martes, 24 de mayo de 2022

_- El paradigma de la colegialidad

_- Hace unos días tuve el honor y la satisfacción de participar en el VIII Seminário de Educaçao de la ciudad Câmara de Lobos, en la isla portuguesa de Madeira. Aunque había sido invitado para hacer una intervención presencial, por diversos motivos, la hice en línea. Estos dos años de pandemia nos han metido a los docentes en una nueva cultura de la comunicación formativa. Si bien es cierto que la presencia tiene unos indiscutibles alicientes, la modalidad virtual aporta ventajas indudables de comodidad y de ahorro de tiempo y de gastos

Durante la pandemia, a veces con el pantalón del pijama puesto y en zapatillas de andar por casa (tu imagen va a ser de primer plano o, a lo sumo, de plano medio), decía a la familia:

Voy a México, voy a Argentina, voy a Colombia, voy a Chile, voy a Portugal, voy a Bilbao, voy a Barcelona…
Bajaba los doce peldaños de la escalera que llevan a mi estudio/biblioteca, impartía mi conferencia y al cabo de dos o tres horas, estaba de vuelta… Subía los doce escalones y me incorporaba a la vida familiar.

Esa intervención de dos horas te exige una semana si tienes que desplazarte a un destino transoceánico, con las molestias inevitables del jet lag a la ida y a la vuelta, con los consiguientes gastos para la organización, los riesgos que entrañan los viajes y con la forzosa lejanía de la familia.

Câmara de Lobos es un municipio de cerca de 40.000 habitantes, subdividido en 5 freguesías. Es un pueblo pesquero con sus típicas barcas de colores, situado en la zona centro oeste de Madeira. Hace muchos años este era el hogar de la foca monje, que en portugués se conoce por ‘Lobo Marino’ y de ahí es de donde procede el nombre de Câmara de Lobos.

El pueblo está rodeado de viñedos y es conocido por su excelente vino Madeira así como por ser la cuna de la “poncha”, una mezcla de zumo de limón, aguardiente y miel. Su bucólica bahía es uno de los lugares favoritos de los pintores desde que Sir Winston Churchill lo pintó en 1950 durante sus vacaciones.

Desde la pantalla de tu ordenador no ves ni pisas ese escenario maravilloso (que disfruté hace algunos años en otras actividades didácticas), no te conectas personalmente con los asistentes, no intercambias abrazos y saludos y no puedes compartir una comida o una cena en la que se cuentan experiencias y se viven valiosas emociones.

El lema del Seminario, que duró dos días, era “Pedagogia das emoçôes”. Cuestiones sugerentes y ambiciosas: Liderazgo para la educación integral, la influencia de las emociones en el aprendizaje, el cine como promotor de competencias sociales y emocionales, risoterapia: gestionar las emociones con humor, la tecnología al servicio de una educación humanista, para qué sirve la cultura… Después de mi intervención, en la que diserté sobre la importancia y la necesidad de evaluar con el corazón y sobre cómo poner la evaluación al servicio del aprendizaje, intervino el profesor universitario António Sampaio da Nóvoa, Rector honorífico de la Universidad de Lisboa, que fue candidato a la presencia de la República como independiente, con el apoyo de los partidos de izquierda, en las elecciones del año 2016.

Intervino de forma presencial ante un auditorio de unos 250 docentes. El título de su disertación fue el siguiente: ¿Para qué sirve la cultura? Seguí su conferencia desde la pantalla de mi ordenador. El ponente hizo una breve, sólida y vibrante intervención, de esas que te atrapan intelectualmente, te envuelven con la magia de palabra y te emocionan sin remedio.

Sostuvo Sampaio, entre otras muchas ideas sugerentes, que había que pasar en las escuelas del uno al varios. No más UN profesor, en UN aula, durante UNA hora, con UNA asignatura, UN tema, UN grupo nacido de UN criterio de agrupación homogéneo como la edad, UN ritmo único, UN solo método… Hay que pasar, dijo, a otra modalidad de intervención en la que haya VARIOS docentes, con VARIAS asignaturas, en VARIOS grupos, en VARIOS espacios, sobre VARIOS temas, con VARIOS criterios de agrupamiento, con VARIOS ritmos, con VARIOS métodos…

Insistió mucho el profesor Sampaio en la palabra y el concepto JUNTOS. Porque este consagrado profesor universitario piensa que la educación es un bien público común. Juntos tenemos que compartirlo, defenderlo y desarrollarlo.

JUNTOS, a su juicio, tenemos que poner el foco en los procesos más que en los resultados, en lo colectivo más que en lo individual y en el mañana más que en el hoy. La obsesión por los resultados potencia el utilitarismo. ¿Para qué sirve la filosofía? La filosofía no sirve, es servida.

Hay que poner en cuestión el aula de talla única, en la que un docente trabaja con un grupo pretendidamente homogéneo. Todos, todos a la vez, todos lo mismo. todos en los mismos tiempos, todos de la misma forma, todos con el mismo ritmo, todos con la misma evaluación, todos con el mismo docente…

No hay alumno que se resista a diez profesores que estén de acuerdo. La barca no puede avanzar si cada uno de los remeros va en una dirección diferente. Pondré un ejemplo: si en un centro existe un programa de coeducación del que se encarga una docente y, mientras se realizan las sesiones, los docentes varones que están en la sala de profesores hacen las bromas más soeces de la comarca respecto a su compañera no se podrá avanzar. Lo que hace una persona, lo deshace otra de forma inexorable. Sería como intentar hacer nieve frita: una tarea imposible.

Pero el valor del juntos no solo tiene que ver con la eficacia del aprendizaje de los alumnos y de las alumnas sino que hace posible el desarrollo profesional de los docentes. No es posible avanzar sin el concurso de toda la comunidad. Creo que otros colegas tienen que observar nuestro trabajo, dialogar sobre lo observado con nosotros para comprender la realidad profundamente y así poder mejorar la racionalidad y la justicia de las prácticas. Y, por supuesto, favorece el buen clima emocional en el que suelen prosperar las innovaciones. En los colegas no solo se puede encontrar recursos didácticos sino apoyo emocional.

Ese hecho plantea la necesidad de formar a los docentes en el paradigma de la colegialidad. No se prepara a un profesor para impartir clases particulares sino para que sea miembro de un equipo que elabora, desarrolla y evalúa un proyecto compartido.

La rutina, que es el cáncer de las instituciones nos instala en unas prácticas que se repiten de un año para otro sin ser sometidas a la crítica que las ponga en cuestión. No hay institución con más prescripciones que una escuela. Si todo está regulado, lo que hay que hacer es ejecutar fielmente la prescripción. No hace falta pensar.

Mariano Fernández Enguita escribió hace unos años (si mal no recuerdo en 2018) un libro cuyo título refleja muy bien una concepción del trabajo educativo basada en el paradigma de la colegialidad, tan diferente a la tradicional filosofía del uno frente al varios: “Más escuela y menos aula”. Coincido en dar importancia al proyecto de escuela. Y en la necesidad de romper la dinámica del aula de la unidad para pasar a lo que Enguita llama la hiperaula.

El trabajo de equipo de los docentes, favorece, facilita, promueve y apoya el trabajo cooperativo de los alumnos y de las alumnas. No se puede persuadir a los alumnos de que es necesaria la colaboración cuando nos pueden preguntar: Y usted, ¿por qué no se habla con el profesor que entra después en la clase?

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2022/05/14/el-paradigma-de-la-colegialidad-3/

lunes, 23 de mayo de 2022

_- “Comportarse como adultos”, una película necesaria

_- Esta película de Costa – Gavras (Adults in the Room, 2019) fue programada el pasado sábado a las 22h por TVE2, a la sombra de la Final de Eurovisión en TVE1.

Basada en las memorias de Yanis Varoufakis, que participó en el guión, cuenta las dictatoriales (o gangsteriles) maniobras del Consejo de la Unión Europea para esquilmar y humillar a una Grecia en crisis gobernada por un partido de izquierdas, como castigo ejemplar, se supone.

Los hechos y los personajes son reales, aunque interpretados por actores, pero con sus nombres reales: Varoufakis, Tsipras, Schaeuble (el ministro de Finanzas que impuso el austericidio en la UE tras la crisis de 2008), Lagarde (entonces presidenta del FMI), …

Es probable que tuviera poca audiencia, porque la masa estaba con la música, pero se puede ver en diferido y es una de las películas políticas más importantes de este siglo porque retrata, con todo el realismo que merece, la total ausencia de democracia en las instituciones de la UE. Donde el ministro de finanzas alemán Schaeuble, dominando el Consejo, expresa su conocida frase de que unas elecciones no pueden cambiar unas medidas económicas y nadie contesta cuando Varoufakis pregunta que entonces ¿para qué son las elecciones?.

Solo esa escena, que fue real, y el buen hacer de Costa-Gravas (padre del cine político, según TVE, como atestiguan “Z”, “Estado de sitio”, Missing”, “La caja de música”… ) califican esta película como necesaria para entender lo que pasa.

Ver a los ministros de finanzas de la UE, hacer su papelón, es la mejor prueba de que el poder económico no está en el Gobierno y que llamar a esto democracia es una broma cruel.

La frase “Deberían comportarse como adultos” de Chistine Lagarde (dicha para sí misma) entonces Presidenta del FMI y hoy del Banco Central Europeo, dudo de que ahora la repitiera.

Blog: “Comportarse como adultos” una peli necesaria | Educación y Medios (antoniocampuzano.es)

domingo, 22 de mayo de 2022

_- Lo que no cuenta la serie ‘Downton Abbey’: la oscura vida de los sirvientes de las mansiones británicas.

_- Dos niñas posan en la cocina de la casa en la que trabajaban como criadas, en una imagen fechada en la época victoriana.KGPA LTD / ALAMY STOCK PHOTO
El libro ‘Nunca delante de los criados’ recopila centenares de testimonios de trabajadores domésticos que desmontan su idealizada imagen de la época victoriana

En 1879, poco después de empezar a trabajar a los 10 años como sirvienta en una mansión de un barrio a las afueras de Londres, Harriet Brown escribía en una carta a su madre: “Me levanto a las cinco y media o seis de la mañana y no me acuesto hasta cerca de las doce de la noche y, a veces, estoy tan cansada que no me queda más remedio que echarme a llorar. De no ser por el aceite de hígado de bacalao que estoy tomando, creo que habría tenido que guardar cama”. Dos décadas después, la historia se repetiría con su hija Ellen, que a esa misma edad se convirtió en la octava de ocho criadas de otra casa de la capital británica. Como recién llegada, le tocaban las tareas más duras. Tenía que cepillar los suelos de madera con una mezcla de jabón líquido y polvo de sílice que le dejaba las manos y los antebrazos en carne viva. La mayoría de las noches se quedaba dormida llorando.

La historia de Harriet y Ellen aparece recogida en el libro Nunca delante de los criados, de Frank Victor Dawes, un periodista británico ya fallecido, que en 1972 publicó un anuncio en el The Daily Telegraph en el que pedía a personas que hubieran trabajado como sirvientes que le enviaran cartas en las que contaran sus vivencias. La editorial Periférica lo publica ahora por primera vez en español con traducción de Ángeles de los Santos. Coincide su lanzamiento con el estreno de la segunda secuela cinematográfica de la popular serie Downton Abbey , una producción de la televisión británica, estrenada en 2010 y que recrea de manera idealizada la vida cotidiana de una familia victoriana y sus sirvientes, en la línea de su antecesora en los setenta Arriba y abajo. En ninguna de las dos se atisba la crudeza que reflejan los testimonios recopilados por Dawes. Todo parece estar donde tiene que estar, tanto los objetos como las personas: cada cual contento en el lugar que le corresponde.

Nada que ver, por ejemplo, con la vivencia de Elizabeth Simpson, nacida en 1853, que también comenzó a trabajar como criada a los 10 años en una mansión en el condado de Yorkshire. Según le contó su nieta a Dawes, tenía que levantarse a las cuatro para restregar los suelos de piedra de la lechería con agua fría y batir la mantequilla hasta que le dolían los brazos. A esas horas tempranas se iluminaba con una vela que iba empujando conforme avanzaba de rodillas por el enlosado. La tenían trabajando sin parar el día entero. Era una norma de estricto cumplimiento que nunca la viera ningún miembro de la familia. Si por algún infortunio la veían, ella no debía dirigirles la palabra, sino hacerles una reverencia y desaparecer lo antes posible.

Cuando publicó aquel anuncio, Dawes se proponía relatar la historia real de los trabajadores domésticos en Reino Unido desde el esplendor del sector a mediados del siglo XIX hasta su progresiva decadencia a partir de la I Guerra Mundial. Hijo de una criada que empezó a servir a los 13 años, el periodista pretendía investigar las razones de ese declive: del millón y medio de personas que había hasta el comienzo del conflicto bélico se había pasado a menos de 100.000 en los setenta. Recibió cerca de 700 cartas en pocos meses que le sirvieron de base para escribir su libro, convertido en un best seller cuando se publicó en 1973, en pleno apogeo de Arriba y abajo.

Ya desde las primeras páginas del libro queda claro que los sirvientes de las casas victorianas vivían en unas condiciones cercanas a la esclavitud. Apenas tenían unas horas libres a la semana, les podían despedir por capricho y descansaban en habitáculos infames. Violet Turner, que trabajó en una pensión poco antes de la I Guerra Mundial, recuerda que tenía que dormir en el cuarto de baño en una cama plegable: “Cuando me levantaba por la mañana tenía que plegar la cama y sacarla al rellano antes de que los huéspedes tomaran su baño”. Y lo peor de todo es que ni los amos ni los criados tenían conciencia de ello, porque ambas partes asumían que su posición en la vida respondía a un orden dictado por la divinidad. “La Biblia se utilizaba para convencerles de que reconocieran la superioridad de aquellos a quienes servían”, explica Dawes. Desde los púlpitos les llegaban subrayados pasajes como este de la Epístola a los efesios: “Sirvientes, obedeced a quienes son vuestros amos en el mundo, con miedo y con temblor (…) cumpliendo la voluntad de Dios desde el corazón”. Se aseguraba así la sumisión al sistema.

Los patrones, por su parte, vivían con la conciencia tranquila porque socialmente se consideraba a los criados seres “distintos”, cuando no “inferiores”. Eso ayudaba a justificar moralmente la explotación infantil y los abusos sexuales. “En cuanto a las sirvientas y las mujeres de clases más humildes […] todas fornicaban a escondidas y se sentían orgullosas de tener a un caballero que las cubriera. Ésa era la opinión de los hombres de mi estilo de vida y de mi edad”, relata un caballero victoriano en sus memorias, que publicó de manera anónima en 1890 bajo el título Mi vida secreta. “Si, como ocurría con demasiada frecuencia, una joven sirvienta se quedaba embarazada de un miembro de la familia, la culpa recaía directamente sobre ella, no sobre él”, apunta Dawes. Muchas veces se las despedía sin referencias, lo que las abocaba a los asilos o la prostitución.

Esa conciencia de que los criados eran “inferiores” explica también que el movimiento por los derechos de las clases trabajadoras los ignorara hasta bien entrado el siglo XX. Y que se encontrara con una mayor resistencia cuando empezó a fraguarse. “Considero que cualquier posibilidad de introducir en el servicio doméstico el tipo de relación que ahora se da entre patrones y trabajadores en el ámbito industrial podría influir de manera desastrosa en los fundamentos de la vida hogareña”, escribió en una carta la marquesa de Londonderry en los años veinte para manifestar su oposición a la regulación del trabajo doméstico. Tuvo que pasar otra década para que se empezaran a reconocer sus demandas de salarios y descansos mínimos, en parte porque la necesidad de mano de obra femenina en las fábricas durante la I Guerra Mundial hizo que muchas mujeres descubrieran que podían acceder a empleos mejores: los sueldos quizá no fueran superiores, pero al menos no se las trataba como esclavas. Y la escasez de criadas empezó a ser un verdadero problema en el país.

Fue el principio de la decadencia de la edad de oro de los sirvientes en Reino Unido. Y con ella, el derrumbe de una forma de vida en la que la posición social de una familia se medía por el número de criados que tenía. Lo retrató con precisión en 1989 el Nobel Kazuo  Kazuo Ishiguro en su novela Los restos del día  adaptada al cine en 1993 por James Ivory, con Anthony Hopkins y Emma Thomson como protagonistas.

No obstante, ciertos estigmas y agravios asociados al trabajo doméstico perviven no solo en ese país, sino en todo el mundo. “En inglés, maid [criada] es una palabra refinada, que evoca servicios de té, uniformes almidonados y la serie Downton Abbey. Pero en la vida real, el mundo de las trabajadoras domésticas está incrustado de suciedad y restos de mierda. Esas mujeres limpian nuestros desagües de vello púbico, son testigos mudos de nuestros trapos sucios, en sentido literal y metafórico. Sin embargo, quedan relegadas a la invisibilidad”, escribe la activista estadounidense Barbara Ehrenreich en el prólogo del libro Criada, en el que Stephanie Land narra sus duros años de trabajo como limpiadora con una hija pequeña a cargo, que se convirtió en un best seller en EE UU tras su publicación en 2020 y que inspiró la serie La asistenta. La edición española (Capitán Swing, 2021) incluye un prefacio de la dominicana Rafaela Pimentel, una de las líderes del movimiento sindical de las empleadas de hogar en España, donde hay que recordar que todavía no tienen reconocido el derecho a cobrar la prestación por desempleo: “La mayoría de la gente la mira [a Stephanie Land], nos mira, con miradas que nos recriminan por ser pobres (…) Miradas, entre otras cosas, que nos devuelven que no somos mujeres ‘normales’, como dicta la sociedad”.

El pasado viernes se supo que hace dos meses fue rescatada en Brasil una mujer de 86 años que llevaba siete décadas esclavizada trabajando como criada para tres generaciones de una familia sin cobrar un salario ni tener vacaciones. Cuando la encontraron, en una vivienda de Río de Janeiro, dormía en un sofá a las puertas de la habitación de la patrona de la que cuidaba, también octogenaria.

https://elpais.com/cultura/2022-05-17/lo-que-no-cuenta-la-serie-downton-abbey-la-oscura-vida-de-los-sirvientes-de-las-mansiones-britanicas.html#?rel=lom

sábado, 21 de mayo de 2022

_- ¿Qué está pasando en Podemos?

_- ¿Cómo es posible que la dirección de Podemos no se haya dado cuenta de que había partido en Andalucía y que ella tenía que ser la que tomara la iniciativa de configurar la coalición de izquierda que saltara al terreno de juego?

— La Junta Electoral de Andalucía rechaza incluir a Podemos en la coalición andaluza de izquierdas

En buena lógica la coalición de las izquierdas que, por el motivo que sea, no se reconocen en el partido socialista, debería estar siendo liderada por Podemos. No solamente en Andalucía de cara a las elecciones del próximo 19 de junio, sino en el conjunto del Estado, ya que no se puede perder de vista que en mayo de 2023 habrá elecciones municipales en todos los municipios y elecciones autonómicas en 12 Comunidades Autónomas más las dos Ciudades Autónomas. Y que a finales de 2023 habrá elecciones generales en el supuesto de que no se celebren antes, cosa que, tal como está el patio, no es descartable.

Con el resultado de las elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid se abrió un nuevo ciclo electoral, ya que la dirección del PP en ese momento creyó que se le abría una oportunidad de reforzar su liderazgo y de frenar a Vox con la anticipación de las elecciones primero en Castilla y León e inmediatamente después en Andalucía. Aunque el resultado de las elecciones en Castilla y León no fue el que la dirección del PP esperaba, el adelanto electoral en Andalucía se ha producido en todo caso.

Nadie en el terreno de la izquierda no socialista puede llamarse a engaño. Todos las diferentes formaciones políticas en dicho terreno sabían que el calendario electoral era el que iba a ser y con unas fechas previsibles, mes arriba mes abajo. Para competir eficazmente, era obvio que había que iniciar la negociación de la forma en que se iba a concurrir en cada Comunidad Autónoma y en los municipios más importantes. Los programas y los candidatos que tendrían que explicárselos a los ciudadanos tenían que ser acordados. Y esto solo hay una forma de hacerlo: negociando entre las direcciones de todas las formaciones que estuvieran dispuestas a hacerlo.

Dada la primacía de Podemos, cabía esperar que fuera dicha formación política la que hubiera tomado la iniciativa y hubiera convocado a las demás para empezar a discutir el qué y el cómo de lo que se iba a producir inexorablemente. Podemos ha sido la gran novedad en la izquierda del sistema de partidos español. Hasta su aparición, PSOE e IU habían ocupado el espacio casi por completo. La llegada de Podemos revolucionó dicho espacio. Lo hizo con una eficacia extraordinaria. Yo milité en el PCE y fui candidato en las elecciones de 1977 y 1979 y recuerdo la imposibilidad en que nos encontramos de llegar más allá de los 23 escaños. Por eso valoré y sigo valorando la hazaña que supuso la irrupción de Podemos de la forma tan extraordinaria en que lo hizo.

Lo que no acabo de entender es por qué habiendo hecho lo más difícil, romper el corsé que entre la Ley para la Reforma Política de 1976 y el Real Decreto-ley de normas electorales de marzo de 1977 impuso al ejercicio del derecho de sufragio, que supuso décadas de bipartidismo, esté renunciando a ocupar la posición que había conseguido y a dirigir la única coalición que puede consolidar dicha posición.

En Castilla y León la situación para las izquierdas era muy difícil, pero en Andalucía no lo era. Con la aprobación de la reforma laboral y con la visibilidad de los efectos de la misma, que conlleva un cierre de filas de los sindicatos en torno a las candidaturas de izquierda, socialistas y no socialistas, se había abierto una posibilidad de competir con la derecha en un partido de resultado abierto.

¿Cómo es posible que la dirección de Podemos no se haya dado cuenta de que había partido en Andalucía y que ella tenía que ser la que tomara la iniciativa de configurar la coalición de izquierda que saltara al terreno de juego? Para mí no es que me haya parecido incomprensible que se haya firmado por Podemos fuera de plazo la formalización de la coalición ante la Junta Electoral, sino que no haya sido el primer firmante al que hubieran seguido todos los demás.

Me temo que para las elecciones andaluzas ya no hay solución. Podemos no va a poder formar parte, jurídicamente, de la coalición electoral de las izquierdas, aunque en las listas puedan figurar dirigentes de Podemos sin aparecer identificados como tales. En el terreno electoral, el componente jurídico del proceso político es muy importante y, en consecuencia, el error tiene un coste alto para ellos.

De los errores se aprende o, mejor dicho, se debe aprender. Y esto es lo que tendría que hacer Podemos. Además de participar en la campaña electoral como si formalmente figurara en la coalición electoral, debería poner en marcha el proceso de preparación de todos los procesos electorales del 2023. Le va en ello su propia supervivencia.

https://www.eldiario.es/contracorriente/pasando_132_8978850.html

jueves, 19 de mayo de 2022

_- Cuando falta el 'alguien' más importante.

_- La empresa fabricante tiene que tener el registro. Verificar quién ha dado la orden en cada caso, si se ha solicitado o no autorización judicial, en definitiva, rastrear el uso que se ha hecho del programa es en lo que se debería estar trabajando por quien tiene autoridad para hacerlo, que son las Cortes Generales

— Todas las preguntas sobre el espionaje que no aclara el cese de la directora del CNI

Mariola Urrea publicó el pasado 9 de mayo un artículo en El País con el título “Cuando ese alguien es más de uno”, en el que pasaba revista a la cadena de decisiones que se habían ido adoptando en relación con el uso del programa Pegasus en nuestro país.

Estoy de acuerdo con lo que ella dice en dicho artículo, de lectura más que recomendable. Con lo que no estoy de acuerdo es con lo que omite. El programa Pegasus, mejor dicho el uso de dicho programa, ha sido conocido de forma generalizada por la opinión pública a raíz de la publicación de un artículo en la revista The New Yorker con base en la investigación de una Universidad canadiense sobre espionaje al nacionalismo catalán. El impacto del artículo en la opinión pública española y en la agenda política ha sido enorme y todavía tiene recorrido.

Mariola Urrea pasa revista a los “alguienes” que han tomado decisiones respecto del programa a partir de ese momento del espionaje catalán, pero deja fuera de su campo de análisis la figura de quien ha tomado la decisión más importante, en mi opinión, de la que traen causa todas las demás, tanto a las que ella se refiere, como todas las demás de las que ella no se ocupa.

El programa Pegasus no nace con el impulso del nacionalismo catalán a lo que se ha acabado denominando el procés, sino que estaba en el mercado, como mínimo, desde 2014. Con la velocidad de los acontecimientos, los cinco años que van de ese 2014 al 2019 en adelante en que se concreta el uso del programa para espiar a los nacionalistas catalanes es una eternidad.

El interrogante más importante, con mucha diferencia, respecto del programa Pegasus es el de quién tomó la decisión de que, una vez conocido el impacto del programa en el ejercicio de los derechos fundamentales más fundamentales, valga la redundancia, el programa pudiera ser adquirido en España. “¿Quién autorizó la compra del programa? ¿Quién decidió la persona o las personas que podrían hacer uso del mismo y en qué condiciones?

El programa es tan letal que no puede ser adquirido fácilmente. ¿Quién fue el “alguien” que está en el origen de la introducción de Pegasus en España?¿Lo adquirió solamente el Estado o fue adquirido también por personas, físicas o jurídicas, privadas? En el caso de que no fuera adquirido solamente por el Estado, ¿fue informado el Gobierno por la empresa fabricante de dicha adquisición con identificación de los compradores y las condiciones para poder hacer uso del mismo?

“Sin orden no hay conocimiento”, fue la primera lección que recibí del profesor Lojendio en 1966, mi primer año como profesor ayudante de clases prácticas. Y el orden en que se han tomado las decisiones respecto del programa Pegasus es lo que falta. Por eso en realidad no sabemos nada. Ahora mismo estamos dando palos de ciego.

Reconstruir ese orden no debería ser difícil. Se trata de un programa del que, por su propia naturaleza, solamente se puede hacer uso de forma limitada y queda rastro de cada vez que se utiliza. Conectar los distintos eslabones de la cadena de utilización del programa en nuestro país debería poder hacerse con facilidad. Es en lo que, en mi opinión, debería estar trabajando la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados. Ir poniendo cronológicamente en orden todas las ocasiones en que se ha hecho uso del programa. La empresa fabricante tiene que tener el registro de todas. Verificar quién ha dado la orden en cada caso, si se ha solicitado o no autorización judicial, en definitiva, rastrear el uso que se ha hecho del programa es en lo que se debería estar trabajando por quien tiene autoridad para hacerlo, que son las Cortes Generales.

Mientras no se empiece por donde se debe empezar, no vamos a poder saber qué ha pasado realmente y a quién o quiénes es exigible responsabilidad y de qué tipo. Y, sobre todo, no vamos a aprender cómo tendríamos que actuar de ahora en adelante.

https://www.eldiario.es/contracorriente/falta-alguien-importante_132_8984760.html

miércoles, 18 de mayo de 2022

_- Estrategias para lidiar con tu soledad


_- ¿Te sientes solo? Hay muchos en la misma situación. Aquí algunas ideas que pueden ayudar.


Las órdenes de quedarnos en casa han afectado en especial a quienes viven solos.

Afia Ofori-Mensa, de 39 años, vive sola desde hace dieciséis años, y durante nueve de ellos dio clases en Oberlin College, en el área rural de Ohio, donde tenía un círculo social reducido. En agosto pasado se mudó a Nueva Jersey para asumir el cargo de directora del programa de becarios presidenciales de la Universidad de Princeton, que otorga recursos para estudios de doctorado, incluidos algunos universitarios originarios de poblaciones poco representadas en el sector académico. Según comentó, por fin sentía que tenía una vida social satisfactoria, después de restablecer contacto con exalumnos de Oberlin y sus familiares en el área y haberse acostumbrado a tomar el tren para asistir a eventos en ciudades cercanas. Por desgracia, sobrevino el brote de coronavirus, algo que acentuó su sensación de aislamiento.

“Lo más difícil es cuando pienso que ni siquiera sé cuándo podré volver a tocar a otro ser humano”, compartió. Puesto que no tiene mascotas ni pareja, ni siquiera una planta, comentó que se siente muy muy sola. “Algunas veces siento como si estuviera desapareciendo”.

Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología y Neurociencia en la Universidad Brigham Young, quien se especializa en el estudio de la soledad, explicó que la conexión social es una necesidad biológica para el ser humano. “Somos seres sociales y nuestros cuerpos responden cuando no tenemos proximidad con otros”, aseveró. Así que la nueva normalidad provocada por la COVID-19 “es una situación difícil, pues necesitamos mantener la conexión social aunque estemos separados físicamente”, abundó.

Holt-Lunstad descubrió que la soledad puede tener consecuencias muy graves. Uno de sus estudios reveló que la falta de cualquier tipo de conexión social constituye un factor de riesgo de mortalidad, comparable a fumar hasta quince cigarrillos al día. Otro estudio mostró que la soledad aumenta en un 26 por ciento el riesgo de muerte a edad más temprana. También observó que el riesgo de muerte debido al aislamiento social, la soledad y el hecho de vivir por nuestra cuenta supera al asociado con la obesidad, la actividad física y la contaminación del aire.

Susan Pinker, psicóloga y autora del libro The Village Effect, describe la soledad como un sentimiento subjetivo de encontrarte solo contra tu voluntad. Explicó que podemos no estar con nadie y no sentirnos solos y, de igual forma, podemos sentirnos solos aunque estemos rodeados de personas. La soledad nos hace “sentirnos excluidos y sufrir angustia existencial”, subrayó.

La situación es de especial gravedad porque muchos estadounidenses ya se sentían solos antes de la pandemia del coronavirus.

Según una encuesta realizada en enero de 2020 por Cigna a 10.000 estadounidenses mayores de 18 años, el 61 por ciento de los adultos (tres de cada cinco) dijeron sentirse solos. Esa cifra aumentó siete puntos porcentuales con respecto a la registrada en 2018. Ahora que los estadounidenses están en aislamiento físico más estricto debido a las órdenes de quedarse en casa por el coronavirus, la sensación de soledad se ha enfatizado, indicó Doug Nemecek, director médico de Cigna especializado en salud conductual. El estudio de Cigna indica que los factores principales relacionados con la soledad son la falta de apoyo social y un número muy reducido de interacciones sociales significativas; también reveló que quienes trabajan desde casa se sienten más solos que quienes trabajan en una oficina.

“Debido a la COVID-19, esta situación afecta a muchas más personas. Hemos establecido el distanciamiento social. No podemos interactuar ni con amigos ni con vecinos. No podemos visitar a nuestros padres ancianos que se encuentran en asilos”, comentó. “Todos estos factores pueden afectar cómo nos sentimos por la conexión social y la soledad”.

El estudio de Cigna descubrió que el 79 por ciento de las personas entre 18 y 22 años consideraban que estaban solas. En este grupo, quienes más usaban las redes sociales mostraron una mayor probabilidad de decir que se sentían solos, indicó Nemecek, “así que es muy importante aprovechar las redes sociales de manera adecuada para establecer y mantener conexiones significativas con otros”. Por ejemplo, dijo que puede ser más beneficioso tener una conversación por video que leer las noticias en las redes sociales o ver publicaciones de Twitter.

Quienes no tienen ningún contacto social ni ningún tipo de apoyo social pueden correr un mayor riesgo de caer en depresión, afirmó Lisa Cox, trabajadora social clínica con licencia y profesora de Trabajo Social y Gerontología en la Universidad Stockton. Sin embargo, señala que si esas personas aplican el autocuidado pueden estar bien. Pueden incluir prácticas como participar en grupos de apoyo en línea, yoga y estiramientos, llevar un diario de gratitud, practicar atención plena y sumergirse en actividades creativas como dibujar y escuchar música.

Cox reconoció que puede ser difícil reunir la energía necesaria para intentar algo nuevo cuando te sientes solo, pero afirmó que vale la pena intentarlo. Pinker dijo que, si no podemos estar con alguien, tener una conversación por video es la segunda mejor opción, y también podemos intentar cualquier actividad que imite la reciprocidad de las interacciones reales o compartir la experiencia de todos “ponerle atención a la misma actividad al mismo tiempo”.

Es una época ideal para tomar el teléfono y hablar con amigos y familiares con quienes no hemos tenido contacto desde hace tiempo, señaló. Tan solo salir y caminar alrededor de la cuadra puede ayudarnos a reproducir la rutina de nuestro día, como cuando íbamos al trabajo o a una cafetería, pues crea oportunidades para “ver a las personas de manera casual”, dijo Pinker. Además, tanto Pinker como Cox concuerdan en que aplicaciones como Houseparty, que nos permite participar virtualmente en actividades como juegos con amigos, o Netflix Party, donde podemos ver películas con amigos que no están con nosotros, pueden ser un buen medio para tener conexión social.

Este periodo resulta ser especialmente difícil para los adultos mayores. Un informe realizado en 2020 por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos reveló que casi la mitad de los adultos de 60 años y mayores dicen sentirse solos. Lisa Marsh Ryerson, presidenta de la Fundación AARP, cita hallazgos que muestran que más de 42 millones de estadounidenses, equivalentes a un tercio de la población mayor de 45 años, se sentían solos antes del brote de coronavirus y afirma que esas cifras van en aumento en la situación actual. En su opinión, los adultos mayores deberían hacer un “inventario de amigos”, una lista que contenga, para empezar, a su círculo de amigos más cercanos y a sus vecinos, y que la vayan ampliando con antiguos compañeros de trabajo y escuela. “Nos cuesta trabajo dar el primer paso, pero es importante buscar a las personas”, dijo.

Así mismo, recomendó que los demás llamemos cada día por lo menos a un adulto mayor que pueda estar en riesgo de sentirse solo para preguntar cómo está y escuchar su respuesta. Otra forma de ayudar podría ser ofrecernos a explicarles cómo organizar conversaciones virtuales con sus amigos y familiares.

Ofori-Mensa ha comenzado a obligarse a lidiar con sus sentimientos de soledad durante este tiempo difícil, para lo cual intenta conectarse más con su entorno. Ha comenzado a escuchar las grabaciones de música clásica y jazz con piano que pone el vecino del piso de abajo por las noches. Otro vecino ha estado cocinando con ajo más seguido. “Me gusta detenerme en el pasillo y respirar profundo cada vez que salgo a caminar”.

Las caminatas diarias le permiten compartir espacio con otras personas, aunque sea a la distancia. “Ya que no puedo tocar a nadie, me he hecho más consciente de los detalles sensoriales que me recuerdan que no estoy sola”.

https://www.nytimes.com/es/2020/04/29/espanol/estilos-de-vida/soledad-cuarentena-encierro.html 

martes, 17 de mayo de 2022

_- Terraplanismo económico y triles de José Carlos Díez para defender a las eléctricas

_- José Carlos Díez es un economista bastante conocido gracias a sus habituales intervenciones en los medios de comunicación, en donde ya ha dado muestras inequívocas de su falta de independencia y servilismo o de su profunda ignorancia.

A diferencia de lo que me ocurre con otros economistas, como pueden ser Daniel Lacalle o Juan Ramón Rallo, por poner solo dos ejemplos con los que tengo grandes diferencias teóricas pero una relación de gran cordialidad y respeto, con Díez no me hablo desde hace tiempo. Es faltón, mal educado y muy desagradable en su trato así que procuro mantenerme alejado de él.

Sin embargo, no me ha quedado más remedio que ocuparme en varias ocasiones de algunas de sus afirmaciones porque son claramente falsas e incluso diría que peligrosas para la economía española, puesto que suele recurrir a la mentira y la manipulación para combatir a quienes, por razones que lógicamente yo desconozco, pone en su punto de mira.

En 2015, el ayuntamiento de Barcelona dirigido por Ada Colau decidió crear una moneda local. Para criticar el proyecto, Díez escribió en el diario El País un artículo lleno de datos falsos y argumentos equivocados que hubieran significado un suspenso para un estudiante de primero de carrera. Tan lamentables eran los errores de Díez que tituló su artículo Ley de Gresham y en su desarrollo confundía lo que esta dice. Señalé todos ellos y sus argumentos manipulados con detalle en un artículo publicado en este mismo diario con el título Economistas que pierden el norte atacando a Podemos.

En plena pandemia, tuve que escribir de nuevo (No hagan caso a José Carlos Díez: Recortar ahora el gasto es suicida) para poner de relieve un nuevo y peligroso error. Estaba proponiendo nada más y nada menos que el gobierno recortara el gasto. ¿Se imaginan ustedes lo que hubiera ocurrido con miles de empresas y con el conjunto de la economía española si el gobierno le hubiera hecho caso?

Han sido tantos los economistas y organismos internacionales que reclamaban entonces justo lo contrario de esa propuesta suicida de Díez que no necesito ahora abundar en argumentos para mostrar su insensatez.

Últimamente, también por razones últimas que yo desconozco, Díez se viene dedicando a difundir mensajes tratando de mostrar que las empresas eléctricas, e Iberdrola en particular, no disfrutan de los llamados en toda Europa «beneficios caídos del cielo». Y lo vuelve a hacer con su prepotencia y feo estilo de siempre.

Hace unos días escribía en su cuenta de Twitter los siguientes mensajes:

«Margen bruto Iberdrola España primer trimestre un 19% menos que primer trimestre de 2021. Cuidado con los que te cuentan que las eléctricas tienen beneficios caídos del cielo. O no tienen ni idea de este negocio o te quieren engañar para conseguir algo».

«Los beneficios de los eléctricas se han desplomado en el primer trimestre un 30% y sigue confundiendo a la gente con la milonga de los beneficios caídos del cielo?»

No se puede mostrar de una forma más obvia que uno se ha convertido en un auténtico terraplanista de la economía y en un tramposo.

Yo creo que, a estas alturas, la naturaleza de esos llamados «beneficios caídos del cielo» en el sector eléctrico es bien conocida, pero la recordaré brevemente.

Es el resultado inevitable de la existencia de un sistema marginalista de fijación de las tarifas eléctricas que implica que el precio de todas las fuentes de producción de luz es el de la más cara en cada momento. Como todas las demás venden la suya (más barata) a precio más elevado se dice que le caen beneficios del cielo. Es una metáfora para decir que percibirán ingresos por encima de su coste de producción y que no recibirían de existir otro sistema de tarifa.

¿Por qué digo que José Carlos Díez es un terraplanista económico cuando niega la existencia de los «beneficios caídos del cielo» en el sector eléctrico? Porque es inevitable, materialmente inevitable que existan en cualquier mercado en donde los precios se fijen según un criterio marginalista y que tenga las características del eléctrico.

Verán ustedes. En realidad, el mecanismo marginalista de fijación del precio funciona con mayor o menor intensidad en todos los mercados: si se quiere satisfacer toda la demanda, debe pagarse lo que cueste producir la última unidad que se produzca para ello y esta es lógicamente la más cara. De hecho, que el precio sea igual al coste marginal, es decir al coste de la última unidad producida, es la condición para que los mercados sean eficientes y las empresas maximicen su beneficios. Aunque en principio, eso sí, los «beneficios caídos del cielo» no tienen por qué aparecer siempre.

¿Cuándo aparecen? Cuando los distintos productores tienen diferentes costes de producción o productividad y cuando no se puede distinguir en qué fuente se ha producido cada unidad de las que se ofrecen al mercado. Justo lo que ocurre en el mercado eléctrico (aunque esto último lo dejo en el aire porque su inevitabilidad podría ser objeto de debate).

En esas condiciones, como el precio necesariamente debe cubrir la unidad de producción más cara, las demás reciben el sobreprecio. Es lo que los economistas llamamos una «renta económica» o «excedente del productor». Y a la cual, por cierto, se pueden añadir o no otros beneficios extraordinarios según que en el sector haya más o menos competencia. Si la hay plenamente, no los habrá y si predomina la concentración será muy elevados.

Negar la existencia de renta económica en el sector eléctrico con sistema marginalista es, por lo tanto, ser un auténtico terraplanista económico. Y hacerlo con los argumentos que utiliza Díez equivale, para colmo, a convertirse en un trilero para confundir a la gente. Por varias razones, unas más elementales que otras.

Por un lado, porque hace trampa y mezcla (como hacen los trileros en la calle) el concepto de beneficio contable con el término de «beneficio caído del cielo» que, como he dicho, es una metáfora referida a una renta. Y el hecho de disfrutar de una renta (el «beneficio caído del cielo») no implica necesariamente que haya beneficio contable como el de Iberdrola que menciona Díez. Además, es otra trampa utilizar los resultados de un trimestre como referencia para pronunciarse sobre los que pueda haber o no estructuralmente. Y porque la caída del margen respecto al año anterior tampoco es significativa, pues hay que considerar periodos más largos y valores absolutos de beneficios.

Por otro, se engaña a la gente ofreciendo esos datos para hacerle creer que las grandes eléctricas -como Iberdrola- están en pérdidas con los precios de la luz por las nubes cuando es sabido que tienen una posición de gran poder en el mercado y en los diferentes subsectores que les permite manipular costes e ingresos.

Lo mismo que Iberdrola puede acomodar su producción para colocarla en el momento en que más beneficio le produce, también puede jugar -como las demás eléctricas dominantes del mercado- con precios y cantidades para obtener los ingresos e imputar los costes donde y cuándo más les conviene, teniendo en cuenta que ocupan posiciones no solo en la fase de producción y no solo en una fuente de generación.

Se puede discutir si es necesario o no que el precio de la luz se fije con un sistema marginalista, o si es inevitable o deseable que la renta económica que se genera en el sector eléctrico se la apropien las empresas o si el Estado puede recuperarlas en todo o en parte, pero no se puede negar que exista. Y puede argumentarse que, a pesar de su existencia, haya empresas que no obtengan beneficios extraordinarios o incluso que sufrieran pérdidas (por razones que tendrían que ser ajenas a la existencia de esa renta o «beneficio caído del cielo»). Pero es un engaño hacerlo con los argumentos (si es que merecen ese nombre) que utiliza José Carlos Díez. Para saber qué ocurre de verdad con las rentas, los costes, los ingresos y los resultados de las eléctricas haría falta que se sometieran a auditorías independientes. Justamente lo que no se ha hecho a pesar de que todos los partidos, menos el PP, han manifestado en alguna ocasión que están a favor de que se realicen.

O Díez desconoce estas cosas tan elementales, como también desconocía la ley de Gresham y otras cuestiones básicas sobre dinero y las finanzas y es, entonces, un pésimo economista; o las conoce perfectamente y las manipula, siendo -en ese caso- una malísima persona.

https://juantorreslopez.com/terraplanismo-economico-y-triles-de-jose-carlos-diez-para-defender-a-las-electricas/

lunes, 16 de mayo de 2022

Carl Sagan y Ann Druyan: cómo el famoso cosmólogo y la documentalista se enamoraron buscando sonidos para los extraterrestres


Carl Sagan y su prometida Ann Druyan en el Waldorf-Astoria alrededor de 1980 en la ciudad de Nueva York.

A unos 320 millones de kilómetros de distancia hay dos asteroides en órbita perpetua. Giran alrededor del Sol, y sus órbitas son como dos anillos de boda entrelazados.

El primero se llama 2709 Sagan, llamado así por el famoso científico planetario Carl Sagan.

El otro es 4970 Druyan, llamado así por su esposa y colaboradora Ann Druyan.

La pareja se enamoró mientras trabajaba en un proyecto verdaderamente extraordinario: hacer un disco recopilatorio para extraterrestres, patrocinado por la NASA, que sigue viajando a través del espacio a bordo de dos sondas espaciales robóticas.

En ese disco hay un mensaje especial sobre la experiencia de estar enamorado. Si los extraterrestres alguna vez se apoderan de él y descubren cómo descifrarlo, será el amor de Ann por Carl lo que pasará a la historia como el prototipo.

"No hagas preguntas estúpidas"
De cierta forma, Ann no parecía la persona ideal para el trabajo de elegir los mayores éxitos de la humanidad para la NASA.

Había sido una buena estudiante en Queens, Nueva York, en los años 50, hija de un trabajador de la confección y una escritora frustrada.

Pero un día se desencantó de la educación formal cuando una profesora la humilló.

"Nos estaba hablando de Pi y cuando dijo que el valor de era 3.14, etc. empecé a tener una experiencia casi mística. Me invadió un sentimiento de alegría en expansión".

"Levanté la mano, muy emocionada, y dije: 'Señora Ramírez, ¿está diciendo que la relación del radio con la circunferencia de un círculo es la misma para todos los círculos de todo el Universo?' Y ella me miró, furiosa, y dijo: 'No hagas preguntas estúpidas'".

"La alegría del descubrimiento se convirtió en algo vergonzoso. En ese momento perdí el entusiasmo por las matemáticas o ciencias".

Se matriculó en la universidad, pero la dejó y se entregó a la contracultura.

"Nuestros ojos se encontraron"
"Cuando llegaron los años 60, fui tan feliz. Tras las restricciones y la supresión de los años 50, había llegado una apertura mágica de todo. Fui a cada manifestación y participé en todo el júbilo de la contracultura".

Salió con el sobrino de Duke Ellington por un tiempo, conoció a la familia y se la pasaba con la "gente chévere", en reuniones con músicos, como John Lennon, y escritores y cineastas, como Nora Ephron, quien un día la invitó a cenar.

"Recuerdo vívidamente escuchar esa risa fantásticamente libre, atractiva y cautivadora proveniente de este hermoso hombre que estaba acostado en la alfombra de la sala de estar de Nora con las manos entrelazadas detrás de su cuello".

"Nuestros ojos se encontraron. Y lo que siguió fue una conversación maravillosa sobre el béisbol y León Trotsky, y prácticamente todo bajo el Sol: el comienzo de una relación absolutamente espectacular".

No había nada romántico entre Ann y Carl en ese momento ni durante los siguientes tres años.

"Trabajamos juntos en un proyecto y nos dimos cuenta de que estábamos sincronizados y teníamos una hermosa complementariedad y así, para mi alegría eterna, cuando el proyecto discográfico Voyager se hizo realidad, una de las primeras personas a las que Carl recurrió fue a mí... y ¡qué suerte tuve de que lo hiciera!"

"Fue increíble"
El proyecto planeaba enviar un mensaje a los extraterrestres a bordo de las sondas Voyager 1 y Voyager 2.

Corría el año 1977. La misión era ir más allá de lo que cualquier nave espacial había ido antes: sobrevolar Júpiter y Saturno, transmitiendo imágenes y datos a la Tierra. Luego a Neptuno y Urano antes de explorar los confines de nuestro Sistema Solar y finalmente el espacio interestelar.

Tanto la Voyager 1 como la Voyager 2 han llegado al "espacio interestelar" y cada una continúa su viaje único a través del Universo.

Si los extraterrestres alguna vez se topaban con las sondas, encontrarían un disco con imágenes y sonidos destinados a reflejar a los terrícolas.

Carl estaba a cargo y reunió un pequeño equipo, que incluía a su esposa Linda, además de su amiga Ann y su novio Tim.

"Fue increíble. Había abandonando la universidad. Tenía 4 o 5 empleos para mantenerme, y estaba escribiendo mi primera novela".

"Carl sabía de mi pasión por la música, y también le gustaba mi forma de pensar. Tan pronto como la NASA aprobó el proyecto, me dijo: 'Quiero hacer esto contigo'; le dije: 'Voy a necesitar un título', porque, como mujer, estaba acostumbrada a no ser escuchada, interrumpida e invisible".

"Además sabía que como no tenía ninguna credencial académica, sin un título, sería muy difícil acceder al tipo de material que soñaba con poner en el disco. Dijo: 'Puedes ser la directora creativa'".

"Me quedé atónita. Significaba que podía decir: 'Hola. Soy la directora creativa de un proyecto de la NASA para crear un mensaje interestelar'. Aunque algunos pensaban que estaba loca, sonaba muy bien".

El sonido del mundo
Ann fue la encargada de crear la lista de reproducción del disco de oro de las Voyager.

"La idea era acudir a varios etnomusicólogos para que el disco no fuera una producción imperial de la música de Estados Unidos, o sólo música europea.

"Realmente quería que fuera completamente global y averiguar qué piezas eran consideradas grandiosas en otras culturas en lugar de incluir las pocas de otros países que los estadounidenses y los europeos se dignaban escuchar.

"La otra cosa que Carl me pidió que hiciera fue crear un ensayo sonoro: contar la historia de nuestro planeta con los sonidos de la Tierra".

¿Cuáles sonidos?
Además de "Sonidos de la Tierra", los discos llevan la inscripción: "Para los creadores de música: todos los mundos, todos los tiempos" grabada a mano en su superficie.

"Quise contar la historia en orden cronológico, empezando con los sonidos geológicos de la Tierra -volcanes, terremotos, rayos, vientos, lluvia, mar-. Luego, los sonidos de la vida -cantos de pájaros, elefantes y animales de todo tipo- hasta que empiezas a escuchar los sonidos de los primates. Y en última instancia, la risa de un humano.

"Es la de Carl, la misma que escuché por primera vez cuando nos conocimos".

"Después de eso, la tecnología humana -trenes, código morse, sirenas de barcos- para pasar al sonido de un beso y el rugido de la multitud en un estadio".

"Además, me conectaron durante una hora a todo tipo de maquinaria que parecía de muy alta tecnología en 1977 para detectar el movimiento ocular, ondas cerebrales, el sonido de mi corazón, mientras yo meditaba sobre la historia de nuestro planeta, y -al final- sobre la gran gloria del amor.

"Así que, al final, está esa grabación personal de mi meditación, junto con el sonido más distante jamás registrado en ese momento: la frecuencia de un púlsar, una estrella de neutrones que gira rápidamente.

"Ese sonido del púlsar y el sonido de mis ondas cerebrales son los sonidos más íntimos y los más distantes del disco... y son muy similares".

¿Y lo malo?
Todo suena maravilloso, pero ¿Qué decir de las voces levantadas en la ira o de la guerra, de esos aspectos menos positivos pero igual de humanas?

"Ese fue uno de los grandes debates. La pregunta era: ¿Contamos toda la historia sobre nosotros? Porque también había 116 imágenes en el disco y nos cuestionamos si debíamos mostrar la nube de hongo, Auschwitz, Camboya, lo que hicieron los belgas en el Congo...

Hay fórmulas, gráficos, ilustraciones y fotografías de lugares, gente, actividades.

"Dimos vueltas y vueltas y al final Carl quiso enviar sólo lo que era hermoso porque esas otras cosas podían ser malinterpretadas: ¿eran una amenaza? ¿un alarde?

"En su opinión, no se podía comunicar cuán profundamente nos duelen estos terribles crímenes que nuestra especie ha cometido".

Un honor para privilegiados
Esa es una muestra de cuán grande era la responsabilidad que tenían sobre sus hombros: representar a la humanidad para los extraterrestres.

"El presupuesto era de apenas US$18.000, que era para transporte y cosas por el estilo. No se destinó dinero a ninguna de las personas involucradas, porque era un honor participar".

Así que la tarea estuvo en manos de seis personas blancas que podían permitirse el lujo de no ser pagadas durante seis meses, una sección muy privilegiada de la población mundial.

"Estábamos decididos a incluir música, sonidos, pensamientos, saludos, no solo en 59 idiomas humanos, sino hasta en el idioma de las ballenas jorobadas.

"Para las selecciones estadounidenses de música, por ejemplo, terminamos con sólo tres artistas, y todos eran afroamericanos.

"Y lo hicimos porque estábamos decididos a no agravar el pecado de la apropiación cultural de una forma de arte que, para EE.UU. y Europa en ese momento, sólo era aceptable si se traducía en la obra de artistas blancos".

¿Cuáles?
"'Dark was the night' de Blind Willie Johnson, que era tan infravalorado como artista y ser humano que murió de exposición a los elementos; no podía permitirse el lujo de refugiarse de la lluvia. Incluimos 'Melancholy Blues' de Louis Armstrong, una obra maestra. Y 'Johnny B. Goode' de Chuck Berry.

"En cada reunión, cada vez que alguien mencionaba a Elvis Presley o alguien así, me ponía de pie y decía 'Chuck Berry' porque lo veía no sólo como uno de los grandes novelistas estadounidenses, pues podía crear una novela de tres minutos de duración que tenía toda la profundidad de la narración de un libro entero".

"Además hay música gamelan javanesa, percusión senegalesa, zampoñas y tambor peruanos, música de los aborígenes de Australia, el canto nocturno de los Indios Navajos, que suena como una canción de grillos..."

"El disco Voyager estaba destinado a audiencias extraterrestres en algún momento de un futuro muy improbable, pero también a una audiencia terrestre, y queríamos decir que apreciábamos las voces de todos. Y creo que eso se sostiene".

La melodía china
 

Al final, 27 piezas de música desde Mozart hasta el mariachi fueron incluidas.

Y una en particular cambió la vida de Ann.

"Fue una experiencia tan emocionante. Ninguno de los miembros del equipo había escuchado nunca una auténtica pieza de música china, y nos avergonzábamos de nuestra ignorancia".

"Tras buscar mucho cuál incluir, un amigo me recomendó un etnomusicólogo de la Universidad de Columbia".

"No dudó ni un momento: '¡Fácil! 'Liu Shui' ('Corrientes de agua'). Es una de las piezas más antiguas de la música china, y trata de nuestra relación con el cosmos".

"La tocó, y me deslumbró. Volví corriendo a mi apartamento en Manhattan y llamé a Carl, que estaba en Arizona dando una charla, y dejé un mensaje con el operador del hotel.

Qué dice el mensaje que el astrónomo Carl Sagan les envió a los extraterrestres (y por qué se armó un escándalo por su diseño)

"Esperé alrededor de una hora, muy emocionada de contarle sobre este descubrimiento, y finalmente timbró el teléfono y escuché esta magnífica y hermosa voz decir:

'Regresé a mi habitación de hotel, y encontré el mensaje de que Annie llamó, y me pregunté: '¿por qué no me dejaste este mensaje hace 10 años?'

"Fue como si me hubiera caído un rayo. Le dije, nerviosa: '¿Para siempre?', y él dijo: '¿Quieres decir casarnos?'"

"Recuerda, habíamos sido amigos por tres años, habíamos estado solos muchas veces, y nunca hubo un indicio, ni un guiño, ni una señal de que la relación fuera otra cosa que lo que era.

"Entonces dije: 'Sí. Me caso contigo'. Y ambos colgamos el teléfono".

"Mi corazón latía como si se fuera a salir de mi pecho. Era como el descubrimiento de una verdad científica".

"Y luego volvió a sonar el teléfono, y entré en pánico porque pensé: 'entró en razón y se dio cuenta de que ya está casado'".

"Me dijo: 'Solo quiero asegurarme de que realmente sucedió. Nos vamos a casar, ¿cierto?'"

"Y le dije: 'Sí, nos vamos a casar'. Y eso fue todo".

El registro de las ondas cerebrales de Ann mientras meditaba sucedió muy poco después de esa declaración de amor y al final, después de pensar en la evolución humana y demás, pensó en la naturaleza del amor.

"Pensé en el amor entre los padres y sus hijos, pero además, uno de los estribillos en mi itinerario mental era: 'estamos en problemas en este pequeño mundo'.

"'Somos un peligro para nosotros mismos y para el resto de la vida con la que compartimos el planeta, pero tenemos algo que potencialmente podría ayudarnos. Tenemos amor'".

"Y comencé a explorar mis propios sentimientos en ese momento, días después de ese magnífico descubrimiento".

"Esa una de las cosas hermosas que enviamos a las estrellas: pudimos enviar algo de la alegría de estar vivos, y de la mayor alegría, en mi opinión, ese sentimiento de conexión completa con otro ser humano".

... y vivieron muy felices...
Pero sus parejas también estaban trabajando en el proyecto y aún quedaban algunas semanas para el final.

"No queríamos hacer cosas a escondidas. Además, si nos permitíamos comenzar nuestra relación antes de que se lanzara una de las naves espaciales con el disco, pondríamos en riesgo toda la misión, por lo que ejercimos un enorme autocontrol".

"Esa llamada telefónica tuvo lugar el 1 de junio y no podíamos estar juntos ni decirle nada a nadie antes del 20 de agosto, el día del primer lanzamiento.

"Pero a la 1:00 en punto del 22 de agosto hablamos con nuestras parejas y les dijimos que nos habíamos enamorado locamente. A partir de ese momento nunca nos separamos".

Ann y Carl se casaron, tuvieron dos hijos y trabajaron juntos durante muchos años. En particular, coescribieron la serie de televisión Cosmos, que se emitió en 1980 y contó la historia de los orígenes de la vida y el Universo.

Hasta el día de hoy, se clasifica como una de las series científicas más exitosas de todos los tiempos.

¿Cómo fue trabajar, vivir y criar una familia juntos todo el tiempo?

"Era el cielo. En serio. Porque para mí, estar con alguien a quien consideraba una de las personas más inteligentes de su tiempo, y que me tratara con tanto amor y respeto, me dio una confianza que nunca antes había tenido".

"¿Que si discutimos a veces sobre palabras que estaban en los guiones finales? Sí. Por supuesto. Pero con Carl, si podías articular una buena razón por la que no estabas de acuerdo con él, ganabas, y eso es justicia".

"¿Y dejaba calcetines o toallas mojadas en el suelo? Sí... pero esa molestia era tan mínima en comparación con lo demás. Fue gran padre, y un marido genial".

...hasta que...
Estuvieron 20 años juntos hasta 1996, cuando Carl murió a los 62 años

Carl Edward Sagan (Nueva York, 9 de noviembre de 1934 - Seattle, 20 de diciembre de 1996) fue una súperestrella del mundo de la ciencia.

"Fue brutal. Todavía recuerdo vívidamente el sentimiento. Lo experimenté como una amputación masiva. Esa es la única forma en que puedo describirlo".

"Estaba profundamente deprimida y lo que rondaba mi cabeza una y otra vez era: 'Quiero morir. No quiero vivir más. No puedes. Eres madre. Lidia con eso', y eso es lo que hice: poner un pie delante de otro".

"Lo mejor de Carl era que no hay ninguna fantasía que yo pudiera tener que fuera mejor que estar con él, y, de la manera más profunda posible, en todo tipo de situaciones, siempre me dejaba encantada".

Como tributo a Carl, Ann revivió su serie Cosmos e hizo otras dos temporadas.

Mientras tanto, su disco de oro, el mensaje interestelar de la humanidad, sigue viajando por el espacio. ¿Alguna vez imagina que un extraterrestre lo encontrará y decodificará?

"Constantemente, y me pregunto: ¿Disfrutará con Bach, Beethoven, la música china y pensará: ¡Wow, qué vida, qué creatividad, qué genialidad tenía este planeta!?

https://www.bbc.com/mundo/noticias-61411910

domingo, 15 de mayo de 2022

Las predicciones de Einstein confirmadas y las que seguimos explorando

Las predicciones de Albert Einstein aún siguen asombrando a la comunidad científica más de un siglo después de que las formulara, tanto las ya confirmadas como las que seguimos explorando.

Albert Einstein está en las primeras posiciones de la lista de los científicos más famosos e icónicos de la historia. Sus teorías de la Relatividad Especial de 1905 y de la Relatividad General de 1915 literalmente revolucionaron la física.

Fue más allá de la teoría de la gravedad de Newton, que estuvo vigente desde 1687. Einstein introdujo además sus famosos experimentos mentales, que también pusieron a prueba los incipientes desarrollos de la mecánica cuántica. Sus aportaciones en este campo merecieron el premio Nobel en Física, que le otorgaron en 1921 por el efecto fotoeléctrico.

Mucha gente cree que el premio Nobel por la Relatividad General, que no le dieron, es una gran deuda pendiente. En esta nueva teoría, la gravedad se entiende como deformación o curvatura del espacio-tiempo, provocada por la distribución de masas y energías.

Cuanta más masa se acumule en menos volumen, más se deforma o curva el espacio-tiempo a su alrededor. Cualquier otra partícula u objeto que pase cerca de estos objetos siente esta curvatura, lo cual hace que su trayectoria cambie.

Predicción confirmada: el día que se observó la curvatura del espacio-tiempo Algunas de las predicciones o consecuencias de la Relatividad General se pusieron a prueba en poco tiempo. En 1919, tan sólo 4 años tras la publicación de la teoría, tuvo lugar un eclipse total de Sol. Era el acontecimiento idóneo para poner a prueba la curvatura del espacio-tiempo.

Hubo varias expediciones científicas que viajaron hasta Brasil y la costa oeste africana para tomar las mejores fotografías y datos de ese eclipse y, sobre todo, de las estrellas que rodeaban el Sol.

El objeto más masivo y compacto que tenemos en nuestras cercanías es el Sol. Lo que se quería comprobar era si la luz de estrellas lejanas se veían afectadas por la curvatura del espacio-tiempo que genera el Sol al pasar cerca de éste.

Si fuera así, su trayectoria se desviaría ligeramente de una línea recta, haciendo que la posición aparente de la estrella en el cielo sufriera un pequeño cambio. La confirmación de este efecto, consistente con las medidas del eclipse de 1919, hicieron a Einstein mundialmente famoso.

Las dudas de Einstein: las vibraciones del espacio-tiempo
Para demostrar experimentalmente otras predicciones de la Relatividad General hemos necesitado esperar bastante más tiempo. En 1916 Einstein comenzó a analizar con mucho detalle sus ecuaciones, y en particular una serie de términos que, tras una pequeña simplificación, se parecen enormemente a una ecuación de ondas: la misma estructura que aparece en múltiples sistemas físicos donde tenemos una perturbación que se propaga transportando energía.

En este caso, las ecuaciones dicen que lo que vibra es el propio espacio-tiempo, y a estas perturbaciones las llamamos ondas gravitatorias.

¿Podrían observarse? ¿Habría alguna manera de "escuchar" las vibraciones del espacio-tiempo?

Durante su vida, Einstein dudó sobre la existencia real de este fenómeno (¿sería quizás un artefacto matemático pero sin realización física?). Einstein no fue la primera ni la única eminencia en física que duda de las consecuencias matemáticas de su teoría. Tuvo sus más y sus menos con colegas y prestigiosas revistas científicas que han dado lugar a interesantísimos relatos.

Sea como fuere, y con la contribución de destacadas personalidades, finalmente se entendió que efectivamente las ondas gravitatorias eran una predicción real de la teoría.

Se analizaron las propiedades de las mismas y solamente quedaba por ver si la carrera tecnológica para comprobar experimentalmente su existencia daba sus frutos.

Predicción confirmada: las ondas gravitatorias se "escucharon" al fin La amplitud de estas ondas es tan tan tan (se pueden poner todos los "tan" que se quieran) extremadamente débil que el propio Einstein no tenía mucha confianza en que fuese posible su detección algún día.

Cada una de las pruebas a las que se sometía a la Relatividad General no era capaz de encontrar discrepancias, pero no detectar ondas gravitatorias o detectarlas con propiedades diferentes a las teorizadas supondría una demostración de que esta teoría no reproducía fielmente la realidad: el guante estaba echado.

"La ecuación E=mc² de Albert Einstein le dio forma a todo el siglo XX": Christophe Galfard, discípulo de Stephen Hawking El éxito del desarrollo tecnológico necesitó de décadas, y de los habituales intentos fallidos que en ciencia no siempre se mencionan, como los pioneros experimentos del físico Joseph Weber con las barras resonantes en los años 60.

Los instrumentos que han sido capaces de conseguir superar finalmente este reto son los interferómetros láser de brazos kilométricos.

La primera detección de ondas gravitatorias tuvo lugar en 2015, fue realizada por los observatorios estadounidenses LIGO y supuso un acontecimiento literalmente histórico.

Las ondas gravitatorias detectadas estaban asociadas además a otra de las consecuencias de la Relatividad General: procedían de la fusión de dos agujeros negros de unas 36 y 29 veces la masa del Sol, y atravesaron los detectores tras viajar unos 1.300 millones de años-luz.

El observatorio europeo Virgo se unió a la toma de datos en el verano de 2017, con una triple detección de una fusión de estrellas de neutrones que incluyó a las ondas gravitatorias en la astronomía de multi-mensajeros. El observatorio KAGRA se unirá a la red global en el próximo periodo de observación, previsto para diciembre de este año.

Cómo Einstein organizaba su tiempo (y por qué a veces se olvidaba hasta de almorzar)  Tenemos ya un total de 90 eventos confirmados, todos ellos tienen como escenario astrofísico la fusión de dos objetos compactos: parejas de agujeros negros, parejas de estrellas de neutrones o bien parejas mezcladas de un agujero negro y una estrella de neutrones.

La puerta de la investigación está abierta a objetos compactos de naturaleza diferente, y las ondas gravitatorias que generen nos pueden dar pistas sobre su estructura y propiedades. Estamos impacientes por ver las nuevas sorpresas que están por llegar.

La constante cosmológica: ¿la mayor "pifia" de Einstein?
En el capítulo de las predicciones de Einstein no podemos olvidar la famosa constante cosmológica, que también le generó contradicciones. Esta constante, sus propiedades y si es capaz de modelar fielmente la evolución y expansión del universo a la luz de futuros datos es la página del libro que se está escribiendo ahora mismo.

Einstein introdujo esta constante en sus ecuaciones para forzar (por creencias personales) un modelo de universo estático, una especie de "energía repulsiva" sin la cual el universo terminaría colapsando por el propio efecto de la gravedad. 

Tras las observaciones en 1931 del físico Edwin Hubble sobre la expansión del universo, Einstein consideró su propuesta como "la mayor pifia" de su obra científica.

Sin embargo, tras las observaciones en 1931 del físico Edwin Hubble sobre la expansión del universo, Einstein consideró su propuesta como "la mayor pifia" de su obra científica. ¿Lo era realmente?

El interés por la constante cosmológica que introdujo Einstein volvió a resurgir con las teorías cuánticas de campos, pues éstas predicen una energía de vacío que se puede comportar, a todos los efectos, como la constante cosmológica que predijo. Así que parece que Einstein, de nuevo, volvió a acertar.

 *Isabel Cordero Carrión es profesora e investigadora de la Facultad de Matemáticas, Universitad de Valencia, España. 

sábado, 14 de mayo de 2022

_- Estado emprendedor, conocimiento y libertad. A propósito de la propuesta de Mariana Mazzucato


_- "La historia nos dice que la innovación es el resultado de un esfuerzo colectivo masivo, no solo de un grupo reducido de jóvenes blancos en California. Si queremos resolver los mayores problemas del mundo, es mejor que entendamos eso."
Mariana Mazzucato, entrevista por cable.

La discusión acerca del papel de Estado en la generación de conocimientos relevantes para la sociedad no puede sustraerse a una realidad previa fundamental. Hoy, en el segundo semestre del año 2021, aun en plena pandemia de Covid-19, tenemos plena conciencia de los efectos de la crisis financiera de 2008 (que la pandemia no ha hecho sino agudizar), de cómo una parte de las causas de la misma puede atribuirse a la re-regulación neoliberal (o contrarreforma) que empezó en la década de 1980 y se aceleró en la de 1990, y de cómo la respuesta basada en políticas públicas de austeridad (promovida por economistas como Alberto Alesina, et al., 2019) contribuyó a un debilitamiento del sector público en todos sus frentes. 

En los últimos cincuenta años, el sistema público de la mayoría de países del mundo no sólo se ha retirado de la producción y distribución de bienes fundamentales (incluidos el agua, la energía o el transporte), sino que ha reducido drásticamente su provisión de servicios (cuando no los ha externalizado) y, lo que resulta fundamental en términos de generación de conocimiento, en muchos casos se ha retirado de la planificación estratégica a largo plazo.

A menudo, la discusión acerca de la necesidad de reducir la deuda pública de los estados olvida que es más relevante su composición que su magnitud. Tener que discutir acerca de cómo gestionar el crecimiento de la deuda pública durante la última década como consecuencia de la absorción de deuda privada (señaladamente, de instituciones financieras privadas) es algo bien distinto que proyectar sobre cómo invertir estratégicamente en áreas clave, como educación e investigación y desarrollo, además de hacerlo teniendo en cuenta parámetros como la innovación, la inclusión y la sostenibilidad. El primer tipo de deuda es inerte, mientras que la segunda es potencialmente fecunda.

No es esta la idea que más ha calado en la opinión publicada en el mundo post-2008, sino más bien la contraria: para que haya mayor competitividad, dinamismo e innovación es preciso que haya más mercado y menos Estado. Esto equivale a aceptar el embeleco de que existe algo así como un orden social espontáneo surgido de mercados libres de la intervención del Estado. Ya Karl Polanyi (1944) demolió concluyentemente esta idea arguyendo que los propios “mercados libres” eran productos de la intervención estatal y que se trataba de una “falacia economicista” (Polanyi, 1977) tratar analíticamente las dinámicas económicas como hechos que preceden y son discontinuos respecto de las realidades políticas y culturales.

Qué duda cabe que el sector público a menudo ha caído en una apatía burocrática, ha practicado el favor a oligopolios privados y ha tenido una escasa visión estratégica de las necesidades comunes a largo plazo. El porqué de este proceso de deterioro no puede sustraerse a la realidad de unas políticas anti-públicas aplicadas durante los últimos decenios que, paradójicamente, se han servido del Estado para la acumulación oligopólica y parasitaria de recursos comunes. Con todo, la idea de que la propia existencia del sector público ahoga la iniciativa privada está profundamente desenfocada. Acaso la autora que más ha contribuido en los últimos años a redefinir el marco de referencia para el análisis del papel del Estado sea la economista Mariana Mazzucato (2018, 2019, 2021).

Su propuesta consiste en revertir el deterioro del sector público, no para que éste simplemente haga cosas que ya están haciendo otros (que siguen el consejo de Keynes 2 ), sino para que se oriente estratégicamente hacia el cambio tecnológico socialmente provechoso e invierta en esta dirección. Mazzucato parte de la premisa que es problemático afrontar mediante el “libre mercado” problemas sociales de gran calado, como el cambio climático, el desempleo juvenil, la obesidad, el envejecimiento y la desigualdad. Para hacer frente a estos desafíos, el Estado debe ponerse en cabeza, no sólo dedicándose a arreglar los fallos del mercado, sino creando y moldeando nuevos mercados, a la vez que regulando los ya existentes (...). Por lo general, estas orientaciones no se generan espontáneamente a través de las fuerzas del mercado; más bien son el resultado de procesos de toma de decisiones estratégicas público-privadas (Mazzucato, 2018: 6).

Para hacer que esto sea posible, en primer lugar, propone que el Estado abandone la mirada estrecha de pretender identificar y elegir ex ante a quienes van a ser los supuestos vencedores en las pugnas mercantiles de la innovación y fiarles sin más su apoyo. Considera más acertado diagnosticar cuáles son las necesidades a largo plazo y prever la dirección que deben tomar el desarrollo económico y el cambio tecnológico, para así ensanchar el conjunto de oportunidades. En segundo lugar, aboga por abandonar la usual evaluación a corto plazo del gasto público. La alternativa es medir la inversión pública por su capacidad de alumbrar mercados en nuevas áreas. En tercer lugar, debe permitirse que las organizaciones públicas experimenten y aprendan, e incluso fracasen. Finalmente, por mor de la existencia de estos fracasos, tiene mucho sentido que el sector público y los contribuyentes recojan buena parte de las ganancias y que no se les atribuya sólo el papel de hacerse cargo de las pérdidas.

Siguiendo a Polanyi, Mazzucato insiste en el carácter mitológico de los mercados autorregulados, pues cualquier mercado está políticamente constituido. Recurriendo a Keynes, sostiene que los mercados capitalistas, independientemente de su origen, necesitan de una constante regulación por la inestabilidad inherente del capitalismo. Asimismo, pone mucho énfasis en mostrar que muchos avances atribuidos por entero al genio de la iniciativa empresarial privada han dependido crucialmente de la inversión públicamente financiada. Es el caso del iPhone, que pudo florecer por la ingente inversión en agencias públicas que llevó a la creación de Internet. Como ocurre también con la investigación médica financiada con fondos públicos procedentes de los impuestos de los contribuyentes (30,000 millones anuales de dólares para los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, sólo por dar una cifra), que permiten que muchas empresas farmacéuticas privadas se concentren más en el desarrollo de medicamentos que en la investigación propiamente dicha (y que en muchos casos han dado prioridad a financiarizar su cartera de inversión mediante la recompra de acciones propias para aumentar su cotización bursátil) (Mazzucato, 2018: 32-34). Lo mismo ocurre con la inversión en el campo de la energía, con compañías como Tesla 3 , SolarCity y SpaceX, que se han beneficiado de apoyos de los gobiernos local, estatal y federal por valor de más de 5,000 millones de dólares, además de sacar provecho de contratos de compra de sus productos por parte del Estado por valor de más del doble de esa cifra. En incontables empresas “innovadoras” el Estado ha ayudado por el lado de la oferta, por el de la demanda y, además, ha aportado la garantía financiera pública a créditos solicitados por ellas.

Desde hace tiempo conocemos críticas bien fundamentadas al modelo de ciencia basado en capital riesgo privado, que en muchas ocasiones tiene un efecto nocivo para la innovación subyacente, muy señalado en el sector biotecnológico (Coriat, Orsi y Weinstein, 2003). Otras críticas se refieren al lugar común, según el cual cuando aumenta el número de patentes en un sector económico es indicativo de que es más innovador que otros. En muchos casos ello no tiene tanto que ver con la excelencia y utilidad de las mismas, sino con cambios regulatorios que han permitido que la investigación financiada con fondos públicos fuera patentable (véase, sin ir más lejos, la Bayth-Dole Act de 1980) o con el hecho de que el capital de riesgo a menudo utiliza la cantidad de patentes como métrica de en qué compañías es más rentable invertir. Boldrin y Levine (2013) han mostrado que las patentes pueden tener cierto efecto positivo en crear incentivos a la invención, pero que tienen un efecto general negativo sobre la innovación.

Resulta de gran interés observar cómo la aportación de Mariana Mazzucato al debate contemporáneo sobre el papel del Estado en la generación de conocimiento relevante para la sociedad, sin ser completamente original, ha sido recibida como una gran novedad simplemente porque va a redropelo de un proceso de laminación de las capacidades del sector público. Por eso, al simpatizar con muchas de las ideas que propone, me parece importante destacar dos dimensiones acerca de la capacidad de los poderes públicos de promover la generación de conocimiento. 

La primera tiene que ver con el problema de la libertad en una sociedad democrática. Si seguimos los ideales de la Ilustración, un Estado tiene la obligación de garantizar la educación libre y la autonomía crítica de todos sus ciudadanos; su ejecución puede ser delegada a todo tipo de agentes educadores, pero su garantía es inalienable. Sólo por esta razón, el papel del Estado en la generación de conocimiento es fundamental. De aquí que la retórica del Estado emprendedor, entendido à la Mazzucato como un Estado que promueve “la innovación tecnológica y el crecimiento económico” puede eclipsar la cuestión de para qué queremos la innovación y el crecimiento. Aunque se entiende bien el sentido de su propuesta de fondo, dar por supuesto que ambos son fines inherentemente deseables es hurtar la discusión sobre cuáles son las mejores vías para promover la libertad y el florecimiento humanos. 

La segunda tiene que ver con la capacidad real del Estado para regular y emprender, algo que en un régimen democrático no depende exclusivamente de las voluntades de las autoridades políticas o de meros arreglos de éstos con ciertas élites económicas, sino que depende de decisiones de la ciudadanía democráticamente encauzadas. Puesto que en las últimas décadas hemos sido testigos de cómo grandes compañías privadas transnacionales han condicionado gravemente, cuando no sometido derechamente, decisiones estatales, nos preguntamos cómo puede embridarse el capitalismo global contrareformado en el que vivimos. Si bien es interesante esta visión económica del Estado emprendedor, se echa de menos una economía política del mismo.

NOTAS

1. Profesor titular de Universidad. Universidad de Barcelona. Departamento de Sociología. Avda. Diagonal, 690. 08034-Barcelona. España (jordimundo@ub.edu). Esta reflexión se ha desarrollado en el marco del proyecto de investigación PGC2018-094324-B-I00 (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, España).

2. “Lo importante no es que el sector público haga cosas que los particulares ya están haciendo, y que las haga un poco mejor o un poco peor; sino que haga aquello que hoy nadie más está haciendo” (Keynes, 1926: 46).

3. La compañía anunció un beneficio de 1,000 millones de dólares, sólo para en el segundo cuatrimestre de 2021 (Elliot, 2021).


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alesina, A., C. Favero y F. Giavazzi (2019), Austerity. When it Works and When it Doesn’t, Princeton/Oxford: Princeton University Press.
Boldrin, M. y D.K. Levine (2013), “The case against patents”, Journal of Economic Perspectives, 27 (1): 3-22.
Coriat, B., F. Orsi y O Weinstein (2003), “Does biotec reflect a new science-based innovation regime?”, Industry and Innovation, 10 (3): 231-253.
Elliot, R. (2021), “Tesla’s quarterly profit soars to record $1.1 billion”, The Wall Street Journal, 26 de julio, https://www.wsj.com/articles/tesla-tsla-2q-earnings-report-2021-11627176617 (última consulta: 27 de julio de 2021).
Keynes, J.M. (1926), The End of Laissez-Faire. London: L & V Woolf.
Mazzucato, M. (2018), The Entrepreneurial State. UK: Penguin Books.
Mazzucato, M. (2019), The Value of Everything. Making and Taking the Global Economy. UK: Penguin Books.
Mazzucato, M. (2021), Mission Economy. A Moonshot Guide to Changing Capitalism. New York: Harper.
Polanyi, K., (1944), The Great Transformation, Nueva York: Rinehart and Co.
Polanyi, K., (1977), The Livelihood of Man, ed. Harry Pearson, New York: Academic Press.

Jordi Mundó Es miembro del Comité Editorial de Sin Permiso. Profesor Titular de Filosofía Moral en la Universitat de Barcelona. Ha publicado trabajos sobre ética, filosofía política, filosofía y metodología de las ciencias sociales y cognición social humana.

Fuente:
Ludus Vitalis, vol. XXIX, num. 55, 2021, pp. 173-177.

viernes, 13 de mayo de 2022

_- ¿Es el momento de cortar cabezas?

_- En lugar de empezar exigiendo que se corten cabezas, como se está haciendo en España ¿por qué no se exige que el Gobierno presente un proyecto de ley en el que se tipifique como delito la posesión y el uso del programa Pegasus?

Sabemos con seguridad que el teléfono de Angela Merkel durante los años en que fue canciller de Alemania estuvo intervenido, al menos por los Estados Unidos. Que yo recuerde a nadie se le ocurrió pedir que rodaran cabezas en el Gobierno o en los servicios de inteligencia del país. Y todavía no existía el programa Pegasus, ni habíamos oído hablar de Cambridge Analytica y otras herramientas por el estilo.

Por lo que yo he leído, no creo que haya ningún Gobierno europeo que pueda dar garantías a su población de que no se va a poder hacer uso en su país de herramientas como las que incorpora el programa Pegasus. Mientras la empresa israelí que lo fabrica pueda venderlo y no haya ningún control sobre la forma y las condiciones en las que puede ser adquirido y utilizado, el programa se seguirá produciendo y seguirá siendo adquirido. Y seguirá siendo utilizado con los resultados que ya conocemos. Nadie, independientemente del lugar que ocupe en la arquitectura del Estado, puede impedirlo. Exigir, en consecuencia, que rueden cabezas no conduce a ningún sitio. ¿Garantizaría una cabeza cortada que no se podría volver a hacer uso de ese mismo programa o de otro similar?

La Comisión Europea acaba de decir que el espionaje que posibilita un programa como Pegasus resulta inaceptable, pero ha decidido, con buen criterio en mi opinión, que no es ella la encargada de hacer la investigación pertinente sobre el mismo. Una cosa es que la Unión Europea debería plantearse cómo se debe dar respuesta a escala europea al problema que la existencia de un programa como Pegasus plantea y otra distinta es que la Comisión Europea pueda dar ahora mismo esa respuesta.

La búsqueda de dicha respuesta es obvio que tiene que plantearse en el marco de la Unión Europea, que es el club de Estados con un nivel de exigencia democrática más alta del mundo conocido hasta la fecha. No hay organización con la legitimidad democrática que ella tiene para ocuparse de un problema de esta naturaleza. Pero ese proceso lleva su tiempo y tiene que avanzar de la forma en que avanzan estos asuntos en la Unión.

Pegasus o cualquier programa similar es incompatible con la democracia como forma política. Es imposible garantizar el ejercicio de los derechos constitutivos de la personalidad frente al uso de dicho programa. Y sin los derechos constitutivos de la personalidad hablar de democracia es absurdo. A partir de esta premisa habría que diseñar la respuesta jurídica y exigir que cada Estado miembro la haga suya.

Obviamente, nada impide a cualquier Estado miembro no esperar a que llegue la respuesta de la Unión Europea. Cualquier Estado miembro puede tipificar como delito desde ya la posesión y el uso del programa Pegasus. En lugar de empezar exigiendo que se corten cabezas, como se está haciendo en España ¿por qué no se exige que el Gobierno presente un proyecto de ley en el que se tipifique como delito la posesión y el uso del programa Pegasus? ¿O por qué no se promueve un acuerdo entre los distintos grupos parlamentarios para que se apruebe una ley por el procedimiento de urgencia con dicho contenido?

Tal como está el patio político en nuestro país, me temo que son los que están exigiendo que se corten cabezas los que pueden ver amenazadas las suyas.

https://www.eldiario.es/contracorriente/momento-cortar-cabezas_132_8969616.html

jueves, 12 de mayo de 2022

_- Subidas de tipos de interés: bienvenidos a la próxima recesión

_- La Reserva Federal es la autoridad monetaria de Estados Unidos y a ella se le encomienda que controle y supervise el sistema financiero y que ejecute la política monetaria con un doble objetivo: la estabilidad de los precios y alcanzar el pleno empleo.

Otros bancos centrales, como el europeo, solo tienen como objetivo controlar la subida de precios.

Sin embargo, estamos viviendo la inflación más alta de los últimos cuarenta años y, hasta ahora, prácticamente no han tomado ninguna medida.

Primero dijeron que ere muy pasajera y cuando comenzó a alargarse, no hicieron nada.

¿Cómo es posible que, teniendo todo el poder y estando siempre tan seguros de lo que dicen, no han evitado esta subida de precios tan grande?

Muy sencillo.
Su comprensión de la inflación está equivocada. Se sostiene sobre presupuestos falsos.

Creen que los precios suben porque hay demasiado dinero en circulación y que, por tanto, lo que hay que hacer para frenarla es retirar dinero. Algo que básicamente se supone que pueden conseguir subiendo su precio, es decir, los tipos de interés.

¿Por qué no los han subido ahora?
Pues justamente porque saben perfectamente, sin ningún lugar a dudas, que la inflación se debe a otras causas y no a las que ellos han defendido siempre.

Concretamente, los precios están subiendo debido a la escasez en la oferta de bienes después de la pandemia, a problemas de suministro tras la invasión de Ucrania y al gran poder de grandes empresas que suben injustificadamente sus márgenes.

Los bancos centrales saben perfectamente que, si suben los tipos de interés, no van a resolver esas causas de la subida de precios.

Lo único que se conseguiría subiéndolos sería encarecer la inversión y el consumo a crédito, es decir, frenar las ventas, el empleo y la actividad económica en general: hundir a las economías.

Lo saben y por eso no han hecho nada.
Ahora bien. Lo malo es que, si no hacen nada, los sujetos económicos pensarán que, sin medidas contra la inflación, la inflación va a ser inevitable. Y eso hará, curiosamente, que efectivamente haya inflación.

¿Qué podrían hacer los bancos centrales y el resto de las autoridades económicas?

Reconocer que están equivocados.

Que tienen una idea sobre la inflación equivocada y que, en estos momentos, no sirve de nada subir los tipos de interés porque el roto que van a provocar será peor que el descosido que quieren arreglar.

Lo que hay que hacer es llevar a cabo inversiones urgentes para ampliar la oferta, intervenir sobre los mercados energéticos y de materias primas en donde la concentración de capitales está aumentando los márgenes y haciendo que suban los precios innecesariamente, acabar con las burbujas especulativas que están provocando subidas de precios que se trasladan al resto de la economía.

En lugar de eso, la Reserva Federal, y luego vendrán los demás grandes bancos centrales, ha optado por comenzar a subir los tipos de interés, a pesar de que los estudios que se están haciendo señalan (aquí) que, aunque los subieran hasta el 3% a finales de este año, los precios solo bajarían 0,4 puntos: ¡nada!

Han puesto en marcha el brazo tonto de la política monetaria. La Reserva Federal va a provocar una recesión en Estados Unidos y detrás de ella irá la del resto de los países.

Tiempo al tiempo.

https://juantorreslopez.com/subidas-de-tipos-de-interes-bienvenidos-a-la-proxima-recesion/

miércoles, 11 de mayo de 2022

Los magníficos datos de empleo y cuatro peligros que nos acechan

Los datos de contratación laboral y paro registrado que se acaban de publicar son muy buenos, aunque no será de extrañar que la derecha le ponga pegas en las próximas horas, pues nunca nada le parece bien si es resultado de un gobierno progresista.

Como se analiza con más detalle en otro artículo de este mismo diario, el paro registrado es el más bajo desde 2008; se ha firmado la mayor cifra de contratos indefinidos desde 2001 (700.000), con una proporción sobre el total casi cinco veces mayor que la de antes de la reforma laboral; y por primera vez se superan los 20 millones de contratos.

Estos buenos registros no son el resultado de una sola circunstancia. Sin duda, ha influido la reforma laboral del gobierno que tanto se había criticado. Pero también su gestión de la pandemia que evitó el derrumbe de miles de empresas gracias a la protección de los ERTES y de las ayudas de todo tipo que se recibieron. Ha debido ayudar la política fiscal que ha permitido aumentar los ingresos sin suponer una excesiva carga para la actividad productiva; y no se puede negar el efecto positivo del cambio de orientación en la Unión Europea, al poner en marcha políticas más realistas y menos equivocadas que en la anterior crisis financiera. Y, por supuesto, me parece que debe haber sido decisivo el nuevo clima de diálogo, negociación y acuerdos sociales que está logrando establecer el gobierno de Pedro Sánchez con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, encargada del asunto.

El buen funcionamiento del mercado de trabajo está demostrando, una vez más, que las tesis liberales no son ciertas, pues se está creando empleo sin necesidad de producir la exagerada devaluación salarial de otras etapas.

Por el contrario, es gracias al mantenimiento de la demanda, garantizado por las política fiscal y de empleo, lo que está proporcionando ingresos que se convierten en ventas y beneficios para las empresas y, en consecuencia, en más inversión y puestos de trabajo.

La cúpula empresarial debería tomar nota de la realidad y el gobierno no debe bajar la guardia y seguir protegiendo al máximo la actividad productiva, desoyendo a quienes solo buscan obtener beneficios extraordinarios por la vía del recorte salarial que, en realidad, perjudica al conjunto del empresariado.

Ahora bien, las buenas noticias en materia de empleo no deben ocultar que nuestra economía sigue en zona de riesgo como consecuencia de peligros que, a mi juicio, provienen de cuatro frentes.

En primer lugar, del energético. Aunque se han dado pasos positivos en Bruselas, el oligopolio eléctrico no ha parado y está consiguiendo bloquear parte de su efecto benéfico.

Los altos precios de la energía como consecuencia del mal funcionamiento del mercado están suponiendo un lastre sin parangón para la recuperación económica, así que el gobierno debe redoblar su esfuerzo, no solo regulatorio, sino político y social, para doblegar a quienes, a base de acumular una influencia política brutal desde sus posiciones de privilegio en el mercado, se han convertido en un verdadero cáncer para la economía española.

El segundo peligro proviene de algo que no se termina de reconocer porque las instituciones internacionales no saben cómo hacerle frente. Me refiero a la crisis de oferta que va a seguir provocando bloqueos en los suministros durante mucho tiempo y, como consecuencia, una profunda reestructuración de la industria global.

El gobierno debería abordar el diseño y puesta en marcha de una estrategia nacional de reindustrialización que tenga efectos a corto plazo. Si se hace rápidamente, con acuerdos de Estado y acierto, España tendrá ante sí una oportunidad única; si, por el contrario, perdemos el tren vamos a entrar sin remedio en una etapa de empobrecimiento acelerado.

El tercer peligro proviene de la deuda que estamos acumulando, tanto por su magnitud como por la previsible subida de tipos de interés que el brazo tonto de la política monetaria va a imponer en los próximos tiempos.

Es igualmente urgente disponer de una estrategia nacional que impida que nos impacte de lleno una crisis de deuda en el momento menos pensado.

El último peligro no es menos importante y proviene de la fragmentación social que se está produciendo en España, de la insolidaridad de los grupos de poder económico y financiero y de la maldad de los partidos políticos que -a su servicio- generan la crispación y división que destrozan la convivencia y debilita las instituciones democráticas.

Como dijo el profesor Fuentes Quintana en su célebre alocución a los españoles en julio de 1977, «las soluciones de los problemas económicos nunca son económicas sino políticas. No hay oscuras fórmulas técnicas que permitan resolver las dificultades en un clima de gabinete. Los problemas económicos de un país solo pueden superarse mediante el esfuerzo y la colaboración de todos».

Menciono estas palabras porque revelan justamente aquello de lo que más carecemos en estos momentos en España y sin lo cual va a ser imposible que nuestra economía se recupere.

Si no conseguimos acuerdos nacionales para elaborar las estrategias que he mencionado y pactos de rentas para generar más equidad y poder sostener la demanda, si no se establece un nuevo clima de cooperación y diálogo y si no se frena y controla el privilegio desmesurado de los grupos de poder económico, financiero y mediático, los buenos datos de empleo que acabamos de conocer serán un espejismo que se desvanecerá enseguida

https://juantorreslopez.com/los-magnificos-datos-de-empleo-y-cuatro-peligros-que-nos-acechan/