sábado, 18 de febrero de 2017

La larga sombra de Trump se proyecta sobre Europa. Despertar para seguir soñando.

Slavoj Zizek
Página/12

En este artículo el notable ensayista esloveno analiza las causas y consecuencias del triunfo electoral del magnate inmobiliario estadounidense y cómo puede alterar el mapa político en Europa, en particular las cruciales elecciones francesas dentro de tres meses, donde un derechista conservador como Fillon enfrenta a una populista de extrema derecha, Marine Le Pen.

Un par de días antes de la asunción de Donald Trump, Marine le Pen fue vista sentada en el Café Trump Tower de la Quinta Avenida, como si esperara ser llamada por el presidente entrante. Si bien no se realizó ninguna reunión, lo que sucedió pocos días después de la asunción parece un efecto secundario de esa fallida reunión: el 21 de enero, en Koblenz, los representantes de los partidos populistas de derecha europeos se reunieron bajo el lema de Libertad para Europa. El encuentro fue dominado por Le Pen, quien llamó a los votantes de toda Europa a “despertar” y seguir el ejemplo de los votantes estadounidenses y británicos; predijo que las victorias del Brexit y de Trump desencadenaría una ola imparable de “todos los dominós de Europa”. Trump dejó claro que “no apoya un sistema de opresión de los pueblos”: “2016 fue el año en que el mundo anglosajón despertó. Estoy seguro de que 2017 será el año en el que la gente de Europa continental se despierte.”

¿Qué significa despertar aquí? En su interpretación de los sueños, Freud relata un sueño bastante aterrador: un padre cansado que pasaba la noche al lado del ataúd de su joven hijo, se duerme y sueña que su hijo se acerca a él en llamas, dirigiéndose a él con este horrible reproche: “Padre, ¿no ves que estoy ardiendo?” Poco después, el padre se despierta y descubre que, debido a la vela derribada, el paño del sudario de su hijo muerto efectivamente se incendió. El humo que olió mientras dormía se incorporó al sueño del hijo en llamas para prolongar su sueño. ¿Fue así que el padre despertó cuando el estímulo externo (humo) se volvió demasiado fuerte para ser contenido dentro del escenario del sueño? ¿No era más bien el anverso?: el padre primero construyó el sueño para prolongar su sueño, es decir, para evitar el desagradable despertar; sin embargo, lo que él encontró en el sueño –literalmente la pregunta ardiente, el espectro espeluznante de su hijo reprochándole– era mucho más insoportable que la realidad externa, así que el padre despertó, escapó a la realidad externa. ¿Por qué? Para seguir soñando, para evitar el insoportable trauma de su propia culpa por la dolorosa muerte del hijo. ¿Y no es lo mismo con el despertar populista? Ya en la década de 1930, Adorno comentó que el llamado nazi “Deutschland, erwache! (“¡Alemania despierta!”) significaba exactamente lo contrario: ¡seguir nuestro sueño nazi (de los judíos como el enemigo externo arruinando la armonía de nuestras sociedades) para que uno pueda continuar a durmiendo! ¡Dormir y evitar el rudo despertar, el despertar de los antagonismos sociales que atraviesan nuestra realidad social! Hoy la derecha populista está haciendo lo mismo: nos llama a nosotros a “despertar” a la amenaza de los inmigrantes para que podamos seguir soñando, es decir, ignorar los antagonismos que atraviesan nuestro capitalismo global.

El discurso inaugural de Trump era, por supuesto, la ideología en su estado más puro, un mensaje simple y directo que se basaba en toda una serie de inconsistencias bastante obvias. Como dicen, el diablo mora en los detalles. Si tomamos el discurso de Trump en su forma más elemental, puede sonar como algo que Bernie Sanders podría haber dicho: “Hablo por todos aquellos trabajadores olvidados, descuidados y explotados que trabajan duro, soy su voz, conmigo tienes poder ...”

Sin embargo, a pesar del evidente contraste entre estas proclamaciones y los primeros nombramientos de Trump (¿cómo puede el secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, director ejecutivo de Exxon Mobil, ser la voz de los trabajadores explotados?), hay una serie de pistas que dan una giro específico a su mensaje. Trump habla de “élites de Washington”, no de capitalistas y grandes banqueros. Habla de la desvinculación del rol del policía mundial, pero promete la destrucción del terrorismo musulmán, la prevención de las pruebas balísticas norcoreanas y la contención de la ocupación china de las islas del mar de China meridional... así que lo que estamos obteniendo es el intervencionismo militar global ejercido directamente en nombre de los intereses estadounidenses, sin la máscara de derechos humanos y democracia. En los años sesenta, el lema del movimiento ecológico era “Piensa globalmente, actúa localmente”. Trump promete hacer exactamente lo contrario: “Piensa localmente, actúa globalmente”.

Hay algo hipócrita en los liberales que critican el eslogan “América primero”, como si esto no fuera lo que más o menos todos los países están haciendo, como si Estados Unidos no jugara un papel global precisamente porque le venía bien a sus propios intereses ... Pero el subyacente mensaje de “América primero” es triste: en el siglo americano, América se resignó a ser sólo uno entre los países. La ironía suprema es que los izquierdistas que durante mucho tiempo criticaron la pretensión de ser el policía global pueden comenzar a anhelar los viejos tiempos cuando, con toda hipocresía incluida, Estados Unidos impuso normas democráticas al mundo.

Pero lo que hace que el discurso inaugural de Trump sea interesante (y eficiente) es que sus inconsistencias reflejan las inconsistencias de la izquierda liberal. Hay que repetir una y otra vez que la derrota de Clinton fue el precio que ella tuvo que pagar por neutralizar a Bernie Sanders. Ella no perdió porque se movió demasiado a la izquierda, sino precisamente porque era demasiado centrista y de esta manera no logró capturar la rebelión anti-establishment que sostuvo tanto a Trump como a Sanders. Trump les recordó la realidad medio olvidada de la lucha de clases, aunque, por supuesto, lo hizo de una manera populista distorsionada. La rabia anti-establishment de Trump fue una especie de retorno a lo que fue reprimido cuando la política de la izquierda liberal moderada se centró en temas culturales “políticamente correctos”. Esta izquierda obtuvo de Trump su propio mensaje pero al revés. Por eso la única manera de responder a Trump habría sido apropiarse plenamente de la rabia contra el establishment y no descartarlo como primitivismo de basura blanca.

La reacción liberal predominante al discurso de asunción de Trump estaba predeciblemente llena de visiones apocalípticas bastante simples - basta mencionar que el anfitrión de MSNBC Chris Matthews detectó en él “un fondo Hitleriano”. Esta visión apocalíptica es típicamente acompañada por la comedia: la arrogancia de la izquierda liberal explota en su forma más pura el nuevo género de programas de talk shows en clave de humor político (Jon Stewart, John Oliver ...) que en su mayoría promulgan la pura arrogancia de la élite intelectual liberal. Pero el aspecto más depresivo del período post-electoral en Estados Unidos no son las medidas anunciadas por el Presidente electo, sino la forma en que la mayor parte del partido Demócrata está reaccionando a su histórica derrota: la oscilación entre los dos extremos, el horror al Gran Lobo Malo llamado Trump y el anverso de este pánico y fascinación, la renormalización de la situación, la idea de que nada extraordinario ocurrió, que es sólo otro revés en el intercambio normal entre presidentes republicanos y demócratas: Reagan, Bush, Trump... En este sentido, Nancy Pelosi hace referencia repetidamente a los acontecimientos de hace una década. Para ella, la lección es clara: “el pasado es un prólogo. Lo que funcionó antes funcionará de nuevo. Trump y los republicanos se sobreponen, y los demócratas tenemos que estar listos para aprovechar la oportunidad cuando lo hagan.” Tal postura ignora totalmente el verdadero significado de la victoria de Trump, las debilidades del partido Demócrata que la posibilitaron y la reestructuración radical de todo el espacio político que anuncia esta victoria. En Europa occidental y oriental, hay señales de una reorganización a largo plazo del espacio político. Hasta hace poco, el espacio político estaba dominado por dos partidos principales que se dirigían a todo el cuerpo electoral, un partido de centro-derecha (democratacristiano, liberal-conservador, popular ...) y un partido de centro-izquierda, (Socialdemócrata ...), con partidos más pequeños dirigiéndose a un electorado limitado (ecologistas, libertarios, etc.). Ahora cada vez hay más de un partido que representa el capitalismo global como tal, generalmente con relativa tolerancia hacia el aborto, los derechos de los homosexuales, las minorías religiosas y étnicas, etc.; en oposición a ese partido, hay otro partido populista anti-inmigrante cada vez más fuerte que va acompañado de grupos neofascistas directamente racistas en sus márgenes.

De manera que la historia de Donald y Hillary continúa: en su segunda entrega, los nombres de la pareja se cambian por los de Marine le Pen y Francois Fillon. Ahora que François Fillon fue elegido candidato de la derecha para las próximas elecciones presidenciales francesas y con la certeza (casi total) de que en la segunda vuelta de las elecciones la elección será entre Fillon y Marine le Pen, nuestra democracia alcanzó su (hasta ahora) punto más bajo. Si la diferencia entre Clinton y Trump era la diferencia entre el establishment liberal y la rabia populista de derecha, esta diferencia se redujo al mínimo en el caso de Le Pen versus Fillon. Si bien ambos son conservadores culturales, en materia de economía Fillon es puramente neoliberal mientras que Le Pen está mucho más orientada a proteger los intereses de los trabajadores. En resumen, dado que Fillon representa la peor combinación en la actualidad –el neoliberalismo económico y el conservadurismo social–, uno está seriamente tentado a preferir a Le Pen.

El único argumento para Fillon es uno puramente formal: representa formalmente la Europa unida y una distancia mínima de la derecha populista, aunque, en cuanto al contenido, parece ser peor que le Pen. Así que él representa la inmanente decadencia del establishment mismo –aquí es donde terminamos después de un proceso largo de derrotas y de retiros. En primer lugar, la izquierda radical tuvo que ser sacrificada por estar fuera de contacto con nuestros nuevos tiempos posmodernos y sus nuevos “paradigmas”. Luego la izquierda socialdemócrata moderada fue sacrificada por estar también fuera de contacto con las necesidades del nuevo capitalismo global. Ahora, en la última época de este triste relato, la derecha liberal moderada (Juppé) fue sacrificada como desprovista de valores conservadores que hay que enrolar si nosotros, el mundo civilizado, queremos derrotar a le Pen.

Cualquier semejanza con la vieja historia anti-nazi de cómo primero observamos pasivamente cuando los nazis en el poder sacaron a los comunistas, luego a los judíos, luego a la izquierda moderada, luego al centro liberal, incluso a los conservadores honestos... es puramente accidental. La reacción de Saramago –abstenerse de votar– es aquí obviamente lo UNICO apropiado para hacer. La Polonia de hoy ofrece un caso más en esta dirección, sirviendo como una fuerte refutación empírica a la predominante izquierda liberal de rechazo al populismo autoritario como política contradictoria que está condenada al fracaso. Si bien esto es cierto en principio –a largo plazo, todos estamos muertos, como lo expresó J. M. Keynes–, puede haber muchas sorpresas en el (no tan) corto plazo.

La visión convencional de lo que espera a los Estados Unidos (y posiblemente a Francia y los Países Bajos) en 2017, es un gobernante errático que promulga políticas contradictorias que benefician principalmente a los ricos. Los pobres perderán, porque los populistas no tienen esperanza de restablecer puestos de trabajo manufactureros, a pesar de sus promesas. Y la afluencia masiva de migrantes y refugiados continuará, porque los populistas no tienen planes para abordar las causas fundamentales del problema. Al final, los gobiernos populistas, incapaces de un gobierno efectivo, se desmoronarán y sus líderes se enfrentarán o bien al juicio político o no podrán ser reelectos. Pero los liberales estaban equivocados. PiS (Derecho y Justicia, el partido gobernante-populista) se ha transformado de una nulidad ideológica en un partido que ha logrado introducir cambios impactantes con velocidad y eficiencia récord. Ha promulgado las mayores transferencias sociales en la historia contemporánea de Polonia. Los padres reciben un beneficio mensual de 500 zloty ($ 120) por cada niño después de su primer hijo o por todos los niños de las familias más pobres (el ingreso promedio mensual neto es de aproximadamente 2.900 zloty, aunque más de dos tercios de los polacos ganan menos). Como resultado, la tasa de pobreza ha disminuido en un 20-40 por ciento y en un 70-90 por ciento entre los niños. La lista sigue: En 2016, el gobierno introdujo la medicación gratuita para las personas mayores de 75 años. El salario mínimo ahora supera lo que los sindicatos habían buscado. La edad de jubilación se ha reducido de 67 para hombres y mujeres a 60 para mujeres y 65 para hombres. El gobierno también planea alivio fiscal para los contribuyentes de bajos ingresos.

PiS hace lo que Marine le Pen también promete hacer en Francia: una combinación de medidas anti-austeridad –transferencias sociales que ningún partido de izquierda se atreve a considerar– más la promesa de orden y seguridad que afirma identidad nacional y promete lidiar con la amenaza de inmigrantes. ¿Quién puede superar esta combinación que aborda directamente las dos grandes preocupaciones de la gente común? Podemos discernir en el horizonte una situación extrañamente pervertida en la que la “izquierda” oficial está imponiendo la política de austeridad (al tiempo que aboga por los derechos multiculturales, etc.), mientras que la derecha populista lleva a cabo medidas antiausteridad para ayudar a los pobres (continuando con la agenda xenófoba nacionalista) –la última figura de lo que Hegel describió como el verkehrte Welt, el mundo del revés.

¿Y si Trump se mueve en la misma dirección? ¿Qué pasaría si su proyecto de proteccionismo moderado y grandes obras públicas, combinado con medidas de seguridad anti-inmigrantes y una nueva pervertida paz con Rusia, funciona de alguna manera? El idioma francés utiliza el llamado “ne” expletivo después de ciertos verbos y conjunciones; También se denomina “no negativo” porque no tiene valor negativo en sí mismo, sino que se usa en situaciones en las que la cláusula principal tiene un significado negativo (negativa o negativa negada), es decir, como expresiones de miedo, advertencia, duda y negación. Por ejemplo: Elle a peur qu’il ne soit malade (ella tiene miedo de que él esté enfermo). Lacan observó cómo esta negación superflua representa perfectamente la brecha que separa nuestro verdadero deseo inconsciente de nuestro deseo consciente: cuando una esposa tiene miedo de que su marido esté enfermo, bien puede preocuparse de que no esté enfermo (deseando que esté enfermo). ¿Y no podríamos decir exactamente lo mismo acerca de los liberales de izquierda horrorizados por Trump? Ils ont peur qu’il ne soit une catastrophe. (Ellos temen que sea una catástrofe. Lo que realmente temen es que no sea una catástrofe.)

Uno debería liberarse de este falso pánico falso, del temor a que la victoria Trump sea el último horror que nos hizo apoyar Hillary a pesar de todas sus obvias deficiencias. Las elecciones de 2016 fueron la derrota final de la democracia liberal, más precisamente, de lo que podríamos llamar el sueño de la izquierda (Fukuyama), y la única manera de derrotar realmente a Trump y redimir lo que vale la pena salvar en la democracia liberal es realizar una división sectaria del cadáver principal de la democracia liberal –en definitiva, cambiar el peso de Clinton a Sanders–. Las próximas elecciones deberían ser entre Trump y Sanders. Los elementos del programa para esta nueva Izquierda son relativamente fáciles de imaginar. Trump promete la cancelación de los grandes acuerdos de libre comercio apoyados por Clinton, y la alternativa de izquierda a ambos debería ser un proyecto de nuevos acuerdos internacionales diferentes. Los acuerdos que establecieran el control de los bancos, los acuerdos sobre normas ecológicas, sobre los derechos de los trabajadores, la asistencia sanitaria, la protección de las minorías sexuales y étnicas, etc. La gran lección del capitalismo global es que los Estados nacionales por sí solos no pueden hacer el trabajo, sólo una nueva política internacional puede quizás frenar el capital global.

Un viejo izquierdista anticomunista me dijo una vez que lo único bueno de Stalin fue que realmente asustó a las grandes potencias occidentales, y uno podría decir lo mismo de Trump: lo bueno de él es que realmente asusta a los liberales. Después de la Segunda Guerra Mundial, las potencias occidentales aprendieron la lección y se centraron también en sus propias deficiencias, lo que les llevó a desarrollar el Estado del Bienestar –¿podrán nuestros liberales de izquierda hacer algo similar?

Para concluir volvamos a Marine le Pen. En un momento, ella definitivamente dio en la tecla: 2017 será el momento de la verdad para Europa. Sola, aplastada entre Estados Unidos y Rusia, tendrá que reinventarse o morir. El gran campo de batalla de 2017 estará en Europa, y en juego estará el núcleo mismo del legado emancipatorio europeo.

* Filósofo y crítico cultural esloveno. Su última obra es Contragolpe absoluto (Editorial Akal). Traducción: Celita Doyhambéhère.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/18082-despertar-para-seguir-sonando

viernes, 17 de febrero de 2017

Entrevista al economista Daniel Raventós. “El trabajo no dignifica, dignifica la existencia material garantizada”

Daniel Raventós (Barcelona, 1958) trabaja de profesor de Economía en la universidad y es, sobre todo, un partisano de la Renta Básica Universal (RBU). Terco, lleva más de quince años investigando, dando charlas y peleando para popularizar esa idea que ya asomó en el programa electoral de Zapatero, en 2004, pero fue descartada cuando los socialistas alcanzaron el Gobierno. Podemos recuperó este sueño de cara a las elecciones europeas aunque, poco después, abrazó propuestas de subsidio más moderadas: un paso atrás que no pocos reprochan al partido de Pablo Iglesias.

Este debate ha vuelto a la vida en tiempo de elecciones, en que se dirime públicamente qué ayudas son mejores para acabar con la pobreza o paliar las peores consecuencias de la crisis. Raventós defiende la RBU desde el Comité de Redacción de SinPermiso, la presidencia de la Red Renta Básica, el comité científico de ATTAC y la Basic Income Earth Network (BIEN) –una suerte de internacional de la RBU.

¿Qué es la Renta Básica?
Es una asignación monetaria incondicional a toda la población. Cualquier tipo de subsidio, de los que tenemos en España, pero también en Europa, está siempre sujeto a unas condiciones: ser pobre, no llegar a determinado nivel de renta, estar en el paro. Tenemos que demostrar que estamos en una situación concreta para tener derecho a él. La RBU es como el derecho al sufragio universal allá donde existe, sin condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual u homosexual, católico o ateo.

¿Qué aporta esa incondicionalidad?
No tiene casi costos de administración, o son simbólicos. Los costos de cualquier subsidio son muy grandes. Hay estudios que dicen que en un subsidio a la pobreza, incluso siendo este eficiente, por cada euro que va a un pobre otro va a parar a la administración del sistema, porque hace falta un personal y una estructura que controle los requisitos.

¿Se podría dar, entonces, que el costo de administración fuese igual o incluso superior al del subsidio condicionado?
Podría darse. En cualquier caso, uno de los datos contrastables de las rentas condicionadas de todas las comunidades autónomas es el pequeño porcentaje de los receptores respecto a los que tendría que llegar. Un caso que me impresiona es el que explica en un artículo Iñaki Irrubari sobre las rentas mínimas de Euskadi; son las más generosas, no cabe duda. Después de 26 años, no han llevado a los objetivos de reducción de la pobreza marcados.

Por ello, creo que no es una buena idea trasladarlas, como pretende Podemos, al conjunto de España. Incluso para el objetivo de acabar con la pobreza es mejor la Renta Básica. Pero la RBU –y aquí podríamos establecer aunar las razones políticas, filosóficas y técnicas– va mucho más allá que las rentas de inserción: incrementa la libertad de la mayoría de la población, como han puesto de manifiesto muchas feministas como Carole Pateman.

¿Por qué aumentaría nuestra libertad?
No hace falta tener mucha imaginación para entender que, si todas las personas tuvieran garantizada una asignación, estas podrían enfrentarse al mercado laboral con un poder de negociación superior: hay quienes ven en la RBU una caja de resistencia, que es la única manera de aguantar largas huelgas.

Después de los cambios de discurso del 15M, ¿qué oportunidades prevé para la adopción de medidas de este tipo?
Cada vez hay más gente interesada en la RBU, de hecho el 15M ha supuesto una revitalización. Juan Ramón Rallo, un ultraneoliberal de la escuela austríaca ha escrito un libro contra la Renta Básica de 500 páginas. Yo le pregunté por qué y el me dijo: “Es una idea que está cogiendo fuerza y dentro de poco será imparable. Intento desde ya, frenarla”. De hecho, lo que me sorprende es la cantidad de gente de Podemos favorable a la Renta Básica y lo frustrada que se ha quedado por eso que han ofrecido a cambio.

¿Por qué cree que Podemos lo abandonó? ¿Es por la dificultad de defenderla públicamente, por su carga utópica?
 Algunos dirigentes de Podemos me han asegurado que han abandonado la idea por un motivo político, no por ninguna razón técnica. Es muy fácil hacer demagogia con la RBU. Cuando se ha discutido en los parlamentos autonómicos, y ya dos veces en el Parlamento español, el nivel de demagogia ha sido impresionante. Algo increíble ocurrió en el Parlamento Vasco, cuando un diputado del PNV preguntó allí: “¿Quién de ustedes trabajaría con una renta básica?”. Nadie levantó la mano. ¡Con la cantidad de pasta que tiene la inmensa mayoría de los que están allí! Demagogia de la más despreciable.

Esa es una crítica que le suelen hacer sus detractores: que mucha gente dejaría de trabajar.

La RBU no desincentiva el trabajo como pueden hacer otros subsidios condicionados. Porque un subsidio condicionado lo pierdes cuando encuentras un trabajo, e igual es un trabajo para dos meses. En cambio con la RBU claro que pagarías más impuestos a partir del euro número uno que ganas por encima de la RBU, pero en total, no pierdes.

¿Qué cree que despierta una reacción tan visceral contra la RBU?
La RBU implica que toda la gente tiene la existencia material garantizada. Evidentemente, como dicen algunos críticos, no acaba con el capitalismo, como tampoco acaba con el capitalismo un buen convenio, ni unas mejores condiciones laborales. Pero viviríamos en un capitalismo diferente al que conocemos ahora. Esto es lo que la derecha política entiende perfectamente. La izquierda, o alguna izquierda, no. Una parte cree que el trabajo dignifica, pero lo que dignifica es tener la existencia material garantizada y no, por ejemplo, tener un trabajo de mierda mal pagado y en unas condiciones asquerosas. Habrá trabajos gratificantes, pero no es la norma. Marx consideraba, siguiendo a Aristóteles, que el trabajo asalariado es “esclavitud a tiempo parcial”. Y otro tema del que hablan todos los economistas ortodoxos y heterodoxos: de aquí a veinte años no habrá “aún” pleno empleo.

¿Cómo se podría defender públicamente, entonces?
 A Pablo Iglesias le decían que era imposible financiarla, pero eso se responde muy fácilmente. Se puede financiar mediante una reforma fiscal, y mediante la integración de la política fiscal con la política social. Esto es lo que hemos demostrado en un proyecto de financiación. No tocaríamos ni un céntimo de partidas fundamentales, como las de sanidad y educación, pero sí otras, como la de la Casa Real. Las prestaciones inferiores a la renta básica desaparecerían, pero no las superiores: los beneficiarios de estas cantidades no ganarían ni perderían. La reforma significaría una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al resto de la población. Lo contrario de lo que se ha producido a lo largo de las últimas décadas, especialmente en los últimos años.

Hay una encuesta de Cataluña cuyos resultados son impresionantes, porque un 80% de los entrevistados está a favor. Y en esta encuesta hay otra cosa interesante, porque se preguntaba: “Según su situación actual, usted dejaría de trabajar si la recibiese?” Y había el doble de hombres que mujeres que con una RBU dejarían el trabajo y es un tanto por cien muy pequeño.

Otra objeción “clásica” es que podría producir un desembarco de emigrantes masivo.

Los inmigrantes que vienen desde países pobres no lo hacen porque conozcan las condiciones que van a encontrar al llegar, sino porque no tienen las condiciones de existencia material garantizadas en sus países de origen. Con renta básica o sin ella, van a seguir viniendo.

¿Qué partidos la tienen en su programa?
 Uno que la llevaba, y que yo sepa no ha renunciado, es Anova, en Galicia, y Bildu.

¿Todas las propuestas de renta básica son progresistas?
Una mera defensa de la renta básica, sin mencionar más –qué cantidad, cómo la va a financiar, a cambio de qué–, no está encuadrada políticamente. Yo no estaría de acuerdo en que a cambio de la RBU se socavaran servicios públicos, como la sanidad o la educación. Ahora, que se suprimiese parte del ejército o de la Casa Real, ahí no tendría ningún problema.

@NU_ALABAO
Fuente:
http://ctxt.es/es/20160113/Politica/3689/Daniel-Ravent%C3%B3s-renta-b%C3%A1sica-universal-RBU-Podemos-PSOE-ATTAC.htm

jueves, 16 de febrero de 2017

80 aniversario de la “Carretera de la Muerte” Málaga-Almería el mayor genocidio de la Guerra Civil española

Tras la derrota republicana en la guerra civil española miles de refugiados tuvieron que cruzar los Pirineos en “la retirada” para poner a salvo sus vidas. Entre estos se encontraba un grupo de supervivientes de la “carretera de la muerte Málaga-Almería” que tuvieron que huir de Málaga cuando el ejército franquista tomó la ciudad en el año 1937. Lo perdieron todo; su patria, sus casas, su patrimonio, su familia, sus raíces. Se convirtieron en seres malditos que llevaban marcada en el rostro la derrota. Un humillante estigma que hasta hoy los persigue. El gobierno francés les dio “bienvenida” confinándolos en campos de internamiento que era el lugar que se merecían los indeseables “rojos comunistas”. Hoy en día van quedando pocos supervivientes de “la carretera de la muerte” que es considerado por los historiadores uno de las más espantosos genocidios de la guerra civil española.

Se apaga la luz de los últimos testigos que en ese entonces eran apenas unos niños y que hoy ya son casi centenarios. Esos niños escaparon junto a sus padres y familiares esquivando la implacable persecución a que los sometían los fascistas. No sabían qué pecado habían cometido pero la verdad es que en ese juego ellos eran los malos, y los malos deben sufrir un escarmiento.(1)

Aquellas familias republicanas españolas que se refugiaron en Francia pronto se vieron sorprendidas por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La maldición los perseguía sin darles tregua. La Alemania Nazi usando todo su poderío bélico invadió Francia que cayó casi sin presentar resistencia. Los “rojos” españoles tuvieron (?) que esconderse y pasar a la clandestinidad pues como enemigos de Franco se les consideraba “peligrosos terroristas”. Muchos tuvieron que unirse a las filas de la resistencia; mientras otros cayeron prisioneros a manos de los colaboracionistas de Vichy y la Gestapo. Como castigo los deportaron a los campos de concentración alemanes o fueron devueltos a España donde les esperaba el pelotón de fusilamiento. Por tercera vez las víctimas de la “carretera de la muerte” tenían que escapar del monstruo del fascismo. Muchos de ellos cumplieron heroicas misiones en las filas de la resistencia o en las unidades de guerrilleros españoles ansiosos por cobrarse la venganza (sería luchar por la justicia) y derrotar a Hitler, el padrino de Franco.

Tras la victoria aliada en la Segunda Guerra mundial increíblemente el Caudillo recibió el respaldo de las potencias aliadas. Se iniciaba la guerra Fría y por este motivo se convirtió en una ficha clave para combatir el expansionismo soviético. Los republicanos querían regresar a España y volver a tomar las armas para liberarla del yugo fascista pero fueron traicionados. Ahora tenían que asumir el estatus de exiliados y adaptarse a las leyes de la república francesa. Empezando por fijar residencia, encontrar trabajo y formar una familia. El propio gobierno francés les prohibió intervenir en política además de coartarles el derecho a la libertad de expresión. Seguían siendo “rojos comunistas” elementos muy peligrosos para la seguridad de Francia.

El día 7 de febrero del 2017 se van a cumplir los 80 años del trágico suceso de la “carretera de la muerte Málaga-Almería”. Aunque quedan pocos supervivientes, serán los hijos, sus nietos y familiares más cercanos, junto a las asociaciones de memoria histórica o de derechos humanos y la ciudadanía en general quienes les rindan un sentido homenaje.

La realidad es que pasan los años, las víctimas mueren y tan solo quedan sus testimonios orales, escritos o gráficos como un reclamo póstumo para que algún día se haga justicia. Están decepcionados al saber que van a morir sin que se les recompense moral y materialmente tanto sufrimiento. Resignados piensan que quizás en el más allá la justicia divina castigue a los culpables.

Este es el caso de doña Margarita Roldán González que en ese entonces tenía 12 años tuvo que huir de Málaga junto a su familia a raíz de la toma de la ciudad por las tropas franquistas.

La revolución popular perdió la guerra y el fascismo se alzó con la victoria. Hitler perdió la guerra pero Franco la ganó y vio cumplido el sueño del Fuhrer, su padrino. Un caso único pues increíblemente el caudillo, que se había declarado adalid del anticomunismo, se mantuvo en el poder gracias a la Guerra Fría.

Tras la muerte del dictador se respetó su última voluntad testamentaria y los ciudadanos tuvieron que asumir el papel de súbditos y rendirle pleitesía al rey Juan Carlos I por la gracia de Dios (y de Franco) La bandera rojigualda y la Marcha Real que ayer fueron los símbolo de la España una, grande y libre, hoy son los símbolos imperecederos del reino de España.

Los supervivientes de la “carretera de la muerte” han tenido que callar, mascullar en silencio su derrota. La represión franquista en Málaga -como en casi toda España- fue muy dura y desalmada; estaba prohibido hablar de estos temas en voz alta; ni mucho menos denunciarlos o reclamar a la autoridad competente. Ellos formaban parte de esa morralla de rojos (no entiendo el autocalificativo) traidores y tenían que asumir las consecuencias. Hoy bajo la hégira de esta democracia monárquica -en la que supuestamente imperan las libertades y el estado de derecho- continúan siendo invisibles y discriminados. Solamente con la aprobación de la ley de Memoria Histórica en el 2007 les ha devuelto el alma al cuerpo. Ahora al menos pueden exigir sus derechos, y hablar alto y fuerte señalando a los culpables. Lo que más duele es que a la fuerza se haya impuesto la impunidad.

Quizá lo más crudo es que el genocidio de la Carretera de la Muerte -como sucedió con otros tantos- se intentó ocultar o borrar por completo de la memoria. El régimen franquista no quería asumir la responsabilidad de un crimen tan abyecto. Como católicos se negaban a admitir que habían faltado al quinto mandamiento (“no matarás”). Un holocausto en el que también estaban involucrados el nazismo y el fascismo italiano en una clara intervención de potencias extranjeras -que pretendían mantener en secreto-. Y lo mismo pasó con los republicanos que por vergüenza prefirieron pasar página pues negaron la ayuda urgente que las milicias populares demandaban. Málaga fue abandonada a su suerte pues era un foco muy importante del anarcosindicalismo. Los comunistas y socialistas, y, especialmente, los consejeros rusos nos deseaban que triunfara la revolución popular en Málaga. (Esto es una afirmación muy rotunda que necesita hechos y datos que lo confirmen)

La Amicale des Republicains Espagnols de Midi Pyrénées, y la Amicale des Anciens Guerrilleros Espagnols en France realizan todos los años el día los 6 de junio un acto de homenaje a los republicanos españoles que combatieron en las filas de la resistencia francesa en la Segunda Guerra mundial. Algunos de los cuales fueron detenidos por la Gestapo y los servicios secretos del régimen de Vichy y deportados a los campos de exterminio en Alemania.

En el pueblo de Prayols cerca de Foix (ciudad liberada por la Tercera Brigada de los guerrilleros españoles al mando del comandante Robert el 19 de agosto de 1944) existe un monumento a su memoria de los Guerrilleros Españoles ante el que se le iba a rendir un sentido homenaje con motivo del 70 aniversario de la derrota del nazismo. En la ceremonia participaron autoridades civiles y militares de la república francesa y representantes de la Generalitat de Catalunya.

Los veteranos de las Amicales del sur de Francia aprovechan estas conmemoraciones para matar la saudade o la nostalgia. La mayoría de los asistentes son familiares de los republicanos que participaron guerra (civil) de España y después engrosaron las filas de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial.

Al concluir la ceremonia había convocada en la sala de reuniones del ayuntamiento un almuerzo de fraternidad (la mayoría son personas mayores pues parece que a los jóvenes poco les interesa estos temas) en el que suelen degustar la clásica paella, tortillas, chorizo, jamón, vino o sangría. Y a los postres los camaradas interpretan a coro las canciones más famosas de la Guerra Civil como “¡Ay, Carmela!” “a las barricadas”, “anda jaleo”, “el puente de los franceses” o “si me quieres escribir". Es la mejor manera de levantar la moral y compartir unos instantes de júbilo en una época tan falta de compromiso revolucionario. Al menos durante la dictadura franquista había un gran entusiasmo por derribar el régimen y los republicanos españoles exiliados en Francia convocaban grandes manifestaciones antifranquistas.

Fue allí precisamente donde encontré al matrimonio de François y Annie Galy y al señor Antonio Martín, todos originarios de Málaga. El señor Antonio Martín me explicó compungido que era un hijo de la “carretera de la muerte” y que llegó a Francia cruzando los Pirineos a los tres años de edad junto al grueso de su familia. Antes de cruzar la frontera por Puigcerdá una bomba lanzada desde un avión fascista mató a su madre que se encontraba embarazada. Y ya uno se puede imaginar el desconsuelo y el abatimiento de esta familia que jamás logró conciliar la paz en su espíritu. Mientras tomaba largas copas de vino sollozaba desconsolado. Y no es para menos. Antes de acabar la reunión de fraternidad la señora Annie Galy me confesó que ella también era hija de una superviviente de la “carretera de la muerte Málaga-Almería”. Este fue un sangriento episodio acaecido en 1937 cuando la población civil de Málaga aterrorizada ante el avance de las tropas fascistas al mando de Queipo de Llano huyeron despavoridas rumbo a Almería.

La señora Annie me dijo que su madre a pesar de ser ya mayor tenía una prodigiosa memoria y era capaz de narrar todos los detalles de la “desbandá”. Yo le contesté que no sabía de qué se trataba esa “carretera de la muerte”, que desconocía por completo la historia (a pesar de ser hijo de familia malagueña que emigró a Colombia) Esto es algo que me impactó fuertemente; primero por mi ignorancia sobre el tema y segundo porque ningún familiar mío me lo había contado. Así que le pedí a la señora que, por favor, me pusieran en contacto con su madre a ver si la podía entrevistar. Es lamentable que apenas se conozca en España este monstruoso crimen que incluso en la misma ciudad de Málaga muchos lo ignoran.

El señor Martín seguía tomando largos tragos de vino mientras me narraba pasajes de la tragedia de la “carretera de la muerte” que le había relatado su padre. Él no se acordaba de nada pues era tan solo un bebé de apenas 8 meses que llevaba su madre envuelto en una manta para protegerlo de la lluvia de fuego y metralla. Pero en sus ojos de niño de dos años y medio lleva grabada la espantosa muerte de su madre embrazada en un bombardeo fascista. Un demoledor trauma que ha destrozado su existencia.

Muchas de las víctimas han decidido callar, intentando olvidar los trágicos hechos pues el dolor les apuñala el corazón. Además de perder sus seres queridos, les robaron sus propiedades y expoliaron su patrimonio. Es decir les destrozaron por completo su existencia. Condenados al destierro intentaron rehacer sus vidas primero en Barcelona y después en Francia -país al que tuvieron que huir tras la ofensiva de ejército nacional sobre Cataluña-.

Don Antonio prefiere no hablar más, está amargado y toma otro largo trago de vino tal vez para anestesiar sus cuitas. -Voy a cumplir 80 años y yo ya no creo en nada, ni en nadie. Nos han derrotado y este es nuestro castigo- me dice en voz baja. Bueno, yo lo respeto y no insisto más con mis preguntas. Entonces Monsieur François Galy se levanta de la mesa y me entrega una tarjeta con el teléfono de la señora Margarita Roldán González, “la niña de la carretera de la muerte” que reside en Blagnac cerca de Toulouse. -Llámala que ella te contará muchas cosas. Y acto seguido se despide de mí con un fuerte apretón de manos.

Después de varios días me comuniqué con Doña Margarita por teléfono y amablemente me dio una cita en su casa para que charláramos sobre la “carretera de la muerte”

Blagnac es una ciudad situada a pocos kilómetros de Toulouse donde se encuentran las instalaciones de Airbus. A la hora convenida me presenté en la residencia de doña Margarita situada en la calle Allée de Layrac, Este es un pequeño condominio en el que residen muchos trabajadores de Airbus. Toqué la puerta de su casa y me abrió una señora mayor, bajita y de cabello rubio que aparentaba tener unos 80 años. Yo le pregunté si era Margarita Roldan y ella me respondió afirmativamente. -Hemos sufrido mucho pero estamos vivos. Otros miles no pueden decir lo mismo. -Tenía entonces 12 años y ahora tengo 92. Entramos en su casa y me hace sentar en su sala. Entonces sin más preámbulos comienzo el interrogatorio de turno; en principio cargado de preguntas superficiales para ir rompiendo el hielo. De antemano sabemos que tendrá que revivir unos recuerdos bastante desagradables y turbadores.

Por lo tanto dejo mi papel de entrevistador y asumo el de psicoanalista porque es necesario hacer una regresión en el tiempo y desenterrar de su inconsciente esos recuerdos que permanecen congelados en su memoria.

Doña Margarita en ese tiempo era una niña que vivía junto a sus padres y hermanos en el camino de Churriana. Perteneciente a una familia de clase media ya que su padre contaba con un trabajo estable administrando las propiedades de unos ingleses en la Costa del Sol. Ella estudió en un colegio privado de monjas donde, como es de suponer, recibió una educación muy religiosa que hacia especial énfasis en materias tales como coser y rezar (Ese era el papel reservado a las mujeres) Se podría decir que era una privilegiada teniendo en cuenta la situación de pobreza y marginalidad que afectaba a la inmensa mayoría de la sociedad malagueña. Y es que estamos hablando de una época de gran convulsión social en España donde se producía continuos choques entre las diferentes facciones políticas. Una violenta pugna entre los partidos de izquierdas (socialistas, comunistas) la derecha de la CEDA, (falangistas, los monárquicos) y los anarquistas.

Margarita Roldán a pesar de ser todavía una niña ya era consciente de las fatigas y estrecheces que afectaban a la clase obrera y trabajadora. Málaga vivía un proceso prerrevolucionario pues el pueblo estaba decidido a superar las viejas lacras medievales y emanciparse de los poderes fácticos (la iglesia católica, los militares, los banqueros y la burguesía). La clase obrera y el campesinado reclamaban un mayor compromiso al gobierno de la II República para derrumbar las estructuras de una sociedad feudal que se eternizaba. El lumpen proletariado (?) y anarcosindicalistas pretendían destronar la democracia burguesa representada por el centralismo madrileño. De ahí que una de sus reivindicaciones fuera la autodeterminación y la independencia andaluza.

En las elecciones generales del 1936 el FP (Frente Popular) a raíz de los pactos forjados por los partidos progresistas obtiene el 60% de los votos y mayoría absoluta, la derecha del CEDA no logró su objetivo de frenar a las fuerzas de izquierda y tuvo que conformarse con 88 escaños. Una victoria que daba alas a las facciones más radicales del socialismo y el comunismo que propugnaban la dictadura del proletariado, la colectivización de la economía y la abolición de la propiedad privada. Es decir, acrecentar la lucha de clases al mejor estilo de los bolcheviques.

En España corría el rumor de que los militares más reaccionarios preparaban un golpe de estado. Esto no era ninguna noticia nueva pues desde hacía meses que se estaba esperando. Además hubo muchos amagos de sublevación militar -como el caso de la Sanjurjada en 1932 (las continuas asonadas estaban a la orden del día) Los generales Mola (el director), Sanjurjo, Yagüe, Franco y Cabanellas descaradamente conspiraban sin mayores objeciones contra el legítimo gobierno de la república. Buena parte de la derecha, los burgueses, los aristócratas, los empresarios, banqueros e industriales, y el clero que apoyaban no solo moral, sino materialmente la cruzada redentora. Porque había que salvar a España del "caos y la anarquía" en que estaba sumida. Los golpistas eran conscientes que si querían tener éxito debían aplicar los métodos más crueles y sanguinarios.

Métodos genocidas que el ejército español había aplicado en las colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas o el protectorado español de Marruecos para combatir a la insurgencia.

Había llegado la hora de cortarle la cabeza a esa hidra del marxismo que amenazaba devorar a la santa madre España.

El 18 de julio del 36 los traidores iniciaron el levantamiento en las guarniciones militares del protectorado español de Marruecos. Acto seguido las masas populares en todos los pueblos y ciudades de España se lanzaron a las calles en defensa de la República y de la legalidad democrática. Al grito de ¡Armas para el pueblo! y ¡Poder popular! fueron tomando las posiciones de vanguardia para hacer frente a la sublevación militar

Málaga no fue la excepción pues al romperse el orden constitucional los obreros y trabajadores comenzaron a organizar las milicias populares. A nadie tomó por sorpresa el golpe y una clara prueba de ello es que las JSU ya se habían concentrado con días de antelación en sus locales listos para entrar en combate. El 18 de julio y días posteriores se desató la histeria colectiva en la ciudad. Los milicianos eufóricos disparaban las armas al aire anunciando el comienzo de la revolución proletaria. Hombres mujeres, jóvenes y hasta niños se ofrecían como voluntarios para empuñar las armas o ejercer funciones de intendencia. La lucha de clases al rojo vivo, la colectivización y le pronto advenimiento de la dictadura del proletariado. Doña Margarita recuerda perfectamente como Málaga se movilizaba dispuesta a derramar hasta la última gota de sangre en defensa de la revolución.

El levantamiento en Málaga fracasó porque los altos mandos del ejército, la Guardia Civil o Guardias de Asalto se mantuvieron a la espera de cómo se desarrollaban los acontecimientos y no reaccionaron a tiempo. Entonces los obreros, los proletarios, los trabajadores tomaron los cuarteles y se hicieron con las armas El pueblo enfurecido atacó las casas de la oligarquía, asaltaron sus propiedades, las industrias y empresas ansiosos por tomar el poder contra la casta explotadora y defender la legalidad republicana.

Cada uno de los partidos políticos, los socialistas, comunista, los sindicalista CNT- FAI (que firmarían un pacto con la UGT) las juventudes socialistas, la Unión Republicana se implicaban por liderar la defensa contra la insurrección. Tenían claro que debían superar las viejas rencillas que los separaban, por ello debían unirse en esos momentos tan críticos. Para proteger la revolución (? la legalidad republicana) se organizó el Comité de Salud Pública y los Tribunales Populares. Se instituyó por ley la colectivización y la abolición de la propiedad privada, las teorías del socialismo utópico y del anarquismo libertario. Hombres y mujeres trabajadoras codo con codo, sin el prejuicio patriarcal. Reivindicar el papel de la mujer y sus derechos. Con las armas en la mano en la defensa del poder popular. Aunque muchas de esas armas eran obsoletas y hasta inservibles todo lo (pretendía) suplía su gran entusiasmo y la más alta moral. Desde luego que estaban dispuestos a combatir en primera línea de fuego.

Porque había que agudizar las contradicciones, acelerar el fragor de la lucha de clases e intimidar a los señores feudales; los oligarcas, aristócratas, al clero y los terratenientes que pretendían perpetuar sus privilegios. El lumpen proletariado ocupaba el escalón más bajo de la sociedad sometidos a la más vil servidumbre. Un proceso de emancipación al que la República se había negado a secundar. Como es el caso de la tímida Reforma Agraria.

Se sospechaba que las unidades de África sublevadas como la Legión y los Regulares podrían desembarcar en cualquier momento en Algeciras (ciudad controlada por los fascistas al mando del Coronel Coco Rodríguez). Como así sucedió cuando la flota franquista rompió el bloqueo impuesto por los republicanos en las aguas del estrecho de Gibraltar. Ahora Málaga estaba en el punto de mira por su posición estratégica en el Mediterráneo occidental.

Los golpistas contaban con la inestimable ayuda de Hitler y Mussolini. Con los Junker-52 de la Luftwaffen se realiza el puente aéreo (el primero de la historia) para trasportar desde el protectorado de Marruecos a la península unos cuantos a miles de soldados. Las tropas nacionales desembarcan en Sevilla y se ponen a disposición del General Queipo de Llano que asume el mando del Ejército del Sur. Se da entonces comienzo a la “nueva reconquista” igual a la epopeya de don Pelayo en Covadonga –forjador de la “nación española”- A finales del año 36 los rebeldes avanzan imparables tomando infinidad de pueblos de la provincia de Sevilla y Córdoba y se acercan peligrosamente a Málaga. Ciudad en la que se va a desarrollar uno de los capítulos más dramáticos y más sangrientos de la guerra.

Al romperse el frente de la provincia de Sevilla y de Córdoba la población civil compuesta en su gran mayoría por campesinos, peones y jornaleros que huyen despavoridos con dirección a Málaga. Son miles y miles de desplazados que buscan asilo en una ciudad que no tiene capacidad suficiente para enfrentar tamaña tragedia humanitaria. Faltan refugios, medicinas y centros hospitalarios. (alimentos e intendencia)

El hambre azota Málaga, se multiplican las restricciones; no hay electricidad, ni gasolina, ni víveres. “Málaga la roja” estaba rodeada por tierra mar y aire.

El general Queipo de Llano -jefe de del ejército del Sur- desde los micrófonos de Radio Sevilla pronunciaba incendiarios discursos cuyo fin no era otro que aterrorizar a los pueblos y ciudades que se negaban a someterse: “Españoles, el ejército con su movimiento arrollador y victorioso ha de acabar en breve con el anarquismo, el marxismo y todas esas doctrinas criminales asentadas en los engañados campesinos de Andalucía. Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable. Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río ¡id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros. ¡Sí, canalla Roja de Málaga! Esperen a que llegue allí dentro de diez días. Me sentaré en un café de la calle Larios, bebiendo cerveza, y por cada sorbo mío, caeréis diez. Habría que poner un cartel con la inscripción de “aquí existió Mérida” (?) Sabed que no voy a dejar con vida un solo habitante.

Eugenio Entreambasaguas de Unión Republicana era el alcalde de Málaga. Tenía fama de ser un hombre honesto y justo e incluso ayudó a muchas familias derechistas a evadirse. Se le atribuye la célebre frase: “Dejad que entren los fascistas que la revolución los absorberá”. Tras la toma de Málaga por los nacionales valientemente se mantuvo en su despacho pensando que por ocupar tan alto cargo sería respetado. Pero de inmediato fue detenido y enviado a prisión. Al cabo de un par de meses se le sometió a un juicio sumarísimo y condenado a muerte por decisión del fiscal Carlos Arias Navarro-mejor conocido como el “carnicero de Málaga”

Doña Margarita recuerda perfectamente las alocuciones radiofónicas de Queipo de Llano pues su padre tenía una radio y la familia entera toda las tardes se sentaba en la sala a escuchar las noticias. En la cabeza se le han quedado grabadas las palabras de aquel siniestro general que prometía un horrible escarnio al pueblo de Málaga. ¡Canalla roja de Málaga, id preparando las mortajas! ¡Rendíos y entregad las armas!. Esas palabras los ponían a temblar de espanto. Sobre todo, cuando nombraba a su tío Miguel de Haro que participaba en los comités de resistencia.

Las noticias no podían ser más preocupantes pues los frentes republicanos en las provincias de Córdoba y Sevilla se derrumbaban ante el implacable avance de los sublevados.

Málaga en ese entonces tendría unos 190.000 habitantes- a los que había que sumar 50.000 refugiados de los pueblos aledaños y de otras provincias andaluzas. Las milicias populares compuestas por unos 30.000 efectivos al mando del coronel Villalba se aprestaban a enfrentar al ejército nacional construyendo bunkers, trincheras y barricadas. Todos los partidos políticos a pesar de sus diferencias tenían que unirse codo con codo en la defensa de la ciudad que iba a ser sometida a un cerco implacable.

A su favor contaban con la abrupta geografía malagueña que les ofrecía una ventaja adicional. Pero carecían de armamento en condiciones; les faltaban ametralladoras, fusiles modernos, morteros o artillería pesada, ni defensa antiaérea y menos una aviación que neutralice los bombardeos de las escuadrillas de aviones enemigos. Y como si fuera poco carecían de reservas de municiones.

Málaga llevaba meses bombardeada por la aviación franquista con el propósito de debilitar la resistencia y desmoralizarlos. Los cuarteles, polvorines y depósitos de combustible eran los principales objetivos a batir. Doña Margarita narra cuando al escuchar las campanadas de las iglesias toda la familia buscaba protección en los refugios antiaéreos improvisados en el sótano del edificio donde residían. Cuando terminaba el raid de castigo ella salía a comprobar lo que había pasado y se encontraba con un panorama dantesco: casas y edificios demolidos donde los socorristas intentaban sacar a los sobrevivientes y retirar a los muertos, Esta carnicería contra la población civil desata el odio y la venganza y comienza la persecución a los más destacados miembros de la alta sociedad y los señoritos de la derecha. Quienes caen en manos de los milicianos son conducidos de inmediato al paredón de fusilamiento.

En los montes de Málaga se despliegan más de 15.000 legionarios del Corpo Truppe Voluntarie o Camisas Negras -enviados expresamente por el duce Mussolini- al mando del general Mario Roatta- Traen unidades mecanizadas, tanques, vehículos ligeros, lanzallamas y artillería pesada. Procedente de Fuengirola se aproximan las seis columnas del coronel Borbón, Duque de Sevilla, con 10.000 Regulares del ejercito de Marruecos y 500 jinetes de la caballería de Tetuán, tiradores de Sidi Ifni (gleba musulmana obligada a enrolarse en las filas de los colonialistas españoles), los legionarios del Tercio, tropas de élite fascista apoyados por la Legión Cóndor y la Aviazione Legionaria Italiana (67-100 aviones) en una operación coordinada por Franco, Mario Roatta y Queipo de Llano.

La gente se estremece de espanto pues corre el rumor de que están a punto de entrar en la ciudad los Regulares Marroquíes que tienen fama de carniceros y violadores ¡ya vienen las bestias! ¡Ya vienen los moros! saben que los pasarán a cuchillo tal y como lo dijo Queipo del Llano por la radio. “¡Voy a hacer un cocido de patatas con todos los del Perchel!

La población civil presa del pánico se lanza al caótico éxodo (lo bautizaron como “desbandá” o “espantá” como si se tratara de una manada de potros desbocados) El Coronel Villalba, jefe militar de Málaga, lanza la orden de evacuar la ciudad. Con sus unidades se dirige a Nerja para consolidar las posiciones y preparar un “arrollador contraataque”. En su apresurada huida deja una maleta en su oficina en la que se encuentra escondida la mano incorrupta de Santa Teresa -que le han entregado las religiosas de las Carmelitas Descalzas de Ronda para que la ponga a buen recaudo. Reliquia que recuperan los soldados del Coronel Borbón, duque de Sevilla, que se la ofrecen de presente a Franco. El Caudillo la adopta como un fetiche protector que lo acompañará hasta su lecho de muerte (cuando el anciano dictador estaba agonizando en el hospital de la Paz pidió que se la trajeran a ver si se obraba un milagro). El poder sobrenatural y milagroso de la mano de la santa iba a guiar al Caudillo en la sabia conducción de la patria.

Desde el Ministerio de la Guerra en Madrid ordenan a Villalba que regrese a su puesto en Málaga. Pero se niega aduciendo que todo esfuerzo es inútil pues la plaza ya ha sido tomada. Málaga se derrumba entre estertores de espanto.

Las cañoneras Cánovas del Castillo y Canalejas entran al puerto y finiquitan la conquista de la ciudad. Los fascistas desembarcan y entran a bayoneta calada a cobrarse el botín de guerra. No hay apenas resistencia, solo un puñado de valientes permanecen en las trincheras a pecho descubierto y casi sin munición. Tenían que defender con sus vidas los derechos conquistados por la clase obrera y trabajadora. De esta forma se escribe la última página de la utopía revolucionaria de “Málaga la roja”.

Ya están marchando los fascistas con sus banderas y estandartes por el paseo de la Alameda y la calle Larios, Las tropas italianas o camisas negras se abren paso dando vivas a Mussolini y a Franco. El duque de Sevilla a la grupa de su brioso corcel encabeza los batallones de falangistas y Regulares.

Los barrios populares no tardaron en desocuparse y en medio del caos intentan llevarse sus pertenencias; las cosas de mayor valor se las echan a los hombros o a lomos de caballos, mulas o burros; los más pudientes en carros y camiones o coches que se apresuran a salir de la ciudad para emprender el camino con dirección a Almería.

La caída de Málaga fue fruto de una traición (?) pues se les denegó auxilio a sus defensores que exhaustos agotaron hasta la última bala, El gobierno central no les envío las armas, las municiones o las tropas de refuerzo que solicitaban con desesperación (2)

Mezclados con los civiles marchan también los milicianos desertores y todos los que temen ser represaliados como políticos, sindicalistas, o simpatizantes del FP. Dos batallones comunistas y otro de anarquistas cubren la retirada.(3) Llegan noticias de que los nacionales han ocupado Vélez y bloquean el paso a Almería. Se teme una sangrienta celada. La marabunta se abre camino; hileras e hileras de seres ensombrecidos en cuyos rostros desencajados reflejan la desesperación y angustia, una masa humana indefensa, pegados los unos a los otros como corderos que llevan al matadero, Pasan también camiones atestados de gente, coches, y bestias de carga o carretas. Los novios de la muerte les pisan los talones. Caminaban de noche para no ser localizados por los barcos y los aviones y duermen por el día escondidos entre los riscos y peñascos para atenuar las inclemencias climatológicas. Presas del hambre se alimentaban de caña de azúcar o higos chumbos y para calmar la sed tuvieron hasta que beberse el agua del mar.

Se calculan que entre 100.000 a 150.000 personas -según diversas fuentes- escaparon de Málaga (Aunque lo cierto es que el éxodo comenzó con semanas de anticipación) No solo se cuentan los residentes de la capital y sus alrededores, sino también los desplazados de otros pueblos de la propia provincia de Málaga, de Sevilla o de Córdoba.

Astutamente el régimen franquista intentó culpabilizar al ejército republicano del holocausto aduciendo que “los bandidos rojos se mezclaron con la población civil utilizándola de escudos humanos”. Lo mismo sucedió en el bombardeo de Guernica cuando los franquistas acusaron a los gudaris vascos de haber quemado la ciudad “la tea incendiaria es la de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo” (4)

Doña Margarita revive con claridad ese momento en que su madre le dice que tienen que partir.-ocultándole la extrema gravedad de la situación- Entonces se pone unos zapatitos de charol y el vestido dominguero y sale apresurada junto a los 15 miembros de su familia; padre, madre, hermana, abuela, tíos y primos. Ellos pensaban que todo este maremágnum pronto se calmaría así que su padre se las arregló para permanecer un par de días en un hotel en las afueras de Málaga. Era impensable que ellos abandonaran su casa con todas sus pertenencias. Se fueron con lo puesto sin imaginar siquiera que iban a pasar 80 años de ausencia. Vídeo: https://youtu.be/xaLdDUjXpkY

Legionarios del Tercio, "los novios de la muerte" sedientos de sangre allanaban las casas y lo edificios en busca de la “canalla roja”, los Regulares yihadistas (Franco les prometió el paraíso) con sus cuchillos afilados se preparaban a degollar a esos ateos y apóstatas que ofendían a Jesucristo (su amado profeta) ¡que vienen los moros! La gente gritaba y corrían como almas que lleva el diablo. Las palabras de Queipo de Llano (el pionero del terrorismo mediático) retumbaban en su cerebro: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombres. De paso, también a las mujeres de los rojos, que ahora por fin han conocido hombres de verdad y no castrados milicianos”

El 7 de febrero de 1937 los Nacionales emiten un parte de guerra extraordinario: “siendo las 7 horas 30 minutos nuestras tropas atraviesan el Guadalmedina. El enemigo derrotado huye en desbandada en dirección a Motril perseguidos por nuestros valientes soldados”

Una masa humana indefensa que marchan apretujados los unos contra los otros para darse protección; pálidos, resignados y con la cabeza gacha barruntan la derrota. Solo se escucha como arrastran los pies levantando el polvo de los caminos al compás de un mantra fúnebre que estremece el alma.

El Baleares y el Canarias disparan sus baterías a discreción apuntando hacia la costa del Mediterráneo por donde transita un hormiguero de personas. Caen los proyectiles entre la multitud dejando cuerpos despedazados de hombres mujeres y niños, pues la muerte no hace distinciones. Los obuses golpean la ladera de la montaña y desprenden enormes peñascos que aplastan a los inocentes. Doña Margarita se tapa los oídos para no escuchar sus gemidos y lamentos. Esas dantescas escenas no se las puede quitar de la cabeza. Sobre todo, el olor de la sangre que es penetrante y provoca nauseas. Luego las nubes de moscas amortajaran los cadáveres para que los ampare la luz perpetua. Y la muchedumbre sale corriendo despavorida en busca de un sitio donde guarecerse y esquivar las bombas. En la caravana vienen también viejos que se apoyan en bastones, ciegos con sus lazarillos, paralíticos en silla de ruedas, niños tiernos y bebes en el regazo de sus madres. Es demasiado sufrimiento el que padecen y lo peor es que nadie les presta ayuda. En el cielo no solo los persiguen los aviones sino también los cuervos, bandadas de cuervos ansiosos por darles el beso de la muerte una vez que caigan de bruces al suelo. ¿Dónde están los refuerzos que prometió enviar el gobierno republicano? ¿y las armas? ¿y las unidades de refresco? Fusilados contra ese paredón en que se han convertido los montes de Málaga y del que no pueden escapar por lo agreste de la geografía. ¡Ya vienen los moros bajando por Granada! Un soldado desenfunda su cuchillo y se degüella antes de caer en manos de las hienas fascistas. Algunas personas no pueden resistir la carnicería y prefieren regresar a Málaga donde son detenidos, encarcelados y, en la mayoría de los casos, fusilados bajo la acusación de “auxilio a la rebelión”.

La oficialidad y la marinería del Canarias se entretienen practicando el “tiro al rojo” y cada vez que dan en el blanco celebran sus hazañas. De repente se escucha un silbido seco y un obús que impacta estruendosamente muy cerca de donde se encuentra la familia de Margarita Roldán dejando varios muertos y heridos desparramados por el suelo. Un trozo de metralla le ha quitado la cabeza a una niña que llevaba su madre en hombros. Una escena provoca escalofríos cuando ella la narra con toda su crudeza. La mujer chillando se niega a soltar el cuerpecito decapitado de su hijita que se sumerge en un charco de sangre. ¿Cómo es posible aguantar tanta ignominia? Son recuerdos muy traumáticos y doña Margarita balbucea y se queda en silencio como si estuviera viendo a esa hermosa niña allí martirizada en la sala de su casa. Todo es tan real que se echa las manos a la cabeza y entre sollozos grita: ¡que injusticia!

Las víctimas y sus familiares resignados no paran de darse golpes en el pecho, o cabezazos contra el muro de las lamentaciones. Los embarga la impotencia al comprobar que todos esos crímenes han quedado completamente impunes. Algo que nos deja estupefactos. No es Guernica la ciudad mártir vasca, es la “carretera de la muerte” que representa 10 o 20 Guernicas y a la que su hijo predilecto Picasso nunca le dedicó ni un mísero garabato.(5)

La contrarrevolución ha triunfado y se inicia una brutal represión contra los milicianos y los simpatizantes de izquierda. A la menor sospecha son detenidos. Los fascistas tomaron 10.000 prisioneros muchos de los cuales serán condenados al cadalso por los tribunales especiales.

Doña Margarita no puede creer que hayan pasado ya 80 años, 80 años desde que la expulsaron para siempre junto a toda su familia de la tierra que la vio nacer. Se dice fácil pero son décadas y décadas de desarraigo. Primero como refugiada en Barcelona, luego como exiliada en Francia y ahora como ciudadana francesa. Porque se vio obligada a echar raíces en tierra extraña; se casó con otro refugiado republicano y formó un hogar. A la fuerza asumió su destino en un intento por integrase en la sociedad de acogida. Pero ella a pesar de los 80 años de extrañamiento sigue siendo andaluza hasta la médula. Tan solo hay que escuchar su marcado acento malagueño. ¿ustedes querían regresar a Málaga? -Le pregunto- Imposible. Su casa fue destruida por los bombardeos y si su familia hubiera vuelto seguramente que los habrían represaliado. Al menos se salvaron de soportar cuarenta años de férrea dictadura franquista. –Un verdadero viacrucis que al menos se quitaron de encima. Poco le importa la actualidad y realidad española, hasta el punto que ignora que el alcalde de Málaga es Francisco de la Torre, perteneciente al PP y que ocupó el cargo de presidente de la Diputación Provincial de Málaga durante el último período franquista, Por lo tanto también es cómplice de la masacre de la “Carretera de la Muerte” pues juró los principios fundamentales del Movimiento. Jamás este individuo ha expresado en público una condena por tan execrable crimen. Tampoco doña Margarita sabe que muchos sevillanos consideran a Queipo del Llano un héroe (el caudillo le impuso la Gran Cruz laureada de San Fernando en el pecho) y que está enterrado en una capilla en el santuario de la Virgen de la Macarena en Sevilla. (Virgen que lleva una cinta con su nombre) Al escuchar estas revelaciones inclina la cabeza y se tapa la cara con las manos -¡lo que hay que ver! si este sinvergüenza no es más que un vil asesino, ¡un vil asesino…!

La señora Margarita hace gestos como imitando con sus manos el vuelo de los aviones que vienen volando entre las nubes preparados a lanzarse en picado cual feroces águilas metálicas. ¿Cuántos han caído? Ni se sabe ¿quién los va a contar? si no son más que la canalla roja que merecen ser aplastada como chinches. Quién va a echar de menos a esos ignorantes “catetos” (como los llaman despectivamente los señoritos) miserables obreros y campesinos que no vale ni una perra gorda. Nada de nada, sus cuerpos quedan allí tendidos en la carretera hasta que vengan los buitres, los perros o las ratas a darse el festín en ese macabro banquete. Una carnicería en la que se mezclan los trozos de animales y de seres humanos. ¿Tal vez un alma caritativa se atreva a enterrarlos en una fosa común o tirarlos al mar para borrar las huellas de tanta infamia?

El Coronel Borbón, duque de Sevilla, expresó exultante: “hemos venido en nombre de España a salvar esta ciudad del yugo rojo por la gloria de Dios y del Caudillo”

Las Almas en pena huyen despavoridas y lo único que piensan es en acortar lo más rápidamente posible los 219 kilómetros que los separan de Almería (una de las pocas ciudades andaluzas que se mantienen fieles a la república) Es una carrera de fondo en la que los más débiles son eliminados. Los viejos, los enfermos son los primeros en doblar las rodillas y caer rendidos, un bebé intenta calmar su hambre mamando leche del seno de una madre muerta. Es el apocalipsis: de entre la multitud surge una mujer enloquecida que se tira desde un acantilado para ahogarse en el mar, un hombre dispara su pistola y mata a su familia para luego pegarse un tiro en la sien.

La larga hilera de fugitivos se extiende por kilómetros y kilómetros, parece más bien una procesión de espectros. Como decía doña Margarita ¿Dónde está Dios, ese Dios todopoderoso al que tanto le rezaba en el colegio de las monjitas?

Nadie tiene piedad de ellos, nadie oye sus suplicas. Levantan los brazos al cielo implorando clemencia y la única respuesta son más bombardeos y ametrallamientos. Tan solo son unos pobres campesinos, jornaleros, obreros, proletarios ¿quién va a reclamar por ellos? ¿Cuántos han muerto? ¿3000, 5000, 8000?

La orden emitida por el bando fascista era bien clara: “Aniquilar sin concesiones todas las personas que se encontraban en el territorio”

La Andalucía rural también sufrió un desgarrador genocidio. Los fascistas eliminaron la mala hierba del campo, es decir, aquellos campesinos y jornaleros que reclamaban “tierra y libertad”. Facciosos anarquistas, socialistas, comunistas que pretendían expropiar la tierra a los terratenientes. De esta forma se aniquiló la revolución campesina vinculada al comunal y la colectivización de la economía

A la altura de Nerja son detenidos aproximadamente 10.000 fugados por las Camisas Negras italianas que de inmediato les obligan a regresar a Málaga. A partir de ese instante la carretera queda cortada.

Hasta hace poco años en el cementerio de San Rafael los familiares de los represaliados no se atrevían ni a colocar una cruz sobre la fosa común donde se encontraban enterrados los restos de sus seres queridos. Todavía tiene miedo que venga la Guardia Civil a tomarles declaración. El terror se ha inoculado en su sangre y les han colocado un bozal para que permanezcan callados. Les toca rezar al difunto encerrados en sus casas, encenderle velitas a la foto amarillenta de su padre, de su madre, del abuelo o del hijo y rezar un responso por su alma. Rezar en silencio, claro, no vaya a ser que alguien se entere de que en la familia hay uno de esos rojos de la antiespaña.

Los aviones alemanes e italianos van y vienen en constantes oleadas decididos a cumplir la sentencia bíblica. Y lanzan su lluvia de fuego inmisericorde como la que destruyó las ciudades malditas de Sodoma y Gomorra. No hay duda que han ofendido a Dios padre todopoderoso y deben pagar su tributo en Sangre. El olor putrefacto que emana de los cadáveres mutilados y las vísceras en descomposición es insoportable. Es el olor de la muerte que perfuma la carretera de la muerte. La procesión es incesante, un interminable gentío en el que hay hasta ciegos, paralíticos en silla de ruedas, huérfanos, viudas, niños que berrean o perros que ladran.

Las caravanas cruzan por Torre del Mar, Vélez-Málaga, Nerja, Almuñécar, Motril, Adra, llevan cinco o seis días de viaje, una semana para los más lentos, todos allí empujados por esa ola gigantesca de seres humanos, de animales, burros, mulas, caballos, cabras, carretas, coches que transitan por esa carretera de gravilla que muele la suela de los zapatos, de las alpargatas, de las sandalias de esparto. Muchos llegan a su destino descalzos, con los pies hinchados cubiertos de llagas y ampollas. Los más viejos ya no aguantan más las fatigas agonizan abrazados a sus deudos.

El llanto de los niños no cesa, ¡mamá! ¡papá! Los alaridos de las madres que pierden sus hijos: ¡Ay Juanito! ¡Ay Joselito! ¡Ay Pepita! No hay caso, y, muy a su pesar, deben continuar la marcha pues las tropas fascistas les pisan los talones. Y todo el mundo se aprietan fuertemente las manos para sentir el calor de sus seres queridos que es lo única luz que los guía.

Carlos Arias Navarro de FE de las JONS, primer marqués de Arias Navarro y grande de España, espía infiltrado en sitio de Málaga, fiscal militar franquista que se encargó de los juicios sumarísimos y de firmar las condenas a muerte. El último Presidente de Gobierno. Se ha demostrado fehacientemente que entre los años 1937 y 1957 el número de víctimas de la represión franquista sobrepasó los 17.000. Muchos de los cuales sufrieron torturas antes de ser enviados al paredón de fusilamiento. La prueba palpable de este demencial holocausto es la fosa común existente en el cementerio de San Rafael donde están enterradas 4.571 víctimas. Esta es una de las mayores fosas comunes de toda Europa occidental.

Antes de que se construyera en el cementerio de San Rafael el memorial en forma de pirámide en honor a las víctimas de la represión franquista, sus deudos con sigilo dejaban pequeñas cruces con sus nombres señalando el lugar donde estaban enterrados. Con mucho sigilo quiere decir que todavía tienen miedo a que los identifiquen como parientes de un “rojo “despreciable.

Pero no podemos quedarnos en lo superficial y lo anecdótico, así que debemos aplicar las técnicas del psicoanálisis para realizar una regresión y obtener una confesión lo más cercana a la realidad. Aunque parezca mentira a pesar de haber pasado tantos años mucha gente prefiere permanecer en silencio. No quieren hablar por si acaso les puede pasar algo a ellos o a sus familiares.

Como es el caso de la propia hermana menor de Margarita Roldan, también superviviente de la “carretera de la muerte”, que desde hace décadas se encuentra en tratamiento psiquiátrico. Sin saber muy bien el por qué se echa a llorar, se encierra en sí misma, no quiere que le hablen de España, ni de Málaga. La “carretera de la muerte” la mató en vida. ¡80 años de tortura psíquica! ¿Cuántos otros están en las mismas circunstancias? Muchas víctimas perdieron la cabeza, sufrieron un tremendo shock y están traumatizadas, les golpea los problemas mentales; depresión, intentos de suicidio, angustia existencial o pérdida de la estima.

Los historiadores en base a los testimonios de los supervivientes y a los documentos encontrados en los archivos cifraban entre 100.000 y 150.000 personas las que escaparon de Málaga. Pero ahora según nuevas investigaciones llevadas a cabo por Andrés Fernández y Maribel Brenes (descritas en su libro “Éxodo Málaga a Almería”) su número podría elevarse a más de 300.000.

Uno de los pocos que se acercaron a socorrer a las víctimas del holocausto fue el médico canadiense Norman Bethune que a bordo de una camioneta de la Cruz Roja llegó a prestarles los primeros auxilios. Según cuenta este doctor el sufrimiento de los heridos era tan atroz que las raciones de morfina se agotaron. También sucedió lo mismo con las bolsas de sangre para hacer las trasfusiones. En un vano intento por salvar a los heridos que presentaban terribles traumatismos improvisó un quirófano en el que iba cortando con un serrucho los miembros desgarrados por la metralla. El Dr. Bethune fue un fiel testigo del genocidio que narra a la perfección en su libro titulado: “el crimen de la carretera de Málaga a Almería”. En las que se incluyen fotografías de su ayudante Hazen Sise.

La caravana cuando se acercaba a algún pueblo se encontraba con las puertas de las casas cerradas a cal y canto. Nadie quería verlos, ni hablarles, ni mucho menos ofrecerles siquiera un plato de comida. Aterrorizados preferían mantenerse al margen antes de que los acusaran de simpatizar con los comunistas. Algo que indudablemente podría costarle la vida.

La ciudad de Almería, que en esa época tendría unos 55.000 habitantes, en unos cuantos días casi que triplicó su población Los refugiados agotados por la extenuante marcha buscaban la plazas, los parques o cualquier rincón para descansar.

La muchedumbre reclamaba a los vecinos que tuvieran piedad y les dieran algo de comer. La gente les tiraba mendrugos de pan, les daban cantaros de agua o mantas para cobijarse del frío. Llegaban harapientos, con los pies molidos y la moral por los suelos. Al cabo de unos días hacinados en unas improvisadas barracas por la falta de limpieza empezaron a atacarlos las plagas de piojos, chinches y garrapatas. Algo que los torturaba más que los propios bombardeos. Pero allí no acababa su viaje puesto que la situación en Almería era igualmente muy tensa a causa de los bombardeos de la aviación nazi. Así que no tuvieron más remedio que dirigirse hacía Levante y Cataluña en busca de un lugar de asilo donde paliar su miseria.

Balbino Santos Oliveira, obispo de Málaga, pronunció un emocionante tedeum solemne de agradecimiento al glorioso ejército nacional por haber liberado Málaga del “ateísmo dictatorial” Se hicieron presentes en la catedral las autoridades civiles y militares que de rodillas comulgaron demostrando así su inmenso amor por Dios. El obispo con un hisopo asperjó con agua bendita la tierra mancillada por la “canalla roja”.

Es necesario señalar públicamente a los culpables, dar los nombres y apellidos de los que cometieron este horripilante genocidio. Porque estamos hablando de la mayor matanza de la Guerra Civil y no puede banalizarse o convertirse en una mera anécdota de las tertulias. No podemos ser tolerantes con este crimen de lesa humanidad, pues aunque los responsables estén todos muertos, sus cómplices y descendientes aún viven y gozan de todos los privilegios.

Vamos a ser imparciales y pensar que el Rey Juan Carlos –que juró los principios fundamentales del movimiento- desconocía por completo el prontuario criminal del franquismo. Porque de lo contrario también se convertiría en cómplice.

Durante la dictadura franquista estaba prohibido hablar de ciertos temas referentes a la Guerra Civil. La única versión oficial pertenecía al bando vencedor.

Lo demás eran calumnias inventadas por los “rojos” para desacreditar al glorioso Movimiento Nacional. A tal grado llegó la tensión que la cúpula militar amenazó con boicotear el proceso de transición democrática. “Recordad que si hay mártires son los nuestros; los de Paracuellos o los del Cuartel de la Montaña”

Lo cierto es que poco le importa al pueblo malagueño lo ocurrido en la “carretera de la muerte” Se ha aplicado la filosofía de: “Hay que dejar que sanen las heridas para que no nos envenene el rencor”. Se ha impuesto por ley la amnesia colectiva. En las últimas elecciones municipales la ciudadanía votó mayoritariamente por la derecha del PP. Es decir, los herederos del franquismo: familias acaudaladas, empresarios, banqueros e industriales que en muchos casos gozan de los bienes y el patrimonio expoliado a las víctimas de la “carretera de la muerte”.

Doña Margarita me hace un gesto con la mano para dar por finalizada la entrevista. Ya está bien de desenterrar el pasado y ahora prefiere regresar al presente: Monsieur, c’est suffisant. Je suis très fatigué.

El Rey Felipe VI, Capitán General de los ejércitos, no se cansa de repetir en sus discursos que condena los actos de terrorismo y que defiende la paz y la justicia. Cumplidamente todos los viernes santos la Legión saca el Cristo de la Buena Muerte en andas aplaudidos por miles de personas que se congregan en la Semana Santa malagueña. Los novios de la muerte soberbios marcan el paso mientras en las fosas comunes los cadáveres se retuercen de rabia. La estatua del marqués de Larios -que tras la proclamación de II Republica acabó en el fondo de las aguas del puerto- preside una de las plazas más emblemáticas de la ciudad como símbolo del infinito poder de la aristocracia y la oligarquía.

En el año 2008 el juez Garzón imputó -vía Audiencia Nacional- a 35 altos cargos del franquismo, que se rebelaron contra el orden constitucional, por crímenes contra la humanidad, exterminio sistemático y desaparición forzada cometidos en la Guerra Civil. Garzón fue acusado de prevaricación (dictar una resolución a sabiendas que es contraria a derecho) y juzgado por el Tribunal Supremo. El fiscal del reino de España calificó un disparate abrir una causa general contra el franquismo cuando los hechos están prescritos y perdonados por la Ley de Amnistía de 1977. Como epílogo el poder judicial suspende a Garzón por investigar los crímenes del franquismo.

 “Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando unos a los otros, si no borrábamos ese pasado de una vez para siempre?”
--Marcelino Camacho, Partido Comunista de España. Ponente de la Ley de Amnistía 1977.
 La ley de Amnistía es contraria al derecho internacional.
 El crimen de la “carretera de la muerte” aún no ha prescrito.

Carlos de Urabá

Notas:
(1) No suele ocurrir con frecuencia, al contrario, y estos republicanos eran buenos, muy buenos y por eso sufrieron la persecución y la injusticia de los auténticos malvados.
(2) Madrid se defendía también con grandes dificultades y pocas armas, con el frente en la Casa de Campo. Ante esta situación no es fácil retirar del frente para enviar a Málaga, ni tropas, ni armas, de las que carecían y necesitaban para su defensa.
(3) Esos dos batallones de unos y el otro, ¿de dónde salen? del pueblo. Fue el pueblo llano el que dio la vida por la República, son gente que no vienen de ninguna parte, como en Madrid se formó el V Regimiento para defender la República, no llegaron de fuera. Aunque las Brigadas Internacionales supusieron una gran ayuda.
(4) No considero pertinente traer a colación estas citas, que son patrañas de los autollamados nacionales: ellos siempre han mentido y Guernica, que ya está suficientemente estudiado es un ejemplo de esa cadenas de mentiras, que comienza con negarlo, sigue con acusar a los republicanos, continua con acusar a los alemanes desde el extranjero, cuando los aviones no tenían para ello suficiente radio de acción. Cuando, a fuerza de pruebas, aceptan que fue la legión Condor, continúan negando que fuesen ellos -los sublevados- los que dieron las órdenes.
(5) Picasso, que vivía en París desconocía el suceso como le ocurrió a la inmensa mayoría de españoles, así que la acusación me parece no solo gratuita sino que carece de fundamentos. No quisiera ver en ello una nota mas de su anticomunismo burdo, lo que se deja ver a lo largo de todo el artículo. Es fácil, no cuesta nada acusar al gobierno de la República de su falta de ayuda a Málaga, para ello tenemos que ignorar las necesidades de ayuda que tenían en Madrid, quién les ayudaba a ellos, ¿les sobraban hombres, armamento y munición? Ignorar que uno de los principales problemas de la República fue siempre la falta de municiones, armamento y hombre preparados. estas palabras despiertan más la desunión que la unión, otra de las necesidades del frente republicano.

Este artículo lo he colgado a pesar de sus sesgos, como gesto de amplitud de visión y posible crítica sobre nuestra guerra en defensa de la República, pues es un ejemplo de los errores e insuficiencias que tanto se dieron en aquel entonces. Estos hechos los desconocía, en la poca y mala historia que se estudiaba en el bachillerato nunca se llegaba a la República, por lo tanto era imposible conocerlos. Ha sido en 2016 con una conferencia sobre ellos y algunos artículos cuando he conocido de su existencia. No sabemos de historia y la mayor parte de lo que sabemos son mentiras, deformaciones, medias verdades, leyendas. Las (des)informaciones sobre el bombardeo de Gernika es un buen ejemplo de lo que hemos recibido como "historias", y seguimos oyendo repetir en multitud de ocasiones y lugares.

Más sobre el tema en Norman Bethune, el médico canadiense que vino a España y fue con su ambulancia a Almería para ayudar a las victimas de la carretera Málaga-Almería.

miércoles, 15 de febrero de 2017

_-El sociólogo Marcos Roitman publica “La criminalización del pensamiento” (Ed. Escolar y Mayo). Pensamiento crítico: desnudar al poder y exponer sus vergüenzas.

_-La primera huelga de la historia ocurrió en el año 1166 antes de nuestra era, en el Imperio Nuevo de Egipto regido por Ramsés III. Fue en la aldea de Deir-el-Medina donde los obreros al grito de “¡Hambre!” interrumpieron la actividad para pedir el pago de los salarios, una mayor porción de pan, dátiles, cerveza, ropa, vasijas y herramientas adecuadas. Reclamaron asimismo que se destituyera por corrupto al capataz. La acción tuvo éxito. Ante estos actos de rebeldía, “las clases dominantes, elites y castas se blindan, se defienden bajo el pensamiento reaccionario”, afirma el sociólogo Marcos Roitman. Ha ocurrido históricamente, según demuestran las leyes de castas escritas en el libro sagrado del Manu: “cuando nace un brahamana nace un ser superior a la tierra entera, es señor de todas las criaturas; todo lo que existe en el mundo es propiedad privada del brahamana (…)”. La versión actualizada de estas ideas es un saber tecno-científico “reaccionario”, que Roitman sintetiza en apenas un parágrafo: “El establishment hace una propuesta de ciencia social desideologizada, axiológicamente imparcial, realizada por sujetos ‘neutros’, descriptores de hechos brutos, donde se sustituye el conocimiento por el dato empírico. Hoy las estadísticas, las encuestas, los estudios de mercado, los análisis cuantitativos se han convertido en el saber validado ‘científicamente’”.

El profesor de Estructura Social Contemporánea y Estructura Social de España en la Universidad Complutense señala esta renuncia a la teoría y a su potencial crítico en el libro “La criminalización del pensamiento”, publicado por Escolar y Mayo Editores en 2016. La realidad virtual ya prevalece sobre la experiencia directa. Pero abdicar de la capacidad de pensar implica negar la condición humana, sostiene Marcos Roitman, quien cede en este punto la palabra al filósofo Byung Chul-Han, autor de “La Sociedad del Cansancio” (Herder, 2012): “Hoy se habla de enfermedades nacidas en el tiempo de la hiperactividad”. Infinitos Whatsapp, Mails que responder, eventos en la página de Facebook, notificaciones en Twitter… “Estamos ante un sujeto que vive angustiado por el nivel de cobertura, sin tiempo para reflexionar, detenerse, ver el mundo que le rodea; incapaz de seleccionar y fijar conocimientos, no distingue lo fundamental de lo irrelevante, ni es capaz de situarse históricamente”, explica el ensayista coreano.

En un artículo publicado en el diario La Jornada –“Miedo a pensar” (julio de 2016)- el politólogo chileno criticaba las modas intelectuales y la predominio, en la Universidad y los medios de comunicación, tanto de las opiniones personales como de las lecturas periodísticas y superficiales. Las razones del ensayo de 148 páginas, en buena parte nutrido de los debates con los estudiantes de Grado en Sociología y Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense, es palmario: “Un compromiso militante en defensa del pensamiento democrático, ético y subversivo”. El autor ya se aproximó a la cuestión en “El Pensamiento Sistémico. Los orígenes del socialconformismo” (Siglo XXI, 2003).

Marcos Roitman defiende la tesis de que el poder en las sociedades occidentales no se ejerce hoy, preferentemente, en forma de represión violenta. Se administra mediante otros modos más sutiles, como el “Storytelling”: contar historias que no sólo velan la realidad, sino que permiten –en palabras de Christian Salmon, autor de “Storytelling” (Península, 2011)- “compartir un conjunto de creencias capaces de suscitar la adhesión o de orientar los flujos de emociones”. Porque las historias “pueden ser prisiones”. Hace dos décadas el sociólogo Niklas Luhmann subrayaba que la función del poder es neutralizar la voluntad del inferior, no necesariamente doblegarla. De ahí la fragilidad de regímenes basados exclusivamente en la tiranía, entre los que Roitman destaca el del Sha iraní, Pinochet, Videla, Idi Amin o Stroessner. La elaboración de mitos políticos que legitimen la dominación y produzcan consensos remite a la antigüedad. Amamantados por una loba, Rómulo y Remo fundaron Roma; en la Historia Moderna, el mito étnico-racial de la superioridad hispánica –materializada en la cruz y la espada- ofreció cobertura ideológica a la expulsión de moriscos, judíos y a la conquista de América. El columnista de La Jornada apunta, entre las formas más cruentas de refrendo popular a la tiranía, la ocurrida durante el nazismo. “Los hornos crematorios del III Reich funcionaron a plena luz del día; cuando se encendían, el olor a carne humana alcanzaba a los pueblos cercanos, pero la mayoría se apuntó al partido nazi, a sus juventudes y organizaciones de masas”.

Uno de los casos más citados de criminalización del pensamiento fue el de Emile Zola, quien denunció en el Manifiesto “Yo acuso” la actuación de jueces, ejército, presidente y ministros de la República en el llamado “caso Dreyfus”. Por ello el escritor fue injuriado, censurado y llevado a juicio. Además se le tachó de “antipatriota”. La persecución a la que se vio sometido le forzó a exiliarse. En la “Carta a Francia” Zola señaló los mecanismos que forjaban el Pensamiento Único: “Cien periódicos repiten a diario que la opinión pública no quiere que Dreyfus sea inocente, que su culpabilidad es necesaria para la salud de la patria”.

También las políticas neoliberales de los años 70 se basan en relatos y mitos propalados hasta el hartazgo, como la infalibilidad del mercado y la eficiencia máxima de las leyes de la oferta y la demanda. “No hay un estado contemporáneo en el que no exista un relato constituyente regulador de las relaciones de dominio y disciplina”, resume Roitman, también autor de “Tiempos de oscuridad. Historia de los golpes de Estado en América Latina” (Akal, 2013). La importancia de los relatos legitimadores se puede observar también en las Ciencias Sociales, y en el interés por controlarlas. Durante la “Guerra Fría” tal vez se alcanzara el grado máximo: “Se trataba de amordazar el pensamiento en todas sus dimensiones”. Infiltración en los movimientos sociales, creación de instituciones culturales, publicaciones y editoriales; compra de intelectuales…

En el capítulo dedicado a “El poder y la subversión”, Marcos Roitman destaca cómo los intelectuales del “establishment” reducen a la condición de anomalía o mera excrecencia algunos regímenes que, sin embargo, surgen del seno del sistema capitalista: las dictaduras en América Latina, África, Asia o los fascismos. Niegan además las posibles “alternativas” y el elemento catalizador de las luchas sociales que implica la utopía. Por ejemplo el filósofo Karl Popper, cuando sostiene en “La Sociedad abierta y sus enemigos” (Paidós, 1967): “Su llamado estará siempre dirigido a nuestras emociones y no a nuestra razón; aun inspirados por las mejores intenciones de traer el cielo a la tierra, sólo conseguiremos convertirla en un infierno (…)”. Mientras, sin embozo se erigen monumentos y se dedican calles a magnos conquistadores como Hernán Cortes, Francisco Pizarro, Pedro de Valdivia o Diego de Almagro; y se celebra con pompa a las dinastías egregias, sean los Borbones, Habsburgo, Orange, Tudor, Saboya o Estuardo. El autor de “Las razones de la democracia en América Latina” y “Democracia sin demócratas” señala cómo Reagan, Bush, Menájem Beguín, Thatcher o Blair “salen airosos de sus guerras genocidas”. O se citan escasamente algunos episodios que enlodan la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial; es el caso de los centros especiales en los que F. D. Roosevelt encerró a miles de ciudadanos estadounidenses de origen japonés, sin prueba alguna.

La emprendeduría, la inteligencia emocional o creativa y las marcas se expanden sin freno. Unas palabras de Marcuse (“El hombre unidimensional”) recogidas por Marcos Roitman señalan todo el potencial integrador del capitalismo, que alcanza también a las supuestas “alternativas” espirituales. “Hay mucho de ‘oremos juntos esta semana’, ‘¿por qué no pruebas a Dios?’ Zen, existencialismo y modos beat de vida. Pero estos modos de protesta y trascendencia ya no son contrarios con el estatus quo y tampoco negativos”. Tal vez constituyan una parte de la dieta saludable. Otro límite férreo al pensamiento es el “big data”. De modo cristalino lo expresa el colectivo Ippolita en “El Acuario de Facebook. El resistible ascenso del anarco-capitalismo” (Libros del Enclave, 2012): “Lo que ha cambiado de estatuto es el conocimiento, pues parece que los datos hablan solos, y el conocimiento emerge de los datos (…); las correlaciones estadísticas establecen las relaciones entre las cosas y orientan aquellas entre las personas; ya no somos nosotros quienes construimos un discurso, son más bien los datos los que tienen la palabra”. En resumen, Marcos Roitman se abona a una sencilla definición del pensamiento crítico, que consiste en desnudar al poder y exponer sus vergüenzas. Y sin olvidar que un pensamiento emancipador, puede tornarse institucional y reaccionario una vez alcanzado el poder. En menos de un siglo las luchas por la independencia en Estados Unidos (1776), encabezadas por Jefferson, Washington, Adams y Franklin cristalizaron en una gran potencia imperialista.


martes, 14 de febrero de 2017

_-‘Resetear’ el expresionismo abstracto. El Guggenheim de Bilbao acoge las grandes obras de los maestros estadounidenses que marcaron el arte de posguerra. La muestra rescata el papel de las mujeres y la importancia de la escultura y la fotografía.

_-Sería desastroso ponernos un nombre”, avisó Willem de Kooning a sus compañeros en 1950, el año en que participó en la Bienal de Venecia junto a Jackson Pollock y Arshile Gorky. Cuatro años antes un crítico de The New York Times había acuñado una etiqueta para calificar la obra de Hans Hofmann:  Expresionismo abstracto. La advertencia de De Kooning no evitó el éxito de la fórmula ni el de un movimiento que terminó pasando a la historia como un fenómeno puramente estadounidense integrado por hombres blancos ajenos a la tradición europea que se dedicaban a la pintura de acción o a convertir sus lienzos en monumentales campos de color.

Medio siglo después de la última gran exposición dedicada en Europa a los creadores que marcaron el rumbo del arte mundial de la posguerra y certificaron el trasvase de poderes de París a Nueva York, el Museo Guggenheim de Bilbao acoge hasta el 4 de junio la muestra  Expresionismo abstracto. Procedente de la Royal Academy de Londres, no faltan en ella ninguno de los grandes nombres. Eso sí, se les han añadido artistas y géneros decisivos para el nacimiento de la nueva estética pero condenados por los manuales al papel de figurantes. Un paseo por las salas del museo bilbaíno -que despliega más de 130 obras de una treintena de autores-, demuestra que el primer gran rescate es el de la escultura. Los bronces y aceros de David Smith salpican el recorrido dialogando con lienzos y papeles, algo que el montaje hace muchas veces explícito. Así, el famoso Mural de seis metros pintado por Pollock en 1943 por encargo de Peggy Guggeheim –y que hace meses  pudo verse en el Museo Picasso de Málaga- convive en la misma sala con el Tanque tótem III con el que Smith le dio réplica diez años más tarde. Algo que también hicieron Robert Motherwell y Lee Krasner, esposa de Pollock, en sendas telas que pueden verse a unos metros de la obra que les sirvió de inspiración: las monumentales Elegía a la República Española, nº 126 y El ojo es el primer círculo.

Si el protagonismo de Smith demuestra que no todo era pintura en el expresionismo abstracto, la sala dedicada a las instantáneas de Harry Callahan, Herbert Matter o Aaron Siskind subraya que los fotógrafos hicieron algo más que retratar a Pollock pintando a brochazos en el suelo de su estudio de Long Island (aunque tampoco falta en Bilbao la famosa imagen tomada por Hans Namuth en aquel mítico año 50). Se trataba de “traer a la luz un expresionismo abstracto para el siglo XXI”, afirma David Anfam, comisario de la muestra junto a Edith Devaney y Lucía Agirre. Siguiendo el discurso de Anfam, la exposición desmantela uno a uno los lugares comunes asociados a algo que él prefiere llamar “fenómeno” y no movimiento: “nunca estuvo formado por un colectivo reducido ni cohesionado de artistas” y nunca publicó manifiestos programáticos. En el “grupo” la búsqueda de lo sublime (Clyfford Still) convivía con el erotismo (De Kooning), el lirismo (Hofmann) con los himnos (Franz Kline), la hiperactividad (Pollock) con la meditación (Philip Guston) y la caligrafía (Gorky) con el imperio del color (Mark Rothko).

Aunque Pollock con 13 lienzos, Rothko con 8 y Still con 12 –nueve de ellos salidos por primera vez de la pinacoteca que atesora su legado en Denver- siguen siendo los grandes protagonistas del recorrido, la visita es una enmienda a la historia tal y como nos la habían contado. Ni eran solo pintores ni fueron solo hombres (ahí están Lee Krasner, Janet Sobel, Joan Mitchell o Barbara Morgan) ni solo blancos (Norman Lewis cobra cada vez más protagonismo) ni solo neoyorquinos (Pollock no habría sido el mismo sin Wyoming ni Rothko sin San Francisco). Ni siquiera eran todos norteamericanos (Gorky nació en Armenia; De Kooning mantuvo la nacionalidad holandesa hasta 1962, y el propio Rothko, nacido Marcus Rothkowitz, era de origen letón). Esa es la gran lección de una colectiva que subraya además el origen figurativo de los futuros campeones de la abstracción al tiempo que desmiente el mayor de los tópicos: su absoluta independencia de tradiciones que no fueran la estadounidense. Amén de que muchos tenían sus raíces biográficas en el viejo continente, la monumentalidad de su obra no habría sido del mismo tamaño sin la influencia de los muralistas mexicanos o sin la llegada del Guernica de Picasso a Nueva York en 1939. Por no hablar de la influencia de la arquitectura renacentista en las “fachadas” –así llamaba a sus cuadros- de Rothko o del hecho de que el artista favorito de Pollock –“el más grande desde Miró” según el crítico Clement Greenberg- fuera El Greco.

Jackson Pollock, como David Smith, murió en un accidente de tráfico. Rothko, como Gorky, se suicidó. Kline fue víctima del alcohol. Sucedió entre 1948 y 1970. Todos vivieron para conocer la gloria. Cuando De Kooning murió en 1997 era el pintor vivo más cotizado. Hace un año, en febrero de 2016, se pagaron 277 millones de euros por un cuadro suyo. Tal vez fuera “desastroso” para ellos ponerse un nombre, pero seguro que ha sido un buen negocio.

LA CIA TAMBIÉN PINTABA MUCHO

La última gran exposición del expresionismo abstracto antes de la que ahora puede verse en Bilbao recorrió Europa entre 1958 y 1959. Supuso la consagración mundial de una estética que desde el Gobierno de Estados Unidos se promovió como punta de lanza contra el realismo socialista defendido por la Unión Soviética. Dado que algunos congresistas desconfiaban de las veleidades comunistas de aquellos “chiflados modernos” hasta el punto de ver en sus “garabatos” mapas en clave que señalaban las defensas militares de EEUU, fue la CIA la encargada de patrocinar, sin el conocimiento de los artistas, aquella triunfal gira europea.

Como recuerda la historiadora Frances Stonor Saunders en su ensayo de 1999 La CIA y la guerra fría cultural (publicado por Debate en traducción de Rafael Fontes), todo se hizo con la bendición de la institución que dictó la historia del arte del siglo XX: el MoMA, fundado en 1929 por un grupo de millonarios entre los que estaba la madre de Nelson Rockefeller, que llegó a afirmar que los americanos comunistas dejarían de serlo “si valorásemos su méritos artísticos”. Convertido en gran mecenas, su hijo Nelson hablaba de la todopoderosa pinacotea como de “el museo de mamá” y del expresionismo abstracto como “pintura de la libre empresa”. La muestra del Guggeheim está patrocinada por la Fundación BBVA.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2017/02/02/actualidad/1486060673_516486.html