos un tiempo que no admite pretextos.
Ana Encinas
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Discutamos-si-se-puede-forzar-a-un

Los socialistas gobernarán Portugal apoyados en la izquierda


La Marea


El presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, encarga la formación de gobierno al socialista António Costa

Tras dos largas semanas de consultas y deliberaciones, el presidente de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, ha decidido encargar al socialista António Costa la formación del gobierno. Los socialistas (PS) gobernarán en minoría con el apoyo puntual del Bloco de Esquerda (Bloque de Izquierda, BE), los comunistas (PCP) y los verdes (PEV).

El centroizquierda junto suma más diputados que la coalición de centroderecha del todavía primer ministro Pedro Passos Coelho, aunque los conservadores fueron el partido más votado con el 38,6% en las elecciones del pasado 4 de octubre.

Costa y sus ministros tomarán posesión de su cargo el próximo viernes. La tarea más urgente será la aprobación de los presupuestos para 2016, cuyo retraso ya ha sido criticado por la Comisión Europea. Será la primera prueba de fuego para el gobierno de Costa, ya que existen importantes diferencias entre los socios. No hay un pacto formal común entre los cuatro partidos, sino acuerdos bilaterales entre el PS y los socios.

Bloco y comunistas quieren acabar con la política de austeridad del gobierno de Passos Coelho en los últimos cuatro años, la mayor parte de los cuales transcurieron bajo la tutela de la troika. Costa, por su parte, se ha comprometido a cumplir el Pacto de Estabilidad y los objetivos de consolidación fiscal.

El nuevo gabinete tendrá 17 integrantes, de los cuales tan sólo cuatro son mujeres. La tarea más difícil la asumirá Mário Centeno, futuro ministro de Finanzas. Es un economista doctorado en Harvard con una larga trayectoria en el Banco de Portugal, y el autor principal del programa económico del PS para las últimas elecciones, que apuesta por medidas para estimular el consumo interno y reformar el mercado laboral con el fin de acabar con la dualidad.

La cartera de Economía la asumirá el también economista y asesor del PS Manuel Caldeira Cabral. Exteriores será para el sociólogo y exministro de Cultura y Educación Augusto Santos Silva, que, como muchos portugueses de su generación, comenzó en las filas de los comunistas antes de entrar en el PS tras de la Revolución de los Claveles.

Aunque son sólo cuatro, las mujeres ocupan carteras importantes: María Manuel Leitão Marques como ministra de la Presidencia y Modernización Administrativa; Francisca Van Dunem en Justicia, Constança Urbano de Sousa en Administración Interna y Ana Paula Vitorino como ministra del Mar.

El nuevo primer ministro Costa no podrá contar con el apoyo de los conservadores. Tras el anuncio del presidente Cavaco Silva los dos partidos de centroderecha insistieron una vez más que el PS no tiene “legitimidad” para estar en el poder porque no ganó las elecciones.
Fuente: http://www.lamarea.com/2015/11/24/los-socialistas-gobernaran-portugal-apoyados-en-la-izquierda/