_- Tras décadas de investigación confusa y, a veces, contradictoria, la evidencia reciente deja claro que beber un poco puede tener consecuencias negativas en el organismo.
Lamento aguarte la fiesta, pero esa copa (o dos) de vino todas las noches no está mejorando tu salud.
Después de décadas de investigación confusa y, a veces, contradictoria (demasiado alcohol es malo para ti, pero un poco es bueno; algunos tipos de alcohol son mejores que otros; es broma, toda clase de alcohol es malo), el panorama está más claro: incluso las pequeñas cantidades de alcohol pueden tener consecuencias para la salud.
Una investigación publicada en noviembre reveló que entre 2015 y 2019, el consumo excesivo de alcohol provocó cerca de 140.000 muertes por año en Estados Unidos. Alrededor del 40 por ciento de esas muertes presentaron causas agudas, como accidentes automovilísticos, envenenamientos y homicidios. Pero la mayoría fueron causadas por padecimientos crónicos atribuidos al alcohol, como enfermedades del hígado y del corazón, así como cáncer.
Cuando los expertos hablan de las terribles consecuencias para la salud vinculadas al consumo excesivo de alcohol, la gente a menudo asume que se refieren a personas que tienen un trastorno por consumo de alcohol. Pero los riesgos para la salud derivados de beber también pueden provenir de un consumo moderado.
“El riesgo comienza a aumentar muy por debajo de los niveles que la gente piensa: ‘Ay, esa persona tiene un problema con el alcohol’”, dijo Tim Naimi, director del Instituto Canadiense para la Investigación del Uso de Sustancias de la Universidad de Victoria. “El alcohol es perjudicial para la salud a partir de niveles muy bajos”.
Si te preguntas si debes reducir tu consumo de alcohol, esto es lo que debes saber sobre cuándo y cómo el alcohol afecta tu salud.
¿Cómo sé si estoy bebiendo demasiado?
Técnicamente, “consumo excesivo de alcohol” significa cualquier cosa por encima de los límites diarios recomendados por las Pautas Alimentarias de Estados Unidos. Eso es más de dos bebidas al día para hombres y más de una bebida al día para mujeres.
También hay nueva evidencia “de que existen riesgos incluso dentro de estos niveles, especialmente para ciertos tipos de cáncer y algunos tipos de enfermedades cardiovasculares”, dijo Marissa Esser, quien dirige el programa de alcohol en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos.
Los límites diarios recomendados tampoco deben promediarse a lo largo de una semana. En otras palabras, si te abstienes de lunes a jueves y tomas dos o tres copas por noche el fin de semana, esas copas del fin de semana cuentan como consumo excesivo. Son tanto las copas acumuladas a lo largo del tiempo como la cantidad de alcohol presente en el organismo en cada ocasión lo que puede causar daños.
¿Por qué el alcohol es tan dañino?
Los científicos creen que el principal modo en que el alcohol causa problemas de salud es dañando el ADN. Cuando bebes alcohol, tu cuerpo lo metaboliza en acetaldehído, un químico tóxico para las células. El acetaldehído “daña tu ADN y evita que tu cuerpo repare el daño”, explicó Esser. “Una vez que tu ADN está dañado, una célula puede crecer sin control y crear un tumor canceroso”.
El alcohol también crea estrés oxidativo, otro tipo de daño en el ADN que puede ser particularmente nocivo para las células que recubren los vasos sanguíneos. El estrés oxidativo puede conducir a la rigidez de las arterias, lo que resulta en una presión arterial más alta y enfermedad de las arterias coronarias.
“Afecta fundamentalmente al ADN, y es por eso que afecta a tantos sistemas de órganos”, dijo Naimi. A lo largo de una vida, el consumo crónico “con el tiempo daña los tejidos”.
¿No se supone que el alcohol es bueno para el corazón?
El efecto que tiene el alcohol en el corazón confunde porque algunos estudios han afirmado que pequeñas cantidades de alcohol, particularmente el vino tinto, pueden ser beneficiosas. Investigaciones anteriores sugirieron que el alcohol aumenta el HDL, el colesterol “bueno”, y que el resveratrol, un antioxidante que se encuentra en las uvas (y el vino tinto), tiene propiedades protectoras para el corazón.
Sin embargo, “existe mucha evidencia reciente que realmente ha desafiado la idea de cualquier tipo de lo que llamamos un efecto cardioprotector o saludable del alcohol”, dijo Mariann Piano, profesora de Enfermería en la Universidad de Vanderbilt.
La idea de que una dosis baja de alcohol era buena para el corazón surgió probablemente del hecho de que las personas que beben pequeñas cantidades suelen tener otros hábitos saludables, como hacer ejercicio, comer mucha fruta y verdura y no fumar. En los estudios de observación, los beneficios para el corazón de esos comportamientos podrían haberse atribuido erróneamente al alcohol, según Piano.
Investigaciones más recientes han descubierto que incluso los niveles bajos de consumo de alcohol aumentan ligeramente el riesgo de hipertensión arterial y cardiopatías, y que el riesgo aumenta drásticamente para las personas que beben en exceso. La buena noticia es que cuando se deja de beber o se reduce el consumo, la presión arterial disminuye. El alcohol también está relacionado con un ritmo cardíaco anormal, conocido como fibrilación auricular, que aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos e ictus.
¿Para qué tipos de cáncer aumenta el riesgo de alcohol?
Casi todo el mundo conoce la relación entre fumar cigarrillos y el cáncer, pero pocas personas se dan cuenta de que el alcohol también es un carcinógeno potente. Según una investigación de la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer, el alcohol contribuye a más de 75.000 casos de cáncer por año y casi 19.000 muertes por la misma causa.
Se sabe que el alcohol es una causa directa de siete tipos de cáncer: cabeza y cuello (cavidad oral, faringe y laringe), esófago, hígado, mama y colon rectal. La investigación sugiere que también puede haber un vínculo entre el alcohol y otros tipos de cáncer, incluidos el que afecta a la próstata y al páncreas, aunque la evidencia es menos clara.
En el caso de algunos cánceres, como el de hígado y el colon rectal, el riesgo solo comienza cuando se bebe en exceso. Pero en el caso del cáncer de mama y de esófago, el riesgo aumenta, aunque ligeramente, con cualquier consumo de alcohol. Los riesgos aumentan cuanto más bebe una persona.
“Si alguien bebe menos, corre menos riesgo que si bebe mucho”, afirma Farhad Islami, director científico sénior en la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer. “Incluso dos copas al día, una copa al día, puede asociarse a un pequeño riesgo de cáncer en comparación con los no bebedores”.
¿Qué enfermedad representa el mayor riesgo?
miércoles, 29 de marzo de 2023
-- El alcohol, incluso en pocas cantidades, puede dañar tu salud.
En Estados Unidos, la causa individual más común de muerte relacionada con el alcohol es la enfermedad hepática alcohólica, que mata a unas 22.000 personas al año. Si bien el riesgo aumenta a medida que las personas envejecen y la exposición al alcohol se acumula, más de 5000 estadounidenses de entre 20, 30 y 40 años mueren anualmente a causa de una enfermedad hepática causada por el alcohol.
La enfermedad hepática causada por el alcohol tiene tres etapas: hígado graso alcohólico, cuando la grasa se acumula en el órgano; hepatitis alcohólica, cuando comienza la inflamación, y cirrosis alcohólica o cicatrización del tejido. Las dos primeras etapas son reversibles si deja de beber por completo; la tercera etapa no lo es.
Los síntomas de la enfermedad hepática alcohólica incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal e ictericia, un tinte amarillo en los ojos o la piel. Sin embargo, los síntomas rara vez surgen hasta que el hígado se ha dañado gravemente.
El riesgo de desarrollar enfermedad hepática alcohólica es mayor en los bebedores empedernidos, pero un informe indicó que cinco años de beber solo dos bebidas alcohólicas al día pueden dañar el hígado. El 90 por ciento de las personas que toman cuatro bebidas al día muestran signos de hígado graso alcohólico.
¿Cómo calculo mi riesgo de tener problemas de salud relacionados con el alcohol?
No todos los que beben terminan por desarrollar estas enfermedades. Los factores del estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y el tabaquismo, se combinan para aumentar o reducir el riesgo. Además, algunas de estas afecciones, como el cáncer de esófago, son bastante raras, por lo que aumentar ligeramente el riesgo no tendrá un gran impacto.
“Todos los factores de riesgo son importantes”, dijo Esser. “En salud pública sabemos que la cantidad de factores de riesgo que uno tiene irían juntos a un mayor riesgo de una afección”.
Una enfermedad preexistente también podría interactuar con el alcohol y afectar tu salud. Por ejemplo, “las personas que tienen hipertensión probablemente no deberían beber o definitivamente beber muy muy poco”, dijo Piano.
Los genes también influyen. Por ejemplo, dos variantes genéticas, ambas más frecuentes en personas de ascendencia asiática, afectan al modo en que se metabolizan el alcohol y el acetaldehído. Una variante genética hace que el alcohol se descomponga en acetaldehído más rápidamente, inundando el organismo con la toxina. La otra variante ralentiza el metabolismo del acetaldehído, lo que significa que la sustancia química permanece más tiempo en el organismo y prolonga los daños.
Entonces, ¿debería bajar el consumo o dejar de beber?
La enfermedad hepática causada por el alcohol tiene tres etapas: hígado graso alcohólico, cuando la grasa se acumula en el órgano; hepatitis alcohólica, cuando comienza la inflamación, y cirrosis alcohólica o cicatrización del tejido. Las dos primeras etapas son reversibles si deja de beber por completo; la tercera etapa no lo es.
Los síntomas de la enfermedad hepática alcohólica incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal e ictericia, un tinte amarillo en los ojos o la piel. Sin embargo, los síntomas rara vez surgen hasta que el hígado se ha dañado gravemente.
El riesgo de desarrollar enfermedad hepática alcohólica es mayor en los bebedores empedernidos, pero un informe indicó que cinco años de beber solo dos bebidas alcohólicas al día pueden dañar el hígado. El 90 por ciento de las personas que toman cuatro bebidas al día muestran signos de hígado graso alcohólico.
¿Cómo calculo mi riesgo de tener problemas de salud relacionados con el alcohol?
No todos los que beben terminan por desarrollar estas enfermedades. Los factores del estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y el tabaquismo, se combinan para aumentar o reducir el riesgo. Además, algunas de estas afecciones, como el cáncer de esófago, son bastante raras, por lo que aumentar ligeramente el riesgo no tendrá un gran impacto.
“Todos los factores de riesgo son importantes”, dijo Esser. “En salud pública sabemos que la cantidad de factores de riesgo que uno tiene irían juntos a un mayor riesgo de una afección”.
Una enfermedad preexistente también podría interactuar con el alcohol y afectar tu salud. Por ejemplo, “las personas que tienen hipertensión probablemente no deberían beber o definitivamente beber muy muy poco”, dijo Piano.
Los genes también influyen. Por ejemplo, dos variantes genéticas, ambas más frecuentes en personas de ascendencia asiática, afectan al modo en que se metabolizan el alcohol y el acetaldehído. Una variante genética hace que el alcohol se descomponga en acetaldehído más rápidamente, inundando el organismo con la toxina. La otra variante ralentiza el metabolismo del acetaldehído, lo que significa que la sustancia química permanece más tiempo en el organismo y prolonga los daños.
Entonces, ¿debería bajar el consumo o dejar de beber?
No es necesario que dejes de beber por completo para ayudar a tu salud. Incluso reducir un poco puede ser beneficioso, especialmente si actualmente bebes por encima de los límites recomendados. El riesgo “realmente se acelera una vez que tomas un par de tragos al día”, dijo Naimi. “Entonces, las personas que beben cinco o seis tragos al día, si pueden reducir a tres o cuatro, se beneficiarán mucho”.
Quienes beben poco diariamente quizás también se beneficiarían al reducir un poco el consumo. Trata de pasar algunas noches sin alcohol: “Si te sientes mejor, tu cuerpo está tratando de decirte algo”, dijo George Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.
En particular, ninguno de los expertos con los que hablamos propuso abstenerse por completo, a menos que tengas un trastorno por consumo de alcohol o exista una situación de embarazo. “No voy a recomendar que la gente deje de beber por completo”, dijo Koob. “Tuvimos la ley seca, no funcionó”.
Sin embargo, en general, su consejo es: “Beba menos, viva más”, dijo Naimi. “Eso es básicamente a lo que se reduce”.
Quienes beben poco diariamente quizás también se beneficiarían al reducir un poco el consumo. Trata de pasar algunas noches sin alcohol: “Si te sientes mejor, tu cuerpo está tratando de decirte algo”, dijo George Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.
En particular, ninguno de los expertos con los que hablamos propuso abstenerse por completo, a menos que tengas un trastorno por consumo de alcohol o exista una situación de embarazo. “No voy a recomendar que la gente deje de beber por completo”, dijo Koob. “Tuvimos la ley seca, no funcionó”.
Sin embargo, en general, su consejo es: “Beba menos, viva más”, dijo Naimi. “Eso es básicamente a lo que se reduce”.
martes, 28 de marzo de 2023
La filosofía de un monje, aplicada a la vida romántica. Aprender a amarte a ti mismo, algo para lo que se entrena en el monasterio, te enseña a amar a los demás.
Aprender a amarte a ti mismo, algo para lo que se entrena en el monasterio, te enseña a amar a los demás.
Hace 10 años, a los 25, no había salido en una cita —ni siquiera había considerado la posibilidad de un romance— en más de tres años. Durante ese tiempo, había ejercido como monje hindú, meditando, estudiando las antiguas escrituras, viajando y trabajando por toda la India y Europa con mis compañeros monjes.
Los monjes son famosos por su celibato, pero el celibato no solo significa abstenerse de las relaciones sexuales. Significa que no interactúas con otras personas de un modo que pueda considerarse romántico. La palabra sánscrita para monje, brahmacharyi, significa “el uso correcto de la energía”.
No es que el romanticismo y la energía sexual estén mal. Pero mi práctica enseña que todos tenemos una cantidad limitada de energía, que puede dirigirse en múltiples direcciones o en una sola. Cuando la energía está dispersa, es difícil crear impulso o impacto.
Como monjes, nos entrenaron para dirigir nuestra energía hacia la comprensión de nuestra psique, a cómo vemos el mundo e interactuamos con él. Si no has desarrollado una comprensión profunda de tus motivaciones y obstáculos, es más difícil avanzar por la vida con paciencia y compasión.
Intentamos evitar cualquier cosa que nos distrajera de esta misión de autorrealización, ya fueran los videojuegos, salir de fiesta con los amigos o tener citas. Cuando regresé a Londres como monje, uno de mis antiguos amigos me dijo: “Solíamos ser compinches para salir. Pero tú ya no bebes. Ya no ligas con chicas. ¿Qué vamos a hacer ahora?”.
Convertirme en monje cambió profundamente mi orientación. Durante la universidad en Londres, había dedicado tanto tiempo a una relación a distancia con una novia que me perdí la mayoría de las clases. El celibato me permitió utilizar ese tiempo y ese espacio para comprenderme a mí mismo, y desarrollar la capacidad de aquietar mi mente.
Pensé que sería monje para siempre, pero decidí que ya no era el camino que debía seguir. Cuando dejé el ashram para siempre, llevaba tres años sin ver la tele, ver una película o escuchar música. No sabía quién había ganado la Copa del Mundo ni quién era el primer ministro de Inglaterra. Y, al parecer, no tenía ni idea de cómo impresionar a una mujer.
Había olvidado que ni siquiera debía intentar impresionar a una mujer. A los pocos meses de salir del ashram, ya estaba volviendo a las normas sociales del romanticismo, intentando causar la mejor primera impresión… y fracasando.
“¿Crees que tengan algo vegano en el menú?”, preguntó mi cita.
Estábamos en Locanda Locatelli, uno de los mejores restaurantes de Londres, pero como vegana, ella parecía más preocupada que entusiasmada.
“Son famosos por su pasta fresca”, dije, intentando parecer optimista, pero nos había apuntado a un menú degustación especial y no sabía cuántas opciones tendría.
“La pasta fresca suele llevar huevo, pero ya veremos”, dijo.
Radhi y yo habíamos organizado juntos, como voluntarios, un acto benéfico. Ella pensó que la gente debía animarse a asistir desde el momento en que salían de la estación de metro, así que organizamos que un artista callejero tocara el tambor con su bote de basura junto a la salida, al lado de un cartel de nuestro evento. Radhi había sido el alma de nuestro equipo y yo ya sabía que me caía bien. Una vez organizado el evento, empecé a planear la fecha, reservando el restaurante con un mes de antelación.
Tenía poco dinero —daba clases particulares a estudiantes universitarios— y la había llevado a ver Wicked antes de la cena. La noche me iba a costar casi una semana de salario, y quería que fuera perfecta.
Cuando nos acomodamos en los asientos de cuero, me estremecí; los veganos no suelen apreciar los asientos de cuero. Pero las luces eran tenues, el ambiente era precioso y yo aún esperaba oír lo impresionada que estaba.
“El servicio es increíble, ¿verdad?” Le dije. “Y esta pasta...”.
Sonrió amablemente, pero no estaba comiendo mucho.
Después de cenar, la llevé a casa y la dejé en la puerta de su departamento. Me dio las gracias y se despidió amistosamente, pero la velada había fracasado. Estaba claro que yo no tenía ni idea de lo que hacía.
Me había unido a los monjes porque quería encontrar mi propósito y servir a los demás. No dejé el monasterio porque rechazara algo de lo que había estudiado. Al contrario, me fui porque quería llevar al mundo lo que había aprendido.
Empezaba a hacerlo ahora que estaba de vuelta en Londres, impartiendo pequeños talleres sobre la intersección de la filosofía oriental y la vida moderna a cualquiera que se presentara. Pero aún no había descubierto cómo trasladar lo aprendido a mi búsqueda de pareja.
Los monjes nunca tratan de impresionar a nadie. Como monje, te esfuerzas por dominar tu ego y tu mente. Creemos que el amor es su propio rompecabezas, pero cuando exploras los oscuros senderos de tu propia mente, como los monjes están entrenados para hacer, desarrollas paciencia, comprensión y compasión hacia ti mismo, que luego puedes llevar a todas tus relaciones. Pasar por el proceso de aprender a amarte a ti mismo, algo para lo que también entrenan los monjes, te enseña a amar a los demás.
Lo del restaurante lujoso fue una maniobra de fanfarronería. Mi ego quería encantar a Radhi, quería que dijera: “Vaya, gracias por traerme aquí. ¿Cómo conseguiste esta reservación?”, en lugar de lo que realmente dijo: “Yo estaría perfectamente feliz de ir a una tienda de comestibles y comprar un poco de pan”.
Mi ego quería quedar bien y ganar su admiración, pero me distrajo de lo que realmente quería, que era conocer a Radhi y que ella me conociera a mí.
Antes de convertirme en monje, mis hábitos de citas no me llevaron a ninguna parte. Impulsado por mi inseguridad o mi necesidad de sentirme valorado, hacía cosas bonitas por las mujeres para que me validaran. Cuando me hice monje, dejé felizmente atrás esa dinámica, pero ahora, por costumbre, había vuelto a ella.
Mis maestros monjes nunca trataron de impresionarme y nunca quisieron que yo les impresionara a ellos. Cuando recordaba todo lo que había aprendido de ellos, a través de horas de clase, estudio e historias, un simple gesto destacaba como representativo de gran parte de la filosofía: la reverencia. Cuando veíamos a un monje superior, nos inclinábamos ante él. Mi maestro siempre me devolvía la reverencia.
Era mayor que yo, más sabio y más mundano, más compasivo y puro, y se inclinaba por respeto y conexión. Yo no tenía que hacer nada ni ser nadie para que él se inclinara ante mí. Nuestras reverencias decían que no importa quién seas, ni tu posición o procedencia, nunca eres mejor ni peor que nadie, y no intentas serlo.
Esa era la creencia subyacente que quería transmitir a Radhi, una creencia sobre la que esperaba construir nuestra relación. No estamos aquí para impresionarnos mutuamente. Estamos aquí para conectar. Para reconocernos y aceptarnos mutuamente. La reverencia fue la mayor lección que había aprendido sobre el amor.
Radhi me contaría más tarde que a su comunidad le preocupaba que saliera con un antiguo monje. A su abuela le preocupaba que la dejara y volviera al ashram. Sus amigos suponían que yo me oponía a ver la tele o ir al cine, y se imaginaban que lo único que podíamos hacer juntos era sentarnos a meditar.
Incluso a la propia Radhi le preocupaba que al pasar tiempo juntos me alejara de mi práctica espiritual. Pero el entrenamiento monacal es un entrenamiento de la mente. Ser monje puede haberme cerrado a ciertas cosas —no he vuelto a comer carne ni a beber alcohol, por ejemplo—, pero me abrió la mente a la comprensión y la aceptación.
Respeté que cada uno avanzara a su ritmo, a su tiempo. Mi camino no era correcto ni incorrecto; no era ni demasiado lento ni demasiado rápido. Aprendí a ver la esencia de un monje en todas las personas que conocía. Todo el mundo tiene una parte de sí mismo que es compasiva, amorosa y hermosa.
Vi esa esencia en Radhi desde el momento en que nos conocimos. No necesitaba ir a un ashram para adquirirla. Ella era más monje de lo que yo nunca sería, y no necesitábamos un restaurante lujoso para conectar. Para nuestra siguiente cita, la llevé a un circuito de cuerdas al aire libre, donde nos ayudamos mutuamente a columpiarnos de los árboles, escalar muros y caminar por estrechas vigas de equilibrio. Nos hacíamos reverencias, a nuestra manera.
Radhi y yo estamos juntos desde entonces. Llevé la lección de la reverencia y todo lo que aprendí de los monjes a nuestra relación, y ahora enseño esas lecciones a los demás. Los monjes, que no dicen nada sobre el amor romántico, me habían enseñado todo lo que necesitaba saber sobre ello.
Jay Shetty conduce el pódcast On Purpose y es autor del libro 8 Rules of Love, que se publicará a finales de enero.
Hace 10 años, a los 25, no había salido en una cita —ni siquiera había considerado la posibilidad de un romance— en más de tres años. Durante ese tiempo, había ejercido como monje hindú, meditando, estudiando las antiguas escrituras, viajando y trabajando por toda la India y Europa con mis compañeros monjes.
Los monjes son famosos por su celibato, pero el celibato no solo significa abstenerse de las relaciones sexuales. Significa que no interactúas con otras personas de un modo que pueda considerarse romántico. La palabra sánscrita para monje, brahmacharyi, significa “el uso correcto de la energía”.
No es que el romanticismo y la energía sexual estén mal. Pero mi práctica enseña que todos tenemos una cantidad limitada de energía, que puede dirigirse en múltiples direcciones o en una sola. Cuando la energía está dispersa, es difícil crear impulso o impacto.
Como monjes, nos entrenaron para dirigir nuestra energía hacia la comprensión de nuestra psique, a cómo vemos el mundo e interactuamos con él. Si no has desarrollado una comprensión profunda de tus motivaciones y obstáculos, es más difícil avanzar por la vida con paciencia y compasión.
Intentamos evitar cualquier cosa que nos distrajera de esta misión de autorrealización, ya fueran los videojuegos, salir de fiesta con los amigos o tener citas. Cuando regresé a Londres como monje, uno de mis antiguos amigos me dijo: “Solíamos ser compinches para salir. Pero tú ya no bebes. Ya no ligas con chicas. ¿Qué vamos a hacer ahora?”.
Convertirme en monje cambió profundamente mi orientación. Durante la universidad en Londres, había dedicado tanto tiempo a una relación a distancia con una novia que me perdí la mayoría de las clases. El celibato me permitió utilizar ese tiempo y ese espacio para comprenderme a mí mismo, y desarrollar la capacidad de aquietar mi mente.
Pensé que sería monje para siempre, pero decidí que ya no era el camino que debía seguir. Cuando dejé el ashram para siempre, llevaba tres años sin ver la tele, ver una película o escuchar música. No sabía quién había ganado la Copa del Mundo ni quién era el primer ministro de Inglaterra. Y, al parecer, no tenía ni idea de cómo impresionar a una mujer.
Había olvidado que ni siquiera debía intentar impresionar a una mujer. A los pocos meses de salir del ashram, ya estaba volviendo a las normas sociales del romanticismo, intentando causar la mejor primera impresión… y fracasando.
“¿Crees que tengan algo vegano en el menú?”, preguntó mi cita.
Estábamos en Locanda Locatelli, uno de los mejores restaurantes de Londres, pero como vegana, ella parecía más preocupada que entusiasmada.
“Son famosos por su pasta fresca”, dije, intentando parecer optimista, pero nos había apuntado a un menú degustación especial y no sabía cuántas opciones tendría.
“La pasta fresca suele llevar huevo, pero ya veremos”, dijo.
Radhi y yo habíamos organizado juntos, como voluntarios, un acto benéfico. Ella pensó que la gente debía animarse a asistir desde el momento en que salían de la estación de metro, así que organizamos que un artista callejero tocara el tambor con su bote de basura junto a la salida, al lado de un cartel de nuestro evento. Radhi había sido el alma de nuestro equipo y yo ya sabía que me caía bien. Una vez organizado el evento, empecé a planear la fecha, reservando el restaurante con un mes de antelación.
Tenía poco dinero —daba clases particulares a estudiantes universitarios— y la había llevado a ver Wicked antes de la cena. La noche me iba a costar casi una semana de salario, y quería que fuera perfecta.
Cuando nos acomodamos en los asientos de cuero, me estremecí; los veganos no suelen apreciar los asientos de cuero. Pero las luces eran tenues, el ambiente era precioso y yo aún esperaba oír lo impresionada que estaba.
“El servicio es increíble, ¿verdad?” Le dije. “Y esta pasta...”.
Sonrió amablemente, pero no estaba comiendo mucho.
Después de cenar, la llevé a casa y la dejé en la puerta de su departamento. Me dio las gracias y se despidió amistosamente, pero la velada había fracasado. Estaba claro que yo no tenía ni idea de lo que hacía.
Me había unido a los monjes porque quería encontrar mi propósito y servir a los demás. No dejé el monasterio porque rechazara algo de lo que había estudiado. Al contrario, me fui porque quería llevar al mundo lo que había aprendido.
Empezaba a hacerlo ahora que estaba de vuelta en Londres, impartiendo pequeños talleres sobre la intersección de la filosofía oriental y la vida moderna a cualquiera que se presentara. Pero aún no había descubierto cómo trasladar lo aprendido a mi búsqueda de pareja.
Los monjes nunca tratan de impresionar a nadie. Como monje, te esfuerzas por dominar tu ego y tu mente. Creemos que el amor es su propio rompecabezas, pero cuando exploras los oscuros senderos de tu propia mente, como los monjes están entrenados para hacer, desarrollas paciencia, comprensión y compasión hacia ti mismo, que luego puedes llevar a todas tus relaciones. Pasar por el proceso de aprender a amarte a ti mismo, algo para lo que también entrenan los monjes, te enseña a amar a los demás.
Lo del restaurante lujoso fue una maniobra de fanfarronería. Mi ego quería encantar a Radhi, quería que dijera: “Vaya, gracias por traerme aquí. ¿Cómo conseguiste esta reservación?”, en lugar de lo que realmente dijo: “Yo estaría perfectamente feliz de ir a una tienda de comestibles y comprar un poco de pan”.
Mi ego quería quedar bien y ganar su admiración, pero me distrajo de lo que realmente quería, que era conocer a Radhi y que ella me conociera a mí.
Antes de convertirme en monje, mis hábitos de citas no me llevaron a ninguna parte. Impulsado por mi inseguridad o mi necesidad de sentirme valorado, hacía cosas bonitas por las mujeres para que me validaran. Cuando me hice monje, dejé felizmente atrás esa dinámica, pero ahora, por costumbre, había vuelto a ella.
Mis maestros monjes nunca trataron de impresionarme y nunca quisieron que yo les impresionara a ellos. Cuando recordaba todo lo que había aprendido de ellos, a través de horas de clase, estudio e historias, un simple gesto destacaba como representativo de gran parte de la filosofía: la reverencia. Cuando veíamos a un monje superior, nos inclinábamos ante él. Mi maestro siempre me devolvía la reverencia.
Era mayor que yo, más sabio y más mundano, más compasivo y puro, y se inclinaba por respeto y conexión. Yo no tenía que hacer nada ni ser nadie para que él se inclinara ante mí. Nuestras reverencias decían que no importa quién seas, ni tu posición o procedencia, nunca eres mejor ni peor que nadie, y no intentas serlo.
Esa era la creencia subyacente que quería transmitir a Radhi, una creencia sobre la que esperaba construir nuestra relación. No estamos aquí para impresionarnos mutuamente. Estamos aquí para conectar. Para reconocernos y aceptarnos mutuamente. La reverencia fue la mayor lección que había aprendido sobre el amor.
Radhi me contaría más tarde que a su comunidad le preocupaba que saliera con un antiguo monje. A su abuela le preocupaba que la dejara y volviera al ashram. Sus amigos suponían que yo me oponía a ver la tele o ir al cine, y se imaginaban que lo único que podíamos hacer juntos era sentarnos a meditar.
Incluso a la propia Radhi le preocupaba que al pasar tiempo juntos me alejara de mi práctica espiritual. Pero el entrenamiento monacal es un entrenamiento de la mente. Ser monje puede haberme cerrado a ciertas cosas —no he vuelto a comer carne ni a beber alcohol, por ejemplo—, pero me abrió la mente a la comprensión y la aceptación.
Respeté que cada uno avanzara a su ritmo, a su tiempo. Mi camino no era correcto ni incorrecto; no era ni demasiado lento ni demasiado rápido. Aprendí a ver la esencia de un monje en todas las personas que conocía. Todo el mundo tiene una parte de sí mismo que es compasiva, amorosa y hermosa.
Vi esa esencia en Radhi desde el momento en que nos conocimos. No necesitaba ir a un ashram para adquirirla. Ella era más monje de lo que yo nunca sería, y no necesitábamos un restaurante lujoso para conectar. Para nuestra siguiente cita, la llevé a un circuito de cuerdas al aire libre, donde nos ayudamos mutuamente a columpiarnos de los árboles, escalar muros y caminar por estrechas vigas de equilibrio. Nos hacíamos reverencias, a nuestra manera.
Radhi y yo estamos juntos desde entonces. Llevé la lección de la reverencia y todo lo que aprendí de los monjes a nuestra relación, y ahora enseño esas lecciones a los demás. Los monjes, que no dicen nada sobre el amor romántico, me habían enseñado todo lo que necesitaba saber sobre ello.
Jay Shetty conduce el pódcast On Purpose y es autor del libro 8 Rules of Love, que se publicará a finales de enero.
lunes, 27 de marzo de 2023
Una (arriesgada) conjetura sobre las externalidades del CERN. A vueltas con la física de partículas
Fue meses antes del hallazgo del bosón de Higgs.
El pasado septiembre de 2011 se informó de un resultado inesperado, absolutamente inesperado, que revolucionaba la física contemporánea: en oposición a los resultados de todos los experimentos anteriores, los neutrinos podían moverse a velocidades superiores a la velocidad de la luz, una afirmación que apuntaba directamente al corazón de la relatividad especial, una teoría cuyas predicciones han sido confirmadas innumerables veces y que está en la base de la electrodinámica cuántica, capaz esta última de generar predicciones con una precisión sin precedentes en la historia de la ciencia [1].
Una breve historia de este resultado «crucial»: el experimento Opera se realizó entre el CERN (Ginebra) y el laboratorio subterráneo de Gran Sasso, bajo los Apeninos, a unos 730 kilómetros de distancia (la existente, aproximadamente, entre las ciudades españolas de Barcelona y Santander). Los aceleradores del CERN enviaron haces de neutrinos hacia Opera. Como este tipo de partículas apenas interactúa con la materia, los neutrinos atraviesan el subsuelo -digamos- sin inmutarse. Los científicos midieron -con sistemas de GPS y relojes sincronizados- la distancia entre el haz emisor de neutrinos y el punto de detección en Opera y el tiempo empleado en el recorrido. Con ello, calcularon la velocidad.
Lo que en septiembre pasado se anunció fue que, según los registros, los neutrinos enviados desde el CERN viajaban a una velocidad superior a la de la luz, adelantándose a ésta en unas 60 nanosegundos (60 mil millonésimas de segundo: 0,00000006 seg). Si se pudiese celebrar una imposible carrera entre partículas, los neutrinos hubieran ganado a los fotones por unos 20 metros de distancia en un recorrido de 730.000 m.
Los resultados suponían una contradicción con datos anteriores, de altísima precisión, sobre la velocidad de los neutrinos [2]. Los científicos implicados en Opera no se quedaron de brazos cruzados tras el anuncio de los «superneutrinos»: repasaron, una y otra vez, los parámetros del experimento realizado y diseñaron nuevas comprobaciones para contrastar, positiva o negativamente, los realizados. Cambiaron, por ejemplo, las características de los haces de partículas que partían del CERN para mejorar la medida del tiempo. Empero, el resultado que obtuvieron seguía siendo el mismo. ¡Irrumpáin los superneutrinos superlumínicos! ¡Más allá de c, el movimiento era posible!
Sheldon Lee Glashow, Premio Nobel de Física en 1979 junto a Steven Weinberg y Abdus Salam, uno de los grandes especialistas internacionales en física de partículas, se manifestaba sobre el resultado el pasado diciembre de 2011: «Si fuera correcto [el experimento] y los neutrinos fueran 25 partes por millón más rápidos que la luz, significaría que casi todos lo que sabemos está equivocado, saltaría por los aires un siglo de física. Partamos de la base de que la Teoría de la Relatividad Especial de Einstein es, al menos, aproximadamente correcta, y si tiene un fallo debe ser pequeño, porque hemos hecho muchas pruebas, en muchas direcciones y resulta siempre correcta».
Su primera reacción ante los resultados la narraba del modo siguiente: «Me enteré en Italia y cuando llegué a casa, en Boston, vino mi colega Andy Cohen y recordamos aquel trabajo de hace 50 años. Al rehacer los cálculos aplicados a los neutrinos comprobamos que, siendo superlumínicos, no podrían emitir luz como los protones». Sin embargo, añadía, emitirían pares de partículas electrón-positrón, «perderían su energía» y, por ello, no hubieran llegado al detector Opera. Además, otros numerosos experimentos diferentes habían observado «millones de interacciones de neutrinos en los que debería haber aparecido esa emisión de pares electrón-positrón». Nunca había aparecido.
¿Debía haber entonces algún error en Opera? Eso pensaba Lee Glashow. Acertó. «El de Opera es un equipo muy competente, muy bueno», pero el realizado era un experimento muy, pero que muy complicado. ¡No sólo la física teórica es sofisticada! «Han eliminado una potencial fuente de error, con el nuevo haz de los neutrinos que parte del CERN, pero aún tiene que revisar cuestiones sobre la medida de la distancia recorrida y del tiempo empleado». Mientras tanto, señalaba Lee Glashow, se repetiría el experimento en USA, en el detector Minos, y se estaban repasando los datos de un experimento similar en Japón.
Lee Glashow recordaba una situación parecida de los años ochenta con el gran físico canario Blas Cabrera como protagonista «[…] me viene una a la memoria: en los años ochenta el físico español Blas Cabrera, trabajando en Stanford, anunció haber detectado un monopolo magnético [una teórica partícula subatómica]. No hubo otro, pese a que el experimento se hizo con muchísima más precisión, y no se encontró el error». La conclusión extraída por el Premio Nobel a sus 79 años de edad: «Si es así, me retiro. No estoy preparado para renunciar a la conservación de energía y momento» [3]
La cronología final de los resultados y declaraciones puede ser expuesta así:
23 de septiembre de 2011. Dario Autiero, en nombre de los colaboradores del experimento Opera (Instituto Nacional de Física Nuclear italiano), anuncia en el CERN haber medido una velocidad de los neutrinos superior a la de la luz (contra lo establecido en la teoría de la relatividad especial de Einstein).
Octubre de 2011. Se acumulan comentarios científicos sobre el asunto; la inmensa mayoría son críticos con el supuesto hallazgo.
Noviembre de 2011. Opera repite el experimento: obtiene los mismos resultados sobre los, supuestamente, neutrinos superlumínicos.
Febrero de 2012. Los autores del «experimento crucial» admiten dos fallos en su detector. ¿Dónde se ubicaron? En una conexión de fibra óptica y en un temporizador. ¡La materia! ¡Ay la materia!
Marzo de 2012. Dimiten el portavoz de la colaboración Opera, Antonio Ereditato, y Dario Autiero, el coordinador científico del experimento. Ese mismo mes, Icarus, otro experimento de neutrinos del laboratorio de Gran Sasso, anuncia que han medido la velocidad de los neutrinos: c no es superada.
Junio 2012. Cuatro experimentos de Gran Sasso, incluidos Opera [4] e Icarus, han repetido las mediciones. Según los resultados de todos ellos, la velocidad de los neutrinos es coherente con c, con la velocidad de la luz.
El CERN quedaba algo tocado indirectamente. Lo conseguido sobre el bosón de Higgs lo ha vuelto a poner en el primer plano de la comunidad científica internacional.
Pablo García, un físico de partículas del Ciemat, y miembro también del CERN, ha declarado: «Uno puede argüir precipitadamente que es un error imperdonable, pero en realidad esto pone de manifiesto la complejidad del experimento y lo difícil que es tener bajo control todos los detalles ; de hecho, forma parte de la vida cotidiana del científico enfrentarse a estas situaciones en las que la emergencia de un efecto desconocido pone a prueba la solidez de tu trabajo» [la cursiva es mía]
Resumiendo: los mismos científicos de Opera que anunciaron el resultado encontraron dos fallos al repasar su trabajo. Uno residía en un dispositivo clave para sincronizar los GPS; el segundo se ubicaba en la conexión por fibra óptica entre el receptor de GPS y el reloj principal de la toma de datos.
Más allá de la sin duda enorme complejidad de la «cosa en sí», una conjetura extracientífica sobre lo sucedido: no debería extrañarnos que ambos fallos tuvieran algo que ver, más o menos directamente, con la presencia de externalidades en el CERN, con las condiciones de trabajo de técnicos y trabajadores que no forman parte de la plantilla del Laboratorio europeo sino de empresas contratadas (o de subcontratas de subcontratas) para realizar determinadas tareas por importantes o cruciales que esas puedan ser. ¡Externalizar es la divisa esencial del capitalismo realmente existente nos ubiquemos donde nos ubiquemos! También en este ámbito. Por ejemplo, ¿cómo y quiénes realizaron las conexiones de fibra óptica?
Superficialmente, se dirá, «externalizar» ciertas tareas sale más a cuenta y ese tipo de cuentas, como es sabido, cuentan mucho. El gran físico español Álvaro de Rújula habló de ello hace meses refriéndose a una circunstancia muy similar. De tal modo, podría inferirse con la prudencia siempre debida, que el capitalismo sin bridas en el que (mal)vivimos no es tampoco afable con la ciencia básica ni con la experimentación que le es anexa. ¿Por qué tendría que serlo?
Notas:
[1] Según la teoría de la relatividad especial, existe una velocidad límite. Sólo puede ser alcanzada por partículas de masa cero. Si los neutrinos perteneciesen a esta categoría (y no es el caso), deberían moverse con velocidad c, la de la luz, no más rápido. Dado que sabemos que tienen una masa mayor que cero, deberían ir más despacio que los fotones, en ningún caso más deprisa.
[2] Las observaciones más notables a este respecto son las de los neutrinos emitidos por supernova 1987A, una explosión estelar que se observó en el cielo. Se pudo entonces registrar la llegada de unos neutrinos de energía muy inferior a los de Opera y con velocidad acorde con la teoría de la Relatividad
[3] El paso -«no estoy preparado para renunciar a la conservación de energía y momento»- muestra la grandeza científica de Sheldon Lee Glashow y la enorme dificultad que representa revisar principios científicos más asentados, especialmente por científicos no jóvenes.
[4] Hay más nudos en esta historia: parte de los miembros de Opera no quisieron firmar en su momento el artículo científico con los resultados de los neutrinos superlumínicos y fueron constantes, según diversas informaciones, los debates internos acerca de si fue o no apresurada la presentación pública inicial de los resultados.
El pasado septiembre de 2011 se informó de un resultado inesperado, absolutamente inesperado, que revolucionaba la física contemporánea: en oposición a los resultados de todos los experimentos anteriores, los neutrinos podían moverse a velocidades superiores a la velocidad de la luz, una afirmación que apuntaba directamente al corazón de la relatividad especial, una teoría cuyas predicciones han sido confirmadas innumerables veces y que está en la base de la electrodinámica cuántica, capaz esta última de generar predicciones con una precisión sin precedentes en la historia de la ciencia [1].
Una breve historia de este resultado «crucial»: el experimento Opera se realizó entre el CERN (Ginebra) y el laboratorio subterráneo de Gran Sasso, bajo los Apeninos, a unos 730 kilómetros de distancia (la existente, aproximadamente, entre las ciudades españolas de Barcelona y Santander). Los aceleradores del CERN enviaron haces de neutrinos hacia Opera. Como este tipo de partículas apenas interactúa con la materia, los neutrinos atraviesan el subsuelo -digamos- sin inmutarse. Los científicos midieron -con sistemas de GPS y relojes sincronizados- la distancia entre el haz emisor de neutrinos y el punto de detección en Opera y el tiempo empleado en el recorrido. Con ello, calcularon la velocidad.
Lo que en septiembre pasado se anunció fue que, según los registros, los neutrinos enviados desde el CERN viajaban a una velocidad superior a la de la luz, adelantándose a ésta en unas 60 nanosegundos (60 mil millonésimas de segundo: 0,00000006 seg). Si se pudiese celebrar una imposible carrera entre partículas, los neutrinos hubieran ganado a los fotones por unos 20 metros de distancia en un recorrido de 730.000 m.
Los resultados suponían una contradicción con datos anteriores, de altísima precisión, sobre la velocidad de los neutrinos [2]. Los científicos implicados en Opera no se quedaron de brazos cruzados tras el anuncio de los «superneutrinos»: repasaron, una y otra vez, los parámetros del experimento realizado y diseñaron nuevas comprobaciones para contrastar, positiva o negativamente, los realizados. Cambiaron, por ejemplo, las características de los haces de partículas que partían del CERN para mejorar la medida del tiempo. Empero, el resultado que obtuvieron seguía siendo el mismo. ¡Irrumpáin los superneutrinos superlumínicos! ¡Más allá de c, el movimiento era posible!
Sheldon Lee Glashow, Premio Nobel de Física en 1979 junto a Steven Weinberg y Abdus Salam, uno de los grandes especialistas internacionales en física de partículas, se manifestaba sobre el resultado el pasado diciembre de 2011: «Si fuera correcto [el experimento] y los neutrinos fueran 25 partes por millón más rápidos que la luz, significaría que casi todos lo que sabemos está equivocado, saltaría por los aires un siglo de física. Partamos de la base de que la Teoría de la Relatividad Especial de Einstein es, al menos, aproximadamente correcta, y si tiene un fallo debe ser pequeño, porque hemos hecho muchas pruebas, en muchas direcciones y resulta siempre correcta».
Su primera reacción ante los resultados la narraba del modo siguiente: «Me enteré en Italia y cuando llegué a casa, en Boston, vino mi colega Andy Cohen y recordamos aquel trabajo de hace 50 años. Al rehacer los cálculos aplicados a los neutrinos comprobamos que, siendo superlumínicos, no podrían emitir luz como los protones». Sin embargo, añadía, emitirían pares de partículas electrón-positrón, «perderían su energía» y, por ello, no hubieran llegado al detector Opera. Además, otros numerosos experimentos diferentes habían observado «millones de interacciones de neutrinos en los que debería haber aparecido esa emisión de pares electrón-positrón». Nunca había aparecido.
¿Debía haber entonces algún error en Opera? Eso pensaba Lee Glashow. Acertó. «El de Opera es un equipo muy competente, muy bueno», pero el realizado era un experimento muy, pero que muy complicado. ¡No sólo la física teórica es sofisticada! «Han eliminado una potencial fuente de error, con el nuevo haz de los neutrinos que parte del CERN, pero aún tiene que revisar cuestiones sobre la medida de la distancia recorrida y del tiempo empleado». Mientras tanto, señalaba Lee Glashow, se repetiría el experimento en USA, en el detector Minos, y se estaban repasando los datos de un experimento similar en Japón.
Lee Glashow recordaba una situación parecida de los años ochenta con el gran físico canario Blas Cabrera como protagonista «[…] me viene una a la memoria: en los años ochenta el físico español Blas Cabrera, trabajando en Stanford, anunció haber detectado un monopolo magnético [una teórica partícula subatómica]. No hubo otro, pese a que el experimento se hizo con muchísima más precisión, y no se encontró el error». La conclusión extraída por el Premio Nobel a sus 79 años de edad: «Si es así, me retiro. No estoy preparado para renunciar a la conservación de energía y momento» [3]
La cronología final de los resultados y declaraciones puede ser expuesta así:
23 de septiembre de 2011. Dario Autiero, en nombre de los colaboradores del experimento Opera (Instituto Nacional de Física Nuclear italiano), anuncia en el CERN haber medido una velocidad de los neutrinos superior a la de la luz (contra lo establecido en la teoría de la relatividad especial de Einstein).
Octubre de 2011. Se acumulan comentarios científicos sobre el asunto; la inmensa mayoría son críticos con el supuesto hallazgo.
Noviembre de 2011. Opera repite el experimento: obtiene los mismos resultados sobre los, supuestamente, neutrinos superlumínicos.
Febrero de 2012. Los autores del «experimento crucial» admiten dos fallos en su detector. ¿Dónde se ubicaron? En una conexión de fibra óptica y en un temporizador. ¡La materia! ¡Ay la materia!
Marzo de 2012. Dimiten el portavoz de la colaboración Opera, Antonio Ereditato, y Dario Autiero, el coordinador científico del experimento. Ese mismo mes, Icarus, otro experimento de neutrinos del laboratorio de Gran Sasso, anuncia que han medido la velocidad de los neutrinos: c no es superada.
Junio 2012. Cuatro experimentos de Gran Sasso, incluidos Opera [4] e Icarus, han repetido las mediciones. Según los resultados de todos ellos, la velocidad de los neutrinos es coherente con c, con la velocidad de la luz.
El CERN quedaba algo tocado indirectamente. Lo conseguido sobre el bosón de Higgs lo ha vuelto a poner en el primer plano de la comunidad científica internacional.
Pablo García, un físico de partículas del Ciemat, y miembro también del CERN, ha declarado: «Uno puede argüir precipitadamente que es un error imperdonable, pero en realidad esto pone de manifiesto la complejidad del experimento y lo difícil que es tener bajo control todos los detalles ; de hecho, forma parte de la vida cotidiana del científico enfrentarse a estas situaciones en las que la emergencia de un efecto desconocido pone a prueba la solidez de tu trabajo» [la cursiva es mía]
Resumiendo: los mismos científicos de Opera que anunciaron el resultado encontraron dos fallos al repasar su trabajo. Uno residía en un dispositivo clave para sincronizar los GPS; el segundo se ubicaba en la conexión por fibra óptica entre el receptor de GPS y el reloj principal de la toma de datos.
Más allá de la sin duda enorme complejidad de la «cosa en sí», una conjetura extracientífica sobre lo sucedido: no debería extrañarnos que ambos fallos tuvieran algo que ver, más o menos directamente, con la presencia de externalidades en el CERN, con las condiciones de trabajo de técnicos y trabajadores que no forman parte de la plantilla del Laboratorio europeo sino de empresas contratadas (o de subcontratas de subcontratas) para realizar determinadas tareas por importantes o cruciales que esas puedan ser. ¡Externalizar es la divisa esencial del capitalismo realmente existente nos ubiquemos donde nos ubiquemos! También en este ámbito. Por ejemplo, ¿cómo y quiénes realizaron las conexiones de fibra óptica?
Superficialmente, se dirá, «externalizar» ciertas tareas sale más a cuenta y ese tipo de cuentas, como es sabido, cuentan mucho. El gran físico español Álvaro de Rújula habló de ello hace meses refriéndose a una circunstancia muy similar. De tal modo, podría inferirse con la prudencia siempre debida, que el capitalismo sin bridas en el que (mal)vivimos no es tampoco afable con la ciencia básica ni con la experimentación que le es anexa. ¿Por qué tendría que serlo?
Notas:
[1] Según la teoría de la relatividad especial, existe una velocidad límite. Sólo puede ser alcanzada por partículas de masa cero. Si los neutrinos perteneciesen a esta categoría (y no es el caso), deberían moverse con velocidad c, la de la luz, no más rápido. Dado que sabemos que tienen una masa mayor que cero, deberían ir más despacio que los fotones, en ningún caso más deprisa.
[2] Las observaciones más notables a este respecto son las de los neutrinos emitidos por supernova 1987A, una explosión estelar que se observó en el cielo. Se pudo entonces registrar la llegada de unos neutrinos de energía muy inferior a los de Opera y con velocidad acorde con la teoría de la Relatividad
[3] El paso -«no estoy preparado para renunciar a la conservación de energía y momento»- muestra la grandeza científica de Sheldon Lee Glashow y la enorme dificultad que representa revisar principios científicos más asentados, especialmente por científicos no jóvenes.
[4] Hay más nudos en esta historia: parte de los miembros de Opera no quisieron firmar en su momento el artículo científico con los resultados de los neutrinos superlumínicos y fueron constantes, según diversas informaciones, los debates internos acerca de si fue o no apresurada la presentación pública inicial de los resultados.
_- Señales de desesperación.
_- Los partidos de la derecha española, que se autocalifican de constitucionalistas de manera excluyente, no aceptan la fórmula parlamentaria y el sistema electoral de la Transición.
Barómetro de marzo — El CIS dobla la ventaja del PSOE sobre el PP y sitúa a Vox por encima de Unidas Podemos en plena crisis del 'solo sí es sí'
En la reciente moción de censura se ha resucitado una antigua propuesta, central en el programa de Ciudadanos cuando era liderado por Albert Rivera, de introducir en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) una barrera del 5% a nivel estatal para tener representación en el Congreso de los Diputados. La propuesta está siendo secundada en sus terminales mediáticas como acredita el artículo de Luis María Anson de ayer viernes en La Razón.
La finalidad de la propuesta es clara: se trata de no permitir que los partidos nacionalistas, regionalistas o provinciales estén presentes en el Congreso de los Diputados y participen, en consecuencia, en la investidura del presidente del Gobierno.
La fundamentación de dicha propuesta, en palabras del candidato en la moción de censura, Ramón Tamames, reside en que dichos partidos tienen una “sobrerrepresentación” injustificable en términos democráticos. Lo repitió en varias ocasiones.
La propuesta es un indicador de desesperación, de la nula confianza en ganar las elecciones generales con base en la fórmula parlamentaria y el sistema electoral diseñado en la Constitución y en el Real Decreto-ley de marzo de 1977, que sigue siendo el mismo en lo que a la composición y forma de elección de los diputados se refiere.
Los partidos de la derecha española, que se autocalifican de constitucionalistas de manera excluyente, resulta que no aceptan la fórmula parlamentaria y el sistema electoral de “La Transición”. El sistema parlamentario y el sistema electoral se definieron entre finales de 1976 y finales de 1978 y no se ha introducido ninguna modificación sustantiva en los mismos desde entonces. Fueron las Cortes del Régimen del General Franco las que definieron el Congreso de los Diputados en la Ley para la Reforma Política de 1976 y fue el Gobierno preconstitucional presidido por Adolfo Suárez el que definió en marzo de 1977 el sistema para la elección de los mismos. Las Cortes Generales que no fueron convocadas como Cortes constituyentes, pero que acabaron siéndolo como consecuencia del resultado electoral del 15 de junio de 1977, hicieron suya la composición del Congreso de los Diputados de la Ley para la Reforma Política y el sistema electoral del Real Decreto-ley del Gobierno presidido por Adolfo Suárez.
Todas las elecciones generales celebradas hasta la fecha lo han sido con el mismo marco normativo. Todas sin excepción.
A través de dicho marco normativo se expresa una “desviación calculada del principio de igualdad”, que beneficia a los dos partidos mayoritarios de ámbito estatal, perjudica a los partidos minoritarios y es neutral para los partidos nacionalistas vascos y catalanes. PP en la derecha y PSOE en la izquierda han sido y continúan siendo los beneficiarios del sistema electoral. El coste en votos por escaño es menor, mucho menor que para los demás. No es así en el caso de los partidos nacionalistas catalanes y vascos. El argumento de la sobrerrepresentación de estos últimos es sencillamente falso.
La barrera del 5% a nivel estatal carece, en consecuencia, de fundamentación democrática. Sería, por el contrario, un instrumento antidemocrático, que pretendería mutilar el cuerpo electoral español, del que también forman parte los ciudadanos catalanes y vascos que votan a partidos nacionalistas.
Dado que la circunscripción electoral es la provincia por mandato constitucional, la barrera electoral únicamente puede establecerse en ella. Sin reforma de la Constitución no es posible hacerlo.
Partidos que se autocalifican de constitucionalistas de manera excluyente se niegan a aceptar el régimen parlamentario y el sistema electoral diseñado en la Constitución. Mientras el sistema funcionó de manera bipartidista, la derecha española representada en régimen de monopolio por el PP no tuvo problema alguno para aceptar el sistema electoral. Desde que dejó de funcionar de esa manera, se resiste a aceptarlo.
Es algo parecido a lo que ocurre con la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Las mismas normas que sirvieron para su renovación en 2013, cuando Mariano Rajoy era presidente, han dejado de serlo, cuando el presidente es Pedro Sánchez.
La derecha española únicamente acepta la democracia a beneficio de inventario. Si estoy en el Gobierno, la acepto. Si no estoy en el Gobierno y no tengo esperanza de estarlo en las próximas elecciones, impugno el sistema y pretendo que se retoque para poder ganar.
La resistencia numantina a la renovación del CGPJ y la pretensión de introducir la barrera del 5% a nivel estatal son señales indicadoras de la desesperación de la derecha española ante la perspectiva de no poder gobernar tras las próximas elecciones.
Hay más, pero creo que con estas dos son suficientes por hoy.
Javier Pérez Royo.
Barómetro de marzo — El CIS dobla la ventaja del PSOE sobre el PP y sitúa a Vox por encima de Unidas Podemos en plena crisis del 'solo sí es sí'
En la reciente moción de censura se ha resucitado una antigua propuesta, central en el programa de Ciudadanos cuando era liderado por Albert Rivera, de introducir en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) una barrera del 5% a nivel estatal para tener representación en el Congreso de los Diputados. La propuesta está siendo secundada en sus terminales mediáticas como acredita el artículo de Luis María Anson de ayer viernes en La Razón.
La finalidad de la propuesta es clara: se trata de no permitir que los partidos nacionalistas, regionalistas o provinciales estén presentes en el Congreso de los Diputados y participen, en consecuencia, en la investidura del presidente del Gobierno.
La fundamentación de dicha propuesta, en palabras del candidato en la moción de censura, Ramón Tamames, reside en que dichos partidos tienen una “sobrerrepresentación” injustificable en términos democráticos. Lo repitió en varias ocasiones.
La propuesta es un indicador de desesperación, de la nula confianza en ganar las elecciones generales con base en la fórmula parlamentaria y el sistema electoral diseñado en la Constitución y en el Real Decreto-ley de marzo de 1977, que sigue siendo el mismo en lo que a la composición y forma de elección de los diputados se refiere.
Los partidos de la derecha española, que se autocalifican de constitucionalistas de manera excluyente, resulta que no aceptan la fórmula parlamentaria y el sistema electoral de “La Transición”. El sistema parlamentario y el sistema electoral se definieron entre finales de 1976 y finales de 1978 y no se ha introducido ninguna modificación sustantiva en los mismos desde entonces. Fueron las Cortes del Régimen del General Franco las que definieron el Congreso de los Diputados en la Ley para la Reforma Política de 1976 y fue el Gobierno preconstitucional presidido por Adolfo Suárez el que definió en marzo de 1977 el sistema para la elección de los mismos. Las Cortes Generales que no fueron convocadas como Cortes constituyentes, pero que acabaron siéndolo como consecuencia del resultado electoral del 15 de junio de 1977, hicieron suya la composición del Congreso de los Diputados de la Ley para la Reforma Política y el sistema electoral del Real Decreto-ley del Gobierno presidido por Adolfo Suárez.
Todas las elecciones generales celebradas hasta la fecha lo han sido con el mismo marco normativo. Todas sin excepción.
A través de dicho marco normativo se expresa una “desviación calculada del principio de igualdad”, que beneficia a los dos partidos mayoritarios de ámbito estatal, perjudica a los partidos minoritarios y es neutral para los partidos nacionalistas vascos y catalanes. PP en la derecha y PSOE en la izquierda han sido y continúan siendo los beneficiarios del sistema electoral. El coste en votos por escaño es menor, mucho menor que para los demás. No es así en el caso de los partidos nacionalistas catalanes y vascos. El argumento de la sobrerrepresentación de estos últimos es sencillamente falso.
La barrera del 5% a nivel estatal carece, en consecuencia, de fundamentación democrática. Sería, por el contrario, un instrumento antidemocrático, que pretendería mutilar el cuerpo electoral español, del que también forman parte los ciudadanos catalanes y vascos que votan a partidos nacionalistas.
Dado que la circunscripción electoral es la provincia por mandato constitucional, la barrera electoral únicamente puede establecerse en ella. Sin reforma de la Constitución no es posible hacerlo.
Partidos que se autocalifican de constitucionalistas de manera excluyente se niegan a aceptar el régimen parlamentario y el sistema electoral diseñado en la Constitución. Mientras el sistema funcionó de manera bipartidista, la derecha española representada en régimen de monopolio por el PP no tuvo problema alguno para aceptar el sistema electoral. Desde que dejó de funcionar de esa manera, se resiste a aceptarlo.
Es algo parecido a lo que ocurre con la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Las mismas normas que sirvieron para su renovación en 2013, cuando Mariano Rajoy era presidente, han dejado de serlo, cuando el presidente es Pedro Sánchez.
La derecha española únicamente acepta la democracia a beneficio de inventario. Si estoy en el Gobierno, la acepto. Si no estoy en el Gobierno y no tengo esperanza de estarlo en las próximas elecciones, impugno el sistema y pretendo que se retoque para poder ganar.
La resistencia numantina a la renovación del CGPJ y la pretensión de introducir la barrera del 5% a nivel estatal son señales indicadoras de la desesperación de la derecha española ante la perspectiva de no poder gobernar tras las próximas elecciones.
Hay más, pero creo que con estas dos son suficientes por hoy.
Javier Pérez Royo.
domingo, 26 de marzo de 2023
‘El murmullo’, de Belén Gopegui: sobre los manuales de socioayuda.
Belén Gopegui analiza el género de la autoayuda como si fuera ficción narrativa y lo subvierte cambiando la escala individual y narcisista por otra política y de acción común
Las tesis doctorales tienen mala prensa en el negocio editorial. Cuando una editorial no académica acepta su publicación, suele exigir, para no ahuyentar a los lectores, una reducción de páginas, el desbastamiento del estilo y el disimulo —o supresión— de su aparato erudito. Por eso, adquiere una significación singular que la novelista Belén Gopegui no solo no haya maquillado en este ensayo su tesis Ficción narrativa, autoayuda y antagonismo. Un caso de escritura (2018), sino, muy al contrario, haya exhibido su condición originaria incluyendo, a manera de prólogo, la defensa dirigida al tribunal. El gesto inusual se añade a dos audacias que ya estaban en la tesis: de un lado, el tema y el enfoque: los libros de autoayuda, leídos como textos de ficción; y de otro, la incorporación de un texto creativo, Desesperación silenciosa de la vida diaria. Manual de uso —publicado ya en Debolsillo en 2020—, en el que se subvierten las características del género para encauzarlo hacia unos efectos que rebasan al lector individual y apelan a una comunidad intersubjetiva, esto es, que aspira a transformar la autoayuda en socioayuda. Esta yuxtaposición de ensayo analítico y pastiche crítico de la autoayuda logra una unidad de propósito meridianamente clara y beligerante: la defensa de la acción organizada de los dañados y descontentos para combatir las taras gigantescas del capitalismo de consumo en que vivimos.
Conviene advertir que en el ensayo no hay ingenuidad ni idealismo vacuo, sí la profunda convicción de que esta sociedad atomizada y crecientemente deshumanizada es la que produce, a través de causas intermedias (un mercado laboral enfermizo; unos modelos de felicidad falaces; una gestión anómala de los méritos y las recompensas…), una ingente masa de frustración y sufrimiento, y eso me parece poco discutible. Los libros de autoterapia o autoayuda suelen implicar que la razón de esa desdicha reside en el mismo sujeto, en su disfuncionalidad (afectiva, caracterial, conductual) a la hora de adaptarse al medio, y no en las circunstancias objetivas que lo rodean, por lo que le ofrecen baterías de instrucciones, consejos y exhortaciones con el fin de que él o ella cambien y todo siga como hasta ahora. La decisión metodológica de Gopegui de leer estos libros como ficciones narrativas le permite interrogarlos acerca de quién habla, a quién se dirigen y sobre todo qué cuentan o, más lúcidamente, qué cuentan con lo que cuentan y también con lo que omiten. El análisis pone de manifiesto cómo este tipo de best sellers consoladores contribuyen a perpetuar unos modelos de subjetividad dóciles y autopunitivos a la vez que un sistema socioeconómico que tritura a los más vulnerables.
Gopegui no se limita a lanzar cuestiones, sino que se muestra propositiva: su propuesta consiste en alentar la organización colectiva, la trabazón de voluntades anónimas
Desde una perspectiva marxista, a Gopegui le interesa señalar los mecanismos de producción de subjetividad (basta pensar en la fábrica de subjetividades estereotipadas en que se han convertido ciertas redes sociales), del mismo modo que alerta sobre la producción del sufrimiento, sobre qué y quiénes obtienen algún rédito con la desdicha de otros, frente a quienes reparan únicamente en la circulación o distribución del infortunio. Y en ese señalamiento hay una acusación: ¿podemos aceptar que lo que son problemas o conflictos sociales sean tratados como trastornos psíquicos?, ¿es no ya legítimo sino ético considerar que los desafíos colectivos que demandan una acción política (la vivienda, el empleo, la educación, la sanidad, la integración) sean tratados como quebrantos individuales? Estas cuestiones se clavan en el corazón de la estructura de nuestra realidad y de nuestras posibilidades de futuro. Pero Gopegui no se limita a lanzarlas, sino que se muestra propositiva: su propuesta consiste en alentar la organización colectiva, la trabazón de voluntades anónimas, lo que denomina la confabulación de quienes no se conforman y aspiran a mitigar el sufrimiento de la gente. Y, siendo ella escritora, concreta esa propuesta en una subversión del género de la autoayuda, donde la dinámica narcisista de disfunción individual y corrección es reemplazada por la dinámica política de disfunción social y acción comunitaria.
Dicha subversión ocupa la segunda parte del ensayo y es una pieza literariamente muy original que ilustra el principio de utilidad de la escritura en el que confía la autora. Gopegui idea un narrador coral y anónimo compuesto por ancianos que crea un manual para superar la desesperación silenciosa leve. En el manual se alternan los pasajes especulativos, que remiten a la primera mitad del libro, con los narrativos, a través de los que dan vida a dos personajes, Elda y Alfonso, ambos víctimas de situaciones opresivas, que poco a poco van a descubrir la fuerza de sumarse a una red de solidaridad, las posibilidades que se abren cuando llegan refuerzos, que no son solo emocionales sino personas dispuestas a adoptar un compromiso. Ni en el ensayo ni en este manual de ancianos se exagera la fe —o la esperanza— en que los abusos y atropellos de lo real encuentren solución a través de la acción social colectiva, pero se asume, en un trasfondo levemente apocalíptico, que no hay otra vía para contrarrestarlos. A pesar de que sea una vía lenta, muy lenta, por momentos conflictiva, pero en la que no deja de oírse el murmullo de quienes arrastran consigo el hábito de callar y la resignación de padecer. Como el viejo poeta, no es difícil detestar el tiempo en que nos ha tocado nacer, pero detestarlo no basta. Hay que cambiarlo.
https://elpais.com/babelia/2023-01-21/el-murmullo-sobre-los-manuales-de-socioayuda.html
sábado, 25 de marzo de 2023
5 consejos para negociar un aumento de sueldo
Aunque puedes recibir algunos aumentos de salario conforme avanza tu antigüedad en un empleo, probablemente no se mantienen al día con el incremento del costo de vida.
Eso se traduce en que a muchas personas les resulta difícil cubrir sus necesidades.
Ya sea que trabajes en el sector público o privado, tener una conversación sobre un aumento salarial con el jefe muchas veces no garantiza la obtención de más dinero.
Pero quizás debas replantearte cuáles son las mejores estrategias para hacerlo.
Hablamos con reclutadores, un gerente y un psicólogo laboral para poder darte cinco consejos sobre cómo negociar mejor para obtener un aumento.
1. Elige el momento adecuado
Jill Cotton, experta en tendencias profesionales en el sitio de empleo Glassdoor, dice que programar una charla con anticipación os permitirá a ti y a tu jefe tener tiempo para prepararla. Así es más probable que tengas una conversación productiva.
"No le sueltes esto a tu jefe de inmediato", dice Cotton. "Sé sincero y di que quieres agendar una conversación que sea específicamente para hablar sobre el sueldo".
Como gerente de un local de comida en Reino Unido, Rowsonara Begum dice que la petición de un aumento también debe darse en el momento adecuado para el negocio.
Si los empleados eligen un momento en el que el negocio está funcionando bien, tendrán más posibilidades de negociar con éxito más dinero.
Rowsonara Begum acconseja a los trabajadores que buscan un aumento salarial que lo pidan en un buen momento.
2. Trae pruebas de tu buen desempeño
Si estás pidiendo un aumento de sueldo, debes tener muchas pruebas de por qué te lo mereces.
"Debes saber lo que has logrado o lo que has hecho para desarrollarte profesionalmente. Haz una lista de todas las ventajas de lo que has hecho", dice Shan Saba, director en la empresa de contratación británica Brightwork.
Esta evidencia también ayuda a tu jefe a racionalizar por qué debería pagarte más, según Stephanie Davies, psicóloga laboral.
"El cerebro necesita un 'por qué': ¿por qué debería pagarte esa cantidad?", dice.
Sin embargo, no se trata solo de traer una lista de todas las cosas que has hecho. También debes tener claro lo que quieres alcanzar.
"Si tienes aspiraciones de ascender en tu organización, ten un plan de lo que estás buscando hacer durante el próximo año".
3. Ten confianza
Cuando le pides más dinero a tu jefe, es útil tener confianza y saber lo que vales.
Eso es algo que Begum ha notado, a partir de tener estas conversaciones con empleados.
Los expertos dicen que tener y mostrar confianza a la hora de pedir un aumento es importante.
"Aquí en Salisbury (Inglaterra), es bastante difícil conseguir el personal que necesitamos", dice.
"También se ha vuelto más difícil reclutar en el extranjero. Así que los trabajadores tienen poder de negociación porque saben que hay escasez".
A menudo, las personas no se sienten seguras porque existe un "estigma" en torno a hablar de salarios, dice Jill Cotton, pero es "una parte importante del trabajo".
A las mujeres y las personas pertenecientes a minorías a menudo les puede resultar especialmente difícil pedir aumentos, añade la psicóloga Stephanie Davies.
Su consejo para ellos es que tengan un mentor o modelo a seguir, alguien que pueda guiarlos a través de esas conversaciones.
4. Ten un cifra en mente
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que es mejor tener en mente una cifra exacta antes de embarcarse en una conversación sobre sueldo.
Investiga, aconseja James Reed, presidente de la firma de reclutamiento Reed.
Si quieres pedir más dinero, asegúrate de haber investigado lo suficiente.
"Puedes entrar a internet y mirar anuncios de trabajo y ver qué ofertas hay de trabajos similares y cuáles son los salarios", dice.
Cotton advierte que la cifra debe ser realista.
"A todos nos encantaría que nos pagaran millones cada año. Pero nos pagan para cumplir un rol con el conjunto de habilidades que tenemos", dice.
5. No te rindas
Si los pasos anteriores no resultan en un aumento de sueldo, no te desanimes.
"A veces, estas conversaciones pueden llevar un tiempo, incluso meses, pero es importante mantener abierta la comunicación", señala Begum.
El sueldo tampoco es el principio y el fin, añade Reed.
El conseguir un aumento puede tomar algo de tiempo, la clave es no rendirse.
"No se trata necesariamente solo de dinero. Es posible que puedas obtener más vacaciones o más flexibilidad en las horas de trabajo", y agrega que también podrías negociar más capacitación y desarrollo de aptitudes.
Y si sientes que no estás obteniendo lo que quieres de tu empleador, recuerda que existen otras oportunidades.
"Siempre puedes buscar en otra parte, esa es la gran lección", subraya Davies.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-64312983
Eso se traduce en que a muchas personas les resulta difícil cubrir sus necesidades.
Ya sea que trabajes en el sector público o privado, tener una conversación sobre un aumento salarial con el jefe muchas veces no garantiza la obtención de más dinero.
Pero quizás debas replantearte cuáles son las mejores estrategias para hacerlo.
Hablamos con reclutadores, un gerente y un psicólogo laboral para poder darte cinco consejos sobre cómo negociar mejor para obtener un aumento.
1. Elige el momento adecuado
Jill Cotton, experta en tendencias profesionales en el sitio de empleo Glassdoor, dice que programar una charla con anticipación os permitirá a ti y a tu jefe tener tiempo para prepararla. Así es más probable que tengas una conversación productiva.
"No le sueltes esto a tu jefe de inmediato", dice Cotton. "Sé sincero y di que quieres agendar una conversación que sea específicamente para hablar sobre el sueldo".
Como gerente de un local de comida en Reino Unido, Rowsonara Begum dice que la petición de un aumento también debe darse en el momento adecuado para el negocio.
Si los empleados eligen un momento en el que el negocio está funcionando bien, tendrán más posibilidades de negociar con éxito más dinero.
Rowsonara Begum acconseja a los trabajadores que buscan un aumento salarial que lo pidan en un buen momento.
2. Trae pruebas de tu buen desempeño
Si estás pidiendo un aumento de sueldo, debes tener muchas pruebas de por qué te lo mereces.
"Debes saber lo que has logrado o lo que has hecho para desarrollarte profesionalmente. Haz una lista de todas las ventajas de lo que has hecho", dice Shan Saba, director en la empresa de contratación británica Brightwork.
Esta evidencia también ayuda a tu jefe a racionalizar por qué debería pagarte más, según Stephanie Davies, psicóloga laboral.
"El cerebro necesita un 'por qué': ¿por qué debería pagarte esa cantidad?", dice.
Sin embargo, no se trata solo de traer una lista de todas las cosas que has hecho. También debes tener claro lo que quieres alcanzar.
"Si tienes aspiraciones de ascender en tu organización, ten un plan de lo que estás buscando hacer durante el próximo año".
3. Ten confianza
Cuando le pides más dinero a tu jefe, es útil tener confianza y saber lo que vales.
Eso es algo que Begum ha notado, a partir de tener estas conversaciones con empleados.
Los expertos dicen que tener y mostrar confianza a la hora de pedir un aumento es importante.
"Aquí en Salisbury (Inglaterra), es bastante difícil conseguir el personal que necesitamos", dice.
"También se ha vuelto más difícil reclutar en el extranjero. Así que los trabajadores tienen poder de negociación porque saben que hay escasez".
A menudo, las personas no se sienten seguras porque existe un "estigma" en torno a hablar de salarios, dice Jill Cotton, pero es "una parte importante del trabajo".
A las mujeres y las personas pertenecientes a minorías a menudo les puede resultar especialmente difícil pedir aumentos, añade la psicóloga Stephanie Davies.
Su consejo para ellos es que tengan un mentor o modelo a seguir, alguien que pueda guiarlos a través de esas conversaciones.
4. Ten un cifra en mente
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que es mejor tener en mente una cifra exacta antes de embarcarse en una conversación sobre sueldo.
Investiga, aconseja James Reed, presidente de la firma de reclutamiento Reed.
Si quieres pedir más dinero, asegúrate de haber investigado lo suficiente.
"Puedes entrar a internet y mirar anuncios de trabajo y ver qué ofertas hay de trabajos similares y cuáles son los salarios", dice.
Cotton advierte que la cifra debe ser realista.
"A todos nos encantaría que nos pagaran millones cada año. Pero nos pagan para cumplir un rol con el conjunto de habilidades que tenemos", dice.
5. No te rindas
Si los pasos anteriores no resultan en un aumento de sueldo, no te desanimes.
"A veces, estas conversaciones pueden llevar un tiempo, incluso meses, pero es importante mantener abierta la comunicación", señala Begum.
El sueldo tampoco es el principio y el fin, añade Reed.
El conseguir un aumento puede tomar algo de tiempo, la clave es no rendirse.
"No se trata necesariamente solo de dinero. Es posible que puedas obtener más vacaciones o más flexibilidad en las horas de trabajo", y agrega que también podrías negociar más capacitación y desarrollo de aptitudes.
Y si sientes que no estás obteniendo lo que quieres de tu empleador, recuerda que existen otras oportunidades.
"Siempre puedes buscar en otra parte, esa es la gran lección", subraya Davies.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-64312983
viernes, 24 de marzo de 2023
Mienten: el sistema bancario no es sólido. Los bancos están quebrados y bajo una regulación defectuosa
Las autoridades de Estados Unidos y Europa no paran de repetir en los últimos días que el sistema bancario es sólido y que no hay que preocuparse porque están preparadas para evitar que pueda tener problemas.
Es mentira.
Los bancos de todo el mundo están quebrados por definición. Es materialmente imposible que puedan devolver a sus clientes el dinero que estos tienen depositado en sus cuentas por la sencilla razón de que no lo tienen. Si los bancos no caen es porque consiguen hacer creer a sus clientes que pueden tener confianza en ellos y no ir rápidamente a retirar su dinero. Cuando la pierden, como ha pasado últimamente con varios bancos de Estados Unidos o con el Credit Suisse, enseguida se vienen abajo.
Pero ni siquiera eso es lo peor.
Como añadidura, las inversiones que los bancos llevan a cabo con el dinero de sus clientes son cada día más arriesgadas. Lo colocan (sin informarles, en la inmensa mayoría de las ocasiones) en negocios puramente especulativos y, una buena parte de ellos, incluso en la sombra; es decir, al margen de todo tipo de control. Tanto, que ni siquiera los incluyen en sus balances, tal y como reconoció el Banco Internacional de Pagos en un informe reciente en el que señalaba que los bancos tienen deuda oculta por valor diez veces mayor que el de su capital.
En concreto, la banca internacional realiza la mayor parte de su inversión en los llamados derivados. Dicho de la manera más sencilla y clara, estos son simplemente unos productos financieros concebidos para apostar tomando préstamos porque, efectivamente, el sistema financiero se ha convertido en un inmenso casino, tal y como lo definió el premio de Economía del Banco de Suecia Maurice Allais.
Aunque es muy difícil saber exactamente la cifra de ese negocio, pues la mayoría de los intercambios se realiza de forma privada, las estimaciones van desde los 600 billones (millones de millones) de dólares del Banco Internacional de Pagos, hasta los 1.000 billones. Esta es la auténtica bomba de relojería sobre la que está sentada la banca internacional. La que aún no ha explotado pero que explotará irremisiblemente y con consecuencias difíciles de imaginar si los gobiernos y bancos centrales siguen permitiendo ese negocio, como hasta ahora.
Supuestamente, quienes operan con derivados lo hacen para defenderse ante el cambio en algún tipo de circunstancia (tipo de interés, prima de riesgo, quiebra, incumplimiento de pago…). La realidad, sin embargo, es que se utilizan para especular, aprovechando los cambios en esas mismas circunstancias que los grandes operadores pueden provocar a su conveniencia. Y eso es lo que puede dar lugar a gravísimos problemas si el riesgo inherente a esas operaciones se desajusta en algún momento y perjudica al mismo tiempo a varios operadores. Algo que ocurrirá antes o después necesariamente, por ley de los grandes números y por la naturaleza intrínseca del negocio: si alguien pide prestado para comprar un seguro (un derivado) por el cual cobrará si arde la casa de su vecino y, puesto que la casa no es suya, le interesa que arda cuanto antes para cobrarlo. Y de ahí a que sea él mismo quien la incendie puede haber muy poca distancia.
Todos los bancos del mundo están involucrados en este tipo de operaciones (por no hablar del tráfico de armas o de personas o del lavado de dinero que para ellos es peccata minuta o calderilla) y eso quiere decir que unos alimentan constantemente el riesgo que afecta a los demás. Antes o después, cuando se vea afectado uno de los grandes bancos, el sistema comenzará a arder en mucha mayor medida en que ya lo hizo en 2007-2008. Créanme, lo que han visto hasta ahora no es nada en relación con lo que, antes o después, va a producirse.
El riesgo diario de crisis bancaria tiene también que ver con la naturaleza del negocio bancario.
La gente cree que los bancos ganan dinero aceptando depósitos de sus clientes, pero eso no es así. El negocio de la banca es dar préstamos y la clave está en que eso puede hacerlo sin disponer de recursos previos: el dinero que prestan a sus clientes lo crean de la nada, mediante simples anotaciones contables.
Es verdad que los bancos centrales les obligan a mantener en sus cajas una parte de los depósitos o del capital, pero es un porcentaje no mayor del 1% en Europa, es decir, insignificante. Y, además, pueden disponer de él una vez que ya han dado los préstamos, simplemente pidiendo prestado a los bancos centrales.
Ese privilegio es el que hace que la economía mundial descanse (si es que se puede utilizar esta palabra en este caso) sobre otra bomba: la de la deuda.
¿Qué banco va a renunciar a hacer negocio haciendo crecer la deuda si puede obtener el dinero para ganar dinero con ella sin coste alguno?
La consecuencia es doble. Una, que los bancos influyen para que las políticas económicas frenen la generación de ingreso y obliguen a gobiernos, empresas y hogares a endeudarse sin parar, lo cual frena la economía y hace que siempre vaya a trompicones. Otra, que la deuda, gracias al tipo de interés compuesto, crece exponencialmente (una deuda al 4% se duplica en 18 años y al 7% en 10), mientras que la economía normal, la productiva, no puede crecer así, sino más lentamente y con altos y bajos. Eso produce algo que sabemos desde los códigos babilónicos: periódicamente las deudas estallan, es imposible pagarlas y todo se viene abajo, salvo que se anulen por completo.
Y, para terminar, hay un último problema.
Es mentira.
Los bancos de todo el mundo están quebrados por definición. Es materialmente imposible que puedan devolver a sus clientes el dinero que estos tienen depositado en sus cuentas por la sencilla razón de que no lo tienen. Si los bancos no caen es porque consiguen hacer creer a sus clientes que pueden tener confianza en ellos y no ir rápidamente a retirar su dinero. Cuando la pierden, como ha pasado últimamente con varios bancos de Estados Unidos o con el Credit Suisse, enseguida se vienen abajo.
Pero ni siquiera eso es lo peor.
Como añadidura, las inversiones que los bancos llevan a cabo con el dinero de sus clientes son cada día más arriesgadas. Lo colocan (sin informarles, en la inmensa mayoría de las ocasiones) en negocios puramente especulativos y, una buena parte de ellos, incluso en la sombra; es decir, al margen de todo tipo de control. Tanto, que ni siquiera los incluyen en sus balances, tal y como reconoció el Banco Internacional de Pagos en un informe reciente en el que señalaba que los bancos tienen deuda oculta por valor diez veces mayor que el de su capital.
En concreto, la banca internacional realiza la mayor parte de su inversión en los llamados derivados. Dicho de la manera más sencilla y clara, estos son simplemente unos productos financieros concebidos para apostar tomando préstamos porque, efectivamente, el sistema financiero se ha convertido en un inmenso casino, tal y como lo definió el premio de Economía del Banco de Suecia Maurice Allais.
Aunque es muy difícil saber exactamente la cifra de ese negocio, pues la mayoría de los intercambios se realiza de forma privada, las estimaciones van desde los 600 billones (millones de millones) de dólares del Banco Internacional de Pagos, hasta los 1.000 billones. Esta es la auténtica bomba de relojería sobre la que está sentada la banca internacional. La que aún no ha explotado pero que explotará irremisiblemente y con consecuencias difíciles de imaginar si los gobiernos y bancos centrales siguen permitiendo ese negocio, como hasta ahora.
Supuestamente, quienes operan con derivados lo hacen para defenderse ante el cambio en algún tipo de circunstancia (tipo de interés, prima de riesgo, quiebra, incumplimiento de pago…). La realidad, sin embargo, es que se utilizan para especular, aprovechando los cambios en esas mismas circunstancias que los grandes operadores pueden provocar a su conveniencia. Y eso es lo que puede dar lugar a gravísimos problemas si el riesgo inherente a esas operaciones se desajusta en algún momento y perjudica al mismo tiempo a varios operadores. Algo que ocurrirá antes o después necesariamente, por ley de los grandes números y por la naturaleza intrínseca del negocio: si alguien pide prestado para comprar un seguro (un derivado) por el cual cobrará si arde la casa de su vecino y, puesto que la casa no es suya, le interesa que arda cuanto antes para cobrarlo. Y de ahí a que sea él mismo quien la incendie puede haber muy poca distancia.
Todos los bancos del mundo están involucrados en este tipo de operaciones (por no hablar del tráfico de armas o de personas o del lavado de dinero que para ellos es peccata minuta o calderilla) y eso quiere decir que unos alimentan constantemente el riesgo que afecta a los demás. Antes o después, cuando se vea afectado uno de los grandes bancos, el sistema comenzará a arder en mucha mayor medida en que ya lo hizo en 2007-2008. Créanme, lo que han visto hasta ahora no es nada en relación con lo que, antes o después, va a producirse.
El riesgo diario de crisis bancaria tiene también que ver con la naturaleza del negocio bancario.
La gente cree que los bancos ganan dinero aceptando depósitos de sus clientes, pero eso no es así. El negocio de la banca es dar préstamos y la clave está en que eso puede hacerlo sin disponer de recursos previos: el dinero que prestan a sus clientes lo crean de la nada, mediante simples anotaciones contables.
Es verdad que los bancos centrales les obligan a mantener en sus cajas una parte de los depósitos o del capital, pero es un porcentaje no mayor del 1% en Europa, es decir, insignificante. Y, además, pueden disponer de él una vez que ya han dado los préstamos, simplemente pidiendo prestado a los bancos centrales.
Ese privilegio es el que hace que la economía mundial descanse (si es que se puede utilizar esta palabra en este caso) sobre otra bomba: la de la deuda.
¿Qué banco va a renunciar a hacer negocio haciendo crecer la deuda si puede obtener el dinero para ganar dinero con ella sin coste alguno?
La consecuencia es doble. Una, que los bancos influyen para que las políticas económicas frenen la generación de ingreso y obliguen a gobiernos, empresas y hogares a endeudarse sin parar, lo cual frena la economía y hace que siempre vaya a trompicones. Otra, que la deuda, gracias al tipo de interés compuesto, crece exponencialmente (una deuda al 4% se duplica en 18 años y al 7% en 10), mientras que la economía normal, la productiva, no puede crecer así, sino más lentamente y con altos y bajos. Eso produce algo que sabemos desde los códigos babilónicos: periódicamente las deudas estallan, es imposible pagarlas y todo se viene abajo, salvo que se anulen por completo.
Y, para terminar, hay un último problema.
Funcionando sobre estas bases que acabo de señalar, los bancos se han convertido en el principal factor de perturbación y crisis de las economías modernas. Las autoridades lo saben perfectamente y tratan de establecer controles y normas que impidan que se salgan de madre cada dos por tres a base de inversiones arriesgadas, deuda incontrolable o sencillamente de estafas, como las que provocaron la crisis de 2007. Pero los bancos son las instituciones más poderosas del planeta y no se dejan atar fácilmente.
En Estados Unidos son copropietarios de la Reserva Federal, es decir, participan en la toma de las decisiones, de modo que pueden evitar fácilmente que se adopten las que no les conviene o reducen sus beneficios. En Europa, el Banco Central Europeo está dirigido por exdirectivos de los grandes bancos y quienes no lo han sido saben que pueden terminar en ellos una vez que concluyan allí su actividad (véanse los consejos de administración privados en donde han acabado los antiguos gobernadores del Banco de España, sin ir más lejos).
Sirva un solo ejemplo de lo que digo: para evitar que la quiebra de hecho de los bancos se refleje claramente, se les permite que valoren sus activos, en sus balances o a la hora de pedir préstamos o ayudas, a los precios que más les convengan y no a los actuales, los de mercado. Una práctica fraudulenta que obviamente no se permitiría a ninguna empresa o persona individual.
Gracias al poder que tiene, la banca actúa sabiendo que cualquiera que sea su mala práctica recibirá la ayuda necesaria cuando, por su causa, se encuentre en dificultades. Ayuda que, naturalmente, se le da siempre a cuenta del resto de contribuyentes.
Y el poder absoluto del que goza le permite, además, poner a su disposición a las auditoras, medios de comunicación, políticos y académicos en todo el mundo con el único fin de tapar su praxis peligrosa y fraudulenta y el riesgo que constantemente genera al resto de la economía.
No exagero: la auditora KPMG dio su visto bueno a las cuentas de los bancos Silicon Valley Bank y Signature solo dos semanas antes de su caída; la revista Forbes acababa de incluir a Silicon Valley entre los mejores bancos del planeta, y los más grandes del mundo (Deutsche Bank, HSBC, Santander, Citibank…) han sido condenados y multados en numerosas ocasiones (eso sí, con cantidades irrisorias) por lavado de dinero, fraude fiscal, fraudes bancarios, obstrucción a la justicia, mal asesoramiento a sus clientes, manipulación de tipos de interés… o han sido considerados responsables de la crisis de 2007-2008, sin que nada les haya pasado después.
Las reformas legales que se debían haber puesto en marcha después de esa última crisis y que las autoridades anunciaron a bombo y platillo o no se han aplicado o se han aplicado con alcance muy insuficiente. Los bancos pueden más que los gobiernos y les obligan a dejarlos actuar bajo una regulación defectuosa, porque les permite actuar como he explicado. Sabemos que, hasta ahora, los han dejado actuar prácticamente a sus anchas. La incógnita es si, cuando todo estalle, van a disponer de agua suficiente para aplacar el incendio. Lagarde dijo ayer que sí pero sabe perfectamente que si la crisis proviene de los derivados será materialmente imposible apagar el fuego.
Sólo los ingenuos y mal informados pueden creerse lo que nos están diciendo los irresponsables dirigentes de los gobiernos y bancos centrales: el sistema bancario no es sólido sino una bomba que va a explotar, lo malo de la crisis bancaria está por llegar, es inevitable si persisten en las medidas que están tomando y, como explico en mi último libro Más difícil todavía, lo malo es que no solo será bancaria sino que afectará a todas las empresas y al conjunto de la economía.
Infórmense bien, lean, descubran las numerosas alternativas que los economistas críticos ofrecen para que el sistema bancario sea estable, seguro y accesible, y no dejen que les quiten su dinero delante de sus narices.
Juan Torres López.
En Estados Unidos son copropietarios de la Reserva Federal, es decir, participan en la toma de las decisiones, de modo que pueden evitar fácilmente que se adopten las que no les conviene o reducen sus beneficios. En Europa, el Banco Central Europeo está dirigido por exdirectivos de los grandes bancos y quienes no lo han sido saben que pueden terminar en ellos una vez que concluyan allí su actividad (véanse los consejos de administración privados en donde han acabado los antiguos gobernadores del Banco de España, sin ir más lejos).
Sirva un solo ejemplo de lo que digo: para evitar que la quiebra de hecho de los bancos se refleje claramente, se les permite que valoren sus activos, en sus balances o a la hora de pedir préstamos o ayudas, a los precios que más les convengan y no a los actuales, los de mercado. Una práctica fraudulenta que obviamente no se permitiría a ninguna empresa o persona individual.
Gracias al poder que tiene, la banca actúa sabiendo que cualquiera que sea su mala práctica recibirá la ayuda necesaria cuando, por su causa, se encuentre en dificultades. Ayuda que, naturalmente, se le da siempre a cuenta del resto de contribuyentes.
Y el poder absoluto del que goza le permite, además, poner a su disposición a las auditoras, medios de comunicación, políticos y académicos en todo el mundo con el único fin de tapar su praxis peligrosa y fraudulenta y el riesgo que constantemente genera al resto de la economía.
No exagero: la auditora KPMG dio su visto bueno a las cuentas de los bancos Silicon Valley Bank y Signature solo dos semanas antes de su caída; la revista Forbes acababa de incluir a Silicon Valley entre los mejores bancos del planeta, y los más grandes del mundo (Deutsche Bank, HSBC, Santander, Citibank…) han sido condenados y multados en numerosas ocasiones (eso sí, con cantidades irrisorias) por lavado de dinero, fraude fiscal, fraudes bancarios, obstrucción a la justicia, mal asesoramiento a sus clientes, manipulación de tipos de interés… o han sido considerados responsables de la crisis de 2007-2008, sin que nada les haya pasado después.
Las reformas legales que se debían haber puesto en marcha después de esa última crisis y que las autoridades anunciaron a bombo y platillo o no se han aplicado o se han aplicado con alcance muy insuficiente. Los bancos pueden más que los gobiernos y les obligan a dejarlos actuar bajo una regulación defectuosa, porque les permite actuar como he explicado. Sabemos que, hasta ahora, los han dejado actuar prácticamente a sus anchas. La incógnita es si, cuando todo estalle, van a disponer de agua suficiente para aplacar el incendio. Lagarde dijo ayer que sí pero sabe perfectamente que si la crisis proviene de los derivados será materialmente imposible apagar el fuego.
Sólo los ingenuos y mal informados pueden creerse lo que nos están diciendo los irresponsables dirigentes de los gobiernos y bancos centrales: el sistema bancario no es sólido sino una bomba que va a explotar, lo malo de la crisis bancaria está por llegar, es inevitable si persisten en las medidas que están tomando y, como explico en mi último libro Más difícil todavía, lo malo es que no solo será bancaria sino que afectará a todas las empresas y al conjunto de la economía.
Infórmense bien, lean, descubran las numerosas alternativas que los economistas críticos ofrecen para que el sistema bancario sea estable, seguro y accesible, y no dejen que les quiten su dinero delante de sus narices.
Juan Torres López.
Adiós al apocalipsis. El Gobierno arrolló argumentalmente a sus censores y fortaleció su alianza parlamentaria
El Gobierno ganó. Arrolló argumentalmente a sus censores. Su alianza parlamentaria se fortificó. Este certificado lo extendió ayer Cuca Gamarra (PP). Perifrásticamente, pero por duplicado. Al decir que la moción no está “condenando al fracaso” a la actual legislatura, sino que “va a generar el efecto contrario”. Y al lamentar que el “Gobierno en descomposición” haya obtenido “una tregua”. Así que, adiós a la presunción de Apocalipsis. Y es que el mal insultado sanchismo ha desarticulado el argumentario de la oposición. Ha exhibido una potente maquinaria en el debate. Ha soldado fracturas internas. Ha construido un marco de propuesta electoral común. Y ha afianzado la división de las derechas. Aunque todo eso, con cautelas: ni de forma definitiva, ni irreversible, ni erga omnes, ante todos.
Al carecer de propuestas alternativas conjuntas y sólidas, el arsenal argumental de las derechas se desequilibra, se erosiona y tiende a amortizarse. La insistencia unívoca en los reveses y torpezas gubernamentales recientes (fricciones en la coalición progresista, desastres de la ley del solo sí es sí, barroquismo retórico del socio menor) tiene límites. Cuando no incorpora siquiera un atisbo de condescendencia a sus éxitos contrastables (datos económicos, reforma de pensiones, apoyo de la UE en energía y cambios sociales…), y cuando deletrea la crítica destructiva como desautorización jeremíaca tipo señorita Rottenmeier, provoca la fatiga ante lo manido. Hipertrofiando una presunta “apoteosis de la mala gestión” del Gobierno, probablemente se enajena a segmentos de esa “mayoría moderada” de la que se reclama centuriona. Aunque el emperador esté Ausente, paseando por embajadas, igual que su predecesor Mariano Rajoy se fue de copas al perder otra moción de censura. ¿Qué maldición incubaron los jefes de ese partido para afrontarlas?
Eso habría sido distinto si la implacable maquinaria de la coalición hubiese fallado: algo previamente nada descartable dada su tensión ambiental interna. El partido de dobles jugado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz supo generar sorpresa (en vez de cansancio), al cubrir distintos ángulos: un presidente y una vicepresidenta; un hombre y una mujer; un socialista y una izquierdista (¡y de tradición comunista, como el candidato!). Y solidez: ambos reivindicaron los resultados económicos (especialidad del candidato) y sociales de la acción de gobierno. Uno plasmó la dualidad entre esta y la gestión anterior conservadora ante crisis parecidas, “socialdemocratismo” versus “neoliberalismo”, dijo: hay dos salidas contrapuestas, solidaria o austeritaria. La otra reivindicó la Constitución como mandataria y pared maestra del Estado de bienestar y su recuperación (reforma laboral, IMV, SMI…), algo más bello (y sedante) en quien procede de la izquierda de la izquierda.
Así soldaron fisuras internas, saldaron o suavizaron algunas inquietudes ciudadanas (muy graves) y confortaron a sus seguidores. De modo que la imputación de ser “uno de los gobiernos más caóticos, cainitas e inestables” de la inefable y huérfana Gamarra se estrelló ante un muro de datos: tres años de presupuestos consecutivos; 200 leyes reformistas, alguna con errores, las más de ambición estructural; paz social en asuntos divisivos, y apoyo de la Unión Europea, con un Ejecutivo de mayoría conservadora, a sus proyectos principales.
La doble jornada se cerró con la dispersión de las derechas, pese a su tronco común y su ausencia de proyecto alternativo conocido: las propuestas del candidato fueron ralas, curiosas (Gibraltar, carbón); retrógradas (criminalización de la inmigración, cosificación de la mujer solo como agente de natalidad); y la acertada, reformar la ley electoral, no lo es por el motivo aducido (esterilizar a los nacionalistas), sino para decapar el poder excesivo de las cúpulas de los partidos. Fue la armata Brancaleone. Le votó Vox, pero sin entusiasmo. Y el candidato no aplaudió a sus patrocinadores y les regañó en la cuestión esencial de su negacionismo climático. El PP se abstuvo, desplomado en la irrelevancia y en el desprecio a una iniciativa contemplada en la Constitución, aunque ejecutada de forma disparatada. Y se esforzó en no irritar a los ultras, cuánto centrismo. La buena de Inés Arrimadas, sombra de Ciudadanos, la erró en todo: criticó al Ausente por no encabezar la moción, cuando aún se espera a que ella lo hiciese en Cataluña cuando ganó; y desbordó a Vox y al candidato por “cuestionar la nación española”, al defender que es una “nación de naciones”, un acierto evidente de Ramón Tamames, quien lo clavó en lo accesorio, aunque moleste a Sánchez: los discursos del Gobierno son largos, prolijos, pétreos. Algo es algo.
Al carecer de propuestas alternativas conjuntas y sólidas, el arsenal argumental de las derechas se desequilibra, se erosiona y tiende a amortizarse. La insistencia unívoca en los reveses y torpezas gubernamentales recientes (fricciones en la coalición progresista, desastres de la ley del solo sí es sí, barroquismo retórico del socio menor) tiene límites. Cuando no incorpora siquiera un atisbo de condescendencia a sus éxitos contrastables (datos económicos, reforma de pensiones, apoyo de la UE en energía y cambios sociales…), y cuando deletrea la crítica destructiva como desautorización jeremíaca tipo señorita Rottenmeier, provoca la fatiga ante lo manido. Hipertrofiando una presunta “apoteosis de la mala gestión” del Gobierno, probablemente se enajena a segmentos de esa “mayoría moderada” de la que se reclama centuriona. Aunque el emperador esté Ausente, paseando por embajadas, igual que su predecesor Mariano Rajoy se fue de copas al perder otra moción de censura. ¿Qué maldición incubaron los jefes de ese partido para afrontarlas?
Eso habría sido distinto si la implacable maquinaria de la coalición hubiese fallado: algo previamente nada descartable dada su tensión ambiental interna. El partido de dobles jugado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz supo generar sorpresa (en vez de cansancio), al cubrir distintos ángulos: un presidente y una vicepresidenta; un hombre y una mujer; un socialista y una izquierdista (¡y de tradición comunista, como el candidato!). Y solidez: ambos reivindicaron los resultados económicos (especialidad del candidato) y sociales de la acción de gobierno. Uno plasmó la dualidad entre esta y la gestión anterior conservadora ante crisis parecidas, “socialdemocratismo” versus “neoliberalismo”, dijo: hay dos salidas contrapuestas, solidaria o austeritaria. La otra reivindicó la Constitución como mandataria y pared maestra del Estado de bienestar y su recuperación (reforma laboral, IMV, SMI…), algo más bello (y sedante) en quien procede de la izquierda de la izquierda.
Así soldaron fisuras internas, saldaron o suavizaron algunas inquietudes ciudadanas (muy graves) y confortaron a sus seguidores. De modo que la imputación de ser “uno de los gobiernos más caóticos, cainitas e inestables” de la inefable y huérfana Gamarra se estrelló ante un muro de datos: tres años de presupuestos consecutivos; 200 leyes reformistas, alguna con errores, las más de ambición estructural; paz social en asuntos divisivos, y apoyo de la Unión Europea, con un Ejecutivo de mayoría conservadora, a sus proyectos principales.
La doble jornada se cerró con la dispersión de las derechas, pese a su tronco común y su ausencia de proyecto alternativo conocido: las propuestas del candidato fueron ralas, curiosas (Gibraltar, carbón); retrógradas (criminalización de la inmigración, cosificación de la mujer solo como agente de natalidad); y la acertada, reformar la ley electoral, no lo es por el motivo aducido (esterilizar a los nacionalistas), sino para decapar el poder excesivo de las cúpulas de los partidos. Fue la armata Brancaleone. Le votó Vox, pero sin entusiasmo. Y el candidato no aplaudió a sus patrocinadores y les regañó en la cuestión esencial de su negacionismo climático. El PP se abstuvo, desplomado en la irrelevancia y en el desprecio a una iniciativa contemplada en la Constitución, aunque ejecutada de forma disparatada. Y se esforzó en no irritar a los ultras, cuánto centrismo. La buena de Inés Arrimadas, sombra de Ciudadanos, la erró en todo: criticó al Ausente por no encabezar la moción, cuando aún se espera a que ella lo hiciese en Cataluña cuando ganó; y desbordó a Vox y al candidato por “cuestionar la nación española”, al defender que es una “nación de naciones”, un acierto evidente de Ramón Tamames, quien lo clavó en lo accesorio, aunque moleste a Sánchez: los discursos del Gobierno son largos, prolijos, pétreos. Algo es algo.
Cómo salir de un coche hundiéndose: consejos para salvar la vida
Si el coche comienza a hundirse en el agua, actuar rápido es clave, pues los primeros 60 segundos son decisivos.
Pasos para salir de un coche hundiéndose
1. Si se cae al agua desde cierta altura es importante minimizar el impacto colocando las manos sobre los extremos laterales del volante, en la posición horaria 9.15. De ese modo, si el airbag del conductor se dispara los brazos no golpearán en la cara por la fuerza de la explosión.
2. Hay que intentar conservar la calma y no sucumbir al pánico: bloquea mentalmente, agota con rapidez y hace consumir mucho oxígeno. Conviene pensar con calma en lo que se debe hacer, recordar los pasos siguientes y salir del coche cuanto antes, a ser posible en los primeros 30 o 60 segundos, que son cruciales.
3. Normalmente el vehículo tarda unos instantes antes de hundirse (entre 30 segundos y 2 minutos). Se debe aprovechar este tiempo para desabrocharse el cinturón y encargarse de que los demás pasajeros hagan lo mismo. Si hay niños, lo mejor es desabrochar antes a los mayores para que ayuden a liberar a los pequeños y pasar a estos al asiento delantero.
4. Si todavía se puede, lo mejor es abrir la puerta para salir. Por el contrario, no hay que intentarlo si el coche está ya medio sumergido: la presión del agua lo impedirá.
5. Abrir cuanto antes las ventanillas para que vaya entrando agua poco a poco. Si son eléctricas, el mecanismo funcionará todavía hasta unos tres minutos después de estar el coche en el agua. Y si ya no funcionan habrá que romperlas con algún objeto contundente (no está demás llevar en la guantera un pequeño martillo de emergencia con cuchilla especial para cortar cinturones). También se pueden romper extendiendo las piernas y golpeando el centro del vidrio con los dos pies con mucha fuerza. No hay que intentarlo con el parabrisas, ya que es mucho más resistente que las laterales. Si no se consigue, hay que esperar a que el coche se vaya llenando de agua para equilibrar la presión y poder abrir las puertas.
6. En el momento de abrirlas habrá que hacerlo con fuerza, ya que la fricción del agua puede seguir ofreciendo cierta resistencia. Inspirar aire, ayudar antes a salir a los más pequeños y nadar hacia la superficie, siguiendo siempre las burbujas para no perder la orientación. Es conveniente quitarse los zapatos y la ropa de abrigo que impidan nadar con soltura.
https://motor.elpais.com/conducir/como-salir-de-un-coche-hundiendose-consejos-para-salvar-la-vida/
Pasos para salir de un coche hundiéndose
1. Si se cae al agua desde cierta altura es importante minimizar el impacto colocando las manos sobre los extremos laterales del volante, en la posición horaria 9.15. De ese modo, si el airbag del conductor se dispara los brazos no golpearán en la cara por la fuerza de la explosión.
2. Hay que intentar conservar la calma y no sucumbir al pánico: bloquea mentalmente, agota con rapidez y hace consumir mucho oxígeno. Conviene pensar con calma en lo que se debe hacer, recordar los pasos siguientes y salir del coche cuanto antes, a ser posible en los primeros 30 o 60 segundos, que son cruciales.
3. Normalmente el vehículo tarda unos instantes antes de hundirse (entre 30 segundos y 2 minutos). Se debe aprovechar este tiempo para desabrocharse el cinturón y encargarse de que los demás pasajeros hagan lo mismo. Si hay niños, lo mejor es desabrochar antes a los mayores para que ayuden a liberar a los pequeños y pasar a estos al asiento delantero.
4. Si todavía se puede, lo mejor es abrir la puerta para salir. Por el contrario, no hay que intentarlo si el coche está ya medio sumergido: la presión del agua lo impedirá.
5. Abrir cuanto antes las ventanillas para que vaya entrando agua poco a poco. Si son eléctricas, el mecanismo funcionará todavía hasta unos tres minutos después de estar el coche en el agua. Y si ya no funcionan habrá que romperlas con algún objeto contundente (no está demás llevar en la guantera un pequeño martillo de emergencia con cuchilla especial para cortar cinturones). También se pueden romper extendiendo las piernas y golpeando el centro del vidrio con los dos pies con mucha fuerza. No hay que intentarlo con el parabrisas, ya que es mucho más resistente que las laterales. Si no se consigue, hay que esperar a que el coche se vaya llenando de agua para equilibrar la presión y poder abrir las puertas.
6. En el momento de abrirlas habrá que hacerlo con fuerza, ya que la fricción del agua puede seguir ofreciendo cierta resistencia. Inspirar aire, ayudar antes a salir a los más pequeños y nadar hacia la superficie, siguiendo siempre las burbujas para no perder la orientación. Es conveniente quitarse los zapatos y la ropa de abrigo que impidan nadar con soltura.
https://motor.elpais.com/conducir/como-salir-de-un-coche-hundiendose-consejos-para-salvar-la-vida/
jueves, 23 de marzo de 2023
Antes de mandarle a la guillotina, Robespierre le dijo a Danton: “Te quiero más que nunca y hasta la muerte” La única carta conocida entre dos figuras claves de la Revolución francesa, que acabaron enfrentadas, es vendida a un particular. Veinte historiadores piden su regreso al dominio público
En esa época, Danton y Robespierre, dos abogados, habían sido elegidos como diputados por París de la Convención Nacional, la principal institución de la Primera República. Juegan un papel clave en el nuevo ordenamiento político. Su amistad, sin embargo, se fracturará y romperá poco después. En abril de 1794, Danton será enviado por su amigo a la guillotina por oponerse a la política de Terror que él mismo contribuyó a establecer. Los hermanos de lucha se transforman en enemigos. Y el emblemático dúo inspirará a numerosos autores a posteriori, como Victor Hugo o Alexandre Dumas en el siglo XIX.
Fragmento de la historia francesa
“La carta puede interpretarse como una prueba de la sensibilidad de Robespierre, que no era en absoluto un tirano y un monstruo frío, como se le ha retratado”, analiza el historiador Loris Chavanette, quien escribió un artículo en el diario Le Figaro alertando sobre la venta de la misiva. “Pero al mismo tiempo, es la prueba de que el Terror empujaba al baño de sangre hasta el punto de eliminar a sus propios amigos”, explica por teléfono. Chavanette es autor de un libro sobre la historia de los dos líderes revolucionarios y de otros sobre la Revolución.
La carta de Robespierre fue adjudicada el 12 de marzo en una casa de subastas en Versalles, la ciudad donde estalló la Revolución, y pertenece actualmente a un coleccionista privado. En su descripción, la casa de subastas recuerda que es la única escrita por el líder revolucionario a Danton que ha sido conservada. No existe ningún otro rastro epistolar entre ambos hombres, salvo otra misiva escrita por Danton en agosto de 1792.
Para Chavanette, el escrito merece estar expuesto en un museo o conservado en los Archivos Nacionales. De hecho, el documento formaba parte de la colección del Museo de Letras y Manuscritos de París hasta su cierre en 2015. Para intentar que regrese al dominio público, impulsó una columna en el diario Le Monde, firmada por más de 20 personalidades. “La preservación de la única carta de Robespierre a Danton es una causa nacional”, escriben. Y hacen hincapié en que la misiva tiene un “carácter histórico inestimable” y contiene un “fragmento de historia del nacimiento de la República”.
Entre los firmantes están el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, pero también escritores como Erik Orsenna, miembro de la Academia francesa, o David Lisnard, el actual alcalde de Cannes, del partido de la derecha opositora. En la columna, lamentan que el Estado no haya ejercido su derecho preferente de compra para adquirir el manuscrito. Hay precedentes. En 2011, el Gobierno logró impedir que unos escritos de Robespierre fueran subastados en Sotheby’s, una venta que había provocado una oleada de indignación y el temor a que los documentos salieran del país. EL PAÍS ha solicitado una reacción al Ministerio de Cultura, pero no ha obtenido respuesta hasta ahora.
En Le Monde, los firmantes recuerdan que Robespierre, a pesar de ser considerado como una figura controvertida por una parte de la historiografía, fue uno de los promotores de la abolición de los privilegios y de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.
Para Chavanette, la carta no solo ilustra parte de la historia de la legendaria pareja, sino que invita a reflexionar y plantearse preguntas: “Filosóficamente y espiritualmente hablando, ¿es justo sacrificar a un amigo en nombre del interés general?”. La misiva refleja un conflicto entre las emociones privadas y el interés general. Pero su singularidad reside sobre todo en el hecho de que puede interpretarse tanto en defensa como en contra del que era apodado como el “incorruptible”, subrayan los firmantes de la columna.
En la vanguardia del feminismo popular Las intrépidas comuneras de París
Guadalupe Treibel20/03/2023 Feminismos
Fuentes: Página/12 (Argentina) [Imagen: La barricada de la Place Blanche defendida por mujeres al mando de Louis Michel. Créditos: litografía de Héctor Moloch]
Prusia. La guerra resulta un fiasco, Napoleón III termina preso, la cité acaba sitiada, el Imperio se derrumba. Aunque el pueblo se opone a la rendición, el gobierno provisional francés -liderado por Adolphe Thiers- acuerda el armisticio y demanda que los milicianos entreguen sus armas. Es en este contexto que envía a soldados a retirar 271 cañones apostados en la colina de un barrio obrero, Montmartre, el 18 de marzo de 1871.
Sucede al alba, cuando el sol aún no ha despuntado, y son las mujeres las que -camino a comprar pan y leche para sus familias- se topan con la escena: hermanos parisinos se disponen a retirar sigilosamente la artillería, y ellas, con gran coraje, se interponen entre los varones y los cañones que “apuntaban hacia la urbe del lujo y los palacios, de las conjuras monárquicas, de los infames especuladores y de los gobiernos cobardes”, en palabras de la periodista, novelista y revolucionaria André Léo, nom de plume de Léodile Champseix, autora de varias obras sobre la igualdad de derechos. Ni siquiera cuando las tropas reciben la orden de abrir fuego, las mujeres se retiran; revolucionario: la Comuna de París, de cuyo inicio se están cumpliendo 152 años.
La utopía de este experimento radical de democracia directa duró, como bien se sabe, muy poco tiempo: fueron apenas 72 días en los que miles de personas dieron un paso al frente para participar en la defensa de su proyecto, un gobierno obrero y popular, laico y socialista, que tuvo brutal final, sofocado por el ejército de Versalles en la llamada Semana Sangrienta. Mientras resistió, empero, la Comuna de París impulsó una serie de medidas políticas y sociales de avanzada, aunque -por obvias razones- muchas no llegaran a implementarse en esas fechas. En su programa, figuraba: educación gratuita, laica y obligatoria; suya: la Union des femmes pour la défense de Paris que, desde su creación, postuló que la lucha por la defensa de la Comuna era la lucha por los derechos de las mujeres.
Por otro lado, se hicieron escuchar en clubes políticos -tanto mixtos como femeninos- mostrando sus dotes como elocuentes oradoras, afirmándose en la arena pública. Paule Minck, la mentada André Léo, Jeanne Deroin, Nathalie Lemel, Béatrice Excoffon, Sophie Poirier, Anna Jaclard, entre las ponentes que suelen destacarse, aunque también hubo lavanderas, panaderas, parteras, costureras que intercambiaron ideas durante días de ardientes debates en los que se hablaba sobre cómo reorganizar el trabajo, dar acceso a la educación, entre otras conquistas por alcanzar.
Fuente:
https://www.pagina12.com.ar/531921-las-intrepidas-comuneras-de-paris-vanguardia-del-feminismo-p
Prusia. La guerra resulta un fiasco, Napoleón III termina preso, la cité acaba sitiada, el Imperio se derrumba. Aunque el pueblo se opone a la rendición, el gobierno provisional francés -liderado por Adolphe Thiers- acuerda el armisticio y demanda que los milicianos entreguen sus armas. Es en este contexto que envía a soldados a retirar 271 cañones apostados en la colina de un barrio obrero, Montmartre, el 18 de marzo de 1871.
Sucede al alba, cuando el sol aún no ha despuntado, y son las mujeres las que -camino a comprar pan y leche para sus familias- se topan con la escena: hermanos parisinos se disponen a retirar sigilosamente la artillería, y ellas, con gran coraje, se interponen entre los varones y los cañones que “apuntaban hacia la urbe del lujo y los palacios, de las conjuras monárquicas, de los infames especuladores y de los gobiernos cobardes”, en palabras de la periodista, novelista y revolucionaria André Léo, nom de plume de Léodile Champseix, autora de varias obras sobre la igualdad de derechos. Ni siquiera cuando las tropas reciben la orden de abrir fuego, las mujeres se retiran; revolucionario: la Comuna de París, de cuyo inicio se están cumpliendo 152 años.
La utopía de este experimento radical de democracia directa duró, como bien se sabe, muy poco tiempo: fueron apenas 72 días en los que miles de personas dieron un paso al frente para participar en la defensa de su proyecto, un gobierno obrero y popular, laico y socialista, que tuvo brutal final, sofocado por el ejército de Versalles en la llamada Semana Sangrienta. Mientras resistió, empero, la Comuna de París impulsó una serie de medidas políticas y sociales de avanzada, aunque -por obvias razones- muchas no llegaran a implementarse en esas fechas. En su programa, figuraba: educación gratuita, laica y obligatoria; suya: la Union des femmes pour la défense de Paris que, desde su creación, postuló que la lucha por la defensa de la Comuna era la lucha por los derechos de las mujeres.
Por otro lado, se hicieron escuchar en clubes políticos -tanto mixtos como femeninos- mostrando sus dotes como elocuentes oradoras, afirmándose en la arena pública. Paule Minck, la mentada André Léo, Jeanne Deroin, Nathalie Lemel, Béatrice Excoffon, Sophie Poirier, Anna Jaclard, entre las ponentes que suelen destacarse, aunque también hubo lavanderas, panaderas, parteras, costureras que intercambiaron ideas durante días de ardientes debates en los que se hablaba sobre cómo reorganizar el trabajo, dar acceso a la educación, entre otras conquistas por alcanzar.
Fuente:
https://www.pagina12.com.ar/531921-las-intrepidas-comuneras-de-paris-vanguardia-del-feminismo-p
MAUTHAUSEN. Horror, solidaridad y coraje: la memoria compartida de los republicanos y judíos en Mauthausen.
El Gobierno presenta la exposición sobre los presos del campo nazi como una vacuna democrática contra los discursos de odio.
Al llegar les quitaban el apellido, la ropa, el pelo de todo el cuerpo. A partir de ese momento, en Mauthausen eran un número y una macabra cuenta atrás hasta la muerte. De las 190.000 personas que pasaron por el campo de concentración nazi y sus anexos, al menos 90.000 murieron. Alrededor de 7.500 —no todos fueron inscritos— de sus presos eran republicanos españoles y de ellos, casi 4.500 no lograron salir de él con vida. Hasta la liberación, en mayo de 1945, por el ejército de EE UU convivieron con miles de judíos en una dramática lucha por la supervivencia, es decir, contra el frío, el hambre, los golpes, los experimentos médicos, las durísimas jornadas de más de 12 horas de trabajo en la cantera. Una exposición en Centro Sefarad-Israel de Madrid recuerda ahora esas memorias compartidas de horror, solidaridad y coraje. La muestra, que podrá verse hasta el 17 de junio, fue inaugurada este miércoles por los ministros de la Presidencia, Félix Bolaños, y Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quienes insistieron en la necesidad de traer los episodios más negros de la historia al presente como vacuna para la intolerancia y los discursos de odio. “Ninguna etapa histórica está exenta de sufrir retrocesos democráticos. Esta exposición nos conmueve y nos recuerda lo que pasó en Europa no hace tanto y lo que puede pasar en Europa si algunos sátrapas como Putin consiguen los objetivos que persiguen”, señaló Bolaños.
De Mauthausen salieron de la mano, convertidos en padre e hijo, un burgalés llamado Saturnino Navazo y un niño llamado Siegfried Meir que había nacido en Fráncfort. El pequeño había llegado al campo con 10 años desde otra sucursal del infierno, Auschwitz, donde habían matado a sus padres, ambos judíos. Navazo, que antes de combatir en el bando republicano en la Guerra Civil había sido futbolista, cuidó de él desde su posición de cierto privilegio; los guardas nazis se aburrían y permitieron organizar una liguilla de fútbol en el campo. Para que los jugadores como Navazo aguantaran más durante los partidos, los apartaron de la cantera y los enviaron a la cocina, lo que les permitía alimentarse y alimentar a otros mejor. La muestra recoge la entrañable historia de afecto entre el republicano y el huérfano, quien en 2015, cinco años antes de morir, explicaba a EL PAÍS: “A él el fútbol le salvó la vida y a mí Navazo me la dio. Si no se hubiera quedado conmigo, habría acabado en la cárcel”.
Fue también en Mauthausen donde se reencontraron, en 1945, tras cinco años de lucha por la supervivencia, Alfonsina Bueno y su marido, Josep Ester. Ella fue trasladada al campo procedente de Ravensbruk con seis mujeres nacidas en España y otra más, la polaca Esther Zilberberg, que se consideraba española porque había resultado herida en Vitoria, combatiendo en las brigadas internacionales junto al bando republicano en la Guerra Civil. Otros presos españoles vigilaron la puerta de los baños para que nadie molestara a Alfonsina y Josep cuando pudieron celebrar que seguían vivos. Ella había sido sometida a un experimento médico por los nazis. Tenía 30 años cuando logró salir vida del infierno, con secuelas de por vida que no impidieron que ambos continuaran su militancia contra el fascismo. La exposición recuerda cómo el matrimonio trabajó para conseguir que el gobierno alemán indemnizara a los deportados y a las viudas de los fallecidos. También Esther Zilberberg se implicó en la asistencia a refugiados tras abandonar el campo y retomar sus estudios de Medicina. Muchos brigadistas internacionales como ella se habían reencontrado en Mauthausen con sus compañeros de trinchera republicana, como Artur London, que en 1949, cuatro después de la liberación del campo, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia y en 1952, condenado a cadena perpetua por Stalin. Su esposa, Elisabet Ricol, hija de españoles, también había estado presa en los campos de Ravensbrück y Buchenwald. El periodista alemán Erich Kuttner, quien en 1936 se había desplazado a España para cubrir la Guerra Civil, no logró salir con vida de Mauthausen porque lo asesinaron cuando intentaba fugarse en 1942, tres años antes de la liberación.
La mayoría de supervivientes de Mauthausen permaneció en Francia tras recuperar la libertad y veía esporádicamente a sus familiares en encuentros furtivos en la frontera. Algunos decidieron contar a quien quiso oírlo lo que habían visto y vivido, como habían prometido en el campo. Otros prefirieron ahorrar a sus seres queridos los detalles de un horror inimaginable antes del Holocausto.
Un estudio reveló recientemente las lagunas de los jóvenes españoles sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista. “La Guerra Civil fue porque el pueblo se rebeló contra Franco”, llegaban a decir algunos. Los encuestados, sin embargo, conocían la segunda guerra mundial y el holocausto mejor que su propia historia, pese a que ambas confluían en lugares como Mauthausen. El historiador Josep Calvet, comisario de la exposición, explica que “hasta hace muy poco” esos contenidos no tenían presencia en las escuelas, pero cree que “todo eso se está revirtiendo por el interés de profesores concienciados con ese déficit”. “Todavía no estamos al nivel al que están los estudiantes de Alemania, que tienen muy interiorizado y muy presente el nazismo y sus consecuencias, pero creo que iniciativas como esta son importantísimas para que eso cambie y para que deje de verse como un asunto partidista”. El Centro Sefarad-Israel organizará visitas guiadas a la exposición para colegios e institutos.
Algunas de las imágenes recogidas en la muestra fueron utilizadas como pruebas en los juicios contra los criminales nazis. Hoy, la ONU recoge también testimonios, imágenes y evidencias en Ucrania de crímenes de guerra cometidos por Putin.
Al llegar les quitaban el apellido, la ropa, el pelo de todo el cuerpo. A partir de ese momento, en Mauthausen eran un número y una macabra cuenta atrás hasta la muerte. De las 190.000 personas que pasaron por el campo de concentración nazi y sus anexos, al menos 90.000 murieron. Alrededor de 7.500 —no todos fueron inscritos— de sus presos eran republicanos españoles y de ellos, casi 4.500 no lograron salir de él con vida. Hasta la liberación, en mayo de 1945, por el ejército de EE UU convivieron con miles de judíos en una dramática lucha por la supervivencia, es decir, contra el frío, el hambre, los golpes, los experimentos médicos, las durísimas jornadas de más de 12 horas de trabajo en la cantera. Una exposición en Centro Sefarad-Israel de Madrid recuerda ahora esas memorias compartidas de horror, solidaridad y coraje. La muestra, que podrá verse hasta el 17 de junio, fue inaugurada este miércoles por los ministros de la Presidencia, Félix Bolaños, y Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quienes insistieron en la necesidad de traer los episodios más negros de la historia al presente como vacuna para la intolerancia y los discursos de odio. “Ninguna etapa histórica está exenta de sufrir retrocesos democráticos. Esta exposición nos conmueve y nos recuerda lo que pasó en Europa no hace tanto y lo que puede pasar en Europa si algunos sátrapas como Putin consiguen los objetivos que persiguen”, señaló Bolaños.
De Mauthausen salieron de la mano, convertidos en padre e hijo, un burgalés llamado Saturnino Navazo y un niño llamado Siegfried Meir que había nacido en Fráncfort. El pequeño había llegado al campo con 10 años desde otra sucursal del infierno, Auschwitz, donde habían matado a sus padres, ambos judíos. Navazo, que antes de combatir en el bando republicano en la Guerra Civil había sido futbolista, cuidó de él desde su posición de cierto privilegio; los guardas nazis se aburrían y permitieron organizar una liguilla de fútbol en el campo. Para que los jugadores como Navazo aguantaran más durante los partidos, los apartaron de la cantera y los enviaron a la cocina, lo que les permitía alimentarse y alimentar a otros mejor. La muestra recoge la entrañable historia de afecto entre el republicano y el huérfano, quien en 2015, cinco años antes de morir, explicaba a EL PAÍS: “A él el fútbol le salvó la vida y a mí Navazo me la dio. Si no se hubiera quedado conmigo, habría acabado en la cárcel”.
Fue también en Mauthausen donde se reencontraron, en 1945, tras cinco años de lucha por la supervivencia, Alfonsina Bueno y su marido, Josep Ester. Ella fue trasladada al campo procedente de Ravensbruk con seis mujeres nacidas en España y otra más, la polaca Esther Zilberberg, que se consideraba española porque había resultado herida en Vitoria, combatiendo en las brigadas internacionales junto al bando republicano en la Guerra Civil. Otros presos españoles vigilaron la puerta de los baños para que nadie molestara a Alfonsina y Josep cuando pudieron celebrar que seguían vivos. Ella había sido sometida a un experimento médico por los nazis. Tenía 30 años cuando logró salir vida del infierno, con secuelas de por vida que no impidieron que ambos continuaran su militancia contra el fascismo. La exposición recuerda cómo el matrimonio trabajó para conseguir que el gobierno alemán indemnizara a los deportados y a las viudas de los fallecidos. También Esther Zilberberg se implicó en la asistencia a refugiados tras abandonar el campo y retomar sus estudios de Medicina. Muchos brigadistas internacionales como ella se habían reencontrado en Mauthausen con sus compañeros de trinchera republicana, como Artur London, que en 1949, cuatro después de la liberación del campo, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia y en 1952, condenado a cadena perpetua por Stalin. Su esposa, Elisabet Ricol, hija de españoles, también había estado presa en los campos de Ravensbrück y Buchenwald. El periodista alemán Erich Kuttner, quien en 1936 se había desplazado a España para cubrir la Guerra Civil, no logró salir con vida de Mauthausen porque lo asesinaron cuando intentaba fugarse en 1942, tres años antes de la liberación.
La mayoría de supervivientes de Mauthausen permaneció en Francia tras recuperar la libertad y veía esporádicamente a sus familiares en encuentros furtivos en la frontera. Algunos decidieron contar a quien quiso oírlo lo que habían visto y vivido, como habían prometido en el campo. Otros prefirieron ahorrar a sus seres queridos los detalles de un horror inimaginable antes del Holocausto.
Un estudio reveló recientemente las lagunas de los jóvenes españoles sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista. “La Guerra Civil fue porque el pueblo se rebeló contra Franco”, llegaban a decir algunos. Los encuestados, sin embargo, conocían la segunda guerra mundial y el holocausto mejor que su propia historia, pese a que ambas confluían en lugares como Mauthausen. El historiador Josep Calvet, comisario de la exposición, explica que “hasta hace muy poco” esos contenidos no tenían presencia en las escuelas, pero cree que “todo eso se está revirtiendo por el interés de profesores concienciados con ese déficit”. “Todavía no estamos al nivel al que están los estudiantes de Alemania, que tienen muy interiorizado y muy presente el nazismo y sus consecuencias, pero creo que iniciativas como esta son importantísimas para que eso cambie y para que deje de verse como un asunto partidista”. El Centro Sefarad-Israel organizará visitas guiadas a la exposición para colegios e institutos.
Algunas de las imágenes recogidas en la muestra fueron utilizadas como pruebas en los juicios contra los criminales nazis. Hoy, la ONU recoge también testimonios, imágenes y evidencias en Ucrania de crímenes de guerra cometidos por Putin.
miércoles, 22 de marzo de 2023
Qué ocurre con la banca mundial y cuán preocupante es la situación
Grandes corporaciones financieras en aprietos, bancos centrales que acuden al rescate y alta volatilidad en la bolsa. ¿Te suena de algo?
La situación actual ha llevado a muchos a preguntarse si estamos en el comienzo de una crisis como la desatada en 2008.
Las autoridades políticas y los bancos centrales de Estados Unidos y Europa aseguran que el sistema financiero es sólido y estable.
Sin embargo, en los últimos días hemos visto ráfagas de euforia y pánico entre los inversores que han hecho fluctuar agresivamente las acciones -sobre todo las del sector bancario- en las principales bolsas de valores del mundo.
Entonces, ¿cuán grave es la situación? Y, ¿cómo te puede afectar?
Qué ocurre con los bancos
Con el aval del gobierno suizo, UBS absorbió a Credit Suisse el domingo.
Ambas son grandes corporaciones bancarias con operaciones de inversión en todo el mundo.
UBS compró Credit Suisse por US$3.200 millones de dólares en acciones, menos de un 40% de su valor al cierre del viernes.
La banca suiza es conocida por su estabilidad financiera, por lo que el desplome de Credit Suisse y su matrimonio forzoso con UBS ha causado conmoción dentro y fuera del país europeo.
Más aún después de que dos bancos estadounidenses se hundieran días antes: Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, ambos especializados en el sector tecnológico.
Y, si bien se trata de las mayores quiebras bancarias en EE.UU. desde 2008, ninguno de los dos se acercaba al tamaño de Credit Suisse, uno de los 30 mayores bancos del mundo.
Aunque no han colapsado más entidades aparte de las mencionadas, se encendieron las señales de alerta en los bancos centrales.
Estos anunciaron nuevas medidas para aportarliquidez adicional que garantice el normal funcionamiento de las transacciones financieras.
Solo habían hecho esto dos veces en lo que llevamos de siglo: en la crisis financiera de 2008 y al comienzo de la pandemia.
Su objetivo es reforzar la confianza de la gente y asegurarse de que los bancos aún puedan otorgar préstamos y pagar a los clientes que deseen retirar su dinero.
¿Por qué sucede esto ahora?
Los problemas de Credit Suisse vienen de largo, desde errores en la gestión de riesgos durante años hasta escándalos -como el lavado de dinero- y unas pronunciadas pérdidas el año pasado que dilapidaron los beneficios acumulados en ejercicios anteriores.
Pero la semana pasada fue crucial: el banco se vio involucrado en una repentina espiral descendente pese a la línea de emergencia de US$50.000 millones que le aportó el Banco Nacional de Suiza, y sus clientes comenzaron a transferir sus fondos a otros bancos.
Los dos bancos estadounidenses, por su parte, tenían problemas diferentes.
El desplome de SVB el pasado 9 de marzo dio inicio a la crisis.
Paradójicamente, el activo que ha causado graves problemas a SVB es uno de los considerados más seguros.
Aprovechando los años de bajos tipos de interés, la entidad había comprado masivamente bonos del tesoro de Estados Unidos.
La abrupta subida del precio del dinero decretada en los últimos meses por la Reserva Federal (Fed, el banco central estadounidense) redujo el valor de los bonos.
Y el banco, obligado a adquirir liquidez para garantizar las retiradas de dinero de sus clientes -sobre todo empresas tecnológicas afectadas por la crisis del sector tras la burbuja de 2021-, tuvo que vender buena parte de sus bonos a pérdida y antes de su fecha de vencimiento.
Signature Bank, por su parte, se vio afectado por las recientes caídas en el valor de las criptomonedas.
Los dos bancos estadounidenses descubrieron que sus balances no eran lo suficientemente sólidos para hacer frente a una retirada masiva de depósitos por parte de sus clientes.
Pero hay un factor común que afecta a las tres entidades -incluido Credit Suisse- y al sector bancario en general: el fuerte aumento de los tipos de interés.
En solo un año los tipos de interés en EE.UU. han aumentado del 0,25% al 4,75% actual.
Los bancos centrales de todo el mundo han elevado el precio del dinero para tratar de reducir la imparable inflación, que aumentó a sus mayores niveles en décadas con cifras de doble dígito en muchos países.
Tras años de tipos de interés bajos, este aumento ha provocado todo un shock.
Los bancos que poseen bonos del gobierno -cuyo precio baja cuando suben las tasas de interés- de repente han descubierto que sus activos valen menos.
La subida de tipos "ha golpeado el valor de incluso las inversiones seguras en las que los bancos guardan parte de su dinero. Eso ha asustado a los inversores y ha hecho caer los precios de las acciones de todos los bancos, afectando en mayor grado a los que se consideran más débiles", explicó Simon Jack, editor de finanzas de la BBC.
Las mayores corporaciones bancarias de Wall Street tuvieron que aportar liquidez para el rescate de otro banco especializado en el sector tecnológico, First Republic, con sede en San Francisco.
Y la Reserva Federal admitió que hubo un aumento en los préstamos de emergencia a los bancos de EE.UU. en general.
¿Es una crisis bancaria?
Los analistas coinciden en que hoy no existe el mismo problema que afectó a todo el sistema bancario en 2008.
En aquel momento, bancos de todo el mundo descubrieron repentinamente que estaban expuestos a inversiones fallidas en el mercado inmobiliario de EE.UU.
Eso condujo a enormes rescates gubernamentales, crisis financiera y una recesión económica mundial.
Desde entonces se han impuesto regulaciones para obligar a los bancos a poseer más liquidez y limitar su exposición al riesgo.
La mayoría de los expertos creen que los problemas actuales tendrán un impacto limitado.
"SVB no es Lehman y 2023 no es 2008. Probablemente no estamos viendo una crisis financiera sistémica", opinó en una columna esta semana el premio Nobel de Economía Paul Krugman, en referencia a la devastadora crisis financiera desatada tras la bancarrota del banco estadounidense Lehman Brothers hace 15 años.
Aún así, el mundo de la banca es extremadamente complejo y es difícil identificar las nuevas debilidades del sistema hasta que este se ponga bajo presión, como en la actual situación de elevados tipos de interés y altibajos en la confianza de los inversores.
Además, el nerviosismo sobre la salud de los bancos suele ser contagioso y, si los clientes comienzan a preocuparse por sus depósitos, pueden retirarlos en solo unos segundos en la página web o la aplicación de su banco.
Aun sin producirse el colapso total de la confianza que caracteriza a las crisis financieras, podríamos ver cómo los reguladores endurecen aún más las normas y los bancos se muestran menos dispuestos a prestar dinero.
Eso podría ralentizar la economía global en un momento especialmente delicado, en el que el aumento de los precios está causando una presión extra sobre el bolsillo de los consumidores.
¿Qué pasará con mi dinero?
Al menos en Estados Unidos y en Europa, los ciudadanos no deberían temer por sus ahorros.
Aún en el inusual escenario de que colapsara un banco o una sociedad de crédito hipotecario, existe la protección de depósitos.
El gobierno de EE.UU. garantiza la devolución de todos los depósitos bancarios de hasta US$250.000.
La protección de activos de este país cubre diversos productos, desde cuentas corrientes y de ahorro hasta tarjetas de prepago y certificados de depósito.
En los casos de SVB y Signature Bank, el gobierno de EE.UU. fue un paso más allá y garantizó los depósitos de los clientes en su totalidad, por encima del límite de US$250.000, si bien esto no garantiza que lo vuelva a hacer si cae otro banco en el futuro.
En la Unión Europea la protección de depósitos asciende hasta 100.000 euros (US$107.000) y en Reino Unido 85.000 libras (US$104.000).
Por otro lado, muchos analistas creen que la actual crisis podría tener otras implicaciones no tan negativas.
"Las consecuencias del nerviosismo en el mercado podrían suavizar el impacto del aumento del costo de la vida", indica Dharshini David, corresponsal de comercio mundial de la BBC.
David menciona, en específico, la reducción de los precios del petróleo y el gas que se ha observado durante la turbulencia de las últimas semanas y que aporta un ligero alivio a las billeteras de los consumidores.
La situación actual ha llevado a muchos a preguntarse si estamos en el comienzo de una crisis como la desatada en 2008.
Las autoridades políticas y los bancos centrales de Estados Unidos y Europa aseguran que el sistema financiero es sólido y estable.
Sin embargo, en los últimos días hemos visto ráfagas de euforia y pánico entre los inversores que han hecho fluctuar agresivamente las acciones -sobre todo las del sector bancario- en las principales bolsas de valores del mundo.
Entonces, ¿cuán grave es la situación? Y, ¿cómo te puede afectar?
Qué ocurre con los bancos
Con el aval del gobierno suizo, UBS absorbió a Credit Suisse el domingo.
Ambas son grandes corporaciones bancarias con operaciones de inversión en todo el mundo.
UBS compró Credit Suisse por US$3.200 millones de dólares en acciones, menos de un 40% de su valor al cierre del viernes.
La banca suiza es conocida por su estabilidad financiera, por lo que el desplome de Credit Suisse y su matrimonio forzoso con UBS ha causado conmoción dentro y fuera del país europeo.
Más aún después de que dos bancos estadounidenses se hundieran días antes: Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, ambos especializados en el sector tecnológico.
Y, si bien se trata de las mayores quiebras bancarias en EE.UU. desde 2008, ninguno de los dos se acercaba al tamaño de Credit Suisse, uno de los 30 mayores bancos del mundo.
Aunque no han colapsado más entidades aparte de las mencionadas, se encendieron las señales de alerta en los bancos centrales.
Estos anunciaron nuevas medidas para aportarliquidez adicional que garantice el normal funcionamiento de las transacciones financieras.
Solo habían hecho esto dos veces en lo que llevamos de siglo: en la crisis financiera de 2008 y al comienzo de la pandemia.
Su objetivo es reforzar la confianza de la gente y asegurarse de que los bancos aún puedan otorgar préstamos y pagar a los clientes que deseen retirar su dinero.
¿Por qué sucede esto ahora?
Los problemas de Credit Suisse vienen de largo, desde errores en la gestión de riesgos durante años hasta escándalos -como el lavado de dinero- y unas pronunciadas pérdidas el año pasado que dilapidaron los beneficios acumulados en ejercicios anteriores.
Pero la semana pasada fue crucial: el banco se vio involucrado en una repentina espiral descendente pese a la línea de emergencia de US$50.000 millones que le aportó el Banco Nacional de Suiza, y sus clientes comenzaron a transferir sus fondos a otros bancos.
Los dos bancos estadounidenses, por su parte, tenían problemas diferentes.
El desplome de SVB el pasado 9 de marzo dio inicio a la crisis.
Paradójicamente, el activo que ha causado graves problemas a SVB es uno de los considerados más seguros.
Aprovechando los años de bajos tipos de interés, la entidad había comprado masivamente bonos del tesoro de Estados Unidos.
La abrupta subida del precio del dinero decretada en los últimos meses por la Reserva Federal (Fed, el banco central estadounidense) redujo el valor de los bonos.
Y el banco, obligado a adquirir liquidez para garantizar las retiradas de dinero de sus clientes -sobre todo empresas tecnológicas afectadas por la crisis del sector tras la burbuja de 2021-, tuvo que vender buena parte de sus bonos a pérdida y antes de su fecha de vencimiento.
Signature Bank, por su parte, se vio afectado por las recientes caídas en el valor de las criptomonedas.
Los dos bancos estadounidenses descubrieron que sus balances no eran lo suficientemente sólidos para hacer frente a una retirada masiva de depósitos por parte de sus clientes.
Pero hay un factor común que afecta a las tres entidades -incluido Credit Suisse- y al sector bancario en general: el fuerte aumento de los tipos de interés.
En solo un año los tipos de interés en EE.UU. han aumentado del 0,25% al 4,75% actual.
Los bancos centrales de todo el mundo han elevado el precio del dinero para tratar de reducir la imparable inflación, que aumentó a sus mayores niveles en décadas con cifras de doble dígito en muchos países.
Tras años de tipos de interés bajos, este aumento ha provocado todo un shock.
Los bancos que poseen bonos del gobierno -cuyo precio baja cuando suben las tasas de interés- de repente han descubierto que sus activos valen menos.
La subida de tipos "ha golpeado el valor de incluso las inversiones seguras en las que los bancos guardan parte de su dinero. Eso ha asustado a los inversores y ha hecho caer los precios de las acciones de todos los bancos, afectando en mayor grado a los que se consideran más débiles", explicó Simon Jack, editor de finanzas de la BBC.
Las mayores corporaciones bancarias de Wall Street tuvieron que aportar liquidez para el rescate de otro banco especializado en el sector tecnológico, First Republic, con sede en San Francisco.
Y la Reserva Federal admitió que hubo un aumento en los préstamos de emergencia a los bancos de EE.UU. en general.
¿Es una crisis bancaria?
Los analistas coinciden en que hoy no existe el mismo problema que afectó a todo el sistema bancario en 2008.
En aquel momento, bancos de todo el mundo descubrieron repentinamente que estaban expuestos a inversiones fallidas en el mercado inmobiliario de EE.UU.
Eso condujo a enormes rescates gubernamentales, crisis financiera y una recesión económica mundial.
Desde entonces se han impuesto regulaciones para obligar a los bancos a poseer más liquidez y limitar su exposición al riesgo.
La mayoría de los expertos creen que los problemas actuales tendrán un impacto limitado.
"SVB no es Lehman y 2023 no es 2008. Probablemente no estamos viendo una crisis financiera sistémica", opinó en una columna esta semana el premio Nobel de Economía Paul Krugman, en referencia a la devastadora crisis financiera desatada tras la bancarrota del banco estadounidense Lehman Brothers hace 15 años.
Aún así, el mundo de la banca es extremadamente complejo y es difícil identificar las nuevas debilidades del sistema hasta que este se ponga bajo presión, como en la actual situación de elevados tipos de interés y altibajos en la confianza de los inversores.
Además, el nerviosismo sobre la salud de los bancos suele ser contagioso y, si los clientes comienzan a preocuparse por sus depósitos, pueden retirarlos en solo unos segundos en la página web o la aplicación de su banco.
Aun sin producirse el colapso total de la confianza que caracteriza a las crisis financieras, podríamos ver cómo los reguladores endurecen aún más las normas y los bancos se muestran menos dispuestos a prestar dinero.
Eso podría ralentizar la economía global en un momento especialmente delicado, en el que el aumento de los precios está causando una presión extra sobre el bolsillo de los consumidores.
¿Qué pasará con mi dinero?
Al menos en Estados Unidos y en Europa, los ciudadanos no deberían temer por sus ahorros.
Aún en el inusual escenario de que colapsara un banco o una sociedad de crédito hipotecario, existe la protección de depósitos.
El gobierno de EE.UU. garantiza la devolución de todos los depósitos bancarios de hasta US$250.000.
La protección de activos de este país cubre diversos productos, desde cuentas corrientes y de ahorro hasta tarjetas de prepago y certificados de depósito.
En los casos de SVB y Signature Bank, el gobierno de EE.UU. fue un paso más allá y garantizó los depósitos de los clientes en su totalidad, por encima del límite de US$250.000, si bien esto no garantiza que lo vuelva a hacer si cae otro banco en el futuro.
En la Unión Europea la protección de depósitos asciende hasta 100.000 euros (US$107.000) y en Reino Unido 85.000 libras (US$104.000).
Por otro lado, muchos analistas creen que la actual crisis podría tener otras implicaciones no tan negativas.
"Las consecuencias del nerviosismo en el mercado podrían suavizar el impacto del aumento del costo de la vida", indica Dharshini David, corresponsal de comercio mundial de la BBC.
David menciona, en específico, la reducción de los precios del petróleo y el gas que se ha observado durante la turbulencia de las últimas semanas y que aporta un ligero alivio a las billeteras de los consumidores.
Economía y Bancos. Powell, Lagarde, von der Leyen, el FMI… van a equivocarse de nuevo
En mi libro Más difícil todavía (Deusto Ediciones) que está en librerías desde hace un par de semanas demuestro cómo las autoridades económicas se equivocaron y no supieron darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo con las subidas de precios que comenzaron a producirse a lo largo de 2021. Y explico también que más tarde, cuando ya no podían negar que la inflación se había desatado, volvieron a equivocarse a la hora de darle respuesta.
Desde hace poco tiempo, la inflación está entrando en una nueva fase y los mismos que se equivocaron entonces van a equivocarse de nuevo por la misma razón: analizan la situación cegados por un doble sesgo. Uno, resultado de utilizar modelos y teorías que la realidad ha desmentido y otro, consecuencia de su afán por proteger privilegiadamente a las grandes corporaciones y entidades financieras.
En la segunda mitad de 2021, muchos economistas señalábamos que la inflación había despegado y que era peligrosa. Yo mismo escribí en este diario un artículo en julio de 2021 titulado El verdadero peligro de la inflación que se avecina.
Sin embargo, los presidentes de los bancos centrales y los grandes organismos internacionales lo negaban.
Jerome Powell, el de la Reserva Federal de Estados Unidos, aseguró en junio de 2021: «La inflación es transitoria (…) Espero que baje en los próximos meses». En octubre, el Fondo Monetario Internacional decía que la subida de precios «volvería a los niveles registrados antes de la pandemia a mediados de 2022». Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, decía en diciembre de ese mismo año: «Tengo la firme convicción de que la inflación caerá en 2022«. Y el gobernador del Banco de España, ya en enero de 2022, afirmó que la inflación en España «se irá moderando en los próximos meses, hasta despedir el año incluso por debajo del 2 %«.
Todos se equivocaron, como explico en mi libro, por las mismas razones: explican el desarrollo de la inflación a corto plazo con teorías que ya no funcionan, le dan respuesta a partir de tesis monetaristas que los hechos han demostrado que no son reales y no contemplan factores que es evidente que están provocando subidas de precios. Por todas esas razones, se limitan a subir los tipos de interés, una terapia que no es útil y que produce mucho daño a empresas y hogares, pero que beneficia a las grandes empresas y a los bancos.
Últimamente, han cambiado algunas circunstancias y la inflación está entrando en una nueva fase, pero las mismas autoridades que antes se equivocaron se están volviendo a equivocar porque no saben apreciar lo que de verdad está ocurriendo y se empeñan en darle, otra vez, el mismo tratamiento inadecuado.
Los canales de suministro y el aprovisionamiento comienzan a desbloquearse, muchos gobiernos han tomado medidas contra la subida de precios energéticos, los iniciales shocks de oferta provocados por la invasión de Ucrania se están diluyendo y los tipos de interés más elevados han reducido la demanda (aunque no como se esperaba, tal y como señalaré enseguida). Todo ello ha permitido que la subida del índice general de precios se hayan moderado.
Sin embargo, la llamada inflación subyacente (la que no tienen en cuenta los precios de la energía, el combustible y los alimentos no elaborados) está subiendo y los bancos centrales interpretan que se trata de un brote más fuerte de inflación al que se debe responder con nuevas subidas de tipos de interés.
Se vuelven a equivocar porque el aumento de la inflación subyacente es un rescoldo de la subida de precios original, porque depende de factores diferentes a los que han causado la registrada hasta ahora y porque responde muy lenta y escasamente a subidas de tipos de interés.
Como ha señalado hace unos días Patrick Artus, director de investigación y estudios del banco francés Natixis (aquí y aquí), la inflación subyacente en Estados Unidos está más influida por los precios inmobiliarios y en Europa por los márgenes empresariales y los costes salariales. Y él mismo muestra que se necesitan seis trimestres para que subidas de tipos de interés produzcan, primero, caídas en el crecimiento, luego en la tasa de paro y, más tarde, en la inflación subyacente. Razón por la cual, dice Artus, el efecto las subidas de tipos iniciadas en marzo de 2021 han tenido un «efecto nulo sobre la inflación subyacente».
Si se quiere frenar la inflación subyacente europea el instrumento que preferentemente hay que utilizar es la política de rentas: determinar qué parte de responsabilidad tienen los márgenes empresariales y los costes salariales en su desencadenamiento y tratar de encontrar un equilibrio que garantice que las empresas no inflacionistas puedan salir adelante sin soportar los costes excesivos que produce la inflación y que los hogares no pierdan capacidad de compra, pues si eso ocurre serán las propias empresas que crean empleo las más perjudicadas, puesto que caerían sus ventas.
Seguir subiendo los tipos de interés reforzará la inflación a corto plazo y sólo va a beneficiar, una vez más, a la banca, al aumentar la deuda de empresas y hogares.
Y, por otro lado, se equivoca también la Comisión Europea si se empeña en comenzar a poner trabas fiscales para que los gobiernos lleven a cabo las inversiones necesarias para resolver el resto de los problemas de oferta que todavía quedan por resolver y que, como también explico en mi libro, tensionan los precios al alza.
Juan Torres López,
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