martes, 3 de julio de 2018

Karl Marx (1818-1883). En el bicentenario de su nacimiento (XX) De nuevo sobre la dialéctica

Salvador López Arnal (editor)
Rebelión


La conferencia “La noción de ciencia en Marx y su trabajo científico” fue impartida en la Fundación Miró de Barcelona el 9 de noviembre de 1978. Fue corregida su transcripción por el propio Sacristán y publicada por vez primera en mientras tanto 1980; 2: 61-96 (posteriormente reimpresa en Sobre Marx y marxismo. Panfletos y materiales I, Icaria, Barcelona, 1983 pp.317-367). Se trata de uno de los ensayos filológicos y filosóficos marxianos más brillantes del autor de El orden y el tiempo. Aquí nos centramos en una parte del interesante coloquio que siguió a la conferencia (resumo las preguntas), en sus reflexiones sobre la noción de dialéctica y asuntos cercanos de metodología.

Se le pregunto ya de entrada sobre la supuesta metodología marxiana, “sobre la ausencia de una exposición sistemática de las características de ese método”, así como sobre la presencia creciente de la idea de globalidad en la obra de Marx y de ese supuesto método dialéctico en sus análisis económicos e históricos. Su respuesta

Era difícil responder. Se debería desmenuzar “un poco la cosa”. Por de pronto, él tenía la impresión de que lo mejor que había dicho Marx sobre cuestiones de método lo habçia publicado.

Quiero decir, me parece mucho mejor y más claro, por ejemplo, la página y media o las dos páginas del epílogo a la segunda edición del libro primero, a la que me he referido antes, que las casi cinco páginas largas en la Nueva MEGA del punto 3 de la “Introducción” inédita del 57. A mí me parece que cuando quiere profundizar más es cuando es más estéril en cuestiones de método.

En cambio, cuando brevemente y con espontaneidad contaba lo que había hecho le salíatextos bastante claros como fue el caso del epílogo deEl Capital. En cambio, sus desarrollos en borrador le parecían larguísimos forcejeos en los que iba obstaculizado por dos cosas: “una, por ser demasiado filósofo, por saberse muy bien a Hegel y por llevar en la cabeza el esquema este del método dialéctico, que es un equívoco en mi opinión, y luego, en el otro caso, por defecto”. Quería decir lo siguiente.

A mí me parece, argumentarlo sería muy largo y casi habría que argumentar a contrario, que la expresión “método dialéctico” es una expresión impropia, a menos que “método” se convierta en una palabra amplísima. Pero por método, ¿qué entendemos normalmente? Por método normalmente entendemos un conjunto de operaciones seriado, repetible, ordenadas y repetidas. Cuando decimos “método de los mínimos cuadrados” o, aunque no sea teórico, “método de las cámaras de plomo para la obtención de ácido sulfúrico”o estamos refiriéndonos a un sucesión de operaciones muy bien definidas que todo profesional en la materia puede repetir exactamente igual. O el método de multiplicar o de dividir o de sacar raíces cuadradas.

Cuando se hablaba del “método dialéctico” no se estaba hablando de eso. Por ejemplo

el método dialéctico se basaría en un uso de la negación. Bueno, pero absolutamente todo marxista de los que recogen este léxico hegeliano tal cual, a través de Marx, desde Gramsci hasta Althusser, todos ellos nos cuentan, empezando por Engels, que ahí negación quiere decir una cosa muy especial, no es una negación cualquiera. Es, como dice Althusser, surdeterminé, o como dice Gramsci, me parece que dice a veces cualificada o determinada, no lo sé... pero más o menos le ponen un calificativo a negación. ¿Qué negación es esa que no es simplemente el valor negativo? ¿Qué negar es ese que no es simplemente la verdad de una proposición que cuando es afirmada sea falsa o la falsedad de la proposición negada? ¿Qué negación es esa? Es una negación que no puedo yo utilizar como los demás. No es una negación truco aprendible, por así decirlo. Entonces método ahí no está usado en el sentido de conjunto ordenado de operaciones repetible por cualquiera. Está usado en otro sentido. Entonces no es método en el mismo sentido en que decimos método normal.

Este equívoco pesaba eternamente, enopinión de Sacristán, en Marx y, sobre todo, en los hegelianos. Estaban intentando poner a punto un método que no era propiamente un método sino una filosofía. Lo que querían era conseguir un conocimiento global, sistemático, en un sentido que tenía cierto parentesco con la teoría de sistemas contemporánea. Estaban llamando método a algo que era “un estilo mental que busca un determinado objetivo, con los métodos de cualquiera, con los trucos aprendibles por cualquiera”. Este equívoco era la causa -por exceso- de que no existiera un texto metodológico marxiano, sistemático y largo, que fuera “bueno, mientras que, en cambio, hay trocitos buenos cuando no pretende hacer un desarrollo largo”.

Había también una causa por defecto en su opinión: la falta de instrumentos, de métodos en sentido estricto, de técnicas, de trucos aprendibles.

Hay pocas cosas más angustiosas que ir pasando página tras página de cálculos torpes, equivocados, en los Grundrisse o en las Teorías, o en otros manuscritos de Marx, en los que se le ve intentando hacerse la mano para dominar con cálculos, con técnicas, con métodos, en sentido trivial, un problema. Hay una desproporción tal entre la amplitud, y ya que soy muy crítico en otras cosas déjame decir aquí palabras positivas, entre la genialidad de la visión y los instrumentos de que dispone, que aquí se produce me parece a mi una causa por defecto de su escasa clarificación metodológica.

No era una contestación muy global pero le parecía que había dicho algo que “creo poder decir con seguridad sobre tu cuestión”.

Sobre otra cosa creía poder opinar con cierta convicción, sobre si la razón de que no llegara a terminar nada fue el ir globalizando más cada vez. No estaba muy seguro. A élle parecía que cada vez Marx fue globalizando menos.

Quiero decir, que el camino intelectual de Marx es una reducción temática; que él, de joven, cuando intenta editar con el editor Leske, todavía piensa que puede escribir acerca del mundo entero y de algo más si cabe, mientras que poco a poco va reduciendo porque va descubriendo las dimensiones de los temas. Es decir, parece claro que hacia 1874, 1875, había renunciado definitivamente a escribir nada que no fuera intentar aclararse sobre su problema económico. A mí me parece que ha ido reduciendo la globalidad.

No en su ideal de conocimiento, que seguramente seguía siendo el mismo, pero sí en su trabajo real, en su práctica científica cotidiana. También creía que le había inhibido globalmente para todo, “igual para terminar los manuscritos económicos que para cualquier otra cosa”, una cierta percepción de que debíaa volver a empezar sobre la base de datos americanos y rusos.

Otro asistente destaca un error en los temas de las diferentes conferencias del ciclo. Sostiene que no se puede criticar a Marx como economista o como sociólogo porque lo que había hecho había sido “aplicar el método hegeliano invertido a la economía, a la sociología o a cualquier otra ciencia social”. Si acaso, se le podía criticar por la aplicación del método dialéctico a esos ámbitos. La pregunta formulada a Sacristán; qué opinaba de lo que había dicho. Citaba finalmente a Lukács como otro ejemplo de aplicación del método en Historia y consciencia de clase.

Sacristán empezó señalando que le acababa de dar su opinión.

Es un disparate lo que acabas de decir [...] La idea de alguien que tiene un método y lo aplica esto es la negación de cualquier actividad científica y Marx ha sido un gran científico. Un método no es un aparato con el que él lo aplica. A mí me parece que, en cambio, en tu primera fase, sí que hay una cosa vital para la comprensión de Marx, no para la comprensión de la filosofía de la ciencia o de la economía de Marx, para la comprensión global de Marx.

Efectivamente, Marx como científico era siempre redundante, nunca quedaba cogido en una ciencia. La motivación de su trabajo intelectual había sido manifiestamente una motivación filosófica y política, no una motivación científica. Una comprensión plena de Marx era necesariamente una comprensión global. Eso no quitaba que desde luego, una comprensión global que entendiera, que no fuera un disparate de pura palabrería, tenía por fuerza que entrar en cada detalle. No se podía aspirar es a comprender el todo sin conocer nunca ninguna de las partes.

Otro asistente preguntó si las dudas metodológicas de Marx se podían interpretar como un intento de buscar una nueva noción de ciencia por su parte, una ciencia que no fuera únicamente una ciencia descriptiva sino también una ciencia transformadora

En su opinión, no se podía interpretar así. Marx sabía perfectamente que la ciencia no era transformadora en cuanto a conocimiento, sino en cuanto a fuerza productiva.

Claro que Marx quiere transformar el mundo, pero como científico a quien pone la ciencia al servicio de algo le llama canalla, literalmente. No, esos son los marxistas de cierta clase. Los que hace esa confusión; Marx, no. Marx sabe que la ciencia como conocimiento transforma sólo al sujeto. Así, indirectamente, puede transformar al mundo. Marx sabe, además, que él no es sólo un científico. Él es la cabeza de un movimiento revolucionario. Esto es lo que no hay que confundir. Pero, como científico, sabe muy bien que 2 y 2 son 4 aunque eso sirva a la burguesía. Eso lo sabe perfectamente. Son sólo los malos ideólogos pseudomarxistas los que no lo saben.

De todos modos, añadía, lo que sí era un hecho, lo que sí estaba absolutamente justificado era aplicar constantemente la crítica a la ciencia existente. Quería decir: uno, ante la ciencia normal, no podía tener una actitud de pura pasividad, tenía que tener una actitud crítica. Ante cada producto de esa ciencia. Un producto científico no era nunca primariamente ciencia. Era primariamente un bien de uso y también un valor de cambio: “es un libro, es una publicación en una revista; es decir, lo que llamamos ciencia en sentido institucional y sociológico es un trozo de vida social que puede estar cargado de ideología, de política”. La ciencia en el otro sentido, la ciencia en el sentido en el que imperan sólo los valores lógicos era un contenido de ese producto cultural al que llamamos ciencia en sentido sociológico.

Se le preguntó de nuevo sobre el “método dialéctico” y la concepción de algunos economistas marxistas que ven la dialéctica como un procedimiento formalizable. Existían elementos para saber qué actitud tendrían hoy, Marx y Engels, ante la lógica formal.

No lo sabía. Marx fue un entusiasta de la matematización de la teoría económica. El juicio de Maurice Godelier “sobre que el pensamiento de Marx desemboca naturalmente, por lo menos el pensamiento de lo que Marx llamaba economía pura, en la matematización, no hay duda”.

La pregunta sobre la lógica era muy anacrónica verdad. Si se reformulaba históricamente, él opinaba que quizá Marx no hubiera sido capaz de darse cuenta de que las publicaciones de Boole eran una cosa importante.

Lo dudo porque ahí habría pesado, me parece, bastante, por el lado malo, Hegel. Ya he dicho antes que, en mi opinión, el peso fundamental de Hegel sobre Marx es positivo, es lo que le convierte en un científico, pero tiene sus resabios, como también he indicado. Y uno de ellos se refiere a dar como cosa obvia, trivial, sin ningún interés la lógica formal. Lo que repercute en escaso cultivo. Por ejemplo, hay cuestiones que Marx trata largamente como delicados problemas de pensamiento económico que son pura y simplemente cuestiones de lógica elemental. Toda la discusión, ahora no sé si los economistas se van a indignar y me van a atribuir la soberbia de filósofo, pero, en mi opinión, todos las largas discusiones críticas sobre que todos confunden, por lo menos Smith exotérico, el que no es esotérico, confunde capital variable con capital circulante, el constante con el fijo, etc. y eso páginas y páginas de texto en mi opinión innecesariamente profundo, yo creo que es una elementalísima cuestión de discusión de lo que los lógicos ya medievales llamaban fundamentum divisionis. Se podía liquidar en un párrafo que dijera: mis predecesores cambian el fundamento de su división cuando hablan de capital constante, porque unas veces usan como principio de la división algo referente a la circulación y otras veces usan algo referente a la organización. Por tanto, cambian de principio de división. Punto. Basta. Con sólo con que no hubiera despreciado tanto la lógica formal tradicional le bastaba un párrafo para esto y, sin embargo, son páginas.

Era verdad que siempre se era injusto cuando se criticaba a Marx el haber usado tantas páginas para una cosa simple. Había que tener en cuenta que en la mayoría de los casos lo que nosotros leemos eran borradores que Marx no había editado.

Lo más sensato y apreciable de las muchas contribuciones de Althusser es, en mi opinión, su manera de subrayar que una cosa es un texto editado por un autor y otra cosa es un borrador que se le ha quedado en el cajón, y que, en el mejor de los casos, según nos ha legado su hija, una de sus hijas -ahora no recuerdo cual, supongo que la mayor- eran papeles con los que Engels “ya haría algo”, que es una frase realmente no muy valoradora de los propios borradores verdad. Entonces es injusto criticar estos textos de Marx porque no son textos editados por un autor. Son unos papeles que él tenía y de los que al final, moribundo, dijo a su hija pues dile al General que haga algo con esto, que es todo lo que dice. Pero, en fin, salvada esta injusticia, yo creo que muchos largos desarrollos de Marx se podían reducir a pocas líneas con solo que hubiera admitido usar un truco aprendible en vez de la dialéctica de Hegel.

Un asistente le preguntó: ¡y por qué no lo hizo? Respuesta: “Por la convicción ideológica de tener con la visión de Hegel la clave de la comprensión del mundo. Lo cual es…!

El mismo asistente: Estábamos en la cuestión de antes. No se estaba queriendo hacer economía; lo que estaba queriendo hacer era aplicar su método. La respuesta: “Esto es, perdona que te diga, es una frase sin sentido. Porque aplicar método empieza por no tener sentido si no hay ni siquiera método”.

El mismo asistente: Sí, había método. Respuesta:

No hay una serie de operaciones ahí. Nadie puede saber cómo tiene que negar en la dialéctica hegeliana. Tú haz el siguiente ejercicio para darte cuenta de que el llamado “método dialéctico” no es un método. Tú coge y lee una página de Hegel y antes de pasar intenta adivinar lo que va a deducir en la página siguiente. Y antes contrata un psiquiatra, porque no vas a acertar nunca a menos que ya lo hayas leído, a menos que ya lo hayas leído no vas a acertar nunca. En cambio, si tú estás siguiendo una argumentación metódica de cualquier modesta ciencia, cuando pasas páginas sabes de qué más o menos por dónde va a ir.

El llamado método dialéctico no era un método, era algo mucho más importante que un método, era nada menos que una visión del mundo, no un método. Una visión del mundo no se aplicaba. “Una visión del mundo se realiza, se concreta. Para eso hay que trabajar, hay que trabajar de verdad. Es decir, no hay que decir el método se aplica. No, hay que trabajar”.

Mismo asistente: Era lo que hacía Marx, intentar aplicar el método. Por eso jamás Marx lo explicaba. Respuesta: “Pero hombre no te das cuenta que al decir eso incluso dices más de un absurdo, varios. Por ejemplo, anulas. Claro. Por ejemplo, dices el siguiente absurdo de anular la aportación de contenido de Marx. Es ridículo. Si economistas no marxistas y de calidad consideran que ahí no sólo hay un método sino contenido material importante de conocimiento, ¿cómo vas reducir sólo a método? No tiene sentido”.

Sigue el diálogo: La aportación venía como consecuencia de la aplicación del método. Qué diferencia a Marx de otros economistas le preguntaba a Sacristán. A ver qué les diferencia, le respondió. La respuesta: la aplicación del método (sentía volver al principio). La nueva respuesta de Sacristán: “Pero vamos a ver. Todo científico utiliza métodos, absolutamente todo científico”. El interlocutor: “¿Y cuál utiliza Marx?”

Sacristán, que entendió mal la última consideración, respondió:

Igual que utiliza Marx. En cambio, lo que le caracteriza no es los métodos, que esos son los mismo para todo el mundo. Lo que le caracteriza es la inserción de su trabajo en un punto de vista dialéctico que engloba mucho más campo y busca además una explicación añadida a la explicación de método. [Con] la utilización de métodos corrientemente en ciencia tú consigues: localizar los hechos de un campo de investigación y enlazarlos entre sí. Eso lo ha conseguido Ricardo, por ejemplo, y Marx coge esos hechos, más otros que él investiga, y los podría explicar como Ricardo. Hace la explicación que les da Ricardo, ahora estoy simplificando mucho, pero luego le añade otra explicación más, le añade una exposición más. Esa exposición más no es nada que uno pueda repetir mecánicamente como se puede repetir en principio un método. Eso es algo mucho más inspirado, mucho más artístico, mucho más filosófico, por así decirlo, es una visión del mundo social.

No era simplemente ciencia, era más que ciencia, con los riesgos de todo lo que es más que ciencia. !Como la religión es más que ciencia, todo eso es más que ciencia”. La ciencia era una cosa en realidad muy modesta, “sólo que es de una modestia muy peculiar que hace que los que estamos a favor de ella suframos mucho el disparate”.

Conviene seguir con esta categoría tan marxiana, tan hegeliana, tan filosófica.

lunes, 2 de julio de 2018

"Hay que convencer a la sociedad de que exija un mundo sin armas nucleares”. La directora de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, premio Nobel de la Paz en 2017, aboga por la prohibición mundial de las bombas atómicas

Cuando Beatrice Fihn recibió la llamada del Comité Noruego del Nobel el pasado octubre creyó que alguien le estaba tomando el pelo. La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), plataforma de ONG que dirige Fihn, fue galardonada en diciembre en Oslo por su infatigable labor contra las bombas atómicas. Fihn (Gotemburgo, 1982) comenzó a trabajar en la no proliferación y el desarme con una beca en la rama sueca de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad. Después se trasladó a Ginebra para convertirse en la directora ejecutiva de ICAN, cargo en el que cumplió cuatro años este domingo.

El proyecto principal de ICAN gira en torno al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, aprobado en julio de 2017 en la ONU con el voto favorable de 122 de los 193 Estados. El camino de la firma y la ratificación es más complejo. Hasta la fecha, 59 países lo han suscrito y solo diez (entre ellos México, Cuba y Venezuela) lo han ratificado. “El proceso es lento y complejo, pero tendremos las 50 ratificaciones necesarias para que el tratado entre en vigor”, explica Fihn durante entrevista celebrada este miércoles en Madrid, donde se reunió con algunos diputados y fue recibida por la alcaldesa de la ciudad, Manuela Carmena.

Pregunta: ¿Cómo puede funcionar un tratado que rechazan las nueve potencias nucleares?
Respuesta: Puede funcionar con o sin ellas. El mundo ha aceptado que cinco Estados tengan armas nucleares legalmente [EE UU, China, Rusia, Francia y Reino Unido] y otros cuatro de forma tácita [Israel, Corea del Norte, India y Pakistán]. El primer paso es crear la normativa que prohíba su existencia, como se ha hecho con las minas o las bombas de racimo. Luego será absolutamente necesaria la presión social para exigir la destrucción de las armas nucleares.

P: Sus defensores aseguran que su capacidad disuasoria ha evitado durante siete décadas cualquier enfrentamiento militar a gran escala entre los países que las poseen.
R: Que no haya habido una guerra entre las potencias nucleares no es evidencia de nada. La ONU ha tenido un papel fundamental en el mantenimiento de la paz. La capacidad disuasoria es un argumento que debemos rechazar por completo. Además del riesgo de que un Trump actúe instintivamente, no podemos olvidar la posibilidad de un accidente.

P: Jeremy Corbyn [líder laborista británico] ha sido un firme defensor de ICAN. ¿Sería algo distinto si él hubiera ganado las elecciones del año pasado?
R: No podemos esperar a un Corbyn, no podemos fiar el cambio a una persona o a un partido. Tenemos que llegar a todo el espectro ideológico y convencer a la sociedad globalmente de la necesidad de exigir un mundo libre de armamento nuclear.

P: Un estudio de la Universidad de Stanford reveló que el 60% de los estadounidenses estaría a favor de matar a dos millones de iraníes con un ataque nuclear para salvar a 20.000 marines.
R: La mayoría de los ciudadanos de EE UU cree en la doctrina de que la posesión de armas nucleares les convierte en más seguros por ignorancia; ni siquiera son conscientes de los miles de norteamericanos que han padecido las consecuencias de los cientos de ensayos realizados en Nevada. Necesitamos un movimiento similar al que despertó la matanza de Parkland [tiroteo en un instituto de Florida], pero ojalá que no sea un accidente o un ataque nuclear su germen.

P: Austria ratificó en mayo el tratado convirtiéndose en el único país de la UE y de Europa, junto al Vaticano, en hacerlo. ¿Cómo se logró?
R: Es un país con una fuerte tradición pacifista y antinuclear. El nuevo Gobierno [del conservador Sebastian Kurz] nos ha apoyado en todo momento. Esto no es asunto de derechas o izquierdas.

P: ¿Cómo se fuerza el cambio en Rusia o en China?
R: En esos países nuestros equipos trabajan más en el ámbito académico. Creemos que es el primer paso.

P: ¿Y en Israel, que ni siquiera reconoce oficialmente su capacidad nuclear?
R: Nuestra función principal allí es sacar a la luz la información. Los israelíes tienen derecho a saber qué armas se almacenan en su territorio y el riesgo que implica poseerlas. Las posibilidades de catástrofe se han multiplicado en los últimos años con el terrorismo o las armas cibernéticas.

P: ¿Tiene alguna fe en la desnuclearización de Corea del Norte anunciada por Trump? ¿Cómo podría llegar a verificarse?
R: No, no creo que mucho en la hoja de ruta de Trump, pero seguro que es mejor que estar amenazando con una destrucción sin precedentes. Existe un protocolo con todos los mecanismos necesarios para verificar la desnuclearización de un país, no necesitamos un proceso ad hoc creado por Trump.

P: Todos los miembros de la Alianza Atlántica han rechazado por completo el tratado. ¿Tiene alguna esperanza de que España se adhiera?
R: España ya fue valiente al rechazar [en 1986] la instalación y almacenamiento de armas nucleares. Es hipócrita que no apoye la prohibición de estas en todo el mundo. Los miembros de la OTAN no pueden pretender ser el adalid de los derechos humanos mientras apoyen el actual statu quo.

Fuente:
https://elpais.com/internacional/2018/07/01/actualidad/1530452832_925923.html

Conozcan a la "Docente del año", a quien la Casa Blanca no quiere que escuchemos

Mientras miles de docentes de varios estados del país se encuentran en huelga en reclamo de salarios justos y financiamiento adecuado para sus escuelas, una maestra, Mandy Manning, fue invitada a la Casa Blanca la semana pasada para recibir de manos del presidente Donald Trump el Premio 2018 a “Docente del año”. Si bien la prensa pudo escuchar las declaraciones de Trump, no se le permitió presenciar el discurso de aceptación de Manning. Lo poco que sabemos sobre lo que sucedió en el evento es gracias a una de las amistades de la docente, que grabó el discurso con un teléfono celular. En sus comentarios, Trump no mencionó que Manning enseña matemáticas e inglés a jóvenes inmigrantes y refugiados en el Centro de recién llegados de la escuela secundaria Joel E. Ferris ubicada en Spokane, Washington. Si el presidente lograra su cometido, muchos estudiantes como los que asisten a las clases de Manning ya no podrían ingresar a Estados Unidos.

En el histórico Salón Este de la Casa Blanca, bajo la atenta mirada de la multimillonaria secretaria de Educación Betsy DeVos y del secretario de Trabajo Alex Acosta, Manning expresó: “Me siento muy honrada de ser el vehículo para que mis alumnos puedan contar sus historias. Estoy aquí por David, un futuro especialista en tecnología que espera poder asistir a la universidad algún día. Estoy aquí por Tamara, que actualmente estudia el preparatorio de medicina en la Universidad de Eastern Washington. Estoy aquí por Safa y Tara, ambas futuras maestras de primaria. Estoy aquí por Solomon y Gafishi, quienes creen que Estados Unidos es el lugar donde han encontrado el centro de sus vidas, donde pueden tener sueños y la esperanza de ser alguien”.

Estas son algunas de las palabras de Mandy Manning que la Casa Blanca no quiso transmitir. No sabemos por qué no se permitió que la prensa estuviera en la sala. Tal vez no querían que los periodistas vieran los seis prendedores que Manning ostentaba en su vestido. Los prendedores de la docente incluían pins de la Marcha de la Mujer 2017, la bandera de la diversidad y el eslogan “¡Igualdad trans ya!”. Otro mostraba la frase “La vida comienza al final de tu zona de confort”.

Manning le llevó a Trump cartas escritas por sus alumnos especialmente para él. En una entrevista para Democracy Now!, la docente contó: “Tuve la oportunidad de entregarle las cartas de mis alumnos al presidente. También le pregunté si estaría dispuesto a visitar Spokane y conocer a mis estudiantes inmigrantes y refugiados, para ver lo asombrosos, dedicados y enfocados que son, y cuán productivos son como miembros de nuestra comunidad, como futuros ciudadanos de nuestro Estados Unidos”.

En la entrevista que nos brindó desde Spokane, Mandy Manning también leyó una de las cartas de sus estudiantes: “Estimado presidente Trump: Mi nombre es Yusif y soy de Irak. En enero de 2017 usted ganó la presidencia. [En ese entonces] yo debería haber llegado a Estados Unidos; sin embargo, como usted firmó la prohibición de inmigración, tuve que esperar hasta marzo. Mi madre ya estaba aquí en Spokane, Washington y no la había visto en cuatro años. Cuando egrese de la universidad seré un disc jockey, y si quiere saber más sobre mí y la historia de mi madre, puede ver nuestro video en YouTube. Busque ‘Maha Al’Majidi’ y haga clic en el video titulado ‘Refugiada iraquí se reúne con su hijo’. Atentamente, Yusif”.

Según trascendió, en enero, el presidente Trump habría comentado en la Oficina Oval: “¿Por qué vienen todas estas personas de estos países de m***?”. Los alumnos de Mandy Manning son ejemplos del por qué, y así lo explica la maestra: “Todos los estudiantes que vienen a mi clase tienen tres cosas en común. Están aprendiendo inglés, han escapado del trauma para buscar una nueva vida en nuestra nación y están enfocados y decididos a ser ciudadanos productivos de nuestro Estados Unidos. Y, lo más importante: les va bien”.

No es la Casa Blanca la que elige al "Docente del año", sino el Consejo de Directivos de Escuelas Estatales, una organización sin fines de lucro y sin afiliación partidista. Manning expresó: “A lo largo del año próximo, quiero que todos mis estudiantes sepan que estoy aquí por los estudiantes refugiados, por los estudiantes inmigrantes, por los estudiantes de la alianza gay-hetero y por todas las niñas a las que he educado a lo largo de los años; para darles el mensaje de que son queridos, de que son amados, de que son personas plenas y que ellos importan”.

En esta era de muros fronterizos y de prohibiciones de ingreso a los refugiados, en esta era de creciente rebelión docente de costa a costa, tenemos la suerte de tener a una luchadora como Mandy Manning, que defiende los derechos de los estudiantes de las poblaciones más vulnerables del país. Es posible que la Casa Blanca no haya querido que los medios oyeran su discurso, pero esperemos que el presidente Trump apague el televisor, se tome un descanso de los tuits y lea las cartas que ella le entregó.

© 2018 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.s

Fuente:
https://www.democracynow.org/es/2018/5/11/conozcan_a_la_docente_del_ano

domingo, 1 de julio de 2018

Cómo el apego puede moldear la personalidad de tu bebé.

En Pediatría, el apego es la conexión emocional que se desarrolla entre un niño pequeño y sus padres o cuidadores.

La teoría del apego fue desarrollada a mediados del siglo XX por el psiquiatra británico John Bowlby, cuya crianza como parte de la clase alta británica incluyó la pérdida de su amada niñera y su traslado al internado a una edad muy temprana.

Mary Ainsworth, su estudiante y futura colaboradora, ideó lo que se conoce como el procedimiento de la situación extraña, que consiste en separar brevemente a un niño de un año de edad de su padre, su madre o cuidador, y después reunirlos de nuevo, para poder observar de cerca su comportamiento durante cada reunión.

Estos experimentos en los que el bebé se estresa durante un corto tiempo, pero luego se elimina el estrés de manera inmediata, se relacionaron con observaciones en casa de relaciones padres-hijo, y de esta forma los investigadores crearon una especie de taxonomía del apego, donde se interpreta el comportamiento del bebé durante la situación extraña como un indicador de la calidad del vínculo con el padre.

“La situación extraña es muy importante porque investigaciones previas y repetidos estudios mostraron que lo que hacen los padres en casa o en situaciones diversas predice cómo se comportarán los niños en la situación extraña”, dijo Virginia M. Shiller, profesora clínica adjunta en el Centro de Estudios Sobre el Niño en la Universidad de Yale y autora del libro The Attachment Bond: Affectional Ties Across the Lifespan.

Un niño con un sentimiento generalizado de que es muy probable que el padre lo atienda, va a exigir su atención cuando el padre regrese. El niño puede estar molesto, pero se calmará rápidamente, consolado por su padre, y de esta manera manifiesta lo que se denomina “apego seguro”.

El apego, dice Susan Berger, psicóloga del desarrollo y profesora adjunta de Pediatría en el Hospital Pediátrico de Chicago Ann y Rober H. Lurie, consiste en “estar atento a tu hijo en los momentos de estrés para que sepa que, si está molesto, lastimado o enojado, alguien acudirá y hará que se sienta mejor para que pueda superarlo y pueda regresar a su mundo”.

Por otro lado, los niños que no han aprendido a esperar consuelo y alivio cuando están estresados manifestarán lo que se considera apego inseguro.

“Cuando la mamá o el papá regresan, los niños se dan la vuelta; se van gateando a otro lado o casi no miran a su mamá o a su papá”, dijo Shiller. Sin embargo, eso no es porque estén tranquilos. Los estudios han demostrado que estos niños también sienten el estrés por la separación, por su ritmo cardiaco acelerado y sus elevados niveles de hormona del estrés.

En otras palabras “aunque alguien podría decir: ‘Bueno, este es un niño independiente’, tenemos otros datos que muestran que el niño está estresado y está diciendo: ‘Voy a manejar esto por mi cuenta de alguna manera’”.

Este tipo de comportamiento independiente se ha denominado “inseguro-evitativo” en las investigaciones sobre el apego, mientras que a un tercer grupo de niños difíciles de tranquilizar que a veces exigen consuelo de modo agresivo o empujan con enojo a los padres se les ha clasificado como “inseguros-resistentes”.

Finalmente, sobre todo en niños que han experimentado estrés severo, cuidado institucional e incluso abuso, los investigadores identificaron un patrón que han nombrado “desorganizado”, pues los niños no parecen tener una estrategia consistente para responder a las separaciones y reuniones.

El apego en el desarrollo infantil y en la crianza no es lo mismo que la “crianza con apego”, la cual a menudo enfatiza la proximidad física literal de padres e hijos, y la importancia de evitar el más mínimo estrés o separación. “Para tener un apego seguro con tu hijo y que sepa que estás disponible no necesitas estar físicamente conectado a tu hijo cada minuto del día y la noche”, dijo Berger.


https://www.nytimes.com/es/2017/07/11/la-importancia-de-la-conexion-emocional-de-un-bebe-con-sus-padres/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es&action=click&contentCollection=estres&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=4&pgtype=collection

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XIII). “Una elite revolucionaria con pocos privilegios materiales sería un gran avance pero no puede ser el objetivo”

Salvador López Arnal
Rebelión

Profesor de Historia de Europa y de Teoría de la Historia en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), Ariel Petruccelli ha publicado numerosos ensayos y artículos de marxismo, política y teoría de la historia. Es miembro del consejo asesor de la revista Herramienta. En esta conversación nos centramos en su libro Ciencia y utopía, Buenos Aires, Ediciones Herramienta y Editorial El Colectivo, 2016. Se define como “marxista libertario con una amplia participación política en el movimiento estudiantil (en tiempos ya lejanos) y sindical docente”. Ha cultivado el humor político en un colectivo de agitadores culturales (El Fracaso) que editó a lo largo de más de una década dos publicaciones satírico-revolucionarias: La Poronguita y El Cascotazo.

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Tras una extensa reflexión, comentaba usted que al llegar a este punto era ineludible regresar al meollo de la pregunta efectiva, que, añadía, “puedo reformular, sin perder sustancia, creo, como el interrogante sobre la posibilidad de una vida política no profesionalizada, no burocratizada”. En esto estamos.

La idea, tan arraigada en el seno de la izquierda, de un partido de revolucionarios profesionales tiene un contenido elitista anti-democrático. También tiene un contenido realista: es difícil imaginar cómo se podría desarrollar una acción política a gran escala sin personal dedicado exclusivamente a tales tareas. Hay aquí una tensión. La política, y sobre todo la política socialista, debería ser cosa de todos. Pero la existencia de profesionales de la política establece una divisoria entre una elite y las masas. Sin embargo, insisto, es difícil ver cómo se podría desarrollar una labor eficaz, en las complejas sociedades en que vivimos, sin compañeros dedicados full time a tareas de política y organización. El fantasma y la realidad de la burocracia ha sido omnipresente en los sindicatos obreros, en los partidos socialistas (revolucionarios o no) y en los estados pos-revolucionarios mitológicamente llamados “obreros”. Ahora bien, ¿podemos prescindir de militantes full time, de maquinarias de personal rentado para tareas políticas antes y sobre todo luego de acceder al poder? Yo creo que no, lo cual no implica hacer la apología de esta necesidad. Que sea necesario no quiere decir que sea un bien.Es, en todo caso, un mal necesario. Pero pienso que cierta retórica obrerista y clasista tiende a ocultar esta problemática. Yo prefería llamar al pan pan y al vino vino. Creo que lo mejor es asumir un radicalismo intelectual incompatible con fantásticas imágenes consoladoras. Pero este radicalismo intelectual debería, a mi juicio, convivir con cierto “pragmatismo” político.

Nos explica esta convivencia.
En el caso concreto que venimos analizando, yo creo que hay que decir sin medias tintas que la clase obrera no ejercerá directamente el poder en los estados revolucionarios … pero esto no para hacer la apología de la burocracia (ni tampoco para abandonar las expectativas revolucionarias luego de comprender la imposibilidad de una igualdad completa), sino para extremar los alertas ante ella en lo que será sin duda un lento, complejo, ambiguo e incierto proceso de transición.

El mal necesario de la burocracia es de una naturaleza tal, que entiendo que es ilusorio pensar que podemos solucionarlo con el acceso de algunos o muchos obreros a posiciones de liderazgo o dirigencia. Y digo esto porque un obrero que se transforma en militante rentado, en secretario general de alguna organización sindical, en ministro, en diputado, etc., deja de facto de trabajar de obrero. Ciertamente era un problema el que los líderes socialistas mayoritariamente no provinieran de la clase obrera; pero aun cuando provinieran de ella, el hecho de convertirse en líderes comenzaba a despegarlos de la vida obrera. No sucede lo mismo en el caso de los intelectuales (al menos de muchos de ellos). Como dirigentes siguen dedicándose a escribir y hablar, que es lo que caracteriza a al menos buena parte de los intelectuales. Pero, en cualquier caso, la divisoria entre dirigente y dirigidos, militantes profesionales y ciudadanos comunes es un problema para el que no se avizoran soluciones fáciles. Podremos hablar todo lo que queramos de la dictadura del proletariado, el estado obrero, el poder para el pueblo y por el pueblo, etc., etc., pero, ¿cómo evitamos la entronización, consolidación y reproducción de una elite política? Y todos vemos cómo estas elites políticas se perpetúan incluso entre minúsculos partidos que carecen casi de influencia y riqueza. ¡Imagínate cuando tomen el poder!

Pero usted conoce las reflexiones que se han hecho sobre esta temática en la tradición...
Desde luego que conozco las recetas históricas: revocatoria de mandato, rotación en los cargos, que no ganen más que un metalúrgico, etc. Pero desgraciadamente también conozco lo insuficiente que han sido estas recetas en los partidos, en los sindicatos y en los estados pos-revolucionarios. Esa ley de hierro de la burocracia de la que hablaba Michels. Esa tendencia de las organizaciones políticas y sindicales obreras a desarrollar burocracias auto-perpetuadas es una cosa seria. Su magnitud y universalidad deberían alertarnos. Tiene causas profundas, muy profundas, y sería ingenuo pensar que las mismas desaparecerán fácilmente poco después de la revolución. Por supuesto que es muy seductor pensar que construiremos un estado obrero, y que en él cualquier obrero o empleada podrá ser un funcionario dirigente. Pero desgraciadamente las cosas no son tan sencillas (como bien prueba el abismo entre lo previsto por Lenin en El estado y la revolución y la realidad del estado soviético). De hecho, la idea misma de que una clase explotada sea una clase dominante es un contrasentido, aún con la cautela y el carácter provisional en que lo planteó Marx. Hay muchos problemas aquí. Pero me concentro en uno, que me parece central.

Adelante con ese problema central.
Cualquier miembro de una clase explotadora puede ejercer el dominio político (directo) sin que ello implique grandes cambios en su condición social. Un terrateniente o un capitalista puede ser presidente, ministro, diputado, intendente o senador sin dejar de ser capitalista o terrateniente. Sigue poseyendo sus mismos medios de producción y percibiendo sus mismos ingresos privados. El acceso a cargos políticos ni siquiera tiene por qué alterar significativamente sus ingresos o su forma de vida. No sucede lo mismo con un obrero. La esencia del capitalista no se modifica si conoce cada detalle de la fábrica de la que es dueño o si jamás en su vida la ha visitado. Pero un obrero no es tal sin trabajar de obrero. Y al ocupar un cargo político deja de hacerlo. Imaginemos que no se modifica su ingreso, que cobra lo mismo que cobraba en la fábrica. Ello no significa que no se produzcan grandes cambios en su forma y condiciones de vida: ahora tiene que tomar decisiones de una magnitud y de un tipo imposibles en la línea de montaje; se relaciona con personas antes inimaginables; se encuentra en una posición en la que ya no tiene que obedecer órdenes superiores, sino que por el contrario empieza dar sus propias órdenes; aunque no se quede personalmente con un centavo, por sus manos pasan verdaderas fortunas, sobre las que él tiene un gran capacidad para definir su destino, etc., etc. Podríamos pensar que rotando estas responsabilidades entre todos los trabajadores la cosa se solucionaría. ¡Pero cuán difícil es esa rotación!!!! Incluso para las simples tareas de un sindicato (en comparación con las de un estado revolucionario), ya podemos ver lo difícil que resulta aplicar el principio de rotación y alternancia. Desde luego que el principio es válido, y habrá que defenderlo. Pero deberíamos ser cuidadosos de lo que podemos esperar de él. Para mí sirve para limitar y controlar a las elites políticas (inclusos las elites revolucionarias); mas no para eliminarlas.

Nada de lo dicho implica necesariamente, a mi juicio, una mirada benevolente de la burocracia o de las élites dirigentes.
No creo que se colija de lo que ha señalado ningún juicio o mirada benevolente .

Se trata de realismo para entender su necesidad; no de aprobación apologética. Por consiguiente, la asunción realista de la imposibilidad de eliminarlas debe ir de la mano con los máximos esfuerzos por limitar sus privilegios, poderes y cristalización temporal. Al mismo tiempo, como conducta personal de los revolucionarios (pero no como exigencia a la totalidad de los funcionarios) se debe preconizar cierto ascetismo, renuncia a los privilegios, desarrollo de trabajo manual voluntario, etc. En mi opinión, la mayoría de los partidos de izquierda toleran y hacen la vista gorda ante formas y niveles de burocratización allí donde el fenómeno es evitable (por ejemplo en su propio seno), al tiempo que se muestran a mi juicio increíblemente ingenuas sobre lo que sucederá bajo el socialismo. Yo creo que hay que hacer lo contrario: combatir con mayor firmeza a la burocratización allí donde no es indispensable, sin ser ingenuos en cuanto a la posibilidad de eliminar a las elites y a la burocracia a cierta escala.

Incluso en una economía colectivizada es difícil ver cómo el obrero manual podría estar efectivamente en pie de igualdad con los trabajadores intelectuales, los profesionales o con los cuadros dirigentes. La experiencia de los estados revolucionarios de tipo soviético es más bien triste al respecto. Y aunque yo creo que serían posibles modelos sensiblemente mejores y más democráticos de socialismo, a esta altura me resulta difícil creer que en su seno no habrá diferencias sociales importantes.

¿Diferencias de clase?
Si tales diferencias serán diferencias de clases es una cuestión que en buena medida depende de la definición de clase que se tome. Hay mucho escrito al respecto, desde los clásicos de Trotsky sobre la burocracia como estrato privilegiado y la “nueva clase de Djilas”, hasta las más recientes conceptualizaciones de explotación de status o explotación por cualificaciones, sobre las que han escrito Roemer o Wright. Pero se trate o no de diferencias de clase, se tratará sin duda de diferencias y desigualdades importantes, que mal haríamos en ignorar cuando se dieran, y mal haremos ahora en no prever. Victor Serge dijo proféticamente en relación en los primeros inicios de la deriva burocrática de la revolución rusa: “el peligro están en nosotros”. Fue así, sigue siendo así, y creo que seguirá siéndolo. Nosotros los intelectuales, nosotros los revolucionarios profesionales, llevamos el virus.

¿Y tiene cura, podemos superar ese virus?
Es un virus para el que no se conoce cura todavía, pero del que se sabe la vertiginosa capacidad expansiva que tiene. Las experiencias de Rusia, China, Yugoslavia, Cuba, Nicaragua, Venezuela si querés, dicen mucho al respecto. Para no hablar de la facilidad con que el movimiento obrero produjo burocracias sindicales, y la increíble dificultad con que las contrarresta. Seguir hablando de estados obreros, de la abolición del estado, del objetivo de la disolución de la política por medio de una auto-organización espontánea de las masas sin institucionalización, etc. puede servir para la crítica de los órdenes existentes, pero no para la elaboración de propuestas viables alternativas. Se trata, a mi juicio, de una crítica irrealista; que nos dispone (y está bien) a los cuestionamientos de las burocracias y las élites, pero nos desarma respecto de las vías concretas por medio de las cuales podemos combatirlas. Y si mi hipótesis es correcta, si estamos realmente ante una plaga que no podemos aniquilar, entonces se impone buscar la manera de limitar sus alcances y sus efectos nocivos (dejando de soñar con su desaparición lisa y llana).

Claro, una élite revolucionaria con algunos privilegios simbólicos y pocos privilegios materiales sería un gran avance respecto de una sociedad de clases como el capitalismo. Pero no puede ser el objetivo, no es un bien; todo lo más será un mal necesario. Pero me cuesta ver cómo podríamos, en cualquier socialismo hoy imaginable, evitar la emergencia de este tipo de elites. Por eso prefiero bajar el tono sobre el socialismo y la clase obrera. El obrero de la línea de montaje no ejercerá directamente el poder: lo ejercerán funcionarios (de diferentes orígenes sociales) elegidos por ese y otros obreros. Lo cual no es lo mismo.

Desde luego, las palabras son palabras, y cada quien las puede usar como quiera. Perfectamente se podría argumentar que en un estado socialista (digamos, ya sin burguesía) toda la población es trabajadora y percibe un salario, con lo cual es legítimo hablar de estado obrero o de estado de los trabajadores. El punto, en todo caso, es que esto puede ser y ha sido usado como un mecanismo ideológico para ocultar los privilegios y el dominio de las burocracias. Y yo no creo que sea tan simple evitar a las burocracias, ni mucho menos creo que un estado socialista sea (como creyó Marx) un estado que propugna extinguirse a sí mismo y se encamine a hacerlo en un lapso más o menos breve. Por eso prefiero evitar los eufemismos o las fórmulas rituales consoladoras.

Me surgen mil preguntas sobre lo que ha señalado pero no puedo abusar de usted. Mi “explotación”, la que practico sobre usted y su tiempo, también tiene sus límites.

Habla usted de la imposición de una agricultura mecanizada y colectivista, “cuando los campesinos defendían la pequeña propiedad”. Me ha hecho pensar en Chevengur y en mi padre, un campesino, un jornalero agrícola, que aspiraba a la pequeña propiedad que nunca tuvo. ¿Es tan malo aspirar a la pequeña propiedad? ¿Hizo bien el gobierno bolchevique defendiendo esa agricultura mecanizada-colectivista a la que hace referencia? ¿Qué tipo de colectivismo era ese colectivismo impuesto? ¿Qué podía surgir de esa imposición?

Como socialista, estoy comprometido con formas colectivas de propiedad. Puede que no sea malo, o tan malo, en ciertos contextos, aspirar a la propiedad (privada); pero no es mi ideal. Pero la defensa de un ideal de propiedad colectiva no significa que uno acepte cualquiera de sus formas. La colectivización forzada del agro soviético fue deleznable. Y sus consecuencias sociales y económicas bastante perjudiciales.

¿Y si fuera un ideal contradictorio, o inconsistente, o poco eficaz, o de muy difícil praxis?
Creo que todos los ideales son en parte contradictorios, o al menos están atravesados por tensiones; y todos son de difícil praxis: ¿han sido menos contradictorios o más sencillamente establecidos los ideales liberales, nacionalistas, cristianos, etc.?

Seguramente no. Francisco Fernández Buey también solía llamar la atención sobre esas otras contradicciones o tensiones, no siempre reconocidas.

Habla usted en una nota a pie de página de las influencias populistas en el pensamiento de Lenin. Discute usted con las tesis de S. Clarke. ¿Qué aspectos de la tradición populista rusa serían heredados o incorporados por Lenin en su pensamiento político? ¿Fue buena o mala esa influencia?

Puede ser una discusión de nunca acabar.
Haga lo que pueda.
Hay muchas maneras de interpretar al populismo y al marxismo. En todo caso, Clarke creo que exagera las influencias populistas en Lenin; así como cree tener muy en claro qué sería ser auténticamente marxista. Yo diría, para no escapar por la tangente, que Lenin rechazó de los populistas (o, mejor dicho, de algunos de ellos) la táctica del terrorismo y la expectativa en emplear las tradiciones comunales como base de un socialismo agrario. Tomo de ellos (de algunos de ellos) la idea de un partido clandestino centralizado formado por revolucionarios profesionales íntegramente dedicados a la causa.

La dictadura del proletariado de la que también nos habla en este apartado, ¿llegó a existir en algún momento en la URSS?

Quizá en los primeros meses; pero rápidamente fue evolucionando hacia un régimen represivo. El contexto de guerra civil, claro, no favorecía a la dictadura del proletariado, entendida como una amplia democracia de los explotados.

La última pregunta de hoy: el socialismo revolucionario del siglo XXI, ¿debe ser hablando y vindicando la dictadura del proletariado? Si fuera que sí, ¿cómo debería concebirse y formularse para no generar incomprensiones y rápidos alojamientos a la velocidad de la luz en el vacío?

Habría que pensar en dos niveles analíticos, en una doble dimensión. La dimensión de los conceptos en su contenido empírico; y la de las resonancias simbólicas de los mismos. El sentido empírico original del concepto “dictadura del proletariado” suponía una amplia democracia de trabajadores, en el entendimiento de que sería un régimen todavía de clases, y que todo régimen de clase es en el fondo una dictadura (aún cuando tenga formas “democráticas”). El sentido contemporáneo y las sensibilidades actuales son diferentes. De tal cuenta, yo sería partidario de emplear otra terminología. De todos modos cuáles serían las formas posibles de una democracia de los productores es una incógnita histórica.

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Nota de edición. 
Entrevistas anteriores:

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (I). "La perspectiva materialista en los términos de Marx que asumo puede sintetizarse en la sentencia: ‘el ser social determina la conciencia social'" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238338

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (II). "El socialismo como la organización de los productores libremente asociados nunca vio la luz, salvo a pequeña escala o por momentos fugaces" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238571

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía en Marx y en la tradición marxista (III). "Sobre el marxismo sin ismos de Paco Fernández Buey tengo la mejor de las opiniones. En realidad la tengo del conjunto de su obra" (*) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238794

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (IV). "Antoni Domènech ha realizado un estudio histórico magistral del concepto de fraternidad" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239177

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (V). "Intento mostrar que Marx tuvo -hasta finales de los sesenta del XIX- una concepción relativamente ingenua del proceso de expansión capitalista" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239526

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VI). "Para Marx las cosas verdaderamente valiosas son las que constituyen un fin en sí mismas y no un mero medio para otra cosa" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239785

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VII), "La concepción usual de la dialéctica en la tradición marxista se basa en generalidades como la negación de la negación" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240133

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (VIII). "La pasión política es tomar la política como una necesidad vital, como un fin en sí mismo y en el que se juegan las convicciones" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240735

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (IX). "Marx, en sus últimos años, corrige algunas concepciones suyas de años anteriores; pero no veo una ruptura total o completa". http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241240

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (X). “Engels solía ser más perspicaz que Marx en muchas cuestiones históricas, y en asuntos científicos, por no hablar de los militares” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241504

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XI). “Plajanov es un exponente del determinismo tecnológico: una concepción que yo no comparto” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242601

Entrevista a Ariel Petrucelli sobre Ciencia y utopía. En Marx y en la tradición marxista (XII). “No hay ningún vínculo necesario entre clase obrera y socialismo” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=242899

sábado, 30 de junio de 2018

Problemas de moral: entre Cifuentes e Hiroshima


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Vivimos en un mundo en el que las estructuras son mucho más inmorales que las personas. Eso genera, lógicamente, mucho desconcierto moral y jurídico. Y también político

El video de Cifuentes robando en un supermercado y su dimisión inmediata es una excelente ilustración para retomar una de las reflexiones morales más profundas e interesantes que se plantearon en el siglo XX. Este grotesco episodio es la perfecta inversión del caso Eatherly, en el que intervino el filósofo Günther Anders y sobre el que publicó su libro Más allá de los límites de la conciencia. Claude R. Eartherly fue uno de los pilotos que arrojaron la bomba atómica sobre Hiroshima. Apretó un botón y un minuto después, habían muerto abrasadas 200.000 personas. Nadie puede representar lo que significa una cifra de cadáveres de esa magnitud. El ser humano tiene algo de toscamente limitado: podemos llorar profundamente la muerte de una persona, de dos o de cinco, pero no estamos constituidos para sentir la muerte de doscientosmil. El mundo entero, por ejemplo, se conmovió ante la foto del niño de tres años Aylan Kurdi, tirado en la playa muerto tras haber naufragado su patera, pero es más difícil intentar sentir algo al recordar que eso está ocurriendo todos los días y que hay decenas de millares de personas en el fondo de Mediterráneo que han sido víctimas de la misma tragedia.

Eartherly era un voluntario de guerra, piloto de la aviación americana. Tras arrojar la bomba en Hiroshima fue considerado como un héroe de guerra, pero él se vio afectado por síntomas de insomnio y ansiedad que nunca le abandonaron. El primer diagnóstico que le dieron fue “battle fatigue”, “cansancio originado por el combate”, Efectivamente, tras haber causado la muerte de doscientas mil personas, debía de sentirse algo cansado. Era más bien un síntoma de normalidad, como no cesó de explicar Anders. Pero fue tratado como un neurótico, sobre todo cuando empezó a hacer cosas extrañas, como atracar pequeños comercios, oficinas de correos, hurtos menores de delincuente aficionado. Normalmente no se llevaba nada y, cuando lo hacía, era para enviar el dinero a una cuenta de familiares de víctimas de Hiroshima. Clamaba por ser castigado, por ser encarcelado, porque se le reconociera su papel de criminal y se le despojara de su fama de héroe de guerra. Pero había ahí un abismo irremontable, entre la magnitud de Hiroshima y los robos de los supermercados, aunque él hubiera sido, inexplicablemente, protagonista de las dos cosas. A Günther Anders le interesó especialmente esta enorme desproporción entre lo que había hecho en tanto que pieza de una maquinaria de guerra armada con bombas atómicas y lo que era capaz de hacer en tanto que aprendiz de delincuente.

Entendemos bien la responsabilidad individual que tiene una persona que mata o que roba. Nuestra imaginación moral está conformada a esa escala. Pero no hay manera de explicitar el tipo de responsabilidad que tenemos con las estructuras de un sistema económico y político que roba y mata masivamente de forma ciega y anónima. Hay aquí una desproporción radical. Una desproporción que –decía Günther Anders– nos ha convertido en analfabetos emocionales y en indigentes morales. Podemos sentir emocional y moralmente lo que significa robar un banco, pero no lo que significa tener un banco o que, sencillamente, existan los bancos. Lo que significa que muera un niño de hambre, pero no lo que significa que los alimentos básicos del planeta coticen en la Bolsa de Chicago. Lo único que alcanzamos a decir es que eso son cosas del sistema en el que estamos metidos. Pero uno se sorprende entonces de que eso de ser antisistema no esté demasiado bien visto, ni sea tampoco especialmente mayoritario.

El Partido Popular, además de ser, como se está demostrando, un nido de corrupción y probablemente –a tenor del tipo de mensaje que han enviado a Cifuentes– una organización de tipo mafioso, está muy orgulloso de no ser antisistema. Su inolvidable presidente Jose María Aznar estaba incluso muy orgulloso de codearse de igual a igual con los más poderosos defensores de este sistema. Con ellos fue con los que declaró la guerra a Iraq, alegando que ese país contaba con armas de destrucción masiva que no solamente no existían, sino que se sabía perfectamente que no existían. Fue una declaración terrorista a causa de la cual murieron centenares de miles de personas y otros millones están aún sufriendo las consecuencias. Pero en estos asuntos la desproporción de la que hablaba Anders acude en auxilio de la conciencia del votante del PP. Emocionalmente es imposible sentir nada cuando se habla de millones de muertos. Y moralmente no hay ahí manera de orientarse. La cosa es demasiado grande para la imaginación humana. De modo que algunos jueces, por ejemplo, prefieren gastar sus energías en perseguir a los que hacen chistes sobre Carrero Blanco.

Eartherly robaba tiendas para que se le considerara culpable, ya que nadie parecía dispuesto a plantear ninguna responsabilidad moral ni política en el asunto de Hiroshima. Acabó internado en un manicomio. La desproporción entre una cosa y otra era demasiado grande para que se captara el mensaje. En el caso de Cifuentes ocurre lo mismo. Ha dimitido porque la han pillado robando en una tienda. Sus otras responsabilidades, como las del Partido Popular al que pertenece, son demasiado grandes para la justicia y demasiado complejas para interpelar a la conciencia moral. A la espera de un Kant que reformule los principios del derecho con arreglo a este chocante desnivel, es lógico que el poder judicial navegue a la deriva dando palos de ciego.

Vivimos en un mundo en el que las estructuras son mucho más inmorales que las personas. Eso genera, lógicamente, mucho desconcierto moral y jurídico. Y también político, como se vio, por ejemplo, cuando el Ayuntamiento de Cádiz se vio obligado a elegir entre los puestos de trabajo de los astilleros y los derechos humanos, aceptando finalmente fabricar barcos de guerra para Arabia Saudí. Kichi, el alcalde de Podemos, tuvo la valentía –poco común entre nuestros políticos– de explicarlo a las claras en un artículo.

Este tipo de problemas debería haber interpelado muy directamente al pensamiento ético del siglo XX, que, sin embargo, estaba a otras cosas, intentando resolver el asunto del dilema del prisionero (algo así como que si todo el mundo se comporta como un miserable egoísta mentiroso, sorprendentemente el resultado no es siempre el mejor de los posibles). Lo plantearon, eso sí, los teólogos de la liberación, que sacaron a colación el concepto de “pecado estructural”. Pusieron así sobre la mesa el problema de que la responsabilidad moral no puede indagarse mirando en nuestro interior, sino mirando al interior de las estructuras que vertebran el sistema de este mundo, y preguntando si se puede o no hacer algo por cambiarlas. Lo planteó, también, Jean Paul Sartre, que no había cesado de insistir en que la moral no podía resumirse en elegirse a sí mismo como bueno, sino en elegir un mundo bueno. Las máximas morales se envenenan fácilmente en un mundo en el que ser bueno es la mejor coartada para permitir que todo siga siendo igual de malo. Lo mismo que hay paraísos fiscales, en este mundo existen los paraísos morales. En ellos vivimos los que nos podemos permitir ser buenos porque jamás necesitamos ser malos, al menos mientras siga en pie la valla de Melilla que nos protege del abismo de tercer mundo, invisibilizando incómodos cadáveres en el fondo del Mediterráneo.

Hay que decir, entre paréntesis, que en el momento actual, quien está llevando la voz cantante es el Papa Francisco, que es al que más se oye hablar del terrorismo estructural sobre el que se levanta nuestro sistema capitalista. Desde luego que Podemos, si realmente ha buscado y busca una transversalidad hegemónica, debería haber viajado más a menudo al Vaticano, pues esta casual posible alianza con el catolicismo no era algo a despreciar.

Y, por supuesto, el problema de fondo lo planteó también, Günther Anders, cuyas tendencias políticas sufrieron al final de sus días una evolución bastante pintoresca, como puede comprobarse en su libro Estado de necesidad y legítima defensa (se trata en verdad de un conjunto de entrevistas en torno a un libro que estaba escribiendo). Hasta los años ochenta, Anders había sido uno de los más eminentes representantes del pacifismo alemán. Sin embargo, en sus últimos textos veía las cosas desde otro punto de vista. A su entender, la situación en la que habíamos desembocado era tan sumamente grave que podía darse por declarado el estado de excepción a nivel mundial, de modo que la resistencia violenta quedaba amparada por la forma legal de la legítima defensa. “El estado de excepción legitima la defensa: la moral está por encima de la legalidad. Creo innecesario justificar esta regla doscientos años después de Kant. El que a los kantianos de hoy se nos acuse de amigos del caos, no nos tiene que inmutar, pues no es más que una muestra del analfabetismo moral de los que nos etiquetan así”. El pacifismo, decía, “no ha asegurado la paz”, solo nos ha traído “buena conciencia”. “Y no hay nada tan hipócrita como evitar el mal sólo porque se desea tener una buena conciencia”. El siguiente texto del anciano pacifista alemán, habría levantado hoy todas las alarmas de la ley mordaza: “No queda otra que intimidar de verdad a los que nos amenazan. Eso significa no sólo devolver las amenazas verbales –lo que no les preocupa lo más mínimo– sino que, de vez en cuando, hay que poner en práctica esas amenazas para que no crean que nos vamos a limitar a un puro teatro festivo. (…) Y eso significa, de la forma más imprevisible, de la manera más imponderable: hoy le podría tocar a éste y mañana a aquel. (…) Como nueva arma utilizaremos su propia ignorancia, su propio no saber si les tocará a ellos o a otros”. No basta, continuaba, con hacer pedazos las armas del enemigo, tienen muchas “de reserva”. “Sin embargo, no existe una vida de reserva. Por esta razón, la amenaza contra la vida es la única amenaza seria”. Estas citas pueden servir de muestra de hasta qué punto, al final de sus días, este gran filósofo consideraba la gravedad de nuestros dilemas morales contemporáneos. Todo un reto que tenemos por delante los estudiosos de la filosofía.

Carlos Fernández Liria es filósofo. Su último libro es En defensa del populismo (Los libros de la Catarata).

Fuente: http://ctxt.es/es/20180425/Firmas/19264/moral-cifuentes-robo-hiroshima.htm

El sistema de pensiones chileno enriquece a las grandes empresas a costa de los jubilados




El modelo de pensiones chileno instalado durante la dictadura de Pinochet obliga a los jubilados a buscar un trabajo para complementar las bajas pensiones que reciben cada mes.

A los 65 años, justo la edad establecida por la legislación chilena, Mario Villanueva decidió jubilarse. Después de 22 años ejerciendo como trabajador social en un hospital psiquiátrico, decidió apartar su labor como profesional del ámbito de la salud y dejar atrás las jornadas completamente dedicadas al trabajo. Sin embargo, no pudo abandonar definitivamente el mercado laboral porque su pensión no le permite llegar a fin de mes. Para complementar sus ingresos, da clases a la Universidad de Chile, en un diplomado de salud mental y psiquiatría comunitaria que, al menos durante un semestre, le permite vivir económicamente más tranquilo.

Mario cotizó durante más de 20 años (no fueron más porque la vida en la clandestinidad durante la dictadura no se lo permitió), por los que hoy recibe 245.000 pesos chilenos (330 euros), una cifra que no llega al sueldo mínimo en Chile (276.000 pesos chilenos, que equivalen a 370 euros). A pesar de que su salario como trabajador social llegaba a 1.200.000 pesos (más de 1.600 euros), lo que hoy ingresa como jubilado es menos del 25% de su salario, una cantidad absolutamente insuficiente considerando que Chile es uno de los países más caros de América Latina, con precios de los alimentos iguales o superiores a los de España u Holanda.

Como Mario, más de dos millones de pensionistas llegan a su última etapa vital inmersos en la precariedad de un sistema de previsión que, lejos de entregar tranquilidad y disfrute en los últimos años de vida, obliga a los ancianos y ancianas a buscarse la vida para sobrevivir. Profesores, funcionarios y empleados de todo tipo que se han pasado la vida trabajando, se ven obligados a seguir activos en el mercado laboral porque la cantidad que el Estado les entrega como pensión apenas llega al sueldo mínimo. Por eso, en Chile es habitual ver gente muy mayor pidiendo por la calle, vendiendo chocolates o pañuelos de papel en el transporte público, trabajando de porteros, o (en el caso de las mujeres) haciendo tareas de limpieza.

Una herencia de la dictadura
El actual sistema de pensiones del país suramericano es un legado más del macro-proceso de privatización instaurado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Fue en 1981, de la mano del ministro de Trabajo de la época, José Piñera (hermano del actual presidente Sebastián Piñera), cuando se implementó un nuevo modelo provisional como parte de un paquete de medidas económicas importadas desde Estados Unidos por los llamados Chicago Boys, un grupo de tecnócratas formados al alero del padre del neoliberalismo, Milton Friedman.

“Antes teníamos un sistema de reparto de la seguridad social basado en más de 30 cajas de previsión según el sector productivo. No era perfecto, había algunas desigualdades muy notorias y algunas incongruencias, pero en términos generales el sistema se sostenía”, explica Carolina Espinoza, dirigente sindical de la Confederación de Funcionarios de Salud Municipal (Confusam) y portavoz de la Coordinadora “No Más AFP”.

A pesar de que el dictador cuestionó la propuesta y dudó de aplicarla hasta el final, los jóvenes de la Escuela de Chicago lograron convencerle con la condición de mantener a las Fuerzas Armadas en el antiguo sistema de reparto. Un privilegio que los militares mantienen hasta hoy.

El modelo impuesto por Pinochet (y exportado a varios países del mundo) se basa en un sistema de ahorro privado a través del cual el trabajador contratado, deposita cada mes un 10% de su salario a una cuenta individual gestionada por entidades privadas del sector financiero conocidas como Administradores de Fondos de Pensiones (AFP).

Las AFP son empresas que, según establece la ley, invierten los ahorros de los contribuyentes en instrumentos del mercado financiero (acciones, depósitos a plazos, pagarés, monedas, etc.) para generar rentabilidad en el tiempo. El rendimiento de estos fondos, en base a las fluctuaciones del mercado, determina la cantidad de dinero que cada persona habrá acumulado cuando llegue el momento de su jubilación.

La pensión que se asigna no se define en función de las últimas remuneraciones, sino en base a una ecuación que considera el saldo total acumulado durante el período de ahorro, la expectativa de vida, las condiciones del mercado y la composición familiar.

En función de la edad, los ahorros se distribuyen en cinco tipos de fondos de distinto riesgo y rentabilidad. Mientras un joven de 18 años depositará su dinero en el fondo A, que rinde más pero también es más arriesgado, una persona de 60 lo invertirá en el E, que termina siendo como tener el dinero bajo la almohada: poca ganancia y poco riesgo. “Ha habido crisis financieras en las que hemos perdido los ahorros de todo lo depositado en la vida porque estamos sujetos a los vaivenes del mercado financiero”, lamenta Espinoza.

Las mujeres, peor
Según datos de la Fundación Sol, que estudia el mercado de trabajo y las pensiones en Chile, el 50% de las personas que jubilaron en noviembre de 2017 y que cotizaron durante 30 y 35 años, recibieron un promedio de 238.174 pesos (320 euros). Si el foco se centra sólo en las pensiones de vejez (sin contar la jubilación por invalidez u otros), la cifra promedio que recibe el 90% de los pensionistas de las AFP es de menos de 160.000 pesos (215 euros).

“Cuando se aplicó el modelo se dijo que la tasa de reemplazo (la pensión que se entrega en relación al salario) sería del 70%. Sin embargo, en el mejor de los casos, se alcanzan tazas que para los hombres llegan al 30% y para las mujeres no superan el 25%, y eso sólo corresponde a una minoría en el sector laboral de Chile, que tiene salario estable y permanente”, apunta la líder sindical.

Pero, si no llega al bolsillo de los abuelos y abuelas chilenas, ¿dónde va el dinero de los más de 10 millones de trabajadores afiliados al sistema, que supone más de 75% del PIB del país? Los principales beneficiarios del negocio de las AFP son los grandes grupos económicos del país, como la banca, y las transnacionales de sectores como la minería. La Fundación Sol estima que el 40% de los fondos de previsión se invierte en el extranjero y alrededor del 15% en grandes empresas nacionales, ya sea en bonos o acciones. El Estado es otro gran receptor de las inversiones, llegando a cerca del 25% del total de los fondos, mientras que el sector financiero recoge alrededor de un 20% de los ahorros de los trabajadores.

“Estamos dando una pelea de David contra Goliat porque las AFP son las dueñas del país y pueden comprar a todos los sectores políticos, manejan los capitales y los entregan a las grandes familias dueñas del país”, critica Carolina Espinoza.

Las cifras son aún más desalentadoras para las mujeres. La Fundación establece una diferencia del 42% entre las pensiones de unas y otros. Las mujeres que se jubilan antes (a los 60 años) y cobran menos durante su vida laboral, se agrupan en sectores económicos de menor remuneración y tienen una esperanza de vida más alta interrumpiendo su vida laboral para hacerse cargo del cuidado de hijos y abuelos, lo que genera interrupciones en el trabajo y, por lo tanto, más períodos sin cotizar.

Por eso, en el último tiempo han empezado a proliferar encuentros de mujeres que se reúnen para debatir sobre sus condiciones tras la jubilación, los efectos de la maternidad en la vida laboral y otros impedimentos que han dificultado la cotización a lo largo de su trayectoria.

Un sistema intocable
El sistema de pensiones es uno de los grandes pendientes de Chile, junto con la educación y la salud, para garantizar los derechos básicos de la ciudadanía. “Ningún gobierno tras la vuelta a democracia no ha tenido la fuerza para generar cambios estructurales en el tema previsional, todo lo que se ha hecho ha sido en la lógica de modificar colateralmente y con medidas parche”, dice Carolina Espinoza.

La propuesta del presidente Sebastián Piñera no es una excepción y, a juzgar por su discurso durante la campaña, no impulsará modificaciones sustantivas al actual modelo. Su propuesta pasa por que el empleador aumente un 4% la cotización de sus trabajadores, pero sin tocar el modelo de negocio de las AFP. De hecho, seguirá responsabilizando a la ciudadanía de tener ingresos míseros por no haber trabajado suficiente, por haber destinado pocos recursos a su ahorro individual, o argumentando que la edad de jubilación es demasiado baja para acumular una pensión digna.

Pero ese discurso ya no sirve a los chilenos y chilenas. El modelo actual se ha ganado muchos detractores y su rechazo es transversal, en contra no sólo de las paupérrimas prestaciones que recibe la gente mayor, sino también del uso y destino de su dinero.

La sociedad chilena despertó y desde 2016 reclama cambios para volver al sistema de reparto solidario. El debate se ha instalado con fuerza en la agenda social, política y mediática, y las protestas han llegado a la calle con multitudinarias manifestaciones en todo el país. La próxima será el 22 de abril. La Coordinadora “No Más AFP” trabaja con una agenda intensa y en los próximos meses pretende aumentar la presión sobre los gobernantes convocando una huelga nacional e impulsando un proyecto de ley para cambiar un sistema que consideran obsoleto, humillante y profundamente injusto.

@MERITXELLFR

Fuente:
http://www.publico.es/economia/pensiones-chile-sistema-pensiones-chileno-enriquece-grandes-empresas-costa-jubilados.html

El regreso de la calumnia de sangre. El tratamiento de Trump hacia los latinoamericanos recuerda a los peores tiempos del antisemitismo

-EL declive moral de Estados Unidos con Donald Trump es vertiginoso. En solo unos meses, hemos pasado de ser un país que representaba "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" a ser un país que separa a los niños de sus padres y los mete en jaulas.

Lo que resulta igual de sorprendente de esta decadencia hacia la barbarie es que no es una respuesta a ningún problema real. La afluencia masiva de asesinos y de violadores de la que habla Trump, la oleada de delitos cometidos por los inmigrantes en Estados Unidos (y, en su cabeza, por los refugiados en Alemania), son cosas que simplemente no están sucediendo. Son solo fantasías enfermizas utilizadas para justificar atrocidades reales. ¿Y saben a qué me recuerda esto? A la historia del antisemitismo, un relato de prejuicios alimentados por mitos y engaños que terminó en un genocidio.

Vamos a hablar primero de la inmigración estadounidense moderna y de cómo se puede comparar con esas fantasías enfermizas. Existe un debate muy técnico entre los economistas sobre si los inmigrantes con un bajo nivel educativo ejercen un efecto negativo sobre los salarios de los trabajadores nacidos en el país y con similar nivel de formación (la mayoría de los investigadores opinan que no, pero hay algunas discrepancias). Sin embargo, este debate no influye en las políticas de Trump.

Lo que reflejan más bien estas políticas es una imagen de la “carnicería estadounidense”, de grandes ciudades invadidas por inmigrantes violentos. Y esta imagen no guarda ninguna relación con la realidad. Para empezar, a pesar de un pequeño repunte desde 2014, los delitos violentos en EE UU se encuentran en unos mínimos históricos y la tasa de homicidios es la misma que a principios de la década de 1960. (Los delitos en Alemania también están en mínimos históricos, por cierto). La carnicería de Trump es un producto de su imaginación.

Si miramos el conjunto de EE UU, es verdad que existe una correlación entre los delitos violentos y el predominio de inmigrantes indocumentados: una correlación negativa. Es decir, los lugares con muchos inmigrantes, legales e indocumentados, suelen tener unos índices de criminalidad excepcionalmente bajos. El mejor ejemplo de esta historia de la carnicería inexistente es la ciudad más grande de todas, Nueva York, en la que más de un tercio de la población ha nacido en el extranjero —incluyendo aproximadamente a medio millón de inmigrantes indocumentados— y la delincuencia ha caído a niveles que no se registraban desde la década de 1950.

Y esto, en realidad, no debería resultar sorprendente porque los datos de las condenas a delincuentes muestran que es mucho menos probable que los inmigrantes, tanto legales como indocumentados, cometan delitos que los que han nacido en el país. Por tanto, el Gobierno de Trump ha aterrorizado a familias y a niños haciendo caso omiso de todas las normas de decencia humana para responder a una crisis que ni siquiera existe.

¿De dónde proceden este temor y este odio hacia los inmigrantes? En gran parte parece ser un temor hacia lo desconocido: da la sensación de que los Estados más contrarios a los inmigrantes son lugares, como Virginia Occidental, donde apenas se ven. Pero el odio virulento hacia los inmigrantes no solo existe entre los palurdos rurales. Naturalmente, el propio Trump es un neoyorquino adinerado, y una gran parte de la financiación para los grupos antiinmigrantes proviene de fundaciones controladas por multimillonarios de derechas.

¿Por qué acaban odiando a los inmigrantes personas que tienen dinero y éxito? A veces pienso en Lou Dobbs, un comentarista de televisión que me caía bien y al que conocí a principios de la década de 2000, pero que se ha convertido en un fanático anti-inmigracionista (y en confidente de Trump) y que actualmente advierte de la existencia de un complot de “los Illuminati de la calle K [donde tienen su sede la mayoría de grupos de presión de Washington]” a favor de los inmigrantes.

No sé qué mueve a estas personas, pero esta película ya la hemos visto antes, en la historia del antisemitismo. Lo que ocurre con el antisemitismo es que nunca tuvo que ver con algo que hiciesen los judíos. Siempre estuvo relacionado con mitos espeluznantes, basados a menudo en invenciones deliberadas que se difundían sistemáticamente para generar odio.

Por ejemplo, la gente repitió durante décadas la "calumnia de sangre”, la afirmación de que los judíos sacrificaban bebés cristianos como parte del ritual de la Pascua judía. Y a principios del siglo XX, se difundieron ampliamente Los protocolos de los sabios de Sión, un supuesto plan para que los judíos dominasen el mundo que probablemente fuera fraguado por la policía secreta rusa. (La historia se repite, la primera vez como una tragedia y la segunda vez como una tragedia mayor).

Este documento falso se difundió ampliamente en EE UU gracias nada menos que al mismísimo Henry Ford, un virulento antisemita que supervisó la publicación y distribución de medio millón de ejemplares de una traducción en inglés, El judío internacional. Ford se disculpó más tarde por haber publicado una falsificación, pero el daño ya estaba hecho.

Insisto, ¿por qué alguien como Ford – que no solo era rico, sino que también era uno de los hombres más admirados de su época – emprendió esta senda? No lo sé, pero es evidente que estas cosas ocurren.

En cualquier caso, lo importante es entender que las atrocidades que está cometiendo nuestro país en la frontera no son una reacción exagerada o una respuesta mal ejecutada ante algún problema real que haya que resolver. No hay ninguna crisis de inmigración y no hay ninguna crisis de delincuencia de los inmigrantes.

No, la verdadera crisis es el aumento del odio, un odio irracional que no guarda ninguna relación con nada de lo que hayan hecho las víctimas. Y cualquiera que justifique ese odio – que intente, por ejemplo, convertirlo en una historia con “dos lados” – en realidad es un defensor de los crímenes contra la humanidad.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía. © The New York Times

 https://elpais.com/economia/2018/06/22/actualidad/1529667353_901299.html

De esto depende el éxito, no de su inteligencia Puede mejorar sus habilidades y su vida social cambiando de mentalidad. "Yo soy así" ya no es una excusa

Ser más listo, más resuelto, menos tímido. Muchas veces soñamos con las habilidades que no poseemos como si nuestro deseo fuera de otro planeta. Pues no es así. Podemos pensar que aquel niño que era el último de la clase tiene el destino marcado y no conseguirá grandes logros a lo largo de su vida, pero la ciencia nos enseña que nada es tan determinante. Este vídeo de Bite Size Psych, un canal divulgativo que realiza piezas de psicología a partir de los últimos estudios científicos, afirma que la diferencia la marca la actitud: pregúntese si tiene una mentalidad fija o de crecimiento.

Mientras que para una persona que cree que sus rasgos son inamovibles, cualquier reto supone la posibilidad de que se le etiquete para siempre como un perdedor, quien tiene una mentalidad de crecimiento considera la adversidad una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades o mejorar las suyas. Y esto funciona así independientemente del cociente intelectual o la timidez del individuo. El mensaje que trámite esta pieza audiovisual es que "yo soy así" ya no es una excusa válida. Y lo mejor es que tener una mentalidad u otra también puede aprenderse. Hay esperanza: siempre podemos cambiar a mejor.

Para criar a un hijo verdaderamente bilingüe.

El bilingüismo puro es relativamente raro y excepcional, y por “puro”, me refiero a hablar dos lenguas con el dominio de un hablante nativo, algo con lo que la mayoría de nosotros solo soñamos mientras nos esforzamos por aprender otros idiomas en la escuela y en la vida.

Los pasos en el camino al bilingüismo pueden ayudar al niño con el lenguaje en general. Además, una exposición temprana a otro idioma puede otorgar ciertas ventajas, especialmente en términos de facilidad para producir los sonidos de esa lengua.

Sin embargo, los padres no deben asumir que la habilidad natural de los niños pequeños para el lenguaje los llevará a desarrollar verdaderas habilidades lingüísticas sin grandes esfuerzos de por medio. “Para todos los que están tratando de criar a un hijo bilingüe, sin importar sus razones u origen, es muy importante darse cuenta de que adquirir una lengua requiere estar muy expuesto a ella”, dijo Erika Hoff, psicóloga del desarrollo que es profesora de la Universidad Atlántica de Florida y autora principal de un artículo publicado en 2015 que hace una revisión sobre el desarrollo bilingüe. 

Los pediatras les aconsejan rutinariamente a los padres que les hablen a sus hijos lo más que puedan, que les lean y les canten. Parte del asunto es aumentar su exposición al idioma: una gran preocupación incluso en el caso de los niños que crecen con una sola lengua. Para poder apoyar el desarrollo del lenguaje, la exposición debe ser de persona a persona; el tiempo de pantalla no cuenta para que un niño pequeño aprenda una lengua –incluso su lengua materna— aunque los niños puedan aprender contenido y vocabulario a través de programas educativos más tarde. “Para el desarrollo bilingüe, el niño necesita exposición a ambas lenguas”, dijo el Dr. Hoff, “y eso es muy difícil en un ambiente monolingüe”.

Los pediatras también aconsejan a los padres que no hablan inglés que, si sus hijos están aprendiendo ese idioma, entonces también les lean en voz alta, les canten, les cuenten historias y les hablen en su lengua materna. Así los niños obtienen esa exposición a la lengua, junto con contenido complejo e información, en lugar de la exposición más limitada que se obtiene de una persona que habla una lengua en la que no se siente totalmente cómodo.

Los padres elaboran todo tipo de estrategias para tratar de promover este tipo de exposición. Algunas familias deciden que cada padre le hablará en una lengua distinta al niño. Sin embargo, este será capaz de discernir entre las dos lenguas incluso si ambos padres hablan las dos, dijo la Dra. Hoff. “No hay investigaciones que sugieran que el niño necesite tener las dos lenguas separadas por hablante para no confundirse”. Por otro lado, esa regla puede servir para asegurarse de que la lengua distinta al idioma materno sí se use.

“Un niño que está aprendiendo dos idiomas tendrá un vocabulario más limitado en cada uno de ellos que un niño que solo está aprendiendo uno; solo tenemos una cantidad finita de horas al día”.
ERIKA HOFF, PSICÓLOGA DEL DESARROLLO

 Si el niño crece con un cuidador que habla una lengua extranjera –quizá una niñera china o francesa—, podría tener algunos beneficios en el futuro si quiere estudiar ese idioma. No obstante, si el niño crece hablando una segunda lengua –digamos coreano— con sus primos y abuelos, asiste a una escuela sabatina que enfatice la lengua y la cultura, donde escuche música e incluso lea libros en ese idioma y después visita un país o zona donde se hable, desarrollará una facilidad mucho mayor para la lengua en cuestión.

Toma más tiempo adquirir dos lenguas que solo una, dijo la Dra. Hoff, y eso también depende de la exposición.

“Un niño que está aprendiendo dos idiomas tendrá un vocabulario más limitado en cada uno de ellos que un niño que solo está aprendiendo uno; solo tenemos una cantidad finita de horas al día; o escuchas inglés o escuchas español”, dijo la Dra. Hoff. De todos modos, los niños lo lograrán. Tal vez mezclen las dos lenguas, pero eso no significa que estén confundidos.

“Los adultos bilingües mezclan los dos idiomas que hablan todo el tiempo; es una señal de habilidad lingüística”, confirmó.

La Dra. Hoff trabaja al sur de Florida, donde hay una población muy educada y acaudalada que está criando niños en español y en inglés. “Los niños comienzan como bebés bilingües; sin embargo, conforme van creciendo, el inglés se sobrepone al español”, dijo. “Los que se vuelven casos exitosos de adultos bilingües de todas maneras son mucho mejores en inglés que en español; no fueron a la escuela en español ni leen en español, y cuando se evalúa la amplitud de su vocabulario, su comprensión gramatical o la coherencia de la narrativa que producen, resulta que no son tan competentes en español como en inglés”.

Gigliana Melzi, psicóloga del desarrollo y profesora adjunta de Psicología Aplicada en la Universidad de Nueva York que estudia el lenguaje de las familias latinas en las que se habla tanto inglés como español, estuvo de acuerdo. “Los padres necesitan ser conscientes de que deben introducir al niño a la lectura en esa lengua”, dijo. “Necesitan considerar de qué manera van a alentar al niño a conservar esa lengua”.

También es importante, dijo, observar a cada niño y asegurarse de no abrumarlo con exigencias basadas en las expectativas y ambiciones de los padres; quizá tres lenguas además de un instrumento musical y un deporte de alto rendimiento sea demasiado.

“Los padres necesitan ser conscientes de que deben introducir al niño a la lectura en esa lengua. Necesitan considerar de qué manera van a alentar al niño a conservar esa lengua”.
GIGLIANA MELZI, PSICÓLOGA DEL DESARROLLO 

Los idiomas que aprendes en la infancia son importantes, pero también lo son los que aprendes a lo largo de la vida.

“Todos conocemos gente que hace grandes aportaciones y descubrimientos científicos importantes en inglés a pesar de no ser hablantes nativos”, dijo la Dra. Hoff. “El cerebro humano es increíble y la capacidad humana de adquirir el lenguaje es admirable”.

Entonces, ¿qué deben hacer los padres si quieren darles a sus hijos un empujón bilingüe? “Busca a un hablante nativo para que platique de cosas interesantes y divertidas con tu hijo; de esa manera, tu hijo aprenderá algo”, dijo la Dra. Hoff. “No creas que esto convertirá a tu hijo en una persona perfectamente bilingüe, pero está bien”. Lo que sea que hagas le dará una ventaja.

La Dra. Melzi dijo que suele pasar que un niño que hablaba con fluidez dos lenguas durante preescolar luego se cambia a una escuela donde se habla solo uno, por ejemplo inglés, y comienza a usar este idioma para describir todo lo que le sucede ahí.

“Hay un impulso mundial que convierte al inglés en una especie de lengua franca, así que es importante que se exponga al niño al otro idioma lo más pronto posible y mientras más pequeño empiece, más similar a un hablante nativo sonará en el futuro”, dijo. Por otro lado, los niños más grandes pueden aprender más fácilmente: “Si comienzas a una edad muy temprana, llevarás ventaja”, dijo. “Pero mientras más grande seas, más eficiente serás como estudiante, pues ya cuentas con una primera lengua que puedes usar como trampolín”.

Así que el bilingüismo “puro” puede ser raro, pero los padres no deben desalentarse por esto, ya que todas las habilidades que los niños adquieren a lo largo del camino son muy valiosas, afirmó la Dra. Melzi. “Vale la pena, pero requiere mucho trabajo”.

https://www.nytimes.com/es/2017/07/12/hijo-bilingue-crianza/

¿Por qué el corazón de los canarios se rompe cuatro años antes que el del resto de españoles? Los infartos matan casi un lustro antes en Canarias, donde la desigualdad, la diabetes y la obesidad han causado estragos entre la población

El mes pasado, en Santa Cruz de Tenerife se celebró un festival infantil rebosante de juegos y actividades al que acudieron 40.000 personas, según el Ayuntamiento, que lo celebró como "el mayor festival de ocio familiar de Canarias". Este evento, que duró todo un fin de semana, giraba en torno a su patrocinador, una galleta de chocolate que daba nombre al festejo y que inundó esos 5.000 metros cuadrados cedidos por el consistorio con reclamos propagandísticos. La pega es que Canarias es una comunidad con un problema terrible de obesidad infantil y diabetes de tipo 2. La mortalidad asociada a esta enfermedad está muy por encima del resto de las autonomías; además, es la región en la que se tienen que hacer más amputaciones y más diálisis renales por su culpa, siete veces más que en el País Vasco.

La edad media española de muertes por infarto es de 78,4 años. En Canarias, 74 años

"Las autoridades no parecen tener presentes los estragos que causa. Cuando presento datos sobre la epidemia de obesidad o la mortalidad por diabetes, me dicen que la población se alarma. Y yo les digo: 'Mire, es que se tiene que alarmar'. Multiplicamos por siete a Madrid en mortalidad por diabetes, la situación es muy mala", explica el epidemiólogo Antonio Cabrera de León. Hace tres años, publicó con su equipo un estudio que mostraba cómo la tasa de muertes por diabetes es muy superior en Canarias que en otras comunidades: en la década de 1980 esa tasa era un 20% mayor que en Andalucía y se había disparado hasta un 400%. "Pero nadie se muere de un diabetazo, te mueres de un infarto, a veces de problemas vasculares a nivel cerebral, de complicaciones renales...", explica Cabrera, director del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna. Y se puso a estudiar el problema.

Ahora, Cabrera acaba de publicar un estudio sobre infartos que trae otra conclusión de las que deben alarmar a la población: los corazones en Canarias se rompen casi un lustro antes que en el resto de España. Tras estudiar los 415.000 pacientes ingresados con infarto agudo de miocardio en un periodo de ocho años, se observó que los hombres canarios ingresaban por este motivo una edad media de 61,7 años, frente a los 65,3 de la media española. La segunda región con una edad más baja para hombres con infarto es Navarra, con 64,6, tres años más que en Canarias. La edad media de ingreso con infarto para mujeres canarias es de 68,4 años, frente a los 73,9 de la media del país. La segunda región en este apartado es Baleares, con 72,5 años, cuatro mayores que en Canarias. Los infartos llegan mucho antes en Canarias, pero no solo mucho antes que la media, sino incluso mucho antes que la segunda comunidad con peor dato.

Nadie se muere de un diabetazo, te mueres de un infarto, de complicaciones renales...", explica Cabrera

Lo mismo sucede con las muertes por infarto: la media para España es de 78,4 años; en Canarias, 74. Y casi tres años antes que en la siguiente autonomía con la cifra más baja, Andalucía (76,7 años). Además, los números de Canarias no mejoraron en los ocho años que analiza el estudio.

La diabetes explica buena parte de estos infartos, como cabía esperar en una región que lidera los afectados por esta enfermedad, y sacarla de la ecuación salvaría numerosas vidas, según el estudio. Pero resulta más llamativa la incidencia del tabaquismo en los infartos canarios, sobre todo en mujeres, ya que fumaban el 22,5% de las ingresadas con infarto, frente 12% de la media española. "Es una diferencia muy grande, está claro que debemos ir a por el tabaco", resume Cabrera. Este especialista culpa a la tardía implantación del código infarto, un protocolo para atender con eficacia estos ataques, que no se ha firmado en Canarias hasta la semana pasada: "Estoy seguro de que a partir de ahora bajará la mortalidad".

Desde la Consejería de Sanidad defienden que los datos de obesidad general e infantil se han reducido en los últimos años y que "no existe una gran diferencia en la prevalencia de diabetes" con el resto de España, aunque es en la mortalidad por esa enfermedad donde el problema es verdaderamente grave. Además, afirman que se ha ayudado a implantar pautas de alimentación saludable para los escolares.

En Canarias, fumaba el 22,5% de las mujeres ingresadas con infarto, frente 12% de la media española

Detrás de todos estos problemas está la epidemia de obesidad que ha arrasado Canarias en las últimas décadas, por distintos motivos interrelacionados. Y una causa que los atraviesa a todos: la pobreza. "La obesidad, cuando te coge una población pobre, te la destroza", sentencia Cabrera. "No comemos todos mal, comen mal los pobres. Y donde va la obesidad, va la diabetes: entra por la boca, respirando no es", asegura este especialista, que critica la inacción de las autoridades y la "política económica que favorece la desigualdad, que es lo que provoca todo esto". El 30,5% de los canarios está en riesgo de pobreza y el porcentaje de hogares que llega con dificultades a finales de mes es, con diferencia, el mayor de toda España (20,9%).

En Canarias, el porcentaje de adultos con síndrome metabólico está 10 puntos por encima de la media española a partir de los 45 años y hasta 5 puntos por encima en porcentaje de diabéticos. La mortalidad por diabetes, que multiplica la de otras regiones, no deja de crecer desde el año 2000. Y es posible que empeore cuando los obesos adultos de hoy comiencen a alcanzar edades por encima de los 65 años. Hoy, el 44,2% de escolares canarios presenta obesidad o sobrepeso, tres puntos por encima de la media del país.

"La obesidad, cuando te coge una población pobre, te la destroza. No comemos todos mal, comen mal los pobres", sentencia Cabrera

"La situación es síntoma de la desigualdad, es un hecho que la obesidad y la diabetes tienen un componente socioeconómico importantísimo. Pobreza social, educativa y de renta", explica Beatriz González López-Valcárcel, experta en salud pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). "Y la enorme desigualdad social de Canarias afecta mucho más a las mujeres", asegura.

Coincide en este diagnóstico uno de los mayores conocedores de la nutrición canaria, Lluis Serra: "En obesidad mórbida infantil claramente Canarias está a la cabeza, pero sobre todo en niñas. En varones las cifras están en torno a la media, pero en niñas doblan las cifras de otras comunidades". Serra, que dirige el Instituto Universitario de Investigaciones Biomédicas y Sanitarias, considera que este es "un ejemplo de fracaso de políticas por no tener perspectiva de género". La educación de las madres y su obesidad es determinante para el peso de sus hijos y la alimentación de las futuras generaciones, y los patrones que se aprenden en casa son decisivos.

"Es un hecho que la obesidad y la diabetes tienen un componente socioeconómico importantísimo. Y afecta más a las mujeres", explica González

Tanto González como Serra señalan que en Canarias se consumen demasiados hidratos de carbono, productos insanos y obesogénicos, como bollería y dulces. Serra pone como ejemplo la tradición de que se obsequie con una ambrosía recubierta de chocolate al pasaje del avión cuando vuela entre las islas. Y el abuso de zumos y refrescos "que al final es beber azúcar", señala Serra, que indica que la costumbre (a veces obligada) de consumir agua embotellada incita a comprar esas bebidas. Además, cree que el turismo ha afectado con una alimentación mala que ha impregnado los hábitos de la población y reclama una soberanía alimentaria, consumir productos de la tierra para mejorar la salud de los canarios.

Serra, de la ULPGC, insiste en la influencia de la desigualdad: "Desde principios de siglo, el sobrepeso en el nivel socioeconómico más alto empieza a disminuir claramente, mientras en los más bajos seguía creciendo y solo empieza a moderarse un poco ahora". "Los pobres no preocupan tanto. Hay sectores productivos muy interesados en que sigan consumiendo estos productos. ", asegura.

"Los pobres no preocupan tanto. Hay sectores productivos muy interesados en que sigan consumiendo estos productos", asegura Serra

Hay motivos para la esperanza. Esta semana el especialista Javier Aranceta presentó los datos pormenorizados del sobrepeso en España y Canarias ha bajado del primer al quinto puesto. Y la obesidad en mujeres ha bajado del 22% al 20%, aunque las que tienen sobrepeso han pasado del 34% al 40%. "Las mujeres se han puesto las pilas, seguramente por motivos de sensibilidad con la salud y el perfil estético, y los hombres se han relajado: un mayor impacto de la crisis económica con conductas compensatorias y consumo de alimentos más energéticos, cómodos y baratos", asegura Aranceta. La obesidad masculina ha crecido del 14,2% al 20,3%.

"La obesidad tiene que ser política de Estado prioritaria en Canarias, que el Gobierno canario y los cabildos y los ayuntamientos deben tomárselo muy en serio", reclama Serra. Sanidad asegura que se encuentra en la "etapa de implementación" de una estrategia europea para implicar a las administraciones locales en la "creación de ambientes favorables, promocionando hábitos de vida saludable, especialmente en cuanto a alimentación y deporte". El próximo fin de semana, Las Palmas de Gran Canaria, la otra capital provincial de Canarias, celebrará también el mismo festival infantil que en Santa Cruz de Tenerife, patrocinado por la misma galleta de chocolate.


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