viernes, 28 de abril de 2017

La vuelta a Europa en 60 lenguas Gaston Dorren publica en España 'Lingo', una obra amena y muy legible sobre la diversidad lingüística del continente y su íntimo vínculo con las personas.

Si las concepciones comunes sobre el mundo fueran como las que se tienen sobre la lengua, la gente pensaría tranquilamente que la Tierra es plana y que el Sol gira alrededor. El ciudadano actual, incluso el culto, tiene curiosos preconceptos sobre la primacía de la lengua escrita sobre la hablada, sobre qué es hablar mal y bien, o sobre la identidad entre lengua y comunidad política. Como de costumbre, lo mejor para salir de la ignorancia es viajar, y eso es lo que permite esta guía lingüística de Europa.

Sin salir de nuestro continente, sin necesidad de apelar a las lenguas africanas o a las indígenas americanas, el especialista holandés Gaston Dorren describe tal diversidad de lenguas y comportamientos humanos que el resultado es un soplo de aire fresco, una sana invitación a relajar nuestras ideas al respecto. Lingo ayuda a comprender la arbitrariedad de muchas soluciones lingüísticas, pero al tiempo su íntimo vínculo con las personas. La obra cubre 60 lenguas europeas: lenguas auténticas, no dialectos ni variantes; aunque la misma definición puede ser espinosa: como reza el tópico, una lengua es un dialecto con ejército. No hace falta que cada una tenga un Estado propio, ni que sea la única en su territorio (en Europa el multilingüismo es lo más frecuente), y ni siquiera que tenga un sistema de escritura racional. Y, por supuesto, no hace falta que las rija una academia de la lengua.

La mayoría vienen del tronco común indoeuropeo (que puede alejarse hasta India, de donde viene la lengua de los gitanos) y sólo una del tronco afroasiático (el maltés). Pueden tener millones de hablantes (el alemán o el español) o estar extintas (caso del dálmata); o, todavía más asombroso, pueden haber resucitado (como el córnico, el habla de Cornualles). Pueden escribirse en alfabeto latino, en el árabe, en cirílico, o ir cambiando de uno a otro, como ocurrió en Azerbaiyán. Pueden tener 20 sonidos vocálicos (inglés) o sólo 5 (como nosotros), y 30 consonánticos (como el gaélico escocés) o nuestra veintena. Las lenguas con sonidos más abundantes tendrán que meterlos con calzador en la horma de los alfabetos existentes, añadiendo a sus letras comitas, remates para diferenciar los sonidos (como en el turco) o bien usando combinaciones de dos letras (como el galés). Por supuesto, la plasmación escrita de los sonidos puede ser regular (como ocurre, aunque no lo parezca, en polaco) o altamente irregular (como en inglés). Pueden tener siete casos (como el alemán) o ninguno; un verbo invariable o una conjugación endemoniada. Pueden haber variado a lo largo de su historia o haber permanecido asombrosamente anclados en el tiempo (como el islandés).

Las lenguas configuran en cierta medida la forma de ver el mundo físico (el debatido caso de las distintas palabras para “nieve” en lenguas árticas), pero en lo que seguro que influyen es en las relaciones sociales. Y ahí se puede ver la fuerza de los hablantes, que pueden decidir recuperar una lengua muerta o moribunda (inútil, según criterios prácticos), o moldear la que tienen en uso. Este fue el caso del sueco, con su modificación de los tratamientos de respeto, o el actual debate español sobre uso del masculino gramatical para abarcar a las mujeres. También influyen las autoridades, que pueden ordenar que se cambie de alfabeto para acercarse a otras lenguas consideradas de prestigio, como pasó en turco. En resumen: una lengua son sus hablantes y lo que quieren y pueden hacer de ella. Pero más allá de sus rarezas, todas sirven a las relaciones humanas y reflejan la historia: un divertido apartado recorre los apellidos que significan “herrero”, como Ferreira, Lefèvre, Smith o Kowalski.

La obra, amena y muy legible, está dividida en capítulos, dedicados cada uno a una lengua. No faltan las artificiales (el esperanto, curiosamente compleja para ser inventada) ni las de signos (que tienen su propia complejidad). De cada una se exponen los préstamos que ha dado a otras, así como sus palabras exclusivas, que tal vez merecerían exportarse, como el holandés uitwaaien, “pasar unos días de descanso en un lugar ventoso, frío y con lluvia”, o el húngaro ­madárlátta: la comida que se lleva para comerla fuera de casa pero que vuelve a casa sin ser consumida.

Como ejemplo viviente de lo que narra, Lingo procede de la versión inglesa de un original neerlandés (nombre oficial de la lengua holandesa). Su traducción es más que eso, porque se ha llevado a cabo una cuidadosa adaptación y ampliación de datos para lectores hispanohablantes. Su responsable, José C. Vales, tiene la doble condición de filólogo y novelista (ganador de un reciente Premio Nadal), y ambas se notan en su sensible y cuidadosa labor.

Lingo. Guía de Europa para el turista lingüístico. Gaston Dorren. Traducción de José C. Vales. Turner, 2017, 38 páginas. 21,85 euros

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/03/babelia/1491230852_894797.html#tabla

jueves, 27 de abril de 2017

80 aniversario del bombardeo de Gernika. Los vascos no quemaron Gernika.

Joseph Lang
Tages-Anzeiger

La tarde del 26 de abril de 1937, la “Legión Cóndor” encuentra condiciones meteorológicas propicias para la destrucción de la ciudad de Gernika, en el País Vasco. Las noticias de este bombardeo, que duró tres horas, circulan rápidamente.

En efecto, cuatro corresponsales especiales de medios prestigiosos -el Times de Londres, el New York Times y la agencia Reuters- se encontraban por casualidad en la pequeña ciudad vasca poco antes o poco después del ataque aéreo. Sus informes detallados, basados en observaciones directas y numerosos testimonios de supervivientes, despiertan una ola de indignación mundial.

“Los propios vascos han quemado Gernika”: solo algunos titulares de prensa repetirán esta grosera mentira. Entre ellos, el Vaterland de Lucerna, conservador católico, y la Neue Zürcher Zeitung (NZZ).

Un “episodio”
No obstante, en un primer momento estos dos periódicos ofrecieron una información correcta. En el caso de la NZZ, gracias a su corresponsal londinense, que cita ampliamente al Times en un artículo publicado el 29 de abril. La propia redacción de la NZZ, en un artículo en primera página de la edición del 30 de abril, presenta el bombardeo como hecho, con el título de “Guernica”. Sin embargo el texto intenta sobre todo relativizar el acontecimiento calificándole de “episodio”, declarando que quien creyera en “una destrucción intencionada por los aviones alemanes” estaría en un error. La utilización de bombas incendiarias corresponde “sin duda alguna a las consideraciones más elementales sobre las necesidades militares”, escribe la NZZ.

Más en concreto, el texto articula una fuerte crítica contra Inglaterra que mantendría “una polémica artificial” contra la España de Franco y Alemania. La NZZ sospecha que el gobierno conservador de Londres lleva a cabo una campaña contra “el bombardeo de una “ciudad sin defensa””, con el objetivo de justificar sus propios esfuerzos de “rearme”. Un argumento que será repetido y saludado por los medios de la Alemania nazi.

Los vascos calificados de incendiarios
Frente a las reacciones indignadas, los generales franquistas hacen declaraciones diversas y a veces contradictorias. La noche del 27 de abril, Franco comienza por negar la intervención de un ejército del aire extranjero. Afirma que son los vascos los que habrían incendiado la ciudad. Y que el lunes en cuestión, las condiciones atmosféricas no habrían permitido un ataque aéreo. Algunas de las declaraciones siguientes ponen en cuestión el bombardeo, arguyendo que el martes y el miércoles, la bruma típicamente vasca llamada “sirimiri” habría impedido cualquier intervención aérea.

Los franquistas tardan varios días en ponerse de acuerdo sobre el día preciso en el que no destruyeron Gernika. En realidad el bombardeo del lunes tuvo lugar en condiciones meteorológicas ideales. Solo a partir del martes el tiempo se hizo nuboso y lluvioso.

Propaganda alrededor de despachos de agencias
El 29 de abril, la NZZ publica, sin ningún comentario, dos de estas declaraciones franquistas en forma de despachos de agencia de prensa muy abreviados. En la edición del mediodía, el periódico cita una declaración que confunde las fechas pero informa correctamente el tiempo que hacía. La edición de la tarde se refiere al mismo comunicado franquista que el día precedente, indicando la buena fecha pero falsificando las condiciones atmosféricas. A pesar de las contradicciones evidentes de Franco, y la coherencia de los artículos de los periodistas anglosajones, en su edición del 2 de mayo, la NZZ pone en cuestión el bombardeo de Gernika acusando a las “milicias vascas” de la destrucción de la ciudad. Un nuevo artículo del 3 de mayo publica dos fotos de las ruinas, con un comentario que evoca las dos versiones presentando, no obstante, la de Franco como la más creíble.

Por su parte, el periódico Vaterland está en un dilema: los vascos son en efecto las fuerzas más católicas de España. Es probablemente ésta la razón por la que la edición del 1 de mayo no imputa la destrucción de Gernika a unos buenos cristianos como los vascos, sino a los “dinamiteros asturianos”, es decir a los mineros de izquierdas. El 4 de mayo, el Vaterland hace una lectura incorrecta de un despacho de Reuters evocando el tipo de avión Heinkel 111, y plantea así la cifra improbable de “155 aviones” que habrían participado en el ataque.

Esta difusión de “fake news” franquistas se explica únicamente por un estado de ceguera ideológica. En su edición del 4 de mayo, el Vaterland defenderá la credibilidad del general Franco, explicando que éste sería alguien reconocido como “un soldado y un hombre de honor”. Y el 7 de mayo de 1937, el corresponsal de la NZZ en España se burlará de la “desgraciada república enana de Euskadi”.

En realidad, la voluntad de destruir la autonomía y la democracia vasca fue el motivo principal del bombardeo de Gernika.

P.S. Tres días después de la aparición de este texto en el Tages Anzeiger, la NZZ ha publicado un artículo interesante de su corresponsal en España, que aborda el bombardeo de Gernika y los acontecimientos de conmemoración organizados ochenta años después de los hechos. La edición en papel no dice ni palabra sobre el tratamiento periodístico de Gernika por NZZ de la época. La versión en línea da cuatro enlaces a ediciones aparecidas poco después del ataque, omitiendo la del 2 de mayo de 1937, que imputa la destrucción de la ciudad a las “milicias vascas” y la del 7 de mayo, que ironiza sobre la república vasca. Tampoco se mencionan los artículos que se felicitaban por la caída de Bilbao, en un espíritu muy alejado de una actitud neutral.

Joseph Lang

Artículo publicado en el diario de Zurich Tages-Anzeiger del 18 de abril de 2017. http://blog.tagesanzeiger.ch/historyreloaded/index.php/621/die-basken-haben-guernika-selber-angezuendet/
Traducido de
http://alencontre.org/europe/espagne/histoire-les-basques-ont-eux-memes-brule-guernica.html

Joseph Lang publicó un artículo sobre el mismo tema en Le Temps el 9/05/2012. De 2003 a 2011 fue miembro de los Verdes y consejero nacional. Anteriormente había militado en las filas de la Liga Marxista Revolucionaria (LMR/RML) y del Partido Socialista Obrero (PSO/SAP). Fue elegido al ayuntamiento de Zoug como miembro del PSO. En 1986 fue uno de los fundadores del SGA (Alternativa Socialista Verde de Zoug). Desde 1982 es uno de los animadores del Grupo por una Suiza sin Ejército (GSSA). Es historiador de formación. Su interés por la “cuestión vasca” data de hace mucho. Su tesis [durante su elaboración vivió en Donostia y militó en LKI. Ndt], presentada en la Universidad de Zurich en 1980 fue publicada en 1983 por ISP-Verlag (y en 1988 en una versión ampliada). Tiene por título Das baskische Labyrinth. Unterdrückung und Widerstand in Euskadi (Red. A l´Encontre).

Traducción: Faustino Eguberri para Viento Sur

https://www.bbc.com/mundo/media-39706314

_--Pablo Neruda, Barrio sin luz

_--¿Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer -mirando el último crepúsculo-
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.

Las ciudades -hollines y venganzas-,
la cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de ojos turbios.

Sangre de un arrebol sobre los cerros,
sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
podre de hastíos y de lágrimas.

Un río abraza el arrabal
como una mano helada que tienta en las tinieblas:
sobre sus aguas se avergüenzan
de verse las estrellas.

Y las casas que esconden los deseos
detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa.

Lejos... la bruma de las olvidanzas
-humos espesos, tajamares rotos-,
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.

Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra.

_--“No respetamos en absoluto la inteligencia de los niños” La escritora Lea Vélez publica una novela en contra de la educación estandarizada.

_--“Mamá, si el agua no tiene color, ¿por qué la vemos?”. “¿Por qué el sol, si es fuego, arde en ese espacio sin oxígeno?”. “A lo mejor Dios existe porque es una metáfora”.

Estos niños, de curiosidad extrema e inteligencia fuera de lo común, se llaman Richard y Michael, cuando planteaban estas preguntas tenían cuatro y seis años, y hoy, si quisieran, podrían demandar por plagio a su madre, la escritora Lea Vélez (Madrid, 1970) por reproducir sus diálogos, coma por coma, en Nuestra casa en el árbol (Destino), una novela-manifiesto contra la educación estandarizada, que es la historia de su familia hecha ficción.

En realidad, la segunda parte de su historia, la que comienza cuando enviuda, en 2011, y debe asumir sola la crianza de dos niños, superdotados como ella, que sufren como cualquier otro las flaquezas de un sistema de enseñanza “más basado en la memoria que en la reflexión”. Porque la primera, el relato de cómo acompañó a su marido hasta la muerte por cáncer ya la contó, y con gran éxito, en primera persona, en El jardín de la memoria (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores).

“De alguna forma estoy construyendo un retrato de lo que nos va pasando, pero me aburro rápido. Una vez que he hecho algo no me interesa volver a hacerlo igual”, explica Vélez. “Por eso decidí escribir desde la ficción. Eso sí, con retales de la realidad”.

La protagonista de Nuestra casa en el árbol (Destino), un canto a la libertad, la felicidad del ahora y el amor, no se llama Lea sino Ana, no tiene dos sino tres hijos, y no vive en Madrid; se marchó al sur de Inglaterra al hostal que heredó de su marido para escapar del dolor y de un sistema educativo que amenazaba con malograr la estabilidad emocional de sus hijos y frustrar sus vocaciones.

“Suele ocurrir que a los superdotados los toman por vagos o por tontos”, dice Vélez —que acabó por matricular a Michael y Richard en el sistema británico de enseñanza— con un discurso incendiado e incendiario. “Los profesores lo achacan a todo salvo a que están aburridos. Me ocurrió con mis hijos. Yo me decía: ‘Si con cinco años me están preguntando la composición del sol, ¿cómo dicen en el colegio que no les interesa nada?’. ¿Cómo les va interesar si aún les están enseñando a colorear y les obligan a escribir cien veces ‘el pato patea el patio’. La pasión de uno de mis hijos por la física era tal que necesitaba saber cómo se llaman los planetas, cómo giran. Hay que darles alpiste... si no, se rebelan. No estamos respetando en absoluto la inteligencia de los niños. Que si son sucios, ruidosos, les hablamos con lengua de trapo... Los despreciamos de una manera que ríete de la lucha de la mujer”.

La gran metáfora de esta denuncia la tiene en su jardín en Villanueva de la Cañada (Madrid). Es una casa que construyó, tablero a tablero, durante un año, sobre las ramas de una encina para demostrar a sus hijos que una mujer puede hacer lo que se proponga. Mientras sube las escaleras y abre la trampilla de acceso explica el paralelismo: “Te tienes que adaptar al árbol como a las necesidades de los niños. La gente me decía: ‘¿Por qué no te vas a Leroy Merlin y te compras un kit y lo subes?’. Y ves que no puedes porque te tienes que amoldar a las ramas; no puedes poner tornillos a machamartillo y menos en una encina enferma...”.

Lea Vélez despertó tarde a la escritura en una familia fanática de los libros. Hija de Carlos Vélez, el que fuera director de Encuentros con las letras, tenía 24 años cuando sintió la necesidad de convertir sus emociones en palabra escrita. Acababa de terminar periodismo, estaba a punto de iniciar la carrera de guionista, que ejerció durante años —su firma está tras series de televisión como La verdad de Laura— y, sobre todo, se había enamorado de un hombre 20 años mayor, su futuro marido, y necesitaba contarlo. “Luego, cuando murió, el pudor se esfumó, yo que siempre tuve respeto a inventar porque creo que todo está inventado en literatura, encontré de pronto, una voz muy honesta en mi escritura...”.

En Nuestra casa en el árbol, en efecto, no hay rastro de pudor. Hay memoria, humor, reflexión, y un gran homenaje a Michael y Richard, sus brillantes diálogos y sus reflexiones sobre el mundo de los adultos. “Estoy plagiando descaradamente a mis hijos”, confiesa la escritora. Su tercer libro en solitario es una apropiación de vida... ¿debida?

 http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/11/actualidad/1491931385_386100.html?rel=lom

_--Las mejores rutas en bici por Europa

_--Más de 20.000 kilómetros de vías, carriles y senderos acondicionados atraviesan Europa a lo largo de 15 itinerarios ciclistas de largo recorrido, agrupados bajo el proyecto EuroVelo, que en 2020 pretende alcanzar los 70.000 kilómetros. De momento, la red cuenta con 15 rutas señalizadas (aunque no en su totalidad) y alejadas de las grandes carreteras; la última, la EuroVelo 17, a lo largo del río Ródano, entre Suiza y Francia. Otros proyectos, similares en concepto y longitud a EuroVelo, son el estadounidense East Coast Greenway, que recorre la costa este de EE UU a lo largo de 4.667 kilómetros, o el canadiense Trans-Canada Trail, con 18.000 kilómetros de tramos acondicionados entre el Atlántico y el Pacífico.

Francia
La región francesa del Loira, en el centro del país, ofrece a los amantes del cicloturismo una ruta que suma ya 800 kilómetros de vías señalizadas para hacer en bici, aprovechando carriles especiales, caminos de tierra y pequeñas carreteras locales con poco tráfico. El viaje, desde Cuffy hasta el estuario atlántico del río Loira, forma parte del tramo francés de la ruta EuroVelo 6, que llega hasta el mar Negro, y discurre por un paisaje de suaves perfiles entre bosques y castillos. La web Loire à vélo facilita toda la información necesaria para completarla, con mapas de las etapas e información sobre alojamientos (casas rurales, campings y hoteles) donde se dan facilidades a los que viajan en bici, como el servicio de reparaciones.

La ascensión al Puerto del Tourmalet, una de las etapas más duras del Tour de Francia, atrae a ciclistas de todo el mundo a la región de Midi-Pyrénées. Las oficinas locales de turismo ofrecen fotos de recuerdo de la llegada a lo alto del puerto, carnets de ciclista sellados al completar un determinado recorrido y bicicletas eléctricas para aquellos que necesitan una pequeña ayuda en el ascenso. Una alternativa sin cuestas: la vía verde del Canal des Deux Mers, 800 kilómetros de paisajes bucólicos entre Montpelier y Burdeos.

Holanda
Con más bicicletas (18 millones) que habitantes (16,7 millones), más de 32.000 kilómetros de carriles bici y un paisaje formado por grandes llanuras casi sin cuestas, Holanda es perfecta para unas vacaciones sobre dos ruedas. En las oficinas de turismo de Ámsterdam y otras ciudades holandesas se pueden adquirir mapas detallados de los itinerarios. Los hay desde una jornada de duración hasta una semana, como el que circunvala el Zuiderzee, el mar interior de Holanda, una senda de 388 kilómetros entre diques, plantaciones de tulipanes y preciosos pueblos de pescadores. La web de Turismo de Holanda cuenta con un planificador de rutas en bicicleta.

Dinamarca
Con más de 12.000 kilómetros de carriles bicis, pocos relieves y distancias cortas, Dinamarca es otro paraíso para los ciclistas. Su capital, Copenhague, ha hecho de la conciencia ecológica su bandera, y de la bicicleta, su principal medio de transporte (el 36% de sus habitantes se desplazan a diario en bici).

Centroeuropa
Entre los itinerarios más largos y sugerentes para recorrer a ritmo de pedal está la Ruta Ciclista del Danubio, un conjunto de caminos y carriles bici de casi 3.000 kilómetros que atraviesa cinco países (Alemania, Austria, Hungría, Rumanía y Serbia), desde la Selva Negra (Alemania) hasta la desembocadura en el mar Negro (Rumanía), entre lagos, abruptos castillos, ciudades de cuento y bosques salvajes. El tramo austriaco, 250 kilómetros de carril bici entre Passau y Viena, discurre por terreno llano y es el que más servicios ofrece al cicloturista: talleres de reparación, oficinas de turismo y zonas de descanso a lo largo de toda la ruta; albergues y casas rurales a precios económicos que además se ocupan de transportar el equipaje entre las diferentes etapas, y un tren con vagón de carga para bicicletas que enlaza a diario y en ambos sentidos ambas ciudades.

La ruta ciclista del Danubio en Serbia forma parte de la EuroVelo 6, que conecta el Atlántico con el Mar Negro. Dos lecturas muy recomendables para los descansos entre las etapas: Entre los bosques y el agua, de Patrick Leigh Fermor, y El Danubio, de Claudio Magris. La oficina alemana de turismo publica el catálogo Discovering Germany by bike, con información sobre medio centenar de ciclo rutas de largo recorrido, entre ellas la que sigue el curso alemán del Danubio, de 600 kilómetros.

Noruega y Finlandia
El verano brinda la oportunidad de recorrer los fiordos noruegos en bicicleta de montaña. Una de las rutas más populares es la Rallarvegen, de 80 kilómetros, en paralelo a la línea ferroviaria de Oslo a Bergen. Abierta a los ciclistas desde mediados de julio hasta finales de septiembre, se puede completar en dos o tres días. La red Cyclist Welcome de Cycling Norway tiene ofertas de alojamiento. Abierta solo en verano, la Ruta del Archipiélago de Turku conecta, a través de puentes y ferries, cientos de islas de la costa suroeste de Finlandia en un recorrido de casi 250 kilómetros que se puede hacer en bicicleta.

España
Por España discurren tres de las rutas del proyecto EuroVeloLa  EuroVelo 1 (EV1), o Ruta Costera del Atlántico, transcurre entre Cabo Norte (Noruega) y Sagres (Portugal). Su tramo español va desde Irún (Guipúzcoa) hasta Ayamonte (Huelva), siguiendo a su paso por Extremadura el trazado de la antigua Vía de la PlataLa  EV3 enlaza a través de antiguos caminos de peregrinación la ciudad de Trondheim, en Noruega, y Santiago de Compostela, mientras que la  EV8 o Ruta Mediterránea,  comunica Cádiz con Atenas.

El programa Vías Verdes, vías férreas en desuso que han sido recuperadas para los amantes del paseo, suma ya más de 2.000 kilómetros y sigue creciendo, ahora integrado en la red de  Caminos Naturales del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Magrama). Su proyecto más ambicioso es la vía verde que unirá el Cantábrico y el Mediterráneo a lo largo del antiguo corredor ferroviario, de 732 kilómetros, que unía Santander y Valencia.

El Anillo Ciclista de Asturias, una ruta circular de 165 kilómetros y ocho etapas por los concejos de Morcín, Riosa, Lena, Aller y Mieres, forma parte de un proyecto de desarrollo rural financiado por el Eje Leader, en el que colaboran casas rurales y empresas de la comarca de la montaña central asturiana. Espubike es una ruta de 146 kilómetros para bicicleta de montaña por el parque regional de Sierra Espuña, en Murcia. Por los alrededores de Madrid se extiende una red de carriles bici y senderos para ciclistas que permite explorar lugares como el parque regional del Sureste, a lo largo de una ruta circular de 63 kilómetros que llega hasta San Martín de la Vega por bosques de ribera y acantilados de yeso horadados de túneles, a largo de la línea de trincheras y fortines del frente del Jarama.

Recomendaciones
Para hacer cicloturismo no se requiere una preparación física especial, aunque sí que es importante la elección de la bicicleta. Las de montaña no son las más apropiadas para largas marchas por terreno llano; para este fin existen bicis especiales de cicloturismo, con ruedas más grandes y un cuadro alto que permite pedalear en posición erguida sin fatigar la espalda. Indispensable llevar un kit anti pinchazos, bomba para inflar las ruedas, cantimplora, casco y un chubasquero, por si llueve. Y para que el viaje sea más confortable, un pantalón culotte acolchado (lo sé por experiencia, las rozaduras escuecen mucho). En algunas rutas ni siquiera hay que cargar con la bici desde casa: en las oficinas de turismo locales informan sobre los puntos de alquiler más cercano y proporcionan mapas y guías de los itinerarios. Foto: JUSTIN LEWIS

http://elpais.com/elpais/2016/04/05/viajero_astuto/1459833720_145983.html?rel=mas

miércoles, 26 de abril de 2017

No me llames letrasado. No hay carreras con más salidas que otras, aún menos en un mercado laboral tan enclenque.

Leo El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers, y pienso que esta pequeña historia situada en una ciudad industrial de Georgia y publicada en 1940 me está contando, a través de una prosa deslumbrante y una gran perspicacia psicológica, la raíz de la herida del racismo en los Estados Unidos y la relación entre dos categorías de pobres, los negros y los blancos. Escucho Strange Fruit, por  Billie Holidaycompuesta en 1939, y siento que en su letra, en sus notas, está contenida la lucha de los derechos civiles y se hace visible el más vergonzoso pecado americano: los linchamientos del  Ku Klux Klan con el aplauso de la buena gente del sur. Veo las fotos sobre la negritud de  Sally Manno leo sus memorias, y agradezco esa sinceridad con la que confiesa que de niña nunca se preguntó por qué la nanny se quedaba en el coche esperando mientras la familia comía en un diner. Leo Americanah, de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, y entiendo al fin por qué una africana se convierte en negra cuando pisa los Estados Unidos. Veo el documental  el documental I Am Not Your Negrosobre el compromiso del novelista James Baldwin con la causa de los derechos civiles, y me acerco a comprender, a través del  Samuel L. Jackson, que presta su voz a los ensayos del escritor de Harlem, qué suponía en los 50 y 60 andar por la vida con la conciencia de que tus actos serán sobreinterpretados o malinterpretados a cuenta del color de tu piel. Y de lo que ahora supone ser negro puedo hacerme una idea leyendo a un honroso heredero de Baldwin, el periodista, Ta-Nehisi Coatescon su ensayo Entre el mundo y yo.

Literatura, música, ensayo, periodismo, fotografía, cine. ¿Cuánto hacen estas artes y estos oficios por que comprendamos mejor a nuestros semejantes, los que nos precedieron y los coetáneos? Según el Ministerio de Educación poco ya que la asignatura de Literatura Universal ha sido retirada del segundo curso de bachillerato para moverla a primero. Segundo es el curso en el que, según los expertos, los alumnos están más preparados, más maduros, para sumergirse en profundidad en las novelas que nos dan una perspectiva amplia del mundo. No importa, fuera entonces de la Selectividad. La idea de que deben prevalecer aquellas materias que tengan una relación directa con el mercado laboral cunde. La impone el ministerio pero la secundamos socialmente. En cuanto hay un estudiante con un expediente brillante se activa, con bastante frecuencia, una alianza entre orientadores, padres y profesores para que el alumno o la alumna no desperdicie sus notas en algo que es como un hobby, que no merece la pena. Aquel viejo dicho de “el que vale, vale, y el que no pa' letras” se ha actualizado: en los institutos el término “letrasado” se ha hecho tristemente popular. Y todo parte de una gran falacia que el profesor de Historia Moderna Fernando Manzano Ledesma se empeña tozudo cada año en desmontar. Porque este joven vicedecano de estudiantes y comunicación de la Facultad de Filosofía y Letras de Oviedo era un cerebrín en sus tiempos de instituto y también sintió la presión de los que pensaban que malgastaría su brillante expediente si se matriculaba en Historia. Hace unos años, Manzano Ledesma comenzó a dar charlas en los centros de enseñanza media de Asturias para explicar a los estudiantes cuáles eran las diferentes ramas dentro de la historia, la filología y la filosofía. Se trataba de un encuentro sumario, informativo, pero fue apreciando que lo que necesitaban aquellos estudiantes era un subidón de una autoestima que, tanto el sistema educativo como algunos compañeros, se esmeraban en que fuera lo más baja posible. Lo que transmite este profesor es que la pasión puede más que las supuestas necesidades del mercado: no hay carreras con más salidas que otras, aún menos en un mercado laboral tan enclenque; actualmente, tiene más peso una voluntad empecinada. Les habla Manzano de lo que supone para el no adocenamiento de la sociedad el espíritu crítico, del valor de la belleza y del arte. Les cuenta cómo los estudiantes de Humanidades son los más preparados para discernir dónde está la verdad y dónde el camelo y cómo serán por lógica los que pongan orden en el caótico contenido audiovisual. De hecho, cuenta, la empresa asturiana Touchvie contrata ya a licenciados en Humanidades como catalogadores de su productos en la red.

Si el Ministerio de Educación está decidido desde hace años a borrar del mapa a los futuros pensadores y creadores, debiéramos nosotros rebelarnos, defender convencidos las materias que tan estrechamente ligadas están a nuestra libertad de pensamiento. El profesor Manzano Ledesma acaba siempre sus charlas con una cita de  Baltasar Gracián"Gastan algunos mucho estudio en averiguar las propiedades de las hierbas: ¡cuánto más importaría conocer las de los hombres, con quienes se ha de vivir o morir!". Y lo que ocurre con las personas entusiastas y trabajadoras es que desatan en ti las ganas de actuar, de convertirte en activista de aquello en lo que tan fervientemente crees.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/21/actualidad/1492782903_418507.html

El agua, Foster Wallace, Marhuenda y la Virgen de los Desamparados

Había que ver cómo nadaba en LaSextaNoche Francisco Marhuenda. En su elemento. Él lo dijo. Es su cadena. Como Onda Cero, como La Razón, su periódico, ¿como el PP? Como el PP. Trabajó con Rajoy, anoche también lo dijo. Da clases, está también en otras tertulias. Es un pez en salsas favorables. Un hombre para todas las estaciones, y es, también, la Virgen de los Desamparados.

Un pez en el agua. Decía Foster Wallace en un texto famosísimo: “Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez más viejo que nadaba en dirección contraria; el pez más viejo los saludó con la cabeza y les dijo: ´Buenos días, chicos. ¿Cómo está el agua?` Los dos peces jóvenes siguieron nadando un trecho; por fin uno de ellos miró al otro y le dijo: ´¿Qué demonios es el agua?”

Está tan acostumbrado a burlarse de la realidad que cree que el agua es suya; sus respuestas a Hilario Pino, a Nativel Preciado y al conductor del programa, Iñaki López, quisieron ser de mesa camilla. ¿Qué me dicen, si el agua es mía? El PP, Cristina Cifuentes, Ignacio González, su jefe Mauricio Casals… En ese enjuague él es un buen soldado, como la Virgen de los Desamparados. Llevaba un mamotreto, el que le dio al juez, para que viera que en su periódico la buena amiga de años Cristina Cifuentes había sido una reina. Apabulla Marhuenda con su papel. ¿Y las llamadas telefónicas? Ah, eran para alentar a un amigo desamparado. ¿Y el dinero que le pagaba a Ignacio González como columnista? Ah, también lo encontró desamparado. “No tenía dinero”. Vaya por Dios… y por la Virgen.

Nadaba en el agua del PP: nunca le haría daño a esos amigos. Él abraza a los que caen en desgracia: Tomás Gómez, Ignacio González. Hay que estar a bien con todos, le enseñó Ansón. ¿Y qué talento de columnista tiene Ignacio González? Eso no importa: Marhuenda no dirige un periódico, hace beneficencia. Entonces, dígannos, Marhuenda, le dijo Nativel, a la que el conductor del programa le permitió que se prolongara sólo veinte segundos (“veinte segundos”, que Iñaki tenía una entrevista imprescindible con Jesús Cintora)… Dígannos, Marhuenda, ¿por qué siendo padre de dos hijas es tan duro con una colaboradora de Cifuentes a la que llama zorra y aún peor?

Ah, Marhuenda lo llevaba ensayado, como todo. Como esa frase que ha ensayado ante el espejo con espuma de cinismo: en las redacciones se habla así, “¡dale un baja a ese cabrón!” A qué redacciones irá este hombre, se preguntarán los estudiantes de periodismo.

Estaba en el agua de su cadena, toda la semana él y Casals han estado en el agua de su cadena; la vida, en general, le parece al profesor, al jurista, al historiador Paco, agua en la que puede sobrenadar sin mojarse. Bromeó, more Marhuenda, con su carácter de imputado. “¡Como la Pantoja, jajaja!” Se ríe de su sombra porque él se cree sombra, no se siente parte del agua que baja turbia. Nada, y le dejan nadar. Él no sabe contra qué agua va su corriente ni de qué lado está, en su caso, la Virgen de los Desamparados.

http://elpais.com/elpais/2017/04/23/opinion/1492963703_181256.html?rel=lom

La broma infinita de Shakespeare ¿Qué hace reír al espectador de hoy? El director teatral británico Dan Jemmet explica su experiencia tras abordar a Shakespeare, cuya muerte se conmemora en el Día del Libro

"Unamos toda nuestra fuerza
y toda nuestra dulzura en una bala
que empuje violentamente nuestros placeres
a través de las rejas de la vida”.

Cuando pienso en las comedias de Shakespeare, me vienen a la memoria estas palabras escritas por el poeta metafísico inglés Andrew Marvell (1621-1678). La fuerza y la dulzura, el placer y la violencia están presentes en dos de las obras más famosas de Shakespeare, Noche de Reyes y El sueño de una noche de verano. He dirigido la primera en dos ocasiones, y el año próximo dirigiré la segunda por primera vez.

Siento que el tono alegre y jocoso de las dos obras está atravesado por una melancolía y una sensación de malestar que son un astuto anticipo de las comedias posteriores, más oscuras y misteriosas. Es el mismo sentimiento de euforia y presagio a la vez que escucho en la música de Mozart. El aspecto cómico de Noche de Reyes lo proporcionan sobre todo los personajes de Malvolio y Sir Toby Belch; uno, un puritano narcisista y arrogante, y el otro, un borracho ruin e intrigante. Aunque nos reímos a carcajadas, en mi opinión no existe en toda la obra una escena más triste que el momento en el que Olivia pide a Sir Toby que cuide de Malvolio, del que cree, erróneamente, que se ha vuelto loco. Es verdaderamente asombroso hasta qué punto estos dos personajes se engañan a sí mismos, de tal modo que hacen más cierta que nunca la famosa frase de Puck: “¡Señor, qué tontos son estos mortales!”.

Y, no obstante, ¿no son la ambivalencia (a menudo sexual) y el conflicto lo que crea las mejores farsas? El Orsino de Shakespeare se enamoraba de un joven que interpretaba a una chica que interpretaba a un chico. Al volver a oír la canción de Blur ‘Girls and Boys’ en 2017, me siento inspirado para hacer un montaje radical y transexual de Noche de Reyes. A pesar de las posibilidades cómicas y populares que tiene el hecho de que Titania se enamore de Bottom cuando este se ha transformado en un burro, ¿de verdad son las orejas del animal lo que, en el fondo, interesa al público? Y, al final de la obra, ¿podemos olvidar que la solución de los problemas del cuarteto amoroso se basa en que uno de los amantes continúa bajo la influencia de las drogas?

"La comedia avanza, a través de lo burdo y lo burlesco, hacia una meditación más sutil sobre el dolor del ser humano"

Recuerdo que impartí una clase sobre El sueño de una noche de verano a un grupo de adolescentes ingleses hace 20 años, y la maravillosa improvisación que crearon en torno a la idea de situar la obra en un páramo a las afueras de una gran ciudad. En el mundo que construyeron, Puck era un camello joven y sexualmente ambicioso, y los amantes, un puñado de niños ricos deseosos de pasar una noche lejos de los confines de su existencia burguesa.

También he dirigido La tempestad, quizá la mejor y, a primera vista, la menos divertida de las comedias de Shakespeare. Cuando preparaba los momentos claramente cómicos de la obra con los dos bufones, Trínculo y Stefano, empecé a tener la sensación de que esas escenas podían interpretarse casi como en una astracanada; como si Shakespeare, en cierto modo, hubiera querido mostrarnos los límites de cierto tipo de farsa. Recuerdo que pasé semanas tratando de descubrir algo nuevo y sorprendente con los actores en la escena en la que Trínculo, inconscientemente, se refugia de la tormenta bajo la manta con Calibán, pero, al final, llegué a la conclusión de que la forma de abordarla que habíamos decidido era exactamente la misma que se había utilizado en más de 400 años de representaciones de la obra. Tenía la vaga sensación de que el verdadero elemento cómico se encontraba escondido entre la evocación del mundo sobrenatural y la digna humanidad del buen Lord Gonzalo. A la hora de la verdad, quizá, la comedia avanza, a través de lo burdo y lo burlesco, hacia una meditación más sutil sobre la broma infinita y el infinito dolor de los seres humanos y su mundo.

Empezó a fascinarme la monstruosa “cosa de la oscuridad”, Calibán. Descubrí que era una creación auténticamente divertida y conmovedora; un ser no humano que, sin embargo, logra iluminarnos sobre las complejidades insolubles de la experiencia humana. A diferencia de Malvolio y Sir Toby, las confabulaciones de Calibán tienen una hermosa inocencia. Y, en medio de sus viles payasadas de borracho con Trínculo y Stefano, Shakespeare le ofrece uno de los parlamentos más exquisitos de la obra:

“No temas, la isla está llena de ruidos /
sonidos y músicas dulces, que deleitan y no hieren. /
A veces, mil instrumentos vibrantes /
resuenan en mis oídos, y en ocasiones voces /
que, si me despertara tras un largo sueño, /
me harían volver a dormir; y entonces, dormido, /
soñaría que las nubes se abrían y mostraban riquezas /
que caerían sobre mí, de tal forma que, al despertar, /
lloraría por soñar otra vez”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/20/babelia/1492703258_673531.html?rel=lom

La mujer que destruyó al arrogante vocero de los neonazis

La judía Deborah Lipstadt aplaude la película ‘Negación’, que se estrena hoy en España y que reconstruye el juicio que hundió al famoso historiador revisionista David Irving


Muchas de las escenas de la película Negación, que llega hoy a las pantallas, parecen demasiado buenas para ser ciertas. Pero lo son. Es verdad que el primer encuentro (encontronazo) entre el famoso historiador británico David Irving y su joven colega destinada a convertirse en su némesis, la judía estadounidense Deborah Lipstadt, se produjo en 1994 durante una conferencia de esta en el DeKalb College de Atlanta en la que Irving, desde el público, la retó a gritos a debatir con él y, agitando en el aire un manojo de billetes, ofreció mil dólares a quien pudiera encontar una orden escrita de Hitler para desatar el Holocausto. También es auténtica la escena en que Lipstadt y sus abogados recorren Auschwitz en busca de pruebas del exterminio por gas. Y la es —según ha explicado a este diario la propia Lipstadt— la de la cena en la que importantes miembros de la comunidad hebrea de Londres le piden a la historiadora que no siga en su riña judicial con Irving, “por miedo, no querían ese tipo de publicidad”.

Negación, de Mick Jackson, con Rachel Weisz en el papel de Lipstadt, y Timothy Spall como Irving, es una excelente película de juicios, pero no de cualquier juicio sino de uno que, salvando las muchas distancias, podríamos calificar de tan trascendental y demoledor para el neonazismo como lo fueron otros juicios, los de Nurenberg, contra los nazis originales. El caso David Irving contra Penguin Books y Deborah Lipstadt, paradójicamente iniciado como demanda por libelo de Irving, que recibió como un bumerán un bofetón judicial y moral (y económico: le condujo a la bancarrota) de los que hacen (y valga la palabra) historia, constituye un momento señero, podríamos decir que casi definitivo, en la lucha contra los negadores del Holocausto y los revisionistas de la Historia. No se les ha acallado pero perdieron a su gran y aparentemente respetable paladín, denostado para siempre como tramposo y mentiroso.

Irving (1938), considerado un historiador de empaque (muchos aficionados a la historia militar entonamos el mea culpa por haber comprado en el pasado algunos de sus libros como la biografía de Goering) y reconocido por autoridades tan prestigiosas como Hugh Trevor-Roper y el mismísimo John Keegan, era hasta entonces el principal valedor de las tesis que negaban la responsabilidad de Hitler en la matanza de los judíos e incluso que estos hubieran sido asesinados en Auschwitz en unas cámaras de gas cuya función criminal descartaba (Irving llegó a bromear, lo que da la medida de su catadura, con que en las cámaras de gas de Auschwitz murieron menos mujeres que en el coche de Ted Kennedy).

El filme sigue pormenorizadamente el proceso desde que Irving acusa a Lipstadt en 1996 (paralelamente pleiteó contra la historiadora Gitta Sereny) de perjudicar su buen nombre como historiador y de calificarle como negacionista en su libro Denying the Holocaust (publicado en Gran Bretaña por Penguin), hasta, en 2000, la demoledora sentencia de 333 páginas del juez sir Charles Gray (Alex Jennings), que puso los clavos en el ataúd de la infamia donde han quedado sepultados definitivamente Irving y su reputación.

El director Mick Jackson con la historiadora Deborah Lipstadt en la presentación de 'Negación' en el festival de Roma el pasado octubre. ELISABETTA A. VILLA

Lipstadt, Penguin y sus abogados no lo tenían fáci, como explica la película. Según la ley británica, pese a ser los acusados, eran ellos los que tenían que demostrar que Irving había actuado de mala fe como historiador, lo que significó tener que investigar con lupa los millares de páginas de sus obras (aquí colaboraron decisivamente los conocidos historiadores Richard J. Evans, Peter Longerich y Christopher Browning) y prácticamente tener que probar que el Holocausto sucedió y que las cámaras de gas de Auschwitz sirvieron para su propósito. Una parte del juicio, como muestra dramáticamente la película, hubo de centrarse en la existencia de agujeros en el techo de las cámaras de gas para introducir el Zyklon B.

La sentencia no dejó lugar a dudas: estableció que Irving era un mal historiador, manipulador, negacionista y un racista y antisemita asociado con extremistas de extrema derecha para promover el neonazismo. Prácticamente lo único que consideró el juez que no era verdad fue que tuviera un retrato de Hitler en su mesa.

El juez dejó en la sentencia una frase fundamental: “Es mi conclusión que ningún historiador objetivo y sincero puede tener seriamente dudas de que hubo cámaras de gas en Auschwitz y de que se las hizo funcionar para asesinar a cientos de miles de judíos”.

“ES RARO VERSE ENCARNADA POR RACHEL WEISZ” “La película me parece muy buena, explica la historia, mi historia, y se ajusta a lo que pasó”, señala Lipstadt (1947), que demuestra ese sentido del humor que, dice, es una de sus mejores virtudes, al preguntarle si le parece que Timothy Spall lo hace mejor que Irving: “Cualquier persona es mejor que David Irving”. Considera que todo el reparto hace un trabajo estupendo y destaca que es “un poco surrealista” verse encarnada por Rachel Weisz. Lipstadt no ha vuelto a ver a Irving, que trató de redimirse tras ser encarcelado en Viena en 2006. “Ni sé que es de él ni me importa, ya lo he tenido demasiados años en mi vida”.

De las licencias de la película apunta que son lógicas para darle más dramatismo, y señala que en realidad no hubo visitas a su habitación por parte de su abogado, Richard Rampton (Tom Wilkinson —que curiosamente al principio tenía que interpretar a Irving—) “y tampoco bebía tanto”.

Lipstadt ha criticado a la administración Trump de “negacionismo blando” y de “desjudeizar” el genocidio nazi. ¿Le cae peor Trump como historiadora o como mujer? “Como estadounidense”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/11/actualidad/1491924498_660058.html?rel=lom

martes, 25 de abril de 2017

25 de abril en Portugal, aniversario de 1974.

--25 de abril de 1974. Portugal.


_--Las mejores rutas en bici de España. Diez recorridos sobre dos ruedas para celebrar el Día Internacional de la bicicleta

_--El Día de la Bicicleta se celebra cada 19 de abril en todo el mundo para promover el uso de este medio de transporte. Lo celebramos con un recorrido por las mejores rutas de España para pedalear.

Una ciclista en la Vía Verde de Ojos Negros, la más larga de España.
Dos ciclistas contemplando el pueblo de Cazorla, en Jaén.
1. Vía Verde de Ojos Negros (de Teruel a Valencia)
La Vía Verde de Ojos Negros, que discurre entre la localidad de Ojos Negros, en la provincia de Teruel, y Sagunto, en la costa valenciana. Con sus 160 kilómetros es (por ahora) la Vía Verde más larga de España y por ello se ha dividido en dos tramos: el primero sigue la línea del ferrocarril minero de Sierra Menera, en el valle del río Palancia; el segundo desciende hasta las huertas valencianas, a orillas del Mediterráneo.

Ruta cicloturista por el Valle de Arán (Pirineo catalán).

2. La Transpirenaica (del Cabo de Higuer al Cabo de Creus)
La Transpirenaica recorre, durante cerca de 800 kilómetros, la vertiente sur de los Pirineos, desde el mar Cantábrico (Cabo de Higuer, Hondarribia, Irún) al mar Mediterráneo (Cabo de Creus, Girona). O viceversa. Fue homologada como Sendero de Gran Recorrido –el GR 11– en 1985, y, desde entonces, sus populares señalizaciones blancas y rojas han guiado a multitud de senderistas de todo el mundo. Esta ruta que discurre por el Pais Vasco, Navarra, Aragón, Andorra y Cataluña tiene también su versión ciclista, tanto de carretera como para bicis de montaña, que discurre al pie de la cordillera y pasa por bellos pueblos pirenaicos y espacios naturales. Una combinación única de paisaje, naturaleza e historia.

Peregrinos en bici entre Rabé de las Calzadas y Hornillos del Camino, en la provincia de Burgos, en el Camino de Santiago.

3. El Camino de Santiago francés
Dicen los expertos que el Camino Francés (el más popular y el de mayor relevancia histórica, con casi 800 kilómetros uniendo Saint Jean de Pied de Port, en Francia, y Santiago de Compostela) es la mejor manera de iniciarse como bicigrino, que es como se conoce popularmente a quienes abordan el Camino de Santiago en bicicleta. Se puede realizar casi en cualquier época del año y permite disfrutar de una enorme riqueza cultural y paisajística. Patrimonio arqueológico, catedrales, monasterios, iglesias, fuentes, cruceros, ventas, hosterías y hospitales para atender al peregrino. Ruta ciclista en el Valle Ambroz (Cáceres), en la Ruta Vía de la Plata.

4. Ruta Vía de la Plata
La  Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Platacompuesta por 26 localidades (de Gijón, en Asturias, a Sevilla, en Andalucía) en colaboración con cuatro comunidades autónomas que forman parte de este itinerario que atraviesa el eje sur-norte peninsular, ha creado la web La Ruta en Bici  (también hay disponible una app) con recursos y consejos para ciclistas, tanto de carretera como de BTT: etapas con sus tracks y un pasaporte que acredita que el viajero está recorriendo la Ruta Vía de la Plata (GR175, de nivel alto) y permite beneficiarse de descuentos en empresas colaboradoras.

La ermita mozárabe de Santa Cecilia, en Santibáñez del Val (Burgos), en el Camino del Cid.

5. El Camino del Cid
“Es un itinerario turístico cultural que atraviesa España de noroeste a sureste y sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el famoso caballero medieval del siglo XI”, describe la web de  Camino del Cidque ofrece dos modalidades de rutas para pedalear: cicloturismo o bicicleta de montaña. Para recorrer los lugares y castillos descritos en el Cantar del mío Cid. Unos 1.400 kilómetros de senderos y 2.000 kilómetros de carreteras divididos en rutas tematizadas de entre 50 y 300 kilómetros, y unidas entre sí: El destierro (Burgos-Soria-Guadalajara), Tierras de Frontera (Guadalajara-Zaragoza-Soria), La conquista de Valencia (Teruel-Castellón-Valencia)...

Ciclistas entre molinos en Consuegra (Toledo), en la Ruta del Quijote.

6. La Ruta de Don Quijote (Castilla-La Mancha)
A lo largo de sus 2.500 kilómetros, recorridos en 10 tramos que visitan 148 municipios de las cinco provincias de Castilla-La Mancha, la  Ruta de Don Quijote  pasa por “los principales espacios naturales y culturales de la región”. Vías pecuarias, caminos históricos, riberas fluviales o plataformas ferroviarias en desuso dan acceso a más de 2.000 elementos de interés cultural (está declarada Itinerario Cultural Europeo). Y a mucha naturaleza: turismo ornitológico, dos parques nacionales (Cabañeros y Tablas de Daimiel), seis parques naturales, 12 reservas naturales, seis micro-reservas.

Tramo de la ruta Transandalus que recorre los pueblos de la Alpujarra Granadina.
Tramo de la ruta Transandalus que recorre los pueblos de la Alpujarra Granadina.
7. La TransAndalus
Concebida como una especie de vuelta a Andalucía, con visita a sus ocho provincias, desde los paisajes volcánicos de Cabo de Gata, en Almería, a Doñana, en Huelva, la TransAndalus  es un itinerario no señalizado de 2.000 kilómetros para el cicloturismo de alforjas. Algunos tramos coinciden con senderos de Gran Recorrido o Pequeño Recorrido; el 35% de su trazado discurre por zonas naturales protegidas. Es un proyecto puesto en marcha por bikers andaluces que han ido aportando información sobre sus respectivos territorios para construir el mapa de la ruta. Están organizados en torno a una web que ofrece a los viajeros rutómetros, mapas y tracks para GPS.

Paseo a caballo y junto al Canal de Castilla.
Paseo a caballo y junto al Canal de Castilla.
8. Canal de Castilla (Castilla y León)
Del proyecto (inconcluso) de llevar el excedente de cereal de Castilla y León hacia los puertos del Cantábrico a través de una red de canales navegables que comenzó a mediados del XVIII solo se construyeron los 207 kilómetros del  Canal de Castillaejemplo notable de ingeniería hidráulica de la España ilustrada, y una de las rutas más frecuentadas por los amantes de la bici. Se puede recorrer también a pie, a caballo, o en un barco turístico. Parte de Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas, en Palencia (Ramal Norte), y desde allí a Medina de Rioseco, en Valladolid (Ramal de Campos), o a El Serrón, en Grijota (Palencia), hasta Valladolid (Ramal Sur).

El monasterio de Poblet, en Tarragona, en la Ruta del Císter

9. La Ruta del Cister (Tarragona y Lleida)
Las comarcas del Alt Camp, Conca de Barberà (Tarragona) y el Urgell (Lleida) tienen en común que cada una de ellas alberga un importante monasterio cisterciense: Santes Creus, Poblet y Vallbona de les Monges, respectivamente. El GR 175 enlaza los tres monasterios: 108 kilómetros para los ciclistas, con cuatro variantes en los lugares más complicados. Y ejerce de eje vertebrador de la  Ruta del Cister,  que engloba los 65 municipios de este entorno a caballo entre Tarragona y Lleida y descubre no solo su patrimonio artístico-religioso sino un territorio rico en fiestas y tradiciones, cultura, naturaleza, vinos y cavas, artesanía.

Dos ciclistas contemplando el paisaje en Tarifa (Cádiz).

10. Proyecto EuroVelo: Europa en bici
El  Proyecto EuroVelo (EV), que está previsto que quede completo para 2020, engloba 15 rutas ciclistas de larga distancia para conectar y cohesionar Europa. Tres de ellas se adentran en territorio español: la EV1 o Ruta Costera del Atlántico entra por Irún (Guipúzcoa) y llega a Ayamonte (Huelva), por el trazado de la antigua Vía de la Plata, para continuar por la costa portuguesa. La EV3 enlaza caminos de peregrinación entre Noruega y Santiago de Compostela. La EV8, la Ruta Mediterránea, parte de Atenas (Grecia) y discurre paralela a la costa hasta tocar aguas atlánticas en Cádiz.

http://elviajero.elpais.com/elviajero/2017/04/18/actualidad/1492530170_186925.html

Incertidumbre

La física ha sido algo así como la diosa Kali del siglo XX, venerada y temida, capaz de todos los milagros y de todos los crímenes. Y la responsabilidad, la inconsciencia o los retortijones de conciencia de los sabios dedicados a cultivarla han brindado dramas argumentales a incontables obras literarias de las últimas décadas. Mi pobre erudición sería incapaz de enumerarlas, aunque fuese de modo incompleto. De mi adolescencia recuerdo dos piezas dramáticas que me impresionaron, una Los físicos de Friedrich Dürrenmatt, que transcurre en un manicomio dónde tres locos que creen ser Einstein, Newton y Moebius -y no lo son, pero tampoco están locos- se enfrentan y combaten por la posesión de un secreto aniquilador, socialmente más demente que cualquier demencia privada; otra, El caso Oppenheimer de Heinar Kipphardt, sobre los tormentos morales del inventor de la bomba atómica, que a mediados de los años sesenta representó el Piccolo Teatro de Milán bajo la dirección del gran Giorgio Strehler. Mucho más reciente pero girando también en torno a un tema apocalíptico semejante puedo mencionar la intrigante novela En busca de Klingsor, del mexicano Jorge Volpi. Y tantas más, entre las que no podemos descartar las tan populares historias del genéro de espionaje o ciencia-ficción centradas en la figura del "sabio enloquecido".

Hace pocos meses apareció en Francia una de las piezas más interesantes que he leído de este vasto y redundante mosaico literario: Le principe (El principio), de Jérôme Ferrari, editado por Actes Sud. De ese autor, uno de los novelistas actuales más destacables de su país, hay traducidas al español la novela con que ganó el premio Goncourt, El sermón sobre la caída de Roma (Random House) y una anterior, Donde dejé mi alma (Demipage), ambas absolutamente recomendables. En El principio, un joven aspirante a filósofo —y como tal atribulado y poco seguro de sí mismo— se obsesiona con la trayectoria vital de Werner Heisenberg, genial desde que en su juventud acuñó su celebérrimo "principio de incertidumbre" (¡que estupendo oxímoron!) que desconcertó a sus maestros, para después sentar las bases de la mecánica cuántica, lo que le valió el premio Nobel de Física a los treinta y un años. Su obra se gesta durante el ascenso del nazismo, en competencia o colaboración con la generación excepcional de los Einstein, Louis de Broglie, Max Planck, Niels Bohr, Schrödinger, Paul Dirac, Carl Friedrich von Weizsäcker, Otto Hahn, etc… Los jerarcas nazis les presionaron para conseguir la bomba atómica que les hubiera dado la victoria y que finalmente consiguió Oppenheimer en Estados Unidos. Algunos se escabulleron de patronos tan peligrosos pero otros, como Heisenberg, se dejaron querer, no por ideología nacionalsocialista sino para poder seguir investigando tranquilamente. Después de la guerra, recluidos por los vencedores, algunos sintieron culpabilidad por haber sido cómplices, pero otros no entendían que es lo que se les reprochaba a ellos, que sólo habían seguido con su trabajo: poner al descubierto la íntima belleza objetiva del universo.

El principio de incertidumbre de Heisenberg, en física cuántica, dice que no se puede conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de una partícula elemental. De modo semejante, el sabio no logra conocer la conjunción de su situación histórica y el vértigo acelerado de sus descubrimientos. Y quizá tampoco ninguno de nosotros sepa determinar juntamente dónde está y a dónde va en este mundo hermoso y atroz.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/04/actualidad/1430759210_681187.html

Cruzada (?) contra la República

«Todavía rodaba hacia Cartagena el coche en el que Alfonso XIII se dirigía al destierro, cuando, sustrayéndose al clamor popular que se elevaba por calles y plazas, campos y ciudades, los hombres más impacientes, que veían escapárseles el poder político de las manos, pensaban ya en la necesidad de una contrarrevolución que se opusiera a las decisiones expresadas por el sufragio universal», escribe Manuel Tuñón de Lara (Historia 16, Extra III de junio de 1977). El cardenal Segura llegó a insinuar la conveniencia de derrocar al gobierno mediante la lucha armada.

La tarde del 14 de abril, representantes de las «grandes familias» se reunieron en casa de Guadalhorce, ex-ministro de la Dictadura y directivo de Unión Monárquica (Calvo Sotelo, Ramiro de Maeztu y José Antonio Primo de Rivera entre otros), porque «algo hay que hacer», para impedir que la República tenga una vida en paz y derrocarla. Luca de Tena, el conde de Gamazo, Urquijo, Gabriel Maura y el duque de Hornachuelos, obtienen la autorización de constituir un Circulo Monárquico (quienes provocaron los acontecimientos del 10 mayo de 1931) y alquilar un piso en la calle de Alcalá. Junto a la aristocracia, financieros, militares, políticos del antiguo régimen y representantes de los grupos fascistas, cuyas acciones violentas ya se dejaban notar por Madrid.

La jerarquía eclesiástica, que no había visto con simpatía el cambio de régimen, no podía faltar a esta fiesta. El primado Cardenal Segura, se lanzó a elogiar a la monarquía y al rey, amenazando a la República. No se trataba de monarquía o república y aceptar o no la nueva legalidad, sino de crear Acción Nacional (AN), para la propaganda y actuación política, bajo el lema de «Religión, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad». El Vaticano ordenó que los católicos apoyaran a la coalición decididamente. En AN coexistían quienes, como Gil Robles, optaban por la vía legal, la contrarrevolución desde dentro y quienes, como Goicoechea y el conde de Vallellano, preferían la vía violenta y la asociación para conquistar el poder.

En Valladolid, de la mano de Onésimo Redondo, surgieron las «Juntas Castellanas de Acción Hispánica», que se fusionarían después con el grupo de Ledesma en Madrid, creando las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista). Falange Española, de ideología fascista y nacionalsindicalista, se fundó el 29 de octubre de 1933, por José Antonio, primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera, quien ya había actuado contra la Primera República. Como capitán general de Madrid, disolvió el Gobierno en 1874, tras el golpe de Estado de Martínez Campos en Sagunto.

El 9 de diciembre de 1931 se aprobó la Constitución y como jefe del Estado se eligió a Alcalá Zamora. El Gobierno, con base parlamentaria republicana de izquierda, con colaboración socialista, estuvo presidido por Manuel Azaña. Desde un principio se vio la necesidad de aprobar una ley para la reforma agraria, que contó con la drástica oposición de la derecha, dándose una aparente contradicción. La «Unión Económica», declaraba en sus bases: «El fundamento básico de la riqueza nacional lo constituyen sus producciones agrícola, forestal y ganadera». La Falange hablaban siempre del agro y no de la industria y Onésimo quería salvar a España desde la rural Castilla. En defensa de sus privilegios ancestrales se opusieron a toda reforma novedosa.

La derecha sentía la nostalgia de la «dialéctica de los sables» y la de los puños y de las pistolas (discurso de José Antonio Primo de Rivera, en el acto de fundación de Falange Española. Teatro de la Comedia de Madrid). Prefería la violencia a los debates en el Parlamento. Había quienes estimaban que un buen golpe de Estado valía más que millones de votos. Los partidarios de la acción violenta se reagrupaban y España se encontró ante una serie de conspiraciones militares.

El 8 de agosto de 1932, un número determinado de militares se reunieron para organizar la «Sanjurgada». Sanjurjo se encarga de Sevilla, Vareta de Cádiz, Ponte de Valladolid y Sainz de Lerin de Navarra. El bando militar del general decía: «Queda declarado el estado de guerra en toda la región andaluza, con las consecuencias que dicho estado lleva consigo. Como Capitán General de Andalucía, asumo el mando concentrado en mi autoridad de todos los poderes. Así como Dios me permitió llevar al Ejército español a la Victoria en los campos africanos, ahorrando el derramamiento de sangre moza, confío en que también hoy me será permitido, con mi actitud, llevar la tranquilidad a muchos hogares humildes, y la paz a todos los Espíritus. ¡Viva España Única e inmortal!»

En Madrid, el general Fernández Pérez sacó a la calle las fuerzas de la remonta y los regimientos acantonados en Alcalá. En el plan de los conspiradores se preveía que las columnas del sur y del norte caerían sobre Madrid. Con el pueblo al margen, ocurrió lo que tenía que ocurrir: un fracasó estrepitoso al fallar los conspiradores. Sanjurjo y sus correligionarios fueron detenidos a las seis de la mañana en la barrida Isla Chica de Huelva, por una pareja de guardias civiles, que reconoció al general, que huía vestido de paisano. Precisamente ahora, el Gobierno del PP, ha enterrado al general golpista en Melilla, con honores militares y en secreto.

En las elecciones de noviembre de 1933, pacíficos y violentos de la derecha se unieron en un solo frente para obtener mayor número de diputados. La izquierda se presentó fragmentada, dando comienzo una nueva etapa que, momentáneamente, separaría más a las dos corrientes de derecha. La CEDA y sus amigos declararan su «acatamiento leal al Poder público» y se abrió un período de apoyo condicionado a los gobiernos de centro-derecha de Lerroux y Samper. La extrema derecha, mientras tanto, continuó preparándose para tomar el poder mediante un golpe de fuerza.

Mussolini recibió al general Barrera, a Goicoechea y a los carlistas Olazábal y Lizarza. Firmaron un acuerdo según el cual Italia ayudaría a monárquicos y tradicionalistas a derribar el régimen republicano y sustituirlo por una regencia que prepararía la instauración de la monarquía corporativa y orgánica. El acuerdo preveía la entrega a la ultraderecha española de 20.000 fusiles, 20.000 granadas, 200 ametralladoras y un millón y medio de pesetas. Desde entonces, jóvenes tradicionalistas fueron enviados a Italia para instruirse en el manejo de las armas.

Calvo Sotelo abrigaba la idea de reunir a la extrema derecha en un bloque nacional en defensa de la patria. Primo de Rivera va a Alemania y celebra una «larga entrevista con Hitler» y vuelve entusiasmado. En aquel invierno se había constituido la Unión Militar Española, que, aunque sin militares de máxima graduación, mantiene contacto con los generales Goded y Mola. La UME mantenía posiciones de extrema derecha.

El talante agresivo de las escuadras de Falange se generaliza. Asaltan la Casa del Pueblo de Cuatro Caminos, el Fomento de las Artes de Madrid y una exposición en el Ateneo. Es asesinada la joven socialista Juanita Rico y el joven comunista Joaquín de Grado, cuyo entierro constituyó una demostración impresionante de obreros y de jóvenes. Se decía que los socialistas preparaban la revolución, cuando lo que preparaban era la defensa de la legitimidad republicana, frente al asalto fascista, como había ocurrido en Italia y Alemania. El «búnker» mientras tanto se preparaba para la guerra.

Febrero de 1936 significó para la derecha el fracaso de la «vía legal», con fuertes críticas a Gil Robles. La extrema derecha preconizó desde un principio el empleo de la violencia y la utilizó en cuanto le fue posible sin apoyarse en un movimiento de masas. Se trataba de organizaciones totalitarias, con programas totalitarios, en constante relación con el extranjero, del que recibían ayuda financiera. Se sirvieron de la religión como doctrina, y predicaban el derecho a la sublevación, que llegó el 18 de julio.

El 16 de febrero de 1936, el Frente Popular ganó las elecciones, que serían las últimas que se celebrarían durante la Segunda República. El Frente Popular constituía una nueva fórmula de alianza de las fuerzas de la izquierda, tras las derrotas sufridas en Europa y la llegada de Hitler al poder.

La derecha reaccionaria, financiera y terrateniente, parte del ejército, el fascismo y la iglesia Católica se pusieron en contra del pueblo y en contra de la República, que pretendía dignificar la historia. La sin razón no tenía otro argumento y fuerza que la negación de la democracia.

@caval100 Otros artículos sobre la República en este mes de Abril:

En abril republicano, hablemos de la Primera
Madrid republicano; los sucesos de mayo del 31
La República es posible

_-¡Agua va!!

_-El agua del Canal de Isabel II, que beben y con la que se lavan la cara los madrileños se ha convertido en un fétido albañal político.

El 17 de julio de 1834, bajo el calor escalfado del verano se expandía una epidemia de cólera en Madrid. De pronto se corrió la voz de que las muertes se debían a los clérigos que habían envenenado el agua de las fuentes públicas, y el pueblo asaltó conventos e iglesias y en solo 12 horas mató a 73 curas y frailes a garrotazos y puñaladas. Lo escribe Galdós.

Acababa de morir Fernando VII, el felón, y España rota en banderías se preparaba para la matanza general de la primera guerra carlista.

Por los salones de Madrid se paseaba entonces un joven de patillas románticas, que ha pasado por ser el creador del periodismo moderno, Mariano José de Larra, quien después de denunciar, criticar y zaherir en vano los vicios de la política acabó pegándose un tiro. Todo el año es carnaval, escribió Larra, espejo de inconformismo e independencia, en el que siempre desde entonces han tratado de reflejarse los mejores periodistas.

Hoy, aquel carnaval perdura bajo distintas formas. Las fuentes de Madrid no han sido envenenadas por los clérigos, pero el agua del Canal de Isabel II, que beben y con la que se lavan la cara los madrileños, se ha convertido en un fétido albañal político.

En España no hay cólera, pero hay cabreo, una epidemia más expansiva. El carnaval de Larra continúa, y si bien el pueblo no se levanta airado a matar curas, que nada tienen que ver en el asunto, sigue votando una y otra vez a gobernantes corruptos con una entrega de borregos.

En la Comunidad de Madrid se ha dado un hecho milagroso: se trataba de un prostíbulo en el que la única virgen era el ama. El agua del canal baja muy turbia y muchos ciudadanos, como Pilatos, con ella se lavan las manos, pero nada podrá salvarnos de esta epidemia si a través de las urnas no echamos del Gobierno a esta gente a patadas, sin tener que pegarnos un tiro como Larra.


http://elpais.com/elpais/2017/04/21/opinion/1492771020_905600.html