lunes, 1 de octubre de 2012

La locura de la austeridad europea. Las protestas en Grecia y España demuestran que no puede haber acuerdo

Adiós a la complacencia. Hace tan solo unos días, la creencia popular era que Europa finalmente tenía la situación bajo control. El Banco Central Europeo (BCE), al comprometerse a comprar los bonos de los Gobiernos con problemas en caso necesario, había calmado los mercados. Todo lo que los países deudores tenían que hacer, se decía, era aceptar una austeridad mayor y más intensa —la condición para los préstamos de los bancos centrales— y todo iría bien.

 Pero los abastecedores de creencias populares olvidaron que había personas afectadas. De repente, España y Grecia se ven sacudidas por huelgas y enormes manifestaciones. Los ciudadanos de estos países están diciendo, en realidad, que han llegado a su límite: cuando el paro es similar al de la Gran Depresión y los otrora trabajadores de clase media se ven obligados a rebuscar en la basura para encontrar comida, la austeridad ya ha ido demasiado lejos. Y esto significa que puede no haber acuerdo después de todo.

Muchos comentarios indican que los ciudadanos de España y Grecia simplemente están posponiendo lo inevitable, protestando en contra de unos sacrificios que, de hecho, deben hacer. Pero la verdad es que los manifestantes tienen razón. Imponer más austeridad no va a servir de nada; aquí, quienes están actuando de forma verdaderamente irracional son los políticos y funcionarios supuestamente serios que exigen todavía más sufrimiento.

Pensemos en los males de España. ¿Cuál es el verdadero problema económico? Esencialmente, España sufre las consecuencias de una enorme burbuja inmobiliaria que provocó un periodo de auge económico e inflación que hizo que la industria española se volviese poco competitiva respecto a la del resto de Europa. Cuando la burbuja estalló, España se encontró con el complejo problema de recuperar esa competitividad, un proceso doloroso que durará años. A menos que España abandone el euro —una medida que nadie quiere tomar—, está condenada a años de paro elevado.

Pero este sufrimiento, posiblemente inevitable, se está viendo tremendamente magnificado por los drásticos recortes del gasto, y estos recortes del gasto solo sirven para infligir dolor porque sí.

 En primer lugar, España no se metió en problemas porque sus Gobiernos fuesen derrochadores. Al contrario: justo antes de la crisis, España tenía de hecho superávit presupuestario y una deuda baja. Los grandes déficits aparecieron cuando la economía se vino abajo y arrastró consigo los ingresos, pero, aun así, España no parece tener una deuda tan elevada.

Es cierto que España tiene ahora problemas para financiar sus déficits. Sin embargo, esos problemas se deben principalmente a los temores existentes ante las dificultades más generales por las que pasa el país (entre las que destaca la agitación política debida al altísimo paro). Y el hecho de reducir unos cuantos puntos el déficit presupuestario no hará desaparecer esos temores. De hecho, una investigación realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) da a entender que los recortes del gasto en economías profundamente deprimidas reducen la confianza de los inversores porque aceleran el ritmo del deterioro económico.

En otras palabras, los aspectos puramente económicos de la situación indican que España no necesita más austeridad. No está para fiestas, y, de hecho, probablemente no tenga más alternativa (aparte de la salida del euro) que soportar un periodo prolongado de tiempos difíciles. Pero los recortes radicales en servicios públicos esenciales, en ayuda a los necesitados, etcétera, son en realidad perjudiciales para las perspectivas de un ajuste eficaz del país...
 Si Alemania quiere salvar el euro, debería dejar actuar al BCE sin exigir más sufrimiento inútil
Leer todo aquí en PAUL KRUGMAN El País, 30 SEP 2012

Muere Eric John Ernest Hobsbawm, pensador marxista clave del siglo XX. El historiador británico fallece a los 95 años en Londres tras una larga enfermedad




El historiador marxista Eric Hobsbawm, (1917-2012) quizás el intelectual británico más admirado y respetado en el mundo desde hace varias generaciones, ha fallecido en la madrugada del lunes en el Royal Free Hospital de Hampstead, apenas a unos cientos de metros de su casa, a los 95 años de edad. A pesar de que nunca renegó de su ideología comunista, su intelecto, su capacidad para analizar hasta el más mínimo detalle y al mismo tiempo su facilidad para sintetizar la historia le granjearon la admiración lo mismo desde la izquierda que desde la derecha política, especialmente en los últimos años de su vida.

Autor de una veintena de libros, se especializó en la historia de los siglos XIX y XX. La tetralogía La era de… ha sido considerada su obra cumbre. Una serie que arrancó en 1962 con la publicación de La era de la Revolución: Europa 1789-1848 y que continuó en 1975 con La era del Capital: 1848-1875, en 1987 con La era del Imperio: 1875-1914 y cerró en 1994 con La era de los extremos: el corto siglo XX, 1914-1991.

Aunque nacido en 1917 en Alejandría (Egipto), en el seno de una familia judía de origen polaco, su padre era británico de segunda generación pero él se crió en Europa central. “Cada historiador tiene su nido, desde el que observa el mundo”, escribió una vez. “El mío está construido, entre otros materiales, de una niñez en la Viena de los años 20, los años del ascenso de Hitler en Berlín, que definieron mis ideas políticas y mi interés por la historia, y de Inglaterra, y especialmente el Cambridge de los años 30, que confirmaron los dos primeros”.

El joven Eric vivía en Viena cuando su padre murió de forma repentina en 1929 de un infarto y su madre dos años después debido a la tuberculosis. Él y su hermana Nancy se mudaron a Berlín, donde vivía su tío Sidney. De allí, la familia se fue a Londres en 1933 cuando la empresa de Sidney le trasladó a Inglaterra.

Empezaron entonces esos años de Cambridge, en los que Hobsbawm coincidió con historiadores como Christopher Hill, Rodney Hilton, John Saville y se afilió al Partido Comunista, una militancia en la que compaginó la fidelidad ­–nunca abandonó el partido: fue el partido el que le abandonó a él al disolverse en 1989– con el espíritu crítico, lo que le granjeó el respeto de quienes admiraban su trabajo pero discrepaban de su ideología.

Al estallar la II Guerra Mundial se ofreció a trabajar para la inteligencia pero la oferta fue declinada precisamente por su militancia política. Acabó ayudando a la construcción de las defensas costeras en East Anglia. Una experiencia que permitió al sólido intelectual entrar en contacto real con la clase obrera. “Esa experiencia en tiempos de guerra me convirtió para siempre a la clase obrera británica. No eran muy inteligentes, excepto los escoceses y los galeses, pero eran muy, muy buena gente”, escribió años después.

Quizás esa fidelidad frustró sus aspiraciones de entonces de acabar enseñando en Cambridge y acabó dando lecciones en el Birkbeck College de Londres.

En los años 80 se convirtió en una especia de gurú del Partido Laborista y en especial del que fue su líder desde 1983, Neil Kinnock, que le describiría como “mi marxista favorito” en agradecimiento a la influencia que Hobsbawm acabó teniendo en la reforma del partido y su acercamiento a territorios que luego desembocarían en el Nuevo Laborismo de Tony Blair.

En los últimos años ha seguido teniendo una gran influencia. Nunca ha dejado de trabajar (deja escrito un último libro que aparecerá el año que viene) y de participar en tertulias intelectuales y mediáticas.

En una de las últimas entrevistas que concedió a EL PAÍS desglosó algunas de las claves a través de las que narró la historia del último siglo.

 - Weimar y Hitler. "Era inevitable politizarse en aquellos días. Vivía entonces en Alemania, y no podía ser socialdemócrata (eran muy moderados), ni nacionalista (era inglés y judío), ni me interesaba el sionismo".

 - El poder del marxismo. "Los marxistas creían que la clase obrera iba a crecer, cuando lo que ha pasado es que ha decrecido y que países como Estados Unidos o Inglaterra incluso se están desindustrializando".

- Los fundamentalismos. "Afecta a todas las religiones. En el caso islámico, la revolución que triunfó en Irán tenía una fuerte voluntad de consolidar un Estado, centralizarlo y modernizarlo. Los fundamentalistas judíos son desde 1967 los más acérrimos defensores de Israel y reclaman sus ambiciones imperialistas. Y no hay que olvidar el giro fundamentalista de los católicos con los últimos papas y de las comunidades protestantes en Estados Unidos".

- El terrorismo islamista. "Su poder militar es mínimo. El atentado en Nueva York no llegó a desestabilizar la ciudad salvo durante unas horas. Hay que subrayar que hay lugares (Afganistán, Pakistán, el Oriente Medio) donde los grupos terroristas juegan políticamente un papel importante, y no se los puede despreciar. Otra cosa es el terrorismo islamista en nuestros países. Responde a una reacción antiimperialista".
 P. Es un comunista convencido. ¿Qué significa el comunismo en el siglo XXI?
 R. En primer lugar, crítica al capitalismo, crítica de una sociedad injusta que está desarrollando sus contradicciones. El ideal de una sociedad de mayor igualdad, libertad y fraternidad. La pasión de la acción política, el reconocimento de la necesidad de la acción colectiva. La defensa de la causa de los pobres y los oprimidos. Lo que ya no significa es un orden social como el tipo soviético, un orden económico de una planificación total y colectiva: me parece que ese experimento ha fallecido. El comunismo como motivación continúa vigente; como programa, no.
P. ¿Qué futuro les espera a los países con régimen comunista?
R. Prácticamente han desaparecido, ni siquiera los chinos son comunistas en el sentido antiguo. No es imposible que haya uno u otro país que siga siéndolo, como el régimen cubano, pero no se puede ser optimista sobre Cuba, sobre todo cuando muera Fidel...  De El País. Leer más en la BBC. Más aún aquí. En página 12.
“El partido era nuestra vida. Le dedicamos todo nuestro esfuerzo. A cambio nos devolvió la certeza de nuestra victoria y la experiencia de la fraternidad”. En The Independent.

sábado, 29 de septiembre de 2012

40.000 personas se manifiestan en Alemania contra la creciente desigualdad

Más de 40.000 personas se han manifestado hoy en cuarenta ciudades alemanas en favor de una sociedad más justa y del Estado social que la sustenta, reclamando también el concepto de “redistribución” de la riqueza como vía de salida de la crisis.

 La mayor manifestación ha tenido lugar en Hamburgo, donde 7000 personas han creado una cadena humana en el centro de la ciudad, antes de concluir en un acto en el que ha intervenido el líder de la izquierda griega, Alexis Tsipras.

Seis mil en Bochum, 5000 en Berlín, 3000 en Bremen, 4000 en Colonia y 5000 en Frankfurt, entre otras ciudades, los organizadores de la iniciativa “Redistribución, gravar la riqueza”, valoraban anoche la jornada como un “éxito completo”.

La protesta, fruto de una propuesta iniciada en agosto por una veintena de organizaciones civiles y algunos sindicatos y partidos políticos, exige un impuesto del patrimonio y un impuesto sobre el capital que financien de una forma justa el gasto social y reduzcan la deuda, así como una acción decidida contra la evasión de impuestos y los paraísos fiscales.

También se pidió un impuesto universal a la especulación y contra la pobreza mundial a cargo del sector financiero. La iniciativa quiere que las fuerzas políticas alemanas, cada vez más en competición electoral ante las generales de septiembre del año que viene, asuman estos puntos.

Las manifestaciones han sido apoyadas de forma desigual por algunos sindicatos como el gigante del sector servicios Verdi, con más de un millón de afiliados.

“Treinta años de neoliberalismo y desregulación de los mercados de trabajo y financiero han ampliado la brecha entre ricos y pobres”, ha dicho el secretario general de Verdi, Frank Bsirske, en la manifestación de Frankfut. “El contribuyente está pagando los rescates de la crisis financiera y con ello se trata en primer lugar de asegurar el capital de los más ricos”, añadió. “Ha llegado la hora de que quienes se beneficiaron de aquello contribuyan”, concluyó.

Un estudio del ministerio de trabajo alemán recién publicado ha desvelado hasta qué punto la sociedad alemana, hace treinta años relativamente nivelada para la escala europea, se ha americanizado desde el punto de vista del desigual reparto de rentas e ingresos.

Al 0,1% de la población mayor de 17 años le corresponde el 22,5% de los activos. El 0,9% tiene el 13,3% y al 9% le corresponde el 30,8%. Todo ello sumado arroja que el 10% de los alemanes más ricos concentran el 66,6% del capital.

A otro 40% de la población le corresponde el 32,2% de los activos. El 50% restante de la población posee el 1,4%.

“Como cristianos y cristianas no podemos aceptar el fraccionamiento social de nuestra sociedad”, dice Sabine Schiedermair, presidenta de la federación alemana de empleados católicos (KAB).

La Vanguardia, Rafael Poch Leer más: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120929/54352061559/manifestacion-alemania-desigualdad.html#ixzz27yZJWvMM Más sobre informe de desigualdad en Alemania.

viernes, 28 de septiembre de 2012

La Iniciativa Vive pide ayuda para la prevención cardiovascular. El proyecto aborda ciencia, educación y salud para prevenir la primera causa de mortalidad del mundo

Las enfermedades cardiovasculares con la primera causa de muerte en los países ricos, y van camino de serlo en los demás. Por eso su prevención —o, según prefiere Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), la promoción de comportamientos saludables— ocupa un puesto destacado en la agenda de la salud pública. Y no solo desde un punto de vista estrictamente médico. Tal y como plantea la Iniciativa Vive, tres son las patas del abordaje: ciencia, salud y educación, todas ellas igualmente importantes.

 Partiendo de este punto de vista, la Iniciativa Vive, fruto de la colaboración de la Fundación ProCNIC (que aglutina a empresas privadas que colaboran con el CNIC, entre ellas PRISA, editora de EL PAÍS) y la Fundación SHE (siglas en inglés de ciencia, salud y educación), se reinventa “para abrir su participación a todo ciudadano que disponga de tiempo e interés en luchar contra la patología cardiovascular”.

Como explicó Fuster en la presentación de este nuevo enfoque, la patología cardiovascular obedece a múltiples factores, la mayoría evitables. Entre los primeros están “los mecánicos” (obesidad y la presión arterial), los “químicos” (colesterol y diabetes) y “dos que se identifican con sendas preguntas: si se hace ejercicio y si se fuma”. Solo hay uno sobre el que no se puede actuar: la edad... EL PAÍS Madrid 28 SEP 2012

jueves, 27 de septiembre de 2012

Entrevista con Danilo Zolo, profesor de filosofía del derecho y de filosofía del derecho internacional en la Universidad de Florencia

...Se necesitan muy pocos datos para confirmar dramáticamente que el sol se pone sobre la “Era de los derechos” en la era de la globalización. La Organización Internacional del Trabajo calcula que 3.000 millones de personas viven ahora bajo la línea de pobreza, fijada en 2 dólares diarios. John Galbraith, en el prefacio al Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas en 1998, documentó que un 20% de la población del mundo se apodera de 86% de todos los bienes y servicios producidos a escala mundial, mientras el 20% de los más pobres solo consume 1,3%. Hoy en día, después de casi 15 años, esas cifras han cambiado para peor: El 20% más rico de la población consume un 90% de los bienes producidos, mientras el 20% más pobre consume 1%. También se calcula que un 40% de la riqueza del mundo es de propiedad del 1% de la población mundial, mientras las 20 personas más ricas del mundo poseen recursos iguales a los de los mil millones de gente más pobre...

CG: Su próximo libro, que está a punto de ser publicado por Laterza en Italia llevará el título Democracy without a Future. ¿Piensa que nuestro futuro será verdaderamente muy sombrío?

 DZ: No cabe duda, a mi juicio, de que en Occidente las instituciones que llamamos “democráticas” están en serio peligro, especialmente en Europa e Italia. La soberanía política y legal de las naciones Estado ha sido considerablemente debilitada, mientras la función de los parlamentos es limitada por el poder de burocracias públicas y privadas, incluyendo la burocracia judicial y los tribunales constitucionales. Al mismo tiempo, el poder ejecutivo tiende a asumir una función hegemónica sin tomar en cuenta la división de poderes que ha sido el sello distintivo del Estado constitucional europeo continental y del Estado de derecho anglo-estadounidense.

La democracia parlamentaria cede el paso a la “telecracia”. Los canales de televisión públicos y privados son instrumentos muy efectivos de propaganda política. Como señaló Norberto Bobbio, el enorme poder de la televisión ha causado un cambio de rumbo de la relación entre ciudadanos que controlan y ciudadanos que son controlados. La minoría limitada de representantes elegidos controla a las masas de votantes y no viceversa. Por ello estamos en un régimen al que no es retórico calificar de “tele-oligarquía post democrática”, en el cual la vasta mayoría de la gente no “escoge” y no “elige” sino ignora y obedece.

Cientos de miles de jóvenes, mujeres y ancianos no tienen trabajo, ni siquiera los más insignificantes, y viven en la pobreza. ¿Significa que nos espera un mañana “muy sombrío”? No es fácil responder esa pregunta. Lo que parece absolutamente seguro es el progresivo debilitamiento de las funciones políticas y económicas de Estados individuales y la dominación de algunas elites económicas y políticas que sirven intereses privados intocables. Es la así llamada “nueva clase capitalista transnacional” que domina los procesos de globalización desde la punta de torres de vidrio en ciudades como Nueva York, Washington, Londres, Frankfurt, Nueva Delhi, Shanghái.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NI26Dj01.html Foto: Salinas de Bonanza vistas desde Bajo Guía, en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz.

La fiebre del oro. El expolio de la RDA

Heiner Müller definió en una ocasión “el socialismo real” como una época «entre la edad de hielo y el comunismo». La expresión no parece decir nada, pero en realidad dice mucho. El fracaso de la revolución mundial, que dejó a la Unión Soviética completamente aislada en el plano internacional (una situación que en última instancia acabó favoreciendo el ascenso de Stalin y todo lo que ello supuso), primero, y la extensión de su modelo a toda Europa oriental manu militari tras la Segunda Guerra Mundial después, creó una situación particularmente extraña en los países que formaban el bloque oriental. Por una parte se reclamaban en lo ideológico portadores de la idea del comunismo, una idea que justificaba todas las estrecheces y medidas de excepción del presente, mientras que, por la otra, era cada vez más evidente el estancamiento político y económico, que se traducía en el tedio y la apatía de la ciudadanía. La “dictadura del proletariado”, la fase de transición que había de conducir al comunismo, se había convertido en una forma de estado –en una particularmente desagradable para muchos ciudadanos– y la espera, en un modo de vida en que ni se avanzaba ni se retrocedía. El socialismo realmente existente se encontraba, efectivamente, en algún lugar «entre la edad de hielo y el comunismo».

Con la caída del Muro de Berlín la historia entró de lleno en todo el bloque oriental. Lo hizo como capitalismo dinámico y como «destrucción creativa». Es una parte de la historia de Europa que no figura en los libros de texto, ni de la que los medios de comunicación escriben artículos conmemorativos, porque, como recordarán, se había producido «el fin de la historia», aquella perversión hegeliana acuñada por Francis Fukuyama y explotada a la perfección por los think tanks estadounidenses. La proclamación de la “victoria de la Guerra fría” nunca fue suficiente para los ganadores. Había que clavar la cabeza del enemigo en una lanza y pasearla por todos los rincones del país chorreando sangre. En la mejor y más ancestral tradición germánica, se sobreentiende. Y eso fue exactamente lo que hicieron las élites políticas y económicas alemanas. Cuando un periodista le preguntó a Lothar Späth, a la sazón miembro del Presidium de la CDU, si la terapia de choque económica para la República Democrática Alemana era una forma de capitulación incondicional, éste respondió lacónicamente: «le contestaré brutalmente: sí». [1]

El mayor matadero de Europa
Desde hace unas semanas se proyecta en algunas pequeñas salas de Alemania Goldrausch – Die Geschichte der Treuhand, un documental basado en el reportaje de investigación de Dirk Laabs, Der deutsche Goldrausch – Die wahre Geschichte der Treuhand [La fiebre del oro alemana – La verdadera historia de Trehuand] (Múnich, Pantheon, 2012). El documental –algo lastrado por su realización para televisión– es desde luego oportuno: cuando Alemania está, un día sí y al otro también, en el punto de mira de los articulistas de todo el sur de Europa, nos recuerda que las primeras víctimas de la élite política y empresarial alemana no fueron otros que sus propios compatriotas.

¿Qué fue Treuhand?
¿Qué significó para miles de alemanes? Inmediatamente antes de su desintegración y con la intención de facilitar el proceso de reunificación, el último gobierno de la RDA creó una agencia para la privatización (Treuhandanstalt) de las empresas estatales de Alemania oriental (Volkseigener Betriebe, VEB). La sede se estableció en la Alexanderstraße de Berlín, a tiro de piedra de la celebérrima Alexanderplatz. El 1 de julio de 1990 Treuhand asumió la gestión de 8.400 empresas, 25.000 comercios al por menor, 7.500 restaurantes y hoteles y 1'7 millones de héctareas de tierra cultivable. Todas estas empresas, grandes y pequeñas, daban empleo a más de cuatro millones de trabajadores. Y a todo ello aún había que sumar el capital confiscado al Ministerio de Seguridad del Estado y parte de las propiedades del Ejército de Alemania oriental (Nationale Volksarmee). Uno de los primeros directores de Treuhand estimó en 1990 en 600 mil millones de marcos el valor total de su catálogo de empresas. La propiedad de titularidad pública de la RDA, un estado en vías de desaparición, debía, a propuesta de Werner Schulz (Alianza 90/Los Verdes) y otros representantes del movimiento ciudadano en Alemania oriental, distribuirse de manera equitativa entre sus ciudadanos, quienes, al fin y al cabo, habían contribuido a su construcción y desarrollo. Si los ciudadanos de la RDA habían de convertirse en ciudadanos de derecho de la nueva Alemania tal y como pedían sus vecinos occidentales, a la fuerza habían de poseer un capital propio. Treuhand tenía que ser el organismo encargado de dárselo, pero de este modelo no quedó más que la idea y Treuhand acabó convirtiéndose en todo lo contrario a lo que supuestamente tenía que ser.

Como primera señal de lo que los antiguos ciudadanos de Alemania oriental habrían de ver en los próximos años, los puestos directivos de Treuhand se reservaron a alemanes occidentales. Tras la dimisión de Rainer Maria Gohlke por disputas con el consejo administrativo, Detlev Karsten Rohwedder asumió la presidencia del organismo. Rohwedder era un empresario socialdemócrata que se había hecho un nombre en Alemania occidental saneando y privatizando empresas del sector industrial, labor por la que recibió en 1983 el premio de Directivo del año. Rohwedder asumió el cargo convencido de que 40 años de “socialismo real” habían perjudicado más al tejido industrial de Alemania que la Segunda Guerra Mundial...
seguir leyendo en Sin Permiso, Ángel Ferrero.

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5270

Foto: Puesta de sol en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. 22-09-2012.

martes, 25 de septiembre de 2012

Democracia de calidad frente a la crisis. Nos ha faltado un marco ético, capaz de estimular la responsabilidad social

Un gran número de españoles está viviendo la crisis actual como un auténtico fracaso del país en su conjunto. ... en 2007 estalló en el nivel global y local esa crisis que había venido gestándose, una crisis que parece ser sobre todo económico-financiera y política, y descubrimos que el rey estaba en buena parte desnudo. Que, por desgracia, nos queda mucho camino por andar.

Para recorrer con bien ese camino importa preguntar qué nos ha pasado, qué ha fallado, y un punto esencial es que no se trata solo de una crisis económica y política, sino también de una crisis ética, que pone de manifiesto las carencias de espíritu cívico. En los últimos años, nos ha faltado un marco ético efectivo, capaz de estimular la responsabilidad social y un buen uso de la libertad.

Con el deseo de aportar algunas sugerencias para la elaboración de ese marco, el Círculo Cívico de Opinión dedica el sexto de los Documentos que ha publicado al tema Democracia de calidad: valores cívicos frente a la crisis, y en él apunta a modo de ejemplo medidas como las siguientes:

Perseguir un bien común. En una democracia que es, a su vez, un Estado de derecho, es preciso perseguir un bien común que amplíe el horizonte de los intereses individuales como los únicos fines de la actividad económica y política. Por legítimos que sean los intereses privados, las instituciones y los ciudadanos se deben también a unos intereses comunes.

La equidad como fin. Sostener la equidad y mejorarla debería ser el principio irrenunciable de un Estado de derecho. En muy poco tiempo, España consiguió poner en pie un Estado de bienestar homologable con el resto de los países de nuestro entorno. Pero el modelo es frágil y no podrá sostenerse si no va acompañado de la voluntad de preservarlo por encima de todo. Hay que repensar el modelo con serenidad y con voluntad de conseguir acuerdos lo más amplios posibles.

Debe cambiar el orden de los valores. Los años de bonanza económica pasados han propiciado una cultura de la irresponsabilidad y del dinero fácil, que ha traído consigo corrupción, evasión de impuestos y un consumismo voraz. Si algo puede enseñar la crisis es que debe cambiar la jerarquía de valores transformando las formas de vida, entendiendo que el bienestar no se nutre solo de bienes materiales y consumibles. Formas de vida que fortalezcan cultural y espiritualmente al individuo y a la sociedad con valores como la solidaridad, la cooperación, la pasión por el saber, el autodominio, la austeridad, la previsión o el trabajo bien hecho.

Decir la verdad. La costumbre de ocultar la verdad por parte de políticos y controladores de la economía de distintos niveles ha sido responsable de la crisis en buena medida. Pero esa costumbre se ha extendido también entre intelectuales y otros agentes de la vida pública, plegados a lo políticamente correcto, sea de un signo o de otro. Entre la incompetencia y la ocultación saber qué pasa y anticipar con probabilidad qué puede pasar es imposible para la gente de a pie.

Cultura de la ejemplaridad. Los protagonistas visibles de la vida pública tienen un deber de ejemplaridad, coherente con los valores que dan sentido a las sociedades democráticas. La corrupción, la malversación de bienes públicos, el despilfarro, el desinterés por el sufrimiento de quienes padecen las consecuencias de la crisis, la asignación de sueldos, indemnizaciones y retiros desmesurados producen indignación en ocasiones, pero también modelos que se van copiando con resultados desastrosos.

Rechazar lo inadmisible. Para que una sociedad funcione bien es necesario que las leyes sean claras y que se apliquen, pero también que la ciudadanía rechace las conductas inaceptables. Es verdad que hay que ir con mucho cuidado con eso que se ha llamado la “vergüenza social” y que es una de las formas que tiene una sociedad para desactivar actuaciones que considera reprobables. Esa vergüenza ha causado tanto daño y es tan manipulable, la utilizan tan a menudo unos grupos para desacreditar a otros, que solo puede recurrirse a ella como una cultura, vivida por todos los grupos sociales, de que determinadas conductas no pueden darse por buenas.

Potenciar el esfuerzo. Lo que vale cuesta. Dar a entender que se pueden alcanzar las metas vitales sin trabajo alguno es engañar, condenar a las gentes a ser carne de fracaso y destruir un país. Aprender, por el contrario, que esfuerzo y ocio son dos caras del buen vivir, que ayudan a construir un buen presente y un buen futuro.

Superar la partidización de la vida pública. La partidización de la vida pública es uno de los lastres de nuestra política, que impide agregar voluntades para encontrar salidas efectivas y consensuadas a los problemas que nos agobian. Cuando ante cada uno de los problemas públicos la sociedad se divide siguiendo los argumentarios de los partidos políticos se destruyen la cohesión social y la amistad cívica indispensables para llevar una sociedad adelante.

El sentido de la profesionalidad. La profesionalidad, en todos sus ámbitos de ejercicio, es un valor que no debe medirse solo por la eficiencia y la competencia científica y técnica, siendo ambos valores altamente encomiables. Ser un buen profesional significa incorporar también ideales que hagan de las distintas profesiones un servicio a la sociedad y al interés común. Es buena la gestión estimulada no solo por la obtención de beneficios materiales, sino por un espíritu cívico y de servicio.

Promover la educación. El mejor instrumento de que disponemos para conseguir una sociedad mejor y cambiar el orden de los valores es la educación, entendida como formación de la personalidad y como una tarea de la sociedad en su conjunto. El ideal de autenticidad debe poder conjugarse con los valores propios de la vida democrática.

Recuperar el prestigio. Ni las instituciones ni las personas que ostentan los cargos de mayor responsabilidad han sabido ganarse la reputación y el prestigio imprescindibles para merecer confianza y credibilidad por parte de la ciudadanía. Además del déficit notable de ideas para gestionar y resolver la crisis, se echa de menos un liderazgo compartido por el conjunto de grupos políticos, que actúe con valentía y con prudencia, que corrija los despilfarros de otros tiempos, que sepa discernir la gravedad de cada problema y que tenga visión de futuro y no atienda únicamente al corto plazo.

Construir un marco de valores comunes. Es urgente construir un suelo de valores compartidos, fortalecer los recursos morales que surgen de las buenas prácticas porque solo así se generará confianza. Pero también crear espacios de deliberación que hagan posible construir pueblo, y no masa, que fortalezcan la intersubjetividad y no se disgreguen en la suma de subjetividades. Generar pueblo y sociedad civil tanto en España como en Europa, donde somos y donde queremos estar, es uno de los retos, porque tal vez sea esta una de las claves del fracaso de Europa: no haber intentado reforzar la conciencia de ciudadanía europea, la Europa de los ciudadanos, esa pieza que resulta indispensable para que sean posibles tanto la Europa económica como la política. Victoria Camps, Adela Cortina, José Luis García Delgado, en representación del Círculo Cívico de Opinión. En El País.
Foto del autor, puesta del sol en la playa de la Barrosa, el sol sobre el castillo de Santi Petri. Chiclana de la Frontera, Cádiz.

25-S Rodea el Congreso

Parte de manifestantes en Madrid.






















Fotos de El País en internet.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Portugal. Lisboa cede a la presión de la calle y se replantea los recortes

El Gobierno de Portugal ha acabado por ceder a la presión de la calle. Tras dos semanas sometido a una intensa presión social ha aceptado echar marcha atrás en su última propuesta de ajustes, dirigida a aumentar la carga fiscal de los trabajadores y reducir la de las empresas.

En un comunicado divulgado por la Jefatura del Estado, el Ejecutivo luso del primer ministro Pedro Passos Coelho admite "estar disponible para, en el marco de la concertación social, estudiar alternativas" a esta medida, fuertemente criticada por patronal, sindicatos, oposición y grupos civiles.

 Esta fue la principal conclusión de la reunión del Consejo de Estado, órgano consultivo convocado ayer por el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, y que acabó esta madrugada tras ocho horas de deliberaciones.

Prueba de la contestación social que había generado la propuesta del Gobierno fue la protesta celebrada frente al Palacio lisboeta de Belem, donde tuvo lugar la reunión, y en la que participaron miles de personas para pedir la suspensión de las últimas medidas de austeridad anunciadas por el Ejecutivo.

"Cavaco, escucha, el pueblo está en lucha" o "FMI fuera de aquí" fueron algunas de las consignas más coreadas por los manifestantes. La protesta discurrió sin apenas incidentes, aunque fueron detenidas cuatro personas acusadas de lanzar petardos y una más por resistencia a la autoridad.

La propuesta del Gobierno luso de subir en 2013 las contribuciones que pagan a la Seguridad Social los trabajadores y bajar la que abonan las empresas por cada empleado fue anunciada por el propio Passos Coelho el viernes 7 de septiembre, con el objetivo de "crear empleo" y frenar así el continuo aumento del paro.

La medida, sin embargo, fue contestada por la oposición, los sindicatos e incluso la patronal, por considerar que podía hundir todavía más el ya de por sí debilitado consumo interno. Este nuevo incremento de la carga fiscal a los trabajadores también causó divergencias entre los dos partidos que conforman el Gobierno conserador, los socialdemócratas del PSD y los democratacristianos del CDS-PP, que juntos permiten a Passos Coelho gozar de mayoría absoluta.

Estas diferencias de criterio entre ambos grupos parlamentarios quedaron finalmente resueltas, según el comunicado hecho público este sábado tras la reunión del Consejo de Estado, que da por "superadas las dificultades que podían afectar a la solidez" de esta alianza y descarta así la posibilidad de una crisis política.

El órgano consultivo, que últimamente sólo ha sido convocado por el jefe del Estado en situaciones de crisis, también incidió en la necesidad de "preservar la cohesión nacional" en un momento en que Portugal se encuentra intervenido por las instituciones internacionales.

El país vive bajo la asistencia financiera de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional desde mayo de 2011, que acordaron prestarle 78.000 millones de euros a lo largo de tres años para evitar la bancarrota, a cambio de un severo programa de ajustes y reformas aplicado a rajatabla por el Gobierno conservador luso.

Los recortes, sin embargo, no han evitado que Portugal afronte dificulades para cumplir con algunos de los compromisos adquiridos con la troika, como el de la reducción del déficit público, lo que obligará a la adopción de nuevas medidas de austeridad. Fuente: http://www.publico.es/internacional/442770/lisboa-cede-a-la-presion-de-la-calle-y-se-replantea-los-recortes
Foto del autor: Puesta del sol del día 22-09-12 en Sanlúcar de Barrameda.

El gasto por intereses de la deuda superará al de personal en 2013

La partida destinada a financiar los préstamos será mayor que la del empleo público por primera vez desde, al menos, 1995

El próximo jueves el Gobierno aprobará, por segunda vez este año, unas cuentas anuales. Convocará un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2013. Un encaje de bolillos que tiene visos de ser el más complicado de los últimos tiempos: la economía seguirá en recesión, lo que afectará a la recaudación fiscal. Y para terminar de cerrar el círculo de lo imposible, además, se estrecha el límite de déficit permitido y suben los intereses de la deuda acumulada. ¿El resultado? La partida reservada para pagar esos intereses por la deuda será mayor que toda la partida destinada a pagar al personal de toda la Administración del Estado consolidado. Es la primera vez, al menos desde 1995, que ocurre.

El aumento de la deuda pública y el alto nivel en el que se sitúa la prima de riesgo impulsan los gastos por intereses, la partida que más crecerá el próximo año, 9.114 millones más que en 2012 (cuando fue ya de 28.913 millones de euros), casi un punto del PIB. En total, esta carga será de más de 38.000 millones de euros. Los gastos de personal consolidados (de la Administración Central, Seguridad Social y organismos autónomos) presupuestados para este año estuvieron ya por debajo de esa cifra, ya que fue de 33.151 millones de euros. Así pues, la previsión de gastos que realiza el Gobierno para pagar los intereses superará por primera vez a lo que dedica a pagar la nómina de los funcionarios y empleados públicos, al menos desde 1995, último año sobre el que aparecen registros de los Presupuestos Generales en la página del Ministerio de Hacienda. Los gastos financieros en 2013 serán el doble que los presupuestados en 2009 por la crisis e incluso superarán también por primera vez a lo que destina el Gobierno a pagar las prestaciones por desempleo.

El objetivo principal de las cuentas de 2013 pasa por cumplir con el sacrosanto objetivo de déficit comprometido con Bruselas. La Administración central y la Seguridad Social tienen fijado un tope conjunto de déficit del 3,8% del PIB, lo que supone que el año próximo la desviación entre gastos e ingresos presupuestarios no podrá ser mayor de 40.778 millones, unos 7.000 millones menos que en 2012. La tarea es complicada porque están previstos que los gastos públicos de la Administración central crezcan un 9,2% hasta los 126.792 millones, según el techo de gasto aprobado por el Gobierno a mediados de julio. La aportación del Estado a la Seguridad Social también aumentará en unos 4.300 millones, para asumir los complementos de mínimos de la Seguridad Social y hacer frente al mayor gasto en pensiones.

A todo eso se añade que la crisis sigue haciendo estragos y las perspectivas no son nada halagüeñas. Las últimas previsiones del FMI estiman que la economía española se contraerá un 1,2% el próximo año, lo que podría obligar al Gobierno a modificar el cuadro macroeconómico —las cifras de referencia para calcular el presupuesto— en el que contemplaba una caída del 0,5% del PIB... Leer más aquí en El País. Y aquí.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La preocupacion de Stiglitz y la manipulacion de "Clarin" y "La Nacion". Informe sobre una información

Horacio Verbitsky.
Página 12

Un apasionante foro en la Universidad de Columbia sobre la concentración de los medios, el acceso a la información y la libertad de expresión, y su reflejo distorsionado en los mayores diarios argentinos, pese a la participación de sus directivos en el debate. Stiglitz defendió una regulación estatal fuerte de los medios televisivos, con los que se informa el ciudadano medio, para asegurar la diversidad, esencial para la democracia y el desarrollo.

Bajo el título “Stiglitz, preocupado por las estadísticas”, en Clarín, y “Stiglitz advirtió sobre los riesgos de no tener estadísticas adecuadas”, en La Nación, ambos diarios publicaron la semana pasada un diálogo con periodistas argentinos, sostenido en Nueva York tras las presentación del Premio Nobel de Economía en la conferencia sobre la libertad de prensa en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia. Stiglitz dijo a esos periodistas que “no se puede manejar la economía sin estadísticas correctas”. En cambio, los dos diarios ignoraron el panel que Stiglitz compartió con el funcionario del Banco Mundial Sergio Jellinek, durante el cual mantuvo un interesante diálogo con el secretario de redacción de Clarín y director periodístico de su Maestría de Periodismo, el filósofo Miguel Wiñazki. Clarín omitió toda mención a la conferencia de Stiglitz y La Nación apenas dijo que “defendió la competencia en el mercado de medios y el acceso a la información, dos elementos que son cruciales en una democracia”.

Su conferencia (que puede verse  en
 http://new.livestream.com/accounts/1079539/events/2051379/videos/17935127
fue de gran interés.

Clarín y La Nación limitaron sus crónicas a las exposiciones de intenso contenido político de sus propios directivos, Ricardo Kirschbaum y Héctor D’Amico, quienes no evidenciaron conocimiento sobre la ley audiovisual.

Consecuencias de la concentración
Según Stiglitz el rol de la prensa es llamar la atención sobre los abusos del mercado financiero contra los ciudadanos y acerca de la corrupción en el sector público, que es igual o peor en el sector privado. Dijo que el suministro de información era un bien público, que cuando estaba disponible beneficiaba a todos. Por eso en países como Noruega y Suecia se considera que por brindar un servicio público los medios deben tener apoyo estatal.

Por la misma razón, agregó, las consecuencias de la concentración son peores en la prensa que en otros sectores, ya que afecta “el mercado de las ideas, que es fundamental para la democracia”. Los criterios antimonopólicos deben ser más estrictos, igual que en el área financiera. Como la televisión es el principal modo de acceso a la información de los ciudadanos que no leen diarios, allí “la concentración puede ser más perniciosa que en otras áreas”. Mencionó el mal ejemplo de Italia, donde la concentración televisiva llegó a poner en duda su carácter democrático. “Para que la prensa cumpla con su rol, debe haber regulaciones competitivas muy fuertes”, dijo. Expuso que Estados Unidos era la más desigual de las sociedades desarrolladas.

Esa desigualdad económica es tan grande “que no es extraño que se traduzca también en desigualdad política, lo cual además se refuerza si los medios tienen un alto grado de concentración”. Sostuvo que en muchos países latinoamericanos son especialmente grandes el nivel de concentración de los medios y los nexos entre la desigualdad política y económica, “con lo cual la prensa es un modo de sostener la desigualdad. América latina es la región del mundo con mayor nivel de desigualdad y la concentración de la prensa juega un rol importante en esto”.

Tanto los gobiernos como las empresas intentan limitar el acceso a la información, que la prensa necesita para cumplir con su rol. Enumeró distintas formas de restricción: los gobiernos que “en todos los países” usan su control de la información para negociar la cobertura; las leyes antiterroristas, como ocurrió en Islandia con la crisis bancaria; las leyes de difamación, que pueden usarse para suprimir la libertad de expresión, y la autocensura, que es la más difícil de tratar.

Ejemplificó con la afirmación que luego se demostró falsa de que en Irak había armas de destrucción masiva, con lo cual se justificó la guerra. “Era difícil encontrar una cobertura justa en Estados Unidos. Había que leer la prensa extranjera, que no recibía las influencias oficiales que modelaron la cobertura de The New York Times”, dijo.

Diversidad y propiedad
Jellinek contó que hace un tiempo el dueño del principal diario de la República Dominicana, quien también posee estaciones de radio y de televisión, le dijo que no hacían falta otros medios ya que “nosotros tenemos programas muy diversos, para mujeres, para niños, de cocina”.

–¿La diversidad debe abarcar también la propiedad de los medios? –preguntó Jellinek.
–Sí. El riesgo con la prensa es que aunque trate de separar la página editorial de las noticiosas, es fácil que se superpongan. Para la democracia es fundamental la diversidad de perspectivas –respondió Stiglitz.

Desde el público, pidió la palabra Miguel Wiñazki:
–Dado su contacto con el gobierno argentino y con la presidente, ¿cuál es su opinión sobre el conflicto con la prensa argentina y sus efectos sobre la economía? –preguntó.

–No tengo una relación formal, pero viajo de tanto en tanto a la Argentina. Es siempre un país interesante, con una sociedad civil muy activa, gente que discute mucho y el gobierno que siempre impulsa nuevas iniciativas. No conozco los detalles del debate, pero por lo que leí, el tema es la concentración de la propiedad de los medios, según las líneas que describí en mi exposición –respondió sonriente.

También hizo una pregunta Carlos Winograd, quien ya había participado en el panel anterior, sobre la Argentina, junto con el director periodístico de Clarín, Ricardo Kirschbaum, y el secretario general de redacción de La Nación Héctor D’Amico, y con el directivo del CELS Damián Loreti. El moderador de ese panel, el periodista John Dinges, profesor de Columbia, presentó a Winograd como estudioso independiente de la Facultad de Economía de París y como ex secretario de defensa de la competencia. (Lo fue en el último gobierno radical, del presidente Fernando de la Rúa). Lo que no dijo, porque nadie se lo había informado, es que en 2009 Winograd fue contratado por Cablevisión, para argumentar que esa empresa del Grupo Clarín había sobrecumplido las metas de inversiones y obras que le fijó la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia como condición para autorizar que se fusionara con Multicanal, según informó La Nación el 14 de diciembre de 2009 (http://www.lanacion.com.ar/ 1211409-analizan-inversiones-de-cablevision). Ese dato esencial tampoco fue mencionado en las crónicas de la conferencia que publicaron los dos diarios representados. Clarín mencionó a Winograd como miembro del Paris School of Economics y La Nación como ex secretario de Defensa de la Competencia. Consultado para esta nota, Dinges dijo que le agregaron a Winograd al panel a último momento y sin informarle de su contrato con el grupo Clarín. Es decir, actuaron en Estados Unidos tal como lo hacen aquí.

Crear la competencia
El contenido de la intervención de Winograd antes de formular su pregunta a Stiglitz coincide con los argumentos del Grupo Clarín para oponerse a la regulación dispuesta en la ley audiovisual. En el panel anterior había dicho que el Grupo Clarín era el participante más pequeño en una competencia global de firmas multimedia, como Time Warner, Disney, Telefonica, News Corporation, O Globo y Televisa y que la regulación planteada por la ley argentina era anacrónica porque no contemplaba las innovaciones tecnológicas; irracional, ya que las licencias de cable no son necesarias porque no ocupan espectro; sobreabundante porque su regulación se superpone con la de la ley de defensa de la competencia, e inconsistente en el aspecto económico, al limitar la penetración al 35 por ciento en la audiencia, lo cual juzgó inspirado por el 30 por ciento de Estados Unidos. “No inventemos la rueda pero tampoco copiemos lo equivocado, aunque venga del Norte”, dijo.

A su juicio, la regulación tiene que ser consistente con el avance de la tecnología y proveer más bienes a menor costo al consumidor. En su pregunta a Stiglitz, Winograd volvió a mencionar las economías de escala, el tamaño de los países, la propiedad cruzada y el impacto positivo de la sinergia entre medios y expresó el temor de que las reglas generales no pudieran aplicarse a todos los casos. Para asegurar la competencia en el mercado de las ideas los medios más pequeños necesitarán apoyo público, pero los países menos desarrollados, con instituciones débiles tenderán a la captura política del apoyo público y en vez de promover la diversidad, puede ocurrir lo contrario, con más voces pero parecidas, dijo. Stiglitz le respondió que los beneficios de la diversidad superaban a sus costos y que esto se incentivaba en la televisión.

“Para el funcionamiento de la democracia la diversidad de perspectivas es esencial, no me preocupan pequeños aumentos de costos. La respuesta a su preocupación por la dificultad de manejar programas de apoyo en países subdesarrollados con instituciones débiles, es fortalecer las instituciones”.

Stiglitz también dijo que los mercados pueden no ser libres por otras restricciones que no sean estatales y que hace falta del gobierno para que los mercados sean realmente libres. “Hay países donde los mercados se llaman libres pero no actúan como tales, en distintas áreas, en especial en los medios.

Por eso opino que hace falta una fuerte intervención estatal, tanto regulatoria como en el otorgamiento de licencias, e incluso creando competencia en forma proactiva allí donde no existe”. Para Stiglitz, se justifican regulaciones como la de Estados Unidos.

“Prefiero que el gobierno tome una posición fuerte, aunque los medios se enojen. Lo mejor es que el propietario de un diario poderoso no pueda obtener una licencia de televisión, no por favoritismo ni discriminación, sino porque ésas son las reglas para asegurar la diversidad. Así ocurre en muchos países. Donde los gobiernos no tienen una posición fuerte, los medios pueden perder credibilidad por no cumplir su rol crítico para conseguir una licencia de televisión”.

El presente ausente
En su presentación de la mesa, Dinges lamentó los ataques oficiales a los medios y dijo que para defenderse practican un periodismo de trinchera, que no es lo mejor para la convivencia democrática. Aclaró que la situación actual era “incomparable con la padecida durante la dictadura militar, cuando el control de la prensa se hacía por la amenaza y la realidad de la cárcel y la muerte. Ahora hay un sistema constitucional”.

También explicó que organizaciones de defensa de la libertad de expresión han destacado como un paso positivo la despenalización de los delitos de calumnias e injurias, promulgada en 2009, dijo que el actual conflicto giraba en torno de la regulación de los medios audiovisuales y precisó que las críticas no se dirigen sólo a la cobertura de periodistas y a los contenidos, sino a los propietarios y accionistas de los medios privados.

Clarín y La Nación también fueron parcos con la intervención del único de los cuatro panelistas sin vínculos de ningún tipo con el Grupo Clarín, Damián Loreti, doctor en Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los redactores de la ley audiovisual, como integrante de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Clarín sólo dijo que “salió en defensa de la ley de medios afirmando que el día de su aprobación había frente al Senado 40.000 personas que salieron a apoyarla diciendo que querían más libertad de expresión, más medios”. Pero le dedicó más espacio a la respuesta de Kirschbaum, quien descalificó la intención política del gobierno y también a las personas que apoyaron la ley, porque querían “punir a los medios que afectaba esa ley”.

La Nación apenas consignó que en una exposición de tono técnico, Loreti dijo que “Reporteros sin Fronteras respaldó la ley de medios; que fue aprobada con apoyos de varios partidos y no sólo el oficialismo, y que sigue principios recomendados por la Unesco”. Fue mucho más que eso. Obligado a dividir su tiempo en responder a los tres panelistas que defendieron la posición del Grupo Clarín, Loreti comenzó por precisar que no es correcto hablar de ley de medios, ya que no contempla a las publicaciones gráficas.

Kirschbaum exaltó en su intervención las manifestaciones opositoras en las calles, donde dijo que se defendió la libertad de expresión, y Wiñazki se quejó desde el público por la coacción que el gobierno ejercería sobre los periodistas.

Loreti les recordó que fue durante esas marchas opositoras que hubo periodistas golpeados y maltratados en las calles y que seis periodistas fueron denunciados ante la justicia penal por sus informaciones y opiniones, que el Grupo Clarín calificó como instigación a cometer delitos y coacción agravada. Reconoció que la ley audiovisual no prevé una perspectiva tecnológica de integración y convergencia pero recordó que el proyecto original lo contemplaba y fue suprimido por el amplio rechazo de fuerzas políticas y organizaciones sectoriales. Según Loreti la superposición de regulaciones es mayor en Estados Unidos.

Sobre el pluralismo y la diversidad dijo que no pueden medirse sólo en términos de competencia, tal como afirmó la Relatoría de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe de 2004: el Estado tiene la obligación de garantizar por medio de la ley la pluralidad en la propiedad de los medios, por cuanto los monopolios y oligopolios “conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho de la libertad de información de los Ciudadanos”. Para ello, dice la Relatoría, “el derecho de la competencia en muchas ocasiones puede resultar insuficiente, particularmente en cuanto a la asignación de frecuencias radioeléctricas. No se impide entonces la existencia de un marco regulatorio antimonopólico que incluya normas que garanticen la pluralidad atendiendo la especial naturaleza de la libertad de expresión”.

También la Unesco, en sus “Indicadores de pluralismo y diversidad”, de 2008 dice que la cuestión de los monopolios y los oligopolios que afectan la democracia no se reduce a la defensa de la competencia. Si la libertad de expresión se ve comprometida, dice el documento, “los Estados deben seguir cuatro reglas: rechazar pedidos de licencias de quienes ya tenían otras, rechazar pedidos de fusión de quienes tienen más de una licencia, adoptar reglas de desinversión (la palabra desinversión no está en la ley argentina, sino en los indicadores de Unesco), y sancionar en caso de incumplimiento”, recordó Loreti.

D’Amico hizo una comparación irónica entre Fútbol para Todos y el Superbowl del fútbol norteamericano, y dijo que “los medios tienen la obligación ética de ganar dinero. La única manera de ser independiente es ganar dinero”. En cambio Loreti destacó el proceso de desconcentración de contenidos de interés relevante que dispuso la ley argentina. “Para ver el partido estrella del domingo había que pagar tres veces: el abono de cable, el servicio del decodificador y el paquete premium. Yo pagaba televisión por cable y veía la tribuna con un señor que relataba”, concluyó.

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-219805-2013-05-12.html

Más:
Stiglitz, El precio de la desigualdad. El 1% de la población tienen lo que el 99% necesita. Taurus. 2012.

Un matrimonio mayor aquejado de "kaputtsparen"

Maltrecho por la eurocrisis, el eje franco-alemán se reivindicó ayer a sí mismo entre grandes palabras y gestos. En el castillo de Ludwigsburg, cerca de Stuttgart, Merkel y Hollande conmemoraron el medio siglo de la reconciliación franco-alemana de posguerra a cargo del tandem De Gaulle-Adenauer. “Somos como un matrimonio mayor, con sus problemas”, dijo Hollande. “Los europeos estamos unidos en la búsqueda de la felicidad”, dijo Merkel poniendo un toque de la constitución de Estados Unidos.

Los dos acabaron sus discursos con frases en la lengua del otro, emulando el discurso en alemán de De Gaulle. “Somos el corazón de Europa, no hay más remedio que seguir adelante” proclamó el actual presidente de Francia. “La Europa del futuro está en nuestras manos”, respondió Merkel. Si es verdad que la historia se repite como farsa, lo de ayer en Ludwigsburg, puesto al lado de De Gaulle y Adenauer, lo confirma plenamente. Si entonces los dos estadistas buscaban un remedio a la guerra, periódica y recurrente, entre sus dos naciones, ¿cuál es el proyecto europeo hoy, más allá de la servidumbre al mercado?

En cualquier caso, la grandilocuencia se complicó ayer cuando los periodistas llevaron el asunto al terreno práctico y preguntaron por la supervisión bancaria europea, la última diferencia franco-alemana. “No hay que tener prisa” dijo Merkel”. “Cuanto antes, mejor”, dijo Hollande.

Mas allá de las grandes palabras, la relación que mantienen los dos mandatarios del eje europeo es una relación fría que se aguanta con pinzas. El pacto de este verano es que Hollande accede al “más Europa” a cambio de oxígeno alemán para que el Banco Central Europeo pueda comprar deuda “ilimitadamente”. El esquema anunciado este mes por el BCE es lo mismo que ha hecho la FED en EE.UU.

La situación es inquietante porque ese apoyo “ilimitado” significa que cuatro años después del hundimiento que casi llevó al colapso al sistema financiero internacional, se continúa inyectando dinero del contribuyente europeo a ese mismo sistema cuya reforma brilla por su ausencia. Sostener la mayor transferencia de dinero público a menos privadas de la historia es la prioridad general.

En Europa es Alemania la más consecuente y la que más empuja por ello con su pacto fiscal europeo, el corsé para garantizar y disciplinar, incluso constitucionalmente, el pago de esa transferencia. Hollande, que en su campaña electoral prometió “renegociar” dicho pacto, con su delicado traspaso de soberanía parlamentaria nacional a funcionarios no electos de Bruselas, no ha vuelto a mencionar el asunto. Su prestigio se funde como hielo al sol mientras a izquierda y derecha se le exige un referéndum.

La otra gran pata europea es el recorte social impuesto para pagar la deuda y que está sangrando manifiestamente a muchos países. Su consecuencia es lo que los alemanes llaman „Kaputtsparen“, es decir: dañar, o arruinar del todo, a un país a base de ahorros excesivos. Eso es lo que está pasando y no parece que sea socialmente sostenible.

Según reconoce el propio gobierno alemán en un informe divulgado en el Bundestag, la deuda de los países europeos está aumentando con el Kaputtsparen diseñado para sufragarla. Eso ha ocurrido este año en Bélgica (endeudada en el equivalente al 100% de su PIB), Irlanda (116%), Portugal (113,9%), España (80,9%), Italia (123,5%), e incluso en la propia Alemania (82,2%). Menos Italia y Alemania, que la reducirán microscópicamente, todos esos países incrementarán su deuda pública en 2013, señala el informe. Grecia, ejemplo paradigmático del “kaputtsparen” logrará reducir casi cinco puntos su deuda este año, situándola en el 160,6% del PIB, pero en 2013 la incrementará hasta casi el 170%, es decir cincuenta puntos más que al iniciar sus programas de ajuste.

Las consecuencias del despropósito comienzan a sentirse en Alemania, en sus exportaciones mermadas por la asfixia de sus clientes del sur de Europa. Puede que, poco a poco, se tome consciencia del rumbo de colisión que el asunto tiene, pero con las elecciones alemanas a un año vista, se trata de mantener el rumbo un año más, aunque sea con el comandante de la nave atado al timón.
Fuente: Rafael Poch, La Vanguardia: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120923/54350963424/un-matrimonio-mayor-aquejado-de-kaputtsparen.html

La austeridad asfixia Portugal

A pesar de haber cumplido todas las condiciones del rescate, un país empobrecido ve cada vez más lejos la salida de la crisis


Tras los informes macroeconómicos, las cuentas de la OCDE y las previsiones de laboratorio está la gente: “Tengo 38 años y tres hijos. El mayor, de ocho años. El menor, de dos. Hace 20 meses, mi marido, que es economista, ganaba 3.000 euros, y yo, 1.500. Vivíamos muy bien en Lisboa. Ahora, mi marido gana 2.800, y yo, nada, porque estoy en el paro. Trabajaba en una productora. El año que viene mi marido ganará 2.600, más o menos. Ya no vamos de vacaciones al Algarve. Vamos al pueblo. Ya no podemos apuntar a los niños a las actividades extraescolares. Se quedan en casa. Ya no hay dinero para una empleada de hogar. Lo hago yo. Ya no voy al gimnasio del barrio, que por cierto está vacío. Ya no me compro libros o voy al cine como antes, sin mirar el dinero. Todo ha ido a peor”. La mujer, que prefiere no decir su nombre, colabora de voluntaria en una ONG portuguesa, y añade mirando de frente: “Antes íbamos todos los viernes a un restaurante al centro comercial a comer. Ahora no. No solo por el dinero, sino por reeducar a los niños. Mis padres me educaron en el ahorro, venían de un mundo duro. Pero mis hijos han crecido en un entorno pudiente que me temo que va a desaparecer para siempre. Se van a tener que acostumbrar a vivir peor de lo que han vivido hasta ahora. Hay que alertarles”.

 La mujer pertenece al sector más privilegiado de la clase media portuguesa (el sueldo medio en Portugal gira en torno a los 800 euros), pero ilustra el despojamiento progresivo de la población. Porque es esta clase media la que soporta casi por entero el peso creciente de la crisis económica y la que comprueba con espanto y amargura cómo día a día desde hace más de un año y medio, fecha en que Portugal pidió un rescate económico, su vida se empobrece y empeora en un constante retroceso de pesadilla. La misma clase social que soportará también las nuevas medidas de recorte anunciadas la semana pasada por el primer ministro portugués, el conservador Pedro Passos Coelho. El viernes 7 de septiembre, en un discurso televisado en horario de máxima audiencia, el dirigente luso anunció que a partir de enero todos los trabajadores cobrarán menos debido a un aumento de 7 puntos porcentuales en sus contribuciones a la Seguridad Social. Tras las oportunas cuentas, los asalariados calcularon que, en líneas generales, el año que viene perderán el equivalente a un salario entero repartido en 12 meses. Los funcionarios y pensionistas que ganan más de 1.100 euros aún estarán peor, ya que pierden dos salarios: uno en forma de paga extra volatilizada y el otro recortado también en 12 meses.

 Celia Cameira es profesora de instituto en Lisboa y ganaba hace dos años 1.700 euros. Ahora ingresa, tras repetidas subidas de impuestos, 1.500. En verano no cobró paga extra. Ni la cobrará en Navidad. Exactamente igual que su marido, que también es profesor. Así que su casa se ha visto de golpe con cuatro mensualidades menos al año: “Como todo el mundo, empleábamos las pagas extra no para irnos de fiesta, sino para pagar el seguro de la casa, el seguro del coche o los arreglos de esto y lo otro. Ahora, por ejemplo, me llevo la comida al trabajo, como todos los profesores, ya no vamos a la casa de comidas, ya no compramos nada, porque con el IVA está todo muy caro, ni vamos al cine, como íbamos antes mi marido y yo. Y el año que viene será peor, pues dejaremos de comprar ropa, por lo menos para nosotros dos, a fin de comprársela a nuestra hija de diez años, y buscaré por los supermercados la marca blanca más barata en todo”... leer más en El País. “Portugal ya ha llegado al límite de la austeridad” ver aquí en El País.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Rajoy maneja varias alternativas para reducir el gasto en pensiones

Anular la revalorización por el desvío sobre el IPC ahorraría unos 4.000 millones
 El Gobierno puede echar mano del fondo de reserva si hay déficit estructural en el sistema
La reforma para condicionar los pagos a la esperanza de vida permitiría ahorros a medio plazo

El Gobierno tiene sobre la mesa desde hace semanas varias alternativas para reducir el gasto en pensiones, la única gran partida presupuestaria que el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha salvaguardado de los recortes. La próxima semana será crucial para determinar si esto sigue siendo así. Aun en la fórmula de rescate más suave, la que propugna España, el Eurogrupo planteará negociar nuevas condiciones. Y la Comisión Europea quiere ir más allá de la reforma aprobada por el Gobierno socialista de Zapatero, en 2011, que eleva, de forma gradual, la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.

 El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró a sus colegas en la última reunión del Eurogrupo que la próxima semana se anunciarán más reformas. En los mismos días, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentará el proyecto de Presupuestos para 2013, lo que incluye una revisión de cómo van las cuentas públicas este año. Ambas citas son esenciales para comprobar si el Gobierno se decanta ya por una rebaja a medio plazo del gasto en pensiones, vía reformas, por un ajuste inmediato o por ambas cosas a la vez.

 Para el problema más acuciante, cómo cubrir el desfase entre ingresos y gastos este año –un déficit tapado por los adelantos de la Administración central-, la Seguridad Social ha echado mano del dinero sobrante por las mutuas de accidentes laborales durante años (4.400 millones de euros). Y el Gobierno pone ya más de la mitad de los 7.000 millones que cuestan los complementos a las pensiones más bajas. Pero la mala evolución de las cotizaciones apunta a que hará falta más. A bote pronto, al Ejecutivo le queda la opción de no pagar la desviación de la subida de las pensiones (1%) sobre la inflación (que cerrará el año cerca del 3%). Sería un ahorro de 4.000 millones —la mitad se computaría en este ejercicio, el resto en 2013—. También una promesa incumplida a las puertas de nuevos comicios electorales (en Galicia, País Vasco, y presumiblemente, Cataluña)... más en El País.

Puntualizaciones sobre Paracuellos

La atribución de responsabilidades por las ejecuciones a Santiago Carrillo aumentó cuanto más se acercaba la transición. Fue la tapadera para ocultar un terror mucho más brutal, sangriento y duradero: el franquista.

Entre las numerosas necrológicas aparecidas inmediatamente tras el fallecimiento de Santiago Carrillo algunas siguen haciendo hincapié en Paracuellos. Los lectores de este periódico quizá estén interesados en conocer los resultados de nuestras investigaciones que nos permiten arrojar dudas acerca de la pervivencia del canon franquista en varias de entre ellas. Las categorizamos en tres rúbricas: contexto, chispazo para la acción y responsabilidades y supervisión.

 1. A comienzos de noviembre de 1936 las columnas franquistas habían llegado a las puertas de Madrid, sembrando de cadáveres su camino. Los bombardeos causaban estragos en la población. Entre los presos en las cárceles había centenares de militares dispuestos a unirse a los rebeldes. Su liberación parecía inminente.

 2. El chispazo que condujo a Paracuellos provino de uno de los agentes de la NKVD llegado a Madrid mes y medio antes. La liquidación masiva de enemigos había sido una práctica habitual en la guerra civil rusa. Aplicada al caso de una ciudad al límite, la NKVD no dudó en recomendar la misma “profilaxis”. A finales de octubre de 1936 el embajador soviético ya sugirió recuperar a los presos dispuestos a servir a la República. Como se había hecho con los oficiales zaristas para que se unieran a los bolcheviques.

3. El agregado militar, coronel/general Goriev, informó crípticamente a Moscú de la labor desarrollada por la NKVD durante el asedio de Madrid en un despacho del 5 de abril de 1937 y mencionó un nombre, el de “Alexander Orlov”. Lo envió por la vía reglamentaria a su jefe, el director del servicio de inteligencia militar. Lo descubrió en Moscú antes de 2004 Frank Schauff. Hay un borrador en el archivo histórico del PCE, en la Universidad Complutense. No conocemos a ninguno de quienes mantienen enhiesto el canon franquista que lo haya consultado. Hoy se quedaría con un palmo de narices. Falta la página con la referencia a la NKVD. Una casualidad. Se nos ha dicho que cuando un investigador ruso quiso consultar el despacho en los archivos moscovitas el legajo había sido declarado inaccesible. Otra casualidad.

4. La recomendación de la NKVD la puso en marcha Pedro Fernández Checa, secretario de Organización del PCE. Fueron militantes comunistas y anarco-sindicalistas quienes se encargaron de los aspectos operativos. Los primeros actuaron a través de los órganos de la DGS. Los segundos, que controlaban la periferia madrileña libre de asedio, aseguraron la realización. Fuera o no por igual, todos colaboraron en la liquidación de la presunta quinta columna excitados por las bravatas del general Mola acerca del potencial de sus partidarios en la capital.

5. Las primeras “sacas” se examinaron en una de las periódicas reuniones de la Junta de Defensa de Madrid. Ninguno de sus componentes pudo alegar desconocimiento sobre lo ocurrido. Dado que la presidía el general Miaja, sería difícil exonerarle de responsabilidad. También a los demás componentes. Uno de ellos, el consejero de Orden Público, Santiago Carrillo, recibió instrucciones que no se transcribieron. Como otros jóvenes socialistas, acababa de solicitar el ingreso en el PCE. Las “sacas” se paralizaron por intervención del anarquista Melchor Rodríguez. Volvieron a reanudarse después de que este quedara desautorizado por el ministro de Justicia, el expistolero cenetista García Oliver.

6. La supervisión quedó en manos no de la DGS, relegada como brazo ejecutor, sino del miembro más prominente del Buró Político que permaneció en Madrid: Fernández Checa. Uno de los policías, Ramón Torrecilla Guijarro, declaró posteriormente que solía informar a Organización sobre cómo iba la operación. Esto respondía estrictamente al modus operandi comunista. El secretario de Organización era, en los diferentes partidos comunistas nacionales, el enlace con los servicios de inteligencia soviéticos. Lógico. En la concepción comunista de la lucha contra la reacción, la NKVD era al partido lo que el partido era a las masas: su vanguardia.

7. Fernández Checa era también el responsable de una sección consustancial a toda organización de corte leninista: el aparato secreto o ilegal, compuesto de “cuadros especiales” que se activaban según el contexto en que se desenvolviera el partido. Uno de los consejeros militares en España, Mansurov (Xanti), rememoró haber trabajado con él en la capacitación de tales cuadros. Algunos se formaron in situ; otros, como Santiago Álvarez Santiago (participante en las reuniones del consejo de la DGS en noviembre de 1936 y uno de quienes engranaban con los delegados en las prisiones para seleccionar a los presos que irían camino del matadero), se instruyeron en la sección especial político-militar de la Escuela Leninista de Moscú o en su seminario político. Fue el caso de Isidoro Diégez (responsable del PC madrileño). También los de Lucio Santiago (jefe de las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia, movilizadas para las “sacas”), Andrés Urrésola (policía encargado de efectuarlas en Porlier), Agapito Escanilla (secretario del Radio Oeste del PC) o Torrecilla (miembro del consejo de la DGS y enlace con el Buró Político). El aparato se incrustó en la DGS mucho antes de noviembre. Todos se habían ya curtido en la eliminación de falangistas.

8. El nombre y doble papel de Fernández Checa no han aparecido, que sepamos, en los centenares de páginas vertidas sobre Paracuellos por los autores profranquistas. Pero su responsabilidad tanto en el chispazo inicial como en la supervisión y vigilancia de la operación es innegable. La dualidad de cadenas de mando nunca existió para quienes la ejecutaron: su lealtad no la debían a la Junta de Defensa sino exclusivamente al partido, vanguardia consciente de la lucha antifascista. El operativo fue netamente comunista. Los anarquistas más bien auxiliares.

9. Tanto desde el punto de vista profranquista, como después para autores en busca de notoriedad, siempre fue más “productivo” centrar la atribución de responsabilidades en Santiago Carrillo. Fernández Checa murió en México en 1940. La mayoría de los “cuadros especiales” fueron ejecutados en España en 1941-42. Todos quedaron amortizados como elemento arrojadizo de la publicística antirepublicana. Sorprende un tanto la absolución otorgada a Miaja. Sin duda no cabía extraer mucho capital propagandístico poniéndole en solfa. No ocurre lo mismo con Carrillo, hasta el punto de desfigurar arteramente hace poco tiempo las referencias que a él hizo Felix Schlayer, cónsul honorario de Noruega y súbdito alemán que publicó sus memorias durante el cálido régimen del maestro Goebbels. Curioso es también que el número de citas a Carrillo sea más abundante en las glosas posteriores de la Causa General que en la propia documentación del procedimiento. No tuvo un expediente propio hasta su promoción como ministro en el gobierno Giral en el exilio en 1946. Un mero repaso a la hemeroteca digital de Abc llevará al lector a la conclusión de que su nombre aparece tanto más vinculado a Paracuellos cuanto más se aproximaba la transición. Una batalla del pasado que sigue librándose en tono presentista.

10. El énfasis que continúa poniéndose sobre Paracuellos cumple dos funciones esenciales. En primer lugar, sirve para epitomizar el “terror rojo”. Paracuellos aparece como norma en lugar de lo que realmente fue, una dramática excepción que continúa presentándose como algo de lo que fue responsable el Gobierno de la República. En segundo lugar, sirve de inmejorable tapadera para ocultar la represión franquista, mucho más sangrienta y duradera. Los “mini-Paracuellos” de que están esmaltadas las regiones en que triunfó la sublevación no cuentan. Su recuerdo hay que obliterarlo con humo e incienso. Es molesto leer, particularmente en este periódico, cómo en las cunetas y fuera de los cementerios, a veces en modernas urbanizaciones, las “fosas del olvido” tienen la desagradable ocurrencia de emerger tan pronto se excava.

España es en esto un caso único, y auténticamente vergonzoso, en la Europa occidental. Paracuellos se ha convertido en la contraseña taumatúrgica para oscurecer, de forma pavloviana, un terror mucho más brutal.

Fernando Hernández Sánchez, José Luis Ledesma, Paul Preston y Ángel Viñas son contribuidores en la obra En el combate por la historia (Pasado y presente, 2012).

Articulo sobre la cumbre Hispano-alemana de Madrid publicado en Alemania.




Traducción de un artículo publicado en varios periódicos económicos alemanes, por su corresponsal en España:
Hoy, 6 de septiembre, se encuentran en Madrid los gobiernos de Alemania y España, acompañados de un nutrido grupo de empresarios, y donde seguro hablarán sobre las condiciones para poder otorgar más ayudas financieras a España o a su sistema bancario.
 En los dos lados se ha elevado el tono en los últimos meses y es con gran expectación que España espera ahora la decisión que va a tomar el Tribunal Constitucional alemán, que esa sí es crucial, el día 12, sobre la conformidad o no del rescate europeo y las obligaciones derivadas para los alemanes.
 En Alemania crece la crítica contra la supuesta “mentalidad de fiesta” de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la canciller Merkel.

Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios.

España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.

España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas.
Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el modelo de Estado.

Este tema es la clave del futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público-234.000 millones frente a 118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y este gasto se realiza en condiciones de descontrol,despilfarro y corrupción totalmente inaceptables.

Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE -15- o pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania.

A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable,fuente de todo nepotismo y de toda corrupción,impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica,y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio.

En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista.

Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.

Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados.

En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos.

¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE?

Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones:

Ya el caso de Grecia ha demostrado que las ayudas europeas tienen que estar vinculadas a un control estricto y condiciones duras.

Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa.

Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar.

Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solo puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por personas tan increíblemente venales.

La pasada semana el ministro de Industria Soria - imputado también por corrupción urbanística en Canarias - acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente.

Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.

No puede permitirse por más tiempo este nivel de corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna.

En conjunto, unos 120.000 millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia.

Y con esto se tiene que acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero.Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes.

El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos).

Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa :101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones de ingresos, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación fiscal.

El tema del déficit público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos gobiernos de España.

 En noviembre de 2011, el Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión.

A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a Bruselas.

Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.

Sin embargo, la semana pasada el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011.

Lo único que sabemos es que están todas infravaloradas.

El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11%, y en 2012 se esta gastando el doble de lo que se ingresa.

Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.

Claramente, la joven democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro.

Esto es lo que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.

 Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania.

 Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD.

 La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.

 Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia.
Es un sistema corrupto e ineficiente.
La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la solución de esos problemas.
En caso contrario, solo conseguirán que una casta política incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.
*Stefanie Claudia Müller es corresponsal alemana en Madrid y economista.
Fuente:http://www.attacmadrid.org/?p=7597#more-7597
Para el esquema ver Aristarco de Samos