lunes, 24 de octubre de 2016

Falleció el filósofo marxista húngaro György Márkus (1934-2016)

El jueves 5 de octubre falleció,a los 82 años de edad, en South New Wales, Australia, György Márkus (GM), integrante de la Escuela de Budapest (EB), formada alrededor de György Lukács, una de las dos escuelas de pensamiento crítico marxista de Europa más importantes del siglo XX (junto con la Escuela de Frankfurt). Interrumpo, por ello, temporalmente la serie de entregas sobre Agnes Heller, su compañera en la EB y también compañera de exilio (1978) en Australia, cuando la represión en Hungría llegó al colmo de impedir la entrada a la universidad al hijo mayor (Gyuri) de GM. En Economía Moral he narrado y comentado, muchas veces, el pensamiento de GM, particularmente el expresado en sus libros Marxismo y antropología (Grijalbo, 1973/1985) y Language and Production. A Critique of the Paradigms (Lenguaje y producción. Una crítica de los paradigmas) (Reidel, 1986), del cual no hay versión en español, pero el capítulo 5 de la segunda parte (La posibilidad de una teoría crítica) se encuentra en español en Desacatos número 23, precedido de un resumen que yo hice de los capítulos uno a cuatro de dicha parte (sobre el paradigma de la producción) de este formidable libro, que es una nueva lectura (crítica) del pensamiento de Marx. Venida a menos la teoría crítica de Walter Benjamin, Horkheimer, Adorno, Marcuse, Fromm, etcétera, de la Escuela de Frankfurt, como narra Stefan Gandler en Fragmentos de Frankfurt (Siglo XXI, 2009), la muerte en México de Adolfo Sánchez Vázquez y de Bolívar Echeverría, el abandono del marxismo por parte de Heller, y la muerte de Márkus, son hechos que marcan el fin del marxismo crítico del siglo XX. Toca a los que quedamos, sobre todo los jóvenes, mantener esa llama que corre el riesgo de extinguirse.

Márkus publicó dos libros recientemente: Culture, Science, Society: The Constitution of Modernity, 2011, Leiden, Brill; y una nueva edición con una introducción de Axel Honneth (2014), de Marxismo y antropología en inglés. El primero es un grueso volumen (666 páginas) con más de 20 ensayos de Márkus sobre marxismo, cultura, ciencia, arte, Lukács, Hegel, Adorno, Benjamin, etcétera. Aparte de Marxismo y antropología, y sólo se consigue en librerías de usado y en bibliotecas, y de lo incluido en Desacatos, ya citado, hay tres textos disponibles en español de Márkus, dos de ellos en Mundo Siglo XXI (Revista del CIECAS-IPN dirigida por Luis Arizmendi): el debate entre Bolívar Echeverría (BE) y GM, que se inició cuando BE aceptó comentar el ensayo de GM publicado en Desacatos. Envié a GM la versión traducida del comentario de BE, al que GM respondió con un ensayo tituladoEl legado de Marx. Ambos están en Mundo Siglo XXI, número 21, 2010. La contra-réplica de BE nunca llegó: nuestro querido Bolívar falleció antes de escribirla. Cuando le escribí a GM sobre el fallecimiento de BE, GM lamentó su muerte prematura y el carácter dolorosamente inconcluso de nuestro debate. Mundo Sigo XXI publicó también el ensayo de GM La crítica de la autonomía estética de Benjamin (2008, número 12). Está disponible en español el libro en que Márkus es coautor con Heller y Ferenc Fehér: Dictadura y cuestiones sociales (FCE, 1986; pésima traducción del título original: Dictadura sobre las necesidades), del cual GM escribió la primera parte (sobre la estructura económica y social) de las dictaduras ‘socialistas’ con las que, así, los tres saldaron cuentas.

John Grumley (JG) es profesor de filosofía en la Universidad de Sydney donde fue alumno de GM. En 2002 co-coordinó Culture and Enlightenment. Essays for György Márkus (Ashgate, Reino Unido). En la introducción dice JG que GM, es un gran contador de cuentos. Sus cuentos son sobre la historia de la filosofía. Urde sus narrativas con un conocimiento impar de la historia de la filosofía y la cultura, y con un ojo agudo para las distinciones y matices filosóficos. Goza las paradojas pero nunca es frívolo. No hay nada que disfrute más que problematizar distinciones clave, excavar su historia oculta, exponer sus tensiones secretas y sus inconsistencias definitivas. En particular, disfruta ser capaz de mostrar que los filósofos contemporáneos no son tan astutos ni tan originales como a veces les gusta creer. Quiere conjurar la perplejidad, sacudir nuestras preconcepciones y complacencias, pero finalmente nos deja un poco más sabios que antes.

JG escribió, en este momento de pérdida, un obituario titulado György Márkus: El Rey Oculto (1934-2016) que me envió y me autorizó citar. Traduzco y extracto:

Nacido en Budapest en 1934, György Márkus (en lo sucesivo George) apenas sobrevivió al intento de los nazis en 1944 para exterminar a todos los judíos de Hungría. Su familia se había escondido, su padre salió una noche para no volver nunca y el resto de su familia sólo se salvó de ser detectada por las autoridades [nazis] debido a la rapidez mental de su muy joven hermana que sabía que no podía responder a sus preguntas con honestidad. Recibió su educación universitaria en la Universidad Lomonosov de Moscú a partir de 1953, donde conoció a su esposa Maria (polaca). Se casaron en 1956 [hace 60 años]… Cuando George llegó a Sydney en marzo de 1978, a los 43 años… [estaba] en la plenitud de sus facultades intelectuales. Había estado enseñando en la Universidad de Budapest desde 1957, donde fue reconocido por sus maravillosas conferencias sobre la historia de la filosofía moderna. Era ya el autor de lo que aún sigue siendo la mejor reconstrucción de la antropología de Marx, Marxismo y antropología(1965, [en húngaro; 1971, en alemán; 1973, en español] y en inglés, 1978) y co-autor, junto con ex alumnos, del libro [en húngaro, que no ha sido traducido] ¿Es una economía política crítica posible? (1970), una disección crítica pionera de las contradicciones internas de la crítica de la economía política de Marx… Después de su protesta internacional contra la invasión soviética de Checoslovaquia, este grupo entró en conflicto creciente con el régimen de Kadar [en Hungría] y, finalmente, la mayoría fue despedida de sus puestos académicos… En los siguientes años vivieron principalmente de traducciones, hasta que un nuevo acoso político a la educación de los hijos de Márkus los obligó a emigrar… [La vida profesional de Márkus en Australia estuvo llena de éxitos docentes y académicos; sin embargo] su teoría de la cultura, el proyecto principal de los años posteriores a Budapest, quedó incompleto [a pesar de que] una gran colección de ensayos post-Budapest sobre el tema, se publicaron en el libro Culture, Science, Society: The Constitution of Cultural Modernity [Cultura, ciencia, sociedad: la constitución de la modernidad cultural] (Brill, 2011), pues estas 650 páginas representan solamente un fragmento de un todo. La amplitud de este estudio, que incorpora todos los dominios de la alta cultura, la ciencia, la filosofía y el arte en una perspectiva global, es tan vasta que constituye un desafío para cualquier ser humano… George nunca se centró en publicar. Una vez me dijo que nunca había presentado un artículo a una revista en la forma en que la mayoría de los académicos lo hacen. Cuando terminaba un escrito él simplemente esperaba a que otros le preguntaran si tenía algo que pudiera ser utilizado. Para él, a menudo era suficiente haber resuelto un problema en su propia mente. Más allá de esto, se aburría con un tema. Eventualmente, su salud y la pérdida gradual de la memoria, minaron su poder y se vio obligado a dejar de escribir. Muchas veces después, habló de esto con tristeza: ¡no ser ya capaz de trabajar!... Tomó la noticia de su propio diagnóstico terminal con valor. Incluso bromeó diciendo que él era un hombre muy rico porque no sólo tenía un cáncer, sino tres… Haber sido estudiante de Márkus fue el mayor privilegio que, en retrospectiva, parece casi increíble; tal era la enorme suerte de los involucrados.

Fuente original: http://www.jornada.unam.mx/2016/10/14/opinion/024o1eco

domingo, 23 de octubre de 2016

Sonet, cantado por María del Mar Bonet.



Sonet

(Bartomeu Rosselló-Pòrcel - Maria del Mar Bonet - Hilario Camacho)
Quan ella dorm el gaudi somnolent
del vell jardí vibrant de flors i nit,
passant per la finestra sóc el vent,
i tot és com un alenar florit.

Quan ella dorm i sense fer-hi esment
tomba a les grans fondàries de l'oblit,
l'abella so que clava la roent
agulla -fúria i foc- en el seu pit.

La que era estampa, encís i galanor
i moviment ambigu, és plor i crit.
I jo, causa del dol, de la dolçor

en faig lasses delícies de pecat,
i Amor, que veu, ulls closos, el combat,
s'adorm amb un somriure embadalit.

Sonet

(Bartomeu Rosselló-Pòrcel - Maria del Mar Bonet - Hilario Camacho)

Cuando ella duerme el disfrute somnoliento
del viejo jardín vibrante de flores y noche,
pasando por la ventana soy el viento,
y todo es como un alentar florido.

Cuando ella duerme y sin hacer mención
cae en las grandes profundidades del olvido,
la abeja sonido que clava al rojo
aguja -fúria y fuego- en su pecho.

La que era estampa, encanto y gallardía
y movimiento ambiguo, es llanto y grito.
Y yo, debido al duelo, de la dulzura

hago la seis delicias de pecado,
y Amor, que voz, ojos cerrados,
el combate, se duerme con una sonrisa embobado.

sábado, 22 de octubre de 2016

Hoy (11-07-16) llega FreedomPop, con llamadas y WhatsApp gratis “para siempre”. La operadora estadounidense se estrena en España con una franquicia mensual sin coste de 100 minutos de llamadas, 200 megas de datos y WhatApps ilimitados

FreedomPop, la operadora estadounidense que presume de ser la única compañía que ofrece el gratis para siempre en el móvil, se estrena este martes en España. Su oferta de lanzamiento es una franquicia mensual gratuita que incluye 100 minutos de llamadas de voz, 200 megas de navegación y 300 SMS gratis y, lo que es aún más reseñable, el uso de WhatsApp ilimitado (para mensajes de texto y llamadas), ya que cuando se utiliza este servicio de mensajería instantánea la operadora no lo carga como consumo de datos.

Si el abonado desea ampliar ese límite de datos y llamadas incluido en la franquicia puede adquirir uno de los cuatro planes de pago que va a comercializar la compañía en España, y que suponen rebajas de entre un 20% y un 50% sobre las tarifas medias ofrecidas por los operadores españoles, según los cálculos de FreedomPop.

España es el tercer país donde se lanza esta revolucionaria idea, ya que hasta ahora solo funciona en Estados Unidos y Reino Unido. Sus promotores han elegido España precisamente porque es el país europeo que más usa el WhatsApp, el principal reclamo de su oferta gratuita.

Para utilizarlo hay que darse de alta en el servicio a través de la web FreedomPop.com/Espana, solicitando una tarjeta SIM, que también será gratuita en el periodo de promoción, e insertarla en el dispositivo móvil, ya sea un smartphone o una tableta. Después hay que descargarse la aplicación de FreedomPop, disponible tanto en Android como en iOS, puesto que las llamadas y mensajes son a través de Internet por tráfico de datos, como ocurre con las de WhatsApp. La contratación es solo posible vía web –no hay servicio telefónico- y la compañía tramitará los pedidos por orden de llegada.

Y, ¿de qué vive una compañía que ofrece servicios gratis? FreedomPop rentabiliza esos servicios a través de los planes de pago porque su filosofía es que cuando los usuarios utilizan su oferta gratuita y se dan cuenta de que funciona, acaban contratando una tarifa. En Estados Unidos y Reino Unido, donde la operadora dispone de dos millones de abonados, la mitad de ellos ha contratado un plan de pago.

Además, vende otros servicios de prestaciones extra como un segundo número de teléfono, descuentos para llamadas internacionales en más de 100 países, antivirus online y aprovechamiento de los datos sin usar para el mes siguiente.

Los cuatro planes disponibles en España son: por 4.99 euros, el usuario dispone de 200 minutos de llamadas, 1Gb de datos y 500 mensajes de texto; por 8.99 euros, llamadas y mensajes son ilimitados y 2Gb de datos; el plan de 15,99 euros incluye llamadas y mensajes ilimitados y 5Gb de datos; y el más caro, el de 28.99 euros, ofrece llamadas y mensajes ilimitados con 10Gb de datos. Todos los planes de pago como ocurre en el caso del básico también incluyen tráfico de datos ilimitado y gratuito de WhatsApp para llamadas y texto (no para envío de vídeo).

Coincidiendo con la promoción de lanzamiento, FreedomPop ofrece gratis a todos sus usuarios 2Gb de datos y consumo ilimitado tanto de WhatsAppcomo de texto y llamadas durante el primer mes. La SIM de FreedomPop también incluye roaming sin costes adicionales con las mismas tarifas en 25 países, incluyendo, entre otros, EE UU, Reino Unido, Alemania, Francia, Portugal e Italia. Los usuarios que traigan a un cliente obtendrán 20Mb gratuitos al mes.

“Queremos dejar bien claro que nuestra oferta gratuita es para siempre, sin engaños, a diferencia de lo que ocurre con muchos operadores que cuando hablan de gratuidad., en realidad, solo se trata de una promoción que dura unos meses”, señala a EL PAÍS Mark Tluszcz, consejero de FreedomPop y consejero delegado de Mangrove Capital Partners , el fondo de inversión que es el máximo accionista de la operadora.

Tluszcz asegura que han elegido España porque se trata de un país grande, con muchas expectativas de negocio, y “donde sale muy caro el móvil y FreedomPop tiene mucho recorrido para cambiar esa sensación”. La operadora funcionará con la red de dos operadores (Orange, entre ellos) y se plantea como objetivo alcanzar los 100.000 usuarios en los primeros meses y 500.000 en un año. No invertirá en anuncios porque confía en el “boca a boca” como ha ocurrido en EE UU, señala Tluszcz.

El primer objetivo lo tiene al alcance de su mano si los más de 100.000 usuarios que se inscribieron para probar la versión beta durante los últimos 2 meses deciden hacerse clientes.

Nacida en el 2012 y con sede en Los Ángeles, FreedomPop cuenta con 200 empleados y ya opera en EE UU y Reino Unido. Por el momento, están muy lejos de la rentabilidad, aunque tienen la confianza de los inversores. Intel Capital, Mangrove Capital Partners o el fundador de Skype, Niklas Zennstrom han destinado más de 100 millones de dólares al arranque del proyecto.

http://economia.elpais.com/economia/2016/07/11/actualidad/1468234601_506316.html?rel=lom

Los cuatro estilos de aprendizaje o el por qué algunos leen los manuales y otros no. Aprendemos en función de cómo percibimos la realidad y cómo la procesamos


Adaptadores, asimiladores, divergentes o convergentes son los cuatro estilos de aprendizajes, según David Kolb.

Hay personas que se leen hasta la letra pequeña de los manuales mientras que otros se lanzan a pulsar todos los mandos para ver qué ocurre. No es ni bueno ni malo. Simplemente, nos da pistas de nuestra manera de aprender. Veamos los cuatro tipos de aprendizaje que existen para identificar cuál es el tuyo.

Quieres hacer un viaje con tu pareja y uno de vosotros necesita leer hasta el mínimo detalle sobre el sitio a donde vais, mientras que el otro se pone de los nervios porque preferiría lanzarse a la aventura. O en una reunión de trabajo un compañero no para de dar ideas sin concretar nada, mientras que a otro le agobia no trabajar en una sola. ¿Has vivido algo de esto? Si es así, bienvenido a los diferentes modos de aprender y a sus dificultades (y oportunidades).

En 1984 un profesor universitario, David Kolb, descubrió que los adultos tenemos distintas maneras de aprender que dependen de cómo percibamos la realidad y de cómo la procesemos. Hay personas que captan la realidad fundamentalmente a través de la experiencia y otros, creando teorías. Los primeros son más empáticos y tienden a hacer varias tareas al mismo tiempo (multiplicidad). Es más, si no lo hacen se pueden aburrir soberanamente. Los segundos prefieren centrarse en una sola tarea, se manejan muy bien en la teoría y se perderían con varias cosas al mismo tiempo (unicidad).

Con respecto a la manera de captar la información, algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento). Pues bien, las anteriores características definen los ejes de las maneras de aprender y de los cuatro estilos. Veámoslos con algo más de detalle:

Adaptadores o los “hacedores”

Difícilmente leerán un manual. Son el resultado de la multiplicidad y la acción. Prefieren trabajar rodeados de personas y se buscan la vida para conseguir recursos y alcanzar resultados. Les gusta asumir riesgos y saben adaptarse a las circunstancias. En una empresa abundan en los departamentos de ventas. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿cuándo?

Asimiladores o expertos en la conceptualización

Su estilo es opuesto a los adaptadores. Son extraordinarios creando modelos teóricos y definiendo claramente los problemas. Les interesan más las ideas abstractas que las personas, por lo que no es de extrañar que destaquen en el campo de las matemáticas o de las ciencias. En una empresa pueden estar en posiciones de investigación o de planificación estratégica. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿por qué?

Divergentes o los reyes de las mil y una ideas creativas

Disfrutan analizando los problemas en su conjunto y trabajando con personas. Son empáticos, emocionales y ocurrentes. No es de extrañar que lancen un sinfín de propuestas diferentes en una reunión. En este estilo se encuentran artistas, músicos y todos los creativos en el mundo de la empresa. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿y si…? o ¿por qué no?

Convergentes o el poder de la aplicación en una sola cosa

Son los opuestos a los divergentes. Necesitan la aplicación práctica a las ideas para testar teorías o resolver problemas. Se pierden con muchas alternativas. Sin embargo, son excepcionales en situaciones donde haya un único camino para ser resueltas. Muchos ingenieros se enmarcan en este estilo de aprendizaje. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿para qué?

Como es de imaginar hay personas cuyo estilo de aprendizaje está más marcado que otros como, por ejemplo, Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory, quien es un asimilador total. Lo normal es que no sea así y que todos tengamos un poco de los cuatro aunque nos solamos sentir más cómodos con uno.

En definitiva, todos tenemos un estilo de aprendizaje que nos define más que otros y para desarrollarnos mejor en lo personal y profesional sería recomendable estar con personas que nos complementaran y cuyo estilo estuviera en el extremo del nuestro. Por ello, si eres de los que no lees los manuales, estáte cerca de quienes disfrutan haciéndolo (o viceversa). Porque más allá de este hábito, existe una manera interna distinta de percibir y de procesar la realidad que te puede ayudar a mejorar y a superarte a ti mismo en muchos otros ámbitos de la vida.

Las diez claves de la neurociencia para mejorar el aprendizaje

Cómo formar a profesores de élite

http://elpais.com/elpais/2016/10/10/laboratorio_de_felicidad/1476119828_530014.html

Hoy se cumplen 45 años del Premio Nobel al poeta comunista Neruda, un laurel de gloria para el pueblo


A primeras horas de la mañana del jueves 21 de octubre de 1971 decenas de periodistas se aglomeraron ante la puerta de la Embajada de Chile en Francia, ubicada en el número 2 de la avenida de La Motte-Picquet. Una noticia procedente de Estocolmo, anhelada durante largos años por Pablo Neruda y retrasada por las maniobras de la CIA en el marco de la guerra fría cultural, (más aquí) empezaba a dar la vuelta al mundo: la Academia Sueca había concedido el Premio Nobel de Literatura al creador de Canto general.

Acompañado por Matilde Urrutia y Louis Aragon, Neruda ofreció unas primeras declaraciones a la prensa, que interrumpió para conversar con el Presidente Allende por teléfono. “Quisiera que este Premio beneficie la lucha por la libertad en América Latina, la riqueza de la cultura latinoamericana y el desarrollo del potencial creador de nuestro continente”, comentó a los periodistas. Fue el tercer escritor latinoamericano y el sexto en lengua española que logró un galardón que entonces estaba dotado con cuatrocientas cincuenta mil coronas suecas, unos noventa mil dólares. Una parte la donaría a su Partido para la compra de la nueva imprenta de la sociedad Horizonte.

Aquella misma tarde, Augusto Olivares, director de Televisión Nacional, logró conversar por teléfono con Neruda, quien le manifestó: “Estoy como aplastado… pero aplastado por una felicidad que me desborda”. “Este premio se lo dedico a todos los chilenos. Ojalá que se sientan tan orgullosos como yo”.

En Chile, el Premio Nobel fue acogido como un gran logro nacional. A la una de la tarde, el Presidente Allende leyó una declaración ante los medios de comunicación en la que destacó: “Este galardón, que incorpora a la inmortalidad a un hombre nuestro, es la victoria de Chile y de su pueblo, y, además, de América Latina”. “Por la poesía de Neruda pasa Chile entero, con sus ríos, montañas, nieves eternas y tórridos desiertos…”. Destacó su condición de embajador en Francia del Gobierno de la Unidad Popular y de militante comunista. “Fue mi compañero de muchas giras, en el norte, centro y sur de Chile, y siempre recordaré con emoción cómo el pueblo, que oía nuestros discursos políticos, escuchaba con emoción, en un silencio expectante, la lectura que hacía Pablo de sus versos”.

Desde Arica a Magallanes, fue festejada la noticia procedente de la nieve de Estocolmo. El cardenal Raúl Silva Henríquez, el presidente de la Corte Suprema, los rectores universitarios, el presidente de la Central Única de Trabajadores y dirigentes de todas las tendencias políticas celebraron la noticia. “La buena nueva emocionó y conmovió a Chile, que sintió con orgullo nacional el alborozo por la suprema distinción literaria otorgada a un hombre suyo que ha sabido expresar con belleza y verdad el sentimiento más íntimo de su humanidad, la odisea de sus trabajadores, los antiguos sueños y las nuevas esperanzas de los pueblos de América Latina”, señaló con legítimo orgullo la declaración difundida por el Partido Comunista. El Premio Nobel era “un laurel de gloria sobre la frente de toda nuestra Patria”.

En el mundo de la cultura la reacción también fue unánime. El científico Alejandro Lipschutz proclamó que solo por haber escrito Alturas de Macchu Picchu ya merecía tal honor. “El más grande poeta de la hora contemporánea ha recibido un premio que merecía desde hace treinta años (…) ha sido reconocido el talento americano y universal de poeta que ha cantado todos los temas de la tierra y del hombre”, afirmó, por su parte, Volodia Teitelboim. En Parral, las autoridades municipales ordenaron que se engalanara la ciudad con la bandera nacional y visitaron el museo local, instalado en la que fue casa natal del poeta. En la Población “Pablo Neruda” de Conchalí, la emoción embargó a sus modestos habitantes, que también enviaron un telegrama al poeta.

La prensa internacional acogió de manera favorable la noticia. El 22 de octubre, The New York Times le dedicó una página y uno de los artículos portaba un título que debió llenarle de orgullo por la mención a uno de sus poetas predilectos: “Un Walt Whitman latinoamericano”. Por su parte, el diario comunista francés L’Humanité destacó: “Es, sin duda, el más universal de todos los poetas”.

El sábado 23 de octubre, Pablo Neruda dirigió, a través de las cámaras de Televisión Nacional, un mensaje de agradecimiento a su país. En primer lugar, al Presidente Salvador Allende y a su esposa, Hortensia Bussi, también al Cardenal Silva Henríquez y a los mineros, a los campesinos, incluso a los carteros… “por los centenares y centenares de telegramas que he recibido”. Su mensaje finalizó con un fervoroso llamamiento al compromiso del pueblo chileno con la Unidad Popular.

Aquel mismo día, TVN grabó en su residencia oficial una conversación con Gabriel García Márquez. “Quiero mandarle al pueblo chileno una felicitación por la merecidísima distinción que se ha hecho a un poeta que, para mí, es el más grande poeta del siglo XX, en todos los idiomas”, dijo el novelista colombiano, quien obtendría el Nobel en 1982.

Mario Amorós es autor de la biografía Neruda. El príncipe de los poetas (Ediciones B, 2015).

viernes, 21 de octubre de 2016

Tengo 26 años y dos grados superiores, y acabo de volver de la vendimia en Francia. En mi vida laboral, nunca he tenido un contrato fijo.

Tengo 26 años, soy de Ciudad Real, estoy graduado en Telecomunicaciones y en Animación Deportiva y acabo de regresar de la vendimia en Francia.

Sobre el papel, lo de pasar quince días seguidos recogiendo uvas puede sonar duro. Pero en España ya había trabajado en la campaña de recogida de melones y sandías, por lo que, en comparación, el tamaño de las uvas no era gran cosa. Y, además, había otra motivación indiscutible: en Francia se gana casi el doble por cada hora trabajada.

Un amigo que estudió de Erasmus en Francia llevaba tres años acudiendo a la vendimia, por lo que este año me invitó a apuntarme. Como nunca he tenido un contrato fijo, sino que llevo varios años enlazando contratos temporales, ningún compromiso me impidió hacer la maleta y probar suerte.

Al final nos apuntamos seis ciudadrealeños, por lo que el viaje, más allá de lo laboral, ha sido una experiencia compartida, la de seis jóvenes obligados a alejarse de sus casas para salir adelante. Buena parte del trayecto la hicimos juntos en una furgoneta, por lo que pudimos apoyarnos mutuamente y, en algunos momentos, convertir las jornadas en algo divertido.

Nuestra primera parada fue una bodega de la región de Champagne, la zona en la que se elabora el champán. Sí, existe la probabilidad de que las uvas del champán con el que brindes las próximas Navidades las hayamos recogido nosotros.

No es la primera vez que trabajo en las cenas navideñas de los demás. Hace unos años tuve que marcharme a Inglaterra para otro trabajo temporal. En aquella ocasión, mi misión consistía en visitar criaderos de pavos, meter los animales en cajas y llevarlos al camión que los conduciría al matadero. Como podéis imaginar, esas Navidades no quise cenar pavo. Ni esa, ni las siguientes, porque aquella experiencia fue traumática y desde entonces reduje mi consumo de carne.

Volviendo a la vendimia, unas furgonetas pasaban a las ocho de la mañana para recoger a las quince personas que componíamos la cuadrilla en Champagne. Trabajábamos ocho horas recogiendo uvas, y aquello no tenía mucha historia. Era una versión de Tiempos modernos, la película de Charles Chaplin, pero entre vides.

En una vendimia, no hay manera de escapar al dolor en los riñones. Pero, al menos, en Francia las condiciones son mejores que en España. Además del salario superior (casi 10 euros por hora en Francia), nuestro patrón daba dinero a los empleados por sus desplazamientos. En España, en pocas empresas se preocupan por cómo llegas al trabajo. Luego, las horas extras estaban perfectamente estipuladas en el contrato y nos las pagaron religiosamente. En España, las empresas tampoco acostumbran a preocuparse por las horas extras. Y, para colmo, nuestro jefe nos pagó una cantidad adicional solo porque estaba contento con nuestro rendimiento.

Tras la intensa jornada en el viñedo, nos devolvían al lugar donde dormíamos: una parcela de nuestro jefe en la que plantamos nuestras tiendas de campaña. Para que os hagáis una idea, nuestra vida se parecía, en esas horas libres, a la de un camping: nos duchábamos, preparábamos la cena (pasta, lentejas y cosas así) y nos relajábamos.

Siempre tratábamos de llenar la tarde con actividades, porque así evitabas sentirte como una máquina. Por ejemplo, jugábamos al ajedrez o nos acercábamos a un lago para bañarnos. Otra de mis actividades favoritas consistía en buscar tiendas de segunda mano para comprar prendas llamativas a un euro y hacer la vendimia con ellas. Lucir estampados floreados entre las viñas generaba un efecto de lo más cómico. En un entorno tan áspero, aprendes a valorar las cosas pequeñas: uno de los mejores momentos del día era cuando abríamos unas latas de cerveza, unas bolsas de patatas y nos sentábamos a charlar.

El ambiente fue aun más singular durante nuestra segunda semana de vendimia, en Sagy. En este caso, la bodega elaboraba vino ecológico, aunque eso no supuso ningún cambio en la recogida de uvas. Lo que sí cambió fue la atmósfera del campamento, mucho más bohemia. Había hipsters barbudos, un escultor, dos griegos que habían hecho parte del trayecto desde su país en bicicleta, gente que tocaba la armónica, la guitarra, el acordeón...

Además, en este campamento los dueños de la bodega ofrecían todos los días un menú de comida ecológica. Eso sí, había que pagar siete euros, por lo que tampoco compensaba demasiado y mantuvimos nuestro régimen de latas y pastas.

La última noche, incluso, se celebró una gran fiesta, en la que elegimos a la reina y al rey de la vendimia. Nos paseamos por el pueblo contentos por haber acabado, y los vecinos nos jalearon y nos felicitaron por tanto esfuerzo. Aquello parecía la entrada de una tropa victoriosa tras una batalla.

Esa última noche, nosotros preparamos unas tapas para que nuestros compañeros probaran la comida española. También nos planteamos la posibilidad de enseñarles a preparar calimocho, pero nos contuvimos porque nuestros jefes, unos bodegueros tan concienciados con lo ecológico, probablemente lo habrían tomado por un sacrilegio.

Si tengo ocasión, el año que viene repetiré la experiencia. Porque viajar al extranjero siempre es enriquecedor. Y, además, se gana algo más de dinero. Aunque, quién sabe, quizás en los próximos meses consiga en España un trabajo estable.

Estuve a punto de conseguirlo al terminar mi Grado Superior en Telecomunicaciones. Trabajé como becario -por 500 euros al mes- durante unos meses en la televisión autonómica manchega. Pero mi continuidad era imposible porque ya estaban despidiendo trabajadores. Algo parecido le ha ocurrido a toda mi promoción: ninguno de mis compañeros, que yo sepa, está ocupado en algo relacionado con nuestros estudios.

De los vendimiadores que viajaron conmigo desde Ciudad Real, algunos se quedaron en Francia haciendo malabares en los semáforos -en un buen día, podían llegar a ganar 90 euros por hora-. Yo he vuelto a España para empezar un nuevo trabajo temporal. Por suerte, tiene que ver con mi segundo grado, ya que es de animador deportivo en un club de campo. La parte negativa es que solo trabajo los fines de semana.

Este texto, que había comenzado siendo una descripción sobre la vendimia, se ha convertido en un retrato del desmoralizador panorama laboral que encontramos los jóvenes. Normalmente se culpa a los políticos por ello. Y sí, yo les mandaría lejos de sus casas a recoger uvas, sandías, melones y pavos, para que así aprendan a comprendernos.

Pero no debemos volcar todas nuestras esperanzas en los políticos: ellos no tienen una varita mágica que vaya a solucionar las cosas de un día para otro. Pienso que, como sociedad, todos tenemos algún tipo de responsabilidad: los jefes deberían cuidar a sus trabajadores y los trabajadores deberíamos cuidarnos entre nosotros. Si queremos exigir a los políticos que nos ayuden, tenemos que ayudarnos entre nosotros. Si ellos no nos dan ejemplo, deberíamos dárselo nosotros.

Los jóvenes atravesamos una época complicada, sí. Pero no debemos desaprovechar ninguna ocasión para aprender, para convertirnos en mejores personas. El hecho de trabajar fuera, por ejemplo, a mí me ha ayudado a comprender a los trabajadores extranjeros que vienen a nuestro país. Debemos transformar nuestras dificultades en una energía positiva. Aunque eso jamás nos hará olvidar el dolor en los riñones tras una jornada en la vendimia.

Texto redactado por Álvaro Llorca a partir de entrevistas con Julián Tosina.

http://verne.elpais.com/verne/2016/10/10/articulo/1476094066_562751.html

Entrevista a Mia Couto, escritor mozambiqueño, blanco y luchador por la independencia. “Entré al Frelimo porque precisaban la poesía”

Página 12

Sus libros fueron traducidos a 20 idiomas y ha sido premiado en Brasil, Portugal y Estados Unidos. Era un blanco de 17 años cuando ingresó a la guerrilla independentista de su país.


Tranquilo, pausado, reflexivo. Así responde Mia Couto, escritor mozambiqueño y una de las personalidades más reconocidas de África en el mundo. Sus libros, escritos en el portugués que se habla en las calles de Mozambique, fueron traducidos a 20 idiomas y premiados en Brasil, Portugal y Estados Unidos. Antes de volcarse a la literatura, luchó por la independencia de su país junto al Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y ejerció el periodismo. En sus poemas, cuentos y novelas mezcla el universo tribal africano, los estragos de la guerra y el cuestionamiento a las convenciones culturales heredadas de la colonia. En diálogo con Página/12, Couto expone sus recuerdos de la infancia, los mundos que lo formaron y los retos de una joven nación que busca su rumbo mientras se enfrenta a fantasmas conocidos que aún la siguen acosando.

–¿Qué significa Mozambique para usted? 
 –Mozambique es una mezcla de algo que ya es y una cosa que va a ser, de algo antiguo con un proyecto. Nació hace cuarenta años como una nación única, olvidando que existían otras naciones. Dentro de su territorio había pueblos que tenían sus propias lenguas y sus propias historias. Mozambique es ya un Estado, pero busca crear una nación alrededor de esas naciones.

–La convivencia entre blancos y negros ha sido históricamente traumática en el África austral.
 ¿Cómo es haber nacido y crecido en Mozambique como un hombre blanco?
 –Por mucho tiempo estuve distraído, me había olvidado de mi propia raza, que es un privilegio. La colonización portuguesa también fue racista y violenta, a pesar de tener una historia diferente a la de los otros colonialismos. Pero nací en un tiempo en que el gobierno de Portugal buscó esconder esta discriminación creando una camada que se conoció como los asimilados, africanos considerados portugueses de piel negra. La sociedad colonial dependía de la propia supervivencia y ellos eran pensados como un tapón para la revuelta que ya estaba presente. Además servían como gestores de la maquinaria colonial. Portugal tenía un imperio grande pero era un país pequeño y pobre. Era casi un colonizador periférico. La presencia de esos asimilados estaba en los lugares donde nací y donde crecí, estuve en contacto con ellos. De chico aprendí una lengua africana y conseguí colocar un pie en un mundo y un pie en otro, sin ninguna dificultad en particular. Pero no era así de común para los hijos de los colonos. África estaba apartada, era una cosa oscura, salvaje, aunque nunca hubo una política oficial de separación como fue el apartheid. Otra cuestión diferente era la tierra. En Zimbabue, Sudáfrica y Namibia el apartheid no era sólo un tema de razas, sino también de tierras. Por lo tanto los negros fueron arrancados de sus lugares para concentrarlos en los llamados bantustanes. Eso nunca ocurrió en las colonias portuguesas, donde los conflictos raciales parecían suavizados, si bien las buenas tierras estaban en manos de los blancos, pero no separadas de esa forma, geográficamente, con la expulsión de los negros a otros lugares.

–Usted militó en el Frelimo.
¿Cómo fue aceptado un hijo de colonos portugueses en un movimiento liderado por negros que luchaban por la independencia?
 –Tenía diecisiete años cuando me uní al Frelimo. Era una cosa clandestina, subterránea. Recuerdo que fui a un encuentro en los suburbios, de noche, algo que hoy no podría volver a hacer, aunque en mi memoria siempre estoy volviendo a ese lugar. Era una casa sin luces, con cuarenta personas. Yo era el único blanco. En la mesa, donde había una suerte de jurado, se decidía quién podía ser aceptado como integrante. Aquellos hombres contaban sus historias, era como una prueba, una narración de su sufrimiento, una cosa medio cristiana. Vi ese desfile de hombres que había sufrido el hambre, el frío, la prisión y la tortura. Y yo no había padecido nada, era un privilegiado. Pensaba decir que había sufrido porque vi sufrir a los demás. Pero fui el último en ser presentado y no logré decir nada. Uno de los hombres en la mesa me preguntó si yo era el joven que escribía poemas en el diario. Me dejaron entrar porque decían que precisaban de la poesía. Nunca sentí en esos tiempos de militancia alguna cosa que me separara de los negros o que les generase desconfianza. Después me di cuenta de que si hubiese querido combatir con un arma en la mano, como en una guerrilla, no habría sido aceptado. Dentro del Frelimo había una línea no racial, pero también otra de definición racial, que sostenía que no se podía confiar en los blancos al punto de darles un arma, porque eso los obligaría a enfrentarse con los blancos que luchaban del otro lado. Y en el momento que eso ocurriera no se sabría qué consecuencias tendría.

–La cuestión racial pesaba más que la ideológica.
 –Era un discurso falso. También se decía que los blancos no podían estar en la lucha armada porque si morían serían presentados por los portugueses como rusos, lo que probaría que el movimiento era conducido por la Unión Soviética. Había tensiones entre las distintas líneas dentro del Frelimo, donde estaban aquellos que ponían la cuestión racial sobre lo ideológico. Hoy en día la cuestión racial tiene un peso mucho menor en Mozambique que en Sudáfrica o Zimbabue.

–En su libro Tierra sonámbula está presente la guerra civil, que comenzó en 1977 y terminó en 1992, con consecuencias devastadoras para su país.
¿Escribir esa novela era una forma de exorcizar lo vivido o de denunciar lo ocurrido en ese enfrentamiento? 
 –Exorcizar. Fue el único libro que sufrí al escribirlo. Escribo porque me gusta. Tuve colegas y amigos que murieron de manera terrible. No era el caso de personas que murieron por una bala. Murieron dentro de autos que fueron incendiados. Durante un tiempo pensé que no era posible escribir un libro sobre la guerra, salvo cuando la guerra terminase, porque no tenía la fuerza para hacerlo. Después me di cuenta de que era una cuestión de supervivencia. Sentí que mis muertos me pedían que escribiera sobre lo ocurrido, para poder respirar y sobrevivir. De noche recordaba y quería parar de escribir, casi que rezaba para no recibir más inspiración.

–¿Qué recuerda de esa guerra?
 –Fue una guerra muy larga. Salíamos de casa todos los días, sin saber si tendríamos para dar de comer a nuestros hijos. Encontrábamos una fila pero no sabíamos qué se distribuía. Como no podíamos estar toda la mañana, dejábamos una canasta con una piedra encima. Ibamos a trabajar, volvíamos, y la piedra estaba en el mismo lugar. Respetaban el lugar, respetaban al otro. Eso nos daba algo de esperanza. Si esto dura una semana o un mes, ya es mucho. Pero fueron años así.

–¿Los portugueses ya habían dejado Mozambique?
 –Ya se habían ido casi todos en los primeros años. Mozambique tenía casi 250 mil portugueses. No eran tantos como en Angola, pero permanecieron entre 20 y 25 mil. Al ser una salida precipitada, y como ellos dominaban la economía y el Estado, fue un problema. A los 20 años dirigí el diario del gobierno, algo que no podía hacer bien. El futuro de toda una generación fue sacrificado. Muchos amigos míos, negros, blancos y mestizos, dejaron de estudiar para ejercer cargos de dirección. Fue un momento muy bonito porque los mozambiqueños se encontraron. En los primeros años era una cosa épica, íbamos a construir un país, un futuro, como si fuese posible cambiar el mundo entero. Había un proyecto político e ideológico bien claro, con muchos errores, que ahora son más fáciles de ver, pero con mucha exaltación.

–Nadine Gordimer y J. M Coetzee, por ejemplo, trataron en muchos de sus libros la realidad sudafricana durante el apartheid.
¿Cree que los escritores africanos se sienten obligados a exponer temas sociales ante la falta de instituciones fuertes o de poderes que fueron monopolizados durante un largo tiempo por pequeños grupos? 
 –Los escritores africanos asumieron muchos rótulos. Primero por una razón de orden político, porque se esperaba que asumieran ese papel de denuncia, de afirmación de un continente que fue negado, de una cultura y de una raza que fueron negadas. Después fue un rol más étnico, más exótico. Se esperaba que los africanos trataran temas como la magia y la relación con la naturaleza, como si lo africanos estuviesen más cerca de la naturaleza que de la cultura o la humanidad. Eso creó un círculo, porque sabían que en Europa se los publicaría si daban cuenta de esa autenticidad. No eran auténticos africanos si no hablaban de determinadas cuestiones. Infelizmente, la literatura africana depende de la valoración de las ex capitales coloniales, como Lisboa para la lengua portuguesa o Londres para la lengua inglesa. Si la escritura africana pasa la prueba, entra en el mercado. Ahora estamos en una época más feliz, porque los escritores más jóvenes están rompiendo con eso que se espera que ellos hagan. No están tan preocupados por reafirmar su africanidad. Ella aparece naturalmente.

–El portugués es el idioma oficial de Mozambique, pero no es la lengua materna de la mayoría de los mozambiqueños.
¿Esta realidad condicionó la recepción de su obra?
 –De alguna manera sí. Pero también hay que tener en cuenta que existen 25 lenguas en el país y que muchas no se comunican unas con otras. Si escribiese en otra lengua debería enfrentar el problema de la traducción. Lo que pasa ahora es que el propio portugués de Mozambique está cambiando, se está africanizando y está siendo apropiado. Por otro lado, cada vez más mozambiqueños están tomando el portugués como lengua materna. En ciudades como Maputo, casi la mitad habla el portugués. Cuando los portugueses se fueron con la independencia, había un 90 por ciento de analfabetismo, y en Maputo, donde se concentraba la mayoría, el portugués era la lengua materna del uno o del dos por ciento de la población. Está cuestión de trabajar el portugués como una lengua propia de la nación mozambiqueña fue cosa de la independencia. El recuerdo de los mozambiqueños no debe ser el mejor: los portugueses destruyeron casi todo cuando partieron de Mozambique. Mucha de la infraestructura fue destruida como forma de venganza. Pero no tanto en Mozambique como en Angola, porque en Mozambique casi no había infraestructura. Era una economía de servicio, no había producción propia.

–La comunidad de países lusófonos es pequeña.
¿Qué papel juegan Brasil y Portugal en el imaginario mozambiqueño?
 –La situación es muy distinta en Cabo Verde, Santo Tomé, Guinea Bissau o Angola. En Angola, la mayoría de la población habla el portugués como lengua materna. Más de la mitad de la población vive en Luanda, la capital. Es una situación de concentración extrañísima. Luanda es como un país aparte, con sus propias características lingüísticas. En Mozambique hay relaciones de distinto tipo. Los vínculos literarios están más cerca de Brasil. Mi generación, y la anterior y la posterior, conocieron Brasil a través de Jorge Amado, Graciliano Ramos y todos esos nombres. No es algo menor. Brasil era lo que nosotros queríamos ser, porque ya había retirado a Portugal de su lengua. La lengua era portuguesa pero logró afirmarse con una identidad propia. En el caso de Jorge Amado era la presencia del negro, de las comidas, del baile, de los dioses. Era como si estuviese escribiendo dentro de Mozambique. Su literatura era catártica. Portugal sigue teniendo un gran peso en el fútbol. Todos tienen un equipo en Portugal como si fuera propio. Ahora ya comenzó a cambiar con el Barcelona y el Real Madrid. La relación culinaria también es muy fuerte entre los pequeños grupos de elite de urbanos asimilados.

–¿Cuándo dejó de ser António Emílio y pasó a ser Mia?
 –Cuando tenía dos años, según mis padres, pensaba que era un gato. De chico vivía en una casa colonial típica y siempre llegaban gatos al balcón. Mi madre les daba de comer y yo comía con ellos. Entonces quería ser llamado Mia y quedó. Mis padres validaron esa elección, porque vieron en eso algo gracioso y entendieron que yo tenía derecho a encontrar un nombre para mí.

–Usted afirmó haber sido influenciado por el realismo mágico latinoamericano.
¿Se le ocurre algún paralelismo entre África y América latina?
 –Hay un enfrentamiento entre aquellos que quieren construir en África y en América latina una Europa tropical, a partir de un centro que serían las potencias coloniales, y una resistencia del lado de las culturas y los pueblos indígenas. La efervescencia de ese conflicto tuvo algo que para mí fue muy productivo, porque ahora existe un enfrentamiento entre lógicas, entre universos íntimos, cósmicos, entre religiosidades diversas. Esa vitalidad llegó a la literatura y golpeó la puerta de los escritores, que en determinado momento pensaban que el modelo europeo era el único para hacer literatura. Escritores como Juan Rulfo, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez abrieron las puertas a esas voces, a la oralidad, a esa otra vitalidad que estaba presente. Lo mismo ocurrió en África, donde hubo cierta aceptación de esa diversidad. Pero me opongo a ese rótulo de realismo mágico porque toda realidad es mágica. Muchos escritores americanos y europeos trabajan el mismo campo, se permiten cuestionar la realidad. Creo que fue algo que se precisó caracterizar para poder ser comprendido.

–Entre los pueblos africanos el relato oral está mucho más extendido que el relato escrito.
¿Incorpora esta tradición al momento de escribir sus novelas?
 –Desde chico que estoy acostumbrado a escuchar mientras leo. Cuando me apasiono con un texto tengo dificultad para leer, porque me veo obligado a volver a las páginas, una y otra vez. Se abre una ventana para las voces contenidas. Lo mismo me pasa con la poesía, que es más permisiva, que autoriza este tipo de escuchas. No es que la oralidad sobrevive en Mozambique, sino que es dominante. Es la que crea lazos de entendimiento, la que cohesiona a la sociedad. De la misma forma que García Márquez describió Colombia, los escritores mozambiqueños reciben de la oralidad toda esa inspiración. Algunos tienen más presente que otros la oralidad de esa sociedad rural. En mi casa también era dominante, porque soy hijo de inmigrantes y mis padres siempre contaban historias. Vivíamos solos, no conocíamos a nuestros abuelos.

–¿Cree que a través de su obra literaria ha logrado mostrar o crear una identidad mozambiqueña?
 –No necesariamente un escritor trabaja en reflexionar o crear, sobre todo porque Mozambique está lleno de interdicciones en la memoria. Hay olvidos que son provocados. Si uno viajaba a Mozambique después de terminada la guerra, en 1992, nadie hablaba del asunto, era como si nunca hubiese ocurrido. Era un tiempo prohibido. Nadie quería recordar eso, así como tampoco la guerra colonial ni la esclavitud. En el ejército portugués la mayoría de los soldados eran mozambiqueños negros, cerca de 60 mil. Cuando terminó la guerra de independencia nadie quería pensar en eso, porque esas familias tenían redes enormes y querían evitar una situación de conflicto. Ahí la literatura cumple un papel, porque invita a rescatar ese tiempo de una manera que no culpabiliza, y transforma ese sentimiento de amnesia, de rechazo, en una visita que ayuda a re humanizar al otro. A construir un país.

–¿El periodismo fue más un compromiso militante?
 –Me mandaban a hacerlo. En ese momento interrumpí mis estudios de medicina. Soñaba con ser psiquiatra. En segundo año, cuando me uní al Frelimo, me necesitaban como periodista. Incluso en tiempos de dictadura fui infiltrado dentro del diario. Me gustó mucho trabajar como periodista. Mi padre también lo había sido. Cuando hacía reportajes o entrevistas era muy feliz. Pero después me convertí rápidamente en director del diario, lo que fue una tragedia. Además en 1985, aproximadamente, me di cuenta de que había un divorcio entre la narrativa política y la propuesta política. Me decepcioné un poco de la que era mi propia causa. Todavía siendo militante me fui del diario.

–¿Sigue identificado con el Frelimo?
 –En cierto momento, cuando uno es miembro de un partido, ve el mundo de una forma poco crítica. Uno cree que está siempre del lado correcto de la historia. Me parece que la realidad es mucho más compleja que la realidad mágica detrás de una fuerza política. Entonces decidí ser simplemente una persona y no un militante.

–¿Se lo perdonan en el Frelimo?
 –El Frelimo a veces piensa que aún soy parte de él. Tengo una exposición pública, es decir, me presento en conferencias, colaboro con diarios, tengo actividad en universidades. Y tengo también una posición política. Pero no ataco a personas. Lo que quiero es cuestionar ideas, tendencias, comportamientos. No me consideran peligroso. Mozambique ha pasado de ser una colonia a un país soberano. Ha atravesado una guerra civil y ha logrado rencauzar su economía.

–¿Cuáles son los desafíos más urgentes que enfrenta hoy en día?
 –En primer lugar, la paz. La guerra recomenzó a escala reducida. Los mismos bandos de la guerra civil están luchando ahora mismo. La Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña, opositora al Frelimo) está atacando desde hace unos meses autos, escuelas, hospitales, matando personas, tal como en la guerra civil. Comenzaron nuevamente las conversaciones de paz. La Renamo quiere gobernar en las partes de Mozambique donde obtuvo más votos. Mozambique fue un caso ejemplar. Fuimos capaces de construir una paz verdadera, de reconciliarnos, después de aquel trauma que duró dieciséis años. Y de repente tenemos la guerra a las puertas de casa. Esa es la urgencia principal, porque tiene consecuencias en la ciudadanía, en nuestra esperanza y en la economía, porque nadie invierte en un país en guerra.

–¿Es optimista respecto a África? 
 –Soy un pesimista con esperanza. Ahora con esta gran crisis del capitalismo financiero, las cuestiones de orden tribal, los conflictos fronterizos, la desigualdad social profunda que casi todos los países tienen, van a tornarse dominantes en un momento en que África comenzaba a encaminarse. Países con una buena economía, que estaban tratando de reintegrarse, que tenían una buena asistencia social, con servicios de salud y educación creados por primera vez con seriedad, van a atravesar una crisis. África estaba intentando salir de su herencia colonial. No se vienen tiempos felices.

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-311947-2016-10-17.html

jueves, 20 de octubre de 2016

¿Cuál será el final?

Antonio José Gil Padilla

Sólo con los titulares de algunos artículos anteriores, publicados en distintos medios, podríamos describir la actual situación política. Los enunciamos aquí, con las fechas de su publicación, y con un breve comentario en cada uno de ellos:

El PSOE y sus problemas (21 de diciembre de 2014). Tras ser elegido Pedro Sánchez Secretario General en julio de 2014, con el apoyo de todos los dirigentes territoriales, no tardaron en lloverle las críticas. Ya por esas fechas de diciembre del mismo año, la “lideresa” andaluza manifestaba sus reticencias porque Sánchez iniciaba la marcha para presentarse como candidato a las elecciones de 2015. Se rompía el pacto según el cual ella le encumbraba para la Secretaría General, pero la candidatura a las generales sería para la tal Susana. En este tiempo, en el que escribo estas líneas, el PSOE ha reventado. Nunca pensé que la cosa llegara tan lejos, ni que el procedimiento para defenestrar a Sánchez fuera tan burdo.

Las claves de lo que fue un tremendo error político (15 de febrero de 2016). El error del pueblo que votó reiteradamente al PSOE a partir de 1982, bajo el engaño y el oportunismo con una máscara de falsa progresía, con un líder impostor que ofrecía el cambio, pero que defendió, y sigue defendiendo, los intereses de la oligarquía. Un individuo que, como está demostrando ahora, sin pudor, se ha integrado en el bando de los ricos, ejerciendo el papel de correveidile, y que ha sido el señuelo en este chapucero proceso al que estamos asistiendo. El pueblo se equivoca, y tarda 30 años en dase cuenta, pero entonces ya no hay vuelta atrás.

Hasta que la situación sea como quieren los de arriba (26 de febrero de 2016). Durante un largo período, la política ha funcionado, sin sobresaltos, como quería el poder real, la oligarquía. El bipartidismo alternativo ha venido siendo una forma cómoda para conformar al pueblo llano, pero unos “intrusos” han trastocado el panorama político, y eso les trae de cabeza. Y no han parado, después de un montón de intentonas, hasta conseguir destrozar al PSOE en beneficio del PP, fiel e incontestable defensor de los ricos. ¿Será esta la última “hazaña” de los de arriba?

Los políticos: sus actos y sus perfiles (29 de marzo de 2016). Desde el comienzo de este periodo postfranquista, el perfil de los políticos ha ido evolucionando hasta convertirse en un grupo acomodado, de baja talla intelectual, desconocidos, en su inmensa mayoría, por aquellos a los que supuestamente representan. Sus actos están condicionados por la voluntad de los de arriba. Este sí que ha sido uno de sus éxitos.

Acuerdos y desacuerdos (10 de abril de 2016). En todo ese proceso, que resumiremos más adelante, son pieza clave los acuerdos artificiales llevados a cabo con el grupo de Ciudadanos como comodín. También han sido relevantes los desacuerdos en el ala de la izquierda. Sánchez, “el rebelde” ha estado atado de pies y manos, impidiéndole sus colegas que se aproximara a UP.

Estos son otros títulos de escritos anteriores que son reveladores:

(26 de mayo)

Partido Popular (PP) o la continuidad franquista

Partido Socialista (PSOE) o el fin de la socialdemocracia

Ciudadanos (C’s) o el invento político más descarado de la oligarquía

Podemos o la esperanza del cambio.

(10 de septiembre)

La ineficacia de los políticos

La torpeza del PSOE.

Un burdo proceso

La aparición de Podemos, hace algo más de dos años, alertó a los actuales poderosos, y se pusieron en marcha. Temiéndose la ruptura de la alternancia del bipartidismo comenzaron a tomar medidas con la torpeza que históricamente ha caracterizado a la clase dominante de este país. En todo este proceso, hemos visto como se les ha caído la máscara a los que nos han estado mintiendo durante décadas, presentándose como izquierda política. Los de las chaquetas de pana de los ochenta se recrean ahora navegando en lujosos yates. Aquellos que se presentaban como socialistas se han hecho ricos. Todos estos, con González a la cabeza, han sido los cómplices de los poderosos para reventar al partido que les encumbró.

Primero intentaban forzar lo que llamaron Gran Pacto entre PP y PSOE. Algo que de haberse llevado a cabo entonces habría puesto en una situación complicada al PSOE, porque, a lo largo del periodo que se conoce como régimen del 78, ambas organizaciones han sido nominalmente antagónicas en este juego de la alternancia.

En vista de que esto parecía complicado, crearon un grupo, Ciudadanos, para contrarrestar “el efecto Podemos”. Más tarde han utilizado a este grupo-comodín para hacer de puente, pero los pactos han fracasado. Nunca han conseguido alcanzar el número de votos suficientes para lograr la investidura de los candidatos. Dos intentonas fracasadas de Sánchez y otras dos de Rajoy.

Los ataques permanentes a Podemos, y los intentos de potenciar las desavenencias internas, han fracasado, por lo menos hasta el momento. Lo que les quedaba era buscar la destrucción del PSOE. Hemos estado viendo y oyendo, durante semanas, declaraciones de viejos militantes pidiendo la abstención en el Parlamento para investir al candidato del PP. El detonante para la traca final ha sido la firme decisión de Sánchez para buscar una alternativa al gobierno del PP.

Lo han conseguido. El PSOE ha saltado por los aires a unos meses de una posible nueva convocatoria, salvo que se humille y le dé el gobierno al PP. A este partido le costará reorganizarse, si es que no desaparece del escenario político. Pero, ahondando en el análisis, ¿cuáles son motivos por lo que se abandona la posibilidad de un gobierno de progreso junto a otras fuerzas de izquierdas? El interés personal de algunos y la torpeza de otros se conjugan para lograr una situación tan desastrosa. Aquellos que fueron unos miserables en tiempos pasados han alcanzado una posición económica y social que les convierte en un grupo privilegiado, en sintonía con otros que también son instrumentalizados, y próximos a los que tienen el poder real. Un gobierno conservador, como el del PP, les beneficia. Todos ellos han dejado atrás la miseria económica pero no se han desprendido de la miseria humana.

Por otro lado, la estupidez de aquellos que han nacido y se han criado en el partido les hace manejables por la astucia de los más espabilados. Les conducen por el camino que otros marcan, aunque, como es el caso, les lleve a la destrucción. La flaqueza humana propicia el enfrentamiento entre bandas al estilo de los aficionados de equipos de fútbol rivales.

A pesar de tantas y tan burdas actuaciones, el asunto se les ha ido de las manos. La situación a la que hemos llegado es mucho más incierta que hace un año. Un partido que gobierna provisionalmente, y que una enorme mayoría social rechaza, inmerso en la corrupción. Otro destruido por sus propios dirigentes. Los de Podemos desorientados, con sus problemas internos y sin el brío necesario para potenciar la rebeldía de ciertos sectores que les siguen. Por último, C’s totalmente agotado como formación política después de fracasar tantas veces en su intento por mantener al PP en el Gobierno. Y el problema catalán que se hace más complejo cada día que pasa. Ante tal situación nos preguntamos: ¿Cuál será el final?

Nota: Los citados artículos se pueden consultar en http://ajgilpadilla.blogspot.com.es/

Polonia. La “Protesta negra”: masiva movilización de mujeres

Las masivas protestas de mujeres, sin precedentes en Polonia, han forzado al Parlamento polaco a abandonar inmediatamente sus planes de agravar la ley antiaborto. El partido Ley y Justicia (PiS) en el poder se ha rendido públicamente ante la explosión de la cólera social.

La ley de 1993, llamada de “compromiso” por los medios conservadores, liberales y socialdemócratas, es una de las leyes más restrictivas de la Unión Europea: la interrupción del embarazo solo se admite cuando la vida o la salud de la mujer están en peligro, cuando el embrión está gravemente enfermo o cuando el embarazo es resultado de un delito. En la práctica, incluso en tales casos, el aborto es inaccesible, pues se prolonga el procedimiento, se niegan a realizar la intervención basándose en una pretendida “cláusula de conciencia”, etc. Por ello, los abortos clandestinos florecen tanto como la emigración abortiva: según las estimaciones de las organizaciones feministas polacas, en Polonia se dan entre 80 000 y 100 000 abortos cada año, de los cuales solo unos cientos son legales.

La defensa de las mujeres por las organizaciones feministas y de izquierdas no había logrado movilizaciones hasta ahora. En el pasado mes de marzo, la tradicional manifestación organizada en Varsovia desde hace 17 años con ocasión del día internacional de la mujer, se desarrolló bajo el lema de “Aborto en defensa de la vida”. Como mucho, un millar de personas participaron en ella.

Movilizadas en la calle y en el trabajo
El pasado 23 de septiembre, la Dieta (cámara baja del Parlamento), en cuyo seno el PiS tiene una mayoría absoluta, decidió abrir el debate sobre un proyecto cívico de ley, ultraconservador, presentado por la organización Ordo Iuris. Este proyecto planteaba la introducción de la prohibición absoluta del aborto y penas de prisión para las mujeres que interrumpían el embarazo. Al mismo tiempo, la Dieta se negó a examinar el proyecto cívico “Salvemos a las mujeres”, inspirado en la legislación de la mayoría de los países de la Unión Europea, que intentaba liberalizar la ley actual y autorizaba el aborto hasta la doceava semana.

La decisión de la Dieta provocó una inmensa movilización en todo el país, sobre todo de mujeres,. Nadie se esperaba que la “Protesta negra”, por los vestidos negros y paraguas negros que portaban las manifestantes, tuviera una tal amplitud. El lunes 3 de octubre hubo manifestaciones en 143 ciudades y pueblos. En Varsovia, la concentración convocada en la Plaza del Castillo reunió a decenas de miles de personas a pesar de la lluvia. Muchas mujeres se vistieron de negro para ir al trabajo. En respuesta al llamamiento a una huelga de las mujeres, inspirada por la huelga islandesa de 1975, algunas mujeres no fueron al trabajo, otras sí, pero limitando el ejercicio de sus obligaciones profesionales: así una secretaria no respondía al teléfono.

Por tanto, es difícil estimar la participación en la protesta bajo sus diferentes formas. Según los medios, alrededor de 100 000 personas tomaron parte solo en las manifestaciones de calle. La encuesta realizado más tarde por Milward Brown para TVN indicaba que el 67 % de las mujeres y de los hombres apoyaba la protesta.

Arrebato en favor de los derechos democráticos
Por otra parte, el resultado de esta protesta masiva e inesperada era imprevisible: el PiS retiró su apoyo al proyecto fundamentalista que había apoyado dos semanas antes, y el 6 de octubre, la Dieta lo rechazó. El presidente del PiS, Jaroslaw Kaczynski, admitió en la Dieta que “observando la situación social”, se convenció de que el proyecto de Ordo Iuris “no es apropiado, que su efecto será exactamente el contrario”. Declaraba que “El PiS está y continuará estando a favor de la protección de la vida. Y va a emprender actividades en este sentido, pero serán actividades calculadas cuyo carácter permitirá realizar ese objetivo”. La Primera Ministra Beata Szydlo anunció que el Estado garantizará una ayuda social para incentivar a las mujeres a dar a luz y a educar a hijos con discapacidades.

La fuerza y la amplitud de esta protesta han sorprendido a todo el mundo. Tras cerca de 25 años de “paz social”, este año ha tenido lugar un cambio fundamental en Polonia: frente a las decisiones autoritarias del PiS se ha desarrollado un movimiento de masas interclasista, denominado Comité de Defensa de la Democracia (KOD). En las manifestaciones organizadas por el KOD, se reúnen decenas de miles de personas.

La “protesta negra” es una nueva y muy importante confirmación de que la tradición y la cultura de los movimientos de masas en defensa de los derechos y libertades democráticas están renaciendo.

 https://npa2009.org/

Traducción de Faustino Eguberri

– Viento Sur http://www.vientosur.info/ 

La secesión de los ricos. "La concentración de riqueza se ha estado produciendo en las sociedades democráticas y con un proyecto de Estado de bienestar"

Los ricos son cada vez más ricos. Esto no es ninguna novedad. Como decía san Vicente Ferrer (seguramente con mayor conocimiento de causa que cualquier agencia de rating), la avaricia va i vé, però mai es deté. (la avaricia va y viene, pero nunca se detiene.) La novedad es que la concentración de riqueza se ha estado produciendo en las sociedades democráticas y con un proyecto de Estado de bienestar.

Aunque la información no abunde —y la opacidad es una astucia de los verdaderamente ricos: ocultar su identidad, el volumen real de su fortuna y eludir la luz pública—, los datos son irrefutables: el periodo de crecimiento económico registrado desde mediados de los años noventa no se tradujo en una mejora de las rentas del empleo. Muy al contrario: la desigualdad salarial apenas cambió y los activos se concentraron en manos de los hogares más pudientes.

En concreto, más del 78% del valor de las propiedades inmobiliarias diferentes a la vivienda principal, casi un 88% del valor de los negocios por cuenta propia y más del 92% del valor de las acciones, está en manos del 20% de los hogares más ricos. El 5% más rico tiene el 31% de la riqueza, el 22% de las viviendas, el 57% de la riqueza financiera y el 22% de la renta. Son datos publicados en 2008 por el VI Informe FOESSA sobre la exclusión y el desarrollo social en España.

Este crecimiento (y sus consecuencias) vino en volandas de una ideología neoliberal que promovía la desregularización y la liberalización. Y lo hacía con una promesa: la riqueza generada, como la lluvia fina, acabaría empapando a todo el mundo. Era cuestión de esperar un poco. Pues bien, lo que el 99% sabemos hoy es que lo que ha llegado es un vendaval que arrasa nuestras condiciones de vida y las de nuestros hijos, que lastra el futuro de esta sociedad, y que, por si fuera poco, nos obliga a pagar los platos rotos.

El segundo mito sostiene que hay que tratar con indulgencia a las grandes fortunas, porque las riquezas por ellas generadas no solo son legítimas, sino que revertirán en la economía productiva y esta inversión redundará en el bienestar general. Por ello, seguramente, durante este periodo se eliminaron tipos impositivos, la economía sumergida se multiplicó por cuatro y el gasto social fue a la baja. No había que molestarles, no fuera caso que abandonaran el país, buscando los refugios que ofrece una economía globalizada. La experiencia ha mostrado que, como los cuervos, han cogido los granos del sembrado (léase economía productiva) para colocarlos en inversiones especulativas y en paraísos fiscales. Los técnicos del Ministerio de Hacienda vienen mostrando en sus rigurosos informes que la economía sumergida se sitúa en torno al 23% del PIB; y que la evasión fiscal de las grandes fortunas, corporaciones empresariales y grandes empresas alcanzó los 42.711 millones de euros en 2010. La impunidad consolida los comportamientos defraudadores.

¿Qué paisaje moral ha quedado después de todo? Esta es una cuestión crucial, ya que una sociedad también consiste en un entramado —frágil— de compromisos, contratos y consensos morales, como la “confianza”. Pues bien, los medios de comunicación muestran cada día los humores que desprende el campo de batalla: avaricia sin mesura, fascinación por el dinero fácil y rechazo a todo impuesto. El objetivo de acumulación sin límites ha tenido dos efectos: la secesión moral de los ricos (no tienen ninguna deuda social, ninguna obligación, ninguna responsabilidad personal, todo se lo deben a sí mismos) y la complicidad (a veces, indignada) de quien les idolatra.

La tarea económica es titánica, la política, gigantesca, pero la regeneración moral no es menos acuciante. Algunos (muy pocos, es verdad) de los que componen ese 0,1% de grandes ricos en EE UU o en Francia han dicho que quieren contribuir a buscar salidas. ¿Por qué no cunde el ejemplo por estas tierras? Quienes padecemos los recortes, no curaremos nuestras heridas, pero podríamos consolarnos al menos pensando que no utilizan esta crisis para ir aún más lejos: para desmantelar el Estado de bienestar.

Antonio Ariño es catedrático de Sociología de la Universitat de València.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/01/25/valencia/1327509435_910723.html

miércoles, 19 de octubre de 2016

A sangre fría. Sobre la situación de la clase obrera española

Salvador López Arnal


. Número de trabajadores y trabajadoras españoles que ingresaban menos de 300 euros mensuales en 2008 (inicio de la GEC-gran estafa crisis): 3.089.856

. Número de trabajadores que ingresaron menos de 300 euros en 2014 (se desconocen los datos de 2015): 3.694.852

. Incremento en esos seis años: casi 605.000 trabajadores.

. Porcentaje entre los asalariados de 2008 (19.310.627) que representaban los trabajadores/as con ingresos inferiores a 300 euros: 16%.

. Porcentaje entre los asalariados de 2014 (16.899.024) que representaban los trabajadores/as con ingresos inferiores a 300 euros: 22%.

. Incremento en puntos: 6. Incremento porcentual comparando porcentajes: 37,5%. Incremento porcentual comparando cantidades absolutas: 19,5%

. Grupos de edad en los que se concentraron estos trabajadores y trabajadoras con ingresos por debajo de los 300 euros en 2014: entre los 26 y 35 años, 955.185 (seguidos de la franja de 36 a 45 años). Grupo de edad donde existía esa concentración en 2008: entre 18 y 25 años: 908.773.

. Trabajadores con ingresos por debajo del salario mínimo interprofesional -655,20 euros, 14 pagas- en 2008: 27,8% del total, 5,3 millones

. Trabajadores con ingresos por debajo del salario mínimo en 2014: 35% del total, 5,8 millones.

. Incremento: en puntos 7,2. Incremento porcentual teniendo en cuenta porcentajes: en torno al 20%. Comparando valores númericos: 9,5%

. Causas: sucesivos contratos temporales, jornadas a tiempo parcial, una parte del año en el desempleo, bajos salarios cuando se trabaja, abuso de la temporalidad sin justificación, bajo salario mínimo interprofesional, marcado sesgo de género, etc.

. ¿Somos conscientes de lo que significa que un 35% o más de los trabajadores/as asalariados de nuestro país ingrese menos que el salario mínimo interprofesional?
¿Cuántos de estos trabajadores son trabajadoras?
¿Nos hacemos idea de lo que significar que el 22% de los asalariados ingrese menos de 300 euros mensuales?
¿Cuántos de ellos son asalariadas?
¿Cuántos derechos atropellados?
¿Qué tipo de vida llevan -pueden llevar- esos trabajadores y trabajadoras a lo largo del año?
¿Qué independencia pueden tener?
¿De qué dignidad hablamos cuando hablamos de trabajo digno?
¿A qué realidades se enfrentan?
¿Con qué medios?
¿Dónde se ubica la independencia real de muchas trabajadoras para romper lazos opresores?
¿Cuál puede ser su situación familiar en la mayoría de los casos?
¿Podemos o no podemos hablar de trabajadores en activos pobres, muy pobres?
¿Cuántos de ellos se ven abocados a la economía sumergida sin mínimos?
¿Cuántas horas de trabajo y desesperación?
¿No exige la situación más unidad y más apoyo fraternal que nunca?
¿Y los sindicatos que se dicen de clase?
¿Qué gana el conjunto de los trabajadores españoles con el abono y propagación de idearios secesionistas?
¿De qué pueblo hablan cuando se afirma en algunas comunidades por parte de fuerzas nacionalistas que “el pueblo unido jamás será vencido”?
¿Quién es pueblo en ese pueblo?
¿Un ciudadano de izquierdas puede apoyar, como si de tratara de Itaca, una salida nacional-nacionalista y sostener, sin rubor en el rostro y ronchas tóxicas en el alma, que los trabajadores y trabajadoras de otros territorios “menos desarrollados” se apañen como puedan, que nosotros nos lo montamos por nuestra cuenta mucho mejor?
¿Era eso, es eso?

Fuentes: Agencia Tributaria, El País, El Mundo, informativos televisivos.

La verdad sobre la Resistencia francesa: ni tan masiva ni tan francesa. El historiador británico Robert Gildea desmonta la versión oficial de lo ocurrido en Francia durante la ocupación nazi

El discurso nacional que Francia construyó después de la II Guerra Mundial es que el país fue liberado por la Resistencia, con cierta ayuda de los aliados, y que "salvo un puñado de miserables", en palabras del general Charles de Gaulle, el resto de los ciudadanos se comportaron como auténticos patriotas. Nada más lejos de la realidad. El profesor británico Robert Gildea desmonta esta imagen nacional, que se encontraba ya bastante resquebrajada, en su nuevo libro, Combatientes en la sombra, que traza un minucioso retrato de la ocupación en el que más que de Resistencia francesa prefiere hablar de "resistencia en Francia" por la enorme cantidad de extranjeros que se sumaron a la lucha contra el nazismo, entre ellos miles de republicanos españoles.

"Francia fue derrotada y ocupada por Alemania . Cuando fue liberada y unificada de nuevo, se crea una historia única que mantiene que todo el país alcanzó la libertad unido bajo el liderazgo de De Gaulle y ese relato fue propagado a través de medallas, ceremonias, títulos", explica Robert Gildea, profesor de Historia Moderna del Worcester College de la Universidad de Oxford, cuyo libro será publicado esta semana en España por Taurus en traducción de Federico Corriente. Los olvidados en ese relato no fueron sólo aquellos españoles que huyeron del franquismo, sino también judíos de Polonia o Rumanía, los comunistas, así como las mujeres, cuya labor como resistentes también ha sido infravalorada.

El libro todavía no ha sido publicado en Francia —está previsto para la primavera de 2017—, pero recibió excelentes críticas el año pasado en el mundo anglosajón en medios como The Economist o The New York Review of Books, cuya reseña firmada por el gran historiador de Vichy Robert O. Paxton se titulaba "la verdad sobre la Resistencia". Gildea, que ha publicado otros ensayos sobre la historia de Francia en los que estudia el mismo periodo, reconoce que la imagen ideal de la sociedad francesa había sido ya puesta en duda en películas como el documental La pena y la piedad o el filme de Louis Malle Lacombe Lucien, que tuvo como guionista al premio Nobel Patrick Modiano. Sin embargo, su estudio de 650 páginas, en el que maneja tanto fuentes documentales como entrevistas, es el más completo que se ha escrito hasta ahora desde un punto de vista crítico sobre la Resistencia durante la ocupación, entre 1940 y 1944. El enorme éxito alcanzado en Francia por las seis temporadas de la serie Un pueblo francés demuestra hasta qué punto sigue siendo un tema delicado y siempre actual.

"Tenemos que estudiar lo que ocurrió en Francia en el contexto de la lucha en Europa contra el nazismo, pero también del Holocausto y de la Guerra Fría. Mucha gente de la Resistencia combatió en las Brigadas Internacionales, son lo que Arthur Koestler, que compartió cautiverio con ellos, llamó La escoria de la tierra en un libro, gente que no tenía ningún sitio al que ir. Muchos republicanos se quedaron atrapados en Francia. Su objetivo era acabar primero con los nazis y luego con Franco, de hecho protagonizaron un intento fallido de invadir España en 1944. El relato simplista de la liberación nacional francesa sólo proporciona una parte de la historia, no toda", prosigue Gildea en conversación telefónica.

"El papel de los comunistas fue también muy importante, especialmente durante la liberación de París. Durante muchos años se produjo un enfrentamiento entre las dos versiones, la gaullista y la comunista. En 1944 los nazis capturaron a un grupo de resistencia que estaba formado por comunistas y judíos de Europa del este y lo utilizaron como propaganda diciendo que eran "criminales extranjeros", pero había algo de verdad en ello", afirma.

Combatientes en la sombra, no sólo estudia los grandes movimientos históricos, sino que está lleno de personajes como Jean-Pierre Vernant, uno de los grandes helenistas franceses, que fue un personaje muy importante en la Resistencia, pero que nunca quiso alardear de ello. Cuando acabó la guerra, durante la que se jugó muchas veces la vida, volvió a sus libros y a sus clásicos. También está Lew Goldenberg, hijo de revolucionarios rusos de origen judío cercanos a Rosa Luxemburgo, que se negó a aceptar el armisticio o León Landini, un joven toscano que participó en el descarrilamiento de un tren alemán en octubre de 1942 cuando tenía 16 años.

Y, naturalmente, están los republicanos españoles, no sólo los miembros de La Nueve, la mítica brigada que fue la primera en entrar en París en agosto de 1944 y cuyo papel fue silenciado durante años —ha sido necesario esperar hasta 2008 para que se inaugurasen placas que mostraban su recorrido—. En el libro aparecen combatientes como Vicente López Tóvar, nacido en Madrid en 1909, que pasó su juventud en Buenos Aires, luchó en la Defensa de Madrid y en la Batalla del Ebro y, tras escapar a Francia, participó en la organización del Maquis. "La Guerra Civil nos había endurecido mucho", relató el propio López Tóvar a Gildea.

"Después del desembarco de Normandía, en junio de 1944, se produjo una guerra civil dentro de la II Guerra Mundial, no sólo entre los resistentes y los nazis, sino también con la milicia, la fuerza paramilitar de Vichy", señala el profesor de Oxford. En cuanto a la ocultación del papel que tuvieron las mujeres, Gildea explica que sólo fueron galardonados con medallas aquellos que participaron en acciones bélicas, mientras que muchas mujeres trabajaron en la organización de la resistencia, un papel tan peligroso como el combate, pero nunca totalmente reconocido. Todo esto no quiere decir que los franceses no tuvieron ningún papel, pero no fueron los únicos héroes de aquella guerra.

NOTA:
Da la sensación de que hay, si no un complot, si una coincidencia en desvalorizar a Francia toda, desde su aporte a la cultura a su aporte a la liberación y progreso de la humanidad. Cierto que su ejercito sufrió un shock, pero hay que analizar el por qué. Qué hicieron las clases dominantes en Francia y cómo presentaron cara al nazismo; el general "héroe" de la I Gran Guerra en la práctica se entregó a Alemania y la política de defensa llevada a cabo, fue todo un fracaso,... También la política de defensa inglesa en su retirada de Europa fue una farsa, y la llamada batalla de Dunkerque (*) donde poco más de una docena de carros, no podían hacerle frente al Ejercito alemán con visos de éxito o ¿aquello no parecía un teatro?. Lo menos que se puede decir, por número de soldados, tanques y armamento puesto en juego, es que aquello no fue serio. Las clases dominantes claramente entregaron al país. Lo cual, después de la carnicería de la I G M., era muy fuerte. No se olvide que hacía poco del triunfo electoral del frente popular, con la euforia de las reivindicaciones que desbordaban al gobierno francés, las primeras vacaciones obligatorias de la clase obrera del mundo, etc. La guerra franco alemana pareció más una entrega (acordada?) que una encarnizada defensa de un país con una trayectoria que no gustaba a las clases dominantes. Lo que ya había ocurrido durante la guerra franco prusiana de 1871, ante el levantamiento popular de la Comuna de París, las dos burguesías, alemana y francesa, se pusieron de acuerdo en suspender su guerra para dirigir como aliados una que acabase con el éxito alcanzado por el pueblo de la Comuna de París.

Hay, por parte del neoliberalismo rampante una lucha contra los derechos ciudadanos conquistados a partir de la Revolución francesa. Y, como nos tienen acostumbrados, lo hacen por etapas, es parte de la estrategia, todo de golpe se haría muy evidente. Así, la minusvaloración de la resistencia, tan difícil y precaria, sería un primer paso para acabar desprestigiando en esta terrible y dura luchas de ideas -aunque camuflada- con el desprestigio de la ilustración y la Revolución Francesa de 1789. El revisionismo más burdo ya comenzó la tarea. Es la lucha contra la democracia como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. A cambio, los que gobiernan de hecho son unas élites al servicio del poder financiero, de los más ricos, para hacer una política a su favor, y lo están consiguiendo,...

La Resistencia Francesa fue, sin duda, y de forma inequívoca una gloriosa muestra más de la lucha popular por su libertad, a pesar de los poderosos enemigos que tenían en contra y de los "tibios amigos". Fue un duro y largo proceso desde una lucha casi exclusivamente popular, pues las clases privilegiadas estaban en su enorme mayoría (antes muertos que rojos) con la Francia de Vichy, hasta convertirse en una lucha nacional popular en la que fueron entrando -o apuntándose al caballo ganador- todas las clases.

El hecho de que en ella tuviesen un destacado papel, judíos del este, que no se resignaron como la mayoría oficial de su etnia -e incluso muchos dirigentes judíos colaboraron-, españoles republicanos y comunistas de múltiples países, no les quita ni un ápice de mérito. Al contrario, es un ejemplo de la solidaridad internacional y del internacionalismo proletario. Una página más que llena de gloria a judíos, comunistas y republicanos españoles, en la lucha por la liberación de los pueblos y la igualdad y fraternidad de los mismos.
(*) Luego de dominar Bélgica, los alemanes entran en Francia a través de las Ardenas. Las tropas británicas, junto a las francesas, son acorraladas y retroceden hacia el norte de Francia. Los alemanes ya habían ocupado Francia, pero aún quedaban muchos soldados británicos y franceses en el territorio. Estas tropas debieron retirarse por el Canal de la Mancha desde la ciudad de Dunkerque hasta Inglaterra.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/10/07/actualidad/1475858612_013991.html



¿QUÉ HACEN TODOS ESOS ESPAÑOLES DESFILANDO?"
La liberación de Toulouse, el 19 de agosto de 1944, fue coordinada por el fuerzas lideradas por Jean-Pierre Vernant, pero los republicanos tuvieron un papel esencial. De hecho, en regiones como el Perigor o ciudades como Foix fueron liberadas directamente por los españoles, cosa que De Gaulle no le hizo mucha gracia. Gildea relata que el general visitó Toulouse muy rápidamente, porque no quería perder un ápice de control sobre los territorios de los que iban siendo expulsados los nazis. Los republicanos participaron en el desfile de la liberación, con los cascos de los soldados alemanes pintados de azul. Cuando De Gaulle lo vio, exclamó: "¿Qué hacen todos esos españoles desfilando con las Fuerzas Francesas Libres?". Es un anécdota que, para el historiador británico, refleja el profundo cambio que se estaba produciendo en la narración de la Resistencia y en la toma de poder en Francia.
http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-08-18/los-espanoles-que-liberaron-paris-silenciados-y-olvidados-en-francia_177174/

La noche que murió la Revolución Francesa

Guadi Calvo
Se cebaban con los más débiles, los que ya estaban ensangrentados, hasta matarles, yo lo vi. 
Saad Ouazen
Hace cincuenta y cinco años,
 el 17 de octubre de 1961, entre 300 y 400 argelinos, de unos treinta mil, que se manifestaban pacíficamente, contra las leyes racistas que el gobierno del presidente, Charles De Gaulle, había impuesto, específicamente contra los ciudadanos de ese origen, y por extensión, contra todo ciudadano proveniente del Magreb, fueron cazados y asesinados en pleno París por la policía del régimen. Si bien los herederos de la Revolución Francesa la habían herido de muerte en los arrozales de Indochina, en las cuevas de norte de Argelia y en los bosques y desiertos africanos, aquella noche, en pleno Paris, le pegaron el tiro de gracia.

El hecho más oscuro que se registra en la ciudad luz, hasta hoy, no ha sido debidamente aclarado, y ni siquiera hay una nómina comprobable y segura de muertos y mucho menos de la totalidad de sus responsables.

El Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino, dirigido por Mohamed Budiaf y Ahmed Ben Bella, desde 1954, que libraba una guerra contra la dominación francesa, que había invadió su territorio en 1830, llamó a los miles de argelinos que entonces vivían en París, a manifestarse pacíficamente contra el toque de queda impuesto a la población magrebí por el prefecto Maurice Papon, quién durante la Ocupación nazi había sido el responsable del traslado de ciudadanos judíos de Burdeos a París, con posterior destino a los campos de exterminio.

El toque de queda prohibía a los trabajadores argelinos permanecer en la calle entre 20:30 y 05:30 y las cafeterías de musulmanes deberían cerrar a las 19 horas. Cientos de miles de ciudadanos se vieron entonces obligados a permanecer encerrados en sus precarias viviendas de los bidonville de Nanterre, Bezons, Courbevoie, Puteaux y Colombes, aunque ya estaban acostumbrados al acoso permanente de las rattonades (razias policiales).

La orden del FLN fue clara y rotunda, los manifestantes no debían portar ningún tipo de armas, y se invitaba a que participaran mujeres y niños, como garantes de que no habría de parte de los organizadores intensiones de violentar las normas. Además las columnas deberían transitar por las veredas, para no perturbar en tránsito de avenidas y bulevares.

Apenas iniciada la protestas, la policía de Papon comenzó la cacería por portación de piel, todo “pardo” o moro, que se lo encuentre en la calle sería detenido.

Los siete mil efectivos de Papon, junto a la Policía Auxiliar (APF) mejor conocidos como los Harkis de París, argelinos reconvertidos en anti revolucionarios que operaban contra sus connacionales, se habían preparados desde días antes, con el beneplácito de sus superiores lo que incluía la explicita aprobación de De Gaulle.

Apenas aparecieron los primeros manifestantes comenzó la represión, que dejaría según cifras oficiales 11730 detenidos y 3 muertos.

Los cancerberos de Papon se dispersarían acechantes por calles del Barrio Latino, los Grandes Bulevares, y los alrededores de Champs Elisées. Esperaban a los argelinos en las bocas del metro, en las terminales de buses. Sus mítines fueron atacados con extremas violencia, sin perdonar ancianos, embarazadas, ni niños.

En pocas horas los detenidos alcanzaría a casi a los 12 mil, todo estaba milimétricamente calculado, buses de la policía y autobús de la compañía RATP, habían sido requisados. En ellos trasportaron los detenidos al Hospital Beaujon en Vincennes, a la sede de la policía, al estadio Pierre de Coubertin y al centro de exposiciones. Los detenidos debieron sufrir hacinados durante días las golpizas y todo tipo de abuso policial, en deprimentes condiciones higiénicas, sin agua ni alimento. Los detenidos ni siquiera se atrevían a ir a los baños, ya que la mayoría que había osado intentarlo, jamás volvieron. Allí mismo fueron torturados, violados y muchos asesinados.

Como para cubrir las evidencias, unos días después el ministro del Interior, Roger Frey, antes del reinicio de la Asamblea Nacional, anunció el retorno forzado a Argelia de muchos de los “indeseable”, sin listas, sin poderse despedir de sus familiares ni tan siquiera recoger algunas de sus pertenencias; fueron deportados, aunque muchos de ellos, nunca llegaron a Argelia.

Sin recato frente las cámaras, ni a los periodistas y transeúntes, las policía masacró la protesta, los manifestantes fueron golpeados salvajemente, mientras otros fueron asesinados con armas de fuego a bocajarro.

Las calles de París se llenaron de muertos, charcos de sangre y heridos: hombres mujeres y niños fueron asesinados a golpes por la policía, otros lanzados mal heridos al Sena, tampoco fueron pocos los cuerpos que aparecieron ahorcados en Champs Elisées.

Aquí se ahogan argelinos.
Algunos días después de la represión, en los muros que bordean el Sena comienzan a aparecer unas extrañas pintadas que dice “ici on noie les Algériens” y a los días comenzaron a flotar en el Sena decenas de cuerpos, algunos con disparos y otros con evidentes signos de tortura, era claro que la matanza pergeñada por el perfecto Papon y bendecida por De Gaulle, se había ejecutado con “estilo”, se estima que por los menos fueron 150 cadáveres de argelinos recogidos en las aguas entre París y Rouen.

El presidente declaró que la masacre era “un asunto secundario” y dio por terminado el asunto conforme con los tres muertos iniciales. Envalentonados por la complacencia oficial el 8 de febrero del 1962, otra manifestación en contra de la guerra de Argelia y de la organización paramilitar OAS, (Organisation de l'Armée Secrète) terminó con una nueva masacre, conocida como “masacre de Charonne" (nombre de la estación de metros parisina) donde otra vez los hombres de Maurice Papon asesinaron esta vez a nueve militantes del sindicato CGT, la mayoría pertenecientes al partido comunista.

Como para terminar su obra macabra el 17 de junio de 1966, De Gaulle aprueba una la ley de amnistía que incluía: “Los actos cometidos en el marco de operaciones policiales administrativas o judiciales”, por lo que se impide cualquier tipo de investigación sobre las matanzas del 17 de octubre y de la estación Charonne, entre otras muchas violaciones a los Derechos Humanos.

Los sucesos del 17 de octubre 1961 impactaron de tal manera en la política francesa, que aceleraron las negociaciones que terminaron con los acuerdos Evian el 18 de marzo 1962, con que se da por finalizada la guerra de Argelia.

La matanza de octubre fue silenciada durante las dos siguientes décadas, hasta como los ahogados del Sena, comenzaron a emerger las evidencias incontrastables contra el prefecto Maurice Papon.

En 1981, el periódico Le canard enchaîné consiguió una serie de documentos donde se revelaba la participación de Papon en el exterminio judío. En 1998 después de diecisiete años de investigaciones y juicios fue condenado a diez años de prisión, aunque nunca recibió condena por los crímenes de octubre de 1961. Fue liberado en 2002 a los 92 años, por su estado de salud, aunque moriría recién en 2007.

De Gaulle iba a morir en 1969, y recibirían un pomposo homenaje durante sus funerales a pesar de haber asesinado a la Revolución Francesa.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.