El coronavirus lleva dos años perturbando la vida social. Un estudio reciente sugiere que ahora somos menos extrovertidos, creativos, afables y meticulosos, sobre todo los jóvenes.
Asistir a clases, crear primeras impresiones memorables en el nuevo trabajo de oficina o llenar el auditorio de un concierto: muchos eventos sociales que habían sido ritos de paso para los jóvenes se vieron alterados por la pandemia de coronavirus.
Eso ha hecho que personas como Thuan Phung, un estudiante del penúltimo año en la Escuela de Diseño de Parsons que vive en Hell’s Kitchen en Manhattan, se sienta “raro” con las interacciones en la vida real. Después de dos años de clases en línea, regresó a las aulas.
“En Zoom puedes silenciar la conversación”, dijo Phung, de 25 años. “Me tomó un tiempo saber cómo hablar con la gente”.
Ahora, un estudio reciente sobre la personalidad sugiere que la incomodidad que él experimenta no es inusual para la gente de su generación, quienes se vieron forzados a aislarse debido a las restricciones generadas por la pandemia cuando tenían unos 20 años, una época de ansiedad social para muchos.
La covid no solo reconfiguró la manera en que trabajamos y nos relacionamos con los demás, sino que también cambió nuestra forma de ser, según el estudio que también encontró que algunos de los efectos más pronunciados se observaron entre los adultos jóvenes.
Es posible que los rasgos principales de nuestra personalidad se hayan atenuado un poco, de manera que nos hemos vuelto menos creativos y extrovertidos, no tan agradables y menos escrupulosos, según la investigación que fue publicada en septiembre en la revista PLOS ONE.
Estos declives equivalen a “cerca de una década de cambio de personalidad normativo”, señaló el estudio. Los menores de 30 años mostraban una “madurez alterada”. Ese cambio es contrario a la forma en que normalmente se desarrolla la personalidad de un adulto joven a lo largo del tiempo, escribieron los autores.
“Si los cambios son duraderos, esta evidencia sugiere que los eventos estresantes para toda la población pueden sesgar ligeramente la trayectoria de la personalidad, sobre todo en los adultos más jóvenes”, indicó el estudio.
Los autores del estudio sobre la personalidad se basaron en los datos de Understanding America Study, un panel por internet de la Universidad del Sur de California que en 2014 comenzó a recopilar las respuestas de encuestas, a partir de datos disponibles al público de unos 7000 participantes que respondieron a una evaluación de la personalidad administrada antes y durante la pandemia.
Angelina Sutin, autora principal del artículo y profesora de la Universidad Estatal de Florida, dijo que los resultados del estudio mostraron que, en promedio, la personalidad de los participantes se alteró durante la pandemia, aunque enfatizó que los hallazgos solo captaron “un momento en el tiempo” y podrían ser temporales.
“La personalidad tiende a ser bastante resistente al cambio. Quizá solo una pandemia mundial o algo de ese tipo” la afecte dijo Sutin. “Pero es difícil señalar con exactitud qué aspecto de la pandemia provocó estos cambios”.
Sutin y sus coautores tampoco saben si esos cambios de personalidad persistirán.
Los investigadores analizaron cinco dimensiones de la personalidad: el neuroticismo, es decir la tolerancia al estrés y a las emociones negativas; la apertura, definida como la falta de convencionalismo y la creatividad; la extroversión; la afabilidad, o el hecho de ser “confiado y directo”; y la meticulosidad, el grado de responsabilidad y organización de una persona.
Gerald Clore, profesor emérito de psicología de la Universidad de Virginia, dijo que los autores fueron “cautelosos” en sus conclusiones y en subrayar la necesidad de nuevos estudios para reexaminar los resultados.
La pandemia en sí misma fue un “experimento formidable”, dijo Clore, quien teorizó que tal vez haya sido la reestructuración de las rutinas, en vez del estrés general, lo que modificó la personalidad de las personas.
Quizá como un reflejo de los cambios que hubo, el interés por la psicoterapia se disparó durante toda la pandemia, según comentaron varios terapeutas. La terapia virtual también está en auge.
En Talkspace, una plataforma que ofrece terapia en línea, el número de usuarios individuales activos aumentó un 60 por ciento desde marzo de 2020 hasta un año después, dijo John Kim, un portavoz de la compañía.
El número de adolescentes que buscan terapia en BetterHelp aumentó casi cuatro veces desde 2019, declaró un portavoz de esa compañía que ofrece terapia en línea.
Los terapeutas que ejercen en Estados Unidos dicen que han observado que sus clientes tienen dificultades para sortear las restricciones de la vida pandémica y lidiar con las vicisitudes de las normas sociales.
Nedra Glover Tawwab, una terapeuta con sede en Charlotte, Carolina del Norte, que tiene un consultorio privado y más de un millón de seguidores en Instagram, dijo que notaba una creciente incomodidad a medida que la gente se reintegraba poco a poco a las rutinas del pasado, como trabajar en una oficina.
“Nos hemos acostumbrado tanto a aislarnos que ahora creemos que nos encanta”, mencionó Glover Tawwab. “Pero, ¿eres así de verdad? ¿O es lo que has tenido que aceptar durante esta época?”.
Algunas personas han sobrellevado el estrés, el agotamiento y la frustración de la pandemia con una nueva actividad: gritar en espacios abiertos junto con otras personas. La tendencia ya lleva más de un año atrayendo participantes.
Sarah Harmon, una terapeuta en Boston, organizó su primer evento de gritos primitivos en marzo de 2022 para dejar de lado los sentimientos que, según dijo, estaban explotando.
“La pandemia no nos dio nada; no permitía nada de esa liberación, nada de esa recarga”, dijo Harmon.
También explicó que la proliferación y popularidad de esos eventos muestran que las personas tienen necesidades insatisfechas y pocas formas de procesar o liberar sentimientos reprimidos como la ira.
Desde abril, Heather Dinn, de Zionsville, Indiana, ha organizado grupos que se reúnen en un campo de fútbol para gritar cada mes. Ella dice que el grito es una oportunidad para que las personas que reprimieron sus frustraciones se liberen de una carga emocional “desbordante” antes de que estalle.
“Cuando dejamos que todo se quede atorado, simplemente se queda ahí y no va a ninguna parte”, dijo Dinn, terapeuta de salud y estilo de vida.
Delta Hunter, una terapeuta de Nueva York que organiza un grupo de terapia de ansiedad social, dijo que la pandemia “agravó” la ansiedad existente.
“Las personas desean conectarse y procesar juntas y no pudimos hacer nada de eso”, opinó Hunter. “Por eso la gente se sintió muy perdida”.
Los adultos más jóvenes, principalmente los adolescentes, se han enfrentado a mayores restricciones en las actividades y experiencias típicas de la adolescencia y la juventud, según concluyó el estudio de Sutin que también detectó que los individuos menores de 30 años mostraron las caídas más bruscas en la meticulosidad y la afabilidad.
“Cuando todo tu mundo se traslada al espacio virtual, pierdes ese campo de entrenamiento para poder ser más afable”, dijo Harmon, y añadió que observó mucha ansiedad social en las generaciones más jóvenes, quizá porque no habían acumulado tantas experiencias presenciales y la capacidad para afrontar situaciones.
Hace varios meses, el consultorio de Anviksha Kalscheur en Chicago creó un programa de apoyo a los adolescentes para ayudarles a afrontar sus sentimientos de desconexión y aislamiento.
Según la especialista, en general, los adolescentes expresaron una perspectiva negativa hacia el futuro y una mayor ansiedad social. Los terapeutas detectaron un “pequeño nubarrón” en la perspectiva de sus clientes cuando se trataba de percibir la incertidumbre de los años venideros, explicó Kalscheur.
La conexión, el apego y la interacción con terceros son fundamentales para el desarrollo de la personalidad, afirmó Kalscheur, y añadió que la identidad y la personalidad aún se están formando en los adolescentes más jóvenes.
“Están en esa etapa de desarrollo pero no están recibiendo esas señales, esos apegos, ese aprendizaje, es decir todas esas piezas diferentes que hay y en las que ni siquiera solemos pensar”, dijo. “Así que, por supuesto, tu entorno tiene un impacto enorme además en ese marco temporal concreto”.
Cuánto durarán los cambios del periodo pandémico sigue siendo una incógnita, según los autores del estudio.
Los terapeutas, entre ellos Glover Tawwab, afirmaron que el periodo de transición a la interacción en persona tras el peor momento de la crisis podría suponer una oportunidad para reintegrarse lentamente y volver a conectar con la gente y las experiencias de modo más intencionado.
“Este es un momento maravilloso para observar realmente qué cosas echas de menos y de qué cosas prefieres alejarte”, manifestó. “Así que ahora tenemos este tiempo para crear lo que de verdad queremos”.
Grace Wilentz, una poeta de 37 años que vive en Dublín, dijo que el lado positivo de la pandemia es que adquirió mayor conciencia de sí misma y eso la ha llevado a reavivar algunas amistades con personas que se había distanciado. Ha reservado tiempo para volver a conectarse con viejos amigos durante los almuerzos de los días de trabajo.
“Esperaba que esas relaciones fueran un difíciles de revivir”, dijo. “Pero, en cierto modo, son más ricas y sólidas”.
La transformación positiva es posible en tiempos de incertidumbre, dijo Kalscheur.
“A veces, se necesita un colapso real de nuestras normas sociales, culturales e incluso de salud mental para transformarnos en algo mejor”, dijo. “Es casi como si tuvieras que tocar fondo para volver a reconstruir”.
https://www.nytimes.com/es/2022/11/17/espanol/pandemia-cambio-personalidad.html
sábado, 24 de diciembre de 2022
El arte y la ciencia de reconocer los errores.
Un grupo de 87 investigadores se retracta sobre las conclusiones de su artículo sobre el origen de la variante ómicron. Así avanza el conocimiento
Se puede argumentar que las noticias científicas son las únicas buenas noticias que aparecen en un periódico. Mientras el mundo cae en un infierno geoestratégico, el precio de la lombarda despega hacia la estratosfera y los poderes del Estado se enzarzan en un altercado con dudoso beneficio para los ciudadanos y para las inauditas partes implicadas, las noticias científicas nos hablan de un telescopio espacial que penetra en el origen del universo, de una inteligencia artificial cada vez más creativa y de la reconstrucción de un paisaje de Groenlandia que desapareció hace dos millones de años. Incluso en los años de plomo de la covid, fue la ciencia la que aportó paliativos y soluciones al problema, y se lo dice uno que se ganó el apodo de “el cenizo de la pandemia” entre sus propios amigos. Para qué quiere uno enemigos.
Pero los investigadores cometen errores, como todo el mundo, y el avance científico depende críticamente de su capacidad para detectarlos y corregirlos. Esta es una de las marcas de agua de la práctica científica, una que los tutores graban a fuego en los estudiantes y doctorandos. Si te has equivocado, reconócelo o te quedas fuera de juego. No estoy hablando de fraudes perpetrados por investigadores de manera consciente y retorcida, sino de genuinos errores que habían pasado inadvertidos en el momento de publicar el trabajo. La retracción de un paper (artículo científico revisado por pares) no hace titulares, pero es una práctica esencial que merece reflexión. Y acabamos de conocer un caso muy ilustrativo que se refiere al origen de ómicron, la variante del coronavirus que ha barrido el planeta este año y que está poniendo al gobierno chino ante la perspectiva de que mueran un millón y medio de personas en los próximos meses.
El trabajo en cuestión iba firmado por 87 investigadores coordinados por Jan Felix Drexler, del Hospital Universitario Charité de Berlín, y se publicó en ‘Science’ el pasado 1 de diciembre. Su tesis central era que los ancestros de ómicron circulaban ya por varios países africanos durante 2021, meses antes de que esa variante se detectara en Botsuana y Sudáfrica y conquistara el mundo desde allí. El resultado reforzaba una de las hipótesis sobre el origen de ómicron: que sus mutaciones se fueron acumulando lentamente mientras circulaba indetectado por unos países africanos donde no abundan los servicios de secuenciación genómica.
En cuanto se publicó el trabajo, los genetistas levantaron una ceja. Eso no cuadraba con lo que ya sabían de la evolución del virus. Cuando el SARS-CoV-2 evoluciona parsimoniosamente mientras circula por una población amplia deja unos rastros inconfundibles en el genoma de las nuevas variantes, y esos rastros no están en ómicron. Kristian Andersen, un evolucionista del Scripps Research de San Diego, California, y otros investigadores publicaron en Twitter esas objeciones. Tenían razón. Las muestras estaban contaminadas, y los 87 autores lo han admitido este miércoles en una retracción pública del ‘paper’.
Sé que esto no parece una columna de Navidad, pero créanme que lo es. En un panorama político irrespirable como el actual, que los científicos reconozcan sus errores con balcones a la calle es un verdadero regalo de Papá Noel.
Se puede argumentar que las noticias científicas son las únicas buenas noticias que aparecen en un periódico. Mientras el mundo cae en un infierno geoestratégico, el precio de la lombarda despega hacia la estratosfera y los poderes del Estado se enzarzan en un altercado con dudoso beneficio para los ciudadanos y para las inauditas partes implicadas, las noticias científicas nos hablan de un telescopio espacial que penetra en el origen del universo, de una inteligencia artificial cada vez más creativa y de la reconstrucción de un paisaje de Groenlandia que desapareció hace dos millones de años. Incluso en los años de plomo de la covid, fue la ciencia la que aportó paliativos y soluciones al problema, y se lo dice uno que se ganó el apodo de “el cenizo de la pandemia” entre sus propios amigos. Para qué quiere uno enemigos.
Pero los investigadores cometen errores, como todo el mundo, y el avance científico depende críticamente de su capacidad para detectarlos y corregirlos. Esta es una de las marcas de agua de la práctica científica, una que los tutores graban a fuego en los estudiantes y doctorandos. Si te has equivocado, reconócelo o te quedas fuera de juego. No estoy hablando de fraudes perpetrados por investigadores de manera consciente y retorcida, sino de genuinos errores que habían pasado inadvertidos en el momento de publicar el trabajo. La retracción de un paper (artículo científico revisado por pares) no hace titulares, pero es una práctica esencial que merece reflexión. Y acabamos de conocer un caso muy ilustrativo que se refiere al origen de ómicron, la variante del coronavirus que ha barrido el planeta este año y que está poniendo al gobierno chino ante la perspectiva de que mueran un millón y medio de personas en los próximos meses.
El trabajo en cuestión iba firmado por 87 investigadores coordinados por Jan Felix Drexler, del Hospital Universitario Charité de Berlín, y se publicó en ‘Science’ el pasado 1 de diciembre. Su tesis central era que los ancestros de ómicron circulaban ya por varios países africanos durante 2021, meses antes de que esa variante se detectara en Botsuana y Sudáfrica y conquistara el mundo desde allí. El resultado reforzaba una de las hipótesis sobre el origen de ómicron: que sus mutaciones se fueron acumulando lentamente mientras circulaba indetectado por unos países africanos donde no abundan los servicios de secuenciación genómica.
En cuanto se publicó el trabajo, los genetistas levantaron una ceja. Eso no cuadraba con lo que ya sabían de la evolución del virus. Cuando el SARS-CoV-2 evoluciona parsimoniosamente mientras circula por una población amplia deja unos rastros inconfundibles en el genoma de las nuevas variantes, y esos rastros no están en ómicron. Kristian Andersen, un evolucionista del Scripps Research de San Diego, California, y otros investigadores publicaron en Twitter esas objeciones. Tenían razón. Las muestras estaban contaminadas, y los 87 autores lo han admitido este miércoles en una retracción pública del ‘paper’.
Sé que esto no parece una columna de Navidad, pero créanme que lo es. En un panorama político irrespirable como el actual, que los científicos reconozcan sus errores con balcones a la calle es un verdadero regalo de Papá Noel.
viernes, 23 de diciembre de 2022
La Europa del euro sembró la semilla de la extrema derecha y ya no puede frenarla
30 Sep 2022 La Europa del euro sembró la semilla de la extrema derecha y ya no puede frenarla🔊 Escuchar
Publicado en Público.es el 30 de septiembre de 2022
¿Cómo es posible que en un periodo de tiempo tan relativamente pequeño hayan podido expandirse tanto e incluso normalizarse las ideas extremistas, claramente antidemocráticas, en la Europa que se jactaba de ser la cuna y el futuro de la civilización más humanista y ejemplar?
Mi opinión es que eso ha tenido mucho que ver con el modo en que se ha ido construyendo la Unión Europea y, sobre todo, la zona monetaria del euro. Que, a su vez, es una de las expresiones más perfectamente acabadas del capitalismo neoliberal de nuestro tiempo.
Desde el punto de vista económico, no creo que sea necesario insistir en que las previsiones sobre los beneficios del euro no se han cumplido y, por tanto, que se ha producido una gran frustración social, aunque no se hable de ello.
Bastantes estudios empíricos (como este) han mostrado que el euro no ha generado efectos positivos singulares sobre la tasa de crecimiento económico en los países que lo asumieron. Lo cual es relevante pues se estimaba que ese sería el motor de los avances generales en inversión, empleo y bienestar. Es también una evidencia que la deuda se ha desbocado en todos los países y que no se ha logrado la convergencia de las economías que se anunció como una consecuencia segura de su puesta en marcha.
Todo lo cual, por cierto, era previsible, tal como anunciaron muchos economistas al señalar que la unión monetaria del euro estaba mal diseñada desde el principio. Paul Krugman dijo que los criterios de convergencia eran una «solemne tontería» y Joseph Stiglitz escribió todo un libro para demostrar «cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa». No se reconoció, pero se supo desde su inicio que el euro nunca podría generar las ventajas que se le asociaban, porque se diseñó sin las instituciones y mecanismos de ajuste imprescindibles para hacer frente a los desequilibrios y shocks de tan diferente tipo que hoy día pueden afectar a las economías.
Durante algunos años, y a costa de generar burbujas y un endeudamiento que terminarían siendo letales, aumentó la convergencia entre las economías que formaban parte del euro pero comprobándose, al mismo tiempo, que más acercamiento en términos de PIB per capita no llevaba consigo ni semejante generación de valor añadido, ni armonía estructural ni, por supuesto, más equidad. Y cuando estallaron, las crisis fueron devastadoras; como no podía ser de otro modo, precisamente porque se carecía de mecanismos adecuados de ajuste y estabilización. Es más, el euro había dejado sin apenas capacidad de maniobra macroeconómica a los gobiernos y lo poco que estos podían hacer para luchar contra ellas era, para colmo, procíclico; es decir, que agudizaba los problemas.
Se sabía perfectamente que los cambios que llevaría consigo la implantación del euro no serían los fantásticos que se vendían a la opinión pública, sin ningún tipo de debate plural, para que aceptara sin rechistar su creación. Y se sabía que iban a generar mucha frustración ciudadana y descontento. Así lo reconoció en 1998 Etienne Davignon, presidente del grupo financiero más poderoso de Bélgica, en una entrevista en El País: «Los Gobiernos temen explicar a sus opiniones públicas la magnitud de los cambios que se avecinan. Es peligroso».
Tan claro debían tener los dirigentes europeos que la ciudadanía podría considerar peligroso al euro e indeseable asumir sus implicaciones, que lo legislaron sin contemplar la posibilidad material de poder salir de él. La trampa mejor urdida de la historia porque ¿quién en su sano juicio aceptaría incorporarse a algo de donde no esté contemplado que pueda salir si le va mal? Pues sí, los europeos que se incorporaron a una zona euro en cuyas normas no se contempla que algún país pueda abandonarla.
Pero ni siquiera todo esto ha sido lo peor que ha llevado consigo el euro y lo que, a mi juicio, ha producido la frustración, el desengaño y el desapego a las democracias que ha hecho crecer a la extrema derecha en Europa.
El euro ha impuesto políticas europeas en sustitución de las nacionales. Y el problema ha surgido porque la Unión Europea es un sujeto que adopta políticas sin ser político, utilizando el juego de palabras que me permito tomar prestado de Vivien Ann Schmidt (aquí). Es decir, sin tener una polis que lo condicione cuando crea conveniente. O, dicho de otro modo, porque no es una democracia y, por tanto, porque no proporciona ni el espacio ni los procedimientos (ni democráticos ni de cualquier otro tipo) que permitan canalizar las preferencias, las frustraciones, el descontento o la voluntad ciudadanas. La Europa del euro toma las decisiones que afectan a la ciudadanía, a veces muy gravemente, sin discusión ciudadana posible.
En la Europa del euro, la ciudadanía no se puede pronunciar ni deliberar, apenas puede influir, no tiene capacidad para controlar o censurar, y nunca puede decidir. Todo lo que afecta a sus condiciones de vida le viene dado; o mejor dicho, impuesto. Y en el único y cada vez más reducido espacio en donde a duras penas puede hacer algo de todo ello, en el de su respectiva nación, resulta que lo puede hacer en cada vez menor medida, en menos materias y siempre con la espada de Damocles sobre su cabeza: ¿lo permitirá o no lo permitirán Bruselas o Frankfurt, la Comisión Europea o el Banco Central Europeo, respectivamente?
Y la cuestión ni siquiera termina con ese achicamiento progresivo del espacio democrático que produce el euro. Como los partidos o los gobiernos nacionales no pueden decidir con autonomía porque no disponen ya de capacidad de maniobra suficiente, es materialmente imposible que pueden cumplir las promesas que han de ofrecer a sus potenciales electores y sin las cuales nunca podrán ganar las elecciones. Eso ha hecho que la política nacional se haya convertido en una farsa, en un sainete de compromisos que todo el mundo sabe que no se harán efectivos, salvo que respondan a la voluntad expresa de Bruselas, la cual ningún partido en su sano juicio (como reconociera Davignon) se atreverá a presentar ante sus electores como propia, si quiere conseguir su voto.
En el polo justamente opuesto de las instituciones del euro, los gobiernos nacionales han de limitarse -como también dice Vivien Schmidt- a hacer política sin hacer políticas, sin poder adoptarlas. Pero, entonces, ¿en qué queda la democracia?
Pues, realmente, en casi nada. El euro, esa es la realidad, vacía de democracia la política que se hace bajo su imperio.
Se sabía desde el principio que la Europa de los tratados del euro iba a ser incompatible con la constitución de algo parecido a un supra estado democrático. Nunca se pretendió. Lo que posiblemente no se tuvo en cuenta (o sí, quién sabe) es que convertir a la Unión Europea del euro en una no-democracia tan poderosa y determinante de lo que ocurre en las naciones que la conforman iba a debilitar en grado extremo a las democracias nacionales, o incluso a desmantelarlas, como dice Habermas que ha sucedido en Europa.
La Europa del euro ha desnaturalizado e inutilizado a las ya de por sí menguadas democracias nacionales en Europa y se ha construido a ella misma sobre la base de considerar innecesarias y prescindibles a la voz, las preferencias y la decisión de la ciudadanía; es decir, a la Democracia. ¿Quién se puede extrañar, entonces, que cada vez más gente y partidos simpaticen, voten, se unan, justifiquen, convivan sin problemas, o tengan por aliados para gobernar a quienes la rechazan expresamente?
¿Cómo es posible que en un periodo de tiempo tan relativamente pequeño hayan podido expandirse tanto e incluso normalizarse las ideas extremistas, claramente antidemocráticas, en la Europa que se jactaba de ser la cuna y el futuro de la civilización más humanista y ejemplar?
Mi opinión es que eso ha tenido mucho que ver con el modo en que se ha ido construyendo la Unión Europea y, sobre todo, la zona monetaria del euro. Que, a su vez, es una de las expresiones más perfectamente acabadas del capitalismo neoliberal de nuestro tiempo.
Desde el punto de vista económico, no creo que sea necesario insistir en que las previsiones sobre los beneficios del euro no se han cumplido y, por tanto, que se ha producido una gran frustración social, aunque no se hable de ello.
Bastantes estudios empíricos (como este) han mostrado que el euro no ha generado efectos positivos singulares sobre la tasa de crecimiento económico en los países que lo asumieron. Lo cual es relevante pues se estimaba que ese sería el motor de los avances generales en inversión, empleo y bienestar. Es también una evidencia que la deuda se ha desbocado en todos los países y que no se ha logrado la convergencia de las economías que se anunció como una consecuencia segura de su puesta en marcha.
Todo lo cual, por cierto, era previsible, tal como anunciaron muchos economistas al señalar que la unión monetaria del euro estaba mal diseñada desde el principio. Paul Krugman dijo que los criterios de convergencia eran una «solemne tontería» y Joseph Stiglitz escribió todo un libro para demostrar «cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa». No se reconoció, pero se supo desde su inicio que el euro nunca podría generar las ventajas que se le asociaban, porque se diseñó sin las instituciones y mecanismos de ajuste imprescindibles para hacer frente a los desequilibrios y shocks de tan diferente tipo que hoy día pueden afectar a las economías.
Durante algunos años, y a costa de generar burbujas y un endeudamiento que terminarían siendo letales, aumentó la convergencia entre las economías que formaban parte del euro pero comprobándose, al mismo tiempo, que más acercamiento en términos de PIB per capita no llevaba consigo ni semejante generación de valor añadido, ni armonía estructural ni, por supuesto, más equidad. Y cuando estallaron, las crisis fueron devastadoras; como no podía ser de otro modo, precisamente porque se carecía de mecanismos adecuados de ajuste y estabilización. Es más, el euro había dejado sin apenas capacidad de maniobra macroeconómica a los gobiernos y lo poco que estos podían hacer para luchar contra ellas era, para colmo, procíclico; es decir, que agudizaba los problemas.
Se sabía perfectamente que los cambios que llevaría consigo la implantación del euro no serían los fantásticos que se vendían a la opinión pública, sin ningún tipo de debate plural, para que aceptara sin rechistar su creación. Y se sabía que iban a generar mucha frustración ciudadana y descontento. Así lo reconoció en 1998 Etienne Davignon, presidente del grupo financiero más poderoso de Bélgica, en una entrevista en El País: «Los Gobiernos temen explicar a sus opiniones públicas la magnitud de los cambios que se avecinan. Es peligroso».
Tan claro debían tener los dirigentes europeos que la ciudadanía podría considerar peligroso al euro e indeseable asumir sus implicaciones, que lo legislaron sin contemplar la posibilidad material de poder salir de él. La trampa mejor urdida de la historia porque ¿quién en su sano juicio aceptaría incorporarse a algo de donde no esté contemplado que pueda salir si le va mal? Pues sí, los europeos que se incorporaron a una zona euro en cuyas normas no se contempla que algún país pueda abandonarla.
Pero ni siquiera todo esto ha sido lo peor que ha llevado consigo el euro y lo que, a mi juicio, ha producido la frustración, el desengaño y el desapego a las democracias que ha hecho crecer a la extrema derecha en Europa.
El euro ha impuesto políticas europeas en sustitución de las nacionales. Y el problema ha surgido porque la Unión Europea es un sujeto que adopta políticas sin ser político, utilizando el juego de palabras que me permito tomar prestado de Vivien Ann Schmidt (aquí). Es decir, sin tener una polis que lo condicione cuando crea conveniente. O, dicho de otro modo, porque no es una democracia y, por tanto, porque no proporciona ni el espacio ni los procedimientos (ni democráticos ni de cualquier otro tipo) que permitan canalizar las preferencias, las frustraciones, el descontento o la voluntad ciudadanas. La Europa del euro toma las decisiones que afectan a la ciudadanía, a veces muy gravemente, sin discusión ciudadana posible.
En la Europa del euro, la ciudadanía no se puede pronunciar ni deliberar, apenas puede influir, no tiene capacidad para controlar o censurar, y nunca puede decidir. Todo lo que afecta a sus condiciones de vida le viene dado; o mejor dicho, impuesto. Y en el único y cada vez más reducido espacio en donde a duras penas puede hacer algo de todo ello, en el de su respectiva nación, resulta que lo puede hacer en cada vez menor medida, en menos materias y siempre con la espada de Damocles sobre su cabeza: ¿lo permitirá o no lo permitirán Bruselas o Frankfurt, la Comisión Europea o el Banco Central Europeo, respectivamente?
Y la cuestión ni siquiera termina con ese achicamiento progresivo del espacio democrático que produce el euro. Como los partidos o los gobiernos nacionales no pueden decidir con autonomía porque no disponen ya de capacidad de maniobra suficiente, es materialmente imposible que pueden cumplir las promesas que han de ofrecer a sus potenciales electores y sin las cuales nunca podrán ganar las elecciones. Eso ha hecho que la política nacional se haya convertido en una farsa, en un sainete de compromisos que todo el mundo sabe que no se harán efectivos, salvo que respondan a la voluntad expresa de Bruselas, la cual ningún partido en su sano juicio (como reconociera Davignon) se atreverá a presentar ante sus electores como propia, si quiere conseguir su voto.
En el polo justamente opuesto de las instituciones del euro, los gobiernos nacionales han de limitarse -como también dice Vivien Schmidt- a hacer política sin hacer políticas, sin poder adoptarlas. Pero, entonces, ¿en qué queda la democracia?
Pues, realmente, en casi nada. El euro, esa es la realidad, vacía de democracia la política que se hace bajo su imperio.
Se sabía desde el principio que la Europa de los tratados del euro iba a ser incompatible con la constitución de algo parecido a un supra estado democrático. Nunca se pretendió. Lo que posiblemente no se tuvo en cuenta (o sí, quién sabe) es que convertir a la Unión Europea del euro en una no-democracia tan poderosa y determinante de lo que ocurre en las naciones que la conforman iba a debilitar en grado extremo a las democracias nacionales, o incluso a desmantelarlas, como dice Habermas que ha sucedido en Europa.
La Europa del euro ha desnaturalizado e inutilizado a las ya de por sí menguadas democracias nacionales en Europa y se ha construido a ella misma sobre la base de considerar innecesarias y prescindibles a la voz, las preferencias y la decisión de la ciudadanía; es decir, a la Democracia. ¿Quién se puede extrañar, entonces, que cada vez más gente y partidos simpaticen, voten, se unan, justifiquen, convivan sin problemas, o tengan por aliados para gobernar a quienes la rechazan expresamente?
Juan Torres López.
jueves, 22 de diciembre de 2022
_- POLLO AL AJILLO: LA RECETA CLÁSICA QUE SIEMPRE SALE BIEN.
_- Es uno de los platos tradicionales españoles más sencillos de hacer, y también más efectivos: con muy poco esfuerzo consigues una carne tierna y una salsa poderosa que pide pan a gritos.
Su nombre puede asustar a los que les sienta como un tiro el ajo. Sin embargo, el pollo al ajillo no tiene por qué resultar indigesto si pones los dientes enteros, no te los comes, y sólo disfrutas del maravilloso saborcillo que le dan a la salsa. Esta es solo una de las muchas ventajas de este clásico de la cocina española, que se hace con la gorra, es barato, incluye pocos ingredientes y no exige conocimiento culinario alguno en su preparación.
Nuestra versión respeta la fórmula tradicional. Como Nigella Lawson, aquí creemos en “maximizar el placer”, y por eso incorporamos algunos pequeños detalles para realzar el sabor: unos granos de pimienta, brandy en vez de vino y un toquecillo de vinagre de Jerez. El uso de contramuslos es opcional, pero conviene si queremos una carne tierna y jugosa. Para aprender a preparar pollo al ajillo, basta con que mires el vídeo de arriba.
POLLO AL AJILLO
Ingredientes
Para 4 personas
800 g de contramuslos de pollo sin piel (si no están deshuesados, 1 kg aproximadamente)
1 cabeza de ajo
1 hoja de laurel
3 o 4 guindillas secas pequeñas
100 ml de cognac o brandy
1 cucharadita de pimienta en grano
1 cucharada de vinagre de jerez
150 ml de aceite de oliva
Pimienta en grano
Sal
Preparación
Pelar los dientes de ajo y ponerlos a rehogar con el laurel y el aceite en una cazuela a fuego medio-bajo. Vigilar que no se quemen.
Salar los contramuslos.
Sacar el laurel y los ajos cuando estén dorados, subir el fuego y cuando el aceite esté bien caliente, freír en él los contramuslos en tandas, hasta que estén bien dorados por todos lados. Sacarlos a un plato y bajar el fuego.
Cuando el aceite se haya templado, volver a poner en la cazuela el pollo y los ajos. Sumar el brandy, las guindillas, la pimienta en grano y el vinagre de jerez. Añadir unos 150 ml de agua, remover y tapar. Dejar que el pollo se haga a fuego lento unos 40 minutos, o hasta que esté tierno.
Si la salsa ha quedado muy líquida, se pueden sacar el pollo y los ajos y reducirla unos minutos a fuego vivo.
Su nombre puede asustar a los que les sienta como un tiro el ajo. Sin embargo, el pollo al ajillo no tiene por qué resultar indigesto si pones los dientes enteros, no te los comes, y sólo disfrutas del maravilloso saborcillo que le dan a la salsa. Esta es solo una de las muchas ventajas de este clásico de la cocina española, que se hace con la gorra, es barato, incluye pocos ingredientes y no exige conocimiento culinario alguno en su preparación.
Nuestra versión respeta la fórmula tradicional. Como Nigella Lawson, aquí creemos en “maximizar el placer”, y por eso incorporamos algunos pequeños detalles para realzar el sabor: unos granos de pimienta, brandy en vez de vino y un toquecillo de vinagre de Jerez. El uso de contramuslos es opcional, pero conviene si queremos una carne tierna y jugosa. Para aprender a preparar pollo al ajillo, basta con que mires el vídeo de arriba.
POLLO AL AJILLO
Ingredientes
Para 4 personas
800 g de contramuslos de pollo sin piel (si no están deshuesados, 1 kg aproximadamente)
1 cabeza de ajo
1 hoja de laurel
3 o 4 guindillas secas pequeñas
100 ml de cognac o brandy
1 cucharadita de pimienta en grano
1 cucharada de vinagre de jerez
150 ml de aceite de oliva
Pimienta en grano
Sal
Preparación
Pelar los dientes de ajo y ponerlos a rehogar con el laurel y el aceite en una cazuela a fuego medio-bajo. Vigilar que no se quemen.
Salar los contramuslos.
Sacar el laurel y los ajos cuando estén dorados, subir el fuego y cuando el aceite esté bien caliente, freír en él los contramuslos en tandas, hasta que estén bien dorados por todos lados. Sacarlos a un plato y bajar el fuego.
Cuando el aceite se haya templado, volver a poner en la cazuela el pollo y los ajos. Sumar el brandy, las guindillas, la pimienta en grano y el vinagre de jerez. Añadir unos 150 ml de agua, remover y tapar. Dejar que el pollo se haga a fuego lento unos 40 minutos, o hasta que esté tierno.
Si la salsa ha quedado muy líquida, se pueden sacar el pollo y los ajos y reducirla unos minutos a fuego vivo.
miércoles, 21 de diciembre de 2022
_- Qué es una mentalidad de crecimiento y cómo puedes cultivarla
_- Entre los cambios diarios dentro del mundo laboral, nunca ha habido un mejor momento para que los empleados cultiven habilidades que les ayuden a manejar mejor los desafíos de su lugar de trabajo.
Aquí es donde surge la idea de la "mentalidad de crecimiento": la creencia de que los trabajadores son capaces de mejorar activamente sus habilidades, en lugar de ser innatamente capaces o incapaces de completar ciertas tareas.
Sin embargo, esta mentalidad de "puedo hacerlo" puede ser más difícil de conquistar de lo que parece. Lograrla significa sentirse cómodo aceptando obstáculos, aprendiendo de las críticas y persistiendo cuando las cosas se ponen difíciles.
Incluso si creemos que vale la pena desarrollar esa tenacidad, en la práctica las dudas y los miedos pueden dominar.
"Estamos programados para creer en nuestras emociones", dice Elaine Elliott-Moskwa, psicóloga y autora de The Growth Mindset Workbook, basada en Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos.
Cuando una persona dice 'siento que no soy lo suficientemente bueno', ese sentimiento es muy poderoso, aunque sea una creencia sobre sus habilidades".
En el corazón de la mentalidad de crecimiento está aprender a superar esos sentimientos de incapacidad o insuficiencia frente a los obstáculos y, en cambio, reconocer una oportunidad para aprender.
Y puede haber profundos beneficios al cultivar este enfoque. Los empleados con una mentalidad de crecimiento pueden aprovechar un conjunto de habilidades útiles para manejar el estrés, construir relaciones de apoyo con los colegas, hacer frente a los fracasos y desarrollar atributos para ayudarlos a avanzar en sus carreras.
¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
La mentalidad de crecimiento surgió por primera vez en 1988/> como una teoría relacionada con la educación.
"Tenía que ver por qué los niños inteligentes fallan frente a las dificultades a pesar de sus habilidades reales", dice Elliott-Moskwa.
La idea era que la actitud de los estudiantes para asumir un desafío, más que su habilidad innata, fuera un determinante clave para el éxito. En otras palabras, nuestras ideas sobre cuán capaces somos para hacer algo pueden tener un impacto significativo en el resultado de una tarea.
La psicóloga y profesora de Stanford, Carol Dweck, redujo este concepto a dos enfoques que pueden determinar los resultados: "mentalidad fija" y "mentalidad de crecimiento".
"La mentalidad fija es la idea de que tus habilidades son altas o bajas, y no hay mucho que puedas hacer para cambiarlo", explica Elliott-Moskwa, "mientras que la mentalidad de crecimiento es la visión de que tus habilidades son maleables o cambiables".
Si bien algunas personas pueden inclinarse naturalmente más hacia un lado que hacia el otro, es un hecho que las personas no tienen una mentalidad fija o de crecimiento para todos los problemas.
Más bien, abordar un desafío con una mentalidad de crecimiento en lugar de una mentalidad fija es una elección que cualquiera puede hacer. Sin embargo, para muchas personas los momentos de dificultad a menudo estimulan una mentalidad fija.
Por ejemplo, dice Elliott-Moskwa, cuando las personas aceptan las críticas de un jefe o luchan con una nueva tarea, pueden sentir una sensación de insuficiencia. En estas situaciones, una respuesta de mentalidad fija podría ser "no soy lo suficientemente bueno" o "no puedo hacerlo", señala.
Por el contrario, un enfoque de mentalidad de crecimiento toma un rumbo diferente en la misma situación.
Las personas con mentalidad de crecimiento no interpretan esos momentos como fallas personales, sino que reconocen la necesidad de mejorar.
De manera crucial, las personas que trabajan con una mentalidad de crecimiento creen que son capaces de mejorar y pueden dividir los desafíos en pasos alcanzables.
Esto significa salir de la zona de confort y aceptar un cierto nivel de riesgo, incertidumbre y el potencial de fracaso que conlleva probar algo nuevo.
"Se siente un poco incómodo y también un poco emocionante", dice Isabella Venour, una entrenadora de mentalidad con sede en Londres, que ayuda a los profesionales a comprender el papel que juegan sus creencias, valores y patrones de pensamiento en el lugar de trabajo.
"Tienes un poco de riesgo de que salga mal, pero también tienes el potencial de aprender algo y crecer como individuo".
empleados FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES
¿Por qué es importante?
Un enfoque de "sí puedo" es una ventaja en el lugar de trabajo: demuestra que los trabajadores son adaptables y están dispuestos a evolucionar dentro de sus trabajos y organizaciones.
Pero fomentar una mentalidad de crecimiento juega un papel importante para ayudar a los trabajadores a navegar por las turbulencias y mejorar la resiliencia a medida que se sienten más seguros y capaces de manejar las dificultades.
Esto es esencial en un momento en que muchos empleados luchan por su bienestar después de la pandemia.
Un informe sobre el estado de la fuerza laboral de 2022 de Gallup mostró que el estrés entre los trabajadores globales ha aumentado constantemente desde que comenzó la pandemia en 2020.
Una encuesta global similar realizada por Wellbeing Project mostró que en 2022 la resiliencia es particularmente baja y el riesgo de agotamiento permanece, especialmente entre los que no son gerentes.
"Las personas se ven estresadas a medida que las presiones del trabajo y la vida se mezclan entre sí", dice Venour. "Los líderes empresariales se dan cuenta de que sus empleados tienen dificultades para hacer frente a los desafíos cotidianos".
La mentalidad de crecimiento no solo proporciona un marco para enfrentar los desafíos, sino también una forma de dividir esos desafíos en pasos manejables.
"A menudo, si nos sentimos presionados cuando no tenemos una mentalidad de crecimiento, tendemos a centrarnos en lo que no podemos controlar", señala Venour.
"Es mucho más útil centrarse en lo que podemos influir".
Esto comienza cuando los trabajadores identifican las fortalezas personales que pueden utilizar y luego elaboran un plan para mejorar las áreas débiles.
Establecer límites
Adoptar un enfoque pragmático puede ayudar a superar el agobio y también ayudar a los trabajadores a establecer límites, algo que muchos empleados remotos están luchando por hacer.
Por ejemplo, "si tu jefe te da una tarea que crees que no es realista, es más fácil decir que no estás seguro del momento o que necesitas una reunión adicional para tener más claridad", afirma Venour.
"Porque tienes confianza en tus habilidades y no ves las debilidades como algo por lo cual debas castigarte. Eres capaz de decir 'necesito algo de apoyo aquí'".
Es posible practicar la mentalidad de crecimiento individualmente, pero si una empresa alienta a toda la fuerza laboral a adoptarla, los resultados pueden ser aún más poderosos.
"Alienta a las personas a concentrarse en el feedback en lugar del fracaso", dice Venour. Esto puede ayudar a motivar a los empleados a abordar proyectos desafiantes y crear una cultura de aprendizaje integrada.
Los estudios sugieren que esto es algo que los trabajadores desean mayoritariamente: en un estudio de McKinsey & Company de 2022, el 41 % de los trabajadores dijo que la principal razón por la que dejarían un trabajo es la falta de desarrollo y avance profesional.
trabajadora FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES
¿Cómo se puede mejorar la mentalidad de crecimiento?
El primer paso para fomentar una mentalidad de crecimiento es la conciencia personal: la capacidad de identificar el pensamiento de mentalidad fija cuando ocurre, que a menudo se manifiesta como sentimientos de incomodidad o insuficiencia frente a un desafío.
Primero, Elliott-Moskwa aconseja reconocer y aceptar tales sentimientos, en lugar de castigarte por ellos. "Luego, toma otra decisión conscientemente para dar un paso de acción de acuerdo con lo que estarías haciendo si tuvieras una mentalidad de crecimiento: la creencia de que podrías aumentar tus habilidades", señala.
Para ayudar a los clientes a abordar los obstáculos con una mentalidad de crecimiento, Venour a menudo divide los desafíos que se sienten abrumadores en partes más pequeñas.
Por ejemplo, si un trabajador se siente incapaz de dar una presentación frente a sus colegas, "¿cuánto de eso es emocional y cuánto de eso es fáctico?", pregunta.
"¿Puedes hablar? Sí. ¿Has hablado delante de más de una persona antes? Sí. ¿Has hecho diapositivas de presentación antes? Sí. Entonces, si hay elementos que sí puedes hacer, ¿cuál es la parte con la que no te sientes cómodo?".
Reducir un desafío abrumador a un punto específico de dificultad ayuda a los trabajadores a concentrarse y reduce el elemento de aprendizaje requerido a un nivel alcanzable.
A menudo, el aprendizaje en sí requiere pedir ayuda. Uno de los conceptos clave de la mentalidad de crecimiento es ver a los demás como inspiración en lugar de competencia, un enfoque que puede ayudar a fomentar equipos colaborativos.
"Si los trabajadores ven a los demás como recursos y no como competidores, estarán abiertos a compartir las habilidades y capacidades de otras personas y a aprender de sus compañeros de trabajo", dice Elliott-Moskwa.
Con el tiempo, reconocer la mentalidad fija y practicar una mentalidad de crecimiento puede volverse más fácil, y la perspectiva de asumir desafíos, menos desalentadora.
"La mentalidad de crecimiento es una actitud de empoderamiento", dice Venour. "Realmente puedes desarrollarte y con el tiempo crecer como persona".
* Si quieres leer el artículo original de BBC Worklife, haz clic aquí
Aquí es donde surge la idea de la "mentalidad de crecimiento": la creencia de que los trabajadores son capaces de mejorar activamente sus habilidades, en lugar de ser innatamente capaces o incapaces de completar ciertas tareas.
Sin embargo, esta mentalidad de "puedo hacerlo" puede ser más difícil de conquistar de lo que parece. Lograrla significa sentirse cómodo aceptando obstáculos, aprendiendo de las críticas y persistiendo cuando las cosas se ponen difíciles.
Incluso si creemos que vale la pena desarrollar esa tenacidad, en la práctica las dudas y los miedos pueden dominar.
"Estamos programados para creer en nuestras emociones", dice Elaine Elliott-Moskwa, psicóloga y autora de The Growth Mindset Workbook, basada en Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos.
Cuando una persona dice 'siento que no soy lo suficientemente bueno', ese sentimiento es muy poderoso, aunque sea una creencia sobre sus habilidades".
En el corazón de la mentalidad de crecimiento está aprender a superar esos sentimientos de incapacidad o insuficiencia frente a los obstáculos y, en cambio, reconocer una oportunidad para aprender.
Y puede haber profundos beneficios al cultivar este enfoque. Los empleados con una mentalidad de crecimiento pueden aprovechar un conjunto de habilidades útiles para manejar el estrés, construir relaciones de apoyo con los colegas, hacer frente a los fracasos y desarrollar atributos para ayudarlos a avanzar en sus carreras.
¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
La mentalidad de crecimiento surgió por primera vez en 1988/> como una teoría relacionada con la educación.
"Tenía que ver por qué los niños inteligentes fallan frente a las dificultades a pesar de sus habilidades reales", dice Elliott-Moskwa.
La idea era que la actitud de los estudiantes para asumir un desafío, más que su habilidad innata, fuera un determinante clave para el éxito. En otras palabras, nuestras ideas sobre cuán capaces somos para hacer algo pueden tener un impacto significativo en el resultado de una tarea.
La psicóloga y profesora de Stanford, Carol Dweck, redujo este concepto a dos enfoques que pueden determinar los resultados: "mentalidad fija" y "mentalidad de crecimiento".
"La mentalidad fija es la idea de que tus habilidades son altas o bajas, y no hay mucho que puedas hacer para cambiarlo", explica Elliott-Moskwa, "mientras que la mentalidad de crecimiento es la visión de que tus habilidades son maleables o cambiables".
Si bien algunas personas pueden inclinarse naturalmente más hacia un lado que hacia el otro, es un hecho que las personas no tienen una mentalidad fija o de crecimiento para todos los problemas.
Más bien, abordar un desafío con una mentalidad de crecimiento en lugar de una mentalidad fija es una elección que cualquiera puede hacer. Sin embargo, para muchas personas los momentos de dificultad a menudo estimulan una mentalidad fija.
Por ejemplo, dice Elliott-Moskwa, cuando las personas aceptan las críticas de un jefe o luchan con una nueva tarea, pueden sentir una sensación de insuficiencia. En estas situaciones, una respuesta de mentalidad fija podría ser "no soy lo suficientemente bueno" o "no puedo hacerlo", señala.
Por el contrario, un enfoque de mentalidad de crecimiento toma un rumbo diferente en la misma situación.
Las personas con mentalidad de crecimiento no interpretan esos momentos como fallas personales, sino que reconocen la necesidad de mejorar.
De manera crucial, las personas que trabajan con una mentalidad de crecimiento creen que son capaces de mejorar y pueden dividir los desafíos en pasos alcanzables.
Esto significa salir de la zona de confort y aceptar un cierto nivel de riesgo, incertidumbre y el potencial de fracaso que conlleva probar algo nuevo.
"Se siente un poco incómodo y también un poco emocionante", dice Isabella Venour, una entrenadora de mentalidad con sede en Londres, que ayuda a los profesionales a comprender el papel que juegan sus creencias, valores y patrones de pensamiento en el lugar de trabajo.
"Tienes un poco de riesgo de que salga mal, pero también tienes el potencial de aprender algo y crecer como individuo".
empleados FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES
¿Por qué es importante?
Un enfoque de "sí puedo" es una ventaja en el lugar de trabajo: demuestra que los trabajadores son adaptables y están dispuestos a evolucionar dentro de sus trabajos y organizaciones.
Pero fomentar una mentalidad de crecimiento juega un papel importante para ayudar a los trabajadores a navegar por las turbulencias y mejorar la resiliencia a medida que se sienten más seguros y capaces de manejar las dificultades.
Esto es esencial en un momento en que muchos empleados luchan por su bienestar después de la pandemia.
Un informe sobre el estado de la fuerza laboral de 2022 de Gallup mostró que el estrés entre los trabajadores globales ha aumentado constantemente desde que comenzó la pandemia en 2020.
Una encuesta global similar realizada por Wellbeing Project mostró que en 2022 la resiliencia es particularmente baja y el riesgo de agotamiento permanece, especialmente entre los que no son gerentes.
"Las personas se ven estresadas a medida que las presiones del trabajo y la vida se mezclan entre sí", dice Venour. "Los líderes empresariales se dan cuenta de que sus empleados tienen dificultades para hacer frente a los desafíos cotidianos".
La mentalidad de crecimiento no solo proporciona un marco para enfrentar los desafíos, sino también una forma de dividir esos desafíos en pasos manejables.
"A menudo, si nos sentimos presionados cuando no tenemos una mentalidad de crecimiento, tendemos a centrarnos en lo que no podemos controlar", señala Venour.
"Es mucho más útil centrarse en lo que podemos influir".
Esto comienza cuando los trabajadores identifican las fortalezas personales que pueden utilizar y luego elaboran un plan para mejorar las áreas débiles.
Establecer límites
Adoptar un enfoque pragmático puede ayudar a superar el agobio y también ayudar a los trabajadores a establecer límites, algo que muchos empleados remotos están luchando por hacer.
Por ejemplo, "si tu jefe te da una tarea que crees que no es realista, es más fácil decir que no estás seguro del momento o que necesitas una reunión adicional para tener más claridad", afirma Venour.
"Porque tienes confianza en tus habilidades y no ves las debilidades como algo por lo cual debas castigarte. Eres capaz de decir 'necesito algo de apoyo aquí'".
Es posible practicar la mentalidad de crecimiento individualmente, pero si una empresa alienta a toda la fuerza laboral a adoptarla, los resultados pueden ser aún más poderosos.
"Alienta a las personas a concentrarse en el feedback en lugar del fracaso", dice Venour. Esto puede ayudar a motivar a los empleados a abordar proyectos desafiantes y crear una cultura de aprendizaje integrada.
Los estudios sugieren que esto es algo que los trabajadores desean mayoritariamente: en un estudio de McKinsey & Company de 2022, el 41 % de los trabajadores dijo que la principal razón por la que dejarían un trabajo es la falta de desarrollo y avance profesional.
trabajadora FUENTE DE LA IMAGEN, GETTY IMAGES
¿Cómo se puede mejorar la mentalidad de crecimiento?
El primer paso para fomentar una mentalidad de crecimiento es la conciencia personal: la capacidad de identificar el pensamiento de mentalidad fija cuando ocurre, que a menudo se manifiesta como sentimientos de incomodidad o insuficiencia frente a un desafío.
Primero, Elliott-Moskwa aconseja reconocer y aceptar tales sentimientos, en lugar de castigarte por ellos. "Luego, toma otra decisión conscientemente para dar un paso de acción de acuerdo con lo que estarías haciendo si tuvieras una mentalidad de crecimiento: la creencia de que podrías aumentar tus habilidades", señala.
Para ayudar a los clientes a abordar los obstáculos con una mentalidad de crecimiento, Venour a menudo divide los desafíos que se sienten abrumadores en partes más pequeñas.
Por ejemplo, si un trabajador se siente incapaz de dar una presentación frente a sus colegas, "¿cuánto de eso es emocional y cuánto de eso es fáctico?", pregunta.
"¿Puedes hablar? Sí. ¿Has hablado delante de más de una persona antes? Sí. ¿Has hecho diapositivas de presentación antes? Sí. Entonces, si hay elementos que sí puedes hacer, ¿cuál es la parte con la que no te sientes cómodo?".
Reducir un desafío abrumador a un punto específico de dificultad ayuda a los trabajadores a concentrarse y reduce el elemento de aprendizaje requerido a un nivel alcanzable.
A menudo, el aprendizaje en sí requiere pedir ayuda. Uno de los conceptos clave de la mentalidad de crecimiento es ver a los demás como inspiración en lugar de competencia, un enfoque que puede ayudar a fomentar equipos colaborativos.
"Si los trabajadores ven a los demás como recursos y no como competidores, estarán abiertos a compartir las habilidades y capacidades de otras personas y a aprender de sus compañeros de trabajo", dice Elliott-Moskwa.
Con el tiempo, reconocer la mentalidad fija y practicar una mentalidad de crecimiento puede volverse más fácil, y la perspectiva de asumir desafíos, menos desalentadora.
"La mentalidad de crecimiento es una actitud de empoderamiento", dice Venour. "Realmente puedes desarrollarte y con el tiempo crecer como persona".
* Si quieres leer el artículo original de BBC Worklife, haz clic aquí
_- Durísima intervención. Pérez-Royo acusa al presidente del Constitucional de cometer un "delito": "Es un acto de piratería, una emboscada".
_- "Si esto vuelve a pasar, es que no tenemos Constitución", censura el catedrático de Derecho Constitucional en Al Rojo Vivo, que espera que lo vivido este lunes en el tribunal "sirva de vacuna" para que no vuelva a ocurrir.
Javier Pérez-Royo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, se ha mostrado muy crítico con lo ocurrido este lunes en el Tribunal Constitucional, que ha frenado la reforma del Gobierno sobre la renovación del órgano, lo que ha calificado como "un acto de piratería", una "emboscada", y una "barbaridad".
"Es un bandolero que sale de Sierra Morena y ataca a las diligencias", explica, añadiendo: "Esto, si vuelve a pasar, es que no tenemos Constitución". Es más, Pérez-Royo cree que el presidente del Tribunal Constitucional, el conservador Pedro González-Trevijano, ha "cometido delito" al llevar el caso al Pleno del órgano, "saltándose" así "los artículos 12 y 13 de la Ley Orgánica" del tribunal.
Además, ve "un acto de desvergüenza" el hecho de que tanto González-Trevijano como Antonio Narváez participasen en su propia recusación, algo que "no ha pasado jamás". "Tendrían que haber abandonado la sala", opina Pérez-Royo, que espera que lo ocurrido este lunes "sirva de vacuna" para que algo así no vuelva a darse.
"Es un acto de piratería y bandolerismo, no uno de justicia constitucional", lamenta el catedrático.
Javier Pérez-Royo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, se ha mostrado muy crítico con lo ocurrido este lunes en el Tribunal Constitucional, que ha frenado la reforma del Gobierno sobre la renovación del órgano, lo que ha calificado como "un acto de piratería", una "emboscada", y una "barbaridad".
"Es un bandolero que sale de Sierra Morena y ataca a las diligencias", explica, añadiendo: "Esto, si vuelve a pasar, es que no tenemos Constitución". Es más, Pérez-Royo cree que el presidente del Tribunal Constitucional, el conservador Pedro González-Trevijano, ha "cometido delito" al llevar el caso al Pleno del órgano, "saltándose" así "los artículos 12 y 13 de la Ley Orgánica" del tribunal.
Además, ve "un acto de desvergüenza" el hecho de que tanto González-Trevijano como Antonio Narváez participasen en su propia recusación, algo que "no ha pasado jamás". "Tendrían que haber abandonado la sala", opina Pérez-Royo, que espera que lo ocurrido este lunes "sirva de vacuna" para que algo así no vuelva a darse.
"Es un acto de piratería y bandolerismo, no uno de justicia constitucional", lamenta el catedrático.
martes, 20 de diciembre de 2022
_- María José Díaz-Aguado, psicóloga de la educación: “Los adolescentes que reciben educación sobre violencia de género tienen menos riesgo de sufrirla y de ejercerla”
_- La catedrática de la Complutense, referente en los estudios sobre convivencia escolar, defiende la prevención desde los centros educativos como la gran vacuna contra el acoso y la violencia
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María Jose Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid
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María Jose Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid.
SANTI BURGOS
ANDREA GARCÍA BAROJA
Madrid - 17 NOV 2022 - 5:30 CET
Hace años que la sociedad se marcó como uno de sus grandes objetivos disminuir los casos de cualquier tipo de violencia: de género, escolar, familiar, laboral. Para María José Díaz-Aguado, de 65 años, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación y directora de la Unidad de Psicología Preventiva en la Universidad Complutense de Madrid, todos los acosos y violencias parten de una base común, el dominio y la sumisión como forma de relacionarse. Justo por eso ―por compartir un origen―, propone contra todos esos males una misma vacuna: prevenir (más que curar) mediante una educación proactiva en la escuela, en la que el profesorado sea un actor clave. Así lo explica Díaz-Aguado en su libro Prevenir la violencia educando en valores (Pirámide, 2022), que recoge los resultados de estudios que ha dirigido durante las dos últimas décadas y ofrece una guía para la erradicación de la violencia, basada en la revisión de investigaciones internacionales y con pautas para trabajar desde la práctica las relaciones familiares y escolares.
Pregunta. ¿Por qué es necesario prevenir la violencia desde la educación?
Respuesta. La escuela no inventa el acoso, la escuela lo reproduce. Repite o imita exclusiones que ya hay en la sociedad. Si fuera de los centros educativos existen la exclusión y las actitudes de intolerancia contra un colectivo, dentro de él crece el acoso contra el alumnado que pertenece a dicho colectivo, porque el acoso siempre lleva apellidos: racista, sexista, homófobo, contra la apariencia [física]. Como sociedad debemos aspirar a potenciar el pleno desarrollo de la infancia y la adolescencia en entornos de igualdad, respeto mutuo, tolerancia y resolución pacífica de los conflictos, porque es una cuestión de derechos humanos. La educación ha probado ser esencial para acabar con estas violencias.
P. ¿Cómo lo ha demostrado?
R. Cuando comenzamos a educar sobre la violencia de género en 1998, era un tema tabú y algo muy difícil de tratar en los centros educativos. Al propio profesorado y al equipo investigador nos daba miedo equivocarnos. Ahora, hasta 2020, según nuestros estudios, la mitad de la población adolescente lo ha trabajado en la escuela. Hemos analizado a esa mitad de la población y hemos comprobado que esas chicas tienen menos probabilidades de sufrir violencia de género y los chicos de ejercerla. Lo mismo ocurre con el resto de violencias, hay que tratarlas de manera integral. De hecho, los matones de colegio tienen alto riesgo de ejercer violencia de género después, así como acoso en el trabajo. Son distintas manifestaciones de un mismo modelo de relacionarse. Educando en prevención contra la violencia se crea una especie de “vacuna” protectora.
P. ¿Ha evolucionado el interés de las escuelas en educar expresamente contra la violencia?
R. Durante los últimos años hemos visto un gran avance en la prevención de la violencia desde la escuela, especialmente sobre el acoso escolar y la violencia de género. Pero no podemos quedarnos solo en la mitad de la población. Además ahora, con las redes sociales, hay nuevas formas de violencia, como el acoso sexual online, que afecta a un número muy importante de adolescentes, al que se ha prestado muy poca atención. Probablemente es ejercido por chicos que creen que esa es una forma normal de iniciar relaciones, pero no es normal, y las chicas dicen que no saben cómo detenerlo porque se sienten intimidadas. Esto hay que prevenirlo también desde la escuela, y, de nuevo, solo el 53% de los adolescentes ha trabajado en la escuela cómo prevenir los riesgos de las tecnologías digitales.
María José Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid. SANTI BURGOS
P. ¿Quién debería encargarse de estas tareas dentro de la escuela?
R. La figura clave es la del profesorado proactivo, que genere vínculo con sus alumnos y cuya autoridad esté fundamentada en la confianza. Ese es el modelo de profesorado ideal, el que mejor puede ayudar a educar en prevención de violencias. Además, hace falta que haya personas en el centro para las que disminuir las violencias sea una prioridad. Desde junio de 2021, la Ley de Protección integral a la infancia dice que todos los centros en España, independientemente de su titularidad, deben tener una persona responsable de coordinar esta protección frente a la violencia. El establecimiento de esta figura puede garantizar que se llegue a toda la población y no únicamente a la mitad, entendiendo que su papel debe ser coordinar ese trabajo de educación proactiva que corresponde a todo el profesorado.
P. Numerosos profesionales aseguran que está habiendo caos en la puesta en práctica de la figura del coordinador de bienestar. ¿Se ha terminado de trasladar a la sociedad su importancia?
R. Bueno, es una ley de vanguardia que pretende avanzar en algo que la sociedad no tiene bien organizado. Poner en práctica esa ley de forma generalizada, eficaz y adecuada puede llevar cierto tiempo. La ley está aprobada, las escuelas se han puesto en marcha, las administraciones entienden que es obligatorio y ahora hay que proporcionar a los centros educativos todos los recursos necesarios. El libro pretende ser precisamente uno de esos recursos.
P. ¿De qué manera se debería abordar la educación en prevención para que sea lo más completa y eficiente posible?
R. Es importante la transversalidad, que profesores y profesoras de distintas materias traten el acoso escolar o la violencia de género en sus asignaturas. Que esté dentro de los currículos académicos. Y fuera del ámbito educativo, los momentos de la historia española donde más han disminuido los casos de acoso o violencia de género han sido después de una acción conjunta de la administración, las familias y la escuela.
P. ¿Realmente se dedica el tiempo y dinero necesarios a trabajar todo esto?
R. La escuela sabe que lo tiene que tratar, son poquísimos los directivos de centros de educación que no quieren hacerlo. Pero probablemente la prioridad de otros contenidos formativos hace que la prevención y concienciación sobre la violencia queden en un segundo plano. También hay un problema de recursos. Por ejemplo, la formación del profesorado para ser proactivo, además de un compromiso decidido, requiere aprender de compañeros, materiales, etcétera. Y eso debería estar incluido en su horario laboral. Se puede aprender a serlo, pero para eso hace falta dedicar más recursos.
P. Parece complicado.
R. Tenemos que tener en cuenta que lo que estamos pidiendo a la escuela no es solo dedicar tiempo a hablar sobre acoso y violencia. Lo que pedimos es un cambio cultural. En España y otros países de nuestro entorno estamos acostumbrados a actuar después de que las cosas ocurran, para solucionarlas. Pero tenemos que entender que realmente es mucho más efectivo, económico y ético prevenir que curar. Pasar de la reacción a la prevención. Y eso va a tomar tiempo y esfuerzo.
P. Hay cuestiones como la violencia de género que, cuando se reivindican, parece que también se asocian con una ideología política. ¿Hay que desligar la educación en prevención de violencias de una ideología?
R. La Constitución, cuando habla del derecho a la educación, dice que esta debe de promover el pleno desarrollo de la personalidad de cada individuo y el respeto a los derechos y libertades fundamentales. Es desde ahí desde donde tenemos que insertar la prevención de todas las violencias. Hay que educar en valores sin adoctrinar, respetando sin lugar a dudas la pluralidad ideológica que existe en nuestra sociedad, pero entendiendo que los derechos humanos no son relativos ni cuestionables, no son negocio. E insistiendo en que la violencia nunca resuelve los problemas, sólo los aumenta.
https://elpais.com/educacion/2022-11-17/maria-jose-diaz-aguado-psicologa-de-la-educacion-los-adolescentes-que-reciben-educacion-sobre-violencia-de-genero-tienen-menos-riesgo-de-sufrirla-y-de-ejercerla.html
ANDREA GARCÍA BAROJA
Madrid - 17 NOV 2022 - 5:30 CET
Hace años que la sociedad se marcó como uno de sus grandes objetivos disminuir los casos de cualquier tipo de violencia: de género, escolar, familiar, laboral. Para María José Díaz-Aguado, de 65 años, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación y directora de la Unidad de Psicología Preventiva en la Universidad Complutense de Madrid, todos los acosos y violencias parten de una base común, el dominio y la sumisión como forma de relacionarse. Justo por eso ―por compartir un origen―, propone contra todos esos males una misma vacuna: prevenir (más que curar) mediante una educación proactiva en la escuela, en la que el profesorado sea un actor clave. Así lo explica Díaz-Aguado en su libro Prevenir la violencia educando en valores (Pirámide, 2022), que recoge los resultados de estudios que ha dirigido durante las dos últimas décadas y ofrece una guía para la erradicación de la violencia, basada en la revisión de investigaciones internacionales y con pautas para trabajar desde la práctica las relaciones familiares y escolares.
Pregunta. ¿Por qué es necesario prevenir la violencia desde la educación?
Respuesta. La escuela no inventa el acoso, la escuela lo reproduce. Repite o imita exclusiones que ya hay en la sociedad. Si fuera de los centros educativos existen la exclusión y las actitudes de intolerancia contra un colectivo, dentro de él crece el acoso contra el alumnado que pertenece a dicho colectivo, porque el acoso siempre lleva apellidos: racista, sexista, homófobo, contra la apariencia [física]. Como sociedad debemos aspirar a potenciar el pleno desarrollo de la infancia y la adolescencia en entornos de igualdad, respeto mutuo, tolerancia y resolución pacífica de los conflictos, porque es una cuestión de derechos humanos. La educación ha probado ser esencial para acabar con estas violencias.
P. ¿Cómo lo ha demostrado?
R. Cuando comenzamos a educar sobre la violencia de género en 1998, era un tema tabú y algo muy difícil de tratar en los centros educativos. Al propio profesorado y al equipo investigador nos daba miedo equivocarnos. Ahora, hasta 2020, según nuestros estudios, la mitad de la población adolescente lo ha trabajado en la escuela. Hemos analizado a esa mitad de la población y hemos comprobado que esas chicas tienen menos probabilidades de sufrir violencia de género y los chicos de ejercerla. Lo mismo ocurre con el resto de violencias, hay que tratarlas de manera integral. De hecho, los matones de colegio tienen alto riesgo de ejercer violencia de género después, así como acoso en el trabajo. Son distintas manifestaciones de un mismo modelo de relacionarse. Educando en prevención contra la violencia se crea una especie de “vacuna” protectora.
P. ¿Ha evolucionado el interés de las escuelas en educar expresamente contra la violencia?
R. Durante los últimos años hemos visto un gran avance en la prevención de la violencia desde la escuela, especialmente sobre el acoso escolar y la violencia de género. Pero no podemos quedarnos solo en la mitad de la población. Además ahora, con las redes sociales, hay nuevas formas de violencia, como el acoso sexual online, que afecta a un número muy importante de adolescentes, al que se ha prestado muy poca atención. Probablemente es ejercido por chicos que creen que esa es una forma normal de iniciar relaciones, pero no es normal, y las chicas dicen que no saben cómo detenerlo porque se sienten intimidadas. Esto hay que prevenirlo también desde la escuela, y, de nuevo, solo el 53% de los adolescentes ha trabajado en la escuela cómo prevenir los riesgos de las tecnologías digitales.
María José Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología de la Educación, en su casa en Madrid. SANTI BURGOS
P. ¿Quién debería encargarse de estas tareas dentro de la escuela?
R. La figura clave es la del profesorado proactivo, que genere vínculo con sus alumnos y cuya autoridad esté fundamentada en la confianza. Ese es el modelo de profesorado ideal, el que mejor puede ayudar a educar en prevención de violencias. Además, hace falta que haya personas en el centro para las que disminuir las violencias sea una prioridad. Desde junio de 2021, la Ley de Protección integral a la infancia dice que todos los centros en España, independientemente de su titularidad, deben tener una persona responsable de coordinar esta protección frente a la violencia. El establecimiento de esta figura puede garantizar que se llegue a toda la población y no únicamente a la mitad, entendiendo que su papel debe ser coordinar ese trabajo de educación proactiva que corresponde a todo el profesorado.
P. Numerosos profesionales aseguran que está habiendo caos en la puesta en práctica de la figura del coordinador de bienestar. ¿Se ha terminado de trasladar a la sociedad su importancia?
R. Bueno, es una ley de vanguardia que pretende avanzar en algo que la sociedad no tiene bien organizado. Poner en práctica esa ley de forma generalizada, eficaz y adecuada puede llevar cierto tiempo. La ley está aprobada, las escuelas se han puesto en marcha, las administraciones entienden que es obligatorio y ahora hay que proporcionar a los centros educativos todos los recursos necesarios. El libro pretende ser precisamente uno de esos recursos.
P. ¿De qué manera se debería abordar la educación en prevención para que sea lo más completa y eficiente posible?
R. Es importante la transversalidad, que profesores y profesoras de distintas materias traten el acoso escolar o la violencia de género en sus asignaturas. Que esté dentro de los currículos académicos. Y fuera del ámbito educativo, los momentos de la historia española donde más han disminuido los casos de acoso o violencia de género han sido después de una acción conjunta de la administración, las familias y la escuela.
P. ¿Realmente se dedica el tiempo y dinero necesarios a trabajar todo esto?
R. La escuela sabe que lo tiene que tratar, son poquísimos los directivos de centros de educación que no quieren hacerlo. Pero probablemente la prioridad de otros contenidos formativos hace que la prevención y concienciación sobre la violencia queden en un segundo plano. También hay un problema de recursos. Por ejemplo, la formación del profesorado para ser proactivo, además de un compromiso decidido, requiere aprender de compañeros, materiales, etcétera. Y eso debería estar incluido en su horario laboral. Se puede aprender a serlo, pero para eso hace falta dedicar más recursos.
P. Parece complicado.
R. Tenemos que tener en cuenta que lo que estamos pidiendo a la escuela no es solo dedicar tiempo a hablar sobre acoso y violencia. Lo que pedimos es un cambio cultural. En España y otros países de nuestro entorno estamos acostumbrados a actuar después de que las cosas ocurran, para solucionarlas. Pero tenemos que entender que realmente es mucho más efectivo, económico y ético prevenir que curar. Pasar de la reacción a la prevención. Y eso va a tomar tiempo y esfuerzo.
P. Hay cuestiones como la violencia de género que, cuando se reivindican, parece que también se asocian con una ideología política. ¿Hay que desligar la educación en prevención de violencias de una ideología?
R. La Constitución, cuando habla del derecho a la educación, dice que esta debe de promover el pleno desarrollo de la personalidad de cada individuo y el respeto a los derechos y libertades fundamentales. Es desde ahí desde donde tenemos que insertar la prevención de todas las violencias. Hay que educar en valores sin adoctrinar, respetando sin lugar a dudas la pluralidad ideológica que existe en nuestra sociedad, pero entendiendo que los derechos humanos no son relativos ni cuestionables, no son negocio. E insistiendo en que la violencia nunca resuelve los problemas, sólo los aumenta.
https://elpais.com/educacion/2022-11-17/maria-jose-diaz-aguado-psicologa-de-la-educacion-los-adolescentes-que-reciben-educacion-sobre-violencia-de-genero-tienen-menos-riesgo-de-sufrirla-y-de-ejercerla.html
lunes, 19 de diciembre de 2022
_- COLIFLOR CON BECHAMEL: UNA RECETA Y PLATOS CLÁSICOS. POLLO EN PEPITORIA: RECETA E HISTORIA DE UN PLATO CENTENARIO
_- La cremosidad de la bechamel, el sabor del queso fundido y crujiente gracias al gratinado y una base de coliflor cocinada al punto: en esta revisión del plato ochentero la verdura no se pasa.
Dificultad
La de no cocinar en exceso la coliflor.
Ingredientes
para 4/5 personas
1 coliflor grande (sobre 1 o 1,2 kg)
1 cebolla grande o 1 y ½ mediana
50 g de mantequilla (y, si se quiere, un poco más para gratinar)
50 g de harina de trigo
un chorrito de aceite de oliva suave
650 ml de leche entera
Sal
Nuez moscada
Pimienta
Queso al gusto para gratinar
Preparación
Pelar y picar la cebolla y ponerla en un cazo u ollita con la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva suave. Cocinar a fuego medio-bajo removiendo de vez en cuando hasta que coja un poco de color.
Encender el horno con gratinador a 220 grados, calor arriba y abajo.
Añadir la harina, remover bien y bajar el fuego. Dar vueltas y cocinar durante unos 10 a 15 minutos, hasta que la harina se dore y huela a tostado y no a crudo.
Añadir la leche caliente, un poco de nuez moscada, sal y pimienta. Remover con unas varillas a fuego suave hasta que espese.
Trocear la coliflor en floretes de bocado -el tronco en trozos un poco más pequeños, ya que es más dura y tarda más en hacerse- y cocinarla al vapor ocho minutos, hervida seis o entre cuatro y seis al microondas, removiendo un par de veces durante el proceso (ver introducción).
Escurrir bien la coliflor y dejar que se seque, pasarla a una fuente, cubrir con la bechamel, el queso rallado y, si se quiere, un poco de mantequilla. Llevar al horno unos cinco minutos o hasta que esté gratinado y servir (si se quiere, con un poco de pimienta por encima).
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
PLATOS CLÁSICOS
POLLO EN PEPITORIA: RECETA E HISTORIA DE UN PLATO CENTENARIO
Esta receta tradicional de la cocina española, con siglos de historia, consiste en guisar carne de ave, conejo o vacuno en una salsa elaborada con su propio jugo, azafrán, yema de huevo duro o crudo y almendra molida. Nada más.
Es la pepitoria de ave o de otro animalejo un plato español con diversas variantes en diferentes regiones y de origen difuso, como la mayoría de los platos populares (ojo, que la pepitoria en las Américas es cosa distinta). Una receta de ingredientes precolombinos sin tomate ni pimiento ni patata ni pimentón, que consiste en una carne guisada; frecuentemente de ave, aunque encontremos pepitorias de conejo y de vacuno, en una salsa de su propio jugo, aromatizada con azafrán, que se suele espesar con yema de huevo duro o crudo y almendra molida.
Plato de raíces árabes, apunta la académica de la gastronomía Gabriela Llamas que aún hoy día en Oriente Medio y en la India musulmana son muy populares fórmulas similares a la pepitoria, de aves guisadas en azafrán y frutos secos. Cuenta José Carlos Capel que la primera mención de un plato en el que se rastrea la pepitoria se hace en La cocina hispano-magrebí -recopilación de manuscritos almohades del siglo XIII traducidos por Ambrosio Huici Miranda-, donde aparece una tal gallina ibrahimiya con almendra picada, cebolla, azafrán y huevo, además de clavo y jarabe de rosas.
La primera mención a la pepitoria con tal nombre en un recetario es la de Diego Granado en 1599 con su Libro del Arte de Cozina, que con el título “Para hacer una pepitoria” habla de cuellos, cabezas, alas, patas, mollejas e higadillos de aves sofritos con tajadas de tocino, con una salsa de algo de caldo de la olla y especias comunes, sin mucha más información. La siguiente cronológicamente es la que reseña don Francisco Martínez Montiño, cocinero de tres reyes a lo largo de 34 años, en uno de los mejores recetarios de la cocina española, Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería, publicado en 1611. Montiño, con el nombre de pepitoria a secas, habla de un plato de aves en general, que se guisan troceadas con tocino y cebolla, y se aderezan con vinagre, azafrán, pimienta, nuez moscada y jengibre. No espesa su guiso con almendras -seña de identidad actual de la pepitoria-, sino con un roux de harina y manteca, pero no faltan los huevos cocidos de adorno.
El fraile Juan de Altamiras, autor del recetario de cocina popular Nuevo Arte de Cocina, de 1745, relata que la pepitoria se suele armar con hígados o pulmones de cordero o cabrito -y da otra receta de menudillos de pollo- fritos con cebolla y que se adereza con avellanas machacadas, ajo, especias que no especifica y un tostón de pan. Añade a la salsa acabada huevos duros picados, perejil y piñones. Esta receta cuadra con la definición del Diccionario de Autoridades en 1732 (predecesor del diccionario de la Real Academia): “Guisado que se hace de los despojos de las aves, como son alas, pescuezos, pies, higadillos y mollejas”. En la cocina popular de Altamiras la pepitoria se elaboraba con casquería, mientras que en la cocina pudiente de Montiño se empleaban las aves enteras.
En cuanto a su implantación territorial, dice de la pepitoria Manuel Martínez Llopis en su libro La cocina típica de Madrid, del año 1987: “Este guiso de gallina está muy difundido […] en Andalucía, Aragón, La Rioja, Galicia, Asturias y también hay una pepitoria a la catalana, pero su mayor incidencia es en ambas Castillas […]. En el viejo Madrid, la gallina en pepitoria era plato de elección en las tabernas donde se servían comidas a precio moderado, compuestas por guisos sencillos y jugosos […]”. De hecho, el gastrónomo Ángel Muro incluye una “pepitoria de gallina al estilo de taberna” en su manual El Practicón, de 1894, en la que las aves se acompañan de cebollas y setas, se sazona el guiso con azafrán y limón, y se espesa la salsa con harina y yemas de huevo crudas, que se cuajan parcialmente como en una salsa carbonara. Aunque dicen que la pepitoria no era antes del siglo XIX especialmente castiza: parece que su popularidad en Madrid se la debemos a una gran devota de este plato, la reina Isabel II.
Doña Emilia Pardo Bazán incluye una gallina en pepitoria en La cocina española antigua, en 1913, casi calcada de la gallina de taberna de Muro pero sin setas. Una receta más moderna es la de María Mestayer de Echagüe, la marquesa de Parabere, en su Cocina completa de 1933, donde ya emplea aceite para freír el ave en lugar de manteca de cerdo y reseña pepitorias tanto de gallina como de pollo.
El pavo en pepitoria ha sido el plato principal de la comida de Navidad desde tiempos inmemoriales en casa de mi familia política, que preparaba la madre de mi parejo -manchega de Villarrobledo- tal como ella lo había aprendido en su casa, una fórmula sospechosamente similar a la de la señora Echagüe, con la salvedad de que para contribuir al espesado de la salsa empleamos el mismo tostón de pan que Juan de Altamiras. Yo heredé la receta y cogí el testigo de preparar este platillo para el ágape navideño, por lo que mi fórmula es la suya con algún tuneo que otro.
Dificultad
Poca, dejar tierno el pollo o ave en cuestión y sazonar bien.
Ingredientes
Para 6 personas
1 pollo en trozos (como para hacer al ajillo)
2 higaditos de pollo
2 cebollas hermosas
30 almendras peladas y crudas
2 dientes de ajo
300 ml de vino blanco afrutado
1-2 rebanadas de pan sentado
1 buen pellizco de azafrán
Aceite de oliva virgen
Sal al gusto
2 huevos duros
Preparación
Pelar y cortar las cebollas en juliana. Cubrir el fondo de una cazuela con aceite y sofreír la cebolla hasta que esté transparente.
Sacar la cebolla y freír las piezas de pollo en tandas a fuego vivo para dorarlas. Reservar.
En el aceite del pollo freír el pan hasta dorarlo y después los ajos pelados, sin germen y cortados por la mitad.
Agregar el vino blanco, las almendras, el hígado de ave, la cebolla y el pan fritos, y cocer 10 minutos. Triturar esta salsa al punto que nos guste, más basto o más fino.
Poner el pollo en una cazuela y agregar la salsa. Salar al gusto y añadir el azafrán tostado (yo lo hago poniéndolo sobre un trozo de papel aluminio y con una cerillita debajo) y majado en un mortero, desleído con un poco de agua.
Si se ve muy espesa la salsa, añadir algo de agua, pues a lo largo de la cocción se va concentrando.
Guisar el pollo al menos una hora a fuego lento, hasta que quede muy tierno y se separe la carne del hueso sin dificultad. El tiempo necesario dependerá del pollo en concreto.
Cocer los dos huevos nueve o 10 minutos. Enfriar y reservar.
Cuando el pollo esté listo, probar y rectificar la sazón si fuera necesario. Rectificar también, si fuera necesario, el espesor de la salsa, aligerándola con agua.
Picar finamente los huevos duros y añadirlos al servir el pollo.
Dificultad
La de no cocinar en exceso la coliflor.
Ingredientes
para 4/5 personas
1 coliflor grande (sobre 1 o 1,2 kg)
1 cebolla grande o 1 y ½ mediana
50 g de mantequilla (y, si se quiere, un poco más para gratinar)
50 g de harina de trigo
un chorrito de aceite de oliva suave
650 ml de leche entera
Sal
Nuez moscada
Pimienta
Queso al gusto para gratinar
Preparación
Pelar y picar la cebolla y ponerla en un cazo u ollita con la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva suave. Cocinar a fuego medio-bajo removiendo de vez en cuando hasta que coja un poco de color.
Encender el horno con gratinador a 220 grados, calor arriba y abajo.
Añadir la harina, remover bien y bajar el fuego. Dar vueltas y cocinar durante unos 10 a 15 minutos, hasta que la harina se dore y huela a tostado y no a crudo.
Añadir la leche caliente, un poco de nuez moscada, sal y pimienta. Remover con unas varillas a fuego suave hasta que espese.
Trocear la coliflor en floretes de bocado -el tronco en trozos un poco más pequeños, ya que es más dura y tarda más en hacerse- y cocinarla al vapor ocho minutos, hervida seis o entre cuatro y seis al microondas, removiendo un par de veces durante el proceso (ver introducción).
Escurrir bien la coliflor y dejar que se seque, pasarla a una fuente, cubrir con la bechamel, el queso rallado y, si se quiere, un poco de mantequilla. Llevar al horno unos cinco minutos o hasta que esté gratinado y servir (si se quiere, con un poco de pimienta por encima).
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
PLATOS CLÁSICOS
POLLO EN PEPITORIA: RECETA E HISTORIA DE UN PLATO CENTENARIO
Esta receta tradicional de la cocina española, con siglos de historia, consiste en guisar carne de ave, conejo o vacuno en una salsa elaborada con su propio jugo, azafrán, yema de huevo duro o crudo y almendra molida. Nada más.
Es la pepitoria de ave o de otro animalejo un plato español con diversas variantes en diferentes regiones y de origen difuso, como la mayoría de los platos populares (ojo, que la pepitoria en las Américas es cosa distinta). Una receta de ingredientes precolombinos sin tomate ni pimiento ni patata ni pimentón, que consiste en una carne guisada; frecuentemente de ave, aunque encontremos pepitorias de conejo y de vacuno, en una salsa de su propio jugo, aromatizada con azafrán, que se suele espesar con yema de huevo duro o crudo y almendra molida.
Plato de raíces árabes, apunta la académica de la gastronomía Gabriela Llamas que aún hoy día en Oriente Medio y en la India musulmana son muy populares fórmulas similares a la pepitoria, de aves guisadas en azafrán y frutos secos. Cuenta José Carlos Capel que la primera mención de un plato en el que se rastrea la pepitoria se hace en La cocina hispano-magrebí -recopilación de manuscritos almohades del siglo XIII traducidos por Ambrosio Huici Miranda-, donde aparece una tal gallina ibrahimiya con almendra picada, cebolla, azafrán y huevo, además de clavo y jarabe de rosas.
La primera mención a la pepitoria con tal nombre en un recetario es la de Diego Granado en 1599 con su Libro del Arte de Cozina, que con el título “Para hacer una pepitoria” habla de cuellos, cabezas, alas, patas, mollejas e higadillos de aves sofritos con tajadas de tocino, con una salsa de algo de caldo de la olla y especias comunes, sin mucha más información. La siguiente cronológicamente es la que reseña don Francisco Martínez Montiño, cocinero de tres reyes a lo largo de 34 años, en uno de los mejores recetarios de la cocina española, Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería, publicado en 1611. Montiño, con el nombre de pepitoria a secas, habla de un plato de aves en general, que se guisan troceadas con tocino y cebolla, y se aderezan con vinagre, azafrán, pimienta, nuez moscada y jengibre. No espesa su guiso con almendras -seña de identidad actual de la pepitoria-, sino con un roux de harina y manteca, pero no faltan los huevos cocidos de adorno.
El fraile Juan de Altamiras, autor del recetario de cocina popular Nuevo Arte de Cocina, de 1745, relata que la pepitoria se suele armar con hígados o pulmones de cordero o cabrito -y da otra receta de menudillos de pollo- fritos con cebolla y que se adereza con avellanas machacadas, ajo, especias que no especifica y un tostón de pan. Añade a la salsa acabada huevos duros picados, perejil y piñones. Esta receta cuadra con la definición del Diccionario de Autoridades en 1732 (predecesor del diccionario de la Real Academia): “Guisado que se hace de los despojos de las aves, como son alas, pescuezos, pies, higadillos y mollejas”. En la cocina popular de Altamiras la pepitoria se elaboraba con casquería, mientras que en la cocina pudiente de Montiño se empleaban las aves enteras.
En cuanto a su implantación territorial, dice de la pepitoria Manuel Martínez Llopis en su libro La cocina típica de Madrid, del año 1987: “Este guiso de gallina está muy difundido […] en Andalucía, Aragón, La Rioja, Galicia, Asturias y también hay una pepitoria a la catalana, pero su mayor incidencia es en ambas Castillas […]. En el viejo Madrid, la gallina en pepitoria era plato de elección en las tabernas donde se servían comidas a precio moderado, compuestas por guisos sencillos y jugosos […]”. De hecho, el gastrónomo Ángel Muro incluye una “pepitoria de gallina al estilo de taberna” en su manual El Practicón, de 1894, en la que las aves se acompañan de cebollas y setas, se sazona el guiso con azafrán y limón, y se espesa la salsa con harina y yemas de huevo crudas, que se cuajan parcialmente como en una salsa carbonara. Aunque dicen que la pepitoria no era antes del siglo XIX especialmente castiza: parece que su popularidad en Madrid se la debemos a una gran devota de este plato, la reina Isabel II.
Doña Emilia Pardo Bazán incluye una gallina en pepitoria en La cocina española antigua, en 1913, casi calcada de la gallina de taberna de Muro pero sin setas. Una receta más moderna es la de María Mestayer de Echagüe, la marquesa de Parabere, en su Cocina completa de 1933, donde ya emplea aceite para freír el ave en lugar de manteca de cerdo y reseña pepitorias tanto de gallina como de pollo.
El pavo en pepitoria ha sido el plato principal de la comida de Navidad desde tiempos inmemoriales en casa de mi familia política, que preparaba la madre de mi parejo -manchega de Villarrobledo- tal como ella lo había aprendido en su casa, una fórmula sospechosamente similar a la de la señora Echagüe, con la salvedad de que para contribuir al espesado de la salsa empleamos el mismo tostón de pan que Juan de Altamiras. Yo heredé la receta y cogí el testigo de preparar este platillo para el ágape navideño, por lo que mi fórmula es la suya con algún tuneo que otro.
Dificultad
Poca, dejar tierno el pollo o ave en cuestión y sazonar bien.
Ingredientes
Para 6 personas
1 pollo en trozos (como para hacer al ajillo)
2 higaditos de pollo
2 cebollas hermosas
30 almendras peladas y crudas
2 dientes de ajo
300 ml de vino blanco afrutado
1-2 rebanadas de pan sentado
1 buen pellizco de azafrán
Aceite de oliva virgen
Sal al gusto
2 huevos duros
Preparación
Pelar y cortar las cebollas en juliana. Cubrir el fondo de una cazuela con aceite y sofreír la cebolla hasta que esté transparente.
Sacar la cebolla y freír las piezas de pollo en tandas a fuego vivo para dorarlas. Reservar.
En el aceite del pollo freír el pan hasta dorarlo y después los ajos pelados, sin germen y cortados por la mitad.
Agregar el vino blanco, las almendras, el hígado de ave, la cebolla y el pan fritos, y cocer 10 minutos. Triturar esta salsa al punto que nos guste, más basto o más fino.
Poner el pollo en una cazuela y agregar la salsa. Salar al gusto y añadir el azafrán tostado (yo lo hago poniéndolo sobre un trozo de papel aluminio y con una cerillita debajo) y majado en un mortero, desleído con un poco de agua.
Si se ve muy espesa la salsa, añadir algo de agua, pues a lo largo de la cocción se va concentrando.
Guisar el pollo al menos una hora a fuego lento, hasta que quede muy tierno y se separe la carne del hueso sin dificultad. El tiempo necesario dependerá del pollo en concreto.
Cocer los dos huevos nueve o 10 minutos. Enfriar y reservar.
Cuando el pollo esté listo, probar y rectificar la sazón si fuera necesario. Rectificar también, si fuera necesario, el espesor de la salsa, aligerándola con agua.
Picar finamente los huevos duros y añadirlos al servir el pollo.
domingo, 18 de diciembre de 2022
_- OCÉANOS Y MARES Ali Tabrizi: “La forma más sencilla de proteger las especies de los océanos es no comerlas”
_- El retrato demoledor de la industria pesquera convirtió al documental ‘Seaspiracy’ en uno de los grandes fenómenos de Netflix. Su director no cree en alternativas sostenibles y aboga por dejar de comer pescado para salvar los océanos.
La primera intención de Ali Tabrizi (Kent, Reino Unido, 29 años) era profundizar en la situación de los delfines de los parques acuáticos y en la contaminación de los mares. Pronto derivó hacia la pesca, su impacto sobre la vida en los océanos e incluso las condiciones laborales de algunas pesquerías asiáticas que esclavizan a sus marineros. Su documental ‘Seaspiracy’ se convirtió en uno de los grandes hitos de Netflix desde su estrenó en 2021. Tabrizi acudió a Lisboa para participar en Planetiers, un encuentro internacional de innovadores sostenibles, celebrado a finales de octubre.
Pregunta. ¿Es nuestra dieta el mayor peligro para la vida marina?
Respuesta. Es obvio para mí. Afecta no solo a la salud del océano, sino a la del planeta. Es la principal causa del retroceso de especies que las lleva hacia la extinción, que está destruyendo hábitats y empujando los ecosistemas al colapso.
P. No diferencia entre la pesca industrial y la pesca local. ¿Son lo mismo?
R. En el documental mostramos una pequeña pesca en la costa de Islandia, donde en un mes se mataron unas 900 focas y centenares de marsopas que eran capturas accesorias, mientras pescaban otras especies. La idea de que algo es ético y sostenible por ser local me resulta ilógica.
P. ¿No puede existir la pesca sostenible?
R. No puede ser sostenible la intensidad de pesca para atender la demanda mundial. Hay pequeñas pescas que solo se aprovisionan de una cantidad limitada que no causa impacto de forma significativa en la población de esas especies, se dan en la costa oeste de África, donde pescan en canoa, o en algunas pequeñas áreas de Indonesia. Es una pesca que se realiza para atender sus necesidades y no para ganar mucho dinero. Pero no hay peces suficientes para atender el mundo de forma sostenible.
Fuimos a Tailandia para entrevistar antiguos esclavos de la industria pesquera, que tienen historias terribles P. Seaspiracy comienza casi como una película romántica, que pide libertad para los delfines de los parques acuáticos, y acaba como un thiller. ¿Tuvo miedo mientras rodaba?
R. Me asusté. En algunos momentos tuve mucho miedo, preocupación y estrés. Fuimos a Tailandia para entrevistar antiguos esclavos de la industria pesquera, hay unos 20 millones de personas que se considera mano de obra esclava en todo el mundo. Sus historias son terribles, les depositan en jaulas en islas mientras el barco acude al puerto a descargar el pescado. Nosotros escribimos a mucha gente para encontrar un traductor. Uno de ellos avisó al Gobierno tailandés de que estábamos en el país y para qué. Eso nos aterró. A pesar de todo, decidimos hacer todo el trabajo y salir del país lo más deprisa posible. En Japón nos siguieron cinco coches de policía, no era una amenaza real, pero trataban de intimidarnos. Hubo una gran presión y muchos poderes interesados durante la grabación. Cuando la película se estrenó, algunas industrias pesqueras que trataron de demandarnos.
El director del documental 'Seaspiracy', Ali Tabrizi, en Lisboa a finales de octubre. / MANUEL BERBERAN
P. ¿Qué ocurrió después de estrenar la película?
R. La industria escocesa de las granjas de salmones nos envió numerosos correos con reclamaciones. Nos acusan de maquillar las cosas, así que le enviamos una y otra vez lo que decían nuestras fuentes. Finalmente, no han podido hacer nada, han visto que somos creíbles.
P. ¿Nadie le ha llevado a los tribunales?
R. Lo han intentado. En la película tenemos al menos tres fuentes, a veces dos, sobre cada hecho, ellos no pueden hacer nada, aunque han desplegado una campaña en los medios contra la película difundiendo incorrecciones y mentiras.
P. Hay fuentes que aparecen en su película que dicen sentirse manipuladas. ¿Es parte de esa campaña?
R. Cuando salió el tráiler de Seaspiracy, unas semanas antes del estreno en marzo de 2021, se convirtió en algo viral. Mucha gente lo vio y se interesó por la película. Una semana después del tráiler se divulgó un documento de la National Fisheries Board de Estados Unidos, que es un gran lobby de la industria pesquera, para los comercios y restaurantes, donde incluso daban consejos sobre cómo responder a los clientes que hubiesen visto el documental. Estaban preparados para atacar la película antes incluso de su estreno. Algunas de las críticas se centran en uno o dos hechos, que se usan para desacreditar toda la película. Uno de ellos es sobre la cifra de tortugas capturadas en pesca accesoria que damos en el documental y que luego hemos verificado que la cifra actual es incluso peor.
P. La película es muy crítica con organizaciones de defensa de los océanos por olvidarse de la pesca. ¿Cree que su película cambiará esto?
R. Es pronto para decir si cambiarán, pero creo que ya se ha conseguido que se considere la pesca como uno de los problemas. Organizaciones como Oceana probablemente se están moviendo lentamente hacia esa dirección. La forma más sencilla de proteger las especies de los océanos es no comerlas.
P. ¿Sabe cuántas personas han visto Seaspiracy?
R. Netflix guarda los datos para sí, pero después del primer mes nos dijeron que había sido vista por más de 50 millones de cuentas, y eso se multiplica por cinco o seis personas que comparten esas cuentas. Poco después del estreno se convirtió en una de las diez películas más vistas en Netflix en 50 países, fue trending en Twitter. Creo que ha sido uno de los documentales más vistos de la plataforma y con más seguidores en redes sociales, lo que demuestra la identificación que tienen con la historia.
P. ¿Cuánta gente le ha dicho que ha dejado de comer pescado después de ver el documental?
R. (Risas) Honestamente, he perdido la cuenta. Hay gente que ha dejado de comerlo por completo, otros han dejado de comer atún o salmón, o comen menos, pero casi todos reciben un impacto. No hice la película con esta expectativa, solo quería que la gente viese el efecto de la pesca.
https://elpais.com/planeta-futuro/2022-11-15/ali-tabrizi-la-forma-mas-sencilla-de-proteger-las-especies-de-los-oceanos-es-no-comerlas.html
La primera intención de Ali Tabrizi (Kent, Reino Unido, 29 años) era profundizar en la situación de los delfines de los parques acuáticos y en la contaminación de los mares. Pronto derivó hacia la pesca, su impacto sobre la vida en los océanos e incluso las condiciones laborales de algunas pesquerías asiáticas que esclavizan a sus marineros. Su documental ‘Seaspiracy’ se convirtió en uno de los grandes hitos de Netflix desde su estrenó en 2021. Tabrizi acudió a Lisboa para participar en Planetiers, un encuentro internacional de innovadores sostenibles, celebrado a finales de octubre.
Pregunta. ¿Es nuestra dieta el mayor peligro para la vida marina?
Respuesta. Es obvio para mí. Afecta no solo a la salud del océano, sino a la del planeta. Es la principal causa del retroceso de especies que las lleva hacia la extinción, que está destruyendo hábitats y empujando los ecosistemas al colapso.
P. No diferencia entre la pesca industrial y la pesca local. ¿Son lo mismo?
R. En el documental mostramos una pequeña pesca en la costa de Islandia, donde en un mes se mataron unas 900 focas y centenares de marsopas que eran capturas accesorias, mientras pescaban otras especies. La idea de que algo es ético y sostenible por ser local me resulta ilógica.
P. ¿No puede existir la pesca sostenible?
R. No puede ser sostenible la intensidad de pesca para atender la demanda mundial. Hay pequeñas pescas que solo se aprovisionan de una cantidad limitada que no causa impacto de forma significativa en la población de esas especies, se dan en la costa oeste de África, donde pescan en canoa, o en algunas pequeñas áreas de Indonesia. Es una pesca que se realiza para atender sus necesidades y no para ganar mucho dinero. Pero no hay peces suficientes para atender el mundo de forma sostenible.
Fuimos a Tailandia para entrevistar antiguos esclavos de la industria pesquera, que tienen historias terribles P. Seaspiracy comienza casi como una película romántica, que pide libertad para los delfines de los parques acuáticos, y acaba como un thiller. ¿Tuvo miedo mientras rodaba?
R. Me asusté. En algunos momentos tuve mucho miedo, preocupación y estrés. Fuimos a Tailandia para entrevistar antiguos esclavos de la industria pesquera, hay unos 20 millones de personas que se considera mano de obra esclava en todo el mundo. Sus historias son terribles, les depositan en jaulas en islas mientras el barco acude al puerto a descargar el pescado. Nosotros escribimos a mucha gente para encontrar un traductor. Uno de ellos avisó al Gobierno tailandés de que estábamos en el país y para qué. Eso nos aterró. A pesar de todo, decidimos hacer todo el trabajo y salir del país lo más deprisa posible. En Japón nos siguieron cinco coches de policía, no era una amenaza real, pero trataban de intimidarnos. Hubo una gran presión y muchos poderes interesados durante la grabación. Cuando la película se estrenó, algunas industrias pesqueras que trataron de demandarnos.
El director del documental 'Seaspiracy', Ali Tabrizi, en Lisboa a finales de octubre. / MANUEL BERBERAN
P. ¿Qué ocurrió después de estrenar la película?
R. La industria escocesa de las granjas de salmones nos envió numerosos correos con reclamaciones. Nos acusan de maquillar las cosas, así que le enviamos una y otra vez lo que decían nuestras fuentes. Finalmente, no han podido hacer nada, han visto que somos creíbles.
P. ¿Nadie le ha llevado a los tribunales?
R. Lo han intentado. En la película tenemos al menos tres fuentes, a veces dos, sobre cada hecho, ellos no pueden hacer nada, aunque han desplegado una campaña en los medios contra la película difundiendo incorrecciones y mentiras.
P. Hay fuentes que aparecen en su película que dicen sentirse manipuladas. ¿Es parte de esa campaña?
R. Cuando salió el tráiler de Seaspiracy, unas semanas antes del estreno en marzo de 2021, se convirtió en algo viral. Mucha gente lo vio y se interesó por la película. Una semana después del tráiler se divulgó un documento de la National Fisheries Board de Estados Unidos, que es un gran lobby de la industria pesquera, para los comercios y restaurantes, donde incluso daban consejos sobre cómo responder a los clientes que hubiesen visto el documental. Estaban preparados para atacar la película antes incluso de su estreno. Algunas de las críticas se centran en uno o dos hechos, que se usan para desacreditar toda la película. Uno de ellos es sobre la cifra de tortugas capturadas en pesca accesoria que damos en el documental y que luego hemos verificado que la cifra actual es incluso peor.
P. La película es muy crítica con organizaciones de defensa de los océanos por olvidarse de la pesca. ¿Cree que su película cambiará esto?
R. Es pronto para decir si cambiarán, pero creo que ya se ha conseguido que se considere la pesca como uno de los problemas. Organizaciones como Oceana probablemente se están moviendo lentamente hacia esa dirección. La forma más sencilla de proteger las especies de los océanos es no comerlas.
P. ¿Sabe cuántas personas han visto Seaspiracy?
R. Netflix guarda los datos para sí, pero después del primer mes nos dijeron que había sido vista por más de 50 millones de cuentas, y eso se multiplica por cinco o seis personas que comparten esas cuentas. Poco después del estreno se convirtió en una de las diez películas más vistas en Netflix en 50 países, fue trending en Twitter. Creo que ha sido uno de los documentales más vistos de la plataforma y con más seguidores en redes sociales, lo que demuestra la identificación que tienen con la historia.
P. ¿Cuánta gente le ha dicho que ha dejado de comer pescado después de ver el documental?
R. (Risas) Honestamente, he perdido la cuenta. Hay gente que ha dejado de comerlo por completo, otros han dejado de comer atún o salmón, o comen menos, pero casi todos reciben un impacto. No hice la película con esta expectativa, solo quería que la gente viese el efecto de la pesca.
https://elpais.com/planeta-futuro/2022-11-15/ali-tabrizi-la-forma-mas-sencilla-de-proteger-las-especies-de-los-oceanos-es-no-comerlas.html
sábado, 17 de diciembre de 2022
_- El secreto de Queipo de Llano
_- Una mujer ocultó durante toda una vida la humillación que sufrió a manos de falangistas mientras el general franquista aún sigue a los pies de la Macarena
Ahora que hablamos tanto de Queipo de Llano, permítanme que les cuente un secreto. Hace unos años, conocí a un viejo jornalero andaluz llamado Gonzalo Sánchez. Nos sentamos alrededor de una mesa y le pedí que me contara su historia para un libro que estaba escribiendo con mi amigo Antonio Jiménez Barca. Gonzalo empezó por el principio: “Nací en Lebrija, provincia de Sevilla, el año 39. Mi padre era jornalero y mi madre, ama de casa, pero ella, durante la República, había ido a un buen colegio y sabía leer y escribir. Y eso, que para una mujer de aquella época era una virtud, también se convirtió en su mala suerte. Antes del golpe del 36, mi madre se sentaba al pie de La Cruz de la plaza del Mantillo y les leía a las demás mujeres el periódico Tierra y Libertad, que editaba la CNT. Tenía poder de convocatoria. Así que, cuando llegó el golpe, mi madre ya estaba marcada. Los falangistas la detuvieron, le cortaron el pelo al cero y la pasearon por la plaza del Ayuntamiento. Allí estaban una noche las mujeres de los caciques tomando el fresco, y a mi madre la obligaron a dar dos vueltas por delante de ellas para que se sintiera humillada, rapada como estaba. Solo le dejaron un mechón en lo alto para cogerle un moño con un lazo de la bandera de España. Desde entonces, mi madre fue una mujer perseguida, reprochada”.
Durante las siguientes dos horas, Gonzalo me contó su historia. Nos reímos con sus travesuras de cuando era un crío y tragamos saliva con los pasajes más duros. Hubo un momento en que dijo: “En aquella época aquí mataron a unas 500 personas”.
—¿En la guerra?
—No, aquí no hubo guerra. Fueron casa por casa. Los sacaban y los fusilaban. 484 entre desaparecidos y fusilados aquí en Lebrija. Uno a uno.
Pero esto, con ser terrible, no era el secreto que les quería desvelar. Cuando ya estaba a punto de apagar la grabadora, Gonzalo bajó la voz y me dijo: “Te voy a contar una cosa. Cuando, en junio de 1977, se celebraron las primeras elecciones democráticas, fui a votar con mi madre. La pobrecita me dijo: ‘Nunca creí que este momento iba a llegar’. Y entonces sacó el lazo de la bandera española que los fascistas le habían puesto en su cabeza rapada para pasearla por la plaza de Lebrija. Nadie sabía que lo había tenido guardado durante 40 años. Se acercó al presidente de la mesa, que era un fascista de aquí de toda la vida, y le dijo: ‘Toma, hijo, el recuerdo de lo que ustedes me hicieron’. Mi madre guardó durante 40 años el lazo aquel de la humillación, sin decírselo a nadie, ni siquiera a mi padre”.
Apagué la grabadora. Nos despedimos con un abrazo. Unos días después, como habíamos convenido, envié la transcripción del testimonio de Gonzalo Sánchez a su hija Victoria, para que lo supervisaran y dieran su aprobación. En el correo de vuelta, Victoria escribió una frase que me dejó helado: “Me he emocionado al leerlo. Algunas historias las conocía, pero otras no, como la entrega del lazo de mi abuela al falangista en las elecciones de 1977″.
Este sí era el secreto. Durante 40 años, la madre de Gonzalo ocultó a sus hijos el lazo de la humillación para que no resucitaran los viejos demonios del pasado y, tal vez con el mismo instinto de protección, Gonzalo también se lo ocultó a los suyos otros 40 años.
Ahora, si me hacen el favor, abran Twitter y tecleen “Queipo de Llano”. Todavía hay quien considera una afrenta que la tumba de quien dirigió las tropas de Franco en el Sur —donde no hubo guerra, sino ejecuciones, bombardeos contra la población civil y violaciones de mujeres alentadas por el propio general— deje de estar a los pies de la Macarena.
https://elpais.com/opinion/2022-10-26/el-secreto-de-queipo-de-llano.html
Ahora que hablamos tanto de Queipo de Llano, permítanme que les cuente un secreto. Hace unos años, conocí a un viejo jornalero andaluz llamado Gonzalo Sánchez. Nos sentamos alrededor de una mesa y le pedí que me contara su historia para un libro que estaba escribiendo con mi amigo Antonio Jiménez Barca. Gonzalo empezó por el principio: “Nací en Lebrija, provincia de Sevilla, el año 39. Mi padre era jornalero y mi madre, ama de casa, pero ella, durante la República, había ido a un buen colegio y sabía leer y escribir. Y eso, que para una mujer de aquella época era una virtud, también se convirtió en su mala suerte. Antes del golpe del 36, mi madre se sentaba al pie de La Cruz de la plaza del Mantillo y les leía a las demás mujeres el periódico Tierra y Libertad, que editaba la CNT. Tenía poder de convocatoria. Así que, cuando llegó el golpe, mi madre ya estaba marcada. Los falangistas la detuvieron, le cortaron el pelo al cero y la pasearon por la plaza del Ayuntamiento. Allí estaban una noche las mujeres de los caciques tomando el fresco, y a mi madre la obligaron a dar dos vueltas por delante de ellas para que se sintiera humillada, rapada como estaba. Solo le dejaron un mechón en lo alto para cogerle un moño con un lazo de la bandera de España. Desde entonces, mi madre fue una mujer perseguida, reprochada”.
Durante las siguientes dos horas, Gonzalo me contó su historia. Nos reímos con sus travesuras de cuando era un crío y tragamos saliva con los pasajes más duros. Hubo un momento en que dijo: “En aquella época aquí mataron a unas 500 personas”.
—¿En la guerra?
—No, aquí no hubo guerra. Fueron casa por casa. Los sacaban y los fusilaban. 484 entre desaparecidos y fusilados aquí en Lebrija. Uno a uno.
Pero esto, con ser terrible, no era el secreto que les quería desvelar. Cuando ya estaba a punto de apagar la grabadora, Gonzalo bajó la voz y me dijo: “Te voy a contar una cosa. Cuando, en junio de 1977, se celebraron las primeras elecciones democráticas, fui a votar con mi madre. La pobrecita me dijo: ‘Nunca creí que este momento iba a llegar’. Y entonces sacó el lazo de la bandera española que los fascistas le habían puesto en su cabeza rapada para pasearla por la plaza de Lebrija. Nadie sabía que lo había tenido guardado durante 40 años. Se acercó al presidente de la mesa, que era un fascista de aquí de toda la vida, y le dijo: ‘Toma, hijo, el recuerdo de lo que ustedes me hicieron’. Mi madre guardó durante 40 años el lazo aquel de la humillación, sin decírselo a nadie, ni siquiera a mi padre”.
Apagué la grabadora. Nos despedimos con un abrazo. Unos días después, como habíamos convenido, envié la transcripción del testimonio de Gonzalo Sánchez a su hija Victoria, para que lo supervisaran y dieran su aprobación. En el correo de vuelta, Victoria escribió una frase que me dejó helado: “Me he emocionado al leerlo. Algunas historias las conocía, pero otras no, como la entrega del lazo de mi abuela al falangista en las elecciones de 1977″.
Este sí era el secreto. Durante 40 años, la madre de Gonzalo ocultó a sus hijos el lazo de la humillación para que no resucitaran los viejos demonios del pasado y, tal vez con el mismo instinto de protección, Gonzalo también se lo ocultó a los suyos otros 40 años.
Ahora, si me hacen el favor, abran Twitter y tecleen “Queipo de Llano”. Todavía hay quien considera una afrenta que la tumba de quien dirigió las tropas de Franco en el Sur —donde no hubo guerra, sino ejecuciones, bombardeos contra la población civil y violaciones de mujeres alentadas por el propio general— deje de estar a los pies de la Macarena.
https://elpais.com/opinion/2022-10-26/el-secreto-de-queipo-de-llano.html
viernes, 16 de diciembre de 2022
_- De la pereza intelectual de Abascal a la inanidad política de Núñez Feijóo
_- ¿No hay nadie en la dirección de Vox que sea capaz de estudiar el Proyecto de Ley de Presupuestos y contrastarlo con su programa para presentar enmiendas a las partidas que entran en contradicción con el mismo?
Hace unos días me preguntó una antigua alumna Erasmus italiana, hoy profesora de Derecho Constitucional en su país, qué es lo que más me había llamado la atención de Vox. Me quedé pensativo durante medio minuto y le respondí: la pereza intelectual de sus dirigentes.
Vox intelectualmente no es nada. Es un ventrílocuo de las aberraciones que vienen de la extrema derecha de los Estados Unidos, recicladas con algunas aportaciones por las extremas derechas de varios países europeos, y nada más. La contribución de Vox al arsenal de la extrema derecha global es nula. No tiene nada que decir que no sea insultar. Por eso, rehúye cualquier tipo de debate sobre algún asunto en concreto.
Su participación, su no-participación habría que decir, en el debate de los Presupuestos Generales del Estado para 2023 es la prueba más inequívoca de lo que acabo de decir. Vox presentó una enmienda a la totalidad y ninguna enmienda parcial.
¿Hay mayor prueba de pereza intelectual que esa? ¿No hay nadie en la dirección de Vox que sea capaz de estudiar el Proyecto de Ley de Presupuestos y contrastarlo con su programa electoral para presentar enmiendas a las partidas presupuestarias que entran en contradicción con el mismo? ¿No hay nadie en la dirección de Vox que considere que es esencial hacer visible ante la opinión pública que tienen respuestas distintas a los problemas con los que tiene que enfrentarse el país y que están dispuestos a defenderlas en sede parlamentaria? Después de afirmar que el Gobierno con sus políticas está acercando al país al borde del precipicio, ¿no se cree en la obligación de explicarle a los ciudadanos por qué es así y qué habría que hacer para evitarlo?
Para presentar una enmienda a la totalidad no hay que estudiar nada. Simplemente se presenta y se acabó. Esto es una mierda y punto. Esto es todo lo que Vox tiene que aportar a un debate presupuestario en el que se están jugando infinidad de cosas para la economía en general y para el bienestar de los ciudadanos en particular.
La indigencia intelectual de Vox no sería preocupante si no estuviera acompañada por la cobardía del PP. Cuando el PP se enfrenta a esa indigencia intelectual, como lo hizo Pablo Casado en la moción de censura que encabezó Santiago Abascal, la desnudez de Vox resulta visible para toda la opinión pública. Cuando el PP se calla o subrepticiamente acepta dicha indigencia, como lo está haciendo el presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, o la presidenta de la Comunidad de Madrid o el actual presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, el problema deja de ser anécdota para convertirse en categoría.
En estos días lo estamos comprobando de nuevo con la respuesta de las derechas frente a la estrategia del Gobierno de coalición para superar el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, acompañado por los partidos que constituyeron la mayoría de investidura, que, en lo fundamental, se ha mantenido estable desde 2018 en centenares de ocasiones.
Vox recurre de nuevo a la moción de censura, que es la otra cara de la moneda de su no participación en el debate presupuestario. No hay nada que argumentar frente a las iniciativas del Gobierno. Basta con utilizar la tribuna del Congreso de los Diputados para insultar a Pedro Sánchez y para obligar al PP a posicionarse respecto de la iniciativa de Santiago Abascal, que es el otro objetivo que persigue la dirección de Vox.
Vox está consiguiendo arrastrar a toda la derecha española con su pereza intelectual. Pablo Casado intentó resistirse a ser arrastrado y Miguel Ángel Rodríguez e Isabel Díaz Ayuso lo liquidaron de manera sobradamente conocida. La vacuna de la defenestración de Pablo Casado está surtiendo efectos en su sustituto en la presidencia del PP. Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia del PP “vacunado”. Por eso no puede extrañar que la pereza intelectual de Vox se haya traducido en la inanidad política de Alberto Núñez Feijóo.
Hace unos días me preguntó una antigua alumna Erasmus italiana, hoy profesora de Derecho Constitucional en su país, qué es lo que más me había llamado la atención de Vox. Me quedé pensativo durante medio minuto y le respondí: la pereza intelectual de sus dirigentes.
Vox intelectualmente no es nada. Es un ventrílocuo de las aberraciones que vienen de la extrema derecha de los Estados Unidos, recicladas con algunas aportaciones por las extremas derechas de varios países europeos, y nada más. La contribución de Vox al arsenal de la extrema derecha global es nula. No tiene nada que decir que no sea insultar. Por eso, rehúye cualquier tipo de debate sobre algún asunto en concreto.
Su participación, su no-participación habría que decir, en el debate de los Presupuestos Generales del Estado para 2023 es la prueba más inequívoca de lo que acabo de decir. Vox presentó una enmienda a la totalidad y ninguna enmienda parcial.
¿Hay mayor prueba de pereza intelectual que esa? ¿No hay nadie en la dirección de Vox que sea capaz de estudiar el Proyecto de Ley de Presupuestos y contrastarlo con su programa electoral para presentar enmiendas a las partidas presupuestarias que entran en contradicción con el mismo? ¿No hay nadie en la dirección de Vox que considere que es esencial hacer visible ante la opinión pública que tienen respuestas distintas a los problemas con los que tiene que enfrentarse el país y que están dispuestos a defenderlas en sede parlamentaria? Después de afirmar que el Gobierno con sus políticas está acercando al país al borde del precipicio, ¿no se cree en la obligación de explicarle a los ciudadanos por qué es así y qué habría que hacer para evitarlo?
Para presentar una enmienda a la totalidad no hay que estudiar nada. Simplemente se presenta y se acabó. Esto es una mierda y punto. Esto es todo lo que Vox tiene que aportar a un debate presupuestario en el que se están jugando infinidad de cosas para la economía en general y para el bienestar de los ciudadanos en particular.
La indigencia intelectual de Vox no sería preocupante si no estuviera acompañada por la cobardía del PP. Cuando el PP se enfrenta a esa indigencia intelectual, como lo hizo Pablo Casado en la moción de censura que encabezó Santiago Abascal, la desnudez de Vox resulta visible para toda la opinión pública. Cuando el PP se calla o subrepticiamente acepta dicha indigencia, como lo está haciendo el presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, o la presidenta de la Comunidad de Madrid o el actual presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, el problema deja de ser anécdota para convertirse en categoría.
En estos días lo estamos comprobando de nuevo con la respuesta de las derechas frente a la estrategia del Gobierno de coalición para superar el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, acompañado por los partidos que constituyeron la mayoría de investidura, que, en lo fundamental, se ha mantenido estable desde 2018 en centenares de ocasiones.
Vox recurre de nuevo a la moción de censura, que es la otra cara de la moneda de su no participación en el debate presupuestario. No hay nada que argumentar frente a las iniciativas del Gobierno. Basta con utilizar la tribuna del Congreso de los Diputados para insultar a Pedro Sánchez y para obligar al PP a posicionarse respecto de la iniciativa de Santiago Abascal, que es el otro objetivo que persigue la dirección de Vox.
Vox está consiguiendo arrastrar a toda la derecha española con su pereza intelectual. Pablo Casado intentó resistirse a ser arrastrado y Miguel Ángel Rodríguez e Isabel Díaz Ayuso lo liquidaron de manera sobradamente conocida. La vacuna de la defenestración de Pablo Casado está surtiendo efectos en su sustituto en la presidencia del PP. Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia del PP “vacunado”. Por eso no puede extrañar que la pereza intelectual de Vox se haya traducido en la inanidad política de Alberto Núñez Feijóo.
_- Premio Nobel de Química 2022: qué es la química "Lego" (y cómo puede revolucionar los tratamientos de enfermedades como el cáncer)
_- El Premio Nobel de Química 2022 fue entregado este miércoles 5 de octubre a los investigadores Carolyn Bertozzi, Morten Meldal y Barry Sharples por sus contribuciones a la química "click", bautizada como química "Lego" por la forma en la que funciona.
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La Real Academia de las Ciencias de Suecia, institución que otorga el galardón, destacó la sencillez y eficiencia con la que sus investigaciones han contribuido a una mayor funcionalidad de la química.
La química "click" permite que las moléculas se unan, como piezas de Lego.
En apenas dos décadas ha demostrado múltiples aplicaciones, destacando especialmente en el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer. Ganadores del Premio Nobel de Química 2022.
¿Qué es la química click?
Para entenderlo, piensa en cómo funciona Lego. Algunas piezas tienen protuberancias y otras tienen agujeros. Los presionas juntas y hacen clic para unirse.
La profesora Alison Hulme, de la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, explica que el mismo proceso se aplica a la química click.
"Dos socios químicos están perfectamente diseñados para combinarse entre sí, de modo que cuando entran en contacto en el entorno adecuado, simplemente hacen click juntos", le dijo a la BBC.
---Pero al principio no se podía utilizar en células vivas -esencial para comprender las enfermedades- porque implicaba el uso de cobre que mata las células.
El innovador descubrimiento del profesor Bertozzi hizo que la química click funcionara en células vivas.
Su trabajo significa que los científicos pueden hacer "química dentro del cuerpo humano, para asegurarse de que los medicamentos vayan al lugar correcto y se mantengan alejados del lugar equivocado", explica Hulme.
Barry Sharples fue quien acuñó este concepto alrededor de 2000. Poco después, Morten Meldal y el propio Sharples, de forma independiente, presentaron lo que hoy se considera la joya de la corona de la química click: la cicloadición de azida-alquino catalizada por cobre.
"La química click ha supuesto enormes avances para la química, la nanotecnología y la ciencia de materiales", dice por otra parte Raluca M. Fratila, investigadora en la Universidad de Zaragoza en España.
¿Cómo la química bioortogonal llevó la química click a otro nivel?
Héctor Busto Sancirián, miembro del grupo de investigación Química Biológica de la Universidad de La Rioja, explica que la química click es una "ciencia básica".
"Y como suele suceder muy a menudo, sentó las bases de la química denominada bioortogonal, cuando Carolyn Bertozzi utilizó esta metodología desarrollada por Sharpless para hacer reacciones químicas en organismos vivos, con enorme potencialidad para el desarollo de nuevos medicamentos", dice Busto.
Carolyn Bertozzi recibiendo un reconocimiento en 2020.
Carolyn Bertozzi, a la derecha, llevó la química click a otro nivel.
En 2004, Bertozzi y sus colegas lideraron las reacciones click que no requerían cobre. Al trabajar con organismos vivos, demasiado metal podía ser tóxico para las células e inferir en su metabolismo..,-
De esta forma, los químicos pueden modificar moléculas en organismos vivos sin interferir con las funciones normales celulares.
Tales reacciones permitieron a Bertozzi etiquetar moléculas que se encuentran en las superficies celulares, llamadas glicanos, con etiquetas verdes fluorescentes.
Bertozzi demostró que su hallazgo podía usarse para rastrear glicanos, por ejemplo, en células tumorosas, y descubrió que algunos glicanos parecen proteger los tumores del sistema inmunológico humano, por lo que bloqueando ese mecanismo se podía crear un nuevo fármaco.
Muchos investigadores han empezado posteriormente a desarrollar anticuerpos seleccionables que apuntan a varios tipos de tumores, explica la Academia de las Ciencias de Suecia.
Estos anticuerpos se están probando actualmente en ensayos clínicos y también se aplicarían en enfermedades inflamatorias, con un potencial que podría impactar en millones de pacientes en todo el mundo.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia, institución que otorga el galardón, destacó la sencillez y eficiencia con la que sus investigaciones han contribuido a una mayor funcionalidad de la química.
La química "click" permite que las moléculas se unan, como piezas de Lego.
En apenas dos décadas ha demostrado múltiples aplicaciones, destacando especialmente en el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer. Ganadores del Premio Nobel de Química 2022.
¿Qué es la química click?
Para entenderlo, piensa en cómo funciona Lego. Algunas piezas tienen protuberancias y otras tienen agujeros. Los presionas juntas y hacen clic para unirse.
La profesora Alison Hulme, de la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, explica que el mismo proceso se aplica a la química click.
"Dos socios químicos están perfectamente diseñados para combinarse entre sí, de modo que cuando entran en contacto en el entorno adecuado, simplemente hacen click juntos", le dijo a la BBC.
---Pero al principio no se podía utilizar en células vivas -esencial para comprender las enfermedades- porque implicaba el uso de cobre que mata las células.
El innovador descubrimiento del profesor Bertozzi hizo que la química click funcionara en células vivas.
Su trabajo significa que los científicos pueden hacer "química dentro del cuerpo humano, para asegurarse de que los medicamentos vayan al lugar correcto y se mantengan alejados del lugar equivocado", explica Hulme.
Barry Sharples fue quien acuñó este concepto alrededor de 2000. Poco después, Morten Meldal y el propio Sharples, de forma independiente, presentaron lo que hoy se considera la joya de la corona de la química click: la cicloadición de azida-alquino catalizada por cobre.
"La química click ha supuesto enormes avances para la química, la nanotecnología y la ciencia de materiales", dice por otra parte Raluca M. Fratila, investigadora en la Universidad de Zaragoza en España.
¿Cómo la química bioortogonal llevó la química click a otro nivel?
Héctor Busto Sancirián, miembro del grupo de investigación Química Biológica de la Universidad de La Rioja, explica que la química click es una "ciencia básica".
"Y como suele suceder muy a menudo, sentó las bases de la química denominada bioortogonal, cuando Carolyn Bertozzi utilizó esta metodología desarrollada por Sharpless para hacer reacciones químicas en organismos vivos, con enorme potencialidad para el desarollo de nuevos medicamentos", dice Busto.
Carolyn Bertozzi recibiendo un reconocimiento en 2020.
Carolyn Bertozzi, a la derecha, llevó la química click a otro nivel.
En 2004, Bertozzi y sus colegas lideraron las reacciones click que no requerían cobre. Al trabajar con organismos vivos, demasiado metal podía ser tóxico para las células e inferir en su metabolismo..,-
De esta forma, los químicos pueden modificar moléculas en organismos vivos sin interferir con las funciones normales celulares.
Tales reacciones permitieron a Bertozzi etiquetar moléculas que se encuentran en las superficies celulares, llamadas glicanos, con etiquetas verdes fluorescentes.
Bertozzi demostró que su hallazgo podía usarse para rastrear glicanos, por ejemplo, en células tumorosas, y descubrió que algunos glicanos parecen proteger los tumores del sistema inmunológico humano, por lo que bloqueando ese mecanismo se podía crear un nuevo fármaco.
Muchos investigadores han empezado posteriormente a desarrollar anticuerpos seleccionables que apuntan a varios tipos de tumores, explica la Academia de las Ciencias de Suecia.
Estos anticuerpos se están probando actualmente en ensayos clínicos y también se aplicarían en enfermedades inflamatorias, con un potencial que podría impactar en millones de pacientes en todo el mundo.
jueves, 15 de diciembre de 2022
¿Por qué no avanza en las encuestas el Gobierno de Pedro Sánchez si lo está haciendo bien?
Publicado en Público el 6 de octubre de 2022
Prácticamente todas las encuestas que se vienen realizando ponen de manifiesto la misma paradoja: a la gran mayoría de los españoles les parece que las medidas que toma el gobierno son positivas o muy positivas, pero los partidos que lo sostienen pierden intención de voto y todo apunta a que la derecha ganará las próximas elecciones generales.
El diario El País, por ejemplo, informaba hace unos días de que medidas que han sido tan criticadas en los medios como el tope al precio del gas y la rebaja del IVA en la factura de luz, las bonificaciones a los carburantes o el impuesto a los beneficios extraordinarios de las energéticas son apoyadas por el 76%, 75% y 66% de los españoles, respectivamente. Y un apoyo semejante o incluso mayor reciben otras más sociales, como las ayudas directas a familias con rentas bajas y la suspensión de los desahucios a los más vulnerables (74%), o los descuentos en los abonos del transporte público (82%).
Al mismo tiempo, sin embargo, en el mismo barómetro se ponía de relieve que ese apoyo no iba acompañado de un aumento en las expectativas de voto del PSOE y Unidas Podemos, sino más bien de todo lo contrario.
Yo no soy experto en este tipo de cuestiones y estoy seguro, además, de que esta paradoja, como casi todas las que tienen que ver con la vida social, tendrá una explicación compleja y no muy fácil de descubrir. Pero, quizá por eso, creo que vale la pena contribuir a la reflexión sobre algo aparentemente tan contradictorio y de lo que depende el futuro material y el bienestar de millones de compatriotas.
En nuestro país, como en casi todo el mundo, el sistema de comunicación social está en manos de empresas dominadas por los grandes capitales. No hay ni un solo medio, ni una televisión o radio privadas de mediano o gran alcance, que no sean propiedad o no respondan a intereses de los bancos, grandes empresas, fondos de inversión o Iglesia Católica. Ni uno solo. Y, además de ello, el gobierno de Sánchez, siguiendo la estela que dejó el de Zapatero en su día, no solo renunció a convertir a la televisión pública en un medio de información plural e independiente, sino que se lo ha entregado a la derecha.
En España se ha dado un caso verdaderamente singular y yo me atrevería a decir que histórico: el gobierno permite que la televisión pública desinforme, manipule los contenidos informativos y hasta mienta, para presentar las noticias del modo que más daño pueda hacer a la mayoría parlamentaria que lo sostiene democráticamente.
No es una opinión, es un hecho que se ha podido comprobar fácilmente viendo día a día los telediarios y las tertulias de RTVE y que vienen denunciando sindicatos y profesionales independientes.
Esa es la cuestión. A mí me parece imposible que la gestión que haga el gobierno se metabolice correctamente por la opinión pública y que esta preste suficiente apoyo electoral a los partidos que lo sostienen sin correcta información sobre lo que verdaderamente hace, sin deliberación democrática sobre sus medidas y cuando toda su acción se presenta en los medios constantemente desdibujada y vinculada a los peores desastres por una legión de periodistas y tertulianos al servicio de sus adversarios políticos. Y máxime, en un país como el nuestro, en el que la derecha política es extremadamente nacionalista y cree que solo ella es España, poque no somos «españoles de bien», o ni siquiera españoles, quienes pensamos o sentimos de modo diferente. La derecha española está convencida de que la izquierda es enemiga y no tiene derecho a gobernar y que, por tanto, es legítimo y necesario hacer cualquier cosa para evitar que lo haga. Y eso es lo que se traduce constantemente en la información mentirosa y malintencionada que emiten los medios privados y la televisión pública.
Pero no acaba ahí la cosa.
Lógicamente, no se puede esperar que la derecha ponga sus mediadores al servicio de un gobierno progresista; o que los bancos, grandes empresas y fondos de inversión permitan que en los medios de su propiedad expongan sus ideas las personas que defienden un reparto más equitativo de su riqueza y poder.
Por tanto, si los partidos políticos que gobiernan y tratan de sacar adelante medidas que vayan contra esos intereses dominantes quieren que la gente sepa con realismo lo que están haciendo, es imprescindible que dispongan de sus propios medios y mediadores.
Y el problema es que, incomprensiblemente, han renunciado a ellos.
Sin medios de comunicación, sin promover televisiones o radios ciudadanas que pudieran presentar la información, no ya de un modo favorable al gobierno, sino al menos más plural, es imposible que se pueda generalizar el apoyo a los partidos que lo conforman, incluso a pesar de que la mayoría de la población considere como positivas las medidas que adopta.
Y los únicos mediadores que podrían lograr que la sociedad conozca de primera mano y fielmente lo que hacen en el gobierno los partidos de izquierdas y explicar sin manipulaciones ni mentiras la verdadera naturaleza de su gestión, son sus militantes, sus organizaciones de base y las personas que por sus conocimientos o posición social disponen de influencia intelectual y capacidad de diálogo con la sociedad.
Sin embargo, los partidos de izquierdas se han convertido en organizaciones cesaristas, sin apenas presencia efectiva en la sociedad y con una militancia que prácticamente se reduce a la nacida y educada al amparo de los aparatos, con el único fin de controlarlos para ocupar puestos retribuidos. Ni hay militancia dedicada a informar, explicar y difundir la acción del gobierno en la sociedad, ni los dirigentes de los partidos recurren al activismo social o a quienes podrían utilizar su influencia académica, profesional o social para dar apoyo, alcance y legitimación a las medidas que se van adoptando.
Aunque a la inmensa mayoría de la población, como señalan las encuestas, les parecen bien las medidas que adopta un gobierno progresista lo que ocurre es que, prácticamente en el mismo momento en que se han tomado, una legión de periodistas y comunicadores magníficamente bien pagados se dedica a desnaturalizarlas para asociar con el gobierno, no su contenido real, sino el monstruo de mil cabezas en que lo convierten a base de tergiversación y mentiras.
Y ese efecto se produce principal o más fuertemente, tal y como también revelan las encuestas, entre la población que más se beneficia de las medidas del gobierno. Como es lógico que ocurra, pues es a esa parte de la población hacia la que se dirige en mayor medida la mediación que diseña el poder económico y financiero y la derecha a su servicio. Justo la más desfavorecida y a la que ha dejado de hablar, arropar, organizar y movilizar la izquierda que renuncia a sus organizaciones de base, al trabajo de militantes y simpatizantes y a la cooperación de la intelectualidad progresista y del activismo social.
El gobierno gestiona y lo hace bien pero quienes median entre él y la sociedad para informar de las medidas que toma y de sus efectos son sus adversarios políticos. ¿A quién puede extrañar, entonces, que no gane apoyo electoral por muy bien que lo haga?
Prácticamente todas las encuestas que se vienen realizando ponen de manifiesto la misma paradoja: a la gran mayoría de los españoles les parece que las medidas que toma el gobierno son positivas o muy positivas, pero los partidos que lo sostienen pierden intención de voto y todo apunta a que la derecha ganará las próximas elecciones generales.
El diario El País, por ejemplo, informaba hace unos días de que medidas que han sido tan criticadas en los medios como el tope al precio del gas y la rebaja del IVA en la factura de luz, las bonificaciones a los carburantes o el impuesto a los beneficios extraordinarios de las energéticas son apoyadas por el 76%, 75% y 66% de los españoles, respectivamente. Y un apoyo semejante o incluso mayor reciben otras más sociales, como las ayudas directas a familias con rentas bajas y la suspensión de los desahucios a los más vulnerables (74%), o los descuentos en los abonos del transporte público (82%).
Al mismo tiempo, sin embargo, en el mismo barómetro se ponía de relieve que ese apoyo no iba acompañado de un aumento en las expectativas de voto del PSOE y Unidas Podemos, sino más bien de todo lo contrario.
Yo no soy experto en este tipo de cuestiones y estoy seguro, además, de que esta paradoja, como casi todas las que tienen que ver con la vida social, tendrá una explicación compleja y no muy fácil de descubrir. Pero, quizá por eso, creo que vale la pena contribuir a la reflexión sobre algo aparentemente tan contradictorio y de lo que depende el futuro material y el bienestar de millones de compatriotas.
En nuestro país, como en casi todo el mundo, el sistema de comunicación social está en manos de empresas dominadas por los grandes capitales. No hay ni un solo medio, ni una televisión o radio privadas de mediano o gran alcance, que no sean propiedad o no respondan a intereses de los bancos, grandes empresas, fondos de inversión o Iglesia Católica. Ni uno solo. Y, además de ello, el gobierno de Sánchez, siguiendo la estela que dejó el de Zapatero en su día, no solo renunció a convertir a la televisión pública en un medio de información plural e independiente, sino que se lo ha entregado a la derecha.
En España se ha dado un caso verdaderamente singular y yo me atrevería a decir que histórico: el gobierno permite que la televisión pública desinforme, manipule los contenidos informativos y hasta mienta, para presentar las noticias del modo que más daño pueda hacer a la mayoría parlamentaria que lo sostiene democráticamente.
No es una opinión, es un hecho que se ha podido comprobar fácilmente viendo día a día los telediarios y las tertulias de RTVE y que vienen denunciando sindicatos y profesionales independientes.
Esa es la cuestión. A mí me parece imposible que la gestión que haga el gobierno se metabolice correctamente por la opinión pública y que esta preste suficiente apoyo electoral a los partidos que lo sostienen sin correcta información sobre lo que verdaderamente hace, sin deliberación democrática sobre sus medidas y cuando toda su acción se presenta en los medios constantemente desdibujada y vinculada a los peores desastres por una legión de periodistas y tertulianos al servicio de sus adversarios políticos. Y máxime, en un país como el nuestro, en el que la derecha política es extremadamente nacionalista y cree que solo ella es España, poque no somos «españoles de bien», o ni siquiera españoles, quienes pensamos o sentimos de modo diferente. La derecha española está convencida de que la izquierda es enemiga y no tiene derecho a gobernar y que, por tanto, es legítimo y necesario hacer cualquier cosa para evitar que lo haga. Y eso es lo que se traduce constantemente en la información mentirosa y malintencionada que emiten los medios privados y la televisión pública.
Pero no acaba ahí la cosa.
Lógicamente, no se puede esperar que la derecha ponga sus mediadores al servicio de un gobierno progresista; o que los bancos, grandes empresas y fondos de inversión permitan que en los medios de su propiedad expongan sus ideas las personas que defienden un reparto más equitativo de su riqueza y poder.
Por tanto, si los partidos políticos que gobiernan y tratan de sacar adelante medidas que vayan contra esos intereses dominantes quieren que la gente sepa con realismo lo que están haciendo, es imprescindible que dispongan de sus propios medios y mediadores.
Y el problema es que, incomprensiblemente, han renunciado a ellos.
Sin medios de comunicación, sin promover televisiones o radios ciudadanas que pudieran presentar la información, no ya de un modo favorable al gobierno, sino al menos más plural, es imposible que se pueda generalizar el apoyo a los partidos que lo conforman, incluso a pesar de que la mayoría de la población considere como positivas las medidas que adopta.
Y los únicos mediadores que podrían lograr que la sociedad conozca de primera mano y fielmente lo que hacen en el gobierno los partidos de izquierdas y explicar sin manipulaciones ni mentiras la verdadera naturaleza de su gestión, son sus militantes, sus organizaciones de base y las personas que por sus conocimientos o posición social disponen de influencia intelectual y capacidad de diálogo con la sociedad.
Sin embargo, los partidos de izquierdas se han convertido en organizaciones cesaristas, sin apenas presencia efectiva en la sociedad y con una militancia que prácticamente se reduce a la nacida y educada al amparo de los aparatos, con el único fin de controlarlos para ocupar puestos retribuidos. Ni hay militancia dedicada a informar, explicar y difundir la acción del gobierno en la sociedad, ni los dirigentes de los partidos recurren al activismo social o a quienes podrían utilizar su influencia académica, profesional o social para dar apoyo, alcance y legitimación a las medidas que se van adoptando.
Aunque a la inmensa mayoría de la población, como señalan las encuestas, les parecen bien las medidas que adopta un gobierno progresista lo que ocurre es que, prácticamente en el mismo momento en que se han tomado, una legión de periodistas y comunicadores magníficamente bien pagados se dedica a desnaturalizarlas para asociar con el gobierno, no su contenido real, sino el monstruo de mil cabezas en que lo convierten a base de tergiversación y mentiras.
Y ese efecto se produce principal o más fuertemente, tal y como también revelan las encuestas, entre la población que más se beneficia de las medidas del gobierno. Como es lógico que ocurra, pues es a esa parte de la población hacia la que se dirige en mayor medida la mediación que diseña el poder económico y financiero y la derecha a su servicio. Justo la más desfavorecida y a la que ha dejado de hablar, arropar, organizar y movilizar la izquierda que renuncia a sus organizaciones de base, al trabajo de militantes y simpatizantes y a la cooperación de la intelectualidad progresista y del activismo social.
El gobierno gestiona y lo hace bien pero quienes median entre él y la sociedad para informar de las medidas que toma y de sus efectos son sus adversarios políticos. ¿A quién puede extrañar, entonces, que no gane apoyo electoral por muy bien que lo haga?
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Juan Torres López,
manipulación
miércoles, 14 de diciembre de 2022
_- "El bloqueo económico contra Cuba y el ataque mediático y psicológico van en la misma dirección"
_- https://youtu.be/S4hl9XZf4y8
Siempre es bienvenido un trabajo biográfico de calidad a propósito de una personalidad relevante. El área cultural anglosajona ha sido pródiga en maestros en el género. Y este trabajo no desentona, esta vez en torno a uno de los grandes del marxismo del siglo XX.
Andrew Pearmain.
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