Mañana, 5 de diciembre, tendrá lugar en Francia una huelga general contra los proyectos del Presidente Emmanuel Macron de reforma del sistema de pensiones. Mucho se decide, en Francia y en Europa, en esta huelga.En esta entrevista, el economista y filósofo francés Frederíc Lordon, explica la importancia de esta protesta y la sitúa en su verdadero contexto. No es una reforma, sino una demolición. No es un fenómeno “de la presidencia de Macron”, sino que viene de muy atrás. Y la protesta no es, ni debe ser, contra la demolición de las pensiones, sino contra todo el mundo que la rodea.
https://rafaelpoch.com/2019/12/04/la-huelga-de-francia/
jueves, 5 de diciembre de 2019
Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa
Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa
Todos los detalles para rellenar correctamente la declaración amistosa, que agiliza los trámites de las aseguradoras.
Sergio Amadoz · 13/10/2017 20
Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa
El parte permite describir con detalle cómo se ha producido un choque.
En este preciso momento (da igual qué hora sea, no importa en qué día estemos), dos conductores están rellenando un parte amistoso de accidente en España. Ante el más mínimo roce, la reacción más sensata es rescatar de la guantera la declaración amistosa. Así sucede en España alrededor de 3.700.000 veces al año, más de 10.200 al día, 7 por minuto.
Nadie está obligado a cumplir este trámite, pero el sentido común aconseja hacerlo. El presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, lo justifica: “Es lo más conveniente. La gran virtud del parte amistoso de accidente es que gracias a él las compañías aseguradoras implicadas van a tener la misma versión de los hechos, por lo que la resolución del caso será mucho más ágil”, señala Arnaldo. Y no tiene nada que ver con asumir responsabilidades. “Los automovilistas deben limitarse a describir fielmente los hechos. No debe haber una discusión sobre la culpabilidad porque de esa valoración ya se encargarán las compañías”, añade Arnaldo.
Pero ¿tienes claro cómo debes hacerlo? Conviene dedicar un rato a rescatar de la guantera la declaración, leerla y tenerla más o menos controlada por si un día hace falta recurrir a ella. Merece la pena: según la empresa de gestión LeasePlan, uno de cada cuatro casos no se resuelven de manera amistosa por culpa de los errores cometidos cuando se rellena el parte.
Estos son los apartados de los que consta un parte de accidente, que aparecen duplicados porque hacen referencia al vehículo A y al vehículo B.
Fecha: Es necesario apuntar la fecha y la hora del siniestro.
Localización: Se recomienda indicar la ubicación con exactitud: bien sea en carretera (conviene indicar el punto kilométrico) o en ciudad (se debe concretar calle y número).
Víctimas: Debe quedar registrado si hay o no víctimas. Un punto redundante, ya que la declaración pierde validez cuando hay víctimas en el accidente.
Daños materiales: Dos preguntas que se contestan con un sí o un no. ¿Hay daños en otros vehículos no involucrados en el accidente? ¿Hay daños en objetos distintos al vehículo?
Testigos: Un apartado fundamental en la declaración. Resulta clave contar con testigos: aunque al principio todo parezca claro y no haya dudas, siempre pueden surgir mientras duran los trámites de resolución. Imprescindible anotar nombre, dirección y teléfono.
parte de accidente
Asegurado: Aquí deben constar los datos del tomador del seguro: nombre, apellidos, domicilio, código postal y país. La declaración pide indicar “Teléfono o email”, pero si se indican los dos, mejor.
Vehículo: Otro dato importantísimo que debe figurar en el parte: la matrícula. La marca y el modelo, también, pero son menos relevantes.
Aseguradora: Para agilizar el proceso son imprescindibles el nombre de la compañía y el número de póliza.
Conductor: Este apartado no tiene mucho misterio: aquí se piden los datos que aparecen en el permiso de conducir.
Punto de choque inicial: En este caso, basta con señalar con una flecha el lugar del impacto.
Daños: Sirve para hacer un breve resumen de los daños apreciados en el vehículo.
Además de lo anterior, la clave del parte se encuentra probablemente en la columna central, llamada Circunstancias. Aquí aparecen 17 situaciones que sirven para reflejar, “al menos el 80% de las circunstancias que rodean a un accidente”, en opinión de Mario Arnaldo.
‘Estaba estacionado/parado’, ‘Entraba a una plaza de sentido giratorio’, ‘Adelantaba’, ‘Giraba a la derecha’… Hay que poner especial cuidado en marcar las casillas correctas, ya que a partir de esa información (en función de lo que señalen los implicados) las compañías determinan la culpabilidad del siniestro. No se trata de usar algún truco para intentar engañar a la parte contraria, sino de ajustarse a la realidad sin que la parte contraria se aproveche de uno. Y como explican en la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), “si el suceso no se ciñe a ninguna de las alternativas descritas, es preferible no rellenarlo y dar la explicación oportuna en Observaciones y detallar como ha ocurrido el siniestro”.
Por último, y también fundamental, queda dibujar un croquis que refleje el accidente. Las aseguradoras no piden arte: basta con un esquema que sirva para entender un poco mejor cómo se ha producido el choque.
OTRAS CUESTIONES FUNDAMENTALES
Además de rellenar el parte (en letras mayúsculas y fácilmente legibles, y apretando con fuerza para que los datos de la hoja principal se calquen correctamente en la secundaria), conviene tomar fotos con el móvil que servirán como prueba. Una vez recogidos todos los datos, los trámites continúan: para evitar problemas, hay que remitir la documentación a la compañía aseguradora en un plazo máximo de siete días.
Si lo anterior resulta farragoso, existe una alternativa digital. La app iDEA (disponible para iOS y Android) permite utilizar el móvil para rellenar el parte y enviarlo directamente a las aseguradoras. Desde su puesta en marcha, hace ahora dos años y tras más de 66.000 descargas, se han presentado casi 10.400 partes telemáticos.
Existen tres casos, no obstante, en los que no se puede usar el parte de accidente: cuando hay daños personales, cuando no existe acuerdo entre los implicados o cuando hay más de dos coches involucrados. En tales circunstancias, lo mejor es recurrir a la Guardia Civil o, en su caso, a la policía local.
Todos los detalles para rellenar correctamente la declaración amistosa, que agiliza los trámites de las aseguradoras.
Sergio Amadoz · 13/10/2017 20
Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa
El parte permite describir con detalle cómo se ha producido un choque.
En este preciso momento (da igual qué hora sea, no importa en qué día estemos), dos conductores están rellenando un parte amistoso de accidente en España. Ante el más mínimo roce, la reacción más sensata es rescatar de la guantera la declaración amistosa. Así sucede en España alrededor de 3.700.000 veces al año, más de 10.200 al día, 7 por minuto.
Nadie está obligado a cumplir este trámite, pero el sentido común aconseja hacerlo. El presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, lo justifica: “Es lo más conveniente. La gran virtud del parte amistoso de accidente es que gracias a él las compañías aseguradoras implicadas van a tener la misma versión de los hechos, por lo que la resolución del caso será mucho más ágil”, señala Arnaldo. Y no tiene nada que ver con asumir responsabilidades. “Los automovilistas deben limitarse a describir fielmente los hechos. No debe haber una discusión sobre la culpabilidad porque de esa valoración ya se encargarán las compañías”, añade Arnaldo.
Pero ¿tienes claro cómo debes hacerlo? Conviene dedicar un rato a rescatar de la guantera la declaración, leerla y tenerla más o menos controlada por si un día hace falta recurrir a ella. Merece la pena: según la empresa de gestión LeasePlan, uno de cada cuatro casos no se resuelven de manera amistosa por culpa de los errores cometidos cuando se rellena el parte.
Estos son los apartados de los que consta un parte de accidente, que aparecen duplicados porque hacen referencia al vehículo A y al vehículo B.
Fecha: Es necesario apuntar la fecha y la hora del siniestro.
Localización: Se recomienda indicar la ubicación con exactitud: bien sea en carretera (conviene indicar el punto kilométrico) o en ciudad (se debe concretar calle y número).
Víctimas: Debe quedar registrado si hay o no víctimas. Un punto redundante, ya que la declaración pierde validez cuando hay víctimas en el accidente.
Daños materiales: Dos preguntas que se contestan con un sí o un no. ¿Hay daños en otros vehículos no involucrados en el accidente? ¿Hay daños en objetos distintos al vehículo?
Testigos: Un apartado fundamental en la declaración. Resulta clave contar con testigos: aunque al principio todo parezca claro y no haya dudas, siempre pueden surgir mientras duran los trámites de resolución. Imprescindible anotar nombre, dirección y teléfono.
parte de accidente
Asegurado: Aquí deben constar los datos del tomador del seguro: nombre, apellidos, domicilio, código postal y país. La declaración pide indicar “Teléfono o email”, pero si se indican los dos, mejor.
Vehículo: Otro dato importantísimo que debe figurar en el parte: la matrícula. La marca y el modelo, también, pero son menos relevantes.
Aseguradora: Para agilizar el proceso son imprescindibles el nombre de la compañía y el número de póliza.
Conductor: Este apartado no tiene mucho misterio: aquí se piden los datos que aparecen en el permiso de conducir.
Punto de choque inicial: En este caso, basta con señalar con una flecha el lugar del impacto.
Daños: Sirve para hacer un breve resumen de los daños apreciados en el vehículo.
Además de lo anterior, la clave del parte se encuentra probablemente en la columna central, llamada Circunstancias. Aquí aparecen 17 situaciones que sirven para reflejar, “al menos el 80% de las circunstancias que rodean a un accidente”, en opinión de Mario Arnaldo.
‘Estaba estacionado/parado’, ‘Entraba a una plaza de sentido giratorio’, ‘Adelantaba’, ‘Giraba a la derecha’… Hay que poner especial cuidado en marcar las casillas correctas, ya que a partir de esa información (en función de lo que señalen los implicados) las compañías determinan la culpabilidad del siniestro. No se trata de usar algún truco para intentar engañar a la parte contraria, sino de ajustarse a la realidad sin que la parte contraria se aproveche de uno. Y como explican en la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), “si el suceso no se ciñe a ninguna de las alternativas descritas, es preferible no rellenarlo y dar la explicación oportuna en Observaciones y detallar como ha ocurrido el siniestro”.
Por último, y también fundamental, queda dibujar un croquis que refleje el accidente. Las aseguradoras no piden arte: basta con un esquema que sirva para entender un poco mejor cómo se ha producido el choque.
OTRAS CUESTIONES FUNDAMENTALES
Además de rellenar el parte (en letras mayúsculas y fácilmente legibles, y apretando con fuerza para que los datos de la hoja principal se calquen correctamente en la secundaria), conviene tomar fotos con el móvil que servirán como prueba. Una vez recogidos todos los datos, los trámites continúan: para evitar problemas, hay que remitir la documentación a la compañía aseguradora en un plazo máximo de siete días.
Si lo anterior resulta farragoso, existe una alternativa digital. La app iDEA (disponible para iOS y Android) permite utilizar el móvil para rellenar el parte y enviarlo directamente a las aseguradoras. Desde su puesta en marcha, hace ahora dos años y tras más de 66.000 descargas, se han presentado casi 10.400 partes telemáticos.
Existen tres casos, no obstante, en los que no se puede usar el parte de accidente: cuando hay daños personales, cuando no existe acuerdo entre los implicados o cuando hay más de dos coches involucrados. En tales circunstancias, lo mejor es recurrir a la Guardia Civil o, en su caso, a la policía local.
Badajoz entra en Auschwitz de la mano de Sonja Vrscaj.
La expectación para escuchar la historia de Sonja Vrscaj, superviviente del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, fue máxima. Antes de la hora de la conferencia, el salón de actos del Centro de Profesores y Recursos ya tenía lleno absoluto. El testimonio de esta eslovena que llegó a la ciudad de la mano del ampa del IES Zurbarán, permitió a los que la escucharon entrar virtualmente en el infierno nazi, una experiencia que jamás olvidarán.
Al termino de la conferencia, que supo a poco, hubo una rueda de preguntas. Entre tantas preguntas interesantes, se le preguntó si consideraba justo y acertado aceptar las nuevas teorías que hablan de equidistancias. Con ellas se pretende igualar a nazis y victimas. De esa forma quieren igualar a víctimas con verdugos, a luchadores por la libertad y los derechos humanos con los que acabaron con las libertades y toda clase de derechos humanos. Naturalmente dijo que nuncan podían ser iguales y que siempre hay que defender los derechos humanos y la democracia.
Fue una jornada inolvidable a la que tuve el honor de asistir y no olvidare la fuerza y la alegría que mostraba Sonja.
Al termino de la conferencia, que supo a poco, hubo una rueda de preguntas. Entre tantas preguntas interesantes, se le preguntó si consideraba justo y acertado aceptar las nuevas teorías que hablan de equidistancias. Con ellas se pretende igualar a nazis y victimas. De esa forma quieren igualar a víctimas con verdugos, a luchadores por la libertad y los derechos humanos con los que acabaron con las libertades y toda clase de derechos humanos. Naturalmente dijo que nuncan podían ser iguales y que siempre hay que defender los derechos humanos y la democracia.
Fue una jornada inolvidable a la que tuve el honor de asistir y no olvidare la fuerza y la alegría que mostraba Sonja.
I, Daniel Blake
El director de I, Daniel Blake, eleva su apuesta con esta historia desoladora de un repartidor empujado al borde del abismo laboral. Recogemos la crítica que escribió Peter Bradshaw tras ver la película en el Festival de Cannes el pasado mes de mayo.
El director Ken Loach y el guionista Paul Laverty han vuelto a tomar Cannes con otro apasionado boletín sin remilgos desde el corazón de la Gran Bretaña moderna, tierra del vasallaje de la disponibilidad horaria laboral (“zero-hours”) y la servidumbre de la economía de servicios , una película que sigue la tradición de la obra anterior de Loach y que se remonta hasta Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica. Es feroz, franca y airada, sin ironía y sin adorno, respecto a un problema contemporáneo crucial de cuyas implicaciones en cierto modo no suele oírse hablar en las noticias.
Al igual que su anterior película, I, Daniel Blake, retrata el coste humano de un desarrollo económico que nos vemos alentados a aceptar como cosa de la vida. Al igual que I, Daniel Blake, ha sido objeto de una investigación substantiva gracias a muchas entrevistas confidenciales, y con riqueza de detalle. Pero yo creo que esta película es mejor: dramáticamente, resulta más variada y mejor digerida, con más luz y sombra en su avance narrativo y más que hacer colectivamente para su reparto. Esta película me atizó en el plexo solar, baldado por la sencilla honestidad e integridad del trabajo de los actores. Pero mis emociones se vieron nubladas por mis sentimientos acerca de una cuestión política tóxica. Volveremos sobre esto en un momento.
El drama nos remite a Ricky (interpretado por Kris Hitchen), antiguo albañil en Newcastle que ha perdido tanto su trabajo en la construcción como su posibilidad de una hipoteca tras el derrumbe económico de 2008. Se trata de un tipo trabajador, afectuoso, con una pizca de carácter y afición a la bebida. Vive ahora de alquiler con su mujer, Abbie (Debbie Honeywood), enfermera de servicios y cuidadora a domicilio, que ha de visitar todos los días a docenas de personas, discapacitadas, ancianas y vulnerables para darles de comer, bañarles y “arroparles”, jerga de una inquietante versión formalizada de intimidad materna. Es una carga de trabajo que a lo largo de los años no le ha dejado tiempo para arropar a sus dos hijos al acabar el día: Seb (Rhys Stone), un insolente adolescente con talento artístico, pero en líos con las autoridades, y su hermanita lista, Liza Jane (Katie Proctor).
l compadre de Ricky le convence para meterse en lo que parece una bonita fuente de ingresos: conducir una furgoneta para una gran compañía de reparto. Pero el gerente, de cara larga, de la empresa, Maloney (Ross Brewster) – un tipo cabezota con un corte de pelo al uno – le dice bruscamente a Ricky que le darán trabajo con un estatus prácticamente de autónomo, sin ninguna de las prestaciones de un empleo convencional. Tiene que comprar o arrendar su propia furgoneta, o alquilársela a la empresa con una tarifa ruinosa y ajustarse a objetivos estrictos de reparto, que establece un lector de códigos de primera importancia, al que de modo inquietante se denomina “el cañón”. De particular importancia son los “precisores”, clientes que han pagado un suplemento por lapsos precisos de reparto. Maloney grita cosas como “¡Saquemos el carton del cemento!” cuando están cargados todos los paquetes: un detalle revelador del mundo real. Pero Ricky no tiene tiempo para ir al baño y tiene que llevarse una botella de plástico, una necesidad que no solo es vergonzante sino que le hace vulnerable. Y Maloney no se lo ha contado todo sobre la situación del seguro.
De modo que Ricky persuade a Abbie para que venda el coche que necesita ella para ir a trabajar a fin de poder comprar él la furgoneta con la que tomar la ruta que les saque de la miseria financiera. Le contratan – o le suben “a bordo”, en la siniestra terminología de la empresa – y Laverty crea una sutil resonancia cuando un poli solícito y agobiado le dice a Seb que tiene una gran familia y que debería “Subir eso a bordo”.
Inevitable, inexorablemente, Ricky se mete en líos cuando las necesidades humanas corrientes entrañan que tenga que tomarse algo de tiempo fuera del trabajo, y el sistema de “sanciones” – otro espeluznante ejemplo de jerga empresarial tomada en préstamo del Departamento de Trabajo y Pensiones – implica que se vea atrapado en más y más deudas con la empresa y tenga que trabajar cada vez más duramo. Abbie tiene también un contrato de absoluta disponibilidad horaria y se da cuenta de que sus pacientes están peor atendidos: Honeywood tiene aquí bonitas escenas desgarradoras. Su vida familiar y su relación con los niños se hace cada vez más tóxica. Resulta absorbente, hasta aterrador, sobre todo cuando Ricky se da cuenta de dónde recae la responsabilidad financiera de sus mercancías. El reparto pone en escena ante nosotros una situación trágica con sencilla dignidad y franqueza.
Y aquí es donde surge mi aprensión. Mucha gente verá esta película como un retrato de problemas a los que se enfrenta la gente, y no de la tontuna ya sabida del Brexit, que preocupa sólo a la gente de la burbuja londinense. ¿Tiene esa sensación el director? No lo sé. Pero yo sólo puedo decir que la Unión Europea es la actual guardería de los derechos de empleo, y fuera de ella es donde los trabajadores encontrarán más cinismo, más explotación, más aislamiento económico y más pobreza. Esta brillante película hace que la mente se concentre.
Peter Bradshaw es el crítico cinematográfico principal del diario británico The Guardian.
Fuente:
The Guardian, 16 de mayo de 2019
El director Ken Loach y el guionista Paul Laverty han vuelto a tomar Cannes con otro apasionado boletín sin remilgos desde el corazón de la Gran Bretaña moderna, tierra del vasallaje de la disponibilidad horaria laboral (“zero-hours”) y la servidumbre de la economía de servicios , una película que sigue la tradición de la obra anterior de Loach y que se remonta hasta Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica. Es feroz, franca y airada, sin ironía y sin adorno, respecto a un problema contemporáneo crucial de cuyas implicaciones en cierto modo no suele oírse hablar en las noticias.
Al igual que su anterior película, I, Daniel Blake, retrata el coste humano de un desarrollo económico que nos vemos alentados a aceptar como cosa de la vida. Al igual que I, Daniel Blake, ha sido objeto de una investigación substantiva gracias a muchas entrevistas confidenciales, y con riqueza de detalle. Pero yo creo que esta película es mejor: dramáticamente, resulta más variada y mejor digerida, con más luz y sombra en su avance narrativo y más que hacer colectivamente para su reparto. Esta película me atizó en el plexo solar, baldado por la sencilla honestidad e integridad del trabajo de los actores. Pero mis emociones se vieron nubladas por mis sentimientos acerca de una cuestión política tóxica. Volveremos sobre esto en un momento.
El drama nos remite a Ricky (interpretado por Kris Hitchen), antiguo albañil en Newcastle que ha perdido tanto su trabajo en la construcción como su posibilidad de una hipoteca tras el derrumbe económico de 2008. Se trata de un tipo trabajador, afectuoso, con una pizca de carácter y afición a la bebida. Vive ahora de alquiler con su mujer, Abbie (Debbie Honeywood), enfermera de servicios y cuidadora a domicilio, que ha de visitar todos los días a docenas de personas, discapacitadas, ancianas y vulnerables para darles de comer, bañarles y “arroparles”, jerga de una inquietante versión formalizada de intimidad materna. Es una carga de trabajo que a lo largo de los años no le ha dejado tiempo para arropar a sus dos hijos al acabar el día: Seb (Rhys Stone), un insolente adolescente con talento artístico, pero en líos con las autoridades, y su hermanita lista, Liza Jane (Katie Proctor).
l compadre de Ricky le convence para meterse en lo que parece una bonita fuente de ingresos: conducir una furgoneta para una gran compañía de reparto. Pero el gerente, de cara larga, de la empresa, Maloney (Ross Brewster) – un tipo cabezota con un corte de pelo al uno – le dice bruscamente a Ricky que le darán trabajo con un estatus prácticamente de autónomo, sin ninguna de las prestaciones de un empleo convencional. Tiene que comprar o arrendar su propia furgoneta, o alquilársela a la empresa con una tarifa ruinosa y ajustarse a objetivos estrictos de reparto, que establece un lector de códigos de primera importancia, al que de modo inquietante se denomina “el cañón”. De particular importancia son los “precisores”, clientes que han pagado un suplemento por lapsos precisos de reparto. Maloney grita cosas como “¡Saquemos el carton del cemento!” cuando están cargados todos los paquetes: un detalle revelador del mundo real. Pero Ricky no tiene tiempo para ir al baño y tiene que llevarse una botella de plástico, una necesidad que no solo es vergonzante sino que le hace vulnerable. Y Maloney no se lo ha contado todo sobre la situación del seguro.
De modo que Ricky persuade a Abbie para que venda el coche que necesita ella para ir a trabajar a fin de poder comprar él la furgoneta con la que tomar la ruta que les saque de la miseria financiera. Le contratan – o le suben “a bordo”, en la siniestra terminología de la empresa – y Laverty crea una sutil resonancia cuando un poli solícito y agobiado le dice a Seb que tiene una gran familia y que debería “Subir eso a bordo”.
Inevitable, inexorablemente, Ricky se mete en líos cuando las necesidades humanas corrientes entrañan que tenga que tomarse algo de tiempo fuera del trabajo, y el sistema de “sanciones” – otro espeluznante ejemplo de jerga empresarial tomada en préstamo del Departamento de Trabajo y Pensiones – implica que se vea atrapado en más y más deudas con la empresa y tenga que trabajar cada vez más duramo. Abbie tiene también un contrato de absoluta disponibilidad horaria y se da cuenta de que sus pacientes están peor atendidos: Honeywood tiene aquí bonitas escenas desgarradoras. Su vida familiar y su relación con los niños se hace cada vez más tóxica. Resulta absorbente, hasta aterrador, sobre todo cuando Ricky se da cuenta de dónde recae la responsabilidad financiera de sus mercancías. El reparto pone en escena ante nosotros una situación trágica con sencilla dignidad y franqueza.
Y aquí es donde surge mi aprensión. Mucha gente verá esta película como un retrato de problemas a los que se enfrenta la gente, y no de la tontuna ya sabida del Brexit, que preocupa sólo a la gente de la burbuja londinense. ¿Tiene esa sensación el director? No lo sé. Pero yo sólo puedo decir que la Unión Europea es la actual guardería de los derechos de empleo, y fuera de ella es donde los trabajadores encontrarán más cinismo, más explotación, más aislamiento económico y más pobreza. Esta brillante película hace que la mente se concentre.
Peter Bradshaw es el crítico cinematográfico principal del diario británico The Guardian.
Fuente:
The Guardian, 16 de mayo de 2019
miércoles, 4 de diciembre de 2019
_- Educación. Cómo fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes a través de la ciencia de datos. Por Javier Cortés
_- Diversos expertos en educación señalan los beneficios de integrar conceptos propios de este campo en la educación secundaria y el bachillerato
a ciencia de datos, la profesión más atractiva del siglo XXI —al menos para la revista Harvard Business Review—, no se enseña en el colegio; se puede aprender en la universidad o a través de bootcamps (cursos formativos intensivos), que, en muchas ocasiones, cursan profesionales que han desempeñado su trabajo durante años en otras áreas del conocimiento.
El auge de esta disciplina, promovida en gran parte por una demanda multisectorial de profesionales que la dominen, responde a un cambio importante en nuestra organización como sociedad. Sin embargo, un campo que se antoja tan trascendente, apenas ha alcanzado la educación obligatoria.
¿Qué pasaría si pusiéramos el análisis de datos en el centro de la enseñanza matemática en el instituto? ¿Cuáles son los beneficios de integrar conceptos propios de este campo en la educación secundaria y el bachillerato?
Una competencia transversal
Imaginemos un colegio en el que los estudiantes de 15 y 16 años deben demostrar sus competencias para comprender datos, manejar hojas de cálculo y diferenciar correlación de causalidad. Exponer a los alumnos a esta tecnología y enseñarles a utilizar argumentos basados en datos puede ayudar a desarrollar su razonamiento lógico y fomentar su pensamiento crítico. Explorando este sector, serían capaces de examinar el alcance de la amenaza climática o comprender mejor el funcionamiento del mercado inmobiliario rastreando sus datos. Tendrían una herramienta fantástica para aprender aplicando las matemáticas a problemas del mundo real.
“La ciencia de los datos puede ayudar a formar a ciudadanos capaces de leer las noticias sin dejarse engañar por gráficos y datos maliciosos”.
“Al resolver problemas prácticos concretos que propone la ciencia de los datos, las matemáticas dejan de ser abstracciones y se entienden de verdad”, opina Antolín García, responsable de la academia de programación Conmasfuturo. “En esta época de fake news, llevar la ciencia de los datos al aula ayudaría a formar a ciudadanos capaces de leer las noticias sin dejarse engañar por gráficos y datos maliciosos”.
García no es el único que valora la enseñanza de esta disciplina en los institutos como algo positivo. “El tratamiento de datos para la resolución de problemas reales y la toma de decisiones debería ser una competencia transversal básica en todos los niveles educativos”, sentencia Teresa Sancho, directora del grado en Ciencia de Datos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). “No es necesario crear una asignatura para ello; basta con introducir la perspectiva propia de la ciencia de datos en las distintas asignaturas que existen”.
Sancho advierte que, aunque las matemáticas y la computación son esenciales para formarse en esta materia, en el marco de la ciencia de datos hay competencias que no pueden perderse de vista como la creatividad, el trabajo en equipo y las habilidades comunicativas. “Se trata de fomentar una perspectiva amplia donde el alumnado comprenda que los datos ocupa un papel central en la resolución de problemas reales”, añade.
Con las matemáticas hemos topado
Jo Boaler, profesora de educación matemática en la Universidad de Stanford, es una de las principales defensoras de una reforma educativa en esta línea. No obstante, admite que existen barreras que dificultan la inclusión de esta materia en el currículo académico de los adolescentes. “Los maestros no han sido capacitados en ciencia de datos. Por otra parte, los institutos y las universidades tienden a pensar que solo el cálculo es importante y que todos los caminos deberían conducir allí”, lamenta. “Por eso es tan importante la creación de conciencia”.
Cómo fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes a través de la ciencia de datos La falta de capacitación del profesorado para ahondar en esta disciplina es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la ciencia de datos en su intento de asaltar las escuelas. Como explica Rafael Pastor, coordinador del Máster en Ingeniería y Ciencia de Datos de la UNED, hay conceptos estadísticos y modelos matemáticos de cálculo numérico que no se trabajan actualmente y que requerirían de una reforma importante del currículo académico. “Además de los conocimientos matemáticos, se necesitan unas competencias digitales específicas en lenguajes y herramientas de programación”, añade.
Esto implica que sería necesario reforzar todo el área STEM de los ciclos formativos de secundaria y bachillerato y, para ello, hace falta dinero. “Los aspectos de la ciencia de datos se pueden estudiar a través de las matemáticas, la informática y las ciencias, pero los maestros necesitan habilidades adicionales para enseñarlas”, explica Vanessa Pittard, directora ejecutiva adjunta de Mathematics in Education and Industry (MEI), una organización benéfica comprometida con la mejora de la educación matemática en Reino Unido. “Esto requeriría el compromiso del gobierno o de organizaciones relevantes para financiar el desarrollo profesional de los docentes”.
A pesar de estos retos, algunos países comienzan a introducir esta disciplina en sus currículos de manera paulatina. El año pasado, cerca de 30 escuelas secundarias en California comenzaron a ofrecer clases de ciencias de datos para estudiantes de tercer y cuarto año como una alternativa a la asignatura de Álgebra. Reino Unido también lleva a cabo distintos proyectos que buscan enriquecer el plan de estudios obligatorio de computación a través de esta materia y Canadá ha adoptado con fuerza la estadística y el análisis de datos en su sistema educativo.
“Creo que, de existir una asignatura centrada en esta materia, debería ser opcional y no central en el plan de estudios”, defiende Pittard. “Pero todos los jóvenes deberían tener la formación necesaria para comprender cómo se adquieren y utilizan los datos en el mundo, algo que todo ciudadano necesita saber sobre la ciencia de datos”.
https://retina.elpais.com/retina/2019/11/21/tendencias/1574346819_290556.html
a ciencia de datos, la profesión más atractiva del siglo XXI —al menos para la revista Harvard Business Review—, no se enseña en el colegio; se puede aprender en la universidad o a través de bootcamps (cursos formativos intensivos), que, en muchas ocasiones, cursan profesionales que han desempeñado su trabajo durante años en otras áreas del conocimiento.
El auge de esta disciplina, promovida en gran parte por una demanda multisectorial de profesionales que la dominen, responde a un cambio importante en nuestra organización como sociedad. Sin embargo, un campo que se antoja tan trascendente, apenas ha alcanzado la educación obligatoria.
¿Qué pasaría si pusiéramos el análisis de datos en el centro de la enseñanza matemática en el instituto? ¿Cuáles son los beneficios de integrar conceptos propios de este campo en la educación secundaria y el bachillerato?
Una competencia transversal
Imaginemos un colegio en el que los estudiantes de 15 y 16 años deben demostrar sus competencias para comprender datos, manejar hojas de cálculo y diferenciar correlación de causalidad. Exponer a los alumnos a esta tecnología y enseñarles a utilizar argumentos basados en datos puede ayudar a desarrollar su razonamiento lógico y fomentar su pensamiento crítico. Explorando este sector, serían capaces de examinar el alcance de la amenaza climática o comprender mejor el funcionamiento del mercado inmobiliario rastreando sus datos. Tendrían una herramienta fantástica para aprender aplicando las matemáticas a problemas del mundo real.
“La ciencia de los datos puede ayudar a formar a ciudadanos capaces de leer las noticias sin dejarse engañar por gráficos y datos maliciosos”.
“Al resolver problemas prácticos concretos que propone la ciencia de los datos, las matemáticas dejan de ser abstracciones y se entienden de verdad”, opina Antolín García, responsable de la academia de programación Conmasfuturo. “En esta época de fake news, llevar la ciencia de los datos al aula ayudaría a formar a ciudadanos capaces de leer las noticias sin dejarse engañar por gráficos y datos maliciosos”.
García no es el único que valora la enseñanza de esta disciplina en los institutos como algo positivo. “El tratamiento de datos para la resolución de problemas reales y la toma de decisiones debería ser una competencia transversal básica en todos los niveles educativos”, sentencia Teresa Sancho, directora del grado en Ciencia de Datos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). “No es necesario crear una asignatura para ello; basta con introducir la perspectiva propia de la ciencia de datos en las distintas asignaturas que existen”.
Sancho advierte que, aunque las matemáticas y la computación son esenciales para formarse en esta materia, en el marco de la ciencia de datos hay competencias que no pueden perderse de vista como la creatividad, el trabajo en equipo y las habilidades comunicativas. “Se trata de fomentar una perspectiva amplia donde el alumnado comprenda que los datos ocupa un papel central en la resolución de problemas reales”, añade.
Con las matemáticas hemos topado
Jo Boaler, profesora de educación matemática en la Universidad de Stanford, es una de las principales defensoras de una reforma educativa en esta línea. No obstante, admite que existen barreras que dificultan la inclusión de esta materia en el currículo académico de los adolescentes. “Los maestros no han sido capacitados en ciencia de datos. Por otra parte, los institutos y las universidades tienden a pensar que solo el cálculo es importante y que todos los caminos deberían conducir allí”, lamenta. “Por eso es tan importante la creación de conciencia”.
Cómo fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes a través de la ciencia de datos La falta de capacitación del profesorado para ahondar en esta disciplina es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la ciencia de datos en su intento de asaltar las escuelas. Como explica Rafael Pastor, coordinador del Máster en Ingeniería y Ciencia de Datos de la UNED, hay conceptos estadísticos y modelos matemáticos de cálculo numérico que no se trabajan actualmente y que requerirían de una reforma importante del currículo académico. “Además de los conocimientos matemáticos, se necesitan unas competencias digitales específicas en lenguajes y herramientas de programación”, añade.
Esto implica que sería necesario reforzar todo el área STEM de los ciclos formativos de secundaria y bachillerato y, para ello, hace falta dinero. “Los aspectos de la ciencia de datos se pueden estudiar a través de las matemáticas, la informática y las ciencias, pero los maestros necesitan habilidades adicionales para enseñarlas”, explica Vanessa Pittard, directora ejecutiva adjunta de Mathematics in Education and Industry (MEI), una organización benéfica comprometida con la mejora de la educación matemática en Reino Unido. “Esto requeriría el compromiso del gobierno o de organizaciones relevantes para financiar el desarrollo profesional de los docentes”.
A pesar de estos retos, algunos países comienzan a introducir esta disciplina en sus currículos de manera paulatina. El año pasado, cerca de 30 escuelas secundarias en California comenzaron a ofrecer clases de ciencias de datos para estudiantes de tercer y cuarto año como una alternativa a la asignatura de Álgebra. Reino Unido también lleva a cabo distintos proyectos que buscan enriquecer el plan de estudios obligatorio de computación a través de esta materia y Canadá ha adoptado con fuerza la estadística y el análisis de datos en su sistema educativo.
“Creo que, de existir una asignatura centrada en esta materia, debería ser opcional y no central en el plan de estudios”, defiende Pittard. “Pero todos los jóvenes deberían tener la formación necesaria para comprender cómo se adquieren y utilizan los datos en el mundo, algo que todo ciudadano necesita saber sobre la ciencia de datos”.
https://retina.elpais.com/retina/2019/11/21/tendencias/1574346819_290556.html
martes, 3 de diciembre de 2019
La economía ecológica frente al discurso de la extrema derecha. Entrevista a Unai Pascual, investigador del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3), a raíz de su artículo "Economía ecológica en la era del miedo".-
Eduardo Robaina
La Marea
El crecimiento, cada vez mayor, de movimientos populistas de extrema derecha está afectando “no sólo a la gobernanza de los regímenes democráticos, sino también a la relación entre ciencia y política, y a la agenda medioambiental mundial”. Así lo defiende un artículo publicado esta semana en la revista científica Ecological Economics titulado Economía ecológica en la era del miedo.
Con el fin de entender la relevancia de este movimiento, los autores ahondan en las raíces de lo que llaman “insurgencia de la extrema derecha”. Señalan que la economía ecológica, a través del desarrollo de una agenda de investigación relevante, puede ser una herramienta clave para defender una «política de esperanza” que haga frente a la «política del miedo de la que dependen los regímenes autoritarios emergentes”.
A pesar de que estos movimientos de extrema derecha “no tienen posiciones homogéneas”, sí que comparten “al menos diez características comunes”, recoge la investigación. Entre ellas, destaca el rechazo al «globalismo» y la preferencia por el nacionalismo económico; la oposición a la inmigración, así como a aquellas acciones que favorezcan a los grupos sociales más desfavorecidos; el nulo interés por las cuestiones medioambientales, entre las que se incluye el cambio climático; o la indiferencia por las evidencia científica, los hechos históricos y los datos empíricos que contradicen sus posturas ideológicas y sus valores fundamentales, entre otras características.
Unai Pascual (Vitoria-Gasteiz 1973) es, junto a Roldan Muradian, el autor de este artículo. Doctor en Economía y Política Ambiental, Pascual es Profesor Ikerbasque en el equipo científico del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3). Entre 2015 y 2018, fue miembro del Comité Multidisciplinar de Expertos del IPBES -el equivalente al IPCC en biodiversidad-, formado por 25 científicos de reconocido prestigio internacional. El año pasado, fue nominado a su vez copresidente de la Evaluación de los Valores de la Naturaleza de IPBES (2018-2021).
¿Cuáles son los aspectos más importantes en los que incidís en el artículo?
Hemos hecho un análisis interdisciplinario desde la economía, la sociología y la psicología social y política, porque parece que podríamos estar en un momento clave de rápidos cambios sociales, y donde se está dando lo que llamamos insurgencia de la extrema derecha. Es un movimiento coordinado que ya está ocupando bastantes puestos de poder directos en algunos países e influenciando el discurso y las políticas en muchos otros.
Tratamos de entender qué repercusión tiene esto en dos aspectos. Por un lado, para reflexionar sobre el diseño de la ciencia de la sostenibilidad, dado los retos socio-ecológicos que tenemos a nivel de civilización y planetario. Retos como, por ejemplo, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad en un mundo cada vez más desigual. Es decir, qué repercusión puede tener la coyuntura actual, con el auge de los populismos de extrema derecha, en el diseño y alineamiento de políticas públicas para las sostenibilidad. Por otro lado, tratamos de sugerir unos anclajes en los que la economía ecológica debería profundizar y ayudar a identificar una agenda de investigación global para las siguientes dos o tres décadas.
Hacéis mucho hincapié en lo que denomináis la “política de la postverdad”.
Si bien a la ciencia y a los científicos se nos reconoce socialmente el rol de ofrecer información objetiva y neutral para la toma de decisiones, los políticos o los tomadores de decisiones siempre han tomado esos conocimientos de manera estratégica. Sobre todo cuando se alinean con sus intereses. Eso es algo que está ahí y nosotros lo vemos como un hecho.
El resurgimiento de los movimientos populistas de extrema derecha se está produciendo, a la vez que las redes sociales están adquiriendo mucho poder. El periodismo tradicional puede estar perdiendo ese rol que tenía antes muy dominante: la de ser la autoridad dominante en la que podía confiar la ciudadanía para recibir información.
Los populismos de extrema derecha se están aprovechando del uso desde las fake news hasta poner en cuestión la evidencia científica y el rol de los medios de comunicación tradicionales. Eso se está canalizando, sobre todo, a través de las redes sociales o medios de comunicación alternativos. Medios que hasta ahora no han sido dominantes, pero que están empezando a jugar un papel fundamental en la transmisión de ideas y valores. La emergencia de la extrema derecha se basa también en sus estrategias de comunicación.
Saben cómo trasladar diferentes ideas, ya sean fakes news o teorías conspiratorias, y cómo poner en duda la evidencia científica sin ningún argumento. Tenemos muchos ejemplos, como es el caso de las vacunas o el del cambio climático. Esto se ha experimentado bastante durante los últimos años, y creemos que se ha refinado mucho.
Por tanto, lo que decimos es que hay que prestar atención a lo que se denomina como ecología de la comunicación. Hay muchos tipos de comunicación y formatos, y vemos que la gente que se está alineando con este tipo de discursos más populistas se está aislando comunicativamente. En vez de abrirse a escuchar, ver o leer diferentes discursos, ideas, opiniones, y obtener diferentes perspectivas y datos, se quedan en esos ecosistemas aislados de la comunicación porque reciben una información que les conviene, pues se ajusta a su visión del mundo.
Esto hace que se aíslen aún más desde el punto de vista del conocimiento y lo que realmente está pasando a su alrededor. Eso genera una gran polarización de las perspectivas políticas que, a su vez, provocan un impacto directo en cómo la gente está dispuesta a actuar, o no, ante estos retos ambientales.
A raíz de esto que comentas. Se discute mucho sobre qué hacer con la extrema derecha que niega la ciencia del cambio climático. Dices que son personas en ‘ecosistemas de información’ aislados. ¿Cuál crees que es la mejor forma de enfrentarse a ellos?
Lo primero es darse cuenta que la insurgencia de la extrema derecha, como movimiento coordinado global, es un hecho. Luego, se trata de confrontar y entender por qué se está dando este fenómeno. Cuál es su origen. Porque si no entendemos el origen nunca le vamos a poder dar una solución real. Para nosotros está clarísimo que la insurgencia de la extrema derecha es muy peligrosa para la agenda multilateral sobre los retos medioambientales.
Por tanto, es necesario no ocultar el problema y hacer análisis correctos. A partir de esto, por un lado, las agendas de investigación tienen que tener muy claro que el mundo está cambiando en muchos aspectos. Tenemos que entender cómo la globalización neoliberal, que lleva ya décadas en marcha, está generando en capas sociales muy amplias una sensación de vulnerabilidad y una incertidumbre existencial de no saber qué puede pasar mañana.
Personalmente, a la extrema derecha, como se dice popularmente, ni agua. Entender por qué existe, sí, pero sin dejar de confrontar, en el debate científico y social, las mentiras y la política de la posverdad que emplean para seguir creciendo.
Tenemos que seguir ofreciendo información basada en la evidencia científica, pero de modo que la gente la pueda entender. Que entiendan, por ejemplo, por qué la crisis climática les puede afectar y que pueden hacer para hacerle frente. Necesitamos que los discursos que se nutren de la ciencia sean más pedagógicos y se enfrenten directamente con la política de la posverdad.
¿Merece la pena y el esfuerzo confrontarles con una evidencia científica que les da igual que esté ahí? Ellos ya tienen su propia verdad y es la única que les interesa.
Bueno, hay que saber quiénes son «ellos». ¿Son los líderes de los movimientos de la insurgencia de la extrema derecha? ¿o es la gente corriente que les apoya, los que se ven seducidos por sus discursos basados muchas veces en el engaño y la mentira? Creo que es mucho más importante concentrarse en entender la psicología de la gente para saber por qué apoya discursos populistas, y confrontar la información engañosa y las mentiras que reciben desde los líderes de esos movimientos. En esto hay que ser muy directos, y para eso son fundamentales los medios de comunicación serios. También es importante que ese debate no se quede solo en las élites de la comunicación y la política, sino que baje a la sociedad, a pie de calle. Ese es el esfuerzo que hay que hacer, también desde la comunidad científica.
En el artículo hacéis mención directa a países y sus respectivas figuras, como es el caso de Bolsonaro o Trump. No así con España o VOX.
Mencionamos una serie de países donde la extrema derecha populista ya ha llegado al poder, pero también decimos que en otros países están teniendo influencia en el discurso político general, lo cual implica también una influencia directa en las políticas públicas, marcos legislativos, etc.
En el artículo nos hemos centrado en dos ejemplos. Uno es el de Trump, y el otro el de Bolsonaro. Uno ha llegado al poder en uno de los países más influyentes y dominantes del mundo, que es Estados Unidos. El otro en Brasil, que es uno de los países más influyentes entre los países en desarrollo. Sobre todo, teniendo en cuenta la influencia que tiene el país en la agenda ambiental multilateral: es uno de los lugares de mayor biodiversidad del mundo, de mayor capacidad de absorción del CO2…
Usamos esos dos casos como ejemplos paradigmáticos, pero el análisis que realizamos se puede exportar fácilmente a diferentes países y contextos, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo: en España con VOX, en Francia con el movimiento de Le Pen… La insurgencia de la extrema derecha es un fenómeno coordinado y global que comparte muchas similitudes a pesar de ocurrir en países diferentes.
Lo estamos viendo en Chile con las reivindicaciones sociales. También en Bolivia, con el litio de por medio. Lo mismo Brasil, con los pueblos indígenas y la destrucción de la Amazonia. Se está mandando un mensaje, y es que la justicia climática no será posible sin justicia social.
Estoy completamente de acuerdo. No es posible hablar de buscar una solución al problema ambiental global de manera separada de los retos sociales.
Y no solo está ocurriendo en América Latina. En muchos de los países donde hay revueltas sociales, éstas están asociadas a la desigualdad en el reparto de la riqueza. Y este hecho suele estar íntimamente ligado con el reparto de los derechos en el acceso a los recursos naturales, como el agua, la tierra, etc., y los beneficios que se consiguen de los sectores extractivistas, como la minería, la industria forestal, las pesquerías…
En un contexto de negación de la ciencia por parte de los regímenes autoritarios y con el antiambientalismo como bandera, ponéis en valor la figura de la economía ecológica. ¿Qué papel debe jugar la economía ecológica ante la insurgencia de la extrema derecha?
La economía ecológica ya lleva unas cuantas décadas funcionando como disciplina científica a nivel mundial. Es un campo de investigación consolidado que se basa en la idea de la transdisciplinariedad. Es decir, va más allá de la interdisciplinariedad científica, y aboga por la participación social a la hora de compartir y generar conocimiento útil para la gente. Los actores sociales también tienen que demandar conocimiento específico que les ayude, ya sea para vivir mejor, o para, como es el caso de la economía ecológica, diseñar instrumentos económicos que favorezcan la sostenibilidad del planeta. La economía ecológica trasciende las necesidades de las generaciones presentes y también pretende aportar conocimiento y análisis para el bienestar de las generaciones futuras.
Como cualquier campo científico, la economía ecológica evoluciona según el contexto histórico en el que se encuentra en cada momento. Ahora, lo que nosotros vemos es que con el peligro del resurgimiento de la extrema derecha a nivel mundial, la ciencia de la sostenibilidad y la economía ecológica en particular, tienen que redefinir sus prioridades de cara a las próximas décadas. Y cuanto antes lo hagamos mejor. Este es uno de los aportes que hacemos en el artículo.
Por ejemplo, vemos que, hasta ahora, en la economía ecológica se ha hecho mucho énfasis en entender cuáles son los valores económicos de los activos naturales para tratar de convencer a los políticos y tomadores de decisiones que los recursos naturales no son gratis y tienen un valor mucho más allá del valor que el mercado asigna vía precios. La economía ecológica ha hecho grandes aportaciones para demostrar que muchas veces, los beneficios en la conservación de los activos naturales, normalmente, suelen ser mayores que los beneficios de su explotación, sobre todo cuando ésta no es sostenible en el futuro.
Pensamos que la economía ecológica debe también estar preparada para atraer y utilizar el conocimiento de la psicología social y política para entender cómo se forman los valores, nuestras preferencias como individuos y como sociedad, lo que nos asusta, lo que nos atrae, lo que nos bloquea, etc. Necesitamos incluir este conocimiento para entender el comportamiento humano, sobre todo, en una era donde las cosas parecen estar cambiando de manera muy rápida.
La economía ecológica puede, y debe, hacer un aporte importante a la ciencia de la sostenibilidad ayudando a entender las bases del comportamiento humano en esta época de capitalismo global para, desde ahí, contribuir a diseñar transformaciones socio-ecológicas para conseguir un mundo más sostenible y más justo. No olvidemos que la economía ecológica se fundamenta en el reconocimiento de su carácter normativo.
En el artículo se afirma que la economía ecológica puede contribuir a una «política de esperanza» en respuesta a la «política de miedo» de la que viven regímenes autoritarios emergentes. ¿De qué manera?
El miedo es un instrumento muy poderoso que está utilizando el populismo, sobre todo el de extrema derecha, para conseguir apoyos de la sociedad y perseguir sus fines.
Eso hay que confrontarlo, y la economía ecológica tiene que ayudar a entender cómo funciona el discurso artificial sobre el miedo, porque al final es este sentimiento lo que hace que mucha gente se paralice o actué de forma que impida avanzar hacia la sostenibilidad. Desde la ciencia debemos aportar lo necesario para confrontar y erosionar esa política del miedo, porque si se afianza lo vamos a tener muy difícil para conseguir transformaciones sociales y económicas que sirvan para hace frente a los retos ambientales como la crisis climática y la pérdida acelerada de biodiversidad global.
Una de las peores consecuencias, ya visibles, de la crisis climática son las personas que se ven obligadas a desplazarse por motivos climáticos. Este es otro miedo con el que juega el populismo.
Movimientos migratorios siempre ha habido en la historia del planeta, es una cosa natural. Lo que hace el populismo de extrema derecha es utilizar el discurso de la inmigración para agrandar la sensación de inseguridad que puede estar sintiendo una capa social cada vez más amplia que ve cómo su situación socio-económica se está precarizando. El discurso contra la inmigración es un instrumento que ha utilizado siempre y que comparte el movimiento de la insurgencia de la extrema derecha en todo el mundo.
Es muy posible que los movimientos migratorios forzados se agraven por la crisis climática. Estoy seguro que los movimientos populistas de extrema derecha van a utilizar estas situaciones, muy graves a nivel humanitario, para su propio beneficio e infundiendo todavía más miedo en la población autóctona.
Hay que estar muy atentos para desmontar estos discursos del miedo ante el fenómeno universal de la inmigración, sobre todo para explicar que los movimientos migratorios debidos a la escasez de recursos naturales. Por ejemplo, debido a la escasez de agua, catástrofes alimentarias, pérdida de tierra fértil, enfermedades- también tienen que ver con la crisis climática. Hay que explicar con datos en la mano que el cambio climático es un multiplicador de la inestabilidad política en muchos rincones del planeta, y que la crisis climática tiene unos responsables. Y curiosamente, una gran parte de la responsabilidad recae en la elite económica con la cual la insurgencia de la extrema derecha tiene vínculos muy estrechos e intereses compartidos.
Muchas veces se cataloga al ecologismo (partidos o movimientos), como el mejor antídoto frente a la extrema derecha. ¿Cree que realmente es así o que es un papel que no le corresponde?
El ecologismo es un movimiento vivo que tiene diferentes maneras de articularse y expresarse en la sociedad. Puede ser un instrumento válido para confrontar esa política del miedo, pero siempre dándonos cuenta de que el ecologismo no es algo que solo tenga que ver con el medio ambiente; también tiene que ver con la sociedad en su conjunto. El ecologismo como movimiento se ha dado cuenta hace mucho que debe tener un enfoque integrado, tanto ambiental como social. Un enfoque socio-ecológico.
El ecologismo, si actúa de forma independiente, lo tendrá muy difícil para enfrentarse a un reto tan importante como es esta insurgencia de la extrema derecha populista. Sin embargo, se ve que está evolucionando hacia maneras de colaboración con otros movimientos sociales: el feminismo, los derechos sociales de los trabajadores, el antirracismo… Es algo que llevamos viendo desde hace tiempo, y es que todos estos movimientos se están dando cuenta de que tienen que trabajar juntos y que comparten muchas de sus demandas. Esa agenda compartida es la que se necesita para hacer frente a la insurgencia de la extrema derecha.
Fuente:
https://www.climatica.lamarea.com/la-economia-ecologica-frente-al-discurso-de-la-extrema-derecha/
La Marea
El crecimiento, cada vez mayor, de movimientos populistas de extrema derecha está afectando “no sólo a la gobernanza de los regímenes democráticos, sino también a la relación entre ciencia y política, y a la agenda medioambiental mundial”. Así lo defiende un artículo publicado esta semana en la revista científica Ecological Economics titulado Economía ecológica en la era del miedo.
Con el fin de entender la relevancia de este movimiento, los autores ahondan en las raíces de lo que llaman “insurgencia de la extrema derecha”. Señalan que la economía ecológica, a través del desarrollo de una agenda de investigación relevante, puede ser una herramienta clave para defender una «política de esperanza” que haga frente a la «política del miedo de la que dependen los regímenes autoritarios emergentes”.
A pesar de que estos movimientos de extrema derecha “no tienen posiciones homogéneas”, sí que comparten “al menos diez características comunes”, recoge la investigación. Entre ellas, destaca el rechazo al «globalismo» y la preferencia por el nacionalismo económico; la oposición a la inmigración, así como a aquellas acciones que favorezcan a los grupos sociales más desfavorecidos; el nulo interés por las cuestiones medioambientales, entre las que se incluye el cambio climático; o la indiferencia por las evidencia científica, los hechos históricos y los datos empíricos que contradicen sus posturas ideológicas y sus valores fundamentales, entre otras características.
Unai Pascual (Vitoria-Gasteiz 1973) es, junto a Roldan Muradian, el autor de este artículo. Doctor en Economía y Política Ambiental, Pascual es Profesor Ikerbasque en el equipo científico del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3). Entre 2015 y 2018, fue miembro del Comité Multidisciplinar de Expertos del IPBES -el equivalente al IPCC en biodiversidad-, formado por 25 científicos de reconocido prestigio internacional. El año pasado, fue nominado a su vez copresidente de la Evaluación de los Valores de la Naturaleza de IPBES (2018-2021).
¿Cuáles son los aspectos más importantes en los que incidís en el artículo?
Hemos hecho un análisis interdisciplinario desde la economía, la sociología y la psicología social y política, porque parece que podríamos estar en un momento clave de rápidos cambios sociales, y donde se está dando lo que llamamos insurgencia de la extrema derecha. Es un movimiento coordinado que ya está ocupando bastantes puestos de poder directos en algunos países e influenciando el discurso y las políticas en muchos otros.
Tratamos de entender qué repercusión tiene esto en dos aspectos. Por un lado, para reflexionar sobre el diseño de la ciencia de la sostenibilidad, dado los retos socio-ecológicos que tenemos a nivel de civilización y planetario. Retos como, por ejemplo, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad en un mundo cada vez más desigual. Es decir, qué repercusión puede tener la coyuntura actual, con el auge de los populismos de extrema derecha, en el diseño y alineamiento de políticas públicas para las sostenibilidad. Por otro lado, tratamos de sugerir unos anclajes en los que la economía ecológica debería profundizar y ayudar a identificar una agenda de investigación global para las siguientes dos o tres décadas.
Hacéis mucho hincapié en lo que denomináis la “política de la postverdad”.
Si bien a la ciencia y a los científicos se nos reconoce socialmente el rol de ofrecer información objetiva y neutral para la toma de decisiones, los políticos o los tomadores de decisiones siempre han tomado esos conocimientos de manera estratégica. Sobre todo cuando se alinean con sus intereses. Eso es algo que está ahí y nosotros lo vemos como un hecho.
El resurgimiento de los movimientos populistas de extrema derecha se está produciendo, a la vez que las redes sociales están adquiriendo mucho poder. El periodismo tradicional puede estar perdiendo ese rol que tenía antes muy dominante: la de ser la autoridad dominante en la que podía confiar la ciudadanía para recibir información.
Los populismos de extrema derecha se están aprovechando del uso desde las fake news hasta poner en cuestión la evidencia científica y el rol de los medios de comunicación tradicionales. Eso se está canalizando, sobre todo, a través de las redes sociales o medios de comunicación alternativos. Medios que hasta ahora no han sido dominantes, pero que están empezando a jugar un papel fundamental en la transmisión de ideas y valores. La emergencia de la extrema derecha se basa también en sus estrategias de comunicación.
Saben cómo trasladar diferentes ideas, ya sean fakes news o teorías conspiratorias, y cómo poner en duda la evidencia científica sin ningún argumento. Tenemos muchos ejemplos, como es el caso de las vacunas o el del cambio climático. Esto se ha experimentado bastante durante los últimos años, y creemos que se ha refinado mucho.
Por tanto, lo que decimos es que hay que prestar atención a lo que se denomina como ecología de la comunicación. Hay muchos tipos de comunicación y formatos, y vemos que la gente que se está alineando con este tipo de discursos más populistas se está aislando comunicativamente. En vez de abrirse a escuchar, ver o leer diferentes discursos, ideas, opiniones, y obtener diferentes perspectivas y datos, se quedan en esos ecosistemas aislados de la comunicación porque reciben una información que les conviene, pues se ajusta a su visión del mundo.
Esto hace que se aíslen aún más desde el punto de vista del conocimiento y lo que realmente está pasando a su alrededor. Eso genera una gran polarización de las perspectivas políticas que, a su vez, provocan un impacto directo en cómo la gente está dispuesta a actuar, o no, ante estos retos ambientales.
A raíz de esto que comentas. Se discute mucho sobre qué hacer con la extrema derecha que niega la ciencia del cambio climático. Dices que son personas en ‘ecosistemas de información’ aislados. ¿Cuál crees que es la mejor forma de enfrentarse a ellos?
Lo primero es darse cuenta que la insurgencia de la extrema derecha, como movimiento coordinado global, es un hecho. Luego, se trata de confrontar y entender por qué se está dando este fenómeno. Cuál es su origen. Porque si no entendemos el origen nunca le vamos a poder dar una solución real. Para nosotros está clarísimo que la insurgencia de la extrema derecha es muy peligrosa para la agenda multilateral sobre los retos medioambientales.
Por tanto, es necesario no ocultar el problema y hacer análisis correctos. A partir de esto, por un lado, las agendas de investigación tienen que tener muy claro que el mundo está cambiando en muchos aspectos. Tenemos que entender cómo la globalización neoliberal, que lleva ya décadas en marcha, está generando en capas sociales muy amplias una sensación de vulnerabilidad y una incertidumbre existencial de no saber qué puede pasar mañana.
Personalmente, a la extrema derecha, como se dice popularmente, ni agua. Entender por qué existe, sí, pero sin dejar de confrontar, en el debate científico y social, las mentiras y la política de la posverdad que emplean para seguir creciendo.
Tenemos que seguir ofreciendo información basada en la evidencia científica, pero de modo que la gente la pueda entender. Que entiendan, por ejemplo, por qué la crisis climática les puede afectar y que pueden hacer para hacerle frente. Necesitamos que los discursos que se nutren de la ciencia sean más pedagógicos y se enfrenten directamente con la política de la posverdad.
¿Merece la pena y el esfuerzo confrontarles con una evidencia científica que les da igual que esté ahí? Ellos ya tienen su propia verdad y es la única que les interesa.
Bueno, hay que saber quiénes son «ellos». ¿Son los líderes de los movimientos de la insurgencia de la extrema derecha? ¿o es la gente corriente que les apoya, los que se ven seducidos por sus discursos basados muchas veces en el engaño y la mentira? Creo que es mucho más importante concentrarse en entender la psicología de la gente para saber por qué apoya discursos populistas, y confrontar la información engañosa y las mentiras que reciben desde los líderes de esos movimientos. En esto hay que ser muy directos, y para eso son fundamentales los medios de comunicación serios. También es importante que ese debate no se quede solo en las élites de la comunicación y la política, sino que baje a la sociedad, a pie de calle. Ese es el esfuerzo que hay que hacer, también desde la comunidad científica.
En el artículo hacéis mención directa a países y sus respectivas figuras, como es el caso de Bolsonaro o Trump. No así con España o VOX.
Mencionamos una serie de países donde la extrema derecha populista ya ha llegado al poder, pero también decimos que en otros países están teniendo influencia en el discurso político general, lo cual implica también una influencia directa en las políticas públicas, marcos legislativos, etc.
En el artículo nos hemos centrado en dos ejemplos. Uno es el de Trump, y el otro el de Bolsonaro. Uno ha llegado al poder en uno de los países más influyentes y dominantes del mundo, que es Estados Unidos. El otro en Brasil, que es uno de los países más influyentes entre los países en desarrollo. Sobre todo, teniendo en cuenta la influencia que tiene el país en la agenda ambiental multilateral: es uno de los lugares de mayor biodiversidad del mundo, de mayor capacidad de absorción del CO2…
Usamos esos dos casos como ejemplos paradigmáticos, pero el análisis que realizamos se puede exportar fácilmente a diferentes países y contextos, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo: en España con VOX, en Francia con el movimiento de Le Pen… La insurgencia de la extrema derecha es un fenómeno coordinado y global que comparte muchas similitudes a pesar de ocurrir en países diferentes.
Lo estamos viendo en Chile con las reivindicaciones sociales. También en Bolivia, con el litio de por medio. Lo mismo Brasil, con los pueblos indígenas y la destrucción de la Amazonia. Se está mandando un mensaje, y es que la justicia climática no será posible sin justicia social.
Estoy completamente de acuerdo. No es posible hablar de buscar una solución al problema ambiental global de manera separada de los retos sociales.
Y no solo está ocurriendo en América Latina. En muchos de los países donde hay revueltas sociales, éstas están asociadas a la desigualdad en el reparto de la riqueza. Y este hecho suele estar íntimamente ligado con el reparto de los derechos en el acceso a los recursos naturales, como el agua, la tierra, etc., y los beneficios que se consiguen de los sectores extractivistas, como la minería, la industria forestal, las pesquerías…
En un contexto de negación de la ciencia por parte de los regímenes autoritarios y con el antiambientalismo como bandera, ponéis en valor la figura de la economía ecológica. ¿Qué papel debe jugar la economía ecológica ante la insurgencia de la extrema derecha?
La economía ecológica ya lleva unas cuantas décadas funcionando como disciplina científica a nivel mundial. Es un campo de investigación consolidado que se basa en la idea de la transdisciplinariedad. Es decir, va más allá de la interdisciplinariedad científica, y aboga por la participación social a la hora de compartir y generar conocimiento útil para la gente. Los actores sociales también tienen que demandar conocimiento específico que les ayude, ya sea para vivir mejor, o para, como es el caso de la economía ecológica, diseñar instrumentos económicos que favorezcan la sostenibilidad del planeta. La economía ecológica trasciende las necesidades de las generaciones presentes y también pretende aportar conocimiento y análisis para el bienestar de las generaciones futuras.
Como cualquier campo científico, la economía ecológica evoluciona según el contexto histórico en el que se encuentra en cada momento. Ahora, lo que nosotros vemos es que con el peligro del resurgimiento de la extrema derecha a nivel mundial, la ciencia de la sostenibilidad y la economía ecológica en particular, tienen que redefinir sus prioridades de cara a las próximas décadas. Y cuanto antes lo hagamos mejor. Este es uno de los aportes que hacemos en el artículo.
Por ejemplo, vemos que, hasta ahora, en la economía ecológica se ha hecho mucho énfasis en entender cuáles son los valores económicos de los activos naturales para tratar de convencer a los políticos y tomadores de decisiones que los recursos naturales no son gratis y tienen un valor mucho más allá del valor que el mercado asigna vía precios. La economía ecológica ha hecho grandes aportaciones para demostrar que muchas veces, los beneficios en la conservación de los activos naturales, normalmente, suelen ser mayores que los beneficios de su explotación, sobre todo cuando ésta no es sostenible en el futuro.
Pensamos que la economía ecológica debe también estar preparada para atraer y utilizar el conocimiento de la psicología social y política para entender cómo se forman los valores, nuestras preferencias como individuos y como sociedad, lo que nos asusta, lo que nos atrae, lo que nos bloquea, etc. Necesitamos incluir este conocimiento para entender el comportamiento humano, sobre todo, en una era donde las cosas parecen estar cambiando de manera muy rápida.
La economía ecológica puede, y debe, hacer un aporte importante a la ciencia de la sostenibilidad ayudando a entender las bases del comportamiento humano en esta época de capitalismo global para, desde ahí, contribuir a diseñar transformaciones socio-ecológicas para conseguir un mundo más sostenible y más justo. No olvidemos que la economía ecológica se fundamenta en el reconocimiento de su carácter normativo.
En el artículo se afirma que la economía ecológica puede contribuir a una «política de esperanza» en respuesta a la «política de miedo» de la que viven regímenes autoritarios emergentes. ¿De qué manera?
El miedo es un instrumento muy poderoso que está utilizando el populismo, sobre todo el de extrema derecha, para conseguir apoyos de la sociedad y perseguir sus fines.
Eso hay que confrontarlo, y la economía ecológica tiene que ayudar a entender cómo funciona el discurso artificial sobre el miedo, porque al final es este sentimiento lo que hace que mucha gente se paralice o actué de forma que impida avanzar hacia la sostenibilidad. Desde la ciencia debemos aportar lo necesario para confrontar y erosionar esa política del miedo, porque si se afianza lo vamos a tener muy difícil para conseguir transformaciones sociales y económicas que sirvan para hace frente a los retos ambientales como la crisis climática y la pérdida acelerada de biodiversidad global.
Una de las peores consecuencias, ya visibles, de la crisis climática son las personas que se ven obligadas a desplazarse por motivos climáticos. Este es otro miedo con el que juega el populismo.
Movimientos migratorios siempre ha habido en la historia del planeta, es una cosa natural. Lo que hace el populismo de extrema derecha es utilizar el discurso de la inmigración para agrandar la sensación de inseguridad que puede estar sintiendo una capa social cada vez más amplia que ve cómo su situación socio-económica se está precarizando. El discurso contra la inmigración es un instrumento que ha utilizado siempre y que comparte el movimiento de la insurgencia de la extrema derecha en todo el mundo.
Es muy posible que los movimientos migratorios forzados se agraven por la crisis climática. Estoy seguro que los movimientos populistas de extrema derecha van a utilizar estas situaciones, muy graves a nivel humanitario, para su propio beneficio e infundiendo todavía más miedo en la población autóctona.
Hay que estar muy atentos para desmontar estos discursos del miedo ante el fenómeno universal de la inmigración, sobre todo para explicar que los movimientos migratorios debidos a la escasez de recursos naturales. Por ejemplo, debido a la escasez de agua, catástrofes alimentarias, pérdida de tierra fértil, enfermedades- también tienen que ver con la crisis climática. Hay que explicar con datos en la mano que el cambio climático es un multiplicador de la inestabilidad política en muchos rincones del planeta, y que la crisis climática tiene unos responsables. Y curiosamente, una gran parte de la responsabilidad recae en la elite económica con la cual la insurgencia de la extrema derecha tiene vínculos muy estrechos e intereses compartidos.
Muchas veces se cataloga al ecologismo (partidos o movimientos), como el mejor antídoto frente a la extrema derecha. ¿Cree que realmente es así o que es un papel que no le corresponde?
El ecologismo es un movimiento vivo que tiene diferentes maneras de articularse y expresarse en la sociedad. Puede ser un instrumento válido para confrontar esa política del miedo, pero siempre dándonos cuenta de que el ecologismo no es algo que solo tenga que ver con el medio ambiente; también tiene que ver con la sociedad en su conjunto. El ecologismo como movimiento se ha dado cuenta hace mucho que debe tener un enfoque integrado, tanto ambiental como social. Un enfoque socio-ecológico.
El ecologismo, si actúa de forma independiente, lo tendrá muy difícil para enfrentarse a un reto tan importante como es esta insurgencia de la extrema derecha populista. Sin embargo, se ve que está evolucionando hacia maneras de colaboración con otros movimientos sociales: el feminismo, los derechos sociales de los trabajadores, el antirracismo… Es algo que llevamos viendo desde hace tiempo, y es que todos estos movimientos se están dando cuenta de que tienen que trabajar juntos y que comparten muchas de sus demandas. Esa agenda compartida es la que se necesita para hacer frente a la insurgencia de la extrema derecha.
Fuente:
https://www.climatica.lamarea.com/la-economia-ecologica-frente-al-discurso-de-la-extrema-derecha/
lunes, 2 de diciembre de 2019
LAURENTINO GOMES | PERIODISTA BRASILEÑO Y AUTOR DE 'ESCLAVITUD' “La esclavitud africana dio origen al racismo y fue a escala industrial”
El autor de 'Esclavitud', uno de los libros del momento en Brasil, explica que el legado del vasallaje está presente en la desigualdad social que padece el país
La esclavitud ha existido desde los albores de la historia, pero solo alcanzó escala industrial cuando los europeos trajeron por la fuerza a 12,5 millones de africanos a América. El desarrollo del continente habría sido imposible sin la explotación de los supervivientes. Escravidão (Esclavitud), del escritor y periodista Laurentino Gomes (Maringá, 63 años), es uno de los libros del momento en Brasil, un fascinante reportaje sobre un episodio histórico cuyo legado está presente en la desigualdad en el último país americano que abolió la esclavitud. El autor sostiene, en una entrevista en São Paulo con motivo del Día de la Conciencia Negra (el 20 de noviembre), que los países implicados deberían pedir perdón.
Pregunta. ¿Aprendió más con su trilogía sobre la fundación de Brasil o ahora con la esclavitud?
Respuesta. La anterior me ayudó a comprender cómo fue la construcción del Estado brasileño en el siglo XIX tras romper lazos con Portugal. Pero si quieres entender Brasil en una dimensión más profunda, debes estudiar la esclavitud, el tema más importante de nuestra historia. Todo lo que fuimos, somos y lo que nos gustaría ser tiene que ver con la esclavitud. Con casi cinco millones de cautivos africanos, fue el mayor territorio esclavo de América y el último en poner fin a la trata, en 1850, y a la esclavitud, en 1888. El país fue construido por esclavos en todos los sectores económicos, azúcar, oro, diamantes, café. Los abolicionistas del siglo XIX argumentaron que Brasil necesitaba hacer dos aboliciones: dejar de comerciar con personas e incorporar a los antiguos esclavos a la sociedad como ciudadanos, dándoles tierra, empleo y educación. Brasil nunca ha hecho esto.
P. ¿Por qué?
R. Brasil se convirtió en un paria internacional como Sudáfrica durante el apartheid. La Ley áurea (que ilegaliza la esclavitud) busca librarle de esta mancha, pero nunca hizo ningún esfuerzo por incorporar a los afrodescendientes porque significaba la renuncia de privilegios y riquezas. Por eso somos uno de los países más segregados del mundo, aunque no tuviéramos leyes de segregación racial como las de EE UU. Si mides Brasil con cualquier criterio, ingresos, empleo, seguridad pública, existe un abismo entre las oportunidades para la población blanca y la negra. Aunque desarrollamos el mito de que éramos una gran democracia racial, las manifestaciones de racismo son explícitas en las redes sociales y en el discurso del presidente de la República.
P. ¿Cuál es la traducción práctica de la segunda abolición en Brasil?
R. Si la riqueza de las naciones ya no son los recursos naturales sino el capital humano, Brasil nunca será un país decente mientras la gran mayoría de la población (negra) carezca de educación, salud y trabajo decentes. Afrontar la desigualdad social en Brasil es sinónimo de segunda abolición, porque la mayoría de los pobres son negros. Por eso digo que no es solo una reparación histórica, sino una inversión en el futuro. Esta es la principal agenda política en el futuro, incluso si tenemos un Gobierno hostil. Este es un tema atrapado en el siglo XIX. Cualquier Gobierno, partido político o campaña electoral enfrentará este legado.
P. ¿Cuál es la mayor diferencia entre la esclavitud de América y el cautiverio en el mundo?
R. Existió en el antiguo Egipto, Babilonia, la antigua Grecia y en África antes de la llegada de los europeos. La primera novedad es la escala industrial, con 12,5 millones de personas embarcadas en unos 35.000 viajes al Nuevo Mundo. La segunda, el nacimiento del racismo: es la primera vez en la historia que se asocia la esclavitud a la piel negra. Existe toda una ideología para decir que los africanos eran salvajes y que lo mejor que podía pasarles era ser esclavizados para incorporarlos a la supuesta civilización europea instalada en los trópicos.
P. La Iglesia católica distinguía entre indios y africanos.
R. Hubo una discusión filosófica y teológica sobre si esclavizar o no a los indios, pero la realidad es que fueron masacrados. Portugueses y españoles no pudieron llevar a cabo su proyecto inicial de esclavizar a los indios. Si hubieran tenido éxito, podríamos no haber tenido esclavitud africana.
P. Cuenta en su libro que algunos grandes pensadores de los siglos XVIII y XIX defendían la libertad y la esclavitud.
R. Sí, David Hume (filósofo y escritor británico) era accionista de una empresa de comercio de esclavos. Thomas Jefferson, que escribió la Declaración de Independencia de EE UU y defendía que todo ser humano nacía con los mismos derechos, poseía un gran lote de esclavos.
P. ¿Deben los países pedir perdón? Usted cuenta que el expresidente Lula da Silva lo hizo, pero el portugués Marcelo Rebelo de Souza, no.
R. Creo que sí. Es una cuestión de honestidad, algo simbólico, porque fue una masacre. Ahora, dudo si sería posible pagar esta deuda. En África existe ahora una élite heredera de aquellos aliados con los europeos que se beneficiaron de la trata. El rey Ashanti en Ghana suministraba cautivos a ingleses y holandeses. ¿Quién indemniza a quién? Es difícil. Pero una actitud política de pedir perdón es importante. El papa Juan Pablo II lo hizo en Senegal, no por toda la Iglesia, sino por los católicos implicados. También apoyó medidas prácticas, como las cuotas en escuelas y en la Administración, para personas de ascendencia africana. Existe una deuda histórica que debe abordarse con palabras y gestos concretos.
P. Cuenta que hubo un tiempo en que por cada cien habitantes de Brasil, 86 eran esclavos. ¿Por qué no se rebelaron?
R. Había manuales que aconsejaban a los agricultores que no mantuvieran grupos del mismo origen, cultura, idioma o región. Esto les impidió organizarse. Y había un sistema de recompensa y castigo. El rebelde era azotado; el cooperativo ganaba tiempo libre semanal, el derecho a cultivar un huerto, ir a misa y ganar su propia manumisión (su libertad). La principal forma de resistencia era tratar de ocupar los espacios que la sociedad le daba al esclavo para acercarse al universo de los blancos, como las hermandades religiosas. Hubo un blanqueamiento cultural: cuanto más rápido se alejara de la cultura africana, más ventajoso sería.
P. ¿Ha consultado testimonios de esclavos?
R. Poco. Desafortunadamente la historia de la esclavitud es contada por los blancos. Hay algunos testimonios y biografías relativamente raros. Otra fuente preciosa para escuchar a los esclavos son las preguntas de la policía cuando fueron acusados de delitos. Todo lo que se sabe de Palmares, el principal quilombo (asentamiento creado por esclavos huidos en Brasil) son expediciones militares.
https://elpais.com/internacional/2019/11/19/actualidad/1574201523_512609.html
La esclavitud ha existido desde los albores de la historia, pero solo alcanzó escala industrial cuando los europeos trajeron por la fuerza a 12,5 millones de africanos a América. El desarrollo del continente habría sido imposible sin la explotación de los supervivientes. Escravidão (Esclavitud), del escritor y periodista Laurentino Gomes (Maringá, 63 años), es uno de los libros del momento en Brasil, un fascinante reportaje sobre un episodio histórico cuyo legado está presente en la desigualdad en el último país americano que abolió la esclavitud. El autor sostiene, en una entrevista en São Paulo con motivo del Día de la Conciencia Negra (el 20 de noviembre), que los países implicados deberían pedir perdón.
Pregunta. ¿Aprendió más con su trilogía sobre la fundación de Brasil o ahora con la esclavitud?
Respuesta. La anterior me ayudó a comprender cómo fue la construcción del Estado brasileño en el siglo XIX tras romper lazos con Portugal. Pero si quieres entender Brasil en una dimensión más profunda, debes estudiar la esclavitud, el tema más importante de nuestra historia. Todo lo que fuimos, somos y lo que nos gustaría ser tiene que ver con la esclavitud. Con casi cinco millones de cautivos africanos, fue el mayor territorio esclavo de América y el último en poner fin a la trata, en 1850, y a la esclavitud, en 1888. El país fue construido por esclavos en todos los sectores económicos, azúcar, oro, diamantes, café. Los abolicionistas del siglo XIX argumentaron que Brasil necesitaba hacer dos aboliciones: dejar de comerciar con personas e incorporar a los antiguos esclavos a la sociedad como ciudadanos, dándoles tierra, empleo y educación. Brasil nunca ha hecho esto.
P. ¿Por qué?
R. Brasil se convirtió en un paria internacional como Sudáfrica durante el apartheid. La Ley áurea (que ilegaliza la esclavitud) busca librarle de esta mancha, pero nunca hizo ningún esfuerzo por incorporar a los afrodescendientes porque significaba la renuncia de privilegios y riquezas. Por eso somos uno de los países más segregados del mundo, aunque no tuviéramos leyes de segregación racial como las de EE UU. Si mides Brasil con cualquier criterio, ingresos, empleo, seguridad pública, existe un abismo entre las oportunidades para la población blanca y la negra. Aunque desarrollamos el mito de que éramos una gran democracia racial, las manifestaciones de racismo son explícitas en las redes sociales y en el discurso del presidente de la República.
P. ¿Cuál es la traducción práctica de la segunda abolición en Brasil?
R. Si la riqueza de las naciones ya no son los recursos naturales sino el capital humano, Brasil nunca será un país decente mientras la gran mayoría de la población (negra) carezca de educación, salud y trabajo decentes. Afrontar la desigualdad social en Brasil es sinónimo de segunda abolición, porque la mayoría de los pobres son negros. Por eso digo que no es solo una reparación histórica, sino una inversión en el futuro. Esta es la principal agenda política en el futuro, incluso si tenemos un Gobierno hostil. Este es un tema atrapado en el siglo XIX. Cualquier Gobierno, partido político o campaña electoral enfrentará este legado.
P. ¿Cuál es la mayor diferencia entre la esclavitud de América y el cautiverio en el mundo?
R. Existió en el antiguo Egipto, Babilonia, la antigua Grecia y en África antes de la llegada de los europeos. La primera novedad es la escala industrial, con 12,5 millones de personas embarcadas en unos 35.000 viajes al Nuevo Mundo. La segunda, el nacimiento del racismo: es la primera vez en la historia que se asocia la esclavitud a la piel negra. Existe toda una ideología para decir que los africanos eran salvajes y que lo mejor que podía pasarles era ser esclavizados para incorporarlos a la supuesta civilización europea instalada en los trópicos.
P. La Iglesia católica distinguía entre indios y africanos.
R. Hubo una discusión filosófica y teológica sobre si esclavizar o no a los indios, pero la realidad es que fueron masacrados. Portugueses y españoles no pudieron llevar a cabo su proyecto inicial de esclavizar a los indios. Si hubieran tenido éxito, podríamos no haber tenido esclavitud africana.
P. Cuenta en su libro que algunos grandes pensadores de los siglos XVIII y XIX defendían la libertad y la esclavitud.
R. Sí, David Hume (filósofo y escritor británico) era accionista de una empresa de comercio de esclavos. Thomas Jefferson, que escribió la Declaración de Independencia de EE UU y defendía que todo ser humano nacía con los mismos derechos, poseía un gran lote de esclavos.
P. ¿Deben los países pedir perdón? Usted cuenta que el expresidente Lula da Silva lo hizo, pero el portugués Marcelo Rebelo de Souza, no.
R. Creo que sí. Es una cuestión de honestidad, algo simbólico, porque fue una masacre. Ahora, dudo si sería posible pagar esta deuda. En África existe ahora una élite heredera de aquellos aliados con los europeos que se beneficiaron de la trata. El rey Ashanti en Ghana suministraba cautivos a ingleses y holandeses. ¿Quién indemniza a quién? Es difícil. Pero una actitud política de pedir perdón es importante. El papa Juan Pablo II lo hizo en Senegal, no por toda la Iglesia, sino por los católicos implicados. También apoyó medidas prácticas, como las cuotas en escuelas y en la Administración, para personas de ascendencia africana. Existe una deuda histórica que debe abordarse con palabras y gestos concretos.
P. Cuenta que hubo un tiempo en que por cada cien habitantes de Brasil, 86 eran esclavos. ¿Por qué no se rebelaron?
R. Había manuales que aconsejaban a los agricultores que no mantuvieran grupos del mismo origen, cultura, idioma o región. Esto les impidió organizarse. Y había un sistema de recompensa y castigo. El rebelde era azotado; el cooperativo ganaba tiempo libre semanal, el derecho a cultivar un huerto, ir a misa y ganar su propia manumisión (su libertad). La principal forma de resistencia era tratar de ocupar los espacios que la sociedad le daba al esclavo para acercarse al universo de los blancos, como las hermandades religiosas. Hubo un blanqueamiento cultural: cuanto más rápido se alejara de la cultura africana, más ventajoso sería.
P. ¿Ha consultado testimonios de esclavos?
R. Poco. Desafortunadamente la historia de la esclavitud es contada por los blancos. Hay algunos testimonios y biografías relativamente raros. Otra fuente preciosa para escuchar a los esclavos son las preguntas de la policía cuando fueron acusados de delitos. Todo lo que se sabe de Palmares, el principal quilombo (asentamiento creado por esclavos huidos en Brasil) son expediciones militares.
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domingo, 1 de diciembre de 2019
Lev Landáu, el niño prodigio ruso referente mundial de la Física
Empezó la universidad con 14 años y sus investigaciones y descubrimientos sobre todas las ramas de la Física Teórica le hicieron merecedor del Premio Nobel en 1962
Recordado por sus compañeros de colegio como un chico tímido e introvertido, Lev Landáu creció con una compañera que se volvió inseparable en su vida: las matemáticas. Lejos de sentirse traumatizado por su soledad en la infancia, de adulto reconoció que le costaba pensar en algún momento de niño en el que no hubiera estado familiarizado con el cálculo infinitesimal.
Y es que Lev nació en un terreno abonado para la ciencia, con un padre ingeniero de la industria petrolera y una madre doctora en Medicina. Él se convirtió en un niño prodigio y contribuyó a la saga de grandes científicos y premios Nobel de la antigua Unión Soviética con un currículo inmaculado que lo llevó a la universidad con solo 14 años y a publicar su primer trabajo de investigación a los 18.
La posibilidad de viajar y aprender en los institutos científicos y en las universidades más prestigiosas del mundo hicieron el resto, hasta convertir a Lev Landáu en una figura clave de la Física Teórica del siglo XX y en uno de los mejores científicos de la historia. Sus investigaciones, pero sobre todo sus descubrimientos, lo llevaron a recibir el Premio Nobel de Física en 1962 por su teoría matemática sobre el comportamiento del helio superfluido a temperaturas cercanas al cero absoluto.
Lev Davídovich Landáu nació el 22 de enero de 1908, en Bakú, actual capital de Azerbaiyán y en aquel tiempo perteneciente al Imperio Ruso.
Acabó sus estudios de Secundaria con 13 años, pero tuvo que esperar uno más para acceder a la universidad, donde se matriculó simultáneamente en dos facultades: la de Ciencias Físicas y Matemáticas y la de Química. En 1924 se trasladó a la Universidad Estatal de Leningrado, considerada el centro de la Física soviética y, tras graduarse en 1927, se dedicó a la investigación en el Instituto Físico Técnico de Leningrado.
Landáu obtuvo una beca Rockefeller complementada con otra del Gobierno soviético con las que pudo visitar centros de investigación en Zúrich, Cambridge y Copenhague. Sus viajes le permitieron estudiar con el premio nobel Niels Bohr, que ejerció una gran influencia en el joven físico, y conversar con Albert Einstein.
De regreso a la Unión Soviética, Landáu fue jefe del Departamento de Teoría del Instituto Físico-Técnico de Ucrania en Kharkov entre 1932 y 1937, y después jefe del Departamento de Teoría del Instituto de Problemas Físicos de la Academia de Ciencias de la URSS en Moscú, cargo que compaginó con la enseñanza de Física Teórica.
Por motivos ideológicos, Landáu se vio forzado a abandonar Ucrania en 1937 y fue arrestado por el KGB y condenado a 10 años de prisión. La amistad con otros científicos cercanos al Gobierno le permitieron salir en libertad un año después, si bien después se demostró que fue un antiguo alumno suyo quien, por venganza, lo denunció de manera falsa como espía alemán.
A partir de ese momento sus escritos sobre materias relacionadas con la investigación de los fenómenos físicos incluyen alrededor de cien artículos y numerosos libros, entre los que se encuentra el ampliamente conocido Curso de Física Teórica, que contiene nueve tomos, y que fue publicado en 1943 junto al también científico ruso Yevgueni Mijáilovich Lifshitz.
Entre las aportaciones realizadas por Landáu a la ciencia están la teoría termodinámica de las transiciones de fase de segundo grado; la teoría macroscópica de la superfluidez del helio líquido -lo que valió el Premio Nobel de Física en 1962-; la teoría de los aludes de las tormentas electrónicas; la teoría de la turbulencia y la física de las bajas temperaturas, la teoría del plasma, la energía de las estrellas, el neutrino, la teoría cuántica, así como el descubrimiento de las estrellas de neutrones.
La URSS inició un proyecto de investigación cuyo objetivo era la construcción de la bomba atómica, algo que se aceleró a partir de la tragedia de Hiroshima. Landáu participó en el proyecto como matemático calculando las ecuaciones de la dinámica de la bomba termonuclear. En 1958 se hicieron públicos parte de esos trabajos, mostrando aspectos novedosos como la superconductividad, la física de partículas elementales y ruptura de simetría.
Además del Premio Nobel recibió otros reconocimientos, como tres premios de Estado, ser denominado Héroe del Trabajo y un Premio Lenin, todos ellos en la Unión Soviética. Fuera de las fronteras de la antigua URSS fue miembro de la Royal Society de Londres, Medalla Max Planck, premio Fritz London de la Real Academia de Ciencias de Dinamarca, de la Real Academia de Ciencias de los Países Bajos, Asociado en el Extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, Miembro Honorario de la Academia Americana de Artes y Ciencias, de la Sociedad Física (Londres), y de la Sociedad Física de Francia.
El 7 de enero de 1962 Lev Landáu sufrió un accidente de coche al chocar contra un camión cuando conducía su pequeño automóvil. A partir de ese momento no volvió a ser el mismo e incluso estuvo en varias ocasiones al borde de la muerte. Se retiró de sus investigaciones aunque de vez en cuando siguió visitando el instituto de investigación. Murió en Moscú el 1 de abril de 1968, a los 60 años, y fue enterrado en el cementerio Novodévichi, el más céntrico y famoso de la capital rusa, que forma parte del monasterio del siglo XVI que lo alberga y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2004.
El reconocimiento a su trascendental legado científico va más allá de sus investigaciones, teorías y descubrimientos, ya que Lev Landáu tiene un cráter en la Luna con su nombre y el asteroide 2142 también lo recuerda, llamándose Landáu en homenaje al físico ruso.
https://elpais.com/elpais/2019/01/22/ciencia/1548144054_106966.html
Recordado por sus compañeros de colegio como un chico tímido e introvertido, Lev Landáu creció con una compañera que se volvió inseparable en su vida: las matemáticas. Lejos de sentirse traumatizado por su soledad en la infancia, de adulto reconoció que le costaba pensar en algún momento de niño en el que no hubiera estado familiarizado con el cálculo infinitesimal.
Y es que Lev nació en un terreno abonado para la ciencia, con un padre ingeniero de la industria petrolera y una madre doctora en Medicina. Él se convirtió en un niño prodigio y contribuyó a la saga de grandes científicos y premios Nobel de la antigua Unión Soviética con un currículo inmaculado que lo llevó a la universidad con solo 14 años y a publicar su primer trabajo de investigación a los 18.
La posibilidad de viajar y aprender en los institutos científicos y en las universidades más prestigiosas del mundo hicieron el resto, hasta convertir a Lev Landáu en una figura clave de la Física Teórica del siglo XX y en uno de los mejores científicos de la historia. Sus investigaciones, pero sobre todo sus descubrimientos, lo llevaron a recibir el Premio Nobel de Física en 1962 por su teoría matemática sobre el comportamiento del helio superfluido a temperaturas cercanas al cero absoluto.
Lev Davídovich Landáu nació el 22 de enero de 1908, en Bakú, actual capital de Azerbaiyán y en aquel tiempo perteneciente al Imperio Ruso.
Acabó sus estudios de Secundaria con 13 años, pero tuvo que esperar uno más para acceder a la universidad, donde se matriculó simultáneamente en dos facultades: la de Ciencias Físicas y Matemáticas y la de Química. En 1924 se trasladó a la Universidad Estatal de Leningrado, considerada el centro de la Física soviética y, tras graduarse en 1927, se dedicó a la investigación en el Instituto Físico Técnico de Leningrado.
Landáu obtuvo una beca Rockefeller complementada con otra del Gobierno soviético con las que pudo visitar centros de investigación en Zúrich, Cambridge y Copenhague. Sus viajes le permitieron estudiar con el premio nobel Niels Bohr, que ejerció una gran influencia en el joven físico, y conversar con Albert Einstein.
De regreso a la Unión Soviética, Landáu fue jefe del Departamento de Teoría del Instituto Físico-Técnico de Ucrania en Kharkov entre 1932 y 1937, y después jefe del Departamento de Teoría del Instituto de Problemas Físicos de la Academia de Ciencias de la URSS en Moscú, cargo que compaginó con la enseñanza de Física Teórica.
Por motivos ideológicos, Landáu se vio forzado a abandonar Ucrania en 1937 y fue arrestado por el KGB y condenado a 10 años de prisión. La amistad con otros científicos cercanos al Gobierno le permitieron salir en libertad un año después, si bien después se demostró que fue un antiguo alumno suyo quien, por venganza, lo denunció de manera falsa como espía alemán.
A partir de ese momento sus escritos sobre materias relacionadas con la investigación de los fenómenos físicos incluyen alrededor de cien artículos y numerosos libros, entre los que se encuentra el ampliamente conocido Curso de Física Teórica, que contiene nueve tomos, y que fue publicado en 1943 junto al también científico ruso Yevgueni Mijáilovich Lifshitz.
Entre las aportaciones realizadas por Landáu a la ciencia están la teoría termodinámica de las transiciones de fase de segundo grado; la teoría macroscópica de la superfluidez del helio líquido -lo que valió el Premio Nobel de Física en 1962-; la teoría de los aludes de las tormentas electrónicas; la teoría de la turbulencia y la física de las bajas temperaturas, la teoría del plasma, la energía de las estrellas, el neutrino, la teoría cuántica, así como el descubrimiento de las estrellas de neutrones.
La URSS inició un proyecto de investigación cuyo objetivo era la construcción de la bomba atómica, algo que se aceleró a partir de la tragedia de Hiroshima. Landáu participó en el proyecto como matemático calculando las ecuaciones de la dinámica de la bomba termonuclear. En 1958 se hicieron públicos parte de esos trabajos, mostrando aspectos novedosos como la superconductividad, la física de partículas elementales y ruptura de simetría.
Además del Premio Nobel recibió otros reconocimientos, como tres premios de Estado, ser denominado Héroe del Trabajo y un Premio Lenin, todos ellos en la Unión Soviética. Fuera de las fronteras de la antigua URSS fue miembro de la Royal Society de Londres, Medalla Max Planck, premio Fritz London de la Real Academia de Ciencias de Dinamarca, de la Real Academia de Ciencias de los Países Bajos, Asociado en el Extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, Miembro Honorario de la Academia Americana de Artes y Ciencias, de la Sociedad Física (Londres), y de la Sociedad Física de Francia.
El 7 de enero de 1962 Lev Landáu sufrió un accidente de coche al chocar contra un camión cuando conducía su pequeño automóvil. A partir de ese momento no volvió a ser el mismo e incluso estuvo en varias ocasiones al borde de la muerte. Se retiró de sus investigaciones aunque de vez en cuando siguió visitando el instituto de investigación. Murió en Moscú el 1 de abril de 1968, a los 60 años, y fue enterrado en el cementerio Novodévichi, el más céntrico y famoso de la capital rusa, que forma parte del monasterio del siglo XVI que lo alberga y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2004.
El reconocimiento a su trascendental legado científico va más allá de sus investigaciones, teorías y descubrimientos, ya que Lev Landáu tiene un cráter en la Luna con su nombre y el asteroide 2142 también lo recuerda, llamándose Landáu en homenaje al físico ruso.
https://elpais.com/elpais/2019/01/22/ciencia/1548144054_106966.html
sábado, 30 de noviembre de 2019
JARED DIAMOND Jared Diamond: “El riesgo de una guerra nuclear por error es mayor ahora que en 1980”
El geógrafo estadounidense publica 'Crisis', un libro donde compara los declives colectivos de los países con los naufragios personales
Jared Diamond (Boston, Estados Unidos, 82 años) confía en las palabras de Churchill: “¡Nunca desperdicies una buena crisis!”. Diamond aprovechó las suyas. Ha tenido varias y por variadas razones: por temor a fracasar como científico de laboratorio, por afán de explorar otros campos (se pasó a la Geografía), por hundimiento de su primer matrimonio. De todo ese camino vital que ha recorrido en estas décadas, y de un segundo emparejamiento con una psicóloga clínica, ha extraído lecciones con las que ha armado su nuevo libro, Crisis (Debate, traducido por María Serrano), donde compara los declives colectivos de los países con los naufragios personales. Las naciones también necesitan una terapia que, como en cualquier crisis individual, requiere el reconocimiento del problema, la asunción de responsabilidades y la aceptación de ayuda, entre otras medidas.
La terapia de crisis surgió a raíz de un incendio ocurrido en una sala de fiestas de Boston en 1942. Murieron 492 personas. La ciudad sufrió un shock. El psiquiatra Erich Lindemann empezó a desplegar un método para abordar aquellos traumas con rapidez y precisión. Nada de escarbar hasta el Pleistoceno superior de cada vida ni de eternizar las sesiones. Buena parte de esas recomendaciones han sido trasladadas y adaptadas por Diamond en su listado de los 12 factores que influyen en el desenlace de desestabilizaciones políticas. Una suerte de guía práctica para gobernantes en crisis. “Si estás en una situación de crisis, lo primero que tienes que hacer es reconocer que lo estás. En mi país tenemos a este presidente super estúpido que es Trump, que niega que EE UU esté en crisis, sobre todo niega las que pueda haber causado él”.
Diamond, catedrático de Geografía de la Universidad de California, ha elegido siete países que han sufrido crisis agudas en el siglo XX por diferentes razones, como la Alemania renuente a aceptar su responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial, la Finlandia que aprendió a convivir con su antiguo invasor ruso o el Japón que se abrió al mundo occidental. Otro de ellos es el Chile que apostó por el consenso para superar la dictadura de Pinochet y al que ahora ha regresado la violencia. “Las crisis personales aquí son muy buen ejemplo. Si resuelves una crisis matrimonial, ¿te garantiza eso que vas a ser feliz el resto de tu vida con tu marido? No. En Chile, lo que está ocurriendo ahora mismo, hay que relacionarlo con lo que pasó entre 1968 y 1990, los cambios económicos durante la era de Pinochet han causado mucha más desigualdad en el país”.
Militares chilenos durante el golpe de Estado de 1973. CHAS GERRETSEN MUSEO DE FOTOGRAFÍA DE HOLANDA
Una de las medidas propuestas para superar crisis es el reforzamiento del orgullo nacional. “Un cierto grado de identidad nacional es necesario, demasiada identidad nacional es un problema. Alemania, en la década de los treinta del siglo XX, tenía demasiada identidad nacional. Para la España actual podríamos decir que necesita más identidad nacional, que incluya no solo a los castellanos sino a los catalanes, a los vascos y a los gallegos”. España no figura en la lista de países analizados en el ensayo, pero Diamond tiene algunos elogios (la trascendencia histórica, la relevancia de sus artistas o la gestión de la Transición) y algunos consejos. “Hay que buscar modelos. Si tienes un problema personal, buscas otra gente que también lo haya tenido y lo haya resuelto. Si tienes un problema a nivel nacional busca otros países con problemas parecidos para ver como los han resuelto. España no es el primer país de la historia del mundo que ha tenido que enfrentarse a un movimiento secesionista y podría aprender de los países que lo han resuelto bien”. Diamond cita los ejemplos de Canadá y Holanda, que optaron por políticas para atraer a los independentistas. Y concluye: “Ayudaría muchísimo que hubiese un presidente del Gobierno catalán”.
Antes de enviar a los países al diván, Diamond se hizo famoso con una obra, Armas, gérmenes y acero, que mereció el Pulitzer en 1998. Es un ensayista que entusiasma por igual a Bill Clinton y a Bill Gates. Y que, pese a advertir de que el colapso de la humanidad puede estar a la vuelta de la esquina si no se enderezan algunos rumbos (el nuclear, el climático, el extractivo...), conserva cierto optimismo sobre el futuro de la especie. Solo la reelección de Trump en 2020 le haría apearse de ese tono entre prudente y esperanzado. “Vivir en un país con Trump me recuerda de alguna manera a la Alemania de 1933 o la Italia de 1922. Nos preocupa mucho el tema, igual por nuestra historia familiar, más que a otros americanos”, expone en referencia a sus orígenes judíos. “El mundo tiene problemas graves, es posible resolverlos. Cada vez más empresas y más gente se ocupan de intentar solucionarlos, por eso podemos ser optimistas, pero los problemas están haciéndose cada vez más grandes”.
En la cúspide de amenazas, sitúa el riesgo nuclear debido a todo el camino desandado en las últimas décadas. “La situación más peligrosa fue 1962 con la crisis de los misiles en Cuba, pero EE UU y Rusia aprendieron de esa crisis a estar en un constante diálogo. Sin embargo, desde el final de la guerra fría y la caída del muro de Berlín, cada vez hablan menos EE UU y Rusia. El riesgo de una guerra nuclear por error es ahora mayor que en 1980. Y hay riesgos más serios como India y Pakistán, EE UU y Corea del Norte o Irán e Israel”.
En otro de sus ensayos más célebres, Colapso, Diamond indagaba en las civilizaciones que habían desaparecido del planeta sin dejar huella. Ahora teme que la humanidad esté en la cuenta atrás hacia un colapso generalizado. “Si los problemas de un consumo no sostenible continúan a este ritmo, en pocas décadas habremos agotado los bosques, los bancos de pesca, la tierra cultivable, el agua potable… Hay unas pocas décadas para resolver los problemas. Si no hay una guerra nuclear, no va a morir en 2050 toda la humanidad, pero nos arriesgamos a no poder sostener una civilización de primer mundo más tiempo”, reflexiona. “En 2050, si no pasamos a un crecimiento sostenible, la gente a la que le va a ir bien serán mis amigos de Nueva Guinea porque saben fabricar herramientas con piedras y cultivar la tierra”.
https://elpais.com/cultura/2019/11/19/actualidad/1574187432_850154.html
Jared Diamond (Boston, Estados Unidos, 82 años) confía en las palabras de Churchill: “¡Nunca desperdicies una buena crisis!”. Diamond aprovechó las suyas. Ha tenido varias y por variadas razones: por temor a fracasar como científico de laboratorio, por afán de explorar otros campos (se pasó a la Geografía), por hundimiento de su primer matrimonio. De todo ese camino vital que ha recorrido en estas décadas, y de un segundo emparejamiento con una psicóloga clínica, ha extraído lecciones con las que ha armado su nuevo libro, Crisis (Debate, traducido por María Serrano), donde compara los declives colectivos de los países con los naufragios personales. Las naciones también necesitan una terapia que, como en cualquier crisis individual, requiere el reconocimiento del problema, la asunción de responsabilidades y la aceptación de ayuda, entre otras medidas.
La terapia de crisis surgió a raíz de un incendio ocurrido en una sala de fiestas de Boston en 1942. Murieron 492 personas. La ciudad sufrió un shock. El psiquiatra Erich Lindemann empezó a desplegar un método para abordar aquellos traumas con rapidez y precisión. Nada de escarbar hasta el Pleistoceno superior de cada vida ni de eternizar las sesiones. Buena parte de esas recomendaciones han sido trasladadas y adaptadas por Diamond en su listado de los 12 factores que influyen en el desenlace de desestabilizaciones políticas. Una suerte de guía práctica para gobernantes en crisis. “Si estás en una situación de crisis, lo primero que tienes que hacer es reconocer que lo estás. En mi país tenemos a este presidente super estúpido que es Trump, que niega que EE UU esté en crisis, sobre todo niega las que pueda haber causado él”.
Diamond, catedrático de Geografía de la Universidad de California, ha elegido siete países que han sufrido crisis agudas en el siglo XX por diferentes razones, como la Alemania renuente a aceptar su responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial, la Finlandia que aprendió a convivir con su antiguo invasor ruso o el Japón que se abrió al mundo occidental. Otro de ellos es el Chile que apostó por el consenso para superar la dictadura de Pinochet y al que ahora ha regresado la violencia. “Las crisis personales aquí son muy buen ejemplo. Si resuelves una crisis matrimonial, ¿te garantiza eso que vas a ser feliz el resto de tu vida con tu marido? No. En Chile, lo que está ocurriendo ahora mismo, hay que relacionarlo con lo que pasó entre 1968 y 1990, los cambios económicos durante la era de Pinochet han causado mucha más desigualdad en el país”.
Militares chilenos durante el golpe de Estado de 1973. CHAS GERRETSEN MUSEO DE FOTOGRAFÍA DE HOLANDA
Una de las medidas propuestas para superar crisis es el reforzamiento del orgullo nacional. “Un cierto grado de identidad nacional es necesario, demasiada identidad nacional es un problema. Alemania, en la década de los treinta del siglo XX, tenía demasiada identidad nacional. Para la España actual podríamos decir que necesita más identidad nacional, que incluya no solo a los castellanos sino a los catalanes, a los vascos y a los gallegos”. España no figura en la lista de países analizados en el ensayo, pero Diamond tiene algunos elogios (la trascendencia histórica, la relevancia de sus artistas o la gestión de la Transición) y algunos consejos. “Hay que buscar modelos. Si tienes un problema personal, buscas otra gente que también lo haya tenido y lo haya resuelto. Si tienes un problema a nivel nacional busca otros países con problemas parecidos para ver como los han resuelto. España no es el primer país de la historia del mundo que ha tenido que enfrentarse a un movimiento secesionista y podría aprender de los países que lo han resuelto bien”. Diamond cita los ejemplos de Canadá y Holanda, que optaron por políticas para atraer a los independentistas. Y concluye: “Ayudaría muchísimo que hubiese un presidente del Gobierno catalán”.
Antes de enviar a los países al diván, Diamond se hizo famoso con una obra, Armas, gérmenes y acero, que mereció el Pulitzer en 1998. Es un ensayista que entusiasma por igual a Bill Clinton y a Bill Gates. Y que, pese a advertir de que el colapso de la humanidad puede estar a la vuelta de la esquina si no se enderezan algunos rumbos (el nuclear, el climático, el extractivo...), conserva cierto optimismo sobre el futuro de la especie. Solo la reelección de Trump en 2020 le haría apearse de ese tono entre prudente y esperanzado. “Vivir en un país con Trump me recuerda de alguna manera a la Alemania de 1933 o la Italia de 1922. Nos preocupa mucho el tema, igual por nuestra historia familiar, más que a otros americanos”, expone en referencia a sus orígenes judíos. “El mundo tiene problemas graves, es posible resolverlos. Cada vez más empresas y más gente se ocupan de intentar solucionarlos, por eso podemos ser optimistas, pero los problemas están haciéndose cada vez más grandes”.
En la cúspide de amenazas, sitúa el riesgo nuclear debido a todo el camino desandado en las últimas décadas. “La situación más peligrosa fue 1962 con la crisis de los misiles en Cuba, pero EE UU y Rusia aprendieron de esa crisis a estar en un constante diálogo. Sin embargo, desde el final de la guerra fría y la caída del muro de Berlín, cada vez hablan menos EE UU y Rusia. El riesgo de una guerra nuclear por error es ahora mayor que en 1980. Y hay riesgos más serios como India y Pakistán, EE UU y Corea del Norte o Irán e Israel”.
En otro de sus ensayos más célebres, Colapso, Diamond indagaba en las civilizaciones que habían desaparecido del planeta sin dejar huella. Ahora teme que la humanidad esté en la cuenta atrás hacia un colapso generalizado. “Si los problemas de un consumo no sostenible continúan a este ritmo, en pocas décadas habremos agotado los bosques, los bancos de pesca, la tierra cultivable, el agua potable… Hay unas pocas décadas para resolver los problemas. Si no hay una guerra nuclear, no va a morir en 2050 toda la humanidad, pero nos arriesgamos a no poder sostener una civilización de primer mundo más tiempo”, reflexiona. “En 2050, si no pasamos a un crecimiento sostenible, la gente a la que le va a ir bien serán mis amigos de Nueva Guinea porque saben fabricar herramientas con piedras y cultivar la tierra”.
https://elpais.com/cultura/2019/11/19/actualidad/1574187432_850154.html
viernes, 29 de noviembre de 2019
Lo que hemos aprendido gracias a seis personas que solo tienen medio cerebro
Una comparación entre personas a las que se les extirpó la mitad del cerebro durante la niñez con otras que lo mantienen intacto muestra la capacidad de ese órgano para reorganizarse y seguir funcionando.
A veces nos imaginamos el cerebro como una especie de computadora. Como si se tratase de una máquina sofisticada, a cada región se le atribuye una función esencial para la vida, desde la memoria al lenguaje. Una avería en uno de esos módulos nos arrebataría esa habilidad. Y en ocasiones, es así. Sin embargo, algunos casos extremos muestran que el cerebro es una máquina más versátil de lo que se piensa con muchas facetas aún desconocidas.
Un ejemplo de estos casos excepcionales es el de personas que viven con casi total normalidad con solo medio cerebro. En algunos niños con casos muy graves de epilepsia, que tienen varios ataques al día y en los que el origen del daño está localizado, se aplica una cirugía radical que consiste en extirpar todo un hemisferio del cerebro. Después de la operación, los pacientes pierden la movilidad de la mano opuesta al hemisferio extraído y la misma mitad del campo visual. Sin embargo, mantienen la capacidad para caminar, razonar o memorizar, y aunque a veces pueden tener problemas con el habla la suelen recuperar.
Estudiar a estas personas excepcionales puede ayudar a entender cómo funciona el cerebro más allá de la antigua imagen que relaciona regiones y capacidades. Esto es lo que ha hecho un equipo del Instituto Tecnológico de California (Caltech) que publica sus resultados hoy en la revista Cell Reports. Los investigadores reclutaron a seis participantes en la veintena y la treintena a los que se les habría extraído uno de sus hemisferios cerebrales durante su infancia, entre los 3 meses y los once años de edad. Junto a otros seis voluntarios con ambos hemisferios como grupo para comparar, se les introdujo en una máquina de resonancia magnética funcional, que permite ver el interior del cerebro en acción.
Dorit Kliemann, investigadora de Caltech y primera autora del artículo, destaca que los voluntarios con solo medio cerebro tenían “las capacidades lingüísticas intactas” y casi “se podía olvidar su dolencia cuando les conocías”. Eso hacía aún más sorprendente ver en el escáner que dentro de su cabeza solo había medio cerebro.
Los autores observaron las redes del cerebro relacionadas con el control de la visión, el movimiento, el razonamiento o las emociones. Antes de ver los resultados pensaban que las personas con un solo hemisferio tendrían conexiones más débiles entre estas zonas porque, en condiciones normales, muchas de esas redes requieren conexiones entre las dos mitades del cerebro. Sin embargo, la conectividad global parecía normal, e incluso vieron conexiones entre las distintas redes más fuertes que en los sujetos empleados como control que tenían los dos hemisferios intactos.
"El trabajo, con sus limitaciones, tiene interés en la línea de romper con la idea clásica de que distintas regiones del cerebro tienen funciones concretas. No tiene mucho sentido buscar la región del lenguaje, de la ira o la inteligencia. Cada vez más estudios nos enseñan que el cerebro es un conjunto que puede funcionar de muchas maneras”, comenta Sandra Jurado, investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante (UMH-CSIC). Esto se ve, por ejemplo, en personas a las que han extraído el hemisferio izquierdo, que se describe como el hemisferio del lenguaje. “Estas personas, aunque con dificultad, pueden recuperar la capacidad del lenguaje, así que el hemisferio derecho puede realizar esas funciones”, añade Jurado.
Además, Jurado menciona un detalle que los investigadores no destacan en su estudio porque la muestra de solo seis personas hace excesiva una generalización. “Lo que me parece más provocador de estos resultados es la idea de que en esos pocos pacientes las regiones del mismo hemisferio están más conectadas. Esa mayor conectividad indicaría que tienen mayor capacidad cognitiva, que tienen mayor capacidad de interacción social y realizan algunas tareas mejor que los que tienen los dos hemisferios”, señala.
Los autores del trabajo afirman que el conocimiento del modo en que el cerebro se reorganiza para compensar lesiones, incluso tan graves como las de estos niños epilépticos, puede ayudar a diseñar mejores estrategias para ayudar a personas con daños neurológicos graves.
https://elpais.com/elpais/2019/11/19/ciencia/1574179325_069769.html?rel=lom
A veces nos imaginamos el cerebro como una especie de computadora. Como si se tratase de una máquina sofisticada, a cada región se le atribuye una función esencial para la vida, desde la memoria al lenguaje. Una avería en uno de esos módulos nos arrebataría esa habilidad. Y en ocasiones, es así. Sin embargo, algunos casos extremos muestran que el cerebro es una máquina más versátil de lo que se piensa con muchas facetas aún desconocidas.
Un ejemplo de estos casos excepcionales es el de personas que viven con casi total normalidad con solo medio cerebro. En algunos niños con casos muy graves de epilepsia, que tienen varios ataques al día y en los que el origen del daño está localizado, se aplica una cirugía radical que consiste en extirpar todo un hemisferio del cerebro. Después de la operación, los pacientes pierden la movilidad de la mano opuesta al hemisferio extraído y la misma mitad del campo visual. Sin embargo, mantienen la capacidad para caminar, razonar o memorizar, y aunque a veces pueden tener problemas con el habla la suelen recuperar.
Estudiar a estas personas excepcionales puede ayudar a entender cómo funciona el cerebro más allá de la antigua imagen que relaciona regiones y capacidades. Esto es lo que ha hecho un equipo del Instituto Tecnológico de California (Caltech) que publica sus resultados hoy en la revista Cell Reports. Los investigadores reclutaron a seis participantes en la veintena y la treintena a los que se les habría extraído uno de sus hemisferios cerebrales durante su infancia, entre los 3 meses y los once años de edad. Junto a otros seis voluntarios con ambos hemisferios como grupo para comparar, se les introdujo en una máquina de resonancia magnética funcional, que permite ver el interior del cerebro en acción.
Dorit Kliemann, investigadora de Caltech y primera autora del artículo, destaca que los voluntarios con solo medio cerebro tenían “las capacidades lingüísticas intactas” y casi “se podía olvidar su dolencia cuando les conocías”. Eso hacía aún más sorprendente ver en el escáner que dentro de su cabeza solo había medio cerebro.
Los autores observaron las redes del cerebro relacionadas con el control de la visión, el movimiento, el razonamiento o las emociones. Antes de ver los resultados pensaban que las personas con un solo hemisferio tendrían conexiones más débiles entre estas zonas porque, en condiciones normales, muchas de esas redes requieren conexiones entre las dos mitades del cerebro. Sin embargo, la conectividad global parecía normal, e incluso vieron conexiones entre las distintas redes más fuertes que en los sujetos empleados como control que tenían los dos hemisferios intactos.
"El trabajo, con sus limitaciones, tiene interés en la línea de romper con la idea clásica de que distintas regiones del cerebro tienen funciones concretas. No tiene mucho sentido buscar la región del lenguaje, de la ira o la inteligencia. Cada vez más estudios nos enseñan que el cerebro es un conjunto que puede funcionar de muchas maneras”, comenta Sandra Jurado, investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante (UMH-CSIC). Esto se ve, por ejemplo, en personas a las que han extraído el hemisferio izquierdo, que se describe como el hemisferio del lenguaje. “Estas personas, aunque con dificultad, pueden recuperar la capacidad del lenguaje, así que el hemisferio derecho puede realizar esas funciones”, añade Jurado.
Además, Jurado menciona un detalle que los investigadores no destacan en su estudio porque la muestra de solo seis personas hace excesiva una generalización. “Lo que me parece más provocador de estos resultados es la idea de que en esos pocos pacientes las regiones del mismo hemisferio están más conectadas. Esa mayor conectividad indicaría que tienen mayor capacidad cognitiva, que tienen mayor capacidad de interacción social y realizan algunas tareas mejor que los que tienen los dos hemisferios”, señala.
Los autores del trabajo afirman que el conocimiento del modo en que el cerebro se reorganiza para compensar lesiones, incluso tan graves como las de estos niños epilépticos, puede ayudar a diseñar mejores estrategias para ayudar a personas con daños neurológicos graves.
https://elpais.com/elpais/2019/11/19/ciencia/1574179325_069769.html?rel=lom
jueves, 28 de noviembre de 2019
Gabriel Jackson en mi recuerdo
La noticia del fallecimiento del profesor Gabriel Jackson me la dio por whatsap Carmen Esteban que lo conoció perfectamente en los largos años en que vivio en Barcelona. Fue hacia las diez de la noche del miércoles 6 de noviembre. No me sorprendió porque hace meses me había escrito su hija de que no existía esperanza alguna de recuperación. En aquel momento ya había anunciado el óbito el corresponsal de EL PAIS en Washington, aprovechando la diferencia de horario. Por lo que he visto, la prensa española se ha hecho eco del luctuoso suceso y el mismo periódico publicó el jueves una sentida necrológica de Julián Casanova, felizmente de regreso entre nosotros. También lo ha hecho José Antonio Martínez Soler, un periodista gran amigo de ambos que lo conoció bien. Con él ha desaparecido el tercero de los mejores hispanistas que en los años sesenta del pasado siglo dieron a conocer a los españoles su propia historia frente a los mitos, camelos, medias verdades y distorsiones propagadas por los publicistas a sueldo de la dictadura. No este el lugar, creo, de hacer un repaso a la bibliografía jacksoniana. Sí lo es, en consonancia con la orientación de este blog, de plasmar un mero recuerdo personal.
En este sentido no olvidaré nunca el momento en que por primera vez leí la obra de Jackson que lo hizo instantáneamente famoso: La República española y la guerra civil. La publicó Princeton University Press en 1965. La compré en Glasgow en la primavera del año siguiente. La leí de un tirón mientras convalecía de una hepatitis que me dejó postrado y que me hizo abandonar el curso que allí seguía. Me encantó. Era algo diferente a lo que conocía hasta entonces.
Desde 1958, aproximadamente, había ido reuniendo una pequeña colección de libros sobre la guerra, casi todos prohibidos en España. Eran, en general, de autores alemanes, franceses y de europeos orientales que habían estado en las Brigadas. En mi mochilita había también ensayos historiográficos. Entre ellos el primero fue, en 1961, el que surgió de la tesis doctoral de Manfred Merkes. El segundo el de Hugh Thomas en el mismo año y el tercero, dos años después, el mítico Mito de la Cruzada de Franco de Southworth. No era mucho, pero tampoco era nada. Yo era un jovenzuelo que quería especializarse en la historia y el funcionamiento de las economías de planificación central, algo que como el futuro se encargaría de demostrar no tenía demasido porvenir.
En aquella convalecencia el libro de Jackson fue una revelación. En él aparecía con mayor claridad que en el de Thomas el esfuerzo reformador de la Segunda República y el autor, comprometido con él, no disimulaba sus simpatías.
De nuevo en el extranjero, esta vez en Estados Unidos, fui posiblemente uno de los primeros lectores españoles en sumergirse en las páginas de otro libro de Jackson, aparecido en 1969, en el que narraba sus peripecias en España para conseguir documentación primaria con la cual desentrañar el pasado. Este libro, Historian´s Quest, dibujó unas dificultades con las que no me topé años más tarde gracias al apoyo y los contactos del profesor Enrique Fuentes Quintana.
Lo que no recuerdo es cuándo me encontré con Jackson personalmente. Quizá fuese por mediación de Southworth. Tal vez en alguna de las reuniones de una sociedad de hispanistas norteamericanos. Cuando este presentó su Mito en Barcelona fueron Jackson y servidor quienes lo escoltamos y presentamos. Ambos eran muy amigos y cuando Jackson se trasladó a Barcelona no dejó de visitar a Southworth, que vivía en el pleno centro geogáfico de Francia. Al fallecer, en 2001, Jackson no faltó a su entierro. Yo no pude ir pero sí acudió mi mujer.
En España nos vimos con frecuencia. Venía a Madrid. A veces se quedó en mi casa. Otras se fue a la de alguna conocida. Siempre me “achuchó” (como también lo hizo Manuel Tuñón de Lara) para que no dejase de escribir sobre los años oscuros.
Aunque cambiamos cartas (no muchas, siempre he sido reacio a mantener larga correspondencia excepto con Southworth) la relación no se estableció sobre una base muy fluída hasta que dejé la Comisión Europea. Invitamos a Jackson a pasar con nosotros las fiestas de Navidad. Era un excelente flautista y solía indicar a mi hija los errores que cometia cuando aprendía a tocarla. En los fines de semana solíamos llevarlo a visitar algunas de las bellas ciudades próximas a Bruselas.
Cuando se planteó la posibilidad de hacer un curso sobre la guerra civil en torno al Centro Pablo Iglesias naturalmente eché mano de él (y de Gabriel Cardona, Paul Preston y algún otro) para que vinieran a enriquecerlo con sus experiencias y comentarios. Fue entonces cuando me contó que estaba pensando en solicitar la nacionalidad española. Le había animado el que ya se hubiese concedido a Ian Gibson. Él llevaba muchos años en Barcelona, se sentía muy a gusto en España pero no se decidía, pero me parece que incluso había consultado con algún abogado.
Acudí a un colega en la REPER, Luis Luengo, consejero para Asuntos de Interior y que espero se acuerde de este episodio mejor que servidor. Almorzamos con Gabriel y le animamos. Luis sorteó, si mi memoria no me es infiel, algunos escollos y el Consejo de Ministros terminó aprobando su solicitud. Creo que me dijo que el entonces ministro de Justicia, el profesor Juan Fernando López-Aguilar, aceleró el procedimiento. Con lo que ninguno contaba es con que el juez ante el cual Gabriel debía jurar o prometer la Constitución se eternizó en convocarlo. Al final, no tuvo más remedio que hacerlo. Siempre supuse, pero puedo equivocarme, que no le hacía mucha gracia que un ciudadano norteamericano, de izquierdas, pro-republicano y con claras simpatías por Azaña, pudiera contaminar más aún a los ciudadanos de pro al ponerse en igualdad de condiciones cívicas con ellos.
No escribiré mucho acerca de la obra de Gabriel. No es este el lugar. Sí un pequeño apunte. Jubilado en Barcelona, donde se sentía como el pez en el agua, no se durmió en los laureles, pero tampoco se sometió al ritmo trepidante del “publica o perece” tan en boga en las Universidades norteamericanas y, a lo que parece, hoy también en las nuestras. CRITICA, y en particular el duo Gonzalo Pontón/Carmen Esteban, lo acogieron siempre con inmenso cariño y le atendieron espléndidamente. Pasó años escribiendo una obra de síntesis, Civilización y barbarie en la Europa del siglo XX; se adentró por la novela; hizo obras de resumen sobre historia de España (no hay que olvidar el librito que escribió sobre la España medieval, ricamente ilustrado) y sobre la propia República y la guerra civil; escribió numerosas recensiones; colaboró con artículos en EL PAIS durante largos años. Siempre acudió adonde se le llamara.
Sospecho que esta actividad múltiple debió de dejarle algo insatisfecho porque, ya entrado en años, empezó a pensar en escribir una biografía, aunque no al uso, de Juan Negrín, por quien sentía (como servidor) una gran admiración. Quizá recordando su experiencia de joven doctorando, ni corto ni perezoso entró en contacto con Carmen Negrín y consiguió permiso para bucear en los fondos negrinistas que ella conservaba. El resultado fue una biografía diferente de las demás al uso (como, por ejemplo, las excelentes de Ricardo Miralles y Enrique Moradiellos). Cuando se publicó en 2008, si no recuerdo mal, Gabriel había alcanzado la provecta edad de 87 añitos. Me pidió que la presentase en Barcelona. Había escrito una obra de extrema madurez. Había penetrado en la mente y en el corazón de un personaje nada fácil de comprender y lo había hecho con solo esa agudez que da -aunque a veces no- el paso de los años.
Han tenido que pasar otros diez y empezar yo mismo a acercarme peligrosamente a la edad en que Gabriel nadaba de nuevo en los remolinos de la República y de la guerra civil para comprender el inmenso esfuerzo que invirtió en su última obra. Y ahora, cuando vuelvo a pensar en la República que no pudo ser, de quien más me he acordado en estos dos últimos años ha sido de Gabriel Jackson y de Herbert Southworth.
Descansa, Gabriel, en paz en tu propio país. En España muchos amigos y dos generaciones de historiadores, jóvenes y menos jóvenes, te echaremos siempre de menos.
Ángel Viñas Historiador, economista, diplomático. Es catedrático emérito de la UCM.
Fuente: http://www.angelvinas.es
En este sentido no olvidaré nunca el momento en que por primera vez leí la obra de Jackson que lo hizo instantáneamente famoso: La República española y la guerra civil. La publicó Princeton University Press en 1965. La compré en Glasgow en la primavera del año siguiente. La leí de un tirón mientras convalecía de una hepatitis que me dejó postrado y que me hizo abandonar el curso que allí seguía. Me encantó. Era algo diferente a lo que conocía hasta entonces.
Desde 1958, aproximadamente, había ido reuniendo una pequeña colección de libros sobre la guerra, casi todos prohibidos en España. Eran, en general, de autores alemanes, franceses y de europeos orientales que habían estado en las Brigadas. En mi mochilita había también ensayos historiográficos. Entre ellos el primero fue, en 1961, el que surgió de la tesis doctoral de Manfred Merkes. El segundo el de Hugh Thomas en el mismo año y el tercero, dos años después, el mítico Mito de la Cruzada de Franco de Southworth. No era mucho, pero tampoco era nada. Yo era un jovenzuelo que quería especializarse en la historia y el funcionamiento de las economías de planificación central, algo que como el futuro se encargaría de demostrar no tenía demasido porvenir.
En aquella convalecencia el libro de Jackson fue una revelación. En él aparecía con mayor claridad que en el de Thomas el esfuerzo reformador de la Segunda República y el autor, comprometido con él, no disimulaba sus simpatías.
De nuevo en el extranjero, esta vez en Estados Unidos, fui posiblemente uno de los primeros lectores españoles en sumergirse en las páginas de otro libro de Jackson, aparecido en 1969, en el que narraba sus peripecias en España para conseguir documentación primaria con la cual desentrañar el pasado. Este libro, Historian´s Quest, dibujó unas dificultades con las que no me topé años más tarde gracias al apoyo y los contactos del profesor Enrique Fuentes Quintana.
Lo que no recuerdo es cuándo me encontré con Jackson personalmente. Quizá fuese por mediación de Southworth. Tal vez en alguna de las reuniones de una sociedad de hispanistas norteamericanos. Cuando este presentó su Mito en Barcelona fueron Jackson y servidor quienes lo escoltamos y presentamos. Ambos eran muy amigos y cuando Jackson se trasladó a Barcelona no dejó de visitar a Southworth, que vivía en el pleno centro geogáfico de Francia. Al fallecer, en 2001, Jackson no faltó a su entierro. Yo no pude ir pero sí acudió mi mujer.
En España nos vimos con frecuencia. Venía a Madrid. A veces se quedó en mi casa. Otras se fue a la de alguna conocida. Siempre me “achuchó” (como también lo hizo Manuel Tuñón de Lara) para que no dejase de escribir sobre los años oscuros.
Aunque cambiamos cartas (no muchas, siempre he sido reacio a mantener larga correspondencia excepto con Southworth) la relación no se estableció sobre una base muy fluída hasta que dejé la Comisión Europea. Invitamos a Jackson a pasar con nosotros las fiestas de Navidad. Era un excelente flautista y solía indicar a mi hija los errores que cometia cuando aprendía a tocarla. En los fines de semana solíamos llevarlo a visitar algunas de las bellas ciudades próximas a Bruselas.
Cuando se planteó la posibilidad de hacer un curso sobre la guerra civil en torno al Centro Pablo Iglesias naturalmente eché mano de él (y de Gabriel Cardona, Paul Preston y algún otro) para que vinieran a enriquecerlo con sus experiencias y comentarios. Fue entonces cuando me contó que estaba pensando en solicitar la nacionalidad española. Le había animado el que ya se hubiese concedido a Ian Gibson. Él llevaba muchos años en Barcelona, se sentía muy a gusto en España pero no se decidía, pero me parece que incluso había consultado con algún abogado.
Acudí a un colega en la REPER, Luis Luengo, consejero para Asuntos de Interior y que espero se acuerde de este episodio mejor que servidor. Almorzamos con Gabriel y le animamos. Luis sorteó, si mi memoria no me es infiel, algunos escollos y el Consejo de Ministros terminó aprobando su solicitud. Creo que me dijo que el entonces ministro de Justicia, el profesor Juan Fernando López-Aguilar, aceleró el procedimiento. Con lo que ninguno contaba es con que el juez ante el cual Gabriel debía jurar o prometer la Constitución se eternizó en convocarlo. Al final, no tuvo más remedio que hacerlo. Siempre supuse, pero puedo equivocarme, que no le hacía mucha gracia que un ciudadano norteamericano, de izquierdas, pro-republicano y con claras simpatías por Azaña, pudiera contaminar más aún a los ciudadanos de pro al ponerse en igualdad de condiciones cívicas con ellos.
No escribiré mucho acerca de la obra de Gabriel. No es este el lugar. Sí un pequeño apunte. Jubilado en Barcelona, donde se sentía como el pez en el agua, no se durmió en los laureles, pero tampoco se sometió al ritmo trepidante del “publica o perece” tan en boga en las Universidades norteamericanas y, a lo que parece, hoy también en las nuestras. CRITICA, y en particular el duo Gonzalo Pontón/Carmen Esteban, lo acogieron siempre con inmenso cariño y le atendieron espléndidamente. Pasó años escribiendo una obra de síntesis, Civilización y barbarie en la Europa del siglo XX; se adentró por la novela; hizo obras de resumen sobre historia de España (no hay que olvidar el librito que escribió sobre la España medieval, ricamente ilustrado) y sobre la propia República y la guerra civil; escribió numerosas recensiones; colaboró con artículos en EL PAIS durante largos años. Siempre acudió adonde se le llamara.
Sospecho que esta actividad múltiple debió de dejarle algo insatisfecho porque, ya entrado en años, empezó a pensar en escribir una biografía, aunque no al uso, de Juan Negrín, por quien sentía (como servidor) una gran admiración. Quizá recordando su experiencia de joven doctorando, ni corto ni perezoso entró en contacto con Carmen Negrín y consiguió permiso para bucear en los fondos negrinistas que ella conservaba. El resultado fue una biografía diferente de las demás al uso (como, por ejemplo, las excelentes de Ricardo Miralles y Enrique Moradiellos). Cuando se publicó en 2008, si no recuerdo mal, Gabriel había alcanzado la provecta edad de 87 añitos. Me pidió que la presentase en Barcelona. Había escrito una obra de extrema madurez. Había penetrado en la mente y en el corazón de un personaje nada fácil de comprender y lo había hecho con solo esa agudez que da -aunque a veces no- el paso de los años.
Han tenido que pasar otros diez y empezar yo mismo a acercarme peligrosamente a la edad en que Gabriel nadaba de nuevo en los remolinos de la República y de la guerra civil para comprender el inmenso esfuerzo que invirtió en su última obra. Y ahora, cuando vuelvo a pensar en la República que no pudo ser, de quien más me he acordado en estos dos últimos años ha sido de Gabriel Jackson y de Herbert Southworth.
Descansa, Gabriel, en paz en tu propio país. En España muchos amigos y dos generaciones de historiadores, jóvenes y menos jóvenes, te echaremos siempre de menos.
Ángel Viñas Historiador, economista, diplomático. Es catedrático emérito de la UCM.
Fuente: http://www.angelvinas.es
miércoles, 27 de noviembre de 2019
El 1% posee el 45% de la riqueza; el 50% menos del 1%
Se acaba de publicar el informe anual de Credit Suisse sobre la riqueza mundial. Este informe sigue siendo el análisis más completo y explicativo de la riqueza global (no del ingreso) y la desigualdad de riqueza. Cada año, el informe analiza la riqueza de los hogares de 5.100 millones de personas en todo el mundo. La riqueza de los hogares se compone de los activos financieros (acciones, bonos, efectivo, fondos de pensiones) y propiedades (casas, etc.). Y el informe la mide descontando deudas. Los autores del informe son James Davies, Rodrigo Lluberas y Anthony Shorrocks. El profesor Anthony Shorrocks era mi compañero de piso en la universidad donde ambos nos graduamos en economía (¡aunque tiene mejores habilidades matemáticas que yo!).
La riqueza global creció el año pasado un 2,6% hasta los 360 billones de dólares y la riqueza por adulto alcanzó un nuevo récord de 70.850 dólares, 1,2% más que la media de 2018, y Suiza situándose a la cabeza de la riqueza por adulto este año. Estados Unidos, China y Europa contribuyeron más al crecimiento de la riqueza mundial con 3,8 billones, 1,9 billones y 1,1 billones de dólares, respectivamente.
Como cada año que se publica, el informe revela la desigualdad extrema de la riqueza personal a nivel mundial. La mitad inferior de los adultos en el mundo representa menos del 1% de la riqueza global total a mediados de 2019, mientras que el decil más rico (el 10% superior de los adultos) posé el 82% de la riqueza mundial y el percentil superior (1%) casi la mitad (45%) de todos los activos por hogar. La desigualdad de riqueza es menor en los países individualmente: las cifras típicas serían del 35% para la parte del 1% superior y del 65% para la parte del 10% superior. Pero estos niveles siguen siendo mucho más altos que las cifras correspondientes a la desigualdad de ingresos, o cualquier otro indicador de bienestar en general.
Si bien los avances de los mercados emergentes continuan reduciendo las brechas entre países, la desigualdad dentro de los países creció a medida que las economías se recuperaron después de la crisis financiera mundial. Como resultado, el 1% superior de los poseedores de riqueza aumentó su participación en la riqueza mundial. Pero esta tendencia parece haber disminuido desde 2016 y la desigualdad global ha disminuido ligeramente. Mientras que el 1% superior de los poseedores de riqueza tenía el 50% de la riqueza personal del mundo en 2016, en comparación con el 45% en 2006, esa proporción ha vuelto a caer al 45%. Hoy, la participación del 90% inferior representa el 18% de la riqueza mundial, en comparación con el 11% en 2000.
La pirámide de la riqueza captura las diferencias de riqueza entre los adultos. Casi 3.000 millones de adultos, el 57% de todos los adultos del mundo, tienen una riqueza inferior a 10.000 de dólares en 2019. El siguiente segmento, que abarca a aquellos con riqueza entre 10.000–100.000 dólares ha experimentado el mayor aumento en este siglo, triplicando su tamaño, de 514 millones en 2000 a 1,7 mil millones a mediados de 2019. Esto refleja la creciente prosperidad de las economías emergentes, especialmente de China. La riqueza promedio de este grupo es de 33.530 dólares, aún menos de la mitad del nivel de riqueza promedio en todo el mundo, pero considerablemente por encima de la riqueza promedio de los países en los que residen la mayoría de las personas de este grupo. El grupo final de países con una riqueza inferior a 5.000 dólares, que se concentra en gran medida en África central y en Asia central y meridional.
He aquí lo asombroso. Si vives en uno de los países capitalistas avanzados y eres dueño de tu casa y tienes algunos ahorros, estarás entre el 10% superior de todos los poseedores de riqueza del mundo. Esto se debe a que la gran mayoría de los hogares en el mundo tienen poca o ninguna riqueza.
¡Una persona necesita activos netos de solo 7.087 dólares para estar entre la mitad más rica de ciudadanos del mundo a mediados de 2019! Sin embargo, se requieren 109.430 dólares para ser miembro del 10% superior de los poseedores de riqueza mundial y 936.430 dólares para pertenecer al 1% superior. Los ciudadanos africanos e indios se concentran en el segmento base de la pirámide de riqueza, China en los niveles medios y América del Norte y Europa en el percentil superior. Pero también es evidente un número significativo de residentes norteamericanos y europeos en el decil de riqueza global inferior, ya que los adultos más jóvenes adquieren deudas en economías avanzadas, lo que resulta en una riqueza neta negativa.
Y la desigualdad se ensancha en la parte superior de la pirámide. Hay 46,8 millones de millonarios en el mundo a mediados de 2019, pero la mayoría tienen una riqueza entre 1 millón y 5 millones de dólares: 41,1 millones o el 88% de los millonarios. Otros 3,7 millones de adultos (7,9%) poseen entre 5 millones y 10 millones de dólares y casi exactamente dos millones de adultos tienen una riqueza superior a 10 millones de dólares. De estos, 1,8 millones tienen activos por valor de 10–50 millones de dólares, dejando a 168.030 individuos con un patrimonio neto ultra alto con un patrimonio neto superior a 50 millones de dólares a mediados de 2019. En efecto, estos son la elite gobernante del mundo.
Estados Unidos tiene, con mucho, el mayor número de millonarios: 18,6 millones, o el 40% del total mundial. Durante muchos años, Japón ocupó el segundo lugar en el ranking de millonarios, con un margen cómodo. Sin embargo, Japón ahora está en tercer lugar, con un 6%, superado por China (10%). Luego vienen Reino Unido y Alemania con 5% cada uno, seguidos de Francia (4%), Italia, Canadá y Australia (3%).
Suiza (530.240 dólares), Australia (411,060 dólares) y los Estados Unidos (403.970 dólares) encabezan nuevamente la clasificación según la riqueza por adulto. La clasificación por mediana de riqueza por adulto favorece a los países con niveles más bajos de desigualdad de riqueza. Este año, Australia (191.450 dólares) superó a Suiza (183.340 dólares) en primer lugar. Por lo tanto, Australia tiene la mayor riqueza media por adulto en el mundo (debido principalmente al valor de la vivienda).
Los activos financieros sufrieron más durante la crisis financiera de 2008-2009 y luego se recuperaron en los primeros años posteriores a la crisis. Este año, su valor aumentó en todas las regiones, contribuyendo con el 39% del aumento de la riqueza bruta en todo el mundo y el 71% del aumento en América del Norte. Sin embargo, los activos no financieros (propiedades) proporcionaron el principal estímulo para el crecimiento general en los últimos años. En los 12 meses hasta mediados de 2019, crecieron más rápido que los activos financieros en todas las regiones. La riqueza no financiera representó la mayor parte de la nueva riqueza en China, Europa y América Latina, y casi toda la nueva riqueza en África e India. Pero la deuda de los hogares aumentó aún más, en un 4,0% en general. La deuda de los hogares creció en todas las regiones, y a una tasa de dos dígitos en China e India. Estamos cerca de una crisis de deuda.
Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
http://www.sinpermiso.info/textos/el-1-posee-el-45-de-la-riqueza-el-50-menos-del-1
La riqueza global creció el año pasado un 2,6% hasta los 360 billones de dólares y la riqueza por adulto alcanzó un nuevo récord de 70.850 dólares, 1,2% más que la media de 2018, y Suiza situándose a la cabeza de la riqueza por adulto este año. Estados Unidos, China y Europa contribuyeron más al crecimiento de la riqueza mundial con 3,8 billones, 1,9 billones y 1,1 billones de dólares, respectivamente.
Como cada año que se publica, el informe revela la desigualdad extrema de la riqueza personal a nivel mundial. La mitad inferior de los adultos en el mundo representa menos del 1% de la riqueza global total a mediados de 2019, mientras que el decil más rico (el 10% superior de los adultos) posé el 82% de la riqueza mundial y el percentil superior (1%) casi la mitad (45%) de todos los activos por hogar. La desigualdad de riqueza es menor en los países individualmente: las cifras típicas serían del 35% para la parte del 1% superior y del 65% para la parte del 10% superior. Pero estos niveles siguen siendo mucho más altos que las cifras correspondientes a la desigualdad de ingresos, o cualquier otro indicador de bienestar en general.
Si bien los avances de los mercados emergentes continuan reduciendo las brechas entre países, la desigualdad dentro de los países creció a medida que las economías se recuperaron después de la crisis financiera mundial. Como resultado, el 1% superior de los poseedores de riqueza aumentó su participación en la riqueza mundial. Pero esta tendencia parece haber disminuido desde 2016 y la desigualdad global ha disminuido ligeramente. Mientras que el 1% superior de los poseedores de riqueza tenía el 50% de la riqueza personal del mundo en 2016, en comparación con el 45% en 2006, esa proporción ha vuelto a caer al 45%. Hoy, la participación del 90% inferior representa el 18% de la riqueza mundial, en comparación con el 11% en 2000.
La pirámide de la riqueza captura las diferencias de riqueza entre los adultos. Casi 3.000 millones de adultos, el 57% de todos los adultos del mundo, tienen una riqueza inferior a 10.000 de dólares en 2019. El siguiente segmento, que abarca a aquellos con riqueza entre 10.000–100.000 dólares ha experimentado el mayor aumento en este siglo, triplicando su tamaño, de 514 millones en 2000 a 1,7 mil millones a mediados de 2019. Esto refleja la creciente prosperidad de las economías emergentes, especialmente de China. La riqueza promedio de este grupo es de 33.530 dólares, aún menos de la mitad del nivel de riqueza promedio en todo el mundo, pero considerablemente por encima de la riqueza promedio de los países en los que residen la mayoría de las personas de este grupo. El grupo final de países con una riqueza inferior a 5.000 dólares, que se concentra en gran medida en África central y en Asia central y meridional.
He aquí lo asombroso. Si vives en uno de los países capitalistas avanzados y eres dueño de tu casa y tienes algunos ahorros, estarás entre el 10% superior de todos los poseedores de riqueza del mundo. Esto se debe a que la gran mayoría de los hogares en el mundo tienen poca o ninguna riqueza.
¡Una persona necesita activos netos de solo 7.087 dólares para estar entre la mitad más rica de ciudadanos del mundo a mediados de 2019! Sin embargo, se requieren 109.430 dólares para ser miembro del 10% superior de los poseedores de riqueza mundial y 936.430 dólares para pertenecer al 1% superior. Los ciudadanos africanos e indios se concentran en el segmento base de la pirámide de riqueza, China en los niveles medios y América del Norte y Europa en el percentil superior. Pero también es evidente un número significativo de residentes norteamericanos y europeos en el decil de riqueza global inferior, ya que los adultos más jóvenes adquieren deudas en economías avanzadas, lo que resulta en una riqueza neta negativa.
Y la desigualdad se ensancha en la parte superior de la pirámide. Hay 46,8 millones de millonarios en el mundo a mediados de 2019, pero la mayoría tienen una riqueza entre 1 millón y 5 millones de dólares: 41,1 millones o el 88% de los millonarios. Otros 3,7 millones de adultos (7,9%) poseen entre 5 millones y 10 millones de dólares y casi exactamente dos millones de adultos tienen una riqueza superior a 10 millones de dólares. De estos, 1,8 millones tienen activos por valor de 10–50 millones de dólares, dejando a 168.030 individuos con un patrimonio neto ultra alto con un patrimonio neto superior a 50 millones de dólares a mediados de 2019. En efecto, estos son la elite gobernante del mundo.
Estados Unidos tiene, con mucho, el mayor número de millonarios: 18,6 millones, o el 40% del total mundial. Durante muchos años, Japón ocupó el segundo lugar en el ranking de millonarios, con un margen cómodo. Sin embargo, Japón ahora está en tercer lugar, con un 6%, superado por China (10%). Luego vienen Reino Unido y Alemania con 5% cada uno, seguidos de Francia (4%), Italia, Canadá y Australia (3%).
Suiza (530.240 dólares), Australia (411,060 dólares) y los Estados Unidos (403.970 dólares) encabezan nuevamente la clasificación según la riqueza por adulto. La clasificación por mediana de riqueza por adulto favorece a los países con niveles más bajos de desigualdad de riqueza. Este año, Australia (191.450 dólares) superó a Suiza (183.340 dólares) en primer lugar. Por lo tanto, Australia tiene la mayor riqueza media por adulto en el mundo (debido principalmente al valor de la vivienda).
Los activos financieros sufrieron más durante la crisis financiera de 2008-2009 y luego se recuperaron en los primeros años posteriores a la crisis. Este año, su valor aumentó en todas las regiones, contribuyendo con el 39% del aumento de la riqueza bruta en todo el mundo y el 71% del aumento en América del Norte. Sin embargo, los activos no financieros (propiedades) proporcionaron el principal estímulo para el crecimiento general en los últimos años. En los 12 meses hasta mediados de 2019, crecieron más rápido que los activos financieros en todas las regiones. La riqueza no financiera representó la mayor parte de la nueva riqueza en China, Europa y América Latina, y casi toda la nueva riqueza en África e India. Pero la deuda de los hogares aumentó aún más, en un 4,0% en general. La deuda de los hogares creció en todas las regiones, y a una tasa de dos dígitos en China e India. Estamos cerca de una crisis de deuda.
Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
http://www.sinpermiso.info/textos/el-1-posee-el-45-de-la-riqueza-el-50-menos-del-1
_- CORRUPCION URBANÍSTICA. El Ayuntamiento de Madrid se resiste a investigar el caso de Monasterio: “No somos la Stasi”. Urbanismo ha abierto expedientes de las ocho obras irregulares publicadas, pero no hay fecha para los resultados. La líder de Vox borra todos sus proyectos de la web de su estudio.
_- El Ayuntamiento de Madrid no va a abrir una investigación de las obras de Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros, realizadas en los últimos años con el estudio de arquitectura y la promotora inmobiliaria de ambos, pese a la publicación de ocho casos de irregularidades, según explicó ayer el delegado de Desarrollo Urbano de la capital, Mariano Fuentes, de Ciudadanos. “Si lo que pretenden es que nos convirtamos en la Stasi [la antigua policía secreta de Alemania del Este] no lo van a conseguir (…) En ningún caso vamos a iniciar una causa general contra ningún ciudadano, a no ser que por mandato judicial o por comprobación de disciplina urbanística de una ilegalidad manifiesta, así se aconseje u ordene”, dijo en una comparecencia solicitada por el PSOE en la comisión del área. Por el momento, el Ayuntamiento está aún en esa fase inicial de verificación. Cuarenta días después de la publicación del primer caso en EL PAÍS, Fuentes confirmó que se han abierto expedientes de todas las obras bajo sospecha publicadas en las distintas juntas de distrito donde han tenido lugar: “Estamos trabajando en ello”. Pero afirma desconocer cuándo se conocerán los resultados.
Monasterio, líder de Vox en Madrid, y su marido Espinosa de los Monteros, portavoz de la formación en el Congreso, vendieron lofts en suelo industrial entre 2003 y 2008 y la mayoría fueron construidos sin licencia, tal como ha ido revelando este periódico. Además, ella ejerció como arquitecta sin tener el título, que solo obtuvo en 2009. Han aparecido tres documentos de distintas obras donde aparece como tal antes de esa fecha. Fuentes eludió en todo momento pronunciarse sobre las irregularidades, tan solo se extendió sobre el caso del chalé del matrimonio, en el barrio de Chamartín. No cuenta con licencia de ocupación ni de actividad para el estudio de arquitectura de Monasterio, ubicado en el inmueble. El ayuntamiento ordenó precintar y clausurar el edificio en septiembre, pero luego le concedió una prórroga de un año para legalizarlo. El delegado justificó que no puede "echar a una familia con menores". Mercedes González, del PSOE, le exigió que ejecute la orden de clausura por sentencia firme e investigue por qué se ha incumplido la ley durante años.
La oposición se mostró muy dura. González repasó todos los casos conocidos hasta ahora y exigió saber cuántos expedientes, cuántas inspecciones y cuántas iniciativas de disciplina urbanística se han llevado a cabo en cada episodio bajo sospecha. “Ha llegado el momento de retratarse”, le advirtió en referencia al mutismo que han mantenido hasta ahora PP y Ciudadanos, que dependen de Vox para mantener su mayoría tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid. González reveló que el mismo día en que su partido registró la petición de comparecencia desapareció toda la información de la página web del estudio de la dirigente de Vox, Rocío Monasterio Asociados.
José Manuel Calvo, de Más Madrid, denunció un “presunto triple fraude” de Monasterio, profesional, administrativo y penal, por ejercer sin título, por construir sin licencia y “por una posible responsabilidad penal, probablemente prescrita, por poner en riesgo la seguridad de los trabajadores y las personas”. “Todo esto es absolutamente inaceptable en un cargo público”, concluyó. También pidió a PP y Ciudadanos “no actuar con complacencia ante este caso”. De paso recordó que el líder en Madrid de este último partido, Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad, también fue una de las víctimas de los lofts ilegales de Monasterio.
La concejal del PSOE recordó que la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de Ciudadanos, declaró el pasado 26 de octubre: "Estamos investigando este caso como la totalidad de los casos, como es nuestro trabajo. Reunimos todos los expedientes, porque están muy dispersos para analizarlos, como haríamos con cualquier vecino. Una vez que tengamos toda la información se decide si se abre un procedimiento o no". Casi un mes después, aún no hay respuesta del Ayuntamiento.
La representante de Vox, Arantxa Cabello, defendió a sus compañeros de partido y veía una "obsesión" de la oposición con el caso. Enmarcó el conflicto sobre la residencia de Monasterio y Espinosa de los Monteros en el "derecho a la discrepancia" de los ciudadanos. Además de no contar con las licencias necesarias, en junio el dirigente de Vox fue condenado a indemnizar con más de 60.000 euros a un acreedor por no pagar parte del importe de las obras en ese mismo chalé. En todo caso aseguró que los dos dirigentes "acatarán las decisiones obligaciones judiciales y administrativas que les correspondan".
Monasterio, líder de Vox en Madrid, y su marido Espinosa de los Monteros, portavoz de la formación en el Congreso, vendieron lofts en suelo industrial entre 2003 y 2008 y la mayoría fueron construidos sin licencia, tal como ha ido revelando este periódico. Además, ella ejerció como arquitecta sin tener el título, que solo obtuvo en 2009. Han aparecido tres documentos de distintas obras donde aparece como tal antes de esa fecha. Fuentes eludió en todo momento pronunciarse sobre las irregularidades, tan solo se extendió sobre el caso del chalé del matrimonio, en el barrio de Chamartín. No cuenta con licencia de ocupación ni de actividad para el estudio de arquitectura de Monasterio, ubicado en el inmueble. El ayuntamiento ordenó precintar y clausurar el edificio en septiembre, pero luego le concedió una prórroga de un año para legalizarlo. El delegado justificó que no puede "echar a una familia con menores". Mercedes González, del PSOE, le exigió que ejecute la orden de clausura por sentencia firme e investigue por qué se ha incumplido la ley durante años.
La oposición se mostró muy dura. González repasó todos los casos conocidos hasta ahora y exigió saber cuántos expedientes, cuántas inspecciones y cuántas iniciativas de disciplina urbanística se han llevado a cabo en cada episodio bajo sospecha. “Ha llegado el momento de retratarse”, le advirtió en referencia al mutismo que han mantenido hasta ahora PP y Ciudadanos, que dependen de Vox para mantener su mayoría tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid. González reveló que el mismo día en que su partido registró la petición de comparecencia desapareció toda la información de la página web del estudio de la dirigente de Vox, Rocío Monasterio Asociados.
José Manuel Calvo, de Más Madrid, denunció un “presunto triple fraude” de Monasterio, profesional, administrativo y penal, por ejercer sin título, por construir sin licencia y “por una posible responsabilidad penal, probablemente prescrita, por poner en riesgo la seguridad de los trabajadores y las personas”. “Todo esto es absolutamente inaceptable en un cargo público”, concluyó. También pidió a PP y Ciudadanos “no actuar con complacencia ante este caso”. De paso recordó que el líder en Madrid de este último partido, Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad, también fue una de las víctimas de los lofts ilegales de Monasterio.
La concejal del PSOE recordó que la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de Ciudadanos, declaró el pasado 26 de octubre: "Estamos investigando este caso como la totalidad de los casos, como es nuestro trabajo. Reunimos todos los expedientes, porque están muy dispersos para analizarlos, como haríamos con cualquier vecino. Una vez que tengamos toda la información se decide si se abre un procedimiento o no". Casi un mes después, aún no hay respuesta del Ayuntamiento.
La representante de Vox, Arantxa Cabello, defendió a sus compañeros de partido y veía una "obsesión" de la oposición con el caso. Enmarcó el conflicto sobre la residencia de Monasterio y Espinosa de los Monteros en el "derecho a la discrepancia" de los ciudadanos. Además de no contar con las licencias necesarias, en junio el dirigente de Vox fue condenado a indemnizar con más de 60.000 euros a un acreedor por no pagar parte del importe de las obras en ese mismo chalé. En todo caso aseguró que los dos dirigentes "acatarán las decisiones obligaciones judiciales y administrativas que les correspondan".
martes, 26 de noviembre de 2019
Del Magreb al Nobel de Física, dos veces
Los físicos franceses Claude Cohen-Tannoudji y Serge Haroche, nacidos en Argelia y Marruecos, respectivamente, hablan sobre sus vidas convulsas y el futuro de la ciencia
Los físicos franceses Claude Cohen-Tannoudji (izquierda) y Serge Haroche, en París. M. A.
Un mediodía de otoño, dos magrebíes conversan en una mesa de un restaurante de París. Los dos han ganado el premio Nobel de Física. A sus 86 años, Claude Cohen-Tannoudji todavía no sale de su asombro. “¿Cómo un niño nacido en la década de 1930, en una pequeña ciudad de Argelia, en el seno de una modesta familia judía, ha podido hacer estudios superiores en París y, unos 40 años más tarde, ganar el premio Nobel de Física?”, se pregunta en la sobremesa y en su nuevo libro autobiográfico, Bajo el signo de la luz (editorial Odile Jacob).
Le acompaña, acodado sobre un mantel de cuadros rojos, Serge Haroche, nacido en 1944 en Casablanca, una ciudad que, como contaba la película de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, por entonces coqueteaba con la Alemania nazi dentro del protectorado francés de Marruecos. Haroche y Cohen-Tannoudji fueron niños judíos en una época terrible para serlo. Charlan sobre sus vidas convulsas en una comida organizada para celebrar los 80 años del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), a la que EL PAÍS acudió invitado por la institución francesa.
Cohen-Tannoudji y Haroche se llevan 11 años. Son maestro y discípulo. Se conocieron hace más de medio siglo en el laboratorio de Alfred Kastler, un investigador esencial para la invención de la luz láser que también ganó el Nobel de Física, en 1966. Cohen-Tannoudji siguió sus pasos en 1997, por descubrir métodos para atrapar átomos por primera vez, utilizando la luz láser de su mentor. Y Haroche fue galardonado en 2012, tras utilizar una trampa de espejos para capturar los fotones de la luz. Tres premios Nobel en la misma familia científica: el mítico Laboratorio Kastler Brossel de París, del que han salido “auténticos fuegos artificiales” para la ciencia, según Cohen-Tannoudji. El futuro se está escribiendo con sus resultados: ordenadores cuánticos ultrarrápidos, materiales superconductores de electricidad y relojes cuánticos ultraprecisos.
“Las futuras aplicaciones no se pueden predecir”, sostiene Cohen-Tannoudji, nacido en 1933 en la ciudad de Constantina, en la Argelia colonial francesa. Sus ancestros, según explica, acabaron allí en el siglo XVI, tras huir de España acosados por la Inquisición. El octogenario físico no tiene que imaginarse cómo fue la persecución. En 1940, cuando tenía 7 años, el Gobierno pronazi de Vichy suprimió la nacionalidad francesa de los judíos que vivían en Argelia. “Fuimos apátridas. Eran malos tiempos”, recuerda.
oda su infancia estuvo llena de sobresaltos. Los padres de Cohen-Tannoudji tenían una mercería en Constantina. “La situación, ya bastante difícil, se volvió crítica con el estallido de una revuelta antisemita muy violenta, el 5 de agosto de 1934, supuestamente porque un judío había orinado en el muro de una mezquita. Unos 25 judíos fueron asesinados”, recuerda el físico en su autobiografía.
Cohen-Tannoudji se mudó para siempre a París en 1953. Y la familia de Haroche abandonó Casablanca tras la independencia marroquí, en 1956, como otros muchos judíos. “Yo crecí en una cultura europea, la civilización francesa. No hay que olvidar que la ciencia moderna nació en Europa. Los valores de la razón científica son parte del patrimonio europeo. La ciencia, en todo el mundo, ya sea en Europa, en China, en India o en Sudamérica, está basada en los mismos valores”, opina Haroche, desilusionado por el camino emprendido en su tierra natal de Marruecos. “No me gusta que su sistema político esté basado en la religión”, lamenta.
Serge Haroche se subió en París a los hombros de Claude Cohen-Tannoudji, que a su vez se había aupado a los de Alfred Kastler. El resultado ha sido una nueva era en la ciencia, al permitir la observación directa de partículas individuales de luz o de materia. En el Laboratorio Kastler Brossel de París, los científicos capturan átomos con complejísimas trampas elaboradas con campos magnéticos y láseres. Al enfriarse hasta casi el cero absoluto (menos de -273 grados), los átomos apenas se mueven y es posible estudiarlos. Un átomo de cesio-133, por ejemplo, produce 9.192.631.770 oscilaciones en un segundo si está a 273 grados bajo cero. Así se miden los segundos. Desde 1967, los átomos ultrafríos establecen la unidad del tiempo en el sistema internacional. Esa precisión es esencial para sistemas de posicionamiento como el GPS, para las misiones espaciales e incluso para las transacciones económicas en la bolsa.
Una sala del Laboratorio Kastler Brossel, París. Una sala del Laboratorio Kastler Brossel, París. M. A. Haroche y Cohen-Tannoudji son defensores a ultranza de la investigación básica, el saber por saber, sin aplicaciones en mente. Su curiosidad por husmear las interacciones fundamentales entre la luz y la materia ha acabado desembocando en un millonario negocio volcado en construir ordenadores ultrarrápidos basados en la física cuántica. “El ordenador cuántico quizá cambiará nuestras vidas a lo largo de este siglo, de la misma manera radical que lo hizo el ordenador clásico el pasado siglo”, aplaudió el comunicado de la Real Academia de Ciencias de Suecia que informó del Nobel de Física a Serge Haroche en 2012.
Hace unas semanas, Google anunció que había conseguido “la supremacía cuántica”: lograr que un ordenador cuántico resuelva en unos minutos unas operaciones que requerirían miles de años de una computadora convencional. Haroche es muy escéptico. “Hay mucho bombo publicitario con la computación cuántica. La gente intenta vender cosas que todavía no existen”, opina el físico. “Hay una gran competición entre IBM, Google y Microsoft. Exageran sus logros y se inventan palabras como lo de la supremacía cuántica. Podemos estar a décadas del ordenador cuántico. O a una infinidad”, zanja.
A comienzos de año, el presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió durante ocho horas con 64 intelectuales para hablar del futuro de Francia. Haroche y Cohen-Tannoudji fueron dos de los participantes. “Le dijimos que era muy importante darle medios suficientes a la ciencia y mejorar la vida de los jóvenes científicos, porque su salario es bajo y no tienen dinero para empezar a investigar”, explica Haroche. “Lo que me hace ser pesimista es que todo el mundo se está quejando. Hay problemas en los hospitales, en los bomberos, en la policía, en la Justicia. Y los científicos estamos en el último lugar, porque no hacemos huelgas”, lamenta. Sin embargo, ambos son optimistas. "Hay gente muy buena en nuestro laboratorio y es posible que en el futuro tengan la oportunidad de ganar un cuarto Nobel. Pero siempre les recuerdo una cosa: no hacemos lo que hacemos para ganar el Nobel", remacha Haroche.
Puede escribirnos a manuel@esmateria.com o seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirse aquí a nuestra newsletter.
https://elpais.com/elpais/2019/11/13/ciencia/1573672266_243649.html
Los físicos franceses Claude Cohen-Tannoudji (izquierda) y Serge Haroche, en París. M. A.
Un mediodía de otoño, dos magrebíes conversan en una mesa de un restaurante de París. Los dos han ganado el premio Nobel de Física. A sus 86 años, Claude Cohen-Tannoudji todavía no sale de su asombro. “¿Cómo un niño nacido en la década de 1930, en una pequeña ciudad de Argelia, en el seno de una modesta familia judía, ha podido hacer estudios superiores en París y, unos 40 años más tarde, ganar el premio Nobel de Física?”, se pregunta en la sobremesa y en su nuevo libro autobiográfico, Bajo el signo de la luz (editorial Odile Jacob).
Le acompaña, acodado sobre un mantel de cuadros rojos, Serge Haroche, nacido en 1944 en Casablanca, una ciudad que, como contaba la película de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, por entonces coqueteaba con la Alemania nazi dentro del protectorado francés de Marruecos. Haroche y Cohen-Tannoudji fueron niños judíos en una época terrible para serlo. Charlan sobre sus vidas convulsas en una comida organizada para celebrar los 80 años del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), a la que EL PAÍS acudió invitado por la institución francesa.
Cohen-Tannoudji y Haroche se llevan 11 años. Son maestro y discípulo. Se conocieron hace más de medio siglo en el laboratorio de Alfred Kastler, un investigador esencial para la invención de la luz láser que también ganó el Nobel de Física, en 1966. Cohen-Tannoudji siguió sus pasos en 1997, por descubrir métodos para atrapar átomos por primera vez, utilizando la luz láser de su mentor. Y Haroche fue galardonado en 2012, tras utilizar una trampa de espejos para capturar los fotones de la luz. Tres premios Nobel en la misma familia científica: el mítico Laboratorio Kastler Brossel de París, del que han salido “auténticos fuegos artificiales” para la ciencia, según Cohen-Tannoudji. El futuro se está escribiendo con sus resultados: ordenadores cuánticos ultrarrápidos, materiales superconductores de electricidad y relojes cuánticos ultraprecisos.
“Las futuras aplicaciones no se pueden predecir”, sostiene Cohen-Tannoudji, nacido en 1933 en la ciudad de Constantina, en la Argelia colonial francesa. Sus ancestros, según explica, acabaron allí en el siglo XVI, tras huir de España acosados por la Inquisición. El octogenario físico no tiene que imaginarse cómo fue la persecución. En 1940, cuando tenía 7 años, el Gobierno pronazi de Vichy suprimió la nacionalidad francesa de los judíos que vivían en Argelia. “Fuimos apátridas. Eran malos tiempos”, recuerda.
oda su infancia estuvo llena de sobresaltos. Los padres de Cohen-Tannoudji tenían una mercería en Constantina. “La situación, ya bastante difícil, se volvió crítica con el estallido de una revuelta antisemita muy violenta, el 5 de agosto de 1934, supuestamente porque un judío había orinado en el muro de una mezquita. Unos 25 judíos fueron asesinados”, recuerda el físico en su autobiografía.
Cohen-Tannoudji se mudó para siempre a París en 1953. Y la familia de Haroche abandonó Casablanca tras la independencia marroquí, en 1956, como otros muchos judíos. “Yo crecí en una cultura europea, la civilización francesa. No hay que olvidar que la ciencia moderna nació en Europa. Los valores de la razón científica son parte del patrimonio europeo. La ciencia, en todo el mundo, ya sea en Europa, en China, en India o en Sudamérica, está basada en los mismos valores”, opina Haroche, desilusionado por el camino emprendido en su tierra natal de Marruecos. “No me gusta que su sistema político esté basado en la religión”, lamenta.
Serge Haroche se subió en París a los hombros de Claude Cohen-Tannoudji, que a su vez se había aupado a los de Alfred Kastler. El resultado ha sido una nueva era en la ciencia, al permitir la observación directa de partículas individuales de luz o de materia. En el Laboratorio Kastler Brossel de París, los científicos capturan átomos con complejísimas trampas elaboradas con campos magnéticos y láseres. Al enfriarse hasta casi el cero absoluto (menos de -273 grados), los átomos apenas se mueven y es posible estudiarlos. Un átomo de cesio-133, por ejemplo, produce 9.192.631.770 oscilaciones en un segundo si está a 273 grados bajo cero. Así se miden los segundos. Desde 1967, los átomos ultrafríos establecen la unidad del tiempo en el sistema internacional. Esa precisión es esencial para sistemas de posicionamiento como el GPS, para las misiones espaciales e incluso para las transacciones económicas en la bolsa.
Una sala del Laboratorio Kastler Brossel, París. Una sala del Laboratorio Kastler Brossel, París. M. A. Haroche y Cohen-Tannoudji son defensores a ultranza de la investigación básica, el saber por saber, sin aplicaciones en mente. Su curiosidad por husmear las interacciones fundamentales entre la luz y la materia ha acabado desembocando en un millonario negocio volcado en construir ordenadores ultrarrápidos basados en la física cuántica. “El ordenador cuántico quizá cambiará nuestras vidas a lo largo de este siglo, de la misma manera radical que lo hizo el ordenador clásico el pasado siglo”, aplaudió el comunicado de la Real Academia de Ciencias de Suecia que informó del Nobel de Física a Serge Haroche en 2012.
Hace unas semanas, Google anunció que había conseguido “la supremacía cuántica”: lograr que un ordenador cuántico resuelva en unos minutos unas operaciones que requerirían miles de años de una computadora convencional. Haroche es muy escéptico. “Hay mucho bombo publicitario con la computación cuántica. La gente intenta vender cosas que todavía no existen”, opina el físico. “Hay una gran competición entre IBM, Google y Microsoft. Exageran sus logros y se inventan palabras como lo de la supremacía cuántica. Podemos estar a décadas del ordenador cuántico. O a una infinidad”, zanja.
A comienzos de año, el presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió durante ocho horas con 64 intelectuales para hablar del futuro de Francia. Haroche y Cohen-Tannoudji fueron dos de los participantes. “Le dijimos que era muy importante darle medios suficientes a la ciencia y mejorar la vida de los jóvenes científicos, porque su salario es bajo y no tienen dinero para empezar a investigar”, explica Haroche. “Lo que me hace ser pesimista es que todo el mundo se está quejando. Hay problemas en los hospitales, en los bomberos, en la policía, en la Justicia. Y los científicos estamos en el último lugar, porque no hacemos huelgas”, lamenta. Sin embargo, ambos son optimistas. "Hay gente muy buena en nuestro laboratorio y es posible que en el futuro tengan la oportunidad de ganar un cuarto Nobel. Pero siempre les recuerdo una cosa: no hacemos lo que hacemos para ganar el Nobel", remacha Haroche.
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https://elpais.com/elpais/2019/11/13/ciencia/1573672266_243649.html
Perder peso y ganar grasa: la paradoja de hacerse mayor que podemos prevenir desde la madurez
Delgados por fuera, obesos por dentro
La ciencia lleva años desentrañando cómo se transforma el cuerpo a través de la vida y el peso, por su papel para frenar o acelerar el ritmo de envejecimiento, es uno de los actores más interesantes de la historia. Los cambios en la composición corporal, explica Fernando Antonio Pazos Toral, médico especialista en endocrinología y nutrición del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Cantabria, se resumen en una disminución de la masa magra del individuo, que es la masa celular de los tejidos y la musculatura, y de la altura, como consecuencia del encorvamiento y de la compresión vertebral.
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A partir de los 40 años, la estatura baja casi un centímetro cada 10 años, un descenso que se acelera después de los 70. Al final de la vida podemos haber menguado entre 2,5 y 7,5 centímetros, según indican los gerontólogos Elisa Corujo y Domingo de Guzmán Pérez. Son cambios que no pasan desapercibidos en el espejo: menos altura, vientre redondeado y piernas y brazos más frágiles, que tienen un mayor riesgo de fractura debido a la porosidad de los huesos. Lo peor es que, a medida que menguan el tejido muscular, el depósito de grasa subcutánea y la masa ósea, la grasa adiposa campa a sus anchas.
Si en los jóvenes el tejido adiposo constituye el 20% del peso corporal, a los 75 años corresponde al 40%. Esto significa que un anciano, en apariencia delgado, puede ser obeso sin que haya modificado significativamente su peso o el índice de masa corporal, un término que, según Pazos Toral, es equívoco. Y en el vaivén de la masa corporal (menos músculo y más grasa) confluyen varios fenómenos. En primer lugar, están los cambios hormonales: la testosterona disminuye paulatinamente en los varones, y en las mujeres caen los estrógenos, en este caso de forma más brusca. "También contribuyen la disminución de las neuronas motoras, la atrofia celular, el aumento en el depósito de colágeno, la fibrosis muscular o el menor aporte de oxígeno a las células musculares", añade el facultativo.
Esta masa grasa aumentada tiende a depositarse en los tejidos y en la zona visceral, sobre todo en el abdomen. Cuando este depósito predomina sobre la masa muscular aparece un tipo de obesidad que llamamos sarcopénica, que es la suma del exceso de tejido adiposo más el desgaste muscular. El fenómeno es muy común; puede dar unos porcentajes de obesidad superiores al 70% en los mayores de 65 años.
El panorama que describe Pazos Toral no es demasiado halagüeño: "La actividad es menor y crece el riesgo de lesión muscular y de caída o accidente, algo que se agrava cuando hay también una enfermedad, encamamiento, se usan ciertos fármacos o se suceden los ingresos hospitalarios. La consecuencia inmediata es una mayor dependencia debido a un mayor riesgo de fragilidad y menor capacidad motora, que suele acompañarse de enfermedades metabólicas y otros trastornos".
Una manera mejor de lidiar con la grasa
Con este panorama, hace falta mucho estoicismo para desear ganarle años a la vida. Sin embargo, antes de que suceda todo esto, el experto aclara que hay otro ritmo bien diferente de envejecer, uno que se sustenta en dos ejes: ejercicio y alimentación, siempre teniendo en cuenta que hacer cualquier cambio en las pautas nutricionales o en la actividad física en estas edades debe contar con la valoración de un profesional. "Hay que ser muy cauteloso por su posible interferencia en los medicamentos u otros factores", indica el médico.
El ejercicio físico puede revertir, al menos en buena parte, los efectos nocivos mencionados, sobre todo si es una actividad aeróbica moderada. Estos son solo algunos beneficios de una larga lista: también aumenta el gasto energético y la capacidad del músculo, mejora el perfil hormonal y metabólico, se consume grasa y aumenta la síntesis de proteína. El riesgo de inflamación y de aparición de tóxicos hormonales producidos por la grasa se reduce. Además, mejoran los vasos sanguíneos a nivel periférico, favoreciendo la irrigación muscular y la capacidad respiratoria y cardiaca.
El endocrinólogo suma al consejo anterior recomendaciones generales que no varían demasiado con respecto a la población adulta, como ingerir al menos 0,8 gramos de proteína por cada kilo de peso (pescado, carne blanca y fuente vegetal); 50 gramos de legumbres o similares; no sobrepasar los 30 gramos diarios de azúcares procesados; tomar poca sal; consumir carne procesada y roja con moderación; y comer productos lácteos de forma habitual, si se toleran.
En cuanto a la frecuencia de la ingesta, Pazos Toral aconseja hacer varias comidas sencillas al día, ajustando calorías y proteínas para que sean las adecuadas para una dieta balanceada con todos los nutrientes. Solo si es necesario conviene suplementar con micronutrientes como el hierro y las vitaminas del grupo B. El endocrinólogo recuerda que el huevo es una buena proteína barata cuando no se puede sustituir con otras en los casos en que se tiene una capacidad económica reducida.
En algunas personas mayores las condiciones propician la llamada anorexia del envejecimiento, o pérdida involuntaria de peso. Un estudio coordinado por la cardióloga Jenna McMinn advierte de sus efectos adversos: infecciones, mala cicatrización de las heridas, úlceras de decúbito, peor respuesta al tratamiento médico y un mayor riesgo de mortalidad. Su origen es muy diverso, desde secuelas de algún fármaco hasta problemas emocionales, aislamiento o paranoia del final de la vida.
Paradójicamente, el organismo de algunos ancianos agradece un ligero sobrepeso para superar algunas enfermedades que tienden a evolucionar hacia adelgazamiento, como cáncer o insuficiencia renal, cardiaca o hepática. "Pero esto no debe desviar la atención del problema fundamental, que es el empeoramiento en la calidad de vida si hay obesidad y el riesgo que supone el empeoramiento de la situación metabólica sin control", matiza el doctor. No perdamos de vista que España se jacta de ser el segundo país más longevo del mundo.
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