martes, 24 de diciembre de 2019

_- Discapacidad ética

_- El Adarve
El blog de Miguel Ángel Santos Guerra

El cielo azul de la celebración del Día Internacional contra la violencia de género en España ha tenido una fea nube negra. Esa nube que solo genera tristeza, rabia y dolor ha sido la postura cerril del partido ultraderechista Vox.

Resulta incomprensible que un partido (y sus votantes) estén tan ciegos y se muestren tan insensibles ante realidades tan horrendas. ¿Cómo puede negarse la violencia de género a estas alturas del siglo XXI? Hay que ser estúpidos. Hay que padecer una profunda discapacidad ética. Luchar contra la violencia de género, no supone dejar de hacerlo contra otros tipos de violencia. Esa miserable reacción que consiste, cuando alguien señala un desastre, en decir que en otro lugar también existe otro problema, es la forma perfecta de no atender ninguno. Porque estoy seguro de que quienes defienden la necesidad de combatir la violencia de género son más sensibles que los militantes de Vox para solucionar también esos otros problemas de violencia que a ellos tanto dicen preocuparles. La de Vox es una estrategia perversa para ocultar un problema, o para desvirtuarlo y aminorarlo.

He visto muchas veces ese perverso mecanismo. Por ejemplo, en los que dicen que, habiendo problemas tan grandes en el sexismo, no merece la pena preocuparse por los problemas del lenguaje sexista. Estoy seguro de que quienes se ocupan del sexismo en el lenguaje se preocupan también por las demás causas y efectos del mismo. Quien desprecia un problema por considerarlo pequeño tampoco se ocupa de los grandes.

Negar que existe la violencia de género es hoy una estupidez. Llevamos en España, a estas alturas del año, 52 cadáveres de mujeres en sobre la mesa de las argumentaciones. Un dato bruto y brutal. Sin nombres ni apellidos, sin rostros, sin edades. Una aterradora estadística. Detrás de cada uno de esos números hay una historia de dolor irreparable, ¿Cómo se ha producido su muerte? A manos de sus parejas. ¿Por qué han muerto? Por el hecho de ser mujeres. ¿Qué diría Vox si el independentismo catalán o la izquierda radical (como llaman a la izquierda, sin tener en cuenta lo radicales que ellos son) hubiera causado una sola de esas muertes?

¿Qué decir de las mujeres que están enterradas en vida, sin valor para la denuncia, para la rebelión, para la liberación? ¿Qué decir de las mujeres violadas, objeto de abusos, de acoso indecente, de bromas soeces…? (No hay manadas de mujeres violando a los varones. ¿Por qué será?). ¿Qué decir de las mujeres discriminadas, ninguneadas, despreciadas, sojuzgadas, minusvaloradas?

Oponerse a las acciones del Día Internacional contra la violencia de género es una perversidad. Es incomprensible que, ante todo este cúmulo de dolor, de discriminación y de maldad, a Vox lo que le importe sea mirar para otro lado. Si las matan, que las maten, vendrían a decir con un descaro inadmisible. Lo malo es que algún hombre, algún niño o algún anciano también muera por violencia, vendrían a decir.

Un hecho ha resultado paradigmático en ese día singular contra la violencia de género. Lo han protagonizado dos personas. Hablaré de ellas.

Francisco Javier Ortega Smith es un abogado y político hispanoargentino (tiene la doble nacionalidad, su padre es español y su madre argentina). Es secretario general de Vox, portavoz de su partido en el Ayuntamiento de Madrid y diputado en la última legislatura. Es también presidente ejecutivo de la Fundación Francisco Franco.

Nadia Otmani es una mujer musulmana, migrante, que utiliza silla de ruedas como consecuencia del ataque machista sufrido por una hermana suya y del que resultó herida. La hirieron los disparos de su cuñado cuando trataba de defender a su hermana, que murió.

Pues bien, en un acto institucional celebrado en el Ayuntamiento de Madrid, el pasado 25 de noviembre, pronunció un discurso machista desplegando el ideario miserable que es propio de su partido sobre la violencia de género. Al terminar su discurso, Nadia Otmani se le acercó para exigirle respeto a las mujeres. El señor Ortega Smith no se dignó ni a mirarla. Luego ha dicho que ella “le montó el numerito en una acción orquestada por la izquierda”. Cuando el dedo señala la luna, el necio mira la mano.

He escuchado las palabras vehementes, indignadas, casi desesperadas de esta mujer. Y he visto la impasibilidad del señor Smith, que ni siquiera se digna mirarla. Se gira un par de veces hacia ella para indicarle que se calle y que preste atención al desarrollo del acto.

Le dice Nadia Otmani con palabras entrecortadas y vibrantes: “Llevo 20 años luchando contra la violencia de género. Veinte años en una silla de ruedas. Soy inmigrante. Y yo de este país no he cobrado ni un duro. Le pido respeto para todas las muertas y respeto para todas las mujeres víctimas de la violencia. Respeto, por favor”

Ortega Smith y Nadia Otmani. Dos caras de la misma moneda. La moneda de la cruda realidad. La cara (el cara) y la cruz (el dolor). El verdugo y la víctima. El hombre y la mujer. El político y la ciudadana. El nativo y la inmigrante. La ceguera y la lucidez. La dureza y la sensibilidad. El error y la verdad. El mal y el bien. La noche y el día. La nube negra y el cielo azul.

Las explicaciones que ha dado el señor Smith, a quien no le gusta hablar de violencia de género sino de violencia intrafamiliar, consisten en decir que la derecha cobarde no se atreve a enfrentarse a la izquierda, que le pasa la mano por el hombro porque no tiene el valor necesario para decir lo que hay que decir sobre esta cuestión. Todos están equivocados en el mundo menos Vox. El Día Internacional contra la violencia de género es una invención de los partidos de izquierda, al parecer. No, señor Ortega Smith, abra su mente a la razón, abra su corazón al dolor de tantas mujeres.

Hablamos del Día Internacional contra la violencia de género. Es el mundo entero. Solo Vox está al margen o en contra. Vox es como aquel abuelo que fue a ver desfilar a su nieto al ejército y dijo: Todos marcan mal el paso menos mi nieto.

Me pregunto lo que piensan los varones de Vox sobre lo que les puede suceder a sus hijas si no se lucha contra esta lacra. No es cualquier violencia de lo que hablamos, hablamos de sexismo, hablamos machismo, de androcentrismo. Tienen que leer un poco más, señores y señoras de Vox. Un mucho más. Porque ya hay mucha teoría sobre estas cuestiones. Tienen que leer los trabajos de mujeres feministas, los textos de Celia Amorós, Amelia Valcárcel, Amparo Tomé, Soledad Murillo, Nuria Varela, Lucía Asué Mbomio, Marta Sanz, Montserrat Boix, Lucía Etxebarría, Mercedes Oliveira…

Me pregunto también lo que piensan las mujeres de Vox de sus hijas. Porque no podemos olvidar que en Vox hay hombres y mujeres. A las mujeres de Vox que no reconocen la violencia de género quiero les digo que no hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido (la oprimida en este caso) mete en su cabeza los esquemas del opresor.

Libertad de expresión no puede ser sinónimo de libertad de agresión. Negar la violencia de género, además de torpeza, supone una agresión a las futuras víctimas y una falta de respeto a las que ya lo han sido o lo están siendo. No hay derecho a que, desde las instituciones, se frene esta causa que produce tanto dolor, tantas muertes, tanta discriminación, tanto odio.

Me preocupa sobremanera el auge que ha tenido Vox en España. En Andalucía, mi comunidad, apoya el gobierno de los partidos de derechas. Para aprobar los presupuestos exigió que se modificase la expresión violencia de género por violencia intrafamiliar. La misma trampa. La misma indecencia que han mostrado en este día. Me preocupa que se extienda esa ideología xenófoba, homófoba, sexista, autoritaria y fascista. Me alarman estos salvapatrias que tienen un tufo franquista que apesta.

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2019/11/30/discapacidad-etica/

lunes, 23 de diciembre de 2019

FONDOS BUITRE. El Supremo confirma la nulidad de la venta de 3.000 pisos de la Comunidad de Madrid a un fondo buitre - Goldman Sachs ha vendido ya más de 500 viviendas en el mercado libre - El alto tribunal rechaza los recursos de la Comunidad y del propietario

El Tribunal Supremo ha anulado la venta de casi 3.000 viviendas protegidas que compró un fondo de inversión de Goldman Sachs a la Comunidad de Madrid por 201 millones en 2013. El alto Tribunal rechazó este jueves los recursos presentados por la Comunidad de Madrid y el fondo que compró las viviendas contra la sentencia dictada en mayo pasado por el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad, que avaló la nulidad de la operación porque el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) no explicó las razones de la venta ni acreditó, como exige la ley, que los pisos ya no eran necesarios para su fin social.

La operación cuya nulidad ha confirmado ahora el Tribunal Supremo supuso que la Comunidad de Madrid dejara en manos de Encasa Cibeles, un fondo de inversión de Goldman Sachs, suelo y viviendas que habían sido públicas. La Sala de lo Contencioso Administrativo no entra en el fondo del asunto (si las viviendas podían o no venderse), sino que directamente inadmite el recurso presentado por la Comunidad y el fondo contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que a su vez confirmó el fallo dictado por un juzgado de la capital.

El Supremo no admite los recursos por falta de interés casacional (no hay un asunto que requiera un pronunciamiento del alto tribunal para unificar doctrina, ya que se refiere a una resolución concreta de la Comunidad). Pero en el auto dictado para exponer su decisión, da por buenos los argumentos de las sentencias anteriores, según las cuales, la Comunidad sí justificó las razones políticas de la venta de los pisos (la necesidad de liquidez para alcanzar la estabilidad presupuestaria), pero no cumplió con otro requisito que exige la Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas para vender un bien público: en este caso, argumentar que las viviendas que se enajenan ya no eran necesarias para cumplir con la función social del IVIMA.

Esperanza Aguirre impulsó la construcción de estas 2.935 viviendas públicas, repartidas en 32 promociones y por 11 municipios, destinadas a régimen de alquiler, alquiler con derecho a venta para jóvenes, y alquiler con derecho a venta en general. Pero en 2013, en plena crisis y ya bajo la presidencia de Ignacio González, la Comunidad se las vendió al fondo Encasa Cibeles por 201 millones.

El periodo de protección que impedía vender las residencias acabó poco después de la compra y las consecuencias de la nulidad de la venta están en el aire porque el fondo ya ha vendido 1.159 apartamentos, 505 en el mercado libre y 654 tras ejecutar los inquilinos originales su opción de compra preferente a un precio protegido, según fuentes conocedoras de su operativa, como publicó EL PAÍS a finales de noviembre. Hoy solo quedan 600 de los más de 2.200 inquilinos originales del IVIMA y los procesos judiciales abiertos por los afectados rodean de dudas miles de nuevos contratos de venta y alquiler.

La abogacía de la Comunidad de Madrid afirmó este jueves, tras conocer el auto del Supremo, que está valorando la resolución y recordó que la posibilidad de interponer un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. “En cualquier caso, la anulación, de producirse de manera definitiva y con sentencia firme, solo podría ser efectiva con la vivienda de los recurrentes, de forma que no es posible que dicha anulación afecte a terceros ocupantes de las casi 3000 viviendas”, afirmó un portavoz del actual Gobierno regional (PP y Ciudadanos). Sin embargo, el Supremo recuerda en su auto que la sentencia dictada en mayo de 2018 por un juzgado de la capital decretaba una doble nulidad: una, respecto de la enajenación de las 32 promociones (que deja sin efecto) y, otra, respecto de la concreta transmisión de la propiedad del recurrente.

Por su parte, Alejandra Jacinto, la abogada que representa a los vecinos, consideró este jueves que la sentencia del alto tribunal confirma la anulación de la venta de las viviendas. “Ahora hay que entrar en el largo camino de la ejecución de la sentencia, en el que pediremos que se retrotraiga toda la venta”, añadió, avanzando que cree que la Administración argumentará que es imposible devolver al parque público casas que ya han sido vendidas a terceros en el mercado libre. En ese caso, avanzó, habrá que “reparar el daño”.

Encasa Cibeles señaló que están analizando el fallo y que “siempre” ha cumplido todos los contratos de inquilinos firmados con el IVIMA, también en lo que respecta a las bonificaciones de renta que algunos de ellos tenían concedidas. “En su política de gestión, Encasa Cibeles siempre da especial prioridad a aquellos casos de vulnerabilidad social, que son atendidos por su equipo de mediación social para buscar las alternativas y soluciones más adecuadas a cada situación”, señaló un portavoz.

BOTELLA VENDIÓ 1.860 CASAS DE LA CAPITAL
Aunque la sentencia del Tribunal Supremo afecta únicamente a las 2.935 viviendas que vendió la Comunidad al fondo de inversión Encasa Cibeles, esta no fue la única Administración que acudió a esa fórmula en busca de ingresos durante los peores años de la crisis.

Así, el Ayuntamiento de la capital también vendió 1.860 viviendas públicas a un fondo —en este caso, Fidere—.

Ocurrió en 2013, cuando Ana Botella era la alcaldesa por la marcha de Alberto Ruiz-Gallardón al Gobierno de Mariano Rajoy, y reportó 128 millones de euros a las arcas municipales.

En la actualidad, más del 90% de las viviendas compradas están en el mercado libre.

LAS CLAVES DE LA POLÉMICA
Ignacio González vendió en 2013 2.935 viviendas protegidas que compró un fondo de inversión de Goldman Sachs a la Comunidad por 201 millones. Eran 32 promociones de viviendas públicas repartidas por 11 municipios: 2.371 en alquiler con opción a comprar para jóvenes; otras 105 en alquiler con opción a compra; y 459 en alquiler.

De esas viviendas, 1.159 ya han sido vendidas, 505 en el mercado libre.

Un inquilino de Navalcarnero recurrió la venta al entender que se alteraban las condiciones con las que había accedido a su vivienda, argumentando, por ejemplo, que la empresa pública IVIMA revisaba los alquileres cada dos meses —adaptándolos a la situación de cada familia—. En 2016, la justicia dictaminó que no tenía legitimación activa para recurrir.

En 2017, sin embargo, el Supremo concluyó que los inquilinos sufrían las consecuencias directas de la venta, y que por lo tanto podían recurrir sus casos.

En mayo y junio de 2019, el Tribunal Superior de Madrid dictó sendas sentencias confirmando la anulación de las resoluciones del IVIMA permitiendo la venta, al no argumentar por qué esos bienes no tenían utilidad para la Administración.

Tras inadmitir el Supremo los recursos de la Comunidad y el fondo comprador, el Gobierno estudia acudir al Constitucional. Encasa Cibeles maneja la posibilidad de presentar una reclamación de responsabilidad patrimonial frente al Ejecutivo ya que “el vicio que determinó la anulación del acuerdo sería imputable a la Administración”, según su memoria de 2018. 

https://elpais.com/ccaa/2019/12/12/madrid/1576168137_552059.html

domingo, 22 de diciembre de 2019

El joven científico español que busca por qué las ciudades nos enferman. EE UU financia con dos millones de dólares un innovador proyecto sobre los patrones urbanos que influyen en la salud

Los expertos en salud pública insisten una y otra vez en que el código postal es más determinante que el código genético. Los determinantes sociales de la salud y el bienestar marcan más la evolución de una persona que lo que heredó de sus progenitores. El barrio en el que se vive indica el acceso a zonas deportivas o la exposición a contaminación, pero también el poder adquisitivo, si se podrá pagar un examen por un especialista privado y si se tiene un alto nivel educativo, es más probable que goce de una buena alimentación y practique deportes. Por eso, en Madrid hay hasta diez años de diferencia en la esperanza de vida entre barrios: en algunos no superan los 78 años mientras en alguno alcanzan los 88.

Nos empeñamos en educar a cada individuo y olvidamos que cuando se trata de la salud pública, pensar en términos poblacionales es fundamental", dice Bilal

Y como se calcula que en 2050 el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, nos interesa saber cómo determinan la salud de sus habitantes. Es lo que pretende el epidemiólogo urbano Usama Bilal, nacido en Gijón hace 32 años, por medio de un proyecto que acaba de recibir dos millones dólares de financiación por parte de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH). El plan de Bilal, que durará cinco años, es uno de los 11 científicos que en todo el país han recibido financiación por medio de un programa de investigación destinado proporcionar independencia a científicos jóvenes "excepcionales" para que desarrollen proyectos especialmente innovadores: trabajos de "alto riesgo y alta recompensa", según los define NIH.

En su caso, el plan es descubrir cuáles son y cómo interactúan los ingredientes urbanos que afectan a la salud en las grandes ciudades y que de momento no han revelado sus secretos. "Hay una necesidad real de comprender las consecuencias para la salud de este proceso de urbanización y cómo se puede gestionar para promover la salud", explica Bilal por videoconferencia desde Baltimore, una ciudad de la que conoce bien sus condicionantes sociales. El investigador español formará un equipo de cuatro personas que estudiarán numerosos factores y estadísticas de salud en una gigantesca muestra de las más de 700 ciudades con más de 100.000 habitantes de EE UU y diez países latinoamericanos (México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Brasil y Argentina). Una muestra de millones de personas y su evolución a lo largo de los últimos 30 años, para estudiar cómo cambia la salud de la ciudadanía a medida que las urbes van creciendo. Es la primera vez que se va a hacer algo así y a esa escala.

"Nos fijaremos en factores como la riqueza, la contaminación, los salarios, la vivienda, los kilómetros de carretera por persona, pero también en otros como la criminalidad o el número de contactos sociales que se entablan, lo que favorece la transmisión de infecciones", afirma Bilal, profesor asociado de la Universidad de Drexel (Filadelfia). Todos esos determinantes se cruzarán con estadísticas sanitarias, como mortalidad por distintas causas, enfermedades metabólicas y otras condiciones como depresión, abuso de sustancias, tabaquismo, etc., para formar un complejísimo mosaico de causas y efectos que se interrelacionan en la vida de los urbanitas.

El investigador asturiano Usama Bilal.
UNIVERSIDAD DE DREXEL

Bilal cree que hay patrones universales aunque en cada ciudad se viva en contextos culturales, legales y sociales muy distintos, como los que pueden encontrarse en Nueva York o San José en Costa Rica: "A pesar de estas diferencias tan grandes entre países, creemos que comparten características, como la correlación con los salarios de la ciudad o la asociación entre población, contaminación y transporte". Este joven epidemiólogo tiene varias hipótesis de trabajo, como que las grandes ciudades sacarán peores notas en enfermedades infecciosas y cardiovasculares, mientras que las pequeñas saldrán peor paradas en accidentes. Pero todavía hay muchos patrones que no saben cómo se comportarán y, algunos, como la influencia de la alimentación, que aún está pensando cómo medirlo.

"Fuera del ámbito de la salud sabemos mucho sobre cómo determinadas decisiones tomadas en las ciudades afectan a otros aspectos, como el urbanismo en la criminalidad. Pero nos falta establecer esta conexión con la salud", señala Bilal, formado en la Universidad de Oviedo y posteriormente en EE UU gracias a una beca de la Obra Social de La Caixa. Por esto, su proyecto pretende aportar herramientas que ayuden a identificar estos fenómenos que solo emergen en ciudades grandes o en crecimiento, para mitigar los aspectos negativos y potenciar los saludables. "A veces, nos empeñamos en la necesidad de educar a cada individuo para que tome decisiones saludables y olvidamos que cuando se trata de la salud pública, pensar en términos poblacionales es fundamental e incluso más fundamental en las ciudades". El Pais

sábado, 21 de diciembre de 2019

INFORME PISA. Los alumnos pobres repiten cuatro veces más que los de familias con más recursos. España es el cuarto país de la OCDE con la tasa más alta de repeticiones, un 28,7% frente al 11,4% de media, según el Informe PISA.

Madrid 5 DIC 2019 - 08:52 CET

Un colegio español al azar, misma aula y dos estudiantes. Uno, con un perfil socioeconómico alto y otro, bajo. El más desfavorecido tiene una probabilidad de repetir curso cuatro veces más alta.

El nivel económico influye en los resultados académicos
“La repetición de curso en España es socialmente injusta, a igual rendimiento escolar el sistema castiga más al alumno pobre porque no solo se mide su nota, sino otros elementos como su comportamiento o absentismo”, explica Álvaro Ferrer, coautor de un análisis que la ONG Save the Children ha realizado a partir de los resultados de PISA 2018 (la prueba de la OCDE que mide las competencias de los alumnos de 15 años en ciencias, matemáticas y comprensión lectora).
En esta edición, España es el cuarto país de los 37 de la OCDE con la tasa más alta de alumnos repetidores, un 28,7% frente al 11,4% de media.


A partir del estudio de la ONG, se deduce que España es, además, el segundo país con la mayor brecha en la repetición entre alumnos con mayor y menor capital socioeconómico (solo precedida por Eslovaquia, donde los más desfavorecidos repiten 4,3 veces más). Para calcular la brecha, la ONG tiene en cuenta los resultados del 25% de los alumnos de familias más desfavorecidas y los compara con los del 25% con más recursos.

Por qué a igual rendimiento académico se penaliza más a los que menos recursos tienen?
“Los profesores reservan puntos para el buen comportamiento y los estudiantes de clase media se adaptan mejor a la institución escolar, además, las familias con más recursos suelen estar más implicadas en la evolución de sus hijos y presionan más al docente para que no repita curso”, expone Ferrer sobre algunas investigaciones realizadas por la ONG. Otro factor determinante son las actividades extraescolares y la capacidad económica para afrontarlas. “PISA mide las competencias de los alumnos y por eso señala que el más pobre no tiene por qué sacar peores resultados, otra cosa es la vida real en las escuelas y lo que se valora”, añade. Otros expertos apuntan a la herencia cultural del modelo francés de los países del sur de Europa, donde la repetición de curso forma parte de la cultura de evaluación. “Es el llamado ‘mal francés’, que es la tendencia a pensar que la repetición es positiva y puede mejorar los resultados”, explica Lucas Gortázar, coautor del análisis de la ONG e impulsor de REDE, una red de reflexión sobre innovación educativa.

La OCDE afirma en diferentes informes que repetir curso no equivale a mejorar el rendimiento académico. “El modelo alemán (19,6% de repetidores), aquejado de otros males como los itinerarios que separan a los niños en diferentes grupos a los 10 años en función de si irán o no la Universidad, o el británico (2,5%), no arrastran esa tradición de suspensos”, añade Gortázar.

Pese a las recomendaciones, España continúa a la cabeza en repeticiones solo precedida por Colombia (40,8%), Luxemburgo (32,2%) y Bélgica (30,8%). Francia, que compartía el liderazgo con España, ha conseguido reducir su tasa del 32% al 16,6% en nueve años. En el extremo opuesto están Islandia (0,9%) o Finlandia (3,3%). “La repetición no ayuda nada, desmotivas al alumno y le separas de sus amigos”, opina Socorro Pérez, directora del instituto público Joaquín Rodrigo, de Madrid. En diferentes congresos sobre innovación a los que ha asistido, la repetición, asegura, nunca aparece como práctica habitual en los modelos de éxito. “Suele coincidir que los alumnos con menos recursos no están tan estimulados intelectualmente por su entorno. Cuando repiten en Secundaria nunca obtienen mejores resultados, acaban pasando al siguiente curso de forma automática por imperativo legal”, explica Pérez, que urge a los gobernantes a analizar por qué esos alumnos fracasan y a poner nuevas medidas en marcha. En Estados Unidos (9,1%) cada vez está más extendida la llamada social promotion: cuando un alumno obtiene malos resultados, los profesores optan por que pase de curso, priorizan la ventaja social de no separarlo de sus compañeros sobre la académica. “No está demostrado que un estudiante que repite la adquisición de contenidos en años distintos los aprende mejor, su capacidad de resolver problemas va a ser la misma independientemente de que repita”, apunta Julio Carabaña, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense y autor del libro La inutilidad de PISA para las escuelas. “Igual hay que pensar más en la cohesión...

ASTURIAS O ARAGÓN, MAYOR DESIGUALDAD

Mientras en España los alumnos desfavorecidos repiten curso cuatro veces más, esa distancia se grava entre comunidades. En Asturias, Aragón o Comunidad Valenciana la brecha es todavía mayor; allí los estudiantes con menos recursos repiten hasta seis veces más. Sobre las políticas para revertir esa tendencia, Cataluña es una de las regiones en las que más ha descendido: del 21% al 16% desde 2015. A la cabeza, están Ceuta (49,1%), Melilla (45,6%), y Canarias (35,6%). “En las aulas de Canarias hemos visto que los alumnos nacidos en diciembre con menos recursos obtienen peores resultados que sus compañeros nacidos en el mismo mes con más dinero; hay que analizar cómo paliarlo”, señala José Saturnino Martínez, de la Universidad de La Laguna.

https://elpais.com/sociedad/2019/12/04/actualidad/1575482923_262875.html

Desde Unicef proponen cuatro medidas para combatir la exclusión educativa.

 Apuestan por incrementar la inversión educativa; 
diseñar un sistema educativo flexible y
diversificado que les permitan reincorporarse y
continuar la formación y mejorar el acompañamiento de las transiciones educativas.

LA HISTORIA RIMA. La dictadura de Franco para estudiantes Julián Casanovacontacta@infolibre.es @CasanovaHistory

LA HISTORIA RIMA
La dictadura de Franco para estudiantes

Julián Casanovacontacta@infolibre.es @CasanovaHistory

Han pasado cuarenta y cuatro años desde la muerte de Franco. Su dictadura forma parte de la historia. Es un tema de estudio consolidado en los proyectos de investigación universitarios, en congresos y publicaciones científicas y en algunos programas de enseñanza que se imparten en los centros de enseñanza Secundaria. Pero es también objeto de controversia política y de discusión pública, de mentiras y propaganda, utilizado como instrumento de opinión e insulto frente a la investigación y el conocimiento históricos.

Más de cuatro décadas después de su final, y sacados ya los restos de Franco del Valle de los Caídos, propongo aquí una información básica, de historiador especializado y comprometido con la indagación rigurosa y fiel a las fuentes, para transmitir en los centros de enseñanza a los estudiantes.

Más de cuatro décadas después de su final, y sacados ya los restos de Franco del Valle de los Caídos, propongo aquí una información básica, de historiador especializado y comprometido con la indagación rigurosa y fiel a las fuentes, para transmitir en los centros de enseñanza a los estudiantes.

1. LA DICTADURA DE FRANCO EN EUROPA:
-El general Francisco Franco comenzó el asalto al poder con una sublevación militar en julio de 1936 contra la Segunda República y lo culminó en abril de 1939, tras la victoria en una guerra civil de casi mil días.

Cuando acabó la guerra civil española, más de la mitad de los 28 Estados europeos estaban dominados por dictaduras con poderes absolutos, que no dependían de mandatos constitucionales ni de elecciones democráticas. Excepto en el caso de la Unión Soviética de Stalin, todas esas dictaduras procedían del firmamento político de la ultraderecha.

Mientras Franco consolidaba su dictadura tras el triunfo en la guerra civil, lo que los españoles llamamos posguerra, la Segunda Guerra Mundial trastocaba de forma radical el mapa de Europa que había salido de la de 1914-1918. Entre 1939 y 1941, siete dictaduras derechistas de Europa del Este cayeron bajo el dominio directo de Alemania o Italia: Polonia, Albania, Yugoslavia, Grecia, Lituania, Letonia y Estonia. En el mismo período, siete democracias fueron desmanteladas: Checoslovaquia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia.

El general Francisco Franco y su dictadura no eran, por lo tanto, una excepción en aquella Europa de sistemas políticos autoritarios, totalitarios o fascistas.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, las dictaduras derechistas, que habían sido dominantes desde los años veinte, desaparecieron de Europa, salvo en Portugal y España. Francisco Franco y Antonio Oliveira de Salazar fueron los únicos dictadores que, como no intervinieron oficialmente en la Segunda Guerra Mundial, pudieron seguir en el poder tras ella. Esa es una gran diferencia entre las dictaduras de Europa del Este, destruidas por la guerra, y las de la Península Ibérica; y entre Franco y Salazar y todos esos dictadores, fascistas o no, que fueron ejecutados o huyeron a otros países tras 1945.

Franco se libró de ese final, aunque la intervención italiana y alemana había sido decisiva para su triunfo en la guerra y conquista del poder y aunque el fervor del sector más fascista de su dictadura por la causa nazi se había manifestado, pese a la no beligerancia oficial española, en la creación en 1941 de la División Azul, por la que pasaron cerca de 47.000 hombres que lucharon contra el comunismo en el frente ruso.

Muertos Hitler y Mussolini, Franco siguió treinta años más. Vista desde esta perspectiva comparada, el rasgo distintivo de la historia de España en el siglo XX fue la larga duración de la dictadura de Franco después de la Segunda Guerra Mundial, una dictadura fascista en sus orígenes que se perpetuó en la Europa occidental democrática. No fue un paréntesis, sino el elemento central que dominó el escenario de forma absoluta durante esas tres décadas.

2. ¿CÓMO DEFINIR LA DICTADURA DE FRANCO?
La larga duración de la dictadura, casi cuatro décadas, hace muy difícil identificarla con un solo adjetivo y obliga, si se quiere comprender históricamente, a prestar atención a sus dimensiones cronológicas y a su evolución dentro del cambiante contexto internacional. La dictadura de Franco coincidió con un escenario de cambio histórico acelerado con profundas transformaciones: crisis mundial de los años treinta; Segunda Guerra Mundial; Guerra Fría durante la segunda mitad de los años cuarenta y los cincuenta; fase de expansión económica y desarrollo en la década de los sesenta; y período de recesión económica durante la primera mitad de los setenta. Comenzó con Hitler dominando Europa y acabó cuando los Estados Unidos habían sido derrotados en la guerra de Vietnam.

En su período inicial de consolidación coincidió con la era del fascismo en Europa, iniciado en Italia en los años veinte y radicalizado en Alemania en los años treinta. La intervención fascista y nazi había sido decisiva para la victoria de Franco en la guerra y la dictadura de Franco comenzó desde abril de 1939 un proceso de fascistización, interrumpido por la derrota de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese momento, y tras superar desafíos de resistencia interna e internacionales, Franco se perpetuó en el poder durante la edad de oro de las democracias occidentales.

Tras la caída de los fascismos en Europa, la defensa del catolicismo como un componente básico de la historia de España sirvió a la dictadura de pantalla en ese período crucial para su supervivencia. Militares, falangistas, carlistas y la Iglesia aportaron sus ideas y símbolos a la nueva España, aunque el discurso nacional-católico acabó, a partir de 1945, dominando. El Ejército, la Falange y la Iglesia representaban a esos vencedores y de ellos salieron el alto personal dirigente, el sistema de poder local y los fieles siervos de la Administración.

En lo que todos estuvieron de acuerdo, sin embargo, fue en el culto rendido al general Franco. Desde octubre de 1936, obispos, sacerdotes y religiosos comenzaron a tratar a Franco como un enviado de Dios para poner orden en la “ciudad terrenal”. Acabada la guerra, el “insigne, victorioso y amado Caudillo” fue rodeado de una aureola heroico-mesiánica que le equiparaba a los santos más grandes de la historia. Aparecían por todas partes estatuas, bustos, poesías, estampas, hagiografías. La imagen de Franco como militar salvador y redentor era cuidadosamente tratada e idealizada en el “Noticiario Español” (NO-DO). Su retrato presidió durante los casi cuarenta años de dictadura las aulas, oficinas, establecimientos públicos y se repetía en sellos, monedas y billetes. Y como ninguna legitimidad podía ser superior a la que procedía de la potestad divina, Franco fue “Caudillo de España por la gracia de Dios”.

Fue, en suma, una dictadura de origen fascista, con presencia importante de valores militares y católicos, donde el orden, el caudillaje y la religión desempeñaron un papel fundamental.

3. VENCEDORES Y VENCIDOS
Tras el final oficial de la guerra, el 1 de abril de 1939, la destrucción del vencido se convirtió en prioridad absoluta. Comenzó en ese momento un período de ejecuciones masivas, y de cárcel y tortura para miles de hombres y mujeres, especialmente en aquellas provincias conquistadas por el ejército de Franco en los tres últimos meses de la guerra.

A finales de 1939 y durante 1940 las fuentes oficiales daban más de 270.000 reclusos, una cifra que descendió de forma continua en los dos años siguientes debido a las numerosas ejecuciones y a los miles de muertos por enfermedad y desnutrición. Al menos 50.000 personas fueron ejecutadas entre 1939 y 1946. “La retirada”, como se conoció al gran exilio de 1939, llevó a Francia a unos 450.000 refugiados en el primer trimestre de ese año, de los cuales 170.000 eran mujeres, niños y ancianos. Unos 200.000 volvieron en los meses siguientes, para continuar su calvario en las cárceles de la dictadura franquista.

España vivió a partir de abril de 1939 la paz de Franco, las consecuencias de la guerra y de quienes la causaron. España quedó dividida entre vencedores y vencidos. Para recordar siempre su victoria en la guerra, para que nadie olvidara sus orígenes, la dictadura de Franco llenó de lugares de memoria el suelo español, con un culto obsesivo al recuerdo de los caídos, que era el culto a la nación, a la patria, a la verdadera España frente a la anti-España, una manera de unir con lazos de sangre a las familias y amigos de los mártires frente a la memoria oculta de los vencidos, cuyos restos quedaron abandonados en cunetas, cementerios y fosas comunes.

El proyecto reformista de la República y todo lo que esa forma de gobierno significaba fue barrido y esparcido por las tumbas de miles de ciudadanos; y el movimiento obrero, sus organizaciones y su cultura, resultaron sistemáticamente eliminados en un proceso más violento y duradero que el sufrido por otros movimientos europeos de resistencia al fascismo.

La paz de Franco, que mantuvo el estado de guerra hasta abril de 1948, transformó la sociedad, destruyó familias enteras, rompiendo las básicas redes de solidaridad social, e impregnó la vida diaria de miedo, de prácticas coercitivas y de castigo. La amenaza de ser perseguido, humillado, la necesidad de disponer de avales y buenos informes para sobrevivir, podía alcanzar a cualquiera que no acreditara una adhesión inquebrantable al Movimiento o un pasado limpio de pecado republicano.

Con el paso del tiempo, la violencia y la represión cambiaron de cara, la dictadura evolucionó, “dulcificó” sus métodos y, sin el acoso exterior, pudo descansar, ofrecer un rostro más amable. Pero la dictadura nunca renunció a la guerra civil como acto fundacional, que recordó una y otra vez para preservar la unidad de esa amplia coalición de vencedores y para seguir humillando a los vencidos. La represión fue una útil inversión que Franco supo administrar hasta el final. Porque Franco murió matando. Pocas semanas antes de su muerte, ordenó la ejecución de cinco supuestos terroristas, tres del FRAP y 2 de ETA. Para dejar bien claro qué tipo de dictadura había sido la suya, desde la victoria en la Guerra Civil hasta el último suspiro en noviembre de 1975.

​​​​​​​4. ¿POR QUÉ LA DICTADURA DURÓ TANTO TIEMPO?
Al tratar de identificar las causas de esa larga duración, siempre sale, en primer lugar, por orden de aparición en la historia, la represión y la cultura excluyente, ultranacionalista, que dominaron la sociedad española desde la victoria en la guerra a la muerte de Franco. El mantenimiento de ese escenario de violencia, miedo y vigilancia durante tanto tiempo resulta incomprensible si no se tiene en cuenta el papel fundamental del Ejército, del ejército de Franco, construido en medio de una guerra civil y de una posguerra victoriosa, que garantizó en todo momento la continuidad de la dictadura, porque unido en torno a su Caudillo y al recuerdo del 18 de julio no presentó fisuras.

Franco y su ejército debieron también adaptarse a los cambios en la situación internacional. La situación internacional fue muy propicia para el franquismo, desde sus orígenes hasta el final. En 1939, derrotada la República, el clima internacional tan favorable a los fascismos contribuyó a consolidar la violenta contrarrevolución iniciada ya con la ayuda inestimable de esos mismos fascismos desde el golpe de julio de 1936. Muertos Hitler y Mussolini, a las potencias democráticas vencedoras en la Segunda Guerra Mundial les importó muy poco que allá por el sur de Europa, en un país de segunda fila que nada contaba en la política exterior de aquellos años, se perpetuara un dictador sembrando el terror e incumpliendo las normas más elementales del llamado “derecho internacional”. En palabras de un alto diplomático británico, la España de Franco “sólo es un peligro y una desgracia para ella misma”.

Conforme avanzaba la Guerra Fría, como Franco era un aliado fiable en la contienda mundial contra la Unión Soviética, no se ejerció sobre su dictadura una presión irresistible para que se "democratizase". Franco y su régimen fueron, así, gradualmente rehabilitados, algo que se confirmó plenamente con los Acuerdos con Estados Unidos firmados el 26 de septiembre de 1953, la firma del Concordato con el Vaticano el 27 de agosto de aquel mismo año y el ingreso de España en la ONU en diciembre de 1955.

Sin intervención exterior, con un ejército unido y con un apoyo unánime, salvo en los últimos años, de la Iglesia católica, en su labor educativa y de control social, la dictadura de Franco estaba destinada a durar, aunque las dictaduras no se sostienen sólo en las fuerzas armadas o en la represión. Para sobrevivir y durar, necesitan bases sociales y la dictadura de Franco, salida de una guerra civil, no fue en ese aspecto una excepción.

Los apoyos del franquismo fueron amplios, más allá de toda la gente de orden que se sumó a la sublevación en julio de 1936 y estuvo siempre agradecida a Franco por la victoria. Salvo los más reprimidos, perseguidos y silenciados, a los que la dictadura excluyó y nunca tuvo en cuenta, el resto de esa España que había estado en el bando de los vencidos se adaptó, gradualmente y con el paso de los años, con apatía, miedo y apoyo pasivo, a un régimen que defendía el orden, la autoridad, la concepción tradicional de la familia, los sentimientos españolistas, la hostilidad beligerante contra el comunismo y un inflexible conservadurismo católico.

Los cambios producidos por las políticas desarrollistas, a partir del Plan de Estabilización de 1959, aconsejado por el Fondo Monetario Internacional, y de la llegada de los tecnócratas del Opus Dei al Gobierno, ampliaron y transformaron sus bases sociales. El crecimiento económico fue presentado como la consecuencia directa de la paz de Franco, en una campaña orquestada por Manuel Fraga desde el Ministerio de Información y Turismo y plasmada en la celebración en 1964 de los XXV Años de Paz, que llegó hasta el pueblo más pequeño de España.

Esos “buenos” años del desarrollismo, opuestos a la posguerra, la autarquía y el hambre, alimentaron la idea, sostenida todavía en la actualidad por la derecha política, de que Franco fue un modernizador que habría dado a España una prosperidad sin precedentes. Resulta difícil creer y demostrar, sin embargo, que un general que, junto con sus compañeros de armas, provocó una guerra civil, con efectos desastrosos, y se mantuvo en el poder absoluto y de forma violenta durante casi cuatro décadas, fuera un modernizador o un salvador de la patria frente al comunismo y la revolución.

Más de una generación de españoles creció y vivió bajo el dominio de Franco, sin ninguna experiencia directa de derechos o procesos democráticos. Ese gobierno autoritario tan prolongado tuvo efectos profundos en las estructuras políticas, en la sociedad civil, en los valores individuales y en los comportamientos de los diferentes grupos sociales. En 1945, Europa occidental dejó atrás treinta años de guerras, revoluciones, fascismos y violencia. Pero España se perdió durante otras tres décadas ese tren de la ciudadanía, de los derechos civiles y sociales y del Estado de bienestar.

El principal responsable de que eso fuera así, Francisco Franco, ayudado por sus compañeros de armas y apoyado casi hasta el final por amplios sectores de la población española, se empeñó en llevar un camino diferente al de las democracias occidentales. Y durante años y años, muchos españoles defendieron y aceptaron estar organizados, y obligar a quienes no lo quisieran estar, conforme a estrictas reglas autoritarias.

Con propaganda y memorias divididas, esos trágicos sucesos del pasado han proyectado su larga sombra sobre el presente democrático y, frente a ella, necesitamos miradas libres y rigurosas, que atiendan al conocimiento y a las diversas investigaciones que los historiadores hemos proporcionado en los últimos años. Conocimiento, enseñanza y transmisión y divulgación precisa de la historia. Más allá de las mentiras.
                                                        _______________________ 

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza e investigador del Institute for Advanced Study de Princeton

3 consejos para los padres de niños quisquillosos a la hora de comer

Puede ser un momento de frustración y hasta desesperación.

Quieres que tu niño o niña se alimente bien, tratas todos los trucos y persuasiones posibles, pero no hay caso.

No quieren probar ni un trocito de esa verdura, fruta o alimento que has preparado.

¿Qué más puedes hacer?

Investigadores del Hospital de Niños de Filadelfia y de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos aseguran tener una respuesta a esa pregunta.

Ambos centros realizaron un estudio en el que los propios padres fueron entrenados para convertirse en "terapeutas" de sus niños. Y los resultados, según aseguran los investigadores, "cambiaron la vida de las familias".

El estudio se centró en poco más de 20 familias y en casos extremos, pero los investigadores afirman que las técnicas usadas son aplicables a una gran variedad de casos de niños que se niegan a probar o comer alimentos nuevos.

El estudio tuvo lugar en la Clínica de Niños Quisquillosos para Comer (Picky Eaters Clinic) en el Hospital de Filadelfia y fue dirigido por la psicóloga clínica Katherine Dahlsgaard.

La experta compartió con BBC Mundo tres consejos que los padres pueden seguir para ayudar a sus niños a aceptar nuevos alimentos.

Qué es un "niño quisquilloso" Comencemos por una definición: ¿cuándo se considera a un niño "quisquilloso para comer"?

"Eso es subjetivo. Muchos niños pasan por fases normales en su desarrollo cuando son muy pequeños, con uno o dos o tres años, antes de ir a la escuela, en que son más quisquillosos e incluso neófobos, es decir, resistentes a probar algo nuevo", explicó Dahlsgaard.

No llamaría a estos niños quisquillosos y alentaría a los padres a continuar ofreciéndoles alimentos nuevos. Puede tomar hasta 15 veces o más intentos antes de que un niño acepte algo nuevo".

Dahlsgaard señaló que un "verdadero quisquilloso" es típicamente un niño mayor, ya en el jardín o la escuela, que es muy inflexible con la comida, que se niega rotundamente a probar algo y hasta se muestra afligido si los padres insisten.

Los niños quisquillosos suelen ser niños que comen snacks o meriendas todo el tiempo y cuando se sientan a la mesa no tienen mucha hambre, agregó la experta.

"Yo trabajo con padres para enseñarles que no deben sentirse culpables si no lo permiten a sus hijos comer snacks antes del almuerzo o la cena".

La psicóloga señaló que los niños quisquillosos y sus padres pueden ser blanco de todo tipo de comentarios negativos.

"A los niños les llaman tercos o malcriados o mimados y todo el mundo se siente con derecho a dar consejos que no ayudan como: '¡Oblígalo a que coma!'"

"Pero muchos de los niños quisquillosos tienen hermanos que comen normalmente. Los padres son los mismos, así que culpar a los padres es injusto y no ayuda", agregó

"Y también sabemos que en algunos casos puede haber un componente genético que influye en la sensibilidad a cosas que te dan asco".

Sea como sea el caso, Dahslgaard tiene tres recomendaciones principales para los padres de niños quisquillosos con la comida.

1. Establecer expectativas claras
Esto significa, por ejemplo, decir a un niño: "Probarás y tragarás tres pedacitos de una comida nueva o no preferida" durante la cena o almuerzo, o en una hora predeterminada de merienda.

"Yo les enseño a los padres a que se den a sí mismos el permiso de fijar esas expectativas claras. Algunos padres creen que si lo hacen, sus hijos sufrirán o acabarán con algún desorden alimenticio. Pero muchas investigaciones muestran que eso no es cierto", afirmó Dahlsgaard.

"Yo les recuerdo a los padres que ellos insisten todo el tiempo a sus hijos que hagan cosas que no quieren, como por ejemplo, que se cepillen los dientes, que vayan a la cama, que acepten ser vacunados, y eso es considerado ser buenos padres".

2. No tener miedo de ofrecer recompensas
Para Dahlsgaard no hay nada de malo en dar recompensas a los niños cuando cumplen la expectativa fijada. Y ofrecer comentarios positivos cuando lo hacen.

"Y si tu hijo no cumple con la expectativa, no tengas miedo de no dar una recompensa. Estas mostrándole que puede tener confianza en que tú cumples tu palabra".

Dahlsgaard relató que la recompensa más popular suele ser "tiempo de pantalla", es decir, ver algo en la televisión o una tableta.

En el estudio, si los niños no cumplían con la expectativa de probar algo "era su propia opción y simplemente no tenían tiempo de pantalla esa noche".

De acuerdo a la experta, los niños aprendieron muy pronto que sus padres cumplirían su palabra.

3. Ignorar los gestos de asco
Cambiar comportamientos lleva tiempo, pero eventualmente las pequeñas victorias llevan a victorias mayores, señaló Dahlsgaard.

"En nuestras sesiones hacemos mucho juego de roles. Fingimos situaciones para que los padres aprendan a mantenerse calmados y optimistas aún cuando sus niños lloran, gritan o salen corriendo de la mesa".

"Los padres en ese caso simplemente dicen, 'está bien, sé que lo harás mañana'".

Clínica de los Niños Quisquillosos para Comer entrené a los padres a mostrar una actitud neutral ante las expresiones de asco. Esas reacciones suelen ser una respuesta natural a probar algo nuevo, pero desaparecen cuando el alimento se vuelve familiar".

En el estudio, los padres asisten a sesiones de grupo en que se apoyan entre sí.

"Los padres aplaudieron por ejemplo a una mamá y papá cuyo niño armó un escándalo porque no quería probar un trocito de aguacate o palta. Ellos se mantuvieron calmados y, al otro día, el niño lo comió".

El desafío de la flexibilidad Otra técnica útil según Dahlsgaard es introducir variedad, comenzando por las comidas favoritas.

Por ejemplo, si a un niño le gusta comer tostadas, sus padres pueden cortarlas en filas largas en lugar de cuadraditos.

A esta opción le llamamos el 'desafío de la flexibilidad', es decir, presentar una comida que les gusta pero de una forma novedosa".

¿Y qué consejo daría Dahlsgaard a los padres de niños que prefieren ir a la cama con hambre antes que probar una verdura nueva?

"Yo sugeriría a los padres que expongan al niño a muchas más verduras, en el desayuno, almuerzo, cena, merienda", dijo.

"También que dibujen en un papel una tabla en la que el niño pueda ver que gana estrellitas cada vez que come algo nuevo", continuó.

"¡Y que tengan muuucha paciencia!".

5 ideas sencillas para que tus niños elijan comer alimentos saludables


viernes, 20 de diciembre de 2019

Educación: el polémico estudio que afirma que niños más atractivos sacan mejores notas

Es posibles que los niños y niñas más agraciados físicamente saquen mejores notas?

Eso es lo que asegura un reciente estudio llevado a cabo por economistas estadounidenses, que concluyó que los estudiantes más atractivos no solo obtienen mejores resultados académicos sino que también permanecen más tiempo escolarizados.

El economista Daniel S. Hamermesh, de la neoyorquina Universidad de Barnard, y dos colegas de otras dos universidades de EE.UU. llegaron a esta conclusión tras estudiar la amplia información incluida en el informe estadounidense "Atención temprana a los niños y desarrollo en la juventud", que sistematizó los datos de 1.300 niños edades entre 6 meses y 15 años de edad.

Para su investigación también utilizaron el informe británico "Estudio del desarrollo de la niñez en Reino Unido", que contiene una cronología de la vida de 17.000 niños británicos nacidos en una sola semana en 1958.

Una de las preguntas que surge al leer las conclusiones preliminares del estudio publicadas por el Buró Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos es cómo midieron los expertos el nivel de atractivo de los estudiantes.

Cómo determinar quién es lindo y quién no? Diseñar una forma de medir la belleza es todo un desafío. Quizás por eso los autores decidieron confiar en las clasificaciones ya incluidas en los estudios que utilizaron para su investigación.

En el caso del informe estadounidense, la apariencia de los sujetos fue evaluada por un panel de al menos 10 jóvenes que miraron segmentos de videos de las entrevistas que ofrecieron los niños durante la investigación. Los evaluadores podían dar una calificación de 1 (no atractivo) a 5 (muy atractivo o lindo).

En el estudio inglés fueron los maestros los que ofrecieron una de las siguientes categorías a los menores: atractivo, no atractivo, con una "característica anormal" o "mal nutrido, desaliñado y sucio".

Los niños evaluados como atractivos en ambos estudios demostraron tener mejores resultados académico que sus compañeros clasificados como menos atractivos, aunque los autores controlaron la influencia de otras variables como el origen étnico, el género, la educación y los ingresos de los padres.

La Dra. Judith Kleine Staarman, profesora de Educación de la Universidad de Exeter (Inglaterra) y especialista en los procesos de aprendizaje, advierte que el estudio relaciona los resultados académicos con el aspecto físico de los niños, pero que esto es solo una correlación y no se puede interpretar como causal.

Lo que intenta explicar es que no por lucir más atractivos las personas son más inteligentes. Pero entonces, ¿por qué se produce esta correlación?

¿Culpa de los profesores? Hamermesh y sus colegas utilizaron la gran cantidad de datos disponibles para probar diferentes teorías. Encontraron evidencia de que los profesores suelen tener una mejor relación con estudiantes más atractivos, lo cual pudiera explicar la brecha entre unos y otros.

También concluyeron que los que fueron clasificados como no atractivos en algún grado, eran más proclives a reportar ser víctimas de acoso por parte de sus compañeros, lo cual afecta el rendimiento académico.

Además, vieron que se reportan menos casos de problemas de comportamiento entre los estudiantes más agraciados.

Así, los datos demuestran que los más "lindos" son más proclives a terminar sus estudios y a tener resultados positivos consistentes en lectura y matemática.

De hecho, el estudio de Hamermesh confirma que aquellos cuya apariencia "está un punto por arriba del promedio" logran mantenerse en la escuela cinco meses más que los compañeros que tienen una apariencia considerada promedio.

Judith Kleine considera que este estudio deja muchas preguntas sin respuesta. "El informe no explica claramente por qué está sucediendo esta correlación entre apariencia y desempeño académico".

No obstante, no desestima la importancia de los prejuicios que tienen los profesores.

Seguramente, uno tiene preferencias subconscientes, incluso yo, que estoy tan alerta sobre esto, pero le pasa a todo el mundo".

El estudio estadounidense ofrece luz también sobre otras investigaciones que afirman que las personas atractivas ganan más dinero que las que no lo son.

Estas revelaciones podrían ayudar a comprender por qué, ya que de acuerdo a los resultados de esta investigación, los más "atractivos", incluso siendo niños, suelen tener mejores experiencias educativas y mantienen un mejor rendimiento académico.

Esto podría significar que al llegar a la adultez las personas consideradas más atractivas tienen una posición más ventajosa para enfrentarse a la vida profesional.

Lea el informe completo en inglés aquí.

BBC y El País

https://lasideas.es/6-juegos-para-aumentar-el-autoestima-de-los-ninos/

jueves, 19 de diciembre de 2019

Los cirujanos cardiovasculares aconsejan revisar el uso de ‘stents’ en la mayor arteria del corazón. Una filtración a la BBC revela que el estudio de referencia sobre el tratamiento omitió datos sobre la seguridad de los dispositivos.

La Sociedad Europea de Cirugía Torácico-Cardiovascular (EACTS, en sus siglas en inglés) ha retirado su apoyo al tratamiento más utilizado para un tipo de dolencia del corazón tras la publicación por la BBC de unos datos que cuestionan la seguridad en estas intervenciones de los stents, unos pequeños muelles usados para desobstruir las arterias del corazón. La controversia afecta a los pacientes que reciben tratamiento para la enfermedad significativa del tronco común de la arteria coronaria izquierda, que ocluye parcialmente la circulación por la mayor arteria que lleva sangre al corazón. Estos son unos 1.500 al año en España, según las sociedades científicas consultadas. El uso de stents en otras indicaciones no está cuestionado.

El tratamiento de primera elección hasta 2018 era una operación quirúrgica a corazón abierto para aplicar una desviación coronaria (bypass). La publicación dos años antes de un estudio que concluía que con un stent se obtenían resultados similares llevó a modificar las guías clínicas en Europa. Estas, elaboradas por la EACTS y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, en sus siglas en inglés), pasaron a recomendar ambas intervenciones.

El ensayo clínico que llevó a dar este paso, llamado Excel, fue publicado por la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine y estaba financiado por Abbott, uno de los mayores fabricantes de stents

La investigación del programa Newsnight de la BBC revela que los autores del estudio utilizaron una forma inusual de contabilizar las complicaciones sufridas por los 2.000 pacientes incluidos en el ensayo, la mitad de los cuales fueron sometidos a un bypass, mientras que a la otra mitad se le implantó un stent. Esta fórmula omitía que aquellos con un stent tenían un 80% más de posibilidades de sufrir un infarto grave y padecían una mayor mortalidad.

“Utilizaron un valor compuesto que sumaba los casos de fallecimiento e infartos”, explican fuentes de la EACTS. “Pero la definición de infarto no era la que habitualmente utilizamos, sino una muy estricta que incluía incluso alteraciones de enzimas sin relevancia clínica que suelen producirse en las operaciones de bypass. De esta forma, el total de complicaciones parecía similar, cuando en realidad los datos concretos de infartos graves y muertes eran desfavorables para los stents”, añaden estas fuentes.

Estos datos son los que reveló hace una semana la BBC y provocaron una tormenta inmediata en la clase médica. En un duro comunicado, la EACTS mostró su “gran preocupación” porque “parece que se han ocultado algunos resultados del ensayo Excel y algunos pacientes han recibido por ello consejos médicos erróneos”. “El consejo de la EACTS ha decidido por unanimidad retirar de forma inmediata nuestro apoyo [...] a las guías clínicas”, sigue la sociedad científica. “Si los nuevos datos son correctos, la recomendación vigente no es segura”, concluye.

La reacción de la ESC, cuyos asociados son quienes implantan los stents, ha sido menos contundente y sigue apoyando “las actuales recomendaciones”, según otro comunicado. “Hemos sido informados de que puede haber nuevos hallazgos” del ensayo Excel “que no habían sido incluidos en la publicación original o compartidos con nosotros. Esperamos revisar estos datos con nuestros colegas cirujanos, junto a los nuevos datos publicados este año, para valorar su relevancia”, concluye la ESC.

“Reelaborar las guías clínicas” Ángel Cequier, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, considera que la polémica es “una discusión técnica y estadística”. “Tenemos que analizar los datos ahora discutidos y deberemos reelaborar las guías clínicas. Pero es un debate que se ha trasladado fuera del ámbito médico y puede alarmar a la población, cuando en realidad estos son dispositivos con muchos usos, que cada año salvan muchas vidas y han demostrado su eficacia y seguridad”, afirma.

En una respuesta por escrito, Abbott afirma que financió el ensayo Excel, pero que este fue “diseñado para ser liderado y desarrollado enteramente desde la comunidad académica de cirujanos cardiacos y cardiólogos” sin intervención de la compañía. “El desarrollo de los protocolos, la ejecución del estudio, su seguimiento, el análisis de los datos y su interpretación ha estado en manos de investigadores independientes”, reitera la compañía.

Los editores de The New England Journal of Medicine también defienden, en una respuesta escrita a este diario, que “el artículo describe de forma adecuada los hallazgos del ensayo clínico”.

UNA INVESTIGACIÓN ENVUELTA EN RECELOS Y DIMISIONES
Los datos revelados sobre el ensayo Excel han hecho aflorar un conflicto larvado en relación con el estudio. “Los autores utilizaron una forma inusual de definir infarto de miocardio, pero aseguraron que publicarían también los datos referentes a la definición más convencional” y grave de esta dolencia, recoge la BBC.

Estos datos, sin embargo, no se han hecho públicos hasta ahora. Mientras las guías clínicas estaban en fase de elaboración, el consejo asesor del ensayo clínico mostró por escrito sus recelos “sobre la mayor mortalidad entre los pacientes a los que les había sido implantado un stent”, según mensajes de correo electrónico consultados por la cadena británica.

Una de las figuras médicas que han participado en el ensayo, David Taggart, de la Universidad de Oxford, renunció a sus responsabilidades. Explicó a la BBC que “no tenía otra opción” ya que el artículo no “daba la suficiente importancia a los datos de mortalidad del estudio”.

https://elpais.com/sociedad/2019/12/16/actualidad/1576528839_409230.html

miércoles, 18 de diciembre de 2019

_- La fosa donde enterraban a menores y embarazadas, la feroz represión de Queipo en Écija.

_- María Serrano
Público.es

Desde menores a jóvenes embarazadas y niños se encontraban dentro de esta fosa que albergaba en 1937 más de doscientos fusilados. En 2020, será de nuevo abierta para terminar de identificar lo que allí ocurrió.

Cuenta la arqueóloga Carmen Romero Paredes que “las unidades militares desplegadas por Queipo se iban expandiendo por las distintos pueblos de la provincia de Sevilla”. Y cómo el primer pueblo en caer después de la capital andaluza fue Écija, el mismo 18 de julio. Sin piedad, aplicando el bando de guerra, la represión más feroz en Écija se llevaría por delante a más de quinientos vecinos al formar parte de una maniquea limpieza de inocentes. Una huella que quedó para siempre en este pueblo. “Aquella eliminación directa con ejecuciones inmediatas” en el primer verano de la guerra civil no fue olvidada por ningún vecino.

La historiadora de la Universidad de Córdoba Carmen Jiménez Aguilera cuenta a Público que “el mismo día 18 se lee el bando de guerra en la plaza del Salón y allí mismo muere el primer ecijano”. Su nombre, José Pérez Jiménez, alias El Hormiguita. Jornalero de profesión. “Solo en el primer momento de la lectura, este hombre respondió con un viva la república, a lo que los militares respondieron con un tiro certero y directo que acabó con su vida”. Esa fue la carta de presentación de los golpistas en Écija nada más sublevarse. Juan Tamarit Martell, alcalde republicano también se personaría frente a la guarnición golpista en la noche del 18 de julio. Un mes después, su cuerpo se encuentra cosido a balazos frente a las tapias del cementerio, el 13 de agosto de 1936.

Pero la represión no solo se extendía por la corporación local y los políticos, sino que acompañó durante toda la dictadura a los familiares de estos. La hermana de Juan Tamarit Martell sufrió en plena posguerra un consejo de guerra, por denuncia de un vecino de Écija al que insultó en un autobús por haber asesinado a su hermano. Carmen destaca a Público que, al ser su marido falangista, el juez militar le impuso un arresto domiciliario por un breve tiempo y finalmente fue absuelta.

Pero, ¿cómo continuaría esa represión bien entrada la guerra para los vecinos ecijanos? Carmen Jiménez apunta a Público que hay muchas anécdotas e historias sin dar a conocer que muestran la extrema vigilancia a la que eran sometidos cada uno de los vecinos, ya casi acabada la guerra. Como la de María Rejano, una joven vecina que una tarde de febrero de 1939 fue al cine a ver una película y la Guardia Civil se dio cuenta de que no levantó el brazo cuando se proyectaba la imagen del Generalísimo y sonaba el himno nacional en el cine Cervantes. “Su vacilación a la hora de levantar el brazo, pues no sabemos si es que no lo levantó o no lo hizo con suficiente vehemencia, fue reflejado en un informe del cuerpo de investigación”. La joven recibió una multa de 15 pesetas, una importante fortuna para la época, “teniendo en cuenta que un kilo de pan podía costar en aquellos años de la posguerra entre los 50 y 90 céntimos”.

Desde el verano de 1936 hasta febrero de 1937 fueron fusiladas en Écija más de 200 personas. Jiménez destaca a Público que “esta cifra sigue creciendo, pues hay muchas víctimas de la represión franquista en Écija de las que no hay ningún registro documental”. Matar a más de 200 personas, que sepamos a día de hoy, “son muchas, demasiadas personas”. Y es que, tal y como destaca Jiménez Aguilera, “el golpe en Écija nació matando y sólo hubo un bando, el vencedor”.

En la cifra global de represaliados se puede hablar de 500 ecijanos como víctimas de la represión ejercida por el franquismo. “En este conteo tenemos incluidos fusilados, represaliados económicos (incautación de bienes y tribunal de responsabilidades políticas), los que sufrieron la cárcel o aquellos que fueron juzgados por tribunales militares”. Muchos de los ecijanos que fueron condenados por consejos de guerra serían juzgados una vez terminada la guerra civil. Otros huyeron y después de tres años volvieron y serían encarcelados.

El conocimiento de aquel horror y la primera exhumación en 1982
La voluntad de los familias ecijanas fue lo que permitió conocer los cuerpos y la atrocidad de aquella represión. “Doscientas familias ecijanas tenían un familiar en esa fosa. Son los primeros pasos de nuestra democracia, hay lugares en los que se estaba haciendo también, y ellos pensaron que porqué no”, apunta la investigadora.

Se recogió dinero, los trabajos se hicieron por suscripción popular, cada uno aportó lo que pudo. En la mayoría de los casos fueron los familiares los que donaron el dinero.

A pesar de las escasas técnicas arqueológicas de la época, se pudo crear un mausoleo donde recogieron y depositaron de forma artesanal los restos de todos los fusilados. Un proyecto donde fueron contabilizados, según los registros de la época, 635 cuerpos.

Treinta y siete años después de aquella exhumación, se ha pedido financiación al Ministerio de Justicia para realizar un “estudio antropológico de los huesos y análisis de ADN, es decir, una identificación de los mismos”. A día de hoy, todavía no han dado comienzo, e, igualmente, tampoco se ha realizado recogida de muestras de ADN a ningún familiar, a la espera de que se ejecuten los plazos para el inicio del proyecto en 2020.

Menores fusilados y hermanos con tan solo 14 y 16 años
Jiménez Aguilera señala que existen casos sangrantes y documentados dentro de aquella fosa de Écija, como dos hermanos menores en el momento de su fusilamiento. “Un familiar nos contó, en este caso una mujer, como sus dos hermanos de 16 y 14 años fueron fusilados. Ella era una niña de apenas 7 u 8 años. Unos falangistas vinieron a por el hermano mayor y el otro más chico se empeñó en acompañarlo. Ella también se fue detrás de ellos y vio cómo los ataban; intentó continuar hasta el cementerio como pudo”.

También está la historia de los médicos Carlos Ballesteros y Juan Jiménez García, y el hijo de este, practicante, Juan Jiménez Tovar, que fueron detenidos juntos y fusilados posteriormente pocos días después del golpe. El hijo fue el único que quedó vivo tras el fusilamiento y murió aquella noche desangrado mientras llamaba a su madre. La ejecución fue perpetrada por el jefe de Falange del municipio sevillano.

Hay muchos ejemplos de ensañamiento con otros menores. Jiménez señala el caso del cantinero de la Casa del Pueblo, detenido y fusilado poco después. Su hijo mayor, miembro del Partido Comunista fue detenido, pero no fusilado, a cambio de salvarle la vida. “Con sorna, le dicen que va a enterrar él a sus compañeros. Lo ponen a cavar en la fosa, a presenciar los fusilamientos y a enterrar, como le dijeron, a sus compañeros”. Su otro hermano, de apenas 14 años, quedaría traumatizado de por vida. “Aunque sabía leer y escribir, nunca más volvió a firmar un documento”. La hermana de este, Encarna, contaba a Carmen cómo “temblaba al ver a la Guardia Civil y sólo acertaba a firmar con el sello y el dedo”.

Sobre los fusilamientos a mujeres jóvenes, destaca que “muchos testimonios cuentan que hubo un fusilamiento sólo de mujeres, todas ellas muy jóvenes, incluso puede que algunas de ellas no fuesen más que unas niñas”. Las fuentes orales apunta cómo las mataron y las dejaron expuestas varios días a las puertas de un convento, el de Santa Inés, todas ellas con un escapulario sobre la boca.

En cuanto a las mujeres embarazadas, hay testimonios que afirman que de los cuerpos exhumados en 1982 en la fosa había mujeres embarazadas y algunos niños pequeños. “No hay ningún rastro documental de esto, no tenemos información, no hay un documento que lo corrobore. Con el trabajo que se va a realizar y la identificación de los restos, podremos confirmar o desmentir este dato en esta investigación que será definitiva”, concluye la historiadora.

Fuente:
http://www.publico.es/politica/queipo-ecija-fosa-enterraban-menores-embarazadas-feroz-represion-queipo-ecija.html

martes, 17 de diciembre de 2019

Un paseo con el joven Einstein por Zúrich, la ciudad del tiempo. Desprejuiciada y abierta, la ciudad suiza se convirtió en una meca científica para el gran físico teórico.

Albert Einstein junto a su compañera de estudios y pareja, la matemática Mileva Marić, en 1912.

¿Cuánto mide un minuto? En un lugar destacado de Zúrich, 46 centímetros. El reloj de San Pedro, que los zuriqueses presumen que es el mayor reloj mural del mundo, prodiga el tiempo desde el centro de la ciudad. Sus números dorados brillan sobre el gris de una torre de un gótico austero. 46 centímetros es justo la distancia que dibuja la aguja de su minutero cada 60 segundos.

Ahora sabemos que el tiempo es relativo, pero cuando Albert Einstein llegó a Zúrich, en 1895, el tiempo y el espacio, la masa y la energía, todavía eran conceptos absolutos. Einstein tiene apenas 16 años y se ha desplazado a la ciudad suiza en tren desde su Alemania natal. Se cuela bajo las faldas de Mater Helvetica, una escultura encaramada en el dintel de la entrada de la estación, como si se encomendara a ella antes de dar un paso hacia la Bahnhofstrasse: la gran vía burguesa trazada en el siglo XIII que hoy jalonan tiendas de lujo.

Aquel viaje en tren le cambiará la vida al joven Einstein, pero, con todo, no fue el más importante de su aún corta existencia. Sin moverse del sitio, solo con su imaginación, Albert ya había llegado mucho más lejos, y mucho más rápido: aquel joven judío a quien su familia tiene por atolondrado se había planteado cómo sería viajar junto a un rayo de luz. A la larga, un viaje y otro, el real en tren hasta Suiza y el imaginario, pondrán patas arriba la física newtoniana. Pero en 1895 las motivaciones de Einstein son más mundanas. Quiere dejar atrás su adolescencia en Baviera y le puede el pavor a hacer el servicio militar en Alemania.

El siglo XIX está dando sus últimas boqueadas y los viejos científicos aún no terminan de desprenderse de la creencia en el éter como medio que usa la luz para transmitirse. El debate científico se libra en laboratorios polvorientos donde titilan las lámparas de gas. En comparación con ese ambiente casposo, qué flamantes le resultan a Albert los laboratorios que el magnate Siemens había pagado para el Polytechnikum de Zúrich. Sumando premios Nobel hasta los 21 actuales, el Politécnico se convertirá años después en uno de los centros de investigación más afamados del mundo bajo tres iniciales: ETH. Einstein, tras un primer rechazo, logra matricularse en sus clases.

La atmósfera que el joven respira en las calles de Zúrich tampoco tiene mucho que ver con la de las ciudades alemanas donde ha crecido. En el aire de Suiza palpita algo industrioso y civil, y se le hace patente el contraste con el militarismo prusiano. Albert opta por ser apátrida: renuncia a la nacionalidad alemana y aspira, ahorrando 20 francos al mes, a convertirse algún día en ciudadano helvético. Es fácil imaginar al chaval extranjero perdiéndose por el Lindenhof, el barrio que siglos atrás coronó un templo a Júpiter, hijo del dios del tiempo. Quizá buscará a menudo la cima suave de la colina a través de cuestas y plazuelas plagadas de fuentes para plantarse ante la torre enorme del reloj de San Pedro, el de los minutos en centímetros, el de las distancias medibles en minutos. Adentrándose luego en un callejón abierto junto a la iglesia, es posible que sin saberlo pisara los restos de las termas de la Turicum romana (si se pronuncia ese nombre latino durante más de mil años, se termina diciendo Zúrich).

De niño, sus familiares acusaron que tardaba demasiado en aprender a hablar y quizá por eso a Albert se le ha quedado la costumbre de ensayar sus frases en voz alta. Aun siendo distante, guasón y huraño, no le hace ascos a mezclarse entre el gentío que toma café. Aún está abierto, aunque con una decoración bien cambiada, el café Metropol, un refugio a lo belle époque donde se reúne en tertulia con sus amigos escasos pero sinceros del Politécnico. No falla a los encuentros el fiel Marcel Grossmann, apoyo en el armazón matemático de las teorías de Einstein y a quien también deberá el puesto de trabajo en la famosa Oficina de Patentes de Berna, el escenario de su annus mirabilis de 1905, adonde llegará tras recibir rechazos de acá y de allá.

Entre un paisanaje sobre todo masculino, a Einstein le llama la atención una compañera culta, inteligente y tenaz. Mileva Marić es la única chica que se sienta en su clase del Politécnico. Al principio a Albert la joven serbia le resulta fea, pero comienza a hablar con ella, a cartearse. Intercambian referencias científicas como una antesala pudorosa del afecto. Se entienden. Les apasionan las fronteras de la física. Ambos son extranjeros por voluntad propia en una ciudad que los acoge de buen grado.

Las murallas medievales de Zúrich han ido cayendo desde mediados del siglo XIX por orden de los liberales gobernantes del cantón. Esa merecida fama aperturista se extiende a los huidos por las represiones de toda Europa y se constata al llegar a la ciudad. Hay algo sorprendentemente ácrata en el frío corazón de los fabricantes de relojes. Una fisura contestataria en los zuriqueses, a pesar de ser adoradores del método, el engranaje, la puntualidad y los seguros. En realidad así es también Albert: está convencido de que la naturaleza se rige por un orden definido —Dios y los dados— y le asustarán las incertidumbres que generará su hipótesis de la onda corpúsculo, pero, a la vez, es reacio ante cualquier autoridad y verdad revelada. Para dar rienda suelta a sus inquietudes, pocas ciudades hay mejores que Zúrich, una ciudad con solera de levantisca desde la Edad Media. La revolución de los gremios del siglo XIV ya había puesto contra las cuerdas el poder de la nobleza y de los monasterios. En la ciudad manda lo empírico, el sentido práctico, la falta de prejuicios, y de ella se beneficiarán también Mileva y otras mujeres pioneras de la ciencia: la Universidad de Zúrich fue una de las primeras en abrir sus puertas al sexo femenino.

En sus calles, sin la atadura de un contrato, Albert y Mileva vivirán su pasión lúcidos y libres. En casa de ella recala él cada vez que pierda las llaves, y bien sabe el atolondrado Einstein que no serán pocas ocasiones. Entre despiste y despiste, los jóvenes engendran a una niña, Lisserl. El embarazo impide a Mileva diplomarse en el Politécnico. La pequeña nace en 1902 en Serbia, y puede que Albert no llegase nunca a conocerla: se cree que la pequeña murió un año después.

Pero antes de que la muerte de la niña los sacuda, mucho tiempo antes de que se divorcien pactando que el dinero de un futuro Nobel será para Mileva, los dos jóvenes estudiantes deciden saltarse las clases y escapan al Üetliberg, el monte-mirador que domina la ciudad y ofrece vistas amplias sobre su lago.

Discuten asuntos tan poco románticos como la teoría electromagnética de la luz. A sus pies se extiende un caserío que alterna edificios antiguos y modernos, una especie de capricho de marquetería en el que conviven las sedes de los antiguos gremios de artesanos con las de los nuevos centros científicos. Destacan las construcciones que albergan el Politécnico y la Universidad de Zúrich, pero también una nueva estructura imponente que surge de entre las casas antiguas como una tenia gigante. Es el observatorio astronómico que Gustav Gull ha ubicado en una de las partes más antiguas de la ciudad. El arquitecto se plantea derruir para siempre el viejo barrio de Schipfe, el cargadero del puerto. Por suerte, la falta de fondos congela el proyecto y sus calles aún ofrecen hoy un refugio pintoresco a quienes huyen del tedio del lujo y el antiglamour de las empresas de seguros.

En esa primera estancia en la ciudad, Albert Einstein pasará solo cuatro años, que acaban porque tras graduarse en el Politécnico no consigue trabajo académico, y es el único licenciado de su sección al que nadie se lo ofrece. Ya aupado por la fama de gran científico, volverá a Zúrich para ser primero profesor asociado, en 1909, y luego profesor de física teórica en su alma mater, de 1912 a 1914. Para vivir escogerá siempre barrios no muy alejados de los centros académicos y repartirá su vida en seis casas que aún se conservan.

Los lustrosos laboratorios Siemens no fueron imprescindibles para Albert. Si no hubiera sido en Zúrich o en Berna, su maravilla genial se habría obrado en otro sitio pero, a pesar de que su imaginación no precisara de instrumentos materiales, sí que encontró estímulo en los imponentes relojes de las torres de Suiza.

Entre reflexión y reflexión, ha llegado la hora de tomar un café helado. Albert y Mileva bajan desde el monte Üetliberg hasta la confluencia de los dos ríos de la ciudad, en el mismo sitio donde un irlandés de apellido Joyce escribirá su única obra de teatro, titulada oportunamente Exiliados. No muy lejos de ahí, el dadaísta Hugo Ball desterrará la razón del arte en su Cabaret Voltaire, Carl Gustav Jung fundará su Club de la Psicología y Lenin calentará motores en su exilio justo antes de partir a Rusia. Aunque todos ellos caminarán por las mismas calles en distintos años, entre lagos, cafés populosos y el relativo rigor de los relojes, en Zúrich cada uno inaugurará el siglo XX a su manera.

https://elpais.com/politica/2019/11/28/sepa_usted/1574944884_710299.html

https://elpais.com/elpais/2019/09/05/opinion/1567703341_398603.html?rel=str_articulo#1575908575776

https://elpais.com/elpais/2019/08/06/opinion/1565095557_591796.html?rel=str_articulo#1575911417540

Todos no

La insistencia de Casado y Gamarra en erigirse en apóstoles de todo el pueblo español no sólo es una patrimonialización ilegítima. Es también una manipulación grosera de la auténtica realidad de este país

Señor Casado, señora Gamarra: todos no. No todos los españoles estamos escandalizados por la negociación entre el PSOE y ERC. No en todos los hogares españoles se vive ese diálogo como una traición. No todos estamos deseando un gobierno de concentración nacional. Ustedes lo saben, porque han perdido las elecciones. Si llevaran razón, no sólo las habrían ganado. Si llevaran razón, Rajoy aún estaría en La Moncloa. Su insistencia en erigirse en apóstoles de todos los habitantes de este país no sólo es una patrimonialización ilegítima. Es una manipulación interesada de la realidad. Señor Casado, señora Gamarra, permítanme que me ponga como ejemplo. Hasta donde yo sé, no tengo una sola gota de sangre que no sea española. Nadie, ustedes tampoco, es más español que yo, pero mi concepto del patriotismo pasa por impedir a cualquier precio que la ultraderecha alcance la más ínfima parcela de poder. Eso, para mí, es amar a España. Y en la medida en que los republicanos independentistas catalanes, que de momento también son españoles, garanticen la estabilidad de un gobierno de progreso, que trabaje por el bienestar de la gente, los recibiré con los brazos abiertos. Tal vez les parezca extraño, pero nos han pasado cosas más raras. Aunque ustedes son más jóvenes que yo, seguramente saben que, en 1978, cinco diputados de AP, el partido del que nació el que ustedes dirigen en la actualidad, votaron en contra de la misma Constitución que ahora esgrimen como estandarte. Todos tenemos derecho a cultivar nuestras contradicciones, ni más ni menos que a preservar nuestra identidad. Por eso les pido por favor que se acuerden de mí cuando sientan la tentación de volver a hablar de todos los españoles. No lo hagan. Dejen de mentir.

Almudena Grandes, El País

https://elpais.com/elpais/2019/12/15/opinion/1576425530_470416.html?prod=REGCRART&o=cerrado&event_log=fa&event_log=fa

lunes, 16 de diciembre de 2019

Inventos que son más antiguos de lo que pensábamos (I) La desfibrilador, el microondas o la fibra de carbono se basan en hallazgos anteriores al siglo XX .

Algunos de los ingenios que usamos cada día tienen su origen en descubrimientos o patentes más antiguas de lo que podría parecer. La fibra de carbono, los desfibriladores y el aire acondicionado se deben a descubrimientos logrados mucho tiempo antes de que fueran patentados o explotados para los usos actuales.

La electricidad en el corazón de los perros y el desfibrilador
Un estudio concluyó que en los últimos años se han salvado unas 1.700 vidas anuales en EE UU por el uso del desfibrilador en personas en parada cardiaca antes de que las atiendan los servicios de emergencia. En los años 40, un cirujano, Claude Beck, aplicó descargas sobre el pecho de un joven paciente al que acababa de operar y que había sufrido un paro cardiaco. Su corazón volvió a latir.

Años más tarde, en 1965, el médico irlandés Frank Pantridge creó el desfibrilador portátil. Pero en la base del invento está un descubrimiento que se remonta a 1899. Dos médicos de la Universidad de Ginebra (Suiza), Jean-Louis Prévost y Federico Batelli, demostraron en perros adultos que una descarga eléctrica podía revertir las fibrilaciones ventriculares (contracciones desordenadas y débiles del corazón) que derivaban necesariamente en la muerte del animal.

El microondas deriva del radar y de un tentempié derretido
En la Feria Mundial de Chicago de 1933 la casa Westinghouse mostró cómo un transmisor de radio en onda corta de 10 kilovatios era capaz de cocinar filetes y patatas, pero la hazaña no pasó de la curiosidad. En aquella década varios países desarrollaron por su lado sistemas de detección basados en radar, un descubrimiento que, a su vez, deriva de los de los experimentos de Heinrich Hertz a finales del siglo XIX para mostrar que las ondas de radio rebotaban en los objetos metálicos.

La posibilidad de usar microondas para cocinar comida volvió a surgir, por azar, en 1945. Un técnico estadounidense que apenas contaba con estudios básicos, Percy Spencer, trabajaba en la prueba de un magnetrón (un aparato que convierte la electricidad en energía electromagnética en forma de microondas) en las instalaciones de Raytheon Corporation y al pasar cerca del aparato se dio cuenta de que un pequeño tentempié que llevaba en el bolsillo se había derretido. Luego repitió la experiencia con semillas de maíz y un huevo que explotó ante sus narices. Spencer no se benefició económicamente del descubrimiento, pero sí su empresa: Raytheon se lanzó a la producción de los primeros hornos microondas (que llamó, precisamente, Radaranges) solo un año más tarde, en 1946. Un relato reproducido por doquier afirmaba que el tentempié era una barra de chocolate, pero en una entrevista de la revista Popular Mechanics y otra de Business Insider a su nieto, este aseguró que más bien sería una barra de cacahuetes con caramelo, a las que su abuelo era muy aficionado.

La fibra de carbono es hija de las bombillas
El físico y químico Joseph Swan buscaba un filamento para su lámpara incandescente (aunque la fama se la terminara llevando Edison, Swan se le adelantó unos años) y usó filamentos de papel carbonizado en la década de 1860. Edison hizo algo parecido: usó un filamento de fibra de carbono para iluminar las primeras bombillas incandescentes, pero cogió hilos de algodón y astillas de bambú, les dio forma de filamento y las sometió a altas temperaturas. El resultado: una fibra carbonizada.

El tungsteno desplazó pronto a la fibra de carbono como material de los filamentos (aunque se siguió usando en algunas lámparas para uso naval, porque aguantaba mejor las vibraciones provocadas por las olas). La resistencia y la ligereza del material lo hicieron competir, muchos años más tarde, con el acero y el aluminio, y por así empezó a usarse para la fabricación desde aviones a coches de carreras y raquetas de tenis.

https://elpais.com/politica/2019/12/02/sepa_usted/1575284606_084299.html?rel=lom

domingo, 15 de diciembre de 2019

El hermano de la joven que acogió al embajador británico: “Hoy nos cuesta ayudar a los demás” Alfonso Arnáiz evoca la memoria de Lourdes, fallecida hace años de esclerosis múltiple, cuya historia de solidaridad se ha hecho viral

Lourdes Arnáiz siempre ofreció lo poco que tenía hasta que la esclerosis múltiple se la llevó antes de tiempo, con 32 años. Su memoria sigue perenne en quien la conoció toda la vida, como su hermano Alfonso, y entre quien apenas coincidió cinco días con ella, suficientes para hacerla inolvidable. Hugh Elliott, actual embajador del Reino Unido en España, llegó a Burgos en 1984 sin la bicicleta sobre la que recorría Europa con apenas 19 años. Lourdes, de su misma edad, le dio cobijo y alimento, sin conocerlo, hasta que llegó la bici. Jamás volvieron a verse, pero su historia se ha hecho viral 35 años después.

El diplomático retornó a Burgos la semana pasada, recordó esta vivencia y trató de localizar a su benefactora. El alcance de sus vídeos en redes sociales pronto superó sus expectativas, con miles de personas preguntándose por Lourdes. Así fue como Alfonso, de 63 años, supo que su hermana, fallecida en 1997, fue la buena samaritana en cuestión.

Este arquitecto técnico muestra este domingo en una cafetería de Burgos dos fotos de su hermana: morena, de pelo rizado y mirada profunda que posa ante la playa en un viaje a Gran Canaria. Lo hace mientras relata, con temple y cierta emoción, que Rosa, una antigua amiga de la solidaria joven, le informó de la búsqueda de Elliott. Todo encajaba: el embajador citaba a un canadiense que sirvió de nexo para conocer a Lourdes. Alfonso desconocía que la pequeña de los cuatro hijos de un matrimonio burgalés emigrado a Gipuzkoa se carteaba con el norteamericano, pero comprende que no le dijera nada. Qué hermanos no tienen secretos, se plantea. Rosa sí lo sabía y lo escribió en Twitter. El diplomático lo leyó y movió cielo y tierra para dar con Alfonso.

Arnáiz tenía entonces 29 años, trabajaba en Segovia y regresaba a Burgos los fines de semana. Aunque admite que no identificaba físicamente a Hugh, hablando con él este viernes constató la veracidad de la historia: “La clave fue que recordaba el vino que yo tenía, mi dirección y el cumpleaños de Lourdes”. El caldo es un Rioja llamado Paternina banda azul, que aún degusta el embajador 35 años después; el ciclista arribó a las tierras del Cid sin su Babieca de aluminio el 9 de septiembre de 1984 y se marchó el 14. Dos días después su anfitriona cumplió 20 años.

Cuando el embajador, que rememora la simpatía y las habilidades culinarias de Lourdes, supo del fallecimiento de su benefactora no desistió en conocer a Alfonso, quien agradece la invitación de Elliott para verse en Madrid. Pero lo que más abriga el frío que aún siente al recordar a su hermana es la iniciativa solidaria del diplomático: una campaña para sensibilizar sobre una enfermedad que paralizó a Lourdes Arnáiz los dos últimos años de su vida y le impidió cumplir su sueño de terminar Filología inglesa y viajar por Europa. Hay personas que unen incluso cuando se van.

El milagro póstumo de Lourdes fue la gran reacción popular recordando anécdotas solidarias. Estas historias humanas han vuelto a emocionar a Alfonso, que perdió a su madre hace unos días. “Se me ponen los pelos de punta”, afirma. Estos casos lo animaron a mostrarse para visibilizar una enfermedad que padecen 47.000 españoles. Eso sí, declina aparecer en las fotografías porque quiere pasar desapercibido. Su hija, de 17 años, tiene casi la misma edad que su tía cuando acogió al prójimo necesitado. “Se le cayeron las lágrimas cuando vio los vídeos del embajador y supo que su tía había sido tan buena con él”, explica sonriente Arnáiz sobre la adolescente, con quien dice hablar de todo para no ser un “padre antigualla”.

La solidaridad es un valor que Alfonso ensalza con sus palabras, manos y gestos faciales detrás de las gafas. Él sabe lo que es precisar ayuda en el extranjero. Así se vio en un viaje al polo norte en coche cuando el automóvil se estropeó y tuvo que defenderse con su escaso inglés en Copenhague. El mecánico carecía de la pieza necesaria para el arreglo, pero le ofreció “un apaño” para al menos llegar a España. El apaño le duró tres años.

El burgalés siente que los tiempos han cambiado y que ese gesto de su hermana hoy sería más difícil de encontrar. “¿Quién haría ahora autoestop?”, se pregunta. “A la gente le cuesta más darse a los demás”. Pese a ello, recalca la “humanidad” y la “solidaridad” de Hugh Elliott 35 años después de aquella estancia de cinco días. Por supuesto, sostiene, que le parecería bien que su joven hija acogiese también a quien lo necesitara. Lourdes estaría orgullosa.

 https://elpais.com/politica/2019/12/09/actualidad/1575889475_586084.html?rel=lom

sábado, 14 de diciembre de 2019

Entrevista al cineasta Ken Loach "La gente aún valora la honradez"

Manuel Ligero
La Marea

El director británico vuelve con una obra estremecedora sobre el trabajo precario, Sorry We Missed You

Es imposible mejorar la descripción que Graham Fuller, redactor de la revista Interview, hizo en su día de Ken Loach: “Es un hombre espontáneamente modesto. De hecho, es un oxímoron andante: un director de cine que, aparentemente, carece de ego. (…) De los innumerables cineastas que han hablado delante de mi grabadora durante años, Loach ha sido el menos director, el menos interesado en dotar a la profesión de una relevancia cósmica”. Los periodistas nos empeñamos en abordarlo con expresiones como “en su obra es importante esto” o “en sus películas se habla de aquello”. El maestro inglés nos corrige con dulzura antes de contestar: “No es ‘mi’ película. También es de Paul Laverty [su guionista de cabecera] y de Rebecca O’Brien [la productora]. Es un trabajo de equipo”. Quien así habla tiene dos Palmas de Oro de Cannes en su despacho y ha firmado algunas de las películas más conmovedoras de los últimos 30 años. Títulos que reflejan la vida de la clase obrera más desfavorecida aunando ternura, humor y drama: Riff-Raff, Lloviendo piedras, Ladybird Ladybird, Mi nombre es Joe, Buscando a Eric, Yo, Daniel Blake… La lista es abrumadora.

Loach acudió a San Sebastián para presentar Sorry We Missed You, una obra estremecedora sobre el “trabajo precario”; así lo expresa él, en castellano, guiñando un ojo para que apreciemos su esfuerzo por definir el tema con precisión en nuestro idioma. “El mundo cambia y siempre surgen nuevas formas de explotación. Esta forma de trabajar es absolutamente nueva y nadie había contado antes el efecto que tiene sobre las familias”. Su último filme narra la historia de un matrimonio aplastado por la carga laboral. Él conduce una furgoneta de reparto y ella es cuidadora a domicilio: ayuda, limpia y alimenta a personas que no pueden moverse por sí mismas y de la tercera edad. Sus hijos crecen solos porque ellos pasan por casa exclusivamente para dormir. Es la historia, en resumen, de una familia que se descompone. ¿Es política? Sí, claro, no podía ser de otra forma. Pero Fuller, nuevamente, lo expresa mejor: “La principal preocupación de Loach, pese a que su trabajo está arraigado en la lucha política, no es ni la retórica ni la ideología, sino la gente”.

¿Cómo describiría su acercamiento a esta gente? ¿Es piedad? ¿Rabia por sus condiciones de vida? ¿Es amor?

Es complejo, porque no se trata solo de mis sentimientos. Ya he dicho que la película es un trabajo de equipo. Lo primero es el respeto, eso lo compartimos todos. Pero yo, si tuviera que definirlo con una sola palabra, diría “solidaridad”.

Prefiere hablar de autenticidad antes que de realismo. Los personajes de todas sus películas también demuestran una gran solidaridad entre ellos. ¿Eso también es auténtico? ¿Tiene una base real?

Diría que sí. Apoyarnos mutuamente es algo natural. Siempre hay algunos egoístas, claro, pero lo más normal es echarle una mano al prójimo.

¿Y eso no está en crisis también?

No lo creo, aunque es cierto que la gente de mi generación ha visto otro tipo de sociedad. Cineastas como Mike Leigh o como yo, que crecimos en los años 40 y 50, justo después de la guerra, vimos que por entonces había un sentimiento muy fuerte de comunidad. La gente trataba de crear una sociedad mejor en torno al bien común. A la siguiente generación, la que creció en la época de Margaret Thatcher, no se la educó en los beneficios de trabajar por el bien común sino en los valores del éxito privado. El estado de ánimo era muy diferente. Se pasó del “vamos a trabajar juntos” al “preocúpate por ti mismo, busca el éxito, sé un emprendedor”.

Y de ahí se pasó a esa trampa llamada «economía colaborativa».

Que es perfecta para el empleador y una desgracia para la clase trabajadora. Porque el patrón ya no necesita un encargado que le diga a la plantilla qué es lo que tiene que hacer y que la vigile minuto a minuto. Se controlan a sí mismos por medio de una aplicación. Y además no tienen vacaciones pagadas ni protección sanitaria en caso de enfermedad. Es un desastre.

¿De dónde viene su interés por contar las dificultades de la clase trabajadora?

Bueno, la mayoría de nosotros somos trabajadores, pero dentro de este grupo hay gente que está peor: los trabajadores pobres, que son muy vulnerables y tienen que luchar mucho para poder sobrevivir. Me interesan esas vidas. Luego está el afán por cambiar este estado de cosas, que es algo que debe ocurrir desde abajo, por parte de la propia clase obrera. Los burgueses no van a regalarnos nada. Y la tercera razón es porque cuentan los mejores chistes.

Hay una escena en la película en la que el padre riñe a su hijo adolescente diciéndole: “Nosotros no robamos”. Y eso es un orgullo viniendo de una familia humilde de clase trabajadora. ¿Cree que el neoliberalismo está cambiando de alguna manera este código moral?

No lo creo. Siempre hay un elemento criminal en todos los estratos sociales, empezando por Donald Trump y yendo hacia abajo. La sociedad económica no tiene moral. Se basa simplemente en la explotación y en el acaparamiento: un grupo de propietarios se lo queda todo y los otros lo pierden todo. Pero creo que la gente, en general, aún se precia de ser honesta. Valora la honradez. Entre la burguesía, en cambio, no creo que la ética sea una de sus grandes cualidades. Saben que robar directamente no está bien, pero no tienen ningún reparo en apropiarse de los recursos naturales de un país. Por supuesto, ellos no lo llaman robar. Lo llaman comercio.

Sorry We Missed You habla de los estragos que este sistema laboral produce en la familia. ¿Esto tiene arreglo?

Lo que un sistema económico debería ofrecer es seguridad. Seguridad frente al paro, seguridad en los ingresos, seguridad para tener un hogar, para tener una educación, seguridad cuando estás enfermo, cuando eres mayor… Si tenemos eso, la familia tendría tiempo para cuidar de sus relaciones, que es lo que falta cuando el padre y la madre trabajan 10 o 12 horas al día. Con esa seguridad, cuando ya tienes cubiertas tus necesidades básicas, puedes preocuparte por el vecino, puedes ser generoso con el inmigrante. Si no tienes esa seguridad, te encierras en ti mismo. Para ser generoso hay que sentirse fuerte. Y esta generosidad hacia tus hijos, tus vecinos, tu comunidad, es un buen entorno en el que vivir.

¿Piensa en una audiencia específica cuando rueda sus películas?

Realmente no. El principal compromiso es con la historia y con los personajes, a los que hay que retratar con la mayor autenticidad posible. Hay que llegar a la misma piel, que es muy diferente si se trata de un trabajador o de un burgués. Eso se ve incluso en el físico. Sus cuerpos están moldeados de forma diferente. Mueven las manos de forma diferente. El idioma que hablan es diferente. Hasta su mirada es diferente. A la hora de componer ese retrato no cedo ni un ápice.

El enemigo está entre nosotros

Desde los años ochenta, Loach tiene una fijación, una espina clavada: los líderes sindicales que traicionaron a los trabajadores en aquella época, en las minas, en los puertos, en las fábricas, haciendo triunfar a la postre el modelo thatcheriano. Quizás por eso en sus películas no suele criticar a los peces gordos, porque eso sería demasiado obvio, sino a los mandos intermedios, a los lacayos, a los trabajadores que venden a sus propios compañeros. En nuestros días, el modelo de explotación se ha refinado. O mejor dicho, se ha retorcido, como puede verse en la empresa de reparto que aparece en Sorry We Missed You : “Ahí hay un encargado, que no es el dueño de la empresa, que dice ‘cuidar’ a sus trabajadores dándoles más y más trabajo. ‘Yo cuido de ti y de tu familia porque te hago ser más eficiente’, les dice. Cree que los defiende, paradójicamente, imponiéndoles un régimen draconiano. Y a través de él vemos cómo ahora el trabajo se puede abrir o cerrar, como un grifo, lo que es magnífico para el negocio, porque evita los contratos y elimina los derechos laborales. Así son más competitivos, lo que atraerá más trabajo, y cree que eso es bueno. En realidad no protege a los trabajadores, los destruye. Esa es la contradicción del libre mercado”.

El interés de Loach por la división de la clase trabajadora tiene, sin duda, un capítulo de oro en Tierra y libertad (1995). “Cuando hicimos esa película –explica– hablamos de la división de la izquierda durante la Guerra Civil española y del enorme peaje que tuvo que pagar por aquello.No nos propusimos hacer una película contra el fascismo porque ¿quién era fascista en los años 90? Nadie. En aquel momento no podíamos prever el actual renacimiento de la ultraderecha. Pero ahora sí se podría hacer una película antifascista para recordarle a la gente lo que es eso. Quizá la ultraderecha de hoy no sea exactamente fascista, pero utiliza una técnica similar: dividir a la clase trabajadora y enarbolar prejuicios simplistas”.

¿Boris Johnson juega en esa liga?

En cierto sentido parece el tonto útil de la ultraderecha, pero creo que no lo es. Presenta una fachada bufonesca pero tiene una idea muy clara de lo que quiere hacer: vender Gran Bretaña a los Estados Unidos. Bajaría los impuestos a cambio de dejar entrar a las empresas norteamericanas de seguros. Todos los servicios se empobrecerían y el trabajo sería más barato y más precario. Johnson es un personaje complejo. Es mucho más listo de lo que parece. En otras circunstancias sería incluso interesante.

A su favor cuenta con que la izquierda británica también parece dividida.

Eso no es cierto. Es la impresión que quieren dar los medios. La BBC, por ejemplo, es descaradamente hostil a Corbyn. Incluso la línea editorial de The Guardian es anti Corbyn. El Partido Laborista ahora mismo está muy unido en torno a su líder. Pude verlo en la reciente conferencia que tuvo lugar en Brighton. Tienen un plan espléndido para acabar con la precariedad y para recuperar los servicios básicos privatizados: agua, electricidad, transporte… Y este plan tiene una gran aceptación popular. Solo hay divergencias en un tema: el Brexit. Por eso los medios no hablan de otra cosa.

La censura económica

Durante los años ochenta, Ken Loach decidió tener un papel más activo en la oposición a las políticas de Margaret Thatcher y cambió la ficción por los documentales. En ellos mostraba la descomposición de la lucha sindical de los mineros y los trabajadores siderúrgicos. Todos fueron sistemáticamente censurados por la Independent Broadcasting Autorithy. Incluso la obra de teatro Perdition, de Jim Allen [su colaborador durante 15 años en la tele británica y guionista de Tierra y libertad ], que Loach estaba dirigiendo en aquel tiempo, fue retirada del cartel un día antes del estreno. Encontró cerradas todas las puertas. Solo pudo recuperar su carrera a partir de 1990, tras el éxito de Agenda oculta , que versaba sobre Irlanda del Norte y fue financiada con dinero estadounidense.

Al recordar aquellas dificultades ve un paralelismo entre aquel director silenciado que fue y la imposibilidad de los jóvenes cineastas de hoy para sacar sus proyectos adelante, especialmente si se trata de hacer películas de corte social. “La gente que decide qué películas se hacen, es decir, los productores, las distribuidoras y las televisiones, ninguno de ellos quiere hacer películas radicales. Y es lógico: son parte del sistema”, explica Loach. “A la hora de elegir prefieren una comedia romántica o una película de superhéroes. Conozco montones de jóvenes a los que les encantaría contar este tipo de historias sociales pero no encuentran financiación. Yo tuve mucha suerte cuando empecé en televisión [en 1963]. Podíamos hacer ficción contemporánea con bastante libertad. Si yo empezara a trabajar hoy, no me darían esa oportunidad. Ahora la tele es un vehículo para el espectáculo y está muy controlada. Hay una enorme burocracia, con un montón de filtros: jefes, desarrolladores de proyecto, productores, directores de área, directores de canales… Y todos tienen una opinión. Todo el mundo quiere meter la cuchara en un guiso que no es el suyo. Cuando mi generación empezó a trabajar, esa gente no existía. Tuvimos suerte, nos hicimos un pequeño renombre y como no nos ha ido del todo mal, siguen dándonos dinero. Pero si empezara ahora sería imposible”.

Y a su edad, 83 años, ni siquiera se atreve a hablar de su próximo proyecto: “No sé si volveré a rodar otra película. Hablar de hacer una película es fácil, pero hacerla es algo muy duro”.

Fuente:

https://www.lamarea.com/2019/11/07/ken-loach-la-gente-aun-valora-la-honradez/