¿Experiencia o personalidad? ¿Qué cuenta más en una entrevista de trabajo?
Hasta hace muy poco, lo que más se valoraba en un candidato laboral eran sus conocimientos sobre el área en la que iba a trabajar. Alguien con más estudios o con más años de experiencia tenía ventaja contra alguien con un nivel académico inferior o con menos años haciendo tareas similares.
Sin embargo, hoy en día los empleadores han comenzado a fijarse en otras características, algunas especialmente relacionadas con la personalidad.
De acuerdo a un estudio del Banco Mundial, la determinación (entendida como la perseverancia para lograr objetivos a largo plazo) es la habilidad más buscada por las organizaciones. Proactividad, adaptabilidad, honestidad y capacidad de trabajar en equipo son otras habilidades muy valoradas en los futuros empleados.
“Cada vez veo más anuncios que dicen ´capacidad para trabajar bajo presión´”, comenta Rommel Cáceres, que ya lleva varios años trabajando en diversas empresas peruanas. “Es importante desarrollar esta habilidad mientras se estudia porque si no puede resultar difícil mantenerse en cualquier trabajo”, agrega.
¿Qué son las habilidades socioemocionales y por qué son importantes?
Las habilidades socioemocionales son un conjunto de características que permiten a un ser humano relacionarse exitosamente en la vida. Todo empieza por una buena nutrición, una buena salud y un entorno estimulante durante los primeros 1000 días. Posteriormente, estas habilidades se desarrollan en la casa y en la escuela.
Características como
la empatía y
la tolerancia,
la confianza en sí mismo,
la creatividad,
la autorregulación y
la perseverancia
nacen durante la niñez. Se ha visto que las personas que desarrollaron este tipo de habilidades antes de los 5 años tuvieron menos conductas de riesgo como el uso de drogas, el embarazo adolescente, el pandillaje, e incluso la criminalidad.
De acuerdo a la UNESCO, en América Latina y el Caribe hay casi 117 millones de niños, niñas y adolescentes en edad escolar. En general, los educadores latinoamericanos consideran que están preparando adecuadamente a los jóvenes para el mercado laboral, mientras que los empresarios lamentan la falta de habilidades sociales y emocionales.
Esto se debe principalmente a que la educación está centrada en la parte cognitiva. Hay muy poco tiempo en clase dedicado a la formación de habilidades sociales en los estudiantes. En la mayoría de los casos, los docentes no están capacitados para desarrollar y hablar del control de las emociones y esta tarea se dificulta aún más en zonas de mayor pobreza y de mayor violencia social.
El coste de no tener habilidades sociales
El no haber desarrollado habilidades socioemocionales cuando niños produce ciudadanos con poca capacidad de controlar sentimientos como la frustración o la ira, y mucho más propensos a reacciones inapropiadas e intempestivas.
Como consecuencia, estas personas pueden tener dificultades para cumplir horarios, crear buenas relaciones con otros colegas, negociar en momentos de conflictos o adaptarse a los cambios, según los expertos. Principalmente, se vuelven incapaces de mantener un trabajo estable, lo cual además del impacto negativo en el individuo también puede ser un traspié en el desarrollo de la sociedad.
“Diversas investigaciones demuestran que desarrollar habilidades socioemocionales es fundamental para tener éxito en la vida. En muchos casos, mejoran las posibilidades de salir de la pobreza ya que permiten obtener un mejor trabajo, mantenerlo y rendir mejor en él. Las habilidades socioemocionales sirven para tener relaciones más saludables con la familia, con la sociedad y con la comunidad” comenta Inés Kudo, especialista en educación del Banco Mundial.
Iniciativas en Latinoamérica
En el Perú, un proyecto piloto en educación ha permitido empezar el trabajo con profesores para impulsar el desarrollo de las habilidades socioemocionales. Beatriz Montañez, profesora de una escuela pública comenta: “La sesión que más me impactó fue la que trata sobre las metas a corto y a largo plazo. Esta sesión permite a los alumnos de 4º y 5º de secundaria reflexionar sobre qué hacer con su vida, cómo enfrentarse al futuro y cuál es su interés vocacional”.
Otras experiencias, como la de Jamaica, demuestran que jugar es una parte muy importante del crecimiento del ser humano. Algunos países han ido un poco más allá. En Colombia, por ejemplo, el proyecto “Aulas en Paz” se ha centrado en la reducción de la violencia escolar mejorando la relación interpersonal entre alumnos y su comunidad. En Brasil, el proyecto “Escolas do Amanhã” (Escuelas del mañana) viene trabajando con innovadores métodos educativos para reducir la violencia específicamente en las favelas de Rio de Janeiro.
Formar una fuerza laboral capacitada para América Latina es una tarea de largo aliento. La importancia de incluir las habilidades socioemocionales en la agenda de educación se puede resumir en una frase de Aristóteles: “Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto”.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/14/actualidad/1434242841_826171.html
martes, 16 de junio de 2015
¿Por qué no iba a ir en bicicleta un mensajero? “No vais a durar ni dos días”, les decían. Pero los fundadores de Trébol llevan casi dos décadas repartiendo paquetes sobre pedales
Eran seis veinteañeros con poco dinero, ninguna experiencia empresarial y una idea disparatada que, para colmo, aunaba ecología, autogestión y economía horizontal. “Incluso tú llegas a pensar que estás loco”, confiesa Alberto Luengo (Madrid, 1971) en la oficina de Trébol. Hace 19 años que él y sus socios recorren las calles de la ciudad entregando paquetes en bicicleta. Luengo cuenta su historia entre llamadas de teléfono y ante una larga lista de pedidos en la pantalla del viejo ordenador. No se han hecho ricos, pero no les falta trabajo.
Era 1996 y los seis fundadores andaban entre los 24 y los 27 años. “Utilizábamos la bici para ir a la universidad y para hacer cicloturismo. Nos pilló terminando la carrera y nos gustó la idea de tener una cooperativa propia, no depender de nadie”, recuerda el madrileño. Entonces, desplazarse en bicicleta era ya una rareza (“si veías a alguien en bici, le conocías seguro”), tanto más tomarla como base de un negocio. Su apuesta de hacerse mensajeros a dos ruedas resultó tan exótica que no tardaron en aparecer en periódicos y radios. En un recorte que han conservado y colgado en su web, se habla de alternativa a la “atosigante precariedad laboral”. Por entonces, Luengo intentaba terminar Filología Hispánica. Miguel Domingo, uno de los tres pioneros que continúan en la empresa desde el principio, se quejaba de que sus padres “no le daban credibilidad a esto”. “Algún mensajero en moto te paraba y te decía: ‘Estás loco, no vas a durar ni dos días’. Y fíjate, lo mismo hemos durado más que ellos”, bromea.
Los pedales llevan alimentándoles casi dos décadas. No son salarios altos (no superan los mil euros, y en los últimos años han sufrido algún ajuste más por culpa de la crisis), pero nunca han tenido que enfrentarse con el jefe. Siguen siendo seis, aunque no los mismos: cuatro sobre las bicis, uno (Luengo) al teléfono y el papeleo, y otro a cargo de la furgoneta que han tenido que incorporar para paquetes más pesados o trayectos demasiado largos. La época dorada, para ellos, también llegó a principios de los 2000, cuando el dinero parecía fluir sin límites e Internet, ahora su principal competidor, era aún un extraño para la mayoría de los hogares. Llegaron a ser 23 empleados. “Imagina, trabajábamos para estudios fotográficos, que nos mandaban a por carretes, revelados... O de diseño, que enviaban las pruebas al cliente. Ahora, los únicos documentos que transportamos son los oficiales”. Predominan los objetos y los clientes jóvenes.
Desde sus bicicletas de paseo o carrera, enfundados en maillots verdes y resistiendo ante el casco (que confiesan no usar) y las mascarillas, han visto cambiar la percepción de la ciudad ante los pedales. “En el tráfico, se nos ignoraba completamente, y había gente que decía que no teníamos derecho a estar ahí”, cuenta Luengo. Entonces, ni siquiera París tenía carril bici. Hoy, incluso Madrid –nombrada la peor ciudad española para ir en bici por la Organización de Consumidores y Usuarios en 2014– disfruta de 400 kilómetros de este tipo de vías. En 2013, el uso de la bici en el interior de la M-30 creció en 16%. Luengo lo achaca a una concienciación por parte de los usuarios, y no a una correcta actuación de las autoridades. Se resiste a alabar el sistema público de alquiler de bicicletas BiciMad, que contaba con más de 30.000 abonados al pase anual el pasado febrero: “Ha llegado en un momento en que ya había una base de gente interesada. No creo que estén incentivándolo especialmente, ni he observado un gran cambio”.
Ya no son los únicos repartidores libres de CO2 en la ciudad. Luengo celebra la competencia, aunque lamente que reduzca a la mitad los 6,10 euros que cuesta la entrega de un paquete de menos de cinco kilos en menos de una hora. “Es lo mínimo para pagar gastos y sueldos. Lo bajan por necesidad, pero no nos hacemos ningún favor”, explica. En los últimos años han aparecido nuevos proyectos de este tipo, que ya existen en ciudades como Barcelona (pionera con la empresa hermanada Trèvol), Sevilla o Zaragoza. Incluso se ha rescatado la vieja idea de organizar una red nacional de mensajería en bici, para que un paquete pueda ser entregado a pedales al menos en cualquier capital de provincia del país.
Otras cosas no cambian. Las cuestas de Lavapiés (donde comparten oficina desde hace tras años con una cooperativa de venta y reparación de bicis) siguen ahí. Las jornadas aún consisten en hacerse unos 60 kilómetros en seis horas, prometiendo llevar cualquier paquete antes de una hora a cualquier punto dentro de la M-30. Y los fríos días de lluvia continúan encabezando la lista de los peores enemigos de los repartidores. Sobre un panel de corcho, un mapa de Madrid es testigo del paso de los años. Los primeros cooperativistas de Trébol empezaron a usarlo para situar a sus mensajeros, por consejo de sus mentores catalanes. Ahora los imanes sobre él son testimoniales: “Calculamos distancias y tiempos de cabeza. Somos pocos, y son ya muchos años”.sp
http://elpais.com/elpais/2015/06/01/icon/1433159110_620573.html
Era 1996 y los seis fundadores andaban entre los 24 y los 27 años. “Utilizábamos la bici para ir a la universidad y para hacer cicloturismo. Nos pilló terminando la carrera y nos gustó la idea de tener una cooperativa propia, no depender de nadie”, recuerda el madrileño. Entonces, desplazarse en bicicleta era ya una rareza (“si veías a alguien en bici, le conocías seguro”), tanto más tomarla como base de un negocio. Su apuesta de hacerse mensajeros a dos ruedas resultó tan exótica que no tardaron en aparecer en periódicos y radios. En un recorte que han conservado y colgado en su web, se habla de alternativa a la “atosigante precariedad laboral”. Por entonces, Luengo intentaba terminar Filología Hispánica. Miguel Domingo, uno de los tres pioneros que continúan en la empresa desde el principio, se quejaba de que sus padres “no le daban credibilidad a esto”. “Algún mensajero en moto te paraba y te decía: ‘Estás loco, no vas a durar ni dos días’. Y fíjate, lo mismo hemos durado más que ellos”, bromea.
Los pedales llevan alimentándoles casi dos décadas. No son salarios altos (no superan los mil euros, y en los últimos años han sufrido algún ajuste más por culpa de la crisis), pero nunca han tenido que enfrentarse con el jefe. Siguen siendo seis, aunque no los mismos: cuatro sobre las bicis, uno (Luengo) al teléfono y el papeleo, y otro a cargo de la furgoneta que han tenido que incorporar para paquetes más pesados o trayectos demasiado largos. La época dorada, para ellos, también llegó a principios de los 2000, cuando el dinero parecía fluir sin límites e Internet, ahora su principal competidor, era aún un extraño para la mayoría de los hogares. Llegaron a ser 23 empleados. “Imagina, trabajábamos para estudios fotográficos, que nos mandaban a por carretes, revelados... O de diseño, que enviaban las pruebas al cliente. Ahora, los únicos documentos que transportamos son los oficiales”. Predominan los objetos y los clientes jóvenes.
Desde sus bicicletas de paseo o carrera, enfundados en maillots verdes y resistiendo ante el casco (que confiesan no usar) y las mascarillas, han visto cambiar la percepción de la ciudad ante los pedales. “En el tráfico, se nos ignoraba completamente, y había gente que decía que no teníamos derecho a estar ahí”, cuenta Luengo. Entonces, ni siquiera París tenía carril bici. Hoy, incluso Madrid –nombrada la peor ciudad española para ir en bici por la Organización de Consumidores y Usuarios en 2014– disfruta de 400 kilómetros de este tipo de vías. En 2013, el uso de la bici en el interior de la M-30 creció en 16%. Luengo lo achaca a una concienciación por parte de los usuarios, y no a una correcta actuación de las autoridades. Se resiste a alabar el sistema público de alquiler de bicicletas BiciMad, que contaba con más de 30.000 abonados al pase anual el pasado febrero: “Ha llegado en un momento en que ya había una base de gente interesada. No creo que estén incentivándolo especialmente, ni he observado un gran cambio”.
Ya no son los únicos repartidores libres de CO2 en la ciudad. Luengo celebra la competencia, aunque lamente que reduzca a la mitad los 6,10 euros que cuesta la entrega de un paquete de menos de cinco kilos en menos de una hora. “Es lo mínimo para pagar gastos y sueldos. Lo bajan por necesidad, pero no nos hacemos ningún favor”, explica. En los últimos años han aparecido nuevos proyectos de este tipo, que ya existen en ciudades como Barcelona (pionera con la empresa hermanada Trèvol), Sevilla o Zaragoza. Incluso se ha rescatado la vieja idea de organizar una red nacional de mensajería en bici, para que un paquete pueda ser entregado a pedales al menos en cualquier capital de provincia del país.
Otras cosas no cambian. Las cuestas de Lavapiés (donde comparten oficina desde hace tras años con una cooperativa de venta y reparación de bicis) siguen ahí. Las jornadas aún consisten en hacerse unos 60 kilómetros en seis horas, prometiendo llevar cualquier paquete antes de una hora a cualquier punto dentro de la M-30. Y los fríos días de lluvia continúan encabezando la lista de los peores enemigos de los repartidores. Sobre un panel de corcho, un mapa de Madrid es testigo del paso de los años. Los primeros cooperativistas de Trébol empezaron a usarlo para situar a sus mensajeros, por consejo de sus mentores catalanes. Ahora los imanes sobre él son testimoniales: “Calculamos distancias y tiempos de cabeza. Somos pocos, y son ya muchos años”.sp
http://elpais.com/elpais/2015/06/01/icon/1433159110_620573.html
lunes, 15 de junio de 2015
El milagro de Zamora: IU gobernará una de las ciudades más tradicionales. La perserverancia de un conserje, látigo del PP 16 años, entrega a IU un feudo de la derecha
Una frase basta para resumir 20 años de política en Zamora, la campaña electoral y por qué la quinta ciudad más envejecida de Europa, donde el 29% de la población es mayor de 65 años, un feudo inexpugnable del PP durante dos décadas, tendrá por primera vez en la historia un alcalde de Izquierda Unida. La pronunció la candidata del PP, Clara San Damián, durante un mitin el pasado 8 de mayo, en el salón de actos del campus universitario: “Es el momento de poner fin a los sinvergüenzas que nos quieren quitar el puesto”. “Los sinvergüenzas” eran los partidos de izquierdas, el PSOE y sobre todo Izquierda Unida que ya despuntaba en las encuestas; "el puesto" era el Ayuntamiento, en manos del PP ininterrumpidamente desde 1995 y casi toda la democracia, salvo dos mandatos con alcalde socialista. La frase, que pretendía ser una llamada al voto útil en un feudo que el PP veía amenazado, se volvió un bumerán en los titulares de prensa y la comidilla en los corrillos de la ciudad.
San Damián, candidata debutante, funcionaria que hizo carrera en el PP hasta llegar a subdelegada del Gobierno en Castilla y León y pareja de uno de los hombres fuertes de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, José Luis Ayllón, no llegó a ilusionar ni a los votantes de siempre. Perdió un tercio de sus apoyos, casi 5.000 papeletas, para quedarse en 10.420 votos, el 32%. Cargaba con el lastre de los recortes -como tantos candidatos en las municipales- y el desánimo de una ciudad muy castigada por la crisis donde una generación entera no ha vivido más gobierno que el PP. Enfrente tenía un PSOE dividido –cuatro de sus seis concejales dimitieron durante la precampaña-, a Podemos, que amagó con presentarse pero no lo hizo, y, sobre todo, a Paco.
Paco es Francisco Guarido, en una ciudad de 60.000 habitantes donde todos se conocen. Él es la cara de Izquierda Unida en Zamora; el hombre que lleva 16 años clamando, junto a su pareja, también concejal, contra los excesos del Ayuntamiento; un conserje de instituto de 57 años con tres carreras y un discurso nada estridente, que buzoneó durante años un periódico a todos los zamoranos para contar, a su manera, la realidad del municipio, sus críticas al PP y las propuestas de IU.
La noche electoral, Paco, mucho más que Izquierda Unida, logró 9.365 votos, el 29,1%. Ocho concejales, en números redondos. El noveno, para empatar al PP, se le resistió por unas papeletas. En la sede de Izquierda Unida no hubo champán pero se cantó La Internacional. Se celebraba la caída de un régimen: la suma de IU y PSOE (ocho y cinco ediles) era suficiente para desbancar al PP, que sumó 10 concejales, frente a dos de Ciudadanos. Hasta el secretario provincial del PSOE se acercó al local de IU de madrugada para felicitar a Paco. El pacto estaba cantado.
La propia San Damián asume que tantos años en el poder le han pasado factura al PP. Y que contaba con que el voto de la izquierda se fragmentase más. "El padre de Pablo Iglesias [Javier, vecino de Zamora] ha estado siempre vinculado a Izquierda Unida. Si Podemos se hubiera presentado, IU no hubiera sacado ocho concejales. Los votos que sumaron en las autonómicas han ido a IU en las municipales", lamenta, mientras augura cuatro años inciertos en la política zamorana. "Tienen derecho a intentarlo, llevan 20 años en la oposición y ahora les toca a ellos, me interesa ver qué hace el PSOE, que está a punto de ser engullido por IU".
Antonio Gallego, banquero prejubilado de 69 años, físico electrónico de formación, es el portavoz del Foro Ciudadano de Zamora, una entidad apartidista que "trata de zarandear la conciencia crítica" de sus vecinos. "IU ha hecho una oposición seria y su líder ha ido perdiendo esas aristas que a veces se dejan ver en el lenguaje de izquierdas y que podían rechinar a la sociedad zamorana. Sería excesivo decir que Zamora se ha vuelto de izquierdas, el deseo de cambio estaba incluso en la gente de derechas. La ciudad se ha rebelado contra la decadencia, estamos perdiendo lo último que se puede perder: los habitantes".
La ciudad languidece, los anuncios de 'se alquila' o 'se vende' decoran las cristaleras de los bajos, muchos desocupados incluso en el centro más comercial que linda con la Plaza Mayor. Hay edificios enteros de los que también cuelgan esos carteles. El INEM computa 6.740 parados. Y Cáritas el último año dio ayudas a 13.818 personas. No es extraño, en este contexto, que la entidad benéfica dependiente de la Iglesia sea, con 130 trabajadores, una de las principales empleadoras de la ciudad. Solo la cooperativa Covadu, de productos agrarios, tiene tanto personal. "Esto es un geriátrico grande, donde solo hay jubilados y funcionarios. De todo tipo, eso sí, de la Diputación, de la Junta, del Ayuntamiento y hasta del Consejo Consultivo", asegura Juan María, autónomo que atiende el Bar Castillo, de su familia política. Fue dueño de una empresa constructora hasta que quebró. Y se muestra indignado con los impuestos municipales, que han subido un treinta y pico por ciento con la última alcaldesa popular.
El miedo que explotó el PP en la recta final de la campaña no hizo mella en una capital de provincias donde todos se tratan de tú. La ciudad ha asumido el resultado con una mezcla de expectación y alivio. En una mesa de la cafetería del Círculo de Zamora, A. de 75 años, que no es de izquierdas “ni tampoco mucho de derechas” dice que miedo a Guarido, ninguno. Que “la alternancia es buena en todas partes".
Detrás de uno de los mostradores de más solera de la calle San Torcuato, en su tramo peatonal, enfundada en una bata blanca, atiende M., en la treintena, que se define conservadora. “¿La situación política en Zamora? Divertida y preocupante. Hay un cambio después de hace mucho tiempo. Yo misma, que soy de derechas, pensé en votar a Izquierda Unida. No me gustaba la candidata del PP ni su equipo. No puedes meter a uno porque sea presidente de una cofradía de Semana Santa, a otro por tener una tienda de colchones. Ahora la candidata se busca una salida, en el PSOE se repiten las dimisiones y Guarido está tranquilo. No da miedo, no veo yo que sea de los del puño en alto”.
En la tienda de zapatos, A., empresaria, 60 años, respira aliviada: "Yo voté a Guarido, estaba cansada de mangantes. No podrá hacer todo lo que prometió, pero al menos será más honrado". La sociedad zamorana no teme al cambio, tal vez porque cada día tiene menos que perder. Atrás quedan los años del espejismo de la bonanza, cuando Zamora fue una ciudad tipo, con los problemas clásicos del desenfreno de las vacas gordas.
Con su plan de urbanismo -aprobado en 2010 cuando el globo inmobiliario ya se había pinchado, para diseñar una ciudad de 170.000 habitantes y triplicar el censo, pese a que la ciudad lleva décadas perdiendo población- que hizo ricos a unos cuantos intermediarios. (La historia es conocida: especuladores vendieron suelo recalificado a promotoras que luego quebraron y arrastraron a las cajas responsables de los préstamos -fundamentalmente Caja España-. La fiesta la acabó pagando el dinero público del rescate bancario).
Con sus dispendios propios de aquellos presupuestos inflados por los ingresos urbanísticos: ahí está el teatro Ramos Carrión, que consumió 17 millones de euros de distintas administraciones en su rehabilitación, y apenas acoge espectáculos.
Y con sus sombras de corrupción, la más estruendosa, la derivada de un contrato por 25 años a la firma de uno los sospechosos habituales, José Luis Ulibarri, empresario cercano al PP implicado en Gürtel, a cambio de construir y alquilar un edificio como segunda sede del Ayuntamiento por 52 millones de euros. Los técnicos municipales determinaron un sobrecoste de 24. La actual alcaldesa se vio obligada a cancelar un contrato que venía de su antecesor, el polémico Antonio Vázquez. El perjuicio para las arcas municipales todavía se paga: cinco millones de euros.
El fin de la burbuja inmobiliaria paró también el reloj político de Zamora. Cuando empezó a caer el presupuesto municipal –que ahora ronda los 60 millones de euros- se frenaron las inversiones. Los últimos dos gobiernos del PP presididos por Rosa Valdeón, una exconsejera de la Junta que ahora suena para suceder al presidente Juan Vicente Herrera, no fueron capaces de atender siquiera los asuntos rutinarios. El contrato de las basuras agotó todas las prórrogas en 2013. El de mantenimiento de jardines lleva año y medio caducado. La concesión de la ORA se anuló por sentencia firme hace nueve años. El de la grúa también expiró en 2010. La subcontrata de las piscinas agotó su concesión hace siete. La plaza de abastos -donde los agricultores de la comarca van a vender las frutas y hortalizas, tiene la mitad de los puestos cerrados. Las licencias vencieron hace ocho años. Y los 50 que quedan no cumplen con la normativa de la Junta de Castilla y León, gobernada también desde la intemerata por el Partido Popular. De todo eso se enteraron los zamoranos por el periódico de Izquierda Unida.
"Se lo dije a Guarido, es el ejercicio de pedagogía democrática más grande que se ha hecho en la historia de Zamora", asegura Andrés Luis Calvo, el otro alcalde de izquierdas que tuvo la ciudad (1983-1987 y 1991-1995). Socialista de convicción y todavía de voto, Calvo envidia la labor de IU en la ciudad: "Paco ha trabajado como nadie, si alguien conoce el ayuntamiento es él, desgraciadamente eso no lo ha hecho el PSOE. Si los socialistas no apoyásemos a Izquierda Unida, la ciudad no nos lo perdonaría, desapareceríamos para los próximos 50 años".
A Calvo también lo persigue una frase desde sus tiempos en la alcaldía: "Zamora puede gobernarse por fax", respondió a las críticas del PP por compatibilizar el bastón de mando y el escaño en el Senado.
"La revista se paga con el dinero del grupo municipal y es una forma de devolver a la gente lo que te da cuando te coloca en las instituciones", asegura Guarido, sentado ante una réplica de los fusilamientos del dos de mayo en el cuarto con baño que es la sede de Izquierda Unida. Consciente de la que se le viene encima -deberá gobernar con 8 de 25 concejales-, el futuro alcalde sostiene que lo más urgente es cambiar el planeamiento urbanístico para racionalizarlo y aumentar las ayudas sociales a gente que lo pasa mal. "Quiero hacer copartícipe a las entidades sociales de la gestión y sobre todo hay que dar una imagen distinta de la política y hacer pedagogía: los chanchullos se van a acabar. No voy a hacer demagogia, pero debemos bajar el sueldo a los liberados en el Ayuntamiento sin hacer escarnio de ellos. Y poner al día los concursos públicos. Dejar caducar los contratos no es de derechas ni de izquierdas", apunta. "Han dicho que eliminaríamos la Semana Santa, ¡pero si es de lo que viven muchos pequeños empresarios y autónomos! Lo que no habrá es concejales de IU en las procesiones", anuncia, todavía sin saber si el PSOE entrará en su Gobierno. Durante la última semana los socialistas se han partido en dos por la enésima crisis interna. El cabeza de lista y la número dos sostienen que se irán al Grupo Mixto tras sentirse ninguneados desde la dirección, aunque garantizan el apoyo a Izquierda Unida.
Tal y como la candidata del PP temió durante el mitin de la Universidad, Izquierda Unida heredará el sábado "el puesto" de su partido en el Ayuntamiento. Por si acaso, antes incluso de recoger el acta de concejal, San Damián ya se ha garantizado otro como delegada contra la violencia de género en la Delegación del Gobierno en Castilla y León. Un puesto de libre designación con despacho habilitado en Zamora, pese a que la oficina está en Valladolid.
"Necesitamos cosas pequeñas"
Cristoph Strieder, llegó de Berlín atraído por la literatura antifranquista y fijó su residencia en el barrio de Olivares, a la ribera del Duero. Se convirtió en lider vecinal por casualidad en 2005, tras tres años de residencia en Zamora. Cuando sospechó que el asfaltado de un camino escondía la intención del Ayuntamiento de levantar un edificio en la orilla y plantó su furgoneta para que no pudieran pasar las máquinas. Desde entonces, ha organizado junto a su asociación de vecinos programas de intercambio de libros que recogieron 3.600 volúmenes para las familias más pobres y un mercado ecológico en la calle a final de mes.
Strieder, que es el número cinco en la lista de IU, charla ahora en una terraza cerca del castillo que en su día protegió la ciudad, con José Luis Alonso Comonte, escultor zamorano e internacional que ya ha cumplido 82. Pegado a las mesas transita el tren turístico con dos únicos visitantes a bordo. "Menos en Semana Santa, siempre va así, es una forma de compensar a las empresas de autobuses por sus líneas deficitarias porque el transporte público aquí nunca ha funcionado", se queja Strieder.
"Esta ciudad necesita cosas pequeñas, hace nada han tirado una pequeña capilla que estaba junto al hospital y si no derriban el puente romano, es de Milagro", responde Comontes, con un gesto de hartazgo. "Cuando se abandona la cultura, ese hueco lo ocupa la vulgaridad", insiste el artista.
El líder vecinal metido a candidato recurre al saco sin fondo de las ayudas europeas. "Se hicieron proyectos a mayor gloria de los políticos, contenedores, se consumieron fondos comunitarios pero eso no redundó en puestos de trabajo estables". Ambos aluden al frustrado Palacio de Congresos que nunca fue. Queda el hueco por el que se colaron tres millones de euros de dinero público.
"La ciudad todavía tiene cosas que merecen la pena, cosas que no tienen ruedas y que nadie se puede llevar", insiste Comontes, que no se atreve a poner deberes a IU sobre las primeras medidas a adoptar. Sabe lo que no quiere: "El PP solo hablaba de la Semana Santa y el turismo, de rehabilitar el casco antiguo, yo no quiero ir a misa todos los días.
Strieder compromete que lo urgente será hacerle frente a tanta miseria, y plantear una política donde la participación de la gente no sea cosmética". Comonte replica una última vez: "No hay que cambiar a la ciudad, hay que cambiar a la gente".
http://www.zamora24horas.com/local/09-06-2015-el-diario-el-pais-se-detiene-analizar-el-milagro-de-zamora
San Damián, candidata debutante, funcionaria que hizo carrera en el PP hasta llegar a subdelegada del Gobierno en Castilla y León y pareja de uno de los hombres fuertes de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, José Luis Ayllón, no llegó a ilusionar ni a los votantes de siempre. Perdió un tercio de sus apoyos, casi 5.000 papeletas, para quedarse en 10.420 votos, el 32%. Cargaba con el lastre de los recortes -como tantos candidatos en las municipales- y el desánimo de una ciudad muy castigada por la crisis donde una generación entera no ha vivido más gobierno que el PP. Enfrente tenía un PSOE dividido –cuatro de sus seis concejales dimitieron durante la precampaña-, a Podemos, que amagó con presentarse pero no lo hizo, y, sobre todo, a Paco.
Paco es Francisco Guarido, en una ciudad de 60.000 habitantes donde todos se conocen. Él es la cara de Izquierda Unida en Zamora; el hombre que lleva 16 años clamando, junto a su pareja, también concejal, contra los excesos del Ayuntamiento; un conserje de instituto de 57 años con tres carreras y un discurso nada estridente, que buzoneó durante años un periódico a todos los zamoranos para contar, a su manera, la realidad del municipio, sus críticas al PP y las propuestas de IU.
La noche electoral, Paco, mucho más que Izquierda Unida, logró 9.365 votos, el 29,1%. Ocho concejales, en números redondos. El noveno, para empatar al PP, se le resistió por unas papeletas. En la sede de Izquierda Unida no hubo champán pero se cantó La Internacional. Se celebraba la caída de un régimen: la suma de IU y PSOE (ocho y cinco ediles) era suficiente para desbancar al PP, que sumó 10 concejales, frente a dos de Ciudadanos. Hasta el secretario provincial del PSOE se acercó al local de IU de madrugada para felicitar a Paco. El pacto estaba cantado.
La propia San Damián asume que tantos años en el poder le han pasado factura al PP. Y que contaba con que el voto de la izquierda se fragmentase más. "El padre de Pablo Iglesias [Javier, vecino de Zamora] ha estado siempre vinculado a Izquierda Unida. Si Podemos se hubiera presentado, IU no hubiera sacado ocho concejales. Los votos que sumaron en las autonómicas han ido a IU en las municipales", lamenta, mientras augura cuatro años inciertos en la política zamorana. "Tienen derecho a intentarlo, llevan 20 años en la oposición y ahora les toca a ellos, me interesa ver qué hace el PSOE, que está a punto de ser engullido por IU".
Antonio Gallego, banquero prejubilado de 69 años, físico electrónico de formación, es el portavoz del Foro Ciudadano de Zamora, una entidad apartidista que "trata de zarandear la conciencia crítica" de sus vecinos. "IU ha hecho una oposición seria y su líder ha ido perdiendo esas aristas que a veces se dejan ver en el lenguaje de izquierdas y que podían rechinar a la sociedad zamorana. Sería excesivo decir que Zamora se ha vuelto de izquierdas, el deseo de cambio estaba incluso en la gente de derechas. La ciudad se ha rebelado contra la decadencia, estamos perdiendo lo último que se puede perder: los habitantes".
La ciudad languidece, los anuncios de 'se alquila' o 'se vende' decoran las cristaleras de los bajos, muchos desocupados incluso en el centro más comercial que linda con la Plaza Mayor. Hay edificios enteros de los que también cuelgan esos carteles. El INEM computa 6.740 parados. Y Cáritas el último año dio ayudas a 13.818 personas. No es extraño, en este contexto, que la entidad benéfica dependiente de la Iglesia sea, con 130 trabajadores, una de las principales empleadoras de la ciudad. Solo la cooperativa Covadu, de productos agrarios, tiene tanto personal. "Esto es un geriátrico grande, donde solo hay jubilados y funcionarios. De todo tipo, eso sí, de la Diputación, de la Junta, del Ayuntamiento y hasta del Consejo Consultivo", asegura Juan María, autónomo que atiende el Bar Castillo, de su familia política. Fue dueño de una empresa constructora hasta que quebró. Y se muestra indignado con los impuestos municipales, que han subido un treinta y pico por ciento con la última alcaldesa popular.
El miedo que explotó el PP en la recta final de la campaña no hizo mella en una capital de provincias donde todos se tratan de tú. La ciudad ha asumido el resultado con una mezcla de expectación y alivio. En una mesa de la cafetería del Círculo de Zamora, A. de 75 años, que no es de izquierdas “ni tampoco mucho de derechas” dice que miedo a Guarido, ninguno. Que “la alternancia es buena en todas partes".
Detrás de uno de los mostradores de más solera de la calle San Torcuato, en su tramo peatonal, enfundada en una bata blanca, atiende M., en la treintena, que se define conservadora. “¿La situación política en Zamora? Divertida y preocupante. Hay un cambio después de hace mucho tiempo. Yo misma, que soy de derechas, pensé en votar a Izquierda Unida. No me gustaba la candidata del PP ni su equipo. No puedes meter a uno porque sea presidente de una cofradía de Semana Santa, a otro por tener una tienda de colchones. Ahora la candidata se busca una salida, en el PSOE se repiten las dimisiones y Guarido está tranquilo. No da miedo, no veo yo que sea de los del puño en alto”.
En la tienda de zapatos, A., empresaria, 60 años, respira aliviada: "Yo voté a Guarido, estaba cansada de mangantes. No podrá hacer todo lo que prometió, pero al menos será más honrado". La sociedad zamorana no teme al cambio, tal vez porque cada día tiene menos que perder. Atrás quedan los años del espejismo de la bonanza, cuando Zamora fue una ciudad tipo, con los problemas clásicos del desenfreno de las vacas gordas.
Con su plan de urbanismo -aprobado en 2010 cuando el globo inmobiliario ya se había pinchado, para diseñar una ciudad de 170.000 habitantes y triplicar el censo, pese a que la ciudad lleva décadas perdiendo población- que hizo ricos a unos cuantos intermediarios. (La historia es conocida: especuladores vendieron suelo recalificado a promotoras que luego quebraron y arrastraron a las cajas responsables de los préstamos -fundamentalmente Caja España-. La fiesta la acabó pagando el dinero público del rescate bancario).
Con sus dispendios propios de aquellos presupuestos inflados por los ingresos urbanísticos: ahí está el teatro Ramos Carrión, que consumió 17 millones de euros de distintas administraciones en su rehabilitación, y apenas acoge espectáculos.
Y con sus sombras de corrupción, la más estruendosa, la derivada de un contrato por 25 años a la firma de uno los sospechosos habituales, José Luis Ulibarri, empresario cercano al PP implicado en Gürtel, a cambio de construir y alquilar un edificio como segunda sede del Ayuntamiento por 52 millones de euros. Los técnicos municipales determinaron un sobrecoste de 24. La actual alcaldesa se vio obligada a cancelar un contrato que venía de su antecesor, el polémico Antonio Vázquez. El perjuicio para las arcas municipales todavía se paga: cinco millones de euros.
El fin de la burbuja inmobiliaria paró también el reloj político de Zamora. Cuando empezó a caer el presupuesto municipal –que ahora ronda los 60 millones de euros- se frenaron las inversiones. Los últimos dos gobiernos del PP presididos por Rosa Valdeón, una exconsejera de la Junta que ahora suena para suceder al presidente Juan Vicente Herrera, no fueron capaces de atender siquiera los asuntos rutinarios. El contrato de las basuras agotó todas las prórrogas en 2013. El de mantenimiento de jardines lleva año y medio caducado. La concesión de la ORA se anuló por sentencia firme hace nueve años. El de la grúa también expiró en 2010. La subcontrata de las piscinas agotó su concesión hace siete. La plaza de abastos -donde los agricultores de la comarca van a vender las frutas y hortalizas, tiene la mitad de los puestos cerrados. Las licencias vencieron hace ocho años. Y los 50 que quedan no cumplen con la normativa de la Junta de Castilla y León, gobernada también desde la intemerata por el Partido Popular. De todo eso se enteraron los zamoranos por el periódico de Izquierda Unida.
"Se lo dije a Guarido, es el ejercicio de pedagogía democrática más grande que se ha hecho en la historia de Zamora", asegura Andrés Luis Calvo, el otro alcalde de izquierdas que tuvo la ciudad (1983-1987 y 1991-1995). Socialista de convicción y todavía de voto, Calvo envidia la labor de IU en la ciudad: "Paco ha trabajado como nadie, si alguien conoce el ayuntamiento es él, desgraciadamente eso no lo ha hecho el PSOE. Si los socialistas no apoyásemos a Izquierda Unida, la ciudad no nos lo perdonaría, desapareceríamos para los próximos 50 años".
A Calvo también lo persigue una frase desde sus tiempos en la alcaldía: "Zamora puede gobernarse por fax", respondió a las críticas del PP por compatibilizar el bastón de mando y el escaño en el Senado.
"La revista se paga con el dinero del grupo municipal y es una forma de devolver a la gente lo que te da cuando te coloca en las instituciones", asegura Guarido, sentado ante una réplica de los fusilamientos del dos de mayo en el cuarto con baño que es la sede de Izquierda Unida. Consciente de la que se le viene encima -deberá gobernar con 8 de 25 concejales-, el futuro alcalde sostiene que lo más urgente es cambiar el planeamiento urbanístico para racionalizarlo y aumentar las ayudas sociales a gente que lo pasa mal. "Quiero hacer copartícipe a las entidades sociales de la gestión y sobre todo hay que dar una imagen distinta de la política y hacer pedagogía: los chanchullos se van a acabar. No voy a hacer demagogia, pero debemos bajar el sueldo a los liberados en el Ayuntamiento sin hacer escarnio de ellos. Y poner al día los concursos públicos. Dejar caducar los contratos no es de derechas ni de izquierdas", apunta. "Han dicho que eliminaríamos la Semana Santa, ¡pero si es de lo que viven muchos pequeños empresarios y autónomos! Lo que no habrá es concejales de IU en las procesiones", anuncia, todavía sin saber si el PSOE entrará en su Gobierno. Durante la última semana los socialistas se han partido en dos por la enésima crisis interna. El cabeza de lista y la número dos sostienen que se irán al Grupo Mixto tras sentirse ninguneados desde la dirección, aunque garantizan el apoyo a Izquierda Unida.
Tal y como la candidata del PP temió durante el mitin de la Universidad, Izquierda Unida heredará el sábado "el puesto" de su partido en el Ayuntamiento. Por si acaso, antes incluso de recoger el acta de concejal, San Damián ya se ha garantizado otro como delegada contra la violencia de género en la Delegación del Gobierno en Castilla y León. Un puesto de libre designación con despacho habilitado en Zamora, pese a que la oficina está en Valladolid.
"Necesitamos cosas pequeñas"
Cristoph Strieder, llegó de Berlín atraído por la literatura antifranquista y fijó su residencia en el barrio de Olivares, a la ribera del Duero. Se convirtió en lider vecinal por casualidad en 2005, tras tres años de residencia en Zamora. Cuando sospechó que el asfaltado de un camino escondía la intención del Ayuntamiento de levantar un edificio en la orilla y plantó su furgoneta para que no pudieran pasar las máquinas. Desde entonces, ha organizado junto a su asociación de vecinos programas de intercambio de libros que recogieron 3.600 volúmenes para las familias más pobres y un mercado ecológico en la calle a final de mes.
Strieder, que es el número cinco en la lista de IU, charla ahora en una terraza cerca del castillo que en su día protegió la ciudad, con José Luis Alonso Comonte, escultor zamorano e internacional que ya ha cumplido 82. Pegado a las mesas transita el tren turístico con dos únicos visitantes a bordo. "Menos en Semana Santa, siempre va así, es una forma de compensar a las empresas de autobuses por sus líneas deficitarias porque el transporte público aquí nunca ha funcionado", se queja Strieder.
"Esta ciudad necesita cosas pequeñas, hace nada han tirado una pequeña capilla que estaba junto al hospital y si no derriban el puente romano, es de Milagro", responde Comontes, con un gesto de hartazgo. "Cuando se abandona la cultura, ese hueco lo ocupa la vulgaridad", insiste el artista.
El líder vecinal metido a candidato recurre al saco sin fondo de las ayudas europeas. "Se hicieron proyectos a mayor gloria de los políticos, contenedores, se consumieron fondos comunitarios pero eso no redundó en puestos de trabajo estables". Ambos aluden al frustrado Palacio de Congresos que nunca fue. Queda el hueco por el que se colaron tres millones de euros de dinero público.
"La ciudad todavía tiene cosas que merecen la pena, cosas que no tienen ruedas y que nadie se puede llevar", insiste Comontes, que no se atreve a poner deberes a IU sobre las primeras medidas a adoptar. Sabe lo que no quiere: "El PP solo hablaba de la Semana Santa y el turismo, de rehabilitar el casco antiguo, yo no quiero ir a misa todos los días.
Strieder compromete que lo urgente será hacerle frente a tanta miseria, y plantear una política donde la participación de la gente no sea cosmética". Comonte replica una última vez: "No hay que cambiar a la ciudad, hay que cambiar a la gente".
http://www.zamora24horas.com/local/09-06-2015-el-diario-el-pais-se-detiene-analizar-el-milagro-de-zamora
“En Alemania, nadie pidió perdón a los supervivientes de los campos”. El director Christian Petzold pone la mirada sobre las consecuencias del nazismo con 'Phoenix'
Una cantante judía superviviente de los campos de concentración nazis que sale de ese tormento con el rostro desfigurado. Al acabar la guerra, la mujer se somete a una operación para que le reconstruyan el rostro. Ya es otra persona. Un fantasma que decide plantarse frente a esa angustiosa realidad y, en lugar de huir de su pasado, se queda en Alemania para saber porqué le pasó lo que le pasó. Y sale en busca de su marido, un soldado, del que sospecha que fue quien le traicionó, pero también de su vida anterior. “Cuando estaba en el campo me agarré a imágenes y recuerdos para protegerme y ahora quiero recuperarlos, quiero regresar al paraíso de los recuerdos”, dice esta mujer.
El director alemán Christian Petzold se propuso hace diez años ordenar su vida, cinematográfica y vital, y realizar dos trilogías, una sobre la opresión y otra sobre el amor. Craso error. Phoenix, un filme, contundente y poderoso, estrenado esta semana en España y que se presentó en el último Festival de Cine de San Sebastián, donde obtuvo el premio de la crítica (Fipresci), es al mismo tiempo una historia de opresión pero también de amor. “Mi vida está desordenada otra vez”, confiesa el realizador de 54 años. “El amor no lo salva todo, el amor no sobrevive a la opresión, en contra de lo que nos quieren hacer ver todas esas películas y novelas ñoñas”, dice Petzold, un devoto del cómic, en el que se refugia para buscar la soledad.
Phoenix, interpretada por Nina Hoss, una habitual en el cine de Petzold (Bárbara fue el último filme estrenado en España), surge de la necesidad de mirar en el pasado, de abrir las puertas cerradas, de levantar el velo de silencio que cubre el pasado nazi de Alemania. “Cuando tenía 13 o 14 años, en la escuela vi la película documental de Alain Resnais Noche y niebla [realizada en 1955 a partir de material fotográfico y cinematográfico incautado a los nazis] y me impactó tremendamente. Todavía hoy me sigue provocando una angustia terrible. Siempre he querido hacer algo sobre el pasado nazi. En Alemania hay magníficos museos y libros acerca del holocausto, pero curiosamente no hay mucho cine. En Italia, por ejemplo, hay toda una cinematografía que trata de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial o en Estados Unidos que después de Vietnam rodaron cantidad de películas sobre ello. Creo que el objetivo de mi cine, de alguna manera, es todo un intento de tapar ese agujero, pero Phoenix es la primera que va directamente al grano”.
¿Se puede olvidar y perdonar? La pregunta planteada en el filme no tiene respuesta clara por parte de su realizador. “No lo sé”, responde, “es verdad que Phoenix plantea esta pregunta pero no estoy en posición de responder. Lo que más me duele de Alemania es que nadie volvió su mirada hacia los supervivientes de los campos de concentración. Nadie les pidió perdón. Eso es lo más doloroso. ¿Cómo van a perdonar ellos si nadie les pidió perdón? El informe que se redactó sobre Auschwitz donde hay miles de declaraciones de alemanes, nadie dice ni siquiera un triste ‘lo siento’ o ‘lo sentimos”, se lamenta este realizador que compara su cine de fantasmas con el que realizó Carlos Saura durante la dictadura de Franco. “Recuerdo que muchos de esos personajes eran como fantasmas que hablaban detrás de las cortinas y las paredes”. Una metáfora de la propia Alemania, según Petzold, una tierra poblada de fantasmas.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/04/actualidad/1433430347_894478.html
El director alemán Christian Petzold se propuso hace diez años ordenar su vida, cinematográfica y vital, y realizar dos trilogías, una sobre la opresión y otra sobre el amor. Craso error. Phoenix, un filme, contundente y poderoso, estrenado esta semana en España y que se presentó en el último Festival de Cine de San Sebastián, donde obtuvo el premio de la crítica (Fipresci), es al mismo tiempo una historia de opresión pero también de amor. “Mi vida está desordenada otra vez”, confiesa el realizador de 54 años. “El amor no lo salva todo, el amor no sobrevive a la opresión, en contra de lo que nos quieren hacer ver todas esas películas y novelas ñoñas”, dice Petzold, un devoto del cómic, en el que se refugia para buscar la soledad.
Phoenix, interpretada por Nina Hoss, una habitual en el cine de Petzold (Bárbara fue el último filme estrenado en España), surge de la necesidad de mirar en el pasado, de abrir las puertas cerradas, de levantar el velo de silencio que cubre el pasado nazi de Alemania. “Cuando tenía 13 o 14 años, en la escuela vi la película documental de Alain Resnais Noche y niebla [realizada en 1955 a partir de material fotográfico y cinematográfico incautado a los nazis] y me impactó tremendamente. Todavía hoy me sigue provocando una angustia terrible. Siempre he querido hacer algo sobre el pasado nazi. En Alemania hay magníficos museos y libros acerca del holocausto, pero curiosamente no hay mucho cine. En Italia, por ejemplo, hay toda una cinematografía que trata de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial o en Estados Unidos que después de Vietnam rodaron cantidad de películas sobre ello. Creo que el objetivo de mi cine, de alguna manera, es todo un intento de tapar ese agujero, pero Phoenix es la primera que va directamente al grano”.
¿Se puede olvidar y perdonar? La pregunta planteada en el filme no tiene respuesta clara por parte de su realizador. “No lo sé”, responde, “es verdad que Phoenix plantea esta pregunta pero no estoy en posición de responder. Lo que más me duele de Alemania es que nadie volvió su mirada hacia los supervivientes de los campos de concentración. Nadie les pidió perdón. Eso es lo más doloroso. ¿Cómo van a perdonar ellos si nadie les pidió perdón? El informe que se redactó sobre Auschwitz donde hay miles de declaraciones de alemanes, nadie dice ni siquiera un triste ‘lo siento’ o ‘lo sentimos”, se lamenta este realizador que compara su cine de fantasmas con el que realizó Carlos Saura durante la dictadura de Franco. “Recuerdo que muchos de esos personajes eran como fantasmas que hablaban detrás de las cortinas y las paredes”. Una metáfora de la propia Alemania, según Petzold, una tierra poblada de fantasmas.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/04/actualidad/1433430347_894478.html
Las nuevas bibliotecas ya no son iglesias. Tres proyectos internacionales revolucionan la gestión de estos centros culturales
En la Biblioteca 10 de Helsinki se puede leer en una hamaca, hacer negocios, coser a máquina, bailar, digitalizar formatos decadentes como casetes y cintas de VHS, tocar la guitarra o echar una siesta. Se puede casi cualquier cosa que jamás habría pensado hacer en una biblioteca. Se puede porque su director, Kari Lämsä, pensó que en el nuevo mundo hay poco espacio para las viejas bibliotecas y mucho para las aventureras: “Tenemos que redefinir el papel que desempeñamos. Tenemos que ayudar a la gente, ser amigables, a veces somos demasiado formales y oficiales. Tenemos que decidir junto a los usuarios que materiales adquirimos y que necesitan. Yo no veo la biblioteca como una sala de estar sino como una cocina, donde cada uno trae ingredientes y cada día sale un menú distinto”. Ellos han dicho definitivamente adiós al almacén de libros.
Lämsä conoce el negocio tradicional: empezó colocando libros en los estantes. Pero lo que ha centrado la atención sobre él es que ha atisbado el futuro. “Teníamos que cambiar la idea de la biblioteca como un espacio pasivo. En lugar de diseñar un espacio para acceder a contenidos, hemos creado un espacio para crear contenidos”, explica poco antes de exponer el modelo de la Biblioteca 10 a medio centenar de bibliotecarios iberoamericanos, que han participado en READIMAGINE, el seminario organizado por Casa del Lector en Matadero, en Madrid, con el respaldo de la Fundación Bill y Melinda Gates, para abordar proyectos de innovación digital relacionados con la lectura y los libros.
El éxito de Lämsä puede medirse: reciben 2.000 usuarios al día en una ciudad con 600.000 habitantes y 36 bibliotecas. La mitad de sus usuarios tienen entre 25 y 35 años. El sueño de cualquier bibliotecario, que observa cómo los grandes lectores que son los niños huyen al crecer. “Es una preocupación de casi todas las bibliotecas, que ven cómo los niños dejan de ir a ellas cuando llegan a la adolescencia”, apunta Luis González, director general adjunto de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Lämsa, sin embargo, ha logrado atraer a esa franja refractaria a un espacio asociado al silencio. Lo que ha demostrado el director es que sólo rechazan el modelo tradicional. “El 75% de los usuarios vienen para otras cosas distintas al préstamo de materiales. Hemos logrado atraer a nuevos perfiles como trabajadores autónomos, artistas o artesanos”.
Un concierto en la Biblioteca 10 de Helsinki.
En esta década de vida han obtenido varios reconocimientos. El definitivo ha sido el espaldarazo del Gobierno de Finlandia, que abrirá en 2018 la nueva Biblioteca Nacional siguiendo su modelo, tras una inversión de cien millones de euros. Kari Lämsä es uno de los 20 bibliotecarios emergentes elegidos por la Fundación Bill y Melinda Gates dentro de su programa de líderes globales. En esa lista exquisita de visionarios que ya han llevado la teoría a la práctica, figuran también la alemana Anja Flicker y Jill Bourne, considerada una de las 100 mujeres más influyentes de Silicon Valley.
Bourne dirige desde 2013 la biblioteca pública de San José, la décima ciudad de Estados Unidos, donde se ubica la famosa tecnópolis. En menos de dos años ha logrado convencer a los políticos para que aumenten los fondos municipales para la institución y a las compañías para que aporten —gratis— su conocimiento. “Las tecnológicas reinvierten en innovación y desarrollo, no se dedican a regalar dinero, pero nosotros tenemos una reputación y una confianza del público que nos da valor añadido”.
Después de que ingenieros de eBay desarrollasen gratis una aplicación para la biblioteca, nuevas corporaciones como Microsoft, PayPal o Google están negociando algún tipo de colaboración. “El reconocimiento de la biblioteca pública es un reconocimiento del valor del conocimiento. Hay que hacer ver a los políticos que son esenciales”, defiende Bourne, que logró que en junio de 2014 se aprobase un impuesto finalista, sufragado por propietarios inmobiliarios, para financiar la biblioteca de San José.
La revolución de Anja Flicker, al frente de la biblioteca pública de Wuerzburg (Alemania) desde 2010, fue de otra índole. Logró que sus 40 empleados, en los que abundaba un perfil de veteranos desinteresados hacia la cultura digital, afrontasen una inmersión paulatina que ha resultado ejemplar. “No podíamos dejar a nadie atrás. Ha sido un proceso duro y lento, pero no tiene marcha atrás. Como bibliotecarios hemos de ser capaces de formar a nuestros usuarios en tecnologías y antes había que preparar al equipo”, contó Flicker, que recurre a un verso de Hilde Domin, una poeta huida del nazismo, para resumir su filosofía: “Puse el pie en el aire, y él me sostenía”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/13/actualidad/1434216067_290976.html
Lämsä conoce el negocio tradicional: empezó colocando libros en los estantes. Pero lo que ha centrado la atención sobre él es que ha atisbado el futuro. “Teníamos que cambiar la idea de la biblioteca como un espacio pasivo. En lugar de diseñar un espacio para acceder a contenidos, hemos creado un espacio para crear contenidos”, explica poco antes de exponer el modelo de la Biblioteca 10 a medio centenar de bibliotecarios iberoamericanos, que han participado en READIMAGINE, el seminario organizado por Casa del Lector en Matadero, en Madrid, con el respaldo de la Fundación Bill y Melinda Gates, para abordar proyectos de innovación digital relacionados con la lectura y los libros.
El éxito de Lämsä puede medirse: reciben 2.000 usuarios al día en una ciudad con 600.000 habitantes y 36 bibliotecas. La mitad de sus usuarios tienen entre 25 y 35 años. El sueño de cualquier bibliotecario, que observa cómo los grandes lectores que son los niños huyen al crecer. “Es una preocupación de casi todas las bibliotecas, que ven cómo los niños dejan de ir a ellas cuando llegan a la adolescencia”, apunta Luis González, director general adjunto de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Lämsa, sin embargo, ha logrado atraer a esa franja refractaria a un espacio asociado al silencio. Lo que ha demostrado el director es que sólo rechazan el modelo tradicional. “El 75% de los usuarios vienen para otras cosas distintas al préstamo de materiales. Hemos logrado atraer a nuevos perfiles como trabajadores autónomos, artistas o artesanos”.
Un concierto en la Biblioteca 10 de Helsinki.
En esta década de vida han obtenido varios reconocimientos. El definitivo ha sido el espaldarazo del Gobierno de Finlandia, que abrirá en 2018 la nueva Biblioteca Nacional siguiendo su modelo, tras una inversión de cien millones de euros. Kari Lämsä es uno de los 20 bibliotecarios emergentes elegidos por la Fundación Bill y Melinda Gates dentro de su programa de líderes globales. En esa lista exquisita de visionarios que ya han llevado la teoría a la práctica, figuran también la alemana Anja Flicker y Jill Bourne, considerada una de las 100 mujeres más influyentes de Silicon Valley.
Bourne dirige desde 2013 la biblioteca pública de San José, la décima ciudad de Estados Unidos, donde se ubica la famosa tecnópolis. En menos de dos años ha logrado convencer a los políticos para que aumenten los fondos municipales para la institución y a las compañías para que aporten —gratis— su conocimiento. “Las tecnológicas reinvierten en innovación y desarrollo, no se dedican a regalar dinero, pero nosotros tenemos una reputación y una confianza del público que nos da valor añadido”.
Después de que ingenieros de eBay desarrollasen gratis una aplicación para la biblioteca, nuevas corporaciones como Microsoft, PayPal o Google están negociando algún tipo de colaboración. “El reconocimiento de la biblioteca pública es un reconocimiento del valor del conocimiento. Hay que hacer ver a los políticos que son esenciales”, defiende Bourne, que logró que en junio de 2014 se aprobase un impuesto finalista, sufragado por propietarios inmobiliarios, para financiar la biblioteca de San José.
La revolución de Anja Flicker, al frente de la biblioteca pública de Wuerzburg (Alemania) desde 2010, fue de otra índole. Logró que sus 40 empleados, en los que abundaba un perfil de veteranos desinteresados hacia la cultura digital, afrontasen una inmersión paulatina que ha resultado ejemplar. “No podíamos dejar a nadie atrás. Ha sido un proceso duro y lento, pero no tiene marcha atrás. Como bibliotecarios hemos de ser capaces de formar a nuestros usuarios en tecnologías y antes había que preparar al equipo”, contó Flicker, que recurre a un verso de Hilde Domin, una poeta huida del nazismo, para resumir su filosofía: “Puse el pie en el aire, y él me sostenía”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/13/actualidad/1434216067_290976.html
domingo, 14 de junio de 2015
La dudosa economía del buen samaritano. La filantropía vive una edad de oro pero no logra librarse de su imagen de dádiva
Pese a todo, la filantropía se encuentra en su nivel más alto de la historia. Las 31 mayores fundaciones de Estados Unidos —el principal donante del planeta— manejan 148.700 millones de dólares en activos, según un estudio del periódico The Chronicle of Philanthropy. Solo la Fundación Bill y Melinda Gates —la mayor organización de esta clase del mundo — gestiona 43.500 millones al año. Y en 2014 destinó 3.900 millones de dólares a programas, sobre todo, sanitarios.
Pero una industria que genera tales volúmenes de dinero proyecta sombras. ¿Se destinan esas cantidades a las causas correctas? ¿Está reemplazando la filantropía al Estado? ¿Menoscaba la democracia que los multimillonarios del planeta decidan cuáles son las prioridades sociales?
Los análisis varían. Peter Singer, profesor de Bioética de la Universidad de Princeton, advierte por correo electrónico que vivimos una situación de urgencia moral. “El año pasado murieron 6,3 millones de niños en el mundo por causas evitables relacionadas con la pobreza. Es como si 34 aviones Jumbo hacinados de chicos se estrellaran todos los días matando a todos los que viajan a bordo. Si esto sucediese y pudiéramos al menos reducir el número de muertes, ¿no sería urgente?”.
Imposible ignorar el acelerado tic-tac del reloj. Una parte de esa prisa justifica el cambio generacional que vive la filantropía. Los jóvenes emprendedores que han amasado una fortuna en los aledaños de Silicon Valley toman el relevo a los millonarios de Wall Street. La lista de los 50 mayores donantes de The Chronicle radiografía el cambio. Porque tal vez Bill y Melinda Gates continúen siendo los grandes filántropos del planeta (en 2014 donaron 1.500 millones de dólares), pero ya aparecen en la lista Jan Koum (cuarto puesto), cofundador de WhatsApp, quien dio 556 millones de dólares el año pasado o San Parker (quinto), presidente de Facebook, que ha entregado 550 millones. Es más, entre los 12 principales mecenas, surgen los nombres de Pierre Omidyar, creador de eBay o Serguéi Brin, uno de los arquitectos de Google.
Parece que se extinguen lo que alguien llamó con ironía Filantroposaurus Rex. Millonarios clásicos procedentes de las finanzas. Ahora aparece una generación tecnológica y joven pero que todavía enfrenta antiguos desafíos. “Uno de los grandes riesgos ocultos [de la filantropía] es que en un tiempo de dificultades económicas en todo el planeta los políticos tengan la tentación de entender esta actividad como un sustituto del gasto público”, alerta Rhodri Davies, responsable del programa Giving Thought, de la Charities Aid Foundation. Contado de otra forma. “El peligro radica en que se convierta en un peón dentro del juego político y su reputación salga dañada”, precisa Rhodri Davies. Aunque tampoco resulta fácil la vida del filántropo. El banco BNP Paribas narra que estos samaritanos económicos se enfrentan a dificultades como “peticiones desproporcionadas en relación a la cuantía de sus donativos o expectativas no reales de los resultados que se podrían obtener”.
Sobre esa fragilidad, la filantropía se reinventa con el “altruismo efectivo’, que significa intentar hacer tanto bien como sea posible con cada dólar y cada hora que tenemos”, observa Sean Conley, analista de la consultora GiveWell. A la vez que persigue superar sus debilidades: 1. una endémica falta de transparencia y 2. el peligro de que un grupo de multimillonarios sean quienes impongan cuáles son las prioridades sociales del planeta.
A este espacio de entregar dinero le resulta difícil hallar un equilibrio dentro de sus propias paradojas. “Cómo usar la filantropía para enfrentar la inequidad cuando la filantropía solo es posible como resultado de la inequidad”, reflexiona Davies. Este es el principal desafío que encara. El otro son los números. La ONG The Rules sostiene que los países ricos aportan a los pobres 130.000 millones de dólares al año. Pero, a la vez, obtienen 900.000 millones a través de la fijación de precios comerciales abusivos, 600.000 millones en intereses de la deuda y 500.000 al acceder a mano de obra barata y materias primas. Dos billones de dólares que pasan de las naciones más pobres a las más ricas. Sin este abuso continuado quizá la filantropía sería el vestigio de un tiempo donde el Filantroposaurus Rex nunca reinó.
MÁS INFORMACIÓN
http://economia.elpais.com/economia/2015/06/11/actualidad/1434023104_254840.html
Avances significativos en la lucha contra el hambre en el mundo. Naciones Unidas anuncia cifras “esperanzadoras”, sin embargo todavía hay 800 millones de subalimentados.
Sergio Ferrari
El número de personas víctimas del hambre en el mundo cayó por debajo de la línea de los 800 millones, anunciaron esta última semana de mayo tres instituciones de las Naciones Unidas. El informe El Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, 2015, registra 795 millones de seres humanos que padecen hambre, es decir 216 millones menos que en el período 1990-1992. El documento ha sido elaborado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura); por el Programa Alimentario Mundial (PAM) y por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), las tres instituciones del sistema onusiano especializadas en esta temática.
Progresos latinoamericanos
América Latina y el Caribe, según el documento que acaba de ser divulgado, avanzó significativamente en el combate contra la malnutrición al disminuir en el último cuarto de siglo a la mitad el porcentaje de personas sub alimentadas.
Los informantes destacan que esa región es la primera en el mundo que alcanza la meta relativa a la reducción del hambre establecida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
A pesar de esta tendencia positiva, en febrero del año en curso el Programa Alimentario Mundial (PAM) había reconocido que 2 millones de habitantes de Centroamérica debían recibir ayuda alimentaria como consecuencia del impacto de una prolongada sequía que afectó la región. Guatemala y Honduras se vieron en ese momento obligadas a decretar un estado de emergencia en zonas rurales particularmente afectadas.
Ese cataclismo meteorológico implicó pérdidas de cosechas con la consiguiente reducción significativa de medios destinados a la salud y la educación por parte de las familias campesinas afectadas, muchas de las cuales debieron vender sus herramientas y animales y emigrar, incluso, de sus regiones originarias.
La situación planetaria
Según el documento de la ONU, en las regiones “en desarrollo”, la subalimentación – es decir el número de seres humanos privados de los alimentos indispensables para poder implementar una vida sana y activa- se redujo del 23.3% (cifra correspondiente al inicio de los años 90) a un 12.9%, en la actualidad.
Progreso particularmente positivo –según las Naciones Unidas - si se tiene en cuenta el marco mundial complejo que ha marcado las últimas décadas. En las cuales cataclismo ambientales extremos, inestabilidad política, e incluso conflictos internos y regionales han estado a la orden del día.
Si bien la tendencia global en la lucha contra el hambre ha sido positiva, 24 países africanos, es decir el doble que en los años 90, se confrontan en la actualidad a crisis alimentarias.
Una persona cada cinco vive actualmente en condiciones de crisis marcada por una “débil gobernabilidad” o bien una vulnerabilidad social aguda. Las tasas de hambre en los países víctimas de crisis prolongadas son tres veces más alto que las otras regiones, sostiene el Informe.
El estudio de la ONU comprueba que América Latina y el Caribe así como el este-y el sur-este asiático y algunos países africanos han realizado progresos rápidos en ese combate. Subrayando que dichos avances están íntimamente ligados a una real “voluntad política de convertir la lucha contra el hambre en un objetivo de desarrollo primordial”.
Mientras en América Latina y el Caribe los índices de personas que sufren de malnutrición cayó significativamente del 14.7% al 5.5%; en Asia la reducción ha sido más tibia (del 23.9 al 15.7%). En tanto el África subsahariana es la región que sigue padeciendo más de este flagelo que golpea a un 23 % de la población.
La FAO destaca los avances en Latinoamérica y el Caribe. Subrayando la importancia de los compromisos asumidos en la región a través de la iniciativa América latina y el Caribe sin Hambre, refrendada por todos los países en el 2005.
El número de personas víctimas del hambre en el mundo cayó por debajo de la línea de los 800 millones, anunciaron esta última semana de mayo tres instituciones de las Naciones Unidas. El informe El Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, 2015, registra 795 millones de seres humanos que padecen hambre, es decir 216 millones menos que en el período 1990-1992. El documento ha sido elaborado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura); por el Programa Alimentario Mundial (PAM) y por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), las tres instituciones del sistema onusiano especializadas en esta temática.
Progresos latinoamericanos
América Latina y el Caribe, según el documento que acaba de ser divulgado, avanzó significativamente en el combate contra la malnutrición al disminuir en el último cuarto de siglo a la mitad el porcentaje de personas sub alimentadas.
Los informantes destacan que esa región es la primera en el mundo que alcanza la meta relativa a la reducción del hambre establecida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
A pesar de esta tendencia positiva, en febrero del año en curso el Programa Alimentario Mundial (PAM) había reconocido que 2 millones de habitantes de Centroamérica debían recibir ayuda alimentaria como consecuencia del impacto de una prolongada sequía que afectó la región. Guatemala y Honduras se vieron en ese momento obligadas a decretar un estado de emergencia en zonas rurales particularmente afectadas.
Ese cataclismo meteorológico implicó pérdidas de cosechas con la consiguiente reducción significativa de medios destinados a la salud y la educación por parte de las familias campesinas afectadas, muchas de las cuales debieron vender sus herramientas y animales y emigrar, incluso, de sus regiones originarias.
La situación planetaria
Según el documento de la ONU, en las regiones “en desarrollo”, la subalimentación – es decir el número de seres humanos privados de los alimentos indispensables para poder implementar una vida sana y activa- se redujo del 23.3% (cifra correspondiente al inicio de los años 90) a un 12.9%, en la actualidad.
Progreso particularmente positivo –según las Naciones Unidas - si se tiene en cuenta el marco mundial complejo que ha marcado las últimas décadas. En las cuales cataclismo ambientales extremos, inestabilidad política, e incluso conflictos internos y regionales han estado a la orden del día.
Si bien la tendencia global en la lucha contra el hambre ha sido positiva, 24 países africanos, es decir el doble que en los años 90, se confrontan en la actualidad a crisis alimentarias.
Una persona cada cinco vive actualmente en condiciones de crisis marcada por una “débil gobernabilidad” o bien una vulnerabilidad social aguda. Las tasas de hambre en los países víctimas de crisis prolongadas son tres veces más alto que las otras regiones, sostiene el Informe.
El estudio de la ONU comprueba que América Latina y el Caribe así como el este-y el sur-este asiático y algunos países africanos han realizado progresos rápidos en ese combate. Subrayando que dichos avances están íntimamente ligados a una real “voluntad política de convertir la lucha contra el hambre en un objetivo de desarrollo primordial”.
Mientras en América Latina y el Caribe los índices de personas que sufren de malnutrición cayó significativamente del 14.7% al 5.5%; en Asia la reducción ha sido más tibia (del 23.9 al 15.7%). En tanto el África subsahariana es la región que sigue padeciendo más de este flagelo que golpea a un 23 % de la población.
La FAO destaca los avances en Latinoamérica y el Caribe. Subrayando la importancia de los compromisos asumidos en la región a través de la iniciativa América latina y el Caribe sin Hambre, refrendada por todos los países en el 2005.
sábado, 13 de junio de 2015
La izquierda española recupera poder en los ayuntamientos. Carmena, elegida nueva alcaldesa de Madrid. Colau, nueva alcandesa de Barcelona
El PSOE y las candidaturas ligadas a Podemos pactan alianzas. Los socialistas gobernarán en 16 capitales, el PP en 17, la izquierda en 6.
La izquierda ha consumado sin apenas sobresaltos el histórico vuelco en el poder municipal como consecuencia de las elecciones del pasado 24 de mayo. El nuevo ciclo político arranca en 8.122 ayuntamientos en toda España, sin incidentes y con el resultado de mayoría de capitales de provincia gobernadas por partidos de la izquierda.
En todas las capitales en las que era posible un acuerdo entre el PSOE y las candidaturas de movimientos ciudadanos vinculados a Podemos se ha cumplido el pacto para elegir alcaldes de la izquierda. “El PSOE nos ha apoyado y en el futuro podremos seguir colaborando”, resumió Pablo Iglesias, líder de Podemos.
En Oviedo estuvo a punto de romperse el pacto por falta de acuerdo previo en Gijón pero, finalmente, la candidatura de Podemos apoyó al socialista Wenceslao López. Si hubo excepción en los acuerdos de la izquierda en Cuenca donde el PP se hizo con la alcaldía por la falta de acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida.
Y en todas las capitales en las que Ciudadanos podía decidir el color del gobierno municipal lo ha hecho a favor del PP y para amortiguar la enorme pérdida de poder de los populares. Uno de los pocos sobresaltos, precisamente, se produjo en Almería donde estaba previsto hasta ayer que Ciudadanos apoyara al PSOE pero, finalmente, su abstención dio también este ayuntamiento al PP y Luis Rogelio Rodríguez-Comendador repetirá como alcalde, aunque sin mayoría absoluta.
Los nuevos ayuntamientos más llamativos son los de Madrid con Manuela Carmena y Ada Colau en Barcelona, simbolizando un cambio que en esos casos tienen como protagonistas a movimientos ciudadanos y candidaturas populares que han obtenido el apoyo del PSOE en la elección de los alcaldes. Las dos mujeres son el símbolo del cambio político que los nuevos partidos pretenden prolongar a las generales y que se inició hace poco más de un año con la irrupción de Podemos en la vida política española.
“Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila”, aseguró Carmena en presencia de dirigentes de Podemos como Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y el líder de Equo Juan López de Uralde, formaciones que apoyaron su candidatura.
El PP, pensando en las elecciones generales, reaccionó a la histórica jornada lamentando que no se permita gobernar a la lista más votada, que es la suya en la inmensa mayoría de los casos, y acusando al PSOE de haberse radicalizado para pactar con la izquierda extrema para desalojar a los populares de las instituciones. Su objetivo es movilizar a los suyos con el rechazo al poder de la izquierda. Mariano Rajoy escribió un significativo tuit por la tarde: "Enhorabuena a los concejales del @PPopular. Mi apoyo a los que aun ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios".
El PP tiene 19 alcaldes de capitales de provincia, frente a 43 que logró en las anteriores municipales. Desde ayer, los populares gobernarán en Málaga, Murcia, Ourense, León, Salamanca, Ávila, Palencia, Cáceres, Badajoz, Granada Jaén, Albacete, Almería, Cuenca, Teruel, Guadalajara, Logroño, Burgos y Santander. Ciudadanos ha mitigado la pérdida de poder del PP al ayudarle a gobernar en cinco: Guadalajara, Granada, Jaén, Almería y Burgos.
El PSOE pasa de gobernar en nueve capitales a gobernar en 17: Lugo, Valladolid, Segovia, Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Alicante, Castellón, Lleida, Huesca, Soria, Palma de Mallorca, Oviedo, Tarragona y Las Palmas. Todos ellos los gobierna con acuerdos a dos o tres con las candidaturas vinculadas a Podemos y con otros partidos de izquierda, salvo en Soria donde tiene mayoría absoluta. Solo en algún caso como Valladolid el nuevo alcalde socialista, Óscar Puente, lo hará en coalición con la candidatura ligada a Izquierda Unida. En el resto de casos serán gobiernos en minoría. En Palma de Mallorca el acuerdo con MÈS consiste en alternar dos años cada partido al frente del ayuntamiento, pero de momento ha tomado posesión el candidato socialista.
La novedad de la toma de posesión de nuevos alcaldes han sido las cinco capitales en las que hay alcaldes de candidaturas procedentes de movimientos ciudadanas y que han tenido el voto del PSOE en la investidura. Son Madrid con Manuela Carmena, Barcelona con Ada Colau, Zaragoza con Pedro Santisteve, A Coruña con Xulio Ferreiro y Cádiz con José María González.
Se suma también Valencia donde el alcalde elegido es Joan Ribó de Compromís, así mismo apoyado por los partidos de la izquierda. Otro caso singular es el de Zamora, donde gobernará Francisco Guarido de IU, tras años de hegemonía absoluta del PP.
El cambio pone fin al poder de alcaldes históricos del PP como Rita Barberá en Valencia, Javier León de la Riva en Valladolid y Teófila Martínez en Cádiz, entre otros. Y supone el paso a un incierto futuro de oposición municipal a candidatos notorios como Esperanza Aguirre en Madrid.
En las próximas semanas serán investidos los presidentes autonómicos en lo que también se percibirá un vuelco territorial y un retroceso del poder del PP.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/06/13/actualidad/1434184191_318317.html
La izquierda ha consumado sin apenas sobresaltos el histórico vuelco en el poder municipal como consecuencia de las elecciones del pasado 24 de mayo. El nuevo ciclo político arranca en 8.122 ayuntamientos en toda España, sin incidentes y con el resultado de mayoría de capitales de provincia gobernadas por partidos de la izquierda.
En todas las capitales en las que era posible un acuerdo entre el PSOE y las candidaturas de movimientos ciudadanos vinculados a Podemos se ha cumplido el pacto para elegir alcaldes de la izquierda. “El PSOE nos ha apoyado y en el futuro podremos seguir colaborando”, resumió Pablo Iglesias, líder de Podemos.
En Oviedo estuvo a punto de romperse el pacto por falta de acuerdo previo en Gijón pero, finalmente, la candidatura de Podemos apoyó al socialista Wenceslao López. Si hubo excepción en los acuerdos de la izquierda en Cuenca donde el PP se hizo con la alcaldía por la falta de acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida.
Y en todas las capitales en las que Ciudadanos podía decidir el color del gobierno municipal lo ha hecho a favor del PP y para amortiguar la enorme pérdida de poder de los populares. Uno de los pocos sobresaltos, precisamente, se produjo en Almería donde estaba previsto hasta ayer que Ciudadanos apoyara al PSOE pero, finalmente, su abstención dio también este ayuntamiento al PP y Luis Rogelio Rodríguez-Comendador repetirá como alcalde, aunque sin mayoría absoluta.
Los nuevos ayuntamientos más llamativos son los de Madrid con Manuela Carmena y Ada Colau en Barcelona, simbolizando un cambio que en esos casos tienen como protagonistas a movimientos ciudadanos y candidaturas populares que han obtenido el apoyo del PSOE en la elección de los alcaldes. Las dos mujeres son el símbolo del cambio político que los nuevos partidos pretenden prolongar a las generales y que se inició hace poco más de un año con la irrupción de Podemos en la vida política española.
“Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila”, aseguró Carmena en presencia de dirigentes de Podemos como Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y el líder de Equo Juan López de Uralde, formaciones que apoyaron su candidatura.
El PP, pensando en las elecciones generales, reaccionó a la histórica jornada lamentando que no se permita gobernar a la lista más votada, que es la suya en la inmensa mayoría de los casos, y acusando al PSOE de haberse radicalizado para pactar con la izquierda extrema para desalojar a los populares de las instituciones. Su objetivo es movilizar a los suyos con el rechazo al poder de la izquierda. Mariano Rajoy escribió un significativo tuit por la tarde: "Enhorabuena a los concejales del @PPopular. Mi apoyo a los que aun ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios".
El PP tiene 19 alcaldes de capitales de provincia, frente a 43 que logró en las anteriores municipales. Desde ayer, los populares gobernarán en Málaga, Murcia, Ourense, León, Salamanca, Ávila, Palencia, Cáceres, Badajoz, Granada Jaén, Albacete, Almería, Cuenca, Teruel, Guadalajara, Logroño, Burgos y Santander. Ciudadanos ha mitigado la pérdida de poder del PP al ayudarle a gobernar en cinco: Guadalajara, Granada, Jaén, Almería y Burgos.
El PSOE pasa de gobernar en nueve capitales a gobernar en 17: Lugo, Valladolid, Segovia, Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Alicante, Castellón, Lleida, Huesca, Soria, Palma de Mallorca, Oviedo, Tarragona y Las Palmas. Todos ellos los gobierna con acuerdos a dos o tres con las candidaturas vinculadas a Podemos y con otros partidos de izquierda, salvo en Soria donde tiene mayoría absoluta. Solo en algún caso como Valladolid el nuevo alcalde socialista, Óscar Puente, lo hará en coalición con la candidatura ligada a Izquierda Unida. En el resto de casos serán gobiernos en minoría. En Palma de Mallorca el acuerdo con MÈS consiste en alternar dos años cada partido al frente del ayuntamiento, pero de momento ha tomado posesión el candidato socialista.
La novedad de la toma de posesión de nuevos alcaldes han sido las cinco capitales en las que hay alcaldes de candidaturas procedentes de movimientos ciudadanas y que han tenido el voto del PSOE en la investidura. Son Madrid con Manuela Carmena, Barcelona con Ada Colau, Zaragoza con Pedro Santisteve, A Coruña con Xulio Ferreiro y Cádiz con José María González.
Se suma también Valencia donde el alcalde elegido es Joan Ribó de Compromís, así mismo apoyado por los partidos de la izquierda. Otro caso singular es el de Zamora, donde gobernará Francisco Guarido de IU, tras años de hegemonía absoluta del PP.
El cambio pone fin al poder de alcaldes históricos del PP como Rita Barberá en Valencia, Javier León de la Riva en Valladolid y Teófila Martínez en Cádiz, entre otros. Y supone el paso a un incierto futuro de oposición municipal a candidatos notorios como Esperanza Aguirre en Madrid.
En las próximas semanas serán investidos los presidentes autonómicos en lo que también se percibirá un vuelco territorial y un retroceso del poder del PP.
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Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/06/13/actualidad/1434184191_318317.html
La Segunda República, vista sin pasión. Cuatro historiadores diseccionan en un extenso ensayo los claroscuros del régimen que intentó reformar las costuras políticas y sociales de España
Sobre la Guerra Civil se ha escrito infinito, pero sobre la Segunda República escasean los estudios que la abordan con independencia de su final. Cuatro historiadores han aunado esfuerzos para tratar de ofrecer una visión sobre el primer régimen democrático instaurado en España en el siglo XX, cuyo afán reformista fue guillotinado por el más dramático de los finales. La Segunda República (Pasado y Presente), un volumen de casi 1.400 páginas, acaso sea el intento más ambicioso de la historiografía española para explicar aquellos años de luces y sombras, abiertos entre dos periodos siniestros de dictaduras y guerra. “Durante años hemos vivido del libro de Gabriel Jackson, publicado en 1965. Luego ha habido otros, pero se trató de obras de síntesis y fragmentarias”, expone Josep Fontana, catedrático emérito de Historia e Instituciones Económicas por la Universidad Pompeu Fabra.
Tanto Fontana, como los autores de la obra (Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez), destacan el hecho de que por vez primera se aborda en sí misma, emancipada de su dramático desenlace (sin que esto quiera decir que se omita). “Muchos autores explican la República traumatizados por la experiencia de la guerra”, subraya González Calleja, profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad Carlos III, que explica que han huido tanto de la visión “propagandística” como de la “fatalista”. “A estas alturas, la República no debe ser denigrada ni reivindicada, sino analizada”, añade.
En opinión de Fontana, los meses que van de abril de 1931 a julio de 1936 son uno de esos raros periodos de progreso en la historia española. A Fontana le gusta recordar una anécdota del historiador Ramón Carande, que respondió así a la petición de un periodista para definir en dos palabras la historia de España: “Demasiados retrocesos”.
Con un final que no estuvo a la altura de su civilizado principio —el rey Alfonso XIII salió hacia el exilio sin corona pero con cabeza—, la República estuvo marcada por un espíritu reformista que, en algunos mundos rígidos como el campo, pareció revolucionario. Se podría decir también que fue el primer régimen amigo de las mujeres: se aprobó el sufragio femenino en igualdad de condiciones que el masculino (a los 23 años), se le concedió igualdad jurídica y desapareció el delito de adulterio que las penalizaba.
En materia de derechos civiles, se regularon con leyes el divorcio, el matrimonio civil y los derechos de los hijos ilegítimos. La escuela pública dejó de segregar alumnos según sexos y se implantó la coeducación. “Se aprueban una serie de cambios legales fundamentales, aunque no dio tiempo a que se convirtieran en cambios sociales”, aduce Ana Martínez Rus, profesora titular de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense. La cultura se transformó de arriba abajo. Invitar a leer fue una herramienta revolucionaria no muy apreciada en ámbitos conservadores y eclesiásticos, reacios a la instrucción de campesinos o mujeres.
Los libros como símbolo
En el Congreso, Pedro Sainz Rodríguez, diputado de Renovación Española y futuro ministro de Educación con Franco, interrogaba: “¿Para qué quieren leer a Oscar Wilde?”. Interesante cuestión en boca de un catedrático de Bibliología. “El concepto de biblioteca pública y el fomento de la lectura son de la República, que gastó mucho dinero en fondos, aunque no en personal, lo que hacía que la atención fuese voluntarista y que en algunas poblaciones se entorpeciese. Las biliotecas se convirtieron en un símbolo político”, señala Martínez Rus. Eso explica el castigo que los libros sufrirían durante la guerra y la dictadura, inmolados en hogueras y expurgados de bibliotecas como portadores del mal.
En el mundo laboral también se impulsaron novedosas normas, aunque Francisco Sánchez, profesor titular de Historia Contemporánea en la Carlos III, puntualiza su impacto en el sector industrial. “No son tan rupturistas como se las ha presentado. Beben de un debate que se venía dando desde la I Guerra Mundial. Donde se produce la gran novedad es en el campo, donde no existían los contratos por escrito y los patronos eran amos y señores del trabajo”.
Un impacto notable teniendo en cuenta que casi el 50% de la población activa española en los treinta trabajaba en el sector primario. “La cuestión agraria ha sido injustamente olvidada al estudiar la República y, sin embargo, no se entiende la Guerra Civil sin las cuestiones agrarias”, advierte Francisco Cobo, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada. Asegura que ni la reforma agraria fue revolucionaria (“era una ley comedida para modernizar las estructuras agrarias, pero beneficiaba a los jornaleros”) ni la conflictividad excepcional (“las huelgas no fueron mayores que en otros países europeos”).
Obras sobre armas y letras
Voces de la trinchera (Alianza). James Matthews.
Los soldados como corresponsales del frente. Las misivas, escritas entre 1938 y 1939 por combatientes del Ejército de Andalucía, rebelan hastío, sufrimiento (“Nos están saliendo telarañas en el cielo de la boca porque no tenemos ni agua para beber”) y desapego hacia consignas políticas.
El final de la guerra civil (Marcial Pons). Fernando Rodríguez Miaja.
Un joven de 22 años, Fernando Rodríguez Miaja, fue un testigo privilegiado de los últimos días de la guerra como secretario particular de su tío, el general José Miaja. Los coletazos del régimen republicano, ante su previsible derrota, siguen rodeados de claroscuros por la implicación de algunas autoridades en el golpe de estado de Casado y su colaboración con el quintacolumnismo.
Cuba y la guerra civil española.
La voz de los intelectuales (Calambur). Niall Binns, Jesús Cano Reyes y Ana Casado Fernández.
El nuevo volumen del grupo de investigación, que indaga en el impacto de la guerra en los intelectuales de América Latina, se centra en Cuba, el país Cuba fue el país latinoamericano con el mayor número de voluntarios en la guerra civil y también con el mayor número de corresponsales, algunos tan conocidos como Alejo Carpentier.
Parlamentarios más libres
Nada tiene que ver el actual sistema con el que rigió los procesos electorales en la Segunda República, más pluralista y más inestable. Francisco Sánchez cree, de hecho, que “la República se usó como contramodelo”. De entrada, “no se votaba a partidos sino a personas”. Esto propiciaba que los diputados tuviesen más autonomía a la hora de defender sus propuestas.
No había Senado, lo que agilizaba la aprobación de leyes, y las listas eran abiertas en cada circunscripción, con un sistema establecido para elegir mayorías y minorías. Había dos vueltas. “Intentaba fomentar el pluralismo. Se le ha criticado porque permite que partidos muy pequeños lleven sus representantes al Parlamento”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/29/actualidad/1432922096_318230.html?rel=lom
Tanto Fontana, como los autores de la obra (Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez), destacan el hecho de que por vez primera se aborda en sí misma, emancipada de su dramático desenlace (sin que esto quiera decir que se omita). “Muchos autores explican la República traumatizados por la experiencia de la guerra”, subraya González Calleja, profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad Carlos III, que explica que han huido tanto de la visión “propagandística” como de la “fatalista”. “A estas alturas, la República no debe ser denigrada ni reivindicada, sino analizada”, añade.
En opinión de Fontana, los meses que van de abril de 1931 a julio de 1936 son uno de esos raros periodos de progreso en la historia española. A Fontana le gusta recordar una anécdota del historiador Ramón Carande, que respondió así a la petición de un periodista para definir en dos palabras la historia de España: “Demasiados retrocesos”.
Con un final que no estuvo a la altura de su civilizado principio —el rey Alfonso XIII salió hacia el exilio sin corona pero con cabeza—, la República estuvo marcada por un espíritu reformista que, en algunos mundos rígidos como el campo, pareció revolucionario. Se podría decir también que fue el primer régimen amigo de las mujeres: se aprobó el sufragio femenino en igualdad de condiciones que el masculino (a los 23 años), se le concedió igualdad jurídica y desapareció el delito de adulterio que las penalizaba.
En materia de derechos civiles, se regularon con leyes el divorcio, el matrimonio civil y los derechos de los hijos ilegítimos. La escuela pública dejó de segregar alumnos según sexos y se implantó la coeducación. “Se aprueban una serie de cambios legales fundamentales, aunque no dio tiempo a que se convirtieran en cambios sociales”, aduce Ana Martínez Rus, profesora titular de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense. La cultura se transformó de arriba abajo. Invitar a leer fue una herramienta revolucionaria no muy apreciada en ámbitos conservadores y eclesiásticos, reacios a la instrucción de campesinos o mujeres.
Los libros como símbolo
En el Congreso, Pedro Sainz Rodríguez, diputado de Renovación Española y futuro ministro de Educación con Franco, interrogaba: “¿Para qué quieren leer a Oscar Wilde?”. Interesante cuestión en boca de un catedrático de Bibliología. “El concepto de biblioteca pública y el fomento de la lectura son de la República, que gastó mucho dinero en fondos, aunque no en personal, lo que hacía que la atención fuese voluntarista y que en algunas poblaciones se entorpeciese. Las biliotecas se convirtieron en un símbolo político”, señala Martínez Rus. Eso explica el castigo que los libros sufrirían durante la guerra y la dictadura, inmolados en hogueras y expurgados de bibliotecas como portadores del mal.
En el mundo laboral también se impulsaron novedosas normas, aunque Francisco Sánchez, profesor titular de Historia Contemporánea en la Carlos III, puntualiza su impacto en el sector industrial. “No son tan rupturistas como se las ha presentado. Beben de un debate que se venía dando desde la I Guerra Mundial. Donde se produce la gran novedad es en el campo, donde no existían los contratos por escrito y los patronos eran amos y señores del trabajo”.
Un impacto notable teniendo en cuenta que casi el 50% de la población activa española en los treinta trabajaba en el sector primario. “La cuestión agraria ha sido injustamente olvidada al estudiar la República y, sin embargo, no se entiende la Guerra Civil sin las cuestiones agrarias”, advierte Francisco Cobo, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada. Asegura que ni la reforma agraria fue revolucionaria (“era una ley comedida para modernizar las estructuras agrarias, pero beneficiaba a los jornaleros”) ni la conflictividad excepcional (“las huelgas no fueron mayores que en otros países europeos”).
Obras sobre armas y letras
Voces de la trinchera (Alianza). James Matthews.
Los soldados como corresponsales del frente. Las misivas, escritas entre 1938 y 1939 por combatientes del Ejército de Andalucía, rebelan hastío, sufrimiento (“Nos están saliendo telarañas en el cielo de la boca porque no tenemos ni agua para beber”) y desapego hacia consignas políticas.
El final de la guerra civil (Marcial Pons). Fernando Rodríguez Miaja.
Un joven de 22 años, Fernando Rodríguez Miaja, fue un testigo privilegiado de los últimos días de la guerra como secretario particular de su tío, el general José Miaja. Los coletazos del régimen republicano, ante su previsible derrota, siguen rodeados de claroscuros por la implicación de algunas autoridades en el golpe de estado de Casado y su colaboración con el quintacolumnismo.
Cuba y la guerra civil española.
La voz de los intelectuales (Calambur). Niall Binns, Jesús Cano Reyes y Ana Casado Fernández.
El nuevo volumen del grupo de investigación, que indaga en el impacto de la guerra en los intelectuales de América Latina, se centra en Cuba, el país Cuba fue el país latinoamericano con el mayor número de voluntarios en la guerra civil y también con el mayor número de corresponsales, algunos tan conocidos como Alejo Carpentier.
Parlamentarios más libres
Nada tiene que ver el actual sistema con el que rigió los procesos electorales en la Segunda República, más pluralista y más inestable. Francisco Sánchez cree, de hecho, que “la República se usó como contramodelo”. De entrada, “no se votaba a partidos sino a personas”. Esto propiciaba que los diputados tuviesen más autonomía a la hora de defender sus propuestas.
No había Senado, lo que agilizaba la aprobación de leyes, y las listas eran abiertas en cada circunscripción, con un sistema establecido para elegir mayorías y minorías. Había dos vueltas. “Intentaba fomentar el pluralismo. Se le ha criticado porque permite que partidos muy pequeños lleven sus representantes al Parlamento”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/29/actualidad/1432922096_318230.html?rel=lom
viernes, 12 de junio de 2015
Los animales no son cosas. Un ensayo colectivo denuncia el anacrónico estatuto jurídico de los animales en España
Para el Derecho español, los animales son cosas, meros bienes susceptibles de apropiación y de libre disposición por parte de sus propietarios. El libro El Derecho de los animales —un ensayo colectivo a cargo de filósofos, juristas y etólogos editado por Marcial Pons— cuestiona este anacrónico estatuto jurídico y pone sobre la mesa “una nueva frontera moral”: el respeto humano al resto de animales.
“Los intelectuales y científicos [...] que polemizan abiertamente a causa de la tauromaquia, la caza, los experimentos con animales en laboratorios, las granjas o los mataderos industriales son los que se preguntan si podemos dar indefinidamente un trato injusto, degradante o cruel a los animales”, reflexiona en el prólogo del libro el escritor Basilio Baltasar, director del área cultural de la Fundación Santillana.
El volumen, el tercero de la Biblioteca del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos, ha sido presentado hoy en el Círculo de Bellas Artes de Madrid por varios de sus autores. En el acto participaron Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana y presidente de honor de PRISA —quien resaltó que el derecho de los animales “es un notable reto para nuestros pensadores"—; Joaquín Estefanía, director de la Cátedra de Estudios Iberoamericanos Jesús de Polanco, y Antonio Rovira, catedrático de Derecho constitucional en la Universidad Autónoma de Madrid y director de la colección.
El libro constata una lenta “transformación cultural” en España. Las denuncias por casos de maltrato de perros aumentaron un 88% en 2013 respecto a 2008, según datos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. También se han dado pasos importantes en el terreno jurídico. La reforma del Código Penal en 2010 eliminó el requisito de “ensañamiento” del artículo 337 que tipifica el maltrato animal como delito. Hasta entonces, ahorcar a un galgo en un olivo o pegar un tiro a un gato eran casos que escapaban a la ley por considerarse sin saña.
"Hablar de los derechos de los animales tiene que ver con el progreso moral de la sociedad", manifestó Joaquín Estefanía en la presentación. Mientras que Antonio Rovira afirmó que "los animales no humanos deben ser bienes constitucionalmente protegidos".
En El Derecho de los animales, las abogadas Cristina Bécares y María González Lacabex instan a cambiar la consideración legal de los animales como cosas, un paso ya dado en Alemania, Austria, Suiza y Francia. Las juristas también denuncian que el Código Penal tipifica el maltrato animal únicamente cuando es “injustificado” o cuando se considera “cruel”.
Bécares y González Lacabex critican la diferente protección de los animales en función de la comunidad autónoma en la que se encuentren. En las Islas Canarias están permitidas las peleas de gallos, prohibidas expresamente en otras comunidades. Cataluña es la única región que prohíbe absolutamente sacrificar a los animales rescatados y albergados en refugios, mientras que en la Comunidad de Madrid se puede suministrar una inyección letal al animal si no es adoptado en 10 días.
En Extremadura, continúan las abogadas, se permite matar a un cerdo en el domicilio para consumo propio. Y las corridas de toros y otros espectáculos taurinos quedan excluidos de todas las leyes autonómicas de protección animal excepto en Cataluña y las Islas Canarias.
“La Constitución española no menciona el bienestar de los animales en ninguno de sus preceptos”, subraya Gabriel Doménech, profesor de Derecho administrativo de la Universidad de Valencia. En esta situación, el bienestar animal colisiona con varios derechos reconocidos en la Constitución, como la libertad religiosa, empresarial, científica y el derecho a la propiedad privada. Así, en aras de la libertad religiosa, un musulmán o un judío pueden degollar un animal saltándose la legislación española que exige que un animal sea aturdido antes de su sacrificio.
Doménech sugiere modificar la Constitución para introducir el bienestar animal, como hizo Alemania con su Ley Fundamental. “Pero la realidad es que esta es una puerta prácticamente imposible de abrir en nuestro país, principalmente porque aquí existe un verdadero horror a cambiar un texto que se considera poco menos que sagrado”, lamenta. La Ley Fundamental alemana, “en poco más de medio siglo de vigencia, ha experimentado 51 reformas, algunas muy sustanciales, mientras que la española, en la mitad de tiempo, solo se ha visto alterada levemente en un par de ocasiones”, remacha el profesor.
El físico y divulgador de la ciencia Jorge Wagensberg, sin embargo, se muestra optimista en el libro: “La compasión que inicialmente afectaba solo a uno mismo o a la familia se ha ido extendiendo y hoy está alcanzando a los animales. El concepto prójimo está a punto de aceptarlos, como en otros tiempos aceptó a otras etnias, a otras clases sociales o a la mujer. Levanto mi copa por ello”. El País.
“Los intelectuales y científicos [...] que polemizan abiertamente a causa de la tauromaquia, la caza, los experimentos con animales en laboratorios, las granjas o los mataderos industriales son los que se preguntan si podemos dar indefinidamente un trato injusto, degradante o cruel a los animales”, reflexiona en el prólogo del libro el escritor Basilio Baltasar, director del área cultural de la Fundación Santillana.
El volumen, el tercero de la Biblioteca del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos, ha sido presentado hoy en el Círculo de Bellas Artes de Madrid por varios de sus autores. En el acto participaron Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana y presidente de honor de PRISA —quien resaltó que el derecho de los animales “es un notable reto para nuestros pensadores"—; Joaquín Estefanía, director de la Cátedra de Estudios Iberoamericanos Jesús de Polanco, y Antonio Rovira, catedrático de Derecho constitucional en la Universidad Autónoma de Madrid y director de la colección.
El libro constata una lenta “transformación cultural” en España. Las denuncias por casos de maltrato de perros aumentaron un 88% en 2013 respecto a 2008, según datos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. También se han dado pasos importantes en el terreno jurídico. La reforma del Código Penal en 2010 eliminó el requisito de “ensañamiento” del artículo 337 que tipifica el maltrato animal como delito. Hasta entonces, ahorcar a un galgo en un olivo o pegar un tiro a un gato eran casos que escapaban a la ley por considerarse sin saña.
"Hablar de los derechos de los animales tiene que ver con el progreso moral de la sociedad", manifestó Joaquín Estefanía en la presentación. Mientras que Antonio Rovira afirmó que "los animales no humanos deben ser bienes constitucionalmente protegidos".
En El Derecho de los animales, las abogadas Cristina Bécares y María González Lacabex instan a cambiar la consideración legal de los animales como cosas, un paso ya dado en Alemania, Austria, Suiza y Francia. Las juristas también denuncian que el Código Penal tipifica el maltrato animal únicamente cuando es “injustificado” o cuando se considera “cruel”.
Bécares y González Lacabex critican la diferente protección de los animales en función de la comunidad autónoma en la que se encuentren. En las Islas Canarias están permitidas las peleas de gallos, prohibidas expresamente en otras comunidades. Cataluña es la única región que prohíbe absolutamente sacrificar a los animales rescatados y albergados en refugios, mientras que en la Comunidad de Madrid se puede suministrar una inyección letal al animal si no es adoptado en 10 días.
En Extremadura, continúan las abogadas, se permite matar a un cerdo en el domicilio para consumo propio. Y las corridas de toros y otros espectáculos taurinos quedan excluidos de todas las leyes autonómicas de protección animal excepto en Cataluña y las Islas Canarias.
“La Constitución española no menciona el bienestar de los animales en ninguno de sus preceptos”, subraya Gabriel Doménech, profesor de Derecho administrativo de la Universidad de Valencia. En esta situación, el bienestar animal colisiona con varios derechos reconocidos en la Constitución, como la libertad religiosa, empresarial, científica y el derecho a la propiedad privada. Así, en aras de la libertad religiosa, un musulmán o un judío pueden degollar un animal saltándose la legislación española que exige que un animal sea aturdido antes de su sacrificio.
Doménech sugiere modificar la Constitución para introducir el bienestar animal, como hizo Alemania con su Ley Fundamental. “Pero la realidad es que esta es una puerta prácticamente imposible de abrir en nuestro país, principalmente porque aquí existe un verdadero horror a cambiar un texto que se considera poco menos que sagrado”, lamenta. La Ley Fundamental alemana, “en poco más de medio siglo de vigencia, ha experimentado 51 reformas, algunas muy sustanciales, mientras que la española, en la mitad de tiempo, solo se ha visto alterada levemente en un par de ocasiones”, remacha el profesor.
El físico y divulgador de la ciencia Jorge Wagensberg, sin embargo, se muestra optimista en el libro: “La compasión que inicialmente afectaba solo a uno mismo o a la familia se ha ido extendiendo y hoy está alcanzando a los animales. El concepto prójimo está a punto de aceptarlos, como en otros tiempos aceptó a otras etnias, a otras clases sociales o a la mujer. Levanto mi copa por ello”. El País.
jueves, 11 de junio de 2015
EE UU pagó millones en prestaciones sociales a excriminales nazis. Una investigación federal revela que más de 130 exnazis residentes recibieron 20 millones de dólares de la Seguridad Social pese a su pasado hitleriano
El Gobierno estadounidense pagó 20,2 millones de dólares (18 millones de euros al cambio actual) en prestaciones de la Seguridad Social a más de 130 residentes de Estados Unidos vinculados a las atrocidades nazis a lo largo de más de medio siglo, aunque algunos pagos se han hecho incluso en este mismo año, según una investigación federal.
El volumen del importe pagado, mucho mayor del que esperaban los funcionarios que llevan la investigación, da prueba de la facilidad con la que miles de exnazis lograron asentarse en una nueva vida en los Estados Unidos, sin apenas ningún control después del final de la Segunda Guerra Mundial .
Un informe que se publicará esta semana por el inspector general de la Administración de la Seguridad Social concluye que la práctica totalidad de los pagos se han realizado adecuadamente bajo la ley de cada momento, y que los funcionarios federales no tenían la autoridad legal para prohibir esos beneficios hasta que el nazi sospechoso fuera deportado, según funcionarios consignados en el informe citados por Bloomberg.
En las décadas de los 60 y los 70, docenas de antiguos nazis que habían envejecido en Estados Unidos comenzaron a recibir prestaciones de la Seguridad Social, sin que las autoridades federales investigaran los posibles vínculos de los inmigrantes alemanes con las atrocidades cometidas durante la guerra.
No fue sino hasta la década de los 80, bajo la presión del Congreso, cuando el Departamento de Justicia comenzó a investigar a cientos de sospechosos en los Estados Unidos y comenzó un proceso de deportación contra exoficiales nazis, guardias de campos de concentración, líderes de los escuadrones de ejecución y otros criminales de guerra.
El informe encontró que más de tres docenas de antiguos nazis recibieron un total de 5,7 millones de dólares del Seguro Social antes de ser deportados. Otros 95 presuntos exnazis que recibieron 14,5 millones de dólares nunca fueron deportados y continuaron cobrando sus prestaciones. Algunos murieron antes de que pudieran ser deportados, otros huyeron del país y a otros se les permitió seguir en el país tras ser investigados.
Indignación por los pagos
"Es indignante que los nazis pudieran recibir estas prestaciones pero el informe también deja claro que la Administración de la Seguridad Social carecía del derecho legal para suspender esos pagos en la mayor parte de los casos”, dijo Carolyn B. Maloney, congresista demócrata por Nueva York que pidió que se abriera una investigación después de surgieran nuevas pruebas el año pasado.
Los primeras pesquisas se realizaron en los años 80 después de que se detectara de que cientos de sospechosos nazis que habían trabajado desde el final de la guerra en ciudades de todo el país comenzaban a cobrar sus retiros. Pero fue una investigación de Associated Press el pasado otoño el que renovó el interés por el fenómeno, lo que llevó al Congreso a aprobar una legislación especial denominado No Social Security for Nazis Act.
Esta ley puso a fin a las prestaciones que recibían cuatro nazis que habían salido de los Estados Unidos para regresar a Europa. El pago más reciente a un exnazi tuvo lugar el pasado mes de enero. No hay constancia de que actualmente haya ningún exnazi cobrando prestaciones.
http://economia.elpais.com/economia/2015/05/31/actualidad/1433091969_095137.html?rel=ult
El volumen del importe pagado, mucho mayor del que esperaban los funcionarios que llevan la investigación, da prueba de la facilidad con la que miles de exnazis lograron asentarse en una nueva vida en los Estados Unidos, sin apenas ningún control después del final de la Segunda Guerra Mundial .
Un informe que se publicará esta semana por el inspector general de la Administración de la Seguridad Social concluye que la práctica totalidad de los pagos se han realizado adecuadamente bajo la ley de cada momento, y que los funcionarios federales no tenían la autoridad legal para prohibir esos beneficios hasta que el nazi sospechoso fuera deportado, según funcionarios consignados en el informe citados por Bloomberg.
En las décadas de los 60 y los 70, docenas de antiguos nazis que habían envejecido en Estados Unidos comenzaron a recibir prestaciones de la Seguridad Social, sin que las autoridades federales investigaran los posibles vínculos de los inmigrantes alemanes con las atrocidades cometidas durante la guerra.
No fue sino hasta la década de los 80, bajo la presión del Congreso, cuando el Departamento de Justicia comenzó a investigar a cientos de sospechosos en los Estados Unidos y comenzó un proceso de deportación contra exoficiales nazis, guardias de campos de concentración, líderes de los escuadrones de ejecución y otros criminales de guerra.
El informe encontró que más de tres docenas de antiguos nazis recibieron un total de 5,7 millones de dólares del Seguro Social antes de ser deportados. Otros 95 presuntos exnazis que recibieron 14,5 millones de dólares nunca fueron deportados y continuaron cobrando sus prestaciones. Algunos murieron antes de que pudieran ser deportados, otros huyeron del país y a otros se les permitió seguir en el país tras ser investigados.
Indignación por los pagos
"Es indignante que los nazis pudieran recibir estas prestaciones pero el informe también deja claro que la Administración de la Seguridad Social carecía del derecho legal para suspender esos pagos en la mayor parte de los casos”, dijo Carolyn B. Maloney, congresista demócrata por Nueva York que pidió que se abriera una investigación después de surgieran nuevas pruebas el año pasado.
Los primeras pesquisas se realizaron en los años 80 después de que se detectara de que cientos de sospechosos nazis que habían trabajado desde el final de la guerra en ciudades de todo el país comenzaban a cobrar sus retiros. Pero fue una investigación de Associated Press el pasado otoño el que renovó el interés por el fenómeno, lo que llevó al Congreso a aprobar una legislación especial denominado No Social Security for Nazis Act.
Esta ley puso a fin a las prestaciones que recibían cuatro nazis que habían salido de los Estados Unidos para regresar a Europa. El pago más reciente a un exnazi tuvo lugar el pasado mes de enero. No hay constancia de que actualmente haya ningún exnazi cobrando prestaciones.
http://economia.elpais.com/economia/2015/05/31/actualidad/1433091969_095137.html?rel=ult
miércoles, 10 de junio de 2015
Una monja en el prostíbulo. Un grupo de religiosas en ruta por clubs y carreteras rescata a mujeres de las mafias. Desde el inicio de la crisis ven más españolas ejerciendo la prostitución
Un grupo de monjas hace ruta todas las semanas por clubs de alterne, carreteras, cortijos y pisos de Almería donde se ejerce la prostitución. Son adoratrices y oblatas que hace años que no se ponen el hábito y viajan en una furgoneta en la que, a veces, se producen milagros. En la parte trasera de ese vehículo, habilitada como un pequeño salón en el que las religiosas reparten café y preservativos, se han transformado vidas enteras; las de decenas de mujeres obligadas a vender su cuerpo por redes mafiosas o por pura desesperación. La ruta termina en una casa de acogida cuyo domicilio es confidencial, por seguridad. Reciben a EL PAÍS con la condición de no revelar esa ubicación ni la identidad de sus inquilinas.
“Me engañó un gitano rumano”, relata Erika, víctima de trata. Ella tenía entonces 12 años; él, 27. “Me dijo que vendríamos a España, que yo podría trabajar de limpiadora…”. Con 14 se quedó embarazada. “Así que me vendió a otro gitano rumano”. Erika no sabe por cuánto dinero, pero sí sabe que le engañó, porque cuando su nuevo dueño descubrió que iba a ser madre, la molió a palos para intentar provocarle un aborto. No lo consiguió y ella regresó a su país, Rumanía, para dar a luz. “Ese mismo día, el gitano que me había traído a España se presentó en el hospital y me dijo: ‘Tú eres mía”. Se la llevó. “Me obligó a trabajar enseguida. La mujer de mi padre se quedó con mi niña”. De vuelta en España, le obligaba a darle 300 euros al día. “Si no los conseguía, me pegaba una paliza”. La torturaba metiendo su cabeza en el frigorífico e intentando cerrar la puerta. En una ocasión, le rajó los muslos con un cuchillo y chorreando sangre, la obligó a tener relaciones sexuales con él. “Un cliente me animó a denunciar a la policía". El juicio está pendiente y Erika, que ahora tiene 24 años, ya no vive en la casa de acogida. La monja María José Palomino recuerda que el día que la conoció se puso enferma; era la forma en que su cuerpo rechazaba aquel inacabable recuento de “perrerías”.
España es el segundo país de la Unión Europea con más casos detectados de explotación sexual -el primero es Italia-. Solo desde el pasado enero, la policía ha detenido a 264 personas en 76 operaciones contra estas mafias e identificado a “más de 4.900 víctimas potenciales”. De ellas, 117 fueron asistidas por ONG -14 eran menores de edad- y 66 adquirieron la condición de testigos protegidos. Entre abril de 2013 y diciembre de 2014 fueron 1.450 detenidos, 11.751 víctimas potenciales detectadas, 774 acogidas y más de 29 millones de euros incautados. Según Interior, el negocio mueve cinco millones de euros al día en España.
Uno de los lugares favoritos de esas mafias es también uno de los más desagradables. “Me impresionó mucho. Nunca se me había pasado por la cabeza que en un lugar así se pudiera ejercer la prostitución”, recuerda Palomino de su primera visita a los cortijos de Roquetas (Almería). Techos de uralita. Una silla en la puerta para advertir a los clientes. Mantas sobre la tierra. Bichos por todas partes. “Le pregunté a las chicas si alguna vez habían ido al pueblo, al cine, a la compra...Una de las nigerianas me explicó que llevaba siete años allí metida y que el dueño le llevaba de vez en cuando bolsas de comida”. El propietario, un español de 35 años, le cobraba 500 euros al mes por el alquiler de aquel cuchitril infecto, pero oportunamente rodeado de invernaderos, es decir, de mano de obra barata en busca de sexo barato. El servicio allí cuesta 10 euros. Y ni siquiera: Fatema, marroquí, de 28 años, tenía que darle tres al dueño del cortijo en el que trabajaba.
“Allí iban muchos hombres: inmigrantes, españoles, jóvenes, viejos, borrachos, sucios...", recuerda Fatema. "Había muchas chicas como yo, más de 20: rusas, nigerianas, marroquíes... Sufrimos mucho. A mi familia nunca le conté la verdad. Les decía que estaba trabajando de panadera, en el tomate...”. Ella había llegado con 21 años a España para trabajar en la fresa, en Huelva, pero aquello solo duró 15 días. Su padre había muerto y ella tenía que enviar dinero a casa para mantener a su madre, su hermano y sus dos hijos. Trabajó en los cortijos hasta que un día, las monjas en ruta dieron con ella y la ayudaron a salir del infierno. Ahora tiene un contrato como interna en una casa, ha conseguido los papeles y ha podido regresar a Marruecos. Llevaba seis años sin ver a sus pequeños.
Palomino cuenta que hace años nunca veía a mujeres marroquíes ejerciendo la prostitucióny cree que ahora empieza a haber redes de trata de musulmanas. “Sé de una señora que contrató a un hombre musulmán para que enamorara a una chica por Internet y se la llevara a Murcia. Ella se escapó y vino aquí. Ahora ya no está con nosotras, pero nos llamó diciendo que estaba embarazada. Cuando se quedan en estado, las abandonan”.
Muchos de esos cortijos están hoy cerrados porque una de las víctimas denunció a la policía. Palomino y Elena Guerra, la trabajadora social que asiste a las religiosas en el proyecto, hablan con verdadero orgullo de ella: “Levantó medio Poniente”, dicen, refiriéndose a una de las zonas predilectas de las redes de explotación. Por eso la perdieron tan pronto de vista. “Cuando están en peligro, las envían a otro lugar para que nadie pueda encontrarlas. Los explotadores las tienen aterrorizadas”. A rumanas, búlgaras, rusas... las amenazan con hacer daño a su familia. A las nigerianas, con el vudú.
El miedo se prolonga muchos meses después de haber recuperado la libertad. Margarita Navío y María Elisa Altadill, superiora y secretaria de las adoratrices en Madrid -donde también tienen casas de acogida- relatan que algunas de las chicas "apenas salen a la calle" y otras "se disfrazan con pelucas" por miedo a que sus explotadores las encuentren.
Cada vez más españolas en los clubs
Palomino tiene ahora asignados en la ruta los clubs de alterne y los pisos de prostitución. “A los dueños de los locales casi nunca les vemos cuando entramos. En 13 años no hemos tenido ningún problema. Lo más, una vez que un cliente borracho me cogió de la cintura y me dijo: “¡Esta sí que es guapa!”, recuerda la religiosa. “Hace años no veías españolas. Desde la crisis sí. En un club me encontré a una señora que parecía que tenía 60 años, aunque decía que tenía 51, y a su hija, de 25. Las dos trabajaban allí". A Guerra también le sorprendió encontrar a una chica de su edad, treinteañera, en un club un día. “Era gallega. Se había ido a Almería para que nadie la reconociera. Dijo que era opositora”.
Los clubs son el único sitio de la ruta en el que las monjas no reparten preservativos, porque las mujeres que trabajan allí suelen tener más dinero. “Cuando estás en esto, no te planteas si preservativos sí o no. Piensas en el bien de las chicas y ya está. Nadie de la Iglesia nos lo ha recriminado nunca. Lo que no hacemos es acompañarlas a abortar. Les informamos de que tenemos una casa de gestantes y, si quieren interrumpir el embarazo, es su libertad, pero no vamos con ellas”, explica Palomino. Gracias a un convenio con la Junta de Andalucía pueden ofrecer a estas chicas una tarjeta sanitaria temporal, pese a que muchas de ellas no tienen ni pasaporte.“Algunas se enteran al hablar con nosotras de que están en España”, dice Guerra.
“Por una sola ya hubiera valido la pena”, asegura Palomino, que ha ayudado a decenas de mujeres. Solo en 2014, acogieron a 30 en la casa, 8 de ellas, víctimas de trata. La congregación celebra a menudo grandes triunfos: el primer cumpleaños en libertad de alguna de las chicas, papeles para una, trabajo para otra, o el premio de Derechos Humanos Rey de España, que concede el Defensor del Pueblo y les entregó Felipe VI el pasado abril. Pero también se llevan grandes disgustos: esclavas de las mafias que el día del juicio se desdicen y abandonan el juzgado con su explotador; mujeres que tras lograr salir de la explotación terminan con un novio maltratador, al que justifican. “Psicológicamente las desmontan", explica Guerra. "Algunas llegan a creer que no merecen otra vida y se sabotean a sí mismas".
Pero también se llevan grandes disgustos: esclavas de las mafias que el día del juicio se desdicen y abandonan el juzgado con su explotador; mujeres que tras lograr salir de la explotación terminan con un novio maltratador, al que justifican. “Psicológicamente las desmontan", explica Guerra. "Algunas llegan a creer que no merecen otra vida y se sabotean a sí mismas".
Si es víctima o sospecha que alguna mujer puede estar siendo explotada por una red de trata, la policía ha habilitado una línea telefónica para denunciar de forma confidencial: 900 10 50 90
“Quería arrancarme la piel después de cada cliente”
NATALIA JUNQUERA
Lucía se prostituyó durante cinco años en pisos y clubs de Almería. Ahora lleva dos en una casa de acogida. / FRANCISCO BONILLA
El miércoles cumplió 31 años, pero es otro día, el 1 de agosto, cuando Lucía (nombre falso) celebra su aniversario. “Ese día entré aquí y volví a la vida”, relata. Lleva casi dos años en la casa de acogida. Los cinco anteriores, esta portuguesa, que hoy estudia un módulo de farmacia, se prostituyó en pisos y clubs de Almería. “Mi novio me animó a venirnos a España. Dijo que él ganaba un buen sueldo –era camionero- y que no hacía falta que yo trabajara. Llegamos en mayo de 2007. Yo estaba embarazada. Luego descubrí que se gastaba todo el dinero en juego, porque era ludópata, y lo metieron en la cárcel porque mató a una persona con el camión. Así que yo me vi sin trabajo, con mi hija de un año, un alquiler, y mi madre, que había venido a España. El día antes de la Navidad de 2008 abrí la nevera y no tenía nada que darle a mi niña. Nada. Todo el mundo al que había pedido ayuda me dijo que no podía seguir ayudándome y me acordé de un piso que tenía unas lucecitas en la puerta. Era evidente a qué se dedicaban... Y llamé”.
Las cuatro encargadas –una francesa, una alemana, una brasileña y una colombiana- le dieron unas instrucciones tras desnudarla para tomarle las medidas y comprobar si era “apta”. “Me explicaron que ellos se llevaban la mitad. Que el servicio costaba 50 euros 20 minutos, 60 media hora y 100 una hora entera. Que se cobraba a la semana, los lunes...”, recuerda Lucía. “Allí había chicas de todos los colores. Organizaban una especie de desfile y el cliente escogía. Ese mismo día me quedé. Recuerdo como si fuera ayer la primera vez, la peor. Llorando. Ahí me di cuenta de en qué me había convertido. ¿Dinero fácil? No hay dinero más difícil de ganar que ese”, cuenta entre lágrimas. “Al terminar, pedí un adelanto y compré pañales y leche”. Enseguida empezó la crisis. “Venían menos clientes y los que venían pedían rebajas. Me echaron de la casa en la que estaba porque no podía pagar el alquiler, así que nos fuimos a una pensión. Pero la pensión costaba casi tanto como lo que yo ganaba a la semana. Fui a hablar con la trabajadora social del Ayuntamiento y con mi madre tomamos la decisión de dejar a la niña en un centro, al que podía ir a visitarla. Llevarla allí es lo mejor que podía hacer, pero cuando me vi sin ella, el trabajo se me hizo insoportable. Estaba en el club y la oía llorar, como si estuviera allí. Una compañera me dijo: 'Eso se te pasa con una raya', y si las cosas estaban mal, las empeoré. Me sentía fracasada como madre, como mujer... no podía perdonarme. Me drogaba para no pensar, y me enganché”. Su hija fue dada en adopción.“El mes que viene cumple 7 años. A veces veo niñas que se le parecen, o que hacen un gesto o un sonido como los que ella hacía. Cuando sea mayor, me gustaría que supiera la verdad de lo que pasó”.
Recuerda perfectamente el día en que esas monjas en ruta dieron con ella. “La primera vez me hice la dormida. La segunda vez que vinieron al piso, una de ellas me preguntó: ¿Tú qué haces aquí? Recuerdo que me tocó, me cogió de la mano mientras me hablaba, y eso me impresionó mucho”. Hacía años que nadie tocaba a Lucía así: para mostrar cariño. “Cuando estas monjas aparecieron en mi vida, yo no me reconocía en el espejo. Quería arrancarme la piel después de estar con cada cliente. Pensé: 'si pierdo este tren, puede que no pase otro'... La hermana María José me dijo el otro día: 'He estado en el piso, he visto tu antigua cama, y no sabes lo que me he alegrado de que ya no estuvieras allí”.
GABRIELA: “Me encerraron un año en una habitación de hotel”
Gabriela es búlgara, tiene 31 años y sonríe sin parar, como si nunca hubiera pasado un año encerrada en un hotel en Algeciras en el que la que la puerta solo se abría para recibir comida y palizas. “Vine a España con una amiga de mi barrio. Me dijo que ella iba a trabajar y que yo podía quedarme en su casa, aprender español y buscarme algún trabajo”. Era diciembre de 2011. “Creo que ella sí sabía a lo que venía, pero yo no. Su novio nos metió en un hotel grande. Me quitó el pasaporte, el móvil... y no me dejaba salir. Como no hacía lo que él quería [prostituirse], me pegaba, con las manos y con el cinturón”.
Un día consiguió escapar y fue corriendo a la policía. “Trajeron a una persona que hablaba mi idioma y me dijo que estuviera tranquila, que iba a ir a una casa de acogida para descansar. A él lo cogieron, a ella no sé”, dice, refiriéndose a su amiga. Tiempo después, pensó que se había enamorado, pero tuvo que terminar denunciando a su novio por malos tratos. “Una noche fuimos de fiesta con sus amigos y me dijo que me acostara con ellos. Me negué y me pegó una paliza”.
Gracias a esa denuncia, Gabriela consiguió los papeles para residir legalmente en España y ahora hace un curso de limpieza para intentar encontrar trabajo como asistenta. Repite mucho la expresión “poco a poco”. Como si además de a quien le escucha, se lo recordara a sí misma.
Le gusta hacer fotos y echa de menos a su familia. “Lo más difícil que he hecho en mi vida ha sido contarle a mi padre lo que me pasó. Mi madre no sabe nada, se hubiese muerto de pena”.
“Me engañó un gitano rumano”, relata Erika, víctima de trata. Ella tenía entonces 12 años; él, 27. “Me dijo que vendríamos a España, que yo podría trabajar de limpiadora…”. Con 14 se quedó embarazada. “Así que me vendió a otro gitano rumano”. Erika no sabe por cuánto dinero, pero sí sabe que le engañó, porque cuando su nuevo dueño descubrió que iba a ser madre, la molió a palos para intentar provocarle un aborto. No lo consiguió y ella regresó a su país, Rumanía, para dar a luz. “Ese mismo día, el gitano que me había traído a España se presentó en el hospital y me dijo: ‘Tú eres mía”. Se la llevó. “Me obligó a trabajar enseguida. La mujer de mi padre se quedó con mi niña”. De vuelta en España, le obligaba a darle 300 euros al día. “Si no los conseguía, me pegaba una paliza”. La torturaba metiendo su cabeza en el frigorífico e intentando cerrar la puerta. En una ocasión, le rajó los muslos con un cuchillo y chorreando sangre, la obligó a tener relaciones sexuales con él. “Un cliente me animó a denunciar a la policía". El juicio está pendiente y Erika, que ahora tiene 24 años, ya no vive en la casa de acogida. La monja María José Palomino recuerda que el día que la conoció se puso enferma; era la forma en que su cuerpo rechazaba aquel inacabable recuento de “perrerías”.
España es el segundo país de la Unión Europea con más casos detectados de explotación sexual -el primero es Italia-. Solo desde el pasado enero, la policía ha detenido a 264 personas en 76 operaciones contra estas mafias e identificado a “más de 4.900 víctimas potenciales”. De ellas, 117 fueron asistidas por ONG -14 eran menores de edad- y 66 adquirieron la condición de testigos protegidos. Entre abril de 2013 y diciembre de 2014 fueron 1.450 detenidos, 11.751 víctimas potenciales detectadas, 774 acogidas y más de 29 millones de euros incautados. Según Interior, el negocio mueve cinco millones de euros al día en España.
Uno de los lugares favoritos de esas mafias es también uno de los más desagradables. “Me impresionó mucho. Nunca se me había pasado por la cabeza que en un lugar así se pudiera ejercer la prostitución”, recuerda Palomino de su primera visita a los cortijos de Roquetas (Almería). Techos de uralita. Una silla en la puerta para advertir a los clientes. Mantas sobre la tierra. Bichos por todas partes. “Le pregunté a las chicas si alguna vez habían ido al pueblo, al cine, a la compra...Una de las nigerianas me explicó que llevaba siete años allí metida y que el dueño le llevaba de vez en cuando bolsas de comida”. El propietario, un español de 35 años, le cobraba 500 euros al mes por el alquiler de aquel cuchitril infecto, pero oportunamente rodeado de invernaderos, es decir, de mano de obra barata en busca de sexo barato. El servicio allí cuesta 10 euros. Y ni siquiera: Fatema, marroquí, de 28 años, tenía que darle tres al dueño del cortijo en el que trabajaba.
“Allí iban muchos hombres: inmigrantes, españoles, jóvenes, viejos, borrachos, sucios...", recuerda Fatema. "Había muchas chicas como yo, más de 20: rusas, nigerianas, marroquíes... Sufrimos mucho. A mi familia nunca le conté la verdad. Les decía que estaba trabajando de panadera, en el tomate...”. Ella había llegado con 21 años a España para trabajar en la fresa, en Huelva, pero aquello solo duró 15 días. Su padre había muerto y ella tenía que enviar dinero a casa para mantener a su madre, su hermano y sus dos hijos. Trabajó en los cortijos hasta que un día, las monjas en ruta dieron con ella y la ayudaron a salir del infierno. Ahora tiene un contrato como interna en una casa, ha conseguido los papeles y ha podido regresar a Marruecos. Llevaba seis años sin ver a sus pequeños.
Palomino cuenta que hace años nunca veía a mujeres marroquíes ejerciendo la prostitucióny cree que ahora empieza a haber redes de trata de musulmanas. “Sé de una señora que contrató a un hombre musulmán para que enamorara a una chica por Internet y se la llevara a Murcia. Ella se escapó y vino aquí. Ahora ya no está con nosotras, pero nos llamó diciendo que estaba embarazada. Cuando se quedan en estado, las abandonan”.
Muchos de esos cortijos están hoy cerrados porque una de las víctimas denunció a la policía. Palomino y Elena Guerra, la trabajadora social que asiste a las religiosas en el proyecto, hablan con verdadero orgullo de ella: “Levantó medio Poniente”, dicen, refiriéndose a una de las zonas predilectas de las redes de explotación. Por eso la perdieron tan pronto de vista. “Cuando están en peligro, las envían a otro lugar para que nadie pueda encontrarlas. Los explotadores las tienen aterrorizadas”. A rumanas, búlgaras, rusas... las amenazan con hacer daño a su familia. A las nigerianas, con el vudú.
El miedo se prolonga muchos meses después de haber recuperado la libertad. Margarita Navío y María Elisa Altadill, superiora y secretaria de las adoratrices en Madrid -donde también tienen casas de acogida- relatan que algunas de las chicas "apenas salen a la calle" y otras "se disfrazan con pelucas" por miedo a que sus explotadores las encuentren.
Cada vez más españolas en los clubs
Palomino tiene ahora asignados en la ruta los clubs de alterne y los pisos de prostitución. “A los dueños de los locales casi nunca les vemos cuando entramos. En 13 años no hemos tenido ningún problema. Lo más, una vez que un cliente borracho me cogió de la cintura y me dijo: “¡Esta sí que es guapa!”, recuerda la religiosa. “Hace años no veías españolas. Desde la crisis sí. En un club me encontré a una señora que parecía que tenía 60 años, aunque decía que tenía 51, y a su hija, de 25. Las dos trabajaban allí". A Guerra también le sorprendió encontrar a una chica de su edad, treinteañera, en un club un día. “Era gallega. Se había ido a Almería para que nadie la reconociera. Dijo que era opositora”.
Los clubs son el único sitio de la ruta en el que las monjas no reparten preservativos, porque las mujeres que trabajan allí suelen tener más dinero. “Cuando estás en esto, no te planteas si preservativos sí o no. Piensas en el bien de las chicas y ya está. Nadie de la Iglesia nos lo ha recriminado nunca. Lo que no hacemos es acompañarlas a abortar. Les informamos de que tenemos una casa de gestantes y, si quieren interrumpir el embarazo, es su libertad, pero no vamos con ellas”, explica Palomino. Gracias a un convenio con la Junta de Andalucía pueden ofrecer a estas chicas una tarjeta sanitaria temporal, pese a que muchas de ellas no tienen ni pasaporte.“Algunas se enteran al hablar con nosotras de que están en España”, dice Guerra.
“Por una sola ya hubiera valido la pena”, asegura Palomino, que ha ayudado a decenas de mujeres. Solo en 2014, acogieron a 30 en la casa, 8 de ellas, víctimas de trata. La congregación celebra a menudo grandes triunfos: el primer cumpleaños en libertad de alguna de las chicas, papeles para una, trabajo para otra, o el premio de Derechos Humanos Rey de España, que concede el Defensor del Pueblo y les entregó Felipe VI el pasado abril. Pero también se llevan grandes disgustos: esclavas de las mafias que el día del juicio se desdicen y abandonan el juzgado con su explotador; mujeres que tras lograr salir de la explotación terminan con un novio maltratador, al que justifican. “Psicológicamente las desmontan", explica Guerra. "Algunas llegan a creer que no merecen otra vida y se sabotean a sí mismas".
Pero también se llevan grandes disgustos: esclavas de las mafias que el día del juicio se desdicen y abandonan el juzgado con su explotador; mujeres que tras lograr salir de la explotación terminan con un novio maltratador, al que justifican. “Psicológicamente las desmontan", explica Guerra. "Algunas llegan a creer que no merecen otra vida y se sabotean a sí mismas".
Si es víctima o sospecha que alguna mujer puede estar siendo explotada por una red de trata, la policía ha habilitado una línea telefónica para denunciar de forma confidencial: 900 10 50 90
MÁS INFORMACIÓN
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“Quería arrancarme la piel después de cada cliente”
NATALIA JUNQUERA
Lucía se prostituyó durante cinco años en pisos y clubs de Almería. Ahora lleva dos en una casa de acogida. / FRANCISCO BONILLA
El miércoles cumplió 31 años, pero es otro día, el 1 de agosto, cuando Lucía (nombre falso) celebra su aniversario. “Ese día entré aquí y volví a la vida”, relata. Lleva casi dos años en la casa de acogida. Los cinco anteriores, esta portuguesa, que hoy estudia un módulo de farmacia, se prostituyó en pisos y clubs de Almería. “Mi novio me animó a venirnos a España. Dijo que él ganaba un buen sueldo –era camionero- y que no hacía falta que yo trabajara. Llegamos en mayo de 2007. Yo estaba embarazada. Luego descubrí que se gastaba todo el dinero en juego, porque era ludópata, y lo metieron en la cárcel porque mató a una persona con el camión. Así que yo me vi sin trabajo, con mi hija de un año, un alquiler, y mi madre, que había venido a España. El día antes de la Navidad de 2008 abrí la nevera y no tenía nada que darle a mi niña. Nada. Todo el mundo al que había pedido ayuda me dijo que no podía seguir ayudándome y me acordé de un piso que tenía unas lucecitas en la puerta. Era evidente a qué se dedicaban... Y llamé”.
Las cuatro encargadas –una francesa, una alemana, una brasileña y una colombiana- le dieron unas instrucciones tras desnudarla para tomarle las medidas y comprobar si era “apta”. “Me explicaron que ellos se llevaban la mitad. Que el servicio costaba 50 euros 20 minutos, 60 media hora y 100 una hora entera. Que se cobraba a la semana, los lunes...”, recuerda Lucía. “Allí había chicas de todos los colores. Organizaban una especie de desfile y el cliente escogía. Ese mismo día me quedé. Recuerdo como si fuera ayer la primera vez, la peor. Llorando. Ahí me di cuenta de en qué me había convertido. ¿Dinero fácil? No hay dinero más difícil de ganar que ese”, cuenta entre lágrimas. “Al terminar, pedí un adelanto y compré pañales y leche”. Enseguida empezó la crisis. “Venían menos clientes y los que venían pedían rebajas. Me echaron de la casa en la que estaba porque no podía pagar el alquiler, así que nos fuimos a una pensión. Pero la pensión costaba casi tanto como lo que yo ganaba a la semana. Fui a hablar con la trabajadora social del Ayuntamiento y con mi madre tomamos la decisión de dejar a la niña en un centro, al que podía ir a visitarla. Llevarla allí es lo mejor que podía hacer, pero cuando me vi sin ella, el trabajo se me hizo insoportable. Estaba en el club y la oía llorar, como si estuviera allí. Una compañera me dijo: 'Eso se te pasa con una raya', y si las cosas estaban mal, las empeoré. Me sentía fracasada como madre, como mujer... no podía perdonarme. Me drogaba para no pensar, y me enganché”. Su hija fue dada en adopción.“El mes que viene cumple 7 años. A veces veo niñas que se le parecen, o que hacen un gesto o un sonido como los que ella hacía. Cuando sea mayor, me gustaría que supiera la verdad de lo que pasó”.
Recuerda perfectamente el día en que esas monjas en ruta dieron con ella. “La primera vez me hice la dormida. La segunda vez que vinieron al piso, una de ellas me preguntó: ¿Tú qué haces aquí? Recuerdo que me tocó, me cogió de la mano mientras me hablaba, y eso me impresionó mucho”. Hacía años que nadie tocaba a Lucía así: para mostrar cariño. “Cuando estas monjas aparecieron en mi vida, yo no me reconocía en el espejo. Quería arrancarme la piel después de estar con cada cliente. Pensé: 'si pierdo este tren, puede que no pase otro'... La hermana María José me dijo el otro día: 'He estado en el piso, he visto tu antigua cama, y no sabes lo que me he alegrado de que ya no estuvieras allí”.
GABRIELA: “Me encerraron un año en una habitación de hotel”
Gabriela es búlgara, tiene 31 años y sonríe sin parar, como si nunca hubiera pasado un año encerrada en un hotel en Algeciras en el que la que la puerta solo se abría para recibir comida y palizas. “Vine a España con una amiga de mi barrio. Me dijo que ella iba a trabajar y que yo podía quedarme en su casa, aprender español y buscarme algún trabajo”. Era diciembre de 2011. “Creo que ella sí sabía a lo que venía, pero yo no. Su novio nos metió en un hotel grande. Me quitó el pasaporte, el móvil... y no me dejaba salir. Como no hacía lo que él quería [prostituirse], me pegaba, con las manos y con el cinturón”.
Un día consiguió escapar y fue corriendo a la policía. “Trajeron a una persona que hablaba mi idioma y me dijo que estuviera tranquila, que iba a ir a una casa de acogida para descansar. A él lo cogieron, a ella no sé”, dice, refiriéndose a su amiga. Tiempo después, pensó que se había enamorado, pero tuvo que terminar denunciando a su novio por malos tratos. “Una noche fuimos de fiesta con sus amigos y me dijo que me acostara con ellos. Me negué y me pegó una paliza”.
Gracias a esa denuncia, Gabriela consiguió los papeles para residir legalmente en España y ahora hace un curso de limpieza para intentar encontrar trabajo como asistenta. Repite mucho la expresión “poco a poco”. Como si además de a quien le escucha, se lo recordara a sí misma.
Le gusta hacer fotos y echa de menos a su familia. “Lo más difícil que he hecho en mi vida ha sido contarle a mi padre lo que me pasó. Mi madre no sabe nada, se hubiese muerto de pena”.
martes, 9 de junio de 2015
La Comunidad Educativa contra las pruebas de Escala y la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa.
Familias del CEIP Virgen de Gracia -Archidona- logran que sus hijas e hijos no realicen las pruebas de Escala.
Marea Verde - Norte de Málaga
El pasado martes 26 de mayo madres y padres del colegio Virgen de Gracia de la localidad malagueña de Archidona han impedido que sus hijas e hijos realicen las pruebas de Escala de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa -AGAEVE- que tenían que examinar a todo el alumnado andaluz de 2º de Educación Primaria.
Ver más aquí.
Marea Verde - Norte de Málaga
El pasado martes 26 de mayo madres y padres del colegio Virgen de Gracia de la localidad malagueña de Archidona han impedido que sus hijas e hijos realicen las pruebas de Escala de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa -AGAEVE- que tenían que examinar a todo el alumnado andaluz de 2º de Educación Primaria.
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