jueves, 1 de octubre de 2015

La industria del armamento nuclear se adueña del dinero del contribuyente. Privatizar el Apocalipsis

El complejo corporativo nuclear
Introducción de Tom Engelhardt
 
Han dirigido las empresas más rentables de la historia y, para decirlo sin rodeos, están destruyendo el planeta. En el pasado, dada la obsesión estadounidense con los terroristas, yo los llamaba “terraristas”. Me refiero, por supuesto, a los CEO de las empresas de la Gran Energía (Big Oil), quienes en estos años han hecho lo indecible para encontrar nuevas formas de explotar todas las reservas imaginables de combustibles fósiles de la Tierra y colocarlas en la atmósfera en la forma de dióxido de carbono. Hay una cosa que es cierta: tal como una vez lo hicieron los más altos ejecutivos de la industria tabacalera, la del plomo y la de los productos a base de asbestos, ellos saben qué significa esa fuente de enormes ingresos para el resto de nosotros –eche el lector una mirada a la estación de los incendios de este año en el oeste de la América del Norte– y nuestros hijos y nietos. Si usted piensa que ahora mismo el mundo está viviendo los mayores desplazamientos de refugiados, sólo espere hasta que las sequías sean aún más extremas y que aumente la inundación de las zonas costeras.

Lo escribí en 2013: “Convenientemente, con estas tres industrias, los resultados negativos llegan después de años o incluso décadas de la exposición; de ese modo resulta difícil establecer la conexión entre causa y efecto. Cada una de las industrias sabía que esa conexión existía. Cada una de ellas utilizaba esa desconexión temporal para protegerse. Una diferencia: si usted fuera un ejecutivo de la industria del tabaco, o del plomo, o del amianto, tendría la posibilidad de evitar que sus hijos y nietos estuvieran expuestos a su producto. En el largo plazo, esa posibilidad no existe cuando hablamos de los combustibles fósiles y el dióxido de carbono, ya que todos vivimos en el mismo planeta (a pesar de que también es cierto que quienes gozan de una buena situación económica en las zonas templadas de la Tierra tienen menos probabilidades de ser los primeros en sufrir las consecuencias)”.

Increíblemente, como Richard Krushnic y Jonathan Alan King lo dejan en claro hoy, los beneficios económicos buscados por una segunda tanda de altos ejecutivos están igualmente estrechamente vinculados con la posibilidad de destruir el planeta (al menos en su carácter de entorno habitable para el ser humano y muchas otras especies) y la eventual muerte de decenas de millones de personas. Esos ejecutivos son los que dirigen las empresas que desarrollan, mantienen y modernizan nuestro arsenal nuclear; al igual que con las empresas del sector de la energía, ellos utilizan sus grupos de presión y su dinero para conseguir más de los mismo en Washington. Algún día, mirando hacia atrás, los historiadores (si todavía existen) sin duda pensarán que las actividades de ambos grupos son ejemplos de la suprema criminalidad.

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Cómo es que la industria del armamento nuclear se queda con los dólares de los impuestos
Imagine usted un momento un auténtico absurdo: en alguna parte de Estados Unidos las muy rentables operaciones de un conjunto de grandes empresas se basarían en la posibilidad de que más pronto que tarde sus vecinos sean destruidos, y usted y todos sus vecinos fueran aniquilados. Y no solo usted y sus vecinos, sino también otras personas y sus vecinos en todo el planeta. ¿Qué pensaría usted de semejantes empresas, de semejante proyecto, de los enormes beneficios económicos que obtendrían de esa manera?

De hecho, esas empresas realmente existen. Son las de la industria del armamento nuclear y se ocupan del vasto arsenal de armamento –capaz de destruir el mundo– en manos del Pentágono. Con esa actividad consiguen extraordinarios beneficios económicos, viven una vida confortable en nuestro propio barrio y desempeñan un activo papel en la política de Washington. La mayor parte de los estadounidenses saben muy poco o nada de ellos ni de sus ingresos a pesar de que el trabajo que realizan es al servicio de un futuro apocalíptico casi imposible de imaginar.

A algo tan extraño agregue usted otra cosa improbable. Las armas nucleares han estado en los titulares durante años; aun así, durante este período toda la atención ha estado centrada en un país que no posee ni una bomba nuclear y, al menos por lo que puede decirnos la inteligencia de Estados Unidos, en realidad no ha dado señales de estar construyendo una. Por supuesto, estamos hablando de Irán. Por otra parte, prácticamente nunca aparecen en las noticias los absolutamente reales arsenales nucleares que podrían hacer estragos en la Tierra, sobre todo nuestro enorme arsenal y el de nuestro antiguo enemigo, Rusia.

En el reciente debate sobre si el acuerdo nuclear con Irán del presidente Obama evitará que ese país desarrolle alguna vez armas atómicas, usted puede buscar y rebuscar para encontrar alguna auténtica discusión sobre el arsenal nuclear de Estados Unidos, a pesar de que el Bulletin of the Atomic Scientists estima que consta de 4.700 ojivas nucleares activas. Esto incluye una variedad de artefactos como bombas aéreas, misiles basados en tierra y misiles embarcados en submarinos. Si, por ejemplo, un solo submarino del tipo Ohio –la Armada de EEUU dispone de 14 de ellos, equipados con misiles nucleares– lanzara sus 24 misiles Trident, cada uno de ellos portador de 12 cabezas nucleares de un megatón a las que se puede asignar blancos independientes, las principales ciudades del país alcanzado –en cualquier lugar del mundo– podrían ser arrasadas y morirían millones de personas.

Ciertamente, las explosiones y los incendios que se producirían enviarían a la atmósfera tanto humo y tantas partículas en suspensión que el resultado sería un “invierno nuclear”, lo que ocasionaría una hambruna de alcance mundial y la muerte posible de cientos de millones de personas, entre ellas estadounidenses (independientemente del sitio dónde se hayan disparado los misiles). Aun así, como lo cuenta el clásico libro del doctor Seuss, habría que agregar: “eso no es todo; oh no, eso no es todo”. En este momento, la administración Obama tiene planes para gastar hasta un billón de dólares [ha leído bien: un 10 seguido de 11 ceros, o 1011, en la jerga de los matemáticos] en los próximos 30 años para modernizar y mejorar las fuerzas nucleares de Estados Unidos.

Dado que el actual arsenal de EEUU representa –en el ‘lenguaje’ de los militares– una “sobrecapacidad de exterminación”, es decir, podría destruir muchos planetas del tamaño de la Tierra– ningunos de los dólares adicionales del contribuyente aumentará perceptiblemente la capacidad de “disuadir” ni la seguridad. Para aumentar la seguridad nacional en las próximas décadas –si es que acaso eso importa algo–, la precisión para dar en el blanco de unos misiles que matan a toda criatura viviente en un radio de unos cuantos kilómetros se ha reducido de 500 a 300 metros. Si semejante “modernización” no tiene ninguna importancia militar, ¿para qué aumentar el gasto en las armas nucleares?

Hay un aspecto importante de las apuestas por un Estados Unidos nuclear que por lo general no se menciona en este país: la corporación que constituye la industria de las armas nucleares. Aun así, la presión que esta corporación es capaz de ejercer en favor del gasto cada vez mayor está completamente subestimada en lo que se supone debería ser el “debate” de la cuestión.

La privatización del desarrollo de las armas nucleares
Empieza con este hecho tan sencillo: la producción, el mantenimiento y la modernización de las armas nucleares son fuente de siderales beneficios económicos para lo que, en esencia, es un cártel. Por supuesto, como tal no se enfrenta con competencia alguna de la industria de otros países, ya que el arsenal nuclear de Estados Unidos del que estamos hablando y los contratos ofrecidos por el gobierno están exentos de cualquier auditoría con la excusa de la seguridad nacional. Más aún, el modelo de negocio utilizado es el de “coste más margen”, que significa que aunque el coste final exceda al precio original ofertado, el contratista tiene garantizado un porcentaje por encima del coste de fabricación. Los altos beneficios están efectivamente garantizados y no importan la ineficiencia ni los márgenes por encima de lo presupuestado en que el proyecto pueda incurrir. En otras palabras, no hay la menor posibilidad de que el contratista pierda dinero, con todo lo ineficiente que pueda ser (lo más lejano que pueda imaginarse del modelo de producción de libre mercado defendido por las corporaciones).

Esos beneficios tan bien protegidos y las empresas que se los embolsan se han convertido en el factor principal de la promoción del desarrollo del armamento nuclear, deteriorando así cualquier esfuerzo realizado en pro del desarme nuclear. Ciertamente, parte de este proceso debería ser conocido ya que es un extensión de la clásica fórmula del Pentágono descrita tan sorprendentemente por el economista industrial Seimour Melman, de la Universidad de Columbia, en sus libros y artículos; una perversa fórmula que producía martillos de 436 dólares y cafeteras de 6.322 dólares.

Dados el proceso y los beneficios obtenidos, los contratistas del sector armamento tienen un gran interés en que la opinión pública estadounidense viva una intensa sensación de peligro e inseguridad (aunque sean ellos mismos la principal fuente de ese peligro e inseguridad). Recientemente, la Campaña Internacional de Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) publicó un sorprendente informe, Don’t Bank on the Bomb [No financie la Bomba], en el que se dio la lista de los principales contratistas corporativos y sus inversores, es decir, quienes recogerán esos inmensos beneficios procedentes de la próxima modernización del arsenal nuclear.

Sin embargo, gracias a la opacidad de la seguridad nacional con que se cubren los programas de armas nucleares de Estados Unidos, el público no dispone de una auténtica auditoría de los contratos de esas empresas. No obstante, los beneficios obtenidos gracias a las armas nucleares de al menos las más importante corporaciones ahora pueden ser rastreadas. En el sector de vectores de artefactos nucleares –aviones de bombardeo, misiles y submarinos– hay una cantidad de nombres conocidos: Boeing, Northrop, Grumman, General Dynamics, GenCorp Aerojet, Huntington Ingalls y Lockheed Martin. En otros sectores, como el de diseño y producción de las armas nucleares, los nombres que están en lo más alto de la lista son algo menos conocidos: Babcock & Wilcox, Bechtel, Honeywell International y URS Corporation. Cuando pasamos al reglón de los ensayos y el mantenimiento de armas nucleares, entre los contratistas están Aecom, Flour, Jacobs Engineering y SAIC; y entre las firmas de los sistemas de selección de blancos y de guía están Alliant Techsystems y Rockwell Collins.

Algunos pequeños ejemplos de contratos: en 2014, a Babcock & Wilcox se le asignaron 76,8 millones de dólares para trabajar en la mejora de los submarinos de la clase Ohio. En enero de 2013, a General Dynamics Boat Division se le adjudicó un contrato de 4,6 millones de dólares para diseñar y desarrollar un submarino disuasorio estratégico de nueva generación. Es posible encontrar más información de contratos corporativos relacionados con armas nucleares en el informe ICAN, que también da los nombres de bancos y otras instituciones de inversión y financiación vinculadas con las corporaciones del armamento nuclear.

Muchos estadounidenses ignoran que buena parte de la responsabilidad del desarrollo, producción y mantenimiento de las armas nucleares no está confiada al Pentágono sino al Departamente de Energía (DOE, por sus siglas en inglés), que gasta más en armas nucleares que en el desarrollo de fuentes sostenibles de energía. Para el proyecto nuclear del DOE son claves los laboratorios federales donde se diseñan, construyen y prueban los artefactos nucleares. Entre ellos están el Sandia National Laboratory de Albuquerque, New Mexico; el Los Alamos National Laboratory (LANL) de Los Alamos, New Mexico; y los Livermore National Laboratories de Livermore, California. Estos, a su vez, reflejan una constante en los asuntos de la seguridad nacional: los llamados sitios GOCO (propiedad del gobierno pero operados por contratistas privados). En los laboratorios, este sistema representa una delegación en las corporaciones de las políticas de disuasión nuclear y otras estrategias vinculadas a estas armas. Mediante contratos con URS, Babcock & Wilcox, la Universidad de California y Bechtel, los laboratorios de armas nucleares están en gran medida privatizados. Solo el contrato del LANL llega a los 14.000 millones de dólares. Del mismo modo, la instalación nuclear de Savannah River, de Aiken, South California, donde se fabrican cabezas nucleares, está dirigida conjuntamente por Flour, Honeywell International y Huntington Ingalls. Su contrato con el DOE, que funcionará durante todo 2016 llega a los 8.000 millones de dólares. En otras palabras, en estos años en los que hemos visto el crecimiento de la corporación bélica y una significativa privatización de las fuerzas armadas y la comunidad de la inteligencia de Estados Unidos, en el mundo del armamento nuclear se ha ido dando un proceso similar.

Además de los contratistas nucleares de primera línea hay cientos de subcontratistas, algunos de los cuales dependen de la subcontratación para la mayor parte de sus negocios. Cualquiera de ellos puede tener entre 100 y varios centenares de empleados trabajando en componentes especiales o en sistemas; con su peso en las comunidades locales, estos subcontratistas ayudan a empujar los programas de modernización nuclear mediante sus representantes en el Congreso.

Una de las razones de que la rentabilidad del armamento nuclear sea tan extremadamente alta es que la Administración Nacional de la Seguridad Nuclear (NNSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía, responsable del desarrollo y la operación de las instalaciones de armas nucleares del DOE, no supervisa a los subcontratistas, lo que a su vez dificulta el control de los contratistas de primera línea. Por ejemplo, cuando el Proyecto de Supervisión Gubernamental presentó una solicitud de información sobre Babcock & Wilcox, el subcontratista encargado de la seguridad en el complejo nuclear Y-12 de Oak Ridge, Tennessee, la NNSA respondió que no tenía información acerca de ese contratista. En ese entonces, B&W estaba a cargo de la construcción de una instalación de procesamiento de uranio en Y-12. A su vez, B & W subcontrataba las labores de diseño a otras cuatro firmas y no se ocupó de fusionarlas ni de supervisarlas. Esto dio lugar a un diseño impracticable, que solo fue desechado después de que los subcontratistas recibieran 600 millones de dólares algo inservible. El caso de Oak Ridge, en el pasado mayo, a su vez, puso en marcha un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental para el Congreso que señalaba que esos problemas eran algo endémico en las instalaciones de armas nucleares del DOE.

Los lobbyistas nucleares
Los dólares provenientes de los impuestos federales gastados en el mantenimiento y desarrollo de armamento nuclear son un componente importante del presupuesto de Estados Unidos. A pesar de que es difícil precisarlo, las sumas gastadas rondan los cientos de miles de millones de dólares. En 2005, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental informó de que cuando se trata del costo del sector nuclear ni siquiera el Pentágono tiene cifras exactas; tampoco existe algún tipo de presupuesto separado que responda al renglón de las armas nucleares. El análisis de los presupuestos del Pentágono y del Departamento de la Energía, de la Administración Nacional de la Seguridad Nacional (NNSA), como el de la información extraída de la documentación del Congreso acerca de esta cuestión sugieren que, entre 2015 y 2018, Estados Unidos gastará por lo menos 179.000 millones de dólares para mantener la tríada nuclear actual –misiles, bombarderos y submarinos– y las armas nucleares asociadas a ella, en tanto comienza el proceso de desarrollo de sus reemplazos de próxima generación. La Oficina del Presupuesto del Congreso proyecta que el costo de las fuerzas nucleares en el período 2015-2024 será de 348.000 millones de dólares –es decir 35.000 millones por año–, de los cuales el Pentágono gastará 227.000 millones de dólares y el departamento de Energía 121.000 millones.

De hecho, en realidad el precio del mantenimiento y desarrollo del arsenal nuclear es mucho mayor que cualquiera de esas estimaciones. Si bien esos guarismos incluyen la mayor parte del costo directo de las armas nucleares y los sistemas estratégicos de lanzamiento como los misiles y submarinos, así como la mayoría de los costos del personal militar responsable de mantener, operar y ejecutar las misiones, no incluyen muchos otros gastos, entre ellos los derivados de la retirada del servicio de las armas caducadas y del de deshacerse del material declarado inservible. Tampoco incluyen las pensiones ni el costo de los cuidados médicos asociados con el retiro de sus operadores.

En 2012, un informe de una comisión de alto nivel dirigida por el ex visepresidente del Estado Mayor Conjunto, general James Cartwright concluyó que “no se ha presentado ninguna razón sensata en favor del uso de las armas nucleares para solucionar ninguno de los principales problemas que enfrentamos en el siglo XXI [entre ellos] amenazas de países fuera de la ley, estados fallidos, proliferación [sic], conflictos regionales, terrorismo, ciberguerra, crimen organizado, trafico de drogas, desplazamientos de refugiados por conflictos armados, epidemias o cambio climático. De hecho, en última instancia podría decirse que antes bien se han convertido en parte del problema que en alguna solución”.

Lógicamente, para el conjunto de las corporaciones implicadas en los programas nucleares de Estados Unidos, esto carece de importancia. De hecho, mantienen en activo elaboradas operaciones de lobbying para apoyar la continuación de contratos de fabricación de armas nucleares, En un estudio de 2012 realizado para el Centro de Política Internacional, Bombs vs. Budgets: Inside the Nuclear Weapons Lobby, William Hartung y Christine Anderson informaron de que, en relación con las elecciones de ese año, los 14 principales contratistas donaron cerca de tres millones de dólares directamente a los legisladores del Congreso. No debe sorprender que la mitad de esta suma fuera a parar a los miembros de las cuatro comisiones o subcomisiones claves que controlan el gasto destinado a las armas nucleares.

En 2015, la industria de la defensa movilizó un pequeño ejército de por lo menos 718 lobbyistas y repartió más de 67 millones de dólares para presionar en el Congreso para conseguir incrementos en el gasto relacionado con las armas. Entre los principales contribuyentes estaban las corporaciones con importantes contratos para armas nucleares, entre ellos Lockheed Martin, Boeing y General Dynamics. Estas presiones pro-nucleares se vieron ayudadas por contribuciones y presión por parte de las empresas relacionadas con los misiles y los aviones que, en principio, no son del ramo nuclear. Sin embargo, algunos de los sistemas que producen estas empresas son de uso dual (convencional y nuclear), es decir, un vigoroso programa de armamento nuclear amplía su mercado potencial.

La presión continua de los legisladores republicanos para recortar los programas sociales en Estados Unidos es un mecanismo decisivo para asegurar la disponibilidad de fondos federales provenientes de los impuestos para que sean destinados a los lucrativos contratos militares. Para los 35.000 millones de dólares anuales o más que el contribuyente estadounidense pondrá en ese armamento satisfaciendo así los mezquinos intereses de un reducido número de empresas, el beneficio es el miedo a un futuro apocalíptico. Después de todo, a diferencia de los grupos de presión del resto de corporaciones, el de las armas nucleares (y del mismo modo los dólares del contribuyente de EEUU) pone en riesgo de rápida extinción la vida en la Tierra, ya sea por la destrucción directa producida por un holocausto atómico o por la drástica reducción de la luz solar que llega a la superficie terrestre como consecuencia de una especie de invierno nuclear que seguiría a un enfrentamiento nuclear. De momento, el complejo de las corporaciones nucleares está escondido entre nosotros, sus asignaciones presupuestarias y fondos blindados contra el escrutinio público y sus proyectos apenas percibidos. Esta es la fórmula para el desastre.

Jonathan Alan King es profesor de biología molecular en MIT y presidente de la Comisión por la Abolición Nuclear de la organización Peace Action de Massachusetts.

Richard Krushnic fue gerente de préstamos inmobiliarios y analista de contratos de vivienda y negocios del Departamento de Desarrollo Barrial de Boston. Hoy día está trabajando en desarrollo comunitario en América latina.

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Ángel Viñas: “Franco se apropió de dinero que no iba dirigido a él”

El historiador desvela en "La cara oculta del Caudillo" algunas operaciones turbias que enriquecieron al dictador en la guerra.



El nuevo libro del economista, diplomático e historiador Ángel Viñas (Madrid, 1941) saca a la luz aspectos de Franco que han permanecido entre sombras, a pesar de que el dictador falleció hace cuatro décadas. Uno de ellos es su fascinación por el nazismo: “Franco queda deslumbrado por la capacidad militar alemana, pero es un camaleón que cambia con el entorno político. Primero pronazi, luego proaliado y después proamericano; lo importante era conservar el poder”, explica a EL PAÍS.

Lo más controvertido de la obra es la información que ofrece sobre el origen de la sorprendente fortuna que Franco tenía al final de la guerra, de la que no había rastro en 1936. Viñas afirma que los 34 millones de pesetas que el dictador poseía en cuentas personales en agosto de 1940 no proceden de su sueldo. “Era imposible que hubiese ahorrado 34 millones en cuatro años”, sostiene. “Evidentemente, una parte le llega de donativos que se entregan a una suscripción nacional”, indica.

En La otra cara del Caudillo (Crítica), que será presentado en un acto público el 20 de noviembre, cuando se cumplen 40 años de la muerte de Franco, el historiador documenta una operación comercial con café que reportó al jefe del Estado 7,5 millones de pesetas en 1940. El producto había sido donado a España por el dictador brasileño Getúlio Vargas y Franco usó el aparato estatal para distribuirlo, venderlo, cobrarlo e ingresar el dinero en su cuenta corriente. “Francamente, creo que fue un corrupto, se apropió de dinero que no iba dirigido a él, aunque desde el punto de vista jurídico no hizo nada ilegal, porque él era el Derecho”, destaca el historiador.

Viñas ha investigado las leyes reservadas aprobadas durante la dictadura, una práctica que situaba en el más absoluto limbo jurídico a los españoles, sujetos a normas que ni siquiera sabían que existían. “Con ellas en la mano, Franco podía hacer literalmente lo que le viniera en gana”.

En el libro, Viñas se pregunta si su ejemplo y su práctica alentó la corrupción entre los mandos militares, tras constatar que envía a sus generales miles de cigarrillos o café: “No se trataba de pacotillas. Por conseguir cigarrillos norteamericanos la gente podía dejarse llevar a actos irracionales”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/28/actualidad/1443442667_099472.html

Los 10 mejores momentos matemáticos de ‘Los Simpson’. Profesores españoles utilizan la serie estadounidense para enseñar matemáticas.

Hace 25 años, habría sido difícil predecir a qué se iban a dedicar J. Stewart Burns, Al Jean y Ken Keeler, los tres matemáticos por Harvard (EE UU); y David X. Cohen y Jeff Westbrook, ambos físicos por la misma universidad. Los cinco son guionistas de Los Simpson, una sátira del modo de vida estadounidense nacida en 1989 que se ha convertido en una de las series televisivas más exitosas de la historia. “La cantidad de cuestiones matemáticas que aparecen en Los Simpson tiende a infinito”, explica Marta Martín, de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Oviedo. Ella y otros colegas, como Abel Martín, profesor de Matemáticas en un instituto de Oviedo, imparten talleres sobre Los Simpson a niños y adolescentes de centros de enseñanza en Asturias. “Salen encantados”, resume Marta Martín, que colabora con la Real Sociedad Matemática Española en la divulgación de esta ciencia. Estos son algunos de los momentos matemáticos protagonizados por los personajes amarillos.

La cama de faquir de la probabilidad
En un capítulo, Marge Simpson decide llevar a su familia al Museo de Ciencia. Allí, Bart y Lisa Simpson contemplan un tablero de Galton, un dispositivo formado por un tablero vertical perforado con clavos, como la cama de un faquir, por el que caen pelotas. El aparato, concebido por el inventor británico Francis Galton a finales del siglo XIX, genera una serie de sucesos aleatorios: cada bola tiene la mitad de probabilidades de caer a un lado o al otro de cada clavo. Al soltar una pelota, es imposible saber dónde caerá. Sin embargo, al dejar caer muchas bolas, se puede predecir con precisión dónde terminará la mayoría: forman una curva de campana.

El tablero de Galton preside la Sala de la Probabilidad del Museo de Ciencia, en la que un vídeo del matemático francés Blaise Pascal, del siglo XVII, instruye a los Simpson: "Ah, hola. Soy Blaise Pascal, el inventor de la teoría de la probabilidad. ¿Cuáles eran las probabilidades de conoceros aquí? Excelentes, diría yo”, comenta tras tirar una moneda al aire. “Mi amiga la Ardilla Tonta está a punto de comprar un billete de lotería. Ardilla Tonta, ¿conoces la probabilidad de ganar la lotería? Bueno, ..es más probable que te atropelle un coche. O que te alcance un rayo. O que te asesine un conocido. Si has comprendido la probabilidad, nunca jugarás a la lotería".

El teorema garabateado en un libro
En 1637, el matemático francés Pierre de Fermat garabateó en el margen de uno de sus libros uno de los teoremas más famosos de la historia. Decía que la igualdad xn + yn = zn es imposible si n es un número entero mayor que 2 y las tres letras son números enteros positivos. “He encontrado una demostración realmente admirable, pero el margen del libro es muy pequeño para ponerla”, presumía. Así que el llamado Último Teorema de Fermat estuvo más de 350 años sin demostrarse, hasta que el matemático británico Andrew Wiles anunció en 1995 la resolución del acertijo que había derrotado a sus mejores colegas durante siglos.

Ese mismo año, Homer Simpson aparecía en un capítulo deambulando por otra dimensión, rodeado por la expresión 178212 + 184112 = 192212 , “un contra ejemplo que echaba por tierra el Teorema de Fermat”, en palabras de Marta Martín. Aparentemente, si se hacía la suma en una calculadora normal, Homer tumbaba a Fermat, pero no. “¿Dónde estaba el truco? En que la calculadora redondea, produciendo una engañosa apariencia de igualdad”, explica Martín.

Con una calculadora más potente, el resultado es este:

178212 + 184112 = 2541210258614589176288669958142428526657

192212 = 2541210259314801410819278649643651567616

A partir de la décima cifra, el número cambia. Fermat gana a Homer.

Un mensaje codificado
En el capítulo Homer al cubo, el padre de la familia intenta huir de sus cuñadas Patty y Selma y detrás de un armario salta a una tercera dimensión. Allí se encuentra con un mensaje codificado: 46 72 69 6E 6B 20 72 75 6C 65 73 21. Los profesores Marta Martín y Abel Martín, con la ayuda de su colega Ángel Aguirre, han descifrado esta secuencia de números y letras. Se trata de una notación hexadecimal, un sistema vinculado a la informática que utiliza como base el número 16. El mensaje emplea los numerales del 0 al 9 y las letras de la A a la F. La A equivale al decimal 10; la B, al 11; y así sucesivamente hasta la F. Cada pareja de números representa un caracter en ASCII, un código para el intercambio de información también habitual en los sistemas informáticos.

Con estos datos, el mensaje oculto se puede traducir como: Frink rules!, “Frink manda”, en castellano. El profesor Frink es el científico de Springfield y sus alocados inventos aparecen de manera recurrente en la serie. “Si colocamos Frink rules! en un buscador de internet, esta expresión nos manda directamente a una página web que nos va a describir quién es el profesor Frink, sus andanzas, inventos y apariciones en los diferentes capítulos de Los Simpson”, descubre Martín.

Números narcisistas
Otro de los guiños matemáticos de Los Simpson aparece en un capítulo de la temporada 17, emitida en 2006. Homer debe adivinar la cantidad de asistentes a un partido de béisbol. Le dan tres opciones: 8191, 8128 y 8208. “Todos estos números son notables desde algún punto de vista”, recordaba Claudio Horacio Sánchez, profesor de Física de la Universidad de Flores (Argentina), en un artículo en la revista matemática Números. 8191 es igual a 213 – 1 y, por lo tanto, es uno de los llamados primos de Mersenne. Estos números son primos (solo se pueden dividir por 1 y por sí mismos) y además responden a la forma 2n – 1. Solo se conocen 48 primos de Mersenne. El más alto es 257885161 − 1 se descubrió en 2013.

Otro de los números que ve Homer es el 8128, el cuarto de los llamados números perfectos, iguales a la suma de sus divisores. 8128 = 1 + 2 + 4 + 8 + 16 + 32 + 64 + 127 + 254 + 508 + 1016 + 2032 + 4064. Los tres primeros números perfectos son el 6, el 28 y el 496, detalla Sánchez.

Finalmente, 8208 es uno de los números narcisistas, aquellos iguales a la suma de cada uno de sus dígitos elevados a n, siendo n la cantidad de cifras del número. Por ejemplo, 153 es un número narcisista de tercer orden, ya que 13 + 53+ 33 = 1 + 125 +27 = 153. El 8208 es un número narcisista de cuarto orden y es una rareza. Apenas se conocen tres números de este tipo.

Monos escribiendo libros

En el episodio "Última salida a Springfield", de 1993, Homer es elegido presidente del sindicato de la central nuclear de Springfield. El señor Burns, propietario de la planta atómica, le invita a su mansión para ganárselo. En el caserón, Homer ve una habitación con mil monos aporreando mil máquinas de escribir. Burns le explica que los animales escribirán la mejor novela de la historia. El argumento hace referencia a un problema manejado desde hace un siglo en el cálculo de probabilidades. Claudio Horacio Sánchez recuerda uno de sus enunciados más conocidos: si un millón de monos teclearan al azar en un millón de máquinas de escribir, al cabo de un millón de años habrían escrito todas las obras de Shakespeare. “Este problema fue realmente llevado a la práctica en julio de 2003, con un programa que simulaba la acción de los monos. Más de un año después, el programa produjo un pequeño fragmento, de veinticuatro letras, de Enrique IV”, escribía en su artículo en la revista Números.

Más poderosas que las balas
En un capítulo de la temporada 14, Edna Krabappel, profesora de la escuela de Springfield, es candidata al título de Maestra del Año. El ganador es un tal Julio Estudiante, “un profesor de matemáticas que enseñó a jóvenes pandilleros que las ecuaciones diferenciales son más poderosas que las balas”.
El profesor boliviano Jaime Escalante.
El personaje homenajea a Jaime Escalante (1930-2010), un profesor boliviano de Física y Matemáticas que emigró a EEUU en 1964. Su país de acogida no reconoció sus títulos y tuvo que empezar de cero, limpiando un restaurante mientras estudiaba inglés. Al cabo de los años, Escalante volvió a dar clase en una escuela de un barrio pobre de Los Ángeles y, en un entorno de violencia y drogas, consiguió que muchos de sus alumnos se entusiasmaran por las matemáticas. En 1988, el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, le entregó la Medalla Presidencial a la Excelencia en Educación.

El bosón de Higgs
En la temporada 10 aparece uno de los momentos científicos más conocidos de Los Simpson. Homer escribe con una tiza en una pizarra una ecuación que predice aproximadamente la masa del bosón de Higgs, una partícula elemental buscada desde 1964 que otorgaría la masa al resto de las partículas que componen el átomo. El capítulo se emitió en 1998, casi 15 años antes de que los físicos  detectaran por primera vez la partícula en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), un anillo subterráneo de 27 kilómetros de circunferencia construido en la frontera entre Francia y Suiza. “El orden de magnitud para la masa del Higgs es correcta, pero solo el orden de magnitud”, matiza  Alberto Casas, investigador del Instituto de Física Teórica, en Madrid. “La fórmula de Homer da 309 GeV (los GeV son las unidades que usamos los físicos para medir masas elementales). El valor real de la masa del bosón de Higgs es 125 GeV, así que Homer se pasó un poco”, explica.

“Es un poco más grande que el bosón de Higgs aislado por los físicos del CERN, pero tiene el mérito de que se hizo 14 años antes. No le demos más vueltas ni busquemos el rigor matemático. Se trata de un guiño que, en manos de Homer, resulta paradójico e impensable”, resalta Martín. En la misma pizarra, añade, aparece otro contra ejemplo del Último Teorema de Fermat (398712 + 436512 = 447212) y “la demostración de cómo se puede transformar una rosquilla en una esfera, topología pura”.

El número más grande con nombre conocido
Un niño de 9 años, sobrino del matemático estadounidense Edward Kasner, bautizó gúgol (googol en inglés) a un número extraordinariamente grande imaginado por su tío: 10100, un 1 seguido de 100 ceros. En Springfield, el pueblo de los Simpson, los cines se llaman Googolplex.

“Si tenemos en cuenta que plex es sala en inglés, podría ser que esa fuera la razón por la que los cines de Springfield llevan por nombre Googolplex. Pero no, en la serie se da un paso más, Googolplex es el número más grande con nombre conocido hasta esa fecha (10 elevado a googol o  10googol )”, detalla Martín.

“Nos imaginamos que los guionistas estarán pensando en diseñar unas nuevas salas en Shelbyville, pueblo vecino y rival de Springfield, que se llamen Googolduplex, con 10 elevado a googolplex salas (10googolplex) el nuevo número con nombre más grande”.

La Capilla Sixtina de las matemáticas
Para muchos matemáticos, la Capilla Sixtina de su disciplina es la identidad de Euler. Formulada como  e + 1 = 0, aparece en varios capítulos de Los Simpson. En palabras de Martín, relaciona “cinco imprescindibles números, como símbolo de lo que la inteligencia humana es capaz de descubrir”. El número e, cuyo valor aproximado es 2,71828 seguido de infinitos dígitos, es el número más importante del análisis matemático. Aparece en lugares inesperados, como las ecuaciones para datar restos arqueológicos con carbono 14.

El número pi (3,141592653…) es el rey de la geometría.
No solo sirve para calcular el perímetro de una circunferencia: el geólogo Hans-Henrik Stølum, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), descubrió en 1996 que la relación entre el doble de la longitud total de un río y la distancia en línea recta entre su nacimiento y su desembocadura es de aproximadamente 3,14. El número i (raíz cuadrada de -1) es el más relevante del álgebra. “Y 0 y 1 son las bases de la aritmética por ser los elementos neutros, respectivamente de la adición y la multiplicación”, remacha Martín.

Multiplícate por cero
La frase matemática más conocida de Los Simpson es una invención de la responsable de la traducción para la versión española, María José Aguirre de Cárcer. En el idioma original, Bart dice “eat my shorts”, literalmente “cómete mis calzones”, pero con el sentido de “desaparece”. Multiplicar algo por cero es, precisamente, hacerlo desaparecer. En Sudamérica, subraya Martín, no reconocen esta expresión de Bart.

http://elpais.com/elpais/2015/04/30/ciencia/1430420317_959498.html?rel=lom

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La maldad en los cuentos infantiles sirve de pedagogía

Mientras los niños saben reconocer el bien y el mal, y diferenciarlo, a través de los cuentos, los adultos parecen haber entrado en una infantilización con libros muy populares que no interpelan al lector en sus matices, sino que juzgan lo ya juzgado y señalan lo ya conocido como algo negativo, sin aportar nada al debate intelectual o moral. En parte, se debe a la alteración genética del virus de lo políticamente correcto.

Esa es una de las conclusiones destacadas por escritores y expertos tan distintos como Victoria Cirlot, Justo Navarro, Félix de Azúa o Marta Fernández en las Conversaciones de Formentor, celebradas este año bajo el lema La novela más mala del mundo. Maldad, perfidia y espanto en la historia de la literatura. Veinticinco autores y críticos literarios debatieron sobre este asunto durante el fin de semana en el cónclave organizado por la Fundación Santillana. La cita mallorquina arrancó el viernes con la entrega del Premio Formentor a Ricardo Piglia. La distinción la recogió Carlota Pedersen, nieta del escritor, enfermo en Argentina, en un acto que supuso también un homenaje al autor.

Por violentos que sean
Los escritores reivindicaron el papel de los cuentos tradicionales infantiles, por muy violentos que resulten, donde se aprecia la lucha del bien y del mal de manera arquetípica, dice Navarro. Los niños “tienen que ponerle cara al mal y esos relatos cumplen una función legislativa: enseñan acciones que tienen castigo o recompensa. Tienen un valor pedagógico y de persuasión sobre los valores dignos de ser asumidos”. Lamenta Navarro el desdén que, a veces, se hace de dicha función. “Los cuentos infantiles son como la ley, aunque evolucionan y se adaptan”.

Ese dualismo entre el bien y el mal ayuda a comprender, desde pequeños, las dos caras de la vida, asegura Cirlot, experta en la cultura y literatura medievales y en el simbolismo. “Todo está en la estructura de la mente. Cada cultura da una explicación al mal y las maldades y la entienden a su manera. En el cerebro están los fenómenos arquetipales”, añade. “No hay que esconderle a los niños esas historias, cuyas atrocidades las pensamos así los adultos. Ellos tienen claro que están en el mundo de la fantasía. El símbolo acoge toda la maldad y toda la bondad. No es excluyente. El mito no es moral”.

Más allá de ese territorio va Félix de Azúa. El narrador y experto en arte opina que “a los niños hay que educarlos en la maldad y el mal” (?). En esa educación, aclara, hay que hacerles ver que ese comportamiento malvado es producto de la “estupidez, cobardía, falta de recursos y debilidad extrema en una persona”. Ello forma parte del proceso de aprendizaje, según Marta Fernández: “Hay que enseñar el mal, para ver dónde está y reconocerlo”.

A diferencia de los niños, los adultos han abandonado la educación moral, lamenta De Azúa. Es “una arrogancia moral, sobre todo de los políticos, pero debido en parte a que la gente se ha desentendido del tema y ha delegado esa función a ellos, que señalan y etiquetan lo que es bueno y es malo”.

Parte de ese enmascaramiento se aprecia en la literatura más popular, que juega con el cliché y no dialoga con el lector, advierte Justo Navarro. Para el poeta y narrador, muchos libros incluyen juicios ya dictados y evitan los del lector: “La literatura debe plantear, también, cuestiones morales, éticas; si los personajes lo han hecho bien o no, y donde el juez, de existir, debe ser el lector y no el escritor. Un buen libro hace preguntas”.

Cirlot tercia que “la ficción permite explorar la conducta humana. No se trata de plantar verdades inamovibles”. El ser humano se horroriza ante la maldad porque “en el fondo hay una duda sobre la creación. Todo sale de que la gente cree que el mundo es una prisión. Es la pulsión destructora la que crea la gran revuelta”. Frente a esa pulsión, recuerda que la filósofa Simone Weil decía: “No hay que destruir, sino descrear”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/27/actualidad/1443376461_498871.html?rel=lom

El cuento conecta con los más pequeños: Aquí.
Déjame contarte un cuento.

martes, 29 de septiembre de 2015

¿Tropieza el Pentágono dos veces en la misma piedra? Una investigación quiere aclarar si se alteraron datos de inteligencia sobre el Estado Islámico

Doce años después de la invasión de Irak, Estados Unidos revive fantasmas. El Pentágono investiga si se han alterado datos de inteligencia sobre la campaña aérea contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Dos analistas del Centcom, el Comando Central del Ejército de EE UU, enviaron en julio una queja al inspector general del Departamento de Defensa alegando que sus superiores modificaron sus informes para describir al grupo yihadista como más débil de lo que creen que es. Esa queja fue respaldada por otros 50 analistas, según destapó a principios de septiembre The Daily Beast.

La revelación ha forzado a la cúpula militar a dar explicaciones. “Mi expectativa es recibir una evaluación de inteligencia fiable y rigurosa”, dijo hace poco en el Congreso el general Lloyd Austin, comandante del Centcom, que supervisa la campaña.

La queja, sin embargo, propicia dudas y ecos incómodos. La Administración de George W. Bush justificó la invasión de Irak en 2003 en la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen de Sadam Husein. Lo amparaban datos de inteligencia, pero las armas no aparecieron y hubo quejas de que se escogieron los datos que favorecieran la narrativa oficial. También hubo errores de diagnóstico en Vietnam en los sesenta.

La narrativa ahora es que EE UU está ganando la guerra contra el EI, pese a que acumula avances y retrocesos. Los analistas esgrimen que hay informaciones que se frenaron y otras se hicieron más optimistas. Por ejemplo, sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes, y el impacto de los bombardeos en Irak y Siria.

El Gobierno de Barack Obama se ha esforzado en diferenciar la campaña contra el EI de la guerra de Irak, que terminó en 2011 sin victoria. Ahora no hay tropas de combate y se impone la cautela sobre la duración. Pero como en toda guerra, se hace necesario un despliegue propagandístico, y existe el miedo al llamado slippery slope (pendiente resbaladiza): que la intervención se aleje de su objetivo inicial y cunda el pesimismo.

http://elpais.com/elpais/2015/09/23/opinion/1443023380_956671.html

Acusada de plagiar su tesis la ministra de Defensa de Alemania Ursula von der Leyen, sospechosa de copiar su trabajo de doctorado en Medicina.

En medio de una tormentosa crisis que ha echado raíces en Berlín a causa de la llegada masiva de refugiados al país y el escándalo que ha protagonizado Volkswagen, una de las joyas de la gran industria germana, una nueva acusación de plagio de tesis doctoral ha puesto en duda la carrera política de Ursula von der Leyen, la ambiciosa ministra de Defensa que no esconde sus deseos de postularse al cargo de canciller, si algún dia, la actual jefa del gobierno germano, Angela Merkel, decide jubilarse.

La nueva acusación de plagio amenaza nuevamente con amargarle la vida a la canciller, que en el pasado reciente tuvo que aceptar la renuncia de dos importantes ministros que cometieron el pecado de robar ideas para escribir sus respectivas tesis doctorales. La nueva sospecha que se cierne sobre Ursula von der Leyen fue denunciada por el portal Vroniplag, que señaló que había investigado el trabajo de disertación de la ministra para obtener el título de “doctora en Medicina” y que había encontrado graves irregularidades.

Ursula von der Leyen obtuvo su doctorado en 1991 en la Universidad de Hannover, donde su padre ocupaba el cargo de jefe de gobierno regional del Land, gracias a un trabajo de investigación sobre los efectos de la proteína C en el diagnóstico de un “sindroma de infección amniótica, con ruptura prematura y la relajación terapéutica del parto”. Según Vroniplag, que revisó 62 páginas del trabajo de doctorado de la ministra, la aspirante al titulo de doctora en Medicina plagio 23 observaciones en su trabajo sin citar las fuentes.

“En total, se descubrió un plagio en un 43,5 % de las paginas analizadas por VroniPLag” señaló la revista Der Spiegel, que tuvo acceso al trabajo realizado por la web que se ha especializado en analizar los trabajos de doctorado de las personalidades políticas alemanas. “En el trabajo de von der Leyen hay 23 comentarios donde no se cita a la fuente. En el campo de la Medicina representa un antecedente muy peligroso”, señala la revista.

Un portavoz del ministerio de Defensa señaló que la ministra se había enterado en el mes de agosto de la investigación que estaba realizando VroniPlag. “La ministra no ha desmentido la acusación, pero ha solicitado a la Facultad de Medicina de Hannover que deje analizar su trabajo de disertación por medios independientes”, dijo el portavoz, citado por Der Spiegel.

La nueva acusación de plagio, hizo sonar las alarmas en la CDU, el partido que dirige la canciller desde hace 15 años y que ya vivió en carne propia un famoso escándalo de plagio en el mes de febrero de 2013, cuando la entonces ministra de Educación, Annette Schavan, una de las colaboradas de mayor confianza de la canciller se vio obligada a presentar su renuncia, después de que el decano de la Filosofía de la universidad de Düsseldorf decidiera retirarle el título de “doctora en Filosofía”, sentenciara que la ministra había incluido en su trabajo textos ajenos de “forma sistemática y premeditada”. “La señora Schavan presentó como propio el rendimiento intelectual de otros autores”, señaló el decano, al anunciar que el Consejo Académico de la Universidad había declarado inválido el titulo obtenido.

Una tragedia similar vivió el barón Karl-Theodor von Guttenberg, que en su momento fue el ministro más apuesto y popular del país, un aristócrata rico, inteligente, culto y casado con una tataranieta del famoso canciller Bismarck. Von Guttenberg, en su calidad de ministro de Defensa se había convertido, en un lejano mes de febrero de 2011, en la estrella emergente de la política germana, hasta que la plataforma VroniPlag descubrió que el político bávaro había copiado artículos de la prensa germana, incluso textos publicados en la web de la embajada de Estados Unidos en Berlín, sin mencionar las fuentes.

Cuando se descubrió el plagio cometido por el barón, el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, señaló que el engaño cometido por el exministro era un “clavo en el ataúd” para la confianza en la democracia alemana, una metáfora que podría volver a repetir si la ministra de Defensa se ve obligada a renunciar.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/26/actualidad/1443290062_527611.html?rel=lom

El ‘caso Volkswagen’.

Lo ocurrido en Volkswagen es un claro ejemplo de las consecuencias que pueden generar las incongruentes e interesadas estructuras de mando que rigen hoy tanto en las grandes empresas como en el mundo de los dirigentes políticos. De nada ha servido en Volkswagen que durante muchos años miles de trabajadores hayan hecho perfectamente su trabajo si los responsables de gestionar la empresa, movidos por vete a saber qué avaricioso interés desmedido, han tomado unas decisiones equivocadas y fraudulentas que han destrozado la empresa. El problema es que los dirigentes responsables, en el mejor de los casos, solo perderán sus puestos, que no los enormes ingresos de los que han disfrutado. Serán los trabajadores de una forma u otra los que sin ninguna duda acabarán pagando las consecuencias. Al igual que los ciudadanos de muchos países que tienen que pagar las incompetencias, irresponsabilidades y corrupciones de unos dirigentes casi siempre exentos de responder por ellas. Todo sería diferente si el hecho de ser alto cargo en las grandes empresas o en la política implicara, además de los generosos beneficios que tan fácilmente ellos mismos se adjudican, la obligación por ley de responder personalmente, tanto económica como penalmente, por las consecuencias de su gestión.
 Zaragoza 24 SEP 2015. El País

Nunca más serás un pardillo. Si acude a una negociación sin conocer los más elementales recursos para lograr su objetivo, dejará el éxito al puro azar.

¿Piensa que negociar es cosa de ejecutivos, abogados o políticos?
Cuando piensa en negociación, ¿vienen a su mente conflictos y situaciones desagradables? Es cierto que ciertos profesionales pasan mucho tiempo pactando como parte de su trabajo, y también es cierto que la negociación es un medio muy empleado —y efectivo— para resolver conflictos.

Lo que se suele olvidar, sin embargo, es que constituye una herramienta muy valiosa para obtener los mejores resultados en las más variadas situaciones cotidianas: desde un trato entre amigos, pasando por una discusión en pareja, el regateo en una tienda ambulante, tratar con su jefe, etcétera. A través de estas líneas conocerá mejor cómo llevarlo a la práctica.

Un esfuerzo que merece la pena.
Negociar no es más que el proceso que permite que dos o más personas lleguen a un acuerdo idealmente —aunque no siempre— beneficioso para todas las partes implicadas. Cuando se trata de resolver conflictos, dichos acuerdos constituyen la solución acordada para el problema. Por ejemplo, imagine que pide a su jefe vacaciones durante todo el mes de agosto, pues ya ha reservado los billetes para un viaje. Su jefe le responde que desea que las coja en julio. Es una situación que da pie a la negociación.

En la vida existen situaciones que son innegociables. 
Sin embargo, muchas otras sí admiten la posibilidad de llegar a un acuerdo, y aparecen con frecuencia en el día a día. Ante esas situaciones, ¿por qué debería negociar? Muy simple: porque en la gran mayoría de casos ganará mucho más si lo intenta que si se resigna a aceptar esas situaciones tal y como vienen.

En el ejemplo anterior, si no responde nada, el resultado es que su jefe se queda contento, y usted —a su pesar— tendrá que reorganizar sus vacaciones. Sin embargo, si usted le explica que no puede en julio, estará enviando una clara señal a su jefe: quiere negociar. Quizá no consiga exactamente su objetivo, pero lo más probable es que consiga mejores resultados que si no lo hace. Cabe precisar que en la negociación no hay lugar para milagros. Negociar cuesta un esfuerzo. Pero merece la pena, ya que ese empeño se invierte —generalmente— en obtener mejores resultados.

Ambas partes deben ganar
Una negociación concluye cuando las partes implicadas —vamos a asumir que son dos para simplificar— alcanzan un acuerdo que les deja satisfechas. Para llegar ahí, hay varios estilos de negociación que se pueden aplicar, y un orden recomendado. Busque ante todo el resultado ideal, que es de tipo ganar/ganar/ganar. Significa: Tú ganas, yo gano, y la relación gana. Ahí, ambos quedan satisfechos y construyen una relación positiva de colaboración y con futuro. Requiere de un esfuerzo nada despreciable por ambas partes.

Si la otra parte no está dispuesta a encontrar soluciones a largo plazo, al menos intente llegar a una situación ganar/ganar. Las dos partes quedan satisfechas, aunque no se construye una relación de cooperación futura. Si su interlocutor no parece dispuesto a colaborar en encontrar una solución que satisfaga a ambos, o por más que lo intentan no lo logran, el siguiente paso es ir a una solución de compromiso. Ya que los dos no pueden ganar se trata de que cada uno esté dispuesto a ceder en algún aspecto —es decir, perder en parte—. Es una solución donde ambos pierden algo pero, aun así, se quedan satisfechos.

Es preferible negociar porque, en la mayoría de los casos, ganará más que si se resigna a los hechos

Puede ocurrir que ni siquiera lo anterior sea posible. Esto suele suceder cuando la otra parte quiere ganar y que usted pierda. Está lejos de ser la solución más constructiva, pero a veces no hay más remedio… Entonces hay que entrar en modo competición: ganar / perder. Intente, en todo caso, ganar lo máximo posible, pero causando el menor daño a su oponente. Y juegue siempre limpio. La situación más desfavorable —y la menos deseable— es el modo perder / perder. Significa, “yo pierdo, pero tú vas a perder conmigo”. Evite a toda costa llegar a este tipo de situaciones. Es mejor abandonar la negociación por mutuo acuerdo antes que caer en el modo perder/perder. Tampoco caiga en el extremo de perder para que el otro gane: el modo perder / ganar. En el ejemplo que hemos puesto, sería ceder a lo que su jefe propone sin rechistar. Ahora bien, en ocasiones conviene utilizar este modo como una forma de dar alguna pequeña concesión a la otra parte, mostrando así buena voluntad de cooperar.

Trucos para un aumento de sueldo.
O cualquier otra cosa que quiera conseguir… Aprender a enviar señales, a gestionar los silencios, esperar hasta que la oferta le satisfaga y a leer el lenguaje corporal son algunas de las claves:

Envíe una señal.
La negociación requiere de una señal para activarse, al menos por una de las partes implicadas. Puede tomar muchas formas, tanto verbales como no verbales, pero lo importante es que consiga que la otra parte se dé cuenta de que usted quiere negociar. Y deje que empiece la otra parte.

Aplace si conviene.
Por muy bien que haya preparado su negociación, es posible que se encuentre con la necesidad de pararse a pensar en algún momento. No tenga reparos en pedir “tiempo muerto” y aplazar la negociación para continuar en otro momento. Está en su derecho.

Hable poco, escuche mucho.
Cuanto más hable la otra persona, más probable es que pueda encontrar pistas sobre su margen de negociación —en otras palabras, sabrá qué está dispuesta a ofrecer realmente—. Hágale preguntas, y déjele hablar. Mientras tanto, escuche y fíjese en el lenguaje verbal y corporal. Le dará pistas.

Aprenda a callar.
El silencio resulta muy incómodo en cualquier negociación. Haga su oferta y no diga una palabra más. La otra parte se verá tentada a romper ese incómodo silencio diciendo lo primero que le venga a la mente. Preste atención, porque podría revelar información muy valiosa para usted.

No acepte la primera oferta.
Rara vez su interlocutor le propondrá su mejor oferta para abrir una negociación. Esa propuesta le dará una idea de lo mínimo que la otra parte está dispuesto a ofrecer. Empiece por no aceptarla, si es posible tratando de aportar argumentos razonables y creíbles.

No haga concesiones gratis.
Nunca dé concesiones sin más. Pida algunas a cambio de algo. Utilice fórmulas condicionales. Por ejemplo: “Si aceptara pagarme mi billete en primera clase, estaría dispuesto a duplicar la duración de la conferencia”.

Obtenga información.
Esto le permitirá conocer mejor su rango de negociación y utilizarlo a su favor. Por otro lado, haga lo posible para que la otra parte conozca la menor información posible sobre sus condiciones de negociación.

Cierre de manera correcta.
Cuando haya alcanzado un acuerdo, asegúrese de que quede bien sellado. Repita verbalmente lo acordado con la máxima claridad, pida confirmación de que lo acepta, y ciérrelo con un apretón de manos. Y para un acuerdo formal o de gran peso, no tenga duda en ponerlo por escrito, revisarlo juntos y firmarlo.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Rozalén


El pueblo es Letur, de Albacete.

Empresas con más de un siglo España cuenta con firmas centenarias, aunque la mayoría nacieron después de 1975

Una empresa que logra sobrevivir a los avatares del mercado desde el siglo XIX puede decirse que es un milagro y, según el Registro Mercantil, en España hay 41 sociedades que lo han logrado. Mina Pública de Aigües de Terrassa, que suministra agua a los hogares del Vallés desde 1842, es la más antigua de todas. Más tarde llegaron la Salinera de Naval, formada para formalizar la actividad de la extracción de sal que se inició en este pueblo de Huesca en el siglo VII, y la Salinera Española, que empezó a extraer sal en Ibiza hace 137 años y ahora también lo hace en Murcia. Miquel y Costas & Miquel, registrada en 1879, tiene una ininterrumpida actividad familiar papelera cuyo origen se remonta a 1725.

“La media de vida de las 1,15 millones de sociedades mercantiles españolas en activo es 11,69 años”, explica Nathalie Gianese, directora de Estudios y Calidad de Informa y autora del trabajo que ha rastreado el nacimiento de las empresas españolas en actividad. “Otras conocidas firmas nacieron mucho antes, pero no se convirtieron en empresas y formalizaron su inscripción en el Registro Mercantil hasta bien entrado el siglo XX, como Loewe, Mahou o Vichy Catalán”, añade Nathalie Gianes.

Herencia familiar
La empresa familiar valenciana Aznar Textil es una de las pequeñas joyas que mantiene su actividad desde 1881. Ha logrado posicionar su marca en el textil de la decoración, un mercado exigente con el que ha podido mantener su fábrica valenciana contra la deslocalización de sus competidores para producir masivamente. “Adaptarse al entorno, cambiando de producto y mercado dentro del mundo textil, y tener un enfoque de largo plazo son las razones de nuestro éxito”, explica Eduardo Aznar, director general de Aznar Textil, que factura 12,4 millones de euros en 85 países. Cuatro generaciones de Aznar han vivido con la empresa dos guerras mundiales y una civil, una suspensión de pagos o la incautación del negocio en la República.

Sociedad Española de Carburos Metálicos, Alstom Grid (heredera de La Maquinista Terrestre y Marítima), Banco Sabadell y Grupo Catalana Occidente están entre las longevas de más tamaño. Sobre todas domina el Banco Santander, que hoy es la primera entidad por valor en Bolsa de la zona euro. El grupo financiero nació en 1857 con una oficina en la capital cántabra, “fundado por 72 hombres de negocios para atender las necesidades financieras de una economía estimulada por la construcción del ferrocarril y por el tráfico de exportación e importación con ultramar”, puntualiza el propio banco. Hoy tiene casi 186.000 empleados, 117 millones de clientes, 3,2 millones de accionistas, presencia mundial y una red internacional con 12.951 oficinas.

Este puñado de compañías duraderas son una rareza. Las tres cuartas partes de las empresas españolas han nacido en este siglo, según el estudio. Otro 29,34% lo hizo en el último cuarto del siglo XX, y solo el 1,25% nacieron antes de 1975. “El mercado pone a las empresas en su sitio, sobreviven las que se mantienen jóvenes, se anticipan a su mercado y saben adaptarse. Kodak fue un gigante de la fotografía que ahora está a punto de desaparecer por no anticipar la avalancha digital”, explica Carlos Alberto Pérez, director del máster de Dirección de Personas y Desarrollo Organizativo de ESIC.

Los caminos de la supervivencia empresarial son diversos. La clave de la longevidad de Sociedad Azucarera Larios (1890) ha sido la diversificación, realizada por la familia fundadora. Tras casi un siglo de explotar la industria azucarera, se ha convertido en el Grupo Mazacruz, un consorcio empresarial dedicado a la promoción inmobiliaria, gestión de patrimonio y explotación agrícola.

Cambio de manos
Muchas de las empresas han sufrido fuertes baches que las han puesto en diversas manos. Con 160 años de historia, la Maquinista Terrestre y Marítima continúa su actividad ferroviaria en manos de la división de transporte de Alstom. Por el camino debió ser nacionalizada por el INI (Instituto Nacional de Industria) en los años setenta, que se la vendió a Alstom en 1989. De sus talleres salió la primera locomotora fabricada en España (1882), y como Alstom construyó el primer tren de alta velocidad Madrid-Sevilla. Hoy fabrica todo tipo de locomotoras y unidades eléctricas (alta velocidad, cercanías, metros y tranvías) para el mercado español y la exportación. Sus trenes circulan por varios continentes.

La mera adaptación al mercado no será suficiente para muchas industrias. “Las empresas deben adaptarse a ciclos cada vez más cortos y ajenos al conocimiento del negocio original. Los móviles, por ejemplo, han sustituido al reloj entre los jóvenes, los relojeros todavía mantienen su actividad pero las pulseras conectadas a los móviles que hacen funciones de reloj acabarán por barrer a la mayoría de ellos porque carecen de esa tecnología”, asegura Carlos Alberto Pérez.

Los polos de actividad empresarial se mantienen en España desde el siglo XIX. Las comunidades con las empresas más duraderas son Cataluña (12) y Madrid (7). Y más atrás van Andalucía (5) y Valencia (4). “Cataluña ha mantenido el record de supervivencia de sus empresas durante todo el siglo XX, pero Madrid cogió el testigo en 2000”, añade Gianese. En la comunidad de la capital se crean hoy más empresas que en la catalana.

Claves de la longevidad
Josep Tàpies, titular de la cátedra de Empresa Familiar en IESE, señala el emprendimiento, el dinero y el poder como las claves para mantener la actividad empresarial. La iniciativa emprendedora del fundador debe mantenerse para que la empresa tenga la capacidad de abordar nuevos negocios a lo largo de todas las generaciones. Los dueños de la sociedad tienen que saber delegar su actividad a un director general ajeno a la familia si creen que puede hacerlo mejor que ellos, como hizo Amancio Ortega cuando puso Inditex en manos de José María Castellano y Pablo Isla, sucesivamente. “El entorno es muy cambiante, y si no reaccionas acabas muriendo”, puntualiza Josep Tàpies, que ve en Osborne (1772) un ejemplo de adaptación porque “ha diversificado su actividad inicial de vinos de Jerez a licores, bebidas energéticas, restaurantes o ibéricos tan famosos como Cinco Jotas”. La vigilancia financiera debe ser constante, para no sacar de la sociedad más dinero del generado por ella. “La capacidad de crecimiento debe estar apalancada en la generación de beneficios más que en el préstamo”, aconseja Josep Tàpies.

La gestión del poder debe perseguir la estabilidad de la empresa. “En el Consejo de Administración debe haber equilibrios de poder bien definidos porque las luchas intestinas pueden ser letales para la empresa”, explica Josep Tàpies, que pone como ejemplo al francés Grupo Mulliez, el gigante familiar dueño de más de 80 marcas comerciales, algunas tan famosas como Alcampo, Decathlon o Leroy Merlin.

http://economia.elpais.com/economia/2015/09/16/actualidad/1442408686_135546.html?rel=lom

domingo, 27 de septiembre de 2015

Seis charlas geniales para escuchar en bucle. Tener a un gurú en el salón de casa es posible gracias a TED, un fenómeno de masas por donde han pasado Bill Gates, Edward Snowden o Stephen Hawking.

Cuenta el periodista Carmine Gallo, comunicador y columnista en Forbes.com, que durante una reunión en París con un grupo de jóvenes empresarios, estos le comentaron que estaban realmente cansados de asistir a conferencias impartidas por oradores de la vieja escuela.

–¿De la vieja escuela? –les preguntó Gallo– ¿Y cuál es exactamente la nueva escuela?

– Ya sabes, la de TED–respondieron.

Poco después, en Japón, donde el estadounidense impartía una charla, varias personas se le acercaron para decirle lo mucho que les gustaba el estilo norteamericano de comunicar.

–¿El estilo norteamericano? –repitió Gallo, levantando las cejas.

–Sí, ya sabe, como el de TED –sonrieron los nipones.

Carmine Gallo se percató de que, fuera donde fuera, todo el mundo hablaba de TED, una organización sin ánimo de lucro cuyas siglas significan Tecnología, Entretenimiento y Diseño, y que se dedica, tal y como dice su eslogan, a comunicar “ideas dignas de ser difundidas” (ideas worth spreading).

–Mmmm–, se dijo. Puede que TED sea una idea digna de ser explicada…

Así que Gallo se puso manos a la obra y el año pasado publicó Talk like TED: The 9 public-speaking secrets of the world’s top minds (Habla como TED: Los nueve secretos para hablar en público de las mentes más brillantes del mundo), considerado en EE UU uno de los mejores libros de 2014. El autor estudia la pericia de una serie de oradores que ha conseguido que los ciclos de conferencias iniciados en 1984 se hayan convertido en un referente internacional. Científicos, emprendedores, filósofos, músicos, líderes religiosos, filántropos, médicos, ingenieros, arquitectos, políticos, actores, escritores, fotógrafos, cocineros, economistas, activistas o periodistas. Los perfiles en TED son infinitos y en esa heterogeneidad reside su gran atractivo: todo está interconectado y el mundo está lleno de personas con ideas valiosas que aportar…, aunque no todos sepan comunicarlas.

El poder de la vulnerabilidad, de Brené Brown. Aquí.

¿Sabían que las charlas que se imparten en sus eventos anuales han sido traducidas a 90 idiomas y que algunas han sido visionadas on line hasta 20 y 30 millones de veces? En EE UU es muy común que los profesores utilicen las charlas TED como instrumentos educativos en clase. Lo que empezó como una tendencia de culto, hoy es un auténtico fenómeno de masas. Sin duda es un buen producto. Las conferencias son accesibles a todo el mundo y están impartidas de forma clara, concisa y amena. Pueden verse en cualquier momento y en casi cualquier idioma mediante subtítulos.

Esto ha sido posible gracias a otro gran acierto de su director, Chris Anderson, quien lanzó en 2009 el proyecto Abierto de Traducción para “llegar a esos 4.500 millones de personas en el planeta que no hablan inglés”. De momento, 15.000 voluntarios han realizado 50.000 traducciones en 104 idiomas. Toda una serie de atractivos que hacen que, según Carmine Gallo –que se dedicó a analizar 500 de las mejores charlas de TED, a entrevistar a los conferenciantes y asesorarse por conocidos neurocientíficos– la fórmula TED sea perfecta para nuestro cerebro humano. Sus charlas resultan tremendamente adictivas sin que representen –increíble, pero cierto– ningún peligro para la salud. Todo lo contrario.

¿Matan las escuelas la creatividad?, una charla del experto en

educación Ken Robinson. Aquí.

Estarán de acuerdo en que con más de 1.600 charlas colgadas en la Red es muy difícil decidir cuáles han sido las mejores, pero la audiencia marca su propio ranking. En el indiscutible número uno está la presentación que impartió el experto en educación Ken Robinson, en 2006: Cómo la escuela mata la creatividad, la cual ha tenido 31 millones de visionados. Le sigue la psicóloga social Amy Cuddy con Tu lenguaje corporal modela como eres, impartida en 2012, que ha alcanzado 23 millones de visitas. Otros 20 millones de visionados tiene, por ahora, la conferencia que Simon Sinek, experto en liderazgo, dio en 2010. Y 18 millones la de Brené Brown, El poder de la vulnerabilidad, gracias a la cual, por cierto, Brown fue fichada por la mismísima Oprah Winter, la muy poderosa presentadora de televisión.

 El exempleado de la CIA y la NSA ofrece una charla llamada Así es como recuperamos Internet Aquí.

Puede que estos nombres tan made in the USA no les digan demasiado, pero también hay muchas celebridades que han participado en este exitoso evento. Seguro que conoce a la mayoría: Steve Jobs, Bill Gates, Stephen Hawking o Edward Snowden (intervino mediante telepresencia, claro, ya que tras desvelar los secretos de espionaje de EE UU continúa fugitivo en Rusia desde 2013); Larry Page (cofundador de Google); los expresidentes estadounidenses Al Gore o Bill Clinton; los músicos Bono (U2) o Paul Simon (Simon & Garfunkel); la primatóloga Jane Goodall…

Réplicas locales

Pero lo que les estamos contando es solo la primera y fecunda parte de una historia que promete ser muy larga. Las charlas se propagan a gran velocidad en todo el continente americano, Europa e incluso en Asia, África y Oceanía. Y no solo a través de los visionados. También porque se están multiplicando a gran velocidad los denominados eventos TEDx, iniciativas desarrolladas bajo su licencia para ayudar a las comunidades, organizaciones e individuos a conversar y ser partícipes del espíritu TED a nivel local. Una licencia totalmente gratuita que se otorga a cambio de cumplir una serie de requisitos con el fin de preservar la idea original. Ya se han celebrado en lugares tan dispares como La Habana, Ámsterdam, Río de la Plata, Hong Kong, Johanesburgo, Sidney, Saigón, Tesalónica, Casablanca, Papeete, islas Galápagos..., incluso en la prisión neoyorquina de Sing Sing.

Bill Gates y su charla Cómo los presupuestos del estado 

están rompiendo las escuelas estadounidenses. Aquí. 

Por supuesto, también en España proliferan las TEDx (programas de conferencias locales), tanto en grandes ciudades –el pasado 27 de febrero tuvo lugar un ciclo de siete conferencias en el TEDx del barrio madrileño de Mirasierra bajo el título El cambio eres tú – como en otras poblaciones más pequeñas.

¿Se imaginan cuántas ideas para compartir, cuánto conocimiento expresado a través de un sistema completamente abierto? Esa debe ser quizá la mayor gloria de TED, hacer que las grandes ideas, las iniciativas más innovadoras y los sueños más esperanzadores puedan llegar, literalmente, a todo aquel que tenga acceso a Internet. Es, sin duda, la democratización total del conocimiento y la celebración de la creatividad y de la excelencia.

La iniciativa que TED está llevando a cabo, y muchas otras que están surgiendo en numerosos lugares de nuestro planeta, deberían recordarnos, una vez más, que el mundo, aunque algunos se empeñen en vendernos lo contrario, está lleno de gente admirable, útil e inmensamente sabia. Tenerlo claro nos permite vislumbrar un futuro más ilusionante porque, como reza un dicho hindú “la llama de la sabiduría quema por completo la escoria”. Encima, es divertido y no cuesta dinero. Desde 2005 la organización otorga cada año un premio de un millón de dólares a la persona que haya tenido una gran idea dirigida a cambiar el mundo. En 2014, lo ganó Charmian Gooch con un deseo muy contemporáneo: acabar con la corrupción. Gooch, al mando de Global Witness desde 1993, trabaja para revelar quien está detrás de las sociedades anónimas de todo el planeta y desenmascarar a los personajes que mueven los hilos de estas corporaciones que, amparándose en su invisibilidad, financian guerras y cárteles de droga, saquean Estados o destruyen el medioambiente.

Tu lenguaje corporal modela quién eres, de Amy Cuddy. Aquí.

Un millón para el mejor
En la edición de 2013, el premiado fue alguien con un perfil muy diferente: el educador hindú Sugata Mitra, cuyo sueño es construir una escuela en la nube –escuela virtual– en la que los niños se enseñen unos a otros. Mitra comprobó tras interesantes experimentos (colocó un ordenador en una pared de un barrio muy pobre de Nueva Delhi y vio con cámara oculta cómo los niños aprenden por sí mismos, si están motivados por la curiosidad y el interés de los compañeros), que niños oriundos de aldeas remotas que jamás habían tocado un ordenador, no solo son capaces de apañárselas para manejarlo, sino que se esfuerzan en aprender inglés para entender cómo funcionan los videojuegos.

Cómo los grandes líderes inspiran a la acción, de Simon 

Sinek. Aquí.

En 2010, por poner un tercer ejemplo muy distinto, el galardonado fue el mediático cocinero Jamie Oliver. ¿Su sueño? Revolucionar el mundo de la comida con el fin de animar a los niños y a las familias a alimentarse de forma saludable y a luchar contra la obesidad, una de las lacras del siglo XXI. Un montón de premiados y un montón de buenísimas ideas que pueden conocer al detalle en la web de TED.

Las importancia de las actitudes. Aquí.

 Cómo ser un conferenciante al estilo TED

CARMINE GALLO

1. Libere al experto apasionado que hay en su interior: la pasión y el dominio del tema son las bases para una presentación extraordinaria.

2. Cuente tres historias personales y conecte con el cerebro y el corazón del público. Haga que sus oyentes empaticen.

3. Practique, interiorice su discurso y conviértalo en una charla con amigos.

4. Ofrezca a su público algún dato nuevo e inesperado que sacuda sus ideas y ayude a que vean el mundo con ojos nuevos.

5. Brinde a los espectadores un momento asombroso que provoque una respuesta emocional intensa, de alegría, miedo o sorpresa.

6. Utilice el sentido del humor para que el público baje la guardia. Ojo: sea divertido, pero no se haga el gracioso.

7. No se extienda: 18 minutos es un lapso lo bastante largo para contar algo importante, pero no tanto como para aburrir.

8. Otorgue protagonismo a la imagen: una idea se capta mejor añadiendo algún impacto visual. Y olvide las listas…

9. Muéstrese tal y como es. Sea auténtico, abierto o vulnerable si se tercia. Debe resultar cercano.

Algo de historia

La iniciativa surgió hace 31 años, cuando el arquitecto y diseñador gráfico Richard Saul Wurman organizó, en 1984, el primer evento TED en Monterey, California. Descubrió al mundo los CDs, el ‘e-book’ y los gráficos en 3D. Pero, a pesar del interés que suscitó, a Wurman los números no le cuadraron. Seis años más tarde, y acompañado de Harry Marks, salió bien. Desde entonces, TED organiza tres eventos anuales fijos –TEDConferenceTEDActive yTEDGlobal– y otros ocasionales. Sus cuarteles están en Nueva York y Vancouver, desde donde se selecciona gente con buenas ideas capaz de comunicarlas en 18 minutos para brindar al público “un viaje intelectual y emocional”, según Chris Anderson, al mando de TED desde 2000.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/09/24/buenavida/1443090443_828182.html

Nota para ver los subtítulos en español, si aparecen en inglés:
En la barra inferior del vídeo aparece un recuadro con puntos suspensivos, ... señala con el ratón y aparecerá un listado de idiomas, selecciona el español. También se puede hacer cambiando el enlace. Donde pone, al final del mismo, el signo igual y "en" se sustituye por "es" y se vuelve a actualizar la navegación.