Ante el deceso de Günter Grass (escultor, poeta, ensayista, dibujante, dramaturgo, narrador) el pasado 13 de abril, la “excusa” es buena –ya que la noticia mala– para (re)visitarlo o conocerlo. Sólido escritor, novelista de peso, ganador de los premios Nobel de literatura y Príncipe de Asturias de las Letras, autonominado “discípulo” de Alfred Döblin, con más de 30 títulos publicados, Grass es parte de la gran literatura europea del siglo XX que integran otros grandes como Hermann Hesse, Thomas Mann, Hermann Broch y Thomas Bernhard. Surgido de las cruentas experiencias del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, nacido en 1927 (en Danzig, actual Gdansk), Grass enfrentó nada menos que aquella famosa sentencia de Theodor Adorno, dura, pesimista, que hablaba de la imposibilidad de la poesía tras la inmensa muerte, producida a gran escala, industrialmente, perpetrada en Auschwitz y el sistema de campos.
Grass de joven estudió escultura y dibujo, e integró el Grupo 47, un colectivo de escritores que buscaba irrumpir en la (bucólica) situación cultural alemana, hija de la derrota en la guerra (la pax de los cementerios), el lastre de la ignominia moral (mundial) de haber “generado” a Hitler y al fascismo, y las tendencias autoritarias y moralistas en la República Federal de Alemania, emanadas del gobierno de Konrad Adenauer. Como explicó Grass en una entrevista publicada en 2010 en Der Spiegel: “El idioma alemán había sido dañado durante el período nazi. Pero nosotros, los autores jóvenes –incluyendo Martin Walser y Hans Magnus Enzensberger– no queríamos sentirnos constreñidos y nos negábamos a condenar el lenguaje. Como resultado, mi estilo rebosaba de la intención de querer desplegar todo lo que el lenguaje tenía para ofrecer”. Las vivencias bajo el nazismo y la guerra estarán presentes en toda la producción del artista, desde su primera novela especialmente, El tambor de hojalata, publicada en 1959 (luego llevada al cine y ganadora del Oscar a la mejor película –y también llevada a los tribunales, acusada de “pornógrafa” y “blasfema”–). Y, entre las siguientes, se destacan las dos más importantes y conocidas obras de los 70 y 80: El rodaballo y La ratesa (“novelas épicas”, en palabras del propio autor).
Grass combina sutil y agudamente –y al mismo tiempo con esa “exuberancia” o “abundancia” de lenguaje– experiencias de la historia con el día a día, con la vida cotidiana de sus personajes (en sus “modos” y mentalidades), logrando obras a un tiempo sensibles y asombrosas. Ahí está por ejemplo Mi siglo (1999), colección de pequeñas “viñetas literarias”, una por cada año del siglo XX (recordar por ejemplo “1908”, con el niño sobre los hombros de su padre ante un discurso de Liebknecht). Junto a esto, la fábula, la alegoría y el recurso a “lo fantástico” en varios de sus libros (a la manera de Rabelais, de los hermanos Grimm y otros) no le quitan rigor sino que suman creatividad a esta narrativa que tiene su núcleo viviente en los grandes dramas históricos. Por todo esto, por ser una voz original y potente, y por la temática específica que trató, terminó ocupando un lugar (entre la llamada opinión pública) donde, además de su arte, su “conciencia moral” o “ética” jugaba un rol, tenía un peso (de época), como tantos otros escritores y/o filósofos a lo largo del siglo XX, desde Sartre y Camus a Saramago; desde García Márquez y Juan Gelman al fallecido el mismo día que Grass, Eduardo Galeano. En la tradición de lo que se conoció como “intelectual comprometido”, Grass fue militante afiliado (del Partido Socialdemócrata) mucho tiempo, dio discursos y debates, escribió y habló para la prensa y demás medios, y articuló diversas relaciones con el mundo de la política y los sindicatos.
Pero a todo esto hay que sumar otra dimensión de su obra: la abiertamente autobiográfica. Desde Pelando la cebolla (2006) a los siguientes títulos (La caja de los deseos, De Alemania a Alemania –sus diarios sobre el proceso de reunificación del este y oeste germanos en 1990– y el tomo sobre los hermanos Grimm, todavía inédito en castellano), el escritor repasa su vida, volviendo a la experiencia de la regimentación nazi. Desde que se publicó Pelando la cebolla, con la narración detallada de cómo el autor fue parte, en su infancia y juventud (desde los 11 años), del sistema de reclutamiento de las Juventudes Hitleristas, que luego lo llevaría a integrar las Waffen-SS hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, la polémica se transformó en una acusación de ocultamiento (hubo incluso quienes pidieron que se le retirara el premio Nobel), agravada por una (supuesta) hipocresía de haber sido (casi) lo mismo que otros políticos y personajes públicos, que fueron objeto de crítica y condena por Grass: un exmilitante nazi. Aunque no es cierto tal “ocultamiento” (varias veces el escritor admitió o comentó sus vivencias de adolescente –esto está publicado en revistas e incluso en las solapas de sus libros; ver la primera edición de La ratesa, Madrid, Alfaguara, 1988, por ejemplo–), Grass no entró en combate, terminó huyendo –y compartió un momento con otro recluta, un tal Joseph Ratzinger– y, siendo herido, terminó prisionero del Ejército norteamericano. Luego trabajador minero por un tiempo, Grass con su primer libro demostró preocupación por resituarse y mostrar ese pasado reciente silencioso (silenciado por vergüenza, social y masivamente); a fin de cuentas, Óskar Matzerath, el protagonista de El tambor de hojalata, aunque fue inspirado por un niño que Grass vio a comienzos de los ‘50, alegre con su juguete, es él mismo: la mezcla de fantasía y violencia, de niñez y manu militari, el redoble del tambor como un constante llamado de atención (y alusión) al régimen del Tercer Reich; esa historia que se cuenta (además de los gritos destructores de vidrios de este singular niño que no quiso crecer más, en una sutil referencia a la tristemente célebre “noche de los cristales rotos”) es parte de ese temprano proceso de catarsis del artista, con ese batir el parche ante las atrocidades del régimen nazi. (Otra cuestión es la ligada a la “elaboración” personal, a lo largo del tiempo, de su propia individualidad como parte integrante del sistema nazi –y su tardío relato autobiográfico–, en donde no tuvo sin embargo ninguna responsabilidad, ni política ni efectiva, por muerte alguna.) Esa “mancha”, esa experiencia juvenil (al parecer no muy entusiasta ni convencida), de la que él mismo dijo ser luego plenamente consciente, no empaña ni anula –ni en parte ni en todo, a juicio de quien escribe– el conjunto de su obra, ni sus compromisos con los problemas de su época.
Grass, tras el episodio de 1953, el levantamiento popular y la oleada de huelgas de los obreros berlineses (orientales) contra la burocracia estalinista –un potencial peligro de “revolución política”– terminaría respondiendo críticamente a la pasiva actitud de Bertolt Brecht ante esos hechos con su obra dramática Los plebeyos ensayan la rebelión, escrita en 1964. Siendo un socialista moderado (del SPD, el Partido Socialdemócrata), Grass nunca ahorró críticas, incluso dentro del propio partido del que formaba parte (aunque devolvió el carnet a comienzos de los ‘90), y se pronunció ante cada coyuntura histórica o hecho relevante de la política mundial: desde la “reunificación alemana” (a la que él se opuso y fue crítico, viendo en la restauración capitalista un futuro ciclo de neoliberalismo y pobreza para el Este) y la guerra en Yugoslavia (donde tuvo una posición errada, avalando la acción de la OTAN y el Vaticano), pasando por la guerra de Irak y Afganistán y la política de Bush y Cía. (criticadas), la situación de los inmigrantes encarcelados y deportados en Alemania, hasta el penoso papel de Angela Merkel ante el affaire de escuchas y espionaje y la crisis económica internacional (¡Grecia!). Entre sus últimos planteos y preocupaciones el que más trascendió fue uno en 2012, cuando se publicó (y tradujo de inmediato para todo el mundo –aunque en Argentina extrañamente, o tal vez no tanto, no se le prestó la menor atención a la polémica–) el poema en prosa “Lo que debe ser dicho”. Allí criticaba al Estado de Israel, por su violencia y militarismo, y alertaba del peligro nuclear que representaba (y representa).
Las preocupaciones de Grass consistieron en defender la tradición y recuperar la historia; los trabajadores y sus organizaciones sindicales, sus grandes referentes (Bebel, Liebknecht) fueron siempre tratados. Hizo este planteo: “Los mismos partidos socialistas o socialdemócratas se han creído la tesis de que con la caída del comunismo no queda ya lugar para el socialismo en este mundo; y perdieron toda confianza en el movimiento obrero, que por cierto existe desde mucho antes que el comunismo. Cuando uno abandona su tradición, se entrega a la nada. En Alemania, por ejemplo, apenas si hubo intentos de organizar a los desocupados. Hace años que trato de convencer a los sindicatos de que no pueden representar a los trabajadores mientras tienen trabajo, y abandonarlos cuando son excluidos del mundo laboral. Tenemos que ofrecer resistencia al neoliberalismo global. […] Hay que decir las cosas como son. Y dudo que podamos dejarlas libradas exclusivamente a lo intelectual”.
La vida y la política, la ética y la estética, el análisis, la teoría y la práctica, eran inseparables para él.
Permanentemente contemporáneo, vivaz y atento, crítico, artista de cruces y fusiones (entre prosa y lírica, entre escritura y dibujo), Grass representa con su arte los signos que aluden (a) y recorren las catástrofes del siglo XX (como en la Trilogía de Danzig: El tambor de hojalata, El gato y el ratón y Años de perro). Él sostuvo: “la historia no se puede dar por concluida. Porque nos alcanza... No se trata de un mea culpa continuo, sino de la conversión del sentimiento de culpa en sentido de la responsabilidad”. Ante la destrucción sufrida y las perspectivas del abismo (que se mantienen, acechan y actúan) Grass rescató la tradición y, haciendo sonar persistentemente su tambor, nos contó historias, muchas, con el objetivo de rememorar ese dolor y no olvidar.
Fuente original:
http://www.laizquierdadiario.com/Gunter-Grass-el-dolor-que-emana-la-Historia
miércoles, 22 de abril de 2015
Cuando las madres tiraban al río a sus hijos. Alemania recuerda la oleada de suicidios en los últimos meses de la II Guerra Mundial
El documento es estremecedor. 28 páginas repletas de nombres acompañados de la fecha y el motivo de su muerte. Elegida una al azar, aparecen varias familias —los Gaut, los Schubert (madre e hija), los Rienaz (también madre e hija)…—. Todos fallecieron el 8 de mayo de 1945. Y todos por una misma causa: suicidio. Estamos en el Museo Regional de Demmin, una pequeña ciudad del noreste de Alemania que estos días revive sus días más dramáticos. En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, cuando la victoria final tantas veces anunciada por Adolf Hitler parecía cada vez más irreal y el Ejército Rojo acechaba, entre 700 y 1.000 ciudadanos de Demmin —que entonces tenía unos 15.0000 habitantes— prefirieron morir antes que vivir en un mundo en el que los nazis no gobernaran. Fue el mayor suicidio masivo en la historia de Alemania.
Bärbel Schreiner, entonces una niña de seis años, estuvo a punto de caer víctima de esa locura colectiva. Pero su hermano consiguió que su madre no hiciera con los dos niños lo que tantos padres hacían esos días. “Mamá, nosotros no, ¿verdad?”, recuerda Schreiner que dijo su hermano, mientras observaba el río Peene, repleto de cadáveres. “Todavía me acuerdo del agua enrojecida por la sangre. Sin esas palabras, estoy convencida de que mi madre nos habría ahogado a los dos”, asegura con la voz entrecortada esta mujer de 76 años.
El caso de Schreiner no fue excepcional. Una ola de suicidios recorrió Alemania entre enero y mayo de 1945. No existen cifras exactas, pero los historiadores calculan que entre 10.000 y 100.000 personas tomaron esta decisión. Al quitarse la vida, era habitual que los adultos se llevaran también a sus hijos. Es lo que hizo Joseph Goebbels, ministro de Propaganda y canciller en los últimos días del III Reich, cuando él y su mujer, Magda, envenenaron a sus seis hijos.
Se ha escrito mucho sobre la inmolación de los líderes nazis. Además de Hitler, del que el próximo 30 de abril se cumplirá el 70 aniversario de su muerte, y de Goebbels, también se quitó la vida el jefe de las temibles SS, Heinrich Himmler. Pero hasta ahora no se había prestado demasiada atención a los ciudadanos de a pie que siguieron el destino de sus fanáticos líderes. Precisamente ese desconocimiento sobre la tragedia que vivieron miles de personas anónimas llevó al historiador Florian Huber a escribir Hijo, prométeme que te vas a disparar. El éxito del libro, que en dos meses ha vendido más de 20.000 ejemplares, ha sorprendido incluso al autor.
“Estudié historia y nunca había oído hablar de este episodio trágico. Un día, vi en un libro un pie de página que mencionaba la oleada de suicidios de los últimos meses de la guerra y decidí investigar”, explica en una cafetería berlinesa. Pero, ¿qué es lo que llevó a estos hombres y mujeres de a pie a pegarse un tiro, colgarse de un árbol o a tirarse al río más cercano? ¿Miedo por las represalias de los vencedores? ¿Fanatismo nazi? ¿O sentimiento de culpa por las tropelías de 12 años de nacionalsocialismo y seis de guerra? “Una mezcla de todos estos factores. También influyó un efecto psicológico que convierte el suicidio en algo contagioso, casi como una infección. Si ves que en esta cafetería todo el mundo empieza a matarse, a lo mejor te lo plantearías tú también”, responde.
La epidemia suicida se extendió por muchos rincones de Alemania, ¿pero por qué afectó sobre todo a algunas zonas, como el este del país, y muy especialmente a lugares como Demmin? Huber desgrana la mezcla de circunstancias históricas y geográficas que convirtieron esa localidad en una ratonera de la que era imposible escapar. “Rodeada por tres ríos, forma una especie de península. En su huida, los jerarcas nazis dinamitaron los tres puentes existentes. Así que cuando llegaron los soviéticos, no podían seguir avanzando. Los soldados del Ejército Rojo llegaron el 30 de abril, deseosos de abandonar pronto Demmin para celebrar la fiesta del 1 de mayo”, explica.
Justo el mismo día en el que Hitler se pegaba un tiro en su búnker en Berlín, los soldados rojos quemaban Demmin y cundía el pánico. Los años de guerra, las ganas de revancha y la bebida que corrió esa noche fomentaban la violencia de los soviéticos. El resultado de este cóctel fue tremendo. Huber asegura que los ríos hicieron de cementerios durante semanas; y que los trabajos para sacar los cuerpos del agua se alargaron entre mayo y julio de ese año. “Los testigos recuerdan a gente colgada en los árboles por todas partes”, añade.
El sufrimiento de los civiles alemanes durante la guerra —ya sean las violaciones de mujeres o los bombardeos de ciudades como Potsdam, del que esta semana se han cumplido 70 años— es un tema complejo. Es indudable que muchos inocentes padecieron las consecuencias, pero también este sufrimiento sirve de agarradero para los neonazis, que siguen tratando de confundir e igualar el dolor del pueblo agresor con el de los agredidos.
Eso mismo ocurre aún hoy en Demmin. Desde hace una década, cada 8 de mayo, día de la capitulación, un pequeño grupo de manifestantes cercano al partido de ultraderecha NPD recuerdan a las víctimas alemanas. “Durante los años del comunismo, este era un tema tabú. Nadie quería recordar las violaciones o crímenes cometidas por los soldados que nos liberaron del fascismo. Y ahora los neonazis también utilizan el dolor pasado para sus fines”, explica Petra Clemens, la directora del museo, rodeada de vestigios de la historia de la zona. En esta castigada ciudad del este alemán, el paro afecta al 17% de la población (un porcentaje altísimo para un país en el que la media está en el 6,9%) y el alcoholismo hace mella.
Demmin fue quizás el caso más extremo de locura colectiva que invadió al país en los primeros meses de 1945, pero no el único. En Berlín se registraron ese año 7.000 suicidios, de los que casi 4.000 se produjeron en el mes de abril. En su libro, Huber recoge testimonios de aquellos que asociaron a sus propias vidas el fin del nacionalsocialismo. Como el profesor Johannes Theinert y su mujer Hildegard, que comenzaron a escribir un diario en 1937, al año siguiente de casarse. La última entrada está fechada el 9 de mayo de 1945. “La crisis se acaba. Las armas callan”, anota Hildegard. Ese mismo día, Johannes disparó a su mujer y después a sí mismo. La última entrada del diario que alguien encontró tras su muerte decía: “¿Quién se acordará de nosotros, quién sabrá cómo hemos acabado? ¿Tienen estas líneas algún sentido?”.
(Sin olvidar nada, sin olvidar acciones inadmisibles, sin santificar ni elevar a los altares a nadie, ni siquiera a los libertadores de la Alemania nazi que tenían tras de sí, recientes y acumulados, millones y millones de muertos (y probablemente centenares de miles de suicidios), ¿se trata de otro nudo más para revisar la historia de la II Guerra Mundial?
La idea de fondo: nazismo y comunismo son uno y lo mismo, (no es verdad) actos de barbarie opuestos a la civilización liberal. Los ejércitos aliados occidentales fueron otra cosa.)
Bärbel Schreiner, entonces una niña de seis años, estuvo a punto de caer víctima de esa locura colectiva. Pero su hermano consiguió que su madre no hiciera con los dos niños lo que tantos padres hacían esos días. “Mamá, nosotros no, ¿verdad?”, recuerda Schreiner que dijo su hermano, mientras observaba el río Peene, repleto de cadáveres. “Todavía me acuerdo del agua enrojecida por la sangre. Sin esas palabras, estoy convencida de que mi madre nos habría ahogado a los dos”, asegura con la voz entrecortada esta mujer de 76 años.
El caso de Schreiner no fue excepcional. Una ola de suicidios recorrió Alemania entre enero y mayo de 1945. No existen cifras exactas, pero los historiadores calculan que entre 10.000 y 100.000 personas tomaron esta decisión. Al quitarse la vida, era habitual que los adultos se llevaran también a sus hijos. Es lo que hizo Joseph Goebbels, ministro de Propaganda y canciller en los últimos días del III Reich, cuando él y su mujer, Magda, envenenaron a sus seis hijos.
Se ha escrito mucho sobre la inmolación de los líderes nazis. Además de Hitler, del que el próximo 30 de abril se cumplirá el 70 aniversario de su muerte, y de Goebbels, también se quitó la vida el jefe de las temibles SS, Heinrich Himmler. Pero hasta ahora no se había prestado demasiada atención a los ciudadanos de a pie que siguieron el destino de sus fanáticos líderes. Precisamente ese desconocimiento sobre la tragedia que vivieron miles de personas anónimas llevó al historiador Florian Huber a escribir Hijo, prométeme que te vas a disparar. El éxito del libro, que en dos meses ha vendido más de 20.000 ejemplares, ha sorprendido incluso al autor.
“Estudié historia y nunca había oído hablar de este episodio trágico. Un día, vi en un libro un pie de página que mencionaba la oleada de suicidios de los últimos meses de la guerra y decidí investigar”, explica en una cafetería berlinesa. Pero, ¿qué es lo que llevó a estos hombres y mujeres de a pie a pegarse un tiro, colgarse de un árbol o a tirarse al río más cercano? ¿Miedo por las represalias de los vencedores? ¿Fanatismo nazi? ¿O sentimiento de culpa por las tropelías de 12 años de nacionalsocialismo y seis de guerra? “Una mezcla de todos estos factores. También influyó un efecto psicológico que convierte el suicidio en algo contagioso, casi como una infección. Si ves que en esta cafetería todo el mundo empieza a matarse, a lo mejor te lo plantearías tú también”, responde.
La epidemia suicida se extendió por muchos rincones de Alemania, ¿pero por qué afectó sobre todo a algunas zonas, como el este del país, y muy especialmente a lugares como Demmin? Huber desgrana la mezcla de circunstancias históricas y geográficas que convirtieron esa localidad en una ratonera de la que era imposible escapar. “Rodeada por tres ríos, forma una especie de península. En su huida, los jerarcas nazis dinamitaron los tres puentes existentes. Así que cuando llegaron los soviéticos, no podían seguir avanzando. Los soldados del Ejército Rojo llegaron el 30 de abril, deseosos de abandonar pronto Demmin para celebrar la fiesta del 1 de mayo”, explica.
Justo el mismo día en el que Hitler se pegaba un tiro en su búnker en Berlín, los soldados rojos quemaban Demmin y cundía el pánico. Los años de guerra, las ganas de revancha y la bebida que corrió esa noche fomentaban la violencia de los soviéticos. El resultado de este cóctel fue tremendo. Huber asegura que los ríos hicieron de cementerios durante semanas; y que los trabajos para sacar los cuerpos del agua se alargaron entre mayo y julio de ese año. “Los testigos recuerdan a gente colgada en los árboles por todas partes”, añade.
El sufrimiento de los civiles alemanes durante la guerra —ya sean las violaciones de mujeres o los bombardeos de ciudades como Potsdam, del que esta semana se han cumplido 70 años— es un tema complejo. Es indudable que muchos inocentes padecieron las consecuencias, pero también este sufrimiento sirve de agarradero para los neonazis, que siguen tratando de confundir e igualar el dolor del pueblo agresor con el de los agredidos.
Eso mismo ocurre aún hoy en Demmin. Desde hace una década, cada 8 de mayo, día de la capitulación, un pequeño grupo de manifestantes cercano al partido de ultraderecha NPD recuerdan a las víctimas alemanas. “Durante los años del comunismo, este era un tema tabú. Nadie quería recordar las violaciones o crímenes cometidas por los soldados que nos liberaron del fascismo. Y ahora los neonazis también utilizan el dolor pasado para sus fines”, explica Petra Clemens, la directora del museo, rodeada de vestigios de la historia de la zona. En esta castigada ciudad del este alemán, el paro afecta al 17% de la población (un porcentaje altísimo para un país en el que la media está en el 6,9%) y el alcoholismo hace mella.
Demmin fue quizás el caso más extremo de locura colectiva que invadió al país en los primeros meses de 1945, pero no el único. En Berlín se registraron ese año 7.000 suicidios, de los que casi 4.000 se produjeron en el mes de abril. En su libro, Huber recoge testimonios de aquellos que asociaron a sus propias vidas el fin del nacionalsocialismo. Como el profesor Johannes Theinert y su mujer Hildegard, que comenzaron a escribir un diario en 1937, al año siguiente de casarse. La última entrada está fechada el 9 de mayo de 1945. “La crisis se acaba. Las armas callan”, anota Hildegard. Ese mismo día, Johannes disparó a su mujer y después a sí mismo. La última entrada del diario que alguien encontró tras su muerte decía: “¿Quién se acordará de nosotros, quién sabrá cómo hemos acabado? ¿Tienen estas líneas algún sentido?”.
(Sin olvidar nada, sin olvidar acciones inadmisibles, sin santificar ni elevar a los altares a nadie, ni siquiera a los libertadores de la Alemania nazi que tenían tras de sí, recientes y acumulados, millones y millones de muertos (y probablemente centenares de miles de suicidios), ¿se trata de otro nudo más para revisar la historia de la II Guerra Mundial?
La idea de fondo: nazismo y comunismo son uno y lo mismo, (no es verdad) actos de barbarie opuestos a la civilización liberal. Los ejércitos aliados occidentales fueron otra cosa.)
Fuente:
El gran álbum de los emigrantes españoles en Estados Unidos. Un libro reúne 327 fotos de la vida de los que se marcharon a hacer las Américas
"Dentro de pocos años, […] aquellos españoles que están en Hawai trabajando por su salvación serán buenos ciudadanos estadounidenses". Este recorte en The Washington Post del 14 de diciembre de 1907 ilustra la llegada de decenas de miles de emigrantes de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Andalucía, Valencia… entre el último tercio del siglo XIX y comienzos del XX a una tierra que les prometía oportunidades. Campesinos y obreros que no sabían ni una palabra de inglés y con apenas unas monedas en los bolsillos, reunieron el valor de embarcarse a Estados Unidos para huir de la miseria o de un servicio militar obligatorio cuyo probable destino era morir en las guerras norteafricanas.
Las fotos —con la pátina sepia o en blanco y negro— de aquellas vidas han permanecido desperdigadas en álbumes familiares, cajones, cajas o baúles como los que tenía Elena Barquilla en su casa de Trujillo (Cáceres), forrados con periódicos de 1913 y repletos de imágenes de sus bisabuelos en California.
Ahora, un precioso libro, Invisible Immigrants Spaniards in the US (1868-1945), de James D. Fernández y Luis Argeo, ha reunido 327 fotos y documentos que cuentan la aventura de aquellos españoles que hicieron las Américas. "Mi abuelo paterno, en la cubierta del SS Aquitania. Llegó en 1926 y trabajó de fogonero en Newark", detalla el pie de una de esas instantáneas, en la que se ve a un grupo en el que sobresale la boina negra de Adolfo Losada.
Este gran álbum —en edición bilingüe, inglés y español— de lo que Fernández (Nueva York, 1961) denomina "el heroísmo de lo cotidiano" forma parte de un proyecto que incluye un archivo digitalizado y dos películas ya exhibidas, para alumbrar un capítulo de la historia de España "sobre el que hay mucho desconocimiento", señala el periodista Luis Argeo (Piedras Blancas, Asturias, 1975). “Se ha hablado sobre todo de los que se fueron a Latinoamérica. En EE UU, los españoles fueron invisibles, en comparación con la cantidad de italianos o irlandeses que emigraron”... (foto: españoles en Mountain View, California)
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/31/actualidad/1427815418_291816.html
Las fotos —con la pátina sepia o en blanco y negro— de aquellas vidas han permanecido desperdigadas en álbumes familiares, cajones, cajas o baúles como los que tenía Elena Barquilla en su casa de Trujillo (Cáceres), forrados con periódicos de 1913 y repletos de imágenes de sus bisabuelos en California.
Ahora, un precioso libro, Invisible Immigrants Spaniards in the US (1868-1945), de James D. Fernández y Luis Argeo, ha reunido 327 fotos y documentos que cuentan la aventura de aquellos españoles que hicieron las Américas. "Mi abuelo paterno, en la cubierta del SS Aquitania. Llegó en 1926 y trabajó de fogonero en Newark", detalla el pie de una de esas instantáneas, en la que se ve a un grupo en el que sobresale la boina negra de Adolfo Losada.
Este gran álbum —en edición bilingüe, inglés y español— de lo que Fernández (Nueva York, 1961) denomina "el heroísmo de lo cotidiano" forma parte de un proyecto que incluye un archivo digitalizado y dos películas ya exhibidas, para alumbrar un capítulo de la historia de España "sobre el que hay mucho desconocimiento", señala el periodista Luis Argeo (Piedras Blancas, Asturias, 1975). “Se ha hablado sobre todo de los que se fueron a Latinoamérica. En EE UU, los españoles fueron invisibles, en comparación con la cantidad de italianos o irlandeses que emigraron”... (foto: españoles en Mountain View, California)
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/31/actualidad/1427815418_291816.html
martes, 21 de abril de 2015
Democracia y dinero: Islandia, a un paso de adoptar un sistema de dinero soberano.
El pasado 20 marzo se publicó en un pequeño país europeo, Islandia, conocido por la resistencia democrática de sus ciudadanos a ceder su soberanía a los acreedores extranjeros, y rescatar a sus imprudentes bancos, un informe parlamentario sobre la reforma del sistema monetario nacional. El informe recoge varias propuestas de reforma y concluye que el dinero soberano puede ser una base sólida para el futuro sistema monetario islandés.
A los buenos lectores de este blog no les tomará por sorpresa esta noticia, comentábamos en El eterno rescate a la banca española, que en marzo del año pasado los islandeses habían puesto en marcha la comisión parlamentaria que estudiaría la posibilidad de una reforma monetaria. Continuaban de esta forma su resistencia a la tiranía de los banqueros que habían comenzado en el año 2008 con su negativa al rescate bancario. Ahora se da un nuevo paso en esta reforma, que es, tal y como se recoge en nuestra página web, uno de los cambios institucionales fundamentales que proponemos para acometer los retos que enfrenta actualmente nuestra sociedad.
Pero no es Islandia el único país que da pasos en esta dirección, no hace mucho tiempo, miembros del parlamento británico debatieron sobre la creación monetaria, siendo el dinero soberano la propuesta de reforma del partido laborista. No en vano el prólogo del informe presentado en el parlamento islandés ha sido escrito por Adair Turner, ex presidente de la autoridad regulatoria británica sobre servicios financieros y miembro del comité de desarrollo de políticas del Financial Stability Board, una nueva agencia internacional creada tras la crisis de 2008 y que trata de monitorizar y hacer recomendaciones sobre el sistema financiero internacional. En Reino Unido el debate está muy vivo, en parte gracias al gran trabajo de Positive Money, cuyo documento Creando un sistema de dinero soberano ha sido traducido por nuestro compañero Jordi Llanos.
¿Qué es esto del dinero soberano? Para explicarlo podemos retomar los artículos que en este blog hemos ido publicando en torno a la controversia monetaria.
En La ciencia perdida del dinero hablábamos sobre el dictamen que arroja la Historia sobre el dinero y los sistemas monetarios, recogido en el libro de Stephen Zarlenga que da título al artículo:
Zarlenga examina la historia monetaria y llega a una sencilla conclusión. A pesar de la falsa controversia acerca de si el dinero debe guardar una relación fija con un patrón metálico, lo realmente importante es ¿Quién controla el dinero, quién lo emite? Cuando la emisión es privada, el dinero siempre se emite con interés, y tras un breve periodo de abundancia, suele sobrevenir un periodo de escasez, los precios de los productos caen, los productores son incapaces de encontrar el interés para pagar los préstamos, ya que debe crearse con nuevos préstamos, y los usureros terminan expropiando la garantía de los préstamos, desahuciando a los desdichados deudores.
La cuestión es que nuestro sistema monetario es dual, una parte pequeña, las reservas del banco central y las monedas y billetes son emitidas públicamente, pero la mayor parte del dinero se emite por la banca comercial al conceder préstamos. Explicamos de forma muy sencilla el funcionamiento de nuestro sistema monetario en este vídeo de nuestra página web.
En Modernizar el dinero, intentábamos explicar cómo habíamos llegado a tener ese sistema monetario dual. El momento clave es el año 1694 y la creación del Banco de Inglaterra. Este banco, en principio privado, fue el primer banco de emisión (creador de dinero) que mantuvo la confianza del público, gracias a la garantía implícita, e inconsciente, del estado. El problema fue que durante mucho tiempo la realidad de este hecho no fue conocida por el público, atribuyéndose erróneamente la garantía de los billetes emitidos por los bancos al mantenimiento de una reserva de oro, la cual, en un sistema moderno, nunca puede ser completa.
En Frederick Soddy y el dinero endógeno, hablábamos sobre el control que puede tener el banco central sobre la oferta monetaria, llegando a la conclusión de que tal control no existe, o es tremendamente tosco:
Los despistados ciudadanos poco a poco vamos tomando conciencia de que los bancos crean dinero, en sentido amplio, al realizar sus préstamos. Usualmente se suponía que esto seguía el proceso conocido como “reserva fraccionaria”, es decir, los bancos creaban créditos por importe superior a las reservas de las que disponían ¿Reservas de qué? De dinero bueno, de base monetaria, que crean los bancos centrales, que originalmente era la deuda del Rey, aunque por una lamentable confusión durante un tiempo se confundió con el oro. Los bancos lo que harían sería multiplicar estas reservas un cierto número de veces.
Lo que nos dice el Banco de Inglaterra, sin embargo, es que esto no es así. Los bancos crearían crédito según la demanda del mismo, y el banco central iría detrás, creando reservas para cuadrar las cuentas. El multiplicador monetario es un mito.
Por último, en Dinero endógeno: Dos visiones, comentábamos las propuestas de una parte de los defensores de la teoría del dinero endógeno, aquellos que se desmarcan del dinero soberano. Es hora, por tanto, de explicar en qué consiste el dinero soberano, y nadie mejor que el artífice original de la reforma para explicarlo. Según el científico y premio nobel Frederick Soddy:
- La emisión y retirada de dinero debe ser potestad de la nación por el bien general, y debe cesar totalmente de proporcionar una fuente de beneficio para las corporaciones privadas. El dinero no debe devengar interés por su existencia, sino sólo cuando es realmente prestado por un legítimo propietario que se lo da al prestatario. “El verdadero mal es que ahora tenemos un acordeón en lugar de una moneda".
- Una parte muy importante de la deuda pública debe ser cancelada y la misma suma de Moneda Nacional emitida para reemplazar el crédito creado por los Bancos.
- Los bancos deben ser obligados a mantener una reserva de Moneda Nacional equivalente a cada dólar (o euro, o libra, etc) depositado en ellos, a excepción de los depósitos que están realmente 'invertidos', y no estén disponibles para ser utilizados como dinero.
En resumen, se obliga a los bancos a mantener el 100% de los depósitos del público, que seguirían siendo propiedad del depositante (en la actualidad, cuando dejas tu dinero en el banco, técnicamente pierdes la propiedad del mismo). En ese caso ¿quién crearía el dinero? Lo crearía íntegramente el banco central, y decidiría como se inyecta en la sociedad el parlamento (esto se puede hacer de varias formas, mediante obras públicas, pagos en las cuentas de los ciudadanos, reduciendo impuestos, prestándolo a los bancos, etc). Los bancos seguirían jugando un papel central en el sistema de pagos y en el sistema inversión, pero sólo podrían prestar dinero que ha dejado de estar disponible como dinero, al igual que un amigo que le presta a otro cien euros, y dejan de estar disponibles para el primero hasta que el segundo los devuelva.
Hay, por supuesto, muchos más detalles, en el documento citado anteriormente, “Creando un sistema de dinero soberano” podréis encontrarlos, pero no me gustaría cerrar el artículo sin citar uno esencial, que señaló el prestigioso columnista de Financial Times Martin Wolf hace un año (tenéis que registraros para leerlo). Mediante este sistema, el derecho de señoreaje vuelve al estado, y eso, en el caso de Reino Unido, supondría un 4% del PIB en ingresos anuales para las arcas públicas, que se podría traducir en recorte de impuestos o aumento del gasto. Incluso, tal y como señalé en un artículo en mi blog personal, dependiendo de cómo se haga la transición al nuevo sistema, si es drástica o paulatina, se podría lograr eliminar por completo la deuda pública y reducir de forma considerable la deuda privada.
Quizás lo más importante es que un sistema de dinero soberano es una precondición que permite a las sociedades mayor libertad de elección, pudiendo elegir entre solucionar sus problemas mediante el crecimiento de la producción o hacerlo directamente, evitando el crecimiento y sus consecuencias indeseadas. En un sistema monetario como el actual, la ausencia de crecimiento hace imposible el pago de las deudas.
Sólo queda cerrar este artículo con las históricas palabras del parlamentario islandés encargado del informe, recogidas por la prensa islandesa:
Islandia, siendo un estado soberano con una moneda independiente, es libre de abandonar el actual sistema inestable de reserva fraccionaria e implementar un sistema monetario mejor.
Y las del primer ministro al recibirlo:
Me alegra mucho recibir este nuevo informe sobre la reforma monetaria. Los hallazgos serán una contribución importante para la discusiones venideras, aquí y en cualquier lugar, sobre la política y la creación monetaria.
Y pedirle, dada la importancia de estos hechos, un esfuerzo adicional en la difusión, querido lector. Podemos contribuir a un debate sobre la cuestión en nuestro país. Muchas gracias.
Fuente: Jesús Nácher http://autonomiaybienvivir.blogspot.com.es/
http://autonomiaybienvivir.blogspot.com.es/2015/04/democracia-y-dinero-islandia-un-paso-de.html
A los buenos lectores de este blog no les tomará por sorpresa esta noticia, comentábamos en El eterno rescate a la banca española, que en marzo del año pasado los islandeses habían puesto en marcha la comisión parlamentaria que estudiaría la posibilidad de una reforma monetaria. Continuaban de esta forma su resistencia a la tiranía de los banqueros que habían comenzado en el año 2008 con su negativa al rescate bancario. Ahora se da un nuevo paso en esta reforma, que es, tal y como se recoge en nuestra página web, uno de los cambios institucionales fundamentales que proponemos para acometer los retos que enfrenta actualmente nuestra sociedad.
Pero no es Islandia el único país que da pasos en esta dirección, no hace mucho tiempo, miembros del parlamento británico debatieron sobre la creación monetaria, siendo el dinero soberano la propuesta de reforma del partido laborista. No en vano el prólogo del informe presentado en el parlamento islandés ha sido escrito por Adair Turner, ex presidente de la autoridad regulatoria británica sobre servicios financieros y miembro del comité de desarrollo de políticas del Financial Stability Board, una nueva agencia internacional creada tras la crisis de 2008 y que trata de monitorizar y hacer recomendaciones sobre el sistema financiero internacional. En Reino Unido el debate está muy vivo, en parte gracias al gran trabajo de Positive Money, cuyo documento Creando un sistema de dinero soberano ha sido traducido por nuestro compañero Jordi Llanos.
¿Qué es esto del dinero soberano? Para explicarlo podemos retomar los artículos que en este blog hemos ido publicando en torno a la controversia monetaria.
En La ciencia perdida del dinero hablábamos sobre el dictamen que arroja la Historia sobre el dinero y los sistemas monetarios, recogido en el libro de Stephen Zarlenga que da título al artículo:
Zarlenga examina la historia monetaria y llega a una sencilla conclusión. A pesar de la falsa controversia acerca de si el dinero debe guardar una relación fija con un patrón metálico, lo realmente importante es ¿Quién controla el dinero, quién lo emite? Cuando la emisión es privada, el dinero siempre se emite con interés, y tras un breve periodo de abundancia, suele sobrevenir un periodo de escasez, los precios de los productos caen, los productores son incapaces de encontrar el interés para pagar los préstamos, ya que debe crearse con nuevos préstamos, y los usureros terminan expropiando la garantía de los préstamos, desahuciando a los desdichados deudores.
La cuestión es que nuestro sistema monetario es dual, una parte pequeña, las reservas del banco central y las monedas y billetes son emitidas públicamente, pero la mayor parte del dinero se emite por la banca comercial al conceder préstamos. Explicamos de forma muy sencilla el funcionamiento de nuestro sistema monetario en este vídeo de nuestra página web.
En Modernizar el dinero, intentábamos explicar cómo habíamos llegado a tener ese sistema monetario dual. El momento clave es el año 1694 y la creación del Banco de Inglaterra. Este banco, en principio privado, fue el primer banco de emisión (creador de dinero) que mantuvo la confianza del público, gracias a la garantía implícita, e inconsciente, del estado. El problema fue que durante mucho tiempo la realidad de este hecho no fue conocida por el público, atribuyéndose erróneamente la garantía de los billetes emitidos por los bancos al mantenimiento de una reserva de oro, la cual, en un sistema moderno, nunca puede ser completa.
En Frederick Soddy y el dinero endógeno, hablábamos sobre el control que puede tener el banco central sobre la oferta monetaria, llegando a la conclusión de que tal control no existe, o es tremendamente tosco:
Los despistados ciudadanos poco a poco vamos tomando conciencia de que los bancos crean dinero, en sentido amplio, al realizar sus préstamos. Usualmente se suponía que esto seguía el proceso conocido como “reserva fraccionaria”, es decir, los bancos creaban créditos por importe superior a las reservas de las que disponían ¿Reservas de qué? De dinero bueno, de base monetaria, que crean los bancos centrales, que originalmente era la deuda del Rey, aunque por una lamentable confusión durante un tiempo se confundió con el oro. Los bancos lo que harían sería multiplicar estas reservas un cierto número de veces.
Lo que nos dice el Banco de Inglaterra, sin embargo, es que esto no es así. Los bancos crearían crédito según la demanda del mismo, y el banco central iría detrás, creando reservas para cuadrar las cuentas. El multiplicador monetario es un mito.
Por último, en Dinero endógeno: Dos visiones, comentábamos las propuestas de una parte de los defensores de la teoría del dinero endógeno, aquellos que se desmarcan del dinero soberano. Es hora, por tanto, de explicar en qué consiste el dinero soberano, y nadie mejor que el artífice original de la reforma para explicarlo. Según el científico y premio nobel Frederick Soddy:
- La emisión y retirada de dinero debe ser potestad de la nación por el bien general, y debe cesar totalmente de proporcionar una fuente de beneficio para las corporaciones privadas. El dinero no debe devengar interés por su existencia, sino sólo cuando es realmente prestado por un legítimo propietario que se lo da al prestatario. “El verdadero mal es que ahora tenemos un acordeón en lugar de una moneda".
- Una parte muy importante de la deuda pública debe ser cancelada y la misma suma de Moneda Nacional emitida para reemplazar el crédito creado por los Bancos.
- Los bancos deben ser obligados a mantener una reserva de Moneda Nacional equivalente a cada dólar (o euro, o libra, etc) depositado en ellos, a excepción de los depósitos que están realmente 'invertidos', y no estén disponibles para ser utilizados como dinero.
En resumen, se obliga a los bancos a mantener el 100% de los depósitos del público, que seguirían siendo propiedad del depositante (en la actualidad, cuando dejas tu dinero en el banco, técnicamente pierdes la propiedad del mismo). En ese caso ¿quién crearía el dinero? Lo crearía íntegramente el banco central, y decidiría como se inyecta en la sociedad el parlamento (esto se puede hacer de varias formas, mediante obras públicas, pagos en las cuentas de los ciudadanos, reduciendo impuestos, prestándolo a los bancos, etc). Los bancos seguirían jugando un papel central en el sistema de pagos y en el sistema inversión, pero sólo podrían prestar dinero que ha dejado de estar disponible como dinero, al igual que un amigo que le presta a otro cien euros, y dejan de estar disponibles para el primero hasta que el segundo los devuelva.
Hay, por supuesto, muchos más detalles, en el documento citado anteriormente, “Creando un sistema de dinero soberano” podréis encontrarlos, pero no me gustaría cerrar el artículo sin citar uno esencial, que señaló el prestigioso columnista de Financial Times Martin Wolf hace un año (tenéis que registraros para leerlo). Mediante este sistema, el derecho de señoreaje vuelve al estado, y eso, en el caso de Reino Unido, supondría un 4% del PIB en ingresos anuales para las arcas públicas, que se podría traducir en recorte de impuestos o aumento del gasto. Incluso, tal y como señalé en un artículo en mi blog personal, dependiendo de cómo se haga la transición al nuevo sistema, si es drástica o paulatina, se podría lograr eliminar por completo la deuda pública y reducir de forma considerable la deuda privada.
Quizás lo más importante es que un sistema de dinero soberano es una precondición que permite a las sociedades mayor libertad de elección, pudiendo elegir entre solucionar sus problemas mediante el crecimiento de la producción o hacerlo directamente, evitando el crecimiento y sus consecuencias indeseadas. En un sistema monetario como el actual, la ausencia de crecimiento hace imposible el pago de las deudas.
Sólo queda cerrar este artículo con las históricas palabras del parlamentario islandés encargado del informe, recogidas por la prensa islandesa:
Islandia, siendo un estado soberano con una moneda independiente, es libre de abandonar el actual sistema inestable de reserva fraccionaria e implementar un sistema monetario mejor.
Y las del primer ministro al recibirlo:
Me alegra mucho recibir este nuevo informe sobre la reforma monetaria. Los hallazgos serán una contribución importante para la discusiones venideras, aquí y en cualquier lugar, sobre la política y la creación monetaria.
Y pedirle, dada la importancia de estos hechos, un esfuerzo adicional en la difusión, querido lector. Podemos contribuir a un debate sobre la cuestión en nuestro país. Muchas gracias.
Fuente: Jesús Nácher http://autonomiaybienvivir.blogspot.com.es/
http://autonomiaybienvivir.blogspot.com.es/2015/04/democracia-y-dinero-islandia-un-paso-de.html
lunes, 20 de abril de 2015
GEORGE LUCAS » El imperio de George Lucas contra sus vecinos ricos. El cineasta construye viviendas para personas con bajos recursos en un terreno enclavado en una lujosa zona tras impedirle levantar un estudio
George Lucas creó un imperio cinematográfico en una lejana galaxia. Más cerca de su rancho, el director, productor, guionista de La guerra de las galaxias además de filántropo piensa construir una amplia urbanización de viviendas sociales destinadas a jubilados y personas de escasos recursos. Su ubicación: el norte de San Francisco, en el distrito de Marín County (EE UU), una de las zonas más caras del país y donde sus vecinos más pudientes ya frenaron el plan anterior de Lucas de ampliar su famoso estudio de postproducción. Como declaró a la prensa el supervisor del condado, Steve Kinsey, es fácil interpretar la decisión del millonario como una venganza contra los que no le dejaron construir el estudio que quería. “Y estoy seguro de que algunos vecinos lo verán así pero el resto nos lo tomamos como una contribución de George Lucas a la calidad de nuestras vidas”, añadió.
El proyecto incluye un total de 224 viviendas, 120 de dos dormitorios para trabajadores de bajos ingresos y 104 para jubilados, un complejo que incluirá piscina comunitaria y una micro granja orgánica también comunal. Con un costo de 185 millones de euros se espera que su construcción se complete para 2018 ya que Lucas se ha hecho cargo de todos los costos para acelerar su ejecución. Un proyecto que echará cimientos en 21 de las 420 hectáreas de terreno que tiene el cineasta en el valle Lucas (bautizado así por un granjero del siglo XIX y no por él), muy cerca de su famoso Rancho Skywalker donde produjo su épica saga cinematográfica y donde mantiene su famoso estudio de postproducción. Se trata de la misma zona donde hace tres años Lucas quiso ampliar sus estudios pero la oposición de sus vecinos fue tal que tuvo que abandonar el proyecto. Entre los argumentos utilizados por esta exclusiva comunidad de millonarios al otro lado del Golden Gate es que un gran estudio como el que pensaba hacer Lucas aumentaría el tráfico, la polución y rompería la tranquilidad de la zona. Los vecinos llegaron a tildar los planes de Lucas como “el imperio del mal” en una zona donde se disfrutan vistas ininterrumpidas de la bahía de San Francisco y, en el interior, no se divisa una casa desde la otra.
En palabras del supervisor del condado, Lucas dijo eso de si no voy a construir lo que quiero en la zona “¿qué puedo hacer que sea beneficioso para esta comunidad?” Aunque Marine County es conocido por la afluencia de sus residentes, más de 21.000 personas viven por debajo de los índices de pobreza en la zona. “Ya tenemos suficientes millonarios. Lo que necesitamos son casas para gente trabajadora”, indicó Lucas mediante su abogado Gary Giacomini.
Gracias a la multimillonaria franquicia de La guerra de las galaxias y a la venta de Lucasfilm a los estudios Disney la fortuna de Lucas, 70 años, se calcula por encima de los 4.600 millones de euros. En 2010, el millonario hizo público su deseo de donar la mitad de su dinero a la iniciativa The Giving Pledge que, liderada por los también ricos Bill Gates y Warren Buffett, quiere persuadir a aquellos con mayores fortunas en el país para que compartan sus riquezas con esos otros que tienen menos mediante diferentes obras benéficas.
Miembros de la asociación de vecinos han expresado su preocupación ante la posibilidad de que la construcción de estas viviendas sociales abarate el precio de sus residencias multimillonarias. Algunos incluso dijeron que la decisión solo alimentará “la lucha de clases” y también expresaron sus temores de que con los nuevos vecinos pueda aumentar el crimen y las drogas en este condado tan tranquilo. Dado que Lucas se hará cargo de los costes de esta urbanización también podrá escoger a los que vivan en estas viviendas. Fuente:
El proyecto incluye un total de 224 viviendas, 120 de dos dormitorios para trabajadores de bajos ingresos y 104 para jubilados, un complejo que incluirá piscina comunitaria y una micro granja orgánica también comunal. Con un costo de 185 millones de euros se espera que su construcción se complete para 2018 ya que Lucas se ha hecho cargo de todos los costos para acelerar su ejecución. Un proyecto que echará cimientos en 21 de las 420 hectáreas de terreno que tiene el cineasta en el valle Lucas (bautizado así por un granjero del siglo XIX y no por él), muy cerca de su famoso Rancho Skywalker donde produjo su épica saga cinematográfica y donde mantiene su famoso estudio de postproducción. Se trata de la misma zona donde hace tres años Lucas quiso ampliar sus estudios pero la oposición de sus vecinos fue tal que tuvo que abandonar el proyecto. Entre los argumentos utilizados por esta exclusiva comunidad de millonarios al otro lado del Golden Gate es que un gran estudio como el que pensaba hacer Lucas aumentaría el tráfico, la polución y rompería la tranquilidad de la zona. Los vecinos llegaron a tildar los planes de Lucas como “el imperio del mal” en una zona donde se disfrutan vistas ininterrumpidas de la bahía de San Francisco y, en el interior, no se divisa una casa desde la otra.
En palabras del supervisor del condado, Lucas dijo eso de si no voy a construir lo que quiero en la zona “¿qué puedo hacer que sea beneficioso para esta comunidad?” Aunque Marine County es conocido por la afluencia de sus residentes, más de 21.000 personas viven por debajo de los índices de pobreza en la zona. “Ya tenemos suficientes millonarios. Lo que necesitamos son casas para gente trabajadora”, indicó Lucas mediante su abogado Gary Giacomini.
Gracias a la multimillonaria franquicia de La guerra de las galaxias y a la venta de Lucasfilm a los estudios Disney la fortuna de Lucas, 70 años, se calcula por encima de los 4.600 millones de euros. En 2010, el millonario hizo público su deseo de donar la mitad de su dinero a la iniciativa The Giving Pledge que, liderada por los también ricos Bill Gates y Warren Buffett, quiere persuadir a aquellos con mayores fortunas en el país para que compartan sus riquezas con esos otros que tienen menos mediante diferentes obras benéficas.
Miembros de la asociación de vecinos han expresado su preocupación ante la posibilidad de que la construcción de estas viviendas sociales abarate el precio de sus residencias multimillonarias. Algunos incluso dijeron que la decisión solo alimentará “la lucha de clases” y también expresaron sus temores de que con los nuevos vecinos pueda aumentar el crimen y las drogas en este condado tan tranquilo. Dado que Lucas se hará cargo de los costes de esta urbanización también podrá escoger a los que vivan en estas viviendas. Fuente:
El maestro inspirador. A los que lean esto y aún tengan abuelos, no olviden ir a verlos, hablar con ellos, escucharlos, aprender de ellos
En la entrevista con Ángel Viñas de El País Semanal del 16 de febrero, en la página 53, se hace una mención a mi abuelo, José Aldomar Poveda, de quien afirma que le inspiró. Me gustaría escribir unas cosas sobre mi maravilloso abuelo, que falleció el 30 de diciembre pasado y dejó un vacío inmenso en nuestras vidas.
Mi abuelo nació el año de la revolución rusa, y fue “miliciano de la cultura”, con orgullo, en las trincheras republicanas, durante la Guerra Civil, enseñando a leer y a escribir a muchos. Conoció a mi abuela a los 12 años en el instituto de San Isidro de Madrid, donde se enamoraron y siguieron juntos el resto de sus vidas. Como él decía, su universidad fue la cárcel. Y ¡qué universidad tan privilegiada; en vez de truncarle la vida, le dio alas! Rodeado de personas como Buero Vallejo, Miguel Hernández y muchos otros, le sirvió de inspiración para transmitir a muchos otros ese espíritu y visión del mundo que ellos tuvieron que luchar tanto por conseguir y defender, y no paró hasta el final. Y por eso se hizo profesor.
Su bondad, gracia, espíritu, valentía, generosidad, sus valores, marcaban o llamaban la atención de las personas. Era tanto filósofo como profesor; por supuesto, gran lector y escritor, pero también cómico y hasta músico sin saber música. Tocaba el piano y la armónica, y silbaba de maravilla. A todas aquellas personas que lean esto y aún tengan abuelos, no olviden ir a verlos, hablar con ellos, escucharlos, aprender de ellos. Yo soy quien soy por los míos.
Ha dejado muchísimos escritos, dibujos, cuadernos de viajes de su querida España. Fue un gran explorador y amante de sus diversas tierras. Un “tesoro”, como decía él, y ahora a mí como nieta me gustaría mantener vivo ese espíritu que nos transmitió, su testimonio de vida y experiencias como legado.
Mirando sus escritos, me emocionó llegar a uno donde escribe: “Soy un hombre interesado, preocupado, que dedica la mayor parte de su vida a los problemas y a la orientación de los jóvenes… que no olvida su juventud para tratar de ayudarlos… y no solo un ser con conciencia de pasado, presente y futuro propios, sino cambiante, cambiante en su misma permanencia. Soy el que ya no es quien fue, soy el que aún no es el que será”. Es un orgullo que todo el mundo le quisiera tanto. Le vamos a echar mucho de menos, pero nunca nos dejará de inspirar.
PATRICIA DAVIES ALDOMAR 9 MAR 2014 -
Correo electrónico.
http://elpais.com/elpais/2014/03/04/eps/1393933319_538684.html
Mi abuelo nació el año de la revolución rusa, y fue “miliciano de la cultura”, con orgullo, en las trincheras republicanas, durante la Guerra Civil, enseñando a leer y a escribir a muchos. Conoció a mi abuela a los 12 años en el instituto de San Isidro de Madrid, donde se enamoraron y siguieron juntos el resto de sus vidas. Como él decía, su universidad fue la cárcel. Y ¡qué universidad tan privilegiada; en vez de truncarle la vida, le dio alas! Rodeado de personas como Buero Vallejo, Miguel Hernández y muchos otros, le sirvió de inspiración para transmitir a muchos otros ese espíritu y visión del mundo que ellos tuvieron que luchar tanto por conseguir y defender, y no paró hasta el final. Y por eso se hizo profesor.
Su bondad, gracia, espíritu, valentía, generosidad, sus valores, marcaban o llamaban la atención de las personas. Era tanto filósofo como profesor; por supuesto, gran lector y escritor, pero también cómico y hasta músico sin saber música. Tocaba el piano y la armónica, y silbaba de maravilla. A todas aquellas personas que lean esto y aún tengan abuelos, no olviden ir a verlos, hablar con ellos, escucharlos, aprender de ellos. Yo soy quien soy por los míos.
Ha dejado muchísimos escritos, dibujos, cuadernos de viajes de su querida España. Fue un gran explorador y amante de sus diversas tierras. Un “tesoro”, como decía él, y ahora a mí como nieta me gustaría mantener vivo ese espíritu que nos transmitió, su testimonio de vida y experiencias como legado.
Mirando sus escritos, me emocionó llegar a uno donde escribe: “Soy un hombre interesado, preocupado, que dedica la mayor parte de su vida a los problemas y a la orientación de los jóvenes… que no olvida su juventud para tratar de ayudarlos… y no solo un ser con conciencia de pasado, presente y futuro propios, sino cambiante, cambiante en su misma permanencia. Soy el que ya no es quien fue, soy el que aún no es el que será”. Es un orgullo que todo el mundo le quisiera tanto. Le vamos a echar mucho de menos, pero nunca nos dejará de inspirar.
PATRICIA DAVIES ALDOMAR 9 MAR 2014 -
Correo electrónico.
http://elpais.com/elpais/2014/03/04/eps/1393933319_538684.html
domingo, 19 de abril de 2015
La superación de daños que la pobreza provoca en el aprendizaje
Las escuelas pueden suavizar el mal efecto de la pobreza sobre el aprendizaje con un cambio a todos los niveles.
En las semanas posteriores al 11/09 (atentado del 11 de septiembre en NY, torres gemelas), Pamela Cantor, una psiquiatra infantil especializada en traumas, fue reclutada por el Consejo de Educación de la Ciudad de Nueva York para dirigir a un equipo que estudiase el efecto del impacto de los ataques en los niños de las escuelas públicas de la ciudad.
Lo que los investigadores descubrieron les sorprendió. Muchos niños en las escuelas de la ciudad mostraban síntomas de trauma - pero los problemas no eran claramente atribuible al 11/09 ni estaban agrupados cerca de la Zona Cero. Esos síntomas, sin embargo, estaban concentrados en las escuelas que atienden a niños pobres de la ciudad. Y el sentido de la amenaza o la inseguridad de los alumnos no se deriva tanto del efecto del acto de terrorismo como de la exposición a la violencia, la vivienda inadecuada, la pérdida repentina de la familia, los padres con depresión o adicciones, y así sucesivamente.
"Una quinta parte de los niños cumplieron con los criterios diagnósticos de tener un trastorno psiquiátrico en toda regla, y el 68 por ciento de los niños había sido expuesto a un trauma previo suficientemente importante como para poner en peligro su funcionamiento en la escuela", dijo Cantor.
Cuando Cantor asistió a la escuela pública en Washington Heights, a ella le llamó la atención el caos - y el peligro - que sentía. "Me pregunté: ¿Qué está provocando lo que estamos viendo?" Cuando observamos, nos dimos cuenta de que en las aulas donde muchos niños están bajo diferentes grados de estrés, la conducta inadecuada de un niño puede desencadenar análogas conductas en otros niños y acabar con el adecuado ambiente de aprendizaje de todos. Si usted tiene numerosos niños en toda la escuela con problemas como esos, puede producir una cultura enormemente negativa e impedir el aprendizaje en el todo el centro".
En el proceso, los investigadores fueron mejorando su mayor comprensión de cómo el estrés impide el aprendizaje. "Hay toda una secuencia de respuestas neurológicas, psicológicas y fisiológicas a las amenazas que interrumpen funciones cognitivas de orden superior", dijo C. Cibeles Raver, profesor en el Departamento de Psicología Aplicada de la Universidad de Nueva York, que dirige el laboratorio de Neurociencia en la educación y la escuela. "Los cerebros no van bien bajo amenaza. Sabíamos algo de esto, pero no lo conocíamos, como lo sabemos ahora". (PDF)
Podemos ver sus efectos a nivel nacional. En todo Estados Unidos, en seis de los nueve distritos escolares más grandes del país, las tasas de graduación promedio han caído por debajo del 50 por ciento. Hay un patrón, dice Cantor: escuelas de bajo rendimiento tienden a compartir la alta tensión, conductas negativas (un montón de gritos, castigos y de respuestas inconsistentes de los adultos), estudiantes con baja disposición para aprender que tienen de dos a cuatro años de retraso en sus niveles de grado, y profesores y miembros del personal que nunca han sido entrenados para este tipo de desafíos.
"La mala noticia es que los entornos que están llenos de estrés impactarán en el desarrollo de manera que impactan negativamente en el crecimiento - en concreto, habilidades de preparación importantes para el aprendizaje", agregó Cantor. "La buena noticia es que podemos utilizar este mismo conocimiento para diseñar entornos más correctos para que el impacto negativo tenga menos efecto y lo más importante para restablecer el curso de desarrollo saludable."
La ciencia sobre la adversidad y el cerebro en desarrollo no sólo es aleccionadora, sino que también ofrece esperanza. El cerebro es maleable. Y los adultos pueden emprender acciones específicas para amortiguar el estrés en los niños y ayudarles a desarrollar las habilidades de autorregulación que necesitan en la escuela y en la vida. Gran parte de ellas se reducen a la creación de relaciones de confianza y a fomentar esos ambientes.
¿Cómo hacemos esto?
La contribución de Cantor fue fundar una organización llamada De Vuelta con los Niños (Turnaround), que se dedicó a ayudar a las escuelas públicas en zonas de alta pobreza a asentar una base central que permitiera el crecimiento académico. El grupo ahora trabaja con 15 escuelas en la ciudad de Nueva York, Newark y Washington, DC, y ha trabajado con más de 80 en la última década.
El cambio de tendencia tiene un enfoque en toda la escuela, invitando a todos los miembros de la comunidad escolar a desempeñar un papel en la transformación de la cultura de la escuela. Eso significa que el director debe tener una visión de un entorno de enseñanza y de aprendizaje diferente, y que dediquen el tiempo y los recursos necesarios para la construcción de éste; los profesores tienen que adquirir nuevas habilidades y herramientas para gestionar las aulas de manera que generen confianza, mientras el alumnado desarrolla una instrucción rigurosa; y el alumnado debe llegar a ver la escuela como importante para su éxito en la vida, y conectar esa idea a sus propias acciones en el aula.
Todo eso es muy difícil de hacer. Pero se puede hacer.
Tomemos, por ejemplo, la experiencia de Karrie Hylton, quien ha sido una maestra de alumnos de 12 años de secundaria. Durante los tres últimos, en el Collaborative Artes Middle School (CAMS) en un barrio de alta pobreza en Springfield Gardens, Queens, ha cambiado la forma en que interactúa con sus alumnos, y ha cambiado radicalmente su clase de ciencias de octavo grado. Es parte de una transformación de la escuela en colaboración con el cambio de tendencia.
"Mis estudiantes entran en el aula con una gran cantidad de problemas de familia y factores externos", dijo Hylton. "En el pasado, cuando el alumnado estaban comportándose mal, yo creía que era porque sólo querían ser "malos". Ahora veo a un alumno que actúa mal y perjudica a la clase y a él como si fuese un niño gritando (por ayuda)".
En primer lugar, ella tratará de descubrir qué hay detrás de la mala conducta, y le ayudará. Ella puede llevar al alumno a un almuerzo con pizza para llegar a él o a ella mejor. Si es necesario, se puede pedir un trabajador social de la escuela para que observe al niño en clase.
También ha cambiado la forma en que se comunica. "¿Por qué llegas tarde a clase?" - En vez de amonestar a los estudiantes por su mala conducta o "¿Por qué no haces el trabajo?" - Hylton los redirecciona hacia un mejor comportamiento: "Espero que estés trabajando en las actividades asignadas de la página 29, las preguntas de la tres a la ocho. "Ella también se asegura de que el alumnado entiende lo que ella espera que hagan." ¿Crees que deberían saberlo, pero a veces no lo hace porque no lo saben" dice ella. "A menudo, necesitan que se les recuerde."
Hylton también ha cambiado a un enfoque de aprendizaje cooperativo, utilizando una serie de técnicas conocidas como las Estructuras cooperativas de Kagan. Atrás han quedado las filas de pupitres; los estudiantes ahora trabajan en pequeños grupos. "Antes, con discusiones de toda la clase, muchos estudiantes no tenían la oportunidad de responder a una pregunta o dar su opinión," dijo ella. "Estas estructuras hacen posible que cada niño tenga igualdad de voz y de participación."
Esos cambios en los métodos de enseñanza individuales no son toda la historia. Lo que hace que el trabajo de cambio de tendencia sea tan convincente es la forma en que se ha roto su visión a largo plazo de la transformación de la escuela en los procesos y pasos que a su vez hay que enseñar a los educadores y administradores. Por ejemplo, los consultores de trabajo social del programa tienen experiencia en ayudar a las escuelas a establecer con prontitud sistemas para identificar y asistir a estudiantes con necesidades emocionales o de conducta graves.
De hecho, en las escuelas asociadas, más del 90 por ciento de los estudiantes con necesidades de comportamiento se conectan a los servicios apropiados, por lo general dentro de las tres primeras semanas. Esta es una desviación de la norma; la investigación indica que sólo el 20 por ciento de los niños o adolescentes que necesitan atención de salud mental la reciben, con necesidades insatisfechas mayor aún entre las minorías.
La puntualidad es la clave.
Cuando los problemas emocionales no son identificados rápidamente, los estudiantes están muy por detrás en el trabajo escolar y su comportamiento pueden interrumpir el aprendizaje de otros. En los últimos dos años, las escuelas asociadas de Turnaround han visto las expulsiones y los incidentes graves de conducta bajar en un 50 por ciento.
El programa también utiliza un entrenador de instrucción a tiempo completo en las escuelas para apoyar a los maestros de uno-en-uno y en grupos. "Una gran parte de lo que hacemos es dar coherencia a la gestión y a la cultura de la clase", dijo Donovan Jeta, el entrenador de respuesta para el programa. "Si todos los maestros en el edificio está adoptando una postura positiva ante el comportamiento de los estudiantes, el clima general de la escuela cambia."
Más sobre Correcciones
Donovan ayuda a los maestros a establecer normas y procedimientos, establecer las expectativas, y las técnicas de uso como "constructores de clase" o "almuerzos de construcción de relaciones" para promover la confianza. Ella ayuda a los docentes en la práctica para escalonar y redirigir las conductas negativa del estudiante mediante el modelado de respeto, en lugar de caer de nuevo en el poder. Por ejemplo, si un estudiante no está alineado en la fila para el almuerzo, una consecuencia lógica es exigir que el estudiante tome el tiempo de almuerzo para practicar alineado, no amenazar, por ejemplo, con llamar a la madre del estudiante.
Anticipan problemas - como los picos normales de mala conducta que se producen después de periodos de vacaciones - y planifican estrategias para hacer frente a la mala conducta sin reacciones agudas, que pueden ser contraproducentes.
"Antes del cambio de tendencia sólo quería llamar la atención a los estudiantes," dijo Sheena Mathew, profesora de humanidades de octavo grado en el programa. "Ahora me doy cuenta que cada niño es diferente. Algunos necesitan señales no verbales. Para otros, lo mejor es acercarse y darle un toque en el hombro. "¿Me estás escuchando activamente ahora? Lo peor que puedes hacer a los estudiantes de secundaria es avergonzarlos. Algunos estudiantes, si usted los llama a capítulo, no podrán hablar con usted durante el resto del año".
Todo esto es parte de la creación de una base en la que puede producirse el aprendizaje. No es, "se preocupan por los niños y los niños van a prosperar", observa Raver, Universidad de Nueva York. Es "la atención se centra sobre los niños y los entornos y la estructura del aula y se facilita las oportunidades para que se produzca el aprendizaje de manera rigurosa con altas expectativas" - y los niños va a prosperar".
Tammy Holloway, el director de la CAMS, ve el trabajo como crítico para la misión de la escuela: "Si estás en una clase en la que no se siente seguro, donde sientes como los niños van a burlarse de ti, o el maestro va a responder de una manera poco amable, no resultará. No se puede persistir en un lugar que es cruel y no alentador, y nuestros hijos tienen que ser persistente para tener éxito".
El trabajo de cambio cultural, de cambio de tendencia es más difícil de evaluar que las intervenciones académicas tradicionales. Puede necesitar años para ver los resultados en los exámenes. Así que en el programa se sirve de evaluadores independientes que utilizan sistema de puntuación de Evaluación del Aula bien considerado, desarrollado en la Universidad de Virginia. Que el sistema de puntuaciones de la evaluación de la calidad de las relaciones de clase, el apoyo emocional y la instrucción proporcionada por esta medida, desde el otoño de 2012 hasta la primavera de 2014, la proporción de maestros clasificados cinco o más alto (en una escala de uno a siete) alcanza el 27-67 por ciento. "Es cada vez más probable que la gente de nuestro personal tengan éxito porque están recibiendo el apoyo que está creando las aulas que son emocionalmente y físicamente seguras", dijo Holloway.
El cambio de tendencia se centra en un terreno importante dentro del movimiento de reforma de la escuela: cómo conseguir que una escuela de riñas y disputas, en palabras de Cantor, se convierta en "un lugar donde puedan hacer uso sólido de innovación académica."
Su visión es no es extender el programa a lo largo y ancho, pero si demostrar que un enfoque intencional en las llamadas habilidades "no académicas" es un requisito previo para el éxito, en lugar de algo sin importancia. Si tiene éxito, ella espera que los principios y prácticas de Turnaround se extenderá a través de una variedad de plataformas y sean adoptado por los distritos para que puedan mejorar las formas en que se entrenan y contratan personal, así como evalúan la escuela y el éxito estudiantil.
"El desarrollo de habilidades académicas requiere el mismo enfoque intencional y riguroso que tomamos para cualquier otra instrucción, como las matemáticas o la alfabetización", dijo Cantor. "Los estudiantes necesitan modelado, orientación, apoyo y oportunidades para aplicar estos conocimientos tal como lo hacen con los académicos."
"El desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños es por conexión", agregó. "Si hemos creado entorno rico en relaciones, permitirán que el desarrollo florezca - y consiga la expresión de todo el potencial de cada niño."
Publicado por David Bornstein.
David Bornstein es el autor de "Cómo cambiar el mundo", que se ha publicado en 20 idiomas, y "El Precio de un Sueño: La historia del Banco Grameen," y es co-autor del "Emprendimiento socia": lo que todo el mundo necesita saber. "Él es un co-fundador de las soluciones de red de Periodismo, que apoya la presentación de informes rigurosos sobre las respuestas a los problemas sociales.
Fuente: http://opinionator.blogs.nytimes.com/2015/04/17/overcoming-povertys-damage-to-learning/
En las semanas posteriores al 11/09 (atentado del 11 de septiembre en NY, torres gemelas), Pamela Cantor, una psiquiatra infantil especializada en traumas, fue reclutada por el Consejo de Educación de la Ciudad de Nueva York para dirigir a un equipo que estudiase el efecto del impacto de los ataques en los niños de las escuelas públicas de la ciudad.
Lo que los investigadores descubrieron les sorprendió. Muchos niños en las escuelas de la ciudad mostraban síntomas de trauma - pero los problemas no eran claramente atribuible al 11/09 ni estaban agrupados cerca de la Zona Cero. Esos síntomas, sin embargo, estaban concentrados en las escuelas que atienden a niños pobres de la ciudad. Y el sentido de la amenaza o la inseguridad de los alumnos no se deriva tanto del efecto del acto de terrorismo como de la exposición a la violencia, la vivienda inadecuada, la pérdida repentina de la familia, los padres con depresión o adicciones, y así sucesivamente.
"Una quinta parte de los niños cumplieron con los criterios diagnósticos de tener un trastorno psiquiátrico en toda regla, y el 68 por ciento de los niños había sido expuesto a un trauma previo suficientemente importante como para poner en peligro su funcionamiento en la escuela", dijo Cantor.
Cuando Cantor asistió a la escuela pública en Washington Heights, a ella le llamó la atención el caos - y el peligro - que sentía. "Me pregunté: ¿Qué está provocando lo que estamos viendo?" Cuando observamos, nos dimos cuenta de que en las aulas donde muchos niños están bajo diferentes grados de estrés, la conducta inadecuada de un niño puede desencadenar análogas conductas en otros niños y acabar con el adecuado ambiente de aprendizaje de todos. Si usted tiene numerosos niños en toda la escuela con problemas como esos, puede producir una cultura enormemente negativa e impedir el aprendizaje en el todo el centro".
En el proceso, los investigadores fueron mejorando su mayor comprensión de cómo el estrés impide el aprendizaje. "Hay toda una secuencia de respuestas neurológicas, psicológicas y fisiológicas a las amenazas que interrumpen funciones cognitivas de orden superior", dijo C. Cibeles Raver, profesor en el Departamento de Psicología Aplicada de la Universidad de Nueva York, que dirige el laboratorio de Neurociencia en la educación y la escuela. "Los cerebros no van bien bajo amenaza. Sabíamos algo de esto, pero no lo conocíamos, como lo sabemos ahora". (PDF)
Podemos ver sus efectos a nivel nacional. En todo Estados Unidos, en seis de los nueve distritos escolares más grandes del país, las tasas de graduación promedio han caído por debajo del 50 por ciento. Hay un patrón, dice Cantor: escuelas de bajo rendimiento tienden a compartir la alta tensión, conductas negativas (un montón de gritos, castigos y de respuestas inconsistentes de los adultos), estudiantes con baja disposición para aprender que tienen de dos a cuatro años de retraso en sus niveles de grado, y profesores y miembros del personal que nunca han sido entrenados para este tipo de desafíos.
"La mala noticia es que los entornos que están llenos de estrés impactarán en el desarrollo de manera que impactan negativamente en el crecimiento - en concreto, habilidades de preparación importantes para el aprendizaje", agregó Cantor. "La buena noticia es que podemos utilizar este mismo conocimiento para diseñar entornos más correctos para que el impacto negativo tenga menos efecto y lo más importante para restablecer el curso de desarrollo saludable."
La ciencia sobre la adversidad y el cerebro en desarrollo no sólo es aleccionadora, sino que también ofrece esperanza. El cerebro es maleable. Y los adultos pueden emprender acciones específicas para amortiguar el estrés en los niños y ayudarles a desarrollar las habilidades de autorregulación que necesitan en la escuela y en la vida. Gran parte de ellas se reducen a la creación de relaciones de confianza y a fomentar esos ambientes.
¿Cómo hacemos esto?
La contribución de Cantor fue fundar una organización llamada De Vuelta con los Niños (Turnaround), que se dedicó a ayudar a las escuelas públicas en zonas de alta pobreza a asentar una base central que permitiera el crecimiento académico. El grupo ahora trabaja con 15 escuelas en la ciudad de Nueva York, Newark y Washington, DC, y ha trabajado con más de 80 en la última década.
El cambio de tendencia tiene un enfoque en toda la escuela, invitando a todos los miembros de la comunidad escolar a desempeñar un papel en la transformación de la cultura de la escuela. Eso significa que el director debe tener una visión de un entorno de enseñanza y de aprendizaje diferente, y que dediquen el tiempo y los recursos necesarios para la construcción de éste; los profesores tienen que adquirir nuevas habilidades y herramientas para gestionar las aulas de manera que generen confianza, mientras el alumnado desarrolla una instrucción rigurosa; y el alumnado debe llegar a ver la escuela como importante para su éxito en la vida, y conectar esa idea a sus propias acciones en el aula.
Todo eso es muy difícil de hacer. Pero se puede hacer.
Tomemos, por ejemplo, la experiencia de Karrie Hylton, quien ha sido una maestra de alumnos de 12 años de secundaria. Durante los tres últimos, en el Collaborative Artes Middle School (CAMS) en un barrio de alta pobreza en Springfield Gardens, Queens, ha cambiado la forma en que interactúa con sus alumnos, y ha cambiado radicalmente su clase de ciencias de octavo grado. Es parte de una transformación de la escuela en colaboración con el cambio de tendencia.
"Mis estudiantes entran en el aula con una gran cantidad de problemas de familia y factores externos", dijo Hylton. "En el pasado, cuando el alumnado estaban comportándose mal, yo creía que era porque sólo querían ser "malos". Ahora veo a un alumno que actúa mal y perjudica a la clase y a él como si fuese un niño gritando (por ayuda)".
En primer lugar, ella tratará de descubrir qué hay detrás de la mala conducta, y le ayudará. Ella puede llevar al alumno a un almuerzo con pizza para llegar a él o a ella mejor. Si es necesario, se puede pedir un trabajador social de la escuela para que observe al niño en clase.
También ha cambiado la forma en que se comunica. "¿Por qué llegas tarde a clase?" - En vez de amonestar a los estudiantes por su mala conducta o "¿Por qué no haces el trabajo?" - Hylton los redirecciona hacia un mejor comportamiento: "Espero que estés trabajando en las actividades asignadas de la página 29, las preguntas de la tres a la ocho. "Ella también se asegura de que el alumnado entiende lo que ella espera que hagan." ¿Crees que deberían saberlo, pero a veces no lo hace porque no lo saben" dice ella. "A menudo, necesitan que se les recuerde."
Hylton también ha cambiado a un enfoque de aprendizaje cooperativo, utilizando una serie de técnicas conocidas como las Estructuras cooperativas de Kagan. Atrás han quedado las filas de pupitres; los estudiantes ahora trabajan en pequeños grupos. "Antes, con discusiones de toda la clase, muchos estudiantes no tenían la oportunidad de responder a una pregunta o dar su opinión," dijo ella. "Estas estructuras hacen posible que cada niño tenga igualdad de voz y de participación."
Esos cambios en los métodos de enseñanza individuales no son toda la historia. Lo que hace que el trabajo de cambio de tendencia sea tan convincente es la forma en que se ha roto su visión a largo plazo de la transformación de la escuela en los procesos y pasos que a su vez hay que enseñar a los educadores y administradores. Por ejemplo, los consultores de trabajo social del programa tienen experiencia en ayudar a las escuelas a establecer con prontitud sistemas para identificar y asistir a estudiantes con necesidades emocionales o de conducta graves.
De hecho, en las escuelas asociadas, más del 90 por ciento de los estudiantes con necesidades de comportamiento se conectan a los servicios apropiados, por lo general dentro de las tres primeras semanas. Esta es una desviación de la norma; la investigación indica que sólo el 20 por ciento de los niños o adolescentes que necesitan atención de salud mental la reciben, con necesidades insatisfechas mayor aún entre las minorías.
La puntualidad es la clave.
Cuando los problemas emocionales no son identificados rápidamente, los estudiantes están muy por detrás en el trabajo escolar y su comportamiento pueden interrumpir el aprendizaje de otros. En los últimos dos años, las escuelas asociadas de Turnaround han visto las expulsiones y los incidentes graves de conducta bajar en un 50 por ciento.
El programa también utiliza un entrenador de instrucción a tiempo completo en las escuelas para apoyar a los maestros de uno-en-uno y en grupos. "Una gran parte de lo que hacemos es dar coherencia a la gestión y a la cultura de la clase", dijo Donovan Jeta, el entrenador de respuesta para el programa. "Si todos los maestros en el edificio está adoptando una postura positiva ante el comportamiento de los estudiantes, el clima general de la escuela cambia."
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Donovan ayuda a los maestros a establecer normas y procedimientos, establecer las expectativas, y las técnicas de uso como "constructores de clase" o "almuerzos de construcción de relaciones" para promover la confianza. Ella ayuda a los docentes en la práctica para escalonar y redirigir las conductas negativa del estudiante mediante el modelado de respeto, en lugar de caer de nuevo en el poder. Por ejemplo, si un estudiante no está alineado en la fila para el almuerzo, una consecuencia lógica es exigir que el estudiante tome el tiempo de almuerzo para practicar alineado, no amenazar, por ejemplo, con llamar a la madre del estudiante.
Anticipan problemas - como los picos normales de mala conducta que se producen después de periodos de vacaciones - y planifican estrategias para hacer frente a la mala conducta sin reacciones agudas, que pueden ser contraproducentes.
"Antes del cambio de tendencia sólo quería llamar la atención a los estudiantes," dijo Sheena Mathew, profesora de humanidades de octavo grado en el programa. "Ahora me doy cuenta que cada niño es diferente. Algunos necesitan señales no verbales. Para otros, lo mejor es acercarse y darle un toque en el hombro. "¿Me estás escuchando activamente ahora? Lo peor que puedes hacer a los estudiantes de secundaria es avergonzarlos. Algunos estudiantes, si usted los llama a capítulo, no podrán hablar con usted durante el resto del año".
Todo esto es parte de la creación de una base en la que puede producirse el aprendizaje. No es, "se preocupan por los niños y los niños van a prosperar", observa Raver, Universidad de Nueva York. Es "la atención se centra sobre los niños y los entornos y la estructura del aula y se facilita las oportunidades para que se produzca el aprendizaje de manera rigurosa con altas expectativas" - y los niños va a prosperar".
Tammy Holloway, el director de la CAMS, ve el trabajo como crítico para la misión de la escuela: "Si estás en una clase en la que no se siente seguro, donde sientes como los niños van a burlarse de ti, o el maestro va a responder de una manera poco amable, no resultará. No se puede persistir en un lugar que es cruel y no alentador, y nuestros hijos tienen que ser persistente para tener éxito".
El trabajo de cambio cultural, de cambio de tendencia es más difícil de evaluar que las intervenciones académicas tradicionales. Puede necesitar años para ver los resultados en los exámenes. Así que en el programa se sirve de evaluadores independientes que utilizan sistema de puntuación de Evaluación del Aula bien considerado, desarrollado en la Universidad de Virginia. Que el sistema de puntuaciones de la evaluación de la calidad de las relaciones de clase, el apoyo emocional y la instrucción proporcionada por esta medida, desde el otoño de 2012 hasta la primavera de 2014, la proporción de maestros clasificados cinco o más alto (en una escala de uno a siete) alcanza el 27-67 por ciento. "Es cada vez más probable que la gente de nuestro personal tengan éxito porque están recibiendo el apoyo que está creando las aulas que son emocionalmente y físicamente seguras", dijo Holloway.
El cambio de tendencia se centra en un terreno importante dentro del movimiento de reforma de la escuela: cómo conseguir que una escuela de riñas y disputas, en palabras de Cantor, se convierta en "un lugar donde puedan hacer uso sólido de innovación académica."
Su visión es no es extender el programa a lo largo y ancho, pero si demostrar que un enfoque intencional en las llamadas habilidades "no académicas" es un requisito previo para el éxito, en lugar de algo sin importancia. Si tiene éxito, ella espera que los principios y prácticas de Turnaround se extenderá a través de una variedad de plataformas y sean adoptado por los distritos para que puedan mejorar las formas en que se entrenan y contratan personal, así como evalúan la escuela y el éxito estudiantil.
"El desarrollo de habilidades académicas requiere el mismo enfoque intencional y riguroso que tomamos para cualquier otra instrucción, como las matemáticas o la alfabetización", dijo Cantor. "Los estudiantes necesitan modelado, orientación, apoyo y oportunidades para aplicar estos conocimientos tal como lo hacen con los académicos."
"El desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños es por conexión", agregó. "Si hemos creado entorno rico en relaciones, permitirán que el desarrollo florezca - y consiga la expresión de todo el potencial de cada niño."
Publicado por David Bornstein.
David Bornstein es el autor de "Cómo cambiar el mundo", que se ha publicado en 20 idiomas, y "El Precio de un Sueño: La historia del Banco Grameen," y es co-autor del "Emprendimiento socia": lo que todo el mundo necesita saber. "Él es un co-fundador de las soluciones de red de Periodismo, que apoya la presentación de informes rigurosos sobre las respuestas a los problemas sociales.
Fuente: http://opinionator.blogs.nytimes.com/2015/04/17/overcoming-povertys-damage-to-learning/
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Ya somos griegos, una reflexión de Rafael Poch
Merkel pregona para la Europa del Sur políticas que nunca aplicó en su país.
Ahora que ya nos han intervenido en toda regla quizá comprendamos, como país, el estado y sentir de los griegos de los que hemos estado desmarcándonos de forma tan miserable. Somos víctimas del mismo fraude que ellos: los de abajo pagando por estafas internacionales realizadas por el sector financiero y consentidas por el poder político. Los ahorros y sacrificios son para pagar las deudas de ese sector, que es internacional. Y los imponen los mismos políticos que sancionaron el casino.
Además, dentro de ese fraude social manifiestamente injusto, en Europa, especialmente en la Europa del Sur, somos víctimas de una política estúpida y miope con la que Berlín y Bruselas intentan resolver mediante devaluación interna el defecto de nacimiento del euro, una unión monetaria sin unión fiscal. El resultado es una asfixiante política de austeridad que agrava la situación. Grecia es eso. Y ahora nosotros somos Grecia.
Es verdad que el gobierno griego mintió en sus cuentas y que el gobierno español dio alas al ladrillo para mantener su “España va bien”, “superamos a Italia” y “vamos a por tí, Francia”. Son diferentes modalidades de la misma mentira. Meros detalles. No hay país europeo que no haya mentido con su economía. La mentira de Alemania es particularmente desvergonzada y a diferencia de la española o la griega, aun está por desvelar. Se trata de que la Señora Merkel pregona para sus socios cosas que no practica en su país.
Alemania hizo recortes sociales muy dolorosos en 2003, cuyo impacto en la productividad y el crecimiento fueron casi nulos. Donde sí tuvieron impacto, junto con las bajadas de impuestos a ricos y empresas, fue en la tasa de beneficio de la minoría más rica. El Estado Social alemán era, y es, una bestia mucho más rechoncha que su equivalente meridional. Había más grasa y el adelgazamiento fue menos intolerable. Los ajustes alemanes fueron dolorosos pero no tienen nada que ver, en sus plazos y en su profundidad, con lo que se ha hecho en Grecia y lo que se va a hacer ahora en España.
En 2005 la hoy canciller Merkel y entonces mera candidata de la CDU anunció en el congreso de su partido en Leipzig reformas radicales, pero cuando llegó al poder y firmó el acuerdo de coalición con los socialdemócratas, con quienes compartió su primer gobierno, decidió frenar las reformas para no sobrecargar a la gente de tal forma que los dolores de los recortes no se hicieran insoportables. De paso mandó a paseo el compromiso europeo de mantener el déficit por debajo del 3%, y, al revés, practicó una política económica expansiva.
En 2009, Alemania entró en recesión, y ¿qué hizo la Señora Merkel, que ya no gobernaba con los socialdemócratas, sino con socios tan neoliberales como ella?: estimuló la economía invirtiendo dinero en el “kurzarbeit”, la jornada a tiempo parcial, subvencionó al fundamental sector del automóvil con el llamado “Abwrackprämie” , la rebaja por compra de coche nuevo a los propietarios de modelos viejos, y metió mucho dinero en infraestructuras y escuelas sin bajar en ningún momento los presupuestos de educación.
La lista contiene todo lo contrario de lo que Merkel dice que hay que hacer en Europa: recortar, impedir mediante el corsé del Pacto Fiscal cualquier huida del compromiso de déficit, nada de programas de estímulo y castigar a la población mucho más allá de lo soportable – lo de Grecia, capítulo en el que ahora va a entrar España.
Este cinismo no es particularmente malvado ni exclusivo de la canciller: es lo que se ha hecho siempre desde los países más poderosos de Occidente: recomendar e imponer políticas, a Rusia, a América Latina, al tercer Mundo en general, que ellos nunca practicaron en casa por la sencilla razón de que la austeridad unilateral nunca ha funcionado en ninguna parte y porque las enormes tasas de paro del 20%, que Grecia y España sufren, desestabilizan las sociedades y convierten a sus gobiernos en misión imposible. Con más de quince millones de parados –el equivalente a nuestro 20%- también Alemania sería un caos y probablemente un caos mucho peor que el griego por la ausencia o extrema debilidad en Alemania de mecanismos y redes de solidaridad familiar que en el mundo mediterráneo son importantes.
Como la actual receta obviamente no funciona, hay que ir en otra dirección. Una solución podría ser la alemana, pero la de verdad, no la leyenda, y, naturalmente, adaptada a nuestras condiciones y, a poder ser, manifiestamente mejorada. Es decir; aflojar la austeridad, denunciar la deuda y no pagarla (por lo menos en toda aquella parte manifiestamente odiosa), hacer caso omiso del estúpido Pacto Fiscal, invertir en educación y en transición energética hacia renovables de forma descentralizada y sostenible, practicar una política fiscal menos injusta que grave a los más ricos, acabar con la ignominia de los desahucios, cuidar nuestra satisfactoria sanidad, mejorar nuestras universidades y formación profesional, etc., etc.
Obviamente para ello es preciso una sociedad despierta, activa y comprometida con tal programa. Son necesarias nuevas fuerzas políticas. Y como el caso griego ha evidenciado con sus 17 jornadas de huelga general, no basta con protestar en casa contra decisiones que vienen de fuera, sino que hay que actuar directamente contra Bruselas y Berlín, en coordinación con los sindicatos y la ciudadanía de otros países y teniendo siempre mucho cuidado en no degenerar en un nacionalismo excluyente.
Ahora que la Unión Europea quiere disolver, aún más, la soberanía nacional, los nacionalismos -catalán y español incluidos- son necesarios, pero hay que manejarlos con cuidado pues a esta fiesta acudirán no pocos vendedores de alfombras dispuestos a hacer pasar las graves cuestiones sociales e internacionales del momento por ajustes de cuentas nacionales con promesas de dorados amaneceres.
La identidad europea, si es que algún día llega a existir tal excéntrico concepto, debe forjarse desde la ciudadanía. Como el ciudadano es el sujeto de la nación, cualquier identidad civil europea seguirá siendo necesariamente nacional por varias generaciones. Así que el “más Europa” sólo puede alcanzarse desde abajo y desde las naciones -desde todas ellas, no sólo desde los Estados-nación- y no contra ellas. Un “más Europa” contra la ciudadanía y contra las naciones es lo que sugiere el último delirio de Berlín. El “más Europa” merkeliano no es más que un fraude que se agita para tapar las desastrosas consecuencias del anterior, es decir para cubrir el desastre ocasionado por la austeridad y la disciplina dirigida a pagar deudas odiosas. No creo que ni la propia Merkel se lo crea, pero algo debe decir para seguir pasando por europeísta cuando es la líder de la desolidarización europea, Habermas dixit.
Lo que está en crisis no es el euro, sino precisamente una Europa construida conforme a los mercados. Contra esa fracasada Europa conforme al mercado que se quiere profundizar –lo que evidencia que los burócratas de Bruselas no han entendido nada-, hay que inventar una Europa conforme a los ciudadanos y sus naciones. No funcionará como unos Estados Unidos de Europa, pero eso es más virtud que defecto. Será algo necesariamente ambiguo y fofo, pero ahí estará la gracia porque esa es la vía democrática.
Original en el blog de Rafael Poch: http://blogs.lavanguardia.com/berlin/ya-somos-griegos/
Ahora que ya nos han intervenido en toda regla quizá comprendamos, como país, el estado y sentir de los griegos de los que hemos estado desmarcándonos de forma tan miserable. Somos víctimas del mismo fraude que ellos: los de abajo pagando por estafas internacionales realizadas por el sector financiero y consentidas por el poder político. Los ahorros y sacrificios son para pagar las deudas de ese sector, que es internacional. Y los imponen los mismos políticos que sancionaron el casino.
Además, dentro de ese fraude social manifiestamente injusto, en Europa, especialmente en la Europa del Sur, somos víctimas de una política estúpida y miope con la que Berlín y Bruselas intentan resolver mediante devaluación interna el defecto de nacimiento del euro, una unión monetaria sin unión fiscal. El resultado es una asfixiante política de austeridad que agrava la situación. Grecia es eso. Y ahora nosotros somos Grecia.
Es verdad que el gobierno griego mintió en sus cuentas y que el gobierno español dio alas al ladrillo para mantener su “España va bien”, “superamos a Italia” y “vamos a por tí, Francia”. Son diferentes modalidades de la misma mentira. Meros detalles. No hay país europeo que no haya mentido con su economía. La mentira de Alemania es particularmente desvergonzada y a diferencia de la española o la griega, aun está por desvelar. Se trata de que la Señora Merkel pregona para sus socios cosas que no practica en su país.
Alemania hizo recortes sociales muy dolorosos en 2003, cuyo impacto en la productividad y el crecimiento fueron casi nulos. Donde sí tuvieron impacto, junto con las bajadas de impuestos a ricos y empresas, fue en la tasa de beneficio de la minoría más rica. El Estado Social alemán era, y es, una bestia mucho más rechoncha que su equivalente meridional. Había más grasa y el adelgazamiento fue menos intolerable. Los ajustes alemanes fueron dolorosos pero no tienen nada que ver, en sus plazos y en su profundidad, con lo que se ha hecho en Grecia y lo que se va a hacer ahora en España.
En 2005 la hoy canciller Merkel y entonces mera candidata de la CDU anunció en el congreso de su partido en Leipzig reformas radicales, pero cuando llegó al poder y firmó el acuerdo de coalición con los socialdemócratas, con quienes compartió su primer gobierno, decidió frenar las reformas para no sobrecargar a la gente de tal forma que los dolores de los recortes no se hicieran insoportables. De paso mandó a paseo el compromiso europeo de mantener el déficit por debajo del 3%, y, al revés, practicó una política económica expansiva.
En 2009, Alemania entró en recesión, y ¿qué hizo la Señora Merkel, que ya no gobernaba con los socialdemócratas, sino con socios tan neoliberales como ella?: estimuló la economía invirtiendo dinero en el “kurzarbeit”, la jornada a tiempo parcial, subvencionó al fundamental sector del automóvil con el llamado “Abwrackprämie” , la rebaja por compra de coche nuevo a los propietarios de modelos viejos, y metió mucho dinero en infraestructuras y escuelas sin bajar en ningún momento los presupuestos de educación.
La lista contiene todo lo contrario de lo que Merkel dice que hay que hacer en Europa: recortar, impedir mediante el corsé del Pacto Fiscal cualquier huida del compromiso de déficit, nada de programas de estímulo y castigar a la población mucho más allá de lo soportable – lo de Grecia, capítulo en el que ahora va a entrar España.
Este cinismo no es particularmente malvado ni exclusivo de la canciller: es lo que se ha hecho siempre desde los países más poderosos de Occidente: recomendar e imponer políticas, a Rusia, a América Latina, al tercer Mundo en general, que ellos nunca practicaron en casa por la sencilla razón de que la austeridad unilateral nunca ha funcionado en ninguna parte y porque las enormes tasas de paro del 20%, que Grecia y España sufren, desestabilizan las sociedades y convierten a sus gobiernos en misión imposible. Con más de quince millones de parados –el equivalente a nuestro 20%- también Alemania sería un caos y probablemente un caos mucho peor que el griego por la ausencia o extrema debilidad en Alemania de mecanismos y redes de solidaridad familiar que en el mundo mediterráneo son importantes.
Como la actual receta obviamente no funciona, hay que ir en otra dirección. Una solución podría ser la alemana, pero la de verdad, no la leyenda, y, naturalmente, adaptada a nuestras condiciones y, a poder ser, manifiestamente mejorada. Es decir; aflojar la austeridad, denunciar la deuda y no pagarla (por lo menos en toda aquella parte manifiestamente odiosa), hacer caso omiso del estúpido Pacto Fiscal, invertir en educación y en transición energética hacia renovables de forma descentralizada y sostenible, practicar una política fiscal menos injusta que grave a los más ricos, acabar con la ignominia de los desahucios, cuidar nuestra satisfactoria sanidad, mejorar nuestras universidades y formación profesional, etc., etc.
Obviamente para ello es preciso una sociedad despierta, activa y comprometida con tal programa. Son necesarias nuevas fuerzas políticas. Y como el caso griego ha evidenciado con sus 17 jornadas de huelga general, no basta con protestar en casa contra decisiones que vienen de fuera, sino que hay que actuar directamente contra Bruselas y Berlín, en coordinación con los sindicatos y la ciudadanía de otros países y teniendo siempre mucho cuidado en no degenerar en un nacionalismo excluyente.
Ahora que la Unión Europea quiere disolver, aún más, la soberanía nacional, los nacionalismos -catalán y español incluidos- son necesarios, pero hay que manejarlos con cuidado pues a esta fiesta acudirán no pocos vendedores de alfombras dispuestos a hacer pasar las graves cuestiones sociales e internacionales del momento por ajustes de cuentas nacionales con promesas de dorados amaneceres.
La identidad europea, si es que algún día llega a existir tal excéntrico concepto, debe forjarse desde la ciudadanía. Como el ciudadano es el sujeto de la nación, cualquier identidad civil europea seguirá siendo necesariamente nacional por varias generaciones. Así que el “más Europa” sólo puede alcanzarse desde abajo y desde las naciones -desde todas ellas, no sólo desde los Estados-nación- y no contra ellas. Un “más Europa” contra la ciudadanía y contra las naciones es lo que sugiere el último delirio de Berlín. El “más Europa” merkeliano no es más que un fraude que se agita para tapar las desastrosas consecuencias del anterior, es decir para cubrir el desastre ocasionado por la austeridad y la disciplina dirigida a pagar deudas odiosas. No creo que ni la propia Merkel se lo crea, pero algo debe decir para seguir pasando por europeísta cuando es la líder de la desolidarización europea, Habermas dixit.
Lo que está en crisis no es el euro, sino precisamente una Europa construida conforme a los mercados. Contra esa fracasada Europa conforme al mercado que se quiere profundizar –lo que evidencia que los burócratas de Bruselas no han entendido nada-, hay que inventar una Europa conforme a los ciudadanos y sus naciones. No funcionará como unos Estados Unidos de Europa, pero eso es más virtud que defecto. Será algo necesariamente ambiguo y fofo, pero ahí estará la gracia porque esa es la vía democrática.
Original en el blog de Rafael Poch: http://blogs.lavanguardia.com/berlin/ya-somos-griegos/
sábado, 18 de abril de 2015
Juguetes para un tiempo prohibido
La detención de Rodrigo Rato no es la demostración de que el Gobierno no se casa con nadie, es un fracaso en todos los órdenes
Cuenta Federico Trillo, que es un hombre muy sentido, que cuando Rodrigo Rato se opuso a la invasión de Irak en el Consejo de Ministros Aznar le miró con “tristeza infinita”. Es imposible que Aznar mire con “tristeza infinita” y no ver en su lugar a Manu Chao (“infinita tristesa, infinita tristesa, yo siempre estaré a tu lado, radio mano papá chango”). Sólo habían pasado dos años desde que Fraga pegase los carteles electorales bajo una lluvia de huevos y fuese corriendo Aznar a Vigo, como Hugo Sánchez, a decir que al PP no se le gana “a huevos”. Luego, con orgullo infinito, le dijo a Rato que era el “mejor ministro de Economía de la historia de España en muchos años” sin especificar cuántos: durante el aznarismo se podía ser el mejor de la historia durante algunas horas.
Rato entonces era Dios, y lo siguió siendo tras dos derrotas: la suya ante Rajoy y la de su partido ante el PSOE. Aspiraba a ser presidente del Gobierno y acabó, como premio de consolación, siendo jefe de Estado, que es el estatus del director-gerente del FMI. Del Audi al Lincoln, y de Madrid a Washington. Volvió a Estados Unidos, pero ya a la Costa Este. En su juventud, que no se acaba nunca, la poderosa familia Rato lo había enviado a estudiar a California. Rato volvió de las playas convertido en una especie de Jim Morrison, el Rey Lagarto. De la época se guardan fotografías que muestran a Rato de jipi rico consumido por la nostalgia, como si estuviese a punto de ser arrancado de un mundo al que por un instante creyó pertenecer. El sueño se derrumbó cuando empezó otro, en el momento en que Ramón Rato entró en el despacho de Fraga, tiró la chequera a la mesa y dijo: “Manolo, el chico quiere ser diputado”. Entre los años que pasaron desde que a Fraga le tiraban chequeras y empezaron a tirarle huevos Rato multiplicó panes y peces: hizo el milagro económico español, marca registrada.
En todo ese tiempo no perdió de vista su vocación, que es la de actor. Cuando dirigía el FMI se presentó en un pequeño teatro de Washington para hacer de Alfonso VII en La venganza de Don Mendo al grito de "cese ya el atambor, que están mis nobles cansados de redobles, y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito", un lenguaje del que años después bebió el PP para anunciar los recortes. Rato fue uno de los mejores actores de la obra, o eso dijo la crítica. Iba ataviado con una capa de terciopelo, un traje azul de época con ribetes dorados, una corona de rey y una espada de plástico, ropajes que en Strauss-Kahn hubieran desatado el pánico.
Esto ocurrió en mayo de 2006, un punto de inflexión porque Rato no volvió a cambiarse de ropa. Desde entonces, cúspide de su carrera política, se apareció mentalmente a todos, incluidos sus compañeros del PP, como un rey medieval. Todo lo que sucedió luego hay que circunscribirlo a la exagerada impunidad de un monarca. En la famosa salida de Bankia a Bolsa, cuando Rato le da a la campana (doblaban por nosotros), en realidad está blandiendo la espada de plástico envuelto en su capa de terciopelo, ahíto de tanto parchear y tanto pito.
Xoguetes para un tempo prohibido es el título de una novela que Carlos Casares, el añorado y querido Carlos Casares, publicó en 1975. Habla de una generación brillante llena de sueños que se precipita contra la impotencia, la desolación y el desencanto de su época. Hay algo de eso en la burbuja económica de los noventa, la formidable tramoya sobre la que se habría de crecer España hasta convertirse en un país moralmente higiénico, desahogado de tramas perfectamente criminales, de actitudes colectivas que tenían más de sangrante en lo legal, con sus sueldos millonarios por representación, indemnizaciones excesivas pese a la incompetencia y sociedades superpuestas, que en lo ilegal, pues al fin y al cabo lo ilegal debe ocultarse y lo legal, aun repugnante, habría de ocurrir ante nuestros ojos.
La detención de Rato no es la demostración de que el Gobierno no se casa con nadie, entre otras razones porque lo que se hizo ayer fue aventar públicamente, con sobreactuación de telenovela, un divorcio. Es un fracaso en todos los órdenes, incluida la puesta en escena, esa coquetería de cortar el tráfico, avisar a la prensa y plantar doce agentes en un portal para llamar al telefonillo y decir ante los micrófonos: “somos la policía, abran” en una frase muy “Jose, ábrenos, que somos nosotras”. Y la mano en la nuca por si Rato se olvidó de saber bajar la cabeza, una mano de telediario, casi de escaleta (yo sufrí esa mano en una detención en Canarias; me bajaron la cabeza tan ostensiblemente que antes me la levantaron un poco, como para coger carrerilla, mientras los vecinos -esos terribles vecinos españoles, que dijo Max Aub- salían a los balcones a pedir que se limpiase el barrio y me llamaban “terrorista” o algo aún peor, “gallego”, y aunque fue una mano en tensión había algo de dulzura, de calambre en el roce, tanto que hasta lamenté que el agente se sentase delante).
Al final el papel de Rato, como el de Pujol, ha sido el de Boyhood: políticos cuya estatura crece de forma real hasta hacernos olvidar que se tratan de una ficción. La interpretación ha sido tan perfecta que ellos mismos dictaban la moral y las leyes en las que permanecían atrapados. Allí donde se depositó el poder de forma más ruidosa, en Cataluña, en Andalucía, en Valencia, en Madrid, ha ido devorándose a sí mismo bajo la perversión del "no matarás" de Hanna Arendt desplazado al séptimo mandamiento: el mal perdió la característica de ser una tentación, así que en lugar de tener la tentación de robar, lo que había era la tentación de no hacerlo. Cualquier vistazo al pasado es un ejercicio de nostalgia y horror. Ni siquiera Rato y sus antiguas declaraciones de Robin Hood superan a las del pobre maestro de yoga que dijo en El Confidencial: “Si Zapatero meditara como Rato no habría crisis económica”. O el eco de los mandamases del PP en el balcón de Génova celebrando la victoria de 2011, cuando se llenó de tal forma que alguien empezó a gritar: “¡Que se va a caer, que no aguanta tanta gente!”. Y la imagen del exvicepresidente detenido, tristeza infinita; el autor del supuesto milagro español al que le faltó gritar desde el portal, rodeado de policía, la revelación del cura de Cotobade en su lecho de muerte: “¡Todo era mentira!”.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/04/17/actualidad/1429263577_514610.html
Cuenta Federico Trillo, que es un hombre muy sentido, que cuando Rodrigo Rato se opuso a la invasión de Irak en el Consejo de Ministros Aznar le miró con “tristeza infinita”. Es imposible que Aznar mire con “tristeza infinita” y no ver en su lugar a Manu Chao (“infinita tristesa, infinita tristesa, yo siempre estaré a tu lado, radio mano papá chango”). Sólo habían pasado dos años desde que Fraga pegase los carteles electorales bajo una lluvia de huevos y fuese corriendo Aznar a Vigo, como Hugo Sánchez, a decir que al PP no se le gana “a huevos”. Luego, con orgullo infinito, le dijo a Rato que era el “mejor ministro de Economía de la historia de España en muchos años” sin especificar cuántos: durante el aznarismo se podía ser el mejor de la historia durante algunas horas.
Rato entonces era Dios, y lo siguió siendo tras dos derrotas: la suya ante Rajoy y la de su partido ante el PSOE. Aspiraba a ser presidente del Gobierno y acabó, como premio de consolación, siendo jefe de Estado, que es el estatus del director-gerente del FMI. Del Audi al Lincoln, y de Madrid a Washington. Volvió a Estados Unidos, pero ya a la Costa Este. En su juventud, que no se acaba nunca, la poderosa familia Rato lo había enviado a estudiar a California. Rato volvió de las playas convertido en una especie de Jim Morrison, el Rey Lagarto. De la época se guardan fotografías que muestran a Rato de jipi rico consumido por la nostalgia, como si estuviese a punto de ser arrancado de un mundo al que por un instante creyó pertenecer. El sueño se derrumbó cuando empezó otro, en el momento en que Ramón Rato entró en el despacho de Fraga, tiró la chequera a la mesa y dijo: “Manolo, el chico quiere ser diputado”. Entre los años que pasaron desde que a Fraga le tiraban chequeras y empezaron a tirarle huevos Rato multiplicó panes y peces: hizo el milagro económico español, marca registrada.
En todo ese tiempo no perdió de vista su vocación, que es la de actor. Cuando dirigía el FMI se presentó en un pequeño teatro de Washington para hacer de Alfonso VII en La venganza de Don Mendo al grito de "cese ya el atambor, que están mis nobles cansados de redobles, y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito", un lenguaje del que años después bebió el PP para anunciar los recortes. Rato fue uno de los mejores actores de la obra, o eso dijo la crítica. Iba ataviado con una capa de terciopelo, un traje azul de época con ribetes dorados, una corona de rey y una espada de plástico, ropajes que en Strauss-Kahn hubieran desatado el pánico.
Esto ocurrió en mayo de 2006, un punto de inflexión porque Rato no volvió a cambiarse de ropa. Desde entonces, cúspide de su carrera política, se apareció mentalmente a todos, incluidos sus compañeros del PP, como un rey medieval. Todo lo que sucedió luego hay que circunscribirlo a la exagerada impunidad de un monarca. En la famosa salida de Bankia a Bolsa, cuando Rato le da a la campana (doblaban por nosotros), en realidad está blandiendo la espada de plástico envuelto en su capa de terciopelo, ahíto de tanto parchear y tanto pito.
Xoguetes para un tempo prohibido es el título de una novela que Carlos Casares, el añorado y querido Carlos Casares, publicó en 1975. Habla de una generación brillante llena de sueños que se precipita contra la impotencia, la desolación y el desencanto de su época. Hay algo de eso en la burbuja económica de los noventa, la formidable tramoya sobre la que se habría de crecer España hasta convertirse en un país moralmente higiénico, desahogado de tramas perfectamente criminales, de actitudes colectivas que tenían más de sangrante en lo legal, con sus sueldos millonarios por representación, indemnizaciones excesivas pese a la incompetencia y sociedades superpuestas, que en lo ilegal, pues al fin y al cabo lo ilegal debe ocultarse y lo legal, aun repugnante, habría de ocurrir ante nuestros ojos.
La detención de Rato no es la demostración de que el Gobierno no se casa con nadie, entre otras razones porque lo que se hizo ayer fue aventar públicamente, con sobreactuación de telenovela, un divorcio. Es un fracaso en todos los órdenes, incluida la puesta en escena, esa coquetería de cortar el tráfico, avisar a la prensa y plantar doce agentes en un portal para llamar al telefonillo y decir ante los micrófonos: “somos la policía, abran” en una frase muy “Jose, ábrenos, que somos nosotras”. Y la mano en la nuca por si Rato se olvidó de saber bajar la cabeza, una mano de telediario, casi de escaleta (yo sufrí esa mano en una detención en Canarias; me bajaron la cabeza tan ostensiblemente que antes me la levantaron un poco, como para coger carrerilla, mientras los vecinos -esos terribles vecinos españoles, que dijo Max Aub- salían a los balcones a pedir que se limpiase el barrio y me llamaban “terrorista” o algo aún peor, “gallego”, y aunque fue una mano en tensión había algo de dulzura, de calambre en el roce, tanto que hasta lamenté que el agente se sentase delante).
Al final el papel de Rato, como el de Pujol, ha sido el de Boyhood: políticos cuya estatura crece de forma real hasta hacernos olvidar que se tratan de una ficción. La interpretación ha sido tan perfecta que ellos mismos dictaban la moral y las leyes en las que permanecían atrapados. Allí donde se depositó el poder de forma más ruidosa, en Cataluña, en Andalucía, en Valencia, en Madrid, ha ido devorándose a sí mismo bajo la perversión del "no matarás" de Hanna Arendt desplazado al séptimo mandamiento: el mal perdió la característica de ser una tentación, así que en lugar de tener la tentación de robar, lo que había era la tentación de no hacerlo. Cualquier vistazo al pasado es un ejercicio de nostalgia y horror. Ni siquiera Rato y sus antiguas declaraciones de Robin Hood superan a las del pobre maestro de yoga que dijo en El Confidencial: “Si Zapatero meditara como Rato no habría crisis económica”. O el eco de los mandamases del PP en el balcón de Génova celebrando la victoria de 2011, cuando se llenó de tal forma que alguien empezó a gritar: “¡Que se va a caer, que no aguanta tanta gente!”. Y la imagen del exvicepresidente detenido, tristeza infinita; el autor del supuesto milagro español al que le faltó gritar desde el portal, rodeado de policía, la revelación del cura de Cotobade en su lecho de muerte: “¡Todo era mentira!”.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/04/17/actualidad/1429263577_514610.html
Isabel Pérez Montalbán o la nueva poesía social
Isabel Pérez Montalbán (Córdoba, 1964) es, desde mi punto de vista, la voz poética más clara y emocionantemente social de la poesía española actual. Su último libro Un cadáver lleno de mundo le valió el XVII Premio Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina”. Se trata de un precioso recorrido biográfico-literario (“Currículum vítae”) en dos partes: “El crecimiento” y “Supervivencia”, un recorrido que recoge toda una conciencia política y social que denuncia las injusticias del sistema, que clama su indignación y proclama la herida de los pobres, el frío del proletario. Digamos que Isabel Pérez Montalbán culminan con este título proveniente de un verso de César Vallejo (Su cadáver estaba lleno de mundo) una obra excepcional en su coherencia íntima y social. Una poeta recomendable y necesaria.
Además de este libro ha publicado los poemarios No es precisa la muerte, Puente levadizo, Fuegos japoneses en la bahía, Cartas de amor de un comunista, Los muertos nómadas, El frío proletario, La autonomía térmica de los pingüinos, Siberia propia y Animal ma non troppo.
Expongo a continuación dos poemas. El primero, perteneciente al poemario Cartas de amor de un comunista, es uno de los poemas más emocionantes que he leído últimamente. Se trata del titulado “Clases sociales”, un poema que enseguida nos conecta intertextualmente con la atmósfera y el sentimiento de Los santos inocentes, de Miguel Delibes.
El siguiente poema que he seleccionado para esta ocasión es el titulado “La supervivencia”, de Un cadáver lleno de mundo. Se trata del primer poema de la segunda parte que ejemplifica las ideas ya expuestas sobre una poética donde se une íntimamente lo biográfico y lo social, y cuya suma supone una emoción inevitable.
Con seis años, mi padre trabajaba
de primavera a primavera.
De sol a sol cuidaba de animales.
El capataz lo ataba de una cuerda
para que no se perdiera en las zanjas,
en las ramas de olivo, en los arroyos,
en la escarcha invernal de los barrancos.
Y cuando oscurecía, sin esfuerzo,
tiraba de él, lo regresaba níveo,
amoratado, con temblores
y ampollas en las manos,
y alguna enredadera de abandono
en las paredes quebradizas
de sus pulmones rosas
y su pequeño corazón.
En sus últimos años volvía a ser un niño:
se acordaba del frío proletario,
(porque era ya substancia de sus huesos),
del aroma de salvia, del primer cine mudo
y del pan con aceite que le daban al ángelus,
en la hora de las falsas proteínas.
Pero su señorito, que era bueno,
con sus botas de piel y sus guantes de lluvia,
una vez lo llevó, en coche de caballos,
al médico. Le falla la memoria
del viaje: lo sacaron del cortijo sin pulso,
tenía más de cuarenta de fiebre
y había estado a punto de morirse,
con seis años, mi padre, de aquella pulmonía.
Con seis años, mi padre.
Isabel Pérez Montalbán
Cartas de amor de un comunista, Germanía, Valencia, 1999
LA SUPERVIVENCIA
¿Es que ya no te acuerdas? Del derecho político,
del autobús tan frío amaneciendo
por donde los establos del tráfico y la fiebre.
No renuncies. Acuérdate de entonces,
de respirar la pringue en las cocinas,
de aquel olor a furia y camposanto;
y de las comuniones, del salario de abril,
de platos y más platos en jabón corrosivo,
de las manos con cortes y durezas.
Aquel mundo se abría y se cerraba
mientras pelar patatas inspiraba un poema
con que iniciar la búsqueda subversiva de un nido.
Y dónde estabas tú, por el abrazo
de qué amante mortal y migratorio,
sobre cuál sembradura te dormías,
qué noche de borrasca la cuna provisoria
no soportó ya el peso de plumas y reptiles,
y en el fondo de qué bendito estercolero
te sorprendió de pronto esa hora de morir
o el día soleado de la resurrección.
Sí, me acuerdo. Remuevo los escombros,
la oxidada hojalata de los años,
y en los tiempos de escasas proteínas,
de chispa y minifalda de estraperlo,
estaba yo nublada en la extensión
de las piernas y al borde de lo oscuro,
precipitada al filo en los apuntes,
mordida por la anemia y la humedad;
toda la piel un gélido archipiélago
de pecas con las playas sin camino.
Estaba, pero no era todavía.
Huidiza del contacto y de las clases,
entre la disciplina y el incendio,
entre los canapés y el medio bocadillo,
entre la nicotina y la cordura,
estaba pero no era. Sólo fingía ser.
Aunque a veces de golpe estuve y fui
por el domingo ocaso de llovizna,
sola en salas de cine también solas:
Redford sobrevolaba las praderas de África,
moría sin saber que yo lo esperé siempre.
Isabel Pérez Montalbán
Un cadáver lleno de mundo, Hiperión, Madrid, 2010
Además de este libro ha publicado los poemarios No es precisa la muerte, Puente levadizo, Fuegos japoneses en la bahía, Cartas de amor de un comunista, Los muertos nómadas, El frío proletario, La autonomía térmica de los pingüinos, Siberia propia y Animal ma non troppo.
Expongo a continuación dos poemas. El primero, perteneciente al poemario Cartas de amor de un comunista, es uno de los poemas más emocionantes que he leído últimamente. Se trata del titulado “Clases sociales”, un poema que enseguida nos conecta intertextualmente con la atmósfera y el sentimiento de Los santos inocentes, de Miguel Delibes.
El siguiente poema que he seleccionado para esta ocasión es el titulado “La supervivencia”, de Un cadáver lleno de mundo. Se trata del primer poema de la segunda parte que ejemplifica las ideas ya expuestas sobre una poética donde se une íntimamente lo biográfico y lo social, y cuya suma supone una emoción inevitable.
CLASES SOCIALES
Los pobres son príncipes que tienen que reconquistar su reino.
Agustín Díaz-Yanes. Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto
Con seis años, mi padre trabajaba
de primavera a primavera.
De sol a sol cuidaba de animales.
El capataz lo ataba de una cuerda
para que no se perdiera en las zanjas,
en las ramas de olivo, en los arroyos,
en la escarcha invernal de los barrancos.
Y cuando oscurecía, sin esfuerzo,
tiraba de él, lo regresaba níveo,
amoratado, con temblores
y ampollas en las manos,
y alguna enredadera de abandono
en las paredes quebradizas
de sus pulmones rosas
y su pequeño corazón.
En sus últimos años volvía a ser un niño:
se acordaba del frío proletario,
(porque era ya substancia de sus huesos),
del aroma de salvia, del primer cine mudo
y del pan con aceite que le daban al ángelus,
en la hora de las falsas proteínas.
Pero su señorito, que era bueno,
con sus botas de piel y sus guantes de lluvia,
una vez lo llevó, en coche de caballos,
al médico. Le falla la memoria
del viaje: lo sacaron del cortijo sin pulso,
tenía más de cuarenta de fiebre
y había estado a punto de morirse,
con seis años, mi padre, de aquella pulmonía.
Con seis años, mi padre.
Isabel Pérez Montalbán
Cartas de amor de un comunista, Germanía, Valencia, 1999
LA SUPERVIVENCIA
¿Es que ya no te acuerdas? Del derecho político,
del autobús tan frío amaneciendo
por donde los establos del tráfico y la fiebre.
No renuncies. Acuérdate de entonces,
de respirar la pringue en las cocinas,
de aquel olor a furia y camposanto;
y de las comuniones, del salario de abril,
de platos y más platos en jabón corrosivo,
de las manos con cortes y durezas.
Aquel mundo se abría y se cerraba
mientras pelar patatas inspiraba un poema
con que iniciar la búsqueda subversiva de un nido.
Y dónde estabas tú, por el abrazo
de qué amante mortal y migratorio,
sobre cuál sembradura te dormías,
qué noche de borrasca la cuna provisoria
no soportó ya el peso de plumas y reptiles,
y en el fondo de qué bendito estercolero
te sorprendió de pronto esa hora de morir
o el día soleado de la resurrección.
Sí, me acuerdo. Remuevo los escombros,
la oxidada hojalata de los años,
y en los tiempos de escasas proteínas,
de chispa y minifalda de estraperlo,
estaba yo nublada en la extensión
de las piernas y al borde de lo oscuro,
precipitada al filo en los apuntes,
mordida por la anemia y la humedad;
toda la piel un gélido archipiélago
de pecas con las playas sin camino.
Estaba, pero no era todavía.
Huidiza del contacto y de las clases,
entre la disciplina y el incendio,
entre los canapés y el medio bocadillo,
entre la nicotina y la cordura,
estaba pero no era. Sólo fingía ser.
Aunque a veces de golpe estuve y fui
por el domingo ocaso de llovizna,
sola en salas de cine también solas:
Redford sobrevolaba las praderas de África,
moría sin saber que yo lo esperé siempre.
Isabel Pérez Montalbán
Un cadáver lleno de mundo, Hiperión, Madrid, 2010
viernes, 17 de abril de 2015
Más lecturas de Eduardo Galeano
A los escritores hay que leerlos. Ha muerto Eduardo Galeano, y el mejor homenaje que se le puede hacer (y, de paso, hacerse a uno mismo) no es sacar los timbales del panegírico póstumo, sino coger alguno de sus libros y dejarse llevar por su don para contar historias, las historias que nadie antes había contado:
Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo, y hubo celebraciones. En España, Julio Vélez organizó conferencias, seminarios, ediciones y una exposición que ofrecía imágenes del poeta, su tierra, su tiempo y su gente. Pero en esos días Julio Vélez conoció a José Manuel Castañón; y entonces todo homenaje le pareció enano. José Manuel Castañón había sido capitán en la guerra española. Peleando por Franco había perdido una mano y había ganado algunas medallas. Una noche, poco después de la guerra, el capitán descubrió, por casualidad, un libro perdido. Se asomó, leyó un verso, leyó dos versos, y ya no pudo desprenderse. El capitán Castañón, héroe del ejército vencedor, pasó toda la noche en vela, atrapado, leyendo y releyendo a César Vallejo, poeta de los vencidos. Y al amanecer de esa noche, renunció al ejército y se negó a cobrar ni una peseta más del gobierno de Franco. Después, lo metieron preso; y se fue al exilio.
El cantor Braulio López, que es la mitad del dúo Los Olimareños, llegó a Barcelona, llegó al exilio. Traía rota una mano. Braulio había estado preso, en la cárcel de Villa Devoto, por andar con tres libros: una biografía de José Artigas, unos poemas de Antonio Machado y El principito, de Saint-Exupéry. Cuando ya estaban por liberarlo, un guardián había entrado en su celda y había preguntado: – Vos sos el guitarrero? Y le había pisado la mano izquierda con la bota. Le ofrecí una entrevista. Esa historia podía interesar a la revista Triunfo. Pero Braulio se rascó la cabeza, pensó un rato y dijo: – No. Y me explicó: – Esto de la mano se va a componer, tarde o temprano. Y entonces yo voy a volver a tocar y a cantar. Entendés? Yo no quiero desconfiar de los aplausos. (Eduardo Galeano, “El libro de los abrazos”, Siglo XXI, 1993).
John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos. Mientras nacía el siglo dieciocho, el primero de los borbones, Felipe V, estrenó su trono firmando un contrato con su primo, el rey de Francia, para que la Compagnie de Guinée vendiera negros en América. Cada monarca llevaba un 25 por ciento de las ganancias. Nombres de algunos navíos negreros: Voltaire, Rousseau, Jesús, Esperanza, Igualdad, Amistad.
En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza. Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Al mismo tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: 899 votos en contra, uno a favor.
A Hitler no le faltaron amigos. La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. La Coca-Cola inventó la Fanta, en plena guerra, para el mercado alemán. La IBM hizo posible la identificación y clasificación de los judíos, y ésa fue la primera hazaña en gran escala del sistema de tarjetas perforadas.
En 1953, estalló la protesta obrera en la Alemania comunista. Los trabajadores se lanzaron a las calles y los tanques soviéticos se ocuparon de callarles la boca. Entonces Bertolt Brecht propuso: ¿No sería más fácil que el gobierno disuelva al pueblo y elija otro?
Miles de años antes de que la invasión norteamericana llevara la Civilización a Irak, en esa tierra bárbara había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amó esa noche como si fuera mortal. Dumuzi, el pastor, fue inmortal mientras duró esa noche. (Eduardo Galeano, “Espejos. Una historia casi universal”, editorial Siglo XXI, 2008).
Me pregunto: ¿Tendrá todavía destino la literatura, en este mundo donde todos los niños de cinco años son ingenieros electrónicos? Y quisiera responderme: Quizá el modo de vida de nuestro tiempo no resulte demasiado bueno para la gente, ni para la naturaleza; pero es sin duda muy bueno para la industria farmacéutica. ¿Por qué no podría ser también muy bueno para la industria literaria? Todo depende del producto que se ofrezca, que ha de ser tranquilizante como el valium y brilloso y light como un show de la tele: que ayuda a no pensar con riesgo ni a sentir con locura, que evite los sueños peligrosos y que sobre todo evite la tentación de vivirlos. Pero ocurre que ésa es exactamente la literatura que no soy capaz de escribir ni de leer.”
(Eduardo Galeano, ” Ser como ellos y otros artículos”, Siglo XXI, 2007)
“Pájaros prohibidos”, cuento de Eduardo Galeano
Durante la dictadura militar uruguaya en 1973, Eduardo Galeano fue encarcelado y después exiliado. Reconocido por ser uno de los escritores más influyentes en el periodismo y literatura hispanoamericana, sus obras envuelven ficción e historia con un subrayado reclamo hacia la clásica “injusticia latinoamericana”.
El relato “Pájaros prohibidos” delinea el tierno encuentro entre un preso político y su hija durante un día de visita en el Penal de Libertad, en Uruguay.
Pájaros prohibidos
Eduardo Galeano
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada a la cárcel.
El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el domingo pasa. Didashkó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
—¿Son naranjas? ¿qué frutas son?
La niña lo hace callar:
—Ssssshhhh.
Y en secreto le explica:
—Bobo, ¿no ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
Fuente: Internet
Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo, y hubo celebraciones. En España, Julio Vélez organizó conferencias, seminarios, ediciones y una exposición que ofrecía imágenes del poeta, su tierra, su tiempo y su gente. Pero en esos días Julio Vélez conoció a José Manuel Castañón; y entonces todo homenaje le pareció enano. José Manuel Castañón había sido capitán en la guerra española. Peleando por Franco había perdido una mano y había ganado algunas medallas. Una noche, poco después de la guerra, el capitán descubrió, por casualidad, un libro perdido. Se asomó, leyó un verso, leyó dos versos, y ya no pudo desprenderse. El capitán Castañón, héroe del ejército vencedor, pasó toda la noche en vela, atrapado, leyendo y releyendo a César Vallejo, poeta de los vencidos. Y al amanecer de esa noche, renunció al ejército y se negó a cobrar ni una peseta más del gobierno de Franco. Después, lo metieron preso; y se fue al exilio.
El cantor Braulio López, que es la mitad del dúo Los Olimareños, llegó a Barcelona, llegó al exilio. Traía rota una mano. Braulio había estado preso, en la cárcel de Villa Devoto, por andar con tres libros: una biografía de José Artigas, unos poemas de Antonio Machado y El principito, de Saint-Exupéry. Cuando ya estaban por liberarlo, un guardián había entrado en su celda y había preguntado: – Vos sos el guitarrero? Y le había pisado la mano izquierda con la bota. Le ofrecí una entrevista. Esa historia podía interesar a la revista Triunfo. Pero Braulio se rascó la cabeza, pensó un rato y dijo: – No. Y me explicó: – Esto de la mano se va a componer, tarde o temprano. Y entonces yo voy a volver a tocar y a cantar. Entendés? Yo no quiero desconfiar de los aplausos. (Eduardo Galeano, “El libro de los abrazos”, Siglo XXI, 1993).
John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos. Mientras nacía el siglo dieciocho, el primero de los borbones, Felipe V, estrenó su trono firmando un contrato con su primo, el rey de Francia, para que la Compagnie de Guinée vendiera negros en América. Cada monarca llevaba un 25 por ciento de las ganancias. Nombres de algunos navíos negreros: Voltaire, Rousseau, Jesús, Esperanza, Igualdad, Amistad.
En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza. Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Al mismo tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: 899 votos en contra, uno a favor.
A Hitler no le faltaron amigos. La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. La Coca-Cola inventó la Fanta, en plena guerra, para el mercado alemán. La IBM hizo posible la identificación y clasificación de los judíos, y ésa fue la primera hazaña en gran escala del sistema de tarjetas perforadas.
En 1953, estalló la protesta obrera en la Alemania comunista. Los trabajadores se lanzaron a las calles y los tanques soviéticos se ocuparon de callarles la boca. Entonces Bertolt Brecht propuso: ¿No sería más fácil que el gobierno disuelva al pueblo y elija otro?
Miles de años antes de que la invasión norteamericana llevara la Civilización a Irak, en esa tierra bárbara había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amó esa noche como si fuera mortal. Dumuzi, el pastor, fue inmortal mientras duró esa noche. (Eduardo Galeano, “Espejos. Una historia casi universal”, editorial Siglo XXI, 2008).
Me pregunto: ¿Tendrá todavía destino la literatura, en este mundo donde todos los niños de cinco años son ingenieros electrónicos? Y quisiera responderme: Quizá el modo de vida de nuestro tiempo no resulte demasiado bueno para la gente, ni para la naturaleza; pero es sin duda muy bueno para la industria farmacéutica. ¿Por qué no podría ser también muy bueno para la industria literaria? Todo depende del producto que se ofrezca, que ha de ser tranquilizante como el valium y brilloso y light como un show de la tele: que ayuda a no pensar con riesgo ni a sentir con locura, que evite los sueños peligrosos y que sobre todo evite la tentación de vivirlos. Pero ocurre que ésa es exactamente la literatura que no soy capaz de escribir ni de leer.”
(Eduardo Galeano, ” Ser como ellos y otros artículos”, Siglo XXI, 2007)
“Pájaros prohibidos”, cuento de Eduardo Galeano
Durante la dictadura militar uruguaya en 1973, Eduardo Galeano fue encarcelado y después exiliado. Reconocido por ser uno de los escritores más influyentes en el periodismo y literatura hispanoamericana, sus obras envuelven ficción e historia con un subrayado reclamo hacia la clásica “injusticia latinoamericana”.
El relato “Pájaros prohibidos” delinea el tierno encuentro entre un preso político y su hija durante un día de visita en el Penal de Libertad, en Uruguay.
Pájaros prohibidos
Eduardo Galeano
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada a la cárcel.
El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el domingo pasa. Didashkó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
—¿Son naranjas? ¿qué frutas son?
La niña lo hace callar:
—Ssssshhhh.
Y en secreto le explica:
—Bobo, ¿no ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
Fuente: Internet
Los errores que se reconocen en subjuntivo. La gramática nos da muchas pistas para ver el grado de convicción de quien habla
El subjuntivo del español se ha especializado en la irrealidad. El indicativo, en cambio, prefiere ver la vida como es.
De acuerdo: ésa no es una afirmación científica. Pero sirve para esta explicación.
El subjuntivo sub-junta: o sea, junta por debajo: supedita, subordina.
“Yo canto” es indicativo. “Yo cante”, subjuntivo. El primero se basta solo, mientras que al segundo le gusta colgarse de otra idea: “No es bueno que yo cante”.
La irrealidad engloba (en términos gramaticales) la incertidumbre, la conjetura, la posibilidad, las emociones y las obligaciones (sobre todo si no se han cumplido). Es decir, el subjuntivo representa lo subjetivo, frente a la sensación de objetividad del indicativo. Contamos en indicativo “veo que viene Bernarda” (se ve la realidad, es algo objetivo para la gramática); pero en subjuntivo “me sorprende que venga Bernarda” (la sorpresa es una emoción, y por tanto subjetividad). Decimos “creo que el Séptimo de Caballería llegará a tiempo”: y esa creencia nos parece real conforme a la historia del verbo “creer”: “tener por cierto algo que no está comprobado”.
Los verbos de convicción pueden ligarse, pues, con otro verbo en indicativo. A diferencia de lo que ocurre en la negación y en los demás casos citados: “No creo que el Séptimo de Caballería llegue a tiempo”, “y me sorprendería mucho que lo hiciese”.
Notemos la diferencia entre estas dos frases casi idénticas: “Voy a contratar a un periodista que logra primicias” / “Voy a contratar a un periodista que logre primicias”. En el primer ejemplo, el hablante conoce a ese periodista, ya lo tiene incluso al alcance. En el segundo, ni lo conoce ni ha empezado a buscarlo. Es irreal todavía.
Algo parecido sucede entre estas dos opciones, que también diferencian lo real de lo irreal: “Te veo cuando vienes” / “te veo cuando vengas”.
Observemos otras comparaciones asimétricas en que el indicativo de la parte de la realidad se torna en subjuntivo al otro lado del espejo: “Creo que he ganado el primer premio” / “Dudo que haya ganado el primer premio”. “Sé que has logrado el trabajo” / “Espero que hayas logrado el trabajo”. No decimos “dudo que ha ganado el primer premio” o “espero que has logrado el trabajo”.
Viene todo esto a explicar que la gramática, como acabamos de comprobar, nos da muchas pistas para ver el grado de convicción de quien habla, en función de que emplee determinadas expresiones en indicativo o en subjuntivo.
Declaró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado martes, tras las elecciones en Andalucía: “Tendremos que corregir lo que haya que corregir”. Su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, señalaba por su parte en noviembre de 2011: “Podían haber hecho algo por ayudar, algo, a pesar de los errores que hayamos podido cometer”. Y apuntó Juan Manuel Moreno (PP) tras las elecciones europeas en Andalucía, en julio de 2014: “No esperaba perder por nueve puntos (...). Nos ha servido para ajustar y aprender de los errores que hayamos podido cometer”. Y Ana Botella, alcaldesa de Madrid, explicaba en enero de 2015: “Cuando yo me hice cargo del Ayuntamiento de Madrid, ya sabía que lo que tenía que hacer era complicado, pero creo que con todos los errores que hayamos cometido, el resultado ha sido bueno”.
Hay ejemplos a puñados en casi todas las siglas.
Y llama la atención que quien se ve en la necesidad de referirse públicamente a sus desaciertos acuda para ello al subjuntivo. De tal manera, lejos de colocar el error en un ámbito de realidad, lo sitúa en el modo de lo imaginario y viene a decir: Sí, quizás hayamos cometido errores, hay quien dice que hemos cometido errores... pero yo no lo sé, ni siquiera estoy seguro del tipo de errores cometidos, pero tal vez, es posible, quién sabe si hemos cometido errores.
No se puede rectificar un error si no se admite sin tapujos, si no se analiza por qué se cometió, si no se aceptan sus detalles, con la autoría o con la parte de responsabilidad o de culpa que hay en él; si no se presenta en el lado de la realidad.
Quizá no debamos confiar mucho en que se estén asumiendo de verdad los errores reconocidos en subjuntivo.
Fuente: El País
De acuerdo: ésa no es una afirmación científica. Pero sirve para esta explicación.
El subjuntivo sub-junta: o sea, junta por debajo: supedita, subordina.
“Yo canto” es indicativo. “Yo cante”, subjuntivo. El primero se basta solo, mientras que al segundo le gusta colgarse de otra idea: “No es bueno que yo cante”.
La irrealidad engloba (en términos gramaticales) la incertidumbre, la conjetura, la posibilidad, las emociones y las obligaciones (sobre todo si no se han cumplido). Es decir, el subjuntivo representa lo subjetivo, frente a la sensación de objetividad del indicativo. Contamos en indicativo “veo que viene Bernarda” (se ve la realidad, es algo objetivo para la gramática); pero en subjuntivo “me sorprende que venga Bernarda” (la sorpresa es una emoción, y por tanto subjetividad). Decimos “creo que el Séptimo de Caballería llegará a tiempo”: y esa creencia nos parece real conforme a la historia del verbo “creer”: “tener por cierto algo que no está comprobado”.
Los verbos de convicción pueden ligarse, pues, con otro verbo en indicativo. A diferencia de lo que ocurre en la negación y en los demás casos citados: “No creo que el Séptimo de Caballería llegue a tiempo”, “y me sorprendería mucho que lo hiciese”.
Notemos la diferencia entre estas dos frases casi idénticas: “Voy a contratar a un periodista que logra primicias” / “Voy a contratar a un periodista que logre primicias”. En el primer ejemplo, el hablante conoce a ese periodista, ya lo tiene incluso al alcance. En el segundo, ni lo conoce ni ha empezado a buscarlo. Es irreal todavía.
Algo parecido sucede entre estas dos opciones, que también diferencian lo real de lo irreal: “Te veo cuando vienes” / “te veo cuando vengas”.
Observemos otras comparaciones asimétricas en que el indicativo de la parte de la realidad se torna en subjuntivo al otro lado del espejo: “Creo que he ganado el primer premio” / “Dudo que haya ganado el primer premio”. “Sé que has logrado el trabajo” / “Espero que hayas logrado el trabajo”. No decimos “dudo que ha ganado el primer premio” o “espero que has logrado el trabajo”.
Viene todo esto a explicar que la gramática, como acabamos de comprobar, nos da muchas pistas para ver el grado de convicción de quien habla, en función de que emplee determinadas expresiones en indicativo o en subjuntivo.
Declaró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado martes, tras las elecciones en Andalucía: “Tendremos que corregir lo que haya que corregir”. Su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, señalaba por su parte en noviembre de 2011: “Podían haber hecho algo por ayudar, algo, a pesar de los errores que hayamos podido cometer”. Y apuntó Juan Manuel Moreno (PP) tras las elecciones europeas en Andalucía, en julio de 2014: “No esperaba perder por nueve puntos (...). Nos ha servido para ajustar y aprender de los errores que hayamos podido cometer”. Y Ana Botella, alcaldesa de Madrid, explicaba en enero de 2015: “Cuando yo me hice cargo del Ayuntamiento de Madrid, ya sabía que lo que tenía que hacer era complicado, pero creo que con todos los errores que hayamos cometido, el resultado ha sido bueno”.
Hay ejemplos a puñados en casi todas las siglas.
Y llama la atención que quien se ve en la necesidad de referirse públicamente a sus desaciertos acuda para ello al subjuntivo. De tal manera, lejos de colocar el error en un ámbito de realidad, lo sitúa en el modo de lo imaginario y viene a decir: Sí, quizás hayamos cometido errores, hay quien dice que hemos cometido errores... pero yo no lo sé, ni siquiera estoy seguro del tipo de errores cometidos, pero tal vez, es posible, quién sabe si hemos cometido errores.
No se puede rectificar un error si no se admite sin tapujos, si no se analiza por qué se cometió, si no se aceptan sus detalles, con la autoría o con la parte de responsabilidad o de culpa que hay en él; si no se presenta en el lado de la realidad.
Quizá no debamos confiar mucho en que se estén asumiendo de verdad los errores reconocidos en subjuntivo.
Fuente: El País
jueves, 16 de abril de 2015
La realidad de la noticia y el poema de E. Galeano
Nueva tragedia en el Mediterráneo: temen 400 emigrantes ahogados
15 abril 2015
Naciones Unidas pidió mayores esfuerzos para proteger las vidas de quienes intentan llegar a Europa, después de que se reportara que unos 400 emigrantes permanecen desaparecidos tras el naufragio de su embarcación, en las costas de Libia.
Entretanto, las autoridades italianas esperan la llegada a Sicilia este miércoles de otros cientos de emigrantes rescatados de barcos en el Mar Mediterráneo.
En los últimos días han recogido del mar a casi 10.000 personas y se sabe que hay más embarcaciones en dirección a la costa italiana. Cientos de miles de emigrantes han tratado de cruzar el Mar Mediterráneo hacia Europa en los últimos años para escapar de la pobreza y los conflictos en países de África y Oriente Medio.
Los Nadies
Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.
Os ninguém
A pulgas sonho de comprar um cão
e os ninguéns sonho de escapar da pobreza,
que um dia mágico
chover de repente boa sorte,
chuva boa sorte;
mas boa sorte não chover ontem ou hoje,
nem amanhã, nem nunca,
nem ou garoa cai do céu boa sorte,
Por mais que os ninguéns a chamada
e, embora eles despertar o lado esquerdo,
ou levantar-se com o pé direito,
mudando ano de início ou vassoura.
Os ninguém: Filhos de ninguém,
proprietários de nada.
Os ninguém: none, as ninguneados,
correndo como coelhos, morrendo ao longo da vida, parafusado,
rejodidos:
Eles não são, mas poderia ser.
Que não falam idiomas, mas dialetos.
Eles não professam nenhuma religião,
mas superstições.
Quem não fazen arte, mas artesanato.
Que não praticam a cultura, mas folclore.
Eles não são seres humanos,
mas os recursos humanos.
Eles não têm rostos, mas os braços.
Eles não têm nomes, mas números.
Não listado na história do mundo,
mas nos relatórios da criminalidade na imprensa local.
Os ninguéns,
eles custam menos
que a bala que mata-los.
The Nobodies
Fleas dream of buying a dog
and the nobodies dream of getting out from under their poverty,
that some magic day
suddenly good fortune will rain upon them
that it will downpour bucket-fulls of good luck.
But good luck doesn’t rain today
or tomorrow or ever,
not even a little drizzle falls from the sky.
No matter how much the nobodies cry for it
and even when their left hand itches
or they get up on the right foot,
or when they start the year getting a new broom.
The nobodies: the sons of no one,
the owners of nothing.
The nobodies: treated as no one,
running after the carrot, dying their lives, fucked,
double-fucked.
Who are not, even when they are.
Who don’t speak languages, but rather dialects.
Who don’t follow religions,
but rather superstitions.
Who don’t do art, but rather crafts.
Who don’t practice culture, but rather folklore.
Who are not human,
but rather human resources.
Who have no face but have arms,
who have no name, but rather a number.
Who don’t appear in the universal history books,
but rather in the police pages of the local press.
The nobodies,
the ones who are worth less
than the bullet that kills them.
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_- Los inesperados debates de la vieja señora. El Banco de Inglaterra promueve animadas discusiones sobre la creciente desigualdad
_- El Banco de Inglaterra, también conocido como la Vieja Señora de Threadneedle Street, tiene fama de hacer cosas inesperadas.
No respecto a la política monetaria (Gran Bretaña siempre ha estado fuera del euro), sino en otras esferas. Su actual gobernador, por ejemplo, seleccionado entre varios candidatos, se llama Mark Carney, tiene 50 años y, por primera vez en la historia, no es británico, sino canadiense. Cuando le nombraron, hace ya dos años, aseguró que proporcionaría estímulos a la economía británica para favorecer el crecimiento y que no cejaría hasta que el paro se situara por debajo del 7% (en febrero pasado fue del 5,7%). Además, no para de criticar la política económica europea.
En cualquier caso, con Carney o sin él, el Banco de Inglaterra llama casi siempre la atención por su abierto interés por el debate intelectual y político (casi como el Banco de España, ¿no?). Hace pocos meses convocó un seminario con el economista francés Thomas Piketty e invitó a un buen grupo de profesores británicos a discutir sobre la desigualdad. Un amplio resumen puede leerse en el Quarterly Bulletin 2015 de la entidad.
Una de las conclusiones más compartidas por los invitados fue que el acceso a una educación de calidad y gratuita es uno de los elementos fundamentales para impedir la desigualdad.
Educación de calidad de tres a cinco años, porque, según los profesores Blundell y Attanasio, que presentaron numerosos datos de Reino Unido, existe una estrecha relación entre el grado de desarrollo cognitivo de un niño o niña de cinco años y su vida posterior como adulto. Otros participantes criticaron duramente el sistema educativo universitario norteamericano, que está estrechamente vinculado con el aumento de la desigualdad en la sociedad estadounidense. El acceso igualitario (gratuito y muy amplio) a la educación universitaria, consensuaron, es fundamental en ese deseo de alcanzar un mayor equilibrio.
Los profesores también están muy de acuerdo en que hay que imponer altos impuestos en las herencias.
No se trata de que unos padres no puedan dejar un piso, o unos ahorros limitados, a sus hijos. Se trata de que, a cuenta de ese deseo, bastante natural, se han dejado de gravar fuertemente herencias que han alcanzado volúmenes exagerados, en algunos casos abrumadores. No hay nada que justifique que las nuevas generaciones no arranquen de un nivel más parecido, coincidieron.
En general, los asistentes se mostraron bastante de acuerdo en que los sistemas tributarios se basan fundamentalmente en la noción de que los ricos aceptan los impuestos a cambio de que se garantice el derecho a la propiedad.
Parece un acuerdo razonablemente honesto, pero el trato puede quedar en peligro si se produce una desigualdad exagerada, puntualizó el profesor Besley. Es lo que está ocurriendo en Estados Unidos, cuyo nivel de desigualdad no puede ser atribuido a la globalización, porque esa misma globalización no ha tenido el mismo efecto en Alemania, por ejemplo, que hasta ahora es mucho más igualitaria.
Uno de los intervinientes, profesor Lindert, explicó que no siempre la igualdad es producto de una política tributaria determinada. Hay casos que se deben más bien a “accidentes históricos”.
Por lo que se ve, algunas sociedades asiáticas presentan situaciones más igualitarias que otras, antes incluso de tomar en cuenta los impuestos, por alguno de esos “accidentes”. Un ejemplo seria Taiwán, que se mantiene cerrada a la inmigración (lo que hace que los salarios más bajos se mantengan inesperadamente altos) y que, al mismo tiempo, tiene un sistema educativo exitoso.
Buena parte del debate celebrado en el Banco de Inglaterra sería perfecto para ser trasladado a España, antes de que se celebren las elecciones municipales y autonómicas. Sería muy instructivo saber qué piensan, por ejemplo, los candidatos a presidentes de las comunidades de la educación de tres a cinco años, o de la gratuidad y alcance de la educación universitaria, porque de ellos va a depender, al menos en parte, ese apartado.
¿Tienen algo que decir los candidatos a alcaldes sobre los impuestos locales a las herencias? Recuerden lo que dicen los sabios: no se traguen el cuento de que se trata de defender el piso de sus hijos. Ni por asomo.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/04/02/opinion/1427992261_605151.html
No respecto a la política monetaria (Gran Bretaña siempre ha estado fuera del euro), sino en otras esferas. Su actual gobernador, por ejemplo, seleccionado entre varios candidatos, se llama Mark Carney, tiene 50 años y, por primera vez en la historia, no es británico, sino canadiense. Cuando le nombraron, hace ya dos años, aseguró que proporcionaría estímulos a la economía británica para favorecer el crecimiento y que no cejaría hasta que el paro se situara por debajo del 7% (en febrero pasado fue del 5,7%). Además, no para de criticar la política económica europea.
En cualquier caso, con Carney o sin él, el Banco de Inglaterra llama casi siempre la atención por su abierto interés por el debate intelectual y político (casi como el Banco de España, ¿no?). Hace pocos meses convocó un seminario con el economista francés Thomas Piketty e invitó a un buen grupo de profesores británicos a discutir sobre la desigualdad. Un amplio resumen puede leerse en el Quarterly Bulletin 2015 de la entidad.
Una de las conclusiones más compartidas por los invitados fue que el acceso a una educación de calidad y gratuita es uno de los elementos fundamentales para impedir la desigualdad.
Educación de calidad de tres a cinco años, porque, según los profesores Blundell y Attanasio, que presentaron numerosos datos de Reino Unido, existe una estrecha relación entre el grado de desarrollo cognitivo de un niño o niña de cinco años y su vida posterior como adulto. Otros participantes criticaron duramente el sistema educativo universitario norteamericano, que está estrechamente vinculado con el aumento de la desigualdad en la sociedad estadounidense. El acceso igualitario (gratuito y muy amplio) a la educación universitaria, consensuaron, es fundamental en ese deseo de alcanzar un mayor equilibrio.
Los profesores también están muy de acuerdo en que hay que imponer altos impuestos en las herencias.
No se trata de que unos padres no puedan dejar un piso, o unos ahorros limitados, a sus hijos. Se trata de que, a cuenta de ese deseo, bastante natural, se han dejado de gravar fuertemente herencias que han alcanzado volúmenes exagerados, en algunos casos abrumadores. No hay nada que justifique que las nuevas generaciones no arranquen de un nivel más parecido, coincidieron.
En general, los asistentes se mostraron bastante de acuerdo en que los sistemas tributarios se basan fundamentalmente en la noción de que los ricos aceptan los impuestos a cambio de que se garantice el derecho a la propiedad.
Parece un acuerdo razonablemente honesto, pero el trato puede quedar en peligro si se produce una desigualdad exagerada, puntualizó el profesor Besley. Es lo que está ocurriendo en Estados Unidos, cuyo nivel de desigualdad no puede ser atribuido a la globalización, porque esa misma globalización no ha tenido el mismo efecto en Alemania, por ejemplo, que hasta ahora es mucho más igualitaria.
Uno de los intervinientes, profesor Lindert, explicó que no siempre la igualdad es producto de una política tributaria determinada. Hay casos que se deben más bien a “accidentes históricos”.
Por lo que se ve, algunas sociedades asiáticas presentan situaciones más igualitarias que otras, antes incluso de tomar en cuenta los impuestos, por alguno de esos “accidentes”. Un ejemplo seria Taiwán, que se mantiene cerrada a la inmigración (lo que hace que los salarios más bajos se mantengan inesperadamente altos) y que, al mismo tiempo, tiene un sistema educativo exitoso.
Buena parte del debate celebrado en el Banco de Inglaterra sería perfecto para ser trasladado a España, antes de que se celebren las elecciones municipales y autonómicas. Sería muy instructivo saber qué piensan, por ejemplo, los candidatos a presidentes de las comunidades de la educación de tres a cinco años, o de la gratuidad y alcance de la educación universitaria, porque de ellos va a depender, al menos en parte, ese apartado.
¿Tienen algo que decir los candidatos a alcaldes sobre los impuestos locales a las herencias? Recuerden lo que dicen los sabios: no se traguen el cuento de que se trata de defender el piso de sus hijos. Ni por asomo.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/04/02/opinion/1427992261_605151.html
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