_- Alfredo Reichlin (Barletta, 1925 - Roma 2017) –partisano, periodista, director de L’Unità desde 1958, Secretario regional del PCI en la Puglia y Diputado nacional desde 1968–, presenta en este texto, que traducimos con motivo del veinte aniversario de la muerte de Valentino Gerratana (Scicli, 1919 - Roma, 2000), una semblanza personal del autor de la edición crítica de los Quaderni gramscianos.
Esta reseña se centra no tanto en una producción académica fructífera –si bien, como gustaba de recordar Fernández Buey, significativa más por la paciente e impoluta unidad de rigor y método que por el número de páginas que colma lo escrito– sino en los años en los que Gerratana, alias Santo, ejerció como dirigente clandestino al mando de los Grupos de Acción Patriótica (GAP) que movilizaron, entre otros, al propio Reichlin. En este sentido, se trata de un documento precioso, pues viene a remediar, siquiera tímidamente, la escasez de noticias acerca del Gerratana partisano; escasez consciente, alimentada por una pudorosa reserva –pocas veces las descripciones acerca del carácter de una persona alcanzan un consenso de tal unanimidad como en el caso de Gerratana, circunscritas todas ellas a la constelación semántica de los términos “serio”, “riguroso” y “solitario”– en la que no hicieron mella las condecoraciones (la medalla de plata al valor militar) que, ya en democracia, recibió por los servicios prestados en la lucha contra la bestia fascista.
Con la misma disciplina que combatió a los tedeschi aceptó en los primeros años de la posguerra la petición de Palmiro Togliatti que le llevaría a dirigir, entre 1946 y 1948, el diario La voce della Sicilia, pieza clave en las campañas en favor de la democracia que el PCI llevó a cabo en la isla. Desde allí se desplazará a Turín, en donde colabora con la editorial Einaudi y continúa su labor periodística en L’Unità y Rinascita.
Desde 1972 ostenta la cátedra de historia de la filosofía en Salerno, en la que ejercerá, con una breve interrupción que le lleva a Siena, hasta su jubilación en los años 90. La misma disciplina que caracterizó su militancia se observa en su trabajo intelectual, siendo este una buena prueba de cómo la alta cultura, erudita pero pobre de ornamentos, puede ser puesta al servicio de la causa de los subalternos. Quizás el mayor ejemplo –que en absoluto desmerece sus demás investigaciones e intervenciones– sea el monumental trabajo que supone la realización de la Edición Crítica de los Quaderni del carcere entre 1966 –momento en que recibe el encargo de Franco Ferri, a la sazón Director del Instituto Gramsci de Roma– y 1975.
Sirvan como testimonio –esta vez sí cuantitativo– de su monumental labor las más de mil páginas que abarca el aparato crítico que compone el cuarto volumen de su edición. Si bien ésta supuso un impulso inestimable para los estudios gramscianos, democratizando la posibilidad de una lectura diacrónica que hasta entonces quedaba reservada para los grandísimos conocedores de los Cuadernos como Franco de Felice, Gerratana no dejó de reconocer, si bien poniendo de manifiesto su parcialidad, el valor de la edición precedente, viendo en esta una “operación hegemónica” bifaz, capaz de impregnar la cultura política de la Italia democrática con el legado gramsciano al tiempo que socavaba los tics estalinistas –que tan bien identificó y supo contrastar con el genuino leninismo el propio Gerratana– en el seno del PCI.
Culmen de su trayectoria fue el reconocimiento como primer presidente de la International Gramsci Society, fundada en Formia, con motivo del Congreso Gramsci nel mondo, en 1987. El texto de Reichlin que nos ocupa, “Nella resistenza romana”, constituye el segundo capítulo del compendio Valentino Gerratana “filósofo democrático” (Roma, Carocci, 2011), en el que Guido Liguori y Eleonora Forenza, los editores, recogen las actas de un congreso celebrado en Roma y dedicado a la figura y obra de Gerratana en los 10 años de su muerte [Anxo Garrido].
Recuerdo el día en el que me encontré con Valentino Gerratana. Era el invierno de 1944 en la Roma ocupada por los alemanes. La cita era en un pequeño restaurante cerca de la plaza Fiume. Conservo la impresión de su cara: delgadísimo, con la barba negra mal afeitada que hacía sus ojos más tristes y severos. Pocas palabras y largos silencios. Luigi Pintor y yo éramos niños. Nos habíamos licenciado en el instituto pocos meses antes. Era allí donde alguien nos había dicho que podíamos encontrar al hombre del "centro", esta palabra pronunciada en voz baja y con enorme cautela indicaba el Comando secreto de los comunistas.
Mirando a aquel hombre que me parecía sin edad pensé: por fin, esto va en serio. Valentino se correspondía a la perfección, efectivamente, con la imagen que me había hecho de un jefe comunista, un hombre cuyas órdenes no eran discutibles. Del que uno se podía fiar. Que podía decirnos dónde y cómo empezar a disparar. Y así fue. Alguien –creo que Lucio Lombardo Radice– había garantizado que nosotros tres (Luigi Pintor, Arminio Savioli y yo) éramos nuevos posibles "gappisti" dignos de confianza. Formábamos una célula, es decir, aquella unidad mínima de combate que por razones de seguridad clandestina podía tener relación con el conjunto de la red solo a través de una persona. Aquella persona era Valentino Gerratana, nombre de batalla "Santo". Nuestra tarea era "hacerle la vida imposible al ocupante": estas fueron las directrices generales que recibimos de "Santo" aquel día.
En aquellos meses febriles y estremecedores (al menos para mí) volví a verlo –si no recuerdo mal– quizás solo otra vez. Más tarde en una estupenda jornada de sol en una Roma bulliciosa y vulgar, llena de prostitutas y de contrabandistas, con las calles recorridas por inestables camionetas llenas de gente y por las furgonetas americanas, lo reencontré. El partido (entidad todavía misteriosa para mí) nos había convocado en un gran inmueble de ferroviarios en la avenida Regina Margherita, donde vivía uno de nosotros. Fue allí donde vi por primera vez la cara de aquellos veinte jóvenes desconocidos que habían golpeado severamente a la guarnición alemana de Roma, hasta el atentado de Via Rasella, y la habían obligado a ponerse a la defensiva hasta el punto de fijar el toque de queda a las cinco de la tarde. Éramos los componentes del famoso GAP Central. Un puñado de jóvenes intelectuales, muchos de los cuales llegaron a ser famosos más tarde: Salinari, Calamandrei, Gerratana, Trombadori, Bentivegna, Carla Capponi y otros y otras. Entre ellos estaba también Marisa Musu, que se convirtió en la primera mujer de Gerratana. Era muy escasa la presencia de proletarios.
Aquellos jóvenes no venían de Moscú o del exilio, sino de de las escuelas y de las universidades italianas, y lo que les movía no eran tanto los textos del comunismo (que leímos después), sino un extraño pastiche ideal y cultural que no se reducía al mito soviético y que se había formado en los años treinta. Había nacido en aquellos años un sentimiento nuevo, el antifascismo, que repensaba la gran tradición democrática del historicismo italiano y al mismo tiempo se mezclaba con las experiencias más modernas del siglo XX europeo. Después, a partir del gran cinismo de extranjero en la propia patria à la Prezzolini y del hedonismo dannunziano, nacía una cultura que se llamó del esfuerzo y que mostraba huellas incluso del actualismo "gentiliano".
El mito soviético importaba, naturalmente. Pero si aquellos años treinta fueron tan importantes fue porque nos sucedió de todo: la aparición del fascismo y los espectaculares triunfos de la planificación soviética, la guerra de España y las primeras experiencias socialdemócratas. En definitiva, aquel conjunto de cosas que habían alimentado la llamada "guerra civil europea". Es en aquellos años y en aquel clima cuando las vanguardias juveniles descubrieron el famoso esfuerzo. Así fue también para Valentino.
Él había nacido en Scicli, en Sicilia, en 1919 y tuvo sus primeros contactos con las organización comunista clandestina en 1939, en Salerno, donde frecuentaba el curso de la academia militar. Su compañero de curso era Giaime Pintor, y fue allí donde se conocieron y se hicieron amigos. Giaime, algunos años después, le presentó a Carlo Salinari, fino literato, crítico de arte, alumno de Sapegno, jefe partisano, hombre de una frialdad y lucidez impresionantes.
Creo que allí comenzó el compromiso político de Gerratana: por ello en mi mente conviven aquellos dos jóvenes (Giaime y Valentino). Aunque muy diferentes entre sí, sobre todo por su carácter y su relación con el mundo, con los amigos, con el gusto por la vida, yo creo que sirve para ambos aquel fragmento de la última carta de Giaime al hermano Luigi, que releída hoy me parece de una dramática actualidad: "el camino hacia la política – señalaba Giaime– es un fenómeno que he constatado en muchos de los mejores, parecido a lo que sucede en Alemania cuando se agotó la última generación romántica”._ Y continuaba observando que:
"fenómenos de este tipo se reproducen cada vez que la política deja de ser administración ordinaria y emplea todas las fuerzas de una sociedad para salvarla de una grave enfermedad, para responder a un peligro extremo. Una sociedad moderna se basa sobre una gran variedad de especificaciones, pero puede subsistir únicamente si conserva la posibilidad de abolirlas en un cierto momento para sacrificar todo a una única exigencia revolucionaria. Es este el sentido moral, no técnico, de la movilización: una juventud que no se muestra “disponible”, que se pierde completamente en las diversas técnicas, está en peligro. En un cierto momento los intelectuales deben ser capaces de transferir su experiencia sobre el terreno de la utilidad común, cada uno debe saber asumir su puesto en una organización de combate. […] Esto –añadía Giaime con palabras muy graves– vale sobre todo para Italia. Hablo de Italia no porque la sienta más cerca que Alemania o que América, sino porque los italianos son la parte del género humano con la que me encuentro naturalmente en contacto y sobre la cual puedo actuar más fácilmente.
Los italianos son un pueblo débil, profundamente corrompido por su historia reciente, siempre a punto de ceder a una vileza o a una debilidad. Pero ellos siguen produciendo minorías revolucionarias de primer orden: filósofos y obreros que están a la vanguardia de Europa. Italiana nació del pensamiento de pocos intelectuales: el Risorgimento, episodio excepcional de nuestra historia política, ha sido el esfuerzo de otras minorías para devolver a Europa a un pueblo de africanos y de levantinos. Hoy en ninguna nación civil es tan grande la separación entre las posibilidades vitales y la condición actual: nos toca a nosotros colmar esta separación y declarar el Estado de emergencia"
Si se me permite una nota personal, quisiera decir únicamente que Giaime había sido nuestro hermano mayor, un gran amigo à la Alain Fournier. Por esto no puedo olvidar aquella noche, tristísima del invierno de 1943 cuando Luigi, el hermano, mi compañero de escuela y de pupitre, vino a decirme que había llegado la noticia de la muerte de Giaime, destrozado por una mina en un campo del Alto Volturno mientras trataba de atravesar las líneas enemigas y de unirse a los partisanos. Fue entonces cuando decidimos tomar las armas que habían caído de sus manos. Entramos en los GAP. Y allí, como he dicho, encontramos a nuestro nuevo jefe, Valentino Gerratana. Casi una señal del destino.
Sobre las crónicas de aquella lucha no diré nada. Hay cosas que no recuerdo bien, otras que prefiero olvidar. Yo no soy un héroe y he vivido aquellos meses como una pesadilla, bien consciente del riesgo (que a mí yo joven le parecía insoportable) de acabar en las manos de las SS, en Via Tasso, en una cámara de tortura. Sobre la Resistencia romana hay que decir, ante todo que las condiciones en las que se desarrolló eran particularmente difíciles. Roma no era Turín y ni siquiera Bolonia. No había en la ciudad las grandes fábricas ni en los alrededores el rural emiliano. Roma tras el 8 de septiembre había permanecido aislada. Detenidas las construcciones inmobiliarias y los trabajos públicos, una parte de los empleados estatales empujada al norte, la vida económica paralizada, comenzó a pesar mes a mes el problema del hambre. Muchas familias romanas buscaban refugio en el campo mientras en la ciudad afluían todos aquellos que, en la perspectiva de una liberación considerada inminente, esperaban reconectarse con las regiones meridionales.
La lucha de los patriotas romanos se desarrolla por lo tanto en condiciones muy difíciles, en una ciudad que se encontró en la retaguardia inmediata de un gran campo de batalla en el cual, sobre todo tras el desembarco de Anzio, se concentraba un alto número de aguerridas divisiones alemanas. Las cuales, de hecho, habían transformado la llamada “ciudad abierta” en la base principal de sus operaciones y en el centro de sus comandos, de su abastecimiento, de sus conexiones. También políticamente la Resistencia Romana se desarrolla en condiciones particularmente difíciles, estando todavía vivas las diferencias políticas el seno del propio Comité de liberación nacional y fuera de él.
El gran mérito del PCI fue comprender que contra las maniobras, las intrigas, las discusiones bizantinas, el arma más eficaz era la acción audaz de los patriotas, la osadía de los GAP, la lucha del pueblo romano. Y esta acción avanzó en la ciudad, desde los primeros, tímidos, actos, desde los grandes escritos murales y desde los mítines móviles del 7 de noviembre hasta los ataques contra los centros del enemigo (el hotel Flora y el cine reservado a las tropas alemanas en la plaza Barberini), hasta la gran semana de ataque general inmediatamente después del desembarco de Anzio, cuando se llegó al límite extremo de la preparación de la insurrección. Esta fue detenida en el último momento, por el vuelco de la situación militar y el contraataque alemán en el frente de Anzio.
El movimiento patriótico pagó severamente, con graves y dolorosas pérdidas, el hecho de haberse descubierto con la intensificación de los ataques y en la preparación de la insurrección. Nuestras fuerzas fueron fuertemente golpeadas debido a una traición que llevó al arresto de Calamandrei, de Pintor y de otros por parte de la banda Koch que había hecho de la prisión Jaccarino, entonces en Via Romagna, un lugar de tortura.
A los supervivientes como yo nos fue ordenado reaccionar a cualquier precio. Y lo hicimos. Por suerte se amplió la participación popular en la lucha contra el hambre y las deportaciones (manifestaciones de mujeres en la Avenida del Milizie, manifestaciones por el pan, etc.). Y la lucha continuó cada vez más dura y decidida en los meses sucesivos, antes y después del ataque de los GAP en Via Due Macelli y en Via Rasella.
La huelga del 3 de mayo dio muestras de numerosos episodios la valentía de los patriotas y del amplio consenso; sacó también a relucir las insuficiencias de un movimiento en el cual la vanguardia audaz y restringida, puesta a prueba duramente por los episodios de la lucha, no se apoyaba sobre un amplio movimiento de masas y necesitaba nutrirse continuamente de nuevas energías. Los jefes –como ya he dicho– fueron Valentino Gerratana y Carlo Salinari. Pero no pudimos solos.
Debo recordar que en las Fosse Ardeatine cayeron 335 mártires de la Resistencia romana. Había de todo, generales y soldados, obreros e intelectuales, comunistas y monárquicos, católicos y judíos, dirigentes de partido y simples ciudadanos. Aquella sangre generosa ha bañado la ciudad antigua, secular, y le ha dado nueva vida. Si hoy Roma es una ciudad democrática grande y viva, es porque ha sabido, con el sacrificio y con la lucha en los diez meses de su resistencia, ocupar su puesto en la gran batalla por la libertad y la independencia de Italia.
Del Gerratana filósofo no me corresponde hablar a mí. Era muy estricto pero tenía un sentimiento laico del comunismo. Y creo que esto explica la manera en la que se aproximó a Gramsci y como lo ha leído. Un comunismo que no afirma principios definitivos ni metas últimas, que no se inventa instituciones válidas de una vez por todas. Un comunismo que no se piensa a sí mismo como el fin de la historia. Un movimiento histórico de gran alcance que –como tal– ha fracasado, pero que deja a sus espaldas la necesidad de un horizonte mental capaz de iluminar la lucha de las clases y de las hegemonías a nivel planetario.
Comparto el juicio de Fabio Frosini: Gerratana era un hombre completamente comprometido con la difícil empresa de cuadrar el círculo de la historia (de la experiencia) y de la teoría. Y esto por medio de aquel acto creativo llamado “política”, es decir, por medio de aquel acto que es y sigue siendo realmente “creativo” (es decir, transformador, revolucionario) que es la Gran Política. Y lo es a condición de que consiga evitar reducirse a mera “confirmación” de la teoría tanto como evitar alejarse de los movimientos reales. En definitiva, Lenin y Gramsci, las figuras sobre las que más reflexionó Gerratana, los hombre que han logrado mantenerse a la altura de esta tarea, junto a pocos otros, como Labriola.
Era de verdad un “filósofo democrático”. Un filósofo cuya personalidad –dice el propio Gerratana con Gramsci– no se limita a la propia individualidad física. sino que es más bien “una relación social activa de modificación del ambiente cultural”. Es una relación que, para ser válida, dice Valentino siempre citando a Gramsci, debe permanecer abierta, como la relación activa de ciencia y vida, nunca concluida en la completa perfección de un proceso que ya no tiene necesidad de ser renovado. Porque si es verdad que “todo maestro es siempre un alumno y todo alumno un maestro”_, esto vale no solo y no tanto para las relaciones didácticas habituales como para aquella gran escuela que es la vida en su desarrollo histórico. Desde este punto de vista la teoría gramsciana de la hegemonía no solo adquiere una connotación crucial, sino que alcanza también su mayor expresión.
Alfredo Reichlin Fue partisano, periodista, director de L’Unità desde 1958, Secretario regional del PCI en la Puglia y Diputado nacional desde 1968
Fuente:
"Valentino Gerratana. 'Filósofo democrático'", Roma: Carocci, 2011 (International Gramsci Society - Italia)
Traducción: Anxo Garrido
martes, 21 de julio de 2020
lunes, 20 de julio de 2020
El idioma del amor. James Rhodes
Las expresiones dicen mucho de una cultura y su gente. El español tiene, por ejemplo, las que exaltan la alegría de la vida y la empatía. "Como dar a luz". Una maravilla.
Lo maravilloso de aprender un idioma nuevo y zambullirse en una cultura nueva es que las cosas que parecen vulgares y corrientes para el lugareño a mí me resultan poco menos que milagrosas. A lo mejor les hace gracia la ingenuidad infantil del extranjero al que casi le da un jamacuco la primera vez que prueba un churro o ante su primera sobremesa con amigos, pero para mí son una gozada los nuevos descubrimientos que hago cada día en España y que son como chutes de vitaminas directos al alma.
De todas las cosas que me encantan de España, y la lista es larga hasta decir basta, el idioma es lo que más me alucina. Las palabras mismas son como pequeños milagros y podría escribir un diccionario con todas mis favoritas, pero últimamente he descubierto algunas expresiones que me han dejado con la boca abierta de admiración y me han ayudado a ver las cosas de una manera totalmente diferente. Me parece de lo más inspirador.
Hay expresiones que a lo mejor salen de manera automática e inconsciente cuando las llevas oyendo desde el día en que naciste, pero para alguien que acaba de llegar como yo suponen un bofetón en toda la cara. Por ejemplo, “dar a luz”. Tomado literalmente, significa que te entregan a la luz en el momento mismo en que inicias tu camino vital. Como en esa escena de El rey león en la que ofrecen al cachorro al cielo y al universo como celebración de la vida. Alzamos nuestros bebés a la luz del mundo para que les dé la bienvenida y sean objeto de celebración. Convierte la lucha sangrienta, dolorosa y agónica que supone traer un niño al mundo en lo que realmente es: algo verdaderamente heroico. Un acontecimiento en el que cada niño nace capacitado para lograr algo grandioso.
O “consultar con la almohada”. En vez de “pensar en ello mientras duermes” como hacemos en Inglaterra, en España se pide consejo a la almohada. Qué hermosura de expresión. Qué consuelo, qué dulzura. Una oportunidad de permitir durante el reposo de nuestra mente cansada que fuerzas naturales que escapan a nuestra imaginación nos sirvan de inspiración y guía y nos den consejos tranquilizadores.
O cuando se muere alguien cercano, en vez del más bien insulso “lamento tu pérdida”, en España se dice “te acompaño en el sentimiento”. ¿Hay alguna lengua en el mundo que exprese mejor la empatía? ¿Una manera mejor de expresar unión en el dolor? Es una celebración de compañerismo, ternura y comprensión; una metáfora que expresa a la perfección lo que es España, donde, aun cuando la división parezca endémica en estos momentos, subyace un sólido sentido de comunidad, amor y sintonía.
Lo reconozco, a lo mejor da la impresión de que España me ha cegado un poco. Quizás el enamoramiento se me note demasiado. Pero, la verdad…, me importa un rábano. —eps
https://elpais.com/elpais/2020/07/13/eps/1594657865_508816.html
P. D. : Sin duda es un excelente artículo para el comienzo de un curso en español.
Lo maravilloso de aprender un idioma nuevo y zambullirse en una cultura nueva es que las cosas que parecen vulgares y corrientes para el lugareño a mí me resultan poco menos que milagrosas. A lo mejor les hace gracia la ingenuidad infantil del extranjero al que casi le da un jamacuco la primera vez que prueba un churro o ante su primera sobremesa con amigos, pero para mí son una gozada los nuevos descubrimientos que hago cada día en España y que son como chutes de vitaminas directos al alma.
De todas las cosas que me encantan de España, y la lista es larga hasta decir basta, el idioma es lo que más me alucina. Las palabras mismas son como pequeños milagros y podría escribir un diccionario con todas mis favoritas, pero últimamente he descubierto algunas expresiones que me han dejado con la boca abierta de admiración y me han ayudado a ver las cosas de una manera totalmente diferente. Me parece de lo más inspirador.
Hay expresiones que a lo mejor salen de manera automática e inconsciente cuando las llevas oyendo desde el día en que naciste, pero para alguien que acaba de llegar como yo suponen un bofetón en toda la cara. Por ejemplo, “dar a luz”. Tomado literalmente, significa que te entregan a la luz en el momento mismo en que inicias tu camino vital. Como en esa escena de El rey león en la que ofrecen al cachorro al cielo y al universo como celebración de la vida. Alzamos nuestros bebés a la luz del mundo para que les dé la bienvenida y sean objeto de celebración. Convierte la lucha sangrienta, dolorosa y agónica que supone traer un niño al mundo en lo que realmente es: algo verdaderamente heroico. Un acontecimiento en el que cada niño nace capacitado para lograr algo grandioso.
O “consultar con la almohada”. En vez de “pensar en ello mientras duermes” como hacemos en Inglaterra, en España se pide consejo a la almohada. Qué hermosura de expresión. Qué consuelo, qué dulzura. Una oportunidad de permitir durante el reposo de nuestra mente cansada que fuerzas naturales que escapan a nuestra imaginación nos sirvan de inspiración y guía y nos den consejos tranquilizadores.
O cuando se muere alguien cercano, en vez del más bien insulso “lamento tu pérdida”, en España se dice “te acompaño en el sentimiento”. ¿Hay alguna lengua en el mundo que exprese mejor la empatía? ¿Una manera mejor de expresar unión en el dolor? Es una celebración de compañerismo, ternura y comprensión; una metáfora que expresa a la perfección lo que es España, donde, aun cuando la división parezca endémica en estos momentos, subyace un sólido sentido de comunidad, amor y sintonía.
Lo reconozco, a lo mejor da la impresión de que España me ha cegado un poco. Quizás el enamoramiento se me note demasiado. Pero, la verdad…, me importa un rábano. —eps
https://elpais.com/elpais/2020/07/13/eps/1594657865_508816.html
P. D. : Sin duda es un excelente artículo para el comienzo de un curso en español.
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domingo, 19 de julio de 2020
Qué reveló el experimento sobre la inteligencia más grande del mundo.
Dr. Michael Mosley y Dra. Hannah Fry
BBC Horizon
17 mayo 2020
Con la inteligencia no sólo se nace sino que se hace.
¿Qué ganas y qué pierdes con la edad? ¿Te está volviendo estúpido tu teléfono inteligente? ¿Puedes hacer algo para mantener tus habilidades mentales e incluso para mejorarlas?
Cuando se trata de medir la inteligencia, hay muchas habilidades que entran en juego, desde la resolución de problemas y las habilidades ligadas a las relaciones espaciales, hasta la conciencia emocional y la memoria de trabajo.
Pero, no importa cómo lo desgloses, una cosa está clara: la inteligencia importa.
Las personas que obtienen buenos resultados en las pruebas de inteligencia tienden, en promedio, a vivir más, envejecer mejor y tienen más probabilidades de alcanzar el éxito académico y profesional.
La buena noticia es que cada vez más investigaciones indican que la inteligencia no es fija.
Aunque hasta hace unos años se creía que nacíamos con todas las células cerebrales que tendríamos, y que a partir de la 5ª década de vida todo iba cuesta abajo, ahora sabemos que no es cierto.
Somos plásticos
Tecnologías como las imágenes por resonancia magnética (IRM) y la Magnetoencefalografía (MEG) nos han permitido ver por dentro cerebros vivos y observar cómo funcionan de una manera que no era posible hace una década.
Esta investigación ha arrojado luz sobre algo que los científicos llaman "neuroplasticidad": la idea de que nuestros cerebros continúan cambiando y que nuevas células cerebrales crecen y seguimos estableciendo nuevas conexiones cerebrales a lo largo de nuestras vidas.
El cerebro es más plástico de lo que se pensaba.
Además, ahora sabemos mucho más sobre la medida en que estos cambios están influenciados por el mundo que nos rodea, y hasta por las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana.
Eso nos presenta la tentadora posibilidad de que tenemos más control sobre nuestros cerebros y nuestra capacidad cognitiva de lo que creíamos.
Por eso es tan importante comprender cómo funciona nuestra inteligencia, qué factores la afectan y cómo es posible mejorarla.
A prueba
Con eso en mente, en enero de 2020, la BBC publicó en su sitio online un test de inteligencia ideado con el doctor Adam Hampshire del Imperial College de Londres e invitó al público a participar.
Y el público respondió... y sigue respondiendo: más de un cuarto de millón de personas contestaron algunas preguntas sobre ellas mismas y luego se pusieron a prueba, con actividades que a veces parecen juegos.
"¡Es un número fenomenal de personas!", exclamó Hampshire. "Es el equivalente de unas 125.000 horas de pruebas, o más de 14 años".
Esas cifras permiten tener una visión sobre cómo distintos tipos de inteligencia humana están relacionados con variables como estilo de vida, personalidad y, particularmente único en este estudio, el uso de tecnología.
Los científicos del Imperial College de Londres están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
Las más de 250.000 respuestas que llegaron -convirtiendo a esta prueba en la más grande de su tipo- y las que seguirán llegando contribuirán a una importante investigación científica, que ayudará a los científicos del Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial College de Londres a comprender cómo nuestro comportamiento y estilo de vida están afectando nuestra inteligencia.
Con datos recopilados hasta ahora, la prueba ha revelado algunos hallazgos inesperados.
Antes de contártelos, unos puntos para tener en cuenta:
Esta no es una prueba de cociente intelectual, ya que los científicos están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
El público que respondió es mayoritariamente británico.
¿Quién es mejor para resolver problemas?
Esta es una de las pruebas: tienes que crear la forma que está a la derecha en gris, eliminando secciones de las que aparecen de colores a la izquierda. Si eliminas una de abajo y queda un vacío, la que está encima, cae.
Cuando se trata de habilidades para resolver problemas, descubrimos que los que dijeron que les gustaba comer frutas y verduras obtuvieron mejores resultados en esta prueba.
Claro que no se sabe aún si las frutas y verduras nos hacen más listos o si la gente más lista sencillamente elige alimentarse con comidas sanas.
Pero el factor más importante que afectó la capacidad de resolución de problemas fue la edad.
Envejecer puede aportar sabiduría, pero lamentablemente no te hace más agudo. Los veinteañeros obtuvieron los mejores resultados en este aspecto de la prueba, y los puntajes disminuyeron dramáticamente en los participantes mayores.
Además, descubrimos que la memoria de trabajo, la inteligencia espacial y la atención alcanzan su punto máximo en alrededor de los 20 años y decaen después de eso.
Y es que, con el pasar de los años, nuestros cerebros literalmente empiezan a funcionar a paso cada vez más lento.
¿Sabías que...
Cuando se trata de inteligencia, el tamaño del cerebro no parece ser un factor definitivo
Al parecer, los individuos que tienen más materia gris tienen una capacidad cognitiva un poco más alta.
Pero la investigación muestra que la materia blanca es crucial para la rapidez de pensamiento. Es la que alberga todas las conexiones entre las áreas del cerebro.
Se llaman vías neuronales y cada uno de nosotros tiene cientos de millones de ellas en el cerebro; de juntar sólo las tuyas, le darían 4 veces la vuelta al mundo.
Están aisladas por una sustancia grasosa que se llama mielina.
Como cualquier máquina: con el tiempo, se oxida.
Todo esto nos lo explicó el doctor Simon Cox, uno de los expertos de la Universidad de Edimburgo, que han estado estudiando miles de cerebros y encontrado que una de las características de los cerebros de la gente inteligente son mejores conexiones.
La velocidad de procesamiento depende de cuán bien aisladas están esas conexiones.
A medida que envejecemos, esa capa de mielina se adelgaza y la comunicación entre las neuronas se ralentiza, pues las señales no se transmiten tan fluida ni tan velozmente y puede haber interferencia de conexiones vecinas, explica el profesor Alan Gow, de Heriot-Watt University.
"Otro proceso que notamos es el llamado atrofia, el encogimiento general del volumen del cerebro a medida que envejecemos".
¿Nada qué hacer?
Probablemente sí. Mira cuán diferente es la masa cerebral entre las dos personas que aparecen en esta imagen que nos trajo Gow. Ambas tienen la misma edad.
Dos cerebros de personas de la misma edad: el cerebro de la de la izquierda se ha encogido más.
"No parece ser inevitable: el nivel de atrofia y de daño en la materia blanca varía entre personas. Lo que queremos entender es cuáles son los factores en el estilo de vida o conducta que marcan la diferencia".
Una pista puede estar escondida precisamente en los tests de cociente de inteligencia.
A pesar de ser a menudo criticados, una de sus ventajas es que se han estado haciendo durante mucho tiempo, así que revelan cambios, como que el CI de los niños británicos ha aumentado tanto desde 1938 que han tenido que recalibrar las pruebas más de una vez.
¿La razón? Hay mucho debate al respecto, pues tanto ha cambiado: mejor alimentación, mejor educación.
Pero hay un detalle intrigante. Durante todo el siglo XX, no hubo más que aumento. Al llegar al siglo XXI, en muchos lugares la curva se quedó congelada y en algunos, empezó a declinar.
Un estudio en particular en Noruega que muestra que han perdido 7 puntos de CI por generación entre los nacidos después de 1975. Nadie sabe aún por qué.
Hay algo que sabemos que ha cambiado...
Lo que sí sabemos es que ha habido un gran cambio en nuestro estilo de vida en las últimas décadas.
¿Qué nos está haciendo la tecnología?
Nuestros científicos estaban particularmente interesados en el impacto que nuestro creciente uso de la tecnología está teniendo en la memoria, las habilidades espaciales y otras áreas de la cognición.
Le pedimos a la gente que nos dijera qué dispositivos usan, qué hacen con ellos y con qué frecuencia lo hacen.
Analizamos aspectos como la búsqueda en internet, el uso de las redes sociales, el juego en línea y las compras en la red.
Para nuestra sorpresa, no había un vínculo claro entre la capacidad intelectual y el tipo de tecnología utilizada ni la cantidad de tiempo empleado en ella.
Excepto en un área...
Cuanto más tiempo pasan las personas jugando juegos de computadora, mejor puntuación tenían en las pruebas de memoria de trabajo espacial (tu capacidad de recordar dónde están las cosas, como las llaves del auto), atención y razonamiento verbal.
En este caso, la edad efectiva no fue tomada en cuenta, así que no se trata de jóvenes y viejos, sino de un muy claro vínculo con el juego.
Entre los participantes en la prueba de memoria de trabajo espacial, la puntuación más alta fue para los que más pasaban tiempo jugando por computador.
Uno de nuestros hallazgos más sorprendentes fue que los juegos realmente pueden mejorar uno de los componentes clave de la inteligencia: la memoria de trabajo, la capacidad para mantener temporalmente activa información para utilizarla en diferentes actividades cognitivas como comprender o pensar.
"Cualquiera que ido a algún lado a hacer algo y olvidado para qué fue al llegar, sabe de qué estamos hablando", señala la doctora Louise Nicholls, de la Universidad de Strathclyde.
Fue notable que las personas que juegan por computador obtuvieron mejores puntuación en esas pruebas que las que hacen entrenamiento mental, lo que indica que esos juegos pueden ser un pasatiempo más valioso para aquellos que desean mejorar sus habilidades cognitivas.
Cabe anotar que estudios controlados sobre la relación positiva entre la cantidad de juego y ese aspecto de la inteligencia han arrojado resultados consistentes con el de la BBC, señaló Nicholls.
¿Importa cuál es el juego?
"Los resultados más confiables hablan particularmente los videojuegos de mucha acción, aquellos que involucran navegar en distintos ambientes, encontrar objetivos visuales y tomar decisiones rápidas. Pero incluso hasta juegos de acertijos espaciales, como Tetris, son beneficiosos".
"Sin embargo, necesitamos hacer más investigación, por ejemplo sobre cuál es el número óptimo de horas de juego, pues a veces la afición afecta las horas de sueño y de ejercicio, y deja de ser un beneficio", subraya la doctora.
Las redes mentales
Hubo otro vínculo fuerte... e inquietante, y fue entre aquellos que usan internet de manera excesiva y obsesiva (por ejemplo, revisar repetidamente los teléfonos inteligentes en la cama) y aquellos que se sienten ansiosos y estresados. Eso fue particularmente notable entre los más jóvenes.
La línea amarilla muestra como la "adicción a internet" es más común entre jóvenes... nada sorprendente. Lo preocupante es que la línea azul muestra el nivel de ansiedad de los participantes, y es muy similar.
Es una de las pruebas más claras hasta ahora de que el uso excesivo de la tecnología puede tener un impacto negativo en la salud mental.
Aunque ese vínculo nunca había sido hallado a una escala tan grande, "hay muchas investigaciones que indican que el uso excesivo de internet está asociado con mala salud mental, particularmente en adolescentes y jóvenes", señaló el doctor Lee Smith, de Anglia Ruskin University.
"Se debe en parte a que las redes alientan comparaciones a veces con metas imposibles. Además, nos permiten cuantificar nuestro éxito social. Esas dos cosas pueden estar aumentando los niveles de estrés".
Así que dedicarle menos tiempo a las redes sociales es mejor para la salud mental.
Malas noticias para los perezosos
Hay evidencia intrigante de algo más que podemos hacer para maximizar nuestro poder cerebral.
Al parecer, ser fuerte y estar en forma es bueno para el cerebro.
En la Universidad de Gales del Sur, han estado haciendo pruebas Stroop antes, durante y después de que la gente haga ejercicio. Las pruebas Stroop evalúan cuán pronto nuestro cerebro procesa una discordancia en la información.
Es más sencillo de lo que suena: mientras los voluntarios pedalean en una bicicleta estática, ven unas palabras que aparecen en una pantalla.
Son nombres de colores, solo que están en otro color -la palabra "verde", escrita en letras rojas-, y tienen que apretar un botón del color que dice la palabra.
Aunque esté escrita en color rosa, tienes que responder "azul".
"Hemos encontrado que la función cognitiva -la agilidad mental- mejora mientras estás haciendo ejercicio", contó el doctor Damien Bailey.
"Sabemos que como le está llegando más sangre al cerebro -más combustible: oxígeno y glucosa- hay más apoyo a varias áreas de funciones cognitivas".
Eso ocurre gracias a un truco de nuestros cuerpos.
El ejercicio incrementa los niveles de óxido de nitrógeno en la sangre, un elemento químico que relaja los vasos sanguíneos y facilita el flujo de sangre.
Pero además, el ejercicio ayuda al cerebro aumentando la cantidad del Factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC, que es una especie de fertilizador para las neuronas.
"Si estás produciendo y desarrollando más células y conexiones cerebrales, la toma de decisiones, la memoria, el raciocinio... todo mejora". Según las investigaciones de la Universidad de Gales del Sur, entre más intensamente te ejercites mejor, pero incluso una vigorosa caminata dobla las cantidades de esos químicos en el cerebro.
¿Cómo nos afecta el género?
Una de nuestras pruebas analizó la capacidad de las personas para leer correctamente las emociones en una variedad de caras.
Descubrimos que quienes obtuvieron mejores resultados en esta prueba de inteligencia emocional tienen hermanos y/o hermanas, y también las que comparten sus vidas con gatos y/o perros.
Aunque no existe una diferencia general en la inteligencia entre los diferentes géneros, cuando se trata de nuestra inteligencia emocional, las mujeres obtuvieron mejores puntuaciones que los hombres y que aquellos que se identificaron como 'otro'.
En las pruebas de habilidad espacial y resolución de problemas, los hombres obtuvieron mejores calificaciones que las mujeres y los otros.
Hay que subrayar que las diferencias fueron pequeñas, y hay mucho debate sobre si se deben principalmente a la naturaleza o la crianza.
Un análisis reciente de muchos estudios diferentes concluyó que las diferencias en la capacidad espacial tienden a aparecer en la edad escolar, lo que hace pensar que son en gran medida el resultado de la presión social y su impacto en cosas como la selección de juguetes.
Varios estudios muestran que los estereotipos claramente siguen existiendo y que pueden tener un efecto significativo en ciertas pruebas de inteligencia.
¿Se puede hacer algo para contrarrestar sus efectos?
"Hay un estudio muy bueno en el que tomaron a un grupo de niñas cuyas habilidades espaciales no eran tan buenas y las alentaron a jugar Tetris intensamente durante tres meses", cuenta la neurocientífica Gina Rippon.
"Las partes del cerebro que apuntalan el desempeño espacial cambiaron sutilmente". Regiones de la corteza se volvieron más gruesas y otras partes, más activas.
"Así que podemos mostrar cómo una parte y una función específica del cerebro puede responder a entrenamiento y cambiar conductas".
Quizás los hombres también pueden revertir sus deficiencias en la inteligencia emocional.
¿Y qué pasa a medida que envejecemos?
Las personas que obtuvieron mejores puntuaciones en inteligencia verbal fueron las que leen mucho. Los que comen más frutas y verduras también obtuvieron buenos resultados.
Esta fue una de las habilidades cognitivas más afectadas por el estilo de vida.
Y lo más interesante fue cómo las habilidades verbales varían según la edad.
Mientras que todas las demás habilidades cognitivas disminuyeron con la edad, la capacidad verbal aumentó dramáticamente, ¡alcanzando su punto máximo a los 70 y 80 años!
Este pico que se extiende hasta los años 70 y 80 es un nuevo hallazgo interesante. Estudios anteriores habían encontrado que se llegaba a la cima en los años 50 y 60 y luego disminuía.
"La habilidad verbal es un ejemplo de inteligencia cristalizada -explica el doctor Smith-, las habilidades que acumulamos a través del aprendizaje y la experiencia, que seguimos desarrollando y podemos retener hasta la vejez".
Y en Escocia tienen una pista de cómo podemos asegurarnos de que así sea.
El miércoles 4 de junio de 1947, los niños de 10 y 11 años que iban al colegio en todo el país tuvieron una examen de inteligencia. Décadas más tarde, académicos de la Universidad de Edimburgo se los encontraron en los archivos.
Entusiasmados, buscaron a esos niños -ahora de 70 años de edad- para que volvieran a hacer el mismo examen, con la idea de analizar los resultados y buscar las claves para el envejecimiento exitoso.
Y así fue.
Un grupo de los niños que hicieron el examen en 1947, lo volvieron a hacer 6 décadas después. A algunos les fue mejor de viejos que de niños.
El profesor Ian Dearry comparó los resultados y, para entender por qué los cerebros de algunos habían envejecido mejor que el de otros, los sometió a otras pruebas, incluyendo perfiles genéticos y detallados cuestionarios sobre sus estilos de vida.
"Hay una pequeña contribución de ciertos factores genéticos pero la más grande es el estilo de vida", dice Dearry.
Su investigación mostró que aquellos que se mantuvieron consistentemente activos física y mentalmente tenían mejor destreza de raciocinio. Eso también es cierto sobre aquellos que aprendieron otro idioma.
"Ciertamente hay cada vez más evidencia de que aprender o involucrarse con algo nuevo ayuda a reforzar o a crear nuevas conexiones. De hecho, aprender otro idioma a cualquier edad puede ser beneficioso", señala Alan Gow.
Tras revisar tantos estudios, ¿cuál sería su principal consejo para mantener el cerebro joven?
"La actividad física es la que consistentemente aparece como la más beneficiosa, pero no debemos olvidar las conexiones sociales: no estar solo es importante para la salud mental".
Antes de irnos, vale la pena recordar que hay cosas que este tipo de pruebas no pueden medir, como la personalidad.
Y la característica más importante de la personalidad en este contexto es el esmero. Los estudios indican que puede compensar cualquier deficiencia.
¡Así que a hacer ejercicio mientras juegas por computador algún videojuego en ruso!
Fuente:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52637903
Más:
BBC Horizon
17 mayo 2020
Con la inteligencia no sólo se nace sino que se hace.
¿Qué ganas y qué pierdes con la edad? ¿Te está volviendo estúpido tu teléfono inteligente? ¿Puedes hacer algo para mantener tus habilidades mentales e incluso para mejorarlas?
Cuando se trata de medir la inteligencia, hay muchas habilidades que entran en juego, desde la resolución de problemas y las habilidades ligadas a las relaciones espaciales, hasta la conciencia emocional y la memoria de trabajo.
Pero, no importa cómo lo desgloses, una cosa está clara: la inteligencia importa.
Las personas que obtienen buenos resultados en las pruebas de inteligencia tienden, en promedio, a vivir más, envejecer mejor y tienen más probabilidades de alcanzar el éxito académico y profesional.
La buena noticia es que cada vez más investigaciones indican que la inteligencia no es fija.
Aunque hasta hace unos años se creía que nacíamos con todas las células cerebrales que tendríamos, y que a partir de la 5ª década de vida todo iba cuesta abajo, ahora sabemos que no es cierto.
Somos plásticos
Tecnologías como las imágenes por resonancia magnética (IRM) y la Magnetoencefalografía (MEG) nos han permitido ver por dentro cerebros vivos y observar cómo funcionan de una manera que no era posible hace una década.
Esta investigación ha arrojado luz sobre algo que los científicos llaman "neuroplasticidad": la idea de que nuestros cerebros continúan cambiando y que nuevas células cerebrales crecen y seguimos estableciendo nuevas conexiones cerebrales a lo largo de nuestras vidas.
El cerebro es más plástico de lo que se pensaba.
Además, ahora sabemos mucho más sobre la medida en que estos cambios están influenciados por el mundo que nos rodea, y hasta por las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana.
Eso nos presenta la tentadora posibilidad de que tenemos más control sobre nuestros cerebros y nuestra capacidad cognitiva de lo que creíamos.
Por eso es tan importante comprender cómo funciona nuestra inteligencia, qué factores la afectan y cómo es posible mejorarla.
A prueba
Con eso en mente, en enero de 2020, la BBC publicó en su sitio online un test de inteligencia ideado con el doctor Adam Hampshire del Imperial College de Londres e invitó al público a participar.
Y el público respondió... y sigue respondiendo: más de un cuarto de millón de personas contestaron algunas preguntas sobre ellas mismas y luego se pusieron a prueba, con actividades que a veces parecen juegos.
"¡Es un número fenomenal de personas!", exclamó Hampshire. "Es el equivalente de unas 125.000 horas de pruebas, o más de 14 años".
Esas cifras permiten tener una visión sobre cómo distintos tipos de inteligencia humana están relacionados con variables como estilo de vida, personalidad y, particularmente único en este estudio, el uso de tecnología.
Los científicos del Imperial College de Londres están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
Las más de 250.000 respuestas que llegaron -convirtiendo a esta prueba en la más grande de su tipo- y las que seguirán llegando contribuirán a una importante investigación científica, que ayudará a los científicos del Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial College de Londres a comprender cómo nuestro comportamiento y estilo de vida están afectando nuestra inteligencia.
Con datos recopilados hasta ahora, la prueba ha revelado algunos hallazgos inesperados.
Antes de contártelos, unos puntos para tener en cuenta:
Esta no es una prueba de cociente intelectual, ya que los científicos están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
El público que respondió es mayoritariamente británico.
¿Quién es mejor para resolver problemas?
Esta es una de las pruebas: tienes que crear la forma que está a la derecha en gris, eliminando secciones de las que aparecen de colores a la izquierda. Si eliminas una de abajo y queda un vacío, la que está encima, cae.
Cuando se trata de habilidades para resolver problemas, descubrimos que los que dijeron que les gustaba comer frutas y verduras obtuvieron mejores resultados en esta prueba.
Claro que no se sabe aún si las frutas y verduras nos hacen más listos o si la gente más lista sencillamente elige alimentarse con comidas sanas.
Pero el factor más importante que afectó la capacidad de resolución de problemas fue la edad.
Envejecer puede aportar sabiduría, pero lamentablemente no te hace más agudo. Los veinteañeros obtuvieron los mejores resultados en este aspecto de la prueba, y los puntajes disminuyeron dramáticamente en los participantes mayores.
Además, descubrimos que la memoria de trabajo, la inteligencia espacial y la atención alcanzan su punto máximo en alrededor de los 20 años y decaen después de eso.
Y es que, con el pasar de los años, nuestros cerebros literalmente empiezan a funcionar a paso cada vez más lento.
¿Sabías que...
Cuando se trata de inteligencia, el tamaño del cerebro no parece ser un factor definitivo
Al parecer, los individuos que tienen más materia gris tienen una capacidad cognitiva un poco más alta.
Pero la investigación muestra que la materia blanca es crucial para la rapidez de pensamiento. Es la que alberga todas las conexiones entre las áreas del cerebro.
Se llaman vías neuronales y cada uno de nosotros tiene cientos de millones de ellas en el cerebro; de juntar sólo las tuyas, le darían 4 veces la vuelta al mundo.
Están aisladas por una sustancia grasosa que se llama mielina.
Como cualquier máquina: con el tiempo, se oxida.
Todo esto nos lo explicó el doctor Simon Cox, uno de los expertos de la Universidad de Edimburgo, que han estado estudiando miles de cerebros y encontrado que una de las características de los cerebros de la gente inteligente son mejores conexiones.
La velocidad de procesamiento depende de cuán bien aisladas están esas conexiones.
A medida que envejecemos, esa capa de mielina se adelgaza y la comunicación entre las neuronas se ralentiza, pues las señales no se transmiten tan fluida ni tan velozmente y puede haber interferencia de conexiones vecinas, explica el profesor Alan Gow, de Heriot-Watt University.
"Otro proceso que notamos es el llamado atrofia, el encogimiento general del volumen del cerebro a medida que envejecemos".
¿Nada qué hacer?
Probablemente sí. Mira cuán diferente es la masa cerebral entre las dos personas que aparecen en esta imagen que nos trajo Gow. Ambas tienen la misma edad.
Dos cerebros de personas de la misma edad: el cerebro de la de la izquierda se ha encogido más.
"No parece ser inevitable: el nivel de atrofia y de daño en la materia blanca varía entre personas. Lo que queremos entender es cuáles son los factores en el estilo de vida o conducta que marcan la diferencia".
Una pista puede estar escondida precisamente en los tests de cociente de inteligencia.
A pesar de ser a menudo criticados, una de sus ventajas es que se han estado haciendo durante mucho tiempo, así que revelan cambios, como que el CI de los niños británicos ha aumentado tanto desde 1938 que han tenido que recalibrar las pruebas más de una vez.
¿La razón? Hay mucho debate al respecto, pues tanto ha cambiado: mejor alimentación, mejor educación.
Pero hay un detalle intrigante. Durante todo el siglo XX, no hubo más que aumento. Al llegar al siglo XXI, en muchos lugares la curva se quedó congelada y en algunos, empezó a declinar.
Un estudio en particular en Noruega que muestra que han perdido 7 puntos de CI por generación entre los nacidos después de 1975. Nadie sabe aún por qué.
Hay algo que sabemos que ha cambiado...
Lo que sí sabemos es que ha habido un gran cambio en nuestro estilo de vida en las últimas décadas.
¿Qué nos está haciendo la tecnología?
Nuestros científicos estaban particularmente interesados en el impacto que nuestro creciente uso de la tecnología está teniendo en la memoria, las habilidades espaciales y otras áreas de la cognición.
Le pedimos a la gente que nos dijera qué dispositivos usan, qué hacen con ellos y con qué frecuencia lo hacen.
Analizamos aspectos como la búsqueda en internet, el uso de las redes sociales, el juego en línea y las compras en la red.
Para nuestra sorpresa, no había un vínculo claro entre la capacidad intelectual y el tipo de tecnología utilizada ni la cantidad de tiempo empleado en ella.
Excepto en un área...
Cuanto más tiempo pasan las personas jugando juegos de computadora, mejor puntuación tenían en las pruebas de memoria de trabajo espacial (tu capacidad de recordar dónde están las cosas, como las llaves del auto), atención y razonamiento verbal.
En este caso, la edad efectiva no fue tomada en cuenta, así que no se trata de jóvenes y viejos, sino de un muy claro vínculo con el juego.
Entre los participantes en la prueba de memoria de trabajo espacial, la puntuación más alta fue para los que más pasaban tiempo jugando por computador.
Uno de nuestros hallazgos más sorprendentes fue que los juegos realmente pueden mejorar uno de los componentes clave de la inteligencia: la memoria de trabajo, la capacidad para mantener temporalmente activa información para utilizarla en diferentes actividades cognitivas como comprender o pensar.
"Cualquiera que ido a algún lado a hacer algo y olvidado para qué fue al llegar, sabe de qué estamos hablando", señala la doctora Louise Nicholls, de la Universidad de Strathclyde.
Fue notable que las personas que juegan por computador obtuvieron mejores puntuación en esas pruebas que las que hacen entrenamiento mental, lo que indica que esos juegos pueden ser un pasatiempo más valioso para aquellos que desean mejorar sus habilidades cognitivas.
Cabe anotar que estudios controlados sobre la relación positiva entre la cantidad de juego y ese aspecto de la inteligencia han arrojado resultados consistentes con el de la BBC, señaló Nicholls.
¿Importa cuál es el juego?
"Los resultados más confiables hablan particularmente los videojuegos de mucha acción, aquellos que involucran navegar en distintos ambientes, encontrar objetivos visuales y tomar decisiones rápidas. Pero incluso hasta juegos de acertijos espaciales, como Tetris, son beneficiosos".
"Sin embargo, necesitamos hacer más investigación, por ejemplo sobre cuál es el número óptimo de horas de juego, pues a veces la afición afecta las horas de sueño y de ejercicio, y deja de ser un beneficio", subraya la doctora.
Las redes mentales
Hubo otro vínculo fuerte... e inquietante, y fue entre aquellos que usan internet de manera excesiva y obsesiva (por ejemplo, revisar repetidamente los teléfonos inteligentes en la cama) y aquellos que se sienten ansiosos y estresados. Eso fue particularmente notable entre los más jóvenes.
La línea amarilla muestra como la "adicción a internet" es más común entre jóvenes... nada sorprendente. Lo preocupante es que la línea azul muestra el nivel de ansiedad de los participantes, y es muy similar.
Es una de las pruebas más claras hasta ahora de que el uso excesivo de la tecnología puede tener un impacto negativo en la salud mental.
Aunque ese vínculo nunca había sido hallado a una escala tan grande, "hay muchas investigaciones que indican que el uso excesivo de internet está asociado con mala salud mental, particularmente en adolescentes y jóvenes", señaló el doctor Lee Smith, de Anglia Ruskin University.
"Se debe en parte a que las redes alientan comparaciones a veces con metas imposibles. Además, nos permiten cuantificar nuestro éxito social. Esas dos cosas pueden estar aumentando los niveles de estrés".
Así que dedicarle menos tiempo a las redes sociales es mejor para la salud mental.
Malas noticias para los perezosos
Hay evidencia intrigante de algo más que podemos hacer para maximizar nuestro poder cerebral.
Al parecer, ser fuerte y estar en forma es bueno para el cerebro.
En la Universidad de Gales del Sur, han estado haciendo pruebas Stroop antes, durante y después de que la gente haga ejercicio. Las pruebas Stroop evalúan cuán pronto nuestro cerebro procesa una discordancia en la información.
Es más sencillo de lo que suena: mientras los voluntarios pedalean en una bicicleta estática, ven unas palabras que aparecen en una pantalla.
Son nombres de colores, solo que están en otro color -la palabra "verde", escrita en letras rojas-, y tienen que apretar un botón del color que dice la palabra.
Aunque esté escrita en color rosa, tienes que responder "azul".
"Hemos encontrado que la función cognitiva -la agilidad mental- mejora mientras estás haciendo ejercicio", contó el doctor Damien Bailey.
"Sabemos que como le está llegando más sangre al cerebro -más combustible: oxígeno y glucosa- hay más apoyo a varias áreas de funciones cognitivas".
Eso ocurre gracias a un truco de nuestros cuerpos.
El ejercicio incrementa los niveles de óxido de nitrógeno en la sangre, un elemento químico que relaja los vasos sanguíneos y facilita el flujo de sangre.
Pero además, el ejercicio ayuda al cerebro aumentando la cantidad del Factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC, que es una especie de fertilizador para las neuronas.
"Si estás produciendo y desarrollando más células y conexiones cerebrales, la toma de decisiones, la memoria, el raciocinio... todo mejora". Según las investigaciones de la Universidad de Gales del Sur, entre más intensamente te ejercites mejor, pero incluso una vigorosa caminata dobla las cantidades de esos químicos en el cerebro.
¿Cómo nos afecta el género?
Una de nuestras pruebas analizó la capacidad de las personas para leer correctamente las emociones en una variedad de caras.
Descubrimos que quienes obtuvieron mejores resultados en esta prueba de inteligencia emocional tienen hermanos y/o hermanas, y también las que comparten sus vidas con gatos y/o perros.
Aunque no existe una diferencia general en la inteligencia entre los diferentes géneros, cuando se trata de nuestra inteligencia emocional, las mujeres obtuvieron mejores puntuaciones que los hombres y que aquellos que se identificaron como 'otro'.
En las pruebas de habilidad espacial y resolución de problemas, los hombres obtuvieron mejores calificaciones que las mujeres y los otros.
Hay que subrayar que las diferencias fueron pequeñas, y hay mucho debate sobre si se deben principalmente a la naturaleza o la crianza.
Un análisis reciente de muchos estudios diferentes concluyó que las diferencias en la capacidad espacial tienden a aparecer en la edad escolar, lo que hace pensar que son en gran medida el resultado de la presión social y su impacto en cosas como la selección de juguetes.
Varios estudios muestran que los estereotipos claramente siguen existiendo y que pueden tener un efecto significativo en ciertas pruebas de inteligencia.
¿Se puede hacer algo para contrarrestar sus efectos?
"Hay un estudio muy bueno en el que tomaron a un grupo de niñas cuyas habilidades espaciales no eran tan buenas y las alentaron a jugar Tetris intensamente durante tres meses", cuenta la neurocientífica Gina Rippon.
"Las partes del cerebro que apuntalan el desempeño espacial cambiaron sutilmente". Regiones de la corteza se volvieron más gruesas y otras partes, más activas.
"Así que podemos mostrar cómo una parte y una función específica del cerebro puede responder a entrenamiento y cambiar conductas".
Quizás los hombres también pueden revertir sus deficiencias en la inteligencia emocional.
¿Y qué pasa a medida que envejecemos?
Las personas que obtuvieron mejores puntuaciones en inteligencia verbal fueron las que leen mucho. Los que comen más frutas y verduras también obtuvieron buenos resultados.
Esta fue una de las habilidades cognitivas más afectadas por el estilo de vida.
Y lo más interesante fue cómo las habilidades verbales varían según la edad.
Mientras que todas las demás habilidades cognitivas disminuyeron con la edad, la capacidad verbal aumentó dramáticamente, ¡alcanzando su punto máximo a los 70 y 80 años!
Este pico que se extiende hasta los años 70 y 80 es un nuevo hallazgo interesante. Estudios anteriores habían encontrado que se llegaba a la cima en los años 50 y 60 y luego disminuía.
"La habilidad verbal es un ejemplo de inteligencia cristalizada -explica el doctor Smith-, las habilidades que acumulamos a través del aprendizaje y la experiencia, que seguimos desarrollando y podemos retener hasta la vejez".
Y en Escocia tienen una pista de cómo podemos asegurarnos de que así sea.
El miércoles 4 de junio de 1947, los niños de 10 y 11 años que iban al colegio en todo el país tuvieron una examen de inteligencia. Décadas más tarde, académicos de la Universidad de Edimburgo se los encontraron en los archivos.
Entusiasmados, buscaron a esos niños -ahora de 70 años de edad- para que volvieran a hacer el mismo examen, con la idea de analizar los resultados y buscar las claves para el envejecimiento exitoso.
Y así fue.
Un grupo de los niños que hicieron el examen en 1947, lo volvieron a hacer 6 décadas después. A algunos les fue mejor de viejos que de niños.
El profesor Ian Dearry comparó los resultados y, para entender por qué los cerebros de algunos habían envejecido mejor que el de otros, los sometió a otras pruebas, incluyendo perfiles genéticos y detallados cuestionarios sobre sus estilos de vida.
"Hay una pequeña contribución de ciertos factores genéticos pero la más grande es el estilo de vida", dice Dearry.
Su investigación mostró que aquellos que se mantuvieron consistentemente activos física y mentalmente tenían mejor destreza de raciocinio. Eso también es cierto sobre aquellos que aprendieron otro idioma.
"Ciertamente hay cada vez más evidencia de que aprender o involucrarse con algo nuevo ayuda a reforzar o a crear nuevas conexiones. De hecho, aprender otro idioma a cualquier edad puede ser beneficioso", señala Alan Gow.
Tras revisar tantos estudios, ¿cuál sería su principal consejo para mantener el cerebro joven?
"La actividad física es la que consistentemente aparece como la más beneficiosa, pero no debemos olvidar las conexiones sociales: no estar solo es importante para la salud mental".
Antes de irnos, vale la pena recordar que hay cosas que este tipo de pruebas no pueden medir, como la personalidad.
Y la característica más importante de la personalidad en este contexto es el esmero. Los estudios indican que puede compensar cualquier deficiencia.
¡Así que a hacer ejercicio mientras juegas por computador algún videojuego en ruso!
Fuente:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52637903
Más:
Qué es la inteligencia, qué tan importante es y por qué no deberías decirle a nadie que es inteligente
12 marzo 2018
Fraude científico con respecto a los estudios de inteligencia: https://verdecoloresperanza.blogspot.com/2017/05/cyril-burt-un-ejemplo-paradigmatico-de.html
Etiquetas:
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sábado, 18 de julio de 2020
El pueblo de Trisquitrasque
Miguel Ángel Santos Guerra, tomado de su blog El Adarve.
Soy padrino de pila de Alejandro Pérez Díaz, hijo de mis entrañables amigos Tere y Darío. Aquel pequeñajo que puse bajo las aguas bautismales en la parroquia de Madridejos, un pueblo a cien kilómetros de la capital, se ha convertido, como por arte de magia, en un flamante arquitecto de carrera y en un magnífico profesor de matemáticas de un Colegio de Collado Villalba (Madrid). Disfruta de la paternidad de dos hijos y, a la vez, de la enseñanza que vive cada vez más apasionadamente.
Pues bien, a mi ahijado le conté un cuento en siete capítulos, correspondientes a los siete primeros cumpleaños de su vida. Le hice entrega del primer capítulo cuando nació y, los otros seis, le fueron llegando a sus padres por correo el día de su cumpleaños. Ellos se encargaban de releer primero lo ya enviado y de leerle el nuevo avance de la historia. Al final le hicieron entrega del cuento completo cuando terminaron los envíos y la historia llegó a su fin. Acabo de encontrarme con una copia del texto íntegro que escribí para Alejandro (entonces escribía yo en una máquina Olivetti, que aún conservo) y voy a compartirlo ahora con mis lectores y lectoras. No solo por la idea del regalo que entonces le hice a mi ahijado en años consecutivos sino por la contundencia del contenido, que es un crítica tan sencilla como feroz del capitalismo.
El título del cuento que le escribí a Alejandro es el que figura al comienzo de este artículo: “El pueblo de Trisquitrasque”. Está inspirado en un pequeño libro de Edward Bellamy , titulado “El Mercado”, libro que compré y leí cuando, en plena dictadura, estaba prohibido. Ese libro contenía también otro título, “Miseria de los zapatos”, de George Orwel. Ese pequeño libro, un folleto más bien, tenía solo unas cuarenta páginas y formaba parte de una colección titulada “Se hace camino al andar”. De lo directo y escueto de ambos relatos alegóricos cabe sacar una conclusión: el socialismo es sencillo, se explica fácilmente y está en todos los ámbitos de la vida de las personas.
Edward Bellamy (1850-1898), periodista y novelista norteamericano, vivió solo, como se verá por las fechas indicadas, 48 años y falleció víctima de una tuberculosis. Fundó y dirigió en 1980 el periódico “Daily News”, en el que publicó la mayor parte de sus narraciones.
Bellamy fue un socialista convencido que escribió una famosa novela titulada “Looking Backward: 2000-1987. Un hombre de clase alta de 1987 se despierta en el año 2000 tras un trance hipnótico y se encuentra en una utopía socialista. Eric Fromm dice de esa obra “que es uno de los pocos libros que crearon un movimiento de masas de carácter político casi inmediatamente después de su aparición”. El éxito de esta novela fue enorme e influyó en muchos intelectuales de la época. En Estados Unidos surgieron “Bellamy Clubs” por todas partes, en los que se discutían y propagaban las ideas del libro. La novela inspiró también la creación de varias comunidades utópicas.
El libro “El Mercado” corresponde al capítulo XXIII del libro de Bellamy titulado “Igualdad”, que fue publicado en 1987, un año antes de morir. El título de ese capítulo es el siguiente: “El cuento del agua o la parábola del depósito de agua”.
Volvamos al cuento. Trisquitrasque es un pueblo de tierra muy seca, cuyos habitantes padecen los gravísimos problemas que acarrea la falta de agua. Algunos llegan a morir de sed. Su principal quehacer cada día es buscar los manantiales que remedien sus males.
Entre los habitantes de Trisquitrasque hay algunos más sagaces y perversos. Han logrado acumular agua y no la comparten con los demás. Los llaman los capitalistas. Quienes no tienen agua se la piden y los capitalistas dicen que cómo van a dársela para quedar ellos sumidos en la necesidad.
Entonces, aparecen unos grandes manantiales de agua. Inmediatamente los capitalistas adquieren la propiedad, construyen un gran depósito al que llaman El Mercado, y organizan el trabajo de los habitantes para que, con cubos, vayan llevando agua de los manantiales a ese depósito. Por cada cubo que llevan reciben un céntimo pero, para comprar un cubo de agua, tienen que pagar dos céntimos.
Llevan tantos cubos de agua, que el depósito se llena a rebosar. Y tienen que paralizar el trabajo, de modo que los habitantes no disponen de dinero para comprar agua y los capitalistas ven que sus beneficios empiezan a disminuir.
Entonces salen a anunciar su producto para que otras personas de otros lugares vengan a comprar agua. A ese fenómeno lo llaman publicidad.
No tienen agua para beber precisamente porque hay exceso de agua. Entonces dicen los capitalistas: Tenemos una crisis económica. Movidos por la necesidad de dar agua a sus hijos y a sus hijas los habitantes de Trisquitrasque se amotinan cerca del depósito y entonces, los capitalistas, para protegerlo eligen a los más fuertes, los arman con palos y flechas y, por un pago de dinero que les permite comprar agua, protegen el depósito de aquellos que habían sido hasta ese día sus vecinos.
La necesidad de agua se hace cada día más imperiosa. Entonces los capitalistas se reúnen para solventar la crisis. Y deciden hacer en sus jardines fuentes ornamentales, surtidores de agua y piscinas para su recreo. De ese modo, el deposito se va vaciando y vuelven a dar trabajo a los habitantes del pueblo. El negocio es el negocio, dicen.
Pasado el tiempo, el depósito vuelve a llenarse. Hay que detener el transporte de agua. Y la gente vuelve a quedarse sin dinero para comprar un bien que tanto necesitan. Algunos están a punto de morir de sed. Los capitalistas se apiadan del pueblo y permiten que se acerquen al depósito para que otros asalariados les mojen los labios con unas gotas de agua. A ese proceso de alivio le llamaban caridad.
Ante la nueva crisis, los capitalistas contratan a unos adivinos para que estudien ese indescifrable problema: porque sobra agua, falta agua. Los adivinos, después de estudiar el problema dicen al pueblo que la causa de la crisis son unas manchas que han aparecido en el sol. Indignados, los vecinos, los apedrean y tienen que huir. Los capitalistas llaman luego a unos sacerdotes para que interpreten lo que sucede y busquen la solución. Y estos les dicen que no tienen por qué preocuparse. Porque después de esta corta vida irán a otra en la que habrá impresionantes caudales de agua en los que podrán refrescarse y de los que podrán beber hasta saciare. También a los sacerdotes les tiran piedras y les hacer huir atemorizados.
Llegan entonces unos revolucionarios que les explican lo que está pasando. Les dicen a los habitantes de Trisqutrasque que los manantiales están en la naturaleza y que la naturaleza es de todos. Les explican que ese agua que tanto necesitan es agua que también les pertenece a ellos. Les invitan a rebelarse contra la avaricia y el egoísmo de los capitalistas.
El pueblo se amotina, luchan contra los vigilantes que defendían el depósito y los vencen. Y exigen a los capitalistas que termine el proceso de explotación que han montado. Se apoderan también de los manantiales y organizan entre todos un sistema de reparto del agua, de modo que nadie en Trisquitrasque volvió a tener sed, ni hambre, ni frío nunca más. Y todo hombre decía a su compañero: “Mi hermano”. Y toda mujer decía a su compañera: “Mi hermana”.
El final feliz no es un añadido mío. Forma parte del texto de Bellamy. He seguido la línea argumental y he tratado de mantener en el relato el espíritu de la obra original. De hecho, termina así: “Porque unos con otros eran como hermanos y hermanas que vivían juntos en unidad”. Siempre que recuerdo el cuento que dediqué a mi ahijado Alejandro me pregunto por los caminos que nos pueden llevar a una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, más compasiva, más libre y más fraterna. En estos tiempos de pandemia, me lo pregunto con más inquietud y con más intensidad.
Soy padrino de pila de Alejandro Pérez Díaz, hijo de mis entrañables amigos Tere y Darío. Aquel pequeñajo que puse bajo las aguas bautismales en la parroquia de Madridejos, un pueblo a cien kilómetros de la capital, se ha convertido, como por arte de magia, en un flamante arquitecto de carrera y en un magnífico profesor de matemáticas de un Colegio de Collado Villalba (Madrid). Disfruta de la paternidad de dos hijos y, a la vez, de la enseñanza que vive cada vez más apasionadamente.
Pues bien, a mi ahijado le conté un cuento en siete capítulos, correspondientes a los siete primeros cumpleaños de su vida. Le hice entrega del primer capítulo cuando nació y, los otros seis, le fueron llegando a sus padres por correo el día de su cumpleaños. Ellos se encargaban de releer primero lo ya enviado y de leerle el nuevo avance de la historia. Al final le hicieron entrega del cuento completo cuando terminaron los envíos y la historia llegó a su fin. Acabo de encontrarme con una copia del texto íntegro que escribí para Alejandro (entonces escribía yo en una máquina Olivetti, que aún conservo) y voy a compartirlo ahora con mis lectores y lectoras. No solo por la idea del regalo que entonces le hice a mi ahijado en años consecutivos sino por la contundencia del contenido, que es un crítica tan sencilla como feroz del capitalismo.
El título del cuento que le escribí a Alejandro es el que figura al comienzo de este artículo: “El pueblo de Trisquitrasque”. Está inspirado en un pequeño libro de Edward Bellamy , titulado “El Mercado”, libro que compré y leí cuando, en plena dictadura, estaba prohibido. Ese libro contenía también otro título, “Miseria de los zapatos”, de George Orwel. Ese pequeño libro, un folleto más bien, tenía solo unas cuarenta páginas y formaba parte de una colección titulada “Se hace camino al andar”. De lo directo y escueto de ambos relatos alegóricos cabe sacar una conclusión: el socialismo es sencillo, se explica fácilmente y está en todos los ámbitos de la vida de las personas.
Edward Bellamy (1850-1898), periodista y novelista norteamericano, vivió solo, como se verá por las fechas indicadas, 48 años y falleció víctima de una tuberculosis. Fundó y dirigió en 1980 el periódico “Daily News”, en el que publicó la mayor parte de sus narraciones.
Bellamy fue un socialista convencido que escribió una famosa novela titulada “Looking Backward: 2000-1987. Un hombre de clase alta de 1987 se despierta en el año 2000 tras un trance hipnótico y se encuentra en una utopía socialista. Eric Fromm dice de esa obra “que es uno de los pocos libros que crearon un movimiento de masas de carácter político casi inmediatamente después de su aparición”. El éxito de esta novela fue enorme e influyó en muchos intelectuales de la época. En Estados Unidos surgieron “Bellamy Clubs” por todas partes, en los que se discutían y propagaban las ideas del libro. La novela inspiró también la creación de varias comunidades utópicas.
El libro “El Mercado” corresponde al capítulo XXIII del libro de Bellamy titulado “Igualdad”, que fue publicado en 1987, un año antes de morir. El título de ese capítulo es el siguiente: “El cuento del agua o la parábola del depósito de agua”.
Volvamos al cuento. Trisquitrasque es un pueblo de tierra muy seca, cuyos habitantes padecen los gravísimos problemas que acarrea la falta de agua. Algunos llegan a morir de sed. Su principal quehacer cada día es buscar los manantiales que remedien sus males.
Entre los habitantes de Trisquitrasque hay algunos más sagaces y perversos. Han logrado acumular agua y no la comparten con los demás. Los llaman los capitalistas. Quienes no tienen agua se la piden y los capitalistas dicen que cómo van a dársela para quedar ellos sumidos en la necesidad.
Entonces, aparecen unos grandes manantiales de agua. Inmediatamente los capitalistas adquieren la propiedad, construyen un gran depósito al que llaman El Mercado, y organizan el trabajo de los habitantes para que, con cubos, vayan llevando agua de los manantiales a ese depósito. Por cada cubo que llevan reciben un céntimo pero, para comprar un cubo de agua, tienen que pagar dos céntimos.
Llevan tantos cubos de agua, que el depósito se llena a rebosar. Y tienen que paralizar el trabajo, de modo que los habitantes no disponen de dinero para comprar agua y los capitalistas ven que sus beneficios empiezan a disminuir.
Entonces salen a anunciar su producto para que otras personas de otros lugares vengan a comprar agua. A ese fenómeno lo llaman publicidad.
No tienen agua para beber precisamente porque hay exceso de agua. Entonces dicen los capitalistas: Tenemos una crisis económica. Movidos por la necesidad de dar agua a sus hijos y a sus hijas los habitantes de Trisquitrasque se amotinan cerca del depósito y entonces, los capitalistas, para protegerlo eligen a los más fuertes, los arman con palos y flechas y, por un pago de dinero que les permite comprar agua, protegen el depósito de aquellos que habían sido hasta ese día sus vecinos.
La necesidad de agua se hace cada día más imperiosa. Entonces los capitalistas se reúnen para solventar la crisis. Y deciden hacer en sus jardines fuentes ornamentales, surtidores de agua y piscinas para su recreo. De ese modo, el deposito se va vaciando y vuelven a dar trabajo a los habitantes del pueblo. El negocio es el negocio, dicen.
Pasado el tiempo, el depósito vuelve a llenarse. Hay que detener el transporte de agua. Y la gente vuelve a quedarse sin dinero para comprar un bien que tanto necesitan. Algunos están a punto de morir de sed. Los capitalistas se apiadan del pueblo y permiten que se acerquen al depósito para que otros asalariados les mojen los labios con unas gotas de agua. A ese proceso de alivio le llamaban caridad.
Ante la nueva crisis, los capitalistas contratan a unos adivinos para que estudien ese indescifrable problema: porque sobra agua, falta agua. Los adivinos, después de estudiar el problema dicen al pueblo que la causa de la crisis son unas manchas que han aparecido en el sol. Indignados, los vecinos, los apedrean y tienen que huir. Los capitalistas llaman luego a unos sacerdotes para que interpreten lo que sucede y busquen la solución. Y estos les dicen que no tienen por qué preocuparse. Porque después de esta corta vida irán a otra en la que habrá impresionantes caudales de agua en los que podrán refrescarse y de los que podrán beber hasta saciare. También a los sacerdotes les tiran piedras y les hacer huir atemorizados.
Llegan entonces unos revolucionarios que les explican lo que está pasando. Les dicen a los habitantes de Trisqutrasque que los manantiales están en la naturaleza y que la naturaleza es de todos. Les explican que ese agua que tanto necesitan es agua que también les pertenece a ellos. Les invitan a rebelarse contra la avaricia y el egoísmo de los capitalistas.
El pueblo se amotina, luchan contra los vigilantes que defendían el depósito y los vencen. Y exigen a los capitalistas que termine el proceso de explotación que han montado. Se apoderan también de los manantiales y organizan entre todos un sistema de reparto del agua, de modo que nadie en Trisquitrasque volvió a tener sed, ni hambre, ni frío nunca más. Y todo hombre decía a su compañero: “Mi hermano”. Y toda mujer decía a su compañera: “Mi hermana”.
El final feliz no es un añadido mío. Forma parte del texto de Bellamy. He seguido la línea argumental y he tratado de mantener en el relato el espíritu de la obra original. De hecho, termina así: “Porque unos con otros eran como hermanos y hermanas que vivían juntos en unidad”. Siempre que recuerdo el cuento que dediqué a mi ahijado Alejandro me pregunto por los caminos que nos pueden llevar a una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, más compasiva, más libre y más fraterna. En estos tiempos de pandemia, me lo pregunto con más inquietud y con más intensidad.
viernes, 17 de julio de 2020
_- ¿Qué está pasando en el feminismo español?
_- Durante los últimos años el movimiento feminista ha logrado grandes conquistas sociales e institucionales, permeando el sentido común y produciendo cambios de fondo. Sin embargo, después de un periodo de crecimiento exponencial, están apareciendo fracturas cada vez más profundas y asistimos a diario a enfrentamientos muy violentos, especialmente en las redes sociales. Mucha gente que se ha acercado al feminismo en este tiempo observa esos debates con interés, pero sin poder comprender del todo lo que está en juego en estos conflictos. ¿Qué está ocurriendo? La disputa entre PSOE y Unidas Podemos explica parte de lo que vemos, pero esto no va solo de un conflicto entre partidos. Tampoco se trata de la confrontación entre un feminismo “viejo” y un feminismo “nuevo”. Lo que está en juego en el feminismo en nuestro país tiene que ver con un largo y profundo debate ideológico dentro del cual ninguna de las posturas son nuevas.
A menudo se ha dicho que las feministas estamos de acuerdo en un gran conjunto de cosas salvo en la cuestión de la prostitución. No es verdad. Y prueba de ello es la violencia con la que ha irrumpido en nuestro espacio público el “debate” sobre el reconocimiento legal de la identidad de género de las personas trans. La cuestión es que los dos grandes cismas de la discusión feminista de estos tiempos -el de la identidad de género y el de la prostitución- no son cuestiones inconexas. Ambas forman parte de un debate de fondo que atraviesa gran cantidad de problemas y que ha enfrentado a las corrientes feministas en distintos momentos de nuestra historia. Se trata de una larga y compleja discusión en el marco de la cual estas corrientes han pensado la relación del sexo con el poder, la violencia o el género. Entender lo que está ocurriendo en el feminismo español pasa por hacer un ejercicio de memoria y genealogía feminista.
Las llamadas “guerras del sexo” enfrentaron al movimiento feminista de Estados Unidos en los años 80 y constituyeron dos corrientes que han seguido siendo irreconciliables hasta hoy. Por un lado, dentro del marco del autodenominado feminismo radical (que es, en realidad un significante en disputa), las abolicionistas antipornografía, con Andrea Dworkin y Catharine MacKinnon a la cabeza. Por otro lado, un feminismo con una visión muy distinta de la sexualidad que defendía los derechos de las trabajadoras sexuales, mucho más vinculado a los movimientos LGTB y a las luchas de las comunidades trans y que ha tenido entre sus portavoces a Gayle Rubin o, más tarde, a Judith Butler, un feminismo que a menudo se ha conocido como pro-sex y que es hermano de las posteriores luchas queer. Aunque el debate se centró en la pornografía, y así ha pasado a la historia, tuvo como punto de partida las reflexiones acerca del acoso sexual y avanzó desencadenando perspectivas contrapuestas acerca de gran cantidad de cuestiones. Las feministas abolicionistas defendieron medidas prohibicionistas contra la pornografía que encontraron, al otro lado, la respuesta de un feminismo crítico con la censura y defensor de la primera enmienda y de la libertad de expresión.
Las feministas de la corriente de Dworkin y MacKinnon entendieron que las mujeres están abocadas a una posición sexual sumisa y pasiva en relación con los hombres en esta sociedad patriarcal. No es de extrañar que en el seno del feminismo radical abolicionista surgieran corrientes como el lesbianismo político. En parte, era la conclusión inevitable de entender que -como la pornografía expresaba de forma genuina- había una relación consustancial entre la violencia, la dominación y el sexo heterosexual. Por su parte, las integrantes de la corriente prosexo centraron sus discursos en la ampliación del campo del placer, mantuvieron una actitud de desconfianza hacia un excesivo papel del Estado y sostuvieron que el aumento del control y de la regulación sobre la sexualidad juega en contra de la libertad sexual de las mujeres. Defendieron múltiples formas de disidencia sexual -entre las que Gayle Rubin incluye el lesbianismo, el sexo no monógamo, el BDSM, las relaciones sexuales intergeneracionales o el trabajo sexual- pero criticaron cualquier intento de restaurar una normatividad sexual o una forma de tener “sexo feminista”. Este feminismo sostuvo que en el terreno de la sexualidad era crucial mantener la distinción entre la fantasía y la realidad y que había que ampliar para las mujeres el margen de sus deseos para poder jugar sin censuras con los roles de poder y, por ejemplo, practicar el sadomasoquismo.
Entre las voces del “feminismo lesbiano” vinculado al abolicionismo americano y al movimiento antipornografía está Janice Raymond. Publicó en 1979 un texto que ha sido fundacional para el feminismo contrario a la incorporación de las mujeres trans a la lucha feminista, un libro titulado El imperio transexual, donde identificaba la transexualidad femenina con una “violación del cuerpo de las mujeres”. Raymond ha sido invitada a participar en el marco de la Segunda marcha abolicionista europea “contra la pornografía, la prostitución, los vientres de alquiler y el género” el próximo 20 de septiembre. De aquellos barros, estos lodos.
Los debates americanos también se dieron en el contexto español en los años 80 y el devenir del feminismo en nuestro país está también marcado por ellos. Es indudable que el PSOE fue la herramienta institucional para hacer posibles algunas reformas feministas necesarias y que, durante décadas de bipartidismo, ha sido el único partido feminista con capacidad para aprobar leyes. Ahora bien, apostó siempre por un feminismo abolicionista muy dado a utilizar la prohibición y el código penal, con una visión un tanto normativa y moralista sobre la sexualidad y una mirada homogeneizadora de las mujeres muy poco atenta a las diferencias. A la izquierda del PSOE existió siempre otro feminismo menos esencialista defendido por mujeres que participaban en el movimiento feminista y que militaban en organizaciones de izquierdas. Quienes nos unimos a Podemos desde sus comienzos y pusimos en marcha el Área de Igualdad del partido teníamos como horizonte político construir una apuesta feminista propia para el espacio del cambio rescatando justamente esa tradición y esa genealogía a la que Paloma Uría dedica su libro “El feminismo que no llegó al poder”.
Algunas de las resistencias iniciales que nos encontramos tuvieron que ver con la convicción, por parte de importantes dirigentes, de que el feminismo no era una apuesta en la que Podemos pudiera sobresalir; la hegemonía era ya del PSOE y Podemos llegaría, como mucho, a pintar lo mismo que el PSOE. Pero la otra gran resistencia con la que nos topamos fueron las posiciones de compañeras feministas cuya trayectoria se había forjado en los entornos del PSOE, que estaban en sintonía con gran parte de las posiciones del feminismo abolicionista y que creían que esa era la línea que Podemos debía seguir. Las guerras del sexo también llegaron a Podemos.
Por un lado estábamos quienes queríamos hacer un feminismo menos esencialista, esto es, no circunscrito solo a las mujeres y a los espacios no mixtos y en alianza profunda con las luchas LGTB, un feminismo que rompiera los grandes tabúes del PSOE, que abriera nuevos debates sobre la pornografía, que tuviera una mirada menos censora sobre el deseo femenino y que incorporara a las trabajadoras sexuales como compañeras cuyos derechos hay que defender.
Por otro lado, un feminismo cuya principal posición se construyó desde la defensa del abolicionismo y que -tal y como hace hoy el PSOE contra Podemos- construía caricaturas ideologizadas para argumentar que toda defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales es una alianza con los proxenetas y que la teoría queer es neoliberal. En la disputa interna de Unidas Podemos ese es el feminismo que ganó.
Esto no tendría por qué ser un problema para el actual gobierno de coalición si Podemos y el PSOE compartieran todas sus posiciones feministas. Ambos partidos reforzarían juntos la hegemonía del abolicionismo en nuestro país y el PSOE aceptaría la cesión del Ministerio de Igualdad a cambio de que Podemos asumiera su ideario. Al fin y al cabo, a la larga, la hegemonía seguiría siendo del PSOE, porque para hacer feminismo abolicionista ya está el PSOE y nadie lo hará nunca mejor que el PSOE. El problema es que Podemos se ha salido del tiesto trasladando al Congreso una nueva ley trans que demandaban las asociaciones y colectivos y que, en último término, se defiende con solvencia desde una tradición feminista muy diferente a la que el PSOE está abanderando. Lo que está pasando entre los partidos del Gobierno tiene que ver con una guerra de poder -azuzada fundamentalmente por quienes lo acaban de perder- pero también como una larga disputa que pertenece a la historia del feminismo.
La reciente actuación del PSOE ha enfadado a todas y todos aquellos que queremos desterrar los procesos médicos y patologizantes de las vidas de las personas trans en nuestro país y esa indignación generalizada revela el enorme error político que han cometido. Pero preocupa ver, al otro lado, a tanta gente sumándose a ese anti teoricismo tan antipolítico y tan de moda en nuestros días. Eso de separar, por un lado, la defensa de los derechos -como si fueran autoevidentes- y, por otro, los debates teóricos de ideas -como si fueran opcionales, frívolos o triviales- supone relegar la importancia de la teoría y de las ideas cuando hacen más falta que nunca. Supone infravalorar las aportaciones teóricas de una tradición feminista alternativa a la del PSOE y supone subestimar a un feminismo socialista que cuenta con un poderoso bagaje teórico a sus espaldas y que tiene muy claro que la batalla cultural de los próximos años se gana construyendo un corpus feminista ideológicamente coherente. Si el “abolicionismo” ha pasado a ser un significante universal es porque el feminismo vinculado al PSOE está construyendo una teoría orgánica en la que la pornografía, la prostitución, la violencia sexual o la transexualidad se comprenden dentro de una determinada manera de pensar la sexualidad. No hay nada más ventajoso para este abolicionismo, implantado en todas las universidades de nuestro país, que subestimar la importancia de las ideas y la teoría.
Se avecina una gran disputa ideológica que va a marcar los debates de los próximos años y Podemos, aunque ha apostado con valentía por los derechos de las personas trans, carece de mimbres sólidos para afrontarla. Porque, salvando la valiosa excepción que supone el feminismo de Barcelona en comú -forjado en una ciudad con una histórica tradición de activismo queer, transfeminista, libertario, proderechos y prosex-, a día de hoy Podemos no tiene un discurso distinto al del PSOE en cuestiones como la prostitución, la pornografía o la violencia. Eso sitúa a las feministas socialistas en condiciones de señalar incoherencias y contradicciones. Justamente porque algunas de las dirigentes de Podemos están de acuerdo con muchas de las perspectivas del PSOE y muchos de los argumentos que hoy el PSOE lanza contra Podemos fueron incorporados en su día por las propias bases feministas de Podemos.
Hoy es menos posible que nunca decir que las feministas sólo discrepamos acerca de la prostitución porque, en efecto, hay un gran debate abierto en el feminismo. No es el único que existe, no es el único posible, pero hay un feminismo que no es abolicionista, que considera que la manera de combatir el abuso de poder al que se enfrentan las prostitutas en un mundo patriarcal es darles poder, autonomía y derechos frente a terceros, que no es punitivo, que quiere mirar la sexualidad con complejidad, sin culpas y sin censuras, que considera que la exclusión a la que se enfrentan las personas trans -y no solo las mujeres- es un problema que compete de lleno al feminismo. No es neoliberal; es, de hecho, la alternativa ideológicamente más poderosa a ese feminismo que lleva años localizando el neoliberalismo en la teoría queer pero no en la reforma del 135, que parece que descubre el capitalismo cada vez que habla de la prostitución pero que no ha dudado en aprobar recortes estructurales y reformas laborales lesivos para las mujeres. Este feminismo, más libertario en el terreno de la sexualidad y más interseccional en sus análisis, tiene a sus espaldas una larga historia más allá de nuestras fronteras, una genealogía en el contexto español y una importante tradición teórica. Comparte una mirada menos esencialista sobre el sujeto del feminismo, sobre las mujeres, sobre los hombres, sobre las violencias y sobre la sexualidad y es eso lo que lo convierte en una vacuna contra las derivas identitarias que inundan nuestros contextos políticos, que están intoxicando la lucha feminista y pueden empezar a hacer lo mismo con la lucha trans.
Últimamente las redes, los debates televisivos o los argumentarios de los partidos se han empezado a llenar de gente que habla de la teoría queer para denostarla y estigmatizarla. No hay una teoría queer, sino muchas, pero sí hay una genealogía. Y es desde esa tradición desde donde mejor puede entenderse la batalla cultural que va a recorrer al feminismo los próximos años. Si algo hemos aprendido de la historia de las luchas que esta palabra tiene detrás, es que no hay nada más eficaz contra la estigmatización que reivindicar los insultos con orgullo. Existe un feminismo orgullosamente queer.
Clara Serra Profesora de filosofía, feminista y escritora. Fue diputada en la Asamblea de Madrid (2015-2019). Autora de "Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas" (Madrid, Catarata, 2018) y "Manual Ultravioleta. Feminismo para mirar el mundo" (Madrid, Ediciones B, 2019).
Fuente: Sin Permiso, 25/06/2020
A menudo se ha dicho que las feministas estamos de acuerdo en un gran conjunto de cosas salvo en la cuestión de la prostitución. No es verdad. Y prueba de ello es la violencia con la que ha irrumpido en nuestro espacio público el “debate” sobre el reconocimiento legal de la identidad de género de las personas trans. La cuestión es que los dos grandes cismas de la discusión feminista de estos tiempos -el de la identidad de género y el de la prostitución- no son cuestiones inconexas. Ambas forman parte de un debate de fondo que atraviesa gran cantidad de problemas y que ha enfrentado a las corrientes feministas en distintos momentos de nuestra historia. Se trata de una larga y compleja discusión en el marco de la cual estas corrientes han pensado la relación del sexo con el poder, la violencia o el género. Entender lo que está ocurriendo en el feminismo español pasa por hacer un ejercicio de memoria y genealogía feminista.
Las llamadas “guerras del sexo” enfrentaron al movimiento feminista de Estados Unidos en los años 80 y constituyeron dos corrientes que han seguido siendo irreconciliables hasta hoy. Por un lado, dentro del marco del autodenominado feminismo radical (que es, en realidad un significante en disputa), las abolicionistas antipornografía, con Andrea Dworkin y Catharine MacKinnon a la cabeza. Por otro lado, un feminismo con una visión muy distinta de la sexualidad que defendía los derechos de las trabajadoras sexuales, mucho más vinculado a los movimientos LGTB y a las luchas de las comunidades trans y que ha tenido entre sus portavoces a Gayle Rubin o, más tarde, a Judith Butler, un feminismo que a menudo se ha conocido como pro-sex y que es hermano de las posteriores luchas queer. Aunque el debate se centró en la pornografía, y así ha pasado a la historia, tuvo como punto de partida las reflexiones acerca del acoso sexual y avanzó desencadenando perspectivas contrapuestas acerca de gran cantidad de cuestiones. Las feministas abolicionistas defendieron medidas prohibicionistas contra la pornografía que encontraron, al otro lado, la respuesta de un feminismo crítico con la censura y defensor de la primera enmienda y de la libertad de expresión.
Las feministas de la corriente de Dworkin y MacKinnon entendieron que las mujeres están abocadas a una posición sexual sumisa y pasiva en relación con los hombres en esta sociedad patriarcal. No es de extrañar que en el seno del feminismo radical abolicionista surgieran corrientes como el lesbianismo político. En parte, era la conclusión inevitable de entender que -como la pornografía expresaba de forma genuina- había una relación consustancial entre la violencia, la dominación y el sexo heterosexual. Por su parte, las integrantes de la corriente prosexo centraron sus discursos en la ampliación del campo del placer, mantuvieron una actitud de desconfianza hacia un excesivo papel del Estado y sostuvieron que el aumento del control y de la regulación sobre la sexualidad juega en contra de la libertad sexual de las mujeres. Defendieron múltiples formas de disidencia sexual -entre las que Gayle Rubin incluye el lesbianismo, el sexo no monógamo, el BDSM, las relaciones sexuales intergeneracionales o el trabajo sexual- pero criticaron cualquier intento de restaurar una normatividad sexual o una forma de tener “sexo feminista”. Este feminismo sostuvo que en el terreno de la sexualidad era crucial mantener la distinción entre la fantasía y la realidad y que había que ampliar para las mujeres el margen de sus deseos para poder jugar sin censuras con los roles de poder y, por ejemplo, practicar el sadomasoquismo.
Entre las voces del “feminismo lesbiano” vinculado al abolicionismo americano y al movimiento antipornografía está Janice Raymond. Publicó en 1979 un texto que ha sido fundacional para el feminismo contrario a la incorporación de las mujeres trans a la lucha feminista, un libro titulado El imperio transexual, donde identificaba la transexualidad femenina con una “violación del cuerpo de las mujeres”. Raymond ha sido invitada a participar en el marco de la Segunda marcha abolicionista europea “contra la pornografía, la prostitución, los vientres de alquiler y el género” el próximo 20 de septiembre. De aquellos barros, estos lodos.
Los debates americanos también se dieron en el contexto español en los años 80 y el devenir del feminismo en nuestro país está también marcado por ellos. Es indudable que el PSOE fue la herramienta institucional para hacer posibles algunas reformas feministas necesarias y que, durante décadas de bipartidismo, ha sido el único partido feminista con capacidad para aprobar leyes. Ahora bien, apostó siempre por un feminismo abolicionista muy dado a utilizar la prohibición y el código penal, con una visión un tanto normativa y moralista sobre la sexualidad y una mirada homogeneizadora de las mujeres muy poco atenta a las diferencias. A la izquierda del PSOE existió siempre otro feminismo menos esencialista defendido por mujeres que participaban en el movimiento feminista y que militaban en organizaciones de izquierdas. Quienes nos unimos a Podemos desde sus comienzos y pusimos en marcha el Área de Igualdad del partido teníamos como horizonte político construir una apuesta feminista propia para el espacio del cambio rescatando justamente esa tradición y esa genealogía a la que Paloma Uría dedica su libro “El feminismo que no llegó al poder”.
Algunas de las resistencias iniciales que nos encontramos tuvieron que ver con la convicción, por parte de importantes dirigentes, de que el feminismo no era una apuesta en la que Podemos pudiera sobresalir; la hegemonía era ya del PSOE y Podemos llegaría, como mucho, a pintar lo mismo que el PSOE. Pero la otra gran resistencia con la que nos topamos fueron las posiciones de compañeras feministas cuya trayectoria se había forjado en los entornos del PSOE, que estaban en sintonía con gran parte de las posiciones del feminismo abolicionista y que creían que esa era la línea que Podemos debía seguir. Las guerras del sexo también llegaron a Podemos.
Por un lado estábamos quienes queríamos hacer un feminismo menos esencialista, esto es, no circunscrito solo a las mujeres y a los espacios no mixtos y en alianza profunda con las luchas LGTB, un feminismo que rompiera los grandes tabúes del PSOE, que abriera nuevos debates sobre la pornografía, que tuviera una mirada menos censora sobre el deseo femenino y que incorporara a las trabajadoras sexuales como compañeras cuyos derechos hay que defender.
Por otro lado, un feminismo cuya principal posición se construyó desde la defensa del abolicionismo y que -tal y como hace hoy el PSOE contra Podemos- construía caricaturas ideologizadas para argumentar que toda defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales es una alianza con los proxenetas y que la teoría queer es neoliberal. En la disputa interna de Unidas Podemos ese es el feminismo que ganó.
Esto no tendría por qué ser un problema para el actual gobierno de coalición si Podemos y el PSOE compartieran todas sus posiciones feministas. Ambos partidos reforzarían juntos la hegemonía del abolicionismo en nuestro país y el PSOE aceptaría la cesión del Ministerio de Igualdad a cambio de que Podemos asumiera su ideario. Al fin y al cabo, a la larga, la hegemonía seguiría siendo del PSOE, porque para hacer feminismo abolicionista ya está el PSOE y nadie lo hará nunca mejor que el PSOE. El problema es que Podemos se ha salido del tiesto trasladando al Congreso una nueva ley trans que demandaban las asociaciones y colectivos y que, en último término, se defiende con solvencia desde una tradición feminista muy diferente a la que el PSOE está abanderando. Lo que está pasando entre los partidos del Gobierno tiene que ver con una guerra de poder -azuzada fundamentalmente por quienes lo acaban de perder- pero también como una larga disputa que pertenece a la historia del feminismo.
La reciente actuación del PSOE ha enfadado a todas y todos aquellos que queremos desterrar los procesos médicos y patologizantes de las vidas de las personas trans en nuestro país y esa indignación generalizada revela el enorme error político que han cometido. Pero preocupa ver, al otro lado, a tanta gente sumándose a ese anti teoricismo tan antipolítico y tan de moda en nuestros días. Eso de separar, por un lado, la defensa de los derechos -como si fueran autoevidentes- y, por otro, los debates teóricos de ideas -como si fueran opcionales, frívolos o triviales- supone relegar la importancia de la teoría y de las ideas cuando hacen más falta que nunca. Supone infravalorar las aportaciones teóricas de una tradición feminista alternativa a la del PSOE y supone subestimar a un feminismo socialista que cuenta con un poderoso bagaje teórico a sus espaldas y que tiene muy claro que la batalla cultural de los próximos años se gana construyendo un corpus feminista ideológicamente coherente. Si el “abolicionismo” ha pasado a ser un significante universal es porque el feminismo vinculado al PSOE está construyendo una teoría orgánica en la que la pornografía, la prostitución, la violencia sexual o la transexualidad se comprenden dentro de una determinada manera de pensar la sexualidad. No hay nada más ventajoso para este abolicionismo, implantado en todas las universidades de nuestro país, que subestimar la importancia de las ideas y la teoría.
Se avecina una gran disputa ideológica que va a marcar los debates de los próximos años y Podemos, aunque ha apostado con valentía por los derechos de las personas trans, carece de mimbres sólidos para afrontarla. Porque, salvando la valiosa excepción que supone el feminismo de Barcelona en comú -forjado en una ciudad con una histórica tradición de activismo queer, transfeminista, libertario, proderechos y prosex-, a día de hoy Podemos no tiene un discurso distinto al del PSOE en cuestiones como la prostitución, la pornografía o la violencia. Eso sitúa a las feministas socialistas en condiciones de señalar incoherencias y contradicciones. Justamente porque algunas de las dirigentes de Podemos están de acuerdo con muchas de las perspectivas del PSOE y muchos de los argumentos que hoy el PSOE lanza contra Podemos fueron incorporados en su día por las propias bases feministas de Podemos.
Hoy es menos posible que nunca decir que las feministas sólo discrepamos acerca de la prostitución porque, en efecto, hay un gran debate abierto en el feminismo. No es el único que existe, no es el único posible, pero hay un feminismo que no es abolicionista, que considera que la manera de combatir el abuso de poder al que se enfrentan las prostitutas en un mundo patriarcal es darles poder, autonomía y derechos frente a terceros, que no es punitivo, que quiere mirar la sexualidad con complejidad, sin culpas y sin censuras, que considera que la exclusión a la que se enfrentan las personas trans -y no solo las mujeres- es un problema que compete de lleno al feminismo. No es neoliberal; es, de hecho, la alternativa ideológicamente más poderosa a ese feminismo que lleva años localizando el neoliberalismo en la teoría queer pero no en la reforma del 135, que parece que descubre el capitalismo cada vez que habla de la prostitución pero que no ha dudado en aprobar recortes estructurales y reformas laborales lesivos para las mujeres. Este feminismo, más libertario en el terreno de la sexualidad y más interseccional en sus análisis, tiene a sus espaldas una larga historia más allá de nuestras fronteras, una genealogía en el contexto español y una importante tradición teórica. Comparte una mirada menos esencialista sobre el sujeto del feminismo, sobre las mujeres, sobre los hombres, sobre las violencias y sobre la sexualidad y es eso lo que lo convierte en una vacuna contra las derivas identitarias que inundan nuestros contextos políticos, que están intoxicando la lucha feminista y pueden empezar a hacer lo mismo con la lucha trans.
Últimamente las redes, los debates televisivos o los argumentarios de los partidos se han empezado a llenar de gente que habla de la teoría queer para denostarla y estigmatizarla. No hay una teoría queer, sino muchas, pero sí hay una genealogía. Y es desde esa tradición desde donde mejor puede entenderse la batalla cultural que va a recorrer al feminismo los próximos años. Si algo hemos aprendido de la historia de las luchas que esta palabra tiene detrás, es que no hay nada más eficaz contra la estigmatización que reivindicar los insultos con orgullo. Existe un feminismo orgullosamente queer.
Clara Serra Profesora de filosofía, feminista y escritora. Fue diputada en la Asamblea de Madrid (2015-2019). Autora de "Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas" (Madrid, Catarata, 2018) y "Manual Ultravioleta. Feminismo para mirar el mundo" (Madrid, Ediciones B, 2019).
Fuente: Sin Permiso, 25/06/2020
jueves, 16 de julio de 2020
Las tres mujeres de Sinuhé, el egipcio. Los personajes de la novela de Mika Waltari Nefernefernefer, Minea y Merit, corresponden a grandes arquetipos femeninos
01 JUL 2020 -
Entre mi primera lectura a los 12 años de Sinuhé, el egipcio, cuando tuve que subirme al respaldo de un sillón para alcanzar el estante en el que se guardaba el libro fuera del alcance de los niños (era una lectura “no apta”: solo estaban más arriba las novelas de Moravia de mi madre y el Decamerón de Boccaccio), y la última, hace unos días, ha pasado mucho tiempo. En el ínterin se ha cambiado de opinión sobre uno de sus personajes, el faraón Akenatón —de santo a tirano y viceversa —, hasta seis veces, se ha juzgado la novela históricamente inexacta y exacta otras tantas (prevalece en general esta última opinión, con algunas reservas) y su aura de obra indecente y moralmente peligrosa se ha desvanecido por completo, excepto en casos de verdadera mojigatería.
La novela de Mika Waltari, publicada en 1945 —mi manoseada edición es la de José Janés de 1950 —, ha sido definitiva a la hora de alumbrar vocaciones egiptológicas e incitar a viajar al país del Nilo (aunque, curiosamente su autor, Mika Waltari, no estuvo nunca; es verdad que era finés y el clima no ayudaría). Pero también ha marcado y condicionado numerosos despertares eróticos. A menudo he vuelto a releer los pasajes más subidos de tono del libro tratando de revivir la turbación de la primera lectura, que dio un sentido muy carnal a lo de la seducción del Antiguo Egipto. Son esos episodios, sobre todo, aquellos en los que aparece la cortesana Nefernefernefer, tres veces “nefer”, bella, y brinda sus turgentes servicios a Sinuhé a cambio de pasta y, ya en última instancia, de las propiedades de la familia, incluida la tumba de sus padres.
De ojos duros y verdes y orígenes babilonios, Nefernefernefer, joven, bella y ardiente, y muy fresca (a la mínima se quita la ropa e incluso la peluca), seduce al casto Sinuhé en su lecho de marfil y madera negra y le deja “reducido a cenizas”, una metáfora sexual que costaba entender cuando venías de Los Chiripitifláuticos. En el último encuentro —aquí ya recuerdo tragar saliva y pensar la que me iba a caer en el confesionario —, la cortesana calienta-faldellines se desnuda y se mete en un estanque para flotar de espaldas entre los lotos y “sus pechos salían del agua como dos flores rojas”, una frase que me ha perseguido toda la vida de aquí a Luxor. Tras ver aquello, Sinuhé no es que sea capaz de vender el sepulcro de sus padres sino que vendería hasta sus momias. Y de hecho acaba trabajando en un taller de confección de estas.
Afortunadamente, después de tan mal comienzo con las mujeres, nuestro hombre se encuentra con otras dos mucho mejores, la cretense Minea y la egipcia Merit. En la más reciente lectura de la novela, más serena que las primeras, me ha parecido que las tres son verdaderos arquetipos femeninos en la acepción junguiana, manifestaciones del ánima, la personificación femenina del inconsciente del hombre (contrapuesta al animus, el hombre interior de las mujeres). Nefernefernefer sería la mujer devoradora, la femme fatale, felina, peligrosa y destructiva, y la minoica Minea la mujer idealizada, el amor romántico: consagrada al dios de Creta (ante cuyos toros danza y salta acrobáticamente a la manera cretense, con el pecho desnudo), el enamorado Sinuhé respeta su virginidad para descubrir luego que ha muerto a manos del Minotauro, el sacerdote del culto en la isla, y quedar desolado con la pérdida.
La tercera mujer, en un orden ascendente en la madurez de Sinuhé, es Merit, el amor adulto, la esposa, la pareja que proporciona solidez y estabilidad (y un hijo). En la novela hay otras notables mujeres, que no alteran la tríada fundamental. Como Baketamón, hermana de Akenatón forzada a casarse con el plebeyo Horemheb (el futuro faraón) y que se venga de él construyéndose un pabellón en el que cada piedra le ha sido entregada por un hombre a cambio de sexo, una historia basada en la de Heródoto de que Keops prostituyó a su hija para recaudar fondos y que ella, en revancha, hizo que cada cliente le diera una piedra con la que levantó una de las tres pequeñas pirámides, de reinas, que se alzaban omnipresentes junto a la de su padre.
En la versión cinematográfica (1954), se cargaron directamente a Minea (también a Tutankamón, que sale en la novela, obsesionado con su tumba, pero no en la película) y la tensión se concentraba entre Merit (Jean Simmons) y Nefernefernefer, interpretada por Bella Darvi, a la sazón amante del productor Darryl Zanuck (y quizá de su mujer: era bisexual). Darvi, cuyo supuesto egipcio con acento babilónico no tiene desperdicio en el filme, es un curioso vínculo entre el Antiguo Egipto y el III Reich: originaria de Polonia y de ascendencia judía, fue perseguida por los nazis y perdió un hermano en los campos. Alcohólica y ludópata, acabó suicidándose con el gas de la cocina. Tuvo alguna culpa de que Marlon Brando no fuera Sinuhé. El actor hizo una espantada una semana antes del rodaje aduciendo primero que tenía que visitar a su terapeuta y luego incompatibilidad de carácter con Darvi. Lo sustituyó Edmond Purdom con un peinado pasado de moda ya en el Primer Periodo Intermedio y actuando tan rígido que a ratos parece prematuramente momificado.
La princesa Baketamón (Gene Tierney), en la película 'Sinuhé, el egipcio'. La princesa Baketamón (Gene Tierney), en la película 'Sinuhé, el egipcio'. El reparto del filme de Michael Curtiz, que era una de las películas favoritas de Terenci Moix, y quién podría reprochárselo, incluye a Peter Ustinov como el pícaro esclavo Kaptah, luego propietario de la taberna La cola del cocodrilo, Victor Mature (Horemheb), John Carradine como un ladrón de tumbas, la bellísima Gene Tierney en el papel de Baketamón, Michel Ansara, célebre en el papel de Cochise en la serie Broken Arrow, como comandante hitita (también hizo de otro comandante, el sonoro Kang klingon de Star Trek) y la veterana Judith Evelyn encarnando nada menos que a la reina madre Tiye, una de las grandes mujeres de la Antigüedad —aquí notable intrigante y borrachina — . Evelyn, que se crió en Moose Jaw en Saskatchewan (de ahí pasó a Tebas), era una superviviente del hundimiento del vapor Athenia por un submarino alemán en 1939.
Volviendo a Nefernefernefer —cuya perturbadora sombra se extiende hasta la Anck-Su-Namun / Patricia Velásquez de La momia, 1999 —, hacia el final de la película se presenta en la consulta de Sinuhé aquejada de lo que parece ser sífilis. ”Puedo restaurar tu salud pero no tu belleza”, le diagnostica nuestro médico, que renuncia a vengarse de la malvada, e incluso a cobrarle la visita (Curtiz era un moralista). Mucho menos edificante es la novela, en la que Sinuhé secuestra a la cortesana y la entrega a sus excompañeros de momificación, que suelen beneficiarse los cadáveres de las difuntas agraciadas y que se ponen contentísimos de recibir para su disfrute semejante cuerpo, y caliente. Pero posteriormente nos enteramos de que Nefernefernefer no solo ha sobrevivido a la tremenda experiencia en la Casa de la Muerte sino que se ha hecho la reina del taller de momias. Destino mucho más acorde, sin duda, con la mujer que encendió nuestro amor por Egipto.
https://elpais.com/cultura/2020-06-30/las-tres-mujeres-de-sinuhe-el-egipcio.html
Entre mi primera lectura a los 12 años de Sinuhé, el egipcio, cuando tuve que subirme al respaldo de un sillón para alcanzar el estante en el que se guardaba el libro fuera del alcance de los niños (era una lectura “no apta”: solo estaban más arriba las novelas de Moravia de mi madre y el Decamerón de Boccaccio), y la última, hace unos días, ha pasado mucho tiempo. En el ínterin se ha cambiado de opinión sobre uno de sus personajes, el faraón Akenatón —de santo a tirano y viceversa —, hasta seis veces, se ha juzgado la novela históricamente inexacta y exacta otras tantas (prevalece en general esta última opinión, con algunas reservas) y su aura de obra indecente y moralmente peligrosa se ha desvanecido por completo, excepto en casos de verdadera mojigatería.
La novela de Mika Waltari, publicada en 1945 —mi manoseada edición es la de José Janés de 1950 —, ha sido definitiva a la hora de alumbrar vocaciones egiptológicas e incitar a viajar al país del Nilo (aunque, curiosamente su autor, Mika Waltari, no estuvo nunca; es verdad que era finés y el clima no ayudaría). Pero también ha marcado y condicionado numerosos despertares eróticos. A menudo he vuelto a releer los pasajes más subidos de tono del libro tratando de revivir la turbación de la primera lectura, que dio un sentido muy carnal a lo de la seducción del Antiguo Egipto. Son esos episodios, sobre todo, aquellos en los que aparece la cortesana Nefernefernefer, tres veces “nefer”, bella, y brinda sus turgentes servicios a Sinuhé a cambio de pasta y, ya en última instancia, de las propiedades de la familia, incluida la tumba de sus padres.
De ojos duros y verdes y orígenes babilonios, Nefernefernefer, joven, bella y ardiente, y muy fresca (a la mínima se quita la ropa e incluso la peluca), seduce al casto Sinuhé en su lecho de marfil y madera negra y le deja “reducido a cenizas”, una metáfora sexual que costaba entender cuando venías de Los Chiripitifláuticos. En el último encuentro —aquí ya recuerdo tragar saliva y pensar la que me iba a caer en el confesionario —, la cortesana calienta-faldellines se desnuda y se mete en un estanque para flotar de espaldas entre los lotos y “sus pechos salían del agua como dos flores rojas”, una frase que me ha perseguido toda la vida de aquí a Luxor. Tras ver aquello, Sinuhé no es que sea capaz de vender el sepulcro de sus padres sino que vendería hasta sus momias. Y de hecho acaba trabajando en un taller de confección de estas.
Afortunadamente, después de tan mal comienzo con las mujeres, nuestro hombre se encuentra con otras dos mucho mejores, la cretense Minea y la egipcia Merit. En la más reciente lectura de la novela, más serena que las primeras, me ha parecido que las tres son verdaderos arquetipos femeninos en la acepción junguiana, manifestaciones del ánima, la personificación femenina del inconsciente del hombre (contrapuesta al animus, el hombre interior de las mujeres). Nefernefernefer sería la mujer devoradora, la femme fatale, felina, peligrosa y destructiva, y la minoica Minea la mujer idealizada, el amor romántico: consagrada al dios de Creta (ante cuyos toros danza y salta acrobáticamente a la manera cretense, con el pecho desnudo), el enamorado Sinuhé respeta su virginidad para descubrir luego que ha muerto a manos del Minotauro, el sacerdote del culto en la isla, y quedar desolado con la pérdida.
La tercera mujer, en un orden ascendente en la madurez de Sinuhé, es Merit, el amor adulto, la esposa, la pareja que proporciona solidez y estabilidad (y un hijo). En la novela hay otras notables mujeres, que no alteran la tríada fundamental. Como Baketamón, hermana de Akenatón forzada a casarse con el plebeyo Horemheb (el futuro faraón) y que se venga de él construyéndose un pabellón en el que cada piedra le ha sido entregada por un hombre a cambio de sexo, una historia basada en la de Heródoto de que Keops prostituyó a su hija para recaudar fondos y que ella, en revancha, hizo que cada cliente le diera una piedra con la que levantó una de las tres pequeñas pirámides, de reinas, que se alzaban omnipresentes junto a la de su padre.
En la versión cinematográfica (1954), se cargaron directamente a Minea (también a Tutankamón, que sale en la novela, obsesionado con su tumba, pero no en la película) y la tensión se concentraba entre Merit (Jean Simmons) y Nefernefernefer, interpretada por Bella Darvi, a la sazón amante del productor Darryl Zanuck (y quizá de su mujer: era bisexual). Darvi, cuyo supuesto egipcio con acento babilónico no tiene desperdicio en el filme, es un curioso vínculo entre el Antiguo Egipto y el III Reich: originaria de Polonia y de ascendencia judía, fue perseguida por los nazis y perdió un hermano en los campos. Alcohólica y ludópata, acabó suicidándose con el gas de la cocina. Tuvo alguna culpa de que Marlon Brando no fuera Sinuhé. El actor hizo una espantada una semana antes del rodaje aduciendo primero que tenía que visitar a su terapeuta y luego incompatibilidad de carácter con Darvi. Lo sustituyó Edmond Purdom con un peinado pasado de moda ya en el Primer Periodo Intermedio y actuando tan rígido que a ratos parece prematuramente momificado.
La princesa Baketamón (Gene Tierney), en la película 'Sinuhé, el egipcio'. La princesa Baketamón (Gene Tierney), en la película 'Sinuhé, el egipcio'. El reparto del filme de Michael Curtiz, que era una de las películas favoritas de Terenci Moix, y quién podría reprochárselo, incluye a Peter Ustinov como el pícaro esclavo Kaptah, luego propietario de la taberna La cola del cocodrilo, Victor Mature (Horemheb), John Carradine como un ladrón de tumbas, la bellísima Gene Tierney en el papel de Baketamón, Michel Ansara, célebre en el papel de Cochise en la serie Broken Arrow, como comandante hitita (también hizo de otro comandante, el sonoro Kang klingon de Star Trek) y la veterana Judith Evelyn encarnando nada menos que a la reina madre Tiye, una de las grandes mujeres de la Antigüedad —aquí notable intrigante y borrachina — . Evelyn, que se crió en Moose Jaw en Saskatchewan (de ahí pasó a Tebas), era una superviviente del hundimiento del vapor Athenia por un submarino alemán en 1939.
Volviendo a Nefernefernefer —cuya perturbadora sombra se extiende hasta la Anck-Su-Namun / Patricia Velásquez de La momia, 1999 —, hacia el final de la película se presenta en la consulta de Sinuhé aquejada de lo que parece ser sífilis. ”Puedo restaurar tu salud pero no tu belleza”, le diagnostica nuestro médico, que renuncia a vengarse de la malvada, e incluso a cobrarle la visita (Curtiz era un moralista). Mucho menos edificante es la novela, en la que Sinuhé secuestra a la cortesana y la entrega a sus excompañeros de momificación, que suelen beneficiarse los cadáveres de las difuntas agraciadas y que se ponen contentísimos de recibir para su disfrute semejante cuerpo, y caliente. Pero posteriormente nos enteramos de que Nefernefernefer no solo ha sobrevivido a la tremenda experiencia en la Casa de la Muerte sino que se ha hecho la reina del taller de momias. Destino mucho más acorde, sin duda, con la mujer que encendió nuestro amor por Egipto.
https://elpais.com/cultura/2020-06-30/las-tres-mujeres-de-sinuhe-el-egipcio.html
miércoles, 15 de julio de 2020
_- 30 años de "un punto azul pálido": la icónica foto de la Tierra que inspiró uno de los textos memorables de Carl Sagan y cambió nuestra perspectiva del planeta
_- Es, sin duda, una de las mejores imágenes espaciales de la historia.
La famosa foto de la Tierra, conocida como "un punto azul pálido" celebra este 14 de febrero su 30 aniversario.
Fue captada por la sonda Voyager 1 desde una distancia de aproximadamente 6.000 millones de kilómetros.
Para conmemorar esta fecha, la NASA ha remasterizado el cónico paisaje, respetando la esencia de la imagen original.
Esta nueva versión de la foto sigue mostrando a nuestro planeta como un diminuto píxel en la inmensidad del espacio, atrapado dentro de un rayo de sol, solo que se ve un poco más nítido.
El "punto azul pálido" fue parte de una secuencia de fotos tomadas por el Voyager antes de que su sistema de cámara se apagara para ahorrar energía.
Luego de que hiciera un recorrido por los planetas y antes de que se sumergiera en el espacio profundo, la sonda tuvo una última misión.
Carl Sagan y Carolyn Porco, dos científicos de imágenes de la misión, convencieron a los directivos de la NASA para que la nave hiciera un "retrato familiar del sistema solar".
La sonda tomó en total 60 fotos que incluían al Sol y seis de los principales planetas: Venus, Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Mercurio y Marte (y Plutón) quedaron fuera por varias razones.
Solar Orbiter: la misión espacial que por primera vez tomará imágenes de los polos del Sol El planeta rojo, por ejemplo, no se podía distinguir entre las corrientes de luz solar que rebotaban dentro de la óptica de la cámara.
Inspiración Una de las razones por las que la foto se volvió tan famosa es por la popularidad de los escritos del científico y divulgador Carl Sagan.
"Mira de nuevo ese punto. Ese que está aquí. Ese es el hogar. Ese somos nosotros", escribió el científico en su libro "Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio", publicado en 1994.
"En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos los que has oído hablar, cada ser humano que haya existido, vivió su vida ahí".
Y comparó a la Tierra con "una mota de polvo suspendida en un rayo de sol".
Un misterio subatómico: ¿a dónde se fue toda la antimateria? La imagen "nos confronta con un poderoso reconocimiento de nosotros mismos, un reconocimiento que nunca deja de conmovernos", dijo Carolyn Porco, al recordarla para la BBC en 2013.
Garry Hunt, quien formó parte del equipo encargado de las imágenes del Voyager, dice que la foto es más relevante hoy que nunca. 30 años después, Hunt aún muestra la imagen en sus conferencias.
"Cada vez que doy una charla sobre el clima y hablo de lo que puedes hacer para lograr un cambio, pongo esta imagen, porque muestra que la Tierra es una mancha aislada", dijo Hunt en el programa Today de la radio de la BBC.
"Este pequeño punto azul es el único lugar donde podemos vivir, y lo estamos haciendo un desastre".
Carolyn Porco recreó el Punto Azul Pálido con la sonda Cassini en 2013, girando el sistema de cámara de esa nave hacia la Tierra y capturando el píxel azul debajo de los anillos de Saturno.
Obtener una vista de nuestro hogar ahora se considera algo imprescindible para todas las misiones que vuelan al espacio remoto.
Se espera que la nave espacial New Horizons, que realizó un sobrevuelo cercano a Plutón en 2015 y que ahora se encuentra a poco más de 7 mil millones de kilómetros de la Tierra, intente repetir la hazaña fotográfica de la Voyager.
"Una perspectiva nunca antes vista" Para Adriana C. Ocampo, científica de la NASA, la imagen de un Pálido punto azul tiene un valor educativo, emocional y cultural.
"Ese puntito nos dio una perspectiva nunca antes vista, fue vernos de una nueva forma", le dice Campo a BBC Mundo.
"Es una imagen que nos sigue dando que pensar. Como especie nos abrió una puerta de lo insignificante que somos en el espacio".
Para la científica, la foto nos muestra lo "frágil que es la Tierra en la inmensidad espacial".
"La imagen nos recuerda la importancia de reconocer como especie que todos estamos en la misma esfera celeste y tenemos que concientizarnos para investigar, explorar y cuidar más nuestro planeta y el sistema solar en el que vivimos".
https://www.bbc.com/mundo/noticias-51497477
https://elpais.com/opinion/2020-05-02/punto-azul.html
La famosa foto de la Tierra, conocida como "un punto azul pálido" celebra este 14 de febrero su 30 aniversario.
Fue captada por la sonda Voyager 1 desde una distancia de aproximadamente 6.000 millones de kilómetros.
Para conmemorar esta fecha, la NASA ha remasterizado el cónico paisaje, respetando la esencia de la imagen original.
Esta nueva versión de la foto sigue mostrando a nuestro planeta como un diminuto píxel en la inmensidad del espacio, atrapado dentro de un rayo de sol, solo que se ve un poco más nítido.
El "punto azul pálido" fue parte de una secuencia de fotos tomadas por el Voyager antes de que su sistema de cámara se apagara para ahorrar energía.
Luego de que hiciera un recorrido por los planetas y antes de que se sumergiera en el espacio profundo, la sonda tuvo una última misión.
Carl Sagan y Carolyn Porco, dos científicos de imágenes de la misión, convencieron a los directivos de la NASA para que la nave hiciera un "retrato familiar del sistema solar".
La sonda tomó en total 60 fotos que incluían al Sol y seis de los principales planetas: Venus, Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Mercurio y Marte (y Plutón) quedaron fuera por varias razones.
Solar Orbiter: la misión espacial que por primera vez tomará imágenes de los polos del Sol El planeta rojo, por ejemplo, no se podía distinguir entre las corrientes de luz solar que rebotaban dentro de la óptica de la cámara.
Inspiración Una de las razones por las que la foto se volvió tan famosa es por la popularidad de los escritos del científico y divulgador Carl Sagan.
"Mira de nuevo ese punto. Ese que está aquí. Ese es el hogar. Ese somos nosotros", escribió el científico en su libro "Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio", publicado en 1994.
"En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos los que has oído hablar, cada ser humano que haya existido, vivió su vida ahí".
Y comparó a la Tierra con "una mota de polvo suspendida en un rayo de sol".
Un misterio subatómico: ¿a dónde se fue toda la antimateria? La imagen "nos confronta con un poderoso reconocimiento de nosotros mismos, un reconocimiento que nunca deja de conmovernos", dijo Carolyn Porco, al recordarla para la BBC en 2013.
Garry Hunt, quien formó parte del equipo encargado de las imágenes del Voyager, dice que la foto es más relevante hoy que nunca. 30 años después, Hunt aún muestra la imagen en sus conferencias.
"Cada vez que doy una charla sobre el clima y hablo de lo que puedes hacer para lograr un cambio, pongo esta imagen, porque muestra que la Tierra es una mancha aislada", dijo Hunt en el programa Today de la radio de la BBC.
"Este pequeño punto azul es el único lugar donde podemos vivir, y lo estamos haciendo un desastre".
Carolyn Porco recreó el Punto Azul Pálido con la sonda Cassini en 2013, girando el sistema de cámara de esa nave hacia la Tierra y capturando el píxel azul debajo de los anillos de Saturno.
Obtener una vista de nuestro hogar ahora se considera algo imprescindible para todas las misiones que vuelan al espacio remoto.
Se espera que la nave espacial New Horizons, que realizó un sobrevuelo cercano a Plutón en 2015 y que ahora se encuentra a poco más de 7 mil millones de kilómetros de la Tierra, intente repetir la hazaña fotográfica de la Voyager.
"Una perspectiva nunca antes vista" Para Adriana C. Ocampo, científica de la NASA, la imagen de un Pálido punto azul tiene un valor educativo, emocional y cultural.
"Ese puntito nos dio una perspectiva nunca antes vista, fue vernos de una nueva forma", le dice Campo a BBC Mundo.
"Es una imagen que nos sigue dando que pensar. Como especie nos abrió una puerta de lo insignificante que somos en el espacio".
Para la científica, la foto nos muestra lo "frágil que es la Tierra en la inmensidad espacial".
"La imagen nos recuerda la importancia de reconocer como especie que todos estamos en la misma esfera celeste y tenemos que concientizarnos para investigar, explorar y cuidar más nuestro planeta y el sistema solar en el que vivimos".
https://www.bbc.com/mundo/noticias-51497477
https://elpais.com/opinion/2020-05-02/punto-azul.html
martes, 14 de julio de 2020
Dos científicos nazis pierden sus cráteres en la cara oculta de la Luna. La Unión Astronómica Internacional considera "inapropiado" mantener el homenaje a dos físicos que se distinguieron por apoyar a Hitler e impulsar el antisemitismo en la ciencia.
“Voy a cortarle la garganta a ese sucio judío”. Esta fue una de las amenazas que tuvo que escuchar Albert Einstein por parte de un joven antisemita antes de suspender una conferencia en Berlín en la década de 1920, mientras físicos compatriotas como Philipp Lenard y Johannes Stark despreciaban su trabajo por no ajustarse a la “pureza germana” y considerarlo “física judía”. Con la llegada de Adolf Hitler al poder, Lenard y Stark impulsaron un proyecto para sustituir a los profesores universitarios con “físicos arios”. En aquellos días, Lenard, Stark y Einstein ya habían recibido el Nobel de Física y décadas después los tres obtuvieron un homenaje astronómico por sus méritos científicos: un cráter de la Luna con su nombre. Hasta ahora. El satélite de la Tierra no cargará con el homenaje a estos dos científicos profundamente antisemitas. La ciencia, como ha hecho el movimiento Black Lives Matter en todo el mundo, también reflexiona sobre la historia de sus monumentos.
La Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) anuncia a EL PAÍS que va a reemplazar en 10 días a los científicos nazis que dan nombre a los cráteres Lenard y Stark en la cara oculta de la Luna. “Tan pronto como nos enteramos del problema, el presidente del Grupo de Trabajo para la Nomenclatura Lunar inició el proceso de eliminación de estos nombres y preparó una propuesta para renombrar estos dos cráteres”, asegura la astrónoma alemana Rita Schulz, presidenta del grupo encargado de dar nombre a los objetos planetarios. Para Schulz, experta en cometas, Lenard y Stark son “dos nombres inapropiados”.
“Tan pronto como nos enteramos del problema, se inició el proceso de eliminación de estos nombres y se preparó una propuesta para renombrar estos dos cráteres”
No se trata de dos científicos que tuvieron que someterse al régimen en el que vivían, como hicieron otros, sino que abrazaron desde muy temprano las ideas nazis y fueron decisivos en la difusión del antisemitismo en la ciencia. Ya en agosto de 1930, cuando el Partido Nazi estaba punto de convertirse en la segunda fuerza electoral del país, Lenard organizó junto a su colega Stark la primera reunión del grupo de Científicos Alemanes por la Preservación de la Pureza de la Ciencia. Allí se despreció la relatividad como “física judía” y se acusó a Einstein de plagiario y charlatán, según se narra en La era de la radiación (The Age of Radiance, de Craig Nelson). En su feroz antisemitismo, Lenard y Stark continuaron acosando a sus colegas durante el régimen nazi. Por ejemplo, despreciaban la física cuántica de Werner Heisenberg, al que acusaron de “judío blanco” y “peón judío”. Heisenberg no era judío, pero se servía de la mejor ciencia disponible, no solo de la aria.
En 1937, Stark escribió en la revista de las SS que no bastaba con imponer la raza aria y excluir a los judíos, sino que había que “erradicar el espíritu judío” y sus ideas. En 1947, fue juzgado y condenado a cuatro años de cárcel (que no tuvo que cumplir) como “criminal de primer orden”. Había ganado el Nobel en 1919 por descubrir cómo los campos eléctricos afectan la luz emitida por los átomos, el llamado efecto Stark. En 1905 le concedieron el Nobel a Lenard por su trabajo con los rayos catódicos. Húngaro de nacimiento, Lenard fue asesor de Hitler y el Partido Nazi le recompensó nombrándolo Jefe de la Física Aria. Cuando los aliados llegaron a Alemania en 1945, Lenard fue expulsado como profesor emérito de la Universidad de Heidelberg y se retiró su nombre a las instituciones académicas que llevaban su nombre porque no se podía seguir celebrando a un nazi.
La propuesta para renombrar los dos cráteres está lista y ahora el grupo de Schulz lo revisará (incluyendo información en profundidad sobre estas personas) y si todo está en orden, se aprobará por votación en los próximos días. “Los dos cráteres no pueden permanecer sin nombre, porque deben ser claramente identificables para estudios y publicaciones científicas”, aclara Schulz. No es la primera vez que se quita un cráter a un científico nazi: en 2002 se retiró el homenaje al doctor Hans Eppinger, que torturó en sus experimentos a los gitanos de Dachau al darles para beber únicamente agua salada. En los últimos meses, la IAU, que engloba a astrónomos, ha revisado su política contra el acoso y ha manifestado su compromiso con la inclusión y contra el racismo y la discriminación.
La actual retirada de los nombres se debe al físico cuántico Mario Krenn, de la Universidad de Toronto, tras leer sobre Stark y Lenard en el libro Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler, del científico y divulgador Philip Ball. Como cuenta Ball en un artículo, Krenn le contactó para advertirle sobre ese homenaje a los físicos antisemitas y este le puso en contacto con la IAU. El responsable de la Luna en esta organización de astrónomos, Charles Wood, le explicó que los nombres se pusieron porque en la documentación de apoyo a sus candidaturas, planteadas en la década de 1970, no se incluían referencias a su ferviente nazismo. “No se menciona el pasado nazi de Stark en su biografía de la Fundación Premio Nobel”, afirma Wood. En la de Lenard sí se cita ese vínculo nazi, pero la referencia que se usó fue un diccionario biográfico de 1968 que obvió ese importante aspecto del personaje.
“Rita Schultz y yo creemos que estos nombres, Philipp Lenard y Johannes Stark, deberían reemplazarse rápidamente”, respondió Wood a Krenn, que celebra la decisión de la IAU por “rápida, decisiva y ejemplar”. En su artículo, Ball asegura que el episodio de los cráteres nazis refuerza su idea de que los monumentos no son una protección frente a la amnesia histórica, sino que en realidad son consecuencia de esa amnesia. Y se pregunta: “¿Y si estuviéramos discutiendo estatuas de nazis? ¿Realmente queremos verlos conmemorados en nuestros espacios públicos en aras de ‘preservar la historia’?”.
Stark tiene en realidad cuatro cráteres a su nombre: uno de 47,7 kilómetros de diámetro y otros tres más pequeños justo en su contorno, denominados Stark Y, R y V. El de Lenard tiene 47,6 kilómetros y su nombre fue revisado en 2005 para añadirle otro pequeño cráter, según explica Schultz. En ese momento, tampoco nadie se acordó de que Lenard escribió junto a Stark estas palabras sobre Hitler y los nazis: “Nos aparecen como regalos de Dios de tiempos antiguos, cuando las razas eran más puras, las personas eran más grandes y las mentes estaban menos engañadas... Él está aquí. Se ha revelado como el Führer de lo sincero. Le seguiremos”. Lo escribieron en 1924 y la amnesia ha durado hasta hoy.
https://elpais.com/ciencia/2020-07-01/dos-cientificos-nazis-pierden-sus-crateres-en-la-cara-oculta-de-la-luna.html
P.D.: Algo no encaja, Mientras en Europa y occidente se baja del pedestal a personajes que se mostraron afines al nazismo, aquí bajo una ideología análoga se presentan a las elecciones valiéndose falsamente de la invocación a la democracia (Un claro fraude de ley. Democracia en la que no creen y que pretenden destruir) y hay quién le vota, como si esos regímenes que fueron máquinas de matar no hubiesen existido y los crímenes y guerras sucedidos en Europa y España no hubiese tenido lugar.
Y digo, algo no encaja, porque la democracia tiene derecho a defenderse, y esos partidos de extrema derecha van directamente contra la democracia. Lo que han hecho sus diputados en el cogreso es votar siempre contra cualquier propuesta para combatir el covid-19, y por por aquellas propuestas que procuran ingresos para las familias y dinero para las empresas a fin de que el tejido empresarial no desaparezca y la crisis económica cause menores males a nuestra sociedad. ¿Esas son sus políticas y objetivos? Es la marcha directa al mayor desastre posible. O sea, que la democracia fracase y después la sociedad admita una dictadura.
La Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) anuncia a EL PAÍS que va a reemplazar en 10 días a los científicos nazis que dan nombre a los cráteres Lenard y Stark en la cara oculta de la Luna. “Tan pronto como nos enteramos del problema, el presidente del Grupo de Trabajo para la Nomenclatura Lunar inició el proceso de eliminación de estos nombres y preparó una propuesta para renombrar estos dos cráteres”, asegura la astrónoma alemana Rita Schulz, presidenta del grupo encargado de dar nombre a los objetos planetarios. Para Schulz, experta en cometas, Lenard y Stark son “dos nombres inapropiados”.
“Tan pronto como nos enteramos del problema, se inició el proceso de eliminación de estos nombres y se preparó una propuesta para renombrar estos dos cráteres”
No se trata de dos científicos que tuvieron que someterse al régimen en el que vivían, como hicieron otros, sino que abrazaron desde muy temprano las ideas nazis y fueron decisivos en la difusión del antisemitismo en la ciencia. Ya en agosto de 1930, cuando el Partido Nazi estaba punto de convertirse en la segunda fuerza electoral del país, Lenard organizó junto a su colega Stark la primera reunión del grupo de Científicos Alemanes por la Preservación de la Pureza de la Ciencia. Allí se despreció la relatividad como “física judía” y se acusó a Einstein de plagiario y charlatán, según se narra en La era de la radiación (The Age of Radiance, de Craig Nelson). En su feroz antisemitismo, Lenard y Stark continuaron acosando a sus colegas durante el régimen nazi. Por ejemplo, despreciaban la física cuántica de Werner Heisenberg, al que acusaron de “judío blanco” y “peón judío”. Heisenberg no era judío, pero se servía de la mejor ciencia disponible, no solo de la aria.
En 1937, Stark escribió en la revista de las SS que no bastaba con imponer la raza aria y excluir a los judíos, sino que había que “erradicar el espíritu judío” y sus ideas. En 1947, fue juzgado y condenado a cuatro años de cárcel (que no tuvo que cumplir) como “criminal de primer orden”. Había ganado el Nobel en 1919 por descubrir cómo los campos eléctricos afectan la luz emitida por los átomos, el llamado efecto Stark. En 1905 le concedieron el Nobel a Lenard por su trabajo con los rayos catódicos. Húngaro de nacimiento, Lenard fue asesor de Hitler y el Partido Nazi le recompensó nombrándolo Jefe de la Física Aria. Cuando los aliados llegaron a Alemania en 1945, Lenard fue expulsado como profesor emérito de la Universidad de Heidelberg y se retiró su nombre a las instituciones académicas que llevaban su nombre porque no se podía seguir celebrando a un nazi.
La propuesta para renombrar los dos cráteres está lista y ahora el grupo de Schulz lo revisará (incluyendo información en profundidad sobre estas personas) y si todo está en orden, se aprobará por votación en los próximos días. “Los dos cráteres no pueden permanecer sin nombre, porque deben ser claramente identificables para estudios y publicaciones científicas”, aclara Schulz. No es la primera vez que se quita un cráter a un científico nazi: en 2002 se retiró el homenaje al doctor Hans Eppinger, que torturó en sus experimentos a los gitanos de Dachau al darles para beber únicamente agua salada. En los últimos meses, la IAU, que engloba a astrónomos, ha revisado su política contra el acoso y ha manifestado su compromiso con la inclusión y contra el racismo y la discriminación.
La actual retirada de los nombres se debe al físico cuántico Mario Krenn, de la Universidad de Toronto, tras leer sobre Stark y Lenard en el libro Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler, del científico y divulgador Philip Ball. Como cuenta Ball en un artículo, Krenn le contactó para advertirle sobre ese homenaje a los físicos antisemitas y este le puso en contacto con la IAU. El responsable de la Luna en esta organización de astrónomos, Charles Wood, le explicó que los nombres se pusieron porque en la documentación de apoyo a sus candidaturas, planteadas en la década de 1970, no se incluían referencias a su ferviente nazismo. “No se menciona el pasado nazi de Stark en su biografía de la Fundación Premio Nobel”, afirma Wood. En la de Lenard sí se cita ese vínculo nazi, pero la referencia que se usó fue un diccionario biográfico de 1968 que obvió ese importante aspecto del personaje.
“Rita Schultz y yo creemos que estos nombres, Philipp Lenard y Johannes Stark, deberían reemplazarse rápidamente”, respondió Wood a Krenn, que celebra la decisión de la IAU por “rápida, decisiva y ejemplar”. En su artículo, Ball asegura que el episodio de los cráteres nazis refuerza su idea de que los monumentos no son una protección frente a la amnesia histórica, sino que en realidad son consecuencia de esa amnesia. Y se pregunta: “¿Y si estuviéramos discutiendo estatuas de nazis? ¿Realmente queremos verlos conmemorados en nuestros espacios públicos en aras de ‘preservar la historia’?”.
Stark tiene en realidad cuatro cráteres a su nombre: uno de 47,7 kilómetros de diámetro y otros tres más pequeños justo en su contorno, denominados Stark Y, R y V. El de Lenard tiene 47,6 kilómetros y su nombre fue revisado en 2005 para añadirle otro pequeño cráter, según explica Schultz. En ese momento, tampoco nadie se acordó de que Lenard escribió junto a Stark estas palabras sobre Hitler y los nazis: “Nos aparecen como regalos de Dios de tiempos antiguos, cuando las razas eran más puras, las personas eran más grandes y las mentes estaban menos engañadas... Él está aquí. Se ha revelado como el Führer de lo sincero. Le seguiremos”. Lo escribieron en 1924 y la amnesia ha durado hasta hoy.
https://elpais.com/ciencia/2020-07-01/dos-cientificos-nazis-pierden-sus-crateres-en-la-cara-oculta-de-la-luna.html
P.D.: Algo no encaja, Mientras en Europa y occidente se baja del pedestal a personajes que se mostraron afines al nazismo, aquí bajo una ideología análoga se presentan a las elecciones valiéndose falsamente de la invocación a la democracia (Un claro fraude de ley. Democracia en la que no creen y que pretenden destruir) y hay quién le vota, como si esos regímenes que fueron máquinas de matar no hubiesen existido y los crímenes y guerras sucedidos en Europa y España no hubiese tenido lugar.
Y digo, algo no encaja, porque la democracia tiene derecho a defenderse, y esos partidos de extrema derecha van directamente contra la democracia. Lo que han hecho sus diputados en el cogreso es votar siempre contra cualquier propuesta para combatir el covid-19, y por por aquellas propuestas que procuran ingresos para las familias y dinero para las empresas a fin de que el tejido empresarial no desaparezca y la crisis económica cause menores males a nuestra sociedad. ¿Esas son sus políticas y objetivos? Es la marcha directa al mayor desastre posible. O sea, que la democracia fracase y después la sociedad admita una dictadura.
lunes, 13 de julio de 2020
Entrevista a la activista afroamerica Angela Davis “El capitalismo global no puede ser adecuadamente comprendido si se ignora la dimensión racial”
Dice Angela Davis:
«Mis conferencias recientes reflejan la necesidad de un marco internacionalista, dentro del cual la tarea en curso de desmantelar las estructuras del racismo, el heteropatriarcado y la injusticia económica dentro de EE UU puede ser más duradera y más relevante. En mi propia trayectoria política, Palestina siempre ha ocupado un lugar fundamental…»
Futures of Black Radicalism (Verso) es una obra que reúne a militantes, investigadores y pensadores de la Tradición Negra Radical en reconocimiento y celebración de las obras de Cedric J. Robinson, el primero que definió el término. Los ensayos aquí recogidos miran al pasado, presente y futuro del radicalismo negro, así como a las influencias que ha ejercido en otros movimientos sociales. El capitalismo racial, otra potente idea desarrollada por Cedric J. Robinson, conecta con los movimientos sociales internacionales de hoy, explorando las conexiones entre la resistencia negra y el anticapitalismo.
Gaye Theresa Johnson y Alex Lubin: En tu investigación te has centrado en el abolicionismo carcelario, el feminismo negro, la cultura popular y el blues, y el internacionalismo negro, con una mirada en Palestina. ¿En qué sentido se inspira este trabajo en la Tradición Radical Negra, a la vez que la desarrolla?
Angela Davis: Cedric Robinson nos retó a pensar sobre el papel de los teóricos y activistas radicales negros en la formación de las historias sociales y culturales que nos inspiran, y a vincular nuestras ideas y nuestras prácticas políticas con profundas críticas al capitalismo racial. Me alegra haber vivido lo suficiente para ver como las generaciones más jóvenes de académicos y activistas han comenzado a desarrollar su propia noción de una tradición radical negra. El marxismo negro desarrolló una importante genealogía que giraba en torno al trabajo de C. L. R. James, W. E. B. Du Bois y Richard Wright. Si uno mira su trabajo en su conjunto, incluidos los Movimientos Negros en América y la Antropología del marxismo, como ha señalado H. L. T. Quan, no podemos dejar de observar lo centrales que han sido las mujeres a la hora de forjar una Tradición Radical Negra. Quan escribe que cuando le preguntan por qué en su trabajo hay un enfoque tan central en el papel de la mujer y su resistencia, Robinson responde: “¿Por qué no? Toda resistencia, en efecto, se manifiesta en el género, se manifiesta como género. El género es de hecho un lenguaje de opresión [y] un lenguaje de resistencia”.
He aprendido mucho de Cedric Robinson con respecto a los usos de la historia: formas de teorizar la historia, o permitir que se teorice, que son cruciales para nuestra comprensión del presente y para nuestra capacidad de concebir colectivamente un futuro más habitable. Cedric ha explicado que sus notables excavaciones en la historia emanan de la asunción de objetivos políticos en el presente. Siento mucha afinidad con su enfoque desde la primera vez que leí su libro sobre el marxismo negro. El primer artículo que publiqué, escrito mientras estaba en la cárcel, centrado en las mujeres negras y la esclavitud, fue un esfuerzo por refutar el discurso dañino, pero cada vez más popular, del matriarcado negro, tal y como se representaba a través de informes oficiales del gobierno, así como a través de ideas masculinistas generalizadas (como la necesidad de jerarquías de liderazgo basadas en el género diseñadas para garantizar el dominio de los hombres negros), que circulaban dentro del movimiento negro a finales de la década de 1960 y principios de la de los 1970. Aunque no era así como estaba enfocando mi trabajo en ese momento, ciertamente no dudaría hoy en vincular esa investigación al esfuerzo de hacer más visible una tradición radical negra y feminista.
Los estudios críticos sobre prisiones en un marco explícitamente abolicionista se sitúan dentro de la Tradición Radical Negra, tanto a través de su reconocida relación genealógica con el período de la historia de los Estados Unidos que llamamos Reconstrucción Radical como, por supuesto, a través de su relación tanto con el trabajo de W. E. B. Du Bois y el feminismo negro histórico. El trabajo de Sarah Haley, Kelly Lytle Hernández y de una nueva y emocionante generación de académicos, al vincular su valiosa investigación con su activismo, está ayudando a revitalizar la Tradición Radical Negra.
Parece que con cada generación de activismo antirracista, un estrecho nacionalismo negro regresa cual ave fénix para reclamar la lealtad de nuestros movimientos. El trabajo de Cedric fue inspirado en parte por su deseo de responder al estrecho nacionalismo negro de la era de su (y mi) juventud. Es extremadamente frustrante presenciar el resurgimiento de formas de nacionalismo que no solo son contraproducentes, sino que contravienen lo que debería ser nuestro objetivo: el florecimiento negro y, por lo tanto, humano. Al mismo tiempo, es emocionante presenciar las formas en que las nuevas formaciones juveniles, Black Lives Matter, BYP100, Dream Defenders, están ayudando a dar forma a un nuevo internacionalismo negro influido por las feministas y que resalta el valor de las teorías y prácticas queer.
G: T. J. y A. L.: ¿Cuál es tu balance del movimiento Black Lives Matter(BLM), particularmente a la luz de tu participación en el Black Panther Party (BPP) durante la década de 1970? ¿Black Lives Matter, en tu opinión, tiene un análisis y una teoría de la libertad? ¿Ves alguna similitud entre el movimiento BLM y el BPP?
A.D.: Cuando consideramos la relación entre el BPP y el movimiento BLM, parece que las décadas y generaciones que separan al uno del otro crean una inconmensurabilidad que es consecuencia de los cambios económicos, políticos, culturales y tecnológicos. Cambios que hacen que el momento contemporáneo sea tan diferente en muchos aspectos importantes a lo que fueron los años sesenta. Por eso quizás debemos buscar conexiones entre los dos movimientos que se muestren no tanto en las similitudes, sino más bien en sus diferencias radicales.
El BPP surgió como una respuesta a la ocupación policial de las comunidades de Oakland, California y las zonas negras urbanas de todo el país. Fue un gesto brillante por parte de Huey Newton y Bobby Seale patrullar los barrios con armas y libros de leyes para vigilar a la policía. Al mismo tiempo, su estrategia también estaba inspirada por el surgimiento de luchas guerrilleras en Cuba, los ejércitos de liberación en el sur de África y Oriente Medio, o la exitosa resistencia del Frente de Liberación Nacional en Vietnam. En retrospectiva, esto también refleja un fracaso para reconocer, como dijo Audre Lorde, que «las herramientas del amo nunca desmantelarán la casa del amo». De alguna manera, el uso de las armas, aunque era usado principalmente como símbolo de resistencia, transmitió el mensaje de que se podía desafiar a la policía de forma eficaz a través de estrategias policiales.
El hashtag #BlackLivesMatter desarrollado por Patrisse Cullors, Alicia Garza y Opal Tometi tras el asesinato del vigilante Trayvon Martin, comenzó a transformarse en una red como respuesta directa a las crecientes protestas en Ferguson, Missouri, que manifestaron un deseo colectivo de exigir justicia para Mike Brown y para todas las vidas negras sacrificadas en el altar del terror racista de la policía. Al pedirnos que resistiéramos radicalmente a la violencia racista en el corazón de las estructuras y estrategias policiales, BLM reconoció desde el principio que, si queríamos avanzar de un modo colectivo hacia una nueva idea de justicia, tendríamos que colocar la demanda de desmilitarizar a la policía en el centro de nuestros esfuerzos. En última instancia, esta reflexión está vinculada a un enfoque que exige la abolición de la vigilancia policial tal como la conocemos y experimentamos, planteando la forma en que las estrategias policiales se han transnacionalizado dentro de los circuitos que vinculan a los pequeños departamentos de policía de EE UU con Israel, que domina este campo a través de la policía militarizada asociada con la ocupación de Palestina.
Aprecio el análisis más complejo que adoptan muchos activistas de BLM, porque refleja con precisión una lectura histórica que es capaz de construir, abrazar y criticar radicalmente los activismos y las teorías antirracistas del pasado. A medida que el BPP intentó, a veces sin éxito, abrazar los feminismos emergentes y lo que luego se denominó el movimiento de liberación gay, los líderes y activistas de BLM han desarrollado enfoques que abordan de manera más productiva las teorías y prácticas feministas y queer. Pero las teorías de la libertad son siempre tentativas. He aprendido de Cedric Robinson que cualquier teoría o estrategia política que pretenda poseer una teoría total de la libertad, o una que pueda entenderse categóricamente, no ha tenido en cuenta la multiplicidad de posibilidades. Esto significa que tal vez, una teoría de la libertad solo puede representarse de manera evocativa en el reino de la cultura.
G. T. J. y A. L.: Tu investigación más reciente se centra en la cuestión de Palestina y su conexión con el movimiento de libertad negra. ¿Cuándo se hizo evidente esta conexión y qué circunstancias, o coyunturas, hicieron posible esta idea?
A. D.: En realidad, mis conferencias y entrevistas más recientes reflejan una comprensión cada vez más extendida de la necesidad de un marco internacionalista, dentro del cual la tarea en curso de desmantelar las estructuras del racismo, el heteropatriarcado y la injusticia económica dentro de EE UU puede ser más duradera y más relevante. En mi propia trayectoria política, Palestina siempre ha ocupado un lugar fundamental, precisamente por las similitudes entre Israel y EE UU: su colonialismo y sus procesos de limpieza étnica con respecto a los pueblos indígenas, sus sistemas de segregación, su uso de la ley, sus sistemas para promover la represión sistemática etc.. A menudo señalo que mi toma de conciencia sobre la situación de Palestina se remonta a mis años de licenciatura en la Universidad de Brandeis, que fue fundada el mismo año que el Estado de Israel. Además, durante mi propio encarcelamiento, recibí el apoyo de los presos políticos palestinos, así como de los abogados israelíes que defienden a los palestinos.
En 1973, cuando asistí al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Berlín (en la República Democrática Alemana), tuve la oportunidad de conocer a Yasser Arafat, quien siempre reconoció la relación entre la lucha palestina y la lucha por la libertad negra en EE UU. Como el Che, Fidel, Patrice Lumumba y Amilcar Cabral, Arafat fue una figura venerada dentro del movimiento negro de liberación. En aquella época el internacionalismo comunista —en África, Oriente Medio, Europa, Asia, Australia, América del Sur y el Caribe— era una fuerza poderosa. Yo seguramente habría seguido una trayectoria diferente si este internacionalismo no hubiera jugado un papel tan importante.
Los encuentros entre las luchas de liberación negra en EE UU y los movimientos contra la ocupación israelí de Palestina tienen una larga historia. Sin embargo, a menudo, no es en el ámbito explícitamente político en donde se descubren los momentos de contacto. Como destacó Cedric Robinson, a veces están en el ámbito cultural. Freedom Dreams: The Making of the Black Radical Imagination, de Robin Kelley, sitúa el campo del surrealismo como una zona de contacto especialmente productiva. A finales del siglo XX, fue la poeta feminista negra June Jordan quien puso en primer plano el tema de la ocupación de Palestina. A pesar de los ataques sionistas que sufrió, y de perder temporalmente de su amistad con Adrienne Rich (quien más tarde también se convirtió en crítica de la ocupación), June se convirtió en una poderosa defensora de Palestina. En su poesía encarnó la causa de la liberación negra y palestina: “I was born a Black woman / and now / I am become a Palestinian / against the relentless laughter of evil / there is less and less living room / and where are my loved ones / It is time to make our way home” (“Nací una mujer negra/ y ahora me he convertido en palestina/ contra la risa implacable del mal/ cada vez hay menos sala de estar/ y donde están mis seres queridos/ es hora de regresar a casa”).
En un momento en que las feministas negras intentaban crear estrategias basadas en lo que ahora llamamos interseccionalidad, June, que representaba lo mejor de la tradición radical negra, nos enseñó sobre el potencial de las afinidades políticas más allá de las fronteras nacionales, culturales y supuestamente raciales, ayudándonos a imaginar futuros más habitables.
Como he señalado en muchas ocasiones, tuve la impresión de que entendí completamente la ocupación cuando me uní a una delegación en 2011 de activistas académicas feministas indígenas y de mujeres negras en Cisjordania y Jerusalén Este. Aunque todas nosotras ya estábamos vinculadas al movimiento de solidaridad, todas estábamos completamente conmocionadas por lo poco que realmente sabíamos sobre la violencia cotidiana de la ocupación. Al concluir nuestra visita, decidimos colectivamente dedicar nuestras energías a participar en la campaña Boicot, Desinversiones, Sanciones (BDS) y ayudar a elevar la conciencia de nuestros diversos grupos con respecto al papel de EE UU en el mantenimiento de la ocupación militar. Así que sigo profundamente conectada a este proyecto, con Chandra Mohanty, Beverly Guy-Sheall, Barbara Ransby, Gina Dent y las otras compañeras de la delegación.
En los años posteriores a nuestro viaje, muchas otras delegaciones de académicos y activistas han visitado Palestina y han ayudado a acelerar, ampliar e intensificar el movimiento de solidaridad con Palestina. En la medida que los impulsores del movimiento de BDS se han inspirado en la campaña contra el apartheid contra Sudáfrica, los activistas estadounidenses han señalado que se pueden extraer lecciones profundas de aquella política de boicot. Muchas organizaciones y movimientos dentro de EE UU han visto cómo la incorporación de estrategias anti-apartheid a sus agendas transforma radicalmente su propio trabajo. La campaña contra el apartheid no solo ayudó a fortalecer los esfuerzos internacionales para acabar con el estado del apartheid, sino que también revitalizó y enriqueció muchos movimientos nacionales contra el racismo, la misoginia y la injusticia económica.
De la misma manera, la solidaridad con Palestina tiene el potencial de transformar y ampliar la conciencia política de nuestros movimientos contemporáneos. Los activistas de BLM y otros vinculados con este momento histórico tan importante demuestran una creciente conciencia colectiva en este terreno que puede desempeñar un papel importante en obligar a otros sectores del activismo por la justicia social a asumir la causa de la solidaridad palestina, en concreto, el BDS. Las alianzas en los campus universitarios que incluyen a organizaciones estudiantiles negras, los Students for Justice in Palestine y los Jewish Voice for Peace nos recuerdan la profunda necesidad de unir los esfuerzos antirracistas y desafiar a la islamofobia y el antisemitismo mediante la resistencia global a las políticas y prácticas de apartheid del Estado de Israel.
Teórica e ideológicamente, Palestina también nos ha ayudado a ampliar nuestra visión de la abolición, entendida como la abolición del encarcelamiento y la vigilancia. La experiencia de Palestina nos empuja a revisar conceptos como nación carcelaria o estado carcelario para comprender seriamente las vicisitudes cotidianas de la ocupación y la vigilancia no solo por parte de las fuerzas israelíes, sino también de la Autoridad Palestina. Esto, a su vez, ha estimulado otras vías de investigación sobre los usos del encarcelamiento y su papel, por ejemplo, en la perpetuación de nociones binarias con respecto al género y en la naturalización de la segregación basada en la capacidad física, mental e intelectual.
G. T. J. y A. L.: ¿Qué tipo de movimientos sociales pueden, o deben existir en la coyuntura actual, teniendo en cuenta la hegemonía global estadounidense, las relaciones económicas neoliberales, la contrainsurgencia militarizada en lo local y el daltonismo racial?
A. D.: En un momento en que el discurso popular está cambiando rápidamente, en respuesta directa a las presiones que emanan de las protestas sostenidas contra la violencia estatal y de las prácticas de representación vinculadas a las nuevas tecnologías de comunicación, sugiero que necesitamos movimientos que presten tanta atención a la educación política popular como a las movilizaciones que han logrado colocar la violencia policial y el encarcelamiento masivo en la agenda política nacional. Creo que esto significa tratar de forjar un análisis de la coyuntura actual que extraiga lecciones importantes de los ciclos relativamente recientes, que han llevado nuestra conciencia colectiva más allá de los límites anteriores. En otras palabras, necesitamos movimientos que estén preparados para resistir las inevitables presiones hacia la asimilación. El movimiento Occupy nos permitió desarrollar un vocabulario anticapitalista: El 99 por ciento frente al 1 por ciento es un concepto que se ha incorporado al lenguaje popular. La cuestión no es solo cómo preservar este vocabulario, como hizo, por ejemplo, la plataforma de Bernie Sanders, sino cómo construir sobre esto o enriquecerlo con la idea del capitalismo racial, lo cual no puede expresarse en términos que asuman la homogeneidad que siempre subyace al racismo.
Cedric Robinson nunca dejó de investigar ideas, productos culturales y movimientos políticos del pasado. Intentó comprender por qué coexistieron las trayectorias de asimilación y resistencia en los movimientos negros de liberación en EE UU. Las estrategias asimilacionistas que dejan intactas las circunstancias y las estructuras que perpetúan la exclusión y la marginación siempre se han ofrecido como la alternativa más razonable a la abolición, que, por supuesto, no solo requiere resistencia y desmantelamiento, sino también reinvenciones y reconstrucciones radicales.
Quizás este sea el momento de crear las bases para un nuevo partido político, uno que hable con un número mucho mayor de personas de las que los partidos políticos progresistas tradicionales han demostrado ser capaces de hacer. Este partido tendría que estar orgánicamente vinculado a la gama de movimientos radicales que han emergido tras el surgimiento del capitalismo global. Al reflexionar sobre el valor del trabajo de Cedric Robinson en relación con el activismo radical contemporáneo, me parece que este partido tendría que estar anclado en la idea del capitalismo racial: sería antirracista, anticapitalista, feminista y abolicionista. Pero lo más importante de todo, tendría que reconocer la prioridad de los movimientos sobre el terreno, movimientos que reconocen la interseccionalidad de los problemas actuales, movimientos que son lo suficientemente abiertos para permitir la aparición futura de problemas, ideas y movimientos que ni siquiera podemos empezar a imaginar hoy.
G. T. J. y A. L.: ¿Haces una distinción, en tu investigación y activismo, entre el marxismo y el marxismo negro?
A. D.: He pasado la mayor parte de mi vida estudiando las ideas marxistas y me he identificado con grupos que no solo han asumido las críticas inspiradas por los marxistas sobre el orden socioeconómico dominante, sino que también han luchado por comprender la relación co-constitutiva entre el racismo y el capitalismo. Habiendo seguido especialmente las teorías y prácticas de los comunistas negros y antiimperialistas en EE UU, África, el Caribe y otras partes del mundo, y habiendo trabajado durante varios años dentro del Partido Comunista con una formación negra que tomó como referencia al Che Guevara o a Patrice Lumumba, el marxismo, desde mi punto de vista, siempre ha sido un método y un objeto de crítica. En consecuencia, no necesariamente veo los términos marxismo y marxismo negro como opuestos.
Me tomo muy en serio los argumentos de Cedric Robinson en Black Marxism: The Making of the Black Radical Tradition [de próxima publicación en castellano por Traficantes de sueños]. Si asumimos la centralidad incuestionable de Occidente y de su desarrollo económico, filosófico y cultural, los modos económicos, las historias intelectuales, las religiones y las culturas asociadas con África, Asia y los pueblos indígenas no serán reconocidos como dimensiones significativas de la humanidad. El concepto mismo de humanidad siempre ocultará una racialización interna y clandestina, que excluirá las posibilidades de igualdad racial. Huelga decir que el marxismo está firmemente anclado en esta tradición de la Ilustración. Los brillantes análisis de Cedric Robinson revelaron nuevas formas de pensar y actuar generadas precisamente a través de los encuentros entre el marxismo y los intelectuales y activistas negros, que ayudaron a constituir la Tradición Radical Negra.
El concepto asociado con el marxismo negro que considero más productivo y potencialmente más transformador es el concepto de capitalismo racial. Aunque Capitalismo y esclavitud de Eric Williams se publicó en 1944, los esfuerzos académicos que exploran esta relación han permanecido relativamente en los márgenes. Con suerte, las nuevas investigaciones sobre el capitalismo y la esclavitud ayudarán a legitimar aún más la noción de capitalismo racial. Si bien es importante reconocer el papel fundamental que desempeñó la esclavitud en la consolidación histórica del capitalismo, los desarrollos más recientes vinculados al capitalismo global no se pueden comprender adecuadamente si se ignora la dimensión racial del capitalismo.
Gaye Theresa Johnson es profesora asociada de Estudios negros y chicanos en la Universidad de California en Los Ángeles. Alex Lubin es profesor de Estudios Americanos en la Universidad de Nuevo México.
Fuente: https://www.versobooks.com/blogs/3421-angela-davis-an-interview-on-the-futures-of-black-radicalism?fbclid=IwAR3lCZ97Wyo9CacNi_PRcjOZXxfZOrjcgwsAk0ZvTD5CX5EUWkrwOPNbWSE
Traducción: Viento Sur
Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article16108
«Mis conferencias recientes reflejan la necesidad de un marco internacionalista, dentro del cual la tarea en curso de desmantelar las estructuras del racismo, el heteropatriarcado y la injusticia económica dentro de EE UU puede ser más duradera y más relevante. En mi propia trayectoria política, Palestina siempre ha ocupado un lugar fundamental…»
Futures of Black Radicalism (Verso) es una obra que reúne a militantes, investigadores y pensadores de la Tradición Negra Radical en reconocimiento y celebración de las obras de Cedric J. Robinson, el primero que definió el término. Los ensayos aquí recogidos miran al pasado, presente y futuro del radicalismo negro, así como a las influencias que ha ejercido en otros movimientos sociales. El capitalismo racial, otra potente idea desarrollada por Cedric J. Robinson, conecta con los movimientos sociales internacionales de hoy, explorando las conexiones entre la resistencia negra y el anticapitalismo.
Gaye Theresa Johnson y Alex Lubin: En tu investigación te has centrado en el abolicionismo carcelario, el feminismo negro, la cultura popular y el blues, y el internacionalismo negro, con una mirada en Palestina. ¿En qué sentido se inspira este trabajo en la Tradición Radical Negra, a la vez que la desarrolla?
Angela Davis: Cedric Robinson nos retó a pensar sobre el papel de los teóricos y activistas radicales negros en la formación de las historias sociales y culturales que nos inspiran, y a vincular nuestras ideas y nuestras prácticas políticas con profundas críticas al capitalismo racial. Me alegra haber vivido lo suficiente para ver como las generaciones más jóvenes de académicos y activistas han comenzado a desarrollar su propia noción de una tradición radical negra. El marxismo negro desarrolló una importante genealogía que giraba en torno al trabajo de C. L. R. James, W. E. B. Du Bois y Richard Wright. Si uno mira su trabajo en su conjunto, incluidos los Movimientos Negros en América y la Antropología del marxismo, como ha señalado H. L. T. Quan, no podemos dejar de observar lo centrales que han sido las mujeres a la hora de forjar una Tradición Radical Negra. Quan escribe que cuando le preguntan por qué en su trabajo hay un enfoque tan central en el papel de la mujer y su resistencia, Robinson responde: “¿Por qué no? Toda resistencia, en efecto, se manifiesta en el género, se manifiesta como género. El género es de hecho un lenguaje de opresión [y] un lenguaje de resistencia”.
He aprendido mucho de Cedric Robinson con respecto a los usos de la historia: formas de teorizar la historia, o permitir que se teorice, que son cruciales para nuestra comprensión del presente y para nuestra capacidad de concebir colectivamente un futuro más habitable. Cedric ha explicado que sus notables excavaciones en la historia emanan de la asunción de objetivos políticos en el presente. Siento mucha afinidad con su enfoque desde la primera vez que leí su libro sobre el marxismo negro. El primer artículo que publiqué, escrito mientras estaba en la cárcel, centrado en las mujeres negras y la esclavitud, fue un esfuerzo por refutar el discurso dañino, pero cada vez más popular, del matriarcado negro, tal y como se representaba a través de informes oficiales del gobierno, así como a través de ideas masculinistas generalizadas (como la necesidad de jerarquías de liderazgo basadas en el género diseñadas para garantizar el dominio de los hombres negros), que circulaban dentro del movimiento negro a finales de la década de 1960 y principios de la de los 1970. Aunque no era así como estaba enfocando mi trabajo en ese momento, ciertamente no dudaría hoy en vincular esa investigación al esfuerzo de hacer más visible una tradición radical negra y feminista.
Los estudios críticos sobre prisiones en un marco explícitamente abolicionista se sitúan dentro de la Tradición Radical Negra, tanto a través de su reconocida relación genealógica con el período de la historia de los Estados Unidos que llamamos Reconstrucción Radical como, por supuesto, a través de su relación tanto con el trabajo de W. E. B. Du Bois y el feminismo negro histórico. El trabajo de Sarah Haley, Kelly Lytle Hernández y de una nueva y emocionante generación de académicos, al vincular su valiosa investigación con su activismo, está ayudando a revitalizar la Tradición Radical Negra.
Parece que con cada generación de activismo antirracista, un estrecho nacionalismo negro regresa cual ave fénix para reclamar la lealtad de nuestros movimientos. El trabajo de Cedric fue inspirado en parte por su deseo de responder al estrecho nacionalismo negro de la era de su (y mi) juventud. Es extremadamente frustrante presenciar el resurgimiento de formas de nacionalismo que no solo son contraproducentes, sino que contravienen lo que debería ser nuestro objetivo: el florecimiento negro y, por lo tanto, humano. Al mismo tiempo, es emocionante presenciar las formas en que las nuevas formaciones juveniles, Black Lives Matter, BYP100, Dream Defenders, están ayudando a dar forma a un nuevo internacionalismo negro influido por las feministas y que resalta el valor de las teorías y prácticas queer.
G: T. J. y A. L.: ¿Cuál es tu balance del movimiento Black Lives Matter(BLM), particularmente a la luz de tu participación en el Black Panther Party (BPP) durante la década de 1970? ¿Black Lives Matter, en tu opinión, tiene un análisis y una teoría de la libertad? ¿Ves alguna similitud entre el movimiento BLM y el BPP?
A.D.: Cuando consideramos la relación entre el BPP y el movimiento BLM, parece que las décadas y generaciones que separan al uno del otro crean una inconmensurabilidad que es consecuencia de los cambios económicos, políticos, culturales y tecnológicos. Cambios que hacen que el momento contemporáneo sea tan diferente en muchos aspectos importantes a lo que fueron los años sesenta. Por eso quizás debemos buscar conexiones entre los dos movimientos que se muestren no tanto en las similitudes, sino más bien en sus diferencias radicales.
El BPP surgió como una respuesta a la ocupación policial de las comunidades de Oakland, California y las zonas negras urbanas de todo el país. Fue un gesto brillante por parte de Huey Newton y Bobby Seale patrullar los barrios con armas y libros de leyes para vigilar a la policía. Al mismo tiempo, su estrategia también estaba inspirada por el surgimiento de luchas guerrilleras en Cuba, los ejércitos de liberación en el sur de África y Oriente Medio, o la exitosa resistencia del Frente de Liberación Nacional en Vietnam. En retrospectiva, esto también refleja un fracaso para reconocer, como dijo Audre Lorde, que «las herramientas del amo nunca desmantelarán la casa del amo». De alguna manera, el uso de las armas, aunque era usado principalmente como símbolo de resistencia, transmitió el mensaje de que se podía desafiar a la policía de forma eficaz a través de estrategias policiales.
El hashtag #BlackLivesMatter desarrollado por Patrisse Cullors, Alicia Garza y Opal Tometi tras el asesinato del vigilante Trayvon Martin, comenzó a transformarse en una red como respuesta directa a las crecientes protestas en Ferguson, Missouri, que manifestaron un deseo colectivo de exigir justicia para Mike Brown y para todas las vidas negras sacrificadas en el altar del terror racista de la policía. Al pedirnos que resistiéramos radicalmente a la violencia racista en el corazón de las estructuras y estrategias policiales, BLM reconoció desde el principio que, si queríamos avanzar de un modo colectivo hacia una nueva idea de justicia, tendríamos que colocar la demanda de desmilitarizar a la policía en el centro de nuestros esfuerzos. En última instancia, esta reflexión está vinculada a un enfoque que exige la abolición de la vigilancia policial tal como la conocemos y experimentamos, planteando la forma en que las estrategias policiales se han transnacionalizado dentro de los circuitos que vinculan a los pequeños departamentos de policía de EE UU con Israel, que domina este campo a través de la policía militarizada asociada con la ocupación de Palestina.
Aprecio el análisis más complejo que adoptan muchos activistas de BLM, porque refleja con precisión una lectura histórica que es capaz de construir, abrazar y criticar radicalmente los activismos y las teorías antirracistas del pasado. A medida que el BPP intentó, a veces sin éxito, abrazar los feminismos emergentes y lo que luego se denominó el movimiento de liberación gay, los líderes y activistas de BLM han desarrollado enfoques que abordan de manera más productiva las teorías y prácticas feministas y queer. Pero las teorías de la libertad son siempre tentativas. He aprendido de Cedric Robinson que cualquier teoría o estrategia política que pretenda poseer una teoría total de la libertad, o una que pueda entenderse categóricamente, no ha tenido en cuenta la multiplicidad de posibilidades. Esto significa que tal vez, una teoría de la libertad solo puede representarse de manera evocativa en el reino de la cultura.
G. T. J. y A. L.: Tu investigación más reciente se centra en la cuestión de Palestina y su conexión con el movimiento de libertad negra. ¿Cuándo se hizo evidente esta conexión y qué circunstancias, o coyunturas, hicieron posible esta idea?
A. D.: En realidad, mis conferencias y entrevistas más recientes reflejan una comprensión cada vez más extendida de la necesidad de un marco internacionalista, dentro del cual la tarea en curso de desmantelar las estructuras del racismo, el heteropatriarcado y la injusticia económica dentro de EE UU puede ser más duradera y más relevante. En mi propia trayectoria política, Palestina siempre ha ocupado un lugar fundamental, precisamente por las similitudes entre Israel y EE UU: su colonialismo y sus procesos de limpieza étnica con respecto a los pueblos indígenas, sus sistemas de segregación, su uso de la ley, sus sistemas para promover la represión sistemática etc.. A menudo señalo que mi toma de conciencia sobre la situación de Palestina se remonta a mis años de licenciatura en la Universidad de Brandeis, que fue fundada el mismo año que el Estado de Israel. Además, durante mi propio encarcelamiento, recibí el apoyo de los presos políticos palestinos, así como de los abogados israelíes que defienden a los palestinos.
En 1973, cuando asistí al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Berlín (en la República Democrática Alemana), tuve la oportunidad de conocer a Yasser Arafat, quien siempre reconoció la relación entre la lucha palestina y la lucha por la libertad negra en EE UU. Como el Che, Fidel, Patrice Lumumba y Amilcar Cabral, Arafat fue una figura venerada dentro del movimiento negro de liberación. En aquella época el internacionalismo comunista —en África, Oriente Medio, Europa, Asia, Australia, América del Sur y el Caribe— era una fuerza poderosa. Yo seguramente habría seguido una trayectoria diferente si este internacionalismo no hubiera jugado un papel tan importante.
Los encuentros entre las luchas de liberación negra en EE UU y los movimientos contra la ocupación israelí de Palestina tienen una larga historia. Sin embargo, a menudo, no es en el ámbito explícitamente político en donde se descubren los momentos de contacto. Como destacó Cedric Robinson, a veces están en el ámbito cultural. Freedom Dreams: The Making of the Black Radical Imagination, de Robin Kelley, sitúa el campo del surrealismo como una zona de contacto especialmente productiva. A finales del siglo XX, fue la poeta feminista negra June Jordan quien puso en primer plano el tema de la ocupación de Palestina. A pesar de los ataques sionistas que sufrió, y de perder temporalmente de su amistad con Adrienne Rich (quien más tarde también se convirtió en crítica de la ocupación), June se convirtió en una poderosa defensora de Palestina. En su poesía encarnó la causa de la liberación negra y palestina: “I was born a Black woman / and now / I am become a Palestinian / against the relentless laughter of evil / there is less and less living room / and where are my loved ones / It is time to make our way home” (“Nací una mujer negra/ y ahora me he convertido en palestina/ contra la risa implacable del mal/ cada vez hay menos sala de estar/ y donde están mis seres queridos/ es hora de regresar a casa”).
En un momento en que las feministas negras intentaban crear estrategias basadas en lo que ahora llamamos interseccionalidad, June, que representaba lo mejor de la tradición radical negra, nos enseñó sobre el potencial de las afinidades políticas más allá de las fronteras nacionales, culturales y supuestamente raciales, ayudándonos a imaginar futuros más habitables.
Como he señalado en muchas ocasiones, tuve la impresión de que entendí completamente la ocupación cuando me uní a una delegación en 2011 de activistas académicas feministas indígenas y de mujeres negras en Cisjordania y Jerusalén Este. Aunque todas nosotras ya estábamos vinculadas al movimiento de solidaridad, todas estábamos completamente conmocionadas por lo poco que realmente sabíamos sobre la violencia cotidiana de la ocupación. Al concluir nuestra visita, decidimos colectivamente dedicar nuestras energías a participar en la campaña Boicot, Desinversiones, Sanciones (BDS) y ayudar a elevar la conciencia de nuestros diversos grupos con respecto al papel de EE UU en el mantenimiento de la ocupación militar. Así que sigo profundamente conectada a este proyecto, con Chandra Mohanty, Beverly Guy-Sheall, Barbara Ransby, Gina Dent y las otras compañeras de la delegación.
En los años posteriores a nuestro viaje, muchas otras delegaciones de académicos y activistas han visitado Palestina y han ayudado a acelerar, ampliar e intensificar el movimiento de solidaridad con Palestina. En la medida que los impulsores del movimiento de BDS se han inspirado en la campaña contra el apartheid contra Sudáfrica, los activistas estadounidenses han señalado que se pueden extraer lecciones profundas de aquella política de boicot. Muchas organizaciones y movimientos dentro de EE UU han visto cómo la incorporación de estrategias anti-apartheid a sus agendas transforma radicalmente su propio trabajo. La campaña contra el apartheid no solo ayudó a fortalecer los esfuerzos internacionales para acabar con el estado del apartheid, sino que también revitalizó y enriqueció muchos movimientos nacionales contra el racismo, la misoginia y la injusticia económica.
De la misma manera, la solidaridad con Palestina tiene el potencial de transformar y ampliar la conciencia política de nuestros movimientos contemporáneos. Los activistas de BLM y otros vinculados con este momento histórico tan importante demuestran una creciente conciencia colectiva en este terreno que puede desempeñar un papel importante en obligar a otros sectores del activismo por la justicia social a asumir la causa de la solidaridad palestina, en concreto, el BDS. Las alianzas en los campus universitarios que incluyen a organizaciones estudiantiles negras, los Students for Justice in Palestine y los Jewish Voice for Peace nos recuerdan la profunda necesidad de unir los esfuerzos antirracistas y desafiar a la islamofobia y el antisemitismo mediante la resistencia global a las políticas y prácticas de apartheid del Estado de Israel.
Teórica e ideológicamente, Palestina también nos ha ayudado a ampliar nuestra visión de la abolición, entendida como la abolición del encarcelamiento y la vigilancia. La experiencia de Palestina nos empuja a revisar conceptos como nación carcelaria o estado carcelario para comprender seriamente las vicisitudes cotidianas de la ocupación y la vigilancia no solo por parte de las fuerzas israelíes, sino también de la Autoridad Palestina. Esto, a su vez, ha estimulado otras vías de investigación sobre los usos del encarcelamiento y su papel, por ejemplo, en la perpetuación de nociones binarias con respecto al género y en la naturalización de la segregación basada en la capacidad física, mental e intelectual.
G. T. J. y A. L.: ¿Qué tipo de movimientos sociales pueden, o deben existir en la coyuntura actual, teniendo en cuenta la hegemonía global estadounidense, las relaciones económicas neoliberales, la contrainsurgencia militarizada en lo local y el daltonismo racial?
A. D.: En un momento en que el discurso popular está cambiando rápidamente, en respuesta directa a las presiones que emanan de las protestas sostenidas contra la violencia estatal y de las prácticas de representación vinculadas a las nuevas tecnologías de comunicación, sugiero que necesitamos movimientos que presten tanta atención a la educación política popular como a las movilizaciones que han logrado colocar la violencia policial y el encarcelamiento masivo en la agenda política nacional. Creo que esto significa tratar de forjar un análisis de la coyuntura actual que extraiga lecciones importantes de los ciclos relativamente recientes, que han llevado nuestra conciencia colectiva más allá de los límites anteriores. En otras palabras, necesitamos movimientos que estén preparados para resistir las inevitables presiones hacia la asimilación. El movimiento Occupy nos permitió desarrollar un vocabulario anticapitalista: El 99 por ciento frente al 1 por ciento es un concepto que se ha incorporado al lenguaje popular. La cuestión no es solo cómo preservar este vocabulario, como hizo, por ejemplo, la plataforma de Bernie Sanders, sino cómo construir sobre esto o enriquecerlo con la idea del capitalismo racial, lo cual no puede expresarse en términos que asuman la homogeneidad que siempre subyace al racismo.
Cedric Robinson nunca dejó de investigar ideas, productos culturales y movimientos políticos del pasado. Intentó comprender por qué coexistieron las trayectorias de asimilación y resistencia en los movimientos negros de liberación en EE UU. Las estrategias asimilacionistas que dejan intactas las circunstancias y las estructuras que perpetúan la exclusión y la marginación siempre se han ofrecido como la alternativa más razonable a la abolición, que, por supuesto, no solo requiere resistencia y desmantelamiento, sino también reinvenciones y reconstrucciones radicales.
Quizás este sea el momento de crear las bases para un nuevo partido político, uno que hable con un número mucho mayor de personas de las que los partidos políticos progresistas tradicionales han demostrado ser capaces de hacer. Este partido tendría que estar orgánicamente vinculado a la gama de movimientos radicales que han emergido tras el surgimiento del capitalismo global. Al reflexionar sobre el valor del trabajo de Cedric Robinson en relación con el activismo radical contemporáneo, me parece que este partido tendría que estar anclado en la idea del capitalismo racial: sería antirracista, anticapitalista, feminista y abolicionista. Pero lo más importante de todo, tendría que reconocer la prioridad de los movimientos sobre el terreno, movimientos que reconocen la interseccionalidad de los problemas actuales, movimientos que son lo suficientemente abiertos para permitir la aparición futura de problemas, ideas y movimientos que ni siquiera podemos empezar a imaginar hoy.
G. T. J. y A. L.: ¿Haces una distinción, en tu investigación y activismo, entre el marxismo y el marxismo negro?
A. D.: He pasado la mayor parte de mi vida estudiando las ideas marxistas y me he identificado con grupos que no solo han asumido las críticas inspiradas por los marxistas sobre el orden socioeconómico dominante, sino que también han luchado por comprender la relación co-constitutiva entre el racismo y el capitalismo. Habiendo seguido especialmente las teorías y prácticas de los comunistas negros y antiimperialistas en EE UU, África, el Caribe y otras partes del mundo, y habiendo trabajado durante varios años dentro del Partido Comunista con una formación negra que tomó como referencia al Che Guevara o a Patrice Lumumba, el marxismo, desde mi punto de vista, siempre ha sido un método y un objeto de crítica. En consecuencia, no necesariamente veo los términos marxismo y marxismo negro como opuestos.
Me tomo muy en serio los argumentos de Cedric Robinson en Black Marxism: The Making of the Black Radical Tradition [de próxima publicación en castellano por Traficantes de sueños]. Si asumimos la centralidad incuestionable de Occidente y de su desarrollo económico, filosófico y cultural, los modos económicos, las historias intelectuales, las religiones y las culturas asociadas con África, Asia y los pueblos indígenas no serán reconocidos como dimensiones significativas de la humanidad. El concepto mismo de humanidad siempre ocultará una racialización interna y clandestina, que excluirá las posibilidades de igualdad racial. Huelga decir que el marxismo está firmemente anclado en esta tradición de la Ilustración. Los brillantes análisis de Cedric Robinson revelaron nuevas formas de pensar y actuar generadas precisamente a través de los encuentros entre el marxismo y los intelectuales y activistas negros, que ayudaron a constituir la Tradición Radical Negra.
El concepto asociado con el marxismo negro que considero más productivo y potencialmente más transformador es el concepto de capitalismo racial. Aunque Capitalismo y esclavitud de Eric Williams se publicó en 1944, los esfuerzos académicos que exploran esta relación han permanecido relativamente en los márgenes. Con suerte, las nuevas investigaciones sobre el capitalismo y la esclavitud ayudarán a legitimar aún más la noción de capitalismo racial. Si bien es importante reconocer el papel fundamental que desempeñó la esclavitud en la consolidación histórica del capitalismo, los desarrollos más recientes vinculados al capitalismo global no se pueden comprender adecuadamente si se ignora la dimensión racial del capitalismo.
Gaye Theresa Johnson es profesora asociada de Estudios negros y chicanos en la Universidad de California en Los Ángeles. Alex Lubin es profesor de Estudios Americanos en la Universidad de Nuevo México.
Fuente: https://www.versobooks.com/blogs/3421-angela-davis-an-interview-on-the-futures-of-black-radicalism?fbclid=IwAR3lCZ97Wyo9CacNi_PRcjOZXxfZOrjcgwsAk0ZvTD5CX5EUWkrwOPNbWSE
Traducción: Viento Sur
Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article16108
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