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jueves, 21 de mayo de 2015

Fuenlabrada inspira a Gabilondo. Gabilondo defiende que lo publico es más "rentable y sostenible"

El candidato regional, respaldado de nuevo por Pedro Sánchez, elige la principal ciudad gobernada por el PSOE para defender que la gestión pública "es más rentable y sostenible".

Pedro Sánchez arropa al candidato a la presidencia de Madrid en la mayor ciudad gobernada por los socialistas en la región

Fuenlabrada no es un lugar cualquiera para el PSOE. La ciudad de casi 200.000 habitantes, la mayor que los socialistas gobiernan en la región, se ganó la condición de hebilla del otrora cinturón rojo del sur de Madrid en las elecciones de 2011, en las que el PP se acercó a los 140 alcaldes en una región con 179 ayuntamientos. En este tiempo, “pese a estar muy solo”, su alcalde, Manuel Robles, se ha convertido en el guardián de las esencias de la izquierda madrileña, con las políticas sociales por bandera, que el candidato autonómico, Ángel Gabilondo, espera “trasladar” al Gobierno regional.

Si Parla es la cruz del PSM,Fuenlabrada es la cara. Un Shangri-La donde Robles ha reforzado las ayudas “desde los cero años hasta la formación profesional”. Creando, además, un banco municipal de libros pionero en España. Por no hablar de los 750 niños que “al menos pueden hacer una comida importante al día” gracias al programa de comedor escolar: el Consistorio ya extendió a los meses de vacaciones del pasado verano las ayudas económicas otorgadas durante el curso escolar a aquellos hijos de familias por debajo de un determinado nivel de renta (Fuenlabrada destinó en 2013 más de 300.000 euros a ayudas de comedor y desayuno escolar). Quizás el mejor resumen es el reconocimiento, siempre en privado, del Gobierno regional y numerosos alcaldes del PP a la gestión del regidor. "Hemos tenido que suplir en la ciudad a un Gobierno regional insensible con los que peor lo pasan", expresó Robles.

Consciente del significado de Fuenlabrada en el imaginario socialista, Gabilondo y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, la escogieron para celebrar el Día de la Rosa. Y, sobre todo, para explicar el proyecto con el que pretenden acabar con los 20 años que el PP lleva gobernando, y aplicando sus políticas en solitario, la Comunidad. “Durante estos últimos 20 años la derecha madrileña ha fracturado con sus contrarreformas a la sociedad. Con sus recortes y políticas, han aumentado la desigualdad entre las clases medias trabajadoras”, subrayó Sánchez, que por segundo vez en tres días arropó a Gabilondo con su presencia, tras el inicio de la campaña el jueves en la plaza de la Villa. Un síntoma más de lo cerca que ven en Ferraz recuperar el Gobierno de Madrid.

Frente al "neoliberalismo, que confunden con libertad, del PP", Fuenlabrada inspira a Gabilondo. “Tenemos que interiorizar que lo público es más rentable, más sostenible, más eficiente y más barato. ¿No creen que quienes privatizan los servicios públicos lo hacen porque esconden alguna rentabilidad? Fuenlabrada ha marcado el camino, es un referente nacional. ¡Quiero las políticas sociales de Fuenlabrada para la Comunidad!”, afirmó el exministro de Educación y profesor de Metafísica ante unos 5.000 simpatizantes ajenos al calor.

En su intervención, Gabilondo volvió a dar una clase de por qué es el candidato mejor valorado, según las encuestas, como la de Metroscopia del Dos de Mayo para EL PAÍS. O el único que aprueba, como reflejó la de este viernes del CIS. Para empezar, porque Gabilondo no promete nada. Se compromete. "Les pido que lean el programa electoral de más de 100 páginas del PSOE", animó al auditorio. "Lo tienen en nuestra página web para cuando quieran, y yo pongo ese programa ante ustedes. Les doy mi palabra con ese programa. Yo soy mi palabra. Lo mejor que tengo. Lo único que tengo. Tengan claro que no pactaremos con nadie si no es en la dirección de ese programa por lo público y el deber cívico".

La oposición a embarrar la política, de entrar en el cuerpo a cuerpo y descalificar a otros candidatos, es otra de las características que definen a Gabilondo. El candidato del PSOE se mantuvo fiel a su estilo en Fuenlabrada. “Yo respeto a las otras formaciones, y lo hago diciendo en que no estoy de acuerdo con ellas. Eso de hablar de los otros candidatos… Que se olviden conmigo. Una posición íntegra es no utilizar el miedo ni para gobernar ni para intimidar. El PSOE va de propuestas y de pensar en los ciudadanos, no pienso descalificar a nadie. Aunque lo merezcan”.

“Determinación, toda la que haga falta. Pero creerse que uno es más enérgico por insultar a los demás me parece una debilidad. Yo quiero ser el presidente de todos. Conviene que la persona elegida tenga capacidad de lograr consensos y acuerdos. Si damos brochazos a los demás, será más difícil lograr acuerdos”, resumió Gabilondo. Fue su respuesta, la última semana, al endurecimiento del discurso de Cristina Cifuentes. La candidata del PP se ha referido a él estos días como "un paracaidista" -este lunes se cumplen tres meses de la destitución de Tomás Gómez- que nada tiene que ver con Madrid mientras destacaba su labor durante más de dos décadas en el Parlamento regional. Cifuentes también ha recordado que Gabilondo fue ministro con Zapatero, "en el peor gobierno de la democracia".

Ante las críticas del PP, Sánchez ya resaltó en el arranque de la campaña que estaba "de acuerdo" con Cifuentes "en una cosa: que en vez de manzanas tenían melones podridos", en alusión al protagonismo de cargos del PP en escándalos como Gürtel y Púnica (al PSOE le afectó en el caso de Parla). El líder del PSOE incidió esta mañana en las "dificultades" del PP: “La Comunidad necesita regenerarse, y el PP no ha sido capaz de hacerlo cuando presenta a Esperanza Aguirre al Ayuntamiento de Madrid"
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/05/10/madrid/1431263814_392284.html#bloque_comentarios

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El 96% rechaza la participación española en un ataque a Siria sin la ONU

El Partido Socialista reclama la comparecencia de Mariano Rajoy en el Congreso para que aclare la postura de su Gobierno

Según un estudio de Metroscopia, la inmensa mayoría de los españoles (96%) rechaza la participación de las Fuerzas Armadas en un ataque al régimen de Bachar el Asad sin autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Tras semanas de silencio y ambigüedad, el Gobierno español fijó su posición el pasado viernes, tras la cumbre del G-20 celebrada en San Petesburgo (Rusia). Entonces 11 países, encabezados por EE UU y entre los que se encuentra España, emitieron un comunicado en el que llaman a una “fuerte respuesta internacional” al ataque con armas químicas perpetrado en las afueras de Damasco el pasado 21 de agosto, y en el que Washington considera probado que el régimen de Bachar el Asad asesinó a 1.429 civiles. Desde el comienzo de la guerra civil siria, en marzo de 2011, han muerto más de 100.000 personas.
El Grupo Socialista quiere que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparezca este mismo jueves en el pleno del Congreso para explicar su posición ante la crisis siria. El secretario general del PSOE,Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que Rajoy “tiene miedo a la verdad y eso es lo peor para un presidente del Gobierno”. Rubalcaba aseguró que le cuesta acostumbrarse a que Rajoy dé una rueda de prensa —como la que ofreció en San Peterbusgo al término del G-20— y no diga que “está firmando o cerrando un acuerdo de esa naturaleza” con EE UU. Si Zapatero hubiese actuado así, “no puede aterrizar en Madrid, se hubiera tenido que quedar en Lisboa”, ironizó.
El PSOE no apoyará un ataque contra Siria porque, a su juicio, es “un error que no resuelve los problemas”. Según Rubalcaba, el régimen de Asad es merecedor de un castigo, pero este debe ser “diplomático, comercial y político”, no militar.
Por su parte, el portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, José María Beneyto, reconoció a Europa Press que, en aplicación de la Ley de Defensa Nacional de 2005, las Fuerzas Armadas no pueden intervenir en el exterior “si no hay hay una autorización de los organismos internacionales”; en primer lugar de la ONU, pero también de la OTAN o la UE. “En este caso, no tenemos ninguno de los tres, por ello”, agregó, “mientras no exista esa autorización, el marco legal en el que se mueve el Gobierno está fijado”.
Más en El País.

domingo, 3 de marzo de 2013

IU y UPyD se consolidan como los receptores de la sangría de PP y PSOE

El triunfo en el estado de la nación amortigua la caída de los populares
La valoración y la confianza en Rubalcaba se desploman de nuevo
Ni sus votantes creen al PP sobre Bárcenas

PP y PSOE se desangran. Más de un año después de iniciarse la legislatura, el desgaste de ambos partidos corre a la par por distintos motivos: uno por las medidas que ha adoptado desde el Gobierno y el otro porque no se quita de encima el peso de su gestión en la anterior legislatura y, sobre todo, porque no encuentra cómo graduar su labor de oposición.

A todo eso se une la desafección ciudadana hacia los políticos por la crisis, que ya ha acabado con partidos tradicionales en Italia, Grecia o Portugal, y que aquí hace que populares y socialistas no logren cerrar sus heridas. En esa situación, IU y UPyD son las dos formaciones que aprovechan la sangría para crecer, según el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS y la serie histórica de toda la legislatura. El crecimiento de estos dos partidos, en momentos de alejamiento ciudadano de la política, ha tenido altibajos, pero la perspectiva desde las generales de 2011 muestra que no es fruto de un acontecimiento puntual y concreto, sino que se consolida como tendencia sostenida. En España la desafección no se traduce en el apoyo a opciones extravagantes o populistas, que ni siquiera aparecen, y si en el ascenso de estos dos partidos. Seguir aquí en el País.

martes, 19 de febrero de 2013

Teoría sobre Beatriz Talegón

Líbreme Marx de escribir que celebro las lágrimas de cocodrilo de Beatriz Talegón en la mani de ayer. Líbreme Lenin de cuestionar su integridad intelectual y moral. Líbreme Mao de usar palabras como OTAN, GAL, ETT, Yugoslavia, Afganistán, Libia o expresiones como reforma laboral, ERE irregular, reconversión industrial, rescate bancario, reforma constitucional exprés o Ley de Partidos.

Y líbreme Guevara de sospechar o intuir determinada estrategia populista al servicio de la cual la Talegón se deja manipular.

Tengo una teoría más plausible de lo que aquí está sucediendo.
Atención. Aunque Beatriz aparenta tener la misma edad que yo, nada más lejos de la realidad. ¿Han visto alguna vez Futurama? Pues eso es lo que le ha pasado a Beatriz Talegón: Ella vivía en la época de Pablo Iglesias, y le escuchó decir frases como “es cierto que aspiramos a llevar representantes de nuestras ideas al parlamento, pero jamás hemos creído que desde allí pueda destruirse el orden burgués y establecer el orden social que nosotros defendemos”. O: “este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones". O: “nosotros estamos dispuestos a vencer -¿se entiende?-, no a defendernos. A matar y a dejarnos matar. A todo”.

Pero, entonces, se produjo un misterioso accidente y Beatriz Talegón acabó criogenizada durante casi un siglo. Salió de la cámara y se fue directa a una manifestación en Madrid por el derecho a la vivienda. Y, pobre de ella, se encontró con que la gente (“violentos”, como los calificó después en La Sexta) la abucheaba por ser del PSOE. Acabó, pues, rompiendo a llorar, mientras la policía del régimen la escoltaba fuera de la manifestación.

Beatriz, yo te defiendo. Nadie te comprende, nadie sabe lo que estás sufriendo. Lo que pasa es que tú te has pasado los últimos 90 ó 100 años en una cámara de criogenia, y no sabes que ahora la sigla PSOE representa a los mismos que en tu época representaban Sagasta y el Partido Liberal.

En caso de que no hubieras pasado un siglo criogenizada, me alegraría de que te echen de las manifestaciones y de que llores, porque te lo mereces. Porque, si esa cámara de criogenia no existiera, tus lágrimas no podrían darme pena a la vez que las lágrimas de tantas familias desahuciadas por las leyes del suelo y el fomento de la especulación del PSOE, de tantos usuarios de servicios públicos recortados para pagar una deuda privada hecha pública por el PSOE mediante inyecciones de dinero a la banca, de tantos alumnos de institutos sin medios porque el dinero va a la miserable concertada que creó el PSOE, de tantos enfermos en hospitales con listas de espera infinitas por culpa de la ley 15/97 que abre la puerta a la privatización de la gestión hospitalaria y fue votada por PSOE y PP entre otros, de tantos jóvenes que no cotizan y no tienen convenio colectivo por culpa de la reforma laboral del PSOE o de tanto preso político por culpa de la Ley de Partidos votada por PSOE y PP (y el PA, por cierto) entre otros. En suma, de tanta gente que llora por culpa del PSOE.

Si no existiera esa cámara criogénica, tendría que decirte que las lágrimas de una pija con ínfulas de progre-guay y las lágrimas del pueblo al que dicha pija colabora en aplastar y oprimir no pueden darme pena simultáneamente, por lo que debo elegir. Y que una mujer que llora por no ser aplaudida por aquellos a los que hace llorar es una psicópata que debería estar encerrada con una camisa de fuerza.

Beatriz Talegón, sé que estás triste, como el niño de Inteligencia Artificial. Como él, deberías esperar millones de años, a ver si vuelves a ser feliz. A lo mejor si vuelves a tu cámara resulta que en algún punto de la historia vuelve a surgir algún partido que, casualmente, tenga de siglas PSOE y pretenda hacer alguna “revolución” (como dijiste en el congreso aquel).

Mientras tanto, tal vez deberías ir pensando en cambiar de partido.
¿O es que tienes miedo a ser abucheada allá donde tengas la desfachatez de aparecer?
¿O es que no eres más que una máscara y detrás acecha, como siempre, Emilio Botín?
¿O es que en el PSOE habéis tomado a la gente por gilipollas y ahora estáis cagados de miedo al ver que la cosa se os va de las manos…?
Fuente: Manuel Navarrete.
Lo que Beatriz Talegón no dijo y debería haber dicho, Vicenc Navarro


domingo, 29 de julio de 2012

El PP se desploma en un mes. Los ciudadanos dan la espalda a los dos grandes partidos. La ventaja de los populares se reduce a 5,3 puntos

El umbral del dolor, el punto a partir del cual un estímulo se convierte en insoportable, ha sido superado. El hachazo de la crisis ha hecho que los españoles hayan dado la espalda a los dos principales partidos y, sobre todo, que los votantes del PP se sumen al enorme malestar ciudadano por la reducción de prestaciones a los desempleados, los recortes a los funcionarios y la subida del IVA, entre otras medidas que provocan dolor entre los españoles.
 El barómetro de Metroscopia para EL PAÍS del mes de julio, el primero realizado tras la aprobación de esas medidas, muestra un desplome del PP, que pierde siete puntos en menos de un mes. Los populares volverían a ganar, pero con mayoría simple y una diferencia de solo 5,3 puntos, que en la anterior encuesta era de 13,9.
 Los populares tendrían el 30% de los votos, es decir, han perdido 14,6 puntos en solo ocho meses, todo un récord y un ritmo de caída sin precedentes en ningún otro Gobierno en España, según todas las empresas de encuestas. No obstante, el PSOE no termina de recoger votos por la precipitada caída del PP. Los socialistas, cuya actuación en la oposición es rechazada también, solo suben 1,6 puntos desde el anterior sondeo y siguen pagando por sus pecados en el Gobierno.
La encuesta mide el estado de desánimo de los españoles, molestos por los recortes y castigando a un Gobierno que ha incumplido casi todo su programa electoral, con una oposición que no termina de encontrar el punto justo entre la responsabilidad y el rechazo a las medidas impopulares. El clima es similar al que sufrió el PSOE en mayo de 2010, cuando los españoles penalizaron a José Luis Rodríguez Zapatero por quebrar su proyecto, forzado por las exigencias de la Unión Europea. Zapatero nunca se recuperó de aquella pérdida de credibilidad y confianza que ahora sufre Rajoy, con la diferencia de que este hachazo es mucho más profundo y las elecciones en las que compareció con un programa incumplido están más próximas. Además, vendió la idea de que solo con su llegada a La Moncloa habría una mejora de la situación, él era el bálsamo de todas las heridas y, ahora, ocho meses después, el panorama incluso empeora y se viene abajo la esperanza que generó hasta entre los que nunca le votarían. Se instala el desánimo.
 El desplome del PP viene, precisamente, de la desilusión de sus votantes, porque su fidelidad de voto se ha derrumbado, como si los ciudadanos no perdonaran el incumplimiento de promesas. Por primera vez en seis años, el PSOE tiene mayor fidelidad de voto; la del PP ha bajado 16 puntos en menos de un mes. Sus electores se han ido a la abstención (13 puntos más que el 20-N de 2011) y al voto en blanco, y se detecta hartazgo y desilusión con los dos grandes partidos... Ver más en El País.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Dar gato por liebre o el fin de la guerra civil y la traición de Casado

Mentiras y traiciones envuelven la historia de la sublevación del general Segismundo Casado en marzo de 1939, en contra del Gobierno de la República dirigido por el Dr. Juan Negrín. Engañó a los historiadores y “confirmó” los mitos esenciales de los vencedores.

En estos días tan tumultuosos políticamente el Ministerio de Defensa publica un libro cuya carencia se hacía sentir agudamente. Bajo la dirección y coordinación del catedrático Javier García Fernández aparece un grueso tomo titulado 25 militares de la República. Son biografías, escritas por otros tantos historiadores de primera fila, de una selección de generales o almirantes y jefes que permanecieron leales al Gobierno republicano en o después de la sublevación militar de 1936. Entre ellos figuran Aranguren, Asensio Torrado, Batet, Buiza, Casado, Cordón, Escobar, Gámir, Hernández Saravia, Hidalgo de Cisneros, Mangada, Martínez Cabrera, Menéndez, Miaja, Núñez de Prado, Pozas y Rojo. La lectura será imprescindible tras tantos años de desfiguración y desvirtuación de su papel en la guerra civil, acrecentadas en algunos casos por el malhadado  Diccionario Biográfico Español que en la nueva legislatura probablemente no tardará en distribuirse.

No se recupera el honor de todos los biografiados. Para uno al menos, y que el Diccionario ha tratado de salvar por todos los medios, la evidencia primaria documental de época lo hunde en las simas del embuste y de la traición. A muchos españoles de las generaciones más jóvenes su nombre no les dirá nada. Se trata del general Segismundo Casado, el hombre que el 5 de marzo de 1939 se levantó en armas contra una República a punto de colapsarse, que creó un sedicente Consejo Nacional de Defensa, que aglutinó en torno suyo a un pequeño arco de figuras de segundo o tercer nivel (salvo Miaja, el anciano socialista Julián Besteiro y el exsubsecretario de Gobernación y destacado miembro del PSOE Wenceslao Carrillo).

La sublevación casadista ha dado origen a discusiones sin cuento. También abrió inmensas heridas en las filas del exilio. Profundizó hasta límites infranqueables las divisiones entre socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos. Estuvo basada en una patraña de Casado y en una estrategia política de Franco.

La patraña consistió en acusar a Negrín de hacer el caldo gordo a los soviéticos y sus sicarios españoles y de prolongar la guerra sirviendo exclusivamente el interés de Stalin. De aquí la subpatraña que la sublevación se llevó a cabo para impedir que Negrín y los comunistas se hicieran con el control de los mandos de lo que quedaba de Ejército Popular.

La estrategia de Franco consistió en engañar a Casado haciéndole ver que una rendición inmediata no provocaría represalias entre los mandos militares que no hubieran cometido delitos de sangre. Lo que había detrás es fácil de identificar: Franco deseaba evitar cualquier evacuación de dirigentes políticos, militares y sindicales. Para ello necesitaba que alguien hundiera, desde dentro, las pequeñas posibilidades de resistencia. Así podría liquidar fácilmente la flor y nata republicana.

Casado se tragó el anzuelo. Engatusó a sus compañeros haciéndoles ver que no tendrían que temer demasiado de la victoria franquista y buscó aliados para su golpe en unidades próximas a Madrid. Las encontró en el Cuerpo de Ejército de Cipriano Mera, probado líder anarquista y políticamente analfabeto. Aprovechó el sordo rencor contra los comunistas y manipuló a la Agrupación Socialista Madrileña.

Franco terminó la guerra en beauté, gracias a una operación político-estratégica que le permitió copar a una inmensa cantidad de dirigentes republicanos. También a la masa combatiente. Todos formaban parte de aquella Anti-España cuya eliminación física, política y psíquica había constituido el alfa y el omega de la rebelión de 1936. Casado se escapó a Inglaterra tras una serie de proclamas preconizando la resistencia numantina si no se recibían condiciones satisfactorias de paz. No las obtuvo.

En Londres, Casado escribió unas autojustificativas y falaces memorias, nunca traducidas al español. El manuscrito lo entregó el 21 de julio. Era profundamente anticomunista pero no ponía en solfa a las democracias occidentales que tan poco habían hecho por la República. Hay que sospechar que alguna mano foránea le ayudó en su concepción. Como tras el final de la Segunda Guerra Mundial y en el comienzo de la guerra fría los servicios secretos británicos le hicieron algunas ofertas, es posible que en 1939 ya estuvieran a favor de una labor de intoxicación.

Se conserva el borrador de una carta a Franco que Casado agregó a una misiva fechada el 9 de marzo de 1940 y dirigida al duque de Alba, a la sazón embajador en Londres. No se sabe si este la remitió a su destinatario, pero en ella Casado dejó constancia de la decepción que le había producido el comportamiento de Franco. El motivo de la carta fue el fusilamiento del general Escobar por quien Casado debió de tener un gran respeto. Acusó al Caudillo/ Generalísimo/ Jefe del Estado de haber faltado a la palabra dada. Una terminología dura entre militares.

Casado trapicheó como pudo, con trabajitos en la BBC, uno de los lugares en que los servicios especiales británicos solían aparcar a personajes y personajillos que pudieran ser útiles. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, emigró a América Latina. Allí pasó más de 15 años, en parte tratando de volver a España. Cuando lo hizo, en septiembre de 1961, nadie le molestó, pero dos años más tarde se le ocurrió solicitar el reconocimiento de sus derechos pasivos y la máquina judicial militar se puso en movimiento. Se le trató con guante blanco hasta cierto punto, pero no obtuvo lo que quería.

Enfermo, encerrado en su piso madrileño durante años y años, fue apañándose con sus ahorros hasta que amenazaron con agotarse. Entonces entró en contacto con el Ministerio de (Des)Información. Se prometió un gran éxito económico de una nueva versión de sus memorias. El problema es que no se acordaba de los hechos de 1939. Tampoco podía ir a hemerotecas. No sabemos si desde el Ministerio, entonces regentado por Manuel Fraga Iribarne, alguien le echó una mano. Sí sabemos que le ayudó uno de los subordinados de Cipriano Mera, también anarquista, un tal Liberino González.

En consecuencia, la nueva versión acentuó hasta extremos delirantes la presunta conspiración comunista, la vesania de Negrín y la larga mano de Stalin sobre la República. Todo muy en consonancia con el furibundo anticomunismo anarquista y franquista y, en particular, las necesidades de la guerra fría. Ya se habían expresado en términos similares renegados comunistas tan caracterizados como Jesús Hernández, Enrique Castro Delgado y Valentín González, el Campesino. También los inevitables poumistas, a la cabeza de los cuales se situó Julián Gorkín.

Casado no quedó muy contento con el resultado, una indicación tal vez de que la nueva versión no era únicamente de su propia pluma, pero no tenía escapatoria. Enfermo y sin dinero, se sometió. Cuando se almuerza con el diablo conviene manejar una larga cuchara. Casado no la tuvo. Jugó con los hechos, engañó a historiadores, “confirmó” los mitos esenciales de los vencedores, encubrió la gran operación político-estratégica de Franco, fue corresponsable de la hecatombe final republicana y, como buen traidor, hizo todo lo posible por desfigurar sus huellas en la historia. Un historiador anglo-norteamericano, Burnett Bolloten, le creyó y sentó escuela. Sus colegas pro y neo-franquistas se frotaron de gusto las manos durante años.

Al final, si se encuentra la evidencia primaria relevante de época, los hechos del pasado quedan iluminados bajo nueva luz.

La pregunta es: ¿por qué ha habido durante tanto tiempo un segmento de la literatura que ha hecho caso a la versión de Casado, que siempre fue en sí inverosímil? La respuesta se encuentra, a nuestro entender, en la conjunción entre las necesidades ontológicas del franquismo, su dependencia de una mitología ad hoc y la ideología de la guerra fría.
De Ángel Viñas, El País 10-12-2011. Seguir la lectura aquí.

Leer más sobre el tema aquí.

Gabriel Jackson. 2008. JUAN NEGRÍN. Médico, socialista y jefe del Gobierno de la II Républica española. Edt. Crítica.

Enrique Moradiellos. Negrín. Biografía de la figura más difamada de la España del siglo XX. Barcelona: Península, 2006.

Búsqueda de libros aquí.

viernes, 23 de julio de 2010

Juego limpio

No recuerdo que en ninguna de las legislaturas anteriores se produjera una contradicción de tanta magnitud entre las previsiones que se formularon por los partidos políticos en los programas electorales con los que concurrieron ante los ciudadanos para pedir su confianza para gobernar y lo que ha ocurrido con posterioridad. Ninguno de los partidos contempló un crecimiento del PIB que no girara en torno al 3%, décima arriba décima abajo, en lugar del descenso superior al 3% que se ha producido y, en consecuencia, ninguno contempló el brutal crecimiento del paro, la elevación de la tasa de morosidad y todos los demás males a los que nos estamos teniendo que enfrentar.

Esta es, en mi opinión, la mayor singularidad, desde una perspectiva política, de la crisis por la que estamos atravesando. Crisis de una magnitud similar a esta las hemos vivido en España desde la transición. El estancamiento con una inflación del 30% a finales de los setenta llegó a poner en cuestión la posibilidad misma de que se pudiera aprobar la Constitución y, posteriormente, hemos llegado a tener tasas de paro superiores a las que ahora mismo tenemos con una población activa mucho menor y con una tasa de cobertura de los desempleados muy inferior.
Lo que diferencia a esta crisis de las anteriores es que nadie la previó y, en consecuencia, nos ha llegado sin que estuviéramos preparados para hacerle frente. Estábamos preparados para todo lo contrario. De ahí que se haya tenido que dar un viraje de 180 grados en la política económica y que se hayan tenido que adoptar medidas que jamás se había pensado que se tendrían que adoptar.

Obviamente, ello ha conducido a que el partido que está en el Gobierno tenga que hacer una política que no solo no coincide sino que puede llegar a estar en contradicción con el programa con que compareció ante los electores y con base en el cual se hizo la investidura. No solamente ha ocurrido en España y en Andalucía, pero le ha ocurrido al PSOE y al PSOE-A. Hay un punto de verdad, en consecuencia, en la argumentación del PP de que el PSOE no tiene un mandato electoral para hacer lo que está haciendo.

Nada habría que objetar a esa posición del PP si, al mismo tiempo, estuviera dispuesto a dirigirse a los ciudadanos a fin de explicarles en qué medida se ha producido el desajuste entre lo que ellos mismos previeron en su programa electoral y lo que posteriormente ha sucedido y, sobre todo, qué es lo que proponen para hacer frente a esta crisis sobrevenida, a fin de que el cuerpo electoral pudiera vislumbrar que si el Gobierno no sabe qué hacer, al menos sí hay una alternativa que tiene una política clara para sacar al país de la situación en que se encuentra.

Si la crisis es de la magnitud que es y si la desorientación del Gobierno es la que el PP dice que es, la alternativa de Gobierno debería hacer visible a los ciudadanos que ellos sí disponen de una política coherente para el país y para Andalucía y que son capaces de articularla y presentarla en sede parlamentaria a fin de que pueda ser discutida...

Una mínima exigencia de juego limpio debería conducir a que el PP presentara una moción de censura,... Independientemente de que la moción triunfara o no, es obvio que todos estaríamos mucho más tranquilos al saber que, en poco tiempo, tendríamos garantizada la salida de la crisis, el crecimiento del PIB, el descenso del paro y todo lo demás...
Leer todo el artículo de Javier Pérez Royo aquí.