martes, 9 de octubre de 2012

Más de 500 familias desalojadas por día en España

En medio de la crisis económica que afecta a España, más de 500 familias son desalojadas cada día en el país por no pagar el alquiler o las cuotas hipotecarias.

Desde 2008 se han producido cerca de 400.000 ejecuciones hipotecarias. En el primer trimestre de este año, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), entidad gubernamental, reportó 46.559 desahucios. Por día, 517 familias fueron desalojadas de sus hogares por incumplimiento de pagos.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), una entidad creada para llamar la atención sobre el problema, estima que a este ritmo el país terminará el 2012 con más de 180.000 familias desalojadas.

Ada Colau, activista de los derechos de vivienda y fundadora de la PAH, se queja de que la legislación protege a los bancos pero no a las personas que pierden su trabajo y no pueden pagar los préstamos.

Ella dice que en la época del auge inmobiliario el gobierno "facilitó crédito irresponsable" y que ahora anuncia recortes en el gasto de educación y salud, mientras rescata a las entidades financieras.

La PAH recoge firmas para una iniciativa legislativa popular que propone, entre otras cosas, la suspensión de los desalojos durante la crisis y la asignación de viviendas desocupadas para alquileres sociales.

"Hay que tratar a la vivienda como un derecho", afirma Colau.

De la burbuja a las casas vacías
Entre 1997 y 2007 se construyeron 390.00 viviendas al año en España, y los precios de la propiedad aumentaron un 200%. Hoy en día, las casas están vacías.

Según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el censo de este año, entre 5 y 6 millones de viviendas en el país estarían vacías, lo que representa el 20% del parque de viviendas residenciales.

Cataluña es una de las comunidades autónomas más afectadas por la crisis de la vivienda. Allí se produce el 20% de los desahucios de España, según el CGPJ.

En las acciones colectivas de la PAH, las familias que perdieron sus casas legalmente tomaron cuatro edificios vacíos embargados por los bancos en Cataluña.

Ocupación
Un edificio de la calle Pompeu Fabra, en Terrassa (a 23 km de Barcelona), está ocupada por 11 familias desde el pasado mes de diciembre. La toma de viviendas fue una manera de llamar la atención de las autoridades y ejercer presión sobre los bancos. Y también la única forma de que estas familias tengan un techo, aunque temporal.

Esto explica José Arturo Ramírez, de 44 años, soldador desempleado desde hace cuatro años, que ocupa uno de los apartamentos con su esposa, dos hijos, yerno y nieto.

Ramírez es una de las víctimas del sector más castigado de esta crisis económica, el de la construcción. "Nadie tenía la menor idea de que terminaría así, pero los bancos sí lo sabían. Era muy fácil conseguir un préstamo", recuerda... seguir leyendo aquí en la BBC.

La pobreza se cuela en clase

Los recortes y la crisis dañan las posibilidades de los alumnos con menos recursos
Los centros privados ceden estudiantes a los concertados y estos, a los públicos

Por muchas vueltas que da, Carmen Polo no logra cuadrar el rompecabezas. Es el del curso del tupper: lograr que salgan las cuentas en una vuelta con el bolsillo, la mochila y las ayudas menguadas. “Solo entran 900 euros al mes en casa, porque mi marido trabaja tres semanas al mes por el ERE de su empresa. En la hipoteca se van 380. En la guardería del bebé, pública, 140. Esa plaza me permitía intentar trabajar, pero ahora no hay beca de comedor para mis otros dos hijos y así es imposible dejarlos a comer en el colegio. Y si no almuerzan ahí, ¿cómo voy a poder encontrar empleo?”, plantea la mujer.
 Las dificultades de Polo son comunes en el arranque de un curso escolar: el creciente deterioro económico, con una cuarta parte de la población activa en paro, ahoga a un número creciente de familias y los recortes presupuestarios diezman ayudas como las de libros o comedor. Unas dificultades que, para muchos expertos, conllevan otra pesada factura que se verá más a largo plazo: el deterioro de la igualdad de oportunidades. Unas dificultades, en fin, que desembocan en el incremento de los niños afectados por la pobreza: ya son algo más de uno de cada cuatro —26,5%, casi tres puntos más que en 2007 y por encima de la media de la población general, 21,8%, según el Instituto Nacional de Estadística—. Pero la crisis también pasa factura a la clase media: provoca un trasvase de alumnos de la enseñanza privada a la concertada, y de esta, a la pública, cuyos medios se recortan.

El 26,5% de los niños son pobres, tres puntos más que en 2007
Al tiempo que echa números, Polo organiza con otras madres los lotes de libros, nuevos y usados, para las familias de la cooperativa escolar. Abarata mucho el precio —90 euros por los volúmenes de primaria—, pero este año ha tenido menos demanda: 140 de los 370 alumnos de este colegio público han quedado fuera —casi 4 de cada 10, frente a un cuarto en el curso anterior—. “Es por no haber podido dar la señal, de 30 euros. Es mucho dinero en economías de 400 y pico euros con dos o tres niños”, explica Mercedes Arroyo, directora del centro. Es el colegio público Asturias, en el barrio vallecano de Palomeras Altas, un lugar donde la crisis se ceba y al azote del paro se suma el de los tijeretazos. Un lugar, entre otros muchos, donde la cadena paro-empobrecimiento-recortes sociales atenaza con fuerza y empina aún más el arranque del curso.

La dotación de dinero público para libros —rebajada a 8.111 euros— quizá permita paliar la falta de volúmenes en los pupitres, pero ¿y la comida en un colegio donde 3 de cada 10 alumnos tenía beca el año pasado? Esas ayudas se han sustituido por precios mínimos: 1,20 euros diarios para los alumnos que antes no pagaban, 3,40 para aquellos con renta per cápita inferior a 2.450 euros al año y 4,80 para el resto. “Para muchos niños, es la única comida decente que toman al día”, asegura Ruth Fernández, presidenta de la asociación de madres y padres del centro. Así las cosas, el tupper no parece una buena solución en el Asturias, donde también echa cuentas Olga María Alves, viuda con sus tres niños en este colegio. “Sin la ayuda del año pasado, el comedor me cuesta más de lo que gano como limpiadora. Si no me dan beca, dejo el trabajo y viviremos solo con la pensión”, plantea.

Tartera rima con cartera este curso. La comida pendiente de un hilo para muchos y, además, un tercio de las familias “con serias dificultades para tener los libros y el material al completo”, calcula Jesús María Sánchez, presidente de Ceapa, la confederación laica de padres de alumnos.

"Para muchos, la única comida decente que toman es la del colegio"
“Acabo de recibir a una madre que venía con una nota del profesor: ‘Su hijo no trae los libros y no hace las tareas’. ‘Pero es que yo no puedo comprárselos’, me ha dicho”, relataba este viernes la pedagoga María Paz Pardillos, coordinadora del programa de infancia de Cáritas Segovia. En las últimas dos semanas ha recibido 52 peticiones de ayuda para la vuelta al cole. “En situaciones de crisis, los niños son los más vulnerables y a veces sus necesidades quedan en segundo plano. Primero hay que pagar el alquiler, la comida. Los libros tienen que esperar”.

“Está claro que una situación así merma la igualdad de oportunidades”, reflexiona esta experta.

El responsable de Ceapa le da la razón: el descalabro económico y su repercusión en la escuela van en detrimento de la igualdad de oportunidades, que tiene en las aulas una de sus principales herramientas. Y la directora Arroyo describe: “Cuando los niños sufren el deterioro en sus familias, a veces incluso los desahucios, sufren un estrés emocional que deriva en déficit de atención y de rendimiento”. Y no es lo mismo tener habitación propia y ordenador en casa que carecer de ello, recuerda.

“La escolarización gratuita está garantizada y la escuela mantiene su papel de igualar las posibilidades”, discrepa el responsable de Concapa, la confederación católica de padres, Luis Carbonel. “Su papel de ascensor social no está comprometido. En los estudios universitarios y los másteres tengo mis dudas”, añade. Con todo, sí ha detectado bajas en los comedores escolares y aumento de fiambreras —“es un disparate que se cobre un precio abusivo por llevarlas”—. Aunque cree que el deterioro económico puede suponer “un acicate” para el estudio, Carbonel observa sus consecuencias en la escolarización de los chavales: “Hay un trasvase de alumnos de los centros privados a los concertados, y de los concertados a los públicos”. “Eso dificulta la libertad de elección de los padres”, apostilla.

La pobreza infantil es el espejo de la desigualdad de oportunidades

Los representantes de los centros concertados —sostenidos con fondos públicos pero donde los padres suelen hacer contribuciones extras—, agrupados en Escuelas Católicas, reconocen ese trasvase y una caída del uso del comedor y de la matrícula en actividades extraescolares. Esto último, junto al recorte o la congelación de las aportaciones públicas, ha puesto a los concertados en una situación de “dificultades muy serias”, según Emilio Díaz, secretario de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE) en la Comunidad de Madrid. “El trasvase de alumnos de la privada al conjunto de la concertada es un fenómeno claro. En el caso del bachillerato [nivel apenas subvencionado], nosotros cedemos alumnos a los institutos públicos, sobre todo porque son gratuitos. Esto se ha agravado con la crisis”, explica.

Una crisis que dispara el empobrecimiento, especialmente el de los niños.
"Iremos a una sociedad con menor movilidad social"
 “Las familias con hijos están en una situación relativa cada vez peor. Tienen más dificultades que el resto para conseguir ingresos, se recortan las becas de libros y comedor, aumentan los copagos sanitarios, el IVA... Todo eso les afecta más y estrangula sus cuentas”, explica Olga Cantó, profesora de Fundamentos de Economía de la Universidad de Alcalá.

“Las repercusiones de la pobreza infantil no se verán hoy, sino mañana”, advierte esta experta que ha participado en estudios de Unicef y Cáritas. “Los niños quizá no perciben lo que les falta, pero no son capaces de medir los efectos que tendrá, por ejemplo, carecer de clases extras de inglés o música. La pobreza infantil erosiona el capital humano y quien la sufre tiene menos posibilidades de desarrollar sus potencialidades. Eso daña la igualdad de oportunidades en el futuro”, añade. Además, “la pobreza de los niños refleja hasta qué punto hay igualdad de oportunidades en un país”.

Un termómetro cuando “la cuna determina las oportunidades futuras”. Si no hay una equiparación en las condiciones de partida, “iremos a una sociedad con menor movilidad social, más desigual y con menor igualdad de oportunidades”, concluye Cantó.

lunes, 8 de octubre de 2012

El semanario 'The Economist' avisa de que España puede entrar en "una espiral de muerte" similar a Grecia

El semanario británico The Economist vuelve a centrar su atención en la delicada situación de España. Esta vez, dedica un artículo titulado "El misterioso Mariano" a advertir de que el país podría estar entrando en una "espiral de muerte" muy parecida a la griega y con una tasa de paro que supera ya el 25%.

 La publicación subraya, además, que muchos ciudadanos comienzan a preguntarse si Rajoy tiene "algún plan para recuperar la confianza de los mercados y de los españoles" y destaca que las protestas empiezan a tomar rasgos violentos. "Los problemas de Rajoy están empeorando, no mejorando", se recalca en el artículo, donde se pone en duda la validez de la estrategia de ambigüedad del presidente.

En este sentido, la revista bromea con la fama de los gallegos: "Un gallego, los españoles les gusta bromear, es el tipo de persona que te encuentras en la escalera y no sabes si está subiendo o bajando. Para Mariano Rajoy, este arquetipo es una manera de sobrevivir".

El semanario analiza también la situación en Cataluña, de la que dice es "una de las regiones más endeudadas, pero también una de las mayores contribuyentes". Por eso, dice que Rajoy se enfrenta a "dos riesgos gemelos": "La ruptura del euro y la ruptura de España".

En relación al rescate, The Economist sostiene que Francia está diciendo al Ejecutivo español que "coja el dinero", pero que Alemania no quiere que lo haga, mientras que Rajoy quiere "asegurarse de que Alemania no cerrará esa puerta pillándole los dedos". También señala que Rajoy podría "estar jugando con la política" antes de las elecciones de Galicia.
Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2012/10/07/el-semanario-the-economis_n_1946103.html

domingo, 7 de octubre de 2012

Eric Hobsbawm, la última entrevista

El gran historiador recientemente fallecido en Londres concedía pocas entrevistas. Esta es la entrevista que L’Expresso consiguió hacerle el pasado mayo. En ella aborda los temas actuales de la crisis, el nuevo capitalismo y las enfermedades de la democracia. Traducido del italiano por Teresa Benítez.

 La noticia de la muerte del capitalismo es por lo menos prematura, el sistema económico social que desde hace algunos siglos gobierna el mundo no está ni siquiera enfermo, y basta mirar a China para convencerse de ello y para leer el futuro. En Oriente, masas de campesinos están entrando al universo del trabajo asalariado, abandonan el mundo rural y se convierten en proletarios. Ha nacido un fenómeno nuevo, inédito en la historia: el capitalismo de Estado, donde la vieja burguesía intelectual, creativa y, si cabe, rapaz —como la describía Marx en el “Manifiesto Comunista”—, es sustituida por las instituciones públicas. En suma, esto no es el fin del mundo, y ninguna revolución está a la vuelta de la esquina, simplemente el capitalismo está mudando la piel.

Eric Hobsbawm desciende con una especie de montacargas por la empinada escalera de su casa de Highgate, en Londres, no muy lejos, precisamente, del lugar donde descansa su gran maestro e inspirador, Karl Marx. Ha sido sometido a una operación, y por eso camina con dificultad. Tiene 95 años, pero si el cuerpo muestra las marcas de la edad, la cabeza de este señor, considerado el máximo historiador contemporáneo, es la de un joven. Está escribiendo un ensayo sobre Tony Judt, un intelectual británico fallecido prematuramente, hace dos años. Habla en la BBC, está más activo que nunca. Y nunca ha dejado de ser marxista. Y, si para esta entrevista con L’Espresso, una de las poquísimas que ofrece, pidió que le mandasen las preguntas por email, y aunque comenzara según el esquema acordado, después de pocos minutos pasa a un acelerado y espontáneo diálogo con el interlocutor.

“Me pregunta si es posible el capitalismo sin crisis”, comienza. “No. A partir de Marx sabemos que el capitalismo funciona precisamente a través de crisis, y restructuraciones. El problema es que no podemos conocer la gravedad de la crisis actual porque aún estamos dentro de ella”.

¿La crisis actual es diferente de las anteriores?
 Sí. Porque está ligada a un desplazamiento del centro de gravedad del planeta: desde los viejos países capitalistas hacia las naciones emergentes. Del Atlántico al Océano Índico y el Pacífico. Si en los años treinta todo el mundo estaba en crisis, a excepción de la URSS, hoy la situación es distinta. El impacto en Europa es diferente respecto de los países BRIC: Brasil, Rusia, India, China. Otra diferencia con el pasado es que, a pesar de la gravedad de la crisis, la economía mundial sigue creciendo. Aunque solo en las zonas que están fuera de lo que llamamos Occidente.

Cambiarán las relaciones de fuerza, ¿también las militares y políticas?
Por el momento, están cambiando las económicas. Las grandes acumulaciones de capital de inversión son hoy día las que pertenecen al Estado y a las empresas públicas en China. Y, de este modo, mientras en los países del viejo capitalismo el desafío es mantener los niveles de bienestar existentes —aunque yo creo que estas naciones se encuentran en un rápido declive—, para los nuevos países, los emergentes, el problema es cómo mantener el ritmo de crecimiento sin crear problemas sociales gigantescos. Está claro, por ejemplo, que China se ha dado a una especie de capitalismo en el que la presión de la marca occidental del Welfare, el Bienestar, es completamente inexistente. Ha sido sustituida en su lugar por la velocísima incorporación de las masas de campesinos al mundo del trabajo asalariado. Es un fenómeno que ha tenido efectos positivos. Queda la cuestión de si este mecanismo puede funcionar a largo plazo.

Lo que está diciendo nos lleva a la cuestión del capitalismo de Estado. El capitalismo como lo hemos conocido significaba una apuesta personal, creatividad individualismo, capacidad de invención por parte de la burguesía. ¿Puede el Estado ser tan creativo?

Hace unas semanas, The Economist versaba sobre el capitalismo de Estado. En él se planteaba la tesis de que este sistema podría ser óptimo para la creación de las infraestructuras y en lo que respecta a las inversiones masivas, pero no tan conveniente en lo concerniente a la esfera de la creatividad. Pero hay más: no es seguro que el capitalismo pueda funcionar sin instituciones como el Bienestar. El Bienestar por norma es gestionado por el Estado. Por tanto, creo que el capitalismo de Estado tiene un gran futuro.

¿Y qué hay de la innovación?
La innovación está orientada al consumidor. Pero el capitalismo del siglo XXI no debe pensar necesariamente en el consumidor. Y por otro lado, el Estado funciona bien cuando se trata de la innovación en el ámbito militar. Además, el capitalismo de Estado no tiene la obligación de garantizar un crecimiento ilimitado, lo cual es una ventaja. Al decir esto, deducimos que el capitalismo de Estado significa el fin de la economía liberal como la hemos conocido en los últimos cuarenta años. Pero es la consecuencia de la derrota histórica de aquello que yo llamo “la teología del libre mercado”, la creencia, realmente religiosa, según la cual el mercado se regula por sí mismo y no precisa de ninguna intervención externa.

Durante generaciones la palabra capitalismo rimaba con libertad, democracia, con la idea de que los individuos forjan su propio destino.

¿Estamos seguros de eso? En mi opinión, no es en modo alguno evidente la asociación de los valores que acaba usted de mencionar con determinadas políticas. El capitalismo de mercado puro no está obligatoriamente vinculado a la democracia. El mercado no funciona como teorizaban los pensadores liberales: desde Hayek a Friedmann. Lo hemos simplificado demasiado.

¿A qué se refiere?
Hace algún tiempo escribí que hemos vivido con la idea de dos vías alternativas: el capitalismo de aquí y el socialismo de allá. Pero esa es una idea estrambótica. Marx nunca la tuvo. Por el contrario, él explicaba que este sistema, el capitalismo, un día quedaría superado. Si observamos la realidad, Estados Unidos, Holanda, Reino Unido, Suiza, Japón, podemos llegar a la conclusión de que no se trata de un sistema único y coherente. Hay muchas variantes del capitalismo.

Sin embargo, los financieros prevalecen. Hay quien dice que el capitalismo podría existir sin la burguesía. ¿Cree que es acertado?

Ha emergido con fuerza una élite global compuesta por personas que lo deciden todo en el campo de la economía y que se conocen entre ellos y trabajan juntos. Pero la burguesía no ha desaparecido: existe en Alemania, quizás en Italia, menos en Estados Unidos y Reino Unido. No obstante, ha cambiado el modo en que se accede a formar parte de ella.

¿Es decir?
La información es hoy día un factor de producción.

Eso no es nada nuevo. Los Rothschild se hicieron ricos porque fueron los primeros en enterarse de la derrota de Napoleón en Waterloo, lo que les permitió desbancar la Bolsa…

Yo lo veo de otro modo. Hoy haces dinero porque controlas la información. Y este es un argumento fuerte en manos de los reaccionarios que proponen combatir a las élites educadas. Las personas que leen y que tienen una avanzada formación universitaria son las que consiguen los empleos más lucrativos. A la gente bien formada se le identifica con los ricos, con los explotadores, y eso es un verdadero problema político.

Hoy se hace dinero sin producir bienes materiales, con derivados, especulando en Bolsa.

Pero se sigue haciendo dinero también, y sobre todo, produciendo bienes materiales. Solo ha cambiado el modo en que se produce aquello que Marx llamaba el valor añadido (la parte del trabajo del obrero de la que se adueña el propietario [ Nota del redactor] ). Hoy este valor añadido ya no lo producen los trabajadores, sino los consumidores. Cuando compra un billete de avión online, usted con su trabajo gratuito, está pagando por la automatización del servicio. Por tanto, es usted el que crea la plusvalía que genera el beneficio de los propietarios. Esto es una consecuencia característica de la sociedad digitalizada.

¿Quién es hoy el propietario?
En cierto tiempo existió la lucha de clases.

El viejo proletariado ha seguido un proceso de externalización; de los antiguos países hacia los nuevos. Es allí donde debería darse la lucha de clases. Pero los chinos no saben qué es eso. Hablando en serio, quizás tengan lucha de clases, pero todavía no la hemos visto. Y añado: las finanzas son una condición necesaria para que el capitalismo camine hacia adelante, pero no indispensable. No se puede decir que el motor que mueve a China sea solo el afán de lucro.

Es una tesis sorprendente, ¿puede explicarla?

El mecanismo que está detrás de la economía china es el deseo de restaurar la grandeza de una cultura y de una civilización. Es lo contrario a lo que sucede en Francia. El mayor éxito francés de las últimas décadas ha sido Astérix. Y no es casualidad. Astérix es el retorno al remoto poblado celta que resiste al asalto del resto del mundo, un poblado que pierde pero que sobrevive. Los franceses están perdiendo, y lo saben.

Mientras tanto, en Occidente tenemos a los bancos centrales que nos dicen qué tenemos que hacer. Se habla de cuentas, de números, pero no de los deseos de los humanos, y de su futuro. ¿Se puede avanzar así?

A largo plazo no. Pero estoy convencido de que el verdadero problema es otro: la asimetría de la globalización. Algunas cosas están globalizadas, otras súper globalizadas, y otras no han sido globalizadas. Y una de las cosas que no lo ha sido es la política. Las instituciones que deciden sobre política son los Estados territoriales. Por tanto, queda abierta la cuestión de cómo tratar problemas globales sin un Estado global, sin una unidad global. Y eso afecta no solo a la economía, sino también al mayor desafío actual, el medio ambiente. Uno de los aspectos de nuestra vida que Marx no supo ver es el agotamiento de los recursos naturales. Y no me refiero al oro o al petróleo. Pongamos como ejemplo el agua. Si los chinos tuvieran que usar la mitad del agua per cápita utilizada por los estadounidenses, no habría agua suficiente en el mundo. Se trata de desafíos en los que las soluciones locales son inútiles, salvo desde el punto de vista simbólico.

¿Hay alguna solución?
Sí, siempre que se comprenda que la economía no es un fin en sí misma, sino que forma parte de la vida de los seres humanos. Esto se percibe observando la trayectoria de la crisis actual. Según las creencias anticuadas de la izquierda, la crisis debería generar revoluciones. Pero estas no se ven (exceptuando las protestas de los indignados). Y, puesto que no sabemos tampoco cuáles son los problemas que van a surgir, no podemos siquiera saber cuáles serán las soluciones.

¿Puede hacer al menos algunas previsiones?
Es extremadamente poco probable que China llegue a ser una democracia parlamentaria. Es poco probable que los militares pierdan todo el poder en la mayoría de los Estados islámicos. Usted ha defendido la necesidad de llegar a una especie de economía mixta, entre lo público y lo privado. Vuelva la vista atrás a la historia. La URSS intentó eliminar el sector privado. Y resultó ser un sonoro fracaso. Por otro lado, la tentativa ultraliberal también ha fallado miserablemente. Por tanto, la cuestión no es cómo será la combinación de lo público con lo privado, sino cuál es el objeto de esta combinación. O mejor, cuál es su objetivo. Y el objetivo no puede ser simplemente el crecimiento de la economía. No es cierto que el bienestar esté ligado al aumento del producto total mundial.

¿El objetivo de la economía es la felicidad?
Ciertamente.

 Sin embargo, las desigualdades siguen creciendo.
Y están destinadas a aumentar aún más; con seguridad aumentarán dentro de los Estados, y probablemente entre unos países y otros. No tenemos ninguna obligación moral de intentar construir una sociedad más igualitaria. Un país donde hay más equidad es probablemente un país mejor, pero no está en absoluto claro el grado de igualdad que una nación es capaz de mantener.

¿Qué queda de Marx? Usted, a lo largo de toda esta conversación, no ha hablado ni de socialismo, ni de comunismo...

El hecho es que ni siquiera Marx habló mucho de socialismo ni de comunismo, pero tampoco de capitalismo. Escribía sobre la sociedad burguesa. Permanece su visión, su análisis de la sociedad. Queda la comprensión del hecho de que el capitalismo funciona generando crisis. Y por otro lado, Marx hizo algunas previsiones acertadas a medio plazo. La principal: que los trabajadores deben organizarse como partido de clase.

En Occidente se habla cada vez menos de política y cada vez más de técnica. ¿Por qué?
Porque la izquierda ya no tiene nada más que decir, no tiene un programa para proponer. Lo que queda de ella representa los intereses de la clase media formada, y claramente no están en el centro de la sociedad.
Wlodek Goldkorn. L’Espresso. Fuente: http://espresso.repubblica.it/dettaglio/hobsbawm-lultima-intervista/2192093/9/0

Eric Hobsbawm y los bandidos

Un par de años atrás, en Río de Janeiro, discutía el problema de las pandillas de la ciudad con un colega brasileño, João Moreira Salles. Tratando de describir al difunto Marcinho VP, un inteligente y carismático líder criminal que había conocido bien, Salles observó: “Marcinho VP era el clásico guerrillero Hobsbawmiano”.

Se refería, por supuesto, a Eric Hobsbawm, el brillante historiador marxista británico que murió el domingo (1 de octubre de 2012) a la edad de 95 años. Las afinidades políticas de Hobsbawm lo convirtieron en blanco fácil de la crítica, especialmente después de la caída del comunismo, pero su extraordinario cuarteto de libros sobre la historia de los siglos XIX y XX fue ampliamente reconocido como un hito aun por sus enemigos ideológicos. El conservador historiador escocés Niall Ferguson se hallaba ayer entre quienes cantaban sus alabanzas.

Otro de los legados de Hobsbawm fue su investigación sin precedentes, y sus escritos, sobre bandidos y forajidos. En su libro “Bandits” (Bandidos) de 1969, que presenta a figuras tales como Salvatore Giuliano, Robin Hood y Pancho Villa, explora cómo ciertos bandidos siguieron siendo criminales mientras que otros se convirtieron en revolucionarios.

Salles me contó que en las entrevistas que hizo a Marcinho VP descubrió en él a un criminal que exponía una visión social. Parecía ser alguien que, si se daban las circunstancias, podía incluso evolucionar hacia la política. Nunca se sabría, sin embargo. Capturado y arrojado a prisión, fue estrangulado en 2003 por sus rivales.

En ese mismo viaje a Río conocí a un pandillero que había salido recientemente de prisión, la misma en la que Marcinho había sido asesinado. Me contó que se había unido a un grupo de estudio en la prisión y que había leído la biografía del Che Guevara que yo había escrito. Me preguntó muchas cosas sobre el libro, así como sobre el Che. Yo estaba intrigado por su curiosidad intelectual y le pregunté cómo se definía. La pandilla de la que era miembro importante había sido creada en los años ’70 por prisioneros políticos, observé, y su primer manifiesto había llamado a la realización de varias formas de justicia social. Sonrió y sacudió la cabeza. Me dijo: “Antes, algunos de nosotros teníamos conciencia social. Pero eso fue antes. Ahora sólo somos criminales”.

Tenía muy presente a Hobsbawm después de ese encuentro. Un par de años más tarde pude conocer al gran viejo en persona en su casa de Londres, para tomar una taza de té seguida de un vaso de whisky. Fue muy gentil y escuchó con interés mientras yo contaba las historias del submundo de Brasil y de otros lugares. Estaba interesado en Sri Lanka, un país con una antigua tradición marxista en el que yo había pasado algún tiempo hacía poco y donde acababa de terminar una guerra, y también en Colombia, donde una insurgencia de base campesina –con características tanto criminales como marxistas– había persistido por más de medio siglo. Mantuvo en reserva su opinión, sin embargo, cuando subrayé cómo, en la mayoría de los casos que había conocido, el bandido, y no el revolucionario, había demostrado ser la especie más fuerte.
En el fondo, Hobsbawm tenía algo de romántico y manifestaba una subyacente fe en la naturaleza humana. Quizás, en verdad, esto era lo que estaba en la raíz de su marxismo. En un epílogo a “Bandits” de 1999, mencionó con algo de orgullo cómo, en los ’70, miembros de un grupo campesino mexicano radical le habían hecho saber que aprobaban sus escritos sobre bandidaje social.

Apuntó: “Ello no prueba que el análisis desarrollado en este libro sea correcto. Pero puede dar a sus lectores alguna confianza en que es más que un ejercicio de anticuario o de especulación académica. Robin Hood, aun en sus formas más tradicionales, todavía significa algo en el mundo de hoy para personas como estos campesinos mexicanos. Hay muchos como ellos. Y deberían saberlo”.

En el México de hoy, el bandido psicópata Chapo Guzmán está en la cima, mientras que el revolucionario filósofo y de pipa en mano, el Subcomandante Marcos, ha quedado al margen junto con su mensaje de reforma social.

Con el tiempo, por supuesto, el péndulo puede volver a oscilar.
 Eric Hobsbawm, descansa en paz.
Jon Lee Anderson. El Puercoespín. Más de Eric H. sobre Colombia. Fuente: http://www.elpuercoespin.com.ar/2012/10/02/eric-hobsbawm-y-los-bandidos-por-jon-lee-anderson/

Una entrevista al profesor Francesc Martínez Gallegos sobre Eric Hobsbawm.

sábado, 6 de octubre de 2012

Mi hija emigró

Esta vez no voy a hablar de ciencia ni políticas de I+D; lo retomaré en el próximo post. Esta vez voy a hablar de lo que ocurre en mi casa, y que refleja lo que con toda seguridad está ocurriendo en muchos otros hogares, porque en el día de hoy la verdad es que no puedo pensar en otra cosa.

 Ayer me despedí de mi hija. Emigra en busca de un futuro que no ha podido encontrar en su país y que la sociedad, o sus padres, no le ha sabido dar. Es extraordinariamente frustrante para un padre ver marchar a sus hijos, pero mantenerlos a costa nuestra no es opción porque supondría llevarles a una situación en la que quedarán atrapados sin futuro.

 Vivir en el extranjero ni es nuevo para ella ni le intimida, porque en los últimos 5 años ha vivido y trabajado en Canadá, Francia e Inglaterra, pero entonces se trataba de mejorar sus cualificaciones profesionales. Ahora se trata de rebelarse contra quienes se refieren a su generación como la generación perdida.

Marchar le ha costado quedarse sin pareja, por lo que el llanto, apagado, que oía por la noche desde mi cama, se me hacía aún más amargo. Como muchos jóvenes de su edad, mi hija ha completado su formación profesional con el paso cambiado. En la primavera regresó a España con la intención de buscar un empleo en España, en lo que fuese pero a poder ser "de lo suyo".

Consiguió algunas entrevistas de trabajo, pero las condiciones siempre eran abusivas: salario de becario, 400 € al mes, para una persona con una licenciatura, un master, que domina cuatro idiomas y con experiencia laboral en el extranjero. Estos sueldos no le darían ni para comer ni para alquilar una habitación en las ciudades donde le ofertaban estos empleos. Tendría que tener una ayuda de sus padres, a lo que, por supuesto, estamos dispuestos. Pero ella no quiere seguir dependiendo de nosotros, con una ayuda que, de hecho, estaría subsidiando a los empresarios que abusan de nuestros jóvenes. 

Este verano han pasado por casa, para despedirse, muchos amigos suyos. Sus conversaciones siempre giraban en torno a lo mismo: la depresión de la crisis, los despidos o el miedo a ser despedido, los abusos de los empresarios que, aprovechándose de la crisis imponen condiciones leoninas, despidiendo a buena parte de la plantilla para que los "supervivientes" hagan el trabajo del resto, intimidados por la amenaza de ir a la calle. Me pareció que se sienten culpables y quizá -como a todos- algo de culpa les corresponde, pero no el peso excesivo que estamos cargando sobre ellos.

 En Mallorca, donde vivo, ha sido un año espectacular de turismo, con cifras récord de viajeros e ingresos. Un amigo que tiene un restaurante me dice que este verano ha hecho un 15 % más de caja. Sin embargo, muchas empresas del sector han despedido a buena parte de sus plantillas, de nuevo forzando al resto a asumir las tareas de los despedidos, aprovechándose del miedo a perder el empleo para aumentar sus márgenes de beneficios. ¿Es esto lo que ha conseguido la reforma laboral?.

 La mayor parte de sus amigos también emigraban, unos a Alemania -sin saber alemán pero cargados de ilusión y desparpajo; otros a Uruguay, para poder desenvolverse en español, otros a Canadá, Australia, Inglaterra, Noruega...

Estoy seguro de que muchos se han ido en condiciones mucho más difíciles que mi hija o sus amigos, o que incluso, queriendo hacerlo, no se hayan podido ir porque tengan dependientes a su cargo a quienes no puedan abandonar.

La emigración no es nueva en nuestro país, pero pensábamos haberla dejado atrás en el siglo XX y haberla cambiado por la movilidad internacional. Pensábamos que nuestros jóvenes se formaban y maduraban en un país moderno, avanzado, miembro destacado de la Unión Europea, con euros en su bolsillo, y pujando por entran en el G8 ante el asombro del mundo. Todo eso era una ilusión, un escenario de cartón piedra.

Como padre me siento inmensamente frustrado y fracasado. Los padres siempre anhelamos que nuestros hijos conozcan una vida mejor que la que nosotros tuvimos, y así ha sido al menos desde que la Guerra Civil nos hizo tocar fondo. Ochenta años después estamos cayendo en barrena en una involución económica y política que, ya lo escribía hace un año, amenazaba con arrastrarnos por el túnel del tiempo hacia la España de mi infancia en los años 1960, a la que ya estamos llegando en muchas cosas.

También me siento frustrado como formador de jóvenes científicos, aunque estos, estoy convencido, tienen un mejor futuro, porque el largo período de formación de investigadores, que se completa al final de treintena, supone que estos jóvenes, de la misma edad que mi hija, a quienes dirijo tesis de doctorado y master, seguirán progresando como científicos para -espero- completar esa formación cuando nuestro país haya salido del hondo agujero en que se encuentra. Sin embargo, para ellos no será fácil, y también habrán de ser duros y resistentes para salir adelante.

Pero no se trata de compartir mis sentimientos como padre ni como formador de jóvenes investigadores, sino de mis sentimientos como ciudadano español. ¿Qué futuro espera a una sociedad en la que sus jóvenes solo tienen la opción de desaparecer o amoldarse a condiciones laborales las más de las veces abusivas y requiriendo del subsidio de sus padres?...

Nadie pide perdón a nuestros jóvenes. Yo lo quiero hacer desde aquí, por la responsabilidad, quiero creer que poca, que me toca.

Acostumbrados a comulgar con rueda de molino, ya no nos da escalofríos saber que la cifra de desempleo entre nuestros jóvenes supera el 50 % (sin contar, claro está, con los que ya se han ido, que son multitud).

Mientras la Roja siga metiendo goles y Cristiano esté alegre seguiremos embotados y aceptando con resignación estos males que se nos han echado encima, sin que nadie asuma responsabilidades y nadie pida perdón...

Hay quien se felicita, estúpidamente, de que muchos seguimos en silencio, pero algo está cambiando. Ya no nos vale más de lo mismo, ya no nos aplacan con mentiras calculadas, engaños burdos, eufemismos y la cantinela de que lo que nos pasa es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y nos merecemos lo que pasa...

Deseo que mi hija y todos los que como ella se han ido a la emigración, sean felices y puedan en un futuro cercano regresar a su país para contribuir, con su capacidad, a nuestro futuro.

Me gustaría cerrar este texto recitando a mi hija, y a todos los jóvenes de su generación que, como ella han emigrado, el poema de José Agustín Goytosolo, Palabras para Julia; pero es mejor que lo escuchen cantado por Paco Ibáñez en su concierto en el Olympia de París. Por Carlos M. Duarte, Profesor de Investigación, CSIC, en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA). Fuente, 6 octubre 2012, Huffington Post.

viernes, 5 de octubre de 2012

Culpabilizar al pobre

La criminalización del parado como sospechoso de holgazanería cala en el discurso político

Con ese relato, los poderes buscan justificar el abandono a su suerte del más desfavorecido y neutralizar cualquier resistencia a las medidas de ajuste.

En España hay 1.737.000 hogares en los que todos sus miembros están en paro. / JON NAZCA (REUTERS)

La crisis se presenta como catástrofe pero también puede verse como estafa

Si es pobre, por algo será. Si le van mal las cosas, es que no se ha esforzado suficiente. Como una lluvia fina, el pensamiento que culpabiliza al pobre por ser pobre y al parado por no encontrar trabajo va calando en el discurso político. Es en realidad el reverso del ideario del liberalismo económico, que entroniza la figura del emprendedor como modelo social y sitúa la competitividad como motor de cualquier progreso. En fase de bonanza económica, especialmente si está basada en dinámicas especulativas, este ideario tiene una gran aceptación social porque siempre hay historias de éxito fulgurante que mostrar. Pero en tiempos de crisis, puede volverse fácilmente contra los pobres y los parados, a los que se presenta como sospechosos de holgazanería y culpables de haber malbaratado sus oportunidades.

Aunque pocas veces se expresa abiertamente, el desprecio por quienes necesitan ayudas públicas acaba aflorando. A veces de forma inoportuna, como le ha ocurrido al candidato republicano Mitt Romney. Sugerir que casi la mitad de los norteamericanos son parásitos sociales ha arruinado su carrera a la presidencia de Estados Unidos. Otras, de forma estridente, como cuando la diputada Andrea Fabra lanzó en el Congreso de los Diputados aquel burdo “que se jodan” en el momento en que se debatía recortar prestaciones a los parados. Y a veces sibilinamente, como cuando el diputado Josep Antoni Duran i Lleida afirmó que mientras los payeses catalanes lo pasan mal, en otras partes de España “hay campesinos que pueden quedarse en el bar de la plaza y continúan cobrando”.

Estas palabras no son inocentes. “El relato que se hace de lo que ocurre es determinante porque contribuye a construir el marco conceptual que servirá de referencia a la hora de valorar lo que ocurre”, explica Montserrat Ribas, profesora de la Universidad Pompeu Fabra y coordinadora del grupo de investigación sobre Estudios del Discurso. Si en ese relato se introduce la idea de que los parados y los pobres son parásitos, es presumible que cuando se decidan recortes en las prestaciones, estos no encuentren resistencia entre quienes no sufren esa situación.

El sociolingüista George Lakoff, autor del libro No pienses en un elefante, ha definido el papel de estos marcos conceptuales en la conformación de la opinión pública. Cuando la ideología conservadora, afirma Lakoff, utiliza por ejemplo la expresión “hay que aliviar la carga impositiva”, el marco conceptual en el que se inscribe implica una visión de los impuestos como algo que aprieta, que oprime a la sociedad. Del mismo modo, cuando Mitt Romney se refiere a “ese 47% de la población norteamericana que no paga impuestos y depende de las Ayudas del Estado”, que se siente “víctima” y se “cree con derecho a recibir atención médica, comida o vivienda”, está diciendo que ni es víctima ni tiene derecho a esas ayudas. Esa idea forma parte de un marco ideológico según el cual, cada uno ha de espabilarse y si alguien es pobre o fracasa, es por su culpa. Algo habrá hecho mal. En este marco conceptual, los poderes se sienten legitimados para abandonar a su suerte a los desfavorecidos.

Todo discurso político tiene un marco conceptual de referencia. También el de la crisis. Montserrat Ribas ha observado que el relato que se hace de la crisis está orientado a neutralizar cualquier resistencia a las medidas que se aplican. “El relato hegemónico presenta la crisis como una catástrofe natural, que ha ocurrido por una serie de fuerzas que no podemos controlar y que tiene consecuencias graves para todos. Como en las catástrofes, hay que resignarse, aceptar los sacrificios y colaborar para salir de ella”.

Con este enfoque, la crisis no tiene responsables, ni se considera importante determinar cómo se reparten sus cargas... Leer más en El País.

Rebelión en Europa contra el neoliberalismo

Según los datos de la Comisión Europea, la actividad económica en la Eurozona está descendiendo. Durante el periodo Abril-Junio descendió, como promedio, un 0,2%, y se espera que el informe de Octubre muestre una contracción incluso mayor de tal actividad. A estos datos debe añadirse la información proveída por el Banco Central Europeo, que señala que la actividad financiera también ha disminuido en la Eurozona, sin que se espere la reactivación de tal actividad en un futuro próximo. Mírese como se mire, pues, la situación económica y financiera va mal, en realidad, muy mal. Las cifras de desempleo en la Eurozona han alcanzado niveles sin precedentes, 18 millones de parados con un incremento anual de un millón durante estos años de crisis. 

Es obvio que las políticas de austeridad –que se han estado promoviendo por la troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional)- no están reavivando la economía de la Eurozona. En realidad, todos los datos señalan que, al revés, la están hundiendo. Y a pesar de ello, la troika continúa insistiendo en que la solución pasa por todavía más austeridad y más recortes. En estos momentos, está exigiendo en Grecia que se recorten 11.500 millones de euros del presupuesto nacional. En España también se están exigiendo para 2013 añadir 13.000 millones de euros de recortes a los que han ocurrido durante cada año de la crisis. En Francia, con un gobierno socialista, presidido por el Sr. François Hollande, éste está planeando recortar 30.000 millones de euros de su presupuesto. Y la lista puede alargarse incluyendo más y más países de la Eurozona. Las políticas de recortes han sido el eje central de las intervenciones públicas en los países de la Eurozona.

Además de estos recortes, se están aplicando otras políticas de claro corte neoliberal, como el retraso de la edad de jubilación, la reducción de los beneficios sociales y laborales, el descenso del seguro de desempleo, la reducción de salarios, y una larga lista de intervenciones que están reduciendo el bienestar social de las clases populares, que constituyen la mayoría de la población en los países de la Eurozona.

 Europa se rebela
 Como era de esperar, tales clases populares de estos países se están rebelando frente a estas políticas, políticas que en su gran mayoría se están imponiendo a la ciudadanía sin que hubiera un mandato popular para ello, ya que tales medidas no estaban en el programa electoral de los partidos gobernantes. De ahí que la legitimidad de tales gobiernos y de las instituciones que gobiernan la Eurozona y la Unión Europea esté cada vez más cuestionada. La atracción de Europa, que era generalizada en los países del Sur de tal continente (la mayoría habían sufrido dictaduras fascistas o fascistoides durante muchos años), está desapareciendo muy rápidamente. Y la conveniencia del euro como moneda común también se está cuestionando. Varias encuestas han aparecido en los mayores medios de información europeos diciendo que un porcentaje cada año mayor, identifica el establecimiento del euro como responsable de su pérdida de capacidad adquisitiva.

La rebelión de las clases populares a estas políticas neoliberales impuestas por el establishment europeo está actualmente generalizada. En Portugal, acaba de realizarse una huelga general y hay manifestaciones de protesta día tras día. En Francia, este domingo hubo manifestaciones a lo largo de su territorio protestando por la propuesta del presidente Hollande de aprobar el Pacto Fiscal que obligará, en la práctica, a perpetuar las políticas de austeridad. En Grecia, las protestas laborales y sociales son también el pan de cada día, alcanzando cada vez más una orientación violenta que puede afectar la viabilidad de sus instituciones representativas. Un tanto parecido ocurre en España, donde la represión por parte del Estado, heredero, en parte, de la dictadura, es especialmente acentuado en contra de las numerosas manifestaciones que tienen lugar a lo largo del territorio español. Y lo mismo está ocurriendo en Italia, donde los sindicatos están liderando una oposición cada vez más generalizada contra las imposiciones del gobierno Monti... Leer más en, Vicenç Navarro. Público.

Portugal vuelto del revés

Parece el principio de una de esas novelas medio alegóricas de José Saramago. Pero ocurrió de verdad el viernes en Lisboa: ese día, el 5 de octubre, se celebró el Día de la República y el presidente Aníbal Cavaco Silva izó solemnemente la bandera en la ceremonia oficial, retransmitida en directo a todo el país. Nadie se dio cuenta al principio, pero la bandera estaba colocada al revés, de modo que cuando Cavaco acabó de izarla, quedó colgada cabeza abajo, con el escudo mirando al patio.

Uno de los asistentes de la ceremonia dijo en alto lo que muchos estaban pensando:

 — Así está el país, vuelto del revés.

martes, 2 de octubre de 2012

Spain Recoils as Its Hungry Forage Trash Bins for a Next Meal. España retrocede como sus hambrientos buscan en los contenedores de la basura para una próxima comida.

El ya célebre reportaje sobre el hambre en España, aparecido en el NYT, a consecuencia de la "crisis" y que no ha gustado nada a las clases dominantes del país, no por reflejar la realidad sino por la "mala imagen" que puede dar en el exterior...
"Es evidente que lo necesario es acabar con el paro para acabar con las causas de estas escenas. Pues el problema no es esta y otras escenas parecidas, los problemas graves son las causas que producen estas escenas que no son más que el gobierno de turno le quita al pueblo para darlo a los bancos sin pedirle responsabilidad a cambio. Lo que vemos es el "daño colateral" de esa política en contra del pueblo, sus consecuencias.

MADRID — On a recent evening, a hip-looking young woman was sorting through a stack of crates outside a fruit and vegetable store here in the working-class neighborhood of Vallecas as it shut down for the night. At first glance, she looked as if she might be a store employee. But no. The young woman was looking through the day’s trash for her next meal. Already, she had found a dozen aging potatoes she deemed edible and loaded them onto a luggage cart parked nearby. “When you don’t have enough money,” she said, declining to give her name, “this is what there is.” The woman, 33, said that she had once worked at the post office but that her unemployment benefits had run out and she was living now on 400 euros a month, about $520. She was squatting with some friends in a building that still had water and electricity, while collecting “a little of everything” from the garbage after stores closed and the streets were dark and quiet.

 Such survival tactics are becoming increasingly commonplace here, with an unemployment rate over 50 percent among young people and more and more households having adults without jobs. So pervasive is the problem of scavenging that one Spanish city has resorted to installing locks on supermarket trash bins as a public health precaution... Fuente: By SUZANNE DALEY, NYT September 24, 2012 http://www.nytimes.com/2012/09/25/world/europe/hunger-on-the-rise-in-spain.html?pagewanted=all&_r=1&

lunes, 1 de octubre de 2012

La locura de la austeridad europea. Las protestas en Grecia y España demuestran que no puede haber acuerdo

Adiós a la complacencia. Hace tan solo unos días, la creencia popular era que Europa finalmente tenía la situación bajo control. El Banco Central Europeo (BCE), al comprometerse a comprar los bonos de los Gobiernos con problemas en caso necesario, había calmado los mercados. Todo lo que los países deudores tenían que hacer, se decía, era aceptar una austeridad mayor y más intensa —la condición para los préstamos de los bancos centrales— y todo iría bien.

 Pero los abastecedores de creencias populares olvidaron que había personas afectadas. De repente, España y Grecia se ven sacudidas por huelgas y enormes manifestaciones. Los ciudadanos de estos países están diciendo, en realidad, que han llegado a su límite: cuando el paro es similar al de la Gran Depresión y los otrora trabajadores de clase media se ven obligados a rebuscar en la basura para encontrar comida, la austeridad ya ha ido demasiado lejos. Y esto significa que puede no haber acuerdo después de todo.

Muchos comentarios indican que los ciudadanos de España y Grecia simplemente están posponiendo lo inevitable, protestando en contra de unos sacrificios que, de hecho, deben hacer. Pero la verdad es que los manifestantes tienen razón. Imponer más austeridad no va a servir de nada; aquí, quienes están actuando de forma verdaderamente irracional son los políticos y funcionarios supuestamente serios que exigen todavía más sufrimiento.

Pensemos en los males de España. ¿Cuál es el verdadero problema económico? Esencialmente, España sufre las consecuencias de una enorme burbuja inmobiliaria que provocó un periodo de auge económico e inflación que hizo que la industria española se volviese poco competitiva respecto a la del resto de Europa. Cuando la burbuja estalló, España se encontró con el complejo problema de recuperar esa competitividad, un proceso doloroso que durará años. A menos que España abandone el euro —una medida que nadie quiere tomar—, está condenada a años de paro elevado.

Pero este sufrimiento, posiblemente inevitable, se está viendo tremendamente magnificado por los drásticos recortes del gasto, y estos recortes del gasto solo sirven para infligir dolor porque sí.

 En primer lugar, España no se metió en problemas porque sus Gobiernos fuesen derrochadores. Al contrario: justo antes de la crisis, España tenía de hecho superávit presupuestario y una deuda baja. Los grandes déficits aparecieron cuando la economía se vino abajo y arrastró consigo los ingresos, pero, aun así, España no parece tener una deuda tan elevada.

Es cierto que España tiene ahora problemas para financiar sus déficits. Sin embargo, esos problemas se deben principalmente a los temores existentes ante las dificultades más generales por las que pasa el país (entre las que destaca la agitación política debida al altísimo paro). Y el hecho de reducir unos cuantos puntos el déficit presupuestario no hará desaparecer esos temores. De hecho, una investigación realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) da a entender que los recortes del gasto en economías profundamente deprimidas reducen la confianza de los inversores porque aceleran el ritmo del deterioro económico.

En otras palabras, los aspectos puramente económicos de la situación indican que España no necesita más austeridad. No está para fiestas, y, de hecho, probablemente no tenga más alternativa (aparte de la salida del euro) que soportar un periodo prolongado de tiempos difíciles. Pero los recortes radicales en servicios públicos esenciales, en ayuda a los necesitados, etcétera, son en realidad perjudiciales para las perspectivas de un ajuste eficaz del país...
 Si Alemania quiere salvar el euro, debería dejar actuar al BCE sin exigir más sufrimiento inútil
Leer todo aquí en PAUL KRUGMAN El País, 30 SEP 2012

Muere Eric John Ernest Hobsbawm, pensador marxista clave del siglo XX. El historiador británico fallece a los 95 años en Londres tras una larga enfermedad




El historiador marxista Eric Hobsbawm, (1917-2012) quizás el intelectual británico más admirado y respetado en el mundo desde hace varias generaciones, ha fallecido en la madrugada del lunes en el Royal Free Hospital de Hampstead, apenas a unos cientos de metros de su casa, a los 95 años de edad. A pesar de que nunca renegó de su ideología comunista, su intelecto, su capacidad para analizar hasta el más mínimo detalle y al mismo tiempo su facilidad para sintetizar la historia le granjearon la admiración lo mismo desde la izquierda que desde la derecha política, especialmente en los últimos años de su vida.

Autor de una veintena de libros, se especializó en la historia de los siglos XIX y XX. La tetralogía La era de… ha sido considerada su obra cumbre. Una serie que arrancó en 1962 con la publicación de La era de la Revolución: Europa 1789-1848 y que continuó en 1975 con La era del Capital: 1848-1875, en 1987 con La era del Imperio: 1875-1914 y cerró en 1994 con La era de los extremos: el corto siglo XX, 1914-1991.

Aunque nacido en 1917 en Alejandría (Egipto), en el seno de una familia judía de origen polaco, su padre era británico de segunda generación pero él se crió en Europa central. “Cada historiador tiene su nido, desde el que observa el mundo”, escribió una vez. “El mío está construido, entre otros materiales, de una niñez en la Viena de los años 20, los años del ascenso de Hitler en Berlín, que definieron mis ideas políticas y mi interés por la historia, y de Inglaterra, y especialmente el Cambridge de los años 30, que confirmaron los dos primeros”.

El joven Eric vivía en Viena cuando su padre murió de forma repentina en 1929 de un infarto y su madre dos años después debido a la tuberculosis. Él y su hermana Nancy se mudaron a Berlín, donde vivía su tío Sidney. De allí, la familia se fue a Londres en 1933 cuando la empresa de Sidney le trasladó a Inglaterra.

Empezaron entonces esos años de Cambridge, en los que Hobsbawm coincidió con historiadores como Christopher Hill, Rodney Hilton, John Saville y se afilió al Partido Comunista, una militancia en la que compaginó la fidelidad ­–nunca abandonó el partido: fue el partido el que le abandonó a él al disolverse en 1989– con el espíritu crítico, lo que le granjeó el respeto de quienes admiraban su trabajo pero discrepaban de su ideología.

Al estallar la II Guerra Mundial se ofreció a trabajar para la inteligencia pero la oferta fue declinada precisamente por su militancia política. Acabó ayudando a la construcción de las defensas costeras en East Anglia. Una experiencia que permitió al sólido intelectual entrar en contacto real con la clase obrera. “Esa experiencia en tiempos de guerra me convirtió para siempre a la clase obrera británica. No eran muy inteligentes, excepto los escoceses y los galeses, pero eran muy, muy buena gente”, escribió años después.

Quizás esa fidelidad frustró sus aspiraciones de entonces de acabar enseñando en Cambridge y acabó dando lecciones en el Birkbeck College de Londres.

En los años 80 se convirtió en una especia de gurú del Partido Laborista y en especial del que fue su líder desde 1983, Neil Kinnock, que le describiría como “mi marxista favorito” en agradecimiento a la influencia que Hobsbawm acabó teniendo en la reforma del partido y su acercamiento a territorios que luego desembocarían en el Nuevo Laborismo de Tony Blair.

En los últimos años ha seguido teniendo una gran influencia. Nunca ha dejado de trabajar (deja escrito un último libro que aparecerá el año que viene) y de participar en tertulias intelectuales y mediáticas.

En una de las últimas entrevistas que concedió a EL PAÍS desglosó algunas de las claves a través de las que narró la historia del último siglo.

 - Weimar y Hitler. "Era inevitable politizarse en aquellos días. Vivía entonces en Alemania, y no podía ser socialdemócrata (eran muy moderados), ni nacionalista (era inglés y judío), ni me interesaba el sionismo".

 - El poder del marxismo. "Los marxistas creían que la clase obrera iba a crecer, cuando lo que ha pasado es que ha decrecido y que países como Estados Unidos o Inglaterra incluso se están desindustrializando".

- Los fundamentalismos. "Afecta a todas las religiones. En el caso islámico, la revolución que triunfó en Irán tenía una fuerte voluntad de consolidar un Estado, centralizarlo y modernizarlo. Los fundamentalistas judíos son desde 1967 los más acérrimos defensores de Israel y reclaman sus ambiciones imperialistas. Y no hay que olvidar el giro fundamentalista de los católicos con los últimos papas y de las comunidades protestantes en Estados Unidos".

- El terrorismo islamista. "Su poder militar es mínimo. El atentado en Nueva York no llegó a desestabilizar la ciudad salvo durante unas horas. Hay que subrayar que hay lugares (Afganistán, Pakistán, el Oriente Medio) donde los grupos terroristas juegan políticamente un papel importante, y no se los puede despreciar. Otra cosa es el terrorismo islamista en nuestros países. Responde a una reacción antiimperialista".
 P. Es un comunista convencido. ¿Qué significa el comunismo en el siglo XXI?
 R. En primer lugar, crítica al capitalismo, crítica de una sociedad injusta que está desarrollando sus contradicciones. El ideal de una sociedad de mayor igualdad, libertad y fraternidad. La pasión de la acción política, el reconocimento de la necesidad de la acción colectiva. La defensa de la causa de los pobres y los oprimidos. Lo que ya no significa es un orden social como el tipo soviético, un orden económico de una planificación total y colectiva: me parece que ese experimento ha fallecido. El comunismo como motivación continúa vigente; como programa, no.
P. ¿Qué futuro les espera a los países con régimen comunista?
R. Prácticamente han desaparecido, ni siquiera los chinos son comunistas en el sentido antiguo. No es imposible que haya uno u otro país que siga siéndolo, como el régimen cubano, pero no se puede ser optimista sobre Cuba, sobre todo cuando muera Fidel...  De El País. Leer más en la BBC. Más aún aquí. En página 12.
“El partido era nuestra vida. Le dedicamos todo nuestro esfuerzo. A cambio nos devolvió la certeza de nuestra victoria y la experiencia de la fraternidad”. En The Independent.

sábado, 29 de septiembre de 2012

40.000 personas se manifiestan en Alemania contra la creciente desigualdad

Más de 40.000 personas se han manifestado hoy en cuarenta ciudades alemanas en favor de una sociedad más justa y del Estado social que la sustenta, reclamando también el concepto de “redistribución” de la riqueza como vía de salida de la crisis.

 La mayor manifestación ha tenido lugar en Hamburgo, donde 7000 personas han creado una cadena humana en el centro de la ciudad, antes de concluir en un acto en el que ha intervenido el líder de la izquierda griega, Alexis Tsipras.

Seis mil en Bochum, 5000 en Berlín, 3000 en Bremen, 4000 en Colonia y 5000 en Frankfurt, entre otras ciudades, los organizadores de la iniciativa “Redistribución, gravar la riqueza”, valoraban anoche la jornada como un “éxito completo”.

La protesta, fruto de una propuesta iniciada en agosto por una veintena de organizaciones civiles y algunos sindicatos y partidos políticos, exige un impuesto del patrimonio y un impuesto sobre el capital que financien de una forma justa el gasto social y reduzcan la deuda, así como una acción decidida contra la evasión de impuestos y los paraísos fiscales.

También se pidió un impuesto universal a la especulación y contra la pobreza mundial a cargo del sector financiero. La iniciativa quiere que las fuerzas políticas alemanas, cada vez más en competición electoral ante las generales de septiembre del año que viene, asuman estos puntos.

Las manifestaciones han sido apoyadas de forma desigual por algunos sindicatos como el gigante del sector servicios Verdi, con más de un millón de afiliados.

“Treinta años de neoliberalismo y desregulación de los mercados de trabajo y financiero han ampliado la brecha entre ricos y pobres”, ha dicho el secretario general de Verdi, Frank Bsirske, en la manifestación de Frankfut. “El contribuyente está pagando los rescates de la crisis financiera y con ello se trata en primer lugar de asegurar el capital de los más ricos”, añadió. “Ha llegado la hora de que quienes se beneficiaron de aquello contribuyan”, concluyó.

Un estudio del ministerio de trabajo alemán recién publicado ha desvelado hasta qué punto la sociedad alemana, hace treinta años relativamente nivelada para la escala europea, se ha americanizado desde el punto de vista del desigual reparto de rentas e ingresos.

Al 0,1% de la población mayor de 17 años le corresponde el 22,5% de los activos. El 0,9% tiene el 13,3% y al 9% le corresponde el 30,8%. Todo ello sumado arroja que el 10% de los alemanes más ricos concentran el 66,6% del capital.

A otro 40% de la población le corresponde el 32,2% de los activos. El 50% restante de la población posee el 1,4%.

“Como cristianos y cristianas no podemos aceptar el fraccionamiento social de nuestra sociedad”, dice Sabine Schiedermair, presidenta de la federación alemana de empleados católicos (KAB).

La Vanguardia, Rafael Poch Leer más: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120929/54352061559/manifestacion-alemania-desigualdad.html#ixzz27yZJWvMM Más sobre informe de desigualdad en Alemania.

viernes, 28 de septiembre de 2012

La Iniciativa Vive pide ayuda para la prevención cardiovascular. El proyecto aborda ciencia, educación y salud para prevenir la primera causa de mortalidad del mundo

Las enfermedades cardiovasculares con la primera causa de muerte en los países ricos, y van camino de serlo en los demás. Por eso su prevención —o, según prefiere Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), la promoción de comportamientos saludables— ocupa un puesto destacado en la agenda de la salud pública. Y no solo desde un punto de vista estrictamente médico. Tal y como plantea la Iniciativa Vive, tres son las patas del abordaje: ciencia, salud y educación, todas ellas igualmente importantes.

 Partiendo de este punto de vista, la Iniciativa Vive, fruto de la colaboración de la Fundación ProCNIC (que aglutina a empresas privadas que colaboran con el CNIC, entre ellas PRISA, editora de EL PAÍS) y la Fundación SHE (siglas en inglés de ciencia, salud y educación), se reinventa “para abrir su participación a todo ciudadano que disponga de tiempo e interés en luchar contra la patología cardiovascular”.

Como explicó Fuster en la presentación de este nuevo enfoque, la patología cardiovascular obedece a múltiples factores, la mayoría evitables. Entre los primeros están “los mecánicos” (obesidad y la presión arterial), los “químicos” (colesterol y diabetes) y “dos que se identifican con sendas preguntas: si se hace ejercicio y si se fuma”. Solo hay uno sobre el que no se puede actuar: la edad... EL PAÍS Madrid 28 SEP 2012

jueves, 27 de septiembre de 2012

Entrevista con Danilo Zolo, profesor de filosofía del derecho y de filosofía del derecho internacional en la Universidad de Florencia

...Se necesitan muy pocos datos para confirmar dramáticamente que el sol se pone sobre la “Era de los derechos” en la era de la globalización. La Organización Internacional del Trabajo calcula que 3.000 millones de personas viven ahora bajo la línea de pobreza, fijada en 2 dólares diarios. John Galbraith, en el prefacio al Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas en 1998, documentó que un 20% de la población del mundo se apodera de 86% de todos los bienes y servicios producidos a escala mundial, mientras el 20% de los más pobres solo consume 1,3%. Hoy en día, después de casi 15 años, esas cifras han cambiado para peor: El 20% más rico de la población consume un 90% de los bienes producidos, mientras el 20% más pobre consume 1%. También se calcula que un 40% de la riqueza del mundo es de propiedad del 1% de la población mundial, mientras las 20 personas más ricas del mundo poseen recursos iguales a los de los mil millones de gente más pobre...

CG: Su próximo libro, que está a punto de ser publicado por Laterza en Italia llevará el título Democracy without a Future. ¿Piensa que nuestro futuro será verdaderamente muy sombrío?

 DZ: No cabe duda, a mi juicio, de que en Occidente las instituciones que llamamos “democráticas” están en serio peligro, especialmente en Europa e Italia. La soberanía política y legal de las naciones Estado ha sido considerablemente debilitada, mientras la función de los parlamentos es limitada por el poder de burocracias públicas y privadas, incluyendo la burocracia judicial y los tribunales constitucionales. Al mismo tiempo, el poder ejecutivo tiende a asumir una función hegemónica sin tomar en cuenta la división de poderes que ha sido el sello distintivo del Estado constitucional europeo continental y del Estado de derecho anglo-estadounidense.

La democracia parlamentaria cede el paso a la “telecracia”. Los canales de televisión públicos y privados son instrumentos muy efectivos de propaganda política. Como señaló Norberto Bobbio, el enorme poder de la televisión ha causado un cambio de rumbo de la relación entre ciudadanos que controlan y ciudadanos que son controlados. La minoría limitada de representantes elegidos controla a las masas de votantes y no viceversa. Por ello estamos en un régimen al que no es retórico calificar de “tele-oligarquía post democrática”, en el cual la vasta mayoría de la gente no “escoge” y no “elige” sino ignora y obedece.

Cientos de miles de jóvenes, mujeres y ancianos no tienen trabajo, ni siquiera los más insignificantes, y viven en la pobreza. ¿Significa que nos espera un mañana “muy sombrío”? No es fácil responder esa pregunta. Lo que parece absolutamente seguro es el progresivo debilitamiento de las funciones políticas y económicas de Estados individuales y la dominación de algunas elites económicas y políticas que sirven intereses privados intocables. Es la así llamada “nueva clase capitalista transnacional” que domina los procesos de globalización desde la punta de torres de vidrio en ciudades como Nueva York, Washington, Londres, Frankfurt, Nueva Delhi, Shanghái.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NI26Dj01.html Foto: Salinas de Bonanza vistas desde Bajo Guía, en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz.

La fiebre del oro. El expolio de la RDA

Heiner Müller definió en una ocasión “el socialismo real” como una época «entre la edad de hielo y el comunismo». La expresión no parece decir nada, pero en realidad dice mucho. El fracaso de la revolución mundial, que dejó a la Unión Soviética completamente aislada en el plano internacional (una situación que en última instancia acabó favoreciendo el ascenso de Stalin y todo lo que ello supuso), primero, y la extensión de su modelo a toda Europa oriental manu militari tras la Segunda Guerra Mundial después, creó una situación particularmente extraña en los países que formaban el bloque oriental. Por una parte se reclamaban en lo ideológico portadores de la idea del comunismo, una idea que justificaba todas las estrecheces y medidas de excepción del presente, mientras que, por la otra, era cada vez más evidente el estancamiento político y económico, que se traducía en el tedio y la apatía de la ciudadanía. La “dictadura del proletariado”, la fase de transición que había de conducir al comunismo, se había convertido en una forma de estado –en una particularmente desagradable para muchos ciudadanos– y la espera, en un modo de vida en que ni se avanzaba ni se retrocedía. El socialismo realmente existente se encontraba, efectivamente, en algún lugar «entre la edad de hielo y el comunismo».

Con la caída del Muro de Berlín la historia entró de lleno en todo el bloque oriental. Lo hizo como capitalismo dinámico y como «destrucción creativa». Es una parte de la historia de Europa que no figura en los libros de texto, ni de la que los medios de comunicación escriben artículos conmemorativos, porque, como recordarán, se había producido «el fin de la historia», aquella perversión hegeliana acuñada por Francis Fukuyama y explotada a la perfección por los think tanks estadounidenses. La proclamación de la “victoria de la Guerra fría” nunca fue suficiente para los ganadores. Había que clavar la cabeza del enemigo en una lanza y pasearla por todos los rincones del país chorreando sangre. En la mejor y más ancestral tradición germánica, se sobreentiende. Y eso fue exactamente lo que hicieron las élites políticas y económicas alemanas. Cuando un periodista le preguntó a Lothar Späth, a la sazón miembro del Presidium de la CDU, si la terapia de choque económica para la República Democrática Alemana era una forma de capitulación incondicional, éste respondió lacónicamente: «le contestaré brutalmente: sí». [1]

El mayor matadero de Europa
Desde hace unas semanas se proyecta en algunas pequeñas salas de Alemania Goldrausch – Die Geschichte der Treuhand, un documental basado en el reportaje de investigación de Dirk Laabs, Der deutsche Goldrausch – Die wahre Geschichte der Treuhand [La fiebre del oro alemana – La verdadera historia de Trehuand] (Múnich, Pantheon, 2012). El documental –algo lastrado por su realización para televisión– es desde luego oportuno: cuando Alemania está, un día sí y al otro también, en el punto de mira de los articulistas de todo el sur de Europa, nos recuerda que las primeras víctimas de la élite política y empresarial alemana no fueron otros que sus propios compatriotas.

¿Qué fue Treuhand?
¿Qué significó para miles de alemanes? Inmediatamente antes de su desintegración y con la intención de facilitar el proceso de reunificación, el último gobierno de la RDA creó una agencia para la privatización (Treuhandanstalt) de las empresas estatales de Alemania oriental (Volkseigener Betriebe, VEB). La sede se estableció en la Alexanderstraße de Berlín, a tiro de piedra de la celebérrima Alexanderplatz. El 1 de julio de 1990 Treuhand asumió la gestión de 8.400 empresas, 25.000 comercios al por menor, 7.500 restaurantes y hoteles y 1'7 millones de héctareas de tierra cultivable. Todas estas empresas, grandes y pequeñas, daban empleo a más de cuatro millones de trabajadores. Y a todo ello aún había que sumar el capital confiscado al Ministerio de Seguridad del Estado y parte de las propiedades del Ejército de Alemania oriental (Nationale Volksarmee). Uno de los primeros directores de Treuhand estimó en 1990 en 600 mil millones de marcos el valor total de su catálogo de empresas. La propiedad de titularidad pública de la RDA, un estado en vías de desaparición, debía, a propuesta de Werner Schulz (Alianza 90/Los Verdes) y otros representantes del movimiento ciudadano en Alemania oriental, distribuirse de manera equitativa entre sus ciudadanos, quienes, al fin y al cabo, habían contribuido a su construcción y desarrollo. Si los ciudadanos de la RDA habían de convertirse en ciudadanos de derecho de la nueva Alemania tal y como pedían sus vecinos occidentales, a la fuerza habían de poseer un capital propio. Treuhand tenía que ser el organismo encargado de dárselo, pero de este modelo no quedó más que la idea y Treuhand acabó convirtiéndose en todo lo contrario a lo que supuestamente tenía que ser.

Como primera señal de lo que los antiguos ciudadanos de Alemania oriental habrían de ver en los próximos años, los puestos directivos de Treuhand se reservaron a alemanes occidentales. Tras la dimisión de Rainer Maria Gohlke por disputas con el consejo administrativo, Detlev Karsten Rohwedder asumió la presidencia del organismo. Rohwedder era un empresario socialdemócrata que se había hecho un nombre en Alemania occidental saneando y privatizando empresas del sector industrial, labor por la que recibió en 1983 el premio de Directivo del año. Rohwedder asumió el cargo convencido de que 40 años de “socialismo real” habían perjudicado más al tejido industrial de Alemania que la Segunda Guerra Mundial...
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Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5270

Foto: Puesta de sol en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. 22-09-2012.

martes, 25 de septiembre de 2012

Democracia de calidad frente a la crisis. Nos ha faltado un marco ético, capaz de estimular la responsabilidad social

Un gran número de españoles está viviendo la crisis actual como un auténtico fracaso del país en su conjunto. ... en 2007 estalló en el nivel global y local esa crisis que había venido gestándose, una crisis que parece ser sobre todo económico-financiera y política, y descubrimos que el rey estaba en buena parte desnudo. Que, por desgracia, nos queda mucho camino por andar.

Para recorrer con bien ese camino importa preguntar qué nos ha pasado, qué ha fallado, y un punto esencial es que no se trata solo de una crisis económica y política, sino también de una crisis ética, que pone de manifiesto las carencias de espíritu cívico. En los últimos años, nos ha faltado un marco ético efectivo, capaz de estimular la responsabilidad social y un buen uso de la libertad.

Con el deseo de aportar algunas sugerencias para la elaboración de ese marco, el Círculo Cívico de Opinión dedica el sexto de los Documentos que ha publicado al tema Democracia de calidad: valores cívicos frente a la crisis, y en él apunta a modo de ejemplo medidas como las siguientes:

Perseguir un bien común. En una democracia que es, a su vez, un Estado de derecho, es preciso perseguir un bien común que amplíe el horizonte de los intereses individuales como los únicos fines de la actividad económica y política. Por legítimos que sean los intereses privados, las instituciones y los ciudadanos se deben también a unos intereses comunes.

La equidad como fin. Sostener la equidad y mejorarla debería ser el principio irrenunciable de un Estado de derecho. En muy poco tiempo, España consiguió poner en pie un Estado de bienestar homologable con el resto de los países de nuestro entorno. Pero el modelo es frágil y no podrá sostenerse si no va acompañado de la voluntad de preservarlo por encima de todo. Hay que repensar el modelo con serenidad y con voluntad de conseguir acuerdos lo más amplios posibles.

Debe cambiar el orden de los valores. Los años de bonanza económica pasados han propiciado una cultura de la irresponsabilidad y del dinero fácil, que ha traído consigo corrupción, evasión de impuestos y un consumismo voraz. Si algo puede enseñar la crisis es que debe cambiar la jerarquía de valores transformando las formas de vida, entendiendo que el bienestar no se nutre solo de bienes materiales y consumibles. Formas de vida que fortalezcan cultural y espiritualmente al individuo y a la sociedad con valores como la solidaridad, la cooperación, la pasión por el saber, el autodominio, la austeridad, la previsión o el trabajo bien hecho.

Decir la verdad. La costumbre de ocultar la verdad por parte de políticos y controladores de la economía de distintos niveles ha sido responsable de la crisis en buena medida. Pero esa costumbre se ha extendido también entre intelectuales y otros agentes de la vida pública, plegados a lo políticamente correcto, sea de un signo o de otro. Entre la incompetencia y la ocultación saber qué pasa y anticipar con probabilidad qué puede pasar es imposible para la gente de a pie.

Cultura de la ejemplaridad. Los protagonistas visibles de la vida pública tienen un deber de ejemplaridad, coherente con los valores que dan sentido a las sociedades democráticas. La corrupción, la malversación de bienes públicos, el despilfarro, el desinterés por el sufrimiento de quienes padecen las consecuencias de la crisis, la asignación de sueldos, indemnizaciones y retiros desmesurados producen indignación en ocasiones, pero también modelos que se van copiando con resultados desastrosos.

Rechazar lo inadmisible. Para que una sociedad funcione bien es necesario que las leyes sean claras y que se apliquen, pero también que la ciudadanía rechace las conductas inaceptables. Es verdad que hay que ir con mucho cuidado con eso que se ha llamado la “vergüenza social” y que es una de las formas que tiene una sociedad para desactivar actuaciones que considera reprobables. Esa vergüenza ha causado tanto daño y es tan manipulable, la utilizan tan a menudo unos grupos para desacreditar a otros, que solo puede recurrirse a ella como una cultura, vivida por todos los grupos sociales, de que determinadas conductas no pueden darse por buenas.

Potenciar el esfuerzo. Lo que vale cuesta. Dar a entender que se pueden alcanzar las metas vitales sin trabajo alguno es engañar, condenar a las gentes a ser carne de fracaso y destruir un país. Aprender, por el contrario, que esfuerzo y ocio son dos caras del buen vivir, que ayudan a construir un buen presente y un buen futuro.

Superar la partidización de la vida pública. La partidización de la vida pública es uno de los lastres de nuestra política, que impide agregar voluntades para encontrar salidas efectivas y consensuadas a los problemas que nos agobian. Cuando ante cada uno de los problemas públicos la sociedad se divide siguiendo los argumentarios de los partidos políticos se destruyen la cohesión social y la amistad cívica indispensables para llevar una sociedad adelante.

El sentido de la profesionalidad. La profesionalidad, en todos sus ámbitos de ejercicio, es un valor que no debe medirse solo por la eficiencia y la competencia científica y técnica, siendo ambos valores altamente encomiables. Ser un buen profesional significa incorporar también ideales que hagan de las distintas profesiones un servicio a la sociedad y al interés común. Es buena la gestión estimulada no solo por la obtención de beneficios materiales, sino por un espíritu cívico y de servicio.

Promover la educación. El mejor instrumento de que disponemos para conseguir una sociedad mejor y cambiar el orden de los valores es la educación, entendida como formación de la personalidad y como una tarea de la sociedad en su conjunto. El ideal de autenticidad debe poder conjugarse con los valores propios de la vida democrática.

Recuperar el prestigio. Ni las instituciones ni las personas que ostentan los cargos de mayor responsabilidad han sabido ganarse la reputación y el prestigio imprescindibles para merecer confianza y credibilidad por parte de la ciudadanía. Además del déficit notable de ideas para gestionar y resolver la crisis, se echa de menos un liderazgo compartido por el conjunto de grupos políticos, que actúe con valentía y con prudencia, que corrija los despilfarros de otros tiempos, que sepa discernir la gravedad de cada problema y que tenga visión de futuro y no atienda únicamente al corto plazo.

Construir un marco de valores comunes. Es urgente construir un suelo de valores compartidos, fortalecer los recursos morales que surgen de las buenas prácticas porque solo así se generará confianza. Pero también crear espacios de deliberación que hagan posible construir pueblo, y no masa, que fortalezcan la intersubjetividad y no se disgreguen en la suma de subjetividades. Generar pueblo y sociedad civil tanto en España como en Europa, donde somos y donde queremos estar, es uno de los retos, porque tal vez sea esta una de las claves del fracaso de Europa: no haber intentado reforzar la conciencia de ciudadanía europea, la Europa de los ciudadanos, esa pieza que resulta indispensable para que sean posibles tanto la Europa económica como la política. Victoria Camps, Adela Cortina, José Luis García Delgado, en representación del Círculo Cívico de Opinión. En El País.
Foto del autor, puesta del sol en la playa de la Barrosa, el sol sobre el castillo de Santi Petri. Chiclana de la Frontera, Cádiz.

25-S Rodea el Congreso

Parte de manifestantes en Madrid.






















Fotos de El País en internet.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Portugal. Lisboa cede a la presión de la calle y se replantea los recortes

El Gobierno de Portugal ha acabado por ceder a la presión de la calle. Tras dos semanas sometido a una intensa presión social ha aceptado echar marcha atrás en su última propuesta de ajustes, dirigida a aumentar la carga fiscal de los trabajadores y reducir la de las empresas.

En un comunicado divulgado por la Jefatura del Estado, el Ejecutivo luso del primer ministro Pedro Passos Coelho admite "estar disponible para, en el marco de la concertación social, estudiar alternativas" a esta medida, fuertemente criticada por patronal, sindicatos, oposición y grupos civiles.

 Esta fue la principal conclusión de la reunión del Consejo de Estado, órgano consultivo convocado ayer por el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, y que acabó esta madrugada tras ocho horas de deliberaciones.

Prueba de la contestación social que había generado la propuesta del Gobierno fue la protesta celebrada frente al Palacio lisboeta de Belem, donde tuvo lugar la reunión, y en la que participaron miles de personas para pedir la suspensión de las últimas medidas de austeridad anunciadas por el Ejecutivo.

"Cavaco, escucha, el pueblo está en lucha" o "FMI fuera de aquí" fueron algunas de las consignas más coreadas por los manifestantes. La protesta discurrió sin apenas incidentes, aunque fueron detenidas cuatro personas acusadas de lanzar petardos y una más por resistencia a la autoridad.

La propuesta del Gobierno luso de subir en 2013 las contribuciones que pagan a la Seguridad Social los trabajadores y bajar la que abonan las empresas por cada empleado fue anunciada por el propio Passos Coelho el viernes 7 de septiembre, con el objetivo de "crear empleo" y frenar así el continuo aumento del paro.

La medida, sin embargo, fue contestada por la oposición, los sindicatos e incluso la patronal, por considerar que podía hundir todavía más el ya de por sí debilitado consumo interno. Este nuevo incremento de la carga fiscal a los trabajadores también causó divergencias entre los dos partidos que conforman el Gobierno conserador, los socialdemócratas del PSD y los democratacristianos del CDS-PP, que juntos permiten a Passos Coelho gozar de mayoría absoluta.

Estas diferencias de criterio entre ambos grupos parlamentarios quedaron finalmente resueltas, según el comunicado hecho público este sábado tras la reunión del Consejo de Estado, que da por "superadas las dificultades que podían afectar a la solidez" de esta alianza y descarta así la posibilidad de una crisis política.

El órgano consultivo, que últimamente sólo ha sido convocado por el jefe del Estado en situaciones de crisis, también incidió en la necesidad de "preservar la cohesión nacional" en un momento en que Portugal se encuentra intervenido por las instituciones internacionales.

El país vive bajo la asistencia financiera de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional desde mayo de 2011, que acordaron prestarle 78.000 millones de euros a lo largo de tres años para evitar la bancarrota, a cambio de un severo programa de ajustes y reformas aplicado a rajatabla por el Gobierno conservador luso.

Los recortes, sin embargo, no han evitado que Portugal afronte dificulades para cumplir con algunos de los compromisos adquiridos con la troika, como el de la reducción del déficit público, lo que obligará a la adopción de nuevas medidas de austeridad. Fuente: http://www.publico.es/internacional/442770/lisboa-cede-a-la-presion-de-la-calle-y-se-replantea-los-recortes
Foto del autor: Puesta del sol del día 22-09-12 en Sanlúcar de Barrameda.

El gasto por intereses de la deuda superará al de personal en 2013

La partida destinada a financiar los préstamos será mayor que la del empleo público por primera vez desde, al menos, 1995

El próximo jueves el Gobierno aprobará, por segunda vez este año, unas cuentas anuales. Convocará un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2013. Un encaje de bolillos que tiene visos de ser el más complicado de los últimos tiempos: la economía seguirá en recesión, lo que afectará a la recaudación fiscal. Y para terminar de cerrar el círculo de lo imposible, además, se estrecha el límite de déficit permitido y suben los intereses de la deuda acumulada. ¿El resultado? La partida reservada para pagar esos intereses por la deuda será mayor que toda la partida destinada a pagar al personal de toda la Administración del Estado consolidado. Es la primera vez, al menos desde 1995, que ocurre.

El aumento de la deuda pública y el alto nivel en el que se sitúa la prima de riesgo impulsan los gastos por intereses, la partida que más crecerá el próximo año, 9.114 millones más que en 2012 (cuando fue ya de 28.913 millones de euros), casi un punto del PIB. En total, esta carga será de más de 38.000 millones de euros. Los gastos de personal consolidados (de la Administración Central, Seguridad Social y organismos autónomos) presupuestados para este año estuvieron ya por debajo de esa cifra, ya que fue de 33.151 millones de euros. Así pues, la previsión de gastos que realiza el Gobierno para pagar los intereses superará por primera vez a lo que dedica a pagar la nómina de los funcionarios y empleados públicos, al menos desde 1995, último año sobre el que aparecen registros de los Presupuestos Generales en la página del Ministerio de Hacienda. Los gastos financieros en 2013 serán el doble que los presupuestados en 2009 por la crisis e incluso superarán también por primera vez a lo que destina el Gobierno a pagar las prestaciones por desempleo.

El objetivo principal de las cuentas de 2013 pasa por cumplir con el sacrosanto objetivo de déficit comprometido con Bruselas. La Administración central y la Seguridad Social tienen fijado un tope conjunto de déficit del 3,8% del PIB, lo que supone que el año próximo la desviación entre gastos e ingresos presupuestarios no podrá ser mayor de 40.778 millones, unos 7.000 millones menos que en 2012. La tarea es complicada porque están previstos que los gastos públicos de la Administración central crezcan un 9,2% hasta los 126.792 millones, según el techo de gasto aprobado por el Gobierno a mediados de julio. La aportación del Estado a la Seguridad Social también aumentará en unos 4.300 millones, para asumir los complementos de mínimos de la Seguridad Social y hacer frente al mayor gasto en pensiones.

A todo eso se añade que la crisis sigue haciendo estragos y las perspectivas no son nada halagüeñas. Las últimas previsiones del FMI estiman que la economía española se contraerá un 1,2% el próximo año, lo que podría obligar al Gobierno a modificar el cuadro macroeconómico —las cifras de referencia para calcular el presupuesto— en el que contemplaba una caída del 0,5% del PIB... Leer más aquí en El País. Y aquí.