sábado, 22 de julio de 2023

"¿POR QUÉ LA GENTE VOTA AL PP?" Por Carlos Fernández Liria

Desde las últimas elecciones y a la espera del resultado de las próximas el 23-J, no he cesado de hacerme una inquietante pregunta: ¿por qué será que la gente vota al PP? Me parece una pregunta tan enigmática y misteriosa que había pensado colocar este vídeo en la sección de psicoanálisis, pero es que todavía no hemos visto lo que entiende Freud por la “pulsión de muerte” · Voy a intentar explicarlo sin demasiadas resonancias técnicas.

Da la impresión de que el perfil antropológico del votante del PP hundiera sus atávicas raíces en ese grito con el que se saludó la restauración del absolutismo en 1823: “Vivan las cadenas”, “Vivan las caenas”.

Sin recurrir a la psicología profunda, resulta difícil comprender por qué los pensionistas, por ejemplo, votan de forma masiva contra un gobierno que les ha subido un 8 por ciento las pensiones o a favor de un gobierno que está desmantelando lo que queda de la sanidad pública; o por qué a tantos jóvenes les parece casi surrealista votar a Sumar en lugar de por ejemplo a Vox cuando Sumar les ha prometido una herencia universal de 20 mil euros al cumplir los 18 años, una propuesta modesta comparada con la que había propuesto por ejemplo el gran economista Tomás Piqueti, 150.000 euros por joven, pero menos es nada ¿no?,

Una propuesta por otra parte perfectamente viable como han demostrado grandes economistas españoles, como el propio Nacho Álvarez que la ha defendido y, por supuesto, Eduardo Garzón que ha publicado varios vídeos críticos con esta propuesta porque le parece insuficiente, pero, en cualquier caso, muy aclarativos y explicativos sobre por qué no es ningún disparate y por qué no hay que llevarse las manos a la cabeza con respecto a su posible viabilidad.

Pero todo ocurre como si existiera en las profundidades del alma de la población española un profundo nervio franquista transmitido de generación en generación que tuviera que ver con algo así como el resentimiento y la venganza contra todo aquello que se sospeche que no sería aprobado, que no sería bien visto por el Caudillo.

El Caudillo no habría visto con buenos ojos una sociedad llena de maricas, de trans, de lesbianas, de mujeres emancipadas; tampoco habría visto con buenos ojos eso de la herencia universal, eso de dar dinero a los jóvenes para que se emancipen de sus padres… Y, desde luego, habría mirado con mejores ojos a esos partidos que al fin y al cabo son su herencia en este país que defienden la privatización de la sanidad pública, que defienden que no hay que subir el salario mínimo, que no hay que conceder derechos laborales. Y es como si la opinión de Caudillo fuera la voz del superyó de la sociedad española.

El PP es un partido que no debería existir. El PP debería haber sido ilegalizado en el año 2003, mismo que fue ilegalizada Herri Batasuna, desde el mismo momento en que se supo que en Irak no solamente no había armas de destrucción masiva, si no que se supo que siempre se había sabido que no las había y que, por tanto José María Aznar, presidente del gobierno, había declarado, mintiendo, una ofensiva terrorista contra un país inocente, la mayor ofensiva terrorista del siglo XXI. Con esta mentira, como referencia y punto de partida, un pretexto con el que Aznar engañó a la opinión pública mundial, engañó también a la población española y engañó especialmente a sus votantes, murieron en Irak, entre 2003 y 2006, según distintas encuestas, citando por ejemplo la encuesta de opinión Lancet, 654.965 personas. Otras encuestas ascienden la cifra a mucho más, la Opinión de Encuesta Empresarial la asciende a 1.220.580 personas.

El PP no fue acusado en ese momento de incitación al terrorismo, a un terrorismo masivo, lo que demuestras que la Ley de Partidos era una Ley ad hoc, diseñada para ilegalizar a un partido político concreto, Herri Batasuna, lo que le convierte de alguna forma en una Ley que debería haber sido de inmediato anulada por el Tribunal Constitucional. De lo contrario, el PP debería haber sido de inmediato ilegalizado y sus dirigentes encausados por terrorismo por colaboración con la banda armada más potente del planeta que en esos momentos comenzaba una guerra ilegal con un pretexto falso, que no solamente era falso, sino que se habría demostrado, como bien se sabe, que siempre se supo que era falso, y además se ha demostrado, como bien se sabe, que siempre se supo que era falso y además en contra de la opinión pública internacional y sobre todo española que se había mostrado en contra de la guerra de Irak, en masivas e insistentes manifestaciones, día a día.

Sin embargo, el pasado mes de febrero, hace bien poco tiempo, el dirigente del PP José María Aznar declaró que no se arrepentía de su decisión y que no solamente no se arrepentía de ella si no que se sentía muy orgulloso: no hay pues arrepentimiento. Los votantes del PP, por otra parte, tampoco han sentido al respecto una gran inquietud… Me acuerdo que por esas fechas, el político francés Régis Debray escribió un artículo que publicó por cierto El País, en el que decía, un artículo firmado luego por varios intelectuales europeos, que se calculaba que a causa del bloqueo y luego de la guerra habían muerto ya en Irak 500.000 niños. Y Debray argumentaba diciendo que si se hubiera tratado de 500.000 perros, Europa entera se estaría rasgando las vestiduras por maltrato animal. Pero no, no eran perros, solo eran niños iraquíes.

Pero mira qué sorpresa, los votantes del PP en el último proceso electoral se rasgaron las vestiduras porque Bildu había incluido en sus listas electorales a antiguos criminales de ETA. Se obviaba el pequeño detalle de que esos criminales sí que habían sido juzgados, sí que habían cumplido condena y sí que habían pedido perdón. Se obviaba también el pequeño detalle de que ETA ya no existe.

La diferencia que hay entre el votante de Bildu y el votante del PP no solo está en la diferencia en el numero de víctimas, también está en que el votante del PP jamás ha sentido la menor inquietud, ni la menor muestra de arrepentimiento. Muy al contrario, ni siquiera el atentado de Atocha, el 11 M, con sus 191 muertos, despertó en el votante del PP la más mínima reflexión, muy al contrario, lo que se desató fue una ola de negacionismo masivo y delirante, de tal forma que aún hoy son muchos los votantes del PP que piensan que el atentado lo cometió ETA y quizá, quién sabe si con la complicidad de ciertos dirigentes del Partido Socialista. Todo ello pese a que la policía tenía ya el vídeo del portavoz de Al Qaeda, Abu Dujan el Afgani, que reivindicaba el atentado, leo textualmente, “como una respuesta a vuestra colaboración, con los criminales Bush y sus aliados, como respuesta a los crímenes que habéis causado en el mundo y en concreto en Irak y en Afganistán”.

Como recordareis, si queréis recordarlo, los dirigentes del PP hicieron todo lo posible por negar su responsabilidad en el atentado e iniciaron un proceso de manipulación generalizada de la opinión pública a través de los medios de comunicación y, en concreto de los telediarios. Jamás creo que haya habido en este país, quitando la época de Franco, un intento tan colosal de manipulación de la opinión pública. La responsabilidad que tuvo en esta campaña de intoxicación José María Aznar fue bien conocida desde el primer momento porque la denunciaron los directores de los periódicos, algunos directores que denunciaron cómo Aznar les había llamado personalmente para darles instrucciones de cuáles deberían de ser los titulares. Pero tampoco esto ha despertado ninguna inquietud en los votantes del PP que sigue mirando con admiración, incluso con orgullo y simpatía a su antiguo líder José María Aznar. Su mentalidad se armó más bien de un ciego negacionismo, apuntalado por una pandilla de mercenarios periodistas que consiguieron poner sobre la mesa la versión de que el atentado había sido perpetrado por ETA, poniéndose de acuerdo con Zapatero, quizás con Rubalcaba y también con Al Qaeda, todo para hundir al PP.

Así pues, hay carta blanca, todo está permitido. Díaz Ayuso ganó las elecciones en Madrid, por mayoría absoluta, con el lema de que había que votar, o que había que elegir entre ETA y la libertad, “ETA sigue existiendo y la financiamos entre todos con nuestros impuestos”.

A este respecto creo que hizo muy bien Pablo Iglesias saliendo al paso y recordando ciertas evidencias sangrantes: siguiendo con la lógica que identifica a Bildu con ETA, habría que comenzar por recordar que el fundador y presidente del Partido Popular, don Manuel Fraga Iribarne, fue ministro de la dictadura franquista y no es que se comportara precisamente como una hermanita de la caridad. Recordaré algunos célebres hitos de su actuación como ministro. En 1969 la policía detuvo al estudiante de 21 años Enrique Ruano. Lo torturaron tan salvajemente que parece que se les fue de las manos y entonces lo arrojaron desde un séptimo piso. Para intentar fingir que había sido un suicidio, llegaron a manipular la autopsia hasta quitarle un trozo de clavícula donde estaba incrustada una bala con la que le habían rematado. El ministro Fraga, el posterior presidente de honor del PP, fue el encargado de manipular a la opinión pública para que la hipótesis del suicidio saliera adelante. Fraga dio instrucciones para que se manipulara unos de los diarios de Enrique Ruano en los que tenía que aparecer con ciertas tendencias suicidas. Como la opinión pública no se tragó el cuento, hubo protestas masivas y encendidas y entonces, el futuro presidente de honor del Partido Popular llamó personalmente al padre de Enrique Ruano diciéndole que o paraban las protestas o la hermana de Enrique Ruano correría la misma suerte.

La intervención de don Manuel Fraga Iribarne, futuro presidente de honor del PP, también fue muy ilustrativa en el caso del fusilado Julián Grimau, uno de los fusilados más famosos del franquismo. Este dirigente comunista había sido detenido y también había sido torturado y, por cierto, también le habían tirado por la ventana intentando aparentar que había sido un suicidio, lo que pasa es que sobrevivió. Grimau era un famoso dirigente del Partido Comunista que había tenido una enorme relevancia durante la guerra civil y la campaña internacional que se desató para pedir el indulto fue impresionante, intervino incluso el Vaticano pidiendo a Franco que le perdonara. Fraga, como ministro declaró que ese “caballerete”, dijo, estaba en las dependencias policiales recibiendo un trato exquisito: le habían tirado por la ventana después de torturarle brutalmente. Poco después le fusilaron y este fusilamiento lleva el sello del Consejo de ministros en el cual estaba también Fraga Iribarne.

También en 1969, Fraga en tanto como ministro de Información y Turismo fue el encargado de sacar adelante la campaña de propaganda más colosal del franquismo, la campaña de los 25 años de paz.

En resumen, Fraga, que había comenzado como falangista, ostentó cargos franquistas ya desde 1951 ininterrumpidamente hasta la muerte de Franco. Y en 1971, todavía no disimulaba sus simpatías por el nazismo, llegó a firmar una carta de apoyo pidiendo la liberación de Rudolf Hess, el número dos de Hitler. Una vez muerto Franco, en 1975, fue nombrado ministro de Gobernación por el presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, ese sanguinario carnicero que antiguamente durante la guerra civil había perpetrado la famosa espantá de Málaga en la que había bombardeado a la población civil. Si, ese que salió por la televisión diciendo eso de “españoles, Franco ha muerto”. Fraga Iribarne, como ministro de Gobernación reprimió con toda dureza las manifestaciones del 1 de Mayo de 1976, las primeras sin Franco. Fue cuando pronunció su más famosa frase: “La calle es mía”, algo que por lo visto siguen pensando algunos de sus seguidores. Ordenó a la policía disparar contra la población civil en las manifestaciones de los sucesos de Vitoria en las que murieron cinco obreros, en Montejurra murieron dos.

Durante la transición, Fraga fundó Alianza Popular con otros siete ex ministros o altos cargos franquistas, es verdad que no quedó muy bien durante las elecciones, pero de alguna forma la refundación de Alianza Popular fue el actual Partido Popular.

Fraga nunca se arrepintió durante su papel protagonista durante el franquismo, nunca pidió perdón a las víctimas. Tampoco el PP ha condenado el franquismo, ha condenado la dictadura, ni ha hecho autocrítica alguna. Más bien, los dirigentes del PP se han mostrado sarcásticos, burlones con respecto a aquellos que todavía siguen buscando a sus desaparecidos, a los desaparecidos del franquismo como dijo Pablo Casado esos carcas que siempre andan por ahí removiendo los huesos del pasado.

Pero los votantes del PP siguen convencidos de que el peligro es que ETA sigue existiendo y ahora se llama Bildu. La posibilidad de gobernar con orgullosos franquistas de ultraderecha, en cambio, no les parece cosa grave. El renacimiento del franquismo del interior de la población española, no les parece cosa grave.

Pienso que para resolver el enigma de por qué la gente vota al PP habría que remitirse la tesis sobre la banalidad del mal que planteó Hannah Arendt a propósito de la Alemania nazi de 1933. Si, es un tema ya clásico desde el punto de vista filosófico. En un artículo ciertamente impresionante que escribió Arendt que se llama Responsabilidad moral durante una dictadura, se preguntaba con cierta angustia por qué tantos colegas, amigos suyos se habían sumado al carro del nazismo, por qué tantos grandes filósofos incluso tremendamente inteligentes habían abrazado una doctrina tosca, biologicista, ramplona y sin duda alguna criminal. Estaban deslumbrados por el éxito de los nazis, comienza diciendo Hannah Arendt. Se subieron al carro de los vencedores, de los que pensaban que iban a ganar y quizás por eso ganaron. Pero según Hanna Arendt fueron sobre todo la mediocridad, el negacionismo, los que provocaron lo que ella misma llamó el colapso moral de la Alemania de los años 30. Es como si todo el mundo hubiera sabido y no sabido al mismo tiempo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, sabían que estaban dictando leyes absurdas y genocidas contra los judíos, sabían que estaban deteniendo a sus vecinos judíos, sabían que había trenes que se iban y no volvían y, sin embargo, todo el mundo hacía como que no lo sabía. Era puro y simple negacionismo, pero era también, nos dice Hanna Arendt, mediocridad, falta de reflexión, una negativa a pensar lo que estaba sucediendo. Como sabéis, su obra más famosa al respecto se llama “Eichmann en Jesrusalén, ensayo sobre la banalidad del mal”. Hanna Arendt asistió al juicio que se celebró en Jerusalén contra Eichmann, uno de los directores de la Solución final, uno de los directores de los campos de concentración o de exterminio. Y lo que más le sorprendió fue que Eichmann no era precisamente un genio del mal, una especie de sádico disfrazado de nazi. No, era una persona absolutamente mediocre, absolutamente banal, una persona que había estado exterminando judíos como podía haber estado perfectamente empaquetando tomates.

Fue una verdadera ola de mediocridad la que impidió a la población alemana sentirse responsable. Y cuando quisieron darse cuenta, habían sido exterminados seis millones de judíos delante de sus narices. Pero ni siquiera Eischmann, el director de este genocidio, se sentía responsable. Durante el juicio perdió los estribos tan solo una vez, una vez en que unos testigos le acusaron directamente de haberle visto estrangular a un niño judío con sus propias manos, entonces perdió la calma y empezó a gritar desesperado: “yo nunca he matado a nadie, yo nunca he matado a nadie”. Sin embargo, era él quien ordenaba poner en marcha las cámaras de gas, los hornos crematorios todos los días. Pero él no tenía conciencia de haber matado a nadie, siempre se consideró algo así como una pieza insignificante de una inmensa maquinaria, en la cual él se limitaba, dijo, a obedecer órdenes. Él se había limitado, dijo, a cumplir con su deber. Durante el juicio llega a decir incluso que lo que había hecho era obedecer al imperativo categórico, el que te dice que hagas lo que consideras que es tu deber, aunque como es sabido los nazis no dejaron un rastro legal de órdenes y decretos exigiendo el exterminio de los judíos. Así que más bien lo que había que hacer era cumplir con lo que intuías que era tu deber según tu propia conciencia moral, hasta el punto de que Eischmann llega a reformular el imperativo categórico de esta forma: obra siempre de tal manera que si el Führer te estuviera observando, aprobaría tus actos.

Si, en nuestra serie de psicoanálisis hemos dedicado un capítulo a las noticias para Kant alertando sobre el peligro de lo que puede pasar si se confunde la voz del deber con la voz del superyó, sobre todo cuando el superyó es la conciencia moral de Hitler en tu cabeza. Son las malas noticias freudianas: la voz de la conciencia no siempre es la voz de la razón, también es la voz de la razón de un superyó obsceno y tiránico que habla en tu interior.

Es algo que sin duda podemos experimentar por nosotros mismos, pero es algo que también se repite muy a menudo históricamente. No siempre somos conscientes de lo que estamos haciendo y de lo que estamos provocando cuando atendemos a las voces de nuestro ancestro interior.

Y sí, yo creo que en España, en este país que vivió 40 larguísimos años de dictadura, la voz del Caudillo, la voz de Franco sigue hablando silenciosa, reprimida, negada en el interior de la conciencia de los españoles, marcando los límites de lo que puede ser aprobado y de lo que no puede ser aprobado. Han pasado 50 años, pero haría falta un psicoanálisis colectivo muy profundo para librarnos de ello. Pensad en otro caso, uno de los maridos de Hanna Arendt precisamente Günther Anders, escribió un libro que se llama “Mas allá de los límites de la conciencia” que es una correspondencia con el piloto de Hiroshima, con el piloto que dejó caer la bomba sobre Hiroshima, apretó un botón y cinco minutos después habían muerto 200.000 personas abrasadas vivas. Günther Anders estableció una correspondencia con él porque le llamó la atención que hubiera sido encerrado en un manicomio después de haber intentado explicar a la población que lo que había hecho no tenía perdón y que no se podía vivir con esa carga sobre sus espaldas. La gran sorpresa de este piloto fue comprobar que nadie se sentía responsable a su alrededor, que nadie se sentía culpable. Y es más todo el mundo consideraba que él no había hecho nada malo, que él había hecho lo que tenía que hacer y que estuvo bien lo que hizo. El piloto acabó en un manicomio y Günther le intenta explicar en una correspondencia magnífica como él es la única persona cuerda en realidad y cómo el mundo entero es el que se ha convertido en un manicomio. Nadie se siente culpable ya por nada. El, en cambio, se había dedicado a hacer atracos a mano armada, primero para que le metieran en la cárcel y le castigaran por lo que había hecho, no por los atracos sino por la bomba de Hiroshima y segundo para recoger dinero y enviarlo a Japón, a las víctimas que él había provocado en Hiroshima. Así que consideraron que en efecto estaba como una regadera. También a él se le decía, pero tu no hiciste más que cumplir órdenes, tu no eras más que una pieza de una maquinaria, al fin y al cabo, también tu obedecías al imperativo categórico. Pues algún día todos tendremos que preguntarnos en que sentido todos somos piezas de una enorme maquinaria genocida, sobre todo teniendo un mediterráneo que hace tiempo se convirtió en una inmensa fosa común en la que todos los años mueren a millares intentado entrar en nuestra Europa fortaleza, sí estos emigrantes frente a los que el voto a Vox pretende tomar tantas precauciones.

El hecho es que, desde las elecciones pasadas, España se ha sumado a la ola reaccionaria que triunfa en Europa y no será con grandes aspavientos criminales por los que avanzaremos por esta senda que tenemos por delante.

La pulsión de muerte se abre camino entre nosotros de una forma mucho más banal, mucho más mediocre, mucho más estúpida, mucho más ciega. Nos volvemos demasiado estúpidos para dejar un espacio de juego posible a la reflexión. Cuando un partido político, como hizo Díaz Ayuso en las elecciones pasadas en Madrid, convierte una perfecta estupidez en un lema de su campaña política, estamos jugando con fuego: o ETA o yo, o ETA o la libertad, esa completa memez anega los cauces de la reflexión. Es como intentar convencer a un terraplanista de que no tiene razón. Pero la historia ya nos ha aleccionado bastante de lo que pasa en estos casos, las consecuencias de tanta estupidez no serán por eso más benignas: quizás lleguen a ser aterradoras.

Para ir haciéndonos a una idea de lo que se avecina basta con imaginar lo que podría haber ocurrido si la gestión de la pandemia y la gestión de la crisis económica hubiera sido gestionada por el PP y por Vox.

A mi no me cabe duda de que este gobierno en el que el PSOE ha tenido que gobernar con un contrapeso a la izquierda ha sido sin duda alguna el mejor gobierno de la historia de la democracia, quizás esto no sea decir mucho porque el listón no estaba demasiado alto, pero algo es algo, ¿qué habría ocurrido si no se hubieran nacionalizado con los Ertes los salarios de la población española, si no se hubieran potenciado las ayudas sociales. Habríamos seguido los pasos de Bolsonaro en Brasil cuya gestión de la pandemia fue prácticamente un genocidio. O como mínimo habríamos seguido los pasos de Díaz Ayuso en Madrid con su gestión de las residencias y sus recortes en la sanidad pública.

He escuchado a algunos ancianos pensionistas de esos a los que no van a votar jamás a ese partido que les ha subido un 8 por ciento las pensiones, que la culpa del deterioro de la sanidad pública la tiene el gobierno socialista y cuando se encuentran que tienen una lista de espera de un año para una mínima prueba médica, ni por un momento se les ocurre recordar que las competencias en sanidad están trasferidas a las Comunidades Autónomas y que por ejemplo en Madrid la presidenta es Díaz Ayuso, nuestra heroína del PP.

Lo que ahora se está denominando el “sanchismo” en todos los medios de comunicación, no ha sido más que un giro social impuesto al partido socialista desde la izquierda y es patente que el hundimiento de Podemos en las anteriores elecciones es una gran tentación para el partido socialista para dar un nuevo giro a la derecha.

Me parece obvio que este funesto regreso al bipartidismo solo podemos evitarlo desde la izquierda votando a Sumar. Yolanda Díaz, la artífice de la reforma laboral ya tiene suficiente experiencia en un gobierno de coalición con el Partido Socialista. Volver a repetir esta experiencia sería sin duda alguna lo mejor que le podría ocurrir a este país, pero sobre todo sería una magnífica forma de pararle los pies a los herederos del terrorismo de estado franquista.

Carlos Fernández Liria
Profesor de Filosofía en el UCM

Nota: Se trata de una opinión del autor publicada originariamente en YouTube, transcrita en DCLM por su interés.


 

La vida interior de un gato. Un manuscrito previamente desconocido explora la psique en última instancia desconocida del felino favorito de Provensens.

The cover illustration for “The Truth About Max,” in watercolor and ink, shows a lounging Max, with bright yellow eyes and an ear-to-ear grin, holding a branch from a rose bush between his paws. 

LA VERDAD SOBRE MAX, por Alice y Martin Provensen 
 Alice y Martin Provensen fueron los Ginger y Fred del libro ilustrado estadounidense: un equipo de ilustradores sumamente equilibrado y elegante que, en una colaboración que abarcó casi 40 años y más de 40 libros para niños (19 de los cuales también escribieron y editaron), engañó a los fanáticos con su ingenio inexpresivo, gran curiosidad y estilo modernista de mediados de siglo.

Ambos nacieron en Chicago y estudiaron en la Universidad de California. Y cuando se conocieron en Los Ángeles en 1943, ambos habían trabajado como oficiales en la floreciente industria de la animación y estaban listos para un cambio que prometía una mayor libertad creativa. Después de la guerra y de mudarse a Nueva York (momento en el que ya se habían casado), la pareja se dedicó a la ilustración de libros, se establecieron como los pilares de la lista de Libros Dorados, que tuvo un éxito fenomenal, y se ramificaron desde allí, abordando temas que iban desde la mitología griega hasta la Ballet clásico.

En 1951, compraron la destartalada propiedad del condado de Dutchess que se convirtió en Maple Hill Farm, un escondite de libro de cuentos y el escenario de varias colaboraciones para las cuales su corral sirvió como reparto central. Cuando no vagaban por el mundo por investigación o placer, los Provensen pasaban largas horas sentados en mesas de dibujo espalda con espalda en su granero convertido, desarrollando pacientemente el enfoque ideal para su proyecto del momento.

Martin preparó el almuerzo, Alice preparó la cena; Aparte de eso, la pareja rara vez reveló mucho sobre su división del trabajo. Ellos "realmente eran un artista", explicó Alice una vez.
"La verdad sobre Max", con un gato grande y llamativo como protagonista, es un libro ilustrado inédito que se descubrió en forma de maniquí, o versión preliminar, en 2019 entre algunos papeles retenidos por el agente de Alice, George Nicholson, quien murió en 2015. Martin Provensen había muerto en 1987; Alicia murió en 2018.

A lo largo de los años, la pareja había llegado a apreciar como individuos a muchos de los animales que vivían entre ellos y, en una serie de cómicos volúmenes estilo cuaderno de bocetos, habían demostrado ser astutos observadores naturalistas. En “Nuestros amigos animales” (1974), el primero de estos libros, le dieron al verdadero Max un lugar de honor al representarlo en la portada con ojos ardientes y brillantes y una sonrisa de oreja a oreja. El libro que dejaron atrás estaba claramente destinado a ser el giro estelar que sentían que el archi-bribón de su granja se había ganado.

El amor de los provenzales por los animales, como el de Beatrix Potter, era deliberadamente poco sentimental. En "La verdad sobre Max", la verdad que registran incluye las bromas de gato malo de Max y su habilidad para sobrevivir: su infalible instinto para saber con quién se puede jugar con dos o cuatro patas y con quién no se debe cruzar.

El Max que conocemos también es bastante cazador, con dormitorios que se asemejan a una sala de trofeos "llena de colas de ardilla". Esta revelación casual e impactante es suficiente para que los lectores jóvenes sientan que están siendo tratados como adultos, otro sello distintivo de Provensen.

Las ilustraciones varían en su grado de acabado, con una figura o rostro ocasional simplemente borrado y el fondo dejado como boceto para más adelante. La nota de un editor afirma que la cursiva arácnida y falsamente ingenua utilizada para el texto es una reelaboración de hábiles calígrafos de las letras manuscritas de los propios artistas.
With night falling and the barnyard far in the distance, Max sits out in a field, amid tall grasses, staring up at the moon.
 Imagen Con la caída de la noche y el corral a lo lejos, Max se sienta en un campo, en medio de hierbas altas, mirando la luna. Credit...Alice y Martin Provensen

Los fragmentos sin pulir cuentan una verdad propia, exponiendo rastros del desconocimiento incómodo, de prueba y error, en el que el trabajo creativo tan a menudo tiene sus comienzos.

Los provenzales eran exploradores incansables que desdeñaban lo obvio y se sentían mejor en terrenos desconocidos. Habiendo decidido hacer un libro sobre la historia de la aviación, por ejemplo, ¿quién además de ellos habría elegido destacar no a los hermanos Wright en negrita sino al comparativamente oscuro pero igualmente notable Louis Blériot? (La pareja ganó la Medalla Caldecott de 1984 por ese esfuerzo, titulado “El vuelo glorioso”).

Max era un alma gemela más. Su historia termina con otra nota decididamente adulta, esta inquietantemente hermosa.

Todas las noches, nos enteramos de que Max, habiéndose “cansado” del corral, “camina por el camino,/ hacia los campos./ No lo reconocerías./ Parece un tigre”.

Solo, ¿qué umbral ha cruzado? Quizás el misterioso que marca el límite de lo que cualquiera puede saber de cualquier otra persona. “Ahora”, escriben los provenzales, dejándonos imaginar el resto, “comienza la vida real” de Max.

Leonard S. Marcus es el autor, más recientemente, de "Pictured Worlds: Masterpieces of Children's Book Art by 101 Essential Illustrators From Around the World".

viernes, 21 de julio de 2023

Pactos PP y Vox: la lectura de Montesquieu

Con estos pactos la situación es peor en la mayor parte del país que la de 2014. El riesgo no es el de que no se corrijan situaciones escandalosas, como las que el caso de Antonia Correa ha hecho visible, sino el de que se acentúen todavía más las prácticas anticonstitucionales

La nueva presidenta de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, en el discurso de presentación de su programa de Gobierno en la sesión de investidura, puso mucho énfasis en subrayar que no dará un paso atrás en lo que a violencia de género y protección a las mujeres se refiere. Con miembros de Vox en el Gobierno o sin miembros de Vox , pero con pactos firmados con dicho partido, todos los presidentes autonómicos del PP están diciendo lo mismo. Alguno, como el de la Comunidad Valenciana, que tiene más de un miembro de Vox en su Gobierno, uno de los cuales niega expresamente la existencia de la violencia de género, ha dicho que nadie tiene que preocuparse porque las políticas de igualdad dependerán directamente de la Presidencia.

El paso atrás ya se ha dado. En realidad, se vienen dando pasos atrás en las comunidades gobernadas por el PP en este terreno desde hace muchos años. Esta pasada semana se ha hecho pública una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) mediante la cual otorga el amparo a Antonia Correa y condena a la Comunidad de Murcia a indemnizarla por haberla obligado a desplazarse a Madrid para poder interrumpir el embarazo. A raíz de la divulgación de esta sentencia, los medios de comunicación han informado sobre el caso de Antonia Correa en particular y sobre la práctica “anticonstitucional” de forzar a las mujeres a desplazarse de las provincias en las que viven, incluso de la entera comunidad autónoma, para poder ejercer un derecho que, de acuerdo con la última sentencia del TC sobre la ley de plazos, está vinculado directamente con el artículo 15 de la Constitución y, es, por tanto, un derecho fundamental y no un derecho de “configuración legal”. “Que la mujer que va a interrumpir el embarazo, que se encuentra en una situación de vulnerabilidad física y emocional, no salga de su entorno habitual y pueda contar con los apoyos de sus allegados para hacer frente a esta difícil situación del modo menos traumático posible”, acaba de decir el TC respecto de Antonia Correa, es un “derecho fundamental”. Obligarla a desplazarse para ejercer ese derecho es anticonstitucional.

El calvario de Antonia Correa empezó en 2014. Más de nueve años para ver reconocido su derecho. Y ahora tiene que iniciar un nuevo procedimiento para reclamar la indemnización a la Comunidad de Murcia, que ya veremos cuál es y si no acaba de nuevo en los tribunales. Al mismo tiempo que hemos conocido esa fecha de 2014 para el caso de Antonia Correa, nos hemos enterado también que en 2021 fueron al menos 4.154 mujeres, en 12 provincias, además de Ceuta y Melilla, las que se vieron obligadas a pasar por el mismo trance por el que pasó ella. La práctica anticonstitucional no ha sido, pues, una excepción, sino que puede elevarse a la categoría de un incumplimiento constitucional muy extendido. Para miles de mujeres en un número considerable de provincias el derecho fundamental a interrumpir el embarazo no se reconoce por las autoridades públicas obligadas no sólo a reconocerlo, sino, de acuerdo con la jurisprudencia del TC respecto a los derechos fundamentales, a actuar de la forma más favorable para el ejercicio del derecho.

Esta realidad española en lo que no solo al derecho a la interrupción del embarazo se refiere, sino también en lo que toca a la protección de la libertad sexual de las mujeres, a la transexualidad y, en general, al respeto a los derechos fundamentales de las personas integradas en el colectivo que cubren las siglas LGTBI. La realidad es tan lacerante, que resulta imprescindible que se pongan en práctica políticas públicas para cambiarla. En esto es en lo que se ha trabajado, con muchas dificultades por el primer Gobierno de coalición desde la entrada en vigor de la Constitución.

Todo lo contrario es lo que suponen los pactos entre el PP y Vox. Con estos pactos la situación es peor en la mayor parte del país que la de 2014. El riesgo no es el de que no se corrijan situaciones escandalosas, como las que el caso de Antonia Correa ha hecho visible, sino el de que se acentúen todavía más las prácticas anticonstitucionales.

En Del Espíritu de las Leyes, Montesquieu define la libertad como “la sensación que cada uno tiene de su propia seguridad”. No la seguridad, sino la “sensación” de la propia seguridad. Quien “no se siente seguro, no es libre”. La multiplicación de la pérdida de sensación de seguridad y el consiguiente incremento de falta de libertad es lo que suponen los pactos entre el PP y Vox. Nadie puede llamarse a engaño.


Detrás de 'Oppenheimer', una biografía premiada de 25 años de trabajo. Martin Sherwin cerró el trato y se sumergió en la investigación. Pero fue solo cuando Kai Bird se unió como colaborador surgió "American Prometheus".

Una foto de 1957 de Oppenheimer en el Instituto de Estudios Avanzados.Crédito...John Rooney/ AP vía NYT
Una foto de 1957 de Oppenheimer en el Instituto de Estudios Avanzados. Crédito... John Rooney/ AP vía NYT

Martin Sherwin no fue el clásico escritor bloqueado. Extrovertido, divertido y atlético, quienes  conocieron lo describen como lo opuesto a un neurótico.

Pero a fines de la década de 1990, tuvo que admitir que estaba estancado. Sherwin, profesor de historia y autor de un libro anterior, había accedido a escribir una biografía completa de J. Robert Oppenheimer dos décadas antes. Ahora se preguntaba si alguna vez lo terminaría. Había investigado mucho, una cantidad extraordinaria, en realidad, acumulando unas 50,000 páginas de entrevistas, transcripciones, cartas, diarios, documentos desclasificados y archivos del F.B.I. expedientes, almacenados en cajas aparentemente interminables en su sótano, ático y oficina. Pero apenas había escrito una palabra.

Sherwin originalmente había tratado de rechazar el proyecto, recordó su esposa, y le dijo a su editor, Angus Cameron, que no creía que tuviera la experiencia suficiente para abordar un tema tan trascendental como Oppenheimer, el llamado padre de la bomba atómica. . Pero Cameron, que había publicado el primer libro de Sherwin en Knopf y que, como Oppenheimer, había sido víctima del macartismo, insistió.

Entonces, el 13 de marzo de 1980, Sherwin firmó un contrato de $ 70,000 con Knopf para el proyecto. Pagó la mitad para empezar, esperaba terminarlo en cinco años.

Al final, el libro tardó 25 años en escribirse, y Sherwin no lo hizo solo.

Cuando se estrene la película de Christopher Nolan “Oppenheimer” el 21 de julio, será la primera vez que muchos jóvenes estadounidenses conozcan la historia de J. Robert Oppenheimer. Pero esa película se basa en la exhaustiva y emocionante biografía de 721 páginas ganadora del Premio Pulitzer llamada “American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer”, coescrita por Sherwin y Kai Bird.

Knopf publicó esta obra maestra en 2005. Pero fue solo gracias a una rara colaboración entre dos escritores incansables, y una profunda amistad, construida en torno a una dedicación compartida al arte de la biografía como el trabajo de toda una vida, que "American Prometheus" se hizo. .

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Una película en blanco y negro de "Oppenheimer" muestra al actor en el papel principal frente a un micrófono anticuado, dando su testimonio en una sala de audiencia llena de gente vestida formalmente.

Cillian Murphy, centro, como el personaje principal en "Oppenheimer", escrita y dirigida por Christopher Nolan. Credit...Melinda Sue Gordon/Universal Pictures, vía Associated Press

OPPENHEIMER habría sido un tema desalentador para cualquier biógrafo.

Un intelectual público con un don para lo dramático, dirigió el laboratorio de alto secreto en Los Álamos, Nuevo México, llevando la bomba atómica de la posibilidad teórica a la aterradora realidad en una línea de tiempo imposiblemente corta. Más tarde emergió como una especie de rey filósofo de la era nuclear de la posguerra, oponiéndose públicamente al desarrollo de la bomba de hidrógeno y convirtiéndose en un símbolo tanto del genio tecnológico de Estados Unidos como de su conciencia.

Esa postura convirtió a Oppenheimer en un objetivo en la era de McCarthy, incitando a sus enemigos a pintarlo como un simpatizante comunista. Fue despojado de su autorización de seguridad durante una audiencia de 1954 convocada por la Comisión de Energía Atómica. Vivió el resto de su vida disminuido y murió a los 62 años en 1967, en Princeton, Nueva Jersey.

Cuando Sherwin comenzó a entrevistar a personas que lo habían conocido allí, quedó desconcertado por la intensidad de sus sentimientos. Los físicos y las viudas de los físicos todavía estaban enojados por la negligencia casual que Oppenheimer había mostrado a su familia.

Sin embargo, después de que Sherwin se mudó con su propia familia a Boston para trabajar en la Universidad de Tufts, él y su esposa Susan conocieron a científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, quienes admitieron con vergüenza que sus años trabajando con Oppenheimer en la bomba fueron algunos de los más felices de sus vidas.

Entre las decenas de personas que Sherwin también entrevistó estaban Haakon Chevalier, el otrora mejor amigo de Oppenheimer cuyos lazos comunistas formaron en parte la base de la inquisición en su contra, y Edward Teller, cuyo testimonio en la audiencia de 1954 ayudó a poner fin a su carrera.

El hijo de Oppenheimer, Peter, rechazó una entrevista formal, por lo que Sherwin llevó a su familia a Pecos Wilderness cerca de Santa Fe, ensilló un caballo y cabalgó hasta la cabaña rústica de los Oppenheimer, discutiendo la oportunidad de hablar con el hijo del científico mientras los dos hombres construían una cerca. . “Marty nunca pensó que fuera un gran entrevistador”, dijo Susan Sherwin, quien lo acompañó en muchos viajes de investigación y le sobrevive. Pero tenía un don para conectar con la gente.

La fecha límite de Sherwin vino y se fue. Su editor se retiró e hizo todo lo posible para evitar el nuevo. Siempre había otra persona para entrevistar u otro documento para leer.

El libro sin terminar se convirtió en una broma corriente en la casa de Sherwin.

“Tuvimos esta caricatura del New Yorker en nuestro refrigerador durante toda mi infancia”, recordó su hijo Alex. “Es un tipo en una máquina de escribir, y está rodeado de montones de papeles. Su esposa está a lo lejos, en el umbral de la puerta de su oficina. Y él dice: '¿Terminarlo? ¿Por qué querría terminarlo?’”

KAI BIRD, EX editor asociado de The Nation, necesitaba un trabajo. Era 1999, y aunque Bird había escrito un par de biografías modestamente exitosas, como historiador de 48 años sin un doctorado. estaba subcalificado para un puesto universitario titular y sobrecalificado para casi todo lo demás. Su esposa, Susan Goldmark, que ocupaba un lucrativo trabajo en el Banco Mundial, se estaba cansando de ser el principal sostén de la familia.

Bird estaba solicitando sin éxito trabajos en los periódicos cuando escuchó de un viejo amigo. Sherwin invitó a Bird a cenar y sugirió que unieran fuerzas en Oppenheimer.

Se conocían desde hacía años, y su amistad se consolidó a mediados de la década de 1990, cuando Bird incluyó los ensayos de Sherwin en un volumen sobre la controversia en torno a una exhibición planeada del Smithsonian del Enola Gay, el avión que lanzó la primera bomba atómica.

Pero había una complicación. “Mi primer libro comenzó como una colaboración con mi mejor amigo”, dijo el escritor Max Holland, Bird, “y ocho años después terminó en divorcio”. Las cosas se rompieron, en parte, por desacuerdos sobre cuánta investigación era suficiente.

El episodio había sido doloroso. Nunca más, le recordó su esposa.

“Le dije a Marty, ‘No, no puedo. Me gustas demasiado'”, dijo Bird.

Así comenzó una campaña de encanto de un año para convencer a Bird, pero especialmente a Goldmark, de que esta vez sería diferente. “Estaba observando con mucho cuidado, observándolos interactuar y terminar las oraciones del otro como lo hacen a veces las parejas”, recordó. "Ambos eran tan lindos".

Finalmente, con todos a bordo, Gail Ross, la agente de Bird, negoció un nuevo contrato con Knopf, que acordó pagar a la pareja $290,000 adicionales para terminar el libro.

Sherwin advirtió a Bird que había lagunas en su investigación. Pero pronto "un número incalculable de cajas" comenzaron a aparecer en la casa de Bird, según su esposa. Cuando Bird comenzó a revisar todo, reconoció cuán minuciosamente detallada y vertiginosamente amplia era la investigación de Sherwin. “No hubo lagunas”, recordó Bird.

Era hora de escribir. Bird empezó por el principio.

“Escribí un borrador de los primeros años de la infancia”, dijo, “y Marty lo tomó y lo reescribió”. Sherwin le devolvió la revisión a Bird, quien quedó impresionado. “Él sabía exactamente lo que faltaba en las anécdotas”, dijo Bird.

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Un retrato de los dos autores con un ejemplar de su libro y estanterías muy llenas detrás. Kai Bird, a la izquierda, lleva una chaqueta deportiva color hueso sobre un polo color bígaro, mientras que Martin Sherwin, con barba, lleva una camisa azul con botones.

Kai Bird, a la izquierda, y Martin J. Sherwin en 2006, mostrando una copia de su libro "American Prometheus", que lleva mucho tiempo en proceso. Credit...  Balce Ceneta/Associated Press

Su proceso tomó forma: Bird estudiaría detenidamente la investigación, la sintetizaría y produciría un borrador que enviaría a Sherwin, quien reconocería lo que faltaba, editaría y reescribiría, y le devolvería la copia a Bird. Pronto, Sherwin también estaba redactando. “Escribimos furiosamente durante cuatro años”, dijo Bird.

Sherwin siempre supo que la audiencia que despojó a Oppenheimer de su autorización sería el “epicentro” de la biografía, dijo Bird. Discutieron sobre lo que podría sugerir la evidencia, pero nunca sobre el estilo, el proceso o la forma del libro en sí. “Se convirtió”, dijo Susan Sherwin, “en algo casi mágico”.

Para el otoño de 2004, casi 25 años después de que Knopf se comprometiera con el proyecto, el manuscrito estaba casi listo. La editora de Bird y Sherwin, Ann Close, vetó "Oppie", el título provisional de la pareja. Siguió una pelea, hasta que algo le llegó a Goldmark a altas horas de la noche: “Prometeo… fuego… la bomba es este fuego. Y podrías poner 'estadounidense' allí'”.

Bird descartó "American Prometheus" por considerarlo demasiado oscuro, hasta que Sherwin llamó a la mañana siguiente para decirle que un amigo, el biógrafo Ronald Steel, había sugerido el mismo título durante la cena la noche anterior. “Estoy en un gran problema”, dijo Bird. Su esposa se sintió reivindicada.

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Una fotografía reciente de Kai Bird muestra al autor con cabello blanco y barba blanca.

Bird dijo que a su colaborador le habría gustado “Oppenheimer”. Credit... Michael Avedon/agosto

El 5 de abril de 2005, "American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer", de Kai Bird y Martin Sherwin, se publicó con gran éxito. El Boston Globe elogió que “se erige como un Everest entre las montañas de libros sobre el proyecto de la bomba y Oppenheimer, y es un logro que probablemente no será superado ni igualado”.

Entre sus numerosos elogios estaba el Premio Pulitzer de Biografía. Bird siempre pensó que el libro tenía una oportunidad externa de ganar el premio, pero Sherwin se había mostrado escéptico. “Él siempre pensó que yo era un optimista incorregible. Así que estaba genuinamente asombrado”, diría Bird más tarde. “Estaba, de hecho, dulcemente eufórico”.

Cuando los colaboradores se enteraron en septiembre de 2021 de que Christopher Nolan planeaba convertir "American Prometheus" en una película, Marty Sherwin se estaba muriendo de cáncer. La pareja había leído varios guiones sin hacer basados en su libro a lo largo de los años, por lo que Sherwin dudaba de sus posibilidades en Hollywood. Estaba demasiado enfermo para unirse, pero Bird y Goldmark conocieron a Nolan en un hotel boutique en Greenwich Village. Bird le informó a Sherwin en persona que, con Nolan como guionista y director, su trabajo estaba en buenas manos. “La historia de Oppenheimer es una de las más dramáticas y complejas con las que me he encontrado”, dijo Nolan recientemente. “No creo que jamás hubiera asumido esto sin el libro de Kai y Martin”. (La anticipación por la película ha puesto la biografía en la lista de libros de bolsillo de no ficción más vendidos del New York Times).

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Una película fija en color de "Oppenheimer" muestra al actor principal con traje, corbata y sombrero, con una pipa en la mano derecha. mano. Un paisaje del sudoeste y un cielo azul están detrás de él. Un fotograma de la película muestra a Murphy en Los Álamos, donde uno de los autores visitó el set. Credit...Universal Pictures El 6 de octubre de 2021, Bird recibió la noticia de que su amigo había muerto a la edad de 84 años. Sherwin "Habría estado profundamente complacido" por la precisión de la película, dijo Bird después de ver la película por primera vez. “Creo que habría apreciado el logro artístico que es”. Recordó el día que él y su esposa pasaron unas horas en el set de la película en Los Álamos. El equipo estaba filmando en la cabina original de Oppenheimer, ahora minuciosamente restaurada.

Bird vio a Cillian Murphy hacer toma tras toma como Oppenheimer, asombrado por el parecido del actor con el tema que había estudiado durante años. Finalmente, hubo una pausa en la filmación y Murphy se acercó para presentarse. Cuando el actor se acercó, vestido con el traje marrón holgado de la década de 1940 de Oppenheimer y una corbata ancha, Bird no pudo evitarlo. "Dr. Oppenheimer!” él gritó. “¡He estado esperando décadas para conocerte!” Bird dijo que Murphy solo se rió. “Todos hemos estado leyendo tu libro”, le dijo el actor. “Es una lectura obligatoria por aquí”. Se hizo una corrección el 11 de julio de 2023: una leyenda que acompañaba una foto de 1957 de J. Robert Oppenheimer tergiversó la conexión entre el Instituto de Estudios Avanzados y la Universidad de Princeton.

El Instituto está en Princeton, Nueva Jersey, pero no forma parte de la universidad allí.

jueves, 20 de julio de 2023

La era de la vileza

Las redes sociales han universalizado la antigua grosería de la barra de bar y el muro del retrete. La rima cruel, la gracia, la consigna, ahora la repiten en público personas que ocupan cargos públicos y que están seguras de poseer una educación exquisita
La era de la vileza
ANTONIO MUÑOZ MOLINA

En los sedimentos acumulados en el fondo de un lago de Canadá un equipo de geólogos asegura haber encontrado la prueba de que en Tierra, hacia 1950, empezó la era del Antropoceno, marcada por las perturbaciones de la acción humana sobre el planeta. No es improbable que en un futuro próximo los historiadores sitúen en estas décadas recientes el comienzo definitivo y radical de una nueva época no geológica sino política y moral, y hasta psicológica, que me apresuro a bautizar por mi cuenta como la era de la vileza: aquella en la que habrán desaparecido todos los límites a la manipulación y a la mentira, y en los que la calumnia se difundirá con la desenvoltura de una sonrisa publicitaria y con la eficiencia multiplicadora del estercolero inmundo de la prensa sin escrúpulos y de las redes sociales.

En una fascinante indagación que retrocede milenios, los científicos han encontrado a profundidades distintas, bajo las aguas inmóviles del lago Crawford rastros de polen de maíz que atestiguan los primeros pasos de la agricultura en el continente americano, huellas de las emisiones de carbón en los comienzos de la Revolución Industrial, incluso partículas radiactivas de las primeras explosiones atómicas. Sería urgente alcanzar un grado parecido de precisión al documentar los orígenes, los primeros pasos inadvertidos, las rachas de avance devorador de esta nueva era de la vileza. Lo nuevo tarda en advertirse, incluso cuando se tiene ya delante de los ojos. Sin darnos cuenta llevamos mucho tiempo respirando la vileza sin darnos plena cuenta de su toxicidad, igual que todo el mundo recibía dosis dañinas de radiación ultravioleta antes de que unos científicos dieran la alarma sobre la destrucción acelerada de la capa de ozono.

Que los gases de la vileza ya han invadido sin remedio el aire de la vida pública española lo hemos sentido de golpe al escuchar por todas partes ese eslogan siniestro, “que te vote Txapote”, que provoca una reacción no ya moral sino física, como esa arcada que desata un olor a podrido. Es el tipo de gracia que se hace en un grupo de amigotes unidos por una recia carcajada española, cuando alguien advierte de que no va a ser “políticamente correcto” y cuenta a continuación un chiste de violaciones o de negros. La diferencia es que en la nueva era el chiste y la risotada desbordan el grupito confidencial y se hacen públicos sin pudor ni vergüenza, con chulería desafiante, con un clamor de chusma beoda en el calor tórrido de una plaza de toros. Las redes sociales han universalizado la antigua grosería de la barra de bar y el muro del retrete. La rima cruel, la gracia, la consigna, ahora la repiten en público personas que ocupan cargos públicos y que están seguras de poseer una educación exquisita, y se ve estampada en los laterales de un autobús electoral de un partido político ya agitado de antemano por una inminencia de victoria.

La gracia consiste en asociar al presidente del Gobierno y candidato socialista a un asesino etarra. Y para acompañarla, aunque sin decirla, con cazurrería y descaro, Alberto Núñez Feijóo invocó el aniversario de alguien que merecería al menos el respeto sagrado que se debe a los inocentes y a las víctimas. Un rasgo de la edad de la vileza es la repetición metódica del abuso, la injuria y la mentira. Al volverse habituales no pierden su veneno, pero cada vez provocan menos escándalo. Es posible que los primeros sedimentos de esta nueva época fueran sembrados por este personaje público, siempre más o menos en la sombra, Miguel Ángel Rodríguez, que según dicen asesoró a Feijóo antes del debate, y que hace 15 años usó por primera vez en público, en programas de televisión, a sabiendas de que lo hacía, la calumnia contra una persona del todo honorable. Los residuos de vilezas pasadas los olvida todo el mundo, salvo los que las sufrieron. En 2008, en plena campaña derechista para desacreditar la sanidad pública en Madrid, Miguel Ángel Rodríguez llamó reiteradamente nazi en varias tertulias de la televisión al doctor Luis Montes, antiguo coordinador de Urgencias del hospital de Leganés, acusándolo de haber abusado de las sedaciones de enfermos graves para acelerarles la muerte. El embustero sabe que a partir de un cierto grado la mentira tiene un efecto paralizador, como lo tiene siempre un acto de violencia súbita, un grito, una bofetada. Las mentiras de Miguel Ángel Rodríguez trastornaron la vida y la carrera de un hombre íntegro, que ya había sido objeto de una sostenida persecución política. Los tribunales confirmaron la inocencia del doctor Montes, y condenaron por un delito de injurias a Rodríguez. Ya no importaba nada. El daño estaba hecho. Había enfermos que se negaban a ser atendidos por el médico injuriado. Y el mentiroso y condenado por la justicia convirtió su indecencia en un mérito para su currículum, que ha vuelto a situarlo en lo más alto de la influencia política en España.

En el registro sedimentario de la era de la vileza resaltarán dos fechas aún más fundacionales, dos mentiras tan desvergonzadas como las de Miguel Ángel Rodríguez, pero de mucha mayor resonancia: en 2003, la mentira sobre las supuestas armas de destrucción masiva almacenadas en Irak por Sadam Husein; en 2004, la mentira del Gobierno de José María Aznar sobre los atentados del 11 de marzo en la estación de Atocha. Colin Powell, que tuvo que defender ante las Naciones Unidas una invasión basada en argumentos que él sabía embusteros, se arrepintió siempre de haber sido cómplice de una guerra que destruyó un país entero y provocó más de un millón de muertos. No sin hipocresía, Tony Blair expresó en 2016 “más dolor, remordimiento y disculpa de lo que puede creerse”, aunque siguiera defendiendo la guerra. Incluso George W. Bush habló del “mayor remordimiento de toda” su presidencia, justificándolo, no sin cinismo, en los errores de las agencias de espionaje. De aquel grupo de embusteros, el único que no ha dado muestra alguna de remordimiento ni pedido disculpas ha sido José María Aznar. Sin duda, el aprendizaje de la mentira durante la guerra de Irak le fue muy útil cuando él, su Gobierno y sus afines atribuyeron a ETA los muertos del 11 de marzo, y siguieron alimentando los bulos y sembrando dudas conspirativas sobre esa autoría durante mucho tiempo.

La vileza nos intoxica a todos con solo respirarla. Pero a quien más ofende es a quienes más sufrieron, a las víctimas de un terrorismo y del otro, a los inocentes que perdieron sus vidas y a los que quedaron dañados para siempre, los heridos, los supervivientes, las personas cercanas para las que el paso del tiempo no trae consuelo ni olvido. Para quienes recordamos los días trágicos de julio de hace veintiséis años en los que tuvo lugar el secuestro, la condena, la ejecución de Miguel Ángel Blanco, lo que ha quedado en la memoria es la pena y la ira ante el crimen y la emoción civil de aquellas multitudes que inundaron las plazas de toda España, mostrando con serena contundencia el asco hacia los asesinos y la solidaridad hacia los que sufrían. Hace falta mucha vileza para convertir la memoria de aquel hombre tan joven en un sórdido navajazo político, como hizo la otra noche Núñez Feijóo. Este verano de la nueva era son sus fieles enfervorecidos los que repiten festivamente a coro, esa rima infame que ensucia los oídos de cualquiera, pero sobre todo la boca que la dice. Estoy seguro de que sus residuos van a seguir durando mucho tiempo, infectándolo todo.


Elecciones en España: por qué los ciudadanos tienen una visión tan negativa de la economía del país si esta crece más que la de Alemania o Francia

Si se le pide a un español que valore la situación económica de su país seguramente la califique negativamente, a pesar de que cuenta con unos indicadores económicos que invitan al optimismo. ¿Por qué esta disonancia entre la percepción y los datos?

Con un Producto Interno Bruto (PIB) al alza y una inflación y desempleo a la baja, los institutos económicos y expertos consultados por BBC Mundo valoran la situación de la economía española en términos generales de forma positiva.

Sin embargo, en el reciente barómetro de junio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, un 43,1% de los ciudadanos calificó de “mala” la situación económica general y un 13,8% de “muy mala”.

Esta discrepancia entre percepción y realidad se ha visto intensificada aún más durante la campaña electoral de cara a las elecciones generales del 23 de julio, en la que los partidos políticos han usado las cifras en su beneficio, destacando los indicadores que más le convienen.

Mientras el presidente del gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, afirma que la economía española “va como una moto”, el presidente del conservador Partido Popular (PP) y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, insiste en que “está estancada”.

España se prepara así para unas elecciones que tienen a la economía como uno de los temas centrales y en las que, según los sondeos, el PP se convertiría en el partido más votado, seguido del PSOE y en las que la clave para formar gobierno estará en los terceros partidos: el de extrema derecha Vox -que todo apunta a que gobernaría con el PP- o la recién estrenada coalición española de izquierdas Sumar, que se convertiría en socio del PSOE en un gobierno de coalición.

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miércoles, 19 de julio de 2023

Zapatero en campaña.

Al defender la ejecutoria del Gobierno de Sánchez, el expresidente Zapatero está defendiendo su propio legado y está, sobre todo, defendiendo la permanencia de una democracia digna de tal nombre en nuestro país. Parece que hay gente a la que esto le molesta.

— Las elecciones de España son una batalla clave en la lucha europea contra el neofascismo


Enric Juliana, en su artículo de este pasado domingo, 'El aviso de Gordon Brown', toma como punto de partida el artículo del exprimer ministro británico, 'Las elecciones de España son una batalla clave en la lucha europea contra el neofascismo', para hacer una reflexión sobre la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de intervenir muy activamente en la campaña electoral del 23 J. La intervención de Gordon Brown fue decisiva para que los escoceses no aprobaran el referéndum de independencia de Escocia, que se daba prácticamente por perdido o por ganado dependiendo de la perspectiva de cada uno. Ni el primer ministro conservador, David Cameron, ni el exprimer ministro laborista Tony Blair, tenían peso alguno en Escocia. Fue Gordon Brown el que tuvo que bajar a la arena, a fin de convencer a sus compatriotas de que la permanencia en el Reino Unido era lo mejor para Escocia. Una mayoría no amplia, pero sí clara, de los escoceses así lo acabaron entendiendo.

Lo que hizo Gordon Brown es lo que está haciendo José Luis Rodríguez Zapatero en la campaña electoral del 23 J. Ha entendido perfectamente la gravedad de la situación, interna e internacional. Interna por las consecuencias que la derrota puede tener para la izquierda española y para el renacimiento de una suerte de neofranquismo. España es el único país europeo que ha tenido que constituirse democráticamente sin haber hecho un ajuste de cuentas con el Régimen fascista nacido de la guerra civil. El fascismo no es para la democracia española un recuerdo más o menos lejano, como lo es para Italia, sino algo que no ha dejado de estar presente en ningún momento desde la guerra civil. El neofascismo en España tiene una dimensión distinta a la que pueda tener en cualquier otro país europeo occidental. Conecta directamente con nuestro inmediato pasado. Contra esto es contra lo que lucha Zapatero.

Desde la perspectiva internacional no es menos relevante lo que pase el 23 J. Si España se suma a Italia, es la naturaleza misma de la Unión Europea la que se puede poner en cuestión. Hasta el momento la Unión Europea ha sido el club más exigente de Estados democráticamente constituidos que ha existido en el mundo. Ella misma no está constituida democráticamente, porque no existe un “pueblo europeo” como lugar de residenciación del poder. Pero las instituciones de la Unión han exigido que la democracia, sin adjetivos, sea la forma política imperante en todos los Estados miembros. Las excepciones de las autollamadas “democracias iliberales” han sido pocas y no han puesto en cuestión la naturaleza inequívocamente democrática de la Unión. Pero el número de tales democracias empieza a aumentar ominosamente. La opción española puede ser determinante en dicho proceso. Contra esto es contra lo que lucha Zapatero.

Es lo que ha conducido a José Luis Rodríguez Zapatero a entrar en campaña. Esto y la defensa de su ejecutoria como presidente del Gobierno durante dos legislaturas. Zapatero ha sido, con mucha diferencia, el presidente del Gobierno con mayor sensibilidad en todo lo relativo al ejercicio de los derechos fundamentales en general y en lo que afecta a minorías que hasta que no llegó él a la Moncloa o no han tenido reconocimiento alguno de su singularidad o lo han tenido de forma muy débil. Por eso, lo está haciendo con una legitimidad indiscutible.

La legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia y creación de la red de servicios de atención, la ley de igualdad efectiva entre mujeres y hombres, la nueva ley de educación con la introducción de la Educación para la Ciudadanía, la creación de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, La ley de plazos…Esta es parte de la trayectoria de los Gobiernos presididos por J. L. Rodríguez Zapatero, que ha supuesto un avance mayúsculo del principio de igualdad jamás visto en la historia de nuestro país y que está amenazado en estas elecciones. Sin la ejecutoria de J. L. Rodríguez Zapatero España sería una democracia “muy antigua”.

La Ley de Memoria Histórica, con la que, por primera vez, se ha intentado iniciar un proceso de reparación, en la medida de lo posible, de las violaciones de derechos fundamentales que se produjeron durante la guerra y, muy especialmente, en los años posteriores a la misma, que no fue anulada por la mayoría absoluta del PP en 2011, pero que se dejó de financiar por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy que es casi lo mismo. Es lo que le ocurrirá a la Ley de Memoria Democrática de 2022, si el PP y Vox gobiernan.

La preocupación por el medio ambiente con la creación de un instrumento como la Unidad Militar de Emergencia, atacado ferozmente por el PP, que llegó a calificarla de “capricho” y “cuestionó su constitucionalidad” por entender que chocaba con la misión fundamental de las Fuerzas Armadas recogidas en la Constitución. Ahora ya no se pone en cuestión, pero se toman iniciativas como la proposición de ley andaluza sobre regadíos en la corona del Parque Nacional de Doñana. Y, por supuesto, el negacionismo del “cambio climático” por Vox.

La defensa de la política antiterrorista de su Gobierno, que fue el que acabó con ETA sin contraprestación de ningún tipo, a diferencia de lo que hizo en su momento el Gobierno presidido por José María Aznar.

Y la defensa de las pensiones, que en contra de lo que viene diciendo el PP, tuvieron un crecimiento muy superior en el conjunto de los años de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que en los años de Gobierno de Mariano Rajoy. Más todavía si se toma en consideración la “hucha de las pensiones”, que el Gobierno de Zapatero recibió en 2004 con 19.000 millones y dejó en 2011 con 66.000. Mariano Rajoy la dejó en 2018 en 5.000. Zapatero, a pesar de tener que hacer frente a una crisis espantosa, no redujo en un solo euro la hucha de las pensiones. Mariano Rajoy la vació.

Al defender la ejecutoria del Gobierno de Pedro Sánchez, José Luís Rodríguez Zapatero está defendiendo su propio legado y está, sobre todo, defendiendo la permanencia de la democracia, de una democracia digna de tal nombre, en nuestro país. Parece que hay gente a la que esto le molesta.

https://www.eldiario.es/contracorriente/zapatero-campana_132_10383127.html

Sobre el bien y el mal. No consigo entender por qué mitificamos de tal modo el Mal. Por qué los malotes nos parecen tan atractivos

Retrato de Immanuel Kant.
Retrato de Immanuel Kant.


Sé bien que el Mal existe. Me refiero al Mal con mayúsculas, desbocado, feroz e inútil, ese Mal tautológico que se disfruta a sí mismo, que no tiene otro fin que la pura maldad. En una novela escribí que las religiones se han inventado para darle un sentido al Mal para que no nos destruya. Porque puede en efecto destruirnos, puede volvernos locos, puede hacernos perder la capacidad de seguir viviendo. Y esto es así, permitidme que os diga, porque mayoritariamente no estamos hechos para el Mal. Si lo estuviéramos, nos parecería de lo más normal y los horrores no ocuparían la primera página de los periódicos, no abrirían los telediarios, no los comentaríamos una y otra vez, estremecidos y anonadados. El ser humano viene de fábrica orientado en general hacia el bien, o, dicho de otro modo, las estrategias de empatía y colaboración abundan mucho más y son más eficaces para la supervivencia de la especie que las de depredación. A fin de cuentas, somos animales sociales y estamos llenos de neuronas espejo.

Ya sabéis que al gran Kant le sorprendía que, en situación de guerra, un soldado fuerte y necesitado no matara sistemáticamente a todos los ancianos, niños y mujeres con los que se topara para robar sus posesiones. Por supuesto que a veces ocurría, pero no era lo habitual y, además, se consideraba algo condenable. Y, sin embargo, el soldado podía hacerlo, y, además, le convenía. De ahí el filósofo dedujo su teoría del imperativo categórico, que sería un conjunto de valores morales básicos que tendríamos todos los humanos, independientemente de nuestra religión y nuestras creencias. Un imperativo que para mí es una herramienta evolucionista.

De todo esto ya he escrito varias veces, porque el asunto del Mal me preocupa mucho. De hecho, creo que sólo hay tres temas fundamentales de los que hablar: la muerte, el sentido de la vida (si es que tiene alguno) y el porqué del Mal y del Dolor. Pero en esta ocasión el artícu­lo ha nacido a raíz de haber sido jurado de un bonito concurso de microrrelatos organizado por la farmacéutica Roche. Tenían que ser de tema médico, empezar con la frase “Salí de allí con una sonrisa” y dar cierto espacio a la esperanza. Y el caso es que, en el acto de entrega de los premios, alguien dijo una vez más eso de que “con buenos sentimientos es más difícil hacer buena literatura”. Un lugar común que me desespera.

No consigo entender por qué mitificamos de tal modo el Mal. Por qué los malotes nos parecen tan atractivos, mientras que cuando decimos de alguien que es buena persona corremos el riesgo de que la gente piense que es idiota. Y este topicazo estúpido y pedante se multiplica por cien en los ambientes más o menos intelectuales. Por todos los santos, que no piensen que yo valoro la bondad, o que creo en la esperanza, o que me permito la compasión, parecen decirse estos paladines de la maldad, que sostienen que es la-única-realidad-que-puede-tomarse-en-serio. Luego, en sus vidas cotidianas, curiosamente, muchos son buena gente y actúan como si creyeran en la empatía. Pero ¿reconocerlo? Jamás. Y así, se valora como más inteligente y verdadero el retrato de lo malo, y como falso y ñoño todo lo bueno, cuando yo creo, insisto, que hay mucho más de bien que de mal en nuestras vidas. No veo cómo se puede intentar describir con autenticidad y hondura este mundo si, junto al horror del Mal, no hablas también de esa fuerza luminosa que la vida tiene.

Según el psicólogo Iñaki Piñuel, que publicó en 2021 un libro titulado Mi jefe es un psicópata, en la población mundial hay un 2% de psicópatas, una gente muy mala que es incapaz de sentir empatía por el prójimo. Y a este porcentaje habría que añadir entre un 10% y un 13% de psicopatoides y narcisos, personas también terriblemente tóxicas que sólo utilizan al otro para su provecho. En total, pues, un 15% de tipejos horribles. Muchos de ellos, por cierto, en la dirección de las grandes empresas y en la política. Piñuel y otros expertos sostienen, además, que la vida actual fomenta estos caracteres depredadores. El narcisismo vacuo de las redes, por ejemplo, o la falta de resistencia ante la frustración son pésimas influencias. Yo añadiría también esta mitificación del Mal. Este desdén inmaduro e ignorante hacia la gente buena.

ROSA MONTERO

martes, 18 de julio de 2023

Amar la verdad

Los prejuicios, los estereotipos, los intereses, el odio, la torpeza, la soberbia, la superficialidad y la pereza nos llevan muchas veces a formular juicios sobre el prójimo que están muy alejados de la verdad. Mucho me temo que la verdad nos la traiga al pairo.

Hace tiempo que escuché la siguiente historia. que quiero compartir con mis lectores y lectoras. Un señor acude al Hospital para visitar a su madre. Cuando termina la visita, sale a la calle y se acerca a la parada del autobús para regresar a casa. Cuando llega a la parada se encuentra con un chico de unos 12 años acompañado por su padre. No tarda en llegar el autobús. Suben los tres y avanzan hacia el final donde había cuatro asientos vacíos. El padre y su hijo se sientan juntos y, detrás de ellos, se sienta el señor que había subido con ellos. El niño pega su cara al cristal, y dice con un entusiasmo desmedido:

Mira, papá, hay dos árboles delante de esa casa. Qué bonitos.

El padre mira complacido lo que le muestra su hijo. Y sonríe.

– Fíjate, papá, un perro. Y una señora que lo lleva tirando por un collar.

El chico no cabe de alegría ante todo lo que está viendo y describiendo

– Mira, papá, una nube blanca muy grande y otra pequeña.

– Sí, dice el padre, y la grande se parece a una ballena.

El señor que está situado detrás piensa que el chico está reaccionando de manera muy infantil, impropia de su edad. Y focaliza su atención en los dos.

Papá, un bloque de diez pisos, dice el niño asombrado mientras corre por el pasillo hasta la parte delantera del autobús para ver mejor. Aprovechando la situación, el señor se dirige al padre y, pidiendo disculpas por la intromisión, le dice si se ha dado cuenta de que las reacciones de su hijo son propias de un niño mucho más pequeño. Y le pregunta si se ha planteado buscar la ayuda de un buen psicólogo.

El padre le dice, con delicadeza y tranquilidad, consciente de que desconoce por completo la historia del chico.

– Venimos de ver a un médico, No a uno cualquiera sino al mejor. Mi hijo era ciego de nacimiento y le han hecho un trasplante de córnea. Hoy es el primer día que ve el mundo del que tantas veces le habíamos hablado.

No es difícil imaginar la reacción del entrometido interlocutor. Quiere ayudar a ese padre tan despistado, pero la realidad es otra muy distinta a la que él se ha imaginado. El desconocimiento de la historia y del contexto le ha llevado a emitir un juicio equivocado, le ha hecho alejarse de la verdad.

“Sé comprensivo. Cada persona que te encuentras está librando su propia batalla”, decía Platón. Pero nos falta esa comprensión. Nos sobra engreimiento y falta de rigor. Sobre todo cuando nos interesa llegar a determinada conclusión.

Se formulan juicios apresurados y poco rigurosos en todos los ámbitos de la vida. Juicios malintencionados, a veces. Se emiten con demasiada frecuencia en la política, atribuyendo intenciones de forma arbitraria y, a veces, perversa. ¿Qué importa la verdad ante el rédito que se busca? Decir que el presidente del Gobierno convoca elecciones generales en pleno mes de julio para que la ciudadanía no vaya a votar es un atrevimiento descarado. Probablemente falso porque, si así fuera, no estaría insistiendo una y otra vez en que la ciudadanía acuda a las urnas. Y decir que lo hace para castigar a los españoles dejándoles sin vacaciones es, además, una perversidad. Atribuir a la promulgación de la ley de memoria democrática la intención de dividir a los españoles es una conjetura que no tiene fundamento. Afirmar que la pretensión de la izquierda es empobrecer a los españoles es una suposición estúpida e injusta. Sostener que recibir los votos de los independentistas responde al deseo de romper España es una estupidez y una arbitrariedad. Qué poco rigor hay en muchos juicios. Qué poco amor a la verdad.

Sucede en el ámbito de la convivencia. Reaccionamos ante los comportamientos y las palabras de otras personas sin conocer cuál es la realidad, cuál es el contexto, cuál es la pretensión de nuestros conciudadanos. No sé dónde leí hace tiempo la historia de un vecino que, estando ya en la cama, empezó a escuchar los pasos del inquilino que vivía en el piso superior. No solo le habían despertado aquellos pasos enérgicos sino que no le dejaban conciliar el sueño. Irritado dio golpes con el palo de una escoba en el techo de su habitación para exigir al paseante que dejase de hacer ruido.

El inquilino del piso de arriba siguió dando pasos firmes y apresurados. El enfado del insomne llegó a tal punto, que se levantó, se vistió y subió como un energúmeno a exigir a su vecino que dejase de caminar por la casa. Llamó a la puerta y, antes de dejar hablar a su vecino, le llenó de descalificaciones e insultos. Le explicó con rabia que tenía que madrugar y acabó maldiciendo la mala suerte de vivir debajo de un desaprensivo. Cuando pudo intervenir su vecino, que tenia un bebé en los brazos y la cara desencajada, le explicó que su hijo pequeño había fallecido por muerte súbita y, en su desesperación, lo paseaba de acá para allá por la casa, esperando al forense que debía acreditar su muerte.

Las disculpas trataron de borrar aquellos insultos y aquella agresividad extrema. No tenía ni idea de lo que le estaba pasando a su vecino. Reaccionó de una forma apresurada y violenta. Le había importado un comino la verdad.

También en la enseñanza se produce este riesgo de los juicios de valor, frente a los juicios de hecho. Recuerdo un vídeo conmovedor de un alumno pequeño al que se ve llegando tarde a la escuela. El niño llama a la puerta del aula y se encuentra con el gesto adusto del profesor. Extiende la palma de la mano en espera del castigo. Y el profesor descarga un duro golpe con la regla sobre ella. El día siguiente sucede lo mismo. Se ve entrar al niño cariacontecido y, sin mediar palabra, extiende la mano en espera del golpe. Un golpe que llega de forma inexorable. Con la regla, de forma desabrida, el profesor empuja al niño para que se siente en su pupitre. En la imagen siguiente se ve al profesor en bicicleta circulando por las calles del pueblo. Ve al niño empujando una silla de ruegas en la que lleva a su madre enferma. Mira el reloj y comprende la causa del retraso. Cuando el niño llega unos minutos después a la escuela extiende su mano como de costumbre y baja la mirada en espera del castigo, El profesor deposita la regla en su mano extendida, se arrodilla y besa la mano del niño en silencio. Seguidamente abraza lo abraza con emoción. No se puede decir más con tan pocas imágenes.

Cuando interpretamos el comportamiento de los demás sin conocer las circunstancias y sin recibir las explicaciones del interesado corremos el riesgo de emitir juicios infundados, de faltar a la verdad.

Si no existe más criterio que la destrucción del adversario, la extorsión del prójimo o el sometimiento de los alumnos, está claro que de cualquier comportamiento, palabra o actitud podemos obtener una conclusión perjudicial para el prójimo.

Cuando existe buena fe, cuando se pretende actuar con rigor, tampoco es fácil acertar. Incluso cuando el interesado nos explica con sinceridad los motivos de sus decisiones o de sus palabras. En muchos casos dominan los prejuicios, las interpretaciones interesadas, las elucubraciones maliciosas, los juicios arteros, las pretensiones de hacer daño.

Además de nuestras actitudes en el análisis de la conducta o la palabra de los otros, existen las dificultades técnicas de la comunicación. Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que realmente decimos, lo que queremos oír, lo que oímos, lo que creemos entender y lo que entendemos… existen ocho posibilidades de no entenderse, de alejarnos de la verdad.

Creo que todos y todas deberíamos hacer un esfuerzo para alcanzar la comprensión, un esfuerzo nacido del respeto al prójimo y del amor a la verdad. Mejorar nuestras relaciones, en todos los ámbitos de la vida, haría este mundo menos hostil, más habitable y más hermoso.

He hablado de conocer y respetar al otro para formular un juicio certero. También abogo porque actuemos y hablemos con sinceridad. Oscar Wilde, que nos dejó tantas frases lapidarias, dijo: “Si uno dice la verdad, tarde o temprano será descubierto”. Esa es la otra cara de la moneda.

Sé que el objetivo puede ser utópico en un mundo lleno de intereses, de competitividad y de relativismo moral. Pero es lo que tiene la utopía: nunca la alcanzaremos, pero, como está en el horizonte, nos hace caminar hacia ella. Sin descanso. Decía Martin Luther King: “Tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros”.

Adarve. Miguel Ángel Santos Guerra

lunes, 17 de julio de 2023

Mariano Gamo (1931-2023): revolucionario y cristiano. Juan Antonio Delgado de la Rosa, Juan Mari Arregi. 06/07/2023

Uno de los grandes jinetes de un apocalipsis que sí existió

Juan Antonio Delgado de la Rosa

Mariano Gamo Sánchez, referente dentro de los curas obreros, hizo compatible su trabajo pastoral con su trabajo como enfermero y su militancia sindicalista y política.

Una de las cuestiones más relevantes fue su apuesta por La Casa del Pueblo de Dios

Designado en 1964 párroco de Nuestra Señora de la Montaña, en el barrio de Moratalaz, encuentra allí la “tierra prometida” en la que pone en marcha el proyecto soñado durante años de una Iglesia de pueblo, para el pueblo y desde el pueblo.

Como una declaración pública de este propósito figuraría, con grande caracteres, en el frontispicio del barracón que hacía de templo la inscripción: CASA DEL PUEBLO DE DIOS. Éste barracón ofreció durante años hospitalidad a las reuniones clandestinas de CCOO y también las misas de los domingos, eran eucaristías vivas, abiertas al diálogo, para fomentar una asamblea cristiana plural, en la que los asistentes se pronunciaran sobre los diferentes temas propuestos con toda libertad e espontaneidad, aunque utilizando algunas veces un lenguaje críptico, debido a la presencia policial. La declaración del estado de excepción de 1969 provocó la detención de Mariano Gamo “a causa de ciertas expresiones vertidas sobre el Estado de excepción” (BLÁZQUEZ, 1991: 189). En esos días, Gamo (2000: 32–33) sostenía:

“Mis cadenas no son otras que la militaresca ordenanza del silencio, por la que a todo un pueblo se le ha impuesto la renuncia a su innata vocación… El hombre es responsable de la historia… Un pueblo no poseso del silencio, libre de sus decisiones, es el ángel en el que yo confío. No se llama legión, PUEBLO es su nombre”.

Posteriormente, fue confinado en el Monasterio de El Paular (Rascafría, Madrid) y, condenado por el Tribunal de Orden Público (TOP) a tres años de prisión, tal como narra el historiador Tuñón de Lara:

"También fue juzgado y condenado, esta vez en Madrid, el párroco de Moratalaz, Mariano Gamo, en cuyo favor había testimoniado el obispo auxiliar de la capital, monseñor Echarren. El Estado de Franco, al dirigir así sus aparatos coactivos-judiciales contra miembros del clero, estaba inutilizando por completo un aparato de hegemonía (ideológica) que durante muchos años le sirviera eficazmente". (TUÑÓN DE LARA, 1980: 403).

Finalmente, fue trasladado a la cárcel Concordataria de Zamora (BLÁZQUEZ, 1991: 190), donde convivió con una veintena de curas vascos, también reclusos, de los que llegó a aprender algo de euskera y con los que colaboró en el montaje de una ikastola en la propia prisión (JÁUREGUI Y VEGA, 1985: 139–141). Abandonó la cárcel en octubre de 1971 por el llama do indulto Matesa (JÁUREGUI Y VEGA, 1985: 139), aunque en fechas posteriores ingresó tres veces más en la cárcel de Carabanchel, por otras tantas multas gubernativas, tal como narran Jaúregui y Vega:

"El día 25 de diciembre de 1973 tampoco iba a ser bueno para Mariano Gamo. Por la mañana le aconsejan que firme una declaración en la que se declare autor de un delito de injurias a la memoria de Carrero Blanco (el domingo siguiente al asesinato de Carrero Blanco no ha recordado en la misa al almirante caído en acto de servicio el jueves 20 de diciembre). Seguidamente le imponen una multa de 200.000 pesetas y le envían a Carabanchel, en cuyo hospital penitenciario, sección toxicómanos, es recluido en arresto sustitutorio por impago de multa. Los funcionarios le reconocerán como el toxicómano número 22, el número 21 es Carlos Jiménez de Parga…" (JÁUREGUI Y VEGA, 1985: 182–183).

Incorporado de nuevo a su parroquia, tras su salida de Zamora, comienza a trabajar como sanitario en la Clínica de la Concepción hasta 1988 en que se traslada como DUE (ATS) al nuevo hospital público “Severo Ochoa” de Leganés. Aprovechando una baja laboral por enfermedad, termina su licenciatura en Filología Hispánica. Su compromiso político discurre a través de la ORT:

"La ORT, grupo político que surge en 1970 procedente casi por entero de la Acción Sindical de Trabajadores, un núcleo obrero católico surgido en 1964 y vinculado a los jesuitas de las Vanguardias Obreras. Lo particular del marxismo de su programa oficial, que se transformó en maoísmo enseguida, provenía de la militancia católica de origen. Entre sus principales dirigentes habrá curas obreros como Mariano Gamo…" (CRUZ, 1997: 205).

Y bajo esas siglas se presenta, en las primeras elecciones democráticas de 1977, como candidato al Congreso de los Diputados. En ese período deja la parroquia para volcarse en la actividad político-sindical emergente, sin abandonar el puesto de trabajo. Desaparecida la ORT, ingresa en Izquierda Unida, por cuya organización sale elegido Diputado de la Asamblea de Madrid en 1995, en la que actúa de portavoz de su grupo para temas sanitarios, durante su IV Legislatura, al término de la cual cesa en su excedencia laboral por cargo público y se jubila a los 68 años de edad, pero sigue al pie del cañón acompañando la vida de las personas. Una de sus últimas reuniones las realizó en el equipo de la ACO del lucero.

Sus últimas palabras fueron que nos tenía a todos en el corazón. DEP

Sin Permiso, 5 de julio 2023

Mariano Gamo, referente solidario y antifranquista

Juan Mari Arregi

Ha muerto en la madrugada de ayer en Madrid con 92 años Mariano Gamo, un gran amigo y compañero de muchas historias, muy conocido en los sectores de la izquierda de la Iglesia popular y de la política del Estado Español. Huérfano desde niño de padre fusilado en 1936 por un destacamento del Frente Popular de la República en las tapias del cementerio de Vaciamadrid y enterrado en una fosa común junto a otros fusilados. Curiosamente, un tío suyo sería posteriormente fusilado también, pero por la dictadura franquista.

Mariano ha sido un referente social, político y solidario. Un referente de la lucha antifranquista, antifascista y anticapitalista. Como sacerdote ha dejado sus huellas en la Parroquia de Nuestra Señora de la Montaña de Moratalaz de Madrid, donde desde 1963 tuvo su mayor protagonismo.

Muy pegado a los sectores populares, apostó por una Iglesia popular y luchó contra aquella Iglesia jerárquica pivote junto al capitalismo de la dictadura franquista. Fiel a su compromiso popular y lejos del PSOE y PCE de Carrillo, participó, como político, en partidos revolucionarios como la ORT y en la creación de las primeras CCOO. En ese contexto llegó a ser también diputado por IU en la Asamblea de Madrid en los años 90.

Por ello pasó por los tribunales franquistas y fue condenado a tres años de cárcel. Por esa razón, pasó también por la cárcel concordataria de Zamora, creada por la Iglesia y el Estado español, donde pudo conocer y convivir con los curas vascos que también fueron condenados por los tribunales franquistas por haber luchado en defensa de los derechos políticos, sociales y nacionales de nuestro Pueblo.

Como el resto de curas vascos ha participado también, como protagonista, en la elaboración del documental "Apaiz Kartzela", de la mano de la productora vasca Maluta Films, liderada por Ritxi Lizartza. Nuestra última relación directa con él fue precisamente hace menos de un año en San Sebastián de los Reyes de Madrid, en la presentación allí de la citada película que la presidió y en la que intervino entre muchos aplausos...

Mariano reconoce sus diferencias ideológicas con los curas vascos encarcelados de Zamora, pero que no impidieron su buen rollo y camaradería. Así Gamo dice en el libro "Zamorako apaiz kartzela" que... «ni mis diferencias ideológicas ni otras discusiones teóricas rompieron el clima de camaradería y buen rollo que se mantuvo hasta el final... A todos los considero compañeros de fatigas e ilusiones, aunque fueran dispares, pero con el denominador común de la utopía».

En ese contexto es lógico que Gamo apoyara el intento de fuga de la cárcel de Zamora... «Durante la construcción o gesta del túnel, asegura en el mismo libro, me asignaron la tarea de distracción o entretenimiento del funcionario de turno, para neutralizar su vigilancia. Al abandonar la prisión en la noche del 3 de octubre de 1971, albergaba la esperanza de que la fuga se haría realidad pocos días después, en una noche de luna y en un turno de la guardia civil, siempre más puntual que la Policía armada. Al no aparecer ninguna noticia en la prensa viajé al País Vasco, donde me recibió e informó José María Madariaga» (otro cura vasco ya fallecido, de la parroquia de Bakio, que estuvo también preso en Zamora).

Mariano Gamo, pese a sus diferencias ideológicas con el nacionalismo vasco, ha formado parte también de la cadena humana y solidaria con este Pueblo. Además de lo que mis compañeros que pasaron por la cárcel concordataria de Zamora pudieran decir, quien suscribe este artículo puede dar fe de ello por haber sido testigo privilegiado de hechos muy importantes que avalan esa afirmación.

Mariano Gamo, durante el franquismo, puso sus instalaciones parroquiales al servicio de quienes luchaban contra el fascismo, franquismo y capitalismo y vivían en la clandestinidad, pertenecieran a la organización que fueren. Quien suscribe estaba en la clandestinidad en Madrid en los años 1973-1976. Mi relación con Mariano era casi diaria, sobre todo desde que inició su andadura como cura obrero en un hospital público de Madrid.

En un mismo día coincidimos con Mariano en su parroquia de Moratalaz, y por razones distintas pero determinadas por la clandestinidad común, yo mismo y Pedro Ignacio Perea Beotegi, (WILSON), militante de ETA durante los días previos al histórico y relevante atentado contra el almirante y presidente Carrero Blanco, garante de la continuidad del régimen. Nunca supe la razón de la presencia de Wilson en la parroquia de Moratalaz. Si sé, que Mariano Gamo nunca fue partidario de la lucha armada. Pero también sé que, pese a las diferencias ideológicas con unos u otros, Mariano echaba una mano a quienes luchaban desde la clandestinidad.

En 1975 el Gobierno español franquista declaró, una vez más, el estado de excepción en Bizkaia y Gipuzkoa. Algunos como quien suscribe, y tras su exilio y paso por la cárcel de Basauri y convento de los pasionistas de Euba, tuvo que volver a la clandestinidad y me oculté por Madrid. Ante la falta de información de la represión desencadenada en las provincias vascas, decidimos crear un boletín informativo clandestino, "Noticias del País Vasco en estado de excepción".

Aunque el famoso e histórico capitán de la Guardia Civil, «el Capitán Hidalgo», buscaba, para su desmantelamiento y detención de sus creadores, el lugar de impresión del citado boletín por el Duranguesado, lo editábamos en Madrid. Clandestinamente, por supuesto. Mariano Gamo fue también uno de los que en Madrid nos echó una mano para su impresión y difusión no solo en la capital sino por todo Euskal Herria y resto del Estado español.

Finalmente, Madrid fue paso de muchos familiares de presos políticos vascos. Unos que visitaban a los suyos en cárceles de Madrid o cercanas. Otros que tenían que pasar por Madrid para llegar a las cárceles del sur. Unos y otros encontraban también apoyo y refugio en manos de Mariano Gamo y su entorno.

En el Estado Español hubo y hay muchos enemigos de este Pueblo. Es verdad. Tan verdad como que también hay no pocos ejemplos de haber formado parte de una cadena solidaria con nuestro Pueblo reprimido por la dictadura franquista. Como lo fue Mariano Gamo. Independientemente de sus planteamientos ideológicos políticos. Eskerrik asko, Mariano.

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/mariano-gamo-referente-solidar...

Juan Antonio Delgado de la Rosa Doctor en Filosofía, Historia Contemporánea y Derecho. Licenciado en Teología. Es autor de 'Mariano Gamo, testigo de un tiempo. Entre Cristianismo y marxismo y viceversa (Endymion 2012).

Juan Mari Arregi Nació en Durango en el seno de una familia abertzale. A los 12 años ingresó en el seminario de Derio, donde fue muy activo en el movimiento contra el régimen que allí se formó, miembro, entre otros, del movimiento GOGOR. Conoció el exilio, la clandestinidad, la cárcel…Tras la muerte del dictador participó en la fundación del diario Egin y trabajó en él firmando con el nombre de Daniel Udalaitz hasta que fue despedido. La vida de Juan Mari Arregi es un vida vertebrada por el compromiso social y el nacional.

Fuente:
Varias

https://www.sinpermiso.info/textos/mariano-gamo-1931-2023-revolucionario-y-cristiano