miércoles, 21 de abril de 2021

Recuperar la historia de la II República española

La celebración del 90 aniversario de la llegada de la Segunda República no es una llamada a la melancolía del pasado que no volverá. Su recuerdo sigue presente, por ejemplo, en la campaña de las elecciones de la Comunidad de Madrid como referente a evitar. Al mismo tiempo, la nueva andanada de la autollamada nueva historia política intenta de forma burda situar la historia republicana entre paréntesis para enlazar directamente la segunda Restauración borbónica con la ‘añorada’ Constitución de 1876. Otras señas de identidad de este revisionismo, que comparten una parte influyente de la historiografía española, es la crítica cuando no el desprecio por el tema de la memoria histórica, asunto que junto con el de la Transición condicionan sin duda nuestra visión de la Segunda República. Estamos convencidos de que la marginación de la memoria histórica y la exaltación acrítica de la Transición, aunque se disfracen del ropaje científico, colaboran conscientemente o no en la descalificación de la única experiencia democrática –medida con los parámetros de la época– que hubo en la historia de España hasta 1977. La reprobación de sus logros -la enseñanza pública, el laicismo o una mejor distribución de la renta- forman la levadura del programa político de la derecha que ahora se llama “Libertad”. Hay una perspectiva internacional que conviene resaltar como acaba de recordar Eduardo González Calleja: entre 1934 y 1941 -y en ello hay un punto de honor que a menudo se olvida- ningún régimen político europeo ni democrático ni autoritario resistió de manera tan decidida y prolongada la agresión de las potencias fascistas y sus aliados domésticos como la segunda república española.

No se trata de colaborar hoy a ninguna idealización. Este artículo de Josep Fontana nos recuerda que uno de los aspectos más negativos de la Transición española fue la renuncia a investigar la historia del franquismo, a fin de ocultar sus responsabilidades.

Conferencia pronunciada en la Universitat Autònoma de Barcelona, octubre 2002

1. Se ha dicho en muchas ocasiones que uno de los aspectos más negativos de la Transición española fue la renuncia a investigar la historia del franquismo, a fin de ocultar sus responsabilidades. Basta con observar que hemos tenido que esperar 25 años para que los aspectos esenciales de la represión franquista fueran estudiados de manera adecuada (una tarea que todavía no ha terminado). Me complace ver que el señor Alfonso Guerra recupera ahora la memoria del exilio y reclama «el reconocimiento a los españoles que sufrieron el destierro por profesar ideas de libertad y modernidad«.

2. Podríamos reprocharle que quizá debió de haber sido mucho antes, cuando ejercía el poder, que tuvo que haber sido consciente de este deber. Y le objetaría también que la libertad y la modernidad no fueron las únicas cosas por las que luchamos los españoles, sino que había otras, como la igualdad y la justicia, no menos importantes. Esto me lleva a otra omisión muy grave de nuestra historiografía, como es la del estudio de la II República española. Y ahí me temo que la culpa no es sólo de la Transición, sino de la renuncia, por parte de los presuntos herederos de la izquierda española derrotada en 1939, al legado de sus antecesores.

3. Me di cuenta de ello hace unos años, cuando en un curso de verano en Santander, uno de los patriarcas del PSOE nos explicó sus antecedentes ideológicos para acabar afirmando que ellos eran los legítimos herederos de Joaquín Costa, sin llegar a mencionar ni una sola vez a Pablo Iglesias, que, por lo visto, le resultaba un referente incómodo. Lo cual me lleva a pensar que no ha sido tanto la derecha como la propia izquierda la que ha propiciado este olvido de lo que fue la República, reducida a una especie de antecedente de la guerra civil, que sirve para explicar el conflicto de 1936 como el resultado de los excesos de unos y otros, que hoy, felizmente, hemos superado, y que por eso mismo conviene que olvidemos. Como antídoto os invito a leer uno de los textos más nobles que se hayan escrito sobre la República.

4. Un texto, por otra parte, muy breve, de unas diez páginas: el artículo que Manuel Azaña publicó en 1939, ya en el exilio, con el título «Causas de la guerra de España». Azaña dice en él que sería un error ver «el movimiento de julio del 36 como una resolución desesperada que una parte del país adoptó ante un riesgo inminente«. Recuerda que las conspiraciones contra la República empezaron prácticamente desde su instauración, la cual se produjo sin violencia, en medio de una alegría general. La obra de gobierno de la República comenzó de acuerdo con los principios clásicos de la democracia liberal, excepto en las cuestiones económicas, en las que fue necesario intervenir para hacer frente a las consecuencias de la crisis mundial, en especial en la agricultura. «Con socialistas ni sin socialistas —escribe— ningún régimen que atienda al deber de procurar a sus súbditos unas condiciones de vida medianamente humanas podía dejar las cosas en la situación que las halló la República.»

Colegio electoral durante el referéndum autonómico del 5 de noviembre de 1933 en Éibar (foto: Indalecio Ojanguren)

5. El nuevo régimen llegaba con la herencia del desastre de la dictadura de Primo de Rivera, en plena crisis mundial y en un momento en que el mundo, atemorizado por el peligro soviético, giraba a la derecha, de manera que los diplomáticos de las grandes potencias transmitieron a sus gobiernos la idea de que el de España era un gobierno medio bolchevique, y contribuyeron a aislarlo desde su mismo nacimiento. Lo cierto es que la mayor parte de estos diplomáticos no entendían absolutamente nada de lo que sucedía: el embajador norteamericano en Madrid, por ejemplo, a quien el triunfo de la República tomó por sorpresa, estaba convencido de que Alfonso XIII era adorado por el pueblo español, y el 13 de abril envió un telegrama al Departamento de Estado diciendo que la derrota en las elecciones «no hay que tomarla de manera que implique necesariamente un cambio de una forma de gobierno monárquica a otra republicana; sin embargo, un cambio de ministerio podría producirse pronto«.

6. El día 16, indignado por el giro de los acontecimientos, decía: «el pueblo español, con su mentalidad del siglo XVII, cautivado por falsedades comunistoides, ve de pronto una tierra prometida que no existe. Cuando les llegue la desilusión, se volverán ciegamente hacia lo que esté a su alcance, y si la débil contención de este gobierno no cierra el paso, la muy extendida influencia bolchevique puede capturarles«. Y finalizaba: «No puedo aconsejar el reconocimiento inmediato de este régimen, por más que sea necesaria alguna manera de modus vivendi para tratar con él, pues de otra forma yo no estaría debidamente acreditado.» Esta opinión sobre el gobierno era tanto más injustificada cuanto la embajada norteamericana no sabía ni quiénes eran los políticos que llegaban al poder. En una semblanza de los nuevos ministros que envió a Washington el 15 de abril, se dice de Alcalá-Zamora: «Según la prensa nació en Andalucía y tiene 55 años de edad.» De Lerroux: «no hay informaciones recientes; según un despacho de la embajada de hace un año era entonces líder del grupo radical del Partido Republicano» (!). Y de Manuel Azaña: «no hallo ninguna referencia por parte de la embajada. El agregado militar se refiere a él como un asociado a Alejandro Lerroux. Aparentemente, un ‘republicano radical‘».

7. Al margen de esta hostilidad internacional, el nuevo gobierno había de enfrentarse a unos problemas internos que era urgente resolver, en primer lugar el de la propiedad de la tierra y la situación de los campesinos; pero también otros como el de las reivindicaciones catalanas, la limitación del poder de la Iglesia y una necesaria reforma militar para devolver a sus justas dimensiones un ejército hipertrófico de generales, cuyo número había aumentado alegremente como compensación por las supuestas heroicidades en el mando de la guerra de África. Conviene no olvidar que el Franco que el 3 de febrero de 1926 era nombrado general —a los 33 años, el más joven de Europa, como se nos dice siempre— logró los ascensos como premio a la frialdad con la que llevó a sus hombres a la muerte. Sin ello, este oficial que había salido de la Academia de Infantería con el número 251 dentro de una promoción de 312, habría hecho una carrera mediocre que le habría llevado en su vejez, como máximo, a gobernador militar de alguna provincia de segunda.

8. Que la política de las izquierdas al inicio de la República no era enteramente equivocada lo demostraría que lograra evitar la extensión a España de la crisis económica mundial. Los índices económicos españoles muestran descensos moderados, o estabilidad, e incluso cierto crecimiento en algunos sectores. En comparación con los datos de los años 1925-1929, las importaciones de algodón en rama en 1935 se situaron un 20 % por encima, y la lana empleada en Terrassa y Sabadell un 34 %.

Primero de mayo de 1931 en Sant Sadurní d’Anoia (foto: Ser Histórico)

9. La renta nacional había aumentado también un 10 %. La mejora en las condiciones de trabajo, consecuencia en gran medida del hecho de que se acabó la represión contra la actividad sindical, conllevó un alza de la masa salarial y el aumento de la capacidad de consumo de la población, generando un crecimiento interior desligado de la coyuntura de los mercados mundiales. Nada aquí que se parezca al desastre de la recesión en Estados Unidos o en Alemania, con la caída brutal de la producción y los millones de parados, que, en el caso alemán, serían el cultivo que favorecería el ascenso del nazismo. Hay que añadir, además, que todo ello fue el resultado de una política reformista elemental y limitada. De hecho, una medida importante como la de la reforma agraria fue emprendida con tal timidez y con tan pocos recursos (como dijo Camilo Berneri, «se aplicó con dosis homeopáticas«), que puede afirmarse que apenas había empezado en 1936.

10. Pero lo que combatían los terratenientes y los caciques, lo que les llevó realmente a la guerra, era mucho menos la amenaza, relativamente remota, de la reforma agraria, como la mucho más inmediata que surgía de la libertad dada a los campesinos para sindicarse y negociar sus condiciones de trabajo. Se estaba produciendo un cambio, no espectacular pero sí trascendente, que implicaba la ruptura en la relación tradicional de fuerzas que permitía a los propietarios rurales, con la colaboración de los funcionarios del Estado, los jueces y la guardia civil, mantener el control de la vida local, desvirtuando o neutralizando las leyes reformistas publicadas en tiempos de la monarquía.

11. Hace unos años, Angelina Puig realizó una tesis que utilizaba procedimientos de historia oral para investigar la historia de los emigrantes de un pueblo de Granada establecidos en Sabadell después de la guerra civil. Quiso también que hablaran de su situación antes de emigrar, y los más viejos, los que vivieron en tiempos de la República, nos descubrieron un panorama que, por lo menos para mí, que alimentado por los tópicos habituales esperaba que hablaran de las gracias y desgracias de la reforma agraria, me abrieron los ojos. Ni una sola palabra de la reforma agraria. Lo que aparecía era un cuadro de la vida local de aquellos años que mostraba a los propietarios acogiendo inicialmente al nuevo régimen con tranquilidad, ya que estaban acostumbrados a ver cómo cambiaban los gobiernos sin que su entorno social se modificara, de manera que pensaron que entonces sería lo mismo.

12. En cambio, se alarmaron al ver que los campesinos comenzaban a organizarse para negociar sus salarios y reivindicar sus derechos sin que la guardia civil los reprimiera de entrada, como había sucedido siempre. Por eso, cuando la derecha subió al poder en 1933, los terratenientes y los caciques reafirmaron de nuevo su autoridad: bajaron los salarios y los campesinos que se habían afiliado a un sindicato o se habían distinguido como partidarios de la izquierda sufrieron toda clase de persecuciones, fueron expulsados de los lugares donde trabajaban y se les negó la contratación como jornaleros. Esto ocurrió en Andalucía, como en Albacete, Cuenca (donde los trabajadores de Barajas de Melo dicen: «cuando pedimos trabajo, el alcalde nos dice que ‘comamos zarzas y república‘»), Ciudad Real (donde los de Solana del Pino aseguran que «para perseguirnos, prefieren dejar la tierra sin cultivar antes que dárnosla a nosotros«), Toledo, donde según explica Arturo Barea, a finales de 1933 los propietarios empezaron a echar a todos los que se habían afiliado a un sindicato «y a no dar trabajo más que a los que se sometían a lo de antes«.

Manifestación republicana en Pedro Martínez, mayo de 1932 (foto: memoriadimmingracio.com)

13. También fue el triunfo de la derecha la ocasión que los conservadores catalanes aprovecharon para denunciar la Ley de Contratos de Cultivo que había aprobado el Parlament de Catalunya. En cierta ocasión, en la época del franquismo, un antiguo dirigente de Unió Democràtica me confesó: «aunque, en realidad, tampoco era para tanto«. Podían haberse dado cuenta de ello antes. La naturaleza del conflicto entre grandes propietarios y trabajadores os permitirán entender reacciones como la que en julio de 1936 tuvo un terrateniente de la provincia de Salamanca, el conde de Alba de Yeltes, Gonzalo de Aguilera, que explicó personalmente a un periodista que el mismo día 18 de julio «hizo ponerse en fila india a los jornaleros de sus tierras, escogió a seis y los fusiló delante de los demás. Pour encourager les autres, ¿comprende?«.

14. O todavía hoy, en un libro publicado en 1998 —y destaco la fecha para que no se piense que se trata de un panfleto de la guerra civil—, cuando se enumeran los agravios que llevaron a Pedro Sainz Rodríguez a colaborar con la insurrección fascista, encontramos la siguiente descripción de los intolerables horrores de la República, que copio sin añadir ni quitar nada: «Se obligaba a los terratenientes a roturar y cultivar sus tierras baldías, se protegía al trabajador de la agricultura tanto como al de la industria, se creaban escuelas laicas, se introducía el divorcio, se secularizaban los cementerios, pasaban los hospitales a depender directamente del Estado…» He aquí el bolchevismo republicano denunciado con todo detalle. Os explico esto para subrayar que no es cierto que fuera el miedo a ser desposeídos de sus propiedades lo que puso a los terratenientes en pie de guerra.

15. Es sencillamente uno de los muchos tópicos que enturbian nuestra comprensión de la historia de la República y que debemos combatir. Como, por poner otro ejemplo, los tópicos que se refieren al papel de la Iglesia española en el fracaso republicano y en la organización de la revuelta, y que pretenden reducirlo todo a poco más que al contraste entre un personaje intransigente como el cardenal Segura y otro negociador como el arzobispo Vidal i Barraquer. El pobre Segura era un títere que no pintó gran cosa en el transcurso de su vida, ni cuando escribía pastorales contra la República, ni cuando en su vejez se negaba a ceder la cabecera de la mesa a la señora Franco y conseguía que el gobierno del Caudillo intentara que se marchase del país, lo mismo que había intentado la República.

16. Lo que deberíamos conocer mucho mejor, por el contrario, es la forma en que el tejido de las organizaciones patrocinadas por la Iglesia montó la contraofensiva para detener los intentos de laicismo de la República. Cuando la Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas prohibió la enseñanza a las órdenes religiosas, las organizaciones católicas actuaron rápidamente, y entidades como la Sociedad Anónima de Enseñanza Libre, que aparecía como una asociación laica, o las organizaciones de padres de familia católicos, se hicieron cargo de los antiguos colegios de los religiosos, con el resultado que Herrera Oria podía decir en 1940 que «gracias a esta fortaleza en la lucha de las órdenes religiosas y de seglares, sobre todo de los padres de familia organizados, pudieron las órdenes religiosas educar a tantos o más jóvenes que antes«.

La maestra Veneranda García-Blanco Manzano (1893-1992) junto a sus alumnas de la escuela pública de Vidiago (Asturias) (foto coloreada por Tina Paterson)

17. Al mismo tiempo que organizaban campañas contra el cine y las lecturas inmorales. Es decir, contra lo que en los criterios eclesiásticos de la época se consideraba inmoral. Para hacerse una idea de qué va el asunto, baste decir que en la primera lista de libros prohibidos que se publicó en Valladolid en 1936, figuran entre los totalmente prohibidos las fábulas de La Fontaine, casi todo Pérez Galdós incluida la mayor parte de los Episodios nacionales, Baroja, Unamuno, Valera, algunos libros de Azorín, Goethe por entero, los artículos de costumbres de Larra, todo Gabriel Miró, La Celestina o el Libro de buen amor… Y que entre los «tolerados», sólo aptos para lectores maduros y autorizados, están los de Gustavo Adolfo Bécquer, las Novelas ejemplares de Cervantes, el Lazarillo de Tormes, el Ideario español de Ganivet, el Gil Blas de Santillana, los cuentos de Perrault, el Buscón de Quevedo o El diablo cojuelo de Vélez de Guevara.

18. Y lo que todavía es más importante que entendamos, y que sería necesario estudiar, en vez de perder el tiempo con los exabruptos del cardenal Segura o con las buenas intenciones de Vidal i Barraquer, es la forma en que esta red eclesiástico-civil funcionó en poblaciones como Valladolid —y aludo a Valladolid porque hay un estudio reciente que proporciona algunas informaciones sobre este tema—, en cuanto a elemento de preparación y apoyo de la insurrección de 1936 y, después de su triunfo, como base del control intelectual y social de los años de posguerra.

19. El asunto de la enseñanza religiosa —que, como sabéis, todavía colea— me lleva a destacar que uno de los aspectos «revolucionarios» de la República que las derechas no pudieron tolerar, fue precisamente su preocupación por la educación popular. Herederos de una antigua tradición ilustrada, los republicanos creyeron que educar a la población era el camino que había de llevarles a movilizarla para un programa de transformación social. Y se dedicó a ello con un entusiasmo que nunca se había conocido en España —y que no ha vuelto a conocerse después—. Suele olvidarse que entre los primeros decretos republicanos figura uno que creaba cerca de 7.000 plazas de maestro y aumentaba el sueldo de los enseñantes.

20. Se llevó a cabo una gran tarea de formación de maestros, se construyeron más de 16.000 escuelas, al tiempo que se desarrollaron programas de difusión cultural a fin de llevar a todos los rincones del país los libros o el teatro. No en vano los franceses decían que esta República española era «la República de los profesores«. Un escritor cubano pasó revista a la gran cantidad de nombres de intelectuales que ocupaban cargos políticos o diplomáticos, y dijo: «En todas las avanzadas del régimen figuran profesores y escritores, representantes de esa pequeña, casi exigua, burguesía intelectual que siempre estuvo residenciada bajo la monarquía.»

Misiones Pedagógicas en Mombeltrán (Ávila), 1932 (foto del archivo de la Residencia de Estudiantes, coloreada por Tina Paterson)

21. Es bien conocida la dureza, sangrienta, de la represión dirigida contra los maestros, o la supresión inicial por parte de las autoridades franquistas de muchos institutos de segunda enseñanza creados por la República, por considerarlos sobrantes. El asunto iba mucho más allá: la voluntad de liquidar hasta sus raíces intelectuales el proyecto reformista republicano, explica que se hicieran públicos planteamientos como los aparecidos en un periódico de Sevilla en los primeros días de la guerra, en un artículo significativamente titulado «A las cabezas», donde se decía: «No es justo que se degüelle al rebaño y se salven los pastores. Ni un minuto más pueden seguir impunes los masones, los políticos, los periodistas, los maestros, los catedráticos, los publicistas, la escuela, la cátedra, la prensa, la revista, el libro y la tribuna, que fueron la premisa y la causa de las convulsiones y efectos que lamentamos.»

22. El rector de la Universidad de Zaragoza, por su parte, propuso la quema de libros como medida higiénica conveniente y necesaria. ¿Para qué se necesitaban libros? En 1937 Pemán defendió en un discurso delante de Franco, que aprobó entusiasmado lo que dijo, una enseñanza simplista y que adoctrinara, de imposición de los valores «de arriba a abajo, misionalmente«, todo ello ejemplificado en esta afirmación: «El catecismo o el refranero, que hablan por afirmaciones, son más creídos que los profesores de Filosofía, que hablan por argumentos.» Era cosa sabida que eso de pensar es un vicio extranjerizante y malsano. Eso era, por lo menos, lo que decía un libro publicado en 1939 por un «asesor técnico del Ministerio de Educación Nacional«: «‘Europa es el mundo ideal del 2 y 2 son 4′, me dijo un día mi maestro. A lo que yo le respondí: ‘Y España es el mundo pasional del 2 y 2 son 5.‘» Esta apología del irracionalismo iba acompañada por una referencia a Ángel Ganivet, el cual habría dicho que a un pueblo que había conquistado el mundo no se le podía hacer perder el tiempo mirando por un microscopio (que era precisamente lo que hacía Ramón y Cajal en la época en que Ganivet decía esas tonterías).

23. Lo esencial para lograr este retroceso de la racionalidad era combatir lo que Pemartín llamaba «el necio fetiche del siglo estúpido: la superioridad de la ciencia sobre la fe». El tipo de enseñanza que se propugnaba había de ser una mezcla de patrioterismo y religión. No tengo ninguna duda de que el señor Pemartín y la señora Pilar del Castillo se habrían entendido bastante bien.

24. No hay que caer en la trampa de admitir que lo que movió a la revuelta de 1936 fue el temor a una amenaza revolucionaria inmediata, porque esta amenaza no existió. Basta con leer un documento que no suele citarse, el pacto-programa del Frente Popular publicado en la prensa el 16 de enero de 1936, para comprobar que no iba más allá de la propuesta de «restablecer el imperio de la Constitución» y procurar que se desarrollaran las leyes orgánicas derivadas de ella dentro del respeto a los principios constitucionales. En el pacto-programa los republicanos se negaban explícitamente a aceptar ninguno de los puntos de transformación revolucionaria que proponían los socialistas, y realizaban una declaración tan inequívoca como esta: «La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clase, sino un régimen de libertad democrática, impulsado por razones de interés público y progreso social.«

Miembros del gobierno provisional de la Segunda República; de izquierda a derecha: Álvaro Albornoz, Niceto Alcalá-Zamora, Miguel Maura, Francisco Largo Caballero, Fernando de los Ríos y Alejandro Lerroux (foto: agencia Meurisse/BNF)

25. Y hemos de recordar también el peso insignificante de los comunistas entonces, que no tenían ninguna clase de representación en el gobierno y no estaban en aquellos momentos para revoluciones. Lo que ocurrió en 1936 fue la consecuencia del hecho de que la derecha española no estaba dispuesta a aceptar una nueva etapa reformista como la de 1931 a 1933, con el peligro añadido del desarrollo de las promesas implícitas en la Constitución, por moderadas que fuesen. Un estudio sobre Zaragoza sostiene que la burguesía local jugó por un tiempo la carta posibilista, hasta febrero de 1936, y que al ver los avances de la izquierda, optó por animar a los militares que se preparaban para rebelarse, y una vez obtenida la victoria pudieron realizar el viejo sueño de «eliminar violentamente de la escena todas aquellas fuerzas políticas y sociales […] que habían ofrecido […] un proyecto sociopolítico alternativo al de las élites españolas«. En algunos casos, el asunto estaba preparado desde antes.

26. En Andalucía, muchos de quienes no se habían decidido a tomar parte en el intento de Sanjurjo en 1932, cambiaron de idea después del movimiento revolucionario de las izquierdas en 1934, que, aunque fracasara, les asustó. Francisco Espinosa ha mostrado que las oligarquías andaluzas, aterrorizadas frente a la amenaza del peligro que creyeron haber corrido, prepararon un plan de eliminación sistemática de sus enemigos, reales o imaginarios, que se apresuraron a poner en práctica en verano de 1936, en una operación de exterminio que empezó a escala local, pero que se generalizó hacia el mes de agosto cuando, según dice Espinosa, «se decidió desde la más alta instancia golpista la eliminación masiva de toda persona marcadamente asociada a la experiencia republicana: políticos, intelectuales y dirigentes obreros«.

27. De hecho, sabemos que antes de las elecciones de febrero de 1936 los militares estaban decididos a acabar de una vez con el juego democrático, cuestión en la que coincidían con la actitud de la derecha tradicional, que manifestaba su voluntad de «votar para dejar de votar algún día«. En un documento secreto dirigido a la Unión Militar Española, Mola sostenía que era necesario dar el golpe antes de las elecciones: «Sería un error funesto plantear la batalla a la revolución en el terreno del sufragio y de la actuación legalista […]. Hay que evitar las elecciones, de las cuales sacarían algunos partidos de izquierda argumentos para intervenir en el gobierno […]. Nada de turnos ni transacciones; un corte definitivo, un ataque contrarrevolucionario a fondo es lo que se impone, […] la destrucción del régimen político actualmente imperante en España. […] En el porvenir, nunca debe volverse a fundamentar el Estado ni sobre las bases del sufragio inorgánico, ni sobre el sistema de partidos […], ni sobre el parlamentarismo infecundo.» No estaba en contra de la revolución, que, como puede verse, no figura entre sus temores, sino en contra de la democracia parlamentaria.

28. Uno de los decretos que había preparado para aplicar tras el triunfo del golpe militar, contiene toda su teoría política: «es lección histórica, concluyentemente demostrada, la de que los pueblos caen en la decadencia, en la abyección y en su ruina, cuando los sistemas de gobierno democrático-parlamentario, cuya levadura esencial son las doctrinas erróneas judeo-masónicas y anarco-marxistas, se han infiltrado en las cumbres del poder«. Pero, a pesar de la moderación de los propósitos del Frente Popular (o quizá por eso mismo, por la capacidad de convivencia entre unos partidos republicanos de centro que deseban mantener los principios democráticos y unos grupos de izquierda que aspiraban a la transformación social por una vía pacífica), aquello que representaba la República española en verano de 1936 resultó que tenía un significado y un valor universales.

Queipo de Llano y el cardenal Segura en 1937 (foto: archivo de la Universidad de Sevilla) 29. En unos momentos de renuncia de los gobiernos democráticos europeos, España se convirtió en una esperanza para todos aquellos que se daban cuenta de la amenaza que representaba el ascenso del fascismo, y el riesgo que implicaba la inconsciente tolerancia de unos políticos que preferían convivir con las dictaduras fascistas antes que con un régimen reformista tan poco revolucionario como el de España. Los testimonios de quienes vinieron entonces a jugarse la vida para defender nuestra libertad, muestran hasta qué punto estaban convencidos de que luchaban por una causa de alcance universal. Lo vemos cuando Koltsov le dice a Gustav Regler: «Si ganamos aquí, pronto podrás regresar a Alemania.» O en la carta que David Guest, un matemático que murió en 1938 a los 27 años de edad, luchando cerca de Móra d’Ebre, escribía a su madre: «esta es una de las batallas más decisivas que nunca se hayan librado para el futuro de la raza humana, y todas las consideraciones personales se desvanecen ante este hecho».

30. O en la conciencia de Cecil Day-Lewis, cuando escribe: «Es a nosotros a quienes defendían quienes defendían Madrid.» Los testimonios podrían multiplicarse casi indefinidamente. Hace unos meses, algunos supervivientes de la Brigada Abraham Lincoln norteamericana nos visitaron de nuevo, y nos recordaron que vinieron a este país para luchar por aquella República finalmente derrotada por el fascismo, porque con ella defendían los valores de una democracia avanzada por la cual pensaban que merecía la pena arriesgar la vida. Y vinieron para decirnos que siguen creyendo en aquellos valores y que están orgullosos de haber defendido la República. Quizá ahora, en unos momentos en que estos valores vuelven a ser negados, sea a nosotros a quienes corresponda reivindicar aquel intento de transformación de la sociedad y de recuperar aquellas esperanzas, quizá frustradas, pero no caducadas.

31. Y en esta tarea, a quienes nos dedicamos al estudio de la historia nos corresponde una parte bastante importante, como es acabar con el silencio, deshacer los tópicos malintencionados, analizar objetivamente los aciertos y los errores del régimen y, sobre todo, liquidar una historiografía construida a base de la rumia de antiguas afirmaciones repetidas de manual en manual, para reemplazarla con otra que saque a la luz las esperanzas de los hombres y mujeres de aquellos días, a fin de recuperar lo que aún pueda haber de válido en aquel proyecto colectivo que tenía como objetivos la libertad y la modernización, como ha dicho recientemente Alfonso Guerra, pero también otras cosas que no hay que olvidar, como la lucha por una mayor igualdad y una mayor dignidad. Me parece muy oportuno que el esfuerzo de los jóvenes historiadores esté sacando a la luz los crímenes del franquismo.

32. Ayer mismo, en La Vanguardia, y con referencia al congreso que tendrá lugar en esta misma universidad dentro de unos días, del cual os adelanto que espero unos espléndidos resultados, se decía que la lectura histórica de la guerra civil y del franquismo está iniciando una nueva etapa. Es cierto. Pero yo quisiera que no olvidarais, al estudiar los crímenes del franquismo, que el mayor de todos fue, precisamente, el haber destruido esta gran esperanza colectiva de la II República española. Es por ello que os invito a recuperar su historia.

Octubre de 2002

Fuente original: «Recuperar la història de la Segona República espanyola», Revista HMiC. Història moderna i contemporània (Universitat Autònoma de Barcelona), n.º I, 2003, pp. 147-154. (Traducción de Jordi Domènech).

Portada: proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931: celebración en la Puerta del Sol (foto: Alfonso Sánchez Portela/MNCARS).
Para ver las fotos ir al documento original.
Ilustraciones: Conversación sobre la historia.

Fuente: 

martes, 20 de abril de 2021

El ajedrez. El mejor gimnasio de la mente.

Estoy enseñando a mi hija Carla a jugar al ajedrez. En un mundo lleno de ajetreo, de prisas y de estímulos efímeros, creo que es bueno dedicar tiempos a pensar, a ejercitar la mente. Un poquito tarde para lo que yo hubiera deseado. Pero nunca es tarde para aprender.

Todo el mundo sabe que el ajedrez es un juego entre dos contrincantes en el que cada uno dispone al inicio de 16 piezas móviles (un rey, una reina, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones) que se colocan sobre un tablero de 64 casillas o escaques. En su versión de competición está considerado un deporte, aunque tiene una dimensión social, educativa, terapéutica y lúdica.

En más de una ocasión he visto presentar en Congresos o Jornadas educativas alguna comunicación relacionada con el juego del ajedrez. La primera vez me sorprendió poderosamente que el expositor propusiese la articulación de todo el curriculum en torno a este juego tan peculiar. Había en él importantes y claras vinculaciones a la historia, a la literatura, a las matemáticas, a la geometría, a la geografía, a los idiomas, a las ciencias, al arte, a la psicomotricidad, a la música… En las sucesivas ocasiones he ido prestando más atención y he llegado a la conclusión de que se trata de una actividad con enormes potencialidades educativas.

En los cuatro años que fui Director de un Colegio en Madrid hicimos un ambicioso programa de actividades que llamábamos paralelas, no complementarias o extraescolares, como se suele decir. Porque las considerábamos de igual importancia que las curriculares. Eran más de cincuenta: musicales, literarias, deportivas, manuales, icónicas, de mesa… Entre estas últimas destacaba el ajedrez. Algunos exalumnos me han contado la importancia que tuvo este programa de actividades para el desarrollo de sus capacidades y de sus futuras aficiones.

El ajedrez no es un juego de azar, sino racional y de estrategia. No depende de la suerte sino de la habilidad, del control y de la capacidad de anticipación. Y se puede practicar desde los 3 hasta los 103 años.

Los musulmanes lo traen a España en el siglo VIII. Y se convierte inmediatamente en un instrumento para la convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos. España añadió la figura de la reina., que es la pieza de más valor.

Este deporte, tal como se conoce actualmente, nació en Europa en el siglo XV, aunque tiene precursores en épocas anteriores y lugares diferentes. No es el momento de relatar su historia, que está llena de interesantes y sugerentes peculiaridades.

Hay torneos, hay partidas múltiples, hay partidas entre una persona y un ordenador, hay partidas sobre tablero gigante en el suelo… El mejor ajedrecista desde 2005 es un ordenador, pero no podemos olvidar que esa máquina la ha creado un ser humano.

El ajedrez no es un juego aburrido, como algunos piensan. Los niños hiperactivos se divierten mucho con él. Y se receta como terapia para niños con TDH.

No es un juego complicado. Para disfrutar del ajedrez no hace falta una inteligencia especial. Una cosa es correr y otra ser un campeón de maratón. Una cosa es jugar al ajedrez y otra ser un ganador de competiciones.

En numerosas ocasiones he oído hablar de las enriquecedoras virtualidades del juego del ajedrez. Enumeraré algunas, entre las muchas que se le atribuyen.

– Aumenta la capacidad de concentración. Es imposible practicar este juego sin un ambiente de silencio y ausencia de distractores. Es necesaria la máxima concentración en las posiciones de las piezas propias, de las del contrincante, en las estrategias que se han desarrollado y en las que hay que anticipar para defenderse o atacar… En unos tiempos en los que la atención está tan dispersa se trata de un ejercicio extraordinariamente útil para desarrollar la concentración.

Desarrolla el pensamiento matemático. Los cálculos de posiciones obligan al jugador a elaborar estrategias numéricas y movimientos precisos y calculados.

– Enseña a administrar el tiempo. El manejo del tiempo es muy importante en el ajedrez. El reloj que acompaña muchas partidas es una permanente llamada de atención a la importancia del paso inexorable del tiempo.

Enseña a ganar y a perder. El ajedrez nos permite aprender a ganar con elegancia y a perder con humildad. En la vida no siempre se gana y no siempre se pierde. Se puede aprovechar la derrota para aprender dónde se han producido los fallos y en qué han consistido los aciertos del adversario.

Desarrolla el pensamiento autocrítico. En ajedrez no influye el árbitro, ni el terreno embarrado ni el mal tiempo, ni la suerte. Se pierde por fallos propios, que se pueden analizar para aprender. El que más aprende es el que pierde.

– Ayuda a controlar el primer impulso. Nada más importante que la tranquilidad en este juego. La precipitación podría causar situaciones irreversibles que lleven a la derrota. Es necesario el control ante la necesidad de un análisis sereno.

– El ajedrez une a las personas de diferentes edades, culturas, razas y países. Es decir, genera empatía. Es emocionante ver cómo se enfrentan a ambos lados del tablero personas tan diferentes a las que unen unos propósitos y unas reglas.

– Permite desarrollar el pensamiento flexible,el pensamiento lateral. Durante la partida nos preguntamos muchas veces: ¿Y si…? Durante una partida, una sola jugada nos obliga a cambiar rápidamente

– Ejercita la memoria: ya sea la memoria a corto plazo, para recordar los movimientos que se han realizado durante la partida, o a largo plazo, para no olvidar otras partidas jugadas.

– Desarrolla el razonamiento lógico matemático: está demostrado que el razonamiento y el proceso de análisis utilizado en el juego del ajedrez es muy similar al que se usa en las matemáticas y, por tanto, su práctica puede ser beneficiosa para mejorar las aptitudes matemáticas de los alumnos.

– Mejora la capacidad de resolución de problemas y toma de decisiones: durante la partida el jugador de ajedrez se enfrenta a distintos problemas que debe resolver, analizando todas las soluciones posibles y eligiendo la más adecuada, incluso muchas veces bajo la presión del límite de tiempo para tomarlas.

– Incrementa la autoestima y el afán de superación: cada partida es un nuevo reto para el jugador, que intentará mejorar su habilidad para jugar cada vez mejor; asimismo, cada vez que gana una partida el ajedrecista aumenta su autoestima y valora su pericia en el juego. En el caso de perder contribuye a potenciar la autocrítica. En definitiva, que el alumno sepa asumir el fracaso y no se hunda, todo lo contrario, intente mejorar cada día.

– Ayuda a ejercitar la mente. Por eso se usa para prevenir enfermedades como el Alzheimer. En el Instituto Albert Einstein de Nueva York se han hecho estudios sobre esta cuestión, con resultados contundentes.

– Invita a seguir aprendiendo. Porque existen infinidad de estrategias que se pueden incorporar al acervo de las que ya se conocen.

¿Es el ajedrez un juego de hombres? Solo hay una mujer entre los 100 primeros del mundo. Uno de cada catorce jugadores es una mujer. Pero eso depende de un estereotipo. El interés es similar hasta los 14 años. Pero luego, las niñas se retiran. Se ha considerado un jugo masculino, pero solo es fruto, a mi juicio, de un estereotipo social.

Este artículo es una invitación a que las familias y las escuelas se interesen, promuevan y cultiven este juego, que es el mejor gimnasio de la mente. Y a que cada uno de nosotros hagamos ejercicio con frecuencia y fruición.

Permitidme cerrar con una ingeniosa idea que he leído no sé donde. Y no hace mucho, por cierto. El mejor ajedrecista de la historia fue Moisés, porque hizo tablas con Dios en el monte Sinaí.

lunes, 19 de abril de 2021

_- Pánico a desaparecer de la historia. La periodista Ritama Muñoz-Rojas recupera en un libro las cartas de sufrimiento y de temor al olvido en el exilio legadas por su abuela


_- Niños españoles, hijos de republicanos, parten hacia el exilio en 1939.

Por el camino que siguieron Antonio Machado y otros nombres propios del exilio español, tras la derrota de la República en la Guerra Civil, caminaron niños, jóvenes, mayores que, al volver la vista atrás, hallarían un vacío que duraría décadas. Eran pobres, acomodados, profesionales, trabajadores, obligados a rehacer su vida. Las fortunas o desgracias que debieron de sufrir estaban marcadas por el miedo al olvido. En una de las cartas que Ritama Muñoz-Rojas, hija y nieta de republicanos, periodista, halló en una colección de correspondencia que le legó su abuela, una exiliada explicó a quien la escuchara desde España: “Lo peor es la soledad”. Y lo peor era también el hambre.

Esas cartas piden asistencia, memoria, afecto, y dinero para vivir. Están ahora recogidas en un libro, Los olvidados del exilio (Reino de Cordelia), que incluye también fotografías que son crónicas de ese temor, el olvido, y de esa mirada, la necesidad. Uno de los retratos es el de unos adolescentes que cargan maletas camino de la frontera… Son caras que aún hoy reflejan el estupor ante el exilio, lo desconocido. La portada es la dramática expresión de las consecuencias del desastre: un hombre le da la mano a una niña lisiada. Ella mira a la cámara, que no es el futuro, sino un espejo roto. Se sostiene en una muleta, el padre la lleva de la mano. Mantas grises enmarcan la cara desconfiada del hombre. Detrás otro hombre grueso sostiene la mano de un niño vivaracho.

Es la realidad de entonces y parece lo que es: el retrato de la desolación. Para paliar las consecuencias del destierro que comenzó ahí, un grupo de personas creó la asociación Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles (AARE) “para enviar alimentos, ropa o medicinas y ofrecerles un vínculo que les uniera a su patria”. El libro contiene “las cartas con las que los últimos exiliados españoles contestaron agradeciendo esa generosidad”.

La asociación, dice Ritama, “son tres personas, Juan José Linz, Rocío de Terán y Ritama Fernández, que es mi madre”. Pusieron en marcha esa vía de contacto con los refugiados en los años ochenta. La distancia (y el olvido) nunca les borró, añade Ritama, “la referencia agradecida a la República, su amor a la patria, la tristeza por haber sido expulsados de ella… Era como si se hubieran quedado en el 39; hablan en las cartas de una España que no existía, en la que, si hubieran vuelto, habrían sufrido otra clase de exilio”.

Pánico a desaparecer
Para todos ellos “la soledad es lo peor… Hay un capítulo entero dedicado a recoger las cartas en las que hablan de su soledad. Todos están solos y en muchos casos no pueden ni escribir, han de esperar a que llegue un amigo porque bastantes de aquellos refugiados eran analfabetos… No nos olvidéis”, dicen algunos. “Tienen pánico a desaparecer de la historia, de la vida, del país… Mi tatarabuela, la madre de Fernando de los Ríos, que vivía en Nueva York, le decía a mi abuela, desde el exilio: ‘Nombradme de vez en cuando, contadle a los niños quién soy, no me olvidéis”.

La Segunda República, un sueño democrático que se proclamó hace 90 años sin violencia

El editor, Jesús Egido, buscó las fotografías. “Eran gente humilde aquellos exiliados… Iban en alpargatas… Mira esos niños, uniformados, parece que les han dado la maleta para que puedan irse, y parecen maletas vacías. ¿Qué podrían llevar? Gente olvidada, anónima, que no tuvo quien hablara de ellos. Solos en Francia, en Argentina… Es una brutalidad y una injusticia hoy no reconocer la realidad y ser generosos con la gente que lo sufrió. ¿Qué peligro ideológico suponía esa pobre gente para merecer la mezquindad que se sigue practicando contra el exilio? ¿Qué hacían sino sobrevivir y trabajar para vivir? ¿Qué daño le hacían al mundo? ¿Por qué los olvidamos? ¿Por qué ahora, con el olvido, cargamos contra ellos?” Ahí están, retratados o en sus cartas, luchando contra la soledad y el olvido, en el camino que no tuvo retorno. 

domingo, 18 de abril de 2021

Los cofundadores de BioNTech: “Esta vacuna es solo el comienzo”. La era de las vacunas de ARNm no ha hecho más que empezar, según los doctores Özlem Türeci y Uğur Şahin, cofundadores de la empresa alemana BioNTech


La doctora Özlem Türeci (Lastrup, Alemania, 54 años) y el doctor Uğur Şahin (Iskenderun, Turquía, 55), cofundadores de la empresa alemana BioNTech, sostienen que el éxito en el desarrollo de vacunas de ARN mensajero contra la covid-19 es “transnacional”, y que abre las puertas a nuevos tipos de vacunas contra otras enfermedades infecciosas, así como contra el cáncer. La vacuna desarrollada por este matrimonio de científicos y producida con la compañía Pfizer, es una de las que se están utilizando en todo el mundo para luchar contra la covid. “Esta vacuna es solo el comienzo”, aseguran.

Pregunta. La vacuna de Pfizer/BioNTech contra el coronavirus es la primera aprobada para uso comercial que tiene ARN mensajero [una especie de instrucciones para fabricar una proteína que desencadena la respuesta inmunitaria] . ¿Ha cambiado este año de manera fundamental la forma en la que se desarrollarán las vacunas en el futuro?

Uğur Şahin: El caso de la covid-19 muestra realmente algunas de las ventajas que ofrecen las vacunas de ARNm. La primera es que ha sido el desarrollo [de vacunas] más rápido en toda la historia médica. Esta es, a menudo, una de las ventajas fundamentales de las vacunas de ARNm: es posible fabricarlas en ciclos de producción cortos y en solo unas semanas pudieron empezarse los ensayos clínicos. La segunda es que los datos muestran claramente que el método no solo es el más rápido, sino también el más eficaz para inducir no solo respuestas inmunitarias [respuestas de anticuerpos y células T], sino también para prevenir la enfermedad sintomática. Los nuevos datos obtenidos [de la vacunación en la población general] también muestran su eficacia para prevenir la infección, algo importante para controlar la pandemia. Y la tercera es que estamos viendo que la tecnología, que nunca antes se había utilizado para uso mundial, ha permitido aplicar vacunas a muchísimos millones de personas. Tenemos pensado fabricar 2.000 millones de dosis para finales de este año. Y esto es solo el comienzo. Esto es el ARNm 1.0. La prueba de concepto para una nueva clase de fármacos.

“Tenemos pensado fabricar 2.000 millones de dosis para finales de este año”

P. Ahora que han conseguido desarrollar una vacuna de ARNm, ¿se trata de introducir sin más secuencias de ARN de otros virus o patógenos para crear nuevas vacunas? ¿Qué otras enfermedades infecciosas tienen en mente?

Özlem Türeci: Ahora mismo esa es una de las cuestiones importantes Más específicamente, cómo priorizar todas las oportunidades. Los trámites que hemos seguido hasta obtener una autorización condicional para comercializar la vacuna contra la covid-19 nos ha permitido establecer la tecnología para todas las fases de desarrollo clínico y el procedimiento regulador.

En principio, hay otros muchos casos de enfermedades infecciosas y patógenos en los que simplemente tendríamos que cortar la secuencia de la proteína S de la covid-19 e insertar la información genética de un antígeno de otro virus o patógeno en el mismo vector de ARNm, y después básicamente repetir lo que hemos hecho. Y la gripe es la más inminente, porque ya estamos trabajando en ella. Pero tenemos otras dos indicaciones de enfermedades infecciosas (como la tuberculosis) en las que ya hemos empezado el trabajo preclínico y ya estamos compilando la siguiente lista.

P. Han mencionado que ya habían empezado a trabajar con una vacuna para la gripe antes del año pasado. ¿Por qué la vacuna contra la covid-19 se ha desarrollado con tanta rapidez, en comparación?
O. T. No empezamos a colaborar con Pfizer en la creación de la vacuna contra la gripe hasta 2018, y nos encontrábamos en la fase del trabajo preclínico inicial cuando estalló la pandemia. De modo que yo no diría que la gripe sea mucho más lenta.

Lo que ocurre es que, en el caso de la covid-19, nos encontrábamos en una pandemia mundial, lo que hizo que la atención y los recursos mundiales se centraran en ella; todos los interesados, incluidas las autoridades reguladoras y las redes clínicas, tenían un gran interés. Los procesos para empezar estudios primero en humanos o llevar a cabo grandes ensayos, que normalmente llevan meses debido a los prolongados tiempos de espera, se han acelerado.

Ahora, cuando retomemos nuestro trabajo sobre la gripe, podremos aprovechar todas las ventajas que aporta el ARNm en lo referente a ciclos de fabricación cortos, para adaptarlo a las variantes estacionales y todos los demás aspectos.

“Hay otros muchos casos de enfermedades infecciosas y patógenos en los que simplemente tendríamos que cortar la secuencia de la proteína S de la covid-19 e insertar la información genética de un antígeno de otro virus o patógeno”.

P. En un principio, comenzaron a estudiar las vacunas de ARNm como forma de tratar el cáncer. ¿Por qué?
O. T. Uğur y yo somos médicos, y hemos tratado a pacientes oncológicos. Somos también inmunólogos, y nos fascina el sistema inmunitario. De modo que nos preguntamos cómo podríamos atender una necesidad médica que los métodos de atención actuales no logran cubrir. Inmediatamente pensamos en emplear terapias inmunológicas y en activar el sistema inmunitario.
US: Llevamos más de 20 años trabajando con ARNm. La razón por la que empezamos fue nuestra idea de crear terapias oncológicas individualizadas, basándonos en la observación de que los antígenos tumorales, los antígenos de las células oncológicas, que son reconocidos por las células T [del sistema inmunitario]. Son únicos en cada paciente de cáncer.

Comprendimos que una terapia futura podría centrarse en analizar el tumor del paciente y descubrir qué antígenos serían los adecuados, y después producir una vacuna basada en esta información. Y esa idea requiere la tecnología adecuada, que nos permita inducir una respuesta inmunitaria contra cualquier tipo de antígeno tumoral de manera potente y que pueda fabricarse en pocas semanas porque el cáncer, por supuesto, podría estar creciendo.

Cuando empezamos, evaluamos el ADN, las vacunas de vectores, los péptidos y las proteínas recombinantes. Todo lo que se ha probado antes como posible tecnología vacunal. Pero después, evaluamos el ARNm y comprendimos que podía ser realmente potente. Vimos que el ARNm podía expresarse en las células dendríticas, que son las células clave para inducir una respuesta inmunitaria. Y ese fue uno de los factores decisivos, junto con la capacidad de fabricar la vacuna con rapidez. Y por eso empezamos a desarrollar las vacunas de ARNm.

P. ¿Supuso un salto muy grande el hecho de trasladar el objetivo a las enfermedades infecciosas?
O. T. Cuando empezamos, hace muchos años, teníamos muy claro que debíamos estudiar el sistema inmunitario para poder redirigirlo contra el cáncer.

El sistema inmunitario ha desarrollado mecanismos para protegerse y defenderse contra patógenos como los virus. Los virus de ARN son los más antiguos, lo que significaba que, aunque trabajásemos en el cáncer durante tantos años, teníamos que entender los mecanismos del sistema inmunitario, que originalmente se dirigían contra los virus, y también desarrollar métodos para movilizar diferentes efectores del sistema inmunitario [células que llevan a cabo respuestas inmunitarias] contra un antígeno. Teníamos que mejorar profundamente la potencia de las vacunas de ARNm, porque es muy difícil desarrollar respuestas inmunitarias potentes contra los autoantígenos de las células cancerígenas.

“El sistema inmunitario ha desarrollado mecanismos para protegerse y defenderse contra patógenos como los virus. Los virus de ARN son los más antiguos”

Y así, una vez que teníamos todo esto (el conocimiento del sistema inmunitario), el hecho de usarlo para lo que originalmente estaba pensado por la naturaleza, es decir, la protección contra virus, no supuso un gran salto.

U. S. El principio fundamental es el mismo: se trata de diseñar un antígeno y transportarlo a las células dendríticas para inducir una respuesta inmunitaria.

P. ¿Se sorprendieron cuando vieron en los ensayos clínicos que su vacuna presentaba un 95% de eficacia contra la covid-19?
O. T. Cuando empezamos [en enero de 2020], no sabíamos mucho sobre la biología del virus. Nuestro objetivo era obtener una respuesta inmunitaria ideal, y sabíamos cómo retocar nuestra vacuna para conseguir esa respuesta. De modo que, cuando reunimos los datos del ensayo de la fase I, vimos claramente que habíamos conseguido nuestro objetivo.

Sin embargo, lo que no sabíamos era cuánta eficacia podía alcanzar esta respuesta inmunitaria. Las eficacias de las vacunas tradicionales se sitúan en general - y típicamente en el caso de las vacunas contra la gripe - entre el 50% y el 70%. El 95% fue una sorpresa muy positiva.

P. A medida que las campañas de vacunación se aceleran, obtenemos más datos sobre la eficacia, el efecto sobre la transmisión, la seguridad, etcétera. ¿Qué buscan ustedes en especial en esos datos?
O. Z. Conocer la eficacia en la población en general es muy importante. Los datos parecen confirmar una eficacia elevada en la población general y en subgrupos poblacionales.

Ya hemos demostrado en nuestro ensayo clínico que nuestra vacuna funciona, con independencia del sexo o la edad. Pero en un ensayo clínico no podemos incluir todas las subpoblaciones –como pacientes inmunodeprimidos, o pacientes con enfermedades renales que se someten de manera regular a hemodiálisis– con tamaños de muestra que nos permitan sacar conclusiones. Esto lo obtendremos con los estudios sobre la vacunación general, y nos ayudará a comprender en qué niveles y a qué subconjuntos de la población protege la vacuna.

“Creemos que las vacunas de ARNm provocarán una transformación. Claramente vemos por delante una era de vacunas de ARNm”

P. El objetivo es alcanzar la inmunidad de grupo.
U. S. Por el momento, uno de los retos es que la gente piensa “esto es nuevo y me produce escepticismo, me gustaría recibir una vacuna tradicional”. Pero es muy probable que rápidamente se produzca un cambio, a medida que vayamos teniendo datos. Seguiremos explicando cómo funcionan estas vacunas de ARNm. En menos de un año hemos publicado ocho artículos sobre la vacuna contra la covid-19. Y vendrán algunos más.

P. ¿Piensan que algún día todas las vacunas serán de ARNm?
O. Z. Creo que podemos decir que creemos que las vacunas de ARNm provocarán una transformación. Claramente vemos por delante una era de vacunas de ARNm. Sin embargo, hay límites en los que, debido a la biología del patógeno correspondiente, el ARNm no es el formato adecuado.

U. S. Por el momento, las vacunas de ARNm no pueden suministrar antígenos de carbohidratos bacterianos. De modo que todas las vacunas neumocócicas [que ayudan a proteger contra las bacterias causantes de neumonía o de meningitis, por ejemplo] en las que realmente se necesitan estos carbohidratos no pueden sintetizarse por ARNm. Ningún tipo de diseño de antígeno que no pueda ser codificado por ARNm, que la célula humana traduce en proteínas, puede abordarse mediante una vacuna de ARNm. De modo que creemos que seguirá habiendo espacio para otras vacunas.

P. Al comienzo de su trabajo, recibieron ustedes financiación de la UE para investigación básica. ¿En qué medida les ha sido de utilidad?
U. S. La financiación de la UE, y también del Estado alemán, nos permitió generar un conocimiento científico profundo sobre el reconocimiento del cáncer por el sistema inmunitario. Las ayudas también han permitido financiar las primeras fases de investigación de nuestra vacuna de ARNm. Nos ayudó a mejorar nuestras vacunas y a generar datos preclínicos y clínicos sobre nuestro método concreto de vacuna de ARNm individualizada contra el cáncer. Los resultados obtenidos de estos proyectos nos ayudaron a encontrar inversores que creyeran en nuestra idea. El desarrollo farmacéutico de nuevos fármacos es muy caro, y, en comparación con la financiación que reunimos, la mayor parte en forma de capital riesgo, la cantidad que recibimos de la UE es insignificante. Sin embargo, es importante entender que el desarrollo de innovaciones es un proceso acumulativo. Los resultados clínicos que hemos generado con estas vacunas de ARNm plantean nuevos interrogates y abrirán nuevas áreas de investigación.

Este artículo ha sido originalmente publicado en inglés en Horizon, la revista de investigación e innovación de la UE. La investigación de este artículo fue financiada por la UE.

Traducción de NewsClips.

sábado, 17 de abril de 2021

Entrevista a Joan-Ramon Laporte, catedrático emérito de Farmacología de la UAB. “Las agencias del medicamento son una invención del capitalismo neoliberal de los años noventa”.

Joan-Ramon Laporte (Barcelona, 1948) lleva más de media vida dedicado a estudiar los medicamentos. Cómo se prescriben, vigilan y retiran y, sobre todo, qué efectos tienen. Lo ha hecho desde la docencia, enseñando farmacología en la UAB; desde la sanidad, dirigiendo la unidad sobre el tema del Hospital de la Vall de Hebrón, y desde la investigación, en la Fundació Institut Català de Farmacologia. Pero también lo ha hecho, cuando ha sido necesario, desde los juzgados, enfrentándose a los goliats de la industria del medicamento. Entre el alarmismo de los antivacunas, y los intentos de calmar a la opinión pública de los gobiernos, Laporte ofrece una tercera vía crítica y razonada que tranquiliza, pero que también conmina a vigilar y fiscalizar atentamente lo que está ocurriendo.

¿Qué ha ocurrido con AstraZeneca? ¿Qué errores nos han traído hasta aquí?
No sé si podemos hablar exactamente de “errores”, aunque naturalmente los hay, porque, cuando en una decisión compleja participa tanta gente, los hay necesariamente. Lo que ha ocurrido es que en el curso del uso masivo de la vacuna de AZ ha surgido lo que se llama una “señal de farmacovigilancia”, es decir, un indicio de que esta vacuna muy raramente puede estar produciendo unas trombosis de localizaciones atípicas. El 30 marzo, la EMA explica esto en una conferencia de prensa, y dice que era raro, y que no tenía claro que pudiera estar causado por la vacuna. En la segunda conferencia de prensa, la del día 7 de este mes, dice que continúan pensando que es raro, pero que sí creen que puede estar causado por la vacuna. En marzo había veintitantos casos notificados como posibles efectos adversos. El día siete teníamos 86, 62 de venas del cerebro y 24 de venas abdominales, y había 40 muertos. El primer día, cuando dijeron que habían encontrado esta señal, lo que se hace habitualmente en farmacovigilancia es confeccionar una tabla muy sencilla en la que en cada línea hay un paciente, con sexo, edad, país, fecha de vacunación, cuándo aparecen los síntomas, patologías previas, antecedentes, medicación y un resumen del cuadro clínico, porque a veces lo que ocurre es que buscando la señal de una medicación en el cuadro puedes ver que tiene relación con otra, y puedes establecer similitudes y diferencias entre casos. A mí me pareció muy extraño que el 30 de marzo no se presentara esta tabla. Una semana después, siguen sin presentarla. En mitad de la rueda de prensa la EMA dice que ha analizado estos 86 casos, pero que en la base de datos de farmacovigilancia de la propia EMA, a cuatro de abril, es decir tres días antes, tenía no 62 sino 169 casos de trombosis en el cerebro, y no 24 sino 53 en el abdomen. Y uno se pregunta, ¿y por qué no os habéis mirado todos estos casos? ¿Acaso no tiene suficiente personal la EMA? Sabiendo como funcionan los sistemas de farmacovigilancia por dentro sé que si hay 220 casos en la base de datos de la EMA significa que habrá más en camino.
Lo cierto es que todo el sistema va con retraso, y hace que no sepamos en la práctica cuántos casos hay a día de hoy

¿Cómo se reportan estos casos?
Imagínate a un médico que está trabajando en un hospital, pongamos que catalán, en urgencias y le llega una persona a la que han vacunado con un cuadro de trombosis rara. Busca cómo notificarlo al Centre de Farmacovigilància de Catalunya, y encuentra un formulario en el que se le piden los detalles clínicos para poderlo evaluar. Allí preguntan todo esto que decía, de manera anónima, qué ha pasado con el paciente, si se le ha dado de alta, ha ingresado, ha muerto… para saber si la reacción ha sido grave o no. Al rellenarlo, probablemente no tiene aún toda la información, de manera que no siempre los casos se notifican de inmediato. Por definición, siempre se da infranotificación. Normalmente se notifican menos de un 5%, por distintas razones: en este caso se ha hablado mucho de estos efectos, pero antes de que se conociera esta señal, igual el médico no ataba cabos y no lo relacionaba con la vacuna, porque no se parece a los efectos atenuados de la covid. A veces, por egoísmo, hay quien se lo guarda para publicar el caso en una revista, que es algo que, en mis treinta o cuarenta años de experiencia en farmacovigilancia, me temo que he visto en varias ocasiones. Hay muchos motivos. Pero si bien es cierto que se notifica poco, también lo es que cuando estas señales se notifican, la tasa de notificación aumenta porque muchos profesionales atan cabos. Por otra parte, hay un retraso, porque me comentaron que, por ejemplo, en el Centre de Farmacovigilància de Catalunya en el primer trimestre del año recibieron tantas notificaciones como en todo 2020.

¿Por qué el retraso y por qué el baile de cifras?
El Centre de Farmacovigilància de Catalunya está seriamente infradotado de personal, sobre todo desde la época de los recortes en la crisis anterior. Y algo parecido ocurre en toda la Unión Europea: se han desmantelado y debilitado los centros regionales que suponen la columna vertebral del sistema, y que ayudan a tener proximidad con el prescriptor del medicamento, porque muchas veces las notificaciones se reciben en forma de pregunta a ellos por parte de los médicos. Cuando llegan los casos hay que mirarlos uno por uno y deben notificarse a la Agencia Española del Medicamento para una base de datos común. Lo cierto es que todo el sistema va con retraso, y hace que no sepamos en la práctica cuántos casos hay a día de hoy. ¿Cambia esto mucho las cosas? Supongo que no. Seguimos hablando de un riesgo muy raro. Por poner una comparación: si vas y vuelves de trabajar cada día del año en coche, 220 días al año, durante 40 años, son 17.600 viajes en coche. Es seguro que en cuarenta años algún accidente tendrás, incluso con heridos, pero no por esto la gente deja de ir en coche. Y estamos hablando de un, dos o tres accidentes en casi 18.000 desplazamientos. Con la vacuna hablamos de uno por cien mil o uno por cincuenta mil, es decir, mucho menos que muchos otros riesgos cotidianos.

¿Era de esperar que surgieran efectos adversos?
Sí, lo era. Yo pronostico que cuanto más pase el tiempo irán surgiendo menos, pero que aún surgirán, o que lo harán con las que ya se administran, o con la de Johnson, o la de Novavax, o la rusa. Eso era previsible, lo que por desgracia no sabemos es cuáles serán estos efectos en concreto. Para eso sirve la farmacovigilancia.

¿Qué cree que pasará con las segundas dosis de AZ?
Se están hablando de varias opciones, desde dar una segunda dosis de otra vacuna hasta dejar a los vacunados con solo una. Los efectos adversos se están viendo después de la primera, pero más importante aún es que una sola dosis sigue dando una protección de un 70, 75%, así que los que han recibido la primera dosis ya han hecho lo más importante.

En varias entrevistas le he oído decir que estamos haciendo un experimento observacional masivo. ¿Le preocupa que los antivacunas saquen esta frase de contexto?
No, no, eso no se les puede negar, es un experimento observacional masivo y de escala global, y quizás a escala regional, nacional y europea hubiéramos debido adoptar mayores precauciones, reforzando el sistema de farmacovigilancia, formando mejor a los profesionales sobre cuándo y cómo notificar, porque a sanitarios que ya están al límite de trabajo no les puedes pedir que notifiquen todo lo que pase. Desatenderían a los pacientes.

¿Entonces es la farmacovigilancia lo que nos tiene que preocupar, más que las vacunas en sí?
¡Desde luego! Hay un problema con la normativa europea de farmacovigilancia. Hay una directiva de 2010, que entró en vigor en 2011, y que va muy ligada al debilitamiento de los centros regionales que comentaba. Para todos los medicamentos, nuevos y viejos, esta farmacovigilancia depende de dos fuentes: la notificación espontánea de efectos adversos, que se hace desde los años sesenta, con la talidomida, y que consiste en que sanitarios y pacientes puedan comunicar reacciones sospechosas, como en el caso de las trombosis de AZ. Es una fuente que permite descubrir cosas, pero no puede cuantificar riesgos de manera precisa. La otra pata del sistema son los sistemas de gestión de riesgos, una serie de estudios que se hacen con los primeros consumidores de un nuevo medicamento para ver qué pasa y si funcionan igual que en el ensayo clínico. Estos planes se encargan a las propias farmacéuticas, ¡y esto es poner al lobo a guardar el rebaño! Porque de esto no se habla: con las señales de trombos, AZ no ha aportado ningún dato, todo lo que se sabe es por la notificación espontánea. Es más, si vas a la web de la EMA, y miras el documento oficial de autorización de todas las vacunas contra la covid, allí queda claro que el plan de seguimiento de seguridad de las vacunas está en manos de cada compañía, pero no hay ninguna lista de los estudios que hará cada una de ellas, ni de sus protocolos: es algo secreto y opaco. Se han hecho estudios sobre el impacto de esta directiva desde que entró en vigor, y lo que se demuestra es que las farmacéuticas no cumplen con los plazos en más de la mitad de los casos. Estos estudios suponen un enorme movimiento de dinero: un informe alemán contaba que en cinco años las farmacéuticas pagaron más de 200 millones de euros a médicos para que participaran en estos estudios, sin que produjeran ni un solo resultado que fuera al sistema alemán de farmacovigilancia. ¡Utilizan la farmacovigilancia para promover la prescripción del medicamento! ¡Pagan a cada médico participante por cada paciente al que se le prescriba! Eso la EMA lo sabe perfectamente y no hace nada al respecto. De 2000 a 2010 se retiraron del mercado unos treinta medicamentos por razones de seguridad, desde que entró en vigor la directiva en 2011 se han retirado solo uno o dos.

El fabricante, aunque tenga unas indicaciones limitadas, luego las supera a golpe de marketing para que se recete para otras muchas cosas

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué rol tiene la EMA?
La EMA, como todas las agencias del medicamento, es una invención del capitalismo neoliberal de los años noventa. Antes la autorización la hacía, en España, la Dirección general de farmacia del Ministerio de Sanidad, u organismos similares en otros países, cercanos al sistema de salud. En los ochenta y noventa, aparecieron estas agencias como un modo más eficiente –que es una palabra que gusta mucho al capitalismo– de evaluar los medicamentos. Ellos dicen, “no, lo que nosotros hacemos es regular el mercado; no regulamos el uso del medicamento en el sistema sanitario”. Y esto es una gran trampa. Porque la mayoría de los efectos indeseados de los medicamentos en general, no hablo del caso de las vacunas, los tienen medicamentos innecesarios, que el paciente realmente no necesita tomar. Y cuando se lo dices a la EMA, esta responde que no es su función mirar si un medicamento se usa bien o mal, dicen que ellos se limitan a decirle al fabricante si puede o no comercializarlo y en qué condiciones, con qué indicaciones. El fabricante, aunque tenga unas indicaciones limitadas, luego las supera a golpe de marketing para que se recete para otras muchas cosas. Esto pasa con la gabapentina y la pregabalina, por ejemplo. Esto es una corrupción del propio sistema.

¿Podemos vacunarnos confiados, pese a todo?
Sí. Al menos, tan confiados como salimos de casa pensando en que nos va a caer una maceta en la cabeza. Pero claro, no nos dan datos en detalle, pero sí que nos dicen que la mayoría de casos son de mujeres menores de sesenta años. ¡Si yo fuera una mujer menor de sesenta pediría explicaciones, claro! A mí lo que me extraña es que con la capacidad de la EMA no sean capaces de analizar y explicarnos con más detalles los casos. No han hecho los deberes.

¿Qué le parece el discurso de que hay unas vacunas mejores que otras?
No, no se puede afirmar que ahora haya unas vacunas mejores que otras. Sí que seguramente se determinará con el tiempo que algunas son más adecuadas para determinados grupos de población, pero ahora mismo no hay estudios comparativos entre vacunas que nos permitan decirlo. Pero probablemente las vacunas que tengamos el año que viene sí que sean mejores que las actuales.

¿Por qué la UE no ha levantado todavía las patentes?
(Ríe) No lo sé, pregúntaselo a ellos. A mí me parece escandaloso.
…pero ¿cuál es el mecanismo?
En 1995, al crearse la Organización Mundial del Comercio (OMC), que sustituía a la Ronda Uruguay y al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) se establecieron unas normas para el comercio internacional mucho más favorables a los países ricos que contaban con tecnología, que naturalmente son tecnologías patentadas. La OMC, que es mucho más poderosa que la ONU o que la OMS, es quien determina muchas cosas importantes para la salud del ser humano, porque desde su creación, con los tratados que regulan la propiedad intelectual, se prevé que las patentes sobre medicamentos tenga la misma validez que las patentes sobre cualquier otro bien de consumo. Cuando alguien patenta un medicamento tiene veinte años de margen para venderlo en exclusiva al precio que considere oportuno, lo que va contra la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, organismo del que se supone depende la OMC. Si alguien tiene el poder de vender un medicamento en exclusiva durante veinte años hará cuanto esté en su mano para esconder todas las informaciones negativas al respecto y para exagerar sus ventajas. Si además los Estados no controlan la publicidad que puedan hacer, nos dejan en manos de gente que vende cosas a sabiendas de que pueden afectar la salud. En 2001 se habilitaron mecanismos de emergencia para expropiar temporalmente estas licencias, después del enfrentamiento entre Sudáfrica y los fabricantes de antiretrovirales, pero no los ha pedido activar ningún país. Podría entender que España no lo haya pedido ella solita, pero ¡no lo hace tampoco la Unión Europea! Los Estados Unidos y la UE siempre se oponen a ello, anteponen la salud de sus empresas a la de las personas.

¿Podemos fiarnos de la farmacovigilancia que se hace con las vacunas rusas y chinas?
Se dice mucho que los ensayos clínicos de estos países no siguen los estándares occidentales, pero esto tampoco es cierto del todo. ¡También en nuestros ensayos clínicos hay maneras de cometer fraudes! Me viene a la cabeza un antiinflamatorio, el Vioxx, que Merck finalmente retiró del mercado. Con los antidepresivos se han producido fraudes escandalosos, y abusos enormes. Tenemos que quedarnos con la idea de que hay que estar muy atentos, porque también aquí se hacen trampas. Pero los datos que aparecieron en The Lancet de la vacuna rusa son, como mínimo, tan positivos como los del resto de vacunas. No tengo datos sobre la de China.

Mar Calpena (Barcelona, 1973) es periodista, pero ha sido también traductora, escritora fantasma, editora de tebeos, quiromasajista y profesora de coctelería, lo cual se explica por la dispersión de sus intereses y por la precariedad del mercado laboral. CTXT.es y CTXT.cat son su campamento base, aunque es posible encontrarla en radios, teles y prensa hablando de gastronomía y/o política, aunque raramente al mismo tiempo. @mcalpena

Fuente: https://ctxt.es/es/20210401/Politica/35653/joan-ramon-laporte-vacunas-astrazeneca-trombosis-capitalismo-mar-calpena.htm

viernes, 16 de abril de 2021

_- Adiós Arcadi.

_- El encargo de una nota In memoriam sobre el Arcadi Oliveres, a la vez que ilusión, se me hace un poco difícil concretarla. Sea porque hace solo unos veinte años que le conozco, sea porque en Google aparecen tantas entradas con reseñas sobre Arcadi y/o entrevistas realizadas hace unas pocas semanas o algunos años, que no sé qué más puedo aportar.

Desde su partida, el pasado martes 6 de abril, muchos son los medios de comunicación que se han hecho eco de su muerte y han mostrado con más o menos amplitud quien era, su pensamiento, las luchas que compartió o impulsó y sus alternativas.

Arcadi Oliveres i Boadella (Barcelona, 27 de noviembre de 1945 - Sant Cugat del Vallès, 6 de abril de 2021) ha muerto a la edad de 76 años, a causa de un cáncer de páncreas terminal diagnosticado hace muy poco.

Arcadi Oliveres, profesor de economía en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero a la par, y, sobre todo, activista por los derechos humanos, la paz, el anticapitalismo, el decrecimiento, la solidaridad internacional…, ha sido, es, desde hace décadas, uno de los referentes sociales más queridos y respetados en Cataluña.

En cuanto recibió el diagnóstico, en enero, pidió poder pasar los últimos días en su casa, con su familia. La noticia corrió como la pólvora. Desde ese momento cada día recibe una docena de visitas (antiguos alumnos, activistas, periodistas, compañeros y compañeras de proyectos compartidos…). Muchísima gente quería saludar y dar ánimos al maestro, al activista, al referente, al Arcadi.

La familia abrió una página web https://missatges.arcadioliveres.cat/ para vehicular que todo el mundo pudiera enviarle mensajes, conscientes de que ha hecho un largo camino, con mucha gente. Así mientras pueda, los irá leyendo, explicaba una familiar. Han sido más de 7.000 los mensajes de apoyo recibidos.

Persona comprometida desde siempre. Siendo estudiante participa en la Caputxinada (1966) en plena dictadura franquista, implicándose en las asambleas clandestinas del Sindicato Democrático de Estudiantes.

Es referente en la lucha contra la globalización, participando en Seattle en la movilización contra la reunión de la OMC (Organización Mundial del Comercio), impulsando desde la entidad Justícia i Pau (de la que fue presidente) la movilización contra el Banco Mundial en Barcelona (2001) y la posterior participación en los diferentes Foros sociales mundiales desde Porto Alegre a Bamako, y toda la movilización social que confluía en estos espacios altermundialistas, animando las relaciones norte-sur.

Antes había participado activamente en la campaña (desde 1981) para conseguir que el 0,7% del presupuesto público fuera a parar a los países en vías de desarrollo, objetivo que aún hoy incumplen la mayoría de las instituciones.

Empecé a coincidir con Arcadi en las reuniones de preparación de la movilización de rechazo al encuentro del Banco Mundial en Barcelona. Uno más en las asambleas. Más tarde en los Foros Mundiales y en propuestas sugeridas y/o compartidas desde mi responsabilidad política de Solidaritat i Pau en la organización donde militaba. Siempre amable, pedagógico, positivo.

Siempre dispuesto para una charla, un debate, una actividad o dar apoyo a una causa justa. No importaba fuera ésta, grande o pequeña, siempre que fuera justa. Apoyando la huelga de hambre de trabajadores de SEAT despedidos o los de Telefónica, o como miembro activo del encierro de inmigrantes en la iglesia del Pí para pedir la regularización y papeles. También en favor del derecho a la autodeterminación y la libertad de los presos y presas políticas. Contra la pena de muerte.

Sus intervenciones nunca dejaban indiferente. Denuncia clara del sistema capitalista, del gasto armamentístico, de cómo las multinacionales esquilman los recursos de grandes partes del planeta pisoteando cualquier derecho. Decía, “el capitalismo es un sistema criminal y se ha de erradicar. ¿sabéis por qué?”. Respiraba y arrancaba con la respuesta, los datos y la justificación del porque el sistema capitalista es criminal. Y aunque ya lo hubieses escuchado en otra ocasión, te parecía siempre interesante.

Con datos sobre el gasto público, bien conocedor, no solo por ser economista sino por todo el trabajo en favor de la paz y el desarme realizado desde la entidad Justícia i Pau, ha ido dejando bien al descubierto, también, los oscuros negocios de la monarquía española en ese terreno.

Con el movimiento del 15M, volvió a tener un papel importante. Sus intervenciones en una plaza Catalunya a rebosar, explicando el carácter criminal del sistema capitalista, del papel de los mercados, entroncó con una nueva generación. Siempre con rigor, dureza y corrección.

Trabajó para tejer puentes entre fuerzas de izquierdas. En 2013 junto con Teresa Forcades presentó la propuesta de un movimiento social para la creación de una candidatura popular y unitaria a las elecciones catalanas. No cuajó. Una pena.

Ahora se habla poco de la deuda externa de los países empobrecidos. Durante unos años la lucha en favor de la condonación de la deuda externa y la Consulta sobre la Deuda externa en Catalunya forjó todo un sector de activistas en pro de los derechos de los pueblos y de las finanzas éticas. Y antes, en los años ochenta y noventa, las luchas a favor de la objeción de conciencia al servicio militar y contra la entrada de España en la OTAN, el rechazo a todas las guerras e invasiones militares, contaron con el movimiento pacifista y antimilitarista, participando siempre Arcadi Oliveres en él.

España dedica cada día 56 millones de euros para preparar la guerra. ¿No podría destinarse el dinero del gasto militar a causas sociales? Se preguntaba de manera reiterada en cada una de sus charlas y conferencias.

Persona excepcional y optimista por naturaleza. En estas últimas semanas ha recibido miles de mensajes de apoyo, cientos de visitas y entrevistas. También actos de reconocimiento. Uno de éstos, el pasado 23 de febrero, con el cambio de nombre del espacio donde se ubica LAFEDE.CAT, espacio municipal que agrupa esta federación formada por 124 organizaciones y que ahora lleva el nombre de Espai Arcadi Oliveres-Casa de la Justícia global.

El pésame a la familia y amistades ha llegado desde los diferentes ámbitos político, social y académico. Echaremos mucho a faltar sus lecciones, sus propuestas grandes o pequeñas. El mirar la verdad cara a cara. Por suerte nos ha dejado mucho material para trabajar, entre los que se encuentra su última publicación “PARAULES D'ARCADI. Què hem après del món i com podem actuar” (2021), Angle Editorial.

Hay que recordar a Arcadi Oliveres por lo mucho que ha luchado, por lo mucho que ha enseñado, por lo mucho que hemos aprendido con él y porque además era una BUENA persona.

Acabo. En una de las últimas entrevistas concedidas aporta reflexiones sobre algunos retos futuros, que en realidad ya son presentes: la crisis climática, la migratoria o el fin de la monarquía, un deseo para él "ineludible". “Creo que voy a morir sin verlo, pero vosotros sí lo veréis, en cuatro días. Hay que hacerla caer”.

Descansa en paz, Arcadi.

Continuaremos trabajando para que tu deseo ineludible sea pronto realidad.

jueves, 15 de abril de 2021

Wolfram Eilenberger: “La Iglesia católica no quiere que la filosofía forme parte del currículo académico” El escritor alemán, autor del exitoso ‘Tiempo de magos’, profundiza en su nuevo libro en el valor de la obra de Hannah Arendt, Simone de Beauvoir, Simone Weil y Ayn Rand

“Pienso en la filosofía como en un arte de la vida”, proclama el filósofo, publicista y editor Wolfram Eilenberger (Friburgo, Alemania, 48 años), que defiende que las reflexiones sobre las grandes cuestiones existenciales deben aplicarse en el día a día cotidiano. Es lo que hicieron las pensadoras Simone Weil, Simone de Beauvoir, Hannah Arendt y Ayn Rand en los años treinta, cuando el auge del totalitarismo recorrió Europa. Las cuatro protagonizan su nuevo ensayo, El fuego de la libertad (Taurus), que aborda la compleja dialéctica entre el individuo y la sociedad en momentos de crisis. Eilenberger, que compagina la filosofía con el columnismo deportivo, repite la fórmula de su exitoso ensayo anterior, Tiempo de magos, que entrelazaba la vida y obra de los pensadores Benjamin, Heidegger, Wittgenstein y Cassirer en los años veinte. Ahora se centra en “filósofos que eran mujeres, no mujeres filósofas, que no es lo mismo”, dice durante la entrevista, que el frío y el viento de principios de abril en Berlín obligan a hacer a cubierto, con distancia y ventanas abiertas. Su respuesta a la zozobra fue “estar enteramente en el presente. O, en otras palabras, filosofar”. Los ecos de aquellas reflexiones en años convulsos resuenan en nuestros tiempos de proliferación de populismos, dilemas identitarios, banalización de la política y crisis sanitarias mundiales.

PREGUNTA. ¿Por qué eligió a esas cuatro pensadoras?
RESPUESTA. Me interesan los filósofos que no solo proclaman sus ideas, sino que las encarnan, que hacen de la filosofía el motor de su vida. Pienso en la filosofía como en un arte de la vida. En tiempos de crisis, estamos forzados a entender lo que la filosofía puede hacer por nuestras vidas. Sus biografías están muy influidas por la guerra y el totalitarismo. Pero lo más importante es que pensaban sobre el mismo problema: ¿Cuál es mi relación con otros seres humanos? Están entre las más interesantes, subestimadas y casi olvidadas por la historia de la filosofía.

P. El libro se centra en la tensión entre individuo y colectividad, que vuelve a estar vigente con la pandemia. Perdemos libertades individuales por el bien común. ¿Cómo equilibrar ambas necesidades?
La egocracia no resiste las plagas
R. No hay una respuesta clara. La pandemia es un punto de partida para que reevaluemos cómo vivimos con otros seres humanos y cuáles son nuestras obligaciones con ellos. Nuestra generación vivió en un tiempo de individualismo, algunos lo llaman neoliberalismo. Nos enseñaron nuestros padres, la sociedad y la política que cada uno de nosotros somos lo más importante del mundo. Y que no somos responsables de otras personas. Pero solo por el hecho de respirar vemos que nuestra existencia tiene un impacto en otros. Y eso es algo que nos cuesta reconocer, individualmente y también políticamente.

P. En tiempos de crisis como este, la ciencia aporta soluciones: vacunas, tratamientos, test. ¿Cómo puede ayudar la filosofía?
R. Los políticos invitan a un filósofo y esperan que les diga qué tiene que hacer. Y eso es una catástrofe para los políticos, para las expectativas que se generan, y para los propios filósofos. La verdad es que no sabemos qué hay que hacer. Es una vergüenza que en el campo de la ética aplicada los filósofos asuman ese papel porque les da poder. Nunca ha sido bueno para los filósofos dar consejo a gente poderosa. Si me preguntas qué hacer, no soy la persona adecuada, porque la filosofía no consiste en eso. Pero si nos encontramos con una experiencia que nos desconcierta o nos asusta, estas cuatro pensadoras pueden darnos ejemplos de cómo pensar y vivir en tiempos de desesperación.

P. Si las trasladamos al presente, ¿Cómo responderían? ¿Weil se ofrecería voluntaria para probar la vacuna? ¿Rand sería una negacionista antivacunas?
R. A Weil la veríamos ahora en Lesbos en un campo de refugiados trabajando con gente sin vacunar y sin vacunar ella misma. Rand estaría en las calles con estos querdenker [el movimiento alemán de protesta contra las restricciones de la pandemia] y antivacunas que dicen que obligarnos a llevar mascarilla es el primer paso para un Estado totalitario. La persona que más se parecería hoy a Weil es Greta Thunberg. Tiene la misma actitud inconformista y la misma madurez.

P. ¿Y Arendt y De Beauvoir?
R. Arendt escribiría artículos diciendo “Mira, entiendo que esta es una situación crítica pero no podemos dar al Estado este poder absoluto de decirnos cuándo podemos salir de casa o hacer esto o aquello. Si empezamos así podemos caer por una pendiente resbaladiza”. De Beauvoir iría a fiestas ilegales y trataría de vivir la vida, y básicamente negaría la situación. Hablo de la época en la que las describo en el libro.

P. Eran todas muy jóvenes.
R. Me interesa describir a los filósofos cuando desarrollan su pensamiento, no cuando ya han llegado a él. Cuando ya son iconos no es tan interesante. En este libro trato de entenderlas en su desarrollo inicial para comprender qué significa embarcarse en la filosofía y qué supone en tu vida. Sus preguntas, sus pasiones, son las nuestras.

P. Vivimos un auge del populismo: Trump, Bolsonaro, Orbán. ¿Con qué herramientas protege la filosofía a los ciudadanos ante la simplificación del lenguaje político?
R. El populismo crea un colectivo fantasmático, al que se le conceden ciertos derechos de los que se priva a los que no pertenecen a él, y aparece un líder que se presenta como la encarnación del movimiento. Hay que preguntarse: ¿Qué clase de colectivo es ese? ¿Qué tipo de valores representa? ¿y quién es la persona que dice representarlo? Si sigues estos pasos estás prácticamente vacunado contra el populismo. Tienes que ser intelectualmente capaz de hacerlo, pero también valiente.

P. Le damos muchas vueltas a la cuestión de la identidad y del nacionalismo. ¿Cree que España tiene un problema con eso?
R. Tuve un profesor en España que me dijo: “El problema alemán es la historia. El problema español es España”. Ante el franquismo, la gente luchó por mantener su lengua, su cultura, su tradición. Creo que ahora nadie niega el acceso a esas tres cosas. Todo lo demás es secuestrar la política identitaria y llevarla a una esfera dominada por la economía y el lado oscuro del nacionalismo. Cataluña es un caso claro. Si fuera menos poderosa económicamente no tendríamos ese problema. No se puede argumentar que la cultura catalana esté en peligro. Es un movimiento populista.

P. Suele decir que damos por supuesta la democracia. ¿Cuál es la principal amenaza?
R. La cuestión ecológica. La pandemia nos muestra las restricciones que tendremos que sobrellevar si queremos abordarla con éxito. Quizá en el futuro el individuo no tendrá tanta libertad. Quizá podamos abordarlo con medidas democráticas. ¿Pero y si no es así? La segunda amenaza es la inteligencia artificial. Algoritmos que tomen decisiones por nosotros de forma que no tengamos responsabilidad política. Si combinas ambas cosas resulta un mundo muy distinto.

P. Tres de las protagonistas del libro eran judías. ¿Qué supuso para Europa la pérdida de la tradición judía en los años treinta?
R. En términos de la historia intelectual de mi país, nunca nos recuperamos de las pérdidas de los años treinta. Si piensas en la historia de la filosofía, nada de lo que ocurrió después de los años cuarenta en EE UU sería posible sin los pensadores judíos que emigraron y construyeron otra cultura filosófica.

P. Heidegger decía que solo se puede hacer filosofía en griego o en alemán. ¿Cree que cada lengua conlleva una forma distinta de pensar?
R. Sí, por dos vías. Si tienes una larga tradición de filosofía en una lengua son más naturales para ti las palabras, los conceptos. Las lenguas conceptualizan el mundo de forma diferente. No deberíamos subestimar el poder de las lenguas para ver el mundo de la forma en que lo vemos, y por eso es una vergüenza que un filósofo que se presente a un puesto académico deba hacerlo en inglés. Es una gran pérdida no poder expresarse en el propio idioma.

P. ¿Por qué cree que la filosofía está cada vez más arrinconada en el sistema educativo?
R. La Iglesia católica no quiere que la filosofía forme parte del currículo académico. En Alemania es una asignatura opcional y a veces ni siquiera se ofrece. Donde hay rivalidad con la Iglesia, la filosofía siempre pierde. No tiene sentido porque no hay una oposición entre teología, religión y filosofía. Las tres tienen el mismo deseo: encontrarte en un mundo que es demasiado complicado de entender. La filosofía puede ser una parte de tu vida diaria. La filosofía no es una disciplina académica más, responde a una necesidad de hacernos preguntas que están en el centro de nuestra existencia.

miércoles, 14 de abril de 2021

Perdón, imposible

Acabo de leer el documento que la recién nombrada Consejera de Educación y Cultura de la Comunidad Autónoma de Murcia, Mabel Campuzano, ha escrito para explicitar sus planteamientos programáticos sobre la parcela que le han encargado dirigir dentro del gobierno autonómico.

Antes de entrar en el análisis del documento, pongo en antecedentes al lector o lectora que no esté al tanto de la política de mi país sobre el acceso de esta mujer al gobierno de la Comunidad uniprovincial de la región de Murcia. El Partico Socialista y Ciudadanos plantearon una moción de censura al Presidente del Parlamento (Partido Popular) de la región murciana por asuntos de corrupción. El Partido Popular, en una maniobra que considero deleznable, consiguió que tres de los seis diputados de Ciudadanos que habían firmado la moción de censura, practicasen el más descarado transfuguismo abandonando su partido y pasando al PP, se retractasen de la decisión tomada y aceptasen, a cambio de su apoyo, cargos en el gobierno. La moción de censura quedó abortada.

Las tránsfugas no han dado explicaciones a sus electores y electoras (que les votaron por estar en un partido con un programa electoral y no por su cara bonita) de por qué los han traicionado. Si sus votantes hubiesen querido votar al PP, lo habrían hecho. Pero no lo hicieron. Votaron a Ciudadanos. Estas personas han decidido fraudulentamente que aquellos votos cambien ahora de signo. Para justificar su voto negativo a la moción de censura dijeron que se debían al pueblo murciano, pero no escuché ninguna explicación a sus votantes del porqué habían cambiado de chaqueta. Alguien dijo (no recuerdo ahora quién): No me molesta el cambio de chaqueta, pero me preocupa que se produzca justo en el momento en el que empieza a ser rentable.

Para conseguir el fracaso de la moción de censura se necesitó el apoyo de dos parlamentarios expulsados de Vox, una de ellos Mabel Campuzano, autora del escrito en cuestión. Su apoyo al PP le supuso la recompensa de una Consejería. Precisamente la de Educación y Cultura.

Pues bien, a los pocos días de asumir el cargo, la nueva Consejera redactó un documento que se ha convertido en un escándalo lingüístico. El documento está fechado y firmado el día 3 de abril de 2021 y pretende exponer, según las propias palabras de Mabel Campuzano, “un resumen de las líneas principales de mi acción política”. El documento circula por la red, después de ser corregido por un grupo de “Docentes Unidos”. Está plagado de incorrecciones. Avergüenza ver cómo en cada párrafo los correctores han tenido que señalar alguna deficiencia lingüística, ortográfica, sintáctica o gramatical. Ni un escolar desatento comete tantos errores. Veamos algunos.

La palabra Consejería aparece escrita con minúscula.
No hay una coma bien puesta. O falta donde conviene o se coloca donde no procede.
Parece que los signos de puntuación han sido esparcidos al azar después de redactar el documento. Hay un punto seguido donde procede un punto y aparte. Y a la inversa. No se utilizan los dos puntos cuando es necesario.
Aparecen varias construcciones gramaticales incorrectas.
Hay expresiones no recomendables que estoy harto de corregir a mis alumnos y alumnas: “a nivel de…”, “en base a…”.
Hay puntos suspensivos seguidos de un etc., cuando no se deben colocar juntos.
Faltan tildes en varias palabras que la exigen.
En un documento oficial aparecen expresiones coloquiales, como “ley Celaá” en lugar de LOMLOE.

He estado tentado de enviar a la Consejera un librito de José Antonio Millán titulado “Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente”. El título del libro hace referencia a una famosa anécdota atribuida a Carlos V (la he visto en otras ocasiones referida a otros reyes o príncipes) en la que se cuenta que se le pasó a la firma al emperador una sentencia que decía así:

Perdón imposible, que cumpla la sentencia.
Al monarca le ganó la magnanimidad y antes de firmar, movió la coma de sitio, de modo que la redacción fue la siguiente:

– Perdón, imposible que cumpla la sentencia.

Y de ese modo, una coma cambió la suerte de un condenado a muerte.

Recuerdo que, siendo estudiante de bachillerato, un profesor de literatura tenía la costumbre de escribir cada semana una máxima en el encerado. En una ocasión, escribió: “Lo mejor y lo primero, para mi compañero”. Un descarado estudiante cambió la coma de lugar. Y la frase quedó así: “Lo mejor y lo primero para mí, compañero”.

El capítulo primero del libro de Millán cuenta la historia de la carta asesina.. En un pueblo se recibió una carta, acontecimiento extraño y poco frecuente. Enseguida fue entregada a su destinatario, quien empezó a leerla para sí, rodeado por el círculo atento de sus paisanos, situados a una distancia respetuosa para no oír sus palabras. De pronto, el lector cayó al suelo, como fulminado por un rayo.

¡- Está muerto!, dijo uno.

¿Qué horrible mensaje contendría la carta? Inmediatamente un pariente se acercó, recogió la carta del suelo y comenzó a mover los labios en lectura. Al cabo de pocos minutos caía también muerto al suelo. Igual suerte corrió el tercero que intentó el arriesgado experimento….

– Un momento, un momento, exclamó el alguacil. Tenemos que aclarar este misterio: yo empezaré a leer la carta y, en cuanto lleve un minuto, dijo señalando a su ayudante, me la quitas de las manos.

En efecto: comenzó el alguacil la lectura y su semblante se fue demudando a medida que avanzaba, hasta que le arrebataron el papel de las manos.

– ¿Qué pasa?, ¿Qué pasa,? preguntaron todos.

– Horrible, espantoso, jadeó el alguacil, y siguió con la voz entrecortada: ¡la carta no tenia punto ni comas.

Con toda su carga de exageración, esta historia nos recuerda una de las funciones de la puntuación: crear pausas en la lectura.

La señora Consejera no conoce la importancia de lo signos de puntuación. Y por eso los reparte donde le viene en gana y no donde el sentido de las frases los hace necesarios.

Me imagino a los profesores y profesoras de Lengua (querido Carlos Arconada, sé la indignación que has sentido al conocer el escrito) leyendo este documento de la máxima responsable en educación y cultura de una Comunidad Autónoma. Y veo el desaliento en sus caras. La decepción. La rabia.

¿Para que nos esforzamos tanto si quien tiene que dar ejemplo muestra esta incompetencia lingüística tan abrumadora? Porque lo lógico, después de leer este escrito, es que se acabe pensando que eso de la escritura es un entretenimiento inútil que se realiza en las aulas pero que nada tiene que ver con la vida.

Dice José Antonio Millán en la introducción de su libro: “Una persona culta no puede permitirse puntuar mal un escrito… Puntuar un texto siempre tendrá mucho de arte, de toma de decisiones con frecuencia sutiles y en caso de duda no habrá diccionario ni programa de ordenador que pueda darnos la solución correcta. Pensemos que hoy en día los procesadores de textos más usados informan al escritor descuidado de que ha escrito uelga o esdrujula. Pero ningún programa avisará de un párrafo mal puntuado…”.

Me preocupa sobremanera que una persona con la más alta responsabilidad educativa de una Comunidad Autónoma haga público un documento plagado de incorreciones. En cada párrafo existen varias llamadas de atención sobre signos de puntuación ausentes o mal colocados. La señora Consejera podría anunciar en su Comunidad: Aquí se dan clases de ortografía.

Y eso me lleva a preguntar por los criterios que conducen a efectuar nombramientos. ¿Tienen que ver con la preparación, con la competencia, con la capacidad profesional o dependen, más bien, de los trapicheos políticos? Y no entro a analizar el contenido del documento. Porque no acabaría nunca este ya largo artículo.

También me obliga a preguntar por el grado de conciencia que tiene una persona de sus limitaciones. Si alguien es sabedor (sabedora, en este caso) de su incapacidad para redactar, deberá pedir ayuda a alguien antes de someterse a este ridículo. Los documentos que se manejan en la política deberían ser impecables.

En último lugar, quiero referirme al valor de la ejemplaridad. ¿Cómo puede instar esta Consejera a que los alumnos y alumnas de su Comunidad se esfuercen por escribir correctamente?

Mientras redacto estas líneas me llega la noticia de que la señora Mabel Campuzano ha anunciado que ella no se vacunará. Me ha facilitado un punto final que yo no podría haber puesto con más contundencia. Qué pésimo ejemplo de ciudadanía. ¿Y si todos hiciésemos lo mismo?

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2021/04/10/perdon-imposible/
 
El Adarve.

martes, 13 de abril de 2021

Ibram X. Kendi: “El racismo crea problemas que acaban por impactar a todos”. El profesor, una de las voces con más eco en antirracismo y ganador del National Book Award, repasa en ‘Marcados al nacer’ la historia de la discriminación en Estados Unidos

Hacía apenas una semana que Donald Trump se había impuesto en las urnas, contra todo pronóstico, a la candidata demócrata, Hillary Clinton, cuando en noviembre de 2016, con Barack Obama aún en la Casa Blanca, Ibram X. Kendi (Nueva York, 38 años) recibió el National Book Award en la categoría de no ficción. Su libro, Marcados al nacer (traducido ahora al castellano y publicado por Debate), planteaba una relectura de la historia del racismo en Estados Unidos, a partir de la vida y obra de cinco personajes históricos.

Desde el papel del inquisidor puritano Cotton Mather en la racionalización de la esclavitud, hasta la lucha de la activista y académica Angela Davis, pasando por uno de los padres fundadores de EE UU y presidente, Thomas Jefferson, así como por el brillante intelectual afroamericano W. E. B. Du Bois, y por el abolicionista William Lloyd Garrison, Marcados al nacer defiende un nuevo enfoque en el que las ideas y las acciones son racistas o antirracistas, sin margen para el no racismo. O se es racista o se lucha en contra, no hay medias tintas. “Puede haber gente que diga que la esclavitud es algo malo, perverso, y que hay que terminar con ella, y esto es antirracista”, explicaba Kendi, el 29 de marzo, en una videoconferencia que se transformó en charla al no conectar él, frecuente tertuliano en las televisiones, su cámara. “Luego esa misma gente puede decir, como muchos abolicionistas, que la esclavitud era algo horrible y tan deshumanizador que había convertido a los negros en bestias; no se les podía liberar y dar el voto. Ese argumento racista frenó el apoyo de algunos a la Guerra de Secesión y después impidió que se promoviera que los negros tuvieran plenos derechos”.

Ibram X. Kendi, en 2016 con la medalla de los National Book Awards que obtuvo por 'Marcados al nacer'.SYLVAIN GABOURY / PATRICK MCMULLAN / GETTY IMAGES

A pesar de todo, el abolicionista Garrison, fundador del periódico The Liberator, ha inspirado uno de los nuevos proyectos de Kendi, director del centro de investigación antirracista de la Universidad de Boston desde 2020. En marzo se anunció que este año lanzará junto a la responsable de Opinión de The Boston Globe, Bina Venkataramen, The Emancipator, una web con reportajes, artículos de opinión e investigaciones académicas sobre antirracismo, algunos de cuyos textos serán recogidos por Globe.

El racismo, sostiene Kendi en Marcados al nacer, puede ser segregacionista cuando se apoya en teorías que defienden la inferioridad biológica de una raza frente a otra, o también puede ser racismo asimilacionista. Es decir, aquellos que defienden la igualdad biológica no están libres de ser racistas si emplean estereotipos a la hora de juzgar el comportamiento o costumbres de una determinada raza. Eso también es racista, y de esto no quedan exentos pensadores ni líderes negros, como Du Bois, Obama o el propio Kendi. “A pesar de ser un historiador de los estudios africanos y haberme formado durante toda la vida en espacios igualitarios”, escribe en la introducción, “antes de investigar para estas páginas y escribirlas, abrigaba nociones racistas sobre la inferioridad de los negros. Las ideas racistas son eso, ideas; cualquiera puede producirlas o consumirlas”.

Hay varias corrientes enfrentadas: una trata de combatir el racismo, la otra de perpetuar la desigualdad IBRAM X. KENDI

Pregunta. La covid-19 ha mostrado con claridad la brecha entre razas en EE UU. En verano, las protestas de Black Lives Matter sacudieron el país. Acaba de arrancar el juicio por la muerte de George Floyd. ¿Cuál es su balance?
Respuesta. Ahora, como a lo largo de su historia, en EE UU hay un choque que enfrenta a quienes quieren institucionalizar políticas que favorezcan la desigualdad con aquellos que buscan hacer exactamente lo contrario. Estamos quienes queremos que rindan cuentas personas como el policía [Derek] Chauvin por el asesinato de Floyd, igual que hay quien dice que quienes señalamos el racismo como un problema somos el problema.

P. ¿No se avanza?
R. Obviamente fue un avance abolir la esclavitud y las leyes de Jim Crow [que propugnaban la segregación racial]. Hoy crece el número de estadounidenses que reconoce que la encarcelación masiva es injusta y profundamente racista. También gente de color logra ascender a posiciones a las que no podía acceder hace 50 años.

P. ¿Está usted en ese grupo?
R. Sí, soy uno de esos individuos que siendo negro ha logrado hacer cosas y ganar premios a los que no habría optado hace un siglo. Esta es una fuerza de progreso antirracista, pero también ha habido una fuerza opuesta, de avance racista. Ahí están esos republicanos que presentan 250 proposiciones de ley en 43 Estados para dificultar el voto de negros e hispanos. En la historia no hay un solo hilo, sino varias corrientes enfrentadas: una trata de combatir el racismo, la otra de perpetuar la desigualdad.

P. En el libro explica que tenía metida dentro la idea de que los negros son inferiores. ¿Cómo se lucha contra eso sin caer en el otro extremo y pasar a pensar en la superioridad?
R. Dos de las ideas más potentes que han circulado en la era moderna han sido la de la inferioridad de los negros y la de la superioridad de los blancos. Tienen tal fuerza que igual que hay blancos que se creen superiores, hay negros que piensan lo contrario, o eso mismo. Y yo fui uno de ellos. En mis libros rechazo y reemplazo estas dos ideas. Todos somos iguales.

P. Muchos apuntan que tras la desigualdad racial hay una enorme brecha económica. No faltan quienes hacen una lectura marxista y apuntan como claves las estructuras de poder y el dinero, algo que va más allá de la identidad.
R. Se discute sobre esto desde hace siglos. Cuando hay desigualdad económica debemos buscar causas económicas. Cuando hay desigualdad racial hay que buscar causas raciales, igual que cuando hay desigualdad de género habrá que buscar la causa en el machismo. Si hay una brecha entre gente negra pobre y gente rica blanca habrá que mirar a las causas económicas y raciales y buscar soluciones en esa intersección entre raza y clase. Los negros, igual que los blancos, no solo tenemos una identidad de raza, sino también de clase. Cada vez más académicos hablan del capitalismo racial y la conexión histórica, empírica y material entre racismo y capitalismo.

P. Señala que un antirracista no tiene por qué ser altruista, ni generoso.
R. Hay quien está metido en esta lucha porque piensa que es horrible y, otros, porque el hecho de que los republicanos estén tratando de aprobar estas leyes para hacer más difícil que voten los negros y los hispanos daña los pilares democráticos. Hay blancos que entienden los daños colaterales del racismo; cómo crea problemas de amplio espectro que acaban por impactar a todos. Por eso pelean.

En 2016, al recibir el National Book Award, Kendi habló de su hija nacida unos meses antes, Imani, (significa fe en suajili), para infundir ánimos, y también de sus padres, los Rogers, un matrimonio de ministros metodistas involucrados en la lucha contra el racismo. El profesor y doctor cambió, al casarse en 2013, su apellido por Kendi —significa el amado, en keniano—, y unos años antes también sustituyó su segundo nombre, Henry, por Xolani (paz en zulú), debido a Enrique de Portugal y su relación con la trata de esclavos. Convertido hoy en EE UU en una de las voces con más eco sobre el racismo, Kendi habla de su deseo de transformar el mundo y se despide con prisa, lanzando un último mensaje. “Intento aportar claridad a la gente corriente para que puedan entender no solo la historia del racismo, sino cómo pueden formar parte de la lucha antirracista y crear un mundo más equitativo”. 

El País.

lunes, 12 de abril de 2021

5 reglas para elegir alimentos que mejoren tu salud y la del planeta.

Una correcta selección de alimentos puede protegernos contra enfermedades y también contribuir a la preservación del medioambiente.

Desde el punto de vista nutricional, una dieta equilibrada, como la atlántica o la mediterránea, presenta múltiples beneficios para nuestra salud, ya que ayuda a mitigar y reducir el impacto negativo de diversas enfermedades.

El beneficio personal también puede extenderse al bien colectivo y contribuir al cuidado del planeta cuando consumimos productos respetuosos con el medio ambiente, ya que se debe tener en cuenta que la producción y consumo de alimentos conlleva un gran impacto ambiental.

Para dilucidar la cuantificación de dicho impacto, son dos los indicadores que podemos utilizar: huella de carbono y huella hídrica.

Huella de carbono y huella hídrica
La huella de carbono es una medida de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se define como la cantidad de dióxido de carbono equivalente que un producto genera en un período de tiempo a lo largo de su ciclo de vida (extracción, producción, envasado, transporte, consumo y gestión de residuos).

Junto con los sectores energético y del transporte, el sector de la alimentación es una de las actividades antropogénicas con mayor generación de GEI.

Actualmente, el Acuerdo de París trata de poner límite a todas estas emisiones, de forma que cada país se compromete a una reducción efectiva de las mismas.

Emisiones de CO₂ per cápita en el mundo. Los tres sectores principales de emisión: energía, transporte y alimentación.

Por otra parte, la huella hídrica cuantifica el volumen total de agua dulce usada a lo largo de toda la cadena de valor para producir los bienes que habitualmente consumimos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha establecido que un 70 % de la huella hídrica mundial está relacionada con la producción de alimentos.

Los valores de ambas huellas son bastante variables en función del sistema de producción y del tipo de alimento:

Las frutas tienen valores medios de 350 g CO₂(eq)/kg y 900 L/kg para la huella de carbono e hídrica, respectivamente.

Las legumbres y hortalizas presentan valores promedio de 450 g CO₂(eq)/kg y 250 L/kg.
En la leche y derivados lácteos, se observan valores en un orden de magnitud superior, situándose en promedios de 1.500 g CO₂(eq)/kg y 1.000 L/kg.
Los pescados y las carnes presentan variaciones notables en función de la especie. A modo de ejemplo, la sardina se sitúa en 360 g CO₂(eq)/kg, el bacalao en 1.500 g CO₂(eq)/kg, el pollo en 3.000 g CO₂(eq)/kg y la ternera en 9.000 g CO₂(eq)/kg.

Huella de carbono y huella hídrica de algunos de los alimentos que forma parte del carro típico de compra español.

Cómo elegir los alimentos más sostenibles
Una vez definida la dieta adecuada a nuestro estilo de vida, edad y estado de salud, disponemos de una gran variedad de alimentos con funcionalidades y propiedades nutricionales similares.

La leche y los productos lácteos derivados utilizan una cantidad de agua dulce considerable para su fabricación.

Llega entonces el momento de introducir cinco reglas básicas y fáciles de incorporar en nuestro consumo diario que, en términos generales, permitan garantizar una minimización del impacto ambiental de los alimentos a consumir.

1. Verificar el origen de los alimentos
Como hace ya más de 15 años publicitaba una gran cadena de distribución alimentaria francesa: Moins de transport, moins de CO₂ (Menos transporte, menos CO₂).

Bajo esta premisa ha surgido el apelativo de concienciación de Km 0, que consiste en identificar los alimentos producidos en un radio de 100 km al punto de consumo, siendo así una llamada a potenciar el producto local.

2. Analizar el envase
A menudo, el continente tiene un mayor impacto que el contenido.

Los envases pueden poseer una alta intensificación de material (sobreenvasados) y energética (consumo de combustibles fósiles en su fabricación).

Orientar la compra a productos con envase mínimo y biodegradable es siempre una buena opción ambiental.

3. Respetar la temporalidad de los productos
Está asociada a cada estación del año y región del planeta, acorde a los ciclos naturales de producción.

La coordinación entre las condiciones climáticas y los sistemas de producción suponen una reducción notable de la huella de carbono e hídrica.

4. Buscar la presencia de ecoetiquetas
Pueden certificar y garantizar que se alcanzan diversos criterios ecológicos, lo que a su vez permite potenciar y fomentar la incorporación de dichas estrategias en el marketing.

Si bien es cierto que la aplicación de estas cuatro reglas va a depender de la oferta, se trata en definitiva de influir en la misma con nuestra demanda.

5. Reducir el desperdicio de alimentos
Esta quinta y última regla depende exclusivamente del consumidor.

Basta pensar en la cantidad de materia y energía necesaria para que los alimentos lleguen a nuestras neveras y alacenas, para que lamentablemente no sean consumidos y, por tanto, se conviertan directamente en residuos.

Una mayor concienciación en este aspecto ayudaría a reducir el actual desperdicio medio en nuestros hogares.

Una mayor concienciación sobre lo que implica producir alimentos puede llevar a un mayor aprovechamiento de los mismos.

Una reducción del 50 % en la pérdida de alimentos en los hogares puede llegar a suponer en países como España la emisión anual de medio millón de toneladas de CO₂(eq).

Teniendo en cuenta que el valor medio durante el 2020 en el mercado de CO₂ fue 24,75 €/tonelada, supondría unos bonos por valor 12 millones de euros) y 510 Hm³ de agua. Prácticamente el consumo de agua anual de ciudades como Berlín y Madrid).

Las impactantes cifras que deja el desperdicio de comida en el mundo (y cuáles son sus efectos) En este enlace está disponible una hoja de cálculo sencilla para estimar el impacto ambiental y económico que produce el desperdicio de los 64 alimentos más comunes en el carro de la compra del consumidor.

Es el momento de convertirnos en parte activa con el compromiso medioambiental del planeta, cada uno de nosotros podemos aportar nuestro grano de arena.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-56662260