sábado, 30 de enero de 2016

¿A quién afecta el recorte del gasto?. Los Gobiernos priorizan las políticas para combatir el déficit sobre las dirigidas a crear empleo y a mantener el gasto social. Los Presupuestos de Género, promovidos por la ONU y la UE, analizan el impacto sobre la igualdad

En una sociedad cuya prioridad fuera el bienestar de sus ciudadanos, los políticos querrían ser fotografiados inaugurando centros de educación infantil, comedores escolares, viviendas sociales y centros de día para mayores: medidas de bajo coste que mejoran la calidad de vida. Nuestros políticos, sin embargo, inauguran grandes infraestructuras, faraónicos centros culturales y multimillonarias intervenciones urbanas. La mayoría de los españoles no utilizará nunca los superpuertos deportivos, ni el AVE, ni entrará en los megamuseos. Sin embargo, los han pagado con sus impuestos.

Los servicios que mejoran la vida cotidiana son poco rentables política y mediáticamente. En primer lugar, porque cuestan poco. Las obras modestas no atraen a los arquitectos o ingenieros famosos. Además, el cuidado de las personas sigue sin considerarse un problema público. La atención a niños, ancianos y dependientes se considera un problema de las familias y en especial de las mujeres, que lo han hecho siempre, a cambio de nada. Sin embargo, si hay un sector que mejora la vida de los ciudadanos y refleja la madurez democrática de un país son los servicios públicos. La vivienda, el transporte, la sanidad, la educación y las pensiones añaden bienestar, muy especialmente a aquellos con menos ingresos, donde son mayoría las mujeres.

Nos ayudan a entender esto los "Presupuestos con impacto de género", un instrumento de política económica que exige a los Gobiernos medir el efecto que cada medida de Ingreso y Gasto tiene sobre mujeres y hombres. Los Presupuestos de Género están siendo adoptados por los Gobiernos de la UE y promovidos por Naciones Unidas (www.gender-budgets.org). Exigen, en cuanto al ingreso, analizar el impacto de la tributación sobre la igualdad de género. Resulta, por ejemplo, que desgravamos los contratos a tiempo parcial, en un 80% de mujeres, a pesar de su efecto negativo sobre los salarios y la estabilidad laboral. Y que a través del régimen de tributación conjunta desgravamos a las personas con un cónyuge que no percibe ingresos, es decir, a los maridos de amas de casa, mientras desincentivamos la actividad femenina, de las más bajas de la UE.

En cuanto al gasto, el Presupuesto de Género exige desagregar las distintas partidas del presupuesto y su impacto. En los Presupuestos Generales del Estado para 2011, con el objetivo de reducir el déficit público, el Gobierno recorta el gasto, al tiempo que intenta un tímido aumento de la presión fiscal (y renuncia a acabar con el fraude fiscal). Está claro que los recortes distan de afectar a todos los ciudadanos por igual. Destaca que se suspenda la ley de permisos parentales, cuya entrada en vigor estaba prevista para el 1 de enero de 2011, para ahorrar 200 millones de euros. El permiso de paternidad se puso en marcha en virtud de la Ley de Igualdad de 2007. En 2008, el Congreso instó al Gobierno a ampliarlo de 13 días a cuatro semanas. Según el Barómetro del CIS (marzo 2010), el 88,7% de las mujeres y el 88,5% de los hombres se muestra muy o bastante de acuerdo con él. Que este permiso sea intransferible y remunerado al 100% es vital para que tener hijos deje de penalizar a las mujeres en sus empleos, y es bueno para los hijos, cuyos padres podrán asumir parte de su cuidado (www.igualeseintransferibles.org). Pero se ha suprimido, como se suprime el Ministerio de Igualdad, que representaba el 0,03% del gasto total, ahorro gigantesco e imprescindible, según el PP, CiU y PNV, para mejorar la economía española. Estos recortes se producen mientras se mantienen masivas e incomprensibles subvenciones a la Iglesia católica; mientras los grupos de presión industriales y financieros se aseguran multimillonarias ayudas que llevan décadas recibiendo; mientras minorías políticas obtienen por sus votos fuertes recompensas que les permiten alimentar a sus clientelas locales financiando infrautilizados aeropuertos y televisiones. Y, mientras, se mantienen los gastos militares.

El Gobierno parece olvidar que los servicios públicos y la atención a la dependencia crean empleos. Mientras la industria prosigue su automatización, los servicios a personas generan empleo porque su calidad pasa precisamente por su mínima mecanización. Especialmente empleo femenino, imprescindible para acercarnos al 60% de tasa de actividad femenina a la que nos comprometimos en la Agenda de Lisboa. Mientras, la Ley de Dependencia se consolida como una paga de 300 y pico euros a las cuidadoras familiares, en vez de en un sistema de servicios profesionales que iba a crear 500.000 empleos. El cuidado de los ancianos y dependientes es ahora el principal problema de millones de familias y lo será cada vez más en los próximos años. Si se recorta más la provisión pública de servicios de cuidados, este trabajo recaerá aún más sobre los familiares, en su inmensa mayoría mujeres, muchas de las cuales se verán obligadas a abandonar sus empleos o a acceder solo a sus formas más precarias. Mientras esto ocurre, arrecian las presiones para que se amplíe el número de años necesarios para tener derecho a la pensión completa de los 35 actuales a 40. ¿Cuántas mujeres podrán acceder a ella? ¿Se les puede exigir 40 años de cotización y al mismo tiempo que se ocupen de criar hijos, cuidar enfermos y atender ancianos?

El Presupuesto de Género nace de la Economía Feminista, que nos permite ver las políticas anticrisis con otros ojos. La exigencia de analizar el impacto de género de las medidas de estímulo o austeridad nos permite saber, por ejemplo, que con los 5.000 millones de euros del Fondo Municipal para el Empleo en 2010 los Ayuntamientos realizaron 28.000 proyectos, de los que el propio Gobierno considera que solo 745 beneficiaron directamente a las mujeres. Una mejora respecto a 2009, cuando con los 8.000 millones del Fondo se crearon 442.000 empleos temporales en construcción, exclusivamente masculinos (http://impactodegeneroya.blogia.com).

La Economía Feminista introdujo este tipo de análisis en los años ochenta y noventa, cuando se examinaron los costes sociales de las políticas de ajuste estructural en los países en desarrollo. Supimos entonces que la macroeconomía no era neutral con respecto al género ni a la clase. En América Latina, África y Asia, millones de personas perdieron sus empleos o su acceso al "salario social". Los recortes presupuestarios privatizaron el acceso a la educación, salud y pensiones. La crisis forzó a millones a buscar en la emigración (cada vez más feminizada) los ingresos que no encontraban en su país. No es difícil trazar paralelos con los planes de austeridad que ahora llegan a los países europeos. En todo caso, nos ayudan a reflexionar sobre los objetivos de la política económica.

Para la Economía Feminista, el objetivo de la actividad económica es la satisfacción de las necesidades básicas de las personas, frente a la acumulación y al crecimiento económico per se. Los actuales planes de austeridad responden a las exigencias del FMI, del Banco Central Europeo y de élites que imponen sus intereses en los mercados globales. No responden a las necesidades de los ciudadanos, obligados a pagar por el caos creado por la crisis financiera. En 2009, los Gobiernos occidentales, sobre todo el de los EE UU, rescataron a los grandes bancos, con el dinero de todos, de la ruina que ellos mismos habían generado. En 2010, con la banca de regreso a sus astronómicos beneficios, no hay voluntad política de rescatar a los ciudadanos. Al contrario, las políticas implementadas los hunden cada vez más. Obsesionados con los peligros del déficit, los Gobiernos priorizan las políticas anti-déficit sobre las dirigidas a crear empleo y a mantener las políticas sociales. El resultado es el aumento de la pobreza (ya el 20,8% de la población española, según el INE) y la desigualdad.

Como ciudadanos, debemos opinar sobre las decisiones de las Administraciones y las empresas. Debemos tener acceso a la información y derecho a exigir que los Gobiernos, sobre todo los que se llaman de izquierdas, recauden y gasten buscando la disminución de las desigualdades. De ello depende nuestra calidad de vida y la misma democracia.

Lourdes Benería es profesora de Economía en la Cornell University. Carmen Sarasúa es profesora de Historia Económica en la Universidad Autónoma de Barcelona.

viernes, 29 de enero de 2016

¿Quién será el “Elefante Blanco” que podría venir después del 20D?

Tras las elecciones generales del 20D, la situación de bloqueo político en España resulta más que evidente para formar una mayoría estable y coherente de Gobierno que empiece su andadura con ciertas garantías de éxito.

La soluciones pasan por celebrar nuevos comicios en primavera, que el PSOE deje gobernar al PP mediante su abstención favorable a los intereses de Rajoy, la gran coalición de PP y PSOE o una alianza de izquierdas entre los de Pedro Sánchez, Podemos e IU como base fundamental del posible pacto parlamentario.

Ninguna de las soluciones esgrimidas es plenamente satisfactoria para nadie y todas, caso de producirse, nos llevarían a una legislatura breve antes de volver a las urnas a medio plazo.

El PSOE tendría muy difícil explicar a la opinión pública su apoyo táctico al PP y con respecto a Podemos ya sus principales dirigentes regionales se han posicionado meridianamente en contra. También cabría decir que la amalgama de sensibilidades particulares en el movimiento liderado por Pablo Iglesias podría hacer aflorar sus matices distintivos ante un acercamiento a las posturas del PSOE.

Sin embargo, puede haber otra solución de compromiso inédita en España, de recorrido corto, que permita salvar los muebles al bipartidismo sin afectar negativamente a la imagen de PP y de PSOE: un ejecutivo tecnocrático, con personajes presuntamente de ideología neutral e independientes de los aparatos oficiales partidarios.

Los fundamentos de ese hipotético gobierno tecnocrático serían la unidad de España contra el secesionismo catalán y otros a la espera, la defensa a ultranza de la Constitución, el control del déficit a toda costa, la participación en la lucha internacional contra el terrorismo yihadista, medidas cosméticas y generalistas contra la corrupción, la profundización de las reformas neoliberales y la ampliación de los recortes sociales solicitados por Bruselas y el FMI.

Todo muy técnico y reformista: lo que se debe hacer sin trabas ideológicas de ningún tipo, liderado por personajes públicos de prestigio sin pasado en el PP o el PSOE. Ciudadanos tampoco estaría en contra de esta vía política de coyuntura.

Esta insólita situación facilitaría ganar tiempo al PP y al PSOE. El primero lo aprovecharía para celebrar un congreso de reagrupación de las derechas, incluso tentando a Albert Rivera hacia su logo renovado, dando a la vez el finiquito a Mariano Rajoy.

Por su parte, el PSOE convocaría a buen seguro otro cónclave interno donde poder despedir a Pedro Sánchez con todos los honores mientras se entronizaba a un líder de recambio al gusto de Susana Díaz y los pesos pesados en la sombra de la organización de Ferraz. Díaz, además, podría erigirse en la lideresa que aglutinara a las diferentes facciones ahora enfrentadas.

A la izquierda del PSOE, Podemos e IU llegarían a acuerdos de coalición de cara a los más que previsibles comicios en abril o mayo.

El nuevo escenario quedaría reducido a una recomposición sintética de la derecha en torno al PP-Ciudadanos, el PSOE en solitario y Podemos-IU juntos con los nacionalistas de Cataluña y Euskadi en los lugares de costumbre. Todo muy parecido a lo parido en la transición de 1978 con el interrogante de si Podemos sobrepasaría al PSOE en la confianza de los electores de izquierda, esto es, la cuestión clásica de la izquierda.

No debe caber la menor duda de que los mercados y los poderes fácticos estarán barajando esta posibilidad de un gobierno tecnocrático o de salvación nacional de urgencia con la meta puesta en que a medio plazo todo vuelva a los cauces de un bipartidismo tradicional.

Poco a poco se pueden ir creando las condiciones indispensables para que la solución reseñada vaya calando en la sociedad y sea susceptible de aceptarse sin mayores riesgos o contestación en la calle. Con ella, PP y PSOE saldrían indemnes y también Ciudadanos, quedando Podemos e IU como oposición minoritaria en la esfera parlamentaria.

El problema acuciante es ahora hallar un “Elefante Blanco” de compromiso, un icono limpio de polvo y paja para presidir ese gobierno de salvación tecnocrático que se presente como equidistante de la derecha y la izquierda: un hombre bueno, quizá una mujer, que no tuviera flancos de rechazo demasiado expuestos a las críticas políticas, al menos en primera instancia.

Esa coalición invisible de PP, PSOE y Ciudadanos dejaría a Podemos en un territorio incómodo, que sería tachado de irresponsable por los principales medios de comunicación españoles sustentadores del sistema posfranquista urdido en el 78.

El enroque, arriesgado a todas luces, podría ser una jugada magistral. Hasta Felipe VI reforzaría su imagen posmoderna de árbitro neutral de la España del siglo XXI.

El 23F de 1981, todos nos quedamos con las ganas de saber, aunque muchos indicios apuntaban a Juan Carlos de Borbón, quién era el misterioso personaje golpista que se escondía bajo el mote de “Elefante Blanco”? ¿Habrá fumata blanca esta vez y el paquidermo dará la cara con luz y taquígrafos? La incógnita se despejará en casi nada.

Desde algunas esferas se pensará que un gobierno tecnocrático sería tanto como dar un golpe blando a la democracia parlamentaria, al ser un ejecutivo no salido expresamente del voto ciudadano. Suena a eso, pero con los mass media predicando las bonanzas de la unidad de España y la salvación nacional, todo es posible. Veremos qué pasa, cosas de mayor escarnio se ha tragado España sin inmutarse un ápice la masa social: corrupción, desahucios, pobreza, desigualdad creciente, trabajo sin derechos, educación, sanidad y pensiones atacadas por la gestión privada, monarquía sin plebiscito, estado aconfesional bajo el yugo católico… Y el PP sigue siendo el partido más votado, no lo olvidemos.

Un golpe de timón con tintes éticos y barnices morales que no pareciese tal golpe ajeno a la voluntad popular, con formalidades y cobertura democrática en el Congreso de los Diputados, sería una forma sutil y práctica de desbloquear el ambiente político actual. No lo descartemos. Lo que ayer y hoy parece quimera, utopía o mera especulación mañana podría ser plena realidad.


Armando B. Ginés

Fallece la activista por la paz y manifestante contraria a las armas nucleares Concepción Picciotto 1935- 2016.

Falleció la activista por la paz y manifestante contra las armas nucleares Concepción Picciotto. La activista es reconocida por haber acampado de forma ininterrumpida frente a la Casa Blanca desde 1981 en protesta contra las armas nucleares y la guerra. Su vigilia por la paz es ampliamente considerada como la manifestación de protesta más larga que haya tenido lugar en la historia de Estados Unidos. Las siguientes son palabras pronunciadas por Picciotto en 2014.

Concepción Picciotto expresó: “Estoy frente a la Casa Blanca desarrollando esta vigilia por la paz desde 1981, lo que hace 31 o 32 años seguidos. Éramos dos personas, desde 1981, estábamos bien en frente de la entrada, está en mi sitio web, pero hace cuatro años que mi colega Thomas falleció. Era muy comprometido, fuimos golpeados por infantes de marina, rociados con gases por agentes de policía y arrestados en varias oportunidades, además de los eventos climáticos, la nieve, la lluvia”.

Eran palabras de la activista Concepción Picciotto. Falleció el lunes en un albergue para mujeres sin hogar en Washington, D.C. Se cree que tenía 80 años.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2016/1/26/titulares/peace_activist_and_anti_nuclear_protester_concepcion_picciotto_dies

jueves, 28 de enero de 2016

Alan Turing describió por primera vez en 1936 el concepto de computabilidad y detalló qué problemas puede resolver o no un ordenadorA esta idea, el matemático Stephen Cook (Nueva York, 1939) añadió la eficiencia: saber si un problema se puede resolver en un tiempo asumible —y el tiempo es la clave— es esencial para decidir si merece la pena insistir en solucionarlo o resignarse y buscar una conclusión aproximada. Con esta idea, el matemático ha ganado el Premio Fronteras del Conocimiento de Tecnologías de la Información, otorgado hoy por la Fundación BBVA.

Stephen Cook ha conseguido el galardón por determinar que hay problemas que los ordenadores no pueden resolver de manera eficiente. “En ese caso, lo más inteligente es dejar de intentarlo. Eso permite a los programadores ensayar estrategias mucho más útiles”, explica Cook.

En concreto, el matemático dividió los problemas en dos categorías: los que pueden ser resueltos en un tiempo razonable, a los que llamó P, y aquellos que implicarían tanto tiempo que “el sol se apagaría antes”, a los que llamó NP.

Para estos últimos definió una subclase: los problemas NP-completos. En esta categoría están los enigmas más difíciles que, además, son equivalentes, es decir, que si se hallase una solución para uno de ellos, significaría que existe una solución para todos los demás.

Actualmente, hay miles de problemas NP-completos en ámbitos muy diversos: biología, física, economía, teoría de números, lógica… Un ejemplo es la forma en que las proteínas adquieren su estructura tridimensional, un problema esencial en biologíaOtro es el famoso enigma del viajante: encontrar la ruta más eficiente que debe seguir un repartidor para llegar a todos los destinatarios.

Stephen Cook plantea con esta investigación uno de los grandes Problemas del Milenio, los principales enigmas sin resolver de las matemáticas cuya solución está recompensada con un millón de dólares: ¿existe una solución eficiente para los problemas NP-completos?

Los 45 años de esfuerzos combinados de informáticos y matemáticos no han servido para hallar la solución. La inmensa mayoría de los expertos cree que no hay un algoritmo que resuelva los problemas NP. El Problema del Milenio que planteó Cook se llama P versus NP, es decir, enigmas que tienen solución contra los que no la tienen.

Por ejemplo, en la cuestión del viajante, la única manera de hallar la ruta más rápida para visitar a todos los comerciantes es calcular todas las trayectorias posibles: hay que hacer tantos cálculos que, en la práctica, es irresoluble. El Problema del Milenio planteado por Cook se pregunta si de verdad no existe ninguna manera más rápida, ningún atajo brillante, que permita resolver estos problemas NP-completos.

Si alguien descubriera la fórmula mágica que solucionase un enigma NP-completo, podría solucionarlos todos. Eso comprometería, por ejemplo, los sistemas de encriptado y la seguridad de los bancos e Internet, donde se utilizan problemas NP-completos —que hasta ahora no se pueden resolver— para mantener las claves y las rutas de acceso bajo máxima seguridad.

Stephen Cook es catedrático de Ciencias de la Computación en la Universidad de Toronto (Canadá). Publicó su estudio más influyente en 1971, en el que analizaba e intentaba resolver un problema NP cualquiera. En ese momento no era consciente de cuántos enigmas de ese tipo existían. Solo un año después, otro investigador publicó una lista con 300 problemas NP más. El matemático sabía que el concepto con el que estaba trabajando era interesante, “pero no tenía ni idea de que sería tan importante”, cuenta Cook.

http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2016/01/12/actualidad/1452616109_625533.html

miércoles, 27 de enero de 2016

¿Es necesaria tanta desigualdad?. Podemos redistribuir una parte de los ingresos de las élites sin entorpecer el progreso.

¿Hasta qué punto es necesario que los ricos lo sean tanto? No es una pregunta ociosa. Se podría decir que, en el fondo, de eso trata la política estadounidense. Los progresistas quieren subir los impuestos a las rentas altas y utilizar lo recaudado para reforzar la red de seguridad social; los conservadores quieren hacer lo contrario, y afirman que las políticas que gravan a los ricos perjudican a todos al reducir los incentivos para la creación de riqueza.

Ahora bien, la experiencia reciente no dice mucho en favor de la postura conservadora. El presidente Obama ha sacado adelante una subida considerable de los tipos impositivos más altos y su reforma sanitaria ha supuesto la mayor ampliación del Estado del bienestar desde Lyndon B. Johnson. Los conservadores vaticinaron un seguro desastre, tal como hicieron cuando Bill Clinton subió los impuestos al 1% que más gana. En cambio, Obama ha acabado siendo responsable de la mayor creación de empleo desde la década de 1990. A pesar de ello, ¿existe alguna razón que, a la larga, justifique una gran desigualdad?

No les sorprenderá escuchar que muchos miembros de la élite económica creen que la hay. Tampoco se sorprenderán si les digo que yo no estoy de acuerdo, que creo que la economía puede prosperar con mucha menos concentración de ingresos y riqueza en la cúspide de la pirámide económica. Pero ¿por qué lo creo?

Me parece útil reflexionar sobre ello recurriendo a tres modelos que explicarían el origen de la desigualdad extrema, ya que la economía real toma elementos de los tres.

En primer lugar, una enorme desigualdad podría explicarse porque existan grandes diferencias de productividad entre unos individuos y otros: algunas personas son capaces de hacer una contribución cientos o miles de veces superior a la media. Esta es la opinión plasmada en un ensayo reciente muy citado, del que es autor el inversor en capital riesgo Paul Graham y que goza de gran popularidad en Silicon Valley (es decir, entre personas que ganan cientos o miles de veces más que los trabajadores corrientes).

En segundo lugar, una gran desigualdad podría deberse sobre todo a la suerte. En el clásico del cine El tesoro de Sierra Madre, un viejo buscador de oro explica que este metal vale tanto —y quienes lo encuentran se hacen ricos— gracias al trabajo de todos los que salieron en busca de oro pero no lo encontraron. De manera similar, podríamos tener una economía en la que quienes se lleven el premio gordo no sean necesariamente más listos o trabajadores que quienes no lo consigan, sino que tengan la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.

En tercer lugar, la causa de las grandes desigualdades podría ser el poder: los ejecutivos de las grandes empresas que pueden establecer su remuneración, los embaucadores financieros que se hacen ricos con información privilegiada o cobrándoles honorarios injustos a los inversores ingenuos.

Como he dicho, la economía real contiene elementos de estas tres historias. Sería estúpido negar que algunas personas son, de hecho, mucho más productivas que la media. Pero sería igual de estúpido negar que un gran éxito en los negocios (o, de hecho, en cualquier otra cosa) tiene una parte importante de suerte; no solo la suerte de ser el primero al que se le ocurre una idea o estrategia muy rentable, sino también la de haber nacido en la familia adecuada. ...

No digan que la redistribución es mala en sí misma. Incluso si los ingresos elevados fuesen un reflejo perfecto de la productividad, los resultados del mercado no equivalen a una justificación moral. Y dado el hecho de que la riqueza suele ser un reflejo de la suerte o el poder, hay muchos argumentos a favor de que se recaude parte de esa riqueza en forma de impuestos y se use para fortalecer la sociedad en su conjunto, siempre que no se destruyan los incentivos para seguir creando más riqueza.

Y no hay motivos para pensar que se destruirían. Si echamos la vista atrás, Estados Unidos alcanzó el crecimiento y el progreso tecnológico más rápidos que ha tenido durante las décadas de 1950 y 1960, a pesar de que los tipos impositivos máximos eran mucho más altos y la desigualdad mucho menor que hoy en día.

En el mundo actual, los países con impuestos elevados y poca desigualdad, como Suecia, son también muy innovadores y poseen muchas empresas de reciente creación. Esto puede deberse, en parte, a que una red de seguridad sólida fomenta la asunción de riesgos: la gente estará dispuesta a buscar oro, aun cuando el éxito de la aventura no la haga tan rica como antes, si sabe que no se morirá de hambre si vuelve con las manos vacías.

Así que, volviendo a mi pregunta inicial, no, los ricos no tienen que ser tan ricos como lo son. La desigualdad es inevitable; la desigualdad extrema que existe hoy en Estados Unidos no lo es.
Paul Krugman es premio Nobel de Economía de 2008.
http://economia.elpais.com/economia/2016/01/15/actualidad/1452864526_260183.html

martes, 26 de enero de 2016

Varoufakis avisa a Podemos: "No permitan que la troika los divida. Si lo consigue, les destruirá" El exministro de Finanzas griego ultima la fundación del Movimiento por la Democracia Europea ('Democracy in Europe Movement'), una plataforma que busca democratizar las instituciones de la UE

Hace un año, cuando por estas fechas se gestaba la histórica irrupción del partido de izquierda radical Syriza como primera fuerza política en Grecia, el economista Yanis Varufakis se disponía a asumir la cartera de Finanzas del país con un objetivo fundamental: liderar el combate que pondría fin a las “fuerzas destructivas” de la troika en la república helena. Un combate que, según Varufakis, no solo era vital para sacar a Grecia del bucle pernicioso de austeridad, deuda y deflación en el que llevaba sumido el país desde 2010, sino también para liberar al proyecto de integración europeo de un cada vez mayor y peligroso “autoritarismo burocrático”.

Tras seis meses que tuvieron en vilo a la zona euro, Varufakis abandonó la batalla dimitiendo de su cargo cuando se produjo la capitulación del Gobierno griego ante sus acreedores.

Varufakis ni se da por vencido, ni ha perdido la esperanza. Y mucho menos piensa que su diagnóstico sobre el estado actual de la UE y los peligros que esta corre se haya demostrado erróneo, todo lo contrario. El exministro que plantó cara a la troika en 2015 y que llegó a ser acusado de alta traición, vuelve al campo de batalla un año más tarde, solo que esta vez no emprenderá la lucha desde Atenas, sino desde el corazón de Europa.

Cuesta creer que en unos días se cumplirá un año desde que usted entró a formar parte del Gobierno griego que pondría “fin a la troika”, como proclamó el propio Alexis Tsipras la noche del 25 de enero de 2014.

¿Conclusiones?
El año comenzó con unas elecciones en Grecia que electrizaron a Europa con la esperanza de que era posible devolver legitimidad a la política europea. Cuando llegó el verano, los viejos poderes europeos se habían reafirmado tras haber estrangulado la “primavera griega”. También habían logrado restaurar una versión más dura de los dictados autoritarios y políticas económicas inviables que han convertido a Europa en el “enfermo” del capitalismo global.

El ahogamiento de la democracia griega el pasado verano hirió de gravedad a la Unión Europea y reforzó las fuerzas centrífugas que la están rompiendo. Al poco tiempo, cuando los refugiados comenzaron a llegar, la mentalidad de “no en mi patio” y del “¿yo qué gano?” que había sido reafirmada con el aplastamiento de la “primavera griega”, era dominante. El resultado para Europa ha sido dar un paso más hacia la pérdida tanto de su integridad como de su alma.

En el lado positivo, la “primavera griega” desató un proceso imparable que puede desafiar el masivo déficit democrático en Europa. No hay ningún europeo que hoy pueda negar el hecho de que las decisiones importantes en la zona euro son tomadas por un órgano que legalmente no existe y que opera como una sociedad secreta, el Eurogrupo. La “primavera griega” también ha dado lugar a transformaciones, aunque inconclusas, en Portugal y en España, así como a ciertos aires de cambio en el resto de Europa. Nunca antes las demandas de una democracia auténtica y de transparencia habían sido tan sonoras en nuestro continente. Es crucial que 2016 sea el año en el que esas exigencias se consoliden.

Parte de su tesis con respecto a las políticas económicas adoptadas en Europa desde el estallido de la crisis, así como su crítica sobre la propia arquitectura institucional de la Unión, es que, de no corregir el rumbo, estamos abocados al resurgimiento de extremismos peligrosos. Nadie parece compartir esa tesis en las instituciones europeas, a conectar las causas y efectos que usted denuncia.

Eso tiene un nombre: negación. Al ser apabullados por problemas difíciles y por la desesperación, los humanos frecuentemente optamos por liarnos la manta a la cabeza. Los banqueros lo hacen, los políticos lo hacen, sociedades enteras lo hacen.

En 2008, un colapso del sector financiero que comenzó en Wall Street dio lugar a una serie de bancarrotas en los sistemas bancarios de países en superávit y, poco después, en las finanzas de Estados deficitarios, lo que hizo que la divisa común comenzara a fragmentarse. Para mantenerla se implementaron medidas que combinaban préstamos y políticas de austeridad insostenibles que terminaron por trasladar el coste de la crisis a las clases trabajadoras; medidas a las que yo defino como “austeridad Ponzi”.

Al igual que ocurrió en 1929, cuando un colapso similar en el sector financiero fragmentó la divisa común de esa era, el patrón oro, la secuencia de eventos actual conducen a la desesperanza, a la depresión y al miedo; factores todos ellos que contribuyen al resurgimiento de ultranacionalismos, racismo y, finalmente, al regreso de los neonazis. Mientras tanto, como usted comenta, los poderes fácticos se niegan a conectar las causas y los efectos y se pertrechan en la quimera de que políticas económicas contractivas darán lugar, de algún modo, a crecimiento.

En la República de Weimar, bajo el canciller Heinrich Brüning, la burguesía se había convencido de que la transferencia de riqueza de la clase trabajadora a la suya resolvería la economía, mientras que la extrema derecha mantendría a raya a la creciente autoridad de la izquierda. El resultado fue Adolf Hitler. En la actualidad, de una manera muy similar, la política económica de Brüning ha sido resucitada con la izquierda siendo mantenida a raya por el Eurogrupo y la troika, mientras que el ultranacionalismo, el racismo y el neonazismo campa a sus anchas para convertirse en una amenaza.

Y para contrarrestar todo lo anterior, usted sigue insistiendo en cambiar la arquitectura europea. Desde hace unos meses habla de un “movimiento para democratizar Europa”. ¿Cómo se traduce eso a la acción?

Primero hemos de fundar el movimiento. Eso ocurrirá el 9 de febrero en Berlín. El propósito es movilizar a los europeos bajo una simple agenda común: democratizar las instituciones europeas.

Una vez que hayamos iniciado esta “conversación” sobre nuestra meta de democratizar Europa, en el contexto de un movimiento activista, emergerá un consenso que a partir de entonces tendrá que encontrar su expresión en cada uno de los estados miembros de la Unión Europea.

La fórmula organizativa y electoral que esta expresión cobre en cada país es algo que queda a expensas de ser decidido de manera colectiva y orgánica. En algunos países puede ser en forma de un nuevo partido. En otros, nuestro movimiento podría establecer alianzas con partidos ya existentes. Todo esto está pendiente de ser debatido y decidido.

Sin embargo, lo que realmente importa es que nuestro movimiento invertirá el orden actual. Actualmente los partidos se erigen a nivel estado-nación que luego intentan formar alianzas, débiles, a nivel europeo. Nuestro movimiento comenzará a escala europea, basado en un internacionalismo radical, y se enfocará en el déficit democrático en el corazón de Europa y cada una de sus instituciones y jurisdicciones nacionales. Solo entonces “descenderá” a la mecánica de los procesos electorales a nivel nacional, regional y local.

¿Cómo puede un “movimiento”, sin el respaldo de la fuerza de un Estado miembro, lograr cambios en las autoridades europeas cuando ni siquiera el mismo Parlamento Europeo tiene esa capacidad?

Nuestro movimiento surge como respuesta a una realidad según la cual los políticos pueden estar en el Gobierno, pero no tienen poder. Incluso los primeros ministros, presidentes y los ministros de Finanzas de Estados fuertes dentro de la Unión Europea carecen de poder en una Europa que ha dejado la toma de decisiones cruciales lejos de la esfera política y en manos de un oscuro mundo de burócratas, banqueros y autoridades sin representación democrática.

En cuanto al Parlamento Europeo, es tan sólo la hoja de parra que esconde la ausencia de democracia parlamentaria en Europa.

Así que, para plantarle cara a esta despolitización del proceso de toma de decisiones político que viene reafirmando la crisis económica y de legitimidad en Europa, necesitamos un movimiento que emerja por todo el continente de un solo golpe y con la misma agenda: devolver a la política las decisiones y democratizar el proceso de toma de decisiones. No hay otra forma de poner fin a la perversa asociación entre autoritarismo y políticas económicas fallidas en Europa, que dará como resultado la ruina del proyecto común a favor del ultranacionalismo.

El año pasado usted era muy optimista sobre la posibilidad de lograr un acuerdo con la troika. Se apoyaba en que la lógica económica y política le acompañaría. ¿Qué le hace pensar que esta vez logrará tener éxito ante los mismos adversarios?

Cuando uno emprende el camino hacia el campo de batalla, la obligación es ser optimista y, al mismo tiempo, estar preparado para lo peor. Ese fue el espíritu con el que entré al Eurogrupo y a las negociaciones con la troika.

Sigo convencido de que entonces pudimos haber logrado un acuerdo honorable si hubiésemos mantenido nuestra estrategia original en lugar de ceder ante la presión tras unos meses de lucha. Pero de todo eso hablaremos en el futuro, cuando escriba sobre la historia de la estrangulación de la “primavera griega”. Lo que importa ahora es que aprendamos de ese espléndido episodio y sigamos hacia adelante.

¿Qué me hace ser optimista de un movimiento a escala europea? ¡Que será a escala europea! Que presionaremos en cada Parlamento, en cada Gobierno, en cada jefe de Estado al mismo tiempo. Que cuando la troika esté apretando, por ejemplo, al Gobierno de Madrid, sabrá que el proceso electoral en Alemania, Francia o Portugal castigará a cualquier político local que ceda ante la troika.

¿En qué fase se encuentra el movimiento?
Estamos en los primeros días. Lo lanzaremos el próximo 9 de febrero. El 2016 será el año en el que sembremos nuestras semillas en cada ciudad de cada Estado de la Unión Europea. La nuestra es sin duda una tarea utópica, pero si fracasamos, una terrible distopía aguarda a nuestra deslegitimada Europa en proceso de fragmentación.

Las encuestas en Grecia comienzan a sugerir un retroceso en el apoyo de los ciudadanos a Syriza. El pueblo pierde la esperanza.

¿Es que acaso sorprende que la esperanza sea la víctima de la capitulación de Syriza? ¿Durante cuánto tiempo puede Alexis Tsipras sostener la paradoja de pedir a sus diputados en el Parlamento que voten leyes a favor de las políticas misántropas de la troika y, al mismo tiempo, que las denuncien?

Como dije a mis colegas cuando abandoné el Gobierno y voté en contra de esas leyes, el peor aspecto de la capitulación es que las masas que sufran las consecuencias de esas leyes no tendrán otra alternativa política salvo Amanecer Dorado.

No obstante, hay un lado positivo: el pueblo griego no deja de sorprenderme. Como cuando me sorprendieron el 5 de julio con su magnífico “no” en el referéndum. Así que me siento alentado por su coraje y capacidad de mantener viva la esperanza de que la llama de nuestra “primavera griega” vuelva a brillar. Por mi parte, confío en que, antes de devolver esa llama a Atenas, será necesario llevar el espíritu de nuestra primavera a cada rincón de Europa, y que sirva de inspiración a todos los europeos que claman por una Europa democrática.

Cuando el pueblo griego vea a Europa ponerse en pie ante el autoritarismo que lo aplastó el verano pasado, ellos también volverán a ponerse en pie llenos de esperanza y entusiasmo.

En entrevistas anteriores me afirmó que abandonar el euro estaba fuera de sus planes y deseos, pero que no estaba de acuerdo en permanecer en él a cualquier precio. ¿Cuál es el precio? ¿Cuándo hay que decir “basta”?

Las divisas son instrumentos. Son medios para otros fines, como la prosperidad. El fetichismo por una divisa es lo peor, es un error. No creo que debamos incurrir en un fetichismo sobre el euro, pero tampoco creo que debamos hacerlo con nuestras divisas nacionales.

Para responder a su pregunta de manera directa: yo nunca, como ministro de Finanzas, pediría la salida del euro diciendo “basta”. Al mismo tiempo, tampoco entraría en pánico si alguien me amenazara con expulsarnos del euro, sobre todo cuando no existe un mecanismo para que eso ocurra, lo cual sería ilegal.

Mi punto de vista y mi política, como de costumbre, siempre ha sido: fijemos nuestras líneas rojas, como por ejemplo que acordemos que jamás se volverán a reducir las pensiones mínimas otra vez, y digamos a la troika que ignoraremos sus amenazas de expulsarnos del euro. Y si ellos de manera escandalosa cierran nuestros bancos, como hicieron, establezcamos un sistema de pagos paralelo, en euros, y mantengámonos firmes hasta alcanzar una solución política en Bruselas.

Nada de esto es fácil, pero es la única manera de poner fin a este ciclo interminable de recesión y autoritarismo en manos de una cada vez más despiadada troika. Es, de hecho, ¡la única forma de mantenernos dentro de la zona euro a largo plazo!

Tras su renuncia como ministro de Finanzas me dijo que “el tamaño importa”, que a España no se le hubiese propinado el mismo trato que a Grecia en circunstancias similares. ¿Qué lecciones puede sacar España de la ‘experiencia griega’?

Hay tres lecciones que resultan pertinentes. Primero, que al liderazgo en la sombra del Eurogrupo que mueve los hilos de la troika poco le importa la sostenibilidad económica del país que es enviado a negociar con ella, sino imponer su autoridad. Un Gobierno progresista en España tiene que tener esto presente, siempre.

En segundo lugar, España jamás se recuperará económicamente de manera sostenible si se mantiene dentro de los límites que la troika le ha impuesto. Un Gobierno progresista en España tiene que prepararse para un enfrentamiento con la troika.

En tercer lugar, prepárense para recibir amenazas y sepan que no son creíbles. Un Gobierno progresista en España tiene que exponer el “bluf” de la troika dado que la deuda pública y privada del país no puede ser absorbida por el Banco Central Europeo si la troika intenta amenazar a Madrid como lo hizo con Atenas.

Y a Podemos, el partido que en su día usted identificó como posible aliado de Syriza frente a la troika, y que tras las elecciones generales en España logró posicionarse como tercera fuerza en el país, ¿qué le aconsejaría?

Manténganse unidos. Unidos lo conseguirán, pero divididos caerán. Asegúrense de que el equipo que lleva el liderazgo actúe como uno y no permitan que la troika los divida. Si lo consigue, les destruirá.
http://www.eldiario.es/canariasahora/internacional/Varufakis-vuelve-desafiar-Troika_0_468953333.html

lunes, 25 de enero de 2016

¡Qué feliz soy! Nos merecemos esto después de todos estos años de crisis con reformas y recortes tan traumáticos

Después de cuatro años sin empleo, y con 56 años y 33 años de vida laboral, he conseguido un puesto de trabajo. Nadie sabe más que los que lo hemos vivido que no hay nada más bonito que saber donde tienes que ir todos los días, mi vida ha cambiado, doy gracias por tener esta oportunidad y no envejecerme en mi casa con la pena y la tristeza de no poder trabajar. La lucha mereció la pena, porque nadie se merece vivir una situación que no la ha buscado. Las personas de mi edad no disponen de mucho tiempo para reinventarse y poder así acceder a otros empleos, a mí me ha costado mucho esfuerzo y lo he podido conseguir, pero sé que la gran mayoría no lo va a lograr y eso es muy cruel, por eso soy feliz, porque he luchado y he obtenido mi recompensa y me gustaría que todo el mundo pudiera tener la misma oportunidad que yo y que también puedan ser felices. Nos merecemos esto después de todos estos años de crisis con reformas y recortes tan traumáticos.
El País, cartas al director— María Victoria Trívez Garijo.

El cantante británico Colin Vearncombe, que popularizó bajo el pseudónimo Black el tema Wonderful Life a finales de los años ochenta, ha muerto a los 53 años tras sufrir un accidente tráfico en Irlanda hace dos semanas, informó hoy su página oficial de Facebook.

domingo, 24 de enero de 2016

Sonrisa del Destino. Rueda de sentimientos.

Susana Díaz se ha sometido a dos sesiones de investidura y a la tercera fue la vencida. Artur Mas no logró consagrar su candidatura en primera y segunda votación y antes de convocar elecciones se apartó para encumbrar a Carles Puigdemont, a quien Mariano Rajoy confesó, en la mañana del jueves 2, a través del Puigdemont impostor del programa El matí i la mare que el va parir, que estaba tramando algo o contemplaba varios escenarios:
-Esta semana está el Rey con las consultas, según cómo quede este asunto, porque claro, yo no sé cómo va a quedar este asunto, yo creo que el lunes 25 le puedo llamar y según cómo estemos, si hay investidura, si no la hay... ya fijamos una fecha. Yo tengo la agenda muy libre, con lo cual la podemos fijar [la entrevista que le está solicitando] en 24-48 horas.

La agenda muy libre ¡i tant!. ¡Y tanto!, que dirían los catalanes.
Rajoy le estaba dando una primicia a Carles Pérez, el falso Puigdemont. "Según como estemos, si hay investidura, si no la hay...", le confía el presidente del Gobierno en funciones.

Lo que para el rey Felipe era una hoja de ruta clara, que Rajoy debía ser el primero en intentar la investidura por ser la fuerza más votada, para Rajoy no lo era. O, al menos, no era la única.

La mente de Rajoy discurría así en paralelo a otros acontecimientos cuyo desarrollo afloraría el viernes 22.

El primero, por orden de aparición, sería la dimisión del subsecretario de Presidencia, Fernando Ramos, el conocido como número tres de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, por el primer escándalo en una empresa pública, Acuamed, después de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, anunciara, como primera reacción del Gobierno, una auditoría de la gestión, el 20 de enero. De pedir una auditoría, algo que evoca aquellas auditorías fallidas que anunció María Dolores de Cospedal tras la publicación de los papeles de Bárcenas en este periódico, a la renuncia de Ramos sugiere que algo debió pasar en La Moncloa.

Y, cómo no, el segundo ha sido el intento de adueñarse anticipadamente del protagonismo de la investidura por parte de Pablo Iglesias con lo que he llamado la operación Sonrisa del Destino, tras la reunión con el Rey en Zarzuela, de continuidad y en línea con el impacto que ya consiguiera Podemos en la sesión de constitución del Parlamento, el pasado 13 de enero.

En passant, un tercer hecho del viernes 22 ha sido la imputación del Partido Popular como tal persona jurídica en calidad de investigado en la causa reabierta por orden de la Audiencia de Madrid sobre la destrucción de los discos duros de los ordenadores del ex tesorero del partido Luis Bárcenas, un caso en el que el juzgado de instrucción perdió misteriosamente el material que le había enviado el juez Pablo Ruz desde el juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

Golpe al parlamentarismo
Rajoy, pues, conforme a lo que, muy relajado y hasta con cierta marcha, ya confesaba al falso Puigdemont, tramaba no ser Susana Díaz o Artur Mas, esto es, no quería llegar a la sesión de investidura sabiendo que cosecharía el no.

Una sesión que iba a versar en gran parte, cómo no, sobre la corrupción del PP. No de la corrupción pasada sino de la corrupción viva, nueva, en tiempo real, con el caso Acuamed, y la imputación en el caso de los ordenadores.

Con el 44,6% de los votos y 186 escaños, Rajoy gobernó a golpe de decreto, contra el 55,4% de los votos, y ocupó todas las instituciones de poder de este país. Con el 28% y 123 escaños, quiere seguir haciendo lo mismo, esta vez contra el 72% de los votos. En el lenguaje y mensaje de Rajoy "la gente" lo que quiere es que gobierne Rajoy.

La "gente de este país" es... el 28% que le ha votado. Los demás, el 72%, pertenecen a categorías diversas. Débiles, separatistas, independentistas, rojos, populistas, bolivarianos, traidores a la Patria, agentes de gobiernos extranjeros financiados para destruir España.

Horas antes de decir que no se sometería a la investidura, Rajoy nos prometió por boca del vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, que haría una "propuesta generosa". El propietario del cortijo, evocación si se quiere de Los santos inocentes la novela de Miguel Delibes llevada a la gran pantalla por Mario Camús (escena), va a hacer una oferta "generosa".

Resumamos: si durante la X Legislatura Rajoy controla todos los resortes del poder y se coloca por encima del Parlamento y del control de los partidos, apoyándose cuando es menester en el Ministerio del Interior, en el comienzo de la XI acaba de dar un golpe al régimen parlamentario y una bofetada al rey Felipe, a su encargo para intentar formar gobierno.

¿Por qué?
Porque el encargo debe llevar a la persona en quien recae a intentarlo, a hacer las negociaciones, a formalizar "la oferta generosa", para someterse a la investidura. Como Susana. Como Artur.

Pero Rajoy juega al bonapartismo. Está por encima de las instituciones y de los partidos, como si siguiera con sus 44,6% y los 186 escaños. Y también se sigue sirviendo de los archivos del Ministerio del Interior y de la Policía, si es necesario, para mantener a raya a sus enemigos. Es él a quien "la gente" quiere.

Rajoy aprovecha la nueva incursión de Pablo Iglesias para mantenerse por encima. Con su verónica a la investidura, pretende colocar al PSOE en el centro de la crisis política poselectoral del 20 de diciembre. Si ya con 186 escaños gobernaba por encima del Parlamento, con 123 pretende más de lo mismo. Deserta, pues. De momento.

El espectáculo de Iglesias
Pedro Sánchez viaja a Lisboa el 7 de enero para dar la señal de lo que va a buscar después del previsible intento de Rajoy. Un gobierno a la portuguesa. ¿En qué consiste? En un gobierno apoyado por las formaciones de izquierda, el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, principalmente. El primer ministro socialista luso António Costa (en la imagen con el líder socialista) forma gobierno tras suscribir un pacto para terminar con la política de austeridad. Los citados partidos le apoyan sin entrar al gobierno monocolor.

Los resultados de las elecciones en España han supuesto un golpe muy duro para el bipartidismo del PP y del PSOE. Para el PP porque ya no puede asegurar su supervivencia en el poder (pasa con 7.215.752 de votos del 44,6 al 28,7% de los votos, de 186 a 123 escaños, y tiene en su mercado un competidor, Ciudadanos, con 3.500.541 el 13,9% y 40 escaños.

Para el PSOE porque no solo no ha logrado capitalizar el cuatrienio negro de la pauperización y la corrupción del PP en el gobierno sino que vuelve a caer y queda a 400.000 votos de su rival de izquierda. Podemos capitaliza las pérdidas de los socialistas, pero no al punto de superar al PSOE a la primera. Podemos y sus confluencias obtuvieron un 20,6% con 5.130.283 votos y 69 escaños, quedándose a 400.496 votos y 21 escaños del PSOE con sus 5.530.779 votos, el 22% y 90 escaños.

Con todo, Pablo Iglesias intenta arrebatar ahora a Pedro Sánchez, de cara a la investidura, el liderazgo de una salida a la portuguesa, el liderazgo que las urnas le han negado a la primera por algo más de 400.000 votos si se suman todas las confluencias (Podemos, En Comú Podem, Compromís-Podem-És el Moment y En Marea).

Eso es la operación Sonrisa del Destino, el mensaje con la que ningún partido con ánimo real de pacto se ofrecería a formar un gobierno de coalición, ideada por Iglesias y su equipo.
"Que [Sánchez] sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer", dijo Iglesias.
Alfred Hitchcock se inventó el Mcguffin, un truco cualquiera, irrelevante, para hacer avanzar el suspense de su narración cinematográfica. El ataque y desprecio de Sánchez al invocar la sonrisa del destino que le ha echado en cara Iglesias no es un Mcguffin para hacer avanzar la película sino una de las pistas que delata la insolvencia de la coartada. En línea, por otra parte, con la afirmación de Iglesias del 24 de diciembre pasado: "Si Sánchez no manda hablaré con Susana Díaz o con el Comité Federal..."

¿Cómo puede ser Iglesias vicepresidente de alguien al que le está perdonando la vida simplemente por estar ahí? ¿No le está tratando como al personaje de Being there (Estar ahí), Chance Gardiner, la novela de Kosinski?

Iglesias y Sánchez eran los invitados, el pasado jueves por la noche, del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en una cena en la Casa de Cantabria, Madrid, para celebrar el día de la región del día viernes. Ambos tenían audiencia con el rey Felipe al día siguiente, viernes. Sánchez sabía que iría Iglesias y este que Sánchez estaría allí. Sánchez acudió según lo convenido. Pero Iglesias no dio señales de vida. En su lugar asistió el general Julio Rodríguez, que mantiene una relación personal con el presidente de Cantabria.

Iglesias, pues, quería evitar todo contacto con Sánchez antes de detonar la operación Sonrisa del Destino.

El líder de Podemos, por tanto, organiza la operación como un mecanismo de relojería. Mientras Sánchez se entera por el rey Felipe de lo que Iglesias le acaba de proponer, el líder de Podemos comparece ante los medios de comunicación y anticipa la oferta. Pero, además, cuida todas las apariencias. Se presenta con su equipo de ministrables. Y él el primero. Se ofrece como vicepresidente.

Su programa supone, a grandes trazos, un retroceso en materia de exigencias. Se ha tenido que ajustar a la negativa sobre los cuatro grupos parlamentarios. Ya no plantea el referéndum vinculante para Cataluña. Sin embargo, consigue el impacto que desea al sorprender con su propuesta a Pedro Sánchez reunido con el monarca. Si Sánchez y el PSOE no quieren este gobierno de izquierdas que les ofrezco, viene a decir, que dejen gobernar al PP o que se convoquen nuevas elecciones.

Y en estas dos alternativas, razona, el PSOE se fractura. Para Iglesias al PSOE le quedaría elegir la opción de cómo prefiere morir: en un gobierno de coalición, dejando gobernar al PP (opción que Alfonso Guerra considera la más probable) o en nuevas elecciones a las que Podemos concurriría después de quitar, al ser rechazado el gobierno de coalición, la careta socialdemócrata al PSOE.

Sánchez y el PSOE en el centro
Mariano Rajoy coge la propuesta de Pablo Iglesias y la transforma en la pinza, aquella célebre operación de 1995, que más allá de las intenciones de unos y de otros, opera como un mecanismo de presión de Izquierda Unida, por un lado, y el PP por el otro, sobre el PSOE y el gobierno de Felipe González. Si en la crisis de 1993-1996, el Gobierno del PSOE se encuentra en el centro de la tormenta, ahora Rajoy pretende colocar al PSOE de la oposición en el centro de la crisis política.

Iglesias ha hecho su exhibición. Rajoy le ha seguido y se ha colocado por encima. Le toca, pues, jugar a Sánchez.

Si Rajoy ha dado un paso al costado, reservándose su momento, Sánchez dispone de cartas.

Rajoy ha dicho que quería la gran coalición. No ha sido capaz ya no de conseguirla. Ha confesado ser incapaz ni siquiera de intentarlo. Porque como ha dicho al falso Puigdemont contaba con mucho tiempo libre. Tiempo que no ha llenado con negociaciones sino con planes conspirativos.

Sánchez ha anunciado una ronda de contactos con varias fuerzas políticas. Tanto con Podemos como con Ciudadanos.

Tomemos solo para ilustrar la política del PP el caso de Ciudadanos.
Si tan partidario era Rajoy de boquilla a favor de un gobierno PP, Ciudadanos y PSOE, el líder del PP, confesada su incapacidad al punto de frustrar el encargo del rey Felipe, ¿no debería el PP abstenerse ante un gobierno minoritario del PSOE apoyado, llegado el caso y solo a efectos de hipótesis, por Ciudadanos? Sería lo que yo he llamado el pasado mes de septiembre la Pequeña Gran Coalición.

Y ¿con Podemos?
Si Podemos está dispuesto a formar un gobierno de izquierdas hay que discutir, como pasa con toda propuesta, incluso una lanzada de manera provocadora, las condiciones. Iglesias ha presentado su programa máximo. Una variable es el gobierno de coalición de izquierdas entre PSOE, Podemos e Izquierda Unida, con apoyos del PNV, por ejemplo. Pero no es la única. Un gobierno socialista apoyado en investidura y en programa sin coalición, a la portuguesa, es otra variante. Ciudadanos, ¿qué papel podría desempeñar si por ejemplo el programa a suscribir le satisface?

Y si la oportunidad de Sánchez no conduce a buen puerto, es decir, la formación de gobierno, vamos a una tercera fase. Rajoy aspira a que si se verifica el fracaso de Sánchez, le pongan el balón en la linea de penalti. Y se puede encontrar, si la procesión que él espera que vaya por dentro en el PSOE en realidad va dentro del PP, con una situación en la que él no satisface a su partido como candidato por su incapacidad de recabar apoyos ni... como nuevo cabeza de cartel electoral.

Han pasado algo más de un mes desde las elecciones del 20-D. La aceleración política es tal que parece una eternidad. Pero en apenas un mes se ha constituido el Parlamento, el rey Felipe ha concluido su primera ronda de contactos y el hombre al que se le ha confiado la tarea de formar gobierno ha declinado sin siquiera intentarlo.

Cabe recordar que José María Aznar consiguió, con 156 escaños, el acuerdo para formar gobierno en el día 54 desde las elecciones del 3 de marzo de 1996 y formalizó la investidura en el día 63.

Mientras, la política y la vida continúan. Los escándalos de corrupción no son cosas del pasado.
Y a Acuamed el primer escándalo en toda regla que protagoniza una empresa pública puede seguirle, quizá por lo del agua, otro no menos relevante en la empresa Canal de Isabel II, la empresa hidráulica de gestión pública dependiente de la Comunidad de Madrid, sobre la cual se desarrollan desde hace tiempo investigaciones sigilosas en relación a algunas de sus filiales.
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/31/actualidad/1338484360_581201.html
Fuente:
http://blogs.elpais.com/analitica/2016/01/susana-d%C3%ADaz-se-ha-sometido-a-dos-sesiones-de-investidura-y-a-la-tercera-fue-la-vencida-artur-mas-no-lo.html




Alejandro Aravena logra el Pritzker. El chileno gana el premio por su defensa de la responsabilidad social del arquitecto

Como “una revelación” ha descrito el presidente del jurado del Premio Pritzker, Lord Peter Palumbo, el trabajo de Alejandro Aravena (Santiago de Chile, 1967) y su estudio Elemental. Puede que lo más revelador del nuevo premiado sea la ampliación del papel del arquitecto que supone su manera de trabajar. Autor de numerosos proyectos de viviendas incrementales –en las que en lugar de recibir un piso terminado el cliente obtiene una casa capaz de crecer cuando su economía lo permite-, Aravena y sus cuatro socios -Gonzalo Arteaga, Víctor Oddó, Juan Cerda y Diego Torres- han demostrado con sus diseños urbanísticos y sus viviendas sociales una preocupación por las ciudades y por la humanidad que, ciertamente, habla de una nueva dimensión de la profesión.

En lugar de trabajar tratando de mantenerse fiel a la idea inicial, Aravena se mete en campos que desconocen. Fue el caso de la reconstrucción de la ciudad chilena de Constitución que en 2010 resistió bien a un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter y mal el posterior tsunami. Elemental consultó con los ciudadanos y propuso recuperar espacio para blindar la urbe ante futuros terremotos. En lugar de resistir con muros, idearon un espacio público capaz de disipar la energía sísmica con la fricción de los nuevos parques. Autores de regeneraciones urbanas, como el Parque Periurbano de Calama –que rodea con una arboleda la ciudad minera para producir sombra, duplicar el espacio verde y frenar el polvo del desierto- y de edificios emblemáticos -mayormente universitarios levantados en Santiago, Austin (Texas) o Shanghai- que combinan valor representativo con eficiencia energética, su mayor aportación está en su capacidad para trabajar desde la escasez.

Con Aravena el Pritzker envía un mensaje casi contrapuesto al que ha lanzado en otros tiempos: es más urgente aprender bien gramática que escribir la gran novela. El propio arquitecto explica a EL PAÍS, desde su estudio en Santiago, que su profesión debe recuperar el peso social y alejarse de la irrelevancia.

Pregunta. Siempre ha habido quien, lejos de premios y atención mediática ha hecho arquitectura social. Que ahora se premie ¿es una adaptación a la crisis? ¿Una respuesta a la época de los iconos?
Respuesta. Hemos estado marcados como profesión por tratar de responder a problemas que les interesan solo a otros arquitectos. Hemos sido poco entrenados a que nuestro punto de partida quede fuera de la arquitectura. Quizá por una especie de anticipación a garantizar un resultado pulcro, escultórico, hemos llegado a pensar que si la solución no se ve de origen puede que no llegue a hallarse. El precio que hemos pagado por esa manera de trabajar es el de la irrelevancia. No nos llaman para que nos encarguemos de ningún tema duro. Cuando hay una piedra en el zapato no se llama al arquitecto. “Como no tenemos tiempo ni recursos… Cuando los tengamos les llamaremos”. No es el caso de los economistas, los abogados o los ingenieros, a los que se recurre más cuanto mayor es el problema.

P. ¿Son socialmente irrelevantes?
R. Perdimos la capacidad de ser una disciplina a la cual se recurre automáticamente cuando hay un problema. Y sin embargo teníamos en el núcleo de nuestro conocimiento una herramienta poderosa para hacernos cargo de la complejidad. Eso es lo que como profesión deberemos restaurar: la posibilidad de contribuir a problemas fundamentales.

P. ¿Una crisis económica es una cura de humildad para los arquitectos? Y también un filtro contra la arbitrariedad.
R. A mayor escasez mayor necesidad de justificar las operaciones que haces. La escasez de recursos obliga a la abundancia de sentido. Mientras que una abundancia de recursos puede llevar a una escasez de sentido: a hacer las cosas simplemente porque puedes. El caso de Chile, a mitad de camino entre ser suficientemente pobre para tener que justificar las respuestas que das, pero no tan pobre como para actuar sólo para sobrevivir, permite inaugurar algo que no existía antes. Estar a mitad de camino es sumamente sano.

P. El Pritzker siempre ha prestado atención a las modas. ¿Teme que la arquitectura humanitaria sea, como el deconstructivismo, otra moda?
R. Relacionar éxito y culpa es algo a evitar en un país ultracatólico como Chile. Cuando nos anunciaron el premio sentimos libertad. Ya no tenemos que probar nada a nadie. Lo vivimos como un quitamiedos para acercarnos a ámbitos que podían asustar por desconocidos.

P. ¿Libertad para qué?
R. En arquitectura innovar es muy difícil porque es difícil acercarse a algo que no ha sido probado. La agricultura funciona igual. Si siembras algo que no se ha sembrado antes debes invertir. Si te funciona te copiarán. Si no funciona, te comes solo los costos de tu fracaso. Por lo tanto todos están esperando que se mueva primero otro.

P. Es testigo de la transformación de su país.
R. Chile hace 15 años era un país de 5.000 dólares per cápita. Hoy tenemos 22.000 dólares per cápita. Los problemas de ese crecimiento económico no tienen nada que ver con los desafíos de una década atrás. La gente debería estar contenta y, sin embargo, hay manifestaciones continuas. Se discute la educación, la gestión energética, el sistema laboral. Esas preguntas ya no se contestan con respuestas antiguas. Las grandes compañías ya no tienen bastante con pagar impuestos, tener permisos de obra y aprobación medioambiental, la aprobación social es clave. La gente en las calles no deja operar a menos que exista un acuerdo sobre cómo se van a repartir los beneficios. Eso es una conquista, un nuevo tipo de poder –en este caso ciudadano- que, naturalmente, exige el esfuerzo de salir a la calle. En mi país hemos vivido ese cambio, de la resignación a la exigencia de diálogo.

P. ¿Es compatible levantar símbolos de poder con el tipo de arquitectura social que defienden?
R. No llamaría a nuestros edificios símbolos del poder. Es necesario construir los espacios donde ocurre la vida con conocimiento tanto como hay necesidad de construir la vivienda de quien no puede proveérsela a sí mismo. Los arquitectos traducimos los verbos simples: estudiar, trabajar, dormir, comer, encontrarse, disfrutar a sustantivos: oficinas, escuelas, casas, parques… Nuestra contribución a la vivienda social no viene de modificar la política financiera. Nosotros traducimos a formas. Por eso hacer otros proyectos es un entrenamiento.

P. ¿Puede la arquitectura hacer algo por reducir la desigualdad en Latinoamérica?
R. Totalmente. Parte de la adrenalina que sentimos de ser arquitectos es que la ciudad es un mecanismo muy potente de corrección de inequidades. Si hay algún acuerdo en Latinoamérica es que tenemos un problema pendiente con la inequidad. Y lo único que uno escucha es sobre la redistribución de los ingresos, como si la desigualdad fuera un problema solo económico. No lo es. Es también un problema racial y cultural. Tiene muchos componentes pero aunque sólo fuera económico, la redistribución económica requiere una educación que permite acceder a un mejor trabajo y con él a una mejor calidad de vida. Y eso toma al menos un par de generaciones. No sucede de un día para otro. Sin embargo en la ciudad hay factores que permiten mejorar la calidad de vida sin tener que esperar.

P. ¿Cuáles?
R. Un sistema de transporte público es, por definición, redistributivo. Las ciudades se miden por lo que uno puede hacer gratis en ellas. ¿Tengo que hacerme socio de un club para disfrutar de la naturaleza o puedo irme a un parque? El transporte, el espacio público y la vivienda son atajos muy poderosos para corregir la inequidad.

P. ¿Esa corrección depende del activismo de los ciudadanos, de la ideología de los gobernantes…?
R. Y del sentido de oportunidad de los arquitectos. Tenemos la oportunidad de sumar a esa visión política y de canalizar esa exigencia ciudadana hacia la mejor calidad de vida. Por eso yo no reniego del poder. El poder pueden ser los ciudadanos. Finalmente hay políticos que tienen una visión. Son esos por los que uno vota.

P. Defiende la autoría colectiva. ¿Por qué no ha pedido compartir el premio con sus cuatro socios?
R. Los equipos de fútbol ganan un tipo de premios, una liga, y los jugadores otro, el botín de oro, por ejemplo. Claro que nadie podría ganar el botín de oro sin un equipo detrás, pero este premio hace referencia a la dimensión individual que tiene el proceso creativo. Luego nada de la arquitectura se hace de manera individual. No veo ningún conflicto en identificar a una persona a la vez que se entiende que la naturaleza del trabajo es colectiva.

P. ¿Le produjo alguna contradicción recibir el premio habiendo sido jurado hasta 2014?
R. La verdad es que no lo vi venir. Quizá precisamente porque estuve en el jurado y conozco el tipo de debates que mantienen. Nunca pensé estar dentro de ese nivel. Fue tal así que cuando me llamaron fue tan fuerte la emoción que, bueno, me puse a llorar. No me quedó otra. Así de inesperado fue.

P. ¿Qué implica para la arquitectura y para el Pritzker premiar a un arquitecto que considera que las favelas no son el problema sino la solución?
R. Más que resistirnos a esa fuerza debemos encauzarla. Las ciudades son mecanismos muy eficientes en la mejora de calidad de vida de las personas. Suponen acceso a agua potable, a electricidad, a una educación y a trabajo. Sin embargo, las instituciones no han sabido resolver la cantidad de vivienda que tenemos que producir para acomodar a la gente que llega a las ciudades. Por eso los asentamientos informales no representan la incapacidad de la gente de acceder a una vivienda decente. Al contrario, demuestran que a pesar de no contar con ningún tipo de apoyo oficial la gente puede dotarse a sí misma de una protección contra el medio ambiente.

El mayor problema de las favelas es que el bien común no queda garantizado con la acción individual. Eso deja un papel para la arquitectura como canalizadora de las capacidades de la gente para autoconstruir. Sin contar con la iniciativa ciudadana no llegamos a construir ciudades más que para una minoría del mundo.

P. ¿Hay resignación en dar por bueno un urbanismo que era visto como deficiente?
R. Sin hacer poética de la pobreza, la vivienda masiva es incapaz de absorber la diversidad. Generar un sistema abierto, en el que el arquitecto canaliza la capacidad de la gente de hacerse su vivienda, no sólo permite a la gente subirse a la espalda de un gigante, y por lo tanto ser más eficiente, también resuelve esa incapacidad de responder a la diversidad. Una familia sabe mejor que nadie qué es lo que necesita. De modo que si los arquitectos proveen el marco físico y organizativo adecuado para que eso sea posible garantizando un orden lejos de una resignación, estamos respondiendo a la diversidad como nunca antes habíamos sido capaces de hacerlo.

P. ¿Viviría en una favela?
R. No. Sin embargo, el mecanismo de prueba que utilizamos en los proyectos de vivienda es preguntarnos si nosotros viviríamos allí. Esa pregunta es la prueba última de cuanto sale de nuestro estudio. Si la respuesta es no, entonces no lo hacemos. Nuestras viviendas sociales no están completadas, pero permiten prosperar y tienen un estándar de clase media.

P. El jurado destaca su compromiso. ¿Cree que la arquitectura va a llegar realmente donde no hay dinero pero faltan soluciones?
R. Sería muy malo que los arquitectos nos apartáramos de los problemas complejos. Pero lo que debemos aportar no es aquello para lo que no fuimos entrenados, con una orientación artística. Muchos de los proyectos en los que nos metemos no tenemos idea de cómo vamos a resolverlos. Pero contamos con la capacidad de traducir el conocimiento a forma.
 http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/13/actualidad/1452684841_460495.html

sábado, 23 de enero de 2016

“La historia oficial de Franco minimizó el nazismo”. El historiador Pierpaolo Barbieri hurga en su nuevo libro en el interés económico de Hitler sobre España durante la Guerra Civil

Pierpaolo Barbieri es un joven investigador que ha hurgado en el interés económico, más que político, que tuvo la Alemania de Hitler por la España de Franco durante la guerra civil. El propio Franco y sus historiadores minimizaron luego la realidad de esa relación con el nazismo y con el fascismo italiano para que el dictador “moldeara su ideología” para buscar así alianzas que le fueran más propicias.

Barbieri, de origen argentino, colabora en EL PAÍS y en otros medios internacionales. Estudió en Harvard y enseña en Italia y en Estados Unidos. Cuenta aquella conclusión sobre la intervención nazi en la Guerra Civil en su libro La sombra de Hitler. El imperio económico nazi y la Guerra Civil española (Taurus, 2015).

Su colega Niall Ferguson saludó esta contribución de Barbieri como “brillante debut” en el que el joven historiador “muestra que el imperialismo informal desempeña un papel más importante que la ideología fascista en el modo en que Berlín miró al conflicto”. Barbieri vino a Madrid a presentar su libro.

Pregunta. ¿Qué intentó hacer?
Respuesta. Quise entender la influencia de Hitler y del poderío económico alemán no sólo en la guerra civil española, donde fueron determinantes, sino también en el emergente régimen de Franco y lo que ellos planeaban hacer con su influencia sobre la nueva España.

P. ¿Y qué ha descubierto de nuevo?
R. Una nueva manera de mirar esa relación económica. En vez de pensar en los conflictos de manera nacional, el libro trata de plantearlos en el contexto de Europa. Cambia el foco del análisis. De esa manera podemos ver algo que quizá no había sido apreciado antes: la estrategia económica de los alemanes en España da frutos mucho más claros que la inversión italiana. Y Alemania logra una hegemonía que sólo se puede describir desde la perspectiva de lo que constituye un imperio informal. Porque los españoles les conceden a los alemanes todo lo que éstos piden. En España se impuso luego la idea de que todo lo que intentó Hitler con Franco fue un fracaso, pero es que todo lo que intentó Alemania de 1936 a 1945 fue un fracaso, porque pierde la guerra. Pero el proyecto alemán de dominación, que nace de la decisión de intervenir en la guerra española, fue un gran éxito. Logra aquí una hegemonía que antes se pensaba imposible.

P. ¿Por qué fracaso al fin esa intención de dominio económico?
R. Porque el imperio informal es más frágil que el imperio formal. El imperio formal no requiere la presencia militar, el gasto de dominación, y el sistema ideológico de controlar otro territorio. Pero sí requiere mantener la hegemonía. Y cuando Hitler lanza su gran apuesta por el imperio formal destruye el dominio económico y geoestratégico que mantiene con España; pasa también con los Balcanes o con Latinoamérica, donde la ambición estratégica alemana consistía en lograr más proyección económica en países subdesarrollados para poder dominarlos con el comercio.

P. ¿Y por qué Franco lo rechaza?
R. No creo que lo rechace. Lo que Franco logra es tener una opción estratégica que antes no tenía. De 1936 a 1939 Franco depende absolutamente de Mussolini, pero quien más lo determina es Hitler. Después de 1939 a Franco se le abren otras opciones, y entre ellas estaba la de volver a una relación más estrecha con los ingleses, y eventualmente con los Estados Unidos, que después él destruye durante la guerra precisamente por comerciar con la Alemania nazi. La decisión de Roosevelt de aislar a España de las Naciones Unidas en la arquitectura económica mundial que emerge en la posguerra se basa en que Franco era un remanente anacrónico del periodo del nazismo. En ese contexto a Franco se le abren otras oportunidades que lo ayudan a mantenerse vivo.

P. Y lo aprovecha.
R. Logra moldear su ideología para ir saliendo del aislamiento. Para Franco fue conveniente olvidarse del rol de los nazis y de los fascistas italianos en su manera de llegar al poder. Por eso las historias oficiales del franquismo minimizan la dependencia de los nazis. Y eso es natural.

P. ¿Era tan astuto como dicen?
R. Hay mucho de mito en eso. Después de la famosa reunión de Hendaya los suyos crearon el mito de que Franco se le había plantado, cuando en realidad aquella había sido una negociación que no llega a buen puerto. Pero ante la eventualidad de que Hitler pierda la guerra, a ellos no les cuesta nada decir que Franco ya lo sabía. Y si uno lee los documentos de la época ve que muchos elementos del régimen franquista pensaban que Hitler la iba a ganar.

P. Las imágenes que dejó el encuentro, aparte de otras suposiciones, sí dibujaron a dos personajes ciertamente ridículos.
R. Fue la única vez que se vieron la cara. Pero Hitler le había pagado la guerra a Franco. Sin Hitler Franco jamás la hubiera ganado. Si nosotros pensamos en el comienzo de la Guerra Civil advertimos que la sublevación militar no logra destruir la República; esos días era claro que la República tenía la ventaja. Sin embargo, por medio de Hitler y Mussolini Franco consigue mantenerse vivo y luego liderar él la revuelta y el eventual gobierno. Sí, la verdad es que aquella reunión fue un desastre. Y Franco tuvo mucha fortuna (o estrategia) de no aliarse con Hitler. También hay que decir que a los alemanes les convenía cierta neutralidad proalemana de España por temas económicos y comerciales.

P. ¿Qué hay de nuevo en su investigación?
R. Primero, la mirada internacional sobre el hecho; luego, el análisis del proyecto económico alemán en el contexto de la intención imperialista alemana con respecto a España, y el rol de Hjalmar Schacht, el arquitecto de la estrategia alemana que se aplica en España; finalmente no la aplica él, sino su archienemigo Hermann Göring.

P. ¿Hitler quiso comprar España?
R. No en esos términos, pero sí la quiso dominar, hacerla parte de un imperio económico alemán que dictara las prioridades desde Berlín.

P. ¿Su propósito no fue político sino económico?
R. A Hitler no le importaban ni la economía ni las finanzas; al principio su propósito fue estratégico. Esa decisión fue tomada después de Wagner y de ópera, y en contra de todo lo que le dicen sus consejeros más cercanos. Él crea así, personalmente, la política exterior alemana. En contra de todos, decide él.

P. ¿Y por qué sabe que fue tras una noche de Wagner y ópera?
R. Porque Franco manda a buscarlo y no hubiera llegado a Führer si el servicio secreto alemán no lo localiza en Bayreuth, adonde va cada año, a escuchar a Wagner. Es ahí donde lo localizan los enviados de Franco, a los que recibe después de la ópera. Él tenía la costumbre de trabajar de noche, y ahí se toma esa decisión estratégica. Lo que el aparato alemán termina priorizando en España es la penetración económica. Los documentos, que están en este libro, explican que los alemanes se preocupan más por los réditos económicos y comerciales que España le pueda dar a Alemania que por la ideología del régimen franquista.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/10/actualidad/1452445564_609669.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/03/25/actualidad/1364234435_721208.html

“Yo quiero que me entierren con él”. Ascensión Mendieta cumple a los 90 años el deseo de exhumar a su padre. La fosa ha empezado a abrirse este martes gracias a la justicia argentina

"Yo quiero que me entierren con él...". Ascensión Mendieta ha logrado a los 90 años cumplir un deseo que ha ocupado casi toda su vida: sacar a su padre de la fosa común en la que yace desde el 15 de noviembre de 1939, cuando fue fusilado por las autoridades franquistas. Ella tenía entonces 13 años. Los 88 los cumplió en un avión a Argentina, un país donde no conocía a nadie y al que viajó en noviembre de 2013 para hablar con una sola persona: la juez que investiga los crímenes del franquismo desde 2010, tras el portazo del Tribunal Supremo a la causa abierta por Baltasar GarzónFue en el despacho de la magistrada argentina  María Servini de Cubríaa 10.000 kilómetros del hogar de Ascensión, desde donde se envió el exhorto a España en febrero de 2014 para abrir la fosa. Los trámites judiciales y administrativos se han prolongado casi dos años, pero esta mujer menuda que hoy no levantaba el ojo de la tierra está acostumbrada a esperar. Eso sí, ayer casi no durmió. "Me desperté a las tres de la mañana y ya no pude volver a pegar ojo".

Llega al cementerio de Guadalajara, donde se encuentra la fosa, acompañada de sus hijas, Chon y Pilar, su nieta, y la abogada que presentó su caso en Argentina, Ana Mesutti, quien cuenta, tuvo "el enorme privilegio" de darle la noticia de que por fin habían conseguido todos los permisos. "Se puso a llorar desconsoladamente y ahí entendí de verdad lo que significa tener un familiar desaparecido".

Hace muchísimo frío, pero no hay forma de convencer a Ascensión para que vaya a tomar un café caliente. Tienen que llevárselo hasta la silla desde la que ahora ve llevarse en carretillas 76 años de tierra y olvido. "A mi padre lo enterraron de los primeros, debe estar al final de todo... Ahora lo voy a tener conmigo. Me voy tranquila, feliz".

Podría haberse acomodado en la resignación o hacer caso al cuerpo cuando le recordaba su edad, en forma de achaques, pero la voluntad de Ascensión era más fuerte porque, como explicó muchas veces, no le daba miedo morirse, sino hacerlo antes de poder recuperar los restos de su padre o pensando que no había hecho todo lo posible para lograrlo. No sabe decir a cuántas manifestaciones ha asistido para pedir ayuda para abrir las fosas del franquismo. A muchas fue con su hermana Paz, con la que le hubiera encantado compartir este momento, pero ella falleció en 2012. En todas llevaba colgado del cuello un cartel con la fotografía de sus padres.

"Mi madre se ha dejado sus ahorros, sus años y su vida en esto", explica Pilar Vargas, hija de Ascensión. Preguntada por qué les dirían a los que les critican por remover el pasado responde: "Que se pongan en el pellejo de mi madre, que solo quiere los restos de su padre para hacerle un funeral y un entierro digno. Somos gente muy pacífica. No tenemos ningún rencor". Lo primero que han encontrado al entrar en el cementerio ha sido un monumento a los caídos del bando nacional lleno de flores con los colores de la bandera española.

Timoteo Mendieta tenía 41 años y siete hijos el día que lo mataron. El más pequeño aún no caminaba. Era carnicero y, desde marzo de 1937, presidente de UGT en su pueblo, Sacedón (Guadalajara). "Los pobres no tenían dinero para comprar carne y los ricos no querían comprar en el puesto de un rojo. No le daban trabajo tampoco en el campo por lo mismo", recuerda Vargas.

Cuando llamaron a su quinta, se incorporó al ejército del bando republicano durante la Guerra Civil. Un vecino y un militar lo denunciaron y en un consejo de guerra sumarísimo fue condenado a muerte por "auxilio a la rebelión". Un día, su mujer, María, que vivía con sus hijos en Madrid desde el inicio del conflicto, recibió un telegrama de su hermana: "Baja a Guadalajara, urgente". Todas las prisas no fueron suficientes. Cuando llegó, recuerda Ascensión, "le dijeron que ya lo habían enterrado".

María se había casado con Timoteo en contra de sus padres, que no querían un yerno de izquierdas, así que no la ayudaron. En Madrid vivió durante algún tiempo con su suegra, su cuñado y sus siete hijos. "Diez personas en una habitación", recuerda Ascensión. El más pequeño de sus hermanos dormía en la tapa de un baúl. Para sacar a su familia adelante cambiaba loza por judías y fue detenida dos veces. En Guadalajara, en una fosa con otros 21 hombres fusilados entre el 16 de noviembre de 1939 y el 9 de marzo de 1940, quedó el amor de su vida. Hasta ahora.

Las tareas de exhumación

El arqueólogo René Pacheco dirige las tareas de exhumación, que pueden prolongarse 14 días. El Gobierno de Mariano Rajoy eliminó las ayudas para la apertura de fosas del franquismo y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) sufraga estos trabajos gracias a donaciones como la de un sindicato de electricistas noruego o premios como el de ALBA,  premios como el de ALBA, el grupo estadounidense de Archivos de la Brigada Abraham Lincoln, que, en colaboración con la fundación Puffin, entrega anualmente un galardón para recordar la labor de los brigadistas internacionales que lucharon en la Guerra Civil.

Pacheco llama la atención sobre un detalle importante. En esta exhumación ha estado presente, durante unos minutos, un juez. También una fiscal. "En todas las fosas que abrimos avisamos al juzgado correspondiente del hallazgo de cuerpos con signos de muerte violenta, pero lamentablemente la justicia siempre dice que estos casos han prescrito y deja desamparadas a las familias", explica.

Familiares de otro de los fusilados enterrados en la misma fosa, como Hortensia Corral, se acercan a media mañana al cementerio. Quieren darle las gracias a esa mujer menuda que ha logrado que se abra la tierra, la única que hoy no tiene frío.

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2016/01/19/actualidad/1453194638_672822.html

viernes, 22 de enero de 2016

Los silencios sociales. Dos lecciones que cabe extraer de la crisis: la concesión de crédito no ayuda a vencer la desigualdad y no es posible la redistribución de la riqueza en un mundo globalizado.

Para entender buena parte de lo que ha sucedido durante los años de la Gran Recesión hay que tener en cuenta lo que se denominan “silencios sociales”. Son aquellos aspectos de la vida cotidiana que habitualmente se omiten o se ocultan, a pesar de ser tan importantes o más que aquellas cuestiones que son objeto del debate público. Muchas veces estos silencios son los que ayudan a reproducir un sistema y sus estructuras de poder a lo largo del tiempo.

La periodista del Financial Times Gillian Tett aplicó esta teoría de los silencios sociales al mundo de las finanzas, en el que es experta. Y la complementó con lo que denominó la trampa del silo: la existencia de compartimentos estancos que dificultan sacar consecuencias del conjunto de la realidad. Conectar los puntos que definen el perímetro de la cartografía social es cada vez más complicado.

Se pueden buscar dos ejemplos de lo que el economista norteamericano Mark Blyth ha calificado como “la mayor operación de engaño con señuelo de la historia moderna”. Son dos falacias: la consideración del crédito como factor de lucha contra la desigualdad; y la distribución de la riqueza y el poder en el seno de una misma clase social porque la globalización impide que se haga entre distintos grupos sociales.

Aunque la desigualdad en el interior de los países haya crecido exponencialmente durante la crisis, ya estaba muy presente antes. Ha crecido sin parar desde los años ochenta del siglo pasado. Lo denunció, entre muchos otros, uno de los hombres más ricos del mundo, Warren Buffett, cuando escribió en 2011 un artículo en The New York Times, titulado Dejad de mimar a los ricos: “Mientras las clases media y baja luchan por nosotros en Afganistán, mientras los norteamericanos pelean por ganarse la vida, nosotros, los megarricos, continuamos teniendo exenciones fiscales extraordinarias”. Ya entonces el mapa cotidiano de las clases medias y bajas era de salarios prácticamente estancados, amén de una creciente precariedad laboral. Las diferencias entre unos y otros se trataron de compensar con el acceso masivo al crédito, en un tiempo en que los tipos de interés eran bastantes bajos. No ganamos mucho, pero nos podemos endeudar para comprar casa, coche e irnos de vacaciones. Precisamente la expansión de los préstamos bancarios a las familias de menos ingresos fue el origen de las hipotecas subprime (de alto riesgo) con el que arranca la crisis financiera del verano de 2007.

Los beneficios de esta forma de actuar —aumento del consumo, compra de viviendas, incremento del precio de las mismas, lo que hacía que las familias se sintieran más pudientes (el efecto riqueza), más empleo...— son inmediatos, en tanto que el pago de la inevitable factura se aplaza para el futuro. Pelotazo hacia adelante. Así se puso en marcha el ¡qué coman crédito!, que funcionó hasta que estalló la burbuja. El crédito como sustitutivo de una distribución más progresiva de la renta y la riqueza ha sido uno de los silencios sepulcrales de la Gran Recesión.

Otro de ellos ha sido el de la distribución en las entrañas del mismo grupo social. Se ha instalado una verdad ideológica: no se puede distribuir desde el capital hacia el trabajo, desde los ricos hacia los pobres, porque las empresas y los ciudadanos ricos abandonan los países de altos impuestos hacia aquellos de gravámenes bajos o directamente hacia los paraísos fiscales, aprovechando la libertad de movimientos de capitales. La mayor parte de las reformas fiscales han reducido los impuestos al capital y han paliado o eliminado los impuestos del patrimonio (a lo que se posee, no a lo que se gana) y el de sucesiones y donaciones (a lo que se hereda). Las clases medias, ya suficientemente demediadas por la crisis, son las que padecen esas reformas fiscales y las reformas laborales que exigen dosis cada vez superiores de flexibilidad del mercado de trabajo.

En este contexto, los sindicatos y los trabajadores permanentes se convierten, a los ojos de los demás (exempleados que perdieron su puesto, jóvenes que lo buscan por primera vez pero no lo encuentran, mujeres que aún siendo menos jóvenes lo intentan por las dificultades económicas familiares, asalariados a tiempo parcial, trabajadores pobres que no llegan a fin de mes, falsos autónomos, becarios permanentes, etcétera), en defensores de los derechos adquiridos. ¿Cuántas veces se escucha que los jóvenes no pueden encontrar trabajo por culpa de los “privilegios” de los trabajadores fijos, o que los sindicatos sólo se preocupan de los intereses de estos? Se elimina lo que es seguro, mientras se promete lo que es incierto.

Como consecuencia de esta argumentación, la redistribución sólo se hace en el seno de cada clase social, de cada estamento, no entre unas clases y grupos sociales y otros. La redistribución se hace ontológicamente imposible, por mor de la globalización. En el periódico italiano Il Manifesto, el periodista Aldo Carra hablaba de ello como una guerra en el interior de la clase media. Se dice: estamos pagando los abusos del pasado (vivir por encima de las posibilidades) y, por lo tanto, los privilegiados tienen que pagar. Pero ¿quiénes son los privilegiados? En una sociedad en crisis, individualizada y fragmentada, empobrecida, son aquellos que están más cerca de nosotros: quien tiene un trabajo es un privilegiado para el que está en paro; el que tiene un trabajo indefinido para el que tiene uno temporal; el que trabaja a tiempo completo para el que sólo trabaja a tiempo parcial, el que gana 2.000 euros para el que gana 1.000; etcétera.

¿Y los demás? ¿Y los privilegiados de verdad? ¿Y las élites extractivas que se han amparado en las instituciones políticas y económicas para subir la cucaña social? Esas están muy lejos y no se las ve. En la cola social que no avanza se mira con envidia al vecino que está delante. Y si ya no se le ve porque ha avanzado mucho, se observa con antipatía a los que nos rodean y compiten por lo poco, por lo escaso. Así, la lucha de clases se convierte en la envidia dentro de la clase. El sociólogo francés Pierre Bourdieu escribió que los efectos ideológicos más seguros son aquellos que para ejercerse no precisan de palabras o no demandan más que silencios cómplices.

Joaquín Estefanía acaba de publicar Estos años bárbaros (Galaxia Gutenberg) y Las posibilidades económicas de nuestros nietos. Siete ‘Ensayos de persuasión’. Una lectura de John Maynard Keynes (Taurus).

http://economia.elpais.com/economia/2015/11/18/actualidad/1447865827_638475.html

Joaquín Casariego, urbanismo como diseño del espacio. Catedrático de la Escuela de Arquitectura de Las Palmas, publicó obras sobre frentes marítimos y el espacio urbano del Sáhara.

A su pasión por la arquitectura y el urbanismo, Joaquín Casariego Ramírez sumaba una gran energía que desplegó en todo el espectro de su actividad profesional, desde la docencia y la dirección de congresos hasta la edificación, el planeamiento y las publicaciones. La última de estas, reflejo de una curiosidad que atendía a la solicitud de asuntos muy diversos, es El proyecto Aaiún. La estructura del espacio urbano en la colonización española del Sáhara (2014). Catedrático de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Las Palmas (ETSALP), de la que fue director entre 1987 y 1991, Casariego, nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1948, falleció el pasado lunes en Las Palmas tras una larga enfermedad.

De sus estancias como profesor visitante en la Escuela de Diseño de Harvard en 1994, 1995 y 2000, Casariego trajo al centro donde tenía su cátedra una orientación hacia al pensamiento anglosajón que, en el ámbito de la teoría crítica, capitanean autores como Fredric Jameson, David Harvey y, especialmente, Edward Soja, el geógrafo de Los Ángeles con el que estableció más vínculos profesionales.

Casariego entendía el urbanismo como ámbito reflexivo y de actuación indisociable de la arquitectura y por ello, frente a otras maneras de enfocarlo que orillan la forma arquitectónica en pro de la abstracción de la normativa, lo reivindicó en su práctica pedagógica como suma de arquitectura. Esta determinación le llevó a ser uno de los impulsores del máster sobre diseño urbano de la ETSALP, al que invitó a impartir clases a autores ligados a la Architectural Asociation de Londres como Ben Van Berkel y Alejandro Zaera, entonces aún no convertidos en estrellas del firmamento de la arquitectura mundial.

Junto a su esposa, la también arquitecta Elsa Guerra, con la que formó estudio, compartió autoría con Iñaki Ábalos y Juan Herreros en la construcción de la Torre Woermann (2001), un edificio emblemático que representó a Las Palmas en la exposición On-Site. New Architecture in Spain, celebrada en el MoMA de Nueva York en 2006. Otro de los trabajos destacados de Casariego y Guerra, junto a Noemí Tejera, es la rehabilitación del antiguo Hospital San Martín como centro cultural, de 2011, una intervención en una pieza sensible del casco histórico de Las Palmas que combina certeramente memoria e invención.

Como urbanista, Joaquín Casariego tuvo en los frentes marítimos uno de sus principales objetos de reflexión, lo que se tradujo en libros como Environments of Opportunity: Redevelopment on the Waterfront of Las Palmas, publicado por la Universidad de Harvard en 2001, y en proyectos de planeamiento como el que concibió con Elsa Guerra para la ciudad Ho Chi Minh. Este trabajo, cuyo propósito era la resolución de la gran área libre que se extendía entre el centro y los bordes de Thu Thiem, el nuevo centro financiero de la urbe más poblada de Vietnam, fue uno de los seis finalistas en el concurso internacional fallado en 2008.

El auge del turismo

El turismo, motor económico del archipiélago canario, no fue ajeno a las investigaciones del fallecido arquitecto, lo que dio fruto también en forma de publicaciones como La construcción del espacio turístico (2002), integrante de la colección Exploraciones, que dirigía junto a su colega Pablo Ley Bosch, y que en la V Bienal Hispanoamericana de Arquitectura y Urbanismo, celebrada en 2006 en Montevideo, fue seleccionada entre las 12 mejores publicaciones universitarias de habla hispana. Su atención preferente a los desafíos de la industria del viaje le llevó también a organizar el congreso internacional Reinventar el destino. Reflexiones sobre el espacio turístico contemporáneo, que dejó como huella bibliográfica una publicación con contribuciones de especialistas como Susan S. Fainstein y el citado Edward Soja.

Profesor visitante en otros centros académicos, además de Harvard, como la Staedelschule de Arquitectura de Fráncfort, la Escuela de Arquitectura de la Universidad Metropolitana de Caracas y la Design School de Filadelfia, Casariego fue un activo colaborador en publicaciones especializadas y en diarios locales, en los que tuvo un papel destacado como crítico, polemista y divulgador.
Mariano de Santa Ana es crítico de arte.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/20/actualidad/1453322010_765953.html
http://www.laopinion.es/cultura/2016/01/19/muere-arquitecto-joaquin-casariego-67/650634.html