Cuando Erik Olin Wright "se convirtió en marxista", en la década de 1970, esta era "la única alternativa" para un académico radical serio.
En la década de 1990 esto ya no era así, el marxismo iba retrocediendo y siendo marginado dentro y fuera del mundo académico. Wright decidió mantenerse. Se dedicó a reconstruir un marxismo sociológico tratándolo no como un conjunto de ideas fijas o como un método idiosincrático, sino como un conjunto distintivo de preguntas y un marco conceptual para responderlas.
El marxismo de Wright es la ciencia social ordinaria, pero guiada por la búsqueda del socialismo.
Su trabajo durante más de cuarenta años se ha centrado en repensar dos partes fundamentales de la tradición marxista: la clase y las estrategias para la transformación social. El nuevo libro de Wright, Understanding Class, eleva su propio enfoque de clase respecto a los del tipo de Thomas Piketty y Guy Standing. Y el libro electrónico Alternatives to Capitalism, que recoge un debate con Robin Hahnel, muestra su reflexión reciente sobre las posibilidades socialistas.
En una reciente visita a Australia, Wright conversó con el editor de Jacobin, Mike Beggs, en una amplia entrevista, en la que discutieron de todo, desde Weber y Marx a los mercados y sus puntos de vista sobre la estrategia de la izquierda.
Empecemos con la pregunta de por qué es importante la clase. David Grusky lo pregunta sin rodeos, con el argumento de que la clase en el sentido macro no es más que una construcción académica. ¿Cuál es su respuesta?
No estoy de acuerdo con la afirmación de que no es una categoría real. Creo que la respuesta a la pregunta: "¿Es una categoría real?" es, "¿Identifica los mecanismos reales que tienen una fuerza causal en la vida de las personas, con independencia de que los propios actores reconozcan dicha fuerza causal o las categorías jurídicas establezcan fronteras en torno a esos mecanismos ?".
...
Usted sugiere que tanto el enfoque marxista como el weberiano de las clases tienen algo que decir sobre la estructura de las posiciones. Pero los enfoques marxista y weberiano a menudo se han enfrentado entre sí.
Hay una cosa interesante que puede hacer cualquiera que no esté familiarizado con Weber: leer el apéndice de su libro de finales de la década de 1890, La sociología agraria de las civilizaciones antiguas. El apéndice contiene un largo ensayo sobre el colapso del Imperio Romano y de por qué la economía esclavista finalmente involucionó y socavó la reproducción de la sociedad romana.
Si doy a leer este ensayo a mis inteligentes estudiantes de doctorado y no saben quién lo escribió y les digo: "denme un diagnóstico de la adscripción teórica de este capítulo," dirán, "es claramente marxista." El punto de vista de Weber sobre las clases tiene un carácter muy marxista.
Weber considera que las clases dentro del capitalismo están principalmente estructuradas sistemáticamente por los derechos de propiedad. Esto es lo que ve como eje central de las relaciones de clase: capitalistas y obreros. Estas dos categorías son el meollo de su análisis de clase.
La diferencia entre Marx y Weber es que Weber considera que los sistemas de dominación y desigualdad antes del capitalismo estaban basados en el status más bien que en la clase, por lo que ve el análisis de clase como algo apropiado sólo para el capitalismo, en lugar de verlo como una forma de entender las amplias variaciones, a través de los distintos períodos históricos, de la estructuración de la dominación y la explotación.
En el análisis dentro del capitalismo también hay algunas diferencias importantes entre Marx y Weber, particularmente en la forma en que Weber ignora el problema de la explotación. Sin embargo, la distinción crucial entre estas tradiciones es que el análisis de clase marxista del capitalismo está anclado en una propuesta muy audaz: que hay una alternativa al capitalismo.
El propósito central del análisis de clase en el marxismo es aclarar las condiciones para la superación del capitalismo y la creación de una alternativa socialista. Si se deja de lado el socialismo como alternativa al capitalismo, no queda casi nada para ser marxista. Todavía habría algunas ideas marxistas que podrían ser útiles; pero el objetivo central del análisis de clase marxista es el anticapitalismo. Desde luego este no es el caso de Weber.
El objetivo del análisis de clase de Weber es entender las variaciones dentro del capitalismo. El análisis de Weber trata de cómo se constituyen las clases en la sociedad capitalista y cómo varios tipos de derechos de propiedad contribuyen a estructurar las relaciones de clase en términos de las oportunidades y estilos de vida que se abren o se bloquean.
Para entender las variedades del capitalismo y cómo las estructuras de clase varían dentro del mismo, las categorías de Weber son bastante flexibles. Tienen un montón de posibilidades de subdivisiones en función de la naturaleza de los contratos de trabajo, la naturaleza de la formación técnica de los trabajadores; todos ellos crean diferentes capacidades de mercado y diferentes tipos de capitalismo o bien validan o socavan dichas capacidades.
Así pues, el análisis de clase marxista nos ayuda a entender los grandes contrastes entre distintas épocas y el desafío al capitalismo desde la posibilidad de una alternativa. El análisis de clase weberiano nos ayuda a comprender las variaciones dentro del capitalismo.
La razón por la que creo que son compatibles es que los marxistas también están interesados en las variaciones dentro del capitalismo y cuando las estudian suenan terriblemente weberianos. Invocan los mismos tipos de problemas: capitalismo organizado contra capitalismo desorganizado, capitalismo con un fuerte movimiento obrero que se preocupa de asegurar los derechos laborales frente a capitalismo con un movimiento obrero desorganizado, y así sucesivamente.
A menudo ha argumentado que el marxismo no debería distinguirse por una metodología especial. ¿Podría desarrollarlo?
No es impensable que los marxistas hayan descubierto una nueva metodología que precisamente ayuda a identificar los mecanismos causales reales de los que nadie más ha hablado. Es posible. Por lo tanto no quiero decir que el marxismo no pueda tener una metodología distintiva. Pero si ha descubierto una nueva metodología, se trataría de una nueva metodología científica que todo el mundo debería adoptar.
No hay razón alguna para que se necesite alguna metodología esotérica peculiar para el análisis de estos problemas, pero entonces tampoco es necesaria para todo lo demás.
Así pues, si "dialéctica" significa algo coherente, si es útil para entender las transformaciones de los sistemas, entonces es útil para entender todo lo relativo a los sistemas. Cuando trato de entender ideas como "dialéctica" o "contradicciones" y trato de precisarlas, no puede ser algo del tipo, "Por cada tesis, hay una antítesis de la que resulta una síntesis."
¿Por qué debería ser así? ¿Por qué hay una ley natural subyacente que dice que dondequiera que haya una tesis tiene que haber una antítesis de la que resulta una síntesis?
- No. Cuando se dan ciertos tipos de procesos causales, éstos pueden originar, por razones que tienen que explicarse, formas de resistencia y oposición. Y de este conflicto sale algún tipo de nuevo resultado. Si eso es un buen argumento, es un argumento sobre mecanismos. Esto no se aclara sirviéndose de una expresión como dialéctica.
Creo que todas las tesis sustantivas del marxismo que tienen credibilidad se puede formular como explicaciones científicas realistas y normales -procesos causales. Hay mecanismos subyacentes que generan efectos y estos mecanismos interactúan.
Los mecanismos no están aislados; no están sellados herméticamente; interactúan. Y esta interacción entre procesos causales genera los fenómenos que observamos en el mundo. La complejidad es que todo esto ocurre en el contexto de la percepción y la acción humana en que la gente observa el mundo mismo y lo interpreta - eso es parte del proceso. Entonces, ¿qué significa "la dialéctica"?
Una formulación sociológica es la llamada « problema de la estructura-acción ». El problema de la estructura-acción no es un problema esotérico oscuro; simplemente significa que los seres humanos nacen en mundos sociales ya existentes que limitan sus acciones.
Eso parece obvio - ¿cómo puede alguien refutarlo? No ha existido jamás un sociólogo que no se de cuenta de que los bebés nacen en mundos en los que existen ya relaciones sociales independientes de él.
Pero las personas crecen y se convierten en agentes conscientes y participan en acciones que generan esas mismas relaciones. Las personas son actores limitados por las relaciones, pero sus acciones afectan a dichas relaciones.
¿No es precisamente eso el problema estructura-acción?
Esto no es nada del otro mundo. Es sociología corriente de sentido común. Pero también es una gran cosa, porque esa es la relación que hace posible el cambio social consciente y deliberado, que es el objetivo de un análisis marxista.
Para citar a Marx, se trata no sólo de interpretar el mundo, sino de cambiarlo. Eso sería una declaración sin sentido si la estrategia fuera imposible. Tiene que haber acción, pero tampoco tendría sentido si la acción no se enfrenta a estructuras que necesitan transformación. La idea de que tenemos que cambiar el mundo significa que hay un mundo a cambiar, independientemente de nuestra voluntad de cambiarlo. Este es el significado del problema de la estructura-acción y creo que es lo que "dialéctica" debe significar - de lo contrario no sé lo que significa.
¿Puede explicar lo que significa para Ud. "marxismo analítico" y si sirve todavía para describir una tendencia existente?
...Absolutamente. Esto es lo que digo – es marxismo clásico que implica la intensificación de la contradicción entre las relaciones y las fuerzas de producción.
La cuestión es la siguiente: la irracionalidad, que se acelera, de un sistema de producción basado en la propiedad privada, cuando los medios de producción ya no pueden monopolizarse. Todo el mundo puede tener sus medios de producción, pero no pueden utilizarlos adecuadamente debido a la monopolización de los recursos naturales por la propiedad privada.
El carácter evidente, en este contexto, de la contradicción entre las fuerzas y las relaciones de producción hace que sea muy fácil argumentar a favor de la necesidad de transformar las relaciones de producción que impiden el uso apropiado de las fuerzas de producción.
Si son tan solo la tierra y los recursos naturales los que son monopolizados de esta manera egoísta y de auto-engrandecimiento,el problema es más sencillo que si se trata de cadenas complejas de bienes y de grandes complejos de producción intensivos en capital.
Estas nuevas fuerzas productivas –si estas anticipaciones son correctas- sentarán las bases de un entorno diferente en la lucha política.
Y también la propiedad intelectual.
También la propiedad intelectual, cierto. Todos estos desarrollos significan, creo, que el capitalismo será mucho más erosionable en el futuro de lo que lo ha sido en el pasado porque será más fácil llenar los espacios con formas de producción alternativas. Pero solamente será más erosionable si también puede ser más domesticable, debido a la necesidad de domesticar la escalada rampante de los derechos de producción intelectual y de los derechos de propiedad sobre el suelo y así sucesivamente.
La crisis medioambiental también puede proporcionar una apertura en este sentido. Claramente, la cuestión de quien regula y controla el acceso a los recursos naturales también va a estar en la agenda en el contexto de los problemas medioambientales globales. Solo para reiterar mi cuestión principal : las utopías reales se convierten en viables cuando abarcan estas dos estrategias, domesticar y erosionar el capitalismo. Por ello es distinto del anticuado socialismo evolutivo de Bernstein. El rol del Estado en este tipo de proyecto transformativo es la defensa y la expansión de espacios en los que las alternativas se construyen desde abajo, más bien que el Estado proveedor, actor central en la provisión de bienes.
Erik Olin Wright miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de sociología en la Universidad de Madison-Wisconsin y un científico social marxista de reputación académica internacional gracias, entre otras cosas, a sus trabajos empíricos sobre las relaciones de clase en el capitalismo contemporáneo (Classes, 1984; Interrogating Inequality, 1995; Class Counts, 1996). Desde 1991 dirige el Real Utopias Project, del que ya han visto la luz cinco volúmenes en la editorial Verso. Actualmente prepara un libro vinculado a este proyecto colectivo y que lleva por título Envisioning Real Utopías. Es posible ver un adelanto de su contenido en el artículo "Los puntos de la brújula: hacia una alternativa socialista" (New Left Review, nº 41) que, como el resto de sus escritos, puede encontrarse en su página web. Su último libro es Alternatives to Capitalism: Proposals for a Democratic Economy. Leer todo en la página original,...
Fuente:
https://www.jacobinmag.com/2015/12/socialism-marxism-democracy-inequality-erik-olin-wright/
Traducción: Anna Maria Garriga Tarré
domingo, 17 de enero de 2016
sábado, 16 de enero de 2016
¿Qué es, qué era, qué debe ser el amor? Guillermo Rendueles Psiquiatra y figura histórica de la izquierda gijonesa. "El capitalismo trata como trastorno de personalidad lo que antes se consideraba lealtad, coherencia u honradez".
...¿Qué es, qué era, qué debe ser el amor?
¿El amor libre de los hippies y los anarquistas, el amor monógamo y eterno de los conservadores o un término medio entre ambas opciones?
Lo que es el amor sano y el insano se ve muy bien en los críos que juegan en el parque. Los que están seguros de que su madre, su padre o su cuidador los quieren juegan tranquilos sin miedo a perderse, mientras que los chavales inseguros están continuamente mirando para atrás a ver si el padre sigue allí, cuando no pegados a él sin jugar ni interaccionar con otros niños. El amor sano es el primero: el amor que te da seguridad. Lo que pasa en la posmodernidad, con ese modelo de mantenerse juntos mientras dure el sentimiento, es que el sentimiento no cambia a la vez en las dos personas, por lo que esa seguridad está siempre en entredicho. Yo he puesto en algún texto el ejemplo de Bertrand Russell, que estaba tan contento con una de sus mujeres hasta que en un paseo en bici se dio cuenta de que ya no sentía lo mismo por ella y, llorando, la abrazó y le dijo que se tenían que separar. Ese emotivismo extremo es la norma en el mundo de hoy.
Una de las teorías psicológicas más en boga es ésa que dice que el amor tiene fecha de caducidad: tres años y medio exactamente. Si te crees esas cosas, acabas autosugestionándote. Yo conozco parejas donde esa cosa ha sido hipertóxica, y que queriéndose mucho se han separado en cuanto se han dicho: «Ya no nos queremos como antes».
Estamos como los críos inseguros, mirando constantemente hacia atrás preguntándonos si le habrá cambiado el sentimiento a éste o a ésta y si nos va a dejar. Eso dificulta mucho la interacción. Igual que los niños no juegan si no tienen la seguridad de que la madre está ahí, en el amor sin una relación de afecto seguro es muy difícil que uno se aventure, a menos que la inseguridad se acabe asumiendo y pase como con otros críos que hay, que como están seguros de que la madre se ha pirado les da igual ocho que ochenta. Ésa es otra de las imágenes de la posmodernidad.
¿Cuál es el amor ideal? Pues un amor que te dé la seguridad de que no se va a romper de un momento a otro; un amor que aunque te pongas malo, aunque te arruines, aunque te despidan, va a seguir ahí, y al mismo tiempo lo suficientemente flexible para que sea sincero, para que no te obligue a simular esa estabilidad y esa serenidad. Y un amor en el que se asuma que el amor significa cosas distintas en cada etapa de la vida. En suma, un proyecto a largo plazo que, como todos los proyectos, pueda fracasar, pero que no esté sometido a una incertidumbre constante.
El mal es una opción voluntaria, no un problema psiquiátrico. Usted escribe bastante últimamente sobre lo que llama la psiquiatrización del mal.
Sí, esa teoría muy en boga de que el mal es algo psicológico, un impulso que puede afectar a cualquiera. Sus defensores suelen aludir a un experimento que hizo en 1961, justo después del juicio a Eichmann, un psicólogo de la Universidad de Yale, Stanley Milgram. En ese experimento, los participantes tenían que apretar un botón que provocaba una descarga eléctrica cada vez que otro participante fallaba una pregunta. Con cada error se incrementaba la intensidad de la descarga, y el experimentador incitaba a quienes debían aplicar las descargas a hacerlo con frases como: «Por favor, continúe», o «No tiene otra opción, debe continuar». Los estudiantes no sabían que las descargas eran falsas: quien las recibía en realidad estaba actuando y no sufría dolor ninguno. El caso es que, a pesar de que quienes recibían las descargas gritaban cada vez más, el 65% de los participantes llegó a infligir el dolor máximo y sólo el 35% paró antes de llegar a ese punto. Lo que no se suele contar es que años después alguien cogió la caja de ese experimento y se puso en contacto con los participantes y les preguntó cómo habían podido llegar a hacer aquel disparate. La inmensa mayoría se había reformado y decía: «Huy, gracias a aquello yo tomé conciencia de cómo era el hombre». Uno se había hecho asistente social, otro objetor de conciencia, etcétera. Eso demuestra que, sí, uno puede tener un momento de obediencia a la autoridad, pero luego eso puede transformarse radicalmente mediante la reflexión. Eso sería el bien: ser reflexivo frente a las propias acciones.
¿Tiene remedio esta sociedad histérica? ¿Es posible la utopía?
Yo no sé si es posible, pero me parece que vale la pena pelear por el cambio. Si no es posible en esta generación, que haya otra que coja el relevo. Yo veo la historia un poco así, como una carrera de relevos en los que cada generación continúe lo que la anterior ha dejado pendiente...
-El mandato capitalista es: "Sé gerente de ti mismo, empréndete a ti mismo" Si estoy en paro, sólo yo tengo que solucionarlo formándome más o buscando trabajo más concienzudamente.
-Y para buscarlo tengo que tener capital humano: idiomas, másteres, cursos…
-Y si eso me vuelve loco, me tomo la pastilla y listo.
-Eso es, sí (risas)...
Fuente: http://mas.asturias24.es/secciones/entrevistas-en-el-toma-3/noticias/el-capitalismo-trata-como-trastorno-de-personalidad-lo-que-antes-se-consideraba-lealtad-coherencia-u-honradez/1451271184
¿El amor libre de los hippies y los anarquistas, el amor monógamo y eterno de los conservadores o un término medio entre ambas opciones?
Lo que es el amor sano y el insano se ve muy bien en los críos que juegan en el parque. Los que están seguros de que su madre, su padre o su cuidador los quieren juegan tranquilos sin miedo a perderse, mientras que los chavales inseguros están continuamente mirando para atrás a ver si el padre sigue allí, cuando no pegados a él sin jugar ni interaccionar con otros niños. El amor sano es el primero: el amor que te da seguridad. Lo que pasa en la posmodernidad, con ese modelo de mantenerse juntos mientras dure el sentimiento, es que el sentimiento no cambia a la vez en las dos personas, por lo que esa seguridad está siempre en entredicho. Yo he puesto en algún texto el ejemplo de Bertrand Russell, que estaba tan contento con una de sus mujeres hasta que en un paseo en bici se dio cuenta de que ya no sentía lo mismo por ella y, llorando, la abrazó y le dijo que se tenían que separar. Ese emotivismo extremo es la norma en el mundo de hoy.
Una de las teorías psicológicas más en boga es ésa que dice que el amor tiene fecha de caducidad: tres años y medio exactamente. Si te crees esas cosas, acabas autosugestionándote. Yo conozco parejas donde esa cosa ha sido hipertóxica, y que queriéndose mucho se han separado en cuanto se han dicho: «Ya no nos queremos como antes».
Estamos como los críos inseguros, mirando constantemente hacia atrás preguntándonos si le habrá cambiado el sentimiento a éste o a ésta y si nos va a dejar. Eso dificulta mucho la interacción. Igual que los niños no juegan si no tienen la seguridad de que la madre está ahí, en el amor sin una relación de afecto seguro es muy difícil que uno se aventure, a menos que la inseguridad se acabe asumiendo y pase como con otros críos que hay, que como están seguros de que la madre se ha pirado les da igual ocho que ochenta. Ésa es otra de las imágenes de la posmodernidad.
¿Cuál es el amor ideal? Pues un amor que te dé la seguridad de que no se va a romper de un momento a otro; un amor que aunque te pongas malo, aunque te arruines, aunque te despidan, va a seguir ahí, y al mismo tiempo lo suficientemente flexible para que sea sincero, para que no te obligue a simular esa estabilidad y esa serenidad. Y un amor en el que se asuma que el amor significa cosas distintas en cada etapa de la vida. En suma, un proyecto a largo plazo que, como todos los proyectos, pueda fracasar, pero que no esté sometido a una incertidumbre constante.
El mal es una opción voluntaria, no un problema psiquiátrico. Usted escribe bastante últimamente sobre lo que llama la psiquiatrización del mal.
Sí, esa teoría muy en boga de que el mal es algo psicológico, un impulso que puede afectar a cualquiera. Sus defensores suelen aludir a un experimento que hizo en 1961, justo después del juicio a Eichmann, un psicólogo de la Universidad de Yale, Stanley Milgram. En ese experimento, los participantes tenían que apretar un botón que provocaba una descarga eléctrica cada vez que otro participante fallaba una pregunta. Con cada error se incrementaba la intensidad de la descarga, y el experimentador incitaba a quienes debían aplicar las descargas a hacerlo con frases como: «Por favor, continúe», o «No tiene otra opción, debe continuar». Los estudiantes no sabían que las descargas eran falsas: quien las recibía en realidad estaba actuando y no sufría dolor ninguno. El caso es que, a pesar de que quienes recibían las descargas gritaban cada vez más, el 65% de los participantes llegó a infligir el dolor máximo y sólo el 35% paró antes de llegar a ese punto. Lo que no se suele contar es que años después alguien cogió la caja de ese experimento y se puso en contacto con los participantes y les preguntó cómo habían podido llegar a hacer aquel disparate. La inmensa mayoría se había reformado y decía: «Huy, gracias a aquello yo tomé conciencia de cómo era el hombre». Uno se había hecho asistente social, otro objetor de conciencia, etcétera. Eso demuestra que, sí, uno puede tener un momento de obediencia a la autoridad, pero luego eso puede transformarse radicalmente mediante la reflexión. Eso sería el bien: ser reflexivo frente a las propias acciones.
¿Tiene remedio esta sociedad histérica? ¿Es posible la utopía?
Yo no sé si es posible, pero me parece que vale la pena pelear por el cambio. Si no es posible en esta generación, que haya otra que coja el relevo. Yo veo la historia un poco así, como una carrera de relevos en los que cada generación continúe lo que la anterior ha dejado pendiente...
-El mandato capitalista es: "Sé gerente de ti mismo, empréndete a ti mismo" Si estoy en paro, sólo yo tengo que solucionarlo formándome más o buscando trabajo más concienzudamente.
-Y para buscarlo tengo que tener capital humano: idiomas, másteres, cursos…
-Y si eso me vuelve loco, me tomo la pastilla y listo.
-Eso es, sí (risas)...
Fuente: http://mas.asturias24.es/secciones/entrevistas-en-el-toma-3/noticias/el-capitalismo-trata-como-trastorno-de-personalidad-lo-que-antes-se-consideraba-lealtad-coherencia-u-honradez/1451271184
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viernes, 15 de enero de 2016
‘Hacienda somos todos’, entre el axioma y el eslogan. La precisión de la abogada del Estado resulta desdichada por dos razones: era innecesaria y transmite la idea de que decenios de pedagogía fiscal han sido una farsa
Extraño resulta este proceso por el caso Nóos. El fiscal actúa en la práctica como un abogado defensor, Hacienda produce informes sin parar para que quede claro que la infanta Cristina no ha cometido delito y la Abogacía del Estado se comporta como eficiente auxiliar de la defensa. Nadie entiende que la Unidad de Delitos contra la Hacienda Pública escriba otro informe para argüir que Cristina de Borbón no cometió delito fiscal, porque tal escrito repite los argumentos expuestos durante todo el proceso. El ministerio podía haberse ahorrado el papel y las horas de trabajo de la funcionaria (Caridad Gómez Mourelo). Y menos todavía se entiende que, en el curso de su encendida exposición exculpatoria, la abogada del Estado, Dolores Ripoll, asombrara a los presentes explicando que la frase Hacienda somos todos “es de ámbito publicitario y no aplicable a derecho”. Solo le faltó añadir “y los Reyes son los padres”, pero Cayetana Álvarez de Toledo no se lo hubiera perdonado.
No es que no se entienda lo que quería decir la señora Ripoll. Pretendía trasladar a la sala con la contundencia debida (o la requerida por sus superiores) que los delitos o infracciones fiscales del caso solo afectan a la Hacienda pública; no perjudican al conjunto de los ciudadanos. Por tanto, si el perjudicado único (Hacienda) no reclama, pues se aplica la doctrina Botín y asunto resuelto. Pero el caso es que, primero, es discutible que en este caso solo haya un damnificado (Hacienda); existe una obligación o principio de redistribución justa de las cargas tributarias (artículo 31 de la Constitución). Un delito o infracción fiscal lesiona los intereses de todos los ciudadanos; y, en virtud de ese daño social, Hacienda debería haberse presentado contra los autores de los presuntos delitos en el caso Nóos.
Segundo, la Abogacía del Estado podría haber recurrido sencillamente al “no hay delito; no acusamos a la Infanta”, más corto e igual de dudoso, aunque menos conflictivo. Pero la abogada se empeñó no solo en negar, sino en “defender a la defensa” de Cristina de Borbón y cayó en el despropósito. Cuando la señora Ripoll dice que el venerable (nació en 1977) eslogan Hacienda somos todos es mera publicidad y no es aplicable a derecho, ¿se refiere a la frase en sí o a los principios constitucionales en que está basada, que obligan a todos los españoles a contribuir a las cargas del Estado? Aunque el primero no sea aplicable, los segundos sí lo son. Y, por tanto, como queda dicho, no es solo Hacienda quien tiene que contabilizar su daño. La precisión de la señora Ripoll resulta desdichada por dos razones: era innecesaria y transmite a los ciudadanos la idea de que decenios de pedagogía fiscal han sido una farsa.
Y una farsa es lo que están representando algunas instituciones públicas en este caso. Hacienda va en cabeza de las extravagancias, porque, igual que sucedió con los pagos en negro del PP, ha invertido totalmente sus prácticas inquisitorias; si con los contribuyentes en general solo cree lo que está documentado y sellado en papel timbrado, en lo que se refiere a Nóos acepta cualquier cosa que se diga en defensa de Cristina de Borbón.
http://elpais.com/elpais/2016/01/12/opinion/1452625537_540670.html
No es que no se entienda lo que quería decir la señora Ripoll. Pretendía trasladar a la sala con la contundencia debida (o la requerida por sus superiores) que los delitos o infracciones fiscales del caso solo afectan a la Hacienda pública; no perjudican al conjunto de los ciudadanos. Por tanto, si el perjudicado único (Hacienda) no reclama, pues se aplica la doctrina Botín y asunto resuelto. Pero el caso es que, primero, es discutible que en este caso solo haya un damnificado (Hacienda); existe una obligación o principio de redistribución justa de las cargas tributarias (artículo 31 de la Constitución). Un delito o infracción fiscal lesiona los intereses de todos los ciudadanos; y, en virtud de ese daño social, Hacienda debería haberse presentado contra los autores de los presuntos delitos en el caso Nóos.
Segundo, la Abogacía del Estado podría haber recurrido sencillamente al “no hay delito; no acusamos a la Infanta”, más corto e igual de dudoso, aunque menos conflictivo. Pero la abogada se empeñó no solo en negar, sino en “defender a la defensa” de Cristina de Borbón y cayó en el despropósito. Cuando la señora Ripoll dice que el venerable (nació en 1977) eslogan Hacienda somos todos es mera publicidad y no es aplicable a derecho, ¿se refiere a la frase en sí o a los principios constitucionales en que está basada, que obligan a todos los españoles a contribuir a las cargas del Estado? Aunque el primero no sea aplicable, los segundos sí lo son. Y, por tanto, como queda dicho, no es solo Hacienda quien tiene que contabilizar su daño. La precisión de la señora Ripoll resulta desdichada por dos razones: era innecesaria y transmite a los ciudadanos la idea de que decenios de pedagogía fiscal han sido una farsa.
Y una farsa es lo que están representando algunas instituciones públicas en este caso. Hacienda va en cabeza de las extravagancias, porque, igual que sucedió con los pagos en negro del PP, ha invertido totalmente sus prácticas inquisitorias; si con los contribuyentes en general solo cree lo que está documentado y sellado en papel timbrado, en lo que se refiere a Nóos acepta cualquier cosa que se diga en defensa de Cristina de Borbón.
http://elpais.com/elpais/2016/01/12/opinion/1452625537_540670.html
jueves, 14 de enero de 2016
La furia del hombre paciente. El enfado de Susana Díaz y de otros barones estalló en el Comité Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro Sánchez del partido, del Gobierno, de la oposición y de donde haga falta
La estructura del PSOE parece decidida a acudir a unas nuevas elecciones y con un nuevo candidato/a a presidente del Gobierno. Un sector andaluz pretende incluso que se retrase todo lo posible la investidura de Mariano Rajoy para ganar tiempo y poder celebrar antes el congreso de partido. La recién elegida nueva secretaria general daría su apoyo condicionado a Rajoy durante dos años. El actual secretario general y reciente candidato, Pedro Sánchez, intenta evitar los dos escenarios por todos los medios, pero cuenta con pocas fuerzas, entre ellas unos diputados que ven con asombro que pueden tomar posesión del acta y verse sin escaño y expulsados de las listas dos meses después.
Es todo tan extraño que la situación solo encuentra explicación en rencores y desafíos. Para quienes siguieron con interés al PSOE durante décadas, solo cabe recurrir a libros de historia que expliquen anteriores periodos de confusión. Para quienes le votaron el 20-D, probablemente solo quepa enojo y rabia. Como afirma Patxi López “el PSOE está dando un espectáculo lamentable”.
El relato socialista comienza, dicen algunos, hace año y medio, cuando Susana Díaz y un grupo de barones apoyó a Pedro Sánchez como secretario general del partido, con la condición de que no se considerara candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones que tendría que convocar Mariano Rajoy en poco más de un año. Según ese relato, Sánchez ignoró ese acuerdo y en solo mes y medio tomó la iniciativa y anunció que se presentaba a la nominación como candidato presidencial socialista. A partir de ahí, el enfrentamiento fue total.
El relativo mal resultado electoral del PSOE pareció dar nuevos argumentos a los detractores de Sánchez, dispuestos en el mejor de los casos a dejarle como jefe de la oposición (dado que ninguno de los barones, empezando por Susana Díaz, es diputado en Cortes) mientras se organizaba la elección de un nuevo candidato y se provocaban nuevas elecciones. Una vez más, Pedro Sánchez tomó la iniciativa: no aceptaría ser jefe de la oposición absteniéndose frente a un Gobierno Rajoy e intentaría negociar con Podemos para alcanzar, él mismo, la presidencia del Gobierno. Si lo lograba, tendría garantizada su supervivencia política y la dirección del PSOE.
El enfado de Susana Díaz y de otros barones estalló en el comité Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro Sánchez del partido, del Gobierno, de la oposición y de donde haga falta. Algunos barones han enfriado su posición, a la vista de la furia y del encono personal con el que Díaz plantea ese relevo, pero aun así son bastantes los que trabajan en esa dirección. Para este sector del PSOE, lo primero es barrer a Sánchez y a su equipo, nombrar a otro secretario general, a otro/a candidato a presidente de Gobierno, ahora o dentro de un tiempo, y a otros diputados que integren el futuro grupo parlamentario. Y a partir de ahí, ya se verá.
Seguramente es cierto que todo lo que ocurre en el PSOE viene de lejos, de un deterioro largo y acentuado. Seguramente, nada de esto se explica sin conocer los resultados de Podemos y sin saber que el partido de Pablo Iglesias, que ayudó a investir a los presidentes socialistas de Asturias y de Extremadura, acaba de echar por tierra sus presupuestos autonómicos y que plantea negociaciones inflexibles, como son siempre las que se desarrollan entre grupos próximos ideológicamente. Nada de eso evita, sin embargo, el asombro por el feroz enfrentamiento interno y por la pérdida del sentido de la realidad de unos dirigentes que creen que, de un mes para otro, pueden cambiar de propuestas. En lugar de revolcarse en su furia, podrían recordar el dicho del poeta latino “Cuídate tú de la furia del hombre paciente” (el elector)
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ
http://elpais.com/elpais/2015/12/30/opinion/1451500807_622757.html
Es todo tan extraño que la situación solo encuentra explicación en rencores y desafíos. Para quienes siguieron con interés al PSOE durante décadas, solo cabe recurrir a libros de historia que expliquen anteriores periodos de confusión. Para quienes le votaron el 20-D, probablemente solo quepa enojo y rabia. Como afirma Patxi López “el PSOE está dando un espectáculo lamentable”.
El relato socialista comienza, dicen algunos, hace año y medio, cuando Susana Díaz y un grupo de barones apoyó a Pedro Sánchez como secretario general del partido, con la condición de que no se considerara candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones que tendría que convocar Mariano Rajoy en poco más de un año. Según ese relato, Sánchez ignoró ese acuerdo y en solo mes y medio tomó la iniciativa y anunció que se presentaba a la nominación como candidato presidencial socialista. A partir de ahí, el enfrentamiento fue total.
El relativo mal resultado electoral del PSOE pareció dar nuevos argumentos a los detractores de Sánchez, dispuestos en el mejor de los casos a dejarle como jefe de la oposición (dado que ninguno de los barones, empezando por Susana Díaz, es diputado en Cortes) mientras se organizaba la elección de un nuevo candidato y se provocaban nuevas elecciones. Una vez más, Pedro Sánchez tomó la iniciativa: no aceptaría ser jefe de la oposición absteniéndose frente a un Gobierno Rajoy e intentaría negociar con Podemos para alcanzar, él mismo, la presidencia del Gobierno. Si lo lograba, tendría garantizada su supervivencia política y la dirección del PSOE.
El enfado de Susana Díaz y de otros barones estalló en el comité Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro Sánchez del partido, del Gobierno, de la oposición y de donde haga falta. Algunos barones han enfriado su posición, a la vista de la furia y del encono personal con el que Díaz plantea ese relevo, pero aun así son bastantes los que trabajan en esa dirección. Para este sector del PSOE, lo primero es barrer a Sánchez y a su equipo, nombrar a otro secretario general, a otro/a candidato a presidente de Gobierno, ahora o dentro de un tiempo, y a otros diputados que integren el futuro grupo parlamentario. Y a partir de ahí, ya se verá.
Seguramente es cierto que todo lo que ocurre en el PSOE viene de lejos, de un deterioro largo y acentuado. Seguramente, nada de esto se explica sin conocer los resultados de Podemos y sin saber que el partido de Pablo Iglesias, que ayudó a investir a los presidentes socialistas de Asturias y de Extremadura, acaba de echar por tierra sus presupuestos autonómicos y que plantea negociaciones inflexibles, como son siempre las que se desarrollan entre grupos próximos ideológicamente. Nada de eso evita, sin embargo, el asombro por el feroz enfrentamiento interno y por la pérdida del sentido de la realidad de unos dirigentes que creen que, de un mes para otro, pueden cambiar de propuestas. En lugar de revolcarse en su furia, podrían recordar el dicho del poeta latino “Cuídate tú de la furia del hombre paciente” (el elector)
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ
http://elpais.com/elpais/2015/12/30/opinion/1451500807_622757.html
miércoles, 13 de enero de 2016
El coco
“Los hombres nacen bajo el yugo, y, criados y educados después en la servidumbre, sin mirar más allá, se acomodan a vivir tal y como han nacido; sin pensar disponer de otro bien ni de otro derecho que aquellos que han encontrado, aceptan la situación en que han nacido como condición natural.”
Étienne de La Boétie, Sobre la servidumbre voluntaria, 1548.
Algunos de los cientos de miles de españoles que vivimos en el extranjero hemos vuelto a casa para votar en las elecciones y el horizonte que hemos encontrado en provincias es desolador. Los partidos de siempre, los del “si usted lo dice… señorito” de Delibes, han arrasado en regiones asoladas por el paro, la pobreza y la emigración, como si todo lo que nos pasase fuera un castigo a nuestra particularidad endémica. Ninguna estadística ni encuesta señala una buena situación económica, social o política, ningún ciudadano siente que su territorio prospera. En los pueblos pequeños doblan a diario las campanas y las calles principales de las capitales extremeñas están plagadas de “Se traspasa”, con miles de jóvenes preparándose oposiciones que no se convocarán con el mismo ímpetu que antes se rezaba a San Antonio. Vivimos en una constante decadencia soportada sólo por la expectativa de un milagro, en forma de lotería o de oposición, un cruce del destino que nos garantice la supervivencia en la mediocridad cotidiana. Sin embargo, elección tras elección, elegimos a los mismos gobernantes, a nuestros “señoritos”, movidos por un secreto afán sociológico de perpetuar en el poder al cacique sin valorar su gestión.
Desde fuera las cosas se ven bastante claras: gobiernos corruptos e inmorales sin ningún aprecio por el estado ni por la ciudadanía llevan años repartiéndose cargos y prebendas. Estos partidos-mafia, aplaudidos y refrendados electoralmente cada cuatro años por una ciudadanía complaciente: “lo que usted diga, señorito…”, han puesto a su servicio todo el poder de las instituciones para vender y arruinar el país en nombre de un nacionalismo mal entendido, resignificado en la órbita de las narrativas hasta el punto de identificar la patria con intereses privados. A partir de complejos sistemas imaginarios proyectados por los medios de comunicación –que subsisten a veces por la “generosidad” de partido o por el interés de grupos de poder en el control de la opinión-, han inoculado el mensaje de la no alternativa o de la seriedad de estado frente a la inexperiencia o el peligro.
Cánovas arriba y Cánovas abajo, no hay conversación en la que se haya justificado el voto a PPSOE a partir de la gestión, sino que la sombra de Podemos ha actuado como agente movilizador. Estos días he escuchado barbaridades que no superan la condición de falacia, pero por su fortaleza ejemplarizante construyen modelos dicotómicos. Dos señores decían que por la ley electoral Podemos había tenido más diputados de los que le correspondían, que lo “habían oído”; otros, que Podemos iba a expropiarnos las casas; en la pescadería unas señoras hablaban que el “coletas” iba a quitar las pensiones; y unos jóvenes “habían leído” que unas mujeres de Podemos habían profanado una iglesia y habían introducido en su vagina Formas Consagradas. Como sabrán, todas estas informaciones son falsas, pero atemorizan más si cabe a una sociedad precarizada. Que tenga que aclarar el alcalde de Valencia que no va a prohibir la paella desmintiendo una noticia dice mucho de nuestra cultura política y nutre las memorias del cine nacional, de Berlanga a Cuerda. La lectura codifica los mensajes políticos en la prensa y de esta forma defender el referéndum en Cataluña equivale a pedir su independencia; cobrar el IBI a la Iglesia se transforma con el teléfono “escacharrao” en la quema de conventos y la violación de monjas, “que lo he oído o lo he escuchado, señorito…”; subir impuestos a las grandes fortunas se convierte en quitar las pensiones y expropiar casas; y así hasta un sinfín de disparates que culminan en el aquelarre de podemitas desnudas y hombres con coleta copulando con el diablo las noches de luna llena. Un jefe de mesa me comentó asombrado: “pues estuve con una de interventora de Podemos y era maja y pacífica, una cosa muy extraña…” Si alguno de los “¿está bien, señorito?” se hubiera preocupado al menos de informarse comprobaría atónito que Podemos lo conforman principalmente personas de mediana edad, médicos, profesores y funcionarios, con presencia también importante de jóvenes de alta cualificación académica, ciudadanos con experiencia en asociaciones sociales e incluso cristianos de base. Pero no importa, porque la maquinaría mediática ha funcionado y más en provincias que languidecen a la espera.
No he vivido la guerra civil, pero estos días he comprendido aquel lamento de Max Aub en Campo de los Almendros. Y ahora sé que estos optimistas –no sólo de Podemos-, buscadores del bien común, desinteresados y justos, “son lo mejor de España”, los únicos que de verdad se han alzado sin fuerzas contra una economía que mata, insolidaria y esclavista, y contra una clase política que del poder ha hecho opresión y de la responsabilidad, corrupción. “Por la sola justicia, cada uno a su modo, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero”, lo han intentado con dignidad. Éstos, “no lo olvides”, imperfectos y contradictorios, son “lo mejor de España.” Una España maltrecha y decente que volverá por mera inercia generacional, aunque seamos en provincias los últimos en verla aparecer.
César Rina in Artículo
Étienne de La Boétie, Sobre la servidumbre voluntaria, 1548.
Algunos de los cientos de miles de españoles que vivimos en el extranjero hemos vuelto a casa para votar en las elecciones y el horizonte que hemos encontrado en provincias es desolador. Los partidos de siempre, los del “si usted lo dice… señorito” de Delibes, han arrasado en regiones asoladas por el paro, la pobreza y la emigración, como si todo lo que nos pasase fuera un castigo a nuestra particularidad endémica. Ninguna estadística ni encuesta señala una buena situación económica, social o política, ningún ciudadano siente que su territorio prospera. En los pueblos pequeños doblan a diario las campanas y las calles principales de las capitales extremeñas están plagadas de “Se traspasa”, con miles de jóvenes preparándose oposiciones que no se convocarán con el mismo ímpetu que antes se rezaba a San Antonio. Vivimos en una constante decadencia soportada sólo por la expectativa de un milagro, en forma de lotería o de oposición, un cruce del destino que nos garantice la supervivencia en la mediocridad cotidiana. Sin embargo, elección tras elección, elegimos a los mismos gobernantes, a nuestros “señoritos”, movidos por un secreto afán sociológico de perpetuar en el poder al cacique sin valorar su gestión.
Desde fuera las cosas se ven bastante claras: gobiernos corruptos e inmorales sin ningún aprecio por el estado ni por la ciudadanía llevan años repartiéndose cargos y prebendas. Estos partidos-mafia, aplaudidos y refrendados electoralmente cada cuatro años por una ciudadanía complaciente: “lo que usted diga, señorito…”, han puesto a su servicio todo el poder de las instituciones para vender y arruinar el país en nombre de un nacionalismo mal entendido, resignificado en la órbita de las narrativas hasta el punto de identificar la patria con intereses privados. A partir de complejos sistemas imaginarios proyectados por los medios de comunicación –que subsisten a veces por la “generosidad” de partido o por el interés de grupos de poder en el control de la opinión-, han inoculado el mensaje de la no alternativa o de la seriedad de estado frente a la inexperiencia o el peligro.
Cánovas arriba y Cánovas abajo, no hay conversación en la que se haya justificado el voto a PPSOE a partir de la gestión, sino que la sombra de Podemos ha actuado como agente movilizador. Estos días he escuchado barbaridades que no superan la condición de falacia, pero por su fortaleza ejemplarizante construyen modelos dicotómicos. Dos señores decían que por la ley electoral Podemos había tenido más diputados de los que le correspondían, que lo “habían oído”; otros, que Podemos iba a expropiarnos las casas; en la pescadería unas señoras hablaban que el “coletas” iba a quitar las pensiones; y unos jóvenes “habían leído” que unas mujeres de Podemos habían profanado una iglesia y habían introducido en su vagina Formas Consagradas. Como sabrán, todas estas informaciones son falsas, pero atemorizan más si cabe a una sociedad precarizada. Que tenga que aclarar el alcalde de Valencia que no va a prohibir la paella desmintiendo una noticia dice mucho de nuestra cultura política y nutre las memorias del cine nacional, de Berlanga a Cuerda. La lectura codifica los mensajes políticos en la prensa y de esta forma defender el referéndum en Cataluña equivale a pedir su independencia; cobrar el IBI a la Iglesia se transforma con el teléfono “escacharrao” en la quema de conventos y la violación de monjas, “que lo he oído o lo he escuchado, señorito…”; subir impuestos a las grandes fortunas se convierte en quitar las pensiones y expropiar casas; y así hasta un sinfín de disparates que culminan en el aquelarre de podemitas desnudas y hombres con coleta copulando con el diablo las noches de luna llena. Un jefe de mesa me comentó asombrado: “pues estuve con una de interventora de Podemos y era maja y pacífica, una cosa muy extraña…” Si alguno de los “¿está bien, señorito?” se hubiera preocupado al menos de informarse comprobaría atónito que Podemos lo conforman principalmente personas de mediana edad, médicos, profesores y funcionarios, con presencia también importante de jóvenes de alta cualificación académica, ciudadanos con experiencia en asociaciones sociales e incluso cristianos de base. Pero no importa, porque la maquinaría mediática ha funcionado y más en provincias que languidecen a la espera.
No he vivido la guerra civil, pero estos días he comprendido aquel lamento de Max Aub en Campo de los Almendros. Y ahora sé que estos optimistas –no sólo de Podemos-, buscadores del bien común, desinteresados y justos, “son lo mejor de España”, los únicos que de verdad se han alzado sin fuerzas contra una economía que mata, insolidaria y esclavista, y contra una clase política que del poder ha hecho opresión y de la responsabilidad, corrupción. “Por la sola justicia, cada uno a su modo, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero”, lo han intentado con dignidad. Éstos, “no lo olvides”, imperfectos y contradictorios, son “lo mejor de España.” Una España maltrecha y decente que volverá por mera inercia generacional, aunque seamos en provincias los últimos en verla aparecer.
César Rina in Artículo
martes, 12 de enero de 2016
El año en cinco escándalos empresariales
La Marea
“La misión del Grupo OHL se ha basado siempre en un absoluto compromiso con la ética, la integridad y el respeto a los derechos humanos”, afirma Juan Miguel Villar-Mir , presidente de la constructora, en el código ético de la empresa. Agbar, siguiendo una línea similar, plantea “el cumplimiento de las leyes y normativas, la integridad, la lealtad y la honradez” como los ejes fundamentales que guían su comportamiento, del mismo modo que Iberdrola sitúa la ética en el centro de su estrategia de negocio. Pero todos estos “principios éticos”, a pesar de que están recogidos en los códigos de “responsabilidad social” de las grandes empresas españolas, entran en contradicción con las prácticas cotidianas de estas mismas compañías. Así lo demuestra la sucesión de casos de fraude, evasión fiscal, formación de cárteles y manipulación de precios que hemos ido conociendo durante este año que ahora termina.
Iberdrola: La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso en diciembre de 2015 una sanción de 25 millones de euros a Iberdrola por una “conducta muy grave”. Y es que dos años antes, según la CNMC, Iberdrola, “consciente de la existencia de un escenario de elevada demanda al que corresponde el mes de diciembre, decide retirar una capacidad de producción para provocar un incremento adicional en el precio del mercado”. ¿El resultado? Una subida en los precios de la electricidad que repercutió en ganancias para la compañía (21,5 millones de euros) y en un gasto de 105 millones de euros para los consumidores y consumidoras. Esta manipulación de los precios fue realizada la semana anterior y la posterior al llamado “tarifazo”, que se produjo cuando las subastas de electricidad establecieron un aumento del 11% en la tarifa eléctrica para 2014. Eso sí, el escándalo que generó esta escalada de precios en plena crisis económica, con cada vez más población sumida en la pobreza energética, hizo que el gobierno español finalmente anulara la subasta en la que se disparó la tarifa y fijase un incremento del 2,3%.
Y no ha sido el único caso en que la CNMC ha multado a grandes corporaciones por conformar cárteles para repartirse el mercado y pactar precios: las constructoras ACS, FCC, Ferrovial y Sacyr en el caso de la gestión de residuos urbanos; las petroleras Repsol, Cepsa, Galp, Disa y Meroil con el pacto de los precios de los carburantes; las grandes compañías de la alimentación Danone, Nestlé, Puleva, Pascual y Central Lechera Asturiana que impedían a los ganaderos establecer libremente el precio de su producto.
Aguas de Barcelona (Agbar): En el mes de septiembre se conoció públicamente la “Operación Petrum”, una investigación de la Fiscalía Anticorrupción sobre varias constructoras y empresas de servicios que pagaron comisiones ilegales del 3% a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) supuestamente a cambio de millonarios contratos de la Generalitat y de Ayuntamientos de CDC. Las comisiones se hacían efectivas a través de donaciones a las fundaciones del partido, CatDem y Barcelona Forum, y la compañía que más dinero aportó fue el Grupo Agbar, que “donó” 1,6 millones de euros entre 2008 y 2013. También estaban presentes en la lista de “donantes” grandes constructoras como ACS y FCC.
La obtención de contratos millonarios, para ampliar el control de la gestión del agua en Cataluña, fue el objetivo perseguido a través de estas comisiones ilegales. No hay que olvidar que el 84% de la población catalana tiene el servicio de agua privatizada y su administración está mayoritariamente en manos de Agbar. Y este no es, por cierto, el único caso donde la compañía –ahora propiedad de la transnacional francesa Suez– está siendo sometida a investigación judicial: Aquagest, una de las filiales de Agbar, también ha sido incluida en la “Operación Pokemon”. Y es que parece ser que, en 2009, la compañía había pagado viajes de placer al entonces alcalde de Oviedo y a su concejal de Hacienda para devolver un importante aval económico que el Ayuntamiento había hecho a la empresa.
OHL: En mayo, los medios de comunicación mexicanos hicieron públicas las grabaciones con las que se demostraba que directivos de OHL en México habrían pagado sobornos a las autoridades mexicanas. En ellas, uno de los principales directivos de la empresa reconocía que estaban “metiendo más goles de los normales” en las obras del Viaducto. A cambio de estos “goles”, se llevaban a cabo sobornos mediante pagos de vacaciones en hoteles de lujo para el secretario de Transporte y el secretario de Comunicación del Gobierno del Estado de México. ¿El objetivo? Modificar el coste que en un principio iban a tener las obras de construcción de un tramo del Viaducto Bicentenario, adjudicado a la empresa en el año 2010: el coste inicial de la obra, situada en el noroeste de México D.F., era de 231 millones de euros; al cabo de cinco años, sin embargo, se había gastado unos 580 millones, más del doble del presupuesto original.
En realidad, los elevados sobrecostes en obras de infraestructura forman parte del “business as usual” de las grandes constructoras españolas. Sin ir más lejos, este año se conoció que la construcción del AVE a la Meca, efectuada por un consorcio del que forman parte OHL y ACS, tendrá que asumir un 60% de sobrecoste. Igualmente, Sacyr exigió el año pasado a las autoridades panameñas un 50% más del presupuesto inicial para finalizar la ampliación del Canal de Panamá.
Volkswagen: Después de más de un año y medio de investigación, los organismos reguladores estadounidenses hicieron público en septiembre el fraude cometido por Volkswagen. La compañía de automóviles manipuló los motores de 11 millones de automóviles para ocultar sus excesivas emisiones de óxido de nitrógeno, ya que emitían en carretera un 40% más de lo que se medía en los controles. Y a ello hay que sumarle otra irregularidad más: la propia compañía detectó en controles internos que 800.000 vehículos emitían más dióxido de carbono de lo indicado.
El que ha sido el mayor escándalo empresarial de 2015 no puede decirse que haya pillado por sorpresa a buena parte de las organizaciones ecologistas, que llevan tiempo señalando la ausencia de controles efectivos de las emisiones del sector automovilístico, especialmente en la Unión Europea. A raíz de este caso, sin embargo, la UE aprobó un sistema de medición de las emisiones en condiciones reales de conducción aunque, de nuevo, se otorga un trato de favor a la industria del automóvil permitiendo en una primera fase emitir el doble de óxidos de nitrógeno que el nivel legal vigente. Y es que esta industria es uno de los lobbies más poderosos de Bruselas para influir en el bloqueo de leyes que pretendan regular las emisiones de los coches: Volkswagen fue la compañía automovilística que más invirtió en actividades de lobby el año pasado.
HSBC: El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), junto al diario francés Le Monde, destapó en febrero cómo la filial suiza del mayor banco de Europa estaba involucrada en una trama de evasión fiscal, que incluía también el blanqueo de dinero procedente de actividades ilícitas. Fue el caso conocido como “Swiss Leaks”, que se basó en la lista elaborada por un antiguo trabajador del HSBC, Hervé Falciani, con los nombres de numerosos evasores fiscales. La llamada “Lista Falciani” contenía archivos secretos de la compañía con información (hasta 2007) de las cuentas bancarias correspondientes a 100.000 personas físicas y jurídicas procedentes de 200 países. En total, las cuentas tenían un valor de 100.000 millones de dólares y sus titulares eran políticos, monarcas, traficantes de diamantes y de armas, actores, directivos de grandes transnacionales, etc. Tras la fuerte repercusión mediática del caso, la Fiscalía de Ginebra inició actuaciones contra la filial suiza del HSBC por un posible blanqueo de capitales.
Entre las personas que utilizaban el entramado de cuentas en paraísos fiscales estaban millonarios como Emilio Botín y Alicia Koplowitz. La familia Botín tenía en sus cuentas suizas 2.000 millones de euros y utilizaba un entramado de sociedades opacas en Panamá y las Islas Vírgenes. En el caso de Alicia Koplowitz, la empresaria invirtió 20 millones de euros en fondos no regulados de la filial suiza del HSBC que operaban a través de una red de paraísos fiscales.
Erika González es investigadora del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.
Fuente: http://www.lamarea.com/2016/01/01/el-ano-en-cinco-escandalos-empresariales/
lunes, 11 de enero de 2016
Nueve cosas que se deben saber sobre los “refugiados” cubanos en América Central
En los últimos días 8.000 cubanos se han quedado bloqueados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. Estos cubanos tratan de entrar en Estados Unidos a través de ambos países. Son el juguete de una política cínica, incluso criminal. Es lo que nos desvela Marc Vandepitte
*1. Que los más pobres emigren a las zonas más ricas es lo más normal del mundo. En Puerto Rico, muy cerca de Cuba, más del 40 % de la población total se ha ido y se ha ido a Estados Unidos. Cada año un cuarto de millón de centroamericanos atraviesan ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos (1). Después de la crisis financiera de 2008 abandonaron su país dieciséis veces más irlandeses que cubanos (2). Cuba, el país que ha conocido el bloqueo más largo de la historia mundial, no es una excepción a este respecto.
*2. Para los cubanos existe una razón añadida. Gracias al alto nivel de la enseñanza, el cubano medio supera desde el punto de vista escolar claramente a la gran mayoría de los latinos, que a menudo son analfabetos. A modo de comparación: en Cuba hay dos veces más estudiantes superiores que en Bélgica (con población equivalente). Por consiguiente, los migrantes cubanos son económicamente interesantes y, por lo tanto, tiene mejores perspectivas que sus colegas del resto del continente. A menos de 200 kilómetros de su casa los cubanos pueden ganar diez veces más. Supongamos que ese fuera el caso de médicos, enfermeros, ingenieros, profesores belgas … Veríamos vaciarse los hospitales, las empresas y las escuelas. Ya ahora tenemos que emplear en nuestras clínicas a mano de obra médica de Rumanía y de Líbano (3).
*3. La migración de Cuba hacia Estados Unidos se hace en el contexto de una política cínica de Washington. Los cubanos son los únicos ciudadanos del mundo que reciben automáticamente un permiso de residencia y asistencia en Estados Unidos. Los demás latinos detenidos en la frontera son deportados. Los cubanos, por su parte, son recibidos con los brazos abiertos y reciben un permiso de trabajo. Esta política migratoria de lo más cínica fue instaurada por Washington después de la victoria de la revolución en 1959 para acoger a los criminales de guerra y a los funcionarios corruptos del régimen anterior, pero también para favorecer la fuga de cerebros de Cuba (4). La ley estadounidense Cuban Adjustment Act* sigue en vigor actualmente, a pesar de la supuesta normalización entre ambos países. Cuando los deportistas de alto nivel, universitarios o músicos célebres de Cuba están en el extranjero se les proponen contratos muy ventajosos para que abandonen su país.
*4. Los médicos cubanos son sobre todo el objetivo de Estados Unidos. Más de 30.000 médicos cubanos trabajan en 66 países diferentes en el marco de programas internacionalistas. La Casa Blanca hace cuanto puede para atraer a la mayor cantidad posible de estos médicos a Estados Unidos. Es lo que hace desde 2006 con su “Parole Program” lanzado por Bush y mantenido por Obama. (5)
*5. Curiosamente, esta invitación estadounidense se acompaña de la negativa a conceder un visado. Desde 1984 existe un acuerdo entre ambos países por el que Washington promete conceder 20.000 visados al año (sobre todo en el marco de la reunificación familiar) y La Habana se compromete a no autorizar las “huidas en barco”. Pero en la práctica cada año solo se conceden 3.500 visados. En otras palabras, se seduce a los cubanos con un trato diferente pero, al mismo tiempo, se les corta la vía legal. Estos 3.500 visados se distribuyen por medio de un sorteo, (6) sin ironía. El azar y no la motivación humana es lo que determina si un cubano puede reunirse con su familia …
*6. Por una parte, Estados Unidos trata de atraer a los cubanos, por otra les impide llegar ahí por la vía legal. Este tipo de política fomenta la migración ilegal y el tráfico de seres humanos. Esta política criminal también incita a los delincuentes cubanos a cometer actos temerarios y criminales para abandonar la isla (7). A su llegada a Florida los piratas del aire y del agua pueden contar con la impunidad y a veces son acogidos como héroes (8).
*7. El año pasado se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. A finales de noviembre habían tenido lugar unas negociaciones entre ambos países para discutir unos acuerdos sobre migración (9). Los cubanos que quieren abandonar la isla temen que en un futuro cercano desaparezca el trato preferencial hacia los cubanos. Por ello varios miles de cubanos se precipitaron a querer entrar en Estados Unidos. Pero Nicaragua decidió no concederles más visados de tránsito. Esa es la razón por la que varios miles de cubanos esperan en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua (10).
*8. Desde hace varios años los cubanos pueden viajar libremente a Estados Unidos, pero no a la inversa. Los habitantes de la «land of the free» [tierra de las personas libres] corren peligro de recibir una multa de 25.000 dólares si visitan Cuba.
*9. Cada año miles de emigrantes cubanos vuelven definitivamente a su patria. Decenas de miles querrían hacer lo mismo (11). El sueño americano, sobre todo después de la crisis de 2008, se convierte a menudo en pesadilla para los emigrantes cubanos. En su situación muchos de ellos, incluso en Europa, añoran el excelente sistema de seguridad social que han dejado atrás. Hasta los llamados “disidentes políticos” consideran volver a la isla (13). La prensa dominante nunca dirá ni pío sobre ello.
Nota:
(1) Financial Times, Life & Arts, 2-3 de noviembre de 2013, p. 11; http://www.ft.com/intl/cms/s/2/d19110f6-40ac-11e3-8775-00144feabdc0.html#axzz2kH9m6aJ
*1. Que los más pobres emigren a las zonas más ricas es lo más normal del mundo. En Puerto Rico, muy cerca de Cuba, más del 40 % de la población total se ha ido y se ha ido a Estados Unidos. Cada año un cuarto de millón de centroamericanos atraviesan ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos (1). Después de la crisis financiera de 2008 abandonaron su país dieciséis veces más irlandeses que cubanos (2). Cuba, el país que ha conocido el bloqueo más largo de la historia mundial, no es una excepción a este respecto.
*2. Para los cubanos existe una razón añadida. Gracias al alto nivel de la enseñanza, el cubano medio supera desde el punto de vista escolar claramente a la gran mayoría de los latinos, que a menudo son analfabetos. A modo de comparación: en Cuba hay dos veces más estudiantes superiores que en Bélgica (con población equivalente). Por consiguiente, los migrantes cubanos son económicamente interesantes y, por lo tanto, tiene mejores perspectivas que sus colegas del resto del continente. A menos de 200 kilómetros de su casa los cubanos pueden ganar diez veces más. Supongamos que ese fuera el caso de médicos, enfermeros, ingenieros, profesores belgas … Veríamos vaciarse los hospitales, las empresas y las escuelas. Ya ahora tenemos que emplear en nuestras clínicas a mano de obra médica de Rumanía y de Líbano (3).
*3. La migración de Cuba hacia Estados Unidos se hace en el contexto de una política cínica de Washington. Los cubanos son los únicos ciudadanos del mundo que reciben automáticamente un permiso de residencia y asistencia en Estados Unidos. Los demás latinos detenidos en la frontera son deportados. Los cubanos, por su parte, son recibidos con los brazos abiertos y reciben un permiso de trabajo. Esta política migratoria de lo más cínica fue instaurada por Washington después de la victoria de la revolución en 1959 para acoger a los criminales de guerra y a los funcionarios corruptos del régimen anterior, pero también para favorecer la fuga de cerebros de Cuba (4). La ley estadounidense Cuban Adjustment Act* sigue en vigor actualmente, a pesar de la supuesta normalización entre ambos países. Cuando los deportistas de alto nivel, universitarios o músicos célebres de Cuba están en el extranjero se les proponen contratos muy ventajosos para que abandonen su país.
*4. Los médicos cubanos son sobre todo el objetivo de Estados Unidos. Más de 30.000 médicos cubanos trabajan en 66 países diferentes en el marco de programas internacionalistas. La Casa Blanca hace cuanto puede para atraer a la mayor cantidad posible de estos médicos a Estados Unidos. Es lo que hace desde 2006 con su “Parole Program” lanzado por Bush y mantenido por Obama. (5)
*5. Curiosamente, esta invitación estadounidense se acompaña de la negativa a conceder un visado. Desde 1984 existe un acuerdo entre ambos países por el que Washington promete conceder 20.000 visados al año (sobre todo en el marco de la reunificación familiar) y La Habana se compromete a no autorizar las “huidas en barco”. Pero en la práctica cada año solo se conceden 3.500 visados. En otras palabras, se seduce a los cubanos con un trato diferente pero, al mismo tiempo, se les corta la vía legal. Estos 3.500 visados se distribuyen por medio de un sorteo, (6) sin ironía. El azar y no la motivación humana es lo que determina si un cubano puede reunirse con su familia …
*6. Por una parte, Estados Unidos trata de atraer a los cubanos, por otra les impide llegar ahí por la vía legal. Este tipo de política fomenta la migración ilegal y el tráfico de seres humanos. Esta política criminal también incita a los delincuentes cubanos a cometer actos temerarios y criminales para abandonar la isla (7). A su llegada a Florida los piratas del aire y del agua pueden contar con la impunidad y a veces son acogidos como héroes (8).
*7. El año pasado se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. A finales de noviembre habían tenido lugar unas negociaciones entre ambos países para discutir unos acuerdos sobre migración (9). Los cubanos que quieren abandonar la isla temen que en un futuro cercano desaparezca el trato preferencial hacia los cubanos. Por ello varios miles de cubanos se precipitaron a querer entrar en Estados Unidos. Pero Nicaragua decidió no concederles más visados de tránsito. Esa es la razón por la que varios miles de cubanos esperan en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua (10).
*8. Desde hace varios años los cubanos pueden viajar libremente a Estados Unidos, pero no a la inversa. Los habitantes de la «land of the free» [tierra de las personas libres] corren peligro de recibir una multa de 25.000 dólares si visitan Cuba.
*9. Cada año miles de emigrantes cubanos vuelven definitivamente a su patria. Decenas de miles querrían hacer lo mismo (11). El sueño americano, sobre todo después de la crisis de 2008, se convierte a menudo en pesadilla para los emigrantes cubanos. En su situación muchos de ellos, incluso en Europa, añoran el excelente sistema de seguridad social que han dejado atrás. Hasta los llamados “disidentes políticos” consideran volver a la isla (13). La prensa dominante nunca dirá ni pío sobre ello.
Investig'Action
(1) Financial Times, Life & Arts, 2-3 de noviembre de 2013, p. 11; http://www.ft.com/intl/cms/s/2/d19110f6-40ac-11e3-8775-00144feabdc0.html#axzz2kH9m6aJ
domingo, 10 de enero de 2016
Atados a la casa paterna. La tasa de emancipación juvenil española se sitúa entre las más bajas de Europa.
Que casi el 80% de los jóvenes españoles menores de 30 años vivan todavía en la casa de los padres da cuenta de la profundidad de la crisis que vivimos. La tasa de emancipación juvenil española se sitúa entre las más bajas de Europa, solo por encima de la de Grecia, Italia y Croacia, y muy por debajo de la media europea, donde los jóvenes se emancipan de media a los 26,1 años, mientras que aquí lo hacen a los 28,9. Es muy posible, además, que estas estadísticas escondan una parte de la realidad, pues muchos de los jóvenes que han abandonado el hogar paterno siguen necesitando la ayuda económica de sus padres.
Estos datos marcan un panorama social deprimente para las expectativas de las nuevas generaciones, pues las causas son estructurales y se necesitan políticas más decididas que las aplicadas hasta ahora para cambiar la tendencia. En primer lugar, la alta tasa de paro —el 38,7% de los menores de 30 años están desempleados— y la precariedad laboral de los que trabajan impiden que tengan ingresos suficientes. A ello se añade el alto precio de la vivienda, inasequible para los salarios medios que perciben quienes comienzan su vida laboral.
La incertidumbre sobre la continuidad en el puesto de trabajo es otra barrera importante a la hora de decidir la emancipación. El nuevo gobierno que se forme en España no puede ignorar esta realidad. Su prioridad debe ser un plan de choque de empleo juvenil.
http://elpais.com/elpais/2016/01/01/opinion/1451674254_231965.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s
Estos datos marcan un panorama social deprimente para las expectativas de las nuevas generaciones, pues las causas son estructurales y se necesitan políticas más decididas que las aplicadas hasta ahora para cambiar la tendencia. En primer lugar, la alta tasa de paro —el 38,7% de los menores de 30 años están desempleados— y la precariedad laboral de los que trabajan impiden que tengan ingresos suficientes. A ello se añade el alto precio de la vivienda, inasequible para los salarios medios que perciben quienes comienzan su vida laboral.
La incertidumbre sobre la continuidad en el puesto de trabajo es otra barrera importante a la hora de decidir la emancipación. El nuevo gobierno que se forme en España no puede ignorar esta realidad. Su prioridad debe ser un plan de choque de empleo juvenil.
http://elpais.com/elpais/2016/01/01/opinion/1451674254_231965.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s
sábado, 9 de enero de 2016
La maldad sin eximente. Si algo suele caracterizar a los malvados es que son incorregiblemente vanidosos.
Cada vez que leo una crónica sobre la ingente cantidad de somníferos, ansiolíticos, antidepresivos, que ingiere la población española me siento acompañada. Eso rebaja esa penosa culpabilidad que tan bien conoce el insomne cuando cada noche deja la pastilla al lado del vaso de agua y a la hora, en la oscuridad, con la actividad neuronal totalmente desatada, resonando, por ejemplo, en su memoria, un Mackie Navaja interpretado por Bertín Osborne que escuchó esa tarde en un taxi, palpa la mesita para dar con el comprimido que calmará unos pensamientos obsesivos que le hacen sentir como el hámster que da vueltas en su ruedita.
Que esto sea un mal de muchos no cura el insomnio ni las neurosis, pero te hace sentir parte de una comunidad, y eso es bonito. Aunque este sentimiento consolador se esfuma cuando la misma prensa que informa de lo pastilleros que somos da cuenta de los medicamentos que tomaba el último asesino de la crónica de sucesos. La madre de Asunta tomaba Orfidal. El piloto suicida tomaba serotonina. ¿Y? ¿De qué comunidad formamos parte ahora, de la de los hijos de puta que prefieren morir matando? Los psiquiatras se nos enfadan mucho, con razón. Llevan años explicando que asociar los trastornos mentales a la maldad es contribuir a la estigmatización de enfermos que tienden a infligirse dolor más que a causarlo.
Hay malos sin justificante del médico. No tantos como podríamos pensar, pero los hay: madres que matan para librarse de sus hijos, hijos que matan para quedarse con dinero de los padres, sacerdotes que predican la bondad y abusan de los débiles, hombres que maltratan a su mujer y son dóciles con el resto, jefes que humillan a sus subordinados, niños que acosan a otros niños hasta hundirles en la desesperación. Y no hay explicación psiquiátrica que ampare semejante maldad. Es muy posible que se pueda reformar el comportamiento cruel de un niño, pero la maldad en los adultos es rocosa y el cerebro menos flexible. Este ha sido uno de los temas del año: nos cuesta comprender que un malvado no es un enfermo mental.
El mejor ejemplo del hijoputa sin trastorno lo ofreció en 2015 una serie documental, The Jinx, que sin duda influirá en la manera en que los cineastas aborden un caso real. Cuenta la historia de Robert Durst, un millonario neoyorquino sobre el que pesa la sospecha de haber asesinado en 1982 a su primera esposa, a una amiga en 2000, y un año después al vecino. El director, Jarecki, había realizado en 2010 una película de ficción, All Good Things, sobre este personaje que de vez en cuando aparecía en la prensa como sospechoso de crímenes sin resolver, pero nunca hubiera imaginado que el inspirador del filme, tras verse interpretado por Ryan Gosling, le llamaría para proponerle que filmara un documental contando la verdad. Y es que si algo suele caracterizar a los malvados es que son incorregiblemente vanidosos. La serie se basa en las veinte horas de conversación que el director y el millonario mantuvieron durante años. El espectador asiste fascinado al relato de Durst; su infancia de niño rico pero desamparado provocaría compasión si no fuera porque el viejo lo cuenta con una frialdad incontrolada que provoca el efecto contrario, da grima.
Sobre la desaparición de su esposa la policía pasó de puntillas y el pájaro siguió suelto. En 2000 se reabrió el caso y la mejor amiga del sospechoso, la escritora Susan Berman, fue asesinada en su domicilio. Probablemente, Durst sospechó que la policía quería interrogarla y acabó con ella antes de que le incriminara. Permaneció oculto durante meses en una pequeña localidad de Texas, solo charlaba con un vecino que le invitaba a ver la tele en casa. En una de estas sesiones televisivas, apareció de pronto en el telediario. Así es cómo el vecino descubrió la verdadera identidad de su extraño amigo. Según Durst, el tipo quiso sacar tajada del hallazgo, y eso desembocó en una pelea. Una bala (siempre hay una pistola) acabó en el corazón del vecino. Entonces, Durst hizo lo que cualquiera en su lugar: lo descuartizó y lo metió en bolsas de basura. El jurado lo encontró inocente del asesinato, por actuar en defensa propia. En cuanto al descuartizamiento, se encontró justificado dadas las circunstancias.
La vanidad perdió a Durst porque en el documental se fue de la lengua, y eso ha provocado que se encuentre de nuevo en manos de la justicia. Esto no es un spoiler. Hay gente en la actualidad que considera spoiler que digas que al final Luther King muere. El caso es que el director utilizó tramposamente los mecanismos de la ficción: administró la entrevista de tal manera que la escena clave se guardó para el final. Esto provocó críticas severas: ¿es lógico que un documentalista oculte lo que sabe para mantener el interés de la audiencia? Que se lo pregunten a Truman Capote, que hizo lo mismo. Lo que está claro es que nada da más miedo que un malvado interpretándose a sí mismo. No hay actor que esté a su altura.
Elvira Lindo.
http://elpais.com/elpais/2015/12/30/estilo/1451473827_286509.html
Que esto sea un mal de muchos no cura el insomnio ni las neurosis, pero te hace sentir parte de una comunidad, y eso es bonito. Aunque este sentimiento consolador se esfuma cuando la misma prensa que informa de lo pastilleros que somos da cuenta de los medicamentos que tomaba el último asesino de la crónica de sucesos. La madre de Asunta tomaba Orfidal. El piloto suicida tomaba serotonina. ¿Y? ¿De qué comunidad formamos parte ahora, de la de los hijos de puta que prefieren morir matando? Los psiquiatras se nos enfadan mucho, con razón. Llevan años explicando que asociar los trastornos mentales a la maldad es contribuir a la estigmatización de enfermos que tienden a infligirse dolor más que a causarlo.
Hay malos sin justificante del médico. No tantos como podríamos pensar, pero los hay: madres que matan para librarse de sus hijos, hijos que matan para quedarse con dinero de los padres, sacerdotes que predican la bondad y abusan de los débiles, hombres que maltratan a su mujer y son dóciles con el resto, jefes que humillan a sus subordinados, niños que acosan a otros niños hasta hundirles en la desesperación. Y no hay explicación psiquiátrica que ampare semejante maldad. Es muy posible que se pueda reformar el comportamiento cruel de un niño, pero la maldad en los adultos es rocosa y el cerebro menos flexible. Este ha sido uno de los temas del año: nos cuesta comprender que un malvado no es un enfermo mental.
El mejor ejemplo del hijoputa sin trastorno lo ofreció en 2015 una serie documental, The Jinx, que sin duda influirá en la manera en que los cineastas aborden un caso real. Cuenta la historia de Robert Durst, un millonario neoyorquino sobre el que pesa la sospecha de haber asesinado en 1982 a su primera esposa, a una amiga en 2000, y un año después al vecino. El director, Jarecki, había realizado en 2010 una película de ficción, All Good Things, sobre este personaje que de vez en cuando aparecía en la prensa como sospechoso de crímenes sin resolver, pero nunca hubiera imaginado que el inspirador del filme, tras verse interpretado por Ryan Gosling, le llamaría para proponerle que filmara un documental contando la verdad. Y es que si algo suele caracterizar a los malvados es que son incorregiblemente vanidosos. La serie se basa en las veinte horas de conversación que el director y el millonario mantuvieron durante años. El espectador asiste fascinado al relato de Durst; su infancia de niño rico pero desamparado provocaría compasión si no fuera porque el viejo lo cuenta con una frialdad incontrolada que provoca el efecto contrario, da grima.
Sobre la desaparición de su esposa la policía pasó de puntillas y el pájaro siguió suelto. En 2000 se reabrió el caso y la mejor amiga del sospechoso, la escritora Susan Berman, fue asesinada en su domicilio. Probablemente, Durst sospechó que la policía quería interrogarla y acabó con ella antes de que le incriminara. Permaneció oculto durante meses en una pequeña localidad de Texas, solo charlaba con un vecino que le invitaba a ver la tele en casa. En una de estas sesiones televisivas, apareció de pronto en el telediario. Así es cómo el vecino descubrió la verdadera identidad de su extraño amigo. Según Durst, el tipo quiso sacar tajada del hallazgo, y eso desembocó en una pelea. Una bala (siempre hay una pistola) acabó en el corazón del vecino. Entonces, Durst hizo lo que cualquiera en su lugar: lo descuartizó y lo metió en bolsas de basura. El jurado lo encontró inocente del asesinato, por actuar en defensa propia. En cuanto al descuartizamiento, se encontró justificado dadas las circunstancias.
La vanidad perdió a Durst porque en el documental se fue de la lengua, y eso ha provocado que se encuentre de nuevo en manos de la justicia. Esto no es un spoiler. Hay gente en la actualidad que considera spoiler que digas que al final Luther King muere. El caso es que el director utilizó tramposamente los mecanismos de la ficción: administró la entrevista de tal manera que la escena clave se guardó para el final. Esto provocó críticas severas: ¿es lógico que un documentalista oculte lo que sabe para mantener el interés de la audiencia? Que se lo pregunten a Truman Capote, que hizo lo mismo. Lo que está claro es que nada da más miedo que un malvado interpretándose a sí mismo. No hay actor que esté a su altura.
Elvira Lindo.
http://elpais.com/elpais/2015/12/30/estilo/1451473827_286509.html
viernes, 8 de enero de 2016
“Hay una pequeña élite que tiene el poder. Y lo tiene porque sabe matemáticas y tú no”. El profesor de matemáticas de la Universidad de Berkeley es uno de los mayores divulgadores de su disciplina. Y cree que deberíamos acercarnos a ella por nuestro bien.
Como explica el profesor Edward Frenkel (Kolomna, Rusia, 1968) en el prólogo de su libro Amor y Matemáticas (Ariel) “hay un mundo secreto ahí fuera. Un universo oculto, paralelo, de belleza y elegancia, intrincadamente conectado con el nuestro. Es el mundo de las matemáticas. Y a la mayoría de nosotros nos resulta invisible”.
Frenkel es uno de los mayores divulgadores de las matemáticas modernas, además de ser uno de sus más prolíficos investigadores. En su nuevo libro trata de acercar sus conocimientos al público general, que suele alejarse de las matemáticas como de la peste, pensando que nunca jamás entenderá nada de lo que puedan explicarle.
En su ensayo Frenkel no sólo demuestra que nuestro miedo a las matemáticas está injustificado, además nos invita a aprender ciertos conocimientos básicos que pueden ayudarnos en nuestro día a día; y no para ir a hacer la compra, si no para defender nuestros derechos como ciudadanos libres. El profesor de la Universidad de Berkley ha contestado a las preguntas de El Confidencial. Y han bastado un puñado de preguntas para que el matemático nos convenza de acercarnos a su campo de estudio.
PREGUNTA. La mayoría de la gente piensa que las matemáticas sólo tienen que ver con los números. Pero como explicas en el libro no es cierto.
¿Con que tienen que ver entonces?
RESPUESTA. Sí, es una falacia común. La mayoría de nosotros sólo conocemos las matemáticas que hemos estudiado en la escuela, que son muy limitadas y obsoletas. De hecho, decir que las matemáticas sólo tienen que ver con los números es como decir que el arte es el estudio de la composición química de una pintura. Son mucho más que eso.
Como muestro en mi libro Amor y Matemáticas hay muchas áreas de las matemáticas que no se basan en los números. Por ejemplo, está la geometría, que estudia las formas en todas las dimensiones; está el estudio de la simetría, que tiene aplicaciones en muchas áreas de la ciencia, desde la ingeniería a la física cuántica. Está también el estudio del infinito. Piensa que todo número es finito, así que el infinito es por fuerza algo completamente distinto. Las matemáticas son un camino de acercarse al infinito. Y esa es su belleza.
P. La de matemático es una de las profesiones con menos desempleo, pero la gente joven no se siente atraída por una disciplina que consideran demasiado compleja o aburrida.
¿Por qué cree que ocurre?
R. El principal problema es que en nuestras escuelas hoy en día no enseñamos a los alumnos de qué van en realidad las matemáticas ni para qué sirven, en vez de eso hacemos que memoricen procedimientos y cálculos que aparecen ante ellos desprovistos de cualquier significado. Matemáticas se convierte en una asignatura fría, aburrida, sin vida e irrelevante. Y lo que es peor, muchos de nosotros hemos sufrido experiencias traumáticas en nuestra clase de matemáticas de niños, como ser avergonzados por un profesor delante de toda la clase por haber dado una solución incorrecta. Estos recuerdos permanecen junto a nosotros incluso aunque no seamos conscientes de ello. Y esto crea miedo a las matemáticas.
Ahora hablemos de la materia que se imparte. ¿Sabías que la mayoría de las matemáticas que se estudian hoy en día en nuestras escuelas tienen más de 1.000 años? Por ejemplo, la formula para solucionar las ecuaciones de segundo grado estaba en un libro de al-Khwarizmi que se publicó en el año 830, y Euclides sentó las bases de su geometría en el año 300 a. C, hace 2.300 años. Si el mismo lapso de tiempo se diera en física o biología hoy no sabríamos nada del Sistema Solar, el átomo o el ADN. Especialmente en la actualidad, cuando las matemáticas están a nuestro alrededor todo el rato (piensa en los ordenadores, los móviles, los navegadores GPS, los videojuegos, los algoritmos de búsqueda…). Pero no estamos enseñando a nuestros hijos nada de esto y seguimos atiborrándoles con las mismas enseñanzas antiguas. No tiene ningún sentido. La gente dice que tenemos que seguir estudiando las cosas antiguas y aburridas porque son necesarias para entender las nuevas y excitantes ideas. Pero puedo decirte una cosa como matemático profesional: eso no es cierto. No necesitas saber geometría euclidiana, la geometría de las líneas en un plano, para entender la geometría de una esfera, la geometría de los paralelos y los meridianos en un globo, que es curvo, no plano. Los estudiantes pueden captar esta geometría no euclidiana aún más rápido, ¡y es mucho más divertida! Y, de hecho, es más cercana a la realidad porque la Tierra es redonda y su superficie es esférica. ¡No es plana! Por desgracia en nuestras clases de matemáticas seguimos pensando que el mundo es plano.
P. La enseñanza de matemáticas en España deja bastante que desear. Los niños memorizan los procedimientos pero en la mayoría de los casos no tienen ni idea del funcionamiento de las operaciones.
¿Cómo deberíamos enseñar matemáticas?
R. Para empezar,
1. Deberíamos abandonar esta obsesión por los exámenes y los test. Esto es parte de nuestra obsesión general por medirlo y calcularlo todo. Pero las cosas más importantes de la vida no se pueden medir. Por supuesto, necesitamos exámenes en nuestras escuelas, pero lo que está ocurriendo hoy en día es que forzamos a los profesores a gastar gran parte de sus clases en preparar a los estudiantes para hacer exámenes.
¿Y cuál es la forma más obvia para prepararles? La memorización. Así que, no sólo todo el mundo está estresado (profesores, estudiantes y padres), además los alumnos acaban memorizando fórmulas matemáticas y procedimientos sin comprender realmente nada. Las matemáticas entonces se convierten en un infierno y están deseando olvidarlo todo después del examen. Lo que debemos hacer es,
2. Presentar las matemáticas no como un conjunto de cálculos y procedimientos que se deben memorizar para superar un examen sino como lo que son realmente: un universo paralelo de belleza y elegancia, como el arte, la literatura o la música.
3. Y debemos mostrar a los alumnos las conexiones entre las matemáticas y nuestra vida cotidiana, para que les motive estudiar.
P. En el prólogo del libro afirma que no hay libertad sin matemáticas, pero a su vez las matemáticas permiten establecer sistemas de control. La gente poderosa suele decir que las matemáticas nunca fallan, que son la verdad absoluta.
¿No cree que un mundo dominado por completo por las matemáticas dejaría de ser libre?
R. Cuando digo que sin matemáticas no hay libertad quiero decir que si somos unos ignorantes de las matemáticas no podemos ser libres, porque entonces estamos dando el poder a una pequeña élite, que es la que conoce y usa las matemáticas. Y las consecuencias de esto pueden ser perjudiciales. Las matemáticas son muy poderosas, pero ese poder puede no usarse para el bien, sino para el mal. En la crisis económica global, por ejemplo, la élite usó modelos matemáticos inadecuados para generar enormes beneficios engañado al resto de la gente (y a veces también a ellos mismos).
No estoy diciendo que todos necesitemos aprender complicados detalles sobre las matemáticas. Estoy hablando de un conocimiento general, un sentido de qué es la matemática y cómo se usa. Esto es muy importante en este “mundo feliz” en el que vivimos. Si somos unos ignorantes de las matemáticas, estamos a merced de la manipulación.
Alguien con un conocimiento rutinario de la estadística matemática no invertiría jamás en una estructural piramidal cuestionable (como la que Madoff tenía montada en Estados Unidos) sabiendo que el porcentaje de beneficios ha sido el mismo año tras año. Desafortunadamente, la actitud prevalente en la sociedad actual es “odio las matemáticas. Son demasiado difíciles y no voy a entenderlas”. Y las compañías de finanzas siguen aprovechándose de esto.
Otro ejemplo es la manipulación de las estadísticas económicas, que explico en detalle en un artículo en Slate. En 1996, una comisión nombrada por el gobierno de EEUU se reunió en secreto y alteró la formula para calcular el IPC, la medida de la inflación que determina los tramos impositivos y los beneficios sociales de millones de americanos. Pero apenas hubo una discusión pública sobre la nueva fórmula y sus consecuencias. ¿Por qué? Porque la gente tenía miedo de hablar sobre matemáticas. Tenían miedo de no entender las cosas y sentirse estúpidos. Así que se escondieron. Le dieron al gobierno la potestad de usar las fórmulas matemáticas como le viniera en gana. Tenemos que ser conscientes de las consecuencias que tienen nuestra ignorancia de las matemáticas.
P. Hoy en día muchos negocios dependen de algoritmos matemáticos, pero la mayoría de la gente no los entiende.
¿Por qué deberíamos fiarnos de ellos?
R. No debemos fiarnos de esos algoritmos, ni tampoco de las compañías que los están utilizando. Mira, por ejemplo, las recomendaciones con las que nos bombardean a diario cuando compramos productos online, como los libros de Amazon. Por supuesto, esto puede ser útil. De esta manera he conocido libros de los que no había oído hablar y que realmente he disfrutado. Pero la otra cara de esto es que si seguimos ciegamente estas recomendaciones sin entender cómo funcionan, empezaremos a engañarnos a nosotros mismos.
La realidad es que estas recomendaciones son generadas por algoritmos matemáticos que relacionan nuestros datos (por ejemplo, qué libros compramos o cuáles nos gustan) con los de otra gente. Pero estos algoritmos pueden ser manipulados con facilidad o ser defectuosos. En teoría, puede haber un interés financiero o político que nos guiará a elegir determinados libros. No creo que esto este ocurriendo ahora mismo, pero debemos ser conscientes de que es algo que podría ocurrir.
Más peligroso aún, en mi opinión, es lo que está pasando con el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA). Para ser claros, estoy hablando de la Inteligencia Artificial General, la idea de que podemos construir robots con el mismo nivel de inteligencia que los humanos. Algunas personas, como Ray Kurzweil, hablan seriamente de la posibilidad de conectar nuestros cerebros a la nube en 20 años, en 2035, lo que permitiría transferir nuestras mentes a los ordenadores en 2045 (lo que el llama “singularidad tecnológica”). Lo que esto significa es que él, y otros como él, creen que los humanos no somos más que máquinas, y lo único que necesitamos es actualizar nuestro hardware y software.
Estas ideas son insensatas y muy peligrosas y, además, contradicen a la ciencia moderna, como expliqué recientemente en mi discurso en el Festival de Ideas de Aspen. Pero ¿adivina qué? En 2012 Kurzweil fue contratado en Google como director de ingeniería, al cargo del desarrollo de investigación de la IA. Y Google es la mayor compañía de tecnología de la información del mundo, que ha comprado todas las empresas de IA y robótica que ha podido. Recientemente ha pagado casi mil millones de dólares por dos start-ups que trabajan la IA, Deep Mind y Magi Leap. Hace un año y medio, Google anunció la creación de un “comité de ética” para resolver cuestiones relacionadas con la IA. Bien, busqué en Google “comité de ética de Google” y no encontré ninguna información al respecto. En otras palabras, el desarrollo de la IA que es crucial para el futuro de la Humanidad, se pone en manos de Kurzweil, y no hay prácticamente ninguna supervisión. ¿Realmente queremos permitir que esto suceda? Es hora de que despertemos.
P. Cada vez es más común escuchar que todas las facetas de nuestra vida se pueden explicar mediante números.
¿Hay algún campo del conocimiento para el que las matemáticas no tenga nada que decir?
R. No creo que las matemáticas puedan explicarlo todo. Por ejemplo, las matemáticas no pueden explicar el amor. Es por ello que mi libro se llama “Amor y Matemáticas”. Son los dos pilares de la Humanidad, y ninguno puede reemplazar al otro. Necesitamos ambos.
Frenkel nació en la Unión Soviética pero ha desarrollado su carrera en EEUU. (Timothy Archibald)
Fuente:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-07-23/amor-y-matematicas-edward-frenkel-finanzas-inteligencia-artificial_938240/
En su ensayo Frenkel no sólo demuestra que nuestro miedo a las matemáticas está injustificado, además nos invita a aprender ciertos conocimientos básicos que pueden ayudarnos en nuestro día a día; y no para ir a hacer la compra, si no para defender nuestros derechos como ciudadanos libres. El profesor de la Universidad de Berkley ha contestado a las preguntas de El Confidencial. Y han bastado un puñado de preguntas para que el matemático nos convenza de acercarnos a su campo de estudio.
PREGUNTA. La mayoría de la gente piensa que las matemáticas sólo tienen que ver con los números. Pero como explicas en el libro no es cierto.
¿Con que tienen que ver entonces?
RESPUESTA. Sí, es una falacia común. La mayoría de nosotros sólo conocemos las matemáticas que hemos estudiado en la escuela, que son muy limitadas y obsoletas. De hecho, decir que las matemáticas sólo tienen que ver con los números es como decir que el arte es el estudio de la composición química de una pintura. Son mucho más que eso.
Como muestro en mi libro Amor y Matemáticas hay muchas áreas de las matemáticas que no se basan en los números. Por ejemplo, está la geometría, que estudia las formas en todas las dimensiones; está el estudio de la simetría, que tiene aplicaciones en muchas áreas de la ciencia, desde la ingeniería a la física cuántica. Está también el estudio del infinito. Piensa que todo número es finito, así que el infinito es por fuerza algo completamente distinto. Las matemáticas son un camino de acercarse al infinito. Y esa es su belleza.
P. La de matemático es una de las profesiones con menos desempleo, pero la gente joven no se siente atraída por una disciplina que consideran demasiado compleja o aburrida.
¿Por qué cree que ocurre?
R. El principal problema es que en nuestras escuelas hoy en día no enseñamos a los alumnos de qué van en realidad las matemáticas ni para qué sirven, en vez de eso hacemos que memoricen procedimientos y cálculos que aparecen ante ellos desprovistos de cualquier significado. Matemáticas se convierte en una asignatura fría, aburrida, sin vida e irrelevante. Y lo que es peor, muchos de nosotros hemos sufrido experiencias traumáticas en nuestra clase de matemáticas de niños, como ser avergonzados por un profesor delante de toda la clase por haber dado una solución incorrecta. Estos recuerdos permanecen junto a nosotros incluso aunque no seamos conscientes de ello. Y esto crea miedo a las matemáticas.
Ahora hablemos de la materia que se imparte. ¿Sabías que la mayoría de las matemáticas que se estudian hoy en día en nuestras escuelas tienen más de 1.000 años? Por ejemplo, la formula para solucionar las ecuaciones de segundo grado estaba en un libro de al-Khwarizmi que se publicó en el año 830, y Euclides sentó las bases de su geometría en el año 300 a. C, hace 2.300 años. Si el mismo lapso de tiempo se diera en física o biología hoy no sabríamos nada del Sistema Solar, el átomo o el ADN. Especialmente en la actualidad, cuando las matemáticas están a nuestro alrededor todo el rato (piensa en los ordenadores, los móviles, los navegadores GPS, los videojuegos, los algoritmos de búsqueda…). Pero no estamos enseñando a nuestros hijos nada de esto y seguimos atiborrándoles con las mismas enseñanzas antiguas. No tiene ningún sentido. La gente dice que tenemos que seguir estudiando las cosas antiguas y aburridas porque son necesarias para entender las nuevas y excitantes ideas. Pero puedo decirte una cosa como matemático profesional: eso no es cierto. No necesitas saber geometría euclidiana, la geometría de las líneas en un plano, para entender la geometría de una esfera, la geometría de los paralelos y los meridianos en un globo, que es curvo, no plano. Los estudiantes pueden captar esta geometría no euclidiana aún más rápido, ¡y es mucho más divertida! Y, de hecho, es más cercana a la realidad porque la Tierra es redonda y su superficie es esférica. ¡No es plana! Por desgracia en nuestras clases de matemáticas seguimos pensando que el mundo es plano.
P. La enseñanza de matemáticas en España deja bastante que desear. Los niños memorizan los procedimientos pero en la mayoría de los casos no tienen ni idea del funcionamiento de las operaciones.
¿Cómo deberíamos enseñar matemáticas?
R. Para empezar,
1. Deberíamos abandonar esta obsesión por los exámenes y los test. Esto es parte de nuestra obsesión general por medirlo y calcularlo todo. Pero las cosas más importantes de la vida no se pueden medir. Por supuesto, necesitamos exámenes en nuestras escuelas, pero lo que está ocurriendo hoy en día es que forzamos a los profesores a gastar gran parte de sus clases en preparar a los estudiantes para hacer exámenes.
¿Y cuál es la forma más obvia para prepararles? La memorización. Así que, no sólo todo el mundo está estresado (profesores, estudiantes y padres), además los alumnos acaban memorizando fórmulas matemáticas y procedimientos sin comprender realmente nada. Las matemáticas entonces se convierten en un infierno y están deseando olvidarlo todo después del examen. Lo que debemos hacer es,
2. Presentar las matemáticas no como un conjunto de cálculos y procedimientos que se deben memorizar para superar un examen sino como lo que son realmente: un universo paralelo de belleza y elegancia, como el arte, la literatura o la música.
3. Y debemos mostrar a los alumnos las conexiones entre las matemáticas y nuestra vida cotidiana, para que les motive estudiar.
P. En el prólogo del libro afirma que no hay libertad sin matemáticas, pero a su vez las matemáticas permiten establecer sistemas de control. La gente poderosa suele decir que las matemáticas nunca fallan, que son la verdad absoluta.
¿No cree que un mundo dominado por completo por las matemáticas dejaría de ser libre?
R. Cuando digo que sin matemáticas no hay libertad quiero decir que si somos unos ignorantes de las matemáticas no podemos ser libres, porque entonces estamos dando el poder a una pequeña élite, que es la que conoce y usa las matemáticas. Y las consecuencias de esto pueden ser perjudiciales. Las matemáticas son muy poderosas, pero ese poder puede no usarse para el bien, sino para el mal. En la crisis económica global, por ejemplo, la élite usó modelos matemáticos inadecuados para generar enormes beneficios engañado al resto de la gente (y a veces también a ellos mismos).
No estoy diciendo que todos necesitemos aprender complicados detalles sobre las matemáticas. Estoy hablando de un conocimiento general, un sentido de qué es la matemática y cómo se usa. Esto es muy importante en este “mundo feliz” en el que vivimos. Si somos unos ignorantes de las matemáticas, estamos a merced de la manipulación.
Alguien con un conocimiento rutinario de la estadística matemática no invertiría jamás en una estructural piramidal cuestionable (como la que Madoff tenía montada en Estados Unidos) sabiendo que el porcentaje de beneficios ha sido el mismo año tras año. Desafortunadamente, la actitud prevalente en la sociedad actual es “odio las matemáticas. Son demasiado difíciles y no voy a entenderlas”. Y las compañías de finanzas siguen aprovechándose de esto.
Otro ejemplo es la manipulación de las estadísticas económicas, que explico en detalle en un artículo en Slate. En 1996, una comisión nombrada por el gobierno de EEUU se reunió en secreto y alteró la formula para calcular el IPC, la medida de la inflación que determina los tramos impositivos y los beneficios sociales de millones de americanos. Pero apenas hubo una discusión pública sobre la nueva fórmula y sus consecuencias. ¿Por qué? Porque la gente tenía miedo de hablar sobre matemáticas. Tenían miedo de no entender las cosas y sentirse estúpidos. Así que se escondieron. Le dieron al gobierno la potestad de usar las fórmulas matemáticas como le viniera en gana. Tenemos que ser conscientes de las consecuencias que tienen nuestra ignorancia de las matemáticas.
P. Hoy en día muchos negocios dependen de algoritmos matemáticos, pero la mayoría de la gente no los entiende.
¿Por qué deberíamos fiarnos de ellos?
R. No debemos fiarnos de esos algoritmos, ni tampoco de las compañías que los están utilizando. Mira, por ejemplo, las recomendaciones con las que nos bombardean a diario cuando compramos productos online, como los libros de Amazon. Por supuesto, esto puede ser útil. De esta manera he conocido libros de los que no había oído hablar y que realmente he disfrutado. Pero la otra cara de esto es que si seguimos ciegamente estas recomendaciones sin entender cómo funcionan, empezaremos a engañarnos a nosotros mismos.
La realidad es que estas recomendaciones son generadas por algoritmos matemáticos que relacionan nuestros datos (por ejemplo, qué libros compramos o cuáles nos gustan) con los de otra gente. Pero estos algoritmos pueden ser manipulados con facilidad o ser defectuosos. En teoría, puede haber un interés financiero o político que nos guiará a elegir determinados libros. No creo que esto este ocurriendo ahora mismo, pero debemos ser conscientes de que es algo que podría ocurrir.
Más peligroso aún, en mi opinión, es lo que está pasando con el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA). Para ser claros, estoy hablando de la Inteligencia Artificial General, la idea de que podemos construir robots con el mismo nivel de inteligencia que los humanos. Algunas personas, como Ray Kurzweil, hablan seriamente de la posibilidad de conectar nuestros cerebros a la nube en 20 años, en 2035, lo que permitiría transferir nuestras mentes a los ordenadores en 2045 (lo que el llama “singularidad tecnológica”). Lo que esto significa es que él, y otros como él, creen que los humanos no somos más que máquinas, y lo único que necesitamos es actualizar nuestro hardware y software.
Estas ideas son insensatas y muy peligrosas y, además, contradicen a la ciencia moderna, como expliqué recientemente en mi discurso en el Festival de Ideas de Aspen. Pero ¿adivina qué? En 2012 Kurzweil fue contratado en Google como director de ingeniería, al cargo del desarrollo de investigación de la IA. Y Google es la mayor compañía de tecnología de la información del mundo, que ha comprado todas las empresas de IA y robótica que ha podido. Recientemente ha pagado casi mil millones de dólares por dos start-ups que trabajan la IA, Deep Mind y Magi Leap. Hace un año y medio, Google anunció la creación de un “comité de ética” para resolver cuestiones relacionadas con la IA. Bien, busqué en Google “comité de ética de Google” y no encontré ninguna información al respecto. En otras palabras, el desarrollo de la IA que es crucial para el futuro de la Humanidad, se pone en manos de Kurzweil, y no hay prácticamente ninguna supervisión. ¿Realmente queremos permitir que esto suceda? Es hora de que despertemos.
P. Cada vez es más común escuchar que todas las facetas de nuestra vida se pueden explicar mediante números.
¿Hay algún campo del conocimiento para el que las matemáticas no tenga nada que decir?
R. No creo que las matemáticas puedan explicarlo todo. Por ejemplo, las matemáticas no pueden explicar el amor. Es por ello que mi libro se llama “Amor y Matemáticas”. Son los dos pilares de la Humanidad, y ninguno puede reemplazar al otro. Necesitamos ambos.
Frenkel nació en la Unión Soviética pero ha desarrollado su carrera en EEUU. (Timothy Archibald)
Fuente:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-07-23/amor-y-matematicas-edward-frenkel-finanzas-inteligencia-artificial_938240/
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matemático
Razones de Estado para NO ir a la guerra
En el ámbito político institucional, cuándo se habla de cuestiones relacionadas con la defensa o la seguridad se invoca a un valor supuestamente superior: la razón de Estado. Un término con una fuerte carga peyorativa destinada a acallar a la ciudadanía que, ignorante de tan insigne valor, debe guardar acatamiento ante su invocación, pues en general no alcanza a comprender tan alto mandamiento. Para las élites políticas, invocar a razones de Estado es tanto como acudir a un valor supremo, que no debe ponerse en duda, y menos por la ciudadanía. Esto es lo que ocurre cuando se habla de las fuerzas armadas o de los planes y estrategias de seguridad y defensa. Entonces, vemos como los políticos encargados de estos temas de los grandes partidos que han gobernado España invocan con frecuencia ese supuesto valor de la “razón de Estado” para que el resto callemos ante tan alto significado. Pero desgraciadamente esto también se extiende a los que se autodenominan “nuevos”, es decir Podemos o Ciudadanos, pues a pesar de las distancias ideológicas entre ellos, ambos invocan “razones de Estado” cuando se refieren a la defensa.
Precisamente y con más razón, cuando se invocan razones de Estado, es cuando la ciudadanía debe expresar su opinión, pues quiere decir que están en juego valores que no se quieren debatir en el espacio público. Esto ocurre cuando se habla de las fuerzas armadas, la seguridad, la defensa o las relaciones exteriores. Cuestiones que no se escapan al sentido común y al raciocinio de la sociedad en general, y aún más, la de los movimientos sociales que se preocupan por hacer frente a los conflictos para transformar la sociedad. Sobre todo, porque son cuestiones que afectan al bien común y no sólo a los líderes y pensadores “orgánicos” de las organizaciones políticas.
Esto viene a cuento, por ejemplo, ante el enorme gasto militar en España, 17.465 millones anuales; la contratación de programas especiales de armas que alcanzan miles de millones; fuerzas armadas sobredimensionadas cuando no se vislumbran invasiones militares; programas de seguridad interna que amenazan los derechos y libertades de la población. Entonces no hay razones “de Estado” que valgan para impedir la crítica, la protesta y que la ciudadanía diga ¡Basta! ante las mentiras que esconden sus razones de Estado que pretenden doblegar la voluntad ciudadana. Somos ciudadanos, no súbditos. Hay que oponerse a las políticas de seguridad y defensa que han contribuido al despilfarro de nuestros recursos para beneficiar a los intereses de unos pocos, que generan un endeudamiento desmesurado de nuestro Estado, que hipoteca el desarrollo y el bienestar de la población. O es qué quizás la vivienda, la sanidad, la educación, el paro y tantas otras cuestiones de primera y alta seguridad para las personas no son igualmente “razones de Estado” a las que dedicar igual o mayor atención.
Ahora, tras los atentados de París del 13/11, se está pergeñando una nueva guerra contra el terrorismo, como ya se hizo tras el 11-S de 2001, ahora liderada por Francia en una coalición internacional a la que quizás se añada España. El Partido Popular ha aplazado su decisión para que el nuevo Gobierno surgido del 20D la tome. Albert Rivera de Ciudadanos ya ha dicho que se debe participar en esa guerra, y como es más que probable que Ciudadanos participe en el nuevo Gobierno, también es probable que España vaya a la Guerra. Si ello se produce, hemos de invocar de nuevo el “NO a la Guerra”, que esa no es la manera de solucionar el conflicto de Siria, ni el de combatir el complejo problema que representa el yihadismo. Que se deben arbitrar medidas políticas en mesas de negociación, acuerdos que pasen por un alto el fuego inmediato, que permitan ayudar a la población siria y aislar a Daesh. En definitiva, abrir un proceso de reflexión sobre todos los conflictos que se confrontan en Oriente Próximo, tanto los occidentales como los internos, y buscar su resolución a través de parámetros no militares, sino en sentido contrario, que pasan por el desarme, la ayuda al desarrollo, la interculturalidad y el respeto a los derechos de la ciudadanía. Solo así se avanzará hacia la paz.
Fuente: http://www.centredelas.org/es/conflictos-y-guerras/2614-razones-de-estado-para-no-ir-a-la-guerra-pere-ortega
Precisamente y con más razón, cuando se invocan razones de Estado, es cuando la ciudadanía debe expresar su opinión, pues quiere decir que están en juego valores que no se quieren debatir en el espacio público. Esto ocurre cuando se habla de las fuerzas armadas, la seguridad, la defensa o las relaciones exteriores. Cuestiones que no se escapan al sentido común y al raciocinio de la sociedad en general, y aún más, la de los movimientos sociales que se preocupan por hacer frente a los conflictos para transformar la sociedad. Sobre todo, porque son cuestiones que afectan al bien común y no sólo a los líderes y pensadores “orgánicos” de las organizaciones políticas.
Esto viene a cuento, por ejemplo, ante el enorme gasto militar en España, 17.465 millones anuales; la contratación de programas especiales de armas que alcanzan miles de millones; fuerzas armadas sobredimensionadas cuando no se vislumbran invasiones militares; programas de seguridad interna que amenazan los derechos y libertades de la población. Entonces no hay razones “de Estado” que valgan para impedir la crítica, la protesta y que la ciudadanía diga ¡Basta! ante las mentiras que esconden sus razones de Estado que pretenden doblegar la voluntad ciudadana. Somos ciudadanos, no súbditos. Hay que oponerse a las políticas de seguridad y defensa que han contribuido al despilfarro de nuestros recursos para beneficiar a los intereses de unos pocos, que generan un endeudamiento desmesurado de nuestro Estado, que hipoteca el desarrollo y el bienestar de la población. O es qué quizás la vivienda, la sanidad, la educación, el paro y tantas otras cuestiones de primera y alta seguridad para las personas no son igualmente “razones de Estado” a las que dedicar igual o mayor atención.
Ahora, tras los atentados de París del 13/11, se está pergeñando una nueva guerra contra el terrorismo, como ya se hizo tras el 11-S de 2001, ahora liderada por Francia en una coalición internacional a la que quizás se añada España. El Partido Popular ha aplazado su decisión para que el nuevo Gobierno surgido del 20D la tome. Albert Rivera de Ciudadanos ya ha dicho que se debe participar en esa guerra, y como es más que probable que Ciudadanos participe en el nuevo Gobierno, también es probable que España vaya a la Guerra. Si ello se produce, hemos de invocar de nuevo el “NO a la Guerra”, que esa no es la manera de solucionar el conflicto de Siria, ni el de combatir el complejo problema que representa el yihadismo. Que se deben arbitrar medidas políticas en mesas de negociación, acuerdos que pasen por un alto el fuego inmediato, que permitan ayudar a la población siria y aislar a Daesh. En definitiva, abrir un proceso de reflexión sobre todos los conflictos que se confrontan en Oriente Próximo, tanto los occidentales como los internos, y buscar su resolución a través de parámetros no militares, sino en sentido contrario, que pasan por el desarme, la ayuda al desarrollo, la interculturalidad y el respeto a los derechos de la ciudadanía. Solo así se avanzará hacia la paz.
Fuente: http://www.centredelas.org/es/conflictos-y-guerras/2614-razones-de-estado-para-no-ir-a-la-guerra-pere-ortega
jueves, 7 de enero de 2016
Sube la marea, no para todas las barcas. El futuro depende más de la renta de los padres que de los estudios que se tienen.
EE UU es uno de los países más desiguales del mundo. Como en la mayoría, la crisis económica ha conllevado desde 2007 un declive de la igualdad de oportunidades, esencia de la democracia. La escalera social se ha detenido, y cuando se ha recuperado el crecimiento y ha subido la marea, esta no levanta todas las barcas del puerto. La desigualdad de oportunidades se manifiesta, por ejemplo, en la educación universitaria.
Algunos datos se han hecho públicos recientemente: solo la mitad de los estudiantes estadounidenses que se matricularon en 2009 han conseguido graduarse ahora. Dado que dos terceras partes de estos últimos han arrastrado deudas por valor, como media, de unos 28.900 dólares, quedan encadenados a las mismas durante años. Siete de cada 10 universitarios solicitan algún tipo de ayuda financiera para completar su formación. Se calcula que la deuda acumulada por estos estudiantes se ha doblado desde el inicio de la Gran Recesión, y asciende al equivalente a 1,2 billones de euros, más de lo que produce un país como España en un solo año. Aunque hay pleno empleo, las condiciones del mercado de trabajo (escasa remuneración, nula seguridad) implican que los recién licenciados tienen que dedicar mucho tiempo de su iniciada vida laboral a pagar los créditos a los bancos. Si las cifras aportadas incluyeran los préstamos de los progenitores para auxiliar a sus hijos, serían un 33% más altas.
La ley de quiebras de 2005 hizo imposible que se pudieran cancelar las deudas por estudios aun en el caso de bancarrota personal. Dice Stiglitz en El precio de la desigualdad (Taurus) que ello anula cualquier incentivo que pudieran tener los bancos y las universidades con ánimo de lucro para estimular y proporcionar una educación que acabe teniendo rendimiento económico. Aunque el estudio universitario carezca de valor, el prestatario no se libra de pagar: "En vez de 'satisfacción garantizada o le devolvemos el dinero', la realidad es 'la insatisfacción está garantizada, pero usted tendrá que cargar con esas deudas el resto de su vida".
En el caso de los créditos a los estudiantes, los bancos consiguieron durante años sacar beneficios casi sin riesgo: en muchos casos, el Gobierno avalaba los créditos; en otros, el hecho de que los créditos nunca pudieran cancelarse —por la citada ley de quiebras— los hacía más seguros que cualquier otro tipo de crédito de características similares. En 2014, Obama, sorteando a los republicanos, trató de ampliar el alcance de una ley de 2010 que permitía que los estudiantes solo tuviesen que pagar mensualmente un máximo del 10% de sus ingresos para devolver el préstamo que adquirieron y que se perdonase la deuda restante cuando el estudiante llevase 20 años pagándola.
El hecho es que la coyuntura sigue siendo desfavorable para la igualdad de oportunidades. Según diversos proyectos de movilidad económica, aunque consigan una licenciatura universitaria los hijos de los pobres siguen siendo más pobres que los hijos de los ricos con menos estudios; que quienes tienen la suerte de tener unos padres más ricos y mejor educados tienen mejores perspectivas, ya que el nivel de ingresos de los progenitores ha devenido en el factor más decisivo ya que el coste de los estudios universitarios está aumentando más deprisa que las rentas medias; y que el acceso a una buena educación universitaria encarecida en sus tasas (sobre todo en los centros privados elitistas, muy vinculados a Wall Street) y con escasas becas depende, cada vez más, de los ingresos, riqueza y educación de los padres de los estudiantes. Ello genera el declive de la movilidad social por una insuficiente inversión en el interés general, incluida la educación pública.
http://economia.elpais.com/economia/2015/12/27/actualidad/1451243121_568037.html
Algunos datos se han hecho públicos recientemente: solo la mitad de los estudiantes estadounidenses que se matricularon en 2009 han conseguido graduarse ahora. Dado que dos terceras partes de estos últimos han arrastrado deudas por valor, como media, de unos 28.900 dólares, quedan encadenados a las mismas durante años. Siete de cada 10 universitarios solicitan algún tipo de ayuda financiera para completar su formación. Se calcula que la deuda acumulada por estos estudiantes se ha doblado desde el inicio de la Gran Recesión, y asciende al equivalente a 1,2 billones de euros, más de lo que produce un país como España en un solo año. Aunque hay pleno empleo, las condiciones del mercado de trabajo (escasa remuneración, nula seguridad) implican que los recién licenciados tienen que dedicar mucho tiempo de su iniciada vida laboral a pagar los créditos a los bancos. Si las cifras aportadas incluyeran los préstamos de los progenitores para auxiliar a sus hijos, serían un 33% más altas.
La ley de quiebras de 2005 hizo imposible que se pudieran cancelar las deudas por estudios aun en el caso de bancarrota personal. Dice Stiglitz en El precio de la desigualdad (Taurus) que ello anula cualquier incentivo que pudieran tener los bancos y las universidades con ánimo de lucro para estimular y proporcionar una educación que acabe teniendo rendimiento económico. Aunque el estudio universitario carezca de valor, el prestatario no se libra de pagar: "En vez de 'satisfacción garantizada o le devolvemos el dinero', la realidad es 'la insatisfacción está garantizada, pero usted tendrá que cargar con esas deudas el resto de su vida".
En el caso de los créditos a los estudiantes, los bancos consiguieron durante años sacar beneficios casi sin riesgo: en muchos casos, el Gobierno avalaba los créditos; en otros, el hecho de que los créditos nunca pudieran cancelarse —por la citada ley de quiebras— los hacía más seguros que cualquier otro tipo de crédito de características similares. En 2014, Obama, sorteando a los republicanos, trató de ampliar el alcance de una ley de 2010 que permitía que los estudiantes solo tuviesen que pagar mensualmente un máximo del 10% de sus ingresos para devolver el préstamo que adquirieron y que se perdonase la deuda restante cuando el estudiante llevase 20 años pagándola.
El hecho es que la coyuntura sigue siendo desfavorable para la igualdad de oportunidades. Según diversos proyectos de movilidad económica, aunque consigan una licenciatura universitaria los hijos de los pobres siguen siendo más pobres que los hijos de los ricos con menos estudios; que quienes tienen la suerte de tener unos padres más ricos y mejor educados tienen mejores perspectivas, ya que el nivel de ingresos de los progenitores ha devenido en el factor más decisivo ya que el coste de los estudios universitarios está aumentando más deprisa que las rentas medias; y que el acceso a una buena educación universitaria encarecida en sus tasas (sobre todo en los centros privados elitistas, muy vinculados a Wall Street) y con escasas becas depende, cada vez más, de los ingresos, riqueza y educación de los padres de los estudiantes. Ello genera el declive de la movilidad social por una insuficiente inversión en el interés general, incluida la educación pública.
http://economia.elpais.com/economia/2015/12/27/actualidad/1451243121_568037.html
miércoles, 6 de enero de 2016
Sufragistas
Público.es
Lo hicieron en las peores condiciones que puede hacerlo una clase en lucha, es decir no solo se enfrentaron a los patronos, a los gobiernos y a las fuerzas de represión que cargaron con toda crueldad contra las rebeldes, sino, más penosamente, contra sus propios maridos, padres, hermanos, amigos y colegas. No solo la policía las hirió con porrazos y disparos en las manifestaciones callejeras, en los intentos de huelga y en el enfrentamiento con los empresarios, sino que fueron víctimas sistemáticamente de los abusos sexuales y violaciones de los patronos y de sus “compañeros” de trabajo, y de la tiranía de sus maridos, que la ley permitía.
No solo sufrieron físicamente los golpes y las heridas y la alimentación forzada mediante sistemas medievales que les insertaban a la fuerza gomas en la nariz y en la boca por las que mediante un embudo les introducían alimentos líquidos, sino también fueron maltratadas psicológicamente mediante las humillaciones, los insultos y el menosprecio de sus familiares y de los otros obreros. No solo fueron heridas en su cuerpo sino también en su alma, en su dignidad, lo que no ha sufrido nunca el Movimiento Obrero, que a pesar de sus derrotas ha sido siempre respetado, hasta por sus enemigos. Durante 78 años los periódicos del muy poderoso Imperio británico no las mencionaron por otro nombre que el de “las locas”.
La película relata la decisión tomada por un pequeño grupo de obreras –y eso que siempre se ha intentado desprestigiar al Movimiento Feminista de aquella época acusándolo de elitista y formado por señoras burguesas- de lanzarse a realizar algunas acciones violentas, ante la imposibilidad de lograr por medios pacíficos que la Cámara de los Comunes aprobara una nueva Ley electoral que permitiera el sufragio a las mujeres. En el momento de la película las inglesas llevaban cincuenta años desarrollando una campaña legal, mediante manifestaciones, asambleas, reuniones, escritos, artículos de prensa, conferencias, debates en el Parlamento, sin que obtuvieran ningún avance en sus pretensiones.
Ni los testimonios que algunas obreras deponen en una Comisión del Parlamento sobre la explotación y el maltrato que sufren –comienzan a trabajar en la lavandería a los siete años– conmueve el pétreo corazón de los señores diputados ni del Presidente del Gobierno. Es esta nueva negativa y el fracaso que conlleva la que las induce a quemar buzones de correos y la casa de veraneo del Presidente.
Son tantas las vejaciones, la descarnada explotación que sufren, las enormes diferencias de salario con los obreros, los partos sobrellevados en la propia lavandería –la protagonista nace de tal guisa, y los bebés se escondían en el suelo entre las máquinas–, las enfermedades que padecen y la escasa expectativa de vida que tenían las lavanderas, que aquella breve explosión de violencia es minúscula en comparación con la que el poder ejerce impunemente contra ellas. Y Emily Davidson llega al propio sacrificio cuando se tira sobre uno de los caballos del Derby real en plena carrera, esgrimiendo la pancarta de “Votes for Women”, muriendo en el acto.
Gracias repetidas debemos darle a la directora y a todo el equipo que ha llevado al cine esta pequeña parte de la heroica epopeya que vivieron las sufragistas inglesas, ya que ningún otro director ni productor se ha sentido nunca emocionado por la gesta de las mujeres, tantos como invierten fortunas en relatarnos estupideces machistas y batallas masculinas que son las únicas que merecen su reconocimiento.
Así mismo las mujeres estadounidenses lucharon para conseguir el sufragio desde 1848, como se reclama en el Manifiesto de Séneca Falls de ese año, hasta 1920 en que finalmente se les “concede”. Setenta y dos años de reclamaciones, manifiestos, marchas imponentes, presentación de enmiendas en el Congreso, artículos, mítines, conferencias. Como las inglesas, tres cuartos de siglo en los que muchas fueron barridas por la caducidad de la vida, encarceladas, apartadas de la familia y de su inserción social, abandonadas por el marido o expulsadas del domicilio conyugal, a las que se les quitó la potestad sobre sus hijos, los padres las repudiaron y el patrono las despidió de su trabajo. Se vieron en la miseria, durmiendo en la calle, recogidas en alguna iglesia por curas más compasivos que los políticos, y viviendo de la ayuda que les prestaban las asociaciones que luchaban por obtener el estatus de ciudadanas.
Debemos a estas mujeres, y a nuestras precursoras españolas, que no por ser menos y menos arriesgadas, dejaron de sufrir marginación y exclusión social, insultos y desprecios por su defensa del feminismo, todo nuestro homenaje, nuestro agradecimiento, la imprescindible necesidad de que se investigue y se relate con veracidad la epopeya de nuestras antepasadas, que lograron cambiar la situación de servidumbre que padecían las mujeres de sus países, y cuyas ventajas hoy disfrutamos sus nietas y sus bisnietas. Lamentablemente la película olvida en sus letreros finales a España donde en 1931 la III República aprobó el derecho a votar y ser votadas para las mujeres.
Pero sobre todo les debemos proseguir la tarea iniciada por ellas, en muy peores condiciones que las que sufrimos nosotras. Porque cierto es que hoy podemos votar –si el marido nos lo permite, y solo lo que este dice, como vi que sucedía en las primarias de Sevilla y en las elecciones en Madrid-, que existen leyes laborales y derechos civiles que explicitan la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, pero no se quien puede estar tan engañado que piense que no se producen explotaciones, abusos y desprecios contra las mujeres por serlo y contra las obreras por su condición. Sin tener en cuenta –que es mucho no tenerla- la montaña de asesinadas que se ha formado en estos últimos años, y de apaleadas, violadas y abusadas.
En otro artículo, El mapa de la explotación femenina daba unos retazos de la situación laboral de las olivareras de Andalucía, de las plataneras de Canarias, de las camareras de hotel en toda España, de las limpiadoras industriales y domésticas, de las obreras en las fábricas textiles, en las industrias conserveras, en las del tabaco, en las de explosivos, pero a ellas hay que agregar decenas de otros sectores productivos que padecen iguales sufrimientos e injusticias.
Porque ya es hora de visibilizar las explotaciones de las amas de casa, y para ello nada mejor que comenzar con la sentencia recientemente dictada por el Tribunal Supremo contra la empresa Uralita por la contaminación de asbesto sufrida por las esposas de los obreros, al lavarles la ropa de trabajo.
He aquí una escandalosa –si este país fuese capaz de escandalizarse por algo– prueba de la explotación que padece la mujer que sólo realiza el trabajo de su casa.
Esposas y madres que invierten de 50 a 90 horas semanales en las tareas de fregado, lavado, compra, cocinado, limpieza, alimentación y cuidado de hijos y mayores, sin disponer ni de salario ni de días de descanso ni de vacaciones ni de seguridad social ni indemnizaciones por accidentes o enfermedad común ni jubilación. Solamente la esclavitud tenía las mismas condiciones de trabajo. Y además comparten, como las esposas de los trabajadores de Uralita, muchos de los riesgos laborales de sus maridos, sin que hasta esta histórica sentencia se les haya reconocido, ni en la legislación ni en las declaraciones políticas ni en las tareas sindicales.
Obreras, campesinas, empleadas de servicios, mineras, secretarias, esposas y madres, la mayoría de las mujeres en España siguen padeciendo similares explotaciones a las que denuncia la película Sufragistas.
Y nosotras, sus nietas y bisnietas, ¿estamos a la altura de aquellas heroicas pioneras? Nosotras, las dirigentes de grupos feministas, las políticas de diversos partidos, las profesoras universitarias, las técnicas de igualdad (ahora hasta les pagan), las asistentes sociales, las participantes en tertulias, las escritoras y las politólogas, ¿nos ocupamos realmente de las miserias que padecen nuestras hermanas? La opresión social, el acoso sexual, las diferencias salariales, ¿son motivo principal de nuestras denuncias, escritos, tertulias, asambleas, conferencias y cursos? En las Universidades, ¿no se dan más cursos acerca del amor cortés y el simbólico de la madre que sobre la explotación laboral femenina? ¿No están más interesadas las más mediáticas de las feministas en legalizar la prostitución y divagar sobre la teoría queer?
Y en cuanto a las estrategias actuales para remover las conciencias de los políticos y lograr que aprueben las imprescindibles leyes contra el terrorismo machista, sobre la igualdad salarial y la protección en el trabajo, ¿qué pensamos hacer desde el Movimiento Feminista, aparte de reunirnos las siempre convencidas y cabildear con los partidos, algunas con el único propósito de conseguir un hueco en los sabrosos despachos del Parlamento, del Senado y de los Ayuntamientos?
¿Cuántas serían hoy las decididas a quemar los buzones de correos y la residencia de veraneo de Mariano Rajoy en protesta y denuncia de las injusticias y explotaciones que están sufriendo las trabajadoras?
Y que las feministas no arguyan que hoy las mujeres no viven como hace dos siglos, porque muchas, varios millones, lo siguen haciendo, y quienes se escandalicen con mis declaraciones son las señoritas que comen cada día, disfrutan de piso, coche, vacaciones y empleo remunerado, e investigan y escriben estúpidas tesis doctorales sobre el pornoterrorismo –que les publican los señores, encantados con esta deriva del feminismo.
Porque aquellas, las que no saben si comerán cada día, apaleadas primero por el padre y más tarde por el marido, las despedidas del empleo y desahuciadas de su casa, después de ser abusadas sexualmente por el empleador, que arrastran consigo varios hijos mocosos y descalzos, de refugio en refugio, no han notado mucha diferencia de su situación con la de sus abuelas. Y aún más triste, quizá las de hoy estén viviendo peor que sus madres.
Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2015/12/30/sufragistas/
Aristarco de Samos
Aristarco (griego antiguo: Ἀρίσταρχος, Arístarchos o Aristarjos; latín: Aristarchus; c. 310 a. C.-c. 230 a. C.) fue un astrónomo y matemático griego, nacido en Samos, Grecia. Él es la primera persona, que se conozca, que propone el modelo heliocéntrico del Sistema Solar, colocando el Sol, y no la Tierra, en el centro del universo conocido.
Esta propuesta la hizo luego de estudiar la distancia y tamaño del Sol (determinó que el Sol es mucho más grande que la tierra).
Aristarco fue uno de los muchos sabios que hizo uso de la emblemática Biblioteca de Alejandría, en la que se reunían las mentes más privilegiadas del mundo clásico.
Los trabajos originales se perdieron probablemente en uno de los varios incendios que padeció la biblioteca de Alejandría. Del modelo heliocéntrico de Aristarco solo nos quedan las citas de Plutarco y Arquímedes.
Por el tiempo de Aristarco, la creencia obvia era pensar en un sistema geocéntrico. Los astrónomos de la época veían a los planetas y al Sol dar vueltas sobre nuestro cielo a diario. La Tierra, para muchos, debía encontrarse por ello en el centro de todo. Los planteamientos del reconocido Aristóteles hechos unos pocos años antes no dejaban lugar a dudas y venían a reforzar dicha hipótesis. La Tierra era el centro del universo y los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas se encontraban en esferas fijas que giraban en torno a la Tierra. Pero existían ciertos problemas a tales afirmaciones.
Algunos planetas como Venus y, sobre todo, Marte, describen trayectorias errantes en el cielo, es decir, a veces se mueven hacia adelante y otras hacia atrás, lo cual está en flagrante contradicción con la tradición aristotélica, que decía que todos los movimientos y las formas del cielo eran círculos perfectos. Antes que Aristarco, Heráclides Póntico encontró una posible solución al problema al proponer que los planetas podrían girar alrededor del Sol y éste a su vez alrededor de la Tierra. Esto ya fue un gran salto conceptual pero aún era un modelo parcialmente geocéntrico.
El paradigma dominante era el que consideraba a la Teoría (a La Tierra la tenían como el centro del universo) geocéntrica de Aristóteles, desarrollada a fondo años más tarde por Ptolomeo. No fue hasta los trabajos de Copérnico, unos mil setecientos años más tarde, que empezó a plantearse el modelo heliocéntrico como una alternativa consistente.
El único trabajo de Aristarco que ha sobrevivido hasta el presente, De los tamaños y las distancias del sol y de la luna, se basa en una cosmovisión geocéntrica. Sabemos por citas, sin embargo, que Aristarco escribió otro libro en el cual avanzó una hipótesis alternativa del modelo heliocéntrico. Arquímedes escribió:
"Tú, rey Gelón, estás enterado de que el universo es el nombre dado por la mayoría de los astrónomos a la esfera cuyo centro es el centro de la Tierra, mientras que su radio es igual a la línea recta que une el centro del Sol y el centro de la Tierra. Ésta es la descripción común como la has oído de astrónomos. Pero Aristarco ha sacado un libro que consiste en ciertas hipótesis, en donde se afirma, como consecuencia de las suposiciones hechas, que el universo es muchas veces mayor que el universo recién mencionado. Sus hipótesis son que las estrellas fijas y el Sol permanecen inmóviles, que la Tierra gira alrededor del Sol en la circunferencia de un círculo, el sol yace en el centro de la órbita, y que la esfera de las estrellas fijas, situada con casi igual centro que el Sol, es tan grande que el círculo en el cual él supone que la Tierra gira guarda tal proporción a la distancia de las estrellas fijas cuanto el centro de la esfera guarda a su superficie.
Aristarco creyó así que las estrellas estaban infinitamente lejos, y vio esto como la razón por la que no había paralaje visible, es decir, un movimiento observado de unas estrellas en relación con otras en tanto la Tierra se mueve alrededor del Sol. Las estrellas están, de hecho, mucho más lejanas de lo supuesto en la Antigüedad, y el paralaje estelar solamente es perceptible con los mejores telescopios. Pero el modelo geocéntrico fue elegido como una explicación más simple y mejor de la carencia de paralaje. El rechazo de la visión heliocéntrica era al parecer muy fuerte, como el pasaje siguiente de Plutarco sugiere (En la faz de la Luna-De facie in orbe lunae,):
"Cleantes, un contemporáneo de Aristarco pensó que era el deber de los griegos procesar a Aristarco de Samos con el cargo de impiedad por poner en movimiento el Hogar del universo (es decir, la Tierra) [...] suponiendo que el cielo permanece en reposo y la Tierra gira en un círculo oblicuo, mientras que rota, al mismo tiempo, sobre su propio eje." Sin embargo, el Profesor Lucio Russo afirma en su libro "The forgotten Revolution" (Springer Verlag) que el filólogo francés del s. XVII Gilles Ménage, influenciado probablemente por la persecución a heliocentristas como Giordano Bruno o Galileo, tradujo erróneamente esta cita de Plutarco (cambiando un acusativo por un nominativo y viceversa), como demuestra el hecho de que todas las versiones anteriores a la traducción de Ménage, que es la que se difundió desde entonces, presentan los términos claramente invertidos: es Aristarco quien sugiere que Cleantes debe ser juzgado por impiedad y no al contrario.
Este hecho, ya mencionado por Giacomo Leopardi en su "Historia de la Astronomía" (ver la voz "Aristarco" en la versión italiana) sugiere la necesidad de una reinterpretación de la recepción de las ideas de Aristarco.
Distancia al Sol
Aristarco argumentó que el Sol, la Luna, y la Tierra forman un ángulo recto en el momento del cuarto creciente o menguante de la Luna. Estimó que el ángulo opuesto al cateto mayor era de 87°. Aunque utilizó una correcta geometría, los datos de observación eran inexactos, por lo que concluyó erróneamente que el Sol estaba 20 veces más lejos que la Luna, cuando en realidad está 400 veces más lejos. Precisó que dado que la Luna y el Sol tienen tamaños angulares aparentes casi iguales, sus diámetros deben estar en proporción con sus distancias a la Tierra.
Fue quizá la idea de un Sol tan grande la que le indujo a pensar que debían ser el resto de cuerpos más pequeños los que girarán a su alrededor.
Críticas de sus contemporáneos al movimiento de la Tierra
Esta nueva representación del sistema astronómico fue, en la Antigüedad, severamente criticada. La idea de que la Tierra se movía resultaba inaceptable y parecía estar en contradicción tanto con el sentido común, como con las observaciones cotidianas. Además, la hipótesis se contraponía directamente a las doctrinas filosóficas clásicas aceptadas, según las cuales la Tierra debía tener un papel especial respecto de los demás cuerpos celestes, y su lugar debía ser el centro de Universo. Estos filósofos afirmaban, basándose en la teoría aristotélica, que los cuerpos pesados se mueven naturalmente hacia el centro de la Tierra. Otra implicación de la teoría de los movimientos naturales de Aristóteles era que el grave, una vez alcanzado su lugar natural se detenía o paraba. Las consecuencias de esta teoría llegaba a conclusiones en parte verdaderas y en parte falsas. Se deducía, por ejemplo, que la Tierra debía tener forma esférica, pero también que la Tierra permanecía del todo inmóvil en el centro del Universo.
Los científicos antiguos se daban cuenta de que si la Tierra gira sobre su eje cada 24 horas, la velocidad de un punto dado sobre la superficie de la Tierra debe ser muy alta. ¿Cómo podrían, entonces, las nubes o los proyectiles que se desplazaban por el aire superar la velocidad y el movimiento de la Tierra? Nunca se podría realizar ningún movimiento hacia el este porque la Tierra se adelantaría siempre.
El argumento principal de los astrónomos se basaba claramente en la fracasada observación del fenómeno del paralaje anual de las estrellas: si la Tierra gira alrededor del Sol debería haber algunas variaciones en las posiciones relativas de las estrellas, observadas desde diferentes puntos de la órbita terrestre. Si las cosas eran como Aristarco afirmaba, debía verificarse un desplazamiento de las estrellas fijas en el curso de un año, pero los astrónomos griegos no habían notado nada parecido en sus observaciones. Este hecho podía explicarse de dos formas:
La Tierra no gira alrededor del Sol.
La Tierra si gira alrededor del Sol, pero las estrellas están tan lejos que el desplazamiento es tan pequeño que no puede ser apreciado a simple vista.
Sabemos hoy que la segunda explicación era la correcta. Pero empleando los mejores instrumentos para observar las estrellas, el paralaje estelar anual no pudo ser descubierto hasta 1838, con las investigaciones de Bessel.
Es cierto que Aristarco no debió ser el único que creía en su hipótesis pero, en los textos antiguos se han borrado los nombres de sus sacrílegos seguidores. Al único al que se recuerda es a Seleuco, un astrónomo babilonio, que vivió un siglo después de Aristarco y que retomó la teoría heliocéntrica con bases argumentadas.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Aristarco_de_Samos
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