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viernes, 15 de diciembre de 2017

Sin Antoni Domènech será mucho más difícil abrir puertas al futuro. El filósofo catalán, autor de 'El eclipse de la fraternidad', ha fallecido a la edad de 65 años

"Ya puedes comprender que muerto
está nuestro conocimiento, desde el instante
en que al futuro queda cerrada toda puerta".

Con estas palabras del Infierno de Dante resumía Antoni Domènech el "nihilismo de cátedra" de aquellos quienes "con la nómina segura a fin de mes, perdida toda esperanza en el futuro" les resulta "más entretenido deconstruir a los compañeros de departamento que molestarse en averiguar cuál es el salario mínimo interprofesional del país en el que uno enseña o dicta sus conferencias".

Unas palabras que podrían servir también como epílogo de una vida dedicada a un proyecto político, moral e intelectual de enorme envergadura: pensar el presente para conquistar el futuro; y dedicada a hacerlo con la radicalidad y el rigor de quien sabe que la filosofía ni puede encerrarse en la comodidad de los despachos, ni puede reducirse a lo panfletario.

Y si hablamos de epílogo es porque Antoni Domènech falleció ayer, a la edad de 65 años.

Editor general de Sin Permiso y catedrático de Filosofía de las Ciencias Sociales y Morales en la Universidad de Barcelona, Domènech fue militante antifranquista y se definía como "socialista sin partido". Su discurso era claro, preciso y provocador: hablaba como si se estuviera riendo, como si en llevarse a la boca sus ideas recordara divertido la fuerza del discurso que se disponía a enunciar.

Para la audiencia que lo escuchaba no siempre era fácil seguir los meandros de su pensamiento. Quizá porque siempre defendió que los conceptos político-normativos no pueden aislarse de la situación histórico-real, en sus explicaciones saltaba con violencia del dato histórico o la cita exacta a una densa reflexión teórica. De hecho, en la última conferencia del filósofo catalán a la que pude asistir, titulada sesudamente "Análisis de la fraternidad como metáfora cognitiva", no solo desafió las ideas preconcebidas con las que ibas armados quienes habíamos leído sus libros, sino que desbordó toda expectativa académica con un discurso que nos llevó desde la Grecia de Aspasia hasta nuestros días.

Tras conocerse la noticia de su muerte, César Rendueles afirmó que Domènech es el "autor del ensayo en lengua castellana más importante en lo que va de siglo que, por supuesto, está descatalogado". Una afirmación potente y elusiva que nos obliga a recordar que Domènech —además de haber traducido al castellano algunas de las principales obras del liberalismo político como son las de Rawls o Habermas- escribió dos libros fundamentales, uno en cada uno de los siglos que vivió, y que -desgraciadamente— ambos son inencontrables.

Por un lado, "De la ética a la política: de la razón erótica a la razón inerte", en el que se propone una relectura de Hobbes, Rousseau y Kant desde la teoría de juegos, un ejercicio cuyo objetivo último es denunciar la transformación de la racionalidad en una "razón inerte", y sentar las bases de una ética racional que posibilite la "rectificación de la cultura moral" del capitalismo tardío y no rehuya la discusión sobre aquello que constituye una vida buena.

Publicado en 1987, suponía una recepción innovadora de la tradición analítica en filosofía política que se oponía a las habituales lecturas posmodernas: sin los aspavientos del rebelde autoproclamado, Domènech siempre pensó en los márgenes y desde los márgenes.

Por el otro, "El eclipse de la fraternidad". Una revisión republicana de la tradición socialista, que propone una revisión histórica del concepto de "fraternidad", centrándose especialmente en el período que va de 1848 a 1936, para revalidar este ideal olvidado. La fraternidad no es solo un sentimiento pospolítico, una vaga forma de solidaridad entre ciudadanos: no es una virtud supererogatoria, como muchas veces se ha interpretado siguiendo la tradición cristiana.

Entonces, la fraternidad constituiría la estructura política que daría sentido a la "igualdad" y la "libertad", la base sin la cual estos seguirían siendo meros espantajos bienpensantes que la clase dominante ondearía para justificar su dominio. Para explicarlo, Domènech siempre recordaba esta frase de Marat: "vemos perfectamente, a través de vuestras falsas máximas de libertad y de vuestras grandes palabras de igualdad, que, a vuestros ojos, no somos sino la canalla".

La fraternidad, a partir de 1790, es lo que unificaba a la población trabajadora: "una horizontalidad conscientemente política, conscientemente emancipada de los yugos señoriales y patriarcales que la venían segmentando verticalmente [...] 'emanciparse' llegó entonces a significar para el pueblo llano 'hermanarse'". Y es la desaparición de esta "bestia horizontal", como la llamó el historiador E.P. Thompson, la que documenta Domènech en El eclipse de la fraternidad.

Desde la publicación del libro, tanto él como su esposa, Maria Julia Bartomeu, también filósofa y especializada en Kant, se dedicaron a continuar pensando el potencial transformador de las ideas revolucionarias y en cómo la historiografía contemporánea ha neutralizado la fuerza de muchas de ellas. Pero también han escrito en otras direcciones: sobre feminismo, renta básica, republicanismo, filosofía en lengua castellana o la idea de utopía.

¿Es El eclipse de la fraternidad el ensayo más importante en lengua castellana en lo que va de siglo?
Probablemente sí, aunque su centralidad debe buscarse menos en esa academia que mide el impacto a golpe de cita en artículos indexados, que en la cantidad de caminos que ha ido abriendo Domènech con sus escritos. Ya sea por su rechazo al mandarinismo o por su abrumadora erudición, de la que gozaba como una golosina, pero que lo alejaba de las columnas de opinión, el catalán nunca protagonizó portadas ni primeros planos: era siempre el pensador que estaba detrás de.

Por todo ello, una cosa es segura: sin Antoni Domènech —y sin sus libros— será mucho más difícil abrir puertas al futuro.

http://www.playgroundmag.net/cultura/books/fraternidad-Antoni-Domenech_0_2049995000.html

jueves, 14 de diciembre de 2017

Elena Martín: “La evaluación hay que llevarla al proceso, no al producto”


ElenaMartin

¿La comunidad educativa tiene claro el concepto de evaluación?
Yo creo que no. Asociamos evaluación a examinación y no, no son sinónimos. La evaluación no es una parte final del proceso. Debe ser un continuo y de esta forma puedes ir viendo avances, ritmos… no te la juegas todo en una última pregunta. Cuando yo reviso y corrijo estoy viendo dónde están. Todas las enseñanzas de servicio aprendizaje son una evaluación en sí misma. La evaluación hay que llevarla al proceso, no al producto.

¿Con qué finalidad evaluamos actualmente a los alumnos?
Desgraciadamente, con una finalidad acreditativa. Es decir, la importancia de poner nota está centrada en plasmar nuestro juicio de valor en una calificación y eso lleva a que hagamos la evaluación para poner una nota precisa, objetiva y justa.

¿Y cuál debería ser la finalidad deseada?
La función formativa debe coexistir con la acreditativa. Deberíamos evaluar para saber en qué punto se encuentra el alumno, hasta qué punto hemos logrado asumir objetivos con él y por qué. Solo así sabremos cuál es el siguiente paso que debemos dar. Nosotros lo que planteamos es que hay una tensión entre la función acreditativa y la función formativa de la evaluación. La lógica de la escuela ha derivado hacia esta parte más acreditativa olvidando la formativa.

¿Es posible hacer las dos cosas?
Por supuesto. No es imposible poner nota y además hacer una evaluación formativa. Debemos entender dónde está y por qué está en ese punto, y esto nos permite saber en qué línea debemos trabajar. Lo que no podemos permitir es que la función acreditativa se coma a la pedagógica y realce una estructura muy competitiva. Es uno de los elementos más perversos y difíciles de gestionar del sistema.

¿La información que obtenemos de las evaluaciones actualmente solo se utiliza para puntuar?
Los profesores tienen que plasmar en un boletín una calificación. A esto están obligados. Pero nada les impide, además, hacer una evaluación más narrada. Esta parte más pormenorizada es la que tiene valor. Son muy poco los centros que han entrado en un planteamiento de evaluación que les permite entender mejor en qué punto tenemos al alumno y como se le puede ayudar.

¿Qué impacto tiene la evaluación en el proceso de aprendizaje del alumno?
Imagínate que un alumno ha mejorado mucho en una asignatura, pero sigue siendo el último de la clase.
¿Qué es lo que trasciende de la evaluación?
Que está suspendido, pero no se refleja la mejora que ha logrado. No hay autoestima que aguante esto. Lo ideal sería que cada uno se hiciera la evaluación respecto al nivel que tenía anteriormente: esto es una evaluación individualizada. Esto permite ver si avanzas o no, pero sin compararte con otros, sino solo contigo mismo.

¿Puede ser el alumno partícipe de su evaluación?
La evaluación puede ser estimulante si conseguimos que el alumno entienda que la causa de que esté donde está es una causa transformable, que entienda porque no ha alcanzado el objetivo o porque sí, y qué es lo siguiente que necesita hacer. De esta forma evitaríamos atribuciones del tipo “yo soy tonto” a “mí no se me da bien esto”. Estas atribuciones colocan la responsabilidad fuera y les hacen pensar que ellos no pueden controlar las causas que sí son transformables. El estudiante se construye una identidad muy incompetente. Cuando alguien piensa que no puede aprender, no aprende.

¿Qué debe hacer el profesor ante este planteamiento?
Hay que entender la repercusión. No es que debamos ser blanditos y que regalemos notas; lo importante es que el adulto haga entender al alumno en qué estadio está y que planifique, si puede ser conjuntamente, qué es lo siguiente que hay que hacer para mejorar. Si esto no es así, lo normal es abandonar una tarea para la que parece que careces de las características necesarias.

El profesor puede, entonces, influir en la autoestima del alumno. La función de la escuela es ejercer influencia educativa. ¡Los tenemos 16 años en las aulas! Es importante que los alumnos se conozcan y la mayoría de ellos no lo hacen. Se creen que con leer 8 veces algo ya se lo saben. Además de que el docente entienda dónde está el alumno, es importante enseñar al alumno a hacer esta valoración por sí mismo. Si tiene los criterios claros de lo que ha aprendido, es también capaz de corregir sus ejercicios y los de sus compañeros. La autoevaluación y la coevaluación son procesos dirigidos a hacer que el alumno tome conciencia de sí mismo.

¿Cómo podemos fomentar este tipo de evaluaciones?
La función formadora es aquella que permite a los alumnos valorar sus propios procesos. Para ello, los profesores debemos hacer las evaluaciones de manera que no todo dependa de nosotros, sino que sean procesos que analicen lo que está pasando y que el propio alumno tome conciencia de qué ha aprendido y porqué.

¿Es adecuado evaluar de la misma forma y al mismo tiempo a todos los alumnos?
Si estamos planteando que hay que atender la diversidad en las metodologías, también debemos hacerlo con la evaluación, es evidente. Tenemos estilos de aprendizaje diversos y también tenemos alumnos a los que les puedes decir que algo está mal y no se hunden en la miseria y otros que al menor toque de atención se deprimen. Es complejo en lo que nos diferenciamos. Yo propondría a los docentes que apliquen metodologías que se ajusten tanto como puedan a su diversidad.

¿Cree que ahora no lo hacen?
Cuando llegan a la evaluación hay una regresión. Han enseñado de manera diversa pero evalúan de manera uniforme. Esto es una contradicción teórica grandísima. No se puede evaluar por igual, pero tampoco creo que deban plantearse preguntas distintas.

¿Qué sería más correcto?
Como digo, no se trata de plantear diferentes modelos. Creo que más bien tiene que ver con que hagas tareas que sean suficientemente amplias como para que se puedan responder con distinto nivel de complejidad. Es muy difícil que alguien no aprenda algo de algo relevante. Quizá no ha aprendido tanto como otro, pero algo seguro que sí sabe. Si las tareas son suficientemente amplias, todo el mundo puede demostrar cierto nivel de competencia.

¿Qué motivo damos a los alumnos para evaluarlos?
No se les explica, se da por sentado que se hace y ya está. Está tan incorporado a la lógica de la escuela que cuando los alumnos empiezan el colegio ya saben que se les evaluará. Nadie se molesta en explicarles el porqué hacemos esto o para qué sirve. Los alumnos solo tienen la perspectiva de la nota.

¿Y sería importante que se les explicara?
La escuela se ha pervertido tanto por el elemento acreditativo que los alumnos no se dan cuenta que no les evaluamos para machacarlos, sino que si no evaluamos no sabemos dónde estamos. Nadie puede educar a otro si no va viendo el progreso que hace. No se puede hacer un proceso intencional, para querer conseguir una meta, sin tener evaluación.

¿Qué opina de las evaluaciones externas?
Si una evaluación externa no sirve para mejorar, no está justificada. Pero si se hace que, sobretodo, no sirva para ir a peor.

¿Cómo cree que deberían ser?
Las evaluaciones externas deben hacerse sin rankings. No se puede poner a competir a los centros y hacer públicos los resultados. Esto no aporta nada a la mejora. Lo que debe aportar es información para que los centros se entiendan mejor. Es importante utilizar también el criterio del nivel sociocultural. Si no se controla este factor, que sabemos a ciencia cierta que es un predictor de rendimiento clarísimo, estás dando una información al centro incompleta. Al centro hay que decirle que va bien o mal en relación a centros con características similares, no hace falta poner nombre y apellido a los centros.

¿Hay alguna evaluación que pueda servir de referente?
No sé si de referente, pero los que las hacen muy bien son los vascos. En Euskadi sus pruebas diagnósticas devuelven la información a los centros con una comparativa longitudinal: se compara el estado del centro con el estado del año anterior. Las tendencias son la información más interesante. Ellos las hacen por nivel sociocultural, pero también por modelo lingüístico, que es un rasgo imprescindible en su caso. También se comparan grupos dentro del mismo centro. A veces una media del centro hace opaca la realidad por grupos y hay grandes diferencias.

http://blog.tiching.com/elena-martin-la-evaluacion-hay-que-llevarla-al-proceso-no-al-producto/

miércoles, 13 de diciembre de 2017

_- Por qué es importante que los niños aprendan matemáticas desde la guardería. Beatriz Díez, BBC

_- Las matemáticas son como las enfermedades infantiles: cuanto antes se "contraigan", mejor.
Así lo consideraba el científico alemán del siglo XIX Arnold Sommerfeld.
Sus palabras parecen precursoras de una corriente que cobra cada vez más relevancia en Estados Unidos y que aboga por una enseñanza temprana de las matemáticas.

"Se puede empezar tan temprano como a los 2 o 3 años de edad", opina Deborah Stipek, profesora de la Universidad de Stanford, California. "Nos han estado enseñando mal las matemáticas durante todo este tiempo" BBC Mundo habló con ella.

Ansiedad matemática
Aquellos que se sienten fascinados pero también intimidados por las matemáticas deben saber que no están solos. El fenómeno ha sido estudiado y tiene incluso un nombre: ansiedad hacia las matemáticas. "Esta ansiedad matemática es bastante común, al menos en Estados Unidos", expone Stipek, "algunos dicen que parte de esa ansiedad proviene de cómo se enseñan"

Si bien la profesora advierte que no hay una teoría científica que explique qué tipo de educación fomenta una mayor ansiedad matemática, en su opinión hay dos factores que nos pueden distanciar de esta ciencia desde la escuela: la tendencia de la enseñanza a poner el énfasis en alcanzar la respuesta correcta, considerando además que solo hay una solución válida. la creencia de que las matemáticas es algo para lo que eres bueno o no lo eres. Y si no lo eres, no puedes hacer mucho por cambiarlo.

Eliminando diferencias
Estos planteamientos necesitan ser revisados, defiende Stipek, que dirige en Stanford el programa Desarrollo e Investigación en Educación Temprana de Matemáticas. "No creo que haya ninguna prueba que demuestre que se nace siendo bueno en matemáticas", dice la profesora, "lo que sí sabemos es que se puede sentar una base muy sólida en la infancia temprana de la que los niños se beneficiarán cuando crezcan".

La brecha de aptitudes entre niños de distintos entornos es grande en Estados Unidos.
"La diferencia de nivel en alfabetización y matemáticas existe incluso antes de que los pequeños entren en el jardín de infancia", indica Stipek. "Tenemos niños de familias de bajos recursos que llegan a la guardería con un conocimiento mucho más pobre de los números básicos, por ejemplo, que los niños de familias de clase media o adineradas. "Una de las razones por las que abogamos por la enseñanza temprana de las matemáticas es el poder darles a todos los niños una oportunidad equitativa para aprovechar el currículo escolar".

Impacto en otros ámbitos
La importancia de las matemáticas no se reduce a la disciplina en sí, se extiende a otros campos. "Desde luego las matemáticas son importantes para la física y muchas otras asignaturas de ciencias e ingeniería, es parte de esas disciplinas", señala Stipek. "Pero también están altamente relacionadas con el aprendizaje posterior. No sabemos cuál es la relación causal, pero los niños que llegan a la escuela con habilidades matemáticas relativamente buenas tienden a tener mejores resultados". "Una de las cosas que las matemáticas aportan es que te enseñan a pensar con lógica y deducción. Las matemáticas nos ayudan a desarrollar más capacidades cognitivas de las que son obvias", agrega.

Prioridad de la lectura
Dados todos estos beneficios, cabe preguntarse por qué los adultos no prestamos tanta atención a las matemáticas como a otras actividades que hacemos con los niños. Los expertos coinciden en que se le suele dar más importancia a la alfabetización y la lectura, relegando las matemáticas a un momento posterior de la educación.

"Cuando hablamos de la lectura, hay una percepción casi intuitiva de que es muy importante tener habilidades lectoras porque todo depende de eso, incluidas las matemáticas. Saber leer es importante para todo lo demás y por eso se pone tanto énfasis", razona Stipek. Pero la profesora observa otras posibilidades, como por ejemplo que los padres no sepan matemáticas o no se sientan cómodos con ellas o que los maestros de preescolar tampoco las dominen bien. "Muchos de los maestros que deciden dar clases a los más pequeños es para no tener que impartir clases de matemáticas", apunta Stipek. "Y desde el sistema educativo, nadie les ha dicho a estos maestros, al menos no hasta hace relativamente poco tiempo, que es importante enseñar matemáticas".

Aprender jugando
Imaginar a niños de 2 o 3 años aprendiendo a hacer cuentas puede sorprender a más de uno, pero lo que sugieren quienes recomiendan su enseñanza temprana es que se plantee como una diversión.

Se puede jugar a contar los dedos de los pies o pedirle al niño que cuente los cubiertos para la cena o las naranjas que se meten en la cesta en el supermercado.
"Hay muchas maneras en las que los padres pueden integrar las matemáticas en su lenguaje del día a día con los niños de forma muy natural", sostiene Stipek. "Desde nuestro programa estamos trabajando duro para hacerle saber a la gente que los niños pueden aprender matemáticas a edades muy tempranas y que les gusta hacerlo si es de forma divertida".

Y concluye: "Esto puede ayudar a crear una sólida base en matemáticas para que, en el futuro, los niños no terminen como esas otras personas de las que hablábamos que padecen ansiedad matemática".

http://www.bbc.com/mundo/noticias-42075206

jueves, 7 de diciembre de 2017

_- “Shanghai mastery”: los secretos de los mejores profesores de matemáticas del mundo

_- No por casualidad los maestros de matemáticas de Shanghái son considerados los mejores del mundo: se han ganado su reputación a fuerza de resultados descollantes de sus alumnos en competitivas pruebas internacionales.

El método de enseñanza en la ciudad más poblada de China se ha convertido ahora en un producto cultural de exportación.

Lo llaman "Shangai Mastery" (Maestría de Shangái). Y la mitad de las escuelas de Reino Unido adoptará este sistema en sus aulas de primaria, después de un período de prueba iniciado en 2014 y tras el anuncio del gobierno, esta semana, de una inversión de US$55 millones para apoyar a los maestros en la transición.

Esta técnica de enseñanza genera alumnos de alto rendimiento en porcentajes que son la envidia del resto del mundo docente. Según algunas mediciones, los estudiantes de Shanghái alcanzan los mismos resultados que otros niños con tres años más de escolaridad en otras partes del mundo.

En las pruebas PISA de matemáticas, Shanghái-China se mantiene en el primer lugar del ranking con 613 puntos, 119 puntos sobre la media de todos los países y economías participantes.
Y los índices muestran que el porcentaje de estudiantes de 15 años que son "analfabetos numéricos" -esto es, incapaces de realizar cálculos básicos- está 10 puntos por debajo del de países como Estados Unidos o Reino Unido.
Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de Shanghái?

Conceptos primero
Para empezar, el método chino se basa en organizar cada lección en torno a un concepto matemático único, sea el principio básico de la suma, la lógica de resolución de ecuaciones o la comprensión de una fracción como parte de un entero.

El que sea, pero uno por vez.
Esa noción única es cubierta de manera metódica y sistemática, a tal punto que la clase entera se detiene hasta que todos los niños la hayan comprendido.

"En muchos países se considera que una buena lección es una que logra cubrir mucho material.

Cuanto más progreso se registre, mejor es la clase", señala Mark Boylan, experto en educación de la Universidad Sheffield Hallam, en Reino Unido, y colaborador de la revista Schools Week.
"Pero en Shanghái el énfasis está puesto en asegurarse que una idea o principio ha sido cabalmente aprendido en una lección, de tal manera que no haya que volver a enseñarlo en el futuro".

Expertos en educación consideran que el "Shanghai Mastery" es riguroso y demandante, apoyado en libros de alta calidad que se actualizan una vez al año y desplazan por completo a las fotocopias y hojas de ejercicio tan comunes en otras partes del mundo.

El método es también altamente conceptual,
basado en inculcar leyes y fundamentos de las matemáticas en primer término, aunque luego se incentiva el uso de objetos e imágenes para representar físicamente los conceptos y visualizar ideas abstractas.

El lenguaje con que los niños se expresan también es uno de sus pilares.
"Siempre queremos que se expliquen y expresen en oraciones completas, no dando respuestas sueltas sino explicando cómo se llegó a la resolución correcta (de un problema matemático). Esto es clave para desarrollar el lenguaje matemático y las habilidades de razonamiento", explica en su página web el programa profesional Mathematics Mastery, de Reino Unido, basado en el método asiático.
Los críticos, sin embargo, señalan que el método de Shangái puede volverse demasiado abstracto y es incapaz de fomentar el traspaso de conceptos matemáticos a escenarios de la vida real.

Otros señalan que los maestros chinos desarrollaron un método "a prueba de exámenes", pensado para formar alumnos que alcancen buenos resultados pero que no son necesariamente los más aptos para aplicar el conocimiento a las situaciones cotidianas.

Todos juntos a contar
También el principio de cohesión es parte de la lógica de la reputada enseñanza en Shanghái.
La clase es considerada una unidad, donde todos los alumnos avanzan a la vez… o no avanzan, si es que alguno de ellos todavía no ha entendido del todo.

No hay división en subgrupos por niveles de habilidad, como ocurre en otros sistemas educativos, ni tareas diferenciales para alumnos más avanzados o rezagados.
Todo niño lleva un matemático en el corazón, parece ser la premisa, y es responsabilidad del maestro sacarlo a relucir.
"Dicho crudamente, los métodos de diferenciación que se utilizan con frecuencia en las primarias (europeas) consisten en separar a los 'matemáticamente hábiles' de los 'matemáticamente débiles' y modificar el contenido para unos y otros", escribe Charlie Stripp, director del Centro Nacional de Excelencia para la Enseñanza de las Matemáticas (NCETM, por sus siglas en inglés) de Reino Unido.

"Esto se hace con las mejores intenciones, para ayudar a los que tienen dificultades... pero a la luz de la evidencia que nos llega desde Asia, estamos comenzando a preguntarnos si esta diferenciación no es dañina en muchos sentidos".

En Shanghái, en cambio, a los estudiantes más avanzados se les pide que profundicen en los conceptos y ayuden al resto, más que fomentar que se adelanten a los rezagados.

Mientras que para algunos esta búsqueda de una clase igualitaria es loable, otros consideran que en realidad desincentiva a los alumnos más capaces y los lleva al aburrimiento seguro.

La disposición del aula, con pupitres alienados mirando al frente al modo clásico, también es objeto de crítica por quienes promueven métodos más flexibles y modernos. Es "poco inspirador" y "no fomenta la interacción entre pares", señalan.

Repetición, repetición, repetición
Desde los 5 años, la práctica de ejercicios y cálculos tiene un régimen casi militar en Shanghái, con repeticiones hasta que cada niño logre incorporar el concepto del día.

Y es que la reiteración es otro de los principios en que se basa el método.
En la práctica, la clase transcurre así: un niño responde a la pregunta del maestro, luego todos repiten la respuesta al unísono. Luego otro niño contesta la pregunta siguiente, el resto de la clase repite en alto, y así.
Cada ronda termina en aplausos "de premio"; luego todos deberán anotar las respuestas en sus cuadernos y reiterarlas una vez más en la pizarra.
Pero más allá del rigor formal, las clases suelen ser muy interactivas, con discusiones con la maestra y entre compañeros.
"Contrario a lo que indican algunos, la enseñanza de matemáticas según este método no es sólo una repetición de memoria, aunque sí es cierto que las repeticiones llevan a que los alumnos memoricen y sean capaces de recordar respuestas pre-aprendidas, que son fundamentales en matemáticas", indica Stripp.
Las sesiones son, sobre todo, cortas: 35 a 40 minutos de enseñanza focalizada, seguidas de 15 minutos de juego desestructurado.

El maestro es la estrella
Otro de los secretos del éxito también se mide por el reloj: en el número de horas que los docentes pasan al frente de una clase. Son muy pocas.
Según una evaluación del método de Shanghái publicada en estos días por la Universidad de Sheffield Hallam, un maestro imparte al día dos sesiones de 40 minutos cada una.

El resto de la jornada laboral se dedica a evaluaciones entre pares y observación no participante de las clases de otros.
Pero, aún más relevante, quien está al frente de una clase ha debido pasar antes por cinco años de formación específica. Dicho de otro modo: una maestra de matemáticas estudió especialmente cómo enseñar matemáticas a nivel primario durante sus cinco años de carrera universitaria.

No hay "maestros de grado" o generalistas como se acostumbra en otros países del mundo.
"Parte del éxito en la enseñanza en países como China y Singapur se origina también en el respeto con que se ve a los maestros y en el tiempo que se les da para planear y prepararse", agrega el experto en educación James Bowen, director del sindicato y asociación docente NAHT Edge de Reino Unido.

Sin embargo, los críticos señalan que los privilegios de los maestros no siempre coinciden con los beneficios que perciben los estudiantes.
Un informe del Instituto para el Desarrollo Social de la Universidad NYU Shanghai, publicado en 2014, revela que si bien la mayoría de las escuelas tiene buenas aulas, bibliotecas y laboratorios, muchas carecen de otros espacios clave para el bienestar de los niños, como gimnasios, auditorios, patios o salas de juego.

Y un 13% de los alumnos en edad escolar tiene salud "regular o mala", según el reporte.

El éxito del programa (de Shanghái) depende de cuánto y cómo entrenes a los docentes (Formación) y cuán comprometidos estén ellos con el método (Implicación). 
Los gobiernos son los responsables de poner más esfuerzo en reclutar y retener docentes entrenados, lo que no pasa en todas partes", apunta Russell Hobby, secretario general de NAHT.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-36809516

martes, 21 de noviembre de 2017

_- Día Mundial de los Niños. El mundo sigue siendo un lugar muy injusto y peligroso para millones de niños

EFE


Cada 20 de noviembre se celebra en todo el mundo la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño que tuvo lugar en 1989. Es el Tratado Internacional más ratificado de la Historia: lo han suscrito todos los países del mundo menos Estados Unidos. Su puesta en marcha marcó un antes y un después en la manera en que los gobiernos y las sociedades tratan -o deberían tratar- a sus ciudadanos más jóvenes.

La Convención, como primera ley internacional sobre los derechos de los niños y niñas, es de carácter obligatorio para los Estados firmantes y ha servido para reforzar el reconocimiento de la dignidad humana fundamental de la infancia así como la necesidad de garantizar su protección y desarrollo.

Desde su aprobación se han producido en todo el mundo avances considerables en el cumplimiento de los derechos de la infancia a la supervivencia, la salud y la educación; así como un reconocimiento cada vez mayor de la necesidad de establecer un entorno protector que defienda a los niños y niñas de la explotación, los malos tratos y la violencia.

En UNICEF centramos nuestros esfuerzos en hacer cumplir la Convención: que todos los niños y niñas del mundo estén donde estén vean cumplidos sus derechos. Y con su respaldo hemos avanzado mucho en las últimas décadas: el número de personas que viven en la extrema pobreza en todo el mundo es casi la mitad que en la década de 1990; las tasas mundiales de mortalidad de menores de cinco años se han reducido en más de la mitad en los últimos 20 años; han mejorado la nutrición y el acceso a agua potable; hoy más niños y niñas que nunca van a la escuela y reciben una educación que les permitirá romper el círculo de la pobreza.

Pero a pesar de esos avances el mundo sigue siendo un lugar muy injusto y peligroso para millones de niños que se enfrentan a una vida de pobreza y de falta de oportunidades: 15.000 niños menores de 5 años siguen muriendo cada día -5,6 millones al año- por causas que se pueden prevenir, como la diarrea, la neumonía o la malaria; 535 millones de niños -1 de cada 4- viven en países afectados por los conflictos, desastres naturales, epidemias y otras emergencias; 385 millones de niños viven en extrema pobreza; 264 millones de niños y adolescentes están fuera de la escuela; 168 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años trabajan; de ellos, 85 millones en labores peligrosas.

Y las perspectivas no son nada halagüeñas. A menos que intensifiquemos la velocidad de los progresos, en el año 2030, 167 millones de niños vivirán en la extrema pobreza, 69 millones de niños menores de 5 años morirán por causas evitables y 60 millones de niños en edad de asistir a la escuela seguirán sin escolarizar.

En este Día Mundial de los Niños necesitamos más que nunca compromiso político, recursos y voluntad colectiva. Y necesitamos también escuchar y dar la voz a los niños. Eso es lo que hemos hecho: les hemos preguntado -en una encuesta realizada a más de 11.000 niños de entre 9 y 18 años de 14 países- por lo que les preocupa. Y nos han dicho que la violencia, el terrorismo, el acoso escolar y la educación; que les inquieta el trato que se profesa a las personas refugiadas y migrantes; y que los líderes mundiales deberían abordar y dar soluciones a estos temas y a otros como la pobreza.

La sociedad tiene -tenemos- la obligación de escuchar a los niños. Tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor, de respetar y hacer cumplir sus derechos. Se lo debemos. La Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 debe servirnos como eje canalizador para lograrlo.

Hoy los niños alzan su voz. El resto del año no podemos olvidar que siguen ahí, porque no hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana. Como dijo Nelson Mandela: “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños”.

Carmelo Angulo Barturen, presidente de UNICEF Comité Español

Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/dia-del-nino/

domingo, 5 de noviembre de 2017

El héroe de tu infancia. Los cuentos despertaron en nuestra niñez la imaginación, la creatividad y la fantasía. ¿Por qué no volver a ellos para adentrarnos en nuevos desafíos?

Érase una vez…
Cuando oímos estas palabras, algo se despierta en nuestro interior. Una conexión con aquellas ganas de saber qué pasará, a qué desafíos tendrán que enfrentarse los protagonistas. Pero hay más. También conectamos con la infancia, cuando conseguimos crecer más que en cualquier otra etapa de nuestra vida. Era un tiempo en el que teníamos expectativas, todo estaba por hacer y nada de lo que queríamos parecía imposible. Poco a poco, sin grandes lecciones, sino a través de la emoción de las aventuras, fuimos capaces por primera vez de experimentar los grandes sentimientos que nos definen como personas: justicia, valentía, lealtad, heroísmo, amor…

Con estos compañeros fuimos capaces de interiorizar valores positivos. A fuerza de querer actuar como ellos, algo de su esencia nos ayudó a formarnos. Porque, tal y como asegura Bruno Bettelheim, autor de Psicoanálisis de los cuentos de hadas, el relato infantil “al mismo tiempo que divierte al niño, le ayuda a comprenderse y alienta el desarrollo de su personalidad. Le brinda significados a diferentes niveles y enriquece su existencia de muy distintas maneras”. El famoso psiquiatra infantil nos advierte de la importancia de los cuentos de hadas en la educación, ya que ejercen una función liberadora a la vez que forman nuestra mentalidad, proporcionándonos herramientas morales, emocionales y relacionales. Es decir, ese equipo de supervivencia que necesitábamos para enfrentarnos al mundo y sus desafíos.

Si es así, ¿por qué no recuperarlos? ¿Por qué no regresar a ellos para seguir creciendo? Si lo hacemos, seguro que nos sorprenderemos y descubriremos que, como afirma G. K. Chesterton, “los cuentos de hadas son más que reales; no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos enseñan que se puede vencer a los dragones”. ¿Y quién no tiene dragones en su vida para vencer?

Joseph Campbell, en su libro El héroe de las mil caras, describió la estructura narrativa de los cuentos populares y de toda narración épica. Según el mitógrafo norteamericano, puede variar la historia, los personajes y las circunstancias, pero el esqueleto sigue siendo el mismo. Da igual que se trate de las aventuras de Simbad el Marino, o de Pinocho, o de Blancanieves; todos tienen los elementos e ingredientes del esquema de Campbell, conocido como el viaje del héroe. Y no solo ellos. Incluso La guerra de las galaxias los tiene. Y es que George Lucas fue el primer autor en reconocer que se había basado en el viaje del héroe para crear, en 1974, la más famosa saga de la historia del cine. Y en parte fue gracias a este esquema que Lucas consiguió realizar lo que muchos analistas reconocen como el cuento de hadas de nuestros días. Una narración que ha cautivado a niños de cualquier edad y que, como las grandes historias, tiene una frase mágica de entrada, que en este caso no es “Érase una vez…”, sino “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”.

Así, teniendo presente la estructura del héroe, podemos usarla a nuestro favor. Podemos ver por las fases por las que debe pasar todo protagonista de un cuento que merezca la pena ser contado. Tal vez no habrá emperadores galácticos ni brujas que se miran al espejo preguntándose quién es la más bonita del reino, pero habrá un desafío que nos preocupa, que nos paraliza, que nos impide avanzar. Un villano, pero en forma de jefe, de falso amigo, de relación tóxica, de nuevo negocio… Y sea como sea, deberemos emprender este viaje, no renunciar a la aventura que nos propone la vida y convertirnos en el héroe de nuestra propia existencia. Es decir, estar más cerca de la persona que queríamos ser cuando escuchábamos esas historias antes de ir a dormir.

• El mundo ordinario.
Así empieza el esquema del viaje del héroe de Campbell; es decir, con nuestra vida tal y como es antes de emprender nuestra búsqueda. La realidad en la que estamos y de la que nos va a costar salir. Nos sentimos, a pesar de todo, cómodos y seguros. Es lo conocido y rutinario.

• La llamada de la aventura.
Es cuando nos damos cuenta de que en nuestro tranquilo mundo hay algo que ya no funciona. Algo se ha colado en la tranquilidad del día a día. Se empieza a plantear un desafío, un reto, una aventura. Puede ser, por ejemplo, que, sin saber muy bien por qué, empecemos a no sentirnos realizados en nuestro trabajo o consideremos la necesidad de más responsabilidades y nuevos horizontes profesionales. O que aparezca una nueva vocación en nuestro interior, o las ganas de cambiar de sector. Cualquier cosa que avecine nubes en el despejado cielo de nuestro día a día. Cada uno tendrá su llamada y cada uno sabrá que no es algo pasajero, una incomodidad que se despejará sola. Es algo que reconocemos como que necesitamos probar.

• El rechazo.
Intentamos convencernos de que se trata de nubes de paso. En esta etapa aparecen pensamientos del tipo “Estoy bien en mi trabajo, cobro un buen sueldo y tengo un horario cómodo”, “Esto no va conmigo, yo ya no tengo edad”, “A mí no me pasan estas cosas”. Seguro que todos hemos tenido esos pensamientos que pretenden salvar nuestro mundo ordinario. Nos resistimos a abandonar nuestra zona de comodidad porque tenemos miedo a lo desconocido.

• Maestro, mentor o ayuda sobrenatural.
Aquí, en este punto de la historia, aparece el maestro. Puede tener muchas formas. A veces es simplemente una influencia positiva que da alas a nuestros sueños. Puede tratarse de un business angel, en el caso de un emprendedor, o de un head hunter, si estamos buscando trabajo. O de un amigo que nos brinda un buen consejo. Puede tener forma, incluso, de “ayuda sobrenatural”, que llevado fuera del cine debemos entenderlo como aquel cúmulo de casualidades inexplicables que ocurren cuando estamos en la fase de búsqueda.

• Cruzar el umbral.
En las cinco anteriores etapas aún nos encontramos, según el esquema de Campbell, en nuestro mundo ordinario. Ahora sí. Decidimos cruzar. Salir de nuestra zona de comodidad. Hemos aceptado esa llamada que ha crecido en nuestro interior, ya sea perseguir esa vocación, o presentarnos a esa oposición, o aspirar a ese ascenso, o lanzarnos a esa relación amorosa que nos atemorizaba. Da igual. Lo cierto es que hemos decidido cruzar el umbral y adentrarnos en un nuevo mundo.

• Pruebas, aliados y enemigos.
Imaginemos que hemos decidido convertirnos en emprendedores. Aquí, en este punto, aparecen las primeras pruebas, conocemos a gente que se convierte en nuevos amigos, en inesperados compañeros del viaje. Pero todo tiene su reverso, así que también conoceremos enemigos y adversarios. Aparecerán nuevos problemas que requerirán de nuevas soluciones.

• Acercamiento.
Las nuevas circunstancias y las cosas que ya hemos vivido consiguen que estrechemos lazos con nuestros nuevos aliados. Crecemos con ellos, compartimos momentos de aprendizaje y vulnerabilidad. Poco a poco nos vamos sintiendo preparados para afrontar los desafíos que se presentan en el horizonte. Y, sobre todo, para la primera gran prueba del viaje. Todo ha sido una preparación que nos lleva hasta el próximo punto de nuestra propia historia.

• La gran prueba.
Es ese momento para el que nos hemos estado preparando. Es esa presentación a unos inversores, es ese leer el primer capítulo de la novela delante de nuestros compañeros de taller literario, es lo que sea, pero es una prueba que nos enfrentará a nuestros propios miedos y a nosotros mismos.

• Tesoro.
Nos hemos enfrentado a la gran prueba y a nosotros mismos, y salimos reforzados y recompensados. Conseguimos algo importante, un tesoro personal que nos indica que estamos avanzando. Ya no somos los mismos que decidieron abandonar la zona de confort. Podría parecer que aquí acaba la aventura. Pero no es así. Aún faltan tres pasos para completar nuestro viaje.

• Regreso.
Hay un momento en el que deberemos regresar a nuestro mundo ordinario e incorporar nuestras nuevas vivencias en él. En el camino de vuelta nos encontraremos con nuevos desafíos y una prueba final que nos hará dudar. Es el primer fracaso. Una derrota que hará que nos tambaleemos.

• Resurrección del héroe.
El héroe que hemos despertado en nosotros saldrá victorioso de la última gran prueba. Es la victoria final. Esto no significa que no habrá más derrotas, más piedras en el camino o más dificultades. Significa que ya tenemos las herramientas necesarias para seguir avanzando, que ya hemos incorporado todo lo necesario para que miremos los desafíos con confianza. Hemos ampliado nuestra área de comodidad.

• Regreso con el elixir.
Volvemos a nuestro mundo ordinario. Ya no somos los mismos. Ahora debemos compartir con los demás todo lo que hemos aprendido. Porque no hay mejor manera de seguir aprendiendo que enseñar a los demás lo que ya sabemos.

PARA SABER MÁS
El héroe de tu infancia ANNA PARINI

Libros
El héroe de las mil caras Joseph Campbell (Fondo de Cultura Económica)
En él descubriremos el viaje del héroe y cómo este esquema subyace en los relatos épicos de las más diversas culturas.

Psicoanálisis de los cuentos de hadas Bruno Bettelheim (Planeta)
Es una obra que nos revelará la importancia que tienen los cuentos populares en el desarrollo del niño y, por extensión, de nosotros mismos.

Fábulas de Esopo (Anaya)
Tenemos una buena manera de reconectar con aquello que escuchábamos en nuestra infancia y sacar nuevas lecciones para nuestro día a día.

https://elpais.com/elpais/2015/11/04/eps/1446649030_381033.html

lunes, 30 de octubre de 2017

_- Una perspectiva desde la crítica al "Apagón Pedagógico Global". La salida de EE.UU. de la UNESCO.



La UNESCO (1945) es un órgano del sistema de Naciones Unidas, que surge en el marco del Tratado de Bretton Woods (1944/1945). En consecuencia, es una instancia del sistema de gobernanza global, que emana de la culminación de la segunda guerra mundial. La UNESCO tiene unas características singulares, pues en buena medida es el resultado indirecto del triunfo de la ampliación de la cobertura educativa en la URSS, entre 1917-1945, que demostró al mundo cómo un Estado comprometido con la agenda social podría alcanzar logros extraordinarios en la ruta de la universalización educativa, que le permitiera mejorar el desarrollo nacional. En este sentido, la UNESCO representó la esperanza de los pueblos del mundo de alcanzar una paz duradera mediante la justicia social y la democratización del conocimiento.

La universalización educativa mundial, mediante el fortalecimiento y expansión de los sistemas escolares nacionales, bajo la orientación estratégica de la UNESCO, es dialécticamente hablando, una conquista de los sectores humildes y progresistas del mundo, por lo tanto su creación y funcionamiento se convierte en un hecho progresivo. Esta conquista (empalmó) coincidió con los nuevos requerimientos del capital trasnacional, que necesitaba reactivar el aparato productivo mundial en el periodo de postguerra, en cuya perspectiva los sistemas escolares, las escuelas, los liceos, las universidades, fueron vistos como espacios formadores de ciudadanía para el consumo (y la mejora de la producción). La creación de una masa de consumidores a escala mundial, formados a través de los sistemas escolares de todo el orbe, hizo que el capitalismo mundial viera con buenos ojos el surgimiento de la UNESCO y sus políticas fundacionales de universalización educativa.

Como he insistido en reiterados artículos, publicaciones, videos y conferencias, dos aspectos de la propuesta inherente a la UNESCO molestan a los intereses del capital. La primera, las pedagogías que constituyen un intento desde el campo científico, por comprender el hecho y las dinámicas formativas, mucho más allá de las aulas, lo cual constituía de por sí un riesgo para el capital, ya que promueven un pensamiento relacional que vincula temas y agendas aparentemente inconexas, como presupuesto público-PIB y educación, escuela y relación capital-trabajo, ciencia y soberanía nacional, entre otros. Por ello, desde los cincuenta del siglo XX, el complejo industrial cultural inicia una operación de propaganda que impulsa modas que fragmentan las pedagogías. Las políticas educativas dejan de ser pedagógicas para presentarse con énfasis en algunos de sus componentes (didácticas, planificación, gestión escolar, evaluación, currículo, calidad educativa), en distintos momentos históricos, que van desde ese momento hasta el presente. El objetivo de esta iniciativa del capital es despedagogizar e instrumentalizar la enseñanza como simple tecnología de aprendizaje. La segunda, el magisterio que enseña a aprender de manera crítica molesta a los señores del dinero mundial, pues este enfoque educativo convierte la construcción de ciudadanía en un acto de generación de conciencia política y no en un simple acto de formación para el consumo (mercancías, democracia, obediencia).

Se inician operaciones propagandísticas a escala planetaria para señalar que no se necesita estudiar y formarse profesionalmente para enseñar, que cualquiera puede enseñar, como un acto político orientado a la progresiva destrucción de la carrera y la profesión docente. Este proceso, desigual y combinado de despedagogización y quiebre de la profesión docente, tiene un capítulo estelar en las narrativas que promueven la disolución de la escuela que conocimos (la desescolarización como culmen de "la libertad y progreso" en el momento que se estaba generalizando la educación pública de cierta calidad) . Sin ese contexto, es imposible comprender en profundidad las implicaciones del anuncio de EE.UU. de retirarse de la UNESCO, seguido por una decisión similar del gobierno Israelí.

Eso si, esta no es la primera tensión, con amenazas de ruptura, entre EE.UU. y la UNESCO. En realidad es un nuevo capítulo en la disputa histórica entre las propuestas de educación para todos y todas y, la visión mercantilista respecto al propósito de los sistemas escolares nacionales. Pero esta puede ser la crisis que marque el punto de partida para arrebatarle institucionalmente a la UNESCO la agenda educativa. Por ello debemos estudiar, discutir y analizar tanto los orígenes de las crisis de EE.UU. con la UNESCO, como expresiones de este proceso y su eventual impacto en el devenir del organismo mundial. Veamos algunas pinceladas al respecto.

Primera crisis EE.UU. - UNESCO
Desde la década de los ´50, el gobierno de los Estados Unidos ha polemizado con decisiones y resoluciones de la Conferencia General, el Comité Ejecutivo y las Conferencias Sectoriales, alegando que el interés nacional de ese país, es superior a decisiones de las mayorías de los países miembros del órgano de cooperación multilateral. Esto se debe en buena medida, en lo interno, a que la nación más poderosa del mundo, define prioridades para la orientación de su sistema educativo que no son necesariamente complementarias con la visión de la mayoría de países miembros; en lo externo, a la valoración económico-productiva-industrial-militar y geopolítica que hacen en cada momento, sobre el impacto de una política educativa sobre la lógica de dependencia neocolonial o el peligro de una eventual ruptura de la misma.

A pesar de estas diferencias, EE.UU. se mantuvo por décadas en la UNESCO, votando en contra o vetando algunas de sus decisiones. La política de preeminencia de la perspectiva del mercado sobre el de la educación como derecho humano, de los sistemas escolares como un servicio versus la mirada de la misma como bien público, marcó buena parte de los debates en ese periodo. Esto se rompe con la llegada de la perspectiva neoliberal a la economía mundial.

Segunda Crisis EE.UU. – La UNESCO
Precisamente en 1985, en medio del impulso de la primera generación de políticas públicas asociadas a la globalización económica y la mundialización cultural, tanto Estados Unidos como el Reino Unido (en 1986) deciden abandonar la UNESCO, alegando serias diferencias con el órgano de Naciones Unidas, por –señalan ellos- la politización del organismo educativo internacional y su supuesta hostilidad contra “las instituciones básicas de una sociedad libre, especialmente contra el libre mercado y la libertad de prensa”. De lo que se trataba en realidad era de atacar el consenso alcanzado por los países miembros, respecto a la educación como derecho ciudadano, presionando para convertir la agenda educativa en un servicio transable en el mercado. El capital comienza a intentar construir una nueva correlación de fuerzas al interior de la UNESCO, que se corresponda a las exigencias del modo de producción de ese momento.

De hecho, en los ochenta del siglo XX, el neoliberalismo impulsa el discurso de la crisis de eficacia y legitimidad de los Estados nacionales, que -según esa perspectiva- se expresaban en lo educativo en déficit de calidad y pertinencia. En consecuencia, promueven distintas modalidades de privatización de la escuela pública, que pasan por la desinversión en lo sustantivo de los sistemas escolares: docentes, planta física, programas alimentarios y bibliotecas, argumentando una supuesta búsqueda de calidad educativa y pertinencia de la acción escolar mediante el traspaso de los sistemas escolares a la gestión privada . Esta dinámica se encuentra y complementa con el desembarco de la primera ola de la revolución científico–tecnológica. El negocio de la industria informática y la comunicación analógica se constituye en un componente fundamental en la dinamización de la economía global. Las economías latinoamericanas que venían saliendo de las crisis de las deudas externas de los ochenta, reciben una renovada presión, no sólo para disminuir el gasto público educativo, sino que comienzan a verse asediados por las narrativas que proponen que lo sustantivo del presupuesto en educación vaya migrando a la adquisición de chatarra tecnológica de rápida obsolescencia. Así, desde lo educativo, se contribuye a dinamizar la economía mundial en detrimento de la estabilidad y sostenibilidad de los propios sistemas escolares.

La UNESCO seguía siendo una referencia importante en la defensa de la educación pública. La UNESCO sin EE.UU. logra impulsar la declaración de Jomtien (1990) de educación para todos, la Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, 1998) y el Foro de Dakar (2000). Paradójicamente, solo meses después de realizada la Conferencia Mundial de Educación Superior, la UNESCO elimina su dirección de educación superior y la convierte en una pequeña división, en lo que sería la primera gran capitulación institucional del organismo en la conducción protagónica de un sector de la educación, ante el emerger de renovadas presiones de los organismos económicos globales.

La tercera revolución industrial (1985/1995) genera nuevas tensiones en el campo educativo. No se trata solo de una transición de la Enseñanza Asistida por Radio (EAR), a la Enseñanza Asistida por la Televisión (EAT) hasta llegar a la Enseñanza Asistida por Computadora (EAC), sino que la virtualidad, la conexión bidireccional en tiempo real, así como las nuevas formas de comunicación relacionadas a la sociabilidad de los “nativos digitales”, comienzan a colocar en debate la propia existencia de la escuela, el liceo y la universidad como les conocimos. El neoliberalismo educativo ve en la tercera revolución industrial una posibilidad de disminuir los costos educativos y optimizar la construcción de ciudadanía para el consumo, mediante las innovaciones que acompañan al desembarco del Internet.

En un primer momento, los organismos económicos globales impulsan y presionan -desde lo externo e interno- para que se produzca un giro en el discurso y las actividades de la UNESCO. Ello hace que el organismo internacional pase de la generación de contenidos que modelen y orienten el debate mundial en educación –como lo venía haciendo- a una especie de institución centrada en “mirarse el ombligo” mediante el énfasis en la administración de su propia burocracia y la interpretación de los designios educativos del G8, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI) y OCDE.

El propósito no era otro que sacar a la UNESCO de la articulación del debate educativo mundial, subordinar su trabajo a los organismos económicos globales y, avanzar desde el modelo de privatización educativa de finales del siglo XX, a la neo privatización del siglo XXI. Esta operación se percibe con especial nitidez al revisar el perfil de los últimos directores generales del organismo, quienes ya no expresan un pensamiento educativo propio o de un sector de la sociedad mundial, sino que son la más clara expresión de equipos burocráticos, quienes firman documentos hechos por terceros, por encargo.

A pesar de ello, la UNESCO seguía viviendo de su “prestigio” fundacional y del trabajo realizado en el siglo XX. Muchos educadores, público en general e incluso “decisores” tenían y tienen una percepción ingenua del organismo mundial, que lo coloca como una instancia neutral. En ese sentido, EE.UU. revisa su decisión de retirase de la misma, pues su opinión resulta importante, en la configuración de los nuevos imaginarios de sociedad y gobernabilidad, así como un lugar de enunciación privilegiado para construir narrativas que hagan “culturalmente digeribles” las soluciones que se plantea la gobernanza mundial, ante los conflictos culturales y de cambio político, que a escala planetaria genera el neoliberalismo.

La salida de EE.UU., Reino Unido y Singapur había creado una crisis presupuestaria de la organización, sin precedentes en su historia. Ello contribuyó a que la UNESCO, en muchos casos, “mirara para otro lado” y obviara el abordaje tanto de los problemas civilizatorios del milenio como el estudio en profundidad del impacto de la tercera revolución industrial en los sistemas educativos y el futuro de la escuela.

Tercera crisis EE.UU. - La UNESCO
En el año 2003 Estados Unidos vuelve a la UNESCO, en lo que algunos catalogan como una operación tipo Caballo de Troya, orientada a producir el quiebre de la agenda educativa del organismo. Ya el Reino Unido lo había hecho en 1997 y Singapur volvería cuatro años después de los norteamericanos, en el 2007. La justificación del reingreso de EE.UU. se hizo bajo el manto del apoyo a la multiculturalidad, la ciudadanía planetaria y la paz, fundamentalmente después de los acontecimientos del 11-S.

En esta nueva etapa (2004/2005) EE.UU. coincide con las críticas que formulan algunos países del Grupo Latinoamericano respecto al ostentoso uso que hacen directivos del organismo de los fondos aportados por los países miembros. Se cuestiona por ejemplo, que quienes viajan en primera clase aérea y pernotan en hoteles de lujo, es la alta burocracia uneskiana, mientras se disminuyen sensiblemente los fondos para investigación educativa e intervención sobre el terreno por parte de la UNESCO.

Una vez que el neoliberalismo ha roto mucho de los tejidos sociales que caracterizaban a las sociedades capitalistas del siglo XX, requiere la construcción de una nueva hegemonía cultural para el modelo de producción en construcción y puesto en marcha. EE.UU. entiende el papel que la UNESCO puede jugar en la coyuntura, básicamente en la recolección de los “vidrios rotos” por sus acciones económicas, políticas, militares y culturales en todo el mundo. EE.UU. pasa a tener un peso del 22% del financiamiento del organismo; es decir casi una cuarta parte del presupuesto operativo de la UNESCO es aportado por la administración norteamericana. Esta operación cierra el anillo financiero sobre el organismo de Naciones Unidas, haciendo que casi el 50% de su presupuesto dependa de los grandes países capitalistas, incluidos Japón y China. Con el reingreso de EE.UU., Reino Unido y los aportes de las potencias capitalistas, el neoliberalismo logra construir la dependencia financiera de la institución con estos socios, aunque sus órganos de decisión muestren aún algunos “grados de libertad”.

A partir de 2008 comienzan a evidenciarse presiones crecientes desde el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación al Desarrollo Económico (OCDE), por asumir para sí, la agenda educativa global. Incluso, los impulsores de esta perspectiva comienzan a señalar abiertamente que la UNESCO debe abandonar su papel de articulador educativo, y que –según dicen- debería concentrarse en los temas de Cultura y Comunicación. Desde esa mirada le correspondería a los organismos económicos globales (BM/OCDE), tomar la direccionalidad estratégica de la educación. Pero esto no se queda en un deseo, progresivamente la OCDE –especialmente desde 2008- a través de las pruebas PISA comienza a marcar el territorio de la educación primaria y secundaria con sus paradigmas de estandarización, mientras que el Banco Mundial hace lo propio con la educación superior. El BM acaba de publicar su informe mundial de la educación superior (2016/2017), en el que ya se asume como interprete y orientador del sector. Instancias como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y más recientemente la Corporación Andina de Fomento (CAF) pugnan por disputar alguna influencia regional y/o subregional en la agenda educativa de los primeros niveles del sistema educativo regional, montando “tienda aparte“ de la UNESCO.

En ese marco, en el año 2009, es electa Irina Bokova como Directora General de la UNESCO. Bokova, de origen búlgaro, altamente relacionada con la diplomacia de la nueva Rusia capitalista, es acompañada en la Dirección Adjunta de Educación por el señor Qian Tang, de origen chino. Así, los países que coordinan la agenda neoliberal logran asegurar la influencia del G8+China en las decisiones del organismo educativo mundial. Tres temas coloca en agenda la nueva dirección de la UNESCO: el ingreso de Palestina como Estado miembro pleno del organismo, alcanzar un acuerdo mundial sobre Educación Para Todos (EPT) que contenga acuerdos mínimos en materia presupuestaria y, la inclusión de la agenda educativa en los nuevos objetivos del milenio u ODS, como terminaron denominándose.

En la trigésima sexta Conferencia General realizada en 2011 se abre el debate sobre el ingreso de Palestina como Estado miembro pleno de la UNESCO. Me correspondió estar y votar a favor de tal decisión. La respuesta inmediata de EE.UU. e Israel fue la de “congelar” sus aportes a la UNESCO por tal decisión. Extrañamente la Dirección General de la UNESCO, la señora Bokova, no desarrolló un plan “B”, para ubicar en otros Estados miembros –por ejemplo el mundo árabe- los recursos faltantes por la decisión de EE.UU. e Israel. Esta incomprensible indecisión de la dirección de la UNESCO generó una nueva crisis financiera del organismo, que llevó a la institución a colocarse de hecho, a la cola de la agenda del Banco Mundial y la OCDE, por su limitada capacidad de iniciativa e incidencia en los debates y acciones de esta etapa. En la práctica, la falta de iniciativa de la dirección general de la UNESCO llevaron a que el eje de los debates educativos sustantivos lo asumieran los organismos económicos globales.

Esta errática actuación continuó con el Foro Mundial de Educación (Incheón, 2015) en el cual se debatía el futuro de la educación para todos y todas y, donde los docentes, las maestras y los profesores de aula, fueron los grandes ausentes en la construcción del debate y la toma de decisiones. La limitada presencia docente se expresó a través de la Internacional de la Educación (IE) y la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación (CLADE), contrastando con el protagonismo del Banco Mundial, la OCDE y la perspectiva empresarial en la cita de Corea del Sur. La buena nueva que significaba el alcanzar un consenso mundial respecto a la base mínima de un 6% del PIB y un 20% del presupuesto público destinado a la educación, se vio empañada por el temor que estos recursos no fueran a mejorar las condiciones de trabajo y salario de los docentes ni las condiciones de aprendizaje de los estudiantes, sino terminaran en las manos de las grandes trasnacionales de la informática, como sector dinámico de la economía global y como requerimiento para transformar drásticamente la educación conforme a las exigencias de la cuarta revolución industrial (2014/2020). Al concluir esa cita 236 educadores, pedagogos y autores educativos de los cinco continentes lanzamos una carta que cuestionaba lo ocurrido en Incheón y alertaba sobre el riesgo de un Apagón Pedagógico Global; carta en tres idiomas que ya lleva más de treinta mil firmas de respaldo.

La orientación del objetivo educativo de los ODS (2015-2030), el objetivo cuatro, hacia la calidad educativa con pertinencia, nos hizo recordar el eje de las políticas neoliberales que fueron dadas a conocer desde la década de los ochenta del siglo XX. La estandarización educativa, la evaluación a estudiantes y docentes con patrones homologados dan cuenta del lugar de aprobación de este objetivo: la OCDE y el BM.

Cuarta crisis EE.UU. - UNESCO
En esa nueva realidad, la UNESCO convoca a su Conferencia General, a la cual le corresponderá elegir a las autoridades que le conducirán durante los próximos ocho años. Es sintomática del tiempo actual de la UNESCO la candidatura del DGA actual Qian Tang, de origen chino y quien ha ido ascendiendo en la escala burocrática de la UNESCO desde la propia dirección de recursos humanos, instancia que le correspondió dirigir. Los otros candidatos son el Sr. Polad Bülbüloglu de Azerbaiyán, el Sr. Pham Sanh Chau de Viet Nam, la Sra. Moushira Khattab de Egipto, el Sr. Hamad bin Abdulaziz Al-Kawari de Qatar, el Sr. Juan Alfonso Fuentes Soria de Guatemala, el Sr. Saleh Al-Hasnawi de Iraq, el Sr. El-Khoury Lacoeuilhe del Líbano y la Sra. Audrey Azoulay Francesa. Los candidatos con más opción pertenecen al mundo árabe y quien les disputa el espacio es la candidata francesa Audrey Azoulay, de origen judío, quien fuera asesora cultural del Presidente francés François Hollande en los años 2014-2016 y Ministra de Cultura y Comunicación de Francia 2016-2017.

La crisis de orientación estratégica del organismo se presenta ahora con claras incidencias en su vida interna. En materia de gestión, los empleados de la UNESCO presentaron de manera pública para la valoración en la próxima Conferencia General que inicia en Noviembre de 2017, sus cuestionamientos respecto al manejo del organismo. En el documento titulado
“DOCUMENT 202 EX/5. FOLLOW-UP TO DECISIONS AND RESOLUTIONS ADOPTED BY THE EXECUTIVE BOARD AND THE GENERAL CONFERENCE AT THEIR PREVIOUS SESSIONS. Part IV. HUMAN RESOURCES ISSUES” los trabajadores de la UNESCO exponen serias observaciones sobre la evolución de la UNESCO hacia un organismo que ha normalizado los contratos temporales de muchos de los directivos y personal clave de los institutos miembros, así como respecto a una desmejora sensible de las condiciones laborales del personal que contrasta con lo que ocurre con la burocracia. Esta pareciera ser la “punta del iceberg” de una dinámica de flexibilización institucional que amenaza a la existencia del propio organismo. El documento en cuestión expone la necesidad de iniciar un serio proceso de transformación institucional para evitar su decadencia y pérdida de influencia mundial.

La decisión respecto a Hebrón (2017) que se convierte en el detonante público de la nueva decisión de EE.UU. e Israel, de abandonar la UNESCO y sus aportes financieros al organismo, pareciera en realidad ser solo un pretexto que -a mi juicio- cuenta con dos claras intenciones. La primera de carácter “electoral” respecto al proceso que se dará en la Conferencia General de 2017 de sustitución, por parte de los países miembros, del rostro que ocupa el cargo de Director General de la UNESCO. En este sentido, ante la posibilidad que el cargo sea ocupado por un árabe, la salida de estos dos países, sirve de excusa para lanzar un mensaje a los países miembros, aún indecisos, respecto a que lo “políticamente correcto” para los intereses norteamericanos es el apoyo a la candidatura de la Sra. Azoulay. El triunfo de un candidato árabe sería intolerable para Tel Aviv, socio ideológico de la administración norteamericana. Al final, hoy 14 de Octubre de 2017, el primer resultado señala que el Comité Ejecutivo en pleno respaldó la candidatura francesa y la presentará ante la Conferencia General el 10 de Noviembre de 2017. Pareciera allanarse el camino para una solución negociada que permita el retorno de EE.UU. e Israel a la UNESCO.

Llama la atención que sea una Ex Ministra de Cultura quien dirigirá los destinos de la UNESCO, quien tendrá de partida el desafío de enfrentar las voces que plantean que la UNESCO debe dejar la agenda educativa y concentrarse en la cultura y la comunicación. Apuesto a que el voto mayoritario del Comité Ejecutivo a su favor, apunte a fortalecer la agenda educativa de la UNESCO, pero la última palabra al respecto la tendrá la nueva DG de la UNESCO.

Segundo, en cualquier caso, gane quien gane la elección para la Dirección General de la UNESCO -en una victoria cantada ante la Conferencia General de Noviembre de 2017- la real agenda del capitalismo mundial en materia educativa la expresa la actual Secretaria de Educación de la Administración de Trump, la Sra. Betsy DeVos, quien impulsa el modelo de educación en casa, de virtualización de los procesos educativos, de mercantilización de la actividad escolar, de la educación como un servicio, elementos asociados a un desarrollo de lo educativo en la vorágine que anuncia la cuarta revolución industrial. La nueva Directora General de la UNESCO, estará altamente tensionada por las mutaciones neoliberales del siglo XXI, el impacto de la cuarta revolución industrial y su incidencia en los sistemas escolares; esperemos que le permitan navegar de manera autónoma en este mar sacudido por la tormenta de las incertidumbres civilizatorias y la transformación del modo de producción capitalista.

El escenario ideal para los EE.UU. es que la agenda educativa la determinen los órganos económicos globales a partir de las orientaciones del G8; es decir, la disolución de las responsabilidades educativas de la UNESCO; veremos hacia donde apuntará la gestión de la inminente nueva figura central del organismo multilateral educativo. Para los pueblos del mundo, para las maestras y los profesores, para la juventud, los niños y niñas que sueñan con un mañana más justo, libre y solidario, la UNESCO representa la organización con mayor capacidad para garantizar educación para la inclusión y la democratización del conocimiento, indispensables para un mejor futuro, por ello no dudamos en defender las enormes potencialidades de un espacio como ese para un mañana de paz e igualdad en el mundo. Por los momentos, le deseamos éxito a la Sra. Azoulay, esperando que su gestión se oriente a la satisfacción de las aspiraciones y necesidades educativas de los mas humildes de la tierra. Si esa es su orientación, seguro estoy que coincidiremos en el trabajo de defensa de la educación pública, gratuita, popular y de calidad.

El autor es actualmente el Coordinador Internacional de la RED GLOBAL/GLOCAL POR LA CALIDAD EDUCATIVA. Director Nacional de Venezuela ante el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE-UNESCO).
Caracas, Octubre de 2017

domingo, 29 de octubre de 2017

35 años y siete leyes escolares. La convivencia entre la pública y la privada, la Religión y los itinerarios para los alumnos han estado en el centro del trajín normativo de la educación en democracia

La legislación educativa ha sido un baile continuo en España, lleno de polémicas, agrios debates, protestas en las calles e intervención de los tribunales. Un vaivén que muchos especialistas han señalado como uno de los principales problemas del sistema, por lo que reclaman de una vez por todas un gran pacto de Estado que le dé una estabilidad imprescindible para la mejora. En la anterior legislatura se estuvo cerca de ese pacto, pero no se consiguió, y el actual proyecto que hoy se aprueba en el Congreso, la LOMCE, está muy lejos de él, con un amplísimo consenso en contra: ha provocado ya dos huelgas generales y los principales partidos de la oposición se han comprometido a derogar la norma en cuanto puedan. Durante el agitado debate de la que será la séptima ley orgánica de la educación no universitaria vigente durante la democracia, han vuelto a resurgir todos los problemas no resueltos desde hace muchas décadas y sobre los que ha girado la legislación: la convivencia entre la escuela pública y la privada, la presencia de la Religión en las aulas y el mantenimiento de un tronco común para todos los alumnos hasta los 16 años frente a la apertura de vías alternativas. El siguiente es un repaso a los cambios normativos de las últimas décadas.

Ley General de Educación, LGE, 1970. Aprobada en 1970, aún durante el régimen franquista, dio la estructura básica del sistema educativo hasta los años noventa. La educación obligatoria iba de los 6 a los 14 años (EGB). Antes de esa edad estaba preescolar (con centros de párvulos a los 4 y 5 años) y después el bachillerato (BUP), coronado con el Curso de Orientación Universitaria (COU), de los 14 a los 18 años. En cuanto a la FP, la ley “definía una formación profesional nueva, bien estructurada, con visión de futuro, y con aspectos muy innovadores, ya que situaba tres niveles, la FP1 y FP2 como un itinerario posterior a la EGB y al BUP, y la FP3 como salida corta tras el primer ciclo de la universidad”, aunque ese último tramo no llegó a entrar en vigor y los cambios modernizadores se acabaron diluyendo, según escribía en un artículo en El PAÍS en 2002 la entonces consejera de Educación del País Vasco, Anjeles Iztueta.

Por lo demás, la Ley General de Educación "responde a un deseo de evolución”, y “su promulgación representa la intención de crear un modelo que responda o se adapte a los cambios demográficos, económicos, o culturales" que había ido consiguiendo la sociedad española, asegura el profesor de la Universidad de Valencia Alejandro Mayordomo en un trabajo de 2002. Y añade: "No solo se declaraba obligatoria y gratuita la EGB, sino que se especificaba que para hacer posible el ejercicio del derecho a la educación en los niveles no obligatorios el Estado daría plena efectividad al principio de igualdad de oportunidades; en el artículo 3 se expresaba respecto a la educación que 'a todos los efectos tendrá la consideración de servicio público fundamental”.

Más de 12.000 personas reclamaron en un encuentro en diciembre de 1979 en Madrid financiación para la escuela privada.

Ley Orgánica Reguladora del Estatuto de Centros Escolares, LOECE, 1980. Esta norma abre un periodo de confrontación para desarrollar legalmente el acuerdo educativo alcanzado con la Constitución. Este, en realidad, es tan ambiguo que permite, según gobierne una postura ideológica u otra, que se proteja más a la escuela pública (“Todos tienen el derecho a la educación”, dice el texto constitucional) o a la privada (“Se reconoce la libertad de enseñanza”, señala también). Así, esa pelea abierta durante casi todo el siglo XX entre quienes defienden la escuela como servicio público y común a cargo del Estado y quienes la entienden como un bien privado sujeto por encima de todo a la elección y las decisiones de los padres (en este caso, postura muy vinculada a la Iglesia católica) aflora con fuerza en esta ley, que, obra de un partido conservador (UCD), tiende a la segunda opción.

"¿Cuáles eran los aspectos discrepantes? Fundamentalmente tres: el artículo 5º, que afirmaba la libertad de elección de centro de acuerdo con las convicciones religiosas y filosóficas de los padres; el artículo 15, que subordinaba la libertad de expresión docente de los profesores al ideario educativo del centro; el artículo 34, que reconocía al titular del centro el derecho a establecer el ideario educativo y amplias facultades de dirección, al tiempo que remitía al reglamento interno del centro la regulación de la intervención de la comunidad educativa en el control y gestión de los centros sostenidos con fondos públicos", escribe el profesor emérito de la UNED Manuel de Puelles. La libertad de elección efectiva, según el texto, requería financiar con dinero público la enseñanza privada, incluidos los llamados centros de élite, pero sin contrapartidas para los titulares de los colegios.

La norma se aprobó en 1980, pero fue recurrida ante el Tribunal Constitucional por la oposición. La justicia finalmente estimó parcialmente el recurso y eliminó varios puntos: "Se reconoce el derecho a establecer un ideario educativo propio como formando parte de la libertad de creación de centros; se señala un contenido de la libertad de cátedra en los centros de cualquier grado o nivel, ‘que habilita al docente para resistir cualquier mandato a dar a su enseñanza una orientación ideológica determinada'; se afirma que la existencia de un ideario no obliga al profesor a convertirse en un apologista del mismo, pero tampoco a dirigir ataques abiertos o solapados contra ese ideario, las libertades del profesor y del centro han de hacerse compatibles”, entre otros, según escribe el profesor Mayordomo.

Ley Orgánica del Derecho a la Educación, LODE, 1985. Ya con un Gobierno del PSOE, llegó el turno desde el otro lado de la barrera ideológica para abordar el problema. La tramitación de la LODE también contó con su agrio debate parlamentario y la llamada a los tribunales, que retrasó su puesta en marcha durante más de un año hasta que finalmente entró en vigor en julio de 1985. Esta norma estableció el régimen de conciertos actual (la subvención a los colegios privados para que ofrezcan enseñanzas obligatorias gratuitas) a cambio, ahora sí, de contrapartidas. La LODE estableció "la actuación de los centros docentes con sujeción a los principios constitucionales, garantía de neutralidad ideológica y respeto de las opciones religiosas y morales; garantía de la efectividad del derecho a la educación y de la posibilidad de escoger centro docente, mediante una programación general de la enseñanza —con la participación efectiva de todos los afectados […]; establecimiento de criterios prioritarios —como renta o proximidad al domicilio— para la admisión de alumnos en los centros públicos cuando no existan plazas suficientes; el derecho de los titulares de centros privados a establecer el carácter propio de los mismos, que deberá ser puesto en conocimiento de los distintos miembros de la comunidad educativa”, según vuelve a reflejar Mayordomo en su trabajo La transición a la democracia: educación y desarrollo político.

Tras el pronunciamiento del Constitucional —desestimó el recurso presentado por Alianza Popular y solo se retiró un punto que decía que el carácter propio de los privados tenía que someterse a una autorización previa—, la LODE fue aprobada por 196 votos a favor, correspondientes al Grupo Socialista y a la Minoría Catalana; 96 en contra, del Grupo Popular y la Minoría Vasca, y seis abstenciones del Grupo Mixto.

Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo, LOGSE, 1990. Resuelta, al menos en apariencia, la convivencia de la escuela pública y la privada, le llegaba ahora el turno a la estructura del sistema. Así, después de varios años de negociación y de propuestas, en 1990 se aprobó la LOGSE, el cambio más profundo de la escuela durante la democracia, y cuya estructura de cursos y etapas continúa vigente hoy. Esta norma aumentó la escolarización obligatoria hasta los 16 años, y la dividió en dos etapas: Educación Primaria (de 6 a 12 años) y Educación Secundaria Obligatoria (ESO, de 12 a 16). Antes, se establecen dos ciclos de Educación Infantil: hasta 3 años y de 3 a 6. Después de la ESO llegan dos cursos de Bachillerato previos a la Universidad. La FP se dividió, como antes, en dos, pero requiere un título para acceder: el de la ESO para la FP de grado medio y el de bachillerato, para la de grado superior. El objetivo era dignificar las enseñanzas técnicas, tenidas tradicionalmente como la vía para el que no conseguía encajar académicamente. Sin embargo, la exigencia previa en el caso del grado medio ha sido señalada después como un error por algunos expertos, pues dejaba a los alumnos que no lograban la ESO sin alternativas para seguir estudiando.

La LOGSE fue aprobada en el Congreso con los únicos votos en contra del PP (dos diputados de Unión Valenciana se abstuvieron). La norma, que se puso en marcha gradualmente a lo largo de casi una década, ha sido señalada insistentemente por los populares como uno de los grandes enemigos de la calidad de la enseñanza: han atacado una y otra vez la comprensividad --es decir, que los alumnos tuvieran que estar juntos y estudiando básicamente los mismo hasta el final de la ESO, a los 16 años-- y una supuesta pérdida de exigencia académica

Manifestación contra la LOCE en octubre de 2002 en Madrid.

Ley Orgánica de Calidad de la Educación, LOCE, 2002. La Ley de Calidad del Gobierno de Aznar no tocó la estructura anterior; la escolarización obligatoria hasta los 16 años estaba ya completamente asentada. Sin embargo, ponía en marcha caminos alternativos dentro de la ESO para contrarrestar esa comprensividad que tanto habían criticado. Así, se abrían itinerarios distintos, según el rendimiento de los alumnos, al final de la ESO. A partir de los 14 años (tercero de ESO) se les dividía entre los que quisieran ir al bachillerato o a la formación profesional (en este curso, la separación sería con la asignatura de matemáticas, en un caso más difíciles que en el otro). En cuarto, el itinerario para los futuros bachilleres se desdoblaría (en uno científico y otro humanístico) y se añadía otra opción más: los Programas de Iniciación Profesional (PIP), de dos años de duración, para los estudiantes con más dificultades. Todos daban acceso al título de la ESO. La gran crítica desde la izquierda a este modelo fue a una posible segregación temprana que perpetuase las desigualdades sociales, es decir, que a los alumnos pobres se les acabase enviando por norma a los caminos alternativos.

Asimismo, la LOCE otorgaba "carácter asistencial" a la educación preescolar (de 0 a 3 años), y que todos los alumnos estudiarían Religión o su alternativa, Hecho Religioso, desde la primaria al bachillerato; ambas materias serían evaluables y computarían para la nota media. Además, se endurecía el paso de curso en la ESO (repetirían con dos suspensos) y recuperaba la reválida al final del bachillerato como requisito ineludible para obtener el título y acceder a la Universidad. Sin la reválida, pero con los dos cursos de bachillerato aprobados, se podría pasar a la FP de grado superior.

La LOCE fue aprobada en diciembre de 2002 con los únicos votos favorables del PP y de Coalición Canaria. Sin embargo, la norma fue derogada cuando llegó el PSOE al Gobierno en 2004, por lo que apenas llegó a entrar en vigor en unos pocos puntos.

Ley Orgánica de Educación, LOE, 2006. Con el PSOE de nuevo en el poder, la LOE derogó todas las anteriores leyes vigentes salvo la LODE, de la que quedó algo, aunque poco. Es la que actualmente está en vigor. También llegó, como las demás, acompañada de polémica y de manifestaciones en las calles. Mantiene la estructura básica del sistema, de cursos y etapas, que estableció la LOGSE.

Sobre Religión, dice que todos los centros tendrán que ofrecer esta asignatura pero solo la cursarán los alumnos que lo deseen, sin alternativa. La nota nunca contará para cualquier proceso competitivo, por ejemplo, para conseguir becas o para entrar en un colegio u otro. En la ESO, los alumnos con tres suspensos deben repetir, a no ser que sus profesores digan lo contrario. Se crean dos asignaturas nuevas: Ciencias para el Mundo Contemporáneo en bachillerato, y Educación para la Ciudadanía en todas las etapas. Esta última materia causó un gran rechazo en la Iglesia católica y sectores conservadores que llegaron a boicotearla.

Por otro lado, se establecen comisiones de admisión con representantes de las administraciones educativa y local, los padres, los docentes y los centros públicos y privados para velar por que nadie haga trampas. Además, se retoma la idea de la iniciación profesional de la LOCE para los alumnos más complicados, aunque con un ligero cambio de nombre (Programas de Cualificación Profesional Inicial, PCPI), con una curso obligatorio y otro optativo y estableciendo que la entrada debía ser a los 16 años salvo en contadas excepciones.

La ley fue aprobada en el Congreso en abril de 2006 con el apoyo de todos los grupos parlamentarios menos del PP, que votó en contra, y de CiU, que se abstuvo.

Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, LOMCE, 2013. En la última etapa del Gobierno socialista, con Ángel Gabilondo como ministro de Educación, hubo un intento de pacto de Estado que estuvo muy cerca de materializarse. Aunque no fue así, el Gobierno aprobó, dentro de la Ley de Economía Sostenible de 2011, algunos cambios y algunas concesiones a los populares. Por ejemplo, que en el último curso de ESO se abrieran dos vías, con materias comunes, pero también distintas dependiendo de si el alumno quería estudiar después bachillerato o FP; o el adelantamiento a los 15 años de la entrada a los PCPI. Pero con la llegada del PP al Gobierno se paralizaron estos cambios y el ministerio dirigido por José Ignacio Wert empezó a trabajar en lo que en principio se anunció como una reforma parcial de la LOE, pero que finalmente se ha convertido en un cambio de gran calado (según, al menos, el Consejo de Estado): la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa.

Esta recupera numerosos puntos de la frustrada LOCE de 2002: las reválidas al final del bachillerato (también pone otra al final de la ESO), la Religión evaluable con una alternativa y los itinerarios. Asimismo, establece un nuevo sistema para fijar los contenidos de las asignaturas con el que el Gobierno central se asegura más control de las materias troncales (matemáticas, lengua, ciencias, inglés, historia...). También promueve la especialización de los centros en determinadas áreas (por ejemplo, la vía hacia la FP o al bachillerato en la ESO) o en planes de mejora de la calidad (los centros que lo impartan podrán tener fondos extra), a la vez que da más poder a los directores (a los que elegirá la Administración) mientras se lo resta a los consejos escolares (formados por docentes, padres y, en los institutos, alumnos). Elimina Educación para la Ciudadanía y Ciencias para el Mundo Contemporáneo. También apoya a la escuela concertada, por ejemplo, respaldando en una ley orgánica que se pueda dar terreno público para construir centros privados subvencionados.

ESPECIAL: La reforma educativa

https://elpais.com/sociedad/2013/11/26/actualidad/1385489735_160991.html?rel=lom

sábado, 28 de octubre de 2017

_- Alumnado con altas capacidades. Los falsos diagnósticos, uno de los problemas a los que se enfrentan los superdotados. En España existen 23.741 alumnos con un cociente intelectual superior a 130.

_- "Siempre vi que era superdotado; Iba quemando etapas del desarrollo por adelantado". La certeza de María Dolores Palacio cuando habla de su hijo Enol contrasta con el diagnóstico médico que recibió el joven en su adolescencia: trastorno por déficit de atención (TDAH). No existen cifras oficiales, pero este error es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los niños y jóvenes —y sus padres— con superdotación.

"Durante su infancia hicimos que se desarrollara todo lo que él quería, en el colegio se aburría, pero encajó. La adolescencia fue más problemática y no se sentía a gusto, no encajaba con nadie", relata Palacios. Su calvario y el de su hijo comenzaron en cuarto de ESO. Ante las críticas y las calumnias que Enol sufría en colegio, la madre decidió recurrir a un psiquiatra que demostrara la ausencia de enfermedades mentales. "Cada paso desde entonces fue un error", recuerda. El resultado fue un diagnóstico erróneo y un tratamiento al que Enol se fue enganchando. El diagnóstico como superdotado solo llegó después de un largo periplo, dos meses antes de que Enol, con un cociente intelectual superior a 150, muriera en accidente de tráfico cuando conducía medicado.

El error en el diagnóstico es consecuencia, en ocasiones, de la falta de observación y una tipificación en base a signos como la falta de interés, que no tiene en cuenta el contexto en el que se producen. Así lo cree Mari Ángeles Fernández, psicóloga educativa en la Comunidad de Madrid. "Es importante diferenciar. Un niño con TDAH es desatento y movido en todas las actividades que realiza. Un superdotado o niño con altas capacidades solo lo es en aquello que no le interesa o cuando se aburre en una clase", aclara.

En España existen 23.741 alumnos identificados como superdotados—es decir, con un cociente intelectual superior a 130—, pero se calcula que hay casi 140.000 sin diagnosticar, (entre el 2 y 5% de la población) según el último informe de la Fundación El Mundo del Superdotado.

Muchas veces, según los especialistas, el problema reside en el desconocimiento. "Los profesores asocian altas capacidades a buenas notas, pero no siempre es así. A veces, simplemente usan estrategias más complejas de aprendizaje o tienen logros excepcionales en creatividad", explica Fernández.

La OMS calcula que el 2,3% de la población mundial tiene altas capacidades intelectuales. En España hay muy pocos están diagnosticados, es decir, hay más sin diagnosticar que diagnosticados.

Tratamiento inadecuado
Como en el caso de Enol, una de las consecuencias más graves de una evaluación médica equivocada es un tratamiento inadecuado. "Muchos niños que vienen a evaluarse están medicados y no tienen TDAH", explica Carmen Sanz, superdotada y presidenta de la Fundación El Mundo del Superdotado.

El medicamento que se administra en el caso de los pacientes con déficit de atención es el metilfenidato, un derivado de la metanfetamina que puede generar adicción además de otros efectos secundarios como alteraciones en el sueño, peso y crecimiento y adicción. "En personas vulnerables, la medicación puede provocar trastornos psicológicos graves. Yo he visto en mi consulta comportamientos con rasgos psicóticos", cuenta José Luis Pereira, exjefe de psiquiatría del Hospital Niño Jesús, en Madrid. Unos riesgos que se acentúan cuando los niños diagnosticados tienen entre 6 y 12 años.

Pedro —prefiere no dar su nombre completo— es padre de otro adolescente superdotado de 15 años diagnosticado erróneamente con TDAH a los 13. "Mi hijo decía que se aburría en clase y desconectaba. Me hacía preguntas que no eran propias de su edad. Le llevamos al médico de cabecera y le derivaron al psiquiatra. Tras un test de media hora dijeron que tenía déficit por atención. "La cura era darle medicinas y nos negamos", asegura. En su caso, la consecuencia más directa fue la segregación. "Lo pasaron a una clase donde estaban chavales con autismo. Se sentía discriminado y humillado. Solo le obligamos a ir un mes", relata Pedro.

Uno de los falsos mitos en torno a la superdotación es el del éxito a nivel académico. El fracaso escolar, junto con el acoso, es otro de los problemas que más se repite entre los jóvenes con superdotación. "El propio medio escolar y la familia pueden provocar desequilibrios emocionales. El 70% fracasa en los estudios. A veces tienen ansiedad y depresión por las presiones externas. Que un niño tenga altas capacidades no significa que tengas que ser bueno en todo", subraya la psicóloga Mari Ángeles Fernández.

Y es que, cuando llega el diagnóstico correcto, a la angustia de unos niños que no ven cubiertas sus necesidades educativas y son señalados como diferentes por sus compañeros, se une la de unos padres desbordados por la situación. "Los padres se ven desesperados. Los colegios, en vez de pasarle a un curso superior, se limitan a darles más ejercicios. El niño, además de aburrido, está castigado", alerta Carmen Sanz, presidenta de El Mundo del Superdotado.

Estos días Pedro ayuda a su hijo —con un cociente intelectual superior a 130— a preparar un examen. Su único objetivo es que apruebe la ESO. "Luego ya veremos. Siempre le gustó la astronomía, pero en el colegio de pequeño le decían que nunca sería nada porque no sabía nada de matemáticas", concluye.

https://politica.elpais.com/politica/2017/10/15/actualidad/1508077788_334458.html

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viernes, 27 de octubre de 2017

En el centenario de la revolución rusa. 1. El proyecto educativo bolchevique: la escuela única del trabajo.

Jaume Carbonell

¿Cuál es el sentido y el contenido de los debates, propuestas y realizaciones para fomentar al "hombre nuevo" en la primera época de la revolución socialista? ¿Y cuáles sus logros y dificultades? Qué se hizo y qué quedó por hacer.

Marx y Engels sentaron las bases de la pedagogía socialista. Pero hay que esperar al triunfo de la revolución soviética, liderada por Lenin al frente del partido bolchevique, para que dichos principios se profundicen e intenten plasmarse en una realidad concreta que se propone la transformación de una sociedad regida por la explotación de las clases dominantes en una sociedad comunista al servicio de las clases trabajadoras. Una oportunidad histórica y hasta cierto punto inesperada -multitud de previsiones situaban este estallido revolucionario en un país industrializado- y un reto mayúsculo.

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