domingo, 28 de diciembre de 2014

La experiencia americana de Podemos. Iñigo Errejón pasó un año en Los Ángeles para su tesis doctoral sobre Bolivia. Allí moderó algunas teorías marxistas e impresionó con su habilidad dialéctica

En el verano de 2007, un estudiante de doctorado llamado Iñigo Errejón se presentó en el despacho de John Agnew en la Universidad de California, campus de Los Ángeles (UCLA), para cursar allí tres trimestres y perfeccionar su tesis doctoral sobre Bolivia. Errejón aterrizó en California empujado por su director de tesis, el geógrafo Heriberto Cairo, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense de Madrid, la placenta ideológica de Podemos, el partido que ha pegado una patada al estático tablero de juego de la política española.

Durante nueve meses Errejón, uno de los ideólogos de Podemos, cambió las discusiones de la cafeteria de Somosaguas por intensos debates en inglés en un campus al pie de las colinas de Beverly Hills. Y aquello, según Agnew, fue clave para que viera “otra perspectiva” del mundo. De aquella experiencia, Errejón dice en la introducción de su tesis doctoral: “La estancia tuvo momentos difíciles pero constituye sin duda, hasta la fecha, el período intelectualmente más fructífero de mi vida”.

John Agnew, inglés de 65 años, es un reconocido investigador de geografía política, especialista en nacionalismos y tensiones separatistas. En la introducción de sus tesis doctoral, Errejón tiene un recuerdo para él: “Profesor brillante y cálido, que me enseñó a leer con cuidado y me demostró que rigor teórico y flexibilidad metodológica no sólo no están reñidos sino que combinan ofreciendo perspectivas particularmente ricas de investigación”.

Cairo y Agnew se conocen desde hace años y mantienen un flujo regular de estudiantes ente sus facultades. Por entonces, Errejón trabajaba en su tesis sobre el ascenso del gobierno indígena en Bolivia, un fenómeno que ha cambiado el país para siempre, pero que se puede explicar de muchas maneras. Cuando Errejón llegó a UCLA, "estaba un poco atrapado en la teoría de la dependencia de Latinoamérica de los años 70”, explica Agnew en una cafetería de Santa Mónica una mañana extrañamente lluviosa.

“Heriberto le animó para que viniera, no para decirle que sus ideas estuvieran mal, sino para enseñarle que quizá era demasiado rígido y que necesitaba otra perspectiva”, explica Agnew. Influenciado por las teorías marxistas de los años setenta sobre los sistemas de dependencia, Errejón veía en el comercio abusivo con Estados Unidos durante décadas la causa de los males de Bolivia, condenada al subdesarrollo. “Aquí vio otro lado, el de la clase blanca criolla que domina Bolivia”, dice Agnew. Errejón le daba demasiada importancia a la explotación de unos países sobre otros y no tanto a las luchas entre clases o “las tensiones dentro de países multinacionales”, tema en el que Bolivia es paradigmático.

En sus debates con Errejón, Agnew defendía que la miseria “dependía también de las instituciones”. “Los líderes cuentan, las instituciones cuentan. Y el problema de Bolivia, esta era mi perspectiva, es que estaba dominada por un grupo europeo muy pequeño que había gobernado el país en su beneficio y de una manera centralista, desde Santa Cruz, ignorando los problemas de los indígenas en los Andes”. La llegada de un gobierno con un indio como presidente “significaba la posibilidad de un cambio en el país”. El cambio en Bolivia vino desde dentro y fue democrático, no tanto por una revolución contra la supuesta opresión imperialista de EE UU.

A través de estos debates, “creo que Iñigo se hizo más consciente y leyó más sobre la política interna de Bolivia. No quiero sugerir que abandonara completamente sus ideas, pero creo que llegó a una comprensión más sutil de la realidad”, asegura Agnew.

Viniendo de España y trabajando con un especialista en nacionalismos, el asunto fue una constante en los debates entre Errejón y Agnew en aquellos meses en UCLA. “Llegó con unas ideas un poco leninistas”, dice el profesor. “Cuando estuvo aquí se interesó más por cuestionar la idea de que un Estado siempre es mejor cuando está centralizado. Iñigo tendía a tener esa perspectiva”. La principal área de investigación de Agnew son los separatismos en Europa. “Cuando llegó no creo que tuviera ideas muy articuladas (sobre el nacionalismo) pero cuando se fue había entendido que los Estados no son solamente unos entes asociados a la distribución. Él tenía una visión muy economicista, pero creo que entendió la idea de nación. Incluso si no eres nacionalista, tienes que entender por qué la gente tiene sentimientos nacionalistas”.

Por supuesto, hablaron de Cataluña. Errejón veía los nacionalismos como algo burgués. Le parecía que el nacionalismo nunca puede ser progresista. “Tenía una visión de los nacionalistas catalanes son como la Liga Norte italiana, que se quejan de que sus impuestos vayan al sur de España y eso”. Agnew se esforzó por hacerle ver que era “algo más complicado”. “Seguro que aún piensa igual. Pero creo que se dio cuenta de que tener los poderes descentralizados a veces es mejor para gestionar las diferencias”.

De su conversación se deduce que a su tutoría llegó un marxista dogmático y volvió a España un político sutil. “No digo que fuera un cambio cósmico ni que se cayera del caballo camino a Damasco, pero creo que de su experiencia aquí se fue con una visión mas compleja del mundo de cuando llegó, y entendiendo que hay mucha gente que ve las cosas de forma distinta y que la política trata sobre gestionar esas diferencias”. Para eso lo mandó allí Heriberto Cairo: “Pensaba que era un tipo muy brillante, pero estaba algo encerrado en su visión del mundo”.

Agnew guarda un excelente recuerdo de Errejón, del que dice que tiene un nivel de inglés sorprendente. “Desde luego sabia defenderse en inglés frente a los nativos angloparlantes. Quiero decir, que son conceptos abstractos, no estamos hablando de preguntar donde está el baño, sino de debates muy elevados”. ¿Se lo imagina debatiendo el presupuesto europeo en Bruselas en inglés? “Absolutamente”, dice Agnew. “El inglés no es un problema para él”.

Estos días, Agnew sigue asombrado de las noticias de su estudiante de intercambio, convertido en un líder político (“te desarma con ese aspecto, todavía aparenta 15 años”, comenta). “Me sorprende que haya querido tener una carrera política. Lo veía más escribiendo libros y dando conferencias”. Pero superada la sorpresa, y tras advertir que no le dan mucha confianza los académicos en el gobierno, Agnew dice que Errejón “entiende que hay que convencer a la gente y construir consensos. Iñigo no te impone su visión. Es persuasivo, te escucha, pero al mismo tiempo te está trabajando. Eso hace un buen político”.
Fuente: El País: http://politica.elpais.com/politica/2014/12/18/actualidad/1418921858_709892.html

sábado, 27 de diciembre de 2014

La Unión Europea conculca las conquistas democráticas y sociales

El fracaso de los gobiernos europeos, de la Comisión Europea y del BCE es patente en la concreción de lo que supuestamente quieren conseguir: reducir el desempleo, relanzar la actividad económica, sanear fundamentalmente los bancos, estimular y aumentar el crédito a los particulares y a las PYMES, incluso aumentar la inversión y reducir la deuda pública. Sobre todos esos puntos, la política europea es un fiasco estrepitoso. ¿Pero realmente son esos los objetivos que los dirigentes europeos desean alcanzar?

Los grandes medios abordan regularmente una serie de cuestiones como: un posible estallido de la zona euro; el fracaso de las políticas de austeridad en materia de relanzamiento económico; las tensiones entre Berlín, París o Roma, entre Londres y los miembros de la zona euro; de las contradicciones en el seno del Consejo del BCE ; de las enormes dificultades para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto de la UE; de las crispaciones de ciertos gobiernos europeos con el FMI a propósito de la dosificación de la austeridad. Aunque todas esas tensiones sean bien reales, no nos deben ocultar lo esencial.

Los dirigentes europeos de los países más fuertes y los patrones de las grandes empresas se felicitan de que haya una zona económica, comercial y política común, donde las transnacionales europeas y las economías del Centro de la zona euro obtienen beneficios de la debacle de la Periferia, para reforzar la rentabilidad de sus empresas y ganar en competitividad con respecto a sus competidores estadounidenses y chinos. Su objetivo, en el estado actual de la crisis, no es relanzar la economía y reducir las asimetrías entre las economías fuertes y débiles dentro de la UE.

Además, los dirigentes europeos consideran que la debacle del Sur europeo será una oportunidad para privatizaciones generalizadas de empresas y bienes públicos a precios de saldo. Y los ayudan la intervención de la Troika y la complicidad activa de los gobiernos de la Periferia. Las clases dominantes de los países periféricos son favorables a esas políticas, ya que cuentan con recibir una parte de un pastel que codician desde hace tiempo. Las privatizaciones de Grecia y Portugal prefiguran lo que llegará a España e Italia, donde los bienes públicos que se podrán adquirir son mucho más importantes, considerando el tamaño de esas dos economías. Los dirigentes de las economías europeas más fuertes también planean realizar una nueva ola de importantes privatizaciones en sus propios países.

Ni siquiera se disimula la estrecha relación entre los gobernantes y el gran capital. A la cabeza de varios gobiernos, colocados en puestos ministeriales importantes y en la presidencia del BCE, se encuentran hombres directamente salidos del mundo de las altas finanzas, |1| comenzando por el banco de negocios Goldman Sachs. |2| Algunos políticos de primera fila son recompensados con un puesto en un gran banco u otra gran empresa una vez que cumplieron con sus buenos oficios para las grandes corporaciones. |3| No es algo nuevo, pero es más evidente y común que durante los últimos 50 años. Se puede hablar de verdaderos vasos comunicantes y bien transparentes.

Considerar que la política de los dirigentes europeos es un fracaso porque el crecimiento económico no ha vuelto es equivocarse considerablemente en el criterio de análisis. Los objetivos perseguidos por la dirección del BCE, por la Comisión Europea, por los gobiernos de las economías más fuertes de la UE, por las direcciones de los bancos y de otras grandes empresas privadas, no es ni la rápida vuelta al crecimiento, ni la reducción de las asimetrías en el seno de la zona euro y de la UE con el fin de hacer de ella un conjunto más coherente al que la prosperidad pudiera retornar.

Sobre todo, no hay que olvidar una cuestión fundamental: la capacidad de los gobernantes, que se han puesto dócilmente al servicio de los intereses de las grandes empresas privadas, para gestionar una situación de crisis, incluso de caos, y actuar en el sentido requerido por esas grandes empresas. La crisis permite pasar al ataque con el pretexto de aplicar un tratamiento de choque justificado por la amplitud de los problemas.

Los derechos económicos, sociales y culturales son continuamente cuestionados en sus propios fundamentos, sin olvidar la ofensiva contra los derechos civiles y políticos como el derecho efectivo a la elección de los legisladores. En efecto, el Parlamento Europeo no ejerce realmente como poder legislativo, los parlamentos nacionales de los países sometidos a la Troika ven como ésta le dicta sus leyes, y los otros parlamentos tienen su soberanía y su poder fuertemente limitados por los diferentes tratados europeos, adoptados sin ninguna consulta democrática, como el TSCG (Tratado sobre la estabilidad, la coordinación y la gobernanza) que fija requisitos presupuestarios inaceptables. Otros derechos son también burlados: el ejercicio real del sufragio universal directo, el derecho de rechazar los tratados, el derecho de modificar la constitución mediante un proceso democrático constituyente, el derecho de protestar y de organizarse para que estas protestas den resultados. La UE y sus países miembros refuerzan una deriva autoritaria con el retorno del ejercicio directo del poder por los representantes de una oligarquía económica.

Para avanzar en la mayor ofensiva llevada a cabo después de la segunda guerra mundial a escala europea contra los derechos económicos y sociales de la mayoría de la población, los gobiernos y la patronal utilizan diferentes armas: la deuda pública, el desempleo, el retraso de la edad de jubilación, la exclusión del derecho a recibir un subsidio de las muchísimas personas sin empleo, la congelación o disminución de salarios y de las diversas ayudas sociales, la reducción de los efectivos tanto en las empresas privadas como en el sector público, la búsqueda del equilibrio presupuestario como pretexto de los severos recortes en los servicios públicos, la búsqueda de la mejora de la competitividad de los Estados miembros de la UE, entre ellos y con respecto a sus competidores comerciales de otros continentes.

Para el Capital, la cuestión es aumentar aún más la precarización de los trabajadores, reducir radicalmente su capacidad de movilización y de resistencia, disminuir los salarios y diferentes prestaciones sociales a la vez que se mantienen las enormes disparidades entre los trabajadores dentro de la UE, con el objetivo de aumentar la competencia entre ellos y precipitarlos en la trampa de la deuda.

Primero, están las disparidades entre los asalariados de un mismo país: entre mujeres y hombres, entre fijos y eventuales, entre trabajadores a tiempo parcial y trabajadores a tiempo completo, entre las viejas generaciones que se benefician de un sistema de jubilación basado en la solidaridad y las nuevas generaciones a las que se les impone un sistema cada vez más individualista y aleatorio. Sin contar con los «sin papeles», súperexplotados y que no gozan de ningún derecho social ligado al trabajo. Por iniciativa de la patronal y con el apoyo de los gobiernos sucesivos (y en eso, los partidos socialistas europeos han desempeñado un activo papel), esas disparidades han crecido en el curso de los últimos 20 años. Por ejemplo, en Alemania, 7,5 millones de trabajadores deben contentarse con un salario mensual de 400 euros, cuando el salario mensual normal supera netamente los 1.500 euros. |4|

Segundo, a esas diferencias, se agregan las disparidades entre los trabajadores de los países del Centro y los de los países de la Periferia, en el seno de la UE, que son complementarias de las que se profundizan dentro de las fronteras nacionales. Los salarios de los trabajadores del grupo de países más fuertes (Alemania, Francia, Países Bajos, Finlandia, Suecia, Austria, Dinamarca) son el doble o el triple de los salarios de los de Grecia, Portugal o Eslovenia. El salario mínimo legal de Bulgaria (156 euros brutos mensuales en 2013) es de 8 a 9 veces inferior al de países como Francia, Bélgica o los Países Bajos. |5|

En América del Sur, aún cuando las diferencias son grandes entre las economías más fuertes (Brasil, Argentina, Venezuela) y las más débiles (Paraguay, Bolivia, Ecuador...), la diferencia en el salario mínimo legal es del orden de 1 a 4, por tanto una disparidad netamente menor que en el seno de la Unión Europea. Esto muestra hasta qué punto es fuerte la competencia entre los trabajadores de Europa. Las grandes empresas de los países europeos más fuertes en el plano económico se benefician profundamente de las disparidades salariales en el seno de la UE.

Las autoridades europeas refuerzan también la política de fortaleza sitiada menospreciando el derecho de los ciudadanos y ciudadanas no europeos/as al acceso a su territorio. Además, perfeccionan su política criminal en las fronteras de Europa que provoca la muertes de miles de personas que intentan buscar una vida mejor en la Unión Europea. El derecho de asilo también es pisoteado.

Lo que vemos, detrás de la cortina de humo de los discursos oficiales, es una lógica terrible, injusta y mortífera que está en marcha. Es el momento de sacarla a la luz para poder enfrentarse mejor y conseguir vencerla.

Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz
Notas:
|1| Un ejemplo: Emmanuel Macron, designado ministro de Economía y de Industria por el presidente francés François Hollande a fines de agosto de 2014, que proviene de la banca Rotschild, Véase: http://es.wikipedia.org/wiki/Emmanu...
|2| Éric Toussaint,«Bancocracia: de la república de Venecia a Mario Draghi y Goldman Sachs» publicado el 6 de noviembre de 2013, http://wwwcadtm.or/Bancocracia-de-l...
|3| Éric Toussaint, «DSK, Blair, Geithner, Rubin: de la politique à la finance», publicado el 9 de diciembre de 2014, http://cadtm.org/DSK-Balir-Geithner...
|4| El salario mínimo instaurado recientemente en Alemania será efectivo a partir de 2017, pero tendrá numerosas excepciones y no se beneficiará de una revalorización regular y automática
|5| Véase http://epp.eurostat.ec.europa.eu/st... con los datos hasta 2013. Véase también http://www.inegalites.fr/spip.php?a... que tiene datos que se detienen en 2011, desgraciadamente.
Eric Toussaint. CADTM
Éric Toussaint, maître de conférence en la Universidad de Lieja, portavoz del CADTM internacional y miembro del Consejo científico de ATTAC Francia, es autor de Bancocracia, Icaria Editorial, Barcelona, 2014, Proceso de un hombre ejemplar, edición digital (2013), disponible en pdf, véase www.cadtm.org/Proceso-a-un-h..., Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria Editorial, Barcelona, 2010.
Fuente: http://cadtm.org/La-Union-Europea-conculca-las

viernes, 26 de diciembre de 2014

Ensaladas

"De primero, ensalada". Probablemente es la frase más repetida en los restaurantes, en casa y en las oficinas a mediodía. David Gasol, nutricionista especializado en veganismo y consultor macrobiótico, explica que, además de socorridas, las ensaladas verdes son ricas en vitaminas A, C y E, fundamentales para prevenir el envejecimiento de las células. “Este clásico de cualquier menú también aporta vitaminas del grupo B. Por ejemplo, el famoso ácido fólico, muy necesario para varios procesos vitales, entre ellos, la gestación”, añade. Gasol recomienda consumir “verde” a diario y templar las ensaladas en invierno. “En los meses fríos podemos introducir las cocciones ligeras. Por ejemplo, una ensalada de apio, brócoli y judía verde hervidos unos pocos minutos es una opción muy saludable”, matiza. El presidente de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN), Giuseppe Russolillo, detalla cuáles son las bases verdes más aconsejables y qué hay detrás de cada una de ellas.

Col: un gol al cansancio, pero cuidado con los gases
"Aunque es típica en guisos y cocidos, la col cruda aliñada es riquísima (también en vitamina C). Protege a las células de la oxidación y contribuye al buen funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunitario. Fuente de ácido fólico (que disminuye el cansancio y la fatiga), contribuye a la absorción del hierro y es rica en fibra. También reduce los niveles sanguíneos de colesterol total y del llamado colesterol malo (LDL). En algunas personas, tomar mucha cantidad puede producir flatulencias y algunas molestias digestivas leves y transitorias".

Escarola: perfecta para embarazadas
"Una ración de escarola aporta el 30% de la vitamina A y el 25% del ácido fólico que necesitamos diariamente. Una ingesta insuficiente de este último compuesto puede producir anemia megaloblástica, y su falta durante el embarazo se asocia con un alto riesgo de malformaciones congénitas fetales (espina bífida, problemas cardiacos, labio leporino). Este alimento contiene también principios activos de carácter antioxidante: flavonoides y compuestos fenólicos. Su consumo se asocia a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer".

Espinacas: la verdura ganadora
"Lo que nos contaban de pequeños era verdad: las espinacas son una fuente inagotable de vitaminas. Un plato aporta el 150% de la vitamina A necesaria al día [ideales para el crecimiento, en forma de beta-carotenos], el 100% del ácido fólico, más del 50% de la vitamina C y el 30% de la vitamina E. Estas hojas verdes, que aún arrastran mala fama infantil, contienen gran cantidad de luteína y zeaxantina, cuya presencia en la sangre se relaciona inversamente con el riesgo de padecer algunas enfermedades cardiovasculares. Las espinacas son también fuente de magnesio y de hierro. Este último, necesario para el transporte normal del oxígeno por parte de nuestras células".

Berros: mejor que la rúcula
"El berro es rico en vitamina A (en forma de provitamina, concretamente carotenos, que se transforman en vitamina A en el organismo). Según un estudio de su composición química, sus hojas contienen más flavonoides y vitamina C que el resto de las especies de crucíferas (una familia a la que también pertenece la rúcula). Aunque son ricas en los llamados "bociógenos naturales" (responsables de los problemas de tiroides), su consumo no se asocia a desequilibrios tiroideos en personas sanas, siempre que la ingesta de yodo sea la adecuada".

Lechuga: si tiene problemas intestinales, esta es su planta
"La clásica lechuga es fuente de vitamina A (en forma de beta-carotenos) y de ácido fólico. Una ración de lechuga aporta el 45% de la vitamina A que necesita el organismo diariamente [mantenimiento de células, crecimiento óseo, regulación de piel y mucosas]. También es rica en fibra, que ayuda a un correcto funcionamiento intestinal".

Endivias: depende de su paladar
"Su sabor ligeramente amargo se debe a los compuestos químicos lactucina, lactucopricrina e intibina. Su composición y propiedades son muy similares a las de la achicoria. Aporta pequeñas cantidades de minerales y vitaminas y es considerada fuente de ácido fólico. Como se consume generalmente cruda (ensalada) no se pierden nutrientes durante su cocinado. Una endivia aporta un tercio del ácido fólico que el organismo necesita para funcionar correctamente".
Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/12/16/buenavida/1418730602_494808.html

jueves, 25 de diciembre de 2014

Entrevista al historiador Jacques R. Pauwels "¿Las causas de la Primera Guerra Mundial? El reparto del mundo y el miedo al movimiento social"

¿Fueron el atentado contra el archiduque de Austria o nobles motivaciones de paz, de democracia y de libertad las causas de la Primera Guerra Mundial?
No, responde el escritor e historiador Jacques Pauwels. Las grandes potencias mundiales deseaban esta guerra desde hacía mucho tiempo para apropiarse de las colonias y para acabar de una vez por todas con las ideas revolucionarias que cada vez avanzaban más por toda Europa.

«En general se suele explicar la Gran Guerra como un trueno en medio de un cielo azul. Se supone que nadie lo ha visto venir ni nadie lo ha deseado. [...] En realidad, hacía veinte años que se acumulaban las nubes de la guerra. Era necesaria una guerra. Y las elites políticas de Europa la deseaban ya que consideraban que una guerra iba a suponer cosas fantásticas para ellas [...].»

Hace años que Jacques Pauwels está totalmente enfrascado en la historia de las revoluciones y de las guerras. Ya ha publicado varias obras al respecto. La editorial EPO acaba de publicar, en neerlandés, su obra De Groote Klassenoorlog. 1914-1918 («1914-1918, la Gran Guerra de las clases», que el 20 de septiembre publicará en francés la Editorial Aden y por lo tanto se venderá en la ManiFiesta*), una obra imprescindible sobre la Primer Guerra Mundial. Considera que hubo dos causas principales de esta guerra, por una parte el imperialismo y, por otra, el miedo a la revolución.

«Las grandes potencias industriales, los grandes bancos y las grandes empresas querían nuevas colonias (o semicolonias sobre las que ejercería un control indirecto) debido a sus materias primas, su mano de obra barata y sus posibilidades de inversión. Es indudable que una de las principales razones de la guerra reside en ello». Veamos la explicación.

Volvamos a principios del siglo XX. ¿Acaso no se había repartido ya el mundo?
Jacques R. Pauwels: No del todo. China, por ejemplo, un inmenso país débil con un enorme mercado de salidas, seguía estando totalmente abierto.
Además, no todos los países estaban satisfechos con su parte. En el aspecto de las colonias Alemania era el pariente pobre. Pensaba poder fagocitar Bélgica. Además, Gran Bretaña estaba dispuesta a firmar un acuerdo al respecto. No había que llegar necesariamente a una guerra. La competencia entre los países imperialistas también se podía resolver por medio de acuerdos mutuos. Entre la élite inglesa había un grupo bastante importante que hubiera preferido colaborar con Alemania en vez de con Francia. Estas personas estaban dispuestas a ceder el Congo belga a Alemania para satisfacer a este país.

Por lo tanto, es normal Bélgica se implicara en esta guerra puesto que Bélgica también era un país imperialista.

Usted también habla de imperialismo social...
Jacques R. Pauwels: En efecto. Adquiriendo las colonias los países se podían desembarazar de sus ciudadanos «molestos»: las clases inferiores, que para la élite estaban superpobladas.

Se podían desembarazar de las personas demasiado pobres enviándolas a las colonias. El imperialismo era, por lo tanto, una manera de resolver los problemas sociales. Los pobres podían hacer carrera en las colonias. De este modo se convertían en patriotas en vez de seguir siendo unos pelmas. Dejándoles intervenir de manera agresiva en las colonias ya no planteaban el menor problema en la metrópoli.

Por ejemplo, había muchos hijos de agricultores sin trabajo debido a que la agricultura se estaba volviendo demasiado productiva. Se podía enviar a estos chavales al Congo como misioneros. Se envió allí a una veintena de misioneros de cada poblacho agrícola flamenco, se les puso un uniforme y a partir de entonces pudieron jugar a ser patrones en el país de los negros.

Usted afirma que el reto eran las colonias.
En ese caso, ¿por qué no llevaron a cabo la lucha en las colonias?
Jacques R. Pauwels: Todo esto acabó en una guerra mundial porque se trataba de posesiones imperialistas, pero esta guerra se desarrolló en Europa porque los países imperialistas estaban principalmente en Europa, con dos excepciones: Estados Unidos y Japón, que se pudieron permitir no intervenir directamente. Otros países, como Italia y Bulgaria, esperaron un poco pero finalmente entraron en guerra cuando comprendieron que había algo que ganar en la aventura.

¿No hubiera sido mejor permanecer neutrales en el caso de los países que no estaban concernidos directamente?
Jacques R. Pauwels: Confinarse en la neutralidad tampoco dejaba de ser peligroso. ¿Por qué entró en guerra Estados Unidos? No para salvar la democracia o algo por el estilo, eso es una tontería. Al ser un país imperialista, estaba al acecho de una ocasión para extenderse y China se encontraba en la lista de sus pretensiones. No es que quisieran conquistar China, sino que querían penetrar en ella en el plan económico: ahí había mercado para sus productos, posibilidades de inversión, contratos interesantes en la construcción del ferrocarril, etc.

Pero otros países también miraban de reojo a China, como Japón, por ejemplo. Alemania y Francia ya tenían concesiones ahí, unas minicolonias. Japón, el gran competidor de Estados Unidos, declaró la guerra a Alemania con un pretexto y lo que hizo inmediatamente fue conquistar en China este trozo que era de Alemania. Esto no le gustó a los estadounidenses. Estados Unidos tenía que intervenir, de lo contrario se iba a encontrar con las manos vacías al final de la guerra.

Era como una lotería, quien no jugaba no podía ganar. En febrero de 1917, en Francia, el presidente del Consejo (jefe del gobierno de entonces, NDLR) había declarado que solo los países implicados en la guerra tendrían algo que decir en el reparto del mundo posterior a la guerra. En mi opinión, hay una relación entre esta declaración y el hecho de que en abril de ese mismo año Estados Unidos declarara la guerra a Alemania. Los ganadores de la guerra tenían la intención de recompensarse a sí mismos, los perdedores iban a perder, pero los neutrales no recibirían nada e incluso lo contrario, ya que quienes permanecieran neutrales podían ser sancionados porque no estaban en el campo de los vencedores.

¿Cómo es eso?
Jacques R. Pauwels: Tomemos el ejemplo de Portugal. En 1916 también los portugueses declararon la guerra a Alemania, no porque creyeran tener que estar ahí cuando se repartieran los premios, sino porque consideraron que iba a tener que pagar el precio de su neutralidad si no entraban en guerra. Sabían que ya antes de la guerra los británicos habían propuesto a Alemania las colonias portuguesas. Por consiguiente, los portugueses se dijeron que iban a perder sus colonias si permanecían neutrales. Así pues, los portugueses tenían mucho miedo de perderlo todo si permanecían neutrales. Y, ¿qué hizo Portugal? Declaró la guerra a Alemania, para gran desilusión de los británicos. ¿Tenía Portugal algo contra Alemania? No, nada en absoluto, pero por esas razones imperialistas no se podía permitir confinarse en su neutralidad.

Siempre se ha dicho que los británicos entraron en guerra porque los alemanes habían violado la soberanía belga, pero sin duda esa no fue la verdadera razón.
Jacques R. Pauwels. No, simplemente necesitaban una excusa, ya que de todos modos Gran Bretaña deseaba la guerra con Alemania. Ya había llegado en secreto a un acuerdo con Francia que obligaba al ejército británico a acudir en ayuda de los franceses.

¿Por qué llegaron los británicos a este acuerdo con los franceses?
Porque querían la guerra con Alemania y sabían que Alemania siempre había sido enemigo de Francia. Los británicos y los franceses nunca habían sido amigos, pero se convirtieron en amigos porque tenían un enemigo común.

¿Por qué quería Gran Bretaña la guerra con Alemania?
Jacques R. Pauwels: La potencia política y económica de Gran Bretaña se basaba en el control de los siete mares: Britannia rules the waves, “Gran Bretaña gobierna los mares”. La flota británica tenía que seguir siendo tan importante como el conjunto de las demás para poder dominar a cualquiera. Pero a finales del Siglo XIX y principios del XX los alemanes también empezaron a construir barcos. Se trataba de barcos modernos que no navegaban gracias al carbón, sino al petróleo. Gran Bretaña tenía carbón, pero carecía de petróleo, por lo tanto tenía que comprar el petróleo a Estados Unidos, a la Standard Oil. Pero como era una gran potencia, a Gran Bretaña no le gustaba depender de Estados Unidos, ya que eran grandes rivales, incluso enemigos.

Gran Bretaña quería una fuente independiente de petróleo, así que se puso a buscar. Primero por Persia, el actual, Irán, donde los británicos habían llegado a un acuerdo con los rusos para repartirse el petróleo. Inmediatamente después se descubrió gran cantidad de petróleo en Mesopotamia, el actual Iraq, que formaba parte del Imperio Otomano, en aquel momento “el hombre enfermo de Europa”**. Ya antes de la guerra los británicos habían arramblado con una parte de este país y lo habían denominado Kuwait. Los británicos instalaron ahí, en el trono, a un emir, que era su amigo. No un demócrata, sino alguien bien dispuesto a hacer el juego.

Un poco después también se encontró petróleo en la ciudad de Mosul y Mesopotamia se convirtió claramente en el objeto del deseo de los británicos. Pero pertenecía a los otomanos y Mosul se encontraba más lejos, en el interior, y era difícil apropiarse de ella. Pero, ¿qué descubrieron entonces los británicos? Que el Imperio Otomano y Alemania tenían un proyecto común de construcción de un ferrocarril que uniera Bagdad y Berlín. Los alemanes tenían intención de llevar este petróleo de Mesopotamia a su propia marina de guerra. Y los británicos debían impedirlo costara lo que costara. ¿Cómo? Por medio de la guerra. Cuando estalló la guerra, el ejercito anglo-indio, que ya se encontraba en los alrededores, desembarcó inmediatamente en Mesopotamia.

El ejército británico en Europa era demasiado débil para luchar contra el ejército alemán. Por lo tanto, necesitaba aliados. Francia y Rusia, que también eran enemigos de Alemania, tenían ejércitos enormes. Y así fue como se llegó a un acuerdo militar con Francia.

¿Quiere usted decir que en realidad no faltaba más que una ocasión de entrar en guerra con Alemania?
Jacques R. Pauwels: ¡Exacto! Y a los británicos les sirvió que Alemania invadiera Bélgica. Pretendieron que la violación de la neutralidad de Bélgica era un gran problema. Sin embargo, cuando los japoneses atacaron la concesión alemana en China, los británicos acudieron a ayudar a los japoneses sin preguntar, además, a China si podían atravesar el país. Aquello también era una violación. Los propios británicos lo habían hecho en China lo que los alemanes hicieron en Bélgica. La idea de que los británicos entraron en guerra para proteger a Bélgica era una enorme ficción, era una excusa.

En su libro demuestra que además del reparto del mundo, había una segunda razón para la guerra: era una ocasión de frenar el movimiento social.
Jacques R. Pauwels: En efecto. El imperialismo es un sistema que funciona a beneficio de los grandes actores del sistema capitalista: los bancos y las grandes empresas, que necesitan materias primas y que en el plano internacional están activos en el sector minero, en la construcción de ferrocarriles, etc. Estas personas tenían problemas con sus trabajadores.

Estos trabajadores empezaron a reclamar mejores condiciones de trabajo, crearon sindicatos, tenían sus propios partidos querían salarios más altos, más democracia, derecho a voto, etc. Para los capitalistas este movimiento social era una espina en el pie. Además, los partidos socialistas cada vez obtenían más votos. «¿Cuándo parará esto?», pensaba la élite, que a todas luces tenía miedo de una revolución.

Pero aunque esto no acabara en una revolución, aunque los socialistas simplemente tuvieran que ganar las elecciones (y estaban cerca de ello), la élite temía que todo cambiara. Había que poner fin a todo eso, hacer retroceder esta democratización.
¿Qué se podía hacer en contra de esto? En primer lugar, se deportó a las colonias a los elementos más molestos. Este imperialismo social resolvió ya una parte del problema. El británico Cecil Rhodes afirmó que el imperialismo era necesario para evitar una guerra civil.

Pero no se podía deportar a todo el mundo. Hacia la década de 1900 cundía entre la élite un «miedo a la masa», la masa peligrosa que conocía un ascenso irresistible. La guerra era una solución para encauzar este problema. La élite quería volver a los tiempos de los señores que mandaban y de los esclavos que obedecían incondicionalmente. El objetivo era aniquilar las ideas revolucionarias, la vuelta atrás. Es precisamente el tipo de situación que se tiene en el ejército: nada de discusiones, nada de democracia y un bonito uniforme para todo el mundo. Se quería militarizar a la sociedad. Por consiguiente, se necesitaba una guerra y cuanto antes mejor.

¿Había prisa?
Jacques R. Pauwels: En aquel momento todas las partes pensaban que no podían perder. Los franceses, los británicos y los rusos tenían una alianza, la Triple Entente. Creían que juntos eran invencibles. Los alemanes tenían Austria-Hungría de su parte, sus generales geniales y una industria enorme detrás que podía fabricar los mejores cañones.

Además, si esperaban demasiado pudiera ser que los socialistas ganaran las elecciones y entonces la élite temía la revolución. Los británicos y los franceses, por ejemplo, no podían esperar demasiado tiempo, porque temían que estallara la revolución en Rusia. En ese caso, habrían perdido a este aliado y sin lugar a dudas ya no podrían resultar victoriosos.

En un momento dado ya no se pudo esperar más. El atentado en Sarajevo no fue la razón de la guerra sino el pretexto para lanzarse por fin a ella, de la misma manera que la violación de la neutralidad belga no había sido una razón para emprender la guerra contra Alemania. Necesitaban un pretexto.

La guerra tenía unas causas geoestratégicas y servía a unos intereses nacionales. Pero, es cruel enviar a la muerte a millones de personas por esas razones, ¿no?
Jacques R. Pauwels: Sí, es cínico y particularmente cruel. Pero a principios del siglo XIX lo que prevalecía era el pensamiento social darwiniano. La élite consideraba que se encontraba en lo más alto de la escala social y que estaba compuesta por los mejores. Racionalizaban toda esta violencia y todos estos muertos: había demasiadas personas y una guerra llegaba en el momento oportuno para hacer un poco de limpieza, para aligerar un poco las clases inferiores

Es un error pensar que estos generales fueran unos sádicos. Eran personas muy normales que aplicaban lo que entonces era una idea común, es decir, que había una jerarquía entre las personas y que ellos estaban en lo más alto y quienes estaban en lo más bajo eran molestos y peligrosos, además de demasiado numerosos. La élite consideraba que tenía derecho a controlar a los demás. ¡Eso también valía para la élite belga! Porque no hay que olvidar que lo que los belgas hicieron en el Congo es mucho más grave que lo que los alemanes hicieron en Bélgica. Pero la Bélgica mártir es un hermoso tema para nuestros manuales de historia…

Cuando se ven las cosas desde este punto de vista se comprende por qué estos generales enviaban a cientos de miles de hombres a la muerte. No porque fueran crueles, sino porque estaban convencidos de hacer lo correcto.

El escritor francés Anatole France dijo entonces: «Creemos morir por la patria, pero morimos por las industrias».
Jacques R. Pauwels: Se convenció a la gente que era noble morir por la patria: lo decía el cura y lo decía el burgomaestre, y la gente se lo tragaba.

El cura y el burgomaestre no eran los únicos en decirlo. Los partidos socialistas también lo dijeron justo antes de la guerra.
Jacques R. Pauwels: En efecto, esa es la razón por la que tantos hombres partieron a la guerra con tanto entusiasmo, porque los socialistas también lo decían, salvo en algunos países como Italia. De hecho, esta es la razón por la que los italianos fueron menos entusiastas de la guerra.

¿Por qué cambiaron de opinión los socialistas?
Jacques R. Pauwels: Hasta 1914 la mayoría de los socialistas todavía eran revolucionarios en teoría, pero ya no en la práctica. Habían trabajado en el seno del sistema por unas mejoras y unas reformas: tenían un poco más de democracia, se había ampliado el derecho a voto, la semana laboral era más corta, etc. Progresivamente los socialistas consideraron que las cosas empezaba a ir mejor. Con los beneficios del colonialismo (hacer trabajar a los negros) se podía pagar un poco mejor a los trabajadores de aquí. Por lo tanto, muchos socialistas lo consideraban una ventaja. Así fue como nació lo que Lenin denomina la aristocracia obrera. Para los simples trabajadores las cosas iban mejor. «¿Sigue siendo necesario hacer la revolución?», pensaban muchos socialistas. «Las cosas van bastante bien así, ¿no?».

Los dirigentes socialistas se volvieron cada vez más burgueses, formaban parte del sistema. El 21 de julio, [fiesta nacional belga] podían ir a estrechar las manos a palacio...

Pero, ¡cuidado, no todos eran así! En Alemania había socialdemócratas que seguían siendo furibundamente hostiles a la guerra, lo mismo que Lenin en Rusia. Pero la mayoría se había aburguesado bastante. El sociólogo alemán Robert Michels ha estudiado el SPD alemán a partir de principios del siglo XIX. Su conclusión es que en el seno del partido obrero alemán se había desarrollado una jerarquía burguesa. Al largo plazo la dirección del partido tendría demasiado que perder con una revolución. No querían perder las cosas buenas que habían obtenido. Finalmente se pusieron de parte de la guerra.

Justo antes de la guerra los socialistas alemanes se habían reunido con el socialista francés Jean Jaurès***, entre otras personas, para pronunciarse en contra de la guerra, pero al día siguiente, finalmente aprobaron los créditos de guerra.

En las conmemoraciones de la Primera Guerra Mundial no se menciona lo que usted afirma del imperialismo y del temor a la revolución, por no decir que no se menciona en absoluto. ¿No es extraño?
Jacques R. Pauwels: ¡Pues sí! ¿Por qué no me han llamado todavía los periódicos De Standaard y De Morgen para hacer una entrevista? Tienen otras cosas que contar a la gente, a saber, que fue una guerra por la libertad, el derecho y la democracia. ¿Quién querría escuchar hoy que los estadounidenses entraron en guerra por objetivos imperialistas? ¿Quién no preferiría con mucho saber que fue para defender la democracia? Eso es lo que se dice todavía hoy.

Mi relato no encaja en el marco actual. Mi mirada sobre la historia va contracorriente. Sin embargo, las personas que leen mi libro consideran que es una manera de comprender la historia. Si uno examina la historia de esta manera, se empieza a plantear preguntas sobre las guerras de hoy, a decirse que nuestros dirigentes nos suelen contar mentiras e incluso que dicen lo contrario de lo que piensan. Se llama contrarrevolución a la revolución, defensa al ataque. Vivimos tiempos orwellianos.

Para comprender la Primera Guerra Mundial hay que comprender el siglo XIX. La Primera Guerra Mundial es hija del siglo XIX. El siglo XIX es hijo de la Revolución Francesa y la Primera Guerra Mundial es la madre del siglo XX.

Y esta guerra mundial desencadenó una revolución, que a su vez desencadenó una revolución mundial porque explico cómo a través de la Revolución Rusa la guerra también tuvo influencia en China, en India y más lejos.

Últimamente he estado en el extremo sur de Chile, en Patagonia. En 1918 estallaron allí huelgas y revueltas, una minirrevolución que a todas luces estaba inspirada en la Revolución Bolchevique. Se aplastó aquella revolución, pero se hicieron concesiones para reducir su influencia. Chile fue el primer país con un Estado de bienestar y la razón fue esa, pero este tipo de cosas no se leen en ninguna parte.

Aquí, con ocasión de las conmemoraciones solo se nos habla de Westhoek, del Yser y de Ypres, y después también un poco de lo que pasó al otro lado de la frontera, en Verdun y en la Somme. Y, sin embargo, ¡fue una guerra mundial!

Notas de la traductora:
* ManiFiesta es la fiesta de la solidaridad que celebra cada año en Bélgica el semanario Solidarité.
** En palabras del zar ruso Nicolás I en 1853 durante una conversación con el embajador británico.
*** Recordemos que Jean Jaurès fue asesinado por un fanático nacionalista tres días después del estallido de la guerra precisamente por su postura en contra de ella.

Jacques R. Pauwels es escritor. Nació y creció en Bélgica, aunque reside en Canadá desde 1969. Es autor de El mito de la guerra buena: EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial, Hondarribia, Hiru, 2002; traducción de José Sastre. Su último libro es De Groote Klassenoorlog. 1914-1918, Editions EPO, 2014. En venta por internet en la página web PTB-shop (solo en neerlandés). El 20 de septiembre de 2014 se publicó en francés, Éditions Aden.
Fuente: http://www.solidaire.org/index.php?id=1340&type=98&tx_ttnews[tt_news]=38812&cHash=adb9dce2a3e925c554b941adcc46adb2
Han Soete y Nick Dobbelaere
Solidaire

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Un paseo por la Sevilla encantada. Un curioso 'tour' descubre historias ocultas y misterios de la ciudad hispalense

Sevilla tiene muchas caras y existen muchas formas de conocer cada una de ellas. La ciudad devota que se engalana en Semana Santa. La ciudad festiva que celebra la Feria de Abril cada primavera. O la ciudad encantada llena de supuestos espectros y experiencias paranormales.

Esa Sevilla es la que muestra la empresa Naturanda, que organiza cada fin de semana una ruta encantada por la ciudad. Para vivir esta experiencia turística hay que tomárselo con humor y estar dispuesto a entrar en un universo que aúna pasado, leyendas y arquitectura. La cita se celebra los jueves, viernes y sábados a las 22.00 horas en la plaza del Triunfo, a los pies de la Giralda y la Catedral. Su precio es de 5 euros por persona (los niños pagan 2 euros) y dura dos horas. Durante el trayecto un guía nos adentra en la Sevilla romana, árabe, judía y cristiana y nos ayuda a revivir hechos singulares que estremecieron a los habitantes de la ciudad, aunque hay anécdotas que nos arrancarán una sonrisa. Al fin y al cabo, no hemos cambiado tanto con el paso de los años y en materia de amor, envidia o celos descubriremos lo poco que se ha evolucionado.

Este particular tour hispalense tiene un total de 15 paradas en las que se descubren historias ocultas, misterios y hasta cuentos de fantasmas que todavía habitan en la ciudad. El recorrido permite incluso escuchar extraños ruidos de edificios como la Facultad de Bellas Artes, en cuyo sótano están enterrados los literatos Gustavo Adolfo Bécquer o Fernán Caballero (su nombre real era Cecilia Böhl).

Susona también es conocida como la calle de la Muerte./ PILAR BERNAL
La primera parada se sitúa en el barrio de Santa Cruz, donde nos adentramos en la calle de la Muerte (ahora Susona), conocida así por la trágica historia de una mujer judía que por salvar a su amante cristiano entregó a su familia a las autoridades. De allí se va a la plaza de Alfaro para contemplar la reja del diablo, cuyos barrotes no están soldados, pegados, ni atornillados, sino entrelazados como si fuese un tejido. La Casa de Murillo (Santa Teresa, 8) será el pretexto para escuchar la leyenda que cuenta cómo una gitana profetizó que el pintor moriría en una boda. Entre relatos llegamos a la Plaza de la Alfalfa, donde aún está el testigo, en forma de escultura en la pared, del rey don Pedro I, apodado el Cruel, y donde un viejo candil colgado de una ventanuca nos recuerda el duelo trágico en el que el rey hirió de muerte al caballero Guzmán.

En el camino hacia la calle Puente y Pellón nos llevan a casas encantadas que, según cuenta el guía, las inmobiliarias de la ciudad no consiguen vender ni alquilar, y que tienen en vigilia constante a los vecinos. La ruta concluye en la calle Laraña, en la que se encuentra la Milla de Oro de los fenómenos paranormales, formada por el antiguo Teatro Álvarez Quintero (hoy sede de la Fundación Cajasol), la Facultad de Bellas Artes y el restaurante Viandas, donde se pueden escuchar más historias de espíritus.

El mágico paseo concluye a medianoche, justo cuando las campanadas de las iglesias cercanas comienzan a sonar, momento ideal para tomarse unas copas en los baretos de la Alameda de Hércules y volver a la realidad.

Balance

El tinglado
(Antonio Orihuela)

La ministra de Sanidad
no sabe nada de medicina.

El ministro de Educación
confunde la ESO con el PCPI.

La ministra de Trabajo
no ha trabajado jamás.

El ministro de Justicia
no sabe ni qué es hacer de fiscal.

La defensora del Pueblo
es una marquesa.

En cambio

El ministro de Defensa
tiene intereses en la industria de armamento.

El ministro de Agricultura
es un empresario agrícola.

El ministro de Economía
sigue trabajando para los bancos.

Ya veis, la que se puede liar con un voto.

Fuente: https://chesusyuste.wordpress.com/2014/12/22/el-tinglado-un-poema-de-antonio-orihuela-balance-del-gobierno-rajoy/

martes, 23 de diciembre de 2014

El IVAM infló en más de un millón su número de visitantes. Ciscar daba datos que situaban al museo entre los de mayor asistencia del mundo

Cuando el pasado 4 de abril, el vicepresidente del Gobierno valenciano, José Ciscar, anunció el cambio en la dirección el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), despidió a la entonces responsable, Consuelo Ciscar, elogiando su gestión al haber situado al museo en la sexta posición de los centros de arte contemporáneo del mundo con mayor afluencia de público en 2013, con 1.163.419 visitantes. El vicepresidente aludió a la clasificación anual publicada por la revista The Economist, entre otros medios, y confeccionada con los datos proporcionados por la dirección del centro valenciano, que posee una de las mejores colecciones de arte moderno y contemporáneo de España.

En realidad, el número fue notablemente inferior, 85.070 visitantes. Es decir, Ciscar, que estuvo una década al frente del museo, infló las cifras en más de un millón de asistentes. No sólo ese año. También en 2012, el museo hizo públicos 1.147.637 visitantes, cuando en verdad fueron 98.176; y en 2011, 1,1 millones, en vez de 109.938. Con estas estimaciones, el IVAM se consolidaba como el tercer museo con mayor afluencia de público de España, tras el Prado y el Reina Sofía.

En el resto de su mandato, las cifras aportadas, que nunca descendieron a pesar de las crisis que ha afectado profundamente a los museos, también difieren mucho de los números oficiales que ahora ha dado el IVAM a petición de este periódico. Desde el pasado mes de septiembre, el museo está dirigido por el profesor de Bellas Artes José Miguel García Cortés, tras ganar el primer concurso público para acceder al cargo rector. La Generalitat lo convocó con el objeto de pasar página de la discutida gestión de Ciscar, que salió del IVAM un mes antes de hacerse pública la condena de ocho años a su marido, el exconsejero de Cooperación, Rafael Blasco, por varios delitos en la gestión de ayudas públicas a países subdesarrollados.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/19/actualidad/1419018132_361411.html

lunes, 22 de diciembre de 2014

Jeffrey Sachs: La lección de la Primera Guerra Mundial que la economía global olvida.

Jeffrey Sachs es uno de los más destacados economistas del mundo. Entre los muchos gobiernos a los que ha asesorado durante tres décadas están Bolivia, Polonia y Rusia al final de la Guerra Fría. En esta reflexión escrita para la BBC, señala que la forma en la que se comportan los vencedores al final de un conflicto determina lo que ocurrirá en el futuro.

Este ha sido un año de grandes aniversarios geopolíticos. Hace 100 años empezó la Primera Guerra Mundial, un evento que, más que ningún otro, le dio forma a la historia durante el siglo pasado. Hace 25 años cayó el Muro de Berlín, el primer capítulo de la desaparición del Imperio soviético y el fin de la Guerra Fría. Y sin embargo, dolorosamente observamos algo que va más lejos que el mero recuerdo.

Como dijo William Faulkner, "el pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado".

La Primera Guerra Mundial y el Muro siguen moldeando nuestras realidades más urgentes en la actualidad. Las guerras en Siria e Irak son un legado del cierre de la Gran Guerra, y los dramáticos eventos en Ucrania se desarrollan bajo la larga sombra de 1989.

1914 y 1989 son momentos bisagra, puntos decisivos en la historia que cambian el rumbo de los eventos subsecuentes. La manera en la que se comportan tanto las naciones grandes como las pequeñas en esos momentos determina el curso futuro de la guerra y la paz.

Yo participé directa y personalmente en los eventos de 1989, y vi cómo se desarrollaba esa lección: positivamente en el caso de Polonia y negativamente en el de Rusia. Les puedo decir que mientras me desempeñaba como asesor económico durante 1989-92, constantemente recordaba preocupado lo ocurrido en 1914. Y hoy en día sigo con la misma preocupación.

En 1919, al final de la Primera Guerra Mundial, el gran economista británico John Maynard Keynes nos enseñó una lección invaluable y perdurable sobre esos momentos bisagra: cómo las decisiones de los vencedores impactan las economías de los vencidos, y cómo los pasos falsos de los poderosos pueden fijar el rumbo de las guerras futuras.

Con una visión astuta, clarividencia y dotes literarias, "Las consecuencias económicas de la paz" de Keynes (1919) predijo que el cinismo y miopía de la base del Tratado de Versalles, especialmente la imposición de reparaciones de guerra punitivas para Alemania, y la falta de soluciones para las crisis financieras de los países deudores, condenaría a las economías europeas a crisis continuas que de hecho incitarían el surgimiento de otro tirano vengativo en la próxima generación.

El apasionado llamado de Keynes es uno de esos admirables estallidos geniales que retumba por generaciones. Ese libro y sus lecciones se convirtieron en una guía formativa para mí durante mi carrera como asesor y analista económico.

De la angustia de Bolivia a la de Polonia
Como un economista recientemente formado hace unos 30 años, de repente me vi a cargo de asistir a un pequeño y casi olvidado país: Bolivia, en la búsqueda de una salida a su rotundo desastre económico. Los escritos de Keynes me ayudaron a entender que la crisis financiera de Bolivia debía considerarse en términos sociales y políticos y que el acreedor de ese país, Estados Unidos, compartía la responsabilidad de resolver la angustia económica boliviana.

Mi experiencia en Bolivia en 1985-86 me llevó a Polonia, en la primavera de 1989, invitado por el último gobierno comunista y el sindicato Solidaridad, que era su fuerte opositor. Polonia, como Bolivia, estaba en la bancarrota financieramente. Y Europa en 1989, como Europa en 1919, estaba en un gran momento bisagra de la historia.

Mijaíl Gorvachov estaba en el poder en la Unión Soviética, y estaba dispuesto a ver a Europa reconciliada en paz y democracia. Ese gran hombre deseaba llevar a su propio país hacia un nuevo orden democrático. Polonia fue la primera nación de la región en tomar el camino de la democracia en ese año trascendental. Pronto me convertí en el principal asesor económico foráneo del nuevo gobierno polaco. Una vez más, basándome en Keynes, abogué por el tipo de asistencia internacional que me parecía vital para que Polonia pudiera hacer una transición pacífica y exitosa a un gobierno democrático postcomunista.

Específicamente, apelé a la Casa Blanca, 10 Downing Street, el Palacio del Elíseo y la Cancillería alemana para que proveyeran una asistencia progresista, como un elemento clave en la construcción de una Europa nueva, unida y democrática.

Fueron días embriagadores para mí como asesor económico. Había momentos en los que parecía que mis deseos eran órdenes para la Casa Blanca. Una mañana, en septiembre de 1989, recurrí al gobierno estadounidense para que le diera a Polonia US$1.000 millones para estabilizar la moneda. En la tarde del mismo día, la Casa Blanca confirmó la entrega del dinero. No es chiste: ¡ocho horas entre la solicitud y el resultado!

Convencer a la Casa Blanca de que apoyara una cancelación de las deudas polacas tomó un poco más de tiempo, con negociaciones de alto nivel que se extendieron por cerca de un año, pero al final en eso también tuve éxito.

El resto, como dicen, es historia. Polonia introdujo fuertes medidas de reforma, basadas en parte en las recomendaciones que yo había ayudado a diseñar. EE.UU. y Europa apoyaron esas medidas con ayuda generosa y oportuna. La economía polaca fue restructurada y empezó a crecer, y 15 años después, se convirtió en un miembro de pleno derecho de la Unión Europea.
Ojalá pudiera suspender aquí mi rememoración, con este final feliz.

Pero la historia del final de la Guerra Fría no comprende sólo aciertos de Occidente -como en Polonia- sino también un tremendo desacierto: Rusia.

Para Moscú, Versalles
Mientras que la generosidad estadounidense y europea prevaleció en Polonia, la actitud en el caso de la Rusia postsoviética recuerda mucho más los errores garrafales del Tratado de Versalles. Y hasta el día de hoy estamos pagando las consecuencias.

En 1990 y 1991, el gobierno de Gorvachov, habiendo visto los resultados positivos en Polonia, me solicitó que lo asesorara respecto a las reformas económicas. En esa época Rusia enfrentaba el mismo tipo de calamidad financiera que había hundido a Bolivia a mediados de los 80 y a Polonia en 1989.

En la primavera de 1991, trabajé con colegas de la Universidad de Harvard y MIT para ayudarle a Gorvachov a obtener apoyo financiero de Occidente, para poder reformar la política y transformar la economía. No obstante, nuestros esfuerzos fracasaron completamente.

Ese verano, Gorvachov regresó a Moscú de la cumbre del G7 con las manos vacías. A su retorno, una conspiración intentó derrocarlo en el notorio Golpe de Agosto, del que nunca se recuperó políticamente. Cuando Boris Yeltsin ascendió, y la disolución de la Unión Soviética estaba a puertas, su equipo económico nuevamente me pidió asistencia, tanto para lidiar con los desafíos técnicos de la estabilización como en la tarea de obtener la vital ayuda financiera de EE.UU. y Europa.

Yo le vaticiné al presidente Yeltsin y a su equipo que esa ayuda llegaría pronto. Después de todo, la asistencia de emergencia para Polonia se organizó en cuestión de horas o semanas. Estaba seguro de que lo mismo sucedería en el caso de la nueva Rusia independiente y democrática. Sin embargo, perplejo y horrorizado, me fui dando cuenta de que no sería igual.

Mientras que a Polonia le habían perdonado las deudas, a Rusia le exigieron que las siguiera pagando.

Mientras que a Polonia le habían concedido asistencia financiera generosa y rápida, Rusia recibió visitas de grupos de estudio del FMI pero nada de fondos.

Yo le supliqué a EE.UU. que hiciera más. Apelé a las lecciones de Polonia, pero todo fue en vano. Washington no cedió.

Al final, la maligna crisis financiera rusa aplastó los intentos de reformar y regularizar. El gobierno de Yegor Gaidar cayó en desgracia. Yo renuncié tras dos años duros de tratar de ayudar y lograr muy poco. Unos años más tarde, Vladimir Putin reemplazó a Yeltsin y tomó el timón de la nación rusa.

El botín de los vencedores
A lo largo de esa debacle, los expertos estadounidenses culparon a los reformadores en Rusia en vez de a la cruel negligencia de EE.UU. y Europa.

Me tomó 20 años entender bien qué pasó después de 1991. ¿Por qué EE.UU., que se había comportado con tanta sabiduría y visión en Polonia, actuó con una negligencia tan cruel en el caso de Rusia? Paso a paso, recuerdo tras recuerdo, la verdadera historia salió a la luz.

Occidente había ayudado a Polonia financiera y diplomáticamente porque Polonia se iba a convertir en el baluarte oriental de una OTAN en expansión. Polonia era Occidente, por lo tanto, era digna de ayuda. Rusia, en contraste, era vista por los líderes estadounidenses más o menos de la misma forma en la que Lloyd George y Clemenceau habían considerado a Alemania en Versalles: como un enemigo vencido que merecía ser aplastado, no auxiliado.

En su libro recientemente publicado, el general Wesley Clark, antiguo comandante de la OTAN, relata una conversación que tuvo en 1991 con Paul Wolfowitz, quien era el director de política del Pentágono.

Wolfowitz le dijo a Clark que EE.UU. sabía que podía actuar con impunidad en Medio Oriente, y ostensiblemente en otras regiones también, sin la amenaza de la interferencia rusa.

En resumen, EE.UU. podía comportarse como un vencedor y un matón, cosechando los frutos de la victoria en la Guerra Fría de ser necesario a través de guerras. Washington estaría a la cabeza y Moscú sería incapaz de impedirlo.

En un reciente discurso pronunciado en Moscú, Putin describió la conducta de EE.UU. en casi los mismos términos que Wolfowitz.

"La Guerra Fría llegó a su fin", dijo Putin, "pero no terminó con la firma de un tratado de paz con acuerdos claros y transparentes sobre el respeto de las reglas existentes o la creación de nuevas reglas y estándares. Eso creó la impresión de que los llamados 'vencedores' de la Guerra Fría decidieron presionar y moldear al mundo para que satisfaga sus propios intereses y necesidades"... sigue
Fuente: BBC,

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/12/141218_jeffrey_sachs_problemas_globales_finde_dv

Siete técnicas de estudio que te ayudarán a aprobar los exámenes. El alumno estratega no se limita a subrayar y memorizar textos, sino que procesa la información haciendo uso de diferentes herramientas

“La tecnología lo inunda todo. También la forma de estudiar, pero hay que saber cómo utilizarla”. A Anna Iñesta, directora del Centro de Innovación Educativa de ESADE, no le gusta hablar de técnicas de estudio, sino del alumno estratega, aquel que no se limita a subrayar y memorizar ingentes cantidades de texto y que en su lugar procesa la información haciendo uso de diferentes herramientas. En algunos casos aplicaciones (App) y en otros el mero intercambio de impresiones con compañeros de clase. Es lo que los expertos llaman reciprocal teaching (enseñanza recíproca). “Está demostrado”, dice Iñesta, “que al recibir una explicación por parte de un igual -otro alumno- ambos procesan mejor ese contenido y mejoran la asimilación de conceptos”.

España es el país líder en Europa en uso de smartphones con un 66% de penetración, según el informe Spain Digital Future in Focus de ComScore, y el 40% de los jóvenes utiliza el móvil para estudiar o intercambiar apuntes, señala un estudio de Tuenti Móvil e Ipsos. Cada vez más los estudiantes hacen uso de la tecnología para hacer frente a los exámenes, pero es importante poner límites y no perder la concentración frente al huracán de estímulos de la Red.

Con tecnología y sin ella, aquí van siete consejos de expertos para preparar mejor los exámenes.

1- Gana concentración. Los ordenadores y las tabletas han robado parte de protagonismo al papel a la hora de estudiar. Cada vez se usan más, ya sea para leer los temarios o realizar mapas conceptuales online. Pero también pueden distraer fácilmente y perjudicar la concentración. “Los avisos de la entrada de nuevos correos electrónicos o las interacciones en Twitter o Facebook son continuas y es importante desconectar mientras uno estudia”, señala Anna Iñesta. Para lograrlo, la experta propone utilizar la herramienta  Ommwriter, que una vez instalada en el ordenador o dispositivo móvil, corta todo intercambio de informaciones a través de la Red. Es un programa que recrea la nada y cuando se pone en marcha siguen llegando correos pero no saltan las alertas. Al abrirlo, se escoge un fondo, un ruido (el sonido de una biblioteca o de una pecera) y el tipo de letra con la que se va a escribir. “Este procesador de texto de estilo zen permite mayor concentración y reflexión”, añade Iñesta.

2- Elabora un calendario de estudio. Aplicaciones como  Sunrise CalendarAwesome Calendar, o The Homework App son útiles para organizarse. “Es recomendable utilizar un formato mensual que te permita visualizar todos los días disponibles de un solo vistazo. Hay que señalar las fechas de los exámenes y tachar los días en los que no te será posible estudiar”, señala Nuria Suñé, psicóloga y directora del Centre Future. Además, hay que dividir los días de estudio en dos bloques (mañana y tarde) y distribuir de forma estratégica el tiempo que se destinará a las distintas asignaturas en función de su complejidad. “Aunque tengas el calendario en la cabeza, para tu cerebro no es lo mismo escribirlo o programarlo que sólo imaginarlo. El hecho de organizarlo te permite rebajar tu sensación de indefensión y de falta de tiempo y fomenta un análisis de la situación más realista y ajustado”. Suñé recalca que disminuir la ansiedad es aumentar la productividad, y aconseja dedicar una mañana si es necesario a la elaboración del calendario. “Una vez lo hayas acabado, te sentirás mucho más tranquilo”, asegura.

3- Crea mapas conceptuales online. Aplicaciones como Mindmeister o Vue permiten crear mapas conceptuales online. “Al elaborar estos esquemas, el estudiante realiza un esfuerzo importante para distinguir lo esencial de lo superfluo y procesa mejor la información. Estos mapas son como un árbol que entrelaza conceptos clave sobre una temática; aportan una visión global”, indica Anna Iñesta, de ESADE. Estas aplicaciones permiten trabajar de forma individual y colectiva; los mapas pueden ser diseñados por diferentes estudiantes desde distintos lugares, siempre y cuando estén conectados a Internet. Además, se puede garbar el proceso de elaboración del mapa y reproducirlo cuantas veces se quiera. Una vez finalizados, los estudiantes pueden quedar para exponer la parte que han realizado. “Científicamente está demostrado que el aprendizaje colaborativo tiene ventajas en el proceso de adquisición de conocimientos”, dice Iñesta en referencia a estudios como Student-student interaction: The neglected variable in education, de Johnson, D. W. y Johnson, R (publicado en Educational Researcher en 1981). “Explicar algo a otra persona es la mejor manera de interiorizarlo, el proceso de adquisición de conocimientos finaliza cuando se verbaliza. Si no lo sabes explicar, no te lo sabes”.

4- Crea foros online para preparar el examen. Ya sea a través de los campus virtuales de las universidades o de espacios web como Blogger (de Google) o Wikispaces, el alumno puede crear foros para proponer distintas preguntas sobre la materia que va a examen y propiciar que el resto de estudiantes participen para dar la mejor respuesta. Ángel Sobrino, vicedecano de Investigación de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, considera que a través de estas plataformas los alumnos se motivan a estudiar: “Al comprobar que otros controlan un tema que a ellos se les escapa, se ponen las pilas para no quedarse atrás”. En ocasiones son los propios docentes los que generan estos foros. “Hasta ahora este tipo de herramientas solo se usaban en el e-learning (universidades online), ahora cada vez se emplean más en las universidades presenciales”. Si el centro no dispone de un campus virtual, el alumno puede crear un espacio para compartir información en canales como Blogger o a través de redes sociales como Facebook.

5- Amplía tus apuntes con tu propia investigación. El profesor de Ciencias Políticas y vicerrector de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) Josu Ahedo recomienda ir más allá del temario ofrecido por el docente y complementar los apuntes con datos adicionales obtenidos con búsquedas rigurosas. Una de las opciones es Google Académico.“Se pueden encontrar ensayos de autores de referencia que ayudarán al estudiante y le diferenciarán del resto”.

6- Ponte a prueba. La mejor forma de preparar un examen es simularlo. “Estudiar no consiste en hincar los codos y memorizar, sino en hacerse una representación muy clara de cómo va ser el examen y diseñarlo”, explica Antoni Badia, profesor del departamento de Psicología y Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Hay que analizar cuáles son las competencias que más valora el docente y atender a las pistas que da sobre cómo será el examen. Además de preparar una prueba tipo test o de desarrollo, el alumno puede consultar las publicaciones del docente para fijarse en la forma en que describe el fenómeno, en qué puntos se extendió más y qué priorizó.

7- Representa con gráficos el texto (infografías, líneas de tiempo). “Cuando un profesor pide que se compare A con B no espera una explicación de A y B por separado”, asegura Badia. Es necesario identificar qué herramienta de aprendizaje puede ser útil según la temática. Por ejemplo, para estudiar las obras del Barroco puede ser útil elaborar fichas con la información. Para relacionar unos conceptos con otros son convenientes las infografías, líneas de tiempo o gráficos con flechas que expliquen causas y consecuencias (en materias como historia o física). “Gran parte del texto se puede representar gráficamente. No se trata de hacer esquemas de todo, sino de aquello que requiera una mayor profundización”. Es lo que Badia llama uso estratégico de las herramientas.
http://economia.elpais.com/economia/2014/12/15/actualidad/1418637828_543391.html

jueves, 18 de diciembre de 2014

Educar en Tiempos de Incertidumbre. Excelente Conferencia de Danilo Martucelli, profesor de la U. de La Sorbona

Conferencia de Danilo Martucelli, titulada "Educar en tiempos de incertidumbre", en el marco del 4º congreso de la Confederación de Movimientos de Renovación Pedagógica. Lleida, 23 de noviembre del 2014, a la que tuve el placer y el honor de asistir.

Educar en tiempos de incertidumbre from ACTE on Vimeo.

domingo, 14 de diciembre de 2014

STEFAN HELL | PREMIO NOBEL DE QUÍMICA 2014: “Nuestro Estado del bienestar y nuestra calidad de vida están basados en los descubrimientos científicos”. El premio Nobel de Química 2014 dice que la historia de la Humanidad es, "en un sentido amplio", la historia de los hallazgos científicos

La historia de la Humanidad es, "en un sentido amplio", la historia de los descubrimientos científicos, según el Premio Nobel de Química 2014 Stefan Hell, para quien "algunos acontecimientos históricos están sobrestimados" si se comparan con los logros de la ciencia. Hell logró este año el Nobel de Química junto a los estadounidenses Eric Betzig y William E. Moerne por el desarrollo de la microscopía fluorescente de altísima resolución, sentando así las bases de la nanoscopía, que permite ver cosas hasta ahora inalcanzables. Rumano de nacimiento, pero de nacionalidad alemana, Hell calificó de "error serio" el recorte de los presupuestos para investigación en tiempos de crisis y recordó que, "al final, nuestra calidad de vida está profundamente enraizada en los descubrimientos científicos", dijo, en una entrevista.

Europa estuvo "durante muchos años en primera línea de la ciencia, lo que fue importante para el mundo y, sin lugar a dudas, bueno para Europa", explicó el investigador del Instituto Max Planck, en Alemania. "Nunca debemos olvidar", dijo, "que nuestro Estado del bienestar, nuestra forma de vivir y nuestra calidad de vida están basados, en última instancia, en los descubrimientos científicos y eso es algo que no siempre se aprecia".
Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/12/08/ciencia/1418063781_807253.html

sábado, 13 de diciembre de 2014

El tren ‘Yixinou’ abre una línea directa de mercancías entre China y España. El convoy ha recorrido 13.000 kilómetros en 21 días tras atravesar media docena de países

El tren Yixinou, con 70 contenedores repletos de papelería, artesanía y productos de consumo doméstico, partió el pasado 18 de noviembre desde Yiwu, una de las principales zonas fabriles de la costa este de China. Ha arrastrado su pesada carga durante 21 días, 13.000 kilómetros de vías y ocho países. El convoy de 1.400 toneladas, que descargó 40 de sus contenedores en Brest (Bielorrusia) llegó a las 11.11 de ayer con el resto a la estación de Abroñigal, en Madrid. El largo viaje ha servido de prueba para abrir una ruta comercial ferroviaria entre España y China. La distancia cubierta por el Yixinou (contracción en mandarín de Yiwu, Xinjiang y Europa) es la ruta ferroviaria más larga del mundo y la que mayor número de países atraviesa: China, Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España. Se trata de un trayecto superior a la suma de los kilómetros que regularmente recorren el Transiberiano y el Orient Express (12.250 kilómetros). ...

El volumen del comercio bilateral entre ambos países en 2013 alcanzó los 20.102 millones de euros. 

...cambió de ancho o hizo trasvase de contenedores entre composiciones, debido a la existencia de diferentes anchos de vía, en las fronteras de Dostyk (Kazajistán), Brest (Bielorrusia) e Irún (España). Shuming, en rueda de prensa en Abroñigal, aclaró también que “las emisiones del Yixinou en los 3.155 kilómetros que separan el tramo comprendido entre la estación de Malaszewicze (Polonia) y Abroñigal fueron de unas 44 toneladas de CO2, frente a las 114 toneladas que habrían emitido los camiones para transportar la misma cantidad de carga en el mismo trayecto.

Fuente:
http://politica.elpais.com/politica/2014/12/09/actualidad/1418131219_308872.html

viernes, 12 de diciembre de 2014

El director del Canal 24 horas felicitó a Pablo Iglesias por la salida de presos etarras

“Si uno pone Pablo Iglesias en Internet aparecen miles de vídeos del pasado, presente, del pasado lejano... Y hay uno en el que hemos visto a Pablo Iglesias defender la salida de los presos de ETA de las cárceles. Esta semana está usted de enhorabuena entonces...”. Ese “enhorabuena” pronunciado por Sergio Martín, presentador de La noche en 24 horas y director del Canal 24 horas, ha generado una controversia que ya se hizo evidente en las redes sociales el viernes durante la emisión de la entrevista al líder de Podemos en el Canal 24 horas de TVE. La pregunta llegó a falta de cinco minutos para que terminara la entrevista, en la que también participaban los tertulianos habituales del espacio en la noche de los viernes, los periodistas Graciano Palomo, Antonio Papell, Alfonso Rojo y Julio César Herrero.

Desde el principio, el encuentro se presentó como poco amigable. “Ha costado que venga aquí. Vas a permitirme que dé las gracias a los trabajadores de esta casa porque si no es por su presión no estaría aquí”, arrancó Pablo Iglesias. A lo que Martín replicó: “Sí, estás aquí por los trabajadores de TVE, porque yo también soy trabajador de TVE”.

La entrevista se cerró después de que fracasara el intento de llevar al secretario general de Podemos a Los desayunos. La invitación se cursó el 27 de noviembre con 24 horas de antelación, algo poco habitual para los hábitos de producción de ese programa. Iglesias alegó compromisos previos y renunció a acudir al plató. La corporación le invitó entonces a su canal de información continua, aunque la dirección del partido hubiera preferido que se cerrara otra cita en Los desayunos. Iglesias finalmente arrancó la entrevista con un clarísimo mensaje en defensa de los trabajadores de esa casa luciendo un lazo naranja.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/08/television/1418053708_790292.html

jueves, 11 de diciembre de 2014

Richard Gerver, asesor y experto en educación. “¿Por qué estudiamos asignaturas? Es una manera ridícula de parcelar el conocimiento”

“Los padres acabarán cuestionando las escuelas. La educación colaborativa ganará peso”

Richard Gerver (Londres, 1969) era un director de escuela más hasta que se puso al frente de la Grange Primary School, una de las peores de Reino Unido. Dos años después, el colegio se situó entre los primeros del país y se ponía como ejemplo de innovación en todo el mundo. Gerver se dedica hoy a asesorar escuelas a través de The International Curriculum Foundation, de la que es cofundador. También recorre el orbe hablando de su modelo de educación, basado en crear contextos reales en los que se mezclen varias disciplinas. Fue uno de los ponentes estrella del Congreso de Mentes Brillantes, organizado la semana pasada en Madrid por Ser Creativos.

Si le dieran plenos poderes para cambiar el sistema educativo de su país, ¿qué haría?
Empezaría por formular la pregunta fundamental: qué tipo de seres humanos queremos que sean nuestros hijos cuando hayan completado su educación. En esta discusión implicaría a educadores, pero también a emprendedores sociales, empresarios, ONG, líderes de pensamiento y, solo si fuera imprescindible, a políticos [risas]. Creo en el antiguo proverbio africano que dice que hace falta todo un pueblo para educar a un solo niño.

¿Qué forma tomaría su sistema?
Trataría de potenciar el desarrollo de las habilidades naturales de aprendizaje de los niños. Creo que los pequeños son aprendices avezados, tienen una increíble curiosidad natural. La mayor parte de conocimientos que adquiere una persona, como identificar las entonaciones vocales o interpretar expresiones faciales, acontece antes de que llegue al colegio. El actual sistema, que consiste en llevarles a unas aulas, inyectarles información y devolverles a sus casas, es insuficiente. El punto clave es cómo desarrollar y nutrir sus talentos naturales. Deben ser alumnos activos, no pasivos.

¿Qué competencias debe adquirir un alumno del siglo XXI?
Las esenciales son la colaboración, la solución de problemas, el espíritu emprendedor, perseguir intereses propios, tener espíritu crítico y desafiar las convenciones. El sistema debe preparar a los jóvenes para que se adapten a un mundo en constate cambio, para que sean más lanzados e independientes, que tengan más control sobre sus vidas y colaboren entre ellos para encontrar soluciones a los problemas.

¿Cambiaría, entonces, las asignaturas habituales?
¿Se ha preguntado alguna vez por qué estudiamos en base a asignaturas? Es una manera ridícula de compartimentar el conocimiento. El mundo real no funciona así. Habría que diseñar la manera en que la experiencia y el conocimiento de cada materia estuviesen mejor integrados. Los niños se desenvuelven mejor en entornos multitarea. Cuando juegan a las consultas médicas usan conocimientos de lengua, matemáticas y ciencias a la vez. Si el aprendizaje tiene lugar en ambientes ricos en contextos, nadie quedará realmente desconectado. Es importante que el componente experiencial gane peso frente al académico, que ahora mismo monopoliza la enseñanza.

¿Cómo encajan en este modelo los deberes y los exámenes?
Estamos en un punto en el que todo el mundo coincide en que necesitamos innovar y remodelar el sistema educativo, pero al mismo tiempo no dejamos de evaluar su rendimiento en base a métricas del siglo XIX. ¡Es ridículo! No me malinterprete: por supuesto que hay que evaluar continuamente el progreso de cada niño. Sería indicado medir el rendimiento también en función de cuán bien se desenvuelven los estudiantes en los valores y conocimientos trabajados, de cómo relacionan habilidades con intereses y de qué propósitos insertan en cada actuación.

¿Cuánto tiempo llevaría completar este cambio de modelo?
Yo soy optimista, porque los niños son colaborativos por naturaleza y las nuevas tecnologías son, en mi opinión, muy buenas para su desarrollo. Cuando yo era pequeño, la idea de poder hablar con un niño ruso parecía ridícula. Hoy mi hijo juega y se comunica con niños de todo el globo con su consola. Creo que dentro de no mucho los padres desafiarán la propia idea de llevar a sus hijos a la escuela, apostando por modelos de educación colaborativa y online. Puede que las escuelas se queden obsoletas antes de lo que creemos. Nuestros hijos son unos consumidores muchísimo más complejos de lo que nosotros éramos a su edad. También son mucho más incontrolables. Hoy en día, si no les gusta algo, lo cambian.
Fuente: http://cincodias.com/cincodias/2014/11/21/sentidos/1416590076_394799.html
Más: Roger Schank: “Lo que nos enseñan en la escuela no nos sirve en la vida real”

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El capital según Carlos Fuentes. La voluntad política puede ganar la partida al peso de la maldición histórica

En 1865, Karl Marx afirmó que fue leyendo a Balzac como más aprendió sobre el capitalismo y el poder del dinero. En 2014 uno tendería a decir lo mismo: basta con actualizar los autores y los países. En La voluntad y la fortuna, un magnífico lienzo publicado en 2008, pocos años antes de su muerte, Carlos Fuentes hace un retrato edificante del capitalismo mexicano y de las violencias sociales y económicas por las que atraviesa su país, a punto de convertirse en la narconaciónque hoy cubre las primeras planas de los periódicos.

También nos cruzamos con personajes pintorescos, con un presidente que se comunica al estilo Coca-Cola y que en último término no es más que un patético arrendatario del poder frente a aquel, eterno, del capital, representado por un multimillonario todopoderoso que se parece mucho al magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim, poseedor de la mayor fortuna del mundo. Unos cuantos jóvenes vacilan entre la resignación, el sexo y la revolución. Terminarán siendo asesinados por una mujer bella y ambiciosa que quiere su herencia y no necesita la ayuda de un Vautrin para cometer su crimen, prueba clara de que el nivel de violencia ha subido desde 1820. La transmisión patrimonial —objeto de deseo para todos los que están al margen del círculo familiar privilegiado, y a la vez una fuerza destructora de la personalidad individual para todos los que pertenecen a él— se encuentra en el corazón de la meditación del novelista.

Vemos también la influencia nefasta de los gringos, esos estadounidenses que poseen “el 30% del territorio mexicano” y de su capital, y hacen que la desigualdad sea incluso un poco más insoportable. Las relaciones de propiedad son siempre relaciones complejas, difíciles de organizar de manera pacífica en el marco de una misma comunidad política: nunca es sencillo pagarle la renta a un propietario ni ponerse de acuerdo tranquilamente sobre las modalidades institucionales que rodean esa relación y sobre la continuidad de la situación misma. Pero cuando es un país entero el que le paga rentas y dividendos a otro, aquello se vuelve francamente complicado. A menudo siguen ciclos políticos interminables que alternan fases de ultraliberalismo triunfante, autoritarismo y breves periodos de expropiación caótica, que desde siempre han minado el desarrollo de América Latina.

Y sin embargo el progreso social y democrático sigue siendo posible en el continente. Más al sur, en Brasil, Dilma Roussef acaba de ser reelecta por poco gracias al voto de las regiones pobres y de los sectores sociales más necesitados, que, a pesar de las decepciones y de los rechazos que sufrieron por parte del Partido de los Trabajadores (en el poder desde la elección de Lula en 2002), siguen apegados a los avances sociales de los cuales se han beneficiado y que temían ver suprimidos por el regreso de la “derecha” (en realidad, el partido socialdemócrata, porque en América Latina casi todo el mundo dice ser de izquierda, a condición, al menos, de que no le cueste demasiado caro a las élites).

De hecho, la estrategia de inversión social adoptada por Lula y Roussef, con la creación de la “bolsa familia” (una suerte de ayuda familiar reservada a los más pobres), y sobre todo el incremento del salario mínimo, permitieron una reducción notable de la pobreza en el transcurso de los últimos 15 años. Estos frágiles logros sociales ahora están amenazados por factores internacionales que afectan gravemente a la economía brasileña y la empujan a la recesión (la caída de los precios de las materias primas, particularmente del petróleo; los avatares de la política monetaria estadounidense; la austeridad europea), y sobre todo por las enormes desigualdades que aún lastran al país.

Volvemos a encontrar el peso de la maldición de la historia de la que nos habla Carlos Fuentes. Brasil fue el último país en abolir la esclavitud, en 1888, en un momento en que los esclavos todavía representaban cerca de un tercio de la población, y las clases poseedoras no han hecho nada para revertir esa desigualdad heredada.

La calidad de los servicios públicos y de las escuelas primarias y secundarias abiertas a todos sigue siendo baja. El sistema fiscal brasileño es terriblemente regresivo y a menudo financia gastos públicos que también lo son. Las clases populares pagan impuestos indirectos muy elevados, con tasas que llegan hasta el 30% en el caso de la electricidad, mientras que las grandes herencias pagan un impuesto irrisorio del 4%. Las universidades públicas son gratuitas, pero no benefician más que a una pequeña minoría privilegiada. Con Lula se instauraron tímidos mecanismos de acceso preferencial a las universidades para las clases populares y las poblaciones negra y mestiza (lo cual causó debates interminables sobre los problemas acarreados por la autodeclaración racial en los censos y en los documentos administrativos), pero su presencia en las aulas sigue siendo irrisoria.

Se necesitarán muchos combates más para romper la maldición de la historia y mostrar que la voluntad política puede ganarle a la buena y mala fortuna.

Thomas Piketty, autor de El capital en el siglo XXI (FCE, 2014, presentado ayer en la FIL de Guadalajara, México), es director de estudios en la École de Hautes Études en Sciences Sociales y profesor en la École d'Economie de Paris (piketty.pse.ens.fr).
Fuente: 5 DIC 2014 - El País.