jueves, 29 de enero de 2015

Varoufakis se dirige al público alemano-parlante. Entrevista con el más que probable negociador del gobierno de Syriza con la Troika, Yanis Varoufakis · · ·

Johanna Jaufer entrevistó para la cadena pública austriaca ORF al economista Yanis Varoufakis, quien con toda probabilidad dirigirá las negociaciones del nuevo gobierno de la izquierda radical griega Syriza con la Troika.


Lleva usted ahora tres semanas como político profesional…
Dos semanas.

¿Se lo ha tenido usted que pensar mucho? En su blog escribió también que la cosa le daba pánico.
Fue una decisión grave. Por lo pronto, porque yo entraba en política para realizar una tarea que siempre pensé que había que llevar a cabo, y se me ofrecía la oportunidad de poner manos a la obra. Tiene que ver con las negociaciones entre Grecia y la Unión Europea, en caso de victoria de Syriza: se trata de un proyecto y de una perspectiva extremadamente difíciles. Por otra parte, yo soy un académico, soy un ciudadano, un ciudadano activo, de modo que estoy habituado a un tipo de diálogo en el que de lo que se trata es de que yo aprenda realmente de usted y usted de mí: tendremos desacuerdos, pero a través de esos desacuerdos, se enriquecerán nuestros respectivos puntos de vista.

No se trata de que uno se imponga al otro…
Exacto. Pero en la política es peor: cada parte trata de destruir a la otra parte –ante el público—, y eso es algo que me resulta de todo punto ajeno, algo para lo que de ninguna forma estoy dispuesto a servir.

¿Y qué pasa con su trabajo en la universidad? ¿Lo deja en suspenso?
Sí, en efecto. He dejado la Universidad de Texas. Mantengo mi cátedra en la Universidad de Atenas –sin paga—, y espero que no pase mucho tiempo antes de regresar.

¿Estaría usted dispuesto a permanecer en un gobierno por más tiempo?
No. No deseo hacer carrera política. Idealmente, lo que querría es que otro lo hiciera, y que lo hiciera mejor que yo. Sólo que esta era una única para hacer algo que no se habría podido hacer de otro modo. No soy un profeta, de manera que no puedo decirle a usted dónde estaré yo en dos, tres, cinco o diez años. Pero si lo que me pregunta ahora, lo óptimo para mí sería que nuestro gobierno tuviera éxito en la renegociación de un acuerdo con Europa que hiciera sostenible a Grecia, y que luego otras gentes, ya sabe… el poder debe ser rotativo, nadie debería engolosinarse con él.

Algo que salido varias veces en Alemania y en Austria es el asunto de las reparaciones, porque Alemania se escaqueó de pagar reparaciones propiamente dichas luego de la II Guerra Mundial. En su opinión, ¿por qué pasó eso? ¿Quizá porque alegaron que Alemania se hallaba dividida, y esperaban a una reunificación? ¿O es más bien que los norteamericanos alegaron que necesitaban una Alemania capaz de albergar sus bases militares, lo que dejaba colgados a los reclamantes? ¿O fue una combinación de ambas cosas?

Fue una combinación. En los 40, los Aliados habían decidido convertir de nuevo a Alemania en un país campesino. Se propusieron desmantelar 700 plantas industriales, y fueron los norteamericanos quienes frenaron ese plan. De modo que, sí, destruyeron 700, pero luego cambiaron de idea. Cambiaron por razones que tienen que ver con el modo en que los EEUU estaban diseñando el capitalismo global: necesitaban una moneda fuerte en Europa y una moneda fuerte en Asia (que terminaron siendo el marco alemán y el yen japonés), y todo el proyecto de la unión europea se construyó en torno a ese plan. A nosotros nos gusta pensar en Europa que la Unión Europea fue nuestra propia creación. No lo fue. Fue un diseño norteamericano que luego nosotros adoptamos y que, por supuesto, era congruente con lo que deseábamos, con nuestras aspiraciones. Parte de ese diseño entrañaba estimular la economía alemana, sacarla de la depresión, sacarla del pozo en que se encontraba en los 40, y un componente importante de cualquier intento de revitalizar una economía pasa por aliviar su deuda, por una quita importante de deuda, por la condonación de deuda. Así, en 1953 se organizó la Conferencia de la Deuda Londres, de la que resultó una salvaje quita de la deuda alemana en perjuicio de muchas naciones, Grecia entre ellas. Pero Grecia es un caso especial, porque Alemania había contraído con ella una deuda que no tenía con ninguna otra nación: en 1943, la Kommandatur aquí, en Atenas, impuso al Banco de Grecia un acuerdo por el cual este banco imprimiría un montón de dracmas –dracmas de guerra— y lo suministraría a las autoridades alemanas para que éstas pudieran comprar material, financiar sus esfuerzos de guerra y acumular bienes agrícolas para la Wehrmacht, etc. Lo interesante es que las autoridades alemanas firmaron un contrato: dejaron por escrito la suma del dinero que tomaban a préstamo. Prometieron pagar intereses. Fue, así pues, un préstamo formal. Los documentos existen todavía y se hallan en poder del Banco (Central) de Grecia. Nada parecido ocurrió con ningún otro país. Así que esto es como una deuda oficial, como en un bono, contraída con Grecia en tiempo de guerra por el estado nazi alemán.

¿Podría usted poner cifras precisas?
Cifras precisas. Ni que decir tiene, la dificultad está en traducir esa moneda de guerra, que llegó muy pronto a ser absolutamente inflacionaria a causa de la cantidad de dracmas impresas. Las autoridades alemanas, al aceptar ese préstamo del Banco de Grecia y hacer compras, devaluaron la moneda, lo que tuvo enormes costes sociales secundarios en toda Grecia. Es muy difícil computar exactamente a cuánto se traduce ese préstamo en términos actuales, cómo compone el interés, cómo conviertes, como calculas el coste de la hiperinflación causada… Mi punto de vista es que somos socios; deberíamos dejar de moralizar, deberíamos dejar de apuntarnos mutuamente con el dedo. La teoría económica bíblica –“ojo por ojo, diente por diente”— deja a todo el mundo ciego y desdentado. Deberíamos, simplemente, sentarnos con el mismo espíritu con que los EEUU se sentaron en 1953, sin plantear cuestiones como: “¿merecen castigo los alemanes?”, “¿es culpa o es pecado?”. Ya sé que en alemán los dos conceptos –“culpa” y “deuda”— se expresan con la misma palabra (Schuld), antónima de crédito. Deberíamos limitarnos a plantear esta simple cuestión: ¿cómo podemos volver a hacer sostenible la economía social griega de modo tal, que se minimicen para el alemán medio, para el austriaco medio, para el europeo medio los costes de la crisis griega.

¿Por qué mucha gente de la Europa septentrional no se temió que los recortes de derechos laborales de los 90 podrían ser présago del mismo tipo de cosas que ahora están ocurriendo aquí (en Grecia)?
Creo que todo es culpa de Esopo. Suya es la fábula de la hormiga y la cigarra: la hormiga trabaja duro, no disfruta de la vida, guarda dinero (o valor), mientras que la cigarra se limita a holgazanear al sol, a cantar y a no hacer nada, y luego viene el invierno y pone a cada quien en su sitio. Es una buena fábula: desgraciadamente, en Europa predomina la extrañísima idea de que todas la cigarras viven en el Sur y todas las hormigas, en el Norte. Cuando, en realidad, lo que tienes son hormigas y cigarras por doquiera. Lo que ocurrió antes de la crisis –es mi revisión de la fábula de Esopo— es que las cigarras del Norte y las cigarras del Sur, banqueros del Norte y banqueros del Sur, pongamos por caso, se aliaron para crear una burbuja, una burbuja financiera que los enriqueció enormemente, permitiéndoles cantar y holgazanear al sol, mientras que las hormigas del Norte y del Sur trabajaban, en condiciones cada vez más difíciles, incluso en los buenos tiempos: lograr que las cuentas cuadraran en 2003, en 2004, no resultó nada fácil para las hormigas del Norte y del Sur; y luego, cuando la burbuja que las cigarras del Norte y las cigarras del Sur habían creado estalló, las cigarras del Norte y del Sur se pusieron de acuerdo y decidieron que la culpa la tenían las hormigas del Norte y las hormigas del Sur. La mejor forma de hacer eso era enfrentar a las hormigas del Norte con las hormigas del Sur, contándoles que en el Sur sólo vivían cigarras. Así, la Unión Europa comenzó a fragmentarse, y el alemán medio odia al griego medio, el griego medio odia al alemán medio. No tardará el alemán medio en odiar al alemán medio, y el griego medio en odiar al griego medio.

Eso ya ha empezado, ¿no?
Sí, ya se ve. Y es exactamente lo que ocurrió en los años 30, y Karl Marx estaba completamente equivocado cuando dijo que la historia se repite como farsa. Aquí la historia se repite, simplemente.
En lo tocante a la decisión del Sr. Draghi de inundar el mercado con billones de euros, he visto que usted ha dicho que eso es como servirse de una pistolita de agua en un incendio forestal.
Yo creo que el Sr. Draghi tiene buenas intenciones. Quiere mantener unida la Eurozona, y es muy competente. Hace lo que puede, dadas las restricciones que tiene. No tengo la menor duda –aunque él jamás lo admitirá— de que entiende cabalmente que lo que está haciendo es demasiado poco y demasiado tarde: una pistolita de agua ante un gran incendio forestal. Pero él cree que hasta una pistolita de agua es mejor que nada. Si se ha declarado un incendio, él preferiría servirse de un cañón de agua, y habría preferido comenzar a usarlo antes, pero no le estaba permitido porque en Europa tenemos una Carta del BCE que lo ata de pies y manos y lo echa al cuadrilátero a luchar contra el monstruo de la deflación, lo que es muy injusto para el BCE. Y así será mientras Europa no comprenda lo que resulta imperiosamente necesario desde el punto de vista económico para sostener una unión monetaria, mientras no termine de entender por qué se dan toda esta fragmentación y la creciente renacionalización de todo, incluida ahora la flexibilización cuantitativa del señor Draghi (el 80% de las compras de bonos las realizarán los Bancos Centrales nacionales, como si éstos existieran separadamente del BCE). Porque esa fragmentación y esa renacionalización es exactamente lo opuesto a lo que deberíamos estar haciendo, que es ir de la mano, consolidar.
¿Cómo se formaron los EEUU? Pues porque cada vez que tenían una crisis –la Guerra Civil, la Gran Depresión— avanzaban en su unión. Nosotros decimos que estamos haciendo eso con las “uniones bancarias”, con los “Mecanismos Europeos de Estabilización”, pero no es verdad. Creamos una unión bancaria que no es una unión bancaria, es una desunión bancaria, y la llamamos, al modo orwelliano, “unión bancaria”. Europa, así pues, no ha aprendido las lecciones de la historia , y mientras no cambiemos de rumbo, es harto improbable que consigamos mantener el conjunto de la unión.

A propósito de los planes de SYRIZA para revitalizar la industria en Grecia, Theodoros Paraskevopoulos ha dicho que se trata también de recuperar las dimensiones del sector farmacéutico en Grecia, porque tiene una buena base. ¿Cómo es eso?
¡Yo que sé! Por alguna razón, tenemos buenas empresas farmacéuticas que tiene sólidas exportaciones. Necesitamos ayudarlas y necesitamos crear industrias así en otros sectores también.

¿Por ejemplo?
Yo creo que tenemos excelentes programadores informáticos e ingenieros de software, así que deberíamos hacer algo parecido a lo que ha hecho Israel. Crear una red de pequeñas empresas emergentes orientadas internacionalmente a la exportación. Si algunas de ellas terminan compradas por Google, etc., no es una mala cosa. Es el tipo de cosas que deberíamos ensayar y apoyar, si podemos.

Si lo ponemos en términos de que atraer a Grecia a inversores extranjeros, ¿hay alguna idea parecida a asociaciones público-privado, algo que en los países de la Europa septentrional ha conocido muchos problemas en el pasado?

Yo no soy partidario de las empresas público-privadas. Allí donde se han ensayado esas asociaciones, siempre han terminado por drenar recursos del estado sin producir ningún valor añadido significativo. Normalmente, han sido ejercicios de recorte de costes, y al final, sin el menor efecto de desarrollo. A lo que yo creo que debemos tender es al desarrollo de activos públicos ya existentes sin venderlos –ahora mismo estamos liquidando y malvendiendo simplemente para recaudar ingresos—, de modo que el dinero del sector privado, los fondos de inversiones, pueda venir y contribuir al desarrollo de un modo mutuamente beneficioso. Es un tipo de emprendimiento público-privado, pero no al estilo que se ensayó en Gran Bretaña y en otros sitios.

Volviendo a la discusión del memorando: ¿entre qué factores cree usted que está atrapada la Sra. Merkel?
Yo creo que Alemania se halla dividida. Los intereses del la banca en Francfort no son los mismos que los de la banca mediana, lo mismo que los intereses de la pequeña y mediana empresa en la Alemania central no son los mismos que los de la Siemens y la Volkswagen, etc. Es muy distinto tener tu capacidad productiva exclusivamente localizada en Alemania, como las empresas pequeñas y medianas, o estar embarcado en la globalización y tener fábricas en China y en México. Y la Sra. Merkel es una política astuta que se percata –o cree percatarse— de que no hay un consenso entre esos intereses encontrados respecto de lo que hay que hacer con el euro, con nuestro Banco Central, con la periferia, etc. La Sra. Merkel, simplemente, no moverá pieza hasta que haya un consenso que le garantice la supervivencia política.

Pero ese consenso no es posible.
Bueno, mire usted, por ejemplo, lo que pasó en 2012 con el anuncio unilateral por parte del Sr. Draghi de las Operaciones Monetarias sobre Títulos (OMT announcement), o ayer mismo, con la Flexibilización Cuantitativa. Verá que, cuando empiezan a oírse voces que dicen: “ojo, muchachos, que la deflación nos está matando, hay que hacer algo”, entonces la Sra. Merkel puede servirse de esas voces para decir: “apoyaré al Sr. Draghi, hagáis lo que hagáis”. Así pues, no es un consenso-consenso, pero ella está calibrando las movedizas placas tectónicas bajo sus pies. Y el modo en que lo hace es muy astuto. Lo que yo la invitaría es a pensar en su legado más allá de la mera supervivencia, y me gustaría que considerara la posibilidad de que en 10, 20, 100 años, Europa pudiera hablar no sólo de un plan Marshall que salvó a Alemania, sino también de un plan Merkel que salvó al Euro.

Yanis Varoufakis es un reconocido economista greco-australiano de reputación científica internacional. Es profesor de política económica en la Universidad de Atenas y consejero del programa económico del partido griego de la izquierda, Syriza. Actualmente enseña en los EEUU, en la Universidad de Texas. Su último libro, El Minotauro Global, para muchos críticos la mejor explicación teórico-económica de la evolución del capitalismo en las últimas 6 décadas, fue publicado en castellano por la editorial española Capitán Swing, a partir de la 2ª edición inglesa revisada. Una extensa y profunda reseña del Minotauro, en SinPermiso Nº 11, Verano-Otoño 2012.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7687

miércoles, 28 de enero de 2015

Europa y su momentánea sinrazón. Esta locura económica no puede durar para siempre; la democracia no lo permitirá

Por fin, Estados Unidos está mostrando señales de recuperación de la crisis que estalló a finales del Gobierno del presidente George W. Bush, cuando la casi total implosión del sistema financiero tuvo repercusiones en todo el mundo. Pero no es una recuperación fuerte; a lo sumo, la brecha entre donde la economía habría estado y donde está hoy no se está ensanchando. Si se está cerrando, lo está haciendo muy lentamente; los daños causados por la crisis parecen ser a largo plazo.

Sin embargo, podría ser peor. Al otro lado del Atlántico, hay pocas señales de, incluso, una recuperación modesta al estilo estadounidense: la brecha entre donde Europa está y donde habría estado en ausencia de la crisis sigue creciendo. En la mayoría de países de la Unión Europea, el PIB per cápita es menor al de antes de la crisis. Una media década perdida se está convirtiendo rápidamente en una década entera perdida. Detrás de las frías estadísticas, las vidas se arruinan, los sueños se desvanecen, y las familias se desintegran (o no se forman) a la par de que el estancamiento -que llega a ser depresión en algunos lugares- se arrastra año tras año.

La UE tiene una población con gran talento y alto nivel de educación. Sus países miembros tienen marcos legales sólidos y sociedades que funcionan bien. Antes de la crisis, la mayoría de estos países incluso tenían economías que funcionaban bien. En algunos lugares, la productividad por hora -o la tasa de su crecimiento- era una de las más altas del mundo.

Sin embargo, Europa no es una víctima. Sí es verdad que Estados Unidos administró mal su economía; pero, no, no es verdad que EE UU de alguna forma se las arregló para imponer la peor parte de la caída mundial en los hombros de Europa. El malestar de la UE es autoinfligido, a causa de una sucesión, sin precedentes, de malas decisiones económicas, comenzando por la creación del euro. Si bien el euro se creó con la intención de unir a Europa, finalmente, lo que hizo fue dividirla; y, debido a la ausencia de la voluntad política para crear instituciones que permitan que una moneda única funcione, el daño no se está revertiendo.

El caos actual proviene en parte de la adhesión a una creencia que ha sido desacreditada desde hace ya mucho tiempo: que los mercados funcionan bien y que no tienen fallos de información y competencia. La arrogancia desmedida también ha jugado un papel. ¿Cómo, si no, se podría explicar el hecho de que año tras año los pronósticos de los funcionarios europeos sobre las consecuencias de sus propias políticas han sido consistentemente erróneos?

Estos pronósticos no han sido erróneos porque los países de la UE no lograron poner en práctica las políticas prescritas, sino porque los modelos sobre los que las políticas se basaron tienen graves deficiencias. En Grecia, por ejemplo, las medidas destinadas a reducir la carga de la deuda, en los hechos, dejaron al país más cargado de lo que estaba en 2010: el ratio entre deuda y PIB se ha incrementado, debido a que el impacto de la austeridad fiscal dañó a la producción. Al menos, el Fondo Monetario Internacional ha admitido estos fracasos intelectuales y de políticas.

Los líderes europeos siguen convencidos de que su prioridad máxima debe ser las reformas estructurales. Pero los problemas a los que ellos apuntan se habían hecho evidentes en los años previos a la crisis, y en aquel entonces, dichos problemas no detenían el crecimiento. Lo que Europa necesita, más que reformas estructurales en sus países miembros, es una reforma de la estructura de la propia eurozona, y una reversión de las políticas de austeridad, que han fracasado una y otra vez en su intento por lograr el crecimiento económico.

Se comprobó una y otra vez que los que pensaban que el euro no podría sobrevivir estaban equivocados. Sin embargo, los críticos han tenido razón en una cosa: a menos que la estructura de la eurozona se reforme y la austeridad se revierta, Europa no se recuperará.

El drama en Europa está lejos de terminar. Una de las fortalezas de la UE es la vitalidad de sus democracias. Pero el euro despojó a los ciudadanos —sobre todo en los países en crisis— de cualquier decisión que ellos pudiesen tener sobre su destino económico. En repetidas ocasiones, los votantes echaron a quienes buscaban la reelección, debido a que se encontraban insatisfechos con los derroteros por los que se desplazaba la economía —pero lo que ocurrió fue que los nuevos Gobiernos continuaron por el mismo rumbo, el mismo que se dicta desde Bruselas, Frankfurt y Berlín.

Pero, ¿por cuánto tiempo puede esto continuar? ¿Y cómo van a reaccionar los votantes? A lo largo y ancho de Europa, hemos sido testigos del alarmante crecimiento de los partidos nacionalistas extremistas, contrarios a los valores de la Ilustración que son los que han hecho que Europa logre tantos éxitos. En algunos lugares, crecen grandes movimientos separatistas.

Ahora Grecia pone a prueba una vez más a Europa. La caída del PIB griego desde 2010 es mucho mayor que la caída que enfrentó Estados Unidos durante la Gran Depresión de la década de 1930. El desempleo juvenil es superior al 50%. El Gobierno del primer ministro Antonís Samarás ha fallado, y ahora, tras el fracaso del Parlamento en elegir un nuevo presidente para Grecia, se celebrarán elecciones generales anticipadas el 25 de enero.

Syriza, el partido izquierdista de oposición, que se comprometió a renegociar los términos del rescate de Grecia llevado a cabo por la UE, está por delante en las encuestas de opinión. Si Syriza gana pero no llega al poder, una importante razón será el miedo a cómo responderá la UE ante dicha elección. El miedo no es la más noble de las emociones, y no va a dar lugar al consenso nacional que Grecia necesita para seguir adelante.

El problema no es Grecia. El problema es Europa. Si Europa no cambia sus maneras de actuar -si no reforma la eurozona y rechaza la austeridad- una reacción popular será inevitable. Grecia podría mantener el rumbo en esta ocasión. Pero esta locura económica no puede continuar por siempre. La democracia no lo permitirá. Sin embargo, ¿cuánto más dolor tendrá que soportar Europa antes de que se restablezca el sentido común?
Fuente:  18 ENE 2015 - El País.

La queja contra la vida de T. S. Eliot. Una nueva traducción reivindica ‘La tierra baldía’ como el libro más influyente de la poesía moderna

La literatura es una bomba de efecto retardado y en 1922, cuatro años después del fin de la Primera Guerra Mundial, estalló un puñado de libros que hizo saltar en pedazos la novela, la filosofía y la poesía occidentales. Si se piensa que ese año vieron la luz el Ulises, de  Joyce; el Tractatus logico-philosophicus, de Wittgenstein, y La tierra baldía, de  T. S. Eliot  —cabría añadir Trilce, de César Vallejo, y las Elegías de Duino, de Rilke, escritas ese año y publicadas el siguiente— se entiende la magnitud del estallido.

Desde que vieron la luz en el número inaugural de la revista The Criterion, fundada y dirigida por el propio Eliot, los 434 versos de La tierra baldía no han dejado de generar versiones e interpretaciones. La última corre a cargo del crítico y editor Andreu Jaume, que acaba de publicar en Lumen una edición bilingüe del poema más influyente del siglo XX. Como pórtico, ha colocado Prufrock y otras observaciones, un poemario de 1917 que, indica el traductor, le sirve de “cantera”.

El mismo año que Eliot se estrenó como poeta con Prufrock se estrenó también como empleado del Lloyd’s Bank de Londres, la ciudad a la que había llegado tres años antes. Atrás habían quedado Saint Louis (Missouri), donde nació en 1888, y Harvard, donde se había doctorado en filosofía.

El hombre que trabajaba de 9.30 a 16.30 y almorzaba en el Baker’s Chops House lidiaba a tiempo completo con la mala salud mental de su esposa, Vivienne Haigh-Wood, y con su propia fragilidad nerviosa. En 1920, comenzó a componer un largo poema titulado provisionalmente He Do the Police in Different Voices (“Hace de policía con distintas voces”). Pronto cambiaría los ecos dickensianos por los del mito celta de la hambruna y la devastación y pasaría a ser La tierra baldía.
...
Antes de convertirla en libro en 1977, Ferraté desgranó su Lectura de ‘La terra gastada’ en un seminario al que asistió Antoni Marí. “La tesis de Ferraté es que ese poema retrata una cultura decadente, gastada, cuyo sedimento ha quedado envenenado por los gases de la Gran Guerra”, recuerda el poeta y filósofo ibicenco, quien hace tres años rastreó en el volumen Matemática tiniebla (Galaxia Gutenberg) la genealogía de la poesía moderna que surge con Poe y culmina en Eliot tras pasar por Baudelaire, Mallarmé y Valéry. “Eliot sintetiza la tradición romántica y la simbolista —de la mano de Laforgue— para abrirla a lo imposible de pensar en poesía”, explica Marí. “Ningún otro poeta ha tenido tanta influencia”.

... La tierra baldía (sus traducciones)

April is the cruellest month, breeding / Lilacs out of the dead land, mixing / Memory and desire, stirring / Dull roots with spring rain. (T. S. Eliot, 1922).
Abril es el mes más cruel: engendra / lilas de la tierra muerta, mezcla / recuerdos y anhelos, despierta / inertes raíces con lluvias primaverales. (Agustín Bartra, 1977).
Abril es el mes más cruel, hace brotar / lilas en tierra muerta, mezcla / memoria y deseo, remueve / lentas raíces con lluvia primaveral. (Juan Malpartida, 2001).
Abril es el más cruel de los meses, pues engendra / lilas en el campo muerto, confunde / memoria y deseo, revive / yertas raíces con lluvia de primavera. (Andreu Jaume, 2015).
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/25/actualidad/1422207668_867339.html

martes, 27 de enero de 2015

La devastación de los bienes públicos. Desde que llegó la crisis, todo es destrucción, acelerada a partir del actual Gobierno. No hay voluntad de reforma ni planes de mayor eficiencia

Venimos de un Estado pobre, menesteroso, por no decir miserable, más que endeudado, en permanente bancarrota desde la guerra de la independencia hasta la guerra de Cuba. En medio, guerras civiles entre liberales y carlistas y, después, los continuados desastres de la guerra de Marruecos, que prolongaron la situación de quiebra hasta bien entrado el siglo XX, cuando “pacificado” el protectorado marroquí, una enésima rebelión militar, con su secuela en forma de revolución obrera y campesina, arrasó de nuevo al Estado dejando aquella espantosa ruina que fue la herencia recibida por quienes penamos la suerte de nacer en los años del hambre.

Es un tópico de nuestra historia atribuir la floración de naciones, venidas a la existencia en la coyuntura de aquel fin de siglo, a una debilidad congénita del Estado español. ¿Debilidad, se podría preguntar, o más bien ausencia? Cuando Ortega publicó su apelación a la República, varios años después de que Azaña lanzara la suya, cerró su memorable artículo con un “¡Españoles, no tenéis Estado, reconstruidlo!”. El Estado español de los años veinte del siglo pasado se había convertido en una especie de sociedad de socorros mutuos, había escrito también nuestro más ocurrente filósofo. Ocurrencia genial en este caso, porque en efecto todo el aparato del Estado no daba más que para sostener a aquella sociedad que en otra ocasión el mismo Ortega calificó como vieja España.

El caso es que, entre el servicio de la deuda contraída para alimentar un ejército en permanente derrota, lamiéndose sus heridas en el exterior con sus recurrentes rebeliones en el interior, el Estado español careció de recursos, no ya para crear nación, sino para edificar centros escolares, construir institutos de enseñanza media, financiar centros superiores de investigación científica, levantar hospitales, extender ambulatorios, abonar pensiones, desarrollar servicios. La enseñanza primaria y media se abandonó en los centros urbanos a manos de la pléyade de órdenes y congregaciones religiosas que acudieron a España como a panal de rica miel cuando comprobaron que el Estado no dedicaba ni un céntimo al capítulo de salarios a maestros, y dejaba pasar décadas sin construir ni un solo instituto. En los hospitales de beneficencia se hacinaban los pobres, y los ambulatorios de la mal llamada Seguridad Social eran lugares sucios y malolientes, donde un médico mal pagado recibía al paciente sin dejar que se sentara, apestando a tabaco y recetando cualquier cosa en un minuto, después de echarle una mirada de abajo arriba en la que se concentraba la mezcla de desprecio y hastío que le provocaba aquella hora en que despachaba a una cincuentena de pacientes.

Ese fue el Estado que heredamos: nada de extraño que, cuando llegamos a la edad de la razón política, quisiéramos ser como los franceses. Parecerá una tontería, pero aquel querer ser como actuó al modo de espoleta, movilizando energías y recursos, despertando voluntades y agudizando inteligencias para acabar de una buena vez con el lamento y poner manos a la obra: en pocos años dejamos de querer ser como y emprendimos la tarea de ser como. En resumen: un Estado democrático al modo de Europa, con un potente sistema de salud, educación primaria universal y gratuita, institutos para enseñanza media, universidad en expansión, centros de investigación, pensiones. El español era por fin como los europeos un Estado sostenido en el compromiso keynesiano, en bienes públicos que amortiguan las desigualdades sociales inherentes al sistema capitalista.

Y de pronto, la política elaborada para hacer frente a la primera gran crisis del capital del siglo XXI rompe, contra los intereses de la mayoría, el pacto que sirvió de base a nuestro actual Estado social. Las listas de espera en la sanidad pública se alargan hasta el punto de sumar cientos de miles los pacientes que ven pasar meses y hasta años sin posibilidad de realizar una consulta, someterse a un análisis o sufrir una operación. Y si se mira al ámbito de la ciencia, el paisaje comienza a ser el de un territorio desertado, producto de una terapia de choque: drástica reducción de presupuestos, supresión de programas, cierre de equipos, investigadores a la calle. La majadera provocación de Miguel de Unamuno cuando de su pluma salió “que inventen ellos” no es nada comparado con el perverso designio que anima al Gobierno de esquilmar la producción científica en España.

Aunque la propaganda política se cebe en desprestigiar a los funcionarios como individuos que una vez conquistada su plaza se echan a sestear, es lo cierto que en la historia de la Universidad y de los centros superiores de investigación de España nunca se había publicado, debatido o celebrado simposios como en los últimos 30 años. Nunca tantos españoles han participado en tantos proyectos internacionales de investigación o han ganado una plaza docente en universidades extranjeras. Pero nunca tampoco han vivido tantos investigadores, con decenas de artículos publicados en las mejores revistas de su especialidad, tan en precario, como becarios hasta cumplidos los 40 años, o haciendo ya las maletas. Y el panorama no es muy diferente si se mira a la educación primaria y media: miles de profesores que habían concursado con éxito en oposiciones para plazas docentes y que solo pudieron ocuparlas de forma interina se han encontrado con el despido mientras se expanden los colegios concertados.

Tan recién construido como era nuestro Estado social, con apenas 30 años de vida, y ya se empeñan desde los Gobiernos en provocar su irreversible ruina, reduciendo presupuestos en sanidad, educación y ciencia, paralizando inversiones, expulsando a interinos, amortizando plazas de jubilados (10 por uno es nuestro precio), externalizando —¡qué negocio!— servicios, congelando salarios. Y como la política de destrucción de bienes públicos por las bravas, entregándoselos a precio de saldo a intereses privados, ha tropezado con fuertes resistencias en la calle, se ha sustituido por un deterioro programado: que nos hartemos de esperar tres, seis, nueve meses en una lista y vayamos adonde tendríamos que haber ido desde el principio, a la clínica privada; que la gente se espante al ver que sus hijos van a una clase donde los alumnos comienzan a ser multitud y los maestros parecen cansados.

Lo vamos a sentir, a llorar más bien, porque nunca hemos disfrutado en España de bienes públicos en tanta cantidad y de tan alta calidad como los construidos desde la Transición a la democracia hasta 2008. Pero desde que nos golpeó la crisis, todo es destrucción, acelerada a partir del retorno del Partido Popular al poder. Destrucción, no reforma, no planes en busca de mayor eficiencia, no mejora en la distribución y empleo de recursos, no propuestas para alcanzar mayores rendimientos, no políticas de personal que premien méritos y penalicen ausencias inexcusables. Reformar para qué, si se ahorra más y se acaba antes sacudiéndonos todo este peso de encima: esa es la política; y este el resultado: una amenazante devastación de bienes públicos que pone fin al periodo de mayor cohesión social vivido por la sociedad española desde que existe como sujeto político, o sea, desde la Constitución de Cádiz.

Lo que vendrá después, una vez culminada la operación, ya se puede imaginar: los bienes y servicios públicos emergerán de su ruina como propiedades privadas cuyo acceso por los ciudadanos estará en función de su diferente poder adquisitivo. No era bastante la agresión que las clases medias, en sus distintos niveles, han sufrido con la bajada de salarios nominales y reales, la masiva pérdida de empleos, los ERE y demás artefactos de liquidación de derechos laborales, que no contentos con todo eso, se aplican a dar la última puñalada: si necesitas ir al médico, hazte un seguro privado; si estás dotado para la ciencia, vete al extranjero; si quieres para tus hijos un colegio con un profesorado joven y motivado, págatelo de tu bolsillo. Esto es el mercado, so idiotas, nos dicen los que pretenden protegernos de la devastación que ellos mismos provocan en los bienes públicos. Y en esas estamos, con un mercado creciente y un Estado menguante, en trance de reducirse otra vez a sociedad de socorros mutuos.
Santos Juliá es historiador. Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/01/14/opinion/1421264130_105197.html

Orban y la actuación de Hungría en el Holocausto, en el 70 aniversario de Auschwitz.

El Primer ministro hungaro Viktor Orban, ha superado este lunes las dificultades de su Gobierno para reconocer el papel que desempeñó Hungría durante el Holocausto, y ha afirmado que muchos ciudadanos del país centroeuropeo actuaron "de forma vergonzosa" durante la Segunda Guerra Mundial.

Alrededor de 430.000 de los 1,3 millones de personas que murieron en Auschwitz eran judíos húngaros, según la página web del 70 aniversario de la liberación del campo de concentración, cuyos actos conmemorativos se celebrarán mañana martes. Hungría estará oficialmente representada en Auschwitz, ha indicado Orban.

"Es una tragedia para la nación de Hungría y una irremediable pérdida para la comunidad judía húngara", ha continuado el primer ministro.

"[Durante la Segunda Guerra Mundial], fuimos indiferentes cuando debimos haber ayudado, y hubo muchos, muchísimos húngaros que eligieron el mal en lugar del bien, que optaron por actos que avergüenzan en lugar de actuaciones honestas", ha añadido el primer ministro.

Esta contundente declaración fue la que sus críticos le reclamaron en vano el año pasado, cuando el Gobierno de Orban erigió un monumento a la Segunda Guerra Mundial que asociaciones judías dijeron que pretendía lavar la imagen de Hungría durante el Holocausto.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/26/actualidad/1422296285_675127.html?rel=ult 

Nota:
Esta es una de tantas noticias que no se entienden. Crea más dudas que informa y desde luego no aclara nada para un lector corriente que desconozca la historia de Hungría durante la II G. M.

Se me ocurren varias preguntas:
¿Qué quiere decir exactamente "que muchos ciudadanos del país centroeuropeo actuaron "de forma vergonzosa" durante la Segunda Guerra Mundial"?
Parece más una frase tapadera, que no se compromete con nada, más bien oculta hechos, que un reconocimiento explícito de la verdad histórica.

Y ¿eran ciudadanos de a pie los únicos responsables o era el gobierno de ese tiempo?
Esto debe ser también aclarado pues apelar a la responsabilidad de "muchos ciudadanos" y no decir nada del gobierno de entonces es seguir la misma línea de ocultación y tergiversación de la verdad. 

¿Es esta declaración (¿de verdad contundente?) "la que sus críticos le reclamaron en vano"?

Y por último aunque no lo último,...
¿Qué es "un monumento a la II G. M."?
Debe faltar explicación. No se entiende que un gobierno democrático levante un monumento a una Guerra y menos a la II G. M. con más de 60 millones de muertos,

¿Qué clase de monumento es ese? Si no se explica no entendemos nada. Al menos que ese sea el objetivo de la noticia, que no entendamos nada.

lunes, 26 de enero de 2015

La atractiva necesidad de refrescar la memoria. Las grandes transformaciones reales necesitan consenso entre grandes sectores de la sociedad

¿Se puede humanizar el análisis económico? ¿Es razonable pretender que se incluyan dentro de los elementos a tener en cuenta las consecuencias previsibles sobre la vida de las personas concernidas? Algunos piensan que pretender humanizar la relación coste-beneficio es muy encomiable, pero poco útil. Otros, que es imprescindible políticamente y que esa humanización debe fijar el objetivo de la actuación reguladora del Estado. Es lo que mantiene, por ejemplo, uno de los juristas más famosos de Estados Unidos, Cass Sunstein, catedrático de Harvard, 60 años, colaborador de Obama y, para algunos comentaristas conservadores, “el hombre más peligroso de América”, según el largo perfil que publica el último número de la revista de Leyes de esa universidad.

Sunstein cree que Franklin Delano Roosevelt pronunció el discurso más importante del siglo XX cuando propuso, en enero de 1944, quince meses antes de su muerte, una “segunda Carta de Derechos”, un texto que debería ser añadido a la Constitución de Estados Unidos, incorporando como derechos el acceso a un trabajo justamente remunerado, la sanidad, la educación, el techo, las pensiones...

Algo curiosamente parecido a lo que había significado el  Informe Beveridge  en Gran Bretaña y que allí daría origen, después de la II Guerra Mundial, al gobierno más extraordinariamente reformista de la historia, el que encabezó  Clement Atlee, con Aneurin Bevan como ministro de Salud y creador del sistema sanitario público más admirado del mundo: el National Health Service. Atención, todo aquel formidable cambio se produjo en los días en los que Gran Bretaña mantenía una deuda soberana equivalente al 250% de su PIB.

A Sunstein, que defiende la idea del “empujón del Estado”, le gusta “refrescar la memoria” y recordar a sus compatriotas que hubo épocas en las que se hablaba de asuntos como incorporar nuevos derechos sociales a la Constitución americana, sin que eso provocara ningún escándalo. Propuestas como las de Roosevelt, o el increíble plan que puso realmente en pie el atildado y tímido Atlee, serían calificadas ahora de locuras extravagantes.

Así que refrescar la memoria parece ser una recomendación sensata. Porque paralelamente parece que también se ha olvidado lo que significa la pobreza, no la miseria que lleva a la inanición e incapacita para pensar, sino la pobreza, la escasez e insuficiencia permanente de lo necesario. El estado en el que se encuentra, según Cáritas, uno de cada cinco españoles, por ejemplo, personas que o no encuentran trabajo o que trabajan, pero no ganan lo suficiente para vivir.

“Desengáñense, la pobreza no es soportable”, aseguraba la escritora norteamericana Barbara Ehrenreich, en su libro “Por cuatro duros”. La pobreza, explicaba en un famosísimo reportaje publicado en la revista Harper, produce angustia profunda, un considerable deterioro de la salud, privaciones crónicas, un estado permanente de emergencia que va creando un estilo de vida insoportable.

Bien, pero no queda más remedio. Ya se saldrá adelante. La cuestión es que eso lo dicen quienes están en otra situación y se creen con derecho a animar a quienes padecen esa angustia insoportable. Ehrenreich nos enseñó quiénes son esas personas que no vemos y a las que aconsejamos paciencia: el camarero de la hamburguesería de la esquina, la limpiadora de un hotel de segunda, el dependiente o el reponedor de un supermercado que visitamos casi diariamente. Los trabajos sin cualificar, los que se remuneran con salarios que no dan para vivir, suelen ser precisamente trabajos duros, que exigen un gran desgaste físico y provocan dolores crónicos. Ehrenreich se asombraba de cuántos trabajadores pobres necesitaban ibuprofeno para tirar día a día y de cuántos padecían una alimentación, no escasa, pero sí inadecuada, hecha de comida de sobre.

Las grandes transformaciones, las grandes transformaciones reales, requieren consenso. Acuerdo entre grandes sectores de la sociedad. Es innegable que la sociedad española necesita hoy una gran transformación y es absurdo exigir que todo vuelva a ser como era antes, porque antes, en realidad, la tasa de paro estructural rondaba en España el 17%. El problema, como dice Sunstein, es si esa trasformación se encara pensando que la humanización del análisis económico es una exigencia o, por el contrario, una debilidad. Si se cree que el otro puede resistir lo que, simplemente, no es soportable. solg@elpais.es
Fuente:  25 ENE 2015 -
http://elpais.com/elpais/2015/01/23/opinion/1422011932_798523.html
Más, http://economia.elpais.com/economia/2014/12/14/actualidad/1418584213_652493.html

"El verdadero peligro para Europa es la hipocresía de Juncker y Merkel". Entrevista a Thomas Piketty

Recoge las declaraciones del economista francés el periodista Eugenio Occorsio, del diario italiano La Repubblica: "Con un gobierno de izquierda puede arrancar de Grecia una revolución democrática: ayudará a revisar la austeridad que ahoga a la Unión dedicando menos recursos a pagar la deuda pública y más al desarrollo"

"No comprendo porque las llamadas cancillerías europeas están tan aterrorizadas con la probable victoria de Syriza en Grecia. O mejor, lo comprendo, pero es hora de desmontar sus hipocresías". Thomas Piketty, que enseña en la Ecole d'Économie parisina, "el economista más acreditado de 2014", tal como lo ha definido el Financial Times, baja a la arena con toda su garra con un editorial publicado ayer por el diario Libération. "En Europa hace falta una revolución democrática" ha escrito, y lo repite fuerte y claro al teléfono desde el aeropuerto de París, a punto de embarcarse para Nueva York, la ciudad que lanzó su "El capital en el siglo XXI" como libro del año gracias al respaldo del premio Nobel Paul Krugman.

Profesor, Tsipras se ha abierto camino, sin embargo, abanderando el estandarte de la salida del euro...
Sí, pero ahora ha suavizado mucho sus posiciones. Se ha revelado, por el contrario, como un líder fuertemente europeísta, una postura que se asentará posteriormente si, como es probable, tiene que formar un gobierno de coalición, a la vista de que según los sondeos no tendrá más del 28% y, por tanto, 138 escaños, 12 menos de lo necesario para obtener mayoría. Como sabe, los aliados más probables son Potami, el partido de centro-izquierda recién formado, y la otra fuerza de izquierda democrática, Dimar, que les garantizarán otro 8-10%. Desde luego, Syriza hará valer sus posiciones en Europa, pero eso no será un mal, al contrario.

Algo sucederá, en resumen. Pero ¿estamos seguros de que no será algo rompedor?
Mire, consideremos la situación con realismo. La tensión en Europa ha llegado a un punto tal que, de un modo u otro, estallará en el curso de 2015. Y son tres las alternativas: una nueva crisis financiera tremenda, la afirmación de las fuerzas de derecha que forman una coalición de la que se están poniendo las bases, centrada en el Frente Nacional en Francia y que incluye a la Lega Nord de ustedes y acaso a los 5 Stelle, o bien una sacudida política que venga de la izquierda: Syriza, los españoles de Podemos, el Partito Democratico italiano, lo que queda de los socialistas, por fin aliados y operativos.
Usted, ¿qué solución elige?
-Yo, la tercera.

La famosa "revolución democrática", en suma. ¿Cuáles deberían ser sus primeras acciones?
Dos puntos.
Primero, la revisión total de la actual política basada en la austeridad que está ahogando cualquier posibilidad de recuperación en Europa, empezando por el sur de la eurozona. Y esta revisión tiene que prever como primerísima cosa una renegociación de la deuda pública, una ampliación de los plazos y, eventualmente, condonaciones de verdad de algunas partes. Es posible, se lo aseguro.
¿Se han preguntado porque Norteamérica va viento en popa, como la Europa que está fuera del euro, como Gran Bretaña?
Pero ¿por qué Italia debe destinar el 6% de su PIB a pagar los intereses y sólo un 1% a la mejora de sus escuelas y universidades?
Una política centrada solamente en la reducción de la deuda resulta destructiva para la eurozona. Segundo punto: una centralización en las instituciones europeas de políticas de base para el desarrollo común a partir de la fiscal y, a lo mejor, reorientar esta última gravando más las mayores rentas personales e industriales. En esos asuntos fundamentales se debe votar por mayoría y ya no por unanimidad, y vigilar después que todos se ajusten. Una mayor centralidad vale también en otros frentes, a semejanza de lo que se está empezando a hacer con los bancos. Sólo así se podrá homogeneizar la economía y desbloquear la fragmentación de 18 políticas monetarias con 18 tipos de interés, 19 desde el principio de enero con Lituania, expuesta al azote de la especulación. No darse cuenta de ello resulta miope y, lo que es peor, profundamente hipócrita".

Las "hipocresías europeas" de las que hablaba al inicio: ¿a qué se refiere, más concretamente?
Vayamos por orden. El más hipócrita es Jean-Claude Juncker, el hombre al cual se ha entregado, de modo inconsciente, la Comisión Europea después de que haya llevado durante veinte años a Luxemburgo a una sistemática depredación de los beneficios industriales del resto de Europa. Ahora pretende hacerse el duro y dar un giro, todo con un plan de 300.000 millones que sin embargo sólo se financia para 21, y dentro de estos 21 la mayor parte son fondos europeos ya en vía de distribución. Habla de "efecto palanca" sin darse cuenta siquiera de qué está hablando. En el segundo puesto se sitúa Alemania, que finge haberse olvidado de la maxicondonación de sus deudas tras la II Guerra Mundial, que bajaron de golpe del 200 al 30% del PIB, lo que le permitió financiar la reconstrucción y el irresistible crecimiento de los años siguientes. ¿Adónde habría llegado si se hubiera visto obligada a reducir fatigosamente su deuda a golpe del 1 o 2 % anual, como se está obligando a hacer al sur de Europa? El tercer puesto en esta bochornosa clasificación de hipocresías le corresponde a Francia, que ahora se rebela ante la rigidez alemana, pero que estuvo en primera fila prestando apoyo a Alemania cuando se impuso la política de austeridad y pareció igualmente decidida cuando con el Fiscal Compact del 2012 se condenó a las economías más débiles a reembolsar sus deudas hasta el último euro, pese a la devastadora crisis de 2010-2011. Así que si se desenmascaran y aíslan estas hipocresías, se podrá reanudar el desarrollo europeo en el año que está a punto de comenzar. Y Syriza dará menos miedo.

Thomas Piketty (1971) es director de estudios de la EHESS (École des Hautes Études en Sciences Sociales) y profesor asociado de la Escuela de Economía de París, además de autor de reciente y fulgurante celebridad por su libro El capital en el siglo XXI (Fondo de Cultura Económica, 2014).

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7677

domingo, 25 de enero de 2015

Syriza gana las elecciones griegas.


El partido de izquierda liderado por Tsipras vence las elecciones con un 35,9% de los votos, ocho puntos por encima de Nueva Democracia, del primer ministro Samarás. Los neonazis de Aurora Dorada se convierten en la tercera fuerza. Tsipras asegura ante sus votantes que Grecia "deja atrás la austeridad del desastre, el miedo y cinco años de dolor". Fuente: El País.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/25/actualidad/1422185411_230504.html

El 1% más rico tendrá más que el resto de la población en 2016, según Oxfam España lidera la desigualdad europea: el 1% de la población concentra más riqueza que el 70% más pobre

Oxfam Intermón ha pedido a los partidos políticos de los países más desarrollados que sus programas electorales incorporen medidas para combatir la desigualdad, ya que aseguran que está lastrando la lucha contra el hambre, como preámbulo de la próxima reunión del Foro Económico Mundial que tendrá lugar en la ciudad suiza de Davos.

"Este último año hemos visto cómo líderes mundiales de la talla de Barack Obama o de Christine Lagarde han hablado sobre la necesidad de combatir la desigualdad extrema, pero aún estamos esperando a que muchos de ellos prediquen con el ejemplo", ha señalado la directora adjunta de Oxfam, Winnie Byanyima.

"Ha llegado el momento de que nuestros líderes se enfrenten a los intereses creados que impiden lograr un mundo más justo y próspero", ha asegurado Byanyima. Para esta organización internacional, la creciente desigualdad dentro de los países desarrollados está retrasando las ayudas para las regiones más pobres del mundo.

Como parte de su crítica al "vertiginoso incremento de la desigualdad", Oxfam ha publicado un estudio que estima que el 1% más rico de la población mundial tendrá más dinero que el 99% en 2016. Según esta ONG, una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de 1.000 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día.

Todos los años, se celebra el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos para tratar los principales problemas económicos del mundo. En él participan grandes políticos y empresarios, miembros de distintas organicaciones no gubernamentales y también periodistas e intelectuales. La edición de 2015 tendrá lugar entre los días 21 y 24 de enero.

España, segundo por desigualdad en Europa
Intermón Oxfam ha asegurado que España es "el segundo país más desigual de Europa, tan solo por detrás de Letonia". También ha señalado que España cuenta con el sistema fiscal "menos efectivo" para reducir el problema.

"El 1% de la población española concentra más riqueza que el 70 más pobre", explica el comunicado español de Oxfam. También asegura que "las políticas actuales refuerzan esta concentración de riqueza en manos de unos pocos".

"Recientemente, todos los partidos políticos de la oposición se comprometieron públicamente con la iniciativa de Oxfam Intermón por unos Presupuestos Generales del Estado de la Equidad", ha recordado el director general de Oxfam Intermón, José María Vera. "Esperamos que este compromiso se plasme en sus programas electorales", ha pedido Vera.

"En el contexto actual, los ciudadanos no entenderían que los partidos políticos no pusieran el foco de sus programas económicos en medidas que permitan al Estado recaudar más de los que más tienen", ha asegurado Vera.

El director general de Oxfam Intermón ha pedido que los políticos empiecen a "redistribuir la riqueza en forma de inversión en servicios sociales básicos y políticas públicas que benefician a los más vulnerables".
http://economia.elpais.com/economia/2015/01/19/actualidad/1421657299_342986.html
Los que viven con un dolar al día.
El hambre escondida.
Doce avances que frenan la muerte.

sábado, 24 de enero de 2015

BRIAN COX | Físico y conductor de "EL UNIVERSO HUMANO". “Cuanta más ciencia haya en la televisión mejor nos va a ir como sociedad”

Carl Sagan tuvo más de un hijo intelectual.
Uno de ellos, por ejemplo, es el físico teórico estadounidense Brian Greene, que explora los pilares de la realidad en libros como El universo elegante. Otro, el astrofísico neoyorquino Neil deGrasse Tyson, recorre la historia de la ciencia y del universo en la nueva versión de Cosmos. Así y todo, el verdadero heredero de Carl Sagan es inglés y se llama Brian Cox: en cada documental, este físico de partículas —ex tecladista de una banda pop, miembro de la Orden del Imperio Británico y considerado, muy a su pesar, uno de los hombres más sexis del mundo por la revista People— ratifica su puesto como la estrella más brillante de la divulgación científica inglesa. Así lo demuestra en El universo humano, una producción de la BBC recientemente estrenada en La 2 de TVE (jueves a las 22) en la que, con pasión y asombro, reflexiona sobre las implicancias filosóficas y existenciales de los más recientes descubrimientos de las ciencias. "En toda la historia de la vida sobre la Tierra, de todas las criaturas que han vivido alguna vez en los océanos, en la tierra o en el cielo, solo una ha desarrollado la habilidad para hacer preguntas profundas sobre el cosmos y reflexionar acerca de su lugar en él", asegura Cox por teléfono desde su casa en Manchester.

Pregunta. Los astrónomos nos recuerdan que somos físicamente insignificantes en el universo. ¿Cómo ha de hacernos sentir este hecho?
Respuesta. Comprender nuestro lugar en el tiempo y en el espacio ha sido una de nuestras mayores hazañas intelectuales como especie. De creer que éramos las criaturas más importantes de toda la creación, ahora sabemos que habitamos un planeta que rodea una estrella entre 200.000 millones de estrellas en uno de los cientos de miles de millones de galaxias que hay en el universo observable. Es más, nuestras mejores teorías sugieren que existe un número infinito de universos. Sí, somos insignificantes en un universo indiferente, pero también somos únicos. Y el ser únicos nos hace valiosos.

P. ¿Somos afortunados de existir?
R. Eso parece. La Tierra orbita a la distancia exacta alrededor de una estrella para que la temperatura en su superficie permita que el agua líquida exista. Vivimos en un universo que se expande a la velocidad exacta para que estrellas y galaxias se formen. Somos felices accidentes.

P. ¿Cree que estamos solos?
R. Quizás en unos años la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea encuentre vida en Marte. O en las lunas de Júpiter y Saturno donde hay océanos de agua líquida debajo de la superficie. Pero si hallamos algo serán formas simples de vida. Hay dos opciones. O hay miles de millones de mundos parecidos a la Tierra habitables ahí fuera en la galaxia, y aún así estamos solos. O hay miles de millones de mundos parecidos a la Tierra habitables ahí fuera en la galaxia y no estamos solos. Una de estas declaraciones es verdad. Cualquiera que sea la respuesta, es inquietante.

P. En su programa recorre Etiopía, India, Japón, Perú, Chile y también las cuevas prehistóricas del Monte Castillo en Cantabria para explorar nuestros orígenes. ¿Cuál fue la principal innovación que nos permitió pasar de las cavernas a las estrellas?
R. La escritura nos permitió compartir información tanto de generación en generación, como de país en país. Desde entonces, el conocimiento siempre aumentó y permitió a muchos cerebros trabajar en conjunto. En sólo 500 años, nos convertimos en una civilización que viaja por el espacio.

P. ¿La sociedad ha perdido el entusiasmo por la exploración espacial?
R. Quizás se debe a que no hemos hecho nada tan espectacular como ir a la Luna. La misión Rosetta fue increíblemente popular. Cautivó la imaginación de millones. La exploración espacial es vital no sólo por el conocimiento científico que genera o por los spin-offs tecnológicos y los enormes beneficios económicos que acarrea sino porque la exploración en sí misma es crucial para nuestra especie. Es una fuente de inspiración. El progreso humano ha sido siempre impulsado por la exploración. No hemos sido lo suficientemente ambiciosos y el interés se disipó. Necesitamos liderazgo político para hacer ver lo valiosa que es la exploración espacial tanto económica como culturalmente. Necesitamos un nuevo Kennedy. Alguien que diga "Elegimos ir a Marte" o "Elegimos ir más allá porque queremos".

P. ¿Qué lugar tiene la televisión en la alfabetización científica?
R. Uno central. La ciencia es muy importante como para no estar en la cultura popular. Y la televisión sigue siendo su centro de gravedad. Lo más importante como civilización es acumular conocimientos y educar a los más jóvenes. La ciencia debe estar en el centro de la escena cultural. La idea y la emoción de la exploración espacial debe estar ahí, a la par de los deportes, la música, los shows de talento y las noticias del espectáculo. Debemos presionar a los medios y luchar para que incluyan a la ciencia en su programación. Cuanta más ciencia haya en la televisión mejor nos va a ir como sociedad. Cuando yo tenía 11 años vi Cosmos y me influyó profundamente. Carl Sagan me enseñó que la ciencia es central para la experiencia humana. Es una parte central de la cultura. Debemos enseñarles a las nuevas generaciones a usar la luz de la razón para deshacer la oscuridad de la superstición. Por primera vez nuestra civilización tiene el poder de moldear el futuro del planeta entero. Y eso es gracias al conocimiento científico.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/01/15/ciencia/1421341077_331685.html

Atocha. En su día olía a trabajador del metal y de la construcción. Y olía a comunista

Hace ya 38 años que una banda de pistoleros fascistas asesinó en un despacho laboralista de la calle Atocha de Madrid a cinco de sus trabajadores e hirió gravemente a otros cuatro. Atocha fue para España lo que Charlie Hebdo ha sido para Francia, aunque las connotaciones son muy distintas.

Atocha en 1977 era una calle que olía a calamares. Desde la estación, pasando por debajo del escalextric, hasta después de Antón Martín, los bares, más que en toda Escandinavia junta, le daban ese aroma que comenzaba y todavía comienza en El Brillante y se cerraba cerca del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Atocha olía entonces a trabajador del metal y de la construcción. Y olía a comunista. En aquel piso del número 55, los fascistas dieron sin quererlo la gran oportunidad para que la hoy denostada Transición se pudiera acometer con éxito.

¿Cómo se puede decir, si uno es un bien nacido, que aquello fue un pacto de élites? ¿Cómo se puede decir eso de un proceso que se cimentó en la sangre de toda aquella gente?

Porque Atocha sigue oliendo a calamares y todavía huele algo a una cosa que parece del pasado: a clase obrera, a trabajadores organizados, a gente que les defienda de una reforma laboral que tiene solo una cara: el abaratamiento de la mano de obra.

Dentro de dos días se conmemora el aniversario de aquella matanza. El edificio está vacío a la espera de una declaración de ruina, y el monumento basado en un cuadro de Genovés aparece cada día cubierto de pintadas que ignoran qué significa.

Pongámonos en lo peor, en que nada de todo aquello haga falta. Nos ponemos en eso, pero también en que en ese sitio habitaban la solidaridad y el ansia de libertad de todo un pueblo.
Hoy je suis CC OO.
Fuente:  22 ENE 2015   http://elpais.com/elpais/2015/01/21/opinion/1421833777_763315.html

viernes, 23 de enero de 2015

Ayudar a los pobres en la educación: El poder de un simple empujón

Hay enormes desigualdades en la educación en los Estados Unidos. (Y como ha señalado la OCDE, también en España está aumentando)

Un niño nacido en una familia pobre sólo tiene una probabilidad del 9 por ciento de obtener un título universitario, pero las probabilidades son del 54 por ciento para un niño de una familia de altos ingresos. Estas brechas se abren temprano, con los niños pobres ya menos preparados que sus compañeros de clase en el jardín de infantes.

¿Cómo podemos acortar estas diferencias?
 Mediante reformas, contenciosos, ambiciosos titulares sobre el sistema educativo se agolpan en los medios: el núcleo común, la eliminación de la condición de funcionario de los maestros, las escuelas charter. El debate se calienta y, a veces, de mala forma (un libro reciente sobre la educación se titula "La Guerra de los maestros").

Sin embargo, ya que estos debates causan malestar, los investigadores han ido a la búsqueda en silencio de pequeñas reformas, eficaces para mejorar la educación. Han identificado conductas de "empujones" que los estudiantes mejores y sus familias les dan al tomar pequeños pasos que pueden marcar grandes diferencias en el aprendizaje. Estas medidas son baratas, por lo que las escuelas o las organizaciones no lucrativas pueden usarlas inmediatamente.

Vamos a empezar con la universidad.
En cada paso del proceso, los estudiantes de bajos ingresos son más propensos a tropezar en el camino que le llevaría a la educación superior. Incluso el verano después de la escuela secundaria es un tiempo peligroso, con un 20 por ciento de aquellos que planean asistir a la universidad que en realidad no se inscriben - "Derretimiento del verano", un fenómeno conocido como barreras burocráticas, como el proceso laberíntico de solicitar ayuda financiera, explican algunas de la no continuidad.

Mientras eran estudiantes de posgrado en Harvard, dos jóvenes profesores diseñaron y probaron un programa para ayudar a los estudiantes para que persistan en sus planes universitarios. Benjamin L. Castleman, ahora en la Universidad de Virginia, y Lindsay C. Página, en la Universidad de Pittsburgh, establecieron un sistema de mensajes automáticos, de textos personalizados que le recordaban a los estudiantes de secundaria los plazos de solicitud y matrículas universitarias. Los textos incluyen enlaces a formularios requeridos y consejeros en vivo.

¿El resultado?
Los estudiantes que recibieron los textos eran más propensos a inscribirse en la universidad: un 70 por ciento, comparado con el 63 por ciento de los que no lo consiguieron. Siete puntos porcentuales es un gran aumento en este campo, al igual que las ganancias producidas por las becas que cuestan miles de dólares. Sin embargo, este programa cuesta sólo $ 7 por estudiante.

Los mismos investigadores también probaron un programa de mensajes de texto para interactuar con los estudiantes y que no abandonasen la universidad. El problema es importante porque la tasa de graduación de los estudiantes universitarios de bajos ingresos es tristemente baja; dos tercios la dejan sin un título. Los estudiantes universitarios de los Comunity College recibieron textos que les recordaban cuando completar sus formularios de inscripción y becas, en particular las solicitudes de ayuda. Entre estudiantes de primer año que recibieron los textos, el 68 por ciento llegó a completar su segundo año, en comparación con el 54 por ciento de los que no recibieron esos mensajes ("empujones"). Esto, también, supone un gran impacto - especialmente para un programa que cuesta sólo $ 5 por estudiante.

Sabemos que estos programas funcionaron porque fueron evaluados, al igual que todas las innovaciones citadas en esta columna, utilizando un ensayo aleatorio y controlado. Los ensayos aleatorios, que eran raros en la investigación de la educación, son cada vez más comunes. El Works Clearinghouse, que revisa y valora la calidad de la investigación en educación, enumera 242 ensayos aleatorios.

Los estudiantes fueron asignados aleatoriamente a recibir mensajes de texto o no recibirlos. Debido a que los dos grupos se seleccionaron al azar, eran básicamente indistinguibles en el inicio del estudio. Ellos se diferenciaron cuando los textos alteraron el comportamiento de aquellos que los obtuvieron en comparación con aquellos que no lo recibieron.

Los mensajes de texto no ayudarán a todos a llegar a la universidad, y las intervenciones baratas no resolverán todos los problemas. Pero si que resuelven algunos problemas para algunos estudiantes, liberando tiempo y recursos financieros para aquellos que necesitan otro tipo de ayuda.

Algunos estudiantes necesitan asesoramiento personal para ayudar a equilibrar las demandas de la escuela, la familia y el trabajo. Por desgracia, los consejeros no dan abasto, a menudo llevando el número de casos de miles de estudiantes.

Dos investigadores de la Universidad de Stanford, Eric P. Bettinger y Rachel Baker, analizaron un programa de asesoramiento innovador en el que un entrenador académico profesional llama a estudiantes en riesgo para hablar de la gestión del tiempo y habilidades de estudio. El entrenador puede ayudar a un estudiante a planificar la cantidad de tiempo para dedicar en cada clase en los días que se acerca al final, por ejemplo. Los resultados son impresionantes, con los estudiantes entrenados por sus mayores probabilidades de permanecer en la universidad y graduarse. Este programa es más caro que los mensajes de texto - $ 500 por estudiante por semestre - pero los efectos persisten durante años después de que el entrenamiento ha terminado.

¿Pueden ayudar a los niños más pequeños esas acciones?
Susanna Loeb y Benjamin N. York, ambos también en Stanford, desarrollaron un programa de alfabetización para los niños en edad preescolar en San Francisco. Enviaron a los padres textos describiendo actividades sencillas que desarrollan habilidades de alfabetización, como señalar las palabras que riman o comienzan con el mismo sonido. Los padres que reciben los textos pasaron más tiempo con sus hijos en estas actividades y sus hijos tenían más probabilidades de saber el abecedario y los sonidos de las letras. Costó unos pocos dólares por familia.

Investigadores de la Universidad de Chicago y la Universidad de Toronto también están trabajando en métodos para desarrollar la alfabetización. Ariel Kalil, Susan E. Mayer y Philip Oreopoulos enviaron textos a las familias con consejos sobre cómo leer con sus niños en edad preescolar. El resultado fue que los padres emplearon sustancialmente más tiempo leyendo con sus hijos.

Los investigadores también están probando el efecto de dar a los padres más información sobre los esfuerzos de sus hijos en la escuela. Una escuela en Los Ángeles, en colaboración con Peter Bergman, de la Universidad de Columbia, enviaba mensajes personalizado de texto a los padres de estudiantes de secundaria y preparatoria. Los textos dijeron a los padres cuando sus hijos no entregaban las tareas escolares, enumerando los números de página y los problemas específicos que los estudiantes debían completar. Los padres y los estudiantes respondieron: las tareas completadas subieron un 25 por ciento y las calificaciones y resultados de exámenes se mejoró. Otras formas de comunicación entre la escuela y los padres mejoraron, también, con los padres a dos veces más probabilidades de llegar a los profesores de sus hijos.

Estos "empujones" de luz no pueden resolver todos los problemas, a un largo plazo. Pero, pueden ayudar a muchos estudiantes, a un bajo costo.

¿Por qué las escuelas, distritos y estados no se apresuran a establecer estas medidas? Tal vez porque los programas no tienen electorado natural. Ellos no son capital o mano de obra intensiva, porque no crean muchos puestos de trabajo o contratos lucrativos. No crean una gran iniciativa costosa que un político puede señalar en un discurso de campaña. Ellos sólo hacen su trabajo, de manera efectiva y barata.

Susan Dynarski es profesora de economía, educación y políticas públicas en la Universidad de Michigan. Ha asesorado a la administración de Obama en las conclusiones de su investigación de políticas en auxilio de estudiantes. Síguela en Twitter endynarski.

Fuente: http://www.nytimes.com/2015/01/18/upshot/helping-the-poor-in-higher-education-the-power-of-a-simple-nudge.html?emc=edit_tnt_20150117&nlid=31217582&tntemail0=y&_r=0&abt=0002&abg=1

Distinta justicia para todos

Las resoluciones judiciales de hoy sobre los casos Bárcenas y Aguirre, demuestran que a todos los ciudadanos sin distinción se nos aplica la misma ley: La del embudo.-  Pozuelo de Alarcón, Madrid 22 ENE 2015. Cartas al director. El País. 

jueves, 22 de enero de 2015

Carta a la escuela de unos padres agradecidos a sus maestros

Mi médica de familia, una excelente profesional de la salud y aún mejor persona, si esto es posible, me manda la carta que ella y su marido le escribieron a los profesores de su hijo pequeño cuando éste acabó la enseñanza primaria. Reproduzco a continuación el texto:

“El menor de nuestros hijos ha completado su etapa escolar y, por ello, queremos haceros llegar esta carta que quiere ser a la vez de despedida y agradecimiento.

Durante todos estos años han recibido el mejor regalo que jamás obtendrán en la vida, aunque ellos aun no lo saben. Lo que han aprendido durante este tiempo de vosotros es la base del resto de todo su conocimiento, y no nos referimos solo al académico porque “saber” es necesario para ¡tantas cosas!…

En adelante, cada vez que lean el periódico, obtengan el carnet de conducir, mantengan una conversación, comprendan una película o hablen en público, estarán aplicando sin saberlo, todo lo que les habéis enseñado; ese tesoro compuesto de cosas necesarias como leer, resolver problemas, escribir, conocer el curso de los ríos, pensar, preguntar, saber los estados de la materia, hablar correctamente, conocer los números naturales, responder, dominar las reglas gramaticales, estarse quieto, mejorar, ser diferentes, saber qué es un pentagrama, perder, criticar entender en inglés, tolerar, expresar ideas y, sobre todo, tenerlas…

Gracias a todos y a todas y especialmente a… (aquí aparece el nombre de ocho profesores y seis profesoras).

Intentaremos que ellos mantengan las ilusión de aprender como vosotros mantenéis la ilusión de enseñar.

Un abrazo”.

Ojalá hubiese muchos padres y madres así. Personas conscientes de la importancia de la educación y sensibles respecto a la importancia de la tarea de quienes dedican su vida a la enseñanza. La tarea de la familia es decisiva.
Fuente: Miguel Ángel Santos Guerra.
http://blogs.opinionmalaga.com/eladarve/2015/01/10/gracias-por-ensenarme/

RECORTES SANITARIOS » Un millón de funcionarios ven recortados sus servicios médicos

Pacientes de oncología y cardiología son forzados a cambiar de centro.

Millón y medio de personas —un millón de funcionarios y medio millón de sus familiares beneficiarios— se enfrentan, en 2015, a recortes en la asistencia sanitaria que les presta la mutualidad Muface, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Las tres grandes aseguradoras privadas que este año han firmado el concierto con Muface (Adeslas, Asisa y DKV) han recortado su cartera de médicos y hospitales, de forma que hay especialidades e incluso centros enteros a los que ya no pueden acudir. Ello ha motivado que personas ya en tratamiento hayan tenido que cambiar de hospital o que se vean obligadas a solicitar autorizaciones para cada una de las pruebas o las consultas que necesitan.

Es lo que le ha sucedido a una funcionaria del Estado, con 34 años en Muface, que pide el anonimato para contar su historia. Le detectaron un cáncer de pulmón, a finales de 2013, y fue operada en su hospital, el HM Sanchinarro, a través de la aseguradora Adeslas. Al pedir hora en noviembre para su revisión trimestral, en enero, le preguntaron si era “de Adeslas particular o de Adeslas Muface”. “Ya no atendemos a nadie de Muface”, asegura que le contestaron. Ahí empezó una peregrinación por diferentes oficinas para enterarse de qué estaba sucediendo. Tras mucho insistir, Adeslas accedió a continuar su tratamiento un año. “Pero dicen que las pruebas me las van a hacer en otro sitio”, precisa.
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Mutualismo

Los funcionarios del Estado pueden elegir dónde recibir su asistencia sanitaria: con entidades privadas o en la sanidad pública. A 1 de diciembre de 2014, había 1.518.434 personas adscritas a Muface. Algo más del 81% escogieron la privada el año pasado, entre una de las aseguradoras que firmaron el concierto con Muface.

Los mutualistas eligen, a principios de año, entre la pública y la privada, y dentro de esta, con qué aseguradora entre las que han firmado el concierto. Este año lo han hecho Adeslas, Asisa, DKV e Igualatorio de Cantabria. En todos los casos, tienen garantizadas las mismas prestaciones. Sin embargo, las aseguradoras deciden con qué hospitales o con qué médicos contratan a su vez esos servicios. En 2015, las aseguradoras ya no tienen convenio con varios centros sanitarios del Grupo Quirón. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) informa de que ninguna de las tres grandes aseguradoras ofrece ya los tres hospitales de este grupo en Barcelona. En Madrid, los funcionarios siguen pudiendo acudir a San José y San Camilo, las clínicas más pequeñas. En el hospital más grande, el de Pozuelo, se han limitado las especialidades que cubren las compañías, añade.

"Si hay un problema, ¿adónde voy de urgencias?"

Esther (nombre figurado) asegura haber vivido “un suplicio” en las últimas semanas. Esta funcionaria, del Cuerpo Nacional de Policía, de 53 años, padece un cáncer de ovarios del que recayó el año pasado. “Llevo ocho años con mi oncóloga. Se ha creado una complicidad. Me conoce y conoce mi caso. Sabe lo que me va bien y lo que no. En una enfermedad como el cáncer, la confianza hace mucho”, explica. Tras operarse, el año pasado, ha seguido yendo a revisión a su hospital, el Quirón de Pozuelo, a través de la aseguradora Adeslas. Cuando se enteró de que había cambios en el convenio de los funcionarios, llamó para enterarse: “Me dijeron que con la tarjeta de Muface ya no me atendían, que a partir de ahora mi aseguradora tendría que autorizarme cada cosa. Pero fue el hospital el que me lo dijo. Adeslas nunca me informó de nada”.

Empezó a presentar instancias. Quería que siguieran tratándola en su hospital de siempre, con el equipo de siempre. “No me contestaban. Tengo que empezar otra vez con la quimioterapia y he estado en un sinvivir. La otra vez tuve tranquilidad, pero ahora todo son nervios e incertidumbres”, relata. El viernes pasado, por fin le autorizaron la quimioterapia, pero ahora no sabe a qué atenerse en el futuro. “De palabra, sin darme nada por escrito, en la Quirón aseguran, por ejemplo, que no puedo acudir en caso de emergencia. ¿Si tengo una complicación, adónde voy de urgencias?”, se pregunta.

Un portavoz del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas asegura que la continuidad asistencial de los pacientes con dolencias graves —el mismo hospital, el mismo médico— está garantizada en los seis meses siguientes a la baja del catálogo de proveedores de un centro sanitario o de una especialidad. En el caso de pacientes de las especialidades de Oncología y Psiquiatría, este periodo se alarga hasta un año.

Muface entiende la continuidad asistencial, es decir, el tratamiento en el mismo centro, “en sentido amplio”, explica dicho portavoz. Es decir, los casos en los que a un paciente se le autoriza a seguir con las consultas con su oncólogo, pero le mandan a otros centros para hacerse las pruebas o para las urgencias no serían legales. “Si un paciente se siente perjudicado, que pida amparo a Muface”, añade. Fuentes de Adeslas aseguraron que están cumpliendo "a rajatabla" lo que indica el convenio e indicaron que entienden el nerviosismo de los pacientes pero piden tranquilidad porque todos "van a seguir con su médico".
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/01/20/actualidad/1421791624_348636.html

Sobre los seguros
En su edición del pasado 21 de enero informan ustedes de los increíbles recortes y cambios que están efectuando Muface y sus aseguradoras a los funcionarios, sin comunicarles una sola palabra. Ponen ustedes un par de casos de Adeslas. Creo que será interesante avisar a los que están en Asisa de que también a nosotros nos están machacando. Hube de pasar una revisión en la Dexeus de Barcelona y sólo cuando llegué allí desde Madrid supe que Muface ya no lo cubría. Lo más canallesco es que tanto Asisa como Muface ocultan la información. No hay modo de saber qué han eliminado y qué queda. No hay guías, no hay catálogos, no hay listas y si alguien se aventura en la Red puede acabar en los huesos.

Me parece que ni un sólo político ha dicho una palabra al respecto. Los más escépticos suponemos que es una iniciativa del Gobierno para que muramos los más viejos y salgamos más baratos.- A 22 ENE 2015 - El País. Cartas al director.

BJORN STEVENS. DIRECTOR DEL INSTITUTO MAX PLANCK DE METEOROLOGÍA » “Es aterrador vivir en una sociedad en la que la verdad no importa”. El climatólogo de Naciones Unidas huyó de EEUU por sus políticas anticientíficas

En diciembre de 1947, el físico Albert Einstein, harto del ambiente de caza de brujas contra los intelectuales de izquierdas que se apoderaba de EE UU, estalló. “Vine a EE UU porque oí que en este país existía una gran, gran libertad. Cometí un error al escoger EE UU como una tierra de libertad, un error que no puedo borrar del balance de mi vida”, afirmó, según documentación confidencial del Gobierno.

Salvando las distancias, lo mismo le ocurrió al investigador estadounidense Bjorn Stevens. En 2008, cuando era profesor de la Universidad de California en Los Ángeles, salió huyendo de su país, indignado por las maniobras del presidente George W. Bush para amordazar a los científicos y alejarlos de la toma de decisiones. Hoy, este experto en nubes es director del Instituto Max Planck de Meteorología, con sede en Hamburgo (Alemania), y ha sido uno de los autores principales del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, que ha vinculado definitivamente las emisiones de CO2 al calentamiento que sufre la Tierra.

Stevens, nacido en Augsburgo (Alemania) en 1966 y criado en EE UU, de madre alemana y padre estadounidense, observa ahora desde su exilio cómo el Partido Republicano, el de George W. Bush, asume el control del Congreso de su país. El científico, acostumbrado a subirse a aviones para cazar nubes, ha tomado uno en esta ocasión para acudir a Madrid como jurado de los premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA.

Pregunta. ¿Por qué dejó EE UU?
Respuesta. Al comienzo de la década de 2000, cuando la Guerra del Golfo, había un ambiente contra la Ilustración. Vivir en una sociedad así, en la que la verdad no desempeña ningún papel, es muy desalentador. Cuando Bush fue elegido la primera vez pensé: “Bueno, estas cosas pasan”. Pero luego vi lo que hizo y cómo todo el mundo sabía lo que estaba pasando, y pese a todo fue elegido una segunda vez. Era muy insatisfactorio vivir en una sociedad así, en la que la verdad no importa. Sobre todo para un científico. Para un científico la verdad es lo más importante. Es aterrador vivir en una sociedad en la que la verdad no importa, y ese era el caso de EE UU en aquella época.

P. ¿Era más difícil todavía para un científico del clima?
R. Nunca he estado realmente implicado en la ciencia del clima para convencer a nadie de nada. A las personas les gusta saber cómo funciona el mundo en el que viven y nos pagan para que se lo digamos. Yo no he interactuado con el mundo de la política ni era mi objetivo influir en las políticas. Solo espero que la gente escuche a la ciencia. Espero que los políticos escuchen a los científicos y acepten lo que dicen. Y deberían escuchar también a otras personas, a la industria, para tomar buenas decisiones. Lo que no deberían hacer es negar lo que aseguran los científicos del clima, porque no hay razones para hacerlo. Al final, las decisiones de los políticos dependen de factores de los que conozco muy poco. Todo lo que puedo pedir es que no pretendan que los científicos dicen cosas que no dicen. Afirmamos que el clima se está calentando, y que pensamos que es por las actividades humanas y porque hay más CO2. Si creen que otros temas son más importantes y deciden que sigamos viviendo como lo hacemos, me parece una decisión justa, siempre que dejen claras las bases de sus decisiones.

P. El Partido Republicano ha asumido en los últimos días el control del Congreso de EEUU. ¿Cómo cree que esto puede afectar a las políticas climáticas y a la ciencia del clima?
R. En mi opinión, los republicanos siempre han sido el partido más fundamentalista. Tienen tendencia a legislar el mundo que ellos desearían que existiera, no el que existe. Cabría esperar que aceptaran cómo funciona el mundo, algo que para mí es básico en el pensamiento de la Ilustración, pero el Partido Republicano es antiintelectual y anti-Ilustración. Y esto dificulta mucho que un país avance basándose en una mejor comprensión del mundo, al margen de cuáles sean tus ideas políticas y lo que creas que es mejor para la economía o para la gente. La política debería ser algo racional, basada en información. Pero el Partido Republicano tiene una dilatada historia de ignorar la información que considera inconveniente. Por ejemplo, vemos una negación de cómo es el mundo en su política exterior. Para mí es muy negativo que haya un partido que tiene miedo al conocimiento porque podría contradecir su idea de cómo debería ser el mundo. Esto es lo más alarmante, así es muy difícil crear políticas basadas en el conocimiento.

P. ¿Cree que los republicanos pueden poner en peligro las políticas climáticas de Obama?
R. Obama ha dado algunos pasos importantes. Y claro que los republicanos pueden ponerlos en peligro. En el Congreso pueden limitar los fondos necesarios para implementar políticas eficaces. También pueden limitar los fondos que permiten a EE UU ser parte de la comunidad de países que buscan soluciones. Tenemos un problema, el clima está cambiando y tenemos que buscar soluciones. Y si tenemos EE UU, con todos sus recursos, concentrado en el negacionismo, tenemos un problema. Nos gustaría ver a EE UU, con todo su poder intelectual y sus recursos, siendo parte de la comunidad de países que buscan soluciones.

P. ¿Cree que Obama ha hecho suficiente en cuanto al cambio climático?
R. Es difícil de decir, porque juzgas en función de lo que esperabas. Si juzgas en función de lo que hizo Bush, Obama ha dado pasos tremendos. Si juzgas en función de lo que esperabas de él hace seis años, cuando fue elegido, entonces puede ser muy decepcionante.

P. El presidente del Gobierno español aludió en 2007 a un primo suyo, catedrático de Física, para poner en duda la ciencia del clima. "Yo de este asunto sé poco, pero mi primo supongo que sabrá. Y entonces dijo: "Oiga, he traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que iba a hacer mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?", afirmó. Hay personas que siguen pensando así.
R. Hay una buena respuesta para el presidente. Si es verano, se le puede preguntar si el invierno será más frío, porque se puede predecir. Esto es el clima. Es el hecho de que los cambios en los patrones de radiación solar hacen que el invierno sea más frío que el verano. Cuando hablamos de predicción climática, lo hacemos en este sentido. Por supuesto que no podemos predecir el tiempo exacto que hará un día concreto del próximo invierno. Predecir el clima del futuro se parece mucho más a predecir que el invierno es más frío que el verano que a predecir si va a llover un día concreto de la semana que viene. Mucha gente se confunde con esto, incluso algunos físicos inteligentes.

P. Su trabajo está dedicado a estudiar la dinámica de las nubes. ¿Qué preguntas trata de responder?
R. La mayor parte de la luz es reflejada por la Tierra y calienta. Pero no toda la luz provoca un calentamiento. Una parte es reflejada hacia el espacio y eso hace que la Tierra vista desde fuera sea un planeta brillante. La pregunta es cuánta luz solar es reflejada por la Tierra y eso depende en buena medida de lo nublada que esté. Lo que se refleja, que se denomina albedo, es aproximadamente un 30% de lo que llega. Y la mayor parte se debe a las nubes. Si cambias el albedo un poco, al 31% o al 32%, tendría un efecto enorme en la temperatura de la Tierra. El efecto de un 1% más en el albedo sería similar a duplicar el CO2. Así que el albedo de la Tierra es muy importante y sabemos muy poco sobre por qué es 30%, o sobre si podría ser 40% o 10%. Una de las cosas que hacemos estudiando las nubes es intentar entender qué controla el albedo. Hay muchos factores que intervienen en ese número.

P. Usted dice que la crítica constructiva es el alma de la ciencia. ¿Puede hacer un poco de crítica constructiva sobre la ciencia del clima?
R. No entendemos bien, en absoluto, cómo la circulación atmosférica cambiará a medida que se caliente la Tierra. La circulación atmosférica es la trayectoria de los ciclones, el monzón, los sistemas polares. Hay patrones en esta circulación. Todo lo que aprende un niño sobre dónde se forman los ciclones, sobre dónde están las regiones polares, depende mucho de la circulación atmosférica. Si calientas el clima, puedes imaginar que todo se queda igual pero con mayor temperatura. Pero también tenemos razones para pensar que habrá cambios en la circulación atmosférica. Quizá los ciclones sean más potentes, o los monzones. Sabemos muy poco de cómo cambiará la circulación. Hacemos modelos muy complejos, pero unos dicen una cosa y otros dicen la contraria. Hay poco acuerdo. Para mí es uno de los grandes desafíos. Es un misterio y debemos tener mucho cuidado con utilizar los modelos como si fueran bolas de cristal. Al mismo tiempo, es muy difícil comunicar a la gente que sabemos algo y desconocemos otras cosas. A menudo, en nuestro campo no admitimos que no sabemos algo por miedo a que la gente piense que no sabemos lo que pasa si metes más CO2 a la atmósfera. Pero es desacertado, porque la ciencia se mueve por las cosas que desconocemos. No pasa nada, admitamos que tenemos problemas en nuestra comprensión del clima.

P. Usted fue uno de los autores principales del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas. ¿Qué espera de la próxima cumbre del clima que tendrá lugar en diciembre en París y de la que podría salir un acuerdo internacional de reducción de emisiones de CO2?
R. No espero gran cosa, así que espero sorprenderme de manera positiva. La calidad de la información de la que disponen los políticos no va a cambiar enormemente, así que tendrán que tomar decisiones con una cierta incertidumbre. No pasa nada, lo hacen todo el tiempo. Los países van a la guerra con mucha menos información.

P. ¿Cree que sigue habiendo una brecha entre los científicos y los políticos en cuanto al cambio climático?
R. Para mí es difícil saber hasta qué punto los políticos entienden la ciencia. Es entendible si quieres entenderla e inviertes tiempo en entenderla. Y hay científicos que se explican muy bien. Los políticos tienen que tomar decisiones difíciles y a menudo es mejor para ellos no entender algunas cosas porque eso facilita que tomen las decisiones que quieren tomar. El gran desafío es exigir a nuestros políticos que intenten informarse a partir del mejor conocimiento disponible. El que quiera saber, tiene información comprensible a su disposición.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/01/12/ciencia/1421066242_376658.html