A los 10 segundos de nacer, el impacto de llegar a un nuevo y desconocido mundo hizo que tus pulmones se pusieran en acción y respiraras por primera vez.
Y no dejaron de funcionar desde entonces, con un promedio de unas 16 respiraciones por minuto para un adulto en reposo, o 23.000 al día. A los 30, inhalaste y exhalaste aproximadamente 250 millones de veces.
Uno pensaría que, con toda esa práctica, somos expertos en respiración. ¿Qué más podemos aprender sobre este instinto tan básico?
Qué es "respirar como un bebé" y por qué puede ser beneficioso para nuestra salud
La respuesta es "mucho".
Investigaciones científicas recientes demuestran que, la respiración, si es rápida, superficial y sin foco puede contribuir a una serie de problemas, como la ansiedad, la depresión y la presión arterial alta.
Mientras, cultivar un mayor control sobre nuestros pulmones puede traer muchos beneficios a nuestra salud física y mental.
Curiosamente, los científicos están descubriendo que una frecuencia particular de respiración, alrededor de seis exhalaciones por minuto, puede ser especialmente reconstituyente, desencadenando una "respuesta de relajación" en el cerebro y el cuerpo.
Además de inspirar a life coaches (mentores personales) y gurús del fitness, la respiración también ha comenzado a llamar la atención de grandes corporaciones, que esperan que la práctica pueda ayudar al personal a enfocar sus mentes y hacer frente al estrés diario de su trabajo.
"Una rampa hacia la relajación"
Al igual que la moda actual del mindfullness (atención plena), la respiración se ha inspirado en las enseñanzas de los textos antiguos, especialmente las escrituras hindúes y védicas, que durante mucho tiempo ensalzaron la importancia del control de la respiración a través de prácticas como pranayama, ejercicios respiratorios del yoga.
La ciencia del yoga a menudo ha atraído el interés de investigadores. En esta imagen, un laboratorio de defensa indio estudia técnicas para ayudar a los soldados en entornos hostiles.
De hecho, puede que te preguntes si los ejercicios respiratorios son, simplemente, otro nombre para la atención plena, dado que muchos cursos de meditación animan a los participantes a centrar su atención en su inhalación y exhalación.
La atención plena, sin embargo, tiende a involucrar la observación pasiva -"observar la respiración"- mientras que los ejercicios respiratorios requieren que cambies activamente la forma en que respiras.
Esto incluye asegurarse de respirar con el diafragma (en lugar de con el movimiento del pecho) para que puedas llenar tus pulmones con más aire, mientras reduces conscientemente el ritmo de tu respiración en reposo.
Según quienes lo practican, esas respiraciones lentas y profundas desencadenan una cascada de respuestas fisiológicas que aceleran su descenso a un estado de relajación más completo, en comparación con los ejercicios de atención plena, más pasivos.
"Actúa como una rampa de velocidad en la práctica de meditación que ayuda a calmar la mente más rápido para que saques el mayor provecho mientras meditas", explica Richie Bostock, un entrenador de ejercicios de respiración con sede en Londres cuyo libro, Exhale ("Exhala"), se publicará este año.
"De hecho, llamo a algunas de las rutinas que enseño 'Meditación con combustible para cohetes', debido al profundo efecto que tienen para calmar la mente rápidamente y llevarte a ese lugar sin pensamientos".
Varios estudios han revelado que la respiración profunda tiene efectos positivos para la salud.
La evidencia científica parece estar de acuerdo.
Los participantes con hipertensión mostraron reducciones a corto plazo en la presión arterial después de ejercicios guiados de respiración lenta, efectos que parecen ir más allá de los beneficios de la atención plena, sin un control activo de la respiración.
Un revelador estudio reciente encontró que la respiración lenta y profunda puede ayudar a aliviar los síntomas de depresión y ansiedad, y también parece ayudar a aliviar el insomnio.
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Por otra parte, un estudio de Hassan Jafari, del King's College de Londres, demostró que la respiración profunda puede mejorar el manejo del dolor.
Dados estos beneficios, algunos científicos sugieren que las técnicas de respiración podrían incluso ayudar a los pacientes a sobrellevar enfermedades crónicas como la artritis. (Si padece salguna afección médica, debes hablar con un profesional médico antes de probar cualquier terapia nueva).
"Amplificando ritmos básicos"
Aún no está claro exactamente por qué la respiración lenta y profunda provoca todos estos cambios, aunque se han propuesto algunas hipótesis.
Una idea prometedora se centra en los nervios sensoriales que rodean el pecho, cuyos efectos sentimos cada vez que llenamos nuestros pulmones al máximo.
"Con solo respirar profundamente, se puede ver hasta qué punto es un acto mecánico", explica Donald Noble, de la Universidad de Emory, en Estados Unidos.
Esa sensación de presión proviene de un conjunto de sensores elásticos que miden la expansión de los pulmones.
El movimiento del pecho producido por la relajación del diafragma cuando exhalamos también ejerce presión sobre los vasos sanguíneos que ingresan al corazón, lo que finalmente activa otro conjunto de sensores (llamados barorreceptores) en nuestras arterias.
Ambos tipos de sensores alimentan el tronco del encéfalo, y Noble explica que, cuando respiramos profundamente, la actividad en otras regiones podría sincronizarse con esa estimulación constante y repetitiva.
Las ondas cerebrales lentas resultantes nos llevan a un estado de alerta relajado.
Las respiraciones más rápidas y superficiales de por sí no estimulan esos nervios, o el cerebro, de manera tan efectiva; necesitas una inhalación y exhalación prolongadas para generar los ritmos adecuados para el cerebro.
Respirar bien puede ayudarte a activar la respuesta de "descansar y digerir".
Igualmente importantes son los barorreceptores sensibles a la presión, en las arterias alrededor del corazón, que alimentan el nervio vago.
Se trata de un elemento esencial del sistema nervioso que se cree que es particularmente importante para amortiguar la respuesta de lucha o huida después de que desaparezca una amenaza.
"Le permite al cuerpo concentrarse en cosas reparadoras o nutritivas", dice Noble, Ese estado a menudo se conoce como "descansar y digerir".
Al estimular repetidamente el nervio vago durante esas largas exhalaciones, la respiración lenta puede cambiar el sistema nervioso hacia ese estado más tranquilo, lo que resulta en cambios positivos como una frecuencia cardíaca más baja y una presión arterial más baja.
Curiosamente, las personas que practican la respiración parecen encontrar un punto óptimo en torno a las seis respiraciones por minuto.
Esto parece producir una relajación notablemente mayor a través de algún tipo de circuito de retroalimentación positiva entre los pulmones, el corazón y el cerebro, "desbloqueando o promoviendo la amplificación de un ritmo fisiológico básico", dice Noble.
El experto cree que esta frecuencia se puede encontrar en las acciones repetitivas de muchas prácticas espirituales, como el Ave María que se dice en las oraciones del rosario y el canto de mantras yóguicos, que tal vez evolucionaron para enviar a las personas a un estado mental relajado, pero concentrado.
Además de mejorar la salud cardiovascular, la frecuencia respiratoria más lenta de seis respiraciones por minuto también parece ser óptima para el manejo del dolor, según el estudio de Jafari.
Esto puede deberse tanto al bienestar psicológico que proviene de la respiración lenta, tanto como a cualquier cambio fisiológico directo en la sensibilidad al dolor.
"Creemos que los efectos psicológicos, en particular el cambio de atención y expectativas, juegan un papel importante en el efecto analgésico de estas técnicas", dice él.
Alrededor de seis respiraciones por minuto es la frecuencia que produce una relajación notablemente mayor, un ritmo que se encuentra en las acciones repetitivas de las prácticas espirituales.
¿Puede ayudar la tecnología?
Mientras aumenta la evidencia sobre los beneficios de la respiración profunda, es posible que escuchemos mucho más sobre el poder de la respiración controlada en libros y revistas, en programas de televisión y en el trabajo, a medida que más empresas intentan enseñar técnicas de respiración para mejorar el manejo del estrés por parte de los empleados.
Bostock es uno de los muchos coaches (o entrenadores) que ofrecen retiros de respiración y talleres corporativos.
Él dice que el interés ha "explotado" recientemente, con clientes que incluyen grandes bancos, empresas de consultoría y tecnológicas.
En parte, les atrae su simplicidad, dice él.
"No es necesaria la experiencia meditando o practicando la atención plena. Una vez que aprendes cómo la respiración afecta tu mente y a tu cuerpo, tienes una forma rápida y fácil de cambiar tu estado, ya sea para disminuir el estrés y el nerviosismo, aumentar tu energía y concentración, e incluso ayuda en la resolución creativa de problemas".
En el futuro, nuestro aprendizaje hacia la relajación profunda puede estar guiado por dispositivos que registren tus respuestas fisiológicas a los ejercicios de respiración.
Una buena respiración puede ayudarte a sentirte mejor.
Ya existen una gran cantidad de aplicaciones para celulares, aunque no todas han probado rigurosamente su eficacia.
Por supuesto, los practicantes de yoga llevan milenios cosechando estos beneficios sin tales ayudas tecnológicas.
Las últimas investigaciones científicas simplemente nos ayudan a comprender las razones por las que estas prácticas son tan beneficiosas, fuera de su contexto religioso o espiritual, y a encontrar nuevas formas potenciales de maximizarlas.
Si sufres estrés con regularidad, puede que sea el momento de dar largos suspiros de alivio.
David Robson es el autor de The intelligence trap: whysSmart people make dumb mistakes ("La trampa de la inteligencia: por qué la gente inteligente hace tonterías y cómo evitarlo"), que examina formas probadas científicamente para mejorar nuestra toma de decisiones y nuestro aprendizaje.
https://www.bbc.com/mundo/vert-cap-54464360
domingo, 12 de febrero de 2023
_- «Los beneficios empresariales son la principal contribución a la inflación»
_- El economista británico defiende que “los trabajadores no tienen que disculparse si piden una subida de sueldo” porque “la espiral de precios y salarios es un mito”
Michael Roberts, cabeza de cartel del cuarto congreso “Trabajo, Economía y Sociedad” de la Fundación 1º de Mayo, es un reconocido economista marxista que ha batallado durante décadas en la City de Londres. El británico advierte de una pérdida “sin precedentes” del poder adquisitivo de las familias europeas en esta crisis de inflación. Y recuerda que solo unos sindicatos más fuertes pueden hacerla frente.
“Ha habido una reducción drástica del empleo en la industria manufacturera, en el Reino Unido, en los EEUU y en España. Y las nuevas industrias no están sindicalizadas. Ni las industrias tecnológicas, ni el sector de los medios de comunicación, ni los nuevos sectores minoristas tampoco”, lamenta. Aunque saca optimismo: “Esto está empezando a cambiar. Estamos empezando a ver organización en Amazon, en Starbucks, incluso en Google”.
“También estamos viendo luchas serias en Asia, América Latina y África. Vamos a ver muchas más. Y posiblemente también organizaciones independientes no solo en el Sur Global, sino también en el Norte Global en las nuevas industrias”, reflexiona Michael Roberts.
En la crisis de inflación de los 70, se daban por hecho las subidas salariales para recuperar el poder adquisitivo. Hoy, instituciones y empresas ni se plantean aumentos de sueldo con el IPC con el argumento de evitar un espiral de precios y salarios, ¿tienen realmente que conformarse los trabajadores y sufrir una grave pérdida de poder adquisitivo?
En los años 70, muy a menudo había lo que llamaban indexación de salarios para que hubiera un aumento automático de sueldos a la par con el aumento de precios. Por supuesto, esto era extremadamente costoso para los empleadores si no estaban realmente en la posición de aumentar aún más los precios. Pero es un mito que entonces hubiera una espiral de los salarios. No es verdad. Si se observan los datos, se puede ver que los salarios reales también cayeron durante ese período, a pesar de que en algunas industrias y algunos sectores hubo esa indexación, particularmente en el sector público pero también en algunos de los sectores industriales.
¿Cuándo se perdió esa indexación?
Todo eso se eliminó durante las décadas de 1980 y 1990. Durante todo ese tiempo llamado período neoliberal, se redujo el poder sindical de los trabajadores y se introdujo una legislación para impedir que pudieran mantener sus salarios altos, hemos visto una caída muy pronunciada en la participación de los salarios como porcentaje del PIB en todos los países de Europa. En la OCDE en general, mientras que en promedio los salarios representaban alrededor del 75% del PIB en la década de 1970, ahora está sobre el 65%. Esa es una caída bastante grande. ¿Dónde está eso? ¿Ha desaparecido? Obviamente se ha ido al incremento de la participación de los beneficios (empresariales) en el PIB. Así que tenemos una transferencia de salarios a beneficios. Y lo que estamos viendo en la espiral inflacionaria actual se debe a que no hay indexación y a que la legislación es muy dura contra los trabajadores. Y también porque las organizaciones sindicales son mucho más débiles y es mucho más difícil para los trabajadores aumentar sus salarios para igualar los aumentos de precios. Y la evidencia es clara de que los salarios reales han caído a un ritmo en la mayoría de los países europeos que no tienen precedentes. Estamos hablando de una caída del 6%, 7% u 8% en los ingresos reales en un año. Si solo estamos midiendo los salarios contra los precios, eso es una gran caída, que no se debería de dar. No va a ser compensado.
Los trabajadores de algunos sectores están consiguiendo más subidas que otros…
Recientemente IG Metall, la Unión Industrial Alemana llegó a un acuerdo, que suena bien, pero si lo miras, puedes ver que está muy por debajo de la tasa de inflación que está experimentando Alemania este año y el próximo, por lo que los trabajadores están sufriendo una pérdida salarial real. Entonces, la idea de que los aumentos de salarios provocan aumentos de precios no tiene sentido. Empíricamente, podemos ver que no es así, de hecho, y también podemos ver particularmente en este período que la principal contribución al aumento de precios ha sido, en primer lugar, el aumento de los precios de las materias primas energía, alimentos y otras materias primas subiendo. Y, en segundo lugar, los enormes aumentos de precios por parte de los empleadores. Los beneficios (empresariales) han sido la principal contribución a los aumentos de precios, no los aumentos de salarios, en esta espiral inflacionaria. Entonces, los trabajadores no tienen que disculparse si piden un aumento salarial, ni preocuparse de que de alguna manera provocarán una espiral de precios. Esto es un mito y una propaganda que nos cuentan los empresarios y sus representantes.
Las economías europeas se han transformado: oligopolios, multinacionales, más servicios y menos industria… ¿los sindicatos se han sabido adaptar?
Bueno, lo que hemos visto es una transformación de los sectores en los últimos 30 o 40 años, particularmente con la gran caída en la rentabilidad de la fabricación en la década de 1970 en la mayoría de las grandes economías, y una gran depresión a principios de la década de 1980. La actitud de los empleadores en las grandes multinacionales de tratar de trasladar sus industrias, el empleo y la tecnología fuera de Europa y América del Norte hacia lo que entonces se llamaba el Tercer Mundo y que ahora llamamos el Sur Global. Hacia todos los países donde había mano de obra barata y la oportunidad de construir fábricas con salarios bajos. Esa fue la transformación.
¿También en España?
Si observamos lugares como España fue ligeramente diferente porque recibió inversiones de Alemania y Francia cuando se unió a la Unión Europea, y vimos la expansión de la industria. Pero en general, ha habido un éxodo de empleo manufacturero en todos los ámbitos al mismo tiempo que crecía el sector servicios, lo que significa que, particularmente en países como el Reino Unido donde estoy, estas economías ahora están dirigidas a economías en las que viven de los beneficios obtenidos por las multinacionales, donde el Reino Unido opera como un centro financiero para redistribuir y generar ganancias para estas empresas en varias partes del mundo. Así que no ha habido adaptación de los sindicatos. Ha habido una reducción drástica del empleo en la industria manufacturera, en el Reino Unido, en los EEUU e incluso en España. Y las nuevas industrias no están sindicalizadas. Ni las industrias tecnológicas. El sector de los medios de comunicación tampoco. Y, por supuesto, los nuevos sectores minoristas tampoco. Esto está empezando a cambiar desde el final de la gran recesión. Estamos empezando a ver organización en Amazon, en Starbucks, en otros sectores nuevos que no existían antes, incluso en Google. Así que esto es quizás una indicación de una nueva tendencia en los trabajadores de la próxima generación que va a transformar el movimiento sindical.
¿Cómo podría crecer la densidad sindical y la fuerza de los sindicatos en este contexto?
Hemos visto una reducción masiva en la participación de la sindicalización de alrededor de dos tercios, es enorme. En los últimos 30 o 40 años, ha habido una disminución dramática en la proporción de personas en los sindicatos en comparación con la fuerza laboral total. Esto se ha dado, como decía antes, por el gran cambio desde el sector manufacturero a los servicios, particularmente en el Norte Global, y hacia nuevas industrias que no están sindicalizadas. Creo que existe una posibilidad cada vez mayor de que las nuevas industrias tengan un papel determinante, como ya ocurrió en el siglo XIX cuando la gran transformación en el movimiento sindical se dio por el cambio desde las industrias artesanales como la carpintería, la plomería…. a los sindicatos de masas en las grandes fábricas, en los muelles, en el transporte, etc. Y vimos el desarrollo de los sindicatos de masas a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX. Luego hemos visto esta aniquilación en la segunda mitad del siglo XX. Pero creo que ahora tenemos toda una capa de nuevas industrias, donde los trabajadores apenas comienzan a organizarse. Y la gente no debe olvidar que la mayor proporción de trabajadores en todo el mundo no se encuentra en el Norte Global. Están en Asia, están en América Latina. Están en África. Aquí es donde el proletariado, usando la antigua frase, es de largo mayor. La clase trabajadora del mundo nunca ha sido mayor y nunca ha sido mayor como porcentaje de la población adulta total y la población activa. Y se basa principalmente en el Sur Global ahora, donde hay mucha actividad. Esta semana vemos lo que pasa en Foxconn, que es una gran empresa taiwanesa que opera en China, donde los trabajadores están luchando contra sus empleadores porque no les están pagando lo que acordaron pagar. Así que ha habido luchas serias como esa, vamos a ver muchas más. Y posiblemente también organizaciones independientes no solo en el Sur Global, sino también en el Norte Global en las nuevas industrias. Soy optimista.
¿Qué herramientas tienen los sindicatos para luchar a día de hoy?
Siempre existe la herramienta básica, que es que los empleadores no pueden conseguir las cosas ni los servicios que quieren vender a menos que los trabajadores trabajen. Es algo muy básico. Karl Marx dijo una vez, todo niño sabe que si la gente deja de trabajar, entonces no se hace nada. Ese es el poder básico que tienen los trabajadores, porque los empleadores no tienen poder, en realidad, dependen completamente de su fuerza laboral para entregar lo que se requiere. Los empleadores usan lo que pueden usar para evitarlo y eso lo puede hacer más difícil, pero el poder básico que tienen los trabajadores de retirar su trabajo todavía está ahí. Pero no solo eso. También hay muchas otras formas en que los trabajadores pueden mejorar sus condiciones. Los sindicatos brindan un nivel de apoyo en seguridad, y también en horas y condiciones de trabajo. Una cosa es decir que te pagan mejor, pero si estoy trabajando en pésimas condiciones, si estoy trabajando por turnos o trabajando muchas horas, entonces las condiciones de trabajo no son seguras. Los sindicatos tiene el poder de organizarse contra eso también. Todas estas son áreas importantes en las que los sindicatos juegan un papel y tienen que jugar un papel cada vez mayor en el futuro. Entonces, podrías decir, bueno, eso no es nada nuevo. Lo que quiero decir es que hay nuevas áreas en las que vamos a ver ese desarrollo y los sindicatos tienen que estar familiarizados con la tecnología, deben ser inteligentes acerca de los nuevos desarrollos que están ocurriendo en las industrias para construir la organización que necesitan los trabajadores.
¿Las huelgas han perdido efectividad en un mundo globalizado?
Si el argumento es que si se declara una huelga, la empresa trasladará su ubicación a otro lugar donde la gente no hace huelgas y donde es mas barato, en realidad no es tan fácil para las empresas hacer eso inmediatamente. Y también, los sindicatos deben luchar no solo en el frente económico, sino también políticamente para garantizar que los gobiernos no permitan que las multinacionales simplemente saqueen la infraestructura y la tecnología y se la lleven a otra parte. Si los trabajadores están luchando por mejores condiciones, las dos cosas deben ir juntas. Sí, todo es más difícil por ser internacional, pero tampoco es imposible para los sindicatos organizarse internacionalmente. Lo hemos visto en muchas ocasiones en los últimos años en varias industrias, particularmente en la industria del transporte, donde el comercio tiene lugar entre buques portacontenedores, conductores de camiones portuarios. O incluso desde el conflicto de Ucrania, hemos visto esfuerzos de los trabajadores para combinar todos estos temas. Entonces sí, es difícil. No es fácil para los sindicatos organizarse, ni para los trabajadores porque se enfrentan a las fuerzas de los medios, los gobiernos, las leyes, y, por supuesto, a los intentos de los empleadores de debilitar su capacidad de funcionar. Pero no es imposible. Históricamente podemos ver que a veces tuvo un gran éxito en la transformación de la realidad.
¿Están sabiendo incorporar los sindicatos el papel transformador del feminismo?
Cuando observamos la situación económica general, podemos ver que todavía hay una marcada diferencia entre el salario promedio de los hombres en industrias y servicios, y el de las mujeres. Y, sin embargo, las mujeres ahora constituyen en muchos países, la mayoría de la fuerza laboral, no solo una pequeña minoría. Y ha habido una transformación en los últimos 50 años en los que las mujeres han llegado al sector laboral en grandes masas, particularmente en industrias clave como la salud, la educación y los servicios públicos, los servicios sociales, donde las mujeres son dominantes. Si miramos el liderazgo de los sindicatos, es cierto que esto no siempre se ha visto reflejado, pero es algo que está comenzando a cambiar. El sindicato industrial más grande del Reino Unido ahora tiene a una mujer como secretaria general, y eso también se aplica en otros sindicatos. Entonces hay una transformación en ese sentido pero todavía hay una brecha enorme entre el nivel de los salarios medios de los trabajadores masculinos y femeninos. Eso se debe en parte a que las trabajadoras tienen trabajos peor pagados y no consiguen los mejores trabajos que pagan mejor. También aunque existe una legislación en contra de la igualdad salarial no siempre se aplica. Pero lo que creo es que la organización sindical y la expansión de los sindicatos ayudará a reducir esa brecha entre el empleo masculino y femenino.
¿Y cómo deben sumarse los sindicatos a la transición verde?
Creo que esta pregunta es muy importante porque este es uno de los problemas clave al que nos enfrentamos en el siglo XXI. Tenemos que hacer algo para detener el calentamiento global, las emisiones de carbono y el impacto que está teniendo lo vamos a sufrir todos, no solo en el Sur Global donde ya lo están sufriendo, sino también en Europa, donde vamos a ver condiciones climáticas extremas, etc., que van a afectar a la vida y las condiciones de las personas. Y tenemos que hacer algo al respecto. Cualquier sindicato que se precie tiene que mirar no sólo el tema de los salarios y las condiciones de sus miembros, sino también al panorama más amplio de lo que está sucediendo en la economía, particularmente lo que están haciendo las empresas y lo que están haciendo los gobiernos. Solo así podemos hacer frente a esta peligrosa crisis que se avecina. Entonces, me parece que la formación tiene un papel clave en la lucha para que sus empleadores adopten políticas ambientalmente mejores, para que los gobiernos comiencen a hacer algo con respecto a las emisiones de combustibles fósiles.
Los sindicatos no solo pueden mirar lo que está sucediendo en su lugar de trabajo, sino que también deben analizar cuestiones políticas más amplias
Y ahora, ¿qué pasa con todos esos trabajadores que trabajan en la industria de los combustibles fósiles? ¿Cómo va a lidiar el sindicalismo con eso? Eso plantea un problema político, pero los trabajadores de la industria del petróleo o de la industria del gas, que en realidad es una fuerza laboral bastante pequeña, ¿cómo van a mantener sus trabajos si queremos eliminar este tipo de energías? Bueno, requiere un plan nacional, un plan internacional, a través de la eliminación gradual de las industrias de combustibles fósiles. Y volver a capacitar y cambiar a los trabajadores a nuevas industrias renovables, donde también tienen habilidades o se puede redirigir, para asumir la expansión de las industrias renovables y de otras industrias ambientales que generarán una gran cantidad de puestos de trabajo disponibles para los trabajadores que en este momento están trabajando en industrias que quizás se están sumando a la crisis de emisiones de carbono. Puedes verlo con otra analogía, ¿qué pasa con los trabajadores que trabajan en la industria armamentística? No queremos más armas. Queremos eliminarlas gradualmente pero los trabajadores perderán sus empleos, y es un argumento que a menudo dan los sindicatos. Bueno, hay muchas otras construcciones civiles que debemos hacer en las que las habilidades de los trabajadores que tienen las habilidades de la industria de armas se pueden usar, como en todo tipo de áreas de transporte, medio ambiente, etc. Necesitamos un plan. Y eso significa que los sindicatos no solo pueden mirar lo que está sucediendo en su lugar de trabajo, sino que también deben analizar cuestiones políticas más amplias y involucrarse en ese plan que logre esa transformación del desequilibrio que tenemos en este momento en el empleo, con los objetivos equivocados y los trabajos equivocados. Necesitamos los objetivos correctos y los trabajos correctos.
Fuente: https://www.eldiario.es/economia/michael-roberts-beneficios-empresariales-son-principal-contribucion-inflacion_128_9751020.html
Michael Roberts, cabeza de cartel del cuarto congreso “Trabajo, Economía y Sociedad” de la Fundación 1º de Mayo, es un reconocido economista marxista que ha batallado durante décadas en la City de Londres. El británico advierte de una pérdida “sin precedentes” del poder adquisitivo de las familias europeas en esta crisis de inflación. Y recuerda que solo unos sindicatos más fuertes pueden hacerla frente.
“Ha habido una reducción drástica del empleo en la industria manufacturera, en el Reino Unido, en los EEUU y en España. Y las nuevas industrias no están sindicalizadas. Ni las industrias tecnológicas, ni el sector de los medios de comunicación, ni los nuevos sectores minoristas tampoco”, lamenta. Aunque saca optimismo: “Esto está empezando a cambiar. Estamos empezando a ver organización en Amazon, en Starbucks, incluso en Google”.
“También estamos viendo luchas serias en Asia, América Latina y África. Vamos a ver muchas más. Y posiblemente también organizaciones independientes no solo en el Sur Global, sino también en el Norte Global en las nuevas industrias”, reflexiona Michael Roberts.
En la crisis de inflación de los 70, se daban por hecho las subidas salariales para recuperar el poder adquisitivo. Hoy, instituciones y empresas ni se plantean aumentos de sueldo con el IPC con el argumento de evitar un espiral de precios y salarios, ¿tienen realmente que conformarse los trabajadores y sufrir una grave pérdida de poder adquisitivo?
En los años 70, muy a menudo había lo que llamaban indexación de salarios para que hubiera un aumento automático de sueldos a la par con el aumento de precios. Por supuesto, esto era extremadamente costoso para los empleadores si no estaban realmente en la posición de aumentar aún más los precios. Pero es un mito que entonces hubiera una espiral de los salarios. No es verdad. Si se observan los datos, se puede ver que los salarios reales también cayeron durante ese período, a pesar de que en algunas industrias y algunos sectores hubo esa indexación, particularmente en el sector público pero también en algunos de los sectores industriales.
¿Cuándo se perdió esa indexación?
Todo eso se eliminó durante las décadas de 1980 y 1990. Durante todo ese tiempo llamado período neoliberal, se redujo el poder sindical de los trabajadores y se introdujo una legislación para impedir que pudieran mantener sus salarios altos, hemos visto una caída muy pronunciada en la participación de los salarios como porcentaje del PIB en todos los países de Europa. En la OCDE en general, mientras que en promedio los salarios representaban alrededor del 75% del PIB en la década de 1970, ahora está sobre el 65%. Esa es una caída bastante grande. ¿Dónde está eso? ¿Ha desaparecido? Obviamente se ha ido al incremento de la participación de los beneficios (empresariales) en el PIB. Así que tenemos una transferencia de salarios a beneficios. Y lo que estamos viendo en la espiral inflacionaria actual se debe a que no hay indexación y a que la legislación es muy dura contra los trabajadores. Y también porque las organizaciones sindicales son mucho más débiles y es mucho más difícil para los trabajadores aumentar sus salarios para igualar los aumentos de precios. Y la evidencia es clara de que los salarios reales han caído a un ritmo en la mayoría de los países europeos que no tienen precedentes. Estamos hablando de una caída del 6%, 7% u 8% en los ingresos reales en un año. Si solo estamos midiendo los salarios contra los precios, eso es una gran caída, que no se debería de dar. No va a ser compensado.
Los trabajadores de algunos sectores están consiguiendo más subidas que otros…
Recientemente IG Metall, la Unión Industrial Alemana llegó a un acuerdo, que suena bien, pero si lo miras, puedes ver que está muy por debajo de la tasa de inflación que está experimentando Alemania este año y el próximo, por lo que los trabajadores están sufriendo una pérdida salarial real. Entonces, la idea de que los aumentos de salarios provocan aumentos de precios no tiene sentido. Empíricamente, podemos ver que no es así, de hecho, y también podemos ver particularmente en este período que la principal contribución al aumento de precios ha sido, en primer lugar, el aumento de los precios de las materias primas energía, alimentos y otras materias primas subiendo. Y, en segundo lugar, los enormes aumentos de precios por parte de los empleadores. Los beneficios (empresariales) han sido la principal contribución a los aumentos de precios, no los aumentos de salarios, en esta espiral inflacionaria. Entonces, los trabajadores no tienen que disculparse si piden un aumento salarial, ni preocuparse de que de alguna manera provocarán una espiral de precios. Esto es un mito y una propaganda que nos cuentan los empresarios y sus representantes.
Las economías europeas se han transformado: oligopolios, multinacionales, más servicios y menos industria… ¿los sindicatos se han sabido adaptar?
Bueno, lo que hemos visto es una transformación de los sectores en los últimos 30 o 40 años, particularmente con la gran caída en la rentabilidad de la fabricación en la década de 1970 en la mayoría de las grandes economías, y una gran depresión a principios de la década de 1980. La actitud de los empleadores en las grandes multinacionales de tratar de trasladar sus industrias, el empleo y la tecnología fuera de Europa y América del Norte hacia lo que entonces se llamaba el Tercer Mundo y que ahora llamamos el Sur Global. Hacia todos los países donde había mano de obra barata y la oportunidad de construir fábricas con salarios bajos. Esa fue la transformación.
¿También en España?
Si observamos lugares como España fue ligeramente diferente porque recibió inversiones de Alemania y Francia cuando se unió a la Unión Europea, y vimos la expansión de la industria. Pero en general, ha habido un éxodo de empleo manufacturero en todos los ámbitos al mismo tiempo que crecía el sector servicios, lo que significa que, particularmente en países como el Reino Unido donde estoy, estas economías ahora están dirigidas a economías en las que viven de los beneficios obtenidos por las multinacionales, donde el Reino Unido opera como un centro financiero para redistribuir y generar ganancias para estas empresas en varias partes del mundo. Así que no ha habido adaptación de los sindicatos. Ha habido una reducción drástica del empleo en la industria manufacturera, en el Reino Unido, en los EEUU e incluso en España. Y las nuevas industrias no están sindicalizadas. Ni las industrias tecnológicas. El sector de los medios de comunicación tampoco. Y, por supuesto, los nuevos sectores minoristas tampoco. Esto está empezando a cambiar desde el final de la gran recesión. Estamos empezando a ver organización en Amazon, en Starbucks, en otros sectores nuevos que no existían antes, incluso en Google. Así que esto es quizás una indicación de una nueva tendencia en los trabajadores de la próxima generación que va a transformar el movimiento sindical.
¿Cómo podría crecer la densidad sindical y la fuerza de los sindicatos en este contexto?
Hemos visto una reducción masiva en la participación de la sindicalización de alrededor de dos tercios, es enorme. En los últimos 30 o 40 años, ha habido una disminución dramática en la proporción de personas en los sindicatos en comparación con la fuerza laboral total. Esto se ha dado, como decía antes, por el gran cambio desde el sector manufacturero a los servicios, particularmente en el Norte Global, y hacia nuevas industrias que no están sindicalizadas. Creo que existe una posibilidad cada vez mayor de que las nuevas industrias tengan un papel determinante, como ya ocurrió en el siglo XIX cuando la gran transformación en el movimiento sindical se dio por el cambio desde las industrias artesanales como la carpintería, la plomería…. a los sindicatos de masas en las grandes fábricas, en los muelles, en el transporte, etc. Y vimos el desarrollo de los sindicatos de masas a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX. Luego hemos visto esta aniquilación en la segunda mitad del siglo XX. Pero creo que ahora tenemos toda una capa de nuevas industrias, donde los trabajadores apenas comienzan a organizarse. Y la gente no debe olvidar que la mayor proporción de trabajadores en todo el mundo no se encuentra en el Norte Global. Están en Asia, están en América Latina. Están en África. Aquí es donde el proletariado, usando la antigua frase, es de largo mayor. La clase trabajadora del mundo nunca ha sido mayor y nunca ha sido mayor como porcentaje de la población adulta total y la población activa. Y se basa principalmente en el Sur Global ahora, donde hay mucha actividad. Esta semana vemos lo que pasa en Foxconn, que es una gran empresa taiwanesa que opera en China, donde los trabajadores están luchando contra sus empleadores porque no les están pagando lo que acordaron pagar. Así que ha habido luchas serias como esa, vamos a ver muchas más. Y posiblemente también organizaciones independientes no solo en el Sur Global, sino también en el Norte Global en las nuevas industrias. Soy optimista.
¿Qué herramientas tienen los sindicatos para luchar a día de hoy?
Siempre existe la herramienta básica, que es que los empleadores no pueden conseguir las cosas ni los servicios que quieren vender a menos que los trabajadores trabajen. Es algo muy básico. Karl Marx dijo una vez, todo niño sabe que si la gente deja de trabajar, entonces no se hace nada. Ese es el poder básico que tienen los trabajadores, porque los empleadores no tienen poder, en realidad, dependen completamente de su fuerza laboral para entregar lo que se requiere. Los empleadores usan lo que pueden usar para evitarlo y eso lo puede hacer más difícil, pero el poder básico que tienen los trabajadores de retirar su trabajo todavía está ahí. Pero no solo eso. También hay muchas otras formas en que los trabajadores pueden mejorar sus condiciones. Los sindicatos brindan un nivel de apoyo en seguridad, y también en horas y condiciones de trabajo. Una cosa es decir que te pagan mejor, pero si estoy trabajando en pésimas condiciones, si estoy trabajando por turnos o trabajando muchas horas, entonces las condiciones de trabajo no son seguras. Los sindicatos tiene el poder de organizarse contra eso también. Todas estas son áreas importantes en las que los sindicatos juegan un papel y tienen que jugar un papel cada vez mayor en el futuro. Entonces, podrías decir, bueno, eso no es nada nuevo. Lo que quiero decir es que hay nuevas áreas en las que vamos a ver ese desarrollo y los sindicatos tienen que estar familiarizados con la tecnología, deben ser inteligentes acerca de los nuevos desarrollos que están ocurriendo en las industrias para construir la organización que necesitan los trabajadores.
¿Las huelgas han perdido efectividad en un mundo globalizado?
Si el argumento es que si se declara una huelga, la empresa trasladará su ubicación a otro lugar donde la gente no hace huelgas y donde es mas barato, en realidad no es tan fácil para las empresas hacer eso inmediatamente. Y también, los sindicatos deben luchar no solo en el frente económico, sino también políticamente para garantizar que los gobiernos no permitan que las multinacionales simplemente saqueen la infraestructura y la tecnología y se la lleven a otra parte. Si los trabajadores están luchando por mejores condiciones, las dos cosas deben ir juntas. Sí, todo es más difícil por ser internacional, pero tampoco es imposible para los sindicatos organizarse internacionalmente. Lo hemos visto en muchas ocasiones en los últimos años en varias industrias, particularmente en la industria del transporte, donde el comercio tiene lugar entre buques portacontenedores, conductores de camiones portuarios. O incluso desde el conflicto de Ucrania, hemos visto esfuerzos de los trabajadores para combinar todos estos temas. Entonces sí, es difícil. No es fácil para los sindicatos organizarse, ni para los trabajadores porque se enfrentan a las fuerzas de los medios, los gobiernos, las leyes, y, por supuesto, a los intentos de los empleadores de debilitar su capacidad de funcionar. Pero no es imposible. Históricamente podemos ver que a veces tuvo un gran éxito en la transformación de la realidad.
¿Están sabiendo incorporar los sindicatos el papel transformador del feminismo?
Cuando observamos la situación económica general, podemos ver que todavía hay una marcada diferencia entre el salario promedio de los hombres en industrias y servicios, y el de las mujeres. Y, sin embargo, las mujeres ahora constituyen en muchos países, la mayoría de la fuerza laboral, no solo una pequeña minoría. Y ha habido una transformación en los últimos 50 años en los que las mujeres han llegado al sector laboral en grandes masas, particularmente en industrias clave como la salud, la educación y los servicios públicos, los servicios sociales, donde las mujeres son dominantes. Si miramos el liderazgo de los sindicatos, es cierto que esto no siempre se ha visto reflejado, pero es algo que está comenzando a cambiar. El sindicato industrial más grande del Reino Unido ahora tiene a una mujer como secretaria general, y eso también se aplica en otros sindicatos. Entonces hay una transformación en ese sentido pero todavía hay una brecha enorme entre el nivel de los salarios medios de los trabajadores masculinos y femeninos. Eso se debe en parte a que las trabajadoras tienen trabajos peor pagados y no consiguen los mejores trabajos que pagan mejor. También aunque existe una legislación en contra de la igualdad salarial no siempre se aplica. Pero lo que creo es que la organización sindical y la expansión de los sindicatos ayudará a reducir esa brecha entre el empleo masculino y femenino.
¿Y cómo deben sumarse los sindicatos a la transición verde?
Creo que esta pregunta es muy importante porque este es uno de los problemas clave al que nos enfrentamos en el siglo XXI. Tenemos que hacer algo para detener el calentamiento global, las emisiones de carbono y el impacto que está teniendo lo vamos a sufrir todos, no solo en el Sur Global donde ya lo están sufriendo, sino también en Europa, donde vamos a ver condiciones climáticas extremas, etc., que van a afectar a la vida y las condiciones de las personas. Y tenemos que hacer algo al respecto. Cualquier sindicato que se precie tiene que mirar no sólo el tema de los salarios y las condiciones de sus miembros, sino también al panorama más amplio de lo que está sucediendo en la economía, particularmente lo que están haciendo las empresas y lo que están haciendo los gobiernos. Solo así podemos hacer frente a esta peligrosa crisis que se avecina. Entonces, me parece que la formación tiene un papel clave en la lucha para que sus empleadores adopten políticas ambientalmente mejores, para que los gobiernos comiencen a hacer algo con respecto a las emisiones de combustibles fósiles.
Los sindicatos no solo pueden mirar lo que está sucediendo en su lugar de trabajo, sino que también deben analizar cuestiones políticas más amplias
Y ahora, ¿qué pasa con todos esos trabajadores que trabajan en la industria de los combustibles fósiles? ¿Cómo va a lidiar el sindicalismo con eso? Eso plantea un problema político, pero los trabajadores de la industria del petróleo o de la industria del gas, que en realidad es una fuerza laboral bastante pequeña, ¿cómo van a mantener sus trabajos si queremos eliminar este tipo de energías? Bueno, requiere un plan nacional, un plan internacional, a través de la eliminación gradual de las industrias de combustibles fósiles. Y volver a capacitar y cambiar a los trabajadores a nuevas industrias renovables, donde también tienen habilidades o se puede redirigir, para asumir la expansión de las industrias renovables y de otras industrias ambientales que generarán una gran cantidad de puestos de trabajo disponibles para los trabajadores que en este momento están trabajando en industrias que quizás se están sumando a la crisis de emisiones de carbono. Puedes verlo con otra analogía, ¿qué pasa con los trabajadores que trabajan en la industria armamentística? No queremos más armas. Queremos eliminarlas gradualmente pero los trabajadores perderán sus empleos, y es un argumento que a menudo dan los sindicatos. Bueno, hay muchas otras construcciones civiles que debemos hacer en las que las habilidades de los trabajadores que tienen las habilidades de la industria de armas se pueden usar, como en todo tipo de áreas de transporte, medio ambiente, etc. Necesitamos un plan. Y eso significa que los sindicatos no solo pueden mirar lo que está sucediendo en su lugar de trabajo, sino que también deben analizar cuestiones políticas más amplias y involucrarse en ese plan que logre esa transformación del desequilibrio que tenemos en este momento en el empleo, con los objetivos equivocados y los trabajos equivocados. Necesitamos los objetivos correctos y los trabajos correctos.
Fuente: https://www.eldiario.es/economia/michael-roberts-beneficios-empresariales-son-principal-contribucion-inflacion_128_9751020.html
sábado, 11 de febrero de 2023
¿Tienes TDAH o solo eres una persona distraída?
¿Tienes alguno de estos hábitos?: cortar las etiquetas de la ropa. Recordar (y lamentar) conversaciones pasadas. Experimentas episodios de agotamiento y fatiga. Desconectarte de lo que pasa a tu alrededor cuando alguien está hablando. Concentrarte demasiado al trabajar en un proyecto. Emprender decenas de pasatiempos. Soñar despierto. Olvidar cosas.
Según TikTok, es posible que tengas un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Videos sobre este padecimiento psiquiátrico proliferan en la aplicación de redes sociales, con la etiqueta #adhd, o #tdah, y más de 17.000 millones de vistas a la fecha. En muchos aparecen jóvenes que describen sus síntomas específicos (a veces sorprendentes), como una sensibilidad a molestias sensoriales pequeñas (como las etiquetas de la ropa) o parálisis TDAH, un tipo de procrastinación extrema. Después de ver estos videos, muchas personas que no recibieron el diagnóstico de TDAH en la niñez podrían cuestionar si quizá cumplen con los criterios como adultos.
Como la mayoría de los trastornos psiquiátricos, los síntomas del TDAH pueden variar en tipo y gravedad. Y muchos de ellos “son conductas que todo el mundo experimenta en algún momento dado”, explicó Joel Nigg, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón. Sin embargo, la clave para diagnosticar el padecimiento es “determinar si es grave o extremo”, y si interfiere en la vida de las personas, puntualizó. También es crucial que los síntomas hayan estado presentes desde la infancia.
Según expertos, esas sutilezas se pueden perder en las redes sociales. De hecho, un estudio publicado este año halló que más de la mitad de los videos sobre TDAH en TikTok eran engañosos. Si un video (o artículo) te hace pensar que podrías tener TDAH sin un diagnóstico formal, a continuación, te decimos qué debes considerar.
¿Por qué no se suele diagnosticar el TDAH en adultos?
Según TikTok, es posible que tengas un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Videos sobre este padecimiento psiquiátrico proliferan en la aplicación de redes sociales, con la etiqueta #adhd, o #tdah, y más de 17.000 millones de vistas a la fecha. En muchos aparecen jóvenes que describen sus síntomas específicos (a veces sorprendentes), como una sensibilidad a molestias sensoriales pequeñas (como las etiquetas de la ropa) o parálisis TDAH, un tipo de procrastinación extrema. Después de ver estos videos, muchas personas que no recibieron el diagnóstico de TDAH en la niñez podrían cuestionar si quizá cumplen con los criterios como adultos.
Como la mayoría de los trastornos psiquiátricos, los síntomas del TDAH pueden variar en tipo y gravedad. Y muchos de ellos “son conductas que todo el mundo experimenta en algún momento dado”, explicó Joel Nigg, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón. Sin embargo, la clave para diagnosticar el padecimiento es “determinar si es grave o extremo”, y si interfiere en la vida de las personas, puntualizó. También es crucial que los síntomas hayan estado presentes desde la infancia.
Según expertos, esas sutilezas se pueden perder en las redes sociales. De hecho, un estudio publicado este año halló que más de la mitad de los videos sobre TDAH en TikTok eran engañosos. Si un video (o artículo) te hace pensar que podrías tener TDAH sin un diagnóstico formal, a continuación, te decimos qué debes considerar.
¿Por qué no se suele diagnosticar el TDAH en adultos?
Alrededor del cuatro por ciento de los adultos en Estados Unidos tienen suficientes síntomas para afirmar que tienen TDAH, pero solo un estimado de 1 de cada 10 recibe el diagnóstico y el tratamiento correspondiente. En comparación, a un nueve por ciento de los niños en Estados Unidos se les ha diagnosticado el trastorno, y tres cuartas partes han recibido medicamento o terapia conductual para tratarlo.
Uno de los motivos de la falta de diagnóstico en adultos es que cuando las personas piensan en el TDAH, suelen imaginar a un niño que no puede quedarse quieto y es problemático en el salón de clase, comentó Deepti Anbarasan, profesora clínica asociada de Psiquiatría en la Escuela Grossman de Medicina de la Universidad de Nueva York. Pero esos síntomas estereotípicos de hiperactividad solo están presentes en el cinco por ciento de los casos en adultos, señaló.
En cambio, síntomas como el olvido, la dificultad para concentrarse u organizarse y la procrastinación —que los expertos llaman TDAH inatento (a diferencia del TDAH hiperactivo)— son más comunes en adultos. “Con adultos, los problemas a menudo no son necesariamente de hiperactividad o impulsividad, sino más bien de funcionamiento ejecutivo”, aclaró Anbarasan. “Es más sutil”.
El TDAH también podría diagnosticarse erróneamente como otro trastorno psiquiátrico. Por ejemplo, es común que las personas con TDAH tengan problemas para regular sus emociones; pueden enojarse muy rápido o sufrir altibajos emocionales dramáticos. También pueden sentir un exceso de preocupación y ansiedad, a veces debido a los síntomas propios del TDAH. Como resultado, a muchos adultos se les pudo haber diagnosticado depresión o ansiedad cuando el problema de fondo era el TDAH.
¿Cómo se diagnostica el TDAH en adultos?
Existen tres preguntas principales que todo psiquiatra te hará para ayudar a determinar si lo que tienes es un nivel normal de falta de atención u olvidos momentáneos o si padeces TDAH. ¿Cuántos síntomas tienes? ¿Los has tenido desde la niñez? Y ¿afectan dos o más áreas de tu vida?
Las dos últimas son de particular utilidad para determinar si alguien recibirá el diagnóstico, comentó Craig Surman, psiquiatra que dirige el Programa de Investigación de TDAH en Adultos en el Hospital General de Massachusetts. Una vez que se responden estas preguntas, agregó, “se descartan varias personas”.
Una persona debe tener cinco de los nueve síntomas que aparecen en el manual oficial de diagnóstico psiquiátrico para definirse como TDAH inatento. A grandes rasgos, estos síntomas se clasifican en tres categorías: problemas de productividad o desempeño (procrastinar en el trabajo o dejar quehaceres sin terminar); memoria (perder con frecuencia tu teléfono o tus llaves u olvidar comprar la leche camino a casa); y organización de objetos y tiempo (tener una casa desordenada o llegar siempre tarde).
Estos síntomas deben afectar negativamente dos o más áreas de tu vida, como el trabajo, el hogar y las relaciones. Si tu casa es un desastre, pero tienes éxito en el trabajo y tu vida personal es abundante y satisfactoria, quizá no cumples con los criterios para el diagnóstico.
Los síntomas también debieron estar presentes desde antes de que tuvieras 12 años. En opinión de la mayoría de los terapeutas, el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, es decir, que comenzó cuando el niño (y su cerebro) era joven. Este aspecto es tal vez el más difícil de determinar, ya que las personas quizá recibieron ayuda o equilibraron sus síntomas con otras acciones sin darse cuenta. Por ejemplo, a lo mejor su padre o madre les proporcionaba recordatorios diarios para que terminaran la tarea y eso les ayudó a terminar la escuela.
“Es probable que hayan tenido el trastorno durante la mayor parte de su vida, pero aprendieron a lidiar con él de distintas maneras”, comentó Anbarasan. “Son personas que dejan todo por escrito o siguen una estructura al pie de la letra y dedican mucho tiempo y esfuerzo a organizarse”. Muchas personas no reconocen que algo anda mal hasta que las exigencias y responsabilidades de la edad adulta se acumulan y los sistemas que han estado usando empiezan a fallar.
Esto puede ser así sobre todo para las mujeres. Los niños tienen más o menos el doble de probabilidades de recibir el diagnóstico de TDAH en la infancia que las niñas porque, incluso en edades tempranas, los síntomas en las niñas suelen ser más de desatención que de hiperactividad por naturaleza. Como consecuencia, las niñas con TDAH pueden tener dificultades en la escuela o ser percibidas como soñadoras calladas, pero no se les diagnostica nada porque no son particularmente problemáticas en clase o en casa.
Si estás preocupado por tus problemas de atención pero no experimentaste síntomas de TDAH en la niñez, tus problemas podrían ser causados por otro problema médico o psicológico (eventos traumáticos o estresantes recientes, cambios en los patrones de sueño o uso de sustancias, otras afecciones psiquiátricas o incluso la aparición temprana de un trastorno neurodegenerativo) que podría confundirse con TDAH.
“Hay al menos una docena de afecciones psiquiátricas y cognitivas que pueden imitar al TDAH, así como una lista sustancial de condiciones médicas”, dijo Nigg. “Si alguien piensa que tiene TDAH, recomendaría que se hiciera un estudio completo”.
¿Qué opciones hay si recibes el diagnóstico?
La buena noticia es que el TDAH es bastante fácil de tratar. Los medicamentos estimulantes como el Ritalin (metilfenidato) o el Adderall (dextroanfetamina y anfetamina) sirven para ayudar a las personas a enfocar su atención. Otra clase de medicamentos, llamados agonistas alfa-2, desarrollados originalmente para tratar la hipertensión, a veces también se recetan para el TDAH. Estos medicamentos pueden ayudar a las personas a concentrarse sin muchos de los efectos secundarios desagradables de los estimulantes, como dificultades para dormir o falta de apetito.
Los tratamientos no farmacológicos, como el entrenamiento o la terapia conductual, también pueden ayudar. Estas técnicas ayudan a las personas a comprender cómo el TDAH afecta su vida diaria y les facilita estrategias para enfrentar esos problemas.
Como se puede abusar de los medicamentos estimulantes, la cuestión de cuándo y cómo tratar a las personas con TDAH puede ser complicado para los médicos. “Veo que algunos diagnósticos se centran en preguntas como ‘¿No son saludables por eso?’, pero eso es diferente a ‘¿Son improductivos por eso?’”, dijo Surman. Si alguien cumple con los criterios de diagnóstico, pero los síntomas no le causan mucha angustia y, en general, funciona bien día a día, Surman dijo que tiende a recomendar estrategias como el entrenamiento y la terapia conductual en vez de prescribir medicación.
Independientemente del plan de tratamiento que te recomienden, es importante que tomes el TDAH en serio. Si no se trata, puede conducir a un mayor riesgo de muerte prematura, ya sea por accidente o por suicidio. También es probable que las personas con el trastorno tengan problemas de carácter financiero, legal, de consumo de sustancias, comportamiento sexual peligroso y conducción insegura. Pero con tratamiento efectivo, esos riesgos pueden reducirse en gran medida.
Uno de los motivos de la falta de diagnóstico en adultos es que cuando las personas piensan en el TDAH, suelen imaginar a un niño que no puede quedarse quieto y es problemático en el salón de clase, comentó Deepti Anbarasan, profesora clínica asociada de Psiquiatría en la Escuela Grossman de Medicina de la Universidad de Nueva York. Pero esos síntomas estereotípicos de hiperactividad solo están presentes en el cinco por ciento de los casos en adultos, señaló.
En cambio, síntomas como el olvido, la dificultad para concentrarse u organizarse y la procrastinación —que los expertos llaman TDAH inatento (a diferencia del TDAH hiperactivo)— son más comunes en adultos. “Con adultos, los problemas a menudo no son necesariamente de hiperactividad o impulsividad, sino más bien de funcionamiento ejecutivo”, aclaró Anbarasan. “Es más sutil”.
El TDAH también podría diagnosticarse erróneamente como otro trastorno psiquiátrico. Por ejemplo, es común que las personas con TDAH tengan problemas para regular sus emociones; pueden enojarse muy rápido o sufrir altibajos emocionales dramáticos. También pueden sentir un exceso de preocupación y ansiedad, a veces debido a los síntomas propios del TDAH. Como resultado, a muchos adultos se les pudo haber diagnosticado depresión o ansiedad cuando el problema de fondo era el TDAH.
¿Cómo se diagnostica el TDAH en adultos?
Existen tres preguntas principales que todo psiquiatra te hará para ayudar a determinar si lo que tienes es un nivel normal de falta de atención u olvidos momentáneos o si padeces TDAH. ¿Cuántos síntomas tienes? ¿Los has tenido desde la niñez? Y ¿afectan dos o más áreas de tu vida?
Las dos últimas son de particular utilidad para determinar si alguien recibirá el diagnóstico, comentó Craig Surman, psiquiatra que dirige el Programa de Investigación de TDAH en Adultos en el Hospital General de Massachusetts. Una vez que se responden estas preguntas, agregó, “se descartan varias personas”.
Una persona debe tener cinco de los nueve síntomas que aparecen en el manual oficial de diagnóstico psiquiátrico para definirse como TDAH inatento. A grandes rasgos, estos síntomas se clasifican en tres categorías: problemas de productividad o desempeño (procrastinar en el trabajo o dejar quehaceres sin terminar); memoria (perder con frecuencia tu teléfono o tus llaves u olvidar comprar la leche camino a casa); y organización de objetos y tiempo (tener una casa desordenada o llegar siempre tarde).
Estos síntomas deben afectar negativamente dos o más áreas de tu vida, como el trabajo, el hogar y las relaciones. Si tu casa es un desastre, pero tienes éxito en el trabajo y tu vida personal es abundante y satisfactoria, quizá no cumples con los criterios para el diagnóstico.
Los síntomas también debieron estar presentes desde antes de que tuvieras 12 años. En opinión de la mayoría de los terapeutas, el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, es decir, que comenzó cuando el niño (y su cerebro) era joven. Este aspecto es tal vez el más difícil de determinar, ya que las personas quizá recibieron ayuda o equilibraron sus síntomas con otras acciones sin darse cuenta. Por ejemplo, a lo mejor su padre o madre les proporcionaba recordatorios diarios para que terminaran la tarea y eso les ayudó a terminar la escuela.
“Es probable que hayan tenido el trastorno durante la mayor parte de su vida, pero aprendieron a lidiar con él de distintas maneras”, comentó Anbarasan. “Son personas que dejan todo por escrito o siguen una estructura al pie de la letra y dedican mucho tiempo y esfuerzo a organizarse”. Muchas personas no reconocen que algo anda mal hasta que las exigencias y responsabilidades de la edad adulta se acumulan y los sistemas que han estado usando empiezan a fallar.
Esto puede ser así sobre todo para las mujeres. Los niños tienen más o menos el doble de probabilidades de recibir el diagnóstico de TDAH en la infancia que las niñas porque, incluso en edades tempranas, los síntomas en las niñas suelen ser más de desatención que de hiperactividad por naturaleza. Como consecuencia, las niñas con TDAH pueden tener dificultades en la escuela o ser percibidas como soñadoras calladas, pero no se les diagnostica nada porque no son particularmente problemáticas en clase o en casa.
Si estás preocupado por tus problemas de atención pero no experimentaste síntomas de TDAH en la niñez, tus problemas podrían ser causados por otro problema médico o psicológico (eventos traumáticos o estresantes recientes, cambios en los patrones de sueño o uso de sustancias, otras afecciones psiquiátricas o incluso la aparición temprana de un trastorno neurodegenerativo) que podría confundirse con TDAH.
“Hay al menos una docena de afecciones psiquiátricas y cognitivas que pueden imitar al TDAH, así como una lista sustancial de condiciones médicas”, dijo Nigg. “Si alguien piensa que tiene TDAH, recomendaría que se hiciera un estudio completo”.
¿Qué opciones hay si recibes el diagnóstico?
La buena noticia es que el TDAH es bastante fácil de tratar. Los medicamentos estimulantes como el Ritalin (metilfenidato) o el Adderall (dextroanfetamina y anfetamina) sirven para ayudar a las personas a enfocar su atención. Otra clase de medicamentos, llamados agonistas alfa-2, desarrollados originalmente para tratar la hipertensión, a veces también se recetan para el TDAH. Estos medicamentos pueden ayudar a las personas a concentrarse sin muchos de los efectos secundarios desagradables de los estimulantes, como dificultades para dormir o falta de apetito.
Los tratamientos no farmacológicos, como el entrenamiento o la terapia conductual, también pueden ayudar. Estas técnicas ayudan a las personas a comprender cómo el TDAH afecta su vida diaria y les facilita estrategias para enfrentar esos problemas.
Como se puede abusar de los medicamentos estimulantes, la cuestión de cuándo y cómo tratar a las personas con TDAH puede ser complicado para los médicos. “Veo que algunos diagnósticos se centran en preguntas como ‘¿No son saludables por eso?’, pero eso es diferente a ‘¿Son improductivos por eso?’”, dijo Surman. Si alguien cumple con los criterios de diagnóstico, pero los síntomas no le causan mucha angustia y, en general, funciona bien día a día, Surman dijo que tiende a recomendar estrategias como el entrenamiento y la terapia conductual en vez de prescribir medicación.
Independientemente del plan de tratamiento que te recomienden, es importante que tomes el TDAH en serio. Si no se trata, puede conducir a un mayor riesgo de muerte prematura, ya sea por accidente o por suicidio. También es probable que las personas con el trastorno tengan problemas de carácter financiero, legal, de consumo de sustancias, comportamiento sexual peligroso y conducción insegura. Pero con tratamiento efectivo, esos riesgos pueden reducirse en gran medida.
viernes, 10 de febrero de 2023
Liberada una de las espías más dañinas para Estados Unidos
El 6 de enero fue liberada Ana Belén Montes, una de las principales contraespías estadounidenses. Como empleada de los servicios de inteligencia estadounidenses, transmitió información secreta a las autoridades cubanas con el fin de frustrar operaciones de desestabilización y atentados terroristas contra Cuba. En cierto sentido, estaba librando una «guerra contra el terror», es decir contra el terror de Estado de su propio país. Lea esta extraordinaria historia de una mujer heroica.
Terror de Estado contra Cuba
En 1959 los cubanos lograron construir una revolución socialista en las narices de su todopoderoso vecino. Esto supuso un duro golpe para la mayor superpotencia de la historia. En consecuencia, los sucesivos presidentes estadounidenses hicieron todo lo posible para poner de rodillas a la revolución.
Es bien sabido que Cuba sufre el bloqueo económico más largo de la historia mundial, con consecuencias devastadoras. Menos conocido es que el país también ha estado expuesto a muchas otras agresiones brutales en los últimos 64 años.
En 1961 se produjo la fallida invasión militar de Bahía de Cochinos, en 1976 se derribó un avión de pasajeros, hubo cientos de asesinatos y actos de sabotaje y en la década de 1960 se desató una auténtica guerra bacteriológica contra la isla.
Un total de 3.478 personas cubanas murieron en los numerosos atentados terroristas, más que en el ataque del 11 de septiembre. Además, 2099 personas quedaron discapacitadas de por vida.
Excelente espía
Para armarse contra este terror de Estado varios cubanos, más conocidas como los «Cinco Cubanos», se infiltraron en las redes terroristas de Miami. Se hizo una película sobre esta historia, que se puede ver en Netflix.
Pero Cuba también podría contar con el apoyo de ciudadanos y ciudadanas estadounidenses. Una de ellas es Ana Belén Montes. Sus padres son de Puerto Rico, por lo que tiene la nacionalidad estadounidense.
A mediados de la década de 1980 se incorporó a una agencia de inteligencia clave del Pentágono, la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). Gracias a su excelente trabajo, hizo una carrera relámpago. Su campo de trabajo era Cuba.
Ascendió a uno de los escalones más altos, lo que le dio acceso a casi todo lo que las agencias de inteligencia recopilaban sobre Cuba. También ayudó a redactar los informes finales.
Debido a su rango, fue miembro del supersecreto «Grupo de Trabajo Interinstitucional sobre Cuba», que incluía a analistas clave de agencias federales como la CIA, el Departamento de Estado y la propia Casa Blanca.
Se apreciaba mucho su trabajo, tanto que recibió varios reconocimientos. Entre ellos figuraba el Certificado de Distinción, el tercer galardón nacional más importante para agentes de inteligencia. Debido a sus capacidades, Ana Belén llegó a ser conocida en los círculos de inteligencia como «la Reina de Cuba».
Procedió con extrema cautela. Era muy discreta, no entablaba relaciones y vivía sola en un piso sencillo. Para evitar ser descubierta, nunca se llevaba nada a casa. Memorizó todo y luego transfirió la información a discos duros encriptados, que luego entregó a las autoridades cubanas.
El hecho de que su hermano fuera agente especial del FBI y su hermana analista en el mismo FBI jugó a su favor.
Durante 17 años transmitió información secreta a Cuba, al igual que los Cinco Cubanos, lo que ayudó al país a frustrar innumerables operaciones de desestabilización. También consiguió convencer a los presidentes Bill Clinton y Georges W. Bush de que Cuba no constituía una amenaza militar para Estados Unidos. A consecuencia de ello, puede que evitara una guerra contra Cuba que habría provocado innumerables bajas cubanas. También reveló la identidad de cuatro agentes encubiertos de los servicios de inteligencia estadounidenses que trabajaban en Cuba.
Descubrimiento y condena
En septiembre de 2001, tres años después de que los Cinco Cubanos fueran descubiertos y detenidos, Ana Belén también fue detenida. Ante la falta de pruebas, fue acusada, al igual que los Cinco Cubanos, de «conspiración con el fin de cometer espionaje» para Cuba.
Una semana antes de su detención se enteró de que estaba bajo vigilancia. Pudo haber huido, pero, según sus propias palabras, su compromiso político le hizo considerar «que no podía renunciar a la gente a la que ayudaba.
El jefe de contrainteligencia la consideraba «una de las espías más dañinas que Estados Unidos haya conocido».
En el clima poco después de los ataques del 11 de septiembre, corría peligro de ser condenada a la pena de muerte, por lo que negoció con el tribunal y se declaró culpable. Fue condenada a 25 años de prisión al calificada de «peligro para la nación» y, al igual que Julian Assange, fue trasladada a una prisión especial para delincuentes violentos con problemas psiquiátricos con el objetivo de quebrarla mentalmente.
No podía recibir visitas, excepto de algunos familiares. Su madre nunca pudo visitarla. Vivía en un aislamiento absoluto, no se le permitía hacer llamadas telefónicas, no recibía periódicos ni revistas y no podía ver la televisión.
Motivación
Ana Belén nunca ha recibido dinero de Cuba por su extremadamente peligroso trabajo. Actuó motivada por su creencia en la justicia y la solidaridad con Cuba. Era muy consciente de los grandes riesgos que corría. Al igual que Edward Snowden, es una de los muchos ciudadanos estadounidenses que se oponen a las acciones bárbaras de su gobierno.
En su declaración ante el tribunal podemos leer qué motivo su arriesgada actividad:
«Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma lo que yo creo: Todo el mundo es un solo país. En ese «país mundial» el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros «países vecinos”.
Este principio implica tolerancia y entendimiento respecto a las diferentes formas de actuar de los demás. El establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados- con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.
Señoría, me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos por imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.
Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante las últimas cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia.
Yo no entiendo como nosotros continuamos tratando de dictar cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no les dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?
Mi forma de responder a nuestra política hacia Cuba quizás no fue la más adecuada moralmente. Es posible que el derecho a existir de Cuba, libre de la coerción política y económica, no justifique el haber entregado a la isla información clasificada para que pudiera defenderse. Yo solamente puedo decir que hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia.
Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.
Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio – de individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Yo espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación, quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.
Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Permitiría a los cubanos y estadounidenses aprender a compartir unos con los otros. Permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro “país mundial” y en nuestra única “patria mundial”».
De vuelta a Puerto Rico
El 6 de enero de 2023 Ana Belén Montes, de 65 años, fue liberada, Su liberación fue recibida con aplausos en muchos países de América Latina.
Afirmó en un mensaje que vivió «dos décadas bastante agotadoras» y que ahora quiere dedicarse «a una existencia tranquila y privada. Animo a los que desean centrarse en mí a que se centre, en cambio, en temas importantes, como los serios problemas que a los que se enfrenta el pueblo puertorriqueño o el embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba», indicó.
Y añadió: «¿Quién en los últimos 60 años ha preguntado al pueblo cubano si quiere que Estados Unidos les imponga un embargo asfixiante que los hace sufrir? También merece atención la apremiante necesidad de cooperación global que detenga y dé marcha atrás a nuestra destrucción de nuestro medio ambiente.
Soy irrelevante como persona. No tengo importancia, mientras que existen problemas graves en nuestro terruño mundial que reclaman atención y una demostración de amor fraternal».
Marc Vandepitte ha escrito junto a Katrien Demuynck varios varios libros sobre Cuba, entre ellos El factor Fidel, editado en castellano en ebook por Dyscolo y en papel por Boltxe Liburuak. Visitaron varias veces a uno de los Cinco Cubanos en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos.
Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2023/01/09/een-van-de-meest-schadelijke-spionnen-van-de-vs-vrijgelaten/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.
Terror de Estado contra Cuba
En 1959 los cubanos lograron construir una revolución socialista en las narices de su todopoderoso vecino. Esto supuso un duro golpe para la mayor superpotencia de la historia. En consecuencia, los sucesivos presidentes estadounidenses hicieron todo lo posible para poner de rodillas a la revolución.
Es bien sabido que Cuba sufre el bloqueo económico más largo de la historia mundial, con consecuencias devastadoras. Menos conocido es que el país también ha estado expuesto a muchas otras agresiones brutales en los últimos 64 años.
En 1961 se produjo la fallida invasión militar de Bahía de Cochinos, en 1976 se derribó un avión de pasajeros, hubo cientos de asesinatos y actos de sabotaje y en la década de 1960 se desató una auténtica guerra bacteriológica contra la isla.
Un total de 3.478 personas cubanas murieron en los numerosos atentados terroristas, más que en el ataque del 11 de septiembre. Además, 2099 personas quedaron discapacitadas de por vida.
Excelente espía
Para armarse contra este terror de Estado varios cubanos, más conocidas como los «Cinco Cubanos», se infiltraron en las redes terroristas de Miami. Se hizo una película sobre esta historia, que se puede ver en Netflix.
Pero Cuba también podría contar con el apoyo de ciudadanos y ciudadanas estadounidenses. Una de ellas es Ana Belén Montes. Sus padres son de Puerto Rico, por lo que tiene la nacionalidad estadounidense.
A mediados de la década de 1980 se incorporó a una agencia de inteligencia clave del Pentágono, la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). Gracias a su excelente trabajo, hizo una carrera relámpago. Su campo de trabajo era Cuba.
Ascendió a uno de los escalones más altos, lo que le dio acceso a casi todo lo que las agencias de inteligencia recopilaban sobre Cuba. También ayudó a redactar los informes finales.
Debido a su rango, fue miembro del supersecreto «Grupo de Trabajo Interinstitucional sobre Cuba», que incluía a analistas clave de agencias federales como la CIA, el Departamento de Estado y la propia Casa Blanca.
Se apreciaba mucho su trabajo, tanto que recibió varios reconocimientos. Entre ellos figuraba el Certificado de Distinción, el tercer galardón nacional más importante para agentes de inteligencia. Debido a sus capacidades, Ana Belén llegó a ser conocida en los círculos de inteligencia como «la Reina de Cuba».
Procedió con extrema cautela. Era muy discreta, no entablaba relaciones y vivía sola en un piso sencillo. Para evitar ser descubierta, nunca se llevaba nada a casa. Memorizó todo y luego transfirió la información a discos duros encriptados, que luego entregó a las autoridades cubanas.
El hecho de que su hermano fuera agente especial del FBI y su hermana analista en el mismo FBI jugó a su favor.
Durante 17 años transmitió información secreta a Cuba, al igual que los Cinco Cubanos, lo que ayudó al país a frustrar innumerables operaciones de desestabilización. También consiguió convencer a los presidentes Bill Clinton y Georges W. Bush de que Cuba no constituía una amenaza militar para Estados Unidos. A consecuencia de ello, puede que evitara una guerra contra Cuba que habría provocado innumerables bajas cubanas. También reveló la identidad de cuatro agentes encubiertos de los servicios de inteligencia estadounidenses que trabajaban en Cuba.
Descubrimiento y condena
En septiembre de 2001, tres años después de que los Cinco Cubanos fueran descubiertos y detenidos, Ana Belén también fue detenida. Ante la falta de pruebas, fue acusada, al igual que los Cinco Cubanos, de «conspiración con el fin de cometer espionaje» para Cuba.
Una semana antes de su detención se enteró de que estaba bajo vigilancia. Pudo haber huido, pero, según sus propias palabras, su compromiso político le hizo considerar «que no podía renunciar a la gente a la que ayudaba.
El jefe de contrainteligencia la consideraba «una de las espías más dañinas que Estados Unidos haya conocido».
En el clima poco después de los ataques del 11 de septiembre, corría peligro de ser condenada a la pena de muerte, por lo que negoció con el tribunal y se declaró culpable. Fue condenada a 25 años de prisión al calificada de «peligro para la nación» y, al igual que Julian Assange, fue trasladada a una prisión especial para delincuentes violentos con problemas psiquiátricos con el objetivo de quebrarla mentalmente.
No podía recibir visitas, excepto de algunos familiares. Su madre nunca pudo visitarla. Vivía en un aislamiento absoluto, no se le permitía hacer llamadas telefónicas, no recibía periódicos ni revistas y no podía ver la televisión.
Motivación
Ana Belén nunca ha recibido dinero de Cuba por su extremadamente peligroso trabajo. Actuó motivada por su creencia en la justicia y la solidaridad con Cuba. Era muy consciente de los grandes riesgos que corría. Al igual que Edward Snowden, es una de los muchos ciudadanos estadounidenses que se oponen a las acciones bárbaras de su gobierno.
En su declaración ante el tribunal podemos leer qué motivo su arriesgada actividad:
«Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma lo que yo creo: Todo el mundo es un solo país. En ese «país mundial» el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros «países vecinos”.
Este principio implica tolerancia y entendimiento respecto a las diferentes formas de actuar de los demás. El establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados- con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.
Señoría, me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos por imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.
Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante las últimas cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia.
Yo no entiendo como nosotros continuamos tratando de dictar cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no les dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?
Mi forma de responder a nuestra política hacia Cuba quizás no fue la más adecuada moralmente. Es posible que el derecho a existir de Cuba, libre de la coerción política y económica, no justifique el haber entregado a la isla información clasificada para que pudiera defenderse. Yo solamente puedo decir que hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia.
Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.
Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio – de individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Yo espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación, quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.
Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Permitiría a los cubanos y estadounidenses aprender a compartir unos con los otros. Permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro “país mundial” y en nuestra única “patria mundial”».
De vuelta a Puerto Rico
El 6 de enero de 2023 Ana Belén Montes, de 65 años, fue liberada, Su liberación fue recibida con aplausos en muchos países de América Latina.
Afirmó en un mensaje que vivió «dos décadas bastante agotadoras» y que ahora quiere dedicarse «a una existencia tranquila y privada. Animo a los que desean centrarse en mí a que se centre, en cambio, en temas importantes, como los serios problemas que a los que se enfrenta el pueblo puertorriqueño o el embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba», indicó.
Y añadió: «¿Quién en los últimos 60 años ha preguntado al pueblo cubano si quiere que Estados Unidos les imponga un embargo asfixiante que los hace sufrir? También merece atención la apremiante necesidad de cooperación global que detenga y dé marcha atrás a nuestra destrucción de nuestro medio ambiente.
Soy irrelevante como persona. No tengo importancia, mientras que existen problemas graves en nuestro terruño mundial que reclaman atención y una demostración de amor fraternal».
Marc Vandepitte ha escrito junto a Katrien Demuynck varios varios libros sobre Cuba, entre ellos El factor Fidel, editado en castellano en ebook por Dyscolo y en papel por Boltxe Liburuak. Visitaron varias veces a uno de los Cinco Cubanos en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos.
Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2023/01/09/een-van-de-meest-schadelijke-spionnen-van-de-vs-vrijgelaten/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.
jueves, 9 de febrero de 2023
_- Soy el gobernador de Carolina del Norte. Este reclamo marginal ante la Corte Suprema pondría patas arriba la democracia.
_- La capacidad de ejercer el poder electoral y político en las urnas está en juego.
Con su nueva mayoría, los republicanos de la Cámara planean enfrentarse al “capitalismo despierto”.
“Los republicanos y sus aliados corporativos desde hace mucho tiempo están pasando por una ruptura desordenada a medida que los objetivos climáticos y de igualdad de las empresas chocan de cabeza con un G.O.P. movimiento que explota los problemas sociales y culturales para animar a los conservadores”, informa Bloomberg. “Más directamente en el G.O.P. el punto de mira es la Cámara de Comercio de EE. UU., que está bajo la presión del probable presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, para reemplazar su liderazgo después de que el lobby empresarial más grande de la nación respaldara a algunos candidatos demócratas”.
Escribí el año pasado sobre esta noción de “despertar del capitalismo” y hasta qué punto creo que este “conflicto” es poco más que una actuación destinada a vender la ilusión de un serio desacuerdo entre los dueños del capital y el Partido Republicano. Como escribí entonces, “todo el Partido Republicano está unido en apoyo de una política antiobrera que pone a los trabajadores comunes a merced del capital”. Los republicanos no tienen problemas con el discurso corporativo o las prerrogativas corporativas por una cuestión de principios; tienen un problema con ellos como una cuestión de política partidista estrecha.
Que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, haya arremetido esta semana contra el “ejercicio crudo del poder monopólico” de Apple, por ejemplo, tiene mucho más que ver con la política cultural de Twitter y su nuevo dueño, Elon Musk, que con cualquier interés real. en el poder del gobierno para regular los mercados y frenar el abuso. (De hecho, DeSantis argumentó en su libro, "Dreams From Our Founding Fathers", que la Constitución fue diseñada para "prevenir la redistribución de la riqueza a través del proceso político" y detener cualquier esfuerzo popular para "socavar los derechos de propiedad").
No obstante, hay algo sustancial detrás de esta fachada de conflicto. Es cierto que los jugadores más importantes del mundo corporativo, obligados a buscar ganancias por las presiones competitivas del mercado, han dejado de atender los gustos y preferencias particulares de las partes más conservadoras y reaccionarias del público estadounidense. Tomando prestado y parafraseando a la leyenda del baloncesto Michael Jordan: las familias homosexuales también compran zapatos.
Los republicanos han descubierto, para su aparente disgusto, que su total devoción a los intereses del capital corporativo concentrado no les compra apoyo para una agenda cultural que a veces va en contra de esos mismos intereses.
Aquí vale la pena señalar, como ha argumentado la socióloga Melinda Cooper, que lo que estamos viendo en esta disputa cultural es una especie de conflicto entre dos segmentos diferentes del capital. Lo que está en juego en la “creciente militancia” del ala derecha del Partido Republicano, escribe Cooper, “es menos una alianza de los pequeños contra los grandes que una insurrección de una forma de capitalismo contra otra: el capitalismo privado, no incorporado, y basado en la familia versus el corporativo, que cotiza en bolsa y propiedad de los accionistas ". Es el capitalismo patriarcal y dinástico de Donald Trump contra el capitalismo más impersonal y gerencial de, por ejemplo, Mitt Romney.
En la medida en que los reaccionarios culturales dentro del Partido Republicano hayan sido sorprendidos por la fricción entre sus intereses y los de la parte más poderosa de la clase capitalista, harían bien en aprender una lección de uno de los cocos de la retórica y la ideología conservadoras. : Carlos Marx.
A lo largo de su obra, Marx enfatizó el carácter revolucionario del capitalismo en su relación con los arreglos sociales existentes. Aniquila la “vieja organización social” que encadena y reprime “las nuevas fuerzas y las nuevas pasiones” que brotan en el “seno de la sociedad”. Descompone la vieja sociedad de “arriba a abajo”. “Lleva más allá de las barreras y los prejuicios nacionales”, así como “todas las satisfacciones tradicionales, confinadas, complacientes e incrustadas de las necesidades presentes y la reproducción de viejas formas de vida”.
O, como observó Marx en uno de sus pasajes más famosos, la “época burguesa” se distingue por la “perturbación ininterrumpida de todas las condiciones sociales”. Bajo el capitalismo, “Todo lo que es sólido se desvanece en el aire, todo lo que es santo es profanado, y el hombre es al menos obligado a enfrentar con sentido sobrio sus condiciones reales de vida y sus relaciones con los de su especie”.
En contexto, Marx está escribiendo sobre arreglos sociales y económicos precapitalistas, como el feudalismo. Pero creo que puedes entender esta dinámica como una tendencia general también bajo el capitalismo. Los intereses y demandas del capital a veces están sincronizados con las jerarquías tradicionales. Hay incluso dos impulsos en competencia dentro del sistema más amplio: un impulso para disolver y erosionar las barreras entre los asalariados hasta que formen una masa única e indiferenciada y un impulso para preservar y reforzar esas mismas barreras para dividir a los trabajadores y obstaculizar el desarrollo de la conciencia de clase. por su parte
Pero ese es un tema para otro día y otra columna.
Por ahora, simplemente diré que el problema del “capitalismo despierto” para los conservadores sociales y políticos es el problema del capitalismo para cualquiera que espere preservar algo frente al impulso incesante del capital para dominar a toda la sociedad.
Podrías restringir el poder del capital fortaleciendo el poder del trabajo para actuar por sí mismo, en sus propios intereses. Pero como bien saben los conservadores, las prerrogativas de los trabajadores también pueden socavar las jerarquías recibidas y los arreglos sociales tradicionales. Después de todo, la clase obrera no es una sola cosa, y lo que busca preservar —su autonomía, su independencia, sus propias formas de vida— no suele coincidir con los intereses de los reaccionarios.
Los conservadores, si sus prioridades políticas son una indicación, quieren desencadenar el libre mercado y reservar un espacio para la jerarquía y la dominación. Pero esto no sucederá por sí solo. El estado debe actuar, no para restringir el capital per se, sino para subordinarlo lo más posible a la agenda social preferida por la derecha política. Juega dentro de esas restricciones, va el trato, y puedes hacer lo que quieras. Dicho de otra manera, la derecha no tiene ningún problema con el capitalismo; tiene un problema con quién parece estar a cargo de él.
Incluso hay una estrategia clara en el trabajo. Si puede eliminar formas alternativas de ser, si puede debilitar el trabajo hasta el punto de la desesperación, entonces tal vez pueda obligar a las personas a regresar a las familias tradicionales y los hogares tradicionales. Pero no importa cuánto lo intentes, no puedes detener el movimiento dinámico de la sociedad. Se agitará y agitará y agitará, hasta que finalmente se rompa la presa.
Con su nueva mayoría, los republicanos de la Cámara planean enfrentarse al “capitalismo despierto”.
“Los republicanos y sus aliados corporativos desde hace mucho tiempo están pasando por una ruptura desordenada a medida que los objetivos climáticos y de igualdad de las empresas chocan de cabeza con un G.O.P. movimiento que explota los problemas sociales y culturales para animar a los conservadores”, informa Bloomberg. “Más directamente en el G.O.P. el punto de mira es la Cámara de Comercio de EE. UU., que está bajo la presión del probable presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, para reemplazar su liderazgo después de que el lobby empresarial más grande de la nación respaldara a algunos candidatos demócratas”.
Escribí el año pasado sobre esta noción de “despertar del capitalismo” y hasta qué punto creo que este “conflicto” es poco más que una actuación destinada a vender la ilusión de un serio desacuerdo entre los dueños del capital y el Partido Republicano. Como escribí entonces, “todo el Partido Republicano está unido en apoyo de una política antiobrera que pone a los trabajadores comunes a merced del capital”. Los republicanos no tienen problemas con el discurso corporativo o las prerrogativas corporativas por una cuestión de principios; tienen un problema con ellos como una cuestión de política partidista estrecha.
Que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, haya arremetido esta semana contra el “ejercicio crudo del poder monopólico” de Apple, por ejemplo, tiene mucho más que ver con la política cultural de Twitter y su nuevo dueño, Elon Musk, que con cualquier interés real. en el poder del gobierno para regular los mercados y frenar el abuso. (De hecho, DeSantis argumentó en su libro, "Dreams From Our Founding Fathers", que la Constitución fue diseñada para "prevenir la redistribución de la riqueza a través del proceso político" y detener cualquier esfuerzo popular para "socavar los derechos de propiedad").
No obstante, hay algo sustancial detrás de esta fachada de conflicto. Es cierto que los jugadores más importantes del mundo corporativo, obligados a buscar ganancias por las presiones competitivas del mercado, han dejado de atender los gustos y preferencias particulares de las partes más conservadoras y reaccionarias del público estadounidense. Tomando prestado y parafraseando a la leyenda del baloncesto Michael Jordan: las familias homosexuales también compran zapatos.
Los republicanos han descubierto, para su aparente disgusto, que su total devoción a los intereses del capital corporativo concentrado no les compra apoyo para una agenda cultural que a veces va en contra de esos mismos intereses.
Aquí vale la pena señalar, como ha argumentado la socióloga Melinda Cooper, que lo que estamos viendo en esta disputa cultural es una especie de conflicto entre dos segmentos diferentes del capital. Lo que está en juego en la “creciente militancia” del ala derecha del Partido Republicano, escribe Cooper, “es menos una alianza de los pequeños contra los grandes que una insurrección de una forma de capitalismo contra otra: el capitalismo privado, no incorporado, y basado en la familia versus el corporativo, que cotiza en bolsa y propiedad de los accionistas ". Es el capitalismo patriarcal y dinástico de Donald Trump contra el capitalismo más impersonal y gerencial de, por ejemplo, Mitt Romney.
En la medida en que los reaccionarios culturales dentro del Partido Republicano hayan sido sorprendidos por la fricción entre sus intereses y los de la parte más poderosa de la clase capitalista, harían bien en aprender una lección de uno de los cocos de la retórica y la ideología conservadoras: Carlos Marx.
A lo largo de su obra, Marx enfatizó el carácter revolucionario del capitalismo en su relación con los arreglos sociales existentes. Aniquila la “vieja organización social” que encadena y reprime “las nuevas fuerzas y las nuevas pasiones” que brotan en el “seno de la sociedad”. Descompone la vieja sociedad de “arriba a abajo”. “Lleva más allá de las barreras y los prejuicios nacionales”, así como “todas las satisfacciones tradicionales, confinadas, complacientes e incrustadas de las necesidades presentes y la reproducción de viejas formas de vida”.
O, como observó Marx en uno de sus pasajes más famosos, la “época burguesa” se distingue por la “perturbación ininterrumpida de todas las condiciones sociales”. Bajo el capitalismo, “Todo lo que es sólido se desvanece en el aire, todo lo que es santo es profanado, y el hombre es al menos obligado a enfrentar con sentido sobrio sus condiciones reales de vida y sus relaciones con los de su especie”.
En contexto, Marx está escribiendo sobre arreglos sociales y económicos precapitalistas, como el feudalismo. Pero creo que puedes entender esta dinámica como una tendencia general también bajo el capitalismo. Los intereses y demandas del capital a veces están sincronizados con las jerarquías tradicionales. Hay incluso dos impulsos en competencia dentro del sistema más amplio: un impulso para disolver y erosionar las barreras entre los asalariados hasta que formen una masa única e indiferenciada y un impulso para preservar y reforzar esas mismas barreras para dividir a los trabajadores y obstaculizar el desarrollo de la conciencia de clase. por su parte
Pero ese es un tema para otro día y otra columna.
Por ahora, simplemente diré que el problema del “capitalismo despierto” para los conservadores sociales y políticos es el problema del capitalismo para cualquiera que espere preservar algo frente al impulso incesante del capital para dominar a toda la sociedad.
Podrías restringir el poder del capital fortaleciendo el poder del trabajo para actuar por sí mismo, en sus propios intereses. Pero como bien saben los conservadores, las prerrogativas de los trabajadores también pueden socavar las jerarquías recibidas y los arreglos sociales tradicionales. Después de todo, la clase obrera no es una sola cosa, y lo que busca preservar —su autonomía, su independencia, sus propias formas de vida— no suele coincidir con los intereses de los reaccionarios.
Los conservadores, si sus prioridades políticas son una indicación, quieren desencadenar el libre mercado y reservar un espacio para la jerarquía y la dominación. Pero esto no sucederá por sí solo. El estado debe actuar, no para restringir el capital per se, sino para subordinarlo lo más posible a la agenda social preferida por la derecha política. Juega dentro de esas restricciones, va el trato, y puedes hacer lo que quieras. Dicho de otra manera, la derecha no tiene ningún problema con el capitalismo; tiene un problema con quién parece estar a cargo de él.
Incluso hay una estrategia clara en el trabajo. Si puede eliminar formas alternativas de ser, si puede debilitar el trabajo hasta el punto de la desesperación, entonces tal vez pueda obligar a las personas a regresar a las familias tradicionales y los hogares tradicionales. Pero no importa cuánto lo intentes, no puedes detener el movimiento dinámico de la sociedad. Se agitará y agitará y agitará, hasta que finalmente se rompa la presa.
Los conservadores, si sus prioridades políticas son una indicación, quieren desencadenar el libre mercado y reservar un espacio para la jerarquía y la dominación. Pero esto no sucederá por sí solo. El estado debe actuar, no para restringir el capital per se, sino para subordinarlo lo más posible a la agenda social preferida por la derecha política. Juega dentro de esas restricciones, va el trato, y puedes hacer lo que quieras. Dicho de otra manera, la derecha no tiene ningún problema con el capitalismo; tiene un problema con quién parece estar a cargo de él. Incluso hay una estrategia clara en el trabajo. Si puede eliminar formas alternativas de ser, si puede debilitar el trabajo hasta el punto de la desesperación, entonces tal vez pueda obligar a las personas a regresar a las familias tradicionales y los hogares tradicionales. Pero no importa cuánto lo intentes, no puedes detener el movimiento dinámico de la sociedad. Se agitará y agitará y agitará, hasta que finalmente se rompa la presa.
Con su nueva mayoría, los republicanos de la Cámara planean enfrentarse al “capitalismo despierto”.
“Los republicanos y sus aliados corporativos desde hace mucho tiempo están pasando por una ruptura desordenada a medida que los objetivos climáticos y de igualdad de las empresas chocan de cabeza con un G.O.P. movimiento que explota los problemas sociales y culturales para animar a los conservadores”, informa Bloomberg. “Más directamente en el G.O.P. el punto de mira es la Cámara de Comercio de EE. UU., que está bajo la presión del probable presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, para reemplazar su liderazgo después de que el lobby empresarial más grande de la nación respaldara a algunos candidatos demócratas”.
Escribí el año pasado sobre esta noción de “despertar del capitalismo” y hasta qué punto creo que este “conflicto” es poco más que una actuación destinada a vender la ilusión de un serio desacuerdo entre los dueños del capital y el Partido Republicano. Como escribí entonces, “todo el Partido Republicano está unido en apoyo de una política antiobrera que pone a los trabajadores comunes a merced del capital”. Los republicanos no tienen problemas con el discurso corporativo o las prerrogativas corporativas por una cuestión de principios; tienen un problema con ellos como una cuestión de política partidista estrecha.
Que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, haya arremetido esta semana contra el “ejercicio crudo del poder monopólico” de Apple, por ejemplo, tiene mucho más que ver con la política cultural de Twitter y su nuevo dueño, Elon Musk, que con cualquier interés real. en el poder del gobierno para regular los mercados y frenar el abuso. (De hecho, DeSantis argumentó en su libro, "Dreams From Our Founding Fathers", que la Constitución fue diseñada para "prevenir la redistribución de la riqueza a través del proceso político" y detener cualquier esfuerzo popular para "socavar los derechos de propiedad").
No obstante, hay algo sustancial detrás de esta fachada de conflicto. Es cierto que los jugadores más importantes del mundo corporativo, obligados a buscar ganancias por las presiones competitivas del mercado, han dejado de atender los gustos y preferencias particulares de las partes más conservadoras y reaccionarias del público estadounidense. Tomando prestado y parafraseando a la leyenda del baloncesto Michael Jordan: las familias homosexuales también compran zapatos.
Los republicanos han descubierto, para su aparente disgusto, que su total devoción a los intereses del capital corporativo concentrado no les compra apoyo para una agenda cultural que a veces va en contra de esos mismos intereses.
Aquí vale la pena señalar, como ha argumentado la socióloga Melinda Cooper, que lo que estamos viendo en esta disputa cultural es una especie de conflicto entre dos segmentos diferentes del capital. Lo que está en juego en la “creciente militancia” del ala derecha del Partido Republicano, escribe Cooper, “es menos una alianza de los pequeños contra los grandes que una insurrección de una forma de capitalismo contra otra: el capitalismo privado, no incorporado, y basado en la familia versus el corporativo, que cotiza en bolsa y propiedad de los accionistas ". Es el capitalismo patriarcal y dinástico de Donald Trump contra el capitalismo más impersonal y gerencial de, por ejemplo, Mitt Romney.
En la medida en que los reaccionarios culturales dentro del Partido Republicano hayan sido sorprendidos por la fricción entre sus intereses y los de la parte más poderosa de la clase capitalista, harían bien en aprender una lección de uno de los cocos de la retórica y la ideología conservadoras. : Carlos Marx.
A lo largo de su obra, Marx enfatizó el carácter revolucionario del capitalismo en su relación con los arreglos sociales existentes. Aniquila la “vieja organización social” que encadena y reprime “las nuevas fuerzas y las nuevas pasiones” que brotan en el “seno de la sociedad”. Descompone la vieja sociedad de “arriba a abajo”. “Lleva más allá de las barreras y los prejuicios nacionales”, así como “todas las satisfacciones tradicionales, confinadas, complacientes e incrustadas de las necesidades presentes y la reproducción de viejas formas de vida”.
O, como observó Marx en uno de sus pasajes más famosos, la “época burguesa” se distingue por la “perturbación ininterrumpida de todas las condiciones sociales”. Bajo el capitalismo, “Todo lo que es sólido se desvanece en el aire, todo lo que es santo es profanado, y el hombre es al menos obligado a enfrentar con sentido sobrio sus condiciones reales de vida y sus relaciones con los de su especie”.
En contexto, Marx está escribiendo sobre arreglos sociales y económicos precapitalistas, como el feudalismo. Pero creo que puedes entender esta dinámica como una tendencia general también bajo el capitalismo. Los intereses y demandas del capital a veces están sincronizados con las jerarquías tradicionales. Hay incluso dos impulsos en competencia dentro del sistema más amplio: un impulso para disolver y erosionar las barreras entre los asalariados hasta que formen una masa única e indiferenciada y un impulso para preservar y reforzar esas mismas barreras para dividir a los trabajadores y obstaculizar el desarrollo de la conciencia de clase. por su parte
Pero ese es un tema para otro día y otra columna.
Por ahora, simplemente diré que el problema del “capitalismo despierto” para los conservadores sociales y políticos es el problema del capitalismo para cualquiera que espere preservar algo frente al impulso incesante del capital para dominar a toda la sociedad.
Podrías restringir el poder del capital fortaleciendo el poder del trabajo para actuar por sí mismo, en sus propios intereses. Pero como bien saben los conservadores, las prerrogativas de los trabajadores también pueden socavar las jerarquías recibidas y los arreglos sociales tradicionales. Después de todo, la clase obrera no es una sola cosa, y lo que busca preservar —su autonomía, su independencia, sus propias formas de vida— no suele coincidir con los intereses de los reaccionarios.
Los conservadores, si sus prioridades políticas son una indicación, quieren desencadenar el libre mercado y reservar un espacio para la jerarquía y la dominación. Pero esto no sucederá por sí solo. El estado debe actuar, no para restringir el capital per se, sino para subordinarlo lo más posible a la agenda social preferida por la derecha política. Juega dentro de esas restricciones, va el trato, y puedes hacer lo que quieras. Dicho de otra manera, la derecha no tiene ningún problema con el capitalismo; tiene un problema con quién parece estar a cargo de él.
Incluso hay una estrategia clara en el trabajo. Si puede eliminar formas alternativas de ser, si puede debilitar el trabajo hasta el punto de la desesperación, entonces tal vez pueda obligar a las personas a regresar a las familias tradicionales y los hogares tradicionales. Pero no importa cuánto lo intentes, no puedes detener el movimiento dinámico de la sociedad. Se agitará y agitará y agitará, hasta que finalmente se rompa la presa.
Con su nueva mayoría, los republicanos de la Cámara planean enfrentarse al “capitalismo despierto”.
“Los republicanos y sus aliados corporativos desde hace mucho tiempo están pasando por una ruptura desordenada a medida que los objetivos climáticos y de igualdad de las empresas chocan de cabeza con un G.O.P. movimiento que explota los problemas sociales y culturales para animar a los conservadores”, informa Bloomberg. “Más directamente en el G.O.P. el punto de mira es la Cámara de Comercio de EE. UU., que está bajo la presión del probable presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, para reemplazar su liderazgo después de que el lobby empresarial más grande de la nación respaldara a algunos candidatos demócratas”.
Escribí el año pasado sobre esta noción de “despertar del capitalismo” y hasta qué punto creo que este “conflicto” es poco más que una actuación destinada a vender la ilusión de un serio desacuerdo entre los dueños del capital y el Partido Republicano. Como escribí entonces, “todo el Partido Republicano está unido en apoyo de una política antiobrera que pone a los trabajadores comunes a merced del capital”. Los republicanos no tienen problemas con el discurso corporativo o las prerrogativas corporativas por una cuestión de principios; tienen un problema con ellos como una cuestión de política partidista estrecha.
Que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, haya arremetido esta semana contra el “ejercicio crudo del poder monopólico” de Apple, por ejemplo, tiene mucho más que ver con la política cultural de Twitter y su nuevo dueño, Elon Musk, que con cualquier interés real. en el poder del gobierno para regular los mercados y frenar el abuso. (De hecho, DeSantis argumentó en su libro, "Dreams From Our Founding Fathers", que la Constitución fue diseñada para "prevenir la redistribución de la riqueza a través del proceso político" y detener cualquier esfuerzo popular para "socavar los derechos de propiedad").
No obstante, hay algo sustancial detrás de esta fachada de conflicto. Es cierto que los jugadores más importantes del mundo corporativo, obligados a buscar ganancias por las presiones competitivas del mercado, han dejado de atender los gustos y preferencias particulares de las partes más conservadoras y reaccionarias del público estadounidense. Tomando prestado y parafraseando a la leyenda del baloncesto Michael Jordan: las familias homosexuales también compran zapatos.
Los republicanos han descubierto, para su aparente disgusto, que su total devoción a los intereses del capital corporativo concentrado no les compra apoyo para una agenda cultural que a veces va en contra de esos mismos intereses.
Aquí vale la pena señalar, como ha argumentado la socióloga Melinda Cooper, que lo que estamos viendo en esta disputa cultural es una especie de conflicto entre dos segmentos diferentes del capital. Lo que está en juego en la “creciente militancia” del ala derecha del Partido Republicano, escribe Cooper, “es menos una alianza de los pequeños contra los grandes que una insurrección de una forma de capitalismo contra otra: el capitalismo privado, no incorporado, y basado en la familia versus el corporativo, que cotiza en bolsa y propiedad de los accionistas ". Es el capitalismo patriarcal y dinástico de Donald Trump contra el capitalismo más impersonal y gerencial de, por ejemplo, Mitt Romney.
En la medida en que los reaccionarios culturales dentro del Partido Republicano hayan sido sorprendidos por la fricción entre sus intereses y los de la parte más poderosa de la clase capitalista, harían bien en aprender una lección de uno de los cocos de la retórica y la ideología conservadoras: Carlos Marx.
A lo largo de su obra, Marx enfatizó el carácter revolucionario del capitalismo en su relación con los arreglos sociales existentes. Aniquila la “vieja organización social” que encadena y reprime “las nuevas fuerzas y las nuevas pasiones” que brotan en el “seno de la sociedad”. Descompone la vieja sociedad de “arriba a abajo”. “Lleva más allá de las barreras y los prejuicios nacionales”, así como “todas las satisfacciones tradicionales, confinadas, complacientes e incrustadas de las necesidades presentes y la reproducción de viejas formas de vida”.
O, como observó Marx en uno de sus pasajes más famosos, la “época burguesa” se distingue por la “perturbación ininterrumpida de todas las condiciones sociales”. Bajo el capitalismo, “Todo lo que es sólido se desvanece en el aire, todo lo que es santo es profanado, y el hombre es al menos obligado a enfrentar con sentido sobrio sus condiciones reales de vida y sus relaciones con los de su especie”.
En contexto, Marx está escribiendo sobre arreglos sociales y económicos precapitalistas, como el feudalismo. Pero creo que puedes entender esta dinámica como una tendencia general también bajo el capitalismo. Los intereses y demandas del capital a veces están sincronizados con las jerarquías tradicionales. Hay incluso dos impulsos en competencia dentro del sistema más amplio: un impulso para disolver y erosionar las barreras entre los asalariados hasta que formen una masa única e indiferenciada y un impulso para preservar y reforzar esas mismas barreras para dividir a los trabajadores y obstaculizar el desarrollo de la conciencia de clase. por su parte
Pero ese es un tema para otro día y otra columna.
Por ahora, simplemente diré que el problema del “capitalismo despierto” para los conservadores sociales y políticos es el problema del capitalismo para cualquiera que espere preservar algo frente al impulso incesante del capital para dominar a toda la sociedad.
Podrías restringir el poder del capital fortaleciendo el poder del trabajo para actuar por sí mismo, en sus propios intereses. Pero como bien saben los conservadores, las prerrogativas de los trabajadores también pueden socavar las jerarquías recibidas y los arreglos sociales tradicionales. Después de todo, la clase obrera no es una sola cosa, y lo que busca preservar —su autonomía, su independencia, sus propias formas de vida— no suele coincidir con los intereses de los reaccionarios.
Los conservadores, si sus prioridades políticas son una indicación, quieren desencadenar el libre mercado y reservar un espacio para la jerarquía y la dominación. Pero esto no sucederá por sí solo. El estado debe actuar, no para restringir el capital per se, sino para subordinarlo lo más posible a la agenda social preferida por la derecha política. Juega dentro de esas restricciones, va el trato, y puedes hacer lo que quieras. Dicho de otra manera, la derecha no tiene ningún problema con el capitalismo; tiene un problema con quién parece estar a cargo de él.
Incluso hay una estrategia clara en el trabajo. Si puede eliminar formas alternativas de ser, si puede debilitar el trabajo hasta el punto de la desesperación, entonces tal vez pueda obligar a las personas a regresar a las familias tradicionales y los hogares tradicionales. Pero no importa cuánto lo intentes, no puedes detener el movimiento dinámico de la sociedad. Se agitará y agitará y agitará, hasta que finalmente se rompa la presa.
Los conservadores, si sus prioridades políticas son una indicación, quieren desencadenar el libre mercado y reservar un espacio para la jerarquía y la dominación. Pero esto no sucederá por sí solo. El estado debe actuar, no para restringir el capital per se, sino para subordinarlo lo más posible a la agenda social preferida por la derecha política. Juega dentro de esas restricciones, va el trato, y puedes hacer lo que quieras. Dicho de otra manera, la derecha no tiene ningún problema con el capitalismo; tiene un problema con quién parece estar a cargo de él. Incluso hay una estrategia clara en el trabajo. Si puede eliminar formas alternativas de ser, si puede debilitar el trabajo hasta el punto de la desesperación, entonces tal vez pueda obligar a las personas a regresar a las familias tradicionales y los hogares tradicionales. Pero no importa cuánto lo intentes, no puedes detener el movimiento dinámico de la sociedad. Se agitará y agitará y agitará, hasta que finalmente se rompa la presa.
miércoles, 8 de febrero de 2023
Lise Meitner, una de las científicas más brillantes del siglo XX que no fue reconocida.
Esta es la historia de la única mujer que da nombre a un elemento en la tabla periódica: el meitnerio.
Lise Meitner nació en Viena en 1878 en el seno de una familia judía de clase media-alta. Su padre fue un prestigioso abogado. Desde pequeña se interesó por las matemáticas y la física. En la Universidad de Viena fue alumna de Ludwig Boltzmann, uno de los físicos más brillantes de todos los tiempos. Intentó trabajar con Marie Curie en París, pero no fue aceptada. Para poder mantenerse, daba clases en un colegio por las mañanas e investigaba por las tardes. A pesar de que ya había desarrollado sus primeras investigaciones, no estaba a gusto en Viena y vio que allí no podía seguir su carrera como científica. Con la ayuda de sus padres, se estableció en Berlín. En 1907 acudió a la Universidad Humboldt para seguir clases con otro gran físico, Max Planck. En aquella época las universidades de Prusia no admitían mujeres, pero ella fue una excepción. Para seguir investigando, se dirigió al Instituto de Física Experimental, donde el científico Otto Hahn mostró interés en investigar con ella. Debido a su condición de mujer, no tenía derecho a contrato ni a sueldo, ni siquiera podía utilizar el cuarto de baño de la institución, teniendo que ir a un restaurante cercano, y estaba obligada a acceder al edificio por una puerta trasera, para respetar las convenciones de solo hombres.
En 1912, Otto Hahn recibe una invitación para trasladarse al Instituto Kaiser Wilhelm de Física, que acepta y sigue contando con Meitner, pero como asistente sin sueldo. Finalmente fue contratada en el puesto más bajo del escalafón de investigadora. En el periodo entre las dos guerras mundiales, Lise Meitner y Otto Hahn descubrieron un elemento químico nuevo al que llamaron protactinio. En la década de los treinta, siguiendo las leyes raciales de Núremberg, Lise fue desposeída de todos sus cargos académicos por tener ascendencia judía, aunque esto no le impidió seguir investigando en Alemania.
Llegó un momento en que la situación para Meitner se hizo insostenible en Alemania, por lo que tuvo que escapar en una huida de película. En el plan para no ser apresada por los nazis participaron algunos de los físicos más famosos de la historia como Niels Bohr o Dirk Coster, descubridor del elemento químico hafnio, que se hizo pasar por su esposo para que pudiera salir de Alemania y cruzar la frontera hasta Holanda y de allí, vía Copenhague, recalar en Suecia.
Esto ocurrió a la vez que sucedían algunos de los descubrimientos más trascendentes. En 1938, Otto Hahn y Fritz Strassmann habían descubierto que bombardeando con neutrones diferentes átomos se formaban isótopos de átomos diferentes, algo que no podían explicar. Meitner y Hahn describieron, en un artículo publicado en la revista Nature en 1939, que lo que estaban viendo era la evidencia de que se estaba produciendo la fisión nuclear por la que unos átomos inestables se dividen en un proceso en el cual se libera energía. La fisión nuclear es la base de todo el armamento atómico y también de la energía nuclear. El problema es que el artículo solo lo firmó Otto Hahn, alegando que las autoridades no iban a dejar que lo rubricara una autora judía. Y que Lise Meitner no firmara el artículo, a pesar de haber realizado ella la investigación, fue el argumento esgrimido por la Comisión Nobel cuando en 1944 le otorgó el Premio Nobel a Otto Hahn en solitario por el descubrimiento de la fisión atómica. La realidad es que la interpretación de los resultados fue obra de Lise Meitner, aunque se quedó sin el galardón.
La aportación de Lise Meitner a la humanidad no acaba aquí. En 1942, cuando estaba exiliada en Suecia, le ofrecieron un visado para Estados Unidos e incorporarse al Proyecto Manhattan que estaba desarrollando la bomba atómica. Un trabajo que le habría facilitado la vida por alejarse de Europa, pero se negó en rotundo porque dijo que no quería participar en la fabricación de ninguna bomba, ya que eso iba en contra de sus principios. Al final llegó a Estados Unidos en 1946, donde el presidente Harry S. Truman, responsable en última instancia del lanzamiento de la primera bomba atómica, la recibió con todos los honores y fue nombrada mujer del año. A Hollywood no se le pasó por alto la historia de su huida y le ofrecieron rodar una película contando su historia. Se negó también, aseguró que nada de lo que iban a contar tenía sentido.
Reconocimiento póstumo
— La historia de Lise Meitner encierra una de las mayores injusticias cometidas por los premios Nobel. Fue nominada en numerosas ocasiones, pero nunca lo obtuvo. Como desagravio, fue invitada a participar en 1962 en la reunión de premios Nobel de Lindau. En 1997, años después de su fallecimiento el 27 de octubre de 1968, recibió uno de los mayores honores a los que puede aspirar un científico. El elemento químico 109 lleva su nombre. Dado que el número 96 —el curio— fue llamado así en honor de Pierre y Marie Curie, pero utilizando el apellido del marido, el meitnerio se convirtió en el único elemento de la tabla periódica bautizado con un nombre de mujer.
J. M. Mulet es catedrático de Biotecnología.
Lise Meitner nació en Viena en 1878 en el seno de una familia judía de clase media-alta. Su padre fue un prestigioso abogado. Desde pequeña se interesó por las matemáticas y la física. En la Universidad de Viena fue alumna de Ludwig Boltzmann, uno de los físicos más brillantes de todos los tiempos. Intentó trabajar con Marie Curie en París, pero no fue aceptada. Para poder mantenerse, daba clases en un colegio por las mañanas e investigaba por las tardes. A pesar de que ya había desarrollado sus primeras investigaciones, no estaba a gusto en Viena y vio que allí no podía seguir su carrera como científica. Con la ayuda de sus padres, se estableció en Berlín. En 1907 acudió a la Universidad Humboldt para seguir clases con otro gran físico, Max Planck. En aquella época las universidades de Prusia no admitían mujeres, pero ella fue una excepción. Para seguir investigando, se dirigió al Instituto de Física Experimental, donde el científico Otto Hahn mostró interés en investigar con ella. Debido a su condición de mujer, no tenía derecho a contrato ni a sueldo, ni siquiera podía utilizar el cuarto de baño de la institución, teniendo que ir a un restaurante cercano, y estaba obligada a acceder al edificio por una puerta trasera, para respetar las convenciones de solo hombres.
En 1912, Otto Hahn recibe una invitación para trasladarse al Instituto Kaiser Wilhelm de Física, que acepta y sigue contando con Meitner, pero como asistente sin sueldo. Finalmente fue contratada en el puesto más bajo del escalafón de investigadora. En el periodo entre las dos guerras mundiales, Lise Meitner y Otto Hahn descubrieron un elemento químico nuevo al que llamaron protactinio. En la década de los treinta, siguiendo las leyes raciales de Núremberg, Lise fue desposeída de todos sus cargos académicos por tener ascendencia judía, aunque esto no le impidió seguir investigando en Alemania.
Llegó un momento en que la situación para Meitner se hizo insostenible en Alemania, por lo que tuvo que escapar en una huida de película. En el plan para no ser apresada por los nazis participaron algunos de los físicos más famosos de la historia como Niels Bohr o Dirk Coster, descubridor del elemento químico hafnio, que se hizo pasar por su esposo para que pudiera salir de Alemania y cruzar la frontera hasta Holanda y de allí, vía Copenhague, recalar en Suecia.
Esto ocurrió a la vez que sucedían algunos de los descubrimientos más trascendentes. En 1938, Otto Hahn y Fritz Strassmann habían descubierto que bombardeando con neutrones diferentes átomos se formaban isótopos de átomos diferentes, algo que no podían explicar. Meitner y Hahn describieron, en un artículo publicado en la revista Nature en 1939, que lo que estaban viendo era la evidencia de que se estaba produciendo la fisión nuclear por la que unos átomos inestables se dividen en un proceso en el cual se libera energía. La fisión nuclear es la base de todo el armamento atómico y también de la energía nuclear. El problema es que el artículo solo lo firmó Otto Hahn, alegando que las autoridades no iban a dejar que lo rubricara una autora judía. Y que Lise Meitner no firmara el artículo, a pesar de haber realizado ella la investigación, fue el argumento esgrimido por la Comisión Nobel cuando en 1944 le otorgó el Premio Nobel a Otto Hahn en solitario por el descubrimiento de la fisión atómica. La realidad es que la interpretación de los resultados fue obra de Lise Meitner, aunque se quedó sin el galardón.
La aportación de Lise Meitner a la humanidad no acaba aquí. En 1942, cuando estaba exiliada en Suecia, le ofrecieron un visado para Estados Unidos e incorporarse al Proyecto Manhattan que estaba desarrollando la bomba atómica. Un trabajo que le habría facilitado la vida por alejarse de Europa, pero se negó en rotundo porque dijo que no quería participar en la fabricación de ninguna bomba, ya que eso iba en contra de sus principios. Al final llegó a Estados Unidos en 1946, donde el presidente Harry S. Truman, responsable en última instancia del lanzamiento de la primera bomba atómica, la recibió con todos los honores y fue nombrada mujer del año. A Hollywood no se le pasó por alto la historia de su huida y le ofrecieron rodar una película contando su historia. Se negó también, aseguró que nada de lo que iban a contar tenía sentido.
Reconocimiento póstumo
— La historia de Lise Meitner encierra una de las mayores injusticias cometidas por los premios Nobel. Fue nominada en numerosas ocasiones, pero nunca lo obtuvo. Como desagravio, fue invitada a participar en 1962 en la reunión de premios Nobel de Lindau. En 1997, años después de su fallecimiento el 27 de octubre de 1968, recibió uno de los mayores honores a los que puede aspirar un científico. El elemento químico 109 lleva su nombre. Dado que el número 96 —el curio— fue llamado así en honor de Pierre y Marie Curie, pero utilizando el apellido del marido, el meitnerio se convirtió en el único elemento de la tabla periódica bautizado con un nombre de mujer.
J. M. Mulet es catedrático de Biotecnología.
martes, 7 de febrero de 2023
Llegar a los 100 años y contarlo
Consuelo, Milagros y Rafaela relatan su día a día al rebasar esa edad. "Hay que trabajar porque, si no, te apagas"
En España hay cerca de 20.000 centenarios, en 2072 podrían rozar los 227.000
MARÍA SOSA TROYA (TEXTO) DAVID EXPÓSITO (FOTOS) Madrid - 04 DIC 2022 - 05:30 CET 3
Veintiún escalones de madera separan a Consuelo Jiménez de la calle. Ella, que vive en Araia (Álava), no le da ninguna importancia. Los sube y los baja “despacio”, con la única ayuda del pasamanos. No tendría nada de particular si no fuera porque esta mujer menuda carga 100 años a sus espaldas. “Recuerdo cuando era pequeña, que correteaba por aquí y mi abuela me decía ‘¡Ay, qué envidia me das, cómo corres!’. Ahora yo digo lo mismo”, se ríe. Desde aquellos tiempos hasta ahora se ha gestado una revolución demográfica en España. La esperanza de vida ha ido escalando, ser centenario será cada vez menos excepcional. La cordobesa Rafaela Tena tiene 101 y puntualiza que le han caído mal, con lo bien que le habían sentado los 100. La ciudadrealeña Milagros Ruiz-Olmo ha cumplido los 103 y, aunque a veces en la memoria bailen datos, leer sigue siendo su pasatiempo favorito. Las tres cuentan cómo es la vida cuando los años suman un siglo.
Estas tres mujeres viven en su casa con ayuda de cuidadoras que han contratado. Las rutinas son diferentes a las que tenían hace no tanto, cuando a Consuelo le sobraba fuerza para preparar ella sola la masa de las rosquillas, Rafaela se bañaba en la piscina y Milagros arreglaba las flores de su patio. Las tres dicen que no se siente nada especial cuando la edad acumula tres dígitos, más que la alegría de seguir aquí, con los que quedan de los suyos, un siglo después. En enero había 19.930 centenarios en España, más de tres cuartas partes son mujeres. Una cifra que seguirá escalando y podría rozar, dentro de 50 años, los 227.000, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística. Más que la población actual de ciudades como Badalona u Oviedo.
Hay cifras del INE que hablan solas. En 1900, la esperanza de vida al nacer no llegaba a los 35 años. En 2021 alcanzó los 83,07. El primer paso que tuvieron que dar los actuales centenarios fue “no morirse cuando eran niños”, apunta el demógrafo del CSIC Julio Pérez Díaz. “De las generaciones nacidas en 1900, uno de cada cinco fallecía antes de cumplir un año, la mitad no superaba los 15″. Es una revolución, dice, que muchas veces no se tiene demasiado en cuenta. “Por primera vez en la historia humana todos los que nacen lo hacen con la perspectiva de llegar a la vejez, la edad media en el mundo supera los 70 años”. Afirma que es difícil establecer comparaciones entre países, porque muchas veces los datos son frágiles. Pero es indiscutible que España tiene una de las mayores esperanzas de vida del mundo. Aunque no una mayor proporción de centenarios. Eso llegará más adelante. Porque los que viven ahora “son unos auténticos supervivientes”.
La longevidad extraordinaria de estos “pioneros”, como les llama el demógrafo, es objeto de análisis científico. Ander Matheu, responsable del grupo de Oncología Celular en Biodonostia, acreditado por el Instituto de Salud Carlos III, cuenta que los centenarios “no solo viven mucho, sino además muy bien, con pocas enfermedades”. Han vivido de forma independiente la mayor parte del tiempo. Su equipo realiza un estudio sobre longevidad en el País Vasco. Matheu explica que la literatura científica permite identificar dos factores clave: el entorno y la genética. “Hay cinco zonas en el mundo donde se ha descrito mayor incidencia de centenarios, en Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Nicoya (Costa Rica), Loma Linda (California) y Cerdeña (Italia). Tienen determinados hábitos de vida, como comer moderado y sano o tener poco estrés. Son gente en general muy optimista, con entornos sociales claramente establecidos. Y también se han detectado determinados patrones genéticos”.
Ninguna de las tres centenarias de esta historia parece darle demasiada importancia al número 100. Sobre cómo se vive con más de un siglo, cada una hace lo que puede. La vida va más lenta, pero ellas siguen exprimiéndola.
Consuelo Jiménez 100 años.
“Yo no tengo tiempo de aburrirme”
“Lo que soy es muy lenta comiendo. Yo creo que me he acostumbrado a servirles a todos y luego yo quedarme tranquila la última”. Consuelo Jiménez toma un plato de borrajas, las ha limpiado ella misma, y las acompaña con un vaso de mosto al que le ha servido un poco de agua.
Vive en Araia, el principal núcleo de población de Asparrena, un municipio alavés de unos 1.600 habitantes, donde se casó y crio a cinco hijos que, a su vez, fueron padres. Pero aún no es bisabuela. “Con las ganas que tengo de tener un bisnieto”, se queja amarga al lado de una de sus nietas, Maite, que la acompaña esa mañana en la cocina de casa. Están haciendo rosquillas. Todo un acontecimiento porque hacía tiempo que Consuelo no se animaba. Hace años, las preparaba todas las semanas. Tiene una sartén específica para ello, ya quemada, y un palo de madera que le preparó su marido para que pudiera sacarlas del fuego sin problema. Con sus manos y muñecas finísimas, amasa los churros uno a uno y los va colocando sobre una bandeja. El olor recorre los rincones de la casa invitando a probarlas. Saben como huelen. Aunque ella nunca las toma. Las hace para su familia. “¡Un plato de rosquillas con un solo huevo!”, presume, “claro, como viví los años del hambre”, vuelve a reír.
La entrevista es una mañana de jueves, apenas unos días antes de que una hija de Consuelo, que estaba enferma, falleciera. Es lo único que entristece a esta centenaria ese día en el que recuerda su vida y la celebración de sus cien años junto a su nieta Maite, que nació el mismo día que ella, el 3 de agosto. “A ver si ella tiene tanta suerte como yo en todo”, le desea. “Total, los ceros dicen que no valen nada, son dos ceros y un uno por delante, así que a ver”. Suelta otra carcajada en el acto. Cuenta que al cumplirlos no se siente nada especial. Está “orgullosa”, porque se encuentra muy bien. “La cabeza no se ha movido de su sitio, hombre, de muchas cosas no te acuerdas, pero vamos, bien”. De los cinco hermanos que eran quedan dos. La mayor es ella, la pequeña tiene demencia.
Consuelo, bajando las escaleras de su casa camino de la calle. Regularmente, Consuelo acude a la peluquería.
Como pasatiempo, Consuelo cose unos calcetines para el invierno que luego regala a los familiares.Almorzando en la mesa de la cocina de su casa. Consuelo enviudó y siguió viviendo en la casa en la que ha vivido toda la vida, desde que con cuatro años dejó Ausejo, el pueblo riojano que la vio nacer, y su familia se mudó a Araia y puso una tienda de alimentación y un bar. “Hacíamos venta ambulante e íbamos por los pueblos, luego mi hermano se quedó con el negocio”. Ella se casó. Muestra una foto suya con su marido, Félix, con el que llegó a cumplir las bodas de oro. En la imagen, Consuelo tiene el dedo en alto. “No le gustaba hacerse fotos y le estaba diciendo que se quedara quieto”. Durante la pandemia estuvo quedándose con sus hijas, pero ahora ha regresado a casa gracias a la ayuda de Fátima, una cuidadora que vive con ella y que recalca lo autónoma que es.
“Mucho me ha gustado bailar en mis tiempos”. A su marido lo conoció en el casino, cuando la invitó a bailar y ella mandó a una amiga de emisaria, a comprobar qué tal se le daba al hombre. “Soy un poco bruja”, vuelve a reír. En el pueblo es la sensación, lo comentan en la tienda y en la peluquería, donde se quita el audífono y se desconecta durante un rato. “Lo que peor tengo es el oído”. Las vecinas cuentan que en las últimas fiestas estuvo bailando rancheras. Ahí queda eso.
—¿Cuál es el secreto para vivir 100 años?
—Oye pues trabajar, porque si te quedas así, sin más, te apagas. Te quedas atontada y ya nada.
Dice que se ve bien. “No tengo dolores, puedes tener algún día malo, pero estoy con una salud envidiable, con mis años. Hago lo que puedo, ya no hago más que punto o ganchillo, leer el periódico, eso es lo que hago”. Dice que se levanta sobre las diez de la mañana, o diez y media, porque se acuesta tarde. “Por la noche no tengo prisa”. “Me levanto, me preparo, igual doy unas vueltecicas por aquí [señala al huerto, al que se sale a través de la cocina], voy [con Fátima] a por el periódico, y luego ya por aquí”.
En la tienda compra media barra de pan y el Diario de Noticias de Álava. Hay una montaña de periódicos apilados en la estantería, y libros, porque a su marido le encantaba leer. Ella lo hace sin gafas. “Las tengo ahí, pero me estorban, porque enhebro muy bien la aguja de la máquina de coser, que no es tan fácil”, presume. Poner Saber y ganar también forma parte de la rutina, un dibujo de uno de sus siete nietos, el más pequeño, la muestra junto al televisor viendo el programa. Pero, sobre todo, le encanta coser. Ahora está haciendo unos calcetines grises, “hay que cuidar a los yernos”, y también hace puntillas de ganchillo para las toallas. “Yo no tengo tiempo de aburrirme”.
Milagros Ruiz-Olmo 103 años.
“No tengo nada, más que años”
En el salón hay más de 200 años sentados unos frente a otros. A la izquierda, Milagros Ruiz-Olmo Valencia, con 103. A la derecha, su hermana Petra, que tiene 98. Cada una, en un sillón estampado, y una mesa en el centro. Viven en Calzada de Calatrava, un pueblo manchego de unos 3.600 vecinos. Otra hermana murió con 102. La longevidad de esta familia es digna de estudio. Solo se escucha, de fondo, el ruido de la lavadora que ha puesto Estrella, la mujer que acude por las mañanas para atenderlas y que va por las noches a dejarlas acostadas. Milagros siempre fue muy reservada con su edad. “Ahora ya me da lo mismo”. Los tres dígitos son como para presumir. “Además, estoy muy bien, no me duele nada ni tengo nada”, sigue. “Se ve de otra forma la vida, por supuesto, pero tú no te das cuenta, ¿sabes? Vas viviendo y lo vas viendo, y ya está, y no te das cuenta de que [la vida] está cambiando”.
Pero cambia. “Ya no puedes ocuparte de tu casa, de tus cosas”. Desde hace unos años vive con su hermana, para que se hagan compañía, y Estrella pueda cuidarlas a ambas. Sus hijos no residen en Calzada, la mayoría lo hace en Madrid, donde ellas pasaron gran parte de su vida. Milagros ya no cose, y antes sí podía, tanto que tuvo una fábrica de bolsos, primero con sus hermanos y después con su marido, que también trabajó toda su vida para el Ayuntamiento de la capital. Siempre fue muy casera, pero ahora cada vez sale menos. “No puedo andar mucho. El andador está ahí, pero lo uso poco, no me gusta”, se ríe.
Milagros y Petra hablan, aunque tienen que repreguntar muchas veces para escucharse bien. “Tenemos una casa a cinco kilómetros de aquí”, dice la primera. “¿Qué?”, replica Petra. “El cortijo”, sigue Milagros, y añade: “Vamos a comer los domingos muchas veces y es muy agradable”, van cuando los hijos van a visitarlas. Unas flores que ha llevado ese fin de semana Cari, la hija de Milagros, siguen alegrando la estancia, al lado de la tele.
Junto al aparato descansa Los aires difíciles, de Almudena Grandes. A Milagros le encanta esta autora y siempre busca sus obras. Demuestra cómo lee sin gafas. “Mi hijo me saca los libros de la biblioteca. Yo leo mucho, no tengo otra cosa que hacer”. Sus manos algo temblorosas se han llevado hace poco un tazón de café con leche a la boca, justo antes de tomarse sus pastillas. “Tomo para la circulación, pero nada de particular.” Su hermana está algo peor. “Tengo un dolor de cabeza desde que me levanto hasta que me acuesto”, explica Petra, apesadumbrada.
Milagros pedalea en el sillón de su casa de Calzada de Calatrava (Ciudad Real).
Petra, hermana de Milagros, bebe un café. Su lectura más reciente es un libro de Almudena Grandes.
Milagros sigue cuidándose mucho. Por las mañanas, un espejo es su mejor compañero. Se peina, se echa crema en la cara. “Pienso que todas las personas lo hacen”. Ejercita las piernas gracias a una pedalina. Cuenta que las horas pasan lentas. “Es pesadillo”, a veces se aburre. Hasta el mediodía no encienden la tele, y luego Telecinco las acompaña toda la tarde.
A Milagros se le ilumina la cara al recordar su 103 cumpleaños, con toda la familia junta. Cuenta que de la pandemia no se enteró. Enseguida Estrella matiza que su hijo estuvo allí en febrero de 2020, con lo que creían que era un constipado, y que acabó ingresado en el hospital, aunque evolucionó bien. Pese a ello, ninguna se contagió de covid.
Hay cosas que se olvidan. Otras siguen grabadas a fuego. “De la guerra me acuerdo perfectamente. Nosotros vivimos la nuestra, luego la guerra mundial y ahora esta [la de Ucrania], tres guerras nos han tocado”. Petra y ella tuvieron que viajar a Madrid en 1937 en un vagón para ganado, después de que su padre falleciera. Eran nueve hermanos, su madre había muerto embarazada del décimo hijo mucho antes. Cuando las cosas se pusieron mal en Madrid, les tocó volver al pueblo, y luego regresaron a la capital. Allí Milagros fue “señorita de compañía de una marquesa”, sus cuñados se exiliaron a Argelia. Petra rememora con horror la posguerra: “Se pasó muy mal. Yo vi a un chico joven coger una cáscara de plátano que estaba en el suelo y comérsela”. Por ello, porque recuerdan lo que fue aquello, Milagros cree que con la guerra de Ucrania “algo nos tocará”.
Ambas llevan ahora una vida sencilla, apegadas a la familia. Una sobrina de 91 años las llama por teléfono para saludar. Acuerdan que se llamarán luego. Milagros insiste en que ella está estupendamente. “No tengo nada, nada más que años, eso sí. Mientras sean así, buenos…”
Rafaela Tena 101 años.
“Dios me está bendiciendo, no he perdido memoria”
El teléfono suena. Saluda y al poco se la oye decir que muchas gracias y cuenta lo bien que lo pasaron el día anterior, “no faltó nadie”. Al cortar apunta el nombre en un trozo de papel que va quedándose ya sin espacio. La lista de quien la ha felicitado por San Rafael crece aun al día siguiente de la onomástica. Su santo es para ella más importante que el cumpleaños, y este año Rafaela Tena Antón lo ha celebrado por primera vez desde la pandemia. No fue en un bar, como solía ser, pero la familia se dividió en dos tandas para acompañar a Tati, como la llaman todos después de que “un sobrinillo que no sabía decir Rafi” la bautizara así. Compartió casa toda la vida con dos hermanas y las conocían como las tres tías o las tres titas. Las consentidoras. “Ahora solo quedo yo”. La última tía de “más de 60 sobrinos”. A los 10 hijos de sus hermanos se suman a su vez los hijos de estos y sus nietos. “Requetesobrinos”, ríe ella.
Su casa, en Córdoba, da fe de que los une una relación especial, decenas de fotos lo atestiguan. Su rincón favorito está ocupado por tres sillones de orejas alrededor de una mesa camilla. Rafaela se sienta en el centro, con una blusa blanca con el cuello bordado, resplandeciente. Allí se pasa los días, junto a una bendición del papa Francisco por sus 100 años colgada en la pared. La luz que entra por la ventana inunda la estancia y un andador vigila aparcado a un lado, dispuesto a prestar servicio. Es mucho más de lo que esperaba el doctor hace años, cuando se rompió la cadera y le advirtió de que no volvería a andar. ¡Ja! Menuda es ella. Hasta hace unos meses daba sin ayuda un paseo hasta la plaza de las Tendillas. Pero este verano empezó a sentirse muy cansada y fue al médico. “Me hicieron cuatro electros y tenía el corazón dislocado, me ingresaron y ahí cogí este catarro”, explica señalando unos aerosoles sobre la mesa, al lado de unos nardos. Le encantan las flores. “Hasta los cien llegué muy bien, pero los 101 me sentaron muy mal”. Ahora los pasos son cortos. Pero el paseo diario no falla, aunque vaya sentada en vez de andando y algún familiar o María, la cuidadora que vive con ella desde hace unos meses, empuje la silla de ruedas.
Nunca imaginó que iba a ir ya camino de los 102, aunque su hermana María “murió con ciento y medio”. Marta, una sobrina nieta, explica que una de sus frases es: “Ay, si yo tuviera 20 años menos”. ¡Ay, si tuviera 81! “Yo cavaba la tierra en la casa que tenemos en la aldea”, apostilla Rafaela. “Para mí todas las edades han sido como 20″. Hace apenas unos años iba a comer churros “todos los días”. “Luego me tomaba un vaso de agua con limón para que rebajara, y ya no cenaba”. Ahora va de cuando en cuando. “El año pasado tardé y me dijeron: ‘Ah, ¿pero no se ha muerto usted?’ No, todavía estoy viva”, vuelve a reír al recordarlo. “Menos trabajar hago de todo, y ya he trabajado bastante”. Su primer sueldo fueron 116 pesetas, como auxiliar de secretaría. La jubilación queda ya muy atrás.
Rafaela y su sobrina nieta Marta recorren el centro de Córdoba en su paseo matutino.
Rafaela atiende las llamadas de los familiares que la felicitan por su santo.
Rafaela y su sobrina nieta Marta almuerzan en el salón de casa.
Rafaela, oliendo unas flores recién compradas para el salón de su casa. (fotos en el original)
“Dios me está bendiciendo por todos lados. No he perdido la memoria”. Todos los días le da gracias. “Por las mañanas rezo el rosario mientras estoy desayunando, oigo la misa, me doy un paseíto y leo los evangelios”. Después almuerza, con una pequeña copa de vino. “Me duermo la siesta en la hamaca [una butaca que trajo del pueblo y también tiene en el salón] y por la tarde veo una novelilla”. Lo peor son las noches. “Duermo muy poco, dos horas y media y nada más. Me tomo una pastilla para dormir”. Dice que ella es “muy dura”: “Aguanto y aguanto y aguanto, y cuando viene María [por las mañanas] parece que viene Dios. Ya me pone bien puesta, me sube un poquito para arriba, porque claro, como estoy tendida, me escurro. Le digo que me dé un masaje en el pie, que me duele horrores… A mí la cama se me hace interminable. Estoy deseando levantarme”.
Ahí vuelve toda su energía. Dice que algunas veces cierra los ojos y empieza a recordar. “Fulanito se fue, y el otro se fue, y el otro, y yo, que no hago nada en este mundo, todavía estoy aquí”. Rafaela afirma que sufría más cuando se moría alguien que si lo hubiera hecho ella misma. A su padre, un hermano y el marido de su hermana los mataron durante la guerra unos milicianos del bando republicano. “Mi padre nos hacía una foto todos los años. Como nos echaron de la casa [durante la guerra], rescatamos solo una [imagen]”, dice mientras la enseña. “Aquí estamos la familia entera”. Sus padres y los ocho hijos.
Con todo, se queda con lo bonita que ha sido su vida. “[Ha sido] muy mala, muy mala, pero muy bonita también”. Prefiere recordar lo bueno, cuando se disfrazaba de fantasma y asustaba a los sobrinos pequeños, cuando su hermana aprendió a conducir ya con 70 y se iban de vacaciones, el viaje a México cuando rozaba los 80. Pero sobre todo, su Calleja de las Flores. Esta turística calle de Córdoba fue su hogar desde 1945 hasta hará unos 12 años. “Aquí no había flores, las empezó a poner mi madre con un vecino, que trabajaba en el Ayuntamiento. Estaba preciosa”. Su casa era “la más bonita de la calle”, presume mientras la enseña. En ese momento irrumpe un grupo de turistas. “Aquí teníamos dos hortensias”, señala. “Y los arcos estaban llenos de flores”. Le pide a su sobrina nieta un esqueje y ella responde: “Tati, a ver si nos van a reñir”. Ella replica: “Yo les digo que es mi casa”.
https://elpais.com/sociedad/2022-12-04/llegar-a-los-100-anos-y-contarlo.html
En España hay cerca de 20.000 centenarios, en 2072 podrían rozar los 227.000
MARÍA SOSA TROYA (TEXTO) DAVID EXPÓSITO (FOTOS) Madrid - 04 DIC 2022 - 05:30 CET 3
Veintiún escalones de madera separan a Consuelo Jiménez de la calle. Ella, que vive en Araia (Álava), no le da ninguna importancia. Los sube y los baja “despacio”, con la única ayuda del pasamanos. No tendría nada de particular si no fuera porque esta mujer menuda carga 100 años a sus espaldas. “Recuerdo cuando era pequeña, que correteaba por aquí y mi abuela me decía ‘¡Ay, qué envidia me das, cómo corres!’. Ahora yo digo lo mismo”, se ríe. Desde aquellos tiempos hasta ahora se ha gestado una revolución demográfica en España. La esperanza de vida ha ido escalando, ser centenario será cada vez menos excepcional. La cordobesa Rafaela Tena tiene 101 y puntualiza que le han caído mal, con lo bien que le habían sentado los 100. La ciudadrealeña Milagros Ruiz-Olmo ha cumplido los 103 y, aunque a veces en la memoria bailen datos, leer sigue siendo su pasatiempo favorito. Las tres cuentan cómo es la vida cuando los años suman un siglo.
Estas tres mujeres viven en su casa con ayuda de cuidadoras que han contratado. Las rutinas son diferentes a las que tenían hace no tanto, cuando a Consuelo le sobraba fuerza para preparar ella sola la masa de las rosquillas, Rafaela se bañaba en la piscina y Milagros arreglaba las flores de su patio. Las tres dicen que no se siente nada especial cuando la edad acumula tres dígitos, más que la alegría de seguir aquí, con los que quedan de los suyos, un siglo después. En enero había 19.930 centenarios en España, más de tres cuartas partes son mujeres. Una cifra que seguirá escalando y podría rozar, dentro de 50 años, los 227.000, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística. Más que la población actual de ciudades como Badalona u Oviedo.
Hay cifras del INE que hablan solas. En 1900, la esperanza de vida al nacer no llegaba a los 35 años. En 2021 alcanzó los 83,07. El primer paso que tuvieron que dar los actuales centenarios fue “no morirse cuando eran niños”, apunta el demógrafo del CSIC Julio Pérez Díaz. “De las generaciones nacidas en 1900, uno de cada cinco fallecía antes de cumplir un año, la mitad no superaba los 15″. Es una revolución, dice, que muchas veces no se tiene demasiado en cuenta. “Por primera vez en la historia humana todos los que nacen lo hacen con la perspectiva de llegar a la vejez, la edad media en el mundo supera los 70 años”. Afirma que es difícil establecer comparaciones entre países, porque muchas veces los datos son frágiles. Pero es indiscutible que España tiene una de las mayores esperanzas de vida del mundo. Aunque no una mayor proporción de centenarios. Eso llegará más adelante. Porque los que viven ahora “son unos auténticos supervivientes”.
La longevidad extraordinaria de estos “pioneros”, como les llama el demógrafo, es objeto de análisis científico. Ander Matheu, responsable del grupo de Oncología Celular en Biodonostia, acreditado por el Instituto de Salud Carlos III, cuenta que los centenarios “no solo viven mucho, sino además muy bien, con pocas enfermedades”. Han vivido de forma independiente la mayor parte del tiempo. Su equipo realiza un estudio sobre longevidad en el País Vasco. Matheu explica que la literatura científica permite identificar dos factores clave: el entorno y la genética. “Hay cinco zonas en el mundo donde se ha descrito mayor incidencia de centenarios, en Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Nicoya (Costa Rica), Loma Linda (California) y Cerdeña (Italia). Tienen determinados hábitos de vida, como comer moderado y sano o tener poco estrés. Son gente en general muy optimista, con entornos sociales claramente establecidos. Y también se han detectado determinados patrones genéticos”.
Ninguna de las tres centenarias de esta historia parece darle demasiada importancia al número 100. Sobre cómo se vive con más de un siglo, cada una hace lo que puede. La vida va más lenta, pero ellas siguen exprimiéndola.
Consuelo Jiménez 100 años.
“Yo no tengo tiempo de aburrirme”
“Lo que soy es muy lenta comiendo. Yo creo que me he acostumbrado a servirles a todos y luego yo quedarme tranquila la última”. Consuelo Jiménez toma un plato de borrajas, las ha limpiado ella misma, y las acompaña con un vaso de mosto al que le ha servido un poco de agua.
Vive en Araia, el principal núcleo de población de Asparrena, un municipio alavés de unos 1.600 habitantes, donde se casó y crio a cinco hijos que, a su vez, fueron padres. Pero aún no es bisabuela. “Con las ganas que tengo de tener un bisnieto”, se queja amarga al lado de una de sus nietas, Maite, que la acompaña esa mañana en la cocina de casa. Están haciendo rosquillas. Todo un acontecimiento porque hacía tiempo que Consuelo no se animaba. Hace años, las preparaba todas las semanas. Tiene una sartén específica para ello, ya quemada, y un palo de madera que le preparó su marido para que pudiera sacarlas del fuego sin problema. Con sus manos y muñecas finísimas, amasa los churros uno a uno y los va colocando sobre una bandeja. El olor recorre los rincones de la casa invitando a probarlas. Saben como huelen. Aunque ella nunca las toma. Las hace para su familia. “¡Un plato de rosquillas con un solo huevo!”, presume, “claro, como viví los años del hambre”, vuelve a reír.
La entrevista es una mañana de jueves, apenas unos días antes de que una hija de Consuelo, que estaba enferma, falleciera. Es lo único que entristece a esta centenaria ese día en el que recuerda su vida y la celebración de sus cien años junto a su nieta Maite, que nació el mismo día que ella, el 3 de agosto. “A ver si ella tiene tanta suerte como yo en todo”, le desea. “Total, los ceros dicen que no valen nada, son dos ceros y un uno por delante, así que a ver”. Suelta otra carcajada en el acto. Cuenta que al cumplirlos no se siente nada especial. Está “orgullosa”, porque se encuentra muy bien. “La cabeza no se ha movido de su sitio, hombre, de muchas cosas no te acuerdas, pero vamos, bien”. De los cinco hermanos que eran quedan dos. La mayor es ella, la pequeña tiene demencia.
Consuelo, bajando las escaleras de su casa camino de la calle. Regularmente, Consuelo acude a la peluquería.
Como pasatiempo, Consuelo cose unos calcetines para el invierno que luego regala a los familiares.Almorzando en la mesa de la cocina de su casa. Consuelo enviudó y siguió viviendo en la casa en la que ha vivido toda la vida, desde que con cuatro años dejó Ausejo, el pueblo riojano que la vio nacer, y su familia se mudó a Araia y puso una tienda de alimentación y un bar. “Hacíamos venta ambulante e íbamos por los pueblos, luego mi hermano se quedó con el negocio”. Ella se casó. Muestra una foto suya con su marido, Félix, con el que llegó a cumplir las bodas de oro. En la imagen, Consuelo tiene el dedo en alto. “No le gustaba hacerse fotos y le estaba diciendo que se quedara quieto”. Durante la pandemia estuvo quedándose con sus hijas, pero ahora ha regresado a casa gracias a la ayuda de Fátima, una cuidadora que vive con ella y que recalca lo autónoma que es.
“Mucho me ha gustado bailar en mis tiempos”. A su marido lo conoció en el casino, cuando la invitó a bailar y ella mandó a una amiga de emisaria, a comprobar qué tal se le daba al hombre. “Soy un poco bruja”, vuelve a reír. En el pueblo es la sensación, lo comentan en la tienda y en la peluquería, donde se quita el audífono y se desconecta durante un rato. “Lo que peor tengo es el oído”. Las vecinas cuentan que en las últimas fiestas estuvo bailando rancheras. Ahí queda eso.
—¿Cuál es el secreto para vivir 100 años?
—Oye pues trabajar, porque si te quedas así, sin más, te apagas. Te quedas atontada y ya nada.
Dice que se ve bien. “No tengo dolores, puedes tener algún día malo, pero estoy con una salud envidiable, con mis años. Hago lo que puedo, ya no hago más que punto o ganchillo, leer el periódico, eso es lo que hago”. Dice que se levanta sobre las diez de la mañana, o diez y media, porque se acuesta tarde. “Por la noche no tengo prisa”. “Me levanto, me preparo, igual doy unas vueltecicas por aquí [señala al huerto, al que se sale a través de la cocina], voy [con Fátima] a por el periódico, y luego ya por aquí”.
En la tienda compra media barra de pan y el Diario de Noticias de Álava. Hay una montaña de periódicos apilados en la estantería, y libros, porque a su marido le encantaba leer. Ella lo hace sin gafas. “Las tengo ahí, pero me estorban, porque enhebro muy bien la aguja de la máquina de coser, que no es tan fácil”, presume. Poner Saber y ganar también forma parte de la rutina, un dibujo de uno de sus siete nietos, el más pequeño, la muestra junto al televisor viendo el programa. Pero, sobre todo, le encanta coser. Ahora está haciendo unos calcetines grises, “hay que cuidar a los yernos”, y también hace puntillas de ganchillo para las toallas. “Yo no tengo tiempo de aburrirme”.
Milagros Ruiz-Olmo 103 años.
“No tengo nada, más que años”
En el salón hay más de 200 años sentados unos frente a otros. A la izquierda, Milagros Ruiz-Olmo Valencia, con 103. A la derecha, su hermana Petra, que tiene 98. Cada una, en un sillón estampado, y una mesa en el centro. Viven en Calzada de Calatrava, un pueblo manchego de unos 3.600 vecinos. Otra hermana murió con 102. La longevidad de esta familia es digna de estudio. Solo se escucha, de fondo, el ruido de la lavadora que ha puesto Estrella, la mujer que acude por las mañanas para atenderlas y que va por las noches a dejarlas acostadas. Milagros siempre fue muy reservada con su edad. “Ahora ya me da lo mismo”. Los tres dígitos son como para presumir. “Además, estoy muy bien, no me duele nada ni tengo nada”, sigue. “Se ve de otra forma la vida, por supuesto, pero tú no te das cuenta, ¿sabes? Vas viviendo y lo vas viendo, y ya está, y no te das cuenta de que [la vida] está cambiando”.
Pero cambia. “Ya no puedes ocuparte de tu casa, de tus cosas”. Desde hace unos años vive con su hermana, para que se hagan compañía, y Estrella pueda cuidarlas a ambas. Sus hijos no residen en Calzada, la mayoría lo hace en Madrid, donde ellas pasaron gran parte de su vida. Milagros ya no cose, y antes sí podía, tanto que tuvo una fábrica de bolsos, primero con sus hermanos y después con su marido, que también trabajó toda su vida para el Ayuntamiento de la capital. Siempre fue muy casera, pero ahora cada vez sale menos. “No puedo andar mucho. El andador está ahí, pero lo uso poco, no me gusta”, se ríe.
Milagros y Petra hablan, aunque tienen que repreguntar muchas veces para escucharse bien. “Tenemos una casa a cinco kilómetros de aquí”, dice la primera. “¿Qué?”, replica Petra. “El cortijo”, sigue Milagros, y añade: “Vamos a comer los domingos muchas veces y es muy agradable”, van cuando los hijos van a visitarlas. Unas flores que ha llevado ese fin de semana Cari, la hija de Milagros, siguen alegrando la estancia, al lado de la tele.
Junto al aparato descansa Los aires difíciles, de Almudena Grandes. A Milagros le encanta esta autora y siempre busca sus obras. Demuestra cómo lee sin gafas. “Mi hijo me saca los libros de la biblioteca. Yo leo mucho, no tengo otra cosa que hacer”. Sus manos algo temblorosas se han llevado hace poco un tazón de café con leche a la boca, justo antes de tomarse sus pastillas. “Tomo para la circulación, pero nada de particular.” Su hermana está algo peor. “Tengo un dolor de cabeza desde que me levanto hasta que me acuesto”, explica Petra, apesadumbrada.
Milagros pedalea en el sillón de su casa de Calzada de Calatrava (Ciudad Real).
Petra, hermana de Milagros, bebe un café. Su lectura más reciente es un libro de Almudena Grandes.
Milagros sigue cuidándose mucho. Por las mañanas, un espejo es su mejor compañero. Se peina, se echa crema en la cara. “Pienso que todas las personas lo hacen”. Ejercita las piernas gracias a una pedalina. Cuenta que las horas pasan lentas. “Es pesadillo”, a veces se aburre. Hasta el mediodía no encienden la tele, y luego Telecinco las acompaña toda la tarde.
A Milagros se le ilumina la cara al recordar su 103 cumpleaños, con toda la familia junta. Cuenta que de la pandemia no se enteró. Enseguida Estrella matiza que su hijo estuvo allí en febrero de 2020, con lo que creían que era un constipado, y que acabó ingresado en el hospital, aunque evolucionó bien. Pese a ello, ninguna se contagió de covid.
Hay cosas que se olvidan. Otras siguen grabadas a fuego. “De la guerra me acuerdo perfectamente. Nosotros vivimos la nuestra, luego la guerra mundial y ahora esta [la de Ucrania], tres guerras nos han tocado”. Petra y ella tuvieron que viajar a Madrid en 1937 en un vagón para ganado, después de que su padre falleciera. Eran nueve hermanos, su madre había muerto embarazada del décimo hijo mucho antes. Cuando las cosas se pusieron mal en Madrid, les tocó volver al pueblo, y luego regresaron a la capital. Allí Milagros fue “señorita de compañía de una marquesa”, sus cuñados se exiliaron a Argelia. Petra rememora con horror la posguerra: “Se pasó muy mal. Yo vi a un chico joven coger una cáscara de plátano que estaba en el suelo y comérsela”. Por ello, porque recuerdan lo que fue aquello, Milagros cree que con la guerra de Ucrania “algo nos tocará”.
Ambas llevan ahora una vida sencilla, apegadas a la familia. Una sobrina de 91 años las llama por teléfono para saludar. Acuerdan que se llamarán luego. Milagros insiste en que ella está estupendamente. “No tengo nada, nada más que años, eso sí. Mientras sean así, buenos…”
Rafaela Tena 101 años.
“Dios me está bendiciendo, no he perdido memoria”
El teléfono suena. Saluda y al poco se la oye decir que muchas gracias y cuenta lo bien que lo pasaron el día anterior, “no faltó nadie”. Al cortar apunta el nombre en un trozo de papel que va quedándose ya sin espacio. La lista de quien la ha felicitado por San Rafael crece aun al día siguiente de la onomástica. Su santo es para ella más importante que el cumpleaños, y este año Rafaela Tena Antón lo ha celebrado por primera vez desde la pandemia. No fue en un bar, como solía ser, pero la familia se dividió en dos tandas para acompañar a Tati, como la llaman todos después de que “un sobrinillo que no sabía decir Rafi” la bautizara así. Compartió casa toda la vida con dos hermanas y las conocían como las tres tías o las tres titas. Las consentidoras. “Ahora solo quedo yo”. La última tía de “más de 60 sobrinos”. A los 10 hijos de sus hermanos se suman a su vez los hijos de estos y sus nietos. “Requetesobrinos”, ríe ella.
Su casa, en Córdoba, da fe de que los une una relación especial, decenas de fotos lo atestiguan. Su rincón favorito está ocupado por tres sillones de orejas alrededor de una mesa camilla. Rafaela se sienta en el centro, con una blusa blanca con el cuello bordado, resplandeciente. Allí se pasa los días, junto a una bendición del papa Francisco por sus 100 años colgada en la pared. La luz que entra por la ventana inunda la estancia y un andador vigila aparcado a un lado, dispuesto a prestar servicio. Es mucho más de lo que esperaba el doctor hace años, cuando se rompió la cadera y le advirtió de que no volvería a andar. ¡Ja! Menuda es ella. Hasta hace unos meses daba sin ayuda un paseo hasta la plaza de las Tendillas. Pero este verano empezó a sentirse muy cansada y fue al médico. “Me hicieron cuatro electros y tenía el corazón dislocado, me ingresaron y ahí cogí este catarro”, explica señalando unos aerosoles sobre la mesa, al lado de unos nardos. Le encantan las flores. “Hasta los cien llegué muy bien, pero los 101 me sentaron muy mal”. Ahora los pasos son cortos. Pero el paseo diario no falla, aunque vaya sentada en vez de andando y algún familiar o María, la cuidadora que vive con ella desde hace unos meses, empuje la silla de ruedas.
Nunca imaginó que iba a ir ya camino de los 102, aunque su hermana María “murió con ciento y medio”. Marta, una sobrina nieta, explica que una de sus frases es: “Ay, si yo tuviera 20 años menos”. ¡Ay, si tuviera 81! “Yo cavaba la tierra en la casa que tenemos en la aldea”, apostilla Rafaela. “Para mí todas las edades han sido como 20″. Hace apenas unos años iba a comer churros “todos los días”. “Luego me tomaba un vaso de agua con limón para que rebajara, y ya no cenaba”. Ahora va de cuando en cuando. “El año pasado tardé y me dijeron: ‘Ah, ¿pero no se ha muerto usted?’ No, todavía estoy viva”, vuelve a reír al recordarlo. “Menos trabajar hago de todo, y ya he trabajado bastante”. Su primer sueldo fueron 116 pesetas, como auxiliar de secretaría. La jubilación queda ya muy atrás.
Rafaela y su sobrina nieta Marta recorren el centro de Córdoba en su paseo matutino.
Rafaela atiende las llamadas de los familiares que la felicitan por su santo.
Rafaela y su sobrina nieta Marta almuerzan en el salón de casa.
Rafaela, oliendo unas flores recién compradas para el salón de su casa. (fotos en el original)
“Dios me está bendiciendo por todos lados. No he perdido la memoria”. Todos los días le da gracias. “Por las mañanas rezo el rosario mientras estoy desayunando, oigo la misa, me doy un paseíto y leo los evangelios”. Después almuerza, con una pequeña copa de vino. “Me duermo la siesta en la hamaca [una butaca que trajo del pueblo y también tiene en el salón] y por la tarde veo una novelilla”. Lo peor son las noches. “Duermo muy poco, dos horas y media y nada más. Me tomo una pastilla para dormir”. Dice que ella es “muy dura”: “Aguanto y aguanto y aguanto, y cuando viene María [por las mañanas] parece que viene Dios. Ya me pone bien puesta, me sube un poquito para arriba, porque claro, como estoy tendida, me escurro. Le digo que me dé un masaje en el pie, que me duele horrores… A mí la cama se me hace interminable. Estoy deseando levantarme”.
Ahí vuelve toda su energía. Dice que algunas veces cierra los ojos y empieza a recordar. “Fulanito se fue, y el otro se fue, y el otro, y yo, que no hago nada en este mundo, todavía estoy aquí”. Rafaela afirma que sufría más cuando se moría alguien que si lo hubiera hecho ella misma. A su padre, un hermano y el marido de su hermana los mataron durante la guerra unos milicianos del bando republicano. “Mi padre nos hacía una foto todos los años. Como nos echaron de la casa [durante la guerra], rescatamos solo una [imagen]”, dice mientras la enseña. “Aquí estamos la familia entera”. Sus padres y los ocho hijos.
Con todo, se queda con lo bonita que ha sido su vida. “[Ha sido] muy mala, muy mala, pero muy bonita también”. Prefiere recordar lo bueno, cuando se disfrazaba de fantasma y asustaba a los sobrinos pequeños, cuando su hermana aprendió a conducir ya con 70 y se iban de vacaciones, el viaje a México cuando rozaba los 80. Pero sobre todo, su Calleja de las Flores. Esta turística calle de Córdoba fue su hogar desde 1945 hasta hará unos 12 años. “Aquí no había flores, las empezó a poner mi madre con un vecino, que trabajaba en el Ayuntamiento. Estaba preciosa”. Su casa era “la más bonita de la calle”, presume mientras la enseña. En ese momento irrumpe un grupo de turistas. “Aquí teníamos dos hortensias”, señala. “Y los arcos estaban llenos de flores”. Le pide a su sobrina nieta un esqueje y ella responde: “Tati, a ver si nos van a reñir”. Ella replica: “Yo les digo que es mi casa”.
https://elpais.com/sociedad/2022-12-04/llegar-a-los-100-anos-y-contarlo.html
lunes, 6 de febrero de 2023
La ceguera de los empresarios que tanto daño hace a los españoles
Unas recientes declaraciones del dueño de Mercadona, Juan Roig, diciendo que los empresarios son los que crean la riqueza, muestran el desconocimiento que gran parte de la clase empresarial española tiene sobre cómo funcionan realmente la economía y sus propias empresas.
Las declaraciones son desafortunadas porque es sencillamente falso que el empresario, el dueño o el directivo de una empresa, sea por sí solo quien crea riqueza.
No podría crear ni un solo producto y, por tanto, obtener un euro de ingreso sin utilizar capital producido por otras sujetos; sin infraestructuras generalmente de construcción pública o sin bienes públicos que obligadamente debe proveer el Estado porque no puede hacerlo el mercado; sin beneficiarse del conocimiento que durante décadas han generado y acumulado otras personas; sin la investigación básica que casi nunca es rentable por sí misma y debe financiar el gobierno; sin personal más o menos cualificado empleado a su servicio; sin sistema de educación o de salus; sin clientela que disponga de ingresos, generalmente proveniente de otras actividades no necesariamente generadas por la empresa privada; sin normas legales e instituciones que lo protejan a él y a los negocios que lleva a cabo; sin impuestos, sí, sin impuestos, para que pueda financiarse el capital y el gasto público del que cualquier empresa privada, sin excepción posible, se beneficia en mayor o menor medida. La empresa, cualquier de ellas, es un sistema complejo con diferentes subsistemas o partes y no puede funcionar sin el funcionamiento interactivo de todos ellos. El empresario o el directivo es nada por sí solo: no puede crear nada sin todo ello.
Cuando un empresario dice cosas como las que acaba de decir el Sr. Roig, por lo demás un empresario de éxito que efectivamente ha creado mucha riqueza y no precisamente el que peor trata a sus empleados en España, se está manifestando la enorme ceguera con la que actúa el empresariado español. La peor de las cegueras, la que afecta, como decía José Saramago, a quienes viendo no ven, la que hace que no reconozcamos lo que tenemos delante.
Gran parte de los empresarios españoles, o al menos los dirigentes de la gran patronal que los representa, muestran también una gran ceguera cuando confunden constantemente el todo con la parte.
Una de las primeras lecciones que contiene el manual del economía más vendido de la historia, el del economista más reconocido de la segunda mitad del siglo XX, Paul A. Samuelson, es que no se debe caer en la falacia de la composición. Esta consiste en no entender que lo que es bueno o malo para un sujeto no necesariamente es bueno o malo para todos.
Cayendo desgraciadamente en esa falacia básica, los empresarios. confunden el coste salarial, cuya subida puede ser negativa para algunas empresas, con el salario como componente de la demanda que, cuando sube, incrementa los ingresos de todas las empresas en su conjunto. Así, oponiéndose a que aumente la masa salarial creyendo que se defienden, son los propios empresarios los que mantienen en el mercado a las empresas más ineficientes y recortan sus propios ingresos por ventas.
Y están ciegos los empresarios que creen que los enemigos de las empresas son los trabajadores o el gobierno cuando, en realidad, son otras empresas -las financieras y las que tienen poder de mercado- las que ahogan a la inmensa mayoría. Basta saber la deuda inmensa de miles de millones de euros que las grandes empresas del IBEX-35 tienen con las más pequeñas y medianas o el trato que reciben estas últimas cuando actúan como proveedores de las grandes (algo de lo que, por cierto, sabe y podría hablar mucho el dueño de Mercadona) para comprobarlo.
La ceguera empresarial es terrible para la economía porque las empresas son -solo un ignorante puede negarlo- una pieza esencial para crear riqueza y bienestar.
Su consecuencia, o la de que los empresarios se engañen a sí mismos, es que desprecian a todo aquello que justamente precisan para que sus empresas salgan adelante. Y esa y no otra es la razón de que tantas grandes empresas españolas hayan sido tradicionalmente tan ineficientes y un lastre para nuestra economía, más que un motor decisivo y potente, como sería de desear y necesario.
Es lamentable y tremendo observar a empresarios oponerse a que suba un salario mínimo que, prácticamente en su totalidad, se convierte automáticamente en ventas e ingresos empresariales; verlos combatir las políticas del gobierno que sostienen la demanda y proporcionan los bienes públicos que las empresas necesitan inevitablemente para funcionar; reclamar recortes de gasto público que inmediatamente que se produce se transforma en ingreso del sector privado; oírlos criticar los impuestos que financian lo que sus empresas necesitan y no podrían sufragar nunca por sí mismas; contemplar a miles de ellas sometidas en silencio ante el poder de las más grandes e irresponsables, tan contrario a la ineficiencia y a las leyes que deben regir el funcionamiento de los mercados, que agobia y arruina a miles de empresarios, algunos con menos ingresos que sus propios empleados.
Cuando los empresarios se convierten en rentistas y en extractores de riqueza que generan otros en lugar de impulsores de la eficiencia, la competencia y la innovación se convierten en un lastre para la economía y el bienestar. No crean riqueza sino que la destruyen.
https://juantorreslopez.com/la-ceguera-de-los-empresarios-que-tanto-dano-hace-a-los-espanoles/
Las declaraciones son desafortunadas porque es sencillamente falso que el empresario, el dueño o el directivo de una empresa, sea por sí solo quien crea riqueza.
No podría crear ni un solo producto y, por tanto, obtener un euro de ingreso sin utilizar capital producido por otras sujetos; sin infraestructuras generalmente de construcción pública o sin bienes públicos que obligadamente debe proveer el Estado porque no puede hacerlo el mercado; sin beneficiarse del conocimiento que durante décadas han generado y acumulado otras personas; sin la investigación básica que casi nunca es rentable por sí misma y debe financiar el gobierno; sin personal más o menos cualificado empleado a su servicio; sin sistema de educación o de salus; sin clientela que disponga de ingresos, generalmente proveniente de otras actividades no necesariamente generadas por la empresa privada; sin normas legales e instituciones que lo protejan a él y a los negocios que lleva a cabo; sin impuestos, sí, sin impuestos, para que pueda financiarse el capital y el gasto público del que cualquier empresa privada, sin excepción posible, se beneficia en mayor o menor medida. La empresa, cualquier de ellas, es un sistema complejo con diferentes subsistemas o partes y no puede funcionar sin el funcionamiento interactivo de todos ellos. El empresario o el directivo es nada por sí solo: no puede crear nada sin todo ello.
Cuando un empresario dice cosas como las que acaba de decir el Sr. Roig, por lo demás un empresario de éxito que efectivamente ha creado mucha riqueza y no precisamente el que peor trata a sus empleados en España, se está manifestando la enorme ceguera con la que actúa el empresariado español. La peor de las cegueras, la que afecta, como decía José Saramago, a quienes viendo no ven, la que hace que no reconozcamos lo que tenemos delante.
Gran parte de los empresarios españoles, o al menos los dirigentes de la gran patronal que los representa, muestran también una gran ceguera cuando confunden constantemente el todo con la parte.
Una de las primeras lecciones que contiene el manual del economía más vendido de la historia, el del economista más reconocido de la segunda mitad del siglo XX, Paul A. Samuelson, es que no se debe caer en la falacia de la composición. Esta consiste en no entender que lo que es bueno o malo para un sujeto no necesariamente es bueno o malo para todos.
Cayendo desgraciadamente en esa falacia básica, los empresarios. confunden el coste salarial, cuya subida puede ser negativa para algunas empresas, con el salario como componente de la demanda que, cuando sube, incrementa los ingresos de todas las empresas en su conjunto. Así, oponiéndose a que aumente la masa salarial creyendo que se defienden, son los propios empresarios los que mantienen en el mercado a las empresas más ineficientes y recortan sus propios ingresos por ventas.
Y están ciegos los empresarios que creen que los enemigos de las empresas son los trabajadores o el gobierno cuando, en realidad, son otras empresas -las financieras y las que tienen poder de mercado- las que ahogan a la inmensa mayoría. Basta saber la deuda inmensa de miles de millones de euros que las grandes empresas del IBEX-35 tienen con las más pequeñas y medianas o el trato que reciben estas últimas cuando actúan como proveedores de las grandes (algo de lo que, por cierto, sabe y podría hablar mucho el dueño de Mercadona) para comprobarlo.
La ceguera empresarial es terrible para la economía porque las empresas son -solo un ignorante puede negarlo- una pieza esencial para crear riqueza y bienestar.
Su consecuencia, o la de que los empresarios se engañen a sí mismos, es que desprecian a todo aquello que justamente precisan para que sus empresas salgan adelante. Y esa y no otra es la razón de que tantas grandes empresas españolas hayan sido tradicionalmente tan ineficientes y un lastre para nuestra economía, más que un motor decisivo y potente, como sería de desear y necesario.
Es lamentable y tremendo observar a empresarios oponerse a que suba un salario mínimo que, prácticamente en su totalidad, se convierte automáticamente en ventas e ingresos empresariales; verlos combatir las políticas del gobierno que sostienen la demanda y proporcionan los bienes públicos que las empresas necesitan inevitablemente para funcionar; reclamar recortes de gasto público que inmediatamente que se produce se transforma en ingreso del sector privado; oírlos criticar los impuestos que financian lo que sus empresas necesitan y no podrían sufragar nunca por sí mismas; contemplar a miles de ellas sometidas en silencio ante el poder de las más grandes e irresponsables, tan contrario a la ineficiencia y a las leyes que deben regir el funcionamiento de los mercados, que agobia y arruina a miles de empresarios, algunos con menos ingresos que sus propios empleados.
Cuando los empresarios se convierten en rentistas y en extractores de riqueza que generan otros en lugar de impulsores de la eficiencia, la competencia y la innovación se convierten en un lastre para la economía y el bienestar. No crean riqueza sino que la destruyen.
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Los jesuitas batallan por recaudar fondos para expiar su participación en la esclavitud en EE. UU.
La orden católica hizo un fideicomiso para expiar su historia de esclavizar a personas negras. Pero los descendientes frustrados le dicen a Roma que la orden “no cumple en los hechos”.
“Se ha hecho evidente para todos los que ven más allá de las palabras que los jesuitas no cumplen lo que dicen”, escribió Joseph M. Stewart, presidente de la Fundación de la Verdad y la Reconciliación de los Descendientes, en su carta al padre superior general de los jesuitas.Credit...Saul Martinez para The New York Times
Por Rachel L. Swarns
El año pasado, una orden católica importante prometió juntar 100 millones de dólares para expiar su participación en el tráfico de esclavos en Estados Unidos. En ese momento, historiadores y líderes de la Iglesia dijeron que sería el esfuerzo más grande por parte de la Iglesia católica romana para redimirse por la compra, venta y esclavitud de personas negras en Estados Unidos.
El Times Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox. Pero ya pasaron 16 meses y el dinero llega a cuentagotas.
El padre jesuita que está a cargo de la labor de recaudación dijo que su esperanza era que, para estas fechas, su orden ya hubiera garantizado varias donaciones multimillonarias, además de una inversión inicial de 15 millones de dólares de parte de la orden misma. Pero solo han llegado unos 180.000 dólares en donaciones pequeñas al fideicomiso que los jesuitas crearon con un grupo de descendientes cuyos ancestros fueron esclavizados por sacerdotes católicos.
Alarmado por el ritmo tan lento de la recaudación, el líder del grupo de descendientes que se asoció con los jesuitas escribió a Roma a inicios de este mes para pedirle al líder global de la congregación que se responsabilice por el cumplimiento de la promesa de los sacerdotes estadounidenses.
El año pasado, los jesuitas estadounidenses, quienes durante más de un siglo dependieron del trabajo y la venta de esclavos, contemplaron planes para vender todas las tierras que tenían, las mismas que en su momento albergaron plantaciones en Maryland, indicaron los sacerdotes. Estos hablaron sobre hacer una transferencia al fideicomiso del dinero obtenido por la venta previa de una plantación de 57 millones de dólares. El dinero del fideicomiso se destinará a una fundación que financiará programas que beneficien a los descendientes, incluyendo becas y fondos para emergencias, además de promover proyectos de reconciliación racial.
Pero el resto de las tierras aún no se ha vendido, y los ingresos de las ventas anteriores de terrenos no se han transferido al fideicomiso, según relatan los funcionarios jesuitas y los descendientes.
“Se ha hecho evidente para todos los que ven más allá de las palabras que los jesuitas no cumplen lo que dicen”, escribió Joseph M. Stewart, presidente de la Fundación de la Verdad y la Reconciliación de los Descendientes, en su carta al padre Arturo Sosa, superior general de los jesuitas. “La conclusión es que, sin su intervención, esta colaboración parece destinada al fracaso”.
En su carta, Stewart advirtió que los “reacios” dentro de la orden mantenían la postura de que “ellos nunca esclavizaron a nadie y, por tanto, no le ‘deben’ nada a nadie”.
En una entrevista, Stewart dijo que creía que la jerarquía de los jesuitas seguía comprometida con la colaboración, y describió las reuniones y conversaciones en curso. La cuestión, aclaró, era que la comunidad de descendientes necesitaba que los sacerdotes hicieran algo más que hablar.
En su carta, pedía a Sosa que se asegurara de que los jesuitas estadounidenses completaran la venta de los terrenos y la transferencia de los activos para finales de este año, y que consiguieran los 100 millones de dólares prometidos para el próximo año. También pidió a la orden que depositara un total de 1000 millones de dólares en el fideicomiso para 2029.
Los descendientes ya les han pedido a los jesuitas que recauden 1000 millones de dólares para su fundación. Los jesuitas sostienen que apoyan esa cifra como un objetivo a largo plazo, pero no se han comprometido con una fecha límite.
A través de un portavoz, Sosa se negó a comentar sobre la misiva.
“Los exhortamos a ser más diligentes”, dijo Stewart, un ejecutivo corporativo jubilado cuyos antepasados fueron vendidos por los jesuitas en 1838 para salvar a la Universidad de Georgetown de la ruina financiera, según muestran los archivos de los jesuitas. “¿Cuánto tiempo toma hacer esto si se está comprometido con ello?”.
“Esperaba haber avanzado más”, dijo Timothy P. Kesicki, quien ayudó a negociar el acuerdo inicial entre los jesuitas y el grupo de descendientes.Credit...Michael A. McCoy para The New York Times
En una declaración publicada el lunes, Brian G. Paulson, reverendo y presidente de la Conferencia Jesuita de Canadá y Estados Unidos, junto con los principales líderes jesuitas del país, dijo que seguían “profundamente dedicados a nuestra asociación histórica con la comunidad de descendientes y a trabajar juntos por la reconciliación racial y la sanación en este país”.
“Compartimos la preocupación de Joseph Stewart y otros líderes descendientes en relación con el ritmo de nuestros esfuerzos para recaudar fondos”, dijeron Paulson y los líderes provinciales, y añadieron: “Seguimos trabajando con nuestros aliados de la red para conseguir los recursos”.
Los jesuitas que negocian con el grupo de descendientes sobre las tierras que pertenecían a una antigua plantación dijeron que habían contratado a dos empresas externas para facilitar la venta de las tierras restantes y que estaban sosteniendo “conversaciones” en torno a los 57 millones de dólares resultantes del terreno vendido y cómo una parte de esos ingresos podría destinarse al fideicomiso de los descendientes.
Los jesuitas anunciaron su compromiso de 100 millones de dólares en marzo de 2021, como parte de sus esfuerzos para enmendar su historial de beneficio de la esclavitud. La orden dependía de las plantaciones y la mano de obra esclava para sostener al clero y ayudar a financiar la construcción y el funcionamiento cotidiano de las iglesias y escuelas, incluida Georgetown, la primera institución católica de enseñanza superior en Estados Unidos.
En el momento del anuncio, dijeron que ya habían depositado 15 millones de dólares en el fideicomiso de los descendientes. También habían contratado a una empresa de recaudación de fondos, con el objetivo de reunir el resto de los 100 millones de dólares en un periodo de tres a cinco años. La colaboración surgió después de que un grupo de descendientes presionara para negociar, tras enterarse por artículos de The New York Times de que los jesuitas habían vendido a sus antepasados para salvar Georgetown.
Timothy P. Kesicki, reverendo y expresidente de la conferencia de los jesuitas que ayudó a negociar ese acuerdo inicial entre los jesuitas y el grupo de descendientes, dijo en una entrevista que comprendía sus frustraciones.
“Esperaba haber avanzado más”, dijo Kesicki, quien añadió que esperaba que los jesuitas hubieran conseguido ya un tercio de los 100 millones de dólares prometidos para el fideicomiso, incluso la inversión inicial de 15 millones de dólares de la orden.
Kesicki, quien ahora preside el fideicomiso, y otras personas familiarizadas con los esfuerzos de los jesuitas, señalaron una serie de desafíos, por ejemplo, la estructura organizativa de la orden, que requiere la aprobación de múltiples personas para decisiones importantes, y la complejidad de los acuerdos de tierras.
Además, explicó Kesicki, desarrollar una campaña importante de recaudación de fondos lleva tiempo.
“Pero tenemos que mostrar más crecimiento”, admitió, “y eso es un reto y una presión que llevo cada día”.
Rachel L. Swarns es periodista y autora que cubre cuestiones de raza y de las relaciones raciales como escritora colaboradora de The New York Times. Sus artículos sobre las raíces de la esclavitud en la Universidad de Georgetown desencadenaron una conversación en Estados Unidos sobre las universidades y sus vínculos con este doloroso periodo de la historia. @rachelswarns • Facebook
https://www.nytimes.com/es/2022/08/18/espanol/jesuitas-esclavitud.html?action=click&module=RelatedLinks&pgtype=Article
“Se ha hecho evidente para todos los que ven más allá de las palabras que los jesuitas no cumplen lo que dicen”, escribió Joseph M. Stewart, presidente de la Fundación de la Verdad y la Reconciliación de los Descendientes, en su carta al padre superior general de los jesuitas.Credit...Saul Martinez para The New York Times
Por Rachel L. Swarns
El año pasado, una orden católica importante prometió juntar 100 millones de dólares para expiar su participación en el tráfico de esclavos en Estados Unidos. En ese momento, historiadores y líderes de la Iglesia dijeron que sería el esfuerzo más grande por parte de la Iglesia católica romana para redimirse por la compra, venta y esclavitud de personas negras en Estados Unidos.
El Times Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox. Pero ya pasaron 16 meses y el dinero llega a cuentagotas.
El padre jesuita que está a cargo de la labor de recaudación dijo que su esperanza era que, para estas fechas, su orden ya hubiera garantizado varias donaciones multimillonarias, además de una inversión inicial de 15 millones de dólares de parte de la orden misma. Pero solo han llegado unos 180.000 dólares en donaciones pequeñas al fideicomiso que los jesuitas crearon con un grupo de descendientes cuyos ancestros fueron esclavizados por sacerdotes católicos.
Alarmado por el ritmo tan lento de la recaudación, el líder del grupo de descendientes que se asoció con los jesuitas escribió a Roma a inicios de este mes para pedirle al líder global de la congregación que se responsabilice por el cumplimiento de la promesa de los sacerdotes estadounidenses.
El año pasado, los jesuitas estadounidenses, quienes durante más de un siglo dependieron del trabajo y la venta de esclavos, contemplaron planes para vender todas las tierras que tenían, las mismas que en su momento albergaron plantaciones en Maryland, indicaron los sacerdotes. Estos hablaron sobre hacer una transferencia al fideicomiso del dinero obtenido por la venta previa de una plantación de 57 millones de dólares. El dinero del fideicomiso se destinará a una fundación que financiará programas que beneficien a los descendientes, incluyendo becas y fondos para emergencias, además de promover proyectos de reconciliación racial.
Pero el resto de las tierras aún no se ha vendido, y los ingresos de las ventas anteriores de terrenos no se han transferido al fideicomiso, según relatan los funcionarios jesuitas y los descendientes.
“Se ha hecho evidente para todos los que ven más allá de las palabras que los jesuitas no cumplen lo que dicen”, escribió Joseph M. Stewart, presidente de la Fundación de la Verdad y la Reconciliación de los Descendientes, en su carta al padre Arturo Sosa, superior general de los jesuitas. “La conclusión es que, sin su intervención, esta colaboración parece destinada al fracaso”.
En su carta, Stewart advirtió que los “reacios” dentro de la orden mantenían la postura de que “ellos nunca esclavizaron a nadie y, por tanto, no le ‘deben’ nada a nadie”.
En una entrevista, Stewart dijo que creía que la jerarquía de los jesuitas seguía comprometida con la colaboración, y describió las reuniones y conversaciones en curso. La cuestión, aclaró, era que la comunidad de descendientes necesitaba que los sacerdotes hicieran algo más que hablar.
En su carta, pedía a Sosa que se asegurara de que los jesuitas estadounidenses completaran la venta de los terrenos y la transferencia de los activos para finales de este año, y que consiguieran los 100 millones de dólares prometidos para el próximo año. También pidió a la orden que depositara un total de 1000 millones de dólares en el fideicomiso para 2029.
Los descendientes ya les han pedido a los jesuitas que recauden 1000 millones de dólares para su fundación. Los jesuitas sostienen que apoyan esa cifra como un objetivo a largo plazo, pero no se han comprometido con una fecha límite.
A través de un portavoz, Sosa se negó a comentar sobre la misiva.
“Los exhortamos a ser más diligentes”, dijo Stewart, un ejecutivo corporativo jubilado cuyos antepasados fueron vendidos por los jesuitas en 1838 para salvar a la Universidad de Georgetown de la ruina financiera, según muestran los archivos de los jesuitas. “¿Cuánto tiempo toma hacer esto si se está comprometido con ello?”.
“Esperaba haber avanzado más”, dijo Timothy P. Kesicki, quien ayudó a negociar el acuerdo inicial entre los jesuitas y el grupo de descendientes.Credit...Michael A. McCoy para The New York Times
En una declaración publicada el lunes, Brian G. Paulson, reverendo y presidente de la Conferencia Jesuita de Canadá y Estados Unidos, junto con los principales líderes jesuitas del país, dijo que seguían “profundamente dedicados a nuestra asociación histórica con la comunidad de descendientes y a trabajar juntos por la reconciliación racial y la sanación en este país”.
“Compartimos la preocupación de Joseph Stewart y otros líderes descendientes en relación con el ritmo de nuestros esfuerzos para recaudar fondos”, dijeron Paulson y los líderes provinciales, y añadieron: “Seguimos trabajando con nuestros aliados de la red para conseguir los recursos”.
Los jesuitas que negocian con el grupo de descendientes sobre las tierras que pertenecían a una antigua plantación dijeron que habían contratado a dos empresas externas para facilitar la venta de las tierras restantes y que estaban sosteniendo “conversaciones” en torno a los 57 millones de dólares resultantes del terreno vendido y cómo una parte de esos ingresos podría destinarse al fideicomiso de los descendientes.
Los jesuitas anunciaron su compromiso de 100 millones de dólares en marzo de 2021, como parte de sus esfuerzos para enmendar su historial de beneficio de la esclavitud. La orden dependía de las plantaciones y la mano de obra esclava para sostener al clero y ayudar a financiar la construcción y el funcionamiento cotidiano de las iglesias y escuelas, incluida Georgetown, la primera institución católica de enseñanza superior en Estados Unidos.
En el momento del anuncio, dijeron que ya habían depositado 15 millones de dólares en el fideicomiso de los descendientes. También habían contratado a una empresa de recaudación de fondos, con el objetivo de reunir el resto de los 100 millones de dólares en un periodo de tres a cinco años. La colaboración surgió después de que un grupo de descendientes presionara para negociar, tras enterarse por artículos de The New York Times de que los jesuitas habían vendido a sus antepasados para salvar Georgetown.
Timothy P. Kesicki, reverendo y expresidente de la conferencia de los jesuitas que ayudó a negociar ese acuerdo inicial entre los jesuitas y el grupo de descendientes, dijo en una entrevista que comprendía sus frustraciones.
“Esperaba haber avanzado más”, dijo Kesicki, quien añadió que esperaba que los jesuitas hubieran conseguido ya un tercio de los 100 millones de dólares prometidos para el fideicomiso, incluso la inversión inicial de 15 millones de dólares de la orden.
Kesicki, quien ahora preside el fideicomiso, y otras personas familiarizadas con los esfuerzos de los jesuitas, señalaron una serie de desafíos, por ejemplo, la estructura organizativa de la orden, que requiere la aprobación de múltiples personas para decisiones importantes, y la complejidad de los acuerdos de tierras.
Además, explicó Kesicki, desarrollar una campaña importante de recaudación de fondos lleva tiempo.
“Pero tenemos que mostrar más crecimiento”, admitió, “y eso es un reto y una presión que llevo cada día”.
Rachel L. Swarns es periodista y autora que cubre cuestiones de raza y de las relaciones raciales como escritora colaboradora de The New York Times. Sus artículos sobre las raíces de la esclavitud en la Universidad de Georgetown desencadenaron una conversación en Estados Unidos sobre las universidades y sus vínculos con este doloroso periodo de la historia. @rachelswarns • Facebook
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